efectos de la demanda estadounidense y del gasto público...

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ECONOMÍA ACTUAL 13 Año 9, Núm. 4 / octubre-diciembre 2016 Efectos de la demanda estadounidense y del gasto público sobre la actividad productiva de México, 2005-2016 Marlen Rocío Reyes Hernández Pablo Mejía Reyes* * Profesores-Investigadores del Centro de Investigación en Ciencias Económicas, Facultad de Economía, Universidad Autónoma del Estado de México. Los autores agradecen la asistencia de investigación de Jessica Álvarez Colín. Correo electrónico: [email protected] y pmejiare@uaemex. mx, respectivamente. Introducción Durante las últimas décadas la economía mexicana ha experimentado diferentes ritmos de crecimiento deter- minados, principalmente, por la dinámica de la econo- mía de los Estados Unidos (EE.UU.): específicamente, los altos volúmenes de transacciones económicas que se llevan a cabo entre ambas economías ha llevado a un alto grado de sincronización de sus ciclos econó- micos (Mejía y Erquizio, 2012). Adicionalmente, como es natural, el PIB se ha visto afectado por una amplia variedad de factores entre los que destaca el gasto pú- blico, que si bien no ha sido una fuente central para explicar su crecimiento, sí ha contribuido a ampliar sus fluctuaciones cíclicas, especialmente durante las rece- siones, dado su carácter pro-cíclico (Burnside y Mesh- cheryakova, 2005). En este contexto, en el presente documento se ana- liza el papel que han desempeñado la demanda estadou- nidense y el gasto público, fuertemente condicionado por los ingresos petroleros, en el crecimiento de la eco- nomía mexicana. Para poner en perspectiva los posibles efectos de los recortes recientes del gasto público, el pe- riodo de estudio se extiende desde 2005 hasta lo que va del 2016, lo cual permite captar los efectos de las altas variaciones de los precios del petróleo. El resto de este documento contiene tres seccio- nes. En la primera se aborda la relación entre el creci- miento de la producción de los dos países involucrados, así como el papel que ha desempeñado el comercio ex- terior, en tanto que en la segunda se analiza la dinámi- ca del gasto público y sus posibles efectos sobre el PIB nacional. Finalmente, se establecen las conclusiones principales. 1. Integración internacional y efectos de la demanda estadounidense Históricamente la economía mexicana ha estado estre- chamente vinculada con la de EE.UU., sobre todo des- pués de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comer- cio de América del Norte (TLCAN) en 1994. La inver- sión extranjera directa, las remesas, el turismo y, sobre todo, el comercio exterior han condicionado la sincro- nización de los ciclos económicos de ambas economías

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ECONOMÍA ACTUAL

13Año 9, Núm. 4 / octubre-diciembre 2016

Efectos de la demanda estadounidense y del gasto público sobre la actividad

productiva de México, 2005-2016Marlen Rocío Reyes Hernández

Pablo Mejía Reyes*

* Profesores-Investigadores del Centro de Investigación en Ciencias Económicas, Facultad de Economía, Universidad Autónoma del Estado de México. Los autores agradecen la asistencia de investigación de Jessica Álvarez Colín. Correo electrónico: [email protected] y [email protected], respectivamente.

Introducción

Durante las últimas décadas la economía mexicana ha experimentado diferentes ritmos de crecimiento deter-minados, principalmente, por la dinámica de la econo-mía de los Estados Unidos (EE.UU.): específicamente, los altos volúmenes de transacciones económicas que se llevan a cabo entre ambas economías ha llevado a un alto grado de sincronización de sus ciclos econó-micos (Mejía y Erquizio, 2012). Adicionalmente, como es natural, el PIB se ha visto afectado por una amplia variedad de factores entre los que destaca el gasto pú-blico, que si bien no ha sido una fuente central para explicar su crecimiento, sí ha contribuido a ampliar sus fluctuaciones cíclicas, especialmente durante las rece-siones, dado su carácter pro-cíclico (Burnside y Mesh-cheryakova, 2005).

En este contexto, en el presente documento se ana-liza el papel que han desempeñado la demanda estadou-nidense y el gasto público, fuertemente condicionado por los ingresos petroleros, en el crecimiento de la eco-nomía mexicana. Para poner en perspectiva los posibles efectos de los recortes recientes del gasto público, el pe-riodo de estudio se extiende desde 2005 hasta lo que va del 2016, lo cual permite captar los efectos de las altas variaciones de los precios del petróleo.

El resto de este documento contiene tres seccio-nes. En la primera se aborda la relación entre el creci-miento de la producción de los dos países involucrados, así como el papel que ha desempeñado el comercio ex-terior, en tanto que en la segunda se analiza la dinámi-ca del gasto público y sus posibles efectos sobre el PIB nacional. Finalmente, se establecen las conclusiones principales.

