efectos de los ingresos petroleros sobre la inflación en venezuela
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Universidad Central de Venezuela Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Comisión de Estudios de Postgrado
Efectos de los Ingresos Petroleros sobre la Inflación en Venezuela en el
período 1999 al 2005. Trabajo Especial presentado para optar al grado de
Especialista en Moneda e Instituciones Financieras
Autor: NINIEVA DEL VALLE CEDEÑO MUJICA C.I. V-11.246.835 Tutor: JOSÉ DANIEL ANIDO RIVAS C.I. V-10.719.740
Caracas, junio de 2007
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"El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente"
Lord Acton
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Universidad Central de Venezuela Facultad de Ciencias Económicas y Sociales
Centro de Estudios de Postgrado
Especialización en Moneda e Instituciones Financieras
Efectos de los Ingresos Petroleros sobre la Inflación en Venezuela en el período 1999 al 2005.
Autora: Ninieva del Valle Cedeño Mujica
Tutor: José Daniel Anido Rivas Fecha: Junio 2007
RESUMEN El propósito de este trabajo es presentar un análisis documental de los efectos que producen los ingresos petroleros sobre la economía venezolana, prestando especial atención al tema de la inflación. Para ello se establecieron los siguientes objetivos específicos: a) Describir las distintas políticas económicas instrumentadas en Venezuela durante el período 1999-2005, así como sus efectos sobre las principales variables macroeconómicas del país. b) Analizar el comportamiento de los ingresos petroleros y sus efectos sobre la inflación en Venezuela en el período 1999-2005. c) Estudiar el comportamiento del Producto Interno Bruto (PIB) y su influencia sobre la inflación en Venezuela en el citado período. d) Analizar la influencia de los cambios ocurridos en otras variables macroeconómicas seleccionadas sobre los niveles de inflación en el caso venezolano, con énfasis en el periodo en estudio. Mediante la consecución de estos objetivos debía resolver la interrogante principal que es: ¿Cómo influyen las variaciones de los ingresos petroleros en los índices de inflación de Venezuela, específicamente durante el período 1999-2005?. La metodología aplicada se enmarca en el ámbito de la investigación descriptiva, por cuanto su objetivo central es la descripción o caracterización de un evento de estudio dentro de un contexto (la inflación). Este trabajo es descriptivo, por la recopilación y descripción de los eventos y es aplicado, ya que se dirige fundamentalmente al planteamiento de posibles soluciones al problema. También es una investigación del tipo analítica, ya que estudia elementos y los relaciona entre si. El análisis se realizó mediante la revisión de trabajos precedentes y la grafica de datos que se compararon entre si, para determinar la relación ingresos petroleros-inflación y se confrontaron con las teorías económicas y las realidad socio-económica actual, a fin de proponer medidas que puedan atenuar los efectos no deseados de los shocks petroleros sobre la inflación en el país. Se concluyó que existen evidencias de que la inflación está influenciada por las exportaciones petroleras y que éstas, a su vez, influyen sobre la liquidez monetaria. En general se encontró que durante todo el período estudiado, 1999 al 2005, cada vez que se produjo una disminución en las tasas de inflación, el PIB experimentó un aumento. Descriptores: Exportaciones Petroleras, Ingresos Fiscales, Liquidez Monetaria, PIB, Inflación, Venezuela, Gasto Público.
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ÍNDICE Pag.
INTRODUCCION 7 CAPÍTULO I I.1. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA 11 I.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA 11 I.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA 17 I.4. OBJETIVO GENERAL 17 I.5. Objetivos Específicos 17 I.6. JUSTIFICACIÓN 18 CAPÍTULO II ASPECTOS METODOLÓGICOS 22 II.1. Diseño de la Investigación 22 II.2. Técnicas e Instrumentos de recolección de información 23 a) Técnicas específicas empleadas en la investigación 23 b) Instrumentos 24 c) Técnicas generales de procesamiento y análisis de la información
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CAPÍTULO III MARCO TEÓRICO 26 III.1. Antecedentes de la investigación 26 III.2. Fundamentos teóricos 27 a) El concepto de Inflación 27 b) Medidas de la inflación 28 c) Problemas relacionados con el empleo de números índices 29 d) Tipologías de Inflación 30 e) Grados de Inflación 30 f) El papel del déficit fiscal en la inflación 31 g) Causas de la inflación: algunas explicaciones de aceptación general
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g.1) La inflación por costos o empuje de costos 34 g.2) La inflación por demanda o por tirón de la demanda 34 g.3) La inflación mixta 36 g.4) La inflación tendencial o inercial 36 g.5) La teoría monetarista de la inflación 36 h) La dinámica de la renta petrolera en Venezuela 39 III.3) La inflación en Venezuela: perspectiva histórica y algunas explicaciones sobre su naturaleza y causas
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III.4) El comportamiento del Producto Interno Bruto en Venezuela 51 III.5) Políticas económicas y políticas monetarias 54 III.6) El Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN) y su funcionamiento
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III.7) Cronología de las principales políticas macroeconómicas del período 1999- 2005
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CAPÍTULO IV ANÁLISIS GRÁFICO DE VARIABLES ECONÓMICAS SELECCIONADAS
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IV.1) Análisis gráfico comparativo 70 a) Comparación de las Variaciones de las Exportaciones Petroleras de Venezuela Vs. Variaciones de la Liquidez Monetaria (M2) Anuales
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b) Comparación de las Variaciones del Índice de Precios al Consumidor (Caracas) Vs. Variaciones de M2 Anuales
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c) Comparación de las Variaciones del Índice de Precios al Consumidor (Caracas) Vs. Variaciones de las Exportaciones Petroleras de Venezuela Anuales
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d) Comparación de las Variaciones de M2 y las Variaciones del Índice de Precios al Consumidor (Caracas) Vs. Variaciones de las Exportaciones Petroleras de Venezuela Anuales
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e) Comparación de las Variaciones de M2 Vs. Variaciones del Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela, en valores anuales
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f) Comparación de las Variaciones de IPC Vs. Variaciones de PIB de Venezuela, en valores anuales
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g) Comparación de las Variaciones de las Exportaciones Petroleras Vs. Variaciones del PIB de Venezuela, en valores anuales
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h) Comparación de las Variaciones de M2, IPC, PIB y las Exportaciones Petroleras Vs. Variaciones del PIB de Venezuela, en valores anuales
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i) Comparación de M2 en Millones de bolívares Vs. las Exportaciones Petroleras en Millones de bolívares, en valores anuales
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IV.2) Discusión de resultados: la relación oferta monetaria e inflación en la economía venezolana
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CONCLUSIONES 90 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 95 ANEXOS Tablas de datos para los gráficos del 1 al 4 I
Tablas de datos para los gráficos del 5 al 7 II
Tablas de datos para los gráficos del 8 al 9 III
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INTRODUCCIÓN
Hasta el siglo XIX la principal fuente de ingresos de Venezuela era la
agricultura. Con la irrupción del petróleo y el tránsito de una economía rural
a otra predominantemente urbana, el negocio petrolero se convirtió –a partir
de la década de 1930- en la fuente más importante de ingresos para el país.
Como el propietario de los yacimientos petroleros en Venezuela es el
Estado, éste puede mediante diversos mecanismos autorizar a los privados
o a sus propios entes la explotación de estos recursos, siendo en última
instancia quien recibe una fracción importante de la riqueza que se genera
por esta actividad. Entender los efectos que tienen los ingresos petroleros
sobre la economía Venezolana y, en particular sobre la inflación, puede
coadyuvar en el diseño e implementación de políticas adecuadas, que
permitan atenuar o evitar el impacto no deseado de aquéllos sobre la
economía venezolana.
Tal y como lo señalan Guerra et al. (2002: 15), “la historia inflacionaria de
Venezuela es relativamente reciente. A partir de mediados de los setenta es
cuando la tasa de inflación registra valores de dos dígitos, los cuales se
domicilian en la estructura económica con singular persistencia después de
1984. Durante las décadas de los cincuenta y sesenta la inflación promedió
1,1% y 1,3%, respectivamente, tasas éstas sustancialmente menores que
las registradas por los principales países industrializados”. Fue justamente a
raíz del descomunal aumento registrado en los precios del petróleo que tuvo
lugar en 1974, cuando la economía venezolana experimentó un ingente
incremento del gasto público, que estuvo fundamentalmente dirigido a los
bienes no transables. Este aumento, si bien se expresó en presiones
inflacionarias, fue contenido mediante una política de precios administrados
y un esquema de subsidios a los principales bienes y servicios de la canasta
de los consumidores venezolanos. No obstante y según estos autores (p.
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15), en la década de 1970 la inflación del país se situó en 7,6%,
observándose en 1974 y 1979 por primera vez tasas por encima de dos
dígitos: 11,8 por ciento y 20,4 por ciento, respectivamente”.
Posteriormente, en la década de 1980, el aumento de los precios comenzó
ya a manifestarse de forma sostenida en la economía venezolana. Se
registró entonces una tasa promedio del 19,4%, que se incrementó hasta el
47,4% durante la década de 1990. Esto sucedía en un contexto donde los
controles de precios estaban siendo utilizados intensivamente durante
períodos prolongados (práctica particularmente notable durante la segunda
mitad de la década de 1970 y durante la de 1980) (Guerra et al., 2002: 16).
Algunos autores han encontrado en el país evidencia empírica que revela en
el largo plazo la relación que existe entre el dinero en circulación en una
economía y la inflación (es decir, de la inflación monetaria o enfoque
monetarista de la inflación). Así, por ejemplo Olivo (2004), a partir de datos
anuales para el período 1950-2002, encontró evidencias de una relación de
cointegración entre la base monetaria de Venezuela y el nivel de precios,
registrando así mismo un cambio estructural en el año 1979. Señala este
autor que, en consecuencia, es necesario tener en cuenta la evolución de
agregados monetarios restringidos como la base monetaria, aún en el marco
de una estrategia donde esta variable no sea el centro de las decisiones de
política monetaria. Esto es particularmente pertinente en el caso de la
economía venezolana, caracterizada por su bajo desarrollo del mercado
financiero y que hace que los agregados restringidos constituyan una parte
importante de la riqueza y las decisiones de los agentes económicos.
De igual manera Dorta et al. (2002), a partir de un estudio empírico más
reciente (periodo 1986-2000), consideraron el efecto que las brechas en los
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principales mercados (el de dinero, el cambiario y el de bienes) tienen sobre
el proceso inflacionario. Analizaron de forma separada la inflación en el caso
de los bienes de la de servicios. Como principal hallazgo estos autores han
señalado que la brecha real afecta directamente a la inflación de bienes,
mientras que la brecha cambiaria afecta de manera indirecta a la inflación.
En el caso de los servicios señalan que el mayor peso en la explicación de
la inflación estriba en factores de costos como los salarios y el tipo de
cambio, así como en variables de demanda como el gasto público.
También Guerra et al. 1996, al analizar distintos mecanismos de
transmisión de la política monetaria para Venezuela a partir de datos
trimestrales para el período 1985-1995, dan cuenta de un proceso
multivariable en la gestación de la dinámica de la inflación. En dicho
proceso, la mejor contribución anti-inflacionaria del Banco Central de
Venezuela consistía en controlar la evolución de M1 (liquidez monetaria),
dado su efecto contemporáneo sobre los precios y el nexo de largo plazo
que vincula el comportamiento de los precios y el dinero. No obstante, el
componente inercial de la inflación sugiere que una política encaminada a
abatir el alza de los precios debe considerar seriamente el rol de las
expectativas y el grado de indización de la economía.
Es necesario destacar que la inflación en Venezuela, si se compara con lo
ocurrido en otros países de América Latina, ha registrado tasas moderadas,
no obstante el hecho que registra una tendencia a acelerarse en el tiempo.
Este último rasgo constituye un elemento de especial atención pues, en la
medida en que se estudien y diluciden sus posibles causas, será posible
proponer algunas medidas de política económica orientadas a atenuarla o
erradicarla; es decir, el estudio del fenómeno permitirá tomar acciones
preventivas antes que correctivas.
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Con esta orientación se ha diseñado una investigación descriptiva y
documental, del tipo no experimental, a partir de fuentes secundarias
estadísticas y no estadísticas, centrada en el estudio de las posibles
relaciones entre las variaciones de los ingresos petroleros y en las
variaciones en la inflación venezolana en el periodo 1999 al 2005. Se realiza
así la revisión analítica y de síntesis de documentos de investigación
preexistentes en el tema. A través de ella se intenta estudiar las variables
antes descritas, con el fin de proponer políticas acertadas y de fácil
implementación, tanto de tipo preventivo como correctivas de distorsiones,
mediante el conocimiento de las consecuencias de los cambios en los
niveles de ingresos petroleros del país. Este Trabajo es una compilación de
estudios precedentes, que aspira servir de referencia a sucesivas
investigaciones en el tema.
Entre las limitaciones importantes que deben destacarse está en primer
término la calidad de la información de base utilizada. Todos los datos
fueron obtenidos a partir de la información estadística publicada por el
Banco Central de Venezuela (BCV), en particular los relacionados con el
Índice de Precios al Consumidor (IPC). Estas cifras han experimentado
cambios importantes en la metodología empleada para su cálculo,
circunstancia que pudiera significar dejar de lado factores que afectan de
manera significativa los resultados de ésta y de otras investigaciones en
ellos basadas. Otro elemento importante de resaltar es el control de cambio
implementado en Venezuela a partir de febrero del 2003, así como la política
de control de precios adoptada por el actual gobierno, que afecta de manera
particular algunos artículos de la cesta básica. Estos dos elementos deberán
tenerse presentes en el transcurso de toda la investigación.
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CAPÍTULO I
I.1. DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA
El estudio realizado se circunscribe a la realización de una síntesis de los
efectos que los ingresos petroleros tienen sobre la inflación en Venezuela,
con referencia específica al período comprendido entre el año 1999 y el año
2005.
I.2. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
La inflación suele definirse como el crecimiento continuo en el tiempo de los
precios de los bienes y servicios. Es una medida para indicar en qué
porcentaje han aumentado los precios en un período determinado. Equivale
a los que Johnson et al. (1970: 86) denominan “una depreciación de la
unidad monetaria”. Hay distintas maneras de medir los niveles de los
precios: al nivel del consumidor, al nivel productor, al nivel de la construcción
u otros sectores representativos de una economía particular, por mencionar
algunas.
En el caso particular de Venezuela, para medir el encarecimiento del costo
de la vida se utiliza con mayor frecuencia el Índice de Precios al Consumidor
(IPC)1, generalmente expresado como un promedio anual. Este índice
1 El Índice de Precios al Consumidor en el caso de Venezuela es un índice del tipo Laspeyres, calculado por el BCV con base en las ponderaciones de los gastos de los consumidores venezolanos. Históricamente se han tomado distintos años base, comenzando las estadísticas en 1957, 1968, 1978 y 1984. El cambio más reciente corresponde a la adopción del año base 1997, a partir de la realización de la II Encuesta Nacional de Presupuestos Familiares (EPF). Estas ponderaciones se están revisando actualmente en la EPF 2005-2006 (recientemente finalizadas), para un nuevo cambio de base. El IPC es un indicador estadístico que mide el cambio promedio registrado en un determinado período de tiempo, en los precios a nivel de consumidor (precios al por menor), de una lista de bienes y servicios representativos del consumo familiar (canasta familiar), con respecto al nivel de precios vigente para un año escogido como base.
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permite comparar los precios entre un año y otro, si bien puede emplearse
para medir variaciones entre dos puntos específicos de un intervalo
temporal. Así por ejemplo, con el indicador de año base 1997, se puede
entender que Bs. 100 de 1997 son equivalentes en términos de poder
adquisitivo a Bs. 260 del año 2002, a Bs. 50 de 1996, a Bs. 1 de 1983 y a 28
céntimos de 1958. En otras palabras, lo que compraba un consumidor en
1958 con dos lochas2, en el 2002 necesitaba para comprarlo 260 bolívares
de este último año (Huerta, 2006).
Es importante entender que en la economía todos los indicadores tienen
algún grado de influencia sobre los otros, ya sea de forma directa o
indirecta. De allí que sea de aceptación general que la existencia de la
inflación viene dada por la conjunción de determinados comportamientos en
las variables como el Producto Interno Bruto, los ingresos de los
consumidores y la balanza comercial, entre otras variables determinantes.
De hecho, la inflación puede ocurrir debido a un exceso de demanda, que
puede ser contrarrestada mediante medidas fiscales y monetarias que
reduzcan la demanda. Puede también deberse a fuerzas del lado de los
costos y de la oferta, que no siempre responde favorablemente a las
políticas anteriores, pues generalmente devienen en el aumento del
desempleo y en el freno al crecimiento económico, razón por la cual muchos
teóricos hablan de mitigar en lugar de eliminar la inflación. Otros sugieren
restricciones voluntarias en lugar de controles de precios, así como las
negociaciones salariales (Johnson et al., 1970).
2 Durante muchos años de la segunda parte del siglo XX se empleó esta moneda en Venezuela, cuya equivalencia era 1 locha = 12,5 céntimos. En algunas regiones se trasladó esta denominación, a posteriori, para las monedas de 0,10 bolívares.
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En el caso de la inflación por costos, una vez que se acuerdan en las
economías nuevos salarios, éstos actúan como elementos referenciales
para el resto de la fuerza de trabajo, generándose así potenciales impulsos
inflacionarios. Tales impulsos, sin embargo, sólo se materializan bajo ciertas
condiciones. Una de ellas ocurre cuando se responde a las demandas de
mayores salarios por parte de los trabajadores, que rompen la
proporcionalidad entre productividad del trabajo y salarios. De no ocurrir un
aumento en los precios se produce un efecto negativo sobre los beneficios.
Esto último no ocurriría salvo en el caso cuando la masa monetaria crece
proporcionalmente para restaurar la normalidad o equilibrio. Los incrementos
en la cantidad de dinero cumple así la misión de facilitar la materialización
del aumento de los precios, cuyas causas se localizan en las condiciones
bajo las cuales ocurre la producción (Baptista, 1997).
En el caso particular del Producto Interno Bruto (PIB), es una denominación
que corresponde a un indicador de la productividad nacional, referida
estrictamente a aquella que tiene lugar dentro de los límites geográficos de
la nación, independientemente de que se trate de empresas nacionales o
extranjeras. El Producto Nacional Bruto, en cambio, excluye la producción
de extranjeros en el país e incluye la producción de los venezolanos en el
extranjero. El PIB está formado por la sumatoria de los ingresos generados
por las actividades económicas desarrolladas en el país, que en el caso de
Venezuela suelen separarse en actividades petroleras y actividades no
petroleras. Aquéllas generan cerca del 80% de los ingresos nacionales, por
lo cual se constituyen uno de los factores que a priori lucen como
primordiales para comprender el comportamiento del nivel general de
precios en el caso venezolano.
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Desde 1976 el comercio del petróleo en Venezuela (al igual que las
restantes actividades conexas o asociadas3) es potestad de la empresa
estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA), encargada de toda la actividad de
hidrocarburos en el país. PDVSA recibe las divisas provenientes de la venta
de los hidrocarburos y debe entregarlas al Banco Central de Venezuela
(BCV), con la excepción de aquella porción que se le autoriza para su
funcionamiento, así como de la fracción recientemente aprobada que puede
ser transferida directamente al FONDEN (Fondo de Desarrollo Nacional). A
las exportaciones por ella realizada, como en los casos de Bolivia y Brasil,
se les atribuye ser un factor primordial de estímulo al crecimiento
económico. Mediante ellas las actividades internas pueden encontrar
escalas de rentabilidad y alcanzar transferencias tecnológicas que se
requieren para aumentar la productividad (Morales, 1990; en Arellano,
1990). Sin embargo, la evidencia empírica da cuenta que en Venezuela,
durante los episodios de aumento de los ingresos petroleros posteriores a la
crisis de 1983, han ocurrido importantes presiones inflacionarias.
