editorial periodico sea latino

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Viernes 15 de Agosto de 2008 / SEA LATINO 8 - NACIONAL ESPECIAL ¿Hasta cuándo amamantar? Por fin has sido mamá. Desaparecida la pancita, es ahora tu pecho lo que se ha convertido en tema de conversación. Sobre él opinan con naturalidad pasmosa tu madre, tu suegro, la pediatra y la Organización Mundial de la Salud. Pero tú te haces una pregunta, si es que has elegido la opción de la lactancia materna: ¿hasta cuándo debo amamantar? La leche materna es el mejor alimento para el bebé y la Organización Mundial de la Salud (www.who.int/es) esta- blece que, para obtener los máximos beneficios, es conve- niente que el pequeño se nutra exclusivamente de ella, como mínimo hasta los seis meses. ¿Y hasta cuándo? Pues todo el tiempo que tú o ambos quie- ran. Hay madres que lo hacen hasta los dos años, incluso más tiempo. La llamada “alimenta- ción complementaria” -cerea- les, fruta, verdura, carne- se introduce paulatinamente a partir de los seis meses, pero no excluye la leche materna, que la Academia Americana de Pediatría considera “la mejor fuente de nutrición durante el primer año de vida”. Según el informe “La dura- ción óptima de la lactancia exclusiva”, publicado por la OMS en el año 2001, está cien- tíficamente comprobado que, incluso en los países desarro- llados, la lactancia materna “protege contra infecciones respiratorias y gastrointesti- nales”, y que dicha protección aumenta cuanto más tiempo dure la lactancia exclusiva. Beneficios para los dos El mismo estudio señala que este tipo de alimenta- ción, si se mantiene de forma prolongada y exclusiva, se asocia con una reducción del riesgo de muerte súbita del lactante. Más allá, indica que algu- nas investigaciones sugie- ren incluso que la lactancia exclusiva acelera el desarro- llo neurocognitivo y protege contra males y enfermedades como la obesidad, la diabe- tes mellitus, el linfoma y la enfermedad de Crohn. En cuanto a las madres, se ha establecido que dar el pecho prolongadamen- te puede proteger contra el cáncer de mama en edad premenopáusica, además de contra el cáncer de ovarios y la osteoporosis. No obstante, el estudio previene contra las generalizaciones y recomien- da un seguimiento individua- lizado de cada niño. Todo esto lo dice la Organización Mundial de la Salud, pero a pesar de estos sólidos argumentos cuando llegas a casa te ves sola con el bebé y descubres que no es tan fácil amamantar. ¿Qué ha sido de esa idí- lica imagen del anuncio de pañales? El niño no se prende del pezón, que además se te ha agrietado y duele mucho. O parece que tu hijo se queda con hambre y temes que acabe desnutrido por tu empeño en darle sólo el pecho. Y ello sumado a que apenas te pue- des sentar porque te duelen los puntos de la episiotomía o la cesárea. Miedo a que pase hambre Por supuesto, el mayor terror de una madre es que su bebé pueda estar pasan- do hambre y que no gane peso. El pediatra controlará este aspecto con eficacia, siempre y cuando tú le proporciones toda la información (cómo son y cuánto duran las tomas, cuán a menudo moja y ensucia los pañales, tiempo que duer- me...), y te dará pautas sobre la frecuencia con que debes alimentar al pequeño, aunque probablemente tu hijo ya te las dé con su llanto. ¿Sabías que el cuerpo humano produce leche a demanda? Es decir, a mayor demanda, mayor producción. Si tu bebé mama el tiempo suficiente y con la fre- cuencia adecuada, no deberías tener problemas de suministro. En cuanto a la calidad de la leche, habrás oído más de una vez casos de madres que dejaron de amamantar porque ésta era de “mala calidad”, estaba “aguada” u otras razones. Una vez descartado que haya un problema médico, es raro que esto ocurra si la madre se cuida y alimenta de forma adecuada. Sobra decir que una madre que está dando el pecho no debe fumar, beber alcohol ni consumir drogas, así como tampoco fármacos que no le hayan sido recetados por un médico convenientemente informado de que la paciente está amamantando. Así que recuerda, las palabras clave a la hora de perseverar amamantando a tu bebé son paciencia, apoyo de profesionales y un control pediátrico adecuado. ¡Suerte! La matrona, tu aliada Es aquí donde entra una figura clave, la matrona, que podrá ayudarte, porque en contra de la creen- cia habitual, los bebés no nacen sabiendo mamar. Sí cuentan con el reflejo de succión, pero necesitan aprender a prenderse del pezón y tú también tienes mucho que aprender, además de buscar la mejor postura, que puede ir variando según vuestras nece- sidades. Por ejemplo, si te duelen los puntos al sentarte, en casa puedes amamantar al bebé recostada de lado en la cama (con la práctica puedes incluso leer o comer algo mientras lo haces). Si lo que te molesta es la cicatriz de la cesárea, exis- te una postura en la que tomas al bebé en horizontal bajo tu brazo, apoyado en la cadera, y guías su cabeci- ta hacia tu pecho. Extraño, pero efectivo. Al contrario que en los países anglosajones, en los de habla hispana no es común la figura de la “con- sultora de lactancia”, pero la matrona, además de aconsejarte, quizá conozca y te informe sobre algún grupo de apoyo en tu zona. Lo ideal es que hables con ella y le pidas consejo antes de marcharte del hospital, porque así llegarás a casa informada. Para las grietas en los pezones, que pueden llegar a doler terriblemente, lo mejor es prevenir a lo largo de todo el embarazo, hidratándolos con crema de lanoli- na, que encontrarás en farmacias. Si ya es demasiado tarde, esta misma crema puede ayudarte y, para lavarlos, utiliza sólo una gasa con agua o suero fisiológico, pues el jabón puede resecar- los. Lo mejor para que cicatricen es que les dé el aire, así que descúbrelos siempre que puedas. EFE/Juan Carlos Molina Una mujer amamanta a su hijo en Córdoba (España). EFE/Francis R. Malasig Un grupo de madres filipinas amamantan a sus bebés en un hospital público en un suburbio de Manila, Filipinas. P rofesionales como las matronas podrán ayudarte, porque en contra de la creencia generalizada, los bebés no nacen sabiendo mamar, aunque sí cuentan con el reflejo de succión. La Organización Mundial de la Salud establece que el pequeño debe nutrirse exclusivamente de leche materna, como mínimo hasta los seis meses. LORENA CANTÓ EFE-REPORTAJES

