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  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    1/24

    Educación como praxis

    constituye un análisis

    político .sistemático y globalizante de la educación.

    Aporta una iluminación ordenadora y cualitativa de

    una serie de temas que en nuestro medio siguen

    siendo prohibidos para los educadores. Plantea la

    hipótesis de que sólo por medio de la acción político-peda-

    gógica se podrá sacar a la educación del atolladero en

    que está sumida. Mientras no se resuelva esa apoliti-

    cidad de la educación es muy poco lo que puede esperarse

    de las reformas educativas y del perfeccionamiento tec-

    nico-pedaqóqico del sistema.

    En palabras de Paulo Freire, Francisco Gutiérrez

     superándose siempre ante una reflexión a la que ilumina

    para mejor comprenderla, nos ofrece hoy un nuevo libro,

    con alto nivel de criticidad, en que experimenta, como tal

    vez no se haya hecho hasta ahora, lo dialéctico entre la de-

    nuncia y el anuncio. Educación como praxis política es un

    libro pata ser seriamente estudiado y no simplemente leído .

    Francisco Gutiérrez es doctor en pedagogía. Ha sido

    profesor universitario en Colombia, Perú, México y Costa

    Rica. Actualmente es director del Instituto Latinoamericano

    de Pedagogía de la Comunicación, con sede en Costa Rica.

    ) l ( J

    Si

    9

    10

    veintiuno

    editores

    MEXICO

    ESP Ñ

    RGENTIN 

    COLOM I 

    Francisco

    Cutiérrez

    Educación

    como praxis política

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  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    3/24

    lNDICE

    J>R.ÓI.()(~O,  r PAUI.O FREU¡'E

    7

    INTR.ODUCCIÓN 9

    PRIMERA PARTE. UN PROYECTO AL.

    TERNATIVO EN EDUCACIÓN

    l. LA EDUCACIÓN COMO ACCIÓN POLÍTICA

    EXPLícITA Y CONSCIENTE

    17

    1. Actividad político.pedagógica, 17; Il. In.

    culcación ideológica,

    27 ;

    IlI. El docente

    como instrumento de  acción política,

    54

    2.

    I.A EDUCACIÓN COMO PROYECTO POLÍTICO

    63

    1. Proyecto pedagógico alternativo, 63; H.

    El hombre nuevo, 70; III.

    Un:1

    nueva so-

    ciedad, 92

    SECUNDA PARTE. CARACTERfSTICAS

    DE LA EDUCACION INHERENTES AL

    PROYECTO EDUCATIVO

    3. EDUCACIÓN PAllTICIPATORIA 101

    1. Educar en la comunicación dialógica, 101;

    JI. Educar en la participación democrática,

    112; III. Educar en la autogcsti6n, 122

    4 .

    EDUCACIÓN SOCIALMENTE PRODUCTIVA

    130

    1. Educar en el trabajo, 132; II. Educar en

    la creatividad, 141; III. Educar en la pra-

    xis,

    151

    5 .

    EDUCACIÓN LIBERADORA

    156

    1. Educar en la libertad, 158; Il. Educar en

    la justicia, 165; 111. Educar en la esperanza,

    170

    [5 )

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    4/24

    PROLOGO

    Conocí a Francisco Gutiérrez nace 12 o 13

    aftos.

    Primero, a través de la lectura, creo que de su

    primer libro; después personalmente, en Lima.

    Me acuerdo todavía de la impresión realmente

    buena que su libro me dejó, a pesar de la inge-

    nuidad, por mí antes cometida, de discutir la

    educación sin percibir que, al hacerlo, no es po-

    sible escapar de las cuestiones del poder.

    En verdad, hay una politicidad en la educa-

    ción como hay una educabilidad en el acto po-

    lítico, sin que la politicidad de la educación y

    la educabilidad del acto político agoten la com-

    prensión crítica de aquélla y de ésta.

    No hay práctica educativa neutra ni práctica

    política por ella misma. De ahí que el educador

    se tenga que preguntar a favor de qué y de quién

    se halla al servicio; por consiguiente, contra qué

    y contra quién luchar en su posibilidad de lucha

    dentro del proceso de su práctica.

    Una cosa me parecía todavía bien clara y

    perceptible en el primer libro de Gutiérrez: la

    insatisfacción del autor de cara a ciertos análisis

    que hacía, a lo cual juntaba el coraje de correr

    riesgos en la búsqueda de su propia superación.

    Esa impresión que me dejó su primer libro se vio

    confirmada en nuestra conversación fraterna en

    Lima. De hecho, Francisco Gutiérrez no había

    sido en aquel libro ingenuo astuto . Como me

    sucedió en algunos momentos más frágiles de

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    5/24

    PRÓ O O

    INTRODUCCI6N

    8

    ciertos estudios míos, la ingenuidad de Francisco

    1

      teza d

    ra inocente ; no revelaba a esper ~za e

    quien insiste, por eje~plo, e~ 1~ neutralidad de

    la educación como pnmera

    táctica

    de lucha.

    Representantes de las clases domi.nantes, agru

    pados

    corno tales, son los qu~

    necesitan

    decretar.

    conscientemente, la neutralIdad no sólo de la

    educación sino también de la ciencia en g~ner~l,

    de la tecnologia; todas, dicen con astucIa,

    sir-

    ven al bien g:neral de la humanidad ..

    Cuanto más se proclama la neutralidad de

    la

    formación, subrayándose la necesidad de una

    competencia técnica y científi?a, sin ~olores,po-

    líticos e ideológicos, tanto mejor se sirve al ~s-

    tablecimiento .

    y

    es esto

    10

    que no hace ~uhé-

    rrez. Superándose siempre ante una reflexIón. ~

    la que ilumina para mejor comprenderla, Gu.he-

    Hez nos ofrece hoy un nuevo libro, con alto

    nivel

    de criticidad en que experimenta, corno tal vez

    no se haya hecho hasta ahora, 10 dialéctico entre

    la denuncia y

    el

    anuncio..

     

    Educación como praxIS PollttCa es un libro

    para ser seriamente estudiado y no simplemente

    leído.

    PAULO FREIRE

    En este ensayo sostenemos la hipótesis de que

    una de las principales causas de la desvirtuacíón,

    deterioro, ineficiencia y fracaso del sistema de

    enseñanza reside en

    el

    hecho de que intencional

    y sistemáticamente no se ha querido reconocer

    su carácter y dimensión políticas. En efecto,

    el

    análisis del contenido

    y

    de los resultados de las

    reformas educativas llevadas a cabo, demuestra

    el carácter tecnocrático de las mismas, su pre-

    eminencia utilitarista y su engañosa neutralidad

    y  apoliticidad ,

    Planteamos' en este escrito que sólo por medio

    de la acción político-pedagógica se podrá sacar

    a la educación del atolladero en que está sumida.

    La dimensión sociopolítica, lejos de contaminar

    y  dañar al proceso educativo, ayuda más bien

    a convertirlo en un poderoso agente de transfor-

    mación de la realidad social. Es evidente que el

    hombre que tenemos que formar no es ese ser

    abstracto e incontaminado que se ha venido for-

    mando hasta ahora. El hombre que debemos

    formar es ese ser relacional, condicionado polí-

    tica, social y económicamente por una sociedad

    llena de contradicciones. Vista desde este ángulo,

    en modo alguno es peligrosa la dimensión po-

    lítica de la educación. Antes al contrario, la

    ausencia de esta dimensión es, de acuerdo con

    nuestra hipótesis, la causa del deterioro y de la

    desvirtuación del sistema educativo.

