el castellar de priego, estudio general

104

Upload: rafael-pimentel-luque

Post on 23-Mar-2016

255 views

Category:

Documents


17 download

DESCRIPTION

Breve obra que relata múltiples aspectos entorno a la aldea del Castellar en Priego de Córdoba. Destaca el apartado histórico y etnográfico.

TRANSCRIPT

Page 1: El Castellar de Priego, estudio general
Page 2: El Castellar de Priego, estudio general
Page 3: El Castellar de Priego, estudio general

EL CASTELLAR DE PRIEGO,

ESTUDIO GENERAL

Rafael Pimentel Luque

Page 4: El Castellar de Priego, estudio general

CRÉDITOS

Edita:

I.S.B.N.: xx-xxx-xxxxx-xxxx

Imprime:

Depósito Legal: CO-xxx-xx

Page 5: El Castellar de Priego, estudio general

5

PRESENTACIóN

Si tuviésemos que delimitar o definir la aldea de El Castellar desde el punto de vista físico, de la geografía humana o incluso de la historia, la referencia imprescindible, en mi opinión, no sería Priego, sino la Sierra de Albayate.

Albayate es una inmensa extensión de terreno (más de 5.000 hectáreas) cuya orografía contrasta fuertemente con la vecina Sierra Horconera, que es un territorio salvaje, indomeñable, pues sus desni-veles son tan fuertes que ni el poblamiento ni la agricultura resultan posibles más que en periodos de absoluta emergencia.

Albayate, en cambio, es una sierra amable, de suaves pendien-tes y redondeadas cumbres. Por eso, frente a las pocas aldeas situadas en las estribaciones de la Horconera, son abundantes, aunque con po-blamiento siempre disperso, las situadas en las estribaciones de Alba-yate. Por la vertiente sur encontramos La Poyata, Las Navas, Fuente Grande y La Venta; por la vertiente norte volviendo hacia el oeste, El Castellar, El Salado y Peñas Doblas. Es una constelación demográfica cuyo centro es la cumbre: La Pelona o Cerro del Muchacho, con 1.306 metros.

Son escasísimos los estudios publicados hasta el momento so-bre Albayate; tal vez el librito derivado de las jornadas organizadas por ANASS en 1995 sea lo único disponible. Y todavía menos se ha investigado la historia y la geografía humana de cada una de las citadas aldeas.

Por eso, entre otras cosas, es tan importante este libro de Ra-fael Pimentel. Es una visión global sobre una aldea, el Castellar, cu-yos orígenes se pierden en la remota Edad Media; durante más de mil años, sus habitantes trabajaron la tierra y fueron conquistando valles y laderas a la sierra haciendo de los recursos naturales una explotación siempre respetuosa con el medio, hasta que llegó la mecanización y la fiebre del olivar.

Hoy, pese a la despoblación del mundo rural, en El Castellar permanece un buen grupo de residentes fijos que se esfuerzan por mantener viva su rica memoria, sus fiestas, su iglesia y su ermita de

Page 6: El Castellar de Priego, estudio general

6

Rafael Pimentel Luque

San Miguel, encaramada en un alto cerro de insuperables vistas. En esa memoria existen ritos que no debieron perderse y personajes verda-deramente mitológicos, como esa mujer a la que llamaban “la Chacha-Rifle” que bien podría ser el símbolo de lo que fue la vida en las estri-baciones de la Sierra Albayate, desde la noche de los tiempos.

El magnífico trabajo de Rafael Pimentel debe servir como ejemplo y estímulo para que estudiosos de otras aldeas pongan por escrito (antes de que venza el olvido) la historia y las vivencias de esos grupos humanos que, generación tras generación, hicieron su vida en el mundo rural de nuestro entorno.

Miguel Forcada SerranoCronista Oficial de Priego de Córdoba

Concejal de Cultura

Page 7: El Castellar de Priego, estudio general

7

PRóLOGO

Debo manifestar que siento especial agrado por el tema trata-do en este libro. No solo porque he vivido entre sierras y he conocido de cerca la vida de los cortijos, sino porque me parece oportuna esta reflexión sobre las pequeñas poblaciones rurales, justo cuando percibi-mos el excesivo protagonismo de las ciudades y cuando sufrimos una crisis tremenda que ha sido urdida en los entresijos de la economía glo-balizada. Lo siento por los defensores del asfalto, del urbanismo des-enfrenado y de la especulación, pero no pienso que hayamos ganado nada orillando la cultura ancestral de nuestros antepasados. Lamento que hayamos menospreciado los valores gestados en los caseríos y las aldeas, y suscribo la opinión de Miguel Delibes en el sentido de que: “El hombre, nos guste o no, tiene sus raíces en la naturaleza”.

Por todo ello, me satisface prologar el libro que el lector tiene en sus manos y les invito a conocer su contenido que, debo reconocer, me ha hecho sentir nostalgia de lo mucho que no hemos sabido con-servar. Les adelanto que además de situar a la aldea de El Castellar en su contexto geográfico, histórico y cultural, encontrarán el testimonio de una población pequeña que lucha denodadamente para preservar un legado valioso. Creo que su autor ha sido perspicaz por dedicar su trabajo a esta aldea, pues contiene un variado repertorio de atractivos naturales, humanos y culturales que resultan sorprendentes cuando co-nocemos las reducidas dimensiones del lugar y su exigua población ac-tual. También me parece que su autor ha sido valiente, porque escribir sobre una aldea tan pequeña no resulta nada fácil y le ha exigido una gran dedicación y un gran esfuerzo.

Este libro es el resultado de una investigación ardua y exhaus-tiva. Cualquiera que haya intentado seguir la pista a algún asunto del ámbito local sabrá, por experiencia propia, que los obstáculos son in-numerables: escasez de datos, ausencia de bibliografía y dificultad para acceder a las fuentes, entre otras. Hacemos notar que los escollos aún son mayores para el caso de las aldeas, pues son excepcionales los da-tos desagregados a escala intramunicipal. Por tanto, pertrechado con altas dosis de paciencia, fuerte resistencia ante la adversidad y tesón

Page 8: El Castellar de Priego, estudio general

8

descomunal, Rafael Pimentel ha removido centenares de legajos, actas y documentos buscando cualquier dato relacionado con El Castellar. Aunque ha encontrado mucha información, merecía que los frutos hu-bieran sido más pródigos y hubieran estado acompasados con su es-fuerzo, pero muchas veces, no es la cantidad sino la calidad lo que da valor a una cosecha. Y en este caso, no haremos justicia al autor del libro si ignoramos la enorme dificultad que ha tenido la labor de reco-pilación de fuentes y noticias sobre esta aldea prieguense. También de-bemos reseñar que los análisis han sido rigurosos, que se ha esmerado en su afán de objetividad, aunque no ha podido obviar un cierto apego y simpatía hacia el paisaje natural y un gran afecto y cariño hacia su digno y honroso paisanaje.

No lo puedo demorar más y he de decirlo: Rafael Pimentel no es natural de El Castellar. Por tanto, no han sido los vínculos telúricos los que han motivado a su autor. La causa es Pilar, su esposa. A ella debemos este trabajo, pues ha sido la responsable de vincular al autor con la tierra a la que ella está unida. Tampoco es geógrafo ni historia-dor, sino licenciado en Derecho y miembro del honorable cuerpo de la Guardia Civil. No son confidencias innecesarias porque considero que el lector merece que le aproxime a la personalidad del autor de este libro. Nada añado sobre su bondad y generosidad porque resulta inne-cesario hacerlo, pero sí debo indicar que tiene dos aficiones que le han ayudado en este proyecto. Rafael Pimentel siente pasión por los libros y por el senderismo, y creo que estas páginas reflejan su amor por la lectura y la naturaleza.

Aunque, al principio, la idea de estudiar la aldea de El Caste-llar respondió a factores personales, hemos de reconocer que fue una decisión acertada. Convertir una aldea de Priego en protagonista de un libro está justificado si, como es el caso, tiene detrás un pasado tan remoto, reúne un variado patrimonio cultural y presenta un poblamien-to tan típico y singular. El Castellar es una aldea representativa del modelo de ocupación que se ha hecho del territorio y de la evolución seguida por sus habitantes. En el siglo XVIII, Pedro Alcalá-Zamora, en sus Apuntes para la Historia de Priego, decía que en el término municipal había numerosas aldeas, alquerías y cortijadas, pues “todo el terreno capaz de cultivo por el arado o la azada está poblado y la-brado”. A principios del siglo XX, Niceto Alcalá-Zamora confirmaba que el poblamiento diseminado seguía siendo un rasgo distintivo del municipio, por ello decía: “Cerca de cuarenta núcleos rurales rodean una ciudad como de quince a veinte mil almas”. Hoy la situación ha variado pero Priego de Córdoba sigue sobresaliendo en su provincia por la importancia del poblamiento diseminado, conformado por un

Page 9: El Castellar de Priego, estudio general

9

destacado número de aldeas y caseríos que le confieren un carácter dis-tintivo. En la actualidad, sigue habiendo aldeas como Castil de Cam-pos, Zagrilla, Zamoranos o Esparragal que tienen más habitantes que muchos de los municipios de la provincia. Sin embargo, no siempre se reconoce, desde el punto de vista político y económico, este hecho tan peculiar y resulta paradójico que hayan sido nuestros visitantes extran-jeros, cada vez más frecuentes en el municipio, quienes hayan puesto en valor nuestras aldeas y se hayan convertido en pregoneros de sus valores y atractivos diversos.

Se diría que el autor nos aproxima a una tierra en la que pre-dominan los olivos y en la que viven hombres curtidos en el esfuerzo. También nos muestra un paisaje que resulta atractivo y que está prota-gonizado por las moles calizas de Albayate, el Tajo Reyes, el río Chi-rimeros y el barranco de los Gayumbares. Analiza con minuciosidad la evolución de sus habitantes hasta evidenciar el proceso regresivo que se ha producido. A finales del siglo XVII, la población era de 75 habitantes, a mediados del XIX alcanzaba la cifra de 350 habitantes y en el año 2008, de 137 habitantes. Sobre la economía, afirma que siempre fue dependiente del olivar, pero nunca en la proporción que lo hace ahora. Y reconoce que han mejorado algunas infraestructuras como el abastecimiento del agua, el alumbrado o el servicio telefónico, pero que los cambios no consiguen poner freno al proceso de la des-población.

Hace aportaciones novedosas, desde el punto de vista histórico. Resultan convincentes las explicaciones dadas para los topónimos Cas-tellar, Chirimeros y Almogávares, y sorprende el apartado dedicado a los vestigios y restos arqueológicos. Realmente es difícil fijar el origen histórico de esta aldea pero queda claro que hay que incluirla entre las zonas de poblamiento más antiguo. Fue un territorio disputado a hierro por musulmanes y cristianos; en el siglo XIV su nombre quedó regis-trado en el Libro de la Montería de Alfonso XI; y, desde principios del siglo XVII, abundan los documentos referidos a la población de esta aldea. Se conocen también los apellidos de los primeros colonos y es profusa la información de los siglos XIX y XX, donde destacan las noticias sobre la desamortización, los aspectos políticos, educativos y religiosos, así como los accidentes y los sucesos cotidianos.

Desde el punto de vista patrimonial, Rafael Pimentel nos des-vela que los aspectos arquitectónicos y antropológicos tienen un gran valor cultural. Nos informa de que el cerro en el que se encuentra la ermita de San Miguel es un lugar de gran interés etnográfico y que la ermita, construida a principios del siglo XVIII, es un monumento

Page 10: El Castellar de Priego, estudio general

10

de gran valor artístico. Señala también la importancia de otras edifi-caciones que deberían protegerse porque están desapareciendo, pues los cortijos más antiguos, las escuelas rurales y las cabrerizas son ya testimonios excepcionales. Algo similar ocurre con sus fiestas y cos-tumbres, ejemplos de un rico patrimonio inmaterial y, cada vez, más amenazadas y en peligro de extinción.

En definitiva, lo que Rafael Pimentel logra con este libro es poner en valor la aldea de El Castellar y demostrar que sus moradores no eligieron azarosamente aquel lugar, sino que hubo razones estra-tégicas e históricas. Y ese largo poblamiento resulta clave para com-prender sus ricas manifestaciones culturales. También creemos que el autor persigue un último objetivo: evitar el abandono de la aldea. Su vinculación con esta población le hace ser consciente de los peligros que acechan su futuro y por ello pretende impedir que los campos se queden yermos y las casas acaben derruidas. Ojalá tales hechos nunca sucedan.

Únicamente me resta indicar que estamos ante un trabajo que no solo contribuye al conocimiento de lo próximo y cercano, sus pá-ginas también nos permiten descubrir lo esencial de Priego y lo más representativo de la Subbética Cordobesa, un municipio y una comar-ca donde abundan las aldeas enclavadas en bellos paisajes y con an-cestrales reminiscencias históricas. Cualquiera de esas aldeas es un microcosmos en el que encontramos toda la complejidad del mundo y de los seres que lo habitan, por ello, no es casual que León Tolstói afirmara: “Si quieres ser universal, cuenta la historia de tu aldea”. Aunque Rafael Pimentel no ambiciona unas metas tan altas, merece al menos recibir el justo reconocimiento por escribir sobre la que ya es “su” aldea de El Castellar.

Rafael Osuna LuqueAcadémico Correspondiente de la Real Academia de Córdoba

Page 11: El Castellar de Priego, estudio general

11

INTRODUCCIóN

Cuando una persona se embarca en un trabajo de investigación sobre una pequeña aldea diseminada como El Castellar, resulta obligado citar las razones que le impulsan a ello. Quizás la primera sea que mi esposa, Pilar Cano Zamora, vivió en El Castellar durante su infancia y juventud, y todavía residen allí mis suegros: Antonio Cano González y Antonia Zamora Aguilera.

Este diseminado presenta unas peculiaridades que le hacen es-pecialmente interesante no solo entre el resto de aldeas de Priego sino a escala provincial y autonómica. En primer lugar está la existencia de la ermita de San Miguel, templo cuyo origen está perfectamente datado en 1700 pues se conserva la primitiva escritura en la que se contrató su fábrica; y su situación en una elevación (926 metros), lejana al núcleo de la aldea, no se da en ninguna otra población diseminada de la comarca. Ligada a este templo nació una hermandad de animeros conocida como “de los inocentes” o “de los tontos” que pervivió hasta los años 60 del siglo XX. Sus componentes, ataviados de singular forma con cintas de colores, recorrían toda la zona (hay testimonios de su presencia incluso en Fuente Tójar) pidiendo limosna para el mantenimiento de la ermita. Este tipo de agrupación religiosa, probable origen del topónimo Chiri-meros (músicos que tocaban las chirimías), resulta única en la comarca y tiene similitudes con otras radicadas en la provincia de Granada.

Por otra parte, durante más de dos años y medio ostenté el cargo de Secretario de la Asociación de Amigos de San Miguel del Castellar, lo cual me abrió la posibilidad de conocer en profundidad a muchas personas vinculadas a la aldea; en el curso de las conversaciones surgían recuerdos del pasado y comentarios sobre gente ya desaparecida, lo cual despertaba mi curiosidad. Así decidí iniciar un blog http://aldeadelcaste-llar.blogspot.com en el cual, desde abril de 2007, he ido colocando toda la información que ha llegado a mis manos.

También el contacto con Miguel Forcada, con el que comparto diversas aficiones, pero fundamentalmente el senderismo, me permitió conocer con gran detalle los parajes que comprenden el diseminado ob-jeto de este texto. Miguel me invitó a realizar un catálogo de antiguas

Page 12: El Castellar de Priego, estudio general

12

construcciones: casas, cortijos, cabrerizas y cortijadas, idea que me en-tusiasmó. Así en la web www.panoramio.com se insertan fotografías de más de un centenar de edificaciones con sus coordenadas sexagesimales y nombres que pueden ser vistas a través de Google Earth. Vaya desde aquí mi agradecimiento a Manuel Gil Cano, Alcalde Pedáneo de El Cas-tellar, sin cuya ayuda este trabajo no hubiera sido posible.

De este modo, fue surgiendo en mi mente la idea del libro. Idea que planteé al profesor de Geografía e Historia Rafael Osuna Luque, autor entre otras obras de Historia de Carcabuey. Así, en una población como Priego con amplia bibliografía, sin embargo, no había estudio al-guno en profundidad sobre ninguna de sus aldeas que, paradójicamente, habían supuesto más del 50 % de los vecinos del municipio desde me-diados del siglo XIX hasta el mismo período del siglo XX. Rafael me indicó las líneas de investigación a seguir, apremiándome a comenzar la escritura del texto.

No puedo olvidar aquí a Enrique Alcalá Ortiz cuyas aportaciones en el capítulo de prensa resultan fundamentales. De una parte, extrac-tó de su obra inédita Priego y los prieguenses en la prensa cordobesa 1852-1952 todas las noticias referentes a El Castellar, material valiosí-simo aunque escaso, dada la poca población del diseminado. Por otro lado, su tarea de digitalización del periódico Adarve me ha supuesto la posibilidad de obtener un mayor número de noticias en las que aparece nuestra subpoblación y algunas fotografías.

Debo mencionar también a los responsables de los archivos en los que he indagado durante largas horas. Así agradezco su colabora-ción a Benjamín Julián, del Archivo Parroquial de la Asunción; a Anto-nio Ordóñez, del Registro Civil de Priego; a Jesús Cuadros del Archivo Municipal; y a Rafael Carmona del Servicio Municipal de Arqueología. Igualmente, no puedo olvidar a Luis Ortiz por la elaboración de los cro-quis de planta y cubierta correspondientes a la iglesia y a la ermita, y a Cristian Aguilera Cano por su ayuda con las fotografías dañadas.

Finalmente, deseo manifestar un recuerdo para mis padres, Ra-fael Pimentel Mérida, ya fallecido, y María de la Paz Luque Martos, pues son ellos los que fomentaron en mi persona, desde la infancia, el amor por el conocimiento y la investigación, además del interés por Prie-go y su entorno.

Priego de Córdoba, noviembre de 2011

Page 13: El Castellar de Priego, estudio general

13

ASPECTOS GEOGRáFICOS

A) El medio físico1. SituaciónEl Castellar está situado al sureste del término municipal de Prie-

go de Córdoba, a su vez enclavado al sur de la provincia de Córdoba, comunidad autónoma de Andalucía. Si tomamos como punto central la plaza de la iglesia las coordenadas geográficas sexagesimales son: 37º 25’ 11.52’’ N y 4º 8’ 11.87’’ O. La distancia a la cabecera del municipio es de 6 Km y a la capital de provincia 105 Km.

Es importante destacar que nuestra aldea forma parte de la comarca de las Sierras Subbéticas, aunque no del parque natural del mismo nom-bre. Aquí cabe citar que a mediados de los 80, cuando se fraguaba la cons-titución de esta zona protegida, se consideró la posibilidad de incluir a la Sierra de Albayate, agrupación montañosa con enormes valores naturales y paisajísticos, aunque finalmente la distancia existente entre esta forma-ción y el resto del parque hizo que se desechara la idea. En el periódico Adarve1, cuando se entrevistó al entonces Delegado Provincial de Medio

1 Adarve, nº 315 de 01-07-1989.

Croquis de situación de El Castellar

Page 14: El Castellar de Priego, estudio general

14

Rafael Pimentel Luque

Ambiente de la Junta de Andalucía en Córdoba, José Antonio Torres Es-quivias, respecto al Parque Natural de las Sierras Subbéticas, confirmó lo dicho anteriormente: “Por ejemplo, la Sierra de Albayate se quedó fue-ra porque tenía entre medias una zona de cultivos bastante alterada que tendría que haberse incluido con lo que aparecían problemas. Además se habría ampliado mucho la superficie con los consiguientes problemas de gestión, no queríamos tampoco convertirlo todo en parque”.

En un diseminado como El Castellar, al carecer de límites admi-nistrativos, resulta difícil acotar el terreno que comprende. Las divisio-nes correspondientes a procesos electorales tampoco son válidas y en las Elecciones Europeas de junio de 2009 ya no hubo mesa de votación. Igualmente, los polígonos del Catastro Parcelario de Priego no nos sir-ven para delimitar esta aldea: de una parte, tenemos el 036 que abarca el espacio comprendido entre la A-339, la carretera provincial CO-8207 y el camino que va al Campillo. Junto al mismo está el 037 que sigue en dirección a Almedinilla y luego remonta por toda la Sierra de Albayate. En sentido Oeste está el 041, entre la referida carretera y el Camino del Salado, y el 042 desde este hasta lo que es propiamente el diseminado de El Salado.

Así las cosas, y con las lógicas precauciones, podemos señalar los siguientes límites: al Norte, la carretera A-339 (Cabra-Alcalá la Real); al Sur, la Sierra de Albayate; al Este, el arroyo del Conejo (frontera con el término municipal de Almedinilla); y al Oeste, el arroyo de las Parras y el río Salado ya próximo a Priego2.

2. Relieve y topografíaCuando se llega a El Castellar, lo primero que observa el viajero es

la impresionante mole de la Sierra de Albayate en dirección Sur, destacan las formaciones rocosas en pared del Tajo Reyes y hacia los otros puntos cardinales se extiende el mar de olivos típico de nuestra comarca. Al Este está la loma que culmina en el denominado Cortijillo; al Oeste, una suce-sión de cerros siguiendo el camino de la Cañada de Dios; sin embargo, es hacia el Norte donde se divisa el terreno más ampliamente pues podemos ver el discurrir del arroyo de los Chirimeros, las colinas de las Rentas del Duque y del cortijo del Cerro Charco; y al fondo está Sierra Cristina a cuyo pie se sitúan las viviendas de la Aldea de la Concepción.2 En este sentido, he recabado un testimonio que afirma, aunque sin aportar justificación alguna, que la frontera entre El Castellar y El Salado se encontraba en el camino que desde la actual A-4154, sube a la iz-quierda sentido Algarinejo, pasando por el cortijo Negao en dirección a Peñas Doblas y el cortijo de la Era. Una posible explicación es que se fijara la misma, dada la enorme dispersión del poblamiento, para asignar distintos colegios electorales, o bien, para delimitar a qué alcalde pedáneo debían acudir para cumplimentar tareas administrativas como el empadronamiento o la recepción de subsidios.

Page 15: El Castellar de Priego, estudio general

15

El Castellar de Priego, estudio general.

Siguiendo la dirección Norte-Sur, perfectamente constatable a tra-vés de la carretera CO-8207, las alturas van subiendo desde los 627 metros en la Puente Nueva hasta los 1.287 metros del pico de Albayate. Así, tene-mos 700 metros en el cruce de La Mosca, el núcleo principal, los antiguos Chirimeros, están a unos 779 metros, la Senda del Perro a 907 metros, el cortijo de la Sierra, ya en pleno Albayate, a 1.020 metros, el Collado de Dios (puerto natural a la otra vertiente) a 1.169 y el antiguo cortijo de La Llaná, hoy derruido, a 1.236 metros. Predominan las lomas suaves aun-que podemos encontrar lugares más escarpados como el barranco de Los Gayumbares. Hacia el Este, en dirección a Almedinilla, el relieve es más plano y si subimos hacia el Norte y el Oeste van aumentando los desnive-les que, aparte de la Sierra de Albayate, culminan en el cerro de la ermita de San Miguel a 926 metros de altura.

Capítulo aparte merece la Sierra de Albayate sobre la que en mayo 1996 editaron conjuntamente los ayuntamientos de Priego y Almedinilla un libro de varios autores titulado La Sierra de Albayate, una aproxima-ción a su estudio multidisciplinar. Esta publicación fue coordinada por la Asociación Naturalista de las Sierras Subbéticas (ANASS). Dicho texto será nuestra guía de referencia para abordar su análisis.

En primer lugar diremos que la Sierra de Albayate se extiende a lo largo de unas 5.000 hectáreas por los términos municipales de Priego y Almedinilla. Esta formación, dentro de la Cordillera Bética y junto a

Olivar tradicional de El Castellar con Sierra Cristina al fondo

Page 16: El Castellar de Priego, estudio general

16

Rafael Pimentel Luque

la Sierra Horconera, conforma el frente de avance del manto de cabal-gamiento del Subbético Medio. Su composición litológica, básicamente carbonatada, da lugar a la existencia de rocas almacén de agua (acuíferos y acuitardos, básicamente), recurso básico para el hombre, pues los aflora-mientos mediante manantiales han permitido el poblamiento diseminado de todo su entorno. La referida naturaleza carbonatada y la evolución na-tural del sistema kárstico genera en la zona suelos pobres, ricos en arcilla de descalcificación que solo se ven enriquecidos por la abundante materia orgánica que la propia masa forestal autóctona genera, dando un equilibrio dinámico entre el suelo edáfico productivo y la masa vegetal y en donde entra a formar parte el balance precipitación/infiltración.

Torres Girón y Recio Espejo3 citan esta formación como ejemplo de la presencia de extensos afloramientos de las series de margocali-zas del lías superior correspondientes a este Subbético Medio. Estas de carácter blando y deleznable, fácil modelado y acusada incompetencia frente a los niveles dolomíticos, son generadoras de formas suaves y re-dondeadas, y de fácil regularización.

El Catálogo de Cavidades de la Subbética, elaborado por el grupo de exploraciones espeleológicas G-40 de Priego, tiene dos simas regis-tradas en la zona de El Castellar, concretamente en la Sierra de Albayate. La primera cavidad que no tiene denominación popular se encuentra en la zona de Las Parras, con un acceso de boca en pared de 2 x 2 y está bloqueada a los 5 metros por un derrumbe. La segunda, llamada de “La Llaná” era conocida por los habitantes del lugar desde antiguo aunque fue mandada tapar por los propietarios de la finca en los años 40 para evitar accidentes del ganado. En noviembre de 1984, por el grupo espe-leológico GES-Priego, se localiza esta cavidad que es rebautizada como “de las Mil y una Piedras” haciendo alusión a los esfuerzos que realiza-ron en ella para su desobstrucción4.

El acceso se localiza en un hundimiento a modo de dolina que se abre en calizas tableadas (herrizas), con unas dimensiones de 2,5 de anchura por 1 metro de altura. Ya en el interior encontramos una rampa descendente que culmina en un pequeño cono de derrubios formado tan-to por materiales rocosos aportados desde el exterior, como por materia vegetal de las especies arbustivas que rodean la entrada; se da acceso así a una sala cuyas dimensiones aproximadas son de 8 x 4 metros. La cueva sigue en sentido descendente por un pozo de unos 6,5 metros en plano inclinado de unos 80º; desde este momento ya es notoria la visión en las 3 Torres Girón, María Luisa y Recio Espejo, José Manuel, Análisis geoambiental de las sierras subbéticas cordobesas, Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 2001, pág. 99.4 Revista Deportiva CPCD, nº 3, diciembre de 1984, Priego de Córdoba, “Espeleología. Localizada una nueva cueva”, pág. 28.

Page 17: El Castellar de Priego, estudio general

17

El Castellar de Priego, estudio general.

paredes de formas endokársticas por acumulación: estalactitas, estalag-mitas, coladas y corales. Superado el primer salto se llega a una repisa que permite apreciar la belleza de las formaciones de la cavidad; para llegar al fondo, muy embarrado, hay que seguir bajando por un plano menos inclinado que el primero.

