el apostol y su comunidad primera carta de … · primera carta de pablo a los tesalonicenses...

39
EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS TESALONICENSES COMENTARIO EXPLICATIVO JAVIER FERNANDO VALDÉS SOTO ENCABEZAMIENTO DE LA CARTA 1:1 1:1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Esta es la carta más antigua que tenemos de Pablo. La carta (y el libro de los Hechos) nos hace saber que estando Pablo en Atenas, envió a Timoteo para realizar una visita a los tesalonicenses, dado que Pablo no pudo hacer la visita personalmente (2:17-3:2) Timoteo regresa con buenas noticias; acompañado de Silas (3:6; Hch 18:5) trayendo, además, suministros de las iglesias de Macedonia para suplir las necesidades de Pablo (2ªCo 11:9), como lo había hecho la iglesia en Filipos en repetidas ocasiones mientras Pablo se encontraba en Tesalónica (Fil 4:15-18) Mientras tanto Pablo ya estaba en Corinto, trabajando en su ocupación como fabricante de tiendas de campaña con Aquila y Priscila (Hch 18:3) y podía predicar en la sinagoga sólo los sábados, pero los ricos dones de Macedonia le liberaron las manos, y “Pablo se dedicaba por completo a la predicación de la palabra” (Hch 18:5) Y bajo la impresión de las noticias que le había transmitido su discípulo, escribe ahora su primera carta a Tesalónica; al principio de su ministerio en Corinto, entre el otoño del año 49 d.C. y la primavera del 50 d.C. La estructura del encabezamiento de la carta, que va a prevalecer en todas sus cartas, tiene el propósito de darle un carácter oficial. No se trata de correspondencia normal o personal; se trata de un documento que la iglesia debe recibir como “oficial”. Los remitentes son: el mismo Pablo, luego Silvano, persona eminente de la comunidad de Jerusalén, que le acompañó en su gran viaje a Europa (Hechos15-18) y el joven Timoteo, que se había unido a Pablo en este viaje por vez primera (Hechos 16:1-3) Pablo no se designa aquí como “apóstol” como lo hará en epístolas posteriores, quizás porque no había sido atacado como lo fue más tarde. En este caso, su autoridad apostólica no necesita ninguna comprobación. Escribe familiarmente como a amigos fieles, entendiendo que era reconocido entre ellos su apostolado (2:6) 549

Upload: phungdan

Post on 28-Sep-2018

234 views

Category:

Documents


0 download

TRANSCRIPT

EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD

PRIMERA CARTA DE PABLO A LOS TESALONICENSES COMENTARIO EXPLICATIVO

JAVIER FERNANDO VALDÉS SOTO

ENCABEZAMIENTO DE LA CARTA 1:1 1:1 Pablo, Silvano y Timoteo, a la iglesia de los tesalonicenses en Dios Padre y en el Señor Jesucristo: Esta es la carta más antigua que tenemos de Pablo. La carta (y el libro de los Hechos) nos hace saber que estando Pablo en Atenas, envió a Timoteo para realizar una visita a los tesalonicenses, dado que Pablo no pudo hacer la visita personalmente (2:17-3:2) Timoteo regresa con buenas noticias; acompañado de Silas (3:6; Hch 18:5) trayendo, además, suministros de las iglesias de Macedonia para suplir las necesidades de Pablo (2ªCo 11:9), como lo había hecho la iglesia en Filipos en repetidas ocasiones mientras Pablo se encontraba en Tesalónica (Fil 4:15-18) Mientras tanto Pablo ya estaba en Corinto, trabajando en su ocupación como fabricante de tiendas de campaña con Aquila y Priscila (Hch 18:3) y podía predicar en la sinagoga sólo los sábados, pero los ricos dones de Macedonia le liberaron las manos, y “Pablo se dedicaba por completo a la predicación de la palabra” (Hch 18:5) Y bajo la impresión de las noticias que le había transmitido su discípulo, escribe ahora su primera carta a Tesalónica; al principio de su ministerio en Corinto, entre el otoño del año 49 d.C. y la primavera del 50 d.C. La estructura del encabezamiento de la carta, que va a prevalecer en todas sus cartas, tiene el propósito de darle un carácter oficial. No se trata de correspondencia normal o personal; se trata de un documento que la iglesia debe recibir como “oficial”. Los remitentes son: el mismo Pablo, luego Silvano, persona eminente de la comunidad de Jerusalén, que le acompañó en su gran viaje a Europa (Hechos15-18) y el joven Timoteo, que se había unido a Pablo en este viaje por vez primera (Hechos 16:1-3) Pablo no se designa aquí como “apóstol” como lo hará en epístolas posteriores, quizás porque no había sido atacado como lo fue más tarde. En este caso, su autoridad apostólica no necesita ninguna comprobación. Escribe familiarmente como a amigos fieles, entendiendo que era reconocido entre ellos su apostolado (2:6)

549

1 Tesalonicenses

“En Dios Padre y en el Señor Jesucristo” es una expresión descriptiva y definida de la iglesia. Los cristianos están “en Cristo”, una relación vital, diaria, mediante la unión vital con Él. De este modo la asamblea local es parte del Cuerpo de Cristo (Romanos 12:5) Pablo asocia de manera natural a Dios Padre y al Señor Jesucristo, enseñando así el concepto más elevado posible de la persona de Jesús. Al estar los creyente “en Cristo”, están también dentro de la esfera de la presencia de Dios Padre. Esta frase revela la unión entre Dios Padre y Jesucristo, también manifiesta que nuestra comunión con Jesús es comunión con Dios Padre. Un detalle sumamente importante es que en el texto griego no aparece la segunda preposición “en” después de “y”; por lo que el texto literalmente dice: “En Dios Padre y el Señor Jesucristo”; esto apunta a la íntima relación entre el Padre y Jesucristo. Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, está enseñando la naturaleza divina de Jesús. Gracia y paz sean a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Estas palabras, comunes en las epístolas de Pablo, transmiten la esencia de la experiencia espiritual de Pablo. No se trata de saludos rutinarios, sino de la amalgama de dos conceptos de profunda espiritualidad. El deseo de Pablo es que la gracia y la paz, formen una especie de escudo protector, una esfera dentro de la cual los creyentes puedan vivir abundantemente y con propósito. Gracia, es la palabra que define la actitud de Dios hacia el ser humano. Es el regalo que Dios otorga a la humanidad inmerecidamente y que constituye un profundo gozo para Dios, el cual contagia al creyente. Por la gracia, el ser humano tiene la posibilidad de entrar en comunión con Dios por medio de Jesucristo y esta comunión es la esencia y propósito de la vida humana. Esta gracia es lo que hace posible la salvación para cada ser humano. La salvación que Dios otorga es por gracia, es un regalo inmerecido que el ser humano recibe de Dios. Paz es el resultado de la gracia. Aquella persona que por fe recibe este regalo de Dios, entra en una nueva realidad, la de vivir en amistad con Dios. Esta amistad con Dios produce un cambio radical de vida en el creyente. Esta nueva vida en comunión con Dios se define con la palabra hebrea: “Shalóm” (Paz)

550

1 Tesalonicenses

I. EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD 1ª Tesalonicenses 1:2-3:13

1. RECUERDO AGRADECIDO POR LA ELECCION DE LA COMUNIDAD; 1ª Tesalonicenses 1:2-10

1:2 Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, La carta comienza con un “acción de gracias”; costumbre de Pablo en todas sus cartas (excepto en Gálatas). Esta acción de gracias constituye el tenor fundamental de la carta entera. El plural implica que los tres misioneros oraban juntos. El “siempre” implica que cada vez que oraban incluían esta acción de gracias. Pero la acción de gracias no va dirigida propiamente a los destinatarios de la carta, sino a Dios que hizo aquella comunidad tal como es. Va dirigida a Dios “siempre” y teniendo presentes a “todos” los miembros de la comunidad. La acción de gracias es “por todos vosotros”. Pablo no puede contentarse con decir en otras partes de esta epístola, “todos”, “en todo tiempo”, “en todas partes”. Se hace así perceptible algo de su íntima emoción y de su entusiasmo. Cuando ora, Pablo incluye siempre a Dios su acción de gracias por todos los miembros de la comunidad de Tesalónica.

1:3 Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo. “Obra que procede de la fe, trabajo que procede del amor y constancia que procede de la esperanza”. Aquí tenemos una fe que actúa, un amor que se fatiga y una esperanza que proporciona paciencia. En sus oraciones –es decir, a los oídos de Dios- se realiza sin cesar (sin interrupción, continuamente, incesantemente) esta su “memoria”. “Acordándonos”, gramaticalmente da la idea de una acción continua. Constantemente Pablo se está acordando de la fe, del amor y de la esperanza de los tesalonicenses. Son estas tres virtudes las joyas que adornan la vida cristiana. Manifestando su “corazón pastoral” Pablo quiere animar a sus hermanos en Tesalónica dando testimonio de que constantemente se acuerda de ellos; este “recuerdo” no es (en el lenguaje de los judíos) un simple ejercicio mental, es la “actualización” mental y emocional de un evento importante en la vida; recordar es para Pablo actualizar su amor por los tesalonicenses.

551

1 Tesalonicenses

“La obra de vuestra fe”. El apóstol se refiere a que la fe de los tesalonicenses se ha convertido en predicación activa de esa fe. “El trabajo de vuestro amor” no se refiere sólo a las fatigas de aquellos que desempeñan un cargo en la comunidad (como por ejemplo, 5:12) sino al esfuerzo de todos los miembros. Mas es significativo que con respecto al Apóstol, “trabajo” (en griego es la idea de trabajo-fatigarse) se ha convertido en denominación fija de su servicio. “Constancia en la esperanza”. La esperanza es la característica del estado de fe cristiana; desde luego la “esperanza en nuestro Señor Jesucristo”. Su regreso, ya próximo, la colmará. Su “obra” es la paciencia. La esperanza es eficaz en la paciencia, y ésta es una credencial de aquella. La paciencia es engendrada por la esperanza y, por su parte, afianza y fortalece a la esperanza una y otra vez, renovándola. Así pues, en la iglesia de Tesalónica, fe, amor y esperanza están de tal manera vivas, que se han hecho fecundas en la obra de la predicación, en el cumplimiento del amor mutuo y en el perseverar con paciencia hasta el regreso de Jesucristo. Esto lo tiene presente el apóstol “ante Dios nuestro Padre” y, al pensar en ello, no puede menos que dar gracias a Dios.