    Sso Paulo,

    diciembre

    de 1982

    [ 9 J

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    6/24

    10

    INTRODUCCI6N

    11

    NnODUCCI6N

    Mientras no resolvamos esta apoliticidad

    de la educación, es muy poco 10 que puede es-

    perarse del perfeccionamiento técnico-pedagógico

    del sistema. Es más, la acción puramente pedagó-

    gica ha entrado en una espiral de descomposición

    e irracionalidad tales, que los mismos  responsa-

    bles  del sistema están asustados de los pobres y

    míseros resultados del puro y simple traspaso de

    conocimientos.' El deterioro educativo nos está

    conduciendo a un callejón sin salida. No nos es

    permitido, por irracional y absurdo, continuar

    con una inversión improductiva de un gran

    porcentaje del presupuesto de nuestros países.

    Estas realidades nos obligan a poner en' el ban-

    quillo de los acusados no a la escuela sino al tipo

    de educación tal como lo hemos concebido hasta

    ahora. La 'educación tradicional, por

    más

    remo-

    zamientos a que sea sometida, es un imposible

    pedagógico, un despilfarro económico y un en-

    gaño y frustración para un alto porcentaje de la

    población.

    Hacer del proyecto educativo un proyecto po-

    lítico es variar sustancialmente el concepto tra-

    dicional de la educación; es ponerla al servicio

    del desarrollo social y no sólo del desarrollo eco

    nóm ico de algunos g ,T U p O S ,y es coadyuvar a la

    concreción del proyecto histórico nacional.

    S i es Cierto que el desarrollo educativo es uno

    de los aspectos .medulares de la conformación

    de la socie dad político-democrática

    y

    que

    en Con-

    secuencia la educación es fragua de democracia,

    eso no invalida la hipótesis que estamos plan-

    teando, por cuanto es necesario ser críticos acerca

    del mito escuela .

    Sin negar la estrecha vinculación entre edu-

    cación y formación democrática, es preciso dar

    un paso adelante. No es suficiente esa democra

    cia representativa repleta de vicios. Una demo-

    cracia que ha reducido los derechos políticos

    del maestro

    y

    del profesor, como los del gendar-

    me, a la libre emisión del voto personal en el

    momento oportuno es una pobre dernocracia'l.

    La

    participación política es un derecho que

    todo ciudadano puede y debe ejercer. Hacer po-

    lítica es inherente al ser mismo del hombre, es

    esencial a su labor porque es una dimensión de

    la vida personal y social, y porque, como asegura

    Garaudy, el hombre todo se siente atrapado en

    una red social que le condiciona en su forma de

    pensar, en su trabajo, en sus diversiones, en S~l

    familia y en su hogar, en fin, en todas las POSI-

    bilidades de vivir una vida humana o inhumana.

    .La

    política, como una de las más importantes

    dimensiones del ser humano, ha de formar parte

    integrante del proceso educativo si es que quere-

    mos qpe se desarrolle su capacidad para edificar

    • La escuela, si prepara ciudadanos para la gestaci6n de esa

    democracia, asiste al parto de un monstruo. La escuela debe pre-

    .parar para otra democracia (Omar Dengo). .

    • Por política entendemos en este ensayo el tomar partido

    frente a la realidad social, no quedar indiferente ante la justicia

    atropellada, la libertad conculcada, I~s derechos hu~anos violados,·

    el trabajador explotado; es descubrir en los estudiantes el gusto

    por la libertad de espíritu, despertar la vol~~ad para resolver

    los problemas de conj unto, desarrollar el sentimiento de ser res-

    ponsables del ~lUndo

    y

    .de su. destino, enClminando. at • los

    estudiantes hacia una acción militante. (Para una explicación m.b

    exhaustiva véase el primer capitulo.)

     

    Qué enseñar

    y

    cómo et}Seflarlo no tiene mayo sisnificado si

    ignoramos la' estructura social en

    la

    que

    esa

    ense~m:a

    se da.

    Hemos de principiar por clarificar hasta dónde lo que mseflamot

    sirve para afianzar el sistema o ayuda a remover los obJtáculos

    que: se op()nen

    11 1

    logro de estructuras más justas. '

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    7/24

    INTRODUCCI6N

    lZ

    su propia personalidad

    y

    para realizarse como ser

    humano en la rea1ización de la sociedad.

    Coartar la acción política es hacer del hombre

    un autómata al servicio de intereses ajenos por

    que es renunciar a la responsabilidad que

    110S

    cabe en la construcción de la sociedad; por

    i

    le

    t;:,

    producir sin llegar a conocer los resultados y el

    reparto de los bienes producidos; porque es con-

    vertirse en objeto de las decisiones políticas de

    los de arriba; porque es legitimar el orden exis

    tente; porque es, en fin, convertirse en un ciuda-

    dano pasivo y disminuido, sin cap

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    8/24

    PRIMERA PARTE

    UN PROYE TO LTERN T IVO EN

    EDUCACIÓN

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    9/24

    l. LA EDUCACI6N COMO ACCION POU·

    TICA EXPLíCITA

    y

    CONSCIENTE

    En verdad, ninguna sociedad se organiza

    a partir de la previa existencia de un sis-

    tema educativo, al que cabría la tarea de

    concretar un cierto perfilo tipo de ser hu-

    mano que, a continuación, pondría a la

    sociedad en marcha. Por lo contrario, el

    sistema educativo se hace y se rehace en

    el seno mismo de la experiencia práctica

    de una sociedad.

    P. FREIRE

    1. ACTIVIDAD POLÍTICO-PEDAGÓGICA

    La escuela se describe como el instrumento

    de una política.

    A. GRAS

    i

    1 .

    La escuela es la institución social que por su

    naturaleza, sus funciones y estructura, cumple

    corno ninguna otra con objetivos politicos. El

    sistema escolar, de cualquier sociedad, es reflejo

    fiel de la política e ideología de los grupos

    gobernantes o de los políticos en el poder.

    Siuna sociedad evoluciona, el sistema educativo

    tiende a evolucionar con ella; si una sociedad

    entra en crisis, muy pronto la escuela reflejará

    esa misma crisis. Este no es un fenomeno nuevo.

    Esparta, Atenas, Roma y otros pueblo de la An

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    10/24

    18

    J:fN PROYECTO ALTF:R, '';A.TIVO

    tigüedad

    ya 10

    vivieron.  La

    edu ca ci ón

    dispensa-

    da en Esparta era la civilización lacedemouia

    creando espartanos para la ciudad laconia. la

    educación ateniense, en los tiempos de Pcricles.

    era la civilización ateniense creando hombres

    acordes con el tipo ideal de hombre, tal como

    1 0 concebía Atenas en aquella época. 

    1

    Ron18

    preparó agricultores, políticos y guerreros con-

    forme a las necesidades de la Roma imperialista.

    El Medievo] la época feudal, el Imperio

    y

    la Re

    pública tuvieron su peculiar sistema educativo

    acorde con las ideas políticas

    impcrant cs e11 cad.i

    Ul1J

    de esas épocas.

    Hoy ]

    hablarnos de educación

    liberal, 'funciona1ista o socialista en crmforrnidad

    con la ideología y con las

    políti ca s

    de cada una

    de nuestras sociedades.