Una importante excepción al efecto de la renta petrolera sobre los precios
internos fue reseñada por Furtado (2005) para el lapso 1945-1956, cuando
las importaciones de bienes representaron entre 51,4 y 59,1% de la oferta
doméstica de bienes en el país (excluidos servicios), que denotaba la
vulnerabilidad interna de la economía venezolana. Sin embargo fue
probablemente debido a ello que el desarrollo de la misma ocurrió casi sin
presiones inflacionarias.
3 Este precepto lo consagra la Ley que reserva al Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos, conocida como la Ley de Nacionalización del Petróleo del 01/01/1976, reformada en el año 1995. Esta reforma es conocida como la Apertura Petrolera y permitió la entrada de capitales foráneos y privados nacionales al negocio de la exploración, extracción y comercialización del petróleo dentro del país. Recientemente, a inicios del 2006 todas las empresas que operaban dentro del país bajo la modalidad de Convenios Operativos (Asociaciones Estratégicas) debieron pasar a la figura de empresas mixtas, con la participación mayoritaria del Estado Venezolano.
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Por otra parte, tal y como sucede en otros países, en Venezuela el BCV es
el ente encargado de diseñar e implementar todas las políticas necesarias
para velar por la correcta redistribución del ingreso petrolero y de que estos
ingresos no tengan un efecto distorsionador sobre la economía venezolana.
De esta manera, si los ingresos son muy altos, deberá instrumentar políticas
o mecanismos que permitan equilibrar la economía. Una de ellas es la
reciente creación de FONDEN4, que en teoría deberá canalizar estos
recursos excedentes provenientes de los altos precios que ha
experimentado el mercado petrolero en los últimos cinco años y que se
prevé continuarán en escalada por la crisis política mundial -en especial de
los países petroleros-, así como la creciente demanda de países como
China e India.
En Venezuela se han venido presentando en las últimas décadas niveles de
inflación cada vez más elevados. Es así que desde el primer “Boom”
petrolero en la década de 1970, los índices de precios al consumidor han
tenido un constante crecimiento, que parece acelerarse en las épocas de
bonanza petrolera. Estas repentinas cascadas de dinero desequilibran la
4 Fue creado según el Decreto Nº 3.854, Gaceta Oficial Nº 38.261 fecha 30/08/2005, mediante la cual “se autoriza al ministro de finanzas para la creación de una empresa bajo la figura de sociedad anónima que estaría bajo su control accionario y estatuario. Esta sociedad anónima tendrá una duración inicial de 50 años, contadas a partir de su inscripción en el registro mercantil, prorrogable por otros 50 años”. El capital inicial fue de Bs. 500.000.000, suscrito y pagado por la República Bolivariana de Venezuela a través del ministerio de finanzas, constituido por mil acciones que representan 100% del capital social. Los recursos iniciales se fijaron en 6 mil millones de dólares provenientes las reservas monetarias internacionales, administradas por el BCV, de los cuales en una primera etapa dispone de 3 mil millones de dólares, siguiendo un cronograma establecido entre el Ministerio de Finanzas y el ente emisor. Así mismo el FONDEN recibirá mensualmente de Petróleos de Venezuela (PDVSA) el remanente de divisas obtenidas por concepto de exportación de hidrocarburos y gas, de acuerdo con lo establecido en el articulo 113 de la Ley de la Reforma Parcial de la Ley del Banco Central de Venezuela, publicada en la gaceta oficial Nº 38.232 del 20 de julio del 2005. Es decir, se incrementará con las transferencias netas en divisas que le hará PDVSA por las exportaciones petroleras, una vez deducidos para pagos operativos. Su objetivo es el financiamiento de proyectos de la inversión real productiva, educación, salud, mejoramiento del perfil y saldo de la deuda pública externa, así como la atención de situaciones especiales (República Bolivariana de Venezuela, 2006).
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economía ya que no hay manera de predecir en qué momento sucederán,
en las que casi siempre el dinero circulante es superior a lo que el aparato
productivo puede absorber y es entonces que podría estar presionando al
alza de la inflación.
Debe mencionarse, no obstante, que en las esferas gubernamentales (León,
2007) se sostiene que en la actualidad el país ha conseguido, luego de
muchos años, controlar las presiones inflacionarias; según esta fuente, el
país ha sorteado exitosamente ese proceso inercial que se había instalado a
partir de 19835. De acuerdo con esta versión este hecho constituye una de
las tres razones (junto con el crecimiento sostenido, significativo y
generalizado de la economía venezolana y la inclusión social), en las que el
actual gobierno y las autoridades monetarias justifican la necesidad de
efectuar a partir del 01/01/2007 el proceso de Reconversión Monetaria (que
en términos sencillos, no es más que la eliminación de tres ceros en la
denominación de la moneda corriente). No obstante, como se verá al final de
este trabajo, las evidencias parecen demostrar todo lo contrario: lejos de
haber controlado de la inflación, la tendencia creciente en los precios
mundiales del petróleo (y por ende, el nivel sostenido en los ingresos
5 Llama poderosamente la atención que desde una perspectiva estrictamente técnica, las autoridades monetarias y los funcionarios del gobierno arguyan que en Venezuela se ha superado el periodo de persistencia inflacionaria iniciado en la década de 1980. Para retomar la contradicción que supone este señalamiento, baste por ejemplo citar al propio presidente del BCV (Gastón Parra Luzardo), quien públicamente ha señalado que el ente emisor Banco Central prepara medidas para frenar el avance de la inflación, variable que registra un salto de 19,5% entre mayo de 2006 y mayo del 2007: "(…) habrá medidas que hay que adoptar desde el punto de vista de la producción, del ingreso, de la inversión, la distribución del ingreso, de la inversión pública, que en este momento es significativa, el crecimiento, tenemos tres años y medio creciendo, eso dice mucho (…) las medidas se están analizando porque son de carácter estructural y monetario". Esto suena técnicamente razonable, si se considera que entre enero y mayo del 2007, los precios han un alza acumulada del 5,9%, que proyectado representaría que para el 2007 la inflación cerrará en torno al 20%, distante a la meta inicial fijada por el Ejecutivo y que el Banco Central mantiene sostiene que se mantiene como meta: 12% (Parra, 2007).
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petroleros del país) parece estar estrechamente ligada a la inflación en
Venezuela.
I.3. FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
Con base en el escenario anteriormente caracterizado, la investigación
propuesta persigue, entre otros fines, intentar responder a la interrogante
siguiente: ¿Cómo influyen las variaciones de los ingresos petroleros sobre
los índices de inflación de Venezuela, específicamente durante el período
1999-2005?
I.4. OBJETIVO GENERAL
Con base en la anterior argumentación, para dar respuesta a esta última
interrogante, el presente trabajo persigue como principal objetivo:
Analizar los efectos de los ingresos petroleros sobre los indicadores de
inflación de Venezuela, durante el período 1999-2005.
Para alcanzarlo, se han delineado los siguientes:
I.5. Objetivos Específicos
Describir las distintas políticas económicas instrumentadas en
Venezuela durante el período 1999-2005, así como sus efectos sobre
las principales variables macroeconómicas del país.
Analizar el comportamiento de los ingresos petroleros y sus efectos
sobre la inflación en Venezuela en el período 1999-2005.
Estudiar el comportamiento Producto Interno Bruto (PIB) y su
influencia sobre la inflación en Venezuela en el citado período.
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Analizar la influencia de los cambios ocurridos en otras variables
macroeconómicas seleccionadas sobre los niveles de inflación en el
caso venezolano, con énfasis en el periodo en estudio.
I.6. JUSTIFICACIÓN
Las tendencias actuales en la política económica de los países occidentales
es situar a la lucha contra la inflación como el objetivo prioritario al que
quedan subordinados todos los demás. Es el caso de Venezuela, como lo es
también el de Colombia, por citar algún país latinoamericano. En este último
país la política monetaria se ha trazado en los últimos años la defensa de la
estabilidad de los precios (Zavarce, 2002). Por otra parte, mensualmente los
medios de comunicación en estos países ofrecen grandes titulares con los
datos más recientes de inflación. Esos datos determinan a su vez la revisión
de los convenios laborales colectivos, de las pensiones de jubilación, así
como una variedad de acuerdos contractuales entre los agentes económicos
de las economías nacionales.
La inflación está en todos los niveles de la vida de los individuos y es un
problema que se refleja al nivel mundial, que cada día aqueja a más países
con su consecuente declive de calidad de vida. En palabras de Braumann
(2004), las altas tasas de inflación constituyen un poderoso agente de
redistribución. Pueden reducir el valor real de una deuda o de ganancias
impositivas. Adicionalmente, pueden empobrecer grandes segmentos de la
población al corroer sus ganancias. Ejemplos recientes de ello ha sido lo
sucedido en países como Bolivia, Brasil, Ghana y México. Este ha sido, en
las últimas décadas, un fenómeno que se ha palpado con toda su fuerza
también en Venezuela.
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Por otro lado, en ciertas economías la aversión hacia la inflación por parte
de algunos sectores económicos también puede afectar la estabilidad de los
precios. Posen (1995, citado por Arreaza y Pedauga, 2006) sostiene que la
oposición del sector financiero a la inflación en realidad lo que hace es
ejercer presión sobre el banco central para adoptar, de manera consistente,
políticas anti-inflacionarias. En consecuencia, la presencia de un gran sector
financiero desarrollado puede dar como resultado tasas de inflación más
bajas.
Según estos autores (Arreaza y Pedauga, 2006: 8-9), “(…) otros estudios se
han centrado en el impacto de variables políticas de la inflación. La idea (…)
es que la inestabilidad política puede conducir a frecuentes cambios de
gabinetes acortando así el horizonte de los que diseñan las políticas. Esto a
su vez puede agravar el problema de la inconsistencia dinámica, creando
incentivos para que los políticos se concentren más en objetivos de corto
plazo que pudieran implicar frecuentes modificaciones en políticas
macroeconómicas que finalmente se traduzcan en tasas de inflación más
altas e inestables”.
En palabras de Edwards y Tabellini (1991, citados por Arreaza y Pedauga,
2006), la inestabilidad y polarización políticas pueden explicar las diferencias
que existen en varios países en cuanto a inflación, en tanto que la visión
tributaria óptima no parece ser tan importante en los países en desarrollo.
Cukierman, Edwards y Tabellini (1992, en Arreaza y Pedauga, 2006) opinan
que la inestabilidad política produce tasas de inflación y señoreaje más altos
en una muestra mayor de países. Más recientemente destacan los hallazgos
de Aisen y Veiga (2003, citados por Arreaza y Pedauga, 2006), quienes han
señalado que la inestabilidad política está asociada tanto a una mayor
inflación como a una mayor volatilidad. Sin embargo no sólo la inestabilidad
20
política afecta los resultados de las políticas. Las políticas variables y las
instituciones que hay detrás ellas pueden también tener un impacto sobre la
calidad y los resultados de las políticas. Así, por ejemplo, frecuentes
cambios de gabinete se traducen en políticas públicas inestables en la
medida en que el marco institucional de cuentas y balances lo permita.
De la anterior exposición queda claro que entender cómo afecta el ingreso
petrolero a la economía del país, en especial a la inflación, constituye el
punto de partida en el camino hacia la solución de este problema que aqueja
a los venezolanos.
Al estudiar los índices de precios al consumidor correspondientes al caso
venezolano y hacer comparaciones con los ciclos de altos ingresos
petroleros, es posible establecer qué tipo de relación existe entre ellos y
desentrañar qué tipo de soluciones se pueden encontrar más allá de
políticas contractivas o expansivas del BCV. A partir de estas
consideraciones se intentará construir una visión de lo que realmente ocurre
al venezolano al realizar sus compras, cuando cada día regresa con menos
artículos a su casa y por lo tanto se le dificulta conservar su calidad de vida
y su poder adquisitivo, todo ello a pesar de los aumentos de sueldos
periódicos y de que se percata que los precios del petróleo han retomado
desde 1998 una senda creciente.
No parece haber una salida fácil al problema de la inflación. Aunado a esto
los precios del petróleo parece que no experimentarán una disminución
importante -al menos en el corto plazo-, lo que seguirá proveyendo de un
caudal de ingentes ingresos petroleros. Es menester, por lo tanto, conseguir
un balance que ayude a canalizar el gran volumen de ingresos petroleros
21
que recibe la nación y convertirlos en beneficio para toda la población. De lo
contrario, sin un manejo adecuado de estos ingresos, sólo se hará estallar la
economía con una inflación inmanejable y el total deterioro de otros
indicadores económicos.
Ante este panorama resulta necesario indagar y estudiar a fondo de qué
manera influye la variable de los ingresos petroleros sobre la inflación en el
país, con el fin de proponer políticas acertadas y de fácil implementación al
momento de las coyunturas de variaciones en los ingresos del país,
principalmente los petroleros. Este trabajo apoyará este objetivo mediante la
compilación de investigaciones de diferentes autores en torno a este tema.
22
CAPÍTULO II
ASPECTOS METODOLÓGICOS II.1. Diseño de la Investigación
El presente trabajo de investigación se enmarca en el ámbito de la
investigación descriptiva, por cuanto su objetivo central es la descripción o
caracterización de un evento de estudio dentro de un contexto, a fin de
ampliar y profundizar el conocimiento de su naturaleza (en el caso que aquí
ocupa, del fenómeno de la inflación). Este proyecto se justifica como
descriptivo, debido a que busca establecer una relación entre las variables
de estudio a través de la recopilación de información disponible acerca de la
materia. Según su propósito será además una investigación del tipo
aplicada, ya que se dirige fundamentalmente al planteamiento de posibles
soluciones al problema.
El estudio realizado corresponde también a una investigación del tipo
analítica. De acuerdo con Hurtado (2000), “la investigación analítica incluye
tanto el análisis como la síntesis. Analizar, desde las definiciones que se han
manejado convencionalmente, significa desintegrar o descomponer una
totalidad en sus partes, para estudiar de forma intensiva cada uno de sus
elementos y las relaciones de éstos elementos entre sí y con la totalidad, a
fin de comprender la naturaleza del evento”. A partir de esta definición se
desprende que el propósito fundamental en el caso que aquí ocupa es, a
partir del análisis, el de escudriñar en los estudios precedentes acerca de la
relación ingresos petroleros-inflación, con el fin último de proponer medidas
que puedan coadyuvar a atenuar los efectos no deseados de los shocks
petroleros sobre la inflación en el país.
Según las fuentes a utilizar es un trabajo documental, debido a que se
analizan solamente textos u otras fuentes documentales (Hurtado y Toro,
1998). Se toman de elementos que han recopilado la información de
23
terceros, a saber, textos, revistas científicas, documentos, artículos de
prensa, al igual que recursos multimedia, archivos digitalizados bases de
datos en Internet, entre otras.
La investigación documental es un proceso basado en la búsqueda,
recuperación, análisis, crítica e interpretación de datos secundarios, es
decir, los obtenidos y registrados por otros investigadores en fuentes
documentales: impresas, audiovisuales o electrónicas. Como en toda
investigación, el propósito de este diseño es el aporte de nuevos
conocimientos (Arias, 2006).
El estudio corresponde igualmente a la categoría de investigación
explicativa, por estar orientada al estudio de un problema -la inflación- con el
fin de ampliar y profundizar el conocimiento de la naturaleza y causas del
este fenómeno en el país, fundamentada principalmente en fuentes
bibliográficas y documentales. Esto último la ubica en consecuencia dentro
de la categoría de investigación no experimental. En ella se han empleado
fuentes secundarias, generalmente correspondientes a libros, artículos en
revistas electrónicas o impresas y otras documentaciones en formato
electrónico, con el fin de identificar los estudios previos que han versado
sobre la relación ingresos petroleros-inflación, tanto a nivel nacional como
internacional.
Según su alcance temporal será un estudio del tipo transeccional. En ella se
analiza la evolución de una situación en un período determinado, en este
caso se trata de un período de siete años en la economía venezolana.
II.2. Técnicas e Instrumentos de recolección de información a) Técnicas específicas empleadas en la investigación
24
El trabajo se valió del arqueo de fuentes bibliográficas y hemerográficas, así
como de la consulta de fuentes vivas. Este último elemento se utilizó a los
fines de contrastar los principales hallazgos derivados de la revisión
bibliográfica con las percepciones y posiciones de algunos
macroeconomistas en relación con la inflación en Venezuela.
b) Instrumentos
Luego de la revisión bibliográfica se realizaron fichas técnicas para la
facilitar la identificación de información clave para la investigación. La
información así obtenida fue analizada y compilada, para su posterior
contraste con los hallazgos derivados del análisis gráfico. En esta etapa se
contrastaron datos relativos al comportamiento de los principales
indicadores del nivel general de precios y de la actividad económica en
Venezuela, con el fin estudiar la relación subyacente entre ambas variables
y la incidencia de la segunda como variable explicatorio de los cambios
ocurridos en la primera.
c) Técnicas generales de procesamiento y análisis de la información Análisis: consiste en descomponer el todo en sus partes integrantes. Para
el caso del presente estudio consistió en descomponer en partes los textos
escogidos previamente. Igualmente se efectuó el análisis de una serie de
variables macroeconómicas, publicadas en línea o en fuentes documentales
por parte del Banco Central de Venezuela y otros entes oficiales, ordenados
mediante tablas y cuadros. De los análisis así efectuados se realizó a
posteriori un resumen, que consiste en exponer en pocas palabras lo que ha
sido presentado en forma mas extensa, ponderando la información que se
consideró útil par la finalidad del trabajo. Por último se llevó a cabo un
proceso de Síntesis, que es un método de demostración que procede de los
principios a las consecuencias y suele considerarse como la operación
inversa del análisis. En este estudio se sintetizó la información cuando ésta
25
era muy extensa, para su manejo más efectivo a los fines de la
investigación.
Adicionalmente, en la última sección del cuerpo del trabajo se emplea en
análisis gráfico, como herramienta de estudio comparativo. Se representa el
comportamiento de pares de variables de una serie de indicadores
macroeconómicos seleccionados de la economía venezolana para el
período en estudio, vis a vis, con el fin de analizar el comportamiento
conjunto de pares de variables e identificar así las correlaciones existentes
entre ellas.
26
CAPÍTULO III
MARCO TEÓRICO III.1. Antecedentes de la investigación
Para el presente estudio se consultaron diversos trabajos realizados por una
variedad de autores y de enfoques. Por citar algunos puede mencionarse el
estudio titulado “La inflación y sus medidas” (Vielma M., 2001). El propósito
de esta investigación fue fundamentalmente didáctico y no pretendía
explicar las causas estructurales del proceso inflacionario ni de sus
consecuencias. Se usaron como ejemplos el Índice de Precios al
Consumidor (IPC) tanto de la ciudad de Caracas, calculado por el Banco
Central de Venezuela (BCV) y de la ciudad de Mérida, que calcula el
Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Los Andes, en la
Sección de Análisis y Apoyo Cuantitativo. En este trabajo se demostró como
calcular la inflación acumulada en Mérida para el año 1999, con respecto a
la de la ciudad de Caracas. Su utilidad para este trabajo radica en la
demostración de la utilización de los índices en estudios comparativos.
Destaca también el trabajo denominado “Una aproximación a la explicación
del Fenómeno inflacionario venezolano a Partir de los ajustes ortodoxos, y
sus Relaciones con la inversión durante las Últimas dos décadas” (Anido R.,
2003). En éste se detalla una revisión teórico-práctica acerca de la inflación
en Venezuela, comparando las diferentes teorías explicativas
(Estructuralista, Monetarista y keynesiana) a una serie de datos temporales.
