el carrete maravilloso de la vida

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Autor: Anónimo Música: Mozart Imágenes: bajadas de Inte Presentación: Martha de R

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Page 1: El carrete maravilloso de la vida

Autor: Anónimo

Música: Mozart

Imágenes: bajadas de Internet

Presentación: Martha de Rico

Page 2: El carrete maravilloso de la vida

Un príncipe de cortos años se lamentaba un día porque su preceptor le imponía

siempre deberes, y deseaba ardientemente que el tiempo transcurriera de prisa

para llegar a hombre y disponer del tiempo a su antojo.

Entregado a estos pensamientos se quedó dormido.

Page 3: El carrete maravilloso de la vida

Al día siguiente, al

despertarse, vio con

asombro que a su

lado se hallaba un

carrete de hilo de oro

reluciente. Cuando lo

cogió en la mano su

asombro creció de

grado al oír que del

carrete salía una

vocecita que

murmuró en su oído:

Page 4: El carrete maravilloso de la vida

Niño descontento de tu vida, cógeme con cuidado porque este hilo que

se arrolla en torno a mi cuerpo es algo maravilloso y de una

importancia extraordinaria para ti: Es el hilo de tu vida. Si te fijas bien,

verás que a medida que transcurren los instantes el hilo se va

desenrollando lentamente. Es imposible detener el movimiento de este

hilo y detener el tiempo que corre, pero te voy a conceder una gracia

especial que no poseen los otros mortales; te voy a conceder el don de

poder apresurar el curso de tus días con sólo devanar el hilo de oro. A

medida que tires de él verás pasar rápidos los días y las horas; pero

ten presente una cosa, y es que nunca podrás volver a arrollar el hilo ni

volver a vivir tiempos pasados.

Page 5: El carrete maravilloso de la vida

Pensativo quedó el príncipe

después de oído esto. Al principio

no se atrevió a tocar el hilo del

carrete que venía a representar el

curso de su propia vida; pero su

afán de llegar pronto a ser

hombre para librarse de sus

deberes de muchacho le infundió

valor y le animó a tirar un poco del

hilo. Lo que entonces experimentó

fue asombroso: Se halló con que

había transcurrido un nuevo día y

volvía a ser la hora de acostarse.

Page 6: El carrete maravilloso de la vida

-Volver a dormir ahora no

vale la pena- pensó;-

vamos a tirar un poco más

del hilo. Devanó un poco

más el hilo de oro y se halló

el príncipe haciendo sus

deberes.

--Pasemos, pasemos de

prisa por todo esto -

exclamó entonces; - quiero

ser hombre y dejar esas

niñerías.

Page 8: El carrete maravilloso de la vida

Los primeros días le gustó aquella vida, era algo a lo que

había aspirado; mas pronto se turbó su alegría al saber que

sus padres habían muerto, y para consolarse y vivir en

compañía le aconsejaron todos que se casase.

Empezaron las negociaciones en todas las cortes para elegir

una esposa digna de compartir su trono. El rey, que era poco

paciente, encontró que las negociaciones se hacían con

demasiada lentitud; entonces recurriendo a su famoso

carrete, dio un tirón y se encontró casado y en plena

felicidad.

Page 9: El carrete maravilloso de la vida

Esta no duró mucho. Empezó al poco tiempo a atormentarle la idea

de tener un sucesor que heredara el trono, y

para evitar dilaciones, tiró otra vez del hilo y se transformó en un padre de familia rodeado de un grupo de niños de

corta edad que gritaban y respondían a sus caricias con lloros

desaforados.

Page 10: El carrete maravilloso de la vida

-Yo no tengo paciencia-

dijo- para soportar los

lloros de los niños

pequeños; quiero ver a mis

hijos ya grandecitos y

formados. Y para ello

siguió tirando del hilo del

carrete , que cada día iba

quedando más delgado.

Page 11: El carrete maravilloso de la vida

Y así, sin cesar, el infortunado príncipe iba consumiendo su

vida, y sus años corrían tan veloces como si todos ellos hubiesen sido vividos en el transcurso de una hora.

Page 12: El carrete maravilloso de la vida

No tardó, por lo tanto, en aparecer

la madera del carrete como señal

terrible de que el hilo de la vida

llegaba a su fin. El príncipe lo

contempló lleno de terror, y seguía

ansioso el lento desmadejarse de

sus últimos días. En aquellos

momentos hubiera dado su corona

por detener la marcha fatal, el

imperceptible movimiento del

carrete; pero esto era imposible.

Page 13: El carrete maravilloso de la vida

-¡ Ay de mi!- pensaba

entonces- que he

consumido inútilmente mi

vida sin saber emplearla

en obra útil. En vez de

esforzarme y gozarme en

el mismo esfuerzo que

exige todo trabajo, he

tirado con mano perezosa

el hilo de mi vida hasta

consumir en poco tiempo

casi todos los años que el

destino me señalaba.

Page 14: El carrete maravilloso de la vida

Mi único consuelo

consistiría en que mi

ejemplo sirviese de lección

a todos aquellos que

consumen las energías de

su juventud en vano y

luego se esfuerzan

inútilmente por detener el

desenlace fatal de los

acontecimientos. Estos

insensatos, como yo, no

han conocido la felicidad,

porque la felicidad no se

consigue sino con

esfuerzo.