el baladro del sabio merlin primera parte de la demanda del sancto grial

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E L B A L A D R O D E L S A B IO B L I N PRIMERA PARTE DI LA DEMANDA DEL SANCTO QRIAL AQUÍ COMIENZA EL PRIMERO LIBRO DE LA DEMANDA DEL SANCTO GKIAL; E PRIMERAMENTE SE DIRÁ DEL NASCIMIENTO DE MERLIN ('). En esta presente historia se cuenta como los diablos fueron muy sañudos quando nues tro señor Jesu Christo fue a los infiernos e saco dende a Adán e a Eua, y de los otros quantos le plugo; e tuuieronlo por gran ma L rauilla. Ca dixeron: «¿Que hombre podia ser este que assi nos forco? que nuestras forta lezas no valen ninguna cosa contra el; ni cosa que en guarda tengamos no se le puede defender, ni esconder, que no faga de todo su plazer, e demás que no pensamos que honbre que de muger naciesse que no fuesse nuestro; y este nos destruyo assi como nas- cio que no vimos en el mengua de hombre terrenal, assi como vemos e sabemos de los otros honbres»; y estonce respondió vno de- Uos y dixo: «Yna cosa nos mato: que pen samos nos que ualiessen mas los profetas que ante dezian que el hijo de Dios vernia en tierra para saluar los pecadores, aquellos que saluarse quisiessen; e quando algunos de los que teníamos en nuestro poder lo dezian, atormentauamoslos mas que a los otros;  y ellos nos dezian que dauan poco por nuestros tormentos, e confortauan a los otros pecadores, e dezianles que aquel nasceria e los vernia a librar». CAPÍTULO  I.—De  como foblaron los diab 7 o s entre si. . «Tanto lo dixeron assi, tasta que vino a que nos tomo lo que teníamos aqui; e assi { El texto empieza:  La demanda del sanóte  Grial, con los mwraiiÁllüzos feshos de Langarote y de Oalaz su Mjo,  pero este rótulo corresponde más biea al libro segando. nos podría tomar los otros que biuos son, si fuesse sesudo. Pero, ¿como pudo auer lo que nunca supimos?» «E como dixo otro, ¿no sabes tu que les faze lauar en vna agua, e por su nonbre e por aquella agua se lauan de todos los pecados, en el nonbre del padre y del fijo y del spiritu santo, y del pecado de Adán y de Eua por que nos los deuiamos auer? e agora los perderemos por esto, e no auremos ningún poder sobre ellos; e si ellos no quisiesen, que no se saluen por sus obras y se nos metan en poder; assi nos ha que brantado e abaxado nuestro poder; e mas fizo: dexo en la tierra a sus seruidores que los saluaran; ya tantas no faran de las nues tras obras, si se confessasen, e se quisiesen ende quitar, e fiziesen lo que sus maestros mandaren, que todos no los ayamos perdido. Ca todos serán saluos por esta manera». CAP II.— De como dixeron del de Jesu Christo. nascimiento Después dixo vno: «Muy especial cosa fue que por saluar el honbre vino en tierra e quiso nascer de muger e sufrir cuyta; e vino sin nuestro ser, e sin saber de honbre ni de muger, a sofrir trabajos; e vimoslo e proua- moslo en todas las cosas que podimos; y pues lo ouimos prouado, e vimos que no fallamos en el cosa de nuestras obras, quiso morir por saluar los pecadores. Mucho amo el honbre quando tan gran cosa quiso fazer por el en nos lo tirar, e nos mucho deuiamos trabajar como pudiessemos auer lo que nos tiro. Y el no nos tiro cosa como desque el nuestro dere cho sea; y por esto nos deuiamos trabajar como pudiessemos hauerlo y tornaren los otros a nuestras obras, en tal guisa que no se pudiessen ende confessar, porque no ayan perdón a su muerte». Estonces dixeron todos d.e consuno: «Nos lo hauemos todo perdido,

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E L B A L A D R O D E L S A B I O 1 1 B L I N

PRIMERA PARTE

DI LA

DEMANDA DEL SANCTO QRIAL

A Q U Í CO MIE NZ A E L P R I M E R O L I B R O D E L A

DEMANDA DEL SANCTO GKIAL; EP R I M E R A M E N T E S E D I R Á D E L N A S C I M I E N T O

DE M E R L I N ( ' ) .

En esta presente historia se cuenta comolos diablos fueron m uy sañudos quando nue stro señor Jesu Christo fue a los infiernos esaco dende a Adá n e a E ua , y de los otrosquantos le plugo; e tuuieronlo por gran maL

rauilla. Ca dixero n: «¿Que homb re podia sereste que assi nos forco? que nuestras fortalezas no valen ninguna cosa contra el; nicosa que en guarda tengamos no se le puededefender, ni esconder, que no faga de todosu plazer, e demás que no pensamos que

honbre que de mu ger naciesse que no fuessenuestro; y este nos destruyo assi como nas-c i o , que no vimos en el mengua de hombreterrenal, assi como vemos e sabemos de losotros honbres»; y estonce respondió vno de-U o s , y dixo: «Yna cosa nos mato: que pensamos nos que ualiessen mas los profetas queante dezian que el hijo de Dios vernia entierra para saluar los pecadores, aquellosque saluarse quisiessen; e quando algunosde los que teníamos en nuestro poder lodezian, atormentauamoslos mas que a losotros; y ellos nos dezian que daua n poco pornuestros tormentos, e confortauan a los otrospecadores, e dezianles que aquel nasceria elos vernia a l ibrar» .

CAPÍTULO I.—De como foblaron los diab7osentre si. .

«Tanto lo dixeron assi, tasta que vino aque nos tomo lo que teníamos aqui; e assi

{ * ) El texto em pieza: La demanda del sanóte Grial,con los mwraiiÁllüzos feshos de Langarote y de Oalazsu Mjo, pero este rótulo corresponde más biea al libro

segando.

nos podría tomar los otros que biuos son, sifuesse sesudo. Pero, ¿como pudo auer lo quenu nc a supimos?» «E como! dixo otro , ¿no

sabes tu que les faze lauar en vna agua, epor su nonbre e por aquella agua se lauande todos los pecados, en el nonbre del padrey del fijo y del spiritu santo, y del pecadode Adán y de Eua por que nos los deuiamosauer? e agora los perderemos por esto, e noauremos ningún poder sobre ellos; e si ellosno quisiesen, que no se saluen por sus obrasy se nos metan en poder; assi nos ha quebrantado e abaxado nuestro poder; e masfizo: dexo en la tier ra a sus seruidores quelos saluaran; ya tantas no faran de las nuestras obras, si se confessasen, e se quisiesen

ende quitar, e fiziesen lo que sus maestrosma ndaren, que todos no los ayamos perdido.Ca todos serán saluos por esta manera».

C A P . II.— De como dixeron delde Jesu Christo.

nascimiento

Después dixo vno: «Muy especial cosa fueque por saluar el honbre vino en tierra equiso nascer de muger e sufrir cuyta; e vinosin nuestro ser, e sin saber de honbre ni demuger, a sofrir trabajos; e vimoslo e proua-moslo en todas las cosas que podimos; y pueslo ouimos prouado, e vimos que no fallamosen el cosa de nu estras ob ras, quiso mo rir porsaluar los pecadores. Mucho amo el honbrequando tan gran cosa quiso fazer por el ennos lo tira r, e nos mucho deuiamos traba jarcomo pudiessemos auer lo que nos tiro. Y elno nos tiro cosa como desque el nuestro derecho sea; y por esto nos deuiamos trabajarcomo pudiessemos hauerlo y tornaren losotros a n uestr as obras, en tal guisa que no sepudiessen ende confessar, porque no ayanperdón a su muerte». Estonces dixeron todosd.e consuno: «Nos lo hauemos todo perdido,

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4 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Spues que el puede perdonar a la muerte sifalla al honbre sin nuestras obras».

CAP. TU. —D e como trabaron los diabloshonbre que razonasse su engaño.

Estonces h ablaron todos en vno, e dixe ron:

«Lo que peor nos hizo, porque los mas fabla-uan de su venida, y estos atormentamos m as:y por esso se aquexaron mucho mas por noslos venir a tirar de nuestro poder; mas,¿como podíamos nos auer honb re que habla-sse por nos, y que mostrasse nuestro sabere nuestra predicación e nuestra hazíenda,como es grande el nuestro poder, e comosabemos todas las cosas que fueron e son, elas fechas, e las dichas? e si nos ouiessemosvn tal honbre que desto ouiesse poder, y quefuesse con los otros h onbre s en tie rra , assinos podia mucho ayudar y engañarlos; assi

como los profetas engañaron a nos, que de-zian tales cosas que nunca nos podríamospensar que pudiesse ser, assi diria este; lascosas que fuessen fechas y dich as lexos, decerca serán por este cuydadas». qAy, quebien sera, dixeron todos, que de tal manerapudiessemos auer honbre!» Y estonces dixovno dellos: «Yo no he poder de haze r hijo,ni de dormir con muger; ca si yo ouiesse elpoder, yo la auria m uy g uisado; ca yo he vn amuger que haze e dize lo que yo quiero»; elos otros dixeron: «Tal ay entre nosotros,que pueda fazer honbre e dormir con muger;

mas conuiene que lo faga lo mas encubiertamente que pudiere». E ássi fablaron dehazer honbre que engañasse a los otros.

CAP. IV.— De como engaño el diablo a suabuela de Merlin.

Mucho eran locos quando pensauan quenuestro señor no sabia su fecho; e assi seguiso el diablo de fazer honbre que ouiessesu saber y su engaño para engañar a JesuChristo; e assi se partieron con tal consejo.

E aquel que dixo que podría dormir con muger, no tardo mas, y fuesse a vna su amigaque fallo mucho a su voluntad, que le dierael cuerpo y auer, e assi el marido; y aquellasu amiga era mujer de vn rico honbre; yaquel rico honbre tenia muchas bestias emuchas riquezas, e auia un fijo e tres fijas;e vn dia dixo el diablo a aquella su vassallacomo podría engañar a su marido, y ella ledixo^ «Si lo ensañardes; y podredeslo bienensañar, ca el es de mal talante, y tiralde loque a y arderá bino con saña»; y estoncefue el diablo a las bestias del rico honbre, e

matóle de llas vna gran pieca; e los que las

guardauan vinieronselo a dezir. Y quando ello oyó, fue muy sañudo, y preguntóles comomurieron; y ellos dixeron que no sabían; equando el diablo vio que se ensañara por tanpoco bien, vio qu e si m as le tirasse, que m aslo ensañaría, e mas lo auia a su voluntad, etorno a diez cauallos muy fermosos e máte

selos todos. E quan do el vio que todo lo suyoiua assi a mal, dixo vna loca palabra que lefizo dezir la gr an saña, que d aua a todos losdiablos quanto en el mundo le quedaua. Equando el diablo esto oyó, fue muy alegre,eguisóse de fazer muy mayor daño; e hizoque todos sus honbres lo dexassen; e fizóloapartar de las gentes; y estonces vio quepodría fazer del su tal an te, e fuele a m atarvn fijo que tenia muy hermoso. Y quando lofallaron m uerto, fue el pad re ta n espantadoe tan desesperado, que perdió mucho de sucreencia. E quando el diablo vio que per

diera su creencia, fue muy alegre, e torno ala muger, e fizóla subir en vn arca en vnlugar alto, y echo vna cuerda a su garganta,e echóse del arca y enforcose. E quando elrico honbre supo que su muger y su fijo perdiera, cayo en el vna tan gran desesperación, donde murió. E assi faze el diablo a losque el puede engañar. Y después que estovuo fecho, pensó como engañ aría las tres fijasde aquel rico honbre; y el diablo auia vn suamigo gran de e fermoso, que obraua mucho asu voluntad; aquel hizo yr a las donzellas, etanto anduuo tras la vna, que la venció; y el

diablo, q ue no ha cura qu e los sus fechos seanencubiertos, ante los descubre por fazer mayor escarnio de los que lo fazen, e fizo enguisa que este fecho salió a placa. Y enaquel tienpo era costumbre que si mugerfuesse fallada en adulterio, si no se diessepor puta conocida, que hiziessen della justicia; y el diablo, porque ha sabor de hazercontino escarnio, fizo que fuesse sabido.

CAP. Y . — De como fue presa, esta muger.

Pressa fue assi aquella muger e leuadaante los jueze s, que se m arauillau an much ode tal descuenta que viniera a su padre e a sumadre, e a su hermano, y [a] ella, que pocoauia que era pedida de los mejores honbresde la tierra; e por amor de su linaje fizierondella justicia de noche. E assi faze el diabloa aquellos que hazen su voluntad; y en aquella tierra auia vn hombre bueno é de sanctavida que oyó fablar desde fecho, e fue afablar con las otras dos hermanas, con lamayor y con la menor, y preguntóles comoaquella m ala ven tura les viniera assi; y ellas

dixeron: «Señor, no sabemos sino que pen-

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B A L A D R O D E L

sainos que Dios nos desama e nos faze estacuyta auer», y el honbre bueno dixo: «Nodigades esso; ea no desama Dios a ninguno;ante le pesa quando el pecador del se aluenga; y sabed por verdad que esto no es sinopor el diablo, que vos lo haze dezir y pensar;

y sabedes que vuestra hermana assi fizo,porque la justiciaron»: e ellas dixeron queno sabian ende negar cosa; y el honbre buenoles dixo: «Guardadvos de mal obrar, ca lamala obra trae al pecador a mala fin; y elque no se sufre de ma l fecho, a ma la finpuede venir».

CAP. YI.— Como castigaua el honbre buenoa su madre de Merlin.

Mucho las castigo el honbre buen o, mas lamayor plugo mucho de lo que el honbre

bueno les dixera, y el les enseño bien sucreencia y las virtudes de Jesuchristo a creery am ar, e dixo les: «Si vos flzierdes lo que yovos enseñ are, gran bien ende vos ver na , enunca aureys ende cuyta que yo no vosayude y que yo no vos conseje con ayuda deDios; y no vos desconforteys, ca nuestro señor vos confortara si a el vos encom endardes,y venir comigo a hablar a menudo, ca cerca moro de aqui».

CAP. YII.— Como la alcahueta aconsejaua asu madre e a su tia de Merlin.

Assi aconsejaua el honbre bueno las dosdonzellas: mas la mayor lo creyó y lo amopor en de. E quando el diablo lo supo, pesólemucho, e vuo pauor cíe las perder, y pensócomo las podria engañar o por honbre o pormug er; dixo que mas ayna las engañarla pormuger, y el auia vna muger que muchasvezes auia fecho su voluntad, e aquella embioel diablo a la menor, e sacóla a vna parte ypreguntóle de su fazienda, si la amaua suhermana, o si le plazia con ella; y ella dixo:«Mi hermana esta triste desta mala ventura

que nos vino, que no ha plazer de mi, ni deotre»; y la muger le dixo: «En mal dia fuenascido vuestro hermoso cuerpo; que jamasno aureys plazer con las otras mugeres enquanto con ella biuieres; mas si, amiga fer-mosa, supiessedes qual fauor y qual plazerhan las otras mugeres con los lumbres, vosno dariades nada por quanto bien nuncaouistes».

CAP. YIH.— De las razones quel alcahuetadeeia a su tia de Merlin.

«Auemos nos tan gran plazer quandosomos con nu estro s amigos, que si no ouies- '

A B I O M E R L I X 5sernos sino vna limosna de pan, mas viciosas seriamos que vos con quanto vicio podria-des auer sin esto, ca no ha otro plazer sinode honbre. T esto digo por vos, que vuestrahermana es mayor que vos, e querriase guisar lo mejor que pudiere para guarecer bien,

y dará poco por vos»; y ella le respondió:«¿Como lo pudiera yo fazer, ca mi hermanafue muerta por tal partido?» Y el alcahuetale dixo: «Yuestra herm ana lo fizo locame nte,e no la supo consejar el que la consejo; massi vos me ereeys, vos no seredes presa, nijusticiada». «Yo no se, dixo la donzella,como pueda esto ser, ni yo osare agora convos hablar, mas venid después e fablare convos.»

CAP. IX.— Co mo la tia de Merlin creyó los

malos consejos del diablo.Cuando el diablo lo oyó, fue muy alegre,

ca bien pensó que ya vernia a su voluntad;e después que el alcahueta della se partió,pensó la donzella mucho en lo que la dixe ra;y después que vino la noche, miro su hermoso cuerpo e dixo: «Yerdad me dixo aquellabuena muger, que me dixo que yo era fer-mosa». E después a vna pieca torno la alca-,hueta a ella, y la donzella le dixo: «Ciertovos me dixistes verdad, ca bien me pareceque mi ermana no da por mi cosa». «ííó voslo dezia yo? dixo ella; y aun mas poco porvos fara adelante. Fermosa amiga, no somosfechas saluo para auer plazer»; e la donzelladixo: «Yo lo faria muy de grado si no ouies-se pauor de mue rte». E dixo el alcahueta:«Yos enseñare como lo fareys quo no tomareys peligro de m uer te». L a doncella le dixo:«Dezimelo e yo lo fare»; e la mu ger le d ixo:«Yos daredes a quanto s q uisiere, e direy s queno podéis biuir con vuestra he rman a, porquevos fiere e vos dixo m al. E assi fareys plaze rde vuestro hermoso cuerpo y seredes fuera dejusticia, e aun podredes después bien casarpor vuestra riqueza». «¡Ay que bien dezis!,dixo la donz ella, y ben dita seades vos quetan bien me consejades!» Y estonces se fuede casa de su hermana, e fuesse para quantos la quissieron.

CAP . X . — Como la tia de Merlin dio sucuerpo a los g arcones e los lleuo a casa desu hermana.

El diablo fue m ucho alegre quando aquelladonzella vio vencida, e quando la hermanavio que assi la dexara e fuyera, fue al hon

bre bueno muy triste e faziendo gran duelo.E cuando el honbre bueno la vio tal duelo

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6 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sfazer, ouo m uy gran pesar, e dixo: «Sinatey encomiéndate a Dios»: y ella dixo: «¡Ayseñor! yo fago gran derecho de me quexar,ca perdi mi hermana»; y contole estoncescomo fuera; e quando el honbre bueno looyó. pesóle mucho, e dixo: «Avn el diabloanda en derredor de vos, e nunca folgara

fasta que todos vos confunda, si Dios no vosguarda»; y ella le pregunto: «Señor, ¿comome podria yo guardar? Ca no hay cosa en elmundo a que aya tan gran pauor como queme engañe»; y el honbre bueno le dixo:«Si tu me creyeres, no te engañara»; y ellale dixo: «Yo vos creeré quanto dixerede s»;y el le dixo: «¿Crees tu en el padre, y en elfijo, y en el spiritu santo, e que estas trespersonas es vna cosa en Dios y en trinidad;y que vino nuestro señor en tierra por sal-uar los pecadores que quieren ser christia-nos?» «Assi lo creo», d ixo ella . «Agora teruego, dixo el hombre bueno, que te guardesde caer en yerro; e cada que te vinierealguna cuyta, ven a mi, e si flzieres algúnpecado, dimelo, e otórgate por culpada aDios e a mi en la hora del; e cada que teacostares, sinate e faz cruz sobre ti; e allído durmieres, ten siempre lumbre, que eldiablo quiere mal la lum bre e todas las cosasclaras»; e assi enseño el honbre bueno a ladonzella como fiziesse; y ella se torno a sucasa muy deuota e amiga de Dios; e susvezinos la apremiauan que se casasse y queauria gra n riquez a, y ella dezia: «Dios mem anteng a en tal guisa como viere que mesera menester». Assi estuuo bien dos años,que nunca el diablo la pudo engañar; epesóle ende mucho, y pensó como le podriafazer oluidar lo que el honbre bueno ledixera; y estonces tomo a su hermana, yleuola vn sábado a ella porque la enseñasse,y estuuo alia en su casa vna gran pieca dela noche con gran conpaña de garcones quelleuaua consigo. E quando la hermana lavio assi, fue muy sañuda, e dixole: «Enquanto vos tal vida quisierdes fazer, nodeuriades en trar aqu i, qu e me fazedes pe- .sar»; y quando la otra lo oyó, respondiócomo quien anda con diablos, e dixole quepeor fazia ella, que dormía con el honbrebueno hermitaño, e que si las gentes losupiessen, que la matarían por ello... .

CAP. XI.—De como el diablo quiso engañar ala madre de Merlin porque la vio sañuda.

Ella, quando vio que su hermana tanmala cosa-le ponia assi, dixole que se fuessede su casa; y la otra dixole que no faria, ca

tanbien fuera de su padre como del suyo

della. E quando la donzella vio que no quería salir, tomóla de las espaldas e quísolaechar fuera, e la otra dixo a los garconesque la tomassen e la flriessen, e la donzellafuyo a vna cámara, e cerro la puerta emposde si y echóse a su lecho e comenco de llora r. E quan do el diablo la vio sola y sañud a,

fue muy alegre, e por le fazer mayor pesarauer, menbrole la muerte del padre y de lamadre y de los hermanos, y de lo que, ledixera su he rm ana . Y' en aquel pesar estando, adormeciosse. Y quando el diablo vioque dormía y que se le olvido todo lo que elhonbre bueno le enseñara, fue muy alegre,y que estonce era de toda guarda fuera deDios, y estonce pensó como en ella podriaauer su fijo, e dorado con ella estando elladorm iendo, y ella despertó e dixo: «SanctaMaria, e que es esto que agora assi mecatiuo, ca no soy agora tal com® quandoaqui me acosté?» Y estonce leuantose, ebusco aquel que con ella dormiera, e nofallo nada, e fue a la puerta e hallóla cerrada. Y estonces entendió que fuera el diablo aquel que con ella dormiera, e vuo granpesar, y encomendóse a Dios.

CAP. XII.— De como la madre de Merlin sesintió corrupta, e fue tomar consejo con elhonbre bueno.

La hermana e los garcones, quando se

fueron, salió ella de la cámara, dixo a vn susiruiente que la seruia que le fuesse por dosmugeres, y el traxoselas; y ella fuesse conellas para el hombre bueno; y el, quando lavio dixo: «Tu as cuyta, ca mucho te veotriste»; y ;ella dixo: «A mi auino lo quenunca auino a muger, e por ende vengo avos que me aconsejeys, ca, señor, yo pequemucho, y sabed que yo soy engañada por eldiablo»; y contóle estonce como le auiniera,que no le negó ningu na cosa, y d ixo: «Señor,si el cuerpo fuera perdido, pidoos por merced que no se pierda el anima». E quando

el honb re buen o lo oyó, m arauillose, y nola quiso creer de cosa que le dixesse, e dixoassi: «Tu eres llena de honbre y el diabloes en ti. ¿Como te daré pen itencia, ca severdaderam ente que mientes? Ca nunc a m uger fue corrupta que no supiesse de quien,y tu quieresme fazer creer tal marauillaqual nunca fue»; y ella respondió: «¡Ayseñor! assi Dios me perdone y me guardede ma la cuy ta, que os digo ve rdad »; y eldixo: «Si verdad es, ayna lo sabremos: y tufeziste gran pecado e quanto passaste laobediencia, e tu ayunaras por ello todos los

viernes mientra biuieres, por la luxuria; y

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aun te daré penitencia si la quieres tener»;y ella dixo: «¿Tan graue cosa me manda-rey s fazer que no la faga?» «¿P rom etes-nielo?» dixo el. «Si» , dixo ella; «mas ¿quefare de aquel que a mi vino en durmiendo,de que no puedo guardarme?» Y el dixo:«Jesu Ohristo te guardara», y estonces ledio su penitencia y metióla en guarda deDios, e tomo del agua bendita y echoselaencima, e diole della a beuer, e dixole:«Guárdate no se te olvide lo que te mande,e quando ouieres cuyta, sinate y encomiéndate a Dios».

CAP. XIII.—Com o la madre de Merlin sesintió preñada, y de , lo que le dezian losque con ella fablauan.

Tornóse a su casa la buena dueña, e hizomuy buena vida; e assi biuio fasta que lacriatura que tray a no se le pudo encobrir; yella engrosaua mucho, assi que las otrasdueñas lo entendieron, e dixeronle que mucho engrosaua, y ella respondió: «Assi lohago»; y ellas dixeron: «¡Ay Dios! ¿de queestays assi hinchada?» T ella dixo: «Preñad asin falta; asi me de Dios buen acabamiento,que no se de q uien ». «¿Ycomo? dixeron ellas,dormistes con tantos que no sabeys de quiensoys preñada?» y ella dixo: «Nunca Dios melibre de mal si nunca honbre vuo comigo talfazienda que yo sepa por que esto me auinies-se»; y ellas, cuanto esto oyeron, sinaronse derisa, e dixeron: «Nunca tal auino a muger,mas vos amad es tanto aquel que esto os fizo,que no lo que reys descu brir, y querey s antesvuestro daño qu e no el suyo. Sabed que tantoque los juezes lo supieren, que luego endem orir ey s». Y entonces se partiero n dellay fueronse riendo, e dixeron: «Mal para lasvuestras riquezas y para vuestro cuerpo, catodo lo aureys perdido». Y ella fuesse parael honbre bueno e contole todo lo que leauiniera con las mugeres, y el le preguntosi le auin iera después que le auino la otravez; j ella dixo que no. Quando el honbrebueno esto oyó, marauillose, y escriuio lanoche en que le acaesciera, e dixo: «Sabedbien que quando esta criatura naciesse, verési es assi»; e dixole: «Sabed que luego quelos juezes lo supiere n, vos pre nd erán ; y luego que fuerdes presa, embiadpor mi, y con-fortarvos he a buen fin».

CAP. XIY. — Gomo los juezes mandaronprender a su madre de Merlin, y ella embiopor el honbre bueno.

[ juezes lo supieron, mandáronla prender; yella, quando fue presa, embio por el honbrebueno, y el fue alia lo mas ayna que pudo,e fallóla delante dellos; y ellos lo llamaron,e le dixeron: «¿Pensados vos que esto jouedaser, que muger ouiesse fijo sin honbre?» Yel honbre bueno les dixo: «No vos diré quefue; mas tomad mi consejo y no la justiciey spreñada , ca la criatura no merece muerte n iculpa en el pecado de su madre »; e los juezesdixeron: «Nos faremos quanto quisierdes»;y el dixo: «Yo quiero que la metades en vnatorre, y que metades con ella dos mugeresque ]a ayuden al tienpo de su parto, e, quan do el niño naciere, Dios nos fara entenderpor alguna manera si es assi como ella dize,o si es mentira; y entonces faredes dellatodo vuestro plazer» . Y ellos dixeron quedezia muy bien.

Assi el honbre bueno lo deuiso, e assi lofizieron ellos: y metiéronla en vna torre, ycerraron la puerta, que no les dexaron sinovna finiestra por do les diessen de comer.E assi quedo aquella dueña vn tienpo enla torre, y ella vuo su fijo como plugo aDios nuestro señor.

CAP. X Y . — Como la madre de Merlin estimoencerrada en la torre ocho meses.

Quando el niño llego a tiempo que vuo elpoder y el seso del diablo, como aquel que

era su hijo, mas el lo hizo locamente enaquello que Dios nuestro saluador conprarapor su m uer te e passion; e por ende no quisoDios que perdiesse el niño cosa de quantoauia de auer de parte de su padre; ca el diablo lo fiziera por saber todas la s cosas qu eeran hechas e dichas. E assi quiso nuestroSeñor que todo lo supiesse. E por la santidadde su mad re diole Dios tal gracia que supiesse las cosas que auian de venir; e assi elniño nascio. Y quando las mugeres lo vieron ,no vuo ay ning una que no ouiesse m uy granmiedo, ca lo vieron mas belloso e de mayor

cabello que otro ningu no que viessen ni oyes-sen fablar, e mostráronlo a su madre. Equando ello lo vio, signóse, e dixo: «Espantóme deste niño»; e dixeron las mugeres:«Tan grande es, que apenas lo podemos ten eren las manos». E stonce mando la madre quelo baxassen abaxo e fiziessen baptizar; y ellasle dix ero n: «¿Como le pond remo s nom bre?»Y ella dixo: «Merlin, como a m i abuelo».Y ellas fueron a la finiestra, y metiéronlo envna cesta, y descendiéronlo ayuso por vnacuerda, e mandaron que lo baptizassen yque le pusiessen nom bre M erlin. E assi fuebaptizado e. llamad o M erlin, e dieronlo, a

estonces se torno para su casa, y estuuovna gran pieca en paz; mas después que los

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L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Scriar a su madre fasta que el niño llego adiez meses; e las mugeres se marauillauanassi mucho de como era tan belloso, y decomo, seyendo de diez meses, parescia queauia diez años e mas; y después que llego adeziocho meses, dixeron las mugeres a la

madre: «Tiempo es que nos vamos nosotrasa nuestras casas». «Por Dios, señoras, dixoella, luego que vos fuerdes faran de mi justicia» . «Por Dios, dixe ron ellas, no podemosestar aquí tanto tienpo encerrad as»; e la madre del moco comenco de llorar, e a pedirlespor m erced que por Dios que estuuiessen vnpoco. Y estonce se fueron las mugeres aparar a la finiestra de la torre, e la madretenia al fijo en los bracos, e assentose e lloromucho, e dixo: «Fijo, por vos rescebire yomuerte; e por buena fe no merezco porquemuera» .

CAP. XYI.— De como Merlin, seyendo bienniño, fablo con su madre y ella fue muyespantada; y se le cayo el niño de losbracos.

Diziendo ella esto, miróla el niño e com e n ^ de reyr , e dixole: «No ayades miedo,ca no moriredes por cosa que ende auenga».E quando la madre esto oyó, enñaqueeioseleel coracon e fallescieronle los bracos; y elniño cayo en tierra e comenco de llorar, elas otras mugeres, quando lo oyeron, fueron

corriendo a ella e dixeron: «¿Como dexastesel niño assi caer? y ¿quesisteslo matar?» Yella respondió, como toda espantada: «Porbuena fe no lo pense hazer ni quisiera, masfallescieronme los bracos de vna gran ma-rauilla, que me dixo mi fijo que no moriríapor el»; e las mugeres lo tomaron y leuan-taronlo, e dixeron-. «Ayna nos dirá mas»;e comentáronlo de falagar, mirauan muchoen ello si fablaria alguna cosa: mas el no lesdixo nada fasta que la madre dixo a las mugeres: «Amenazadme e dezidme que seré yoquem ada por mi fijo, e yo ,lo te rne en m isbracos».

CAP. XYIÍ.—D e como Merlin fablo delantelas mugeres que estañan con su madre.

Estonce lo tomo la madre, que de gradoque ria q ue fablasse a nte las mu geres; y ellascomentaron a dezir: «Mucho sera gran dañode vuestro cuerpo tan fermoso ser quemadopor tal criatura, e mas valiera que no naciera»; y el niño respondió e dixo: «Yosmenticles, ca esto vos faze dezir mi madre».

E quando ellas esto oyeron, fueron muyespan tadas, e dixero n: «Este no es niño, m as

es diablo de todo en todo, que assi sabe lo quenos diximos»; e ellas le preg untaro n despuésde muchas guisas, y el no les quiso responder a cosa que le dixessen, sino que les dixo:«Dexadme estar, que soys sandias: a buenafe , mas pecadoras sois vos que mi madre».

Quando ellas esto oyeron, marauillaronsemucho e dixeron: «Esta marauilla no puedeser encubierta; ca nos lo diremos a todo elmundo». E fueron luego a las finiestras, el lamaron a las gentes e dixeron las maraui-Uas que veyan del niño; e los que lo oyeronfueron ende marauillados, e fueronlo a dezira los jueces; y ellos, quando lo oyeron, tu uie -ronlo por gran marauilla, e dixeron que yatiempo era que flziessen justicia de su m adre ,e dieron plazo que la justiciassen a quarentadias, y ella que lo supo, enbio por el honbrebueno.

CAP. XYIII .— Co mo Merlin dixo a su m adreque m ientra el biuiesse no seria honbre quela osassc matar.

Assi estando fasta que llego el tienpo enque auia de ser quemada, el niño andanapor la torre, e vio a la madre llorar, y el secomenco a reyr, e las mugeres le dixeron:«Poco te pesa ag ora de la cuy ta de tu ma dre,que sera quemada esta semana, e malditasea la hora en que naciste»; y el dixo a sumadre: «Sabed que no sera honbre, mientra

yo biuiere, que vos ose matara. E quando sumadre e las mugeres esto oyeron, marauillaronse e dixeron: «Este niño sera ayna muysesudo; e pues qu e el agora sabe tanto dezir»;e assi quedo la dueña hasta el dia que fuepuesto. Estonce fueron sacadas de la torre; ela dueña Ueuo ¡a su fijo en los bracos, e lasjusticias fablaron con ellas e dixeron si eraverdad que el niño fablaua; y ellas dixeronque si verdaderamente; y ellos dixeron:«Mucho sabrá si a su madre librase demuerte». Y el honbre bueno hermitaño fueluego ay.

CAP. XIX.— De como los jueces juzgaronque fuesse hecha justicia de la madre deMerlin.

Estonces vino vno de los jueces, e dixole:«Dueña, aparejadvos de tomar martirio»; yella dixo: «Yo fablaria de buen grado coneste honbre bueno en poridad»; e los juezesotorgaronselo; y ella se fue con el en vnacám ara, y el niño quedo de fuera; e muchosle pregu ntaua n de mu chas cosas; mas el no

respondía nada; y el honbre bueno preguntoa su madre si era verdad q ue fablaua el niño;

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 9y ella dixo que si. T después que ouieronfablado saliéronse de la cám ara, e la dueñ ayua cubierta con vn manto, y en camisa:tomo a su hijo entre los bracos y fuesse antelos juezes, y ellos le preg unta ron : «Dueña,¿quien es padre deste niño? Tío lo neguedes» . -«Señores, dixo ella, yo bien veo mi muerte;mas nunca me aga Dios merced al anima sinunca padre le vi ni conoci, ni si nunca mellegue a honbr.e en tal gu isa» , y ellos dixe -ron que nunca tal oyeron dezir; ni que nopodría ser verdad, y que por tanto era mucha razón q ue fiziessen della justic ia.

CAP. XX.— De como Merlin dixo a los juezes que su m adre no mereseia muerte, y deotras palabras que dixo por que la escusodella.

Salió estonces Merlin de entre los bracosde la madre, e dixole: «Madre, no ayadespauorj ca no merecistes porque ayays de re-cebir muerte»; e dixo a los juezes: «Estono puede ser qu e vos la quem eys, ca no fizoporque; ca si fiziessen justicia de todos aquellos que con otras duermen sino con sus mu-geres, y las que duermen con otros sino consus maridos, las dos partes de quantos aquiestán serian justiciados; ca yo se tan biensus. vidas como ellos mesmos: e las 'otrasmugeres han culpa de lo que fazen, e mimadre no». «E no tiene eso pro, dixo vno de

los juezes , ca conuiene q ue nos diga quienfue tu p ad re, o si no sera quemada.» Merlindixo: «Cierto ella no sabe quien es mi p adr e,mas yo se mucho mejor quien es mi padre,que no vos quien es el vuestro; y vuestramadre sabe mejor quien es vuestro padreque no mi madre el mió»; e quando el juezoyó esto, comencose a ensañar, e dixo: «Situ sabes que mi madre tal cosa fizo, prueua-melo,, e yo la justiciare». Y Merlin dixo:«Yo haré tanto, si a tu madre justiciarquisieres, que todos verán que merescemuerte».

CAP. XXI.— Como Merlin entro en vna cámara con el alcalde y le dixo nueuas de supadre.

E qu ando el juez esto oyó, fue mu y sañudo,e dixo: «O.torgotelo, mas si lo no prouares,quemare a ti e a tu madre». «Esto no puedeser, dixo Merlin, que quemes a ella ni a mimientra yo biuiere.» Y estonces embio eljuez por su madre, e sacaron al niño e asu madre de la prisión; y el juez dixo : «Cataaqui a mi madre, e agora nos di lo que nos

prometistes a dezir»; y el niño le dixo: «No

soys tan sesudo como pensays , mas tom ad avuestra madre e a vn amigo de quien fiedes,y entrad en vna casa apartadamente, e yotomare mi madre e mi maestro y entraremoscon vos», y el juez lo otorgo.

CAP. XXII.— De como Merlin dixo al alcalde quien era su padre y de como el era hijodel diablo.

Después entraron todos en vna cámaraassi ..como. Merlin lo dixo; y el juez dixo:«Agora di sobre mi madre lo que quisieres,por que la tuya deuiera ser quita»; y el niñorespondió: «Yo no diré cosa porque m i m adresea quita si es la voluntad de Dios quemuera; mas, si me creyerdes, quitaredes ami madre y dexareys de preguntar de lavue stra». El juez dix o: «No escapareys assicon vuestra palabra hermosa, a dezir vosconuiene»; y el niño dixo: «¿Yos me segura-des que si yoi defendiese a mi madre, queseriamos quitos?» «Yerdad es, dixo el ju ez , enos somos aqui ayuntados por oyr lo quedirás»; y el niño dixo : «Yos que reys quem ara mi madre porque ella no sabe dezir quienes mi padre: mas yo diria mejor quien fuemi padre que no vos el vuestro, e vuestrama dre pod ria dezir cuyo hijo vos soys, mejorque no la mia cuyo hijo so yo»; y entoncedixo el juez a su madre: «¿Como, madre, yono soy hijo de vuestro marido?» E su madre

le dixo: «Fijo, ¿pues cuyo hijo vos soys sinode mi señor que buen parayso aya?»; y elniño respondió estonce, e dixo: «Dueña, con-uienevos a dezir la verdad, si vuestro hijoante no da por quita a mi madre». «No vosvale nada», dixo el juez; e Merlin respondiómuy sañudo, e dixo: «¡Ay juez! algo gana-riacles vos agora que fallariades biuo a vuestro padre por testimonio de vuestra madre»;e quando los que alli estauan esto oyeron,marauillaronse mucho, ca ya t iempo auiaque el marido de aquella, dueña era yam uerto ; e Merlin dixo : «Dueña, ¿por que tar -

dades? conuienevos que digades a vuestrohijo quien fue su padre»; e la dueña dixo:«Ye, diablo Satanás, ¿no te lo dixe ya?» E elniño dixo: «Yos sabedes bien por verdad quees hijo de vn clérigo de missa, e agora vosdiré las señales: vos sabedes bien que laprimera vez que vos con el dormistes, queauiades gran pauor de vos empreñar, y elvos dixo luego q ue de tal ma nera era e l,que nunca muger del empreñaría. Y elescriuio quantas vezes estuuo con vos; eaquella sazón era vuestro marido doliente.Y desque esto fue, no duro mucho que vos

sentistes preñada, e dixisteslo al clérigo.

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10 LÍBE OS DE CABA LLEKIASDueña, ¿es verdad esto que yo digo? E si lono quisierdes eonoscer, yo T O S diré al porque lo eonosceredes. ¿Verdad es que quandovos sentistes preñ ada, que lo dixistes al clérigo, y el clérigo dixo en. confision a vuestromarido que yoguiese con vos? Y el hombrebueno estuuo con vos, e assi le fezistes entender que el hijo era suyo; desde entoncesacá biuiades con el encubiertamente, e avnesta noche estuuo con vos». E quando lamad re del juez esto oyó, fue m uy cuy tada,ca bien vio que le conuenia a dezir la verdad; e dixo el juez: «¡Madre, dezidme si esassü Ca yo v uestro fijo so, como fijo os fare».Y ella dixo: «Ay fijo, por Dios merced, yono te ló puedo encobrir, mas todo es assicomo el dixo». E quando el jue z esto oyó,dixo: «Verdad nos dezia este niño, que mejor *conosoia a su padre que yo al mió, e no esde derecho que yo de su madre faga justiciapues la no fiziera de la mia; mas por Dios epor saluar tu madre, dime ante el pueblo site plaze dezir qu ien fue t u pad re». Y el niñodixo: «Yo te lo diré, e mas por tu amor quepor tu miedo; e jo quiero que tu creas esepas que yo so hijo del diablo que engaño a mi madre, e a nombre Enquibedos, yes de vna compañía que anda en el ayre,e Dios quiso que yo vuíesse seso e memoriae de las cosas hechas, e de las dichas, e delas por uenir».

C A P . XXJII.— De coóno Merlin dixo al juezque su padre- se yria ahogar en vn rio.

Quando esto vuo dicho el niño al juez,sacólo a parte e dixole en puridad: «Tu madre yrse ha agora de aqui; e quando el clérigo supiere que lo tu sabes, fuyra conmiedo de ti, y el diablo, cuyas obras el siempre hizo, lleuarlo [ha] a vna agua, e matarseha; y por esto puedes prouar si se las cosasque han de ven ir». Enton ce salieron de la cámara antel puebla, y el juez dixo: «Agora

vos digo que su madre deste moco agora esquita por razón; e yo nunca vi honbre tansesudo como es este niño»; e todos dixeron:«Derecho es que sea salua» ; assi fue la madre del juez en culpa y la de Merlin salua;e Merlin quedo con el juez. El juez enbiosu madre e ciertos hombres con ella porsaber si era uerdad lo que el niño dixefa;e la madre del juez tanto que llego a casa,y hablo con el clérigo e contole quanto leauiniera; y el clérigo vuo atan gran miedo del juez, que fuyo de la villa e allegoa un rio, y dixo que mejor era de se matar

y que no que lo matasse el juez de malamuerte .

C A P . XXIV, - Como Merlin hablaua eonBlaysen de su maestro.

Asi mata el diablo a los que sus obrashazen; e quando los hombres del juez estovieron, tornaron a el e dixeronle todo assi.É quando el juez esto oyó, fue marau illado,e fuelo a dezir a Merlin; e quando Merlin looyó, dixo riendo: «Agora puedes ya creer(')que te dixe verdad, e ruegote que assi comote lo dixe, que lo digas a Blaysen», E aquelBlaysen era el honbre bueno hermitaño aquien su madre se manifestaua; y el ju z selo contó todo, E Merlin e su madre e Blaysen se fueron para do quisieron. E Blaysen,quando vido que el Niño no auia mas dediez y nueue meses e tres semanas, mar anillóse onde tan gran seso le venia. E Blaysencomeneo a prouar de muchas guisas. E Merlin le dixo: «Quanto me mas prouares, tantote mas marau illas; mas haze e cree lo que tediré, ca yo te enseñare auer el amor de Diosy el alegría perdurable». E Blaysen le respondió, e dixo: «Yo te lo oy dezir. Y creoque eres hijo del diablo, y he pauor que meengañes»; e Merlin le dixo: «Costumbre esde todos los malos coracones, que antes meten mientes en el mal que en el bien; e assicomo tu oyste dezir que era fijo del diablo,assi oyste dezir que Dios me diera poder desaber, las cosas que auian de venir. E poresto deuieras tu entender, si fuesses sesudo,a qual me yo ende atener deuia, a lo que esmi pro , o a lo que es mi daño. Ca los diablos cuydaron de hazer su pro por mi, yesto no puede ser, ca no fueron sesudos.Porque merescieron en vaso, que no deuiaser suyo, mas si ellos fueran sesudos, fizie-ranme en my ! abuela, e assi no pudieraconocer a Dios, ca ella era muy mala erenegada; mas cree que te dixere de la fe ela creen cia, e yo te diré tal cosa, qu e tucuyd aras que ningu no no te lo podia endedezir, e faz ende vn libro, e quantos lo oye

ren loarte han e guardarse han de pecar».E Blaysen respondió: «El libro fare yo,mas yo te conjuro de parte de Dios, que tuno me puedes engañar ni hazer cosa que apesar de Dios sea».

C A P . XXV.— De como Merlin contó a Blaysendel sancto Orial.

Respondió entonce Merlin, e dixo: «Diosme pued a empecer e nocer si yo te fizierecosa que a plazer de Dios no sea»; e Blaysen respon dió: «Pues ago ra, di lo que y o faga,

(*) El texto querer.

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B AL ADRO DE L S AB IO M E R L IN 11e fazello he». E Merlin dixo: «Agora buscapergamino y tinta, e yo te diré cosa que nocuydarias que hombre te lo podiese dezir, econtarte he la muerte de Jesuchristo e la fa-zienda de Joseph, todo assi como les auino,e todo el fecho de Elni y de Perron. E comoJoseph entrego a Clayn el sancto Grial, ecomo fino; e como el sancto Grial fincoen el castillo de Corberic en casa del reyPescador, y como los diablos tomaron consejo, e se acordaron que fiziessen hombre,e tu sabes bien por mi madre el trabajoque ay metieron».

CAP. XXVI.— Gomo Merlin dixo a Blaysmque lo venían a buscar de contra Oriente.

Esta obra asi deuiso Merlin, e fizóla conocer a Blaysen, y el se marauillo de lasmarauillas que dezia, e parescieronle buenose hermosos. Y Merlin le dixo: «Conuernatea hazer libro , e a sofrir afán e laze ria, e jomayor»; e dixo Merlin a Blaysen: «Por miembiaran de contra Oriente; e aquellos queme vinieren a buscar, juraron a su señor deleuar la mi sangre y que me mataran, equando ellos me viesen e oyesen, no auerantalante de me matar, e quando yo me fuerecon ellos, tu te yras para aquellos que tienen el sancto Grial y escriuiras en este libroquanto me auino e auiniere de aquí adelan

te; e otrosi todos los fechos de los grandeshombres desta tierra, y este libro por siempre sera traydo; e óyrlo han de grado en muchos lug ares , e tu leu ar as este libro quandoyo me fuere con aquellos que me fueren abuscar, e ponerlo has con el libro de Joseph;e quando los libros ambos fueren juntados,aura entonce vn hermoso libro muy sabrosode oyr, las ciertas palabras que Jesuchristodixo a Joseph Abarimatia»; e sabe porverdad que la sancta historia del sanctoGrial es llamada assi por tal nombre, porque fue de la su preciosa sangre quando

la cogió Joseph en el vaso, y esto lo m etióen su monimento que el tenia para si ensu huerto, en que nunca otro hombre es-tuuiera, e que esta historia que Blaysenhizo comencola, assi como vos yo digo, aquinientos e quarenta años después de lapassion de Jesuchristo.

CAP. XXVII.— De como Veringuer fallescioa su señor el rey Constantenes.

E agora dize el cuento, que en esa sazónauia en la gran Bretaña vn rey que auia

nombre Constantenes, e auia tres hijos, e elvno dellos au ia nom bre Maines, e el otro Pa-

dragon, y el otro Vter; e auia vn vassalloVeringuer, e era cauallero bueno e sesudo yengenioso, e aquel rey Constantenes murió,e fizieron rey a Maynes, que era hijo mayor,y el rey vuo gran guerra con gentes de San-soña que eran paganos, e Veringuer era su

mayordomo, e cogió assi quanto auer pudo,y el auia gran poderio en el reyno, e vioque el rey era pequeño e que las genteseran ma ltrechas con la gu erra , e dixo queno queria ayudar al rey ni se entremetiera en su tierra, e hizose afuera; e quando los sansones lo supieron, asonaron granhueste e vinieron sobre los christianos; yel rey vino a Veringuer, e dixole: «Amigo, ayudadme a defender la tierra, ca nose todos los otros faremos lo que vos qui-sierdes»; e Veringuer respondió, e dixole:«Señor, ayudenvos los otros, ca muchos ayen vuestra t ierra que me quieren mal porque tanto vos serui».

CAP. XXVIII .— Gomo Veringuer dixo pues,mientra que fuesse biuo Constantenes, queel no podría ser rey.

Y quando el rey e los otros oyeron quemas del no podrian auer, fueron a lidiar conlos sansones; e los sansones vencieron, e res-cibieron gran perdida; e Maynes dixo queno rescibiera atan gran perdida si fuera con

ellos Veringuer: assi quedo el rey, que eraniño, e no sabia auer las gentes tambiéncomo le era menester, e desamauanlo lasgentes; e vinieron a Veringuer e dixeronle;«Nos somos sin rey, ca este no vale nada, e,señor, sed vos rey e mantenedvos; ca no hahombre en esta tierra que tan gran derechoya aya»; y el dixo: «Yo no lo puedo sermientra que mi señor fuere biuo»; y ellosrespond ieron: «Mas valdr ia que fuesse m uerto»; y Veringuer respondió, e dixo: «Si elfuesse muerto, e vosotros quisierdes, yo seria rey. Mas en quanto el fuere biuo, no lo

puedo yo ser». E quando ellos oyeron loque Veringuer dezia, pensaron en ello edespidiéronse del.

CAP. XXLX.— De co mo fue muerto el reyMaynes e fuyeron los que lo mataron.

Entonces se tornaron, e hablaron muchosde [los] ricos hombres en poridad de lo quelles dezia Veringuer, e acordáronse que lomejor que era que matassen a Maynes y quefarian rey a Ve ring uer; «e pues el supiereque por nosotros es rey, siempre fara lo que

nosotros quissieremos»; e guisáronse dozedellos para que matassen al rey. E los otros

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12 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Squedaron en la villa por que les ayudassensi les alguno quisiesse fazer algún mal; ylos doze fueron do estaua el rey, e matáronlo , y esto fue ayna hecho, ca era niño. Edespués tornáronse a Yeringuer, e dixeron-le*. «Agora seredes rey, ca nos matamos a

Maynes». T quando Yeringuer lo oyó, hizoinfinta que le pesaua de coracon, e dixo ensemblante de sañudo: «Mal feziste que nuestro señor matastes, e eonsejovos que fuya-des; ea los hombres buenos de la tierra vosmataran por tan mal fecho, y pésame muchoporque venistes acá».

CAP. X X X . — Como fuyeron Padragon eVter su hermano por miedo de Veringuer.

Asi fuyeron los traydores que mataron su

señor. E las gentes de la tierra se acordarone ouieron su consejo, e flzieron a Yeringuerrey, que auia los mas de los eoracones de loshombres, cómo vos ya dixe; e quando esteconsejo fue y, estauan ay dos rico-honbres,que eran de los otros dos niños, de Padragony de Yter. Y ellos bien entendieron que estamu erte fuera por Yering uer, e dixeron: «Puesel fizo matar nuestro señor, no puede al sersino que nos haga matar estos dos que nosqued an» . Y entonce se acordaron que fuessencon ellos contra do viuieron sus abuelos, ylleuaronlos a una cibdad que ha nombre Bur

gos, mas agora no dize dellos mas.

CAP. XX XI. —Como el rey Veringuer hizomatar a los que mataron al rey Maines.

Echo rey Yeringuer assi como os dixe,pues fue rey sagrado, aquellos que mataronal rey Maines vinieron a el. E quando Yeringuer los vido, fizo enfinta como si nuncasupiera quien eran. Y ellos, en que vieronque los rescibiera mal, pesáronle, porque elera rey; ca ellos mataron al rey Maines. E

quando V eringuer lo oyó, mandólos prender, e dixoles: «Yos dixistes que mataredesa vuestro señor, otro tal hariades a mi sipudiesedes; mas yo vos guardare dello». Equando ellos esto oyeron, fueron muy espantados, y dixeron: «Señor, cuydamos que lofaziamos por vuestro pro, y que nos amaria-des por ende». Yeringuer les dixo: «Yo vosmostrare como homb re deu e am ar tales lumbres». Y estonce les fizo arrastrar a dozecauallos, en guisa que poco quedo dellos; epues esto fue hecho, vinieron sus pariente s aYeringuer, e dixeronle: «Yos nos fezistes

gran desonrra, que nos matastes a nuestrosparientes de tal v il m uerte; e jam as no vos

haremos seruioio de buen coracon». E quando Yeringuer vio que lo amenazauan, dixo:«Si mas ay háblad es, assi haré a vos». Y ellosle respondieron muy sañudamente, comohombres que lo temian poco: «Yeringuer, tunos amenazaras quanto quisieres, mas tantos

amigos auemos nos, que te no falíescera guerra ; de aqu í adelante t e desafiamos, ca no eresnuestro señor natural; ni tu no has la tierralealmen te; an te la tienes contra Dios e con traderecho; e aun tu morirás de la muerte, talqual murieron nuestros parientes».

CAP. XX XII . — Como Veringuer embio porlos sansones, e caso con la hija de Anguis.

Desque Yeringuer lo oyó dezir, fue muysañudo, pero no quiso boluer pelea. Y ellos

fueronse, e comenyaron a guerrear e eon-fonder la tierra, e al90se gran pieya della. Equando Yeringuer lo oyó, vuo grande pauorque lo echassen de la tie rra . Y embio por lossansones que le ayu dasse n, y ellos fueron end emu y alegres. E auia ay vno que auia nombreAng uis, e aquel simio luengamente a Yeringuer, y era muy buen cauallero. E tanto losimio, fasta que Yeringuer tomo su hija pormuger. E los sansones fueron por ello muysañudos; ca dixeron que falsara su creencia,ca esta su muger no creya en la ley de Jé-suchristo. E Yeringuer bien supo que lo no

amaua su gente, elos hijos de Constantenesque eran y dos a tierra estraña, y q ue torn arían lo mas ayna que pudiessen.

CAP. X X X II I . —Como cayo tres vezes latorre que ha%ia Veringuer.

Después que Yering uer en tal guisa entendió toda su haziend a, pensó que ha riavna torre que no temiesse a hombre delmundo. Y entonces embio por los mejoresmaestros que le supieron de aquella arte; e

hizo hazer su torre qual el la deuiso. Equando fue tan alta como tres bracas o qua-t ro, cayo en tierra; e assi cayo tres vezes.E quando Y ering uer vio que no se podia edificar, vuo gran pesar, e dixo que. jamas noau ria plazer si no sopiesse por qu e la torrecaya. Y entonces embio por todos los sabiosde su tie rra , é contoles la m arau illa de latorre; y ellos espantados le dixeron: «Esto

. no se puede ver sino por astrologia». Y pregunto: «¿Quales son los que los saben? Estono se yo— dixo el rey , mas 1 JS que lo conos-cedes, dezidme quales son; e si me dixessen

esto, yo los haria ricos». Y entonces salieronlos clérigos a vna par te, y preg unta ron si

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L I N 13auia ay quien sabia astrología: assi que hallaron ende siete; y ellos fueronse al rey,e dixeronselo; y el rey les pregunto si sa-bian d ezirle por que la torre cay a, y ellosle respondieron que si, si por hombre alguno puede ser sabido.

CAP. X X X IV . — Como los .sabios pidieronplaxo a Veringuer para le responder sobrela torre que cay a.

Enton ces embio el rey a todos los clérigos,sino los siete que quedaron con el, e trabajóse mucho por que la torre caya e comopodria estar. E aquellos siete eran muy sabios de aquella arte, e mucho se trauajauandesto, mas no hallaron saluo vna cosa. Eaquella, como les parescia, no hazia su pro ala torre, y fueron ende muy espantados. Yel rey les pregunto, y ellos dixeron que eragra n cosa lo que d ema ndaua y que les diesseplazo para auer su consejo sobre ello; y elrey dixo que le plazia, e dioles plazo detres dias.

CAP. XXXY.— Del consejo que los sabiosdieron al rey sobre la torre.

Desque ouieron pensado, dixoles el maestro mayor: «¿Quereys que os diga lo quehallo?» «Si», dix eron ellos. «Vos. todos m edesistes vna cosa, e otra me encobristes; e

dixistes que veyades vn niño que era nasci-do sin padre y que era de siete años; e nodesistes mas; e yo vos diré cosa de que mecreerades; ca no hay ta l de vos que n o viessemas; ca vistes que por amor de aquel niñoauiades a morir, e yo mesmo lo vi, e otroside mi assi ciertamente. E assi me eonosee-des vna cosa y en cubriadesm e otra , ca meencubriades vu estra m ue rte; e a esto aya-mos consejo; pues ya nuestras muertes sabemos, seremos todos de vn acuerdo, e diremos que la torre no estara si no ouiere deaquel niño que nascio sin padre; e si pudiere

de aquella sangre auer, que se meta en lamezcla del cimiento y que sera la torrefuerte, e du rara p ara siem pre. E assi digacada vno por si, porque el rey no entiendaque nos fallamos en vno; e assi nos podre^mos guardar de aquel niño por quien tantomal nos ha de venir; e porque sabemosciertamente que por el todos auemos de morir. E hagamos quel rey no lo vea ni lo oya,mas los que fuesen, porque el que lo matenassi como lo fallaren». E a esto se acordaron,e vinieron ante el rey, e dixeron que no loquerían dezir sino cada vno por si y que el

escogiesse lo mejor.

CAP. XXXVI.— De como los sabios dixeronal rey que la torre se tem ia con la sangredel niño que nascio sin padre.

Hizieron infinta que el vno no sabia delseso del otro, e assi lo contó cada uno por sial rey e a los cinco hombres suyos, Quando

el rey oyó lo que dixeron, marauillose mucho/e dixo que bien podria ser verdad quehombre naciesse sin padre. E tuuo los clérigos por muy sabios, e llamólos todos en vno,e dixoles: «Vosotros me dexistes vna cosacada vno po r si»; y ellos dixe ron : «Señor,si no fuese verdad, hazed de nosotros lo quequisierdes». Y el rey dixo: «¿Puede ser verdad que hombre naciesse sin pad re terrenal?»Y ellos dix ero n: «Si, seño r; y este es ya deocho años, e avn queremos que nos hagaysguardar hasta que vos trayg an la sangre del,é hagaysla meter en el cimiento, e assi es

tara la torre firme». Y el rey les hizo meteren vna torre, y embio doze mandaderos portodas las tierras, que anduuiessen de dos endos; e hizoles ju ra r qu e no se tornassen hastaque lo hallassen, e que tanto que lo hallassen ,que lo matassen, e que le leuassen de lasangre.

CAP. XXXVII.— Gomo los mensajeros delrey Veringuer hallaron a Merlin.

Assi embio el rey buscar el niño por mu

chas tierras, e auino assi que dos mandaderos se hallaron con otros d.os, e anduuieronen vno todos quatro; e assi auino que passa-uan por vn campo, e andaua ay Merlin yotros mocos con el jugando. Y el bien sabiaque lo andauan buscando, e hirió adredo avn mogo de aquellos, y el otro dixole quenasciera sin pad re, e ellos fueron alia e preguntaron qual era, y el dixo: «Yo soy aquelniño que vos buscays, y el por que vos jur as-tes que me matariades, e auedes a Henar misangre al rey Veringuer». E quando ellosesto oyeron, fueron muy espantados, e dixe-

ronle: «¿Quien te lo dixo?» Y el les dixo:«Yo lo se bien desque vos lo jurastes»; yellos dixero n: «Cuytas [y r] con nos?» Y eldixo: «He miedo que me matareys». Y eldezialo por los prouar, que bien sabia queellos no auian tal poder; y el les dixo: «Yovos diré por que la torre cayo». E quandoellos esto oyeron, marauillaronse e dixeron:«Este nos dize marauillas, mas mucho noslas dirá mayores si no lo matamos». E cadavno dellos dixo que antes quería ser perjuroque lo ma tar . Y estonce les dixo M erlin: «Vospossaredes con mi madre., ca yo no me po

dría yr con vos sin despedirme della», y

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14 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Sellos se lo otorgaron. Y Merlin lleuo consigoa loa mandaderos a vna casa do ella se mantenía; e desque descabalgaron, el leñólos aBlaysen , e. dixo : «Maestro, uedes aqu i losque yo vos dezia que me venían a buscarpara m e matar, e desque vos no me queria-des creer»; y el dixo a los mandaderos: «Yo

vos ruego q ue conozcades la verdad de lo queyo os diré». Y ellos dixeron que si conocerían verdaderamente, e Merlin dixo a Blaysen: «Agora parad mientes a lo que diremos» . Y e l comenco a contar en tonces comocayo la torre tres vezes, e como los clérigoshallaron sus mue rtes por el; e como se hizie-ran de consejo que dixessen que por su sangre se ania de tener la torre; e como el reyembiaua doze mandaderos que lo buscassen,e como fallaran aquellos qu atro, e como pas-sauan por el campo por donde el jugaua conlos mogos, e como el hiriera el mogo por tal

que lo descubriesse, ca el bien sabia que loandauan a buscar aquellos quatro compañeros. E después que el se lo vuo contado p untopor punto, dixo: «E agora les preguntad siesto es verdad o no»; e respondieron ellos:«Assi Dios nos lleue a nuestra s tier ras sanosy en paz, como todo es assi como el dize». Yel maestro se signo, e dixo: «Ayna sera muysesudo si biuiere, e seria gran daño si lomatassedes». Y ellos dixeron que antes serian perjuros para toda su vida, «y el, quesabe bien todas las cosas, sabrá bien si lohauemos a voluntad», e Blaysen dixo: «Si

dezis verdad, yo se lo preguntare ante vos»;y estonce lo llamaron, ca el se fue por queBlaysen hiziesse la pregu nta; e Blaysen se lopregunto, e Merlin se rio, e dixo: «Yo sebien, merced a Dios, que no han talante deme matar»; y ellos dixeron: «Buen niño,pues que verda d diximo s, yr vos has con nos».«Si, dixo Merlin, sin falta si me prometeysque me porneys ante el rey»; y el maestrodixo: «Agora veo que me quereys dexar,mas dezidme: ¿que quereys que haga destaobra que me fezistes eomencar?» E Merlindixo: «A esto que vos me demandays, yovos daré razón».

CAP. X X X V I I I . — Gomo Merlin consejaua aBlaysen que se fuesse con el a la GranBretaña.

«Tos vedes que nuestro señor me dio tantode ser, que aquel que me .cuydo auer hechoa su pro , que me perdió; e Dios me dio poderpor que yo pudiesse hazer mala fin, queninguno no lo podría hazer sino yo, ca ninguno no sabe hazer ni conoscer las cosas qu e

están por. venir, e por esto me conuiene de

yr aquella tierra donde ellos me vienen abuscar, por muy grandes hechos que ayauernan; e yo fare tanto, que sea el mascreydo honbre que nunca fue ni ha de ser,sino Dios, e vos yreys ay por eonplir estaobra que comenzastes, mas no yredes conmigo; mas vos preguntaredes por vna t ierra

que ha nombre Uberlanda, e ay moraredes,e yo iré a vos, e daros he todas las cosas queouierdes menester para vuestra obra hazer;e vos deueys ende trabajar, ca buen gualar-don aured es, e vues tra vida complido p lazer,y en la cima alegría perdurable; e vuestraobra sea retrayda por sienpre mientra elmundo fuere, e oyda de grado; y esta graciaos verna de la tierra que Dios dio a Joseph,aquel quien Dios fue dado en la Cruz; e vossereys tal, que deueys ser con ellos, e yo osenseñare do son; e vereys la muy hermosagloria que vuo Joseph del cuerpo de Jesu

Christo que le fue dada; e yo quiero quevos lo sepay s por os fazer ma s cierto; ca enaquella t ierra do yo yre, haré trabajar amuchos hombres buenos, e a muchas buenasgentes, por vno que sera de aquel linaje queDios am ara. Y sabed que este trabajo seraquando ay fuere el quarto Rey, y aquelhaura nonbre Artur; e vos yr vos hedespara do yo os digo, e yo yre a vos a menudoe leuaros he quanto vuierdes menester paravuestro libro. E sabed que aquel vuestrolibro sera muy presto amado de muchasgen tes. Y pues que lo ouierdes fecho, lleuallo

heys a la compaña de los muchos altos hon-bres; ca no haura honbre bueno ni buenadu eña que no faga m eter su "vida esc rita; esabed que nunca vida sera oyda tan degrado como sera la de aquel que aura nombre Artur e de aquellos que en su corteauen ian. E quando vuestro libro fuere hech o,e vos e todos los otros de vuestra cela fuer-des muertos a plazer de Jesu Christo, aurael vuestro libro el nonbre del Sa?¡,cto Grial,e sera de grado oydo. Y poco aura ay fechoni dicho, que bueno no sea». Assi dixo M erlina su maestro, e mostróle lo que auia dehazer; y Merlin lo llamaua maestro porquefue maestro de su madre; e quando el hombre bueno lo oyó, fue muy alegre.

CAP. XXXIX.— Como Merlm se despidió desu maestro.

Asi guisa Merlin su fazienda; e dixo alos ma ndad eros: «Quiero qu e me veays comome despediré de m i m adre»; e lleuolos do sumadre era, e dixo: «Madre, estos me vinieron a buscar, e yo quiero yr con ellos con

vuestro mandado, ca me conuiene rendir a

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Jesu Christo el seruicío onde me dio elpoder. I yo no se lo puedo ren dir si enaquella tierra no fuera do ellos me quierenleuar; e vuestro maestro sera ay comigo».E la madre le dixo: «Hijo, a Dios seays vosencomendado. Mas, si vos pluguier e, yo que

rría que quedasse Blaysen». E Merlin dixo:«Esto no puede ser».

CAP. XL.— Com o M erlin se fue con los mensajeros de Veringuer, e lo que le aeaesciocon el.

E assi se despidió Merlin de su madre, eBlaysen se fue a Uberlanda do Merlin loenbiaua; y el fuesse con los mandaderos, etanto anduuieron, que passaron vn dia porvna villa do hazian mercado: e quando fueron fuera de la villa, hallaron vn villano

que conpraua vnos capatos e lleuaua vnpedaeo de cuero para adoballos, ca qu eria y ra Roma. E quando Merlin vio al villanocerca de si, comencose a reyr, e quando losmandaderos lo vieron reyr, preguntáronlede que re y a, y el les d ixo : «Rióme destevillano, ca vosotros le pre gun tays que q uierehazer de aquel cuero, y el dize que lo quierepara adobar sus capatos, e yd empos del, cayo os digo que antes que llegue a su casasera muerto»; y ellos dixeron que lo proua-rian, e fueron al villano e dixeronle quequeria hazer del cuero que lleuaua; e el

dixo que queria adobar sus capatos quandofuessen rotos, que queria y r a Rom a. Y ellosdixeron entre si: «Este honbre nos pesaraque esta sano e aleg re; e ago ra vamos losdos empos del; e los dos queden»; e assi loflzieron. Y ante que anduuíessen vna legua,cayo el villano muerto en tierra con suscapatos en sus manos; e quando ellos estovieron, atendieron a los otros, e dixeron:«Sandios eran los clérigos que tan sesudoniño m and aua n m atar» ; e los otros dixeronque ante perderían gran perdida en los aue-res y en los cuerpos, que el prendiesse

m ue rte; e esto fablaron ellos en su porid adporque Merlin no lo oyesse, e quando vinieron ante el gradescioles mucho lo que dixe-ran, y ellos se marauillaron, e dixeron:«Nos no podemos ninguna cosa hazer queeste niño luego no lo sabe».

CAP. XLI.— Gomo Merlin dixo que el clérigoera padre del niño que lleuaua a soterrar.

Fasta tanto andouieron, que l legaron avna t ierra de Yeringuer; e vn dia vino que

passauan por vna villa, e vieron lleuar vnniño a so terrar, e y uan en pos del muchos

hombres e mugeres; e yuan cantando clérigos; e Merlin comenco a reyr, y ellos le preguntaron por que reya, y el dixo: «De vnam arau illa que veo» , y ellos le rogaron quedixesse que era; y el dixo: «¿Yedes aquelhom bre que faze. ata n, gran duelo?» «Si».

dixero n ellos. «¿Y vedes aq uel clérigo quecanta ante aquellos otros? El deuia fazeraquel duelo que aquel hombre bueno haze,ca aquel niño es su hijo, e aquel que no hacon el nada, llora»; e los mandaderos lepreg un taron : «Esto, ¿como lo podríamos nossaber?» Y Merlin dixo: «Yo vos lo diré; yda la ' mu ger, y pregu ntalde por que haze sumarido tan gran duelo, y ella os dirá: porsu hijo; e vos dezid: tan bien sabemos comovos que no es su hijo, antes es de aquel clérigo, y el nos dixo el tienpo en que lo fizocon vos».

CAP. X LIL— C om o los mensajeros del rey lefueron a dezir como hallaron a Merlin.

Pregu ntáronle los mandaderos a la m uger,e dixeronle assi como Merlin les mandara,e quando la muger los oyó, fue mucho espantada, e dixo: «Señores, por Dios, merced, e no vos lo encobrire, ca me parecedeshombres buenos; mas por Dios no lo digadesa mí marido, que me matara»; y entoncesse lo descubrió todo; e quando ellos oyeronesta marauilla, dixeron que no auia tan buen

niño en el mundo, y entonces caualgaronvna jornada donde era Yeren guer, e dixerona Merlin: «Agora ha menester que ayamosconsejo como digamos a nuestro señor, cados de nos queremos yr por le dezir lo quefallamos, e agora nos enseña que qu ieres qu edigamos de ti; ca hauemos miedo que nosculpe por que te no matamos»; y Merlin entendió que querían su pro, dixoles: «Sabedcomo yo dixere e no seredes culpados; yd aYeringuer, y dezilde que • me fallastes, econtalde q uanto o ystes que os yo conté; e yole mostrare por que la torre no puede estar,y que hag a d e aquellos maestros lo que ellosquerían que hiziessen de mi, e yo le dirépor que me mandauan matar, y esto vosmando: que hagades de mi seguramente loque vos el mandare».

CAP. XLIU.— Como los mandaderos se fueron a Veringuer y le asseguraron de Merlin.

Los mandaderos se fueron a Yeringuer, equando el rey los vio, fue mu y aleg re, y pr eguntóles que auian hecho de su hazienda;

y ellos dixeron: «Señor, lo mejor que podi-mos», y entonces lo sacaron a poridad e con-

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taronle quanto les auiniera, y que no hallaran a Merlin si el quisiera, y que venia a elm uy d e grado, y él rey íes d ixo: «Y ¿quem e dezides agora de aquel Merlin que habla-uades? ¿No vos embie yo a busc ar el n iñosin padre, y que me traxesedes la sangredel?» «Señor, dixeron ellos, este es aquel

Merlin que nos vos deziamos; bien sabed quees el mejor adeuino que nunca fue sino Dios;y, señor, todo assi como nos fezistes jurar enos mandastes, todo nos lo el contó; e dixoque vuestros clérigos que no sabian por quela vuestra torre caya, mas que vos lo dirá emostrara a vuestros ojos por que no esta, eotras grandes marauillas nos dixo muchas;y embianos a ver si queriades estar con el,e si esto quisiercles fazer, si no, yrlo hemosa matar, ca nuestros compañeros quedaroncon el que lo guardan». E quando el reyesto oyó, dixo: «Si me vos osardes sobre

vuestras vidas prometer que el me mostrarapor que la torre cae, yo no quiero que muera» . «Nos vos lo otorgamos», dixeron . ellos;y el rey dixo: «Pues y dp o r el , ca mucho hegran sabor de con el hablar».

CAP. XLIY.— De como M erlin llego al reyVeringuer, e de lo que le dixo.

[ Entonces se tornaron los mensajeros, y elrey fue a recetor a Merlin. Tanto ouo gransabor de lo ver por las grandes marauillas

que del le dixeran. E quando Merlin vio losmensajeros, comencose a reyr, é dixo: «Vosme segurastes e ñastes a vuestro señor sobre vuestras vidas»; y ellos dixero n: «Ante,quisimos entrar en aue ntura que matarvos»,e Merlin dixo: «To vos haré bien ende escapar» ; e assi anduuieron contra el rey hasta que lo fallaron; y Merlin le hablo, edixo Veringuer: «Habla comigo en pori-dad»; e sacólo a parte a el e aquellos que lotruxeron, e dixo: «Señor, tu me feziste buscar para tu torre que no se puede tener, emandaste me matar por consejo de tus clé

rigos, que dezian que se no podria tener sutorre sino por mi sangre; mas no supieronque dixeron en que se deuia tenes por misangre, mas fueron engañados, ca deuieranentender por su sangre, e assi no erraran enla estremonia; verdad le dixo, mas no lo entendieron ellos bien; mas si tu me prometieres que harás dellos lo que ellos dezian quehiziesses de mi, yo te mostrare por que tutorre cae, y te enseñare, si lo quisieres ha-zer, por que se terna»; y Veringuer dixo:«Si tu esto fazes, yo fare dellos qua nto tuquisieres», y Merlin dixo: «Si te en alguna

cosa mintiere, faz de mi tu plazer: agora

vayamos, e haz, venir los clérigos, e yo lespreguntare por que cae la torre, e tu verasentonces que no sabrán negar cosa ni queresponder».

CAP. X L V . — De como Merlin dixo al rey

que los s%ts sabios lo querían Jca&er matarpor eseusar su muerte.

Mando el rey lleuar a Merlin a la cortesuy a, y embio por los sabios, e, quando vinieron , hizo de zir a Me rlin e al que fue por ellosque les dixesse: «Señores clérigos ¿por quedezides vosotros que esta torre caya?» Y ellosrespondieron: «Nos no sabemos negar cosadel caer, mas diremos al rey como estaría».Y el Rey dixo: «Vos me dexistes m arau illas, que me mandastes buscar hombre quenaeiesse sin padre, e yo no se como puede

ser hallado». Y Merlin dixo a los clérigos:«Señores, vos tenedes al rey por nescio, casi vos tal hom bre fezistes b usc ar, no lo fezistes buscar por su hazienda, mas por la vuestra, ca vos hallastes por vuestras suertesque auiade s a mo rir p or aquel que nasciosin padre , e porque ouistes miedo de mu erte,hezistes al rey creer que, si lo matassón ymetiessen su sangre del en el cimiento de latorre , que se ter nia , e assi pensastes. qu eauiades de fazer matar aquel por que auiades de morir»; e quando ellos oyeron lo queel niño dezia marauillaronse, ca no cuyda-

uan que ningún hombre supiesse ningunacosa de aquello saluo ellos; e fueron mu choespantados, ca bien supieron que a morir lesconuenia; y Merlin dixo al rey: «Señor,agora podeys bien saber que los clérigos nome querian hazer matar por vuestra pro,mas porque lo fallauan en las suertes queauian de morir por mi; preguñtaldes ende,e tan osados no serán que vos osen mentirante mi» ; y el Rey les preg unto : «¿Dize verdad?» Y ellos respondieron: «Señor, assi nosaya Dios merced a las animas como el dizeverdad; mas mucho nos marauillamos por

quien supo todas estas cosas; e rogamosvos,como a señor, qu e nos dexedes tanto biu irhasta que veamos que dirá de la torre, e sise terna por el»; y Merlin dixo: «No ayadesningún miedo de muerte, hasta que veadespor que la torre caya»; y ellos se lo agradecieron mucho.

CAP. XLVL— Gomo Merlin dixo al Rey porque caya su torre.

Pues entonces dixo Merlin a Veringuer;

«¿Quieres tu saber por que tu obra cae? Sabe

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L I N 17que so esta tierra ay vna grande agua, eso aquella agua están dos dragones que noveen nada; y el vno es bermejo, y el otro esblanco; e yazen so sendas pied ras gran desel vno del otro; e son mu y fuertes, e quandosienten el agua pesada que se apesga sobreellos, rebu eluense , y el agua' repr esa, equando se suelta lleua gran fuerca, e assi loque es sobre el ag ua.fe cho cae todo , e assicae tu torre por estos dos dragones, y hazlocatar, e si lo assi fallares, serán mis fiadores'quitos, e los clérigos serán culpados que detodo estos no sabian nada»; y el Rey dixo:«Si esto es uerd ad que tu dizes, tu eres elmas sesudo hombre del mundo».

CAP. XLYII.— Com o Merlin dixo de los dragones al Bey, e por que caya la torre.

Entonces fizo el rey meter obreros quecauassen, e dioles quanto menester auian,e las gentes de la tierra lo touieron a granmarauilla e por locura, e Merlin mandoguardar los clérigos, e los hombres tantocañaron, que hallaron el agua e la descubrieron, e ñzieronlo saber al rey; y el reyfue alia muy alegre, e lleuo consigo a Merlin, e quando vio el agua llamo dos de suspriuados, e dixoles: «Mucho es este niñosesudo, que sabia que tan gra nde agu a co rriaso tierra, e demás dixo que yazian so ella

dos dragones, mas no me costara tanto queyo no faga lo que el d ixe ra, fasta que lossaque»; e llamo a Merlin e üixole: «Yerdaddesistes del agtia, m as de los dragones no sesi es verdad» ; e Merlin dixo: «No lo podre-des creer fasta que lo veays»; y el Reydixo: «¿Como podriamos esta agua.tirar?»E M erlin dixo a Ye ring uer : «Ños, la fare-mos correr de aqui lueñe por caños poraquellos llanos». Y estonce hizo liazer cauaspor donde corriesse el agua , e Merlin dixoa Ye ring uer: «Sabe por cierto que los dragones, tanto que se sintieren allegado el

vno al otro, ruego se combatirán, muy bra-uamente, assi que para siempre sera sonadaesta marauilla; y embia por tus ricos hombres de la tier ra que veng an a uer la batalla,ca esto sera gran significanca»; y el Reyembio por ellos, e contoles quanto Merlin ledixera, y ellos le dixeron que les plaziamucho de hazer aquella batalla, e preguntóle si le dixe ra qual dellos venc eria, y elRey dixo que aun no; por quanto el aguayua assi saliendo, vieron dos piedras en el

. fondo, e M erlin dixo al R ey : «So estas piedras yazen los dos dragones, e tanto que se

sintieren sin agua e se allegaren, luego seL Í B E O S D E O A B A L L E E I A S . — 2

com batirán, tanto qu e el vno dellos morirá» ;e Yeringuer dixo a Merlin: «¿Sabedes qualdellos sera muerto o vencido?» E Merlindixo: «En su batalla ha g ran significación,e yo vos lo diré de grado emporidad antedos otros de vuestros priuados».

CAP. X LY IIL— De como mando llamar elRey a sus priuados.

Entonces l lamo Ye ringuer quatro de suspriuados, e dixoles lo que Merlin les dezia,y ellos le dixeron que le preguntassen antesque lo viessen qual dellos venceria, e que lerogasse que le enseñasse como la batallapudiesse ser fuera en el campo; entoncesrogo el rey a Merlin que le dixessé qualvenceria, e que la batalla fuesse fuera, e

Merlin dixo: «¿Estos quatro son bien tuspriuados?» E Yeringuer dixo: «Si, mas queotro que yo aya »; e Me rlin dixo : «Sabe queel blanco vencerá al bermejo, e sabe que au rae ante muy gran trabajo, e sera aquellamu erte mu y gran significanca, mas yo note diré mas ante de la batalla».

CAP. XLIX.— De la batalla de los dragones,e de la muerte del bermejo dragón.

Después que el agua fue libre, ayuntá

ronse las gentes, e tomaron muchas cuerdase cadenas, e sacaron al dragón bermejo assicomo Merlin les enseño, ca de otra maneranunca podieran sacar dende los dragones; equando lo vieron t an espantoso e tan gran de,hizieronse afuera, e desi fueron al otro, esacáronlo, e quando vieron fuera, fueronmuy espantados, que ante era muy mayor emas espantoso que el otro, e bien parescio aYeringuer que este deuia uencer al otro.E Merlin dixo al rey: «Agora son mis fiadores' quitos», y el rey dixo: «Yerdad es», yestonces mando Merlin juntar los dragones;

assi que se sintieron, e tornaron el vno contra el otro, e tomáronse a dientes e a vñas,e nunca oystes hablar de dos animalias quetan crudamente se combatiessen, e assi pelearon aquel dia. e toda la noche, e otro diahasta hora de medio dia, que todas las gentes que lo veyan cuydaron bien que el bermejo venceria, e do se combatían en tal manera, salió al blanco fuego e llama por laboca e por las narizes e ardió al bermejo, equando fue muerto, fizóse el blanco presa, eacostosse, e no biuio mas de tres dias; e losque esta ma rauilla vieron, dixeron que nunca

tal viera hombre, e Merlin dixo a Yerin-

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18 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sguer: «Agora puedes hazer tu torre quandoquisieres, ca de oy mas no caerá, pues quelos dragones son fuera».

CAP. L.— De como el rey Vcringuer mandofazer su torre.

Estonce mando Yeringuer hazer su torregran de, e tan fuerte que no pudo mas, e pregunto muchas vezes a Merlin que signiflca-uan los dragones, e por que el blanco vencióal bermejo, pero el bermejo era mejor ante;e Merlin dixo: «Esto es significanca de muchas cosas que fueron e han de ser en estatierra, e si tu quisieres que te diga la verdad, tu me seguraras ante los mas priuadosque ouieres, que mal no rescibiere por ti nipor otro»; e Yeringuer dixo que lo assegu-raua como el quisiesse. «Agora faz llamar atus priuados e los clérigos que me quisieronhazer matar»; y el Rey lo fizo assi, e Merlindixo a los clérigos: «Mucho soys sandiosquando cuydastes obrar por arte que no sa-biades, e, porque soys malos e ciegos, noouistes cosa de lo que demandauades por elarte de los elementos, mas vistes que yo eranascido, por lo qual vos vistes que era malaseñal, e fuestes muy cuytados, ca vistesvuestras muertes; e aquel que me vos amost ro, me hizo semblante que deuiades a morir por mi, no lo hizo sino por pesar e porduelo que ouo porque me perdió, ca nuncaperderá la manzilla, por quanto yo no digoni predico las sus obras, e si quisierdes, mefizierdes matar, mas yo he tal fuzia én miseñor Jesu Christo, que me hizo e me ha defazer, e tomo muerte e passion en la sanctavera cruz por me saluar, que el me guard arabien de su engaño, y el me fara mentiroso,ca fare que vos no murrades por mi, assicomo el fizo entendien te a vos, si me prom e-tierdes lo que vos yo diré». É quando ellosoyeron que no morirán, dixeron que: «Noauia cosa que nos mandedes que nos no hagamos por escapar de muerte, ca bien vos

dezimos uerdad que vos soys el mas sesudosabio que en el mundo aya»; e Merlin dixo: '«Si vos me jurades sobre vuestras almas quejamas no vos entremeteredes en esta arte, epor tanto como e hezistes, vos mando quevos manifestedes bien, e sabed que ningunono es manifestado si ante el pecado no dexa,e meted vuestros cuerpos so tal poder quelas almas no sean perdidas, sino que lasaya aquel bendicto señor padre celestial quelas compro por el su precioso cuerpo , e si meesto prometierdes, no seredes perdidos»; yellos se lo gradecieron, e prometieron que

assi lo harían.

CAP. LI.— De como el rey pregunto a M erlinde la signifieanpa de los dragones.

Pves assi se libro M erlin de los clérigos q uelo flzieron yr a buscar para lo matar; e todos vieron quan bien se prouo todo esto, e tanmesurado fuera contra ellos; gradescieron-selo mucho; y estando assi, seyendo Yeringuer señor de los bretones, pregunto Yerin J

guer a Merlin, e dixo que dixesse la significanca de muchas cosas de los dragones, yMerlin dixo: «Esto es significanca de muchas cosas que h an de ser en esta tierra , assicomo ya os dixe; e avn cosas vos dixe quehan de ser de aqui lueñe, e han de ser tanescondidas, que pocos lo entenderán hastaque fuere passado; e agora escuchad e diré» .

CAP. LLT.—De como Merlin dixo al rey Ve

ringuer lo que significauan los dragones.«El, ca, dixo , hu yr a el dragón bermejo, ca

su desterramiento se allega, y de las sus cosas se entregara el blanco dragón; ca estedragón blanco signiñcan los sansones quevos metistes en la tierra; y el dragón bermejo significa los bretones, que son mal trechos del blanco; o puede parescer a ti e alos hijos de Constantenes, como después te lodiré; e otrosi, sabe que los montes se ygua-laran con los valles, e los rios de los vallescorrerán sangre, e las ordenes serán des-

truydas, e a la cima podra mas el apremiado,y el puerco montes de Cornualla darle haayuda; e por esto yran los brauos e bastosfranceses a entrar en la casa dé Roma antela cruzada del, e su fin sera dultosa.; masdespués del verna el bermejo alemán, y elpredicador enmudecerá, porque el niño quecrece en el vientre; y entonce la mala an-danca del blanco se allegara, e las villas delas sus huestes serán destruydas, e los vientres de las madres serán vendidos, e sus niños saliran sin nascer y serán gran tormenta de hombres; y quien estas cosas fara,

vestirá v n homb re de cobre, e por mu chostienpos guardara- las puertas de Londressobre cauallo de cobre; y después tornarseha el bermejo dragó n en sus propias costumbres, e trabajarse ha de hazer cruezas en simesmo, e sobreuerna venganca de Dios demo rtandad del pueblo; e los que que daren ,desenpararan su natural t ierra; y el Reybendito guisara Nauto y sera contado en lacorte entre los benditos, e leuantarse ha decabo el dragón blanco, e mudara las motaspeleando; y henchirse han de cabo nuestroshuertos de la leal simiente; y en eabo del

peligro enfermara; y después sera coronado

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 19

e l bermejo de Alemana , y e l p r inc ipe decobre se ra humi lde , ca t e rmino le es pues toque no pueda bo la r ; a l l ende c ien to e c in cuenta años verna en e l poder de vn leónt rez ien tos e ho lgara . E l es tonces se l euan-ta ra cont ra e l a lguyon , e t i ra r ian las f lo resque lo abrigo e cr io. T los t iempos serán dudosos , e agudeca de las espadas no quedara ;a lueñe l l egara sus cueuas ; y e l d ragón deAlemana , ca la venganca de su t rayc ion so-breuerna , a l a s ima enforearse han poco apoco; mas la dec ima de nor te nunca le en-pescera ; ca e l pueblo verna en madera y enc a m i s a s d e ñ e r r o q u e t o m a r a n v e n g a n c a d esu maldad , e cobraran a los an t iguos labra dores en sus casas , y l a des t ruye ion de losa leuosos parescera , y e l g lomo de l b lancodragón se ra roydo de vu es t ra s a r cas , e, lo queq u e d a r e d e s u g e n e r a c i ó n , d e s n u d a d o s j u b r ot r a e r á p e r d u r a b l e s e r u i d u n b r e . T c o n a c a -d a s l l e g a r a n s u m a n d a r , y v e r n a n e n p o sdel dos dragones, e l vno del los sera afogadode embidia , y el otro se tornara so sonbra des u n o n b r e » .

PROFECÍA (*)

Desp ués de estos verna el león de la justicia,de cuyo ruydo las torres francesas e los dragones de las insolas tremerán; en aquel dia serascripto. El otro del libro e de la sortija de plata mala para los labradores; e los afectadosvestirán lanas; y el postrimero habito aseñore a-ran sus entrañas, e los pies de los labradore sserán tajados, e paz auran por pocas humildades; de los tormentos se dolerán; afirmado precio sera vendido, e la rneytad sera redonda, e larebata despreziara n los dientes de loslobos; embotarse han los cachorros del león e

se han en peces mayores, e su águila nido sobre el monte Puneo, y

por la sangre de la madre e a casa dematara seys hermanos; e la Ínsula sera mojadacon lagrimas lloradas de noche, onde todos serán llamados a todas las cosas; y esforzarse

han los postrimeros a bolar allende de las altascosas, mas el otorgamiento de las altas nueuassera loado, y quebrantaran la. piedad de losquales, aposearan fasta que venga su padre.

PROFECÍA

El puerco montes de los cinco dientes passa-ra las altezas de los montes, e la som bra delque tiene el yermo posara, y ensañarse ha vo-

t.1) Esta, como las demás profecías de Merlía (y engeneral el texto del Baladro), se halía redactada enentilo y lenguaje indescifrables. Por añadidura, el

ejemplar de la Bibl. Nac. que nos drye de originalestá ilegible en muchas p artes.

mia, e llamara sus atenedores, e atenderá a esperar sangre: freno le sera dado a sus quexa-das, que hecho sera en tierra de Bretaña, y elalegría de la que criara el tercero niño.

PROFECÍA

Serán los llorosos regidores y deseara n losmatos, e auran dentro en los muros de la cibda-des muerte rara e no pequeña de los que contraellos fueron, e tajaran las lenguas de los otrose cargaran de candelas los pescueqos de regidores, y serán renouados los tiempos dellos, epurga ran en el azeyte; el sexto destruyra losmuros de Bernia, e tornar los bosques, este llanodesudara de las razones, tornara en vna y decabeca de león sera tornado; su comiendo serabaxo, mas su fin bolara a los de sus sanos, carenouara las benditas sellas; por la tierra alongaran los pastores en lugares que les conuerna,

e dos cibdades cobrira de dos mantos; e donasde ver se dará a virgines ; y merescera por endeel otorgamiento de Dios, y sera abogado entrelos benditos.

PROFECÍA

El lobo serual saldrá, que passara todas lascosas, que parescera destruymiento de su gente,ca por el se perderán ambas las insolas y sera

de antigua diuinidad; desi tornarsehan los cibdadanos a la isola y descordanqade años nascera, y el blanco viejo en

blanco tomara el rio de Perenes, converga blanca medirá sobre el niño.

PROFECÍA

Llamo Can anura tomo Albania en compañía;estonce su muerte de los estraños, y estonce correrán los rios sangre; estonces saldrán losmontones armonitos, y serán coronados de coronas de bruas, Cab ria sera llena d e alegría, elos robles de Gornualla reuerdeceran; por nombres de Bretas sera la insola llamada, y elnombre que los estraños pusieren desparara.

PROFECÍAS DE MERLIN

Descanaum saldrá el puerco montes talladorque dentro en las bozes francesas vsara la agudeza de sus dientes, ca tajaran todos los mejores robres, e guardaran los menores, y tremeránante el león de Arabia , e los de África, ca lareziedumbre de su edad yra a tener la postri-mera España.

PROFECÍA

Verna después desto el cabrón de Castro lu

jurioso que aura los cuernos de oro e la barua

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20 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

de plata, que toda la faz de la insola assom-brava; passeara en su tiempo, e por abundamiento de tierra aerescentara las miesses, lasmuyeres en su andar serpientes e todo su andarsera lleno de soberuia. Y re nouarse han las

fazes de Venus; no quedaran las hazes de lle

gar a la fuente por agua, e tornarse, kan sangre,e dos reyes por la leona de Vano se combatirán;toda la tierra tornara en luxuria, e hombres emugeres no quedaran de fornicar.

PROFECÍA

Estos tres siglos verán todas las cosas, puesserán soterrados en la cibdad de Londres semostrara ; e tornarse ha en cabo hanbre e mortandad; e dolerse han las cibdades del destruy-miento de las cibdades; e sobreuerna el puercomontes de cerca, e tornara las greyes desparzi-das a los perdidos paceres; su pecho sera manjar a los hambrientos, la su lengua sera beuera los sedientes., y de su boca saldrán rios queregaran las quixadas secas de los hombres; esobre la torre de Londres cinara vn árbol enque sera ahondado de tres ramos solos, e sobrara la faz de toda la insola por m uchedum bre desus fojas; a esta venta aduersario agudo, e porsu mal soplo tirara el tercero ramo, e los dosque quedaran como acachados, hasta que el vnoterna al otro por muchedu mbre de sus hojas, ydesi aquel terna el lugar de las dos, e gouer-nara a las aues de las otras tierras, y sera nu-

cidor para los vencidos del padre, ca por miedo de su sombra perderá su libre ver; y despuésdesto vema el asno de maldad kazedor de oromas peligroso en la ribera de los lobos; aquellasazón ord enaran las canallas por los boscos; yen los ramos de las telias nasceran landres.

PROFECÍA

Y el mar soberano desp ués desto correrá porsiete partes, y el rio de Docafire era siete mese s;los sus peces moraran con calentura, e hazersehan dellos serpientes, y refrescaran los baños

de Badon, e las sus aguas sarros refrescaran,engendraran muerte; Londres llorara muertede veynte m il é Cam illa mudarse ha en sangre;los de las coyundas serán llamados a las bodas,e los baladro» dellos serán oydos en los montesde los Alpes.

PROFECÍA

Nasceran tres fuentes en la cibdad de Ven-conia, e los sus ríos fenderan la insola en trespartes; quien beuiere del vno biue luengamente,e si ouiere enfermedad no lo cuy tara mucho; yquien b euiere del otro, desesperara por hanbre, que le nunca fallescera, e su cara sera

amarilla e áspera; queriéndose guardar de tantamala ventura, esforzarse ha a escondella po^desuariades coberturas, y qui quier que sobre sieche,.tornarse ha en piedras, e las piedras enagua, e la leña en ceniza, e las cosas en aguasi las echase sobre otras; a esto de la cibdad de

Cam itin y del bosco, saldrá vna niña que juntara guarda a la mentía, que, después que entrase en todas las artes, por su soplo solo sacara todas las fuercas nozidores; después que seahondare de agua sana, traerá en la su m anodiestra el nombre de Calidon, y en la siniestralos muros de Londres, e por do quier que andehará baho de suffre, que hará hum o por doblada llama; aquel hum o nascido los regalara egastara el manjar se es marinos, y essa niñallorara lagrimas de duelo, e cunplira la Ínsuladel baladro espantoso; y matara el cierno dediez ramos, e los quatro de los ramos traerán

coronas de oro, e los seys tornarse han en cuernos de búfanos, que por su maldad fumo solomouera a las tres insolas de Bretaña; leuan-tarse han de daño, e fablando en boz de honbrellamara: aleñante Cabrían, e junta a C ornua-lla a tu lado, e di a Vicom iam; seruara la tierra, mudara la silla del pastor do las naosaportaran; e los otros «niembros vagan en posde la cabeca, que se llega el dia que los cibda-danos por el pecado el pregonero despecera; lablanatria de la vara les enpeqo; y el desurla-miento de la cintura dellos, ca huyo a la perjurada gente, ca la noble cibdad sera destruyda,

e por tanto gr an las ñaues y de dos harán vna;el erizo cargara de mancana s, e fara andar lasñaues de iodos los arboles, e bolueran en vno, eañadirá gran cerco de seys cuentas corrientes ala insola, Y en cada vna sera puesto vn señorde diez mili caualleros, que dará las leyes alos que son en su poder; Londres lo mejor: acrecentarse ka en tres muros, fjornualla ha decada parte el rio de Materanisa, e las nueuas dela obra passaran los Alpes y az dentro en ella;y el erizo con sus manganas fara camino porsu tierra; y en su tienpo hablaran las tierras yel mar, porque van a Francia; en poco tiempo

se llegara de vna ribera a otra, s e oyran loshonbres, e la tierra de la insola se leñara, emostrarse, han las cosa s escondidas que son soel mar, e Francia con miedo temblara.

PROFECÍA

Saldrá después desto el hosco de Cálete rio;la Águila que bolara por rededor de la insola,dos años va ladrando de noche, llamara a lasvezes, e todo el linage de las aues juntaran assia las lauores de los honbres; irán e gostaran

yemas de todas naturas, e seguirse ha endehambre a pueblo, e con hambre mortandad, e

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B A L A D R O D E L

después de tanta cuyta, yrse ha aquella aue•mala por el valle de Galar, e leuantara el valle en alto, y en toda el alteza del monte plantara vn caruallo, e dentro en sits ramos haránido, e tres humos poma en su nido, de que sa-liran raposo, e lobo, e osso; e comerá la raposaa su madre, e aura la cabeqa de asno, e pues

tan desemejada fuere, espantara a sus herm anos e hazerlos ha fuyr a Norm andia; y ellosleuantaran el puerco m ontes de grandes dientescontra ella, e tornarse han al nido, e lidiarancon la raposa, y en la batalla estando, haraseella que es muerta, e mudara la crueza delpuerco, y estando so bre ella, reboluella ha conla boca en el siniestro pie, assi que le affincaratoda la carne, e desi hará su salto, e del salto,leñarle a la oreja diestra, y el rabo; e yrse haa esconder en las cuguas de los montes; y elpuerco escarnido, yra buscar el lobo y el osso,quel combra en sus miemb ros que el perdió. Epues ellos oyeron la razón, prometerle han do spies e orejas e rabo,e q ue de si meem os le cumplirán miembros de puerco, y el holgara, y entenderá que le cumplan su promesa, y entanimientradecendera la raposa de los montes, e mud arseha en lobo. E como auiendo habla con el cabrón, llegarse ha arteramente e comerlo ha todo,o desi tornarse ha al puerco montes sin mien-bros, e atenderá las animalias; y en tanto queellos allegaren, matarlos ha tosté con su diente;e sera coronado de cabera de león; en sus diasnascera la sierpe que matara los hombres, eporsu fanbre cercara a Londres, e comerá quantospor ay passaren. Y el Bey Motes tomara cabeqa de lobo, y emblanquece rá sus dientes en la

fragua de Sauina, e acompa ñara consigo lasgrees del albrauan, e cambera , q ue veniendo secaran a Canisa, e llamarlo ha asno de barualuenga; e mudara su forma, y enseñarse ha elpuercom ontes, ellamara el lobo,ehazerse ha torocornudo entre ellos, e pues que soltare su crueza, comerles ha las carn es e los huessos; en elalteza de Vriaña sera quemad a; las siniestrasde kuego mudarse han en sienes que nadaran enseco, assi como corrió; los peces comerán a los

peces, e los hombres com erán los hombres. Equando vinieren a la vegez, harán sus luziosmarineros, e harán sendas del mar, cargaran

.las ñaues, ayuntaran mucha plata; leuantarsehan dentro las andas, y pues llamar an los reyes, passaran las medidas de sus venidas, a lascibdades vazias encenderán, y derribaran losmontes de contra si; ayuntaran a si la fuente,e cunpliran agallas de engaño y de maldad;

nasceran del dragones que ha*n venir los de'Ve-nedicia a batallar a los robledos, en vno reman,y de los montes, e comentarse han con los Xer-xes de los trenuysianos; y el coreo y el m iato

serán llamados y cometerán los cuerpos.

S A B I O M E R L I Í T 2 1

PROFECÍA

Sobre los muros de Groqes nido tema Curma,e su seno sera criado; el asno criarlo ha la serpiente; de mal verna; y metello ha en muchosengaños, presa la su corona, passara las altascosas; en sus dias abaxaran los montes de compaña, e las prouincias serán abaxadas de susmatos. Ca sobreuerna el bermejo que auta el s oplo de fuego qu e soplara, y quemara los arboles, e saldrán del siete leones qu e auran cabe-cas de cabrones desem ejadas, que por hedor desus narizes corronperan las mugeres , e no sabráel padre quien es sufijo, ca arguilleceran comobestias que sean de muchas mañas, y puesto yel vino enbeudarse han los honbres, y dexarande catar al cielo, e cataran a la tierra; destostornaran estrellas los rostros, e confonderanlos lugares por do se an enme ndar, y este seasañara, e arderá las mieses; el amor del cielosera denegado, e las rayzes e los ramos mudarse an a las vezes, e las estrañezas de las cosasnueuas serán milagro; y el resplandor del solenfermara por el deleyte del martirio, y seraespantoso a los que lo touieren ojo, e m udarseha en escudo de Archadia y el yelmo d e Mares,e gastara la sombra a la saña de Meratrio, epassara los limites; y el rio que es duro comofierro, mudara la espada rebes; cuytaran lasnueuas, e salira Júpiter por sus derechas carreras: y Venus lo dexara por do solía correr-,y el estrella de Saturno caerá, e matara los

mortales con su corona; y el cuento de las dozecosas y de las estrellas lloraran sus huespedes,que assi verán yr que perderá por gemido losabracares que solían, e llamaran los cantores elas fuentes; e los pastos de la Libra perderánsi esto, fasta que el carnero lo sacuda de suscuernos. Y el rabo del scorpion criara relanpa-gos, y el cancrejo barara con el sol: virgen so-bira en el espinaco del sanctitan dio, e harácuerdas e flores de virgines y el curso de la lunatornara en díaco, e a los priuados comentara allorar, y el oficio de junio no tornara ninguno,mas la puerta cerrara; esconderse ha en las

quebraduras de Diana en la ferida del rayo,leuantarse han los mares, y el pueblo de lasveeras renouarse an, e conbatirse an los vientospor brauo soplo, y serán de so vno las estrellas.

PROFECÍA

Después desto, verna el puerco montes, e por-na el pueblo con mal señor ío , Claudio cercaray erguirá el león que por muchas batallas cansara el puerco montes, e a la cima barajara elleón con el reyno, e passara por so mo las cuestas de los altos hombres. E sobreuerna el toro

a la batalla, y sera el león en el diestro pie,

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22 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

mas quebrantara sus cuernos en los muros deVeina; la raposa deuengara el león, pues quecomella ha toda con sus dientes a la culebra delindo colín; e mostrarse ha a muchos dragones, e

por espantoso poderío despedazarse han vno aotro. Y el que ouiere boz, traerá mal al otro sinalas; e fincarle ha en la frente las uñas enpon-

coñadas, e la venganca auran los otros, e mataran vno a oh o. Y después vema el quintomuerto, y quebrantaran lo que fizieren; por engaño de muchas guisas salira en el espinado devno con espada, e partirle ha la cabeqa delcuerpo desnudo; salira por el huerto y echaralueñe el rabo diestro. Y el siniestro traerá mal,ca vestido no ap rouechara cosa; e otros atormentaran por espadas, y echarlos ha al derredor del reyno. E sobreuema el león rugiente,dubdado por gran crueza, e tornara quinze razones en vno que su pasto yra al bu eno; resplandecer á el gigante, con blanca color fara

fruto antel blanco pueblo, las riquezas defray-garan los príncipes, e los de su poder tornarsehan en bestias brauas.

PROFECÍA

E nascera entre ellos león finchado con sangre de honbres, y meterle han en la miesse segador, que en quanto se trabajase de coraqonsera apremiado, y pues echare el señor, sobiraen el carro en que vino,etirara la espada, e ame-nácara a Oriente, y henchirá de sangre los rostros de sus ruedas, Y después sera hecho pozoen el mar que por si vino; y de serpiente salira,e yra con su madre; y sera ende tres toros quedespués que gastaren los paceres, tomarse hanen arboles, e traerán el primero azotes de serpiente, e tornara las espa ldas al hon bre; y else esjorcara por tomarle el aqote, mas sera castigado del primero muchas vezes, hasta quéechen el vaso enponconado. Y después destovema el labrador de Albana, a cuyo espinazovema la serpiente, y el echara a labrar las tierras, e la tierra emblanquecerá con m iesses, etrabarse han de echar poncoña que las vñas no

llegan a las mieses; y desfallecerá el pueblopor m ortal pestilencia; e los muros de las cib-dades serán destruydos; e la cibdad de Claudisescapara, y en poca sazón sera renouada laysla, e desidos vema aqui, e uira el drago cornudo; y vem a vno en fierro, e caualgara en laserpiente bolador; e assentarse desnudo en elespinazo, y echara la mano diestra en el rabo,e por la boz del, motarse han los mares, e fiaran miedo al segundo. Y el segundo aconpa-ñarse ha con el lobo; mas en su juntamientopelearan por entre canbiadas pestilencias, etraerse han mal canbiadamente, e braueza de

la bestia podra mas.

PROFECÍA

Después deste, vema vna cola duffe, e concuchillo, e traerá la crueza del león, auran pazlas generaciones del reyno, y después fuere ahogado en su silla, fiaran las esposas, mas tenderán las palpas. En Albauan entristecerán lasprouincias de Aguyon, e abrirán las puertas, delos templos; y el alférez lobo guiara las conpa ñas, e abruma a Comualla con su rabo; e con-trastalla ha el cauallero en carro, que muda supueblo en puerco m ontes; y el puerco gastara lasprouincias; y en fondo de la Saburna esconderá la cabeqa, e atracara el hom bre al león enel rayo e claridad de otro; cegaran los ojos delos que lo cataren, y enflaquecerá la plata enderredor; e cuytaran los lugares, e sobreuemael gigante de maldad; e por agudeza de sus ojosespantara a todos, y leuantarse ha contra eldrago de Bregoña, y esforzarse ha por echallo;y pues se juntare, sera vencido el drago, y serapremido de vencedor de maldad; ca subirá sobre el orgullo al drago alto; e leuantara el rabo,e fierira a su nido; y el gigante tomara de cabo

fiuerca, e quebrantara las quixadas con el espada, e a la cama emburujarlo ha el drago so surabo, e morirá enponconado.

PROFECÍA

Pues Merl in profet izo este e otras cosasm u c h a s , f u e V e r i n g u e r m a r a u i l l a d o e q u a n -tos ay esta uan ; e dixole la s ignif icanca delos d rago nes , que e ra saber : «Ca ya de mu

chas cosas me d ix i s tes verdad , e yo vos tengo por e l mas sesudo hombre que nunca v i ,e por ende te ruego que me d igas lo que tedemand o.» E M er l in d ixo : «El d rag ón ber mejo, signifiqa a ti , y el blanco a los hijosde Co s tan tenes» ; e quan do Ve r ing uer es tooyó , ouo m uy gra n pesar ; M er l in lo en tend ió , e d ixo Ye r ing ue r : «Quantos ay es tánson de my consejo, e yo quiero que me digasla s ign i f icanca , e n i ng ún pauo r no aya s demi ni de otro». E Merl in dixo: «Yo te diréque el bermejo s ignif ico a t i , e dezir te hep o r q u e » .

CAP. L i l i — Cotno Merlin dixo al rey que,los hijos de Costantenes lo. quemarían.

«Tu sabes muy bien que los f i jos de Cost a n t e n e s q u e d a r o n p e q u e ñ o s d e s p u é s d e l am ue r te de su pad re ; e s i tu fueras t a l qua ldeu ie ras , tu los guard ara s e los defendie ra scont ra todos ; e tu b ien sabes que de su auertomas te a tan gran tesoro , por que ganas tee l am or de las gen tes de l re yn o . E quan dotu v i s te que te amauan , fez i s te a fuera de sufaz ienda ; porque v i s te que no te podr ía es -

cusar ; e quando las gen tes de l reyno v ie ron

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B A L A D R O D E L

a t i , e te dixer on que el re y Main es n o er apara rey , ca no au ia en e l buen seso n i jus t i c ia , e que tu fuesses re y , e tu respon dis tesab iamente , e dex is te que tu no podr ias se rrey mien t ras Maynes fuesse b iuo , e no dex is te mas , ca aque l los a qu ien tu lo d ix i s te en

t e n d i e r o n q u e t u q u e r í a s s u m u e r t e , e p o rende lo m ata r on , e pue s lo ou ie ron mu er to ,f lz ieronte re y, e dos hi jos qu e el auia hu ye ron con pauor de t i ; agora t i enes tu su here dad ; e quando aque l los que mata ron a l reyMaynes v in ie ron an te t i , f ez i s tes los mata rpor hazer sem blan te que te pesaua ; e avnagora t i enes la t i e r ra , e fez is te tu to r re pa rate guardar de tus enemigos , mas la to r re not e p u e d e g u a r d a r n i t u o t r o s i » . B Y e r i n g u e ren tendió b ien lo que Mer l ín dez ia , e supoque le dez ia verdad , e d ixo : «Yo veo b ien , ese que e res e l mas sesudo honbre de l mundo,

e ruegote que me des conse jo , e que medigas s i t e p lug uie r e de qua l m uer te he demor i r» . B Mer l in d ixo : «Si yo no te d ixessetu muer te , no te d i r ia l a s ign i f icac ión deen t rambos los d ragones» . Y e l rey le rogoque no lo encubr iese y que se lo agradecer íamu cho, e M er l in d ixo : «Sabed que e l g r andragón verme jo en aque l lo q ue es bermejosignif ica tu mal pesar , y en aquel lo que esgrande s ignif ica tu poder; y el otro que esgrande s ignif ica la heredad, que es de losn iños que fuyeron con pauor que los matas -ses; e desque se con ba t ie ron tan lu en gam en

t e , s ign if ica tu rey no q ue tou is te t an lue ngam ente ; e desque e l b lanco quem o a l ber mejo de su fuego, s ignif ica que los niños tequ em ara n con fuego, e no cuy des que fuegoni fo r ta leza te ha de guarecer que no muerasa s u s m a n o s » . E q u a n d o Y e r i n g u e r e s t o o y ó ,fue muy espantado e dixo: «¿Do son los niños?» Dixo Merl in: «Son en el mar, cong r a n g e n t e q u e g a n a r o n , e v i e n e n s e p a r a s ut ie r ra por fazer jus t ic ia de t i , e d ize porverdad que tu fez i s te mata r a su hermano; esabe que de oy en t res meses l l egaran a lp u e r t o d e Y s e s t r e » . j

CAP. L I Y . — Gomo Merlin se despidió de Ve- ¡ringuer y se fue para B iuerlanda, e vinieron los hijos de Gostantenes e mataron aVeringuer.

Grande fue e l pesar que Yer inguer ouodes tas nueuas , e p regunto a Mer l in : «¿Puedeser de otra guisa?» E Merl in dixo: «No puedeser que no mueras de fuego de los hi jos deCos tan ten es , ass i como tu v i s te que e l b lancodragón quemo a l bermejo»; e ass i d ixo Merl in l a s ign i f icanca de los d ragones a Yer ingue r , e que los n iños v en ia n sobre e l . En -

S A B I O M E R L I N 2 3

tonces h izo Yer inguer asonar toda su gen telo mas pres to que pudo , por y r con t ra e l losa l puer to de Vses t re do au ian de apor ta r , equan do sus gen tes l l egaro n , no sab ia n ing unoa qu e ven ian , s ino los p r iuados ; e Me r l in nofue ay, ca tan presto que dixo su fazienda a

Y er i ng ue r , luego se desp id ió d e l , que b ienlo au ia acabado lo que por e l embiara ; eMer l in se fue en tonce para Biuer landa , ondeBlaysen e ra , e con to le todas es tas nueuas ,e que las met iesse en su l ib ro . Por su l ib rolas sabemos nos ; e a l ly es tuuo muy grant iem po, fasta qu e los f ijos de Gostan tenes loe m b i a r o n a b u s c a r .

