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EDUCACIÓN y DESARROLLO EN BARRANQUILLA

A FINALES DEL SIGLO XIX

Juan Guillermo Restrepo Arteaga *

Tenemos que educar algunas generaciones de colom-bianos -dos por lo menos- para llegar a esa cima.(Rafael Núñez. El Porvenir: Cartagena, 1889).

Introducción

A l comenzar la vida republicana, y aun sin culminar las guerrasde independencia, la joven dirigencia colombiana tuvo que

asumir, dentro del reto de construir nación bajo los paradigmasde las ideas progresistas de sus inspiradores europeos ynorteamericanos, la creación de las condiciones para el desarrollode la economía y la cultura. Es así como se afronta, con decisión ygrandes sacrificios fiscales, el problema de la educación pública;principalmente la primaria, cuyas deficiencias de cobertura y bajacalidad heredaban del período colonial español. Tanto en la capitalcomo en las ciudades principales de provincia apenas sí existían

* Licenciado en Ciencias Sociales y Económicas de la Universidad del Atlántico yegresado de la Facultad de Derecho de esa misma institución; Magister en DocenciaUniversitaria de la Universidad Pedagógica Nacional y Especialista en Gestión yPlanificación en Desarrollo Urbano y Regional, en convenio Esap-Universidad delAtlántico. Actualmente es catedrático del Departamento de Historia y Ciencias Socialesde la Universidad del Norte.

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unas pocas escuelas públicas primarias. «En vísperas de laIndependencia, -nos dice Jaime Jaramillo Uribe-, Caldas, desdelas páginas del Semanario, en su "Discurso sobre la educación" selamentaba de que en una ciudad de 30.000 habitantes como SantaFe, sólo hubiera una escuela pública de primeras letras». Eldescuido oficial en la enseñanza básica era una constante en laadministración colonial española: «En las relaciones de mando delos virreyes se hacen continuas alusiones a la educación en loscolegios y universidades, pero apenas se menciona la educaciónprimaria»I.

Se entiende, por tanto, el énfasis del vicepresidente Santander,encargado de las funciones del gobierno, y del presidente Bolívarpor crear un incipiente sistema de instrucción pública durantelos primeros meses de su gestión. Es así como el 26 de octubre de1820 se expide un decreto en el que se ordena la creación de es-cuelas en todas las ciudades, villas y conventos que tuvieran recur-sos. Siguiendo las directrices del constituyente de Cúcuta de for-talecer la educación pública, Santander funda las «escuelas nor-males del método lancasteriano o de enseñanza mutua» en Bogotá,Caracas y Quit02. Entre 1822 y 1826, año, este último, de promul-gación del Plan General de Estudios Superiores que crea en estasmismas ciudades donde funcionaban las normales las primerasuniversidades republicanas, se fundan unos veinte colegios deenseñanza secundaria, distribuidos en las ciudades principalesdel vasto territorio conformado por las actuales repúblicas deVenezuela, Colombia y Ecuador. Aunque pueden discutirse losresultados económicos y en otros órdenes del gobierno del presi-dente Santander, es rescatable su gestión en el campo educativo:«Al término de su gobierno en 1936, Santander en su mensaje finalafirmaba la existencia de 1.000 escuelas, entre públicas y privadasy una población escolar de 26.000 alumnos. Es decir; 672 escuelasy 15.571 alumnos más con respecto al año en que se había iniciadosu gobierno»3. Similar es el balance presentado para la educación

1 JARAMILLO URIBE, Jaime. «El proceso de la educación, del virreinato a la

época contemporánea». En: Manual de historia de Colombia. Bogotá, InstitutoColombiano de Cultura, 1978-1980. T. 1II, p. 254.

2 HOENIGSBERG, Julio. Santander ante la Historia. Decreto de 26 de enero de

1822. Apéndice NV 3. BarranquilIa, Imprenta Departamental, 1969. T.I., p. 14-22.3 JARAMILLO URIBE, ob. cit., p. 258.

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Educación y desarrollo en Barranquilla a finales del siglo XIX

secundaria y superior durante el mismo período. «En agosto de1837 había 3.102 estudiantes en 3 universidades, 20 colegiospúblicos para varones y 6 casas de educación; 45 cursos de lenguas,46 de filosofía, 41 de leyes, 15 de teología, 13 de medicina, 2 dequímica, 1 de botánica, 2 de literatura, 3 de música, 4 de dibujo y1 de liturgia»4.

Poco se conoce en detalle de la educación en la Costa Caribedurante el período inicial republicano. Las publicaciones, por logeneral, tratan los aspectos educativos aludiendo algunos alcancesterritoriales de las normas o reformas expedidas por los gobiernoscentrales o se reducen a «decir las escuelas que nacen y las que semueren», según el historiador José Alarcón, para el caso del Mag-dalena.

En Bolívar sobresale la fundación del célebre Colegio de Pinillosy de dos escuelas de primeras letras en Mompox, por iniciativa ydonación filantrópica del español don Pedro Martínez de Pinillosy su esposa criolla doña Tomasa Nájera, hacia 1810. Por querer ygestión de sus protectores, muy pronto el colegio se transformó enel Colegio-Universidad San Pedro Apostol de Mompox, por céduladel rey Carlos IV del 10 de noviembre de 1804. Como la cédula ledaba las mismas categoría de los colegios San Bartolomé, el Rosarioy la Universidad Tomista de Santafé, esta pionera de la educaciónsuperior caribeña quedó potencialmente habilitada para otorgarlos títulos clásicos de la universidad medieval, en gramática, filo-sofía, teología, leyes y medicina. Sin embargo, su aparición coincidecon la parte final de la universidad colonial que, debido a la pobrezasocial y económica del medio y la resistencia al cambio, se encon-traba en franca decadencia. Aunque se desconocen los pormenoresde la temprana desaparición de la universidad momposina, pareceque ya no existía al finalizar la tercera década del siglo XIX, cuandoen el citado balance de la educación superior durante laadministración de Santander sólo aparecen tres universidades,debiendo corresponder a las capitalinas. En todo caso, su suertedebió estar signada por las carencias presupuestales, por eldesinterés y falta de prospectiva de los gobernantes locales, por la

4 URRUTIA, Miguel. La educación y la economía colombiana. Bogotá, La Carreta,

1979, p. 136. Citado por Jaramillo, ob. cit., 303.

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~

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«ineptitud inveterada de los gobiernos centrales» y, en general,por la sostenida crisis regional y colombiana durante el siglo XIX5.