El 1 de noviembre de 2006 por miembros del G-40 se llevó a cabo la reexploración de esta sima y un estudio completo de topografía de planta y alzado. Este grupo tenía el proyecto desde tiempo atrás dado el interés geológico de las cristalizaciones en calcita que se hallan en la misma, difícilmente observables en otras cavidades de la Subbética. Una vez realizado el estudio, esta cueva muestra un desarrollo de 77 metros y el desnivel entre la boca y el punto más profundo es de 26 metros5.

3. Clima, arroyos y fuentesEl Castellar, al igual que toda la comarca de Priego, presenta un

clima mediterráneo continentalizado con pronunciadas diferencias tér-micas. El clima es templado con una estación seca en verano, julio y agosto ofrecen temperaturas medias de 26 ºC, mientras en invierno la media está alrededor de los 8 ºC. Las heladas son abundantes entre no-viembre y marzo llegando en muchas ocasiones a los 0 ºC.

5 Bermúdez Cano, Rafael y Ruiz-Ruano Cobo, Agustín (Grupo Espeleológico G-40 de Priego), Catálogo de cavidades de la Subbética, actualizado a 2011, formato digital.

Plano de desarrollo de la sima de La Llaná, Sierra de Albayate

Page 18: El Castellar de Priego, estudio general

18

Rafael Pimentel Luque

Las precipitaciones oscilan alrededor de los 500 litros por metro cuadrado de media anual con ciclos secos y lluviosos que se van al-ternando. Al no existir ningún observatorio meteorológico oficial en la aldea, hemos de tomar los datos del que está situado en el casco urbano de Priego. A través de la web del Ayuntamiento podemos constatar que desde el año agrícola 1943-1944 en que existen mediciones, las oscila-ciones han sido notables. Hay que hacer constar que el año agrícola, y por tanto la pluviometría, va del 1 de septiembre al 31 de agosto, tam-bién que la anualidad hídrica 2009-2010 ha sido la más lluviosa desde que existen registros: 1.247 litros. La toma de datos estuvo a cargo de Manuel Ortiz Lort – observador meteorológico de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir – hasta 1967 y desde entonces hasta la actualidad ha asumido esta importante tarea su hijo Manuel Ortiz de la Rosa.

Pluviometría del Castellar

Años más secos 1944-1945 354 litros

1948-1949 317 litros

1952-1953 381 litros

1966-1967 329 litros

1998-1999 242 litros

Años más lluviosos 1950-1951 960 litros

1959-1960 1.004 litros

1962-1963 1.149 litros

1969-1970 973 litros

1995-1996 989 litros

Dada la tradicional dependencia agrícola de este diseminado, son las lluvias, con su influencia sobre las cosechas y pastos, las que han marcado en muchas ocasiones la prosperidad de las familias. Es tal la importancia del agua que la persistencia durante varios años de un ciclo seco puede afectar decisivamente a la producción de aceituna de almazara, elemento base de la economía del lugar, lo que provoca una crisis de confianza res-pecto al futuro incidiendo en la realización de obras en viviendas y en la adquisición de maquinaria y vehículos.

Page 19: El Castellar de Priego, estudio general

19

El Castellar de Priego, estudio general.

Existen varios arroyos que surcan en dirección Norte-Sur los para-jes de El Castellar. Así tenemos el ya citado de Los Chirimeros con una longitud de aproximada 4.105 metros. Por otro lado, estaría también el arroyo de la Cañada de Dios con 2.704 metros, que al cruzarse con el ca-mino del Salado se denomina arroyo Ceferino teniendo este 2.694 metros. Al mismo se le une el conocido como arroyo de los Álamos con 1.066 metros. Finalmente, existe el arroyo de las Parras de 2.670 metros que desemboca en el río Salado.

La existencia de múltiples fuentes, consecuencia de la composición caliza del terreno, ha permitido el poblamiento de la zona de El Castellar desde la antigüedad. La principal ha sido la situada en Los Chirimeros, a la altura del kilómetro 3,200 de la CO-8207; de la misma tomaban agua para consumo humano gran parte de los habitantes de la aldea. Hasta los años 50 del siglo XX lo hacían de un manantial situado unos 50 metros más arriba en lo que hoy es una zona ajardinada. Según comentan los lugareños, lo que obligó al cambio fue una epidemia de fiebre tifoidea6. Cercana está la alberca del Cortijillo que en los años de abundantes lluvias rebosa, incluso en pleno verano, vertiendo sus aguas a la cuneta de la ca-rretera para desembocar después en el arroyo de los Chirimeros.

En el entorno del cerro al que corona la ermita de San Miguel se han situado diversas fuentes: por un lado, las ubicadas en los cortijos de 6 Enfermedad infecciosa aguda producida por el bacilo Salmonella typhi que se contagia por la leche, el agua o los alimentos contaminados por heces de enfermos o portadores.

Fuente de Albayate en los antiguos Chirimeros

Page 20: El Castellar de Priego, estudio general

20

Rafael Pimentel Luque

Caseta que cierra el manantial que vierte a la fuente de Los Chirimeros

Fuente de Los Cañillos en la Cañada de Dios

Page 21: El Castellar de Priego, estudio general

21

El Castellar de Priego, estudio general.

la familia Madrid (Grande y de D. Manuel), por otro, las que hay en la zona de Las Parras, principalmente la del cortijo del mismo nombre. En la vertiente Sur, encajonada en la Sierra de Albayate, está la Cañada de Dios cuya fuente más representativa se llama Los Cañillos situada en el cruce entre el final del camino de acceso a la cañada y el de subida al Barranco de los Corralones.

Hacia el Oeste nos encontramos el cortijo Reyes, también conocido como Urreli, que posee una gran alberca aún en uso. En el camino que sube desde este hacia Albayate hay otras dos fuentes, aunque secas, son las de Alberto y La Maleza, donde esta vía culmina está la denominada de Alejo, como la cabreriza anexa. En otra parte de Albayate, siguiendo la co-nocida como Senda del Perro, tenemos fuentes en la cañada de los Tajos y en la cañada del cortijo la Sierra. La primera es un pequeño manantial que vierte a través de una teja y la segunda lo hizo a una alberca de reducidas dimensiones hasta recientes fechas7. En las inmediaciones de ambas, con el fin de que abrevara el ganado, se instalaron dos pilones de piedra muy bien cortada con surtidor en su centro para que los animales hicieran uso de todo su perímetro.

4. La flora y la faunaLa mayor parte de la extensión que hemos delimitado para El

Castellar está ocupada por un mar de olivos. Habida cuenta del laboreo de los mismos y del uso de herbicida la vegetación ha desaparecido y con ella las especies animales que poblaban antaño este medio: liebres, conejos y perdices. En el único lugar que se mantiene con vigor la na-turaleza es en la Sierra de Albayate cuyo elemento más definitorio es el denso encinar “Quercus ilx, subs. bellota”, más presente en su ladera norte y hacia Las Parras. Hasta recientes fechas existió el error de con-siderar esta zona como un quejigal “Querqus faginea”, especie que existe en muy bajo número y únicamente junto a los cursos de agua. El único endemismo local existente en estas sierras es una margarita denominada “flor de Rute” (Hypochaeris rutea), descubierta en 1980. Entre las más llamativas y bellas se encuentra la venenosa “rosa maldita” (Paeonia broteroi) y diferentes especies de orquídeas. En grandes extensiones, el carboneo y las roturaciones masivas hasta tiempos recientes han trans-formado el paisaje de esta sierra alterando los usos tradicionales de la misma que fueron cinegéticos y ganaderos.

Consecuencia de esta riqueza vegetal destaca su diversidad de fau-na. Las rapaces están representadas existiendo varias especies de falcóni-

7 Por los nuevos propietarios de la finca se ha realizado un sondeo, cuyo caudal se eleva mediante energía solar a un embalse para el riego de un encinar recientemente plantado para obtener trufas.

Page 22: El Castellar de Priego, estudio general

22

Rafael Pimentel Luque

dos, águilas y gavilanes. Difíciles de observar, pero moradores igualmente de esta singular sierra, son algunos mamíferos carnívoros como la gineta, el tejón, el turón, la comadreja y la garduña. Entre los anfibios destaca la salamandra y respecto a los reptiles encontramos la culebra bastarda, la culebra escalera y el lagarto ocelado. En las últimas dos décadas zorros y jabalíes, dada su alimentación omnívora y una menor presión cinegética sobre los mismos, han crecido en número de modo apreciable.

Afortunadamente, pese a existir una importante masa forestal prin-cipalmente en Albayate, los incendios forestales han sido muy escasos en la zona y de poca extensión. Aunque debió haber algunos en las décadas anteriores, tenemos el testimonio oral de uno a finales de los 40, solo están documentados dos en 1995. Uno ocurrido el 9 de mayo en el paraje del arroyo Ceferino con 4.500 metros cuadrados en el que se quemaron 60 álamos, 30 chaparros (encinas) y algunos olivos colindantes; según apun-taba la noticia, se produjo por la negligencia de un agricultor que quemaba rastrojos junto al arroyo8. Una semana después, en el arroyo de las Parras, sucedió otro incendio con mayor extensión, unos 15.000 metros cuadra-dos, que afectó a 53 encinas, 40 chopos, 20 eucaliptos y 50 olivos; la causa, al igual que el anterior, se debió a la imprudencia de un labrador que que-maba restos de poda de olivar9.

B) El medio humano1. La poblaciónHistóricamente este diseminado ha estado poco poblado. En un artí-

culo de Máximo Ruiz-Burruecos Sánchez10 publicado en 1989 se hace un interesante estudio sobre la distribución poblacional en el término munici-pal de Priego de Córdoba. Demuestra el autor que al Norte los asentamien-tos rurales están agrupados en núcleos de estructura urbana como Castil de Campos, Zamoranos o Esparragal; así tenemos 3.523 habitantes distri-buidos en 1.158 viviendas agrupadas en 11 aldeas. Por el contrario, en la zona sur (2.225 habitantes en 647 viviendas) la dispersión es muy palpable si exceptuamos a Las Lagunillas; es en esta franja en la que encontramos El Castellar que, al igual que Los Villares, Jaula o El Salado, muestra una acentuada diseminación de las viviendas que siguen los patrones de los principales arroyos y caminos. Las razones fueron de tipo físico y econó-mico; de un lado, la mayor fertilidad de las llanuras del Norte con la pre-sencia de grandes manantiales de agua que permitían concentrar mayor

8 Adarve, nº 455 de 15-05-1995.

9 Adarve, nº 456 de 01-06-1995.10 Adarve, nº 309 de 01-04-1989.

Page 23: El Castellar de Priego, estudio general

23

El Castellar de Priego, estudio general.

población; del otro, en el Sur los terrenos son más montañosos y de una menor riqueza edafológica, a lo que hay que añadir que las surgencias de agua, aunque más abundantes en número, poseen un menor caudal. Lo que sí tienen en común ambas partes del municipio es la necesidad de residir in situ para labrar adecuadamente la tierra y explotar el ganado, teniendo en cuenta las dificultades de transporte hasta bien entrado el siglo XX.

Así el padrón municipal de 169611 mostraba la existencia de quince cabezas de familia, lo que extrapolando las cifras al multiplicar por cin-co12, criterio habitual para el tratamiento estadístico de los censos anterio-res a 1857, que fue el primero realizado con parámetros modernos, nos ofrecería una cifra de 75 habitantes.

Nombres de los cabezas de familia de la sección de El Castellar y El Campillo, según el padrón de 1696.

Pedro ParejaJerónimo ParejaGabriel de ParejaBartolomé MuñozJacinto RamírezJosé CeferinoJuan Ventura MontesAlonso GonzálezJosé GutiérrezJezonat Jiménez de MontefríoFrancisco LópezJosé Rodríguez SantosLucas JiménezFrancisco GonzálezJosé de la Cruz Santaella

11 Archivo Municipal de Priego (AMP), caja 202.12 Peñín Rodríguez, María Pilar, La población y poblamiento de la Subbética cordobesa en el siglo XVIII según el Catastro del Marqués de la Ensenada, Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 1991, págs. 132 a 141.

Sección de El Castellar y Campillo del padrón de Priego de 1696

Page 24: El Castellar de Priego, estudio general

24

Rafael Pimentel Luque

Relaciones de vecinos posteriores correspondientes a los años 1776, 1777 y 177813, nos informan de un importante crecimiento: 45 cabezas de familia, lo que siguiendo el anterior criterio arrojaría una cifra de 225 habitantes aproximadamente. Pilar Peñín apunta en su libro14 que la Subbética cordobesa en el siglo XVIII estaba superpo-blada y con un agobiante desequilibrio entre habitantes y recursos dis-ponibles, ya entonces presentaba hábitat y poblamientos dispersos o aldeanos lo que era excepción en el espacio geográfico cordobés. Para hacer un análisis más preciso sobre la presión que esta alta densidad ejercía sobre la tierra, puede establecerse la superficie media cultivada por individuo, dividiendo el número de fanegas que suponía el terreno cultivable entre el número de habitantes. En el caso de Priego tenemos 11.616 habitantes para un espacio de cultivo de 39.633 fanegas, lo que da un resultado de 3,41 fanegas por habitante15.

Pilar Peñín disecciona la población en la comarca apuntando que para Priego existe precisa información sobre la distribución de los vecinos por calles, aunque no así en sus aldeas. Lo anterior, nos priva de conocer en detalle los nombres de los cabezas de familia, sus ocu-paciones, familiares a cargo y capacidad económica para El Castellar en 1750, fecha en que se elaboró el Catastro de Ensenada, implantado mediante Real Orden de 10 de octubre de 1749. La autora aborda la difícil cuestión del coeficiente multiplicador entre vecino (cabeza de familia) y habitantes de forma rigurosa comparando las respuestas ge-nerales del interrogatorio con los libros de lo personal. Así llega a la conclusión de que mientras en el casco urbano de Priego el coeficiente es de 3,93 habitantes por vecino, en el campo de Priego, territorio en el que se ubica nuestra aldea, el multiplicador sería de 5,03. Esto se expli-ca porque aunque el número de matrimonios era inferior en el campo, sin embargo, el de hijos por pareja era muy superior, concretamente un 13 por ciento.

Los padrones de 180116 y 181017 con similares guarismos nos in-dican un claro estancamiento poblacional durante el último cuarto del siglo XVIII y la primera década del siglo XIX.

El censo de habitantes de 1857 clasifica en secciones al conjunto 13 AMP, caja 202.14 Peñín Rodríguez, María Pilar, La población y poblamiento de la Subbética cordobesa en el siglo XVIII según el Catastro del Marqués de la Ensenada, Ayuntamiento de Priego de Córdoba, 1991, págs. 132 a 141.15 Ortega Alba, Francisco, El Sur de Córdoba. Estudio de Geografía Agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1975, págs. 165 a 168.16 AMP, caja 624-1.17 AMP, caja 624-1.

Page 25: El Castellar de Priego, estudio general

25

El Castellar de Priego, estudio general.

del vecindario prieguense, sin embargo, se han perdido las hojas que especificaban a cuáles de ellas pertenecía cada calle del casco urbano o cada aldea de modo que no nos es posible conocer la población exacta de nuestro diseminado.

No obstante, en 1871 sí que se explicita una sección completa en el padrón municipal para El Castellar y El Campillo18 que nos muestra 350 habitantes, agrupados por familias, con la edad o fecha de naci-miento de cada persona, si sabía leer y escribir, además del tiempo que llevaban residiendo allí. Otro posterior de 188119 indica la estabilidad de las cifras pues arroja un resultado de 342 inscritos.

Hasta finales del s. XIX la mayor parte de la población del muni-cipio de Priego vivía en la villa, entendida esta como el núcleo urbano, a partir de este momento se producirá una traslación masiva al cam-po que pervivirá hasta después de la Guerra Civil20. Así mientras en 1860 la villa tenía 7.874 habitantes, el campo tenía 6.903. En 1900 ya se ha producido la inversión de las cifras: la villa tiene 8.156 frente a los 8.748 del campo y tenemos que llegar a 1950 para que la cabecera del municipio llegue a igualar al resto del término, 13.679 en la villa y 13.414 pobladores en las aldeas.

En el padrón municipal correspondiente a 200821, El Castellar posee 137 habitantes (71 hombres y 66 mujeres), así podemos cons-tatar que el descenso ha sido acusadísimo, 43 habitantes en la última década. Hasta 1950 el crecimiento fue constante desde mediados del siglo XIX. Ya en 1960, fruto de la emigración, se había bajado en casi cien habitantes y la sangría va a continuar durante los siguientes cin-cuenta años fruto de diversas circunstancias, fundamentalmente que ya no es imprescindible vivir sobre el terreno para labrar la tierra dada la generalizada posesión de vehículos a motor. También hay que tener en cuenta la mayor conciencia respecto al bienestar familiar, lo que conlleva que se busque el acceso a servicios educativos, sanitarios, culturales y deportivos que no poseen las aldeas pequeñas.

18 AMP, caja 715-1.19 AMP, caja 716.20 Osuna Luque, Rafael, La población en Priego de Córdoba 1857-1985, Ayuntamiento de Priego, 1986, pág. 40. 21 Instituto Nacional de Estadística.

Page 26: El Castellar de Priego, estudio general

26

Rafael Pimentel Luque

Evolución de la población de El Castellar desde finales del s. XIX

Año Número de habitantes

1871 350

1881 342

1930 697

1940 706

1950 817

1960 776

1970 498

1980 329

2000 180

2008 137

Clasificación de la población por sexo y edad según el Padrón Municipal de 19871

Edad Cantidad %

> 67 27 12,5

57-66 24 11,1

47-56 24 11,1

37-46 25 11,6

27-36 27 12,5

17-26 35 16,2

7-16 32 14,8

0-6 22 10,2

En 1986 el coeficiente de habitabilidad era bastante similar al de otros diseminados, 3,43 habitantes por vivienda; en Las Navas 3,19 y en La Poyata 3,2522. El envejecimiento poblacional es más que evidente, lo 22 Palomar Rico, Antonio; Pedrajas Cubero, Francisco; López Molina, Antonio, Las aldeas del municipio de Priego de Córdoba: carencias y necesidades, 1986, edición facsímil en seis tomos no publicada que se custodia en el Archivo Municipal de Priego, tomo V, pág. 100.

Page 27: El Castellar de Priego, estudio general

27

El Castellar de Priego, estudio general.

que conlleva una bajísima tasa de natalidad. De hecho, la falta de niños en edad escolar provocó en 2005 el cierre de la escuela, que en su ubica-ción actual databa de 1967; aunque en otras localizaciones había existido desde 1947. La misma tenía dos aulas y dos viviendas para el profesora-do, las clases llegaron a estar llenas y los alumnos permanecían en ellas hasta 5º curso del antiguo EGB (Educación General Básica), después pasaban al Colegio Público Ángel Carrillo de Priego.

Las cifras de nacimientos y defunciones, específicamente para El Castellar, podemos obtenerlas en el Archivo de la Parroquia de la Asun-ción a partir de 1842. Aunque hay registros en dicha dependencia desde el siglo XVI, sin embargo, hasta el citado año no se indicaba el domicilio concreto de la persona, luego no es posible distinguir a los nacidos y fallecidos en nuestra aldea. A partir de 1871, fruto de una ley guberna-mental del año anterior, se inició el Registro Civil tal y como lo enten-demos hoy. El de Priego de Córdoba, ubicado en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción, está completo aunque para su uso en los prime-ros años hay que tener en cuenta algunos matices. Las muertes, dada la obligatoriedad de inhumar los cadáveres en el Cementerio Municipal del Santo Cristo a partir de 1868, para lo cual se necesitaba licencia judicial de enterramiento, son fiables desde el inicio del Registro Civil; por el contrario, respecto a los nacimientos no podemos decir lo mismo. Así, comparando con las inscripciones parroquiales, hemos comprobado que hasta bien entrado el siglo XX muchas familias no asentaban a los recién nacidos en el Registro Civil, razón por la cual hemos usado los datos de la parroquia hasta 1910 para extraer los naturales de El Castellar.

El estudio realizado sobre natalidad y mortalidad desde 1842 a 1940 nos muestra notables variaciones en el número de nacimientos y defunciones con una tendencia al aumento en la cantidad de los primeros y disminución en los segundos. Fenómeno que no permanece al mar-gen del resto de la población de Priego como estudió el profesor Rafael Osuna Luque en su libro La población en Priego de Córdoba, editado por el Ayuntamiento en 1986. Por otro lado, este investigador apuntaba que en muchos casos aumentos importantes de nacimientos coincidían con anualidades de buenas cosechas y en los de malas la mortandad su-bía y descendía notablemente la natalidad.

Page 28: El Castellar de Priego, estudio general

28

Rafael Pimentel Luque

Año Nacimientos Defunciones1842 21 11845 20 41850 18 51855 6 141860 9 11865 7 71870 16 31875 19 61880 14 121885 14 121890 26 211895 18 171900 20 61905 15 91910 21 51915 20 71920 14 111925 17 51930 21 61935 25 121940 28 9

Llama la atención la inversión de cifras que se produce en 1855 fruto de una epidemia de cólera morbo23 que afectó a gran parte de la población española y por supuesto a Priego y su término municipal. El número de nacimientos es de 6 frente a 14 defunciones que se produ-jeron especialmente durante la época estival, más propicia para que la

23 El cólera es una enfermedad infecciosa grave endémica en la India y en ciertos países tropicales, aunque pueden aparecer brotes en países de clima templado. Los síntomas del cólera son la diarrea y la pérdida de líquidos y sales minerales en las heces. En los casos graves hay una diarrea muy importante, con heces características en "agua de arroz", vómitos, sed intensa, calambres musculares, y en ocasiones, fallo circu-latorio. En estos casos el paciente puede fallecer a las pocas horas del comienzo de los síntomas. Dejada a su evolución natural, la mortalidad es superior al 50%, pero no llega al 1% con el tratamiento adecuado. El organismo responsable de la enfermedad es el Vibrio cholerae, una bacteria descubierta en 1883 por el médico y bacteriólogo alemán Robert Koch, y cuyo genoma fue descifrado en agosto del año 2000. La única forma de contagio es a través del agua y los alimentos contaminados por heces (en las que se encuentra la bacteria).

Page 29: El Castellar de Priego, estudio general

29

El Castellar de Priego, estudio general.

bacteria infectara agua y alimentos, también las altas temperaturas fa-vorecen la deshidratación asociada a los síntomas de esta enfermedad. Como hemos apuntado en otro apartado, en aquella época la población de Los Chirimeros compartía con los animales el manantial de agua.

Ahora bien, tratándose nuestra aldea de un núcleo de pequeñas dimensiones, la significación de las cifras de neonatos y óbitos deben ser tomadas con ciertas precauciones, aunque puede comprobarse que si-guen algunas de las pautas a escala local, provincial y nacional. También debemos tener en cuenta que los puntos habitados incluidos censalmente en las secciones de El Castellar pueden haber cambiado a lo largo del tiempo. Sí que resulta preocupante el descenso experimentado en los últimos años porque nos acerca a las cifras de finales del siglo XVII y principios del XVIII. Por otra parte, fruto de una legislación urbanística en Andalucía que ignora las peculiaridades de este tipo de poblaciones diseminadas e impone la prohibición de construir fuera de los lugares ya edificados, algunas parejas jóvenes que se planteaban quedarse y cons-truir viviendas junto a las de sus padres, como ha sido tradicional en el agro español, se ven imposibilitados para ello teniéndose que marchar a Priego. Durante 2009, en el estudio previo al PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) se plantearon diversas alegaciones en este sentido. Así, un editorial del periódico Adarve denunciaba la falta de planimetría que definiera con mayor exactitud el límite de los núcleos de El Cas-tellar, Las Navas, El Solvito y Los Villares, calificados como suelo no urbanizable de asentamientos rurales24.

Ciertamente, las elevadas cifras de fallecimientos de algunos años están en función de una altísima mortalidad infantil. Este índice es uno de los más utilizados para conocer el nivel socioeconómico y sanitario de una población, aunque su uso no está exento de críticas ya que, como dice J. Leguina, su descenso “puede deberse más al abandono de ciertas prácticas tradicionales en el cuidado de los niños, alimentación, etc.. que a un avance notable en las instalaciones sanitarias propiamente dichas”25 . Durante los años estudiados del siglo XIX oscila entre las 9 defuncio-nes de 1890 y 1 en 1865. Al inicio del siglo XX continúa la alta tasa de mortalidad infantil y no será hasta su segunda mitad cuando se inicie un descenso que hasta los años 80 no alcanzará los niveles de los países eu-ropeos más avanzados. De otro lado, cabe decir que las causas son múlti-ples predominando las enfermedades pulmonares: neumonía, pulmonía y tuberculosis. También aparecen las relacionadas con alimentos y agua

24 Adarve, nº 707 de 15-11-2005.25 Osuna Luque, Rafael, La población en Priego de Córdoba 1857-1985, Ayuntamiento de Priego, 1986, pág. 96.

Page 30: El Castellar de Priego, estudio general

30

Rafael Pimentel Luque

en mal estado, así la gastroenteritis, disentería y fiebre tifoidea. Algunas resultan llamativas como el “tabardillo” sinónimo de insolación, o adju-dicar el fallecimiento a la “dentición”.

Como obligación impuesta por la Ley de Instrucción Pública de 1857, conocida como Ley Moyano, en 1884 el consistorio prieguense ela-boró una relación de niños con edades comprendidas entre los 6 y los 9 años26 por lugares de residencia. Para El Castellar y Los Chirimeros nos indica que había 31 menores con las citadas edades. Resulta llamativo que con esta cantidad no hubiera escuela en la aldea.

No tenemos datos actualizados del nivel de instrucción de la pobla-ción en El Castellar. Sin embargo, Palomar Rico y otros en su obra sobre las aldeas de Priego27, para una población de 216 habitantes, nos ofrecía las siguientes cifras: analfabetos 63 (29,16 %), sin estudios 116 (53,71 %), estudios primarios 34 (15,74 %), estudios medios 2 (0,93 %), superiores 1 (0,46 %). Ciertamente, en el campo andaluz los niveles de analfabetismo fueron altísimos hasta bien entrado el siglo XX, y aún mayores para las poblaciones diseminadas fuera de la cabecera del término municipal. La dotación de infraestructuras educativas era inexistente y solo comenza-ría a paliarse a partir de los años 40, esta circunstancia se suplía con los conocidos como maestros ambulantes, personas sin ninguna titulación que sabían leer, escribir y las cuatro reglas, impartiendo clase por los cortijos a cambio de módicas cantidades. Pero lo peor era el arraigo en la conciencia popular de que para las faenas agrícolas el conocimiento no era de ninguna utilidad, de esta forma, muchos de los niños que sí sabían medianamente leer y escribir acababan casi olvidándolo a fuerza de no practicar. Es más, estaba mal visto hasta los años 80 el permitir a los hijos cursar estudios superiores de bachillerato o formación profesional razón por la cual el número de titulados universitarios, mejor sería decir titula-das porque todas son mujeres, de El Castellar es únicamente de cuatro: tres diplomadas en Ciencias de la Educación y una licenciada en Farma-cia que además prepara su tesis doctoral; cabe añadir que desde 2008 reside un matrimonio en el que ambos son licenciados: ella en Geografía e Historia, especialidad de Arqueología, y él en Antropología.