1. Integración internacional y efectos de la demanda estadounidense

Históricamente la economía mexicana ha estado estre-chamente vinculada con la de EE.UU., sobre todo des-pués de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comer-cio de América del Norte (TLCAN) en 1994. La inver-sión extranjera directa, las remesas, el turismo y, sobre todo, el comercio exterior han condicionado la sincro-nización de los ciclos económicos de ambas economías

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Efectos de la demanda estadounidense y del gasto público sobre la actividad productiva de México, 2005-2016

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al fungir como mecanismos cen-trales en la transmisión de los cho-ques de la segunda a la primera.1 En particular, durante la última década el Producto Interno Bruto (PIB) de ambos países se ha comportado de manera muy similar, como se ve en la gráfica 1.2

Si bien la economía mexicana presentó un repunte en el primer trimestre de 2006 (asociado prin-cipalmente al crecimiento de las exportaciones de crudo y de los ingresos por remesas), desde 2005 se observa una desaceleración ex-plicada por un patrón similar en la producción y las importaciones estadounidenses que tuvo sus orí-genes en la incertidumbre deriva-da de la sostenibilidad del auge del sector inmobiliario y el alto grado de apalancamiento de las economías desarrolladas.3 Como es bien sabido, la situación culminó con la Gran Recesión de 2008-2009 que generó tasas de crecimiento mínimas de la producción de México y EE.UU. en el segundo trimes-tre de 2009, cuando alcanzaron -7.9 y -4.1%, en tanto que las cifras correspondientes de las exportaciones del primero y las importaciones del segundo fueron de -33.0 y -30.0%, respectivamente.

Después del “rebote” en la producción y el co-mercio exterior que siguió a la recesión en ambas eco-nomías, se presentó una desaceleración constante en la actividad productiva, resultante de factores como las menores tasas de crecimiento de la economía china, el estancamiento o la recesión de varios países euro-peos y algunos emergentes, y la apreciación del dólar

1 Véanse Mejía y Silva (2014) y las referencias ahí citadas. 2 La información del PIB y de las exportaciones de México se

obtuvo de INEGI (http://www.inegi.org.mx>, (19 de agosto de 2016) y la del PIB y las importaciones de EE.UU. del Bureau of Economic Analysis (< http://www.bea.gov>, (19 de agosto de 2016).

3 Véase Mejía y Erquizio (2012) para un análisis de los factores que explican las recesiones y expansiones de este periodo de análisis, incluyendo la incierta recuperación actual.

a consecuencia de la entrada de capitales a EE.UU. en busca de mayor seguridad ante un entorno altamente volátil (Mejía, 2016). Las tasas de crecimiento de las importaciones y del PIB estadounidenses alcanzaron 26.0 y 2.7% a principios de 2010, respectivamente, en tanto que, como reacción, las exportaciones y el pro-ducto mexicano llegaron a 30.0 y 6.7%, respectivamen-te. Desde ese valor máximo la tasa del PIB estadouni-dense bajó hasta alrededor de 1% durante los primeros trimestres de 2013 en tanto que las tasas de las impor-taciones descendieron hasta valores ligeramente por debajo de 0%. Como consecuencia, el PIB y las expor-taciones de México tuvieron tasas similares a las de su vecino del norte.

La ligera recuperación que siguió a esta desace-leración terminó a principios de 2015. La tasa del PIB de EE.UU. bajó nuevamente de 2.9 a 1.9% entre el pri-mer trimestre de 2015 y el segundo de 2016, mientras que la de sus importaciones disminuyó de -1.2 a -3.6% en el mismo intervalo. Las explicaciones de este com-portamiento siguen siendo la débil demanda mundial y la apreciación del dólar. La producción de México, como consecuencia, ha presentado tasas más o menos constantes de alrededor de 2.4%, mientras que sus ex-portaciones han reducido su ritmo de crecimiento de

Gráfica 1

PIB de México, PIB de Estados Unidos, exportaciones mexicanas e importaciones de Estados Unidos, 2005.1-2016.2

(Tasas anualizadas de crecimiento)

Las importaciones de Estados Unidos y las exportaciones de México se miden en el eje

de la derecha.

Fuente: Elaboración propia con información de INEGI y de Bureau of Economic Analysis.

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Marlen Rocío Reyes Hernández y Pablo Mejía Reyes

15Año 9, Núm. 4 / octubre-diciembre 2016

3.0% en el tercer trimestre de 2013 a -8.6% en el segundo de este año como consecuencia de esa menor demanda y, especialmente, de la caída de los ingresos por concepto de ventas de petróleo asociadas a la reducción de su precio (Reyes y Mejía, 2016; Mejía, 2016).

