el clasicismo de rómulogallegos por m del rocío oviedo

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El clasicismo de Rómulo Gallegos Considero necesario, antes de abordar el tema a fondo, hacer una serie de observaciones sobre el concepto y aparición del clasicismo. En primer lugar, nos encontramos con que en el Renacimiento, el resurgir de los esquemas clásicos tuvo su origen en una crisis popular, económi- ca y social, pero lo que aún interesa más destacar es que este «valor modélico de la Antiguedad no se ejerció sólo como imitación de formas y resultados concretos> sino, sobre todo, de los procesos humanos que facilitaban aquellos”. En este aspecto general, no de mera copia de los clásicos —lo que, por supuesto, no se produce— sino de similitud de miras y génesis del desarrollo humano (en cuanto que descubrimiento y análisis del hombre) es en el que voy a analizar la novelística de - mulo Gallegos. Coincidiendo con la característica apuntada anteriormente, con- cuerda la tesis de la narrativa galleguiana centrada en Venezuela, pa- tria que acapara todo su sentimiento. Es en este bucear en la psicología de su pueblo donde entra en juego el clasicismo del autor que llega a formar verdaderos mitos —como veremos posteriormente—: «La visión del mundo de Rómulo Gallegos implica el anhelo de que aquella socie- dad venezolana, dominada por la barbarie y por una forma de capitalis- mo primitivo (..) se transforme en una sociedad civilizada donde una estructura democrático-burguesa garantice los derechos de los ciuda- danos y donde el respeto a la ley haya de ser la norma” 2. Diversos críticos de una forma más o menos clara han apuntado a la idea de clasicismo en el autor venezolano, Fernando Alegría, señalará que «desde un comienzo Rómulo Gallegos escribe como un anciano pa- triarca que rememora y revisa las relaciones de familia y saca sus con- 1 G~~ci~ BERRío: Formación de la teoría literaria moderna. Madrid. CUPSA editorial, 1977, p. 30. 2 Revista de Literatura Hispanoamericana. Zulia. Junio-diciembre 1973, 5, p. 41. Anales de literatura hispanoamericana, núm. 14. Ed. Univ. Complutense, Madrid, i985.

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El clasicismo de Rómulo Gallegos

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  • El clasicismo de Rmulo Gallegos

    Considero necesario, antes de abordar el tema a fondo, hacer unaserie de observaciones sobre el concepto y aparicin del clasicismo. Enprimer lugar, nos encontramos con que en el Renacimiento, el resurgirde los esquemas clsicos tuvo su origen en una crisis popular, econmi-ca y social, pero lo que an interesa ms destacar es que este valormodlico de la Antiguedad no se ejerci slo como imitacin de formasy resultados concretos> sino, sobre todo, de los procesos humanos quefacilitaban aquellos. En este aspecto general, no de mera copia de losclsicos lo que, por supuesto, no se produce sino de similitud demiras y gnesis del desarrollo humano (en cuanto que descubrimientoy anlisis del hombre) es en el que voy a analizar la novelstica de R-mulo Gallegos.

    Coincidiendo con la caracterstica apuntada anteriormente, con-cuerda la tesis de la narrativa galleguiana centrada en Venezuela, pa-tria que acapara todo su sentimiento. Es en este bucear en la psicologade su pueblo donde entra en juego el clasicismo del autor que llega aformar verdaderos mitos como veremos posteriormente: La visindel mundo de Rmulo Gallegos implica el anhelo de que aquella socie-dad venezolana, dominada por la barbarie y por una forma de capitalis-mo primitivo (..) se transforme en una sociedad civilizada donde unaestructura democrtico-burguesa garantice los derechos de los ciuda-danos y donde el respeto a la ley haya de ser la norma2.

    Diversos crticos de una forma ms o menos clara han apuntado a laidea de clasicismo en el autor venezolano, Fernando Alegra, sealarque desde un comienzo Rmulo Gallegos escribe como un anciano pa-triarca que rememora y revisa las relaciones de familia y saca sus con-

    1 G~~ci~ BERRo: Formacin de la teora literaria moderna. Madrid. CUPSA editorial,1977, p. 30.

    2 Revista de Literatura Hispanoamericana. Zulia. Junio-diciembre 1973, n 5, p. 41.

    Anales de literatura hispanoamericana, nm. 14. Ed. Univ. Complutense, Madrid, i985.

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    clusiones y sus moralejas. Sus novelas (.) lucen la armazn del cos-tumbrismo clsico,.

    Desde un primer momento su principal preocupacin ser la cues-tin patria, el problema poltico, todo aquello que> en sus propias pala-bras como venezolano me duela o me complazca~. Es lgico por tantoque se oriente por los senderos de la filosofa poltica y que, al igualque ocurri con tantos otros escritores hispanoamericanos, sus prime-ras obras respondan a esta preocupacin, olvidando un tanto el pruritoartstico (siempre sin olvidar que todava Rmulo Gallegos llevar ensus escritos la reminiscencia modernista).

