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EI impacto de la Agenda 2000 en el girasol español EI sectoraconseja la revisión en profundidad de las propuestas Los representantes del sector español de oleaginosas G-7 (ASAJA, CCAE, UPA, COAG-IR, AFOEX, ANEISO y APROSE) solicitaron a la E.T.S.I.A. de la U.P.M. un estudio en profundidad sobre la inci- dencia de la aplicacíón de las propuestas contenidas en la PAC de la Agenda 2000 en el sector del girasol en España, para comparar con los datos del sector. Estas son las conclusiones del estudio. • JAIME LAMO DE ESPINOSA, JOSÉ M^. SUMPSI, CARLOS TIÓ e ISABEL BARDAJI. Dep. Economía y Ciencias Sociales Agrarias. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. Universidad Politécnica de Madrid. 1 fomento del cultivo de semi- llas oleaginosas viene siendo una constante de la Política Agraria Española desde fina- les de los años sesenta, así como la Política Agraria Co- mún Europea tras la crisis de 1973/74. Si bien el objetivo de esta estra- tegia es común en España y en la Unión Europea (mitigar parcialmente la fuerte dependencia exterior en proteínas vege- tales), existen aspectos diferenciales en la situación española ligados al medio ru- ral del interior de la Península Ibérica. El éxito del girasol en España no sólo se ha debido al apoyo institucional, a la existencia de un precio de garantía con- tractual con la industria transformadora y, posteriormente, a las ayudas específi- cas de la PAC. Además de todo ello, el gi- rasol ha venido a romper en buena medi- da la rutina del agricultor al cumplir unas importantes funciones de carácter agro- nómico y medioambiental, principal- mente en los sccanos áridos dcl intcrior peninsular. En dichos espacios rurales, U^adicio- nalmente dominados por el cercal, cl har- becho y alguna leguminosa, cl girasul su- puso la posihilidad dc diversificar la acti- vidad agrícola, con considcrables bcncfi- cios agronómicos y mcdioamhicntalcs. Sus profundas raíces pcrmitcn cl aprovc- chamiento residual dcl abunado dc los cereales, evitando la percolación dc los nitratos a zonas profundas, contaminan- 28/VIDA RURAL/1 DE OCTUBRE 1998

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EI impacto de la Agenda2000 en el girasol españolEI sectoraconseja la revisión en profundidad de las propuestas

Los representantes del sector español de oleaginosas G-7 (ASAJA, CCAE, UPA, COAG-IR, AFOEX,ANEISO y APROSE) solicitaron a la E.T.S.I.A. de la U.P.M. un estudio en profundidad sobre la inci-dencia de la aplicacíón de las propuestas contenidas en la PAC de la Agenda 2000 en el sector del girasolen España, para comparar con los datos del sector. Estas son las conclusiones del estudio.

• JAIME LAMO DE ESPINOSA, JOSÉ M^. SUMPSI, CARLOS TIÓ e ISABEL BARDAJI. Dep. Economía y Ciencias Sociales

Agrarias. Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos. Universidad Politécnica de Madrid.

1 fomento del cultivo de semi-llas oleaginosas viene siendouna constante de la PolíticaAgraria Española desde fina-les de los años sesenta, asícomo la Política Agraria Co-mún Europea tras la crisis de

1973/74. Si bien el objetivo de esta estra-tegia es común en España y en la UniónEuropea (mitigar parcialmente la fuertedependencia exterior en proteínas vege-tales), existen aspectos diferenciales en

la situación española ligados al medio ru-ral del interior de la Península Ibérica.

El éxito del girasol en España no sólose ha debido al apoyo institucional, a laexistencia de un precio de garantía con-tractual con la industria transformadoray, posteriormente, a las ayudas específi-cas de la PAC. Además de todo ello, el gi-rasol ha venido a romper en buena medi-da la rutina del agricultor al cumplir unasimportantes funciones de carácter agro-nómico y medioambiental, principal-

mente en los sccanos áridos dcl intcriorpeninsular.

En dichos espacios rurales, U^adicio-nalmente dominados por el cercal, cl har-becho y alguna leguminosa, cl girasul su-puso la posihilidad dc diversificar la acti-vidad agrícola, con considcrables bcncfi-cios agronómicos y mcdioamhicntalcs.Sus profundas raíces pcrmitcn cl aprovc-chamiento residual dcl abunado dc loscereales, evitando la percolación dc losnitratos a zonas profundas, contaminan-

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do los acuíferos. Ade ►uás, contribuye efi-cazmente a controlar la erosión, al ser laúnica cubierta vegetal durante los mesesmás secos en gran parte del interior me-setario.

