el corazon de ana

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  • 2La princesa Ana est muy triste porque su madre acaba de morir. Se acerca su cumpleaos nmero doce y su padre, el rey, no sabe qu hacer para verla sonrer de nuevo.

    Quiz algn regalo extrao y mara-villoso le devuelva la felicidad a la pequea princesa... verdad?

    Quiz una hermosa hada salida de un cuadro encantado pueda trans-formarse en su corazn y hacerla fe-liz para siempre.

  • 3El corazn de Ana

  • Ana era la menor de las hijas de un rey amable y poderoso. Era la nica de las princesas que haba heredado los rasgos de su madre: el cabello negro y unos ojos que parecan tan azules como el mismo cielo. Todo el reino deca que la princesita era idntica a la reina cuando tena la misma edad.

    Sin embargo, Ana no se senta feliz por eso. Su madre haba muerto haca muy poco tiempo y haba dejado un vaco muy profundo en su corazn. El padre de Ana, el rey, se alegraba muchsimo cuando observaba a su pequea hija. Senta que el alma de su esposa viva dentro de ella y por eso la consenta ms que a sus hermanas mayores. Ana siempre permaneca apartada de la gente. No deseaba jugar con sus hermanas, ni con las jvenes que iban al castillo; sola quedarse contemplando el bosque tristemente aquellos grandes y viejos pinos que poda ver desde la ventana de su habitacin, rodeados de flores.

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  • Pronto sera su cumpleaos, y por ms que su padre y sus hermanas le preguntaban que quera de regalo para sentirse feliz, ella no responda.

    Ana no deseaba cosas materiales. Tena todo lo que una jovencita de su edad podra desear. Tena casi doce aos y su habitacin estaba repleta de cajas musicales, adornos y muecas de porcelana. Tambin posea un armario lleno de vestidos y zapatos pero la princesa anhelaba algo diferente, algo que pudiese llenar el vaco que senta en su interior desde la muerte de su madre.

    Una maana despus del desayuno, la princesa se puso a jugar con Manchitas, su gato, que era esponjoso y suave como los copos de algodn. Ana contemplaba cmo se enfrentaba a una gran bola de estambre cuando, en un momento, el gatito levant las orejas y sali corriendo por los largos pasillos del castillo.

    La joven se puso de pie y lo sigui para averiguar a dnde se diriga... Manchitas bajaba y bajaba las escaleras con la princesa siguindolo muy de cerca. Pronto, el gatito lleg a una vieja bodega y se meti por un agujero que haba en la puerta.

    Ana se detuvo. Nunca haba entrado en esa oscura bodega. All se guardaban cosas que no servan o que su padre no deseaba volver a ver Sin embargo, algunas veces haba visto al rey bajando hasta all y regresando a los pisos superiores con una mirada de tristeza que ella no poda comprender.

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  • 6Ana no quera entrar en la bodega. A travs del agujero no poda ver nada, todo se encontraba oscuro y lleno de polvo y telaraas. La princesa sinti escalofros al imaginarse los horribles insectos con los que podra encontrarse pero los maullidos de Manchitas, que al parecer no encontraba el camino de regreso para salir de all, hicieron que respirara profundamente y juntara valor para empujar aquella puerta

    Tal como se haba imaginado, el sitio estaba atestado de polvo. La nariz comenz a picarle y solt un fuerte estornudo. El encaje de su vestido, que le llegaba hasta los pies, se llen de tierra y Ana se estremeci de miedo al observar todas aquellas telaraas rodendola. Todo su cuerpo tembl y la tiara de plata se cay de su cabeza y rod por el suelo hasta un oscuro rincn

    La princesa quiso retroceder, pero algo la detuvo: una tmida luz llegaba desde las rendijas de una ventana y pens que, si la abra, podra observar con claridad todos los objetos que haba all adentro.

    Ana empuj con todas sus fuerzas las ventanas de madera, que crujieron al ser abiertas luego de mucho tiempo. Para su tranquilidad, la bodega, baada por la suave luz que provena del exterior, se vea mucho menos amenazadora.