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Viernes 15 de Agosto de 2008 / SEA LATINO8 - NACIONAL ESPECIAL

¿Hasta cuándo amamantar?Por fin has sido mamá. Desaparecida la pancita, es ahora tu pecho lo que se ha convertido en tema de conversación. Sobre él opinan con naturalidad pasmosa tu madre, tu suegro, la pediatra y la Organización Mundial de la Salud. Pero tú te haces una pregunta, si es que has elegido la opción de la lactancia materna: ¿hasta cuándo debo amamantar?

La leche materna es el mejor alimento para el bebé y la Organización Mundial de la Salud (www.who.int/es) esta-blece que, para obtener los máximos beneficios, es conve-niente que el pequeño se nutra exclusivamente de ella, como mínimo hasta los seis meses.

¿Y hasta cuándo? Pues todo el tiempo que tú o ambos quie-

ran. Hay madres que lo hacen hasta los dos años, incluso más tiempo. La llamada “alimenta-ción complementaria” -cerea-les, fruta, verdura, carne- se introduce paulatinamente a partir de los seis meses, pero no excluye la leche materna, que la Academia Americana de Pediatría considera “la mejor fuente de nutrición durante el primer año de vida”.

Según el informe “La dura-ción óptima de la lactancia exclusiva”, publicado por la OMS en el año 2001, está cien-tíficamente comprobado que, incluso en los países desarro-llados, la lactancia materna “protege contra infecciones respiratorias y gastrointesti-nales”, y que dicha protección aumenta cuanto más tiempo dure la lactancia exclusiva.

Beneficios para los dosEl mismo estudio señala

que este tipo de alimenta-ción, si se mantiene de forma prolongada y exclusiva, se asocia con una reducción del riesgo de muerte súbita del lactante.

Más allá, indica que algu-nas investigaciones sugie-ren incluso que la lactancia exclusiva acelera el desarro-llo neurocognitivo y protege contra males y enfermedades como la obesidad, la diabe-tes mellitus, el linfoma y la enfermedad de Crohn.

En cuanto a las madres, se ha establecido que dar el pecho prolongadamen-te puede proteger contra el cáncer de mama en edad premenopáusica, además de contra el cáncer de ovarios y la osteoporosis. No obstante, el estudio previene contra las

generalizaciones y recomien-da un seguimiento individua-lizado de cada niño.

Todo esto lo dice la Organización Mundial de la Salud, pero a pesar de estos sólidos argumentos cuando llegas a casa te ves sola con el bebé y descubres que no es tan fácil amamantar.

¿Qué ha sido de esa idí-lica imagen del anuncio de pañales? El niño no se prende del pezón, que además se te ha agrietado y duele mucho. O parece que tu hijo se queda con hambre y temes que acabe desnutrido por tu empeño en darle sólo el pecho. Y ello sumado a que apenas te pue-des sentar porque te duelen los puntos de la episiotomía o la cesárea.