2. Política fiscal y gasto público en México

Desde los inicios de la implemen-tación de las reformas estructurales a principios de los años ochenta, en México se ha seguido una polí-tica de disciplina fiscal claramente pro-cíclica. Con base en la conten-ción sistemática del gasto público, ante la estrechez es-tructural de la base tributaria4 y la alta dependencia de los ingresos petroleros, desde hace aproximadamente diez años se ha buscado tener un déficit mínimo e inclu-so un saldo positivo con la intención de consolidar los fundamentos macroeconómicos.5 En especial, durante la última década los ingresos petroleros, fuertemente condicionados por el precio del crudo (Reyes y Mejía, 2016), han desempeñado un papel central en el manejo del gasto público y, en cierta medida, en la dinámica de la economía.

Como se ve en la gráfica 2, el crecimiento del gas-to público muestra una tendencia positiva al menos hasta principios del 2009, lo cual coincide, en general,

4 La recaudación tributaria de México, que fluctúa entre 16 y 19% del PIB, se encuentra entre las más bajas de los países miembros de la Organización para la Cooperación y el Desa-rrollo Económico (OCDE), que oscila alrededor del 35% del PIB, según cifras de la misma institución. <https://www.oecd.org> (20 de agosto de 2016).

5 En el 2006 se aprobó la Ley Federal de Presupuesto y Respon-sabilidad (LFPRH) donde se establece que el gasto neto total deberá contribuir al equilibrio presupuestario. Al respecto, el Reglamento de la Ley Federal de Presupuesto y Responsabi-lidad Hacendaria (RLFPRH) es más específico al considerar que el déficit presupuestario deberá ser igual a cero, aunque excluyendo la inversión llevada a cabo por Pemex.

con el aumento sostenido del precio del petróleo. De hecho, la consecuente acumulación de recursos petro-leros permitió la instrumentación por primera vez en décadas de una política contra-cíclica para enfrentar la Gran Recesión, aunque con efectos modestos (Vi-llagómez y Navarro, 2010).6 La caída de los ingresos petroleros y la idea de que se debían enviar señales a los mercados de que México mantendría fundamentos macroeconómicos sólidos, el gasto se contuvo hacia la segunda mitad de 2009.

Posteriormente, la economía empezó a recuperase y el precio del crudo comenzó a subir nuevamente, lo cual favoreció la relajación de la política fiscal, excepto durante 2013 cuando el gasto tuvo una caída del 6%, lo que resulta difícil de explicar. Se podría conjeturar que ese recorte se debe al ajuste postelectoral en la lógica del ciclo político-presupuestal o simplemente que se explica por la inexperiencia del nuevo equipo de gobierno du-rante lo que podríamos llamar el “año del noviciado”. Al final del periodo, aunque es notorio el comportamiento altamente volátil de la tasa de crecimiento anualizada del gasto público, se aprecia una clara tendencia a su re-ducción desde 2015.

6 Durante 2009, el gasto presupuestario representó 25.6% del PIB, lo que significó un crecimiento de 3.8 puntos porcentua-les respecto al 2007.

Gráfica 2

Gasto público y PIB de México, 2005.1-2016.2(Tasas anualizadas de crecimiento y media móvil)

MM se refiere a la media móvil de 3 meses

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público (2016) e INEGI (2016).

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Efectos de la demanda estadounidense y del gasto público sobre la actividad productiva de México, 2005-2016

16 Año 9, Núm. 4 / octubre-diciembre 2016

Como se mencionó anteriormente, el gasto públi-co muestra un comportamiento muy volátil, por lo que en la gráfica 3 se presentan sus medias móviles centradas de 3 periodos para suavizar las series. Como se observa, la dinámica de los componentes del gasto es muy simi-lar a la del gasto total, aunque la variación de sus tasas de crecimiento es diferente. Además, se puede observar que desde principios del 2009 el gasto público ha decre-cido continuamente, aunque con algunos repuntes y a tasas modestas. En particular, el gasto corriente explica la recuperación del gasto total en la medida que permite contrarrestar los continuos recortes y el estancamiento del gasto de capital. De hecho, en la última década, las participaciones del gasto corriente y de capital en el PIB han mostrado un crecimiento de 3.3 y 2.3 puntos por-centuales, respectivamente.7

A su vez, el comportamiento del gasto de capital es explicado, en gran parte, por la inversión física que muestra las tasas de crecimiento más altas en el 2009 y 2014. El efecto más drástico del ajuste de la inversión bruta del gobierno sobre el gasto público se muestra durante los últimos años. Simplemente, la inversión paso de una tasa de 73.2% en el segundo trimestre del

7 Cifras de Secretaría de Hacienda y Crédito Público < http://www.gob.mx/hacienda> (19 de agosto de 2016).

2009 a una de -14.5% en el mismo periodo de este año, en tanto que las cifras correspondientes al gas-to público fueron de 7.2 y 6.0%, respectivamente.