Para evaluar globalmente el impactode las propuestas de la Agenda 2000 so-bre el cultivo es necesario realizar algu-nas consideraciones sobre varias de lasconclusioncs obtenidas en este estudio.En primer lugar, se produce un mayor im-pacto sohre el secano que sobre el rega-dío debido, por un lado, a las diferenciasen la productividad obtenidas tanto en elgirasol como en los cereales u otras op-ciones en las alternativas seguidas en lasexplotaciones, pero también al distintopapel quc juega el cultivo en las estrate-gias dc los agricultores en los distintos ti-pos de aprovechamientos. Esto nos Ilevaa evaluar el impacto de forma diferencia-da en el secano y el regadío.

Impacto en secano

En el secano, el girasol se introdujoocupando la hoja de barbecho. Su ciclode cultivo, con siembra primaveral, y susbajos rendimientos le impiden ser consi-derado por los agrictiltores como cultivoprincipal de las alternativas, lugar queocupa en todas las regiones el cereal, da-dos sus mayores márgenes brutos y sumayor seguridad. Sc recurre al girasolcuando, por causas climáticas, no ha sidoposihle la siembra del cereal o cuando loexigen las necesidades de rotación de cul-tivos. Esto hace que exista una inercia amantener el cultivo del cereal, aunque surentabilidad relativa se mantuviese en losmismus términos que en la situación ac-tuaL Esto no ocurrc así y las propuestas

de la Agenda 2000 implicanun deterioro de la rentabili-dad relativa del girasol en re-lación con los cereales, por loque es previsible que se pro-duzcan desplazamientos de lasuperficie de cultivo desde elgirasol a los cereales. No hayque olvidar que el desarrollode las técnicas agronómicas hareducido las necesidades derotar cultivos, aunque en mu-chos secanos españoles no lashan eliminado totalmente.

Por otra parte, el girasol esun cultivo con un riesgo aso-ciado bastante más elevadoque el de los cereales y que,por supuesto, la retirada. Conlas primas actuales, los reduci-dos costes del cultivo del gira-sol hacen que la proporción de

gún tipo de sostenimiento yestán sometidos a las fluctua-ciones de los mercados inter-nacionales.

Menor superficiesembrada

Las propuestas de la Agen-da 2000 van a beneficiar clara-mente a los cereales en rela-ción con el girasol, tanto entérminos de rentabilidad rela-tiva como en la disminucióndel riesgo de la actividad.Mientras que para el girasol

disminuye la proporción de los costes cu-bierta por la ayuda y aumenta la de los in-gresos obtenidos de la venta de las pro-ducciones, mucho más inciertos, en los

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Un conjunto deefectos negativos previsibles,

de aplicarse las actualespropuestas de reforma, que

aconsejan su revisión enprofundidad

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estos que cubre laayuda sea proporcionalmentemayor que la de los cereales.Esta situación compensa lamayor incertidumbre de losingresos procedentes del mer-cado que, en el caso del gira-

^ sol, no se benefician de nin-

cereales se produce la situación inversa.Este hecho va a favorecer claramente alos cereales y va a apoyar la tendencia an-terior de desplazamiento de la superficiedesde el girasol hacia los cereales, provo-cada por el deterioro de la rentabilidadrelativa.

Con estos supuestos hemos estimadola superficie que se desplazaría bajo la hi-pótesis de que el agricultor opte por la al-ternativa, cereal o girasol, que le propor-ciona un margen mayor. Sin embargo, esposible que esto no se produzca en estepunto y que el agricultor, debido a las ne-cesidades en las rotaciones de los culti-vos, aguante una diferencia cntre losmárgenes relativos dc los cultivos desfa-vorable para el girasol. Hay que tener encuenta que, en la situación actual, el agri-cultor cultiva cl girasol a pesar de que losmárgenes brutos del cultivo son inferio-res a los de los cereales, aunque no tantocomo bajo los supuestos de la Agenda2000. Debido a ello, es posible que las520.000 ha que habíamos estimado sus-ceptibles de desplazamientos de superfi-cie cultivada en el escenario más proba-ble no se alcancen en su totalidad.