    Los artculos aparecidos en La Alborada5 son la primera plasmacinde sus ideas: en estos escritos iniciales aparece ya la denuncia del fra-caso de lo legal por la lucha entre facciones opuestas, el fanatismo ha-cia los caudillos, el afn por las acciones individuales, etc.> y a partirde la denuncia se introduce en la averiguacin de las causas, y pasa alo filosfico generalizado> la culpa est en el carcter venezolano queslo puede madurar si evoluciona y segn Juan Liscano dicha evolu-cin para Gallegos puede ser puesta en marcha por alguna revolucininicial impulsada por el individuos 6 individuo no caudillo cacique, si-no caudillo civilizador. Por tanto> para propiciar la aparicin de ste esimprescindible el auge de lo educativo, slo la educacin puede reme-diar los males de la patria.

    Pronto el gobierno prohibir la incursin poltica de la revista y se-r en este momento cuando Rmulo Gallegos comprenda lo arduo y po-co provechoso en la plasmacin terica del pensamiento y se servir dela narracin como praxis ms adecuada a sus propsitos. A travs deeste desarrollo ideolgico Gallegos va a llegar a asumir teoras clasicis-tas de tan larga tradicin como el docere-delectare de Horacio o elaprovechar-imitando de Aristteles. En enero de 1910 publicar su pri-mera narracin en El Cojo Ilustrado, con el titulo Las Rosas y quehoy conocemos como Sol de antao>, el 28 de marzo haba salido el l-timo nmero de La Alborada. Sin embargo, su contacto con esta prime-ra revista habr producido en l el influjo beneficioso de los escritoresrusos y de la generacin del realismo> escritores en los que se funda-menta para las novelas de tesis que propician el planteamiento de losproblemas sociales.

    3 Fernando ALEGRA: Rmulo Gallegos. Revista Iberoamericana, n.0 70, enero-marzo1970, p. 63.

    4 Rmulo GALLEGOs: Una posicton en la vida. Mxico. Ed. I-Iumanism que apareci el 31 dc enero de

    1909. Se suspende por no permitir el gobierno el debate sobre los problemas del pais, tanslo aparecieron urbo nmero (basta el 28 de marzo~

    6 LscANo: R,-nulo Gallegas y su tiempo. Caracas, Montevila. 969. P. 46,7 d.

  • El clasicismo de Rmulo Gallegos losYa en sus cuentos aparece la preocupacin filosfica (por ejemplo

    en Un mialgro plantea el problema de si el fin justifica los medios) yen general todos sus personajes tienden a la profundizacin del pensa-miento> lo que le acerca en cuanto a origen a la retrica clasicista, don-de se unen pensamiento, literatura y vida. Precisamente en ReinaldoSolar aparecen acumuladas el mayor nmero de ideas sobre cultura,sociedad, arte y poltica> lo que de hecho remite al origen que, como yasealamos, tienen las novelas de Gallegos: el poner a manera de una serie de denuncias, propuestas e ideologas, realizadas a tra-vs de la praxis, esto es, a travs de la novela, siguiendo el ya clsicoensear deleitando, a fin de que sus obras alcancen a un mayor n-mero de lectores.

    Ya en el Renacimiento se consideraba la literatura y en general elarte, como una colaboracin entre lector y escritor, teora tan antiguacomo la tradicin retrica de actuacin conjunto retor-auditorio, en laque al auditorio se le presupone una activa participacin y una capaci-dad de reaccin o coprotagonismo, sin contar con las cuales, la labordel retor orador o poeta, se diluye en la ineficacia>,8. Gallegos, desde latarea docente de sus escritos, est pendiente de la enseanza a sus lec-tores, centrados para l fundamentalmente en el pueblo venezolano9,intenta desde el comienzo atraparlos en la magia de las palabras, inte-resarles desde un principio a travs de una situacin atractiva, y paraconseguirlo se vale de la metfora, el dilogo interrupto, el monlogo ola descripcin de un paisaje misterioso y extico sin olvidar, por su-puesto, el atractivo de un personaje tan solo pergeado en alguno desus rasgos, pero que an no acta. Son todas ellas tareas de captacinde su auditorio, de interesarle en aquello que a l mismo le interesa ypaulatinamente irle atrayendo hacia sentimientos de odio, compasin oternura, a fin de lograr una rectificacin en la conducta, productorapara l de los mates de la patria.

