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Editorial

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EQUIPO DE TRABAJOEl verdadero tesoro

Cuando se piensa en la palabra tesoro, desde el punto de vista humano, la mente lo procesa como un bien tangible por medio del cual puede intercambiar otros bienes deseables, como dinero, oro, piedras preciosas, etc. Y es ese pensamiento humanista el que crea confusión aún en algunas iglesias cristianas como la de

Esmirna y Laodicea, ya que una se consideraba pobre mientras que para el Señor era rica y la otra se consideraba rica contrario a la opinión Divina la cual le aseguraba que era pobre; de aquí tenemos que analizar cómo está integrado el verdadero tesoro ya que la misma palabra dice que en donde esté nuestro tesoro ahí estará nuestro corazón (Mateo 6:21). Es pues en la bendita palabra que encontramos que todo aquel que se ha convertido en discípulo del reino saca de su tesoro cosas viejas y cosas nuevas (Mateo 13:52), asombrosamente también se encuentra que la Biblia que ha sido vista en Antiguo Testamento y Nuevo Testamento, contiene en el AT (Cosas viejas) riquezas extraordinarias y en el NT (Cosas nuevas), riquezas que también están escondidas, y la forma como están escondidas es en las palabras que al traducirse “riqueza” en ambos idiomas (Hebreo y Griego) también tienen un significado paralelo, homologando así las riquezas con dicho significado. Por ejemplo si una palabra como Kabod se traduce riqueza pero también significa honor, entenderemos que el honor es una riqueza, coincidiendo dicho concepto con el contexto “mejor es el buen nombre que las muchas riquezas” (Proverbios 22:1), así pues nos encontramos con una gran variedad de palabras que son traducidas como “riqueza” pero que también tienen un significado adicional que trataremos de explicar en este número de la revista Rhema para que al final comprendamos cuál es el buen tesoro y la riqueza con la cual debemos estar enriquecidos.

Esto es vital porque por falta de comprensión se podría estar menospreciando aquella riqueza que Dios nos ha dado debido a no haber alcanzado la que nosotros esperábamos, corriendo el peligro de caer en el menosprecio de lo que ya tenemos como le pasó a los Israelitas que menospreciaron la riqueza del alimento que les dieron en el desierto porque anhelaban carne, o como la viuda que cuando le preguntan ¿qué tienes en casa? Responde: “nada, solo una vasija con aceite” (2 Reyes 4:2 BDN) sin saber que allí residía su gran riqueza y sustento.

Sirva pues esta revista para abrirnos un poco más nuestros ojos respecto a esta temática tan importante.

Sergio Enríquez

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APOSTÓLICO

Consejo “La vida cristiana no se puede llevar sin la llenura del Espíritu Santo.”

3EDICIÓN 109 | ABRIL 2019

En la Biblia para referirse a la hacienda o riqueza que un rey poseía, se utiliza la palabra hebrea recush (H7399). Esta palabra se puede traducir como bienes, recursos, patrimonio, ganancia, posesiones, hacienda y riqueza. Aunque la Biblia hace mención de muchos reyes y sus haciendas, en esta oportunidad deseo enfocarme en la Hacienda del Rey David: “A cargo de las ovejas estaba Jaziz agareno. Todos éstos eran administra-dores de las propiedades (recush) del rey David” LBLA 1 Crónicas 27:31.

Debido a que la riqueza del Rey David era sobreabundante, fue necesario que nombrara administradores o mayordomos que estuvieran a cargo de sus bienes. Esto nos enseña que las riquezas que Dios nos da en posesión deben ser bien adminis-tradas, y nuestra función es saber cuidar y valorar cada recurso material o espiritual que Él nos provee.

La riqueza del Rey David estaba dividida en doce porciones, para lo cual había un mayordomo designado para administrar cada porción. Esto lo podemos leer en 1 Crónicas 27:25 al 31.

En esta parte de la Escritura se mencionan los nombres de los 12 encargados de la hacienda del Rey y lo que cada uno administraba. Podríamos decir que la riqueza de David estaba dividida en doce partes, las cuales enumeraré a continua-ción:

1. Los almacenes del Rey

2. Los almacenes del campo3. Los obreros4. Las viñas5. El producto de las viñas6. Los olivares7. Los depósitos de aceite8. El ganado de Sarón 9. El ganado de los valles10. Los camellos11. Las asnas 12. Las ovejas

Toda esta era la riqueza recush que poseía el rey David. Si lo aplicamos en un plano espiritual, el Rey David vendría a ser figura de nuestro Rey Jesucristo; y toda la hacienda representa las riquezas verda-deras que Dios nos permite adquirir como posesión y/o representa las riquezas que como buenos administradores debemos cuidar. Este patrimonio nos muestra y recuerda cuán enriquecida ha sido la iglesia de Cristo. Debido a la cantidad de porciones de esta abundante riqueza, trataré de explicar solo cinco de ellas:

LOS OBREROS

Parte de las riquezas del Reino de Dios dentro de la iglesia son quienes trabajan en la obra del Señor. Los obreros repre-sentan a quienes sirven en las diferentes áreas de la iglesia. Los obreros son muy valiosos, tanto que el Señor Jesús dijo:

“La mies es mucha, pero los obreros pocos; rogad, por tanto, al Señor de la mies que envíe obreros a su mies.” LBLA Lucas 10:2

LOS CAMELLOS

Los ministros primarios: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros están representados en los camellos. Los cinco ministerios son una riqueza muy valiosa para el cuerpo de Cristo. Recordemos que la Escritura dice que cuando el Señor Jesucristo ascendió a lo más alto de todos los cielos, dio dones a los hombres, o dones en forma de hombres (Efesios 4:8).

Estos dones, son regalos o dádivas que el Señor Jesucristo concedió para capacitar a los Santos para la obra del ministerio, son los instrumentos que Dios utiliza para que alcancemos la unidad de la fe, el conoci-miento pleno y nos ayudarán a alcanzar la madurez y la estatura del varón perfecto (Efesios 4:11-13).

LAS OVEJAS

Dice la Escritura “pueblo suyo somos y ovejas de su prado” (Salmos 100:3). El pueblo que Dios compró tiene un valor incalculable, ya que lo compró con su propia sangre. Cuando Cristo derramó su vida en propiciación adquirió una gran riqueza. Una de las parábolas del reino dice que el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca perlas finas, y al encontrar una perla de gran valor vendió todo lo que tenía para poder adquirirla (Mateo 13:45-46). Esa perla de gran precio es la iglesia, las ovejas de su prado, el pueblo adquirido por Dios para su posesión. El mercader representa a nuestro Señor Jesucristo.

LOS DEPÓSITOS DE ACEITE

El aceite en la Escritura representa la unción del Santo Espíritu de Dios. La unción es el poder que Dios derrama sobre la iglesia para diferentes usos. Por medio de esa unción tan poderosa se rompen yugos, se sanan enfermedades, se libertan cautivos, se proclama el evangelio.

El aceite de la unción se usaba para habilitar a aquellos que servirían dentro del tabernáculo, también con el aceite se ungían reyes para darles autoridad y honor. Sin la unción la iglesia sería débil e inútil. Qué riqueza tan maravillosa, hay depósitos de aceite a nuestra disposición.

EL PRODUCTO DE LAS VIÑAS

El vino es el producto de las viñas. El vino representa el gozo, la alegría y el regocijo. El gozo es un patrimonio asombroso y muy necesario. La Escritura nos enseña que el gozo del Señor es nuestra fuerza (Nehemías 8:10). El gozo nos conduce a dar agradablemente al Señor y a servir correctamente. El gozo es una de las manifestaciones de la presencia de Dios, la Escritura dice “en tu presencia hay plenitud de gozo” (Salmos 16:11). El gozo nos conduce a la alabanza de nuestro Dios: “Venid, cantemos con gozo al SEÑOR, aclamemos con júbilo a la roca de nuestra salvación” (LBLA Salmos 95:1).

Que el Señor nos llene de su gozo y derrame su aceite sobre nosotros, para que como ovejas de su hacienda, seamos fortalecidos en el poder de su fuerza; y que como obreros y ministros seamos valiosos en su obra, trabajando con excelencia.

1 Crónicas 27:25-31

2 Crónicas 31:3

2 Crónicas 35:7

Esdras 6:8

Job 1:3

Hilmar Ochoa

Citas Bíblicas para estudio

Rekoosh

Provisión

4 EDICIÓN 109 | ABRIL 2019

Cuando se habla humanamente de riqueza se considera las cosas materiales que se poseen, dinero, bienes o cosas valiosas, pero cuando se investiga en la Biblia las palabras que se traducen como riqueza, aparece la palabra “Kabod” (H3519), al estudiar esta palabra en el Antiguo Testamento, en las diferentes traducciones, nos damos cuenta que la traducen con otros significados, dándonos una amplitud de las riquezas que provienen de Dios y que Él se las ha dado a su iglesia y que debemos conocerlas para poder hacer uso de ellas, porque al desconocerlas podríamos considerar que se carece de ellas y pensar que se es pobre. Entre los signifi-cados con que se traduce “Kabod” están: gloria, nobleza, poder, grandeza y honra.

En Malaquías 1:6 (RV 1909) “Kabod” la traducen como “honra” refiriéndose a que el hijo honra al padre y esto nos debe recordar que hay un primer manda-miento con promesa: “Honra a tu padre y a tu madre, para que sean prolongados tus días, y para que te vaya bien sobre

la tierra”. Al considerar las consecuencias

de este mandamiento, el hijo de Dios que honre a sus padres biológicos, no impor-tando la calidad de padres que hayan sido, Dios lo bendecirá para que pueda vivir largo tiempo y sea feliz sobre esta tierra, como lo describe la versión Torres Amat 2003 en Deuteronomio 5:16. También debemos recordar que en la biblia el orden de los factores sí altera el producto, no se puede honrar a la madre si no se honra al padre, si solo se honra a la madre no se estaría cumpliendo plenamente el mandamiento de honrar padre y madre.

Cuando se cumple este mandamiento no solo se debe considerar que se honra a un progenitor, sino también se está reconociendo una paternidad biológica y esta paternidad natural nos abre paso para tener una mejor comprensión de nuestra relación con nuestro Dios, quien se manifiesta como un padre para nosotros, al ser hijos de Dios es porque Él es un padre y nuestro Padre celestial nos deja escrito en la Biblia la forma en que podemos honrarlo, en este mismo verso de Malaquías que mencionamos al inicio, Dios pegunta: “si soy padre ¿donde está mi honra? y si soy Señor ¿dónde está mi temor?” en el contexto de este pasaje vemos claramente que se está refiriendo a las ofrendas que se presentaban delante de Dios, de aquí aprendemos que una de las formas de honrar a Dios es con nuestras ofrendas y la forma de mostrar nuestro temor reverente es diezmando (Deuteronomio 14:23).

La palabra hebrea “kabod” se usa nueva-mente como honra en Génesis 49:6 (BJ4 2007), Jacob antes de partir de esta tierra llama a sus hijos para hacerles saber lo que les habrá de acontecer a cada uno, cuando llega con Simeón y Leví, les dice que sus armas son instrumentos de violencia y que en su consejo no entra su alma y en su asamblea no se une su honra (Kabod), porque utilizaron el engaño, la venganza y la violencia para hacer justicia por la deshonra que había sufrido su hermana Dina al ser violada por Siquén príncipe de los heveos. Jacob al no estar de acuerdo con las acciones de sus hijos Simeón y Leví, nos enseña que una deshonra no se paga con otra deshonra y que hay formas de solicitar justicia y que una persona debe proteger

su respeto, su decoro e integridad que ha alcanzado en la vida, por eso está escrito: Proverbios 20:3 (BJ3) “Es honra (kabód) del hombre evitar discusiones…”

Una de las riquezas más hermosas que todo hijo de Dios debe de alcanzar es la humildad y esta cualidad está íntimamente relacionada con la riqueza “Kabod”. En Proverbios 15:33 RVA 1989, esta palabra aparece de la siguiente forma: “El temor de Jehovah es la enseñanza de la sabiduría, y antes de la honra (Kabód) está la humildad”. Esto quiere decir que para poder alcanzar honra (riqueza kabód) debemos crecer en humildad y en Proverbios 18:12 RVA 1989, confirma que antes de la honra esta la humildad y esto nos lleva al Nuevo Testamento donde se narran las palabras de nuestro Señor: Lucas 14:11 (BAF) “Porque todo el que pretenda ser superior a los demás, será humillado; pero el que a sí mismo se humille, ése será ensalzado.” Definitivamente para poder alcanzar la riqueza de la honra se debe pasar por la humildad, por eso nuestro Señor se humilló y fue exaltado hasta lo sumo.

Cuando se habla de honra se debe considerar que son las virtudes perso-nales como la decencia, la rectitud y la integridad de una persona, que al preser-varlas a lo largo de la vida, en un espíritu de humildad se convierte en una riqueza, en una honra (kabod), que se manifiesta primeramente honrando a los suyos, padre y madre, hijos, etc., y como hijo de Dios tendrá la capacidad de honrar a Él como un padre de su espíritu, pero también podrá honrar al padre de su alma, que es el ministro que lo engendró o lo reengendró.

Esta honra tiene sus adversidades y en oportunidades se pondrá a prueba en medio de deshonras, como en el caso de Jacob, que no aprobó la actitud de sus hijos y que deshonraron al pueblo que gobernaba Hamor (Génesis 34). Esta riqueza proviene de Dios porque Él levanta del polvo al pobre y del muladar al necesitado para hacerlos sentar con los príncipes, y heredar un sitio de honor (1 Samuel 2:8), como lo hizo con Ana que la honró dándole hijos.

Abraham De La Cruz


1 Crónicas 27:25-31

2 Crónicas 31:3

2 Crónicas 35:7

Esdras 6:8

Job 1:3

Kabod

Honra


Sin lugar a dudas cuando Dios sacó a Israel de Egipto, todos llevaban la cultura y mentalidad de esclavo, la cual habían pasado generacionalmente, y no pudieron discernir para qué era la riqueza que Dios les estaba dando por mano de los egipcios; el oro lo usaron para hacer un becerro convirtiéndolo en un ídolo. De la misma forma cuando Dios nos saca del mundo, debemos cambiar la mentalidad de una riqueza de esclavo por la mentalidad de una riqueza del Reino de los cielos, que no excluye la riqueza material.