Otro aspecto en el que hay que haceralgunas consideraciones es en el de la re-tirada voluntaria. Las propuestas de laAgenda 2000 induccn un considerableaumento de la rentabilidad relativa deesta opción haciéndola más atractivapara los agricultores. Se trata, además, deuna elección que no i ►nplica ningún ries-go, ya que la totalidad de los ingresosproceden de la ayuda y que es muy cómo-da. Si tenemos en cuenta el comporta-miento tradicional de aversión al riesgodc los t^gric^dtores y la importanci^^ yuctiene además el criterio de la comodidad

VIDA RURAL/1 DE OCTUBRE 1998/28

C«l l y ^ PL^^^

en sus estrategias, se deduce el atracti-vo que va a tener, en el escenario pro-puesto por la Agenda 2000, la retiradavoluntaria frente al girasol. A1 evaluarel desplazamiento de la superficie degirasol hacia la retirada en el caso deque los márgenes brutos de las dos op-ciones fuesen los mismos hemos esti-mado, en el escenario más probable,una superficie ligeramente superior alas 200.000 ha susceptible de despla-zarse desde el girasol hasta la retirada.Las consideraciones anteriores nos lle-van a estimar que esta superficie sepuede ampliar significativamente. E1agricultor preferirá retirar antes quecultivar girasol, incluso cuando el mar-gen bruto de la primera opción sea

algo inferior, ya que se trata de una op-ción muy segura y cómoda.

En definitiva, todas las consideracio-nes anteriores nos ]levan a estimar comoescenario más probable, suponiendounos precios de los cereales entre 17-19ptas./kg y del girasol entre 34-36 ptas./kg,que la superficie de girasol disminuirásignificativamente en el secano, despla-zándose principalmente hacia la retiradavoluntaria y, en menor medida, hacia loscereales. Estos desplazamientos podríanllegar a alcanzar las 500.000 ha, de lascuales 300.000 ha podrían ir a retirada v200.000 a cereales. La disminución de lasuperficie cultivada se localizaría en laszonas menos productivas, fundamen-talmente en las dos Castillas, ocasionan-do una disminución de la producción degirasol cercana a las 400.000 t. Y estas es-timaciones están realizadas sin conside-rar otros efectos colaterales de los cam-bios propuestos en la Agenda 2000, comopudiera ser una cierta expansión de su-perficie de trigo duro en los secanos an-daluces, a costa del girasol.

En el mercado interior español elconsumo de aceite de soja hadisminuido considerablementeen beneficio de otros aceites.

Impacto en regadío

Ya hemos mencio-nado que en el regadíoel impacto será bas-tante menor. En pri-mer lugar, el deteriorode la rentabilidad rela-tiva es inferior, pero,además, el papel y ellugar que juega en lasalternativas es muydistinto. El girasol noes cultivo de regadío yel agricultor recurre a

él cuando la escasez de agua le ha impedi-do sembrar otros cultivos más rentables,como puede ser el maíz. Sus escasas nece-sidades de agua permiten su utilizacióncomo un instrumento racionador de unrecurso escaso en las explotaciones de re-gadío y que, incluso, sea frecuente no re-garlo. Estas características hacen que seaun cultivo cómodo y que no respondeúnicamente a criterios económicos. Suimportancia en el regadío aumenta nosólo en épocas de sequía, sino en cual-quier escenario donde se planteen res-tricciones o usos limitados de las dotacio-nes de agua. En esta hipótesis sería previ-sible que, si se introdujesen modificacio-nes en los criterios actuales de gestión delagua o se aplicasen nuevos instrumentosen la política de regadíos, como podríaser un sistema de precios del agua máseficiente, se produjesen aumentos de lasuperficie de girasol en regadío. Por todoello, aunque estimábamos en un princi-pio ligeros descensos de la superficie cul-tivada de girasol y desplazamientos haciacereales distintos del maíz, pensamos que

todos estos efectos tenderán a com-pensarse y que la superficic de girasolen regadío continuará respondiendoen gran medida a criterios estrecha-mente relacionados con la disponibili-dad de agua.

Incidencias en la economía rural

El descenso estimado de la superfi-cie cultivada de girasol cn sccano nosólo tendría efectos negativos sobrc laproducción nacional de pipas, sino so-bre un conjunto de aspectos importan-tes en la economía rural de amplias zo-nas del país. Aun en el supucsto de qucel descenso de la superficie cultivadade girasol por sí sola no [uvicses efcc-tos sobre la renta de las explotaciones(las propuestas dc la Agcnda 2000 su-ponen una disminución del margcnbruto de los cereales y del girasol, porlo que es previsible que se produzcauna disminución de la renta global dc

las explotaciones), el desplazamiento ha-cia la retirada inducirá una desactivaciónimportante de las zonas rurales. Los efec-tos inducidos en el empleo y en la rentacomo consecuencia de la disminución enla comercialización dc productos agra-rios serán muy importantes en algunaszonas, dada la concentración geográficadel cultivo.