En Cartagena, capital provincial, se inicia la vida educativarepublicana con <da apertura de la primera Escuela Náutica decarácter militar que hubo en nuestra ciudad (porque había habidootra, en los primeros días de la independencia), acto que tuvo lugar :el lunes 29 de marzo de 1824»6. Según Lemaitre, el Colegio deCartagena de Colombia de 1825 era la «reinstalación del Seminariode San Carlos»; éste, a su vez, era el reemplazo del clausuradoColegio de los jesuitas. Dos años más tarde, el Colegio de Cartagenase convierte en la Universidad de Cartagena, durante la primeraadministración de Santander. Sucesivamente, y como un reflejode las coyunturas político-administrativas ocasionadas por lasconvulsiones a lo largo del siglo, esta institución insignia de laeducación cartagenera cambia de nombre en nueve ocasiones7.

Respecto a la educación en Santa Marta y el Magdalena, elpanorama que describe uno de sus historiadores es poco alentador:«La historia de la instrucción pública en el Magdalena carece deinterés». Con excepción del breve período de duración de laUniversidad (Colegio) del Magdalena, del1Q de enero de 1868 hastacomienzos de la década siguiente, salen muy mal libradas en eltexto de Alarcón el resto de las escasas instituciones educativas.De este juicio negativo no se escapan siquiera las normales fun-dadas y dirigidas por los esposos Meisel (pedagogos alemanes) acomienzos de los setenta, debido, según este autor, al incumpli-miento de los objetivos que las habían inspirado y a la baja calidadacadémica de sus egresados8.

Además de la relación de los planteles públicos y privados del

5 Véase: FERRO BAYONA, Jesús y AMARfs, María. «En los venticinco años de laUniversidad del Norte: Orígenes y fundaciones de las universidades costeñas». En:Revista Huellas, N2 32. Universidad del Norte, Barranquilla, 1991, p. 5-21;JARAMILLO, Jaime, ob. cit., p. 290-303; BLANCO, Julio. Decenios de Mompox en laIndependencia. Barranquilla, 1960. Cap. XVI.

6 LEMAITRE, Eduardo. Historia General de Cartagena. Bogotá, Banco de la

República, 1983, T.IV., p. 30.7 FERRO BAYONAet al., Ibíd.; LEMAITRE, Ibíd.; HOENIGSBERG, Ibíd.6 ALARCÓN, José. Historia del Departamento del Magdalena (de 1825 a 1895).

Bogotá, El Voto Nacional, 1963, p. 418.

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antiguo Magdalena (que incluía también a La Guajira y el Cesar),llaman la atención los comentarios de Alarcón sobre la crisiseducativa magdalenense; sus opiniones y propuestas sobre elmanejo administrativo y financiero, y sobre la desconcentraciónde funciones. También se presentan algunas glosas sobre lasescuelas de artes y oficios, y sobre asuntos metodológicos y curri-culares.

Para Alarcón, el método de enseñanza mutua y simultánealancasteriano fue beneficioso, y como tallo hizo generalizar en lasescuelas públicas de la Nueva Granada el general Mosquera. Entanto que en la enseñanza femenina, y en los colegios de ambossexos, de carácter privado, el método educativo dominante fue elpestalozziano, centrado en la estimulación temprana del alumno,«tan destructor de Maestros»9.

Entremos ahora en el campo de la educación en Barranquilla ysus relaciones más notorias con el resto de la vida material ycultural local, tema central de este trabajolo. Resaltar el despertareducativo que se produjo en Barranquilla a fines del siglo pasadocomo una consecuencia de la evolución económica y urbanísticainterna de la ciudad no implica, necesariamente, dejar en un se-gundo plano otros factores igualmente significativos como los re-lacionados con las influencias del sistema educativo nacional, asícomo las metodologías y los componentes curriculares, que sonmuy importantes en este tipo de estudios.

No se escapa que un tratamiento como el propuesto tiene muchode arbitrario, pero éste sólo persigue hacer un examen de la temá-tica educativa como un producto histórico, en el cual no siemprees posible integrar con la misma intensidad todos los factores ycircunstancias.

\10 ,..,

\i ,9 [bid., p. 414.10 El concepto de «desarrollo» es generalmente identificado con nociones análogas

como cambio social, crecimiento económico y evolución socio-cultural. En estos sentidostradicionales se toma la palabra para los fines de este trabajo. LO dicho no desconoceque el concepto hoyes mucho más complejo: implica, además de 10 cultural, 10 ambiental,10 político y la sostenibilidad. Ver: RANGEL, Alfredo. El desarrollo regional. Santaféde Bogotá, Esap, 1995, p. 21 y ss.

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HISTORIA DE BARRANQUILLA 1

La educación pública en Barranquilla durante la Colonia y losinicios de la República, por no ser ésta un poblamiento colonial deprimer orden, difiere tanto de Cartagena como de Santa Marta. Yhabrá que esperar hasta finales del siglo XIX para que tengamosnoticias relevantes. Sus primeros logros, como se verá, más parecenser un subproducto feliz de la evolución económica y los procesosinternos de cambio que de las influencias directas derivadas delEstado durante el reformismo educativo radical. En efecto, laeducación en Barranquilla tiene un crecimiento destacado a partirdel último tercio del siglo. Coincide con desarrollos tecnológicosen infraestructura y equipamiento urbano y portuario; con incre-mentos en el comercio exportador e importador del país, y con unvigoroso crecimiento de su población.

LA EDAD DE ORO

La tradición historiográfica de la ciudad sostiene que durante elperíodo colonial y en los comienzos de la vida republicana, Barran-quilla fue apenas una aldea de libres, integrada principalmentepor unos pocos hacendados, pescadores, vaqueros, artesanos y co-merciantes en pequeña escala!!.

Un viajero que pasó por estas tierras a mediados de 1852, apartede describir la modestia arquitectónica de lo que era una pequeñavilla: «por ley todas las casas están blanqueadas y algunas son dedos pisos», nos ofrece una de las primeras noticias sobre educaciónen este sitio que, pocas décadas después, se convertía en el primerpuerto y segunda ciudad de la República. «En Barranquilla -diceHolton- hay dos escuelas para varones, una pública y otra privada,para niñas no hay ningún establecimiento que merezca ese nombre.Sin embargo, según el informe del Gobernador cualquier casa don-de dos niñas reciban clases, es una escuela, ya que afirma, en laprovincia hay cinco para unas veinte o veinticinco alumnas. Sesupone que toda la instrucción pública se basa en el sistemalancasteriano, y cuando hay cambios en él, éstos no signifcan

11 VERGARAy BAENA. Barranquilla: Su pasado y su presente. Barranquilla, Banco

Dugand, 1922; NICHOLS, Theodore. 7res puertos de Colombia. Bogotá, Banco Popular,1973; BLANCO, José Agustín. El Norte de 7};erradentro y los orígenes de Barranquilla.Bogotá, Banco de la República, 1987.

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Educación y desarrollo en Barranquilla a finales del siglo XIX

avances sino deterioro de la educación. En la escuela que visité

había una rueda enorme, pesada e inútil, de unos cinco pies de

diámetro con el alfabeto pintado alrededor,. en cambio, el maestro,

hombre joven, poseía alguna cultura y, entre otras cosas, sabía

hablar un poco de inglés»12.