Con el auxilio del Espíritu Santo, analiza-remos en parte una de las riquezas del Reino de Dios en la faceta de “Sabiduría”. La biblia en el AT nos describe muchas riquezas del Reino, es decir, las verda-deras riquezas, en la concordancia Strong encontramos la palabra Osher H6239 que significa: Remuneración, bienes y riqueza. Por ejemplo aparece en los siguientes textos: “Ciertamente, toda la riqueza que Dios ha quitado de nuestro padre es nuestra y de nuestros hijos; ahora pues, todo lo que Dios te ha dicho, hazlo. (LBLA Génesis 31:16); “La corona de los sabios es su riqueza, mas la necedad de los necios es insensatez.” (LBLA Proverbios 14:24) El que tiene Sabiduría de parte de Dios es rico.

La palabra de Dios nos enseña que el mundo puede darnos sabiduría pero que ésta es animal, natural y diabólica y puede conducir al hombre a vanaglo-riarse y endurecer su corazón a tal punto de negar a Dios. “Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica. (LBA Santiago 3:15). La Sabiduría tiene un principio bíblico, una base que se llama Temor al Señor “El principio de la sabiduría es el temor del

SEÑOR, y el conocimiento del Santo es inteligencia.” (LBA Proverbios 9:10).

Existen obstáculos que pueden impedir que recibamos la sabiduría de Dios, los cuales se convierten en enemigos de la Sabiduría. La palabra de Dios nos dice claramente que si alguno está falto de sabiduría debe pedirla a Dios (Santiago 1:5) y Él la dará abundantemente. El personaje más conocido en las escrituras por su sabiduría y que no hubo otro tan sabio como él, fue el rey Salomón. Si algo agradó al Señor del Rey Salomón fue que al pedir sabiduría su motivación no fue personal; sino fue de guiar al pueblo de Dios correctamente. Salomón pidió lo que no se podía comprar con la riqueza material, sabiendo que el tesoro de la Sabiduría solo provenía de Dios. Entonces el pedir mal se convierte en un enemigo de la Sabiduría. El hombre que es arrogante y soberbio cree tener la verdad absoluta y no deja que nadie lo contradiga, se aferra a sus ideas, la palabra de Dios es muy puntual al decir que la sabiduría de Dios está con los humildes (no confundir con pobreza) “Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; pero con los humildes está la sabiduría” (LBA Proverbios 11:2). Quiere decir que la arrogancia y soberbia es algo que impide que obtengamos la Sabiduría de Dios.

Otro enemigo de la Sabiduría es la necedad, “Mejor es un joven pobre y sabio, que un rey viejo y necio, que ya no sabe recibir consejos. (LBA Eclesiastés 4:13). En este texto relaciona el pedir y aceptar consejo con la Sabiduría. Ruth fue aconsejada por su suegra Noemí acerca de la manera en la que debía comportarse y las palabras que debía usar al acercarse a Booz y al seguir estos consejos alcanzó gracia delante de él. Si aceptamos consejos, somos ricos. El no aceptar la disciplina y la corrección son enemigos de la Sabiduría. Sin duda la disciplina y la corrección son elementos que nos conducen a la sabiduría y debemos aceptarlos apreciando el hecho de que el Señor a quien ama disciplina y al que toma por hijo corrige (Hebreos 12:5-6).

Hablando de algunos beneficios que nos da la Sabiduría encontramos: “La vara y la reprensión dan sabiduría, pero el niño consentido avergüenza a su madre” (LBA Proverbios 29:15). Cuando añoramos y creemos que los tiempos pasados son mejores que los que vivimos, son otro enemigo para que adquiramos Sabiduría: “No digas: ¿Por qué fueron los días pasados mejores que éstos? Pues no es sabio que preguntes sobre esto” (LBA Eclesiastés 7:10). Al desear los ajos y las cebollas de Egipto estaríamos retrocediendo de su gracia y seríamos malagradecidos.

Con la ayuda de Dios guiándonos a toda verdad podremos acumular el tesoro más valioso por el hombre que no se adquiere con oro ni plata y que es la sabiduría que viene de lo alto.

Otra acepción de la palabra Osher, recor-demos que es “remuneración” y es una de las bendiciones que le dan a Ruth: “Que el SEÑOR recompense tu obra y que tu remuneración sea completa de parte del SEÑOR, Dios de Israel, bajo cuyas alas has venido a refugiarte.” (Ruth 2:12 LBA). Sin lugar a dudas el estar cubierto por los cinco ministerios, es parte de la riqueza de Dios llamada Sabiduría.

Osher SabiduríaRamiro Sagastume


Proverbios 8:11

Proberbios 11:2

Santiago 3:13

Jeremías 9:23

Eclesiastés 5:19

Proverbios 22:4


“Y halló mi mano como nido las riquezas (H2428) de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados, así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien moviese ala, ni abriese boca y graznase.” (Isaías 10:14 R60). Tener riqueza va a depender de los pensamientos de cada persona, y humanamente siempre lo vamos a ver como los bienes materiales que se poseen, que aunque ésta es una bendición, no es una verdadera riqueza, como lo debemos ver nosotros la Iglesia del Señor.

En la Biblia leemos: “Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto” (LBA Mateo 13:22), esto nos deja ver que si materializamos las riquezas, vamos a estar afanados y no vamos a poder fructificar. Dios nos ha dado dones, no carismas, desde nuestro nacimiento que son considerados como

riquezas, por ejemplo hay personas que son tan tranquilas que no se meten en problemas, y esas son las que no se deben perder; o las riquezas culturales que se deben mantener. En Mateo 13:52 dice que existen en el tesoro del escriba cosas nuevas y cosas viejas y ambas deben permanecer para enriquecer nuestra vida y la de quienes nos rodean.

En esta edición estamos estudiando las palabras que traducidas significan riqueza, y aquí estudiaremos la palabra Chayil H2428 que entre muchos signifi-cados quiere decir riqueza y virtud; y al hablar de virtud el texto que debemos mencionar es: “Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.” (Proverbios 31:10 R60). Esta mujer significa, además de una mujer en sí, una entidad llamada Iglesia, por lo que podríamos decir en este texto Iglesia virtuosa o Iglesia Enriquecida, ¿quién la hallará? En este texto la riqueza es la virtud. Según el diccionario RAE, virtud es la disposición de la persona para obrar haciendo el bien, siguiendo la verdad y la justicia. Esto nos deja ver que una Iglesia virtuosa es la que habitualmente busca el bien de los demás.

Uno de los ejemplos de mujeres que fueron virtuosas es el caso de Rut. “Ahora hija mía, no temas. Haré por ti todo lo que me pidas, pues todo mi pueblo en la ciudad sabe que eres una mujer virtuosa” (Rut 3:11 LBA). Qué virtudes encon-tramos en Rut: a) No abandonó a Noemí, sino que la acompañó en el trayecto de regreso a su ciudad, la cuidó, trabajó para llevar el alimento a la casa y estuvo con ella, le hizo un bien. b) Obedeció a todas las instrucciones que Noemí le dio. Quiere decir que el no abandonar a alguien necesitado y ser obediente son virtudes, es decir, una riqueza. Ella sabía que al ser extranjera no tenía muchas oportunidades, pero buscó ser aceptada y redimida por el Dios que había conocido en su tierra. De aquí podemos ver que la mujer virtuosa es obediente, hace el bien y reconoce que ha sido comprada con precio de sangre y eso hace que ella dé lo

que de gracia ha recibido.

“Además escoge tú de entre todo el pueblo varones de virtud, temerosos de Dios, varones de verdad, que aborrezcan la avaricia; y ponlos sobre el pueblo por jefes de millares, de centenas, de cincuenta y de diez” (Éxodo 18:21 R60). Este pasaje nos habla cuando Jetro le aconseja a Moisés escoger a personas para ayudarle a juzgar al pueblo; y aquí vemos que en la Iglesia de Cristo en cada congregación hay una jerarquía que ayudará al ministro a ministrar al pueblo, a atender los casos que cada uno tiene, y para ello deben tener virtudes como el temor al Señor, veraces, no avaros y que sean capaces de guiar al pueblo de Dios y no detenerse a pesar de que vayan por el desierto.

“Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”. (Filipenses 4:8 R60).

Todas estas son virtudes o riquezas que la Iglesia o Mujer Virtuosa debería alcanzar: Verdadera, decir siempre la verdad, ser veraz, capaz de hablar con la verdad aunque eso signifique meterse en problemas. Honesta, sin engaños, siempre buscando la rectitud. Justa: Como ha sido justificada por el Señor ha obtenido la capacidad de actuar en justicia, no juzgando mal a los demás. Pura: Buscando la santidad sin la cual nadie verá al Señor. Estos tiempos son finales y debemos buscar que nuestras vestiduras estén sin mancha. “Permanezca el amor fraternal. No os olvidéis de mostrar hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles. Acordaos de los presos como si estuvierais presos con ellos; y de los maltratados, puesto que vosotros también estáis en el cuerpo” (Hebreos 13:1-3 LBA). Con la ayuda del Espíritu Santo obtendremos la riqueza de tener la virtud de compartir amor fraternal, practicar la filonexia y visitar a los presos. Haciendo todas estas cosas seremos una iglesia virtuosa.

Chayil

VirtuosaAna Julia de Sagastume


Éxodo 18:22

2ª. Pedro 1:5-9

1ª. Pedro 2:9

Rut 3:11-18


“Mujer fuerte, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepuja largamente á la de piedras preciosas” (Proverbios 31:10 RV1909).

Una de las palabras en hebreo que aparece en la Biblia que significa riqueza es “Chayil” y tiene algunos signifi-cados más, los cuales nos ayudarán a comprender lo que es una verdadera riqueza, en el texto bíblico anterior está uno de ellos en la palabra “fuerte o fuerza” para entenderlo mejor estudia-remos qué clase de fuerza debe tener la iglesia para ser enriquecida.

Y ellos le dijeron: Así dice Ezequías: “Este día es día de angustia, de reprensión y de desprecio, pues hijos están para nacer, pero no hay fuerzas para dar a luz (Isaías 37:3 LBLA).

Una mujer en el aspecto natural necesita una fuerza muy grande para dar a luz, si no la tiene, corre el riesgo de perder a su hijo o que este sufra al momento de nacer, en el plano espiritual la iglesia da a luz hijos, lo tremendo es que algunas iglesias pierden esa fuerza, no evange-lizando sino buscan el crecimiento numérico con hijos nacidos en otros lugares, fruto del trabajo de parto de otras iglesias. La necesidad de alcanzar almas perdidas que están en lugares abandonados, dando la oportunidad del evangelio a los que lo necesitan sería una verdadera riqueza.

La fuerza del entendimiento

“He aquí, Dios es poderoso pero no desprecia a nadie, es poderoso en la fuerza del entendimiento”. (Job 36:5 LBLA) .

Otra riqueza es la fuerza del entendi-miento, que nos lleva a un nivel de vida diferente al entender las Escrituras y comprender los Ministerios de Dios, nos deleitamos en conocer, estudiar y entender la palabra. Veamos en qué cosas debemos ser entendidos.

Cantar con entendimiento (Salmos 47:7 OSO). En la actualidad tenemos gran cantidad de cantos, el movimiento

de alabanza en general ha tenido un crecimiento, sin embargo no solo se trata de cantar o repetir una canción que nos parezca bonita, sino debemos entenderla, si es algo que se sale de los parámetros bíblicos o el resultado de una emoción; debemos cuidar que la música y letra que cantamos agrade a Dios y nos edifique, al tener esta capacidad de entendimiento la iglesia es fuerte y enriquecida.

¿Cómo se obtiene la fuerza del entendi-miento? “Llegue mi clamor ante ti, Señor; conforme a tu palabra dame entendi-miento” (Salmos 119:169 LBLA).

A través de exponernos continuamente a la palabra de Dios, congregándonos, buscando en su santo templo y estar dispuestos a escucharla, recordemos cuando el salmista se describe como animal sin entendimiento, hasta que entra en el templo de Dios y entiende muchas cosas de la vida que antes no entendía.

La fuerza del Espíritu Santo

“Sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros y seréis testigos en Jerusalem, Judea y Samaria y hasta los confines de la tierra “ (Hechos 1:8 Castillian)

Buscar el bautismo en el Espíritu Santo debería ser una prioridad para la iglesia, ya que es a través de esta bendición que podemos testificar y al recibir sus dones tener acceso a los poderes del siglo venidero, con esta fuerza seremos enriquecidos.

La fuerza de la sinceridad

“Y el Señor lo miró, y dijo: Ve con esta tu fuerza, y libra a Israel de la mano de los madianitas. ¿No te he enviado yo?” (Jueces 6:14 LBLA).

El ángel del Señor llama a Gedeón “valiente guerrero”, él ve la realidad, no se ve como valiente y expone su descon-cierto, ya que parecería que Dios los había olvidado, fue sincero y ésta fue su fuerza para empezar a vencer al enemigo. Podemos ser sinceros ante Dios, ante nuestras autoridades al exponer lo que no entendemos (con un buen espíritu) en lugar de fingir que estamos conformes con todo.

La fuerza para servir

“Todos estos fueron de los hijos de

Obed-edom; ellos, sus hijos y sus parientes fueron hombres capaces con fuerza para el servicio: sesenta y dos de Obed-edom”. (1 Crónicas 26:8 LBLA)

Una de las características de la mujer virtuosa es que trabajaba, la iglesia debe deleitarse en el servicio de los santos, en el trabajo, en la obra del Señor, pero éste es intenso y se necesita muchas veces de una fuerza sobrenatural para poder llevar a cabo dicho servicio, nuestra disposición para el servicio es una riqueza dada por Dios.

La fuerza y la cobertura

“Fuerza y dignidad son su vestidura, y sonríe al futuro” (Proverbios 31:25 LBLA).

Vemos que su fuerza es una vestidura, podemos entender que la iglesia que está cubierta, es una iglesia fuerte y enriquecida por apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros que proveen dicha cobertura, esta riqueza hace que pueda sonreír al futuro.

Cuando se habla de riqueza siempre se piensa en dinero, pero la forma en la que Dios enriquece va más allá de los bienes materiales que también son parte de la bendición del Señor ya que envía riquezas venidas del cielo. Necesitamos tener la fuerza del búfalo para caminar contra las tormentas, la fuerza del buey para trabajar en Su obra y la fuerza renovada del águila para remontarnos a las alturas y volar al encuentro con Jesús.