    Los ojos azules de Ana se abrieron por la sorpresa al contemplar que no slo se trataba de objetos

  • inservibles: haba mesitas, juguetes viejos de sus hermanas, candelabros muy antiguos Cuando dirigi la mirada hacia el rincn donde haba cado su tiara, vio que all haba una coleccin de cuadros. Todos estaban cubiertos por una gran tela, para que el tiempo no los echara a perder.

    Manchitas se acerc a ella y empez a maullar. La princesa acarici sus orejas y luego recogi su tiara y se la coloc en la cabeza. Ana pens que era hora de marcharse. Sin embargo, su curiosidad pudo ms y se acerc a las pinturas para contemplarlas mejor. Fascinada, admir la belleza de aquellos paisajes y personajes que alguien haba inmortalizado para

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    inservibles: haba mesitas, juguetes viejos de sus hermanas, candelabros muy antiguos Cuando dirigi la mirada hacia el rincn donde haba cado su tiara, vio que all haba una coleccin de cuadros. Todos estaban cubiertos por una gran tela, para que el tiempo no los echara a perder.

    Manchitas se acerc a ella y empez a maullar. La princesa acarici sus orejas y luego recogi su tiara y se la coloc en la cabeza. Ana pens que era hora de marcharse. Sin embargo, su curiosidad pudo ms y se acerc a las pinturas para contemplarlas mejor. Fascinada, admir la belleza de aquellos paisajes y personajes que alguien haba inmortalizado para siempre Quin podra ser el autor de aquellas obras de arte?

    Muy sorprendida, Ana ley el nombre de su madre escrito al pie de todos los cuadros.

    La princesa no saba que la reina hubiese sido tan talentosa! Ahora comprenda por qu su padre haba dejado las pinturas all. El rey no poda soportar verlas todos los das porque extraaba mucho a su esposa, pero de vez en cuando bajaba a la bodega para contemplarlas por un rato. Ana se sinti molesta con su padre, por qu no comparta aquel secreto con sus hijas?

    La princesa decidi sacar de all uno de los cuadros y esconderlo en su habitacin. Comenz a buscar uno que

  • 8le gustara. Observndolos detenidamente, pronto encontr un pequeo cuadro que poda sujetar entre sus manos.

    Era el retrato de una hermosa chica que pareca tener su edad. Tena el cabello castao muy lacio, piel blanca y delicada, ojos tan verdes y brillantes como esmeraldas y unos finos labios de un color rosa plido. Llevaba sobre la cabeza una bella corona plateada, idntica a la de Ana, y vesta un traje de color blanco. Aferrado entre sus brazos, la joven tena un corazn que irradiaba luces de diferentes colores

    Ana se qued observndola por un largo rato, hasta que el maullido de Manchitas hizo que regresara a la realidad. Rpidamente,

  • 9escondi el cuadro envolvindolo en unas telas y subi corriendo a su habitacin para ocultarlo debajo de su cama.

    Desde ese da, Ana se pasaba horas contemplando aquel misterioso retrato de la muchacha. Comenzaba a sentirse como si en verdad tuviese vida y sus ojos verdes intentaran decirle algo. Deseaba con todo su ser que aquella joven existiera de verdad y muchas veces se imaginaba jugando con ella, corriendo juntas por la pradera y cortando flores para llevarlas al castillo. Ana se senta triste al pensar que la muchacha quiz haba salido de la imaginacin de su madre y eso haca que sintiera un extrao dolor en el pecho que no poda comprender.

    La fiesta de cumpleaos de Ana se realizara dentro de dos das y el rey volvi a reunirse con ella para preguntarle qu quera de regalo. Siendo un padre amoroso, se senta afligido y desesperado al ver a su hija menor tan triste. Qu poda hacer para verla sonrer?

    Aquella tarde obtuvo, por fin, una respuesta.

    Quiero un corazn! exclam Ana.