Tanto como el maestro que sabía inglés en esa perdida escuela

aldeana, llama la atención en el texto de Holton el detalle de la

rueda acondicionada como alfabeto instructivo; tal vez una versión

criolla de las ayudas educativas que el método lancasteriano reque-

ría, además del buen preceptor y sus alumnos aventajados13. Algu-

nas noticias sobre el origen de las influencias del sistema educativo

colombiano se encuentran, entre otras, en la correspondencia que

sus cónsules desplazados a Europa remitían al gobierno.

Entre 1871 y 1872 Rafael Núñez envió al gobierno colombiano

desde Inglaterra una serie de informes sobre los sistemas educati- ~

vos y las tendencias pedagógicas inglesas del momento. «Nada de (~

lo expuesto es hoy una novedad -escribía-; pero conviene recordarlo ~:'~

y reproducirlo con toda la posible precisión, a fin de que sean fácil- ~

mente vulgarizadas esas fundamentales nociones, ahora que nos r-

proponemos seriamente organizar la enseñanza primaria nacional. 0-Es bueno que se sepa todo lo que significa la educación de un

pueblo, y cuál es el medio más lógico, y por lo mismo, más simple -1

de realizarla»14. De su lectura se desprende la aceptación no sólo m

de Núñez sino de la mayoría de gobernantes de la época de los n

conceptos y las técnicas de Lancaster. Aparte de ser el gran ...

pedagogo inspirador de la educación inglesa del siglo XIX, junto ~

12 HOLTON, Isaac.LaNueva Granada: Veinte años en los Andes. Bogotá, Banco de

la República, 1981, p. 36.13 Nota: En 1826 se expidió el Plan de Estudios en Colombia, surgido del Congreso

de Cúcuta, durante la administración del General Santander, bajo el método lan-castariano o de «Enseñanza mutua que estaba muy de moda en Europa". Por esamisma época grandes pedagogos europeos estuvieron visitando la nueva República.Entre ellos: el franciscano Fray Sebastián Mora, español, quien inició el métodolancasteriano en el país. El educador francés Pierre Comettant "fue enviado a lo largode las costas del Caribe para que organizara escuelas lancasterianas comprometiéndose,además, en actividades masónicas por los lugares visitados>,. Y el propio JosephLancaster, quien vino de Inglaterra a Caracas por invitación expresa de Bolívar. Véase:BUSHNELL, David. El Régimen de Santander en la Gran Colombia. Bogotá, TercerMundo -Universidad Nacional, 1966, p. 212-213.

14 NÚÑEz, Rafael. Ensayos de Critica Social. Universidad de Cartagena, Facultad

de Ciencias Humanas. Medelljn, Lealón, 1994, p. 221.

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HISTORIA DE BARRANQUILLA

con Bell y Pestalozzi. Lancaster los superaba por la amplitud y j

tolerancia ideológica de su sistema y, sobre todo, por la disminuciónde los costos de sus centros educativos15. Es comprensible, entonces,que este sistema tan apoyado en la instrucción pública primariapor ellaicisismo liberal, sobreviviera hasta la reforma radical dela década de los setenta del siglo XIX, pasando la prueba del planeducativo de Mariano Ospina Rodríguez (1844), caracterizado comode corte confesionalista, apoyado en la pedagogía de los jesuitas.En Ospina, como en otros conservadores de su generación, contodo y las diferencias culturales e ideológicas respecto de los libe-rales de la época, primaba su insoslayable admiración por elsistema educativo británico como modelo para Colombia. «A pesarde que en el plano de la ética y de la teoría del derecho público[Ospina] rechazaba el principio utilitario de Bentham, toda su ideade la educación estaba orientada por la idea de formar una síntesisentre el humanista y el técnico, entre el letrado y el hombre de

negocios»16.

Desde mediados del siglo XIX lentamente Barranquilla comien-za a evolucionar como resultado de factores atribuibles, en parte,a las competencias del naciente Estado republicano, así como detransformaciones progresistas endógenas. En el marco de las políti-cas del Partido Liberal, triunfante en las elecciones de 1848, se ;producen hacia 1850 una serie de reformas que buscan «realizaren un breve espacio todas las promesas no cumplidas de la revolu-ción de independencia»lZ Con los medios al alcance se buscaba,conscientemente, dentro de la estrategia de visión del desarrollode ese momento, la articulación de la débil economía colombianaal mercado mundial a través de tres vías principales: Importaciónde tecnología y bienes de capital, exportaciones, y promoción deinversiones y presencia de capitales y firmas extranjeras, princi-palmente alemanas, inglesas y francesas18.

16 [bid., p. 202 y ss.16 JARAMILLO URIBE, Jaime. El Pensamiento colombiano en el siglo XIX. Bogotá,

Temis, 1974, p. 66-67; VALLEJO, César. «Descentralización de la Educación enColombia: Antecedentes históricos». En. Revista Planeación y Desarrollo. Vol. 34, N'1, p. 234-277. Santafé de Bogotá.

17 CAMACHO ROLDÁN, Salvador, citado por NIETO ARTETA, Luis. Economia yNación en la Historia de Colombia. Bogotá, Viento del Pueblo, 1973, p. 20.

18 JARAMILLO URIBE, Jaime. Prólogo a aCAMPO, José Antonio. Colombia y la

Economia Mundial. Bogotá, Siglo XXI, 1984.

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Educación y desarrollo en Barranquilla a finales del siglo XIX

Barranquilla, con una ubicación privilegiada a orillas de ladesembocadura del Magdalena, principal vía de comunicaciónentre el interior andino y el mar Caribe, era casi la única puertade entrada y de salida de Colombia al exterior en esa época. PorBarranquilla tenían que llegar, por tanto, el progreso y sus agentes.En consecuencia, Barranquilla recibe positivamente el impactode las políticas gubernamentales del modelo aperturista exporta-dor-importador. Por otra parte, sostienen los investigadores Rodrí-guez y Restrepo: «Es nuestro parecer que, entre otros factores socia-les que incidieron en la transformación de Barranquilla, existeuno que se destaca: la presencia de un núcleo de inmigrantesextranjeros, que progresivamente se fueron instalando en la ciudad,cuyos miembros se ubicaron en posiciones claves dentro de lasactividades económicas fundamentales, como lo fueron el transportey el comercio durante la mayor parte del siglo XIX y en la confor-mación de la industria local»19. Es significativo el peso económicoy social de esta inmigración foránea, poco numerosa, apenas 338personas (equivalente al 1.9%), dentro de una población de pocomás de 16.580 habitantes, según datos de 18752°.