Éstos fueron tomados en forma mensual para el período comprendido entre
enero de 1989 y abril de 1995, con un total de 75 observaciones (caso del
modelo de inflación). Los principales hallazgos permitieron observar la
tendencia decreciente de la inversión durante el lapso en estudio,
caracterizado por la persistencia de altos niveles de inflación, de presiones
sobre el tipo de cambio y de contracción de la actividad económica. Era,
27
ante todo, un fenómeno de espiral que, lejos de detenerse, parecía
retroalimentarse. Este trabajo aporta la visión de el fenómeno inflacionario
desde la perspectiva de varios ajustes, a partir de los cuales se podrá dar
pié a la investigación actual.
Otro estudio relacionado con el tema fue el “La renta petrolera y el
crecimiento económico de Venezuela” Análisis del período 1913-1995
(Schliesser y Silva, 2000), en el cual se analizó el crecimiento económico de
Venezuela entre 1913 y 1995. Para ello, en la primera sección los autores
realizaron un breve análisis del crecimiento económico al nivel mundial y de
algunas influencias causales que determinaron su trayectoria. Todo esto con
el fin de resaltar los elementos comunes y específicos que ha tenido el
crecimiento del ingreso por habitante de Venezuela respecto a las distintas
regiones y países. Como aporte a la actual investigación se tomó la
compilación de explicaciones de los conceptos básicos que deben
entenderse para comprender los aspectos que influyen en la economía
venezolana. III.2. Fundamentos teóricos a) El concepto de Inflación
En términos directos, el concepto más sucinto y claro es el de Dournbush y
Fisher (1990): “la inflación es el aumento sustancial y sostenido en el nivel
general de precios”. De esta manera la inflación puede definirse como el
incremento continuo en el tiempo que se registra en los precios de todos los
bienes y servicios. Al incluir el elemento tiempo lo que implica es que se
compara, en los períodos sucesivos, la forma en que están variando los
precios en relación con un momento especificado al que se denomina base.
El indicador utilizado suele ser IPC (índice de precios al consumidor), el cual
resume el comportamiento, en alzas y disminuciones, de los diferentes
artículos y servicios en él incluidos (Vielma, 2001).
28
b) Medidas de la inflación
El IPC o Índice de Precios al Consumidor es un indicador estadístico que
tiene como objetivo medir el cambio promedio en un período determinado,
en los precios a nivel del consumidor de una lista de bienes y servicios
representativos del consumo familiar, con respecto al nivel de precios
vigente para el año escogido como base. Como ha sido tradicional en
Venezuela y como es norma en todos los países del mundo, el cálculo del
IPC se basa en la fórmula denominada Laspeyres, que consiste
básicamente en comparar los precios mensuales de una canasta de bienes
y servicios que se mantiene fija durante el período de vida útil del índice, con
respecto a los precios de esos mismos artículos en el año base (Sanabria y
Lemus, 2002).
El IPC constituye el indicador más utilizado para medir la inflación. Mide el
costo de una cesta de mercado de bienes y servicios de consumo, tales
como, alimentos, ropa, alquileres, combustibles, transporte, asistencia
médica, matrículas escolares, artículos de limpieza, diversiones, etc., que se
adquieren periódicamente (diariamente, semanalmente, mensualmente). De
esta manera, a cada uno de los precios de los bienes y servicios
seleccionados se les asigna un peso fijo proporcional a la importancia
relativa que tiene en el presupuesto de gasto de los consumidores.
Otro indicador es el Índice de costo de vida (ICV). Éste, además de las
variaciones registradas en los precios al detal como lo hace el IPC, refleja
también los cambios producidos por en los patrones de consumo familiar.
Con este índice se puede determinar de alguna forma el grado de
satisfacción personal, cuya cuantificación es de gran complejidad
metodológica. Asimismo, requiere la actualización constante de los patrones
de consumo familiar.
29
Un tercer indicador de inflación es el Índice de Precios al por Mayor (IPM).
Se calcula de la misma forma que el IPC, teniendo en cuenta que los precios
son los que se refieren a los productos vendidos al mayoreo. Cuando el
crecimiento del IPM es mayor que el crecimiento del IPC se está en
presencia de presiones sobre la inflación, medida por este último indicador.
Esta diferencia entre ambos índices se produce por la contracción de la
demanda generada por crisis económicas, que no permite trasladar el valor
de los productos al mercado minorista, pues los consumidores reducirían
sus compras, afectando en consecuencia aún más las ventas al por mayor.
Evidencia empírica de estas situaciones es lo sucedido en Venezuela
Sin embargo, en el mediano plazo, los mayoristas empiezan a trasladar los
costos a los minoristas, para alcanzar nuevamente los márgenes de
ganancia perdidos y, en algunos casos, para reducir pérdidas en sus
actividades. Los economistas consideran que cuando esto ocurre la inflación
medida por medio del IPM se considera como inflación latente.
A pesar de la utilidad de los indicadores de inflación basada en números
índices, éstos tienen algunos problemas que se presentan sucintamente a
continuación.
c) Problemas relacionados con el empleo de números índices:
La escogencia del período base: debe ser un año “normal”, es
decir, donde no hayan ocurrido mayores variaciones en las variables
clave de la economía.
30
Se trata de ponderaciones fijas: se sobrestima el verdadero costo
de vida cuando los consumidores sustituyen los bienes relativamente
caros por otros relativamente baratos6.
En ocasiones no recogen exactamente los cambios de la calidad
de vida. Ejemplo: cuando mejora la calidad de los productos.
d) Tipologías de Inflación
Una manera de clasificar la inflación es la que se realiza a partir del número
de dígitos que tiene el valor conseguido al calcular la variación del IPC (u
otro indicador en el que se base su medición). Así, si los valores de las tasas
de inflación son de: i) un dígito, que se trata de Inflación Moderada, siempre
y cuando esté cerca de los dos dígitos; podría considerarse así a partir de
6%, pues inferior a ésta es considera inflación por algunos autores; ii) de dos
dígitos, que también se conoce como Inflación Galopante, cuando ésta
comienza a elevarse vertiginosamente; y iii) de tres dígitos, o Hiperinflación,
cuando el público se esfuerza por no guardar dinero en su poder, debido al
alza violenta y continua de los precios. Estos mismos criterios se manejan
en la siguiente clasificación.
e) Grados de Inflación La anterior clasificación, basada en la magnitud de
la variación de los precios, suele acomodarse en la teoría económica para
establecer las distintas categorías de la inflación, a saber:
6 En la última revisión de la base de cálculo del BCV (a partir de las Encuestas de Presupuestos Familiares levantadas durante el bienio 1997-1998), por ejemplo, el grupo Alimentos y Bebidas no Alcohólicas (primero de los 13 que sustituyen a los 4 que había en el IPC base 1984), tiene una ponderación cercana al 28%. Ésta evidentemente corresponde a una ponderación promedio, pero que no resulta muy adecuada cuando se consideran estratos de población de los niveles más bajos. Además, tampoco resulta representativa en situaciones de deterioro de la renta de los hogares, como por ejemplo lo ocurrido durante los años 2002 y 2003, las evidencias empíricas dan cuenta de que el gasto asignado a esta categoría de bienes suele aumentar en términos relativos (Ley de Ángel). Para mayores detalles al respecto, ver Anido, Orlandoni y Quintero (2005), “Estudio del consumo a partir de las encuestas de presupuestos familiares, 1967-2005. El caso de la ciudad de Mérida (Venezuela)”, Agroalimentaria Nº 20 (enero-junio): 15-41.
31
Inflación moderada: ocurre cuando los precios suben lentamente.
En esta categoría se incluyen las tasas anuales de inflación de un
dígito. En esta situación el público confía en el dinero y está dispuesto
a mantenerlo en efectivo o en el banco porque su valor no se
deprecia rápidamente.
Inflación galopante: se produce cuando los precios empiezan a
subir a tasa de dos o tres dígitos al año. Cuando la inflación
galopante se mantiene, surgen graves distorsiones económicas: la
economía se dolariza (como ocurrió recientemente en Ecuador),
aparecen tasas de interés reales negativas, el público evita tener en
efectivo más del mínimo necesario, la población acapara bienes,
aumenta la demanda de viviendas y no se presta dinero a bajos tipos
de interés nominales.
Hiperinflación: existe hiperinflación cuando las tasas anuales
superan los tres dígitos. En Alemania, por ejemplo, en 1923 la tasa de
inflación llegó a ser de un billón por ciento. En estos casos la mayoría
de las personas tienden a acaparar cosas y a tratar de deshacerse
del dinero. Se pueden producir situaciones de trueque. La velocidad
de circulación del dinero aumenta enormemente. Los salarios reales
disminuyen mucho. La distribución del ingreso y de la riqueza se hace
mucho más injusta. La hiperinflación no es un caso muy común: en
las cuatro últimas décadas sólo se han presentado algunos pocos
casos; en 1985, por ejemplo, se registró una inflación de 12.000% en
Bolivia. Otros ejemplos son el de México, en donde la inflación
durante el periodo presidencial de Miguel de la Madrid (1982-1988)
alcanzó más del 3.700%; o el del Perú, durante el primer mandato de
Alan García (1985-1990), cuando este país alcanzó cifras superiores
al 2.700%. Más recientemente destaca el caso de Zimbabwe, con una
tasa del orden del 1.000% (Toro Hardy, 2007).
32
f) El papel del déficit fiscal en la inflación
Los gastos del gobierno pueden ser o no inflacionarios. Los resultados
macroeconómicos de una estrategia fiscal dependen de su estructura de
financiamiento. Impuestos, privatizaciones, depreciación del tipo de cambio
y emisiones de deuda interna y/o externa aparecen como mecanismos
tradicionales de financiamiento. Los impuestos son utilizados para cerrar
brechas fiscales mediante una disminución del ingreso disponible de la
sociedad. Las privatizaciones, por su parte, representan la venta de un
activo para generar un flujo, el cual financiará el déficit fiscal. De hecho, las
privatizaciones son un mecanismo de financiamiento de una sola vez. Las
emisiones de deuda pública (doméstica y/o externa) tratan de financiar un
gasto presente a costa de un gasto futuro. Por último, la depreciación del
tipo de cambio como mecanismo de financiamiento puede ser únicamente
utilizado en países en los que el sector público es el sector exportador neto
de la economía.
Los desarreglos fiscales comienzan a presentarse en la economía
venezolana a partir de mediados de la década de los años ochenta (Moreno
1996), en tanto que la inflación sostenida en la magnitud de dos dígitos se
remonta a finales de la década de los años setenta. Si bien los desarreglos
fiscales se hacen más o menos crónicos desde mediados de los años
ochenta, estos contribuyen al proceso inflacionario como medios de
propagación y amplificación. No es casual que la situación de crisis de las
finanzas públicas se presente como un hecho sistemático en economías
fuertemente inflacionarias y recesivas. Frente a tal situación los gobiernos
usualmente acuden a ciertas medidas discrecionales de ajuste y/o a los
mecanismos de financiamiento. El aumento de la tributación indirecta ha
quedado como una de las pocas opciones para intentar restituir los
33
menguados ingresos, no obstante, esa opción está limitada por el impacto
recesivo e inflacionario que genera. En países donde los procesos de
reforma tributaria se han consolidado, las opciones frente a una crisis fiscal
obligan a intentar el cierre fiscal reduciendo la corriente no-inercial del gasto;
es decir, el gasto de inversión, ó en su defecto acudiendo a las fuentes
disponibles de financiamiento. Estas fuentes en economías altamente
endeudadas, sin acceso al crédito externo y sin posibilidades internas de
financiamiento, se reducen a la compra de títulos públicos por parte de la
autoridad monetaria, en cuyo caso la pérdida de saldos reales y el impuesto
inflacionario es inevitable. En Venezuela la opción de la devaluación o
impuesto cambiario parece haber sido la habitualmente usada por el
gobierno, fundamentalmente porque en teoría le permite en forma simple la
consecución de dos objetivos: el equilibrio externo y el equilibrio fiscal. Con
la sólo excepción del episodio de la crisis financiera del año 94, el déficit
fiscal parece ser inflacionario en aquellos casos en el gobierno ha acudido al
impuesto cambiario como fuente de financiamiento. La vulnerabilidad
externa comienza a operar a partir de la crisis de la deuda, momento en el
cual los ajustes cambiarios se constituyen en el mecanismo clásico de
presión sobre los precios. El problema del déficit público subsiste por los
efectos directos e indirectos que tiene el ajuste cambiario sobre el mismo.
Una correcta estrategia anti-inflacionaria debe atender tanto los mecanismos
impulsores como los mecanismos propagadores, pero para hacerlo es
preciso emprender una instrumentación orgánica de ciertas medidas que
propicien una desindexación gradual del tipo de cambio, acompañada de
medidas de largo aliento que dinamicen las exportaciones, de una profunda
reforma del sector público que rompa el círculo devaluación-inflación, y de
una política de ingresos bien concebida (Vera, 1997).
La relación entre ajuste cambiario e inflación, entre inflación y déficit fiscal y
entre déficit fiscal e inflación, pudiera llevar a muchos a pensar que para
34
romper el círculo vicioso, el anclaje cambiario del tipo de cambio surge como
la solución más simple. En realidad muchos observadores ven en el uso de
las tasas de cambio, como ancla nominal, y en el regreso al tipo de cambio
fijo, la solución final al problema inflacionario. Existen, sin embargo,
problemas propios de este instrumento que se verán influenciados por las
características mismas de la economía del país para un momento
determinado, y es que en política fiscal no hay una receta rígida que pueda
ser aplicada a ciegas y mucho menos que garantice el éxito si no se estudia
cada uno de los riesgos implicados para cada instrumentos que se aplique.
g) Causas de la inflación: algunas explicaciones de aceptación general g.1.) La inflación por costos o empuje de costos
La inflación por costos tiene lugar cuando los salarios y otros costos se
elevan y se trasladan a los consumidores en forma de mayores precios.
Algunos autores le atribuyen el aumento de los precios a la presión que
ejercen los sindicatos. Cuando éstos son muy poderosos pueden llegar a
imponer aumentos salariales que no se corresponden con los niveles de
productividad de los trabajadores, como ocurre cuando el gobierno decreta
un aumento general de sueldos y salarios. Esta situación también atenta
contra el ingreso de nuevos trabajadores.
La inflación de costos puede originarse también por incrementos en los
costos no vinculados a los salarios. Así ocurrió en los países importadores
de petróleo, cuando este producto experimentó un aumento de sus precios
en 1973.
g.2) La inflación por demanda o por tirón de la demanda:
En este caso se parte del supuesto de que la economía funciona bajo
condiciones de pleno empleo, en la cual el gasto total es suficiente para
absorber toda la producción. Si bajo tales circunstancias llegara a surgir una
35
mejora en las expectativas empresariales, provocando un crecimiento de la
demanda de inversión, se produciría un aumento de la demanda agregada,
dando lugar a una situación de exceso de demanda.
Cualquiera que sea el origen de este exceso de demanda (aumentos en la
inversión, en el gasto público o del dinero circulante), si la demanda
agregada aumenta rápidamente y supera la capacidad productiva de la
economía, los precios comenzarán a subir cada vez más rápidamente.
Como es de suponer, este proceso va acompañado de un incremento en la
oferta monetaria.
Como las empresas se estimulan por mayores perspectivas de ganancias
derivadas del aumento de la demanda de los bienes que producen, estarán
dispuestas a aumentar su producción, para lo cual tendrán que incrementar
la demanda de trabajadores. Como se había supuesto que el mercado
funcionaba bajo condiciones de pleno empleo, se incrementarán los salarios,
siempre que se produzca simultáneamente un incremento de la oferta
monetaria. En este caso, la causa de la inflación radica en que la demanda
en términos monetarios llega a ser mayor que la limitada oferta de bienes y
servicios existente.
Una situación de esta naturaleza pudiera dar lugar a una secuencia
inflacionaria sin fin, es decir, a una espiral inflacionaria precios-salarios-
precios. Este proceso sólo podría detenerse eliminando el exceso de
demanda y esto sólo puede ocurrir si cae la demanda real, si aumenta la
producción o la productividad o si se produce una combinación de las tres
condiciones. Algunos actores que pueden incrementar la demanda son: i) el
crecimiento de la oferta monetaria; ii) el incremento de los gastos del
gobierno; iii) el crecimiento de exportaciones netas, iv) el incremento del
consumo o la inversión; y v) la disminución de un impuesto. Esta última
36
causal ha sido aludida por el gobierno, ante la reducción de la alícuota del
IVA del 16 al 14% en marzo del 2007, como la principal causa del repunte
inflacionario ocurrido en este mes en Venezuela.
g.3) La inflación mixta
En la práctica, frecuentemente se producen situaciones en las que coexisten
condiciones de inflación de demanda e inflación por costos. De hecho,
ambos tipos pueden influenciarse recíprocamente. En otras palabras, es
muy probable que las situaciones de inflación generadas por factores de
demanda, generen algunas influencias en los costos y viceversa.
g.4) La inflación tendencial o inercial
La inflación tiene carácter tendencial cuando los agentes que intervienen en
el proceso económico esperan que los precios se comporten de una manera
determinada. Cuando esto sucede, la tasa de inflación se incorpora tanto a
los contratos como a los acuerdos informales. Por ello también se le llama
esperada o inercial. Este tipo de inflación tiende a mantenerse, a menos que
ocurran fenómenos que alteren las previsiones económicas. Además,
debido al carácter esperado de este tipo de inflación, adquiere cualidades
positivas cuando los precios crecen moderadamente, ya que permite fijar un
marco de referencia dentro del cual se desenvolverán las actividades
económicas.
Cuando los precios aumentan en forma acelerada, el carácter tendencial de
la inflación puede llegar a convertirse en una causa más que alimenta el
proceso inflacionario, lo que hace difícil frenarlo.
g.5) La teoría monetarista de la inflación
Según este enfoque la inflación sólo existe porque hay un exceso de
crecimiento de la oferta monetaria, financiado por las presiones originadas
37
por cualquiera de los fenómenos anteriores. Los Monetaristas establecen
una relación entre el dinero y la inflación, en la que argumentan que la
cantidad de dinero es el determinante fundamental del nivel de precios y de
la actividad económica; que el crecimiento excesivo del dinero es
responsable de la inflación y que su crecimiento inestable lo es de las
fluctuaciones económicas.
Una manera de justipreciar al monetarismo es la utilizada por Toro Hardy
(2007), quien rescata la conceptualización que el propio Milton Friedman
hacía: “La causa más próxima de la inflación (…) es siempre y en todas
partes la misma: un incremento demasiado rápido de la cantidad de dinero
en circulación con respecto a la producción". Sigue además el autor
señalando que, “en Venezuela, esta es precisamente la causa de la
inflación. Gracias a un crecimiento desbordado del gasto público, que en el
2006 se ubicó en cerca del 65%, la cantidad de dinero que circula en la
economía ha crecido de manera vertiginosa, ubicándose actualmente en
una cifra del orden de los 117 billones de bolívares. A su vez, el aparato
productivo, intimidado por políticas económicas que no hacen otra cosa que
sembrar desconfianza, ha sido incapaz de responder con aumentos en los
niveles de producción”.
Esta relación entre la cantidad de dinero en una economía y el nivel de
precios se recoge en la “Teoría Cuantitativa del dinero”, que se expresa
mediante la identidad conocida como la “Ecuación de Fischer” que formuló
Irving Fischer a principios del siglo XX. Según su formulación matemática la
oferta monetaria M, multiplicada por la velocidad de circulación del dinero V,
es igual al producto de las transacciones realizadas T, por el precio de los
bienes P, es decir:
M * V = T * P
38
Esta es una identidad, porque el lado izquierdo mide el valor total del dinero
por transacciones realizadas en un período, multiplicadas por el número de
veces que ha circulado a lo largo de la de la economía financiando
transacciones; por el lado derecho mide el valor en dinero de las mercancías
vendidas. Se ha supuesto para ella:
a) Que T es constante, porque la economía funciona a pleno empleo y
permanecerá siempre así,
b) que V es constante, siendo determinada por ciertas características
institucionales de la economía.