    El tipo de hombre que se busca en las sacie

    dades capitalistas difiere profundamente del quc

    se pretende para las sociedades socialistas. Los

    objetivos y funciones de la escuela en el Chile

    de Pinochet son diametralmente opuestos a los

    que se propone lograr la escuela cubana. Tanto

    en una como en otra sociedad se trata de contro-

    lar la socialización de los niños y jóvenes bajo

    patrones clara

    y

    deliberadamente prefijados. Se

    cumple inexorablemente, tal como lo señaló

    Marx, que la clase que en la sociedad detenta el

    poder, detenta también el control cultural y los

    apara tos

    educativos,

    Esto explica el porqué esos

    aparatos constituyen el campo de batalla que

    consolida el tipo de sociedad que se quiere re-

    producir y perpetuar.

     En el primer congreso de docentes soviéticos,

     E,

    Durkheim, Educac.i6n y

    sociologfa

    Barcelona.

    Península,

    1975,

    p.

    11.

    COMO ACCI6N poLÍTICA

    19

    de 1918, Lenin afirmaba que la victoria de la

    Revolución sólo sería consolidada por la escue-

    la 2

    y

     Nietzsche, el apocalíptico, anunciaba

    con clara evidencia, que llegaría un día en que

    la gran política trataría sobre todo de problemas

    de educación . Un educador tan definitivamen-

    te conservador en su concepción política, como

    A S.

    Neill, dejó escrito: como nación [se re-

    fiere a Inglaterra] nos vanagloriamos por el he-

    cho de que alejamos la política de las escuelas]

    pero nuestras escuelas son todo política] y de

    variedad equivocada, tanto que no podemos re

    formar la educación mientras ésta forme parte

    del actual sistema capitalista Fidel Castro dijo

    con meridiana claridad política que el objetivo

    del plan de perfeccionamiento del sistema edu-

    cacional es el de adecuar la educación a la socie.

    dad que estamos construyendo . En contraposi-

    ción con algunos intentos de la izquierda refor-

    mista en América Latina, que ha ignorado que

    la hegemonía implica la subordinación de la pe-

    dagogía a la política

    y

    no viceversa, tenemos

    países como Cuba, Perú

    y

    Nicaragua que supie

    ron aprovechar la conyuntura histórica para P?'

    litizar el sistema educativo de acuerdo con la

    • A. Cras, Sociología de la educaci6n, Madrid, Narcea Ediciones,

    1976, p. 122, .

    • C. Dlaz, No ha y escuela neutral, Madrid, Editorial Zero, 1975.

    p. 10.

    • La educación gubernamental no podrá ser libre hasta que

    las

    normas dd capitalismo no sean derrocadas y hasta que los

    trabajadores

    DO

    posean

    los medios para la producción. Nuestros

    gobernantes saben bien que si la educación liberara el corazón,

    los trabajadores de este pals barrerían con todo ese sistema

    po -

    drido (A. S. NeíD, Maestros problema, México, Editores Mexica-

    DOS

    Unidos, 1975,

    p.

    31).

    • M. Camoy

    y

    J . Whertein, Cuba: cambio econ6mico y refor-

    ma educativa (1955-1978),

    México, Nueva

    Imagen, 1980,

    p. 105.

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    11/24

    UN PROYECTO ALTERNATIVO

     

    func~ones, la socialización

    y

    el control social son

    funciones net~mente políticas y ambas son' por

    un lado~ reflejo de la ideología y, por otro,' con-

    secuencia d~ las demandas socioeconórnicas de

    una determmada sociedad.

    Por. eso es que muchos sociólogos, siguiendo

    a ~~lle Dur}

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    12/24

     

    23OMO ACCIÓN POLmCA

    centrales .  La función prioritaria de la escuela

    es su función politico-social. 

    De

    10

    que se trata, en primera instancia, es

    de inculcar funciones, conductas, creencias y va-

    lores, En síntesis, de dotar a cada hombre de una

    ideoloaia de modo que su inserción en la socie-

    dad n~ signifique una contradicción o un con-

    flicto. Así, ideologizado, el ciudadano podrá co-

    lab orar en la perpetuación y consolidación de la

    estructura social

    imperante. Esta

    acción es

    él t? ,

    das luces, y desde cualquier ángulo qne ,se

    la

    mire, una acción eminentemente política. SI esto

    es así, no tiene por qué extrañamos que la (S-

    cuela sea el instrumento social por medio del cual

    se consolida en la sociedad la división de clases

    tan profundamente diferenciadas, por no decir

    antagónicas. Por un lado, aquellos 9~e .logran

    escalar los últimos peldaños de la pirámide es-

    colar y , por otro, aquellos que se ven forzados

    v

    condenados a permanecer en las bases. Es la

    división entre  los que tienen estudios

    y

    los que

    no los tienen . que confiere una marca indeleble

    para diferenciar lo s  buenos de los malos .

    De acuerdo con el número de años de escola-

    ridad consumida, habrá oportunidad para optar

    por posiciones sociales relevantes en la política,

    en la economía y en

    la

    cultura, forma totalm~te

    natural

    y

    admitida por todos, que hace posible

    la perpetuación de las actuales estructuras.

    En resumen, impulsar un tipo de hombre, de

    cultura, de creencias políticas, desechando otras

    • C. Lerena, E=da.

    Ideologfa

    y

    c1~

    sociales en EspaIIa.

    Barcelona, Aricl, i916, p. ,~o.

    •   Si las escuelas eJ tu vieran par.  enseñar, tal  que ca noc em es

    habrían desaparecido hue trempo. probablemente con la apar ición

    de la imprenta

    (c.

    I..cena).

    concepciones humanas, otras culturas

    y

    creencias,

    es una clara acción política. Tal vez la más im-

    portante acción política llevada a cabo por al-

    guna de las agencias de gobierno, a juzgar por

    los costos desembolsados y por el inmenso apa-

    rato burocrático montado con tal fin. Es una

    acción política no sólo de tipo administrativo

    sino en la acepción más abarcadora del término,

    que se

    refiere al proyecto global de la sociedad.

    Por eso, que se diga abiertamente o no, se esté

    o no de acuerdo, la acción educativa no puede

    dejar de ser política, de ]a misma manera que

    la política -la buena política- tiene que ser

    pedagógica. .

    Cuando Siegfricd Bernfeld , ya a principios de

    siglo, escribió Sísífo o lo s lím ite s de la educacién;

    puntualizó con meridiana claridad el carácter

    político de

    la

    acción educativa:

     el

    núcleo de la

    educación no lo constituye la pedagogía, sino la

    política. Y los fines de la educación no los deter-

    minan ni la ética ni la filosofía, de acuerdo con

    los valores de validez general, sino la clase do-

    minante, en consecuencia con los fines de Sil

    poder . 

    Esta politícidad explica los resultados de la es-

    cuela que tanto desconcierto y desconsuelo cau-

    san a los que se empeñan en seguir ignorantes

    de su dimensión política. En razón de esta igno-

    rancia -voluntaria o no- muchos educadores,

    fieles a su concepción ético-profesional, rechazan

    el ser considerados

    y

    el considerarse como ins-

    trumentos de adoctrinamiento político. Les cues-

    ta creer que la mutua interdependencia entre

    ,. S. Bemfeld, Sísifo o 105  lmít~ de la educación, Buenos Aires,

    Siglo XXI AIgentina, 1975, p. 32 .

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    13/24

    24

    UN

    P¡.I.OYBCTO ALTERNAl lVO

    COMO ACCIÓN poLÍncA

    2S

    pedagogía y política explica no sólo  los límites

    de la educación y su crisis permanente, sino el

    que· socialmente aceptemos y defendamos como

    bueno un sistema de enseñanza imperfecto y

    malo en relación con la promoción humana

    y

    so-

    cial de los grupos mayoritarios.