A los nuevos inmigrante s no sólo les atraía las posibilidades deincrementar sus capitales sino que también buscaban, como partede la visión empresarial en boga, propiciar el progreso constru-yendo una infraestructura propicia para la rentabilidad y acumu-lación de sus empresas, lo que también beneficiaba a Barranquilla.La culminación de la construcción y puesta en funcionamiento, apartir del 1 Q de enero de 1871, del ferrocarril de Bolívar, que unía

el puerto de Sabanilla con el centro de la ciudad, es una muestraclara de esa interveción positiva de la tecnología y del capital inter-nacional. La obra fue inicialmente concebida y contratada por losempresarios nacionales Ramón Santodomingo Vila y Ramón B.Jimeno, hacia 1865; pero sólo se hizo posible con el aporte delcapital de una firma cuya casa matriz estaba en Londres, bajodiseño y construcción de ingenieros ingleses y alemanes de la firmaHoenigsberg, Wessels y Compañía21.

19 RODRfGUEZ, Manuel y RESTREPO, Jorge. «Los empresarios extranjeros de

Barranquilla: 1820-1900». En: BELL LEMUS, Gustavo (Comp.) El Caribe colombiano:Selección de textos históricos. Barranquilla, Ediciones Uninorte, 1988, p. 139.

20 lbíd., p. 158.21 NICHOLS, ob. cit., p. 113-114.

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La inauguración del ferrocarril puede considerarse como elpunto de partida del moderno desarrollo económico, social y políticode Barranquilla, por cuanto «quedaron de hecho zanjadas lasdificultades de la comunicación entre el puerto fluvial y el marítimo,que, como se sabe, hasta entonces sólo se hacía por el canal de laPiña,' y el haberlo dado al servicio público bastó para que se cum-pliera en realidad la condición del puerto habilitado que de añosatrás había concebido la Ley de Sabanilla, pues las empresasextranjeras que hacían el tráfico con Cartagena y de preferenciacon Santa Marta, comenzaron a establecer su escala en Saba-nilla»22. Con esta nueva pieza de moderna infraestructura, Barran-quilla consolida su privilegiada posición estratégica en la pers-pectiva del comercio exterior colombiano. Con escasas diecisietemillas de recorrido, dice Nichols, este ferrocarril puede conside-rarse como un asunto de poca importancia para los Estados Unidos,pero su impacto fue «abrumador» para la región caribeña deColombia. Es así como el cónsul de Estados Unidos en Barranquillaescribía en 1898: «En gran parte, este ferrocarril es y seguirá elelemento básico del comercio en este país»23.

Tales son, entre otras, las razones que obligan a detenerse enla descripción de la influencia del ferrocarril en el desarrolloeconómico y portuario acelerados de Barranquilla a fines del sigloXIX; su papel en la conversión y consolidación de esta ciudad comoprincipal puerto del país, causa esencial de su progreso material,y su configuración como entorno de un despertar educativo. Elhistoriador norteamericano McGreevey reafrirma, en cifras, elargumento antes enunciado, según el cual el ferrocarril eliminó«el cuello de botella» para unir a Barranquilla con su puertomarítimo. «El impacto del ferrocarril puede verse al examinar los 11

cambios en los recaudos aduaneros para los tres puertos marítimosde Sabanilla (Barranquilla), Santa Marta y Cartagena. En el añoanterior a la apertura del Ferrocarril de Bolívar; Sabanilla Irecaudaba apenas el 10% del total para los tres puertos; tres años

¡más tarde, su participación había aumentado a más de 80%»24..,

!

22 VERGARA y BAENA, ob. cit., p. 373.23 NICHOLS, ob. cit., p. 120.24 McGREEVEY, William. Historia económca de Colombia. Bogotá, Tercer Mundo,

1979, p. 260.

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Educación y desarrollo en Barranquilla a finales del siglo XIX

El proceso de desarrollo portuario de Barranquilla en el siglopasado comprende, además, el traslado oficial a esta éiudad de laadministración de la aduana. Por decreto de 1876 se ordenó quelas oficinas y depósitos aduaneros, ubicados en Salgar, pasaran ala Estación Montoya de Barranquilla. Esta disposición, unida ala conexión ferroviaria, terminó de fortalecer su predominioportuario, marítimo y fluvial. «Para 1878-79, cuando la aduanase trasladó a Barranquilla, donde podía controlar tanto el comercioque venía por el ferrocarril como por la desembocadura, los ingresosde aduana superaban en diez veces a los de Cartagena, y en másde sesenta a los de Santa Marta»25. Posteriormente, y en procurade solucionar deficiencias portuarias, se produjo la prolongacióndel ferrocarril hasta Puerto Cupino (Puerto Colombia) en 1888; yculminó este ciclo portuario de Barranquilla durante el siglo XIXcon la construcción del muelle de concreto, hierro y acero en 189326.Es así como al finalizar el siglo Barranquilla se había transformadoen el primer puerto del país, moviendo el 60% del comercio exterior.«Más importante aún, gran parte de ese movimiento era manejadopor casas comerciales establecidas en la ciudad, las que, a travésde sus actividades, iban vinculando el desarrollo de Barranquillaal de la economía nacional»2Z Al tiempo se iba desarrollando undébil pero prometedor mercado regional.

Dentro de la lógica de acumulación de capitales comerciales deeste período se dan diversas combinaciones: ciertos comerciantesse vuelven banqueros, transportadores, navieros, industriales.Eduardo Posada Carbó destaca cómo en este período aparecen lasprimeras fábricas fundadas por comerciantes. Tal es el caso de«La Cubana», de jabones; también son comerciantes los fundadoresde la talabartería «La Chiquinquirá», de correas para máquinasde vapor; de la curtiembre «El Morro», y de las primeras fábricasde calzado, y las desmotadoras de algodón «La Industria», en 1877y «El Impulso», en 1890. Es así como al finalizar la década de los

25 NICHOLS, Theodore. «El surgimiento de Barranquilla». Barranquilla, Cámara

de Comercio de Barranquilla, 1983.26 Véase VERGARA y BAENA, op. cit., p. 373 y ss; NICHOLS. 1res puertos de

Colombia, ob. cit., p. 115 y ss.; MONTOYAMARQUEZ, J. Barranquilla y sus 300 añosde existencia. 1629.1929. Barranquilla, Litografía Barranquilla, 1929, p. 195.

27 POSADA CARBÓ, Eduardo. Una invitación a la historia de Barranquilla. Bogotá,

Cerec, 1987, p. 25.26.

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ochenta ya Barranquilla contaba con unos 25 establecimientosfabriles28, que la ponían también a la vanguardia de los primerosintentos de industrialización en Colombia.