E d e s q u e Y e r i n g u e r l l e g o a Y s e s t r e , v i e ron por l a mar las ve las de las naos que losh i jos de C os tan tenes t ra ya n , e ma ndo a susgen tes a rm ar e defender e l pu er to ; e losf ijos de Cos tan ten es v in ie ro n por apo r ta r .

E quando todos los de la t i e r ra v ie ron señal e s d e l r e y , m a r a u i l l a r o n s e m u c h o ; e l añaue en que los h i jos de Cos tan tenes ven ian , apor to a l puer to pr imero ; e los def u e ra p r e g u n t a r o n q u e c u y a s e r a n a q u e l las ñaues que a l l í apor ta ron ; e los de lasñ a u e s d i x e r o n q u e e r a n d e P a d r a g o n y d eYter su hermano, f i jos de Cos tan tenes , ques e t o r n a u a n a s u t i e r r a , y q u e Y e r i n g u e rcomo falso y desleal se la poseya luengot iempo; y que les f i z ie ra mata r su hermano;y que ven ian de hazer jus t ic ia ; e quandoaque l los que es tauan en e l puer to v ie ron que

aque l e ra su señor Pa dra go n e su h erm anoY t e r , y q u e t r a y a n t a n g r a n g e n t e , y q u evie ron que la fuerca e ra suya , d ixeron aY e r i n g u e r q u e e n n i n g u n a c a u s a s e c o m b a t i r í an con su señor . E quando Yer inguer v ioque las gen tes l e fa l lesc ian y se to rnauan aP a d r a g o n , m a n d o a q u e l lo s q u e e n t e n d i ó q u eno le pod r ían fa l lescer , que bas tec iesse de lcast i l lo , y el los se lo bastecieron, y las naxiesapor ta ron , e los caua l le ros sa l ie ron a rmados ;e las gen tes de la t ierra* qu e v iero n sus señores , fueronse para e l los e obedec ié ron los ;y resc ib ie ron los muy b ien como a señores ; e

los de par te de Yer inguer en t ra ron con e l enel cast i l lo por se defender , e los de fuera losc o m b a t i e r o n t a n t o , q u e P a d r a g o n f i z o p o n e rfuego al cast i l lo , y el fuego se encendió ea rd ió e l cas t i l lo , y Yer inguer e muchos delos suyos fueron assi quemados todos s inn i n g ú n r e m e d i o .

CAP. L Y . — Como el rey Padragon fue elegido por rey e señor; y com o céreo a An-guis en vn castillo.

To m aron los niño s assi t ie rra , e f iz ieronlosaber por todo e l reyno; y e l pueblo , en que

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2i L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Slo supo, ouo gra n plazer; e fueron p ara ellos,e las gentes fiziéron a Padragon rey, porqueera mayor; que los sansones que Yeringuérmetió en la tierra tuuieron sus castillos quetenían muy fuertes, onde guerreauan muyfuertemente; e muchas vezes ay perdieron

los christianos e ganaran; e tanto duro laguerra, que Padragon cerco a Anguis en vncastillo, e duro la guerra mas de vn año.E Padragon se consejo con los suyos comopodría aquel castillo tomar, y en aquel consejo ouo cinco de.aquellos que eran con Yeringuér quando Merlin dixo la significanoade los dragones y de los niños; e despuésapartaron a Padragon e a Yter a vna parte,e dixeron las marauillas que vieran de Merlin, y que no auia mayor adeuino en elmundo, «e, si quisiesse, el vos dirá sí toma-redes el castillo o no». E quando Padragon

esto oyó, dixo: «¿Adonde podría yo fallareste adeuino?» ; y ellos dixero n: «No sabemos,mas tanto sabemos que el sabe quanto deldize; e, si quisiere, el verna, e sabemos quees en esta tierra». «¿Pues fallarlo han?»dixo el re y. «Si señor», d ixeron ellos. Tentonces mando a todos sus hombres que lobuscassen por toda su tierra y se lo tru-xessen.

CAP. LYI. — De como el rey Padragonembio a buscar a Merlin.

Quando supo Merlin que el rey lo man-daua buscar, dixolo a Blaysen, e partiósedel; e fuesse a vna villa adonde los mensajeros eran, y el llego ay assi como hombreque venia de monte, con su cuerda de lanaal cuello, e sus capatos calcados, e vna sayapequeña toda despedazada, e los cabellosrebueltos e la barua gra nd e, assi que bienpáresela vna cosa estraña, e assi entro adonde los mensajeros comían. E quando lovieron, miráronlo, e marauillaronse por el; 'y Merlin dixo: «¿No faredes ya bien elmando de vuestro señor, que vos mando

buscar al adeuino que ha nombre Merlin?»E quando ellos esto oyeron, dixeron: «¿Qualdiablo dixo esto a este ouejero?» Y el dixo:«Si yo lo buscasse como vos, mas ayn a lofallaría que no vos»; y ellos se leuantaronde la mesa, e fueron a el, y preguntáronlesi lo conoscia o si lo viera nunca. Dixo el:«Si, yo lo vi, y se bien quien es, e do elesta; sabed bien que vos lo buscades, masno lo fallaredes si el no quisiere, mas tantovos embia el a dezir por mi, que vosotrosno trabajedes de lo buscar, que avnqu e lohalledes, que no se yra con vos; e dezid alos cinco que dixeron al rey que el buen

adeuino era en esta tierra , que le dixero nverdad, e dezid al rey que no tomara el cas-.tillo fasta q ue An guis mu era; e sabed quede los cinco, que no fallaredes mas de tres;que si buscassen a Merlin por estas montañas, que lo fallaran, mas si el rey ay no

viene, no lo fallara hombre que ay venga»;e los mensajeros, quando esto oyeron, tornáronse; e al tornar perdiéronlo de vista; equando no lo vieron, signáronse de todo:«Fallamos con el adeuino, ¿que haremosahora de lo que nos dixo?» Entonces ouieronen consejó que se tornass en, e dir ían a suseñor aquella m arauilla, e sabrían de los dossi eran muertos.

CAP. LYII.— Gomo el rey Padragon fue abuscar á Merlin por las montaña s.

Luego se tornaron los mensajeros a lahueste, y el rey les pregunto si fallaronalguna cosa. «Señor, dixeron ellos, nos vimos vna marauilla que vos diremos; y em-biad por vuestros ricos honbres e por aquellos que vos lo mandaron buscar»; y el reylo fizo assi, e sacólos a vna parte; y ellos lecontaron quanto les auiniera con el ouejero;e de los dos fallarían muertos; e preguntaron si eran muertos, e dixoles que si; e alos que M erlin fiziéron busca r, m arau illaronse de que lo oyeron assi contar, ca nocuydauan que otra forma pudiere tomar si

no la suya; pero bien les parecía que n inguno ño podría dezir aquellas palabras si elno ; e dixero n al rey : «Nos bien a ti damospor aquellas palabras que aquel es Merlin,cano podía adeuinar ninguno la muerte deaquellos sino el»; y estonce les preguntarondo lo fallaran, y ellos dixeron que: «En Bi-uerlanda vino a nuestra posada», y entoncesse otorgaron los tres que aquel era Merlinpor que dixeran quel rey lo fuesse a buscar;dixo el rey que dexaria a su hermano Yteren la cerca, e que yria a Yerlanda; e assi lofizo, e lleuo consigo aquellos tres que cuydo

que conocerían a Merlin; e quando llego aYerlanda, preguntaron por nueuas del e nofallo ende quien nueuas supiesse dezir; edixo que lo yria a buscar por los montes.

CAP. LYDZI.—Como el rey Padragon Ivxlloa Merlin e fablo con el.

Estonces caualgo el rey por las montañasbuscando a M erlin, e auino assi qu e fallovna muy gran cauaña de ganados; e vnhombre muy raydo e muy desnudo que

guardaua los ganados, y preguntáronle ondeera, y el les dixo que era seruiente de vn

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B A L A D R O D E Lhombre de Yiuerlanda, y el le dixo: «¿Vistepor aqui a Merlin?» Y el les respondió edixo: «Yi vn honbre anoche que dixo queel rey lo venia aqui a buscar»; y el rey ledixo: «Yo lo demando saber, ¿me lo as tumostrar?» y el dixo: «Yo diria al Rey talcosa que no diria a ti»; e vno de sus caua-Ueros dixo: «Anda eomigo e mostrarte he alrey»; y el dixo: «Por Dios ma l gu arda rla afe mis ganados, ni yo no he de andar con elrey, mas sy el quisiere venir a mi, yo lediré como fallara aquel que anda buscando»;y el cauallero le dixo: «Yo te lo mostrare»;y entonce se lo enseño, e dixole: «Este es elrey, agora le di lo que díxiste que no diriasa otro.» Y el dixo : «Yo se bien qiie busca sa Merlin, mas no lo puedes hallar hasta queel quisiere, mas vete para vna de tus villasbuenas cerca de aqui, y el sera ay quandotu fueres»; y el rey dixo: «¿Como sabré queme dizes verdad?»; y el h onbre bueno le d ixo:«Si lo tu no crees, que no lo hagas, ca folliaes de hombre c reer mal consejo». Y el reydixo: «¿Pues como dizes tu que el consejo quees, malo?» «No, dixo el, mas tu lo dizes, esabe qu e yo te consejo mejor que tu te podras consejar»; y él rey d ixo: «Yo te cre eré».

CAP. LIX.— Como Merlin dixo al rey lamuerte de Anguis.

Euesse el rey a vna de sus villas que fallo

mas cerca de la montaña, y el estando ay,auino vn dia que vn hombre bueno vino asu casa bien vestido e bien calcado, e dixo:«Leuadme ante el rey», y leuaronlo antel,e dixole: «Señor, Merlin m e embia a ti, yembiate a dezir quel fue aqjiel que fallasteguardando los ganados; date por señal queel te dixo que el vernia a ti quando el quisiese, e dixote verdad, mas no lo as agoramenester; e quando lo ouieres menester, elverna a ti de grado» ; y el re y le dixo:«Siempre a tal hombre auria yo menester, enunca vue coracon tan grande en amar a

hom bre n i de conoseer como a el»; y el hom bre bueno dixo: «Pues tu esto dizes, el teembia dezir por mi buenas nueuas, que Anguis es muerto, e matólo Yter tu hermano»;e quando el rey esto oyó, fue muy maraui-llado, e clixo: «¿Es verdad?» Y el dixo: «Em-biadlo a preguntar, e saberlo heys».

CAP. LX.— De como Merlin fablo con el reyen vna de sus villas.

Mando entonces el rey subir dos hombresen dos cauallos, y embiolos a la hueste; yellos, yéndose alia, falláronse con dos hon-

S A B I O M E R L I N 2 5bres de Huter que trayan nueuas al rey dela muerte de Anguisys; en este comediofuesse el hombre bueno que traya el mandado de Merlin; e los.mensajeros tornáronsetodos al rey, e los que venían sacaron al reyaparte e dixeronle en que manera mataraHuter a Anguys, e quando el rey lo oyó,defendióles assi como amauan los cuerposque no lo dixessén a ninguno. E assi quedoel pleyto; y el rey se marauíllo como Merlinsupo la muerte de Anguys, e atendiólo enla villa por ver si vernia, que le preguntassecomo mu riera A ngu ys, que avn pocos hombres lo sabian; e vino assi que el rey saliendo de la yglesia, vino vn hombre bueno anteel muy guarnido, e saluolo, e dixole: «Señor, ¿que atiendes en esta villa?» Y el dixo:«Atiendo a Merlin»; y el hombre bueno ledixo: «Señor, avnque lo veades, no lo cono-ceredes, m as fazed llama r a estos que lo co-noscén.» Y el rey llamo aquellos que lo vieran e que lo deuian bien conoseer; y ellosdixeron que , si lo viessen, que lo conoscerian;y el hombre bueno que viniera antel , dixo:«¿Como puede aquel conoseer a otro que a simesmo no conoce?» Y ellos dixeron; «Nos lodezimos porque conocemos bien su fazienda,mas porque lo conoscemos por.cara» ; y elhom bre bueno respond ió: «No ha honbre enel mundo que lo pueda bien conoseer» .

CAP. LX I. —De eomo Merlin descubrió al

rey que quería ser su amigo.Llamo entonces al rey a poridad a vna

cámara, e dixole: «Señor, yo.quiero servuestro amigo y de Yter; e sabed que yo soyaquel Merlin que vos venistes buscar, mastales ay que no me conocen y cuydan conos-cerme, e no saben nada de mi fazienda; emostrarvoslo he; llamad aquellos que dizenque me conoscen, e tanto que me vieron co-noscerme han, pero que me agora ante noconoscieron»; y el rey salió fuera e llamólos;y entretanto mudo Merlin su forma, e tomo

la forma en que ellos le vieron en casa deYeringuer, é tanto que ellos lo vieron, dixeron: «Señor, nos vos dezimos verd ade ram ente que este es Merlin»; y el rey se sónrrio,e d ixo: «Catad si lo conoscedes bie n» ; y ellosdixeron: «Verdaderamente sabemos que estees Merlin»; y el dixo: «Señor, verdad dizen,mas agora me dezid lo que quisieredes». Yel rey dixo: «Yo que rría ser m uy vuestroallegado si vos pluguere, ca a muchos oyódezir que soys muy sesudo e de buen consejo» ; e M erlin dixo: «Ya no me dem andaredesconsejo ni al, que no vos diga silo supiere» .

«Agora vos ruego, dixo el rey, que me diga-

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26 LÍBEOS DE CABALLERÍASdes s i fable con vos después que fuy en estav i l l a» ; y e l d ixo : «Señor , yo soy aque l quev o s d i x o d e l a m u e r t e d e A n g u y s » .

CAP. L X I I . — Gomo Merlin dixo al rey lamanera de la muerte de Anguys.

E quando e l rey e los que con e l es tauanes to oyeron , marau i l l a ronse , y e l re í d ixo alos otros: «Mal conosced es vos a M erl in »; yel los dix ero n: «Nu nca ta l cosa lo vim os fazer ,mas b ien sabemos que lo fa ra s i qu is ie re» ;y es tonce pregunto e l rey a Mer l in comofuera la muer te de Anguys , y e l d ixo : «Yolo supe quando ven is tes acá que Anguysquiso mata r a vues t ro hermano, e fuy yo ae l , y e l c reyóme ende , e guardóse , ca yo led ixe e l conse jo y e l a rd imien to de Anguys ,que tomo para ven i r de noche a mata l lo a su

t ienda solo por medio de la hueste , e creyóme ende Uter , e ve lo toda la noche so lo ,que no lo d ixo a n inguno , e a rmóse muyb i e n e a t e n d i ó l o » .

CAP. L X I I I . — Gomo Merlin dixo al rey queVter su hermano no sabia quien le auia

dado el consejo.

«Ass i guardo vues t ro hermano la noche sut i e n d a , e A n g u y s v i n o , e d e x o lo e n t r a r , efue al lecho; e quando no lo fal lo , pesóle; e

Vter , que es taua a l a puer ta , conba t iose cone l , e mató lo , ca Yter ' e ra a rm ado e A ng uy sdesarmado»; e quando e l rey es to oyó , mara-ui l lose, e dixo a Merl in: «¿Quel forma fablas-t e s c o n m i h e r m a n o , c a m e m a r a u ü l o co m ovos creo?». «Señor, dixo el , yo tome forma dehonbre bueno sesudo e viejo, e fable con elen por idad , e d ixe le que s i aque l la noche nose guardase , que no au ia a l s ino muer tes» ;y e l rey le p re gun to : «¿Dexis te les qu ien e ra -des?»; y Merl in dixo: «Aun el no sabe quiense lo dixo, fasta que vos se lo digades; y pores to os embie a dez i r con vues t ros honbres

que no aur iades e l cas t i l lo fas ta que Anguysfuesse mu ert o» . «¡Amigo, dixo el re y, vosyredes comigo , ca mucho me es menes te rv u e s t r a a y u d a » . M e r l i n d i x o : «N o es hora ,que aun quanto mas ayna me fuesse con vos ,t a n t o m a s a y n a s e q u e x a r i a n v u e s t r a s g e n t e s q u a n d o v i e s e q u e m e c r e y e r d e s ; m a s s iv ie rdes vues t ra p ro , no me dexedes ende decreer , ca yo vos t i ra re todo vues t ro pensar» ;y el rey dixo: «Vos me dexistes e fezis tesque s i es verdad de mi hermano que le sa l -u a s t e s d e m u e r t e , c a n u n c a v o s d u d a s s e » .«Señor , d ixo Mer l in , ydvos y pre gu nta d avue s t ro he rm ano qu ie n le d ixó lo que yo a

vos dix e, e s i vos lo sup iere dez ir , n o m ecreades des to n i de a l , e sabed que y o fab la recon vues t ro herm ano en aq ue l la fo rma quecon e l fab le , mas gua rdad vos ques to nodigades ass i como amades a mi a n inguno;ca s i os yo fal lasse en esta mentira , nunca os

creer ia en esto ni en al»; y el rey lo otorgo,e d ixo que lo quer ia p ro uar : y Mer l in d ixo :«Yo quiero que me prouecies en todas lasm a n e r a s q u e p u d i e r d e s , e y o h a b l a r e c o nvue s t ro he rm an o, de l d ia que vos con e lfablardes a onze dias».

CAP. L 5 T V . — D e como Merlin se despidiódel señor rey Padragon, y de Yter su hermano ; y se fue a Blaysen.

Assi se conosc io Mer l in con Padragon , ydesp id ióse de l , e to rnóse a su ma es t ro Bla yse ne dixole todas estas cosas, y el púsol as e nscr ipto, e por el lo sabemos nos agora; e tornóse Padragon a su hermano, e quando l l ego ,sacó lo a pa r te , e con to le l a m ue r te de A n gu ys como se lo conta ra M er l in , y p re gu ntó le s i e ra verdad , e Vter d ixo que s i ; «masass i me ayude Dios , vos me dex is tes cosaque yo no pensaua y que o t ro lo sab ia , s inoDios e vn honbre bueno v ie jo que me lo d ixoen por idad . Señor , dec idme ¿quien vos lod ix o ? ca m u c h o m e m a r a u ü l o c o m o l o p o d i s -tes saber .» E P adra gon le d ixo : «Bien lopodedes saber , mas tan to me dez id , ¿qu ienfue aque l honbre v ie jo que os sa luo de muer te? Ca me paresce que Anguys os mata ra s ino fuera por e l» ; e Vt er respond ió : «Señ or ,por la fe qu e yo deuo a Dios e a vos, qu esoys mi hermano e mi señor , que no se qu ienfue, m a s m u c h o m e p a r e s c e h o n b r e b u e n o ysesudo, e assi le crey cosa que no le deuierac r e e r » .

CAP. L X Y . — Gomo Padragon fablaua consu hermano Vter.

« H i z o m u y g r a n d e a r d i m e n t o e l q u e e ñm e d i o d e l a n u e s t r a h u e s t e e n m i t i e n d a m equer ia mata r» ; e Padragon d ixo : «¿Conos-cer iades a que l hom bre bue no v ie jo , s i lo v i es-sedes?» E V te r dix o qu e s i m uy b ie n. «Yo.vos fago f lanea, dixo Padragon, que de oy aonze d ias fab le con vos , m as todo aqu e l d iano vos pár t i redes de mi» ; y Mer l in , que todoes to sab ia , d ixo a Bla yse n quanto los he rm anos fab la ron , e como lo quer ia p rouar e l rey ;e B l a y s e n l e p r e g u n t o : « ¿ Q u e q u e r e d e shazer?» Y M erl in le dixo : «Ellos son m an cebos, e yo quiero les yr a dezir vna piecad e s u v o l u n t a d » .

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 27

C A P . JjKYÍ.— Oomo Merlin vino a fablarcon Vter m figura de '¡ñopo.

«Yo se , d ixo Mer l in , vna dueña que Vteramaua , y l l euar le vnas le t ras que me c reade su pa r te ; e yo se to das sus por idad es , e

q u a n d o s e l a s d i x e r e , m a r a u i l l a r s e h a m u c h o ,e ass i pasearan los onze d ias que me verán eno me conocerán ; e o t ro d ia de mañana most ra rm e a anbos de so vn o , e agrade cérm eloh a n » ; mas assi como lo dixo, assi lo hizo; evino al onzeno dia , e tomo forma de vn s ir-uiente de su amiga de Vter , e fuesse a el , ed ixo le : «Señor , mi señora vos embia a sa luda r , e vos enbia es tas l e t ra s» ; e V ter l astomo, e ouo ende gran p lazer . ca b ien cuydoque assi era , e f izólas leer , e fa l laron en el lasqu e dez ia que c reyessen e l man dad ero , e Merl in l e d ixo lo que en tendió en que mayor sa

bor au r ia , e ass i es tuuo M er l in todo aque l d íacon e l rey , e quando v ino cont ra l a noche ,marau i l lose e l rey e de Mer l in que no v in ie ra a l l i como pus s ie ra con e l ; e todo aque l d ialo atendió fasta la noche, e toda la noche; eo t ro d ia d e m a ñ a n a , t om o M e r l i n a q u e l l aforma con que hab la ra con Vter , e quando lev io Vt er , p lug ole mu cho con e l , e fue a dez i ra l rey que e l hom bre buen o v in ie ra q ue leg u a r d a s e d e m u e r t e , e a l r e y p l u g o l e m u c h ocon e l , m as es taua e n vn gra n p ley to , ypesó le porque ende tan ta rde se par t í a , yen t re t an to fab lo Vter con e l honbre bueno ,

e d ixo le : «Señor , vos me sa luas tes d e m uer te ,m a s m a r a u i l l o m e c o m o m e c o n t ó m i h e r m a no lo que me vos dex is tes e lo que yo h ize ,e d ixo que au iades de ven i r a noche a mi , erogóme que s i hab lassedes comigo , que se lof iziesse saber , e yo le dixe que ya venistes ,e m a r a u i l l o s e p o r q u e t a r d a u a d e s t a n t o , e y omucho me marau i l lo qu ien le d ixo lo que medexis tes» ; y e l ho nbre bueno d ixo : «No losupie ra yo a i a lguno no me lo d ixesse» ; eVter fue por e l rey , mando a los por te rosq u e n o d e x a s se n e n t r a r a n i n g u n o e n a q u e l l acasa donde sa l ian ; e como Vter fue fuera ,

Mer l in tomo forma de l s i ru ien te que lasle t ras t ru xe ra ; e quan do e l los to rna ron efa l la ron a l s i ru ien te , fue Vter espantado , ed ixo a l rey : «Maraui l l as veo , ca dexe agoraaqui a l honbre bueno que os d ixe , e agorano ha l lo s ino es te honbre bueno moco; a tended vos aqui , e y re a p regunta r a los por te ros s i v ie ron a lgun o de aqu i sa l i r , o e n t r a reste moco acá». E Vter sal ió fuera, y el reyquedo , e comenco a reyr f i e ramente ; e Vterpreg unto a los por te ro s s i v ie ro n a lgun o sa l i ro en t ra r ; e d ixeron e l los : «Señor , no a o t rosino al rey e a vos» .

CAP. L X V I L — Como Merlin en su derechaforma se hizo conoscer al rey e a su hermano .

Tornóse en tonces e l rey a Vter , e d ixo :«Señor , no se que puede se r es to» . Y pre

g u n t o a l m o c o : « T u , ¿ q u a n d o v e n i s t e ? »«Por buena fe , aqui era yo quando vos fa-b las tes con e l honbre bueno»; e Vter se sant iguo , y d ixo : «Por buena fe , nunca a honbre v ino lo que a m i» . Y e l rey ouo m uygran p lazer , ca b ien supo en su coracon queaque l e ra Mer l in , e d ixo : «Hermano, nopensaua yo que me min t iessedes» ; y e l d ixo :«Señor , yo so tan espantado , que no se queos d iga» ; y e l rey le p reg un to : «¿Quien esaquel moco?» «Señor, dixo, e l que anocheme d io las l e t ras an te vos» ; y e l Rey d ixo :«¿Conoceyslo bien?» «Si señ or , dixo el , m u y

bien» ; y e l Rey d ixo : «Es te me pares ce e l •hom bre bueno por que aqui m e f izi stes v en i r» ;e V te r dix o: «Señor, esto no pu ede ser» ; ye l Hey dixo: «Salgamosnos fuera, e s i e lqu is ie re , b ien lo ha l la remos»; es tonces sa l i e ron , e a cabo de una p ieca d ixo e l rey a vncaua l le ro : «Yd a ver qu ien es ta a l ia den t ro» ,y e l caua l le ro en t ro , e ha l lo vn honbre buenoen vn lecho posado , e ' to rno a l rey , e d ixo-se lo . Quando Vt er lo oyó , fue mu y espan tado, e fueron al ia , e dixo el rey: «Vedes aquis in fa l ta e l hombre bueno que os guaresc iode muer te» ; e quando e l lo oyó , ouo gran

plazer , y p regu nto : «¿E que rey s qu e d igavues t ro nombre a mi hermano?» Y e l hombre bueno d ixo : «Quiero» ; y e l rey , qu ebien conoc ía a Mer l in , d ixo : «Hermano, ¿does el moco que os t ruxo las le tras?» E Vterd ixo : «Agora estaua aqui ; ¿que lo quereys?»Y e l rey y Mer l in comentaron a reyr ; y Merl in d ixo a l rey en por ída d lo que d ix era aVter e le su a 'miga; y el rey dixo a Vter :«Hermano, perd is tes e l moco que os t raxolas l e t ras» ; e Vter se marau i l lo , e d ixo :«¿Por que lo dezis?» Y el dixo: «Por las buen a s n u e u a s q u e o s t r a x o d e v u e s t r a a m i g a e

no le dis tes recaudo»; e Vter dixo: «¿E vosqu e sabeys?» Y el re y d ixo : «Yo os diréquanto ende se an te es te honbre bueno»; eVter dixo: «Mucho me plaze» (ca el bienpensaua que n inguno lo sab ia s ino aque l quese lo dixo); y el rey se lo contó todo, assicomo el niño se lo dixo.

CAP. L X V I I I . — Gomo el Rey dixo a su hermano que Merlin se podía m udar en otraforma.

V t e r , q u a n d o l o o y ó , m a r a u i l l o s e m u c h o , ed i x o : «Por Dios , hermano, dez idme s i os

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CAP. L X I X . — Gomo. Merlin quedo con el reye con su hermano, e fue su priuado..

Entonces rogaron ambos los hermanos aMerlin que quedasse con ellos; e fizieronlepleyto quel creyese de quanto el les dixesse,e Merlin dixo a Vter: «Agora podedes saberque yo se todas las cosas, que vos dixe de

vuestra muerte e de vuestros amores lo que

¡> 3 L Í B E O S D E Cplaze ¿como sabedes estas marauillas que medezis?» Y el rey dixo: «Dezirvoslo he siquisiere este hombre bueno», e Yter dixo:«Y ¿que ha el honbre bueno que ver?» Y elrey dixo: «Yo no vos puedo cosa dezir sí elno me lo mandara», y estonces cato Yter alhom bre b ueno , e dixole: «Señor, yo os ruego

que digades a mi hermano, si vos pluguiere,que me diga lo que le pregunto»; y el honbre bueno le dixo : «Mucho me plaze qu e voslo diga», y estonces dixo el rey: «Hermano¿no sabeys quien este hombre bueno? sabedque este es el honbre mas sesudo y mas sabido que yo se ni a^ a en el m undo , e quemas menester auemos; y sabed que ha talpoder como yo vos diré, ca ningún viejo nimoco vino a vos sino el, y este es el que vosdixo vuestras póridades e de vuestra amiga».E quando Yter lo oyó, fue ende marauillado,e dixo: «Señor, ¿como yo podria esto creer?

ca esta es la mayor marauilla del mundo.»Y el rey dixo: «Assi lo creed como a la cosadel mundo que mas verdad sea»; y eldixo:«Esto no podría yo creer sí no lo supiesse deotra guisa», Entonces rogo el rey a Merlinque le fiziesse alguna dem ostranoa, si le plu-guiesse, porque lo creyesse; y el onbre buenoles dixo que saliessen fuera, e tanto quesalieron fue el empos dellos en forma deniño, e llamo a Yter, e dixole que se queríayr, e que le dixesse que diria a su señora;y el rey llamo a su hermano, e dixole ensecreto: «Hermano,, ¿que vos paresce deste

niño? agora podreys creer que es este el quecon vos fablo». E Yter dixo: «Señor, yo soytan spantado, que no se que os diga». «Hermano, dixo el rey, sabed que este es el queos dixo que Anguys os quería matar, y elque vos traxo las letras, y el que hablo convos en casa, y el que yo fuy a buscar aYberlanda; e a tal poder, que sabe todas lascosas hechas e dichas, e gran pieca de lasque han de ser; e por esto querriale rogarque biuiesse con nos e flziessenios por suconsejo toda nuestra fazienda». Y Yter respondió: «Si a el pluguiesse, gran bien seria,ca mucho nos cumpliera tal honbre comovos dezides».

A B A L L E Í i l A S

cuydauades que ninguno no sabia». E Yterdixo: «Yos me dixístes de toda verdad, porende qu err ía qxi© biuiessedes con m i hermano»; y Merlin dixo: «Yo quedare conel de grado, mas quiero que sepays mi ha-zienda en poridad; sabed que a mi conuiene

a las vezes por fuerca de natura andar en elayre por cima de las gentes; mas en todoslos luga res que yo fuera, m e nen bra re devuestra fazienda mas que de hazienda deotro. E quando yo supiere que mi consejo oses menester, veniros he a consejar, e tantoos ruego que si me quisierdes auer, que noos pese quando me fuere; e quando viniere,recebirme bien ante vuestras gentes, e losbuenos amarme han por ende; e los malosque a vos desamaren, desamaran a mi; e sivos buen recebimiento me mostrardes, no loosaran prouar, e sabed que no mudare mi

forma de gran tienpo, sino a vos en poridad;yo me yre agora en esta forma en que estoy,y después fare parecer que me torno en laforma en que las gentes me conoscen; equando yo viniere a vuestra casa, y me conocieren, yrvos han a dezir: he aqui elbuen adeuino. E vos fazed semblante quesoys alegre por ello. E quando ellos os di-xeren algo, preguntadme osadamente, e yovos daré recaudo a todo».

CAP. LXX.— Gomo el rey resoibio a Merlin

y le hizo m ucha honrra.

Asi quedo Merlin aquella noche con Pa-drag on e con Yter ; assi se conoscio con ellos;e la mañana despidióse dellos por infinta dese yr para su posada, e salióse en semejancadel moco que traxera las letras; e tanto quefue fuera de la villa, mudóse en aquellaforma que lo conoscian las gentes, e tornósea casa del rey, e quando aquellos que solíanser priuados de Yeringuer lo vieron, e quebien lo conoscian, fueron ende bien alegres,e fueron al rey y dixero n: «He aqui a Merlin» . Y el rey fizo semblante que le plaziamucho, e fue contra el, e los que yuan conMerlin dixeronle: «Catad aqui el rey que osviene a recebir»; e grande fue el plazer queMerlin ouo con el rey, y el rey con el, eleuolo a su posada, e los que lo conocían,dezian al rey: «Yedes, señor, aqui el mejoradeuino que en el mundo ay, mas pregun-talde como tomaremos el castillo, e que osdiga que arma puede auer vuestra guerra ede los sansones, ca el vos dirá si quisiere»;y el rey dixo que se lo preguntaría, masdexolo por le fazer honra en razón del recebimiento.

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B A L A D R O D E L S A B I O M É B L I N 29

CAP. L X X I . — C om o Merlin aconsejo al reyque auria el castillo.

Cuando fue hora de tercia , f izo el rey l lamar sus p r iuados , e p regunto a Mer l in de loque le conse ja ron que le p reguntasse . «Amigo, dixo e l re y . yo oy dez i r que soys m uysesudo e muy buen adeuino ; ruegoos que , s ivos quereys que yo haga s iempre lo que vosquis ie rdes , que m e d ígays como podr ia to ma rel cast i l lo de los sansones que son en estat ie rra , s i los pod re en de sacar» . E dixo Merl in: «Si yo sesudo so, a gora lo pode des vere p r o u a r ; s a b e d q u e d e s p u é s q u e p e r d i e r o na Anguis , que nunca ou íe ron sabor s ino dedexar la t ierra , y enbiad con el los fablar yenbia rvos han dez i r que os darán por par iascada año d iez caua l le ros a rmados , e d iezdonzel las , e c ient fa leones e galgos, e c ientcaual los , e c ient palafrenes»; y el rey enbiosaber por su pr iuado e por otros dos caual leros ; y Mer l in le d ixo que p id iessen t reguade par te de l rey , e los caua l le ros fueronluego a l cas t i l lo , e p id ie ron t regua por dosmeses, e los del cast i l lo dixeron que se conse ja r ían ; y es tonces se t i ra ron a vna par te ed ixer on: «Nos receb imos gra n perd id a en lam u e r t e d e A n g u i s , y d e m á s n o a u e m o s q u ecomer , demos la t regua a l rey y enbiemos ledez i r que se vaya , e nos tem em os e l cas t il loe dar le hemos en ren ta d iez caua l le ros a r mados, e diez donzel las , e c ien falcones, e

c ien t ga lgos , e c ien t caua l los , e c ien t pa la frenes»; e a esto se acordaron, e dixeron alos men sa je ros , y e l los se to rn aro n e d ixero n-lo al rey, e a Merl in, e a los r icos honbres;e todos fueron ende marau i l l ados por e l g ransaber de M er l in ; e qu ando e l rey lo oyó ,pregunto a Mer l in que fa r ia , y Mer l in d ixo :«No faredes al por mi consejo, ca mucho malverna ende después a l a t i e r ra ; mas agorales embiad a dez i r que s in m as ta rd ar quese sa lgan de l cas t i l lo , ca vos b iensabeys queno han cosa de comer, e que los fareys mor i r ma la m ue r te ; e s i se qu is ie re sa l i r , que

los dexareys yr a sa luo y les d i reys en quevay an» ; e quan do e l los es to oyero n , nu ncatan gran p lazer ou ie ron , n i o t ra t regua demandaron; e a 'ss i como Merl in lo dixo, asssílo fizo el rey.

GAP. L X X I L — De com o los del castillo fizie-•ron pleytesia con el rey; y se fueron y dexar on el castillo.

Otro d ia de mañana , enb io e l rey susmandaderos con es ta enbaxada a l cas t i l lo ; equando e l los es to oyeron que se podryan yren saluo, y que se vian s in señor que los

consejasse, dexaron el cast i l lo al rey; y ellos hizo guiar a l puerto, e dioles ñaues enque se fuessen; e assi supo Merl in la fazien-da de los sansones, e assi f izo Padragon loque le e l mando, e assi fueron echados lossansones de la t ierra por consejo de Merl in,s ino aque l los que qu is ie ron quedar por ea t i -uos del rey¿ para le dar ren tas ; e assi qu edoMerl in señor de los consejos e de las porida-des del rey, e assi biuio con el gran t ienpofasta que fablo con el rey vn gran hecho, epeso a vno de sus r icos hom bres , e t an t o , qu evn d iav ino aque l r i co honbre a l rey , e d ixo-l e : «Señor , marau i l lome de que c reeys a es tehonbre que no ha seso s ino por el diablo, equanto vos dize, por el diablo vos lo dize; eyo vos lo fare ver s i quis ie rde s», y el r eyd ixo : «Quiero , mas de gu isa que [no] lo asa -ña des », y el dixo: «No lo asañ are ni le dir épesar»; y el rey lo otorgo así . T el r ico honbre fue a legre , e aque l r i co honbre a semejanza de l mundo e ra honbre bueno e sesudo ,e sobe jamente r ico , e muy v ic ioso e poderoso, e b i e n e m p a r e n t a d o .

CAP. L X X I I I . — Como -vn rico onbre quequería mal a Merlin lo andaua, prouomdo.

Assi acaescio que aquel r ico honbre vinoa Merl in como alegre, e pidióle consejo antee l rey apar tadamente , ass i que no fueron enla por idad mas de c inco hombres , e d ixo a l

rey : «Señor , vedes aqui a Mer l in , que es vnode los mas sesudos honbres de l mundo e debuen conse jo ; e oy dez i r que d ixera queY e r i n g u e r m u r i e r a a v u e s t r o r u e g o , e a s s ifue, e por esto vos ruego, señor , que a quan-tos aqui soys que le roguedes por mi que sodol ien te , que me d iga de qua l m ue r te mor iré; ca s i me lo quiere dezir , bien lo sabe»;y todos le roga ron a M erl in, e Me rl in dixoque bien entencl ia lo que le dezia , e como lodez ia , e su em bid ia , y e l m al coracon qu ele auia , e dixo: «Yos me rogastes que dixessevues t ra muer te ; yo os d igo que quando ou ie r -

des a m or i r , que caeredes de vn caua l lo equeb rarvos hede s e l pescueco , e ass i mo r i -rey s aque l d ia» . E quando e l r i co hon brees to oyó , d ixo : «Dios me ende guarde» . Estonce t i ro e l rey a pa r te , e d ixo : «Señor ,agora vos miembre des to que e l d ixo , e yoy r m e h e , e d e s p u é s t o r n a l l e h e a p r o u a r e not ra gu isa» ; e ass i se fue para su t i e r ra ,met ióse en o t ras ves t iduras e to rnóse do e rael rey e hizose enfermo, y embio por el reyen gran por idad que leuase cons igo a Merl in , en gu isa que no sup iesse e l que e ra ; ye l rey d ixo que yr ia , e de grado , e que Mer

l in no sabría por el cosa de su fazienda; e

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30 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Sdixo a Merlin: «Yayamos yo e vos a ver vnenfermo»; e Merlin dixo: «No vre si nofuere con vos e veynte honbres buenos», etomaron los que el quiso, e fueron a ver elenfermo, e tanto que ay llegaron, echóse surnuger por su consejo a los pies del rey, e

dixo: «Señor, fazed aduzir a vuestro ade-uino, e que diga si mi señor si guarirá destemal»; y el rey dixo a Merlin: «¿Podes saberalguna cosa desto que dize esta muger?» EM erlin dixo: «No m orirá deste mal n i eneste lecho»; y el dixo : «¿Pues de qua l mu ertemoriré?»; e Merlin dixo; «Aquel dia que mo-rieres, fallarte han colgado»; e pues que estodixo, salióse Merlin como sañudo, e dexo alre y en casa, y esto fizo porqu e el rico lionbrefablase con el; e quando Merlin salió, dixoel rico hon bre al Bey : «Señor, ¿veys comomiente? que me vio dos muertes que una no

paresce a otra, e au n lo quiero p rouar latercera ante vos, e yo yrme he para vnaabadia, e fazerme enfermo, y embiarvos herogar con el abad, que os dirá que vays aver vn monje enfermo, e vos yd alia, y lle-uad con vos a Merlin», y el rey dixo quelo faria.

CAP. LXXIY.— Com o Merlin dixo al honbrebueno su muerte en ciertas maneras.

Assi se partió el rey del, e fuesse el rico

honbre a la abadia, y enbio el abad al rey,y el rey fue alia con Merlin, y después queoyó missa, fue el abad con el e XXYI monjes , e rogóle que fuesse a ver v n fray le qu eyazia enfermo, y el rey dixo a Merlin siyria alia; e Merlin dixo: «Si, de grado, masantes quiero con vos hablar, e con Ytervuestro hermano»; y estonce los saco a vnaparte ante el altar e dixo: «Aun vosotros,mientra con vos mas fablo. tanto vos fallomas sandios, e ¿cuydades vos que no se yode qual muerte ha de morir aquel sandioqué me prueu a? si se, se bien, e yo lo diréayna onde os marauillareys, mas que de loque le dixe las otras dos vezes»; y el Reydixo: «¿Puede ser que muera assi?, ca desaguisado paresc e»; y Merlin dixo : «Si assino fuere verdad, no me oreades de cosa queos diga, ca yo se bien su muerte e la vuestra; e sabed que yo veré a vuestro hermanoYter rey ante que del parta». Y estonce sefueron assi fablando fasta do estaua el enfermo; y el abad dixo al re y: «Señor, porDios, fazed dezir a vuestro adeuíno si esteenfermo puede guarescer»; y Merlin fizosemblante de sañudo e dixo: «Bien se puedeleuantar quando q uisiere, que no ha ningú n

mal, porque miente y me anda prouando,ca en aquellas dos guisas le conuerna morir•que le yo dixe; e au n ayua le diré la tercera, mas auisa que aquel dia quel muriere,quebrársele el pescueco, e colgarse ha, emorirá en agua, e quien viere su muerte,

todas estas cosas vera que le auernan; yseguramente me p uede prouar, ca yo verdadle diré, y no traseche jamas, ca yo bien setodo su coracon»; y el rico honb re leuantose,e dixo al re y : «Señor, agora podeys bienconoscer su locura e no sabe que se dize, e¿como podra ser verdad de mi, ni de otrocosa tan desaguisada? e agora catad comosoys sesudo que tal honbre creerles»; y elrey dixo: «Yo no creeré fasta que vues tramuerte vea». Estonce fue el rico honbremuy sañudo quando vio que Merlin no separtia de la priuanca y del Rey; e assi

quedo el pleyto; y estonces metió cada vnomientes si podria ser verdad lo que Merlindixera .

CAP. L X X Y . —De la muerte del rico honbreen la manera que dixo Merlin,

Yn dia después dende a gran tienpo queesto fue, caualgaua aquel rico honbre conpocos honbres por sobre vna puente ,de madera, y el cauallo en que yua, finco los yno-jos, y el rico honbre cayo ante el,' e dio de

la cabeca en guisa que se quebró el pescueco, e al erguir del cauallo cayo en talguisa que lo trauo vn palo en los paños,assi que las piernas fueron suso y quedocolgado, e la cabeca y las espaldas fueronso el agua , e assi m urió el rico ho nbre, edos honb res buenos que yu an con el> quandolo vieron assi caer, dieron bozes, e la gentede la villa recudieron vnos por la puente eotros por barcos, e quando lo sacaron dixe-ron los honbres: «Catad si ha el pescuecoquebrado»; e los que lo cataron dixeron quesi, e los hon bres bxienos fueron m arau illa-dos, e dixeron: «Yerdad dixo Merlin, quedixo que este honbre que se le quebraría elpescueco, e seria colgado, e morirá afogado,e bien seria sandio quien no creyesse a Merlin de lo que dixesse, que quanto dize todoes verdad»; y ellos fizieron estonce al cuerpolo que deuian, e quando Merlin esto supo,dixo a Yte r que am aua la m uerte del ricohonbre assi como fuera, e dixole que lodixese al rey; y el rey, quando esto oyó,m ara uillo se, e d ixo a Y ter: «¿Dixovos estoMerlin?» e Yter dixo que si, y el rey le d ixo:«Pregun tad quando fue»; e Yte r se lo pre gun to, e Merlin dixo: «Esta noche, e de oy

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B A L A D B O D E L S A B I O M E R L I N ' 31

en seys d ias se rán aqui los que t raen e lma ndad o; e yo me qu ie ro yr , ca no qu ie roaqui es ta r quan do e l los v i n i e r en , ca m epregunta r ían los honbres por es to de muchas cosas en que yo no quer ia responder , ed igovos que d e aqu i ade la n te no d i ré an te

e l pueblo cosa s ino tan osc uram ente , que nosepan los ho nbr es lo que digo s ino quanclolo v ie re n» . Ass i d ixo M er l in , e V ter lo contótodo al rey, y el rey cuydo que se le ensañar la , e pesó le mu cho , e p reg untó le por dose fuera: «Señor, dixo Vter , yo no se mas»;assi quedo el pleyto, e Merl in se fue a Vber-lan da a "Braysen, por le con tar to das estascosas, e por l e dar m ate r ia pa ra su l ib ro , eassi estouo al l i fasta los seys dias qu e losm a n d a d e r o s v i n i e r o n , q u e c o n t a r o n a l r e yla marau i l l a de como e l caua l le ro mur ie ra ,e quantos lo oyeron , d ixeron que no au ia en

e l mu ndo tan sesudo hon bre como Mer l in ,ca nun ca le oyeron dez i r de las cosas queeran por ven i r , que no las v iessen e l asf iz iesse el esc reu ir ; e assi di xe ron tod os, epor ende fue eomencado el cuento de lasprofecías de M erl in de lo qu e dixo de losreyes de Ing la te r ra e de todas las o t rascosas onde fablo después; mas en este l ibrono d ize s ino lo que d ixo c la ramente , s ino vnpoco que d ixo a Yter .

CAP. L X X Y I . — Gom o Merlin vino a la corte

e le contaron la muerte del rico onbre.E n a q u e l t i e n p o e r a M e r l i n m u y p r i u a d o

de Pad rago n e de Vt er , e quan do d ixero nque metia en escr i to lo que dixesse, dixolo aBraysen , e Braysen d ixo : «¿Faran e l los t a ll ibro como yo?» «No, dixo Mer l in, ca el losno m ete rán en esc r i to en esa lo que no entendie ron fas ta que auenga»; y es tonce setorno M erl in a- la cor te , e q uan do el v ino ,contáronle todas las nueuas assi como si e lno supiesse cosa, y estonce comenco a dezirMer l in l as escuras pa labras onde se cont iene

en su l ib ro grande e sus p rofec ias , que honbre no puede saber has ta que las vea , e des - >pues d ixo M er l in a Pad rago n e a V ter mu c h o h o m i l d o s a m e n t e q u e lo s a m a u a m u c h o , eque qu eria toda su pro e tocia su ho nra , equanc lo el los v ie ron ass i hom i l la r , m arau i l l a -ronse mucho , e d ixeron que d ixesse lo quequisie sse, e M erl in d ixo : «Yo no vos quie roencobr i r cosa que vos deua dez i r ; miem brese-vos quan do echas tes los sansones de la t i e r ra ,e t an to que a l ia l l egaron , con ta ron la muer ted e A n g u y s a s u l i n a g e , e A n g u y s e r a e m p a r e n t a d o d e g r a n d e s h o n b r e s , e s u é n a s e p o r

v e n i r v e n g a r s u m u e r t e e p o r c o n q u e r i r e s t at i e r r a » .

CAP. L X X Y I I . — D e como Merlin dixo alrey e a su hermano como venían los sansones.

Quanclo el los esto oyeron, maraui l laronsemucho, e d ixeron: «¿Donde podran e l los auer

tan gran gen te que podiessen sof r i r l a nuestra?» Y el dixo: «No es assi , vn honbre buenoque vos auedes en a rmas han e l los dos ; e s ilo no f lz ie rdes sesu dam ente , des t ruy ros ha nla t ierra»; y el los dixeron: «Nos no farernoscosa s in vues t ro conse jo» ; y p re gu nta ronquando vern ian , y e l d ixo : «Quinze d ias anclados de junio; e ninguno no lo sabrá s inovos en vuestro reyno, e yo os def iendo que lono d igades a n i ng ún hon bre , mas fazed loque vos yo dixere: embiad por todos los r icoshonbres , e por todos los honbres buenos , efaze ldes mucho de a lgo e mucha honr ra , e

gran amor lo mas que pudie rdes , y e l losse rán con vos la pos t r imera semana de jun ioen e l campo de Sa labres , e ayuntad todovue stro pod er»; y el rey dix o: «¿Como assilos dexaremos apor ta r?» Y Mer l in d ixo : «Sime c rey erde s , a longadvo s b ien lueñ e de lar ibera de la mar, assi que el los no sepan quevos lo sabeys n i que vues t ras gen tes que sona y u n t a d a s , e p u e s f u e r e n a l o n g a d o s , e n b i a -reys vues t ras gen tes cont ra l as naos , y fa rans e m b l a n t e q u e q u i e r e n d e f e n d e r e l p u e r t oque no apor ten , e quando e l los es to v ie ren ,espanta rse han mucho , e vno de vos yra cone l los , y e l o t ro que dar a , e pa ra r vos hede stan cerca de l los , que los fa redes posar en e ll l ano sobre la r ibera de la mar , y pues queposaren , auran mengua de agua , ass i que losmas a rd idos auran gran cuyta , e dos d ias loste rneys ass i ; e a l t e rcero d ia os conba t i redescon ellos , e si lo flzierdes ass i, yo os digov e r d a d e r a m e n t e q u e v u e s t r a g e n t e v e n c e r á » ;y el los dix ero n: «Por la fe que tu d eues aDios , Mer l in , d inos s i mor i remos en es tab a t a l l a » .

CAP. L X X Y I I I . — Gomo Merlin háblaua conel rey e con su hermano.

E dixo Merl in: «No ha cosa que aya comie nce q ue no aya f in , n i ho nb re se deu eespanta r de muer te s i l a rec iue como deue ;ca todo hombre deue saber que ha de mor i r ,e q u e n i n g u n a r i q u e z a n o t e p u e d e g u a r d a r » ;e Pad rago n d ixo : «Tu me dexis te vna vezque sab ias m i m ue r te , e l a de aque l q ue teprouaua ; por ende te ruego que me d igas mim u e r t e » ; e M e r l i n d i x o : « Yo q u i e r o q u efagays t rae r l as mejores re l iqu ias que teneys ,

y que ju re ys ambos que fa reys de los cu er pos y de los aue res lo que yo os d ixe re qu e

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32 ' L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Svuestra pro sea; estonces os diré lo que viereque sera vuestra pro y que os es menester»;e assi como Merlin lo cliso, assi lo fizieronellos, y preguntáronle por que los hlzieraj u r a r .

CAP. LX X IX . — De como Merlin departió alrey & a su hermano que vno de ellos auiade .morir.

Merlin respondió al rey: «Tu me preguntaste de tu muerte, e que seria desta batalla;yo te diré ende tanto, que mas no me deuespregu ntar; vos ambos me jurastes que hariard.es mi mandado a vuestra pro, e yo vosmando que seades en esta batalla buenos eleales a Dios e a vos mismos, e yo vos enseñare como seays leales e buenos: primeramente manifestadvos bien, ca lo deuedesfazer agora mas que en otro tienpo, ca vosaueys a conbatir con vuestros enemigos, e silo assi flzierdes, como vos yo d igo, sabed q uelos vencered es, ea ellos no creen en la T rinidad, e vos creédesla, y demás es sobre lovuestro, e tomados aquellos que assi mu erencon Jesu Christo; e yo quiero que sepaysquedesde que la Trinidad fue comencada en estatierra, que nunca fue tal batalla; e vos mejura stes que fiziessedes vuestra pro e hon rra;e sabed que vno de vos conuiene que mueraay, y el que quedare de la batalla mandóleque faga vn cementerio el mas fermoso quepudiere, e yo ayudare; e tanto quanto laTrinidad durare? parescera lo que yo fare; eagora pensa d de ser buenos y de fazer biencon los cuerpo s e con los coracones assi comoos yo mande; y que podays yr ante nuestroseñor honrradámente; e sabed que vno devos morirá, e mas no os quiero dezir qual,porque seays ambos buenos, ca mucho voses men ester; e agora p ensad de hazer alegres coracones y buenos, y de fazer bien suhazienda vno contra otro, e assi auréys elamor de Jesu Christo»; e assi enseño Merlin a los hermanos, y ellos conoscieron que

les aconsejaua bien, e fizieron quanto les elmando, y entonces embiaron por sus ricoshom bres, y recibiéronlos mu y bien, e dieron-Íes de sus aueres, e rogáronles que se apa-rejassen de cauallos e armas; e ñzieronlosaber por toda la tierra, que la postrera semana de junio fuessen todos a la entrada delos llanos de Salabres, de contra la ribera deTamisa; y ellos dixeron que lo farian débuen grado, e assi passo el termino , e vino eldia que fue puesto, e los hermanos hizieronquanto Merlin les mando, e fueron tener sucorte por Pentecoste sobre la ribera de aquel

rio; e alli se ayunto el pueblo, e alli fueron

dados muy grandes aueres, y ellos alli teniendo su corte, llegaron las nueuas de lasñaues que eran en el puerto. E quandó elrei lo supo que vinieron en los onze dias dejunio, entendió que dezia verdad Merlin, yestonce mando a los perlados de la yglesiaque recibiesen los manifestados, e tomassen

la confession. E los de las ñaues descendieron, e tomaron tierra, e holgaron sobre laribera de la mar ocho dias, e al noueno diaarrancaron.

CAP. LXXX. — De como supo el rey quevemian los sansones sobre el.

El rey Padragan, quando supo las nueuaspor las esculcas que con ellos trayan quemouian ya, dixólo el rey a Merlin, y el ledixo qué era verdad; y el rey le preguntocomo haria; «Vos faredes o embiaredes ay demañ ana a Yte r vuestro herman o, con muygran gente, e quando viere que son bienalongados de la mar en medio de vos e deellos, llegúese a ellos, tanto que los hagapassar por fuerca; e de mañana, quandoquisiere mouer, vaya a ellos, e no aura e talque ose caualgar ni mouer; e assi lo fagados dias; y el tercero dia, desque el dia fuese claro, que vos vieredes vn drago bermejocorrer por ayre entre la tierra y el cielo queen señal de vuestro nombre, entoce vos po-dedes combatir seguramente, e sabed que

los vuestros vencerán el campo».CAP. L X X X I . — Como Merlin se partió del

rey e de Vter su hermano.

A esta h abla, no fueron sino Padra gon eVtér, que fueron ende muy alegres, e Merlin les dixo: «Yo me yre, e sed seguros delo que vos dixe, mas pensad de ser buenospor vuestras manos»; e assi se partieron todos tres; e Yter guiso sus gentes para se yrmeter entre mar e la hueste, e Mórlin le dixoen poridad: «Sed mucho ardid, ca tu no ayas

miedo de morir en esta batalla»; e quandoVter lo oyó, alegrosele el coracon; e Merlinse fue a Yberlanda a Blaysen, por fazer es-creuir todo este fecho; e los dos hermanosfizieron todo como les M erlin ma ndo .

CAP. L X X X Ü . — C o m o fueron desvaratadoslos sansones de Padragon e de Vter suhermano.

Metióse Yter entre las hueste e las naos,ca los hallo y- a lueñe de la ribera e n vn llanosin agua, e acuytolos, de guisa que los fizoposar; e assi los tuuo Yter apartados dos

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 33

días, e al tercer día vino el rey Padragon, eYÍO los de la hue ste que hizieron y a sus h azespor conb atír con. V ter , e quan do esto vio ,fizo fazer sus h azes; y esto fue fecho ay na ,ca bien sabia cada uno con quien auia detener; estonce se fueron llegando vnos con

tra otros; e quando los sansones vieron lasdos huestes, e vieron que sin lid no se podían tornar a sus ñaues, fueles muy mal; yestonce pareció el dragón bermejo por elayre , e corría por el, y echau a huego e llamapor la boca © por las narizes; y quando lossansones lo vieron, ouieron muy gran pauor;e Padragon e Yter dixeron a sus gentes:«Agora los vayamos a ferir, ca vencidos son,que todas las señales vemos que Merlindixo»; y el rey e los suyos se dexaron yr aellos qu anto los cauallos los p udiero n lleua r;e quando Yter vio que el rey yua a ferir, el

fue a ferir de su par te ta m bién , o mejor; eassi se comeneo la batalla de Salabres, e yono vos quiero dezir quien lo ñzo mejor nipeor; mas después que la batalla fue comen-cada, sabed que Padragon fue muerto, eotros muchos honbres buenos con el; y el libro cuenta que Vter venció la batalla, y quemurieron muchos de los suyos, e mas de lossansones no quedo ninguno que todos nomuriessen en la batalla y en la mar; e assise acabo la lid del canpo de Salabres, e Y terquedo en el canpo, e fue señor del reyno; ealli hizo todos los cuerpos de los christianos

ajuntar en vn lugar, e cada vno truxo a suamigo, e Yter hizo a y traer a su herm ano,e fizo ay traer monumentos para todos, ehizo escreuir sobre cada vno su nonbre; ehizo hazer el monumento de su hermanomas alto que los otros, e dixo que no escre-ueria ende su nombre, ca mucho seria locoel que lo viesse, que no supiesse que era elseñor de aquellos que ay estaua; y estoncequedo Yter por señor de la tierra, e fuessea Lon dres con todos los perlados de la san ctayglesia; e hizose coronar e sagrar; e fue reydespués de la muerte de su hermano. Y de

aquel dia en quinze dias vino Merlin a la corte de Cardoyl.

C.u\ LXXXIII . — Como Vier fue llamadoVter Padragon por consejo de Merlin.

En gran manera fue alegre el rey Ytercon Merlin, y Merlin dixo: «Yo quiero quetu digas todas las cosas e todas las señalesa tu pueblo que te yo ante dixe que teauerna en esta batalla, e como hize jurar ati e a tu hermano»; e como lo Yter conoscio

todo, fuera el Dragón, de que no supo cosa,ca lo no dixera Merlin sino a Padragon enLIBROS DE CABALLERÍAS.—-3

poridad , pero bien viera e l dragón correr porel ayre; e pues Yter todo esto contó, dixoMerlin que el dragón viniera a buscar lamuerte del rey «e la tu ventura, e sabed quePadragon ouiera nonbre de baptismo Prede-rilicos (ambrosia), m asías ge ntes de tierr a de

Londres le pusieron nombre Padragon, porque traya en su seña vn dragón, e por endele pusieron este nombre, que nunca lo después perdió, e yo quiero que ayas aquelnombre por batalla que venciste; e por eldragón que se te demostró e por amor de tu.hermano; e desde oy mas, sera tu nombreYte r Padrago n; e manda hazer dos dragonesde oro, y el vno dellos faras poner en layglesia de Cardoyl y el otro faras lleua r e nbatalla campal quando fueres».

CAP. LXXXIV.— De como Merlin e/mhio aIrlanda por las piedras para fazer las sepulturas.

E fizóse llamar el rey Yter Padragon porconsejo de Merlin, e assi señoreo los ricoshombres, e la lealtad de Merlin y el buenconsejo q ue dio a los her m an os, e assi fueMerlin prouado por Yter Padragon; y el reyPadragon estuuo en su reyno, e touolo enpaz; estonce le dixo Merlin: «¡Como! ¿Xofaras tu mas a tu hermano que yaze muertoen Salabres?» E Padragon dixo: «Amigo,¿que quieres que faga? ca luego sera hecho sies cosa que pueda ser fecho por honbre»; eMerlin dixo: «Conuiene que tu quieres tujuram ento , e yo mi palabra, ca yo te dixeque faria tal cosa por que siempre duraría»,e Yter Padragon dixo: «Yo esto presto parahazer lo que tu quisieres»; y Merlin dixo:«Embia por vnas piedras grandes que ay enIrland a, e yo las mo strare [a ] aquellos que porellas fueran»; estonces aparejo el rey ñauesy gentes muchas, y enbio alia; y Merlin fuecon ellos,- e m ostróles v nas pied ras luen gase gruessas; e quando las ellos vieron, to-uieronlo por gran marauilla, e dixeron quetodos los del mundo no podrían vna boluer,«ni tales piedras, dixeron ellos, no meteremosen ñaues sobre mar»; y Merlin dixo: «Si vosestas no podedes lleuar, en vano venistesacá, ca no lleuaredes ende otras». Estoncesse tornaron al rey, e dixeronle la gran marauil la que les mandara hazer, ca les mandara traer tales piedras, que cada vna seratamaña como vna peña; e l lamauan aquellugar do las piedras estauan: la corona de losjayanes, e por verdad los jayan es las ech aronen otro tienpo ende por cobrir los cuerpos

de los reyes que en la tierra ouiesse, e nopodría ninguno dentro echar si no mouiessen

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84 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Svna piedra ele aquellas, que eran atan altase tan pesadas, que ninguno no las podíamouer por fuerca de gente, si por arte no; yel rey dixo a Merlin lo que su gente dezia,e Merlin dixo: «Pues que todos me fallescie-ron, yo cumpliré lo que prometi».

CAP. L X X X Y . — Como fueron puestas laspiedras en el cementerio de Salobres..

Estonce hizo Merlin traer las piedras deIrlanda por arte, aquellas que l lamauan lacorona de los jayanes, que agora son en elcementerio de Salabres; y el rey las fue ver,y l leuo consigo gran gente que viessenlasmarauillas de las piedras; e quando las vieron, dixeron que todo el mund o no podríamouer vna piedra, y de mas metellas enñaues ; mucho se marauillaron como Merlin

las podría hazer venir; ninguno no lo viera. ni lo supiera. Y Merlin dixó que mejor parecían e rguidas que no ten dida s, e dixo: «Agoravos tirad afuera, que yo las erguiré»;. y elrey dixo: «Esto no podría ninguno hazer.según es m i pensam iento, sino Dios»; e Merlin. dixo: «Verlo hedes, e assi me quitare delo que prom eti a vuestro herma no» . Y estoncecargó M erlin las pied ras, qu e son agora en elcementerio de Salabres, e serán en quanto elmundo durare; e assi quedo aquella obraacabada por el seso e por la sabiduría deMerlin, y el quedo con el rey, é seruiolo

mucho tiempo-, e amoló mucho, tanto quebien supo Merlin que auia su.amor derechamente e que le creya de quanto le dezia.

CAP. LXXXYI.— Como Merlin fablo con elrey Vler sobre fazer la Tabla R edonda.

Agora dize el cuento que vn día auino queMerlin saco aparte a Yter Padragon, e di-xole: «Rey, a mi conuiene que vos descubrala mayor poridad y el mejor consejo que yoen el mundo se, e yo veo que esta tierra esvuestra, e que ningún honbre no puede sermas señor de su rey no qu e vos; e por estoos quiero dezir vna cosa y que no seadesmalo de tem er»; e dixo el rey : «Toda cosaque me digades,-yo la creeré e fare todo mipoder»; y Merlin dixo: «Señor, si vos qui-sierdes fazer lo que vos yo mostrare, el preze la honrra sera vuestra; que yo os quieroense ñar ta l cosa a fazer, que poco vos costara;e por que mas auredes el amor de Dios si lafazeys». «Agora, dixo Yte r Pad rago n, dezid,ca ya cosa tan estraña no direys que porhonbre pueda ser hecha, que la yo no faga»;y estonces dixo Merlin: «Yo no vos diré cosaestraña, mas ruegovos que tengays poridad,

ca yo quiero que la pro y el grado de nuestroseñor sera todo vuestro»; y el rey lo otorgoque nunca lo dirá; y estonce dixo Merlin alre y: «Señor, vos sabedes bien que yo se todaslas cosas hec has e dichas y pe nsad as, e quieroque sepades que esto se yo por natura deldiablo; e nuestro señor Dios me dio seso yentendimiento que snpiesse todas las cosasque auia de venir, e por esto que vos en talguisa mostré, me pidieron los diablos, eagora podredes saber donde he el poder delas cosas que hago e digo; e agora te quierodezir lo que sé».

CAP. LX X X V IL— Com o M erlin ordeno quese fixiesse la Tabla Redonda.

«Señor, vos deuedes bien saber que nuestro señor vino en tie rra por saluar el pueb lo,

y que en dia de la cena comió con sus discípulos; e ácáescio que nuestro Señor tomomuerte por nos, e vn cauallero le pidió; efueló dado el su cuerpo en gualardon de susoldada; e nuestro señor llamo mucho, quequiso que le fuessedado; y el cauallero sufriódespués grandes trabajos, y después, a luengos tienpos que nuestro señor fue resuseitado,auino que aquel cauallero fue en vna tierrayerma con gran pieca de su linage, e vn granpueblo con el; e fue assi que les virio vnagran hambre, y el rogo a nuestro señor quele mostrasse que por que que ría qu e sufriesse

atan gran lazeria; e Jiuestro señor mandóleque fiziesse vna mesa en nonbre de aquellaen que el estuuiera a su cena con sus apostóles, e mandóle que pusiesse en ella vasoque el traya, y que lo cubriesse de pañosblancos de xamete; e aquel era el sanctoCirial, y el que aquella mesa pusiesse, essahora auerian cumplimiento en su coracon detodas las cosas; y en aquella mesa auia siempre vn lugar vazio, que signiñeaua el lugarde Jud as, el que comiera a la mesa con núe s-'tro señor quando le dixo nuestro señor: co ntigo come e b&ue el que me traerá^ e aquel

fue partido de la compaña de Jesu Christo,e su lugar quedo vazio fasta que nuestroseñor assento otro honbre que auia nombreMatia, por cunplir el cuento de los dozeapostóles, que assi son dos mesas fechas aplazer de Dios; e'si me quisierdes creer, vosharedes la mesa tercera en nonbre de lasanta Trinidad, e yo vos prometo que, si lohízierdes, que gran pro vos ende verna, ehonrra al alma e al cuerpo; e tales cosasende vernan, de que vos marau illaredes m ucho, e sera vna de las cosas del mundo ondelos buenos mas hablaran, ca mucho aura

Dios dado gran gracia aquellos que ay fue-

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ren ; y es ta mesa aura nonbre tabla redonda ; e d igovos que las gen tes que aque l vasoguardaron , fueron por vo lun tad de Dios cont ra occ iden te , e , s i me qu is ie rdes c reer , ha -redes lo que vos d igo e ay na aure des p lazer .»

CAP. L X X X Y I I L — Gomo Merlin ordeno enque lugar se firáesse, la tabla redond a.

Merlin fablo assi con el rey, e a l rey plugomu cho de l lo , e d ixo : «Yo no qu ie ro qu e nue st ro señor p ie rda cosa que sea a su vo lun tad ,e qu ie ro que sepa que yo me meto en tupoder , e que me no mandeshazer cosa que yono ha ga , s i es cosa que pu ed a» ; e assi eci ioel re y el ple yto sob re M erl in , e fue end emuy a legre , e Mer l in l e d ixo : «Si vos p lazequesto sea hecho ¿do quereys que sea hecho?»y el rey dixo: «Do tu quisieres , e do entendie

res que se ra mas a p lazer de Jesu Ohr i s to» .Mer l in d ixo : «Nos lo harem os en Card a in oen Graiaz; e a l l i hazed ayuntar a vuestro pueb lo en d ia de Pontéeos te , y vengan caua l le -ros y du eñas , e vos gu isa redes como los rec i -bades b ien , y como seades muy a legre , ecomo dedes grandes dones ; e yo yre an te quevos, e haré la mesa , e vos me daredes gen teque hagan lo que yo mandare . E quando vosy e l pueblo fuerdes ayu ntad os , yo escogerélos que ay au ian de se r» .

CAP. L X X X I X . — D e como fue fecha epuestala tabla redonda.

Fue fecha la t ab la redonda en e l t i enpo deYter Padragon , y e l rey d ixo a Mer l in , des pués que sus gen tes fueron l l egadas : «Yosdez iades verd ad , e agora se -b ien que nu estro señor quiere que esta tabla sea fecha,mas yo me marau i l lo de l lugar vaz io , e quer ía vos rogar que me d ixessedes de qu i en au iade conpl i r aque l lug ar» ; e Me r l in d ixo : «Tanto vos puedo yo dezir , que no sera conplidoen nues t ro t i enpo , ende aque l que ha de se rpa are de aque l que e l lug ar h a de cunp l i r ;e aun no ha yaz ido con muger , e conuernaque aque l que es te lugar ha de cunpl i r . quecunpla después e l lugar de la mesa do es e lsanc to Gr ia l , ca los que lo guardan nunca lov ie ron cunpl ido , n i es to no se ra conpl ido envues t ro t i enpo , mas en e l t i enpo de l rey quever na después de vos , y ruegovo s que enes ta v i l l a hagades vues t ra cor te t res vezesen e l año»; e d ixo que lo fa r ia m uy de grado .E Mer l in d ixo : «Yo me yr e , e no me vér s eles deste gran t ienpo»; y el rey dixo a Merl in: «¡Como! ¿no seredes vos ay cada que yohizier e m i corte?»; e dixo el : «No, que yo

q u i e r o q u e l o s h o n b r e s , q u a n d o v i e r e n l a scosas que h an de ven i r , q ue no d iga n quelas yo h ize» .

CAP. X O . — Como los camilleros dixeron alrey que prouasse la silla peligrosa.

A s s i s e p a r t i ó M e r l i n d e Y t e r P a d r a g o n ,e fuesse a Yiuer landa a Blaysen , e d ixo letodas estas cosas e lo que pasara de lo de lamesa , e o t ras m uch as cosas que veredes ensu l ib ro ; e ass i es tuuo m as de dos años q ueno v ino a l a cor te , e aque l los que no amanana e l n i a l rey , que b ie n lo m os t rau an cadaque podían , v in ie ron a Cardoi l a l ve j a v n acor te que h izo en d ia de nau idad , e d ixeron:«¿Que es esto, o por q ue no esta alg ún ho nb rebuen o en aque l lu ga r , e ass i se ra l a mesaconplida?» Y el rey respondió e dixo: «Mer

l i n m e d i x o d e a q u e l l u g a r v n a g r a n m a r a -u i l l a ; que n ingún hombre no podr ia se r enmi t i empo, e que aun no e ra nac ido e l queauia de se r» ; y e l los l e fab la ron fa l samente ,ca era n falsos: «E ¿como seño r cree ys voses ta marau i l l a , e cuydades vos que mejoreshonbres verhan después de vos que nosagora somos en vue s t ra t ie r ra?» Y e l rev d i xo :«No se y mas , s ino Mer l in que me d ixo es toque os digo» , y el los dix ero n: «Agora noua le ys nad a s i no lo p roua des» ; y e l rey d ixo :«JSTO lo p rouare agora , ca mas paresce queme se r ia mal , y que Mer l in se enoja r ía por

el lo»; y el los dixeron: «r íos no dezimos quelo proueys agora , mas dea i s que Mer l in sabequanto los honbres fazen e dizen, y imites sabelo que agora nos del dezimos y de su obra,verna s i es b iuo , y en tonces prouaremosaque l lugar por l a g ran ment i ra que e l d ixo ,e s i no v in iese de aqu í a Pen tecos té s , t eñopor b ien que nos la p rouaremos muy de gra do, ca muchos honbres buenos ay en vues t ror e y n o , d e v u e s t r o l i n a g e , q u e l a p r o u a r a nde grado , y vereys como se podra a lguno sa c a r » ; y el rey dixo: «Si no pensasse quepesa r ía a M er l in , no ha cosa en e l m und o

qu e ma s ele gra do fiziesse»; y ellos dix er on :«Esperad a Mer l in , e , s i no v in ie re , ce r ta r lohemos nos», y el rey lo otorgo, y estoncefueron e l los m uy a le gre s , e cuyd aron quep u s i e r a n m u y b i e n .

CAP. X C I . — Cómo fue prouada la sillamilagrosa por vn ecvuaüero, e murió.

Quedo este pleyto assi fasta el dia ele Ventéeoste , y el Rey f izo saber por toda la t ier ra que v in iessen a su cor te , y Mer l in , que

todas las cosas sab ia , d ixo a Blaysen que noyr ia ay , porqu e au la n a p robar e l luga r , e

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36 LIB R O S D E Cque mas q ue da que lo prquassen por su malseso e por lionbre malo, que por el suyo ede honbre bueno, ca si el fuesse, e dirán, luego que no fuera sino por los destoruar, e poresto no quiso alia yr, e atendió fasta quinzedias después de Pentecoste. Y el rey, e gran

gente con el, vinieron a Cardoyl. B aquellosque auian de prouar el lugar, hizieron nue-uas de suyo que Merlin era muerto, e quelo mataran villanos en vn monte, e tanto hizieron dezir e dixeron, que el rey mestno locuydo, e lo mas porque el daua tanto, queno cuydaua que süfriessen que aquel lugarfuesse prouado; y el rey fue en Cardoyl enbispera de Pentecoste. y pregunto aquellosque querian proua r el luga r que el que ria ser;e vno que era mas priuado del rey, que comentara este plej^to, dixo: «Señor, no quieroque otro sea sino yo»; y el era de gran lina-

ge, e rico hombre, e poderoso en la tierra; yel rey fiziera ay venir caualleros, e clérigos,e honbres buenos e villanos; tanbien cuida-ua que Merlin viniesse; después vieron queno venia Merlin, dixo aquel cauallero queel queria ay ser, y estonce fue a la mesa dolos caualleros estauan, e dixoles: «Yo vengocon vos ser por vos hazer conpañia»; y ellosno fablaron cosa, ante esttiuieron muy callados e m uy hum ildes; miraron que queriafazer; y el rey e muchas gentes estauan allillamadas; e aquel dia passo por los caualleros, e fuesse a sen tar en el lug ar vazio. E

tanto que se assento en la silla, hundiósecomo si sumiera en agua, que ninguno dequantos ay estauan no supieron que fueradel; e quando sus parientes vieron que assise ediera, quisieron ay assentar por se perder con el por el duelo que del auian; y elrey mando a los honbres buenos que se le-\iantassen de la mesa, e assi no sabrian qualera el lugar; y ellos leuantaronse ende luego , y el duelo fue muy grande en la corte;y el rey se tuuo joor engañado, e dixo queante lo dixera e que no le quisieron endecreer.

CAP. X C II . — Como Merlin vino a fablar conel rey e le consejo que fixiesse.

E assi se escuso el rey, e a los onze diasde Pentecoste vino Merlin, e el rey fue endemu y alegre y salió contra el, y tanto queMerlin vio al rey, dixo: «Mal fezistes destelugar que dexastes prouar aquel cauallero»;y el rey dixo: «El nos pensó engañar, y elengaño fue sobre el». Merlin dixo: «Assiauieñe a muchos, que piensan engañar a

otre y engañan a si, y dezian que villanosme m ata ran »; y el rey dixo que assi lo

dixeran. E Merlin dixo: «Agora sed biencastigado, que no prouedes este lugar, ca yoos digo que os puede venir ende mal; ca ellugar e la mesa es gran significanca e muyalta, e ay verna della mucho bien a estereyno»; e después preguntóle Vter Padragon

que le dixesse, si le plazia dezir, que fuerade aquel que e stuuiera en el lug ar, ca mucholo tenia por gran marauilla, e Merlin dixo:«No vos tiene pro de preguntar, ni va cosaque lo sepades, e mas p ensad de aquello quecomencastes e de lo mantener lo mas honradamente que podierdes, e hazed algo en estavilla por amor de la tabla redonda, ca biensabedes, por la prueua que vistes, que hamenester que la honredes; e yo yrme he, evos fazed lo que os digo»; y el rey dixo quetodo lo faria assi. E assi se partió Merlin delrey e se fue; y el rey mando fazer en la villa

cosas gran des y fermosas en que tuuie ssensiempre su corte, y fizo saber por toda sutierra que estas tres fiestas tenia siempresu Cardoyl: por la nauidad, y el dia dePentecoste, y el dia de todos sanctos. E assifue vn gran tiempo que üiuo alli su corte,como en costunbre auia.

CAP. XCIIL— Como el rey Vter se enamorode Iguerna.

E assi auino que el rey Vter Padragonenbio por sus ricos honbres, y embioles adezir que, por su amor e honrra, que tra-xessen ay consigo a sus mugeres; e assicomo el rey lo mando, assi lo fizieron ellos;e sabed que ouo ay gran conpañia de caualleros e de dueñas e donzellas, mas nodeue lumbre contar, ni puede, todos los queay fueron, mas contarvos e de aquellosdonde mi cuenta fabla. E por ende quieroque sepays que el honrado duque de Tintu-guel fue ay, e lleuo su muger Iguerna, etanto quanto que Yter Padragon la vio,amóla mucho, pero no le mostró ende cosa,sino que la miraua muy de grado, tanto queella lo entendió, e se auino al p leyto; e enaquellos dias vino antel lo menos que pudo,ca era muy buena dueña y amiga de su marido; y el rey, por su amor, embio donas atodas las dueña s; y embio a Igu ern a aquellasque vio de que mas se pagaria, y ella supoque enbiaria donas a todas; e por esto norecelo de tomallas, e tanbien entendió queel no enuiara a las otras sino porque lastomasse ella las suyas. E assi tuuo Vter Padragon aquella corte tan cuytado de amor,que no supo qué hiziesse, e rogo a todos los

caualleros que fuessen con el por Pentecostey traxessen sus mugeres; assi lo otorgaron.

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B A LA D K O D EL S A B IO M EP vLIN 37

CAP. XCIV.— Be como el rey Vter Padragondio donas a todas las dueñas por amor deIguerna,

E assi se fueron , e quan do se ouieron eleyr, el rey fue con el duque de Tintugueltina gran pieoa, e honrrolo mucho, e al partir cliso a Iguerna: «Señora, tanto quieroque sepades que leuays el mi coraeon»; ellahizo semblante que no lo quéria entender, yel rey despidióse, y el duque se fue con sumuger. y el rey quedo en Cardoil y confortolos hombres buenos que a la mesa estauan;mas como quier que al entendiesse, todo sucaracon era en Iguerna, y assi se sufrió todasu cuyta fasta Pentecoste; e a este día losricos honbres e las dxieñas auian de venir ala corte, mas mucho fue alegre el rey quandovido a Iguerna, e dio gracias a Dios, e dio

much as donas a d ueñas e donzellas e a caua-lleros. E quando quiso comer, fizo sentarante si al duque, e fizo tanto, por sus presentes y por su catar, que ella entendió quela queria mucho, e pesóle mucho dello, masconuinole sufrillo; e assi supo Iguerna quela amaua el rey. T el rey fizo en aquellafiesta mucha honrra a los ricos honbres y aIguerna; e quando la fiesta passo, despidiéronse, y el rey les rogo que viniessen a sucorte assi como era puesto, y ellos lo otorgaron que assi lo farian; e assi se partió lacorte; y el rey sufrió cuyta fasta que lo dixo

a dos sus priuados, y ellos dixeron: «¿Quequeredes vos que fagamos en esso, que cosano pediredes que nos ay no fagamos?» Y elrey dixo: «¿Gomo la podria yo hauer? mas sifueredes do ella es, entendérnoslo han lasgentes, e seremos ende profanados»; y elrey les pregunto que consejo le dauan; yellos le dixero n: «El mejor consejo que nossabemos es este: que embiedes dezir a vuestros ricos onbres e eaualleros que queredeshazer muy gran corte, y que vengan guisados de estar ay quinze dias, y que traygana sus mugeres. Y assi podeys ver a Iguerna

gran pieea a vuestro plazer, e de fablar conella vuestro amor». Mucho pareció derechoal rey lo que los sus priuados dezian, y embioa dezir a sus ricos honbres e eaualleros quefuessen todos en Cardoil con el por Pascuaflorida, y que truxessen sus mugeres; y queviniessen guisados de estar quinze dias conel ; e assi lo fizieron como el rey mando.

CAP. XCY.— Como Vlser consejaua al reysobre los amores de Iguerna.

Aquella pascua tomo el Rey corona, e diomuchos dones a sus ricos honbres y eaua

lleros, y a sus dueñas e donzellas, e a todosaquellos que entendió que seria bien empleado, e fue alegre el rey aquella fiesta, ehablo con vn escudero suyo en que se fiauamucho mas que en los otros e auia nonbreYlser, e dixole el grande amor que auia deIguerna, que pensaua morir si no ouiessealgún consejo. E Ylser dixo: «Señor, malseso es que cuydades por vna muger morir,ca yo oy dezir que toda muger, si es demandada e seguida, a que honb re pueda fazersu voluntad, como dar donas e honrrar aquellos e aquellas que con ella vienen, e a losque ella ama, e de fazer e dezir toda suvoluntad a cada vno lo mas que pudiere,nunca oy fablar a muger que contra esto sepudiesse defender, si honbre pudiesse conella hablar cada vez que quisiesse. E vos,que soys rey, os desconfortays». Y estonces

dixo el rey a Y lser: «Bien d izes, e sabesbien lo que conuiene a tal cosa, e ruegoteque me ayudes en todas guisas que pudieres , e toma de my auer lo que quisieres,e dalo assi como dizes, e cunple a cada vnosu plazer, e fabla con Iguerna como vieresque mas muestre»; e Ylser dixo: «Agoradexad, que yo haré ay todo mi poder».

CAP. XCYI. — Como Vlser hablo con Iguernapor mandado del rey,

Ylser dixo al rey, a Uter: «ISTo guarda

derecho ni razón de mesura, e pues assi es,aued gran de am or con el du qu e, e fazeldeconpaña, e honrraldo en guisa que ayadessu amor lo mas que.pudierdes. E yo pensarede fablar con Iguerna»; y el rey dixo queesto bien sabia el fazer; y assi lo fablaron.Y el rey fizo gran fiesta, y el duque siemprefue en su conpañia, e fizo e dixo quanto elquiso, e dio muchas donas, y el e su compaña; e Ylser fablo con Iguerna, e dixoleaquello que el entendió que mas le plazeria;e traxole por muc has vezes ricas donas, yella se defendió ende, e no quiso cosa hablar.

Assi que vn dia auino que Iguerna sacoaparte a Ylser, e dixo: «Ylser ¿por que mequeriade s da r estas donas?»; e Ylser respondió: «Por vuestro gran merecer, e por vuestra gran bondad, por vuestro gran donayre.E yo, señora, no vos podria dar ende cosa,e todo el auer del reyno es vuestro parafazer del toda vuestra voluntad». Y elladixo : «¿Como?» Y Ylser dixo: «Porque vosaueys el coraeon de aquel cuyo el es, y elsu coraeon es vuestro; e por esta razón todaslas sus cosas son en vuestra merced». EIguerna dixo: «¿De qual coraeon me lo dezi-

* des?» E Ylser dixo: «Del rey»; e ella leuanto

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3 8 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

la mano e s ignóse, e c l iso: «¡Ay Dios, copioson los reyes t ra idores ! ca es te faz sen-b lan te de mi señor amar por me escreu i r ; eagora te d igo que jamas te auenga que es tominea me d igas , ea b ien sabe que lo d i ré ami marido; e , s i lo sabe, no ay al s ino tu

muer te ; e yo no lo encobr i re mas des ta Tez»;e Vls er d ixo : «Es to se r ia in i ho nr r a , mo r i rpor mi señor ; ea yo nunca v i muger que sedefendiesse e le auer rey por amigo , que masla amasse que a s s i , n i e l , mas cuyda que lodez id es por in f in ta ; du eña , por Dios , auedm erc ed de l rey vue s t ro señor e de vos me sma .que , s i a ss i fuesse , que quedaredes de l auergran merced ; e b ien vos verna ende , ca vosn i e l d uq ue no vos podedes defender cont r a v o l u n t a d d e l r e y » . E I g u e r n a r e s p o n d ió : «Si Dios qu is ie sse , yo me defenderéb i en , qu e jam as no se ré en lug ar do e l me

v e a » .

C A P . X C V I L — Como el rey enbio vna copade oro a Iguerna que el mucho quería.

Par t ido Vlser de Iguerna , e fuese a l rey ,e contó le quanto le d ixera Iguerna ; y e l reyd ixo : «Ass i deue responder buena dueña , en o se ven cer t a n pres to » . T es to fue onzedias después de Pentecos te , que e l rey es tauaa la missa y e l duque con e l ; y e l t en ia an tesi vna muy r ica copa de oro e muy fer-mosa , e Vlse r h inco los h ino jos an te e l Rey ,

e d ixo : «Señor , enb iad es ta copa a Iguerna ,e dez id a l duque que le mande que la tome»;y e l R e y d ixo : «Bien d ix i s tes» ; e Yls e r seleuanto, y el Rey fue muy alegre, e c l ixo al .d u q u e ; « V e d e s a q u i v n a m u y h e r m o s a c o p a ,m a n d a d a I g u e r n a v u e s t r a m u g e r q u e l atom e e que beua con e l la» ; y. e l duque res pondió ass i como aque l que no en tendían i n g ú n m a l , e d i x o l e : « R e y s e ñ o r , g r a n d e sm erce des » ; y e l l a tomo m uy de grado , el l amo a vno de sus caua l le ros que au ia non-br e Bre te l , e d ixo : «Tom ad es ta copa e l euad-la a vues t ra señora de par te de l rey» . E Brete l tom o la copa , e fue a l a cám ara do Igu ern acomia , e h inco los ynojos an te e l la , e d ixo le :«S eño ra, e l re y vos enbia esta copa, e m is e ñ o r m a n d a r o s q u e l a t o m e y s , e q u e b e u a -des con e l la por amor de l rey » . E quand oe l la oyó es to , ouo muy gran pesar , y ember mejec ióse , e no oso resce la r de tomar lacopa, e tomóla, e beuio con el la por amorde l re y , e ouo m uy gra n pesa r , e l a copafue ra l l en a de v ino ; e, desque ouo beu ido ,d ixo a Bre te l que la Ueuasse a l rey ; e Bre te ld ixo : «Mi señor vos manda que la tomedes» ;y e l re y se lo rogo en de m uch o; e quan doe l la v io que ass i e ra , tomo la copa , e Bre te l

to rno a l rey e d ixo que se lo agradesc iam u c h o ; m a s e l m e n t i a e n e s t o , q u e n o . l edixo cosa.

CAP. X C V I I I . — C om o el duque fallo tristea Igtierna su muger.

T u u o m u c h o e l r e y q u e v e r n i a g r a n b i e nporque Iguerna tomo la copa , e Vlse r fue a lpa lac io do Igu ern a comia con o t ras due ñas ,por ver e l con t inen te que haz ia ; e fa l ló lam u y s a ñ u d a e p e n s a n d o ; e d e s q u e l e u a n t a -ron las mesas , l l amo a Vlser , y d ixo le ; «Porgran t rayc ion me embio vues t ro señor l acopa , mas sabed que no ganara ay nada , cayo le haré caer e ras en gran vergüenza an teque el dia salga, ca diré a mi señor la t raycion con que el e vos andades»; e Vlser respondió : «So soys vos ta n sandia que ta l cosa

d ixessedes a vues t ro señor , ca vos guardare -des ende b ien » . Y e l la d ixo : «Mal ven gae n d e a q u i e n s e g u a r d a r e » . E s t o n c e se p a r t i óVlser del la y se fue para el rey, que se le-u a n t a u a d e c o m e r , e a n d a u a m u y a l e g r e ; etomo a l duque por l a mano, e d ixo le : «Vayamos a ver l as dueñas» ; y e l d ixo : «Plaze-m e » . Y fueron a l pa lac io donde Iguerna comia e l as o t ras dueñas , e fueron a l ia muchoscaua l le ros por ver l as dueñas ; mas Iguernabien supo que no yu a a l ia e l rey s ino porel la , e sufr ióse todo aquel dia; e a la nochefuesse para su posada , e quando e l duque

al l i fue, fa l lóla l lorando e faziendo gran duelo , e marau i l lose mucho por que lo haz ia , etomóla en los bracos como aquel que la ama-ua mucho , y p reguntó le que au ia ; y e l la d ixoque quer ia se r muer ta ; y e l duque se mara-ui l lo y preguntóle por que; y el la dixo: «Novos lo encubriré , ca no es cosa para enc u b r i r » .

CAP. X O I X . — De como Iguerna dixo al duqueque el rey la amaua.

«Sabed que e l rey me qu ie re g ran b ien , &todas estas cortes que vos vedes que faze, nolas haze s ino por m i , e todas es tas due ñas quefaz venir , no es s ino por razón que me tra-yades, que bien de la otra vez lo se; e s iempre me defendí de l e de sus donas tomar , eago ra fezis tesme vos tom ar la copa, y em-bias tesme dez i r que beu iesse con e l la poramor de l rey , e por es to quer r ía se r muer ta ,E porque no me puedo defender de l n i deVlser su conse je ro , e por ende me rece lauaque, s i vos lo dixesse. que vos no poclr iadesde l par t i r s ino mal ; e ruegovos como a mi

s e ñ o r q u e m e t o m e d e s a T i n t u g e l , c a n oquie ro es ta r mas en es ta v i l l a .»

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B A L A D R O D E L

CAP. 0.— -De como el duque se fue conIguema su muger.

E l duqu e , quand o esto oyó que e l rey ama na muc ho a su mu ge r , fue tan sa ñud o , queno podia mas , y embio por sus e aua l le rosenc ubie r tam ente , e d ixo les : «Apare jad vos en

c o m o c a u a l g u e m o s l o m a s e s c o n d i d a m e n t eq u e p u d i é r e m o s , e n o m e p r e g u n t e y s p o r q u efasta qu e yo os lo d iga; e no l leu ede s cosade lo vuestro s ino dos caual los e armas; yl leuar lo han de mañana em pos de nos , e yoquiero q\ ie e l rey no lo sepa como nos ymos».E assi como el duque lo dixo. assi fue todoh e c h o ; e c a u a l g a r o n l o m a s e n c u b i e r t a m e n t eque pudie ron , e fueronse para su t i e r ra , e ala m añ an a fue gra nd e la Sue l ta en la v i l l ade los que qu eda ron , e adereca ronse de y rem pos de l los .

CAP. C I . — Como el rey entro en consejosobre la y da del duque.

Otro d ia , quando e l rey supo que e l duque se fuera ass i , fue muy sañudo , y embiopor sus r icos honbres e d ixo les l a desonr raque e l duque le f i z ie ra ; y e l los se marau i l l a -ron mucho por que f iz iera ta l locura; e ninguno del los no sabia por que el duque lof iziera , n i comd lo pud iesse en ten de r . T elrey les dixo que le consejassen como ouiesseo n m e n d a m i e n t o ; e c o n t o l e s q u a n t a h o n r a equanto amor le f i z ie ra . mas que a n inguno

de los o t ros . Y e l los d ixeron que se marau i -llauan por que^lo fiziera, y el rey dixo: «Yoembiare a e l , s i os parece , que me venga aenmendar e l tue r to que me f izo , y que setorne assi como se fue por me fazer derecho»;e a este consejo se otorgaron todos, y enbioel rey dos honbres buenos, y el los fueron ald u q u e , e d i x e r o n l e e l m e n s a j e , e c u a n d o e lduque oyó que au ia de yr como se fuera ,luego en ten dió . que lo dez ia porque l l éuassea Igu ern a , e d ixo a los mensa je ro s : «Señor e s , dec id a l rey que yo no to rnare a sucor te , que tan to tuer to me f izo , que yo nun

ca en t ra re en su poder , mas que pongo aDios por jue z en t re m i y e l , que sabe b ienque tanto mal me f izo por que ño lo deuo tener j am as por señor n i a m ar , e yo no vosd i ré agora mas» . E con ta l recaudo se par t i e ron los men sa je ros de l , e d ixero nlo ass ia l r e y .

CAP. O H . — D e como el duque ouo consejo consus vassallos sobre el hecho de su muger.

Lue go, embio e l duq ue por sus vassa l los e

pr iuados , e d ixo les l a razón por que par t ie rade Candoil e la deslealdad en que el rey ai t -

S A B I O M E R L I N . 39

daua con su muger ; e quando e l los lo oyer o n , m a r a u i l l a r o n s e m u c h o , e d i x e r o n : « E st ono puede se r , e b ien deu ia mal receb i r qu ient a l t r a y c i o n b u s c a u a » . Y e l d u q u e l e s d i x o :«Señores , yo vos ruege por Dios e por vuest r a ho nr r a , e por lo que de uey s fazer , quem e ay ud ey s a defender m í t i e r r a s i e l rey m equis ie re hazer guer ra» . E todos d ixeron avna que es to har ían e l los muy de grado , ep o r n i a n a y l o s c u e r p o s e l a s h a z i e n d a s .

CAP. C I I L — C om o el rey embio a desafiaral duqite, .y el duque puso su muger .enTituguel. •

Aconsejóse el duq ue co n sus vassal los , ye l re y , quando oyó e l m and ado , rogo a susr icos honbres que le ayudassen a vengar sugran tuer to e l a desonr ra de su cor te , y e l los

t u u i e r o n a l d u q u e p o r m u y m a l o , q u e s o l í a ntener por sesudo , e d ixeron qu e l o h a r í a n d egrado , mas que lo enbíasse an tes a desaf ia r ,y de spu és, q ue fuesse sobre el ; y el re y loh i z o , e rogóles que aquel dia fuessen con elassonados; y el rey embio a desaf iar a l duque , y e l duque d ixo que se defender ía ; elos mensa je ros to rnaron a l rey con es te mensa je , y e l duque d ixo a sus vassa l los comoel rey lo mandaua desaf ia r , y que le ayudas-s e n , y e l l o s d i x e r o n q u e l o a y u d a r í a n d emuy buen grado; e hab lo con e l los , e d ixo lesqu e no auia n s ino dos cast i l los en qu e se pu -

d iessen mu y b ien defend er , m as aque l losdos e ran ta les , que no podr ía e l rey tomal losmien t ra b iu iesse , e gu isóse , e met ió la muger en Ti tugue l con doz ien tos eaua l le ros ,ca b ien sab ían que aque l cas t i l lo que no te m ía a nad a , e met iosse e l con su caua l le r iaen o t ro cas t i l lo que e ra muy grande , mas noera tan fuer te , ca b ien supo de la o t ra g rand e , que no la podr ía defender , e ass i se gu i so e l duque de se defender .

CAE. C r V . — Como el rey fue a cercar

al diique en su castillo.Pues cuando e l re i ovo e l mandado , fue

m u y . s a ñ u d o , e j u n t o s u s v a s s a ll o s t o d o s e nla entrada de la f loresta que era en cabo dela t i e r ra de l duque , en t re e l l l ano e vna granr ibera , e con to les e l o rgu l lo de l duque , equando supo que se met ie ra en vn cas t i l lo e

- la mu ge r en otro fu erte , fue a cerc ar a l duque ; y e l re y d ixo a Yls e r que pod r ía fazerde Igu ern a ; e Yls e r d ixo ; «Si vos pudie sse -des prender a l duque , todo lo a l acabar iades .E quie n os . dixo que lo cerca ssede s, diovosbue n conse jo , ca s i ce rcared es a Igu er na ,luego lo en tendie ra e fueran descubie r tos» ;

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40 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Se assi cerco al duque en su castillo y ouoende mucha buena remetida; y el duque sedefendió muy bien, y el rey estuuo grantienpo sobre el castillo que no lo pudo tomar, e ouo gran pesar e gran cuyta porIguerna que no podía auer, que tanto laamana .

GAP. OV.— Como Vlser consejo al Rey quembiasse a buscar a Merlin.

Vn dia vino que el rey estaña en su tienda, e comento a llorar, e quando sus ricoshon bres i.o vieron llo rar, fueronse e dex a-ronlo solo; e quand o lo supo Vlser , fue a el,e fallólo llorando, e pesóle mucho; e preguntóle por que lloraua, y el rey dixo: «Vlser, tu lo deues bien saber, ca tu sabes quemuero por Iguerna, y veo que no ay sinomorir, ca pierdo el comer y el beuer e todosabor que hon bre deue au er; e por Dios dameconsejo». E Vlser dixo: «Señor, vos soys deflaco cor agón, que por vna m uge r pensade smorir; y este es mi consejo: Que enbiedespor Merlin, y este vos dará consejo». El reydixo: «Yo bien se que Merlin sabe toda micuyta, e embiaria por el, mas he miedo quese ensañ e, ca yo b ien se que esta sañudo porla silla de la Tabla Bedonda que fue proua-da, e cuy do que es assi, ca mucho a que nolo vi; e pienso que le pesa porque amo a m uger del m i vassallo, e assi Dios me ayu de nopuedo mas, ni tengo coracon, ni me puedoende partir. E otrosí Merlin me dixo que nole embiasse buscar». E Vlser dixo: «Señor,de v na cosa soy cierto , que si M erlin es sano,e vos ama assi como vos creedes e nos cu yda -mos, que pues el sabe vuestra cuyta, el nopuede tardar que no ayades nueuas del».

CAP. CVI.— Como Vlser encontró con Merlin,e fablo con el e no lo conoseio.

Conforto Vlser al rey, e dixole que andu-uiesse alegre entre sus vassallos. e que no

se apartasse, e assi se quitaría, vna pieca desu cuyta, y el rey lo fizo assi como Vlserdezia. E después fizo el castillo combatir,mas no lo pudo tomar. E un dia auino queVlser caualgaua por la hueste, e fallo vnhonbre que no conoscía, e aquel honbre ledixo: «Vlser, yo fablaria con vos de grado»;e Vlser dixo: «E yo con vos»; y estonce salieron de la hueste, el honbre a pie e Vlsera cauallo; y el honbre era viejo, e Vlser lepreg unto quien era, y el dixo: «Yo soy vnhonbre viejo, y esto podeys vos bien saber;e yo fui tenido por sesudo quando era man

cebo, e quieroos dezir vna porídad, e sabed

que no ha mucho que fui en Tituguel, e vnhom bre bueno viejo me dixo que Vter Paclra-gon vuestro rey amana a la muger del duque, e por ende le destruya su tierra; mas sivos y el me quisierdes dar buen galardó n,yo conozco vn tal hombre, que fara al rey fa-blar con Iguerna, y que íe porna consejo en

todo su amor»; e quando Vlser lo oyó, ma-rauillose, e rogóle que le enseñasse qual erael honbre. Y el hombre bueno dixo: «Antesveré yo el galardón que me queredes dar»;e Vlse r dixo : «¿Donde os fallare despu és eyre a fablar con el rey?» Y el hombre buenodixo: «Vos me hallaredes mañana en estecamino, entre aqui e la hueste»; y entoncesse encomendaron a Dios; y el buen honbrese fue, e Vlser se torno al rey e contole loque le auiniera.

CAP. CVII.— De como Merlin hablo conel Rey en forma de honbre viejo, e lo conoseio.

El rey, quando oyó lo que A rlser dixo, fuem uy alegr e sobejo, e dixo a V lser: «¿Conocestu a este honbre?»; e Vlser dixo: «Conozcoque es vn viejo e muy flaco»; y el rey ledixo; «Ho fables con el sin mi, y si con elfablares, prométele de lo mió quanto el quisiere» . É assi dexaron el pleyto fasta en lamañana, e fue el rey muy mas alegre quesolia. E otro dia a hora de missa, despuésque el rey quiso caualgar e cabalgo Vlser, esaliéronse ambos por medio de la hueste, efallaron vn contrecho que no veya nada; yel rey passo por ante el, y el contrecho diobozes e comenco a dezir: «Rey, assi Dios tedexe complir lo que mas desseas, dame vnacosa donde no te aya grado»; y el rey lomiro, e dixo a Vlser:. «¿Harás tu lo que yote mandare?» E dixo Vlser: «Si, señor, sinfalta»; y dixo: «¿Oyste agora lo que aquelcontrecho me pidió, e que mentó a la cosaque yo mas desseaua? Ve, y esta cabel, e dique yo se lo doy, e que no hay cosa que yo

ouiesse que no se lo diesse». E Vlser fue alcontrecho, e quando el contrecho lo vio,dixo: «¿Que buscades?» E Vlse r le d ixo: «Señor, el rey me embia a vos,, e quiere queeste con vos aqui»; y el contrecho se rio, edixo: «El rey es entendido, e conoce mejorque vos; e sabed que el hon bre bueno que ano che vistes me embio a vos, mas no vos dirécosa de lo qu e me dixo; mas dezid al rey quefara gran menoscabo por su voluntad con-plir, e que le embio a dezir que ayna entendió quien yo era». E Vlser le dixo: «Señor,no vos osaría de preguntar de vuestra fa-

zienda»; y el contrecho le dixo: «Pregun-

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P A L A D E O D E L S A B I O M E R L I N 41tadlo al r ey , y el vos lo dirá»; e Ylser caual-go , e fuesse em pos del rey , e (piando llego ael, dixole el rey: «Ylser ¿coino veniste assiem pos de mi? ¿No te dixe que estuuiessescon el contrecho?» E Ylser dixo : «El vos em-bia a dezir que mas ayna le conocistes vosque yo, e qu e vos me diredes su fazienda, cael no me lo qu iere de zir m as. Pero el medixo que vos me lo diriades»; y quando elrey esto oyó, tornóse muy ayna para el contrecho.

CAP. CYIII. — Como Merlin vino al rey ensu forma derecha.

Desque llegaron al lugar donde fallaron alcontrecho, no lo fallaron ay, y el rey dixo aYlser: «Sabe que el que aqui noche contigohablo en semejanca de honbre bueno viejo,aquel mesmo es el contrecho que ante ti

viste»; e A7

lser dixo: «Señor, ¿podria serverdad que ninguno se podria desfigurar?»;y el rey d ixo : «M erlin es este que tu ves detodo en todo que se anda assi riendo de nos,e bien te fara saber, si quisiere, quien es».E assi dexaron el pleyto estar, e caualgaronpor aquellos canpos, e yendo assi, vino Merlin a la tienda del rey en semejanca derecha y pregunto que do era el rey, e vn honbre bueno fue luego corriendo al rey e dixole que lo buscaua Merlin. E quando el reylo oyó. fue tan alegre que no pudo responderal mensajero, e fuesse para su tienda, e yen

do dixo a Ylser: «Agora veras lo que te dixe .que Merlin verna quando el quisiere, e yobien sabia que en vano lo enb iaria a buscar» ;e Ylser dixo : «Señor, agora veremos comosabreys hazer honrra e amor, ca este es elhonbre del mundo que mas os puede ayud arcontra Iguerna»; 3̂ el rey dixo: «Yerdad es,e yo fare quanto el mandare».

CAP. CIX.— De como Merlin hablo con elrey de sus conortes.

Pablando el rey assi fasta su tienpo, falloa Merlin, e recibiólo m uy bien , e abracólo , e dixole: «¿Que os diré? ya tan biensabeys vos m i fazienda e lo que me es me nester como yo, e nunca me fue tardadade honbre tan luenga, e ruegoos por Diosque vos dolades de mi»; y Merlin dixo: «Yono vos fablare ay cosa sin Ylser»; y estonces llamo el rey a Ylser, e saliéronse' [los]tres aparte; y el rey dixo a Me rlin: «Yo dixea Ylser que vos erades el honbre buenoviejo con quien el fablo anoche y el contrecho que oy vimos». E Ylser lo miro m uyfieramente, e dixo: «Merlin, ¿esto es verdad.

quel rey dize?»; y Merliu dixo: «Yerdad essin falta. E tanto que entendi que a mi osembiaua, luego vi y entendi quien era»; eYlser dixo al rey: «Señor, agora deuedesdezir vuestra fazienda a Merlin, ca no llora-rey s como soledes quan do estay s solo». E elrey dixo: «Yo no se que le diga ni avn quele ru eg ue , ca el bien sabe mi cor acón ,e todami fazienda, e no le podria dezir cosa que elno la supiese, e yo le ruego por Dios queme ayude como pueda auer Iguern a»; yMerlin se rio, e dixo: «Agora veré que valecoracon de hombre». Y el xe y dixo: «Merlin,vos no pedireys cosa que no vos la de»; yMerlin dixo: «¿Como seré ende cierto?» Y elrey dixo: «Como vos mandardes». E Merlindixo: «Señor, jurarlo heys sobre los euange-lios, e faredes jurar a Ylser que vos manda-redes lo que yo pidiere mañana, despuésque yo fiziere auer a Iguerna». Y el reydixo: «Si, m uy de g rado»; y Merlin dixoque bien lo jurarla. Ylser dixo que le pesauamucho porque no lo auia jurado.

CAP. C X . - -D e como Merlin Ueuo al reyadonde estático Iguerna^ e lo mand o en se-mejanga del dtique.

E quando Merlin esto oyó, dixo: «Quandoel juramento fuere fecho, estonce os dirécomo pod ra ser»; estonce fizo el rey traer susreliquias e su libro, e juro el e Ylser comodixo M erlin; y el rey d ixo: «Agora vos ruego

que pensedes de vuestra fazienda»; e Merlindixo: «Señor, conuienevos yr en fuerte m añaallí do es Iguerna, ca ella es muy sesuda emuy buena, e muy amiga de Dios e de sumarido, mas agora veredes qual poder aureyo de la engañar. Yo mudare a vos en semejanca del duque, tan bien, que ya della noseredes conocido; y el duque a dos caualle-ros sus vassallos e sus priuados, tanto queningún honbre no podria ser mas de otro, yel vno ha nombre Jordán y el otro Bretel; eyo tomare la semejanga del Jordán e daré aYlser la semejanca de Bretel, e fazervos he

abrir la puerta del castillo do Iguerna es, eentrareys con ella en su cámara, e faredescon ella como su marido; e después connernaque nos salgamos mu y de ma ñan a eras, eoyreinos estrañas nueuas, e diredes agora avuestros ricos honbres que no vaya, ningunohazia el castillo hasta que vos tornedes. eguardadvos que esta poridad no digades aninguno». Y estonces dixo el rey a sus ricoshonbres lo que Merlin auia m andad o; despuéscaualgaron todos tres solos, hasta que llegaron a Tituguel, y estonce dixo Merlin alrey: «Señor, quedadvos aqui, e Ylser con

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4 2 L Í B E O S D E C .

vos, e yo yre acá vn poco»; estonce se fue etomo vna yerua , e to rno a l rey , e d ixo le :«Pone es ta yerua por vues t ro ros t ro e porlas manos»; y e l rey la tomo, e apre tó la enlas m ano s , e puso e l cumo por e l ros t ro y en-bolu io ay b ien sus manos ; e t an to que lo ouo

fecho , to rno verdaderamente en la se ine jancade l duque , e Mer l in d ixo a l rey ; «Agora sevos mien bre s i v i s tes nu nca a B re te l» ; y e lrey d ixo : «Yo lo conozco muy b ien»; é to rnoa Ylser , e sacólo aparte , e f igurólo en semejanza ele B r e t - 1 , é después tomólo por e lf reno , t ruxolo a l rey , e Ylse r , quando lo v ioal rey, s ignóse, e dixo: «¡Dios! señor , ¿comop u e d e s e r n i n g u n o s e m e j a n c a d e h o n b r e m u dada en o tro?» E M er l in p regu nto a Yl se r :«¿Que os pare ce del rey?» E d ixo : «Yo noveo aqu i s in fa l ta s ino a l duqu e»; y el re yd ix o- a Y l s e r q u e v e r d a d e r a m e n t e p a r e c i a

Bre te l ; y es tando ass i un poco , v ie ron a Merl i n q u e l e s p a r e c i a J o r d á n .

CAP. C X I . — C o m o el rey entro en el castillodé Iguerna y se acostó en[su, lecho.

E fab la ron de so vno^e a l a noche v in ie ron 'a l a puer ta de l cas t i l lo , e Mer l in , quebienfparesc ia Jor dán , l lamo a la pue r ta de lcast i l lo; e los ele dentro vinieron al post igo, eJordán d ixo : «Abr id la puer ta , que vedes aquie l duque» , y e l los abr ie ron la puer ta , e v ie ron a l duq ue e Jor dán e Bre te l , e e leváronlos en t ra r ; e desque luero n de n t ro , d ixoJordán a los por te ros que les defendia que nodixessen que e l duque ven ia ; mas b ien ouoquien lo d ixo a l a duquesa , y e l los anduuie -ron fas ta que l l egaron a l pa lac io y decen die -ron, e Merl in dixo al rey en poriclad quefuesse a legre e de buen cont inen te comoseñor de casa, e fueron todos t res do la e lu-quesa yazia , s in otra buel ta , e f iz ieron descalcar a su señor , e acostóse, e fueronse el losa c o s t a r .

CAP. C X I I . — D e como el rey Vter Padragonyugo con Iguerna e fue engendrado el reyArtivr.

Y t e r P a d r a g o n e I g u e r n a e s t u u i e r o n a q u e l la noche en vno , y en aque l la noche fue engend rado e l b uen rey qu e ouo non bre Ar-tu r ; l a dueña vuo gran p lazer con e l rey enl u g a r d e l d u q u e , e as s i e s t u u i e r o n a q u e l l anoche , e , quando qu iso amanecer , v in ie ronn u é u a q u e e r a m u e r t o e l d u q u e , e s u c a s t i l lo e ra p reso , e quando Jordán e Bre te l queya e ran leuantados oyeron las n i íeuas , fue

r o n m u y a y n a a s u s e ñ o r q u e a v n e s t a u adorm iend o , e d ixero nle que se l eua n tass e e

se fuesse a su cast i l lo , ca las gen tes dezia nque e l duque e ra muer to , y e l gu isóse , ed i x o : «N o es marau i l l a que lo p iensen , ca yosal i del cast i l lo de guisa que ninguno no losupo oj iando yo acá vine»; estonce se par t ióde Iguerna e se desp id ió de l la , y besó la an te

el los al pa r t i r , e desp ués sal iéro nse del cast i l lo que no los conosc io n inguno , e desquefueron fuera , fueron muy a legres , e Mer l ind ixo a l rey : «Señor , b ien vos tuue lo que ospromet í , e agora qu ie ro que me tengades loque m e prom et i s tes » . Y e l rey d ix o : «Yos mefezis tes e l m ay or p lazer que nu nc a me f izohonbre , y lo que vos promet i vos te rne muybien » . «Assi qu ie ro yo , c li so M er l in , e qu ie roque sepades que vos auedes vn f i jo en Iguerna, y este vos pido yo que me dedes, ca vosno lo deuedes auer , e fazed mete r en esc r ip toes ta noche e vereys s i os d igo verdad»; y e l

rey dixo: «Yo vos lo doy, e fare esto que med e z i d e s » .

CAP. C X I I I . — D e como torno el rey a. su real,e fallo que era muerto el duque.