    Sus obras son obras de tesis porque lo que pretende bsicamente esgenerar algo en el lector, porque su inters por lo novelstico, es un in-ters social, un acercamiento al pueblo a tavs de la ficcin; en su co-leccin de ensayos sealar que compuso Doa Brbara ~

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    ma de cambio. Hay en Rmulo Gallegos cierto rechazo de las turbas co-mo smbolo de la incultura. As lo podemos comprobar en su primeranovela, cuando seala que era

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    matar a Nicols del Casal, a si misma (..) Se qued contemplando, largo rato, a la hija fe-liz, y aquella ansa de formas nuevas que tanto la haba atormentadotom cuerpo en una emocin natural, desconocida para su corazn. IIEs tuyo, que te haga feliz L

    Precisamente, para Aristteles, a travs de la piedad y el miedo serealizaba la purgacin siendo piedad y miedo, especialmente la prime-ra, emociones ticamente positivas para la moral t~ Gallegos se funda-menta, si, como hemos visto en la piedad, pero esta piedad habitual-mente tiene su origen en un temor: Hilario temer que el novio de suhija le robe su predominio, Doa Brbara como ser ms complejo temea un futuro sin salvacin. Ambos buscan amor porque saben que a tra-vs de l se liberan, y en esta liberacin pueden resultar beneficiosos,pero para ello tendrn que entregar su propia condicin, su propioegosmo (aquello en lo que fracasa Reinaldo Solar). El origen est en eltemor, ste produce en los personajes brbaros el afn de lucha, y staslo se abandona a travs de la piedad. Tenemos, pues> desarrollado enel escritor venezolano el presupuesto clsico. Tambin Marcos Vargasante el desastre y el temor a la desesperacin, tiene su momento de li-bertad en un acto de ternura, en la aceptacin de Aymar, la india quele dar un hijo, renunciando a la lucha (smbolo continuo para Gallegosde la barbarie y el fracaso de la Patria): sinti una compasin genero-sa, mezclada con tristeza de si mismo y llam a la mujer colmada de suamor ante el porvenir sin esperanzas: 1/ Ven ac, guaricha 7 Le echel brazo al cuello y la atrajo en silencio hacia su pecho, con ganas dellorar, como si con ella se hubiese quedado solo por algo definitivamen-te perdido o que nunca lleg~.

    Lo que busca Rmulo Gallegos es el efecto que tales hechos de re-nuncia producen en el lector> e efecto del fracaso, como beneficiosopara sus fines. Desde su primera novela, presenta Gallegos un epilogo

    ~ La Trepadora, Obras Completas. 1. p. 487-488.6 Id., p. 488.

    7 Doa Brbara, Obras Completas, t, p. 795.~t G~scis BERRo: lot roduccion a la potica clasicista, op. ci!., p. 96.~ Canaima, Obras Completas. 11, p.332.

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    en el cual se plasma (slo en Doa Brbara se sita inmediatamente an-terior al final) el triunfo de la sensatez en los personajes civilizadores,actores que logran transformar el ambiente malfico que les rodea>gracias al equilibrio (Menndez y Alcor en Reinaldo Solar, Marisela yLuzardo en Doa Brbara, Adelaida complementada por Nicols en elaspecto tcnico en La Trepadora, Jos Luis en Can/aclaro, brea enCanaima, etc.). Generalmente, los personajes negativos se planteanen la novela segn una idea preconcebida, son vctimas y a la vez pro-ducto de ese mbito que les acapara, reaccionan> lgicamente, segn suconcepto de barbarie, y, curiosamente> slo al final> en el rasgo de pie-dad actan de modo contrario a sus costumbres. Por tanto, el escritorse vale de la contraposicin de los contrarios para producir la reaccinsalvadora en sus lectores.

    En seguimiento de estas ideas, Gallegos se atiene a los rasgos clsi-cos> los hombres imitados segn unas normativas ms o menos fijasque describen sus costumbres. Esta invariabilidad se produce curiosa-mente con aquellos personajes secundarios que simbolizan funcionesnegativas, representantes del mal: Mr. Danger, Balbino Paiba, o Mel-quiades en Doa Brbara, y lo mismo ocurre con Cholo Parima, Apolo-nio Alcaravn o Candelario Algarrobo en Canaima. De hecho, son seresa las rdenes de otro, pero su maldad es innata, natural, insalvable,proviene del medio y de las circunstancias, de una lucha por la supervi-vencia en las mejores condiciones posibles, y por tanto, en seguimientode la ley del ms fuerte. Sin embargo, los protagonistas brbarosevolucionan de alguna manera Doa Brbara, Hilario Guanipa. S-lo quedan inmviles los dbiles, los incapaces de constancia, los que ca-recen, incluso, de un primer momento de bondad, aquellos cazados porla mediocridad y el egosmo.