Chayil FuerzaWilly González


Jueces 6:14 RV

Hechos 9:19 Nuevo Mundo

2 Samuel 22:40 LBLA

Proverbios 4:1 LBLA

(H2428)


Para entender cuáles son las verdaderas riquezas de la Iglesia estamos escudri-ñando las distintas palabras que en la Biblia se traducen como riqueza y en Isaías 10:14 esta palabra es ‘Chayil’, que también se utiliza en Proverbios 31:10 al referirse a la mujer virtuosa, es decir la Iglesia de Cristo, en la Biblia Jerusalem segunda edición dice ‘mujer completa’, de acá que la riqueza tiene que ver con las cosas que pueden llevar a la Iglesia a estar completa.

Las obras completas

“Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de mi Dios” (Apocalipsis 3:2 LBLA). El Señor está reprendiendo a la iglesia de Sardis porque sus obras no eran completas, sin embargo a otras iglesias las alaba por sus obras que sí eran completas, veamos algunas de ellas:

A la iglesia de Éfeso le dice que una de sus obras es que ha sometido a prueba a

los que se dicen ser apóstoles y no lo son, entonces tenía la riqueza de la verdadera instrucción apostólica que le daba el discernimiento para saber quién era falso y quién un ministro verdadero.

A la iglesia de Filadelfia le dice que ha guardado la palabra de la perseverancia, lo cual es permanecer a pesar de las pruebas, conflictos, persecución, a pesar de tener poca fuerza; muchas veces los problemas nos hacen dejar de perse-verar, ya sea en un trabajo, matrimonio, ministerio o la vida cristiana, pero el completar la obra de la perseverancia le valió a esta iglesia ser guardada de la hora de tribulación. Perseverar es una riqueza.

Gozo completo

Cuando la Biblia habla de obtener un gozo completo, no se refiere a una emoción pasajera y nos dice cómo obtenerlo: “Estas cosas os escribimos para que vuestro gozo sea completo” (1 Juan 1:4 RVR95), aquí el apóstol está haciendo una exhortación a que los hermanos tengan comunión entre sí y con los ministros, porque uno de los beneficios es que la sangre de Cristo nos limpia de nuestros pecados y esto nos dará un gozo completo, otra riqueza de la iglesia.

Jesús les dice a sus discípulos cómo tener gozo completo y es guardando sus mandamientos (Juan 15:11), uno de ellos era que se amaran los unos a los otros, claro este mandamiento implica esperarse unos a otros, fortalecerse unos a otros, soportarse unos a otros, etc., al lograr tener este tipo de relación con un hermano en Cristo obtenemos otra riqueza, el gozo completo.

Entendimiento completo

“Entonces les abrió la mente por completo para que captaran el significado de las Escrituras” (Lucas 24:45 Nuevo Mundo), vemos que tener un entendimiento pleno fue consecuencia de una relación con Cristo resucitado, esto les dio la riqueza de entender las escrituras que antes no tenían ningún sentido y ahora tienen un significado extraordinario. En este mismo capítulo vemos a aquellos hombres que iban camino a Emaús desconsolados porque tenían esperanza en un libertador político, terrenal, creían que Jesús era ese profeta pero había

muerto tres días atrás, sin embargo el mismo Señor se les presenta y les abre por completo las escrituras (Lucas 24:32 Nuevo Mundo), esto cambia su forma de ver el cristianismo, no como religión, no como una liberación terrenal, sino el verdadero significado del padecimiento de Cristo y comprenden la verdadera libertad. El entendimiento completo es otra riqueza de la Iglesia.

Salario completo

“Mirad por vosotros, para no echar a perder lo que habéis trabajado, sino para recibir salario completo” (2 Juan 1:8 Castillian). En este pasaje el apóstol Juan habla del surgimiento de doctrinas falsas, algunas de ellas decían que Jesús no era Dios, y manda a la iglesia a no dejarse seducir por estos movimientos sino permanecer firmes, incluso radicales, no recibiendo la visita de dichas personas en sus casas sino permaneciendo en la doctrina verdadera porque haciendo esto recibirían un salario completo. Una de las riquezas de la iglesia es permanecer en las convicciones doctrinales dadas por los apóstoles.

Reposo completo

Éxodo 31:15 habla del día de reposo completo después de trabajar 6 días, sin embargo el Nuevo Testamento nos enseña que el reposo no es para un día en especial, sino que se debe guardar ‘hoy’, es decir, entrar a una dimensión de reposo continuo y completo donde encontramos sanidad, salvación y muchos beneficios más. Debemos llegar a ser mansos y humildes para entrar en el reposo de Dios, al permanecer en esta dimensión estaremos disfrutando de otra riqueza.

Ahora podemos comprender la verda-dera dimensión de las riquezas para no caer en el error de aquella iglesia que decía que era pobre pero en realidad estaba enriquecida.

Todas estas riquezas hacen completa a la Iglesia y la prepararán para el encuentro con Jesucristo. “Y que el mismo Dios de paz os santifique por completo; y que todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea preservado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” (1 Tesalonicenses 5:23 LBLA).

Chayil

CompletaPiedad de González

Isaías 10:14 RVC

Juan 16:24 LBLA

Santiago 1:4 LBLA

Juan 3:29 LBLA

Citas Bíblicas para Estudio

Juan 7:23 LBLA


“Antes acuérdate de Jehová tu Dios, porque Él te da el poder para hacer las riquezas…” (Deuteronomio 8:18 RV1909).

En este pasaje la palabra riquezas se tradujo del término hebreo ‘Chayil’ (H2428 Strong) que generalmente se traduce ‘fuerza’, pero principalmente se refiere a ‘la capacidad de hacer o producir’ algo (Diccionario Vine), incluyendo la capacidad de un árbol para producir fruto (Joel 2.22). Es precisamente por ello que el término está asociado con las riquezas, considerando que la riqueza adquirida por una persona es un reflejo de su capacidad productiva, siendo el sentido que se aplica en Génesis 47:6.

Este mismo término es el que se utiliza para describir a una mujer virtuosa (Proverbios 31:10), pero es interesante que la Biblia Latinoamericana lo inter-prete como mujer de carácter, tomando en cuenta que este pasaje no se refiere necesariamente a una persona de género femenino -aunque también se puede entender así-, sino que se refiere principalmente a la Iglesia de Cristo que habrá de ser la Esposa del Cordero y por consiguiente define la estatura que todo creyente debería alcanzar.

El carácter se define como el “conjunto de cualidades propias de una persona, que la distingue de las demás por su modo de ser u obrar” (DRAE), pero “el carácter no es algo que se traiga desde el seno materno, sino se ve afectado por el medio ambiente, la cultura y el entorno social. También está relacionado con los hábitos y la forma en que cada persona reacciona frente a sus experiencias, y no termina de formarse sino hasta el final de la adolescencia.” (www.significados.com/caracter).

Este término se deriva del vocablo griego ‘Charakter’ (G5481) que literalmente significa grabador o el que graba, refiriéndose tanto al instrumento que se usa para grabar una imagen en una superficie, como a la persona que lo hace (Diccionario Strong). Sin embargo, la única vez que este término aparece en el Nuevo Testamento es en alusión al Señor Jesucristo cuando se dice que “El Hijo irradia la gloria de Dios y expresa el carácter mismo de Dios…” (Hebreos 1:3 NTV).

Ahora bien, así como el Señor Jesucristo expresa el carácter del Padre, la Iglesia que llegará a ser Su esposa debe expresar el carácter del Hijo, siendo esto a lo que se refiere la ‘mujer de carácter’, tal como lo deja ver esta figura: Ruth representa a la Iglesia que se casa y Booz representa al Señor Jesucristo que le dice: “…toda la tribu de mi pueblo sabe que tú eres una mujer de buen carácter moral.” (Ruth 3:11 TKI).

Para alcanzar esa condición es necesario que Dios trabaje nuestro carácter y es precisamente con ese propósito que Dios permite el sufrimiento en nuestra vida, tal como le dijo al pueblo de Israel: “…te humilló y te puso a prueba para revelar tu carácter y averiguar si en verdad obedecerías sus mandamientos.” (Deuteronomio 8:2 NTV), esto significa que al terminar la prueba tendremos un diagnóstico de nuestro carácter, siendo reprobados algunas veces y siendo aprobados otras veces (Romanos 5:3-4 LBLA).

Por ejemplo, la Biblia habla de personas cuyo carácter es firme porque confían en el Señor y Él los conserva en paz (Isaías 26:3 DHH). Por el contrario, se dice que el rey Roboam, hijo de Salomón, era débil de carácter y como consecuencia no pudo enfrentar a sus enemigos (2 Crónicas 13:7 BDN); en otras versiones de la Biblia la expresión débil de carácter se interpreta como tímido (LBLA), apocado (BTX3), temeroso (TKI), pusilá-nime (BSO), indeciso (TLA), entre otras.

Sin embargo, debemos saber que nadie puede cambiar su carácter por sus propios medios o con sus propias fuerzas, de manera que al ser reprobados

en cuanto al carácter, necesitamos que sea Dios quien lo cambie por medio de su Santo Espíritu, tal como le sucedió a Saúl tras haber sido ungido por Samuel: “En cuanto Saúl le dio la espalda a Samuel para irse, Dios le cambió todo su carácter…” (1 Samuel 10:9 RVC).

Cuando Dios cambia nuestro carácter, a nosotros nos corresponde controlarlo: “Aquél que controla su carácter es mejor que el héroe de guerra…” (Proverbios 16:32 TKI), para que sea un atavío a nuestro corazón: “Lo suyo no sea el adorno exterior de peinados y aderezos de oro, ni la variedad en el vestir, sino la personalidad escondida dentro, con el adorno inalterable de un carácter suave y sereno. Esto sí que vale a los ojos de Dios.” (1 Pedro 3:4 NBE).

Finalmente, la Biblia dice que “la verda-dera sumisión a Dios es una gran riqueza en sí misma, cuando uno está contento con lo que tiene.” (1 Timoteo 6:6 NTV). Sabiendo que la riqueza es un sinónimo espiritual del carácter, debemos entender que para ser enriquecidos necesitamos someternos a Dios y a las delegaciones de autoridad que Él ha establecido en la Iglesia. Es mi deseo que cada una de las personas a quienes llegue esta palabra sea enriquecida en su carácter, recor-dando que “la bendición del Señor es la que enriquece y no añade tristeza con ella.” (Proverbios 10:22) ¡Maranatha!

Marco Vinicio Castillo y Marlon Santos

Involución del carácter:

1. Carácter corrompido (Eclesiastés 7.7 – DHH)

2. Carácter soberbio (Abdías 1.3 – NVI)

3. Carácter inflexible (Mateo 19.8 – PER)

Evolución del carácter:

4. Carácter justo (Filipenses 1.11 – NTV)

5. Carácter amoroso (1 Timoteo 4.12 – BLS)

6. Carácter sin avaricia (Hebreos 13.5 – LBLA)


Chayil

Carácter


Recordemos que la mujer en la Biblia es, entre una de sus representaciones, una figura o sombra de una entidad, sea buena o mala. No solamente es la figura de una dama, puede ser también la figura de hombres, congregaciones, conglome-rados, y en el caso de este artículo, la circunscribiremos a la Iglesia. De esta manera, cuando hablemos de la mujer mencionada en los siguientes versículos bíblicos, haremos referencia al cuerpo místico de Cristo, es decir, a su Iglesia.

Por este motivo, cuando leemos: “Una mujer hacendosa, ¿quién la encon-trará? Vale mucho más que las perlas.” (Proverbios 31:10 BNP), nos damos cuenta que el Señor está declarando uno de los tesoros de la Iglesia, no solamente los de una mujer en particular, es decir, nos está explicando que cada uno de nosotros podemos tener esta riqueza, que es una faceta de la palabra hebrea ‘Chayil’ o ‘Kjáil’, clasificada en el diccio-nario Strong con el código H2428. Está

dándonos a entender que como mujer (Iglesia), debemos buscar esta riqueza, pero ésta es una que se da en términos diferentes al dinero, aunque sí vale mucho más que eso, puesto que establece que supera el valor de las perlas.

Dado que hay varias acepciones posibles a esta palabra hebrea -que se descri-birán en otros artículos de esta revista-, explicaremos el término ‘hacendosa’, tanto con el significado literal del DRAE, como desarrollando el concepto a través de varios versículos que utilizan esta palabra. Hacendosa según el DRAE, es un adjetivo que significa “solícito y diligente en las faenas domésticas”, esto nos lleva de inmediato a pensar en las tareas de casa, ¿qué casa? la casa del Señor, el lugar donde nos congregamos espiritual-mente. Veamos entonces cómo la mujer (Iglesia), tiene una riqueza inigualable al ser hacendosa:

Se santifica ofrendando y diezmando

“Ella se ha conseguido lana y lino porque trabaja con manos hacendosas” (Proverbios 31:13 BLA). La Iglesia hacen-dosa no solamente tiene fe, también demuestra sus obras. Con su trabajo constante mantiene la casa del Señor, no se cruza de brazos para ofrendar, no tiene excusas para diezmar, quiere sostener la casa, y aporta con alegría con ese propó-sito; esto la catapulta a conseguir la santidad (lino), porque está buscando del Señor. Una iglesia hacendosa entonces, es aquella que comprende el principio eterno de dar, lo enseña, lo practica, lo vive, y no lo hace para agradar al hombre, lo hace para agradar a Dios.

Glorifica a Dios

“A ser prudentes, puras, hacendosas en el hogar, amables, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.” (Tito 2:5 LBA). La iglesia hacendosa es enseñada por los ministros a glorificar a Dios desde su juventud, desde sus inicios en el evangelio. Es una iglesia que comprende que con su actuar está dando un testimonio de cómo se debe glorificar a Dios, es una iglesia que ama su hogar y que busca ser ejemplo, atendiendo cada mínimo detalle de su congregación: no la ve como un edificio solamente, no la ve como sillas, pisos

y columnas, la ve como el lugar íntimo donde también se encuentra con Dios.