    No es la escuela, por tanto, un añadido ino

    cente y neutral del aparato estatal.

    Pedagogía y política son partes constitutivas

    de un todo. Que no se pretenda hacemos creer

    que la pedagogía nada tiene que ver con la po-

    lítica; y que no se afirme engañosamente que la

    escuela no debe ser profanada por ideologías

    y

    doctrinas políticas que nada tienen que ver

    C011

    el proceso de aprendizaje. Que los guardianes

    del orden , guiados por un celo incomprensible,

    no tomen medidas para lograr la incontamina-

    ción del proceso educativo porque esas mismas

    medidas ya están contaminadas. Recordemos la

    vehemente respuesta de Ornar Dengo a la carta

    circular con la que uno de los ministros de Edu-

    cación de su tiempo prohibió a los maestros in-

    miscuirse en política: Los derechos del educa-

    dor -decía el ilustre maestro costarricense- no

    pueden quedar reducidos como los del gendarme

    a la simple emisión del voto personal en el mo-

    mento oportuno. Si el maestro está llegando a

    ser cada día más el progenitor de reformas socia-

    les, entonces no comprendo cómo ni la escuela

    ni el colegio deben encontrar el menor obstáculo

    en el esfuerzo de reconocer

    y

    expresar el tras-

    cendente sentido de sus finalidades,  '

    Este afán por despolitizar la acción educativa

    no es sino una manifestación más de fuerte carga

    política

    y

    de la imposición ideológica de las cla-

    ses dirigentes a través del aparato escolar. Se

    busca esa despolitización  alejando a la escuela

    de los problemas sociales, como si fuera posible

    educar encerrándose en un invernadero a salvo

    de la realidad socíal.P

    La escuela hace política no sólo por lo que

    dice sino también por

    1 0

    que calla; no sólo por

    ]0

    que hace sino por lo que no hace. Callar lo

    que debe ser proclamado a los cua tro vientos es

    una de las formas políticas más frecuentes en

    105

    que tienen la sartén por el mango . Es hacer

    política hipócritarnente, por ejemplo, insistir ma-

    chaconamente en el carácter técnico de la edu-

    cación o mantener, aunque sea inconscientemen-

    te, ese estilo aristocrático

    y

    barroco. reminiscen-

    cia de épocas pretéritas, cuando la escuela estaba

    al servicio exclusivo de las clases pudientes.

    La política es una práctica totalizadora y día-

    ría que impregna

    y

    matiza todo cuanto hacemos.

    Todos -cada uno en su trabajo-- hacemos po-

    lítica permanentemente, pero el educador la hace

    de una manera privilegiada, ya que el estado

    pone a sus órdenes un determinado número de

    futuros ciudadanos para que los  socialice , es

    decir, para que los politice,

    Otra forma de camuflar la acción política de

    la escuela es la llamada   psícologizac rón de los

    problemas sociales, tratándolos como si fueran

    problemas individuales.  Es como si se quisiera

    11 O. Dengo,

    Escritos

    y díscursos, San

    J~,

    Costa

    lUca.

    Ed.

    Antonio Lehman, 1961, p. 265.

    ,. El resultado de esta  despolitización es una escuela super-

    activa en futilidades

    y

    superpasiva en lo esencial.

    la En Estados Unidos, el  6% de las camas de los hospitales

    están destinadas a enfermos mentales [Maud Mannoni).

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    14/24

     6

    culpar al individuo de los males qu~ t.ienen su

    origen en estructuras esencialmente mJus~as de

    la sociedad. Y es que no se pueden remedI~r los

    males sociales a base de recetas morales, aspmnas

    psicológicas

    y

    hábitos de conducta :oseñados en

    la escuela. Si existen personas empeñadas en quc

    quienes resuelvan problemas sociales,. lo. l:agan

    impulsando el cambio de la conducta individual,

    es por el beneficio que les reporta el mantener

    incólumes las actuales estructuras.  ,

    En los últimos aüos, especialmente en. Ao:e-

    rica Latina, han surgido diferentes exp~nenclas

    y conceptos que de alguna manera confirman el

    carácter político del aparato escolar. Ha?l.ar, por

    ejemplo, de escuela democrática y parhc.lpa~I~a,

    educación liberadora, educación para la justicia,

    escuela abierta, escuela unitaria, pedagogía de l~

    comunicación, educación socialmente pr~ductI-

    va, etc., es hacer referencia a diferente:> ,e Impor-

    tantes aspectos políticos de la. educación.

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    15/24

    UN PROYECTO ALTERNATIVO

     8

    e

    así

    10

    confirma la práctica diaria en todas

    porqu ,

    1 s instihlciones escolares y porque asi Io corro-

    :oran los dirigentes políticos

    y

    los goberna?tes

    que se valen de la escuela. para controlar el SIste-

    ma social. .

    De todos es conocido el interés de Lenin po.r

    manejar el aparato escolar con el fin de co nsoli-

    dar la revolución. De idéntica manera

    Mao Tse-

    tung aseguraba que  reformar. el antiguo ~is.tema

    educativo, así como los anhguos pnncrpios y

    métodos de enseñanza, es una tarea e~tremada-

    mente Importante para la gran revolUCIón cu ltu-

    • 77 111

    ra l proletana en curs~ . . . . ,

    En los países capItalIstas también encontra-

    mos documentos que expresan diáfana mente la

    ideología del aparato escolar.  En 1880, la r~ac

    ción burguesa lograba que la Asamblea Leg isla-

    tiva francesa votase favorablemente la ley Fa-

    110ux, uno de cuyos objetivos er~ acrece~tar la

    importancia de la enseñanza católica conSIderada

    como más segura para el régimen que la escuela

    estata1. 

    16

    Un siglo más tarde, en 195 8, se re-

    petía esa misma actitud por parte del gobIernO

    belga.   n  

    t

    Anthony Arblaster asegura que . el ~on ic o

    ideológico abierto dentro de la e~\1Cac.Ión con-

    tribuiría a socavar esas falsas afinnaclOn.cs de

    neutralidad

    y

    objetividad, que suel~n. ~ervtr con

    tanta frecuencia pa a ocultar el prelUlcIO conser-

    vador .  Al profesor de cienci~s social~, del ~c-

    tual régimen chileno se le, obliga a ser el pnn-

    cipal dinamizador, en el interior de la escuela,

    111 A . Gras. op. cit.. p. 10 ••.

      Ibl4.. p. 20. . d .

    •• D. Rubinstein Y C. Stoneman.

    EducaCIón

    para la

    emocr3Cl3,

    Cancss,

    Monte Avila, 1976, p. 46.

    COMO ACCI6N POLÍTICA

    29

    liceo o colegio, de la comprensión vívida de los

    valores nacionales, tanto cívicos corno los que

    corresponden a las fuerzas armadas  .18 De todos

    es conocida la famosa proclama de Hitler:  110S0-

    otros formaremos fascistas que harán temblar al

    mundo .

    Mantener el control de la escuela es asegurarse

    la transmisión ideológica dado que gracias al ca-

    rácter persuasivo, insistente

    y

    repetitivo de la co-

    municación educativa, se hace posible la interna-

    liz ación

    de ideas, modos de hacer y pensar. Des-

    de

    las órdenes del profesor hasta el desarrollo

    curricular, desde la selección de los libros de texto

    hasta las metodologías utilizadas, toda la práctica

    pedagógica, en suma, está impregnada y saturada

    de la ideología imperan te. El mismo currículum

    oculto conlleva una fuerte carga ideológica.

