ejercicios el viaje

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1 COLEGIO PATRONA SEÑORA DE LOURDES Dep. de Lenguaje y Comunicación Prof.: Yadia Cerda León LENGUAJE - 3° MEDIO I. Identifica el tipo de viaje justificando en tu cuaderno, con sus características y el sentido de este: 1. Konstantínos Kaváfis (1863-1933) Ítaca Cuando emprendas el viaje hacia Ítaca ruega que sea largo el camino, lleno de aventuras, lleno de experiencias. A los Lestrigones, a los Cíclopes o al fiero Poseidón, nunca temas. No encontrarás trabas en el camino si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita la emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo. Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes, ni al feroz Poseidón has de encontrar, si no los llevas dentro del alma, si no los pone ante ti tu alma. Ruega que sea largo el camino. Que muchas sean las mañanas de verano en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! - entres en puertos nunca antes vistos. Detente en los mercados fenicios para comprar finas mercancías madreperla y coral, ámbar y ébano, y voluptuosos perfumes de todo tipo, tantos perfumes voluptuosos como puedas. Ve a muchas ciudades egipcias para que aprendas y aprendas de los sabios. Siempre en la mente has de tener a Ítaca. Llegar allá es tu destino. Pero no apresures el viaje. Es mejor que dure muchos años y que ya viejo llegues a la isla, rico de todo lo que hayas ganado en el camino sin esperar que Ítaca te dé riquezas. Ítaca te ha dado el bello viaje. Sin ella no habrías aprendido el camino. No tiene otra cosa que darte ya. Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado. Sabio como te has vuelto con tantas experiencias, habrás comprendido lo que significan las Ítacas. 2. Yo nunca había ido a la casa de Ezequiel, es más, tampoco sabía donde vivía. Tardé 3 ó 4 días en encontrar su dirección en una libreta de mamá. Entonces me dispuse a hacer un viaje, un viaje en el 60, un viaje en colectivo. De San Isidro a Palermo. Un viaje de 40 minutos. Nº: OBJETIVO: Reconocer en una variedad de obras literarias de diversas épocas el tema del viaje como símbolo de la existencia humana y representativo de una aspiración a la evolución social, ética u ontológica en ella.

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Page 1: Ejercicios El Viaje

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COLEGIO PATRONA SEÑORA DE LOURDESDep. de Lenguaje y Comunicación

Prof.: Yadia Cerda León

LENGUAJE - 3° MEDIO

I. Identifica el tipo de viaje justificando en tu cuaderno, con sus características y el sentido de este:

1. Konstantínos Kaváfis (1863-1933)Ítaca

Cuando emprendas el viaje hacia Ítacaruega que sea largo el camino,lleno de aventuras, lleno de experiencias.A los Lestrigones, a los Cíclopeso al fiero Poseidón, nunca temas.No encontrarás trabas en el caminosi se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisitala emoción que toca tu espíritu y tu cuerpo.Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,ni al feroz Poseidón has de encontrar,si no los llevas dentro del alma,si no los pone ante ti tu alma.

Ruega que sea largo el camino.Que muchas sean las mañanas de veranoen que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -entres en puertos nunca antes vistos.Detente en los mercados feniciospara comprar finas mercancíasmadreperla y coral, ámbar y ébano,y voluptuosos perfumes de todo tipo,tantos perfumes voluptuosos como

puedas.Ve a muchas ciudades egipciaspara que aprendas y aprendas de los sabios.

Siempre en la mente has de tener a Ítaca.Llegar allá es tu destino.Pero no apresures el viaje.Es mejor que dure muchos añosy que ya viejo llegues a la isla,rico de todo lo que hayas ganado en el caminosin esperar que Ítaca te dé riquezas.

Ítaca te ha dado el bello viaje.Sin ella no habrías aprendido el camino.No tiene otra cosa que darte ya.

Y si la encuentras pobre, Ítaca no te ha engañado.Sabio como te has vuelto con tantas experiencias,habrás comprendido lo que significan las Ítacas.

2. Yo nunca había ido a la casa de Ezequiel, es más, tampoco sabía donde vivía. Tardé 3 ó 4 días en encontrar su dirección en una libreta de mamá. Entonces me dispuse a hacer un viaje, un viaje en el 60, un viaje en colectivo. De San Isidro a Palermo. Un viaje de 40 minutos.

