el castigo en los niños
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Los castigos de los padres, mediante violencia física o verbal,
son para el niño un modelo de conducta agresiva. Si el niño vive rodeado de este modelo, estará
adquiriendo el hábito de responder agresivamente a las situaciones
conflictivas.
El castigo se refiere a sanciones que los padres dan a sus hijos o hijas para eliminar o aminorar una
conducta que no corresponde.
El castigo debe ser utilizado de una manera racional para mejorar la conducta del niño y no debe depender
de nuestro estado de ánimo
Técnicas que se pueden Técnicas que se nunca usar constantemente: se deberían usar:
-Avisos. - Compararle con otros - Hacer una pausa. niños. - Repetir las cosas de una - Humillarle.forma correcta. - Dejar sin cenar o usar-Quitarle los juguetes. la comida como -Cancelar actividades recompensa.- Prohibir la televisión o - Retirar el cariño.video juegos.
Por lo general los padres utilizan el castigo sin importar la situación en que sus hijos realizan una conducta
indebida. Esto se refiere a que los padres no discriminan, si en la acción indebida realizada por sus hijos, se pueden
utilizar técnicas alternativas al castigo que pueden modificar esta conducta, solo aplican sanción.
Se puede utilizar el castigo en situaciones como:
1. Cuándo el niño tiene una conducta que pone en peligro su integridad física o la de otros.
2. Cuándo el refuerzo que consigue con la conducta indeseable, es más potente
3. Cuándo no existe conducta alternativa deseable que enseñar.
El castigo como método educativo para corregir la conducta de los niños tiene mala reputación porque no se suele utilizar correctamente. Según la forma en que sea aplicado puede tener efectos negativos en la conducta y desarrollo del niño, o por el contrario, puede contribuir a un aprendizaje de lo que es correcto, y al bienestar y equilibrio emocional del niño o niña y, por añadidura, de los padres.
El papel de los adultos es crear una serie de reglas que ayuden a los niños y niñas a conseguir el
comportamiento apropiado.
Hablar de reglas y de límites, incluso imponerlos, no parece complicado. Lo difícil es conseguir que
los niños cumplan esas reglas y respeten los límites.
Se debe considerar como aplicar y cuando utilizar los castigos para que tengan el resultado esperado por los padres, sin provocar algún tipo de repercusiones negativas en el niño o niña.
Los niños y niñas definitivamente necesitan pautas. Hay que recordar que tan malo como castigar de manera negativa o agresiva, es no poner límites de
conducta.
El castigo pude ser empleado como método educativo, lo que trae consigo grandes beneficios en cuanto al bienestar tanto de los padres como en el de los niños y niñas.
“No basta amar a los niños, es preciso que ellos se den cuenta que
son amados”