Pues ass i fueron hab lando fas ta l a r ibera ,y e n a q u e l l a r i b e r a s e l a u a r o n d e l a s y e r u a s ,e luego to r naro n en sus seme janzas , e cana l -garon lo mas pres to que pudie ron e fueronsea su hue s te , , y p re gun to e l re y que comof u e ra l a m u e r t e d e l d u q u e , e d i x e r o n l e :«Ayer de mañana , quando vos de aqui par -t i s tes , yaz ia l a hues te queda y en paz , y e lduque entendió cjue no erades aqui , e f izosus gentes armar, e f izo sal i r los ele pie pores ta puer ta , e los de caua l lo por aque l laotra , y clexaronse corr er fasta la hu es te , ef iz ie ron ay muy gran daño an te que pudies -sen se r a rmados ; y desque se a rmo vues t ragente, fueronlos fer i r , y l leuaronlos fasta lapuer ta , y e l duque es tuuo a l l i , e f i zo muchoen a rmas ; e matá ron le e l caua l lo vues t rospeones , e matá ron lo a l l i , ca no lo conosc ian ,e nos en t ramos con e l los de bue l ta den t ro e

t o m a m o s e l c a s t í l l o , c a m u c h o s e d e f e n d i e r o n m a s d e s p u é s q u e e l d u q u e f u e m u e r t o » ,Y e l d ixo que le pesaua mucho de la muer ted e l d u q u e .

CAP. CXIV.-— De cómo el rey Vter ouo consejo con los suyos sobre la muerte delduque. . .-.

Luego que e l duque fue muer to y e l cas t i l lo tomado, e l rey d ixo a sus r icos hombresq u e l e p e s a u a d e l a m u e r t e d e l d u q u e , y q u ele mos t rassen como e l lo enmendar ía , ca no

d e s a m a u a a l d u q u e p o r q u e l a m u e r t e l e q u i -s iesse dar , y es tonces d ixo Ylser a l rey que

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B A L A D R O D E L

le paresc ia m uy b ien , pues q ue la cosa e rahecha , que lo enme nda se lo mejor que pu -diesse; e assi dixo a los r icos onbres: «¿Como cuyd ades TOS que e l re y e n m e n d a s s ees ta muer te a l a dueña e a sus par ien tes?

consejalde ay , que assi le deued es consejarcomo a señor»; y ellos dixeron que lo farian,^y que rogauan a A rlser que les dixesse lo quele parescia; e Ylser fablo con ellos a vnaparte , e dixo: «Yo diré lo que mejor me pa-resce . e los o t ros d igan lo que sup ie ren»; yel dixo: «Yo lo l iar ia que el rey embiasse]wr todos los amigos del duque e los fiziessejun ta r en Tin tugue l ,y e l rey fuesse , e f i z iessetanto a la dueña ó a el los , que después el losno qu is iessen mayor emienda» . E los r i coslumbres d ixeron que se t en ian [a ] aque l consejo, e tor nar on con este consejo al re y, m as no

dixeron que Ylser l es áu ia d icho nada , ca l esd ixera e l que no lo d ixessen . Y e l rey d ixo :«A este consejo atengo»; y entonce enbio de-z i r por sus lugares a todos los par ien tes de lduque que v in iessen a e l a Cardoi l seguros ,e que les emendar ía todas las cosas que de ltuu iessen en quere l la , y es tonce fue e l rey aechar an te T ín tugue l , e Mer l in d ixo a l reyen poridad: «¿Sabedes quien dio este consejo?» «Si , dixo el rey, mis r icos hombres».

CAP. C X V . — De como Merlin fablo con el

rey en poridad y le dixo de su fijo Ariur.Merl in d ixo : «No ass i , mas e l sesudo , l ea l

de V lse r , pensó como podiades auer pazpor que au iessedes a Iguerna , e d iovos buenconse jo , ca por aqui auredes quanto dessea-des, e yo q u ie rom e yr , e vos pregu ntad aYlser como cuydo es ta r en paz» ; y es toncel lamaron a Ylsér , e v ino , e d ixo Mer l in a lrey : «Señor , YOS me promet i s tes que me da-r iades vues t ro ñ jo en ga la rdón de lo que vosf lze; ca no es razón ni derecho que por ayvin iese mal a qu ien lo no meresce , e se r iami pecado s i yo no ayu dasse a su ma drea sa l i r de verg uen ca , que podr ia se r quea y n a s e v e r i a e n g r a n v e r g u e n c a , c a m a g u e rque no puede auer seso en ta l cosa, ni se sabr ía ende encobr i r , e qu ie ro que Ylser es -cr iua la noche y el c l ia en que [fue] hecho, eruegoos , como a señor , que lo c reades , queel no os consejar la cosa s ino que sea vuestrapro e honra; e yo no fablare con vos de aquia seys meses ; mas a los seys meses fab la recon Ylser e con vos, e a los nueue meses,quando Iguerna ou ie re de auer su f i jo , fa b la re con Ylser , e lo que os embiare a dez i r ,

creeldo, e fazed lo que quisierdes que nosamemos , e s i qu is ie rdes sa luar vues t ra v idae vues t ra l ea l tad de aqui ade lan te» ; y es -

S A B I O M E R L I N 4 3

tonce esc r iu io Ylser e l concebimien to , yM er l in d ixo a l rey : «Gruardadvos de Igu er na que no sepa que dormistes con el la ni queconcibió de vos; y esto sera la cosa del mundo que mas la hará echar a vues t ra merced ,

e s i l e d e m a n d a r d e s d e q u i e n e s p r e ñ a d a ye l l a n o s u p i e r e a v u e s t r a m u y g r a n v e r g u e n ca,- y esta es la cosa del m un do por qu e m asa y u d a r e d e s p a r a a y n d a l l a d e s p u é s » .

CAP. C X Y L — De como los parientes del duque ouieron consejo sobre la emienda.

Despid ióse en tonce Mer l in de l rey , e fues se a Bla ysen a Ybe r land a , e con to le todas es tas cosas , e Blaysen las met ió en sc r ip to ,por que las nos agora sabemos. Y el estandoante Ti tugue l , l l amo sus r icos honbres a con

sejo, e dix ole s qu e les pa rec ia que flziessen;y e l los d ixeron: «Hazed paz con la duquesae con los amigos de l duque , e mucho vossera grande honra» ; y e l rey d ixo : «Yd a laduquesa y dez i lde que se no puede cont rami defender , e s i qu is ie re comigo pa z , p la cerm e ha en de much o»; e los m ensa je rosfueron al ia , e dixeronlo a la duquesa e a losamigos de l du qu e , «e mu cho vos se ra g ra nde honra» ; e d ixeronle que e l duque mur ie ra por su locu ra , y que a l re y p esaua en dem u c h o , y q u e l e s q u e r í a e m e n d a r s u m u e r t e ,y que b ien veya que se no podr ían defender

con t ra l a vo lun tad de l rey ; e l a due ña ye l los d ixeron: «Yerdad nos d izen es tos caua-l le ros , m a s v e a m o s q u e e m i e n d a n o s q u i e r ehazer . y t a l puede se r que la paz se ra» ; e l adueña d ixo que no sa ldr ía de su cas t i l lo , yen tonce to rnaron a los mandaderos , e d ixe-ron les : «¿Que emienda har ia e l rey a l a dueña?» E los me nsa] eros les dix ero n: «Nos nosabemos la vo lun tad de l rey ; emendar vos loha como su cor te ma nd are » ; e pus ie ro n es tonce plazo que fuessen la dueña e sus amigos , e s i se con el no auiniessen, que se tor-nassen a sa luo . E los m anda dero s to rna ron

e l re y , e con tá ron le que pus ie ra n , e a l re yplugo e otorgólo, e assi quedo el pleyto; y elrey e Ylse r hab la ron much o en aque l losquinze d ias , e , quando v ino e l p lazo , enb ioe l rey caua l le ros a l a dueña e a sus amigosque los t ruxessen a sa luo , e quando e l los v i n ie ro n a l a cor te , l l am aron a l re y e sus r i cos hom bres , y e l rey d ixo e p regun tó les quele consejauan de aqueste fecho y el los dixeron: «Señor, en vos es»; y el rey dixo: «Yolo dexo en voso t ros , que soys mi cor te , ea s s i n o m e p u e d e n m a s d e m a n d a r , e d e x o l oen vos e hab lad en e l lo» . E d ixeron: «Señor ,pues vaya con vos Ylser» ; e quando e l v ioque ped ían a Yls e r , d ixo le : «Ylser , yo te

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44 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Scrie e te hize cauallero, e t e hize rico onbre,e se bien que eres sesudo, ve con ellos e conséjales lo mejor que pudieres e supieres». EYÍser cliso que lo haría pues lo el mandaua;e assi, ydo Ylser con los ricos hombres, ehablaron en el pleyto mucho e de muchas

guisas, e Ylser d ixo: «Yos bien vedes que elrey se dexo en vuestro juyzio, e vayamossaber de la dueña y de sus amigos, si lo quiere assi hazer como nos mandaremos, ca elrey assi lo quiere fazer»; y ellos dixeron:«Bien dexiste s»; y estonces fueron a la du eñae a los otros, e~ dixeronles: «El rey se meteen nuestro poder, e quiere fazer quanto nosmandaremos; e vos, ¿queredes assi entrar ennuestro poder?» E la dueña y ellos dixeron:«Mucho nos plaze, o no al rey , m as que noshaga signo entrar connusco en juyzio de sucorte»; y esto fue bien firmado de la vna

parte y de la otra, y estonce se tiraron a lavna parte, y pues fablaron mucho en el pleyto, preg untaro n a Ylser que le parescia, eYlser dixo: «Yo os diré lo que me pareceguisado».

CAP. CXY II. —Del consejo que se ouo sobrela enmienda de la muerte del duque.

Ylser dixo: «Nos sabemos que el duquees muerto por el rey, como quier que fuessetuerto o derecho; pero no hizo cosa por quedeuiera ele morir, e su muger no quedo pre

ñad a, e vos sabedes que el rey destruyo todaesta tierra, e sabedes que es la mejor dueñadel mu ndo, e la mas fermosa, e la m as sesuda, e sabedes que los parientes del duqueperdieron mucho en su muerte, e por endees bien e derecho que ellos cobren sus perdidas, e que les de algo de lo suyo por auersu amor; y de otra parte sabedes que el reyno ha muger, e bien os digo que al mi ayudar que a la dueña no puede tan bien emendar su daño como tomarla por mug er. E bienme paresce q ue deuia ser cosa guisada y quelo deuian hazer por auer vuestro amor, e todos los del rey no que esto uiere n e oyeren,tenerla han por muy honrrada emienda; ede mas hará el rey que su fija m ayor seacasada con el rey de Organia que aqui esta».

CAP. CXYIIÍ.— Como fue otorgado el casamiento del rey con la duquesa.

«Oystes agora mi consejo, dixo Ylser, eagora podedes tomar otro consejo, si vos aeste no otorgades»; y ellos dix ero n: «Yosdexistes el mejor consejo que honbre podia

dar, e si lo vos osades dezir al rey y el lootorgase, otorgamosnos todos ay»; e Ylser

dixo: «No dezides nada, mas otorgarvos enel consejo y estonce lo diré al rey, e vedesaqui al rey de Organia en quien jaz muchoesta paz»; y el rey de Organia dixo: «Yo osprometo que yo, por cosa que a mi atenga,no quiero que la paz no sea»; e quando los

otros esto oyeron, otorgaron todos en el consejo e tornaro n a Iguer na, e dixeronle: «Pueseste pleyto dexades en no s, yd con nos al re ycon nuestros amigos, e diremos a el e a voscomo hagades; estonce se fueron a la tiend a 'do el rey estaua, y el recibió a la dueña, eassentola cabe si, e los otros se assentaronantel, e Ylser estuuo ay e dixo lo que fablaron, e pregunto a los otros que si otorgauan,y ellos dixeron que si, e después tornóse alrey e dixole: «Señor, ¿vos otorgades lo queestos honbres buenos tienen?». «Otorgólo»,dixo el rey; e Ylser dixo: «Tienen por bien

que tomeys a Iguerna por muger; y el reyLoe que tome su hija por m ug er» . «Señor,dixo el rey Loe, no me clixedes cosa que yono faga por vuestro amor, e por vuestro pleyto que pongades en bien»; y estonce pregunto Ylser ante todos los que fablauan porla dueña: «E vosotros, señores, ¿otorgadeseste consejo?» Y ellos lo dixeron a la dueñae a los otros que ay eran de su parte, y preguntáronles que les parecía, e ellos dixeronque nunca señor tan gran emienda fizierapor su honbre; e después preguntaron a ladueña: «¿Loays vos esta paz?» E la dueña

callóse, e sus parientes dixeron todos a vna:«No ay honbre que desdiga esta paz, e nosloamos, e plazenos ende, ca tenemos al reypor tan buen señor e por tan leal, que noslo dexam os tocio en su mano e en su corte sía».

CAP. CXIX.— Gomo el rey Vter tomo ¡>ormuger a la duquesa Iguerna.

La paz fue otorgada de la vna parte e dela otra, e assi tomo Yter Padragon por muger a Iguerna, e dio la hija mayor por muger al rey de Organia, e auia nombre Elena; y esto fue a treze días después que conella durmió primero, e casóle la menor ñjacon el rey Orlan, e de la fija de Iguernaque dio al rey Loo salió (r alb an , e^ Ag ra-uain, e Gariete; e de la que dio al rey Orian,que auia nonbre Morgair, salió Iban; masesse casamiento no fue ante que Artnrfuesse conocido por fijo de Padragon, niestonce mas adelante, como Merlin dixo aIguerna, e aquella venció después a Merlinassi como el cuento os lo dirá, ca le enseñonigromancia y encantamento que fue mara-

uilla, e porque supo tanto fue llamada Mor-gayna la fada; e todos estos niños amo el

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 45

rey mucho , e c r ió los e d io les mucho auer ,ass i como os yo d i ré ade lan te , y enr iquec iól o s p a r i e n t e s d e l d u q u e .

CAP. C X X . — Como el rey dixo a Iguernaque no podría ser preñada del ni del duque tampoco.

Assi caso el re y con Ig ue rn a, y el la fueengrosando ass i que pare c ía su preñ ez ; ass ique vna vez que es taua e l rey con e l la , pusola mano en e l v ie n t re y p regu ntó le de qu ienera preñada , ca no podía se r que es tuu iessepreñada de l después que la e l tomara pormuger , que cada-vez que con e l la dormía loponia por escr ipto; y el dixo: «Ni otrosí po-d e d e s s e r p r e ñ a d a d e l d u q u e , q u e m u y g r a npie^a an te que e l mur iese no durmió convos»; e quando el rey esto dixo, ouo el lam u y g r a n v e r g u e n c a e c o m e n c o a l l o r a r , e

dixo el la : «Señor, desto que vos sabedes no ospuedo yo fazer ment i ra c reer , e yo vos d i rém a r a u i l l a s i m e s e g u r a d e s q u e n o m e d e x e -des», y el rey se lo otorgo, y el la le contócomo vn día vino a el la en semejanga de sumar ido e ven ían dos con e l a seme janca delos dos que e l su mar ido mas amaua: «E ass ij u g o a q u e l h o n b r e c o m i g o , c u y d a n d o q u eera mi mar ido , e quede ass i p reñada , e b iense que es tonce fue mi mar ido muer to , e aune l honbre que jugo comigo . quando las nue-uas l legaron, e l fue luego»; e pues el la estod ixo , e l rey respondió : «Chiardadvos queninguno no vos lo sepa , ca os vern ia endeg r a n m a l . E q u a n d o e l n i ñ o n a s c i e r e , n oqued ara con vos , an te lo d arem os a c r ia r afurto do vos yo m an dar e» ; e l a due ña d ixo :«Señor, sea todo como vos quisierdes»; e después que se e l rey yrgu io , [con tó] quanto leauiniera con la xeyna a Ylser ; c l ixo: «Agorapodedes saber b ien que la reyna es sesuda eleal , que de tan gran cosa no vos oso ment i r , e bien fezis tes lo que vos Merl in mando,ca no podia con otra guisa ser tan a pro deln iño e a su honr ra de la dueña» .

CAP. C X X I . — Gomo el rey encomendó aAutor que criasse vn niño que le el daria.

Assi quedo e l p ley to has ta seys meses queMer l in d ixo a Ylse r que vern ia , e v ino aYlser , e p reg untó le l as n ue ua s , e Ylse r d i xole lo que supo, e de como fue al rey, e conto le e l re y como le au in ie ra con la reyn a ; eM erl in dixo a Y lser : «Ya so qui to del pecad o q u e h i z e c o n t r a I g u e r n a , p o r q u e a u r a s uh i jo en gu isa que no sabrá n inguno tan aynacuyo hi jo es»; e Ylser dixo: «Yos sodes tan

sesudo , que vos qu i ta r edes ende b ien» . E

Mer l in d ixo : «Conuerna que vos me ayude-d e s , e d í revos como aqu i ay vn honbre buenoe vn a mug er , y e l es e l mejor de l reyn o debon dad , e a vn h i jo de agora nasc ido ; y e lhonbre bueno no es r i co , e haze lde a lgo por que c r ie e l n iño un año e no le den o t raleche sino ele su dueña, e su hijo clara criar a

o t ra muger» ; e Ylse r d ixo que ass i lo har ia ;e despidióse del , e fuesse p ar a su m aest roBlaysen; e después Ylser c l ixo al rey lo queMer l in le d ixera , e Yter Padragon enbio porel h on bre bu en o, e c l ixo: «Am igo, con uieneque me descubra cont ra vos e le vna gran marau i l l a que me au in o , e ruegovos que m e ay u-decles en lo que vos dixere». «Señor, dixoe l , todo lo fare a mió po der» ; estonce cl ixoe l re y : «Soñaua es ta noche que vn ho nbrevenia a mi , y me dez ia que vos e rades e lmejor honbre des ta t i e r ra en bondad , y quevu es t ra m ug er t en ia v n fi jo e que bus caua -

des vn ama para e l , e a l o t ro n iño que yo lehar ia dar de l la l a t e ta e no o t ra» , «Señor ,cl ixo el , yo lo l iare con mi muger , mas de-ziclme quando aure yo el niño». «Esto no se»,d ixo e l rey ; y e l honbre bueno d ixo : «Noay cosa que yo no haga por vos»; estonces led io e l rey v n don que e l ho nbre buen o semarau i l lo . E fuesse a su muger e d ixo le :«Amiga , e l re y nos haze r icos , e conuien eque fagamos su mandado , y es que busquemos qu ien c r ie nues t ro f i jo , ca , quando nopen sarde s , e l re y nos da rá o t ro que c r iedesa vues t ra l eche»; e l a dueña lo o torgo , y e l

honbre bueno fue a legre , e l a dueña c r io suf i jo vn t iempo, e después busco ama que loc r i a s s e .

CAP. C X X I I . — De como el rey mando aIgioernu que diesse el hijo que pariesse alprimero que viniesse a la puerta.

Yn poco después que la reyna ouo par idovn h i jo , e l d ia an tes v ino Mer l in muy escon-c l idamente , e d ixo a Ylse r : «Mucho me p lazeporque e l rey tan b ien anduuo en lo que le

d ixe , y dez id que d iga a su muger que a l amedia noche esta aura su hi jo, y que lo fagadar a l p r imer honbre que ha l la re fuera de lpalacio»; e Ylser dixo: «¿E como no fablare-des vos con el?» «No, dixo Merl in, esta vez»;es tonce fue Ylser a l rey , e d ixo le lo queMerl in le dixera. Quando el rey lo oyó, fuemuy alegre, e dixo: «¿Como? ¿e no fablaracomigo an tes que se faga?» . E Ylser d ixo :«No, mas faced lo que os manda»; y es toncef ue a l a r e y n a , e d i x o l e : « D u e ñ a , ' d i r e o svna cosa , y c reedme; a es ta medía nocheau rey s vues t ro h i jo ; e ruegoos que lo faga-

e les dar a vna de las vues t ras mas pr iuadas ,

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46 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

que le de al pr imero que fal lare a la sal idadel palacio, y defended a los que con vos es-t o u i e r e n q u e n o d i g a n a h o n b r e n i n g u n o q u eouis tes h i jo , ca se r ia g ran verguenga a TOS ea mi , ca muchos d i rán que no e ra mío n iparesc ia por razón» . «Señor , d ixo e l la , e s toes ve rda d, e yo no se d e qu ien yo lo he ; e

yo fa re lo' que vos me ma nd ard es como aquel l a q u e s u g r a n v e r g u e n e a d e s t a a u e n t u r a ,mas mu cho m e marau i l lo como supis tes q uan -do vern ia mi h i jo» .

CAP. C X X I I I . — De como la dueña, por mandado de la reyna, dio a Artur a Merlin. •

Su fable se par t ió assi , e dieron los dolores a l a reyna , y es tuuo has ta l a o ra que e ldixo, e ouo su hi jo, e l lamo vna de las massus a mi gas , e d ixó le : «Tomad es te n iñ o , eda lde a l p r imero honbre que ha l la rdes a l a

sa l ida de l g ran pa lac io , e parad mien tes quehombre es»; y el la f izo lo que le mando lareyna , e tomo e l n iño con muy r icos paños ,e fue a l a pue r ta , e fa llo ay vn hon bre m uyflaco e muy viejo a maraui l la , e dixole: «¿Queate nd ede s vos aqui?» T e l dix o: «Esso qu etu t raes» ; e e l l a l é p regunto qu ien e ra , o quedir ía a su señora a quien diera su f i jo; ye l d ixo : «En es to no has tu que adobar , masfaz tu lo que mandaron»; y el la le dio elniño, e tornóse a su señora, e dixole que lod ie ra a vn honbre v ie jo , mas no sab ia qu ienera ; e l a reyna l lo ro con cuyta . Y e l que

tomo e l n iño Ueuólo a l honbre bueno que loau ia de c r ia r , que au ia non bre An tor , e hal ló lo que oya missa . e tomo semejanca deviejo, e dixole: «Antor , yo quiero cont igo fa-b l a r » . An tor lo ca to e paresc io le homb re bue n o ; e d ixo le : «E yo con vos muy de grado»;y e l v ie jo d ixo : «Yo te t raygo a qu i vn n iño ,e consejóte que lo cr ies mejor que a tu hi jo,e sabe que gran b ien te verna a t i e a tusp a r i e n t e s m a y o r q u e t u p o d r i a s c r e e r » ; eAntor d ixo : «¿Es te es e l n iño que e l rey medixo?» «Si s in fal la ; e cr ia ldo bien, e aynade l vos vern a b ien , e ayn a lo am aras tan to

como a tu hi jo e mas; e fazlo bapt izar , e po-n e l e n o m b r é Artur»] e An tor dix o: «¿Quiendiré al rey que me lo dio?» "El viejo dixo:«De mi haz ie nda no p uede s agora ma s sa - .ber , mas lo que te consejo faz».

CAP. C X X I Y . — De como las gentes del reyVter fueron desbaratadas de sus enemigosestando el rey flaco.

Estonce se par t i e ron , e Antor h izo bap t i z a r e l n i ñ o , e p ú s o l e n o n b r e A r t u r , e s umuger lo cr io, e dio su f i jo a cr iar a otra

muger , e Yter Padragon touo su t i e r ra en

paz fasta que le dio gota en las piernas y en.las manos . E quando sus enemigos lo v ie ronta l , a leá ronse con la t i e r ra en muchos lugar e s , y e l rey quexose a sus r icos honbres , ejun tá ronse todos , e l id ia ron con e l los , e fueron venc idos como gente s in señor ; e l reyperd ió la mea tad de su gen te , e los sansones

[que] quedaron en la t i e r ra por ca t iuos de lrey , e t en ian v i l l as e cas t i l los a que obedec ían , e l es dau an sus ren tas , quan do v ie ronel rey vencido, a leáronse con los otros , e fuee l poder muy grande cont ra e l rey ; e Mer l in .que todas las cosas sab ia , v ino a Yter Padragon, que era muy f laco de su dolencia , y eraya v ie jo , d ixo : «Rey , g ran pesar t eneys» . Ee l rey , quan do lo v io , p lugole con e l , e d ixo :«Gran derecho fago , ca mis enemigos med e s t r u y e n m i t i e r r a e m e m a t a n m i g e n t e e nl i d » . «Agora joodeys en tender , d ixo Mer l in ,que n i ng un a gen te va le cosa . en ba ta l la s in

señ or , m as yo os~ di ré que fag ays; haz eday un ta r toda vue s t ra gen te , e fazedvos m ete r en andas , e yd vos conba t i r con vues t rose n e m i g o s , e s a b e d v e r d a d e r a m e n t e q u e l o svenceredes , e , después que los venc ie rdes ,par t id -por Dios e por vue s t ra a lm a vues t rostesoros , ca n inguna honr ra no es s in l imosna ; e sabed que no poderedes b iu i r luen gam e n t e , e v u e s t r a m u g e r I g u e r n a e s o y e nguisa que no puede auer o t ro e redero , e pores to es menes te r que fagades b ien por vuest ra a lma , e rogad a Ylser que me c rea lo quey o l e d i x e r e , e m e a y u d e a d a r t e s t i m o n i o

de vuestro f i jo»; y el rey dixo: «Fuerte cosame dez ides , que podre vencer mis enemigosen andas , mas ¿como podr ía es to se ru i r anues t ro señor?» E Mer l in d ixo : «Solamentepor bu ena f in , e yo me yr e ay , e mien brevo sde la ba tal la qu e vos digo »; y el re y dix o:«¿Do es el niño? querr ía saber del». E Merl i n d i x o : « No m e p r e g n n t a r e d e s e n d e , m a ssabed q ue el niño es gra nd e e fermoso y bienc r i a d o » . E l r e y l e p r e g u n t o : « ¿ Y e r o s h enunca?» «Si , c l ixo, vna vez e no mas». Estonce se par t ió , y el rey f izo ajuntar su huest e , e h izose auota r en an das , e fue cont rasus enemigos, e l idio con el los e venciólos; edes i to rnóse a Londres , e tomo sus tesoros ,e par t iólos muy bien, assi como los per ladosd e s a n c t a y g l e s i a m a n d a r o n .

CAP. C X X Y . — Gom o fino el rey VterPadragon.

D e s t a m a n e r a p a r t i ó e l r e y q u a n t o a u i apor su alma por consejo de Merl in; e assi sefue enfe rmo gran p ieca , t an to que su enfe r medad c rec ió , y que su pueblo f i l e ayuntado

en Londres a su muer te , e duro t res d ias

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L O 47

que no fab lo , y es tonce l l ego Mer l in , quetodo lo sab ia , e d ixeronle que muer to e ra e lrey , e e l d ixo : «No puede mor i r , que buenf infaze» ; y e l los d ixeron: «Tres d ías ha queno fabla». E Merl in dixo: «Yayamos a el , eyo le ha ré ha b la r» ; y e l los d ixe ron : «Es tas e r a m a y o r m a r a u i l l a d e l m u n d o » ; y e s t o n ce

fueron con el do el re y es ta ua , e f lz ieronab rir tod as la s flniestras, y el re y miro aMer l in , e h izo semblan te que lo conosc ia ; eMer l in d ixo a los honbres de la sanc ta yg le -sia e a los otros r icos honbres: «Quien agoraquie re oyr l a pos t re ra pa labra que e l reyd i rá , l l egúese mas cerca» ; y e l los d ixeron:«¿Como lo pdd rede s. vos ha zer hablar?» Y eldixo: «Agora lo veredes»; y estonce se l legoa su oreja , e dixole: «Tu has fecho muy fer-moso f in, e yo te digo que tu hi jo A rtu r serarey después de t i por l a merced de JesuChr i s to ; y e l t e dará c im a a la Tab la R edon-c la que tu comencas te» ; y e l rey oyó quanto .Merl in dixo, e fablo muy quedo assi comopudo, e d ixo : « ¡Ay, Mer l in ! ¡bendi to seas tuque de ta l placer me hezis te c ier to!» E Merl i n d i x o : « A g o r a o y s t e s l o q u e n o c u y d a d e s ,é es ta es l a pos t r imera pa labra» ; e luego mu-r io e l rey , e desp ués en te r rá ron lo b ien hon-r r a d á m e n t e .

CAP. C X X Y L — Gomo Merlin dio consejopara la elección del rey.

P u e s d i z e e l c u e n t o q u e , d e m a ñ a n a ,quando fue soterrado el rey, todos los al toshonbres , e los per lados de la sanc ta yg les ia ,e todos los o t ros honbres buenos de l reyno ,s e j u n t a r o n e n u n a y g l e s i a , e t o m a r o n c o n se jo como mante rn ian e l reyno; e no se pud ie ron acordar en v no , e d ixeron que lofar ian por consejo de Merl in, que sol ia serconse je ro de l rey . Es tonce embiaron a busc a r a M e r l i n , e , q u a n d o v i n o , d i x e r o n :«Nos sabemos b ien que vos soys honbresesudo , e que s ienpre amas tes mucho losrey es desta t ierra^ e vos ved es bien que la

t i e r ra es ta s in heredero , e t i e r ra s in señorno va le cosa ; por ende os rogam os que nosayudeys a escoger t a l honbre que lo mant e n g a » , E M e r l i n d i x o : « T o a m e s i e n p r elas gen tes des ta t i e r ra , e s i yo os d ixesse queñz iessedes rey a lguno , no se r ia de c reer ,mas vna buena ven tura nos au ino s i l a qu i -s ierde s cre er . Sa bed qu e vien e la f iesta enque el Rey señor de los reyes nació; fazedp r e g o n a r p o r t o d a l a t i e r r a q u e u e n g a ntodos a esta f iesta , y que fagan oracio nes,ayunos , e que n ieguen que ass i como Diosu e r d a d e r o q u i s o n a s c e r e n a q u e l d i a , q u e

uos de ta l señor que sea a su seruicio e a su

p lazer» ; y es tonce se p regunta ron vnos aotros que s i otorgauañ en este consejo, ed ixeron todos que no ha honbre en e l mundo que esse no o torgasse , y es tonce d ixerona los per lados que enbiassen por todas lasygles ias á los c lé r igos de missa que prego-nas sen a los pue blos e fiz iessen a yu no s e

orac iones , e que rogassen que Dios queescogiesse por el los rey, e assi fueron todosde concier to en el consejo de Merl in; e Merl in desp id ióse de l los , y e l los l e rog aron quevin iesse a l d ía , e M er l in d ixo qu e lo nofar ia fasta que fuesse puesto rey; y estoncese fue Mer l in para Blayssen , e d ixo le queescr iu iesse es tas cosas , e los honbres buenosdel reyno f lz ieron saber esto por toda la t ierr a , e los per la dos de san cta ygl esia f lz ieronhazer sus o rac iones e abs t inenc ias , e pus ie ron que todos fuessen ayuntados en Londrese l d ia de l nasc imien to para escoger rey .

CAP. C X X Y I I . — C om o el. arcobispo mandoha%er ayunos e oraciones para la eleciondel rey.

Y o r d e n a r o n e n t o n c e s f as ta P a s c u a , eAn tor , que c r ia ra e l n iño fas ta d iez y seysaños (e ra ya b ien gran de e m uy fe rmosó desu edad, e nunca ouiera otra leche s ino la desu ama) , e su h i jo mamaua leche de vnavi l l an a , e no sab ia qua l am aua ma s , a e l o asu h i jo ; e nunca lo l l amo s ino hijo; e A n t o r

auino que hizo caual lero a su f i jo en dia deTodos Sanc tos an tes de Pascua , y e l d ia dePascua v ino a Londres como los o t ros caual le ros , e t ru xo cons igo sus cau a l le ros anbosen b i spera de Pascua , e fueron todos loscaua l le ros de l reyno a jun tados con e l los , eclér igos. , e aquel los que algo val ian hizieron-les fazer quanto les Mer l in mando, e oyeronla missa de la luz , e a lgunos dez ian quee r a n l o c o s p o r q u e p e n s a u a n q u e n u e s t r o r e yescogesse rey para el los , y el los otrosi estu-u ie ron a l a missa de l d ia , e escogie ron vnode los mejores c lé r igos que la d ixesse , e e l '

arcobispo les f izo su sermón en ta l guisa, ye l d ixo : «Yos soys aqui ayuntados por t rescosas de vues t ra p ro : por sa luac ion de vuest ra s a lma s , e por hon ra de vues t ro s cuerpo s ,e por ver e l fermoso milagro que el señorDios har á en t re n os , que nos dará oy reypar a d efender e gu ard ar es ta yg les ia e pa ramantener b ien su pueblo , pues nos no somos tan sesudos que sepam os escoger qua lnos se rá lo mejor ; mas roguemos a Nues t roSeñor que e l escoga por nos ass i verdadera mente como el nascio el dia ele oy, e digacada un o por en de cinco vezes el Paier

nosten.

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48 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A SCAP. CXX VI II. —-Como aparescio vnpadrónen el rio, en que estaua metida vna espada.

Fizieronlo assi como el arzobispo lo mando , y el honbre bueno fue cantar su missa,e, después que offrescieron, tales yo uo quesalieron fuera ante la yglessia [a] vna gran

piafa llana, e vieron vn padrón quadraclo,mas nunca podieron saber de que piedraera, pero dellos dixeron que era de marmol;e sobre aquel padrón auia vna yuele en queestaua metida una espada fasta la empuñadura, e, quando la vieron, espantáronse, efueronlo a dezir al arcobispo, e dixeronselo;e quand o el arcobispo lo oyó, tomo de vn aagua bendita, e reliquias, e fue alia contodos los clérigos e con todo el pueblo, equand o vieron el pa drón e la espada fizieronsalmos e oraciones y echaron agua bendita;e miro el arcobispo la espada, e vio letras

de oro que dezian: Quien fuere tal qu,e estaespada pudiere de aqui sacar, sera rey destatierra po r elecion de Jesu Christo (*); e, desque leo las letras, dixolo al pueblo, e elpadrón fue dado a guardar a diez honbresbuenos, donde eran los cinco legos e loscinco clérigos, e gradecieron mucho a Nuestro Señor lo que les mostrara; y el arcobispotornóse a o yr m issa, e dixo: «Am igos, Nue stro Señ or, que nos mostró este, nos mostraramas, e ninguno faga contra su voluntad»; e,la missa dicha, fueronse al padrón, e dixeron quien prouaria aquella espada; e ellos .

dixeron que no se prouase saluo como man-dassen los perlados; e aqui ouo gran discordia, que los caualleros poderosos dixeronque lo prouarian primero. Y el arcobispodixo: «No soys sabios como yo querria, queNuestro Señor ya escogió, e no sabemosquien, que riqueza ni hidalguía no es menester, sino la voluntad de Dios, e tanto mefio yo en el, qu e si el que ha ele sacar elespada ouiesse de nacer, que no seria sacadafasta que naciesse e la tirasse»; y estoncedixeron todos que dezia verdad, e fariantodos su mandado; y el dixo: «Dios quiereque vos otorguedes en vno, e yo a mi poderandaré ay a plazer de Jesu Christo e de loshonbres buenos de la tierra»; y esta fablafue fecha desp ués de la missa del d ia , y elacuerdo quedo sobre el arcobispo, que tuuopor bien que prouassen la espada ante dela gran missa, e dixo al pueblo: «Eermosa

(*) Este episodio está muy bellamente imitado enel cap. I de las Sergas del muy es/orgado caualleroEsplandian, hijo del excelente r-;y Ama dis de G añía . Es un verdadero lugar común en los libros decaballerías (c£. el cap. 14, libro II. del Amadis de

Gavia).

elecion nos enbio Dios, ca el quiso que justicia terrenal fuesse por espada, e dio acada cauallero en esto comieneo de las tresordenes para yglesia guardar, e agora quisoque por espada fuese nuestra elecion, ebendito sea el su nonbre, que el bien sabea quien ha de dar esta justicia, e no se

cuy ten los altos h onb res, ca el Señor noquiere que por riqueza ni por orgullo sea laespada tirada, e otrosí no se ensañen los pobres si los ricos primero tirasen o prouasen,ca no ay tal de vos que Dios no sepa quales el mejor»; y estonce acordaron que prouassen la espada los que el arcobispo man-dasse, e que tomassen por señor al que laespada sacase; y estonce tornaron al padrón,y el arcobispo escogió dozientos e cincuentade los mejores que el entendía, e aquellosprouaron todos de la tirar, mas no la pucloninguno dellos tirar ni abailar, y estonce

mando que la prouassen todos quantos qui-siessen, e que parassen bien mientes en elque la sacasse, e assi quedo el espada e de-si fueron a la missa de tercia; y el arcobispoles dixo lo que entendió su pro de sus almasy de sus cuerpos, y después dixo: «Yo osdixe que este pleyto era en Dios y que no lapodría sacar sino aquel que entendiesse queseria nuestra pro, e atended fasta que vea-des que puede ende auenir».

CAP. CXXIX.— Com o Árínr saco la espada

del padrón, e fue rey.Quando la missa fue dicha, fueronse todos

a comer a sus posadas, e después de comercaualgaron los caualleros e fueron a jugar ea bohordar como solían, e los mas de la villasalieron alla! por ver, e los diez que guarda-uan el padrón de la espada fueron alia, epues que bohordaron dieron sus escudos asus escuderos, y entre esto leuantose entreellos vna g ran pelea, assi que todas las gentesde la villa fueron, e todos armados, e dellosdesarmados; y el hijo mayor de Antor, que

era su cauallero, llamo a su hermano, edixole: «Yeme por m i espada a la posada». Eaquel, que era muy bueno e buen escriuien-te , dio de las espuelas al cauallo, e fue a laposada por el espada, e no fallo essa ni otra,ca su madre de quexa la guardara en sucámara, que fuera a ver la buelta; e quandovio que no h allaua la suya ni otra, fuese .para ante el padrón, e vio la espada que avnel no prouára, e pensó que, si pudiese, quela leuaria a su hermano, e assi de cauallo,llegóse al padrón e tomóla por el mango, esacóla e desi metióla so falda de la garna

cha, e su hermano, que lo atendía fuera de

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B A L A D E O D E L S A B I O M E R L I N 49la villa, preguntóle si traya la espada, y eldixo: «Por Dios no la pude hallar, m as tray -povos la espada del padrón»; y el tomóla, emetióla so su manto, lleuola a su padre, edixo: «Yo seré rey , y vedes aq ui la espada delpadrón»; e quando el padre la vio, maraui-

llose e preguntóle como la ouiera; y el dixo:«Tómela del padrón»; e Antor no lo quisocreer, ante le diso que mentía, y entonce sefueron anbos para la yglesia, y el otro niñoen pos dellos; e quando Antor vio el padrónsin el espada, pregunto a su fijo como laoiiiera ende, e que le no mentiesse en ninguna guisa, ca lo sabria el después e que lolazeraria; y el hijo dixo: «Cierto, señor, novos mentiré; Artur mi hermano me la leuoquando le enbie por la mia»; e Antor dixo:«Dámela, fijo, ca no auedes y derecho, e yoquiero esto prouar como fue»; estonce se la

dio, e Antor la dio a Artur, e dixole: «Hijo,tornad la espada donde la sacastes», y el lametió e tornó se, e tam bien e tan recio comoante; e Antor dixo a su fijo que la prouasse,y el dixo que y a la pro uo, m as que no la pudosacar; y estonce abraco Antor a Artur, edixole: «Hijo, s i yo púdiesse hazer quefuessedes rey, ¿que me dariades?».

CAP. CXXX.— De como Artur prometió aAntor que haria a Quexa su mayordomo.

E dixo el: «Señor, este bien e otro yo no

lo podria auer onde vos no fuessedes señorcomo mi padre»; e Antor dixo: «Yuestro padre so yo de crianca, mas cierto en otraguisa no se qu ien es vuestro pad re» . E qxian-do Artur esto oyó, comenco a llorar, e dixo:«¿Como podria yo auer atan gran bien,quando-de mi padre no se?». E Antor dixo:«Como quier que ello sea, Dios vos quieredar esta gracia, e yo vos ayudare a todo mipoder»; estonce le contó todo como lo c riara .E después le dixo: «Vos me aueys de darbuen galardón a mi e a mi hijo si derechohizierdes; ca nunca fue honbre mejor criadoque vos fuestes; e agora vos ruego que, siDios vos diese este bien, que dedes ende elgalardón a mi hijo»: e Artur dixo: «Señorpadre, ruegoos, por la crianca que en mifezistes, qu e no me negued es que yo so vuestro hijo, ca no sabria do yr buscar padre, e,si Dios me otorga esta gracia, e vos me ayudardes, yo os prometo que vos de lo que mesupierdes ped ir»; e Antor dixo : «To no os pediré vuestra tierra, mas esto os pido, que siDios quisiere que seades rey, que hagadesa Quexa vuestro mayordomo de toda vuestratierra, e por cosa que haga ni siga que lo nopierda, e que vos no ensañedes contra el por

L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S . — 4

nin gu na cosa; ca si fuere loco o de m ala re spuesta, por vos lo sera e por vos es desnaturado de todo derecho de hombre fidalgo, porla natura de la leche, que vos mamastes desu madre y el mamo leche de vna villana; epor ende no le pongades cu lpa, e sofrilde masque a los otros».

CAP. CXXXL — Como fuepriuada la espada,e la no pudo sacar oír o sino Artur.

«Ahora vos ruego que me otorguedes estoque vos pido». Y el d ixo que le daria aqu elloa mas como a su hermano, y estonce le hizoArtur jurar sobre vn altar esta promesa; ypues lo juro, tornóse arcobispo [a la] pelea^e la pelea fue partida, e los ricos hombresentraron tocios en la yglesia por oyr bispe-ras; e Antor llamo a sus amigos, e dixo alarcobispo: «Señor, vedes aquí vn mi hijo queaun no es cauallero, que me rogo que le fa-gades prouar el espada; e llamad los ricoshonbres e vayan con vos»; el arcobispo lofizo, y estonce se fueron todos al padrón, eAntor dixo a Artur: «Ye, toma la espada, edarla has al arcobispo»; y el lo fizo; y el arcobispo lo tomo entre sus bracos, e comencoa cantar Te Deum laudamus, y assi lo leuo ala yglesia.

CAP. CXXXII.— Como fue suspendida lasalicion fasta sancta María Candelaria.

Los ricos hombres, quando esto oyeron,fueron m uy sañud os, e dixe ron : «Esto nopuede ser, que vn rapaz sea nuestro señor»;y el arcobispo le peso, e dixo: «Nuestro Señor sabe de cada vno mejor quien es que novos». E Antor, e su l inage, e gran pieca dela otra gente, tenia n con Artu r, e dezian todos a vna boz: «Si todos los del mundo contra esta elecion quisieren yr, e Dios soloquisiere, no pod ria ninguno ser estoruador»;e dixo Antor: «Yd, fijo, e tornad la espadadonde la sacastes»; y el lo hizo, e la espadase tuuo como an tes. El arcobispo dixo: «Agora, señores, ydla a sacar si pudierdes»; yellos fueron, mas no la pudieron sacar, aunque se pro uar an mu chos, y el arcobispo dixo :«Esta es la mas fermosa elecion que honbrenun ca vio; e loco es quien q uiere y r contrala voluntad de Dios»; y ellos dixeron: «Verdad es, mas parecenos mucho estraña cosa,vn rapaz ser señor de todos nosotros»; y elarcobispo dixo: «Nuestro Señor SUJK» que escoger, que conosce mejor que vos»; y estoncele rogaron ellos que dexasse estar el espadaen el padr ón fasta el dia de sancta Maria Candelaria, e que muchos vernian a prouarlaque aun no vieron ni prouaron.

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50 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A SCAP. CXXXIII.— Co mo el rey Artur respon

dió a laprueua que le hizieran, e fue eleto.

El espada assi quedo fasta aquel dia, e todos los de aquella tierra e de otra se ayuntaron, e prouaronse en la espada, e desque

se proua ron todos, dixeron al argobispo: «Señor, agora sera bien si quisierdes cunplir lavoluntad de Jesu Christo»; y estonoe dixo elargobispo; «Artur, fijo, yd adelante, e siDios quisiere que vos seays guardador destepueblo, sacad la espada»; e Artur fue a ella,e sacóla, e diola al arcobispo. E quando loshonbres buenos de la tierra vieron esto, dixeron a esto: «¿Ay alguno que contra estaeleeion quiera?» Y los ricos hombres dixeron al arcobispo: «Señor, nos os rogamos queos sufrays fasta Pascua, e si fasta esto noviene quien esta espada saque, nos obedece

mos a este que la saco: e si de otra guisaqueredes fazer, cada vno fara lo mejor quepudiere»; y el arcobispo dixo: «E si yo estohago, ¿o.bedecello he ys d e grado?» «Si, dixeron ellos, e aun faga entre tanto del rey-no su plazer»; y el arcobispo dixo : «Artur,torna la espada a su lugar, e tenerse ha assi,que nunca mejor se terna»; e después, desdeaquél dia fasta Pascua, se prouaron quantosse quisieron prouar, e nunca ninguno lapudo sacar si aballar poco ni m ucho. Y el arcobispo, que tomara el niño en gua rda, dixo-le : «Seguramente os digo que seredes rey, e

catad: de aqui adelante escoged quales quisierdes por priuados e por consejeros, e dade partid tierra e officios de vuestra casa assicomo rey, e sin falla vos lo seredes con elayuda de Dios»; e Artur dixo: «Señor, yometo a mi e quanto bien me Dios diere enguarda de sancta yglesia, e de vuestro consejo; e vos escoged por mi quales honb res meserán mejores, e hazed en g uisa que sea aseruicio de Dios e a su voluntad e a pro delpueblo; e, si vos pluguiere, llamad e convos a mi señor»; y el arcobispo llamo a An-tor, e dixole la buena palabra que Artur le

dixera, y entonces escogeron quales seránpriuados e quales consejeros,, e hizieron aQueja mayordomo de su corte e de su tierra;mas las otras tierras, e los otros lugares, elos otros oficios de casa, quedaron fasta Pascua; y estonce se ajuntaron todos en Londres, bispera de Pascua . Y el argobispo dixo:«Jesu Christo quiere que este niño sea rey»;e los ricos honbres dixeron: «No queremosnos a Jesu Christo desto contradezir, masauemos a marauilla de tan niño, honbre detan baxo linage , ser rey e señor de no s; e fa-zed vna cosa que plazera a Dios e a todos

nosotros. Yos conoscedes este niño e tene-

deslo por sesudo, e nos no sabemos cosa desu fazienda, e dexad, ante que sea sagrado,que prouemos que honbre querrá ser».

CAP. CXXXIY.— Como fue dado el plazoal sagramiento de Artur.

Eespondio estonce el arcobispo: «¿Quereysvos que le demos plazo a su sagramiento ela eleeion?» «Queremos que sea mañana, dixeron ellos, mas el sagramiento que quedefasta Pentecoste»; y el argobispo dixo: «Eaun por esto no quedara»; e otro dia, después de la gran missa, truxeron el niño a laeleeion, e saco la espada como ante, y estonce lo recibieron por señor, mas mandáronleque tornasse la espada a su lugar; e despuéstornaron a la yglesia, y recibiéronlo por señor, y tiráronlo aparte por hablar con el e

por le prouar, e dixeronle: «Señor, nosotrosbien vemos que Nuestro Señor quiere queseays nuestro rey. e, pues que el quiere,queremos nos, e queremos tene r de vos nue stras tierras assi como vassallos de señor;mas rogamosvos que vuestro sagramientoquede hasta Pentecoste, ca y ap or esto no seredes menos señor del reyno ni de nos, y deesto queremos saber vuestra voluntad sinconsejo de otro». Y el rey dixo: «Deque medezis que quereys las tierras de mi, esto yono puedo fazer ni deuo hasta que sea bienseñor de mi tierra. E de que dezis que seaseñor del reyno, esto no puede ser hasta quesea sagrado e que aya la corona e la honrradel reyno; mas el plazo que pedistes os otor-go^ ca no quiero sagramiento ni honrra sinopor Dios e por vos ».

CAP. CXXXY.— Como el rey Artur repartiósus dones a szes caualleros.

Estonce dixeron los ricos honbres que, sibiuiesse, que seria muy sesudo y bien razonado, y que respondería muy bien. Y assifue el plazo dado hasta Pentecoste, y entretanto obedescieron a Artur assi como el argobispo mando, e fizieronle traer todos losthesoros, e todas las cosas preciada s, por pro-uarlo si seria codicioso e tomador; y- el pregun to [ a] aquellos que le dieran por consejeros por cada vno de los ricos honbres y losotros que honbres eran o que valian, e comohallo assi hizo, ca a los buenos caualleros diolos cauallos e las armas, a los mancebos diolas aues, e a los enamorados dio las dueñas,e a los sesudos dio los au eres ; e tuuolos en sucompañía, e a los de su tierra dio lo que entendió que les seria mejor; e assi partió lo

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 51que le dieron para prouarlo; e quando ellosesto vieron, recibiéronlo todos mucho en suscoracones, e dezian aparte que seria de granhecho, e que no veyan en el codicia ni maldad, que tan ayna que tomara el auer en lamano, luego lo empleaua bien e con razón.

CAP. CXXXYI.— De como fioe sagradoel rey Artur.

Prouaron assi al rey, e nunca pudieronen el mala maña hallar, e quando llego aPentecoste, ayuntáronse todos en Londres, eprouaronse en la espada quantos se quisieron prouar, mas ninguno no la pudo sacar,y el arcobispo tuuo la corona presta y el sacramento en bispera de Pentecoste, y luegotodo adobo de hacer cau allero; y el dia destafiesta por la mañana, tomo Artur la espada

de sobre-

el altar, e ciñóla, y fue cauallero;y el argobispo dixo a todos: «Yees aqui estehom bre que Dios escogió pa ra ser vue strorey, e si ay tal que lo quiera contradezir,digalo»; y todos dixeron a vna boz: «Queremos de parte de Dios que sea nuestro rey,mas tanto le pedimos de merced que si alguno de nos quiere mal porque le contrade-ziamos su elecion, que nos perdone»; y estonces hincaron todos los ynojos ante el. Yel rey Artur lloro con piedad, e hinco losynojos ante ellos, e dixo: «Yo vos perdono;e aquel Señor que esta hon rra m e dio os per

done»; y estonce se leuantaron todos, e tomaron a Artur en los bracos e leuaronlo alaltar, y la corona e la vestimenta estaua aycon que lo auian de sagrar. E vistieronselo,e, pues fue vestido, el argobispo se aderecopara cantar la missa, y estonce dixo a Artur:«Yd y tomad la espada y la justicia ondeaueys a ser señor, y defended a su yglesia,y guardad la christ iandad en todas manerasa vuestro poder»; y estonce fueron todos en

' procession al pa drón ; pues estouieron alrededor todos. E dixo el arcobispo: «Artur, si tueres atal que quieras prometer a Dios e a

sancta Maria, e a nuestros señores Sant Pedro, e Sanct Pablo, e a todos los sanctos esanctas, que tu guardes e defiendas a lasancta yglesia, e mantengas paz y lealtaden la tierra, e consejes los desaconsejados, etengas la boz de los pobres y de los que notouieren abogados, e ma nteng as todo derechoe toda lealtad, toma aquella espada por queNuestro Señor te escogió para ser rey destatierra» ; y el la tomo, e otorgo todo qu anto elargobispo le dixo; e diole la espada, y después santiguólo, y fizieronle todas las cosasque deuian hacer a rey sagrado y coronado.Y después qu e la missa fue cantad a, salieron

con el de la yglesia, e miraron, e no vieronel padrón, e ouieron gran pesar; e assi fueArtur rey en Londres, e vuo la t ierra en supoder y en paz; e los ricos honbres no vey anen el cosa por que no le deuiessen muchopreciar, sino tanto que no sabían de que li-

nage era, e marauillaronse como pluguieraa Nuestro Señor que tan mancebo honbre ytan desconocido fuesse rey, que ouiesse amantener tan gran gente como la de Londres, y assaz hablaron ay los ricos hombres,dellos en poridad e dellos en consejo, masno ante eL ca muchos lo dudauan, e Ántordescubría ya no era su hijo, mas que se lodieran a criar, e contoles como.

CAP. CXXXYII. —• Como Merlin dixo aBlaysen que haria conoscer al rey Artur.

Dize aqui el cuento que Merlin morogran t ienpo con Blay sen, y quando supoque Artur era rey, dixole: «El hijo de Yterrecibió la corona del rey no de Lo ndr es, maslos ricos honbres e las otras gentes hanlocontra coracon, porque no saben cuyo hijoes, e agora conuiene que vaya yo alia y queles haga saber la verdad, y que sean endeassi ciertos como son en duda por mi fecho.Ca en otra guisa sera a mi pecado mortal»;e Blaysen le dixo: «Si el no es conoscidopor ti, cata como fagas que no seas ende

blasfemado, ni tu alma en culpa»; e Merlindixo : «Yo fare en guisa que, como agorason en duda de su linage por mi, que assisean ciertos por mi».

CAP. CXXXYHL— De como Merlin soñóvn sueño.

Assi dixo Merlin que yria al reyno deLondres, e la noche antes que mouiesse, viouna visión: que estaua en vn gran pradofermoso e veya vn roble alto y hermoso, ecabe aquel roble vna pértiga pequeña e depoca pro, e no tenia ninguna cosa de fruto,e cabe aquel roble crescia vna pértiga, etomóle la corteza e las fojas, e después ma-rauil lauase mucho assi en durmiendo, hastaque despertó, y estuuo en esto pensandotoda aquella noche, y no fue atan alegrecomo ante era.

CAP. CXXXIX.— Gomo contó la visión queviera a Blaysen.

De mañana leuantose, e Blaysen dixo la

missa, e oyóla Merlin, e tanto que Blaysenla ouo dicho, dixo Merlin riendo: «Maestro,

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52 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Svna visión, vi esta noche que no es sino signif ica ba , agora veré como me direys ende laverdad»; y estonce le dixo su visión assicomo la viese, e Blaysen dixo: «Merlin,¿que me preguntas tu por la visión? ca tueres este, y sabemos bien que eres el m assesudo lionbre que ay en el mundo, mas tu

lo hazes por prouar mi seso, mas por buenafe yo no se mucho de las cosas escondidas, ypor esto no sabría ay dar consejó; mas tudime lo que sabes, las cosas que son e queha n ele ve ni r» . «Cierto, dixo M erlin, ya note m ar anilles ende poco, e m ételo en escriptoassi como yo te dixere».

CAP. CXL.— Como Merlin dixo a Blaysenque viera su muerte en la visión.

«Es verdad que yo en esta visión veo mimuerte, y assi verna como yo vi, e deziroshe como el roble 'alto e grande, e de muyluengas ramas, deues entender a mi seso; ebien assi como tienen el roble por fuerteárbol e gra nd e, assi me tiene n a mi po rel m as marauilloso hon bre e de mejor graciaque otro honbre, por el gran seso que en miay, e agora podeys conoscer que el árbolsignifica a mi; e agora os diré que significala pértiga que nascia cabe el árbol; significavna donzella manceba e vil. que se acompañara e conocerá comigo, e aprenderá tantode mi saber e de mi sciencia que Dios medio, que ella, por su saber e por su engaño,me parara en tal manera, que me meterábiuo so la tierr a, y alli m e d exara mo rir, eno veo cosa que no pueda estoruar destaauentura, sino Jesu Christo solo, que verdades que hasta aqui fue cierto de las cosas,mas agora no me auiene desto, que lo nopuedo saber por cosa que fazer pueda, niqual es aquella donzella que me ha de matar, ni en qual tierra es. Mas se que esgrande y fermosá, e bien pienso que Diosme faze esto desconocer, porque por desconocencia fize pecar a la buena e sancta dueña Igue rna ; e agora vos diré la significancade mi muerte; e no vos lo dixere atanabiertamente, si yo en vos tanto no me fias-se»; e Blaysen dixo: «Marauillas me d ezis;¿assi que vos conoceys las fines de las otrasyen tes e de la vuestra no sabeys la verdad?»«Esto os diré yo muy bien, dixo Merlin;muchas vezes auiene que el arte aprouechaa muchos, e no aprouecha al que la sabe,ante le nuze; y esto vos digo por mi, queayude fasta aqui a quantos quise, e agora nopuedo ayudar a mi en esta auentura, ca noplaze a Nuestro Señor, ante quiere que

muera como otro hombre mortal». '

CAP. CXLL—Gomo Merlin dixo a Blaysenla naseiencia de Laucar ote.

Cuando Blaysen esto oyó, comenco a pen sar fieramente, e dixo a M erlin: «¿Do pen -says vos que es aquella donzella, e por quevos auede s a tom ar muerte?» «E yo os digo,

dixo Merlin, que yo no puedo saber mas,ca os digo que no plaze a Jesu Christo queyo la muerte eseuse, e por esto se verdaderamente que moriré». «¿Y de las otras cosasque ende han de venir, soys ende ciertocomo soliades?» E Merlin dixo: «Si, detodo». «¿Y quando os cuydais yr a la reynade Londres?» dixo Blay sen. «No ha y quetardar, dixo Merlin, ca ya muy tarde es.Mas, ante que alia vaya, os diré vna mara-uilla do no ay al sino verd ad, ca es verdadque si yo luengamente pudiesse biuir, salaria mucho al rey no de Lon dres, e ayuda-

lio ya a todo mi poder; mas porque mi ay udale fallecerá por la muerte, que ha de venirayna, pensó Nuestro Señor como padre depiedad marauillosamente de la t ierra. Caenaquella hora vi yo en visión mi muerte, enaquella hora nació, de la inuger del reyYan, el ochauo de la muger de Nacian, e deaquel sera el que salira el buen caualleroque dará cima a las auenturas que por lamarauilla del sancto Grrial auernan en elreyno de Londres; e sera aquel buen cauallero y el noueno del linage de Nacian». «Eaquel cauallero, dixo Blaysen, que vos dezis

que esta noche nascio, ¿podra alguna cosavaler o ayu dar al reyno de Londres?» «Si,dixo Merlin, ca el sera atan marauillosohonbre, e de tan gran bondad en armas,que todos los que lo vieren se marauillarandel, e todos aquellos que lo vieren lo temerán mucho; tanta gracia le porna Dios etanto valdrá, que [v aldr á] por bondad de armas en el reyno de Londres, como valgo porseso yo» .

CAP. C X LIL— Como Merlin dixo a Blaysen

que ábria cabo su libro.Merlin dixo a Blaysen: «Agora podeys

ver que Nuestro Señor fizo nascer aquel deque vos yo fable en lug ar de m i; por su bondad e por su caualleria ha de conplir lo queconpliere por m i seso, mas , assi como m i Señor me mostró que sera maltrecho y en cuytay en verguenca por muger». Y Blaysen lepregunto: «¿Como aura nonbre?» «Lanca-rote del Lago, dixo. Merlin, e sabed que estesera el cauallero mas amado e de mejor gracia que aura en el mundo, saluo su hijo Gra-

laz»; e todo esto que Merlin le dixo aquella

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B A L A D R O D E L .SABIO M ER LIN 53assi YÍHO la dueña a la corte con sus lujos, que ainaua m ucho, y era tan fermosa,que a duro la podría honbre fallar par entoda la tierra; y era vna de las mas honrra-das que auia en todo el reyno de Londres yen su tierra, como era hija del muy honrra-

do duque de Tintuguel; e mucho rescibiobien el rey a la dueña, e mandóle fazer mucho seruicio. E tanto que la vio, enamorósemucho della, e hizola morar en su cortequince días, e durmió con ella, e hizo conella a Morderec, por que después fue fechomucho mal .

vez, púsolo B laysen en escrito, e dixo a Mer-lin: «Pues os pa rtís de m i, fazedme enten dersi auedes de morir ayna, e otrosí me consejad que podre haze r. Ca vos me consejastesa fazer escreuir la historia del sancto Grrial,e me dixistes que me diriades la verdad de

las auenturas que auernian en el reyno deLondres; pues, ¿como podre encimar estaobra quando ende no supiere la verdad? ecomencé mi libro, e no sera aeabado, e todosera mentira quanto ay hize, pues no ouierecima». «Y esto os responderé, dixo Merlin,no ay cosa que no ha cima,* y esta cosa quevos comencastes, e de ta n alto fecho, e pue s,si yo muriese, e vos moredes, no puede alerque si algún honbre bueno fallare vuestrolibro, que no lo encime; e bien os digo quelo fallare, que si no lo hallasse seria grandaño, e vuestro libro sera gran cosa, si Dios

quiere que aya cima». E Blaysen dixo:«Aun no dixistes cosa si era encimado».«Mas después sera bien que en mi vida nien la vuestra no sera encimado», dixo Merlin. ¿«Mas después sera acabado y encimado?» «E yo os digo, dixo Merlin, que vos,que lo encomencastes, seredes ayna bendi-cho de muchas gentes». E Blaysen le dixo:«Agora me dezid, Merlin, pu es vos queredesyr al rey , si os veré nu nca »; e M erlin dix o:«Si vos queredes dar cima a vuestro libro yverme, yd empos de mi a la gran Bretaña».«E ¿do vos podría fallar? dixo Blaysen, ca

no me podría agora desta t ierra partir».Dixo Merlin: «Oy en ocho meses, en el primer dia de mayo, me hallareys en la entradade la mata de Yada lian, a hora de medio dia,ante la cruz auen turosa; e alli os diré vnagran parte de las auenturas del sancto (Male de las sus marauillas, assi que aquípodreys auer cima de vuestro libro». Assidexo Merlin a Blaysen, e partióse luego del,e fuesse para la gran Bretaña.

CAP. CXLIIL — Como el rey Artur durmió

con Elena su herma na, m uger del rey Loe.Agora dize el cuento , que vn poco después

que Artur fue rey, vino a vna gran corteque el tenia en C ardoil, en (xalaz. Ele na, muger del rey Loe de Otornia, hermana del reyArtur. mas no sabia el que era su hermana,ni Elena otrosí; e la dueña vino a la cortedel rey muy ricamente, con gran conpañade caualíeros, e dueñas, e donzellas, e truxoconsigo quatro hijos que auia del rey Loe,que eran muy fermosos niños, e de tal edadque no auia el mayor mas de diez años, e

aquel auia nonbre Galuan, y el otro Aganay,y el otro Grariete, y el otro Grurreches. Y

CAP. CXLIY.— Del fuerte sueño qu e soñó elrey Artur.

Y assi durmió el hermano con su hermana , e fizo ay al que lo traxo después a mu erte , assi como dirá después encima de la granhistoria de Lancarote del Lago. Mas quandola dueña se torno paia sü t ierra, la primeranoche después el rey soñó vn sueño, que lesemejaua que estaua en vna cátedra la masrica del mundo, e auia ante el atan granpueblo de todas edades, que se marauillauadonde tan gran pueblo viniera. E teniéndolos todos en derredor de si, vio que salia delvna gran sierpe, y tan fuerte semejanca quenunca ojo fablar deftal, que siempre andauabolando sobre el reyno de Londres a cada

parte, e por todos los lugares que yua que-maua todo, assi que no quedaua ciudad, nicastillo, ni villa, que todo no quemasse ydestruyesse. E assi quemaua todo el reynode Londres; y después que esto fazia, veniaa los que estauan con el rey, e cometíalos, emataua los todos; e después iua al rey , e combatíase con el fieramente, mas a la cima matara el rey a la sierpe, y el quedaua llagadomortalmente .

CAP. CXLY.—De com o el rey Artur, an

dando a la eaga, vido la Bestia ladradora .'El rey ouo gran pauor deste sueño desque

despertó, e fue m uy desconortado, e ouo atangran pesar, que no se sabia dar consejo,e pensó ay toda la noche; e de mañana,quando se leuan to, oyó toda la missa, y d espués fuesse a caga con gran compaña de caualíeros y de otros honbres; y el rey yua envn muy buen cauallo, e vestido de paños decacador, e tanto que e ntrar on en la montaña, e fallaron vn gran cieruo, e dexaron loscanes ir empos del; y el rey, que andaua

bien encaualgado, comenco a seguir el cieruo, e tanto se acuyto de yr empos del, que

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54 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sen poca de hora dexo su compaña mas dedos leguas, assi que no supieron del parte;y el rey tanto fue empos del cierno, que nolo pudo el cauallo sofrir, e cayo con el; equand o el re y se vio a pie , no supo que fizies-se, ca sus honbres eran lexos, y el cieruoyuasé tan lexos, que lo perdió de vista, perodixo que yria en pos del a pie fasta que sushonbres llegassen, que le darían cauallo; etanto fue el rey a pie en pos del cieruo, quese canso, e posóse cabe vna fuente por fol-gar; e tanto que se assento, comenco a pensar en el sueño, e pensando oyó vn gran ladrido de canes, tan grande como si fuessentrey nta o quaren ta canes; y pensó que eranlos suyos, e leuanto la cabeca e vio venirvna bestia, e no muy grande, mas era lamas dessemejada que nunca vio, porque desu figura era tan estraña e tan dessemejadaera, como el cuento del sancto Grrial dize; epor ende no os diré aqui atan conplidamentecomo era, pero de lo mas de las fechurasdiré: Ca ella auia la cabeca e cuello de oue-ja, blanco como nieue, e pies e piernas decan, negras como carbón; e auia el cuerpoy el alcafar como raposo; e la bestia vino ala fuente, e comenco de beu er, e miróla mucho, e signóse e dixo: «En buena fe, ¡agoraveo la mayor marauüla que nunca vi, cabestia tan dessemejada como esta, nunca de-11a oy fablar, ca estrañ a de fuera y de dentro! Ca oyó bien e conozco que trae dentroen sí hijos biuos, que ladran como canes.Y nunca en el reyno de Londres vio honbretales m arau illas como estas desta bestia dessemejada» .

CAP. CXLYI.— De como el rey Artur desafioal eaua llero de la Bestia ladradora.

Assi fablo el rey consigo mismo de la bestia ladradora, e quando comenco a beuer,las bestias que andauan dentro en ella calláronse, e, después que beuio, comenco a ladrar assi como antes, assi como [si] treynta

canes fuessen empos della, e assi se partió labestia de la fuente; y el rey lá miro mientrala vio; quedo tan espantado desta marauüla,qué no sabia si dormía ni si velaua, y ellase fue a tan grande andar, que en poca deora no la vio, e comenco a pensar más queantes , e mientra que assi pensaua, llego a elvn eauallero, e dixole: «Oyes, tu, eauallero,¿que piensas? Dime sí vistes la dessemejadabestia que lleua en si los ladridos de los canes» . Y el rey dixo: «Yo la vi agora, y aunno va media legua ». «|Ay Dios, dixo el eauallero, como soy tan desdichado! Ca si

agora no me moriera el cauallo, alcancalla

• ya, e cabaria lo que demando; ca mas ha devn año que ando tras ella por saber la verdad della, mas que por al». «¿Como, dixo elrey, e tanto ha que andas en pos della?»«Si», dixo el. «E ¿por que? dixo el rey, de-zidmelo si os plaze». «Cierto, dixo el eauallero, yo os lo diré. Verdad es, e nos losabemos, que esta bestia ha de morir en estatierra por el mejor eauallero de mi linaje; eporque yo quería saber la verdad si so yo elmejor eauallero de mí linaje, segui tanlueng ame nte esta bestia; e no lo digo por mealabar, mas por saber si soy tal por qual metienen». «Cierto, dixo el rey, asaz me aueysdicho ende, e agora os podeys yr quando avos plaze a pie». «Yo no me yre, dixo eleauallero, si puedo, antes atendere algúneauallero que Dios trayga por aqui que mequiera dar bestia»; y ellos en esto fablando,llego vn escudero en vn fuerte cauallo ycorredor que buscaua al rey, e quando el lovio, dixo: «Agora descendid presto, e yreempos de vna bestia que por aquí va». «¡Ayseñor! dixo el eauallero, no hagays tan granvillanía que vayas empos de mi bestia, quehe andado tanto tienpo tras ella, mas hazedcomo cortes e dadme aquel cauallo. Ca yopor vos mi fallamiento por vos perdiesseaquella bestia, la verguenca seria ende vuestra y el daño mío». Y el rey dixo: «Caua-l lero, tanto anduuistes ya empos della, quebien la deuedes dexar agora, quedad, e yo

la seguiré ende por vos, tanto que Dios mediere ende la honrra si le pluguiere». «Ecomo, dixo el otro, don eauallero, ¿assi que-reys yr a fuerca en pos de lo que yo anduuefasta aqui a mi gran trabajo e afán?» Y estonce fue el eauallero corriendo al escu dero , ederribólo del cauallo, e eaualgo ante que elrey viuasse llegar al cauallo, e dixole: «Donma l eauallero, agora no vos he grado, e voy-me empos de mi bestia; e sabed que si veolugar donde os lo agradezca, que os lo galardonare, solamente que sepa que queredesmi demanda cometer; agora os tengo por

sandio e por catiuo eauallero, e no soys paracometer tan alta cosa»; y el rey le dixo:«Cauallero, tu me dirás lo que te pluguiere,e yo escucharte he. Mas sabe que si yo tehallo oy o mañana, que yo te mostrare miespada, ca bien deuo yo por razón cometertamaño fecho como tu»; y el cauallero ledixo: «No tomes ay tan gran trabajo si hallarme quisieres, ca yo siempre ando en estamontaña empos desta bestia». «Pues prométete, dixo el rey. que no seré alegre fastaque sepa por derecha prueuá, si Dios quisiere, qual de nos es el mejor cauallero».

Y el cauallero dixo: «Quando lo quisieres

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 5 5

saber, ven a esta fuente, e sabe que si tuestas ay vn dia, que me fallaras; y como noay dia que ay no venga»; y el rey dixo:«Agora tu puedes yr, ca yo quiero sabermas de tu hazienda».

CAP. CXLYII.— Como estando el rey pensando vino a el Merlin en semejanca de niño.

Estonce se partió el cauallero dé alli, efuesse empos de la bestia, y el rey dixo alescudero que le fuesse por otro cauallo; y elescudero fuesse contra do pensaua que fallaría su conpaña; y el rey quedo pensando entodas aquellas venturas que viera; e siendoassi pensando, vino Merlin a el en semejanca de niño de catorze años, e conociólo bienal rey, tanto que lo vio, e saluolo assi comosi no supiesse que era rey; y el rey leuanto

la cabeca e dixole: «Niño, Dios te bendigas».E Merlin dixo: «Yo soy vn niño de tierraestraña, e marauillome mucho por que piensas tanto, ca me parece que nin gún hombreque cosa vala no deue ende p ensar en cosa dopuede fallar consejo»; y el rey cato el niño,e marauillose de lo que dézia, e lo que leoya assi fablar tan sesudamente. E dixole:«Como ¡ yo pienso que ningún honbre fuerade Dios no puede saber lo que yo pienso!»«Cierto, dixo el niño, no pensades en cosaque yo no se, ni feziste cosa que yo no supiesse, e digoos que os espantades en donado ; que vos no vistes cosa en vuestro sueñoque assi no aya de ser; que assi plaze aJesu Christo; e si vos vistes vuestra muerteen sue ño s, no os deuiades esp antar, ca porende salimos de tierra por tornar a ella, epor ende recebimos vida , por recebir m uer te».

CAP, CXLYIII . — Como Merlin dixo al reyque su hermana era del preñada.

Quando el rey esto oyó, fue mas espantado que ante, y el niño dixo: «¿De que osespantays?ca quan to mas me oyeredes fablar,tanto mas os marauillareys. Mas direos loque esta noche soñastes». «Por buena fe,dixo el rey, si lo dezides, por muy gran ma-rauilla lo terne, e mayor que de quanto oyni vi». «Pues yo os lo diré, dixo el niño, eassi terneys con que pensar»; y estonce lecontó todo su sueño; y el rey se signo, e dixo :«Tu no eres honbre, mas diablo verdadero,ca por ser de honbre no podrías tu saber tanescondidas cosas». «Por yo vos dezir esto, dixoel niño, no podes vos dezir por razón que yosoy diablo e enemigo de Jesu Christo; mas yoos prouare por derecho que vos soys diablo

eg ran enemigo de Jesu Christo, y el mas desleal cauallero del rey no; ca vos soys sagrado evngido en aquel señorío de Jesu Christo; porla su gracia os puso , e vos fezistes tan gra ntraycion, que dormistes con vuestra hermana, e muger de vuestro vassallo; y ella espreñada de vn tal fijo, que ayna fara muchomal en esta tierra»; y estonces respondió elrey mu y verg oño sam ente, e dixo: «Diabloeres tu de todo en todo, y esto no puede alser, oa yo no he hermana, ca tu ni otro puede saber mas de mi fazienda que yo».

CAP. CXLIX.— Como Merlin dixo al reyArtur cuyo fijo era, e de que linaje.

El niño dixo: «No dezis verdad, que masse yo ende que vos, que yo bien se quienfue vuestro padre, e conozco bien a vuestra

madre e a vuestras hermanas, pero que hagran tienpo que no las vi, mas se bien queson biuas e sanas»; e quando el rey esto oyó,fue muy confortado, pero pensó que le mentía, ca lo tenia por adeuino, e dixole: «Si turae dizes cierto de mi padre e madre, e demis hermanas, e de qual linaje vengo, no medemandaras cosa que yo pueda auer que note la de»; y el niño dixo: «¿Prometeysmeloassi como rey? ca si me mentierdes, mayormal ende os verna que piensas». «Prométetelo seguramente», dixo el rey; y el niñodixo: «Pues jo os digo de cierto^ que vos

soys de tan gran guisa como aquel que esfijo de rey e de rey na, e vuestro pad re fuemuy buen honbre, e buen cauallero de armas». «¿Como, dixo el rey, esto es verdadque yo soy de tan gra n guisaV» «Si, sin falta»,dixo el niño; y el rey dixo: «Si verdad fuesse , yo no quedaría hasta que metiesse todoel mundo so mi poder». «Por Dios, dixo elniño, no vos quede por esto, ca si a vuestropadre parecierdes, no perdereys de lo vuest ro , antes ganarej^s mucho»; y el rey dixos«¿Como vuo nom bre m i padre?» El niño dix o:«Yter Padragon, e fue señor deste rey no».

«Pue s, dixo el rey , no puedo yo faltar de serhonbre bueno, que tanto fue el honbre bueno, que no podría del salir mal fijo, si nofuesse por marauilla. Mas a duro lo podríanagora creer en esta tierra que yo soy sufijo». El niño dixo: «Yo lo haré creer anteque este mes passe, assi que bien sabrán porverdad que fuestes fijo de Vter Padragon ede la reyna Iguerna», y el rey dixo: «Marauilla m e dezis, e no te lo puedo creer. Ca sisu fijo fuesse, no me criara tal infancóncomo me crio, ni seria mas desconocido comosoy. Ca el me dixo que no sabia quien era

mi padre, e tu, que eres moyo estraño, dizes

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56 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sque sabes ende la verdad mejor que el, queme crio hasta aqu i». Y el niño dixo: «Si verdad no digo, no me des lo que me has de dar ,e sabed que no lo digo sino por gran amorque os he; e del pecado que aueys con vuestra hermana, sabed que os terne ende tanbien poridad como vos mismo. Y porque yo

os amo, no lo encubro tanto por vuestroamor, como por amor de vuestro padre, queme quiso gran. bien, e yo a el, e ñze muchopor el»; y el re y dix o: «ÍTo es ver da d, e deoy mas no te creeré cosa que me digas, quetu no eres de edad que pudiesses ver ni conocer a mi padre si el fue Vter Padragon, epor ende te ruego que te vayas daqui, capues tu mentira es tan conocida que mequieres hazer creer todo esto por verdad, noquiero tu compañía, ca me pareces cosamala».

CAP. CL. — Gom o Merlin fahlo eon el reyy en semejanza, de honbre viejo.

Dize el cuento que, quando el niño estooyó, fizo semblante que ouo ende gran pesar, e partióse del rey e fuesse meter en vnamata muy espessa, e mudo la presencia delniño, e torno en semejanza de viejo de ochenta años, tan flaco a semejanca, que apenaspodía andar; e fue vestido.de vn guison, eassi fue ante el rey, e saluolo como si no loconociesse, e dixole: «Dios te salue, señor -caua llero, e os de buen a cima de vuestro p ensar. Ca me parece que no soysmuy alegre».El rey dixo: «Honbre bueno, Dios lo fagaassi. Ca, cierto, mucho me era menester, evenid assentar cabe mi va poco, si os plaze,fasta que venga vn escudero mió»; y entonce se assento el viejo a fablar cabe el rey, ecomencaron a hablar de muchas cosas, y hallólo el rey tan sesudo en quanto le pregunto , que fue ende ma rauillado; y estonce clisoel viejo: «Señor cauallero, ¿por que pensadesagora atan mucho? Ca assi me pareció quando a vos allegue» . El rey le dixo: «Hombre

bueno, nunca honbre de mi edad vio tantasmarauillas como yo vi en vn tiempo, assi ensueños como en verdad. Y de lo que masme marau illo fue de v n niño pequeño queagora vino a mi, que me dixo cosas que yopensaua que no las sabia ninguno sino yo».«Señor, dixo el honbre bueno, no os mara-uilledes ende, ca no ay cosa tan encubiertaque no sea descubierta, e si cosa fuesse hecha so t ierra, la verdad ende es sabida,quan to mas sobre la tierr a; e por Dios señor,no seayg triste ni penseys tanto, e deaidmelo que a ue ys, e yo os sacare de todas las du

das en que estays». El rey dixo al viejo que

era sesudo, e que seria bien de le dezir vnapieca de su fazienda. Ca el lo encobriria, yel le convence a contar su sueño, e dixole loque viera de la bestia ladradora y del cauallero como leuara el cauallo: «Señor, dixo elviejo, deste sueño os diré yo la verdad: Sabed que vos aureys mucha mala ventura é

mucho pesar por vn cauallero que es engendrado, mas no es nascido. Y todo esterey no sera destruyd o por e l, e los buenos ca-ualleros que vos veredes en vuestro tiempo.Assi quedara esta tierra yerma e desierta,por las malas obras de aque l pecado». «Cierto , dixo el rey, esto sera gran daño, e mucho seria mejor que aquella captiua personamuriesse tanto que fuesse nasciclo, que tantomal por el viniesse; e pues vos ende tantome dixistes, vos sabcys bien de quien; porque yo os ruego que me lo dígades, e, tantoque nasciere, hazerlo he quemar». «Cierto,

dixo el viejo, si Dios quisiere , cria tura hechade nuestro señor no morirá por mi, comoquiera que sea pecador contra su cima, e,mientra que fuere niño sin pecado, seradeslealtad de lo matar. E sabed que yo meternia por muy gran pecador contra Dios.Ca no queria que la criatura que mal no m e-reciesse e recebiesse muerte por consejo des-to ; no me roguedes, ca no liare ay cosa». Edixo el rey: «Pues a mi parece que desama-des este reyno, y mostrároslo he. Yos dezia-des que por vn cauallero solo sera destruydoeste reyno, e las gentes muertas; mejor sera

que cauallero por quien tanta malauenturaha de venir, que fuesse muerto solo, que nomuriessen tantos». «Assi es verdad, dixo elhonbre bueno, que mas valdría su muerteque su vida». Y el rey dixo: «Por esso digoyo que dixessedes de quien nascera o quando, ca por lo descubrir sera la tierr a guard ada, e por le encobrir lo sera perdida». «Assies verdad, dixo Merlin, quien a la parte dela tierra quisiere catar. Mas si la tierra ayganasse, yo ay perdería mucho. Ca perderíael alma, e por esso no os lo diré , ca mas qu iero saluar mi anima que vuestra t ierra». Yel rey dixo: «Pues tanto me puedes dezir,¿quando nascera y en que lugar?» E Merlinse comenco a re yr , e dixo: «¿Por esto lo pen-says de fallar? por cierto no fareys, ca áNuestro Señor no plaze». «Cierto, dixo elrey, yo lo hallare, si supiesse la hora de sunacimiento e la tierra do ha de nasc er». «Yovos lo diré, dixo el honbre bueno, mas detodo falleceredes. E agora sabed que nascerael primero dia de Mayo en el reyno de Londres»; y el rey dixo: «Si esto es verdad, yono os pregunto mas»; y el honbre buenodixo: «Yerdad es sin falta».

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BALADEO DEL SABIO MERLIN 57CAP. GLI.— Como Merlin dixo al rey que

mejor honbre que el le diría verdad de labestia,

«Dezidme, dixo el re y, lo que vos p regu ntare; dezidme de aquella bestia que vi, la

mas dessemejada de que nunca oy fablar, etraya dentro en si bestias que ladrauan, eparecíame que era sueño. Carne parecía queninguna criatura no podría boz salir fueradel vientre de la madre»; y el lionbre buenodixo: «Si vos ende marauillades, hazedesgran derecho. Ca sin falta esto es m arau illa,assi en lo ver como en lo oyr». Y el reydixo: «Agora me clezid que es»; y el lumbrebueno dixo: «Esta es vna m arauilla del sanctoCfrial, e nos puedo mas dezir, ca mejor lumbre que yo os lo dirá». «E ¿quien es esse?»dixo el rey. «rTo es avn engendrado, dixo el

honbre bueno, mas ayna lo sera, y en engendrarlo ha aquel cauallero que vistes que yuaen pos de la bes tia»; y el re y di xo : «¿Que sa-beys vos si lo vi?» Y el dixo: «Si se; e aunse el pleyto que ha en tre vos». E el rey dixo:«Agora me dezid que cauallero es»; y el honbre bueno le dixo: «Yos lo sabreys bien, si loprouarades a la justa, e no os lo diré al des-ta vez».

CAP. CLII. — Como Merlin dixo al rey comofibera hecha la bestia ladradora.

«E mas os digo de la bestia, que no sabre-des ende la verdad hasta que de aquel quedeste salira os lo fara conocer, e aura non-bre Perseual (') de Gfalaz, porque sera natural de Gralaz, e sera tan amigo de NuestroSeñor, que el dará su virginidad tan mara-TÚllosa, que. qual saliere del vientre de lamadre, tal entrara so la tierra; y esta verdadaura este cauallero: que desta bestia el osdirá la verd ad. M as antes no podeys sabertan conplidamente la verdad. Pero deziroshe vna parte por vuestro amor. Sabed queIdomedes, que fue frey del] , rey no de Londres, que agora ha nombre Inglaterra, ouovna fija muy hermosa, que sauia mucho delas siete artes, e amaua estudiar en el artede nigromancia, porque amaua el mundo, eamo a vn su hermano del fol amor, que erainfante grande y fermoso, e prometiera aDios su castidad. Y este infante auia non-bre Galaz, e porque no quiso fazer lo queella quiso, fizo al padre que lo prendiesse.Ca le dixo que la foreara y era del preñada,y m entía, ca todo se lo mo strara el diablo quela engaño. Ca le dixo que durmiesse vna vez

( ') Percival, Perceval ó Tarsifal, el loco-casto.

con el, e que faria que la amasse su hermano; y ella lo fizo, e durmió con ella, ca lepareció el en vna fuente de vna huerta de supadre do ella yua a menudo á estar, y parecióle en forma de honbre fermoso, y assidurmió con ella el diablo muchas vezes, e

ella fue preñada de diablos. E quando el padre la vio preñada, preguntóle que fueraaquello. Ella dixo, assi como el diablo se loenseño: «Señor pad re, sabed q ue me forco m iherm ano Gralaz». El re y Idomen es prendió alhijo, e pregunto a la fija que justicia queríaque hiziesse del, e dixole que le diesse biuoa comer a canes; e assi fue Gralaz echado acanes por sentencia de su hermana. E fizovna oración a Dios, e dixo que diablos ladra s-sen en su vientre porque mentía, y queladrassen como canes. Y después que el fuejusticiado, ella parió a su tiempo esta bestia

que vos aqui vistes; y fuesse por el monte,que parescia que mas de cien canes ladrauanen su vientre ( l). E assi andará fasta quevenga el buen cauallero que aura nonbreGralaz, que la matara. E quando Idomenesvio que sil hijo ma tara a tuerto , entendió queDios oyera la oración que fizo por el testimonio que su hermana dixera contra el. Etorno entonces a la hija, e atormentóla enm aner a, que le contó como el diablo la eng añara. Entonces hizo el padre justicia brauae cruda della porque mintiera, e assi perdióIdomenes sus hijos ambos por su mala ven

tura» . El honbre bueno dixo: «Agora os hecontado vna parte deste negocio, mas que yopense ». «En non bre de Dios, dixo el rey ,pues mucho me conuerna atender si fuereverdad lo que dizes». Y el honbre buenodixo: «Assi sera». «E vos, dixo el rey, ¿soyscierto de las cosas que ha n de venir?» «Si,dixo el honbre bueno, que esta gracia me dioDios por su merced»; el rey dixo: «Pues quevos soys cierto de las cosas que ha n de v enir ,bien deuiades vos saber las que son en vuestro tienpo». «Cierto, dixo el hombre bueno,no es cosa fecha en mi tiempo que yo no

sepa»; y el rey dixo: «Pues dezidme vnacosa que yo deseo mucho sabe r». «Yo os lodiré , dixo el homb re buen o, ca bien se lo queme quereys preg unta r». Dixo el rey: «Avnno os lo he dicho, ¿como puede ser esto?» Yel honbre bueno dixo: «Agora verey s si loque me quereys pregu ntar es quien fue vuestro pa dre . Ca vos creey s que nin gun o lo sabe,pues que lo vos no sabey s, mas assi es los dela tierra, otrosí todos son en deuda». Y el

( ') En Amadis de Gavia (lib. III, cap. 11) el hijodel gigante de la insola del Diablo y de su hija estambién un espantoso endriago.

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58 LIB R O S D E Irey , quando esto oyó, aleo la man o, e santiguóse, e dixo al honbre bueno: «Yo me ma-rauillo de lo que dezis, ca yo no pensaua quelo sauia esto sino Dios. Ay por Dios plegaosque vos yo conozca, e dezidme como aueysnonbre, e, si os pluguiere de quedar en miconpañia, no ay cosa que por TOS me deman-deys, que en mi poder sea o en mi reyno,que negad o os sea». T el homb re bueno dixo:«Rey, yo soy Merlin el buen adeuino, dequien vos mucha s vezes oystes fablar». Quando el rey esto oyó, ouo mucha alegría a ma-rauilla, que no podia mas, e abracólo, e di-xole: «Pues vos soys aquel de quien todo elmundo habla, yo vos creeré de aqui adelantetodo lo que me dixerdes; e, por Dios, si mequereys hazer plazer, fazedme cierto destoen que esto en duda». «De grado, dixo Merlin, lo har é. Yo os digo en verdad que Y terPadrago n es vuestro padre , e hizoos en Igue r-na, m as no era avn rey na»; entonces le contótodo como acaeseio. E dixo Merlin: «Quandoyo supe que au iades de nace r, pedios a vuestro padre en don, e vuestro padre os me diocon el gran amor que me tenia e yo a el»; econtóle como lo diera a criar de la lechedonde deuia ser criado. E quando el rey oyóa Merlin, dixo: «Yos amastes mucho a mipad re, e el a vos; e fuestes m uy leal, e vossabeys mi fazienda mas que yo ni honbre delmundo; e aconsejadme como pueda encobrirel pecado de la muger,del rey Lot». E Merlin dixo: «Si yo os enseñasse a encobrir estepecado, yo pecaría mo rtalmen te, ca tales treslo saben que la vos amays mucho, que primeramente te conuemia que muriessen, loque vos yo no consejaría; ma s, porque el pueblo sepa que vos soys hijo de Yter Pad rago n,desto me trabajare en esta guisa que lo sepantodos por cierto». El rey dixo: «No vos engrandeceré tanto en el mundo como esta»; y,en quanto ellos estauan assi fablando, llegaron vna pieca de hombres del rey que andarían a capar, e llegaron a do el rey estaua; e

no le vieron, porque estaua M erlin ay trasvnas peñas muy altas que alli auia, e comoauian andado todo aquel dia a buscar al reye no le hallauan, tenian creydo que eramuerto. E vno de aquellos que ay venían, aquien el rey quería mucho, y el a el assimesmo, v isto que no hallauan al rey, apeóse,e hizo a Dios o ración que a su rey les mos-trasse que era fecho del E luego que el reye Merlin la gente sintieron, salieron detrasde vnas peñas, e grandissimo fue el plazerque rescibieron todos; e luego el rey caual-go en vn buen cauallo, e hizo a Merlin subir

en otro y llegaron a Cardoil, y Merlin aconsejo e dixo como íiziesse e como sabría.que

era fijo de Yter Padragon, e dixole: «Yoquiero que enbies en derredor desta cibdadtres jorna das a todos los ricos lumbres e hon-bres buenos que están en la cibdad, que destedomingo en ocho dias sean con vos en vuestra corte, e traya cada vno a su muger, y en-biad vos por Iguerna que venga ay, e quetraya consigo a Morgayna, e después queaqu i fueren todos, yo les fablare e les farebien saber cu yo ñjo soys». Y el rey se lo gra-descio mucho, e Merlin dixo: «¿Quien cuy-days que fue el niño que oy con vos fablo?»«No se, dixo el rey , m as p or lo q ue le oydezir entiendo ser vos». Dixo Merlin: «Yofue; e como oy fuestes engañado, assi fuevuestra madre. Ca lo hize yo quando durmiócon vuestro padre que le pareció su marido,e assi fuestes vos fecho».

CAP. CLIII.— Go mo el rey Artur e Merlinvinieron de las montañas a Cardoil, fablando en que manera seria conocido porhijo del rey Yter Padragon .

Y llegando a Cardoil, descendió el rey ensu palacio, e después desto embio por susricos honbres, e por Iguerna, e por Morgayna. Quando la reyna esto oyó, pensó que lequerría quitar la tierra, embio por su yernoel rey Lot por su hija, para, si el rey algúndesafuero le quissiese fazer, que la ayudasse.

E Merlin embio por Ylser que viniesse a lacorte. E q uando Ylser supo que Merlin eraalli, fue muy alegre, e vino muy ayna. Elrey enbio luego por Antor, el amo que lecrío, e quando ambos vinieron, sacólos Merlin aparte, e dixo a Ylser: «Yos sabeys queYter Padrago n que m e dio su hijo que fiziessedel mi voluntad», E Ylser dixo: «Yo se bienque el dia en que fue naseido os fue dado».Merlin dixo: «Antor, ¿sabeys quien vos dioa Artur?» E Antor miro a Merlin, e dixo:«Cierto, vos me lo distes en tal d ia»; e nombro el dia. Entonces acordáronse ambos por

el dia e por la hora, e por lo que Merlindixo, entendió que Artur era hijo de YterPadragon. Grande fue el plazer que Ylsere Antor ouieron. Ca Merlin les dixo que losricos honbres lo creerían esto. E M erlin d ixo:«Antor, catad como ayays con vos a vuestrosvezinos, aquellos que saben que Artu r os fuedado por testigos». E Antor d ixo: «Tales testimonios vos daré, que serán bien de creer».E assi estuuo Merlin con el rey fasta aqueldia que vinieron a la corte. E aquel dia llegoay muy gran gente, e Iguerna vino ay muyricamente, con gran conpaña de caualleros,

e sus dueñas e donzellas; e auia muy granmiedo del rey que le tirasse su tierra, por-

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B A L A C E O D E L S A B IO M E B L I N 59que era muger, e no deuia tener tan grantierra como tenia. E quando ella vino a lacorte, el rey recibióla muy bien. E mandoque todos sus ricos lionbres que le fiziessenmucho seruicio, mas que a ninguna que ayfuesse, e assi lo Mzieron; mas mucho se ma-rauillaron por que, e tal auia que sauia loque el qu eria fazer, e de la mug er del reyLot, que cuydauan que esta honrra haziana la madre por la hija. Aquel dia podríahonbre ver en el Palacio muchos buenoscaualleros e muy bien vestidos; e muchasdueñas e donzellas, e muy bien vestidas, emuy hermosas. E la hija de Igue rna leuo laprez de la fermosura, e sin falta era ellamuy hermosa, hasta en aquella sazón queaprendió encantamientos e caraturas. Masdespués que el diablo entro en ella en sispiritu de diablo e de luxuria, e perdió todo

su buen parescer, e ninguno no la podia mirar ni tener por fermosa, sino por fea encantada, si no fuesse encantado. E quando lasmesas fueron puestas, e todos estouieron aellas, vino Vlser ante el rey, e dixo tan altoque todos lo pud ieron oyr: «Rey Artu r, mucho me marauillo de dueña tan desleal e talque no deuia tener cosa de su tierra ni deotra comer a tu mesa. E quien quisiere leuartal pleyto e tan adelante como la verdadmuestra, e aun hallara verdaderamente queha en ella aleue e traycion. E pues, señor,tu eres hombre a quien los honbres tienen

por tan bueno, no deues sufrir tal cosa, e note ternian por rey». T el rey, quando estooyó, hizo semblante que era muy sañudo, edixo brauamente: «Vlser, guárdate de dezircosaque tu honestamente puedes bien prou ar.Ca es cierto te ternian por loco, e demás venirte ha mucho mal». «Señor, dixo Vlser,si quisiese negar su aleue e traycion, yo loprouare con el mejor eauallero que aquí ay».«Cierto, dixo el rey, mucho dexistes agora,pues conuiene que ante todo digays el nombre de esta dueña»; e Vlser dixo: «Señor,esso os diré yo bien; se que ni ella es tan

osada que lo ose negar; esta dueña es lareyna Iguerna, que alli esta». Entonces hizoel rey continente que se espantaua destamarauilla, e dixo a la reyna: «Dueña, vosveys bien lo que aquel eauallero dize. Agoramirad lo que fareys en esto, que , si el prueu alo que dize, jamas no terneys tierra en mipoder; e si yo quisiesse sofrir deuia por endeperder la tierra. Ca cierto tal daño como eldize no deuia quedar sin punición, mas serperdida para siempre la tal henbra, o quela soterrassen viua» ; e la rey na quedo espantada por lo que le Vlser dixo, porque sabia

el mucho de su.hazienda. Empero respondió

su consejo de Iguerna, y ella con ellos, édixo: «Señor, si el quisiese entrar en campopara p roua r esto que dize, alguno ay aquique me defenderá con el ayuda de Dios. Cacierto, nun ca de tal me en trem etí, y esto sabeDios bien». E Vlser dixo: «Señor e ricoshombres del reyno de Londres: verdaderame nte esta querella que yo do atañe a vostambién como a mi, ca uedes aqui la reynaIguerna, que concibió de Vter Padragon, quefue nuestro señor, de vn hijo la primera vezque con ella durmió, mas ella, que entendíael destruymiento del reyno mas que al pro,no quisso que y quedasse, ante creo que loembio a ma tar o no se que fizo del, de guisaque nunca del sopimos». «E ¿como?, dixo elrey Artur, ¿tal deslealtad, crueza, fizo estabuena dueña? e assi passo su coracon contan gran deslealtad e no tomo manera de

otras mugeres, ca toda madre ama a su hijonaturalmente». E Vlser respondió: «Si loella quisiese negar, yo se lo euydo prouar,mas cuydo que nunca por ende vestiré loriga, ca bien sabe ella que digo verdad pro-uada».

CAP, CLIV. — Como la reyna Iguerna dixocomo Merlin auia llenado el niño.

Tizo el rey continente que se marauillauamucho, e signóse, e cato a la reyna mucho,

e dixole: «¡Ay, dueña! ¿esto es verdad questeeauallero dize? ¡Cierto mal hezistes si assies!»*, y ella ouo atan gran verguenca, queno supo que responder, ca bien sabia que eleauallero dezia verdad, e leuantose estonceen la corte vna tan gran buelta e tan granprofacion, que fue muy grande, e todos de-zian que dezia Vlser verdad, que la reynadeuia muerte recebir, y el rey los fizo a todos callar, e dixo a la reyna: «Dueña, responded a lo que os este eauallero dize»; yella fue tan espantada, porque sabia quienera, que tremía toda con pauor, e dixo vna

palabra, como muger que ha gran miedo:«*Ay, Merlin, maldito seas! tu me en estacuyta metiste, ca tu ouiste el niño e no seque feziste del». Estonce fablo Merlin edixo: «Dueña, ¿por que maldezis vos a Merlin? ca muchas vezes os fue bueno a vos e-aVte r Padra gon »; y ella dixo: «Si Merlin nosfue bueno, caramente lo compramos, pues elprimer hijo que Dios nos dio leuo de nos, enunca después lo vimos ni sopimos que sehizo del, e bien mostró que era fijo del diablo, ca no quiso atender que fuesse chris-t iano, e assi lo leuo por baptizar, porque no

queria que Dios ouiesse en el parte» ; e Mer-

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60 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

lin dixo; «Yo diría ende la verdad mejorque vos, si quisiesse». «No es verd ad, dixoella, ca lo no sabeys assi como yo». E Mer-lin dixo al rey: «Señor ¿quereys que os digacomo Merlin lleuo el niño? Como vos dixo lareyna, lo leuo verdaderamente, e contarvos

he como mas, pero hazed primero a la reynajurar que me no desdiga la verdad que yodixere»; y el rey hizo traer los sanctos euan-gelíos, e la reyn a dixo a Merlin: «Yo lo ju rare , mas quiero que me digays quien soys».E jurólo luego en los sanctos euangelios queno desdiría la verdad, e desi beso el libro,e yrguióse, e el rey la mando estar en sulugar, e dixo Merlin: «Dezid lo que comen-bastes». «Señor, dixo el, de grado». E lareyna dixo: «Ante quiero que me digaysquien soys»; e Merlin se torno en su derecha forma en que lo ella m uchas vezes vier a,

e respondió: «Assi, dueña, yo os diré minom bre si lo no sabey s, m as bien c uy do queme lueñe conoscedes, ca muchas vezes mevistes»; y ella lo miro, e conoscio que eraMerlin, e dixo: «¡Ay, Merlin! agora se bienque vos me fezistes acusar deste pleyto, efezistes gran tuerto, ca vos bien sabeys quelo que yo fiz del niño, que lo íize por m andode mi señor el rey, e conuiene que vos de-dés el niño o que murades por el, ca si Diosme ayu de e se verdaderamente que a vos lodieron, e si lo negardes, yo vos lo haré pro-uar, e hazer vos ha hazer tal escarnio, que

todos vuestros encantamentos no vos vale-ran ay cosa».

CAP. CLV.— Gomo Merlin respondió a todolo que dezia la reyna Iguerna.

Comencose entonce Merlin a sonreyr, edixo al rey: «Señor, la dueña dize lo quequiere, e yo la escuchare porque ella es taldueña, mas si pluguire a vos, dezirvos hecomo lleue el niño »; y el rey dixo: «Ante

quiero de vos saber si soys vos Merlin»; y elrespondió: «Yerd aderame nte yo soy Merl in»; e muchos ricos hombres, que lo yavieran muchas vezes, lo eonoscian, e dixeron: «Señor, cierto sed verdaderamente queeste es Merlin»; y ellos no cuydauan que loel rey conocía, y el rey los mando a todoscallar; y el rey dixo a Merlin: «¿Que res-pondedes a lo que la dueña vos demanda?»;e Merlin dixo: «Señor, ¿de que»; «Del niñoque vos fue dado assi como ella dize»; e lareyna dixo: «Señor yo le demando el niño quele fue dado, fazedme dende derecho»; y el

rey dixo: «Merlin, responded, ca a hazer vosconuiene». «Señor, dixo el. de grado, e sa

bed que vos no mentiré de ninguna cosa queos diga» .

GAP. C L Y L — D e com o prono Merlin portestigos que el rey Artur era hijo del reyVter Padragon.

«Yerdad es que el niño onde hablamos m efue dado desde la hora que fue en el vientrede su ma dre. E, quando nascio, dieronmelo.E yo amaua mucho a su padre, e por endedeuia amar el hijo, e assi fizo, e tanto queme lo dieron, lo meti en salua mano y enbuena guarda, que lo criaron con tan grande amor o de mayor que a su hijo, e si aquela quien yo lo di lo quisiere negar, yo se lofare conocer por su boca que o uiera o no»; yestonces se torno contra aquella parte doAntor estaua, e dixo a Anto r: «Yo vos de

mando lo que vos di, e sabed que aquel niñoporque vos Yte r Padrag on rogo que crias-sedes, que es este que me la reyna demanda» . É Antor respondió e dixo: «Merlin, yono vos clare cosa, ca me no distes ningunacosa»; e Merlin mudóse estonces en aquellaforma [que] lo diera, y el dixo: «Antor, ¿conoscedes agora si so yo a quel qu e vos lo dio?»«Si, sin falta, d ixo el An tor; vos soys el hombre que me lo distes, e yo guárd elo tam bien ,que todos los del reyno meló denian grades-cer»; e Merlin dixo: «Dádmelo assi como voslo di». «Assi, dixo Antor, como me lo distes,

no vos lo daré yo. Ca no es comigo, antes yosoy con el; mostíarvoslo he grande e hermoso; e vos me lo distes pequeña criatura».Y estonces se yrguio Antor, e fuesse al rey,e dixole: «Señor, no os pese porque alleguea vos». Y el rey dixo que le no pesaría; yestonce lo tomo Antor por la mano, e dixo aMerlin: «A7edes. aquí lo que me distes, guardadlo bien si vedes que es este». E Merlindixo: «No deuedes ende de ser blasfemado,mas vos no creeré si es este fijo que me lohagades mejor conoscer»; e Antor dixo: «Yovos lo prouare con todos mis vezinos, que

saben el dia que me fue dado e que lo vierondespués criar, e que lo vieron hazer rey»; yestonce se leuantaron todos sus vezinos queAntor hiziera venir a la cosa, e dixeron entestimonio que todo aquello que era verdad,e Merlin dixo: «Todos no dezides verdad,mas dezidme si sabes el tiempo en que lefue dado»; y ellos dixeron: «Si, muy bien».«Pues, ¿cuanto ha?» dixo Merlin. Y ellosdixeron: «Ayna aura diez y siete años»; y elcapellán que lo bateo, que auia nombre Artur, dixo: «Yo lo batee con mi mano, e anombre como yo, no por mi, mas porque

fue assi mandado de Antor».

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 61CAP. CLYII .— Gamo fue conocido el rey

Artur por fijo del rey Padragon.

Estonces dixo Merlin a los ricos hombres:«•Señores, ¿son estos testimonios de creer?»«Si, dixeron ellos, ca son hombres buenos eleales». «Por Dios, dixo Merlin, pues de oy

mas me quiero escusar de culpa onde meacusen en esta corte»; e dixo a la du eña :«Vos me demandastes vuestro primero hijoque me fue dado»; y estonce tomo Ar tur porel braco e dixo: «Artur, tu padre te me dioen galardón de mi seruicio, e de quantotueste mío quitóte, pero ayna te podría llamar por derecho mió; mas yo te digo sobremi anima e quanto yo tengo de Dios e de sucrescencia, que la reyna Iguerna que aquiesta es tu madre, e tu eres su hijo, e que elrey Yter Padragon te engendro la primeranoche que con ella durmió; e conuiene que

vays a ella e que la recibays por madre yella a vos por su hijo»; y estonce se mudoel en forma qual el la solia. ver, e dixo a losricos hombres: «Señores del reyno de Londres, vos fasta aqui despreciastes a vuestroseñor, porque no conociades su linaje; yosoy Merlin, que por gracia de Dios se lascosas escondidas y escuras, e las que hande ser muchas dellas, y esto sabedes vosbien, e por ende me deuedes creer vos biende las cosas que os dixere, e sabedes quedeuedes preciar e amar vuestro señor, primeramente porque lo ouistes por gracia deDios e no por otra. E después desto, porqueel es el mas sesudo principe que agora ayen el reyno de Londres, desi porque es degran guisa como ser hijo de Yter Padragon;e porque vos hasta aqui lo tuuiste s por vil envuestros eoracones, ca no lo conosciades, eruegoos que lo no ayades de aqui adelantecontra vuestro cor acón, mas amaldo e ser-uildo como a derecho señor.

CAP. CLYIII.— De l alegría que se hizo por

eonoscer al rey Artur por hijo de Yter Padragon.

Después desto se comenco el alegría muygrande por toda la corte, e el rey se leuan-to, e fue a la reyna do estaua, e besóla eabracóla como a su madre, y ella otrosí a el,-e llorando ambos con plazer. E quando losricos honbres esto vieron, loaron e bendixe-ron a Dios, e dixeron que nunca Merlin tangran bien ni tan gran plazer hiziera auer alreyno de Londres como en aquella hora. Edixeron todos: «¿Bendito sea Dios que lo

aqui traxo, e que nos hizo auer conocencia

de nuestro señor natural , ca siempre porende valdremos m as nos e la rey na» .

CAP. CLIX.— De como vino a la corte del reyvn caíiallero llagado.

La fiesta era grande, según dize el cuen

to, e bien cunplida; el rey se assento a comer, e dándole el primer manjar, auinoque vn escudero entro a cauallo en el palacio, e traia ante si vn cauallero ferido apunto de muerte, e era ferido poco auia devna lancada por medio del cuerpo, e avntra ya las canilleras, e la loriga e el escudo; edescaualgo luego, e puso a su señor en tierra, e dixo al rey Artu r: «A ti vine con g rancuyta, porque he menester tu ayuda, e de-zirte he como uerdad es que tu eres rey destatierra por la gracia de Dios, e quando te fueentregado el reyno, prometiste a tus pueblosque enmendarías los tuertos que ñziessen entu tierra; e agora vino ende vn cauallero, eno se quien es, que mato a mi señor enaquella montaña cerca de aqui, e agoraparescera como vengaras la muerte de miseñor». El rey ouo gran pesar destas nue-uas, e comenco en ello a pensar, e tan mucho, que le no respondió a ninguna cosa queel escudero le dixo; e Merlin lo miro vnapieca, e después dixo al rey: «¿Espantastedestas nueuas? No te espantes, ca muchoauras de conplir e de hazer; e si te espanta

ses cada que tales nueuas vinieren a tu corte , y esta es la primera auentura que a tucorte viene; mas pésame mucho, porque ental comienco la señal es muy mala, y encojóse ('), e faz esta aue ntu ra m eter en escripto,e todas las otras que empos desta vinieren;e sabe que tu, antes que partas deste mundo, serán tantos, que el escripto que endefuere hecho se hará muy gran libro; e estote dixe porque quiero que no te espantesdestas auen turas que te aue rnan , antes quiero que me mantengas muy esforzadamentequando vieres que vienen». Y el respondió

que nunca tales cosas en su tierra vieronuenian, e que por tanto era mas espantadoque si vinieran a menudo; y estonce pregunto al escudero do era el cauallero que lomato. «Por Dios, dixo el escudero, quienalia quisiese yr, fallarlo ha a la entrada dela montaña en vn llano, y es cerrado demata, e tiene vn tendejón que esta cabe vnafuente, y el tendejón es el mas rico e masfermoso que jo nunca vi; y el esta ende noche e dia, e tiene dos escuderos, e no mas;haze ay en vn árbol que esta cabe el tendé

is Así eltexto.

Pero quizá deba leerse: «y eiíojosa».

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C A B A L L E R Í A Slos ynojos antel, e rogoselo llorando, y el reydixo: «Si Dios me salue, pésame; si bien novos fuese, pésame mucho. E agora atendedhasta mañana, e yo haré lo que me roga&es,y estonce podreys yr a vuestro cauallero síel vuestro coracon loare»; e Grillete se lo grá

deselo m ucho.

62 LIB RO S DEjon poner langas y escudos, e conuiene acada cauallero que por ay passare de justarcon el» . «Por Dios, dixo el rey , de g ran nía-ranilla se trauaja esse cauallero, e de grancoracon le viene quitar ensañar quantoscaualleros por ay p assaron; e agora conuiene

que ayamos consejo sobre tal cosa, ea elcomenoo cosa onde ninguno no se osara trabajar; e vos, Merlin, que sabeys las cosasque los hombres han de hazer, ruego vos queme consejedes». «Cierto, dixo Merlin, estoharé yo, y en esta manera que os enseñareagora, seré tenido en toda vuestra vida, masdespués de vos no uerna ninguno tan buenoen toda esta tierra que mantener pueda lacostumbre, que no valdrán tanto; e agoraescuchad, e dezirvos he como; e vosotros,caualleros que aqui soys, si os paresce quedigo bien, retraédmelo».

CAP. CLX.— Del consejo que dio Merlin alrey sobre la m uerte de aquel cauallero.

«Pues es verdad que este cauallero comento prim ero las au entu ras de vn cauallero conotro, y pues que las comengo en tal manera,conuiene que el tuerto que el haze que seaenmendado por vn cauallero»; e el rey dixo:«Pues por caualleros desta corte conuieneque se enmiende, que uaya». «Verdad es»,dixo Merlin. E a estas palabras vino ay vnescudero que seruia ante el rey, eauia nom

br e Griflete, hijo de ' don ('). Am aualo elrey mucho, porque era bueno y hermoso ebiuo, y era del tiempo del rey, assi que noauia menos que el sino tres dias, e siemprebiuio con el rey. E CUflete vino delante delrey , e dixole: «Señor, yo vos serui hasta aqu ilo mejor que he podido; ruegoos que me dey sarmas e cauallo en galardón de mi seruicio,y me hagades cauallero, e yre ver aquel cauallero que por su orgullo comenco a matarlos hombres que passan por el camino, e sivuestra corte no fuere vengada por mi, nome pongan culpa, ca por mi no menguara»;

y el rey dixo: «Amigo Griflete, vos soys muyniño para comengar tan gran cosa, y de mascontra cauallero escogido. Oa cierto yo sebien, que quien quiera lo puede bien entender, que si el no fuesse bueno y escogidoque no comencara tan gran hecho; e por endevos consejo que os sufrades ende, ca yo em-biare otro que sea mas vsado en las armasque vos», «Señor, dixo Griflete, este es elprim er don que os pedi después que os fizie-ron rey, e si os yo nunca fize cosa, ¿comovos deuedes escusar de me lo dar?» E finco

(4) El nom bre no consta en el texto impreso.