    El juego de las dualidades es otro de los elementos favoritos en latemtica de Gallegos, pero no slo la tan reiterada dualidadcivilizacin/barbarie que se opone de la misma manera a la dualidadciudad/campo sino, lo que es ms importante, la dualidad la atribuyeel escritor venezolano a todos los aspectos, incluido el mbito en el qu~aparecen sumergidos los personajes: el Llano es en su selvatiquez ele-mento forjador de barbarie, pero es al mismo tiempo fuente de riqueza,producto del que se puede sacar provecho para el hombre (por tantombito que propicia la civilizacin); por ello merece la pena la lucha,como piensa Santos Luzardo: meterse en el hato a luchar contra losenemigos (...) a luchar contra la naturaleza, contra la insalubridad queestaba aniquilando la raza llanera, contra la insolacin y la sequa20.Pero el Llano es tambin hermoso, origen de la serenidad: los rumoresde la llanura arrullndole el sueo, como en los claros das de la infan-

    20 Doa Brbara. Obras Completas, 1, p. 510.4

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    cia (..) y aquel silencio hondo, de soledades infinitas, de llano dormidobajo la luna, que era tambin cosa que se oa ms all de todos aque-llos rumores21. Por tanto, la dualidad se encuentra dentro de la propianaturaleza, como parte connatural a ella (Cajua y Canaima, ya seala-das en la novela que Gallegos dedica a la selva, por varios crticos). Sial campo se le opone la ciudad, tampoco en sta se halla una solucin,porque en ella se encuentra agazapado el poder central, porque all lafalsedad y la hipocresa alcanzan cotas ms elevadas, porque no tienenla disculpa de la barbarie, y, en general, procede de ella la revolucin(directa o indirectamente). De hecho en La Trepadora, la ciudad ser unpeligio real para Victoria> al igual que ocurrir en Pobre Negro, perotambin contiene una consideracin positiva en cuanto que all se origi-na el elemento civilizador. Gallegos nos muestra cmo es la ciudad unpueblo grande (..) con mil puertas espirituales abiertas al asalto de loshombres de presa, algo muy distante todava de la ciudad ideal, compli-cada y perfecta como un cerebro, adonde toda excitacin va a conver-tirse en idea, y de donde toda reaccin que parte lleva el sello de la efi-cacia consciente, y como este ideal slo pareca realizado en la vieja ycivilizada Europa, acarici el propsito de expatriarse definitiva-

    22mente -En conexin con los personajes la dualidad que interesa analizar,

    remite de nuevo a la katrsis de la tragedia griega, donde sta apareceunida al tpico de la finalidad del arte (docere-delectare). El malvadono ser digno de compasin> pero s aqul que sufra por algo hecho sinmalicia> por imprudencia, ignorancia o error humano. A partir de stemomento tena que entrar en juego la dualidad, en cuanto que la trage-dia se planteaba al considerar que siendo la esencia trgica funda-mentalmente agonstica entre un protagonista y un antagonista, resultaobvio que el triunfo de uno tena que suponer el cambio de suerte in-verso en otro. Esto era forzoso que se cumpliera, an en la fbula mssimple, si es que haba de ser fbula trgica23. Este antagonismo secumple porfiadamente en todas las obras de Gallegos, cada civiliza-dor tiene su brbaro, y en esta dualidad se favorece el contraste,origen de conmociones que buscan producirse no slo dentro del mar-gen de la novela, sino entre los lectores. Reinaldo Solar aparece magn-ficamente dotado, pero siempre es vctima de pasiones que no ha sabi-do nunca encauzar. Este personaje tendr su reverso en otro, quizs notan dotado (como Menndez o Alcor) pero que logra su propsito, y noslo sto, sino que en su actuacin resulta ser el complemento del otrodentro de la estructura de la novela..

    21 Id., p. 540.22 Id., p. 509.23 GARcA BERRo: Introduccin a la potica clasicista... Op. cit., p. 315.

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    Quizs uno de los casos ms interesantes nos lo presente Gallegosen Pobre Negro, donde Pedro Miguel y Cecilio el joven se complemen-tan: el mantuano, enfermizo, estudioso, hombre de pensamiento bsica-mente, sereno, reposado y paternal hacia Pedro Miguel, ste, por elcontrario personaje cuidado, fuerte, conducido y guiado por otros>hombre de accin que en algn aspecto de su idealismo e inadaptacinrecuerda a Reinaldo Solar (si bien, en este caso, su modo de ser se jus-tifica). Pero, lo ms curioso es que estos personajes entre s se admirano se atraen, si bien la permanencia de uno supone la desaparicin delotro (Cecilio el joven muere leproso, y este hecho es el que ofrece unasolucin y un camino a Pedro Miguel). Esta atraccin mutua, incluso seperfila ya en Reinaldo Solar Reinaldo apreci en Alcor aquellos valo-res no comunes de que Menndez le hablara. Por su parte, Alcor experi-ment una inesperada transicin de nimo: depuesto el recelo (..) loacogi como al amigo esperado que ya se sabe quin es y qu trae24,pero tambin adems, se complementan porque Alcor peda siemprehechos> mientras que Reinaldo, considerndolos como hechos, andabasiempre entre sueos25. An ms, entre ambos personajes el protago-nista y su reverso> se reparten el cierre a manera de eplogo de lanovela.