    El rey se qued muy sorprendido por su extraa peticin y sali de la habitacin meditando acerca de ese asunto tan raro

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    Aprovechando que su padre la haba dejado sola, Ana sac el retrato de la muchacha. Lo contempl durante un rato y, sin poder evitarlo, lo acerc a su rostro para besar sus finos labios...

    Ana se puso a llorar. Deseaba tanto conocer a aquella chica y no saba qu poda hacer para lograr encontrarse con ella. La princesa deseaba un corazn de regalo, quera volver a sentir el amor, la alegra y todos aquellos sentimientos hermosos que haba perdido cuando su mam muriera.

    Las lgrimas de Ana se deslizaron hasta la pintura. Atnita, la princesa observ que el cuadro comenzaba a brillar. Pronto, el resplandor se hizo tan intenso que

    Ana se llen de temor... Qu clase de cuadro era ese?

    Entonces, algo extrao y maravilloso ocurri: la muchacha del retrato comenz a materializarse a su lado, en carne y hueso, exactamente igual a la imagen del cuadro aunque quiz, ms alta y ms hermosa.

    La jovencita se acerc hacia Ana y la tom de la mano. Su sonrisa hizo que la princesa se tranquilizara un poco,

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    pero entonces Ana distingui un par de alas en su espalda la muchacha no era un ser humano!

    Mi nombre es Sofa, soy la hija menor de la reina de las hadas. He permanecido durante mucho tiempo encerrada en esa pintura por culpa de un hechizo que slo alguien muy especial poda romper. Gracias, princesa Ana. Gracias a ti por fin soy libre y podr regresar a casa.

    No quiero que te vayas contest Ana con tristeza. Acababa de conocer a Sofa, por qu tena que decirle adis tan pronto?

    Quieres que me quede? le pregunt la joven hada, contemplndola con sus bellos ojos.

    Ahora me doy cuenta le ped un regalo a mi padre sabiendo que l no podra drmelo, pero todo este tiempo ese regalo ha estado aqu, escondido en mi habitacin. No quiero que te vayas porque s que t eres mi corazn.

    El hada Sofa se acerc a Ana para besar su mano. Eso era todo lo que necesitaba or. Sofa haba sentido el dolor de Ana a travs de la pintura: la haba odo llorar y haba deseado con todas sus fuerzas poder consolarla.

    En ese instante, el cuerpo de Sofa comenz a brillar y sus alas desaparecieron.

  • 12

    He decidido quedarme aqu, en el mundo humano explic el hada con una sonrisa. Ha pasado tanto tiempo que ya no recuerdo el camino a casa y este castillo se ha convertido en mi hogar.

    Ana, sin dudarlo, se ech en sus brazos y le susurr al odo cunto la quera.

    La noticia se dio a conocer en todo el castillo. El rey no supo qu decir al principio, pero al ver la inmensa alegra de su hija accedi a que permaneciera junto a Sofa.

  • 13

    La fiesta de cumpleaos de la princesa fue todo un xito. Ana y Sofa bailaron hasta quedar exhaustas, pero Ana estaba demasiado feliz como para quejarse. Tena su regalo de cumpleaos: un corazn, alguien especial que haca que sus das fueran ms hermosos.

    Tan grande fue el amor de las princesas, que la noticia de su matrimonio se expandi por todo el reino. Eran un poco jvenes an y deberan esperar un par de aos, pero ambas aguardaran que el mgico da de la boda llegase. Mientras tanto, disfrutaban cada momento que pasaban juntas paseando por los campos, jugando con Manchitas y aprendiendo muchas cosas nuevas.

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    Bajo el arcoris EditorialEl corazn de AnaCuento de Killari RinIlustraciones de Lita GmezPrimera edicin: Marzo 2012Correccin, diseo de portada y maquetacin: Sofa OlgunSitio web: www.bajoelarcoiris-editorial.blogspot.comCorreo electrnico: [email protected]

    El corazn de Ana se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribucin-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.

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