CAP. CLX I. — Como Merlin consejo al reysobre el hecho de Giflete.

Assi quedo esto; y el rey hizo lleuar al cauallero llagado a vna cámara, mas no biuiomas de tres dias; y estonce dixo Merlin alrey: «Vos amades mucho a Griflete, y es derecho, ca el vos ama de todo su coracon e fuecriado con vos; yo vos digo que si no auedesconsejo que no tornara biuo de alia, ca sobe-j amen té es buen cau allero aque l de la mon

taña, e de gran bondad de armas. E ¿sabedesquien es?»; y el dixo: «No»; e Merlin dixo:«Aquel es el cauallero con que el otro diahablastes, que y ua em pos de la bestia ladradora; e Cuñete es muy mancebo e tierno, e,si fuere, aquel, que es muy fuerte e duro, lomatara si la batalla mucho durara, e si Griflete muriere en este estado, sera gran daño.Ca, si bien sera muy buen cauallero e tanbueno como aquel qne alli esta o mejor, digoosvna cosa que vos veredes que a y aue rna , queeste sera el cauallero del mundo que masluengamente vos terna conpaña. E quando

vos dexare, no sera a su culpa ni a su grado, mas al vuestro, e no sera otro caualleroque después os tenga conpaña en que vosvea sino en sueños; y este sera el mayordaño que nunca auino en el reyno de Londres» . ¡

CAP. CLX II. — Gomo Merlin consejo al reyque deman dasse el primer don a Giflete.

Y quando el rey esto oyó, comengo a pensar mucho, ca bien entendia le hablaua Merlin en su muerte, e fue todo espantado, eMerlin dixo:. «Rey, ¿en que piensas? assi conuiene que las cosas ven gan , como las Dios haordenado, e no te espantes. Ca esto que tedigo no auerna en el mi tiempo, e si tu murieres, assi morirá cada vno, e si tu supies-ses quan honrradamente has de morir, biendeuias ende ser pagado e alegre; e assi seraele todo en todo; mas puedes m uy bien quemi muerte es bien partida de la tuya, ca tumorirás honrradamente e yo desonrrada, deque seras tu muy ricamente soterrado, e yoseré biuo metido so tier ra, e tal m uer te esvergoncosa»; y el rey se signo quando aquello oyó, e dixole: «E. ¿como, Merlin, assi

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 63

moriredes vos tan desonrradamente comodezides?» «Si, dixo Me rlin, b ien cree d, e noveo cosa me ende estorue sino: Dios tan solamente». «Esto es gran marauilla, dixo elrey, que por tan gran seso como el vuestrono vos podes guard ar de tan gran m ala ventura» . «Agora dexemos de hablar desto, dixoMerlin, ca no digo cosa que assi no auenga,mas de Griflete fablemos, que esta en peligrode muerte. Ca, si tu no das consejo, verdadte digo que lo no dexara por hombre delmundo que no vaya a justar con aquel caua-llero, que es de gran fuerca, e auerna que elcauaílero lo derribara en tierra de la primera justa, e quando viniere al ferir de las espadas, alli perderá Griflete todo el esfuereo, yel otro flere mejor de espada que hombre quesea en esta tierra ('); e agora cata lo que aypuedes fazer». «Cierto, dixo el rey, no seyo que te diga» . Dixo M erlin: «Tu lo harásde mañana cauaílero. T desde fuere armadono puede ser que te no de el primer don quele pidieres, e tu le pide que tanto que con eljustare, que se torne luego, e desta maneralo puedes guarecer de muerte»; e el rey dixoque este era buen consejo.

CAP. CLXIII.— De como Giflete otorgo al reyArtur el primer don que le demando.

Fizo el rey de mañana cauaílero a Giflete,e GHñete era grande e fermoso. Y el rey le

dixo: «Yo os he fecho cauaílero, e no os po-deys agora escusar que me no otorgueys elprim er don que os pidier e». «Señor, dixo el,uerdad es, e pedido yo os lo otorgare muyde grado». El rey le dixo: «Yo no quiero m assino tanto que justedes con el cauaílero, oraos auenga bien, ora mal, sino que os torneysa pie o a cauallo ». El le resp ondió : «Señor,pues a vos plaze, a mi tanbien, e lo fare».Estonce pidió su cauallo e sus armas, e ca-ualgo, eno quiso que con el fuese cauaíleroni moco; el rey quedo en su palacio muypensatiuo, porque amaua mucho a Giflete.

CAP. CLXrV.— De como los mensajeros delemperador demandaron el tributo al reyArtur, e lo desafiaron.

Assi estando el re y, entraron doze hombresuestidos de vn xamete blanco, e cada vnotraya en su mano vn ramo verde de oliua,por significanga de paz, e quando vinieronante el rey, saludáronlo, y el a ellos, y elvno hablo por todos, e dixo: «Rey Artur,

( ') Esto le pasa á Ao griote de Estravau s en Amaddsde Gaula, (lib. I, cap. 18).

mandaos dezir el emperador de Roma, aquien todos los señores temp orales deuen obedecer, que tu a Roma embies tu renta, qualesta tierra de render no la tires cuya fue cogida, ca muy gran mal uerna a t i e a tushombres e a tu t ierra, ea sera ende destruy-da; e agora cata bien que andes tan sesudamente que por este pleyto no te uenga endemal ni daño a la tierra; e agora te puedesguardar de muerte si quisieres»; e quandoesto ouieron ellos dicho, respondió el rey:«Amigos, yo no tengo cosa de Rom a, ni quiero tener, y esto que yo tengo ouelo de Diossolamente, que me dio el tal gracia, e medio este poder a destruymiento de mi almasi no hiziese lo que deuo hazer e deuo, y elsaluamento es si touiese el pueblo a justicia;e aquel señor que me puso en esta alteza,aquel daré yo renta, e todos los bienes ehonras que el me dio daré mas que a otroninguno; ca no soy tenudo de dar a otro,pues que el me puso ay. Por esto dezid avuestro señor que no fue sesudo que tal cosam e em bio a dezir, ca yo so aqu el que d el cosano tern e, ni de aquí renta no auera, ante vosdigo bien que si eras entrasse en mi tierrapor me la guerrear, que nunca tornaría aRoma, si me Dios estoruar no quisiesse, eguardadvos que otra vez no seades osados devenir con tales nueuas. Ca mal vos podraende venir; e si mandaderos no fuessedesmandarvos ya facer escarnio»; e aquel quehablaua por los otros, dixo al rey: «¿No nosdaredes otra respuesta?» Y el rey d ixo: «No»;y ellos dixeron: «Agora vos desafiamos nospor el emperador, e por todos aquellos quelo obedescen, e dezimos vos bien que nuncahezistes ni dexistes cosa onde vos tanto malven ga» . «E agora vos yd de aqui, dixo el r ey ,que bien recabastes vuestro mandado». Yestonces se fueron los mandaderos, y el reyse quedo con sus gentes, e comenco a hablarmucho del emperador. E dixo que no eramuy sesudo que renta le enbiaua a pedir, caesto no daria el a hombre del mundo; e ago

ra dize el cuento que quando Griflete se partió de la corte que caualgo tanto assi armadoque.llego al llano do el cauaílero era, e viola fuente y el tendejón tan hermoso como lefue dicho .

CAP. CLXY. — De como Giflete desafio alcauaílero del tendejón.

Dize que a la entrada del tendejón vido estar vn cauallo atado g ran de e fuerte e m asnegro que la pez, e adelante, en vn árbol pequeño, estaua el escudo del cauaílero, e

' quando el vido esto, fue al escudo y echólo

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64 LIB R O S D Een tierra ('), y el cauallero salió luego, e di-xole: «¡Ay, señor cauallero! vos no hezistescomo cortes, ca me derribastes mi escudo, ecomigo vos deuiades tomar si vos flz enojo,que no con mi escudo que vos no merescecosa»; e Griflete dix o que lo fiziera con despe

cho del, e que lo emendasse si pudiesse; yel cauallero le dixo: «Agora me dezid por cortesía cuyo sodes»; e Griflete dixo que era delrey Artur. «Bien, dixo el, e agora me dezid,por la fe que le deued es, quanto ha que fuestes cauallero». «Oy», dixo el. «¡Ay, Dios!dixo el cauallero, ¿tan nouel soys e auedesvos luego a combatir comigo que so vno delos caualleros nombrados de mi tierra? eagora vos yd, que Dios vos haga honbre, ecierto vos lo seredes, si Dios quisiere, quees que tan altamente comencastes caualleriacomo de cauallero»; dixo Griflete: «¿Assi que-

redes que me vaya que no juste con vos? enning una m anera esto no puede ser». «Si sera ,dixo el caua llero, porque si justasse con vos,e vos Uagasse ya mucho, no seria alegre.Oa he esperanca que ayna seredes buen cauallero». «Todo esto no vos vale nada, dixoGriflete, e conuiene que ju sted es comigo, e silo recelades, faredesme hazer cosa que mesera verguenca, ca yo esto ele cauallo, eferir vos ya assi como estados a pie».

CAP. CLXVI.— De como Gifletejusto con

el cauallero del tendejón e fue derribado ellagado.

Quando el cauallero esto oyó, respondióriendo : «Por Dios, cauallero niño , no comen-caredes a fazer villania por falta de mi»; yestonces subió en su cauallo, e tomo su escudo e su lanca, e dixole: «Señor cauallero,avn vos loaria que dexassedes esta justa»;e Griflete dixo que en ninguna guisa no ladexaria assi, y el cauallero dixo que se lo norogaria ende mas, e dexose yr a el, e Grifleteotrosí, lo mas presto que pudieron; e Grifle

te fizo bolar su lanca en piecas, y el cauallero lo encontró por derecho, como aquel queera auisado de tal menester, e firiolo tan re-zio, que falso el escudo e la loriga, e metiólepor el costado siniestro el lancon, de guisaque le passo de la otra parte el hierro congran pieca del asta, mas de tanto le vinobien que la ferida no fue m ortal, e puxoloassi como aquel que era de gran fuerca, ebatiólo en tierra, e al caer quebróle la langay quedo el taracon en el; y el cauallero pas-

0 ) Toc ar el escudo con la lanza, ó derribarlo entierra, era señal de desafío (cf. A.madis de Qaula,l ib. III . cap. 17, y l ib. III . cap. 14).

so por el, y d espués que torn o, violo estarque no se podia leuan tar, e baxo a el, que bienpensó que lo matara, e vuo gran pesar, edixo que fuera gran daño; ca si luengamente viuiera que no podiera faltar de buen cauallero , ca mucho era ard id; y estonce le tiro

el yelmo y el auental de la loriga, que lediesse el viento en el rostro, e después queestuuo assi vna piepa, torno como si fuessesano; e fue a su cauallo que vn escudero letenia, e subió en el, e tomo su escudo y langa, y enlazo su yelm o, e dix o: «Cierto, doncauallero, yo no puedo dezir sino que soysbuen hom bre, y el mas cortes que yo nun cavi, e que justays mejor que jo pensaua, esi me fuese otorgado de mas fazer contra vos,maguer que yo llagado quedaría, que no osenseñasse mi espada». El cauallero dixo:«Cierto, cauallero niño, vos auedes corajon

para comencar gran hecho, e Nuestro Señoros de tal poder como el coraeon auedes, eassi faredes de los buenos caualleros delmundo»; e Griflete no respondía a cosa queel cauallero dixesse, ante se fue a tan grande yr tan mal l lagado, que otro hombre quede tan gran coraeon no se fuesse, no se podría tener en cauallo por todo el mundo.

CAP. CLX VII. — De como Giflete se fuellagado e llego a la co rle.

Assi se fue yendo Griflete, y llego a la corte a hora de vísperas, y entro a cauallo en elpalacio; e q uando el rey lo vio assi sang riento, dixo con gran p es ar: «Griflete, mejor osfuera que quedasedes, ca bien os lo dezia yoque no podiades durar contra aquel cauallero ; mas ¿que os pare ce del?» «Señor, dixo el,assi Dios me ayude nun ca mejor caualleroni mas cortes vi, ca mucho justo a miedoscomigo porque me veya tan moco, e matara-me si quisiesse, mas no quiso, ante tomo elcauallo, e dixo que mucho le pesaua porqueme lla gara ». «Por Dios, dixo el re y , de bu encauallero me fablastes, assi de caualleriacomo de cortesía, e agora pluguiesse a Diosque le pareciesse yo». Entonces embiaronpor maestros, e pues que lo miraron, dixe-ron al rey que no moriría, mas que le daríanpresto sano.

CAP. CLX VIII . — Com o el rey Artur se fuea conbatir con el cauallero del tendejón.

Toda aqu el día e toda aquella noche pensóel rey en el cauallero de la mo ntaña, e quesi pudiesse yr q ue no lo supiesse ning unode sus gentes, de grado lo haria; e vn poco

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 65ante que la luz saliesse, llamo a vn repostero, e dixole: «Ue y sácame luego armas ecauallo, e todo lo que lia m enester cauallero,e sea tan encubiertamente que no lo sepaninguno sino tu». «¡Ay, señor!, dixo el, e¿que quereys liazer?» «No te cures, dixo el

rey , e no ayas m iedo, qu e luego seré aquisi Dios quisiere a hora de prima»; y elrepostero no oso al fazer, e busco quanto suseñor le mando, e quando torno hallo yavestido e calcado, e dixole: «Catad aqui todolo que demandastes». El rey dixo: «Muchome plaze»; y armóse, e fizo sacar el cauallopor vna huerta que auia cabe la cámara, ecaualgo en el, e tomo su lanca e su escudo,e dixo al repostero: «Yo quiero que meatiendas sobre este árbol, ca si tornasses eno me viessen, preg untarían por mi»; y elrepostero quedo, y el rey se fue contra doera el cauallero, e quando entro en la montaña era ya el d ia, e hallo a Merlin que hu yapor tres villanos que yuan en pos del, ocada vno traya en su cuello vn gran seguroncon que lo que ría m atar; e quando el reyrio a Merlin, marauillose, e dio bozes a vnode los villanos que lo yuan. alcanzando, edixo: «Dexa, malo, no le toques, ca te matare po r el»; e quando el villano vio el cauallero armado que lo amenacaua, comenco ahuyr, e metióse en una mata alli dondepensó mejor huyr, e otrosí hizieron los otrosdos; y el re y fue a M erlin, e dixole: «Yoscerca erades de muerte si Dios por aqui nome trux era esta hora» . «De mi no vos espan-teys, dixo Merlin, mas sabed que vos soysmas cerca de vuestra muerte que yo de lamía», T el rey le dixo «¿Que sabedes vosende?» «T ¿como? dixo Merlin, ¿no vosyuades conbatir con el cauallero del tendejón?» «Si», dixo el rey. «Agora sabed, dixoMerlin, que no le podeys durar, y deziroshe: porque es cauallero fuerte y rezio, evsado deste oficio, e vos soys mancebo etierno, e no aueys aun la meytad de la

tuerca que auedes vos. de a uer de aqu i acinco años, ca no soys vos vsado ni aueysarmas que cosa ualan, y el tiene las mejoresde toda esta tierra, e tales que ya por lancani por espada que vos ayades no tomaradaño, y el ha vna esj>ada atal, que bienconuiene a tal cauallero como el es. Ca sinfalta es el mejor cauallero de toda esta tierra, e agora catad como soys guarnido otrael, e yo no ueo cosa que contra el vos puedavaler, sino el gran coracon y ardimiento queaueys, e por ende quiero que os torneys, casobejo sera daño si os quereys yr atan gran

cosa»; y el rey dixo a Me rlin: «Ño me podeysdezir cosa por que me torne , hasta que pru eue

L I B U O s D E C A B A L L E R Í A S . — 5

el cauallero a lanca y espada». E Merlindixo: «Pues que a mi consejo no quereyscreer, yd alia e no me trabajare ay mas».

CAP. CLXIX. — Gomo Merlin dixo al rey Ar-

tur la razón por que corrían tras del losvillanos.

Estonce dixo el rey a Merlin que por quecorrían los villanos em pos del tan braua-mente, o Merlin dixo: «Corrían em pos demi por vna cosa de uerdad que les dixe».«¿E por que?», dixo el rey; e Merlin dixo:«To yua por esta montaña solo assi comoveys, e la ve ntura me leuo do aqtiellos villanos estauan cortando robles, e cuytauansefieramente de los cortar; yo les dixe: «¿Porque cuytades agora tanto de los cortar?» Yellos dixeron: «Porque los auemos menester» ; e yo les dixe: «En mal punto vos cuytades tanto de vuestra mala ventura, cacierto es locura; ca bien sabed qu e quan tomas os cuytades de los leuar para vuestrascasas, tanto m as ayn a m orirede s, e dos de vosserán enforcados destos robles mismos, y eltercero sera muerto de vuestros segurones.

' E quando ellos esto oye ron , fueron m uysañudos, e corrieron em pos de mi por mematar, e fizieranme mal si pudieran». «Eagora me dezid, dixo el rey, si es verdadassi como deziades». «E cierto, dixo M erlin,

assi sera de todo en todo. Ca quando de aq uise partiero n, se pelearon por vn roble queconpraron en la carrera, porque les parecióbien conprado e cada vno dellos lo queríapara si, y en la pelea, los dos que son hermanos mataron al tercero que era su primodellos; y a esto verna la justicia de la villa,e fallaran los robles que lleuaran de aqui,porque los fallaran cerca, y enforcallos hande alli»; y el rey se comenco a sonreyr, odixo que Merlin no sabia esto por Dios, maspor el diablo. «No fableys en mi saber, dixoMerlin, que aun oy os valdrá mas que toda

vuestra bondad»,

CAP. CLXX.— De com o el rey Artur desafioal cauallero del tendejón.

Entonce fueron fablando en tal guisa quellegaron al llano do estaua el cauallero, equando el rey miro por Merlin e no lo viocerca n i lexos, e comencose a son rrey r, edixo: «Por Dios, mucho ha de fazer quienal diablo quiere guardar». E quando llegocabe la fuente, fallo al cauallero que estauaposado en vna silla ante el tendejón, todoarmado, fuera de escudo e de langa, e dixolesin saluallo: «¿Quien vos mando guardar el

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66 LIBR OS DEpuesto de la montaña, assi que ningún caua-llero natural ni estraño puede passar elcamino sin justar contigo?» T el se leuanto,e dixo: «Cauallero, yo mismo comente endeel fecho por mi seso sin grado de otro».«Tuerto fezistes, dixo el re y, que a lo me

nos no lo hezistes por mi mandado ni porplazer del señor de la tierra, e yo os mandode su parte que tireys el tendejón de aqui,e jamas no seays osado de aqui adelante queno vos entremetays en tal guisa». El cauallero dixo que no faria cosa po r el ni porhombre que aqui viniesse, fasta que la ventura traxesse por ay tal cauallero que lopudiesse conquerir por armas; y el rey dixo:«Vno viene aqui que por armas os con-querira aqui en este canpo, e yo seré aquel,o seré escarnido o retray do; e por esto quieroque os guardeys de mi, ca yo os desafio, e

sobid ayna en vuestro oauallo, ca en otraguisa fareysm e fazer v illan ia. ca os ferireassi como estays a pie» .

CAP. CLXXI.— De como el rey Artur justocon el cauallero del tendejón e fue derrotado.

Y quando el cauallero lo oyó assi hablartan argullosamente, dixo que poco preciauasu argullo, ca bien pensaua de le fazer loque quisiesse en poca de hora; y estonce subió en su cauallo, e tomo su escudo e su lan-9a, e pregunto al rey si qixeria jus tar, e respondióle que no venia ay por al; e estoncese alargaron vno de otro quanto vn tiro deballesta, e dexaronse assi venir quanto maspresto pudieron las lancas baxas, e hiriéronse tan fieramente, que anbas bolaron enpiecas, e toparo n los cuerpos de los cauallerostan fieramente, que ambos fueron atordidos;mas ninguno dellos no cayo de aquella vez,ante se passaron vno por otro muy mal trechos; e pues folgaron vn poco, y el rey metiómano a su espada, e quiso yr al cauallero,mas el le dixo: «¡Ay, cauallero! si os plazeno comencemos tan ayna la batalla de lasespadas, mas deziros he que fagamos, e seriagran cortesia. Nosauenios aqui muchas buenas lancas e fuertes, comencemos a justarfasta que vno de nos caya en tierra»; y elrey dixo que le plazia; y entonce tomo elcaua llero dos lanca s, e la v na dio al rey. ela otra t©mo para si; estonce justaron otravez, e quebraron las lancas; y estonce dixo elcauallero al rey : «Assi Dios me ayu de, caual lero, yo no se quien soys, mas digoos quesoys el mejor justador que yo nunca vi ni

halle; mas no seays por ende mas orgulloso,ca no lo digo por amor que os aya, mas por

el bien que en vos veo»; y el rey no respondió a cosa que le dixo; y el cauallero le dixo:«Yo os ruego que justeys la tercera vez». Elrey dixo que no la faltaría mientra que el se

1 pudiesse tener en la silla; y el cauallerotomo vna lanca, y dio al rey otra, y estonce

se dexaron correr muy sañudamente, quecada vno se preciaua poco porque no derri-uaua al otro, e tan reziamente yuan, queparescia que la tierra querian fender con loscaualios, e firieronse tan fieramente que metieron los fierros de las langas p or los escudose cayo el cauallo del rey sobre el, y el cauallero passo por el, e torno luego , e fallo al reyen pie, mas el cauallo le hu yer a; e el cauallerole dixo: «Bien vees que mejor me va dé lajusta que a vos, ca vos estades a pie e yo acauallo, mas pero, porque soys el mejor justador que nunca falle, yo os quitaría la bata

lla si quisiessedes, ca en ninguna guisa noquerría que mal os viniesse do yo fuesse».El rey dixo: «Ya, si Dios quisiere, puesmengue en la jxista, no dexare mi batallaque no la siga fasta la cima, e a quien Diosquisiere ende dar la hon ra, tóm ela». Y quando el cauallero esto oyó, dixo: «¿Como osquereys conbatir comigo que esto a caualloe vos a pie, e vees que me va mejor que avos?» Y el rey dixo: «Como quier que sea nodexare mi batalla, ca jamas no auria honrapor ser yo sano e rezio».

CAP. CLXXIL — De la batalla del rey Arture del cauallero del tendejón.

E quando el cauallero vio que no podriaser en otra manera, pensó vna proeza de armas que aun nunca fuera fecha en el rey node Londres, e fue gran cortesia, e despuésla fizieron otros muchos buenos honbres; yel rey tenia su escudo al cuello e su espadaen la mano, e dexose yr a el, que estaña enel cauallo; e quando lo vio venir, tiróse afuera, e dixole: «Sofridos vn poco, cauallero,ca, si Dios quisiere, no me conbatire con vosestando yo a cauallo e vos a pie, ca, si vosvenciessej no auria honra»; y estonce seapeo, e ato su cauallo a la entrada del tendejón, y enbraco su escudo, e tiro su espadade la vayna, e dixo al rey: «Agora me seramayor honra si os venciere que de me conbatir con vos a cauallo, mas avn vos loaríasi dexassedes esta batalla»; y el rey dixoque no lo faria en ninguna guisa, y el cauallero se dexo yr a el e diole vn tan grangolpe por encima del yelmo, que a duro lopudo sofrir; y el rey no fue perecoso, é dio

tal golpe al cauallero, que el cauallero setuuo ende por bien encargado, mas el era

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 67

rezio e vsado de aquel of icio, e sabia muchode esgr imir , e tuuo a l rey en ta l cuy ta , queante que e l p r imer comienco passasse , ouoel rey ta les dos l lagas en el cuerpo, ondeot ro honbre se tou ie ra por mal t recho de lamen or , e perd ió m uch a s ang re , ca l a espa

da de l caua l le ro e ra buena ; y e l rey , queera de g ra n cora con y a rdi d, esforcauassetoda via, e sofr ía golpes qu e el otro le d au aa menudo; mas el no lo fer ia tan poco que nole sacasse mucha sangre , ca l e h izo muchasl lagas ; y t an to duro la ba ta l la y en ta l gu isa ,que ambos sof r ie ron gran t raba jo , e ayudauamucho a l rey que e ra mas l igero e b iuo quee l o t ro , e s i tou ie ra t an buena espada comoel otro, ouiera la mejoría de ia batal la s i noouie ra perd ido tan ta san gre , ca esto le h iz ie -ra perder g ran par te de su fuerca .

C A P . C L X X I I I . — - G o m o quebróla espada al reyArtur en la batalla del cauallero.

Después que esto ouieron fecho, folgaronvn poco, e des pué s fueronse a la ba tal la , efe r ie ronse , y a l fe ri r topa ron las espadas v nasen o t ras , e l a espada de l rey fue cor tadacabe e l a r ias , e quedo a l rey la empuñaduraen la ma no; e quan do e l re y v io que au iaperd ido la espada vuo gran pauor quandos in e l la se v io , demás que e ra l l agado e muycansado , e veya que e l o t ro e ra mejor caua-

* l lero sobejo; no supo qu e ha zer , ca se ve ya

en pe l ig ro de muer te e de perder toda suhonra , e por ende nunca fue en tan gran pel ig ro ; e quando e l caua l le ro lo v io s in espada , pehso que lo mete r ía en pauor de muer te ,por saber s i lo mete r ía en couard ia por a l g u n a p a l a b r a , c a b i e n v e y a d e r e c h a m e n t eque e ra a rd id e de gran cor acón , y es toncele comenco a dar go lpes muy a menudo, e adespedecal le e l yelmo y el escudo e la lor iga,y e l rey se cobr ia de aque l lo que le quedaradel escudo, e sofr ía y enduraba los golpes delcaua l le ro ; y e l rey sau ia t an to de esgr ima ,que pocas vezes lo podría fer i r , y e l caua

l le ro se marau i l l aua como e l rey podia tan tosof r i r , ca b ien sab ia que perd ie ra muchasangre , e pesaua le mucho s i lo ou iesse dematar , porque lo fa l laua buen caua l le ro , eprec iaua lo mucho sobre todos aque l los quee l nunca ha l la ra ; y es tonce d ixo a l rey , porlo prouar : «Señor caua l le ro , vos vedes b iencomo soys muerto; s i vos no os otorgays porvenc ido e s i vos no os meteys en mi poder ,no aura ende a l s ino ta ja ros la cabeca»; e e lrey d ixo : «Cier to , caua l le ro , vos soys sandiodesto que dezis ; ca , s i Dios quisiere , porpauor de muer te no d i ré cosa que se to rne a

"verguenca , ca más rece lo verguenea que

muer te» . «Es to no ha menes te r , d ixo e l ca ua l le ro , a dez i r vos conu iene , o l a mu er te es[ c o n ] v o s » . E l r e y d i x o : « Q u a n d o l a m u e r t em e v i n i e r e , r e c e b i r m e c o n u e r n a , m a s y opienso que aun no esta l legada como vos dezis» ; e es tonce hecho en t i e r ra quanto ten ia

del escudo e del espada, e fue al caual lero, eabracó lo , e l euan to lo quan to pud o , ass i q uebien lo aleo vn palmo de t ierra , e dexolo caeren manera que lo hecho debaxo de s i , e cayoe l caua l le ro tan gran cay da , que fue todo a tor -d ido ; y e l rey tomólo por e l ye lmo tan rez io ,que le quebró las correas, e leuoselo de lacabeca, e s i echólo a lexos, e s i tuuiera conque le mata r , acabada fuera la ba ta l la .

CAP. C L X X I V . — Como ouo fin la batalla delrey Artur e del cauallero del tendejón.

Quando e l caua l le ro v io que lo echaua debaxo s i , e que le t i ra ra e l ye lmo, ouo miedoque le tomasse la espada que le cayera de lamano quando lo der r ibara , que cayera Cercadel, e que lo mata r ía ; con es te pauor dem ue rte esforcose, e tomo al re y de toda sufuerca, e apre tóle con sus bracos a sus p echos tan fuer temente , que sen t ía e l rey quemor ía e perd ió e l poder e l a fuerca , t an tolo apre tó ; e quando e l caua l le ro v io que enflaquecía el re y, bo luiolo e pasóle deba xo desi . E au ia tan gran pesar de l t raba jo que sofr iera e del miedo, que se le oluido todo el

b u e n t a l a n t e q u e a n t e a u i a , e g u i s ó se c o r t a ral rey la cabeca, e e l le quiso cortar los lazosde l ye lm o, e en es to e s tando , hevos M er l inque es taua presen te que veya toda la ba ta l la ,e quan do v io a l rey e n pe l ig ro de m ue r te ,corr ió al ia , hal lólo que él caual lero le teniae l y e lm o, e d ixo a l ca ua l le ro : «No lo m ates, ca hazes perde r e l rey no de Lo ndre s tanbuen señor» . «E como, d ixo e l caua l le ro ,¿este es e l rey?» «Si , c ier to », dix o M erl in;e e l caua l le ro , que es taua sañudo , d ixo : «Nolo dexaria por ende»; e a leo la espada por lofer ir . E quando Merl in esto oyó, f izo su en

can tamien to en ta l gu isa , que f izo luego a lcaua l le ro dormir sobre los pechos de l rey , eMer l in d ixo : «Agora podeys ver que mas osva l ió mi saber que vues t ra buena caua l le r ia ,e oy de mañana vos d ixe que ass i vos auer -n i a » . Y e l rey se l euan to m uy ay na , e v ioa l caua l le ro que no se reuolu ia y pensó quel o m a t a r a M e r l i n p o r s u e n c a n t a m e n t o , ydixo: «¡Ay, Merl in! mal fezis tes que ta l hombre matas tes , e no se ra j amas es te daño cobrado , ca es te e ra a l mi pensar e l mejor ca ua l le ro de l mundo, e ass i me ayude Dioscomo an t e quer r ía pe rde r e l mejor cas t i l lo

que he que e l fuesse muer to» . E Mer l in d ixo :

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68 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

«¿E pen sad es que es muerto?» «Assi m e parece» , dixo el rey. «No es muerto, dixo Mer-l in , mas duerme, y no desper ta ra fas ta quevos quieres»; y el rey dixo: «¡Como ouierade se r an te escarn ido por l a espada que mefal leció!» «¿No os lo d ixe yo , dixo M erl in ,

que os fal lecer ía? E sabed que yo no se entoda es ta t i e r ra mas de vna buena espada , eaque l la es [en] vn lago do moran hadas , es i vos aque l la podiessedes aue r , a que l la osd u r a r í a s i e m p r e » . T e l r e y d i x o : « A y , m iamigo bueno, ¿podeysmelo hazer auer?» «Yoos l l euar e do e l la es , d ixo M er l in , ma s pormi no la podedes auer , ca no he ende e lp o d e r , m a s p e r o s e q u e l a a u r e d e s e n t a l m a n e r a q u e v o s m a r a u i l l a r e d e s e n d e m u c h o » .

CAP. C L X X V . — De como Merlin dixo alrey Artur que mtrie la espada.

«Agora nos vayamos , d ixo Mer l in , a casade vn hermi taño que es ce rca de aquí , e fo l -gareys ay es ta noche , e pensar os han de lasl l a g a s , e m a ñ a n a , s i q u i s i e r d e s c a u a l g a r ,y ros he mos t ra r de l espada do es ta» . E l reydixo qu e no au ia l l aga por que dexasse de ca ua lgar ; y es tonce caua lgo e l rey en e l caua-11o de l cau al le ro, e M erl in en el suy o, y sefueron ambos para la casa de l hermi taño queera en la montaña ; y e l hermi taño e ra hombre bueno e de san ta v ida , e fuera muy buencaua l le ro de a rmas , e sab ia mucho de l l agas .

E quando e l rey baxo en casa de l hermi taño ,d e s a r m á r o n l o , y e l h e r m i t a ñ o l e m i r o l a sl l a g a s , e d ixo que no au ia l l aga pe l ig rosa . Eaqu e l d ia es tou ie ron a l l í; e o t r od ia de m añana caua lgaron , t an to que l l egaron a l a mar ,e t o r n a r o n c o n t r a v n a m o n t a ñ a , e h a l l a r o nvn lago, e Merl in dixo al rey: «¿Que vos pa-resce d es ta agua?» « Parece me, d ixo e l re y ,m u y h o n d a , y q u e n o a y h o m b r e q u e p o ray en t rasse que no se perc l iesse» . «Yerdades , d i x o M e r l i n , q u e n o h a y h o m b r e q u e a yent rasse s in mandado de las hadas cuyo es ,que luego no fuesse muer to . E sabed que

al l i es la bu en a esp ada que os dix e»; y elrey dixo: «¿Como la podremos auer?» E Merl in d ixo : «Agora ayna la podreys auer s iD i o s q u i s i e r e » .

CAP. C L X X Y I . — Gomo Merlin dixo a ladoncella que diesse el espada al rey Artur.

En quanto e l los es to hab lauan , v ie ron parecer en medio de l l ago vn espada por sobree l agua , e vna mano, e vn braco que parec íafasta el codo; y era vest ido el braco de xa-

me te b lanc o , y en la ma no ten ia l a espadatoda fuera de l agua . E"Mer l in d ixo : «Agora

podeys ver l a espada onde yo vos hab le queleuaredes». «Ay, Dios, dixo el rey ¿como lapodremos auer? Ca en es te l ago no podr ían i n g u n o e n t r a r q u e n o m o r i e s s e » ; e M e r l i nd ixo : «Dios nos enbiara algún consejo, eagora atendamos vn poco»; e l los en esto fa-

b lando , v ie ron vna donze l la que ven ia en vnm uy bu en pa la f rén , y , quan do l l ego a e l los ,saluolos, y el los a e l la , e dixoles: «Bien seque a tendeys aqui . Ca vos es tays a tendiendoq u e a y a d e s a q u e l l a e s p a d a ; e n n i n g u n a g u i sa esto no puede ser s ino por mi». «Cier to,dixo Me rl in, esto se yo bi en , q ue s i no lapudiesse auer por vos , yo la aur ia . Mas vosenca ntas te s és te l ago , en g u isa que m i ent e n d i m i e n t o n o p u e d e v a l e r n i n g u n a c o s a , epor end e os ruego que va ya ys por e l la , e quela deys a mi señor e l rey , ca b ien sabeysque agora no ha hombre en qu ien tam b ien

sea enpleada». «Esto se yo, dixo el la , e pores to m e acu yte yo tan to de caua lga r e de l l e gar ayna a vos, e digovos que s i e l me otorgase e l p r imer don que yo le p id ie re , que yose lo da ré» . Y el rey le p rom etió qu e se lodaría , s i fuesse don que se lo pudiesse dar .«Esto os pido». dixo el la .

CAP. C L X X V I L — Como la doncella dio alrey Artur la espada con su vayna JEsca-liboi".

Y estonce se metió a pie por sobre el agua,

en guisa que se le no mojaron, los pies ni a l ,e fue a la espada, e tomóla, e la mano que latenia escondióse so el agua, de guisa que nopare scia m as de a que l la vez; e la donze l lavino al re y, e dixo le: « Señor, aqu i la e spada, e sabed de verdad ca, según yo creo, noha tan buenas dos espadas en e l mundo; e s iyo no pensasse que esta espada sera bienempleada , vos no la aur iades . Ca mas r icothesoro ay en el la que vos pensays»; y el reytomo la espada , y agradesc io lo muc ho a ladonze l la ; y e l la d ixo : «Quierome yr , ca mucho he lueñe que hazer , é miembrevos lo queme prom et i s tes , ca por au ent ura ay na os lod i ré que vos pensades» ; y e l rey d ixo :«Quando vos quisierdes»; y el miro la espado, e v io que la vayna de l la e ra muy r ica .E prec ió la mucho , y después saco la espada ,e mi ró la , e v io la t an herm osa e t a n bu en a ,que bien le parescio que no auia ta l en todoel m un do . E M erl in dix o: «¿Que os parescedesta espada?» «Yo la prec io, dixo el r ey ,t a n t o , que no ha cast i l lo por que la diesse, yno c reo que ay a rma en e l mundo que le pud iesse durar t en iéndola honbre bueno en lamano». «Agorame dez id , d ixo Mer l in , ¿qua lprec iades ma s , l a v ayn a o e l espada?» Y e l

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B A L A D B O D E L S A B IO M E B U N 69rey dixo: «Mas precio el espada que talescinco vaynas, porque esta es la mas hermosae la mas rica que nunca vi ni cuydo que enel mundo a y» . «Cierto, dixo M erlin, agorapienso que conocedes poco el bien q ue la don -zella os ñzo. E agora sabed que la vaynavale mas que tales siete espadas; ca es de vacuerno que a tal virtud, que hombre que latraxere no perderá sangre ni recebira llagamortal tanto que sea armado a razón»; y estodixo Merlin de la vayna e de la espada, edezia verda d; m as como esta verdad fue pro-nada no lo dirá el cuento, mas cuéntalo en labatalla del-rey Artur y del hermano del reyEion, e quando contare que Morgayna suherm ana la tomo e la dio a su amigo C ornionque matasse con ella al rey Artur; e por estaespada el rey Artur óuiera a perder la ca-beca si no fuera por la donzella del lago quefizo ay ven ir a M erlin, e fasta alli atended elcuento, que os dirá de la vayna la verdad, ede su virtud della (1).

CAP. CLXXVIII .— De com o el rey Arturencontró al cauallero del tendejón.

E quando el rey oyó que Merlin loaua lavayna, pregunto si era verdad, y Merlindixo: «No lo sabreys fasta que la proueys ela perda ys» . «¿Como, dixo el rey, a pe rdellahe?» «Tomada os sera, dixo Merlin, e no mepregunteys ende mas, ca no os lo diré». Y

estonce se partieron del lago, e ciñóse el reysu espada, e fue m uy alegre porque auia atanrica cosa; e tanto anduuieron, fasta que llegaron do el rey se conbatiera, e vieron eltendejón, mas no vieron el cauallero; y elrey dixo a Merlin: «¿Sabeys vos que fue delcauallero de aqui?» E dixo Merlin: «Si, edeziroslo he; anoche, quando de aqui partimos, yo lo desencante, e pensó de sus llagas e folgo, e agora en antes auino qu e la ventura traxo por aqui vn cauallero de vuestracorte que llaman Iglan, y es natural de Ca-maloc, e tanto que se vieron, dexaronse

correr assi, e tanto duro la batalla que Iglanhuyo como aquel que auia pauor de muertee que no podía ya mas durar, y el caualleroes ydo tras del a Cardoyl. e yo os digo quevos lo fallareys cerca de la ciudad»; y el reydixo: «Yo os digo que no le puede faltar batalla de mi parte, que si el no hallare alguno que lo venca, que jam as no dex ara passara ninguno por ante su tendejón sin batalla».«Cierto, dixo Merlin, por mi consejo nunca

(*) Virtud extraordinaria tiene también la vainade la espada que el caballero extraño lleva a la corte

del rey Lisaar te, en el cap, 13, Üb. I I de Amadis doGavia.

os junta red es esta vez con el, ca no aure ysay honrra ninguna, porque vos estays rezioe folgado, y el esta lazio e cansado». Y el reydixo: «Pues quierolo dexar esta vez»; y elrey pregunto a Merlin como podia ser que ladonzella a ndau a sobre el agua que no se mo-jau a, e Merlin comenco a reyr , e dixo: «Señor, no es assi como os paresce, mas yo osdiré como es, ca yo lo se bien todo».

CAF. CLXXIX.— Como Artur se tomo a sucorte, y Merlin con el.

«Yerdad es que alli ay vn muy gran lago,y es muy hondo, y en medio ay vna peña enque hay cosas muy ricas e muy fermosas egrandes, mas son assi encantadas, que no laspuede ninguno ver acá de fuera si de dentrono entrare ('); e por do la donzella yua, no

auia vn punto de agua, ante yu a por vnapuen te de madera que todo honbre no puedever, e por alli salen y entran lo que dentromoran, ca aquellos la ven e no otro; y assilo creed, dixo Merlin, ca en otra guisa nopodria passar tan ayna». E assi fueron holgando e hablando desto e de al, fasta que llegaron a la ciudad, e fallaron al cauallero deltendejón e no le fablaron cosa; e passaronvnos por otros, e fuesse el rey a la ciudad,mas nunca tan gran alegria vistes comoflzieron sus ricos honbres quando lo vieron,ca mucho auian gran pauor de lo perder.

CAP. CLXXX.— De como easo Morgaynacon el rey Orian.

Aquel dia que Artur torno con el espadadel lago, pidió el rey Orian a Morgayna suherma na por m uger, y el rey Artu r se la diomuy de grado, ca la no podria mejor casarcon honbre de su reino, e diole vn castilloque auia nonbre Tarugie, que estaña sobrela mar, y era el mas fuerte que hombre vio.Y el rey Orian de Garloc fizo grandes bodasa marauilla, e mucho fue alegre porque tan

altamente casare. E la primera noche quecon ella durmió hizo en ella vn hijo que llamaron Yuan, hijo del rey Orian.

CAP. CLXXX I. — Como el rey Rion embiodesafiar al rey Artur.

El rey se partió de las bodas e fuesse aCardoyl, e vn dia estaua comiendo, e vino a

(l) Este es otro lugar común de los libros de caballerías. Tiene su precedente en el famoso tesoro queguarda el enano Andv are en el interior de un to

rrente. (Véase el poema de Sigurdo, en la segundaparte del Edda de Saemundo el Sabio.)

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70 LIB RO S BE C.el TU cauallero m uy bien vestido, y era |estraño,e dixole: «EeyArtur: mándate desafiar el rey Eion, señor de Norgales, que yaconquisto seys reyes, e todos son a su serüi-ció, y en remembranea desta vitoria tomo acada vno la barba, e orlo dellos vn manto-mas porque te precia mas que los otros que

conquisto, mándate dezir que vayas a el; siquisieres del tener tu tierra y fazerle orne-naje, recíbela del; mas con el comienco en-biale tu barua, y hazerla ha meter en lostexillos de su manto, porque te precia masque a los otros, y tu haz lo que te man da caen otra guisa tu no puedes escapar que no tequite la tierra, ca contra su poder tu no puedes mucho durar». El rey Artur, quandoesto oyó, comenco a rey r, e dixole: «Amigo,pareceme que no soy yo a quien el rey teenbia. ca yo nunca vue barba, ante soy muyniño, y si la ouiesse no se la enb iaria ante

quería dar la cabeca, y de lo que enbiadezir, yo lo tengo por el mas loco rey quenun ca oy fablar; y dile de mi par te que si enmi tierra entrasse por me fazer mal, quenunca tornara a la suya»; y el cauallerodixo que lo diria assi a su señor, y assi sefuy y el rey fablo ay muy mucho, e dixo quenunca auia oydo demanda tan sin guisa nide tan ta soberuia, e dixo a los suy os: «-Ayalguno de vosotros que conozca al rey Rion?»«Señor, dixo vn cauallero que auia nombreNazan, tiempo ha que lo conozco; e sabedque es vno de los buenos caualleros del

mundo, e tan venturoso en quantas guerrascoinienca, que a todas da cima a su honrra.B por esto he miedo que os traerá mal de laguerra»; y el rey dixo que quier le auiniesseque quería la guerra.

CAP. OLXXXIL — Gomo el rey Artur mand opregonar que le truxessen los niños.

Mucho fablaron en este pleyto; y el reydixo vn día a Me rlin: «¿Llegara ay na eltiempo que vos dixistes por que ha de ser este

reyno destruydo?»; e dixo M erlin: «En aqueltienpo que yo os dixe ». «E agora sabed, dixoel rey, que ya niño no nascera en aquel mesen todo el reyno que no faga tomar e meteren vna torre, o en dos, o en m as, si tantosfuessen, e fazerlos he criar fasta que avaconsejo de lo que me dezides». «Rey, dixoMerlin, en vano lo prouareys, ca sabed queno lo.fallareys, ante auerna como yo dixe»'y el rey dixo. que todauia lo prouaria; y assientendió el rey^ e hizo luego apre gon ar quequantos niños de allí adelante nasciessenque |odos se los traxessen, e assi fue hecho'

qué pensauan todos que por bien fuera e no

A B A L L E R I A Spor lo que el hazla; e cierto el rey lo deziapor escusar el gran daño que Merlin le di-xera que auia de venir en la tierra por aquelniño que nasciera, e aquel tienpo, e tantos letraxeran ante nasciesse Morderec, que metían en vna torre quinientos e cinqu enta; yel mayor era de tres semanas. Y el rey Lot,

que sabia que su muger era preñada y queayn a auia de auer su fijo, pregu nto muc hasvézes al rey que quería fazer de aquellos,niños; y el rey encubriólo muy bien. Equando el rey Lot supo que su muger auiafijo, hizolo baptizar, ca assi fazian todosante que los enbiassen, e ouo nombre en elbaptismo M orderec; e dixo a su mu ger: «En-biemos a nuestro fijo al rey vuestro hermano, ca assi hazen todos»; y ella dixo: . «Ha-zeme, señor, pues que a vos plaze».

CAP. CLXXXIII .— Como Morderec escapo &nla cuna del peligro de la mar.

Y estonce hizo el rey me ter el niño en vnacuna muy rica e muy hermosa, cubierta conricos paños, e quando sit madre metió elniño en la cuna, firiose el niño en vn palode la cobertura, assi que ouo una llaga en elrostro que siempre le pareció después; y alrey peso mucho de la llaga, e no quedo porende que no lo embiasse. E después metiéronlo en vna ñaue con gran conpáñia de caualleros e de dueñ as, e dixoles que lo lleuas-

sen a su tío; y ellos dixero n que assi lo farian ,si Dios lo sacasse a puerto, y estonce se partieron de la ciudad de Ortania, y el vientodio en las velas, en guisa que en poco detiempo no vieron tierra, e ouieron buentiempo aquel dia y aquella noche, e la ma^ñaña mudóse, y leuantose vna gran tempestad, que todos ouieron pauor de muerte, yllamauan a Jesu Christo e a los santos e san^tas que los acorriessen e ouiessen dellos dueloy de aquella criatura tan pequeña. Mas elviento fue tan empeorado, que dio con la naoen la peña, e quebróla toda, y fueron todos

muertos sino Morderec tan solamente, queestaua en su cuna, e la cuna andaua nadandocerca la ribera, e a esto vino vn pescador ensu barco do querría pescar, ca el viento eraya manso, y fallo la cuna y el niño, y conello fue muy alegre, y tomólo en su braco, equando vio que el niño era assi guarnido,que andaua metido en paños de seda y enotras riquezas, luego entendió que era degran guisa, e fue mas alegre que ante; tomola cuna con el niño, e tornóse luego para lavilla do moraua, y fuesse para vn lugar des-uiado para sacaílo de guisa que no lo entén-

diessen, y mostrólo a su muger. «Cierto,

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I K 71dixo ella, Dios nos quiere fazer b ien, ca [d e]la riqueza desta cuna podemos nos solamentebiuír bien v eyn te años; y Dios lo fizo porquesabia que nos era menester, e agora ya noauremos cuyta».

CAP. CLXXXIY.— De como fue criado Mor-deree en casa del duque Ñabor, padre deSagramor.

«Dueña, dixo el pescador, este niño es degran guisa, e conuiene que lo criemos lomejor que pudiéremos, y si Dios quisiereque lo supieron aquellos donde viene, mucho nos pued e ende bien uen ir otra cosa».«¡Ha! dixo ella, que lo aria ende, este niñono puede ser que no sea muy ayna conocido;lleuemoslo al señor de la tierra assi como lofallamos, ca si después supiessen que lo

fallamos y lo no lleuamos, destruymos ha»,«Por ende, si me ayude Dios, dixo el pescador, este es el mejor consejo que ha». Yestonce llenaron el niño al señor de la tierra, qiie auía nonbre Nabor el radiador, eauia yn fijo, que fasta dos años auria, queauia nom bre Sag ramo r, y este fue despuésde la compaña de la Tabla Redonda e caua-llero ma r anuloso, que fizo después much asbuenas cauallerias; e fue amigo de Tristanel buen cauallero, e vuo nombre Sagramorel rachador, assi como el Cuento del sáneloOriol lo cuenta y mas largamente; y mucho

fue Nabor alegre quando el niño yio, cabien le pareció de gran guisa en los buenosguarnim ientos que le vio, e dio grand e aueral pescador que lo traxera de guarnim ient os , de guisa que se tuuo ende por bienpagado, e fizo el niño criar con su hijo envno, y dixo que si los dos llegassen a edadde ser caualleros, que los ha ria ambos envno caxialleros. Assi escapo Morderec depeligro, y todos los otros que con el veníanse perdieron, que assi fue su ventura; y elduque Nabor fizo guarecer al niño de lallaga que auia en la cabeca. Y fallo vn

escrito en la cuna que auia nonbre Morderec, mas no fallo de su fazienda.

CAP. CLXXXY.— Como el rey Arturpensaua en el hecho de los niños.

Y dize el cuento que el rey Artur fizoayuntar todos los niños en sus torres quan-tos en Londres nascian, assi como el cuentoya nos mostró. E quando el tienpo passoque Merlin dixera, pensó el rey que losmataría, ca bien pensó que aquel onde el

gran mal auia de venir que era en aquellacompaña.

CAP. CLXXXVI.— De eoino apareció al reyen sueños vn grande honb?-e.

Yna noche, estando el rey assi pensando,adormiose, y parecióle que venia a el vnhonbre el m ayor que n unc a vio, e que le

trayan cuatro bestias, mas no pudo conocerque bestias eran; y el hombre dixole al rey:«¿Por que te guisas de hazer tan gran malque quieres matar estas criaturas que sonsin pecado y limpias de toda maldad delmundo? E mucho mas valdría que el Criadordel cielo e de la tierra que no te diera estatierra que te dio; y el te puso por pastordestas sus ouejas, e tu eres tornado lobo.Y ¿que tuerto te ftzieron estas criaturassanetas que quieres matar? Cierto, si lofazes, el alto maestro que t e puso en esteseñorío en que eres tomara de ti venganca

tal, que para sienpre ende fablaran», E elrey miro al hombre bueno, e marauillose delo que le dezia, e eomenco a pensar, y elhonbre bueno le dixo: «Yo te diré que harásde que te ternas por bien pagado: Fazerlosmeter en vna ñaue sin maestro e sin remos,sin gouernalle, e fazeles tender la vela. Yestonce vayan por esse mar a qual parte losleuase el viento, e si escaparen de peligro,bien mostrara Dios que los ama e que noquiere su muerte, e bien te deue esto plazersi no eres el mas desleal y el peor que nuncafue en esta tierra»; y el rey dixo: «Maraui-

llosa venganca me enseñaste, e ya en otraguisa yo no fare sino assi como dezides»; yel honbre bueno dixo: «Esto no es vengancaque tu tomaras, ca ellos nunca lo merecieron a ti ni a otro, mas esto es porque eun-plas tu voluntad, ca tu cuydas que por estoestoruaras el destruymiento del reyno deLondres, mas no lo faras, ca todo assi uernacomo el hijo del diablo te enseño».

CAP. CLXXXYIL— Como el rey Artur fizoponer los niños en vna nao por la mar.

Despertó entonces el rey, e bien le pares-cio que aun el hombre bueno estaba antel.E quando vio que era sueño, santiguóse yencomendóse a Dios, e dixo que haria ele losniños lo que el honbre bueno le dixera. Eaquel día hizo el rey aderecar vna navegrande, e no supo ninguno para que era, equando fue noche, mando meter ende todoslos niños, que eran por cuenta setecientos ediez y nueue. E después hizo tender la velaa la ñaue, e el viento dio en ella, assi queen poca de ora dio con ella en alta m ar; e assi

fueron los niños en auentura de muerte, masno plugo a Dios, ca n o merescieron por q ue,

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72 L I B R O S D E Ie fizo apa rtar la ñaue cabe vn castillo queauia nom bre Aem elín, y era fuerte e bienlabrado, y era señor de aquel castillo vn reyque fue gran tiempo pagano e auia poco quese tornara cristiano, e amaua e temia muchoa Nuestro Señor, e auia nombre Tauor; e

nasciole vn fijo de su muger poco auia; masdespués le fue este nonbre quitado en casadel rey A rfar, y este- Tauor fue despuésbuen cauallero e muy ardid; mas porque eranegro y feo como su padr e, llam auanle todosel laido ard ido , e la histor ia fabla del mu chas vezes en la Demanda del santo Grial,E quando la ñaue aporto en la ribera, cabeel castillo que os dixe, el rey estaua fueracon gra n conpaña de caualleros e otra gente,e vino assi por auentura que passo por anteel puerto, e quando vio la ñaue mando queentrassen dentro, e que viessen que andaua

ay , e los que e ntraro n dentro dixeron queandauan muchos niños; y el rey entro dent ro, e quando los vio, marauillose, e santiguóse e dixo: «Señor Dios ¿quien pudo tantos niños ay un tar? jYo pienso que tantosniños no ay en el mundo!»

C A P . C LX X X V II I . — Como aportaron losniños en saluo, e fueron bien criados.

Luego dixo vn cauallero: «Yo os diré quesea esto: El otro dia me auino que por auentura fue al reyno de Londres, e vi que elrey Artur hizo ajuntar todos los niños delreyno assi como nacían, e ñzolos poner ensus torres, e no sabia ninguno por que lofazia, e agora creo bien que los hizo meteren la mar, porque algún mal le ha de venirpor elloSj por quanto los ricos honbres noconsentían que los matassen assi entre ellos,e quisieron antes que los echassen en lamar a su auentura, e bien puede ver quienquiera que si tanto amaran su vida como sumuerte, que los no metieran en la ñaue singouernador e sin gouernalle». Y el rey dixo:«Por buena fe, dezis verdad, e bien me pa-resce que assi es. e agora catemos que haremos de los niños, ca, pues Dios nos los em-bio, quería que fuessen en lugar do losupiessen pocos; y pues el rey Artur quisosu m uer te, e supiessen qu e los yo ten ia, desamarme ya, e su desamor no lo querría yo,ca me vernia ende mal a mi e a mi t ierra».«Señor, dixo el cauallero, meted e n esta ña uehonbres que los Ueuen a vna de vuestras insolas apartadas, e alli serán que nunca elrey Artur sabrá nada; e todo lo hizo el reyassi como el cauallero dixo, e hizolos Ueuara vna insola, e fizo ay hazer vn castillo muy

bueno e muy fuerte, e tan hermoso quenunca lo hombre vio mejor, en que los metió, y les dio quanto ouieron menester, queno les falto ninguna cosa; y después que elcastillo fue fecho, púsole n om bre el castillo delos Desheredados, que nunca después aquel

nonbre perdió.

CAP. CLXXXIX.— Como se ensañaron losricos onbres contra el rey por los niños.

Pues dize la historia que, quando los ricoshonbres del reyno supieron que el rey lesenbiara los hijos assi, ouieron tan gran pesar, que no pudieron mayor, e vinieron aMerlin, porque sauian que lo amana el rey,e dixeron: «¿Que faremos por tan gran deslealtad como este rey ha fecho, e nunca talfizo hombre?» «Ay, seño res, dixo M erlin, porDios no vos asañedes atan mucho, ca estoque el haze, por pro del reyno lo haze, casabed verdaderamente que en este reynoque agora se nos nascio vn niño en estatierr a, por cuyo hech o el reyno' de Lon dressera destruydo e todos los honbres buenosmuertos, assi sera esta tierra sin buen señore sin buenos caualleros; e porque el reyquería que esto no auiniesse a el ni a vos,hizo esto a los niños». E quando los ricoshonbres esto oyeron, dixeron a Merlin;«¿Esto es verdad que lo fizo el rey por esta

cosa?» «Assi es, si Dios me salue, dixo Merlin, e digo mas de los niños verdaderamente : que todos son biuos e sanos, ca no quisoNuestro Señor que se perdiesse en la mar, eante que sean diez años los aureys con vossanos e aleg res»; e quan do ellos esto oyeron,fueron muy ledos, ca bien creyan a Merlin,e quanto les dezia, e dieron al rey porquito e quanto ay hiziera. Assi metió Merlinpaz entre el rey e sus ricos honbres, e, si lono fiziera, gran mal pudiera ende venir a latierra.

CAP. CXC.—Como supo el rey Artur que elrey Rion le entraua la tierra.

Yn dia, estaua el rey comiendo a su mesa,e comiera ya dos manjares. E los cauallerosauian sabor de hablar, e, do estauan hablando, entro por el palacio vn cauallero todoarmado, e andaua l lagado de tres lancadas,e su cauallo era tan cansado del correr quehiziera, que cayo con el tanto que entro enel palacio; y el cauallero era ligero y biuo,e leuantose luego e dixo al rey: «Señor, tra-

yovos malas nueuas, ca el rey Rioh entroen vuestra tierra con la mayor gente que

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 73

nunca vistes; y quema e destruye quantohalla, e mata a los honbres; e ya tomo equemo no se qua ntos castillos, e, si no aue-des consejo, ayna os tirara quanto auedes».E quando el rey esto oyó, dixole: «¿Dondedexa stes al rey Eion?» «Señor, dixo el, yolo dexe sobre vn vuestro castillo que llamanCarabel, con la mayor gente que yo nuncavi». «Agora dexad, dixo el rey, que yo se lofare dexar, si Dios quisiere, a su desonra».Y estonce mando pensar del cauallero, e de-si fizo hazer sus cartas para todas sus gentesque fuessen todos con el en Calamote, e anteque fuessen diez dias fueron todos asonadoscon el treynta mil camilleros, que el mascouarde dellos se tenia por muy ardid.

CAP. CXCI. — Como el rey e los candileros

prouaron la espada que traya la doncella.Aquel dia que el rey Artur ouo de mouer,

vino a el vna donzella que le dixo: «ReyArtur, a ti me enbia vna dueña rica y hermosa, que es mi señora, e llamanla dueñade la insola de Auelon, y embiame a ti porhallar ayuda e acorro en tu corte de vnacosa en que ando en gran cuyta, y de quenunca cuydo ser libre sino en tu corte»; yentonce echo en tierra vn manto que trayacubierto, e dixo al rev: «Señor, veys aquivna espada que trayo ceñida, e no la puedo

sacar de la vayna ni desceñilla. Ca no hacauallero que la p ueda sacar «i no fuere v erdaderamente el mejor cauallero de su tierra,y el mas leal, que no haya en el cosa deengaño ; e que, si tal fuere, puédeme dece-ñir e quitar las correas. Ca sabed que porcorreas se ciñe e libra a mi, e leuara la espada, e librara a mi desta cuyta en queando, que en quanto la traxere nunca aurebien ni holganca sino poca». «Cierto, dixo elrey, marauilla es la que dezides, ca me parece que quien quiera os la podria deceñir».«Sabed, dixo ella, que no es assi como vos

dezides, ni como vos cuydades, ca me la nopodria ninguno deceñir si no fuere tal comoos digo». Y el rey dixo: «Todo cauallerodeue esto prouar, ca muy gran honra puedey acabar; ca se mostrara por el mejor cauallero desta tierra, e aura tantas buenas maneras como dezis; e porque yo so señor de latierra e dellos, quiero prouar primero, noporque soy mejor cauallero, mas porque loprueuen ellos mas de grado»: y estonce fuea la donzella, e quísole desnudar las correasdel espada, mas no pudo, e comenco a tirarpor ellas, assi que [si] tales fueran como las

otras, [la s] q uebr ara; e la donzella dixo al

rey : «No ha me nester tan gran fuerca el que aesta espada dará cima, ni tomara en ello tangrande afán»; y estonce se fue el rey assen-tar, e dixo a los otros: «Esta auentura no esmia, ydvos a prouar. e a quien Dios quisiere dar la ho nra, tóm ela»; y estonce fuerontodos los altos honbres, vnos en pos de otros,mas no fue y tal que la pudiesse desnudarlas correas, pero que lo prouaron todos, sinovn pobre cauallero que era natural de Yber-landa, el qual cauallero era ayrado por unpariente del rey de Yberlanda que m atara, etouieralo en prisión el rey medio año. esaliera de la prisión poco auia, e por estoera pobre á marauilla, mas, avnque era pobrede auer, era tan rico de coracon y de fuercae ardimento, que no auia en el reyno deLondres en aquel tiempo m ejor cauallero queel; mas porque parecía pobre no le hazianlos otros ninguna honra, ni fablauan del alrey, ca nunca los ricos hablan de los pobres,ni grande honra dellos toman, mas, como losveen, assi les liazen.

C A P . CXC II. — Gomo Baalin el saluajeacabo la auentura del espada que trayala donzella.

Y pues todos los del palacio, po bres e ricos,prouaron la espada, el rey, que bien cuy-daua que todos fueran ay, dixo a la donze

lla: «Conuieneos que os uayades alueñe siquisierdes ser libre, ca me paresce que noay aqui quien os libre, y pésame ende mucho, ca me fuera gran de h onr a». «¡Ay, Dios!dixo ella, e ¿assi me yre desamparada destacorte de tanto honbre bueno e tanto cauallero? Por cierto, agora no se do vaya, puesassi aqui falto. É ya fue a la corte del reyEion , e tanto remedio falle como agora aqui»;y el rey dixo: «Donzella, no podemos darremedio, pues que a Dios no piaze». «¡Ay!dixo ella, agora me conuerna sufrir mayorpena e gran martyrio, e no lo merezco» '. Y

estonce comenco mucho a cuytarse, e dixoque se yria; y estonces fablo al rey e a suconpaña: «Señores, a Dios seays». E quandoel cauallero vio que se yua, salió dentre losotros señores con pesar, porque no le mandara el rey que se prouasse, como mandaraa los otros, e dixole: «Yos, donzella, por cortesía, atendedme vn poco fasta que prueueesta espada assi como los otros»; e como lovio tan pobremente, no se pudo tener quele no dixesse: «Cierto, por nada tengo quelo proueys, ca no podria creer tan ligerame nte que vos soys el mejor cauallero deste

palacio, do ay tantos honbres buenos». Y el

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74 LIBR OS DEdixo: «Donzella, no me desdeñedes por mipobreza, ca yo fue mas pobre que agora e noay [e n] esta corte cananero a quien yo ueda-sse mi escudo»; y estonce tomo las correasdel espada, e trauo de los nudos, e desíizolostodos, e tomo la espada, e dixo a la donzella:«Agora vos ppdeys yr quando os pluguiere,mas la espada a mi quedara, ca me paresceque la gane»; estonce la saco de la vayna, ela donzella le dixo : «Señor, vos me libra s-tes, gra cias aya Dios, e, aue ys ganado gra nde honra, ca bien se muestra por este hechoque vos soys el mejor cauallero desta corte;mas, pues me librastes, no fue en este pleytoque vos la espada quedasse; por ende osruego que m e la dey s, assi como en vos deueauer cortesía». Y el dixo que se la no daríaaunque supiesse que todos los de la corte lotuuiessen p or villano. T ella dixo: «Yo vos

digo que, si la leuades, que os verna endemal. E sabed que el primero que con ellamatardes que sera el honbre en el mundoque vos mas amays, que sera Balaan vuestrohermano»; e el dixo que de todo en todoleuaria la espada, aunque cuidasse que conella auia de morir. «Agora sea assi, dixoella, pues que os plaze, mas sabed que antede dos meses vos auredes ende mal. E avnos diré o tra cosa, e sabed que au erna assicomo vos yo dixere, que ante que este añopasse, vos conbatireys con vn cauallero queps matara con esta misma espada, e vos a el;

e porque yo querria que tan gran mala ventura no auiniesse a tan buen cauallero comovos soys, querria leuar la espada; ca si estaespada fuesse en lugar que hombre no lapudiesse auer, vos no moririades con armas;agora leualda pues que os plaze, ca ciertosed que leuades con ella vuestra muerte».Y el dixo que si su muerte en ella leuaua,que la no dexaria por ende, tanto la veya debuena e fermosa. Estonce dixo a vn su escudero: «Ye, e traem e mis arm as e mi cauallo.Ca, yo so aqu el que mas no b iuire en estacorte, ca mucho mostraron ay que pobreza

haze tener a todo hombre en vil»; y el escudero se partió del palacio, e se fue a la posada por mandado de su señor; y el rey queesto vio, auia gran verguenca de lo que oyera dezir al eauallero, vino a el, e dixole:«Ay, cauallero, por Dios no 09 pese porquefue descortes contra vos, e yo os lo quieroemendar a vuestra voluntad; y esto fue porvos no conocer, e yo vos ruego que queda-des, e prometeos que no seades pobre, e queno me demandareys cosa que vos no de, ental que seays de mi m esnada»; y el cauallerodixo que no quedaría con el por ruego que

le flziesse ni por cosa que le diesse; e el rey

dixo que le pesaua mucho, ca mucho auiaque no viera cauallero cuya compañia antesquisiera (i). E mucho hablauan todos deaquel cauallero que diera cima a la aueñturade la espada, do todos los otros faltaran, edixeron que tales ay ouo que hiziera por engaño de algún encatamento que sabia; & conesto estaua mas vfano que por bondad que enel ouiesse En q uanto ellos assi hablau an,vino ay v na donzella encima de vn palafrén,y entro ante el rey, e dixole: «Rey, tu medeues dar vn don qual yo te pidiere»; y elrey la cato, e vio que era aquella la donzellaque le diera la espada del Lago. E dixole:«Cierto, donzella, verd ad es, e yo vos lo daréa mi poder. Mas. si os pluguiere, dezidmevna cosa que vos preguntare, e ¿como hanombre la espada que me distes?» E elladixo: «Ha nombre Escaliber (*)», «E pues,

pedid, dixo el rey, lo que os pluguiere». Yella dixo: «Yo vos pido la cabeca deste cauallero que se va, o de la donzella que vinocon el. B ¿sabeys por que os demando atangran don? Porque este cauallero mato vnmi hermano, vu buen cauallero. E esta donzella hizo matar a mi padre. E por endeme querria vengar del o della». E quando elrey esto oyó, fue muy espantado. E dixo:«¡Ay, donzella! por Dios os ruego que medemandes al, ca tal don no vos podría darsin mi desonra, ca no ha hombre qué losepa que lo no tuuiesse por muy gran mal,

e por muy gran desafuero matar ningunodestos que mal no me hizieron».E quando el cauallero vio que la donzella /

pedia su cabeca, fue contra ella, e dixole:«Donzella, mas ha de tres años que vosando buscando, tanto que no sossegue jam as,Ca vos matastes a mi padre con poncoña. Eporque vos no podía fallar, mate a vuestrohermano. E pues vos hallo aqui, yp no vosiré buscar lueñe». Entonces saco la espadade la vay na. E quando ella la vio, quiso fuyrfuera del palacio por escapar, y el cauallerole dixo: «ÍTo es menester, ca en lugar de mi

cabeza que pediste al rey , le daré yo la vues-

(*) Una escena análoga ocurre en Ama&U de Qaula( l ib I I . ca p . 14).

S Era cos tumbre , en t r e lo s caba l le ro s de la Edad¡a, poner nombres á sus espadas favor i tas .

iDaruos e dos espadas, a COLADA e a Tizos!Bien lo sabedes tíos que las gane a ¡¡misa de varona.

(Poema del Cid . v . 2575 6 . )

Y , en uno de loa romances de R o ldan (Darán : Ro mancero general, 1.1. p. 2J0), se lee:

«Llegó el valiente Koldán ¡| de todas armas arraaiio,

En el fuerte Briador, [j su poderoso cabadlo,Y la fuerte 1)UHLI.ND.I.\¿ ([ hmy bien cefdda, ¿ suJado.»

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7/14/2019 El Baladro Del Sabio Merlin Primera Parte de La Demanda Del Sancto Grial

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L I F 75t ra». Entonces le dio vn tal golpe, que leecho la cabeca en tierra, e tomóla, e dixo alrey: «Señor, sabed que esta es la cabeca dela mas aleuosa donzella que nunca entro envuestra corte. E si mucho con vuestra merced viniera, gran daño por vos ende viniera,e yo vos digo que tan gran alegría nunca fuefecha como sera en el reyno de Yberlandaquando supieren que esta donzella es muerta». Quando el rey esto oyó, fue sañudo, edixo: «Cauallero, cierto vos hezistes la may orvillanía que yo nu nc a vi a tal cauallero comocreya qué vos erades. Que cierto es que ningún cauallero estraño ni conoscido me tangran desonrra fiziera, ca mayor desonrra nome podia hombre hazer que matar donzelladespués que an te m i estouiesse o en m i corte;aunque ouiera hecho mal, no deuiera malrecebir, que atal es la eo stunbre de mi corte.

E vos fuystes el primero que la quebrantas-tes por vuestra soberuia, e yo digo que si mihermano fuessedes, que os mataría por ello,e agora os yd de m i casa e no parezca ys antem i, que cierto no seré alegre fasta que estasoberuia sea vengada».

CAP. CXCIII.— Como el cauallero hinco losynojos ante el, e le pidió por Dios le perdonarse, e el rey no quiso.

Quando el cauallero vio que el rey era tan

sañudo, entendió que era tan gran mal porque matara la donzella en su presencia. í\in-eo los ynojos antel rey, e dixo: «Señor, porDios, merced, que cierto bien conozco queerre malamente, e por Dios perdonadme».El rey dixo que lo no haria. «¿No? dixo el;pues a lo menos, porque vine a vu estra corte,que me guardares de los vuestros». «Cierto,dixo el rey, esto no haré en ninguna guisa.,antes íes ruego que venguen esta desonrra,ca tan desonrrados son ellos como yo. Ca pormi ni por ellos no lo quisistes vos dexar,tanto nos preciastes poco, e ydvos de aqui,

que no hallaredes de mi al agora». E quandoel cauallero vio que no hallaría merced desu yerro, fuesse a su posada. E leuo la cabeca de la donzella a su casa, e mostróla á suescudero, e dixo: «Cata la cabeca de la donzella que jo tan luengamente andaua buscando». «¿Do la hallastes?» dixo el escudero.El cauallero le contó todo quanto le au inier a.Entonc es comenco el escudero a llorar, e d ixoal señor: «Mal hezistes, ea por ende perdis-tes la compaña de todos los de la corte y elallegamiento del rey, y en mal dia fue estadonzella nacida». «lío te pese, dixo el caua

llero, ca si le erre, ayna fare que se pague

1 de mi, ca todo honbre de gran guisa se deuepagar de cauallero, e de bondad que en elaya». El escudero dixo: «Yos¿que haredes?»El cauallero dixo: «Yo le traeré la cabecadel mas mortal enemigo que el ha e que elmas duda; o yo se la daré mu erto o biuo enprisión». Y el escudero dixo: «¿Quien es estesu enemigo?» «Este es el re y Rio n, d ixo el, elmas poderoso honbre que agora ay en elmundo, enpero el es poderoso, e yo cuydo,con ayuda de Dios, hazerlo venir ayna a lamerced del rey Artur , e assi me p erdonara» .«Dios vos dende el poder», dixo el escudero.«E agora te diré, dixo el cauallero, que hargas: vete al rey de Yberlanüa, e Ueua estacabeca de la donzella; muéstrala a mis amigos, e diles que me vengue del aleuosa queme mato a mi padre, y en tal lugar do auiamuchos de los caualleros mejores del mun

do»; y el escudero lazólo assi, mas preguntóle do lo hallaría quando tornásse, y él cauallero dixo: «Yo cuydo que me hallaredes enla corte del rey Artur, ea yo cuydo, si Diosquiere, que ante que tu vengas seré yo suamigo». Y estonce tomo el cauallero sus armas, e subió en su cauallo, e ciño la espadade la donzella con la otra suya que traya,assi que leuo ende dos espadas ceñidas, e desitomo su escudo e su lanca, e fuesse contrado cuydo que fallaría al rey Rion con suhueste, e quando fueron fuera de la villa, elescudero se despidió del, e fuesse con sus

dos espadas, e por estas dps espadas que traxomientra que fue biuo, perdió el su primeronombre, que le llamauan Baalin el saluaje,e vn su hermano que era tan buen cauallerocomo el, llamauanle Baalan el saluaje, e deaquel Baalan nascio Didonax el saluaje, quefue conpañero de la Tabla Redonda, e muynonbrado e de grandes hechos; mas aquelBaalin perdió su nombre por dos espadas.Ca no se nombraua Baalin, mas el cauallerode las dos espadas, e por este nombre fueconoscido m ientra b iuio, e si mucho biuiera,fuera nombrado sobre todos los que armas

tomaron en el reyno de Londres, mas noplugo a Dios que mucho durasse y el mesmpfue ocasión por razón de su muerte. Ca elquiso dar cima de tan grandes fechos poramor del rey, que no dexo lueñe ni cercaque no fuesse a buscar auen turas e que se ayrio prouasse, e hizo ay tanto en el primeroaño, que para sienpre fablaran, porque norecelaua a ninguno que topasse. Ca topo consu hermano, con quien se conba tio, e matáronse ambos porque no se conosciari, y estofue gran daño, ea anbos eran muy buenoscaualleros y que en todo el reyn o de Lond res

no auia tan buenos dos hermanos.

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CAP. CXCIV. — De com o el rey Artur se que-xaua del cauallero de las dos espadas.

Dize agora el cuento que quando el caua-llero se partió del palacio del rey, quedomuy aquexado por la gran, desonrra que leauia hecho, e pregunto a sus ricos hombresque haria ay derecho del fuero de su corteque era quebrantado; ca no cuydaua que tansandio hombre en el mundo ouiesse que laosasse cometer en fazer tal cosa en su presencia, ni ante tanto hombre bueno como ayestaña, ni ha en el mundo cosa tan amadapor que lo deuiessen sofrir a nin gú n hom bre.

CAP. CXCV.— Como el cauallero de Irlandadixo que vengaría la desonrra que hizo elcauallero de las dos espad as.

Entonces se yrguio vn cauallero de Irlanda, que se tenia por vnó de los mejores detodo el mundo, e assi era, mas no era atanbueno como pensaua; y este auia gran embi-dia del cauallero de las dos espadas porqueacabara la ventura e porque el faltara, ecuydaua que fuera por alguna barata; e nopodía creer que el otro era mejor que el, edixo al rey : «Señor, si os plug uiere , yo vengare a vos e a vuestra corte de la desonrraque aquel ca uallero fizo». El re y dixo que leplazia ende mucho, e que se lo agradescia,e que lo fiziesse, «ca yo quiero, dixo el, que

todos ayan esta costumbre»; e el cauallerose lo gradescio mucho, e fuesse a su posada,e armóse lo mejor que pudo, e subió en sucaua llo, e tomo su escudo e su lanca, e fuesselo mas ayna que pudo em pos de Baalin.

CAP. CXCYL—De como Merlin dixo muchomal de la donzella qtbc traxo el espada a lacorte.

Pues cuenta la historia que después queel cauallero de Irlanda se partió de la cortepara y r empos de Baalin, mando el rey tom ar

la donzella y meterla en vna cámara, e quele flziessen los oficios de la sancta yglesiaque le conuenian, e aquella ora entro Merlinen la corte, e tanto que vio la donzella queel espada truxera, dixo: «¡Ay, donzella!,¡Maldita sea aquella que ves acá embio, emaldita seades vos que acá venistes, ca devuestra venida empeoro mucho la corte!»; edespués tornóse al rey, e dixole: «Bey Ar tur,agora sabe verdaderam ente qu e esta donzellaes la mas desleal que tienpo ha que entroen tu corte, e m ostrarte he por que; ella ouovn hermano mucho buen cauallero e ardid,

y es mas niño que ella, y ella amaua vn ca-

L 1 B R O S D E C A B A L L E R Í A S

uallero, el mas cruel y el peor del reyno deLondres; e aumo, no ha vn año, que se fallopor auentura con aquel cauallero que ellnamaua, e conbatieronse ambos, e fue ansíque el hermano le mato el amigo, v ella 'ouo*atan gran pesar, que juro que nuñc¿ holgaría

fasta que e fiziesse matar; y ella es michoamiga de la dueña de la insola de Yollon Progóle que vengasse a su hermano que'lemato el amigo, y ella dixo que lo faria lemole aquella espada que era ya a q u i ' edixo: «Conuiene que aquel que esta espadate decmiere, que sera el mejor cauallero desu tierra e mas leal e sin toda tacha, agoralo demanda do quier que lo halla res, e labeque aquel que te la deciñere que matara atu herman o por fuerza de ca ualleria e assite vengaras de aqueste gran pesar que assihas recebido»; e assi tomo esta donzella ale-

uosa el espada, porque su hermano recibieramuerte; e assi sera que ayna recebira muerte . E no ve rna desta espada este mal solo, camorirán por ella tales dos que verdaderamente son los mejores dos honbres e masardides del reyno. Pues ved quanta malaventura verna por su pleyto; cierto, bien esverdad que mas merecia ella muerte queeste que murió». «Si me vala Dios, dixo elrey, otorgóme ay», e quando la donzella vioque el rey otorgaua con Merlin, partióse delante lo mas ayna que pudo (t).

CAP. CXCVII..— De como Merlin dixo al reyqmen era el cauallero de las espadas, y queperdtesse el enojo. ' 3 *

El rey dixo a Merlin: «¿Que podemos fazer de aquel cauallero que tan poco precio ami e a mi corte, que mato aquella donzellaante nos todos?» «Señor, dixo Marlú?nc > Zblades ay mas. Ca esto seria gran daño si elmuriesse por tal cosa; ca a m arau illa es honbre bueno, e buen cauallero, y en estos diezanos no morirá cauallero en esta tierra decuya muerte tan gran pesar ayades, e poresto vos ruego por Dios, señor, q ue este ye írole perdoneys, ca tal honbre es que bien locierna honbre perdonar vn gran yerro si lohiziesse, e si lo vos conociessedes tan biencomo yo, mucho terniad es que os fuera granmal solamente de lo que dixiste s; e vos señores ricos honbres, ruegovos que lo no que-rades mal, ca sed cierto que el io enmendaratan altamente este yerro a la corte, que bienmostrara que deue auer la espada mas que

0) El texto se halla viciado en este lugar comn <»«

otros muchos. La doncella no podía ver ni' nartíUpporque Baalm le había cortado la cabeza '

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BALADRO DEL SABIO M E R L O 11

hombre que aquí biuia»; y el rey dixo: «¡AyMerlin! por Dios, dezidme quien es, ea meparesce que lo no conocedes». E Merlin dixo :«Yo vos digo que ha nonbre Baalin el salua-je , e digoos que es el mejor cauallero queay en el mundo, e por ende he pesar de sumu erte, que le verna m as ayna que seria menester al rey no de Londres». Quandolos ricoshon bres esto oye ron, suffriéronse de su ma ltalante que le ante auian, e rogaron a Diosque lo guardasse de mal. Y el rey no le fuede tan mal talante como le antes era. Cabien ereya a Merlin quanto le dezia, e dixoleque le pesaua de que le hablara tan braua-mente; e Merlin dixo: «¡Ay, señor! tarde osacordastes; saber que ¡muy poco biuiera conuos»; assi fablauan los vnos e los otros delcauallero; y el rey dixo a Merlin: «¿Que medezides del rey Rion? ¿poderme ha mal fa-zer?» «Señor, dixo Merlin, caualgad seguramente, ca Nuestro Señor os fara mas honraque TOS cuydais, y el que os puso en granhonra, no os derribara tan ayna; ca el osayudara en todo lugar si no quedare porvos», e assi lo forco Merlin al rey, e castigólo de lo del cauallero; e el rey dixo quemucho le pesara de lo que le d ixera.

CAÍ*. CXCVIII.— De como el cauallero de lasdos esjiadas jitsto con el cauallero de Irlandae lo mato.

El cuento dize agora que, quando el cauallero de Irlanda se fue en pos de Baalin. queal salir de la cibdad fallo el rastro del, masno sabia si era suyo; mas la ventura lo lleuopor aquel mesmo camino por do el otro yua;e anduuo tanto, fasta que lo alcance al piede la montaña, e diole bozes de tan lueñecomo entendió que le podria oyr, e dixole:«Cauallero, tornad acá esse escudo, si noferirvos he como ydes, e fallarvos hedesende peor». E quando B aalin esto oyó, torno ,ca bien entendió que a justar conuenia, edixole: «Cauallero, antes que conmigo jns-

tedes, dezidme cuyo soys;» e el dixo: «So dedel rey Artur, que me embia por vuestro mal, e yo te desafio». «Cierto, dixo Baalin, mucho me pesa porque sodes de su casa;ca, si os matare, aura otro yerro sobre mi».Estonce endereco a el su cauallo, e junto suescudo al pecho e abaxo su lanza, y el otroassi mesmo, e passole el escudo e quebrantóle la lanoa en el pecho, mas no le hizootro mal ni lo mouio tan solamente; e Baalin lo firio tan fieramente, que le falso elescudo e la loriga, e metióle la lanca en elpecho, de manera que le passo de la otra

parte con g ran pieea del asta, e púsolo en

tierra por cima de las ancas del cauallo; eal sacar de su lanca estendiose el otro coneuyta de muerte y el salió por el, y desitorno presto, e saco la espada, ca pensó queera biuo; e, quando se acerco, vio que eramuerto, e pesóle mucho, por ser de casa delrey Artur, e pensó que faria, ca de grado lefaria alguna honra si pudiesse; y estandoassi pensando, vio ven ir vna donzella qua ntomas podia venir, e quando llego do yazia elcauallero dicio luego, ca no cuydo que eramuerto, e quando le vido muerto, hizo tangran duelo, que el cauallero que la catauadixo que nunca tal viera, y el morescia eacordaua, e quando pudo acordar, dixo aBaalin «¡Ay señor cauallero !, dos coraconese dos cuerpos matastes en vno. e dos almasfaredes perder». Estonce tomo la espada delcauallero, e sacóla de la vayna e dixo:«Amigo, en pos de vos me conuiene yr, epareceme que mucho tardo, e si la mu ertefuesse atan sabrosa como sera a mi, nuncadesmorran a tan gran sabor;» y estonce sedio del espada por med io de los pechos   eBaalin, al tira r el espada, no se pudo tantoacuytar que se della no firiesse.

CAP. CXCIX.— Como Baalin se faHo conBaalan su , hermano e se conoscieron.

Baalin, quando vio esta auentura, no supoque dezir, ca nunca vio cosa de que tanto se

marauillasse, e dixo que lealmente lo amauala donzella, e dixo que cuydaua que mugerno amaua tan verdaderamente; y en quantoel estaua catando e pensando mucho en estaauentura, e cuydando que podria fazer deambos, cato contra la montaña, e vio salir aBaalan su hermano armado de todas armase vn escudo con el; e quando lo vio venir,salió contra el, e dixole que bien fuessevenid o; e el otro, que le conoció en las arm as,tiro su yelmo e fue a el, e abracólo, e llorocon el de alegria, e dixo: «Hermano, n unc avos cuyde uer, e por Dios dezidme como

salistes de la mala prisión»; y el dixo: «Lahija del rey de Yberlanda, que me teniapreso, me libro, e si por ella no fuera, avnagora no seria salido; pues dezidme queauefitura os trux o» , [dixo] Baalin. «Cierto,dixo Baalan, dixeronme en el castillo de lasquatro pedreras que erades libre, y que osvieron en casa del rey Artur, e por estouenia ay apriessa si vos pudiera fallar, masdezidm e si fuestes»; e Ba alin d ixo: «Agorame parto dende». «É ¿por que, dixo Baalan,vos partistes dende?» E Baalin le contó todoquanto passara, assi como vos ya conté, que

de grado quedara do tantos buenos honbres

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78 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Seran si esto no fuera, y que después que sedé alia partiera, que matara aquel cauallero,e como aquella donzélla sé matara por el; yestonce dixo Baa lan que leal mente lo amau aella, e que, por la lealtad de aquélla, quejam as nu nca faílesciera a dueñ a ni a donzélla qué su ayuda ouíesse menester; e Baa-lin dixo: «Hermano, ¿que podemos hacerdestos cuerpos?» «Cierto, dixo Baalan, no séay dar consejo»; y ellos estando en estohablando, llego vn enano que saliera de lacibdadj e ueñia quanto vn rocin lo podiatráér, é quando ally llego e vio los cuerpose los conoseio, comenco a hazer su duelogrande, e batir sus palmas e a t irar suscabellos, e pues vna pieca fizo su duelo, dixoa los cau alleros: «D ezidm é, ¿qu al de vosmato este cauallero?» e Ba alin dixo : «¿Porque lo preguntades?» Y el enano dixo: «Por

que lo quería saber»; e Baalin dixo: «Yo lom ate, mas esto fue en defendí mien to, puessi Dios me ayude, pésame ende» ( l); y elenano dixo: «Pues desta donzélla me dezidla uérdad, pues la del cauallero me dexis-tes». Y el le contó como se matara por amordel cauallero. «Cierto, dixo el enano, no esgran marauilla. Ca el cauallero era vno delos preciados del m und o, y es fijo del rey deIrlanda, e sabed que en su muerte buscastesla vuestra, ca es de tan buen linaje e detales caualleros, que, si Dios no, otre no vosguardar de muerte tanto que los de su linaje

lo sepan, ca talessonque por todo el mundovos buscaran»; e Baalin dixo: «Yo no se loque ende verna, mas pésame ende mucho desu m iierte, e no por miedo de su linaje, maspor amor del rey Artur, cuyo era».

CAP. CC—- Como el rey Mares hizo enterrarlos cuerpos del cauallero de Irlanda & de suamiga.

Quando los caualleros hablauan en estocon aquél enano, salió dé la montaña el rey

Mares, que después caso con Yseo, la queauia los cabellos cómo oro, assi como estecuento adelante vos dirá, ca mucho conuieneqne lo ayuntemos ay por vna auen tura delsancto Cirial, y el rey Mares auia poco quefuera rey, e era de edad dé diez é siete añosé no mas, e yua al rey Artur por le ayudara su guerra que auia con el rey Rion, catoda su tierra obedecía al réyno de Londres;é quando el rey Mares llego a do los cuerposyaziati e que sopiera la uerdad assi coino loscaualleros se lo contaron, dixo que nunca

( ' ) El texto añade: dixo Baalin.

oyera hablar de dueña que tan lealmenteamasse, e que por lealdad della faria honrraa ambos.

CAP. CCI. — Com o Merlin escriuio letrassobre la batalla de Trisian e Langarote

sobre el monim ento.Estonce mando el rey Mares a sus hom

bres que le fuessen buscando vn monimento, el mas hermoso que pudiessen hallar, e que se lo truxessen alli; e dixoque se no partiría de alli hasta que fúessensoterrados en aquel lugar do fueron muertos, e mando estonce ay armar su t ienda,e sus hombres fueron buscar vn monimento, e falláronlo en vna yglesia, e leua-ronlo al rey; y el rey fizo ay meter los cuerpos amb os, e fizo en tallar letr as a los pies

del monimento, que dezian: «Aqui ya%e Sal-uador, hijo del rey de Irlanda, e cabel yazeGalam esa, su a miga, que por duelo del semato quando lo violo muerto». Y el rey hizoponer a la cabe9a del mon imento vna cruzmuy hermosa e rica e que auia muchas piedras preciosas, e pues esto fue fecho, él reyse quería partir de alli, e Merlin, en figurade montañero, comenco de escreuir en lacabeca del monimento letras de oro quedezian: «En este llano se ayuntara la peleade los dos amigos que se mas amaran en sutienpo, e sera aquella pelea estremada, mas

que fiicnca los que ante fueron que ellos nidespués sin muerte de /umore»; e desqu e estoouo hecho, cato bien lo que escriuiera, eescriuio en medio del sepulcro dos nombres:el vno dezia: LAHC ARÓTE, y el otro: TKISTAN;e, quan do esto ouo fecho, cato el re y la sepu ltura por ver lo que fiziera, e marauillosedel poder fazer tal cosa; e pregunto ¿quienseria rey? «Esto no te diré, ni lo sabráshasta, que Trista n el leal amador sera presócon su amigo; estonce dirá de mi tales nue-uas que te pesara».

CAP. CCII.— De mino Merlin dixo al cauallero de las dos espadas que daría el doloroso golpe.

Estonce dixo [áj Baalin: «¡Ay, cauallero!acuytate de tu dolor grande y marauilloso,porque sofriste que esta dueña se matasse»;y el dixo: «Nunca ine pudo tanto acuytar,que la espada la ouiése ante a tirar de lamano». ¿E tu no seras, dixo Merlin, tan pe-recoso como aqui fuéste quando datas el doloroso golpe, por que los tres reynos séranen pobrera y én cuyta veynté y dos años; é

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sabe que nun ca tan malo ni tan feo golpe fuedado por hon.bre, ca muchos dolores e muchas mezquindades ende vern an, e parecemeque cobramos en t i a Eua primera madre,que bien assi como ^>or fazer obras vino engran dolor e mezquindad, que nos todos con-pramos e lazeramos de dia en día, e assi serán estos reynos pobres y estregados por elgolpe que faras; e no auerna esta euyta porque tu seas .el mejor cauallero que agora ayen el mundo, mas porque passaras el mandado que otro hombre ninguno no passara,ca tiraras por aquel golpe el mejor honbredel mund o n i mas amigo de Dios; e si tu su-piesses quanto sera aquel dolor e tan caramente sera eonprado, tu dirás que por vnhonbre tan gran mal vino en la t ierra e talhora sera [e n qu e] m as querias tu ser mu ertoque tal golpe auer fecho». Estonce el cauallero preguntóle quien era que assi contauade las cosas por ve nir, e Merlin dixo: «Tu nolo sabrás esta vez, mas todo assi te vern acom ojo digo». Y Baalin dixo: «Dios no querráque tanto mal sea fecho ni verdad cómo estoque tu dizes, e si jo pensasse que tan malauenturado golpe auia de venir por mi, anteme mataría por te hazer ende mentiroso, egran derecho seria, qué mas vaídria mimuerte que mi vida».

CAP. CCIII.—De como Merlin hablo a Blay-

sen e le dixo lo que auia de fazer.Después que aquello dixo Merlin, partióse

dellos, en guisa que quando el rey Mares élos otros lo miraron e no vieron cosa, e noanduuo m ucho que fallo a Blayse n, eBla ysenlo rescibio m uy bien, e M erlin a el, e dixole:«Agora me quitaré de lo que vos prometi enYiberlanda, ca después pense como podria-des dar cima a vuestro libro, e agora vos yda Oamaloo, é átendedme ay, e quando metornare de la mala andanza del rey Rion ede Yter el astroso cauallero, como se pro-

uara en esta nmrauillosa batalla, estonce metorn are a vos»; e f uesse cada vno a su p art e.Mas quando Merlin se partió del rey Marese de los dos hermanos, los dos hermanos setornaron en vno para se yr a la hueste delrey Rion; y el rey Mares se fue a la ciudad,mas al partir pregunto mucho como auianombre Baalin, mas Baalan no quiso que suhermano fuesse conocido, porque era enemistado; dixo: «Las espadas que trae dandemostranca de su nonbre, ca el ha nombreel cauallero de las dos espadas»; y el reydixo que era derecho, pues que dos espadas

t raya.

CAP. CCIV.— Gomó Merlin dixo á Báalm éa su hermano como farian seriado al reyArtur.

Pa rtié ron se assi los vnos de los otros, e losdos caualleros fueronse a la hueste del reyRion, e no anduuíeron mucho [q ue] hallarona Merlin que yua por el camino, mas en otrasemejanca y ua que q uando con ellos fablaua;e quando lo alcancaron estuuo quedo, edixo les: «¿A qu e lu ga r y des?» «¿Y a ti qu ete haze? dixo Baalin, ¿que nos da a nos de telo dezir?» «Tanto os valdrá, dixo Merlin, quesi osaredes cometer vna cosa que yo vosdiré , nunca a dos caualleros tanta honraauino como a vos verna ante que sea maña-'na, ca podeys dar cima a lo por que aitdays,

• y ganaredes ende tan grande honra, quesienpre ende hablaran». E Baalin le pregunto por lo prouar: «¿E que sabes tu por loque andamos?» «Yo se bien qu e an day s buscando a todo vuestro poder daño del reyRion; mas q uanto vos pensay s fazer no osvaldrá tanto como lo que os enseñare yo, sivos onieredes ardimiento de lo hazer; e sabed que l igeramente lo podeys acabar porvuestra buena caualleria, si los eoracones ayno os fallescieren». E quando ellos esto oyeron, marauillaronse, e dixeronlé: «Agoranos enseña como podremos acabar e ganartan grande honra, e si viéremos que puedeser, hazerlo hemos»; e Merlin dixo: «Yo vosdiré como».

CAP. CCY. — De como Merlin dixo a loscaihalleros nueuas del rey Rion.

«Sabed agora que el rey Rion es cerca déaqui, onde el albergo con toda su hueste; eha puesto de yr esta noche a la muger delduque de les Ba es, e sabed que se partiráde su hueste por yr al eastillo do la dueñaes tanto que fuere noc he; ve rna n con elquarenta caualleros, dellos armados, dellosdesarmados, y el verna por cima de aquel

otero armado de vnas armas bermejas e sobre el mejor cauallo dé su conpaña; y estoos descobri, porque si vos aueys coracones eardimiento de lo acometer para desbaratallo,yo vos conozco a ambos por tan buenos caua lleros de armas, que auedes ende el poder,si los coracones ouierde s, e nun ca ende tangran honra ouístés ni auino a dos caualleroscomo a vos verna, ca lo podréys prendere dallo al rey A rtu r o a quien vos quisierdes» (*).

( ') M erlin, como se ve, representa siempre en i¡ \Baladro el papel de Deüs ex machina.

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7/14/2019 El Baladro Del Sabio Merlin Primera Parte de La Demanda Del Sancto Grial

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80 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A SCAP. CCYI. —• Como Merlin estaua con el

cauallero de las dos espadas e con sa hermano atendiendo al rey Ilion.

Y quand o ellos esto oyeron, fueron mas .alegres qu e a ntes , e dix eron : «¿Como te creeremos? ca si nos supiessemos que Terciadera, no dexariamos de yr alia por este rey-no». E Merlin les dixo: «Yo os diré comohareys: yo me yre con Tosotros hasta que osmeta en la carrera por do el rey ha de venir, e por ende sereys mas seguros de mi, eyo os haré y estare con vos tanto fasta queos muestre al rey e a su conpaña»; y ellosdixeron que en tal guisa yrian con el , quesi los quisiesse engañar ni meter en peligro,que el seria el primero que ende se fallariamal, y el primero que moriría. «No dudeys,dixo Merlin, ca, si Dios me conseja, por mi

. no ende m al a vos n i a cauallero que ayu dare al rey Artur; ca sin duda este es elmejor honbre del mundo a quien yo queríamejor andanca». E desque esto oyeron, dixero n: «Pues que tu con nos quieres y r, nosyremos contigo do mandares, e seremos atodo nuestro poder en lo que tu nos mandares e consejares. Mas si fuere assi que el reyno viniere e que nos m ientas, ma tarte hemos» . E Merlin dixo: «Yo no quiero que mematedes si el rey no fuere ay, mas si voslo perdierdes por vuestra maldad, no he yopor ende que lazerar». «Agora vamos», di

xero n ellos; e fueron assi los dos caua llerosy el a pie, e bien le dieran cauallo si lo quisiera, mas el dixo que'no lo quería aquellavez; e anduuieron tanto, fasta que entraronen vna gran montaña y espessa de arboles, eMerlin los metió entre los arboles cerca dela carrera, e dixoles: «Ay estays fasta quevenga el rey, e folgaran vuestros cauallos evos.» Y ellos se apearon, e clexaron pazersus cauallos; mas ellos no tuuieron que comer ni que beuer aquella noche, e assi atendieron so aquellos arboles fasta que la nochevino, e M erlin les dezia, por los confortar,

buenas consejas de grandes fechos; y ellosle preguntaron quien era, y el les dixo:«¿Que pro vos tiene hasta que os haga ver loque os prometí?» Y ellos dix ero n q ue no se lopreg untaría n m as, e Balaan dixo: «No meparece que eres honbre bueno, pues no tequieres nonbrar»; e Merlin dixo: «Qualquierque yo sea, yo os digo que mas fablaran demi saber después de vuestras muertes e devuestra buena caualleria; e soys agora vnode los mejores e mas ardidos caualleros delmu ndo» . E assi fablaron todos tres fasta queel alúa salió clara e hermosa, e Merlin dixo:

«Agora vos guisa, ca el rey Rion llega», e

Merlin esto diziendo, passo ante ellos vn escudero en vn gran cauallo quanto mas yr sepodria, e Baalan pregunto a Merlin: «¿Sabestu qiúen es este que tan ayna va?» «Si, dixoMerlin, este es mensajero del rey, que vaadelante por dezir a la muger del duqueque el rey viene»; e Merlin dixo: «Guisad-vos, ca el rey agora sera aqui, e, por Dios,si alguna sazón fuestes buenos, agora lo mostrad esta vez, ca agora podreys hallar honraque nunca os fallecerá, e si fueres co uardes,no ha cosa que os guarezca de muerte, calos que vienen con el rey no son tan nesciosque no os conozcan si ualedes algo. Esto osdigo porque esta hora podeys meter paz enel reyno de Londres, e uengar al rey Arturdel hombre del mundo que peor le quiere eque mas mal pueda fazer, e si fallecedes,jam as hon ra nun ca aureys» «No ayay s pa-

uor, dixeron ellos, ca, si Dios quisiere, noslo acabaremos bien». Estonce subieron ensus cauallos, e tomaron sus escudos e suslancas, y ellos estauan entre los arboles, enguisa que los que passauan por el caminono los veyan.

CAP. CCVII. —- Com o el cauallero de las dosespadas e su h ermano prendieron al reyRion e a sus caualleros.

Después que e stuuieron assi vn poco, oyeron estruendo de cauallos que sobian ya en

el otero e parescian ya en el llano de lamontaña, y el l lano duraua de aquella parteocho millas en ancho e doze en luengo; y enel l lano de la montaña auia vna gran matamuy fermosa e grande, e assi atendieron vnpoco, e después que vieron los primeros quevenían con el rey, y ellos venían pocos apocos, ca el camino desde la hueste hasta lamontaña era muy estrecho, e no podían yrpor el dos caualleros a par; e tanto que parecieron en la montaña hasta diez de cauallo, los dos caualleros hermanos quisieronyr a ellos, ca mucho desseauan de se juntar

con ellos. Y Merlin les dixo: «Atended "vnpoco fasta que el rey Rion suba en la montañ a, y estonce yrede s a ellos»; y ellos dixeron que no querían mas atender. E Merlindixo: «Por Dios no fagays sobre m i r que yoos mostrare ende lo mejor». Y ellos se sufrieron, e a cabo de vna piega que eran yaencima de la montaña fasta veynte y doscauallero s, dixo M erlin: «Mienbrevos de loque os dixe porque conociessedes al rey,veeslo, aquel es. A gora p arecerá lo que ayfaredes, ca desde oy podedes aguisar». Aesta palabra no atendieron mas los caualleros e dexaronse yr al rey; o Baalin, que yua

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L I N 8 1delante, cliolo bozes: «Rey, ¡guárdate!»; eferiólo tan fuertemente, que le falso la loriga, ca no traya escudo, e metióle la laucapor el costado; y el fierro de. la lanca passo,assi que le parecía a la otra parte, mas nofue la llaga mo rtal; como venia de lexos, de

rribólo tan brau am ente, que fue todo quebrantado de la cayda, y esmoreció con grancuyta que sintió; e bien pensó luego morir.B Baalan, que seguia su alcance, fue herirdo vio la mayor priessa; e auino que llegoprim eram ente vn sobrino del re y, e firiolotan rezio, que le metió el fierro de la langapor medio del cuerpo, e derribólo en tierraque no se pudo leuantar. E cada vno de losdos hermanos fizieron sus golpes de las laucas, e metieron mano a las esp adas, e cominearon a dar golpes de la vna parte y dela otra, e a derribar caualleros, e los otros

se marauillauan de lo que les veyan hazer,assi que les parecía que eran mas de ciento,e pensaron que no les podrían turar, tanmuchos íes parescian, e veyan caer muchoscaualleros. E quando los otros que veníanempos dellos subieron en la montaña assicomo venían vnos empos de otros, e vieronla pelea comencada e los suyos huyr, e dellos estar en tierra muertos e heridos, pensaron que toda la hueste del rey Artur es-taua en celada, e comencaron a huyr cadavno lo mas que podia, e desarmauanse de lamontaña, que assi pensauan escapar de

muerte; mas el valle por que huyan era tanpoderoso e tan h ondo, que dex auan la dudosamu erte por tomarlos d e cerca, assi que sedexauan caer, porque no podían escapar queno moriessen.

CAP. CCV III. - Como los caualleros embicaron preso al rey Bion al rey Artur.

Assi fueron desbaratados los honbres delrey Rion por estos dos hermanos, de guisaque de los quarenta no quedaron mas dedoze, y el rey e ellos eran tan maltrecho s,que no auia ay tal que se pudiesse leuantar;e quando los dos hermanos los vieron desbaratados, tornaron al rey, por ver si eramu erto, e tiráro nle el yelm o e porque co-giesse fuelgo, e después que estuuo assi vnapieca, dio vn gran sospiro como esmorecidoe abrió los ojos, y ellos le dixeron: «Tu eresmue rto si no jur as prisión»; e alearon lasespadas e hizieron infinta que le queríancortar la cabeza; e quando vio las espadassobre si, uuo pauor de muerte, y dixoles:«Ya. buenos caualleros, no me mateys. Camas podreys gana r en mi vida que no en mimuerte, que en la mi muerte no os pued e '

L l B R O í ! D E C A B A L L E R Í A S . — 6

ningú n pro venir, mas por mi vida saluarno ay cosa que yo no faga». T ellos dixe-ron: «Pues prometednos que hareys lo quenos vos diremos»; y el lo prometió, y elloslo assegnraron que mas mal no le harían, edespués fueron a los otros, e hizieronles

otro tal.CAP. CCIX.—Como los dos hermanos em-

biaron preso al rey Bion e a sus cauallerosal castillo de Carabel.

Y en quan to en esto hab laua n, vino a ellosMerlin, e dixoles: «Quiero con vos fablar vnpoco, e salid acá»; y ellos salieron con el, yel les dixo: «Mucho fuestes bien andantes, eDios os fizo gran honra quando por vuestrabuena caualleria prendistes tan alto honbrecomo el rey R ion; agora os diré que hagades

si quisierdes cobrar amor del rey Artur:moued luego de aqui, y leuad al castillo deCarabel estos presos y fallareys el rey Arturque viene ay aluergar esta noche con granpieca de su hueste; e digoos que atiendemañana la batalla del rey Ríon e lia muygran pauor, ca le dixeron que es verdad queha mucha gente, mas que el no ha tan ardiden su casa que no aya gran pauor; e porque el rey e su compaña son agora tan desconfortados, e digoos que nunca podreyshazer mayor honra, ni a tal t iempo, ni mayor plazer». «Agora, dixeron ellos ¿es verdad

que lo hallarem os ay?» «Si, sin falta, dixoMerlin, e si no andouieredes ayna, lo halla-redes por acostar» , «¡Ay, dixeron ellos, quebien seria si nos pudiessemos con el hablarante que viniesse la luz;» e Merlin dixo:«Si vos acuy tedes tanto como y o os digo,vos sereys con el ante de lo que ya os digo:»y ellos dixeron que ante pensauan ay serque no el; «Pues agora, andad, dixo Merli n , que yo seré ayna». E partióse luegodellos, e los caualleros se tornaron al rey e alos otros, e dixe ron les; «Nosotros os ma nda mos, por aqu el orne naje que nos fezistes,

que vos vayades al castillo de Carabel e osmetays en poder del rey Artur de parte denos amos, mas que digays del cauallero delas dos espadas». El rey Rion dixo: «Yo vosjuro por el omenaje que os he fecho que enning una ma nera del mundo no podría caual-gar e que ante no fuesse mu erto q ue aliallegasse; agora, ved lo q ue ay haredes;» yestonce fizieron ellos ayna vnas andas, epusiéronlo sobre dos palafrenes, e pusieronay al rey, e pusieron a los otros presos ensendas bestias, e descendiéronlos assi todosal llano; e cuytaro nse tanto de anda r assi

' que llegaron al castillo de Carabe l, e llam a-

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82 L I BR O S D E C A B A L L E R Í A Sron. al portero, e dixeron: «Cata aqui presosque traemos al rey Artur, e legádselos, ecata que no pierdas ninguno dellos; ca biente dezimos que tu señor nunca tan granplazer vio como este».

CAP. CCX.—Como el rey Artur supo que erapreso el rey Bion.

Dixo el portero que assi lo haría, e Merlinllego adelante que ellos e hallo que aun nodormía, antes fablaua con el rey Mares econ otros quatro ricos hon ore s, co n. quetomaua consejo de guerra, mas no sabia ayauer buen consejo, ca recelaua de se juntarcon el rey Rion, tanto oyera dezir que trayagran poder; e Merlin dixo al rey: «Señor,buenas nueuas os traygo, e a todos los de tutierra; sabe que el mas poderoso enemigoque tu auias es preso, e viene a tu merced;e fue preso por la mas ferniosa auentura quenunca oystes fablar;» y el rey leuanto lacaheoa, e vio que era Merlin el que estasnueuas t raya, e preguntóle: «Dezid, míamigo Merlin, ¿quien es aquél enemigo?» EMerlin dixo: «El rey Rion, que es preso eviene a tu merced, assi que agora lo verasen tu palacio». El rey fue todo espantado,que no lo podía creer, e dixo: «Merlin, ¿esuerdad lo que dizes?» É dixo Merlin: «Verlohas ante que vn cauallo p ueda and ar vnalegua pequeña; e sale tu y estos señores, eyd bien fermosamente, que agora sera aquiel rey Bion ». E quando el rey Art ur esto oyófue m uy má rauillado, e dixo: «¡Ay, Dios I¡bendito seays vos, que tan gra n honra fezis-tes sin merecimiento!».

CAP. CCXT. — Gomo el rey Artur recibiópreso al rey Bion.

Estonce embio el rey a las posadas a granpriessa por los ricos honbres, e vinieron

todos, e no tardo mucho qu e'entrar on con elportero doze caualleros que trayán al reyRion en a nd as, que assi les mando Baalinque lo leuassen ante el rey . E d espués que entraron, pusieron sus andas en tierra llorando e haziendo gran duelo. E quando el reyRion se vio ante el rey A rtu r, leuantosse assicomo pudo, ca era mucho herido, e preguntoquien era el rey Artur, e mostraronselo; yestonce fue ante el, y hinco los ynojos, edixole: «Rey Artur, a vos me embia e avuestra prisión el cauallero de las dos espadas, que me prendió por la mayor marauillaque nunca hombre vio ni oyó fablar, conayuda de otro cauallero solo; e traya yo

quarenta caualleros, e los mas armados, eallí los m ataro n fuera estos doze que aqu ivedes, e a m i; y estos m ata ran ellos si noles Asiéramos omenaje que viniessemos aentr ar en la vues tra prisión; y nos assi lofazemos agora, e podeys hazer de nos lo quequisierdes». E Artur los rescibio muy bien,e agradecióle mucho a Nuestro Señor quantobien le fiziera; y el rey Hion le dixo: • «Señor,si vos no quereys mi mu erte, hazed de mipensar, ca mucho soy herido, e perdi muchasangre». El rey mando luego meter a ele alos doze en vn palacio, y embio por vn maestro que los guareciesse. E toda cosa fuefecha por que entendieron que sanarían;estonce dixo e l re y a M erlin: «¿Sabeys vosquien es aquel que esto me fizo?» «Si, dixoMerlin, e deziroslo he agora si quisierdes;»y el rey dixo: «Mucho me tardo de lo saber,tanto lo desseo». «Agora sabed, dixo Merlin,que en vuestra corte, ante vos e ante vuestros ricos honbres, os hizo la gran desonraquando mato la donzella, e por ende lo fezis-tes salir de vuestra corte». «Mucho me pesa,dixo el rey, por que lo ende assi eche, cabien me emendo el tuerto q ue me  fizo estonce;e plazeriame agora que viniesse; e si cosa leclixe por que le pesasse, enmendárselo ya debuenamente, ca el ha fecho por mi mas queyo pensaua qne ningún cauallero hiziesse;»e Merlin dixo: «¡O rey!, dexadvos agora

ende, ca tarde lo comedistes, ca no lo uere-des desta pieca en vuestra compaña, e porventura nunca; dexad de al, que vos es mucho menester» . El rey dixo: «¿De que? queno haré cosa sin vuestro consejo;» e Merlindixo : «Yo os :pregunto si vos juntaredesmañana con las gentes del rey Rion». «¿Como? dixo el rey,, ¿osarme han atender puestengo a su señor preso?» «Si, dixo M erlin,ca no ha cosa por que puedan cresr que elrey Rion es preso. Y de la otra parte ha elrey Rion v n herma no rico e poderoso, quellaman Tiero, e aquel tiene la hueste, por

que no ha cosa po r qu e con vos se dexede jun tar , como q uier que le entreuenga; epor ende deueys auer consejo de vuestrafazienda, porque no os pued e mal trae r» .El rey dixo: «No quiero fazer cosa sin vuestro consejo».