Antonio Santa Ana, Los ojos del perro silencioso

3. Creo que el principito aprovechó la migración de una bandada de pájaros silvestres para su evasión. La mañana de la partida, puso en orden el planeta. Deshollinó cuidadosamente sus volcanes en actividad, de los cuales poseía dos, que le eran muy útiles para calentar el desayuno todas las mañanas. (…). Se encontraba en la región de los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330. Para ocuparse en algo e instruirse al mismo tiempo decidió visitarlos.

Antoine de Saint- Exupéry, El Principito

4. ¿No estaba el Atmán dentro de él? Y aquélla fuente primordial, ¿no fluía acaso en su propio corazón? ¡Había que encontrarla, descubrir ese manantial en el propio Yo y

Nº:

OBJETIVO:Reconocer en una variedad de obras literarias de diversas épocas el tema del viaje como símbolo de la existencia humana y representativo de una aspiración a la evolución social, ética u ontológica en ella.

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2poseerlo! Todo lo demás no era sino la búsqueda vana, extravío, confusión. (…) Poco a poco fue floreciendo y madurando en Siddhartha la idea, la noción de lo que realmente era la sabiduría, el objetivo final de su larga búsqueda”.

Herman Hesse, Siddhartha

5. CARTA AL EMPERADOR CARLOS V(La Serena, 4 de septiembre de 1545)S. C. C. M.Cinco años ha que vine de las provincias del Perú con provisiones del Marqués y gobernador don Francisco Pizarro a conquistar y poblar estas de la Nueva Estremadura, llamadas primero Chili, y descobrir otras adelante, y en todo este tiempo no he podido dar cuenta a V. M. de lo que he hecho en ellas, por haberlo gastado en su cesáreo servicio.

6. Domingo, 14 de octubre «En amaneciendo mandé aderezar el batel de la nao y las barcas de las carabelas, y fui al luengo de la isla, en el camino del Nordeste, para ver la otra parte, que era de la otra parte, del Este que había, y también para ver las poblaciones, y vi luego dos o tres, y la gente que venían todos a la playa llamándonos y dando gracias a Dios. Los unos nos traían agua; otros, otras cosas de comer; otros, cuando veían que yo no curaba de ir a tierra, se echaban a la mar nadando y venían, y entendíamos que nos preguntaban si éramos venidos del cielo.

7. Tormenta infernal que no descansaa las almas arrastra con su asalto,y con giros y golpes las acosa.

Pero si en esa destrucción se encuentran, allí aúllan, se quejan y lamentan;de virtud divina ellas blasfeman.

Y pude comprender que ese tormentose da a los que pecan en la carne,

si es que el deseo a la razón prefieren.

Tal como a estorninos, que en el fríovuelan en fila larga y apretada,soplo a los espíritus enfermos

aquí, allá, alto y abajo lleva;y jamás la esperanza los consuelasi no con reposo, con menor pena.

Dante, La divina comedia (extracto)

8. ¡Este debe ser un guardarropa gigantesco!- murmuró Lucía mientras caminaba más y más adentro. De pronto sintió algo que crujía bajo sus pies. Se inclinó para tocar el suelo, pero en lugar de sentir el contacto firme y liso de la madera, tocó algo suave, pulverizado y extremadamente frío.Un instante después advirtió que lo que rozaba su cara ya no era suave como la piel,

sino duro, áspero e incluso clavaba.¿Cómo? ¡Parecen ramas de árboles!- exclamó. Algo frío y suave caía sobre la niña. Un momento después se dio cuenta de que se encontraba en medio de un bosque; además era de noche, había nieve bajo sus pies y gruesos copos caían a través del aire.

C. S. Lewis, Las Crónicas de Narnia.

9. Y de los cohetes salieron de prisa los hombres armados con martillos, con las bocas ahorcadas de clavos como animales feroces de dientes de acero, y dispuestos a dar a aquel mundo extraño una forma familiar (…). Y cuando los carpinteros terminaron su trabajo, llegaron las mujeres con tiestos de flores y cacerolas, y el ruido de las vajillas cubrió el silencio de Marte…

Ray Bradbury, Crónicas Marcianas

10. El propósito que lo guiaba no era imposible, aunque sì sobrenatural. Querìa soñar un hombre: querìa soñarlo con integridad minuciosa e imponerlo a la realidad. (…) al principo, los sueños eran caòticos (…) sin embargo, la catástrofe sobrevino. El hombre, un dìa, emergió del sueño como de un desierto viscoso (…)

Jorge Luis Borges, Las ruinas circulares.