Reconoce autoridad

“Muchas son las hijas hacendosas, pero tú las has superado a todas” (Proverbios 31:29 BTX). La Iglesia hacendosa reconoce que tiene un padre y una madre de su alma, no se gobierna a sí misma como si fuera una entidad autónoma, sabe que Dios le habla a través del ministro que la cubre y lo entiende como una bendi-ción, por lo que se posiciona como hija, sujetándose, amando y respetando. Eso implica también, que como hija, la Iglesia hacendosa atiende al ministro instituido por Dios para bendecirla, tal como una hija lo hace con un padre biológico la Iglesia hacendosa se esfuerza por atender de una manera excelente al siervo que la cuida y la protege como pastor y padre de su alma.

Sirve fielmente

“Cuando vio lo bueno que era la seguridad, y lo bueno que era el país, le metió el hombro a la carga, y se hizo un sirviente hacendoso” (Génesis 49:15 VIN). Es interesante este versículo que nos habla de Isacar, veámoslo con el lente de la riqueza hacendosa: hay muchas virtudes que resaltar en el mismo. Se puede notar que Isacar hacía su trabajo fielmente, lo hacía sin tacha y estaba seguramente agradecido, estaba decidido a trabajar, hasta lo podemos imaginar con una sonrisa en el rostro mientras estaba sirviendo. ¡Esa es la Iglesia hacendosa, llena de riqueza en su corazón, que sirve incansablemente en la congregación sin tristeza en su alma!

Qué hermoso es encontrar una Iglesia que ha comprendido su valor, no solamente sobre lo precioso que significa la sangre de Cristo en ella, sino también, que ha entendido y que vive las muchas riquezas que Él le ha otorgado. Pidamos al Señor que esta característica de ser hacendosa esté siempre presente en el cuerpo de Cristo, que nos permita ser una Iglesia que lo honre, y que así Él nos vea como una corona que da gloria a Su Nombre: “Mujer hacendosa es corona del marido, la de mala fama es como caries en los huesos.” (Proverbios 12:4 PER).

Chayil

HacendosaSergio Licardie

Chayil H2428:

Rut 3:11

Jueces 6:12

Rut 4:11


Jueces 11:1

Rut 2:1

1 Samuel 18:17


La Biblia dice que en Cristo están escon-didos todos los tesoros de la sabiduría y el conocimiento (Colosenses 2:2-3 LBLA), y si la Iglesia está en búsqueda de la verda-dera riqueza, no tiene más que buscar al Señor como si estuviera buscando oro o tesoros terrenales (Proverbios 2:4 DHH).

Por esa razón es que la Iglesia debe ser una iglesia enriquecida, como la mujer virtuosa que según los traductores de la Biblia Dios Habla Hoy se lee como mujer ejemplar, lo cual tipifica el ejemplo como una riqueza de parte del Señor (Proverbios 31:10).

Ser ejemplar, es una de las acepciones en español de la traducción que se hace de la palabra en hebreo Chayil (H2428 Strong Concordance), y por esa razón el Apóstol Pablo lo considera de gran importancia, es por ello que dentro de sus exhortaciones le dice a la Iglesia que sigan su ejemplo de la misma manera que él sigue el ejemplo de Cristo (1 Corintios 11:1 DHH), dándoles a entender que la actitud ejemplar de la Iglesia se basa en el ejemplo apostólico y este a su vez, en el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo (Hebreos 12:3 DHH) quien por medio de su testimonio y de su ministerio en la tierra sentó las bases del carácter de su Iglesia (1 Pedro 2:21 LBLA), para que cuando la vean, realmente lo estén viendo a Él (Gálatas 2:20 LBLA).

De tal manera que una iglesia, familia o cristiano en general que refleje la imagen de Cristo en su vida, se convierte en una iglesia, familia o cristiano enriquecido, ejemplar y es precisamente esa función la que tenemos delante de los los demás creyentes, como lo hizo la iglesia de Tesalónica, de los cuales se dice eran trabajadores amorosos y firmes en la esperanza del Señor Jesucristo, porque lo aprendieron siguiendo el ejemplo de los apóstoles y del mismo Señor Jesucristo, convirtiéndose a la vez en ejemplo para

los demás (1 Tesalonicenses 1:3-7 DHH), en una iglesia enriquecida, ejemplar.

Existen otras características de ejempla-ridad en la iglesia de Tesalónica, como la disciplina, entendiendo a esta como el producto final de un proceso que incluye por lo menos la instrucción, enseñanza y corrección, mismas características que hacen del cristiano alguien ordenado y sujeto (2 Tesalonicenses 3:7 LBLA).

Haciendo un resumen previo, tendríamos que decir que una Iglesia enriquecida o ejemplar posee dentro de muchos otros atributos: cobertura, autoridad, cuidados, responsabilidad, trabajo, amor, esperanza y disciplina; demostrando ser ejemplo de cada uno de ellos en su diario vivir y dentro de su participación y servicio dentro de la congregación.

Pero el propósito de ser ejemplar no se queda hasta aquí, el principal objetivo es agradar al Señor Jesucristo y que se dé cuenta de los frutos de una Iglesia enriquecida para que se acerque a nosotros cada día más, como cuando Booz le dijo a Ruth: todos en mi pueblo saben que eres ejemplar (Ruth 3:11 DHH).

Booz se enteró que Ruth era un ejemplo a causa del testimonio de su mismo pueblo, evidenciando con ello la impor-tancia de ser ejemplo dentro de la Iglesia (1 Timoteo 1:16 DHH), porque tarde o temprano el testimonio llega delante del Señor, ahora bien, ¿qué aspectos se podían identificar en el ejemplo de Ruth?, ¿qué es lo que enriquece a esta Iglesia?, primero, que no abandonó a su suegra en la situación tan difícil que le tocó vivir, mostrando amor, compasion y lealtad; recuerde que tal decisión incluía abandonar por completo el arraigo familiar y su vida pasada, luego mostró humildad y obediencia mientras recogía espigas en el campo de Booz.

Entonces, ¿cómo reconocemos a una Iglesia ejemplar? cuando vemos que es amorosa, compasiva, leal, humilde y obediente, que es capaz de escuchar el consejo del Espíritu Santo y que por medio de estas riquezas busca agradar al Señor, pidiendo su cobertura y esperando como Iglesia poder desposarlo.

Finalmente, es importante resaltar una vez más, que el propósito como Iglesia

ejemplar es honrar al Señor, que cuando las personas vean en nosotros los frutos de su riqueza no tengan mas remedio que decir ‘grandes cosas ha hecho el Señor con estos’, por eso debemos anhelar ser como la mujer del libro de Proverbios.

La mujer ejemplar que hace de su marido un rey (Proverbios 12:4 DHH), es decir, que todas esas características que acabamos de describir solo pueden ser posibles en nuestras vidas si Él es quien gobierna nuestras congregaciones, hogares y corazones, el Rey de reyes y Señor de señores (1 Timoteo 6:15 LBLA).

De forma tal, que el buen ejemplo está ligado estrechamente con el gobierno de Dios, no podemos decir que somos ejemplares si nuestro corazón está gobernado por nuestro carácter y por nuestras almas, porque el ejemplo que estaríamos dando sería totalmente equivocado, podría llegar a ser como el ejemplo de Balaam o el de Caín (2 Pedro 2:15 DHH; Judas 1:11 DHH), lo cual sería pobreza y no riqueza; por tal razón debemos principiar por entregarle al Señor el trono de nuestros corazones para que Él coloque el suyo, para que su soberanía gobierne nuestras vidas y en el proceso nos enriquezca con su bendición.

Chayil

EjemplarFernando Álvarez

1 Pedro 2:12 RVA

Filipenses 3:17 DHH

Tito 2:3 DHH

Hebreos 13:7 DHH

Hebreos 12:3 DHH

Hebreos 6:12 DHH



Dios nos enseña que sus pensamientos difieren mucho de los nuestros, tanto así, que para ejemplificar esta diferencia Él nos dice que la distancia que separa la tierra de los cielos es un ejemplo de lo distante que nuestros pensamientos están de los de Él (Isaías 55:8-9), esta realidad nos coloca en un serio problema, ya que muchas veces nosotros creemos estar en lo correcto y no es así, ejemplo de ello es el ángel de la iglesia de la Odisea, quien dice que es rico pero en realidad es pobre, creyendo en su pensamiento que los bienes materiales que ha adquirido lo colocan en una posición privilegiada y que no necesita nada pero a la verdad no es así, por otra parte el ángel de la iglesia de Esmirna, está atravesando por pobreza material pero en realidad es rico ante los ojos de Dios (Apocalipsis 2:9; 3:17). De esta reflexión podemos extraer el concepto que las posesiones materiales no son una riqueza verdadera, la Biblia las denomina riquezas injustas (Lucas 6:9-11), y tienen un propósito, evaluar nuestra fidelidad al administrar lo que se nos ha dado.

La Biblia nos muestra un pensamiento, un propósito de Dios para nuestra vida: “Mas

acuérdate del SEÑOR tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día” (Deuteronomio 8:18). Dios desea darnos el poder de hacer riquezas, pero la pregunta con base a lo escrito en el párrafo anterior sería: ¿qué riquezas quiere Dios que poseamos? Lucas en su capítulo 6 y versículo 11 llama a las riquezas que Él quiere darnos riquezas verdaderas, y quiere que estas sean nuestro tesoro, nuestra riqueza de la cual podamos echar mano para sacarlas y usarlas en el momento oportuno (Mateo 13:52).

Una de estas riquezas la encontramos en el versículo citado de Deuteronomio 8:18 cuando dice: “te da poder para hacer riqueza”; la palabra riqueza que se utiliza en este versículo es la palabra hebrea Chayil cuyo número es el H2428 del diccionario Strong´s, esta misma palabra es la que en Proverbios 3:10 se utiliza para definir a la mujer que en figura, es aquella que se ha de casar con el Hijo de Dios, la mujer virtuosa; esta mujer posee una riqueza, la riqueza Chayil, cuando nosotros investigamos en las diferentes versiones de la Biblia cómo los lingüistas e intérpretes traducen esta palabra, podemos darnos cuenta de cuáles son algunas de las riquezas verdaderas que Dios quiere que poseamos.

La versión Nueva Traducción Viviente traduce: ¿Quién podrá encontrar una esposa virtuosa y capaz? Es más preciosa que los rubíes.” (Proverbios 31: 10), esta traducción compara la riqueza Chayil con la capacidad, es decir ser capaz es una riqueza verdadera, pero ¿cómo podemos alcanzar esta riqueza, la capacidad?, la Biblia Castillian traduce: “…por la sangre de la alianza eterna os capacite…” (Hebreos 13:20-21), es decir nos haga capaces para toda buena obra; la sangre

de Cristo nos permite poseer la riqueza de la capacidad, en este caso la capacidad de realizar buenas obras.

¿Cuáles son las buenas obras para las cuales debemos ser capaces?, entre algunas se encuentran la capacidad de apiadarse del pobre lo cual es una buena obra (Proverbios 19:17 LBLA); la capacidad de ungir al Señor, es decir, la capacidad de adorar al Señor con aquello que para nosotros es de gran valor (Mateo 26:10); la capacidad de criar hijos, mostrar hospitalidad, lavar los pies de los santos y ayudar al afligido (1 Timoteo 5:10); la capacidad de reedi-ficar lo que está destruido es una buena obra más (Nehemías 2:18).

Existen otras cosas en las que ideal-mente debiésemos tener la riqueza de la capacidad, la Biblia nos describe como una capacidad que viene a ser riqueza, la de poder juzgar de parte de Dios en medio del pueblo y al pueblo (Éxodo 18:21-22; 1 Reyes 3:9); 1 Samuel 17:9 nos muestra la riqueza de la capacidad de matar a Goliat, si bien este era un gigante, su nombre tiene varios significados, entre ellos, esplendor y montón de basura, el primero nos habla de algo brillante, que impresiona por belleza o grandeza y si lo relacionamos con el segundo significado nos podemos referir al texto en donde Pablo compara toda su nobleza, linaje y capacidad con basura, a fin de ganar a Cristo (Filipenses 3:8); la riqueza de ser capaces de darle el justo lugar a lo que poseemos y poder vencer nuestro orgullo con tal de alcanzar a Cristo en nuestra vida; la capacidad de exhortar con sana doctrina (Tito 1:9), la riqueza de ser capaces de no tropezar con lo que hablamos (Santiago 3:2), la capacidad de conocer los sueños y su interpretación (Daniel 2:26).

Chayil

CapazJuan Luis Elías


“Mujer valiente, ¿quién la hallará? Porque su valor pasa largamente al de piedras preciosas” (Proverbios 31:10 STN).

Cuando la Biblia habla de la mujer de Proverbios 31 está hablando de la Iglesia, a quien el Señor alaba por sus virtudes, siendo una de ellas, su valentía. La palabra valiente según el diccionario Strong, proviene de la raíz hebrea H2428 Chayil, que se puede traducir como riqueza, pero que en su mayoría de acepciones nos da la idea de alguien fuerte para la guerra, valerosa, poderosa, robusta, vigorosa, por eso la compara con las perlas, diciendo que su valor sobrepasa largamente al de las piedras preciosas.

Lo anteriormente expuesto, nos enseña que la Iglesia tiene que ser valiente puesto que debe pelear una batalla contínua en contra del mundo, del diablo y aún de su propia carne; pero ¿para qué necesitamos ser valientes?, pues para cumplir con la palabra del Señor, tal y como nos lo deja ver la Biblia, cuando Dios le dice a Josué: “Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas” (Josué 1:7 LBLA).

Es decir, que la valentía no debe ser utilizada para hacer cosas malas, como las mencionadas en Isaías 5:22, que hace referencia, a que hay personas que son valientes, pero que utilizan esa valentía para mezclar el vino y embriagarse, y como consecuencia de ello les causa la disolución, pues al contrario, la Iglesia nació para reinar y no le hace bien a los reyes beber vino, pues con ello pueden olvidar las leyes y alterar el derecho de todos los afligidos (Proverbios 31:4-5).

¿Y cómo obtenemos valentía? La valentía la obtenemos de la palabra que el Señor nos ha hablado: “¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el SEÑOR tu Dios estará contigo dondequiera que vayas” (Josué 1:9).