1:4 Porque conocemos, hermanos amados de Dios, vuestra elección; “Hermanos amados de Dios” Esta expresión hace recordar el nombre honorífico de Israel: Jesurún, que la LXX (La traducción al griego del AT) traduce cuatro veces por “amados” (Deuteronomio 32:15; 33:5, 26; Isaías 44:2) En ella se condensa la frecuente afirmación de que Dios ama a su pueblo. Por la manera como ahora Pablo se dirige a sus oyentes, les da a entender que era el amor que Dios les tenía lo que les hacía conocer todo eso que él llama elección. El concepto “elección” se relaciona con la elección de Israel de entre todos los pueblos, por Dios y para Dios, para ser el pueblo de Dios. La “elección” de los tesalonicenses (y de cada uno de nosotros) fue un acto libre de Dios; convirtiendo a la iglesia en el “Israel de Dios” (Gálatas 6:16) Esta elección fluye del invariable amor de Dios. El llamado a la salvación es para todos los seres humanos, quienes responden a este llamado son “elegidos” para ser “amados de Dios”. Estos elegidos son aquellos que continúan en la fe y perseveran en la obediencia (2ªPedro 1:10)

552

1 Tesalonicenses

1:5 Pues nuestro evangelio no llegó a vosotros en palabras solamente, sino también en poder, en el Espíritu Santo y en plena certidumbre, como bien sabéis cuáles fuimos entre vosotros por amor de vosotros. “Poder” Pablo no se refiere a milagros, pues la palabra griega dynamis no se utiliza para describirlos. Este “poder” hace referencia a la experiencia de conversión que produce una nueva vida, entusiasmada por servir a Dios (vv6-9). La obra misionera realizada por los tesalonicenses, es la demostración del “poder del Espíritu Santo”. Vista más de cerca, la elección consistió primero en la predicación del evangelio a través del apóstol, y, en consecuencia, también en la aceptación del evangelio por los tesalonicenses (vv6-10)

1:6 Y vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor, recibiendo la palabra en medio de gran tribulación, con gozo del Espíritu Santo Los tesalonicenses se han convertido en imitadores de Pablo y del Señor, como quienes han recibido de adecuada manera la “palabra” y con tal fervor que se convirtieron a su vez por ese mismo hecho en “ejemplo” para otros. “Imitador” persona que se ha comprometido con el evangelio de Jesucristo, y ha dejado que ésta le marque a él y a su conducta. “Recibir” lleva implícita una decisión voluntaria. Esta palabra define el proyecto misionero iniciado por Pablo y seguido entusiastamente por los tesalonicenses: que las personas “reciban la palabra”, el evangelio de Jesucristo. Pero ellos han recibido la palabra a pesar de las tribulaciones “con gozo en el Espíritu Santo”. Este no es un gozo natural. ¿Quién se alegra en medio del sufrimiento? Se trata del gozo que concede el Espíritu Santo; sumergido en ese gozo se encuentra su origen: la fe; de esta fe se nutre la esperanza y de ella se alimenta el gozo. Y así, dominados por el gozo, les hizo “imitar” al Señor y al apóstol.

1:7 De tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y de Acaya que han creído. El “ejemplo” deja su marca en aquellos que se dejan configurar por él. La fuerza transformadora (“poder” v5) del evangelio va desde el Señor, pasando por el apóstol, llegando hasta los creyentes de Tesalónica y de allí, extendiéndose a “todos los que han creído”.

553

1 Tesalonicenses

1:8 Porque partiendo de vosotros ha sido divulgada la palabra del Señor, no sólo en Macedonia y Acaya, sino que también en todo lugar vuestra fe en Dios se ha extendido, de modo que nosotros no tenemos necesidad de hablar nada; La palabra del Señor, el evangelio de salvación, ha sido entregada por Pablo a los tesalonicenses. El gozo y gratitud del apóstol es que esta Palabra no se ha estancado; todo lo contrario, los tesalonicenses han respondido entusiastamente al imperativo misionero, saliendo de su ciudad en viajes misioneros a todas las ciudades de la región; visitando congregaciones nacientes o plantando nuevas iglesias, la fe de estos hermanos ha producido una marca indeleble en los oyentes. Tal es el éxito de este entusiasmo misionero, que con satisfacción declara el apóstol que ya no tiene necesidad llevar el evangelio a esa región, es “campo misionero” de los tesalonicenses. 1:9 Porque ellos mismos cuentan de nosotros la manera en que nos recibisteis, y cómo os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero. El mensaje que los tesalonicenses predicaban estaba enmarcado en el “testimonio personal”; ellos simplemente “anunciaban las virtudes de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1ªPedro 2:9) Parte del éxito consistía en que con gran entusiasmo compartían sus experiencias de conversión y como recibieron la enseñanza de Pablo. La experiencia de conversión de los tesalonicenses se llevó a cabo en el marco del amor fraternal, promovido por el apóstol. Este marco es el que impulso el entusiasmo por compartir el evangelio. Pablo supo transmitir su pasión por la obra misionera. La fe se experimenta como servicio sin reservas para con aquel a quien se ha entregado en la conversión. Este es ahora el Dios único (en oposición a los ídolos); es decir, como se le llama a su vez en el lenguaje de la misión, “el Dios vivo y verdadero”, el Dios que da vida porque El es vida y la tiene; y no es un Dios aparente (en oposición a los ídolos) sino un Dios “real”. Por lo tanto no es que con la fe se haya procedido a cambiar de uno de los dioses a otro, sino de las vanidades a la realidad (Hechos 14:15); dicho de otra manera: de la nada al ser.

1:10 Y esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera. La conversión origina una vida de gozosa expectación.

554

1 Tesalonicenses

La frase “esperar de los cielos a su Hijo”, recuerda a Tito 2:11-13, una carta muy posterior, donde nuevamente Pablo, en forma de una cápsula, enseña la verdad del regreso de Jesús. Sirviendo en este mundo como un mayordomo fiel (Lucas 12:36-38), el cristiano aguarda con seguridad la gloria venidera. Su posición característica es la de estar expectante ante la seguridad del regreso de Jesucristo. La expresión presupone preparación y disposición (1ªJuan 3:3) El Hijo de Dios se identifica como Jesús. La resurrección, siempre en primer plano en la predicación del apóstol, era la prueba suprema de que Jesús era Hijo de Dios (Romanos 1:4) Aquí también era el principal argumento para la certidumbre del juicio (Hechos 17:31), siendo como era la certificación de la derrota de Satanás y el derrocamiento final del pecado. En la resurrección de Jesús se inicia ya el futuro de los creyentes. Es ella el comienzo de la exaltación y la seguridad del regreso del Hijo. Con este regreso, los creyentes viven el “hoy” con la mirada puesta en el “mañana”; es esperanza firme en el futuro de Dios que impulsa para involucrarse entusiastamente en la obra misionera. La “ira” no es una pasión afectiva de Dios. Es el desenlace de “la paga del pecado”. La frase se puede traducir así: “Jesús nuestro libertador de la ira que vendrá”, es decir, del juicio divino que caerá sobre la tierra al final de los tiempos. Dios ha elegido, por amor, a los tesalonicenses para que le sirvan con entusiasmo en la proclamación del evangelio en espera del regreso de Jesucristo. Tú y yo también hemos sido elegidos para servir a Dios.

I. EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD 1ª Tesalonicenses 1:2-3:13

2. El Apóstol vuelve a hacer memoria de su “entrada” en Tesalónica. 1ª Tesalonicenses 2:1-16

a. Entrada en escena del Apóstol con el poder del Espíritu. 2:1-12 2:1 Porque vosotros mismos sabéis, hermanos, que nuestra visita a vosotros no resultó vana; Pablo da importancia al hecho de que sus hermanos en Tesalónica pueden comprender la misión de Pablo entre ellos.

2:2 Pues habiendo antes padecido y sido ultrajados en Filipos, como sabéis, tuvimos denuedo en nuestro Dios para anunciaros el evangelio de Dios en medio de gran oposición.

555

1 Tesalonicenses

El trabajo misionero de Pablo no fue en vano, ya que, a pesar de todos los sufrimientos y afrentas que le ocurrieron antes en Filipos (Hechos 16:16-40), predicó el evangelio en Tesalónica con “denuedo”, y por cierto, entre violentas disputas con sus adversarios judíos y paganos. Su conducta en Tesalónica fue fruto y señal de su libertad apostólica. “Denuedo” es concepto procedente de la “polis” griega y servía para designar el derecho del hombre libre para hablar públicamente. En el contexto de este pasaje, “denuedo en nuestro Dios” designa una libertad cuyo espacio vital Dios otorga y conserva con el propósito de que su palabra del Evangelio sea expuesta libremente a las personas. Los sufrimientos e injurias padecidos en Filipos no han privado al apóstol de esa libertad; no le han hecho replegarse sobre sí mismo, es decir, no le han hecho retroceder por miedo, sino que con el valor del que está libre en Dios predicó con ánimo renovado en esta ciudad. 2:3 Porque nuestra exhortación no procedió de error ni de impureza, ni fue por engaño, El Evangelio se llama ahora la “exhortación”. Destacando la función consoladora del Evangelio que invita a levantarse a una nueva vida. Exhortar es llamar a alguien para brindarle aliento y consolación. “Engaño”, atrapar con anzuelo.

2:4 Sino que según fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio, así hablamos; no como para agradar a los hombres, sino a Dios, que prueba nuestros corazones. El apóstol dice que Dios le ha probado y le ha encontrado digno. Dios ha confiado a Pablo el evangelio, como a persona que tras haber sido sometida a prueba ha sido encontrada digna de confianza. Y Pablo no ha defraudado esta confianza que Dios puso en él, ha transmitido el Evangelio que se le confió, con obediencia para con Dios y con ello se defiende contra reproches, no para agradar a los hombres sino para honrar a Dios, el juez infalible que penetra los corazones de los hombres; esta expresión es bíblica (Jeremías 11:20; 12:3; 17:10; LXX) Y el corazón del hombre es el hombre mismo y todo el hombre. Es el manantial oculto y el centro de sus pensamientos, de su voluntad y de su sentir, el lugar inaccesible de sus emociones y de su decisión. Vemos pues: la llegada del apóstol a Tesalónica fue plena de poder y Espíritu. A pesar de las afrentas sufridas antes y en medio de las actuales disputas, se presentó con gran libertad (denuedo).

556

1 Tesalonicenses

Su predicación apostólica bebe siempre en las aguas de la verdad y habla, lejos de motivos e intenciones egoístas, ante los ojos escrutadores de Dios, no para agradar a los hombres sino para transmitir auténtico el evangelio que se le ha confiado.

2:5 Porque nunca usamos de palabras lisonjeras, como sabéis, ni encubrimos avaricia; Dios es testigo; “Lisonjeras”, palabras de adulación, dichas por el orador que quiere obtener con falsedades el favor de los oyentes. Tampoco era su predicación pretexto para la codicia (“avaricia”, avidez por tener; es una forma de impureza porque es una expresión práctica acentuada del egoísmo y del compromiso con el mundo) No pretendía conseguir con el Evangelio ganancias materiales. De esto son testigos no solamente ellos, sino también es testigo Dios.

2:6 Ni buscamos gloria de los hombres; ni de vosotros, ni de otros, aunque podíamos seros carga como apóstoles de Cristo. Pablo no buscaba el prestigio ante los hombres, ni ante los tesalonicenses ni ante otros; así lo recalca categóricamente. Porque no busca la gloria de sí mismo. Forma parte también de la libertad (denuedo) el prescindir de su propia gloria por la de Dios.