Escribiéndose de nuevo la anterior identidad como la ecuación, se obtiene
que:
VVTM *
En donde el cociente T/V es una constante, que implica que los cambios en
las existencias de moneda están asociados con cambios proporcionales
ocurridos en el nivel de precios. Esta relación es el centro vital de la teoría
(Anido, 1996).
A manera de síntesis teórica se ha construido la figura Nº 1. Allí se resumen,
de manera sencilla, las distintas teorías o corrientes que se han mencionado
en esta sección como posibles explicaciones de aceptación general para el
fenómeno inflacionario. La idea es que cualquiera de las causas aducidas
por una corriente puede ser a su vez causal de otra (u otras de ellas), con lo
cual en última instancia todas en conjunto constituyen una explicación
razonable para entender la multiplicidad de variables que pueden incidir en
la dinámica del proceso inflacionario.
39
Figura Nº 1: teorías explicativas de la inflación
h) La dinámica de la renta petrolera en Venezuela
La renta es la expresión de la remuneración a los medios de producción no
producidos, por su participación en la generación del producto. De acuerdo
con Baptista (1997), en el caso de la actividad petrolera venezolana, se
origina debido al carácter público de la propiedad del recurso. Esto se debe
a que el Estado Venezolano es el propietario de cualquier yacimiento
petrolero (y minero, en general), que sea hallado en el subsuelo del territorio
de Venezuela. La renta petrolera corresponderá a aquella parte de los
ingresos totales derivados de la actividad petrolera que resulte de descontar
a éstos la ganancia “normal” que tendría cualquier empresa privada que se
dedicara a una actividad similar (luego de haber deducido sus costos de
producción). Sus raíces, al igual que las de la disputa por apropiársela entre
las empresas y el Estado, se encuentran en el periodo 1917-1936 No
40
obstante se resolvió entonces a favor de los arrendatarios, las empresas
petroleras extranjeras, dado que la correlación de fuerzas les fue favorable,
en perjuicio del propietario (el Estado venezolano). La excesiva
discrecionalidad y la concentración de poder limitaron las posibilidades de
acción de éste para transformar esa renta en capital productivo, variables
que empujarían más adelante intentos por recuperar el terreno perdido, con
posterioridad a 1936. Este proceso tendría como máxima expresión la
nacionalización de la industria en 1975 (Ramírez, 2007).
Por otro lado, la condición rentista petrolera de una sociedad capitalista
viene determinada por la captación de una renta internacional que no es otra
cosa que un ingreso obtenido a través del intercambio con otras naciones, a
cuenta de la propiedad nacional sobre unos medios de producción no
producidos. En el caso venezolano, dichos medios de producción no
producidos no son otros que los yacimientos petroleros.
La renta internacional de origen petrolero es captada por el propietario de
ese medio de producción no producido, el Estado venezolano, la que se
distribuye de acuerdo con un arreglo institucional que responde a su propia
voluntad política más que a un mecanismo económico. La distribución y
utilización final de esa renta tiene efectos determinantes sobre el aparato
productivo y por tanto sobre el desempeño económico de la nación.
En Venezuela la economía rentista ha encontrado en la sobrevaluación de la
tasa de cambio un mecanismo eficaz para la distribución doméstica de la
renta internacional, por su condición pacífica y popular. El mecanismo de
distribución vía tasa de cambio opera de la siguiente manera: el Estado,
propietario de la renta, recibe las divisas del resto del mundo que no
atienden a un esfuerzo productivo interno, razón por la cual es de su
potestad decidir su distribución. De esta manera, si la tasa de cambio real
41
está sobrevaluada, al vender las divisas el Estado entrega una mayor
capacidad de compra que la que recibe a cambio por los bolívares recibidos,
transfiriendo dicha renta. Llevando el análisis a un mayor nivel de detalle, el
Estado distribuye la renta al subvencionar la adquisición de divisas, las que
a su vez sirven para adquirir todo tipo de bienes y servicios de procedencia
importada, como de inversión, con sus implicaciones sobre la dinámica de
acumulación de capital y en el crecimiento económico del país.
Más aún, la política comercial del país sirvió para sesgar el uso definitivo de
la renta, estimulando particularmente la adquisición de bienes de capital.
Esto ocurrió, por una parte, mediante exoneraciones impositivas y menores
aranceles a las importaciones de bienes de capital; y, por la otra, mediante
cuotas y prohibiciones selectivas a la importación de bienes de consumo,
durante un largo período (particularmente en los años que siguieron al
denominado proceso de “sustitución de importaciones, también
implementado en otras naciones de América Latina a partir de la década de
1960).
Sin embargo el mecanismo de distribución a partir de la sobrevaluación de la
moneda no constituyó la única vía mediante la cual se hizo circular la renta.
El proceso de urbanización favorecido por el Estado a lo largo de la mayor
parte del siglo XX y la industrialización pública fueron mecanismos de
orientación de la renta hacia la inversión como destino final. Ejemplos
palpables han sido los casos de las grandes empresas de servicios estatales
como CADAFE y CANTV, que ofrecieron durante muchos años servicios
subsidiados (por el hecho de tratarse de empresas públicas, si no cubrían
sus costos de producción e incurrían en pérdidas, éstas eran cubiertas por la
vía presupuestaria).
42
De esta manera, los tres mecanismos básicos de distribución de la renta se
conjugaron para favorecer que su utilización se concentrara en la
acumulación de capital. El mecanismo de sobrevaluación, abaratando en
términos tanto absolutos como relativos el costo de la maquinaria y equipos
importados; la urbanización, con la inversión en infraestructura física que
ésta supuso y finalmente, la industrialización pública como la forma más
directa de inversión de la renta internacional en el desarrollo de áreas
básicas (Schliesser y Silva, 2000).
No obstante es necesario acotar que, de acuerdo con Gutiérrez (1997), el
ingreso de naturaleza rentística distorsiona en el tiempo el efecto directo y
positivo de este ingreso sobre las variables consumo e inversión. En efecto,
la renta de origen petrolero en Venezuela constituyó en un primer momento
un importante estimulador del consumo y de la inversión doméstica, al
permitir mayor capacidad de importación de bienes (tanto por el mayor
volumen de divisas que ingresaban al país como por la posibilidad de
mantener sobrevaluado el tipo de cambio, con los consiguientes precios
relativos internos inferiores a los internacionales), así como por la
redistribución de aquella renta entre la población vía salarios. Pero con el
colapso del modelo de acumulación basado en la renta petrolera a fines de
la década de 1970, cuando se acentuó la contracción de la inversión y la
capacidad de absorción internas, el efecto del ingreso rentístico parece
haberse expresado en sentido contrario sobre aquéllas variables.
El otro mecanismo de redistribución de la renta, como se ha indicado, ha
sido el de mantener tipos de cambio sobrevaluados. Durante el período
desde 1999 al 2005, objeto de estudio en el presente trabajo, el control
sobre el tipo de cambio cambió radicalmente el 5 de febrero de 2003. Se
estableció entonces un régimen de control cambiario, a través de un
convenio suscrito por el Ministerio de Finanzas, en representación del
43
Ejecutivo Nacional y el Banco Central de Venezuela, conocido como el
Convenio Cambiario Nº 1.
El control de cambio es una intervención oficial del mercado de divisas, de
tal manera que los mecanismos normales de oferta y demanda quedan total
o parcialmente fuera de operación y en su lugar se aplica una
reglamentación administrativa sobre compra y venta de divisas, que implica
generalmente un conjunto de restricciones cuantitativas y o cualitativas de la
entrada y salida de cambio extranjero (González y Maza, 1983).
El control de cambio se establece, por lo general, cuando hay dificultades
graves de balanza de pagos, a consecuencia de las cuales las divisas
disponibles son insuficientes para atender las necesidades ordinarias de la
economía. Otras veces no hay una causa específica o más bien se
presupone como una jugada de política más que una necesidad económica
(González y Maza, 1983).
La explicación esgrimida para el control de cambio implantado en Venezuela
a partir del 2003 se puede leer en la página Web de
La Comisión Nacional de Administración de Divisas, CADIVI:
“(…) La economía venezolana fue golpeada duramente y estaba al borde de un colapso comenzando el 2003, año en el que precisamente de acuerdo con las proyecciones macro-económicas, se lograría la consolidación de programas sociales destinados a mejorar la calidad de vida de toda la población. Ante esta situación, el Gobierno Nacional decidió tomar una medida económica, que se mantendrá hasta que los efectos perniciosos causados a la economía nacional, desaparezcan y se de paso al crecimiento sostenido que se intentó frustrar. El 5 de febrero, se establece así un régimen de control cambiario, tras un convenio suscrito por el Ministerio de Finanzas, en representación del Ejecutivo Nacional y el Banco Central de Venezuela.
44
Para la implementación de dicho convenio, el Presidente de la República, en Consejo de Ministros, decretó el 05 de febrero de 2003, la creación de la Comisión de Administración de Divisas, CADIVI (…)”
El control de cambio se mantiene hasta la fecha y cada vez se percibe más
rígido en sus exigencias para el otorgamiento de las divisas. Esta
circunstancia, entre otras razones, permite explicar por qué el precio de la
divisa en el mercado paralelo ha ido en aumento, con un diferencial de hasta
el 100% con respecto a la tasa de cambio oficial.
En la esfera económica del país, una de las preocupaciones vigentes del
actual gobierno de Hugo Chávez es la reducción de los niveles de inflación.
Para ello ha implementado una severa política de controles de precios7 en
los principales bienes de consumo (fundamentalmente alimentos), así como
el control de en el mercado de divisas8. No obstante lo anterior, la tendencia
en de los precios de los bienes y servicios durante los últimos años es al
alza; en buena medida se podría decir que están siendo empujados por el
costo de las importaciones, las cuales a su vez están siendo influenciadas
(en algún grado) por el mercado paralelo de divisas, a pesar de las
declaraciones oficiales en contrario. Otra de las razones de peso es la
política de empleo del gobierno, basada en dos pilares fundamentales:
7 El control de precios se estableció por el actual gobierno de Venezuela según gaceta oficial N° 37.509 del 20 de agosto de 2002. Según esta medida, a partir de la fecha es el gobierno y no el mercado el responsable de fijar los precios de más de un centenar de bienes y servicios en el país. Con estas restricciones el gobierno buscaba, en palabras del presidente Chávez, “frenar la inflación, la devaluación, la fuga de capitales y la especulación en productos de primera necesidad” (ABN, 2002). 8 El control de cambio, práctica implementada anteriormente en Venezuela por Luis Herrera Campins (en 1983) y por Rafael Caldera en su segundo mandato, se retoma el 05/02/2003, a través del Convenio antes referido y publicado en Gaceta Oficial Nº 37. 625. Según esta disposición se fijó entonces un tipo de cambio oficial de Bs. 1.596 por US$ para la compra y Bs. 1.600 por US$ para la venta. Posteriormente, en fecha 6 de febrero de 2004, se publicó en Gaceta Oficial Nº 37.874 el Convenio Cambiario Nº 2, fijándose entonces el nuevo tipo de cambio a partir de esa fecha en un Bs. 1.916 por US$ para la compra y Bs. 1.920 por US$ para la venta. Finalmente, el 2 de marzo de 2005, mediante Gaceta Oficial N° 38.138 se fija el tipo oficial vigente en Bs. 2.144,16 por US$ para la compra y Bs. 2.150,00 por US$ para la venta.
45
aumentos sostenidos del nivel nominal de salarios y prolongación
consecutiva por más de tres años de la inamovilidad laboral. Esto último se
ha institucionalizado de tal manera que, a la fecha, ya se ha promulgado una
ley que impide el despido de trabajadores en el país.
La manera como influencian los diferentes factores de la economía en la
inflación es muy variada. Sin embargo, con seguridad se puede inferir que el
control de cambio está influenciando negativamente los niveles de inflación,
ya que los precios domésticos están siendo presionados al alza, tanto por los
costos crecientes de mano de obra, de materias primas importadas y de
precios internacionales dinámicos, frente a unos precios domésticos en
muchos casos anclados artificialmente por medidas discrecionales de
política. Para paliar esta situación algunos expertos han recomendado una
mayor flexibilidad del otorgamiento de divisas, lo cual rebajaría la presión que
ejercen los demandantes no satisfechos que recurren al mercado paralelo y
que al final de la cadena transfieren sus costos al comprador reflejándose en
el IPC.
III.3) La inflación en Venezuela: perspectiva histórica y algunas explicaciones sobre su naturaleza y causas
Según Antivero y Castellanos (1980), la inflación en el país corresponde a un
fenómeno estructural. Tuvo su origen en las elevadas ganancias de las
empresas, producto de la cartelización de los mercados en la economía
venezolana. Estos autores atribuían la aceleración inflacionaria registrada
entre 1974 y 1978 a la “inflación importada”. Esto se refiere a que, en
presencia de un tipo de cambio fijo, el incremento de precios en el exterior
(producto del incremento de precios del petróleo a mediados de la década de
1970) en una economía con sesgo importador como la venezolana, se
tradujo en un incremento en el nivel general de precios domésticos.
46
En todo caso, Venezuela se debate entre esa vieja discusión sobre si la
inflación es producida por la demanda, principalmente por un excedente de
dinero o de liquidez en los mercados que empuja los precios hacia arriba o,
por el contrario, proviene de las luchas distributivas por el ingreso, en su
última expresión, entre salarios y ganancias, o en expresiones menos
esencialistas, como todas aquellas que impulsan los costos hacia arriba. El
añadido, registrado prácticamente en todos los trabajos teóricos que han
desarrollado economistas venezolanos, es que el petróleo -gracias a su
excedente captado en los mercados internacionales-, es en sí mismo es un
causante de inflación, cuando introduce en el país aquel exceso de liquidez
que se plasma a través del gasto público y los gastos de PDVSA. Todo ello
imprime al tema inflacionario en Venezuela un desafío singular: reducir la
inflación a cero es una tarea colosal, inalcanzable bajo la propia dinámica de
la economía venezolana.
Obsérvese la siguiente secuencia del ciclo renta-inflación en el país: se
vende el crudo venezolano en el exterior y, gracias a su ventaja competitiva,
se atraen fuertes inversiones para explotarlo a futuro. El resultado es una
masa de dinero que, agregada al gasto ordinario que realiza PDVSA, a sus
inversiones, a las que transfiere al fisco nacional y éste distribuye, ocasionan
un excedente de dinero nada despreciable, que no es producido en el país y
que presiona del lado de la demanda los precios al alza. Por otra parte se
tiene en el país un Banco Central muy debilitado en su autonomía de acción,
que 'persigue' y lo viene haciendo hace unos cuantos años, ese excedente
para frenar la expansión de liquidez, mediante una serie de instrumentos
monetarios. Pero su actuación no es suficiente. La velocidad de actuación del
Gobierno y de PDVSA es mayor que la del Banco Central. Finalmente se
tiene un país con un exagerado rezago en la actualización de los precios,
principalmente de los salarios y de los servicios públicos.
47
Al escenario anterior habría todavía que agregar que recientemente, por
razones políticas, se acaba de posponer una vez más el aumento en las
tarifas eléctricas, poniendo en una delicada situación las inversiones
requeridas para la generación eléctrica. Además, durante tres o cuatro
meses se estuvo “negociando” entre los sindicatos y el gobierno la fijación de
un nuevo salario mínimo, para equiparar medianamente la pérdida de poder
de compra de la gente de ingresos más bajos. Finalmente había que agregar
inmenso rezago que tiene el Estado venezolano (heredada de gobiernos
anteriores y la suya propia) en la cancelación de diversas deudas. La suma
de todos estos factores, que pueden sintetizarse en excedentes de liquidez
que entrarán en el circulante más temprano que tarde; un Banco Central con
cuestionada autonomía e independencia, aunado a los serios rezagos en los
salarios y los costos de los servicios hacen de la lucha contra la inflación en
Venezuela, algo bastante complejo y cuyo ataque aparenta varios frentes
simultáneos. El propósito todos los gobiernos a partir de 1983 de enfrentarla
permanentemente es loable, pero habría que evaluar los medios (Ross,
1998).
De acuerdo con Dorta et al. (2002), entre 1951 y el 2001 (es decir, durante el
último medio siglo), se pueden apreciar tres grandes episodios de inflación
en Venezuela, relacionada ésta con el comportamiento del PIB a lo largo del
mismo (Cuadro Nº 1). Cada uno de estos episodios o rangos claramente
diferenciados, con sus respectivas caracterizaciones, se explicita a
continuación:
De estabilidad de precios, durante el lapso 1951-1973. Se registraron
en estos años las tasas de inflación promedio más bajas del mundo
(del 1,6%), a la par que se tenía en el país una importante tasa de
crecimiento del PIB (igual al 5,7%). De acuerdo con aquéllos autores,
este lapso se caracterizo así mismo por una gestión fiscal fue
48
disciplinada, considerando que el déficit fiscal no superó el 1,5% como
porcentaje del PIB; tampoco hubo nunca una situación deficitaria tres
años consecutivos, si bien el régimen cambiario prevaleciente era el
tipo de cambio fijo. Se puede decir que durante este período la gestión
fiscal fue el ancla de precios.
De inflación moderada, durante el lapso 1974-1978: la inflación
promedio anual pasó a ser del 8,4%, mientras que el crecimiento
promedio se redujo a 4% como promedio anual. Durante el mismo
hubo controles masivos de precios y salarios, al tiempo que se
implementó una política de subsidios directos e indirectos. Ambas
políticas, si bien resultaron insostenibles en el tiempo debido a la
acumulación de distorsiones producidas en el mercado laboral, de
bienes y en el sector externo, hicieron posible que en estos años el
crecimiento de los precios fuera menor al que podría resultar por las
fuertes presiones de demanda producto de políticas fiscal y monetaria
expansivas. El instrumento empleado para el control de la inflación
fueron los controles de precios y los subsidios, dada la abundancia de
recursos fiscales. Y por último,
De inflación alta, durante el lapso 1979-2001: en éste la inflación
promedio fue del 32,6%, en tanto que el ritmo de actividad económica
crecía al 1,3% como promedio interanual. Entre 1950 y 2001, la
volatilidad de la economía, medida por la inflación, incrementó y se
produjo una caída sustancial en el crecimiento económico.
Cuadro Nº 1
Subperiodo tasas de crecimiento anual del PIB tasa de Inflación anual 1951-1973 6,59 1,701974-1978 5,95 8,381979-2001 1,34 32,57
Fuente: elaboración propia, con base en Dorta et al. (2002)
Venezuela: relación inflación y PIB durante el lapso 1951-2001 (en % promedio anual)
49
A manera de síntesis considérese la siguiente caracterización del
comportamiento de la economía venezolana en el pasado reciente por parte
de los citados autores. De modo particular, “en estas últimas dos décadas (la
economía ha tenido un comportamiento que puede calificarse) como volátil,
fundamentalmente asociado a la incapacidad de amortiguar los choques
externos provenientes del mercado petrolero y de producir las reformas
institucionales, sobre todo en el ámbito fiscal. Cuando hay un choque
petrolero favorable, aumenta el gasto fiscal, cuando el choque se revierte el
gasto se mantiene o incluso se incrementa, entonces se recurre al
endeudamiento. Al restringirse la capacidad de endeudamiento y apreciarse
el tipo de cambio real por el efecto del gasto, se potencian las expectativas
de devaluación. Luego, sobreviene un fuerte ajuste del tipo de cambio que
causa correcciones de precios. Después de cada episodio de alza
significativa de precios, la tasa promedio de inflación se sitúa en un nivel más
elevado, producto en buena medida de la incorporación del mayor nivel de
precios al proceso de formación de expectativas” Dorta et al. (2002: 5),
De esta manera, tal y como sostiene el economista Patinkin, la inflación debe
estar acompañada de un crecimiento en la oferta de dinero. O como
señalaba Friedman, "la inflación es siempre y en todo lugar un fenómeno
monetario". En Venezuela, los ingredientes típicos de un proceso
inflacionario -como lo han descrito claramente Dorta et al.-, han sido: i) un
aumento en el gasto público; ii) las devaluaciones; y, necesariamente, iii) un
aumento en la oferta de dinero. Esta convergencia de elementos ha sido
justamente lo que se ha descrito anteriormente para el lapso 1951-2001, pero
con el agravante que lejos de haberse detenido, parece reafirmarse.
