el cuento está considerado como una in
DESCRIPTION
el cuentoTRANSCRIPT
REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELAUNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIONÚCLEO ACADÉMICO – YARACUY
Integrantes:Pérez Carmen
Pérez AnaOrdoñez Yaneth
Ordoñez ReinaOchoa Vanessa
López AnaithGutiérrez Mirian
González Yohanna Educación Preescolar
Independencia, Septiembre de 2013
Condiciones que debe tener el Cuento Infantil para Satisfacer las Necesidades e Intereses de los Niños y como Creación Literaria para los Niños en Edad Preescolar
Guion: Mamá aprendiendo sobre los cuentos Infantiles
En la librería del Este se encuentra dos vecinas cuyas hijas están
estudiando su primer nivel en educación inicial. Andan en búsqueda de un
cuento que les permita leérselos a ellas y que les guste y aprendan. María
saluda a su vecina
María, Vecina! ¿Cómo está? ¿Que anda haciendo por ahí?
Vecina: Ando buscando un cuento que le pueda gustar a mi hija.
María: Andamos en lo mismo vecina, y como ya comenzaron las clases
hay que enseñarles hábitos de lectura yo cómo le voy a comprar la historia
de Harry Potter (agarra el libro y lo observa). Yo he visto que a los niños les
gusto mucho la película.
La vecina le respondido con cara de sorpresa
Vecina: Ese vecina, no es como muy fuerte para ella que apenas tiene
3 años.
María: Yo no creo, además es como un cuento infantil y es de interés
de los niños.
Vecina: bueno vecina yo voy a llevar este de animales que a ella le
gusta ver los elefantes y jirafas.
Pagan sus libros y Salen las dos de la librería.
Escena 2 en la casa de María
María entra a su casa y saluda a su hija Estefany que estaba en
jugando con su muñeca.
María: Hola mi princesa Estafany, ¿como estas?
Estefany: mamá (dejando la muñeca en el suelo se levanta y se le
acerca rápidamente hasta su mamá) que me trajiste.
María: Que raro ni un abrazo, mmm
Estefany la abraza y María le dice
María: Que rico abrazo, vez ahora si te voy a enseñar lo que te traje
(Estefany con cara de emocionada mirando la cartera de la mamá esperando
ver que le trae). Te traje un libro que se llama Harry Potter quieres que te lo
lea
Estafany: alegre dice siiiiiii.
Otro aspecto a considerar al momento o de la selección del cuento, son
las condiciones que debe poseer éste para satisfacer las necesidades
exigencias, aspiraciones, intereses de aquellos a quienes va dirigido. Según
Vannini (1994), tres son las condiciones fundamentales que debe reunir el
cuento para niños: adecuación a la edad, manejo de la lengua y propiedad
del argumento. Todo el que escriba para niños o seleccione sus lecturas
deberá tener presente que el cuento que sirve para una edad o época
infantil, puede no convenir para otra, es decir, al escribir debe preguntarse:
¿Para niños de que edad será mi cuento?
Adecuación a la edad. Un cuento valioso debe mantener hasta el final la
atención del niño y del joven, por cuanto permitirá estimular su curiosidad y
divertirlos. Asi mismo, éste permite satisfacer sus ansiedades y aspiraciones,
para asi dar respuesta a sus inquietudes y a los problemas que les
preocupan. Por ello, para poder llevar a cabo estos propósitos el cuento tiene
que ser adecuado a la edad del lector.
Sobre la base de las ideas expuestas, se señalan los tipos de cuentos
más apropiados según la edad del niño:
De tres a siete años: en este período el niño, a causa de su
egocentrismo, se deleita con cuentos que reflejan su entorno o que lo
introducen en un mundo maravilloso. Los contenidos han de ser
cuidadosamente seleccionados, pues las crisis emocionales provocadas por
el relato o lectura de cuentos en los que predomina el terror, conduce a
desequilibrios muy difíciles de superar.
De siete a once años: en esta etapa de predominio del conocimiento de
los hechos, el niño adquiere mayor estabilidad emocional, muestra los
primeros intentos de socialización e integración de grupos y amplía el campo
de sus intereses de tipo intelectual constructivo. Por consiguiente, en lo que
se refiere a lectura, gusta de leyendas, relatos de carácter histórico,
aventuras, viajes y situaciones cómicas. Aquí siente atracción por lo real
como por lo fantástico.
De once a catorce años: alrededor de los once años el niño comienza el
periodo de retorno y la subjetividad, y sufre los primeros síntomas de
pubertad, con crisis de originalidad y afirmación. Así, entonces su repertorio
literario se ensancha con un marcado interés por la aventura. En esta etapa
gozan de gran aceptación los libros de hazañas heroicas, de historia de
animales, de ciencia ficción, en relación con el interés por otros campos
técnicos, científicos, naturales, históricos y con su necesidad de aprender
todo aquello que pueda vincularse con los problemas de su propio mundo.