La desactivación de las economías ru-rales se producirá también a través deldescenso en la venta de inputs, particu-larmente de pesticidas, semillas y servi-cios muy heterogéneos y amplios. En estesentido, hay que tener en cuenta los cs-fuerzos importantes, tanto públicoscomo privados, que se han hecho cnnuestro país en el campo de la mejora ge-nética de las semillas de girasol. La nece-sidad de utilizar semillas de híhridos haaumentado considerablemente la invcs-tigación y mejorado la calidad dc la scmi-lla utilizada, adaptándola a las condicio-nes agronómicas dc nucstro país. En laactualidad, los esfuerzos en encontrar hí-bridos resistentes a las nuevas razas dcjopo son importantes y la disminucicín dcla superficie desincentivaría este esfucr-zo con el consiguiente efecto sobrc la ca-lidad de las producciones, al no favorc-ecrse la obtención de nuevos híbridosmás resistentes a las distintas enfcrmcda-des.

Mercado mundial de aceites

Si pasamos ahora a considcrar los mer-cados utilizadores de granos olcaginosos,podemos apreciar que en España se danalgunas peculiaridades yue es preciso rc-cordar. En primer lugar, la potcntc dc-

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RavEI grupo RAU con sus varias fabricas en Europa,Mascf^inenfabrik RAU en Alemania-^

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RAU-JEAN DE BRU S.A.Z.I. L'Estagnol - B.P. 1083F-11880 Carcassonne Cedex 9 - FranciaTel. 07 33 4 68 11 74 01Fax 07 33 4 68 11 74 02Moviles: 908 48 73 75 - 908 13 10 31

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manda de piensos para la ganade-ría industrial provoca una fuertedependencia exterior respecto alas importaciones de granos olea-ginosos y de sus harinas protei-cas. Podemos dec► que la depen-dencia española (80% de las ne-cesidades) es aún superior a lamedia existente en la Unión Eu-ropea (709^° ).

Tradicionalmente esta deman-da se ha satisfecho, como en otrospaíses europeos, a través de la im-portación en mayor medida degranos frente a harinas, lo cual hapermitido la instalación de unpotente complejo extractor/refi-nador industrial, al tiempo que laexportación de aceites vegetalesse convirtió en una actividad ha-bitual. En España se exportaaceite de soja y en otros países co-munitarios, aceites de colza o sojaen grandes cantidades, a pesar delfuerte déficit en granos de todoslos países de la Unión Europea.

Espa^a expo^t► 260.000 t de aceite de soja en 1997,

Los cambios en el mercado interna-cional de los aceites pueden incidir de unmodo especial en el actual equilibrio delmercado español. En primer lugar, por elincremento de las importaciones de acei-te de palma y palmiste para nuestra in-dustria agroalimentaria. Este es un hechoque ya ha ocurrido a partir de 1991, findel período de stand-still en el sector dematerias grasas. Los aceites láuricos hanocupado un importante segmento de lautilización de grasas por parte de la in-dustria alimentaria y, debido a ello, hancontribuido a sustituir al aceite de sojaproducido en España.

Efectivamente, en el caso del mercadointerior español, el hueco para el consu-mo de aceite de soja se ha ido estrechan-do. EI mercado de consumo humano di-recto, aceite envasado, se lo reparten elaceite de oliva, el de orujo y el de girasol.En usos de la industria alimentaria, elaceite de palma y otros láuricos han idoganando cuota de mercado. En la actuali-dad, sus importaciones son equivalentesa la cantidad de aceite de soja que se des-tina a utilizaciones industriales, por enci-ma de las 200.000 t. Todo ello obliga a quetengan que exportarse cantidades muyimportantes de aceite de soja, 260.000 ten 1997.

La diferencia sustancial con otros paí-ses comunitarios es la cuota de mercadode consumo directo que el aceite de sojatiene en Holanda, Bélgica, Alemania, Di-namarca..., que le permite a la industriaextractora depender en mucha menormedida de las oscilaciones de los merca-dos mundiales de aceites, contando en el

interior con una clientela fieL En España,dicha clientela fiel sólo se ha manifestadohasta ahora hacia los aceites de oliva y degirasol.

Los cambios provocados por el aceitede palma en los mercados internaciona-les de materias grasas van a agudizarse enlos próximos años, por lo que los aceitesde soja y de girasol tendrán que competirpara mantener sus cuotas de mercado.Esta competencia tendrá reflejo en losniveles de precios, más o menos acusadosen función de la solidez de la demandapero, en todo caso, la presencia de múlti-ples sustitutivos en los diversos submer-cados de las grasas y aceites, limita extra-ordinariamente la posibilidad de alzas deprecios de un producto, cualquiera queeste sea.

Por otra parte, hay que tener en cuen-ta las expectativas de la OCDE y otrasInstituciones de prospectiva, de un fuertecrecimiento en la futura demanda deaceites, que pueden verse alteradas debi-do a las menores tasas de crecimientoeconómico que cabe esperar tras losacontecimientos recientes en Asia y Ru-sia, al menos a corto plazo.