    B~sta _con que el estudiante pase cinco, diez

    o mas anos en ]a escuela, para que adquiera una

    determinada manera de concebir la realidad de

    ubicarse en el mundo, de aceptar unos valores

    y

    rechazar otros.

    La

    escuela, prolongación de la

    familia

    y

    recinto sagrado de la sociedad, tiene

    como misión mtrínseca a sus rutinarias prácticas

    pedagógicas, inculcar en los niños el amor al

    orden, al sacrificio

    y

    a la virtud, Ofrecerles

    pautas no sólo de comportamiento sino incluso

    de pensamiento. Para el mantenimiento del siste-

    ma es vital que el educando se refiera a realida-

    des concretas

    y

    específicas en términos del dis-

    curso universal, es decir, que los significantes que

    utilice no se relacionen con la realidad concreta,

    con el hic et nunc, sino con conceptos abstractos

    •• P Castro, La educación en Chile de

    FT e1

    a Pinochet, Sala-

    manca, Ed. Sígueme, 1977, p. 229.

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    16/24

    30

    i:. 1

    l'.:tO\ l'eTL'

    ALTI  RNATlvu

    COMO ACCiÓN POLÍTICA

    y m itificadores válid os

    P,H

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    17/24

    32

    UN PROYECTO ALTERNATIVO

    diciona no s61 0 su entrada en la escuela sino que

    constituye una seria restricción durante toda su

    trayectoria escolar. Aun cuando es cierto que no

    todas las deserciones y fracasos escolares deben

    ser atribuidos al origen social del individuo, tam-

    bién es cierto que el éxito escolar no depende

    exclusivamente de su voluntad, de su inteligen-

    cia y de sus aptitudes.

    Existen bastantes estudios relativos a medidas

    de frecuencia, tasas de escolarizaci6n y análisis

    longitudinal que demuestran la influencia, mu-

    chas veces decisiva, del factor socioecon6mico

    en los resultados escolares, sin embargo no es

    necesario recurrir a ellos para comprobar que

    en tre

    los graduados universitarios, especialmente

    tulas profesiones liberales, un porcentaje míni-

    mo corresponde a los hijos de obreros, asalaria-

    dos, campesinos

    y

    trabajadores manuales. Les

    resultados del examen de admisión en nuestras

    universidades vienen

    a

    confirmar cada año esta

     elecci6n de los elegidos . 

    Interpretadas estas comprobaciont'~c; con la

    1 6 -

    gica y linealidad a la que nos somete la ideología

    imperante, no queda más que aceptar que la in-

    teligencia

    ha

    sido repartida

    más

    abundantemente

    entre los individuos socioecon6micamente bien

    acomodados, que entre aquellos a quienes los

    bienes de la fortuna también les son adversos. En

    otras palabras el éxito escolar' está condicionado

    por la capacidad económica del estudiante.

    Es cierto que formal y legalmente las puertas

    están abiertas tanto

    para

    los hijos de las familias

    pudientes como para los de las familias de bajos

    m L. Séve •.M, Verret y G. Snyders, El fracaso escolar, México,

    EdicioUt s de CulturaPóp1l1nr, 1978, p. 48.

    COMO AcC%6Jf

    POLttlCA.

    33

    recursos. Pero una cosa es la igualdad formal

    y

    legal ~ otra muy diferente es la igualdad real.

    El abismo entre 1~ que las legislaciones procla-

    ma~

    y

    lo que las circunstancias permiten, es de-

    ~aslado grande ~?mo para que una gran propor-

    ción de la población pueda salvado sin una ayuda

    mucho más efectiva.

    L~s si~temas escolares en todos los niveles

    -pnmano, sec~ndario

    y

    universitario-s- son de

    hecho, y por. circunstancias aparentemente aje-

    nas a .~a propIa estructura, injustos. Los estudian-

    tes, h I J O S de c.ampesinos, de artesanos

    y

    obreros

    están económicamente condicionados de tal ma-

    neraque de poco les sirve el precepto legal que

    asegura que

    t~~

    habitante de la república tiene

    derecho a recibir una educación amplia, y de

    poco le aprovecha que el estado le garantice 1 3

    Igualdad d~ oportunidades. Confundir igualdad

    de oportl1m~ades

    ~n

    .igualdad de posibilidades

    es una manifestación ideológica más. Es inútil

    qu~ la

    le y

    prescriba toda acción discriminatoria

    sabiendo que esa discriminación es efectiva

    muy

    desde que el niño está en el vientr

    materno.

    A

    ~ta

    discriminación hay que

    añadir la im-

    potencia de la escuela en la solución de un pro-

    b~ema que, por ser inherente a la estructura so-

    eial, sobrepasa sus posibilidades formales, de tal

    manera que, aun en el caso de querer, no está

    en sus manos el remedio. Se ha recurrido

    y

    se

    recurre a soluciones parciales --programas

    de

    be-

    cas, préstamos,

    etc.-

    que en esencia no son sino

    fo~ de encubrir el problema,

    La

    experiencia

    nos di~e que el que ingresa en el aparato escolar

    -no

    Importa cuál sea su origen- tiene que

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

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    32

    UN PROYECTO ALTERNATIVO

    diciona no sólo su entrada en la escuela sino que

    constituye una seria restricción durante toda su

    trayectoria escolar. Aun cuando es cierto que no

    todas las des~rciones y fracasos escolares deben

    ser atribuidos al origen social del individuo, tam-

    bién es cierto que el éxito escolar no depende

    exclusivamente de su voluntad, de su inteligen-

    cia y de sus aptitudes.

    Existen bastantes estudios relativos a medidas

    de frecuencia, tasas de escolarizaci6n y análisis

    longitudinal que demuestran la influencia, mu-

    chas veces decisiva, del factor socioeconómico

    en los resultados escolares, sin embargo no es

    necesario recurrir a el10s para comprobar que

    entre los graduados universitarios, especialmente

    en las profesiones liberales, un porcentaje mini-

    mo corresponde a los hijos de obreros, asalaria-

    dos, campesinos y trabajadores manuales. Les

    resultados del examen de admisión en nuestras

    universidades vienen a confirmar cada año esta

     elección de

    los

    elegidos .

    Interpretadas estas comprobaciones con la ló-

    gica y linealidad a la que nos somete la ideología

    imperante, no queda más que aceptar que la in-

    teligencia ha sido repartida más abundantemente

    entre los individuos socioecon6micamente bien

    acomodados, que entre aquellos a quienes los

    bienes de la fortuna también les son adversos. En

    otras palabras el éxito escolar' está condicionado

    por la capacidad económica del estudiante.

    Es cierto que formal y legalmente las puertas

    están abiertas tanto para los hijos de las familias

    pudientes como para los de las familias de bajos

    w . 1..

    Sevt ,

    M. ,Verret y G.

    Snyders,

    El fracaso

    escolar, Méxi co ,

    Ediciones de CulturaPópulnr, 1978, p. 48.

    33

    recursos. Pero una cosa es la igualdad formal y

    legal y otra muy diferente es la igualdad real.

    El abismo entre 1~ que las legislaciones procla-

    ma~

    y

    lo que las circunstancias permiten, es de-

    ~aslado grande ~?mo para que una gran propor-

    ci ón de la población pueda salvarlo sin una ayuda

    mucho más efectiva.