Si se examinan las cifras oficiales del Banco Central de Venezuela (BCV,
2007), entre octubre del 2002 y octubre del 2004, la oferta de dinero aumentó
en 133%. En el mismo período, el IPC sólo subió 42%. Si el nivel de inflación
50
está relacionado con el nivel del dinero, ¿qué pasó? ¿Acaso la inflación en
Venezuela no es un fenómeno monetario? O, por el contrario, ¿existe una
inflación represada que aparecerá en el futuro? Es posible que la inflación
medida por el IPC no sea un reflejo correcto de los precios de la canasta que
represente al consumidor venezolano. En efecto, la estructura del gasto de
los hogares venezolanos ha cambiado sustantivamente en los últimos dos
años.
Una segunda explicación es que el control de precios mantiene los precios
domésticos de los bienes y servicios por debajo del precio de mercado (es
decir, de los precios que habría en la economía donde el mercado fijara los
precios, en ausencia de controles estatales). Eventualmente, esta diferencia
tiene que cubrirse. La tasa de cambio del bolívar con el dólar se puede usar
para frenar la inflación. A medida que suben los precios en la economía
interna, una tasa de cambio sobrevalorada permite que los productos
importados sustituyan los productos más costosos de la economía interna.
Esto, por supuesto, produce una disminución en la producción nacional.
Lo más sensato ante un proceso inflacionario es atacar sus causas
fundamentales. En Venezuela, desde hace treinta años, la inflación ha
seguido unos pasos tradicionales: un aumento en el gasto público, el
aumento en el gasto público se refleja en un aumento en la oferta de dinero,
comienzan las presiones sobre los precios en la economía interna, y se
utiliza la tasa de cambio para tratar de paliar el efecto por un período.
Mientras los precios del petróleo están altos, este método tiene el resultado
de frenar una aceleración en los precios. En el tiempo, sin embargo, las
cuentas se encuentran y comienza a acelerarse la inflación, y las
importaciones siguen aumentando hasta el punto donde finalmente se tiene
que devaluar la tasa de cambio en forma brusca (Rodner, 2004).
51
III.4) El comportamiento del Producto Interno Bruto en Venezuela
El producto Interno Bruto (PIB) suele definirse como el valor de los bienes y
servicios finales producidos en una economía durante un período
determinado (como medida contable, se emplea por defecto la anualidad).
Para el cálculo del PIB se deben excluir los productos intermedios, a manera
de ejemplo podemos decir que, si se construyen cajas de madera, se
totalizan las cajas de madera y no los tablones usados para su construcción.
La economía venezolana ha experimentado un crecimiento continuo (15%)
del Producto Interno Bruto (PIB) en el período 1999 al 2005, sin embargo
este crecimiento no se basa en expansión de la inversión privada sino en el
gasto público, alimentado por los altos precios petroleros.
Aunque la tasa de crecimiento es de las más altas del mundo, ésta no se ve
acompañada de un incremento de la inversión privada y productiva, lo que
amenaza la sustentabilidad y calidad del desarrollo del país a mediano plazo.
Así mismo, al analizar el crecimiento de la economía por sectores, se
observa que quienes apoyan este crecimiento son aquéllos que no se
comercializan con el exterior, fundamentalmente la banca, el comercio y los
servicios, y la construcción.
La expansión del PIB en Venezuela la ha inducido históricamente el gasto
público, variable que impulsa el crecimiento global. Sin embargo suele ocurrir
que no haya crecimiento en el sector industrial o en el sector agrícola, por lo
que los detractores de los gobiernos tradicionalmente han señalado que es
un crecimiento que no se podrá sostener una vez que se deba disminuir el
gasto público, que además está presionando continuamente a la inflación vía
demanda.
52
De acuerdo con las cifras del Banco Central de Venezuela (BCV), en lo que
atañe a la actividad no petrolera de la economía, durante el período 1999 al
2005 se registró en el sector de la construcción un incremento del PIB del
0,75 %; en las comunicaciones, del 45,52% y del comercio, en 35,08%. El
BCV explica este crecimiento por el aumento de la demanda interna de
consumo e inversión, la liquidez monetaria, el crédito y la disminución de las
tasas de interés, el aumento del salario mínimo y la intensificación de los
programas sociales del gobierno.
Lo que ha sucedido es que, luego de dos años atípicos en el desempeño
económico del país (2002 y 2003, con tasas de crecimiento del PIB de -8,9%
y -9,4%, en términos agregados; y de -10,6% y de -11,0% en términos per
cápita), comenzaron a registrarse crecimientos sostenidos en el nivel de
actividad económica. La explicación oficial puede encontrarse en las
publicaciones del BCV, organismo que ha señalado que el alto crecimiento
de la economía venezolana en años recientes se debe, por una parte, al
actual boom petrolero; y, por otra, a los controles impuestos al cambio de
divisas y a la cuenta de capitales. Reconoce el ente emisor que el alto nivel
de liquidez causa presiones inflacionarias, pero a la vez señala que esto
incide en la baja de las tasas de interés y estimula el crecimiento.
El boom petrolero de data reciente es realmente impresionante, porque
además ha sido más prolongado que el registrado con ocasión del Yom
Kippur9, que duró alrededor de dos años. En este caso, estimaciones de
9 La Guerra del Yom Kippur, Guerra del Ramadán o Guerra de Octubre fue un enfrentamiento armado a gran escala entre Israel y los países árabes de Egipto y Siria, dentro del denominado conflicto árabe-israelí. Supuso la última guerra total, en múltiples frentes, entre Israel y sus vecinos árabes; supuso así mismo un punto de inflexión en la historia de dicho conflicto. Egipto y Siria lanzaron una ofensiva militar por sorpresa contra Israel coincidiendo con la festividad hebrea de Yom Kipur (6 de octubre de 1973), traspasando los límites del Sinaí y de los Altos del Golán, que habían sido conquistados por Israel durante la Guerra de los Seis Días en 1967. Como consecuencia de la "Guerra del Yom Kippur", los países árabes realizaron un embargo que ocasionó que los precios del petróleo pasaran de 3 $/barril a 14$/barril, triplicando el presupuesto de la nación de 14 a 42 mil millones de bolívares.
53
expertos en el tema (como por ejemplo, la Agencia Internacional de Energía,
la propia Organización de Países Exportadores de Petróleo o las de
reconocidos bancos internacionales de inversión), prevén que el auge de
precios se va a prolongar por algún tiempo, independientemente de que se
produzcan fluctuaciones, debido entre otras razones a que el crecimiento del
consumo mundial de hidrocarburos es muy alto. En la actualidad Venezuela
produce, de acuerdo con cifras del Ministerio de Energía, alrededor de 3,2
millones de barriles diarios de petróleo. En el año 2005, de acuerdo con esta
misma fuente, las exportaciones de crudo representaron 86,75 por ciento del
total.
No obstante el comportamiento del PIB, en particular en los últimos tres
años, la falta de inversiones parece ser la mayor debilidad de la economía
venezolana. No hay evidencias de que haya ocurrido un significativo proceso
de inversión privada, ya sea con fondos de procedencia nacional o foránea,
que permita la modernización de los diferentes sectores de la economía10.
Esto supone que, una vez se entre en la fase de depresión de precios
petroleros, el efecto dinámico sobre la economía como un todo no podrá
mantenerse en el mediano plazo.
10 En Venezuela existe un organismo específicamente dedicado al manejo de las inversiones extranjeras. Según su propia definición, “es el organismo nacional competente responsable de instrumentar las políticas emanadas del Ministerio del Poder Popular para las Industrias Ligeras y Comercio, en materia de promoción, protección y registro de inversión extranjera directa y subregional. En su sitio en la Internet (http://www.siex.gov.ve) se puede hallar información relativa a la institución, que entre otras funciones y objetivos le asigna a la SIEX la de “(…) elaborar las estadísticas relacionadas con las inversiones extranjeras e importación de tecnología”. Lo curioso es que en ninguno de los vínculos de esta página existe tal sección, ni tampoco está disponible en alguna de las secciones de la misma. Por otra parte, cuando se consultan las cifras de inversión tanto pública como privada en el país, las cifras reportadas por el BCV en sus estadísticas oficiales están apenas actualizadas hasta el año 2003. Si se calcula la tasa de crecimiento medio anual para el lapso 1995-2003, el valor resultante es de -7,07; si bien en el año 2000 se registra un pico en el valor real invertido en el país, la tendencia es decreciente para el periodo aludido.
54
Otro problema importante que aleja la inversión es el discurso sobre el
socialismo del siglo XXI, que aún no queda suficientemente claro (en
argumentos), además de una serie de controles que se han venido
instaurando sobre el sector privado, que no permiten la generación de la
confianza necesaria para captar nuevos inversionistas.
III.5) Políticas económicas y políticas monetarias
La política, entendida en el sentido más general dentro de la economía, suele
considerarse como la “intervención deliberada del Gobierno en los asuntos
económicos para alcanzar sus fines” (Kirschen, 1978). Según Tinbergen
(1961), la política económica consiste en variar de forma deliberada número
de medios para alcanzar determinados objetivos”, o lo que es lo mismo, es la
“Intervención deliberada del Gobierno en los asuntos económicos para
alcanzar sus fines” (Kirschen, 1978).
En todas las políticas, sin importar su tipo, se da la coincidencia de al menos
cuatro elementos: i) la existencia de una autoridad; ii) los fines y objetivos
que se persiguen; iii) el carácter deliberado de las acciones de la autoridad; y
iv) la existencia de unos instrumentos manejados por las autoridades para la
consecución de los fines.
Las políticas económicas (Cuadrado y Mancha, 2005) persiguen una serie de
objetivos económicos, sociales y cuasi-objetivos. Los objetivos económicos
son los que están ligados más directamente al bienestar económico general
(crecimiento, pleno empleo, estabilidad de precios, distribución de la renta,
equilibrio de la balanza de pagos. Por su parte, los objetivos sociales suelen
ser muy amplios, al tiempo que exigentes en recursos (sanidad, educación,
pensiones, vivienda, calidad de vida, medio ambiente, entre otros). Por
último, los cuasi-objetivos se refieren a variables económicas que son
importantes para la política económica, si bien no responden directamente al
55
interés de los ciudadanos (es el caso, por ejemplo, del equilibrio de la balaza
de pagos, el déficit público, la tasa de inversión, el crecimiento del circulante,
entre otros).
Por su orientación básica, las políticas monetarias pueden ubicarse dentro de
la tipología de políticas de proceso (atendiendo a los criterios esbozados por
Cuadrado y Mancha, 2005), dado que están orientadas a resolver problemas
derivados del funcionamiento económico. Son también, según el tipo de
instrumentos de los que se vale para sus fines, pertenecientes a la categoría
de cuantitativas, por cuanto están orientadas a ajustar y/o adaptar la
situación económica a los cambios producidos en un momento/periodo
determinado. De acuerdo con el nivel de actuación corresponden a la
categoría macroeconómica, pues están destinadas a influenciar sobre
determinados agregados macroeconómicos para conseguir ciertos objetivos.
Las políticas monetarias están generalmente asociadas a las decisiones del
Banco Central que influyen sobre la oferta monetaria, las tasas de interés y
las condiciones financieras de la economía. Su objetivo final es preservar el
poder adquisitivo de la moneda mediante la creación de condiciones
monetarias y financieras que favorezcan la estabilidad de precios (BCV,
2007).
Los fines de las políticas monetarias son varios, pero entre los más
importantes se destacan: i) el desarrollo económico; ii) la estabilidad de los
precios; iii) el equilibrio de la balanza de pagos; y iv) el logro del pleno
empleo. Estos objetivos en realidad no los obtiene la política monetaria en
forma inmediata, sino mediata. Esto se traduce en que la política monetaria
actúa o modifica una determinada variable económica, la cual, como
resultado de esa política obtiene uno o varios de los objetivos generales. Es
decir, la política monetaria se ejerce a través de uno o varios instrumentos,
56
los cuales a su vez van a producir como consecuencia el objetivo deseado,
que puede ser cualquiera de los indicadores (Chang y Negrón, 2000).
A través de la política monetaria y cambiaria, la política fiscal y la política
comercial, el gobierno afecta los precios relativos de la economía. Esto es,
los incentivos señales que sirven para que los agentes de los diferentes
sectores económicos, entre éstos el sector agroalimentario, tomen sus
decisiones sobre qué, cuánto, cómo y para quién producir. En el largo plazo,
las políticas macroeconómicas determinan las tasas de crecimiento tanto de
las actividades económicas urbanas como de las rurales y los términos de
intercambio entre el campo y la ciudad (Timmer, Falcón y Pearson, 1985).
De acuerdo con estos autores, mediante la política monetaria y cambiaria se
afecta tanto a las tasas de interés (el precio de usar dinero ajeno), como al
precio de la moneda extranjera en términos de la moneda nacional (es decir,
al tipo de cambio). Así mismo, el carácter de la política monetaria (expansiva
o restrictiva de la oferta monetaria) afectará también los precios domésticos
(de bienes y de los factores productivos). Así, una política monetaria
expansiva ejercerá presiones inflacionarias al estimular la demanda de
bienes y servicios. No obstante, una política monetaria expansiva al
aumentar la liquidez disminuye el precio del dinero y facilita los créditos para
los sectores productivos a menores tasas de interés. En contraste, una
política monetaria restrictiva de la oferta de dinero puede producir efectos
contrarios a los antes señalados.
Como contrapartida, la política cambiaria afecta el precio en moneda
nacional de las importaciones y de las exportaciones. Un tipo de cambio real
depreciado disminuirá las importaciones al encarecerlas (dado que se
necesitarán más unidades de moneda doméstica para obtener una unidad de
moneda extranjera) y estimularán, en consecuencia, las exportaciones
57
debido a su abaratamiento en el exterior. Esta situación permite
paralelamente a los exportadores obtener más unidades de moneda nacional
por cada unidad de moneda extranjera recibida al exportar. Por el contrario,
la apreciación del tipo de cambio real tendrá el efecto opuesto al abaratar las
importaciones mientras que encarece la producción nacional. Este tipo de
política termina por producir un efecto equivalente al de un impuesto sobre el
sector productivo nacional, pero simultáneamente ejerce el efecto
equivalente de un subsidio para los consumidores al abaratar las
importaciones.
Mediante la política fiscal el gobierno decide la aplicación de impuestos y sus
prioridades al asignar recursos para diferentes programas sectoriales
(financiamiento, subsidios y apoyo a los productores, infraestructura,
capacitación y transferencia de tecnología, subsidios a consumidores, entre
otras). Si la política fiscal es de carácter expansivo, puede también afectar la
oferta monetaria incrementándola y, por esta vía, ejercer presiones
inflacionarias. De otro lado, si el gobierno central requiere de financiamiento
para cubrir el déficit fiscal puede aumentar la demanda de créditos o de
dinero de los bancos y por esta vía aumentar las tasas de interés, lo que
afecta negativamente las inversiones del sector privado de la economía. La
política comercial define las acciones del Estado para incidir sobre los flujos
de comercio exterior. Esto repercute sobre los precios de las importaciones y
exportaciones y, consecuentemente, en la disponibilidad doméstica de
bienes y servicios (entre éstos los bienes agroalimentarios). La política
comercial se expresa mediante la fijación de aranceles a las importaciones y
exportaciones, cuotas-contingentes de importación, subsidios a
importaciones y exportaciones y otras medidas (Gutiérrez, 2005).
Por otra parte, una política que restrinja las importaciones permite mejorar los
precios de la producción nacional al reducir la competencia de los bienes
58
importados. Por el contrario, una política de mayor libertad para importar
permite ampliar la oferta de bienes y ejercer presión a la baja de los precios
(Gutiérrez, 2005).
Según Chang y Negrón (2000), los principales instrumentos de la política
monetaria son:
1. Requerimientos de encajes bancarios: el encaje es la porción de
los depósitos que los bancos e instituciones financieras deben
mantener líquido, la cual se determina, generalmente, en función de
un porcentaje del total de los depósitos. Se dice que el encaje está
dirigido a controlar fundamentalmente la expansión del crédito
bancario, en tal sentido de que a mayores requerimientos de encaje
menor liquidez existe para utilizar los recursos en operaciones de
crédito.
2. Operaciones de descuento, redescuento y anticipos: el descuento
es el canje o cambio de un efecto comercial, aún no vencido, por
dinero o crédito bancario. Cuando los bancos hacen descuento
sobre instrumentos o efectos que a su vez han descontado la
operación se denomina Redescuento. El anticipo, por otra parte, en
una modalidad crediticia que consiste en adelantar una cantidad de
dinero con garantía de títulos de la deuda pública u otros títulos no
elegibles para el redescuento, tales como bonos financieros
internacionales, cédulas hipotecarias u otros instrumentos
financieros.
3. Operaciones de mercado abierto: es uno de los mecanismos que
existen para procurar una expansión o contracción de la liquidez
monetaria y la expansión del crédito. A través de éste un banco
central compra o vende títulos públicos o privados, interviniendo de
esta manera en el mercado de valores.
59
4. El Reporto: el reportador adquiere por una suma de dinero la
propiedad de títulos de crédito o valores y se obliga a transferir al
reportador en un lapso convenido la propiedad de otros tantos títulos
valores de la misma especie, contra reembolso del precio pagado
más un premio. En el país, mediante este instrumento el Banco
Central de Venezuela participa en el mercado, directamente
actuando como reportador, cuando adquiere la propiedad de títulos,
más un beneficio, con lo cual inyecta recursos al mercado.
5. El control selectivo: el BCV tiene la potestad de dirigir el crédito
hacia aquellos sectores de la economía en que más le convenga.
6. La persuasión moral: Son aquellas solicitudes o requerimientos
que realiza el instituto emisor a las instituciones financieras para que
en forma voluntaria y sin ninguna regulación o mecanismo por parte
del Banco, se adopten determinadas medidas.
7. La fijación de las tasas de intereses: El Banco Central puede fijar
los niveles mínimos o máximos de las tasas de interés pasivas o
activas.
Por su propia naturaleza, el BCV se ha abocado a disminuir las presiones
inflacionarias tanto de corto como de mediano plazo y a crear las condiciones
monetarias y financieras compatibles con el crecimiento de la actividad
económica. A tales efectos, el BCV examina una serie de indicadores de
actividad económica, precios, fiscales, monetarios, financieros y del sector
externo, que sirven de base para ajustar los instrumentos de política
previstos en la Ley del Banco Central de Venezuela. El BCV considera que
para la consecución de una tasa de inflación baja y estable, en un ambiente
de crecimiento económico sostenido, es fundamental mejorar la coordinación
macroeconómica. También se deberá cuidar la necesaria estabilidad de los
precios internos y de la moneda.
60
El Banco Central de Venezuela dictó el 26 de abril de 2005 las resoluciones
N° 05-04-01 y N° 05-04-02, con las cuales se acordó establecer los topes
máximos y mínimos a las tasas de interés activas y pasivas, con base en las
tasas referenciales del Instituto. Asimismo reguló las comisiones bancarias.
Las tasas de interés activas son las que cobra la banca a sus clientes por los
créditos otorgados, mientras que las pasivas son las que pagan las entidades
bancarias a los depositantes. Las comisiones bancarias, entretanto, se
refieren a los cobros que hace la banca a sus clientes por diferentes
servicios.
