el caballero carmelo

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EL CABALLERO CARMELO. Autor: Pedro Abraham Valdelomar Pinto. El Caballero Carmelo nos relata el regreso de un integrante de la familia, el hermano mayor llamado Roberto, El viajero volvía al hogar paterno luego de largas aventuras en otros pueblos, su retorno causó mucha alegría, ya instalado en casa comenzó a repartir los regalos que había llegado para cada uno de los integrantes de la familia, a todos les había entregado menos a su padre, cuando le preguntaron qué le había llevado, contesto El Carmelo y luego un sirviente sacó de la jaula un gallo, el mismo que en el instante cantó y pasó a formar parte de la familia; cuando se dirigieron a dar de comer a los animales en el corral donde existía varios tipos de animales, en aquel día se escapó del corral un pollón llamado El Pelado, en pos de mejores alimentos, entró en la cocina y rompió varias piezas de vajilla; cuando almorzaban , el padre que se había enterado determinó comer al pollo en domingo, Anfiloquio que era el dueño salió en su defensa, pero como vio que todos estaban en su contra y que la decisión estaba tomada, se le cayeron dos gruesas lágrimas sobre el plato, su madre que lo había observado, se le acercó y le dijo: “no lo comeremos…” En el cuento se hacen algunas descripciones sobre San Andrés de los Pescadores, que es un pueblito cerca a Pisco, cuya actividad esencial es la pesca. También se describe la Caballero Carmelo, que era un gallo de raza, esbelto, musculoso y austero, su cabeza roja , era de un hidalgo altivo, caballero justiciero y prudente, su cola hacía un arco de plumas tornasoladas y su cuerpo de color Carmelo… Luego de tres años de vivir amorosamente con la familia, una tarde, el padre de Roberto dio la terrible noticia para el noble Carmelo, había aceptado una apuesta para la jugada de gallos de San Andrés,

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EL CABALLERO CARMELO.Autor: Pedro Abraham Valdelomar Pinto.

El Caballero Carmelo nos relata el regreso de un integrante de la familia, el hermano mayor llamado Roberto, El viajero volva al hogar paterno luego de largas aventuras en otros pueblos, su retorno caus mucha alegra, ya instalado en casa comenz a repartir los regalos que haba llegado para cada uno de los integrantes de la familia, a todos les haba entregado menos a su padre, cuando le preguntaron qu le haba llevado, contesto El Carmelo y luego un sirviente sac de la jaula un gallo, el mismo que en el instante cant y pas a formar parte de la familia; cuando se dirigieron a dar de comer a los animales en el corral donde exista varios tipos de animales, en aquel da se escap del corral un polln llamado El Pelado, en pos de mejores alimentos, entr en la cocina y rompi varias piezas de vajilla; cuando almorzaban , el padre que se haba enterado determin comer al pollo en domingo, Anfiloquio que era el dueo sali en su defensa, pero como vio que todos estaban en su contra y que la decisin estaba tomada, se le cayeron dos gruesas lgrimas sobre el plato, su madre que lo haba observado, se le acerc y le dijo: no lo comeremos En el cuento se hacen algunas descripciones sobre San Andrs de los Pescadores, que es un pueblito cerca a Pisco, cuya actividad esencial es la pesca. Tambin se describe la Caballero Carmelo, que era un gallo de raza, esbelto, musculoso y austero, su cabeza roja , era de un hidalgo altivo, caballero justiciero y prudente, su cola haca un arco de plumas tornasoladas y su cuerpo de color Carmelo

Luego de tres aos de vivir amorosamente con la familia, una tarde, el padre de Roberto dio la terrible noticia para el noble Carmelo, haba aceptado una apuesta para la jugada de gallos de San Andrs, el 28 de julio por que le haban dicho que el gallo cuyo prestigio era mayor que el del alcalde no era un gallo de raza y dentro de un mes jugara al Caballero Carmelo con el Ajiseco un famoso gallo vencedor en muchas lides (combates) como el Caballero Carmelo, luchara con un gallo ms fuerte y ms joven. El Carmelo en aquellos tres aos, haba envejecido y perdido el reflejo de sus das juveniles, nada podra detener el mortal combate. Los nios de la casa, encariados con el airoso gallo, contemplaban mudos y entristecidos los preparativos para el siniestro da.Para la pelea un hombre haba preparado el gallo por seis das, entren al Carmelo y le probaron las navajas. El fecha indicada lleg y cuando llevaron al Caballero Carmelo parte de la familia lloraba y recomendaron vaya junto al animal para cuidarlo, cuando llegaron a San Andrs de los Pescadores, el pueblo estaba de fiesta por el da de la patria. Se encaminaron a la cancha y luego de observar una jugada de gallos, tocaba el turno al Caballero Carmelo y al Ajiseco. El Caballero Carmelo a lado del otro gallo era un gallo viejo y achacoso, todos apostaron al enemigo. El Ajiseco miraba con desprecio y se paseaba como dueo a lado de la cancha. En la pelea El Ajiseco dio la primera envestida, se observ que un hilo de sangre corra por las piernas del Carmelo, estaba herido, segua la pelea y por fin una herida grave hizo caer al Carmelo. El juez determino que todava no haba enterrado el pico, se incorpor el Carmelo y con una estocada dejo muerto en el sitio al Ajiseco. Todos felicitaron al dueo del campen, el triunfador Carmelo caa desfalleciente luego de su heroica Victoria, los nios de la casa, corrieron a socorrer a su mascota echndole aguardiente bajo las alas.