    L~s si~temas escolares en todos los niveles

    -pnmano, secundario y universitario-- son de

    hecho,

    y

    por. circunstancias aparentemente aje-

    nas a.~apropia estructura, injustos. Los estudian-

    tes,hiJOSde c.ampesinos, de artesanos y obreros

    está n

    económicamente condicionados de tal ma-

    neraque de poco les sirve el precepto legal que

    asegura que t~~ habitante de la república tiene

    derecho a recibir una educación amplia,

    y

    de

    poco le aprovecha que el estado le g.¡rantice 1 :1

    Igualdad d~ oportunidades. Confundir igualdad

    de oportum~ades ~n igualdad de posibilidades

    es una manifestación ideológica más. Es inútil

    qu~ la le y prescriba toda acción discriminatoría

    sabiendo que esa discriminación es efectiva

    muy real desde que el niño está en el vientr~

    materno.

    A ~ta discriminación hay que añadir la im-

    potencia de la escuela en la solución de un pro-

    b~ema que, por ser inherente a la estructura so-

    cial, sobrepasa sus posibilidades formales, de tal

    manera que, aun en el caso de querer, no

    está

    en sus manos el remedio.

    Se

    ha recurrido

    y

    se

    recurre a soluciones parciales --programas de be-

    cas, préstamos, etc.- que en esencia no son sino

    form~ de encubrir el problema.. La experiencia

    nos di~e que el que ingresa en el aparato escolar

    -no Importa cuál sea su origen-- tiene que

    COHO .•••.CIÓJl poLinu

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    19/24

    UN PROYECTO ALTEll.NATlVO

    '\6

    viviendo es un imperativo vi~al que está por

    encima de cualquier otra necesl?~d. Se excluyen

    todos aquellos a quienes las dlhculta.de~ mate-

    riales les obligan a buscar el sustento .dlano como

    la primera y más urgente de las necesidades. Con-

    fundir selección natural. basada en los don.es

    del

    individuo (inteligencia, voluntad. cayac.ldad ~.

    con selección social es parte del engano

    ,?~010 '

    . al que estamos sometidos.

    J .a

    select vlclad

    ~~~~ta a todos los que no log:3Ton entrar en la

    , ' el, Y a todos los que tuvieron que :'Ihal~~o,

    es e

    \.1

    v

    .1 . .,   •

      1 s o )

    1

      ropia decisión o por exc u 1 I ,

    na r a sea por p . ' .

    p

    R . 

    como consecuencia de las reglas del ln~g~. e

    1

    . ten las más variadas V sohstIcac1as

    g as que reviste

     

    li t·

    formas. Subt~:\,~I110Salgunas de las mas sa ien cs.

    a  Los exámenes   ':·cn varieda.d inca1culable:-:-

    n~ son sino lDstrunicntos legahzados de sel~ctl'

    id: d

      v

    un grado no soi1ado, en

    1 3

    larga histo-

    ~:a~~ la educación, los est~diantes son probad~;;

    medidos, analizados, clasihc~dos ~ scgregado~.

    He aquí el objetivo esencial de la prueba. se-

    . . f d que la pirámide escolar

    gregar y eliminar a 111 e. . 1

    sea un calco de la pirámide SOCIal. Se ha die

    1.0

    y repetido en todas las latitudes Y en todos los

    tonos q ue los exámenes SO? una trampa y ~na

    . lidad 2~ No necesanamente porque los

    mmora 1 . . .

    profesores sean unos viejos ~alvado~, SlfiO  sim-

    plemente porque así

    10

    exige el sistema

      .

    L d M McLuhan La

    cuestión

    hombre

    y

    mujer

    •• G. B. eon~r Y

    r-Ú'

    Ext~mporáneos, 1972, p  90.

    Y otras provocacIOnes, lXlco~ . do una necesaria carrera de

    •••  Que la carrera esco ar Siga Sien . it bl y bien enten

    bl d ilfarro y una mevi a e

    obst:\culos,. un  renta e f espi t arslela y en último extremo

    dida irraclOnahdad, per ect3menb~ P onocida que consiste, por

    subsidiaria de es~ otra, b

    tan

    ien cechar c~reales al mar  (e.

    ejemplo, en fabncar bom as o en

    Lerena) .

    CQMO ACCIÓN POLfrICA

    37

    Holt). La verdad, vistos desde el prisma de la

    ideología, son un engaño tanto para los estudian-

    tes -a quienes es preciso eliminar en un alto

    porcentaje-s- corno para los profesores que se

    prestan -ingenua

    y

     cientificamente - para

    dar cumplimiento a una tarea tan repugnante

    y tediosa.

    Los exámenes de admisión que nuestras uni-

    versidades practican como requisito para ingresar

    en ell as, tienen como uno de sus objetivos inme-

    dia tos y más importantes la eliminación de un

    porcentaje de estudiantes que por diferentes ra-

    zones

     numerus clausus

    no deben ingresar.

    A

    este examen de admisión se le debería llamar

    por la misma razón  examen de eliminación .

    Efectivamente, más de la mitad de los que ter-

    minan la educación media no siguen estudios

    universitarios. Unos ni siquiera se presentan al

    examen

    y

    otros quedan atrapados en las redes

    de las diferentes pruebas que los psicólogos han

    inventado para persuadirse a sí mismos, y con

    ellos al resto de la sociedad, de que los estudios

    se~undarios actuales no preparan para poder se-

    gUIr con provecho la enseñanza superior. La ver-

    dad es que estos exámenes tienen el privilegio

    de separar a los individuos en dos categorías: por

    un lado, a quienes el sistema les concede un

     chance más

    y ,

    por otro, aquellos a quienes

    ya

    se les agotaron las posibilidades y no les queda

    más que  ir a trabajar .

    b ] Si la selectividad escolar no obedeciera

    1 1

    causas sociales, no habría explicación del aban-

    dono masivo de la escuela a causa de los llama-

    dos fracasos escolares . Muchos educadores

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    20/24

    38

    UN PROYECTO ALTERNATIVO

    atribuyen esos fracasos a la falta de interés, a la

    pereza, a la falta de dotes intelectuales, a la des-

    adaptación a las exigencias de la escuela, a pro-

    blemas de aprendizaje  y a otras muchas causas

    de anormalidad,

    Ante estas realidades cabe preguntarse: ¿cómo

    es posible que a finales del siglo

    xx,

    la ingenui-

    dad de los docentes acepte que más de la mitad

    de los estudiantes tengan que fracasar? ¿Es con-

    cebible que en una sociedad tan culta y alfabe-

    tizada como la nuestra, más de la mitad de los

    ciudadanos sean tan anormales y desadaptados

    que tengan que abandonar el sistema escolar?

    Algunos técnicos

    y

    especialistas -igualmente in-

    genuos- nos vienen con propuestas remedia-

    les  como si se tratara de enfermedades indivi-

    duales. La dislexia, por señalar un ejemplo con

    ahundantísima bibliografía, es uno de los sarnbe-

    nitos que explican muchos más fracasos de los

    que la ciencia podría responsabilizarse.

    Los ejemplos podrían multiplicarse. Pero lo

    grave de ]a situación es que las estadísticas nos

    vienen a decir que los estudiantes perezosos, des-

    ganados, con falta de inteligencia y voluntad, los

    irresponsables, los sin futuro, son  casualmente

    y en un alto porcentaje, los que provienen de

    familias con muy bajos recursos económicos.

    COMO

    AccIÓN

    POÚi'ICA

    39

    e] Las estructuras discriminatorias dentro del

    aparato escolar toman las más variadas formas.

    Baudelot

    y

    Establet hablan de  las dos redes de

    escolarización , cuyo esquema con mayor o me-

    nor fuerza se practica en todos los sistemas de

    enseñanza de nuestros países.