    El nico caso en el que Gallegos presenta e complemento entrehombre y mujer, se encuentra en su segunda novela. Hilario Guanipa,decidido, producto de la barbarie, caudillo (en cuanto que tiene el po-der de que le obedezcan), smbolo de la fuerza, tiene su complemento ydivisin en su mujer: Adelaida, hecha para la sumisin, la delicadeza yla educacin, y que, sin embargo, sufrir una transformacin en defen-sa de la hija: Ya no era la Adelaida lnguida, la esposa ofendida y trai-cionada que haba renunciado a sus derechos, sino otra mujer nueva,animosa y resuelta: la madre que haba sido amenazada en la hija pro-pia y ahora quera salvar la ajena26. An as, pese a este cambio, Ade-laida seguir siendo la pasividad de la inteligencia en contraposicin ala energa continuamente activa de Hilario (y ste a su vez, opuesto aJaimito del Casal, ablico, mimado e indiferente, porque, bsicamente,no ama la tierra). -

    Por su parte, Doa Brbara se complementa segn Glen L. Kolbcon Juan Pdmito, si bien en el nivel ideolgico tiene su oponente enSantos Luzardo: Juan Primito sirve de espejo a Doa Brbara (..) secombinan para formar algo a la manera de Don Quijote y Sancho Pan-za, un complejo psicolgico de elementos dispares y complementarios,el cual funciona y se evidencia slo en la asociacin entre los dos2~.

    24 Reinaldo Solar: Obras Completas. 1, p. 90.25 Id.. p. 93.26 La Trepadora, Obra, Completas, p. 398.27 GZcn L. KoLII: As~ eclos estructurales le Doa Bdrba,a. Revi st a 1 l,eroa lcr ca oa, y.

    XXVII, enero-junio 1962, oS 53 p ~35

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    Pero es tambin Marsela quien complementa a La Daera, por surasgo de piedad, por su conversin en mujer de hogar, por lo femeninoque hay en ella, y por su juventud; y, precisamente, cuando Doa Br-bara se le asimila, es decir, cuando aparece en ella el primer rasgo deternura> Doa Brbara desaparece. Lo mismo ocurre en Canaima entreMarcos Vargas y Urea. Podramos decir que en la casi totalidad de lanairativa galleguiana, siempre se plantea la dualidad, con victoria porparte de la praxis moderna, puesta en contraposicin de la barbarie.Ambas se precisan y completan. Sin uno de estos dos elementos (prota-gonista-antagonista) carecera de significado, se perdera la finalidadde la novelstica de Gallegos.

    Pero, adems> esta dualidad se manifiesta dentro del mismo perso-naje, cuando ste trata de conocerse para poder asumirse (como formade supervivencia tras la aceptacin), tema que plantear el escritor ve-nezolano desde el principio de su novelstica: Reinaldo Solar es al finalnicamente un hombre que se contempla a s mismo en el borde de sufracaso: me encuentro en la encrucijada, en la perenne encrucijada dela incertidumbre de m mismo! Esto es horrible, atroz! Buscarse a smismo por todos los caminos y no encontrarse! Ser una sombra que nose sabe quin la proyecta!, una voz que no se sabe quin lapronuncia! 28 Por su parte, la dualidad en Reinaldo se manifiesta en unaoposicin entre accin e ideal, porque el ideal est excesivamente lejanoy le falta la constancia para cumplirlo.

    Lo mismo ocurre con Adelaida, surge un personaje nuevo, dual:era ella misma (.4 haba bastado que se decidiera a decir: esto quiero,y una vez dicho vio que era la cosa ms fcil y sencilla del mundo; lavoluntad redimida, aquella del carcter formado por la obediencia cicga, para la sumisin absoluta, que ahora se decida a ejercer su incon-trastable dominio espiritual sobre el hombre de presas29.

    Pci-o qdizs la dualidad ms interesante sea la de Doa Brbara(que ni se conoce ni pretende conocerse), en cuanto que el mismo autorllena la explicacin del sentimiento dual, de metaforizaciones: Tal co-mo dos masas que chocan en el encontronazo y caen luego desmorona-das, confundiendo sus fragmentos, as sucedi en el corazn de doaBrbara> cuando en los labios de la hija estall e! ebiteto infamante,que nadie fuera osado a pronunciar en su presencia. El hbito del nialy el ansia del bien, lo que ella era y lo que anhelaba ser para que pudie-se amarla Santos Luzardo, chocaron, se encresparon y se confundieron>deshechos> en una masa informe de sentimientos elementales 90 Des-cripcin que nos hace pensar en el tema de las mscatas como nanfes-tacin de la dualidad dentro de un mismo personaje.