CAP. CCXII. — Gom o Merlin dixo al reyArtur que el rey Loe seria contra el en labatalla.

Merlin dixo: «Yo os quiero dezir vna cosaque no pensades, y es cosa por que podeysser deseredado si Dios no os pone consejo.E vos aueis maña[na] a juntar con hombres

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B A L A D R O D E Lmuy temerosos. Primeramente son gentesdel rey Rion, que es mayor que la Tuestra,mas sin falta en estos no ha gran peligro,ea muy pooo de ardimiento aura en ellosquando saben que su señor es perdido, e poresto serán desbaratados luego; mas pongamos que sea assi que los vengáis: algo os

nasoera luego que os puede tanto o mas en-pecer. Sabed que el rey Loe de Ortania,vuestro cuñado, que es el mejor cauallerodel reyno que rey sea, e quiéreos mal mor-talmente por amor de los niños que ouistesayuntados, ca aquel tienpo os enbio vn sufijo que vuo estonce en vue stra herm ana , epiensa que os lo truxeron e que vos lo ma-tastes con los otros, porque el e vuestra herman a os quiere gra n m al; fizieron a yu nta rtodos sus ricos honbres, e todos los caualle-ros del rey Bion, fizólos venir a Camaloc, elos de Oramia, assi como en vuestra ayuda,

mas no es assi, que antes viene por vuestrodestoruo, ca vos veredes mañana, quandofueredes a la ba talla contra los del rey Rion,que el rey Loo os ferira en las espaldasquando los otros os federen delante, y estosera en vna hora. Agora catad lo que ay ha-redes, ca, assi Dios me ayude, assi sera comoyo digo, sí Dios ay no da otro consejo». Tquando el rey esto oyó, fue mucho esp antado.

CAP. OCXIII.— Com o el rey Artur embio alrey Loe que le emendaría, qualquier tuerto

qiie le aida hecho.

Ca ( l) el rey Loco era el mejor cauallerode la tierra y el que mas dudaua, e dixo aMerlin: «No se que ay diga, pues que el reyLoe me quiere mal. Ca este es el hombre demi tierra ele que yo mas ñaua». «Assi sera,dixo Merlin, como yo os digo»; y el reydixo: «Pues dezidme ¿que fare? casi ellosvienen en las espaldas, e los otros delante,en auentura sera el reyno de Londres departe de mi honra». Y Merlin dixo: «Agoravos diré que hareys. El rey Loe es un buencauallero, e deueyslo mucho de dudar pormuchas cosas, y embialde dezir que aya convos amor, e que ayude al reyno de Londresassi como deu e, e que aya p iedad de la corona del reyno e de su honra, no fallezca porfallecimiento del rey; e fazelde saber quevos quereys que el mantenga la primerahaz, e que faga ay leuar la vuestra seña, e

(*) L a ma nera de comenzar este capítulo indica quedebió forma r.parte del anterior en algún estado precedente . Una cosa así ocurre en los fragmentos del Iru-tán que damos á luz ín nuestros Anales de la litera

tura española.

S A B IO M E R L I F 83la mantenga a honra del reyno, assi comoleal honbre la deue . man tener e ayu dar ahonra de su señor; e que, si vos le fezistesalgún yerro, que se lo enmendaredes comovuestros ricos hombres tuuieren por bien.Todo esto le mandad dezir luego; e despuésaureys consejo á lo que os embiare dezir;>.

El rey dixo : «¿Do pen says que lo hallaran?»E M erlin dixo: «A dos leg uas de, aq ui, contoda su hueste; e no atiende sino que vosayuntedes con los honbres del rey Rion. Caassi os piensa el desbaratar ligeramente, eagora vos trabajad por embiar, que no aueysque tardar, que ayna sera de dia».

CAP. CCXTV".—De como el rey Loe dixo a losmensajeros del rey Artur que no cmria pazcon el.

Estonce llamo el rey dos caualléros, e di-xoles como dixessen al rey Loe, e que sefuessen ayna; y ellos se fueron al rey, y saludáronlo de parte del rey Artur e dixeronlesu mensaje; e quando el rey Loe lo oyó, respondió: «Dezid a uuestro señor que mi ayuda no aura, ni cosa bien que yo pueda fazer,e mostrárselo he bien ayna, porque no ledeuo ayud ar, mas estoruar quanto pudiere» .E los mensajeros dixeron: «Señor, ¿sereysvos en su. mal?» «Si, dixo el, en ta l guisaque fare todo mi poder, e le tirare su tierrae su corona de la cabeca, que bien lo merece.

Ca honb re ta n desleal como el e s, no deuetraer corona., pues fizo tan gran deslealtadcomo en matar los niños de su reyno. E sisus ricos honbres del reyno fuessen tan buenos como deuian, no lo deuian tener porseñor, ante lo deuian destruyr e matar, assicomo deu ian de fazer a r ey desleal e ma lo.E ydvos de aqui. e dezilete que no aura co-migo paz ni amor fasta que yo aya vengan-9a de mi hijo, la pequeña criatura que eldeuia dé amar como a ssi; e fizólo matar sinmerescimiento, por que (') yo lo destruyresi pudiere y si Dios quisiere; y esto os digo

que le digays»; y ellos dixeron que lo harían, mas que mucho les pegaua porque nofallauan en el mejor recaudo.

CAP. CCXV.—De como Merlin esforcaua alrey A rtur en el hecho de la batalla.

Los mensajeros se partieron del rey Loe ytornáronse a su señor, y contáronle todo elrecaudo que en el hallaran; y el rey ouo

(*) En vez de: «por lo caab. Equivale al francés:

1 d'est pourquoi.

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84 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

ende gra n pesar , e Me r l in le d ixo : «Rey , note desconfor tes , ea Nu es t ro Señor te acor re rá ,ca bien sabe que no te ha el puesto en tangran señor ío para te lo ende t i ra r t an ayna ,s i tu mucho no le e r ra res . Y ago ra caua lgaseguramente , e faz tus hazes lo mejor quesupieres , e yo te digo que Dios te fara la

m ayo r hon ra qu e d ias ha h izo a pecado r , eyo quiero que te manif iestes todas las cosasen que seas en cu lpa a Dios ; y c ree que es taes vn a de las cosas de l mu ndo que m as tep o d r í a a y u d a r » .

CAP. C C X Y I . — Como el rey Artur ordenosus caualleros para la batalla.

Assi como Merl in consejo al rey , assi loh izo , e t an to que fue de maña [ n a ] , contósus caua l le ros , e fa l lo que au ia c inquenta

mi l caua l le ros , s in honbres de p ie , e f i zoende d iez hazes , e p regunto a sus caua l le ros e r icos ho nb res s i y r i a a e l los o los aten der ía en aque l l l ano , e d ixeronle que losa tendiesse ay , por no cansar los caua l le ros ;assi hizo el re y s us haz es, e a tendió a susenemigos. E rogo e cast igo a sus vassal losqu e se t rab ajass en de fazer todo, bie n, assique la honra de l reyno de Londres no fuesseaque l d ia confundida por fa l lec imien to de-l los; y respondie ron que a .n tes mor i r ían qued e r e c e b i r n i n g u n a d e s o n r a .

CAP. C C X Y I L — Como Ñero, hermano delrey Rion, esforcaua los caualleros para labatalla.

É dize el cuento aquí que pues los doshermanos d ie ron los p resos a l por te ro , queluego se par t ie ron de l curab le , e anduuie ront a n t o , q u e l l e g a r o n a v n a h e r m i t a q u e e r ade a l l i vna legua pequeña , y e l caua l le ro delas dos espadas e ra amigo de l h erm i tañ o , el lamo a la puerta , e tanto que los conoscio,abr ió los luego , e rec ib ió los muy b ien , e

•d io les de buenamente de lo que tuvo , pan yagua, ca no tenia otra cosa ' , y estouieron ayaque l la noche , e pensaron de s i , y dormie-ron fas ta en la mañana . E quando fue e l so lsal ido , leuant 'aro nse e arm ár on se , y f iz ierona r m a r s u s e s c u d e r o s , e d o e s t a u a n a r m á n d o se l l eg o u n n i ñ o , p a r i e n t e d e l h e r m i t a ñ o ,que les d ixo : < 'Fueuas os t raygo buenas : enes te d ia se ra vna ba ta l la , l a mayor que nunca fue en e l reyno de Londres , ca l as gen tesde l rey A r tu r e de l rey Rion ha n de aue rl id canpa l» . E los caua l le ros d ixeron: «¿Sa-beyslo por verdad?» «Si , dixo el . ca yo vi

las hazes e l as señas ren did as» . «Agora .

dixeron el los , sea Dios en ayi ida del reyA r tu r , ca mu cho daño se r ia s i fuese venc i do» , y es tonce sa l ie ron apar te y ou ie ronconsejo que farfan, y Baalan dixo a su hermano: «Como vos qu is ie rdes» : e Baa l in d ixo :«Yo quie ro que vayamos a l ia , e quando v ié r e m o s q u e e l h e r m a n o d e l r e y R i o n e n t r a e n

la ba ta l la , vayamoslo fe r i r , e s i Dios qu i s ie re que nos con e l jus temos , yo p ienso queno nos escapara tan l igeramente que no aya-mos de l qua l p ley to qu is ié rem os ; e s i Diosnos qu is iesse fazer t an b ien andantes quelo podiessemos m ete r en m ano de l rey Artu r , yo p ienso que me perdonasse , y que mequis iesse tan gran b ien como me quer ía an teque matasse la donze l la» . Es tonce se acordaron a es to , y se par t i e ron de l hermi taño . yfueronse al canpo, que estaua l leno de caual le ros a rmados , e l as hazes pres tas , e l asseñas a leadas y tend idas de ambas j )a r tes ,

e pendones r icos e fermosos de muchas color e s ; e Ñ e r o , h e r m a n o d e l r e y R i o n , s a u i a y anueuas de como era p reso , mas encobr io lotan bien de todos los de lá corte , que no losau ia n inguno , fueras vn c r iado que le cont a s e e n d e l a s n u e u a s . E a q u e l l a m a ñ a n a q u elos r icos honbres p regunta ron por é l rey doera , d ixo les Ñe ro : «C aua lgad seg uram ente ,ca yo y e l y remos en la p r imera y pos t r imerahaz, e agora os confortad del , ca no fer i reysay go lpe s in e l» .

CAP. C C X Y I I I . — Gomo se eomenco la batallaentre el rey Artur e las gentes del rey Rion.

En ta l gu isa cas t igo Ñero a su conpaña ,que f izo diez hazes assi como el rey Artur , yen cada vna de l las mucha mas gen te que enn i n g u n a d e l a s d e l R e y A r t u r ; e d e s p u é sque las hazes vuo par t ida s lo mejor qu e supo ,f izo yr t res hazes de caual leros en la delante ra , e a l l i podia ho nbre ver a l ju n t a r quebra r l ancas , e cor re r a todas par tes caua l loss in señores , ca no au ia n inguno que los to -masse , ca mucho au ian en a l que l i azer ; masaque l los que e ran de la par te de l rey Ar tursofr ieron m uch o en el comienc o, e s i tanbuenos caua l le ros no fueran , l ige ra me ntepedie ran se r desbara tados . Mas e l los e ranbiuos, l igeros e los mas del los mancebos yde buena edad , e p res tos de muer te receb i ro uence r an te que perd er hon ra en la ba ta l la . Esto les f izo sofr i r tanto aquel dia , quemuchos del los vuo muertos e fer íe los , e después que las l ancas ou ie ron quebradas , met ie ron mano a las espadas de cada par te , ycomentaron la ba ta l la t an pe l ig rosa e t an

mor ta l , que en poca de hora podr ía honbre

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I J T 8 5

ver e l campo l leno de muer tos e de fe r iaos ;mas todavía , por es fuerco , ganaron los de lrey Ar tur e l canpo . Ass i que por fuerca au i -no a l as p r imeras t res l i azes de Eero bo luerlas espa ldas , y los de l rey Ar tur fueron her i r a los o t ros que los ven ían ay ud ar , queeran o t ras t res hazes ; y en aque l la yda fue

ron muchos de los de l rey Ar tur der r ibadose fe r idos e ma l t rech os , ca e ran m uy pocoscontra los otros , y todos fueran muertos s i nopor e l rey Ar tur , que les enb io o t ras qua t rohazes ; es tonces es tou ie ron igua lmente , peroque much os e ran los o tros m as que los de lr e y A r t u r . E n t a l g u i s a s e j u n t a r o n d e a m bas las par tes , ass i que s i mal au ian losvnos, luego los otros de su conpaña los acor r ían , e quando los dos hermanos v ie ron quee l r e y A r t u r e n t r a u a e n l a b a t a l l a , d i x e r o n :« M u c h o a t e n d e m o s ; a g o r a v a y a m o s f e r i rnuestros enemigos»; y estonce f l r ieron enla pos t r imera haz , en que yua Ñero , e toparon pr imeramente con dos caua l le ros , e met ié ron les l as l angas por los cuerpos , que es cudos n i lo r igas no les p re s ta ro n , e pus ié ron los en t i e r ra t a les , que no ou ie ron masmenes te r maes t ros ; y a l caer quebraron laslangas en e l los , e los dos hermanos met ie ronmano a las espadas , e comencaron a darvnos a o t ros muy grandes go lpes , e der r ibarye lmos de cabezas , e l l agar , e mata r , e t anto faz ian anbos grandes marau i l l as de a rmas ,veyendolo sus enemigos , e quantos lo veyaneran end e espan tados . É s i a lgun o me pre -guntasse con qual espada Baal in f l r ia , yo led i r ía que de la suya , ca no de a que l la quetomo a la donzel la , ca ele aquel la nunca l i r iohas ta e l d ia que en t ro en canpo con Baa lansu herm ano e lo mato por desconoc í mie n to .E otrosí f izo Baalan en el con su mismaespada , como ade lan te os lo conta ra e l Se gundo libro del santo Oriol.

CAP. C C X I X . — De las marauillas que hizo elcauallero de las dos espadas en la batalla.

Assi fue la batal la en el canpo de Carabel ;e f ue a y m u y b u e n c a u a l l e r o e l r e y A r t u r ,ca muchos mato e l l ago aque l d ia por sumano, e b ien mos t ró a sus enemigos la bondad de su espada Esca l ibor , e muchos con-pra r on cara m ente e l su b ien ta ja r , ca an teque la batal la fuese part ida, mato e fer io porsu mano mas de doz ien tos caua l le ros , e Queasu mayordomo lo h izo tan b ien aque l d ia ,que gano tan buena prez , que le duro tan-b i e n b u e n t i e n p o ; e O r u i s d e R e y n e l , q u eera tan buen caua l le ro mancebo , lo faz iao t r o s í m u y b i e n , m a s n i n g ú n b i e n q u e e l n i

otro hiziesse no era tan loado como era el

caua l le ro de las dos espadas , ca aque l faz iavnas marau i l l as a tan conosc idas do l l ega i ia ,que todos lo t en ían por marau i l l a , e no de-z ian que e ra caua l le ro mo r ta l , m as a lg unafan tasma o a lg ún d iab lo que su mala vent u r a a y a u i a t r a y d o ; y e l r e y A r t u r , q u a n d ole v io , mi ro las marau i l l as que haz ia , e d ixo

que aque l q ue no e ra c aua l le ro como o t ro ,mas honbre nasc ido sobre t i e r ra para des -truyr gente , y esto diso el a Cufíete que fued e s p u é s e n m u c h o s l u g a r e s r e t r a y d o .

CAP. C C X X . — C om o Merlin hablaua con elrey Loe, deteniéndole por que no fuesse ala batalla, •

E ass i fue la ba ta l la comencada e mezc la da de la vna parte y de la otra , e Merl in fuea l rey Loe , e fa l ló lo que se gu isaua paraveni r sobre e l rey Ar tur , e d ixo le : « ¡Ay reyLoe! tu fues te fas ta aqui muy lea l con t ra tuseñor ; e agora e res t a l como aque l que en t raen la muerte s i se faze a fuera de bien fazer;tu fueste fasta a qu i m uy leal , ¿e ago ra qu eeres ce rca de tu muer te , qu ie res se r t ray-dor? E agora cata como quieres fazer tangra n t ra yc ion como fal lecer a tu señ or e atu cuñado e tu amigo; ha tan gran cuyta dese conbat ir por t i e j>or su pueblo, e metes u c u e r p o e n a u e n t u r a d e m u e r t e p o r t i r a r at i e a los tuyos de se ru idunbre de malasgentes es t rañas , e tu , sobre es te pe l ig ro , l e

buscas otro, e quieres yr sobre el , ca al l i doel es , mete el cuerpo por te defender de tusenemigos, e tu guisas ele lo matar a tu poderseyendo tu su vassal lo; agora cata s i es estot r a y c i o n e g r a n c r u e z a » . E l r e y L o e d i s o :«Al rey s í yo lo desamo, no es marau i l l a , cae l f i zo agora de nueuo la mayor t rayc ion ,que nunca rey ñzo tan gran daño a los r i cosh o m b r e s d e s u r e y n o . E otrosí que a mi queme t i ro vn f i jo que Dios me diera; e no medue lo porque e ra e l mas poderoso honbre desu reyno , n i porque e ra su amigo y cuñadoy f i jo de su hermana; agora ca tad s i es ta

g u e r r a f u e m a s q u e t r a y c i o n » . « A g o r a , d i s oMerl in, ¿pensays que tu f i jo es muerto?»«Si , d ixo e l , ca nunca aura comigo amor ;jo lo se verdaderamente que lo met ió sobremar con los o t ros n iños , e por es to nuncaa u r a c o m i g o a m o r n i p a z , m a s g u e r r a e ntodos los d ias de mi v ida» ; y Mer l in d ixo :«Tuerto fazes, ca no sabes que tanta es tuv ida , e no deur ias dez i r cosa s ino toda ver dad ; e agora sabe verdaderamente que Mor-derec es b iuo , y s i des to te qu is ie res desar ,yo te lo mos t ra re an tes de dos meses» . «Es tono c reer ía yo , d ixo e l rey , s i yo no lo v ies -

se». «¿Pues que quieres fazer?» dixo Merl in.

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86 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A SY el rey dixo que, «si Dios no lo parte, yono me partiré sin batalla, e.assi me vengare si la muerte no me lo estoruare». «Yo tedigo, dixo Merlin, que si a la batalla vas,que seras vencido tu, e todos los mas de lostuyos muertos; e bien deuias creerme de lo

que te digo, ca tu sabes por verdad quenunca me fallastes en mentira de cosa queme oyesses dezir, y tu te fallaras ende malsi no me orees». Y elrey dixo que.no dexa-ria por ninguna cosa de.tomar venganca; eMerlin dixo: «Agora, pues, sabe que te fallaras ende mal, a tal hora que no lo podrasmejorar»; y,.en quanto el Rey hablaua conMerlin, dize que sus hombres se otorgaronay, e dezian: «Señor, fazed lo que Merlin osmanda e vos ruega, ende su consejo no vosverna mal a vos ni a otro»; e Merlin sauiaque se conbatia el rey Artur aquella ora, e

que si el rey Loe viniesse aquel tienpo, queel rey Artur seria vencido, e detenia al reyLoe en palabras quanto podia, ca Merlin noqueria de plazo sino que el rey Artur ven-ciesse a los del rey Rion, ca si esta lid ven-ciesse, bien sauia que consejo auria contra elrey Loe, e por esto lo detuuo quanto pudoen palabras fasta hora de tercia; y estoncesfázia el su encantamento, ca después quesupo que la lid era vencida, bien quiso quefuesse el rey Loe, por que muriesse ante queel rey Artur, ca bien sabia que vno dellosauia de morir aquel dia. Y después de hora

de tercia ('), vino vn honbre al rey Loo, quele dixo : «Señor, nueu as os traygo marau i-llosas: sabed que el rey Artur venció la batalla contra el rey Rion, ca nunca vio honbre tan gran mala ventura, ca muchos aymuertos de vna parte e otra, e presos de laparte del rey Rion muchos honbres buenos».E quando el rey esto oyó, fue espantado, emiro si viera a Merlin, que le tajaría lacabeca porque lo detuuiera. Entonces dixoa sus honbres: «Merlin nos ha muerto, ca siyo desde oy de mañana anduuierá, desbaratara al rey Artur y me vengara, e agora so

mas arredrado que nunca fue, e jamas enque biua no le terne assi como oy de mañana lo tomara; e agora no se que haga, ca sia el vo, fazerme ha como a enemigo porqueno quise anoche cosa fazer por el, é, si metornare a mi tierra, yra sobre mi e des-truyrme ha»; y estonces dixo vn 'cauallero,que era su priuado e su primo: «Con el reyArtur no podremos cosa fazer si nó por elespada, e agora yd seguramente, ca Diosvos dará la honrra de la batalla». «E vayamos, dixo el rey, ca no me quiero del partir

(') O seaí después de las nueve de la m aña na.

sin batalla». Y estonce pregunto al mandadero: «Di, ¿es gran gente con el rey Artur?»«Cierto, dixo el, no, e los mas dellos llagados», «Pues vayamos, dixo el rey, e fazedtodos en guisa que a las primeras feridasningu no quede en silla». Y ellos dixeron que

assi lo farian, pues le tanto plazia; y estoncefizieron sus hazes, e fueron contra la huestedel rey Artur.

CAP. CCXXI. — Gom o el rey L oe peleo enbatalla con él rey Artur, e el rey Pelinwmato en lid al rey Loe.

Después que fablo Merlin con el rey Loe,tornóse para Artur, e fallólo herido en muchos lugares de feridas grandes e pequeñas,e vio que se desarmaua, e dixole: «Rey, note desarmes, que avn tienes qué fazer, ca

ves al rey Loe de Oromia, con sus ricos on-bres e con su hueste, viene sobre ti; e catalas señas en aquella montaña, que vienenquanto pueden». El rey dixo: «¡Ay Dios, eque cuyta tamaña! Tocio este mal nos vienepor nuestro pecado, e pienso que los honbresbuenos compraran lo que yo fize contraNuestro Señor». E quando los ricos hom bresesto oyeron, ouieron del gran piedad e granduelo en sus coracones, e dixeron al rey:«Señor, no te desconfortes, e caualga seguramente, que Dios te dará honra e ellos re-cebiran deshonra»; estonce dixo vn caualle

ro de su compaña, aquel que luengamenteanduuo em pos de la bestia ladradora e cuyohijo fue Perseual, según este cuento lo dirádespués (y este cauallero fue muy bueno enla lid, en tal manera que no fue ay otro tal,sino tan solamente el cauallero de las dosespadas e su hermano), y el cauallero dixoal rey: «Señor, vuestra merced que nostambién seguredes, e sabed que mi haziendaes en vos e en los otros buenos caualleros; esi todos fuessen tales como vos, poco durarían»; y el rey dixo: «Agora vos ruego queme digades quien soys, ca vos no conozco

por razón de las arm as». Y el cauallero dixo :«No vos lo enc obrire; sabed que yo soy aq uelcauallero q ue vos vistes segu ir la bestia desemejada, e por gran bondad que en vos vi,vos vine ay ud ar, ca no por tierra que de vostengo; esto sabedes vos bien»; e el rey dixo;«Yos la ternedes quando quisierdés, ca mucho lo merecedes bien». E desi mouieronsus hazes contra la hueste del rey Loe, ealli podriades ver, al juntar de las hazes,muchos caualleros derribar, ca muchos auiade buenos honbres de la vna parte e de laotra, que bien mil ay muertos, e esta lid fuetan dura e tan braua comencada, que desde

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B A L A D R O D E L S A B IO M E E L I N 87hora de teroia duro fasta hora de bisperas (1):e si el rey Loe fuera tan b uen cana llero comoeran sus gentes, fueran desbaratados; mastanto era lo que el rey Loo sufría empero dela batalla, e los fazia tornar y esforzar a lossuyos, assi que quantos lo veyan se mara-uillauan como lo podia sofrir. Y el comen-

cana todas las proezas, dar los golpes tangrandes, que no auia ay tal que no ouiessegran pauor; e quando el rey Artur TÍO la smarauillas que hazia el rey Loe, dixo: «¡AyDios, que cuyta e que daño que tal hombrecomo este erro ta n ma l, que tant a es su bondad que deuia ser enperador del mundo!»E el rey Loo, que no miraua sino como podría matar a Artur, puso mano a la espada,e fue a do lo vido estar en vna espessura, eel rey Ar tur , que estonce nO estaua en guisa jpara lo rescebir, cobro el freno y escudósedel golpe, y él rey Loe lo erro, e ñrio al ¡

cauallo por el arpón tan brauamente. que lo Itajo por medio de las espaldas, y el cauallo jcayo muerto, y el rey Artur cayo ante el; jel cauallero de la desemejada bestia, que jestaua cabe el rey Artur, quando lo vio assi ¡caer, cuy do que e ra m uerto, ouo gra n pesar, íe dixo que era gran daño, ca nunca los deLondres cobrarían tal señor, e que lo vengaría si pudiesse. Y estonce fue ferir al reiLoe, que le no recelo. Y el cauallero lo firiotan de rezio. que el yelmo ni la loriga defierro no le pudo guarescer que todo no fen-diesse fasta en las espaldas, e cayo luego

muerto en tierra. E quando los de Orcaniaesto vieron, fueron espantados e que se nosupieron consejar, ca veyan muerto aquel enque toda su esperanca era ele vencer aquellabatalla, si vencida ouiesse de ser; e quandolos caualleros del rey Artur vieron aquelmuerto que les tanto mal hazia, esforzáronse correr a los de Ortania, e derribaron, emataron, e llagaron ende los mas; y ellosfueron tan espantados, que dexaron el can-po, e comenearon a fuir por guarescer sipudiessen, e los otros yuan em pos dellos,que los desamauan mortalmente; e mataron

dellos tanto, que el campo era cubierto demuertos; e assi fueron desbaratados los deOrtania. E aquel día recibieron vergüenza,que para siempre les fue retrayda, comofueron vencidos en canpo do fueron contra

( l) O sea: desde las nueve de la mañana hasta ponerse el sol.

La hora de prima era á las seis de la mañana; la detercia, á las nueve; la de sexta, á las doce; la de nona,á las tres de la tarde; las vísperas, hasta ponerse elsol.

Según la costumbre canónica, después délas vísperas venían las completas. El oficio divino empieza por

lo s maitines, que suelen cantarse á media noche.

su señor natural; y en tal guisa mato el reyPelinor de Galaz al rey Loe de Ortania, porque Q-akian su hijo, quando fue cauallero,desamo mortalmente al rey Pelinor. E deaquel linaje mato sus hijos: La Morante,Dreyanes e Ag raual, mas este Agraual matoen la demanda del sancto Grial, como el

cuento lo dirá después.

CAP. CCXXII.— De como el reyArtur M%o

enterrar al rey Loe e a los otros que murieron en la lid.

Acaescio desta manera que todos los deOrtania fueron muertos e presos; el rey Artur mando tomar todos los sxiyos, e mandólos todos echar en vna cueua muy honda, efizo de suso vna yglesia, en que cantassensienpre missas por sus animas; mas por to

dos los otros cuerpo s no dio cosa, ma s fizoque los soterrasen por essos llanos, e por losm'ontes do se hazian en la lid del rey Eion,auino que los doze reyes a quel rey Blonconquiriera, fueron todos muertos, y el reyArtur fizo leuar todos los cuerpos dellos aCamaloc, e fizólos meter en vna yglesia deSan t Agostin, e fizo scriu ir sobre cada vno d ellos su nombre, e al rey Loe, porque loamara, fizólo meter en medio de la cibdad,en vn monumento muy fermoso e muy rico,e fizo fazer por onra del en aquel lugar vnayglesia, que fue después muy honrrada, e

sera mientra durare el mundo, e púsolenonbre la yglesia de Sant Juan.

CAP. CCXXIIL— Como Galtian hazia dudopor el rey su padre, e de las razones quedixo.

Otro dia, la rey na su m ujer e sus qu atrofijos, que eran m uy fermosos niño s, vinieron al enterramiento del rey, e fue ay fechogran duelo; e el rey Vrian vino ay, e sumuger Morgayna, que andaua aun por auerñjo. Y esta Morgayna er% muy maliciosa, esabia mucho engaño e otro mal; e quando elrey Loe fue sepultado, Graluan, su hijo mayor, era muy fermoso niño, que no hauiaentonce mas de onzé años, e fizo tan granduelo por su pad re, qu e todos los que lo via nauian del piedad, e desque fizo su duelo, quehombre de hedad no podia mayor fazer nimas puesto, dixo vna palabra que bien fueoyda. Después no se oluido, e la palabra talfue: «jAy Dios, señor! ¡como me fizo grandaño de gran duelo, sabidor el rey Pelinor,que vos mato, e mucho abaso vuestro linajee torno en pobreza por vuestra muerte, y el

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88 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Srey no de Londres ende menguado, m as queno fara de los mejores siete r ey es que ayhan , e ya no plega a Dios, señor, que yo hag acaualleria que sea loada fasta que yo tomevengan9a como es derecho, que mate reypor rey!»; y desta palabra se marauillaron

quantos la oyeron, ca mucho era grandepara dezir tamaño niño. Muchos ouo ay quedixeron: «Avn este vengara a su padre», eassi fue, que después mato por ende al reyPelinor e a tres fijos suyos.

CAP. CCXXIV. — Como el rey Arturhi%o fa-%er ymagines a su semejanza e de los ire%ereyes que el incitara en la batalla.

El rey Artur era muy alegre de aquelbien que les Dios hizyera, e dixo que haria

las oohauas de aquella victoria grande; emando hazer y magines de m etal , e doraron-las muy bien, e cada vn rey auia en su ca-beca vna corona de oro, e su nombre escrip-to en el pecho; e desi mando hazer vna yma-gen en forma del rey Loo que le parescia; edesi hizo hazer vna ymagen, mejor que todas las otras, a su semejanca, e fizo que lostreze reyes touiessen sendos candeleros enlas manos; y el rey Artur tenia en la manovna espada desnuda, que parecia que ame-nacaua a los otros treze. Y desque esto fuefecho, fizóles poner en la mayor torre de su

alcaear, assi que todos los de la cibdad losveyan bien; e cada vno de los treze reyestenía vna gruessa candela en la mano, y enmedio de todos estaua la del rey Artur, yellos yrguian las cabecas assi como si le pi-diessen merced de algún yerro; y pues quetodo esto fue fecho, comentaron su fiesta,que les duro ocho días; mas en el primerodia dixo el rey Ar tur a M erlin ,t que estauacabel: «Mucho me paresce esta obra buena,si estas candelas para sienpre durassen».«Cierto, dixo Me rlin, ¡yo os las ha ré du rarmas que vos cuyd^ades!»; estonce hizo su

encantamento, e después dixo al rey: «Agora sabed que estas candelas no morirán fasta aquel día que el alma se me partiere delcuerpo, y en aquel tiempo que ellas murieren, auernan dos marauillas en esta t ierra.Ca yo seré muerto por engaño de muger, yel cauallero de las dos espadas dará el doloroso golpe contra defendimiento de NuestroSeñor, por que las auen turas d el sancto Grialauernan a menudo en el reyno de Lond res, yestonce comentaran las cuytas e las tenpes-tades contra la Grran Bretaña, assi que todosserán ende espantados, e durare esto veynte

e dos años».

CAÍ1. CCXXY.— Como Merlin dixo al reyArtur que no morirían las candelas fastaque el muriesse.

Dixo a Merlin el rey: «¿Por esto puedo yoentender vuestra muerte y el día en que hade ser?»; e Merlin dixo: «Verdad es, e otrosivereys el dia en que las venturas vernanprimero, ca estonce morirán estas candelas,y esto sera a hora de medio dia, e verna estonces vna escuridad grande por toda latierra, que ninguno no podra ver nada, eaquella hora yreys a caga, e decendiredescabe vna fuente por matar vna bestia, y estonce verna la escuridad tan grande, que nosabredes parte de vuestra bestia, e bien vosdigo que auredes m uy g ran miedo»; y el reymarauíllose, e dixole: «Merlin, ¿vos me po-deys bien dezir quando sera esto?» «Porbuena fe, dixo Merlin, esto no sabredes vosni otro»; y estonce se dexo el rey de le pregu nta r, e hablóle en al, e dixole: «Deaidmedo se fueron el rey Pelinor e los dos hermanos que tan buenos fueron en las batallas yen los hechos; [hize ] buscar lueñ e y cerca, eno los ha n podido fallar, ca fizioron tanto porm i, ca nu nc a au re plaz er fasta]que les de end ealgún galardón». «Yo vos digo, dixolWerlin,que los dos hermano s nunca los veredes en vnotan ay na como pensa ys, e quando los vierdesno os plazera cosa, ca vos tara n pesar pordesconocer»; y esto dezia Merlin porque semataran ambos por desconoscimiento.

CKV. CCXXVI.— De como Merlin dixo alrey Artur que guardasse la vayna del espada.

Mucho fablaron aquel dia de muchas cosas, assi que Merlin dixo ai rey Artur: «Yono estare aquí mucho, mas vna cosa vosdiré, y creedme, si soys sesudo: que la vayna de vuestra espada, que la gu ardedes bien.Ca yo os digo que nun ca tal hallaredes si laperdedes, ni la metays en mano de ninguno

sino en aque l en q uien fiedes m ucho, ca si vosla conociere, nunca mas la aureys, e bienvistes en las lides quanto valia la vayna, cavos tuestes en la batalla llagado de muchasl lagas, e nu nca per distes gota de sangre» ; eel rey dixo: «Yo la gua rdare a mi poder».

CAP. CCXXVII. — Como Merlin se enamoro de Gayna ('), y ella lo desecho de si.

Hizo el rey Rion aquel dia omenaje al reyA rtu r, e fizo reyes por todas las tierras ondeeran reyes aquellos que morieran en la lid;

( ') Morgaytia.

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 89e aquel dia hablaron mucho los vnos e losotros de muchas cosas, e ele las candelas queassi ardían, e guando Morgayna lo supo queMerlin hiziera este encantamento, pensó delo conoscer, e que aprendería tanto del quepodría fazer vnapieoa de lo que quisiesse, yentonce se conoscio con Merlin, e rogóle quele enseñasse de lo que sabia e quel fariapleyto que faria por el lo que quisiesse; eMerlin, que la vio muy hermosa a maraixi-11a, comencola a querer muy bien, e dixole:«Señora, no TOS lo encobrire, e yo vos amotanto, que no ha cosa en el mundo que medemandedes que yo por vos no haga». «Muchas mercedes, dixo ella, y esto quiero yoprouar luego; agora os ruego que me ense-ñedes tanto de encantamiento, que no ayamuger en esta t ierra que mas sepa que yo».Merlin dixo qu e esto faria el bien, e m ostróle ende tanto en poco tienpo, que supo granpieea de lo que desseaua saber, ca ella eramuy sotíl y enseñosa, e codiciosa de aprender, e auia muy gran sabor de ciencia denigromancia; e quando el vino el tiempo deauer su hijo, ouo un hijo varón, a quien llamaron en baptismo Juan, e fue después buencauallero nombrado, e de gran bondad, e detantos hechos, e desque aprendió tanto denigromancia, quando quiso alongó a Merlindespués, porque vio quel amau a de fol amor,e dixole que le haria morir si mas viniesse

a lugar do ella fuesse, e quando Merlin estooyó, ouo muy gran pesar, ca la quería masque a otra cosa, e por amor del rey Arturque amana partióse presto ende.

CAP. CCXXVIIL— -De como Morgayna prometió a su am igo q ue le daría la espadaEsealibor.

En el reyno auia un cauallero bien fer-moso e muy apuesto en armas, e amauamucho a Morgayna, e ella a el, e tanto an-duuieron en su amor, que dormieron en vno;

e ella lo amaua sobre todos los hombres delmundo; y ella estaua en casa del rey, e pa-raua mientes en su hazienda, e mantenía lacasa, porque el rey no tenia muger, e fiauadella mas que de cosa del mundo, e por granfluzia que en ella auia, diole guardar la espada, e dixole: «Guárdamela bien, e mejorme guarda la vayna, ca es el guarnimentodel mund o q ue yo mas quiero e mas precio»;e quando ella esto oyó, espantóse, e dixolo alcauallero que amaua, e el le rogo que pre-guntasse al rey por que la quería tanto; elladixo que lo haria; e vn dia pregunto al rey

que por que quería tanto aquella vay na, e elrey, que mucho quería a su hermana, le

contó la verdad de todo, y ella dixo : «Porbuena fe, ella ya no entrara en mano saluode la vuestra, desde oy la guardare mejorque ante»; e aquella noche vino su amigo aella, e contole todo lo que el re y le dixera dela vayna. «Por Dios, dixo el, pues en ellaay tan gran virtud, quierola yo auer»; e elladixo: «Assi quiero y o, mas esperad fasta quefaga fazer otra que le parezca, ca si me la elrey pidiesse e se la no diesse, o otra que lepareciesse, matarme ya»; y el dixo: «Puesagora catad que hazeys, ca nunca seré alegre fasta que la aya en m i pod er». ¡

CAP. CCXXIX. — Gomo Morgayna dio la espada a su amigo, e fue engañado con ella.

Sabed, pues, que embio Morgayna por vno

que era maestro de las obras, e mostróle lavayna, e dixole que le fiziesse otra tal, y elmaestro dixo que la haria, en tal que touies-se la otra delante, e Morgayna lo metió ensu cámara, por que no se perdiesse la vayna,e hizo otra tal, que tanto se parescia, queno auia hombre que la supiesse conoscerqual era la vna ni la otra. E quando Mor-g'ayna vio que se tan bien parescian, ouomiedo que lo descobriria el maestro que lafiziera; mandóle cortar la cabeca e echarlaen la mar; estonce embio por su amigo, yellos estando ambos catando la vayna, vino

el rey Artur de su caca, y ellos ouieronmiedo que si el rey assi los fallasse solos,que pensaría algún mal, e fuyeron cada vnodellos a su parte, e dexaron las vaynas envn lecho vna sobre otra, e la espada en vnalfamar. El rey se fue a su cámara, e falloa Morgayna, y estouo vn poco con el, e tornóse a su lecho onde se partiera, e cato lasvaynas, e no las pudo conoscer cada vnaqual era, ca se parescian mucho, e fue espantado, e auino como Dios quiso, e tomo lavayna, e metió ay la espada, mas no eny-daua ella assi, e dio la otra a su amigo y

pensó que era la mejor; e auinole assi queaquella mesma semana se conbatio con vncauallero e fue mal ferido, e la vayn a en quese fiaua no le valió cosa, que tant a sangre lesalió que apenas se podia tener en la silla,e por ende cnydo que Morgayna se la cambiara adrede, e dixo que se vengaría della;efuesse a.su posada e curo de sus feridas.

CAP. CCXXX.— De como el amigo de Mm--gayiia dixo al rey Artur que su herm analo desamaua.

Yn dia auino que el rey fue a caga eaquel caxiallero pensó de lo aguardar, e aui-

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90 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

nole ass i que se desar re dro de su c omp aña' fuera aque l caua l le ro , e pues ca jo quanto se

pago , to r nó se , e v ínose fab lando con a que lcaua l le ro de muchas cosas , ass i que e ll lero le dixo : «S eñor, de zirvos "he vn a cosa,s ino qu e he pa uo r , e sabed q ue lo no digos ino por vues t ra p ro» ; y e l rey d ixo : «Dez id .

c a v o s n o v e r n a e n d e m a l . m a s . g r a n b i e n s iveo que es mi pro» . Y e l caua l le ro d i so : «Señor , p idovos de merced de vna cosa que qu i s iera fazer a vuestro daño, e dezirvos he qual .Sabed que Morga yna vos desam a, e no se po rque , mas tan to mor ta lmente vos desama, quevos busca m ue rte , e por end e e nbio el otrodia por m y, e hizom e ju ra r .'que hiziesselo que e l la me mandasse , e después que loj u r e , d ixo : «Quiero que me veng uede s deAr tur , que me mato a mi sobr ino e a micuñado , e qu ie ro que lo mates por ende»; eyo d ixe le : «Señora , es to no podr ía yo ha zer .

cahe miedo que- me mate e l» ; e d ixo e l la :«Desto no hayas miedo, ca yo te daré vn ta lg u a r n i m i e n t o q u e , m i e n t r a l o t r u x e r e s , n operderás vna go ta de sangre n i rec ib i rás fe -r ida m or ta l . Es ton ce me d io vna va yn a devn a espada , e d ixom e que aqu e l la au ia t a lv i r tud , que me har ia r i co para s ienpre s i osraatasse; mas yo no lo quise fazer , porque sovues t ro na tura l , e porque no he derecho envues t ro mal quere r , e por es to-vos descobr ies to h echo , e ruego vos que os gua rded esd e l l a » .

CAP. C C X X X I . — Como Merlin dixo a Morgayna que el rey la malaria si la hallasseallí.

E l rey , quand o esto oyó , san t iguó se porla marau i l l a que ende oyó , e d ixo le que lemps t rasse la vayna , y e l caua l le ro se l a most r ó , e e l rey la touo por l a suya verdadera-mente , e d ixo a l caua l le ro : «Dádmela , e yome vengare de la g ran t rayc ion»; y e l caual lero se la dio, qu e. cuy do qu et í zie ra bien suhaz ienda , e e l rey se to rno para do dexara asu hermana; mas Mer l in , que por c ienc iasab ia quanto d ixerá e l caua l le ro a l rey , eporque v io que e l rey yua tan sañudo , e v ioque matar ía a Morgayna s i otro consejo noouiesse ay, fue a el la , e dixo le todo el consejo del rey e del caual le ro, e esta gu ard a ••l e ñzo porque le amaua mas que a o t ra cosa ,e no paro mien tes como le par t i e ra despuéstan ab i l t adamente . E quando e l la es to oyó ,ouo m uy g ran miedo , e h inco los ynojos a n teMer l in , e d ixo : «Aued de mi merced e ayúdam e, s i no , m uer ta soy , e b ien sabes tu queyo nunca aquel lo dixe al caual lero»; «E

¿como vos podr ía yo ay udar?» , .d ixo M er l in .

«Esto vos diré yo, dixo el la ; tu quedarasaquí , eyo sob i re en mi pa la f rén , e sa l i rme hefuera de la vi l la , e fare inf inta que me quier o y r , e q u a n d o e l r e y v i n i e r e e p r e g u n t a r epor m i , d i le que m e fur ta ron la v ayn a de lespada e que me fue con miedo; e s i assiesto dizes , yo aure amor del rey, e e l caua

l lero sera escarnido»; é Merl in dixo: «Yo loharé por vues t ro amor» ; e Morgayna escond ió la va yn a que t en i a que la no pudiessehal lar e l rey, e después caualgo, e fuesse.A cabo de v n poco l l ego e l re y , e p reg untopor su hermana , e Mer l in l e d ixo : «Señor ,mal le va, ca huyo. , e fuesse para su reyno».«E ¿por que?» dixo el rey: «Señor, dixo Merl in , porque le fu r ta ron la vayna que le d i s tes a guardar , e huyo por miedo de vos» .

CAP. CCXXXII . —- De como el rey Arkirmalo al amigo de Morgayna.

Quando e l rey es to oyó , luego pensó de a lde lo que an te pen sau a , ca b ien pensó quee l caua l le ro fur ta ra l a vayna , e que d ixeraaque l lo por a lgún desamor que au ia a su her m ana ; y es tonce ca to a l caua l le ro m uy sañ udamente , e d ixo : «A pocas ou ie ra a hazer l am a y o r d e s m e s u r a q u e n u n c a r e y h i z o , c ao u i e r a d e m a t a r a m i h e r m a n a p o r v u e s t r amése la» ; y es tonce met ió mano a la espada ,e d ixo : «Yedes aqui e l ga la rdón de vues t ram ent i r a» ; e d io le t a l go lpe , que le echo lacabeca a lue ñe , e d ixo a M er l in : «¿Do cu y-

dades , que ha l la re a m i hermana?» Y e l d ixodonde estaua, y el enbio luego por el la , efa l lá ron la en vn mones te r io de dueñas , equando e l la v ino a l rey , d io le e l l a vayna ,e d ixo le : «Guardádmela mejor que la o t ravez guarc las tes , ca por g ran ven tura la oue ,e s i vos aqu i fa l la ra , ca ram ente la c omp ra-redes» ; y e l dez ia le es to , porque cuydauaque aque l la e ra su vayna , l a que le d ie racon el espada. Assi hizo Morgayna paz cons u h e r m a n o , a q u i e n b u s c a u a l a m u e r t equanto podia , mas e l rey no en tendió que leque r ía su ma l , e por e nde la t en ia cons igo .

CAP. C C X X X I I I . — De como Merlin dixo queBand& magus seria muerto por Galuan.

Yiuio mu cho e l re y Or ian con e l rey Artu r , por amo r de su m ug er que le reg ia sucasa , e porque e l la e ra sab idora de m uch ascosas; a m a u a l a m u c h o el r e y A r t u r , m a sdespués la desamo mor ta lmente , e con dere cho, ca la ouiera de fazer matar ; e despuése l rey Or ian au ia vn sobr ino muy hermoso , ea t reu ido , e sesudo por se r de su edad , t an to

que todos se marau i l l auan , e no au ia n iño en

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B A L A D B O D E L S A B I O M E R L I N 9 1el reyno de tan buen donayre, y era de edadde diez años; y el rey (Man. no amana cosatanto como a el, e nombrauase Bandemagus,e amaua mas conpaña de Oaluan e de Gán ete que otro, e auia sobre Graluan seys años;

e auino assi que seruia antel rey, e despuésque ouo comido tomáronse por manos todost res , e yuan assi por el palacio, e Bandemagus yua en medio, e tenia el braco diestrosobre Graluan y el siniestro sobre Grariete, epassaron ante Me rlin, e Merlin dixo comosañudo : «¡Ay, Bandem agus! a tu d iestro espor quien te perderás, y esto sera grandaño, ca en tu tienpo no morirá mas principe que tu». Esta palabra oyeron muchose no la entendieron, e el rey le rogo que ladixesse otra vez, e no quiso; e dixeron alrey lo que dixera, mas nunc a entendió aque

lla profecía como el dixo, ca assi fue, quemato Graluan a Bandemagus.

CAP. CCXXXIY.— Como Merlin dixo a Na-bor que Ilorderee lo auia de matar convna langa.

Todos fablaron mucho en la corte de Bandemagus, y en aquel dia vino assi que Na-bor, padre de Sagramor, aquel que a Morde-reo criaua, seya cabe el rey Orian^ e ueniaaquel dia a la corte, e disera al rey Orian:«Señor, mucho denedes ser alegre en tan

buena crianca como hezistes en Bandemagus, e cierto yo no se agora en esta tierr acon que tanto deuiesse aplazer, e agora plu-guiesse a Dios que ouiesse yo otro tal fijo, esi Dios me ayudare, yo lo. amare e preciaremu cho» . «Si Dios me uala, dixo el rey Orian,yo lo amo ta nto como si fuesse mi hijo, eamoló mas por el bien que en el veo quepor el linaje que comigo hay». Y ellosdiziendo es to, yrguio se M erlin, e dixo .alpadre de Sagramor: «El rey Orian puedeser mas alegre de su crianca que vos de lavuestra; ca el vera su crianca yr para bien,e vos veredes que la vuestra vos matara convna lanca, y el vno destos dos que aqui estam atara al otro; e assi podredes bien dezir qu emetistes el lobo con el cordero, ca assi comoel lobo es alegre con la muerte del cordero,assi sera alegre el vno con la muerte delotro; y esto sera en el dia que la mortalbatalla sera en los llanos dé Salabres, quandola noble caualleria del reyno de Londressera muerta destruyda». Desto fueron mara-uillados quantos lo oyeron, e hablaron aymucho, e dixeronlo al rey, y el rey dixo:«Esta es de las profecías de Merlin»; emandola escreuir con las otras, y estoncedixo el re y a Merlin: «Tanto dezid si estas

cosas que dezides ante mi auernan en mitiempo». «Si/dixo Merlin, verdaderamente,e yo no digo cosa que vos no veades ante devuestra muerte». «Mucho me ende plaze».dixo el re y. , '

CAP. COXXXY.— Gomo el rey Artur rogoal cauallero de las dos espadas que fuesseen pos del ccma llero.

Otro dia, a hora de medio dia, auino queel rey fizo arm ar sus tiendas fuera del castillo, en vn prado sobre el camino, e sintióse ya quanto pesado de dolor, e acostóseen su lecho; e mando cerrar la tienda, e quele no entrassen si no fuessen sim iente s; yél assi estando, comenco a pensar en vnacosa que le mucho desplazia; y el estando

assi , oyó vn gran sonido de cauallo quevenia por el camino, e leuantose e saliófuera por ver que era, e hallo a sus siruien-tes dormiendo; e vio venir de fazia el castillo de Camaloc vn cauallero armado, quefazia el mayor duelo del mundo, e dezia:«¡Ay Dios! ¿do te meresci lo que me con-uiene a fazer, tan gran mal e tan gran deslealtad, ca no era yo vssado, Señor, de fazertan gran traycion»; y desque esto dixo, comenco a fazer su duelo may or que an te,e quando al rey junto, dixole: «Cauallero,ruegoos por mesura que me digades por que

fazeys este d uelo» . «Señor, dixo e l, no voslo diré, ca no soys poderoso de me poner ayconsejo»; e después fuesse, que le no dixomas, y desto ouo el rey gran pesar, e catoel cauallero mientra lo pudo ver; y estandoassi, vio' ven ir de trauiesso del cam ino elcauallero de las dos espadas, el hombre delmundo que el mas preciaua, e venia derechamente a el, e quando lo el rey vio venirfue contra el, e dixole: «Amigo, bien ven-gades»; y el dicio luego que conoció al rey,e fue muy humildosamente contra el, edixo le: «Señor, todo mi coracon en vos es,

para os hazer seruicio en todas las cosasque en el m undo pud iere»; y el rey dixo:«Yos me lo mostrastes asaz de gran bien noha mucho, mas avn vos ruego que fagadespor mi vna cosa que vos no sera muy gra-ue». «Fazerla he yo sí pudiere, pues me lovos rogades» ; y el re y dixo: «Yo vos ruegoque vayades em pos ele vn cauallero que vapor aqui, e hazed que por amor o por al quevenga a mi; sabed que lo no digo por sumal, mas porque querría saber por que yuahaziendo tan gra n du elo». «Señor, dixo elcauallero, muchas mercedes porque esto me

mandastes, e yo yre muy de grado, e traer-vos he si Dios quiere».

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92 L I B R O S D ECAP. CCXXXYL—De corno el cau allero de

las dos espadas íraya al otro cauallero ensu guarda.

Estonce sub ió en su cauallo, e fuese empos del cauallero, assi que lo alcanco, etraya las armas e Jas coberturas blancas; yel cauallero de las dos espadas se aque xotanto, que se acerco a el cabe vna montaña;y estaua con el vna donzella, que le dezia:«¿Por que fazeys tal duelo?» E dezíale:«Creed que, avnque os esto digo, que lofaria yo si lo vos no fiziessedes». Y el dixo:«Yo querría passado ha diez años que fuessemuerto, ante que seguir esta auentura»; yestonces d ixo el cauallero de las dos espadas:«Dios vos salue ». Y el le dixo: «Dios vosbendiga, amigo». «Señor, dixo el de lasespadas, yo vos ruego, por Dios e por honrade eaualleria, que tornedes vn poco al reyArtur, que embia por vos»; y el cauallerodixo: «Señor, no os pese, que no ha cosa enel inundo por que ay pucliesse tornar estavez; e por Dios vos ruego que me lo no ten-gays a mal, que yo lo baria si pudiesse». Yel de las dos espadas dixo: «Ay, señor, no lodigays por Dios, ca me aueys muerto e con-fondido; ca pronieti al re y que os no dex ariaen toda guisa»; e el dixo que no podia endetornar, ca sí tornasse con el, que le vendríaende muy gran mal. El de las dos espadasle dixo: «Tornad, si no luego sereys en batalla, e pesarme ya mucho, si Dios me ayude,carne parecedes hom bre bueno; no os querríahazer enojo». «E ¿como? dixo el, ¿assi meconuiene conbatir con vos si no tornare?»«Si, sin falta, dixo el de las dos espadas, epésame mucho, mas a fazer me conuiene, calo prom etí al rey ». «Por buena fe, dixo elotro, mal me verna; en alguna manera con-uerna dexar esta demanda en que entre, esi la yo dexare ¿quien sera aquel que latomara?» «Yo, dixo el de las dos espadas, qu enunca la dexare sino por muerte, si esto meprometedes»; y estonce dixo el cauallero:

«Yo me yre con vos, mas leuadm e a saluoen vuestra guarda, assi que si me ende malviniere, que la culpa sea vuestra»; y el delas dos espadas dixo que assí lo quería.

CAP. CCXXXYII. — Como fue muerto elcauallero que venia en guarda del de lasdos espadas.

Assi torno el cauallero de las dos espadasy el otro con el, e dixole; «Yd ade lante , cayo os seguiré»; e fueron assi fasta cerca delas tiendas del rey, quanto vna echadura de

G A L L E R Í A Sballesta; y estonce el cauallero que yua empos del otro dio grandes bozes, e dixo: «¡Ay!cauallero de las dos espada s, mu erto so; lagua rda e la deson rra es vuestra , y el dañoes mió». Estonce miro el de las espacias, eviolo en tierra, do cayera del cauallo, edicio presto, e violo ferido de vna lanea por

medio del cuerpo, assi que el ñerro parecíade la otra parte; e ouo tan gran pesar, quenunca lo ouo hombre mayor de cosa que leviniesse: «¡Ay Dios!, escarnido so en sereste cauallero assi muerto en mi guarda». Yel cauallero le dixo a gra nd e afán: «Señorcauallero, muerto so e la culpa es vuestra;agora os conuerna entrar en la demandaque yo comencé. Acabalda a todo vuestropoder, e sobid en mi cauallo. que es mejorque no el vuestro, e yd em pos de la donzella que estaua comigo, y ella vos mostraradonde yo auia de yr, e os mostrara aquelque me mato, e agora parescera como níevengaredes». E diziendo esto fue muerto;mas el rey que ay vino ante que muriesse,oyó gran pieca de lo que dixera, e dixole elde las dos espadas: «Señor, escarnido soque tan buen hombre como vos murió en miguarda*. «Cierto [dixo] el rey, .nunca tangran cosa vi, ca lo vi ferir e no vi qu ien» .Eston ce tomo el de las dos espadas la la ucacon que firíeran al cauallero, e sacóla del, edespués dixo al re y: «Señor, yo me vo, yencomiendome a vos; e bien os digo quenunca aure plazer hasta que vengue estamuerte y que acabe lo que el comeneo abuscar»; y entonce subió en el cauallo delm uer to, e tomo su escudo, e fuesse em posde la donzella, y el rey quedo con el cauallero muerto, tan ; espantado que no podia mas.

CAP. CCXXXYIII . — Como Merlin dezia alrey que hiziesse enterrar al cau allero muerto.

Mas estando el rey assi mirando al caua

llero, vinieron sus ricos hombres, e preguntáronle quien matara aquel cauallero. y elrey dixo que no sabia; y estando en esto hablando, vino Merlin, e dixo al rey: «rio teespantes desta ventura, ca ayna auras muchas más marau illosas. mas faz fazer aqui v nmonimento rico e muy fermoso, e mete dentro al cauallero, e faz escrebir sobre el monimento: AQUÍ YAZE EL CATJAI/UERO DESCOCO-croo; e sabed que aquel dia que sabrás sunom bre, aur a tan grande alegría en tu corte,que ante ni después no la aura ay tan grande, e ante no lo sabrás»; y el rey hizo todo

lo que Merlin dixo.

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 93CAP. CCXXXIX.—De como el rey prometió

a la muger de Ebron el follón que haríacauallero a Brius su hijo.

Pues dize el cuento que pues el rey Ar-tur tajo la cabeca a Ebron el follón porqueel dixera de Morgayna su hermana, e cuy-

dando que se lo leuantara, e su muger deEbron vino a el, e dixole: «Señor, ruegoosque la tierra que mi marido tenia de vos,que me la dexedes tener e que me defendayscon ella contra quien me quisiere fazer m al»;y el rey dixo: «Píazeme», e otorgoselo. «Señor, dixo ella, muchas mercedes; mas aunos demando al»; e dixo el rey: «Dezid lo quequisierdes, que si es cosa que vos yo puedadar, auerla heys». «Yo os pido, dixo ella, engalardón de todos los seruicios que vos yopudiere fazer, que vn fijo que yo he, bienfermoso donzel, que me lo íagays cauallero

ante que de aqu i vayades, ca Dios vos dio tanbuena gracia, e tan gra n bondad, ca me pa-resee que no podria s er cauallero sino porvuestra mano que todauia no fuesse bueno, epor esto quiero que dedes a mi fijo la honrade la eaualleria, ca su padre era atan buencauallero, como vos sabedes, que no podríael fijo er rar en lo ser» .Y el rey d ixo: «Bienpuede ser, e yo quiero fazer lo que me vosrogays». «Muchas mercedes, dixo ella, eagora emendastes ya quanto de la gran perdida que fezistes de mi marido»; y estoncefizo la dueña venir a su fijo antel rey, queauia nombre Brius y era bien fermoso donzel, pero auia el gesto brauo como su padre.Y el rey le pregunto: «¿Tu quieres ser cauallero?» «Señor, dixo el, no ha cosa en todoel mundo onde tan gran sabor aya». «Tu loseras, por ruego de tu madre, dixo el rey, eDios quiera que sea en ti bien empleada laeaualleria». «Amen», dixo la madre.

CAP. CCXL. — De como el rey Artur fizocauallero a Brius sin piadad.

Y aquella noche mando el rej^ al escuderotener vigilia en vna capilla que auia ay; eotro dia fizólo el rey cauallero, e partióseclende con su conpaña; y el cauallero nouelquedo con su madre, e tanto que el rey dealli partió, hizo Brius vna promesa a su madre , onde mucho pesar e daños vino a muchas dueñas e donzellas; y el prometió quepues su padre perdió la cabeca por razón deMorgayna, que jamas nunca hallaría dueñani donzella a quien no fiziesse quanto malpucliesse el fazer; e esta promesa touo todasu vida, ca muchas buenas dueñas mato el

después por sus manos, e las desonrro. Y si

su padre fue malo, e brauo, e de gran crueza, no fue el fijo mejor, mas peor; y el reyArtur tornóse a Camaloc, e fallo ay al reyOrian e Morgayna; e los de la corte eranmuy desconortados porque no sabían del reyningunas nueuas, e muchos hombres buenoslo fueron a buscar a muchas partes, mas

quando lo vieron venir, fueron muy conorta-dos y alegres. Y el les contó como matara aEbron el follón, e todos dixeron que bien erafecho del rey, e fizieronlo escreuir en el librode las au en tur as, que en aquel tiempo eracomencado de nueuo, y los caualleros de laTabla Redonda auian p uesto, por m andado deMerlin, que metiessen en escrito todas lasauenturas e cauallerias que en aquel tiempoauiniessen en la Gran Bretaña en tiempo delrey Artur .

CAP. CCXLI. — De como Bandemagus fuepreso en el castillo de su padre de Orian.

Quenta la historia agora que Bandemagusfue preso en el castillo del padre de Orian, yestuuo preso aquel dia que lo mato, e ninguno no miro por el, e la prisión en que estauaera vna cámara muy fermosa, e auia ay vnadonzella, hija del señor del castillo, que vuogran piedad de Bandemagus, porque veyaque era mancebo y fermoso, y dixo que serialimosna quien tal cauallero pudiesse de peligro librar. Y aquella donzella tenia la llauede la cámara donde Bandemagus estaua preso , e tanto que vuo vagar de fablar con el,fue a el, e preguntóle quien era; y el le contótoda la fazienda, que no le menguo en de nada;y después dixo el: «E Y O < , señora ¿quien soysque me preguntas de mi fazienda?» Dixoella: «Soy, señor, fija del señor deste castillo,y el cauallero que vos rnatastes por defendervuestra vida era mi hermano (l). Mas porqueyo se bien que lo rnatastes por defender vuestra vida, e no por vuestra voluntad, e porque veo que so3^s niño, os tengo duelo; ca yose bien que oy o eras sera la vuestra muerte , ca mi padre y todos quantos ay vos desaman. Catad agora lo que fareys». «Cierto,señora, no se; en Dios pongo mi esperanca,ca si Dios quiere que mu era, no me puedeninguno guardar, e si Dios quiere que escape, no me puede ninguno estoruar; assi vanlas cosas del mundo, como Dios quiere».«Assi Dios me vala, dixo la donzella, yo heduelo de vos e de vues tra m uerte ». Y el dixo:

( ') Hay aquí lagunas que prueban lo corrompido¿leí texto del Baladro que poseemos, N o se ha hablado de semejante batalla de Bandemagus, así como sólose hizo antes una ligerísima referencia á la muerte de

Ebrón el follón por el rey Artur.

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94 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S«Por Dios, señora, si de mi miierte tienesduelo, bien m e lo podrías m ostrar, ca se queme podeys sacar de aqui». "Y ella dixo: «Siyo os sacasse de aqui ¿como mé lo agradece-riacles?» «Por Dios, dixo el, como vos qui-sierdes que yo hazer pueda a honra de mi,

lo al faria por ser libre, ca bien se que deotra guisa no puedo yo escapar de a qui, porque tocios me quieren mal, e Dios sabe quede la muerte del cauallero me pesa como sifuesse mi herm ano, n i yo lo m atara si no loouiera de hazer, ca, si no lo matara, matarael a mi».

CAP. CCX LII. — De como la donzella : prometió a Bandemagus que le libraría.

«Yo os librare, dixo ella, si me dieres vn

don». «Cierto, dixo el, si vos de aqui me li-brays, yo os daré lo que me pidierdes, sifuere cosa que yo pueda e deua dar»; e elladixo: «Sabed que no os pediré cosa sin razón». «Pues, dixo el, yo os lo prom eto, comoleal cauallero, que fare lo que me mandar-des». «Y assi lo recibo, dixo ella, e quiero-TÓS librar, e deziros he como tanto que fuere noche sacaros he de aqui, y fare ponerdos cauallos cabe el castillo, e después quevos fuerdes arm ado, caualgaremos vos e yo ,e yremos a la carrera; e desque fuéremosfuera de la tierra de. m i pad re, estonce os

quiero pedir muchas gracias». Dixo el: «Siassi lo fizierdes, yo seré para sienpre vuestro cauallero». «E agora sed ende seguro,dixo ella, si Dios no me quiere estoruar» .

CAP. CCXLIIL— Como fue dada sentenciacontra B andemagus que fuesse descabezado.

Acordáronse en esto ambos, e. Bandemagus fue conhortado m ucho, y ella partió se del,e dixole que se esforcasse bien, e que se tra-bajasse mucho de lo libra r; ca tanto se pagara

del, e tanto metiera en el su coracon, que loamana a desmesura, e aquel dia se consejoel señor del castillo con sus vasallos quefaria de aquel que matara a su fijo, quequeria tanto como a si, e que le dixessenque mu erte le faria m orir, «ca yo quiero,dixo el, que los de la Tabla Redonda sepanla alta v enganea que yo del tomare; assi quelos que lo oyeren se castiguen por ondeanduuieren demandando auentura por elreyno de Lond res como suelen. E quiero q uepor este fecho se espanten los cauallerosanda ntes que andan demandando justas e ba

tallas por la Gran Bretaña». E pues el esteconsejo demando, leuantose vn cauallero, e

dixo: «Señor, el m ejor consejo que se es este:Que corteys la cabeca, e la embieys al reyArtur en présente, y que le enbieys dezirque por venganea de vuestro fijo, que Bandemagus mato, hazeys tal justicia de todos loscaualleros andantes que en vuestra tierra

vienen; y estas nueuas esjoantaran a los caualleros andantes, que jamas no uerna ninguno por aqui». El señor del castillo dixo:«Esto tengo yo por bien, y esto quiero yohazer de todo en todo» .

CAP. CCXLIV.— Como la donzella libro .aBand emagu s de la prisión a donde estaua.

La donzella, quando esto ouo, vuo granpesar, e fue luego a Bande ma gus, e contoselotodo, y el respondió espantado e dixo: «Se

ñora ¿que fare?, ca bien veo que soy muertosi vos de mi no aueys merced, e por Diospensad de me librar ». «Si Dios me a yu de ,dixo ella, fazerlo he»; e después que la noche vino, la donzella, que pensó mucho aqueldia como libraría a Bandemagus, fue a lacámara e abrióla, e tomo a Bandemagus porla mano, e sacólo del castillo tan sesudamente que no lo entendió ninguno, e lleuoloa v n árbol do tenia dos cauallos atados, e susarmas, que no le menguo ende cosa, e dixoa Ban dem agus: «Agora vos arm ad ayn a, esalgamos ayna de aqui, ca después que fue-remos fuera de aqui de la tier ra de m i padre ,no auremos miedo ningu no» ; y el se armo luego, y ella le ayudo lo mejor que supo, e ca-ualgaron luego por el gran cam ino que fallaron, e anduuieron fasta media noche, eBandemagus dixo a la donzella: «Agora meparesee que podremos folgar, que estamosfuera de la tierra de vuestro padre»; y elladixo: «Yo he miedo que mi pa dre venga eque nos alcance, y si nos aleanca seriamosen peligro de muerte, e quanto fasta aquihezimos seria perdido; e por esto tengo porbien que andemos quanto la noche durare.Y quando fuere de dia, podremos fallaralgún castillo do nos acojamos e do estemosseguros». Y el dixo: «Vos dezis bien, e fagámoslo assi; pero esto dezía yo por vos, que 'pensaua que erades cansada del camino»; ecomencaron de andar lo mas ayn a que pud ieron, e quando fue de dia, que el sol salia,dixo Bandemagus a la donzella: «Amigay¿sabéis donde vamos? que yo se nada destatierra». «Si Dios me vala, ni hago yo, dixoella, ca nun ca fuy aqu í, m as tanto se bien,que auemos andado gran carrera, e quesomos muy lexos del castillo de my padre».«Bien lo creo», dixo el.

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B A L A D E O DEL

C A P . C C X L Y . —Gomó Bandemagus e ladonxella llegaron cerca de la floresta de

Armantes.

• Estando e l los ass i fablando, miraron a sudies t ro , e vieron vna h e r m i t a muy a n t i g u aque es taua cabe vnas matas sobre vna p e n a .Band emag us d ix o : «D onze l l a , a t endedm ea q u i , e yre yo a aquel la hermrta a sabernueuas des t a t i e r r a do somos»; y el la d ixo.« Y d , mas ven id luego» . E B a n d e m a g u sfu e a la h e r m i t a . e hallo que era casa eleorden , e dixo a los frayles : «¿Ay aq uí cercaalgún cast i l lo o l u g a r do podíamos ío lgarvo e vna donzel la que viene comigo?» «JNo,dixeron e l los , mas a cinco leguas de aqu í ayotras casas de orden, pero si quereys a lue r -gar aq ui con nosotros, nos vos faremo s qua nto

seruic io que podemos». «Mercedes», dixo el;y el los assi hablando, vio B a n d e m a g u s e n c i m a de vna p e ñ a vna. floresta muy espesa , vesto podia ser a qua t ro l eguas de ay, e d ixo :«Agora dezidme, señores , ¿qual es aque l l afloresta que veo acul lá?» «Señor , d ixeronel los , es la floresta de A r m a n t e s , vna de lasgrandes florestas que ay en la G r a n B r e t a ñ a ,e de las mas desu iadas , e que do fal lan ioshombres mas auenturas» . «Por Dios , d ixo el,de la floresta de A r m a n t e s oy har tas vezeafablar , mas agora dezidme como yna yo^niasde rechamen te con t r a la m o n t a n a de ban-

g u i t » . Y el los d ixeron: «De essa mon tanano sabemos nos cosa, e nunca de l l a oymosfablar» . «¡Ay Dios! dixo el, y esto ¿que puedeser? ca yo p e n s a u a que era ende cerca ; eagora- soy tan l u e ñ e , que los honbres des tat i e r r a no saben del la par te ; agora no se quehag a». Es ton ce se torno a la donzel la , e d ixolees t a s nueuas . T el la d ixo: «Pues nos somostan cerca de la floresta de A r m a n t e s , b i e nanduu imos e s t a noche qua t ro j o rnadas» ; y eld i x o : «¿Que os plaze que hagamos?» «PorDios , dixo e l la , p lazerme ya que folgasseinosa q u i , ca m u c h o soy cansada» ; y el d i x o .

«Pues vayamo s a aluerg 'a r a aquel la capi l la ,e alli ha buen luga r do a l u e r g a n los caua -l l e ros andan te s ; e tomaremos consejo dovayamos e ra s» . «Señor , d ixo e l l a , muenodez i s b i en» .

C A P . C C X L V I . — De como Bandemagusaluergo en la hermita e supo nueuas de

Merlin.

Es tonces se fueron a la h e r m i t a a a l u e r g a rcon el h o r m i t a ñ o , y el los resc ib io muyb i e n , e toda aquel dia fo lgaron a l l í , quees t auan muy cansados . E d e s p u é s q u e q u en o c h e , p r e g u n t o B a n d e m a g u s al h e r m i t a n o si

95S A B I O M E R L I N

a u i a m u c h o que " ^ ^ S ™o l l e r o s de casa de ioy A u r • E ^ ^

poco ama W**»*™?^ T a b l a R e d o n d a , eC T a U r d i x ° e S n s S caual leros que era vnoq u e le d i x e i a n b"&

d l a T b l a Re-4 los buenos f J ^ l Z r Y elhevraí-

d o n d a de X n ¿ a f v o s d r e " no ha m u c h otaño d ixo : «A un masvo , & l e u a u a

que passo po r aqu í M e r lm e i ,

consigo v n a ̂ ^ £ ¿ £ 5 * » ha h o l g a r ,e y u a s e a l a l o e s U d e A ^

e después ^ ^ \ ¿ ^ o n e n casa del reyEs tas nueuas nos ^ ^ a g s i e s

A r t u r » . Di-o & aii^ r r a i e r e l o v r a v e r » .r t ^ ^ ^ A ^ a la^ d o n z e l laS r S u e y s h echo ta n to por mi R .

deuo ser vues t ro caual lero e ass i ,

ca l i b r á r t eme *¡¿%*»¡¿ ^ ¿ t engo

es por vos Y esto vos a b 1 i d i e r d e sde dar vn don, qual yos m y ^

yo pueda dar»^ ° ^ £ 6 r e t iem po ef 7 ° ° S P B a n d e m a g u s se callo desto. E des -l u g a r » ; e B

^ 2 m X : «¿Que os plaze quepues d ixo a la d o n / e i i a . ^ N

fagamos d - ^ X t q u e t e a t ie m p o de pe-clare yo con v o t e s t a qud i r 0 S el don». «Todo ** ^ p a r t e

£ 3 - e ^ a e ^ ^ o

se acordaron-

nrvi.-VII —Com o Bandemag us supo

C A P . C C X L V I I . ^ ^ M&rl^^xAvnn missa. e desp id i e -

Y ^ T n t r S Z . e anduu ie ron f a s t aronse de ^ J ^ f ¿ o r a a u i n o l e s que ha-medio d

ni a ; T f a ^ f " n caua l l e ro que es t aua

l i a ron so vn a roo i vn escudo ,"durmiendo an vn p r a d o , •

3t o n * s ^

e su l a n 5 a y su ye lmo cabe s -si su caual lo a vn a rbo l ^ a d o ^ ^

^ ^ ^ S u e T S ^ d S d e s e r t o , ec h a r . üi cauauwiu i v e l m o , e Ban-i euan tose l uego , y e n t o su 7 ^ ^

d e m a g u s l e x l i x o : ; C a u a ^ ° e ' y m a S ¿ I g a dpor miedo de mi no .os a r m e yen paz , que ̂ / Q ^ s L e l o t r o ,t Í r C °nn n u e r e y í v o s ; n í a s v e r m e a.mi a r m a -p u e s no ^ 7 ¡ ™ [Q m e t omeys desa rma-^ ° ' q f s t o n c q e se eXo el escudo al cuello ed o » . E s t o n c e bu f e a t a u i a d o ,

S 6 ^ ' £ & ^ c m a l l O T 0 ' s i os

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96 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Spluguiesse, saber quien soys, e a quel lugarys, e a que venistes a esta floresta tan solo»,y Bandemagus dixo: «Pues vos mi faziendaquereys saber, yo os diré vna parte. Sabedque yo soy vn cauallero .de la corte del reyArtur, pero no soy de los de la Tabla Redonda, e sali acá nueuamente por buscar

auenturas; agora es assi que mi camino metraxo a esta floresta, no porque querría venir, mas por la auentura que aqui me truxo,e pues assi auino, quería buscar a Merlin,que me dixeron que era aqui, ca mucho hegran necesidad de fablar con el». «Cierto,dixo el cauallero, agora ha vn ano o masque esto aqui solo, e nunca de aqui sali nipuedo hallar lo que yo demando». «T ¿quees lo que demandas?» Dixo el cauallero:«Esto no es cosa que deuo enc obrir de vosni de otro. Yo ando buscando vn caualleroque mato a mi padre a traycion, e si lo

pudiesse fallar e no flziesse mi poder por lovengar, yo no me deueria tener por cauallero» . E dixo Bandemagus; «¿E como sabesvos que es en esta floresta?» «Yo.lo se, dixoel, ca vilo muchas vezes». «Pues ¿por queno os eonbatistes con el?» dixo Ban dem agus.«Mucho lo faria yo de grado si pudiesse,mas cada que lo hallo huyeme, e por mimala ventura nunca tanto me llego a el queno escape». «Esso no es marauilla, dixoBandemagus, que muchas vezes suele acaes-cer». E assi se dexaron desta fabla, Bandemagus dixo: «Dezidme si sabeys nueuas deMerlin». «Cierto, dixo el cauallero, ha seysdias que lo vi, e andaua con el vna donzellamuy ferinósa, e con otra conpaña grande».«Si Dios me ayude, dixo Bandemagus, mucho lo desseo ver». E dixo el cauallero:«Dios os lo dexe ver e a mi lo que ando buscando» .

CAP. CCXLVni .— Como Bandemagus hallootro cauallero en la tienda, q ue le desafio.

Estonce se partió del cauallero Bandema

gus e su donzella, e anduuieron por el camino de la floresta hasta hora de nona ('), efueron muy cansados por el trabajo grandeque tomaron y por la gran calentura quefazia, e porque no comiera en todo el dia, em iraron a nte si, e vieron vn castillo pequeñoque estaua sobre vna peña, y era fuerte yfermoso, e que estaua cerca del camino; e alpie del castillo, en vn llano, estaua vnatienda muy fermosa armada. Mas no eragra nd e, e cerca della estaua vn can alio atadoa vn árbol por la rienda, y en el árbol estaua

(•) Las tres de la tarde.

colgado vn escudo por el tiracol, e teniaentallado vn león de plata, y en otro árbolestauan acostadas bien ve ynte lanc as, e tantoque el cauallo que estaua atado vio a losotros, comengo a relin cha r, e no tardo muchoque salió vn cauallero de ía tienda, armadode todas armas. E quando vio a Bandema

gus, subió en su cauallo, e tomo su escudo elanga, e fuesse para r en el camino. E quandola donzella esto vio, dixo: «Bandemagus, pa-resceme que en batalla soys, ¿que podeys ayfazer?» «No vos va le, dixo Ba nd em agu s, casi yo me pudiere p artir de la batalla, hazerlohe, si no, conbatirme he. ca, por duda de vncauallero, no haré yo sino lo que deuo».

CAP. CCXLIX.— Gomo el cauallero dixo aBandemagus la ra%onpor que lo cometía.

Y estando ellos assi fablando, dio vozes elcauallero de la tienda, diziendo: «Yos, cauallero, ¿soys de casa del re y A rtur?» «Si soy,dixo, sin falta; mas ¿por que lo preguntaysvos?» dixo Bandemagus. «Porque lo quierosaber, dixo el, y pues que soys de su casa,quiero con vos ju sta r» . «¿E por que razón?»dixo Bandemagus. «Cierto, dixo el cauallero, yo no he gran razón, mas auria saborde quebrantar la soberuia de casa de vuestrorey Ar tur, do ay mas que en todo el m und o».«Y ¿que soberuia ay, dixo Bandemagus, oque orgullo?» E el cauallero dixo: «¿E do

podría auer mayor soberuia en el mundoque en casa del rey Artur, pues que es dejusta y de batalla contra la buena caualleriadel mundo, e para este orgullo quebrantar,sojuzgando muchos caualleros en esta tierra,e jo soy vno dellos; e porque ellos andanassi por el mundo, por ende flze yo armaraqui esta tienda, porque si alguno de vospor aqui viniesse, que no se partiesse sinjusta, e pues que vos por aqui venistes, enjusta vend rás conmigo». E Bandem agus dixo:«¿Puedo ay al fazer con vos?» «No, dixo elcauallero, sino tanto que si m as pudierdes

que y o, yredes quito a buena ventu ra; si no,auer os hedes yr por otro camino, ca ciertoyo os defenderé este». E Bandemagus dixo:«Cierto de la justa no he de sabor, ca tengode yr a lueñe, mas pues assi es, comence-mosla luego, e a quien ende Dios diere lahonrra, que se la tome».

CAP. CCL.— Gom o el cauallero justo conBandemagus, e de la batalla que o uieron.

Dexaronse estonce yr quento los cauallosles podian leuar, e flrieronse en tal manera,que se derribaron de los cauallos, de tales

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B A L A D R O D E Lcaydas que fueron, tan atord.id.os, que nosabían si era noche ni dia; e assi se comencola justa de los caualleros; y el cauallero dela tienda dexose yr a Bandemagus, e diolela mayor ferida que pudo encima del yelmo;e Bandemagus le dio ayna el galardón, ca

era muy rezio e ardid, por ser de su edad.E assi se comenco la jus ta de ambos que nose auergoncaron cosa, ante se mostraron queeran mortales enemigos, e assi mantuuieronsu justa braua y fuerte; e fue tan grande elreteñir de las espadas sobre los yelmos esobre los escudos, que lo oyeron los del castillo, e fueron alia por ver la justa, e mucbolo mirauan de grado, porque nunca ay rieron sino otra, ca sin falta aquella sazón secomencaron las justas e las batallas de loscaualleros andantes, que duraron luengostiempos, assi como la h istoria del san to Grrial

e otras historias muchas lo cuentan (l

). Y esteBandemagus fue de los primeros que lasauenturas e m arauillas del reyno de Londrescomencaron, y esta vida mantuuo lo mas desu t iempo.

CAP. CCLL— De como h izieron paz el candilero e Band emagu s d e la jusia queouieron.

Ambos los caualleros, assi como vos yacuento, se conbatieron an te la tienda, e tantomantouieron el primer comienco, que fue

ron tan cansados que no podieron mashazer, e queriendo o no ouieronse de hazerafuera vno de otro, e assentaronse por fol-gar, mas de tanto vino bien a Bandemagus,que no era ferido sino poco. Mas el cauallerode la tienda auia dos gran des feridas, de queauia perdido mucha sangre, y esto lo faziaauer gran miedo de recebir ay verguenca, edespués que folgaron ay ya qua nto, Bandemagus vio que el otro cauallero era muy ferido , ca vio toda la tierr a en derred or del llenade sangre, e dixo al cauallero: «Asaz nosconbatimos, e que rría, si vos plugu iesse, quese partiesse nuestra justa, ca bien vees vosque hasta agora yo he lo mejor, e vos bienvedes que por vuestra fuerca no me vedare-cles el camino , e si Dios me ay ud e, esto digoyo por vuestra p ro, ca mejor seria q ue dexas-sedes yr , que no que tornassemos a la justa,e de oy mas y o e vos tomaremos d año; e porende vos ruego que me dexes yr , e yo os perdone todo mi mal talante, e quieroos hazertanta honra: por auer con vos paz, otorgoque soys mejor cauallero que yo».

i1

) Nótese esta referencia, que se repite en otroacapítulos del Baladro.L I B R O S D E C A B A L L E B I A S . — 7

S A B IO M ER LIN 97CAP. CCLII.— Como Bandemagus e su don

zella fueron con el cauallero.

Y quando el cauallero esto oyó, miro aBandemagus. e dixo: «Cauallero, vos soysmas cortes que yo pensaua, e vuestra corte

sía m e vale agora mu cho , ca bien os digo queyo auia agora lo peor de la ju sta. Y p uesvos, por vuestra cortesía, me rogades lo queyo de uia a vos rog ar, yo os lo agradezcoquanto puedo, e yd a buena ventura». «Muchas mercedes», dixo Bandemagus. Estoncemetió su espada en la vayna, e fue a buscarsu cauallo, y do quiso caualgar, vino elcauallero a el e rogóle que le dixesse su nom bre, y el dixo: «Señor, yo he nonbre Bandemagus», y el cauallero le dixo: «Seays bienvenido, e mucho me plaze con vos, ca soysmi primo cormano». E Bandemagus le dixo:

«E vos, ¿como aueys nonbre?» Y el cauallero le dixo que auia nonbre Anchises deMagus; e tiro luego su yelmo, por su honrae por lo abrazar e por le mostrar plazer; yAnchises fizo otro tanto, e ouieron ambosgran plazer, y Anchises dixo: «Bandemagusamigo, ruegoos que quedes oy comigo e erastodo el dia». «Oy quedare con vos, dixo el,ma s eras no puedo, ca tengo mucho de hazer» . Estonce entraron en la tienda, e a Anchises, por amor de Bandemagus, se le olui-daron las feridas, e ñzose desarmar e pensardellas, y el manjar fue luego fecho grande

y rico e comieron a mu y gran sabor de si. YBandemagas le contó como se partiera de lacorte e como fuera preso, e como lo libraraaquella donzella do era juzgado para que lu ego le cortassen la cabeca, e como viniera aaquella floresta por buscar a Merlin; e Anchises dixo: «No ha seys dias que passo poraqu i, e fizele yo mu y g ran pesar». Y Bandem agu s le dixo: «¿Como le podriades vos fazerpesar?» «Yo os lo diré, dixo Anchises; el tr ayaconsigo vna muy hermosa donzella del lago,y assi me lo dixeron después, y en su conpaña venían muchas dueñas e donzellas e

bien doze caualleros».

CAP. CCLIII.—Como el cauallero contó aBandemagus como cometiera la donzellaque llmaua Merlin.

«Y quando yo vi la donzella, fize semblante de mostrar caualleria por le dar hon-rra e prez; efue luego a ella e tómela por elfreno, e dixele que la prendería por la cos-tunbre que es en el reyno de Londres e quelos de la Tabla Redonda lo pusieran, e que

la costunbre era tal que si la donzella fuesseen guarda de algún cauallero o más, e otro

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98 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Scauallero la pudiesse conqu erir, que la podiaauer por razón, e por esto me meti en auen-tura contra los doze caualleros, mas noporque pensasse que me auiniesse tan biencomo me auino; mas ñzelo por ganar honrrae loor e no por otra intención. T quandolos doze caualleros esto vieron, salió vno

ante los otros por me la defender, e assi co-mencamos nuestras justas, e auinome tanbien [que derribe] todos doze, ynos emposde otros, e pues todos los vue derribados,tome la donzella por el freno, e dixe quela leuaria comigo al castillo, pues la auiaconquistado, e Merlin salió contra mi e dixosañudo: «Señor cauallero, dexad la doncella, ca la no podreys leuar»; e yo, que nosauia de quien era, dixele que la leuaria, yel me dixo otra vez que la dexasse, e yocálleme; e desque el vio que la Ueuaua fizoluego su encantamento, e parecióme que la

donzella que leuara que se me tornara león,y era el mas brauo que nunca honbre vio, equede tan espantado quando vi aquella ma-rauilla, que dexe luego la rienda e comencéa fuyr por este campo quanto el cauallo mepodia leuar, tan espantado que pense sermuerto. T quando esto vio Merlin, tomo sudonzella e comenco a fuyr por su camino conla donzella e su conpañera; y esto me auinocon ellos». Y Bandemagus dixo: «Mucho osauino bien, en quanto os partistes tan sinpesar del».

CAP. CCLIV.— Como Morloc derribo a Bandemagus 6 le tomo la donxella.

Assi estouieron fablando de Merlin e deotras cosas en solaz, e después que fue horade acostar, acostáronse y durmieron, e otrodia de mañana entraron Bandemagus e sudonzella en el camino, e dixo que jamas noquedaría de andar fasta que fallasse a Merlin; y assi andouiero nen pequeño passo bastahora de medio dia, e estonce fallaron vn cauallero, armado de todas armas, que yua

muy apostadamente, assi que bien paresciaen su caualgar buen cauallero de armas, y elcauallo era grande e bien hecho; quando elvio la doníella, dixo que la q ueria , e llegósea ella, e saluola, e no saluo a Band ema gus, etomóla por el freno, e dixo: «Yo os leuare»;e Bandemagus dixo: «No lleuareys, ca yo ladefenderé si pudiere». «¿Como, dixo el cauallero, tan gran sabor vos aueys de combatir comigo por defender esta donzella?»E Bandemagus dixo: «¿E como soys atanloco cauallero que pensades qu e la tengo dedexar assi? Esto no deuria fazer el mas co-

uarde cauallero del mundo; e agora dexad

la donzella, ca vos fallareys mayor defensaen mi que pensays»; e assi se comenco eldesamor entre ellos, y estonce fizieron assiafuera uno de otro, e dexaron los caualloscorrer, e firieronse de los mejores golpes quepudieron; mas Bandemagus fue herido, enguisa que no pudo estar mas en silla, e fue

tan mal trecho de la cay da, que estuuo endecomo mu erto, y el cauallero no atendió m as,e fue a la donzella, e dixole: «Donzella. vossoys mia por la costumbre desta tierra, puesvuestro cauallero no os pudo defender»; e ladonzella comenco a llorar con cuyta, e nosabia que hiziesse; y el cauallero le dixo:«Caualgad e venid comigo»; e la donzellacomenco a temblar con miedo, y el cauallerole dixo otra vez: «Caualgad, donzella»; yella dixo llorando: «¡No fue donzella tan astrosa como yo!» e los escuderos la tomaronpor mandado de su señor, y pusiéronla en

su palafrén, y ella comenco a llorar y a mal-dezir la hora en que nasciera; y el cauallerodixo: «¿Quien era aquel que os traya enguarda?» T ella respondió como pudo: «Señor, era vn cauallero de casa del rey Artur,y es noble cauallero, y es sobrino del reyOrian, e ha nombre Bandemagus». «PorDios, dixo el, yo conozco bien a Bandemagus, e si ante lo conociera no me conba-tiera con el; ca poco ha que sus parientes eamigos me ñzieron mucha honra, e muchome pesa que lo derribe». Y quando la donzella esto oyó, confortóse ya quanto mas queante , y por saber si podia conocer al cauallero, dixole: «Por Dios, dezidme como au eysnombre». Y el dixo: «Sabed que yo he non-bre Morloc de Irlan da» .

CAP. CCLY.— Como la donzella de Bandemagus fue muy cuytada desque supo queera en poder de Morloe.

La donzella, quando esto oyó, fue muycuytada, que a duro se pudo tener en el palafrén; e no era marauiÜa que fuesse mucho

espantada de Morloc de Irlanda, pero eramuy buen cauallero de armas a marauilla,no fue menos dulcado de dueñas e donzellasque lo fue Brius sin piedad, aquel que lesfizo tanto m al, como c uenta n muchos librose historias, sino tanto que Brius las matauaa todas con su manos, e Morloc embiaualastodas a Irlan da, e fazialas todas m eter en vncastillo donde no podían salir después; y estohazia el por su padre e por dos sus hermanos, que eran buenos caualleros, que fueranmuertos en vn torneo por juyzio de dueñase donzellas que dieron en el reyno de Lon

dres. E por este hecho fue en Londres diez

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B A LA D R O D E L S A B IO M ER LI ÍT 99años, que [no] hazia otra vida sino tal. Assique todas.las dueñas e donzellas que podíatomar, hazialas meter en prisión en Irlanda,y esto le touieran por la mayor crueza delmundo; y el era conpañero de la Tabla Redonda, e flzieralo conpañero Merlin, porque

era buen cauallero, e sin falta en aqueltiempo no auia tan buen cauallero en la Tabla Eedonda como el, e aun mas digo: que aduro podria hombre h allar en todo el mu ndo.Y sabed que de todas aquellas dueñas e donzellas que en prisión metía, nunca salia ninguna biua fasta que aquel tiempo que Tris-tan el buen cauallero, hermoso e cortes, quetantas cauallerias fizo por todo el mundo,que fue a Irlanda, e libro las que ende fallobiuas; mas este cuento no dize nada del.

CAP. CCLVI. — Como los eaualleros amblaron rogar a Morloc que fuesse albergar alos tendejones.

Y quando la donzella vio que era en poder de Morloc, e que la leuaua, fue muycuytada, mas Duorloc metió poco mientes enella, e anduuieron tanto que llegaron a vnamuy fermosa ribera, sobre que estaua vncastillo fuerte y fermoso en vna peña. Yel castillo era grande, y fuerte, y rico, eauia nonbre Auelon, e cerca de la riberaauia vn fermoso llano, y en aquel llano,cerca los arboles, auia dos tiendas armadas, porque los del castillo e de la tierra enderredor, estauan allí ayuntados, que fazianhonra e fiesta a su señor, que viniera nue-uamente en casa del rey Artur que lo fizieraentonces cauallero, e auia nombre aquel cauallero Prosides, qu e fue después de gran desfechos de armas, e conpañero de la TablaEedon da; e Morloc, que v enia por el caminocerca de la ribera, e dize el cuento que Morloc que se fue, e Bandemagus se leuantoluego, e caualgo en su cauallo, e yua em posdel quanto podia. E dixo que no leuaria assila donzella quita si no la ganasse a nte por elespada. E Morloc, que yua delante, llego alas tiendas quanto vn tiro de ballesta, tomootro camino, e no quiso en tra r entrellos, porque no le hiziessen ay quedar. E vn cauallero, que lo vio desuiar, salió a el, e dixo:«Señor cauallero, el señor deste castillo esnouel cau allero, e quan tos con el son os em-bian a rogar qu e vayad es ver su fiesta, e gra-deceroslo han, e haredes cortesía», «Señor,dixo Morloc, dezid que se lo gradezco mu cho,y que de grado yria alia, mas que he talescosas de hazer lue ñe , que no puedo este ruego hazer; e salúdam e a este cauallero e a losque están con el, e dezid que no les pese».

CAP. COL V IL — Como los eaualleros de lostendejones rogaron a Morloe por la donzella, y el no quiso.

La donzella. que esto oyó, porque enten-diessen los eaualleros de las tiendas que ella

yua presa en poder de M orloc, e que auer iandella piedad, e que no sofririan que fuessepresa, dixo al cauallero de la tienda: «¡Ay,cauallero I ¡merced I yo soy vn a donzella es-traña, pobre y cuytada, e desconsejada, emenguada de amigos, e mis pecados me tra-xeron a esta tierra, e agora me lleua estecauallero presa, que me conquirio de otrocon quien venia, e por vuestra merced dezidaquellos eaualleros que ayan de mi piedad,e que me libren de la p risión de Morloc, quees hombre de gran quexa contra m ugeres,como todos sabeys». Y quando el cauallero

esto oyó, dixo a Morloc: «Señor cauallero,yo vos ruego, por vuestra cortesía e bondad,que embieys esta donzella al señor del castillo». E Morloc dixo: «Señor, sabed que ladonzella no dexare en ninguna guisa, mientra yo la pudiere defender». «Cierto, dixo elcauallero, piega ha que no vi en caualleromas poca cortesía que en vos ha, que por miruego no queredes dar vna persona, mas aunpor vuestra auentura la dariades, queriendoo no». Y estonce se partieron, e la donzellase yua deteniendo lo mas que podia.

CAP. CCLVIIL— Como Morloc derribo seyseaualleros de los tendejones, y el fue herido.

Y quando Morloc de Irlanda llego al rio,e vio el agua tan fondo que no podia passar,dixo a sus escuderos: «¿Que os parece, queotra passada no hallamos? ¿que auremosaqu i de quedar?» «Señor, dixero n ellos, nipor otra parte no podremos passar sino porla pue nte». Y estonce tomo vn escudo e sulanga, ca bien veya cierto que sin batalla nose podia de allí partir, e fuesse por la ribera

contra la puente, yno

anduuo mucho quevio vn cauallero salir del castillo, armado detodas armas, e quando llego a Morloc dixo:«Señor cau allero, yo os ruego, de parte delos eaualleros de las tien das, que a esta donzella [que] leuays presa, que por amor cle-llos, e por vuestra cortesía, que la solteys, ela em bieys do ella quisiere yr , e gradeceroslohan, e si no lo quisiesedes hazer, sabed queno os partiredes de aqui sin vuestro daño».«Agora sabed, dixo Morloc, que no lo dexare por vos ni por otro en quanto yo la pudiere defender». Y el cauallero de las tiendas

dixo: «Pues de oy mas en la batalla soys;agora os guardad de mi y de todos aquellos

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100 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sotros, oa todavía querem os qu e la do nzellasea quita, pues a nos se encomienda». T estonce se dexo correr a el quanto el cauallolo podia leuar, e Morloc a el otrosí, e finólotan reziamente, que.lo derribo del caualloen tierra muy gran cayda; e fizo contra elcauallero muy gran villanía, ca no se tuuopor pagado del que lo derribo, e truxo el cauallo sobre el dos veces, e truxolo tan mal,que el cauallero esmoreció; e por esto fueronmuy grandes las bozes e la buelta entre loscaballeros e las gentes de las tiendas, quan-do vieron la braueza que Morloc fiziera alcauallero que derríbaua; armáronse diez caualleros, e dixeron que vengarían aquellavillanía si pudiessen, e fueronse derecho ael, e dixero nle: «Cierto, Morloc, bien parecevuestra braueza y el mal talante que en vosha; dexad el cauallero, que asaz auedes he

cho gran villanía». Y quando Morloc estooyó, dexose yr a vno dellos, e firiolo en lagargan ta, e dio con el en t ierra gran cayda;e fue a los otros, e derribo seys cauallerosdellos, e tanto hizo de arm as, que vno delloslo llago en la garganta muy mal, assi queno pudo fazer armas; e quando se vio tanmal llagado, fue a vno sus escuderos, e dioleel escudo e la langa. Y quando los caualleros esto vieron, entendieron que no queríamas justar porque era llagado, e vno dellosdixo a Morloc: «¿Como, cauallero, no que-reys mas justar?» Y Morloc dixo: «¿Como,

no os parece que flze asaz en derribar seyscaualleros? Cierto no vinieran ay tantos queyo no los derribara, sino por este cauallero,que me llago tan mal, que jamas no piensotomar armas»; y el cauallero [dixo]: «Puesassi es ¿menester no es que quede aquí ladonzella?» «No es cosa lo que dezides, dixoMorloc, ca de oy mas no la podeys auer, masyo soy tan mal herido que no puedo fazermas de arm as, e por razón vos nó me podeyshazer fuerca, e si vos quereys conbatir co-migo. todo el mundo os lo terna a mal sifuerga me flzierdes».

CAP. CCLIX.— Como Morloc se partió de loscaualleros^ e dixo que se sentía mal llagado.

Los caualleros, quando esto oyeron, entendieron que era derecho e razón lo queMorloc dezia, e dixole que se fuesse con sudonzella; e quando Morloc se vio libre, dixoa sus escuderos: «Caualguemos adelante, ebusquemos do folguemos». E a esto llegarona vna fuente, e después que passaron, hol

garon vn poco, e pregunto Morloc a sus escuderos si sabían ellos algún lugar do po-

diessen allegar. E vno destos escuderos dixoque cerca de alli moraua vna su tía: «E siallí pudiesedes yr, farianvos mucho serui-cio»; e Morloc dixo: «Pues vayamos alia, camucho me siento mal llagado, e se me vamucha sangre».

CAP. CCLX. — Como Bandemagus cobro sudonzella, que la leuaua Morloc, e se fuecon ella.

Asi hablando ellos, llego Bandem agus conmuy gran pesar de su donzella que le Morloc lleuaua, con que el cuydaua ser alegre,ca el bien sabia que Morloc era aquel que lalleuaua. e los escuderos dixeron a Morloc:«Yedes aqui el cauallero que hoy tomastes ladonzella ¿agora que faredes, que en la batalla soys?» «No vos tem ay s, dixo Morloc, queyo me librare bien deste cauallero»; estoncellego Bandemagus, e dixo a Morloc: «Señor,vos sabeys que yo traya esta donzella en miguarda; por esto me cometistes e me derri-bastes; conuieneme sofrirlo, mas lo de ladonzella no puedo yo soffrir, no sofriria, equierola tomar; ca vos sabedes bien que asin razón me la tomastes, pues me la quesis-tes tomar a fuerga de armas, que, aunqueme derribastes, no me vencistes, ca sin faltaa tuerto la leuades, e quíerovos la yo tomar, e si la quisierdes defender, mucho me

plaze». E Morloc dixo: «Bandemagus, si vostomades esta donzella e me della forcades,a mi sera gran verguenga fecha, e no tardara mucho e otra cosa vos diré. Sabed queningún hombre no me deuia acometer se-yendo yo tan m al llagado como so»; e Bandemag us dixo: «Yo no vos cometo, mas quiero tomar esta donzella, que es mía, que mevos leuais a gran tuerto; mas, si otra vezme vencierdes, leuadmela». E Morloc dixo:«Bandemagus, yo suffro esta desonrra queme hazedes»; e Bandemagus tomo la donzella, e Morloc dixo: «"Vos me desonrrades, e

mienbresevos, ca yo cuydo que seré vengado do vos yo primera me nte hallar e, tantoque yo sea sano».

CAP. CCLXL—De como Bandemagus « sudonzella llegaron al valle donde posauaMerlin e su donzella.

Dize el cuento que pues Bandem agus tomosu donzella, que no respondió a Morloc a loque le dezia, ante se fue con la donzella porla montaña onde vinieron, que era muy es-pessa, e fue alegre porque la auia assi cobrado, e anduuieron esse día fasta bispe-

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B A L A D B O D E L S A B I O M E R L I N 101ras (*) sin comer e sin auer, e llegaron a vnvalle muy grande e fondo, y enojóse de andar, ca de la vna parte e de la otra era peñabiua, y era todo enpedrado e lleno de piedras, y entraron en el, e vieron que auian

ay andado paciendo algunos cauallos, e yendo adelante vio de la otra parte dos chocasgrandes e bien hechas de nueuo, e sabedque aquellas chocas fueron de la conpaña deMerlin e de la dueña del lago que estouieraay ante día, y entraran ay en vna cueua, eaquella cueua era ay en el valle, y esta donze-11a del lago encerrara ay , en vn monumen tode marmol bermejo que ay estaua, a Mer-lin, e metióle dentro, de guisa que [por] susencantamentos, que le el mostrara, que nopudo dende salir hasta que morio, e porqueesta ystoria no vos lo puede en otra manera

hazer entender tan bien por esta guisa, porende vos la quiere fazer en tende r mas llanamente, e contarvos he todo el fecho de Merlin e de la donzella del lago; enpero esto nodeclara en el libro del sancto Gbtial, e assino podría saber como la donzella del lagosoterró biuo a Merlin en el comienco de losamadores, y en que manera, e quierovoscontar la verdad deste hecho, en qual manera passo, e como Merlin mu rió, mas no ago ra,porque torna a hablar del cauallero de lasdos espadas.

CAP. COLX II. — Agora dexa el euento aquide hablar de Merlin e de la donzella dellago, e habla del cau allero de las dos espadas.

Dize la historia que quando el cauallerode las dos espadas se partió del rey Artur,caualgo con gran pesar quel auia, pesandomucho e llorando, e anduuo tanto, que llegoa la donze lla, e tanto qu e lo ella vido, dixo le:«¡Ay, cauallero! mal feziste que desastematar en vuestra guarda el mejor caualleroque nunca fue en el mund o; cierto, ma l cam

bio auemos por el, ni ya peor, ni bien nosverna por vos, que assi como era yo seguraque el acabaría lo que comencara, bien assilo so verdaderamente que vos no aureyspoder de le dar cima, ante m orireys comocauallero malo e couarde assi como a misemeja; ca mucho fuera mejor vuestramuerte que no la suya»; y el cauallero ouogran pesar, que no supo que se dixesse,fuera que dixo: «Donzella, como quier queauenga, la verguenca es mía, m as no veopor la do pueda v eng ar, e ruegoos que vaya-naos en vno, que bien podeys saber que no

(*) Hasta poaerse el sol.

que dare por fuerca ni por afán qu e no decima a esta demanda, mientra fuere biuo esano». «Plazeme», dixo ella. T después friéronse luego ambos.

CAP. CCLXIII.— Del duelo grande que elcauallero de las dos espadas faxia por elcauallero que murió en su guarda, e comola señora de la fortaleza enbio por la donzella.

Ninguna auentura en aquel dia que andu-uieron ambos hallaron que de contar sea.E otro dia yua el cauallero de las dos espadas faziendo el mayor duelo del mundo, eaquella noche dormieron en casa de vn her-m itaño, que se trabajaua mucho de lo conor-tar al cauallero, mas esto no lo podia elhazer que el dexasse su duelo; e a la mañanaleuantaronse e fueron su camino, e tantoanduuieron, que llegaron cerca de vn castillo muy fuerte e muy bien labrado. E vinodel castillo vn escudero a ellos, que dixo ala donzella: «Donzella, la señora del castilloembia por vos, que quiere con vos fablar delo que vos sabedes». «De grado», dixo ella.Estonce clixo al cauallero de las dos espad as:«Td vos e yo yr e a hab lar con aquella du eña,e salirvos he a vna carrera, a vna cruz queesta ay adelante que hallaredes, e si llegar-des prim ero, atender vos he». «Plazeme», dixoel cauallero, e luego se partió de so vno.

CAP. CCLXIY.— Gomo el cauallero que veniade capa pregunto al cauallero de las dosespadas por que hama tan gran duelo, y elno se lo quiso dezir.

Assi se fue el cauallero por su parte, e ladonzella se fue suso a la montaña para elcastillo, y el de las dos espadas, a la entradadel monte, topo vn cauallero desarmado,fueras de espada, que venia de caca e traya

sus galgos con que cacaua, e quando se toparon, saludáronse, y el cauallero desarmadovio al de las espadas hazer tal duelo; estandoquedo, dixo q ue se ternia por m alo si nosupiesse la razón del duelo que fazia, e dixole : «¡Ay, cauallero señor! ruegovos, por Diose por cortesía, que me digades por que haze-des tan gran duelo, ca me semeja que no essin gran razón». «Ay por que lo haga, dixo elcauallero de las dos espadas, ca so escarnidopara siempre, jamas nunca tan grande hon-rra ganare como es la desonrra que he rece-bido, e por esto hago tan gran duelo». «¡Ay,buen cauallero! dixo el otro, pues que la

t desonrra es tamaña que la honrra no podría

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102 L I B R OS D E CA B A L L E R Í A Sigualar, raegOYOS  por cortesía que me diga-des que desonrra es e como contecio, e pro-metoYos como cauallero que de aqui adelante YOS seré conpañero en vengar vuestradesonrra, de tal guisa que me de YOS nopartiré, si por muerte no fuere, a mi buen

grado, fasta que esta desonrra sea vengada.E cierto mas querría morir que della ven-ganca no ouiessedes». Y el cauallero de lasdos espadas se marauillo de lo que aquelcauallero prometía, ca nunca le auia elfecho cosa por que esto lo prometiesse. Y elno le quiso descob rir como le aque lla malaventura auiniera. Y el le dixo: «Cierto, estaes la cosa del m undo que vos yo no diria ». «Sidiredes, dixo el cauallero, que yo vos lo ruego por la cosa del mu ndo que vos mas amad esque me lo digades». «E por la fe que yodeuo, dixo el cauallero de las dos espadas,

a la cosa del mundo que yo mas amo, quevos lo no diré; cierto no soys tan cortescomo yo cuydaua, que me preguntades loque me no plaze dezir»; y estonce el otrocauallero ouo tan gran pesar e fue tansañudo , que cuydo perder el seso, e dixo:«Cierto yo ante querría morir que lo nosaber»; y estonce lo prendió por el freno, edixole: «Yos sodes preso, e par Dios nome saldreys assi de la mano fasta que yosepa lo que os pregunto». Y estonce dixo elcauallero de las dos espadas su duelo (l). Ecomencose de sonrreyr. E dixo: «¡Por DiosI

agora veo el mas sandio cauallero que n uncavi ni halle, que tan l igeramente me qui-siesse prender»; y el otro cauallero le dixotodavía que era preso, e dixo: «Desta prisión saldré yo muy ayna quando yo quisiere» , y estonce metió mano a su espada elcauallero de las dos espadas, por prouar alotro, ca no porque auia voluntad de le ferir,e dixole: «Cauallero, si no tirays dende laman o,' yrvos mal dello, ca os ferire, e hazer-me hedes fazer villania, porque soys desarmado» ; e quando el otro esto vido, tiro lamano, e dixo: «¿Que es esto, mal cauallero?

que Dios os de mala ventura, mas de la queauedes, ¿cuydaysme matar o ferir assi desarmado?» «E si os firiesse, dixo el cauallerode las dos espadas, esto no seria gran villania, ca vos soys el mas enojoso honbre quenunca vi, que a fuerca quereys saber lahazienda de los bonbres»; y estonce dixo elotro cauallero: «Nunca cosa dessee tantosaber como esta, pero pues que de grado nome la quereys dezir, aurelo de saber por

(') Esto es una errata del texto, ó un olvido delauto r, porque el caballero de las dos espadas no le

cuenta ahora nada al curioso. Tal vez «dixo» esté porccdexo».

fuerca, a unq ue no querades» . «No se que m eauern a, dixo el cauallero de las dos espadas,mas por fuerca no lo diré».

CAP. CCLXY.— De como el cauallero que

venia de caca se fue armar e tomo alcauallero de las dos espadas, e dixo quesabría del por que hazia aquel duelo.

Estonce se fue el cauallero desarmado, etanto anduuo que fue a vna su torre fuertee alta, que estaua en vn campo ancho, dondetenia a su conpaña, e quando dentro entro,pidió sus armas presto, e dieronselas, earmóse ay na, e subió en su cauallo, e noouo y tal que se le osasse preg unta r dondequería yr. e desque fue bien armado subióen su cauallo, e tomo vna langa e vn escudo,

e defendió que no fuessen era pos del; edespués fuesseem pos del cauallero, fastaque lo alcanco en vn prado, e tanto que lovido, diole bozes: «Don cauallero, agorasabré lo que os pregunte, o vos soys en lape lea» . «¿E como? dixo e l de las dos espadas, ¿assi me conuiene pelear con vos o vosdezir de mi grado lo que no diria a hombredel mundo?» «Assi es, dixo el otro; agoraescoged qual quisierdes, que sin vna destasdos cosas no os podedes de mi partir». «Puesagora sabed, dixo el de las dos espadas, quevos lo no diré, ni a otro ningu no» . «E pues

no ay a l, dixo el cauallero, en la pelea soys»;e dixo el de las dos esp adas: «Mas quieroyo la pelea que vos lo assi dezir».

CAP . CCL XY I. — Como el cauallero quevenia de caca justo con él cauallero de lasdos espadas e fue derribado, e se queríaconbaür con el, y le dixo por que hazia elduelo.

Luego, sin otra detenencia, se arredraronel vno del otro, y metieron las lancas so lossobacos e pusieron los escudos ante los pechos, e dexaronse correr el vno contra el otrotan rezio, que era espanto, y el caualleroquebró su langa en el de las dos espadas,mas no lo pudo mouer de la silla, e dio conel tal cayda en tierra, que por poco se noquebró el pescueco y el braco de la cayda;mas el otro cauallero era muy biuo, e leuan-tose muy ayna, y metió mano a su espadacomo aquel que quería batalla, y el de lasdos espadas le dix o: «¿Como? señor c aua llero,¿avn mas quereys?» «Si, dixo el otro, ca novos partirey s assi de mi fasta que sepa lo queos pre gu nte ». «¿E como? dixo el de las dos

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B A L A D R O B E L S A B I O M E B L I N 103espadas, ¿assi os quereys meter ea auenturade muerte por cosa en que no os va nadaavnque lo sepades? Por buena fe, yo nuncaTÍ tan gran locura»; y el otro cauallero dixo:«Antes yo quería mo rir que lo no saber» ( l) .Entonces se comento el cauallero de las dos

espadas a sonreyrse, e santiguóse de la ma-rauilla que ende ouo, e dixole: «Agora ca-ualgad , e yd comigo, e contarvos be mi m alaventara, ca mas vos lo quiero dezir, que nometerme en auen tura de os matar , o vos am i; ca vos tengo por buen cauallero e porhombre bueno»; y el se lo gradescio mucho,e subió en su oauallo; y el de las dos espadasse lo contó assi como ya oystes, «e porquefue assi muerto en mi guarda bago este duelo tal como vedes, que jam as m ientra biua noseré alegre fasta que lo aya vengado, si pudiere ser, que por afán que yo aya ni por

trabajo no me quedara».

CAP. CCLXYII — Como el cauallero que venia de caga prometió al cauallero de lasdos espadas que le seria compañero en lamesma demanda.

