el contagio de la literatura

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De Federico Altamirano Flores. Artículo sobre una manera diferente de enseñar literatura.

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  • El contagio de la literatura: otra mirada de la

    didctica de la literatura

    Federico Altamirano Flores Universidad Nacional de San Cristbal de Huamanga

    Universidad de Ayacucho Federico Froebel Resumen: El objetivo del presente trabajo es demostrar que la funcin de la didctica de la literatura no solo es ensear, sino tambin contagiar. La didctica de la literatura, desde sus orgenes hasta la actualidad, fundamentalmente se sustenta en la teora literaria y tiene como objeto la enseanza de la literatura. En este sentido, la mayora de los tericos de la didctica de la literatura tomaron los principios de las teoras literarias ms influyentes y difundidas en las diferentes pocas para abordar la enseanza de la literatura. Pero la teora de contagio literario, construida a partir de las experiencias pedaggicas exitosas de los grandes escritores, apuesta por la transmisin de la pasin por la literatura antes que por la enseanza, porque la literatura no se puede ensear. En este marco conceptual, la misin del profesor de literatura debe ser contagiar el virus de la literatura en el inconsciente esttico del estudiante. Palabras clave: Contagio de la literatura, didctica de la literatura, enseanza de la literatura. Abstract: The aim of this paper is to show that the purpose of the didactics of literature is not only to teach but also to trigger a contagion. The didactics of literature, from its origins to present time, has been based on literary theory whose purpose is teaching literature. In this sense, theorists of the didactics of literature have followed the most influential and wide spread literary theories in order to teach

    La versin preliminar del presente artculo fue publicada en la revista

    colombiana La Palabra N 21 (2012), pp. 21-32.

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    [Dialoga, 7, 2013, 227-244]

  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 228

    literature. On the other hand, the theory of teaching by literary contagion, built upon the successful pedagogic experiences of the great writers, advocate for the transmission of literary passion in detriment of common teaching, since literature cannot be taught. Therefore and having in mind this conceptual context, the task of the literature teacher is to infectthe virus of literature in the aesthetic unconscious of the student. Key words: literary contagion, didactics of literature, teaching of literature.

    Creo que el ejercicio de un profesor de literatura es hacer que sus estudiantes se enamoren de una obra, de una pgina o de una lnea si quieren, es decir, que algo quede en su memoria, que algo siga viviendo en su memoria y ese algo pueda ser citado despus con algn error, que es una secreta correccin.

    Jorge Luis Borges (1985) .

    1. Introduccin La didctica de la literatura, desde sus orgenes hasta la actualidad, se sustenta, fundamentalmente, en la teora literaria y tiene como objeto la enseanza de la literatura. En este sentido, la mayora de los tericos y autores de la didctica de la literatura (Romera, 1979; Cassany, 1998; Lomas, 1999; Gonzlez, 2001; Mendoza, 2003; Garrido, 2004; Prado, 2004; Abril, 2004; Lpez y Fernndez, 2005; Vivante, 2006; Leibrandt, 2008; Martn, 2009) tomaron los principios de las teoras literarias ms influyentes y difundidas para explicar y orientar, precisamente, la enseanza de la literatura; porque consideran que las teoras literarias estudian el texto literario como objeto esttico y, para ello, plantean distintos modos de aproximacin al mensaje del discurso literario con la finalidad de comprenderlo. Por esta consideracin, plantean que los conocimientos de la teora literaria son necesarios para la

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 229

    formacin del profesor de literatura y, por consiguiente, para la enseanza de la literatura.

    Desde esta postura, la didctica de la literatura es la relacin entre la teora literaria y la enseanza de la literatura. Por esta razn, exige que el profesor tenga una visin crtica de la teora o teoras literarias que le permitan formarse un juicio ante ellas y su aplicabilidad a la enseanza (Gonzlez, 2001: 322). De tal modo, la enseanza de la literatura, segn Lpez y Fernndez, se debe realizar con una metodologa basada en criterios de la teora literaria (2005: 12, la cursiva es nuestra) porque permite tratar el texto literario como objeto de estudio y de enseanza con sus propias caractersticas. Por esta misma creencia, las diferentes corrientes de la teora literaria, en el devenir de la historia de la educacin literaria, marcaron las pautas de la enseanza de la literatura.