Por otro lado, cabe decir que actualmente en el diseminado no hay población extranjera como empieza a ser frecuente en otras aldeas de Priego. Tampoco suele ser habitual el alojamiento de inmigrantes tem-poreros para las faenas agrícolas y solo conocemos el caso reciente del cortijo la Mosca con súbditos rumanos.26 AMP, caja 656-2.27 Palomar Rico, Antonio; Pedrajas Cubero, Francisco; López Molina, Antonio, Las aldeas del municipio de Priego de Córdoba: carencias y necesidades, 1986, edición facsímil en seis tomos no publicada que se custodia en el Archivo Municipal de Priego, tomo V, pág. 125.

Page 31: El Castellar de Priego, estudio general

31

El Castellar de Priego, estudio general.

Curiosamente, sobre una causa de muerte tan llamativa como es el suicidio existen datos relativos a El Castellar pues el Doctor José Sáez Rodríguez, actualmente en el Instituto Anatómico Forense de Córdoba pero que prestó servicios en los partidos judiciales de Priego de Córdoba y Baena, presentó en 2005 una memoria de tesis en la Facultad de Me-dicina de la Universidad de Córdoba (Departamento de Farmacología y Toxicología) titulada Estudio médico legal del suicidio. Su incidencia en el Partido Judicial de Priego de Córdoba entre los años 1960 y 1989.

El Dr. Sáez apunta que aunque el suicidio es algo perfectamente conocido, su definición conceptual presenta muchas dificultades; así en su concepción más simplista podría bastarnos la etimología para defi-nirlo. Suicidio deriva del latín “sui = mismo” y “caederes = matar”, por tanto sería matarse a sí mismo; según Sancho (1974) el término no apa-reció en los idiomas modernos hasta el siglo XVIII y a día de hoy no es todavía de amplia utilización pues normalmente nadie dice “mi padre se ha suicidado”, más bien se utiliza la frase “se quitó la vida”. Este es un problema de salud pública de importancia creciente que ya ha superado en España a los accidentes de tráfico como principal causa de muerte no médica. Normalmente se utiliza para medir la frecuencia del fenómeno suicida el número de casos consumados por cada 100.000 habitantes y año, las cifras más altas aparecen en Europa oriental (Lituania tenía una tasa de 51 en 1999), también en los países nórdicos (Finlandia, 28,4) y España se encontraría junto a Latinoamérica entre los que menos tienen con 8,7 en 1998.

Tras esta pincelada de lo que es el fenómeno a nivel mundial, cabe ahora entrar en los datos que el citado autor aporta para nuestra aldea. De los 147 suicidios ocurridos en el partido judicial de Priego entre los años a que se refiere el estudio, solo cinco tuvieron lugar en El Castellar, de los mismos tres eran hombres y dos mujeres. Respecto a su estado civil cuatro personas estaban casadas y una viuda; y en cuanto a la pro-fesión dos se dedicaban a la agricultura, dos eran amas de casa y en un caso no consta; sobre los antecedentes de enfermedad se indica que en tres tenían enfermedades previas y en dos no. Por otra parte, en relación a la distribución por lustros entre 1960-1964 hubo dos, de 1965 a 1969 uno, de 1975-1979 uno y de 1984-1989 uno; en cuanto a la estación del año, sucedieron dos en primavera, uno en verano, dos en otoño y nin-guno en invierno. Sobre el mes afirma el texto de referencia que hubo uno en marzo, uno en mayo y tres en septiembre, aquí cabe aclarar que si el otoño comienza el 21 de este mes, dos de ellos tuvieron lugar en los últimos nueve días del mes, curiosamente entorno a las fiestas del diseminado que se celebran el 29 de septiembre, San Miguel Arcángel. También analiza el autor en sus series estadísticas el día de la semana,

Page 32: El Castellar de Priego, estudio general

32

Rafael Pimentel Luque

así para El Castellar se dieron en martes un caso, en miércoles uno, en viernes uno, en sábado uno y en domingo uno.

Para finalizar este subapartado resulta interesante reflejar breve-mente las conclusiones a las que llega el Dr. Sáez en su estudio: en pri-mer lugar que el número de suicidios en el partido judicial de Priego triplica la media nacional, es el doble que en Andalucía y que en la provincia de Córdoba; los hombres se suicidan más que las mujeres y la mayoría tienen una edad entre 50 y 59 años siendo más frecuentes entre los casados. No resultan variables influyentes ni la profesión ni el estado de salud previo y en cuanto al método el ahorcamiento casi duplica las cifras a escala nacional.

2. La economíaAbordar este aspecto de El Castellar resulta difícil debido a la

falta de información estadística. La que se elabora por las administra-ciones públicas y por organismos específicos como puede ser el Instituto Nacional de Estadística y el Instituto de Estadística de Andalucía, en cuanto a magnitudes económicas, nos ofrecen datos cuyo último nivel es el del municipio, en nuestro caso Priego de Córdoba. Sin embargo, esto no debe impedir el esbozo de algunas líneas sobre esta fundamental disciplina.

2.1. Sector primarioRespecto a este sector, podemos decir que actualmente la econo-

mía de El Castellar es básicamente agrícola y está centrada exclusiva-mente en el olivar. Esto no siempre fue así y hasta la década de 1970 el olivo convivía con otros cultivos de cereal, incluso, en la misma parcela. No obstante, desde el siglo XIX fue ganando terreno por su mayor ren-tabilidad y el aumento de valor que experimentaban las fincas si estaban plantadas de ellos, aunque lo que desequilibró definitivamente la balanza a favor del olivar fue la entrada de España en la Unión Europea en el año 1986 y con ello la llegada de las subvenciones que hacían este culti-vo doblemente atractivo. Se dejó de sembrar, se pusieron en producción algunos terrenos abandonados e incluso se realizaron roturaciones en la Sierra de Albayate con un impacto medioambiental apreciable.

Los olivares de nuestra aldea, al igual que la inmensa mayoría de los existentes en la comarca de Priego, son de marco tradicional: oli-vos de varios pies, en función de la fertilidad del terreno y situados en

Page 33: El Castellar de Priego, estudio general

33

El Castellar de Priego, estudio general.

marcos de entre 9 y 12 metros. El tamaño de las explotaciones es muy variable aunque se ha tendido a un cierto minifundismo desde épocas pretéritas, conviviendo las de entre 50 y 100 hectáreas con una infinidad de propiedades de entre media y seis hectáreas. Es habitual que, merced a herencias y adquisiciones por compra, las familias posean diversas fin-cas de reducido tamaño, alejadas unas de otras, lo que hace más onerosa su explotación.

Como apunta Ortega Alba28, diversos hechos, derivados de la vo-luntad del hombre o de las necesidades de laboreo de los distintos cul-tivos, así como la red de caminos, inciden sobre la morfología de las parcelas y su disposición en grupos homogéneos. De esta forma, en el olivar se tiende a crear parcelas de forma cuadrada, por la necesidad de “cruzar la labor” (arar en sentido perpendicular a la labor anterior, con objeto de dejar poca cava a los olivos). No obstante, son frecuentes las fincas alargadas puestas de olivos, ello respondería a particiones por herencia y también a que en su momento estuvieron dedicadas al cereal para el que se buscaban las besanas largas.

Históricamente, antes de la Reconquista, las fuentes apuntan de forma general y poco precisa, que predominaba la gran propiedad. Los “latifundia” romanos, presididos por sus lujosas villas, dieron paso a un asentamiento árabe que se superpuso sobre la ordenación jurídica pre-cedente sin grandes variaciones. De todas formas, y admitiendo que sea cierto, poco importa para la constitución de la estructura posterior, pues-to que la Reconquista es el verdadero punto de partida que hizo tabla rasa de todo lo anterior y provocó, por su peculiar modo de realización en Andalucía, el nacimiento de una ordenación de dominio genuinamen-te señorial29.

Según el Primer Censo Agrario de España, elaborado en 1962, en el término municipal de Priego de Córdoba el 61,4 por ciento de las explotaciones agrícolas son menores de 1 hectárea, el 29,3 por ciento entre 1 y 5 hectáreas, y el 9,3 por ciento tienen más de 5 hectáreas. Dado que no tenemos los datos específicos para el territorio comprendido en nuestra aldea y que desde los años 70 existe legislación que fija la unidad mínima de cultivo para secano en parcelas superiores a 1 hectárea (lo que impide su división por venta o herencia), es posible considerar las cifras referidas como bastante aproximadas para El Castellar.

En función de la cantidad de tierra que poseen, podemos clasificar a los habitantes de nuestra aldea en los siguientes grupos: a) aquellos

28 Ortega Alba, Francisco, El Sur de Córdoba. Estudio de Geografía agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1975, tomo II, pág. 63.29 Íbidem, tomo II, pág. 75.

Page 34: El Castellar de Priego, estudio general

34

Rafael Pimentel Luque

cuyas tierras no tienen extensión o calidad suficiente para su propia sub-sistencia y la de su familia; b) pequeños propietarios autosuficientes que no necesitan mano de obra ajena; c) propietarios medianos modestos, conocidos como “de medio pelo”, trabajan sus propias tierras con el con-curso de la familia pero precisan a trabajadores externos para la recogida de la aceituna. Las otras dos clases que indica Francisco Ortega30: pro-pietarios medianos acomodados (que no trabajan físicamente la tierra) y grandes terratenientes, no residen en los diseminados como El Castellar, aunque sí podemos encontrarlos en otras aldeas con estructura urbana como Zamoranos o Castil de Campos.

Si bien se está aplicando desde mediados de los 90 diversa maqui-naria a la recolección, principalmente vibradoras manuales y aperos de vibración independientes o acoplados a tractores, esta tarea resulta muy lenta y cara, máxime si tenemos en cuentas las fuertes pendientes, lo que conlleva que se haga difícil competir con las plantaciones intensivas y superintensivas (en seto) cuyo coste de recolección es notablemente más pequeño. La bajada del precio del aceite de oliva y un aumento conside-rable de los costes de cultivo, unido a la incertidumbre sobre el futuro de las subvenciones de la Unión Europea, pintan un oscuro panorama para el olivar que como hemos apuntado constituye el pilar de la economía de esta pedanía. De hecho, ya se está percibiendo un descenso en la renta disponible del vecindario que tampoco puede ser compensada con ingre-sos procedentes de la construcción o del sector de la confección, ambos afectados por un profundo parón.

Históricamente, la ganadería debió tener, al menos hasta la des-amortización, una importancia paralela a la agricultura. Las grandes ex-tensiones de monte en las faldas de Albayate y la abundancia de manan-tiales la habrían propiciado. Algunos topónimos son indicativos de esta actividad como la Cabreriza de Alejo o el Barranco de los Corralones, sin embargo, a día de hoy, nada queda de aquello a excepción de algunas familias que tienen una o dos cabras para el consumo familiar y que también ceban cerdos para la matanza. Hasta la crisis del porcino hubo una explotación ubicada en la casería de D. Luis que cesó su actividad en 2006. Todavía es posible ver por la Sierra de Albayate cabras y ovejas pero las mismas provienen de la ladera sur, concretamente del cortijo del Cucaero, situado entre Las Navas y La Poyata dentro del término municipal de Priego.

Teniendo en cuenta el Catastro de Ensenada (1752), el Expediente de Recuento de la Riqueza Pecuaria (1898)31 y las cifras oficiales de

30 Íbidem, tomo II, pág. 106.31 AMP, caja 318.

Page 35: El Castellar de Priego, estudio general

35

El Castellar de Priego, estudio general.

1970, podemos apreciar la evolución que en Priego ha tenido la gana-dería. Por ejemplo, para el cabrío tenemos 4.500 cabezas en 1752, 715 en 1898 y 2.104 de 1970; para el lanar las cifras son: 12.000 en 1752, 1736 en 1898 y 2.042 en 1970. A día de hoy, 2010, ambas variedades son inexistentes en El Castellar y apenas quedan explotaciones en otras partes del término.

Actualmente, no se da en este diseminado ninguna actividad de minería, ni hay memoria reciente entre sus habitantes de esta actividad. Sin embargo, existió una sociedad minera llamada La Cruz situada en El Castellar; constituida en 1910, momento en el que Priego se vio afectado por una “fiebre” minera, siendo uno de sus socios fundadores Niceto Alcalá-Zamora32.

También hubo una pequeña cantera de yeso en las inmediaciones de la fuente de Los Nacimientos cuyo objeto era surtir de este material al vecindario para la construcción. El método consistía en extraer manual-mente la piedra, transportarla con acémilas hasta una era y allí reducirla al máximo mediante un rodillo de piedra o incluso con martillos. Esta pasta se cernía posteriormente con una criba para obtener el producto final. Tan reducida era la superficie de extracción que ya ha quedado cubierta por el monte y hoy es difícilmente apreciable.

Sin embargo, durante 1927 en el periódico El Defensor de Córdo-ba un ingeniero llamado Antonio Carbonell Trillo-Figueroa publicó un Catálogo de minas de Córdoba dedicando a Priego ocho entregas; en cuatro de ellas figurará El Castellar33, estimándolo de interés, reproduci-mos a continuación las mismas:

Lignito: Hay una galería rehundida en los arroyos de las Parras y de la Pajesa, ermita del Castellar; un pozo y dos socavones alineados del E., a O., en el arroyo de las Parras, en el jurásico. Arroyo de las Parras del Castellar en el infra cretáceo. (nº 9.005, 3-9-1927).

Areniscas: En la carretera de Priego a Algarinejo y Las Laguni-llas, a dos kilómetros de Priego; al Sur de la aldea del Cañuelo, ermita del Castellar. En tránsitos a arenas en el arroyo de la Tejuela. Caliza: Las calizas definen la Sierra de Albayate y de Urreli, perteneciente a la for-mación jurásica y a la cretácea. Meladas y recias asoman en La Tiñosa, punto más elevado de la tierra cordobesa. (nº 9.008, 7-9-1927).

Diabasas: Ofíticas verdosas, asoman en Genilla Baja, en el límite con el término municipal de Carcabuey. Muy oscuras se observan al sur

32 Adarve, nº 245 de 15-07-1986, artículo de Enrique Alcalá Ortiz.33 Alcalá Ortiz, Enrique, Priego y los prieguenses en la prensa cordobesa 1852-1952, inédito. El autor, como apoyo a este trabajo de investigación, ha elaborado una separata del mismo, también inédita, titulada El Castellar de Priego en la prensa cordobesa 1852-1952.

Page 36: El Castellar de Priego, estudio general

36

Rafael Pimentel Luque

de la Rábita, laderas de Urreli, vertientes de la Sierra de Albayate a la er-mita del Castellar. Ofitas: Vertiente norte de la Sierra de Albayate; entre ella y la ermita del Castellar, asomos que siguen al N.E., hacia la casería de Abril. (nº 9.010, 9-9-1927).

Yeso: Algunas manchas yesíferas quedan al Sur de la Sierra de los Judíos. Otras en la vertiente N.O., de la Sierra de Albayate, hacia la ermita del Castellar. (nº 9.011, 10-9-1927).

Otra actividad de este sector, hoy desaparecida, pero que hasta los años 60 del siglo XX tuvo gran importancia, fue el carboneo sobre todo en las faldas de Albayate donde los encinares eran muy abundantes. El carbón vegetal, cuya obtención requería de un laborioso proceso (tala, partición de la leña, montaje y cuidado del horno) era un producto caro que además permitía ir obteniendo alguna rentabilidad inmediata de los terrenos que se iban roturando. Por otra parte, la leña obtenida tanto de la tala del olivar como del monte, al que en la zona se le llama comúnmente “menchón”, también era una mercancía que tenía una venta asegurada en el casco urbano de Priego, dado que era el combustible usado normal-mente para cocinar y calentarse las familias. Hasta hace poco tiempo muchas personas hacían “picón” (carbón vegetal muy menudo) con el “ramón” (ramaje) sobrante de la poda de los olivares. El mismo, junto a las ascuas del fuego de las chimeneas, se depositaba en los braseros bajo las mesas camillas. Hoy se sigue utilizando en muchas viviendas, pero lo habitual es comprarlo en sacos a vendedores ambulantes pues su precio no es muy alto en comparación con lo laborioso que es realizarlo manualmente.

2.2. Sector secundarioEn el diseminado objeto de nuestro estudio, no ha existido nunca

un tejido industrial pues la razón de su nacimiento siempre fue la agri-cultura y la ganadería. En los años 80 del siglo XX, cuando el negocio de la confección se desarrolló extraordinariamente en Priego, hubo dos ta-lleres de pequeño tamaño en El Castellar: uno con tres máquinas y otro con ocho; sin embargo, los mismos no prosperaron y desaparecieron a los pocos años para volver sus promotores a las tareas agrícolas y de la construcción.

Para la zona del Campillo había la previsión de construir un polí-gono industrial, iniciativa sobre la cual se publicaron diversas noticias en la prensa local y provincial. En la edición de El Día de Córdoba co-rrespondiente al 11 de agosto de 2009 se decía lo siguiente: “El avance del Plan de Ordenación del Territorio (POT) del sur de Córdoba que ha redactado la Consejería de Vivienda y Ordenación del Territorio con-

Page 37: El Castellar de Priego, estudio general

37

El Castellar de Priego, estudio general.

templa hasta seis grandes áreas de oportunidad, o, lo que es lo mismo, espacios que trascienden del ámbito municipal que tiene por finalidad contribuir a la recualificación territorial y mejorar la organización in-terna del ámbito de actuación del POT. Así, el documento debe garan-tizar la dedicación de estos suelos a usos productivos, comerciales y de servicios de interés supramunicipal, recoge el citado avance. La seis zonas calificadas como áreas de oportunidad son el polígono Córdoba sur de Aguilar de la Frontera -donde irá el parque tecnoalimentario-, el espacio de los Baños del Horcajo de Lucena, El Castellar de Priego de Córdoba, el llamado corredor productivo de Baena-Luque, el paraje de Campo Real de Puente Genil y el entorno de la estación del AVE, también en tierras pontanas. Según se especifica en el documento, las áreas de oportunidad estarán destinadas a actividades industriales y lo-gísticas, excepto la zona de la estación AVE que se reservará a activi-dades comerciales y de servicios”. Sin embargo, la llegada de la crisis económica, con el doble efecto de frenar la demanda de suelo industrial y la bajada en la recaudación impositiva, ha supuesto la paralización del proyecto.

Frente a este paraje, al otro lado de la carretera A-339, se ubica una importante fábrica de maderas, fundamentalmente palés, aunque aten-diendo a la delimitación que hemos hecho de El Castellar quedaría fuera del mismo.

2.3. Sector terciarioEl turismo rural no se da actualmente en nuestro diseminado por

lo que son inexistentes los alojamientos rurales, fenómeno llamativo pues en la mayoría de las aldeas de Priego existe alguno y los resultados eco-nómicos están siendo bastante positivos. Sí hay dos establecimientos de restauración: La Puente Nueva en el lugar del mismo nombre, en el cruce formado por la A-339 y la CO-8207, que es bar-restaurante y un salón de bodas muy demandado, y otro denominado Montecruz situado en el paraje del Campillo, igualmente con restaurante y salón de bodas. Las tradicionales “tabernas-tienda” que había en Los Chirimeros y en La Mosca34 desaparecieron a finales de los años 90 cuando se jubilaron sus propietarios; estos emplazamientos supusieron durante décadas lugares de encuentro y esparcimiento que propiciaban una cierta vida social hoy, lamentablemente, extinguida.34 Según el testimonio oral del padre de Antonio Aguilera García, recogido con una etiqueta específica en el blog http://aldeadelcastellar.blogspot.com, el fundador de este establecimiento habría sido el apodado como “Frasco Pedro”, cuyo nombre era Francisco Zamora Prados, bisabuelo de mi esposa, que vino procedente del cortijo Valdeinfierno que se sitúa en la zona de El Salado. De este, habría pasado a un matrimonio for-mado por José María y Josefa, y después a Frasco y Mercedes que la cerraron.

Page 38: El Castellar de Priego, estudio general

38

Rafael Pimentel Luque

3. Comunicaciones y servicios básicosAl estar cerca de Priego y Almedinilla, la comunicación con am-

bas localidades ha sido frecuente, sobre todo con la primera. Actual-mente la vía de acceso más utilizada es la carretera provincial CO-8207 que parte de la A-339 km. 30,900 en el conocido como cruce de la Puente Nueva y muere 3.300 metros después al pasar el núcleo del di-seminado. A partir de aquí sigue un camino, en principio asfaltado y hormigonado en la zona de más pendiente, que se adentra en la Sierra de Albayate conocido como Senda del Perro.

La carretera se fue realizando por tramos a lo largo de muchos años y no se completó hasta finales de la década de los 70, hito que junto a la llegada del suministro eléctrico en 1970 y la canalización de aguas en 1992, supuso una considerable mejora en la calidad de vida de los vecinos. Son numerosas las referencias a los caminos de El Castellar en general y la citada vía en particular en la segunda época de Adarve. Así tenemos un curioso suelto que dice “Los vecinos de la aldea del Castellar tendrán que hacer un puente aéreo para poder ir a sus casas si pierden el pleito planteado contra ellos por usar y arreglar un camino que al parecer es particular”35. El 24 de septiembre de 1976, la Comisión

35 Adarve, nº 14 de 01-12-1976.

Antigua taberna de La Mosca

Page 39: El Castellar de Priego, estudio general

39

El Castellar de Priego, estudio general.

Provincial de Obras Públicas y Paro Obrero acordó la prolongación del camino vecinal El Castellar-Chirimeros en 1.500 metros con un presu-puesto de dos millones de pesetas36. Dos años después, nos aparece la re-paración del acceso a nuestra aldea por un importe de 100.000 pesetas37. En época más reciente, la asociación Albasur agradecía en una carta al Ayuntamiento de Priego el arreglo por valor de 18.000 euros del camino de acceso a la casa de Rosa, discapacitada que precisa de silla de ruedas, residente en la zona de Las Rentas38.

Otra vía para acceder tradicionalmente a El Castellar ha sido el ca-mino que partiendo de la A-339 km. 33,200, justo al lado del cortijo del Campillo, se adentraba hacia El Castellar pasando por el cortijo Reyes; fue muy utilizado cuando la carretera provincial antes citada no existía. También se llevó a cabo durante los años 60 la apertura de un camino que conectaba con El Salado. Este, aunque con el piso de tierra, tuvo su denominación oficial como CP-59, aunque en la última redenominación de la red provincial, al igual que otros no asfaltados, se quedó fuera pa-sando a depender del Ayuntamiento. Partiendo de este carril, en junio de 2010, ha finalizado el arreglo del acceso a la ermita de San Miguel, que hasta ahora era impracticable en época de lluvias, mediante la instala-ción de un firme de hormigón cuyo coste ha sido sufragado por los pro-pietarios de fincas, la Asociación de Amigos de San Miguel y el Ayunta-miento de Priego. Casi en el cruce de ambas vías, en el margen izquierdo sentido El Salado, unos metros antes del llamado cocherón del Baterio o de los Valverdes, existía una cruz conocida como de Martín idéntica a la que todavía se puede ver en la carretera de El Poleo. La misma había sido erigida a mediados del siglo XIX por la familia del Sr. Martín pues este murió en dicho lugar a consecuencia de un disparo accidental que se produjo cuando fue derribado de la caballería que conducía.

Otro camino muy importante, hoy asfaltado después de su última remodelación, es el conocido como de la Cañada de Dios con 2.226 metros de longitud, a lo largo del cual existían numerosas viviendas ha-bitadas de las que solo dos lo son en la actualidad. No podemos olvidar el conocido camino de la Torre que, saliendo de El Castellar por la zona de las Rentas Coloradas, conectaba con la antigua carretera comarcal C-336 a la altura de lo que hoy es el hotel Río-Piscina y desde aquí por la conocida como Cuesta con el núcleo urbano de Priego. Dado que la ma-yor parte de la red de caminos tiene el piso de tierra o zahorra, los tem-porales de lluvia suelen estropear enormemente los mismos si, como es

36 Adarve, nº 15 de 15-12-1976.37 Adarve, nº 60 de 01-09-1978.38 Adarve, nº 665 de 15-02-2004.

Depósito de agua junto al cortijo de Los Felicianos

Page 40: El Castellar de Priego, estudio general

40

Rafael Pimentel Luque

habitual, existen pendientes pronunciadas. En este sentido, durante 1997 se emitió un informe sobre los daños ocasionados por las precipitaciones a cargo del Arquitecto Técnico Municipal Antonio Martos Espejo en el que se hacía referencia a El Castellar39.

Hace años, de la mano del crecimiento del número de vehículos particulares en la aldea, desapareció la línea de autobús que con destino a Priego salía cada mañana de El Castellar; actualmente, únicamente ac-cede el transporte escolar para varios alumnos de Educación Secundaria Obligatoria. Quedan de aquella época tres marquesinas para las paradas: una en el conocido como cruce de La Mosca, otra junto al acceso a la explanada de la iglesia y la tercera frente a la fuente, cien metros más arriba.

El abastecimiento de agua ha representado históricamente para nuestra aldea un auténtico calvario. Todavía a finales del siglo XX, cuan-do el año había sido seco, y fallaba el agua en época estival, se vivían situaciones angustiosas en cuanto al abastecimiento humano se refiere. Así, este se hizo tradicionalmente a través de los pozos, de particulares y públicos (el más utilizado era el de Colorao, en el cruce de La Mos-ca), como de fuentes. Como hemos apuntado anteriormente, en 1992 se acometieron las necesarias obras para el suministro de agua corriente a las viviendas y el correspondiente saneamiento. Sin embargo, al tomar las aguas de un pozo situado próximo al cortijo de los Felicianos, en una cota elevada cercana al núcleo del diseminado, en verano, que aumenta-ba el consumo y disminuían los aportes al sondeo, se producían constan-tes cortes debiendo rellenarse el depósito anejo con camiones cisterna. Finalmente, en 2006, por la Alcaldía de Priego se optó por traer el agua directamente desde la cabecera del municipio a El Castellar para lo que se construyó una estación de bombeo en la Puente Nueva.

Son numerosas las referencias en el periódico Adarve a este pro-blema: en la Comisión Municipal de 14 de julio de 1981 el concejal Ga-lera González hizo uso de la palabra para decir que El Castellar se estaba quedando sin agua, proponiendo que se procediera al saneamiento del suministro y a la colocación de una bomba manual40. Un año después el entonces teniente de alcalde, Tomás Delgado Toro, declaraba que los planes provinciales de la Diputación preveían una partida para llevar el agua a las aldeas de Paredejas, Navas, Genilla, Salado y El Castellar41, pese a ello nada se hizo entonces. Sin embargo, Enrique Alcalá indicaba que en 1935, durante la presidencia de D. Niceto, se habían construido

39 Adarve, nº 496 de 01-02-1997.40 Adarve, nº 126 de 01-08-1981.41 Adarve, nº 139 de 15-02-1982.

Page 41: El Castellar de Priego, estudio general

41

El Castellar de Priego, estudio general.

dos lavaderos: uno en Castil de Campos y otro en El Castellar-Chirime-ros42. Volviendo a épocas más recientes, en 1989, el concejal del PP (Par-tido Popular) Salvador Siles consideraba como inversiones necesarias el abastecimiento de aguas y los desagües para nuestro diseminado43. Dos años más tarde, la Escuela-Taller Subbética, dentro del plan para la inclusión de la Sierra de Albayate en el Parque Natural de las Sierras Subbéticas, hizo un análisis del entorno de dicha sierra. Respecto a El Castellar apuntaba a que el agua no estaba canalizada hasta las vivien-das y algunos pozos estaban contaminados por filtraciones de pozos ne-gros44. En 1992 ya se había realizado la captación y las canalizaciones con una red de 4 km y su correspondiente colector como refería el con-cejal de Aguas Manuel Gallardo Bizarro45. Las mismas eran claramente insuficientes, si se daba un período de sequía como aquél, por lo que en la siguiente anualidad se acometió la profundización del pozo de Los Fe-licianos construyéndose 150 metros de galerías46. Para 1994 el problema seguía sin solución pues José Luis Gallego Tortosa en un estudio sobre el agua en Priego titulado El agua: oro incoloro refería que El Castellar, 42 Adarve, nº 246 de 01-08-1986.43 Adarve, nº 316 de 15-07-1989.44 Adarve, nº 354 de 01-03-1991.45 Adarve, nº 384 de 01-06-1992.46 Adarve, nº 410 de 01-07-1993.

