el arte callejero

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Diana en el performance de hada de bronce EL ARTE CALLEJERO MÁS QUE UNA PROFESION, UNA VOCACION Por: Genny Nazareno-María José Bravo En medio de la selva urbana que cada día es más espesa, entre carros buses, edificios transeúntes y trabajadores encontramos a esos actores de la calle que ofrecen más que espectáculo, su arte para todo aquel que lo quiera apreciar. Malabaristas, estatuas humanas, y músicos todos son parte del paisaje de esta ciudad, entre sus objetivos primordiales cuentan con uno, tal vez el más importante: aportar a la sensibilidad de los habitantes urbanos. En este mundo el arte no es un asunto elitista, es para todos y todas, para los que tienen dinero y para los que no. Es así como las calles céntricas de nuestra ciudad de convierte en el teatro de sendos artistas que en su ir y venir buscan llegar a la sensibilidad de su público. Lo que sigue son ejemplos concretos de artistas callejeros que trabajan en nuestra ciudad. Algunos locales y otros extranjeros pero unidos por la convicción de que el arte no es mas de galería sino todo aquello que llegue a nuestras emociones, pasando desde la risa hasta el llanto. Es por ello que el arte callejero no pude ser catalogado como una profesión sino más bien como una vocación que requiere de verdaderos apasionados. DESDE UNA HADA HASTA UNA GEISHA. El Hada de Bronce lleva tres años hechizando y llenando de magia a todo aquel que coloca una moneda. Este personaje es desarrollado por Diana Mosquera, una encantadora joven, que tiene por objetivo dar algo de sí misma a esa audiencia que la mira cada día. Nos cuenta que la estatua humana es el arte de desarrollar un personaje con distintas texturas que les permite camuflarse y tener una estatua real que se funde con el paisaje, pero sigue siendo surreal y que cobra vida cuando ha sido

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Un Reportaje sobre la realidad que viven los artistas que muestran sus habilidades en las calles.

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Page 1: El arte callejero

Diana en el performance de hada

de bronce

EL ARTE CALLEJERO

MÁS QUE UNA PROFESION, UNA VOCACION

Por: Genny Nazareno-María José Bravo

En medio de la selva urbana que cada día es más espesa, entre carros buses, edificios

transeúntes y trabajadores encontramos a esos actores de la calle que ofrecen más que

espectáculo, su arte para todo aquel que lo quiera apreciar. Malabaristas, estatuas humanas,

y músicos todos son parte del paisaje de esta ciudad, entre sus objetivos primordiales

cuentan con uno, tal vez el más importante: aportar a la sensibilidad de los habitantes

urbanos.

En este mundo el arte no es un asunto elitista, es para todos y todas, para los que tienen

dinero y para los que no. Es así como las calles céntricas de nuestra ciudad de convierte en

el teatro de sendos artistas que en su ir y venir buscan llegar a la sensibilidad de su público.

Lo que sigue son ejemplos concretos de artistas callejeros que trabajan en nuestra ciudad.

Algunos locales y otros extranjeros pero unidos por la convicción de que el arte no es mas

de galería sino todo aquello que llegue a nuestras emociones, pasando desde la risa hasta el

llanto. Es por ello que el arte callejero no pude ser catalogado como una profesión sino más

bien como una vocación que requiere de verdaderos apasionados.

DESDE UNA HADA HASTA UNA GEISHA.

El Hada de Bronce lleva tres años hechizando y

llenando de magia a todo aquel que coloca una

moneda. Este personaje es desarrollado por Diana

Mosquera, una encantadora joven, que tiene por

objetivo dar algo de sí misma a esa audiencia que la

mira cada día. Nos cuenta que la estatua humana es

el arte de desarrollar un personaje con distintas

texturas que les permite camuflarse y tener una

estatua real que se funde con el paisaje, pero sigue

siendo surreal y que cobra vida cuando ha sido

Page 2: El arte callejero

depositada una moneda, brindando un espectáculo único. Su jornada de trabajo comienza

muy temprano, debe preparar todo lo necesario para la creación de su personaje para más

tarde proceder al desarrollo del “performance”. En medio de su descanso después de

permanecer cerca de cuatro horas sin moverse nos comenta el secreto de este arte,

“tratamos de combinar quietud con movimientos acordes al personaje”. Al hablar sobre el

concepto de arte Diana supo expresar con profunda convicción que “el arte consiste en

conjugar algo bonito con creatividad. Algo que demande respeto hacia las otras personas,

no se pude considerar arte algo que ofenda a las personas, algo obsceno o que alimente

paradigmas”. Ser estatua humana le ha permitido estar en varias ciudades y espacios de

trabajo, desde las calles céntricas de la ciudad hasta en centros comerciales de la capital.