    Por ejemplo, la teora historicista enfatizaba el estudio de la autora, la gnesis de la obra y su evolucin en la historia. Esta tradicin historicista ha consagrado la prctica docente de comenzar el estudio de la literatura por lo ms remoto, hacindolo avanzar diacrnicamente desde el pasado [] (Vidal, 2003: 8). La influencia de esta teora ha orientado el aprendizaje, bsicamente repetitivo y memorstico, de los conceptos y de los hechos literarios ms relevantes desde los orgenes de la literatura hasta la actualidad. La prioridad de este enfoque haca posible incluso que el estudiante obtuviera magnficas calificaciones en la disciplina de literatura sin que fuera preciso la lectura de los textos (Snchez, 2003: 323).

    Por otro lado, las teoras formalistas y estructuralistas proclaman la autonoma de la literatura y rechazan el historicismo; conciben el texto literario como una unidad autnoma e inmanente hecho con el lenguaje literario. Estas teoras literarias influyen en las aulas y dan lugar a los anlisis de las obras literarias mediante el comentario de textos como herramienta didctica para visibilizar la literariedad o la funcin potica del lenguaje. En palabras de Lomas (2002: 44),

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 230

    [el] formalismo y el estructuralismo literarios aparecen entonces como teoras subyacentes a un nuevo modelo didctico en el que se intenta sustituir el aluvin de informaciones sobre obras y autores de la historia literaria por una mayor presencia de los textos en las aulas, por el acceso del lector a fragmentos debidamente seleccionados y por la bsqueda de la especificidad de lo literario. El anlisis cientfico de los textos se convierte entonces en una herramienta habitual a la hora de descubrir el escondite de la literariedad de las obras literarias y el modo en que aparece en ellas la funcin potica del lenguaje (Jakobson, 1963). De esta manera, el comentario de textos se convierte en una prctica habitual en las aulas de la educacin secundaria con la idea de que slo mediante el anlisis cientfico de los textos literarios es posible contribuir a la adquisicin de habilidades interpretativas y de competencias lectoras por parte del alumnado.

    Finalmente, la teora de la recepcin, la teora semitica y la teora pragmtica (o potica de la lectura, segn Snchez [2003: 325]) dan lugar al enfoque pragmtico-comunicativo del discurso, porque sustituyen la teora del texto literario por una teora de la comunicacin literaria, una teora que se ocupa de las condiciones de produccin y de recepcin del discurso literario en el proceso de comunicacin. La teora de la comunicacin literaria entiende que los procesos de la comunicacin literaria son procesos que tienen por objeto temtico las relaciones entre los textos literarios y sus contextos (Schimidt, 1999: 201). De tal modo, el estudio de la literatura consiste en interpretar el texto literario como un hecho de comunicacin; para tal efecto, toma en cuenta los contextos de produccin y de recepcin. Por consiguiente, en el terreno de la didctica de la literatura, la potica de la lectura da origen a nuevos enfoques didcticos que enfatizan la formacin de los hbitos de lectura y la promocin del placer de leer los textos literarios en la educacin bsica y superior. El objetivo esencial de la didctica de la literatura, basada en la potica de la lectura, es generar la adquisicin y el desarrollo de la competencia literaria.

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 231

    Esta breve revisin de los enfoques de la didctica de la literatura ha permitido comprender que esta disciplina, hasta el momento, ha construido y construye su marco epistemolgico a partir de las teoras literarias y ha predicado y predica la enseanza de la literatura. Pero esta didctica, basada en las teoras literarias, tiene serias limitaciones porque asume una visin parcial de la verdadera didctica de la literatura, puesto que solamente pone nfasis en la enseanza del conocimiento sobre la literatura y obvia la promocin del conocimiento de la literatura (o el contagio de la literatura).

    Sin embargo, Carter y Long (1991) (citado en Leibrandt, 2008: 42-43) ya distinguen dos procedimientos en la enseanza de la literatura: el conocimiento sobre la literatura y el conocimiento de la literatura. Carter y Long explican que la enseanza del conocimiento sobre la literatura se refiere a la acumulacin de la informacin sobre los contextos literarios, fechas, autores y obras, trminos literarios, datos cognitivos, referenciales y analticos de un texto literario. Estas informaciones, fcilmente, puede convertirse en conocimiento por s mismo y no conducen automticamente a una lectura ms sensible o una interpretacin ms completa del texto; pueden ser recordadas sin mucho esfuerzo por la mayora de los estudiantes a la hora del examen. Como consecuencia de este procedimiento, los estudiantes llegan a depender de las autoridades en la literatura, como los profesores, la historia de la literatura, los libros de crtica literaria o los manuales de la literatura. Y tienen poco inters en utilizar esas informaciones para leer la literatura por iniciativa propia y construir interpretaciones genuinas y autnomas.

