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EL ARTÍCULO DEL DÍA LUIS CORTÉS RODRÍGUEZ CATEDRÁTICO DE LENGUA ESPAÑOLA Los gritos a destiempo y el tono ‘mitinero’ de la exministra resulta- ban recargados y tea- trales. Se puede admitir que fueran veraces, pero nunca elegantes y verdaderos Algunas consideraciones sobre los discursos de Chacón y Rubalcaba La larga sombra de la herencia ANA PASTOR Ministra de Fomento La ministra de Fomento ha achacado a la herencia de los gobiernos socialistas el retraso en algunas infraes- tructuras importantes de la provincia de Almería. El polémico desencuentro de dos conocidos magistrados almerienses JESÚS RIVERA Y LUIS COLUMNA Magistrados El desencuentro entre el actual magistrado de lo Conten- cioso del TSJA y el juez decano de la capital surgió en 2009 a cuenta del doble reparto de asuntos en el juzgado del pri- mero cuando pasó del Contencioso 2 al 3 de Almería. El asun- to, que ha pasado por el Supremo y ha llegado al Tribunal Constitucional, ha estallado ahora públicamente. 35 LA VOZ DE ALMERÍA JUEVES, 9 DE FEBRERO DE 2012 (2005), en su Retórica, libro III, cuando alu- de a la importancia de la voz, del ritmo, etc., o sea a la 'teatralización' o realización oral.. La modulación de la voz en Carme Chacón no existió; los altos se les escaparon de tono. Su dicción parecía repetir algo que tenía que recordar y sus manos, en contra de lo que pasaba con las de su rival, cuando se moví- an lo hacían de forma algo violenta e in- apropiada. Que Carme nunca ha sido una buena ora- dora es sabido por todos. Es más, es casi se- guro que nunca lo va a ser … pues no es una persona ni muy culta ni expresiva en públi- co, incluso la sonrisa le cuesta … Y eso lo tendrían que saber los encargados de su ima- gen. ¿O no? ¿O entonces qué saben los que, se supone, tanto saben? La mía es una modesta opinión. Nada me dolería más que esta se pudiera interpretar como un ataque al perdedor y, mucho me- nos, a la condición de mujer joven de la ca- talana. ¡Líbreme Dios de tal mez- quindad! retóricos consideraron seis fases en el des- arrollo de un discurso oral; las tres primeras constituían las fases de elaboración del dis- curso: inventio, dispositio y elocutio; y las otras tres, intellectio, memoria y actio, eran la realización empírica de lo compuesto en esas tres fases previas; muchos de estos tra- tadistas daban más importancia a las se- gundas que a las primeras, pues eran las que iban a soportar el contenido, la estructura y el estilo del discurso. La costumbre ac- tual de leer las intervenciones ha hecho ol- vidar aquel principio según el cual el mejor texto escrito sería un mal discurso, un fra- casado discurso si falla la memoria y la ac- tio, que eran las partes que hacían que el tex- to escrito se transformara en un verdadero discurso oral y no quedara, como algo es- crito para ser oralizado. Los dos discursos, los de Rubalcaba y Chacón, creo que fueron dos malos discursos desde la inventio, dis- positio y elocutio, dada su carencia de un programa ordenado de ideas, de proyectos y de necesidades. Allí no pudimos apreciar grandes bloques temáticos, enlazados bri- llantemente los unos con los otros; solo ide- as que aparecían por arte de birlibirloque, y a veces con la presencia de frases huecas di- rigidas a sus partidarios. Ah, y tales ideas uni- das por los reiterativos compañeras y com- pañeros, repetidos hasta la saciedad. Ambos términos abandonaron su condición de vo- cativos para convertirse en meras muletillas con las que huir de los silencios a la hora de enlazar un tema con otro, o mejor, una idea con otra. Pienso que tanto Rubalcaba como Chacón se quedaron en la argumentación persuasi- va, aquella que solo tiene la pretensión de servir a sus partidarios, y olvidaron la argu- mentación convincente, aquella de la que cabe pensar que es posible que logre la ad- hesión de todos los oyentes, sea cual sea su ideología. En consecuencia, sin una estruc- tura que ordenara el contenido expuesto du- rante una hora, aproximadamente, que duró cada intervención, e intentando constante- mente la persuasión con ideas, a veces, más tópicas que reales, los discursos fueron des- lavazados y poco racionales en ambos casos. No obstante, hubo una clara diferencia en- tre los dos, y esta estuvo en buena parte en el tratamiento de la memoria y de la actio. La facilidad oratoria, la fluidez discursiva y, lo que para mí es más importante, la ade- cuación de la actio al contenido de su dis- curso fueron tan aprovechadas por Rubal- caba como desconocidas o, posiblemente, despreciadas por Chacón y sus asesores. En esta, se percibía más su limitación a leer lo que ya está escrito, sin memorizar la cone- xión de unos puntos con otros, lo que venía a cercenar que la actuación de la política ca- talana pudiera llegar a ser en su totalidad un ejercicio de creación, de instantaneidad, de 'improvisación', que son rasgos que distin- guen un buen discurso oral de otro escrito oralizado.. Cuando escuchamos una alocución, ob- servamos la figura del orador, sus expresio- nes, sus gestos, sus miradas y sus atuendos, y leemos los significados de todos estos ele- mentos. Esta lectura confirma, matiza o con- tradice lo que percibimos mediante el oído. Para Demóstenes, por encima de todo -a la hora de valorar un discurso- estaba el valor de la 'realización' de la 'puesta en escena'. Exactamente igual pensaba Aristóteles uiero empezar con una ob- servación: mi creencia de que los votos ya estaban decidi- dos antes de las intervencio- nes, por lo que la brillantez mayor o menor de los dis- cursos pienso que no hubiera influido en el resultado; este ya había sido peleado por 'ne- gociadores' de uno u otro candidato. Pero el discurso de la exministra -en cuya elabora- ción participarían los más eminentes de los eminentes de la comunicación catalana y no catalana- me pareció un discurso peor que el de Rubalcaba, sin ser este bueno. No otra cosa se puede decir cuando quienes somos neutrales en la confrontación percibimos que la intervención de la aspirante estaba falta de alma y dominada por el cartón piedra o el empacho del diseño. Ello no ayudó a co- nectar física, emocional y racionalmente con los oyentes, al menos con los que no lleva- ban el voto favorable preparado. Sus gritos a destiempo y su tono 'mitinero' -más ab- surdo cuanto que no se presta a la imagen de la perso- na, ni esta domi- na su técnica- resultaban recargados y teatrales; se puede ad- mitir que fue- ran veraces, pero nunca ele- gantes y verdade- ros. Los trata- dis- tas Q REDACTORES JEFES: Antonio Fernández Camacho, Antonio Fernández Compán, Manuel León, Simón Ruiz. JEFES DE SECCIÓN: Evaristo Martínez (Vivir), Eva de la Torre (Ciudades) y Eduardo del Pino. La Voz de Almería S.L.U. DIRECTOR TÉCNICO: Manuel Gázquez. DIRECTORA FINAN- CIERA Y DE CONTROL DE GESTIóN: Gemma Salinas. DIREC- TOR DE MARKETING: Juan Felipe Navarro. REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: Avenida del Me- diterráneo, 159 -1ª planta. 04007 Almería -Teléfono 950 18 18 18. Fax: 950 25 64 58. DELEGACIÓN EN EL EJIDO: Plaza Zenete, 11 - EL EJIDO. Teléfono 950 57 30 73. 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EL ARTÍCULO DEL DÍA