    28 Rc rial do Solar, Obras Con pie tas, 1, p. 221,29 ta Trepadora. Obras Cwnplctas, p. 400.3 Doa Brbara. Obras Comp/cas. t, p. 707.

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    Lo dual rompe, por supuesto, el equilibrio animico de quien lo pade-ce, y, por tanto, slo en la unicidad podr encontrarse a s mismo. Si nologra esta unidad, muere, si la logra> desaparece, se elimina su sentidode conflicto. Por el contrario, cuando tal dualidad se atribuye a dospersonajes dispares (caso anterior que ya he analizado) juega en la es-tructura de la novela el papel de equilibrio, de bsqueda de lo armni-co clasicista en la resolucin y asuncin de los contrarios, con e] fin delograr la unidad.

    La bsqueda del equilibrio supone, adems, la negacin de la luchacomo elemento desestabilizador, puesto que la guerra es al mismotiempo contradiccin histrica, regresin en el camino del progreso.Gallegos es un educador positivista. Por ello procurar destruir la anti-nomia entre civilizacin y barbarie, a Marcos Vargas le hace buscarun alma nueva, nacida de la inmersin en lo telrico primordial, fra-guada en las pruebas de la selvas~. Quiere romper con la razn a finde lograr la liberacin interior del hombre y su posible reintegracinen una nueva realidad (unicidad, por tanto), en este propsito ve JuanLiscano unas clara influencia de las teoras de Kierkegaard, Kafka, No-valis, etc. Lo que se trata de implantar es la idea de un hombre nuevopara una nueva tierra, a travs de una clara orientacin en las distintasfuerzas sociales.

    En la bsqueda del equilibrio, casi siempre se realiza la unidad;Marcos Vargas unifica en su propio hijo la problemtica de su procesodescivilizador, Santos Luzardo y Marisela se resuelven en complementode lo intelectual y lo salvaje domesticado, Pedro Miguel y Luisiana uni-fican el capitalismo y la adaptacin a nuevas formas, etc. Los ejemplosson continuos.

    En Canairna es Urea quien realiza la sntesis al exponer su pensa-miento sobre el hijo de Marcos Vargas: lo mira a los ojos y ve brillarla inteligencia, le oprime luego los msculos de los brazos y siente lafortaleza, se le queda contemplando> porque ya lo reconoce, y descubrela bondad. Es un mestizo, bien templado ci rasgo indios ~ En DoaBrbara aparece a travs de la opinin del civilizador, en cuanto queresume su propia actitud y la de Marisela: Era la luz que l mismo ha-ba encendido en el alma de Marisela, la claridad de la intuicin en lainteligencia desbastada por l, la centella de la bondad iluminando eljuicio (..) su obra, inconclusa y abandonada en un monumento de des-pecho que le devolva el bien recibido, restituyndole a a estimaclonde s mismo (...) la tranquilizadora persuasin de aquellas palabas ha-ban brotado de la confianza que ella tena en l y esta confianza era al-go suyo, lo mejor de si mismo, puesto en otro corazon. II Acept el don

    Juan LscANo. Op. cit., p. 143.32 Canaima. Obras Completas, II. p. 335.

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    de paz, y dio en cambio una palabra de amor33. En Pobre Negro, esLuisiana quien lleva a cabo la sntesis34. Pero en todos estos casos, laidea de la unidad, ya sea a travs de uno o de dos personajes, se mani-fiesta a travs de los civilizadores.

    Por otra parte, los personajes de Gallegos son arquetipos que seatienen a normas preestablecidas, dado que actan en funcin de sm-bolos: Reinaldo Solar es el fracaso. Adelaidad (La Trepadora), es laconstancia> Hilario Guanipa y Doa Brbara lo salvaje, el Llano incul-to, Marisela es el futuro (al igual que Marcos Vargas hijo), Santos Lu-zardo es el civilizador (con Urea, Cecilio el Viejo, etc), Cantaclaro esla copla y el mito, como dir D. Bohrquez: Florentino que haba asu-mido la vida como poiesis, se haba degradado en y por el mito terminafundindose a la naturaleza~~, es tambin la patria en armas. Por suparte es Canaima una divinidad maligna que vive en la selva

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    viduos picos es producto de la violencia que soportan (.) Cantaclaroes un mito y el mito es una irrealidad ~ La novela se convierte en sm-bolo poltico y en esta dimensin se desarrolla el sentido pico. Peroadems a todo ello acompaa el sentido tradicional de la copla, comoproducto de origen medieval.