Hay que ser valientes para poder ir a la guerra y derrotar a los enemigos espiri-tuales (1 Samuel 14:52), aunque sean mayores en número y más poderosos que nosotros, porque el Señor nos ha enviado y Él se encargará de derrotarlos; hay que ser valientes para obedecer los estatutos y ordenanzas del Señor (1 Crónicas 22:13) y para anunciar las buenas nuevas de salva-ción (1 Reyes 1:42). Necesitamos valentía para hacer la obra de Dios y recostarnos en la promesa suya de que Él estará con nosotros, que nunca nos fallará, ni abandonará:

“Entonces David dijo a su hijo Salomón: Esfuérzate, sé valiente y haz la obra; no temas ni te acobardes, porque el SEÑOR Dios, mi Dios, está contigo. Él no te fallará ni te abandonará, hasta que toda la obra del servicio de la casa del SEÑOR sea acabada” (1 Crónicas 28:20).

El Salmo 33:16-22 nos enseña que nuestra valentía no proviene de tener un gran ejército, ni por la fuerza del caballo, o nuestra propia fuerza, ni de cosas vanas, sino debe estar cimentada en la fe, el temor de Dios, la confianza en su nombre y en su misericordia, porque el Señor nos librará de la muerte y Él será nuestra ayuda y nuestro escudo.

Ser valiente no implica no sentir miedo, sino más bien, saber vencer el miedo con la confianza en Dios, sabiendo que cuando le clamamos, Él nos responde dándonos valentía y fortaleza en nuestra alma, tal y como lo dice su palabra: “En el día que invoqué, me respondiste; me hiciste valiente con fortaleza en mi alma.” (Salmo 138:3 LBLA).

También debemos recordar que hay quienes se creen muy valientes, pero sus pecados los alcanzarán y los harán caer, porque el Señor no está con ellos sino contra ellos (Amós 2:14), pero es escudo y ayuda a los que le son fieles.

Cuando nuestros enemigos oyen los testi-monios de lo que nuestro Dios ha hecho tiemblan de pavor, por eso no debemos callar, sino testificar de sus maravillas: “Lo han oído los pueblos y tiemblan; el pavor se ha apoderado de los habitantes de Filistea. Entonces se turbaron los príncipes de Edom; los valientes de Moab se sobre-cogieron de temblor; se acobardaron todos los habitantes de Canaán.” (Éxodo 15:14-15).

Un arma poderosa para derrotar a nuestros enemigos es la alabanza. Cuando el pueblo de Israel pasó el mar Rojo, Moisés y todo el pueblo cantaron alabanzas al Señor celebrando su poder (Éxodo 15:20-21).

Cuando Israel salió de la esclavitud de Egipto se llevó el oro y las riquezas de los egipcios, pero nunca cantaron alabanzas por ello, más lo hicieron cuando vieron a sus enemigos ahogarse en el mar, porque eso quería decir que jamás volverían a esclavizarlos, junto con ellos, se fue el miedo, pero el conocimiento y el temor de Dios creció en sus corazones.

El problema de mucho pueblo de Dios es que tienen un concepto equivocado acerca de la verdadera riqueza y por eso buscan enriquecerse sólo materialmente, como la iglesia de Laodicea, y las riquezas pueden ser como los espinos en una tierra que no fructifica, pues el Señor dijo que representan el engaño de las riquezas que ahogan la palabra.

Moisés tenía el concepto correcto sobre las riquezas verdaderas porque consi-deró como mayores riquezas el oprobio o vituperio de Cristo, que las riquezas temporales de Egipto.

De los héroes de la fe, muchos desafiaron el miedo cerrando bocas de leones, apagando la violencia del fuego, se hicieron poderosos en la guerra poniendo en fuga ejércitos extranjeros, sufriendo torturas, no aceptando su liberación con tal de obtener una mejor resurrección.

Chayil

Valiente


Éxodo 12:35-36

Apocalipsis 3:14-18

Hebreos 11:24-26 y 32-35

Louisette Moscoso


En la palabra de Dios, podemos ver constantemente que el propósito de nuestro Padre celestial es bendecirnos sobreabundantemente. Sin embargo, uno de los problemas más comunes y que representan un gran conflicto en el pensa-miento de un hijo de Dios, es lo referente al tema de las riquezas, más en los casos en que se habla de las riquezas materiales o bienes materiales, y todo ello originado por la manera en que fuimos enseñados de que la pobreza y escasez es mejor que tener bienes.

No obstante, si nos basamos en el libro de Josué, podemos observar que el deseo de Dios es que tú tengas abundancia de todo, incluyendo bienes o posesiones materiales: “y les dijo: vuelvan a sus tiendas con grandes riquezas, con mucho ganado, con plata, oro, bronce, hierro y con muchos vestidos. Repartan con sus hermanos el botín de sus enemigos” (Josué 22:8 NBLH).

Debemos comprender que los bienes materiales son necesarios en esta tierra, que sirven para probar el corazón del hombre y para disparar o ejecutar acciones físicas que se convierten en espirituales, esto lo podemos ver claramente en el libro de Malaquías 3:10 -11, ya que un objeto material representado en el diezmo, provoca una acción espiritual impresio-nante, como lo es la reprensión de un poder espiritual llamado el devorador,

el cual no puede ser reprendido de otra manera, sino solamente de parte de Dios, disparado por un bien material usado por el hombre, como lo es el diezmo.

Entonces, si los bienes materiales son necesarios, es crucial saber que tienen un origen y un lugar bien definido en la vida de un hijo de Dios y que, si no se cumplen ambas premisas, los bienes materiales pueden causar un gran daño para el cristiano.

La palabra nos enseña que hay riqueza que proviene de Dios y otra que no, cuando dice:

“La bendición del SEÑOR es la que enriquece, y Él no añade tristeza con ella.” (Proverbios 10:22 LBLA).

Si la riqueza y los bienes materiales que vienen de Dios no añaden tristeza con ellos, podemos deducir que hay otras riquezas y otros bienes materiales que claramente provocan tristeza o angustia en el corazón del hijo de Dios, mientras que las riquezas y los bienes que provienen del Señor, vienen a ser una gran bendición para el cristiano.

La palabra en el hebreo que traducida significa ‘tristeza’, también significa dolor, trabajo, etc., pero lo más impresionante es que también significa ‘ídolo’, si hacemos la relación de este último significado de la palabra, podemos entender que las riquezas y los bienes materiales que vienen de parte de Dios, causan un gozo abundante y no provocan idolatría en el corazón de quién la recibe, pero los que no vienen de parte de Él, son fácilmente idolatrados por el hombre, como por ejemplo: un carro, una casa, el dinero, etc.

Un principio que encontramos en el libro de Deuteronomio es que, las riquezas y los bienes que poseemos o llegamos a poseer, vienen de la mano de Dios: “No sea que digas en tu corazón: “Mi poder y la fuerza de mi mano me han producido esta riqueza. Mas acuérdate del SEÑOR tu Dios, porque Él es el que te da poder para hacer riquezas, a fin de confirmar su pacto, el cual juró a tus padres como en este día” (Deuteronomio 8:17-18 LBLA).

También es necesario resaltar que Dios mismo es el que capacita al hombre para poder utilizar las riquezas que le han sido

provistas: “Igualmente, a todo hombre a quien Dios ha dado riquezas y bienes, lo ha capacitado también para comer de ellos, para recibir su recompensa y regocijarse en su trabajo: esto es don de Dios” (Eclesiastés 5:19 LBLA); “Un hombre a quien Dios ha dado riquezas, bienes y honores, y nada le falta a su alma de todo lo que desea, pero que Dios no le ha capacitado para disfrutar de ellos, porque un extraño los disfruta. Esto es vanidad y penosa aflicción.” (Eclesiastés 6:2 LBLA).

Algo que debemos tener en cuenta es que Dios todo lo hace bueno en su tiempo, por lo que no hay que afanarse por tener bienes materiales, pues la felicidad del hijo de Dios no depende de ellos: “Y les dijo: Mirad, y guardaos de toda avaricia; porque la vida del hombre no consiste en la abundancia de los bienes que posee” (Lucas 12:15 RV1960).

Ahora, es muy importante saber de qué manera debemos tratar las riquezas materiales para que Dios se agrade.

Con fidelidad: el ser fiel en los bienes materiales es un entrenamiento que va más allá de una simple administración de bienes, pues va a provocar que te sean confiadas las riquezas celestiales, para ser fiel debes aprender a ser un buen adminis-trador: “Si en relación con las riquezas de este mundo no habéis sido fieles, ¿quién os confiará las riquezas celestiales?” (Lucas 16:11 CST-IBS).

Ser un buen administrador de los bienes que Dios te ha dado, conlleva el hecho de no ser codicioso o avaro, no ser despilfa-rrador y tener controles del uso de dichos bienes.

Si los bienes materiales que vienen de parte de Dios son verdadera riqueza, ¿Cómo se obtienen?: “Mas buscad prime-ramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.” (Mateo 6:33 Spanish RVG).

Esta es una búsqueda de Dios intensa y de buen corazón, no esperando recibir por ella nada a cambio. Sin embargo, Dios que es siempre fiel, no se quedará con nada, sino que derramará de su abundancia sobre ti y tu casa!

Hari Chacón

Nekesh

Bienes Materiales


“Y allí vio Judá a la hija de un cananeo llamado Súa; la tomó, y se llegó a ella.” (Génesis 38:2 LBLA).

Empecemos por comprender el signifi-cado de Súa, que corresponde al H7769 de Strong y significa riquezas, también signi-fica grito, pero se trata de un grito para pedir ayuda, para llamar la atención. En el libro “A Comprehensive Etymological Dictionary of the Hebrew Language” (New York: Macmillan Publishing Company 1987), el autor, Ernest Klein, lo define como un grito por ayuda, también vemos que Yeshua es una forma tardía del nombre hebreo bíblico Yehoshua que significa YHWH rescata o YHWH salva. (David Talmshir, “Rabbinic Hebrew as Reflected in Personal Names” in Scripta Hierosolymitana: Publications of the Hebrew University of Jerusalem, vol. 37) (Jerusalem: Magnes Press: Hebrew University of Jerusalem 1998).

La salvación es una posesión (Juan 10:10), es un patrimonio que debemos cuidar, administrar y también disfrutar. Claramente, también es posible descui-darla y no disfrutarla. Veamos juntos algunas perspectivas.

La apreciación de valor viene de la idea de uso, algo que sirve mucho tiene valor, por ejemplo, pagar transporte de regreso a casa durante la noche, por eso el trans-porte en horario nocturno puede ser más caro. Ahora le quiero preguntar: ¿cómo valora usted su salvación? ¿cuál es el uso que le da? ¿cómo aprovecha su salva-ción? ¿ha encontrado los beneficios de la salvación?, personalmente creo que si no encuentra nada de lo que le menciono corre el riesgo de descuidar su salvación y hasta perderla, debe leer el capítulo 15

de Lucas para ver el valor que le damos a la salvación.

En definitiva, el principio para apreciar y darle valor a la salvación es propio de ser discípulo, el discípulo no es cualquier persona y no quiero en ningún momento hacer una diferencia o discriminación entre nosotros como personas, no se trata de eso, pero si le pido por favor que reflexione sobre qué tan serio es su compromiso con Dios, de eso se trata ser discípulo. La diferencia entre un discípulo y uno que no lo es, es el nivel de compro-miso con aprender, dejarse instruir y aceptar la autoridad de Cristo.

No apreciar la salvación es cuando ponemos la esperanza en nuestra humanidad, recursos o en otros hombres, “Así dice el SEÑOR: Maldito el hombre que en el hombre confía, y hace de la carne su fortaleza, y del SEÑOR se aparta su corazón” (Jeremías 17:5 LBLA).

Ser discípulo le llevará a tener una posesión, pero hay que observar el proceso previo (Mateo 13:52). Primero, es ser discípulo en el reino de los cielos, entonces primero debe aceptar la instrucción y hablemos de la instrucción sobre la salvación y en su contexto de las cosas que son eternas; luego se convierte en dueño de casa, en administrador y conste que no es un mayordomo, pues nadie puede administrar su salvación por usted, usted es el dueño. Llama la atención que uno de los hijos de Shua se llamó Er y su significado es acostumbrado a dormir o descansar y que no agradó a Dios y que Él mismo le dio muerte. ¡Qué impresionante ver que a Dios no le agrada el que se acomoda en su posesión! Usted tiene por heredad la salvación, por lo tanto ha de poseerla (1 Pedro 1:3-5).

Poseer la salvación es un regalo que usted recibe cuando acepta a Jesús como su Señor y Salvador, desde ese momento usted puede actuar en consecuencia a la salvación, por ejemplo: no busca el pecado, no se deleita en el pecado, se guarda del pecado y lo hace porque tiene una esperanza, ya tiene la salvación y hace uso de ella porque está tomando decisiones,

esas mismas decisiones que se convierten en acciones, a su vez se convierten en invitaciones que nos motivan a continuar.

La alegría que se produce cuando se derrota al pecado, la certeza que se experimenta cuando habla con Dios, cuando tiene comunión con Dios, cuando experimenta escuchar la voz de Dios, cuando ve la mano de Dios rescatando a otros del pecado, cuando ve el poder de Dios sobre las enfermedades y el mundo espiritual, cuando atiende y reconoce la profecía y tantas cosas más, “¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande? La cual, después que fue anunciada primeramente por medio del Señor, nos fue confirmada por los que oyeron,” (Hebreos 2:3 LBLA).

Para finalizar, si usted es salvo posee una riqueza incalculable, su valor es la misma sangre de Cristo, úsela, disfrútela y no la descuide; y si usted no es salvo, entonces no posee una verdadera riqueza, podrá poseer muchas cosas pero nada de ello se compara al valor de la salvación, la cual tiene uso para esta vida y para la eternidad, es decisión suya si se priva o bien, si goza de este regalo que usted no puede comprar porque fue Cristo quien pagó un precio y le compró a usted con su sangre, le corresponde recibirlo en su corazón. Dios le bendiga, un abrazo.

Shua

SalvaciónRaymundo Rodríguez


Lucas 12.14-21

Génesis 38.7

Miqueas 5.7

Job 30.24

Jeremías 17.13

1 Corintios 6.20


“Mejor es lo poco del justo que la abundancia de muchos impíos.” (Salmo 37:16 LBLA).

Este verso nos enseña una faceta de las verdaderas riquezas, tema que venimos abordando en esta edición de la revista y al mismo tiempo nos permite entender quiénes son poseedores de las mismas según la Palabra de Dios.