Las décadas de los setenta a los noventa del siglo pasado sonbien ilustrativas de cómo iban apareciendo al tiempo esos compo-nentes culturales, tecnológicos y de equipamiento de ciudad moder-na, que habrían de caracterizar a Barranquilla entre el resto delas ciudades colombianas. "Paso a paso Barranquilla iba adqui-riendo las características de una metrópolis moderna>" nos diceNichols. Ala apertura del teatro Ateneo en 1870 siguió la fundacióndel club de baile y arte dramático "La Fraternidad>,. En 1873 iniciólabores una empresa de buses urbanos tirados por caballos,precursores del tranvía de 1890. Otros servicios públicos modernosque cambiaron el rumbo de la ciudad fueron: El acueducto, que seinaugura en 1880; un año después se da al servicio público elprimer alumbrado eléctric029. No obstante que la década de 1875a 1885 es crítica para la vida nacional -dos guerras civiles y lacaída de los precios de las exportaciones de café y quina, cuyosprecios descienden entre un 50 y un 80%, respectivamente3O-,Barranquilla continuaba su dinámica como el epicentro comercialdel país.

Prueba del crecimiento económico y la importancia comercialde la ciudad es el comportamiento de la banca: "Antes de 1872 noexistía en esta ciudad ningún banco'>. El primero de mayo de eseaño se abrió una sucursal del Banco de Bogotá. Para 1873 inicialabores el Banco de Barranquilla; le siguen el Banco Márquez y elAmericano, diez años después. Hasta 1917, cuando se funda elBanco Dugand, existían en Barranquilla seis bancos privados. «Du-rante este período, de intensa actividad económica, se crearon casitodos los bancos que han aparecido a lo largo de historia de laciudad»31.

28 POSADA CAREÓ, ob. cit., p. 30-31; SOLANO, Sergio y CONDE, Jorge. Elite

empresarial y desarrollo Industrial en Barranquilla 1875-1930. Barranquilla, Univer-sidad del Atlántico, 1993, p. 46.

29 VERGARA y BAENA, ob. cit., p. 418 y ss; NICHOLS, ob. cit., p. 181.30 JARAMILLO URIBE. Manual... p. 374.31 MEISEL ROCA, Adolfo y POSADA CARBÓ, Eduardo. «Banco y banqueros en

Barranquilla 1873-1925-. En: ¿Por qué se disip6 el dinamismo industrial en Barran-quilla? Ediciones Gobernación del Atlántico, 1993, p. 43-44.

164I¡

Educación y desarrollo en Barranquilla a finales del siglo XIX

Dentro de un ambiente caribeño de contacto con el mundoexterior, urbano y portuario, se conformó en Barranquilla un grupode empresarios cívicos; una especie de «aristocracia intelectuab"como la llamó Goenaga. A propósito de la venida de Núñez a Ba-rranquilla en septiembre de 1880, y con motivo de la recepciónque para celebrar su visita y el recién inaugurado acueducto ofrecióun miembro de la colonia británica de Barranquilla, dice la crónica:«Allá por los años 1880 a 1885, la ciudad tenía una aristocraciaintelectual, al par que un núcleo de hombres de movimiento y deacción creadora. MI: Joy era de los principales, fuera de impulsarempresas o para contribuir al prestigio de la sociedad, con su vidasencilla pero elegante y con la atención a personajes conspicuosque llegaban; y también sabía combinar las circunstancias»32. N oobstante una frase, que se dice fue acuñada a comienzos de losnoventa del siglo pasado, decía que: «Por Barranquilla pasa lacultura rigurosamente empacada».

Aunque no se conoce a la fecha un estudio documentado quemuestre la relación y la influencia de estos inmigrantes-empresa-rios extranjeros, y su descendencia criolla, con los progresos educa-tivos y culturales de Barranquilla, cabe suponer que fue decisiva.Ella se deduce de los comentarios recurrentes que los autores quese ocupan del período hacen del peso de los extranjeros, de sulengua y cultura en esta floreci~nte ciudad colombiana. DesdeReclus, en su relato del «Viaje a la Sierra Nevada de Santa Marta»en 1855, hasta el conocido ensayo de Rodríguez y Restrepo sobrelos empresarios extranjeros de Barranquilla. Reclus destaca laimportancia de los comerciantes, ingleses, americanos, alemanes,holandeses que a su arribo encontró afincados en Barranquilla.Sus nacionalidades estaban en concordancia con la variedad debanderas de los barcos que estaban fondeados en la bahía de Sa-banilla. El comercio exterior y el tráfico naviero hacía posible quedentro de sus representantes locales hubiera personajes como elseñor Hasselbrinnck, de la compañíaAnglo-granadina. «Al momen-to de mi paso por ahí -escribió Reclus en sus notas de viaje- habíadiez barcos de vapor a flote ó en construcción sobre el río: cinco

'¡,o

S2 GOENAGA, Miguel. Lecturas Locales. Crónicas de la Vieja Barranquilla.

Barranquilla, Imprenta Departamental, 1953, p. 175.

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ingleses, tres americanos, uno alemán y sólo uno pertenecía a unacompañía anglogranadina, que gerenciaba M. Hasselbrinck, el hijodel cónsul prusiano de Sabanilla. Este joven excelente, antiguoalumno de la Universidad de Goettinguen y corresponsal del ilustrebotánico Nees von Esenbeck, era un verdadero sabio cuya carreranatural hubiera sido la de profesor en una gran ciudad deAlemania,. mas, a pesar de los asuntos de negocios que lo ocupaban,no había olvidado en absoluto la ciencia, y había sabido agrupara su alrededor un gran número de hombres instruidos,. tuvo labondad de presentarme varios de ellos, casi todos granadinos»33.En el hotel, donde se conservaba cierto ambiente y etiquetaeuropeos, según el ilustre visitante, la conversación continuabaen lenguas extranjeras, especialmente en inglés.

Además de los pedagogos, Meisel, Walner y Utterman, super-vivientes de la primera Inisión pedagógica alemana, estuvieronvinculados a la docencia en Barranquilla durante este períodoprofesores de nacionalidad cubana como Gambin, Gil, Santo-domingo y Cisneros; Sederstomg, venezolano; Entregas, uruguayo,y los norteamericanos Candor, Ladd y Pond, entre otros (vercuadros).

Con su «historia ligada al río», frente al «Mediterráneo de lasmil bocas», Barranquilla, como el resto del área caribe, tiene loque el profesor Ferro Bayona llama la doble vía de la universalidady la particularidad34. Por consiguiente, una incursión por los objetosque inspiran la temática -a veces mítica- del «progreso» y del«desarrollo» de la ciudad de fines del siglo pasado y los comienzosdel siglo XX, la muestran en esa doble dimensión de espacioeconómico abierto al mundo y de ámbito de la cultura regional.Ser al tiempo Fenicia y Alejandría -como dirían algunos de suscronistas- es parte de lo que se supone el talante de Barranquilla.Tener asiento en la desembocadura del Magdalena le dio lacondición portuaria, y a partir de ella se dinamizó y adquirió supersonalidad histórica y cultural. Conocer el desarrollo cultural y

33 RECLUS, Elisse. Voyage a la Sierra Nevada de Santa Marta. París, Librairie

Hachette, 1881, p. 81-82.34 FERRO BAYONA, Jesús. «El Caribe, nuestro padre mediterráneo». Revista

Huellas, NI! 18. Universidad del Norte, Barranquilla, diciembre de 1986, p. 6-8.