«Agora vos conté la razón del mi duelo,mas bien sabed que el cauallero no puedeser vengado sino con el taracon de la laneacon qu e fue ferido ». «E pue s ¿como vos pode-des vos vengar dixo el otro cauallero, quan-

do el taracon de la lanca no tenedes?». «Yolo aure , dixo el cauallero de las dos espadas,que vna donzella lo lleua». «Y ¿do es, dixoel otro cauallero, essa donzella, que no vaaquí con vos?» «Ella se partió de mi a la entrada dé la montaña, e mañana sera con nosa vna cruz que esta acá en medio desta montaña» . «E agora me dezid, dixo el cau allero,¿como auedes de fallar aque l qu e vos esta des-onrra fizo quando estonce no lo vistes ni loconooistes?» «No se, dixo el , como lo he de h allar, mas comencé esta demanda, e nunca lahe de dexar fasta que le de yo cima a mi

honra o a m i deson rra». «E Nuestro Señorvos de ay consejo, dixo el caualler o; assi Diosme salue, estraña cosa auedes ay eomencadoe de gran afán, e pues me dexistes la verdad, quiero ser vuestro compañero en estademanda, é fizo promessa a Dios, e a sanctaMaría, e a toda caualleria, que mientra biuanunca me quite desta demanda, fasta queaya cima, o por mi, o por vos, o por otre; eruego vos, por vuestro buen talante e porVuestra cortesía, que me lleueys con vos»; y

(*) XA verdad es que la curiosidad del de los galgosno puede ser más estupenda.

el cauallero de la s dos espados ge lo otorgo, ejuráronse ambos que se manternian leal-mé nte conpañia m ientra fuessen de so vno (l) .

CAP. C C L X V m . — Gomo Merlin dixo al cauallero de las dos espadas que partiría ayna

en eonpañia de ambos, e como auia non-bre el que matara al cauallero aniel r&yArtur.

Mas estonce se fueron al camino anbos loscaualleros, e no anduuieron mucho que hallaron a Merlin, que bien sabia quanto ellosdezian, e ándaua vestido de paños blancospor ser desconocido, e tanto que llego aellos e saludos, y ellos a el, y el les dixo:«Esta conpañia que auedes eomencado nodurara mucho assi como cuydades, ante seramucho ayna par tida» . «E ¿que sabedes vos,

amigo?» dixo e l cau allero d e las dos espad as.«Tanto vos digo, dixo Merlin, que assi sera,e mas dende no sabredes por mi esta vez,mas de vna cosa que vos mucho deseadesvos quiero fazer cierto. Sabed que aquel queys vos buscar, que mato el cauallero delantede las tiendas del rey Artur, que ha nombreG-aluan, y es hermano del rey Pelean de Lis-cones». «E por Dios, dixo el cauallero de lasdos espadas, al rey Pelean de Liscones conozco yo bien, mas a G-aluan no conozco, epues el nonbre le se, no puede ser que lo nofalle, si por buscar puede ser fallado». E dixo

Merlin al cauallero de las dos espadas: «Yovos consejo que dexede s esta dem anda, cacierto, si la vos encimades, vos fareys vngolpe donde verna gran mal en el reyno deLondres, e tan gran mala uentura, que nunca tan grande vino por golpe que ouiessenfecho; e no ay aun mucho entre el rey Yer-lan y el rey Lanbor, que auran por el golpede la langa vengado ra, y esto no podeys después auenir, ni otro de los que agora son,ante sera por ende echado en pobreza y enperdición y en destruymiento, e otros muchos duraran tanto esta cuyta, fasta que ve

rán aquel que ha de dar cima a las auentu-ras de la Gran Bretaña, e vos mesmo quefareys, y esta mala ventura aura de uenir;que querades o no, moriredes por gran malaven tura» . «E cierto, dixo a Merlin el cauallero de las dos espadas, si yo cuydase mo rirla mas vil muerte que nunca murió hombre,no dexara de seguir esta demanda a todo mi

(*) Esta compañía ó hermandad de armas, tan frecuente en los libros de caballerías, tiene sus precedentes en la fratern idad escandina va y en el comitatusgermánico, de que habla Tá cito (Cf, nuestro artículo;

Gérmenes del feudalismo en España, en la Revista,Contemporánea de 15 septiembre de 1898).

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104 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Spoder, e darla he cima, avnque sea por mimuerte o mi vida; e si toda la mala venturadel mundo me ouiesse de venir, no dexariayo de vengar aquel que fue muerto en migua rda» . «E agora sabed, dixo M erlin, quelo vengareys, mas después querriades sermuerto ante que no biuo»; e luego se partie

ron ambos caualleros de Merlin, y entraronen su camino, e Merlin se fue em pos dellosalexado, como aquel que quería uer comole auenia.

CAP. OCLXIX.— Gomo mataron al cauallerocompañero del cauallero de las dos espad as,e no vieron qu ien lo mato^ y del duelo quecon el hazian.

Tanto anduuieron de so vno, que llegarona vn hermita, e auia vn cementerio, e pormedio de aquel cementerio yua el cauallero

de las dos espadas delante, cuydando muchoen lo que Merlin dixera, mas el no cuydauaque era Merlin, e quando fue en medio delcementerio, el cauallero que yua em posdel dio vna boz m uy dolorida como de honb remal llagado, e dixo: «¡ Ay cauallero! ¡muertoso , e muerto me han porque tanto anduueen vuestra conpañia!» Y el cauallero de lasdos espadas, quan do esto oyó, fue mu y espantado, e torno la cabeca, e vidolo estar entierra , pero no cuydo que era mue rto, e dicioluego e fue a el, e fallólo llagado de vnalanga por el cuerpo muy rezio, e la langaestaua en el entera, e tiróle el yelmo, e fallólo ya muerto, e cato si ueria a quien lomato e no vido ninguno, e fue muy mara-uillado, e dixo: «¡Ay Dios! [que mala ve ntur a,que no puedo uer aquel que tama ña dessonrame faze!» y estonce comenco su duelo mu ymayor que no de ante, e dixo que era el masmal auenturado cauallero y el mas catiuoque ninguno de quantos traxeron armas, eque veya bien que la ventura le era masauiesa que a otro ninguno.

CAP. LCLXX.— Gomo el hermitaño confortoal cauallero de las dos espadas,, e le deziaque no kixiesse tanto duelo.

Pues estando haziendo su duelo, vino elhermitaño que moraua en aquella hermita,e quando le vio tal duelo fazer comencolo decastigar, e dixole que no era aquello parahombre bueno n i para otro fazer tal du elo, ydemás a cauallero, si no fuesse por suspecados; por esto deuia honbre llorar, e nopor al; e dixo el cauallero: «¡Ay señor! si yolloro hago muy gran derecho, ca me veo el

mas malauenturado cauallero del mundo»;

e contole quanto le acaesciera, assi del vncauallero como del otro, e avn dixo que lefaria conorte si viesse aquel que los assi ma-taua, «mas pareceme que lo no puedo ver, edesto me desconorto muy mas». Estoncedixo el hermitaño: «Tales son las auenturasdel mundo, que vnas son buenas e otras son

malas; mas destos dos no me marauillo queassi son muertos, pero no me parecedeshombre que assi se deuia doler de cosa quele auiniesse, mas conortarse y esforearse elcoracon y el ardimento, ca no deue honbrede gran coracon, por mal que le venga, des-conortarse ni fazer tal duelo como vos faze-des». Tanto dixo el hermitaño al cauallero,que se conorto, e fizólo en trar en su casa ydesarmar; y después torno al cauallero e sacóle la lanoa del cuerpo, y desque le ouofecho vn conplimiento de la yglesia, soterrólo armado assi como estaua. E sabed que

costumbre era en aquel tienpo, que quandosoterrauan algún cauallero, que lo soterra-uan armado como estaua, e desque lo soterraron pusieron sobre el vna gran piedra enluga r de monu mento; e todo aquel dia estuuoel cauallero de las dos espadas con el hermitaño que lo castigaua e lo consolaua, mastanto que otro dia el sol fue salido, el hermitaño canto su missa al cauallero de las dosespadas, e armóse, e subió en su cauallo, efue ver el lugar do su conpañero yazia, queno lo podia oluidar; e quando allego el hermitañ o, miro la piedra e vieron letras escrip

ias en la cabecera, y el cauallero de las dosespadas pregunto al hermitaño: «¿Que ospare ce desto?» «Parescem e, dixo el hon brebueno, que de quantas letras aqui ay, queno auia aqui anoche ninguna». «Por Dios,dixo el cauallero, no». «Agora sabed, dixoel hermitaño, que esta es vna de las auenturas estrañas, mas catemos que quiere dezir,ca sin falta no es esto sin gran señal»; yestonce comenco el hombre bueno a leer lasle t ras , e dezian: E N ESTE CAMINO VENGABAGRALTTAN AL BEY LOC, E TAJABA LA CABECA. ALBEY PE LIN OB ; EN LOS PBIMEBOS DIEZ AÑOS

AQUEL BEY BECEBIBA OBDEN DE CAITALLEBIA.E assi dezian las letras como os digo. E quan do el cauallero de las dos espadas esto oyóque assi dezian, dixo: «¡Ay Dios, que dañosi assi viene como ay dizel» E dixo al her m itaño: «Señor, ¿sabedes vos quien es el reyPelinor?» «No», dixo el her m itaño . E dixoleel: «Señor, sabed quel es agora el mejorcauallero del mundo, e vino de los mejoreshonbres, po rque deue ahora honbre m aldezirla ventura que lo assi juzgo a morir por talhombre, que al mi saber nunca el valdrá lameytad de lo que agora este uale; e cierto

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B A LA D R O D E L S A B IO M ER LIN 1 05si yo a esto no fuesse que agora vo , yo estor-uaria esta muerte a mi poder, que antequerría matar en esta sazón a Graluan, quematar después aquel cauallero de que vernaavn mayor daño que no de Graluan haríaagora.

CAP. CCLXXI.— Como el escudero hablocon el hermitaño e con el cauallero de lasdos espadas de parte de Merlin.

Hablando estonce en esto, hevos vn escudero do vino muy ayna a ellos de parte deMerlin, e saludos, e dixoles: «Merlin vosembia dezir que el esoriuio estas letras denoche, e no vos marau illeys de lo que dizen,ca todo assi verna como esta escrito». «Ecierto, dixo el cauallero de las dos espadas,cierto es gran mal, ca menos perderia lum

bre en la muerte de Graluan que no en la-muerte del rey Pelinor». «E no faran, dixoel escudero, ca Merlin me dixo que vosdixesse que mejor cauallero sera Graluan,quando allegare a la su derecha edad, queno el rey Pelinor; e por esto no deuedes masquerer la muerte del vno que la del otro».E tanto que el escudero esto dixo, partiósedellos, y el cauallero de las dos espadas,desque lo no vido, despidióse del he rm itaño,e rogóle que rogasse a Dios por el. Y el hermitaño dixo que lo faria, e finco en elcementerio, y el cauallero de las dos espa

das entro en la montaña, e quando llego aencruzijada, fallo a la donzella que llegaraya, e decendio del palafrén por folgar ay;ella le dixo: «Cauallero, mas tardastes queyo; ¿hallastes alguna cosa por que vos detu-uistes e deuiessedes ser destoruado?» «Si,dixo el, e me auino después que me parti devos vna auentura donde he mu y gran pesar»;e después eontoselo todo, e quando esto oyó,sospiro e dixo: «¡Ay, mezquina, que en talguisa fue mi amigo muerto, el mas cortes yel mejor cauallero que ya sera en el mu ndo!;y estas auenturas son las peores e las masastrosas del mu ndo, por que los hom bres bu enos assi mueren». «E sobid, dixo el, envuestro palafrén, que no auedes por que tardar». Estonce subió ella, e anduuieron porla montaña fasta ora de bisperas.

CAP, CCLXXIT.— Como la donzella prometió a la donzella e a los dos caualleros quefaria todo lo que ellos mandassen.

Y a hora de bisperas llegaron a vn castillo, que estaua en vn valle muy fermoso e

muy abundoso de muchas cosas, y el cauallero yu a de lante, y era cercado de bue n

muro e buenas cauas en todo enderredor; ecomo el cauallero yua delante e la donzelladetras mas de dos astas de langa, e tanto queel cauallero entro dentro, los que suso esta-uan sobre las puertas, dexaron caer vnapuerta echadiza, assi que el cauallero quedo

dentro e la donzella tuera no supo que fazer,ca no podia el salir ni la donzella entrar silos de dentro no quisiessen; y estando cuy-dando que podría hazer, oyó que la donzelladaua bozes, e dezia: «¡Ay, buen cauallerode las dos espadas, acórreme, que muertaso , que sabed que es aqui la donzella delmundo que peor me quiere, e quiéreme fazercortar la cabeoa sin merecimiento; e.si vnpoco tardades, muerta seré yo!»; e quandoel esto oyó, no supo que fiziesse, e quisieraser mu erto, ca no veya como de alli saliessesi no saltasse del muro ayusso, e si ella assi

fuesse muerta, veniendo en su compañía,que el nunca auria honrra, y estonce diciodel cauallo, e subió suso, e fallo la puerta dela torre abierta, y entro dentro, e hallo ayfasta doze villanos que gua rdau an la pu ert a,y estauan aquella hora todos desarmados, yel metió luego la mano a la espada e dixoque m uertos, eran si corriendo no le abríanla puerta; e quando ellos lo vieron armadoe la espada en la mano, ouieron muy granpauor, e fueronse los vnos a la vna parte elos otros a la otra, e el fue a las ñniestrasde la torre por ver que auia la donzella, e

vido cerca della estar vna donzella e doscaualleros, e dezianle los caualleros: «Si vosno hazedes lo que vos dixeremos, muertasodes, ca luego agora vos tajaremos la cabeoa, que sabed que nunca donzella aqui vinoque lo no haga»; y ella, que se vido en talcuyta, pregunto que que era lo que querían.«Bien vos lo diremos, dixeron ellos, si pro-metedes que lo haredes, e sabed que no esvuestra desonrra»; y ella, que no cuydauaauer acorro de ninguno, prometiogelo, y elcauallero de las dos espadas vido que latenían en gran cuyta, e ouo gran pesar

sobejo, en que vido que no podría yr a doella estaua si no saltasse de la torre.

CAP. C C LX X ni . — D e como el cauallero delas dos espadas salto del muro e fue a socorrer a su donzella.

Dixo estonces el cauallero: «Mas querríala muerte que la no socorrer». E santiguóseapriessa, y encomendóse a nuestro señorDios, e colgóse con las manos de la torre, edexose caer abaxo; y el fue tan bien auen-

turado, que se no fizo matar; e leuantose efue a do la donzella estaua, e puso mano a

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106 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sla espada e dixo a los caualleros: «En malpunto fezistes esto», y ellos, que vieron elsalto que el eauallero hiziera, maquilláronse, e dexaron la donzella, y el tomóla por lamano, e dixole: «Amiga, ¿por que dauadesbozes?» T ella diso: «Porque me querían

matar si no otorgasse que hiziesse la costumbre del castillo, por pleyto que mi des-on rra [ no ] fuesse». «Mucho me pesa, dixo el,por que lo prometistes, ca he miedo que nosdigan que lo hagades; agora no se que mehaga de cauallo, ca dexo el mió dentro en elcastillo».

CAP. CGLXXIV. — Como sailieron los dos caualleros del castillo, e dieron el cauallo aleauallero de las dos espadas, e dixeron ala donxella qite hinchesse la escudilla de

sangre.Hablando con la donzella, oyó abrir el

castillo, e salieron dos caualleros armado s, etrayan su cauallo, e dierohgelo, e dixeronle:«Tomad vuestro cauallo, ca no queremoscosa de lo vuestro»; y el fue mucho alegre,e tomólo, e dixeron los caualleros a la donzella: «Quitadvos de lo que prometistes, casi lo no flzierdes, seredes desleal y perjura».«Cierto, dixo ella, de grado lo fare si es cosaque pueda hazer»; y estonce dixeron ambos:«Donzella, vos aued.es de hinchir esta escu

dilla de vuestra sangre, ca tal es la costumbre deste castillo; y en otra guisa no sepuede yr de aqui donzella que por aquípasse, e si lo hizierdes del vuestro buentalante, gradecervoslo han; e si no, hazerlohedes aunque os pese, ca de otra manera nose puede de aqui partir donzella estraña». Equando esto oyó la donzella, fue mucho espan tada , e dixo: «Yo que rría de grado saber,antes que me metiesse en tal auentura demuerte, por qual razón queredes tanta demi sangre, ca si por alguna se puede dellatomar, mucho me plaze, e si no [no] ay cosa

por que lo no prouasse, ca veo ay m i mu erte» . «Yo vos lo di ré, dixo la otra donzella,e cuydo que lo haredes mas de grado».

CAP. CCLXXY.-^-Gomo dixeron a la donzella que andana con el eauallero de las dosespadas, que le auiem de sacar vna escudilla de sangre, que tal era la costumbre delcastillo.

«Sabed por verdad que la señora destecastillo enfermo poco tiempo ha de vna en

fermedad muy mala e lixosa como de gafedad, y en tal cuyta biue, que es marauüla,

e mucho nos trabajamos como guareciesse,mas no podemos ay fallar consejo, saluo quenos dixo vn honbre bueno viejo: Yo Vosenseñare como guarescera: si vos pudierdesauer vna escudilla llena de sangre de donzella virgen en fecho y en voluntad, fija de

rey e de re y na , e vntard es con la sangre avuestra señora, luego sera sana; ca assi nosenseño el hombre bueno, e por guarecerlajuramos luego que jamas no vernia por aquidonzella que esta escudilla no hinchesse dela su sangre e porque vos esforcedes assicomo otras han fecho», Y estonce respondióla donzella: «Cierto es mala costumbre evillanía, mas pues que otras donzellas loñzieron, yo lo fare, e cuydo que por ende esllegada la mi muerte, que no ay donzella enel mundo tan rezia que esta escudilla perdiera de sangre que no muera luego». Y el

eauallero de las dos espadas le dixo: «Donzella, ruegoos que lo no fagades, que nopodreys escapar sin muerte, e si vos murier-des no tendré yo quien guie para acabar loque comencé, e no le puedo yo dar cabo sinvue stro consejo»; e la donzella le dix o: «Cierto, mi coracoñ me dize que no moriré, equierolo ende fazer». Y el eauallero de lasdos espadas fue ende sañudo, mas no la pudodende estoruar.

CAP. CCLXXVI.— De como las seys donze

llas sacaron la escudilla llena de sangre ala doncella que andaua don el eauallero delas dos espadas.

Estonce Uéuaron al eauallero e a la donzella para el castillo, e desque fueron en elpalacio desarmaron al eauallero, pero noquisiera ay quedar; mas ella le rogo tanto,que lo hizo quedar por uer que podría serdella. Y estonce vinieron seys donzellas quedixeron a la donzella: «Desuiad los bracos esacarvos hemos quanto deuemos de sangre»;y ella lo fizo, y ellas tomaron vna lanceta efirieronla con ella en anbos los bracos, esacáronla quanta sangre quisieron, e la donzella am ortecióse, e lleuaronla a vna cámaradonde holgase, e aquella noche fue m uy cu y-tada e el eauallero de las dos espadas por ladonzella, que auia gra n miedo de sum uer te,e si muríesse, que no auria por do diessecima a lo que buscaua, ca no sabia dondefuesse a buscar aquel eauallero que mataraa los otros que yuan en su guarda; e supierael tanto de la fazienda de aquel eaualleroque auia el poder de se encobrir quandoqu erría , assi que lo no podian uer quando

caualgaua, e mas ésto no podia el hazer sinoI quando estaña armado.

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BALADRO DEL SABIO MEELIN 107

CAP. CCLXX VII. — Como el cauallero delas dos espadas fue ver su donzella e lasangre della.

Mucho pensó aquella noche el cauallero delas dos espadas en la donzella, ca mucho

auia miedo, de su muerte. E quando vino lamañana, ante que fuesse oyr missa ni searmasse, fue do estaua la donzella e p regun tóle como le yua, y ella le dixo que no sen-tia ningún mal, gracias a Dios; mas luegoque caualgaron, le dixo: «Dezid, la señoradeste castillo, ¿es guarida? » «Cierto, dixoella, no he miedo ay ma s, e ya no plega aDios que em iende n i guaresca, mas que mala•ventura ay a, y esto sera gran b ien, ca nun capor guarimiento de dueña fue puesta tanmala costumbre, ca mas de mil donzellaspueden por ende morir». «|Ay, donzella,

dixo el, no (*) por que de tardar, e pensemoscomo caualguem os», «ya agora fuésemos fuera, dixo ella, que n unca fue en luga r queme tanto enojasse»; estonce se fue el cauallero armar, e los otros le dixeron: «¿Comovos va? e ¿como vos yredes de aqui anteque oyades missa?» «Si, cliso el cauallero,que ta nto m e enojo este castillo, que me pesaporque y entre»; y luego caualgaron el e ladonzella, mas la donzella yua muy flaca emuy cansada a marauilla de la sangre queperdiera, e partiéronse assi del castillo eacomendaron el castillo e a quantos en el

mo rauan a los diablos todos del infierno.

CAP. CCLX XVIII . — Como el cauallero delas dos espadas partió del castillo con sudonzella.

Pues assi conpro la donzella la costumbredel castillo, que no murió , e vinole ende mejor que no a otras que después ay vinieron,que todas fueron ay muertas, e duro despuésaquella astrosa costumbre muy luengo tiempo, que nunca la señora del castillo pudoguarecer hasta que la preciada donzella, her

mana de Perceu al de Gralaz, cunplio la auen -tura de aquel castillo, que de su sangrefue la dueña vntada e garescio luego, assicomo la historia lo mostrara en la gran Demanda del sánelo Qrial. Y el cauallero delas dos espadas caualgo tanto e la donzellacon el, e anduuieron quatro dias que nofallaron auentura que de contar sea, y ental guisa anduuiero n tan to, fasta que se alongaron mucho de Camaloc, assi que ellos mudaron lenguaje, tanto que los no eñtendianni punto por all i por do yuan».

( ') El texto no ofrece sentido en este lugar. Quizádeba leerse «no hay».

CAP. CCLXXIX.— Com o el cauallero de lasdos espadas e su donzella aluergo con vninfancon viejo que le dixo a do fallaría elcauallero que matara al otro cauallero antelas tiendas del rey Artur1 e como fue conel por atter de su sangre para guarescer a

su fijo que lo auia llagado.Y vn dia les auino que llegaron a la en

trada de vna floresta a casa de vn infancon,muy buen hombre, que los rescibio muybien, y ellos seyendo a la mesa, oyó el cauallero en vna cámara boz de honbre queauia gran cuyta e gran duelo, e duro aquelduelo en quanto estouieron comiendo, e masdespués de comer; dixo el cauallero de lasdos espadas al huésped: «Señor, preguntar-vos querría vna cosa, si vos no pesasse, quequeria saber quien es aquel que faze aquel

duelo en aquella cámara» «Sabed, dixo el,que aquel es mi hijo, que es muy cuytadode vna llaga que le hiziero n, e no sabe quienge la dio, empero que era ya ora de mediodia, e no auia ay árbol ni pared que le qui-tasse vista, e no se que pudo esto ser, o si esencantamento». Y el cauallero de las dosespadas dixo al huésped: «Esto no es encantamento, antes es vn cauallero que ha talpoder que ninguno no lo puede ver mien traestuuiere armado y el quisiere; mas muchohizo a mi peor que a vuestro ñjo, que memato a vn cauallero que andaua en mi guar

da, do me pesa mas que a vuestro fijo»; y estonce lo contó todo como fuera, assi del vncauallero como del otro que tomo por compañero por lo yr a buscar, como lo m ataraotrosi. «E sabed que aquel que lo mato hanonb re Grarlan, y es herman o del rey Pelea nde Lisconis». É quando esto oyó el huésped,santiguóse y dixo: «Bien lo creo, que bienconozco aquel Gurlan, e no ay vn año queme dixo vna palabra, porque yo se bien queme llago mi hijo, e assi vino que fuemos avn torneo e derribelo yo dos vezes aquel diaante todos. E quando el vido que era honbre

mas alto que no yo e que no se podia vengar, dixome que me faria pesar del mejoramigo que yo tenia ante que passasse vnaño. E semejame que lo tuuo muy bien loque me prometió, que me ferio mi fijo amu erte, que era el honbre del mundo que yomas queria». «¡Ay Dios! dixo [el] cauallerode las dos espadas, ¿como lo pod ria yo fallar?que no ay honbre en el mundo que yo masquisiesse ver». «Cierto, dixo el huésped, yoos lo enseñare»; y el dixo que no lo dexariade buscar por cosa que ouiesse, ni por trabajo que el tomasse. «Agora os digo, dixo el

huésped, como lo podreys fallar. Sabed que

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108 L IB R O S D E C A B A L LER ÍA S

el rey Pelean de Lisconis terna muy grancorte este domingo en ocho días en el castillo del palacio peligroso, e seruira ay Gar lan,e muchos otros honbres buenos de muchosreynos serán ay en aquella fiesta. E si vospodeys ay llegar aquel dia, se que lo falla-

reys». Y quando el caballero de las dos espadas esto oyó, fue muy ledo, e dixo: «|Ayhuéspe d, bend ito sea Dios que aqui me aporto! E por esto que me dezis, podre dar cimaa lo que busco, si nunca cima proue de fa-zer». Y estonce dixo la donzella al huésped:«¿Pensays vos que vu estro hijo pu ede sanar?»«Cierto, dixo el, no se, ca muy mal es fe-rido, pero vn honbre bueno viejo, que albergo comigo, me dixo que guarecería, perono fasta que la ferida fuesse vntada con lasangre del cauallero que la ferio; y yo lepregunte que quien le enseñara aquello que

el dezia, y dixo que : Merlin, el sesudo adeui-nador, me mando que vos lo dixesse, que nopodria guarecer en otra guisa». Y estoncerespondió el cauallero de las dos espadas, edixo: «Huésped, si vuestro hijo ha de guarecer por sangre de aquel, sabed que el seraguarido si vos quisierdes y r comigo o enbiar;e si auiniere que lo pueda auer, nuncasangre fue tan fuertemente esparzida comola suya sera do quier que yo le falle, aunque luego yo supiesse morir>; y el huéspeddixo: «Yo os prometo que yo vaya con vos,que no ha cosa que tanto désseo como salud

de mi fijo, y aun os prometo que os guieay derechamente» ; y el ge lo agradeciómucho.

CAP. CCLXXX,.—Como el cauallero de lasdos espadas llego a la corte del rey Pelean.

Y aquella noche fue muy vicioso el cauallero de, las dos espadas, e bien albergado;e fue muy alegre de las nueuas que oyó, etanto que fue de dia oyó missa en vna capilla pequeña que ay estaua, e después armóse y caualgo, e acogióse a su camino, e ladonzella e su huésped con el. Y assi ándu-uieron toda aquella semana, sin fallar auen-tura que de contar sea. Y tanto anduuieron,que llegaron al castillo del rey Pelea n, dondeel tenia su corte; y entraron ay a hora deprima, y la corte era fecha en tal manera,que ningún cauallero podía entrar si no tru-xere su muger consigo o su amiga; y el cauallero de las dos espadas entro dentro consu dueña; y el huésped no entro porque notraya dueña ní donzella; e mucho le peso asu conpañero; e tanto que el cauallero delas dos espadas entro, fallo dentro tan gran

eónpaña de caualleros, como si todos los delreyno de Londres ay fuessen assonados. Ytanto que lo vieron entrar armado, salieronlos del palacio a e l, e recibiéronlo mu y bien,e fizieronlo dezir, e leuaronlo a vna cámara,e. desarmáron lo, e trux eron le ricos paños

que se vestiesse, e leuaronlo al palacio, yassentaronlo con los otros caualleros, masnunca pudieron con el que deciñesse su espada, e dixo que era la costunbre de sutierra , que nin gú n cauallero comiesse en es-traño lugar que deciñesse su espada; e dixo,si no le quisieren sufrir la costumbre de sutierra, que ante se tornaría para donde viniera; y por esto se lo sufrieron.

CAP. CCLXXXI.— Como el cauallero de lasdos espadas pregunto al otro cauallero quien

era Garlan.Grande fue la eaualleria que el rey Pe

lean vuo allegada en su corte. E quando fuehora de yantar, las mesas fueron puestas, etodos fueron assentados a ellas, sino los queauian de seruir; e la costumbre de la corteera tal, que cada vno comiesse con su am iga:y el cauallero de las dos espadas pregunto avn cauallero que era cabe el a su diestro:«Dezidme ¿qual es Garlan?» Y el gelo most ró , e dixo: «¿Uees aquel gran cauallero rubio, de aquellos cabellos amarillos? Aquel es

que anda siruiendo el mismo, y es el masmarauilloso cauallero del mundo». «¿E deque es marauilloso?» dixo el cauallero de lasdos espad as, assi como el no lo supiesse. Masesto preguntaua el por; saber la verdad . Dixoel otro cauallero: «Quando auiene que estaarmado, ninguno no lo puede ver en quantoel quisiere». «Por Dios, dixo el cauallero delas dos espadas, marauillas me dezis, e nocreo que es verdad». «Assi es verdaderamente» , dixo el cau allero. «Agora me dezid,dixo el cauallero de las dos espadas, si elvos fiziesse tal tuerto por que muerte me-

reciesse ¿como os vengariades del? Pues queel fuesse arm ado, perderlo yad es, y no os po-driades del veng ar». «Por Dios, dixo el otro,matarlo ya do quier que le fallasse, si quierfuesse armado o desarmado». «E no , dixo e l,ca no le podrías fallar sino desarmado, y eldesarmado, e vos en el mano metiessedes,todo el mundo os le tem ía a villan ía, e a vospor mal cauallero, y en alguna manera sedeue honbre vengar del»; «mas de mi osdigo lo que haría, ca en otra guisa no puedehonbre hazello» „

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B A LA D R O D E L S A B IO M ER LIN 109CAP. CCLXXXn. — Como Garlan dio vha

palmada al cauallero de las dos espadas yel lo mato ante el rey su hermano e antequantos estauan.

Estonces comenco el cauallero de las dos

espadas a peasar, e después que pensó vnagran pieca, e miro a Garlan, e vuo dendegran pesar, e dixo entre si que si le esca-passe aquella vez, no lo pensaría jamas aue r,e si lo matasse ante el rey en tan grandeasonada de eaualleros, no veya como el pu-diesse escapar que no fiziessen del piecas,aunque fuesse el mejor cauallero de armasque los seys mejores eaualleros del mundo,y desto no sabia el consejo que tomasse; yestas dos cosas le hazian desacordar mucho,e auer tan gran cuydado, que no comia nibeuia, y estuuo assi fasta que todos los man

jares fueron dados, assi que bien podia entender qualquier que ay le assentasse porparte de comer, que el que estaua pensando;en esto comedio paro bien m ientes Garlan elrubio, que seruia a las mesas, e tuuolo porgran abiltamiento, que bien pensó que lo fa-zia por algún despecho, e llego a el, e diolevn gran golpe en la faz que se le paro bermeja, e dixole: «Leuantad la cabeca y comedcomo los otros, que el mayordom o lo manda ,e mala ventura aya quien os fizo sentar amesa de honbre bu eno, pues no fazeys al sinopensara. E quando el cauallero de las dos

espadas vido que assi le firiera, ouo granpesar, que perdió el e toda mesura, e dixo:«Garlan, no es este el primer pesar que mefezistes»; y Garlan dixo: «Véngate si pudieres» . «Si fare, dixo el cau allero de las dosespadas, mas ayna que tu osaras pensar». Emetió mano a la e spada, e dixo: «Garlan,vees aq ui el c auallero al que tu feziste ladesonrra quando le mataste el cauallero quese metió en su guarda ante las tiendas delrey Ar tur, e jamas a honbre del mundo nofaras desonra, ni mataras a traycion a cauallero ninguno»; y estonce le fino por medio

de la cabeca con su espada, que lo hendióhasta los dien tes. E dio bozes a su h uésped, e dixo: «Agora podeys tomar de la sangre de Garlan, e guareceredes a vuestrohijo»; después dixo a la donzella: «Dadmeel taracon de la lanca con que el caualleroha de ser vengado que fue con ella ferido»;y ella ge lo dio, que lo traya consigo; y el lotomo e salió de la mesa, e ferio con el aGarlan, que estaua en tierra, tan rezio, quele passo ambos los costados, e dixo, tan rezio que todos lo oyero n: «ÍTo me ay cale quequier que de mi sea, pues que tam bien acabe lo que demandaua».

CAP. CCLXXXIIL— Como el cauallero de lasdos espad as firio al rey Pelean con la lan$avengadora, e de las marauülas que poraquel golpe vinieron.

Estonce fue el ruydo grande por la corte

vnos con otros, e dauan bozes, e dezian:«¡Tomaldo!»; y el rey fue fuera de su seso,porque perdía su hermano e lo matara delan te del, e dio bozes, e dixo: «Prendeldo,e gua rda no lo mateys!» T el cauallero delas dos espadas respondió: «Rey, no man -deys a essos que m e tomen , ma s venid vosa tomarme, que bien lo podedes fazer, ca yoos tengo por vno de los mejores honores delmu ndo ». Y el rey era por cierto vno de losmejores honbres del mundo, e tan antiguode días, que no sabían en aquel tiempo entoda la Gran Bretañ a nin gún princip e q ue

tanto amado fuesse de Dios Nuestro Señor,' e fue lleno de saña e de mal talante por lamuerte de su hermano e por las palabrasdel cauallero; e dixo que verdaderamente lovengaría si pudiesse; y estonce salió de lamesa e dixo a todos los otros: «Guardadlobien, qu e ningu no de vosotros no meta manoen el cauallero, que yo le pienso dar cima aeste fecho». Estonce tomo vn gran palo queestaua en medio del palacio, e aleólo, e fuecontra el cauallero de las dos espadas, quetenia su espada sacada, mas no era aquellala que deciñera a la donzella, que essa

dexaua el en la cámara do se vestiera, queno le quisieron consentir que con dos espadas estuuiesse a la mesa; e quando el cauallero vido venir contra si el palo aleado,endereco la espada, y el rey le dio a tra-uiesso, e diole en la espada vn tan grangolpe, que la quebró, assi que la cuchillacon el arias cayo en tierra, e finco al cauallero la mangana en el puñ o. E qu ando elcauallero de las dos espadas vido esta auen-tura, fue muy espantado, y fuesse a vnacámara por ver si hallaría ay alguna armacon que se defendiesse, mas no fallo ay cosa,y estonce fue mas espantado, ca vio que elrey lo seguía todavía con su palo en lamano, e fuesse a vna cámara e no fallo quecosa fuera, tanto que vido bien que las cama-ras eran las mas fermosas e ricas que nuncaauia visto; e miro por todo e vido otra cám araabierta, y entro dentro, pensando de ayfallar alguna cosa con que se defendiesse, yel rey, que lo seguía muy ayna, quandoquiso entrar oyó vna boz que le dixo: «Portu mal ay entraras, que no eres tal quedeuas entrar en tan alto lugar santo», yentendió bien la boz, mas no dexo de entrar;e vido la cámara tan hermosa e rica, que no

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110 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Spensó que en el mundo no pudiesse auer supar; e la cámara era muy grande y qua-drada, de muy buen olor, assi como si todaslas buenas especies del mundo ay fuessen,y en medio de aquella cámara auia vnagran mesa e de plata por razón, puesta en

quatro pies de plata; e sobre aquella mesaauia vn gran bacin de oro, e dentro en aquelbacin estaua vna lanca derecha, la puntaayuso, y quien a rriba la mirasse, m araui-llarse ya, ea no estaua fincada, ni acostada,ni assentada a ninguna parte. Y el cauallerode las dos espadas vido la lanca, mas no lamiro b ien, e el fue por la tomar, e dixolevna boz: «¡No la tomes, peccador!», mas nodexo de tomarla por esso con anbas manos,e firio con ella a Pelean, que contra el venia,tan rezio, que le passo anbas las cuxas, yel rey se sintió mal ferido, cayo en tierra;

y el cauallero torno la langa do la tomara, etan ayna como la puso se tuno como antes.E quando todo esto vuo fecho, touose que sevengaría muy bien, e quiso tornar al palacio muy tosté, mas ante que se pudiessecomencar a tornar, comenoaron a tremertodas las cámaras, y el palacio, e los murostodos del castillo, y de se leuantar tan fieramente como si se quisiessen caer, e. los queen el palacio estauan fueron m uy espantados de aquella ma rauilla. Y no ouo ay talque se pudiesse tener, ante eomenoaron acaer los vnos de la vna parte y los otros de

otra, assi como si fuessen muertos, porquevieron el palacio tremer assi. pensaron queel mundo se quería perecer, y que todosmuriessen ay luego; y estonces les dixo vnaboz gruessa, assi como si fuesse de cuerpo:« A G O R A C O M T E N C A N L A S A U E N i U R A S D E L R E Y N O

A U E N T U R A D O , QU E J A M A S N U N CA F A L L E C E R Á ,

F A S T A Q U E S E A C A R A M E N T E C O N P R A D O E L F E C H O

DE AQU EL QUE LA SANT A LAN CA TOMO CON SUS

M A N O S L I X O S A S E V I L E S , C O N Q U E L L A G O A L

M E J O R H 0 N B R E D E L O S P R I N C I P E S , Y E L G R A N

M A E S T R O T O M A R A D E N D E V E N G A N Z A , A S S I Q U E

L A C E K E R A N P O R E N D E D E L O S Q U E L O M E R E S -

CISREN (*)»; esta boz fue oyda por todo elcastillo, e fueron todos tan espantados, quelos del palacio e los del castillo se amortecieron todos. E áiae la verdadera historiaque estuuieron a muerte dos dias e dosnoches, e bien murieron de los del palaciola mitad, tanto ouíeron gran pauor, e losotros del castillo fueron muchos feridos emue rtos, e otros que no ouieron nin gún mal;mas sin falta no fue tan osado en toda lavilla que en los primeros dos dias osasse

(») Aquí se anuncia ya la demanda , del SanctoGrial,

entrar en el palacio, ni entraran ay, si nofuera por M erlin, que v ino al castillo porver el gran duelo e la gran cuyta que vuie-ron todos, los pobres e ricos; y el bien sabiaque sin gran marauilla no podia ser dado elgolpe de la langa vengadora. E quando

entro en el castillo, fallólos todos muy maltrechos, e tan desconhortados, que no podianvaler el padre al fijo, ni el fijo al padre, deaquellos que mas sanos eran; e no auia ayninguno tan osado que osasse entrar en elpalacio, ca bien pensaua que todos los delpalacio eran muertos. E quando Merlin fueentre ellos, pregun to que fazian los de lacámara del alcacar. T ellos dixeron: «Señor,no lo sabemos nos ninguna cosa, que no osamos entrar dentro, porque tenemos poraquella cámara del alcacar nos vino estemal». «jAy Dios, dixo Merlin, vos soys la

peor gente y mas couarde que nunca vi,que no osays yr a la cámara por ver comova a vuestro señor el rey Pellean, si esmuerto o biuo, e yd en pos de mi, e yo yredelante, e vereys como le va»; y ellos dixeron : «Nos y remos en pos de vos».

CAP . C CLXXXIV. — Gomo Merlin fizo sacarde la cám ara do estaua la lan ca vengadoraal rey Pellean e al cauallero de las dos espadas.

Estonce fue Merlin e los del alcagar a la

cámara, e a la entrada hallaron al porteromuerto, e a otras gentes muertas, que matara vna pieca de las almenas del alcagar quecayera sobre ellos, e Merlin dixo: «Estos po-dedes soterrar, que son muertos» . E Merlinse fue al palacio', e fallo ay de caualleros,dueñas, donzellas, escuderos e seruientes,bien dozientos muertos, que del miedo, quede piedras, que de maderos que cayeron sobre ellos; e los otros estauan amortescidos',que bien pensauan que aquella mala ve nturaque nunca quedasse; e Merlin fizo leuantara los que eran biuos, e confortólos mucho, e

dixoles que no ouiessen pauor, que ya quedada era aquella mala ventura. Y estonce seleuantaron los que se pudieron leuantar, elos otros leuaron los a la villa por sana rlos.E Merlin se fue de cámara en cámara hastaque llego a la puerta de la cámara do lasancta langa estaua y el santo vaso que llaman el santo Grrial, e finco los ynojos luego,e dixo a los otros que cabe el estauan: «¡AyDiosl ¡como fizo vil ardimiento el pecadorma l auentur ado , que con estas manos lixosas,e vntadas de lixo, e de pongoña, e de luxu-ria, tomo tan alto fuste y tan precioso comoeste, y es llagado tan sancto hombre © tan

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B A L A D R O D E L S AB IO M E RL IN 111alto como lo es el rey Pelean e lo era!; ¡ayDios! ¡como sera tan caramente conpradaesta gran locura y este gran yer ro, e como locompraran caramente m uchos que no lo merecen, e qua nta cuyta e trabajo sofriran den-de los buenos caualleros e los buenos honbresdel rey no de Lond res, e qu antas marau illase aue ntura s peligrosas yerna n dende por estedoloroso zelo!» Esto dixo Merlin llorando desus ojos muy de coracon, e después que vuofecha su oración, leuantose, e dixo a los queestau an cabe si: «¡Ay Dios, ay D ios! ¿ayaqui ningún clérigo de missa?» «Si, dixeronellos, aqui es vn monje blanco»; e Merlin lollamo, e dixo: «Señor, si soys de Jesu Chris-to, reuestidvos y entrad en esta cámara, doningu no no deue en trar , tanto es santo lugar,si no traxere las armas de Jesu Christo». Tel homb re bueno , que entendió lo que Merlinle dezia, y fizo lo que le mando. E despuésque fue vestido de las armas de Jesu Christo,como para cantar missa, dixole Merlin: «Señor, agora podeys entrar en el sancto lugar,y entrad dentro; e sacad vn cauallero que ayfallareys, e al rey Pelean, e sacaldos fueraassi como pudierdes» .' Y luego fizo como M erlin le mando, y entro dentro, e saco al cauallero, que avn estaua amortecido, e diolo aMerlin, e Merlin lo llamo por su derechonombre, e dixole: «Baalin, leuantate»; y elrecordó quando oyó nonbrar su nonbre, eabrió los ojos, e dixo: «¡Ay Dios! ¿donde es

toy?» «Tu estas, dixo M erlin, cabe el rey Pe lean, a quien tu feziste tuerto, assi que todoslos honbres del mundo que te conoscieron tedesamaran». T el no respondió a cosa ninguna que le dixera, ca mucho se temiera delo que Merlin le dixera, mas preguntólecomo podia ay salir, pue s auia fecho su ye rro; e dixo Merlin: «Yen em pos de m i hastaque te saque de aqui; ca si te conociessenno ha cosa que te guaresciesse de muerte».«E de la donzella que yo comigo traya ¿sa-bey s vos nueuas?» «Si, dixo el, alia la podeys ver muerta en aquel palacio, e tanto

gano en la vuestra guarda».

CAP. CCLXXXV. — Gomo el cauallero delas dos espadas se partió del castillo do ferio al rey Pelean, e ewno Imitara la tierrapor do yua destruyda.

El cauallero, quando esto oyó, ouo granpesar, que bien sabia que el dezia verdad, edixo que lo sacasse fuera de ay, que no teniaay que hazer, pues la donzella era muerta.«Cierto, dixo Merlin, yo te sacare aunqueno me lo rogasses, que tan ayna no querria

yo tu muerte»; e lleuolo de ay, e, quando

llegaron al palacio, vieron los muertos e losmaltrechos. E dixole Merlin: «Todo este malhas hecho tu» ; e dixo el cauallero: «No pu ede ser que yo no aya m ala andanca por esso».«Yerdad es», dixo Merlin; y estonce fuerona la cámara do lo desarmaron, e armóse detodas sus armas, fueras de la vna espada,que se quebró como oystes. T desque saliódel castillo con Merlin, le dixo: «Yos ¿per-distes vuestro cauallo?» «Si, dixo el, e con-uiene que me vaya a pie, según como me semeja», «lío yreys, dixo Merlin, mas atended» ; e entro en el castillo, e tomo vn cauallo muy bueno, e dioselo, e Merlin le dixo:«¿Sabeys por que vos hago este bien? Ciertono por vos, mas por amor del rey Artur,cuyo cau allero vos soys. Yo soy Merlin, d ixo,el adeuinador aquel donde fablan; no se silo creystes o si oystes ende fablar»; estoncese humillo mucho contra Merlin, e dixo:«Señor, no os conocia, e bien puede ser quevos viesse alguna s vezes, mas sabed qu e to-davia seré vu estro cauallero donde quier queyo sea». «Bien se, dixo Merlin, lo que vospor mi faredes si yo os lo roga re, mas yd conDios, que os guie e vos guarde do quier quevos vayades», y estonce se partieron, e Merlin se torno al castillo, y el cauallero se fuepor su cabo fuera de la villa, e fallo su huésped muerto de vna almena que cayo sobrel,y estonce ouo mayor pesar que ante, quemas conocia su yerr o desde entonce que anteno fazia, e después que lo miro vna piecatornóse al camino; assi como yua por la carrera, hallaua los arboles quebrantados, e lasyeruas e los panes destruydos, e todas lascosas assi gastadas, como si pedrisco ouiessecorrido po r todo. E sin duda assi fue, q ue yafiziera en muchos lugares, mas no en todos,e hallo por medio de las villas m uchos caualleros e mercaderes m uertos, e por las carreras labradores ¿que os diré? assi hallaua elreyno de Lisconis destruydo, que despuésfue nombrado el reyno de la tierra foraña ede la t ierra y erma , porque torna ra toda la

tierra assi gastada y estregada; e assi comopassaua por las uillas, assi lo llama uan : «;Aycauallero! ¡tu nos metistes en pobreza e noshechaste en confusión, donde nunca saldremos a nuestro pesar, e Dios os eche en lu gardonde seays confundido e destruydo de malas arm as, que tu nos feziste tanto de m al,quanto el mundo no lo podría ygualar ni nosno nos podríamos de ti vengar!; mas Diosnos de ende venganca el, que es gran uen-gador, que te de mala ventura, donde todosseamos ledos». E assi lo maldezian por todoslos lugares donde yua. E auian dende tan

gran pesar, que mucho quisiera que corrisco

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112 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Slo flriesse assi que lo matasse, que ya tantoconocía su mal, que nunca cuydaua estar enel estado que estaua ante. E assi anduuo elcauallero d.e las dos espadas cinco dias, queno fallo tierra que no fuesse gastada e des-truyda. T el no osaua ya estar en villa ninguna, mas ante albergaua cada día en yerm o, e por los montes. E cada vno de los her-mitaños que lo recibían, d ezian: «No vos acogeríamos si no fuesse por amor de Dios y porhonrra de la caualleria, ca no por vos, quenos hecliastes sin merecimiento en pobrecay en cuy ta, donde nunca saldremos por vos»;e quando los honbres buenos esto dezian, nosabia lo que les responder, ca bien conosciaque le dezian verdad, e auia dende m uy granpesar. E assi andaua a muy grandes jornadas, ca mucho desseaua de salir de aquellatierr a donde tanto mal obrara; e quando Diosquiso, dende sacollo, e llego a la hermosatierra, folgo ay nueue dias, y anduuo por aytanto, sin auentura hallar que de contar sea.

CAP. CCLXXXVI. — De como el cauallerode, las dos espadas fallo al pie de vna torrevn cauallero quepensaua mucho, e lo saino.

A los diez dias le auino que la ventura lometió en v na montaña grande e muy espessade arboles, e tanto anduuo por vn senderoque yua por la montaña, que entro en vnvalle, do auia vna torre; e quando fue cerca

la torre, vido vn gran cauallo preso a vn árbol, y estuuo quedo por ver cuyo era, cabien pensó que no era sin señor; e pues quemiro al rededor de si, e vido al pie de vnatorre vn cauallero grande e muy fermoso, ebien hecho de cuerpo, mas que el mejornunca viera, y estaua sentado en la yerua,e pensando tanto que no podia mas. Y elcauallero de las dos espadas, en que lo vidoassi pen sar, estuuo quedo, por ver que podría se r, o si estaría mucho en aquel pensar ;e a cabo de vna gran pieca, dio el cauallerovn gran sospiro, diziendo: «¡Ay Dios, mucho

se me tarda mí alegría!»; y estonce pensó elcauallero de las dos espadas que si aq uel cauallero tan luengam ente pensasse, y que noviniesse lo que el atendia, e pues assi estaua, que le podría algún mal venir, que eldiablo se allega a los que están solos, que noa otros; y estonce se llego, e dixo al cauallero muy manso: «Dios os salue, cauallero».Y el cauallero acordó, e fue muy sañudoporque lo tiro de su p ensa r, e respondió congran saña , e dixo: «Huyd de aqu i, don cauallero^ que me matastes, porque me tirastesde mi pen sar, que nu nca ay pienso tornar

jamas tanto a mi sabor como ante estaua; e

maldita sea la hora en que venistes»; y estonce eomenco el cauallero a pensar tan es-trañamente como de ante. E quando el cauallero de las dos espadas esto vido, hizoseafuera, ca mucho le pesara por que le fabla-ra, porque mucho le fizo gran enojo; estoveya bien; y estando quedo, por ver quecima auria de su pensar, en que auia gransabor, e assi atendió fasta hora de nona, quenunca el otro dexo de su pesar. E quandofue hora de nona, dio vn sospiro mayor queante , e dixo: «¡Ay señora! muerto me aue-des, que tanto tardays, e no me vereys simuerto no». Y pues que esto dixo, callóse;y estonce conoció el cauallero de las dos espadas que todo el su pesar era en dueña oen donzella, e pesóle mucho, e dixo queatendería fasta la noche por ver si veriaaquello por que el cauallero tenia tan grancuyta .

CAP. CCLX XXV II. — Como el cauallero delas dos-espadas no dexo al cau allero que sematasse, y el le prometió que le entregaríaa aquella por quien tanto pmsaua.

Después de hora de bisp eras, dixo el cauallero: «¡Ay señora! morir me faran vuestraspromessas falsas, e agora no puedo m as atender»; y luego tiro la espada de la vayna, edixo: «Señora, vos me distes la muertequando me distes esta espada, que yo me

matare luego con ella, ca no puedo mas so-frir esta gran cuyta en que soy por vos noche y día». Y quando el cauallero de las dosespadas esto vido, leuantose de so vn árboldonde estaua, después que vido que no auiamas que tardar, ca bien vio que se mataríasi la espada no; le tirasse de la mano, e fueluego a el, e trauole el puño del espada, edixole: «¡Ay, señor cauallero, aued duelo everguenca de vos, que vos quereys vuestrocuerpo destruyr, e perder vuestra alma!» Yel le miro, como hombre que auia gran pesar porque no fiziera lo que pensaua, assi

que bien quisiera ser muerto, e dixole: «Siespada no me dexades de vuestro buen talante, yo vos la tomare a vuestro mal grado,y matare a vos primero, e después a mi. Eassi sera el daño mayor que desseo. Emperoyo os ruego que me la dexedes». «Ya os ladaré , dixo el cauallero de las dos espadas,por pleyto que me digays, ante que mashagays, quien soys e quien es aquella quetanto amays, e yo os prometo como cauallero , que, si me lo descobris, nunca dormiréfasta que yo os entre gue d e ag üella por quientan gran duelo tienes, si yo la puedo auer

por afán o por trabajo que yo ay tome; e sa-

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 113bed que nunca cosa fize tan de grado en talque vos hiziesse ledo, que nunca vi caualle-ro tan cuytado»; y quando el esto oyó, partídsele vn poco de su saña que tenia, e dixo:«¿Quien soys T O S , que tan gran cosa me pro -meteys? Yo os ruego que no me encubraysvuestro nombre, que tal podeys ser que de-xare mi locura por vuestro amor, e talpo-deys ser que no dexare cosa, que mas querría morir que luengamente sofrir tal cuytacomo sufro, que no ay tal cuyta que a estase llegue». «Cierto, dixo el cauallero de lasdos espadas, no os encobrire cosa que mepregu nteys. Yo lie nomb re de baptismo Baa-lin; mas muchos me llaman el cauallero delas dos espadas»; e quando el otro esto oyó,estendio su mano, y dixo: «Señor, tomadesta espada, yo vos entrego della, mas nofare cosa donde pesar ayays, que yo os tengo por tan buen cauallero, que podreys darcima a esto que me prometeys, si bondad devn cauallero me puede valer; e sabed quemejor os conozco que vos pensays, e vossoys aquel que libro la donzella del espadaque traya ceñida donde otro no la pudo librar sino vos»; y el le dixo que assi era:«Mas ruegoos que me digays vuestra fazien-da». «Yo os la diré, dixo el otro cauallero,por el primero don que me tengays que meprometiste»». «Y el primero don que os prometi, dixo el cauallero de las dos espadas,no temades que yo dende no me quitare, s i

Dios quisiere, en tal guisa, donde vos seie-des ledo». Estonce comenco el cauallero acontar su hazienda.

CAP. CCLXXXVIII.— Gomo el cauallero quepensaua contó al cauallero de las dos espadas toda su hacienda,

«Yo, señor Baalin, soy natural desta tierrade Francia, e de baxas gentes, mas por mibondad a la merced de Dios, después quefui cauallero conqueri grandes tierras e señoríos, e conqueri tres castillos muy fermo-

sos e ricos, que son cerca de aqui, del duq uede Ruel, que comarca con vna tierra de contra Seleroys, e atanto fize, que es sonado enesta tierra y en otras, por mi buena venturae caualleria; e tanto he hecho por mi buenacaualleria, que la fija del d uque que os digo,que es la mas fermosa henbra que honbresabia en ninguna tierra, me dio su amor, eseguróme dende, assi que yo me tengo porrico e por bienauenturado; ¿que os diré? queno ay cosa en el mundo que tanto ame comoa ella. Y bien se yo verdaderamente que nopodría biuir sin ella, ca si ella quisiere, yo

inorire luego, e si quisiere, biuire. E assiLIBROS DE OABAI.L1SRIAS.—8

soy todo en su merced, que ¿o he bien sinopor ella, e assi ha bien cinco d ias que e stauaen vn mato pequeño, cabe casa de su padre,do ella era, e yo atendi mi mensajero que aella enb iara, y enbiome vna donzella conpaños de dueña, que me vestiesse dellos, elleuome por ante todas las dueñas a vna cámara do ella estaua; y folgue ay dos dias, equando della me partí, ledo e de buena ventura, me dixo que se partiría de su padreescondidamente, e que se yria comigo oya hora de medio dia ante esta torre, por talpleyto que la tomasse por muger quando lie-gassemos a vno de nu estros castillos. Y estome prometió la donzella, y es mi amiga, quees la cosa del mundo que yo mas quiero, epareceme que me mentio, que yo atendí masque ella conmigo puso, e aun no vino. Yesta es la cosa del mundo que mas me hazecuy tar, y mas me que bran ta el cor acón, eno aure plazer fasta que sepa por que tarda,e que yo se bien que ella vernia si su padreno la tuuiesse, que otra razón ay no puedefallar. Agora os dixe toda la verdad de mifazienda, e lo que pens aua. E agora os ruegoque me ten gay s lo que vos prometiste», eque me la dedes en qualquier guisa que vospudierdes». «Cierto, dixo el cauallero de lasdos espadas, de grado poneré ay todo mi poder, por vos y por ella. E pues assi es, voshaueysme de lleuar al castillo do ella es,que en otra guisa erraría, que no se la carrera». «Bien dezis, dixo el otro cauallero,e yo os guiare alia». «E ¿quanto es de aqui?»dixo el cauallero de las dos espadas. «AssiDios me ayude, dixo el otro cauallero, no esde aqui sino seys leguas pequeñas, e aynapodríamos ay ser». «Pues caualgamos, queayna sera noche».

CAP. CCLXXXIX (i).— Como el cauallero delas dos espadas fice con el cauallero quepensaua, por le entregar aquella por quienpensaua atanto.

Estonce caualgaron anbos e fueron tra-uessando la montaña, assi como el caualleroyua, que bien sabia la montaña, e tantoanduuieron, que salieron fuera la montaña ehallaron vn valle en que estaua vna granjacercada de vna cana muy fuerte sin agua, ede la otra parte vn gran muro, y estoncedecendieron e ataro n los cauallos a dos arboles, que se les no fuessen, y el cauallero delas dos espada s dixo al otro : «¿Fincaredesaqui?» «No, dixo el otro; ante yre con vos

(') D P aquí en. ade lan te el estilo del Baladro esmás ameno y la narración más animada que antes.

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7/14/2019 El Baladro Del Sabio Merlin Primera Parte de La Demanda Del Sancto Grial

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114 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

e vos gu ia re por t a l lugar por do podeys ent ra r fas ta l a puer ta de la cámara de la don-ze l la» . « ¡E no demando yo mas!» d ixo e l ; yes tonce se fueron anbos e and uuie ron tan topor «nder redor de la caua , que l l egaron avn madero que es taua sobre e l la por puente ,por do a las vezes en tra ua él por al l í a ladonze l la a su huer ta ; e mas au ia ay o t romadero par de l , y e l que au ia de passar l i e -ua ua en la mano vn pa lo lueng o con que sesofr ia , ca el ma dero era es trech o y el pas -sa je pe l ig roso s i a l l i no jun tasse ; e quandoe l los ay l l egaron a l madero , e l caua l le ro delas dos espadas pregunto s i e ra por a l l i e lpassa je . «No ha y o t ro , d ixo e l cau a l le ro ,s ino la pu er t a g ran de» ; «Por Dios , d ixo e lcaual lero de las dos espadas, este es vno delos peo res passajes qu e yo vi , per o no f incare por ende que yo a l lende no passe ; mas

dez idme: ¿donde fa l la re a vues t ra amiga?»«Señor , d ixo e l , a l a p r im era en t rad a quefa l la rdes a s in ies t ra es l a puer ta de su cámara » ; «y ¿en que la conoscere?» dixo el. «Ellaha , d ixo e l o t ro caua l le ro , los cabe l los c res pos , e no son s ino oro». «Agora bien», dixo elcaua l le ro de las dos espadas ; y echo es toncesu espada a l cue l lo y echo su lanca a l lendeen la huer ta , e caua lgo en la v iga , ca de Ot raguisa no podiá se r , y e ra t an b ien a rm adoque no le fal lecia cosa. E desque fue al lende,d ixo e l o t ro : «Atendedme a l ia , que yo ost r a e r é n u e u a s q u a l e s q u é r a y s e d e s s e a y s » .

«Id a Dios , d ixo e l o t ro , que mucho me esta rde que dende vos v iesse fuera» ; y es tonces e f u e p o r m e d i o d e l a h u e r t a , q u e e r a m u yfermosa e g rande , y e l a lúa e ra muy luz ia ec la ra , ass i que e l v ido b ien la ca r re ra , etan to anduuo , que l l ego a l a puer ta de lacám ara e fa l ló la ab ie r ta , e fue m uy a leg re ,que b ien pen só que ay fa l la r ía a l a donze l la ,y en t ro den t ro lo ma s passo que se r pud o ,que no le oyessen las a rmas , e e l v ido b ienque au ia den t ro dos cande las encendidas qued a b a n g r a n l u m b r e / e v i do u n le c h o r i c o , efue para e l la , que b ien pensaua ay fa l la r l a

d o n z e ll a d u r m i e n d o ; e q u a n d o d e n t r o e n t r ono hal lo ay cosa, m as h al lo a los pies clellecho los pañ os de la donz el la e de su hon -b r e , e fue todo espa ntado , que b ien pensóque a lgún Caua l le ro dórmiera con e l la , epensó b ien s in fa l ta que es taua en e l p rado ,e a l ia fuera durmian por auer ayre e poresso fa llo l a pue r ta a b ie r ta , e d ixo : « ¡A y,m u j e r , m u c h o e s h o m b r e e s c a r n i d o q u i e npor t i f ia! ; e aquel caual lero que tanto tea m a e s e n g a ñ a d o e m u y c u y t a d o p o r a m o rd e l l a , e m u c h o l a a m a d e v e r d a d e r o a m o r ,m as que. no el la a e l , e bien se que el la

du erm e cerca . E c ie r to , s i pue do , no au res

tan gr an cu yta por e l la , que yo vos most ra re su des lea l tad e t ray c ion so lo que sead e d i a » ,

CAP. C C X C . — Gomo el  ccuimlle.ro  de las dosespadas fallo a la donzella por que el otro

cauallero pensaua, estar con vn caualleroen la huerta.

E s t o n c e s a l ió d e l a c á m a r a m u y s a ñ u d o ,e anduuo tan to por l a huer ta que topo conla donze l la so vn rosa l , dormiendo so vnx a m e t e e n v n p r a d o , y e l x a m e t e e r a b e r mejo , e t en ia en t re sus b racos vn c aua l le romuy b ien l l egado a s i , e mucha de la yerbaso sus cabecas en lug ar de c oxine s . E dor m í a n a n b o s t a n ñ e r a m e n t e c o m o s i o u i e r a v naño que no dormian , y e l caua l le ro miro ala donze l la a l a luna que haz ia muy buena ,

e v ido la m uy fe rm osa , e mi ro a l caua l le ro ,e v ido m uy feo e l e rdo , e d ixo : « ¡Ay Dios ,q u e d e s a g u i s a d o a y u n t a m i e n t o a y a q u i ! , epor g ran desonra lo t engo de vna donze l lata n fe rm osa , to m ar a t a l d iab lo tan feo, ec ie r to b ien fazes como mujer . Dios me m al d iga s i no paresce muer to aque l a o t ro» ; ed ixo le a l o t ro : «Passad e vereys marau i l l as» ;e quando e l o t ro es to oyó , fue muy espanta do , e dixo: «¿Que me mostrareys?». «Bien lovereys , d ixo e l caua l le ro de las dos espadas ,e ven id em pos de mi muy passo , que duermevu es t ra am iga» . Es ton ce fuesse par a do es -

tauan los o t ros , e mos t ró le su amiga , e d ixo :«Yees aqui l a señora que amays tan verdad e r a m e n t e ; agora vees como soys sesudop o r q u e o s q u e r i a d e s m a t a r p o r q u e v o s t a r da ua a tan to , e agora sabed q ue mas se pa gade aque l que de vos . pero soys vos mas ' fe r -moso y mas gu isado que aque l» . Y e l caual l e r o , quan do es to v io , fue mu y sañud o , etomo tan gran pesar , que pensó perder e lseso, e d ixo : «¡Ay m ezq uin o ' ¿que es estoque veo?» Y después cayo en t i e r ra t an grancay da , qu e la san gre se l e que bran to por lasnar izes e por l a boca y es tuuo vna gran p ieca

amor tec ido ; y e l caua l le ro de las dos espadas vuo ende tan gran pesar porque ge lom o s t r a r a , q u e b i e n e n t e n d i ó q u e l e p e s a r a ,e quando e l caua l le ro acordó , d ixo : « ¡Aycaua l le ro! , vos me auedes muer to , que mem o s t r a s te s t a n c o n o c id a m e n t e m i m o r t a lpesar ; c ie r to s i no fuessedes tan a rmado, e lm u n d o n o v o s g u a r e s e e r i a q u e v o s n o m a -tasse por ga la rdón , que c ie r to vos lo meres -cedes muy b ien , que hez i s tes l a mayor v i l l a ní a qu e nu nc a ho nb re f izo, e Dios os fagapor ende mal . E vos de ta l pesar qua l yo deaqui ade lan te aure , e como va a honbre que

de derecho amor ta l pesar vee» .

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L O 115

CAP. C C X C I . — Gomo el cauallero que pen-saua mato al cauallero que ya%ia con suamiga, e a ella también.

Esto nce saco la espad a , y echóles l as cabe-cas lue ñe de vn golp e, e fue lueg o vn ¡ oco

mas a legre que no de an tes ; mas después queentend ió que mato a s u am iga , l a cosa de lmundo que e l mas quer ía , pesó le por e l lo , ed ixo a ta n sañu do: « ¡Áy ca t iuo! ¿que te ngofecho? ;que mate mi coracon e mi señora, lacosa de l mundo que yo mas quer ía , queaque l la e ra donde todo b ien e toda a legr íame venia de l la ! ¡Ay malauenturado! ¿h izon u n c a f al so n i t r a y d o r t a m a ñ a t r a y c i o n n itan gran fa l sedad? Cie r to no» . Es tonce secomenco a maldez i r e a hazer t a l due lo , queera e l mayor de l mundo; y e l caua l le ro delas dos espadas comencole de couor ta r , y e l

d ixo le que no t raba jasse de lo eon or ta r , quec o n s e j o d e l m u n d o n o a u i a m e n e s t e r , n im i e n t r a b i u i e s s e q u e n o a u r i a a l e g r í a ; equando e l caua l le ro de las dos espadas es tov i d o , ouo dende gran pesar , que no qu is ie rae n n i n g u n a g u i s a d e m o s t r a r l e s u a m i g a e nta l m ane ra , y después que e l caua l le ro f izosu duelo muy gran pie<?a, dixo al caual lerode las dos espadas : «Agora podreys ver queg a n a s t e s e n m e m o s t r a r t a n g r a n p e s a r » ; eluego tom o la espada por el puñ o, e d iosecon el la por medio del coracon, assi que cayoluego muer to en t i e r ra . E quando e l caua l le ro

de las dos espadas v ido es ta au en tu ra , d ixoque nu nca m ayo r cosa v ie ra , e fue m uyespantado , ass i que no supo que h iz iesse n ique dix ess e, y el bie n sabia qu e s i e l a l l ia tendiesse fasta e l dia , e lo viessen a ela rmado e los o t ros desarmados , que d i r íanv e r d a d e r a m e n t e q u e e l l o s m a t a r a , e n opodr ía se r a l s ino que mal l e v in iesse porel lo.

CAP. C C X C I I . — Gomo el cauallero de las dosespadas se partió de alli, e contó a vn escu

dero como aquellos murieron.Tornóse es tonces para e l madero , e passo

a l lend e , e s ignóse mu cha s vezes de la cosaque v ie r a , e touose por cu lpado e por as t roso ,p o r q u e a q u e l l a m a l a u e n t u r a v i n i e r a p o r e l ,e no por a l d ixo : «Yo so e l m as m alau ent u-rado caua l le ro de l mu nd o, e b ien lo veo agoraaqu i y en o t ros lugare s» ; y en tonces sub ióen su caual lo, y era ya contra el a lúa, e lasaues peq ueñ as can tau an ya , e comencose deyr assi como la ventura lo guio, que el nosabia por do yua, e assi que quando sal ió del

va l le fa l lo vn escudero que se yua derechamente a la f loresta de donde el sal iera , y

i p reguntó le s i yua a l ia : «Señor , d ixo e l , s i vo¿por que m e lo pregu ntays? » «Porque , d ixoe l , fa l la redes ay vna cosa donde no la sabeninguno s ino Dios e yo ; por que sepan los dela v i l l a l a verd ad , qu er r í a vos la con ta r comofue, que ge lo d igad es vos» . Es to nce ge lo

contó todo como fue. E quando el escuderoes to oyó , s ignóse mas de veynte vezes , ed ixo q ue nu nc a t a l cosa v ie ra : «¿Sabes tu ,dixo el caual lero, por que te lo conté? Porque qu ie ro que lo fagas esc reu i r , que des p u é s d e n u e s t r a s m u e r t e s d e g r a d o q u e r r áser oydo , qu e much o es es t rañ a cosa» . Es ton ce se par t ió del escudero, e fuese para la forta leza , e quando ay l l ego , fa l lo haz iendomuy gran l l an to sobre l los , e muchos , que nosab ían como fuera , fab lauan de muchas gu i sas ; y e l escud ero d ixo an te todos como fuera ,que vn caua l le ro g e lo au ia c ontado todo cómo

fuera aque l la auentura , y después des to fa -blaron todos en el caual lero de las dos espadas por toda la t ie rr a , de lo qu e f iz iera ena q u e l l a a u e n t u r a .

CAP. C C X C I I I . — Del buen acogimiento quelas donzellas e los caualleros hizieron alcauallero de las dos espadas, e de las nue-uas que le dixo la doncella de parte deMerlin.

Pues d ize la h i s to r ia que después que e lcaual lero de las dos espadas se par t ió delescudero , que fue acá e acu l lá do la ven turalo gu i aua , e vn d ia l e au ino q ue , a hora depr im a ( ' ) , l l ego a vn cas t i l lo que es taua envna montaña , y e ra e l cas t i l lo a d ies t ro ce rcade l m ar , e a s in ies t ro de vn a gua du lc e , efuer te e rez io , y e ra t an b ien labrado , queno au ia en toda la t i e r r a m as fe rmoso; equando l lego a media legua del cast i l lo , fa l loa y v n c e m e n t e r i o g r a n d e , e a u i a a y m u c h o smo nim entos v ie jos e nue uos , y enc im a de lcemente r io , con t ra e l cas t i l lo , au ia vna c ruztoda negra, y en aquel la cruz auia , le t ras

q u e d e z i a n : «OYSTE TU, CAUALLERO, ACUÉRD A TE, E ANTES CATA DE OTRAS AÜENTUEAS,QUE YO TE DEFIENDO QUE NO VAYAS CONTRA ELCASTILLO, SI NO QUIERES PAGAR LA COSTTTXBREDEL CASTILLO, E SABE QUE ES LIGERO DE PAGARA VN CAUALLERO» . Y desque e l l eyó las l e t ras ,en tendió , lo que dez ian , e comenco a mira rel cast i l lo , e violo tan fermoso, e dixo en sucoracon: «No me ayude Dios , s i me to rnofasta que vea el cast i l lo de dentro, que pormalo e couarde me te rn ia s i me to rnasse porletras»; y estonce passo las le tras , e fuessecont ra e l cas t i l lo , e no anduuo mucho que

(') O sea á las seis de la ma ñan a.

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116 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sfallo vn infancon viejo, que le dixo: «Vospassastes el muro , agora no poded.es tornar»;y el cauallero- dixo: «Avn yre adelante, eseré mas ledo [que] de tornar». «¿Assi?» dixoel honbre bueno. «Si, cierto», dixo el cauallero; e fuesse mas adelante quanto tres tre

chos de ballesta, e oyó tocar vn cuerno de lamayor torre ('), assi como de priessa apuerco montes o de cieruo; e quando el estooyó, comenco a reyr, e dixo: «¿E como? ¿tie-nenme por preso que tañen de prisión?»; equando esto ouo fecho, vido salir del castillomas de cient donzellas, que venían haziendocianeas e cantando, e faziendo la mayor alegría del mundo contra el cauallero estraño;e quando llego a ellas, dixeron todas a vnaboz: «¡Bien venga el cauallero, que del suvestir hará ayuda oy e alegres todas las dueñas e las donzellas!»; y el las saluo, e ben-

dixolas todas, y ellas fueron derredor delhaziendo la mayor alegria del mundo, e assyfue que fue tan marauillado de la alegriaque hazian , que no sabia que dixesse; y ellasfueron todavia delante del baylando e dan-pando, e qtiando fue cerca del castillo, vidosalir de fasta veynte caualleros, muy bienvestidos y en buenos cauallos. e saluaronloa él, y el les dixo: «Bien vengays, señores»,e agradecióles mucho aquel buen acogimiento. Y el mayordomo del castillo se metió apar del, e fuelo guiando contra el castillo, yel cauallero le dixo: «Señor, yo vos ruego

que me digays por que estas donzellas fazentan gran fiesta». «Señor, dixo el, por el pla-zer que auran que vos verán justar con elcauallero de la Torre»; e mostróle la torreque estaua en la insola; e la insola era inuyfermosa, e la torre muy bien fecha, e mviybien puesta, y estaua en medio de la insola.T el cauallero de las dos espadas dixo almayordomo: «Nunca cortes gente puso estacostunbre, que asaz es mala e villana, porque si algún cauallero andante viene de algunas tierras lasso e cansado del trabajo desus gran des jorn ada s qu e fizo, o de las auen -

turas que traxo ¿cuydades que sera guisadode su conbatir luego con el cauallero de latorre, que no faze sino holgar? Cierto si elque viniesse fuesse el mejor y el mas guisado honbre del mundo, se con el assi con-batiesse, no seria marauilla si fuesse vencido, y esto no digo yo por m i, ca sabed queno so tan cansado, e ante me plaze de meconbatir con el como de folgar; mas digolopor la costumbre, que es la peor que yonunca vi en lugar que fuesse». Y estonce

(.') Esta es costumbre muy citada en libros de caba

llerías, y de que se burla Cervantes al principio dela I parte de Don Quijote.

dixo el mayordomo: «Assi la pusieron nuestros antecesores, e no se quitara en nuestrotiempo, según que yo cuydo»; e assi fueronhablando por medio del castillo, e las donzellas con el haziendo tan gran alegria comocomentaron, ca fallaron la barca guisada en

que el cauallero auia de passar. «Señor,dixo el mayordom o, el vuestro escudo no m esemeja bueno, e, si queredes, darvos he otrome jor». «Quiero», clixo el. Eston ce dio suescudo a vn donzel, y el donzel fue luego alcastillo, e tomo otro, e truxoselo e dixo:«Tomad este, que me parece mejor que noel vuestro»; y el lo tomo, y echólo al cuello,y entro en la barca con su cauallo armado,que le no faltaua nada; e los marineros esta-uan aparejados de lo passar a la otra parte,y vino vna donzella que dixo al cauallero:«¡Que tuerto grande has fecho que canbias-

tes vuestro escudo, que si lo truxerades nomurierades! Ca vos conosciera vuestro amigo , e vos a el, mas esta desauentura vosembio Dios en lugar de venganea de lo queaueys hecho en casa del rey Pelean; mas noes la venganea tamaña como es el hecho; yesto os embia dezir Merlin por mi».

CAP. CCXCIY.—De como el cauallero de lasdos espadas passo a la insola por justarcon el cauallero que ay estaua.

Quando el cauallero de las dos espadas

oyó lo que la donzella le dezia, fue muyespantado, porque entendió que era verdadvna pieca de lo que ella dezia, e mas loespantaua lo que Merlin le embiaua dezirque era venganea de su yerro, e que todo elmundo daria si fuesse suyo que no ouiesseentrado en aquel castillo, e aquella ora ouopauor primeramente, que ante nunca entroen su eoracon pauor de muerte. E mas, porconfortarse, confortauase mucho, que sesentia sano e arreziado, e ligero, e muyardid en armas, e pensó que ante querríamorir que no fazer cosa que le touiessen acouardia; e aun auia gran esfuerco en quele dezian que se no auia de guardar sino devn cauallero solo, y el sentíase e cuydauabien que no auia en ninguna guisa cauallero en el mundo que lo matasse ni ven-ciesse, e aquel otro tal no le hiziese, y ental pensar fue fasta que aporto la barca a lainsola, y el pensaua avn mucho en lo que ladonzella le dixera, mas los marineros echáronlo fuera de la barca, e dixeronle: «Señorcauallero, ¿que pensades?; vuestro pensar novos vale cosa, que por la batalla vos con-uiene de passar», y el se torno luego a ellos,e dixoles que por la batalla no pensaua, e

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B A L A D R O D E Lluego se signo, e salió de la barca, e al salirparo mientes si le parecía que le fallecía,algun a cosa de sus armas o a su cauallo, etomo su escudo e su langa, e subió en sucauallo, e cato contra el castillo, e vido las

almenas llenas de dueñas e donzellas, quesubieron por ver la batalla, y el caualleromaldixolas a todas, e quantos en el castillomorauan, e quantos aquella costumbre pusieron, e quantos la mantenían, ca era lapeor que el nunca viera ni della nunca oyerahablar: «Assi Dios me ayude, e si yo destabatalla escapo e biuo, yo haré destruyr elcastillo e quantos en el moran»; assi fablo elcauallero.

CAP. CCXCY.—De corno él cauallero de lasdos espadas justo e se conbatio con el caua

llero de la insola.Assy hablau a el cauallero consigo, mas por

tanto no daua cosa porque era en la batalla,e no atendió m ucho que vido salir de la torrevn cauallero muy fermoso e armado de v'nasarmas bermejas, e su lanca, e su pendón,e las sobreseñales bermejas; mas el caualloera mas blanco que la nieue, y el salió enpequeño passo assi guisado, que le no fallecía cosa que a cauallero hazia menester, equando vido el cauallero, echo el escudo alcuello muy hermosamente; e quando el ca

uallero de las dos espadas lo vido venir tanhermosamente e de tan buen continente,menbrose de su hermano, que era muy hermoso e muy guisado de justa, y el lo sabiamejor hazer que honbre del mundo, e assi ledezia su coracon verdaderas nueuas de suhermano, e bien se conocieran si las armasno cambiaran, y en tal manera vinieran contra si los amigos leales de coragon e hermanos buenos, como si fueran enemigos mortales, tan. reziamente quanto los cauallos lospudo leuar, e las langas baxas, e ñrieronsetan brauamente, que se despedazaron los

escudos, mas las lorigas eran tan buenasque se las no pudieron falsar; y ellos amboseran de muy gran fuerca, e bolaron las langas en piegas, e después e mp uxaro nse tanbrauamente de los cuerpos y de los escudos,que se derribaron en t ierra tan maltrechosque no auia ay tal que se leuantar pudiessepor vna gran pieca, ante yazian aturdidoscomo si fuessen muertos; e a cabo de vnapieca leuantaronse. E primero se leuanto elcauallero de la torré, que menos era heridoque el otro, y metió mano a la espada comoaquel que quería batalla, e guisóse de yr

a su hermano; e quando el otro lo vio venirno asseguro, e esforeóse con miedo de la

S A B IO M ER LI N 117mu erte y leuantose mu y ligeramente, lo qualotro no haria, y metió mano a la espada yecho su escudo sobre la cabega; y el otrocauallero venia contra el [e ] le dio vn ta lgolpe assi que le derribo vna pieca del es

cudo en tierra, y el golpe decendio tanto quele tajo de la loriga e de la halda quanto lealcanco; assi que derribo sobre la yerua masde la tercia pa rte d el escudo; y el cauallero delas dos espadas no le dubdo cosa, ante le diovn tal golpe por cim a del yelmo, que el y elmo no fue tan duro que le no flziesse en tra rla espada bien dos dedos, assi que fue todoestordido del golpe; e assi comentaron loshermanos entre si la batalla grande e mara-uillosa, e ferianse muy a menudo, y elloseran de tan gran orgullo e sentíase cada unode tan gran bondad de caualleria, que el

vno no preciaua nada al otro; pero tanto sedudauan, que era cosa de espanto, e prontono auia tal dellos que dexasse de dar golpes,antes se conbatian e se cobrian cada vno lomejor que podia; pero si el cauallero de lasdos espadas se sintiera tanto sano como enprimero, ayna ouiera fin su batalla, e nodudara cosa al otro; mas porque se sentíaferido e maltrecho de la caída, guardauasemas e sofría tanto fasta quo viniesse a otracima; y el cauallero de la torre, que era masmancebo que el e mayor de cuerpo e masligero, dauale muy grandes golpes; y el otro

que le no dudaua mucho de cosa que le aui-niesse, dauale muy grand es cuchilladas, assique el otro era enojado de las recebir; tantoduro el primer comiendo, que ninguno dellosno hizo semblante de folgar para cobrarhuelgo. E no auia ay honbre que no viessesu menester, ca los yelmos eran abollados erotos, e los escudos quebrados y despeda9a-dos por todas parte s, e las lorigas rotas y desfechas sobre los bra^s, e sobre los cuerpos,e sobre las p iern as, e los cuerpos de los cauallos eran maltrechos y heridos malamente, ede mayor valor que de ante; assi que la san

gre les salia de los cuerpos por muchos lugares; e tales los hazian las espadas tajadoras,que el mas sano dellos auia menester decurar de sus feridas, que auia mas de sieteferidas adonde otro cauallero cuydaria morir; y el canpo do se conbatian era todocubierto de sangre, e de las mallas de suslorigas e de las piezas de sus escudos; e poresto se auian gran desamor e gran de saborde se vencer y de se matar, que muchoauian lazeriado, queriendo o no, e mal de sugrado les conuino a tomar fuelgo, e por endese tiro el vno a fuera del otro e pusieron los

escudos ante si, e sufriéronse encima, e ninguno no dixo cosa, antes se miraua el vno al

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7/14/2019 El Baladro Del Sabio Merlin Primera Parte de La Demanda Del Sancto Grial

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118 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

ot ro espantados , y e l caua l le ro de la to r re seespantaua , e dez ia que nunca v ie ra caual le ro tan bueno y que no cuydaua que en e lreyno ou iesse tan buen caua l le ro que tanb ien lo podiesse sof r i r e t an luengamente enba ta l la , t an tos l e d ie ra de go lpes grandes , y

e l o t ro se marau i l l aua o t ros i , que no cuyd a u a q u e a q u e l d e l a t o r r e p u d i e s s e d u r a rlo quel f iz iera , que de los golpes que le dierac u y d a u a q u e m u r i e s s e e l m a y o r g i g a n t e d e lmundo; por es to prec iaua e l vno a l o t ro queno podia mas . Después que fo lgaron vn pocotomaron ya quanto de fuerca , e tomaron susescudos e sus espadas e comencaron en ba ta l l a t an mor ta l , e t an espantosa , e t an pe l i g rosa , que no ha honbre que la v iesse que noouiesse de l los due lo , t an to e ran buenos caua-l le ros , e Baa l in d io vna cuchi l l ada a Ba lanpor enc ima de l ye lmo con tan gran saña , que

le metió la meytad de la espada por los t iestos e por los sesos de la cabeca; y esta fue lafe r ida que lo l l ago a m uer t e ma s que qua n-tas o t ras rec ib ie ra , e s i an te se l l agauan yenpeorauan sus cuerpos , mucho se f lz ie rones ta vez peor , e porque las lo r igas e ran des mal ladas e ro tas , e los ye lmos hendidos , elos escudos queb rados en ta l gu isa qu e losfendia n , e ya no se fe r ian en cubie r to , m asen las carnes, e s i ta l fuerca ouieran como enel com ienco, ay na o uier a su pelea f in, ma stan to au ian pequeña fuerca , que se no podianfe r i r e que gra nd e a fán sof r ian , que ya los

escudos e las espadas se les reboluian en lasmanos , y e l los cayeron en t i e r ra , ass i que laespada de Ba l in cayo an te Ba lan , e l a deB a l a n a n t e B a l i n , e p u e s q u e h o l g a r o n v npoco tomo cada vno la espada que e ra mascerca después , e comencaron su ba ta l la , eBalan dio a Bal in ta l golpe por encima de lacabeca , que le met ió la meytad de la espadapor el meollo; después f l r ieronse tanto anbos,que no au ian poder des ta r n i de se dar go lpeque cosa fuesse. T esto no era maraui l la ,que tanto f lz ieron con las espadas ta jadoras,flriendose de acá e de alia , assi qu e au ia ytal que no ouiesse ta les t res golpes que en elcuerpo , que en la cabeca , que o t ro honbreouiesse a mor i r luego , e por es to dexaronm u y a y n a l a b a t a l l a .

CAP. C C X C V I . — Gomo el cauallero de la insola cuydo que era su hermano el que conel se conbatia, e se llagaron jnuy mal.

Tanto duro la ba ta l la de ambos los herman o s , como vos d igo , fas ta que no pudie ronm a s s u f r i r , y e l p r im ero que se h izo a fuera

ta l parado , que no podia tener su espada enla mano, e d ixo a l o t ro : « ¡Ay señor caua l le

ro , m a t a s t e s m e , m a s n o p o d e y s d e z i r q u e m evencistes!» (*) y el cau al lero de las dos e spadas d ixo : «Señor , o t ro ta l vos d igo , que mem a t a s t e s , m a s n o m e v e n c i s t e s , e m u c h o h agran daño de las nues t ras muer tes ; e c ie r tovos soys el mejor caual lero que yo nunca fa

l l e , mas b ien podeys dez i r que en n ia l puntovistes este loor , que vos haze que sodesm uer to ; e yo b ien vos puedo dez i r que pormi mal os v i , que por vues t ra bondad de a r m as me m ato . Po r Dios vos ruego q ue m ed i g a d e s a n t e s q u e m u e r a v u e s t r o n o n b r e ,por que sepa qu ien me mato» . «Cier to , d ixoel otro caual lero, yo lo diré de grado: Sabedq u e y o h e n o n b r e B a a l a n , h e r m a n o d e B a a l in , e l mejor caua l le ro que agora honb re sabeen e l mundo, y es e l caua l le ro de las dos es p a d a s , e a u r a g r a n p e s a r d e m i m u e r t e q u a n -do lo sepa» . B quando e l en tendió que aque l

e ra su hermano que an te e l es taua , ouo tangran pesar , que se amor tec ió por l a g rancuyta que ouo en su coracon, e cayo todo estendid o a t r ás . T e l o t ro que lo v ido caer ,cuyd o que e ra m ue r to , e fuesse ras t ran do ae l , que no au ia poder d e . s e leua i i t a r , e des enlazóle el yelmo, e t i rogelo de la cabeca et i ró le el a lm ófar , e fal lóle t re s fer idas en lacabeca tan grandes , que no au ian de meneste r maes t ro , que c ie r to e ran mor ta les . E mi-ro lo , mas no lo pudo conoscer , que ten ia enel rostro ta nt a de san gre y d e sudor , e losojos gordos e h inc had os, e J a boca l len a de

sangre y de spuma sangr ien ta ; e quando lob ien ca to , d ixo : « ¡Ay her ma no, ' señor , quet a n g r a n m a l a u e n t u r a a y a q u i ! » T e l c a u a l lero de las dos espadas acordó, e dixo: «¡AyD i o s ! ¿ q u e m a l a u e n t u r a f u e e s t a q u e n o s m e t ió en desconocencia? Otrosi fue muy malaue nt ura que vos me ma tas tes e yo a vos ; emald i ta sea la cos tunbre de aque l cas t i l lo yde cada vno de los que la pus ie ron e l a mant i e n e n , a u n q u e n o s c o n u i e n e p o r e n d e a m o r ir ante de nuestros dias» ; e quando el otroen tendió que aque l e ra su hermano, e l honbre de l m und o que e l m. i s que r ia , ouo tan

gran pesar , que es to fue espanto , y respond ió , e d ixo le : «Señor , pues os mate por des conocenc ia , n inguno me deue cu lpar , n i avos otrosi , que s in fal ta no vos podia conoscer , n i vos a mi , por l as a rmas que aú iamost rocado; e b ien pod eys d ez i r qu e nu nc a ta ng r a n m a l a u e n t u r a a u i n o a d o s h e r m a n o scomo a nos , pero tan cúnor tados deuemos

( ' ) «Que no es vencido áqáel que, sobre su dpfendi-mien to , no mos t r ando cobard ía , f ace todo lo que puede fasta que la fuerza y el al iento le fal ta y cae á loapies de su enem igo; que el ve ncido es aqu el que dejade obra r lo que facer pod r ia por fal t a de corazón.»(Amadiís de Gavia, I I 12 . )

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B AL AD RO DE L S AB IO M E R L IN 119ser que nos conocemos cerca de nuestramuerte, que assi como salimos de vn vaso,assi seremos metidos en vn vaso en este lugar donde agora somos; e assi q <e despuésde nuestra muerte nos veman ver los hon-bres e los buenos caualleros, que auran due

lo de la nuestra desauentura, por la buenacaualleria e por los buenos fechos que oyrancontar de nos»; y estonce comencaron de llorar ambos muy piadosamente, e dixeron:«¡Ay Dios! ¿por que sofristes que tan granmalauentura nos auiniésse?»

CA,P. CGXCYII.— Gomo el cauallero de lainsola rogo a la dueña de la insola, que lossóterrassen en aquel lugar dó se conba-tieron.

En quanto ellos hablauan en sü muerte y

en su m alau entu ra, vino a ellos vna dueña debuena edad, que era señora del castillo y dela torre y de toda la tierra en derredor, emoraua ella en la insola dentro en la torre,assi que nunca salia de la insola, e no auiaen su conpañia mas de siete sim iente s e sietedonzellas que la seruian, e -vn cauallero tansolamente; y encerróla ay vn cauallero muyesforcado, que se deleytaua con ella. E quan-do la encerró ende, preguntóle ella: «Señor,¿por qu e m e e nce rrade s aqui?» «¿Por que?dixo el, porque querría que ninguno no vosviesse fueras yo» . «E pue s, ¿dudédes en mi?»

dixo ella. «Si», dixo el. «Pues yo haré, dixoella, que no dudedes, si fizierdes aquello queos yo dixere». «Si fare», dixo el. «Pues pro-metedme, le dixo ella, lo que vos yo diré».«Si prometo», dixo el. «Que jamas, mientrabiuiere, que vos no partadés desta torre, eante me ternédes conpañia sienpre»; y el cauallero, que la queria mucho, dixo que leplazia; e assi quedo el cauallero en la torrecon la dueña; y pues moro ay vn año, enojóse, y pesóle mucho por que dexo sus arm as,donde se solia exercitar. Y estonce hizo venir los lumbres del castillo, e hizolos jurar

sobre los sanctos euangelios que no passassehombre por el castillo que lo no flziessen pa-ssar a la insola, que fiiesse cauallero andante , por se conb atir con el, e si fallassen alg úncauallero qué por armas lo pudiesse conquerir, o vencer, o matar, que quedasse a el ladueña e la torre; y pues tal costunbre fuepuesta, que jamas no saliesse de la insola; yel cauallero ñzolo assi jur ar a los dé la villa,que m antuuiessen esta costumbre después desu muerte, e assi duro después ( l). E quando

(') Episodio^semejante á'.éste es el combate de Don

Galaor y au hermano Don JTIorestan ea Amadís deGaula a, 41). '

• la dueña vido los caualleros tan maltrechos,espantóse, e Baalandixo: «Por Dios, dueña,dadme vn don que os no sera muy graue»;y ella le dixo que lo haria e lo daria de grado, y el ge lo grádeselo mucho; puesdixole:«Dueña, vos me dexistes que en esta tierra

do agora somos nos fariádes soterrar nu estros cuerpos bien e honradamente desquefuéramos muertos, assi que ambos estemosen vn monimento, porque ambos salimos devn vaso, que sabed que este es mi hermano,e yo suyo». E quando la dueñ a esto oyó, ouomuy gran pesar, que bien vido que amboseran buenos caualleros, e otorgogelo muy degrado, e lloro con gran duelo que dellos ouo;y estonce llamo su conpaña , que estaua de laotra parte de la ribera, e dixoles que desar-massen los caualleros e los leuassen al a to rre,y que les ftziessen quanto plazer pudiessen;

y ellos desarmáronlos luego, e quando Baalinfue desarmado , dixo a la dueña: «Dueña, ro-gamosvos que nos fágades de aqui lleuar;mas enbiad presto por vn capellán que tray-ga consigo a nuestro saluador Jesu Ohristo,que muerto soy»; el otro hermano dixo estomismo. Y estonce llamo la dueña a sus hon-bres, que estauan de la otra pa rte de la r iber a,e dixoles que fuessen a llamar a vn capellánpara fazer su derecho aqxiellos caualleros quemorian; e los honbres fueron por el capellán,e passaron a la insola aparejado lo que loscaualleros demandaron; e pues les ñzo su

derecho según costunbre de chrístianos, yellos ouieron pedido merced a su saluador desus peccados e de sus yerros, dixeron a ladueña: »Dueña, haced lo que nos prometis-tes, que nos somos muertos, e soterradno^aqui, e no en otro luga r»; y ella respondióque assi lo faria.

CAP. CCXCYIIL— De como los dos hermanos murieron, e fueron enterrados en vnmonim ento, assi como la dueña lo prometió al cauallero.

Y después desto perdieron ambos los doshermanos la habla, pero biuieron fasta bis-peras, e a hora de bispéras passosse el meñor ante, el mayor después, e assi murieron ambos con vna espada, assi como Merlinprofetizo quando Baalin no quiso dexar laespada a la donzella que ge la deciño , e losmas de la insola passaron al castillo por losver, e quando supieron que eran hermanos,pesóles dende mas, e dixeron: «¡Ay Dios!¡qué cuyta e que duelo de tan buenos doscaualleros que se assi se mataron!» Estoncedemandaron el monimento el mas rico, el

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120 L I B R O S DE C A B A L L E R Í A Smas hermoso que pudieron hallar en toda lat ierra, e metieron anbos los dos hermanosem par en aquel lugar mismo donde se mataron, e fizieron escreuir el nonbre del menor sobre la canpana, mas el nonbre delcauallero de las dos espadas no lo escriuie-ron, ca lo no sabían, y ellos assi pregun

tando que no sabian cosa, vino ay Merlin,que les dixo: «Dexad, que no eonuiene avos de lo hazer, pues bien hezistes lo quevos conuenia fazer». Estonce se tiraron ellosafuera, por ver lo que haria aquel que tanosadamente háblaua, e Merlin fue derechamente a la campana, a las cabeceras, e fizoletras de oro en vna piedra, que dezian:«AQUÍ YAZE BAALIN, EL CAUALLERO DE LAS

nos ESPADAS, QUE FIZO CON LA LANQA VENGA-

DOBA EL GOLPE DOLOROSO, POB QUE EL REYNO

DE LlSCONIS ES TORNADO EN CUYTA Y EN DES-

TEUYMIENTO » ; e quando Merlin esto ouofecho, moro en la insola vn mes; e hizoencantamentos muy estraños, e hizo cabe elmonimento vn lecho muy es t raño, e queninguno no podía yaze r que no perdiesse elseso e la memoria, y en tal guisa, que le nomenbraua cosa que ouiesse fecho despuésque en el lecho se echaua, e mientra moroen la insola; e duro este monimento hastaque Lancarote., fijo del rey Ban de Bonot yque ay a u i no , y estonce fue el encantamiento dessecho, no por Langarote, mas porvn anillo que t raya , que desfazia todos losencantamentos; e aquel anillo le dio la doncella del Lago, assi como la historia de Lancarote lo deuisa; aquella historia deue serauida e part ida de mi l ibro, noporque le nopertenesca e no sea dende sacada, mas porque todas partes de mi libro sean y guales, lavna tan grande como la otra,' e si juntassenaquella tan grande historia que dize de loshechos de Lancarote, e de su nacencia, e delos nueuos linajes de nación, assi como lodeuisa la alta historia del santo Grial; e nodiré cosa que no deua, ante diré menos asasque no es escrito en la grande estoria de

lat in; y el libro torna en su razón.

CAP. CCXCIX.— De los encantamentos queMerlin fizo en esta insola do los dos hermanos murieron.

Quando Merlin ouofecho el lecho e otrasmarauillas que vos aqui no puedo deuisar,que bien vos lo puedo contar después quandolugar e tienpo fuesse, tomo el espada deBaalin, e tiro el adobo del mango, e metióay otro mejor. E después que esto ouo fecho,

dixo a vn cauallero que ante del estaua:

«Agora prouad si vos cabera esta espada enel puño; y el la prono, e fallecióle granpieoa». É Merlin comenco a reyr , y el cauallero le pregunto por que reya, e Merlindixo: «Yo me rio porque cuy des que voscupiesse en la ma no» . «¿Como? dixo el, ¿esmarauilla si en la mano me flziesse?» «Si,

dixo Merlin,, que no ha cauallero en elmundo agora a quien pudiesse caber, niverna nunca a esta insola honbre a quepueda caber en la mano, sino a vno solo, eaura nonbre Lancarote; e l leuara de aquiesta espada, e matara con ella al caualleroestraño que mas en el mundo amara». Edespués desto escriuio letras en la mancanade la espada, que dezian: «CON ESTA ESPADA

MOBIRA GALUAN» ; y estas letras que el escriuio fallo d espués G ariete, herm ano d e Graluan,e quando lo leyó, touolo por men tira, m as nofue assi, ca después mato Lancarote a Gal-

uan, assi como la verdadera historia cuenta,e a la cima de nuestro libro; y en tal manera fizo M erlin en aquella insola gran part ida de sus encantamentos; assi , muchoscaualleros que después aquel lugar vinieron,e quisieron ay prouar por su fuerca e porsu bondad, e se tuuieron por escarnidos epor engañados; e quando Merlin ouo fechogran pieca de sus encantamentos e de suplazer en la insola, hizo vna puente de fierro, en que auia en ancho mas de mediopie, e tan luenga que l legaua de la ribera ala otra parte, e dixo que por alli podríahonbre conocer los ardimentos de los caual le ros, que ninguno, si no fuesse sobeja-mente ardid, noosaria passar sobre aquellapuente; y encima de la puente, contra elcastillo, alli do era el passaje, fizo poner vnpadrón de marmol, e dentro en el padrónluego metió Merlin vna espada encantada,con encantamento, e cabe la espada puso lavayna , en tal guisa que vos semejaría queno se tenia a cosa, e que la podría hombretirar dende muy l igeramente, mas no eraello assi; y después hizo en ellas letras bermejas, que dezian assi: «AQUEL QUE PRO-

U A B E P R I M E B 0 DE S A C A B E S T A E S P A D A , NO LA

S A C A R A , Y S E R A CON E L L A F E K I D O » ; e a S S Í f u e

como el dixo; ca después, el buen caualleroGalaz vino a la corte del rey Artur , y elprimero que se prouo ay fue Graluan porruego de su tio. y después fue con ellaferido, assi como la historia os lo contaraadelante; y despu és' escriuio ay letras queassi dezian: «JAMAS ESTA ESPADA NO SEBA DE

A Q U I SACADA SINO PO E M A N O DEL M E J O R C A U A

L L E K O DEL M U N D O ; E N I N G U N O NO T R A B A J E

E N D E SI NO SE S I N T I E R E POR EL M E J O R C A U A

L L E R O DE LOS M E J O R E S QUE N U N C A T R U X Q

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 1 21A R M A S , C A L E V E R N A D E ND E M A L » ; e s t o n c e

eclio el padrón en el agua, y encantólo deguisa, que anduuo nadando gran pieca emuy gran tienpo. assi que fue en muchastierras, e andando tanto de lugar en lugar,que llego a Camaloc gran tienpo despu és,

en aquel dia que primeramente vino Galaza la corte.

CAP. CCC.—Como M erlin llego a la cortedel rey Ártur, y el dixo que quería auerpor muger a la hija del rey Leodogan.

Merlin, quando ouo fecho esto e otrascosas muy marauillosas, e otros cuentos queaqui no podría contar, que no es tienpo nilug ar, partióse dende, e dixo a los del castillo que quería que se nonbrase a aquella

insola, desde allí adelante, la insola de Merlin, y desque esto dixo, anduuo tanto, quellego a Cardoyl, y el rey Artur era con mucha gente ay, que hazia estonce a Bande-magus cauallero, e fazian por ende muchaalegría todos en la corte, que este era elmas querido mancebo y el mas preciado deseso y de cortesía que auia en toda la corte;e quando Merlin llego a la corte, fallo aymuchos que lo recibieron muy bien, e atodos plazia con el e por su venida. Y elrey le dixo: «Merlin ¿que haré, que misricos onbres me afincan cada dia e me traen

mal porque no tomo muger? ¿que me conse-jays vos? que sin vuestro consejo no fare yonada, ante quiero mi fazienda traer porvuestro consejo, assi como mi padre». «Seño r, dixo M erlin, ellos fazen derec ho, quebien es de oy mas que vos tomeys muger,mas dezidme si sabeys vos alguna que osplega; mas ay otra que tal honbre como vose tan poderoso no deue tomar muger, saluoa su pla zer» . «Si se, dixo el re y, ca yo sevna, que me plaze mucho della, e la amo decoracon; e si aquella no he, [no] aure otramuger». «En el nombre de Dios, dixo Mer

lin, ¿que quereys que sea? Agora me dezidquien es e yrvos he luego por ella, masque me deys c onpañ a». «Esta es, dixo elrey, Ginebra, la fija del rey Leodogan deTremileda, el que tiene en su casa la TablaRedonda, aqiiella que fezistes vos e mipadre Vter Padragon; e aquesta Ginebra esaquesta sazón la m as preciada donzella, e lamas fermosa, e la mas loada de quantashonbres sepan en las insolas de la mar; e poraquesto la quiero tomar por muger, e si lano he, no aure otra muger».

CAP. CCCL — De como Merlin fue al reyLeodogan a le pedir su fija por muger parael rey Artur.

Estonce dixo Merlin: «De su hermosuradezirvos he verdad, que esta es la mas her

mosa que agora honbre sabe en todo el mundo; ay mas, si la vos no amassedes tanto, yovos haria tomar otra, mas no es de tan granbeldad de hermosura como ella, e bien vospuede nozer alguna vez. Empero vn dia seraaun, que su beldad de fermosura vos ayudara tanto, que cobraredes vuestra t ierra,aquella ora que 'la vos cuy darey s perdellatoda»; y esto dezia el por Galeoter, que setorno su vassallo, e le dio su tierra que auiadel ganado; e todo esto hizo el por amor deLancarote, que es ramo de la historia delsancto Grial. que anda por su parte, lo dize;

e Merlin dixo al rey: «Señor, pues a Ginebra vos plaze tanto, no vos fallesce al synoque me deys compaña, e yrvos he por Ginebra a Tremileda»; y el rey dixo que le dariatanto como el quisiesse; y estonce escogióel rey caualleros, e donzellas, y escuderos,e siruientes los que el quiso, e anduuo tanto,que por mar, que por tierra, [que] allego alrey Leo dogan, e pidióle su fija que ge la dies-se al rey Ar tur por m uger; y el rey Leodoganfue muy alegre destas nueuas, y respondióluego a Merlin pero que lo no conoscia, edixo: «Assi Dios de honra al rey Artur, que

la haze a mi hija tan grande, que solo noosaría ay hablar; e puede tomar a mi fija, ea mi, e a todo mi reyno, para fazer del a suvoluntad, que, si Dios me ayude, nunca oynueuas con que tanto plazer tomasse, nitanto me pluguiesse; mi tierra le daré yo sila quisiere, mas se que la no querrá ni la hamenester, tanto ha de muchas, gracias aDios; mas la cosa que mas amo le enbiare,la mi Tabla Redonda assi como esta, que esay toda, que no le falta sino cinquenta caualleros, que después fueron muertos que supadre el rey Yter Padragon murió; e yo qui

siera ay meter los cinquenta caualleros enlugar de los otros cinquenta, mas vn honbrebueno hermitaño me dixo que me no traba-jasse ende, que muy presto caería en manosde vn tal honbre e tan poderoso, que la man-ternia mejor que yo; e si no fuera por el,tomara yo de toda mi tierra los mejores queay fallara, y metieralos ay; y esta palabrame dixo el hermitaño; por ende lo dexe ental manera, que no ay en ella mas de cientcaualleros, de los ciento e cinquenta que enella auian de ser por cuenta». Entonces dixoel sabio Merlin: «¿Tantos deuen de ser? E

ayna serán quando Dios quisiere, terna e

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122 L IB R O S D EMeterá en. mano de quien la marca agoraen mejor poder y en mayor honrra que nunca fue, y en tan grand bondad que la meterá antes que muera, que desde el no auraquien la ose proüar, ni honbre atan osadode la man tene r». «Dios ge la haga m anten er,

dixo e l rey Leodogan, a su pro e a su honr ra» . Estonce enbio por cient caualleros de laTabla Redonda, e desque vinieron ante el,dixolés: «Amigos, de vuestra compaña mengua cinquenta caualleros, e pésame porqueno so de tan gran poder que los ouiesse deponer; mas porque vos amo como a hijos,quiero que vuestra honrra cresea, ca vosquiero enbiar a tal honbre que bien vospodra mantener. E yo lo se muy bien que lohará muy de grado, e que vos amara atantecomo padre ama a hijos, e tantos honbresbuenos ha en su casa, e tantos honbres vie

nen á su casa e a su corte., que el podra a suplazer meter cincuenta caualleros escogidosen vues tra com paña, assi que el derecho de laMesa Eedonda, que deuen ser ciento e cincuenta caualleros, sera conplida en su casa,lo que yo no podría complir en toda esta'tierra». «Señor, dixeron ellos, ¿quien esaquel que tanto nos loades, que es tan poderoso?» «Este es, dixo, el rey Artur»; y ellostendieron las manos contra él cielo, 'e dixeron: «¡Ay Dios! ¡bendito seas que tal padrequisiste que ouiessemos! e aquel nos seraverdaderamente buen padre, e nos manterna

como a sus fijos; y de oy mas nos vos rogamos que nos tengays en sus manos». «Agoraeiitrareys, si Dios quisiere, dixo el rey, e'Dios le de tuerca e manera que os mantengaa su honra e a la vuestra».

CAP. CCCII.— Como el rey Leodogan embiosu hija al rey Artur, e la su Mesa Redonda, e cient caualleros que ay a uia, e comodixo Merlin al rey Artur que auian de serciento e cincuenta caualleros.

Tres días fue Merlin alli con el rey e su

conpaña, e quando se ouieron de partir, lloroel rey mas por los caualleros de la Mesa Redonda que no por su hija; e vinieron luegoellos, e su Aja, e quantas buenas dueñasvuo en su casa e todas las buenas dueñasque de plazer fuessen. Sabed que todas lasdueñas enbio con su hija al rey Artur; yestonce se partieron del rey los mensajerosdel rey Artur, e lleuaron la donzella a laMesa Redonda, e los caualleros della; e fue-ronse al re y no de Lond res, e ouieron nueu asque el rey Artur era en Londres, e quandofueron cerca, embio Merlin a dezir al reycomo aquella compaña yua, e que los saliesse

a reoebir muy prestamente e con muy granhonrra. E quando el rey Artur esto oyó, quelos compañeros de la Mesa Redonda venianpor biuir con el, fue dende muy ledo, ca noauia otro desseo sino de los auer en su conpaña. Estonce salió de Londres con muygran conpaña, e fue contra ellos, e recibiólos con tan gran honra e con tan grande ale-gria, que se tenian por bienauenturados, eotrosí el guisamiento de las bodas fue puestoy hecho, y el cumplimiento de los cauallerosque fallecían que se auia de conplir la Mesa Redon da, fue assignado p ara el dia delas sus bodas, de lo hazer con muy granplazer; e assi fue la nonbrada del. E Merlindixo al rey que eseogiesse los mejores cincuenta caualleros de su corte, e si supiessede cauallero de buena vida, que no lo de-xasse de poner ay por toda su pobreza. «E

si algún cauallero fijo dalgo o de otra guisaay quisiere entrar, e no fuere de buena vidao buen caua llero, gu árd ate no entre ay. Ca sidesp ués no. fuesse tal como deuia , áe confon-deria e abiltaria toda la otra conpaña». Y elrey dixo a Merlin: «Bien dezis vos, e masmejor conosceys vos los buenos e los maloscaualleros que no yo, e vos, que los conosceys, escogeldos los que entend ierdes qu e aydeuen ser». «Agora, dixo Merlin, pues queen mi lo dexays, yo lo acabare en tal manera que no sea culpado. E escogiólos assi queserán puestos el dia de vuestras bodas, y en

tal guisa sera la honrada fiesta acabada».

CAP, CCCIII. —̂ Gomo Merlin puso en la Mesa Redonda quarenta e ocho caualleros conel rey Artur, e se afincaron vnos a otros,assi que fueron por todos quarenta y ochocaualleros.

Estonce embio el rey Artur por todos susricos hombres, e por quantosdel t ierra yaueres tenian, que viniessen el dia cierto áCaínaloc a sus bodas. Y ellos vinieron lomejor guisados que pudieron. E quando fue

ron ayuntados todos, dixo el rey a Merlin:«Pensad de la Mesa Redo nda» . «Si fare», di xo el. Y estonce eomenco de escoger los caualleros que el entendió que eran mejores..E desque escogió fasta quarenta e ocho caualleros, metiólos a vna parte, e dixo: «Con-uiene que de oy mas que vos ameys todos, eos hon reys assi como herma nos, por el s abor desta Mesa donde os auéys de asséntar;e donde vos crescera en vuestros coraconesvna tan grande alegría e vn tan gran cora-con, que dexareys a vuestras m ugeres e avuestros hijos; e todo lo al vos crescera consabor de vos ver vnos con otros todos de con-

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 1 23suno; pero vuestra Mesa ño sera del todocómplida hasta que en este lugar se yernaassentar el buen cauallerb e el mejor de todos los buenos; e aquel dará cima a todas lasauenturas peligrosas del reyno de Londres,dó todos los otros fallecerán». Y estonce vino

a las ciento e cincuenta sillas de tablas, queel rey Artur ñziera hazer nueuamente, evino a la silla que estaúa en medio, e mostrólo al rey e a todos aquellos cauallerosque ay eran, e dixoles: «¿Yees aquella sillapeligrosa? Mienbrevos bien después de m imuerte que yo assi la llamo». Y el rey pregunto a Merlin e dixo: «¿Por que la llamas-tes peligrosa?» «Señor, dixo M erlin, po rqueay tan gran peligro, que ya cauallero no seassentara ay que no muera [o] que no seatollido, hasta que el cauallero muy buenovenga ay, que acabara las marauillas de las

auenturas del reyno de Londres; e aquel seassentara ay, e folgara ay, e sera ante demucho tiempo» . «¿Como aura nonbre? dixoel rey». «Esto no vos diré yo, dixo Merlin,que no ganays ay cosa de lo saber, mas tanto os diré que aquél'donde el ha de venir noha mas de dos años de edad». «Pues no seradesta pieoa, dixo el rey, qué el cauallerovenga a esta Tabla que la ha de complir».«Yerdad es, dixo Merlin, e bien vos digo pormi que me ternia por bienauenturado si pu-diesse aquel dia ver que sera conplida, queen esta tierra aura estonce tan gran plazer,

que ante ni después no lo aura tal, y entreaquel dia e otro que aura nueuas del vuestrogran pesar, auerna termino, mas después deaquel dia que os dixe, no bíuieredes mas,que la gran serpiente que en vuestro sueñovistes, os matara en muy gran destruymien-to»; y estonce dixo el rey Artur: «La migran alegría que me comencastes de contar,¿assi me la encimastes en mi gran pesar?»«Yo lo fago, dixo Merlin, por que en todasvuestras grandes alegrias vos mienbre aquella dolorosa jornada, e sereys por ende amas tenido al vuestro saluador, que os puso

en esta alteza en que agora soys. E mas loduraredes e menos pecareys». Assi di*oMerlin al rey Artur. Y despu s que vuo escogido los quarenta y ocho caualleros, llamólos e a los otros ciento, e dixoles: «Vedesaqui vuestros hermanos, que escogió nuestroseñor; el meta paz e concordia entre voscomo entre los sus apostóles». E fizólos a todos besar, e fizo venir a los arzobispos eobispos de la tie rr a, e dixo les: «Agora con-uien equ elos bendigays e los sant iguays , caes muy gran derecho, ca muchos cauallerose de alta guisa e de buena vida, gloria a

Dios y al mundo se acrescentara en está

Mesa desta caualleria, e por esto es gran derecho que los ben digay s, e tan bien el lugar, 'ca Nuestro Señor por la su gracia, si los quisiere, el los santiguara». Estonce hizo a loscaualleros a cada vno posar en su lugar, e,hizo poner delante dellos la Mesa Redonda.