    En cambio, la enseanza del conocimiento de la literatura, segn Carter y Long (1991) (ibid.), consiste en la lectura directa y placentera del texto. Este procedimiento exige, por un lado, la relacin directa del estudiante con el texto y, por el otro, que el profesor tenga como objetivo principal despertar el placer por la lectura de textos literarios. Para este efecto, el profesor deber escoger los mtodos de enseanza pertinentes que conduzcan a la participacin activa de los estudiantes en la lectura del texto en lugar de la recepcin pasiva de la informacin acerca del texto.

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 232

    A partir de la revisin hecha hasta el momento, observamos que todos los tericos, incluido Carter y Long (1991), siempre consideran que la didctica de la literatura se ocupa de la enseanza de la literatura. Carter y Long, a diferencia de los dems autores, plantean que la literatura se ensea a travs de dos procedimientos: la enseanza del conocimiento sobre la literatura y la enseanza del conocimiento de la literatura. Pero nosotros creemos que la literatura no solamente se ensea, sino tambin se contagia. De tal modo, la didctica de la literatura debe tener dos funciones fundamentales: (a) el contagio de la literatura y (b) la enseanza de la literatura. Estas funciones, en el orden planteado, deben marcar las secuencias de la educacin literaria: primero el contagio y segundo la enseanza. 2. El contagio de la literatura Desde la perspectiva de la psicologa del arte y de la educacin esttica, pensamos que la didctica de la literatura primero debe promover el contagio de la literatura. En este sentido, Landero plantea con mucho acierto: antes que ensear literatura, hay que educar la sensibilidad. La sensibilidad no se ensea: ms bien se contagia (1994: 28). De tal manera, la tarea del profesor, principalmente, es contagiar el entusiasmo y la excitacin por la literatura, porque no se puede ensear literatura en sentido estricto (Abril, 2004: 104). En esta misma lnea, Pennac (1996) tambin manifiesta cuando sostiene que su deber como profesor no es ensear literatura, sino contagiar su pasin por ella.

    El contagio de la literatura consiste en transmitir un sentimiento esttico por la literatura a travs de la provocacin literaria para despertar el entusiasmo por la lectura literaria con el fin de que el lector viva y disfrute la verdadera literatura de manera directa y personal. El sentimiento esttico literario no se puede ensear. Sobre este asunto, Vigotski ha sido claro cuando sostuvo que el acto artstico es un acto creador y no puede reproducirse mediante operaciones puramente conscientes [] No se puede ensear el acto creador del arte; pero ello no significa que el

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 233

    educador no pueda contribuir a su formacin y manifestacin (1972: 314). Por esta razn, el objetivo final del contagio literario es educar la formacin y la expresin de la sensibilidad literaria en los estudiantes.

    La educacin esttica tiene por objeto la formacin del gusto (Gennari, 1997: 94). La formacin del gusto, segn Gennari (1997), pone de relieve los principios estetolgicos y pedaggicos de la educacin esttica. De tal modo, todo gusto tiende a manifestarse dentro de su propia normatividad. Esto significa que la valoracin de la obra de arte tratar de revelar su naturaleza esttica a partir de su potica interna. La configuracin formal de la obra constituye el canal por el que se filtra y accede el gusto, es decir el sentimiento esttico, ya que en la obra de arte se encuentra el producto del conocimiento sensitivo. En el terreno de la didctica de la literatura, la creacin y la recepcin de la literatura requiere una formacin esttica que ensee a percibir o a producir valores que encuentran su fundamento en el carcter orgnico de la forma (Gennari, 1997: 100). Para tal efecto, el profesor, a travs del contagio literario, debe garantizar la formacin esttica del estudiante para que pueda comprender y producir textos literarios de manera adecuada.