El propósito de esta medida fue darle continuidad a la contribución que hace
el instituto al fortalecimiento de la economía nacional, a los fines de propiciar
el crecimiento económico del país y el bienestar social, incentivar el ahorro
de la población y el funcionamiento adecuado del sistema financiero nacional
(BCV, 2007).
Si bien es cierto que el BCV ha tomado medidas de control en cuanto a las
tasas activas y pasivas, se puede apreciar que en cuanto a la oferta
monetaria no parece haber un control eficiente. La oferta monetaria ha
venido aumentando en la medida que han aumentado los ingresos
petroleros, pese a los múltiples esfuerzos de recoger liquidez, a través de
emisiones de bonos, controles de las tasas pasivas, etc.
La oferta monetaria es la cantidad de dinero en manos del público. Existen
diversos tipos o niveles de oferta monetaria (M1, M2, M3....) dependiendo de
los instrumentos que se agreguen. M1 agregado monetario compuesto por
monedas, billetes y depósitos en cuenta corriente en poder del público,
también denominado circulante. Es el tipo de dinero que se utiliza
directamente en las transacciones, por lo que se le denomina dinero
transaccional (BCV, 2007). M2 es un agregado monetario compuesto por M1
61
más los depósitos de ahorro, a plazo entre otros. Se le conoce también como
liquidez monetaria o dinero de uso amplio (BCV, 2007).
Analizando brevemente las estadísticas del BCV es posible observar un
crecimiento sostenido de M3. Así, durante el bienio 2004-2005, la liquidez
monetaria tuvo un incremento del 52,7%, en tanto que para el bienio 2003-
2004 se registró un incremento del 50,36 %.
Todos los esfuerzos del gobierno para frenar la inflación se diluyen al
enfrentar esta realidad. La inyección directa de dinero a la economía se
traduce en una demanda mayor de productos, generalmente a nivel de
comercio y de servicios, lo cual hace incrementar, como se puede apreciar
en las estadísticas, el PIB Comercio y Comunicaciones. Sin embargo no hay
un incremento importante de la construcción o de la industria agrícola.
III.6) El Fondo de Desarrollo Nacional (FONDEN) y su funcionamiento
Una síntesis de lo que se considera la finalidad del FONDEN fue expresada
en el discurso del Presidente del BCV, Gastón Parra Luzardo (en septiembre
del 2005), en el acto de juramentación de la directiva de FONDEN: “(…)
evitar la monetización de los ingresos extraordinarios y, al mismo tiempo,
garantizar una cantidad mayor y continua de recursos externos para el
desarrollo del país…”
En ese mismo discurso, Parra Luzardo destacaba que el propósito
fundamental de la creación del Fondo de Desarrollo Nacional, FONDEN, era
recibir continuamente divisas para ser utilizadas a los fines del financiamiento
del desarrollo económico y social. En cuanto al funcionamiento de dicho
Fondo, se ha dicho que se traspasará una determinada proporción de divisas
del ingreso de la comercialización de los hidrocarburos que recibirá el
Ejecutivo Nacional directamente de PDVSA, es decir, antes de constituirse
62
en reservas internacionales. Ello se justifica a través de la atribución del
Ejecutivo para la planificación y ejecución de los programas de desarrollo que
se consideren necesarios.
En cuanto a los mecanismos de aportes para la constitución del Fondo se
tendrá presente, por una parte, las necesidades de divisas que tenga PDVSA
para sus operaciones ordinarias y de inversión previsibles y, por la otra, los
requerimientos de divisas del BCV para atender las demandas del sector
privado y del propio sector público.
En Venezuela, la recepción del ingreso petrolero externo y su manejo lo
realizan tres instituciones: el Gobierno Nacional, PDVSA y el Banco Central
de Venezuela. El Fondo de Desarrollo Nacional se constituirá y recibirá los
montos de divisas que sobrepasen los límites estimados para atender las
necesidades de pagos de la economía antes indicadas.
El artículo 113 de la nueva Ley del BCV (2005), al respecto, establece que:
"Las divisas que se obtengan por concepto de exportaciones de
hidrocarburos, gaseosos y otros, deben ser vendidas al BCV al tipo de
cambio vigente para la fecha de cada operación, excepto las divisas
provenientes de la actividad realizada por Petróleos de Venezuela, S.A., o el
ente creado para el manejo de la industria petrolera, serán vendidas al BCV,
al tipo de cambio vigente para la fecha de cada operación, por las cantidades
necesarias a los fines de atender los gastos operativos y de funcionamiento
en el país de dicha empresa; y las contribuciones fiscales a las que está
obligada de conformidad con las leyes, por el monto estimado en la Ley de
Presupuesto de la República"…
Así mismo se señala que "Petróleos de Venezuela, S.A. o el ente creado
para el manejo de la industria petrolera podrá mantener fondos en divisas,
63
con opinión favorable del Banco Central de Venezuela, a los efectos de sus
pagos operativos en el exterior y de inversión y a lo que prevea la ley… "El
remanente de las divisas obtenidas de la fuente indicada en el presente
artículo, será transferido mensualmente al Fondo que el Ejecutivo Nacional
creará…A este efecto el Ejecutivo ordenó la creación de FONDEN que será
el organismo receptor del remanente de las divisas tal como lo ordena la Ley.
Adicionalmente, en el decreto N° 3.854 del 29 de agosto para la creación del
Fondo de Desarrollo Nacional, FONDEN S.A. en su artículo 1° se específica
que “ello tendrá por objeto financiar los proyectos de inversión real
productiva, la educación, la salud, el mejoramiento del perfil y saldo de la
deuda pública externa y la atención de situaciones especiales"…
De tal manera que “con todo ello se estará impulsando el crecimiento
económico, sostenido y equitativo, con incidencias favorables en el desarrollo
social, con énfasis en el logro de una mejor distribución del ingreso nacional.
La mejor aplicación de los recursos económicos para el fortalecimiento
productivo del país y, por supuesto, del bienestar social” (Parra, 2005).
III.7) Cronología de las principales políticas macroeconómicas del período 1999- 2005
De acuerdo con Gutiérrez (2005), “el objetivo general del proyecto económico
de la gestión gubernamental que se inició en febrero de 1999 es el de
construir una economía humanista, autogestionaria y competitiva que revierta
la regresiva distribución del ingreso, aumente la producción de riqueza y la
justicia de su disfrute. Se trata de lograr un sector productivo diversificado y
sustentable, incluir a los sectores de la población tradicionalmente
marginados, promover la participación co-responsable de todos los sectores
64
de la sociedad, la desconcentración y descentralización de la toma de
decisiones y promover un entorno exógeno multipolar”. Estas líneas
corresponde a la cita del propio Ministerio de Planificación y Desarrollo “año
2001), en sus “Líneas generales del plan de desarrollo económico y social de
la Nación 2001-2007, pp. 15-16).
De acuerdo con ésta fuente, los objetivos específicos de la política
económica pretendían sentar “(…) las bases de un modelo productivo capaz
de generar un crecimiento autosustentable, promover la diversificación
productiva y lograr la competitividad internacional en un contexto de
estabilidad macroeconómica, lo cual facilitará una profunda y diversa
reinserción en el comercio internacional globalizado (…) se logrará la superación definitiva de la volatilidad y el estancamiento, lo que traerá
como consecuencia la definitiva disociación de la dinámica petrolera y el desempeño económico interno” (p. 16).
Según Gutiérrez (2005), en concordancia con el objetivo de reducir la tasa de
inflación, durante el período inicial de la gestión del primer gobierno de
Chávez (es decir, el lapso entre febrero 1999-febrero 2002), la política
macroeconómica le dio continuidad a la política cambiaria instrumentada por
el anterior gobierno de Caldera desde abril de 1996. La misma consistía en
fijar el tipo de cambio dentro de unas bandas, girando alrededor de una
paridad central, polaca que permitía en la práctica una depreciación del tipo
de cambio nominal por debajo del diferencial de inflación con los principales
socios comerciales. También en términos prácticos y ante la ausencia de
mejoras de la productividad doméstica, esta política significaba una
apreciación del tipo de cambio real.
Con la apreciación del tipo de cambio real se esperaba en el gobierno que se
abarataran las importaciones, ejerciéndose de esta manera una presión a la
65
baja en la tasa de inflación (partiendo del hecho de que Venezuela,
descontando el petróleo, es un importador neto). Esta política cambiaria se
apoyaba en el mejoramiento del nivel de reservas internacionales, gracias al
aumento significativo que experimentaron de los precios del petróleo. Esto
último, según este mismo autor, era a su vez la consecuencia de una política
de recortes de producción de la OPEP y de otros países no miembros de la
organización, a la par que se iniciaba un proceso de recuperación de la
economía en los países industrializados y de la demanda de petróleo
(impulsada por el pujante crecimiento económico de China y de la India).
En efecto, tal y como lo señala Guerra (2003: 22), la política petrolera del
gobierno (el primero de Chávez, al que se hace referencia en este caso) se
ha caracterizado por dos orientaciones fundamentales, a saber, la restricción
de la producción de petróleo para apuntalar los precios y la internalización
del petróleo. En palabras del autor, “la primera de ellas guarda relación con la
reivindicación de lograr un ´precio justo` para un recurso agotable e implica
imponer restricciones al crecimiento de la industria al tiempo que aumenta la
participación fiscal. La segunda significa promover los hidrocarburos como
palanca para el desarrollo de los sectores industriales e incentivar la
formación y participación del capital nacional en el negocio petrolero”.
No obstante, conviene aclarar que, como advierte Guerra (2003: 20), si se
intenta maximizar el ingreso por exportación, “la política petrolera se enfrenta
con un dilema: el mismo nivel de ingreso puede obtenerse con diferentes
combinaciones de precios y volúmenes exportados. Para que una política
que limita las cantidades exportadas con el objeto de propiciar un alza de
precios sea efectiva, tiene necesariamente que ser fruto de un acuerdo entre
los miembros de la OPEP, de manera de evitar que otros productores tomen
la cuota de mercado a la cual está renunciando quien individualmente reduce
la producción; de otra manera los precios podrían eventualmente disminuir”.
66
Como explica Gutiérrez (2005), estos factores permitieron -a partir de 1999 y
con la excepción del año 2001-, disfrutar de un alza del precio del petróleo, el
principal producto de exportación de la economía venezolana. Como
resultado hubo una significativa mejora en los ingresos fiscales y en las
reservas monetarias internacionales en relación con los niveles al inicio del
periodo presidencial (de hecho, las reservas pasaron de US$ 14.849 MM en
1998 a 21.366 en 2003; por su parte, el precio promedio de realización de la
cesta petrolera, según esta misma fuente, pasó de 10,6 en 1998 a 25,7
US$/barril en el 2003). No obstante, el déficit fiscal continuó in crescendo:
sólo en el 2000 y el 2001 se registraron disminuciones del déficit del gobierno
central, llegando en el 2003 a ser del 5,1% (frente al 4,1 que representaba en
1998).
Señala también Gutiérrez, apoyando lo que se ha venido sosteniendo a lo
largo de este trabajo, que el otro elemento importante de la política
macroeconómica ha sido la expansión del gasto público. Esta práctica se ha
fundamentado según este autor en tres pilares fundamentales. En primer
lugar, lo ha hecho a gracias a la mejora de los ingresos fiscales petroleros,
sin la cual esto no habría sido posible (excepto claro, con mayor
endeudamiento, mayor devaluación y/o emisión inorgánica). En segundo
lugar, el gasto público se ha financiado a través de un mayor endeudamiento
interno (que según cálculos de Guerra ha pasado de 4,3% del PIB en 1998 a
17,1% a finales del 2003). Finalmente, parte de los recursos se han obtenido
a través del financiamiento monetario que otorga al gobierno el Banco
Central de Venezuela, bajo la nueva y cuestionada figura de las “ganancias
cambiarias”. En contraste, el financiamiento externo como fuente de
expansión del gasto público fue utilizado en muy pocas oportunidades
durante el lapso 1999-2003. Esto se debió fundamentalmente al incremento
del riesgo país, como consecuencia de lo cual el costo de dicho
financiamiento resultaba relativamente alto. Además, el gobierno no deseaba
67
someterse a las disciplinas y recomendaciones de los organismos Como
resultado, durante el período 1998-2003, el gasto real del gobierno central
aumentó a la tasa media anual de 12,1%.
Por otro lado, la presión que ejercía este gasto creciente sobre la liquidez
monetaria junto con la apreciación del tipo de cambio real se reflejaba en los
resultados de las cuentas externas. Allí puede observarse que hasta el año
2002 hubo un aumento de las importaciones y se registró un déficit creciente
en la cuenta de capitales, con su consecuente efecto negativo sobre las
reservas monetarias internacionales (Gutiérrez, 2005).
Durante los años 2004 y 2005 la política económica general del gobierno no
sufrió grandes cambios en cuanto a sus lineamientos generales. Se continuó
con el esquema de controles, específicamente en cuanto a precios de bienes
finales se refiere (fundamentalmente alimentarios), así como con el control de
cambios. No obstante, en este último caso se realizaron dos ajustes de la
tasa oficial, mencionados con anterioridad. Se implementaron así mismo, en
cada uno de estos años y como se venía realizando desde el 2001,
aumentos salariales por decreto, aunada a la política de la inamovilidad
laboral ejecutada desde el Ministerio del Trabajo. En el 2004, por ejemplo, se
decretó un aumento inicial del 20%, vigente a partir de mayo, y otro del 10%
a partir del último trimestre. En el 2005 se decretó un aumento del salario
mínimo del 26 %. Como resultado, entre el 2001 y el 2005 el salario mínimo
nominal había aumentado en 2,8 veces (cálculos propios con base en los
decretos del Ejecutivo). En cuanto a la política petrolera, los esfuerzos
continuaron orientados a mantener baja la producción para presionar (o
mantener) los precios en niveles altos.
Como resultado y de acuerdo con el balance del Ministerio de Finanzas para
el año 2005 (MF, 2006), la inflación acumulada correspondiente a este año
68
se ubicó en 14,4%, “resultado significativamente inferior a la del año anterior
(19,2%)”. Los precios de los bienes controlados acumularon una variación de
10,6%, mientras que los no controlados alcanzaron 18,1%. Por su parte, el
precio de realización de la canasta petrolera venezolana se ubicó en 48,36
dólares, en tanto las reservas internacionales se ubicaron en US$ 30.009
millones, De éstos, 732 millones correspondían al Fondo de Estabilización
Macroeconómica, FEM).
Según el entonces diputado y hoy ministro de finanzas de Venezuela Rodrigo
Cabezas (Castro, 2005), “la economía venezolana en 2005 ha cerrado con la
tasa de crecimiento más alta de América Latina, el PIB ha crecido 9,5 puntos,
lo que significa que la economía ha producido más alimentos, vestido,
calzados, se han instalado más servicios, hay más empresas y más empleo
que en el año 2004. Esta tasa significativa hace que crezca la inversión por
primera vez en 25 años, durante dos años consecutivos, donde el salario real
se recuperó”. Añadía, además, que “"2005 y 2004 permitió recuperar lo que
perdimos en 2002 y 2003, y eso es una excelente y muy buena noticia, así
como el incremento del salario real y la disminución de la tasa de desempleo,
ello dice que vamos por el mejor camino”.
En materia petrolera, el ministro de planificación Jorge Giordani ha evaluado
positivamente el desempeño del sector durante el lapso 2000-2005. Al
respecto ha señalado que “una revisión de las series petroleras durante el
último medio siglo pasado y lo que acaba de concluir con el primer lustro del
primer siglo del nuevo milenio, nos da muestras de cómo el país ha vivido y
continuará viviendo del petróleo”. En relación con los precios, acota que
éstos “(…) pasan de un mínimo de 10,6 dólares el barril en 1998 a los
precios actuales del 2005 (…) que más que lo duplican en términos de
precios corrientes”.
69
No obstante, en descargo de la firme defensa que hace el gobierno de sus
cifras oficiales, Bottome y Sweeney (2006) citando como fuente a entidades
independientes (la OPEP y la Agencia Internacional de Energía), ubican la
producción petrolera venezolana por debajo de los 3,3 millones de barriles
diarios (en unos 600.000 a 700.000 barriles diarios). Esta cifra representa
casi un millón de barriles por debajo de lo que se producía en 1998, el año
anterior a llegada de Chávez al poder. Como explicación a esta drástica
caída de la producción estos dos autores señalan la falta de inversión y la
falta de personal técnicamente calificado en PDVSA.
70
CAPÍTULO IV ANÁLISIS GRÁFICO DE VARIABLES ECONÓMICAS SELECCIONADAS
IV.1) Análisis gráfico comparativo a) Comparación de las Variaciones de las Exportaciones Petroleras de Venezuela Vs. Variaciones de la Liquidez Monetaria (M2) Anuales
En el análisis gráfico (Gráfico Nº 1), sin tomar en consideración la varianza y
correlatividad de los datos, se puede observar que la relación entre las
variaciones anuales de M2 y las variaciones anuales de las Exportaciones
Petroleras en Venezuela en el período comprendido entre 1999 al 2002, es
directa: cada vez que las exportaciones aumentaron, también ocurrieron
variaciones de M2. No obstante, durante el periodo que va desde el 2003 al
2005 la relación fue inversa.
Gráfico No. 1
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
M2Expor
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Visto en detalle, se observa en el gráfico en referencia que para el período
del 2000 al 2001 las líneas del gráfico se cruzan, colocando la serie de M2
por encima de la variación de la Exportaciones, lo que permite apreciar una
diferencia entre ambas de aproximadamente 18 puntos porcentuales. Esto
puede traducirse en que, aunque los ingresos por Exportaciones Petroleras
71
sufrieron un fuerte retroceso, la liquidez Monetaria decreció en una
proporción inferior. En el siguiente período 2001 al 2002, se observa un
crecimiento significativo en la variable exportación de unos 90 puntos
porcentuales; sin embargo, aunque M2 aumenta, lo hace discretamente en un
15%. Hasta este periodo se observa una relación directa entre las
Exportaciones y M2, aunque no proporcional.
A partir del período 2002 al 2003, donde ocurrieron las huelgas petroleras y
las desestabilizaciones políticas, las exportaciones experimentaron una
desaceleración que los hace crecer apenas un 20%; de acuerdo con el
gráfico, se observa un rápido crecimiento de M2 que se ubica en un 60%,
siendo la diferencia entre ambas variables durante este periodo de 40 puntos
porcentuales. La variación porcentual de la serie Exportación y de la serie M2
mantienen este patrón inverso para los siguientes periodos del 2003 al 2005,
en la que cuando la una aumenta su crecimiento la otra lo disminuye.
Las causas del cambio en la relación de las series representadas en el
Gráfico Nº 1, pueden estar influenciadas por el control de cambio
(establecido desde el 2003 hasta el presente) y, más recientemente, por la
creación y entrada en funcionamiento del FONDEN (2005).
b) Comparación de las Variaciones del Índice de Precios al Consumidor
(Caracas) Vs. Variaciones de M2 Anuales
En el análisis gráfico de la relación entre las variaciones anuales de M2 y las
variaciones del Anuales IPC (Caracas) en Venezuela para el período
comprendido entre 1999 al 2005 (Gráfico Nº 2), se pueden apreciar ciclos de
la relación entre las variables.
72
Un primer ciclo se define para el período desde 1999 al 2001, en el que al
disminuir la variación de M2 de 20% a 4%, disminuye también la variación del
IPC de 20% a 12%. En el período del 2001 al 2002, al aumentar la variación
de M2 a 15%, aumenta la variación del IPC en 31%. En este primer ciclo se
puede observar que existe una relación directa entre ambas variables.
Gráfico No. 2
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
M2IPC
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Un segundo ciclo aparece para el periodo entre 2002 al 2003, donde
aumenta el M2 en 58% y sin embargo en IPC baja a 27%, este ciclo está
influenciado por los factores políticos y la subida de los precios del petróleo.