2:7 Antes fuimos tiernos entre vosotros, como la nodriza que cuida con ternura a sus propios hijos. Aunque como apóstol de Cristo, Pablo podía haber impuesto su autoridad, fue “dulce” (tierno) con ellos (2ª Timoteo 2:24-26) Pablo estaba lleno de solicitud para con los tesalonicenses, a los que consideró como bebés recién nacidos (1ªPedro 2:2) necesitados de tiernos cuidados. Así visualizó Pablo su ministerio pastoral. La nodriza era una mujer contratada por las familias ricas, para atender el cuidado de los recién nacidos. Era, entonces, una “especialista en bebés”. Siendo la nodriza una mujer con “vocación” para cuidar bebés; los suyos recibirían un cuidado “altamente especializado”; tal es la idea que quiere transmitir el apóstol a través de esta tierna y apasionada figura.

2:8 Tan grande es nuestro afecto por vosotros, que hubiéramos querido entregaros no sólo el evangelio de Dios, sino también nuestras propias vidas; porque habéis llegado a sernos muy queridos.

557

1 Tesalonicenses

Con el Evangelio Pablo puso en juego también su vida. Para él ambas cosas son inseparables. También su predicación es una empresa de amor. Y su amor es asimismo predicación. ¿Es realmente posible, después de todo, compartir sinceramente el Evangelio de Jesucristo sin dar al mismo tiempo también el propio ser? El involucrarse así de corazón y alma con la gente es costoso; ¿pero hay un camino diferente para el que comparte sinceramente el Evangelio? 2:9 Porque os acordáis, hermanos, de nuestro trabajo y fatiga; cómo trabajando de noche y de día, para no ser gravosos a ninguno de vosotros, os predicamos el evangelio de Dios. Pablo aduce un ejemplo de esta su voluntad de darles su propia vida; apelando al recuerdo de aquellos días, llenos de trabajo y de cansancio para el apóstol pues tuvo que laborar duro para su sustento. Trabajó “de noche y de día” (manera judía de contar, desde la puesta del sol) para no ser gravoso a nadie. Estas tareas artesanales se mencionan también en Hechos 18:3. Otro motivo para el trabajo de sus manos lo señala Pablo en 2ªTesalonicenses 3:8-12, servir de ejemplo a los miembros de la comunidad. Entre muchas circunstancias fatigosas que nacían de su atención hacia ellos, les predicó el Evangelio de Dios. No hay duda de que se sacrificó por ellos. 2:10 Vosotros sois testigos, y Dios también, de cuán santa, justa e irreprensiblemente nos comportamos con vosotros los creyentes; Pablo había tenido un solo pensamiento: estar con ellos en acción y palabra. Cita ahora juntos a sus dos amados testigos: vosotros y Dios.

2:11 Así como también sabéis de qué modo, como el padre a sus hijos, exhortábamos y consolábamos a cada uno de vosotros, Pablo estaba allí para ellos como padre espiritual de la comunidad. Era padre y nodriza para los de Tesalónica. No era padre sólo en el sentido con que como en 1ªCorintios 4:15 les dirá a los cristianos de Corinto, “os engendré por medio del evangelio”, sino también en el hecho de que estaba “al pendiente de ellos”. Por eso se preocupaba de cada uno en particular (Colosenses 1:28). Ninguno le resultaba demasiado pequeño o demasiado grande, demasiado pobre o demasiado rico. Ninguno le quedaba demasiado lejano o demasiado próximo, como para no brindarles estímulo.

558

1 Tesalonicenses

2:12 Y os encargábamos que anduvieseis como es digno de Dios, que os llamó a su reino y gloria. Una conducta digna de Dios es un vivir profundizando en la llamada de Dios que está presente cada día. La existencia cristiana, hacia la cual el apóstol urgía y animaba a todos y a cada uno de los fieles en Tesalónica, y por cuyo desarrollo exponía él su vida, es ese modo de vivir que es conforme con la exigencia siempre actual de Dios, de someterse a la gloria de su reino (glorioso reino). En eso se distingue de toda otra conducta simplemente moral. Por fe ya forman parte del Reino de Dios, pero la revelación de la plenitud de su gloria pertenece todavía al futuro, pero eran herederos de esa gloria y por lo tanto debían vivir en conformidad a esa posición.

I. EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD 1ª Tesalonicenses 1:2-3:13

2. El Apóstol vuelve a hacer memoria de su “entrada” en Tesalónica. 1ª Tesalonicenses 2:1-16

b. Su agradecimiento a Dios por la aceptación del Evangelio por la comunidad. 2:13-16

2:13 Por lo cual también nosotros sin cesar damos gracias a Dios, de que cuando recibisteis la palabra de Dios que oísteis de nosotros, la recibisteis no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. Pablo encierra en un renovado agradecimiento a Dios (vv13-16) lo que tiene que decir una vez más sobre la “elección” de los cristianos de Tesalónica. Han aceptado el Evangelio y esto despierta su incesante agradecimiento a Dios. La aceptación del Evangelio es siempre para el apóstol un milagro. La Palabra de Dios es ahora un verdadero acontecimiento. Llega a los tesalonicenses a través del apóstol, que la ha oído personalmente de Dios mismo. Y así, al haber aceptado los tesalonicenses el Evangelio –motivo por el que el apóstol no se cansa de dar gracias- estaban aceptando esta palabra de los hombres como palabra de Dios.

2:14 Porque vosotros, hermanos, vinisteis a ser imitadores de las iglesias de Dios en Cristo Jesús que están en Judea; pues habéis padecido de los de vuestra propia nación las mismas cosas que ellas padecieron de los judíos,

559

1 Tesalonicenses

La Palabra de Dios que ellos han aceptado bajo forma de palabra humana del apóstol, les hizo ingresar en ese gran cortejo de la Iglesia que sale airosa de sus sufrimientos. Por segunda vez menciona Pablo que se han hecho “imitadores”. Pero ahora no les llama imitadores suyos y del Señor, como en 1:6, sino “imitadores de las Iglesias de Dios que hay en Judea, en Cristo Jesús”. 2:15 Los cuales mataron al Señor Jesús y a sus propios profetas, y a nosotros nos expulsaron; y no agradan a Dios, y se oponen a todos los hombres, Los judíos: perseguidores perpetuos odiando sin interrupción. Hay una continua comunidad sufriente, en cuyo centro y a cuya cabeza está Jesús. Vistas así las cosas en Tesalónica no ha pasado nada especial, más bien ha sucedido algo que cabía esperar que ocurriese. Con esta necia actitud, los judíos “no agradan a Dios” (una amarga palabra acerca de los compatriotas de Pablo) y son enemigos de todos los hombres. Los rabinos y judíos creían, equivocadamente, que estaban agradando a Dios al actuar de este modo. 2:16 Impidiéndonos hablar a los gentiles para que éstos se salven; así colman ellos siempre la medida de sus pecados, pues vino sobre ellos la ira hasta el extremo. “Impiden” –y esto demuestra al fin y al cabo que son enemigos de los hombres- la salvación de los gentiles. Se inmiscuyen conscientemente en los planes divinos de la salvación, que tiene sus miras puestas en la salvación del mundo a través del Evangelio (1ªCorintios 1:21) Los judíos, quieren estorbar –claro está que no tienen poder para ello- el “día de la salvación”, que se abre camino con el Evangelio (Romanos 13:11) Con esto colman la medida de sus pecados. También ahora, en los días del anuncio de la salvación.

I. EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD 1ª Tesalonicenses 1:2-3:13 3. Las preocupaciones actuales del apóstol por la comunidad.

1ª Tesalonicenses 2:17-3:13 a. Sus deseos de volver con los tesalonicenses. 2:17-20

2:17 Pero nosotros, hermanos, separados de vosotros por un poco de tiempo, de vista pero no de corazón, tanto más procuramos con mucho deseo ver vuestro rostro;

560

1 Tesalonicenses

El empeño del apóstol por volver a ver a aquella comunidad era tan intenso, porque lejos de ella se sentía huérfano (el sentido de la palabra “separado”); y en realidad lo estaba. “Y nosotros (el apóstol), hermanos, lejos de vosotros como huérfanos… nos hemos esforzado encarecidamente… en volveros a ver”. Hablando con propiedad, eran los cristianos de Tesalónica quienes de suyo estaban huérfanos. Han perdido a su “padre” (2:11) y aun a su “madre” (2:7). Pero el apóstol, con amoroso tacto, describe la situación a la inversa: él era el huérfano, pues no tenía a sus hijos alrededor (2:7s), le apremiaba el hacer todo lo posible por volver a verlos. “De corazón” expresa que el alejamiento del apóstol es sólo físico, externo, pero no interior. Con el corazón siempre estaba con ellos y ellos con él. Pero precisamente una presencia así, con el corazón, hace sentir tanto más la orfandad; por mucho que la suavice. La proximidad de corazón, que muchas veces puede borrar todas las distancias, anhela convertirse en presencia corporal. Estas expresiones muestran una afectuosa relación entre el pastor y su congregación. La palabra traducida “deseo” indica un fuerte sentimiento que provoca convicción y acción, una pasión. 2:18 Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó. “Estorbó” Este verbo (en griego) se emplea para referirse a la acción de cortar una carretera, de hacer impasable un camino. Así Pablo acusa a Satanás de cortarle el camino.

2:19-20 Porque ¿Cuál es nuestra esperanza, o gozo, o corona de que me gloríe? ¿No lo sois vosotros, delante de nuestro Señor Jesucristo, en su venida? Vosotros sois nuestra gloria y gozo. Estos versos son una nueva motivación de la idea principal expresada en los vv17-18. La Iglesia de Tesalónica será la gloria con la que Dios le coronará. Mediante ella el apóstol se ganará ante El este ansiado gozo, que ya hoy puede disfrutar, como anticipo de lo que será la existencia más allá del regreso de Jesús. Cuando un rey o conquistador acudía de visita a una ciudad se le daba una guirnalda de gloria para celebrar una victoria. La Iglesia de los Tesalonicenses será, simbólicamente, como la corona de gloria con la que Pablo habrá de recibir al Rey Jesús cuando regrese triunfante. Esto es motivo de gozo para el apóstol.

561

1 Tesalonicenses

“Venida” (en griego “parusía”) señala la visita del emperador o de un alto dignatario a una ciudad y los preparativos que tal visita impone a los ciudadanos de la misma. Pablo no está motivado simplemente por la esperanza de reunión en este mundo, sino que está viviendo a la luz del gran día del retorno de Jesucristo. “Vosotros sois nuestra gloria y gozo”. Para algunas personas, su esperanza son las riquezas, o la seguridad, o la ambición personal. Mucha gente tiene esperanzas que terminan en este mundo. El apóstol, con un verdadero corazón de pastor, tiene una esperanza mejor, que transforma sus frecuentes padecimientos. Los sujetos de su esperanza son sus amados hijos en la fe, presentados a Cristo como trofeos de la gracia (2ªCorintios 11:2) El crecimiento y progreso espirituales de ellos son lo que hace saltar de gozo el corazón del apóstol (3ªJuan 4). Ellos serán las “estrellas de su corona”, la única guirnalda de vencedor que él ambiciona. La gloria del cristiano está en ganar a más personas para Cristo.

I. EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD 1ª Tesalonicenses 1:2-3:13

3. Las preocupaciones actuales del apóstol por la comunidad. 1ª Tesalonicenses 2:17-3:13

b. La misión de Timoteo y su regreso. 3:1-10 3:1 Por lo cual, no pudiendo soportarlo más, acordamos quedarnos solos en Atenas, No era para el apóstol decisión fácil enviar a Timoteo a Tesalónica. Pero Pablo la tomó. “Acordamos” (juzgar bueno) significa aquí igual que en 2:8, decidir, resolverse, tener por bueno. Enviar a Timoteo suponía “quedarse solo en Atenas”. “Quedarse” es, en griego, tanto como quedar apartado a un lado, y junto con la palabra “solos”, suena poco más o menos como quedar abandonado. Para el apóstol, inmerso en la gran ciudad pagana que seguía siendo algo así como un centro intelectual, enviar a Timoteo significaba, considerado humanamente, quedarse solo y desamparado. Pero Pablo ya no aguantaba más su incertidumbre sobre Tesalónica. Su inquietud era demasiada. Así que prefirió renunciar temporalmente a su compañero de ministerio.

562

1 Tesalonicenses

3:2 Y enviamos a Timoteo nuestro hermano, servidor de Dios y colaborador nuestro en el evangelio de Cristo, para confirmaros y exhortaros respecto a vuestra fe, Pablo, no soportando más la intriga de lo que pasa en Tesalónica, prefirió renunciar temporalmente a su compañero, tan allegado a él, que no sólo es su ayudante, sino también “colaborador de Dios en el evangelio” y por lo tanto podría haberle ayudado mucho en Atenas; y lo envía a Tesalónica. El Evangelio no está solamente en un hombre, tampoco está solamente en el apóstol. Él lo predica personalmente, pero tiene también un representante a quien puede enviar. Pues ¿para qué envía Pablo, con el corazón oprimido a Timoteo hacia Tesalónica? Para que él hiciese allá lo que ya Pablo había hecho y hubiera seguido haciendo en la ocasión presente: Ayudar a aquellos cristianos en su difícil situación y alentar su fe. Lo envía para “confirmar vuestros corazones”. Es mediante la enseñanza de la Palabra de Dios que Timoteo habrá de alentar el crecimiento y fortalecimiento de la fe de los creyentes. 3:3 A fin de que nadie se inquiete por estas tribulaciones; porque vosotros mismos sabéis que para esto estamos puestos. Timoteo, a quien el apóstol envía a Tesalónica, tiene que continuar la enseñanza que Pablo comenzó. “A fin” indica cuál es la meta que debe alcanzar, explicando así en qué dirección se puede lograr ese “fortalecimiento” mediante la enseñanza. Ningún cristiano de Tesalónica debe “quebrantarse” por sus continuas tribulaciones, de manera que vacile su fe. Y para seguir en cierto modo ayudando a Timoteo ulteriormente –porque es claro que las tribulaciones no se acaban con “estas tribulaciones” que ahora padecen- Pablo, en una especie de inciso, apela a lo que ya bien sabían los de Tesalónica a propósito de sus actuales aprietos, a la vez que les recuerda algo que ya les había dicho en ocasiones anteriores y ahora correspondía a la realidad: “Porque vosotros mismos sabéis que a eso estamos destinados”.

3:4 Porque también estando con vosotros, os predecíamos que íbamos a pasar tribulaciones, como ha acontecido y sabéis. Las tribulaciones son inevitables para el cristiano, porque son su destino. Cuando los cristianos sufren, no les acontece nada excepcional ni nada extraño.

563

1 Tesalonicenses

En su primera estancia en Tesalónica, Pablo les había ya predicho también tribulaciones, porque el “pasar tribulaciones” forma parte de los imperativos divinos de los últimos días. El “íbamos” señala en este sentido: habremos o deberemos de pasar tribulaciones. La predicción de Pablo se ha cumplido en seguida. Y ellos lo saben. Estos sufrimientos de los últimos días, los considerará Pablo más tarde, especialmente teniendo presentes sus propias experiencias apostólicas, como formando un conjunto con los sufrimientos de Cristo. Es digno de notar que la tribulación como algo inevitable formó parte de las instrucciones del apóstol a los cristianos de Tesalónica y a los demás. Al sufrimiento de los justos que en el Antiguo Testamento constituyó un agudo problema de fe, se lo reconoce ahora como un elemento esencial en los propósitos de Dios con su pueblo. Desde el momento en que el mismo Señor Jesús sufrió, no debían esperar otra cosa; más bien debían gloriarse en la tribulación (Juan 15:20; 16:3) 3:5 Por lo cual también yo, no pudiendo soportar más, envié para informarme de vuestra fe, no sea que os hubiese tentado el tentador, y que nuestro trabajo resultase en vano. En este verso Pablo añade un propósito más al envío de Timoteo, quería recibir noticias sobre el estado de su fe. También por allá anda Satanás, actúa como “tentador” en todo momento y bajo mil formas. Acecha tras las tribulaciones para intentar apartarles de la fe, y de este modo hacer vanos los “esfuerzos” del apóstol, es decir, su actuación en pro de la salvación. La construcción gramatical en griego de “no sea que os hubiese tentado el tentado” implica que el propósito no habría de lograrse. Eso es lo que de hecho ocurre aquí, porque el tentador no tuvo éxito con los tesalonicenses. “Trabajo” se refiere al esfuerzo del servicio apostólico. Es como un servicio militar, llevado hasta el límite.

3:6 Pero cuando Timoteo volvió de vosotros a nosotros, y nos dio buenas noticias de vuestra fe y amor, y que siempre nos recordáis con cariño, deseando vernos, como también nosotros a vosotros, Qué bueno fue que el apóstol, aceptando quedarse solo, enviase a Timoteo hasta Tesalónica, escenario de la guerra contra Satanás. Ha regresado con buenas noticias, y Pablo puede ya volver a “vivir” (v8)

564

1Tesalonicenses

Timoteo ha podido traer buenas noticias. Los tesalonicenses no se han quebrantado; no apostataron. El tentador no ha conseguido nada de ellos. Pero Timoteo informa de un segundo detalle, asimismo importante: la comunidad conserva buen recuerdo del apóstol y anhela volverle a ver; anhelo que por lo tanto es recíproco. Se sabe aún, iglesia del apóstol. Y con ello no sólo denota una compenetración íntima con él, sino además la conciencia de no poder prescindir del apóstol, que es quien le trajo y puede seguir trayéndole el Evangelio, y es su padre espiritual. Denota su voluntad de ser iglesia apostólica. “Siempre” conserva “buen recuerdo” del apóstol. De modo que no se deja turbar por las difamaciones a las que aludía Pablo. Más aún: tiene “anhelo” de verle; el mismo anhelo que conmovía a Pablo hacia ella. No le ha tomado a mal, por lo tanto, que no viniera. Ha comprendido que Satanás se lo ha impedido. Y esta buena noticia acerca del buen estado de su fe y de su amor, de su saberse vinculada al apóstol y responder bien con su adhesión, ha “consolado” a Pablo (v7) 3:7 Por ello, hermanos, en medio de toda nuestra necesidad y aflicción fuimos consolados de vosotros por medio de vuestra fe; “Por ello” pone de relieve que precisamente lo que le han dicho era el motivo de ese consuelo que Pablo a experimentado. Su fe se ha consolado cuando tuvo noticia de esta amada iglesia. Y así sus penas y tribulaciones se han visto aliviadas. “Necesidad” aparece en plural en 2ª Corintios 6:4 y 12:10, en medio de una lista de sufrimientos que nos dan a conocer la ardua vida del apóstol y nos hacen comprender cuán necesario le es el consuelo. 3:8 Porque ahora vivimos, si vosotros estáis firmes en el Señor. El consuelo da “vida”. Y eso no significa sólo que le permita al apóstol un respiro, reanimarse; sino que bien se puede entender en su sentido más completo: “vive” de nuevo porque vive la comunidad. El consuelo lo constituye la noticia del estado de la fe en la iglesia de Tesalónica. La vida del apóstol es que dicha comunidad permanezca en la fe. Se “está firme en el Señor” mediante la entrega a Él y el existir-para-Él. Pero ambas cosas solamente se verifican estando en la fe. Porque la fe nos ofrece al Señor como Aquél en el que se permanece, y nos lo conserva abierto como la fuerza vital que nos defiende.

565

1 Tesalonicenses

Permanecer en el Señor es una conquista incesante. Aunque Timoteo le haya informado de la fe tesalonicense y ello haya sido un gran consuelo para él, deben vigilar el seguir permaneciendo siempre en el Señor y la preservación de su fe: Nos consuela vuestra fe. Ahora vivimos, si creéis. La fe debe ser creída, es decir, preservada. 3:9 Por lo cual, ¿qué acción de gracias podremos dar a Dios por vosotros, por todo el gozo con que nos gozamos a causa de vosotros delante de nuestro Dios, Hemos sido consolados por vuestra fe. ¿Qué gracias podremos dar a Dios por ello? Ningunas serán suficientes. Ahora, el apóstol, cita como motivo del agradecimiento el gozo que le producen la comunidad y el estado de su fe. Es un gozo grande, inmenso. Y es un gozo que se disfruta ante el rostro de Dios.

3:10 Orando de noche y de día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y completemos lo que falte a vuestra fe? El gozo del apóstol no excluye ni aminora el seguir rogando a Dios que le permita ir a Tesalónica, sino que inflama y vuelve más intensa esta oración. Es un gozo que precisamente ahora impulsa al apóstol hacia la comunidad de Tesalónica, para verla y estimularla en su fe. En medio de toda su alegría y gratitud, el apóstol piensa sin embargo con objetividad. Sabe que toda fe tiene deficiencias, que de todos modos en Tesalónica todavía quedan cosas por hacer. Siempre queda la responsabilidad apostólica, y siempre queda también el deseo apostólico y fraterno de la mutua edificación. De este modo forma parte íntima de esa gratitud al Señor que le es suscitada por el gozo que le produce la intensa fe de la comunidad, el ruego insistente a Dios de lograr volverse a ver con esa iglesia.

I. EL APOSTOL Y SU COMUNIDAD 1ª Tesalonicenses 1:2-3:13

3. Las preocupaciones actuales del apóstol por la comunidad. 1ª Tesalonicenses 2:17-3:13

c. La oración apostólica. 3:11-13 3:11 Mas el mismo Dios y Padre nuestro, y nuestro Señor Jesucristo, dirija nuestro camino a vosotros. Esta oración es en primer lugar un ruego por él, por el mismo apóstol (v11) y una intercesión por la comunidad de Tesalónica (vv12-13)

566

1 Tesalonicenses

En suma, el ruego por sí mismo es también un ruego a favor de la comunidad, pues Pablo pide a Dios que le permita llegarse hasta ella. Dios, nuestro Padre, y el Señor Jesús, a quienes ora el apóstol, son para él Uno en el actuar. Pablo quiere decir aquí: que Dios nuestro Padre, por medio de nuestro Señor Jesús, aparte los obstáculos que ha puesto Satanás entre vosotros y yo. Sabemos que su oración fue escuchada; si bien es verdad, que después de algún tiempo (Hechos 20:1-6)

3:12 Y el Señor os haga crecer y abundar en amor unos para con otros y para con todos, como también lo hacemos nosotros para con vosotros, Para la comunidad de Tesalónica, Pablo pide sobreabundancia en el amor. No es que careciesen de él, pero deben crecer aún más. Y si ha de haber amor “para con otros”, o sea amor mutuo entre los miembros de la comunidad; también ha de haberlo “para con todos”, es decir, también con los de fuera, amor sin fronteras por lo tanto. Además ha de ser amor como el que tiene el apóstol para con ellos, por la tanto un amor que se sacrifica por el otro. Que el Señor les dé ese amor sobreabundante y abierto hacia todos y que por todos se sacrifica, fortaleciendo así sus corazones.