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educativo de Barranquilla implica, por tanto, intentar establecersus relaciones y jerarquías con las esferas económicas y socialespara un momento histórico dado.

Al tiempo que la ciudad fortalecía su equipamento y se desa-rrollaba en el plano cultural, durante un corto período de trein.tay cuatto años su población prácticamente se multiplicó por cuatro,pues pasó de 11.595 habitantes en 1871 a 40.115 en 1905. Entretanto, y para el mismo período, Santa Marta apenas varió de 5.742a 9.568; mientras que Cartagena sólo tuvo durante esos años 1.078habitantes nuevos: de una población total de 8.603 pasó a 9.68135.Al respecto, dice Posada Carbó: «Fueron varias las razones paraemigrar hacia Barranquilla, además de las atractivas oportuni- ~ 1dades comerciales. En sus distintos momentos, se le huyó en la ~ jregión a la peste, a las guerras civiles, a las inundaciones del río = I

Magdalena, y, siempre, a la pobreza»36. A su turno, un observador ~de la sociedad barranquillera en su tránsito del mundo decimonó- .-nico al siglo XX destacó el peso de los motivos económicos y políticos

0-en el desplazamiento a esta ciudad de promisión, en esos años, deprestantes familias del resto de la Costa. «Los samarios, muy bien -1distinguidos, por cierto, que desde 1870, al inaugurarse el mferrocarril de Barranquilla a Salgar trasladaron la sede principal nde sus negocios». Pero no era sólo la perspectiva empresarial el ~polo de atracción. También jugó papel destacado el clima de ,.apertura social, de tolerancia y calidad de vida que Barranquillabrindaba a sus nuevos pobladores: «Los acontecimientos políticosde 1885 llevaron a Barranquilla familias muy respetables deCartagena de filiación liberal: Baenas, Espriellas, Núñez de Zubi-ría, etc. En tanto que los pudientes de los pueblos circunvecinostrasladaron sus residencias a la capital de la provincia, en dondela vida les prestaba más atractivos y comodidades»3Z

El eje del desplazamiento siempre fue el río Magdalena y eldestino obligado, Barranquilla, su industria, su comercio; su con-

35 Ver MEISEL ROCA. ¿Por qué se disip6... ob. cit., p. 14-18; NICHOLS, ob. cit.,

p.293.36 POSADA CARBÓ. Una invitaci6n... ob. cit., p. 84.37 PALACIO, Julio. H. Historia de mi vida. Bogotá, Incunables, 1984, p. 69.

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dición cultural y urbana. Por el río llegaban y salían materiasprimas y productos de intercambio con los mercados del interior ydel exterior. Desde la obra clásica de los historiadores vernáculo spor excelencia, Vergara y Baena, existen suficientes evidencias yescritos que ilustran este proceso que habría de convertir aBarranquilla, con todo y las limitaciones de su entorno, en puertoy ciudad regional y cosmopolita. Estas transformaciones necesa-riamente influyeron en todos los campos de la vida social, inclu-yendo el educativo, el cultural, el arquitectónico, etc.

EL «BOOM" EDUCATIVO DE FIN DEL SIGLO XIX EN

BARRANQUILLA

Como un complemento de las políticas aperturistas y librecam-bistas de los liberales en el poder, entre las décadas de los sesentay los ochenta del siglo XIX se intentó seriamente fortalecer laeducación pública. Tanto en la formación profesional -creando laUniversidad N acional en 1868- como en escuelas de artes y oficios.Dentro de esta perspectiva se elabora el más ambicioso intentopolítico y normativo para afianzar la educación pública enColombia, como fue el «Decreto Orgánico de Instrucción Pública"del primero de noviembre de 1870. Con estas estrategias educa-tivas, dice Ospina V ásquez: «Se trataba de mejorar las actividadesartesanales, y secundariamente de ir abriendo campo para elestablecimiento de las industrias de tipo avanzado»38. No obstante,el resultado de esta «inusitada preocupación por la instrucciónpública", base de una ilustración ciudadana, estaba condenado alfracaso.39 La oposición cerrada de la Iglesia Católica, de losmiembros del Partido Conservador; la escasa cultura del país y,sobre todo, sus penurias fiscales, darían al traste con el romanti-cismo educativo radical, que terminaría por languidecer ante elrealismo político de la Regeneración, aplicado en todos los campos.

Sin embargo, en la historia educativa de Colombia se toma comohito el Decreto de Instrucción Pública, expedido durante la presi-

380SPINA V., Luis. Industria y Protección en Colombia, 1810-1930. Medellín,FAES,1979, p. 289.

39 JARAMILLO URIBE. El proceso... ob. cit., p. 266 y ss.

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dencia de Eustorgio Salgar (1870-72), en virtud del cual el gobiernode Colombia firmó con su homólogo prusiano un convenio queposibilitaba la llegada a nuestro país de pedagogos expertos en laenseñanza normalista. La negociación fue posible gracias a lasbuenas relaciones que Colombia tenía con ese gobierno, particu-larmente con los comerciantes de Bremen, puerto de destino finalde la exportación tabacalera. También a los efectos que en el go-bierno debieron producir los informes consulares sobre la educaciónprusiana enviados por Eustacio Santamaría4°. Los maestrosalemanes vinieron con el compromiso expreso de asistir a laDirección Nacional de Instrucción Pública en la formación de maes-tros. Para este fin habrían de fundar y dirigir unas 20 escuelasnormales, distribuidas en los estados federados, durante un pe-ríodo de seis años.

Es así como en 1872 llega a Colombia la Misión PedagógicaAlemana, «compuesta por nueve educadores formados en las teoríasde Pestalozzi y Froebel. Desde su llegada el grupo de maestrostuvo que sobreponerse a las dificultades del idioma y de lascostumbres,. la falta de recursos y ciertas dosis de persecusión reli-giosa por su pertenencia al protestantismo (con excepción de losdos enviados a Antioquia, que eran católicos). Ya al final del añohabían logrado organizar más de veinte Normales en la mayoríade los Estados,,41. Al Caribe llegaron los señores Julio Walner, parael Estado Soberano de Bolívar, y Karl Meisel, quien fundó lasnormales de Santa Marta.

Por cierto que Barranquilla no pudo haber quedado comple-tamente al margen de los «vientos de libertad ilustrada» del períodoradical. Lo que aquí se intenta mostrar, en síntesis, es que elsurgimiento educativo del último tercio del siglo no se manifiestaa partir de sólidas instituciones educativas públicas que eran -por encima del discurso sobre la libertad de enseñanza- el granpropósito de los radicales. El fenómeno educativo local se reflejó,principalmente, en la proliferación de centros, muchos de ellos

; .,

40 [bid., p. 273.41 SILVA, Renán. «La educación en Colombia 1880-1930». En: Nueva Historia de

Colombia. T.N. Bogotá, Planeta, 1989, p. 61-86.