Un tercer ciclo se presenta para el periodo del 2003 al 2005, donde se puede
observar que aunque la variación de M2 llegó al 52%, la variación del IPC
solo llega al 14%, lo cual implica que el aumento de la liquidez ocurrida en
este último período no influyó proporcionalmente en la variación de la
inflación.
En la actualidad se observa una gran cantidad de dinero que está llegando al
público por los diferentes canales disponibles y, principalmente, vía gasto
público. Estos recursos están presionando la demanda de productos y
73
ocasionando aumentos de precios en muchos productos. En la teoría
económica este mecanismo de presión de precios se explica a través de la
demanda ocasionada por el exceso de liquidez (en este caso, la ampliada).
Sin embargo, a causa del cálculo del índice en sí mismo, estos efectos son
difíciles de evidenciar. El cálculo del IPC ha venido siendo modificado de
forma tal que sólo recoge algunos rubros de la canasta básica, dentro de la
cual la mayoría de sus productos tienen precios controlados; esta
circunstancia distorsiona su utilidad y aplicabilidad.
c) Comparación de las Variaciones del Índice de Precios al Consumidor (Caracas) Vs. Variaciones de las Exportaciones Petroleras de Venezuela Anuales
En el análisis gráfico que corresponde a la relación entre las Variaciones del
Índice de Precios al Consumidor y las Variaciones Anuales de las
Exportaciones Petroleras de Venezuela en el período comprendido entre
1999 al 2005 (Gráfico Nº 3), se identificaron ciclos de conducta agrupables
para las variables, de acuerdo con las fluctuaciones más significantes en el
gráfico. Los ciclos así agrupados facilitan la discusión de causas probables
de dichas variaciones, al sugerir variables que intervienen en dicho momento
que no están siendo consideradas en este estudio.
Un primer ciclo se observa desde 1999 hasta el 2001, donde al disminuir la
variación anual de las Exportaciones Petroleras de 58% a -15%, disminuye
la variación del IPC de 20% a 12%. Un segundo ciclo se aprecia para el
período 2001 al 2003, donde la relación directa entre las exportaciones y M2
se puede apreciar fácilmente, ya que al aumentar las exportaciones también
aumenta M2 y viceversa, al recuperarse la variación de Exportaciones
Petroleras, de -15% a 17%, aumenta la variación del IPC de 12% a 27%.
74
Gráfico No. 3
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
ExporIPC
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Otro ciclo se observa durante el período que va desde el 2003 hasta el 2005,
donde para el 2004 se observa un aumento en la variación de la exportación
de 17% a 79%, y la variación del IPC va de 27% a 19%. Para el año 2005 las
Exportaciones disminuyen a 64%, el IPC disminuye a 14%, lo cual podría ser
efecto de las políticas de controles de precios implementadas en el país.
Además, como se indicó antes, pueden estar influenciadas por el control de
cambio y la operación del FONDEN.
d) Comparación de las Variaciones de M2 y las Variaciones del Índice de Precios al Consumidor (Caracas) Vs. Variaciones de las Exportaciones Petroleras de Venezuela Anuales
Para visualizar con mayor facilidad la relación aparente entre estas tres
variables, se han representado las mismas en el Gráfico Nº 4. Se puede allí
apreciar, salvo por algunas desviaciones puntuales ocurridas en el 2000 y el
2003, que cuando ocurren variaciones en el IPC también existen variaciones
en el mismo sentido en las variaciones de las Exportaciones Petroleras y de
M2 o liquidez Monetaria. Debido a que al disminuir la variación de
75
Exportaciones y M2, como se aprecia claramente en el 2001, disminuye
también la variación del IPC.
Gráfico No. 4
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
M2ExporIPC
|
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Por otro lado debe apuntarse que la relación entre Exportaciones e IPC es
más evidente que la del IPC con M2. Se podría afirmar entonces, que las
variaciones anuales de las exportaciones petroleras tienen efecto sobre los
Índices de Precios. Sin embargo, con este Índice no se puede extraer la
distorsión incluida por el control de precios e incluso por el control de cambio.
Esto es: debido a que se incluye en el cálculo del índice, artículos cuyos
precios tienen mas de tres años con los precios regulados y otros artículos
que son importados con una divisa cuyo valor está regulado y que se ha
convertido en un subsidio indirecto a estos artículos, es posible que la
inflación pudiera ubicarse en un nivel superior.
e) Comparación de las Variaciones de M2 Vs. Variaciones del Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela, en valores anuales
Estas series tienen un comportamiento muy diferente a partir del año 2001,
ya que mientras una crece la otra disminuye. Yendo al detalle se puede
76
apreciar que entre 1999 y 2000 ambas variaciones aumentan en una
proporción de 9% aproximadamente. Entre los años 2000 y 2001, la variación
del PIB presentó una disminución de 3,7% a 3,4%. Sin embargo M2
disminuyó en una proporción mayor de 28% a 4,25%.
Gráfico No. 5
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
M2PIB
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años) Al período siguiente, ubicado entre el 2001 y el 2005, se observa un efecto
inverso, es decir, cuando aumenta una serie la otra disminuye. Existe una
distorsión en el período 2002 al 2003 donde se aprecia de nuevo una
relación directa.
f) Comparación de las Variaciones de IPC Vs. Variaciones de PIB de
Venezuela, en valores anuales
Se advierte a primera vista, que el comportamiento de las series resultó en
sentido inverso, es decir, cuando una creció la otra disminuyó. Este
comportamiento se puede observar año a año en el período que va desde
1999 al 2004. La única distorsión aparente corresponde al año 2005, cuando
tanto la variación del IPC como la variación del PIB mostraron un
comportamiento decreciente. En la teoría económica se da por entendido que
para que haya crecimiento económico debe ocurrir una confluencia de
variables económicas, dentro de estas, el control de la variable inflación.
77
El Gráfico Nº 6 muestra claramente que, al menos para el período 1999 al
2004, cada vez que se logró reducir en alguna medida los Índices de inflación
se logró un crecimiento del PIB. Sin embargo, para el período 2004 al 2005
existe una disminución de ambas variables. Esto puede ser explicado por el
efecto del control de cambio, que tiene a abaratar los productos haciendo
mas baratas las importaciones que los productos producidos en el país, lo
cual por ende repercute en la disminución del Producto Interno Bruto.
Gráfico No. 6
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
IPCPIB
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
g) Comparación de las Variaciones de las Exportaciones Petroleras Vs.
Variaciones del PIB de Venezuela, en valores anuales
En Venezuela, por tratarse de un país netamente exportador de petróleo, la
relación es evidentemente directa, se puede apreciar (Gráfico Nº 7) cómo
año tras año, al aumentar las exportaciones, también aumenta el PIB. Sin
embargo, existe una desviación para el periodo desde el 2001 al 2002, donde
a pesar del hecho de haber un incremento en las variación de las
exportaciones de -15% a 82%, el PIB disminuye de 3,4% a -8,9%. Así pues,
78
queda en evidencia la dependencia de la economía venezolana ante las
exportaciones petroleras y los precios del mercado que son fácilmente
alterados por situaciones geopolíticas al nivel mundial.
Gráfico No. 7
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
ExporPIB
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años) h) Comparación de las Variaciones de M2, IPC, PIB y las Exportaciones Petroleras Vs. Variaciones del PIB de Venezuela, en valores anuales
Gráfico No. 8
-20,00%
0,00%
20,00%
40,00%
60,00%
80,00%
100,00%
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
M2ExporIPCPIB
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
79
Al sobreponer las cuatro variables económicas estudiadas en un único
gráfico (Gráfico Nº 8), se puede apreciar que las variables graficadas tienen
efectos diversos sobre el IPC. Según se pudo apreciar en los gráficos
anteriores, para todo el período estudiado las variables consideradas
exógenas y que fueron graficadas mostraron tener efectos tanto en sentido
directo como inverso sobre el IPC. Se puede el período a su vez en tres sub-
períodos, que van del 1999 al 2002, del 2002 al 2003 y del 2003 al 2005.
En el primer período se observa que el PIB parece tener una relación inversa
a las otras tres variables. En general para el segundo período, cuando las
Variaciones de las Exportaciones Petroleras disminuyen, también lo hacen el
IPC y las variaciones de M2, en tanto el PIB aumenta. Para el tercer periodo
cambia la tendencia de las exportaciones y M2, denotando que al aumentar
las Exportaciones y el PIB, disminuye M2 y el IPC.
i) Comparación de M2 en Millones de bolívares Vs. las Exportaciones Petroleras en Millones de bolívares, en valores anuales
Gráfico No. 9
020.000.00040.000.00060.000.00080.000.000
100.000.000120.000.000
1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005
Export PetMM Bs.M2 MM Bs.
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
En el Gráfico Nº 9 se puede apreciar que para el período 1999 al 2001 los
valores de M2 y de las Exportaciones Petroleras muestran un
80
comportamiento (en dirección y sentido) prácticamente similar. Para el
período 2002 el valor de M2 se situó en 19,5 Billones de Bs., mientras que el
valor de las exportaciones alcanzó una cifra de 30,1 Billones de Bs. Es a
partir de esta fecha cuando M2 experimentó un crecimiento constante,
estimado entre un 50 y un 57% como promedio anual, impulsado por el
crecimiento de los ingresos por las exportaciones petroleras, que crecieron
entre un 63 % y un 80% en los últimos años (2003 y 2005).
Esta circunstancia pone en evidencia la dependencia la estrecha relación
entre la liquidez monetaria y las exportaciones petroleras. También permite
apreciar el efecto del FONDEN como “controlador de la liquidez monetaria”,
ya que aunque en el 2005 el incremento de las Exportaciones petroleras en
términos monetarios superó los 40.000.000 MMBs., apenas se registró un
incremento en M2 de alrededor de 20.000.000 MMBs. Es decir, que el
FONDEN logró absorber la mitad de los recursos monetarios que hubieran
podido entrar a la economía, lo que hubiera sido un efecto devastador sobre
los indicadores convencionales de la inflación doméstica.
IV.2) Discusión de resultados: la relación oferta monetaria e inflación en
la economía venezolana
El análisis gráfico presentado en la sección anterior permite visualizar
posibles relaciones entre algunas variables macroeconómicas seleccionadas
sobre el comportamiento del nivel general de precios en la economía
venezolana. En el caso de la relación exportaciones totales-IPC, los datos no
parecen reflejar un comportamiento apareado de ambas variables a lo largo
del periodo objeto de estudio. De hecho, las exportaciones se caracterizaron
por tener un comportamiento volátil, sin una tendencia clara, en tanto el
circulante -a pesar de las caídas experimentadas en el 2001 y el 2004-,
muestra una clara tendencia decreciente. Una relación más clara se pudo
apreciar entre las variables liquidez monetaria e inflación, en particular entre
81
el 200o y el 2005 (con la excepción del año 2003). En cuanto al
comportamiento de las exportaciones totales vs. IPC, las tendencias
mostradas por ambas variables sugieren una posible relación entre ambas,
en particular con posterioridad al 2003. Luego, en relación con el
comportamiento de las variables PIB-IPC, el desempeño de éstas a lo largo
del periodo de estudio no evidencia ningún tipo de relación entre ambas (con
la excepción de lo ocurrido en el 2000-2001).
La relación gráfica que sí se ha observado con claridad se desprende de la
representación conjunta de las exportaciones petroleras y del aumento del
circulante. De manera que, basado en estas consideraciones, las variables
proxies empleadas como aproximaciones del comportamiento de las
exportaciones y de la liquidez monetaria (M2) en la economía venezolana
parecen estar estrechamente vinculadas en el tiempo. No obstante, las
exportaciones petroleras mostraron un crecimiento mayor que la liquidez, lo
que puede ser explicado por el efecto que el FONDEN puede estar teniendo
como “esterilizador” de la renta petrolera creciente, a partir del repunte de
precios mundiales del crudo de 1999.
Al respecto resulta oportuno recordar que la mayoría de los autores coincide
en afirmar que el origen de los ingresos fiscales petroleros distorsiona las
decisiones de política económica, a la vez genera una fuerte incertidumbre
acerca del cumplimiento de las mismas (por el carácter volátil de aquellos).
Ruiz (2006), por ejemplo, puntualiza al anclaje del tipo de cambio como el
principal instrumento utilizado en Venezuela durante el período 1999-2004
para estabilizar la inflación (lo mismo ocurrió en el 2005, si bien este año no
fue estudiado por la autora). Señala además que durante el bienio 2002-
2003, cuando no estuvo en vigencia el control de cambios, la política
monetaria se convirtió en el instrumento para controlar la inflación. Otro factor
que debe tenerse en cuenta al explicar la inflación en Venezuela es que el
82
gobierno, con la excepción de año 1999, implementó una política fiscal
expansiva a lo largo de todo el período estudiado. A esto habría que sumar la
falta de un marco legal e institucional coherente, indispensable para
contrarrestar las expectativas de los agentes económicos en cuanto al
cumplimiento de los objetivos de política económica en general y de las
metas inflacionarias en particular. Baste señalar las tres modificaciones que
ha sufrido la Ley del Banco Central de Venezuela, o los constantes cambios
en el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómica (FIEM), que
ponen en cuestionamiento la autonomía del ente emisor en el primer caso y
que relajan la efectividad de la política monetaria en el segundo, en un
aparente contrasentido entre la política fiscal y la monetaria exhibida por el
gobierno a lo largo del periodo que acá es objeto de atención.
Adicionalmente todavía habría que agregar (Ruiz, 2006) la incidencia de la
inflación inercial que subyace en la economía venezolana. Según esta
autora, es el producto de la indexación salarial hacia atrás y hacia delante. La
misma ha sido y puede seguir siendo recurrente dado que un mayor aumento
de ingresos afecta al alza la demanda agregada, que al no ser correspondida
con una mayor oferta agregada genera un desfase entre ambas. Con esto se
producen presiones inflacionarias que inciden directamente en los costos y
éstos, a su vez, sobre los salarios.
Por otra parte, si se compara el comportamiento del IPC en Venezuela a lo
largo de todo el lapso 1999-2005 con el de la misma variable en otros países
de América Latina y del mundo, en general estuvo por encima del promedio
de los países comparados11. Esta situación es todavía más preocupante si se
11 Tómese, por ejemplo, los indicadores de inflación reportados por organismos internacionales como FMI para los casos de EE.UU., del continente americano agregado como un todo, para la Unión Europea-15, durante el periodo considerado; se podrá constatar que, mientras en el país se registró de forma permanente una tasa anual de dos dígitos, en aquéllos siempre estuvo por debajo de un dígito (excepto en el caso del continente americano, para el bienio 2004-2005).
83
considera el efecto diferenciado de la inflación en los distintos estratos
sociales. Como ya se ha mencionado, los estratos de menores ingresos
destinan la mayor parte de sus ingresos/renta al gasto, y lo hacen
principalmente en alimentos y en vivienda y sus servicios12. De esta manera,
las altas tasas de inflación registradas en el país terminan por confirmar la
tesis del impuesto inflación (que es el más regresivo de todos). Baste señalar
que la inflación registrada en alimentos en cada año del periodo de estudio, a
partir del 2001, siempre fue mayor que la inflación general. Además, en
varios de los años estudiados, las tasas registradas de inflación en vivienda y
sus servicios también resultaron mayores que el promedio (inflación general),
o bien experimentaron valores muy elevados (Cuadro Nº 2, cifras en rojo).
Cuadro Nº 2
Categoría del gasto (agrupación) 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005TOTAL 20,03 13,40 12,30 31,20 27,10 19,20 14,36Alimentos y bebidas no alcohólicas 13,90 10,60 17,88 39,47 36,3 28,40 19,85Bebidas alcohólicas y tabacos 23,80 10,80 13,30 34,77 38,85 19,90 18,24Vestido y calzado 17,40 9,10 3,41 18,02 24,35 13,64 10,34Alquiler de vivienda 22,50 19,60 16,06 15,78 10,56 8,42 7,38Servicios de la vivienda (excepto teléfono) 25,10 26,90 11,50 25,07 25,39 14,97 6,69Equipamiento del hogar 26,60 13,30 6,78 32,81 30,46 19,87 15,71Salud 43,80 25,00 12,37 29,33 23,21 16,23 12,29Transporte 22,20 20,00 9,52 43,13 37,74 24,15 15,88Comunicaciones 38,90 19,60 6,76 44,52 12,05 5,98 6,70Esparcimiento y cultura 21,40 7,60 9,76 38,01 38,83 12,98 5,23Servicio de educación 38,00 24,50 14,68 19,40 10,25 17,28 14,52Restaurantes y hoteles 26,60 11,80 9,43 28,47 37,75 26,64 20,41Bienes y servicios diversos 19,10 15,20 9,34 36,74 27,02 12,35 12,93
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Año
Venezuela: variaciones del IPC al consumidor, total y por cataegorías de bienes y servicios, 1999-2005 (en porcentaje)
Si la argumentación anterior se contrasta con la hipótesis de que la política
anti-inflacionaria busca proteger al sector más vulnerable de la economía y
12 Para mayores detalles al respecto, ver Anido, Orlandoni y Quintero (2005), “Estudio del consumo a partir de las encuestas de presupuestos familiares, 1967-2005. El caso de la ciudad de Mérida (Venezuela)”, Agroalimentaria Nº 20 (enero-junio): 15-41.
84
que las políticas económicas instrumentadas persiguen estabilizar los precios
(en Venezuela y en cualquier país del mundo), el desempeño del gobierno y
de la política económica a la luz de las evidencias presentadas pueden estar
seriamente cuestionados.
El anclaje del tipo de cambio y el control los precios, como se ha discutido
suficientemente en la literatura económica, pueden ser medidas muy
eficientes cuando se quieren controlar problemas de corto plazo, pero
terminan creando distorsiones en la economía en el mediano y largo plazo
(Varian, 2001; Leroy Miller, 1999). Los efectos más frecuentes son la
distorsión en la asignación de recursos, la posibilidad de represar inflación,
así como el racionamiento y situaciones de mercado negro de bienes y
servicios.
En Venezuela hay claros ejemplos de estos efectos, en particular sobre el
tipo de cambios y la escasez de ciertos bienes. Como efecto principal del
control de cambio, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el tipo de cambio
equilibrio (cualquiera sea el método de estudio) se ha ido ampliando en los
últimos años. Esto es particularmente severo en los dos últimos años en los
que no se ha ajustado el tipo de cambio de referencia, no obstante los
diferenciales de inflación con los principales socios comerciales del país.
Esto, además de presionar el tipo de cambio del mercado paralelo (“negro”),
ha incentivado la importación de bienes en detrimento de las exportaciones.
Si se aúna el efecto de los salarios mínimos, la inamovilidad laboral, con el
control de precios de muchos productos, todo ello se ha conjugado para
reducir los estímulos a la producción nacional de algunos bienes y servicios.
Como consecuencia, los productores domésticos han mermado la oferta de
productos nacionales que, sumados al poder de comprar incrementado (por
la vía del mayor gasto público, el aumento nominal de los salarios y la
preferencia por el consumo presente, debido a la reducción en las tasas
85
nominales de interés), han devenido en una mayor presión sobre el nivel
general de precios. Y aunque es cierto que en los últimos años la tendencia
decreciente en la inflación promedio parecía marchar hasta alcanzar valores
de un dígito, el comportamiento registrado en el año 2006 y en lo que va del
2007 apunta en sentido contrario. Persiste una presión inflacionaria, que a
juicio de la autora de este trabajo se ha dilatado en el tiempo, artificialmente
gracias a los controles. Más tarde que temprano, como se ha visto en los
meses recientes, esas presiones terminan pro aflorar especialmente en el
caso de los bienes no controlados. En aquellos donde los empresarios no
pueden por razones legales ajustar sus precios, la respuesta racional es la
de reducir o cesar la producción, lo que a su vez provoca –además del
desabastecimiento, al menos hasta que sea cubierto con importaciones-
presiones sobre estos precios. Los empresarios encuentran allí justificación
para solicitar ajustes por gaceta, so amenaza de no continuar
produciéndolos. En todos los casos se cumple a la letra lo señalado por la
teoría económica, a pesar del empeño en contrario del gobierno.