Algo interesante de este versículo es que menciona que es mejor ‘lo poco del justo’ que la abundancia de las personas que viven una vida pecaminosa, esta palabra abundancia tiene su origen del hebreo H1995 Hammon, que se puede traducir como riqueza o multitud. Podemos notar también que la verdadera abundancia no consiste en las posesiones materiales solamente, si no que tiene más valor nuestra conducta de vida y para enten-derlo de mejor manera, podemos ver que en las diferentes versiones de la Biblia se describen las cualidades de la persona que posee la verdadera abundancia y a su vez se caracteriza por ser justo, derecho, recto y honrado.

A continuación, veremos algunas carac-

terísticas de la verdadera abundancia que presentan los hijos de Dios: es sostenido por el Señor (Salmos 37:17): la abundancia consiste en saber quién es el que nos sostiene y en ver su mano poderosa dándonos fortaleza sobrena-tural, nosotros los hijos de Dios no depen-demos de un trabajo, de los hombres o de las situaciones, sino completamente de nuestro Padre quien tiene cuidado de cada uno de los detalles de nuestra vida.

Su heredad permanecerá para siempre (Salmos 37:18): la herencia que nos ha sido preparada no es corruptible sino eterna, no se corrompe y no puede ser robada (Mateo 6:19), es una herencia eterna de la cual podemos echar mano, esta herencia se refiere a todas las promesas que Dios dejo en su palabra para nosotros que somos sus hijos.

En los días de hambre será saciado (Salmos 37:19): tal y como hemos sido enseñados, aunque vengan tiempos de escasez para la humanidad, nuestro Señor nos bendecirá con abundancia y nunca nos hará falta el alimento.

Tiene misericordia y da (Salmos 37:21): La verdadera riqueza nos permite dar con liberalidad y responsabilidad, a diferencia del impío que, aunque tenga la solvencia económica no paga las deudas que tiene, como hijos de Dios debemos de pagar todo lo que nos corresponde, iniciando por nuestros diezmos, salarios y presta-ciones a nuestros empleados, impuestos y todo aquello que por obligación nos corresponde.

Puede llegar a tropezar, pero no caerá (Salmos 37:24): en medio de su caminar a pesar de las pruebas y dificultades el Señor lo sostendrá y no permitirá que caiga, las manos de amor del Señor lo sostendrán en todo momento.

Nunca será desamparado (Salmos 37:25): a la persona honrada Dios siempre la guardará protegiendo su vida y le dará todo lo que necesita para vivir.

Su descendencia nunca va a mendigar (Salmos 37:25): El ser justo tiene un poder espiritual tan grande (dado por Dios desde luego) que atrae bendiciones sobre las futuras generaciones, la riqueza que proviene de parte de Dios alcanza para bendecir a las generaciones a diferencia de la del impío que desaparece.

Tiene la capacidad de prestar a los necesi-tados (Salmos 37:26): Dios permite que lo que tiene sea multiplicado para dar prestado a los que no tienen, es maravi-lloso ver como en medio de lo poco le alcanza para repartir a los que tienen más necesidad.

Sus hijos son una bendición (Salmos 37:26): Con esto entendemos que la riqueza del justo va más allá del ámbito material, ya que impacta de tal manera la vida de sus hijos que llegan a ser agentes de bendición en donde quiera que se encuentren.

Habla con sabiduría y justicia (Salmos 37:30): No cabe duda que su corazón esta tan lleno del Espíritu de Dios que al momento de hablar las palabras que expresa tienen tanto peso espiritual que le enseña a quienes lo escuchan (Mateo 12:34).

La ley de su Dios está en su corazón (Salmos 37:31): la abundancia que proviene de Dios es la que permite que su palabra penetre de tal manera en nuestra vida que queda grabada en el corazón. Esta ley es la que hace prosperar nuestro camino y que tengamos éxito (Josué 1:8).

El Dios que tenemos es un Dios maravi-lloso, que se vale de lo poco para hacer grandes cosas, Él nos deja ejemplos muy claros para que sepamos que nuestra abundancia no depende de las cosas materiales sino de la bendición que Él hace descender sobre nuestras vidas. Dios sigue obrando milagros, como los de la viuda a la cual le querían ser arreba-tados sus hijos por las deudas que tenía, ella no se valió de los bienes materiales para solventar esa deuda sino de la obediencia al siervo de Dios quien le dio instrucciones precisas de que hacer para que lo poco que tenía se multiplicara (2 Reyes 4:1-7).

Por tanto, la verdadera riqueza o abundancia difiere del concepto que talvez hemos aprendido en el mundo, es decir que, aunque alguien tenga abundancia material no significa que posea riquezas, la verdadera riqueza es ser una persona justa delante de Dios, lo cual desata grandes bendiciones para nuestra vida.

Julio Lacán


Eclesiastés 5:12Mateo 25:23 Proverbios 22:1 Proverbios 15:16

Hammon

Abundancia


“El perezoso no pone a asar su caza, la diligencia es la mejor riqueza del hombre” (Proverbios 12:27 BJ3).

El hombre terrenal valora las posesiones materiales como las riquezas más signi-ficativas; sin embargo, el Señor desea que su iglesia tenga el conocimiento y el entendimiento de lo que son las riquezas verdaderas, por ello el Señor dijo que debemos atesorar riquezas en los cielos, en donde no pueden ser corrompidas, ni ser robadas (Mateo 6:20). El apóstol Pablo dijo que si habíamos resucitado con Cristo Jesús buscáramos las cosas de arriba donde Jesucristo está sentado a la diestra del Padre, que pusiéramos nuestra mirada en las cosas de arriba, no en las de la tierra (Colosenses 3:1-2), por lo que debemos buscar las riquezas verdaderas, tal como lo es el caso de la diligencia, riqueza que se desarrollará a continuación: El Señor describe en su palabra que la mejor riqueza que el hombre puede tener es la diligencia, ya que quien la tenga se presentará delante de reyes, no quedará al servicio de gente mediocre (Proverbios 22:29).

En términos seculares la diligencia es el cuidado con el que se busca hacer y terminar una cosa con debida prontitud, en la Biblia existen por lo menos ocho palabras que se pueden traducir diligencia, de estás se puede formar la siguiente definición: la diligencia es el hacer algo con todas las fuerzas, con cuidado, procurando hacerlo bien, buscando lo que es correcto, haciendo el debido esfuerzo por terminarlo de forma perfecta o completa.

La palabra diligencia que se utiliza en el versículo base de este artículo se traduce del hebreo H2742 kjarúts, que también significa: incisivo, oro, mazo para trillar, determinación, anhelante: agudez, decisión, entre otras, de estás traducciones se puede definir que el

hombre diligente es aquel que para alcanzar sus objetivos, es determinado o decidido, anhela obtener el resultado de lo que hace y lo hace de forma incisiva, es decir, que profundiza o penetra hasta el fondo de las cosas, más allá de lo que la mayoría de las personas lo hace.

En las anteriores definiciones de lo que es diligencia, se nota que una persona diligente tiene ciertas actitudes que confluyen en la obtención de resultados que son más valiosos aún que el oro mismo; por lo que, se debe conocer en qué cosas hay que ser diligente.

Diligente en conocer la ley

La Biblia describe que Esdras era un escriba diligente en conocer la ley de Moisés, por lo que cuando se presentó delante del rey, él le concedió todo lo que pidió porque la mano del Señor estaba sobre él (Esdras 7:6); “Porque el primer día del mes primero comenzó a subir de Babilonia; y el primer día del mes quinto llegó a Jerusalén, pues la mano bondadosa de su Dios estaba sobre él. Ya que Esdras había dedicado su corazón a estudiar la ley del SEÑOR, y a practicarla, y a enseñar sus estatutos y ordenanzas en Israel” (Esdras 7:9-10 LBLA). Ser diligente en conocer la ley, es dedicarse de forma incisiva a escudriñar la palabra de Dios procurando por el Espíritu Santo enten-derla para practicarla, luego enseñarla a quien corresponda, por ejemplo, al cónyuge, a los hijos, a todo aquel que necesite y esté dispuesto a recibir la misma, en consecuencia de hacer esto, tendremos el favor del Señor y nos senta-remos en mesas de reyes (autoridades terrenales).

Diligente en entender

El capítulo once de Isaías, es una profecía mesiánica acerca del ministerio terrenal del Señor Jesucristo, en donde el Espíritu Santo junto con seis espíritus más están sobre el Señor Jesucristo para hacer la obra por la cual vino a la tierra, entre estas cosas le harían entender diligen-temente el temor a Jehová (Isaías 11:3 RV60). Debemos buscar y atesorar el conocimiento del Señor, pero aún más allá debemos ser diligentes en enten-derlo, porque quien entiende da fruto y no es separado del Señor (Mateo 7:19; 13:23).

Guardar nuestra alma con diligencia

“Ustedes aman a Jesucristo a pesar de que nunca lo han visto. Aunque ahora no lo ven, confían en él y se gozan con una alegría gloriosa e indescriptible. La recompensa por confiar en Él será la salvación de sus almas” (1 Pedro 1:8-9 NTV).

Al aceptar y reconocer al Señor Jesucristo como nuestro salvador, alcanzamos la salvación de nuestro espíritu; sin embargo, quedan en proceso de restauración o salvación nuestra alma y cuerpo, por ello debemos procurar con diligencia la salvación de nuestra alma (Deuteronomio 4:9 LBLA), procurando ser libres de la vana manera de vivir que heredamos de nuestros padres, de lo vano que hemos aprendido a lo largo de nuestra vida, a través de la ministración.

Entre otras cosas debemos procurar con diligencia buscar a Dios, obedecer sus mandamientos, arrepentirnos, trabajar, realizar proyectos, entre otras cosas (Deuteronomio 6:17; Lucas 15:8; Apocalipsis 3:19; Proverbios 21:5; 22:29).

El apóstol Pablo les solicitó a los romanos que todos sus actos fueran por amor al Señor y a sus semejantes, siendo esto la base de lo que requiere diligencia, para no ser perezosos al esperar la venida del Señor (Romanos 12:9-11).

Hon

DiligenciaOswaldo Gutiérrez


Proverbios 10:4 Proverbios 12:24 Proverbios 13:4 Proverbios 21:5

Proverbios 22:292 Corintios 8:222 Pedro 1:10


“Por tanto, las riquezas que habrán adquirido, y las que habrán reservado, las llevarán al torrente de los sauces” (Isaías 15:7 RV60).

La palabra del Señor describe que existen riquezas verdaderas, muchas personas creen que las cosas materiales son esas riquezas; muchos fueron tras ellas, hasta el punto de perder su vida (Luc 12:16 -21 RV60). Por eso es importante analizar el significado de algunas de las palabras definidas como riqueza en el antiguo y nuevo testamento.

En el libro de Isaías 15:7 aparece la palabra riqueza, término que proviene del hebreo “H3502 Yitrá”, y se traduce también como excelencia, aparece dos veces en el Antiguo Testamento. Yitrá es el femenino del hebreo “H3499 Yeter”, término que se traduce como superioridad, altilocuencia, y excelente, entre otras acepciones. De lo anterior se entiende que la Excelencia es una riqueza, por ello la debemos procurar en todo lo que se hace; específicamente en

las cosas que competen al Reino de los Cielos, es decir, las cosas celestiales.

En el mundo muchas personas andan en busca de la excelencia, larga es la lista de autores de libros quienes ofrecen consejos de cómo llegar a ser excelentes en todo lo que se hace; sin embargo, para medir la excelencia de una persona cuentan muchos factores. Debido a que el término excelencia en lo secular se puede comparar con el perfeccionismo, aquí es donde se torna un tanto peligroso; ya que conlleva una serie de disciplinas y sacrificios para llegar a alcanzarla. Se sabe que en algunas de las disciplinas deportivas, se necesitan muchas horas de entrenamiento, que pueden incluso llegar a afectar la salud. En busca del perfeccionismo algunos caen en excesos, y terminan frustrados cuando aquello por lo cual se sacrificaron no da los resultados que esperaban; por ejemplo, en algunos países asiáticos, la demanda de excelencia desde una temprana edad, ha llegado al extremo del suicidio al no cumplir con los estándares que el mismo sistema les impone.

La Biblia nos enseña que la excelencia es de Dios y no de nosotros, que somos vasos que Dios utiliza para dar a conocer su poder (2 Corintios 4:7 RV60). La excelencia de los hijos de Dios debe de manifestarse desde su interior, es decir desde su espíritu. El enemigo de la excelencia es la mediocridad, y para hacer la obra del Señor, es necesario ser como los valientes de Gedeón, quienes fueron probados cuando bebieron el agua, lamiéndola y sostenían su espada en la mano para ir a la batalla en cualquier momento (Jueces 7:6 RV60).

El apóstol Pablo alcanzó altas jerarquías, lugares de honor y renombre, entre otros; sin embargo, todo lo tenía por poco, con tal de alcanzar la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús (Filipenses 3:8 RV60). Por eso es necesario despo-jarnos de nuestra manera de pensar, para poder dar paso a los pensamientos del Señor, y poder decir “Ya no vivo yo, Cristo vive en mi”.

Excelencia es ser bueno. En la Biblia se nota que los discípulos del Señor Jesús le decían bueno, pero él les contestaba

que bueno solo el Padre que esta en los cielos. Si esperamos en su promesa, un día llegaremos a ser como Él es, nuestro Padre bueno, (Lucas 18:19 RV60).

Un ejemplo de la excelencia como riqueza verdadera, es la parábola de los siervos a quienes el Señor les da talentos según su capacidad. La Biblia relata que los que obraron de manera excelente, fueron aquellos que aprovecharon el talento dado, al obtener del mismo un rendimiento extra; otros por temor escondieron el talento para no perderlo (Lucas 19:11-27 RV60).

Moisés por complejos trató de esconder su talento, cuando el Señor le hace el llamado, él le contesta que no sabe hablar. Para Dios no existen limitaciones, Él nos hace ver que llama a lo vil y menos-preciado, para avergonzar a lo que se considera importante, y así nadie se jacte delante del Señor (1 Corintios 1:28-29 RV60). Otro caso es el de Jeremías; cuando Dios le dice que él lo escogió, él le contesta que es solo un niño; quizás el temor por inmadurez lo hizo dudar y no sentirse preparado (Jeremias 1:7 RV60). El Señor conoce nuestras debili-dades, y está dispuesto a revelarse a nosotros, dándonos la excelencia de sus misterios, no a los grandes eruditos, sino a los que se hacen como niños, (Mateo 11:25 RV60).

