ejercicio de puntuación
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CHIANG CHIEN
chiang chien nacido en el distrito de feng fu departamento de yenchou vivia en la
cabecera del distrito a un centenar de metros del lugar donde se dedicaba a sus estudios
cada vez que le venia la idea de presentar sus respetos a su padre se ponia
inmediatamente en camino sin preocuparle si era muy temprano o muy tarde
una vez en plena noche ciñose el carcaj cargo el arco sobre el hombro monto a caballo y
tomo el camino de su casa paternal precedido de un chiquillo que le servia de escudero
al atravesar un bosque los dos viajeros llegaron repentinamente a un claro
enceguecedoramente iluminado aterrorizado el paje se detuvo
si son espíritus malignos nada debemos temer dijo chiang chien a su joven servidor para
animarlo despues lanzo a su caballo por entre la extraña aparicion y entonces vio a una
docena de jugadores en cuclillas disputando una partida de dados tenso su arco disparo
una flecha y toda esa banda se disperso sin dejar rastro solo se veian esparcidas por el
suelo muchas piezas cuadradas de metal rojizo chiang supuso que debia tratarse de
monedas de fantasmas de un golpe de latigo las redujo a ceniza polvorienta y se llevo
consigo una bandeja de dados de piedra verde traslucida y admirablemente trabajada
(De Memorias de Yi Chien, por Jung Mai, dinastía Sung)
CHIANG CHIEN
Chiang Chien, nacido en eL distrito de Feng Fu, departamento de Yenchou, vivía en la
cabecera del distrito, a un centenar del lugar donde se dedicaba a sus estudios. Cada
vez que le venía la idea de presentar sus respetos a su padre, se ponía inmediatamente
en camino, sin preocuparle si era muy temprano o muy tarde.
Una vez, en plena noche, ciñóse el carcaj, cargó el arco sobre el hombro, montó a
caballo y tomó el camino de su casa paternal, precedido de un chiquillo que le servía de
escudero.
Al atravesar un bosque, los dos viajeros llegaron repentinamente a un claro
enceguecedoramente iluminado. Aterrorizado, el paje se detuvo.
---Si son espíritus malignos, nada debemos temer –-dijo Chiang Chien a su joven
servidor para animarlo----. Después lanzó a su caballo por entre la extraña aparición y
entonces vio a una docena de jugadores en cuclillas, disputando una partida de dados.
Tensó su arco, disparó una flecha, y toda esa banda se dispersó sin dejar rastro. Sólo se
veían esparcidas por el suelo muchas piezas cuadradas de metal rojizo Chiang supuso
que debía tratarse de monedas de fantasmas. De un golpe de látigo las redujo a ceniza
polvorienta, y se llevó consigo una bandeja de dados, de piedra verde, traslúcida y
admirablemente trabajada.
(De Memorias de Yi Chien, por Jung Mai, dinastía Sung)