Como todo trabajo que presenta dificultades ser estatua humana presenta algunas, como

nos comenta Diana, “hay ocasiones en las que no puede realizar mi trabajo porque llueve o

hace demasiado calor”. Reconoce que para ganar bien en este trabajo se debe poner, como

en todo trabajo, mucho esfuerzo y sobre todo pasión. “El dinero no debe ser la motivación

principal de esta ocupación, la verdadera motivación debe ser ofrecer algo de ti, algo que te

llena y tienes la capacidad de compartirlo con los demás para relacionarte de mejor manera

con las personas” Diana dice sentirse que trabajar en la calle no representa un problema

para ella y que nunca ha tenido problemas con la autoridad, pero ¿sabía usted que los

artistas de la calle tiene sus derechos? La Declaración de la Declaración Universal de la

UNESCO sobre la Diversidad Cultural en su artículo 3 sobre la diversidad cultural, factor

de desarrollo le asegura al artista:

La diversidad cultural amplía las

posibilidades de elección que se brindan a

todos; es una de las fuentes del desarrollo,

entendido no solamente en términos de

crecimiento económico, sino también como

medio de acceso a una existencia

intelectual, afectiva, moral y espiritual

satisfactoria.

Una geisha en el Portal

Page 3: El arte callejero

Malabaristas en el parque

Generalmente al pensar en artista callejero, se tiende a pensar en hippies, gente sin hogar,

vaga o simplemente desesperada que busca una moneda, es con esta idea que nuestra artista

entrevista no concuerda y considera que ocurre esto porque la gente tiene la idea incorrecta

de arte. Es así que dejamos a nuestra estatua humana para que siga hechizando a los

transeúntes que no pude evitar verla y perderse entre esa delgada línea de realidad e

imaginación.

LOS MALABARES DE UN SEMÁFORO

Caminando por las mismas calles nos encontramos

con un joven malabarista argentino, se llama

Cristopher, se dedica al arte desde hace cinco

años, nos comenta que antes de trabajar en la calle

viajaba y se dedicaba a tallar esculturas. Confiesa

que al principio le dio vergüenza salir al semáforo

pero ahora lo hace con tranquilidad por saber que con su

actividad contribuye al acervo cultural de la ciudad. Al ser extranjero quisimos conocer si

ha tenido problemas para ejercer su trabajo. “si generalmente los policías siempre nos piden

papeles y demás cosas”. Si se buscan leyes y normativas que regulan el trabajo de los

artistas de los calle descubrimos que en la ciudad de Ambato no se cuenta con una

ordenanza mientras que en ciudades como Quito se tiene una normativa que incluso regula

los horarios de trabajo de los artistas en sitios específicos de la ciudad. E incluso se

organizan festivales anuales para que puedan mostrar lo mejor de sus espectáculos. Algo

similar ocurrió en la ciudad de Ambato, en 2010 cuando se dio el FESTIVALFFF, cuyo

objetivo era agrupar artistas callejeros en el Parque de la Familia.

Al hablar de los ingresos que logra con su trabajo Cristopher comentó:” los malabares te

llenan mucho y lo mejor que he llegado a ganar es 90 dólares en una tarde, tienes que hacer

algo bueno para que te respeten, hay ocasiones donde salen contratos. Pero no la hago solo

por el dinero es porque me gusta y me apasiona”

Page 4: El arte callejero

Malabaristas de la Av. Atahualpa Cortesía: LaHora

Sobre el arte comentó que no solo te forma si no

que te da vida. Es un joven con muchas

aspiraciones, espera estudiar arte en la nueva

Universidad de las Artes que le Estado

ecuatoriano ha creado. En la misma calle nos

encontramos con Rolando, un eterno amante del

arte de acuerdo con sus palabras.

Llego hace algunos meses de Guayaquil para

desarrollar su arte en otra ambiente. Dice sentirse a

gusto en esta ciudad que es muy receptiva al arte. Cree que firmemente que hay dos tipos

de personas los que tiene el don para apreciar el arte y otros que no, el por su parte es un

creativo de esta profesión sin título porque se trata de pasión. Está en contra de toda idea

que pretenda decir que su trabajo es cosa de vagos. Antes de despedirnos dijo que “que los

locos construyen camino para los cuerdos” es así como Rolando expresa su filosofía de

vida. Cada uno de los personajes entrevistados nos dejó una enseñanza particular; hay que

vivir y eso implica entender el arte como parte de nuestras vidas. En cierta ocasión el

escritor Oscar Wilde expreso lo siguiente “Un artista debe crear cosas bellas; pero sin poner

nada de su propia vida en ellas”, no hay duda alguna del alto pensamiento del escritor

irlandés sin embargo consideramos que se equivoca, no se puede crear sin traspasar algo de

nuestro ser a ese acto de creatividad, sin ello sería algo vacío y sin valor. Si bien estos

artistas no ponen un precio a su actividad, la colman de valor porque en ello también está

invertido su ser. Por eso le invitamos a usted distinguido lector a salir de esa tecnicidad de

la rutina y dejarse impresionar por estos artistas de las calles que no solo le entregan conos

en un continuo vaivén en el aire o un maquillaje acompañado de disfraces, cada uno de ello

le esta entregando su arte y por ende su ser.