Miedo a que pase hambrePor supuesto, el mayor terror de una madre es que su bebé pueda estar pasan-

do hambre y que no gane peso. El pediatra controlará este aspecto con eficacia, siempre y cuando tú le proporciones toda la información (cómo son y cuánto duran las tomas, cuán a menudo moja y ensucia los pañales, tiempo que duer-me...), y te dará pautas sobre la frecuencia con que debes alimentar al pequeño, aunque probablemente tu hijo ya te las dé con su llanto.

¿Sabías que el cuerpo humano produce leche a demanda? Es decir, a mayor demanda, mayor producción. Si tu bebé mama el tiempo suficiente y con la fre-cuencia adecuada, no deberías tener problemas de suministro.

En cuanto a la calidad de la leche, habrás oído más de una vez casos de madres que dejaron de amamantar porque ésta era de “mala calidad”, estaba “aguada” u otras razones. Una vez descartado que haya un problema médico, es raro que esto ocurra si la madre se cuida y alimenta de forma adecuada.

Sobra decir que una madre que está dando el pecho no debe fumar, beber alcohol ni consumir drogas, así como tampoco fármacos que no le hayan sido recetados por un médico convenientemente informado de que la paciente está amamantando.

Así que recuerda, las palabras clave a la hora de perseverar amamantando a tu bebé son paciencia, apoyo de profesionales y un control pediátrico adecuado. ¡Suerte!

La matrona, tu aliadaEs aquí donde entra una figura clave, la matrona,

que podrá ayudarte, porque en contra de la creen-cia habitual, los bebés no nacen sabiendo mamar. Sí cuentan con el reflejo de succión, pero necesitan aprender a prenderse del pezón y tú también tienes mucho que aprender, además de buscar la mejor postura, que puede ir variando según vuestras nece-sidades.

Por ejemplo, si te duelen los puntos al sentarte, en casa puedes amamantar al bebé recostada de lado en la cama (con la práctica puedes incluso leer o comer algo mientras lo haces).

Si lo que te molesta es la cicatriz de la cesárea, exis-te una postura en la que tomas al bebé en horizontal bajo tu brazo, apoyado en la cadera, y guías su cabeci-ta hacia tu pecho. Extraño, pero efectivo.

Al contrario que en los países anglosajones, en los de habla hispana no es común la figura de la “con-sultora de lactancia”, pero la matrona, además de aconsejarte, quizá conozca y te informe sobre algún grupo de apoyo en tu zona. Lo ideal es que hables con ella y le pidas consejo antes de marcharte del hospital, porque así llegarás a casa informada.

Para las grietas en los pezones, que pueden llegar a doler terriblemente, lo mejor es prevenir a lo largo de todo el embarazo, hidratándolos con crema de lanoli-na, que encontrarás en farmacias.

Si ya es demasiado tarde, esta misma crema puede ayudarte y, para lavarlos, utiliza sólo una gasa con agua o suero fisiológico, pues el jabón puede resecar-los. Lo mejor para que cicatricen es que les dé el aire, así que descúbrelos siempre que puedas. EF

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Una mujer amamanta a su hijo en Córdoba (España).

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Un grupo de madres filipinas amamantan a sus bebés en un hospital público en un suburbio de Manila, Filipinas.

¿Hasta cuándo amamantar?Por fin has sido mamá. Desaparecida la pancita, es ahora tu pecho lo que se ha convertido en tema de conversación. Sobre él opinan con naturalidad pasmosa tu madre, tu suegro, la pediatra y la Organización Mundial de la Salud. Pero tú te haces una pregunta, si es que has elegido la opción de la lactancia materna: ¿hasta cuándo debo

Según el informe “La dura-ción óptima de la lactancia exclusiva”, publicado por la OMS en el año 2001, está cien-tíficamente comprobado que, incluso en los países desarro-llados, la lactancia materna “protege contra infecciones respiratorias y gastrointesti-nales”, y que dicha protección aumenta cuanto más tiempo dure la lactancia exclusiva.

Beneficios para los dosgeneralizaciones y recomien-da un seguimiento individua-lizado de cada niño.

Todo esto lo dice la Organización Mundial de la Salud, pero a pesar de estos sólidos argumentos cuando llegas a casa te ves sola con el bebé y descubres que no es tan fácil amamantar.

¿Qué ha sido de esa idí-lica imagen del anuncio de pañales? El niño no se prende del pezón, que además se te ha agrietado y duele mucho. O parece que tu hijo se queda con hambre y temes que acabe desnutrido por tu empeño en darle sólo el pecho. Y ello

P rofesionales como las matronas podrán ayudarte, porque en contra de la creencia generalizada, los bebés no nacen sabiendo mamar, aunque sí cuentan con el re� ejo de succión.

La Organización Mundial de la Salud establece que el pequeño debe nutrirse exclusivamente de leche materna, como mínimo hasta los seis meses.

LORENA CANTÓEFE-REPORTAJES