    La educación profesional a la que en los últi-

    mas años se ha concedido tanto énfasis, es otra

    de l~s formas discriminatorias. Resulta obvio que

    la clientela de la llamada  educación vocacional

    o profesional sean los hijos de los obreros, ca m -

    pesmos

    y

    artesanos. El Instituto Nacional de

    Aprendizaje ( I N A ) en nuestro país, es una clara

    muestra de la necesidad de capacitar para un

    empleo, de preparar para la productividad, de en-

    trenar .mano de obra para la industria. Desde

    cualq~ler punto que se le mire, la educación

    profeslOnal no busca tanto el bienestar del indi-

    viduo, cuanto el aporte que, una vez capacitado,

    pl~eda prop?~cionar- a la empresa

    y

    a la econo-

    nua del palS . No se busca modificar la estruc-

    tura y naturaleza de los empleos, sino simple-

    mente adaptar y preparar la mano de obra a los

    puestos de, tra~~jo existentes. En este tipo de

    entrenamienro queda claramente establecido

    que   s intereses del capital pasan por encima de

    los intereses del hombre como  sujeto del tra-

    b

    .  2 6

    ajo .

     La educación profesional no está dirigida

    él

    resolver los problemas sociales, a desarrollar vías

    de movilidad laboral ascendente o a hacer de la

    escuela

    y

    del trabajo experiencias más satisfacto-

    rias; -por el contrario, su propósito es reducir ex-

    pectativas, limitar aspiraciones y aumentar la .su-

    jeción a la estructura social existente. 27 Es me-

    ter en el engranaje de la producción capitalista

    a la masa productiva, sin que le sea permitido

    •• ~n septiembre de 1981, el papa Juan Pablo II publicó la

    ~n~khca Laborem ezercens en la que desarrolla el sentido sub.

    Jetlvo del trabajo, es decir, estudia al hombre, como sujeto del

    trabajo.

    •• C. Biasutto (comp.), Educación y clase obrera, México

    Nueva Imagen, 1978, p. 41. '

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    21/24

    UN PROYECTO ALTERNATIVO

    saber cuánto está produciendo y para quién ]0

    es tá produciendo.

    di Como los exámenes, las pruebas de adm i-

    J

    d .

    si ón y demás formas, m ás o menos racoruanas,

    no llenan los objetivo s de eluninacióu, O

    los

    11e-

    IL111con un estilo que ya no corresponde con

    nucs tra democracia , pedagogos

    y

    psicólogos

    ha 11 puesto en funciona micn to, de lll:a~ décad:,ls

    a esta parte. 11110  modelos de,c1cctlvlcbd 111,15

      ¡ umanita 1 íos .

    .\ los estudian tes que carc rcu de dotes, :l los

    iíl(()])il~ctCfltcS.

    se les debe disuadir, eso sí 'pur

    las bU~Jl;lS, para 'lile ah.1lldollCn los estudios o

    estudi en algu ruas

    confortuc

    con sus cap aCIdades.

    E ' preciso quebrantar su voluntad pero sin

    (¡Ul.

    ellos lo adviertan. Es menester que adopten, an-

    te

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    22/24

    lJ1'J PROYECTO AT,TERNATIVO

    nara las clases dirigentes, de cómo ofrecer mayor

    ~scolaridad sin que eso implique disminución de

    su poder político y de

    su

    hegemonía económica.

    Las contradicciones son evidentes. Unos son

    partidarios de la expansión del sistema escolar

    mientras que otros proponen un riguroso con-

    trol, aduciendo motivos presupuesta rio s. D ura nte

    las crisis económicas =-como la que ahora esta-

    mos sufriendo-e- estas opiniones encontradas se

    aglldiz;m y el sistema escolar sufre los impactos

    de las ducrcntcs tendencias id eoló gicas. La

    polc

    mica en torno a la financiacióu de la s uni versi-

    dades, por ejemplo, es una

    m ani testació n

    el.ira

    de

    ello.

    Aun cuan do nuestra sociedad adoptara la po-

    litica de producir y consumir mayores cantidades

    de escolaridad (abriendo más universidades, por

    ejemplo) eso no implicaría, en modo alguno, mo-

    dificación de las relaciones de producción. Como

    ase aura Carnov todos reciben más enseñanza

    b ,,7 .

    escolar, pero la estructura soci al se mantiene la

    misma. Y es que la desaparición de las desigual-

    dades sociales no depende de un mayor grado

    de escolaridad, sino del cambio de nuestras es-

    tructuras económicas.

    La experiencia demuestra que en los países

    pobres la estructura social que es causa de las

    injusticias, de

    la

    miseria y de la pobreza, es

    tamo

    b ié n

    la causa de un sistema de enseñanza pobre

    e improductivo.

    COMO ACCIÓN POLh¡CA

    Igualdad de oportunidades

    La igualdad ante la educación, ante el ma-

    trimonio, ante el trabajo, ante el dinero...

    es un mito.

    LAPASSADE

    La tan cacareada igualdad de oportunidades es

    otra de las falacias con la que se procura ocultar

    la ideología del sistema escolar. La igualdad de

    oportunidades supone que cualquier individuo,

    no importa su condición social, sexo, creencias

    religiosas, filiaci6npolítica, con tal de que esté

    adornado con un mínimo de dones naturales y se

    empeñe

    y

    quiera, podrá escalar los últimos pel-

    daños de la pirámide escolar

    y ,

    en consecuencia,

    acreditarse para desempeñar las importantes po-

    siciones con que la sociedad recompensa a los

    esforzados.

    La escuela democrática, se dice y se repite,

    sanciona el mérito de los individuos, indepen-

    dientemente de su procedencia social. La histo-

    ria abunda en ejemplos de personas humildes

    que sobreponiéndose a todo tipo de dificultades

    lograron sobresalir corno modelos acabados para

    las j6venes generaciones.

    Según esta tesis la movilidad social se fun-

    damenta en la existencia de los dones intelectua-

    les, noción intrínsecamente ideo16gica. Lucien

    Seve

    29

    asegura que uno de los aspectos más lla-

    mativos de esta teoría es la comprobación de la

    gran capacidad de nuestro sistema escolar para

    ' Los dones no existen , en El fr.lcuo escolar, op. cit.

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    23/24

     

    UN PROYECTO ALTERNATl\ O

    detectar y sancionar los dones de los estudiantes.

    La verdad es que resulta inquietante verificar a

    diario la facilidad con que se lleva a cabo la

    eliminación de miles

    y

    miles de estudiantes, para

    quienes la simple aplicación rutinaria

    y

    forzada

    de unos exámenes es suficiente para determinar

    su ineptitud. Es ciertamente preocupante que en

    una sociedad como la nuestra, con un sistema de

    educación tan adelantado , se acepten tan na-

    turalmente formas tan simples y tan poco cientí-

    ficas de selección. Ante la verdad probatoria

    de un examen de admisión, tanto a los estudian-

    tes afectados como a sus padres uo les queda otra

    alternativa que aceptar la  incapacidad innata ,

    la  ea rencia de dones

    y ,

    en consecuencia, la

    exclusión del grupo privilegiado de la sociedad.

    Anle esta realidad ¿por qué no pensar que

    muchos de los  fracasados  no son sino víctimas

    inocentes que se cobra el sistema en nombre, de

    unos principios supuestamente científicos?

    Y

    ¿por qu é 110 admitir qu e la may or ía de esos fra-

    casados ,

    lo

    son precisamente por la poca eficien-

    cia

    y

    productividad del sistema?