Depósito de agua junto al cortijo de Los Felicianos

Page 42: El Castellar de Priego, estudio general

El Solvito y Tejuela recibían el aporte hídrico a través de un camión cisterna47. En una visita a Priego del diputado provincial de Cooperación José Antonio Almenara, se reunió con varios alcaldes pedáneos, entre ellos el de El Castellar, con los que se trató del tema de la red de aguas48. Definitivamente resuelto el problema el año anterior, en marzo de 2007, el entonces concejal de Infraestructuras, Agustín Espinosa, destacaba la solución que se le había dado a esta cuestión en El Castellar49.

Aunque no hemos podido averiguar la fecha exacta, sabemos que el fluido eléctrico llegó a nuestro diseminado a principios de los años 70. Parece ser que la línea no era de mucha calidad pues en un pleno mu-nicipal el concejal Calvo Anné se interesaba por el estado de ejecución de la proyectada renovación del tendido eléctrico que da suministro a la aldea de El Castellar50. En 1980, por la Comisión Permanente del Ayun-tamiento de Priego, se aprobó la sustitución del alumbrado público de varias aldeas, entre ellas la que es objeto de este estudio, que pasó de ser de incandescencia a vapor de mercurio; curiosamente se fijaba una con-tribución especial a satisfacer por los vecinos del 70 % del presupuesto que era 600.149 pesetas (3.606,97 euros)51.

El servicio de reparto de correspondencia postal no se prestó en El Castellar hasta 1981. Anteriormente, las cartas se dejaban en estable-cimientos públicos de la zona de la Puerta Granada, lugar de entrada y salida de los lugareños a pie o en caballería cuando venían a Priego. Sin embargo, en el citado año, se dio cuenta en la Comisión Municipal Permanente de una comunicación por la que se autorizaba al Jefe de la Oficina Técnica de Correos la creación de un servicio motorizado de reparto para dar servicio a 1.031 personas en El Castellar, Rentas, Chiri-meros, Salado y Calderones52. En 1986, se asigna el código postal 14.817 a estas entidades poblacionales más Las Lagunillas y La Poyata53.

Sobre telecomunicaciones cabe decir que en los años 60 ya había un teléfono público en el interior de la taberna de La Mosca, pero no en el núcleo del diseminado como nos lo atestigua la hemeroteca54, refirien-do la noticia que se iban a incluir en el Plan Provincial de 1979 las ins-talaciones telefónicas para El Castellar junto a Los Villares, Poleo y La

47 Adarve, nº 443 de 15-11-1994.48 Adarve, nº 557-558 de 01-01-1999.49 Adarve, nº 738 de 01-03-2007.50 Adarve, nº 38 de 15-12-1977.51 Adarve, nº 91 de 15-02-1980.52 Adarve, nº 129 de 15-09-1981.53 Adarve, nº 242 de 01-06-1986.54 Adarve, nº 74 de 01-06-1979.

Page 43: El Castellar de Priego, estudio general

43

El Castellar de Priego, estudio general.

Poyata; nada se hizo pues fue hacia 1990 cuando se instaló otro en el bar del diseminado situado en el núcleo principal, inexistente hoy día, por lo que se puede afirmar que se carece de teléfono público en El Castellar. Sin embargo, la presencia en muchos domicilios de teléfono fijo de tipo “celular” y la universalización de los móviles permite actualmente una comunicación telefónica al mismo nivel que cualquier otra población. Respecto a Internet, la banda ancha, dada la escasísima demanda, no ha llegado a nuestro diseminado. No obstante, a través de servicios de wifi e Iberbanda hay varios domicilios que tienen conexión. Precisamente, el proyecto de instalación de una antena de telefonía móvil a través de un programa del Ministerio de Industria y el Ayuntamiento levantó un re-chazo generalizado entre el vecindario y otros propietarios de viviendas y fincas rústicas. Esto generó la recogida de firmas y la presentación de un escrito ante el consistorio que abortó finalmente el proyecto e incluso tuvo cierta repercusión mediática en la prensa local (Adarve, Priego Se-manal y Priego Digital55) y provincial.

55 Este medio digital incluso incluyó este tema en su resumen anual correspondiente a 2008.

Page 44: El Castellar de Priego, estudio general
Page 45: El Castellar de Priego, estudio general

45

ASPECTOS hISTóRICOS

A) Toponimia“Castellar” según el diccionario de la Real Academia de la Len-

gua Española, en su segunda acepción, tiene el siguiente significado: “Campo donde hay o hubo un castillo”, procedente del latín “castella-rius”. Curiosamente, en la primera es “todabuena”, nombre referido a una planta herbácea anual de la familia de las Gutíferas.

Así está claro cuál es el origen del topónimo. Con bastante pro-babilidad en la antigüedad hubo algún recinto fortificado en el disemi-nado que dio nombre al mismo. Según Rafael Carmona, arqueólogo mu-nicipal, podría situarse en un cerro inmediato a lo que hoy es el núcleo central de El Castellar, con varias casas, las antiguas escuelas y la iglesia. En dicho montículo se ubica actualmente el conocido como Cortijillo, estando su entorno muy transformado por el laboreo agrícola, habién-dose encontrado restos de un yacimiento tardorromano. Sin embargo, en opinión de algunos lugareños, la fortificación se habría situado en lo que es el cerro de la ermita de San Miguel, lugar que a día de hoy no ha sido sometido a estudio arqueológico, quizás porque la construcción y posteriores reformas del templo hayan destruido los restos que hubieran podido quedar. Esta teoría tiene apoyatura en que es un lugar situado a bastante altura, más de 900 metros, de difícil acceso y, sobre todo, que desde el mismo se domina casi toda la comarca, desde Las Lagunillas, al pie del pico Tiñosa, hasta Las Sileras, con la Sierra de Vizcántar al fondo, pasando por Priego y Almedinilla; en la dirección contraria da vista a toda la Sierra de Albayate y El Salado.

Este nombre de Castellar es muy frecuente en la geografía es-pañola e incluso en Italia, provincia de Alejandría, tenemos a Castellar de Guidobono. Con base en el nomenclátor del Instituto Nacional de Estadística hay 19 ejemplos de este topónimo que enumeramos a conti-nuación:

Page 46: El Castellar de Priego, estudio general

46

Rafael Pimentel Luque

Provincia Municipio Población Habitantes

Barcelona Aguilar de Segarra Castellar 80

Barcelona Castellar del Riu Castellar del Riu 147

Barcelona Castellar del Vallés Castellar del Vallés 22.606

Barcelona Castellar de N’hug Castellar de N’hug 208

Barcelona Sant Cebriá de Vallalta Castellar D’indies 794

Lérida Castellar de la Rivera Castellar de la Rivera 159

Lérida Rivera d’Urgellet Castellar de Tost 32

Gerona Quart Castellar de la Selva 15

Gerona Valla de Bianya Castellar de la Muntanya 16

Teruel El Castellar El Castellar 575

Valencia Valencia Castellar Oliveral 7.123

Murcia Murcia El Castellar 878

Guadalajara Castellar de la Muela Castellar de la Muela 34

Ciudad Real Castellar de Santiago Castellar de Santiago 2.213

Jaén Castellar Castellar 3.614

Cádiz Castellar de la Frontera

Castellar de la Frontera 3.109

Cádiz Castellar de la Frontera Castillo de Castellar 179

Page 47: El Castellar de Priego, estudio general

47

El Castellar de Priego, estudio general.

De otra parte, ha sido habitual el uso del término Los Chirime-ros para designar a este diseminado, incluso hoy que ha caído casi en desuso, sigue apareciendo en las direcciones postales de muchos ve-cinos de El Castellar para su correspondencia con distintas entidades públicas y privadas. Cuando he preguntado a los residentes qué es El Castellar y qué Los Chirimeros las respuestas no son uniformes. El criterio más aceptado es el de que Los Chirimeros sería el conjunto de edificaciones entorno al núcleo de la aldea, es decir, la iglesia y las antiguas escuelas, y El Castellar todo lo demás en el que estarían in-cluidos los propios Chirimeros, esta es la opinión de Palomar Rico y sus colaboradores56.

En este apartado no podemos olvidar que el arroyo que corre paralelo a la carretera de acceso a El Castellar se denomina de los Chi-rimeros. A título anecdótico diré que en la ELA (entidad local autó-noma) de Castil de Campos, dentro del municipio de Priego, existe un barrio con su fuente denominado Los Chirimeros. Palabra, por cierto, que no encontramos en el diccionario de la Real Academia de Lengua ni en las enciclopedias de uso común. Sin embargo, nuestra investiga-ción nos ha llevado a obtener información sobre este término que no aparece en la documentación histórica sobre El Castellar del Archivo Municipal y del Parroquial hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XIX.

Los chirimeros eran el conjunto de músicos que tocaban las chirimías57, instrumento antecesor del oboe, que se utilizaba tanto en celebraciones religiosas como seculares, como afirma Perdomo Esco-bar cuando refiere que Fray Juan de Landrada, Obispo de Cartajena de Indias, hacía llevar el viático a los enfermos con la música de los chirimeros. En el valle de Oaxaca (Méjico) ha pervivido esta tradición, también en Colombia sobre cuya historia musical el profesor de la Uni-versidad de Antioquía Jamir Mauricio Moreno Espinal ha elaborado un trabajo de investigación en el que se cita a los chirimeros diciendo que eran estos, a manera de heraldos, que encabezaban los cortejos procesionales en las ceremonias religiosas y fiestas pueblerinas; los 56 Palomar Rico, Antonio; Pedrajas Cubero, Francisco; López Molina, Antonio: Las aldeas del municipio de Priego de Córdoba: carencias y necesidades, 1986, edición facsímil en seis tomos no publicada que se custodia en el Archivo Municipal de Priego, tomo V, pág. 93.57 Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española sería el instrumento musical de viento, hecho de madera, a modo de clarinete, de unos siete decímetros de largo, con diez agujeros y boquilla con lengüeta de caña (procede de francés “chalemie”).

Page 48: El Castellar de Priego, estudio general

48

Rafael Pimentel Luque

mismos sobreviven actualmente en la población de Chocó58, especial-mente en las procesiones y desfiles. En una web sobre la localidad de Méntrida (Toledo), en el apartado correspondiente a los niños danzantes se habla de que estos actuaban junto a los músicos chirimeros59.

A la vista de lo anterior podemos afirmar con bastante seguridad que esta denominación ligada a El Castellar nació para distinguir unas viviendas en las que habitaban personas que tocaban las chirimías en di-versas festividades. El aumento de la importancia de esta zona respecto al resto del diseminado, recordemos que hoy día agrupa el mayor conjunto de casas, la fuente, la iglesia y la escuela, hizo que se llegara al siglo XX en pie de igualdad con la tradicional de Castellar para ir desapareciendo en los últimos años.

A lo largo de esta obra usaremos diversos nombres de lugares comprendidos dentro de El Castellar como El Campillo, Las Parras, Las Rentas, Los Nacimientos o La Cañada de Dios e incluso los inencontra-bles Almogávares, por citar algunos de los más importantes entres las decenas de ellos. En las poblaciones diseminadas del término de Priego, tal como apunta un informe del Ayuntamiento, fechado en 1930, a los reparos formulados por la Junta Provincial del Censo60, las denominacio-nes han sido mudables a lo largo de la historia cambiando su importancia como El Campillo, que figura en los documentos más antiguos en pie de igualdad con El Castellar e incluso desapareciendo algunas de ellas como Los Almogávares del que en 1930 nadie tenía memoria. Sin embargo, sí aparecía en los padrones de habitantes del siglo XVIII y principios del siglo XIX en la misma sección que el objeto de nuestro trabajo. Es muy aclaratorio el contenido del referido informe municipal que en parte transcribo a continuación:

Estas que pudiéramos llamar subentidades y que figuraban en-tonces con nombre particular para cada una, se han ido agrupando y reuniendo con sus vecinos inmediatos, mediante nuevas edificaciones y que enclavadas todas en parajes bien conocidos, recibieron el nombre común del paraje y formaron por ejemplo el caserío de La Almorzara, (…..), y dentro, por ejemplo, del caserío de Las Navas, quedaron los pe-queños grupos de Prados de las Navas, Caleta y Las Gañanas, con lo cual se sintetizó por decirlo así en una agrupación grande, lo que fueron 58 Departamento de la República de Colombia junto al Océano Pacífico y que limita con los de Antioquía, Valle del Cauca y Risaralda. La capital también llamada Chocó tiene 113.473 habitantes.59 Respecto a los danzantes dice: “Su origen está ligado históricamente a la cofradía de San Sebastián. So-bre su presencia, se sabe documentalmente que ya en el siglo XVI tenían sus actuaciones en el día del Santo Martir, patrono de la villa y titular de la parroquia. Al unirse las cofradías de San Sebastián y la Natividad en 1605, los danzantes pasaron a intervenir también en la fiesta del 8 de septiembre junto con los músicos chirimeros”.60 AMP, caja 655.

Page 49: El Castellar de Priego, estudio general

49

El Castellar de Priego, estudio general.

tres o cinco pequeños grupos y nació el caserío de Las Navas con su Alcalde Pedáneo, (….), y su nombre oficial (……) Iguales o parecidas causas motivan las omisiones del reparo 2º, habiéndose procurado con-cretar al margen de cada una de ellas a qué entidad quedó agregada, pero en algunos casos no ha sido posible la identificación, ya que los nombres con que figuran, no hay vecino, por viejo que sea, que las recuerde, tal ocurre con Almogávares.

En la base de datos elaborada con los nacimientos y defuncio-nes ocurridos en el diseminado en 1843 tenemos algunas referencias a este topónimo de Almogávares, la primera de ellas el fallecimiento de Vicente de los Reyes Expósito a los tres años de edad, de diarrea, el mis-mo había sido prohijado por Manuel Pérez Sánchez que residía en Los Almogávares61. Todavía a principios de la década de 1850 aparecen en los libros parroquiales referencias a este nombre para desaparecer com-pletamente en la siguiente. Pedro Alcalá-Zamora al nombrar el antiguo emplazamiento fortificado de Peñas Doblas, en un manuscrito inédito redactado entre 1838 y 1842, dice “Una fortificación no pequeña, y de la que no existen sino algunos trozos de murallas, se encuentra sobre la cresta de unos tajos de la Sierra de Albayate, en el sitio llamado de Los Almogávares, a una legua al sur de Priego, sin que nos quede noticia de qué fue ni de cómo se llamó”.62 Sin embargo, el enigma no queda acla-rado del todo pues testimonios anteriores y contemporáneos al de este autor como los recogidos en las relaciones topográficas de 1793 de To-más López, según información que le remitió el capellán prieguense An-tonio Lozano y Valenzuela, llaman al lugar como “Prado de Obras”; más adelante, en 1838, Francisco Julián Madrid Caballero, en un manuscrito conservado en la Biblioteca Nacional, lo nombra con su denominación actual de Peñas Doblas refiriendo que se le conocía antiguamente como Ciudad de Obras. La última cita de Los Almogávares la hemos encontra-do en 1877 sobre una subasta de bienes desamortizados63.

No obstante, las referencias bibliográficas a los almogávares son numerosas. Así Ambrosio de Morales en relación a la toma de Córdo-ba por los cristianos los definirá como “peones labradores y hombres del campo, y sujetos a los Adalides como por leyes de aquel título y por muchas de nuestras historias”64; el asalto principal a esta capital co-rrió a cargo de los almogávares entre los que destacaron Alvar Colodro, 61 Archivo Parroquia de la Asunción de Priego, libro nº 28 de defunciones, folio 59.62 Carmona Ávila, Rafael, “Aproximación arqueológica al territorio del rebelde muladí Ibn Mastana en la comarca de Medina Bagut”, revista Antiqvitas nº 22, 2010, pág. 148.63 Diario Córdoba, nº 8.182 de 22-12-1877.64 De Morales, Ambrosio, Las antigüedades de las ciudades de España, tomo X, págs. 79 y 80, impreso en 1792, Librería de Quiroga, Madrid.

Page 50: El Castellar de Priego, estudio general

50

Rafael Pimentel Luque

Domingo Muñoz y Benito de Baños. El profesor Veas65 los caracteriza como hombres de frontera, guerreros cuando había hostilidades y con-trabandistas en épocas de tregua como la firmada en abril de 1408 entre Castilla y Granada que quedó rota por la toma de Priego por los musul-manes ante la inoperancia de su guarnición.

Por otra parte, en un interesante estudio de Diego Melo sobre las treguas66 se alude a que en época de guerra la actividad bélica más común que se desarrolla en la frontera (de la que recordemos Priego forma parte como plaza fuerte en el lado castellano junto a Iznájar, Rute, Cambil y Algeciras) es aquella referida a las correrías llevadas a cabo por los almogávares; la incursión rápida, silenciosa y que tiene como fin la captura de botín, será la que desarrollará una sensación de inseguri-dad fronteriza. Cuando se ha establecido una tregua, tampoco el espacio limítrofe entre ambos reinos permanece tranquilo, consignándose en la documentación de la época las constantes violaciones de esta por parte de los almogávares, manifestación palmaria de la denominada “frontera caliente”; así está claro que las treguas no significan la paz absoluta y definitiva.

Carmen Juan Lovera, Archivera del Ayuntamiento de Alcalá la Real (Jaén), publicó en el Boletín de Estudios Giennenses un artículo sobre el pacto (hermandad) que Priego y Alcalá, entonces denominada de Benzayde, alcanzaron el jueves 21 de abril de 1383 en el río Caicena, junto a Almedinilla, con el fin de adoptar disposiciones comunes sobre diversos aspectos de orden público. En el documento intervienen además de los alcaldes y jueces de ambas villas, los “adalides” o jefes de los almogávares, dos por Alcalá (Gil García y Domingo García) y uno por Priego (Johan Merino).

A la vista de lo anterior podemos concluir que el topónimo Al-mogávares, aun desconociendo su ubicación exacta, correspondería a una zona próxima a El Castellar en la que después de la conquista defi-nitiva de Priego por Alfonso XI en 1341, se habrían establecido algunos de estos guerreros medievales que llegaron a constituir las tropas de choque de la época. Es probable que en un principio se utilizara como base de operaciones para sus correrías, para perder paulatinamente este carácter con el afianzamiento de la paz y el alejamiento de la frontera de Granada, en favor de su conversión en un núcleo rural más con fines agrícolas y ganaderos.65 Veas Arteseros, Fernando, “Lorca, base militar murciana frente a Granada en el reinado de Juan II, 1406-1454”, revista Miscelánea Medieval Murciana, V, 1980, pág. 168.66 Melo Carrasco, Diego, “Características y proyección de las treguas entre Castilla y Granada durante los siglos XIII, XIV y XV”, publicado en la Revista de estudios histórico-jurídicos, nº 30, págs. 277-287, Valparaíso (Chile), 2008.

Page 51: El Castellar de Priego, estudio general

51

El Castellar de Priego, estudio general.

B) Restos arqueológicos, de la Prehistoria a la Edad MediaEn la zona acotada para El Castellar no se han encontrado restos

arqueológicos del Paleolítico probablemente porque la misma carece de cuevas si exceptuamos la conocida como sima de la Llaná, situada casi en la cumbre de la Sierra de Albayate y por tanto difícilmente habitable. Tampoco la Carta Arqueológica de Priego, elaborada desde el Servicio Municipal de Arqueología a cargo del investigador Rafael Carmona Ávi-la, ha constatado la existencia en nuestro diseminado de hallazgos del Neolítico ni de época prerromana, a pesar de ser muy numerosos en la cercana Almedinilla y también en Fuente Tójar. Podemos deducir que El Castellar durante los miles de años que abarcan las etapas históricas citadas no estuvo habitado de forma permanente mediante asentamien-tos continuados. Esto no descarta que dada la existencia de abundantes manantiales sí que pudiera haberlo sido temporalmente como cazadero o zona de pastoreo.

En época romana existió un tipo de hábitat de poblamiento rural diseminado entre los núcleos fortificados, de ahí las “villas” que nacieron con la pacificación del mundo hispano-romano. El espacio temporal que sigue a la caída del Imperio Romano, con las invasiones de visigodos y musulmanes, acaba con esta dispersión poblacional. Con el transcurrir de los siglos, cuando los árabes se sienten seguros, los hispanomusulmanes vuelven a habitar el campo de forma permanente y así lo atestiguan los restos arqueológicos. Por el contrario, la Reconquista vuelve a traer la inseguridad y, con ella, la concentración de la población en los pueblos-fortaleza y la destrucción o abandono de las alquerías dispersas. Con el paso de los siglos, en poblaciones como Priego, en cada dehesa del común surgió un poblado de chozas con techo de retamas, paja o ramón, que les permitía, primero temporalmente y más tarde de forma continuada, estar cerca de sus labores. Así en la jurisdicción de Priego, en las áreas más llanas y de manantiales más distanciados, la colonización de tierras concejiles y del Ducado de Medinaceli hizo surgir aldeas compactas, por ejemplo Almedinilla y Fuente Tójar que luego alcanzarían la categoría de municipio. Por otra parte, en otras zonas con diferentes condiciones topográficas, el poblamiento adquiere una estructura menos compacta. Aparecen así aldeas en orden muy abierto y cortijadas con casas separa-das decenas o centenares de metros, pero formando glóbulos o áreas de concentración en nebulosa que frecuentemente están alineadas siguiendo los arroyos67. De esta forma, tenemos a El Castellar que responde clara-mente al segundo de los patrones explicados.

67 Ortega Alba, Francisco, El Sur de Córdoba. Estudio de Geografía Agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, tomo I, págs. 165 a 167.

Page 52: El Castellar de Priego, estudio general

52

Rafael Pimentel Luque

Sobre la colonización romana hay tres yacimientos recogidos en la Carta Arqueológica. Por un lado está el denominado Cortijillo68, muy próximo a los antiguos Chirimeros, lo que hoy es el núcleo principal de la aldea, que ha sido catalogado de época altoimperial con tipología de “hábitat” y estado de conservación “indeterminable”, en el mismo han aparecido abundantes fragmentos de cerámica común: “terra sigilata”, “dolia” y “tegulae”; la plantación de olivos puso al descubierto en la zona superior estructuras de mampostería. Por otra parte, tenemos el yaci-miento romano conocido como Cerro del Charco69 próximo al barranco de los Gayumbares, con tipología “hábitat”, estado de conservación “in-determinable” y abundantes fragmentos de “dolia”, “tegulae” y “lateres”, sobre el que hay noticias de la aparición de estructuras alteradas a causa de las labores agrícolas. Continuando en el mismo periodo histórico, en el paraje de Las Parras concretamente en el cortijo Caballero70 hay otra tipología de hábitat con materiales de “tegulae” y “laterculi”, presentando una estructura de sillar de arenisca; el estado de conservación vuelve a calificarse como “indeterminable”.

De la época de dominación musulmana hay dos referencias para el diseminado en la Carta Arqueológica de Priego. Por una lado está el yacimiento denominado Los Villares del Castellar71, en la zona conocida como Las Rentas, que responde a una tipología tipo “hábitat” de época andalusí-almorávide-almohade, siendo abundantes los fragmentos de ce-rámica pintada y vidriada, además de tejas; su estado de conservación es “indeterminable” por haberse producido una alteración debida a las labores agrícolas. De otro, tenemos en las cercanías del Salado la casería de Molina72 con clasificación cultural en la época andalusí y tipología de “hábitat”; únicamente se han encontrado fragmentos de cerámica en lo que hoy corresponde a un olivar en ladera, su estado de conservación es “indeterminable”. Respecto al topónimo referido a la sierra que preside al Sur todo el partido de El Castellar cabe decir que el significado de Albayate, procedente del árabe, sería ambiguo pues puede derivar de Al-Bayad (la blancura) o de Al-Balat (el camino)73.

Con la conquista de Priego por Fernando III de Castilla en 1226 la villa pasa a manos cristianas aunque hasta 1245 en que fue donada a

68 Nº de registro 14/556/066, grado de protección 2º.69 Nº de registro 14/556/078, grado de protección 2º.70 Nº de registro 14/556/204, grado de protección 2º.71 Nº de registro 14/556/078, grado de protección 1º.72 Nº de registro 14/556/196, grado de protección 1º.73 Carmona Ávila, Rafael y Muñiz Jaén, Ignacio, La Sierra de Albayate, un estudio multidisciplinar, aspec-tos históricos, ayuntamientos de Priego y Almedinilla, 1995, pág. 32.

Page 53: El Castellar de Priego, estudio general

53

El Castellar de Priego, estudio general.

la Orden de Calatrava estuvo prácticamente despoblada74. Como enco-mienda de esta orden permanecería hasta 1327 en que pasó nuevamente a manos musulmanas para acabar siendo reconquistada definitivamente en 1341 por Alfonso XI. En opinión del profesor Peláez del Rosal el ruedo de Priego se dividió en “caballerías” una de las cuales sería El Castellar. Precisamente, este monarca castellano en su famoso Libro de la montería cita a nuestra aldea diciendo que “el monte del Castellar de la Sierra del Vellate es bueno de puerco en yuierno”. Aquí tenemos, por tanto, la pri-mera referencia documental al nombre del diseminado objeto de nuestro estudio.

Volviendo a la Carta Arqueológica de Priego se cita al Cami-no de la Cañada de Dios75 que corresponde a una vereda con muros laterales de mampostería a seco y pasos excavados en la roca. Esta vía, bastante bien conservada (debido al paso de senderistas y motocicletas), discurre en un tramo de unos 1.400 metros, que se adentra en el monte no roturado hasta el denominado cortijo de la Sierra76. Hay un ramal de la misma que se desvía hacia la garganta paralela a la del citado cortijo, denominada cañada de los Tajos, en la que se sitúa un manantial de agua y más arriba una antigua casa-cabreriza con su parcela de tierra roturada usada como huerto. Respecto al nombre de esta vía, he de disentir de los autores de la carta pues el camino de la Cañada de Dios es otro, como ya he especificado en otra parte de esta obra, y la vereda medieval sería la continuación de lo que los lugareños llaman Senda del Perro, camino que arranca al final de la carretera CO-8207 de acceso a El Castellar. Hoy está asfaltado durante un tramo hasta el Cortijo de los Caserías, desde aquí su piso es de hormigón hasta El Collaillo, a partir del cual está de zahorra.