3:13 Para que sean afirmados vuestros corazones, irreprensibles en santidad delante de Dios nuestro Padre, en la venida de nuestro Señor Jesucristo con todos sus santos. El creyente adquiere firmeza por la fe. Ahora es el amor, la manera de consolidarla. Amando se hacen firmes los corazones, y en los corazones que aman se hacen firmes los creyentes. ¿Cuándo? Cuando ellos estén ante Dios con santidad inmaculada en el regreso de su Hijo Jesucristo. “Irreprensibles en santidad” es el amor lleno de desprendimiento. Los santos a los que nada se les reprocha, son aquellos que aman “como Cristo” (en entrega para salvación). Que el Señor haga abundar y sobreabundar en amor a los creyentes de Tesalónica, precisamente para fortalecerles hasta llegar a esa santidad: tal es la oración que Pablo hace por ellos. Sólo una santidad así hace salir triunfantes a los corazones que se desbordan en amor, aun en la última decisión y ante la última prueba. El apóstol mira otra vez hacia el horizonte: Hacia ese día en el que habremos de presentarnos ante “nuestro Dios y Padre”.

567

1 Tesalonicenses

II. LA INSTRUCCIÓN A LA COMUNIDAD; 1ª Tesalonicenses 4:1-5:24

1. Exhortación a que lleven una conducta agradable a Dios; 1ª Tesalonicenses 4:1-12

a. Exhortación a la santificación; 4:1-8 4:1 Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Comportarse bien y agradar a Dios. Con nuestra conducta diaria podemos y debemos agradar a Dios. El énfasis no está en agradar a Dios con grandes hechos heroicos, sino con la sencillez del diario vivir. La autoridad del apóstol sobre la comunidad es amor en acción. Pablo se dirige a la congregación con ese amor fraternal que hace que el mandato se convierta de exhortación, en palabra dulce de ánimo para sus hermanos. Esta exhortación se efectúa “en el Señor Jesús” en quien tanto ellos como él están unidos, pues tanto ellos como él le deben la salvación. Es la exhortación impetuosa de quien vive “en el Señor” y cuyos pensamientos y palabras le vienen dispuestos por El; de quien conoce “en el Señor” cuál es la voluntad de Dios. La exhortación apostólica no es sólo el ruego de un hermano a otro hermano, sino que en ella el mismo Señor Jesucristo hace oír su voz; es decir la voz amorosa del Espíritu Santo. La invitación es a continuar realizando más progresos en la vida cristiana. Esto va en armonía con la oración de 3:12 y con el propósito de la carta, expresado en 4:10-12. La exhortación del apóstol se refiere al progreso en su conducta como cristianos.

4:2 Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por el Señor Jesús; La predicación y enseñanza del apóstol Pablo entre los tesalonicenses incluía las aplicaciones del mensaje evangélico al diario vivir. Estas instrucciones emanadas del Evangelio fueron aceptadas por los tesalonicenses y constituyen el complemento ideal de la experiencia de salvación. “Por el Señor Jesús”, los preceptos que Pablo dio son dados “por el Señor Jesús”. Expresan la voluntad del Señor Jesús, que ciertamente el apóstol llegó a conocer. De este modo, los lectores de la carta, al escuchar la palabra del apóstol, escuchan la del Señor mismo.

568

1 Tesalonicenses

4:3 Pues la voluntad de Dios es vuestra santificación; que os apartéis de fornicación; Santa es aquella persona que está “separada” del mundo pues ha sido apartada para servir a Dios. La santificación consiste en mejorar la calidad de nuestro servicio a Dios. El propósito de la santidad es vivir en comunión con Dios; es disfrutar de una relación de amistad con Dios, es pertenecer a la familia de Dios y verlo como nuestro Padre. La voluntad de Dios para cada uno de nosotros consiste en alejarnos de aquello que estorbe nuestra comunión con Dios y acercarnos a una profunda relación de amistad con Dios en la que el servicio obediente es manifestación de conocer a Dios, de estar siendo santificados. Ya que nuestro objetivo es mejorar nuestro servicio a Dios, necesitamos alejarnos de aquellas actividades que son propias de quien todavía existe esclavizado en las tinieblas del pecado. “Fornicación” abarca todo tipo de desordenes en la sexualidad. 4:4 Que cada uno de vosotros sepa tener su propia esposa en santidad y honor; Abstenerse de fornicación –cumpliendo así la voluntad de Dios y ejercitando la santificación- se concreta entre otras cosas en vivir un matrimonio legítimo, puro conforme a la voluntad de Dios, y conservando a su mujer en alto honor. “Sepa tener” da la idea de aprender. La santidad y el honor en el matrimonio no es un accidente, tampoco es involuntario. Es un arte que a de aprenderse con el entrenamiento. El creyente debe poner toda su determinación en lograr este “estado matrimonial”. “Tener a su propia esposa en santidad” quiere decir que cada verdadero creyente debe abandonar las ideas “mundanas” acerca de la infidelidad; por el contrario, debe cultivar y mejorar la relación de pareja con su esposa (y con ninguna otra). Esta relación ha de cultivarse “en santidad”, esto es, buscando la forma en que, como pareja, puedan servir a Dios (esta es una meta para la pareja cristiana). Aquí “esposa” es la traducción de una palabra griega que significa “vaso”; haciendo referencia a la mujer como a un vaso frágil de gran belleza y valor que demanda, por tanto, del varón, ternura en el trato y disposición a cuidarla. Hay que tratar a la esposa como a vaso más frágil, valioso y hermoso (1ªPedro 3:7)

569

1 Tesalonicenses

4:5 No en pasión de concupiscencia, como los gentiles que no conocen a Dios; Concupiscencia, deseo alimentado excesivamente con fuerte enfoque egoísta. La concupiscencia es el deseo de satisfacer una necesidad, real o imaginaria, de forma desordenada, sin límite y sin considerar cómo esta satisfacción desenfrenada y egoísta podría afectar a las personas que le rodean. La concupiscencia es insaciable y produce vacío, esclavitud y soledad. Para Pablo existe una íntima relación entre la ignorancia de los paganos acerca de Dios (Gálatas 4:8; Efesios 2:12) y el libertinaje sexual. Allí donde no se conoce a Dios, le es negado también a la persona –y precisamente por idolatría para con las personas- el honor que Dios les confirió. Pero los cristianos al conocer a Dios, reconocen también la calidad de lo creado, su santidad y honor.

4:6 Que ninguno agravie ni engañe en nada a su hermano; porque el Señor es vengador de todo esto, como ya os hemos dicho y testificado. Engañar a otro en cualquier asunto es para el apóstol la consecuencia de una codicia que, al fin y al cabo, responde a la ceguera que acompaña a la aversión contra Dios. Pero es parte integrante de la santificación que cese el abuso de engañar al hermano.

4:7 Pues no nos ha llamado Dios a inmundicia; sino a santificación. Es importante tener presente que esta exhortación a la santidad va dirigida a los que Dios ha salvado, a los que Él llama a la santificación, concediéndoles el Espíritu Santo (v8) para que la realicen. Esta “llamada” tuvo lugar cuando aceptaron el Evangelio. Y no fue un llamado a una vida mediocre sino a la “santidad”. Mediante el llamamiento, los cristianos se convirtieron en “santos elegidos”.

4:8 Así que, el que desecha esto, no desecha a hombre, sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo. Si los cristianos actúan contra esta llamada divina; entonces faltan contra su existencia santificada y contra el llamamiento por Dios a que salgan del mundo. Rechazan también a Aquél que les ha llamado a la santidad; que es Dios, y no un hombre. Rechazan a ese Dios que no sólo ha manifestado su voluntad, sino que, para cumplirla, concede la presencia de El Espíritu Santo que ilumina y da vida.

570

1 Tesalonicenses

Espíritu Santo que tiene a nuestro cuerpo por templo, de suerte que ya no disponemos de nosotros (1ªCorintios 6:19) Espíritu en el que Dios dispone de nosotros y se mantiene dispuesto para nosotros. Espíritu en el que nosotros también nos confiamos a Dios, nuestro Padre, como “los hijos” (Gálatas 4:6) porque en Él tenemos toda esperanza. Espíritu a cuya guía podemos y debemos confiarnos para, “en el Espíritu” frenar las prácticas egoístas de nuestra vida (Romanos 8:13-15) Espíritu conforme al cual debemos “caminar” para no satisfacer el deseo de la carne, nuestro deseo pecaminoso (Gálatas 5:16), Espíritu en el cual vivimos y cuyas huellas hemos de seguir (Gálatas 5:25)

II. LA INSTRUCCIÓN A LA COMUNIDAD; 1ª Tesalonicenses4:1-5:24

1. Exhortación a que lleven una conducta agradable a Dios; 1ª Tesalonicenses4:1-12

b. Exhortación al amor fraternal y a la vida honrada; 4:9-12 4:9 Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros; Literalmente: “enseñados por Dios estáis”. Solamente los que han sido, y siguen siendo, enseñados por Dios pueden genuinamente seguir amándose unos a otros. La prueba de que el Espíritu Santo está actuando en la vida de los tesalonicenses, guiándolos en el conocimiento, es el amor fraternal. Quien busca a Dios sinceramente y se deja guiar por el Espíritu a través del Evangelio, va a recibir del Señor la instrucción de amar a los hermanos. La relación fraternal entre los miembros de la congregación es la manifestación del Espíritu.

4:10 Y también lo hacéis así con todos los hermanos que están por toda Macedonia. Pero os rogamos, hermanos, que abundéis en ello más y más; Los tesalonicenses ya ejercitaban el amor fraternal; y no sólo dentro de la propia comunidad, sino también con los hermanos de toda Macedonia. La medida de su amor es muy amplia. Probablemente aquí aluda Pablo ante todo a esa forma de amor fraternal consistente en la hospitalidad de no dejar solo al hermano procedente de la provincia y extraño en la gran ciudad de Tesalónica, antes bien, lo acoge en casa y en la comunidad.