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muy pequeños y de corta permanencia. Iniciativas de carácterprivado realizadas de manera individual o por pequeñas asocia-ciones, acompañadas por los intentos, al final fallidos, por consoli-dar la educación pública secundaria. En todo caso, en 1849, du-rante la solemne inauguración del Instituto de Barranquilla, sudirector, Manuel María Salgado, pionero de la educación secun-daria en la ciudad, anunció su deuda con el liberalismo. Su discur-so, cargado de lirismo neogranadino, terminaba agradeciendo alSer Supremo y a los «bien intencionados legisladores». «jLooreternoal Congreso de 18481 Gratitud a los fundadores del Instituto deBarranquilla»42.

Descontada la carga retórica del anterior discurso rectoral, locierto es que transcurrido el tiempo oficial convenido para la MisiónPedagógica Alemana, podría decirse que pocos fueron los beneficiosdirectos -por la vía oficial- que de ella obtuvo la educación. «EnBarranquilla, Julio Walner se quejaba de no poder iniciar laborespor falta de libros y de estudiantes», nos dice el historiadorJaramillo Uribe43. Otra es la versión del padre Revollo en sus me-morias: «Por interés del Presidente del Estado Soberano de Bolí-val; fue creada en Barranquilla una escuela normal, para la quefue nombrado director don Julio Walnel; alemán, de los maestrosprusianos que trajo el gobierno nacional en 1872 para dirigir nor-males». y más adelante agrega: «El señor Walnel; por muy aficio-nado a la cerveza, como buen tudesco, fue reemplazado el añosiguiente por el doctor Francisco Parias Vargas, bogotano...»44. LaNormal de Barranquilla sólo duró dos años. La sustituye la EscuelaN acional de Comercio, en 1882, dirigida por Parias Vargas;también de corta duración, hasta 1895, cuando se desata la nuevaguerra civil.

42 VERGARA y BAENA, ob. cit., p. 387.43 JARAMILLO URIBE. El proceso de la Educación... ob. cit., p. 272.44 REVOLLO, Pedro. Mis memorias. BaITanquilla, Mejoras, 1956, p. 41.

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Cuadro 1Escuelas y colegios de Barranquilla antes de 1870

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EDU

~ Escuela de prime- Luis de Suárez. Primer párrocol' ras letras (p)* de San Nicolás,t Escuelar Parroq"

Escuela(p)*

Escuela(0)*

InstiturranqwlEscuela Prima-ria (p)*

Plantel de SegundaEnseñanza (p)*

(o) Colegio público(p) Colegio privadoFuente: (*) VERGARA y BAENA. Barranquilla: Su pasado y su presente.Barranqwlla, Banco Dugand, 1922, p. 386-396.

Los registros conocidos respecto del número de centroseducativos en la ciudad, menos de diez antes de 1870 (cuadro 1),nos muestran claramente el rezago de la educación en Barran-quilla. «En 1877 sólo había dos escuelas públicas para varones ydos para niñas, cuyo personal pagaba el Estado de Bolíva1; ysuministraba los locales el Distrito de Barranquilla. Para laeducación de los pudientes se contaba con el Colegio de María delas señoritas Carmen y 1ranquilina Santodomingo Vila, al quesiguió el de los Sagrados Corazones. En cuanto a los varones,tuvimos el Colegio Caldas, del señor Pedro Sedestro (Sederstromg?);el Pestalozziano, del señor Juan M. Cayón, y el Instituto Bolíva1;del señor Francisco de P: Valega. Es de rememorar la asidua laborinteligente y eficaz del finado maestro alemán, don Carlos Meisel,

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de grata memoria en su afamado Colegio Ribón»45. Antes de laaparición, en 1876, del Colegio de los Sagrados Corazones, fundadopor Elena y Carmen Deyongh, «varias de las señoritas de laprimera sociedad -recuerda el padre Revollo-, las Gerlein, De laHoz, Detelsuaiz, Salceda Palacio, se habían educado en un colegioreligioso de Curazao, llamado Wellhgellen. De allí vino la Monja,Sor Antuan, a trabajar en el colegio de las hermanas Deyongh».46

En contraste con el atraso educativo anterior a 1870, las aproxi-madamente cuarenta instituciones educativas que se fundan entre1871 y 1890, más la veintena de colegios y escuelas que surgenantes de finalizar el siglo, permiten hablar, en consecuencia, deun despertar educativo en Barranquilla (cuadros 2 y 3). El puntode partida de lo que en cierta forma fue un «boom» educativo seproduce a mediados de las décadas de los setenta y ochenta. Laprincipal característica de esta coyuntura educativa parece ser elintento oficial-y privado- por establecer planteles de enseñanzasecundaria. Por otra parte, la designación de los centros educativoscon nombres tomados del santotal, de próceres, de grandes peda-gogos, no permite inferir -a falta de mejor documentación- lastendencias pedagógicas predominantes.

Se cierra este ciclo con el inicio de labores del Colegio de Ba-rranquilla, el primero y más influyente en el sector oficial durantela primera mitad del siglo XX. Esta institución, que nace casi altiempo con el departamento del Atlántico, marca, a su vez, el des-pegue de los avances educativos oficiales locales en el nivel se-cundario. Logros a los que estuvo tan ligado don Julio EnriqueBlanco. Dentro de su proyección de gestor educativo se encuentrala fundación, primero, del Museo del Atlántico, en 1940, y, un pocomás tarde, en 1946, la.U niversidad del Atlántico.

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45 ABELLO, Jorge N. ..Barranquilla 1877-1927. El panorama de medio siglo». En:

RASH ISLA, Enrique (ed.). Directorio Comercial Pro-Barranquilla. Barranquilla,Sociedad de Mejoras Públicas, 1928, p. 42-72.