C) La ocupación en la Edad Moderna, siglos XVI, XVII y XVIIICon la conquista de Granada en 1492, la comarca de Priego dejó

de ser una zona fronteriza, lo que motivó el desarrollo de la ganadería y sobre todo de la agricultura, actividad que exige una mayor permanencia sobre el terreno, con lo cual la población del campo de Priego se irá in-crementando paulatinamente. El Castellar y su entorno no son ajenos a este proceso y al finalizar el siglo XVII (1696) ya constituye una entidad poblacional junto al Campillo en el padrón vecinal de Priego.

74 Peláez del Rosal, Manuel, Priego de Córdoba en la Edad Media, edición del autor, Salamanca, 1977, pág. 65.75 Nº de registro 14/556/215.76 Antigua explotación ganadera de la familia Madrid que estuvo habitada hasta 1980.

Page 54: El Castellar de Priego, estudio general

54

Rafael Pimentel Luque

En el Archivo de Protocolos77 encontramos durante 1602 dos referencias a El Castellar. De una parte, con fecha 2 de abril del citado año se otorgó un contrato de compraventa por Francisco Hernández el Viejo y María Ximénez, su mujer, en calidad de vendedores, a favor de Bartolomé González de la Puente Congosto, como comprador, de una aranzada y media de viña situada en el sitio de El Castellar, término de la villa de Priego. Dicha finca lindaba con una viña de Juan Moyano, yerno de Aparicio Ruiz y de un hijo de este, y de Bartolomé Ruiz, y es-taba libre de censo e hipoteca, declarando que la entrada era por donde solía, que era por la heredad de Linares. Se fijó como precio de la venta la cantidad de 60 ducados a pagar en cuatro años. Hay en dicha escritura unos detalles interesantes: uno es que el total del precio se pagó antes de la fecha estipulada, el otro se refiere a la identidad de los vendedores, moriscos naturales de los descendientes de la villa de Montefrío que se asentaron en Priego antes de la conquista de Granada, protegidos por el padre del primer Marqués de Priego, don Alonso de Aguilar. Esto se evidencia por la presencia como testigo del contrato del famoso alcaide de moriscos Juan Cabecera, que firmó la escritura representando a los otorgantes que manifestaron no saber hacerlo. Por otro lado, tenemos el 12 de agosto de 1603 a María de San Juan, viuda de Alonso de Navas, que declara deber a su hermano, el capitán Jusepe de Mendoza, 700 reales o 23.008 maravedíes que se los había prestado para cubrir la dote de su hija Catalina de Navas, aceptando devolver dicha cantidad al pres-tamista en el plazo de cuatro años. Como garantía, además de una casa en Priego, la otorgante ofreció una aranzada y media de viña, “que tengo en El Castellar”, lindante con viñas de Juan Mateo y de Juan García de la Mancha78.

Dos años después, el 27 de abril de 160479, se lleva a cabo la com-praventa de fanega y media de tierra en el sitio de El Castellar que vende Diego Almuedán Cascos y su mujer María Alonso a Juan de Herrera, hijo de Alonso de Herrera. La finca lindaba con tierras del comprador, con Luis de Herrera y con los herederos de Alonso de Carmona; fue vendida libre de censo, carga, deuda, memoria, hipoteca u otro gravamen, con to-das sus entradas y salidas, usos y costumbres, derechos y servidumbres, en precio de catorce ducados y medio.

Parte considerable de tierra compraron los vecinos de Priego a los marqueses titulares y varias dehesas al Rey en el siglo XVI. También importantes baldíos y realengas al comisionado del rey Felipe IV, Luis 77 AMP, libro 16, protocolo del escribano Diego de Vargas.78 Ambos documentos son fruto de la investigación de Manuel Peláez del Rosal, Cronista Oficial de Prie-go.79 AMP, oficio de Hernán López Vaquerizo, folios 548 al 552.

Page 55: El Castellar de Priego, estudio general

55

El Castellar de Priego, estudio general.

Gudiel y Peralta, en 1639; este hecho es de indudable trascendencia para la configuración del paisaje. Como quiera que la presión sobre la tierra se iba incrementando, el Ayuntamiento de Priego estableció la costumbre de subdividir las tierras del común entre los hijos de los arrendatarios y conceder permiso para edificar casas dispersas, que luego van a dar lugar a las aldeas (entre ellas El Castellar) e incluso a nuevos municipios como Fuente Tójar y Almedinilla. Estas cortijadas aprovecharon para su asentamiento los numerosos manantiales del término y serán focos im-portantes de la acción transformadora del territorio, si bien, el freno que suponía su condición de arrendadores dificultó esta transformación. Más adelante, con la desamortización de estos bienes durante los siglos XIX y XX, podrán disponer con más libertad de los mismos y plantar olivos que era la tendencia desde el siglo XVIII80.

Las adquisiciones de terrenos apuntadas crearon una serie de pro-pietarios “libres” que eran autosuficientes y cuyas explotaciones presen-taban una mayor productividad con menor superficie inculta. El entre-comillado anterior viene a reflejar que estos labradores soportaban sobre sus fincas unos importantes gravámenes. De una parte, la gran cantidad de impuestos como diezmos y alcabalas; de otra, los censos perpetuos, re-servativos, enfitéuticos y consignativos abundaban sobremanera creando una compleja dependencia respecto a los señoríos, la clase comerciante y los prestamistas de oficio81. Básicamente, el censo, figura legal de tipo hipotecario que todavía está recogida en el Código Civil de España82, consiste en el pago de un alquiler perpetuo (en dinero o en especie) al primitivo propietario o a quien adquiera de este el derecho a censo; por el contrario, el explotador de la tierra podía enajenar también la misma aunque el nuevo titular tendría lo obligación de seguir pagando la obliga-ción censitaria.

De 1694 es una referencia al repartimiento del servicio de mi-licias83 en el que a nuestro diseminado se le suman Las Paredejas y La Tejuela, al otro lado de lo que hoy es la A-339 y por tanto fuera de la zona acotada para el objeto de este estudio. La obligación de prestar servicio en las milicias de Castilla se tradujo en dos soluciones distintas en la co-yuntura crítica de 1640: la exigencia de un servicio personal para asistir a la defensa territorial o completar las filas de los ejércitos reales, por un lado, y el servicio pecuniario de las milicias, por otro, que se conoció en primera instancia como “composición de milicias” (1646-1668), aplicado 80 Ortega Alba, Francisco, El Sur de Córdoba. Estudio de Geografía agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, tomo II, pág. 14.81 Ibídem, tomo II, pág. 87.82 Título VII, artículos 1.604 a 1.664.83 AMP, caja 655.

Page 56: El Castellar de Priego, estudio general

56

Rafael Pimentel Luque

a la financiación de las guerras de Cataluña y Portugal, y como “servicio de milicias” a partir de 1669.

Según el Catastro de Ensenada, en la comarca de Priego los “ma-yorazgos” eran muy escasos en 1752, fecha en que se realizó el catastro, lo que contribuye en ese momento a que haya un mayor tráfico de tierras libres y, por tanto, más apego de los titulares a sus explotaciones con la necesidad de vivir próximos a las mismas. El grado de diseminación del hábitat actuaría en Priego en el sentido de que muchos de esos grandes propietarios libres vivían en las aldeas y cortijadas, con plena dedicación a sus labores – frecuentemente fueron grandes ganaderos – y, por tanto, lejos de ese ideal de hidalguía y desprecio de los trabajos manuales que predominaba entre sus colegas de otras villas84.

Recordando lo apuntado en el apartado sobre población, El Cas-tellar conoce un notable aumento de sus vecinos a lo largo del XVIII como lo atestiguan los padrones de 1776, 1777 y 1778. En la revisión de las actas capitulares del Ayuntamiento de Priego apenas encontramos referencias a esta aldea. En las de 170485 tenemos a Miguel Sánchez de Cañete y su esposa, residentes en el Campillo, que son partícipes de un repartimiento de trigo del Pósito municipal. En 171186 se concedió li-cencia a Diego Gallardo González para que tomara las aguas del arroyo de las Parras para el riego de sus tierras. Por otra parte, en el acta del concejo celebrado el 30 de marzo de 172887 se concedió un reparto de trigo; por primera vez, la relación nominal está dividida según los lugares de vecindad de los beneficiarios, en la misma aparece una sección para Almogávares, Castellar y Campillo; los nombres de los cuatro receptores son: Pedro de la Cruz López, Blas Díaz, Esteban Ruiz Abad y Francisco Pérez de Jaén.

D) Los apellidos de El CastellarDurante el estudio de los nacimientos y defunciones de esta al-

dea, he podido comprobar cómo determinados apellidos se repiten fre-cuentemente, cosa bastante normal si atendemos a su escasa población, el aislamiento y por tanto, la tendencia a uniones matrimoniales entre personas del diseminado. Curiosamente, este fenómeno explicable plena-mente hace unas décadas teniendo en cuenta la dificultad en las comuni-caciones, se sigue repitiendo en la actualidad con noviazgos y matrimo-

84 Ortega Alba, Francisco, El Sur de Córdoba. Estudio de Geografía agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, tomo II, pág. 92.85 AMP, caja 12.86 AMP, caja 13.87 AMP, caja 14-1.

Page 57: El Castellar de Priego, estudio general

57

El Castellar de Priego, estudio general.

nios entre jóvenes cuyos padres están vinculados a El Castellar, aunque hace tiempo que residen en Priego o Almedinilla.

Las aportaciones a las páginas que siguen proceden de diversa bi-bliografía: Enciclopedia de Genealogía y Heráldica Hispano Americana de los hermanos García Caraffa, Blasones de armas y linajes de España de Diego de Urbina, Blasones de Juan Francisco de Hita, Estudios de heráldica vasca de Juan Carlos Guerra y Nobiliario de Aragón de Pedro Vitales. En lo referido a Priego, para algunos apellidos, hemos tomado las aportaciones de Heráldica y Genealogía de Priego de Manuel Peláez del Rosal.

D.1) AguileraEs el apellido más repetido, también extraordinariamente habi-

tual en la Aldea de la Concepción y en Las Paredejas. Procede del latín “aquilare” que significa “lugar habitado por águilas”. Algunos historia-dores hacen dimanar el apellido de Francia o Alemania y dicen que fue introducido por caballeros que acudieron a participar en la Reconquista. Otros estudiosos han apuntado que Aguilera es un apellido castellano, descendiente del Rey Ramiro I con casa solariega en las montañas de Trasmiera (Cantabria). Una rama pasó luego a Valtueña (Soria), otra a Cetina (Zaragoza), otra a Soria, otra a Peñaranda (Salamanca) y otras, por fin, a Andalucía y Murcia. Sancho IV concedió en 1290 el Señorío de Aguilera, junto a la villa de Berlanga (Toledo) a Gil de Aguilera, que edificó allí un castillo, siendo el tronco de los Aguilera de Guadalajara y Cuenca. Respecto a la toponimia podemos encontrar el pueblo de La Aguilera (Burgos), el lugar llamado La Aguilera en Bayubas de Abajo (Soria) y La Aguilera, en Las Rozas (Santander).

En lo referido a Priego, Peláez del Rosal nos indica que la es-tirpe de los Aguileras de Priego es muy amplia, pudiéndose decir que quizás sea uno de los que más ha extendido sus ramas por la población. Históricamente, se configuraron en nuestra ciudad dos linajes de lim-pia ejecutoria: los Aguilera de Porcuna y los Aguilera Infante; ambos se consolidan en el siglo XVIII y desde esta fecha su continuidad no tendrá ruptura. En 1645 Sebastián Carrillo de Navas y Aguilera, hijo de García de Navas Aguilera y María Carrillo Aguilera, declara que sus padres fueron vecinos de Priego, lugar en el que él había nacido, añadiendo que los Aguilera de Priego habían venido de Porcuna, habiendo ganado eje-cutoria de hidalguía uno de sus antepasados Francisco Serrano Aguilera, en la Chancillería de Granada, en 1543. Un sucesor del anterior, su bis-nieto Cristóbal Aguilera Serrano, se fue a vivir a la ciudad de Antequera, solicitando en 1627 que se le incluyese en el padrón de hidalgos de di-

Page 58: El Castellar de Priego, estudio general

58

Rafael Pimentel Luque

cha ciudad, a lo que se accedió previa presentación de la carta ejecutoria referida. En el Catastro de Ensenada, dentro del apartado de familias seglares, se encuentran numerosos asientos de este apellido; por ejemplo, en la calle Real consta que vivía Alonso Aguilera, músico, y Joaquín Aguilera, procurador de número de la villa. En la provincia de Córdoba residen 3.404 personas que lo tienen como primer apellido, 3.612 como segundo y 112 poseen ambos. En España son 31.344 de primero, 31.248 de segundo y 675 los dos88.

D.2) SánchezSiguiendo en orden descendente de frecuencia, tenemos el apelli-

do Sánchez con una variante muy frecuente en los documentos antiguos como era Sánchez de Cañete. Este apellido procede del patronímico San-cho y fue usado por ilustres castellanos y aragoneses de notoria hidalguía. García Alonso de Torres, conocido genealogista que vivió en el siglo XVI, afirmaba que el progenitor de este linaje era Rodrigo Sánchez que fundó casa, continuando su descendencia hasta Fortún Sánchez, rico-hombre del rey Sancho de Navarra. Según Pedro Vitales, Sancho Sánchez fue con el rey Pedro, el primero que intervino en la conquista de Barbastro allá por 1100. Además nombra a dos caballeros llamados Lope Sánchez de Ogaure y Galindo Sánchez, de Belxite, ricos-hombres que intervinieron en la conquista de Zaragoza. Los Sánchez de la montaña de Santander poseyeron casas en Arnero, Santoña, Torrelavega e Hirvio. Los de Nava-rra y La Rioja proceden de las villas de Tudela y Cascante. En Murcia y Alicante fueron algunos caballeros de apellido Sánchez recompensados por el rey Alfonso X de Castilla cuando efectuó el reparto de tierras. En Andalucía las casas de este apellido son muy numerosas; podemos nom-brar: Borgem, Colmenar, Málaga, Mijas y Marbella. En la provincia de Córdoba 16.936 residentes lo tienen como primer apellido, 16.848 como segundo y 575 poseen ambos. En toda España 816.265 como primero, 821.935 de segundo y 36.174 con los dos apellidos Sánchez.

D.3) MontesContinuamos con Montes que es el plural de monte: elevación

natural del terreno. Seguramente antes de convertirse en apellido fue so-brenombre. Algunas fuentes apuntan a que este apellido tuvo su origen en San Mamés, lugar perteneciente al Ayuntamiento de Poblaciones, en la comarca de Cabuérniga (Cantabria). Otra familia de este linaje pasó a Asturias, extendiéndose posteriormente por Galicia. Hay constancia do-

88 Datos a enero de 2008, tomados del Instituto Nacional de Estadística.

Page 59: El Castellar de Priego, estudio general

59

El Castellar de Priego, estudio general.

cumental de que este apellido probó su nobleza en la Real Audiencia de Oviedo, en la Real Compañía de Guardias Marinas y ante las órdenes de Santiago, Alcántara y Montesa. Respecto a Andalucía se sabe que una rama de los Montes instalados en Cádiz pasó a Chile. Encontramos en 1696 un residente en El Castellar con este apellido, concretamente Juan Ventura Montes. En nuestra provincia lo tienen como primer apellido 2.535 habitantes, como segundo 2.702 y con los dos 67. En España de primero 39.005, de segundo 39.225 y 529 con los dos.

D.4) GonzálezSeguimos con González, apellido patronímico que deriva del

nombre propio Gonzalo, muy frecuente durante la Edad Media. Depen-diendo del autor consultado la situación de los primitivos solares de este apellido se encontraría en la montaña de León, en Asturias o en Jaca (Huesca). También hay quien afirma que el apellido proviene del conde Fernán Negro que estuvo emparentado con Carlo Magno. En El Caste-llar ha predominado la variante compuesta González de la Cerda que ya aparece en padrones de habitantes del siglo XVIII. Curiosamente el “de la Cerda”, merced a la anotación o no del mismo por el funcionario del Registro Civil en el momento del nacimiento, se ha mantenido o ha desaparecido. Así está constatado que hermanos y sus descendientes de El Castellar se apellidan González de la Cerda y otros solo González. En el padrón de habitantes de 1696, para la sección de Campillo y Castellar ya figuraban dos: Francisco González y Alonso González como cabezas de familia. En Córdoba lo tienen como primero 12.331 residentes, como segundo 12.086 y con ambos González 397. En nuestro país 929.751 de primer apellido, 934.793 de segundo y 43.526 con ambos.

D.5) MayorgaContinuamos con el apellido Mayorga, con una variante en plural

Mayorgas, cuyo origen es toponímico de la villa de Mayorga, partido judicial de Villalón (Valladolid). Baños de Veñasco dice que procedía de los infantes de León, motivo por el cual llamaban a sus caballeros “los infanzones”. En 1600 encontramos a Martín Mayorga y Arregi como se-cretario del embajador de España en Inglaterra, después pasaría a Méjico y posteriormente a Perú, siendo obrero mayor de la Catedral de Lima hasta 1637. Hay constancia del ingreso en 1624 de dos caballeros en la orden de Alcántara, los hermanos Pedro y Francisco Mayorga y Valcár-cel. Mariana de Mayorga y Cote fue bautizada en Cádiz el 27 de abril de 1678, sus padres eran Roque López de Mayorga y María de Cote que pasarían luego a Chile. En nuestra provincia hay 202 personas que tienen

Page 60: El Castellar de Priego, estudio general

60

Rafael Pimentel Luque

Mayorga/s como primer apellido, 214 como segundo y ninguna con los dos. En el total de España son 3.466 las que lo tienen como primero, 2.429 como segundo y 56 con los dos.

D.6) ÁvilaTambién el apellido Ávila tiene origen toponímico. Los hermanos

Caraffa afirman que es una variante gráfica de Dávila, indicando que es un apellido castellano que procede de conquistadores y pobladores de la ciudad de Ávila. Mosén Jaime Febrer, famoso trovador de Valencia, cita a Sáncho Dávila, descendiente de Blasco Dávila, y dice que cuando en el sitio de Valencia fue herido el rey don Jaime junto a la puerta de la Boatella, le auxilió el mencionado Sancho. El personaje más famoso con que cuenta esta ciudad es Santa Teresa de Ávila, fundadora de la orden de las carmelitas descalzas, doctora de la Iglesia y uno de los grandes nombres del género místico. En nuestra provincia hay 987 personas con Ávila como primer apellido, 1.054 con el mismo de segundo y 12 con los dos. A nivel nacional son 26.578 de primero, 24.482 de segundo y 319 con ambos.

D.7) SerranoEl apellido Serrano es muy antiguo y procede de la zona caste-

llana. En la mayoría de los casos, se trata de un derivado de Sierra con la acepción “persona que habita en una sierra” o bien “perteneciente a las serranías o sus moradores”. En la Edad Media el apellido está plenamente documentado en el personaje de Martín González Serrano, del cual cono-cemos la fecha y lugar de su fallecimiento, que fue en la ciudad de Burgos en el 970. Más adelante el linaje pasó a León, Ledesma y Tordesillas, para entrar después en Andalucía y Aragón.

Peláez del Rosal lo incluye en su libro y dice que en Priego tienen el apellido Serrano varias estirpes. Su existencia se acredita en nuestra población desde el siglo XVI. En 1584 las actas capitulares refieren que un tal José Serrano encontró un tesoro de plata. Más adelante, en el siglo XVIII, es cuando los poseedores de este apellido ocupan con frecuencia cargos concejiles al haber sido reconocida su hidalguía. Así los hermanos Enrique y José Serrano Barradas figuran en 1778 como padre general de menores y regidor, respectivamente. Por esa fecha será nombrado corregi-dor de Priego Antonio Serrano Ortega, abogado de los Reales Concejos, natural de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca). Los Serrano de Priego han tenido una importante participación en la vida ciudadana: en 1836 un tal Rafael Serrano se incluye entre las personas notables de la pobla-ción. En 1841 José Serrano Barradas se refugió en Francia procedente

Page 61: El Castellar de Priego, estudio general

61

El Castellar de Priego, estudio general.

de las filas carlistas. En 1862 Rogelio Serrano Pérez, alcalde de la villa, gestó la idea de la construcción del nuevo cementerio sobre el proyecto del arquitecto Pedro Nolasco Meléndez. En nuestra provincia son 7.100 pobladores los que lo tienen como primer apellido, 6.955 como segundo y 166 apellidados Serrano Serrano. En España 131.971 de primero, 131.700 de segundo y 2.132 con los dos.

D.8) ZamoraEl linaje Zamora es de origen guipuzcoano, existiendo el título

nobiliario de Conde de Zamora de Riofrío concedido por Carlos IV el 9 de septiembre de 1795 a Manuel de Medina y Ayuda Corella. Tuvieron casa solariega en Oyarzun y Peña de Laya, junto a Hernani. En 1247 varios caballeros con este apellido acompañaron a Fernando III en la toma de Sevilla siendo recompensados no solo en el repartimiento de dicha ciudad sino también en otros lugares de Andalucía. Consta que en 1400 Diego de Zamora y Aguilar, natural de Oyarzun, pasó a asentarse en la región de La Mancha donde estableció varios mayorazgos. Zamora es una ciudad antiquísima, algunos historiadores suponen que se trata de una población que se designó en la antigüedad como “Ocellum Duri”, equivalente a Joya del Duero. En nuestra provincia de Córdoba hay 1.163 personas que lo tienen de primer apellido, 948 de segundo y 25 con los dos. En el total de España hay 25.273 personas que lo tienen de primero, 24.482 de segundo y 319 con ambos.

D.9) CanoContinuamos con Cano que deriva del latín “canosus”, “que tiene

los cabellos blancos” por tanto, provendría de un sobrenombre. Al igual que otros muchos apellidos españoles que arrancan de la Reconquista, no podemos determinar con claridad su origen, aunque sí se sabe que sus principales solares los tiene en Torrelavega y Santander. Las distin-tas ramas se extienden por Toledo, Murcia, Andalucía, Álava y Navarra. Igualmente por América donde encontramos este apellido en Méjico, El Salvador y Argentina. En Priego, procedente de Alcalá, se instaló Lau-reano Cano, músico y maestro de capilla de la Iglesia de la Asunción que casó con una prieguense, heredera de tierras en la zona de Las Rentas de El Castellar cuyo cortijo se conoce todavía como Los Canos aunque en su fachada figura San Laureano. Su hijo, Alonso Cano, también músico, da nombre a la coral polifónica de Priego desde 1979. En la provincia de Córdoba hay 2.440 habitantes que lo tienen como primero, 2.559 como segundo y 38 con ambos apellidos Cano. En el total nacional son 77.028 de primero, 76.620 de segundo y 1.525 con los dos.

Page 62: El Castellar de Priego, estudio general

62

Rafael Pimentel Luque

D.10) JiménezEl apellido Jiménez, según Fernando González-Doria, tuvo su

primitiva casa solar en Navarra y Aragón. Es patronímico de Jimeno, una variante medieval de Simón, nombre bíblico. Hay diversas variantes como Giménez y Ximénez que tienen la misma historia y escudo de ar-mas. Muchas personas de este linaje fueron señores de villas y castillos: así tenemos a Fernán Jiménez, señor y alcalde del castillo de Segorbe en 1412; también Rodrigo Jiménez de Rada, Arzobispo de Toledo en 1309, historiador, que escribió la Crónica de España hasta el rey Fernando III, al que se la dedicó. En la provincia de Córdoba hay 16.874 personas con Jiménez como primer apellido, 16.525 como segundo y 681 con los dos idénticos. En España son 386.147 con el mismo como primero, 384.118 de segundo y 21.967 con los dos iguales.

E) Los siglos XIX y XX, las noticias de prensaEl inicio del siglo XIX fue muy convulso especialmente por la

Guerra de la Independencia (1808-1814) contra el invasor francés. Las tropas de ocupación se establecieron en Priego en distintos periodos, donde tuvieron un hospital general y es de suponer que El Castellar su-friera sus rigores con distintas incautaciones, saqueos y vejaciones a las personas.

Poseemos un curioso y extenso documento, más de 500 folios, que vincula directamente a Napoleón con Priego de Córdoba y El Caste-llar y del que se da cuenta en la obra Cortijos, haciendas y lagares89. Así, el 7 de abril de 1811 se fecha en Priego un testimonio literal de la escri-tura90 por la que León de Vallejo y el presbítero José Galindo venden a Napoleón (su majestad imperial y real el emperador de los franceses) diversos molinos, cortijos, hazas y huertas; aceptaba la venta Antonio de Lema que era Contador del Estado en Priego, autorizado por la Comisión Imperial y Real de Secuestros. Junto a esta escritura hay otra de ratifi-cación de venta a favor del Duque de Medinaceli fechada el 10 de mayo de 1814 en Montilla. Entre las propiedades vendidas por el Sr. Vallejo estaban unos cortijos en La Tejuela, Las Paredejas y lo que más nos inte-resa en El Castellar, que tenía 30 fanegas de monte alto y olivar con una casa de teja. Cabe como posible explicación de la segunda escritura, que expulsado Napoleón de España y perdido todo su poder, las referidas pro-piedades volvieran a sus antiguos propietarios que acabaron vendiéndolas al Duque de Medinaceli que, a su vez, las enajenó en 1844.

89 Cantizani Oliva, Juan y Córdoba Estepa, Gregorio, Tomo de Córdoba, volumen 2, Consejería de Obras Públicas y Transportes de la Junta de Andalucía, 2006, pág. 88.90 Archivo General de Andalucía, sección de Priego. 2.254, 1103/068-578.

Page 63: El Castellar de Priego, estudio general

63

El Castellar de Priego, estudio general.

Para 1825, según las actas capitulares, se elabora una relación de Voluntarios Realistas que tienen su domicilio en El Castellar91. Ahora bien, el hecho trascendental que va a marcar este siglo para nuestra aldea y toda la comarca es, con diferencia, la desamortización. La misma fue un proceso político y económico de larga duración en España que trans-currió desde 1766 hasta 1924, en el cual la acción estatal convirtió en bienes nacionales las propiedades y derechos que hasta entonces habían constituido el patrimonio amortizado (sustraído al libre mercado) de di-versas entidades civiles y eclesiásticas (manos muertas) para enajenarlos inmediatamente en favor de ciudadanos individuales. Las medidas esta-tales afectaron a las propiedades plenas (fincas rústicas y urbanas), a los derechos censales (rentas de variado origen y naturaleza) y al patrimonio artístico y cultural (edificios conventuales, archivos y bibliotecas, pinturas y ornamentos) de las instituciones afectadas. El objetivo de la desamorti-zación era la formación de una propiedad coherente con el sistema libe-ral, es decir, la instauración de la propiedad libre, plena e individual que permitiera maximizar los rendimientos y el desarrollo del capitalismo en el campo. La entrada de esta masa de bienes en el mercado se efectuó, en general, a través de dos procedimientos: la subasta al mejor postor como fórmula preferente y más extendida en el caso de propiedades plenas, y la redención por el censatario cuando se trataba de derechos.