LUIS CORTÉS RODRÍGUEZCATEDRÁTICO DELENGUA ESPAÑOLA

Los gritos a destiempoy el tono ‘mitinero’ dela exministra resulta-ban recargados y tea-trales. Se puede admitirque fueran veraces,pero nunca elegantesy verdaderos

Algunas consideraciones sobre losdiscursos de Chacón y Rubalcaba

La larga sombra dela herencia

ANA PASTORMinistra de Fomento

La ministra de Fomento haachacado a la herencia delos gobiernos socialistas elretraso en algunas infraes-tructuras importantes de laprovincia de Almería.

El polémico desencuentro de dosconocidos magistrados almerienses

JESÚS RIVERA Y LUIS COLUMNAMagistrados

El desencuentro entre el actual magistrado de lo Conten-cioso del TSJA y el juez decano de la capital surgió en 2009a cuenta del doble reparto de asuntos en el juzgado del pri-mero cuando pasó del Contencioso 2 al 3 de Almería. El asun-to, que ha pasado por el Supremo y ha llegado al TribunalConstitucional, ha estallado ahora públicamente.

35LA VOZ DE ALMERÍAJUEVES, 9 DE FEBRERO DE 2012

(2005), en su Retórica, libro III, cuando alu-de a la importancia de la voz, del ritmo, etc.,o sea a la 'teatralización' o realización oral..La modulación de la voz en Carme Chacónno existió; los altos se les escaparon de tono.Su dicción parecía repetir algo que tenía querecordar y sus manos, en contra de lo quepasaba con las de su rival, cuando se moví-an lo hacían de forma algo violenta e in-apropiada.

Que Carme nunca ha sido una buena ora-dora es sabido por todos. Es más, es casi se-guro que nunca lo va a ser … pues no es unapersona ni muy culta ni expresiva en públi-co, incluso la sonrisa le cuesta … Y eso lotendrían que saber los encargados de su ima-gen. ¿O no? ¿O entonces qué saben los que,se supone, tanto saben?