    De tal modo, el contagio de la literatura debe promover la materializacin del placer del texto, en hacer del texto un objeto de placer como cualquier otro (Barthes, 1989: 94-95), es decir, en hacer de la lectura literaria como el disfrute de cualquier otro placer de la vida, como tomar un helado, pasear por un jardn lleno de flores, cantar una cancin que emociona hasta las lgrimas, o hacer el amor, etc. Pues la literatura como arte verbal se siente a travs de la emocin esttica, una emocin que brota del encuentro entre el sentimiento esttico y el lenguaje que representa artsticamente la vida. La literatura es la transformacin de emociones y est hecha para sentirla con la parte sensitiva de nuestro cuerpo. Por esta razn, Barthes, desde su condicin de lector, dice que el placer del texto es ese momento en que mi cuerpo comienza a seguir sus propias ideas pues mi cuerpo no tiene las mismas idea que yo (1989: 29). La recepcin de la literatura se traduce en una descarga

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 234

    emotiva y afectiva que se procesa a travs de la dimensin sesnsitiva de nuestro cuerpo. En palabras de Paris, la literatura enlaza al sujeto que lee con cierta zona primitiva, corporal inconsciente de nuestra vida mental (2004: 12). Este tipo de goce o placer viven los escritores que leen apasionadamente sus poemas en las tertulias literarias, los que escriben metindose en el pellejo de sus personajes favoritos, los que ensean a hacer cosas con la verdadera literatura.

    En este sentido, la mayora de los escritores que llegaron a ser profesores de literatura apostaron por la educacin esttica verbal, es decir, predicaron y practicaron el contagio o la transmisin de la literatura en las aulas antes que la enseanza de ella. Disfrutaron apasionadamente con cada uno de los elementos estticos de los textos literarios mientras compartan sus lecturas con sus alumnos. Conceban que la comunicacin literaria entre autor y lector se establece cuando quien lee reconoce sus propias fantasas en las expresadas en la ficcin y, as, logra una descarga afectiva, emocional y tensional al mismo tiempo que sabe que eso le sucede al personaje (Paris, 2004: 20). Por eso, se preocuparon por la sensibilizacin literaria de sus estudiantes para despertar en ellos la pasin por la lectura de los textos literarios. Por ejemplo, Len Tolstoi, Vladimir Nabokov, Gabriela Mistral, Jorge Luis Borges, Jos Mara Arguedas, Oswaldo Reynoso, Ricardo Pligia, Luis Landero, Daniel Pennac, por citar algunos, contagiaron sus pasiones por la literatura, porque estaban convencidos de que la tarea del profesor de literatura era contagiar la pasin por la lectura esttica y placentera de las obras literarias.

    Los testimonios del magisterio literario de los maestros de la creacin verbal son reveladores y significativos. Las creencias y las prcticas concretas de todos ellos sirven de base para plantear la nocin o la teora del contagio de la literatura otra mirada de la didctica de la literatura porque dan cuenta de sus creencias y procedimientos didcticos que utilizaron al afrontar la educacin esttica verbal de los estudiantes en el aula. Por consiguiente, la teora del contagio literario se construye desde el terreno

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 235

    pedaggico a partir de las prcticas exitosas de la educacin literaria.

    Por ejemplo, Daniel Pennac (1996), como ya dijimos, considera que su deber como profesor no es ensear literatura, sino contagiar su pasin por ella. Ese acercamiento apasionado a la lectura debe ser sucesivo, es decir, primero se debe despertar la pasin por la lectura de la literatura para despus, cuando sea necesario, proceder con el anlisis del texto. Advierte que invertir esta secuencia o proceso produce malos resultados: el alumno se distancia de los textos y lee solo por obligacin. Cree que la tarea fundamental del profesor consiste en infundir el gusto por la lectura en los estudiantes para que puedan encontrar el placer de leer, ya que toda lectura est precedida por el placer de leer (Pennac, 2001: 41). Entonces, el profesor, a travs de mtodos pertinentes, debe procurar que el placer de leer se instale en el inconsciente esttico (Ranciere, 2005) del lector hasta que tome la forma del hbito lector placentero. Cuando se logre aquello, el placer de leer tendr ms poder para imponerse contra las imgenes de la comunicacin audiovisual que asedian diariamente a los estudiantes de hoy.