La legislación desamortizadora reproduce los avatares de la re-volución liberal, pues su vigencia y derogación están mediatizadas por la coyuntura política (avances liberales y reacciones absolutistas). La cuarta fase (1855-1924), que es la que más nos interesa para nuestro trabajo, se inauguró con la Ley General de 1 de mayo de 1855 (cuyo principal im-pulsor fue el ministro de Hacienda Pascual Madoz, razón por la cual es también conocida como Ley Madoz) y fue por duración y volumen de ventas la más importante. Se completó la enajenación de los bienes de regulares y seculares y, sobre todo, se declaró la venta de los patrimonios de todas las manos muertas (bienes municipales, instrucción pública y beneficencia). La privatización de fincas rústicas afectó a una extensión equivalente al 25 % del territorio español, y, en general, ratificó la es-tructura de la propiedad preexistente. El objetivo financiero fue cubierto

91 El Cuerpo de Voluntarios Realistas fue una milicia que Fernando VII organizó por orden de 10 de junio de 1823, tras la caída del gobierno liberal en España. Tenía como objetivo evitar el restablecimiento del go-bierno constitucional y luchar contra los liberales. Estaba formado por los elementos más intransigentes del absolutismo español. Dependían de los ayuntamientos y estaban bajo la autoridad del capitán general, ex-cepto en el País Vasco, en el que el control lo ejercían las diputaciones forales. En 1826 estaba integrado por 200.000 voluntarios, pero solo la mitad llegó a estar uniformado y armado en 486 batallones de infantería, 20 compañías de artillería, 52 escuadrones de caballería y algunas compañías de zapadores. El cuerpo tenía un inspector general, siendo el primero José María Carvajal. Se disolvió oficialmente en 1833 y una parte de sus integrantes se sumó a las fuerzas del infante Carlos María Isidro durante la Primera Guerra Carlista.

Page 64: El Castellar de Priego, estudio general

64

Rafael Pimentel Luque

satisfactoriamente. En cuanto al fin político de consolidar la causa libe-ral, la extracción social de los compradores, restringida inicialmente a los círculos más acaudalados, se diversificó a medida que se cubrían las etapas del proceso. En conjunto, no obstante, fueron los miembros de la burguesía (comerciantes, hombres de negocios, miembros de las profesio-nes liberales y campesinos acomodados) quienes capitalizaron las fincas más preciadas y de mayor extensión. Por el contrario, tanto el campesino pobre como el colono dispusieron de menores posibilidades de acceso a la propiedad.

Como hemos apuntado en el apartado sobre economía, la base que sustenta a El Castellar es la producción agrícola, fundamentalmente el olivar. Esta tiene su origen en el fenómeno desamortizador que propició un cambio de enormes consecuencias en cuanto a la distribución de la propiedad de la tierra; de una parte, se crearon grandes cortijos con cien-tos de hectáreas y de otra, pequeñas propiedades que todavía perviven. En todo caso, la roturación de estas fincas de mucha extensión necesitaba gran cantidad de mano de obra lo que generó un curioso fenómeno migra-torio de la urbe al campo, aquí estaría la razón del espectacular aumento de población de las aldeas de Priego durante la segundad mitad del siglo XIX, motivando, igualmente, la venida de muchas familias de fuera de la comarca. Sin embargo, no llega a darse el latifundismo atroz de otras zonas de Andalucía y a partir de la herencia principalmente y la venta en otros casos, se propicia una división de la propiedad rústica cuyos últimos coletazos fueron las parcelaciones del cortijo Reyes a finales de los 80.

La lucha por adquirir tierras, en ocasiones con privaciones inhu-manas, ha sido la meta durante décadas de muchas familias de nuestro di-seminado, lo que daba lugar incluso a matrimonios de conveniencia y a la suscripción de préstamos con entidades bancarias, almazaras y particula-res cuyos plazos contribuían a acrecentar las referidas privaciones. El gra-do de autarquía, incluso entre los medianos propietarios, va a ser enorme con el fin de ahorrar para incrementar la cantidad de tierra en posesión de la familia, pues en las fincas se ve la única forma de asegurar el futuro; así, hay un dicho que expresa muy bien esta filosofía: “remienda, remienda y no vayas a la tienda”. En la década de 1970 comienza a experimentarse un cambio importante: muchos jóvenes ya no quieren sentirse “esclavos de la labor” y optan por marcharse para realizar otros trabajos cuya remu-neración les permite una mejor calidad de vida: mecánicos, conductores, miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad y hostelería.

En muchos casos la primera generación en el siglo XIX acce-día a una cierta cantidad de terreno comenzando su roturación y con la misma los primeros beneficios: venta de leña, carbón y pastoreo de

Page 65: El Castellar de Priego, estudio general

65

El Castellar de Priego, estudio general.

ganado, posteriormente se sembraban cereales y legumbres poniendo los primeros olivos; en esos momentos el trabajo en explotaciones ajenas es abundante pues la población aún es escasa y son muchas las hectáreas por roturar. Con el paso de las décadas la situación se va invirtiendo debido al espectacular aumento de población dado el escaso control de natalidad y la llegada de personas de otras zonas, principalmente de Algarinejo y Montefrío. Habrá menos trabajo y la división por herencia de las fincas propiciará en muchos casos un minifundismo que abocará a bastantes familias a la miseria.

Poseemos numerosas referencias a la desamortización92 de bienes en El Castellar; considerándolas de interés transcribimos a continuación las mismas:

1.- Número 2.038 del inventario.- Un pedazo de tierra, nombrado cortijo de San Bernardo, término de Priego, y sitio del Castellar, proce-dente del convento de Santa Clara, compuesto de 146 fanegas, 8 celemi-nes, o sea, 66 hectáreas, 14 áreas, 97 centiáreas y 25 decímetros, con 23 olivos y 2 nogales, 80 encinas de inferior calidad, tiene una casa de teja; linda con tierras de D. Antonio Arenas, D. Gregorio Abril y D. José Ru-bio; está arrendado a D. Antonio Fernández en 368 reales; ha sido tasado en 7.400 reales y capitalizado en 280 reales que es el tipo de la subasta. El arrendamiento de las fincas urbanas caduca a los 40 días de la toma de posesión del comprador. El de las fincas rústicas, fábricas y artefactos concluido que sea el año corriente y la toma de posesión por el compra-dor. Los bienes de corporaciones civiles así de mayor como de menor cuantía, incluso el 20 por 100 de los propios se pagará en 10 plazos igua-les de a 10 por 100 cada uno, o sea, en 9 años. Los del Estado de menor cuantía en 20 plazos iguales o sea 19 años. (Diario Córdoba nº 1.782, 29 de agosto de 1856).

2.- Número 1.237 de inventario.- Una casa cortijo en El Caste-llar, término de Priego y sitio Senda del Perro, nombrado de los frailes de San Juan de Dios, procedente de la donación hecha al Hospital Civil por D. Juan Herrera, compuesto por 109 fanegas, 6 celemines, o sea, 49 hectáreas, 38 áreas, 67 centiáreas y 86 decímetros. Linda con tierras de Propios y de María Serrano. Está arrendado a José Mayorgas en 664 reales según el inventario. Ha sido tasado con inclusión de la casa en 9.500 reales y capitalizado en 14.940 reales. (Diario Córdoba, nº 1.825, 16 de octubre de 1856).

3.- Número 556 del inventario.- Otra haza de tierra procedente del caudal de Propios de la villa de Priego, que radica al sitio del Castellar,

92 Alcalá Ortiz, Enrique, Priego en la prensa cordobesa, 1852-1952, obra inédita de la que el autor realizó una separata con las noticias referentes a El Castellar.

Page 66: El Castellar de Priego, estudio general

66

Rafael Pimentel Luque

término de dicha villa. Linda con tierras de D. Antonio Valerio Vilches, presbítero, D. Antonio Villalba, Dª Dolores del Pino, otras del Colegio de Educandas, y el arroyo de Los Álamos. Se compone de 39 fanegas, equivalentes a 17 hectáreas, 58 áreas y 98 centiáreas. Está arrendada a José Aguilera Montes en renta anual de 300 reales. Ha sido capitalizada en 6.750 reales y tasada en 5.500 reales, y siendo mayor la capitalización, se subasta por ella, 6.750 reales. (Diario Córdoba, nº 2.702, 24 de agosto de 1859).

4.- Remate para el día 6 de septiembre a las 12 de su mañana. Bienes de Corporaciones Civiles. Fincas rústicas. Mayor cuantía. Número 557 del inventario.- Un cortijo con casa de teja, compuesto de 4 pedazos, procedente del caudal de Propios de la Villa de Priego, que radica al sitio del Castellar y nombrado Arroyo de los Álamos, término de la misma, compuesto en su totalidad de 64 fanegas y 9 celemines, equivalentes a 29 hectáreas, 20 áreas y 36 centiáreas. El primero donde se encuentra la casa compuesto de 34 fanegas y 6 celemines. Linda a L., y S., con Joaquín María Casas, a P., el arroyo de la Cañada de Dios y al N., con D. José de Torres y Hurtado y D. Antonio Arjona. El segundo compuesto de 5 fanegas y 4 celemines. Linda con D. Antonio Serrano, presbítero, D. Antonio Arjona, Dª Dolores del Pino y Arroyo de los Álamos. El tercero compuesto de 16 fanegas y 5 celemines de labor, prados y derroteros con 17 olivos y 109 chaparros. Linda con el dicho D. Joaquín María Casas y el Sr. Duque de Medinaceli. La casa cortijo se encuentra formada sobre 298 varas, equivalentes a 208 metros y 22 centímetros cuadrados y contiene una cocina, cuarto bajo, tinao, caballeriza, pajar, zahúrda, tres cámaras y dos corrales. Está arrendada toda la finca a Francisco Prados en 1.000 reales de renta anual. Ha sido capitalizada en 22.500 reales y retasada la tierra en 17.400 reales y la casa en 3.300 reales que hace la suma de 20.700 reales, y siendo mayor la capitalización se subasta por 22.500 reales. (Diario Córdoba, nº 2.702, 25 de agosto de 1859).

5.- Remate para el 20 de septiembre de 1859 a las 12 de su maña-na. Bienes de Corporaciones Civiles. Instrucción Pública. Inferior. Fincas rústicas. Menor cuantía. Número 191 del inventario.- Un pedazo de tierra con casa nombrada Beaterio, procedente del Colegio de Educandas de la villa de Priego, que radica al sitio del Castellar, término de la misma. Linda con tierras de Propios de la expresada villa, monjas de Santa Clara, D. Felipe Codes y Dª Dolores del Pino. Se compone de 50 aranzadas, equivalentes a 18 hectáreas, 79 áreas y 19 centiáreas con 105 olivos, 90 chaparros y 30 encinas, siendo los chaparros de 4 a 8 pulgadas. La casa se encuentra formada sobre 50 varas, equivalentes a 34 metros y 94 cen-tímetros cuadrados. Contiene un corral de piedra antes de la entrada, una cocina y cuadra. Está arrendada en parte a Antonio Cáliz. Ha sido capi-

Page 67: El Castellar de Priego, estudio general

67

El Castellar de Priego, estudio general.

talizada por los 324 reales de renta anual que le han tasado los peritos en 7.290 reales y tasada la tierra en 5.200 reales y la casa en 1.100 que hacen la suma de 6.300 y siendo mayor la capitalización, se subasta por ella 7.290 reales. Esta finca ha sido declarada enajenable por el Sr. Ingeniero de Montes de esta provincia. (Diario Córdoba, nº 2.705, 27 de agosto de 1859).

6.- Número 567 del inventario.- Otra haza de tierra, que radica al sitio del Castellar, término de Priego. Se compone de 16 fanegas y la atraviesa la servidumbre. Ha sido tasada en 2.475, tipo para la subasta. (Diario Córdoba, nº 3.155, 14 de febrero de 1861).

7.- Número 568 del inventario.- Otra haza de tierra que radica al sitio del Castellar, término de Priego. Se compone de 31 fanegas, con 8 chaparros. Ha sido capitalizada en 1.125, tipo para la subasta. (Diario Córdoba, nº 3.155, 14 de febrero de 1861).

8.- Bienes de Corporaciones Civiles. Propios. Partido de Priego. Fincas rústicas. Menor cuantía. Número 562 de inventario.- Una suerte de tierra con pedriza y alguna mata suelta, sita en el partido del Castellar y sitio Almogávares y Albayate, término de Priego, procedente de sus Pro-pios. Linda a E., tajo de las Cinillas y la suerte llamada Espinarejo, a N., terreno de D. José Rubio y D. José Torres, a O., Cañada de Carbonero, D. José Rubio, Pedro Pérez y suerte de Francisco Prados, y a S., la vertiente de aquel paraje. Bajo cuyos límites se compone de 99 fanegas, equivalen-te a 44 hectáreas, 65 áreas y 11 centiáreas. No consta su arriendo. Ha sido capitalizada por las 9 pesetas de renta anual que le ha graduado el agri-mensor D. Vicente Luque y García en 202 pesetas 50 céntimos, y tasada por el mismo en 300, tipo para la subasta. (Diario Córdoba, nº 8.182, 22 de diciembre de 1877).

9.- Bienes de Corporaciones Civiles. Propios. Partido de Priego. Fincas rústicas. Menor cuantía. Número 956 de inventario.- Una suerte de tierra con pedriza con alguna mata suelta, señalada con el número 20 en el libro del Registro del Ayuntamiento de Priego, situada en la sierra de Albayate, partido del Castellar, término citado de Priego. Linda a E., te-rrenos de Propios, a N., id., de Propios, y de José Luis Rubio, a O., arroyo Carboneros, y a S., otra de Propios y del expresado Sr. Rubio. Bajo cuyos límites se compone de 6 fanegas, equivalentes a 2 hectáreas, 70 áreas y 61 centiáreas. No consta su arriendo. Ha sido capitalizada por las 3 pesetas de renta anual que le ha graduado el agrimensor D. Vicente Luque y Gar-cía en 67 pesetas 50 céntimos, y tasada por el mismo en 500, tipo para la subasta. (Diario Córdoba, nº 8.182, 22 de diciembre de 1877).

10.- Número 563 de inventario.- Una haza de tierra que radica al sitio de los Chirimeros, procedente del caudal de Propios de la villa

Page 68: El Castellar de Priego, estudio general

68

Rafael Pimentel Luque

de Priego, término de la misma. Linda a N., con vereda de Priego, a L., haza número 564, a S., otra de Fernando Zurita, y a P., tierras de Francis-co Muñoz. Bajo cuyos límites se compone de 7 celemines, equivalentes a 26 áreas y 30 centiáreas. Estaba arrendada a los herederos de Julián González en 1 escudo 200 milésimas de renta anual, por lo que ha sido capitalizada en 27 escudos, y tasada por los peritos D. Rafael Manuel Aragón y D. Manuel de Torres Hurtado en 35 escudos. Esta finca salió a subasta el 27 de junio de 1868, y no habiendo tenido postor, se anuncia nuevamente por la cantidad de 29 escudos 750 milésimas que es el 85 por 100 del primer remate, la cual será el tipo para esta segunda subasta. (Diario Córdoba nº 5.919, 25 de abril de 1869)

En 1865 se elaboró por el Ayuntamiento de Priego un Padrón de Beneficencia93 en el que se incluían a las personas más pobres del término municipal, lo que daba derecho a una serie de beneficios asis-tenciales. Para la zona objeto de este estudio figuran 18 nombres en Los Chirimeros, 2 en El Campillo y 4 para El Castellar. En esta fecha ya no se distinguía a Los Almogávares; es de suponer que los nombres corres-ponden a los cabezas de familia lo que supone que 24 familias (al menos 100 personas) estaban oficialmente en situación de pobreza, recordemos que en el censo de 1871 la población era de 350 habitantes.

En el siglo XX va a continuar el crecimiento poblacional de El Castellar hasta la década de los 50, aunque las condiciones de vida para un importante sector van a ser extremadamente duras, muchos jóvenes son ya jornaleros sin tierra o con parcelas exiguas de unos celemines94. Parece ser que durante la República (1931-1936) se promovió que estas familias jóvenes pudieran ocupan terrenos comunales anejos al arroyo de los Chirimeros para construir sus viviendas y explotar un pequeño huerto junto a las mismas. De ahí las barriadas de dos, tres y hasta seis casas adosadas que se sitúan junto a la actual carretera CO-8207 que sigue el citado arroyo.

En el primer tercio de este siglo aparecen varias noticias en la prensa provincial referidas a esta aldea95, junto a una referencia a la ermita de San Miguel, hay sueltos sobre la construcción de caminos, colaboración con bandoleros y algún suceso sangriento. A mi entender resulta pertinente su trascripción completa con cita del diario de pu-blicación.

93 AMP, caja 333-1.94 Un celemín es la duodécima parte de una fanega, que equivale a 4.500 metros cuadrados, luego el cele-mín son 375 metros cuadrados.95 Alcalá Ortiz, Enrique, Priego en la prensa cordobesa, 1852-1952, obra inédita de la que el autor realizó una separata con las noticias referentes a El Castellar.

Page 69: El Castellar de Priego, estudio general

69

El Castellar de Priego, estudio general.

Encontramos en 1915 una referencia a las fiestas de San Miguel, así: “Se ha efectuado en El Castellar, aldea de este término, oficiando en la función el coadjutor de esta Manuel Ariza, pronunciando un elocuente y acertado discurso referente al Santo Patrón, que agradó mucho al audi-torio, que fue numerosísimo, pues se reunieron más de quinientos rome-ros del contorno, que pasaron un día agradabilísimo”96.

Por otra parte, en 1912 el Ayuntamiento de Priego va a pedir la declaración como público del camino de El Castellar que era privado: “El Alcalde de Priego don Pedro Candil Palomeque, cumpliendo el acuerdo tomado por aquel Ayuntamiento en sesión celebrada el día 19 de febrero último, ha solicitado del Gobierno Civil de la provincia que sea declarado de utilidad pública el camino vecinal del Castellar de aquel término”97. En 1925 hay otra noticia respecto a los caminos vecinales: “El Alcalde de Priego remite escrito solicitando la declaración de utilidad pública de los caminos vecinales siguientes: (…) camino que partirá a pocos metros de pasado el puente grande que existe sobre el río Salado, en el kilómetro 5 de la carretera de Priego a Loja y termina en el camino vecinal de El Castellar”98.

En 1906 tres vecinos de El Castellar están implicados en el auxi-lio a unos bandoleros: “Guardia Civil.- La de Priego detuvo a tres veci-nos del partido del Castellar que albergaron en sus domicilios durante algunos días del mes último a los bandidos Reverte y Pepino Chico, y les vendieron una escopeta de dos cañones en 50 pesetas”99.

Algunas dudas ofrece un apuñalamiento cometido durante 1927 en Los Chirimeros, aunque en el artículo periodístico se habla de Las Chirimeras, en el Salado, contiguo a El Castellar, no obstante lo trans-cribimos por su interés: “En el pago del Salado de este término, en el sitio denominado Las Chirimeras y en el paraje conocido como Carril de Andrés, se encontraron a la hora vespertina y cuando acaso vol-vían de la ciudad, de asistir como parte los agresores y como testigo el agredido, a los preliminares de un interdicto de recobrar que contra Clemente Ruiz Ábalos instaba su colindante Ciriaco Lopera Bermúdez, se encontraron, repito, los dos hijos de este, Antonio y Ciriaco Lopera y Lopera, con el testigo de la parte contraria Antonio Cordón Pérez (a) El Nevado; los hermanos Lopera y Lopera, que aguardaban su obligado paso por el referido paraje, le increparon duramente requiriéndole a apearse de la caballería que montaba; el Cordón Pérez negóse a hacerlo,

96 El Defensor de Córdoba, nº 4.903 de 6-10-1915.97 Diario de Córdoba, nº 18.990 de 10-03-1912.98 El Defensor de Córdoba, nº 8.246 de 12-03-1925.99 Diario de Córdoba, nº 17.114 de 14-12-1906.

Page 70: El Castellar de Priego, estudio general

70

Rafael Pimentel Luque

pero reiteradamente invitado a ello, lo hizo, más trabada la lucha entre los tres, fue tan cruenta, que el desgraciado Antonio Cordón resultó con siete heridas de arma blanca. El Juzgado se personó en el lugar del suceso, apresando al mayor de los hermanos agresores y recogiendo al herido que en un camión de transportes y con los cuidados que su mal estado reclamaba, fue conducido al Hospital de Beneficencia. Esta ma-ñana fue conducido por la Guardia Civil el menor de los dos hermanos agresores que ingresó en la cárcel como su hermano”100.

La Guerra Civil trastornó la vida en El Castellar al igual que en el conjunto de España. Este diseminado, como casi toda la comarca de Priego, está desde el inicio de la contienda en el bando nacional, aunque el frente del Caicena se sitúa próximo por la cercanía de Almedinilla y Sileras. Que sepamos, dos de los más importantes cortijos, Reyes y Cerro del Charco, se van a convertir en alojamientos de tropas, lo que trajo algunos ingresos al paraje por la adquisición de alimentos y lavan-dería para oficiales y suboficiales pero también es de suponer que incon-venientes, aunque no hay en la conciencia colectiva noticia de grandes abusos cometidos por los militares. Respecto a la represión de elementos de izquierda tenemos muy poca información, sí que hubo algunas deten-ciones aunque la ausencia de procesos escritos en las primeras semanas de la guerra que es cuando estas tuvieron lugar, la imposibilidad de ac-ceder al libro-registro de la Cárcel del Partido de Priego y la dificultad para obtener testimonios orales hacen que esta época aparezca bastante oscurecida. De los detenidos que permanecían en Priego, probablemente ligados al denominado centro obrero, organización de matiz socialista radical, algunos fueron salvados por la intercesión de los terratenientes de Priego con propiedades en El Castellar Juan Zurita (cortijo la Mosca) y José Ruiz Martínez (casería Matillas). Algunos varones de mediana edad que no habían sido movilizados para el Ejército fueron obligados a realizar servicios de guardia en algunos puntos estratégicos como el puente del Salado.

Respecto a la presencia de fosas en El Castellar aparecieron dos de ellas junto al puente (desde entonces se le conoce como “el de los muertos”) que pasa sobre el arroyo de los Chirimeros cerca del mesón la Puente Nueva, justo en el km. 0 de la CO-8207; desconocemos la fecha exacta aunque habría sido a principios de los años 60, se trataba de dos enterramientos: uno con dos cadáveres y otro con tres, de sol-dados republicanos hechos prisioneros en el frente de Almedinilla, los cuerpos fueron trasladados al cementerio de Priego, no constando las identidades.

100 Diario La Voz, nº 3.001 de 04-12-1927.

Page 71: El Castellar de Priego, estudio general

71

El Castellar de Priego, estudio general.

El padre de Antonio Aguilera García dejó testimonio de la his-toria del conocido como “Santana” cuyo nombre era Antonio Serrano101. El mismo fue avisado por Juan Zurita de su próxima detención junto a Manuel “el Costurero” al inicio de la guerra por la filiación izquierdis-ta de ambos. Santana habría advertido a su compañero para huir juntos a la zona republicana situada a unos diez kilómetros en el río Caicena, sin embargo, Manuel no quiso marcharse por lo que fue detenido unos días después cuando vivía, junto a su hermano José, en el cortijo de las Rentas, y acabó siendo fusilado. Por el contrario, Antonio Serrano llegó a ser Jefe de Milicias en el Ejército de la República formando parte de los llamados “niños de la noche” (grupo que realizaba acciones de guerrilla internándose en la zona nacional). Ya en la posguerra militó en el maquis, apodado en la comarca como “los de la sierra”, volviéndose a encontrar una noche con Juan Zurita, su salvador de unos años antes, que descan-saba junto a otros cazadores en la cabreriza del cortijo la Sierra; Santana se enfrentó a sus compañeros de partida que querían matar a Juan y sus amigos, consiguiendo finalmente evitarlo.

La década de los 40 está marcada por una profundísima crisis de subsistencias de dimensiones catastróficas. La Guerra Civil dejó en muy mal estado las infraestructuras del país, el aislamiento internacional fruto de la II Guerra Mundial motiva una desastrosa política de autarquía que agudiza las penalidades de la población empujándola hacia el mercado negro: el estraperlo. Para colmo de males se van a producir varios años de sequía, especialmente 1945, con lo cual descenderá enormemente la producción cerealística base de la alimentación en aquel tiempo, a lo an-terior que hay que sumar la situación de inseguridad provocada por la actuación guerrillera.

El Castellar no es una excepción a esta difícil situación, muchas familias pasan hambre, especialmente las residentes a lo largo del arroyo de los Chirimeros que poseían menos tierras y dependían de un esporá-dico jornal; en mejores condiciones están los caseros y otros residentes en cortijos de grandes terratenientes pues tienen el trabajo asegurado. También resisten la crisis con mayor solvencia los medianos propieta-rios que explotan varias fanegas de tierra de olivar y cereal, albergando una pequeña cabaña ganadera para autoconsumo. Casi todos los núcleos familiares son dotados de cartillas de racionamiento realizándose los re-partos en la taberna de la Mosca; el recuerdo del “pan negro” es triste pues era de malísima calidad, casi incomible, lo que provocaba que los más pudientes lo destinaran al alimento de los animales pues podían con-

101 Está publicada en el blog http://aldeadelcastellar.blogspot.com, etiqueta “Fotos Antonio Aguilera Gar-cía”.

Page 72: El Castellar de Priego, estudio general

72

Rafael Pimentel Luque

seguir harina para hacer pan blanco moliendo trigo clandestinamente en Azores o La Carrasca. Las enfermedades provocadas por la desnutrición son muy habituales a lo que se suman unas condiciones higiénicas de-plorables (escasez de jabón y de tela para ropa de cama) lo que favorece a los parásitos como piojos y chinches. Paradójicamente, en 1947 se va a instalar la primera escuela permanente en nuestra aldea atendida por un maestro que cobra del presupuesto del Estado.

En 1941 se publica la conocida como Ley del Castillo de Prie-go102 clave para una zona de El Castellar a la que ya hemos aludido ante-riormente como es Las Rentas del Duque. La disposición tiene su origen en la mediación que Niceto Alcalá Zamora, a la sazón presidente de la 2ª República, hizo ante el duque de Medinaceli para que este pusiera a la venta las tierras de señorío que disfrutaba en los términos de Priego y Fuente Tójar como marqués de Priego. Las escrituras se hacen con la car-ga de un censo solidario y redimible al 3 % de interés que compró el ad-ministrador del marqués, en aquel momento, Víctor Rubio Chávarri.103

El acceso a la propiedad por los grandes arrendatarios va a ser un proceso constante desde el siglo XIX, lo que permitió a este grupo ir adquiriendo las fincas de aquellos propietarios foráneos que abando-naban la provincia. El fenómeno se intensificó en el siglo XX, espe-cialmente en la segunda década, al coincidir el enriquecimiento de los arrendatarios (el alza acelerada de las subsistencias con unas rentas fijas en varios años permitió una notable acumulación) con una retirada de muchos propietarios ajenos al ámbito provincial. Grandes arrendatarios tradicionales aprovecharon la ocasión para hacerse con las dehesas de la nobleza104.