46 REVOLLO, ob. cit., p. 183.

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LA TRANSICIÓN

Terminada la misión oficial, Karl Meisel se queda en Colombia.Se instala en forma definitiva en Barranquilla y funda el ColegioRibón en comapañía del matemático y humanista Francisco Parias,el 12 de agosto de 1881. No obstante ser ésta la institución quemarca el puente entre el viejo y el nuevo siglo en lo educativo, sonpocas las referencias que se conocen sobre su estructura interna,métodos, innovaciones o aportes pedagógicos. Se sabe que sufundador, hombre versado en lenguas modernas y clásicas, veníaimbuido de los logros de la educación alemana, especialmente lanormalista. En su nueva empresa académica se apoyó en un selectocuerpo de profesores, de lo mejor de la intelectualidad local en sumomento. Junto con Parias Vargas, una especie de «sabio andino»,estaba su compatriota Carlos Utterman, Diógenes S. Barrios yJulián Llinás. La calidad académica se deduce por su vinculación,desde sus inicios, ala Universidad Nacional de Colombia47. Trans-currida más de una década, el colegio comienza a decaer. Fue en-tonces «cuando pasó a ser Colegio de BarranquiUa, por venta quedel establecimiento le hizo el 87: Meisel al D7: Federico CastroRodríguez y hubo también el traslado del estudiantado». El nuevocolegio heredó no sólo los alumnos sino también profesores comolos señores Barrios y Utterman, que aparecen en la nómina de lanueva institución. Es de suponer que la «seriedad y disciplinauniversitaria» del Colegio de Barranquilla, tal como lo describenMartínez Aparicio y Niebles, en uno de los pocos registros de laépoca, en buena parte provengan del legado de Meisel y de sucuerpo docente, cuyo prestigio les había valido, como ya se dijo,.ser «incorporados» a la Universidad N acional48. Con posterioridad,a comienzos de siglo, el profesor Meisel reabrió su colegio con elnombre inicial, con el cual perduró hasta su desaparición definitivahacia 191949. Fueron cerca de cuarenta años de labor del ColegioRibón, que significan, en la historia educativa de la ciudad, la

47 Véase GOENAGA, ob. cit., p. 262; RODRtGUEZ y RESTREPO, ob. cit., p. 164;MARTÍNEZ APARlCIO, Antonio y NIEBLES, Rafael. Directorio Anuario de Barran-quilla. Año 1. Barranquilla, Imprenta El Comercio, 1892, p. 75-78.

48 GOENAGA, ob. cit., p. 349; MARTÍNEZ y NIEBLES, ob. cit. Según el padreRevollo, El Ribón «todavía subsistente, aunque languidecido», perduró hasta 1895.Ob. cit., p. 193.

49 ABELLO, Jorge, citado por VERGARA y BAENA, ob. cit., p. 391.

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surtido»51. Unos años después, un viajero extranjero, al tiempoque destacaba las excelentes condiciones locativas de los serviciosde beneficencia que brindaban el padre Valiente y las Hermanasde la Caridad en el Hospital y el Colegio de la Presentación enBarranquilla, describía la incultura de los campesinos y aldeanosde esta tierra y se preguntaba por qué no existían, como en Europa,«Escuelas Superiores especializadas en técnicas agrícolas, ó al me-nos la enseñanza de nociones de agricultura en las escuelaspúblicas»52.

La necesidad de orientar las potencialidades políticas, y las jinstituciones, a la construcción de un adecuado y eficiente sistema ' j

educativo parece ser tema capital al final del siglo XIX y comienzos ...,¡del presente. A él se refirieron en sus escritos tanto los visitantes .1ilustrados que corrieron el país como la mayoría de los dirigentescolombianos. Las alusiones a las experiencias y lecciones deEuropa, incluso de Japón, eran recurrentes para mostrar quesolamente a través de la educación, «de la mejora y organizaciónde la inteligencia nacional», era posible superar el atras053.

En consecuencia, y por iniciativa del doctor Nicanor G. Insigna- '

res, caribeño, ministro de Instrucción Pública del gobierno de Mi-guel A. Caro, comenzó a funcionar un nuevo colegio de enseñanzasecundaria en Barranquilla, el Colegio de Núñez (1898), en reem-plazo del fallido Colegio Nacional; pero, al igual que éste, su vidafue corta, pues hubo de cerrarse por la nueva guerra que comenzóen octubre siguiente, la Guerra de los Mil Días54. Con su cierrequedan sepultados los intentos de la sociedad barranquillera, du-rante el siglo XIX, por consolidar una institución pública deenseñanza secundaria.

.51 VIAJE DE O'DRASIL. De Bogotá a Barranquilla en tren, mula' y a bordo del

vapor Francisco Montoya, y estadia en esa ciudad por ocho meses-1893. Barranquilla,Gobernación del Atlántico, 1994, p. 78.

52 BRISON, Jorge. Viajes por Colombia en los años 1891-1897. Bogotá, Imprenta

Nacional, 1899, p. 251-262.53 Sobre el tema existe una amplísima literatura. Aquí nos remitimos específica-

mente a: CORTÉS, Enrique. Escritos varios. París, Imprenta Sudamericana, 1896,p. 262-264; JARAMILLO URIBE. El pensamiento colombiano..., ob. cit. Cap. IV.

54 REVOLLO, op. cit., p. 205. Entre 1875 y 1899 hubo cuatro guerras civiles, de las

cuales por lo menos dos, 1885 y 1895, tocaron directamente a Barranquilla, las cualesoriginaron una situación poco favorable para el desarrollo educativo. "

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Recién creado el departamento del Atlántico por Ley 17 de abril11 de 1905, y ante la desaparición sucesiva de los colegios Ribón yNacional de Barranquilla, la naciente administración departa-mental decide la creación de una institución departamental deenseñanza secundaria55. Es así como el 20 de julio de 1908 el gober-nador de entonces, José Francisco Insignares, y su director deEducación, Abel Carbonell, expiden el respectivo decreto de aper-tura del Colegio del Atlántico, más tarde llamado Colegio Indus-trial de Barranquilla. A partir de 1910, en el año del centenario,pasa a llamarse, como su antecesor de 1892, Colegio de Barran-quilla.

En el documento que recoge el Acta de la Inauguración semuestra no sólo el grado de solemnidad que representó el actoconstitutivo, sino también la presencia, participación y represen-tatividad en él de las autoridades, gremios y la ciudadanía barran-quilleras. En su discurso, el director de Educación dijo que «[...] elmóvil que anima a la actual administración, es llenar el vacío quese siente desde que se clausuró el 'Colegio Ribón'». Y concluye eldocumento citado reafirmando la continuidad con el nombradoplantel: «Al terminar su discurso encargó a nombre del señor Go-bernador de las funciones que corresponden al cargo de Rector delColegio al señor Karl Meisel»56.

Cabe destacar, dentro de este último documento citado, el hechode que el gobernador declarara que el nuevo colegio se fundabapara brindarle una oportunidad educativa a la juventud, y sal-varIos del peligro de ir a «buscar el perfeccionamiento en EstadosUnidos ó en Europa». No mencionar como alternativas educativaspara los jóvenes barranquilleros los establecimientos del interiorde la República, nos indica que hasta los comienzos de este siglo,y como había ocurrido la segunda mitad del siglo XIX, muchasfamilias pudientes barranquilleras -y del interior- enviaban sushijos a estudiar en los países desarrollados del mundo occidental,

55 La Ley Orgánica de la Educación NQ39 de 1903 determinó que los departamentos

pagarían los gastos de la educación primaria y la nación la primaria. Pero en caso decontar con recursos fiscales, los departamentos quedaron facultados para fundarinstituciones de enseñanza secundaria y profesional. Véase: JARAMILLO URIBE. Elproceso... ob. cit., p. 264.

56 GOENAGA, ob. cit., p. 349-350.

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