    Pennac, a partir de su propia pedagoga literaria, considera que el profesor no debe exigir la lectura hay que leer, hay que leer, sino por el contrario debe procurar compartir su propia dicha de leer (2001: 79). Entiende que las obras literarias han sido escritas para leerlas y no para comentarlas. La lectura literaria, una forma de la comunicacin artstica, debe constituir una puerta de ingreso esencial a las pginas de los libros. Sin embargo, la escuela impone la prctica del anlisis y comentario literario como forma nica de procedimiento didctico. Esta imposicin asusta a los alumnos y los distancia cada vez ms de los libros. El comentario de los textos puede ser til pero no es un fin en s mismo. Pues, como dice Pennac, El fin es la obra (2001: 134). De tal modo, imponer el anlisis y comentario de textos es un procedimiento equivocado en la didctica de la literatura cuando se trata de formar lectores, como observ con acierto Flannery OConnor: Si los profesores tienen hoy por principio abordar una obra como

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 236

    si se tratara de un problema de investigacin para el que sirve cualquier respuesta, con tal que no sea evidente, mucho me temo que los estudiantes no descubran jams el placer de leer una novela (citado en Pennac, 2001: 140). Queda claro entonces que Pennac plantea una pedagoga literaria centrada en la lectura placentera de las obras por parte de los estudiantes, una pedagoga que considera al profesor como artfice de la provocacin literaria.

    Jorge Luis Borges ha sido profesor de Literatura Inglesa en la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Buenos Aires. l confiesa haber prescindido de la historia de la literatura cuando diriga la educacin literaria de sus alumnos. Procuraba que sus estudiantes tuvieran una relacin directa con las obras. Evitaba, en lo posible, que sus estudiantes leyeran manuales de historia de la literatura o las crticas literarias para comprender e interpretar una obra, es decir, evitaba que sus alumnos aprendieran a depender de las autoridades en la literatura. Crea que su misin, como profesor de literatura, era acercar las obras a los estudiantes. Este espritu pedaggico se evidencia en el siguiente testimonio de Borges (1980: 38):

    Cuando mis estudiantes me pedan bibliografa yo les deca: Por qu no estudian directamente los textos? Si estos textos les agradan, bien; si no les agrada, djelos, ya que la idea de la lectura obligatoria es una idea absurda: tanto valdra hablar de la felicidad obligatoria. Creo que la poesa es algo que se siente, si ustedes no sienten la poesa, si no tienen sentimiento de belleza, si un relato no los lleva al deseo de saber qu ocurri despus, el autor no ha escrito para ustedes. [].

    La cita constituye un testimonio didctico en el que hace constar un principio pedaggico literario que Borges puso en prctica en las aulas de literatura. Borges aplicaba su creencia pedaggica a la hora de abordar la educacin literaria. Haca que los estudiantes sintieran la literatura como el amor, porque conceba la literatura como un hecho esttico que solo podra apreciarse a travs de la sensibilidad o el sentimiento esttico.

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 237

    Segn l, el sentimiento es el nico vehculo para llegar a la esencia de la literatura. Confiesa haber tenido esa facultad de sentir la literatura; del mismo modo, declara haber contagiado su pasin por la literatura porque posea la sensibilidad literaria: Yo creo sentir la poesa y creo no haberla enseado; no he enseado el amor de tal texto, de tal otro: he enseado a mis estudiantes a que quieran la literatura, a que vean en la literatura una forma de felicidad (Borges, 1980: 38; las cursivas son nuestras). As abri la puerta a una felicidad que, hasta entonces, era conocida a medias en la educacin literaria. En cambio, agrega Borges, las personas que no sienten casi nada la literatura se dedican a ensearla, por eso deca: Hay personas que sienten escasamente la poesa; generalmente se dedican a ensearla (ibid.).

    Borges sola definirse como un lector hednico, por lo mismo, fue un profesor hednico de la literatura, porque en sus clases disfrutaba la literatura y contagiaba el placer de leer la literatura. Sus clases eran dominadas por ese placer literario lleno de emociones. Sus clases eran espacios de provocacin literaria. No haca abstraccin de la literatura, sino sola tomar textos concretos y luego proceda con la lectura interpretativa personal. Su manera de abordar la educacin literaria encantaba a sus alumnos, por ello, sus clases eran muy esperadas y concurridas. Esta afirmacin se sustenta en el testimonio de uno de sus alumnos: Isaas Lerner. Lerner, en el marco del centenario de Borges, manifiesta:

    Borges llegaba minutos antes, siempre rodeado de amigas, colaboradoras y lectoras fieles, fcilmente reconocibles en el mar de rostros jvenes de los estudiantes que poblaban las aulas y los corredores. [] Los alumnos ya estbamos reunidos junto a la puerta del aula a la espera de que terminara la clase inmediatamente anterior, cuando Borges llegaba. [] La ms atractiva enseanza que se desprenda de sus clases estaba relacionada con lo que me gusta considerar como sus conceptos fundamentales de una teora general de la

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 238

    escritura; una especie de esttica que cada una de sus clases ejemplificaba con otros textos. [] (Lerner)1.