571

1 Tesalonicenses

Pero este amor fraternal que tanto los ha caracterizado no debe quedar como “recuerdo del pasado”, con renovado entusiasmo deben buscar “abundar”, buscar crecer en esta maravillosa cualidad. 4:11 Y que procuréis tener tranquilidad, y ocuparos en vuestros negocios, y trabajar con vuestras manos de la manera que os hemos mandado, Los cristianos de Tesalónica deben poner empeño y aun poner su honor en llevar una vida tranquila. Evidentemente los cristianos tesalonicenses no supieron asociar la emoción íntima de la vida creyente con la calma y el sosiego, sino que se habían hecho cristianos inquietos, atentos a lo sensacional; y acaso también activistas deseosos de figurar e intervenir en todas partes, demostrando su brío revolucionario. Mentalidad que los llevó a descuidar sus propios asuntos interesándose inútilmente por los asuntos ajenos. “Trabajar con vuestras manos” no es que se recomiende aquí el trabajo manual en sí, sino el preocuparse en general de ganar el propio sustento; es decir, el trabajo con el que se gana uno la vida. El peligro de actividades inquietas, el meterse en los asuntos de otros y el rehuir el trabajo, nos muestra en realidad una imagen curiosa, pero muy concreta y objetiva, de la comunidad de Tesalónica.

4:12 A fin de que os conduzcáis honradamente para con los de afuera, y no tengáis necesidad de nada. Evidentemente también la vida pacífica y activa que se preocupa de sus propias cosas, es la voluntad de Dios y conviene para nuestra santificación. La exhortación a una vida tranquila que se ocupa de sus propios asuntos, y se gana el sustento con todas sus fuerzas, es asimismo un precepto para llevar una conducta agradable a Dios.

II. LA INSTRUCCIÓN A LA COMUNIDAD; 1ª Tesalonicenses 4:1-5:24 2. Enseñanza consoladora; 1ª Tesalonicenses 4:13-5:11

a. Sobre los que han muerto antes del regreso del Señor; 4:13-18 4:13 Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza.

572

1 Tesalonicenses

La falta de conocimiento lleva a la falta de esperanza. Para afirmar la esperanza gozosa el creyente debe “saber”, debe conocer el propósito de Dios para nosotros, de esta manera evitará caer en el error y extraviarse en la melancolía de quienes no tienen esperanza. La muerte es siempre un tema inquietante y demanda reflexión. Muchos que no conocen el Evangelio (no tienen esperanza) se entristecen profundamente frente a la experiencia de la muerte. Sin embargo, el creyente (que sí tiene esperanza) debe tener una actitud más tranquila frente a la muerte, pues conoce la revelación de Dios. Aquellos creyentes en Cristo que ya han fallecido reciben el adjetivo de “los que duermen” (la estructura gramatical en griego da la idea de “los que fueron puestos a dormir”); no se trata de un simple eufemismo, es una descripción del estado de reposo pacífico en el que se encuentran estos hermanos, en espera del regreso de Jesús. 4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. La base de la esperanza es la fe y su fe se puede resumir en una pequeña fórmula del credo de la comunidad: Jesús murió y resucitó. Esta resurrección implica también la resurrección de los que han muerto “en Jesús”. Dios, a los que duermen resucitará por medio de Jesús y los llevará en el cortejo triunfal a la comunión eterna. Los cristianos tesalonicenses (y todos nosotros con ellos) no tienen que entristecerse por sus muertos como los paganos. Jesús murió y ha resucitado. Esta es la garantía de que Dios, que resucitó de entre los muertos a Jesús (Romanos 6:4; 8:11; 1ªCorintios 6:14), también resucitará por Jesús a los que murieron en Jesús y los hará ir con El en cortejo triunfal cuando regrese. La resurrección de Jesús implica la de los creyentes; y el regreso de Jesús implica que estaremos con Él (Juan 14:1-3; 1ªCorintios 15:20-22; 2ªCorintios 4:14) En este verso podemos apreciar una estructura gramatical:

a. Porque si creemos (FE) Que Jesús murió (MUERTE) Y resucitó (RESURRECCION) b. Así también hemos de creer (FE) Que los que durmieron en él (MUERTE) Los traerá Dios por medio de Jesús (RESURRECCION)

573

1 Tesalonicenses

1. En el primer renglón de (a) y de (b) se habla de lo que creemos. 2. En el segundo renglón de (a) y de (b) se habla de la muerte, de la

de Jesús y de la de los creyentes respectivamente. 3. En el tercer renglón de (a) y de (b) tenemos la resurrección, la de

Jesús y la de los creyentes, respectivamente. 4. El agente principal es Dios, pero nuestra resurrección se llevará a

cabo por medio de Jesús. 5. Por eso exhorta Pablo a no entristecerse “como los demás que no

tienen esperanza” (v13), puesto que la resurrección y el regreso de Jesús son la esperanza de los creyentes que están de duelo.

4:15 Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. ¿Qué mejor consuelo para el creyente, que la Palabra de Dios? Es en ella que encontramos verdadera paz, consuelo eficaz, esperanza animada y crecimiento de la fe. Pablo enfatiza que la enseñanza que enseguida va a compartir no es “su opinión”; es “Palabra del Señor”. Pablo va a citar al Señor Jesús en lo referente al tema de la resurrección de los muertos; lo que sigue son “palabras de Jesús”. Los que “duermen” (los muertos “en Cristo”) no quedarán en condiciones de inferioridad en el regreso de Jesús. No serán excluidos, ni dejados atrás cuando Jesús regrese triunfal. El haber muerto “en Cristo”, no nos aleja de Dios. Ni aún la muerte nos separará del amor de Dios (Romanos 8:38) 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. “Voz de mando” es una orden que dará Dios Padre. Jesús descenderá en cuanto Dios de la orden. Se establece aquí la soberanía del Padre para determinar el tiempo del regreso de Jesús. “Voz de arcángel” (grito de triunfo; Apocalipsis 19:1) y la “trompeta de Dios” sonarán como respuesta a esta orden divina para que todos los ángeles se alisten para partir junto con Jesús. Es un momento solemne, un despliegue de poder, una movilización general (Mateo 24:31; 1ª Corintios 15:52) Este arcángel (Judas 9) es Miguel.

574

1 Tesalonicenses

No se puede olvidar ahora al tratar de esta cuestión, que esto y todo lo demás sucederá tal como Pablo nos dirá más tarde: “En un instante, en un abrir de ojos, al son de la trompeta final” (1ªCorintios 15:22) Se descarta mediante esta simbolización el factor tiempo, remitiéndolo así al lector al valor objetivo de estas afirmaciones. 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Llamamos la atención sobre la conexión del pasaje que nos ocupa con el de 1ªCorintios 15:52, también por la manera como este continúa: “pues tocará la trompeta, y los muertos resucitarán y nosotros seremos transformados”. “Arrebatados” tiene un matiz de violencia. Como si Jesús llegara diciendo: “estos son míos” y nos tomará con tal energía que no haya fuerza capaz de retenernos en este mundo. Es palabra de consuelo que asegura al creyente que al regresar Jesús todos “los hijos de Dios” (Juan 1:12-13) serán tomados de este mundo sin faltar ninguno. “Las nubes” representa la entrada a este mundo, el límite entre cielo y tierra. Con esto se quiere expresar, literalmente o simbólicamente que seremos “levantados” por encima de este mundo, hasta el límite, hasta la “puerta de entrada”. Las nubes, que adornan y cubren la llegada del Hijo del Hombre como las que hubo en la transfiguración (Marcos 9:7) y la ascensión (Hechos 1:9) recuerdan la Shekinah (Éxodo 24:15-18) “El aire” complementa el simbolismo de “las nubes” aclarando que en esta ocasión Jesús no entra a nuestra realidad existencial como lo hizo en su primera visita. Ahora Jesús llega a la entrada y somos nosotros los que salimos “fuera de este mundo” a recibir al Señor. “Recibir” (salir al encuentro) describe la ceremonia pública de “salir a recibir” a altos dignatarios que vienen a la ciudad en visita oficial. El ser “arrebatados” los vivos junto con los cristianos resucitados de entre los muertos, tiene como meta el encuentro con el Señor, que es recibido por su pueblo como un Rey. “Estaremos siempre con el Señor” esta es la meta de la vida cristiana, nuestro mayor anhelo, estar para siempre con Jesús, no importa dónde, lo que importa es que estaremos en comunión con Jesús.

4:18 Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras. 575

1 Tesalonicenses

Todos los fieles, vivos y muertos, se encontrarán con el Señor en su regreso triunfal y se incorporarán a su cortejo triunfante. Todos estaremos “siempre” con Él. Por eso los tesalonicenses cristianos no tienen que afligirse sin esperanza por sus muertos. Con su fe, ya está todo resuelto; tan sólo es preciso que se manifieste. Dios los llevará también consigo, por Jesús en el cortejo. Lo garantiza la palabra de Jesús. Con esto, los miembros de la comunidad, después de que el apóstol les ha consolado, pueden y deben consolarse también mutuamente con las palabras de Jesús, único consuelo eficaz.

II. LA INSTRUCCIÓN A LA COMUNIDAD; 1ª Tesalonicenses 4:1-5:24 2. Enseñanza consoladora; 1ª Tesalonicenses 4:13-5:11

b. Sobre las exigencias frente al regreso del Señor; 5:1-11 5:1 Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. La repetición del “vosotros” en v1, 2, 4, y 5 está en contraste con la repetición del “ellos” (ya sea en forma explícita o en forma implícita) en el v3, indicándonos que los que están esperando al Señor en el arrebatamiento (4:17), no tienen por qué preocuparse de “los tiempos y de las ocasiones” que tienen que ver con “el día de Yahvéh”, que vendrá “como un ladrón sobre los impíos”. “Tiempos y ocasiones”, en griego: “Kronos y Kairos”. Kronos hace referencia al periodo de tiempo que media entre el presente de Pablo y el día del Señor; en este periodo se han de desarrollar acontecimientos en la historia humana, que, sin importar en detalles, llevarán sin resistencia, a la humanidad, hacia su destino: el encuentro con Jesús. Kairos hace referencia a la fecha del día del Señor; es el punto final de la historia humana, el clímax del tiempo, el momento en que todas las vertientes convergerán en el Señor; es la meta hacia donde Dios lleva ya desde hoy a la humanidad; es el momento de la intervención definitiva de Dios. Las explicaciones sobre el destino de aquellos miembros de la comunidad que ya durmieron, que ya fallecieron, suscitan un segundo tema que también fue tratado en Tesalónica (2ªTesalonicenses 2:1) y que Pablo cita en seguida en las palabras de introducción del cap5

576

1 Tesalonicenses

Desde luego, el apóstol subraya en primer lugar, que los tesalonicenses cristianos no necesitan en absoluto que se les instruya acerca “de los tiempos y de las ocasiones”. Los “hermanos” ya están enterados acerca de ese tiempo que llegará con el día del Señor; y lo saben con certeza, no sólo de forma vaga. 5:2 Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; Ellos saben con precisión –y él a su vez se lo trae a la memoria- que “el día del Señor vendrá como ladrón en la noche”. Naturalmente no se refiere a que este “día” vaya a llegar en la noche material, sino que se indica así lo inesperado, lo sorprendente, y sobre todo la imposibilidad de conocer el momento de su llegada repentina. Se exige una vigilancia constante.