    Por otra parte, la pica deba llegar a un clmax que originase movi-mientos katrquicos, stos serian quienes condujeran a un desenlace yprovocaran al mismo tiempo la admiracin en el auditorio. En sus nove-las, Rmulo Gallegos presenta a los protagonistas en una situacin decambio (por ejemplo a Santos Luzardo), y les conduce hasta una situacinconflictiva (la adopcin de frmulas brbaras por parte del civilizador).Pero es tambin este desequilibrio el que produce a su vez, dentro de la es-tructura de la novela, el conflicto del antagonista> por utilizar el tr-mino clsico la resolucin de Luzardo al llevarse de nuevo ~ Marisela,provoca el clmax de Doa Brbara> ya] mismo tiempo resuelve Ja situa-cin dramtica. Esta tensin, se repite en las otras novelas de Gallegos, sibien en algn caso (como La Trepadora) se retrasa al intercalar otro ele-mento narrativo (la estancia de Victoria en Caracas), pero, en cualquiercaso, el clmax se sigue repitiendo en el resto de sus novelas. Despus delconflicto tan slo tendr lugar el eplogo. En general, el hilo conductorde tensiones se lleva y orienta a travs de los protagonistas. Si, comoen el caso de la novela del Llano, los protagonistas, de hecho, son dosDoa Brbara y Luzardo el cmulo de tensiones que podemos en-contrar es doble; es decir, se producen dos situaciones de conflicto, re-sueltas en tiempos distintos.

    Este conflicto se plantea incluso a nivel de smbolos- el punto decontacto entre la rbita de los dos protagonistas coincide geogrfica-mente con el lindero entre El miedo> y Altamira. En esa lnea diviso-ria est situado el palmar de la Chusmita, motivo de pleitos y asesina-tos entre Luzardos y Barqueros, escena del primer encuentro de Santosy Marisela, y del castigo y muerte de Lorenzo. Y all mismo tambin selibra e] conflicto entre Santos y Doa Brbara, o sea entre civilizaciny barbarie, la razn contra la pasin y el bien contra el mal 4>~ De nue-yo la dualidad, la naturaleza en funcin activa dentro de la creacin no-velstica (como ahora veremos) y la plasmacin de tensiones a travs des]mbolos tomados incluso de los patronmicos.

    Gallegos posee el sentido del arte conio imitacin de la naturaleza(en su concepto ms clsico), mantiene el equilibrio y la proporcin delas partes, pero lo que ns nos inte-esa es destacar el papel preponde-rante que el escritor otorga a la naturaleza, ella se plantea como mode-lo, en su contemplacin se forma e ser humano y al mismo tiempo

    ~> U BonoRoscz: Op cii., pp 1011024

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    cumple su funcin como elemento descivilizador y tambin como com-paera, smbolo y norma. La presencia avasalladora de lo natural seofrece sobre todo en Canaima: Un da, recin llegado, estando all fuela lluvia de falenas. Millares, millares de gusanos que pronto comenza-ron a caer (..) y treinta das despus estando all no otra vez, sino toda-va, pues era como si el tiempo no hubiese corrido, fue la eclosin delas crislidas, el repentino florecimiento del aire (...) donde de prontoaparecieron revoloteando millares de mariposas... Marcos Vargas se in-corpor bruscamente con el sobresalto de las maravillas Y.) y se cerrel crculo de la vida en el vuelo nupcial de los insectos recin salidosdel letargo creador, se unieron all mismo los dos extremos del mismotorbellino: la fecundacin y la muertes41. Esta naturaleza es una acti-tud de los personajes, e incluso del propio autor, empequeecido lrica-mente ante la fuerza de lo natural que llega a cobrar caracteres de per-sonificacin. Pero tambin en la cita podemos comprobar de nuevo eltema continuo de Gallegos, la dualidad, la necesidad de asuncin decontrarios (los dos extremos del mismo torbellino), que, de hecho serealiza en un ser nuevo, futuro desconocido creado por Gallegos.

    La naturaleza casi se diviniza, se le atribuyen inconscientemente,quizs, caracteres de perdurabilidad que hacen en su infinitud no s-lo desigual, sino imposible a veces (caso de Canaima) la lucha. Esta na-turaleza afn a una divinidad clsica acta a travs de leyes inmuta-bles. Por ello, para el autor es al mismo tiempo respetada y desconoci-da, turbulenta y misteriosa incluso para los propios civilizadores que,en un momento de debilidad acatan sus premisas. As lo manifestarLuzardo, cuando decide levantar la cerca sin contar con los documen-tos que sabe falsificados: Al atropello, con el atropello. Esa es la leyde esta tierra42. La maldad, para Gallegos, est tanto en una tradicinfuera de la ley civil, como en la dureza de la vida por la fuerza de la na-turaleza. De todo ello procede todo un cmulo de mitos y personifica-ciones que van dando variantes lricas al relato~~. De hecho la tesis deGallegos se fundamenta en la consideracin de que la naturaleza fieraengendra la barbarie que debe ser vencida por la civilizacins~~.