    Tampoco son proba torios los desprestigíados

    tests, así como todo el fetichismo creado en tor-

    no al cociente de inteligencia.  Ante estas com-

    probaciones ¿cómo interpretar que jóvenes que

    no lograron terminar sus estudios tengan un co-

    ciente de inteligencia superior al de los que lo-

    graron graduarse?

    31

    ¿No será que la inteligencia

    •• El número real de niños intelectualmente muy brillantes en

    hogares pobres supera de lejos aquel que queda por encontrar en

    [os. hog:m::,s de destacados profesionales

    y

    hombres de negocios 

    (Ríessman )

    :n L. de Oliveira Lima, La educación cid fuluro ;cglín l\JcLuhan,

    Rl0 de [aucíro, Ed. Vozes, 1971,

    p,

    12.

    COl\iO J.CC 6N POLtr¡CA

    < fS

     escolarizada  está totalmente divorciada de la

    vida, del trabajo, de la producción? ¿Por qué

    ac~tar como fracasados a los individuos que

    haciendo gala de gran inteligencia rechazan los

    esquemas

    y

    las prácticas de una escuela

    verbalis-

    ta,

    l~s

    planteamientos de una escuela isla y las

    soluciones de una escuela invernadero? ¿Por qué

    el fracaso escolar tiene que ser siempre atribuido

    al estudiante y no se achaca como fracaso de la

    escuela, es decir, de la sociedad y de los políticos?

    Por otra parte ¿por qué pretender igualar en

    las bancas de la escuela a niños perfectamente

    alimentados, con niños que desde antes de su

    nacimiento han sufrido graves trastornos

    nutrí- ..

    ~ionales? 32 ¿Cómo

    ~e

    pretende que respondan

    intelectualmente de Igual manera niños con cul-

    tura, vocabulario, contexto familiar, intereses, ex-

    pectativas sociales, tan diferentes? 8S ¿Por qué no

    tener en cuenta en el rendimiento escolar que el

    niño

    pobre no sólo está marcado con el interro-

    gante de un porvenir incierto sino que además

    tiene que soportar la imagen negativa que el

    maestro tiene de él? M

    •• El cerebro de Iu criaturas a especialminte vulaerable •

    las ddiciencias de la dieta durante la parte final del emberazo

     

    la primera alimentación posterior a éste, digamos que entre loa

    tres

    meses anteriores

    111nacimiento y los seis posteriores. El daflo

    ~u.cido entonc~ a 1.. c6ubs cerebrales por falta de protelDat,

    ~hunmas convenientes ., dem~s elementos attiall puede ter

    mevenible; no se puede oompensaz después all llquc 10 . l imeDte

    relativamente bien a la aiatura  (P. E. Vemon cibdo por

    Owen '  Stoneman en Educación psua

    J.

    democracia).

    •• George 'V. Mayese,

    que

    eJtudió

    pruebas

    de de sempeñe de

    m~s de 100 000

    estud iantF S

    de todas partes de Norteanl6-ica,

    Iacó

    en

    concluaión

    que  los

    hijOl

    de

    los.

    pupos' mino ritariOl

    habían

    sufrido

    tanta

    carencia culhu2l IIDtes de llegar a la escaela, qoc

    ninguna

    cantidad de educsc:i60 podd. poaerlOl a la pII de los

    demú  (Owen y StOllem&D, La educadóu

     

    la natura1 C'Z11 de 11

    iutcli¡pcia) .

    •  p~ si enbaDdo en nema _blaa _ II cm bre CCII I

  • 8/17/2019 Educación Como Praxis Politica_Fco. Gutiérrez-p1

    24/24

    UN

    .Pi\OYECTO ALTERNATIVO

    Sin ánimo de dar respuesta a estos interrogan-

    tes, hemos de confesar que la escuela en su actual

    organización, estructura y métodos dídácticos

    mantiene en plena vigencia la ley del más fuerte

    y

    el sálvese

    quien

    pueda que, como sabemos,

    es uno de lo s nortes primordiales de la sociedad

    capitalista.

    El que algunos individuos, por su inteligencia

    y voluntad y

    salvando dificultades sin número,

    escalen

    una clase

    social

    más alta,

    en modo al-

    guno es una tesis a favor de la movilidad social.

    Sabemos que por uno que  se salve  son muchos

    miles de miles

    los

    condenados. Por otra parte,

    esta

    voracidad de

    la

    clase dominante al succionar

    los mejores de la clase inferior, la hace más in-

    vulnerable e impenetrable como clase social pri-

    vilegiada. Abusa de su poder para adueñarse de

    10

    mejor 'de la s

    otras

    clase s,

    pero siempre dentro

    de las reglas del juego que ellos mismos han im-

    puesto. Ofrece a todos igualdad de oportunida-

    des siempre y cuando este mecanismo le favorez-

    ca corno clase

    y

    no le

    perturbe

    en su

     innata 

    competencia

    y en

    su legítimo derecho a dirigir

    los destinos de la sociedad.

    En

    último

    análisis,

    se

    está

    dispuesto

    a

    tratar

    a todos por igual, pero sólo después de salvar

    los propios privilegios

    y

    jerarquías

    de

    poder. Se

    aníllos de oro en los dedos, en traje magnífico, y entrando así

    mismo un pobre con traj e raído, fijáis 1 2 atención en el que

    lleva el traje magnífico y le decís:

    siéntate aquí henrosamente;

    y

    al pobre le decís:

    quédate

    I il s i

    en pie o siéntate bajo mi

    escabel, .• ¿no venís

    a

    ser jueces de perversos peasamíentost. ..

    Vosctros drentái: al pobre.

    ¿No

    son los ricos los que os oprimen

     1

    os Qrll ~tren ante los tríbunsles/ (Santiago 2:1-6)

    lO

     .i \;¡ i

    como C ll derecho a gobernar les fue dado a los reyes

    por Dios

    -escribe

    la norteamericana P. le. Sexton- el derecho

    a dirigir l~ ~ue conferido a las clases altas por la naturaleza, en

    vimtd de lo que se $upooe ser su coeficiente de íntelígeneia,

    COMO

    ACClÓIC

    l'OUnCA

      7

    quiere hacer creer que igualdad de oportunidades

    es si~ónimo de igualdad social, siendo evidente

    que Igualdad de oportunidades en una sociedad

    intrínsecamente desigual es contradictorio. Sólo

    en una estructura social igualitaria cabría la igual-

    dad de oportunidades. En una sociedad de clases

    la igualdad de oportunidades no deja de ser un

    espejismo ideológico para ilusionar peligrosamen-

    ~e a muchos. Pero aun en el supuesto de que la

    Igualdad de oportunidades se concretara

    feliz-

    mente en alguna sociedad, necesariamente des-

    embocaría en una meritocracia tanto más segura

    de su poder cuanto que se atrevería a aparecer

    como totalmente legitima .  Mientras la escuela

    est~ al se rvicio de la divisi6n social del trabajo,

    su igualitarísmo

    y

    democratismo serán pura for-

    malidad. Más que participaci6n igualitaria y de-

    mocrática,

    es

    un dejar hacer que beneficia

    a

    los beneficiados

    y

    ayuda

    a

    los que menos ayuda

    necesitan.

    Relaciones pedag6gicC1

    Para causar sufrimientos innecesarios no

    hay nada como una aplicación estrecha de

    la

    le y . .

    P. COODMAJe

    Las relaciones que se da n dentro de la escuela

    tradicional son

    fo rm as

    eficaces

    de

    inculcación

    ideológica. El mismo Durkheím sefíal6 a prin -

    ci pi os de siglo que   l a c omuni ca ci ón educativa

    • A. Gras, op. cit.. P. 26.