E el arzobispo de Concurbel hizo sobre ellosla señal de la cru z, e dixo sobre ellos la ben dición con mucha clerezia que ay eran, e hi-zieron oración a Nuestro Señor que los man-tuuiesse en buena paz y en mucha concordia, assi como a buenos hermanos deuianser. E quando la clerezia esto vuo fecho,Merlin hizo leuantar a todos los caualleros,e dixo: «Conuieneos que hagays omenaje alrey Artur, que es vuestro compañero en estaMesa en el cuento de los ciento e quarenta eocho caualleros; e después que vos lehizier-des omenaje, el os jurara que vos manten

drá de aqui adelante en bien y en honrra.en quanto el pud iera en toda su vid a». Yellos respondieron: «Que nos plaze mucho» ;estonce se leuantaron, e fueron contra elrey, por le fazer omenaje, e desque se leuantaron, las cathedras hincaron vazias, e miroMerlin de acá y de alia, e vio que en cadavna de aquellas sillas el nombre de cada vnoque en ella estaua assentado, e dezian assilas letras: «AQUÍ HA DE SER AQUEL» , e assi elotro, e assi en cada vno; y en la de medio yen la del cabo no dezian cosa, que estonceno auia seydo ninguno en ellas; e quando

Merlin vido las letras, dixo a los que en lacorte eran: «Por Dios, señores, marauillaspodeys veer, que bien plaze a Nuestro Señorsegún aqui parece que assi sean estos hon-bres buenos en sus sillas como los possimos,y en cada vna de las sillas ay escrito sunombre de aquel que ay deue estar; e bendita sea la hora en que esta obra fue comenzada, que no nos puede de ay venir sinobien». E quando los otros oyeron estas nueuas, corrieron de acá e de alia a las sillas,por ver si era verdad, e quando vieron queera verdad, dixeron: «Que Nuestro Señor

era contento desta eompañia, y es muy granbien que dende verna. E bendito sea porcuyo consejo fue comencada, que todo estereyno de Londres por ende sera tenido edudado mientra ellos quisieren ser de acuerdo»; y esto touieron todos por gran m arau illa,e todos los honbres sesudos dixeron que sidesto a Nuestro Señor no phiguiesse, tal marauilla no mostrarla. Y estonces vinieron losconpañerós de la Mesa Redonda ante el reyArtur, e hizieronle omenaje, y el los recibió assi como a sus naturales e como a suscompañeros de la Mesa Redonda, ca assi era

el compañero como los otros. Ca Merlin lo

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124 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Smetiera ay por la gran bondad de caualleriaque en el sentía, e assentolo en el somediode la tabla.

CAP. CCCrV.—Como Galuan pidió al reysu Ha que lo i&iesse eauallero el dia de susbodasy y el ge lo prometió.

Quando esto assi fue, Galuan, que eramuy fermoso donzel, vino al rey Artur sutio, e dixo: «Señor, yo vos pido vn don queme deys por Dios»; y el rey ge lo otorgo, siera eosa que p udiesse fazer: «Muchas me rcedes, dixo Galuan, que mucho aueys fechode lo que a mi me plaze; e sabed que es queme hagays eauallero el dia de vuestra ñesta,en que vos tomaredes por muger a la muypreciada Ginebra»; y respondió que era contento. E en esta noche tuuo vigilia Galuanen la yglesia de Sant Esteuan, que era cercade Camaloc, e dos donzeles con el, que elrey auia de hazer caualleros por amor deGaluan su sobrino. Y de mañana miro que elrey se leuantasse, e los ricos honbres com enta ron a assentarse en el palacio, he vosaqui vn villano sobre vn rozin magro, e cansado, e trotado, e traya consigo vn moco deedad de quinze años, sobre vna yegua muy

, flaca: y e ntro po r medio de la corte assi comoandaua, e metióse entre los ricos honbres,que no auia quien lo destorbasse; e comencode preguntar quien era el rey Artur, e vinovn mochacho a el e mostrogelo, e fue con suhijo delante del, e dixo assi, que todos bienlo podían oyr:

CAP. CCGV.— Como Dates el villano pidióal rey Artur que fiziesse eauallero a Tor sufijo primero que a Qaluan su sobrino.

«Rey Artur, a ti vengo, e a tu muy alta emuy noble nonbradia, que de t i corre muylexos e muy cerca, assi que todos dizen comunmente que ninguno viene a t i tan des

aconsejado que tu no acoges, ni ninguno noes tan osado de te demandar vn don, que tuno seas tan osado de ge lo dar, si es cosa quepuedas auer; y por estas nueuas qiie oy contar de tí, vine agora ante ti, e yo vine a tique me des vn don que no te puede hazermal». Y el rey Artur que vido al villano tanosadamente fablar, marau illose que le queríapedir. Y el villano dixo : «Rey A rtu r, ¿darmehas lo que a ti vine?». «Si, cierto , dixo el rey,si lo pudiere auer». Y el villano descendiódel rocin, e beso el pie al rey, e su hijo otrosí, e gradescieronlo mucho anbos en vno el

don que el rey les auia otorgado, y el villano dixo: «Señor, sabed que don os demando:

que fagays oy, en este dia, eauallero a mifijo, e le ciñades la espada ante que a vuestro sobrino Galuan»; y el rey ge lo otorgo, edixo: «Bien te do este don, mas ruegote queme digas quien te dio este consejo, que tume pareces que no me deues demandar tan

alta cosa como es caualleria, ni se deue den-de tu fijo trabajar». «Cierto, señor, dixoel, assi me semeja otrosí a mi; mas mi fijome faze fablar que quiera o que no, que pormi grado no fablaria en tan gran cosa comoesta, donde deuia ser labrador como su padre e sus parientes; no lo quiere ser, porgran marauilla de cosa que le diga, sino sereauallero». Y el rey Artur lo touo por granmarauilla, e dixo: «Dime toda tu hazienda,e quantos hijos has»; e el respondió, e dixo:«Señor, sabed que soy vn villano labrador,que por labrar tierra gano por que biuan mis

hijos e yo». «¿E quantos fijos has?» dixo elrey. «Señor, dixo el labrador, he treze, e todos son labradores como yo , m as este diabrono se quiere acordar en ninguna guisa, antedíze que no sera sino eauallero, e no se donde este coracon le puede venir». E quandoesto oyeron los de end érredo r, comencaronsea reyr. Y el rey, que era muy sesudo, e queno tuu o esto en poco, dixo al moco: «Amigo¿tu quieres ser eauallero?» Y el respondió:«Señor, no ay cosa en el mundo que yotanto deseo, como ser eauallero de la vuestrama no, e ser compañero de la Mesa Re donda ».«E agora te haga Dios ser honbre bueno,porque prueuas la mayor cosa que todos tushermanos; y cierto, no me demandaras cosaque no te haga merced, que bien creo que side sangre no te viniesse de alguna parte, yatu coragon no te traería a tan alta cosa comoes caualleria; y esta quiera Dios que sea enti bien empleada, que no fare oy aqui eauallero ante que a ti» . Y el mogo ge lo gradeciomucho.

CAP. CCCYI.—Como el rey Artur hÍ%o ea

uallero a Tor, e después a Galuan, e decorno el rey Pelinor vino a casa del reyArtur, e le fizo omena je por su tierra.

E ellos en esto estando, llego Galuan e suscompañeros, e quando el rey los vido, llamólos e fizólos ven ir ante si, e hizolos vestir dearmas , e a! moco ante, y después a Galuan,e después a los otros. E sabed que en aqueltienpo era tal costunbre en la G ran Bre taña,que quando hazian eauallero nouel, que levestían saya de xamete blanco, e despuésloriga, e después poníanle la espada en la

mano, y en tal manera yua a oyr la granmissa e qualquier lugar que fuesse, e des-

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L I N 125pues que oyan la missa ceñíale la espadaaquel qu e lo auia ele fazer cau allero , y ental guisa como estonce era costumbre; e fueron guisados los caualleros noueles. É aqueldia era en que el rey Artur auia de auer lasbendiciones con su muger, y el dia que los

caualleros de la Mesa Redonda se auian deafincar e de jurar que jamas se fallesciessenvnos a otros, ante se touiessen leal conpa-ñia mientra biuiessen; y el rey e la reynafueron guisados, e otrosí los caualleros noueles, y fueronse a la mayor yglesia de laciudad con muy grande alegría e con muygran fiesta, que vos no sabría hablar de mayor; y en aquella fiesta ouo reyes, e duques,e condes, e tantos otros, que no fue sino ma-rauilla. Y en aquel dia fue la reyna Ginebrasagraua con el rey Artur; e en aquel tienpotouieron ambos a dos coronas; y en aquel

tiempo era la mas fermosa donzella que hon-bre supiesse en todo el mundo. E quando lamissa fue dicha y se tornaron al palacio, elrey pregunto al villano como auia nonbre,y el dixo: «Dares el Barquito, y mi fijo hanonb re Tor» . «E agora, dixo el rey , auranonbre Tor, el fijo de Dares»; y esto dixoel rey en tal hora que nunca después per-dio el nonb re; y estonce tomo la espada q uelmoco traya, e diole vna palmada. E sepantodos quantos esta estoria oyeren , que el pr imero que dio palmada a cauallero nouel fueel rey Artur; e después diole la espada, eciñogela, e dixo: «Nuestro Señor te hagahombre bueno, e mucho me plazeria, assiDios me ayude». E Merlin dixo: «Señor,honbre bueno sera, e buen cauallero, quebien lo deue ser por linaje, ca cierto es hijode rey, e de tales, que es vno de los buenoscaualleros del mundo». E después dixo alvillano: «Mucho soys loco que piensas quees tu hijo; cierto no lo es, ca si el fuesse tuhijo, no lo hallaría la fiáalguia mas que asus herman os lo hallaro n, e ante seria derecho villano como su na tura ge lo daría; m assi no quereys dezir al rey cuyo hijo es, yoge lo diré , ca bien lo se assi como tu lo sabe s».E quando el villano vido a Merlin que habla-ua tan osadamente, fuy tan espantado, queno supo que díxesse, e Merlin le aquexo,e dixo: «Tu dirás cuyo h ijo es». E estoncehablo Tor, hijo de Dares, e dixo: «SeñorMerlin, si yo soy su hijo o no, ¿a vos que seos haze dende? E si lo soy plazeme desso, esi no lo soy, ¿por que denostades a mi madre» . «Amigo, dixo Merlin, cierto ella nopuede ser denostada por lo que yo digo, queaquel donde yo hablo es rey sagrado, e contodo esto es vno de los buenos cauallerosque pieca ha que armas truxo aqui en esta

tierra». «E quien quier que sea, dixo el,quería que vos callassedes dende esta vez,sí os pluguiesse». «Yo lo haré» dixo Merlin,y estonce hizo el rey A rtu r a su sob rino Gfal-uan cauallero, e a los otros después por suhonrra .

E después comenco la alegr ía e la fiestatan grande, que no fue sino marauilla, e algunos dixeron de Galuan porque lo vieronfermoso e biuo: «Aun este uengara la m uertede su padre, s i biue luengamente, de aquelque lo mato»; e aquel dia estuuieron a laMesa Redonda aqiiellos que eran compañeros della, e las sillas eran todas llenas saluola peligrosa e la de en cabo. E quando come ntaro n de seruir por las mesa s, el reydixo a Merlin: «Aun no lo auey s todo hecho,que aquel lugar postrimero es aun vazio».«Atended, dixo Merlin, no porque aqui aymuchos e buenos caualleros, mas porque sedeue encimar como se comenco; ca se comento en rey y en rey se deue acabar; e vossoys rey e buen cauallero, y estays en elcomienco en el primer lugar, e yo meteréen el postrimero otro tan bueno como el mejor, e que sea rey coronado como vos. E assicomencara en buena persona e acabara enbuena persona, assi como deue per en tanalto lugar como es la Mesa Redonda»; y elrey Artur dixo: «jMncho a gran cosa en estoque Merlin deuisa!»; e assi se sofrieron todoaquel dia d e aquel luga r, e fizieron tan g ran de alegría e tan gran fiesta en la ciudad deOamaloc, a fin que los pobres ni los ricos noentendían sino de fazer grande fiesta e alegría; e otro dia de mañana, ante vn poco dela gran m issa, llego a la corte el rey P elino r,e descendió en vna cámara de las cámarasdel rey Artur, e después fuesse a vno de lospalacios muy ricamente vestido, e fuesse ado vido el rey Artur, e finco los ynojos anteel, e dixo: «Rey Artur, yo vine acá por vertu fiesta e tu gran alegría, y sabe verdaderamente que yo te precio sobre todos los reyes christianos que agora se en el mundo; e,cierto, si tu no hiziesses por que fuesses loado y preciado, Nuestro Señor no te pusieraen tan grande honra como te puso; mas elsabe bien que tu passaras a todos los reyesde valor y de cortesía. Y porque yo conozcoverdaderamente que tu eres el mejor y elmas preciado re y de todos los christianos queen tu tiempo fueron, vine a tu corte por tefazer honra; e sepas por verdad que de mie de mi tierra te quiero fazer omenaje, y sertu vassallo aqui ante estos ricos honores,por que te fies de aqui adelante mas de mi esea tu priuado»; e tendió luego la alaue delma nto, e diogela: ca sabed que tal costum bre

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,126 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sera entonces en aquella tierra. Y estonces |vino Merlin ante ellos, e dixo al rey Artur:«¡Ay señor! recebildo e agrad ecelde esta hon ra que os haze, qu e el no os faria si no quis-siesse, e sabed el es de gran guisa como vos,y es rey como vos». Y el rey Artur le rendioluego, e leuantose contra el, e agradeciólequanto contra el ftziera. Estonce fablo Merlin atan alto que todos lo oyeron, e dixo:«Ay, señores compañeros de la Tabla Redonda, agora sed alegres, ca en este dia deoy sera vuestra Mesa Redonda complida,saluo la silla peligrosa»; y ellos bendíxerontodos el nonbre de Dios por ende. Mas nosabian aun a qu ien querria poner a y, ca muchos _auia ay en la c orte de rey es, e por estono sabian por qual dezia.

CAP. CCCYII. — Com o el rey Palinor fuepuesto en la Tabla Redonda.

A hora de yantar, quando las mesas fueron puestas, Merlin vino al rey, e dixole:«Yenid em pos de mi»; y el leuantose, y fueen pos del, e Merlin lo leuo derechamente ala postrimera silla de la Tabla Redonda, ydixole: «Sentaos aqui en este lugar, que esvuestro;.y sabed que no lo hago por amorque os aya, mas porque os conozco por tanbue n cauallero e por ta n leal, como vos losoys». Estonce lo sentaron en la silla. E

quando el rey Artur lo vido. dixo a Merlin:«Yerdaderamente, amigo, sera la flor quiensobre'vos quisiere trabar de tan alta cosa,que ninguno no la podría hazer tan sesudamente ni tan bien como vos; e ya Dios nome ayude si aqui ay honbre ante nos quemas vale aqui en este lugar que el». Y enesto se otorgaron todos quantos ay estauan,y a todos los plugo, saluo a Graluan, y aquelle peso verdaderamente. E tanto que se posoel rey Pelinor en la silla, y le menbro comomatara al rey Loe su padre, dixo a Grarietesu hermano: «Gfran pesar deueys auer quan

do vees en tan gran honra y en tan. gran alteza al que nos mato a nuestro padre». EGrariete dixo: «¿Que quereys que yo haga enesso, qne soy aun escudero, e no deuo aunmeter mano en cauallero por cosa que auen-ga? Pero si vos me lo loades, yo le yr e a matar allí do esta ante todos, ca estoy endebien guisado, ca tengo vna espada que elotro dia me traxeron de mi t ierra, la mastajadora e la mas mejor que pieoa ay auia,e cierto yo lo matare con ella presto si vosaoordays, ca no ay que tanto desame comoa el». «Ko lo hagays, hermano, dixo Graluan,

ca si metierdes en el mano siendo escudero,perderiadea por ende honra de caualleria;

mas a mi, que soy cauallero, dexadme tomardende venganca, e yo os digo bien que latomare tan grande, como fijo de rey la deuetomar de quien le mato el padre». «Y ¿comolo quereys vos hazer?» dixo Grariete. «Yoquiero atender aqui tanto, dixo Graluan, fasta que sea partido desta corte, e despuésque el de aqui se parta, yo yrme en pos del,e tanto que le halle solo, assi que no aya ayotro sino el e yo; e si fuere armado, matarlohe, e si no fuere armado, fazello he armar;e yo me siento tan sano, e tan ligero, e tanrezio, que no pienso que pueda dar muchocontra mi; e si pluguiesse a Dios que lo ven-ciesse, no lo dexaria por todo el oro del m undo que no le cortasse la cabeca assi como ella corto a mi p adr e, assi como a mi d ixeron ».E Grariete dixo: «Yo no lo dexare en ninguna guisa que no le mate luego, sí no me pro-me teys q ue no y recles sin m i, assi que p ueda yo ver la batalla de anbos»; e el ge lo prometió como a hermano. Y estonces se dexa-ron de hablar en ello mas.

CAP. CCCYIII.— Como dixo Merlin al reyArtur que auria alli tres auenturas, e comolas dio a tres eaualleros que ay estauan.

Estonce fue grande el alegría e la fiestaque los ricos honbres del reyno de Londresñzieron en la ciudad de Camaloc; y él gran

palacio do el rey Artur tenia sus bodas eraen tal manera obrado y assentado, que esta-ua contra en medio de la ciudad contra lagran floresta, cerca de vn monte a dos trechos de ballesta, e sabed que floresta dezianpor vna gran tierra espessa de arboles sinfruto de comer en que no ay cosa de monte,y por tal tierra adonde no ha monte, llamoyo en mi lenguaje floresta como el francés. Yel palacio era en derredor cercado de grand eshuertas espessas, como si fuesse floresta. Yestando el rey comiendo, e assi como sobremesa, dixo Merlin: «Señores que aqui sodes

ayuntados, no os espanteys por cosa queveades venir; e yo os digo que vereys aquitres cosas, las mayores que nunca vistes; eporque ninguna dellas aqui no se acabara,do el don a tres eaualleros deste palacio quelas acabaran. E Galuan aya la primera, eTor, hijo de üares, la segunda, y el rey Pelinor el tercero; y sabed que cada vno biendará cima a la suya». Y desto que Merlindixo, se espantaron todos los del palacio. Yestando assi fablando, vieron venir por lahuerta vn cieruo a grandes saltos, e vn sabueso en pos del, e tras ellos vna dueña con

treinta canes sueltos, e yuan ladrando e co-rriendo en pos del cieruo; y el cieruo era

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R LIN 127todo blanco, y el sabueso blanco, e los canesnegros. Mas de la donzella os puedo dezirbien que era vna de las mas fermosas donze-llas que nunca entrara en la corte del reyArtu r, e andau a vestida de vn paño verde,e tenia vn cuerno de marfil colgado al cuello,

e tenia vn arco en su mano e vna saeta, eandana muy guisada como cacador, e veniaquanto el palafrén la podia tra er; tan gra nbuelta fazia, que marauilla era. E quando elcieruo entro en la corte, no dexo por ninguno de entrar dentro, y el sabueso en pos del,y el cieruo y el metiéronse entre los caualle-ros que estauan a las mesas; y el can fue empos del e tomólo por la pierna, e tiro deltan de reziq, que leuo del vn pedaco. Equando el cieruo se sintió herido, salto de laotra parte por encima de las mesas. Y estonce leuantose vn cauallero que ay comia,

e tomo el sabueso, e acogióse al cauaílo quetenia a la puerta, e fue a tan gran yr, comosi todo el mundo fuesse em pos del, e yuadiziendo en su coracon que mucho acabarabien por lo que el fuera a la corte. E la doncella que em pos del cieruo venia, quandovio su can leuar, dixo a aquel que lo leuaua:«Señor cauallero, mas os valdria de lo dexarque no de lo leuar, que presto lo dexareysmal de vuestro grado». Y el no respondió acosa que le dixese, ante se fue quanto pudo.E la donzella entro dentro en el palacio entre los caualleros, que se marauillauan del

cieruo que passaua entre ellos, e de los galgos que yuan em pos del, e como salieronsobre ellos assi que yuan ya de la otra partedel palacio e que comencauan su caca, e quan do ella en tró , e no vio su cieruo ni- sus canes, quedo como espantada, e echo su arco e

- sus saetas en tier ra, e pre gunto qual era elrey , e mostrogelo vn cauallero, y ella descendió, y fue ante el, e dixo: «Rey, yo nome quexo malamente de ti e de tu casa, porque perdi primeram ente m i sabueso que mucho amaua, e soy destorbada de seguir micaca, e mis galgos en pos de que yu a, e ago

ra no se a qual parte fue; todo este daño mevino por tu casa. E por ende te me quexo, eagora parecerá como me lo cobraras e me loí'aras cobrar».

CAP. CCCIX.— Gomo vn cauallero tomo a ladonzella capadora, do se estaua quejandoal rey Artur de sus canes e de su cieruoque perdió en su , casa.

Estonce vino Merlin, e dixo: «Señora, so-fridvos agora vn poco, que asaz aueys dicho, e yo vos digo que aqui no perderedes

cosa que bien no sea cobrada». E dixo ella:«Pues mueuanse algunos caualleros, que vayan en pos del sabueso e em pos del cieruo,ca me semeja que no he por que lo de tardar, si alcancarla quisiere». «Ay señora, dixo Merlin, no aquexedes tanto a los caualle

ros, que ninguna cuyta no vos puede valeray cosa, e de oy mas tal costunbre ay enesta casa, que, por auentura que ay venga,si por peligro mortal no fuere, a la ora quecomieren no se puede leuantar. Mas quandolas mesas fueren aleadas, estonce siga suauentura aquel a quien fuere juzgada; e yoruego al rey Artur que assi sea, e se tengaesta costumbre mientra que biuiere». Y elrey Artur assi lo otorgo ante sus ricos hon-bres que lo manternia; estonce dixo Merlina Graluan: «La auentura deste cieruo esvuestra; tan presto que comades, tomad

vuestras armas e subid en vuestro cauallo, eseguid al cieruo, e catad que lo ayades presto , y traed del la cabeca, y catad que no vosfinque ninguno de los galgos e que los tra-yedes aqui si no muriesen en la caca, ca enotra guisa no seria vuestra auentura acabada» ; y el respondió que mas no seria alegrehasta que fuesse en la carrera. Y estoncedixo a Tor: «Tomad vuestras armas, e tantoque las mesas sean aleadas, yd em pos delcauallero que el sabueso leuo. Yguardadvosque no vos quededes jamas fasta que ayaysel cauallero, muerto o biuo». Y el respondió

que aquel mandado fazer que era muy ledo.E estonce dixeron todos los otros honbres:.«Cierto, es muy gran pecado que a estos caualleros tan pequeños meteys tan presto enpeligro de muerte». «Señores, dixo el, nunca ayades pauor, ca mejor los conozco queno vos, e sabed que a cada vno dellos leauerna bien, e dará cima a su auentura conla ayuda de Dios». Y ellos en esto fablando,hevos aqui vn cauallero armado de todas susarmas, sobre vn cauallo blanco, y entro pormedio del palacio, y donde vido la donzella, fue a ella, e no la fablo, e púsola ante

si, y ella defendióse quanto podia, y despuésque la puso ante si, fuesse del palacio. Yella que se vio assi que la leuaua, dio bozes,e dixo: «¡Ay rey Artur, yo soy muerta y escarnida por la seguranga que tenia en ti, yen tu corte, si tu hazes tanto que yo sea fuera del poder deste cauallero!» E assi se fueel cauallero, y ella dando bozes al rey Arturque la acorriesse. Enton ces dixo Merlin a losricos hon bres: «¿Pareceos que os dixe verdadde las tres auenturas que aqui auian de venir oy en este dia?» E respondieron: «Yer-dad es esto, y otras cosas que de vos ya.oy-

mos». Merlin dixo al rey Pelinor: «¿Que os

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128 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sparece desta postrimera auentura? Sabedque esta es vuestra; caualgad presto, e ydem pos de aquel cauallero y tornad la.donze-11a, y hazed tanto q ue la hon rra sea vu estra» .E agradó se mucho desto, e dixo que se metería en el camino bien breue. Desta maneracomentaron a v enir las auenturas en la corte

del rey Artur. E quando las mesas fueronaleadas, Graluan se partió de su tio el rey ede sus hermanos, y encomendáronse a Diostodos gemiendo, y después Grariete rogo a suhermano que lo dexasse yr consigo, e que loseru iria como escudero, y ge lo otorgo. TTor tomo sus armas, e despidióse del rey yde aquel que tenia por padre, e de los otrosseñores. E el rey Pelinor fizo otro tanto. Epartiéronse todos tres juntos de la corte delrey Artur, e Graluan se fue luego em pos delcieruo lo mas derechamente que supo. ETor se fue em pos del cauallero y del sabueso , y Pelinor en pos del cauallero que ladonzella leuaua.

CAP. CCOX. — Como Galucm se combatiócon el cauallero por los canes que el matoe conquirio, e lo embio preso a la reynaGinebra, e como mato la donzella por des-aicentura.

Y tanto an duu ieron , que .vieron an te silos canes y el cieruo que era cansado, que

los mas de los canes auian dexado de correr;pero no auia tal que no fuesse lo mejor quepudiesse. Y Graluan, en que lo vido que yuam uy cansado, comeneole a dar bozes, e arr e-ziar los perros; e comenco el ladrido y labuelta muy grande, y el cieruo se arremetióa saltar lo mas que pudo, e pensó de huyrcomo aque l que no era seguro, e tanto fueel cieruo fuyendo, e los canes alcancandolo,e Graluan e Grariete feriendo de las espuelasa los cauallos, que salieron del monte contradiestro; entonce vieron ante si vn llano, evna fortaleza bien apostada cercada de muro

e de carc aua ; y el cieruo se fue con tra lafortaleza quanto pudo, e los canes tras el, yel cieru© vido la p ue rta abier ta é metiósedentro; e los canes, que lo aquexauan mucho, prendiéronlo e derribarronlo en mediodel palacio; e tantos vinieron ay de loscanes, que lo mataron luego muy presto, yecháronse en derredor del como por lo guardar; e mientras ellos estañan assi en el palacio, vino vn cauallero de den tro todo armad o,salup el escudo e lanca. E quañdo vio elcieruo muerto e los canes enderredor del,fizo gran duelo sobre ellos, e dixo: «¡Ay

señor! ¡que mala ventura! lo que me mando

mi señor guardar ¡que mal lo guarde!» Estonce saco su espada, e comenco a echar loscanes fuera del palacio, e mato a los q uepudo alcancar, y esto haziendo, vino Graluan e su hermano, e quandp vido al cauallero que andaua feriendo los canes, diolebozes: «Ay cauallero malo, e no los firades,

que Dios vos de mala ventura»; que elno pensó que matara ninguno. Y el dixoque por el no los dexaria de ferir e delos matar, ca le fizieron muy gran pesar,que mataron dentro en su casa la cosa queel en este mundo mas amaua e mas quería.Y dixo Graluan: «Ellos fizieron lo que deu ian;ma s vos no hazedeslo que de ueys, ante fazeyscomo cauallero vil e malo como soys». «¿Ecomo, dixo el cauallero ¿tal soys vos quecon todo el pesar que yo he me dezis male descortesia en mi casa? Por la mi cabezasera bien conprada si yo puedo , e bien osseguro que por poder que vos ayades noleuaredes el cieruo, ante fincara aqui, e voscon el e todos vuestros canes ay morirán».«No se lo que ay fareys vos, dixo Graluan,que vuestras amenazas tengo yo en poco».Y descendió luego, e fue al cieruo, e tajólela cabeca, e dixo qtie aquella leuaría el a lacorte, aunque a el pesasse. Y assi diziendo,entro por el palacio, e vio dos galgos muertos, y estonce fue muy sañudo, e dixo: «Quebien serian aquellos vengados, si yo puedo».Estonce salió el cauallero con quien ha-

blaua, todo armado. Mas tanto le fallescia,que no tenia cauallo. E tanto que vido aGraluan, que sus canes ataua que estauanferidos, dixo le: «Don caua llero, yo os desafio, e guardaduos de mi, que bien sabed quenunca cauallero entro en mi casa con quetanto me pese como con vos». «M yo, dixoGaluan, tanto desame a honbre como a vos,por mis canes que me matastes»; y estoncesse dexarón correr el vno al otro las espadassacadas, e dieronse los mayores golpes queellos pudieron, e tajáronse los escudos detodas partes, e despedacauanse los yelmos

malamente, e mas luengamente no pudodurar la batalla, que mucho era Graluanmas ligero e mas recio e bino que no el otrocauallero, e mucho daua pesados golpes emas a menudo que el otro. Y de tal guisatraxo al cauallero, que no pudo mas sofrir,antes se vuo de aba xar e de reboluer contrala espada. E Graluan, que lo desamaua mucho, e lo tray a de heridas en he ridas, vnahora acá, otra alia, y tuuolo en tan grancuyta, que no podía mas. Assi que le hizosalir mu cha sangre con la espada tajadora;y el cauallero, como aquel que bien vido

que era en auentura de muerte si merced

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 129no pidiesse, que bien entendió que a la cimaque no lo podría durar, vuo tan gran pesar,que bien quisiera ser muerto ante que dezircosa que fuesse contra su honrra. E Galuan,que mucho lo desam aua e lo tra ya de feridasen feridas, e tanto lo truxo assi, que el otrocauallero no lo pudo mas sufrir ni durar,que cierto auia perdido mucha sangre, e yaera tal tornado, que a duro podia ya estaren el canpo, e por donde andaua era todo elsuelo cubierto de sangre, ca muchas e muygrandes feridas auia; e tanto sofrió el cauallero, que no pudo mas sofrir, e vuo de caeren tierra de rostros. E Galuan fue a el, e tra-uole del yelmo, e tirogelo tan reziamente,que le quebró las correas y echogelo muyalexos, e tiróle el almófar por le cortar lacabeca. E quando el cauallero se vido en tangran cuyta que no podia mas, quando TÍOsu cabeca assi estar desarmada, ouo pauorde muerte, e pidióle merced, e dixo: «¡Aybuen cauallero! yo te pido por merced queme no mates, que me tengo por vencidodesde aqui adelante; si en mi metes mano,harás villanía y cosa que te estara mal, catodo cauallero que merced pide, la deuefallar si la deue au er, si no fuere caso detrayeion »; e Galuan le dixo : «Yo no aur ede t i merced, por el gran pesar que mefezistes. de mis canes que me mataste^. «Esi yo en ti no fallo m erce d, dixo el cau allero, pues que te la pido, sabe verdaderamente que todos aquellos que lo supierente teman por el mas aleuoso honbre, e porel mas falso cauallero que nunca traxoarmas». «Esto no ha menester, dixo Graluan;e ya por cosa que me digades no escapare-des, antes morired es». «Assi, dixo el, pue sagora mátame, que no te rogare mas, puesmerced en ti no puedo fallar»; e Graluanaleo la espada por le cortar la cabeca, yheos aqui vna donzella que era amiga delcauallero. E quando vio que lo tenia en talmanera Graluan a su amigo, e que le queríatajar la cabeca, pensó que mas quería morir

que no librar a su amigo de muerte, y metióse ante el golpe, y clexose caer sobre suamigo; e Graluan qué tenia la espada aleadapor dar a su amigo, alcanco a la donzellapor el cuello, e lancole la cabeca lexos. Equando Gariete esto vido, d ixo: «¡Ay hermano! ¿que auedes fecho, que matastes estadonzella? Cierto, ya cauallero no deuierafazer tal villanía por saña ni por desamorque ouiesse»; e quando el cauallero que deyuso yazia vido que el cau allero m atara asu amiga, dixo a Graluan: «¡Ay caualleromalo! cierto vos me auedes agora mostrado

vuestro fallimiento e la vuestra mald ad,MBRO S DE CABALLERÍAS.—-9

que matastes esta donzella. Cierto agora nodaré nada por mi muerte, fueras que morirépor mano del peor cauallero e mas falso quenunca falle». E quando Graluan vido quecortara la cabeca a la donzella, por tan granmala ventura, ouo dende gran pesar, e dixoal cauallero: «No te matare, pues te tienespor vencido, mas conuiene que tu me prometas que vayas a la corte del rey Artur, yque te metas en prisión de mi señora lareyn a Ginebra, de parte de aquel que ouo eldon e la aventura del cierno; e por saber larazón de vuestra batalla conuiene que tulleues estos dos galgos que tu matastes eluno ante ti y el otro e.m pos de ti; e quieroque te cuy tes de caualgar luego, assi quemañana seas en la corte antes que el reyvaya a la yglesia». «¡Ay señor! dixo elcauallero, sabed que no he menester decaualga r; que mu y malo estoy, e lasso, ecansado, e mucha sangre he perdido, e con-uernam e quedar en el camino». «Conuiene,dixo Graluan, qu e lo fagades assi y que melo prometays»; y el prometiogelo luego,pues que vido que al no podia hazer. Y después hizo su duelo sobre la donzella; y desque lo ouo fecho vn a gra n pieca, subió envn cauallo que vn donzel le t ru xo , e tomolos galgos, e puso el vno ante si y el otroem pos de si, de tal guisa que se le no caye-ssen . E después tomo de alli para se yr, m uycuytado e con gran dolor.

CAP. CCCXI.—De como los quatro caualle-ros se combatieron con Galuan por la donzella que. mato, e lo firio el arquero en elbrapo, e Gariete mato al arquero.

Grariete estaua veyendo a la donzella, epregunto a su hermano: «¿Señor? ¿que haremos^ que es tarde? ¿fincaremos, e quedaremos aqui, o yrn os hemos?» «Finquemo s, dixoGaluan, e de mañ ana nos y remos para lacorte, que me semeja que bien acabe mi

demanda». «Buen grado aya Dios; pues finquemos, dixo Gariete, pues vos plaze; masmucho m e pesa desta donzella que m atastes»;y el dixo: «Bien tanto o mas me pesa a mi,mas mucho me marauillo que tan hermosa etan rica es esta casa, e no fallemos aqui ningun a gen te». «Quica son en alguna de aquestas torres, dixo Gariete, o de los palaciosque son acá dentro; ca sin gente no podriaestar tan rica morada como esta». «E bienpuede ser», dixo Galuan. Y en quanto estohablauan, e Gariete quería ya desarmar a su

l hermano, y entraron en el alcacar, e oyeron

I sonar vn cuerno atan altamente, que bien lo

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130 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

podr ían oyr a vna media legua ; y es tonce' a ix o G arie te: «No me crea des , s i no sodes enla batal la por la donzel la o por el c ierno ' quematas tes ; agora vos gu isad de vos defender ,q u e b i e n e u y d o q u e vo s e s m u c h o m e n e s t e r » ;e t an pres to como es ta pa labra d ixo , v ie ronent ra r den t ro en e l pa lac io por vna puer ta

p e q u e ñ a d e v n a c á m a r a q u a t r o c a u a l l e ro sarmados , e d ixeron a Galuan: «Gaua l le roloco y des lea l , c ie r to po r vues t ro m al m atas tes l a donze l la , que pres to mor i reys pore l la , e b ien lo merecedes ; e agora os aguar dad , que no podey s e scapar de m ue r te » . Equa ndo Ga lua n los 'v io ven ir a ssi , -no fuemuy seguro , que e ra l asso e cansado y e l losvenían f rescos e ho lgados , e de mas que e ranqua t ro , y e l vno so lo ; mas no fue muchoespantado , ca e ra muy es forzado , e que pores to no le podr ían fazer mal . E luego pusolas espa ldas en e l muro , e puso e l escudo

encima de la cabeca, e saco la espada, etodos los quatro fueron a el , e cometiéronlode todas par tes ; e l que se podia a l legar a e lmas , se a l legaua , mas e l se defendía tanb ien , e se cubr ía t an sesudamente , que es tono fue s ino marau i l l a ; e e l los que lo des -a m a u a n m o r t a l m e n t e e l o t e n í a n e n l a m a y o rc u y t a q u e p o d í a n , e d i e r o n l e m u y g r a n d e sgolpes sobre e l escudo , pero e l b ien se pud ie ra defender cont ra e l los vna gra n p ieca ,s i no fuera por vn ba l les te ro que v ino a l aba ta l la con vn a rco tend ido en la mano evna sae ta pues ta en la cuerda , e v io a Ga

rúan que haz ia su derecho en se defendercont ra aque l los que lo acomet ían , e t i ro l asaeta , e f i r iolo tan de rezio que la lor iga nole p res to que no le met iese por e l b raco d ies t ro el f ierro de la saeta con toda el asta; masde tanto le auino que no lo passo por loscos tados , e au ino le mal , que la sae ta e raenponcoñada , do después suf r ió e rec ib ióGaluan mucha cuyta e mucho do lor , e t an toque se s int ió fer ido, dio vna boz muy dolor ida, e dixo: «¡Ay! ¡muerto soy!» E dol iósetan to de l b raco , que no lo pudo a lgar mient ra ass i es tauá , n i t ener e l espada , e cayóle

en t ierra . E quando G-ariete esto vido, tomovna lanea , e fue cor r iendo a l ba l les te ro , ed io le vna ta l l anoada por meytad de los pechos, assi que le sal ió de la otra par te; y el ,que se s in t ió l l agado a muer te , cayo en t i e r ra . E los o t ros caua l le ros ten ían a Galuanen t i e r r a , e qu i t á ron le e l ye lm o por l e t a ja rla cabeca , y heos aqui vna donze l la que lescomenco a da r bozes : «No lo ma tede s , masprende ldo , por que sepamos qu ien es , que ta lpuede se r , que por todo e l o ro de l mundo nog u a r e e e e r a q u e n o l e h a g a m o s m o r i r m a l am u e r t e , e t a l q u e n o m u e r a » .

CAP. CCCXLL - Gomo los quatro cauallerosprendieron a Galuan e a su hermano, pormandado de, la dueña señora de aquel lugar.

Quando los caua l le ros oyeron aques to dela dueña , met ie ron las espadas en las vay-n a s , e d e s a r m a r o n a G a l u a n , e m e t i é r o n l o

en la p r i s ión en vna cá ma ra so t i e r ra queera cabe vna huer ta , e Gar ie te con e l , e todala noche es tuu ie ron ass i anbos los hermanos ,q u e n o c o m i e r o n n i b e u i e r o n n i n g u n a c o s a ,n i G a l u a n l o a u i a t a l a n t e , q u e m u c h o s es e n t í a m a l t r e c h o , e n u n c a a q u e l l a n o c h equedo de dar bozes e de fazer duelo, ni durmió , t an to se sen t ía mal ; e quando v ino lal u z , v i d o s u b r a c o m a s n e g r o e m a s h i n c h a do que su p ie rna , e vuo es tonce m uy gra npau or , e mos t ró le a G ar ie te e d ixo le ; «Her mano, muer to soy de cuyta e de do lor , eagora podeys en tender que la sae ta con que

fuy fe r ido que c ie r to e ra emponcoñada , e s iayna no he conse jo , non puedo escapar dem u e r t e » . E s t o n c e c o m e n c o G a r i e t e a l l o r a rcon gran pesar en que v ido a su hermano enta l pe l ig ro de m ue r te , e d ixo le : «He rma no, vosouís tes ma l conse jo porq ue que das tes aqui ,pue s que la donze l la au iad es m uer to» . «Yafecho es , d ixo Galuan , que , s i Dios qu is ie req u e m u e r a , n o p u e d o e s c a p a r e n n i n g u n a g u i sa de andar aque l la ca r re ra que todos hemosde passar . Mas ya , par a tan poco haze r de ca -ua l le r ia como fize , Dios no m e ayu de s i qu er r í ase r caua l le ro» . E mien t ras e l los ass i hab lan

do , heos aqui l a señora de l cas t i l lo que v inoa vna f iniestra do pud o bien fablar con el los ,e quando e l la en tendió que e l caua l le ro faz iat a l d u e l o , v u o m u y g r a n p i a d a d , p o r q u e l o sv ido mocos e de poca hedad , e porque seprec iaua de caua l le r ia , y que e ra t an mocoy e ra t an buen caua l le ro sobre aque l los queviera pieca auia , y estonce fablo con el los , ed ixo les : «Señores , vos soys en mi pr i s ión , eb ien sabeys que me e r ras tes t an to , que s imi rass e a vues t ro yer r o , que vos fa r ia m ata rpor derecho, mas s i vos fuestes locos e vi l lanos , y hez i s tes v i l l an ía en mi casa muy so

berb iamente , yo ay se ré mas cor tes , e vossa ldreys de la p r i s ión , y enbia rvos he s iqu isie rde s fazer lo qu e vos dix ere ; e. sabedque vos no diré cosa que se vos a gran ver-guenca to rne , n i cosa que no podades hazer» .

CAP. C C C X I I I . — Gomo Galuan afio a ladtieña qu e haría todo lo mandado, Y ellalo hizo sacar de la jjrision.

Quando Galuan v ido que la dueña fab lauat a n p i a d o s a m e n t e , d i x o : « S e ñ o r a , v o s m e p a -

receys muy cor tes , por ende qu ie ro fazer

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BAL AD BO D EL SABIO M EK LIN 1-31vuestra voluntad, como quier que me auen-ga dende mal». «Cierto, dixo ella, no vospuede venir mal». «Pues, dixo el, prometo-voslo, e tiendo la mano»; y ella le tomo la.fianza, e ojiando Grariete vino po r fazer o trosi,preguntóle la dueña: «¿Soys vos oauallero?»y el dixo: «No»; y ella dixo: «Señor, yo no

tomare vuestra flanea, p ues vos soys escudero , ea faria villanía»; y estonce fizo abrir lapuerta de la cámara, y ellos salieron, e fueron contra la donzella, y ella les comenco acatar muy herm osam ente. E preg unto a Graluan quantos- años au ia, y el dix o: «Diez eseys años». Y ella le dixo: «Asaz sodes mancebo, e, si vos podeys biuir luengamente, yocreo que seades vno de los caualleros delmundo; mas agora me dezid quien sodes». Yel dixo: «Señora, el rey Loe de Ortania fuemi padre». «¿E' oomo? dixo ella, ¿vos sodessobrino del rey Artur y este es vuestro hermano?» «Yerdad es», dixo el. «Cierto, dixoella, yo conozco atanto de vuestra fazienda,que se verdaderamente que no podeys fallecer de ser buen oauallero si beuides luengamente, e mas porque errastes sobejosamentede la. donzella q ue m atastes, que nin gú nhombre de gran guisa como lo vos sodesno lo deuiera fazer, e quiero que hayaysdende lugar de penitencia lo que vos yo di-xere; e mandovoslo sobre vu estra fe». «Dueña , dixo e l, ¿que cosa es? que yo la ha ré ,qae sea mi honrra, quier mi desonrra». Yella mando luego a sus honbres que le tra-xessen sus armas; e hizole arm ar m uy bien,e subió en su cauallo, e fizóle dar la cabecadel cieruo. E porque muy bien querría ellalos de la corte supiessen bien qu e acabar sudemanda, y el la dio a Grariete; y ella le pregunto como auia nombre, y elle dixo: «Gral-uan». «Graluan, dixo ella, agora conuieneque lleuedes el cuerpo desta donzella quematastes ante vos sobre el cuello de vuestrocauallo a la corte»; y el dixo que lo haria,pues ella quería; e tomólo, e púsolo ante si,y ella ñzo tomar la cabeca de la donzella, eAzogóla colgar al cuello, por .los cabellos quetraya trancados^ y el sufriólo todo de gradoquanto le hazian, por su fe quitar. E quando.lo ouieron guisado, dixo la donzella: «Graluan, vos yreys en tal manera e assi guisadocomo estades, a la corte de vuestro tio. Equando ay íuerdes, embiareys por todas lasdueñas e donzellas, e después que vinieren,contadles todo-quanto vos auin o, e como m atastes la d onzella, e la crueza, que h ezisteseontra el oauallero que vos pedia merced evos no ge la quisistes escuch ar, e la pen itencia que vos dieren por em ienda deste ye rro , -

yo vos mando so fe 'vuestra que la hag ades »,

«Ay dueña, dixo el, yo vos prometo comooauallero, que lo hago bien assi como vosmandays». Estonce dixo Grariete a Graluan:«Hermano, ¿como podremos lleuar nuestrosgalgos a la corte? que sy fuessemos sin ellos,dezirnos yan que no es vuestra demanda».«E yo vos lo diré, dixo la donzella; yo he

aqui muchos mogos que vos los llenaran. Esabed que no ay ninguno perdido, saluo losdos muertos que lleuo el oauallero a la co rte».Y estonce hizo tomar los galgos, e ponellosen cadenas de dos en dos. e tanto que metióGrariete los dos primeros, dixo a la donzella:«Donzella, no embiedes mocos ning un os, queyo Ueuare estos dos, e los otros todos los seguirán muy de grado». «Esto se yo muybien; agora ñnque, dixo ella, ca veo que vosno plaze que vayan con vos, ca yo los em-biaua muy bien de buenamente».

CAP. CCCXIV.— Como Gahmri vino a lácorte de la guisa que la dueña le mando, ecomo fizo Merlin llamar a la reyna e a susdoncellas que lo viessen.

Estonce se partió Graluan de la donzella, etorno con su hermano para Oamaloc, e nuncadescaualgaron fasta que fueron en mediodel palacio; y estonce descendió Grariete, epuso en tierra el escudo de su hermano, yembio la cabeca del cieruo al rey. Y el rey, •

e Merlin, e los otros, fueron a Graluan, emando el rey que le tomassen la donzella;e dixo Merlin: «Señor, hazed ante llamar ala reyna Grinebra e a sus donzellas e a susdueñas todas, e oyran quien embio assi aGraluan, e por que trae assi el cuerpo de ladonzella e la cabeca, como es sin razón». Y

. el rey enbio luego por la reyna, y ella vinoluego, con g ran conpaña de dueña s e donzellas. E quando vieron a Graluan assi estar,marauillaronse; y estonce mando Merlin quele tomassen el cuerpo de la donzella, e quele desatassen la cabeca, que tenia colgada

del cuello por los cabellos, e que lo desar-massen; e desque fue desarmado, e le vieronel braco diestro tan hinchado, ouieron todosmu y gr an p esar. E Merlin dixo: «No vos|)ese de cosa que veades, que si Graluan esferido, el guare scera, e yo vos digo que loñzo mejor que no cuydades, y el acabo biensu demanda; e sabed que esta auenturapodedes vos tener por vna de las auenturasdel Santo : Grrial, y desde oy mas ve redesvenir muchas auenturas a menudo, y demas'de cada dia, e más braúa que esta es»;y después dixo al rey- A rtu r, en tal guisa-

que todos to oyeron quarvtósr

'a'y estañan:

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132 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A SCAP. CCCXV.— De las cosas que Merlin dixo

al rey Artur que auemian en su casa.

«Rey Artu r auenturad o, que fuyste ñas-cido por auentura e por marauilloso pléyto,e veniste entre tu gente tan marauillosa-mente, que te no podían eonoscer ni fazerhonra como deuian si supieran tu iazienda.E quando fuiste de hedad que podías serpastor, e conociste muy mejor que tus naturales a Nuestro Señor, e tomóte por su gracia, aseñoreote de todos como lo prometióe como era derech o; e como tu fuy ste hechoyo lo se bien, y se que por a uen tura te quisoDios gu ard ar assi que acorrió a la su casa deBretaña por muy estraña auentura. T deuesmuy bien saber vna cosa, que deues pararmientes en estas marauillas e auentu ras quequiso Dios que viniessen en tu tiempo pormuy gran demostranca, E miembresete delas que ay vinieron e han de ven ir en tu casay en otro lugar. ¡Ay buen rey Artur, porende quiero que seas llamado rey auenturad o ^ al tu rey no otrosí! E sabed bien queassi como por auentura ganaste este rey no,ássi por aue ntu ra saldrás de l. E agora emien-elate por que te digo esto, ca no ha en elmu ndo ho nbre que tanto sepa como yo desto,y de las auenturas que bien se que en estatierra han de venir y en otro cabo; mas comoquier, rey Artur, que otro cabo auenga, enesta tu casa, sera por esto siempre honbracla

por ellos; e mu chos tomaron afán e trabajo enlas demandar. E las tierras por otros lugares a muchos a menudo verna mal a los queyran a demandar., ca andarán cansados ytrabajados de grande afán, e plazerles hade folgar, e ven irles ha a las vézes de comen-car su batalla con tales, que serán frescos efolgados de todo afán, y serán por ende maltrechos y vencidos. Y "pues que assi es, quemuchos se meterán a buscar las auenturas,es menester que fagades vna cosa, porque se-pades eonoscer a los buenos e a los malos, epara fazer honra a cada vno tal como la me-

reseiere; e porque no tomeys en esto yerro,fazed tanto que el cauallero que -entrare ademandar auenturas tomad del gran juraque le auenga siquiera su bien, siquiera seasu m al, que vos la cuente , que no vos nieguedende cosa ning un a, e assi podredes saberla verdad de lo que les auiniere, que nomientan por cosa ni se perjuraran». Y el reyArtur dixo estonce a Merlin: «Bien es, emucho me plaze desta costumbre»; e prometió de la tener mientra biuiesse; e luego

. dixo: «Graluan, quiero que jur es luego aqu i,ante quantos aqui son, que ninguna cosa no

negareys de quanto aña paesástes en las

auenturas que buscastes, e a que fuystesembiado; no lo dexedes por pesar, ni por pla-zer que dende ayades»; e Don Graluan assilo jur o todo como le fue man dado; e luegocontó sus auenturas como passo, assi comoel cuento lo h a deuisado, qu e no negó niencubrió cosa por honra ni por desonrra quedende le auiniesse.

CAP. CCCXV I. — De la penitencia que lareyna e sus don%ellas dieron a Gahian <porla donzella que mato.

Después que lo ouo contado, dixo Merlin:«Cierto, Graluan, ay cosa no méntistes, emucho fue comienco fermoso de vuestra ca-ualleria si no errarades tan sandiamente endos cosas: e la donzella que acá os enbio fue

muy sesuda e muy cortes, e ruego primeramente a m i señora la rey na, e a las dueñas e alas donz ellas qu e con ella son, que vos den talpenitencia de la donzella que matastes, qualellas fallaren que sea gu isada, e que vos latengay s e seades tenudo de la tener. E ruegoa mi señor el rey Artur, que aqui es, queles ruegue luego dende e que lo mande». Yel rey les rogo luego que lo hiziessen, porque vido que Merlin dezia lo mejor. Y ellassalieron luego a parte, e tornaron por recab-do. E quando tornaron con la fabla, fablovna de ellas ante todas, e dixo: «Graluan,

porque metiste mano en donzella tan crudamente, assi que la matastes, tenemos porbien entre nos que juredes agora sobre lossantos euangelíos, que jam as mien tra biuadesno metades mano en donzella por cosa quevos diga ni faga, si no auredes peligro demuerte. E aun queremos que si donzella vosdemandare ayuda o acorro, que le ayudedese le acorrays, assi que no se de tan estrañolugar ni tan desaconsejado, si no fuere contra vuestra voluntad e contra vxiestra hon-r ra» , y el juro luego todo esto e tuuolo todomuy bien toda su vida, que nunca des

pués donzella le pidió ayuda que le falle-ciesse, y a tan estraña no fue ni de tanluenga vida e tierra. Assi en la corte comoen otro lugar fue llamado el cauallero delas donzellas, porque las ayudaua, e nuncaeste nonbre perdió mientra pudo traer armas. E después que esta jura ouo fecho delante Merlin y el rey Artur e sus ricos hombres, dixo Merlin ante todos: «Galuan, yovos diré bu ena cosa donde de uey s ser masseguro e de mejor talante entre todos-aquellos que conocierdes; yo vos seguro que siluengamente biuides, que seredes vno de los

mejores cauall£ros del mundo e vno de los

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B A L A D R O D EL S A B IO M ER LX N 1 33

mas nombrados; que nunea fallareys cananero que vos pueda en batalla maltraer, quevos no lo traygades mal, fueras vno solo, yesta batalla no sera en mi tiempo verdad eramente. Poro si vos en esta batalla vos nadese por segurado della vos combatieredes sola

mente, bien podedes vos por ende morir antede vuestros dias, que aquí no ay ningunadubda que cada vno no pueda bien curar sumuerte si le pluguiere. Mas por la villaníaque hezistes del cauallero que vos pedia merced e vos no ge la quesistes dar, jurareysque jamas cauallero no vos pida merced quege la no dedes, no os auiendo tanto hecho quege la no deu ays de da r. E sabed bien que silo assi fizierdes, que vos te rna n dend e pormuy cortes e por de buen talan te, e por buenfidalgo, e seredes mas preciado en todolugar». E Graluan finco los ynojos e juro queassi lo faria en toda su vida. E Merlin dixoal rey Artur: «Señor, agora vos diré quefaga des, e sabed que yo no biu ire mucho convos desde aqui adelante, en el tiempo que yomas con vos quisiera biu ir, por ver la s grandes marauillas e muy marauillosas auentu-ras que auerna muchas en el mundo; e porque vos no hallaredes tan ayna quien vosaconseje, si la gracia del Espiritu Santo nofuere, e tam bién quiero que desde agora adelante que fagades poner en escrito todas lasauenturas que vos contaren en vuestra corte,la verdad por esto, e porque después de lasnuestras muertes puedan los que despuésvinieren, pobre e ricos, contar las m uy g randes marauillas que auernan en el nuestrotiempo. Assi que, señor rey muy auentu-rado, aued con vos cincue nta clérigos que noentiendan, en otra cosa ni hagan sino esere-uir las auenturas de la corte, assi comovinieren conoscidas y estrañas». Y el reyArtur otorgo que assi lo faria.

CAP. CCCXVII. — De como Tor uencio los

dos caualleros de los tendejones e los enbiopresos para el rey Artur.

El cuento dize que quando Tor, fijo déDares, se partió de la corte, que eaualgotanto por alcangar al quelleuaua el sabueso,que entro en la floresta, e no anduuo medialegua, que vido cabe el camino dos tendejones armados, e ante cada vno de los tendejones a la puerta estaua vn escudo puesto evna langa; e Tor m iro los tendejones e losescudos, mas el no quiso alia yr, ante se fuepor su camino, porque veya muy fresco elrastro del cauallero en pos de quien yua. Equando passo por los tendejones quanto vn

trecho de ballesta, vido venir contra si vnenano que traya en la mano vna vara. Equando llego a el, diole vna tal ferida en elrostro del cauallo, que le fizo boluer atrásmas de vna lanca, assi que a pocas no cayoel cauallo y el cauallero, e marauillose por

que lo fazia e dixole muy sañudo: «Ay, enano, ¿que te hizo mi cauallo? ayna te de Diosmala uentura». «Bien, dixo el enano, doncauallero catiuo, e fallido, e retraydo, ¿eydes os assi? ¿e como no justarades con vnode los caua lleros de los tendejones?» «Ay,enano, dixo Tor, no me era menester de justar, que he gran cuyta de yr em pos de vncauallero que lleua vn sabueso». «Yo se bien ,dixo el enano , quien es el cauallero, ca no hamuch o que lo vi, m as no y redes de aqui fastaque sepamos como ferides de langa; y vedesen aquellos dos tendejones estar dos caualleros noueles, que por v er como los de la cortedel rey Artur saben justar vinieron acá;agora tornad contra ellos por vna justa, ecierto, si vos esto recelades, no me pareceque seades cauallero para que en demandadeua entrar». E quando el esto oyó, no looso recelar, y respondió, e dixo: «Pues, enano, ellos ay vinieron por justar, por mi nofallecerá; pero mejor me fuera de me yr micamino que no de tornar, que no se do fallelo que dem ando» . «No vos pese, dixo el enano, que el bien no lo puede honbre perderpor alongamiento que aya, e mas podedesaqui. ganar en prouar si podedes vos valeralguna cosa». E quando el enano esto dixo,tomo vn cuerno que traya a su cuello, e tañólo; e no tardo mucho que vio salir vn cauallero todo armado de los tendejones sobrevn cauallo, e su yelmo enlacado y el escudoal cu ello, e la lan9a en la man o, e dixo a Torque se guardasse del. E Tor torno a el assicomo la n atu ra del linaje ge lo enseñ o, ca noporque el pensasse que venia sino de naturade villanos, e diole vn tal golpe en los pechos, assi que lo derribo en tierra del cauallo tan brauamente, que a pocas no le quebró el braco; passo por el, que no le dixoninguna cosa ni avn le miro, e tomo el cauallo por el freno e dixo al enano: «Toma,enano, este cauallo, ca este comienco decaualleria es»; e tanto qiie esto dixo, vidosalir del otro tendejón otro cauallero bienguisado de justa como el otro; no dixo cosa,fueras que se dexo correr a el, e Tor torno ael, y el otro le firio de rezio, assi que la langale quebró en los pechos, mas otro mal no lehizo. Y Tor, que le tomo tanto quanto baxo,diole tal langada, que le falso el escudo e la

loriga y le metió el fierro de la langa por elcostado siniestro, m as no fue en tal lug ar que

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134 LÍBEOS D E C A B A L L E R Í A S

no pudiesse dende guarescer, e púsole, assicomo aquel qué era Meno y rezió, eñ tierra,e al caer quebró la langa e quedóle el fierroen los costados del caüallero; e quando Toryido en tierra anbos los caualleros, metiómano a la espada, porque quería que se otor-gassen por vencidos, e fue al primero que yase leuantaua e diole por medio del yelmo vntan gran golpe, assi que lo atordecio y le fizofincar las manos en tierra; y después dioléde los pechos del eauallo e derribólo en tierra, e truxo tanto el eauallo sobre el, que seesmoreció de la cuyta que sufría, e Tor seapeo, que no se quiso detener, e no se teniapor pagado fasta que le picliessen merced; eato su eauallo a vn árbol e fuesse para aquelque átropellara e tiróle el yelmo, e dixoleque le mataría si no se otorgasse por vencido; y el acordó en que se vido en peligro demu erte, e pidióle merced, que bien vido queen otra guisa no podia escapar: «Agora mealiad, dixo Tor, que te meterás en la prisióndonde yo te embiare»; y el lo alio, e Tor lodes» luego e corrió al otro que era todo quebrantado de la cayda^ e diole por medio delyelmo de la espada con ambas las manos vntal golpe, assi que le fizo echar lagrimas delos ojos, e cayo en tierr a de rostro , assi queno se pudo leuantar; e Tor le tiro del yelmo,mas no ge lo pudo quitar, que las correaseran fuertes, e tajólas con el espada. E qu an

do él caüallero vido su cabeca desarmadafueras de la cofia de fierro, ouo pauor demuerte e pidióle merced. E Tor le dixo: «Tuno fallaras en mi merced, si no me fias quevay as preso do yo te embiare» ; e el caüallerolo aflo. E Tor dixo a aquel Caüallero e alotro: «¿Vos soys m is presos?» «Verdad es»,dixe ron ellos. «Agora vos ma ndo , dixo Tor , *.que vayades a Camaloc e vos rindades porpresos al rey Artur, de parte de Tor, el fijo ;de Dares»; y ellos assi lo fizieron.

GAP. OCCXVIIL — Gomo Tor llego a las tiendas, e tomo el sabueso que staua en la cadena, e lo ll&uo) y fue a posar a vna ¡termita.

Estonce subió Tor en su eauallo, e pidió.su escudo, e demando vna lanca al enano, yel enano ge la dio muy buena, dé las queestauan en el tendejón; y después encomendó a Dios a los caualleros, e fuesse, e dixoel enano: «Ay buen caüallero, yo te ruego, :

por la fe que deues a buena caualleria, queme des vn don, donde te .verna may or p ro

que no daño;» e Tor respondió: «Yo te lootorgo j que este es el p rime r don qu e hon-

bre me pidió dende que fuy caüallero; agoradi lo que te pluguiere». «Yo te ruego, dixoel enano, que me.dexes yr contigo en lugarde escudero, e yo te prometo que te valgamas en esta carrera y mejor te sirva que elmejor escudero de la corte del r ey A rtu r; e¿sabedes por que quiero mas biuir contigo?porque no quiero más biuir con estos caualleros malos, que no me verna dellos honraninguna». E Tor dixo: «Yo te lo otorgo,pues te plaze». Y el enano subió eñ el eauallo qu e le dio Tor, e dixo le: «Señor, agorapodedes yr para do quisierdes, que yo vossiguire». E Tor entro luego en su caminoalegre e de buena ventura, qual Dios ge ladiere en su comienco de caualleria. E quantose alongaron de los tendejones vn poco, dixoal enano: «¿Yisté acá al otro'caüallero?;»dixo el: «Si». «¿E sabes como ha nombre?»Y el dixo: «E ha nombre Abalin^ y es vnode los mejores caua lleros que hom bre sepa enesta tierr a, y es el mas soberuio que yo nu nca vi». «Cierto, dixo Tor, no fue cortesquando lo tomo, e si lo yo puedo hallar, jopienso qu e lo ren dirá ». Y el enano dix o: «Yoos llenare alia derechamente do el caüalleroésta». «Pues vayamos, dixo Tor, que muchome es men ester de llegar ay ». E assi fueronhablando^ fasta que llegaron a vna ribera,donde auia muchas t iendas armadas muyhermosas e muy ricas; y en cada tienda auiavn escudo colgado, e todos los escudos eranbermejos, saluo vno que era blanco, e aquelescudo blanco estaua colgado ante la mas ••hermosa e mas rica. Entonces dixo el enanoa Tor: «Señor, en aquella tienda dondeaquel escudo blanco esta, hallaredes vos el•vuestro sabueso, e también el caüallero quelo traxo con el, según que yo creo. E sabedque es el señor de todos aquéllos que en lastiendas están». E Tor dixo que el no deman-daua mas sino que fallasse el sabueso. Y else apeo entonces, ca no podia entrar en latien da a eauallo , e dio la lan ca y el eauallo

al ena no, y entro alli donde pen saua fallarlo que buscaua, e quando entro Tor en latienda, vio estar en vna cama muy rica vnadueña sola e durmiendo, y el sabueso cabella, que ella echara ante si, e dormían ambos. E quando el sabueso sintió que venia elcaüallero contra el, salió luego del lecho, ecomengole de ladrar muy fuertemente, canolo conoscia. E la dueña despertó a la bueltaque hazia el sabueso. E quando vido el caüallero armado, fue muy espantada^ e salióluego fuera de la tienda. Y Tor conosciomuy bien que aquel era el sabueso que el

busc aua, e tomólo luego , e salió con el de latienda , e diolo al ena no, e dixole: «Veys

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B A L A D B O D E L S AB IO M E E L IN 18 5aqui el sabueso por quien yo sali de la corte;venga quien quisiera a demandarlo, ca yo nolo daré a ninguno, mientra lo pudiere defender, fasta que a la corte llegue». Y elenano lo tomo, e Tor subió en su eauallo, equeríase yr, e salía yna donzella de vna

tienda, e dixole: «Ay, señor cauallero, noleuedes nuestro sabueso, ca fareys muygran villanía, e sabed por verdad que vosfallareys mal, y el cauallero cuyo es novos lo dex ara assy leu ar, que el yra empos de vos, e vos lo tomara a mal de vuestro grado, ca assi lo fizo ante el rey Ai-tur mesmo». «Donzella, dixo Tor, el sabueso fue tomado por soberbia e por tuertoque fue fecho en la corte del rey Artur miseñor; e yo vine hasta aqui por su mandado,e lleuarlo he por derecho, e si en algo al cauallero que lo1 truxo pesare, vaya en pos de

mi para me lo tom ar» . «¿Como? dixo ella,¿assi lo tomays a nos que somos dueñas, eque no fallays defensa alguna?» Respondióel : «Tomo lo que es mió». «Sea, dixo la donzella, pues a vos plaze; mas yo no creo quevos lo leuareys hasta Camaloc sin embargo» . E dixo Tor: «Yo lo leuare a pesar dequien pesare». Estonce se fueron derechamente contra Camaloc, e antes que andu-uiessen media legua, fue noche tan escura,que no supieron yr por el camino . E Tor pregunto al enano a quel lugar podrían yr adormir, ca era ya tarde e no podían yr a

Camaloc. «Cierto, dixo el enano, no se, señor, si fuésemos aqui a vn hermitaño quemora en esta montaña, e yo vos guiare si ospluguiere». «Pues ve delante, dixo Tor, eyo yre en pos dé ti, ca ya querría ser alia».Estonces se fue el enano delante, e guiólo ala herniita, que estaua en lugar muy estrecho, en vn valle fondo y lleno de piedras ypeñas, e ante que alia llegassen, salió laluna muy clara, que bien vian la herinitaque estaua muy cerca; e vieron que era vnacasa muy p equeña e pobre. Y el enano, queya o tra vez a uia a ili estado, fue derecha

mente a la puerta, e llamo; y el hermitañosalió a vna flníestra pequeña, e abrióla, equando vio el cauallero armado, entendióque quería quedar allí, e fue a la puerta, eabrióla, e rescibiolos muy bien. Y el cauallero se desarm o, y el enano pensó de los ca-uallos lo mejor que pudo, e dioles ye ru a, quevenían muy cansados; y en la mañana oyómissa que el hermitaño dixo, e armóse esubió en su eauallo, e rogo al hermitaño querogasse a Dios por el, y él honb re bueno ge lootorgo de lo assi fazer.

CAP. CCCXIX.— De como Tor se combatiócon el cauallero que auia Ueuado el sabueso,e lo mato.

Entonces se partió Tor del hermitaño , ymetióse en su camino, e no anduuo quanto

media legua, quando vio venir en pos de sivn estruendo de caualleros, e atendió porver que cosa era; e vio venir vn cauallero agr an and ar, como si la mue rte viniesse enpos del, y venia solo e bien armado, que nole faltaua cosa: «Ay señor, dixo . el enan o,vos no podeys yr sin batalla; e ¿sabeys quie nes este?» «Si, dixo Tor4 ca esté es el que yobus caua , el que tomo el sabueso en la corte» .Ento nces tomo su escudo e su lanca q uelenano le traya, y endereco al cauallero enmedio del camino. Y el otro le dixo, a lasmayores bozes que pudo: «Cauallero, cierto

por vuestro mal tomastes a las señoras elsabueso, ca vos lo daredes a vuestra deson-rra;» e Tor no respondió cosa algu na a lo quedixo, antes endereco la cabeca del eauallocontra el; y ellos vinieron el rno contra elotro, e no a gran priessa, avnque trayanbuenos cauallos; mas ñrieronse tan rezia-mente, que las laucas bolaron en piecas, yellos encontráronse de los cauallos tan bra-Uamente, que ambos cayeron en tierra, eatrauessados, que ninguno no falto que losyelmos no fuessen en poluo enbueltos; ma sellos eran biuos e ligeros y de gran fuerca,

leuantaronse lo mas ayna que pudieron ymetieron mano a ias espadas, e comencaron-se a conbatir; e veriades a los primeros golpes los escudos fender y despedazar, e losyelmos abollar, e las armas romper y desfa-zer, ca ambos eran de gran bondad y fuerca,e biuos en gran manera; e conbatianse tande fecho, que se hazian menos valer las armas que antes, e la sangre les salía de todaspartes, que duro la batalla de ambos desdehora de prima fasta hora de tercia. Y estoncefueron lassos e cansados, ca mucho auiancada vno perdido de sangre; mas era Abalin

m uy cuytado m as que Tor, porque sü espadano era tan buena, e la de Tor era estremada.Esta fue vna cosa que mucho le valió aqueldía, que mucho mal fizo al otro. E vn pocoante de hora de tercia comenco a enflaquecer, que en breue perdía mucha sangre, e nopudo tan grandes golpes dar como antesdaua, ni tan a menudo como antes fazia. YTor entendió bien como era lasso, e comen-gole a dar muy grandes golpes del espada,que le fizo salir la sangre por mas de diezlugares, y el sufrió muy bien, e no pudo tanayna enmendar su voluntad; e Tor lo trayade acá y de alía, vna vez fazia delan te, e

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186 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sotra vez atrás, a qual parte quería; e quandovio que lo tenia casi suyo , dixo le: «Cauallero,tu eres muerto si yo quisiere, ca no lias poder de te defen der; m as, p orque eres buencauallero, fazerte he vn buen amor que tu nome farias a mi si fuesses tan bien andante

sobre mi como yo sobre ti». «Agora dezid,dixo Abalin, que cosa puede ser, que vos lomucho agradeceré, e tal puede ser que no».«Si te quiere s tene r por vencido e y r a laprisión que yo te enbiare, sera salua tu vida ,e yo te daré por quito, y te yras por do quisieres, mas que el sabueso quede a mi». EAbalin lo miro en trauiesso, e dixo: «Malaventura aya quien lo flziere mientra biuieree tuuiere el alma en el cuerpo. Ca despuésque yo conociere mi couardia, jamas noauría honra, assi Dios me ayude querríacient vezes mo rir si cient vezes pudiesse morir, y que no v na cosa fazer que se me tor-nasse a couardia ó a retraymiento». «¿Como?dixo Tor, ¿queredes morir mas que no fazerlo que vos dixe?» «Si, dixo Abalin, por labuena fe». «Pues la muerte contigo es, dixoTor, y dexose correr a el luego, e flriolo porcima del yelmo de tan gran golpe con la espada, que le ñzo caer en tierra todo atordido;y echóse luego sobre el, e tiróle el yelmo yechógelo a lexos, e diole con la ma ncan a de laespada tan grandes golpes, assi que le metióde las mallas- del almófar por la cabeea, ediole bozes que se otorgasse por vencido, sino que lo mataría. E Abalin respondió conmu y gran desden, e dixo : «No me otorgarepor vencido por poder que ayas; agora fazde mi lo que te plazera, que ya por pauo r demuerte no daré cosa ni clire que se me tornea verguenca;» e Tor dixo: «O tu lo dirás, oyo te tajare la cabeea;» e diole tan gran golpe de la ma ncana d el espada en el rostro, q uele fizo correr la sangre por la faz; e ni poresto no quiso Abalin dezir cosa que le man-dasse Tor.

CAP. CCCXX.— Como Tor corto la cabera alcauallero con quien se conbaiiapor dalla enclon a vna donzella que se la pidió."

Quando Tor lo tenia de tal guisa, he vosaqui vna donzella que venia sobre vn pala-fren blanco pequeño a muy grande andar, equando llego alli e vido a Tor que teniaaquel cauallero assi, descendió del palafréne finco los ynojos ante!, e dixole: «Ay buencauallero, por la fe que deues a caualleria,dadme vn don, e cierto tu eres el primercauallero a quien yo m inea dem ande ni pedi

don»; e otrosí dixo el: «Digovos que vossodes la primera donzella que nunca don me

pidió, e por esto no ha cosa en el mun do porque vos lo no diess.e si lo pudiesse auer porafán o por trabajo que yo aya». «Muchasme rcedes, dixo e lla, señor; agora me dad vosla cabeea desse cauallero qu e debaxo vos tene-des». «¿Como? dixo el; ¿q ueredes vos que se

la corte?» «Si, dixo ella; que no os demandoal». «Mucho me pesa, dixo el, porque es eltan buen cauallero». «íTo vos duela de sucaualleria, que sabed por verdad que este esel mas desleal cauallero y el mas soberuioque vuo en la Oran Bretaña»; e quando elcauallero entendió [ lo ] que la donzella dezia,dixo a Tor: «Ay buen cauallero, por Dios nolacreades ni me mateys por su ruego, quebien sabed que esta es la donzella mas desleal que nunca vistes; mas dexadm e, q ue yome tengo por vencido e afiarte he que merinda por preso a quien tu'quisieres». «Ay

cauallero, dixo Tor, much o fue esso tard e,que el don que di a la donzella, si no gelo diesse, poderme ya por ende reptar».E quando el cauallero esto oyó, tendió lamano contra la donzella e pidióle merced, edixo: «Buena señora, por Dios, aued de mimerced que me no fagades matar, que vosen mi muerte no ganareys cosa, mas en mivida podeys ganar vn tal cauallero como yoso , e jamas en quanto biua no seruire sino avos ni fare cosa que contra vuestra voluntadsea». «Ay donzella, dixo Tor, por Dios, sieste cauallero no vos erro tanto que merezcala muerte, aued del merced e faredes grancortesía». «Ya nunca Dios me ayude e meaya merced, dixo ella, al anima, si la yoouiere del que me mato a vn mi hermano,donde nunca me quiso escuchar mi ruego doestaua llorando delan te del de ynojos; e agorafazed lo que me auedes prometido, si vospluguiere». Y el dixo que le plazia, pues alno podia hazer. Y el otro cauallero, que sesintió ya quanto aliuiado, quando esto oyó,leuantose presto e comenco de fuyr, masTor no le dexo, que le dio vn tal golpe en elpescueco con el espada, que le fizo bolar lacabeea a lexos del cuerpo; e la donzella fuecorriendo a la tomar con muy gran alegríae agradeciogelo m ucho a Tor, e dixole: «Amigo , este don os sera bien galardonado, si yopuedo». Estonce dixo Tor al enano: «Yo mesiento cansado, que mucha sangre he perdido ; si supiesse donde folgar, ya yo folgaria».«Cierto, dixo la donzella, si lo quiere, ayaqui esta en esta floresta vna mi quintana,muy fermosa e rica; podeys ay folgar e sermuy vicioso oy, é mas si mas quisierdes; ecierto querría que fueseys ay, que mas valdría yo e mi casa». «Pues eaualguemos, dixoTor, que ya quería ay estar, tanto me siento

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 137de maltrecho»; y estonce caualgaron e fue-ronse a la quintana, que estaua sobre vnestrango, e la donzella fue a la quintana queestaua fermosa e fuerte, e llamo, e vn donzelvino a la puerta pequeña de entre las grandes, y ella le dixo: «Abre y entrará este

cauallero». Y el donzel abrió la puerta yellos entraron, e nunca vistes tan gran alegría fecha con cauallero estraño, como flzie-ron con Tor quando vieron que la cabezatraya la donzella; e dezian todos a vna boz:«Bendita sea la ora en que fuestes caualleroe quien acá vos traxo, que vos nos metístesen paz y en alegría para sienpre, porquenos matastes nuestro mortal enemigo y elhonbre del mundo que nos peor fazía, e quenos no dexaua vn día de folgar ni de bien».Aquella noche fue Tor muy bien seruido eabondado de todas aquellas cosas que los de

dentro podían auer, que mucho eran abon-dados de todas las cosas; y en la mañana,después que oyó missa en vna capilla que ayauia, tomo sus arm as e cabalgo, e despidiósede la donzella e de todos los otros; y ellosencomendáronle a Dios e rogáronle muchoque, si por auentura por allí pasasse. queposasse con ellos, que aquella posada erasuy a. Y el lo agradeció mucho a la donzellay a ellos todos, e partiosse dellos, e anduuotanto que llego a Camaioc, e hallo a Graluanque llego vn dia antes que el; mas el reyPelinor no llegara avn. E quando los de laTabla Redonda vieron a Tor, fueron muyalegres, que sabían nueuas del por los caua-lleros de los tendejones que enbiara, y el re yArtur lo recibió muy bien e muy alegremen te, e preguntóle como acabara su demanda; y el respondió: «Señor, vedes aqui», ydemostróle el sabueso que el cauallero le uaraem pos de quien el fue. «E del cauallero, dix oel re y, ¿que nu eua s ay , fallastelo?» «Si», dixoel; y el rey.ñzo traer los sanctos Euangelios,e fizólo jurar que dixesse verdad de todasaquellas cosas que le auinieran en aquellademanda, y que no lo dexasse de dezir porhonrrani por desoiírra; y ello juro e comencoluego a contar ante-todos los de la TablaRedonda quanto le auiniera, assi como eícuento lo ha deuísado; y después que lo ouocontado, los clérigos lo metieron en escrito,e por aquel scrito e por los otros sabemosnos la verdad de todo. E dixo el rey Artur:«Agora no nos falta saino el rey Pelinor».«No se os de nada, dixo Merlin, que anteque sea noche sera aqu i; Mas ¿que os parece,dixo Merlin, del nuestro cauallero Tor e desu caualleria? jE vos pensauades que era fijode Barquito I» «Cierto, dixo el r ey A rtu r, siel fuesse fijo de Barquito, no comeneara tan

bien como comenco, e pareceme que si fuerafijo de villano no comeneara assi.» «Puessabed, dixo Merlin, que natura de linaje yderecha fidalguia lo fizo assi e lo enseño entan poco tienpo como vedes». «Ay Merlin,dixo el rey A rtu r, vos lo conoceys mejor que

el mismo se conosce». «Verdad es, dixo Merlin, que el no sabe quien es su padre, e yoselo». «¿E quien es? dixo el rey Artur, queesto m e podeys vos bien dezir, si os pluguiere» . Y estonce le dixo Merlin ala oreja muy .quedo: «Qnando vos vierdes al rey Pelinoren par del, bien podeys vos bien dezir queel vno es el padre y el otro es el hijo; e sabedque el rey Pelinor lo fizo en la muger deBarquito e vuo la escusa, y estonce fizo aTor, mas porque el villano la ouo por mugerla semana que la vuo Pelinor, pensó verdaderamente que Tor era su hijo, mas no es,

ante es como os digo». Y el rey Artur comenco a reyr, e dixo: «Cierto, yo bien creoque assi es, pero dezidme si la dueña esfijadalgo». «No, dixo el; ante es una pajosavillana que guardaua vn ganado en vn prado, mas era tan fermosa, que la cobdieio elrey P elinor; y estonce durm ió con ella e hizoa Tor». Y estonce se santiguo el rey Arture se marauillo, e dixo: «Por cierto, aqui ayvna fermosa auentura, e jamas no seré alegre fasta que los tenga a todos tres delantede m i, al rey Pelinor, e a Tor, e a su mad re,e que los faga ciertos deste fecho». «Puesenbiad por la madre, dixo Merlin, e a Torteneys aqui, y el rey Pelinor sera oy convos». «Mas vos, dixo el rey, enbiad por ella,que sabes della do es». E M erlin enbio luegopor ella.

CAP . CCCX XI. — De como el rey Pelinortomo a la donzella, e la traxo ante el reyArtur.

Dize el cuento, que el rey Pelinor caualgoa gran priesa, por yr en pos del cauallero

que Ueuaua la donzella, e pesóle mucho porque tanto tardara, e quando fue cerca de lafloresta, hallo vn donzel que venia encimade un rocin magro e lasso, e preguntóle sifallara vn cauallero que leuaua vna donzella. «Si, dixo el, mas ya va muy lexos, ytanto vos digo, que nunca tan gran duelo vifazer a donzella porque la leuaua». «E ¿porqual camino va?» dixo el rey. «Señor, dixoel donzel, el se va derechamente para Baac,por el gran camino». Y estonce se partió elrey del, e fuesse por el gran camino pordonde yua, e fallo luego el rastro del caua-

11o, e cuytose de andar, e después que anduuo las dos leguas, fallo vna donzella muy

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138 L Í B E O S D E C A B A L L E R Í A Sfermosa cabe vna fuente, e tenia cabe si a suamigo fétido, e hazia muy g ran duelo e m uyde coracon; e passo cabe ella, ássi como aquelque no auia sabor de tardar. E quando ellalo vido passar, diole bozes, e dixole: «Aybuen cauallero, por Dios, tornad, e fazed vnpoco de amor con. que tom eys vn poco deafán»; y el entendió muy bien a la donzella,e no quiso tornar, que le semejaua que atiiamucho de hazer. E quando la donzella vidoque no quería tornar, comenco de fazer mayor duelo que antes; después dixo: «Ay cauallero malo e soberuioso; Dios te faga tantobiuir, que ayas tan gran menester ayudacomo yo la he menester agora, e que rueguesquando te menester fuere, e no falles ayudamas de quanta yo he de t i». Y después queesto dixo, cayo amo rtescida, mas por esto noquiso tornar, que mucho le semejaua quetardaua para alcangar'al cauallero que l leua-ua la donzella. E quando ella acordó, e novido sino a si e a su amigo, y que era yamuerto de vna ferida que tenia en medio delos pechos, llamóse muger cuytada, e cati-ua, e astrosa, mas que todas las otras donze-Uas; e dixo que pues su amigo era muertopor mengua de ayuda, y que ella no podiaauer socorro sino de Dios y de los hombres,que no queria mas biuir, e fallo la espada desu am igo, e firiose con ella por los pechos assique la punta le salió de la otra parte, e cayomuerta. T el rey Pelinor no' paro ay mien

tes, e fuesse quanto podia, e quando vinohora de vísperas, el rey fallo vn villano quelleuaua vn hace de leña, y p regu ntóle: «¿Viste vn caua llero que. lleuá v na donzella?»«Por Dios, dixo el villano, si vi, e vínoleagora que passaua por vn llano, e salió vncauallero de vn tendejón, e dixole que nolleuaria la donzella, que era su prima cor-mana, y que antes se conbatiria con el, primero que la lleuasse el en paz; y el cauallero puso luego la donzella en tierra, e dixoque bien queria la batalla, mas que ella fuesse metida en tal guarda, y el que veneiesse

aquella ouiesse; y ella se metió luego en vntendejón, en guarda de dos escuderos y dedos dueñas, y ellos comencaron su batallaluego tan cruda, que era marauilla, y queninguno no la dexariá fasta que se encimas-se, e vos ay los fallaredes si vos pensades deandar». Quando el rey Pelinor oyó estasnueuas, fue muy alegre, e partióse del villano, e aguijo quanto el pudo , como pensa uaay llegar con tienpo. E no anduuo muchoque llego al tendejón do la donzella era queel buscaua. Y ella salió fuera sobre vnasyeruas oon otras dueñas e con los escuderos,

e lloraua mucho; e los caualleros se conba-!

t ian muy a menudo, y eran tales parados,que ambos tenían muchas feridas pequeñase grandes; e tanta perdieron ya de la sangre,que el mas rezio no atendía sino su muerte,ca mucho eran buenos e de buenos corazones. Y el rey Pelinor no cato sino a la batalla, que poco le daua, que tanto le daua quemuriesse como que bíuíesse; mas fue a ladonzella, e dixole: «Donzella, vos fuestesleuada a tuerto de la corte del rey Artur, eyo os tornare ay a derecho, ca por esto meenbio aquí el rey Artur, en cuya casa fuestes tomada». Y estonce la quiso tomar porlos bracos, e los escuderos e las dueñas seleuantaron, e dixeron: «Ay señor, tal villanía no fagays que nos tomades la donzellaque tenemos en guarda, mas hazed bien;vedes aquellos dos caualleros qu e nos la d ieron en guarda, e fazed que Vos la mandendar, e darvosla hemos.» «Yo no demando ymas, dixo el rey, a vuestro pesar no la quiero a vos tomar». Y estonce se fue a los caualleros, e dixoles: «Señores, estad quedos fasta que hable vn poco con vos»; y ellos estu-uieron quedos luego , y el les dix o: «Señores,esta donzella fue tomada a tuerto de la cortede mi señor el rey A rtur, e yo vine aqui empos della que la torn e a derecho donde ellafue tom ada». Y ellos respon dieron: «Esto nopuede ser ago ra»; e dixo el rey Pelino r a vno:«¿E por que razón la queredes vos auer?»«Porque es mi prima cormana, dixo el, e

quierola Ueuar a sus amigos e a sus parientes, que la dessean mucho, porque ha granpieca que no la vieron», «E vos, dixo alotro ¿por que la dem andays?» «Porque laconquerí por mí bondad, e la tome ante elrey A rtur e ante la compañ a, e la tru xe fastaaqui, e por esto me paresce que la deuia yoauer ante que otro ninguno». Y el rey Pelinor dixo: «Agora vos deuedes tener por locos porque vos combatistes por ella, que nin guno de vos no la ama; bien vos assegurodende que yo la lleuare a casa del rey Artur,donde ella fue tomada». «Verdad es, dixeron

ellos, si pudierdes, que ante nos daríamospor quitos e conba tirnos y amos con vos».«La batalla, dixo el rey Pelinor, yo no vosla puedo negar ni deuo; mas la donzella yola lleuare, como quier que vos lo digades» .-«Assi, dixeron ellos, agora lo veredes» .Y estonces se dieron por quitos de ia batalla, ealiáronse que se ayu dassen fasta la mu erte ,e quando el vido que se aparejau an de lo acometer, dixoles: «¿Como? ¿avn sabor aueys dela batalla?» «Bien lo veredes», dixeron ellos;y dexaronse venir a el las espadas en lasmanos, y el vno le dio en la espalda del ca-

!

uallo, as3i que lo mato, y el re y Pelinor cay o,

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B A L A D R O D E L S A B IO M E R L I N 139mas el era muy ligero, e salto de ía otraparte e dixo a aquel: «Gran villanía aueyshecho, e gran malda d, en. ma tar m i cauallo»:e ouo muy gran pesar, e aleo el braco, eflriolo con la espada tan rezio, que lo hendiófasta la cinta, e cayo luego m uerto; y este erael que lleuaua la donzella. E quando el otroesto vido, no fue seguro, ca estaua solo ecansado e mal llagado, tiróse afuera del reye desolo solo, e dixo : «Señor ca uallero , comencé contra vos esta batalla por locura, cabien se que vos no venistes acá por desonrade mi cormana, mas por su honrra e por supro, e por vengalla de aquel que la truxo atuerca} e dexovosla, que no pienso muchogana r en esta bata lla; ma s ruego vos p orDios que la guardedes como a fija de reydeue ser guardada, que bien sabed que esfija de rey e de reyna de gran guisa, mastanto le plaze la caja de mo nte, e tomo aytan gran plazer, que no le plaze de amaramigo ni marido, ante quiere mal a quien lefabla delkfe. Y el rey Pe lino r dix o: «Sabedque no fallara quien le haga pesar mientrajo la pudiere hablar e guardar; e agradezco-vos la batalla que me quitastes, mas de cauallo, si os plu gu iere, m e poned consejo».Y él cauallero le d ixo : «Yo vos lo daré bu eno, mas conuiene que flnquedes comigo estanoche, que es muy tarde, e no podredes fallar do albergar»; y el rey ge lo otorgo, que

vido que dezia verdad; aquella noche estuúoel rey Pelinor .en el tendejón, en conpañadel cauallero; y en la mañana, después quese vistió, tomo sus armas, y el huésped ledio vn buen cauallo, e dieron a la donzellavn buen palafrén, e caualgaron anbos, y elcauallero fue con ellos vna gran pieca y después tornóse. Y desque anduuieron vna pieca, hasta hora de prim a, que entraron en v nvalle muy malo de caualgar y de andar apie, ca todo era lleno de piedras y peñas, yel palafrén de la donzella, q ue no se supogua rdar, cayo sobre vna pied ra, e la donzella

cayo vna tan gran cayda sobre el braco siniestro, que bien pensó que ouiera la espalda fuera de su lugar, e fue tan grande lacayda que se amórteselo, y desque acordódixo: «¡Áy cauallero, muerta soy!» Y el reydecendio, e puso en tierra el escudo e lalanca, e fue a ella, e fallóla amortecida, etomóla entre sus bracos, e quando acordó,preguntóle como se sentía, y ella dixo todatremiendo: «Nunca vue mayor euyta, quebien pienso que el braco e. la espalda tengoquebrado», mas no era, a Dios gracias. «E¿como vos sentides?» dixo el rey . «Bien, dixo

ella, mas no podre agora caualgar fasta quefuelgue vn poco»; y el rey dixo: «Avnque

folguemos hasta hora de bisperas, bien podemos llegar con hora a Camaloc»; e tomóla yechóla so vn árbol, e tomo de la yerua e pu-sogela debaxo de la cabeca, e dixole que dor-míesse vn poco, que mucho le aprouecharia,e después el rey desarmóse, e pensó de lasbestias, e tirolés los frenos e las sillas, e de-xolas pacer y echóse a dormir cabe la donzella, e durm ieron fasta en la noche, e quando la noche llego, el ayre comenco a enfriar,y entonces despertaron ambos, e hallaronque era ya noche escura, e dixo el rey Pelinor: «Por Dios, mucho dormimos, ¿que haremos?» . «Señor, dix o ella^ conu iene que finquemos fasta en la mañana, que, sinos qui-siessemos yr , no sabemos la carre ra, e quando pensemos yr adela nte, tornaríamo s atrá s».«Pues quedemos, dixo el; ¿e como vos sentides?» Y ella dixo: «Muy bien, gracias a Dios,¡mas el cansancio nos fizo tanto dormir!» Yen quanto esto fablauan, oyeron cauallerosvenir por el monte, que venian por el camino por delante dellos, y el rey dixo: «Agoravos callad, que alguno viene aqui de quienoyremos nue uas» . «Si har é», dixo ella. E tanpresto que dixeron. esto, vieron dos caualleros armados: el vno venia de Camaloc, yel otro yua alia, e toparon en vno derechamente do ellos yazian. E los caualleros seconoscieron, e hablaron el vno con el otro, edixo aquel que' venia para Camaloc: «¿Que

nueuas traedes?» «No vos traygo ningunas,dixo el, con que me plega, que el rey Artures poderoso dé amigos y de caualleros, e assiha consigo los coraeones de los honbres; e estan amado y de tan buena parte, e tan des-pendendor y de tan buen donayre, assi quetodos los reyes de las insolas viniessen sobreel, con esto no los preciaría en dos hauas. Epor esto me torno a mi señor, y dezirle heque desta habla que comenco, que la dexe,que no la puede acauar, e no ha en el mundo gente por que el rey Artur pueda ser desbaratado ni echado de su tierra ; e mas podría

el rey Artur nozir a el, que el al rey Artur;e tales son las nueuas que yo trayo a mi señor el rey . E vos ¿do y des?» dixo al otro.«Yo voy, dixo el, alia donde vos venides: acasa del rey Artur, e pienso que esta guerrasera muy ayna acabada, tan presto que yoay llegue». «¿E como puede esto ser?» dixoel otro. «Esto vos diré yo muy bien. Yotraigo aqui vna redoma llena de poncoña,tan marauillosa, que no [hay] honbre en elmund o que tan presto que la guste, que luegono muera; e ay en la corte del rey Artur vncauallero que el mucho ama y es mucho su

priua do, que prometió a mi señor que le daría esta ponzoña tan presto que ge la yo lié-

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140 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Suasse, e yo lleuogela, e agora veremos quefara el». «Agora vos guardad, dixo el otrocauallero, que no os lo entiendan, ca pueshonbre ha de hazer traycion, eonuiene quela faga tan sesudamente e tan encubierta,que ninguno no la pueda entender fuera de

aquellos que la han de fazer». «No os pese,dixo el otro, que nos lo faremos tan sesudamente, que ninguno no lo sepa fasta que seatecho, e si Dios-Quisiere, vos oyredes dendetales nueuas, que toda nuestra t ierra seradende loada». «No se, dixo, el otro, como vosdende auerna; ca si yo fuesse que vos, endeno me e ntrem etería, ca no puede ser que voslo no entiendan y que no seades ende escarnido, e por esto vos loaría mas de os tornarque no de yr a lia». T el dixo que no to rnar ía,que el pensaua bien e ligeramente acabar loque ama eomeneado. «Agora os encomiendo

a yios, dixo el otro, quando no queredes porm i consejo creer; e no me pongades por endeculpa si os ende mal viniere». «E no ayadesmiedo», dixo el; e partiéronse el vno delotro, y el que venia de Camaloe fuesse por

^ a m i n P d© la montaña, y el otro para Camaloe. E quando ellos fueron alongados vnpoco, dixo la donzella al re y Pelinor: «¿Aueysoydp todo lo que aquellos dixeron?» Y eldixo: «Ay donzella, ¿oystes vos éstos mandaderos?» «Si», dixo ella. «Bien sabed , dixo el,Que Nuestro Señor Jesu Christo quiso quedormiessemos aqui para oyr estas nueuas, e

dezirlas hemos al xe y Artur; assi que noplaze a Dios que assi muera, demás por tangrande deslealtad; assy me ayude Dios, dixoel rey Pelinor, mucho fue esta férmosa aventura. Mucho me plaze que ya oy esto, que,si Dios quisiere, yo lo diré al rey Artur,porque este no le pueda nozir por tan grantraycion». «E agora, dixo ella, no es menester de tardar, porque vamos, que seamos ayante de la hora del yantar, que se verdaderamente que este es desleal cauallero e querría hazer esta traycion quando fuere guisado»; y el rey pensó vn poco, e después res

pondió: <<Ta no ayays dubda ni pesar, queMerlin el sesudo profeta es en la corte, e nosoirira en ninguna guisa que el rey fuesseassi traydo, ca lo ama de coracon». «¿Como?,clixo la donzella, ¿el sesudo Merlin es en lacorte?» «Si», dixo el. «E, dixo ella, pue sno na el rey que temer, que sabe el quantose taze de dentro e de fuera del reyno, e poresto pienso verdaderamente que fallaremoseste muerto y el otro que fablo con el tantoqu e lleguemos a la corte». «Yo lo assi pien so», dixo el rey. Y estonces dexaronel fablare tornáronse a dormir otra vez, e durmieron

nasta en la mañana; y estonces despertaron, I

y el re y Pelinor se leuanto luego y enfrenoy ensillo las bestias, e armóse, e hizo sobir ála donzella en su palafrén, y después tomosu escudo e su lanca, e subió en su cauállo,y entraron ambos en su camino; estonce an-duuiero n tanto, qué hallo a la fuente donde

estaua la donzella que le dixera e rogaramucho que tornasse, e que fablaria con el, e .fallo él cauallero muerto e la donzella; y estaua comida de bestias y de aues, saluo lacabeca e los huessos. E quando el rey Pelinor esto vido, ouo muy gran pesar, e dixo:«Ay Dios, esta donzella murió por falta demi ayuda, e si yo tornara quando ella mellamo que la acorriesse, no mu riera ella assi;por Dios yo me siento por ende por pecador,y esta malauentura me contecio por mi pecado, y esta donzella y este cauallero fueronmu ertos por mi». Estonce comenco de fazer

su duelo muy grande, y pesóle dende mucho, assi que bien q uisiera ser muerto, y llamóse catiuo e malauenturado mas que todoslos otros caualleros, e la donzella, que estovio, ouo dende gran pesar, que preciaua alrey de seso é de cortesía y de ensañamientoy de caualleria sobre todos los caualleros quenunca viera; e bien era preciado en aqueltienpo, que no auia en el mundo mejor cauallero. E la donzella. en que le vio talduelo hazer, a quien preciaua mucho, dixole:«¡Ay señor! ¿que es esto que fazedes, quenunca vi honbre de tan pequeño coraconcomo vos soys, que llorays"por muerte devna don zella? No lo fagays, q ue no es bie n,e, cierto, honbre bueno no lo oyra que no vostenga por malo»; y el respondió con granpesar: «Cierto donzella, si yo fago duelo noes gra n m arauilla, que yo conozco verdad eramente que esto me vino por mi pecado». «Epor vos matar, dixo ella, ya fecho es, e bienpodedes pensar que es lo que dende hag ades,que d el duelo no vos viene sino mal». «Verdad es, dixo el, mas pésame porque mesiento dende por culpado: mas consejadmeque ay faga». «Vos, dixo ella, lleuaredes lacabeca de la donzella fasta en la corte, quesepan esta marauilla, do sera soterrada», emostróle la hermita do estaua cerca de lala peñ a. Y el dixo : «Este es el mejor consejo que yo veo», e dio la cabeca a la donzella, que la lleuasse ante si colgada en elarzón de la silla, y el tomo el cauallero, epúsolo ante si, y lleuolo a la hermita, e falloque el hermitaño no auia cantado missa; y elrey Pelinor decendio ante aquel pequeñolugar de la capilla, e metió ay luego dentroel cauallero, mas no sabían en qual guisafuesse muerto; e rogóle que le flziesse aquello que entendía que era derecho. Y el hon-

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B A L A D R O B E L S A B IO M E R L I N H lbre bueno vino, e dixo que después que can-tasse la m issa que lo soterraría en la capilla,assi que le no podría mayor honrra fazer. Edixole el rey: «Mucho dezides bien»; e todoassi corno el hermitaño lo dixo, assi lo hizo,e desque lo ouo fecho, agradeciogelo muchoel rey. e partióse dende con su donzella, efueron fablando en lo que les plazia, hastaque llegaron a Camaloc a hora de bisperas.E quando los.de la corte los vieron venir, elsano e alegre con la donzella, recibiéronloshonradamente, y el rey Artur fue contra .el,que mucho lo amaua; e desque fue desarmado , tomo a la donzella por la mano, e dixo alrey Ar tur: «Teys aqui mi dem anda» . «Cierto, dixo el rey, Dios sea loado por ende, quenunca oy de honbres que tan bien auiniessecomo a vos todos tres que de aqui salistes,que no ay tal, a Dios gracias, que no tornasse sano e ledo, e no acabasse su demanda asu voluntad».

CAP. CCCXXII.— De como el rey Pelinorllego a la corte del rey A rtur, e le contó loque le acaescio en su auen tura, e como elcauallero traya la redoma de agua para conque muriesse.

Estonces truxeron los sanctos euangelios,e jur o el rey Pelin or como los otro s. Y elrey Artur le dixo que contasse como le aui-niera en su demanda; y el rey Pelinor lo

contó todo quanto le auiniera, e como oyófablar de su muerte. «Por Dios, dixo el reyArtur, ya mas bien estamos por Merlin, quenos lo descubrió todo, y están quemadosaquellos que tal traycion querían fazer». Eassi contó al rey Artur el rey Pelinor quepassara según el cuento lo ha deuisado; emostróle la cabeca de la donzella que lo llamara, e como la hallara m uerta a la venid a,y el pesar que por ella ouiera. «Cierto, dixoel rey Artur, derecho es que mucho sodesculpado, que bien creo verdaderamente quesi vos entonces tornaredes, que no fuera

muerta la donzella, que hallara algún eon-1 sejo en vos». Y el rey esto diziendo, llegoMerlin, e dixo al rey Pelinor: «¿Sabedesvos quien es la donzella?» «Cierto, dixo el,no ; y es la cosa que mas de grado querríasaber, si ser pudiesse;» e Merlin comencoa pe nsar , e dixo: «Cierto, señor, este es grandaño, que v^s soys tan desauenturado a lasvezes, que, assi Dios me ayude, no se en lacasa del rey Artur tan buen honbre como avos, ni en quien fallassen qu e mene ster fues-se tan gra n lealtad como en vos. Esto nopienso que es por vuestras obras, mas sien-

pre Nuestro Señor es de tal Cóstuiibre, que

mas enbia a los honbres buenos e a los derechos señores pesar en este mundo, que nona los malos; y esto vos deue confortar en estamala ventura que vos auino». «Cierto, Merlin, dixo el rey Artur, dezides verdad; y esteconsejo es bueno e leal, que sienpre assiauiene como vos dezides». E dixo el rey Pelinor a Merlin: «Señor, por Dios, vos, quesabedes todas las cosas, dezidme lo que vospluguiere desta auentura; e si me hazeysende cierto, m ucho m e har eys el coraconmas alegre de quanto lo agora es». «Yo se,dixo Merlin, lo que me queredes preguntar;sofridvos, que yo os lo diré; mas dezirvoslohe tan escuramente, que lo no entenderedesesta vez, pero todo lo entendereys después.Yos quereys que veis diga cuya es la cabecaque vos truxis tes; yo vos lo diré, mas no vosdiré su nonbre, ni su madre, mas dezirvoshe vna palabra por que las podades conocersi fuerdes.sesudo. Miembresevos que eradesagora dos años en Montor, vna vuestra cib-dad, e teniades ay corte muy rica e mara-uillosa, e vino ay gran caualleria de lexos yde cerca». «Bien me miembro, dixo el reyPelinor; nunca fue mas alegre como aqueldia». «Bien puede ser, dixo Merlin; e vnavez os diré, dixo Merlin, por lo que vos estodixe quando estañados a vuestra mesa vestido d e vuestros ricos paños e vuestra coronaen la cabeca, y que vos dieron todos los manja res , e vino ante vos vn loco que os dixo:Rey, quita essa corona de la cabeca, que note esta bien, e si no la tirares, bien te la tirarael hijo del rey muerto, e assi la perderás, eno sera gran marauü la que por tu maldad epor tu pereza dexaras tu carne a los leonescomer; assi que tu mismo seras metido enpoder de otre, e por ay lo sabreys vos y el. Eassi os dixo el loco la significación, y el nosabia mas de lo qu e le venia a la boca».«Cierto, dixo el re y Pelino r, todo esso medixo, e bien conozco vna piepa de verdad delo qu e me dixo que en traría en poder de otre,que soy en poder y en conpañia de mi señor

el rey Artur. mas de lo que dixo que daríami carne a-comer a los leones, esto no se quese es, si vos no lo sab eys» . «Agora, dixo M erlin, saberlo ñecles. ~Eo vos dixo cosa que assino vos auerna. E dixovos que el fijo del reymuerto vos quitara la corona; si no vos aui-niere mientevos; e cierto, quando esto aui-nie re, sera gran daño en el reyno de Londres». «A íni no me dezides, dixo el rey, loque os pregunto: ¿Quien fue la donzella?»«Yo vos dixe dend e tan to, dixo M erlin, comopuedo ; e bien sabed que'quand o lo supierdes ,qu e n un ca'tan to pesar ouistes; e avn que vos

diré mas si no vos pasare». Y el rey Pelinor

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1 42 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A S

aui a gr an sabo r ele lo sab er , e rogóle porDios que ge lo d ixes se . «Bien sabedes T O S ,dixo [a] Merl in, que no l ia cosa por que meensañe , que b ien se que no me dez ides cosapor m i mal» . «Cier to , verd ad es , e qu ie ro voslo dez i r , pues tan to me lo roga ys ; ¿Oys tesvoslo que la donzel la TOS d i x o q u a n d o p a s s a u a -

des? y ella TOS d i x o : Ay cauallero malo sober-uioso, Dios te faga tanto M uir, que ayas kmgran menester e ayioda eom o yo agora la lie;e que ayas tan gran pesar como agora lo he,e niegues quando menester te fuere, e no

• falles ayu da vías de quanía yo la falle en ti;y esto vos dixo e l la» . «C ier to, ve rda d es»,d ixo e l rey Pe l in or . «E agora sabed , d ixoM e r l i n , q u e a q u e l l a e r a t a n b u e n a d o n z e l l a ,e t an d igna e v i rgen , que Nues t ro Señor oyósu ruego, e assi todo vos auerna como a el laf izo ; y es tonce conpl i ra vna pa labra que osfue d icha e l d ia que tomas tes corona , e dez i r

o s h e q u a l ; e s e q u e o s m e m b r a r a q u a n d ovues t ros a rzobispos vos coronaron , e oys tesmiss a , e fuys tes . an te e l a l t a r , e rogas tes aNu es t ro Seño r con lagr im as que os defen-d iesse que mor iessedes por fa l lec imien to , yestonce vino a vos vno que os reuelo, e fuerespu es ta de Dios , e d ixoos ass i : Bey Pelinor,a my fue dicha esta palabra». «E s ienp re ayp e n s e , c a d a q u e m e m e m b r a u a , q u e n o p u e d oente nde r qu e es , e por ende rogar ía a vos ,que lo sabeys , que me lo d ixessedes» . «Es tono os d i ré yo , d ixo Mer l in , en n inguna gu isa ,ca no a cosa por que descubriese la cosa queel a l to maestro puso a su voluntad de fazer;e s a b e d q u e n i n g ú n l u m b r e q u e e n e l m u n d obiua no vos lo pue de dez i r , sa luo yo , e pores to no lo sabred es tan b ien como yo » . «Agora se ra , d ixo e l rey Pe l inor , de mi v ida o demi muer te a l a vo lun tad de l que es to haze ,que s i e l qu is ie re , pe rdonarme ha , e s i qu i s ie re , esca parm e ha d e todo pe l ig ro» . E lue go le con tó , e le comencaron a sa l i r l a s l agr i mas de los ojos, e Merl in le dixo: «Señor, noha menes te r de os desconor ta r , que no puedeser que la vo lu n tad de Dios no sea com pl i -da» . «Agora nos dexemos des to , d ixo e l reyA rt ur , e fablemos de al e no vos pese porm u e r t e , q u e p o r a q u e l l a c a r r e r a n o s c o n v é r -na que passemos v ie jos e mancebos , que n ing u n o n o e s c a p a r a » . E s t o n c e d i x o M e r l i n a lrey A r tu r : «Señor , fazed ven i r an te vos lamadre de Tor , vereys s i es verdad lo que yodigo; y el rey embio por el la , e tomóla de lamano, e met ió la en su cámara ; e f i zo ay ent ra r cons igo a l rey Pe l inor , e a Tor , e a dpzede los mejores de su casa. Y después que sease n ta ron , d ixo M er l in a l a due ña : «Vedesaqui a l rey Ar tur , que es nues t ro señor , e vosruega que le fagades conoscer e l padre des te

caua l le ro» ; e demos t ró le a Tor . Y e l la res pondió : «Señor , su padre conosce e l b ien , caes vn pobre labrado r de t i e r ra , q ue p iensoque ya a lgun a vez lo v ido quando lo t ruxoaqu i a Tor para lo fazer caua l le ro» . «Dueña ,d i x o M e r l i n , n o v o s d e m a n d a m o s n o s d eaque l que lo c r io , mas de l que lo engendro ,

que b ien sabemos nos por verdad que e l nosalió de fijo de villano, mas de fijodalgo queconozco yo mejor que no vos; e se bien lahora y e l t e rmino en que e l fue engendrado ,y dezir lo he al rey e a estos señores s i vosno lo que rey s dez i r» . Y es tonces fue la dueñ am u y s a ñ u d a e m u y e s p a n t a d a , y e n b e r m e -jec iose con verguenca , e d ixo : «¿Como aue-des non bre , seño r , q ue vos loades de dez i rla ver dad de m i faz ienda?» «Ay du eña , d ixoe l , y o h e n o n b r e M e r l i n , e q u a n t o m a s m evie rdes , t an to menos me conoceredes» . «Cier to , dixo e l la , yo os c reo ende b ien , que l d ia - .

b lo ha ta l poder de se mo s t ra r en todas gu i sas e fo rmas y en tan ta s m an era s , que n oha hon bre tan osado qu e no en gañ e a l asvezes; e yo se bien assi como me dizen quevos fuestes f i jo del diab lo; p or esto no seramarau i l l a que yo no os conoc iesse luego ,que l d iab lo ha es ta cos tunbre : que se encubre lo mas que e l puede» . Y es tonce se com e n c a r o n a r e y r q u a n t o s a y e s t a u a n , e a b a t i r sus pa lm as . E d ixo M er l in : «¿Que dez isdes ta dueña? Yo no puedo dende cosa dez i rs ino que es bue na dueñ a , e d ize ver dad , ma sno qu ie re conocer lo que d igo , pero yo ledir é que lo oya el la ;» y el la resp ond ió, ed ixo : «Agora veo , Mer l in , que no soys dena tura de los o t ros d iab los , y es to sabemosnos b ien , e dez i rvos he por qua l razó n: q uee l d iab lo qu ie re que l pecado de cada vno seab ien encubie r to , ass i que no sa lga por bocadel peccad or s i no fuere por escarn io o porpre fac io , e vos queredes que vos descubra e lmió , e yo descubr i r lo he . mas sabed que porende no vos dará Dios grado , ca lo no haze-des por amor de l , n i por emendar a mi , s inopor mos t ra r vues t ro saber» . Y es tonces d ixe-ron los r icos ho nb res ; «¡No nos sem eja estadue ña sesud a» . «Si e l l a no fuesse tan sesuda ,d ixo Mer l in , e t an buena dueña como es , nole suf r i r i a que me d ixesse lo que me d ize» .Es tonc e d ixo la due ña a l rey Ar tur : «Cier to ,señor , no m en t i ré , an te vos lo d i ré todo ,pues a dez i r me conuiene . Sabed que Tor mif ijo no es de mi m ari do , ant e lo f izo vn caua l le ro aque l la sem ana m esm a qu e yo fuic a s a d a , q u e y u g o e o m i g o e n v n p r a d o m a lde mi grado; es to sabe Dios que nunca supequien fue e l caua l le ro , n i oy nueuas de l , esabed que me vuo v i rgen , e no au ia mas dequince años» ' . A es to d ixo e l rey Ar tur ;

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 143

«Dueña, por esto que vos dezides, no me parece que vos sabedes quien fue su padre deTor». «Cierto, dixo ella, no». Estonce co-menco Merlin a reyr, e dixo: «Si TOS lo mostrarse, ¿conocerlo yades?» «No, dixo ella,como yo pienso qu e lo nun ca TÍ sino vna Tez,y esto ha gran tienpo que fue». E Merlin le

dixo: «Sabed que esta ante vos». E tomo alrey Pelinor por la mano, e dixole: «Vedes!oaqui». Y ella se emberm ejeció, y el otrosicon verguenca. E Merlin les dixo: «Nuncamas dudedes que assi es; e yo TOS diré, dixoal rey Pelinor, nueuas e señas por que co-

.noscereys qu e es assy Terciad; que vos lafallasteys cabe TU mato pequeño, y estauacabe della vn galgo e vn mastin, e vos flzie-rades yr a vuestra conpaña delante vos. porque fuerades a fablar de consuno con vn¿ermitaño, y esto fue a tres trechos de ballesta de Tn castillo que ha nombre Amiat.