5:3 Que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Pero los tesalonicenses saben, y deben saber, otra cosa más acerca de este día. Su llegada y su juicio sorprenden a los hombres sumidos en la engañosa ilusión de tener “paz y seguridad”. Nadie estará preparado cuando Él regrese; es más, la conciencia del mundo hablará categóricamente en contra de su llegada. Se mecen en la seguridad de una paz que ellos mismos se forjan vanamente. “Cuando digan” describe a aquellos falsos profetas de paz y seguridad como Ezequiel 13:10. Cuando todos hablen de “paz y seguridad”; cuando la gente se entregue a la ilusión de un mundo sin perturbaciones, y el espíritu de la época se regocije por ello, entonces sobrevendrá súbitamente la ruina. Pablo piensa quizás en Jeremías 6:14 “Pretenden curar la desgracia de mi pueblo como cosa leve, diciendo: ¡paz, paz!, cuando no hay paz”. “Vendrá (literalmente: “viene” la estructura gramatical quiere enfatizar la seguridad de la llegada de esta destrucción; por tanto no debe ponerse en duda este tema; como lo estaban haciendo los falsos maestros en 2ªPedro 2 y en la carta de Judas. “Como los dolores de parto a la que se halla encinta” Muestra lo doloroso de este ataque por sorpresa a un mundo que, frente al dolor, sueña con un ideal de seguridad y la imposibilidad de evitarlo.

577

1 Tesalonicenses

Nadie puede escapar a este día que es el último como se muestra en el contexto. Alcanza a todos los hombres de la tierra (Lucas 21:35); sobreviene para todos inevitablemente. ¿Para qué escribir –piensa Pablo en suma- sobre los tiempos últimos? Los cristianos de Tesalónica saben perfectamente que sobrevendrán de modo imprevisible, desplomándose de súbito con todo su bagaje de dolores sobre este mundo que se creía sano y seguro en sí mismo. Y nadie podrá eludirlos. 5:4 Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Ciertamente no podrá sorprender a los cristianos, pues ya esperan ese día. Más aún: su vida y su expectación se halla iluminada ya por la luz de la “palabra del Señor”. Pablo expresa esto, primero de forma negativa: han sido sacados de esas tinieblas que envuelven al mundo y en las que el mundo busca ocultarse. 5:5 Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. “Hijos de luz” Lucas 16:8; Juan 12:36; Efesios 5:8. La “Luz” los ha engendrado como cristianos. Ahora viven de ella. Pero esta luz ilumina el día del regreso de Jesús, frente al cual los creyentes construyen firmemente sus esperanzas. Los “hijos del día” viven del futuro, del día del regreso triunfal de Jesucristo, día al que desde su bautismo contemplan y que como creyentes aguardan. A los cristianos no puede sorprenderles “el día”, pues ya viven en su luz. “No somos de la noche ni de las tinieblas”. El vivir según la luz es fundamento y prueba de pertenecer al día. Al pertenecerle, nada tenemos que ver con la “noche”.

5:6 Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios. “Por tanto”, frase característica de Pablo, la utiliza como introducción a una afirmación que saca la consecuencia de lo precedente. La consecuencia aquí es una amable llamada de atención: Primero en forma negativa, en el antagonismo entre noche y día: “no durmamos”. Este “dormir” se refiere en sentido figurado, al mortal estado en que se encuentra el hombre mientras no ha abierto la puerta de su corazón para cultivar la amistad con Dios (Apocalipsis 3:20)

578

1 Tesalonicenses

Por esta razón, al nuevo creyente que llega al bautismo, se le dice en aquel canto bautismal del que Efesios 5:14 nos ha conservado un fragmento: “Despierta tú que duermes y levántate de entre los muertos, y sobre ti lucirá Cristo”. Los cristianos, que han despertado del sueño del mundo, no deben sumergirse en él otra vez (Mateo 25:5) Con Cristo, el “día” ya ha amanecido sobre ellos. “Velad” (vigilar), concepto que integra los siguientes temas:

1) tener conocimiento del futuro crítico del Señor 2) poner en él toda nuestra atención 3) no cansarse porque se retrase; pues su no llegada forma parte

de su carácter de imprevisible y de ser algo que no está a nuestra disposición

4) la firme resolución de encontrarnos con ese futuro en el gran cortejo del Señor

5) que el que vela entienda sus deberes más próximos como legado del Señor, que viene porque se fue, y haga que su vigilia desemboque en oración: forma por excelencia de estar velando.

“Seamos sobrios” (1ªPedro 5:8); este concepto será el que defina la existencia cristiana en 1ªTesalonicenses 5:8. La “sobriedad” es vivir con la seguridad de que Jesús regresará; y por esa seguridad, el creyente ya no se entrega a los apetitos surgidos del pasado, y conoce bien los peligros del presente. 5:7 Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Este velar y ser sobrios es lo adecuado para los cristianos; así se deduce de una metáfora que nos viene de la experiencia cotidiana.

5:8 Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. La sobriedad en sentido cristiano está fundada en la fe, la esperanza y el amor. Según una imagen usada en el Antiguo Testamento (Isaías 11:5; 59:17) y muy extendida por otras partes, la fe, la esperanza y el amor constituyen una armadura para luchar contra los poderes enemigos de Dios. Esta es la armadura que Dios nos proporciona (Efesios 6:13), pero que el creyente tiene que apropiarse (ponerse) mediante su obediencia activa. El apóstol alude así, indirectamente, a los riesgos de su situación, en la cual es preciso que sean “sobrios”.

579

1 Tesalonicenses

El cristiano ha sido salvado por la esperanza (Romanos 8:24), y anticipa el futuro con seguridad (Romanos 8:28; 8:31-32). De modo que así, en las áreas más vitales y vulnerables de su vida, el cristiano está completamente protegido. 5:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, “Puesto” (poner a alguien en dirección hacia algo), se refiere aquí a la determinación y disposición de Dios. Objetivamente esta idea está cerca de la de “elección” que veíamos en 1:4. Los cristianos no están destinados a la ira (1:10; 2:16) sino a la salvación. Si Dios nos ha destinado a poseer la salvación, lo hizo de modo que efectivamente pudiésemos y debiésemos conquistarla con la sobriedad de la fe, del amor y de la esperanza. Y si nos ha destinado a adquirirla, lo ha hecho de modo que llega a ser propiedad nuestra. La base de la esperanza cristiana y en el contexto más amplio de todo el pasaje es el antídoto para una incertidumbre que causaría inquietud se encuentran en el propósito de Dios al llamar a los creyentes. Se señala a Jesucristo como el que nos ha hecho posible esta salvación, pues gozamos de ella gracias a su sacrificio en la cruz del calvario; logrando nosotros “alcanzarla” cuando “despertamos” del letargo para abrir nuestro corazón, invitando a Jesús salvador para que entre y cultivemos una eterna amistad. 5:10 Quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. Sea cual sea nuestro estado existencial al momento del regreso de Jesús, el creyente sabe que hemos sido destinados para la vida eterna, para una comunión profunda y eterna con Dios en Jesús. El Señor lo ha dispuesto así, por tanto, de parte de Dios existe una voluntad de incluirnos en la familia de la “luz”; de nuestra parte queda el vigilar para que esta “amistad con Dios” sea una realidad vivencial.

5:11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. Pablo no pide a los tesalonicenses algo que no estén realizando ya ese momento; la iglesia de Tesalónica a sabido cuidar de sus miembros; por tanto, este verso constituye una palabra de felicitación y de ánimo a seguir.

580

1 Tesalonicenses

“Animaos” da la idea de brindar la energía, el impulso necesario para seguir con esperanza en el sendero de la vida cristiana; ¡dense un empujoncito! Las grandes verdades relativas al regreso de Jesús (la resurrección de los que duermen, el arrebatamiento de los creyentes, estar con Jesús para siempre, el propósito de Dios en la elección) deben ser los medios para estimular y edificar a la iglesia. “Edificaos” da la idea de brindar los elementos necesarios para el sano crecimiento del creyente a través de sus diferentes etapas; es ocuparse en el discipulado.

II. LA INSTRUCCIÓN A LA COMUNIDAD; 1ª Tesalonicenses 4:1-5:24

3. Diversos consejos sobre la vida en la comunidad; 1ª Tesalonicenses 5:12-24

5:12 Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; También ahora el apóstol se dirige a los miembros de la comunidad de Tesalónica con “ruegos” que son mandamientos, que estimulan la vida de la comunidad. Son en su mayoría frases breves, a menudo sólo exclamaciones apasionadas y divididas de manera que:

a) en 5:12-13 considera la conducta de los miembros de la comunidad para con aquellos que la presiden,

b) en 5:14-15 la vida fraternal común, c) en 5:16-22 la vida espiritual y d) en 5:23-24 concluye con una oración apostólica.

Los que les presiden se distinguen según su actividad: “Trabajar” (en griego: “Kopian”), literalmente: los que se “esfuerzan”, los que “trabajan hasta la fatiga” son miembros de la comunidad que se preocupan y se “esfuerzan” por los demás. “Presiden” significa en griego: preocuparse por, ocuparse de, cuidar de, como también referirse a, gobernar, dirigir. Entonces “los que presiden” se refiere a aquellos cristianos que Hechos 11:30; 14:23; 15:2, etc.; 1ªTimoteo 5:17, 5:19; Tito 1:5; Santiago 5:14; 1ªPedro 5:5; 2ªJuan 1; 3ªJuan 1; llaman “ancianos” (en griego: “presbíteros”); Hebreos 13:7; 13:17; 13:24 llaman “dirigentes (en griego: “igúmeni”); y Hechos 20:28; Filipenses 1:1; 1ªTimoteo 3:2; Tito 1:7 llama obispos (en griego: epíscopos”)

581

1Tesalonicenses

“Amonestan” significa en griego: poner en el corazón, recomendar encarecidamente, reprender amorosamente. Por ella, los pastores instruyen y brindan dirección a los miembros de la congregación. “Reconozcáis” Los cristianos de Tesalónica deben “saber de ellos”, en el sentido de que deben respetarlos y honrarlos como tales.

5:13 Y que los tengáis en mucha estima y amor por causa de su obra. Tened paz entre vosotros. No sólo merecen, los pastores, “respeto”, sino también estimación y amor. Este amor se refiere a su “obra”, a lo que hacen: la edificación de la iglesia. El que efectivamente haya respeto, estimación y amor contribuye entre otras cosas a que los cristianos vivan en paz.

5:14 También os rogamos, hermanos, que amonestéis a los ociosos que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos. Con un nuevo “os rogamos”, que se corresponde con el de v12, se dirige el apóstol a los “hermanos”. Pero no quizás en primer lugar a los miembros de la comunidad en general –aunque naturalmente también vaya para ellos el mandato- sino a los que presiden. Los responsables de la comunidad no tienen que temer tanto el contagio de los errores, y pueden permitirse no rehuir a nadie. Antes bien su misión es llevar otra vez al buen camino a los que se desvían. Los responsables de la comunidad, y los miembros en general, en ambiente de amor paciente, deben:

a) llamar la atención para que trabajen, a aquellos que, con la idea del inminente regreso de Jesús, ya no quieren ocuparse de sus labores cotidianas;

b) escuchar, consolar e impulsar a seguir con esperanza firme el camino de la vida cristiana, a aquellos que, por las tribulaciones, están desanimándose;

c) instruir en la Palabra de Dios a aquellos que, a causa de la falta de entendimiento, aún no han desarrollado una fe firme; y

d) ser pacientes unos con otros, a fin de no dejar que los defectos o carencias del hermano sean “tropiezo” para una sana relación fraternal (“para con” expresa, en griego, disposición amistosa)

Sin esta paciencia en amor, todo lo anterior corre peligro de convertirse en ley vacía y dura; todo menos fraternal.

