el centro radical

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EL CENTRO RADICAL "Centralidad", he ahí una palabra de moda. Que casa bien con "estabilidad", y que a la psicología de las masas sugiere, vía sugestión, paraísos artificiales, es decir, falsos. Vestirse de centro es disfrazarse con una palabra que abre puertas y rompe corazones. Y lo que mola y da prestigio, brillo y esplendor, es correr hacia ese punto geométrico de la política como atraídos por un imán. El magnetismo potente de los votos. Sean para lo que sean los votos. Y ese negocio precisa vestir de Armani y disfrazarse de centro. Es así. Olvidamos quizás que ese punto geopolítico tan aparente ha sido el semillero de la corrupción bipartidista que hoy nos sepulta, el triángulo de las Bermudas donde han desaparecido nuestros derechos fundamentales. Esfumados de la noche a la mañana, y sin que la caja negra del aparato constitucional se enterara del desastre, porque también la caja ha desaparecido en la noche oscura que pactaron Zapatero y Rajoy, muy centrados en su oficio, muy atentos a las órdenes superiores del dinero. Y es que nada hay más "radical" que el epicentro de la corrupción y cogollo de la plutocracia, capaz de acabar con un país en un par de bienios, y cuyo seísmo y réplicas nos han asegurado varias décadas de penitencia estable. ¿Dónde desaparecieron los derechos laborales, las pensiones, el derecho a la sanidad y la educación, la función natural y esperada de los sindicatos? En el centro. El centro es el sitio al que muchos corren para esconderse, para lograr un disfraz acorde con las circunstancias, un

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EL CENTRO RADICAL

EL CENTRO RADICAL

"Centralidad", he ah una palabra de moda.

Que casa bien con "estabilidad", y que a la psicologa de las masas sugiere, va sugestin, parasos artificiales, es decir, falsos.

Vestirse de centro es disfrazarse con una palabra que abre puertas y rompe corazones.Y lo que mola y da prestigio, brillo y esplendor, es correr hacia ese punto geomtrico de la poltica como atrados por un imn.El magnetismo potente de los votos. Sean para lo que sean los votos. Y ese negocio precisa vestir de Armani y disfrazarse de centro. Es as.

Olvidamos quizs que ese punto geopoltico tan aparente ha sido el semillero de la corrupcin bipartidista que hoy nos sepulta, el tringulo de las Bermudas donde han desaparecido nuestros derechos fundamentales.Esfumados de la noche a la maana, y sin que la caja negra del aparato constitucional se enterara del desastre, porque tambin la caja ha desaparecido en la noche oscura que pactaron Zapatero y Rajoy, muy centrados en su oficio, muy atentos a las rdenes superiores del dinero.

Y es que nada hay ms "radical" que el epicentro de la corrupcin y cogollo de la plutocracia, capaz de acabar con un pas en un par de bienios, y cuyo sesmo y rplicas nos han asegurado varias dcadas de penitencia estable.

Dnde desaparecieron los derechos laborales, las pensiones, el derecho a la sanidad y la educacin, la funcin natural y esperada de los sindicatos?En el centro.

El centro es el sitio al que muchos corren para esconderse, para lograr un disfraz acorde con las circunstancias, un antifaz ideolgico de sus acciones extremistas. No encontraris all la armona de los contrarios, ni la moderacin, ni la sntesis de Oriente con Occidente, ni el compromiso entre intereses, aunque quizs si la "ideologa nica" que no admite rplica, el nicho ecolgico del bipartidismo monocorde, cuando no a la derecha radical parasitando el nido como un cuco.

Los que no creen en lo pblico, los que no creen en la sociedad, los que no creen en la cooperacin, la solidaridad y la justicia, los que no creen en el Estado y en el bienestar (como no sea el suyo propio), los que slo creen en la selva de la plutocracia, antes (hace muy poco) eran radicales facciosos. Hoy son de "centro".

Hoy, que la geometra clsica ha sido superada por la no euclidiana, que no existe izquierda y derecha, que el mundo esta encogido y colapsado en un punto, en una singularidad sin pluralismo ni alternancia posible, el caos, la desigualdad, el exilio, la explotacin y la pobreza que nos rodean son sntomas, quizs, del Big Bang que esa singularidad oculta y alberga.

En este panorama de conformismo centrista (que no lo es), incoloro, inodoro, pero letal, la pelea de los griegos luchando por sus derechos, por sus pensiones, el sesenta por ciento de las cuales son ya de miseria incompatible con la vida (el FMI quiere reducirlas ms), constituye un gesto heroico, homrico, que sostiene y defiende la bandera de la justicia y de la dignidad humana, y que enfrenta con valor a ese centro radical, la moderacin clsica.

En el medio est la virtud, decan los griegos que parieron nuestra civilizacin, pero este centro del FMI, de los bancos y banqueros golfos, de la troika y de los sindicatos silenciados y ausentes, es una impostura, no una virtud.Esos griegos, en su pobreza actual siguen haciendo historia intemporal. Nosotros, dciles, sin fibra moral, acabaremos como la reserva esclavista de Occidente, como el Magaluf de la juerga internacional, donde los ciudadanos tienen que hacer balconing para intentar llegar vivos a fin de mes.