E quando la vistes tan feruiosa, apeasteos, edistesle el eauallo a tene r ha sta que os desar-mastes, e dorm istes con. ella dos vegad as,faziendo ella muy gran duelo; e después quefezistes con ella vuestro plazer . dex istesle:Yo pienso que, quedays preñada; despuésarmastesvos, e subistes en vuestro eaua llo, equesistesla con vos lleuar, mas ella no quiso,antes comenco de fuyr como pud o, maldí-ziendovos mu cho. E quando vistes que noquería yr con vos, tomastesle el galgo, queera todo blanco, y leuastesgelo, e dexisteleque lo guardariades por amor della; e assi

vos auin o. Agora sabe d que os digo la verdad». Cierto, dixo el rey Pelinor, no men-tistes en cosa de todo; assi contescio». Y entonces dixo M erlin a la du eñ a: «¿Pareceosque os digo verdad?» Y ella dixo: «Si vos nodixessedes verdad, mentirían los honbresque dan testimonio que vos dezides verdaden todas las cosas». «¿E conosceys ya estehonbre?» dixo Merlin; y ella dixo: «Si, poraquella señal que tiene en la siniestra faz,de que estonce sanara nueuamente». E Merlin dixo : «¿Creedes vos agora m uy bien sieste es el padre de Tor?» «Si, dixo ella, verdaderam ente lo se». Y estonce dixo M erlin aTor: «Agora podedes ver y conoscer que nosoys fijo de villano, mas cierto, dixo el, sifuerades de natura de villano, no ouieradestalante de caualleria, e mas no puede serque fidalguia no se demuestre ya tan encerrada no sera». Y estonce dixo Merlin al reyPelinor: «Agora auedes tanto ganado comoperdistes, ea vos cobrastes vno por otro;» yel rey Pe lino r rogo a M erlin qu e ge lo fiziessemejor entender. «Yo no vos lo diré, dixoMerlin, ni vos no ganariades nada si agoravos lo dixesse, mas tanto vos digo bien que

este es vu estro hijo, e amaldo e honraldo ,que bien sabed que se mostrara por vuestrofijo en caualleria, assi que, si luengamentebiue, no aura en esta eása sino pocos mejorescaualleros que el». El alegría fue muy grande entre quantos ay estauan, y el rey Pelinor se fue a Tor, e Tor a el, y beso el hijo

al padre, y el padre al hijo; e dixo Tor quese tenia por bienau enturado en que el reyera su padre; y el rey dixo que se tenia porrico en que Tor era su fijo y que todo bienauia en su comienco, que bien sabia que nofaltaría de ser honbre bueno si luengamentebiuiesse; e la dueña, que esto vido que assiera, despidiosse del rey Ar tur , e después quebendixo a su fijo, dixole: «Vos fuestes nacido en pobreza, Nuestro Señor vos ama tantoque os quiere poner en alteza y en buenaandanca; nunca vos qluidedes a el, que biensabedes que si vos a el oluidades, como el es

poderoso de vos alear, assi es poderoso devos abaxa r e torn ar a hada . Y esto deueysvos bien mirar; que el vos dio esta anima agu ard ar, e si ge la vos dierdes tal qu al vos lael dio, tenervos he por bueno e por su ca-uallero, e si la metierdes en poder de otro,e la dierdes al diablo, cierto mas os valdríaser po bre labrado r como vno de vuestros he rmanos» . Y Tor respondió: «Señora, yo pensare bien della, si Dios quisiere;» y ella separtió de la corte, e fueron con ella muchoshonbres bueno s; y el rey Pelino r le fizo después mucho bien. Mas agora dexa el cuento

desto, e torna a la donzella, que mucho hadende que fablar.Dize la historia que quando la madre de

Tor se partió de la corte, que pregunto elrey Artur a la donzella cacadora, tan prestoque le dio los galgos y el sabueso e la cabecadel cieruo, dixole a la doncella: «¿Somosquitos bien de vos?» «Cierto, dixo ella, nopienso que tan bien lo pudiessedes ser queno me faltassedes cosa de quanto aqui tr ux e.e quierome de vos despedir, e yrme he a mitierra». «Ay donzella, dixo el rey, antes

folgaredes aq ui con las dueñ as e con las don-zellas de la r ey na , y yo vos digo que seredesseruida e honrada tanto mas que la mas altadueña que aqui ay; e assi Dios me ayudevos lo deueys ser bien ». «Assi Dios me ayude, dixo Merlin, que vos ay faredes derechosi vos supíessedes quien es como lo yo se»;y estonce se llego Merlin al rey e dixolecomo era m uy buen a donzella, e m uy sesuda,y que era fija de rey e de reyn a; «e yo osdigo que sereys de todo el m undo loado si lofizierdes bien ». Y el rey A rtur dixo que todahonra e todo amor le faria. E luego rogo a la

re yn a que la toma sse consigo y le fiziesse

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144 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Shonra sobre todas las de su casa; e la rey nadixo que assi lo faria muy de grado. T tantole rogaron, que ella otorgo que queda ría vnapartida de t iempo. E la reyna le pregun tocomo auia nonbre de baptismo. Y ella dixoque Nemina, e que era hija de un alto hon-bre de la. pequeña Bretaña , mas no quiso

dezir que era fija de rey. Y sepan todos losque esta hysto ria oyeren , que esta donzellafue llamada la donzella del Lag o, aquellaque crio a Langarote gran tienpo después, yque por end e ouo nonb re después Lancarotedel Lago, assi como la grande historia deLancarote lo deuisa; mas esta historia delsancto Grial no fabla del mucho ante segúnotra carrera.

CAP. CCCXXIII.— Como Merlin contó al reyAriur quien era la donzella que el rey Pe

linor auia dexado morir.En la gran mañana, después que el rey

hizo qued ar a la donzella en casa, llamo aMerlin a vna parte, e dixole: «Ruegovos queme digados quien fue la donzella donde, elrey Pelinor traxo la cabeoa». «Ay señor,dixo el, direoslo, que bien se que no medescubriredes». «No, dixo el rey Artur, sinfalta».. «Agora, dixo Merlin, sabed que aq uella donzella era su hija, que Tenia de sucorte por fablar con el. E aquel caualleroque ante ella estaua, era su primo cormano,

e partiera de su tierra con ella por la guardar fasta aqu i, e por esto le dixe yo que au iatanto ganado como perdido, cobrara fijo porfija;» y el rey Artur se santiguo desta mara-uil la, e dixo que era gran malauentura.«Mas agora me dezid, dixo el rey Artur aMerlin, si os plaze, ¿que quiere dezir lo quele dexistes? Gom o iu fallesceras a tu carne,assi tu carne falleseera a ti, y esto sera porque morirás mas a yna». «Ay señor, si osdixesse quanto, dende mucho mal seria, quevos soys man cebo, e no lo sabriades enco-bri r» . «Cierto, dixo el rey , cosa no me diria-

des que vos descubra, e si enterdierdes quevos descubriré, no me lo digades». «No, dixo Merlin, mientra yo estuuiere con,vos,mas quando me partiere de vos, e no mevierdes ni me conocierd.es qual amigo aue5rsen mi perdido, estonces vos oluidareys muypresto; mas después verna tiempo que vosque rriadé s á uer perdido toda la mitad devuestro reyno que me touiessedes cabe vos».«sYerdad es, dixo el rey, esto se yo muybien, que quando vos murierdes, que jamasno morara sesudo hombre en el mundo nique tanta pro faga. Mas agora me dezid

esto qu e efe pre gu nto ». «Yo vos lo diré , dixo

Merlin, mas por pleyto que nunca me des-cubrades fasta que sea fecho». «Bien voslo prometo», dixo el rey; e Merlin dixo: «Lapalabra fue tal: Assi como tu fallesceras a tucarn e, assi fallecerá tu carne a ti. A so carnefallescio; esso sabedes muy bien por lo queyo vos conté dende, ca falleció a su fija, y

verna vn dia, ante de doze años, que entra ra en v na demanda e fallara en vna floresta el fijo del rey muerto, y sera aquellahora llagado de muchas llagas, assi que elfijo del rey muerto lo fallara tan mal trechoe tan cansado, conbatirse ha con el, y de-xarlo ha en el camino medio muerto, e yradesmayado desde medio dia fasta hora debisperas. Y después que assi estuuiere tantodesmayado, abrirá los ojos; estonce vera venir contra si dos caualleros armados, el vnosera Quean, vuestro mayordomo, y el otroTor, y Quean yra seyendo ante Tor, e Tor

yra ém pos del. E quando el rey Pelinorviere su hijo, ciarle ha bozes: Tor, buelue,fijo, no vayas em pos del cauallero, mas torna agora, que te he menester; e Tor lo oyramuy bien, e lo entenderá, mas no pensaraque sea su padre, ante pensara que ge lo de-zia por escarnio, e passara por el que solo nolo mirara. Y el rey Pelinor quedara que nose podra tener; e quando viniere la noche,tornara por ay el fijo del rey muerto, e assicomo las malas anclaneas suelen venir a loshonbres, e conocerá al rey Pelinor, e tajarleha la cabeca, que otra merced y no aura».«Cierto, dixo el rey ,, esto sera gra n daño , esi yo lo pudiesse estoruar , estoruarlo ya sinlo dezir a n ingu no» . «Tanto lo podeys estoruar, dixo Merlin, quanto podeys estoruarel niño que no biuiesse e que no saliesse asaluo del peligro de la;mar, por quien estatierra ha de ser destruyda». «¡Como! dixoel rey Ar tu r, ¿no es muerto?» «No en v erdad , dixo Me rlin, ante lo cria vn vuestro ricohombre con vn su hijo, e guárdalo m uy bien ,e son los niños de vna edad, e avn vos digomas: sabed que aquel niño de que os fable,matara aquel niño con quien es criado, eagora mirad que crueza;» y el rey santiguóse, e dixo: «Maldita sea la hora en que aquelniño fue eng endrad o, que en toda guisa se hade fazer malo m as. que los otros niños;» edixo el rey: «Metidos fueron en la mar,¿como dezis vos que son biuos?» E Merlindixo que eran biuos, y que no peligraron«ca los fallo vn rico onbre, e metiólos envna su to rre, e fizólos m uy bien criar e amo-Ios mucho;» e dixo el rey: «¿Es cerca deaqui?» «No,, dixo M erlin, antes es lexo s».Mucho fablaron en muchas cosas aquéllatarde entre el rey e Merlin. E después fue-

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B A L A D R O D E L

ronse acostar, Merlin en vna cámara, y elrey en otra con la rey na . E Blaysen era enCamaloc. E Merlán le dixo de las auenturascomo auinieron , e gra n p iepade las que au iande venir. Assi que el bien ordeno su libro,assi que fue Ueuado arriba ante que Merlinpartiesse de la Gran Bretaña. E Merlin sellego muy de grado a la conpaña de la donzella cacadora, que llamauan Nemina, etanto se fue aconpañando con. ella, que la amomuy mtícho, que sabed que era muy fermo-sa, e no auia m as de quinze años, y era m uysesuda para ser de su hedad; y ella entendióque Merlin la amaua, e fue dende muy span-tada, que ella no auia sino gran miedo quela escarneceria por su encan tame nto y dedormir con ella por su sueño, lo qual no auiamuy gran talante, que no auia cosa en elmundo por que el fiziesse cosa que'a ella pe-sasse ni ouiesse saña. T en tal guisa fue ladonzella en la corte del rey Ar tur bien qua tromeses. E Merlin la yua a ver cada día, comoaquel que la amaua m uy de coracon. E qua n-do ella lo vio mu y ouydado por si, dixole:«No vos amare en ningu na guisa, si no meprometeys que me enseñareys, de los encantamentos que vos sabeys, los que yo quisiere;» e Merlin comenco a reyr, edixo: «No hacosa en el mundo que yo supiesse que no osla enseñase, porque no ha cosa en el mundoque tanto cobdiciase como a vos». «E, puestanto me amays, dixo ella, yo quiero queme juredes con la vuestra mano diestra, queno fareys cosa por encantamento, ni por al,donde vos cuydays que me sea pesar nisaña». Assi acompaño la donzella coa Merlin, empero no en tal guisa que ella ouiessecosa con el, mas el atendia que ella lo fiziesse por su grado e que el ouiesse su virginidad, que el bien sabia que era virgen. E co-mencola de enseñar tanta de nigromancia ede encantamentos tanto , que supo dende asaz.Y en este comedio auino quel rey de Tuber-landa, vn reyno que comarca con la pequeñaBretaña, enbio al rey Artur sus cartas, que

dezian assi: «Rey Artur, yo, assi como amigo vos ruego, e por amor, que me enbieysha Nemina mi hija con estos cauallerosque os enbio, e gradecervoslo he mucho, equanto bien e quanto amor le aueys fecho».E quando el re y A rtu r vicio las car tas, fuea la donzella e dixole: «Vuestro padre enbiapo r vos, ¿querey s y r o fincar?» «Ay se ñor,dixo ella, quiérame yr, pues que por mibien enbia». «Mucho dezides bien, dixo elrey, e si no fuesse por vuestro padre, masme plazeria que fincassedes que no de osyr, que mucho me pago de vuestra com

pañía». «Ay señor, dixo ella, Dios vos loL IB R OS DE C A B A L L E R Í A S . — 1 0

S A B IO M ER LIN 1 45gradezca, e sabed que si yo quisiera fincar fuera de casa de mi padr e, no ay casa enel m undo do mas de grado fincasse que en lavuestra; e cierto, mucho ha ay gran razónpor que lo faga, mas pues que mi señor e mipadre quiere que me vaya para el , yrme hepor cumplir su voluntad». «Esso es lo me

jor, dixo el rey Artur, mas mucho vos amoe precio». Assi acaescio que se partió Nemina de la corte del rey Artur, para yr a sutierra. E bien vos digo que peso mucho a larey na e a la s do nzellas, e a toda s se faziaella amar. E aquella tarde vino Merlin aella, e dixo la: «Am iga, ¿quered es vos yr?»«Si, dixo ella; e vos ¿que faredes?, ¿queredes vos y r comigo?» Y esto dezia ella, porque pensó que en ninguna guisa no querríayr con ella. «Cierto, dixo Merlin, sin mi nopodedes yr que yo no vaya con vos a vuestra tierra, y estonce, si vos pluguiere quefinque con vos, fincare, ' si no, tornarme he,que no ha cosa en el mundo que a vos plu-guiesse que yo recelasse». E quando ellaoyó que quería yr con ella, pesóle mu cho,que ella lo desamaua de coracon, mas no loosaua mostrar, antes fazia que le plazia, eagradecióle mucho por. que dezia q ue q ueríayr con ella; e otro dia de mañana la donzella oyó misa, e caualgo con ella Merlin, masno se despidió, que bien sabia que no lo de-xaria yr el rey. E quando se partió de Camaloc, . anduuieron tanto por sus jornadas,que allegaron a la mar, e allegaron a la pequeña Bretaña, e salieron en tierra, e pas-saron por la tierra del rey Ban de Benoin,que si no fuera por Merlin, que yua conella, ouiera muy gran miedo, que era estonce la guerra mu y grande en tre el rey Bande Benoin y el rey Claudeon de la Desierta.Assi que ninguno no osaua por ay andar seguro . E aquel dia fue la donzella e la virgena vn castillo del rey Ban de Benoin, que es-taua en vna peña muy alta e muy niaraui-llosa; y era aquel castillo vno de los masfuertes que hombre sabia en toda aquellatierra, e dezian que el rey Ban que no eraen el castillo, ante era en otro cerca de allí,donde mantenía la guerra contra el rey Clau-des; mas la rey na su mu ger, que l lamauanElen a, era allí, y esta era la mas fermosa dueña y [de] mejor donayre y mejor a Dios e almundo que honbre sabia en la Gran Bretaña ,e mas leal a su ma rido; e no au ian mas de v nhijo, que auia vn año e no mas de su edad; yera la m as fermosa criatu ra del m und o. Ellamauanlo los de la casa, por amor, Langarote, mas el auia [por] nonbre de baptismoGalaz. La reyna Elena, tanto que conoscia

a la donzella de Nontuberlanda, pingóle mu-

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146 L I B R O S D E C A B A L L E B I A S

cho coa ella y recibióla muy bien, (mas,vosotros que este, cuento oyd es, no erea ysque este Nontuberlanda donde vos fablo esla que esta aqui entre el reyno de Londresy de Grosra, mas esta Nontuberlanda esta entre Bretaña la pequeña e la otra grande); emucho plugo a la reyna Elena con la donze-11a, como vos ya dix e. T despu és que ouieroncomido, hizo traer su hijo, que lo viesse ladonzella. E quando la donzella lo vio, dixo:«Cierto, fermosa criatura es», e dixo: «Si tupuedes biuir tanto que vengas a edad deveynte años, tu seras el que no auras entrelas otras hermosas»; e a esta palabra se rioMerlin e los otros todos. Y Merlin se llego ala donzella, e dixole: «El biuira mas de cincuenta años, mas en algún tienpo no seratan loado de hermosura como de caualleria,tanto que lo no cuydades ni lo podiadescuydar que ante del ni después fuesse atanbuen cauallero como el sera;» y ella dixo:«Bendito sea Dios que me dexo ver tan buena criatura»; y besólo mas de oient vezes, elas que lo criauan tomáronlo y leuaronlopara su cámara, e la reyna dixo a la donzella: «Cierto, much o nos sera me nester que m ihijo fuesse mayor de lo que es, que siempre

. auemos guerra con vn nuestro vezino quenos faze guerra cada que puede». «Ay dueña, dixo la donzella, ¿como ha nonbre?» Yella dixo: -rClaudes de la Desierta, el masdesleal honbre que en el mundo aya, e Diosme de del tal venganca quel mi coracon seavengado e alegre; que nunca tanto desamea honbre». «Ay dueña, dixo Merlin, no vosdesmayedes, que vos veredes, en la horaante que Langarote muera, que Claudes noaura vn palmo de heredad en esta tierra, eante se partirá dende pobre, ca sera vencidoen campo fuera pa ra otro reyn o» . «Ay Dios,dixo la re yn a. si yo aquel dia viesse, noquerría mas bien en el mundo, que no aycosa que tanto desame, e hago derecho, queha tornado toda esta tier ra pobre». «Dueña,dixo Merlin, no vos desconortedes, que todo

esto assi vern a como vos digo». «Dios lo hagaassi, dixo ella, que assi seria yo alegre». Sidixo Merlin de Claudes, e todo assi auinodespués, e lo vido la reyn a Ele na. Y la rey nanunca pregunto quien era; que no cuydauaque jamas viniesse Merlin [aj aquel castillocon su conpaña; e tanto anduuieron, quellegaron a vna deuisa pequeña, mas era lamas fermosa cosa e la mas sabrosa que auiaen toda Francia y en la Bretaña, y llama-uanla deuisa del valle, porque en medio de-11a estaña vn valle. E quando llegaron ala deu isa, dixo M erlin: «Yedes aqu i el lago

de la due ña, do mu chas vezes oystes fablar» •.

«Si, dixo ella, e mucho me plazeria de verla casa de la dueña, porque amo toda suvida el sabor del monte y de la caca como yoagora». «Yayamos, dixo el, que yo vos lle-uare»; y estonces se fueron por el valle,atanto que llegaron a vn valle muy alto ebien grande, e Merlin le dixo: «Yedes aquiel lago de la dueña;» y estonces passaronadelante, tanto que vieron vn padrón, e caboeí padrón auia vn monemento de ma rmo l.«Donzella, dixo Merlin, en este monumentoyace Fanos', el amigo de la dueña, la qual elamaua de tan soberano amor; y ella fué tanvillana, q ue lo hizo mo rir por la mayo r deslealtad del mundo, e tal galardón le dio delgrande amor que le auia». «¿Y es verdad,dixo la donzella, que assi mato la dueña a suamigo?» «Yerdad es, dixo Merlin, sin falta».«Agora me lo contad, dixo ella, como fue».«De grado, dixo Merlin. Bien sabedes queDiana reyno en tienpo de Yergilio, vnapieoa ante que Jesu Christo viniesse a latierra por los pecadores saluar, y ella amosobre todas las cosas el sabor de la caga delmonte; y desque anduuo cacando por todaslas t ierras e por las montañas de Francia yBretaña, no fallo en ningún lugar que tantole pluguiesse como este, y quando aqui[l lego], e fizo sobre este lago fazer casas, ede dia yua a cacar, e de noche tornaua n aqui;en tal guisa biuio en esto vn grand tiempo,que no fazia al sino cacar e tomar venados, eassi auino que vn hijo de vn rey tenia estatierra en poder, e auinole que la amo por lagran beldad que en ella vido, e porque eratan buena e tan biua, e tan ligera, e tan sufridera de afán, que n ing ún honb re no podría tanto afán Sufrir de caca como ella; yel no era aun cauallero, mas era m uy fer-moso e despierto, e amaualo tanto, que ellase otorgo a su amor, e por tal pleyto que separtiesse de su padre, e que otra conpañano quisiesse sino la suya. Y ella ge lo prometió, e finco alli con ella».

CAP. CCCXXIY.— Agora comienza a contarde como Merlin acompaño con la donzelladel Lago, e de lo que d el aprendido.

Yerdad es que Merlin fue fecho del diablo, e bien se otorgan y todas las historiasantiguas que el fue el mas sesudo honbre yel que mas supo en el mundo de las cosasque auian de venir, saluo Dios, e ningunono sabe hom bre que tan marau illosamentehablasse de las cosas pasadas e de las cosasque auian de venir; reyes ni principes no

fueron en su tiempo, ni cosa del mund o, q ue

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 147el no adeuinaua, e a cada vno qual fin auria,mas sin falla por el gran ver que auia, fablotan escuramente, que le no podría hombreentender lo que dezia, porque dixo el en ellibro del sancto Grrial que las sus profecíasno serian sabidas fasta que fuessen passa-

dos; ¿que vos diré? ¡tanto dexo de las cosasque auian de ven ir, que fue llamado porph etade los yngleses! E aun agora assi lo llaman ,ca mucho sapo después, e de otre, e de sumuerte, e dixo el que muger lo mataría, y elguaresoio de muerte a ínuchos hombres buenos e a ssi mismo no pudo guarescer, y elassi lo dixo; y esto auino en muchos lugares, e acaescio que los qu e son m aestros esabios, que dan consejo a otros e profetanal mundo, e a ssi no saben da-r consejo niprofetar lo que les aproueche a su muerte;e assi acaescio a Merlin, que consejaua a

todo el mundo, y era mas sesudo, e a ssimesmo no pudo consejar ni profetizar, ca elamo por su pecado a la donzella del lago, queaquel tiempo era vna de las mas fermosasdel mundo; y era rica dueña e auia gran tierra, y era natural de la pequeña Bretaña, ede baptismo auia nonbre Nemina, e crio muchos hombres buenos e buenas dueñas a quefizo mucho bien. E quando ella vio quea Merlin am ana por su deson rra, comengoaprender del todos los encantamentos quesabia, e hazíale gran infinta que lo amauamucho lo que ella am aua poco; ¿que vos diré?

tanto hizo, que aprendió del tanto de aquella sciencia, que sabia mas que hombre nimuger que fuesse aquel tiempo, saluo Merlin, que sabia mas, e sabia profetizar lo queMerlin no sabia m ostrar a otre y el la am auade todo su coracon. Y ella lo desamauaquanto podía, que nunca muger desamo aotro hombre tanto, e bien lo mostró en lacima, pero con todo esto tanto le mostrauaella de amor, que el creya que lo amauamucho, e assi anduu ieron v n gran t iempo, yella todavía aprendiendo del hasta que allegaron [a] aquel valle donde Bandemagus

allego después a las chocas que ellos hizie-r a n O? y estando ally después, dixo ladonzella del Lago a M erlin: «¿Parescevoseste lugar bien estraño?», ¿Si, dixo Merlin; pero no es tan estraño que vos yo ayno mostré la mas rica cámara e la mas he rmosa que nunca vistes». «Ay Dios, dixoella, ¿quien podría hazer en tan estraño lugar tan hermosa cámara como vos dezides?»«Cierto, dixo Merlin, yo vos diré como fueay fecha».

( ') Veage el capítulo CCLXI, donde quedó inte-írumpida la narración hasta el presante.

CAP. CCCXXY.— Gomo Merlin contó a ladonzella del Lago en que manera fue fechala cueua en que era la cámara.

CAP. CCCXXVL —• Gom o el infante e suamiga biui&ron en la peña e los vino abuscar el rey su padre.

«El cuento dize que después que aquelinfante ouo fecho su cámara, metió ay sudonzella, e dixo que jamas no pa rtiría de allimientra su padre biuiesse, y que ante que^

i¿ ) Hay un cuento en Las mil y una noches, el del

Í irimer Kalenda, hijo de rey, que tiene singular ana-ogía con éste del Éaladro,

Dyze el cuento, que dixo Merlin a la donzella del Lago:

«En esta tierra ouo vn rey poderoso queauia vn hijo cauallero grande e hermoso^que e ra de edad. de quinze años en aqueltiempo, e auia en esta tierra vn caualleropobre que auia vna hija muy hermosa, eamánala tanto aquel hijo del rey, que quisocasar con ella e tomóla por mug er. E quandolo supo el rey, e fue muy sañudo, e dixo alhijo: «Eapaz malo, loco, ¿assi quieres des-onrrar e abaxar nuestro linaje? Cierto, si teno partes desta locura, yo te haré tal escarnio que nunca seas de ver al mundo, ca ellano es para ser tu mug er qual tu deues auer,

e no ha cosa en el mu ndo por que q uerría quelo flziesses, ca a mi me seria muy grandesonra y mengua; e porque se que en ellopensaste, la fare matar». T el hijo fue tanespantado, que no supo dar consejo; por tangran saña que auia con su padre, pensó masde guardar la donzella, que cuydo por estoque la perdería; y pensó de se esconder conella, e tomo quanto au er pud o, que pensó queahondaría a el e a ella, e a dos escuderos,e a vna donzella de quien flaua, e sus caua-lleros, e sus canes; e viniéronse con ella paraaqui, porque sabia el que aqui adelante auia

vna gran peña que dizen Alpio, y en aquestapeña auia vna gran eueua e ninguno no en-traua ay sino por ventura, e no andana ayal sino bestias ñeras. E dixo en su coraconque assi se escondería con su donzella, e assicomo lo pensó, assi lo hizo, y después tomomaestros de hazer casas lo mas escondida-mente que pudo, e hizo fazer vna cámara enaquella cueua, tan rica e tan fermosa que noay tal en el reyno de Londres, e fue todafecha a picos, e a escoplos de ñerro en lapeña biua; y después fizóla pintar con oro eazul e otras pin turas, tan apuestamente, que

era muy hermosa cosa de ver ( l) .

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1 48 L I B R O S D E C

r ia per der qu anto au ia , qu e aque l la donze-Ua; e assi biu iero n en. aqu el la cu eua t re saños , que no sa l ie ron de aque l la montaña ;assi , po r la gr an m ora da q ue al l í fizo, sal iendoa las vezes a monte que los v ie ron a lgunos ,d ixeronlo a su padre . E quando lo supo su

padre , l l amo t res de sus caua l le ros , de qu ienñau a m uch o , e fuelo a busear aque l la m ontaña , e d ixo [ a ] aque l los t res cau a l le ros que seno part i r ía de al l i fasta que lo fal lasse; e grant i e m p o l o a n d u u i e r o n b u s c a n d o e n o p u d i e ron del saber nada, y desto no sabia el hi jopar te , e andauan vn d ia a caca con canes econ sus escuderos , e por ven tura d ixo e l rey[a ] aque l los sus escuderos que fuessen cadav n o p o r s u p a r t e , q u e m a s a y n a l o p o d r i a nfa l la r que and and o ass i jun tos . E d ixo que ala noc he todos fuessen a v n cast i l lo qu e han o n b r e A r r e c h a d e r a , p o r q u e e s t a u a e n c i m a

de vn a fuente y peñ a, e los cau al lero s f iz ieronlo que el rey mando; y el rey se fue solo porla montaña e a t rauesso la , y e l ass i andandofa l lo vn sabueso en vn va l le , que andaua t rasvn c ie rno que leuanta ra su h i jo ; y e l canconoc ió a l rey , y e l rey nonbro le , que fuerasuyo y que lo l euara su h i jo , porque e ra muybuen o , y e l re y l l amólo , y e l can , que loconocía de cr ianca, fue a el haziendo su alegr ía , y e l rey en tendió por e l can que v ioque su h i jo no e ra muy lueñe de a l l i , y quelo podría fal lar por do el can fuesse; estoncelo dexo yr . y e l can , porque conoc ía a l rey ,

tuuo qu e e ra l ib re de su caca , e dexola , efuesse por e l camino derecho para . la posadade l in fan te y e l rey em pos de l .

CAP. C C C X X V I I . — Gomo el rey mato la doncella amiga de su hijo y se fue.

«Quando e l re y l l ego , e l in fan te no e raa l l í , an tes andaua a caca como an tes os d ixe ,e quando e l v io la morada de la cueua , e l av io tan he rmo sa e t an r ic a , luego en ten dióque su f i jo moraua ay con su amiga , y de-

cendio, e a to su caual lo a vn árbol , e parósea la p uer ta con la espada an te s i , ca o t rasa rmas no t raya , e v io vna donze l la que sa l íafuera por e l ruydo de l caua l lo , ca b ien cuydoque e ra e l in fan te ; to rnóse a su cá m ar a , esal ió luego fuera. E quando vido el rey a ladonze l la , que la v ie ra muchas vezes , y e l laconoc ió a e l b ien ; ma s qua ndo v io qu e no e rae l in fan te , to rnóse a l a cámara mucho espantada , y e l re y en t ro t ras e l l a m u y enojadocon pesar , porque cuydaua que por e l la au iaperd ido a su h i jo ; y e l en t ro den t ro e nofal lo s ino aquel la donzel la amiga de su hi jo

e la otra donzel la que estaua con el la . T elr e y p r e g u n t o q u i e n e s t a u a d e n t r o , y e l l a s '

i B A L L E R I A S

fueron tan espan tada s , e d ix eron : «Señor , noay acá otre s ino noso tras;» y el re y dix o:«¿Do es el f i jo del rey que aqui mora?» Yellas dixe ron : «De m añ an a sal ió a caca;» yes tonce se to rno e l rey cont ra aque l la donzel la , e d ixo le : «Mucho n ia l e mucho pesar me

auedes fecho; de mi f i jo me t i rastes , mas yovos daré ende e l ga la rdón qua l merecedes» .Es tonce met ió mano a la espada , e d io le vnta l go lpe a l a dueña , que le cor to la cabeca ,ca b ien pensó que s i e l l a fuesse muer ta , quepor ay cobrar ía a su h i jo .

CAP. C C C X X V I I L — Gomo sus honores dixeron al rey que fiziera mal en matar ladoncella.

«El rey , desque mato a l a donze l la , por q ue

entendiesse su f i jo que la mata ra e l , dexo suespada con que la mato , e tomo o t ra que e ldiera a su f i jo; y después sal ió de la cámara,e caua lgo , e anduuo tan to que l l ego a su cas t i l lo , e ayuntóse con sus caua l le ros a l a noc h e ; y después que ay fueron todos, contolescomo le acaesc ie ra , e d ixo les : «Tornemosal ia , e consolaremos a mi f i jo». E a esto seacordaron todos , pero d ixe ronle qu e f izie ramal en mata r l a donze l la , y que no fuerafecho de rey , mas de caua l le ro brauó y des lea l, e fue assaz profacad o de lo qu e fiziera.

CAP. C C C X X I X . — D e como el infante fallomuerta a su amiga, y del duelo que fizosobrella.

«Dize la h i s to r ia , qu e , después des to , ahora de v í spe ras , qu e l l ego e l in fan te de cacaa su posada, e tanto que el caual lo xio l a posada , comengo a re l i nc ha r ; e luego lo so l iasa l i r a receb i r su amiga , e quando e l l l ego ,e l a no v io , ma rau i l lo se . E sabed que qua ndo el rey la mato e se fue, que se fueron todas las o t ras donze l las cada vna por su par te

como locas e con gran espanto . E quando e lin fan te l l ego e ha l lo a su amiga muer ta , queamaua mas que a s i , d io vna boz e cayo ent i e r r a , y e s t u u o v n a g r a n p i e c a a m o r t e c i d o ,e quando sus escuderos en t ra ron , v ie ron es tar a su señor amortecido, f iz ieron muy grandue lo , e d ie ron muy grandes bozes . Y e l in fan te acordó , e d ixo : « ¡Ay Dios! ¿qu ien mefizo tan gra n p erd ida qu e me ass i mato? Amigos , ¿vedes quie n m e f izo esto?»; e los escude ros d ixe ron l lo ra nd o: «No sabemos ende cosaquien fue tan malo que mato es ta dueña , queta l a t reu imien to f izo» . «E v ino aqui por me

fazer perder mi coragon , y e l cuerpo , y e la n i m a , e q u a n t o a u i a . »

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B A L A D R O D E L S A B I O M E R L I N 149CAP. CCCXXX,— Corneo el infante se mato

por su am iga, e fueron ambos enterradosen la cámara.

«Después quel infante esto vuo dicho,tomo la espada con. que su pa dre m ata ra ladueña, e dixo contra los escuderos: «Amigos, vos me seruistes bien e leahnente tien-po ha, e mi pa dre pensó q ue ma tando estadueña me cobrada, e por la su muerte meperdió; conuiene que con esta espada queella por mi murió, que con esta mismamuera yo por ella, e dezid a mi padrequando viniere, que le pido por merced quefaga fazer vn monumento alli en aquellacámara do esta dueña e yo ouimos muchasvezes plazer, que nos haga enterrar en vno.E que faga a vos bien y merced por quantoseruicio me fezistes, y esto ge lo pido en ga

lardón e de quan to bien m e auia d e fazer». Edespués que esto y otras cosas muchas dixo,tomo la espada por la cruz, e firiose con ellapor los pechos, que pareció la pun ta a lasespaldas. E después que todo esto fizo, diovna gran boz, y comen90 a dar en tierra conlos pies y con las man os, con cuy ta de m uert e , y a poca de hora salióle el anima delcuerpo. E quando los escuderos esto vieron,ouieron mayor pesar que ante auian e fizie-ron toda la noche gran duelo. E otro dia demañana, el sol salido, llego el rey por confortar su hijo y leuarlo de alli. E quando lo

fallo muerto y le dixeron los escuderoscomo se m atara, d ixo: «Yo mate y confnndia mi y a mi hijo. Agora soy mezquino ycatiuo». E assi fizo su duelo muy grande, ysus escuderos contaron al rey todas lascosas que el infante dixera ante que mu-ñes se, e como les dixo que rogassen a su padre qu e lo soterrasse alli con su am iga, y quehiziesse merced [a] aquellos escuderos porquanto seruizio le flzieran, y rogaron al reyque lo fiziesse; y el rey dixo que cumpliríatodo quanto su fijo dixera, y assi lo fizo, ysoterrólo en la cámara en vn monumento de

marmol bermejo muy ricamente obrado deoro e con plata y con piedras preciosas, qualagora podremos ver si alia quisiéremos yr;y quando el rey esto ouo fecho, fuesse den-de, e nunca jamas ay torno», «Por D ios,dixo la donzella del lago, essa cámara quieroyr a ver, qu e dezides que es bien fecha y entan estraño lugar». Y esto era ya tarde a lanoche, e Merlin fizo encend er m ucha s cande las, y fueronse con ella a, la cueua, cananeros, donzellas que yua n con ellos; y d exaronla otra compañia en la posada do tenían susbestias. E quando llegaron a la puerta, e

fallaron la puerta de fierro, que parecia que

auia muchos años que no era abierta, eabriéronla, y entraron dentro, e fallaronaquel lugar tan rico e tan fermoso que lono podría honbre contar después, fueron ala cámara y fallaron otra puerta de fierro eabriéronla, y entraron dentro, e fallaron alliaquel monumento cubierto de vn xametebermejo, e contra los pies estauan letras quedezian: AQUÍ YAZEN LOS DOS AMADORES.

CAP. CCCXXXL— Como la donzella del Lagodixo a M erlin qu e quería folgar en la cámara de los dos amadores aquella noche.

La donzella del Lago miro la cámara toda,e los cuerpos de los amadores que yaziandentro muertos; dixo en su coracon que,pues aquella n oche era tan apartad a y entan estraño lugar, que pensaua que nunca

honbre ay viniera, que era bien que que-dasse alli Merlin para sienpre. «Cierto, dixo[a] Merlin, muy sabrosa vida [la de] los dosamadores que se bien querían, e marauillo-samente se amaron estos, que dexaron elmundo por auer plazer de sus amores». YMerlin dixo: «Señora, como estos dexaron elmundo todo por sus amores, assi lo dexariayo por vuestro amor; ca bien sabedes comoagora yo soy señor de la Gran Bretaña e dela pequeña, e señor del rey Artur y de suhazienda. Quanta honra me fazian las gentes e creyanse por lo que yo dezia, e guia-

uanse por mi todos e por mi consejo; e todolo dexo por vuestro amor». E la donzelladixo: «Merlin, esto se yo bien, e assi fare yopor vos; e cierto de aquella sabrosa vida quefizieron aquellos dos amadores me toma tangrande embidia, que quiero que yagamosaqui esta noche, y pensemos de vos, e aya-mos plazer» . E M erlin d ixo: «Señora, aga-mos como vos quisíerdes». Y estonce mandoella venir sus hombres, e dixoles que letruxessen alli su cama e bien de cenar. EMerlin mando traer la suya; e luego a pocade hora, torno Merlin triste a fazer muy mal

con tinente, e la donzella le dixo que au ia, yel dixo: «Cierto, señora, todo el cuerpo meduele, e todos los mienbros; e falleceme lafuercayel coraron, e tómame tanto espantoque no se que p ueda ser de mi»; e la donzellale dixo: «Ño ayades miedo, y esforeadvos».

CAP. CCCXXXII.—Como Merlin fue biuo metido en el monu mento de los dos amado res.

Pues dize el cuento, que después que estodixo Merlin e ouieron cenado, que Merlin

se fue a acostar, e durmióse luego comoaquel que auia sueño de muerte. E quando

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150 L I B R O S D E C A B A L L E R Í A Sla donzella lo vio do rmien do, fizo sobre el suencantamento que M erlin le mo strara, y encantólo tan fuerte, que no sentía cosa que lefiziessen. Y después llamo de aquellos de suconpaña de que mas se ñau a, e dixoles: «Tomad agora a Merlin, e desnudaldo, e traeldopor esta casa por los cabellos e por los bra

cos, y veredes si acordara;» y ellos assi lofizieron, mas por mal que le fiziessen nuncapudo reco rdar. Y después que esto ouo fecho,dixo [a ] aquellos que lo arrastrauan: «Amigos,¿que os parece de mi y de mi saber? ¿parece-TOS si ha sido buen encantamento este quesolia a todos los otros encan tar? «Cierto, si»,dixeron ellos. «Amigos, dixo ella, este hombre que aqu i u edes, sabed que es fijo del diablo, e sus obras fazia. E andaua en pos demi por me fazer escarnio y desonra si pudies-se , ca elpen saua auer de mi la mi virginidad,la qual yo he ofrecido a Dios y otre nunca

la aura sino el que todas las cosas fizo ea mi, e bien escapara el hijo del diablo enme desonrrar si pudiera, sino por Dios, queme quiso del defender, que sabia el la mi intención e la suya; pues el assi me quería escarnir, mejor es que escarnezca yo a el, eacortare su vida por lo que el pensaua de mi

. haze r». Y estonce lo man do tomar a los susliombres assi como ante estaua; y despuésfizo, encima del monu mento que estaua abierto , metello, e fizo su encantamento con letrase con carateres qual le mostrara, que jamasno vernia tan arreziado hombre que pudiesseabrir ni leua ntare l cobertor del monum ento,ni tirarlo de sobre el, fasta que llegue Tris-tan el buen cauallero e muy fermoso, que laleuante. Este encantamento fizo ella en estaguisa: que pues yazia sobre los dos amadores, que se mouiesse aquella virtud sobreMerlin que ama ra de todo su coracon, que noouiesse ni pudiesse ser aquella cobertura le-uantada, fasta que ay viniesse aquel quehauia de amar mas lealmente que todos losque amaron; e quando el cauallero de losdos amadores viniesse e viesse aquel monumento, e las letras que en el estauan, y elnombre de Merlin, desfazer ha el encantamento, e aura de abrir la canpana por verlos güesos de los dos amadores, e assi comoella fizo el encantam ento como Merlin le mostrara, assi vino e duro después gran tiempofasta que Tristan vin o, como adelante oyred es.

CAP. CCCXXXIII.— Como Bandemagus fuea la cámara donde estaua Merlin metidoen el monumento.

En tal g uisa como yo vos cuento , fue M er

lin metido en aquel monumento, pero que

el fue muy sabio e gran profeta de las cosasque auian de venir, Dios, que es sabidor epoderoso en to das las cosas, no quiso qu e Merlin esto supiesse, ni que se supiesse guardarende. E assi fue soterrado biuo, y engañadopor muger virgen, assi como el profetizo emostró por los encan tamen tos mismos que el

mostró a la donzella. Y en la mañ ana caualgocon su ge nte, e fuesse p ara do quiso, e al ter cero dia, como ya vos dixe, llego ay Bandem agus, e quand o hallo las chocas e las rama das, dixo a la donzella que traya consigo:«DonzeUa, holguem os aqu i en estas chocas yaoy, si fallaremos a quien conozcamos, e sipudiéremos saber quien las fizo en tan estra-ño lug ar» . Y estonce se fueron alia, e no ha llaron honbre ni mu ger; e auinoles tan bien,que hallaron en vna de las chocas quantoouíeron menester para si e para sus bestias,que la compaña de la donzella del Lago ay

dexaran, porque no lo podian cargar a suplazer. Y ellos fueron alegres desta a uen tura ,ca lo auian mucho menester; e apeáronse, edixeron que pues les auiniera tan buenaauentura, que querían holgar allí aquellanoche; e assi lo fizieron; otro dia de mañanaBandem agus se leuan to, e armóse de la lorigae de las brafoneras, e la donzella dormía, caera muy cansada de las jornadas que hizie-ran. Y Bandemagus salió de las chocas, emiro de vna parte e de otra si veria caualle-ros andan tes, que después que se leuantaua ne se armauan, e yuan a oyr missa ante queentrasen en el camino, si fuesse en lugar quepudíessen fallar clérigo de missa, e demásque los de la Tabla Redonda lo auian de fazerde todo en todo por mandado de la corte epor juramento, e los otros oaualleros lo ha-zian de costunbre.

CAP. CCCXXXIV.— Gomo Bandemagus fueespantado quando oyó la bóz que saiia delmonumento.

Dize el cuento que estando assi Bande

magus, parando mientes si veria algunayglesia do y ría a oy r missa, qu e vio v nacarre ra por do la donzella del Lago e su conpaña fueron a la cueua do Merlin quedo soterrado e biuo, y entro en aquella ca rrera , efue por el rastro fasta qué entro en la cueuae fallo la puerta de fierro que vos dixe, yestonce entro e miro a todas partes, e dixo:«¡Santa Maria! ¡Que buena casa e que hermosa es!!» Y el esto diziendo, oyó vna boztan espantosa e tan fea, como de honbre queyaze so tierra, e miro a derredor de si, e novio cosa, e marauillose mucho, fue tan es

pantado e dixo: «Ni por miedo no dexare de

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B A L A D R O D E L !

ver do vieae esta boz»; e asmo que en aquella cueua era donde la boz salia, e fue a otrapuerta de fierro, e su espada en la mano, eabrióla, e quando entro dentro e vido aquella cosa atan buena, e dixo en su coraconque era parayso aquella cámara, pero vuo

miedo de ser encantado, porque vio tan fer-mosa cosa en ta n estraño lu ga r. E q uandovio el mon umen to marauillose ma s, que nunca otro tan fermoso viera e tan rico; en lacámara au ia vna gran lum bre, e tenia tresfiniestras de suso mu y bu ena s, e desque vidoel monumento fue contra los pies del e vioen la canpana vnas letras que dezian: «AQUÍYAZEN LOS DOS AMADOEES» . Y ei pensando enesto quien podrían ser los dos amadores, oyóvna boz que dezia: «jAy catino! ¿Por quenazi?» E desta boz fue el espantado, que nosabia que fiziesse ni que dezir, ca bien vio

que aquella boz salia del monumento, equisose yr, pero dixo el: «Gran verguencame seria estar en tal lugar do tal cosa oyessee viesse, si no supiesse donde sale esta boze que cosa es». Estando assi pensando de loque veya, y estando espantado, oyó otra bozdentro en el monumento, que dezia passo:

CAE. CCCXXXY. - Gomo Merlin fablo aBandemagus, e le dixo que no ouiessemiedo.

«Bandemagus, no ayas miedo de mi, ca

no te vern a ende m al.» E qu ando este oyóesso, esforcose mas e hablo atreuidamente,e dixo: «¿Quien eres tu que me conoces esabes mi nonbre e tal duelo fazes? ¿Eresmuerto o biuo? Cierto mucho me marauillode ti, e por Dios dime tu nonbre e fazmecierto de tu fazienda que cosa eres» . Después salió del monimento vna gran boz muydolorida e mucho espantosa de oyr, e fablomuy caramente, e dixo: «|Ay Bandemagus!Sabed que yo soy el mas desuenturado hombre del mundo, e verdaderamente assi es,quando yo por m i seso hize qu e mu riesse tancrudamente; ca yo me mate e me confundi,que fize y enseñe a la mas mortal enemigaque yo auia en el mu ndo por qu e me p udiesseella matar; pues ¿pareceos si fue esta granmala ventura? Cierto si, quando yo enseñemaña de mi muerte e yo me mate». E después que esto dixo, dio otro balido doloroso;y estonce sé aseguro mas Bandemagus, edixo assi: «Pues eres hombre, ¿como fuysteencerrado en este monumento?» Y el dixo:«Yna donzella, fiando yo en ella, en qu©nunca falleció deslealtad, a quien yo fizemucho bien e mucha ayuda, la que yo masamaua que a otra cosa, me encerró assi; ca

SABIO ME RLIN 151por su seto ni por su saber no lo pudieraella saber; mas yo la enseñe por que ella metruxo a m uerte». E Bandemagus dixo: «Agora me dezid como auedes nombre, ¿quiensoys?» «Ay Bandemagus, dixo la boz; tu meviste ya muchas vezes en gran hon rra e muypreciado, ca el mundo me tenia en parte porseñor, e crey an todo lo que yo de zia assi comosi Dios lo dixesse, mas a ti no me quieroencobrir, que yo soy Merlin, el que tu muchas vezes viste en casa del rey Artur, etodos los que m e vey an me tenian por el ma ssesudo honbre del mundo; mas cierto yo fuyende el mas loco y el mas alongado honbrede seso que en el mun do nació, ca yo enseñee mostré a mi enemiga como me pudiessematar, e por esto fuy yo el mas loco honbredel mundo, que yo mismo me mate por elmal recaudo mió, e yo mostraua a los otroscomo se guardassen y el mi mal no supeentender ni guardarme del. ni quiso Diosque lo supiesse; e cierto, bien podreys deziral rey A rtur que en la m i mu erte perdió vnode los mejores amigos que el auia en elmundo; e cierto el reyno de Londres mefallara mucho menos quando le seré granmenester, ca si yo aquel tienpo llegasse, noseria destruydo el reyno de Londres como loha de ser.»

CAP. CCCXXXVI.— Gomo Bandemagiis fablo con Merlin, que esterna encerrado en elmonu mento, e de las muchas raxones quefoblaron.

Quando Bandemagus esto oyó, fue muymucho espantado, e dixo: «¿Como? ¿vos soysaquel sesudo Merlin que teniamos por profeta?» «Yo soy, dixo, M erlin , que ten iade s porel mas sesudo que otro honbre, mas yo notenia tanto seso como vos pensauades, ca yodiré por que ó ya vos lo dixe: Yo mismo metruxe é me mate». Bandemagus dixo a Merlin : «Agora no vos desconorted es, qu e yoabriré el monumento e vos sacare dende, si

vos al no tiene, ca si vos assi morides, seriagran daño;» e Merlin dixo: «En vano vostrabajay s ende en este monum ento, ca escerrado por encantamento tan fuerte, e porfuerea de palabras que son de tal natura,que no ha hombre en el mundo que lo pudiesse abrir. E por esto me conuiene de morir aqui, ca en el mundo no ha honbre mortal que me pudiesse dar vida, y esta campana no se mouera, ansi es encantada, por ca-uallero que ay venga, hasta que Tristan elbuen cauallero venga aqui, que me ha desacar de aqui». E Bandemagus le dixo:

«Agora me dezid, si vos pluguiere, quien es"

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1 52 L I B R O S D E (

aque l Tr i s tan , e y r lo he yo a busca r por vosl ib ra r des ta muer te , s i e l es ce rca de aquí» .E Mer l in d ixo : «Por agora no puede se r ,que e l es t an n iño , que aun no ha t res añosconpl idos , e juga con la t e ta ; e desque seade edad , aq ue l T erna aqu í por ver los mis

huessos e por ver es ta mi sepo l tu ra , e porl l o r a r m i m u e r t e ; a q u e l a b r i r á e s t e m o n u mento , e fas ta aque l t i empo que es te verna ,no, se ra ab ie r to . E aque l se ra t an buen caua-l le ro , que la su bue n cau a l le r ia , e sus bu enos fechos, e la su fermosura, e la su cortes ía , a leg ra ra todo e l m un do . Y es to s in fa l ta ;m as no lo veré y o , e pés am e m uch o, e porb ien auenturado me te rn ia que fo lgassenmis o jos en ver t an buen caua l le ro que e lse ra , e todo honbre deu ia desear de lo ver» .« A y M e r l i n , d i x o B a n d e m a g u s , p u e s m e d e c ides que tan buen caua l le ro se ra aque l

Tr i s tan , e por su bondad e por su caua l le r iase ra todo e l mu nd o en a legr ía y en p lazer ,por Dios , dez idme tan to , s i os p laze , que lopuedo yo conocer quando fuere ca ua l le ro» .E Merl in dixo: «Assi como se conosce el lu-zero en t re l as es t re l las , que es mucho mayore de mayor lumbre que e l las , y es mas c la raque las o t ras lumbres que son de noche , ass iparescera Tr i s tan sobre todos los o t ros canan e r o s . M a s t a n t o s a b e d v e r d a d e r a m e n t e q u ee l aura dos caua l le ros en caua l le r ia , y e l vnosera poco m ayo r qu e e l e se ra su pa r ; y e lo t ro se ra mejor que e l . Pero Tr i s tan , en e l

mundo de los caua l le ros es t raños en bondady en toda caua l le r ia , no se ra t a l como e l ,saluo estos dos, mas todos los passara Tris-t a n e n b o n d a d e s » . B a n d e m a g u s d i x o a M e r l in : «Pues vos dez i s que es tos t res se rán tanbuenos caua l le ros que passaran toda bondade caua l le r ia a todos los o t ros , e puesd ix i s tese l nonbre de l vno , dez idme e l nombre de losdos» . «N o fa re» , d ixo Mer l in . E despuésque esto dixo, dio vn baladro de gran dolor eg r a n c u y t a ; e B a n d e m a g u s v u o d e l g r a ndue lo , e s i lo pu die ra a cor r e r , de grado lof lziera . E Merl in fazía su duelo m uy gr an de

d e n t r o . E B a n d e m a g u s l e p r e g u n t ó : « A yMer l in , buen caua l le ro amigo , t an to me de-z id , s i os p laze : La Tabla Redonda , que seirze por vues tro consejo, ¿que sera del la?»Mer l in d ixo : «El la en t ro en muy gran honra y en gran alegría y en ta l a l teza, e serade tan gran poder , que auran las gen tes quefablar para s ienpre; e todos los buenos caual le ros de l mundo que se p rec ia ren la ver -na n a ver , y e l que ende fuere conp añero ,se t e rn a por b ien an da nte . T quand o fuereen la mayor honra y en e l mayor poder , es t o n c e c o m e n c a r a s u v e r g u e t a , e v e r n a s u

a b a x a m i e n t o , e c o m e n t a r s e h a n t o d o s l o s

G A L L E R Í A Shombres buenos a perder ; y en aque l t i empose l l am ara e l rey A r tu r , r ey ca t iuo luengot iempo, e deseara su muer te ; y en aque lt ienpo fal lecerá toda la f lor de la caual ler iade todo e l mundo. E los reynos de Londres ,que tu p res to veras conpl idos de toda buena

ve ntu ra sobre todos los reyn os de l mun do,to r na ran es tonce a g ra n do lor e cuy ta , e agran t r i s teza ; e l as madres l lo ra ran los f i jos ,que mor i rán con gran do lor , e toda t r i s tezaverna es tonce . Mas sabe que aque l t i enpo novera- ; tu; ca aquel que no ha miedo ni ver-gue nca a n in gu no , enb ia ra por t i» . «AyM e r l i n , d i x o B a n d e m a g u s , e d e l r e y A r t u r¿que dezis? , ¿podra rey na r luengo t ienpo?»«Si , d ixo Me r l in , e se ra m uy men es te r a lm u n d o d e r e y n a r m u c h o , c a t o d o e s t e m u n do valdrá poco s in el , ca el en su vida vsaraluego de a legr ía e de buena ven tura , e mu

chas buenas cosas y es t rañas que le acaesce-ran ; mas enc ima nascera fuen te de lagr i mas; su termino sera en el doloroso dia enque los que que dara n de la Tabla R edondaauran f in ; e aque l d ia se ra bueno de sangre ,e de t r i s teza , e de mor ta l p esar . Aq ue l d iae n t r a r a s a ñ a e d o l o r , e r e y n a r a v e n t u r amala por s ienpre . T aque l d ia verna la ventu ra sañu da , e aque l d ia se rán los o jos a ta dos con pañ os , que no ver án . E aque l d ias e r a l a v e n t u r a m a d r a s t r a a l m u n d o . E t e d o sen aqu e l t i enpo se rán bap t izados en s ang rede honbres ; a l l í se mata ran hermanos vnos a

o t ros , y par ien tes a par ien tes , y e l padre a lh i jo y e l h i jo a l pa dre . E no se t em erá n n iauran verguenca e l vno a l o t ro . E a l l í noauran s ino cuyta , e después que e l padrediere el golpe al hi jo malo e mal fecho, fer i -ra luego e l padre ; después de aque l go lpemor i rá l a ñor de la caua l le r ia , e todo aque ld ia se ra en due lo e en muy gran pesar , t an toq u e n o l o p o d r í a p e n s a r h o m b r e n i n g u n o ; ye l mundo todo deu ia de rogar a Dios omni po ten te que no v in iesse tan t r i s te y t ana m a r g o d i a . A q u e l d i a s e r á n t i n i e b r a s e n o che escura ; más todavía ass i aura de se r ; y

es te daño verna en las t i e r ras por ocas ión dela reyna Ginebra , e por l a mald ic ión de lamald i ta s ie rpe que a l rey parec ía en v i s ión» .E d espués q ue M er l in es to e o t ras cosas d ix o ,ca l lóse . E a cabo de vna p ieca to rno a hazer ,su due lo muy ' fuer te . E después que la dexod e h a z e r , B a n d e m a g u s l e d i x o : « Y o m e t e n go de combatir con Cliades el arreziado; ¿quem e dezis dello? ¿poderlo he vencer?» «No,d ixo M er l in , ca e l es m ayo r e mejor caual le ro que vos , y mucho mas a r rez iado . E sa bed que s i vos os combatís con el en estaedad que agora es tays , que vos mata ra» ; e

Bandemagus d ixo : «Pues ¿que haré? ca toda-

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B A L A D R O D E Lvia me tengo de conbatír con el, queriendo ono». Merlin dixo: «Bandemagus, yo vos dirécomo fagays, e si en otra guisa lo fazeys,sereys muerto. Yos andays demandandoCliades por lidiar con el, e otrosí lo buscaMorloc de Irlanda fasta que lo falle; e vos

punad de auer amor e compaña de Morloc. ebuscaldo hasta que lo haileys; y desque to-mardes con el conpañia e vos fallardes conCliades, dexad tomar la batalla a Morlocantes que vos con el os tom eys; e sabed queMorloc ha de matar a Cliades. Yvuestra demanda acabada, y en tanto os po-deys tornar a la corte del rey Artur sin ver-guenca deste pleyto quando quisierdes. Massi assi no lo hizierdes, andays buscandovuestra desonrra. Por ende vos consejo quelo fagays, que no lo podeys hazer en otraguisa sin recebir muerte». Y Bandemagus

dixo que assi lo faria. Y Merlin dixo: «Bandemagus, si" te fueres a la corte del rey Artur. dile de mi parte que es preso su sobrino Oraluan, e que no puede ser libre sino porsu hermano Gariete. Y agora mire comohaga presto cauallero a Grariete si quisiereauer a Graluan»; e después que M erlin estodixo, callóse, e a. cabo de vna píeoa preguntoBan dem agus: «Merlin, ¿quien fue aquellaque vos aquí enter ro tan fuerte, que no ospuede hombre dar consejo?» E Merlin dixo:«Yna donzella que yo vi en mal dia param i; y ha nonbre Nemina, y es natural de la

pequeña Bretaña. Mas llamanle la donzelladel Lago, que yo en mal punto conocí parami e para muchos hombres buenos, a quienhace gran mengua, y en tal (') hora vi suconpaña, ca ella me faze morir a gran dolory cuyta». E desque esta palabra dixo, callóse , assi que ning una cosa que Band ema gus lepregunto no respondió. Y Bandemagus es-tuuo ay fasta medio dia; e a esta hora vinovn gran tronido con relanpagos e piedra ya£'ua, y escuridad tan grande, que parecíanoche escura. Y Bandemagus cayo en tierra,e perdió gran pieea de su entendimiento.

CAP. C C C X X X Y I I . — De las espantosaspalabras que dezia Merlin ante de sibmuerte.

_ Vn poco después de hora de n ona , dio Merlin vn baladro grande e vn gemido tan espantoso, que Bandemagus vuo muy granmiedo, e a cabo de vna pieca hablo muy espantosamente, e no en boz de honbre, masde diablo, e dixo: «¡Ay mala criatura, enga-

( ') Quizá: «mal».

S A B IO M ER LIN 153ñosa e vil, e fea, e maldita, y espantosa dev e r é de oyr en tal auenturado e de mal son,que ya fueste flor de beldad e fueste en labendita silla y en la yglesia celestial contoda alegría e con todo bien conplidamente!¡criatura maldita, e de mala p>arte, e desco

nocida e soberuia, que por tu orgullo quisoesto ser en lugar de Dios, e por ende fuestederribado con catiua e mezquina conpaña! ¡equanto te [mudo] del lugar de alegría e deplazer por tu culpa y mérito en tinieblas y encuy ta, que nu nca le fallecerá en nin gú n tien -po! Y esto has tu ganado por tu orgullo e soberuia, cosa maldita e mala criatura, que mefeziste contra razón, pues que ves que assime oluido Dios e de mi no quieres parte eletus seruientes, e fazesme mala fin auer, cayo soy tu carne; ven e tómam e, ca de 't i vinepor mi mala ventura, e a ti me quiero tor

nar; e soy tuyo desdel comiendo, ca sienprefiz tus obras,, ca yo no qiiiero ni amo sino at i , e a ti ruego que nome dexes. ¡Ay infierno, que siempre estas abierto para mi e paraotros, alégrate, que Merlin entrara en t i . ea ti me vo derechamente!»

CAP. CCCXXXVIII.—Del gran baladro quedio Merlin, e de como murió.

Quando Bandemagus esto oyó, fue tan espantado, que no supo qne hazer; santiguósemuchas yezes de las grandes marauillas queoya, e dixo: «Desde oy mas, mas me quieroy r de a qu i; con todo no quiero, sino quiero esperar, por ver en qual guisa finara Merlin».Y el assi estando delante del monimento,vino tan grande tronido e pedrisco, e tangran ruydo y tan espantoso, y tan gran escuridad, que no veya ninguna cosa mas quesi faesse de noche escura, maguer que eravn poco an te de non a. Y oyó en la casabuelta e alboroto tan grande, como si esto-uiessen ay mil honbres que diessen todos lasmayores bozes del mundo. E auia muchasbozes feas y espantosas, de que Bandem agusvuo tan g ran m iedo, que no se pudo teneren los pies, e paresciole que le fallecía eleoracon. e toda la fuerca del cuerpo le men-guaua, e pensó luego ser muerto, tan granmiedo vuo. E assi estando en tierra , oyó vnbaladro grande, como si mil bozes fuessen deso vno, las m ayores que pudiessen ser, yauian vna boz entr e ellas atan gran de, queparescia e ntre las otras que allegaua al cielo,y dezia mucho abiertamente: «¡Ay mezquino ! ¿por que nas ci, pue s m i fin fue de ta l

ma nera e con gran dolor?; Ay mezquino M erlin! ¿do vas tu a perderte?» Y estas palabras

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154 L I B R OS D E CA B A L L E R Í A Se otras m uchas que á ixo sobre esto acabadas,callo, e alli murió assi.

E sepan todos los que esta historia vieren ,assi los ricos como las otras g en tes, q\ie aq uelbaladro que dio Merlin, que fue oydo sobrelas otras bozes, que sonó tres leguas a todaspartes, e oy dia están y los padron es quenombres buenos ay pusieron en aquel tienpo ,y estaran ay por siempre, por que sea sabidopor do fue la boz, e fasta do lego el sonidodella; ca sin falta esto fue gran marauilla, elas candelas que el fiziera sienpre arder deluengo tienpo que tenían los reyes treze quemato el rey Artur quando venció a Ñero,hermano del rey Eion, amatáronse; otrasmuchas cosas que acaecieron aquel día quelmurió, que tuuieron los honbres por marauilla gr and e. E por esto llaman este libro enromance: EL BALADRO DE MERLIN, que serade grado oydo de todos caualleros e honbresbuenos que del oyeron fablar, ca los buenoscaualleros de aquel tienpo nunca fazian villanía ni la dirían si lo entend iessen, peroque todos no guardauan esto, mas mucho oscontare de grandes noblezas e de grandesbondades de c aualleria e ardim iento, e cosasestraña s qu e flzieron los buenos caualleros dela Tabla Redonda e muchos otros, que hon-bre no podría contar de quanto ellos flzieron,e esto deuisa bien la hystoria del sanctóGrial, que es de creer e uerda deram ente lo

que viere que es de poner en este libro, estoporn e, e assi como los grande s cauallerosflzieron, e las grandes proezas de Tristan, ede Langarote, e de G-alaz, y de los otros caualleros de la Tabla Redonda; e los buenoscaualleros escucharan de g rado este libro,por muchas cosas y fermosas e buenas queoyran del palacio e de cortesía, que los buenos caualleros flzieron en aquel tien po; e losbuenos que se nonbrar quisieren de las proezas y de las cortesías que aqu este libro hab la,tirarse han afuera de hazer villanía, ni dehazer cosa que le mal este; mas esto digo de

los buenos, mas no de los enbidiosos e malos, e brauos, e profacandores e m aldicien tes,y de mala verdad e mentirosos, e que metendiscordia y desamor entre los grandes señores e los sus vasallos; onde los grandes señores se tienen por engañados m ucha» vezes;e para estos caualleros tales, no fue estelibro fecho, ni hizo dellos mincion, ca valdría por ende menos, saluo a lugares quedize de algunos forjadamen te, mas los altos y buenos lo verán e loaran lo que con-uie ne, que g uar dar an en sus cor acones cor-tesia_ e verdad, e mesura, e bien hazer e

seruir a Dios, y m eterán todas estas cosas enobra.

CAP. CCCXXXXX.—Como Bandemagus seleuanto e salió d e la cámara muy espantado.

Quenta la hystoria que se esmoreció alliBandemagus del gran baladro que óyo, queand uu iera tre s leguas m ientra el assi es-tuuo. E quando acordó e fue en su seso,abrió los ojos, e vio toda la escuridad yda, elas bozes no sonauan, mas la cámara olíamuy mal, que no podia peor. E yrguióse, esalió de la cámara a gran passo muy espantado, que nunca ouiera miedo que le a estoacostasse.

CAP. CCCXL.— De como Bandemagus fallomuerta a su donzella, e del grande espantoque, ouo,

Luego que Bandemagus salió de la cámara, fuesse para do dexara a su donzella. Equando la vio, hallo que estaua muerta, yque muriera por miedo de los baladros; eBandemagus cuydaua que estaua amortecida, y desque vio que era muerta, ouo dellomuy gran pesar, e dixo: «¡Ay Dios, quemalauentura es esta! ¿Quien vio nunca tang ra n ' marauilla?» E cato e vio vno de suscaualleros muertos, e dixo: «¡Dios señor,como he gran cuyta e gran pesar desta donzella, que assi se murió por tan malauentu

ra!»; y desi partióse de alli, e fuesse parala corte del rey Artur, e contole todo loacaescido de la muerte de Merlin, y el mandólo poner en scripto.

CAP. CCCXLL- -De algunas profecías que elsabio Merlin dixo antes de su muerte (').

Desde diez e nueue fasta en veynte vno etres dias del mas del millar e los trezientoscínquenta años de mas de la era de JesuOhristo, en estos tienpos, en los canpos deItalia, en la cabana de Romulo el pastor,

sera tornado el león muy cruel, e no se far-tara, e romperá las greyes de sus ouejas porquatro partes, e los sus dientes ensangrentaran, e la su lengua emponzoñara, e concuyta el can passariño ladrara todos losmontes Perineos; e allende en las basurasde los mares, en la conquista del sancto(Mal, espantaran de la cabana el ganado, yecharle ha fuera a su razón, assi estonce¿que faran, que no fallaran agua en la fuentede piadad?, y en este tienpo passara la lu-

(4) El capítulo no puede ser más oscuro, pero creo

ver en él ciertas alusiones á la minoría de Alonso XIde Castilla, que sucedió á su padre Ferna ndo I Ven 1312, y de quien fue tutora dofía María de Molina.

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B A L A D B O DEL S A B I O M E R L I N 155

cenc ía menor en los bracos del cangre jo dela mar, y el d r a g ó n t i r a r a su l u m b r e , y enestas oras las alas sin cuerpo bo la ran sobrel a s m o n t a ñ a s de L u c e n c i a , e vn lobo sel e u a n t a r a , e c o m e r á el fijo del l eón coronad o y a z i e n d o d u r m i e n d o , e vna mala bes t ia

c r u e l m a t a r a el fijo de la loba rab iosa , dur m i e n d o en la fuen te de v i n o , e fa ra g ranm e n g u a en los c a n p o s ; y en pos des to uer-n a n m u c h a s l a g r i m a s ; en la c o n q u i s t a delsancto Grrial, los lobos comerán las oue jas , yel can s e r a en a y u d a de los lobos, mas nod u r a r a m u c h o su p o d e r ; y es tonce las c r u e les bes t ias sa l i ran de sus c u e u a s , e p e r s e g u i r á n los g a n a d o s y el v e r d u g o del b r a c o nos e r a r a y z , ca sera seco e sin fruto; la l e o n ade mol ina dará lugar en la p u e b l a , e losverdugos f rac ines sa l i ran sobre la t i e r r a , elp r i m e r o con m u c h o s r a m o s e con m u c h o

fruto, mas l u e g o se s a l i r a n , e se ra podadode las bes t ias , e fazel las ha f u y r a l l e n d e losmares ; es tonce las o u e j a s f u y d a s t o r n a r a n asus pas tos , e no t e m e r á n l o b o ni l eón ; peroe n el t i e n p o de v e y n t e e vno, en la p r i m e r acufar , se rán dos c u e r p o s s u s a ñ e s a y u n t a d o se n la t i e r r a , g r a n p e c a d o r a de sus d a ñ o sdec i ra , e no se rán mos t rados fas ta el s e g u n do t i enpo , que se m o r d e r á n los canes fastaq ue la t i e r r a c u b i e r t a de s a n g r e , que s e r aestonce de las c i b d a d e s , que su poder se ratornado en f e n b r a s , p u e b l o sin conso lac ión ,arboles sin f ru to , p iedras secas e d u r a s , e

no c reerán en las y g l e s i a s ; ¡e a lead vues t rasm a n o s al muy al to señor! ¡É conosced vuest r a s d u r e z a s con fuen tes de l a g r a m a s eques t iones malas ! ¡Dad abs t inenc ia a v u e s t ros cuerpos , e a m a r g a d v u e s t r o s s a b o r e s , ehazed vues t ras o rac iones a la s a n c t a v i r gen , an te que u e a d e s los t o r m e n t o s d e s t o st iempos!

Aqui se acaba el primero libro de la demandadel 8ancto Grial.

AQUÍ COMIENCAS LAS P R O F E C Í A S (*)D EL S A B IO M E R L I N , P R O F E T A D I G Í í I S S U I O .

Estando Merlin vn dia en el palacio del rey

Artur, e muchos grandes con el, Merlin dixo al

rey: & Señor, yo quiero descubrirles algunossecretos de cosas que están por venir, e por que

todos ayan parte de lo que dixere a vuestra

(') Consideramos estas sibilíticas Profecías comocosa interpolada posteriormente á la composición, del

Baladro. Las reproducimos, sin embargo, siguiendola edición de 1535.

excelencia, suplico me mande poner vna sillaen el canpo, porque alli, a manera de sermón,declarare a todos lo qu e por inspiración diuina,estando en la Gran Bretaña, cerca la cibdadde Londres, me auino, E aunque no os parezcatan bien como podría, no lo tenga vuestra exce

lencia por malo, que cierto se que no le pares-cera mal. No porque ello en si no es muy bueno,mas porque nofábla de las cosas destos reynos,no le parescera tal, Pero fallare de España la

fértil, porque sera tierra en que mas conquistase variaciones de príncipes aura, e assimesmo de

pueblos, porque las gentes de España seránferoces y esforgados. E assimesmo fablare de

algunos otros reynos e prouincias. E todo lo

que dixere crea vuestra excelencia que sera assicertissimo, que cosa mas cierta, no aura; e porque todo lo que dixere, el justo juez vniuersalsobre todos lo gouiema e ordena, como ordena

la recta justicia, me mando que lo notifique ydeclare con vna espada en la mano, porque,assi como con espada se fazen las justicias, assicon espada se executara lo mas de lo que declararen. Estas e otras cosas muchas declaraMerlin al rey Artur e a los grandes de su corte.El rey, oydo lo que Merlin dixo, respondió que

faria todo lo que dezia, para ponei' en obra lo

que prometía dezir, e mandólo concertar paraotro dia; e rogo a Merlin que lo que d eclarasseno fuesse oscuro, sino muy a la clara; «.quetodos sientan lo que diwerdesv. Respondió Merlin que faria lo que mandaua. Pero que las

cosas de profecías no podían ser sino en algooscuras. Assi otro dia, ante todo el pueblo que

se junto, fizo sus profecías de las cosas que

estauan por venir,

«E n la Gran Bretaña, cerca de la cibdadde Londres, estando lauando mis manos e mi

cara en vna fuente que estaua de cara Oriente,pensando como por la gran sabiduría de mi

padre, e por el otorgamiento del alto señor que

lo derribo del cielo al profundo del abismo, yo

auia fablado algunas cosas de las que auian de

venir en algunas partes del mundo, señaladamente en España, fasta la era de mili e quatro-cientos y sessenta y siete años (1) de la Encarnación de Nuestro Señor Jesuchristo.

Menbrandome apartadamente de como era

hiena tierra y nobles reynos esta España, e

partida mas abondosa, comencé a pensar e auercuydado sobre algunas cosas que en ella auiande venir. E por ende reueyendome en el altoseñor e poderoso de todo lo que fue ay, es e ha

de ser mas que otro alguno, no podría hazermal quel sieruo desvarado por sienpre catino.Ga yo alcance del señor, por su merced, lo mas

(') Esta fecha de 1467 indica la modernidad de lasProfecías; el Baladro esmás antiguo.

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1 56 L I B R O S D E

cierto. E los que en aquel tiempo fuesen nasci-dos e biuos, auran por ciertas las palabras demi boca, por gran sabiduría del mayor señorde todas las que me dio mas que a otro alguno.

Como en medio de España es el mayor corporal e mejor reyno e nobleza de todo lo otro,

Vn noble rey sabidor en muchas cosas, fijo

del sancto no publicado, mas en su vida y ensus fechos redemira al su engendrado, comosera ahaxado por sus pecados, y sera corrido eapartado en la cibdad de los palos, assentadasobre las aguas, la qual fue poblada del granRoma no, ahondada de todos los bienes, y seradesconocido e cruelmente apartado y desampa rado e robado de su forma e costilla, e carne d esu carne ( ' ) . E sus bramidos sonaran por formade blasfemia. Su fama sonara dolorosa comode león llagado en las tierras de los francos yde los paganos; y en las tierras llegadas alderredor de sus i eynos. E su gemido llegara a

la oreja del gran toro bermejo, que en estetiempo sera muy ap oderado en la fe católica, eno le acorrerá ni tornara por el. y le terna fe.Pero alli morra en gran cuyta desamparado detodos los suyos, e mas del que lo mas deuia temere honrar. Ca esto le auino por su pecado, e porque quiso reprehender el su alto criador que lo

•fizo e lo crio. Por lo qual, sábado a hora detercia, este rey don Alonso estara en Ja dichacibdad de los palos, que sera después dichaSeuilla, Jijo del sancto no publicado, rey donFernando, que ganara esta dicha cibdad; después que ouiere oydo missa entrara en su cámara

a fazer oración a nte vna ymagen de sanctaMaría, segun^ que lo aura de costunbre. Y elestando en oración, venirle ha a desora vn resplandor de muy gran claridad, que le pareceráde fuego; y en este resplandor aparecerle ha vnángel, muy fermos o, e luego que el rey lo viere,sera muy espantado, e dezirle ha: ^Conjurótede mi señor Jesu Ghristo, que me digas que cosaeres, si eres spiritu bueno o malot>\ y el ángelle dirá: <iNo temas, ca mensajero soy de Dios,que vengo a ti?>; e dezirle ha assi: <s.Miem bratemuy bien que en tal dia como oy, tu estando enesta dicha cibdad ante muchos, com entaste a

dezir blasfeman do, e dexiste que si tu estuuierascon Dios padre quando formo el mundo e todaslas otras cosas que en el son, muchas menguassefizieron que se no fizieran; de la qual cosapeso muc ho a Dios padre, e ouo dello muy gransaña; por esta razón dio luego sentencia contrati, que assi como tu desconociste a el que te crioy te hizo de nada, y te dio honra e señorío, queassi tefuesse desconocido, e quefuesses cay do eabaxado de la honra que tienes, e que assi acabases tus dias; la qual sentencia assi dada, fue

H Alude á D. Alfonso el Sabio.

A B A L L E R I A S

luego reuelada a vn frayle agustino que estauaen Molina estudiando en su celda para vn sermón que auia de fazer otro dia. Y este frayledixolo luego al infante don Manuel, y el vinoluego muy presto en siete dias . a la muy noblecibdad de Seuilla; como aquel que te amaua,preguntóte si dixeras tal razón, e tu le dixiste

que si dixeras. De lo que ouo don Manuel granpesar; e afrontóte que te quitasses dello, y quedemanda sses dello perdón a Dios, e tu no lopreciaste; epor que conozcas el poderío d e Dios,que es muy grand e, e quando el pecador searrepiente, la su sentencia es verdadera e cun-plída e acabada, e no se puede contradezir, assicomo es agora a ti, y sera lo que dixere o fizierei n s é c u l a s e e u l o r u m . A m e n .

Otrosí: sepas que la maldición que tu distea don Sancho tu hijo, por la desonrra y desconocimiento que contra ti hizo, sepas que el altoseñor que te ha otorgado a el e a todos los que

decendiran del, que sean echados e abaxadosdel su señorío, en guisa que a tienpo uerna quelos que con el fueren querrán mucho que seabriesse la tierra e los acogiesse en si. Lo qualdurara fasta la quarta generación que deseen-dirá de tu fijo don Sancho; y dende adelanteno aura del árbol derecho de la su liña quienaya el beneficio del señorío, e sera la gente delen gran quexa, en gídsa que no se sabrán aconsejar ni que honra tomar; lo qual recebiran portus pecados. Otrosí mas conplidamente por elyerro y pecado que tu hijo e los del reyno hizie-ron contra ti. E aquesto passado, Dios enbia-

rales saluacion de parte de Oriente, muy noblerey Idóneo acabado, fundado en justicia entodos los bienes, e bondades, e noblezas que arey pertenesce; y sera noble a si e al pueblo, ea los huessos de los romanos que yazen en loscimenterios rogaran a Dios por la su vida epor la su buena uentura. Y el trabajara muchopor cumplir lo menguad o, e para esto cumplirsera acorrido e amado del alto señor, ca el lomerecerá mucho; en tal guisa sera, que los suspueblos oluidaran los trabajos passados, comoquier que llegaran ante desto a muy gran mengua. Otrosí sepas por cierto, que por la oración

que tu feziste continuamente a la virgen gloriosabienauenturada santa María, madre de Dios,desde que ouiste diez y siete años fasta oy, ellarogo muy afincadam ente al alto señor su hijopor ti, que te tirasse la vida enuergon<¡ada etrabajosa en que biuias, y el alto señor, porruego de la sienpre virgen su madre, tiene porbien que de oy en tréynta dias cunplidos, partala tu alma del cuerpo, que vaya al purgatorioque es buena esperan ca. Y después, quando elseñor ouiere por bien, yra a la gloria perdurable, en la qual no aura fin.»

Estas palabras dichas, partwse ha dende el

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B A L A D R O D E L

ángel, e no le dirá mas. Y el quedara dende espantado gran piega, e yrse ha dende muy apries-sa; e abrirá la puerta de la cáma ra, e hallara

fuera los quatro capellanes suyos que el nuncalos desampara. E aura gran parte con ellos contodos sus trabajos, y rezara sus horas, e mandar

les lia tomar tinta y papel, e hazerles ha escrivirtodo lo suso dicho; y en todos los días de la semana se confessara e comulgara de tercer entercer dia; en los d omingos no comerá mas detres bocados, cada vn dia no beuera mas de vnavez de agua, e fara su testamento e cabecalerós.Y el plazo de los XXX días cumplidos, saldrádeste mundo según que el ángel le dixo.

En aquel tienpo maestre Antonio, profundado en la sanctafe catholica, e muy amadorde Dios, supo como Merlin era en la GranBretaña, e fablaua en los fechos que eran porvenir, e fueronse para aquella tierra donde supo

que era el sabio Merlin, por saber destos fechosque dezia, si era obra de Dios y del su sanctofijo; fue disputar con el por ver y sabe r si estascosas que el dezia si eran ciertas. E otrosí eramuy profundado en la sancta fe catholica y enlas obras de nuestro señor Dios y del su sanctofijo. E maestre Antonio disputo con el en todaslas artes, y M erlin lo venció de sabiduría muyrealmente e sin enojo.

Dixo el sabio Merlin: «Maestre Antonio:Entrémonos aparte, e fablaremos en algunascosas que lian de contescer en España, y escre-uidlas en vue stro libro, e assi lo fallareys porverdad', e todas las conquistas de España comohan de ser partidas cada vna sobre si. Contrala parte de accidente, que era llama da la seluade la ocerja de las aguas fondas. E de la otraparte de Setentrion sera llamada Estremadura.E de la otra parte Oriente sera llama da lamontaña del dragón. E de la otra parte deMeñdian sera dicha la gran fwmera e baxurade los mares montes. Y en el corporal mayor deEspaña, es el principadgo mayor de todas estascinco partidas. E cada vna dellas sera partida sobre si.y> E quando el sabio Merlin fobloen los fechos de España, andaua la era deJesu Christo en C'CC e V años. En aqueltienpo departió las conquistas de España.

Dixo el sabio Me?din contra m aestre Antonio:«Sabed que todos los reyes decienden de sillasapartada s, e vienen todos por cuenta cierta, equanto ha de ser su vida de cada vno. Y estoshan de ser juezes puestos de D ios; e quantomengua la justicia de Dios en quanto no siruena Dios, que ningún pro les venga, e todos losque se atreuen a Dios a yr contra sus fechos, econtra las sus justicias, quítales Dios los diasde la vida. Y todos los que serán buenos en jus

ticia y en criar todo su ueblo, e ganar las tierras en que biuian, estos tales es su vida, cun-

S A B I O M E R L I N 1 57

plida, e Dios pagase dellos e de todo su pueblo;e sabed que los reyes que vinieren en el corporalmayor de España, auran contiendas con lasgentes bravas.»

Dixo el gran sabio Merlin contra maestreAntonio: «Sabed que dos reyes godos descendi-

ran en España de parte d e Oriente, que deDios serán embiados verdaderamente, e seráncabeca del reynado en el principadgo mayorde España, y sera dicho León. E todas lasotras conquistas serán subjecion deste poderío.Y estos señorearan las partidas de España, y

de aquellos godos descend/ran los reyes de laspartidas de España- cada vno por cuento vnoempos de.otro, assi como viene la generación depadre a jijo, hasta que llegaran a los cinq uentaaños de mas de los CCG C años de Jesu Christo.

En aquel tienpo se perderá vn rey de losgodos, que sera rey de España, e perderse ha

en aquel tienpo el linaje de los reyes godos. Porlo qual la nobleza e gran poder e principadgomayor de España llegara al punto de se perder.Y sera destruyela en aquel tienpo hasta los

puertos, de la gente mala e descreyda, e allysera fuerte e firme la cuytada de España. Ereterna ally la fe . Y por el su error, morra esterey abiltado, e sera comido de la sierpe rabiosa,que lo sacara del m undo terenal e crianga -y engendramiento de si mismo ( 1 ) . Y a los cincuentae ocho años de mas de los setecientos años denuestro señor Jesu Christo, se ayuntara n lasgentes de las tierras de Españ a e faran rey

entre si, e no sera del linaje de los reyes godos,e con este rey (*), e con su linaje e generación,defenderá esta conquista, e fasta que de lasmontañas salga vn león ( a) qu e cometerá las gentes branas con el ayuda del señor muy alto, epartirá las tierras con sus vasallos, e llamarseha cabega de condado. E con este conde e con sulinaje se defenderá esta conquista de España

fasta que sera cabeca de reynado.Vn rey aura en esta conquista de España que

casara con la hija del emperador de Alemania, e sera dicha: águila de Alemania ( 4 ) . Este

sera su numero en España. Y este tendera tresman tos, e ganara tres cibdades. E a los treyntae tres años, de m as del m illar de los años deJesu Christo, sera fecho este casam iento. Ydeste linaje decendira el enperio sobre el rey deEspaña. Y este sera llamado escorpión. E a losquarenta e ocho años, de mas del millar de losaños de Christo, este rey sera vencido de las sus

(') Alude á Don Rodrigo.I1) Se refiere á Don Pelayo, Opinan otros que era

de linaje godo.(s) ¿Alfonso I el Católico, duque de Cantabria? ¿O

Alfonso III el Magno, que dividió los Estados entresus hijos?(4) ¿Fernando II I, casado con B eatriz de Suabia?

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1 58 L Í B E O S D E

gentes bremas, $ a cabo de los cinquenta e nueueaños, de mas del millar de los setecientos añosde Ghristo, serán vencidas las gentes brauasdeste rey escorpión.»

Dixo el gran sabio Merlin que cinco batallasserán en España. Y las dos vencerán vassallos

de Mahomat. Y las tres vencerán uassallos deGhristo, y las quatro serán reyes con reyes; e lavna sera conde con rey, e vencerá el conde alrey. E a los trezientos e veynU e dos años, demas del m illar de los años de nuestro señorJesu Ghristo, saldrá este rey Escorpión delmundo terrenal {}); e después desto forgara eljabali a los del rey, e dezirle ha a reynar a lasconquistas de España e de Castilla. Y el suhijo aura nonbre lobo cerual. Este matara elcanalla de los pies aluos; y el su nieto serallamado gavilán del olmo. Y el segundo nietosera llamado leoncillo de Españ a. Y el tercero

nieto sera dicho león coronado de España; econ este se acaba ra la vida de los cinco reyesdel principadgo mayor de España. Cada vnodestos reyes entrara por cuento cierto.

España, criadora de la seta de Mahomad,sera destruyda por su pecado e por su granmaldad; leuantarse han las gentes vnas contralas otras en locura. E auran mucho mal emucho daño. Las sus fembras serán auergonca-das. E.destruyrse han los no merecientes. E losgrandes e muy poderosos esforzarse han en roboy en mal. E muchas cuytas sufrirán, que todosveman en desesperación-; ¡que mezquina de

España! ¡como seras destruyda por sostenerentre los enem igos de la santa fe catholical Lossostenedores della serán engendradores de destruyeron ( a ) . Sera de sus linajes e l cruel cuchillo del gran rabi agudo, que taja a dos cabos.

Verna el gran León en el tercero grado desterey corrido. E confuerga del coragon del gransigno de su nasciencia, e leuara e querrá leuarla nobleza de su rayz con la aecucia de la louaparda paridera como puerca; ay comengara lasu rayz de aborrecimiento a los pueblos; susgrandes ge lo fardn fazer. Ca el remediara alsancto no publicado en algunos de sus fechos;temido, e loado, e preciado sera de los que lerieren y oyeren. E la su gran nobleza, muchosla cobdiciaran ver con plazer de sus fechos.Noble se ra la su vista, sinyra aborresce dera desus gentes, muy preciadas e honrradas se gouer-naran en todas las tierras a do fuere. Gran (3)

(') Nótese que antes dijo que el rey Escorpión contrajo matrimonio en 10SJ3, y ahora fija la fecha de sumuerte en 1322.

I*) [Que gran verdad! •(3) Falta algo, aunque la mayor parte de las profe

cías son, por lo osearas, ininteligibles. A ratos,

recuerdan las lamentaciones de las Coplas d$ MingoEevulgo,

manterna. Muy gran conqueridor sera de lospuercos e jabalines.

Después desto, en aquel tienpo se leuantarael muy gran jabali, caudillo de muchas gentes,e passara la muy grande laguna sobre madera.Acompañado verna de muchos, enseñado sera en

saber en muchas noblezas. El muy alto señor leconsentirá passer por su quebranto. E fara susenforcadu ras fasta los cañabe rales; y el vno dela su costilla, el mas preciado, niebla rauiosalo arrebatara con rabia. Amenazadora sera porel gran jaba li con rabia; todo el christianismoquebrantado sera tres vezes ante del su moui-miento, que a los figados le calara. Y en muypoco tema los reyes de León, El qual seramouido e quebrantado con los sus puercos. Yel su gran orgullo sera batido por siempre, yembadurnados en sangre de sits cuerpos.

El gran León saldrá a el ayrado, e yra

acompañado de gente de tres coronas con lasuya. Ga muchas gentes serán llegados a el pormuchas maneras. E hallarlo ha cerca de lapeña del uenado, que corre mas que liebre, nique cauallo. E fallara el jabali acompañado demuchos puercos, e correrlo ha, e quemarlos halas algarradas, E muy terriblemente los sacudirá, y embardunarle ha en mucha sangre desus puercos, muchos dellos sin cuento. E quedaran muy destruydos e desanparados, e raydosde su lana, e la fortaleza del gran león eres-cera. E la grand nonbradia de su trabajo,muchos serán los despojos. Nonbrado sera en

las partes del mundo. Todas sus gentes menearan gran orgullo con muy gran ahondamientode soberuia con esfuerco. E quando las gentescuydaren venir en paz y en sosiego, e ahondamiento de folgura, fallecerles ha lo mejor. Cade otra guisa no se podra fazer ni cunplira midicho. É durara este fasta el cuento de mil etrezientos e quarenta e nueue años, que lo atrapara muerte rauiosa, al pie de la peña alta dela muy gran laguna pauorosa.

El conplidor de lo dicho sera el quatropollino, asno de maldad, conplido de toda cruel

dad, sus ojos e su coragon e sus entrañas ahondados de toda luxuria (*). Toda su tierra robaracon enemiga. Regarla ha con sangre de muchasgentes; su lengua sera semejante de sierpe enpon-qoñada; abundanga de su coragon sera con espinas veras enpongoñadas, atrauessaderas de todocoraqon, que la su vida sera en este tienpo convenino mortal espantoso fin; cuenta serán susfechos aborrescibles a todos quantos lo oyran, emucho mas a los que lo vieren. Destruydor serade las tres setas, conparado a los malos crueles,quales ante de nos nunca fueron fasta este

tienpo. El cabrón luxurioso lo emporna al escola ¿Aludirá á Don Pedro el Jwsbwi&tol

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B A L A D R O D E L S A B I O M E B L I N 159

miento de toda Inxaria e maldad. Arrepentirsequerrá e no podra, fallecerle ha en lo mejor, ehonrrada sera la su sepultura; muchedunbre deespanto sera en la noble tierra. E mucho conmiedo e con gran necessidad atenderán el cuchillo del rabí cruel. E muchas mugeres ahontadas

serán, e desonrradas, e gran mal, E sus abogados viuiran cabe el penados. Y esto duraradesde el tiempo de la hera de mil e trezientos esetenta e ocho años de la encarnación de nuestro señor Jesu Christo , fasta el onzeno año.

Vn pollino león se leuantara en este tienpo,perezoso, adormido, e con grandes llagas ( 1 j .Su aguijón sera el muy gran cauallero cruzado,buen religioso, e muy esforzado, e sabidor entodo bien, e muy virtuoso en todas las cosas. E

fazerle ha bolar sobre todas las partidas deEspaña. E su buelo no fara sombra negra, masclara com o cristal. E fijo vera de los cristales;

y el menor de razón e mas claro que el mayoicristal y sin maldad, sera ahondado de lana.Y encerraimento que muy estremedamente el

pollino asno de gran maldad. Y el pollino león,con gran esfuerzo del noble cauallero cruzado,e acucia del noble cauallero religioso, con acotecruel agotado con filos de seda, justicia deverdad castigara, e sacudirá el asno de granmaldad pollino, fasta que parecerá. Y echarloha de sus cueuás e del su pueblo raydo de sulana. E marauillosa cosa sera si le quedararabo ni orejas, e grandes ayudas e marauillosasaura al pollino león; e no sabrá por que yra

creciendo la su lana fasta la cima. Corona muypreciosa aura m as que los otros pasados. Erogaran los muertos por su vida; que Dios ge laprospere con muy gran razón abondosa denobleza. Y verdecerán todos los arboles, e loscanpos, que muy gran marauilla sera a los quelo vieren. Los quales el asno de gran maldad elleno de toda roña, con su solo bramido vuosacado e descortezado e del todo dañado e perdido como malo e pessimo, e sin ninguna virtudni bondad. E todos los que lealmente lo serui-ra n con franco e limpio coracon e nobleza purade justicia, estos serán muy ahondados e con-

plidos de todos bienes, e folgaran e reposaransin miedo ninguno. E Dios los acrescentara entodo e los amara. E nunca los desampara, e asus cuytas e necessidades los acorrerá; por suyosienpre le teman; e por la piedad e nobleza delpollino león, muchos desechados, que andaráncorridos e de todo desanparados, por la cruezadeste asno lleno de gran mal, ayna tornaran sinmiedo a su desechadura, e serán assentados econ muy grande honrra puestos en su desechadura. Las tres coronas le abracaran con granamor en vno, con el gran assosiego y herman-

0) ¿Enrique III el JDolientel

dad durable que nunca le fallecerá, y en talmanera sera este abraqamiento destas tres coronas, que quebrantara los colmillos de los grandes puercos jabalines, que malinamente U trataran, pensando de le dañar; e dellos aura queserán sacados para siempre, que nunca ay tor

naran. Esto por su gran crueza e dureza queteman en ellos; e muchos dellos ay aura quearrancara n las sedas rubias de sus espinazos, eque los embiaran con gran humildad, embueltoscon muy gran miedo, pensando de ser mas dañados de los que las sedas ranearan; e con estetemor e miedo yran, mas tarde tornaran. E Mercurio, e Cercites, e Júpiter, renouara n las sus

fazes, e fuerqas cobraran e mal procuraran contra los no merecientes.

En las estrechuras de España, de las partesde Oriente, vna honca del ala nascera delmudado enbuelto della. E de la desechada onca,

por gran milagro e liña muy derecha de justicia, e con grande sosiego e folgura reynara; cael león pollino no perderá por ella su prez, antela cobrara. E la no cobrada della traspassaralos mon tes Perineos, e las alturas alabaran ecodiciaran su aduenimiento, e aun no se ternapor peor el que por señor los aura. Los antiguos renouaran las sus mexillas, e plazera alos mancebillos oyr sus palabras de los fechospassados. Su nonbre durara por sienpre, cumplido sera en todos sus fechos, ca aura maraui-lloso entendimiento. Biuira diez años mas queninguno de los passados; quedara su linaje

desde el tienpo de la encamación de nuestroseñor Jesu Christo de mili y trezientos e cincuenta e cinco años.

Leuantarase el gauilan del olmo, e matara elleón brauo de las mon tañas. Y este abrirá los

puertos de España, y sera muy buen rey e muytemido de todas las gentes, e no reynara masde treze años, e saldrá del mundo terrenal.

En este tienpo que reynara el león lobo cer-ual que matara el cauallo de los pies aluos. Suhijo sera dicho leoncillo de Españ a. Y esteleoncillo aura vn hijo en la verga de la selua,mas antes aura vna hija. Y este fijo del leoncillo sera dicho León coronado de España,porque nascera quando reynare la estrella quees dicha Leonisa . Y esta estrella reyna ra acabo de los nouenta años. Y este nascera en elviernes primero del tercero mes. El que nasciereel primero dia o en el segundo o en el tercerodia, sera la su vida nou enta años, y este nascera en el tercero dia en el principadgo mayorde España. Y este minea sera vencido en batalla, e nacerá en la villa de Toro; e los padressaldrán, y el se criara en fuego y sangre; e seracriado en la cueua del canpo en los pies de lasmontañas; e criarle ha la malina e la Leona deMolina, e dará lugar a la onca, E a los qua-

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torze años sera este rey en gran peligro y escapara, e morirá estonce vno de su reyno muypoderoso. E a los veynie e quatro años de masdel millar de los quatrocientos años de nuestroseñor Jesu Ghristo, este león sera llamado rey,e andará por su reyno, e abaxara las cueuas de

los malos, e gozarse ha mucho con el todo supueblo e todo su reyno. E ste casara en el quintoaño con la onqa del ala d e Oriente. Y este leónquerrá que le conozcan señorío por todos susreynos. E quando este conplire tres sietes, echarael puerco gordo de Portugal, e fara condes ensu reyno, y entonces sera gran fuego en Españafasta que salga el morciegalo que correrá lasmoscas e tragarlas ha; e destruyra los canisesde España, y después holgara en paz, E aquise comengar a la conquista, e passara a Ceuta,e tomarla ha, e muy gran partida de África, edexaran los caualleros en dos casas ( I ) .

De parte de Oriente leuantarse ha el lobofediendo en el tienpo destas tres sectas, diziendoque se duele de la christiandad, e verna a España con solo ramo de malignidad; sus hechosserán suzios y fedientes a los que los vieren, emuy m as a los que los oyeren; e tirara las 'peñólas al Gallo y cercenarle ha la cresta, y elLeón dormirá y perderá las quatro partes delreyno; e con este león serán águilas e leones departe de Oriente; e nuestro señor Dios lidiarapor el, Y este león despertara y sera muy buenrey & cobrara todas sus tierras; e passara lamar, e falgara España con el; e sera la su vida

a par del rey Datad; e volara sobre Id granfumera e sobre la menor, y quebrantara las tressectas. Pero antes desto sera assombra da España del lobo que la robara con los esculcado-res que serán en su ayuda. Para lo qual caeránen gran error de la fe. Ca fara mu 'has contrarias cosas contra nuestro señor Dios e contra •los pueblos, por m uchos errores q ue serán en sutienpo con muchas falsas ayudas, e aura de losmalos e de los falsos tray dores familiares acostados a l León a lo denegar. El león dará bozessobre el alto pino sin rayz, e matarlo ha etomarlo ha todo linpio en buena obra, e con

buen loor de las gentes, porque destruyran lacathedra de l lobo cerual.

Después dixo el sabio Merlin que a los diez,dé mas del millar de los quatrocientos años denuestro señor Jesu Christo, en aquel tienpo,ante de la segunda de tufa, las alas sin cuerpobolaran sobre las montañas- de Lucena y ensangrentara su espada, y después de la segunda detufa, dentro de la arca del lobo, el león harásangre, y el león cobrara las cuestas del lobo, elos lobos auran pauor del león. Y el señor dela fumera grande enbiara su espada al rey león

( l) Alusión clara á Alfonso XI de Castilla.

de España. Este verterá m ucha sangre, e matara, e destruyrse han estas partidas.

Después desto dixo el sabio Merlin que a losveynte y siete años de mas del millar de losquatrocientos años de nuestro señor Jesu Christo, después de la primera de tufa, descenderá

este león a las cueuas de Ercoles e requerirá lasierua de su natura, y despertara la dueña queyaze durm iendo gran tienpo auia so los cabellosde Telio, e ponerle ha guirnalda de boz dehonra. Pero ante de aquesto muchos ayuntamientos serán ayuntados en la parte del leóncontra las crueles bestias, e saldrán de las suscueuas, e perseguirán las gentes del león mu ycruelmente a todo sti poder, fasta que elloscobraran el poyo alto que ellos mucho amanan .Y este rey león, quando esto viere, aura muy

grande enojo, e fara mu y grandes ayuntamientos, quantos el pudiere contra las crueles bes

tias por les quitar este poyo alto; e verse ha enmuy gran peligro el e todos sus ayuntamiento»,en que serán todos los sus principes y grandesseñores, para yr contra las crueles bestias; etodos juntos e con muy gran querer ayudarsehan a las batallas. Y esto sera ante las puertasde Tarfagada; e romperse han las hazes muycruelmente los vnos a los otros, fasta que la tierra se yra cubriendo de sangre de cada vna delas partes; e durara la batalla fasta que lanoche los partirá,, e assi se despedirán el primero día d e la batalla; y el segundo dia de labatalla se aparejaran de cada vna de las p ar

tes, e ronperan las hazes los vnos a los otros,fasta que la tierra sea cubierta ele sangre, e lascrueles bestias ronperan los reyes del León. Yesto sera a la hora de medio dia; y el león brauobramante m ouera y derramara mucha sangrede las crueles b estias, fasta que llegara al reyque se llamara rey de la fumera grande, e

fuertemente serán afincados de los reyes del leónlas crueles bestias; e la noche los departirá, eassi se despederan los dos dias de la batalla.E al tercero dia enbiara a dezir el rey de la

fumera grande al rey de España que esta batalla que este (queda, e no se derrame ay mas san

gre; y que le dará por tributo gran quantia deauer por sienpre, y que le pluguiesse que elquedasse con el reyno, y que lo ternia por el.-Yel rey de España dirá contra aquellos que tru-xessen el mensaje que avn se derramara ay mussangre. Mus si le pluguiese que con todas susgentes- le libre el reyno y le desampare las tierras, y. que le clara treze dias de plazo e ayudade passaje. El rey de la fumera grande, quandoesto oya, no querrá estar por esta postura, eaparejarse han cada vna de las partes lo mejorque puedan para la batalla, y perecerán muchasgentes cr uzadas. E Dios enbiara en la parte

del león su ayuda; e las crueles bestias le

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espantaran, e partirse han en tres partes. Lavna se algara a las montañas, e la otra se vernapara morar con ellos, e la otra se yra a lasayuas del mar. E assi se quedaran las tierraslibres, e cobrarlas ha e-.te rey León de España;e la su boz sera grande por todos los reynos del

mundo, e poblarse ha bien todo su, reynaclo, y degentes buenas.Dixo el gran sabio Mer lin que a los treynta

e dos años, de mas del millar de los quatro-cientos años de Nuestro Señor Jesu Christo,este rey león aura vna fija en la onqa del ala, e.

nascera en las cueuas de Hercoles. Esta serallamada paloma de España; e la yglesia deSant Pedro la criara; y esta sera casada conel fijo del emperador de Grecia, e la yglesia deseñor Sant Pedro jara este casamiento por elgran amor que aura con la yglesia de Chisto.Assi que la moneda del rey León de España e

la de la y tlesia toda sera ana ley e vna señal, eserán ayuntados en vno. Y este rey sera alférezde la yglesia de Sant Pedro, e lidiara contra todos aquellas que fueron contra la sancta yglesia.E durmiendo este rey, serán destruydos en estetienpo los falsos profetas de rayz, aquellos quese vernan co mo en vestiduras de corderos. Yen este tienpo la dueña que vos deximos queyazia durmiendo, sera esposa de la yglesia deNuestro Señor Jesu Christo, e la yglesia deseñor Sant Pedro la poruña en su cátedra muyhonrrada, e ponerle ha corona de piedras preciosas. En este tiempo aura dos donzellas altas,

de muy gran guisa e de muy gran hermosura ensu cámara; e la guarda destas donzellas es elpoyo alto de Sant Miguel, para ser ensalcadala ley, la garganta vieja dende sera guardado,que si no, si de mano anduuiere, de la ley deChristo harán en este tienpo e sera en esta tierramas ennoblecido que en otro tiempo.

Dixo el sabio Merlin que este rey León de España aura vn fijo en la onga del ala. Y estenascera en vna ciudad cabeca deste r ey no . Yes'e sera llamado cierno corredor de la granventura; y este sojuzgara todas las tierras de

África vn rey no en la y sin. Y en este tienpodescenderá el Imperio en el reyno de España.El sabio Merlin dixo que este rey león aura

otro fijo en la onca del ala. Y este nacerá enla fumera mayor. Y este sera llamado falconbolador de la gran ventura. Y este bolara sobrela gran fumera mayor; y este aura cinco reyna-dos en la ysla, de Asia a su mandar. E su bozsonara y el su gemido espantable.

A los . x x x n i . años del su nascimiento desterey León, dixo el sabio Merlin, aura otro hijo esterey león de España en hi onqa del ala; y estenascera en la fumera grande, y este sera llamado

osso esforcado de gran ventura; y estos ambossojuzgaran a toda África. En aquel tienpo seraL I B E 0 8 D E C A g A L L B K Í A S . — 1 1

este rey L,eon señor de toda España, y sera alférez de la yglesia de San Pedro, e sera su de

fensor e guardador. Y en aquel tienpo auramucho amor con la yglesia ele Jesu Christo. Yen aquel tienpo sera la yglesia de Sant Pedromas honrada, e mas ennoblecida, e mas ensal

mada que en otro tienpo. Ca en este fincara yestara todo el esfuerqo de toda la Chnstiandad.E sera mayor rey en la Christiandad con lacabega de Francia. E sera abatido por el fenecimiento de su rey, e le verna gran poderío delalto señor de los señores.

A los . x x x v . años, de mas del millar de los. c c c c . años de Christo, dixo el sabio Merlin,aura este rey de España otro hijo en la onqadel ala. Y este nacerá en el santo alto nombre.Y este sera llam ado brauo león, e rey de granvirtud; e bolara sobre las conquistas de África,e la su morada sera en la tierra santa de Jeru-

salem; e aura cinco reynad os en la ysla e dis-pornan el gran Soldán de Persia; y era, el sunido deste apoderado partirá las tierras con elrey de Capadocia. Y deste rey de Ca'adociasaldrán marauillosas cosas e marauillosos bienes. E casara con la fija del rey de Capadocia.E tan fuerte sera en sus hechos, que no aurasu par.

Aqueste rey león de España, aura todos susfijos en el principadgo mayor de España, eserán todos reyes aleados fasta cincuenta e cincoaños; y serán todos casados con hijas de reyes;y el menor destos quatro fijos casara con la hijadel rey de Capadocia mucho a su honra.

Dixo el sabio Merlin, que a los . x x x v i i . a-ños.de mas del millar de los quatrocientos años d eJesu Christo, a ura este rey de España vn hijoen la onca del ala; e nascera en la cabega deCastilla, e sera llamado casa de sapiencia; yen este quedaran los cinco reynados de España.Y después del finamiento deste re y león de Es

paña, la yglesia d e Sant P edro sera honrrada,fasta que tornara este rey león en sus reynos.E aura vn fijo que heredara los reynos de España después del finamiento deste rey león.

Dixo el sabio Merlin eme se leuantara esterey León que nascio en las cueuas de Ercolesque durmió, e passara el estrecho de Españacon la virtud del alto señor, e conquerira lasgentes bar baras, e sojuzgara a toda A/rica, ydestruyra a Egypto, y dexara las tierras a susfijos; y parejera en todos sus hechos al reyDauid en alteza y bondad, e marauillosas cosas, e marauillosos fechos.

El sabio Merlin dixo qu e a los quarentaaños de mas del millar de los quatrocientosaños de Jesu Christo, comentaran las hanbres

fuertes en África, e duraran ay siete años, que

serán abaxados todos los soldanes e todos losreyes, e pernañ a gran bajura; e serán todos

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deéiruydos los falsos profetas de rayz; e aquellosque vernan como en vestiduras de corderos; evernan como en ayuda desde rey León para conquerir los moros de África.

Aqueste rey de España sera señor de cincoreynados en la ysla de Asia, y en aquel tiempo

partirá las tierras con sus fijos; e los dos m ayores sojuzgaran todas las tierras de África. Yel menor sera Rey en la tierra sancta de Jeru-salem, e mandar a los cinco reynados, e la yslade Asia a todo su mandam iento.

Merlin el sabio dixo que quando passarenestos reyes la mar, yran los dos mayores casadoscon Jijas de reyes de España; y el menor seracasado con la Jija del rey de Gapado cia. Esterey semejara al rey Dauiden sus Jechos. Y esterey de España semejara al rey Alexandre ensus fechos.

Dixo el sabio Merlin que a los cincuenta

años de mas del millar de los quatro cientosaños de C hristo, se tornara este rey de España para su reyno, e quedaran sus jijos en lasconquistas, cada vno dellos en la suya conocido, e cada vno bien quisto. Este rey de España passara la mar, e fallara todos sus reynosgozosos e con gran alegría para lo rescebir muybien aparejados. E la su boz sera grande portoólos los reynos del mundo. Y JDauid, e Salomón, e Alexandre, estos tres, que fueron los mas

mundo terrenal, e Dios embiara por el, e assisera la su vida . x c , años. E la su boz seragrande por sienpre; e la su sepoltura sera enlas cueuas de Ercoles con su linaje.

El sabio Merlin dixo, que en estas tres sectas,que en el tienpo quando las águilas e leones

vernan al principazgo mayor de España, dentroen la gruessa de España sera abatido el orgullode Inglaterra. E dentro, en la puente de Londres, se desdirá el yngles que no es yngles. Ela casa de Inglaterra no se osara llamar casade Inglaterra. Y todo esto les verna por derecho de las partidas de España. Y todo esto se ra,porque la estrella que es dicha Leoniza, se le-uantara sobre ellos por do auian ellos el es-fuerqo, e se verna a assentar sobre la gruessa deEspaña, e durara ay el su assentamiento. . x c .años. Y en este tienpo nunca los del principazgomayor de España serán vencidos en b atalla

canpal; que sea de rey a rey.Dixo el sabio Merlin, que a los quarenta e

ocho años, de mas del millar de los quatrocientos años de Christo, la yglesia de SanPedro los algara por reyes a todos los tres

Jijos deste rey León de España. En la yglesiade San Pedro fauoresceran estos reyes; y el lespartirá las tierras e las prouincias. Y aparejarse han estos tres reyes para yr con este reyLeón de España; e passara la mar por la estre