La otra fuente de distorsión es el manejo de las reservas excedentarias.
Aunque no es el objetivo de este trabajo, la discusión aquí se limitará a
mencionar las consecuencias económicas de esta medida. En efecto, en la
práctica supone que mayores (e ingentes) cantidades de recursos son
transferidas desde el BCV (en teoría, desde las reservas) hasta el fisco
nacional; y por vía de éste son inyectadas al caudal monetario. Esto permite
explicar por qué el gasto público se ha mantenido in crescendo a pesar de
ciertas fluctuaciones en el precio del petróleo (y por tanto, de los ingresos
fiscales petroleros del gobierno).
La última de las discusiones que debe realizarse es en torno a la política
económica del gobierno en estos últimos años, relacionado con el manejo
que éste ha venido haciendo del FIEM (hoy FEM). Con las modificaciones
86
legales que se han hecho de este Fondo13, en la práctica lo que se ha
logrado es aumentar la discrecionalidad del Ejecutivo sobre para el manejo
de los dineros allí depositados14. Se supone, según la ley, que “el Ejecutivo
Nacional aportará al Fondo para la Estabilización Macroeconómica, una vez
deducido el monto que corresponde a la asignación constitucional al sistema
de justicia, la totalidad de la diferencia en exceso entre la sumatoria de los
ingresos fiscales de origen petrolero, en dólares de los Estados Unidos de
América, efectivamente percibidos, y el promedio de dichos ingresos en los
últimos tres años calendario” (República Bolivariana de Venezuela, 2003:
artículo 12). Pero, en la reforma del 2005 se suspendió (artículo 1) durante
un lapso de cinco años a partir de su promulgación, la vigencia de los
requisitos para que el gobierno pudiera retirar fondos del mismo
(fundamentalmente relativos a la cuantía y las circunstancias factibles para
ello). Esto explica en buena parte el por qué de los resultados mostrados en
el Cuadro Nº 3.
13 La cronología del ahora FEM es la siguiente: el decreto (N° 2.991) con fuerza y rango de ley que creó el Fondo de Inversión para la Estabilización Macroeconómicas se promulgó por primera vez el 04/11/1998 y publicado en Gaceta Oficial N° 36.575 del 05/11/1998). Luego, fue modificado el 20/05/99 (Decreto N° 146 publicado en la Gaceta Oficial N° 36.722 del 14/06/1999). Nuevamente se modificó el 04/10/01 (Decreto N° 1.478, publicado en la Gaceta Oficial N° 37.303 del 15/10/2001 y reimpreso en la Gaceta Oficial N° 37.308 del 22 de octubre de 2001). El 11/10/02 (mediante la Ley de Reforma Parcial del Decreto N° 1.478 publicado en la Gaceta Oficial N° 37.547 del 11 de octubre de 2002). Este mismo años, con fecha 07/01/03 (Ley de Reforma Parcial del Decreto N° 1.478, publicado en la Gaceta Oficial N° 37.604 del 07/01/2003). Más adelante ocurrió lo propio el 04/04/03 (Ley de Reforma Parcial del Decreto N° 1.478 publicado en la Gaceta Oficial N° 37.665 del 04/04/2003). Se encuentra también en la revisión bibliográfica una Ley de Creación del FEM, publicada en Gaceta Oficial N° 37.827, de fecha 27/11/2003. Por último, hubo una modificación de la Ley de Creación del FEM, que fue publicada en Gaceta Oficial N° 38.286, de fecha 04/10/2005. En esas sucesivas modificaciones generalmente se afectaba la fórmula de cálculo de los recursos que debían transferirse al FIEM o FEM, así como también se relajaban las exigencias -coyuntural o definitivamente- para disponer de ellos. 14 Si quedara duda de ello, léase lo dispuesto en el Decreto con fuerza de Ley Nº 5.313, en el nuevo artículo 26 de la de Reforma Parcial de la legislación que crea el Fondo para la Estabilización Macroeconómica, ahora redactado en los siguientes términos: "No se causarán ingresos al Fondo para la Estabilización Macroeconómica en el periodo correspondiente al ejercicio fiscal 2006, a los fines de proveer a la aplicación de las reglas y desarrollos institucionales contemplados en este decreto con Rango, Valor y Fuerza de Ley". Esto explica, al comparar la cifra del 2005 mostrada en el cuadro Nº 3 con los US$ 768 millones que había en el FEM al cierre del 2006, el por qué apenas aumentó ligeramente el dinero apartado al FEM (en 4,92, según cálculos propios).
87
Cuadro Nº 3
Saldo Crecimiento Año (MM US$) interanual (en %)1999 215 ---2000 4.588 2.033,952001 6.227 35,722002 2.857 -54,122003 700 -75,502004 710 1,432005 732 3,10
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Venezuela: saldos finales del Fondo de Estabilización Macroeconómica(FEM) y crecimiento porcentual anual, 1999-2005
Si se considera que el fin último del Fondo era el de neutralizar el efecto de
los excedentes del ingreso petrolero por encima de las estimaciones
presupuestarias, las sucesivas transformaciones del FEM (e incluso la
posterior creación del FONDEN) terminaron por convertir a aquél en una
especie de “caja chica” (no en cuantía, desde luego) del fisco nacional. Llama
la atención que en el 2005, de acuerdo con lo expresado por el BCV, “la
gestión fiscal estuvo favorecida por una importante afluencia de recursos
petroleros, la cual, aunada a una recaudación interna superior a la meta
establecida para el año en 42,1%, condujeron al resurgimiento de un
superávit financiero” (BCV, 2006b). Cálculos propios estiman un superávit
fiscal para el gobierno central este año del 42%.
Para dejar todavía más clara la voracidad fiscal de gobierno, considérese lo
ocurrido en el transcurso del I trimestre del 2007, no obstante que este año
no sea objeto de evaluación en este trabajo: el déficit fiscal de Venezuela
alcanzó, según cifras del BCV, 7,97 billones de bolívares (unos 3,7 millardos
de dólares). Evidentemente que aún en un escenario de caída de precios
petroleros, o de la producción doméstica, o de ambas, el gasto público no
88
parece marchar hacia una disminución. Esto, evidentemente seguirá
aumentando la liquidez monetaria y por ende, las presiones inflacionarias.
A manera de síntesis puede afirmarse que, si bien el gobierno consiguió a
través de la política fiscal, cambiaria y monetaria importantes incrementos en
el PIB, los resultados en cuanto a la lucha contra la inflación son reprobables.
Quedó argumentado que el exceso de dinero puesto en circulación,
fundamentalmente vía gasto público, mantiene severas presiones
inflacionarias en la economía venezolana. Tal situación supone la búsqueda
de políticas alternativas (no excluyentes a las implementadas hasta ahora)
por el actual gobierno. Una de ellas podría ser la propuesta hecha por
Palacios (2006), que consiste en crear un Fondo de Estabilización y Ahorro
Petrolero (FEAP). En esencia, se trata de una política orientada al
crecimiento, disminución de la pobreza y mejora de la equidad. La
conformación del FEAP no estaría desarticulada de las políticas
macroeconómicas y de desarrollo, las que en palabras del autor deberían
seguir como lineamiento la recuperación del impulso productivo en el sector
petrolero. Esto requiere además mejorar la productividad, estimulando el
uso eficaz de los factores productivos y las innovaciones tecnológicas;
aunado a esto deberá alcanzarse una re-institucionalización de la economía,
incluyendo el respeto a los derechos de propiedad, que permita una dinámica
importante de la inversión privada, impulsando el crecimiento del sector a
una tasa promedio de 5% interanual en los próximos seis o siete años. Esta
es la diferencia sustancial con el modelo hasta ahora implementado.
Hausmann (2006) ya ha advertido sobre el “pobre desempeño de Venezuela
en el período 1978-2004 (y que) se acentúa desde 1998”. Según este autor,
durante las tres décadas que van desde 1978 (año en que se ubica el
colapso del modelo del capitalismo rentístico) hasta 1998 (víspera del arribo
de Chávez al poder), el producto por trabajador en la economía
venezolana cayó en un 3%. Como si esto no fuera grave, entre 1998 y el
89
2004, este indicador cayó 16%, cifra sólo comparable con las registradas en
países como Costa de Marfil y Haití. El autor señala que la explicación, si
bien no es fácil, podría encontrarse en el colapso en el valor de las
exportaciones, debido a la tendencia decreciente de las exportaciones per
cápita de Venezuela (medidas en US$ constantes), hecho vinculado con la
caída en la capacidad de importación y de consumo en Venezuela y, por
tanto, con el colapso en la actividad económica. Tal comportamiento
contrasta con lo ocurrido durante el lapso 1998 hasta el 2005, cuando las
exportaciones per cápita del país aumentaron en términos reales. El escaso
crecimiento económico de este último periodo sólo puede explicarse por el
carácter monoproductor de la economía. Según el autor, “para un nivel dado
de desarrollo económico, mientras más sofisticado sea el paquete de
exportación de un país, más alto será el crecimiento futuro”. Y esto está lejos
de producirse en Venezuela.
90
CONCLUSIONES
La inflación en Venezuela es un fenómeno relativamente reciente. Se
remonta en esencia a los inicios de la década de 1980, cuando luego de
agotado el modelo de acumulación capitalista basado en la renta petrolera, la
economía comenzó a sentir los efectos de un creciente gasto público -que se
había iniciado con el boom petrolero a inicios de la anterior década-. La
presión inflacionaria fue contenida en aquel momento, fundamentalmente,
mediante políticas de precios administrados y de subsidios.
La mayoría de los autores que han estudiado el fenómeno de la inflación en
Venezuela (Guerra et al., 2002; Guerra, 2003, Guerra et al., 996; Arreaza y
Pedauga, 2003; Olivo, 2004; Dorta et al., 2002) han encontrado evidencias
empíricas que dan cuenta de la estrecha relación que existe entre la oferta
monetaria y la inflación. No obstante, a pesar de que los niveles de este
fenómeno en el país han sido bajos si se miran desde una perspectiva
histórica, en comparación con la registrada en otros países de América
Latina y del mundo, no es menos cierto que las tasas registradas en años
recientes justamente superan a las de la mayoría de aquéllos.
Como se ha ilustrado a lo largo del presente estudio, la principal fuente que
alimenta la oferta monetaria en Venezuela han sido las exportaciones
petroleras, variable que a su vez ha resultado ser en los últimos lustros la
principal fuente de ingresos fiscales del país. Vía gasto público estos
recursos se han canalizado al caudal de la liquidez, que a pesar de los
controles de precios, práctica que se retoma -luego de haberse olvidado en
1989- como eje central de la lucha anti-inflacionaria del actual gobierno. Esto
revela la existencia de un componente estructural que, junto a la baja
91
productividad del trabajador promedio venezolano, explican en buena medida
por qué a pesar del caudal de recursos monetarios recibidos en los últimos
años el desempeño económico no ha sido sostenidamente creciente. Si a
esto se aúna la dependencia monoexportadora y la baja calidad del gasto
público, orientado en esencia al gasto corriente en detrimento de la inversión;
a los desestímulos constantes hacia la actividad privada (institucionalidad
débil, violación de normativas, inseguridad jurídica, aumentos compulsivos en
lugar de salarios concertados), desarrollan en conjunto un escenario en
donde la producción doméstica -excluido el petróleo- no ha crecido a la
velocidad que lo ha hecho el poder adquisitivo de los consumidores
venezolanos. Si a esto se suma el anclaje cambiario -como el segundo de los
pilares de la política inflacionaria-, el diagnostico revela una situación de
delicada salud en la economía venezolana. Contrario a lo expresado por los
funcionarios del Ejecutivo y por las autoridades monetarias, Venezuela aún
no ha superado el periodo inflacionario iniciado en la década de 1980 sino
que, por el contrario, los signos de su continuidad se hacen cada día más
evidentes. Al final de cuentas y en términos de sentido común -más que por
las razones teóricas suficientemente explicadas en este trabajo- la inflación
que se está registrando en Venezuela en los últimos años es inducida
principalmente por la creciente demanda de bienes transables, a su vez
impulsada por el caudal de ingresos recibidos vía los altos precios mundiales
del petróleo.
Parte importante de estos ingresos se pretendió controlar con la creación del
FIEM (luego rebautizado como FEM) y, más recientemente, con la creación
del FONDEN. Estas iniciativas, que en el papel parecían un buen intento por
canalizar este superávit monetario, al establecerse en la propia normativa
que sus recursos serían destinados a paliar la volatilidad de estos ingresos
en el futuro, cuando pudieran contraerse -el primero- o a proyectos de
92
inversión socio-económicos -en el caso del segundo-. Sin embargo, las cifras
analizadas dan cuenta que parte importante de esos ingresos han sido
inyectados en la economía por la vía del gasto público corriente, en franco
crecimiento, obedeciendo quizás más a la oportunidad de obtener réditos
políticos para el gobierno que a un verdadero programa desarrollo económico
y humano, como se ha pretendido -en intención, al menos- alcanzar con la
política económica a partir del año 2001.
Los efectos del incremento constante de la liquidez monetaria se han
reflejado sobre la inflación, al tiempo que el poder adquisitivo real del
consumidor venezolano ha sufrido disminuciones sustantivas, no obstante los
ajustes salariales nominales vía decreto registrados a partir del año 2001. Del
análisis gráfico comparativo realizado a partir de las principales variables
macroeconómicas de la economía venezolana, se pudo apreciar que las
exportaciones petroleras durante el periodo 1999 al 2005 han mostrado un
comportamiento análogo al de la inflación. Desde luego, otras variables como
las mencionadas en el párrafo precedente y a lo largo del trabajo, tanto del
tipo político como económico, pudieron haber influido y modificado tal
comportamiento.
A manera de síntesis se puede afirmar que las evidencias dan cuenta de que
la inflación está influenciada por las exportaciones petroleras y que éstas, a
su vez, influyen sobre la liquidez monetaria. Los análisis estadísticos para
verificar dicha relación están fuera del alcance del presente estudio. En
general se encontró que durante todo el período estudiado, particularmente
entre 1999 al 2005, cada vez que se produjo una disminución en las tasas de
inflación, el PIB experimentó un aumento.
93
Es importante también destacar el efecto que el control de cambio adoptado
desde el 2003 ha tenido sobre el comportamiento de las variables objeto de
estudio, principalmente la sobre la liquidez monetaria y la inflación. Lejos de
diluir la presión sobre los precios, lo que logrado es represarla. Esto se ha
manifestado particularmente en los últimos meses, cuando la brecha entre el
tipo de cambio oficial y el del mercado negro ha alcanzado niveles cercanos
al 100% del valor nominal. También debe mencionarse que la creación y
puesta en funcionamiento del FIEM y del FONDEN pueden explicar en parte
lo ocurrido en el comportamiento de la liquidez monetaria, en particular la
escasa correlación gráfica entre las variables liquidez monetaria e inflación –
en el caso de los años 2000 y 2003-.
Como consideración final es importante destacar que si bien en Venezuela
persiste un estado de inflación permanente, tanto el BCV como el Ejecutivo
han puesto en práctica políticas y planes que tienen como fin último, combatir
la inflación. El camino tomado, a la luz de las discusiones aquí realizadas, no
parece ser el más adecuado. Una alternativa adicional podría ser la adopción
de un tipo de cambio flexible (por ejemplo, como el sistema de bandas
adoptado previamente), para dar oportunidad a que las fuerzas del mercado
regulen los precios e impulsen la producción nacional, sin que se tenga que
depender de la protección artificial de regulación de precios de artículos de
primera necesidad, de controles de cambio o de otorgamientos de divisas
burocráticos que entorpecen el libre funcionamiento de la economía. Estas
prácticas, más que un instrumento de aplicación de políticas económicas,
han devenido en instrumentos políticos y en fallos de gobierno. Finalmente
es menester que se prime el respeto a la institucionalidad (a las leyes
vigentes, a la autoridad delegada por la Ley en la autoridad monetaria), a la
propiedad e iniciativas privadas; lo es también la celebración de contratos
colectivos basados en la conciliación o negociación de intereses y no por
94
imposición; como epílogo, se precisa la transformación del FEM en un
verdadero fondo de manejo de excedentes de ingresos fiscales, la
orientación del gasto público hacia la inversión productiva y desarrollo de
incentivos a la iniciativa privada, entre otras políticas, podrán inducir halos en
sentido contrario para aliviar la presión inflacionaria que se esconde tras el
velo de los controles de cambio y de precios. Sólo así podrá hablarse en el
país del “destierro” definitivo de la inflación, o lo que es lo mismo, de la
superación del episodio iniciado justamente con el boom de precios que hoy
se repite de nuevo -pero acentuado- en la historia económica venezolana.
95
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ANEXOS
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Tabla de Datos Grafico No. 1Año M2 Expor1999 19,95% 57,81%2000 27,81% 79,79%2001 4,25% -14,94%2002 15,30% 81,85%2003 57,54% 16,82%2004 50,36% 79,06%2005 52,70% 63,75%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Tabla de Datos Grafico No. 2Año M2 IPC1999 19,95% 20,03%2000 27,81% 13,40%2001 4,25% 12,30%2002 15,30% 31,20%2003 57,54% 27,10%2004 50,36% 19,20%2005 52,70% 14,40%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Tabla de Datos Grafico No. 3Año Expor IPC1999 57,81% 20,03%2000 79,79% 13,40%2001 -14,94% 12,30%2002 81,85% 31,20%2003 16,82% 27,10%2004 79,06% 19,20%2005 63,75% 14,40%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Tabla de Datos Grafico No. 4
Año M2 Expor IPC1999 19,95% 57,81% 20,03%2000 27,81% 79,79% 13,40%2001 4,25% -14,94% 12,30%2002 15,30% 81,85% 31,20%2003 57,54% 16,82% 27,10%2004 50,36% 79,06% 19,20%2005 52,70% 63,75% 14,40%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
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Tabla de Datos Grafico No. 5
Año M2 PIB1999 19,95% -6,00%2000 27,81% 3,70%2001 4,25% 3,40%2002 15,30% -8,90%2003 57,54% -7,80%2004 50,36% 18,30%2005 52,70% 10,30%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Tabla de Datos Grafico No. 6
Año IPC PIB1999 20,03% -6,00%2000 13,40% 3,70%2001 12,30% 3,40%2002 31,20% -8,90%2003 27,10% -7,80%2004 19,20% 18,30%2005 14,40% 10,30%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Tabla de Datos Grafico No. 7
Año Expor PIB1999 57,81% -6,00%2000 79,79% 3,70%2001 -14,94% 3,40%2002 81,85% -8,90%2003 16,82% -7,80%2004 79,06% 18,30%2005 63,75% 10,30%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
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Tabla de Datos Grafico No. 8Año M2 Expor IPC PIB1999 19,95% 57,81% 20,03% -6,00%2000 27,81% 79,79% 13,40% 3,70%2001 4,25% -14,94% 12,30% 3,40%2002 15,30% 81,85% 31,20% -8,90%2003 57,54% 16,82% 27,10% -7,80%2004 50,36% 79,06% 19,20% 18,30%2005 52,70% 63,75% 14,40% 10,30%
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)
Tabla de Datos Grafico No. 9Año Export Pet MM Bs. M2 MM Bs.1999 10.848.464 12.740.8362000 19.504.832 16.284.5782001 16.591.435 16.976.3642002 30.171.715 19.573.3692003 35.246.400 30.835.9752004 63.112.320 46.363.6722005 103.348.350 70.795.981
Fuente: elaboración propia, con base en BCV (varios años)