Y todo ello influye de modo muy di-recto en la economía del girasol español.El objetivo fundamental de la produe-ción de pipa es la producción de aceite y,por tanto, la evolución que pueda experi-mentar el mercado mundial de los aceitescondiciona en mayor medida al girasolque a otras semillas oleaginosas, para lasque la economía de las harinas proteicasdesempeña un papel de mayor relevanciaque en el caso del girasol.

Por ello, los precios futuros de la pipa

en el mercado mundial no podránelevarse sustancialmente si losmárgenes del aceite de girasolquedan bloqueados al alza por clequilibrio relativo de los preciosde otros aceites como el de soja oel de palma. Es decir, el encareci-miento de la pipa provocaría lacaída del margcn industrial, dcmodo que muchas plantas tcn-drían que dejar de producir, paraevitar pérdidas mayores, cspecial-mente la más peyueñas y con cos-tes variables superiores.

Si en este escenario introduci-mos cualquier elemento yue dis-minuya la producción española dcgirasol, y las prefercncias del con-sumidor español no se ven altera-das, el reequilibrio podría lograr-se bien importando pipa, bien im-portando directamente aceite degirasol. Esta última scría, segura-mente, la opción principal, si si-gue manteniéndosc o aumentan-

do la estrechez del mercado mundial dela pipa, dada la política practicada por losprincipales países productores/exporta-dores. En este estudio se ha hecho re-ferencia a las medidas que gravan las ex-portaciones de pipa en Argentina parafomentar la exportación del aceite y yuepueden ser adoptadas igualmente porUcrania a corto plazo.

En este contexto, no toda la industriaespañola estará igualmente situada. Seproducirá una ventaja evidente para lasempresas que trabajan mayoritariamen-te con materia prima de importación, enzonas portuarias, creándose una situa-ción grave para la industria extractora-refinadora del interior peninsular, que hatrabajado hasta ahora mayoritariamentecon pipa de girasol de producción nacio-naL Hay que tener en cuenta que estas in-dustrias situadas en el interior peninsularconstituyeron en su día un motor básicode la política de fomento de las siembras,caso de verse afeciadas por los nuevos es-cenarios del futuro de la PAC, podríanarrastrar en su caída a la parte residualdel cultivo del girasol. La experienciamuestra que la desaparición de una in-dustria de transformación agraria suelesuponer la desaparición del cultivo en laregión.

EI girasol en la UE

La Unión Europea también ha consi-derado tradicionalmente el carácter es-tratégico del sector de las semillas oleagi-nosas. Desde la crisis de las materias pri-mas de 1973/74, ante el temor de un posi-ble desabastecimiento en una materia

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prima tan vital para el conjuntodel sector agroalimentario euro-pco, sc dccidió diseñar una políti-ca dc fomento yue viniera a paliarla enorme dc:pendcncia exterior.Dcsdc cntonces, la política comu-nitaria ha tcnido un éxito conside-rablc en colza y girasol y, en muchamcnor mcdida. cn la soja.

Ellu no ha cvitado yue las cre-cientes nccesidades de la UE enoleaginosas y harinas proteicas si-^an cuhric:ndose básicamente me-diante importaciones masivas, conderechos aduaneros nulos en se-millas y harinas olcaginosas.Y cnla Uni<ín Europca no dehe olvi-darse yuc la situación dc 1973/74

La reforma altera las expectativas de varias industrias, como las procesadoras de colza con flnes no alimentarios.

podría Ilcgar a rcpc[irsc, dados los múlti-ples factores de rar^ícter aleatorio pre-sentes en los mcrcados mundiales de lasmaterias primas.

La Polílica Agraria Común expcri-mentó en materia dc olcaginosas unaproftmda reforma en 1992. En esa oca-sión, las produccioncs de pipas españolasno se vieron afectadas por dos razones:en primer lugar. poryue la competitivi-dad en el campo español se produce entregirasol y ccrcalcs, y los pagos compensa-torios reconoeieron el car^^cter diferen-cial a las semillas frcntc a los ccrcalcs.Pero, adcmás, cl girasol cspañol disfrutóen aquellos años de una ayuda específicatransitoria hcrcdada de derechos adyui-ridos en el Tratado de Adhesión de Espa-ña a la CEE, que vcnía a reconocer la nc-cesidad dc un apoyo ^special dcbido a susmuy bajos rcndimicntos.

Nueva Politica Agraria

Las propuestas contcmpladas cn cstasegunda reforma, la Agenda 200U. pue-dcn tcncr cfcctos m^ís ncgativos, ya quesuponen un cambio dc filosofía respectoal mantenimicnto de la renta dcl cultiva-dor de girasol, como ohjetivo, con que seahordó la reforma de 1992. Además delas posihlcs eonsccuencias sohre las ex-plotacioncs agrarias y, sobrc todo, la indnSt1'1^1 l'Xlractora ^anallZadaS P.T7 CSIE'. f;S-tudio), tambi ►n hay quc considerar el im-pacto sobrc la cconomía agraria, ya quesuponc un cambio estrat►gico no justifi-cado cn la Política Agraria C'omún.