Manejo de la lengua. El uso de la lengua en los cuentos, dirigida a los
niños y adolescentes debe ser siempre correcto, acorde con las reglas
gramaticales y sintácticas. El estilo ha de ser sumamente claro, evitándose a
toda costa la ambigüedad, los dobles sentidos y las malas interpretaciones.
De igual manera, es preciso mantener cierto nivel literario, evitar las
expresiones populares y, si se introducen, hacerlo en la conversación entre
personas a las cuales
Asi, entonces, a los niños no debe hablárseles, si de literatura se trata
como si el narrador fuese otro niño, por cuanto tal conducta podrá determinar
una actitud de rechazo o poco interés en la narración. Finalmente el lenguaje
del cuento infantil debe ser un lenguaje no anillado ni rebajado de propósito a
una supuesta dificultad de comprensión por parte de los niños.
Propiedad del argumento. Se entiende la forma como se presenta o
desarrolla el tema a través de la trama. Por consiguiente, dentro del
tratamiento del tema se deben considerar especialmente los párrafos de
comienzo y cierre del cuento; donde el comienzo debe ser atractivo,
estimulante y el cierre no debe ser defraudante.
Al respecto, en el cuento se distinguen dos formas de finalizarlo. En el
cuento de final cerrado, el autor reúne y recoge todos los hilos y aun después
de las más extraordinarias aventuras todo vuelve a la normalidad de la
ficción, que no es exactamente la del mundo real, pero que tienen reglas
lógicas parecidas.
Por otra parte, en el cuento de final abierto, el lector que termina la
narración participa en la misma, de acuerdo a su inspiración, fantasía y
gusto. Este final, que estimula la creatividad, la participación y la
experimentación, se encuentra en relatos propios de nuestra época.
En este orden de ideas, la propiedad del argumento, está
estrechamente relacionada con la adecuación a la edad, por cuanto no todos
los temas interesan a todas las edades. De ahí que el tratamiento también
debe ser distinto según la edad a la cual va dirigido el cuento. (Universidad
Nacional Abierta, 1994: pag. 92-107). En cuanto a la propiedad del
argumento, es aquí donde fundamentalmente el escritor deberá tomar en
cuenta la edad de sus oyentes o lectores que será la que habrá de
condicionar el argumento. No se trata, desde luego de algo estricto o
invariable. La elección quedará a cargo de los padres y maestros quienes
procederán de acuerdo con el grado de adelanto intelectual, afectivo,
temperamento, entre otras, de cada niño. El argumento de cuentos para
niños deberá ser sencillo y breve; en esto es importante la extensión acorde
al grado de educación que cursen y la relación de ilustraciones porque ellas
contribuyen a la comprensión lectora del relato y a la vez llenan de gozo al
alumno.
Partiendo de los supuestos anteriores, un cuento que deleita a niños
entre dos y cuatro años puede ser que no interese a niños entre once y
catorce años; de ahí que la adecuación a la edad sea un factor a tomar en
cuenta por el escritor de cuentos infantiles, y por supuesto, por el docente
que a través de estrategias metodologicas lo implemente para facilitar el
desarrollo del lenguaje oral y escrito en la escuela básica.
Para Vannini (1994), el cuento para niños debe ser escrito o narrado en
un lenguaje sencillo, es decir, que esté compuesto por frases breves, claras y
fácilmente comprensibles; aún siendo un lenguaje de uso diario y familiar, se
deben evitar las malas pronunciaciones, las expresiones populares y
respetar las normas gramaticales y sintácticas.
La simplicidad de los cuentos para los alumnos no significa de ningún
modo facilidad o despreocupación para quienes lo elaboran, pues son estos
cuentos, donde el escritor deberá conocer el desarrollo cognoscitivo del niño
y tener presente la importancia que adquiere el poder evocativo de las
palabras; pues la imaginación no se reduce solamente a imágenes ópticas
sino también a las auditivas y otras sensoriales.
Las acciones que el niño despliega ante la situación pedagógica no son
simples comportamientos reproducidos de los patrones adultos de acción,
sino que implican toda una actividad intelectual por parte del niño; es decir,
un cuento impreso con sus respectivas ilustraciones no solamente le lleva a
explorar el libro, también puede lograr su crítica, compartir gustos,
preferencias, narrar experiencias vividas, o intercambiar otros textos con sus
compañeros de aula, lo que implica un comportamiento lector
(Odreman,1998).