La mía es una modesta opinión. Nada medolería más que esta se pudiera interpretarcomo un ataque al perdedor y, mucho me-nos, a la condición de mujer joven de la ca-talana. ¡Líbreme Diosde tal mez-quindad!

retóricos consideraron seis fases en el des-arrollo de un discurso oral; las tres primerasconstituían las fases de elaboración del dis-curso: inventio, dispositio y elocutio; y lasotras tres, intellectio, memoria y actio, eranla realización empírica de lo compuesto enesas tres fases previas; muchos de estos tra-tadistas daban más importancia a las se-gundas que a las primeras, pues eran las queiban a soportar el contenido, la estructuray el estilo del discurso. La costumbre ac-tual de leer las intervenciones ha hecho ol-vidar aquel principio según el cual el mejortexto escrito sería un mal discurso, un fra-casado discurso si falla la memoria y la ac-tio, que eran las partes que hacían que el tex-to escrito se transformara en un verdaderodiscurso oral y no quedara, como algo es-crito para ser oralizado. Los dos discursos,los de Rubalcaba y Chacón, creo que fuerondos malos discursos desde la inventio, dis-positio y elocutio, dada su carencia de unprograma ordenado de ideas, de proyectosy de necesidades. Allí no pudimos apreciargrandes bloques temáticos, enlazados bri-llantemente los unos con los otros; solo ide-as que aparecían por arte de birlibirloque, ya veces con la presencia de frases huecas di-rigidas a sus partidarios. Ah, y tales ideas uni-das por los reiterativos compañeras y com-pañeros, repetidos hasta la saciedad. Ambostérminos abandonaron su condición de vo-cativos para convertirse en meras muletillascon las que huir de los silencios a la horade enlazar un tema con otro, o mejor, unaidea con otra.

Pienso que tanto Rubalcaba como Chacónse quedaron en la argumentación persuasi-va, aquella que solo tiene la pretensión deservir a sus partidarios, y olvidaron la argu-mentación convincente, aquella de la quecabe pensar que es posible que logre la ad-hesión de todos los oyentes, sea cual sea suideología. En consecuencia, sin una estruc-tura que ordenara el contenido expuesto du-rante una hora, aproximadamente, que duró

cada intervención, e intentando constante-mente la persuasión con ideas, a veces, mástópicas que reales, los discursos fueron des-lavazados y poco racionales en ambos casos.

No obstante, hubo una clara diferencia en-tre los dos, y esta estuvo en buena parte enel tratamiento de la memoria y de la actio.La facilidad oratoria, la fluidez discursiva y,lo que para mí es más importante, la ade-cuación de la actio al contenido de su dis-curso fueron tan aprovechadas por Rubal-caba como desconocidas o, posiblemente,despreciadas por Chacón y sus asesores. Enesta, se percibía más su limitación a leer loque ya está escrito, sin memorizar la cone-xión de unos puntos con otros, lo que veníaa cercenar que la actuación de la política ca-talana pudiera llegar a ser en su totalidad unejercicio de creación, de instantaneidad, de'improvisación', que son rasgos que distin-guen un buen discurso oral de otro escritooralizado..

Cuando escuchamos una alocución, ob-servamos la figura del orador, sus expresio-nes, sus gestos, sus miradas y sus atuendos,y leemos los significados de todos estos ele-mentos. Esta lectura confirma, matiza o con-tradice lo que percibimos mediante el oído.Para Demóstenes, por encima de todo -a lahora de valorar un discurso- estaba el valorde la 'realización' de la 'puesta en escena'.Exactamente igual pensaba Aristóteles

uiero empezar con una ob-servación: mi creencia de quelos votos ya estaban decidi-dos antes de las intervencio-nes, por lo que la brillantezmayor o menor de los dis-

cursos pienso que no hubiera influido en elresultado; este ya había sido peleado por 'ne-gociadores' de uno u otro candidato. Pero eldiscurso de la exministra -en cuya elabora-ción participarían los más eminentes de loseminentes de la comunicación catalana y nocatalana- me pareció un discurso peor queel de Rubalcaba, sin ser este bueno. No otracosa se puede decir cuando quienes somosneutrales en la confrontación percibimos quela intervención de la aspirante estaba faltade alma y dominada por el cartón piedra oel empacho del diseño. Ello no ayudó a co-nectar física, emocional y racionalmente conlos oyentes, al menos con los que no lleva-ban el voto favorable preparado. Sus gritosa destiempo y su tono 'mitinero' -más ab-

surdo cuanto queno se presta a

la imagende la

perso-na, nie s t adomi-

na sutécnica-resultaban

recargadosy teatrales;

se puede ad-mitir que fue-

ran veraces,pero nunca ele-gantes y verdade-

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