Sc proponc igualar los "pagos com-pensatorios" de cercales, oleaginosas yahandono del cultivo en h6 ecus / t. Ellorepresenta una disminución del 30% enlas cantidades actualmente pcrcibida porlos olcaginosos, un incremento de un21,5%, a los cereales v un descenso muyligcro, un 3% en el pago compensatoriopor la retirada de cultivo. Estas propues-

tas implican un recorte sin precedentescn las ayudas de la PAC a una producciónquc, por otra parte, arroja un déficit co-mercial exterior espectacular. En españa,la disminución de la ayuda al girasol su-pondría una pérdida aproximada de20.000 millones de pesetas que, induda-blemente, provocará un efecto directo desustitución por otros cultivos. Esto signi-fica, en los secanos españoles, una expan-sión cerealista o un aumento de la retira-da de tierras.

Las razones deun cambio tan radi-cal no quedan sufi-cientemente argu-mentadas. Cabemencionar tres ob-jetivos en las pro-puestas de la Comi-sión Europea: a) undcseo de simplifica-ción del sistema ac-tual, b) la intencióndc acabar con las li-mitaciones al culti-vo de oleaginosas,impuesta por elacuerdo de BlairHouse, y c) com-pensar una even-tual evolución favo-rablc dc la relaciónde precios oleagi-nosas/cereales en elfuturo.

• El deseo desimplificación enuna normativa tancompleja es muy sa-ludable, siempre ycuando ello no pro-voque efeetos rea-les indeseables.Muchas veces lossucesivos cambiosen la gestión de los

mecanismos de la PAC introducen nuevacomplejidad al provocar efectos no pre-vistos, que deben ser ser compensadosmediante nuevos mecanismos que seañaden a los ya en vigor. Por tanto, si lareforma de 1992 ha sido consideradacomo acertada y ha provocado un mayorequilibrio en el sector de los cereales, altiempo yue el sector de las oleaginosas haasumido con resignación temporal las li-mitaciones productivas acordadas en1993, parece temerario introducir los

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cambios propuestos en la Agenda 2000,por motivo de simplificación.

• Las limitaciones de "Blair House"condicionan, sin duda, el normal desarro-llo productivo de las semillas oleaginosasen la Unión Europea. Sería deseable eli-minar esta restricción en la superficie cul-tivada de girasol, ya que no tiene ningúnsentido, introduciendo una gran rigidezen la ordenación de cultivos en la agricul-tura comunitaria. Otras produccionescomo los cereales y otros sectores agríco-las que cuentan con mayores apoyos en laPAC no sufren ningún tipo de restricciónsimilar, siendo de destacar que en el caso

mejoren en relación con los precios de loscereales, al menos de un modo significati-vo o permanente. Ello puede ocurrir cir-cunstancialmente en una campaña, perose tiende a la estabilidad si se analizan pe-ríodos más amplios. Y ello es debido aque en la economía de las oleaginosas yde los cereales influyen aspectos exóge-nos como son las demandas de piensos enlos sectores cárnicos, o la presencia deaceltes relevantes en el mercado mundialde grasas, caso del aceite de palma, quedesencadenarían automáticamente pro-cesos de sustitución de áquellas materiasprimas que se hubieran encarecido.

de las semillas oleaginosas en la UniónEuropea, los precios se encuentran ya al ^ p1'6C1o d61 ^1'8^01nivel del mercado mundial, sólo con aran- ^celes residuales y en disminución progre-^^^^siva en aceites y harinas.

EI establecimiento de una superficie ^máxima con derecho a recibir el pago'^compensatorio, independiente del resto rde cultivos herbáceos que lo perciben,impide a la Unión Europea un ajuste al ^alza equivalente a los aumentos de consu- --^mo, es decir, es más restrictivo aún que ^.una cláusula de "stand-still".

Por ello conviene analizar más profun-damente las razones que llevaron al com-promiso de Blair House que, seguramen-te, no se resuelven con un simple cambioen el nivel de las ayudas. La presión deEstados Unidos sobre el sector de lasoleaginosas en la Unión Europea ha sidosiempre muy intensa. La razón se encuen-tra en la existencia de intereses sociales yeconómicos muy poderosos en aquelpaís, cuyo objetivo sería acabar con loconstruido en Europa en los últimos 25años, en materia de oleaginosas.