    Por su parte, Luis Landero, escritor y profesor de literatura,

    sostiene que la tarea del profesor de literatura es incitar, orientar rumbos, contagiar el entusiasmo, pero no ensear literatura en sentido estricto. Su testimonio confirma su teora y su prctica pedaggica:

    Como a m me apasiona la literatura y considero que leer es uno de los mejores placeres que existen, por eso, intento ante todo que mis clases sean razonablemente placenteras y apasionadas. Para ello cuento, claro est, con la complicidad de los autores, que son ellos los que en definitiva ensean la verdadera literatura. O mejor dicho, educan la sensibilidad. Porque, antes que ensear literatura, hay que educar la sensibilidad. Y la sensibilidad no se ensea: ms bien se contagia (Landero, 1994: 28).

    Landero est convencido de que la literatura no se ensea, sino que se contagia, porque la literatura es una revelacin esttica personal, intransferible e incomunicable. Por eso, l, desde su lgica pedaggica, apuesta primero por la educacin esttica, es decir por la formacin de la sensibilidad literaria de los estudiantes. La enseanza de la literatura, para l, es una accin secundaria que se desarrolla cuando los estudiantes estn posedos por el demonio de la literatura (Landero, 1994: 28). Alterar este orden del proceso educativo en la didctica de la literatura es pervertir la esencia de la literatura. En este sentido, Landero es muy explcito cuando explica que:

    Un profesor puede incitar a emprender esa aventura personal, sealar rumbos, abrir puertas, contagiar el entusiasmo lo cual ya es mucho, pero no se puede ensear literatura en un sentido estricto, salvo a quienes previamente estn posedos ya

    1 La cita proviene de una versin digital.

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 239

    por el demonio de la literatura. Por eso, me parece una barbaridad pedaggica anteponer la enseanza de la literatura a la formacin o afinamiento de la sensibilidad artstica, o de la

    educacin esttica (1994: 28).

    Landero confiesa que cumple con la educacin esttica de los

    estudiantes con mucho entusiasmo y sinceridad porque cree es un buen profesor, capaz de contagiar la pasin por la lectura y el lenguaje y el placer de pensar y observar (Crespo y del Amo, 2008: 136). Cree esto porque piensa que ms all del profesor de literatura est en l el escritor y el lector Luis Landero de carne y hueso. Segn l, estos son los responsables de la verdadera transmisin de la pasin por la literatura porque traslucen y proyectan sus experiencias y sus pasiones literarias a la hora del acto didctico en el aula o fuera de ella. En este sentido, es muy claro cuando afirma: yo en realidad no soy profesor: son el lector y el escritor los que dan las clases, los que cuentan sus experiencias (Crespo y del Amo, 2008: 136). Concibe al profesor como un sujeto mediador que pone en contacto al escritor lector con los estudiantes durante el acto didctico. De tal modo, los estudiantes interactan con una persona que vive y hace la literatura, es decir, lee y escribe por pasin.

    Por otro lado, el escritor Oswaldo Reynoso ha sido profesor de lengua y literatura en varias instituciones educativas. Posee una profunda vocacin pedaggica. Pero Reynoso, segn Jorge Eslava, no es un maestro que se limite a trasmitir unos conocimientos e informaciones ms o menos valiosos, sino que procura y consigue llegar al alma de sus alumnos2. Tiene una idea clara de la educacin esttica verbal, pues sostiene que el profesor de literatura debe transmitir la pasin y la sensibilidad por la lectura. Su accin didctica fue coherente con su creencia pedaggica, de tal modo, su magisterio literario fue muy contagioso como manifiesta Eslava: Creo que en l, la devocin por la literatura es complementaria a su preocupacin por la enseanza. Hay que ver

    2 La cita proviene de una versin digital.

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 240

    las legiones de escritores jvenes que lo buscan y l, con sagacidad y paciencia, los orienta y revisa puntillosamente sus escritos. Casi como un profesor de aula corrige el cuaderno de un alumno de primaria (ibid.). Est convencido de que la literatura forja la sensibilidad del hombre, por eso, las clases de literatura deben ser muy placenteras.