El Caballero Carmelo fue conducido a casa, pero haba quedado muy mal herido, luego de estar sometido por dos das a toda clase de cuidados, una tarde se acerc a la ventana contemplo el crepsculo despus de agitar dbilmente sus alas, cant, retrocedi unos pasos, inclin el cuello sobre el pecho, tembl y desplomose, estir sus dbiles patas y expir apaciblemente, lo que ocasion que los presentes echaran a llorar y as pas por el mundo aquel amigo de la niez y el honor y orgullo de los gallos de casta del Valle del Caucato.

POEMAS DE CESAR ABRAHAM VALLEJO MENDOZA

MASAAl fin de la batalla,y muerto el combatiente, vino hacia l un hombrey le dijo: No mueras, te amo tanto!Pero el cadver ay! sigui muriendo.

Se le acercaron dos y repitironle:No nos dejes! Valor! Vuelve a la vida!Pero el cadver ay! sigui muriendo.

Acudieron a l veinte, cien, mil, quinientos mil,clamando: Tanto amor, y no poder nada contra la muerte!Pero el cadver ay! sigui muriendo.

Le rodearon millones de individuos,con un ruego comn: Qudate hermano!Pero el cadver ay! sigui muriendo.

Entonces, todos los hombres de la tierrale rodearon; les vio el cadver triste, emocionado;incorporse lentamente,abraz al primer hombre; echse a andar

PIEDRA NEGRA SOBRE UNA PIEDRA BLANCAMe morir en Pars con aguacero,un da del cual tengo ya el recuerdo.Me morir en Pars -y no me corro-tal vez un jueves, como es hoy, de otoo.Jueves ser, porque hoy, jueves, que prosoestos versos, los hmeros me he puestoa la mala y, jams como hoy, me he vuelto,con todo mi camino, a verme solo.Csar Vallejo ha muerto, le pegabantodos sin que l les haga nada;le daban duro con un palo y durotambin con una soga; son testigoslos das jueves y los huesos hmeros,la soledad, la lluvia, los caminos...

IDILIO MUERTOQu estar haciendo esta horami andina y dulce Rita de junco y capul;ahora que me asfixia Bizancio,y que dormita la sangre,como flojo cognac, dentro de m.

Dnde estarn sus manos que en actitud contritaplanchaban en las tardes blancuras por venir;ahora, en esta lluvia que me quita las ganas de vivir.

Qu ser de su falda de franela; de sus afanes; de su andar;de su sabor a caas de mayo del lugar.

Ha de estarse a la puerta mirando algn celaje,y al fin dir temblando: 'Qu fro hay... Jess!'Y llorar en las tejas un pjaro salvaje.LOS HERALDOS NEGROSHay golpes enla vida, tan fuertes... Yo no s.Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,la resaca de todo lo sufridose empozara en el alma... Yo no s.

Son pocos; pero son... Abren zanjas oscurasen el rostro ms fiero y en el lomo ms fuerte.Sern tal vez los potros de brbaros atilas;o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

Son las cadas hondas de los Cristos del alma,de alguna fe adorable que el Destino blasfema.Esos golpes sangrientos son las crepitacionesde algn pan que en la puerta del horno se nos quema.

Y el hombre... Pobre... pobre! Vuelve los ojos, comocuando por sobre el hombro nos llama una palmada;vuelve los ojos locos, y todo lo vividose empoza, como un charco de culpa, en la mirada.

Hay golpes en la vida, tan fuertes ... Yo no s!

LOS D

ADOS ETERNOSPara Manuel Gonzlez Prada, esta emocin brava y selecta, una de las que, con ms entusiasmo, me ha aplaudido el gran maestro.Dios mo, estoyllorando el ser que vivo;me pesa haber tomdote tu pan;pero este pobre barro pensativono es costra fermentada en tu costado:t no tienes Maras que se van!

Dios mo, si t hubieras sido hombre,hoy supieras ser Dios;pero t, que estuviste siempre bien,no sientes nada de tu creacin.Y el hombre s te sufre: el Dios es l!

Hoy que en mis ojos brujos hay candelas,como en un condenado,Dios mo, prenders todas tus velas,y jugaremos con el viejo dado.Tal vez oh jugador! al dar la suertedel universo todo,surgirn las ojeras de la Muerte,como dos ases fnebres de lodo.

Dios mos, y esta noche sorda, obscura,ya no podrs jugar, porque la Tierraes un dado rodo y ya redondoa fuerza de rodar a la aventura,que no puede parar sino en un hueco,en el hueco de inmensa sepultura.