Debemos entender que por nuestras propias fuerzas no podremos alcanzar la Excelencia del Señor. Cuando al Rey Salomón le llegó el momento de gobernar al pueblo, reconoció que no podía hacerlo con la debida excelencia; por lo que le pidió a Dios un corazón entendido para juzgar al pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo. Salomón pudo pedirle al Señor riquezas terrenales, o el exterminio de sus enemigos, pero el Señor se agradó de él cuando pidió inteli-gencia para poder gobernar al pueblo que le habían entregado (1 Reyes 3:8, 14 RV60). Debemos de aprender a pedir y orar como conviene, sabiendo que las riquezas de esta tierra son pasajeras, que se las come la polilla o se deterioran, mas las riquezas verdaderas son eternas y producen mayor felicidad.

Rita de Gutiérrez


Deuteronomio 8:7,10

Nehemías. 13:13 NTV

Job 40:19 NTV

Mateo 25:21, 23 TLA

Génesis 30:34 Rott

Ruth. 3:11,13 Rott

Yitrah

Excelencia


En la Palabra podemos apreciar que la iglesia de Laodicea se consideraba económicamente muy estable, sin necesidad, pero en realidad la Biblia la describe como una congregación pobre (Apocalipsis 3:17), contrario a esto vemos a la iglesia de Esmirna que debido a las tribulaciones y angustias que estaban pasando se consideraban pobres, pero contrario a lo que ellos pensaban la Palabra la tipifíca como una iglesia rica (Apocalipsis 2:9), esto quiere decir que el concepto de riqueza que tiene el Señor no se circunscribe únicamente a aspectos materiales, sino que va un poco más allá. Hoy por hoy, estamos acostumbrados a utilizar la medida del hombre (humana) para hacer referencia a la riqueza y esta generalmente la vinculamos a lo económico, inclusive los diccionarios seculares indican que la riqueza es la abundancia de recursos valuables, posesiones materiales o el control de tales activos, circunscribiendo como dijimos anteriormente, la riqueza a posesiones materiales.

La Biblia dice: “Entregaré asimismo toda la riqueza de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas; y daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus enemigos, y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia” (Jeremías 20:5); este versículo nos habla que Dios iba a entregar la riqueza de la ciudad de Israel al imperio de Babilonia como castigo por la desobediencia de Pasur, sacerdote que presidía entonces. Es interesante que la palabra riqueza, utilizada en este versículo, viene de la raíz hebrea KJÓSEN (H2633) que signi-fica: abundancia, hacienda, provisión; en el Diccionario Hebreo Bíblico Chávez significa: depósito y almacén; y según el Diccionario Word Study significa: tesoro, abundancia, riqueza, fortuna, prospe-ridad.

Abundancia

Este es uno de los significados de la palabra riqueza ‘kjósen’ y según el Diccionario de la Real Academia Española, abundacia es gran cantidad de

algo, prosperidad, riqueza y bienestar. Nosotros debemos abundar en sabiduría y conocimiento (Colosenses 2:3), cuando hablamos de conocimiento hablamos de palabra GNOSIS, que significa: búsqueda, investigación, conocimiento de la verdad espiritual (Strong G1108).

Las personas que poseen está riqueza llamada conocimiento obtienen revela-ción (1 Corintios 1:5), esa revelación nos conducirá a anhelar y solicitar con ahínco al Señor los dones dentro de los cuales tenemos el de profecía, diversas clases de lenguas, interpretación de lenguas, palabra de sabiduría, palabra de conoci-miento, discernimiento de espíritus, don de fe, don de sanidad, don de milagros, enseñar, exhortar, dar, dirigir, miseri-cordia, ayuda, administrar y continencia (1 Corintios 12:8-10), estos 18 dones también se constituyen en riquezas que el Señor nos brinda. El Apóstol Pablo hace una invitación a que los que tienen conocimiento se amonesten los unos a los otros (Romanos 15:14), esa palabra amonestación significa instruir o enseñar (G3560), ese significado rompe lo que comúnmente pensamos en cuanto a que amonestar es llamarle la atención a alguien; aquel hermano que tiene la capacidad de parte de Dios en instruir o enseñar a otros tiene realmente una riqueza, un regalo en sus manos. Otro beneficio del obtener la riqueza del conocimiento es que nos libera de cualquier tipo de idolatría y nos aleja de todo tipo de conciencia débil.

Cuando hablamos de abundancia (riqueza – kjósen) no es solo lo que describimos anteriormente, ya que en nuestra vida puede manifestarse el dominio propio. La palabra griega para esta virtud es ‘enkrateia’ que significa templanza y continencia y uno de sus sinónimos es sobriedad; la riqueza de tener dominio propio nos permitirá dominar pasiones y deseos sexuales desordenados. Otra abundancia (riqueza – kjósen) es la paciencia, que viene de la raíz ‘jupomoné’ (G5281) y significa: paciencia o aguante alegre, esperanzado, constancia y perseverancia.

El gozo es una palabra que viene de la raíz griega ‘jára’ (Strong G5474) que quiere decir: deleite, gozarse, regoci-jarse, placer, alegría, grandemente, lleno de gozo; esta riqueza se la puede brindar el Señor a aquellos que se encuentra llorando, de luto e inclusive abatidos (Isaías 61:3), recordemos que el gozo del Señor es nuestra fortaleza. Otras formas en las cuales se manifiesta la riqueza kjósen es a través de la paz, fe, esperanza, entre otros.

Hacienda

Según el Free Diccionary significa: conjunto de posesiones y riquezas de una persona. A la luz de la Palabra vemos como Abram, Saraí su mujer, Lot, su hacienda y las almas salieron para ir a la tierra de Canaán (Génesis 2:5), esto es interesante porque el Señor es quien brinda las posesiones y la riqueza -hacienda- como le sucedió a Abraham. A cada lugar que llegaba este siervo levantaba un altar, esto nos habla de comunión constante con el Señor, y con ello podemos ver claramente el cumplimiento de lo que dice la Palabra: “Amado, ruego que seas prosperado en todo así como prospera tu alma, y que tengas buena salud” (3 Juan 1:3). Aunque Abram fue bende-cido económicamente, el Señor siempre vio su corazón, su fidelidad, aun entre-gando lo que más amaba, definitiva-mente el corazón de Abraham no estaba en las cosas materiales. La Palabra nos recuerda que en la casa del justo hay mucha riqueza pero en las ganancias del impío hay tribulación, es decir que la riqueza que viene del Señor brinda paz.

El Señor nuestro Dios es grande, fuerte y todopoderoso, amplio en perdonar y grande en misericordia, “Él es el dueño del oro y de la plata“ (Hageo 2:8) y toda piedra preciosa es creada por Él, pero su riqueza no es solo esto, la misma Palabra nos dice que Él provee para todas nuestras necesidades, conforme a sus riquezas en gloria (Filipenses 4:19). Es interesante que la palabra ‘riquezas’ no está en singular sino en plural, esto nuevamente nos da testimonio que la riqueza monetaria no es la única bendición que Dios tiene destinada para nuestras vidas. ¡MARANATHA!

Chosen

TesoroEdwin Castañeda


Jeremías 20:5

Colosenses 2:3

1 Corintios 12:8-10

Romanos 15:14

Isaías 61:3


Las riquezas de Dios son múltiples y gloriosas (Filipenses 4:19), no siempre tienen que ver con dinero o activos, a veces se es rico en buenas obras, en ser dadivoso y generoso (1 Timoteo 6:18); todo lo que recibimos de Dios nos hace ricos, pero es vital tener el corazón en el lugar correcto (Mateo 6:21). El Señor dijo: “El que es fiel en lo muy poco, es fiel también en lo mucho; y el que es injusto en lo muy poco, también es injusto en lo mucho. Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas?” (Lucas 16:10-11 LBLA); este verso nos permite ver que hay riquezas verdaderas que no necesariamente tienen que ver con cosas terrenales.

Leemos en la palabra que “la fuerza de su juventud se irá con ellos al sepulcro, y sus hijos tendrán que repartir entre la gente pobre todas las riquezas que acumularon” (Job 20:10 BLS); en este texto vemos que hay ciertas riquezas que pueden ser acumuladas pero no debe ser el propósito solo acumularlas, sino usarlas para bien porque puede ocurrir lo que pasó en la parábola de los talentos (Mateo 25:26), el siervo malo no tuvo fidelidad con lo que se le había entregado, por

ello debemos conocer qué clase de riqueza viene de Dios, para emplearla correctamente.

En Job 20:10 la palabra riqueza es H202 On, que según el diccionario BDB Definition significa: poder, madurez, vigor, poder para generar, riqueza, esta misma palabra aparece en la Biblia, cuando dice que: “En el vientre tomó a su hermano por el calcañar, y en su madurez (H202 On) luchó con Dios” (Oseas 12:3 LBLA), en este versículo la palabra On, fue traducida como madurez y esa madurez le valió como riqueza de Dios, suficiente para prevalecer ante el ángel; siendo inmaduro Jacob suplantó a su hermano, siendo maduro tuvo victoria al rayar el alba, por ello debemos pedirle a Dios que nos haga maduros para poder dejar atrás lo malo que traíamos al nacer, así como Jacob cuyo nombre signi-fica suplantador, con esa madurez llegaremos a Peniel y recibiremos un nuevo nombre, como le pasó a él, que fue llamado Israel que signi-fica Dios prevalece o el que tiene a Dios de su lado y por ese encuentro tendremos un cambio en nuestro caminar (Génesis 32:28-31).

Si leemos todo el capítulo 32 de Génesis, vemos como se narra el proceso por el que Jacob fue convertido en Israel, comenzado con ponerse a cuentas con su hermano Esaú, ya que hubo rivalidad y distanciamiento por años, algunas veces queremos recibir esa riqueza de Dios, pero olvidamos que eso implica humillarse delante de quienes hayamos ofendido, buscar recon-ciliación con quién esté enojado con nosotros, porque “si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?” (1 Juan 4:20); aunque entendemos

que a veces nuestros hermanos, sean de carne o en Cristo, no quieren arreglar las cosas, pero al menos hay que intentar resolver la situación sabiendo que es parte de la madurez que viene de Dios. También es importante hacer notar que aunque Jacob fue suplantador de Esaú, él es catalogado como un profano, (Hebreos 12:16) por ello, Jacob buscó enmendar su error pero no continuó su caminar con él para que pudiese vivir en la madurez que le concedió Dios en Peniel (Génesis 33:16). Una vez que Dios nos ha dado la riqueza de la madurez se debe notar el cambio que Dios nos dio, al caminar de forma diferente así como Israel lo hizo, viendo a Dios y dejando por un lado lo profano.

Otra forma de ver la riqueza verdadera que viene de Dios la encontramos en el libro de Isaías, que dice: “¿es que no lo sabes? ¿nunca lo has oído? El Señor es el Dios eterno, el Creador, de todo el mundo. Nunca se cansa ni se fatiga. Nadie puede entender completa-mente la sabiduría de Dios, Él da fuerzas al cansado y Poder (H202 On) al indefenso” (Isaías 40:28 PDT); es decir, que algunas veces estar debilitado, no tener nada ni a nadie, depender del todo en Dios, implica que podemos alcanzar la riqueza verdadera del poder en Él, como lo dijo el Señor en el monte de las bienaventuranzas (Mateo 5:3-11); bienaventurado cuando se sufre, bienaventurado cuando se llora, bienaventurado cuando se es perseguido, porque cuando estamos indefensos sin nadie y clamamos a Dios, allí Él nos hace ricos y nos da poder para la gloria de su nombre. No nos afanemos por hacer riquezas terrenales, mas bien busquemos lo que es bueno y que constituye riqueza real delante de Dios y todo vendrá añadido. ¡Aleluya!

Vilma Cruz

On

Madurez


La Ley del Señor está basada en principios eternos; principios que el Señor no vino a abolir, principios que el Señor vino a cumplir y a explicar su verdadero signifi-cado; “No crean que vine a quitar la ley ni a decir que la enseñanza de los profetas ya no vale. Al contrario: vine a darles su verdadero valor” (Mateo 5:17 BLS). Una de las enseñanzas que está escrita en la ley es el diezmo y la ofrenda, enseñanza que el enemigo y “algunos estudiosos” han querido desprestigiar y decir que esto para este tiempo ya no tiene valor cuando en realidad es un mandato divino el poder diezmarle al Señor como la primicia de nuestro trabajo en este tiempo. La oposición del enemigo con respecto a la ofrenda y el diezmo es porque por una ofrenda fue aplastada la cabeza de la serpiente y derrotada la muerte una vez y para siempre (Juan 3:16). Una de las razones por las cuales el Señor nos pide también que nosotros aprendamos a ofrendar y diezmar es para que de raíz nosotros podamos despojarnos de todo amor al dinero, de toda avaricia que pueda provocar que nosotros quedemos postrados en el desierto (1 Corintios 10:6 , 1 Timoteo 6:9-10).

El diezmo fue enseñado por nuestro Señor Jesucristo (Mateo 23:23); es algo que el padre de la fe dio, Abraham, antes de que existiera la ley (Génesis 14:17-20). El escritor de la epístola a los Hebreos lo pone como un ejemplo de reconoci-miento de autoridad (Hebreos 7:4-7); Jacob, también aún sin existir la ley en ese momento promete diezmarle al Señor (Génesis 28:20-22); el diezmo es algo que Dios quiere que demos en obediencia a Él. “Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme

ahora a prueba en esto --dice el SEÑOR de los ejércitos-- si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendi-ción hasta que sobreabunde” (Malaquías 3:10 LBLA).