En definitiva, resulta equívoco queconsideremos la posibilidad que, acaban-do con las limitaciones de Blair House so-bre la superficie comunitaria de oleagino-sas, tal vez podría incluso aumentar la su-perficie o la producción comunitaria.Ello presupone que se acabaría con unapresión externa que, más que ceder, vue1-ve a demostrar su potencia e insistenciacontra el cultivo de oleaginosas en laUnión Europea.

Como consecuencia, el compromisode Blair House debe ser consideradocomo una simple imposición de EstadosUnidos a la Unión Europea y, como tal,suprimido en cuanto las condiciones polí-ticas lo permitan.

• En las simulaciones efectuadas a lolargo del estudio y que han dado lugar a.estas conclusiones, se han analizado enprofundidad las diversas hipótesis de pre-cios relativos que pueden plantearse enlos próximos años. No es de esperar quelos precios mundiales de las oleaginosas

Todo ello es aún más cierto en el casodel girasol, al tratarse de un producto se-cundario dentro de la economía interna-cional de los aceites y las harinas protei-cas. Cualquier encarecimiento de la pipade girasol, ante una posible situación dedesabastecimiento, encuentra rápida-mente un techo ante la imposibilidad deque el precio del aceite de girasol, o la ha-rina, transmitan al alza el impacto de cos-tes recibido de la materia prima. Peroalgo similar le ocurre al aceite de soj a, de-bido a la presencia del aceite de palma, decoco de palmiste..., o las proteínas de sojao colza, frente a los cereales y otros mu-chos productos sustitutivos en la econo-mía de los piensos.

^ A corto plazo, la fuerte expansión delas producciones de oleaginosas en Amé-rica del Sur, la posible introducción de lapalmera de aceite en Centroamérica en lalucha contra la droga y las correccionesen general que hay que introducir en lastasas de crecimiento económico en Asia,no permiten suponer que el precio de lasoleaginosas, a nivel internacional, puedamejorar respecto al de los cereales, de unmodo estable y permanente. Y a más lar-go plazo, las previsiones pasan a de-pender de tantos elementos aleatoriosque es difícil sostener un fuerte recorte delas ayudas comunitarias en base a unamejoría de precios relativos que no pasade ser una simple suposición.

Evidentemente, si los precios de lasoleaginosas fueran en el futuro a mejorarsustancialmente, muchos de los reparos alas propuestas de la Comisión en la Agen-da 2000 perderían intensidad, pero pare-ce más lógico que la disrninución de ayu-das se produjera "a pósteriori" y no apo-yada en un futurible.

Por otra parte, la disminución previstaen el precio de intervención de los cerea-les en la Unión europea, 20%, a efectosde rentas relativas (cereales/girasol) paralos agricultores, ya se encuentra compen-

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sada parcialmente por el incremento del21 % previsto en el pago compensatorio aestos cultivos. El precio real de mercadose sitúa normalmente por encima del pre-cio de intervención, siendo esta la razónargumentada por la Comisión para que lacompensación a los productores de ce-reales sea sólo parcial. De hecho, la ma-yor rentabilidad futura de los cerealesfrente a las oleaginosas ha sido reconoci-da por la propia Comisión Europea en unreciente lnforme ( "Situation and out-look: Cereals, Oilseeds, Protein crops"CAP 2000).

Las simulaciones efcctuadas en esteestudio, respecto a la rentabilidad dc loscereales, bajo los supuestos contempla-dos en la Agenda 2000, no confirman eloptimismo de la Comisión, es más, confir-man una pérdida de rentabilidad de loscereales, aunque, a pesar de ello, su ren-tabilidad relativa respecto a las oleagino-sas y el girasol en particular sí mejorará,debido a la fuerte disminución del pagocompensatorio de este cultivo. Este será,sin duda, un efecto perjudicial adicionalde la Agenda 2000 para los agricultores.

Dados los tradicionales problemas deexcedentes de cereales en la Unión Euro-pea, sólo atajados transitoriamente con lareforma de 1992, no se comprende bicnque la Agenda 2000 proponga un cambioque puede inducir a los agricultores a sus-tituir parte de sus cultivos de semillasoleaginosas por cereales. En recientes in-formes de la Comisión Europea se anun-cia nuevamente la formación de cuantio-sos excedentes a medio plazo (80 millo-nes de toneladas de cereales de stocks finde campaña 2005/06). No se entiende quela Agenda 2000 asuma los riesgos dc re-ducir en una tercera parte las ayudas alcultivo de oleaginosas, rompicndo contoda una tradición estratégica muy acer-tada de fomentar este tipo de produccio-nes altamente deficitarias en Europa,asumiendo el riesgo de estimular unanueva expansión en cereales.