582

1 Tesalonicenses

5:15 Mirad que ninguno pague a otro mal por mal; antes seguid siempre lo bueno unos para con otros, y para con todos. La mirada del apóstol, tras haberse dirigido a la comunidad en sus relaciones con los que la presiden, y luego hacia los que la presiden en su servicio para con la comunidad, está puesta ahora en todos sus miembros, para hacerles presente lo que llamaríamos Regla Cristiana.

5:16 Estad siempre gozosos. Frente a las tribulaciones que los tesalonicenses tienen que enfrentar, tanto como congregación, como en lo personal, Pablo anima a los creyentes para que la actitud de vida cotidiana sea el gozo. No son las circunstancias, sino el pecado, lo que ahuyenta el gozo. Pablo ha mencionado este gozo como una prueba de la elección de los tesalonicenses. ¿Cómo pueden no regocijarse, en medio de la adversidad, personas que han recibido el perdón de sus pecados, y que tienen la paz de Cristo, el amor de Dios, que son libres del pecado y del temor, y que poseen la promesa de la gloria eterna? El estar en armonía con Dios es compartir en la armonía de la alegría eterna (Salmo 4:7)

5:17 Orad sin cesar. No se refiere a que deban estar sin interrupción en conversación oral con Dios siempre. Más bien invita a los fieles a mantener nuestra conciencia orientada hacia Dios siempre, de tal forma que en todo lugar y bajo cualquier circunstancia podamos, mentalmente u oralmente, “platicar con Dios” de las circunstancias cotidianas de la vida, lo mismo que de los grandes acontecimientos de nuestra vida personal. La palabra “orad” incluye todas las formas de comunión. La oración es mucho más que dirigirle la palabra a Dios; también es contestarle a Dios, tener comunión con Dios, y depender conscientemente en Dios. Es la sana y agradable costumbre de elevar nuestro corazón a Dios.

5:18 Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús. En cualquier circunstancia que estemos viviendo (o sufriendo) debemos descubrir motivos de acción de gracias para que al orar, no solo clamemos a Dios sino que también reconozcamos su benevolente actuación en nuestra vida y testifiquemos de su acción efectiva; esta acción de gracias nos envolverá en un ambiente de gozo.

583

1 Tesalonicenses

La voluntad de Dios para nosotros es que podamos “ver” siempre su acción en nuestra vida, que nos lleve a la gratitud al orar; quien aprecia la “mano de Dios” actuando a su alrededor, orará sin cesar, no se dejará distraer de su comunión con Dios en medio de las tormentas de la vida; en tal comunión el creyente experimentará gozo. Es en el gozo del Señor que el creyente debe vivir; no en la melancolía y la amargura de una vida que solo saber ver las tragedias y carencias de la existencia y cuyas lágrimas nublan la vista y no logran “ver” la salvación de Dios. 5:19 No apaguéis al Espíritu. Si descuidamos nuestra comunión diaria con Dios, dejándonos distraer por los “afanes de este mundo” (Mateo 13:22) “apagaremos al Espíritu”. La figura es la de una fogata cuyo calor y luz representan lo que nos hace posible vivir la vida cristiana en plenitud. Pero quien descuida su comunión con Dios no manifiesta esta presencia del Espíritu Santo de su vida y “apaga” esa plenitud de vida espiritual, de vida gozosa en el Señor. 5:20 No menospreciéis las profecías. Las profecías son los mensajes de Dios. Se refiere a las predicaciones y enseñanzas que recibe la iglesia. No se trata de predicciones del futuro, se trata de mensajes de Dios; el profeta es portavoz de Dios. Ciertamente, la comunidad no debe entregarse a merced de cualquier entusiasmo ni de cualquiera que se arrogue la pretensión de ser profeta (portavoz de Dios). Hay también un espíritu falso, vestido incluso con el ropaje de la “genialidad”, y falsos profetas (compare 2ªPedro y Judas). Así, la iglesia no puede inclinarse a ningún extremo; debe permanecer en el punto de equilibrio entre no menospreciar y examinar todo.

5:21 Examinadlo todo; retened lo bueno. Tengamos presente que para “examinar” necesitamos de la guía del Espíritu Santo (Juan 16:13) por tanto: no debemos apagar el Espíritu; debemos cultivar una profunda amistad con Dios. El Espíritu Santo ayuda a los cristianos a distinguir la verdad del error y a acertar con lo conveniente en cada situación y a encontrar la voluntad de Dios. Este “todo” se refiere a todas las profecías, esto es a cada uno de los mensajes que lleguen a escuchar los hermanos.

584

1 Tesalonicenses

Nuestra responsabilidad como creyentes es la de “examinar” cuidadosamente todo lo que oímos en las diversas oportunidades en las que escuchamos “palabra de Dios”. Nuestra actitud no debe ser de menosprecio sino de crítica constructiva. Siempre debemos anhelar aprender algo más; por ello, tras el cuidadoso examen de lo que hemos oído, podemos quedarnos con aquello que es “bueno”. Pero ¿Qué es lo bueno? Toda aquella enseñanza que nos ayuda a cultivar una sana comunión con Dios. Sin embargo, sin pretender alterar el contexto del verso, podemos, en base a la estructura de esta sección (vv12-24), incluir en esta recomendación “todo” lo que lleguemos a escuchar o leer o ver. Como creyentes en Cristo no podemos quedarnos en las tinieblas, necesitamos “velar”, estar vigilantes de lo que entra a nuestra mente; por tanto, no nos dejemos arrastrar por la corriente de este mundo (Efesios 2:1-2) examinemos “todo” y conservemos para nosotros solo aquello que nos ayude a agradar a Dios. Este es el objetivo de vivir. Pablo no especifica qué pruebas deben aplicarse. En otros lugares indica que todos los dones espirituales han de ser ejercidos en amor, que su verdadero propósito debe ser edificar a otros, y que los que son motivados por el Espíritu Santo aceptarán el señorío de Cristo y procurarán en avance de su Reino. 5:22 Absteneos de toda especie de mal. Con esta amplia declaración quiere el apóstol animar a los creyentes a mantenerse alertas (velar) de cualquier situación que pueda poner en peligro la comunión con Dios. El pensamiento es evitar el mal en cualquier lugar donde aparezca. Es una señal de salud espiritual robusta el abstenerse de cualquier cosa que ofendería a nuestro Señor, y de retroceder ante ello, con el fin de separarse uno mismo obedientemente de todo aquello que el Espíritu señala como erróneo.

5:23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Que Dios cumpla, pues, en ellos total y completamente su voluntad para que realicen lo que les está ordenado. Que la cumpla en ellos; que los santifique totalmente. Pero que también les conserve en lo que ha realizado en ellos, entera y completamente; de tal forma que permanezcan irreprochables en el día del regreso de Jesucristo.

585

1 Tesalonicenses

“Espíritu” La modalidad de nuestro ser con la que entramos en comunión con Dios, nuestra consciencia de eternidad. “Alma” La modalidad de nuestro ser con la que nos relacionamos afectivamente, origen mental pensamientos y sentimientos. “Cuerpo” La modalidad de nuestro ser con la que entramos en contacto con la materia, cede de nuestros sentidos. 5:24 Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. Con estas palabras termina la oración de v23 como tal. Pero desemboca –y al mismo tiempo la carta entera- en unas palabras que expresan la certidumbre de que será escuchada. Palabras que evocan la fidelidad de Dios, la fidelidad del Dios que llama. La llamada de Dios se ha producido (1:4; 4:7) y se sigue produciendo (2:12). Es la llamada del Dios fiel, que no cambia su voluntad y su acción; que no rompe su alianza –como podríamos decir evocando la fidelidad con que Dios la mantuvo-. La conserva, y lleva adelante su voluntad. De este modo, su llamada, que se produjo desde la primera vez que oyeron la Palabra del Evangelio, es la prenda de que Dios lo conducirá todo a buen fin (Filipenses 1:6); y por lo tanto de que los preservará y santificará.

CONCLUSION DE LA CARTA; 1ª Tesalonicenses 5:25-28

5:25 Hermanos, orad por nosotros. Con el v25 comienza el epílogo de la carta, que se corresponde con la introducción (1:1). Consta primero del ruego del apóstol, de que oren por él. El apóstol no precisa solamente de su recuerdo (3:6) sino también de su oración (Colosenses 4:3) En qué sentido deben orar por él, nos lo puede indicar 2ªTesalonicenses 3:1-2 “Por lo demás, hermanos, orad por nosotros para que la palabra del Señor corra y sea glorificada como lo fue entre vosotros y para que seamos librados de hombres perversos y malos; porque no es de todos la fe”.

5:26 Saludad a todos los hermanos con ósculo santo. Saludarse con un beso en la mejilla era y es símbolo de una mayor amistad, de confianza, de cariño y respeto; reservado para los “amigos” y familiares más queridos. En las congregaciones, los creyentes han sido llamados a formar una familia, son “hermanos” y por tanto, el saludo debe ir acompañado del “ósculo” = “beso de amor” (1ªPedro 5:14)

586

1 Tesalonicenses

Este beso, que simboliza la deseada hermandad entre los congregantes, viene a ser parte del servicio de adoración, se convierte en símbolo apartado, reservado para dar gloria a Dios por medio del sano compañerismo (santo) 5:27 Os conjuro por el Señor, que esta carta se lea a todos los santos hermanos. La insistencia de este ruego se debe a que el apóstol siente solicitud hacia todos, es responsable de todos, y todos precisan de sus palabras edificantes. Va contra las órdenes del apóstol, privar de estas palabras a la comunidad reunida para el servicio de adoración, y leérselas por ejemplo sólo a un círculo escogido. Las cartas apostólicas van dirigidas a todos los miembros del pueblo de Dios. Son de carácter público por su misma naturaleza y tienen que ser leídas en voz alta en el servicio de adoración. La carta, desde su principio y en todo su conjunto, está escrita para encuadrarla dentro del servicio de adoración de la iglesia congregada. 5:28 La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros. Amén. La bendición del apóstol Pablo es, como casi siempre, breve. Así como la bendición judía pone sobre los que la reciben, la misericordia, Pablo pone aquí la “gracia” de Dios. Pero la gracia ahora es “la gracia de nuestro Señor Jesucristo”. Debe descender y descenderá sobre la comunidad de Jesucristo, que está reunida y escucha. Con esta bendición, los miembros de la comunidad pueden irse a casa.

IGLESIA PAZ DIVINA Javier Fernando Valdés Soto

2012

587