En el segundo trimestre del 2016, es de notar un ligero repun-te del gasto público y sus com-ponentes, a excepción del gasto en inversión física, el cual puede explicarse, por un lado, al incre-mento que presentaron los ingre-sos presupuestarios, en particular de los tributarios que presentaron un crecimiento de 10.7% respecto al mismo periodo del año anterior (Secretaría de Hacienda y Crédito Público, 2016); y por otro lado, a la forma en que están construidas

las leyes fiscales, en donde hay ingresos con destino es-pecífico. Por ejemplo, las participaciones a los estados, cuyos montos son fijados en la Ley de Coordinación Fiscal y se determinan mediante una formula espe-cífica, crecieron 1.8% en el primer semestre de 2016 (Quintana, 2016).

En resumen, el comportamiento del gasto públi-co ha estado asociado a la dinámica de la producción, aunque no parece haber sido su determinante más importante. Por ejemplo, antes y durante los primeros meses de la Gran Recesión, el gasto público tuvo un comportamiento distinto al de la economía: mientras el PIB crecía a tasas menores y después decrecía signi-ficativamente, el gasto aumentaba de manera sosteni-da. Más todavía, aunque el crecimiento sustancial del gasto pudo haber apoyado la salida de la economía de la recesión, a juzgar por la magnitud de la caída del PIB (-7.9% en 2009.II) su efecto parece haber sido más bien modesto, en el mejor de los casos (Villagómez y Navarro, 2010). A su vez, durante los últimos años el menor crecimiento de EE.UU. ha provocado una dis-minución de nuestras exportaciones, lo que, a su vez, ha ocasionado el estancamiento del crecimiento del PIB, tendencia reforzada por la caída de los ingresos y del gasto públicos resultantes del desplome del precio del petróleo.

Gráfica 3

Gasto público y sus principales componentes, 2005.1-2016.2(Medias móviles de tres periodos de las tasas anualizadas de

crecimiento)

El gasto público total y el corriente se miden en el eje de la derecha. Los datos del primer

y último trimestre del periodo corresponden a los valores observados.

Fuente: Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

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Marlen Rocío Reyes Hernández y Pablo Mejía Reyes

17Año 9, Núm. 4 / octubre-diciembre 2016

Conclusiones

La apertura de la economía mexicana ha generado una gran dependencia con el entorno internacional, sobre todo con la economía de EE.UU., lo que se refleja en la elevada sincronización de sus ciclos económicos. En términos simples, esto significa que las fluctuaciones de la actividad económica de México se explican por las que experimenta nuestro poderoso vecino.

En este contexto, la política fiscal ha tenido un papel modesto en la amortiguación de los efectos del entorno internacional debido al escaso margen de maniobra que se tiene en el manejo del gasto público como resultado de la fuerte dependencia de los ingre-sos petroleros ante una baja captación tributaria. En ese sentido, el comportamiento del gasto ha respondi-do principalmente a la disponibilidad de recursos, lo que ha llevado a que su dinámica haya simplemente reforzado los efectos de la menor demanda externa de los últimos años.

Bibliografía

Burnside, C. y Y. Meshcheryakova (2005). “Mexico: a case study of procyclical fiscal policy”, en C. Burnside (comp.), Fiscal sustainability in theory and practice. A handbook, The World Bank, Washington, pp. 133-174.

Mejía, P. (2016). “Actividad productiva en México en un con-texto internacional adverso, 2011-2016”, Economía Ac-tual, Núm. 3, Año 9, pp. 14-18.

Mejía, P. y A. Erquizio (2012). Expansiones y recesiones en los es-tados de México, UNISON-Pearson-UAEM, Hermosillo.

Mejía, P. y D. Silva (2014). “Sincronización internacional de los ciclos del empleo de los estados de México, 1998-2012”, Paradigma Económico, año 6, núm. 2, pp 59-93.

Reyes, M. y P. Mejía (2016). “Efectos del precio internacional del petróleo en los ingresos públicos en México, 2005-2016”, Economía Actual, Núm. 3, Año 9, pp. 14-18.

Villagómez A. y L. Navarro (2010). Política Fiscal Contrací-clica en México durante la crisis reciente: un análisis preliminar, Centro de Investigaciones y Docencia Eco-nómica, documentos de trabajo, núm. 475.

Quintana, E. (2016). “Mayor claridad en datos fiscales”, El Fi-nanciero, Año XXXV, Núm. 9660, p. 2.

Informes: Facultad de EconomíaCerro de Coatepec s/n, Ciudad Universitaria. C. P. 50100, Toluca, México. Tel. (722) 213 1374 y 214 9411

Licenciatura en

Relaciones económicas internacionalesModalidad no escolarizada(a distancia)