De hecho, la Unión Europea es suma-mente prudente a la hora de provocar va-riaciones sustanciales en precios o ayu-das, para evitar cambios traumáticos.Suele utilizar habitualmente la congela-ción durante varias campañas o la aplica-ción de reducciones ligeras, aunque pro-gresivas, para evitar trasladar a los mer-cados señales que desencadenen fucrtesefectos. Por ejemplo, la aplicación de lareforma de 1992, que planteaba la dismi-nución del precio de 1os cereales en un30%, se aplicó gradualrnente durante tresaños, a pesar de que dicha disminuciónvenía indemnizada mediante un "pagocompensatorio", que se produjo tambiéngradualmente.

34/VIDA RURAL/1 DE OCTUBRE 1998

Consecuencias de laaplicación de las propuestas

A lo largo de este estudio sehan analizado con detenimientolas posibles consecuencias del es-cenario descrito en la Agenda2000, a través de diferentes su-puestos que, en síntesis, implicanun fuerte descenso del cultivo enzonas de secano de Castilla-LaMancha, principalmente, y deCastilla y León, con menoresefectos en otras regiones españo-las. La gravedad de estas previ-siones está en las dificultades queya atraviesan estas Comunida-des, con muv escasas posibilida-des de diversificación agrícola yque, además, han de enfrentar enun futuro reformas y reestructu-raciones sectoriales que pueden sermuy complejas, caso del sector azu-carero y de la producción de remola-cha, o de las reformas pendientes enla normativa comunitaria del vino.

En este contexto, el girasol hasido un cultivo muy oportuno, conimportantes efectos positivos de ca-ráctcr agronómico y medioambien-tal, como ya se ha expuesto, ino ex-cedentario! y bien adaptado al me-dio y a las alternativas de cultivo.Por tanto, las propuestas contenidasen la Agenda 2000 han alarmadojustificadamente.

Según las diversas hipótesis desa-rrolladas en este estudio, el impactode las propuestas de la Agenda 2000sobre la superficie sembrada de gira-sol serán una magnitud lo suficiente-mente relevante para aconsejar unarevisión de las propuestas de laAgenda 2000 que se refieren al"pago compensatorio" a las se-millas oleaginosas.

La reforma propuesta alteratambién las expectativas de va-rias industrias: las extractoras degirasol y de semillas oleaginosasen general, pero, también, aque-Ilas que han recihido apoyo pú-blico para procesar colza y gira-sol con fines no alimentarios e,incluso, las empresas producto-ras de semillas certificadas de gi-rasol, yue también se veríanafectadas por las propuestas dela Agenda 2000.

La disminución estimada en lasuperficie de girasol provocaráun descenso de la producción to-tal española de entre 300.000 y500.000 t de pipa. Las extrac-toras situadas en el interior del

país, en mayor medida cuantomayor sea su dependencia de laproducción interior, sufriránmás claramente las consecuen-cias de esta disminución de pro-ducción.

Pero todas las extractoras,cualquiera que sea su tamaño ysu localización, sufrirán ante lanueva situación, dado que elmercado mundial de la pipa degirasol es muy estrecho y sufrerestricciones institucionales.

La industria extractora del gi-rasol en España cuenta con unfactor favorable clave, como esla fidelidad de un importante yestable segmento del consumonacional de aceites. Pero en lasnuevas condiciones planteadasen la Agenda 2000, la pérdida

parcial de producción nacional degirasol puede arrastrar a la inviabili-dad a parte de la industria extracto-ra española, a costa de las importa-ciones directas de aceite de girasol.

Hav que tener en cuenta que lasgrandes extractoras que, en teoría,se encuentran en mejor posiciónpara soportar los efectos de la refor-ma propuesta, deben sostener la uti-lización de su capacidad instaladapor encima del 70%, lo cual quedaseriamente comprometido comoconsecuencia de la escasez de mate-ria prima. Ello representaría unoscostes fijos unitarios de molturaciónelevados, perdiendo competitivi-dad respecto a la industria extracto-ra de otros países comunitarios y deterceros países.

Todo lo anterior llevaría a unaprofunda reestructuración del sec-tor, con desaparición de una gran

parte de las plantas localizadasen el interior y las de tamaño in-suficiente, por debajo de 400t/día de capacidad de moltura-ción, lo que significa 16 de un to-tal de 24 plantas instaladas y enfuncionamiento en la últimacampaña en España. Esta pérdi-da de tejido industrial se produ-ciría, fundamentalmente, en elmundo rural, con el consiguien-te impacto sobre e] empleo di-recto v el inducido en transpor-te, agentes comerciales en lospueblos, almacenistas. sccad^-ros, etc.

En dcfinitiva, un conjunto deefectos negativos prcvisihles, deaplicarse las actuales propuestasde reforma yue aconsejan su re-visión en profundidad. n

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