el caso de federico garcía

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El caso de Federico García Análisis En primer lugar, reparo en que debemos destacar el objetivo de la labor médica en todo tipo de situaciones, el cual se evoca principalmente a conseguir el bienestar del paciente tanto físico como psicológico, pero que no debe estar sujeto a la propia voluntad del profesional, sino que éste debe adecuarse a los valores y principios intrínsecos del paciente, actuando como una especie de guía en lo que respecta a las decisiones del mismo y no necesariamente imponer lo que considera mejor según él, ya que estaría evadiendo la autonomía propia del enfermo. Ahora, en un caso como el que se presenta, si el profesional posee objeción de conciencia respecto a su labor médica, es necesario que lo derive a otro profesional que no tenga esta limitación para llevar a cabo la petición del paciente. En este caso en particular, considero que existe una contraposición entre dos principios fundamentales de la bioética: El principio de autonomía y el principio de beneficencia. El enfrentamiento que señalo, se ve reflejado en el hecho de que, una vez tomada la decisión por parte de Federico, la resolución de la misma fue discutida por dos meses por el personal de salud a cargo, ya que por un lado, el objetivo principal de la labor médica se ve vulnerado, y por el otro, los profesionales deben ser capaces de desligarse de sus intenciones de mantener el tratamiento y adecuarse a lo que expresa el paciente y respetar su autonomía, así como también considerar las repercusiones en el entorno familiar del mismo. Respecto a la resolución de este caso, según mi parecer, fue aceptada la petición porque consideraron que la desconexión del paciente no provocaría daños mayores a sus familiares, si no que más bien un alivio y tranquilidad transversales entre ellos, debido a que estas apreciaciones fueron, en un principio, transmitidas por Federico al momento de tomar esta decisión. Cabe destacar, que antes de permitir la muerte en situaciones como las que se presentan en este caso, el personal de salud debe corroborar que el paciente se encuentra en un estado de conciencia pleno, que las decisiones tomadas no están sujetas al estado anímico negativo del paciente, y por último, que el paciente maneje toda la información necesaria acerca de su enfermedad y posibles tratamientos, para que su decisión sea absolutamente voluntaria, plena e incuestionable. Akim Chameng Vásquez Estudiante de Medicina, UNAB 21 de junio de 2015

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Ensayo médico con respecto al caso clínico.

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Page 1: El Caso de Federico García

El caso de Federico García

Análisis

En primer lugar, reparo en que debemos destacar el objetivo de la labor médica en todo

tipo de situaciones, el cual se evoca principalmente a conseguir el bienestar del paciente tanto

físico como psicológico, pero que no debe estar sujeto a la propia voluntad del profesional,

sino que éste debe adecuarse a los valores y principios intrínsecos del paciente, actuando como

una especie de guía en lo que respecta a las decisiones del mismo y no necesariamente imponer

lo que considera mejor según él, ya que estaría evadiendo la autonomía propia del enfermo.

Ahora, en un caso como el que se presenta, si el profesional posee objeción de conciencia

respecto a su labor médica, es necesario que lo derive a otro profesional que no tenga esta

limitación para llevar a cabo la petición del paciente.

En este caso en particular, considero que existe una contraposición entre dos principios

fundamentales de la bioética: El principio de autonomía y el principio de beneficencia. El

enfrentamiento que señalo, se ve reflejado en el hecho de que, una vez tomada la decisión por

parte de Federico, la resolución de la misma fue discutida por dos meses por el personal de

salud a cargo, ya que por un lado, el objetivo principal de la labor médica se ve vulnerado, y

por el otro, los profesionales deben ser capaces de desligarse de sus intenciones de mantener

el tratamiento y adecuarse a lo que expresa el paciente y respetar su autonomía, así como

también considerar las repercusiones en el entorno familiar del mismo.

Respecto a la resolución de este caso, según mi parecer, fue aceptada la petición porque

consideraron que la desconexión del paciente no provocaría daños mayores a sus familiares,

si no que más bien un alivio y tranquilidad transversales entre ellos, debido a que estas

apreciaciones fueron, en un principio, transmitidas por Federico al momento de tomar esta

decisión.

Cabe destacar, que antes de permitir la muerte en situaciones como las que se presentan

en este caso, el personal de salud debe corroborar que el paciente se encuentra en un estado

de conciencia pleno, que las decisiones tomadas no están sujetas al estado anímico negativo

del paciente, y por último, que el paciente maneje toda la información necesaria acerca de su

enfermedad y posibles tratamientos, para que su decisión sea absolutamente voluntaria, plena

e incuestionable.

Akim Chameng Vásquez

Estudiante de Medicina, UNAB

21 de junio de 2015