el bosque

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Page 1: El Bosque

EL bosque

Page 2: El Bosque

Tiempo at rás, yo era vecino de un médico, cuyo "hobby" era plant ar árboles en la enorme quint a de su casa. Algunas veces observaba desde mi vent ana e l e sf uerzo para plant ar árboles y más árboles t odos los días.

Ent ret ant o, lo que más me llamaba la at ención era e l hecho de que

é l jamás regaba los renuevos que plant aba.

Page 3: El Bosque

Not é después de un t iempo que sus árboles est aban demorando

mucho en crecer.

Ciert o día, resolví ent onces

acercarme al médico y le pregunt é s i e l

no t enía rece lo de que los árboles

no crecieran pues percibía que e l

nunca los regaba.

Fue cuando con un aire orgulloso, é l me describió su f ant ást ica t eoría.

Page 4: El Bosque

Me dijo que; si regase sus plant as,

las raíces se acomodarían a la superf icie y quedarían siempre esperando

por e l agua más f ácil venida de encima. Como é l no las regaba,

los árboles demorarían más en crecer, porque sus raíces

t enderían a migrar para e l f ondo, en busqueda de l agua

y de las variadas f uent es nut rient es encont radas en las capas más inf eriores de l sue lo.

Page 5: El Bosque

Esa f ue la charla que t uve con aquel vecino mío.

Después f ui a vivir a ot ro país , y nunca más lo encont ré .

Page 6: El Bosque

Varios años más t arde , al re t ornar de l ext erior, f ui a dar una mirada a mi ant igua residencia. Al aproximarme, not é un bosque que ant es no había. ¡Mi ant iguo vecino había realizado su sueño!

Lo curioso es que aque l era un día de un vient o muy f uert e y he lado, en que los árboles de la

calle e st aban arqueados, como si no est uviesen

resist iendo e l rigor de l invierno.

Page 7: El Bosque

Ent ret ant o, al aproximarme a la quint a de l médico,

not é como est aban sólidos sus árboles: pract icament e no se movían,

resist iendo implacablement e aque lla vent olera. Ef ect o curioso, pensé yo.

Page 8: El Bosque

Las adversidades por las cuales aque llos árboles habían pasado, habiendo sido privados de l agua, parecían haberlos benef iciado,como si hubiesen recibido e l mejor de los t rat amient os.

“Dios mío: libra a mis hijos de t odas las dif icult ades

y agresiones de est e mundo”.

Todas las noches, ant es de irme a acost ar doy s iempre una mirada a mis hijos me inclino sobre sus camas y observo cómo han crecido. Frecuent ement e , oro por e llos . La mayoría de las veces, pido para que sus vidas sean f ácile s.

Page 9: El Bosque

He pensado, ent ret ant o, que es hora de cambiar mis oraciones.

Est e cambio t iene que ver con e l hecho de que es inevit able que los vient os

he lados y f uert es

no alcancen a nuest ros hijos. S é que e llos encont rarán innumerables problemas,

por lo t ant o, mis oraciones para que las dif iculdades no ocurran,

han sido demasiado ingenuas.S iempre habrá una t empest ad

ocurriendo en algún lugar.

Page 10: El Bosque

Por lo t ant o, pre t endo cambiar mis oraciones.

Lo haré porque , queramos o no queramosla vida no es muy f ácil.

Al cont rario de lo que había hecho, pasaré a pedir para que mis hijos

crezcan con raices prof undas, de t al f orma que puedan sacar energía de las mejores f uent es

- de las más divinas- , que se encuent ran en los lugares más remot os.

Page 11: El Bosque

Oramos demasiado para que t engamos f acilidades, pero en realidad lo que necesit amos hacer es pedir

para desarrollar raíces f uert es y prof undas, de t al manera que , cuando las t empest ades

lleguen y los vient os he lados soplen,

resist amos bravament e y no seamos dominados.

By MelTraducción M. C. Valenzuela