Por lo tanto, el niño en la escuela, y fuera de ella; en su grupo de
amigos, entorno familiar y utilizando los medios de comunicación disponibles
en cada caso, es un usuario del lenguaje, del pensamiento y del aprendizaje
de modo que el niño no es un ser pasivo que espera respuestas, sino un ser
activo que siente necesidad de desarrollar acciones y estrategias para
interactuar con todo lo que le rodea. A esto se agrega que la lectura es un
instrumento indispensable para el desarrollo del ser humano, por ser un
medio de información, conocimiento e integración, además de vía para
adquirir valores importantes que coadyuven a una mejor función social. No
obstante, el desarrollo de la lectura depende del dominio previo del lenguaje
que puede adquirir una persona de acuerdo con las condiciones socio
ambientales en que
se desenvuelve.
Para Smith, F. (1981), los niños aprenden a leer leyendo, siempre que
están interactuando con lo impreso, porque tienen una gran habilidad para
aprovechar cualquier información útil que tenga lugar, porque les gusta
aprender, de modo que, relacionan lo nuevo con lo que ya conocen,
modificando o elaborando su conocimiento previo.
Igualmente, Smith, F. (1984), señala que: “Los estudiantes no pueden
aprender dos cosas al mismo tiempo; no pueden aprender simultáneamente
a leer y a conocer algún tema desconocido como la historia o las
matemáticas”(p135)
Durante muchos años los niños deben leer mucho sobre cosas que ya
conocen, porque así aprenderán a leer (además de reflexionar, de una forma
diferente, más profunda y más rica, sobre esas cosas que ya conocen).
Entonces, es imprescindible que el maestro informe a los alumnos, que
los prepare en lo que respecta a los contenidos de lo que podrán leer en los
libros, les enseñe en diversas formas el tema que quiere que ellos aprendan,
para después mandarlos a buscar en los libros lo que ellos ya saben. Como
veremos los cuentos y las narraciones interesantes sobre temas que
pertenecen al mundo de lo escrito, son claves para que el niño pueda
construir el conocimiento previo sobre el cual se asentará un buen
desempeño lector.
No obstante, el desarrollo de la lengua escrita es una tarea compleja;
sin embargo, no lo es más que el de la lengua oral o la de otros objetos de
conocimiento.
Sabemos que el niño es un sujeto activo y que aprende la lengua
escrita de la misma manera que aprende la lengua oral, es decir,
participando activamente en eventos comunicacionales y es de esta manera
como aprende las reglas fundamentales que le van a permitir construir
significados de los mensajes escritos.
Atendiendo a estas consideraciones, es importante tomar estos
planteamientos en cuenta, ya que el docente de educación básica es un
agente de cambio fundamental para los niños, en el proceso de socialización
primaria y en particular del desarrollo de la lengua escrita.
Como seguimiento de esta actividad, para muchos niños las estrategias
metodologicas de lectura y escritura son muy significativas ya que en sus
hogares, no es sencillo propiciar situaciones pedagógicas que a través de la
literatura infantil, como el cuento faciliten el desarrollo del lenguaje oral y
escrito, dado los entornos familiares de analfabetismo tan comunes en
medios desfavorecidos, en orfandad relativa, con situación de maltrato y
lejanía geográfica, donde el hecho educativo no se presenta en condiciones
óptimas o deseables
Hay que habituar al niño -dice Blonski- a escribir sólo sobre lo que
conoce bien, en aquello que ha meditado mucho y profundamente. Nada
más nocivo para el niño que imponerle temas en los que haya pensado poco
y de los que no sepa qué decir, esto equivaldría a educar escritores vacíos,
superficiales. Para hacer del niño un escritor es preciso imbuir en él fuerte
interés hacia la vida que le rodea. El niño escribe mejor sobre aquello que
más le interesa, sobre todo cuando lo conoce bien. Hay que educar al niño a
escribir sobre lo que le interesa hondamente, en lo que ha pensado mucho y
con profundidad, en lo que conoce bien y se orienta fácilmente. Hay que
enseñar al niño a no escribir nunca de lo que no sabe, de lo que no le
interesa
Proporcionarle estímulo y material para crear. Necesita de mí tan sólo
material para completarse de modo armónico y polifacético.
Primero: brindarles el más extenso y variado conjunto de temas, no
inventados a propósito para ellos, sino entre los más serios y que
interesaban al propio maestro. Segundo: dar a leer a los niños libros
infantiles y proponer como ejemplos sólo cuentos infantiles. Tercero: (de
especial importancia) al examinar los cuadernos en que escribían sus
composiciones no hacer jamás a los niños observaciones acerca de la
limpieza, de la caligrafia, de la ortografia, ni, lo que es básico, sobre la
composición o la lógica del relato. Cuarto: como las dificultades de la
composición no se refieren al volumen ni al contenido, sino al tema artístico,
la secuencia residirá no en el volumen ni en el contenido, ni en el lenguaje,
sino en la trama...