    Quizs sea Canaima la obra en donde Gallegos expresar de formams definitiva su concepto de naturaleza, el mismo ttulo, como ya seha sealado, nombra a la divinidad maligna que habita la selva, la natu-raleza brbara actuando y destruyendo el espritu del hombre civiliza-do la trama de la novela contempla como eje el proceso que sigue la

    4l Canaima Obras Completas, II, p. 214.42 Doa Brbara Obras Completas. 1. p 74443 Hoy come cl tremedal Doa Brbara Obras Completas, p.44 Revista de Literatura Hispanoamericana Junio 1973, n.0 5, p. 42

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    personalidad de Marcos Vargas arrastrada por una fuerza superior,que es la barbarie,,~5.

    Por su parte, la copla es tambin un adorno tradicional que remite alo clsico: juglares de la edad media, que se repiten en Cantaclaro, afi-nes en cuanto a la forma de andar recitando y cantando sus versos departe en parte46. Coincidiendo con el origen de la lrica son cantos delpueblo que tienen su raz en lo histrico, adoptado por el escritorculto~~. Son hechos de historia por su carcter pico, cargados de sti-ra humorstica, o la narracin en verso de una aventura vivida por per-sonajes clebres de la poca48.

    El destino de los personajes es otro elemento tan decisivo como lanaturaleza, nadie puede zafarse de l. Son seres fatalistas, fundamen-talmente aquellos que representan la barbarie, puesto que el fatumacta como norma desconocida, impenetrable, rodeada del misterio.Pero tambin, curiosamente, se apoderar de uno de los civilizadorescomo Cecilio el joven y fue entonces cuando adquir la conviccin des-consoladora de que la vida es, por encima de todo, fatalidad~.

    Por ltimo, hay que sealar la preferencia de Rmulo Gallegos porla sentencia. En la Antigedad, Horacio abogaba ya por un predominiode la res (doctrina) sobre el verba (palabra). Gallegos se sirve de ambos,pero apunta claramente desde el principio hacia lo docente. La senten-cia se manifiesta en el escritor venezolano como plasmacin del ele-mento racional que acta de hilo conductor en la evolucin social. ParaAristteles, la 8tavoLa era el entramado intelectual de la obra, fondo so-lo aislable desde el punto de vista meramente terico de su realizacinidiomtica XI~Lq y del argumento o esquema de acontecimientos que co-rresponde a la materia temtica in~Ooc~9. Esta &~vota se actualiza a tra-vs de los personajes centrales que adoptan estos pensamientos, y enlos cuales se centra bsicamente el nfasis dramtico (estos se rodeande discursos instracendentes que les sirven de apoyo). En la novelsticade Gallegos encontramos todo tipo de manifestacin de pensamiento, atravs de monlogos interiores, introspecciones con diversas variantes;en un caso el actor desecha la idea, en-otros

    0 se ve cortado por-una-in-tervencin intempestiva, y en los ms se amplia, bien a travs de unejemplo prctico (dada la importancia que el autor concede a la praxis),

    45 Id, p. 50.46 Addis LEN GuEvARA: La copla en Rmulo Gallegos. Mrida. Facultad de Humanida

    des y Educacin de la Universidad dc los Andes,, 1966 p i747

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    esto es, la accin, bien a travs de una explicacin, bien a travs de di-versos smiles que forman la estructura de la novela.

    La sentencia, por otra parte, se amolda al concepto novelstico deGallegos, claramente tpico, de frase escueta, que sugiere y profundiza,creando en torno a si un complejo haz de posibilidades innumerables. Ytodo ello, porque al escritor le interesa producir en el nimo de sus lec-tores el impulso hacia la reforma social.

    Respecto al problema planteado reiteradamente en el Renacimientoentre ingenium-ars, Rmulo Gallegos ofrece, curiosamente, una inter-pretacin que elimina hasta cierto punto la imitatio: un argumento de-be alcanzar su forma final casi subconscientemente, espontneamente,a medida que se va escribiendo. Y cuando un capitulo est ya redacta-do ha de ser publicado como qued, porque a Don RmuId no le gustaenmendar~.

    Una vez analizadas las manifestaciones clsicas del autor venezola-no> debo aclarar que no por ello deja de ser un escritor de filiacin rea-lista, amoldado a los novelistas rusos (Dostoievski plantea, as mismoel juego de las dualidades) o a la llamada generacin del 98, pero, sinlugar a dudas, tiene presente la teora clsica en el desarrollo de las pa-siones que forman la estructura de la novela.

    Rocio OVIEDO Y PREZ DE TUDELAUniversidad Complutense. Madrid.

    (Espaa)

    Si Jobn ENGLEKRK: Doa Brbara. Leyenda del Llano. Revista Nacional de Cultura.Noviembre-diciembre 1962, n. 155, p. 60.