En lo referido a El Castellar, diré que el 16 de octubre de 1933, ante el notario de Madrid Jesús Sierra Bermejo, se otorgó escritura de compraventa e hipoteca105 sobre una gran extensión de tierras situada en Las Rentas actuando el Duque de Medinaceli como vendedor y Víctor Rubio como mandatario en nombre de los compradores. El 30 de sep-tiembre de 1940 se otorgó escritura de división de la finca de proceden-cia ante el notario de Priego Ruperto Díaz Rodríguez106, asignándose

102 BOE nº 99 de 9 de abril de 1941, páginas 2.378, 2.379 y 2.380. La denominación exacta de este texto legal es la siguiente: Ley de 29 de marzo de 1941 por la que se dan normas al Instituto Nacional de Colo-nización para la adquisición por los colonos de las tierras del Castillo de Priego (Córdoba).103 Ortega Alba, Fernando, El Sur de Córdoba. Estudio de geografía agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, tomo II, 1975, pág. 18.104 Sánchez Marroyo, Fernando, Dehesas y terratenientes en Extremadura, Asamblea de Extremadura, 1993, pág. 258.105 Inscrita en el Registro de la Propiedad de Priego, libro nº 182, folio nº 144 vuelto.106 AMP, Archivo de Protocolos, tomo 3 (Díaz), folio 1985.

Page 73: El Castellar de Priego, estudio general

73

El Castellar de Priego, estudio general.

registralmente cada propietario su parcela107.

En la exposición de motivos se justificaba la necesidad de esta ley con las siguientes palabras: “La eficacia de una solución justa exige el rehabilitar dentro del Registro de la Propiedad el contrato de venta del que traen causa los derechos de los colonos y poner en vigor, con fuerza adquisitiva para estos, la condición suspensiva que fue utilizada por quien figuraba en el con-trato con el sólo carácter de mandata-rio, para burlar, al amparo de la falta de publicidad, el propósito y el móvil de la enajenación; adquiriendo para sí, a un precio notablemente inferior al normal, las fincas destinadas a los colonos, con frustración de la causa misma del contrato”.

En el artículo primero se determinó que eran beneficiarios los ad-quirentes en la citada escritura de venta de los bienes del Castillo de Prie-go del 16 de octubre de 1933. El siguiente ordenaba la constitución de una comisión formada por el registrador de la propiedad, el alcalde, el jefe del movimiento en Priego y dos colonos para fijar quiénes eran los beneficia-rios. A continuación se concedía un plazo de tres meses para ratificar el mandato verbal a favor de Rubio Chávarri anotándose esta circunstancia mediante nota marginal en el Registro de la Propiedad; consignado el precio de adquisición por la cantidad de la escritura más un 20 por ciento en concepto de comisión a favor del mandatario.

Bastaba instancia dirigida al registrador acompañada de copia de la escritura de ratificación de mandato y resolución del Instituto Nacional de Colonización para que surtieran efectos plenos de dominio a favor de los colonos. Durante el citado período de tres meses, según el artículo

107 El fenómeno de esta ley me resulta especialmente atractivo porque hoy día mi esposa explota una finca de olivar que deriva de la misma. Su bisabuelo Francisco Zamora Prados adquirió cuatro fanegas de tierra calma, su abuelo José Zamora Serrano otras cuatro, un hermano de este llamado Antonio cuatro más y Andrés Onieva Matas, ajeno a la familia, otras tres. El Sr. Onieva vendió como garantía de un préstamo de 9.000 pesetas su parcela de dos fanegas y cuartilla (unos 10.125 metros cuadrados, previamente había enajenado tres cuartillas para sufragar la construcción de la casa allí existente) el 16-08-1949 a José Félix Sánchez Núñez (nº 448 de protocolo, tomo 2, Fernández, folio 1.292). Un año después la adquiriría el abuelo de mi esposa José Zamora Serrano del Sr. Sánchez por 45.000 pesetas; por herencia pasó a su hija Antonia Zamora Aguilera en 1974 y de esta a mi esposa en 2004.

Francisco Zamora Prados (Frasco Pedro)

Page 74: El Castellar de Priego, estudio general

74

Rafael Pimentel Luque

séptimo, quedaban en suspenso todos los procedimientos de desahucio por falta de pago incoados por Víctor Rubio en relación a las fincas de su propiedad integrantes del Castillo de Priego.

La década de 1950, de la mano de la emigración y el cambio económico que conllevó el final de la autarquía y las cartillas de raciona-miento, va a traer un progresivo descenso en la población de El Castellar y una mejora en las condiciones de vida que, no obstante, siguieron sien-do bastante duras. En Priego se está dando una cierta industrialización del textil, muchísimo más acentuada en otras regiones de España como Cataluña, País Vasco y Madrid; al mismo tiempo, los países de la nacien-te Comunidad Económica Europea precisan mucha mano de obra. Esta triple demanda favorece que una importante masa de población del agro español se marche del que había sido su medio de vida.

Desde 1952 el periódico Adarve nos facilita diversas noticias so-bre este diseminado, la mayoría referentes a la construcción de la escuela y a las dotaciones para esta, hay algún suceso como un suicidio y el inicio del famoso teleclub: una especie de local social que promovía la Parro-quia de la Asunción de Priego. Considerando de interés su constancia en esta obra se transcriben a continuación, teniendo en cuenta que se ha utilizado el archivo digitalizado del Adarve de la 1ª época, obra que llevó a cabo Enrique Alcalá Ortiz. Buscando por las voces “Castellar” y “Chirimeros” nos han aparecido un total de catorce noticias que a conti-nuación transcribimos.

La primera es la referida al suicidio y dice: “En el cortijo Casa Nueva, término del Castellar, fue encontrada por el vecino de Priego Juan de Dios Sánchez Sánchez, suspendida de un olivo, a E.P.A., se ignoran las causas del suicidio”108.

Las sucesivas reparaciones y posterior construcción de un nuevo grupo escolar suponen el grueso de las noticias. Así tenemos: “Presupues-to de obras en la escuela del Castellar, importa pesetas 852,95”109. “Pre-supuesto de obras en la escuela del Castellar, importa pesetas 1064,82”110. “Que se solicita la construcción de 33 edificios escolares en Las Angos-turas, Camponubes, Cañuelo, Castellar, ….”111. En un artículo dedicado a la construcción de escuelas nacionales puede leerse: “Las Lagunillas, 2 escuelas, Zamoranos, 2 escuelas, Castellar, 1 escuela y 1 casa, ….112. En-tre los acuerdos tomados por la Comisión Municipal Permanente figura el

108 Adarve, nº 20 de 15-02-1953.109 Adarve, nº 65 de 27-12-1953.110 Adarve, nº 108 de 21-10-1954.111 Adarve, nº 324 de 14-12-1958.112 Adarve, nº 373 de 22-11-1959.

Page 75: El Castellar de Priego, estudio general

75

El Castellar de Priego, estudio general.

siguiente: “Se acordó la ejecución de obras de reparación de las escuelas del Castellar, Salado y Poyata; las de instalación de tubos reductores de aguas en varias calles y otras menores, cuyos presupuestos formados por la oficina correspondiente dan un total de 13.223,43 pesetas”113.

Siempre referidas a la construcción de escuelas, en un comunica-do de la Alcaldía se cita hasta en tres ocasiones a El Castellar, así tene-mos: “Castellar, una; Las Navas, una; Poyata una; Salado, una; Solvito, una; Los Villares, una y Zagrilla Alta, una. Se han construido las siguien-tes microviviendas: una en cada una de las aldeas siguientes: Castellar, Las Navas, Poyata, Salado, Solvito, Los Villares y Zagrilla Alta. Para esta empresa se nos donaron terrenos por los Sres. que a continuación se relacionan, a los cuales doy las gracias públicamente tanto en nombre propio como en el de la Corporación municipal, (…), los del Castellar en terrenos donados por las Señoritas Madrid Alcalá-Zamora”114. La última noticia sobre El Castellar durante la primera época de Adarve vuelve al tema de la escuela y dice: “Se renuncia al derecho de opción de com-pra de terrenos con destino a construcciones escolares en El Castellar, y se acepta la cesión gratuita de dos parcelas para estos fines por doña Trinidad Rodríguez Córdoba, agradeciendo las gestiones del concejal D. Andrés Galisteo Gámiz”115.

En una entrevista al escultor Antonio Carrillo Carrillo podemos leer que una de sus obras es: “un San Miguel tallado en madera policro-mada para la Ermita del Castellar”116. También hay una referencia a los caminos públicos, así: “Relación de obras de reparación en caminos de este término de Priego de Córdoba aprobados por la Excma. Diputación Provincial en sesión celebrada el pasado día 28: … De las Rentas al cami-no vecinal de Priego al Castellar, 45.605,55 pesetas. De Priego al Caste-llar por los Gayombares 103.419,95 pesetas”117. A continuación se cita las contribuciones de cuatro personas de El Castellar para la concesión de la medalla de académico a José Luis Gámiz: “D. José Gómez Gómez, Cas-tellar, 5 pesetas; Dª Francisca Ruiz González, id, 5 pesetas; D. Alejandro González Gómez, del Castellar, 5 pesetas; Dª. Agustina Gómez Ruiz, id, 5 pesetas”118.

La visita del Obispo de Córdoba para inaugurar la iglesia de El Castellar debió constituir todo un acontecimiento que fue anunciado en

113 Adarve, nº 391 de 27-03-1960.114 Adarve, nº 425 de 25-11-1960.115 Adarve, nº 768 de 18-06-1967.116 Adarve, nº 271 de 08-12-1957.117 Adarve, nº 370 de 01-11-1959.118 Adarve, nº 488 de 04-02-1962.

Page 76: El Castellar de Priego, estudio general

76

Rafael Pimentel Luque

Adarve de esta forma: “El próximo día 23, a las seis de la tarde, llegará a Priego el Excmo. y Rvdmo. Sr. D. Manuel Fernández Conde y García de Rebollar, obispo de nuestra diócesis de Córdoba, para bendecir e inaugu-rar la nueva Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús en el pago del Castellar. El recibimiento se hará en la gasolinera y desde allí, acompañado de au-toridades y pueblo, nos trasladaremos al lugar de la nueva iglesia donde el Sr. Obispo, después de bendecirla, celebrará la Santa Misa e impartirá la sagrada comunión, administrando también el sacramento de la Con-firmación a los habitantes del pago. Con este motivo se invita a todos los hijos de Priego a tributar un entusiasta y respetuoso recibimiento a Su Excelencia Reverendísima y a uniros a la alegría de aquellos hermanos nuestros, que desde ese día tendrán un templo donde alabar a Dios y cum-plir con sus deberes religiosos”119.

Termina este apartado con las alusiones a El Castellar en Adarve de la primera época, con dos noticias en 1967, la primera dice: “Se da cuenta y fue examinado el proyecto de electrificación de los caseríos de este término del pago rural del Castellar y Chirimeros cuyo presupuesto asciende a la cantidad de 552.142,59 pesetas, aprobando el mismo”120. La segunda sobre la efímera existencia del famoso teleclub: “Se acuerda ele-var atenta petición al Ilustrísimo Señor Delegado Provincial de Informa-ción y Turismo para la creación de un Teleclub en cada una de las aldeas de la Concepción, Lagunillas, Castellar, …”121.

En la 2ª época de Adarve vamos a encontrar numerosas referen-cias a El Castellar, entre ellas los resultados electorales de la mesa que se instalaba en las escuelas del diseminado. Dado que a lo largo del tiempo han ido cambiando las siglas, además de ser estas muy numerosas, se ha optado por indicar en la tabla las personas censadas, votos emitidos y los sufragios obtenidos por los partidos mayoritarios (PSOE y PP, también UCD en los comicios celebrados durante la Transición). Por otro lado, únicamente disponemos de los datos que nos aporta la citada publicación, razón por la cual, hay votaciones que no están reflejadas; no obstante, las cifras nos permiten conocer la evolución a lo largo de los años del censo electoral y de las preferencias de los votantes. Como anécdota diré que para las Elecciones Municipales de 1991, la mesa de El Castellar era la que menor número de votantes tenía de todas las del término municipal de Priego de Córdoba122. En las Generales de 1993 se preguntaba Adarve si no habría en el diseminado una peña del Atlético de Madrid pues el

119 Adarve, nº 664 de 20-06-1965.120 Adarve, nº 757 de 02-04-1967.121 Adarve, nº 768 de 18-06-1967.122 Adarve, nº 360 de 01-06-1991.

Page 77: El Castellar de Priego, estudio general

77

El Castellar de Priego, estudio general.

GIL (Grupo Independiente Liberal, partido que encabezaba el Presidente de ese club de fútbol Jesús Gil y Gil) había obtenido diez votos123. En marzo de 2007, celebrado el referéndum para la aprobación del nuevo Estatuto de Andalucía, se decía que en la mesa de El Castellar era en la que menos votos se habían depositado, tan solo 78124; razón por la cual dejó de instalarse colegio electoral en nuestra aldea para las siguientes convocatorias.

Comicios Año Censo Votos UCD PSOE PP OTROS

Elecciones Constituyentes

1977 161 22 7

Elecciones Generales 1979 292 229 135 66 28

Ref. Autonomía Andalucía

1980 305 174 149 (sí) 9 (no)

Ref. Autonomía Andalucía

1981 312 182 182 (sí) 5 (no)

Elecciones Municipales

1983 245 177 118 14 45

Elecciones Generales 1986 235 167 129 18 20

Elecciones Generales 1989 189 153 126 20 7

Elecciones Europeas 1990 189 135 111 13 11

Elecciones Generales 1993 334 253 184 46 23

Elecciones Parlamento Andaluz

1994 306 214 151 49 14

Elecciones Municipales

1995 288 215 148 43 24

Elecciones Generales 1996 286 236 164 63 9

Elecciones Municipales

1999 255 171 105 28 38

Elecciones Parlamento Andaluz

2000 257 196 123 53 20

Elecciones Generales 2000 257 196 121 57 18

Elecciones Municipales

2003 235 168 93 26 46

123 Adarve, nº 409 de 15-06-1993.124 Adarve, nº 738 de 01-03-2007.

Page 78: El Castellar de Priego, estudio general

78

Rafael Pimentel Luque

En la reciente etapa democrática, El Castellar ha tenido tres alcal-des pedáneos: el primero fue José Nieto Aguilera, le siguió Antonio Gon-zález Ropero sobre cuya reelección en 1995 se hizo eco la prensa local125 y al fallecimiento de este, le sustituyó Manuel Gil Cano que fue ratificado en las urnas en el año 2000126 en unas elecciones celebradas el 16 de octu-bre127, persona que a día de hoy sigue ostentando el cargo.

125 Adarve, nº 466 de 01-11-1995.126 Adarve, nº 586 de 01-11-2000.127 Adarve, nº 584 de 01-10-2000.

Page 79: El Castellar de Priego, estudio general

79

ASPECTOS CULTURALES

A) Las construccionesEn este apartado es obligatorio comenzar por la ermita de El

Castellar, también nombrada como de San Miguel y que más antigua-mente fue conocida como de la Santa Veracruz, pues es la edificación más singular de todo el diseminado. Gracias a las investigaciones de Manuel Peláez del Rosal publicadas en la revista Fuente del Rey128, ayu-dado por Antonio Jesús González González, hay una bella placa de már-mol colocada al lado derecho de la portada de este templo que describe parte de su trayectoria, lo que es un caso único en todas las aldeas de Priego, dice así: “PAX ET BONUM. Esta ermita titulada de San Miguel de la aldea del Castellar se edificó con el nombre de la Santa Veracruz en los años 1700-1701, por acuerdo entre don José González, presbítero, y don Juan Manuel Torrealba, maestro de albañilería, con la licencia del abad de Alcalá la Real, Iltmo. Sr. D. Antonio Pimentel Ponce de León, despachada en el año 1695. Su primitiva fábrica tuvo tres capillas, cua-tro pilares y una media naranja. Sobre ella fundó a principios del siglo XVIII una obra pía don Francisco Roldán de Navas, cuyos bienes fueron acrecentándose con los legados de varios devotos. En 1952 el tallista prieguense Antonio Carrillo, a petición de José Serrano Pérez, hizo una imagen de San Miguel para la cofradía titular, residenciada desde tiempo inmemorial en este templo. En 1966 se restauró la iglesia bajo la dirección de Nicolás Calmaestra y José María González siendo vicario del arciprestazgo de Priego, el Rvdo. Sr. D. Rafael Madueño Canales. En el año 1995 el escultor Niceto Mateo hizo una nueva imagen de San Miguel para sustituir a la antigua que había sido robada. Por iniciativa de los hermanos de la cofradía y para su perpetua memoria se acordó dejar constancia en este año de gracia de 2005”.

Como se refiere en la obra Historia de la Abadía de Alcalá la Real129, la intervención del Abad Pimentel hubo de ser importante pues se despachó una licencia para la construcción del templo el 22 de ene-

128 Fuente del Rey, nº 202, octubre de 2000, pág.15.129 Garrido Espinosa de los Monteros, Diego, Historia de la Abadía de Alcalá la Real, Diputación Provin-cial de Jaén, Área de Cultura, 1996, pág. 160.

Page 80: El Castellar de Priego, estudio general

80

Rafael Pimentel Luque

r o d e

Portada de la ermita de San Miguel

Plano de planta de la ermita de San Miguel Plano de cubierta de la ermita de San Miguel

Page 81: El Castellar de Priego, estudio general

81

El Castellar de Priego, estudio general.

1695, pocos días antes de que falleciera este eclesiástico. En los proto-colos notariales podemos encontrar la escritura130 de obligación para la fábrica de la ermita, otorgada ante el escribano Fernando de Arteaga y que dice así:

En la villa de Priego, en viente/ y un día del mes de noviem/ bre del año de mil setecientos/, ante mí el escribano público y testigos/infrascriptos, parecieron de/ la una parte don José Francisco González pres/ bítero, persona que por devoción tiene/ tomado a su cargo la fábrica de una i/ glesia en el sitio del Castellar, de este tér/ mino, titulada la San-ta Veracruz, y/ , de la otra, Juan Manuel Torrealba, maes/ tro de albañi-lería, y ambos vecinos de esta villa/. Y el dicho don José González dijo: que es/ así que tiene principiada dicha obra/ la cual se halla en alberca, y llevando/ a debido efecto su bien y piadoso celo/ de fenecerla hasta de-jarla del todo/ fenecida, con la mayor perfección/ que semejante fábrica debe tener/ con la mayor brevedad posible. Y para/ que así sea, tiene ajustado el fene/ cimiento y perfección de ella con el dicho/ maestro de la forma y precio siguiente/: que el dicho maestro ha de fenecer del/ todo el dicho templo, techando con/ mezcla y piedra, y hacerle una me/ dia naranja con sus cinchos y cornisa y cuatro pilares que la tengan/.

Y asimismo ha de tener en dicha iglesia/ tres capillas con sus nichos y molduras/ alrededor, y enlucirla por dentro/ de yeso blanco y prieto, y por fuera de/ mezcla, y solar de cuerpo de piedra viejo/, dándo-se por el otorgante todos los ma/ teriales y puertas, sogas, madera para/ los tablados, yeso blanco y prieto, piedra/, cal y todo lo demás menos el agua, que és/ ta la ha de costear dicho maestro/.

Que dicha obra la ha de empezar por Pasqua/ de Reyes del año de mil setescientos uno, a su/ costa toda la manufactura y agua, y dar/ la fenecida del todo a fin de marzo de él/ y por ello el otorgante le ha de dar quinien/ tos y setenta reales en esta forma: los/ doscientos para empezar ocho días an/ tes y doscentos en medio de la obra/, y ciento setenta en acabando, y si antes/ los necesitare se le han de dar/.

Y si dicho maestro cayere malo, o muriere, ha de/ buscar el otorgante otro maestro y oficia/ les que fenezcan dicha obra a costa de dicho/ maestro, y, fenecida, se ha de ver por dos ma/ estros peritos, uno por cada parte, y si no es/ tuviere bien hecha se ha de desbaratar y ha/ cerla otra vez a su costa. Y con dichas con/ diciones tiene ajustado fenecer dicha/ obra, y el otorgante se obliga a dar al dicho/ maestro dicho quinientos y setenta reales/ en que se ajustó en la forma referida/ y los materiales y demás partidas/ aquí declaradas para dicha obra, y no/ lo haciendo así, ha de ser de su cuenta y no de los/ del dicho Juan

130 AMP legajo 267, folios 621-622 vuelto.

Page 82: El Castellar de Priego, estudio general

82

Rafael Pimentel Luque

Manuel Torrealba la/ omisión. Y estando dicho maestro pre/ sente, ha-biendo oído y entendido es/ ta escritura y sus condiciones que le fue-ron/ leídas, de verbo ad verbum, por mí el escribano/ en presencia de los testigos de esta carta/ confesó ser ciertos todas y en la forma que/ en ellas se contiene haber ajustado/ el fenecimiento de dicha obra, con el dicho/ don José González, que hará y cumpli/ rá como va dicho y aquí expresado/, sin faltar cosa alguna, excepto si/ antes de empezarla en ella se mu/ riese. En este caso ha de ser visto haber/ fenecido, y acabándose este contrato/. Y si el susodicho no le diere a tiempo/ los materiales, pertrechos y dineros que ha obligado/ y por ello se prolon/ gare dicha obra, no ha de ser por cuenta de este/ otorgante, ni menos el menoscabo/ que a dicha obra le siguiere, como cosa/ que no ha sido por omisión suya, y en/ esta forma se obligó a empezarla y /darla fe-necida en el todo en el tiempo/ por que aquí se expresa, y fenecida/ se vea por dos maestros, uno por cada par/ te peritos, y si no estuviere de satisfacción/ la volverá a hacer el otorgante a su costa/ y ambas partes cada una por lo que le/ toca cumplirán en todo y por todo, y pagarán lo que van obligados/ en esta villa y debajo de su fuero/ ejecutivamente con las costas/ de su ejecución, a cuyo cumplimiento/ obligaron al di-cho don José Francisco González sus bienes y rentas, y el dicho/ Juan Manuel su persona y bienes/ habidos y por haber, dieron su poder cum/ plido a las justicias que de sus causas/ conozcan para su ejecución y cumplimiento/ como de sentencia pasada en cosa juz/ gada, renuncia-ron las leyes de su/ favor y la general del derecho, otorgaron/ lo así y firmaron, siendo testigos/ don Francisco de Vida, Pedro de Vida y Juan de Al/ calá Carrillo, vecinos de esta villa, y yo el escribano que doy fe/ conozco a los otorgantes/.

José Francisco González Torrealba/ Juan Manuel Torrealba. Fer-nando de Arteaga, escribano público.

La anterior transcripción figuraba como nota en un artículo del profesor Peláez del Rosal en la revista Fuente del Rey. También se re-fiere en el mismo que un documento de 1717131, concretamente del 7 de enero, nos muestra como Pedro Morales Santaella, comisario del Santo Oficio de Córdoba, en su calidad de albacea de Francisco Roldán Navas, declaró que este, por su testamento fechado el 10 de noviembre de 1705 y otorgado ante el escribano Juan Caballero Espinar, había dispuesto que se vendiese un zumacar de dos aranzadas con dos olivos y algunos quejigos, lindante con otro propiedad de Diego de Alcalá y el arroyo, con cargo de un censo de 240 reales de principal, perteneciente al convento de San Juan de Dios. Fue rematado en el licenciado Francisco Mateo

131 AMP, oficio de Juan Agustín Crespo, legajo 260, folios 19 a 21 vuelto.

Page 83: El Castellar de Priego, estudio general

83

El Castellar de Priego, estudio general.

Ceferino, por quien fue pedido se le otorgue escritura de venta. Pero habiendo muerto este último, había establecido que el terreno pasara a formar parte de una obra pía titulada de la Santa Cruz, corriendo su patronato a cargo de José Jerónimo González, el cual solicitó por este concepto se le otorgare escritura de venta para título de la dicha obra pía, ofreciendo no solo dar el censo indicado, sino también 60 reales para que se dijeran treinta misas a favor del alma de don Francisco Roldán, como fundador de la mencionada obra pía. También cabe decir que había una inscripción que decía: “Hízose a solicitud de bienhechores, siendo ma-yordomo don Mateo Ruano y capellán don Juan Manuel de Valenzuela. Año 1740”. Otra leyenda aludía a la devoción por Santa María Antonia de la Cruz y a la Santa Fe.

La ermita de San Miguel se encuentra en el espolón rocoso que corona un cerro de amplias dimensiones, siendo su altura sobre el nivel del mar de 926 metros. Está muy próxima a la Sierra de Albayate, casi podría considerarse un apéndice de esta, de la que la separa la conocida como Cañada de Dios. Desde su construcción y hasta los años 50 del si-glo XX, esta ermita estuvo atendida por sucesivos ermitaños y sus fami-lias que vivían de las limosnas de los fieles, de la cría de ganado y de los frutos obtenidos de los terrenos circundantes; parece ser que los últimos habrían sido Juan González Aguilera y su esposa Francisca.

Al reconstruirse después de su derrumbe en 1964, a iniciativa de Salud Madrid propietaria de cercano cortijo Grande, se eliminó la casa del santero. Según José María González, albañil que dirigió las obras, mientras colocaban en el centro del templo un puntal para el encofrado de la cúpula, el suelo se vino abajo pudiendo comprobar que había, mez-clados con tierra y cal, numerosos restos de huesos humanos. La primi-tiva campana de la ermita fue sustituida durante las obras de reconstruc-ción y ya no volvió a esta, la posterior sería robada en los años 90, junto a un Cristo del siglo XVIII, por lo que se compró una nueva que cuando es tocada se oye por todo el antiguo partido rural.

A principios de los años 80, con fondos del empleo comunitario, se abrió un carril desde el camino del Salado que hasta junio de 2010 estaba en muy mal estado, aunque después de su hormigonado a cargo de la Asociación de Amigos de San Miguel, de los propietarios de fincas colindantes y del Ayuntamiento de Priego, se ha facilitado notablemente el acceso a un lugar de un enorme valor paisajístico, desde el que se obtiene la contemplación del encinar de Las Parras, el mejor conservado del sur de Córdoba. Por otra parte, se puede visualizar la población de Priego, la zona del Salado y en dirección este la Aldea de la Concepción y Las Paredejas con el fondo de la Sierra Cristina.

Page 84: El Castellar de Priego, estudio general

84

Rafael Pimentel Luque

Procesión del Corpus Christi celebrada en El Castellar durante 1985

Cristo crucificado del siglo XVIII robado de la ermita de San Miguel

Page 85: El Castellar de Priego, estudio general

85

El Castellar de Priego, estudio general.

Resulta interesante consta-tar la existencia en la cumbre de una cruz de término realizada en piedra, que al igual que otras existentes en el campo de Priego está pintada de blanco y data del siglo XVIII. Tam-bién hay oculta entre la maleza una pequeña cueva, probable origen del lugar como santuario, que ya nadie visita. Su planta es cuadrada y en el lateral derecho tiene un anexo para almacén, delante hay un pórtico bas-tante grande en comparación con el resto de la construcción y a un lado del mismo se levantó una barra para el servicio en las distintas fiestas. Con igual fin, en la parte trasera de la ermita y en un nivel inferior, se llevó a cabo una explanación para usarla como aparcamiento. En 2007, por el consistorio prieguense se rea-lizaron diversas obras en el tejado y

la pintura de todo el conjunto por lo que su estado de conservación a día de hoy puede considerarse bueno. Recientemente, la Asociación de Amigos de San Miguel ha sufragado el pavimentado de la explanada situada delante del edificio y la colocación de una verja metálica.