    Por ltimo, Ricardo Piglia, escritor argentino y profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Princeton (Estados Unidos), cree tambin que no ensea la literatura, sino la contagia o la transmite. Concretamente, dice: He intentado ser fiel a lo que creo que puedo transmitir no ensear, sino transmitir, que es un modo de leer (Somoza)3. Ricardo Piglia piensa y acta conforme con su creencia porque posee una sensibilidad literaria que le permite disfrutar la literatura mientras comparte su lectura con sus estudiantes. Se tipifica como un lector apasionado que practica un modo de leer la literatura cuando conduce la educacin literaria. Para l, el contagio de la literatura un modo de leer, en trminos de Piglia ha sido muy productivo en su tarea docente porque le ha permitido crear espacios de debate sobre la literatura con los jvenes interesados. Los grupos de debate literario que suele generar son intensos porque la pasin por la literatura dirige el rumbo de la discusin. Piglia prefiere esta forma didctica, por eso, dice: Me gusta mucho esa escena: un grupo de jvenes alrededor de la mesa y yo, [] la literatura est al centro [] (Somoza, ibid.). Asume la pedagoga literaria con la misma pasin del escritor Piglia. En este sentido, es muy claro al declarar: Nunca he considerado la enseanza diferente o antagnica de mi prctica como escritor (Somoza, ibid.).

    Entonces, la teora del contagio de la literatura no es producto de la teora literaria ni de la crtica literaria, sino es consecuencia de la reflexin sobre la prctica de la accin docente, sobre todo, el resultado de la bsqueda de nuevos procedimientos y de actividades motivadoras para la educacin literaria. Por consiguiente, a la luz de las experiencias pedaggicas tan exitosas

    3 La cita proviene de una versin digital.

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 241

    de los diferentes escritores, podemos decir que la literatura se debe contagiar fundamentalmente a los estudiantes. En el proceso del contagio, la experiencia esttica, la sensibilidad y la afectividad deben despertar la pasin por la literatura en los estudiantes. De tal modo, la sensibilidad esttica puesta en escena debe ser la brjula de la educacin literaria ms que los mtodos y las teoras literarias.

    La literatura como hecho esttico no se puede ensear porque no es un conjunto de conocimientos de fechas, contextos literarios, trminos literarios, figuras literarias, gnero o estructura textual. Como seala Garrido, la literatura no es un mero objeto de estudio que se aprende para un examen, sino parte importante de la vida (2001: 341), pues comunica un mundo de aspectos sociales, intelectuales, morales y religiosas. El sentido de la comunicacin literaria es producto del encuentro entre el lector y el texto literario. La literatura existe en el momento en que el lector da sentido a la representacin verbal a travs de su sensibilidad literaria y su imaginacin. Ese encuentro esttico educa la sensibilidad y ofrece, mediante la representacin del mundo, estilos de vida y normas de conducta humana. Por la importancia de la articulacin entre la subjetividad y el efecto de lectura que se produce en la comunicacin literaria,

    hay que transmitir a los alumnos el entusiasmo propio por la comunicacin literaria y, as, cuando acudan a gozar del placer del texto, se encontrarn tambin con que, junto al enriquecimiento de su sensibilidad artstica, mejora su capacidad de discernimiento crtico y aumenta su utillaje lingstico y conceptual (Garrido, 1994: 26-27).

    3. Conclusin

    En suma, una de las funciones primordiales de la didctica de la literatura es la de transmitir la pasin por la literatura a los estudiantes con la finalidad de formarlos como lectores con

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  • Federico Altamirano Flores: El contagio de la literatura 242

    competencia literaria. Pues la literatura, fundamentalmente, se contagia mediante la experiencia esttica del profesor. Por consiguiente, la tarea del profesor de literatura es ensear literatura deleitando para contagiar el amor por el discurso literario, como sugieren Garrido (1994, 2004) y Cerrillo y Lujn (2010), hasta que los estudiantes se contagien del virus literario. Solo cuando se haya producido el contagio efectivo de la literatura ser posible hablar de la enseanza de la literatura, es decir, de ensear el conocimiento sobre la literatura. Alterar este orden sera pervertir estticamente a los estudiantes antes que formarlos como lectores para que participen con xito en la comunicacin literaria; sobre todo, sera privarlos de la educacin literaria, una educacin que fundamentalmente contiene un efecto humanizador. Referencias bibliogrficas Abril, Manuel (2004): Ensear lengua y literatura, Mlaga, Aljibe. Barthes, Roland (1989): Placer del texto y leccin inaugural de la ctedra

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