El senderismo nocturno de ANASS correspondiente a 1997, de-dicado a Amelia Valverde, tuvo como entorno la Sierra de Albayate por la zona de El Castellar. En la ermita de San Miguel, para la ocasión, se puso en escena por el grupo de teatro Carcomedia de Carcabuey la obra de ambiente burlesco La muerte en el tronco hueco de Hans Sasch. A continuación el grupo de espeleología de Priego GESP, mediante un tendido de cuerdas en las paredes rocosas que circundan el recinto, con-tribuyó a la representación de la leyenda de Prometeo132.

En el núcleo del diseminado, los antiguos Chirimeros, hay otra iglesia bajo la advocación del Sagrado Corazón de Jesús. Como ya he-mos apuntado, fue inaugurada oficialmente por el Obispo de la Diócesis el 23 de junio de 1965. Es de una sola nave con planta rectangular y tras el altar hay una habitación que sirve como sacristía y pequeño almacén. Alberga un armario con hábitos eclesiásticos y un misal romano en latín

132 Adarve, nº 508 de 01-08-1997.

Plano de planta de iglesia del Sagrado Corazón

Page 86: El Castellar de Priego, estudio general

86

Rafael Pimentel Luque

del siglo XVIII que procede de la ermita de San Miguel. Desde su con-sagración y hasta 1988 en este templo se oficiaba misa semanalmente por un sacerdote de la Parroquia de la Asunción de Priego; actualmente no es posible dadas las grietas que presenta la estructura en su parte izquierda debido al hundimiento del terreno, habiéndose emitido un in-forme por un técnico municipal de Urbanismo a la espera de que por el Ayuntamiento o el Obispado se libren los fondos necesarios. En el año 2000 visitó Priego el Subdelegado del Gobierno y manifestó que estaban considerando intervenir en diversas iglesias de las aldeas, entre ellas la de El Castellar, aunque nada se hizo133.

Junto a la iglesia está la antigua escuela que tuvo sus últimos alumnos en 2005 y fue convertida en Centro Cívico durante 2009 con la financiación del Fondo Estatal de Inversión Local por valor de 8.632,19 euros134. Anteriormente, tenía dos aulas que hoy han quedado unidas, más unos servicios y dos cuartos de almacén; posteriormente, por la Hermandad de San Miguel y de cara al servicio en las fiestas anuales

133 Adarve, nº 576 de 01-06-2000.134 Adarve, nº 784 de 01-02-2009 y nº 802 de 01-11-2009.

Portada de la iglesia del Sagrado Corazón

Page 87: El Castellar de Priego, estudio general

87

El Castellar de Priego, estudio general.

se acometió la construcción de unos nuevos aseos con entrada desde el exterior.

En la revista Arcontes135, por los archiveros Aurora Jiménez Ca-ballero, Francisco Mellado Calderón y Lorena Sáez Delgado, se acometió el estudio de los expedientes de construcciones escolares en la provincia de Córdoba. Estiman los mismos que en 1950 el analfabetismo en la pro-vincia alcanzaba el 15,33 % entre los hombres y el 34,29 % de las muje-res; por otra parte, la Ley de Educación Primaria de 1945 obligaba a la creación de una escuela por cada 250 habitantes, número de pobladores que en aquel momento triplicaba El Castellar, por lo que se inició el co-rrespondiente expediente, reflejado en la relación de la página 182 de di-cho trabajo; aunque se llevaría a término en tan tardía fecha como 1967. Previamente, se había ubicado la escuela en distintos edificios de forma provisional que no reunían las condiciones adecuadas. En la 2ª época de Adarve aparece una curiosa noticia respecto a la escuela de nuestra aldea y las viviendas anexas136; concretamente se dice que en un pleno municipal se acordó iniciar expedientes de desafectación del servicio pú-blico respecto a la escuela mixta y vivienda del maestro en El Castellar. Sorprende esta noticia pues el centro docente tuvo actividad, como ya he apuntado, hasta 2005 formando parte del Colegio Rural Tiñosa.

Este centro fue creado por Orden de la Consejería de Educación y Ciencia de la Junta de Andalucía fechada el 17 de octubre de 1988137. De esta forma, desaparecían las escuelas unitarias que existían en doce aldeas de los términos municipales de Priego, Almedinilla y Carcabuey. El proceso de creación había durado tres años y supuso importantes cam-bios en el sistema educativo rural de la comarca. La idea era aprovechar los beneficios que la administración autonómica ofrecía para educación compensatoria en zonas rurales que por sus características contaban con grandes dificultades para el acceso a la educación y cultura en igualdad de condiciones respecto a los núcleos urbanos138. A nuestra aldea fue destinada la profesora María del Carmen Cáceres y en 1990 le sería entregada a la escuela una bandera por el Delegado de Gobernación de la Junta de Andalucía, Pedro Rodríguez139. Tres años después, sabemos que tenía trece alumnos y que por la Delegación Provincial de la Conse-jería de Salud le fue abierto expediente sancionador al Ayuntamiento de Priego pues, después de una inspección llevaba a cabo en la escuela de

135 Cuadernos del Archivo de la Diputación Provincial de Córdoba, 1-2007, págs. 165 y ss.136 Adarve, nº 138 de 15-01-1982.137 BOJA, de 17-01-1989.138 Adarve, nº 305 de 01-02-1989.139 Adarve, nº 339 de 01-07-1990.

Page 88: El Castellar de Priego, estudio general

88

Rafael Pimentel Luque

El Castellar, se constató que140 existía un pozo de agua no potable para el uso del centro; aunque por el consistorio se alegó que el mismo solo servía para el agua de los aseos y la limpieza, finalmente se impuso la sanción de 100.000 pesetas de multa por una falta leve.

También, anexo al edificio, se levantaron por el Ayuntamiento de Priego unas viseras metálicas para proteger el escenario y la barra de las fiestas de San Miguel. El centro docente, para alojamiento del pro-fesorado, tenía dos casas adosadas que desde los años 80 del siglo XX permanecían deshabitadas. Tiempo después, la Alcaldía, responsable de las mismas, las entregó como viviendas sociales a familias de fuera del diseminado pero, a día de hoy, vuelven a estar vacías.

Respecto a lo que son las edificaciones tradicionales de la peda-nía, cabe decir que he realizado un catálogo de un centenar de ellas con al menos cincuenta años de antigüedad, el cual incluye fotografías y sus coordenadas geográficas sexagesimales, que pueden verse a través de la web www.panoramio.com y están situadas en Google Earth. Esto nos ha permitido determinar varias tipologías constructivas que se repiten a lo largo de toda la zona; por razones metodológicas entraremos a cono-cer cada una de ellas citando las construcciones más representativas.

La forma común de construir hasta mediados del siglo XX era realizar los cimientos y muros de piedra caliza o piedra tosca, uniéndose estas piedras con yeso o mortero de cal y arena. También se aprovecha-ban los “cochizos” o cascotes procedentes de edificaciones anteriores ya caídas, e incluso en muchos cortijos las piedras y cascotes que forman las paredes maestras y los pilares se unían con “tierra amasada” o barro arcilloso. Para evitar el deterioro de tan deleznable material, se cuida muy intensamente el encalado, que se hace cada año y acaba por formar grue-sas costras de cal prácticamente impermeables ante la acción del agua de lluvia. Los tejados eran siempre de teja árabe, fabricada en los tejares de la propia comarca, a dos o cuatro aguas, sostenidos por vigas de madera entre las que se colocaba un entramado de cañas (“cañizos”) sobre las que iba un revestimiento o enlucido de yeso141.

En primer lugar, tenemos el tipo correspondiente al gran cortijo señorial que está rodeado de una gran extensión de tierras. Lo normal en estas construcciones grandes y complejas es la diversificación en altura de las dependencias. Así, las destinadas a vivienda señorial suelen tener tres plantas, mientras las que albergan a los caseros solo tienen dos y las viviendas-dormitorio de los jornaleros, una.

140 Adarve, nº 426 de 01-03-1994.141 Ortega Alba, Francisco, El Sur de Córdoba. Estudio de Geografía agraria, Monte de Piedad y Caja de Ahorros de Córdoba, 1975, tomo I, pág. 178.

Page 89: El Castellar de Priego, estudio general

89

El Castellar de Priego, estudio general.

Edificio de la escuela de El Castellar, actual

Alumnos de la escuela de El Castellar el día 15-06-1967

Page 90: El Castellar de Priego, estudio general

90

Rafael Pimentel Luque

En la mayor parte de los casos, su origen se sitúa en la des-amortización del siglo XIX. Dada la lejanía de la población de Priego en una época en que había que desplazarse a pie o en caballería, era obligado construir un alojamiento junto a las fincas para organizar su cultivo, la explotación de ganadería que también necesita resguardo y la roturación del monte todavía muy extenso en aquella época. Al mis-mo tiempo, todas estas operaciones exigen gran cantidad de mano de obra que con los desmontes tiene asegurado el empleo durante la mayor parte del año. El más importante de este tipo fue hasta fecha reciente el cortijo Reyes, también conocido como Urreli, grandiosa construcción hoy abandonada que en su momento presidía una finca de más de cien hectáreas, y que albergó hasta siete familias de trabajadores además de las dependencias del propietario: la familia Castilla. Los terrenos ascendían por la Sierra de Albayate en la que se siguió roturando la zona denominada Tajo Reyes hasta la década de 1950, e incluso tenía una casa auxiliar en plena sierra, hoy en ruinas, llamada la Casa del Guarda para que este vigilara todo el predio. Durante la Guerra Civil albergó un destacamento militar que luchaba en el cercano frente del río Caicena junto a Almedinilla; también se alojaban en el mismo las parejas de la Guardia Civil de servicio por la zona. Responden igual-mente a esta tipología otros muchos cortijos de El Castellar como son: el Grande de los Madrid, Don Manuel, Los Álamos, Cerro del Char-co, La Mosca, casería Matillas, casería Don Paulos, casería Don Luis, casería Amores, El Campillo, San Antonio, El Garrotal, Baldomero, Gómez y El Cortijillo.

Otro tipo de edificio bastante singular y que únicamente se ubica en la Sierra de Albayate es la “cabreriza”. Consiste en una construcción cuya función esencial era albergar ganado, principalmente cabras, de ahí su nombre; junto a la vivienda principal y formando un continuo con la misma, podemos encontrar un amplio recinto rodeado por un muro y anexo al mismo diversas zonas de estabulación. El mejor ejemplo lo encontramos en la denominada cabreriza de Alejo, situada en la cresta más oriental de la sierra; hoy está abandonada pero su estado de conser-vación es bastante bueno. Otra hay en lo alto de la Cañada de los Tajos escondida entre encinas centenarias en un lugar realmente paradisiaco al que se accede por una estrecha vereda desde el cortijo de la Sierra.

Al margen de los grandes propietarios, en El Castellar, como en otras pedanías de Priego, ha existido históricamente y pervive con más fuerza en nuestros días, un determinado minifundismo. La gradación aquí es bastante amplia, pues junto a titulares de diez, quince o incluso veinte fanegas (4.500 metros cuadrados) existen otros con una o dos decenas de olivos. Así los labradores más prósperos levantaron mejores

Page 91: El Castellar de Priego, estudio general

91

El Castellar de Priego, estudio general.

viviendas a las que se iban realizando sucesivas ampliaciones y en las que incluso podemos encontrar alguna decoración con molduras de yeso en las ventanas, o filigranas de forja en las rejas. Junto a estas, existieron otras más básicas con una cocina-comedor que albergaba la chimenea, dos o tres dormitorios y una cuadra para el ganado.

Es más, no fueron infrecuentes lo que podemos calificar de au-ténticas infraviviendas de una o dos habitaciones que en alguna ocasión de temporal habían de compartir con los animales domésticos. Realmen-te, eran chabolas construidas con los mismos materiales que las casas, es decir, escapan a la calificación de chabolas por su aspecto externo, pero funcionalmente eran semejantes. Por otra parte, aunque no hemos encontrado ningún topónimo con la palabra “choza”, tenemos noticias de que sí las hubo por la zona de la Cañada de Dios y en lo que hoy es la explanada de la iglesia hasta los años 40.

La cortijada es otro modelo que consiste en la agrupación de varias viviendas de distintos propietarios, pared con pared, con la parti-cularidad de que las fachadas de las mismas miran a dos, tres o incluso los cuatro puntos cardinales. Resulta difícil precisar su origen aunque podemos suponer la hipótesis de que la cortijada respondería a segrega-ciones o añadidos de antiguos cortijos originadas por herencia o venta.

Fachada de la cabreriza de Alejo en la sierra de Albayate

Page 92: El Castellar de Priego, estudio general

92

Rafael Pimentel Luque

En El Castellar existen dos cortijadas bastante características: una es la de la Cañada de Dios y otra es la de Las Parras, ambas muy próximas a sendos arroyos del mismo nombre.

A lo largo de la CO-8207 encontramos varios ejemplos de vivien-das adosadas con fachadas hacia la carretera; incluso hay dos barriadas que agrupan a cuatro casas en el caso de la situada en los antiguos Chiri-meros y ocho de ellas unos cuatrocientos metros más abajo en dirección a la A-339 en el paraje conocido como Los Prados. Sobre esta última sabemos que se construyó con permiso municipal durante la Segunda Re-pública pues se trataba de entregar solares gratuitos a familias jóvenes de pocos recursos que posteriormente levantarían allí su hogar. El lugar era un pastizal limitado en su parte trasera por el arroyo de los Chirimeros, las viviendas se situaban con su portada hacia la entonces vereda y atrás tenían un pequeño huerto hasta el arroyo. Con el paso del tiempo en el mismo se situaron dependencias para el ganado y se abrieron pozos.

B) Costumbres y etnografíaEl Castellar, como buena parte de la comarca de Priego, ha teni-

do muchísima relación con las zonas limítrofes de Jaén, Granada y Má-laga, circunstancia que ha propiciado que sus costumbres y tradiciones

Fachada del cortijo Reyes (Urreli)

Page 93: El Castellar de Priego, estudio general

93

El Castellar de Priego, estudio general.

sean bastante distintas a las del resto de la provincia de Córdoba. Si algo ha caracterizado en este aspecto a nuestro diseminado

históricamente es la existencia de una hermandad de animeros, similar a las de Granada, conocida como de los inocentes o de los “tontos”. En el libro Historia de la villa de Fuente Tójar142, respecto a la festividad de los Santos Inocentes (28 de diciembre) se dice así: “Parece ser que hasta la segunda decena del siglo XX se celebró esta festividad. En los últimos tiempos, lo más importante, era la llegada de un grupo de hombres procedentes del Castellar, en la comarca de Priego. Vestían con calzones cortos, llevaban colgados en la cintura, unidos a un enor-me cinturón que les cruzaba todo el cuerpo. Portaban instrumentos de música sin que podamos precisar el nombre de estos instrumentos, con los que recorrían las calles bailando y saltando. Parece ser que pedían dinero y otras cosas, aunque lo que mejor recuerdan estos moradores de Fuente Tójar era que solicitaban alfileres. No comprendemos hoy la originalidad de esta costumbre, pues al parecer estos famosos grupos iban forrados de alfileres que llevaban pinchados en el cuerpo, o sea, en el cinturón. Lo recaudado pasaba a la Hermandad que a su vez mante-

142 Ruiz González, Manuel, Ayuntamiento de Fuente Tójar, 2007, pág. 199.

Fachada de cortijada de la Cañada de Dios

Page 94: El Castellar de Priego, estudio general

94

Rafael Pimentel Luque

nía a estos hombres”. En la Guía de fiestas populares de Andalucía143, sus autores, en el apartado correspondiente a Fuente Tójar, refieren que en dicha localidad se celebraba la fiesta de los Santos Inocentes desde el siglo XVIII.

Vistos estos interesantes testimonios escritos, inexactos en cuanto que la hermandad mantenía a sus componentes, cabe apuntar que esta agrupación pervivió hasta el inicio de los años 60 del siglo XX y que su extinción coincidió con el derrumbe del eremitorio. Ade-más de los habituales hermanos, era común que otros varones formu-laran promesa de vestirse de “tontos” para salir con el grupo durante las fechas navideñas. Los donativos que recogían en sus “ceberos”, una especie de cesto de esparto, eran rifados en la fiesta del Día de Reyes quedando el producto para el mantenimiento de la ermita. Re-cientemente la Asociación de Amigos de San Miguel ha recuperado la festividad de los Santos Inocentes aunque ya no hay quien vista con el antiguo atuendo.

El más amplio estudio sobre este peculiar grupo de “inocentes” lo publicó Marcos Campos, estudioso de la etnografía de Priego y co-marca, en 1992144 . Apunta el autor que los “tontos” se reunían en los días 25, 26 y 27 de diciembre para organizarse, a través del Hermano Mayor, y recoger los presentes que los devotos donaban a su patrón San Miguel. Lo normal era que salieran por parejas y las motivaciones de los limosneros eran diversas: penurias, enfermedades, malas cosechas propias o de familiares, e incluso por los animales de la casa de los que dependía en gran parte la alimentación familiar. No hay constancia de que existiesen límites territoriales a las andanzas de los “inocentes”; así se han encontrado referencias orales a los mismos en Almedinilla, Al-garinejo, Los Villares de Priego, Las Lagunillas, Zagrilla, Esparragal, Las Angosturas y El Cañuelo.

Describe Campos su atuendo con mucho detalle. Las botas de cuero se ponían sobre calzas de algodón tejidas a mano; a su vez, se cubrían con unos leguis de cuero para proteger el tobillo y la pierna de las matas espinosas. Los pantalones eran de recio paño oscuro con amplios bolsillos y cintura estrecha con gruesos cinturones a los que se cosían collares de campanillas, cascabeles y cencerros. Camisa blanca y chaqueta corta eran usuales y en la pechera eran prendidos infinidad de alfileres, medallas, cruces, escapularios y anillos. En los hombros, mangas y canesús de la parte trasera de la chaqueta se cosían grandes

143 Rodríguez Becerra, Salvador y Escalera Reyes, Javier, Consejería de Cultura Junta de Andalucía, 1982, pág. 238.144 Adarve, nº 380-381 de 01-04-1992.

Page 95: El Castellar de Priego, estudio general

95

El Castellar de Priego, estudio general.

Inocente de la hermandad de San Miguel del Castellar (años 40 siglo XX)

Page 96: El Castellar de Priego, estudio general

96

Rafael Pimentel Luque

lazos de tela de raído colorido, con dos o tres centímetros de grosor y 40 o 50 centímetros de largo. Lucían también largas hileras de alfileres ce-rrados, tipo laña, entrelazados y prendidos de las mangas de la chaque-ta; alfileres que eran requeridos a las mozas con insistencia por nuestros personajes, dando saltos y carreras entre ellos hasta conseguir la prenda deseada. Sobre la cabeza, el típico sombrero triguero o campesino de alas anchas, e incluso boina o el sombrero de paño oscuro. Todos ellos adornados para la ocasión con flores de papel de seda y recortes de vivos colores. Se completaba el atavío de los “tontos” con un cebero de esparto trenzado, de los habitualmente usados en la siembra del grano y el transporte de frutos; estaba decorado con flores de papel, espejos y lazos de colores. Por último, un cayado o bastón cogido con la mano derecha para hacer más descansado el viaje.

Como reminiscencia de aquellos antiguos animeros, quedó en nuestra aldea la costumbre de visitar la Nochebuena en comparsa a fa-miliares y amigos. De ello se hizo eco la prensa local en 1998 apa-reciendo un pequeño reportaje sobre esta tradición145. Actualmente, la asociación la ha recuperado plenamente, lo que les ha llevado a partici-par en la Navidad 2010/2011 en los certámenes de comparsas de Priego y Almedinilla.

Históricamente, se celebraban tres fiestas en la ermita de El Cas-tellar. Por un lado, el Día de la Cruz, 3 de mayo, con origen en la inicial advocación de este templo en la Santa Veracruz. La misma dejó de tener lugar en los años 60, coincidiendo con la época en que se cayó la ermita, aunque ha sido recuperada, con altibajos, por la referida asociación a partir de 2003. Esta entidad ha dado vida a nuevos eventos como son: la Candelaria, el 2 de febrero; el Día de la Asociación, a mediados de junio; la Noche de la Ermita, a finales de julio o principios de agosto, y la ya apuntada de los Santos Inocentes. La del 28 de diciembre, festi-vidad de los Santos Inocentes, comenzaba con una misa en la ermita a las 11 de la mañana. Previamente, se habían personado los cuadrilleros de la hermandad ataviados con su peculiar vestimenta usada en los tres días anteriores para pedir por San Miguel. Tras la misa, los asistentes permanecían en los lugares cercanos cantando, bailando, jugando y co-miendo. Al caer la tarde, comenzaba la rifa de los objetos recogidos y después el baile hasta altas horas de la madrugada. También era cos-tumbre de la hermandad, repartir garbanzos tostados con la medida de capacidad de una media taza.

Por otra parte, tenemos la festividad de San Miguel, que es el evento más característico de El Castellar. Tradicionalmente tenía lugar

145 Adarve, nº 519 de 15-01-1998.

Page 97: El Castellar de Priego, estudio general

97

El Castellar de Priego, estudio general.

en la onomástica del arcángel el 29 de septiembre de cada año, en la explanada de la ermita durante el día. No sabemos la fecha exacta, pero también en los años 60 dejó de celebrarse, probablemente coincidiendo igualmente con el derrumbe de la antigua ermita. Sin embargo, con la Transición Democrática, de la mano de un activísimo alcalde pedáneo llamado José Nieto, se retomó esta fiesta que se ha celebrado de forma ininterrumpida todos los años. Lo que sí ha cambiado es que ya no es necesariamente el día 29 sino que se hace coincidir con el fin de semana, anterior o posterior, más próximo. Normalmente, consistía en celebrar misa a las 12 de la mañana en la ermita, después las mujeres de la aldea rifaban con baraja española una serie de platos de jamón, queso o salchichón acompañados de una botella de vino con el fin de obtener fondos para el santo. Por la noche, en la explanada de la Iglesia, en los antiguos Chirimeros, había una verbena popular en la que también se rifaban diversos objetos donados por los vecinos. Con la entrada de Ma-nuel Gil Cano, actual alcalde pedáneo, se produjeron diversos cambios: por una parte, el viernes por la noche hay barra abierta con actuaciones de grupos de baile infantiles y trovos a cargo de los Poetas del Genil. Durante la tarde del sábado, después de bajar de la ermita y comer cada familia en su casa de El Castellar, se reúnen en las antiguas escuelas para tomar gratuitamente café y dulces que elaboran las lugareñas. Dos noticias de Adarve nos ratifican que la ayuda económica del consistorio

Familia de El Castellar celebrando la Navidad

Page 98: El Castellar de Priego, estudio general

98

Rafael Pimentel Luque

se ha mantenido a lo largo del tiempo; de una parte en 1991146 se con-cede la cantidad de 80.000 pesetas para sufragar esta actividad. Dos años después, la cantidad ha subido y la subvención asciende a 90.000 pesetas147.

La transformación de la antigua Hermandad de San Miguel, que no tenía reconocimiento canónico, en la Asociación de Amigos de San Miguel mediante acta fundacional del 13 de abril de 2007 ha supuesto un impulso notable en la recuperación de las tradiciones de El Castellar, lo que precisamente era uno de sus fines sociales. La preside desde su inicio Manuel Gil Cano y formaron parte de su primera Junta Directiva: Manuel González Cobo, Manuel González Ávila, Pedro González Yé-benes, Pedro González González, Juan Ávila García, María Salud Ávila Muñoz y Rafael Pimentel Luque.

Algunos testimonios orales apuntan que en ciertos cortijos con salones grandes como La Mosca, D. Paulos o El Colorao, solían cele-brarse fiestas por iniciativa de particulares que cobraban la bebida. Estas

146 Adarve, nº 357 de 15-04-1991.147 Adarve, nº 405 de 15-04-1993.

Fachada del cortijo La Mosca

Page 99: El Castellar de Priego, estudio general

99

El Castellar de Priego, estudio general.

solían coincidir con épocas señaladas del año como el Día de Reyes o el Carnaval y ante la inexistencia de fluido eléctrico venían para ameni-zarlas músicos con guitarras de la Aldea de la Concepción o de Priego. Los varones podían asistir solos pero las mujeres habían de hacerlo con sus esposos o si eran solteras con sus padres que vigilaban para que no hubiera ningún “desliz”. Lo bien visto era que si algún joven quería sacar a bailar a una moza había de invitar previamente a su madre a alguna bebida y este podía ser el inicio de una futura relación.

Por otro lado, no era extraño que los pretendientes, sin haber cru-zado previamente palabra alguna, se presentaran en casa de la pretendida para “hablar” con ella, para lo cual pedían permiso al cabeza de familia. Se daban así situaciones esperpénticas que movían a la risa al resto de los habitantes de la casa o que incluso cuando eran varias las hermanas casaderas se diera en casa un peculiar desfile de jóvenes aspirantes a novios. Una vez formalizada la relación y hasta tanto llegaba el matrimo-nio, los encuentros eran vigilados permanentemente por los familiares, aunque ello no evitaba citas furtivas dado el alto número de embarazos no deseados que se producían. Tampoco era infrecuente, sobre todo en las familias menos adineradas, que el novio se “llevara” a la novia a su casa. Cuando se producía esta situación de hecho solía concertarse entre los progenitores una boda rápida sin celebración.

Una tradición todavía arraigada en El Castellar es la devoción por la Virgen de la Sierra de Cabra. Marcos Campos en el apartado etnográfico del libro sobre la Sierra de Albayate apunta la costumbre de las gentes de El Castellar, La Poyata, Las Navas e incluso Algarine-jo y Montefrío de dejar velas encendidas a la Virgen en el Collado de Dios, lugar desde el que se da vista a dicho santuario. También hemos constatado que el santero de la Virgen venía anualmente a El Castellar para recoger limosna, muchas veces en especie, pasando unos días en el diseminado; le acompañaba una pequeña imagen de la de Virgen de la Sierra que se iba alojando por turnos en distintas casas.

Page 100: El Castellar de Priego, estudio general
Page 101: El Castellar de Priego, estudio general

ÍNDICE

Prólogo 7

Introducción 11

Aspectos geográficos 13

A) El medio físico 131. Situación 132. Relieve y topografía 143. Clima, arroyos y fuentes 174. La flora y la fauna 21

B) El medio humano 221. La población 222. La economía 322.1. Sector primario 322.2. Sector secundario 362.3. Sector terciario 373. Comunicaciones y servicios básicos 38

Aspectos históricos 45

A) Toponimia 45

B) Restos arqueológicos, de la Prehistoria a la Edad Media 51

C) La ocupación en la Edad Moderna, siglos XVI, XVII y XVIII 53

D) Los apellidos de El Castellar 56D.1) Aguilera 57D.2) Sánchez 58

Page 102: El Castellar de Priego, estudio general

D.3) Montes 58D.4) González 59D.5) Mayorga 59D.6) Ávila 60D.7) Serrano 60D.8) Zamora 61D.9) Cano 61D.10) Jiménez 62

E) Los siglos XIX y XX, las noticias de prensa 62

Aspectos culturales 79

A) Las construcciones 79

B) Costumbres y etnografía 92

Page 103: El Castellar de Priego, estudio general
Page 104: El Castellar de Priego, estudio general