Bayit Owtsar – La Casa del Tesoro

Cuando el Señor pide que se traigan los diezmos, pide que se depositen, que se traigan todos “al Alfolí”. La palabra que se utiliza para hablar de Alfolí es la “H214” Owtsar y se puede traducir como Tesoro, esta palabra en Malaquías aparece junta-mente con la H1004 Bayit que al unir las dos se puede traducir como La Casa del Tesoro. El Señor quiere que nuestros bienes sean depositados en Su Casa, la casa del Tesoro. Cuando el Señor Jesús habló en referencia a esto, dijo: “No os acumuléis tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre destruyen, y donde ladrones penetran y roban; sino acumu-laos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban; porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mateo 6:19-21 LBLA). Con este contexto se puede entender que la Casa del Tesoro no es una Casa terrenal, sin embargo, el alfolí vendría a ser la puerta terrenal donde al momento de depositar el diezmo se convierte en algo espiritual que viene teniendo repercusiones en lo celestial. El Señor quiere que Su Pueblo sea enrique-cido, que haga riquezas, tesoros más que aquí en la tierra, quiere que haga tesoros en el Cielo.

Aprendiendo a temer al Señor

Uno de los beneficios que nosotros tenemos en el ejercicio en obediencia de diezmar es el aprender a temer al Señor: “Diezmarás fielmente todo el producto de tu sementera, lo que rinde tu campo cada año. Y comerás en la presencia del SEÑOR tu Dios, en el lugar que El escoja para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu mosto y de tu aceite, y los primogénitos de tus vacas y de tus ovejas, para que aprendas a temer siempre al SEÑOR tu Dios” (Deuteronomio 14:22-23 LBLA). “El principio de la sabiduría

es el temor al Señor” (Proverbios 1:7). “En el temor al Señor se perfecciona la Santidad” (2Corintios 7:2); es el temor al Señor el que nos ayuda a escapar de los lazos de la muerte (Proverbios 14:27). Cuando se es temeroso de Dios, el Señor prospera familias (Éxodo 1:21). No podemos decir que se es temeroso de Dios cuando alguien acaba de recibir a Cristo en su corazón. El temor al Señor conlleva un proceso de aprendizaje; se aprende también en la meditación de la Palabra de Dios y en ponerla por obra día a día (Deuteronomio 17:19); también se aprende al congregarse buscando al Señor (Deuteronomio 31:12-13); y también se aprende cuando uno diezma y hace tesoros en los cielos y no en la tierra.

El engaño de las riquezas está a la orden del día para todo aquel que se deje esclavizar; Dios nos ha dejado una salida para ello y es el que aprendamos a temer al Señor despojándonos día con día de lo que Él nos pide, eso trae como consecuencia de que Él nos vea con agrado. “He aquí, los ojos del SEÑOR están sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar su alma de la muerte, y conservarlos con vida en tiempos de hambre” (Salmos 33:18-19 LBLA). ¡Maranatha

Owtsar

Temor del SeñorPablo Enríquez


Josué 6:19Salmos 15:4Proverbios 21:6Proverbios 21:20

Malaquías 3:11


El tiempo que a la Iglesia del Señor Jesucristo le ha tocado vivir es un tiempo glorioso, pero a su vez tal como lo profetizó el Señor, es peligroso, un tiempo donde el primer enemigo, entre otros que a la Iglesia le tocará enfrentar es el engaño. Cuando los discípulos le hicieron preguntas al Señor con respecto a los acontecimientos del tiempo final, lo primero que el Señor contesta es: “…Mirad que nadie os engañe.” (Mateo 24:4 LBLA), una de las cosas que ahora acompañan al engaño son las riquezas y el enemigo quiere utilizarlas en este tiempo para desviar el corazón del pueblo del Señor, haciendo que la palabra de Dios no cumpla el propósito para el cual fue sembrada en el corazón (Mateo 13:22).

El primer engañador que se levantará para intentar desviarnos de lo que Dios quiere para nosotros como su novia será nuestro propio corazón, “Más engañoso que todo, es el corazón, y sin remedio; ¿quién lo comprenderá?” (Jeremías 17:9 LBLA), es por eso que el mandamiento del Señor

es amarlo con todo el corazón “Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza.” (Deuteronomio 6:5 LBLA); sin embargo, muchas personas en vez de amar al Señor con todo su corazón, aman al dinero, la raíz de todos sus males, “Porque la raíz de todos los males es el amor al dinero, por el cual, codiciándolo algunos, se extra-viaron de la fe y se torturaron con muchos dolores” (1Timoteo 6:10 LBLA).

Existen en el Antiguo Testamento por lo menos doce palabras hebreas y cinco griegas que se pueden traducir “riquezas”, todas ellas nos dan un panorama más amplio de lo que son las verdaderas riquezas y el buen uso de ellas; en este artículo hablaremos de una de ellas, G3126 Mammonas.

La Administración del Mayordomo

“Por tanto, si no habéis sido fieles en el uso de las riquezas injustas, ¿quién os confiará las riquezas verdaderas?” (Lucas 16:11 LBLA). El contexto de este pasaje nos habla de un mayordomo que derrochaba todas las riquezas que un hombre rico le había puesto a administrar (Lucas 16:1-2) queriendo asegurar un lugar a donde ir si lo destituían de su posición; empezó a alterar las deudas de todos aquellos que le debían al rico, de modo que debieran menos de lo que en realidad debían ante aquel hombre rico, haciendo así muchos amigos (Lucas 16:3-7), “Cuando el amo se enteró de esto, elogió la astucia de aquel administrador inmoral. Y es que, en efecto, los que pertenecen a este mundo son más sagaces en sus negocios que los que pertenecen a la luz” (Lucas 16:8 BAF), éste mayordomo lo que hizo en otras palabras fue que por medio de riquezas injustas beneficiar a mucha gente, haciendo así muchos amigos.

El Administrador de las Riquezas Mammonas

“Por eso, yo os digo que uséis vuestras riquezas actuales para hacer amistades en el tiempo presente y ser luego recibidos en las moradas eternas.” (Lucas 16:9 CST) El Señor quiere que su pueblo a la manera de un mayordomo, empiece a servir y a bendecir con las riquezas (Mammonas) al necesitadoe estas riquezas en las cuales el

pueblo de Dios tiene que servir fielmente representan muchas cosas que son de bendición, tanto para el que las recibe como para el que ha sido puesto a adminis-trarlas. La palabra que se utiliza para hablar de mayordomo en este capítulo es la G3623 Oikonomos y se puede traducir como administrador, predicador del evangelio, tesorero; esta palabra aparece en varios pasajes del Nuevo Testamento y en cada una de ellas Dios nos permite ver cuales son las riquezas Mammonas que el Señor quiere que sus mayordomos administren para ayudar y beneficiar a quienes lo necesitan.

Los Misterios de Dios

“Que todo hombre nos considere de esta manera: como servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.” (1 Corintios 4:1 LBLA). La escritura menciona en el Nuevo Testamento por lo menos doce misterios que representan las riquezas de Dios para su pueblo y administrados por sus mayordomos, misterios que sin revelación del Espíritu Santo se pueden llegar a comprender, esto también representa la palabra que Dios le da a sus predicadores día con día y ellos con todo amor la comparten con quienes la necesitan. Esto nos enseña que la Palabra de Dios y sus misterios hay que saber administrarlos y en su momento adecuado hablar lo que el Espíritu Santo crea conveniente y necesario “Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo.” (Proverbios 25:11 LBLA)

Mayordomo Fiel

“Ahora bien, además se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel.” (1 Corintios 4:2 LBLA). Existen tres estaturas en la vida del creyente: llamados, escogidos y fieles (Apocalipsis 17:14 LBLA); el Señor quiere que avancemos hacia la fidelidad que caracteriza a la Iglesia que se casará con el Amado Jesucristo, hombres fieles aún en lo poco que serán fieles en lo mucho.

“Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; el que anda en camino de integridad me servirá.” (Salmos 101:6 LBLA).

Mammonas

Confianza

Jimena De Enríquez


1 Pedro 4:10

Tito 1:7

Romanos 16:23

Lucas 16:13-14


Un escriba que se ha convertido en un discí-pulo del reino de los cielos, es semejante a un dueño de casa que de su tesoro saca cosas viejas y cosas nuevas (Mateo 13:52). Ese tesoro representa riquezas viejas descritas en el Antiguo Testamento, y nuevas descritas en el Nuevo Testamento. En esta oportunidad, vamos a estudiar una de las palabras que se traduce como riqueza en el Nuevo Testamento. Es la palabra “ploútos”, del Strong G4149 que significa: riqueza como llenura, legado valioso, abundancia. Quiere decir que cuando tenemos este tipo de riqueza, vamos a estar llenos de aspectos espiri-tuales que provienen del Señor, como la sabiduría y el conocimiento. Así mismo, cuando tenemos esta riqueza, tendremos un legado precioso que proviene de su gloria en nuestra vida, de su redención. Por tal razón, el Diccionario Vine, nos enseña que esta palabra también es utili-zada como riquezas espirituales, de las cuales estudiaremos algunas.

La riqueza de la bondad de Dios (Romanos 2:4): Una de las riquezas ploútos, es la Bondad de Dios, entendiendo que bondad es: “la cualidad de ser bueno”. Cuando estudiamos el contexto de Romanos 1:29 a Romanos 2:4, vemos que habla de diferentes características que tienen los hombres separados de Dios, como la maldad, avaricia, envidias, pleitos, engaños, inventores de lo malo, desobe-dientes a los padres, entre otros; y aunque haya juicio decretado para estas actitudes, la Bondad de Dios se manifiesta cuando nos guía al arrepentimiento. Es hermoso ver que el Señor antes de juzgarnos, es tolerante, paciente, y lo que quiere es que procedamos al arrepentimiento. Muchos tienen por tardanza su venida, pero Él es

paciente con nosotros, porque no quiere que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Pedro 3:9). Algo que debemos saber, es que la bondad de Dios tiene nombre; se llama Jesucristo, nuestro Salvador, quien mostró su amor hacia los hombres mediante su sacrificio, y salvó a quienes le recibimos (Tito 3:4-5).

Las riquezas de su gloria, (Romanos 9:23): Estas riquezas se manifiestan a los vasos de misericordia que Él preparó, es decir “a nosotros”; recordándonos lo que dijo el profeta Oseas: “Antes nos decían que no éramos Su pueblo, ahora nos llama -Pueblo Mío-, antes no éramos Su Amada, ahora nos llama -Amada mía-, y donde nos dijeron que no éramos pueblo, nos llamarán -Hijos del Dios Viviente-” (Romanos 9:25-26). Ese es nuestro gran legado, ser llamados “Hijos de Dios” (Juan 1:12). Esto nos muestra la gran misericordia de Dios, que cuando nadie daba nada por nosotros, Él mostró de sus riquezas, de su gloria, de su misericordia para sacarnos del hoyo de la destrucción, del lodo cenagoso; asentó nuestros pies sobre la Roca y afirmó nuestros pasos (Salmo 40:2).

Las riquezas de la sabiduría y el conoci-miento (Romanos 11:33): La Biblia muestra la admiración y la profundidad de las riquezas que hay en la sabiduría y el conocimiento de Dios. La Palabra nos deja ver que el verdadero conocimiento del misterio de Dios, es Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento (Colosenses 2:2). En este mismo versículo, nos enseña que por medio de Cristo deben estar alentados nuestros corazones, unidos en amor. Por eso es importante que busquemos la sabiduría de Dios que viene a través de los cinco ministerios, para que aprendamos a vivir; y que traiga aliento a nuestros corazones. Por eso la Sabiduría dice: “el que me halla, halla la vida, y alcanza el favor del Señor” (Proverbios 8:35).

Las riquezas de su gracia (Efesios 1:7). Dentro del legado que el Señor nos da, está la redención; legado precioso mediante

su sangre derramada en la cruz, la cual es para nosotros una riqueza de su gracia. Por tal razón dice la Palabra, que el Padre nos la regala por su Bondad, mediante su Hijo Amado, para que podamos ser salvos mediante la fe (Efesios 2:7). Cuando nosotros le recibimos, nos constituimos en hechura suya, creados en Cristo Jesús para hacer buenas obras, las cuales preparó Él de antemano para que anduviéramos en ellas (Efesios 2:10).

Muchas veces sólo vemos lo que nuestros ojos naturales ven, y creemos que la única riqueza que existe es la riqueza material; pero cuando estudiamos la Palabra de Dios, podemos ver más allá por la gracia y el amor del Señor Jesucristo, quien siendo rico se hizo pobre, para que por medio de su pobreza nosotros llegáramos a ser ricos (2 Corintios 8:9). Entonces podemos decir que contamos con una riqueza que pocos conocen, pues nosotros hemos conocido la misericordia de Dios, por medio de su Hijo amado Jesucristo. Él nos llena de su bondad, de su misericordia, de su gracia, de su amor. Por eso podemos comprender por qué Moisés, teniendo tesoros en Egipto, viviendo en el palacio de Faraón, prefirió las riquezas de Cristo; prefiriendo incluso pasar por deshonra por amor a Cristo, ya que tenía la mirada puesta en la recompensa (Hebreos 11:26).

Ploutos

Llenura o legado valiosoSammy Pérez


Romanos 9:23Romanos 11:33Efesios 1:7Efesios 2:7-10

Proverbios 8:352 Corintios 8:9Hebreos 11:26


Recordemos que estamos hablando de las verdaderas riquezas en el Señor, y una de las formas en que se usa la palabra riqueza en el Nuevo Testamento se traduce del griego al español con el número STRONG G5532 que se lee Chrema y significa: algo útil o necesario. La referencia que encontramos en el Nuevo Testamento es cuando el Señor le dice a sus discípulos: “... ¡Qué difícil será para los que tienen riquezas entrar en el reino de Dios!” (Marcos 10:23), mi pregunta inmediata, igual que sus discípulos sería: ¿Señor, pero entonces los ricos no pueden entrar en tu reino? Su respuesta fue, según la versión de la Biblia La Buena Noticia (LBN): “…¡qué difícil es que los que ponen su corazón en las riquezas entren en el reino de Dios!” (Marcos 10:24). Por eso es bueno consultar otras versiones de la Biblia porque nos abre el panorama de lo que se dijo realmente.

El dinero y los bienes materiales se agradecen y son parte de la provisión de Dios para su pueblo, pero cuando se pierde

el sentido verdadero de esta herramienta las cosas cambian; cuando la prioridad de la vida de una persona es hacer dinero, se convierte en un extremo que se vuelve un peso, que dificulta seguir al Señor. Es tan delicado el amor a las riquezas que podría impedir incluso, que entremos en el reino de Dios por la eternidad.

A lo largo de la Biblia vemos experiencias de gente que tenía mucho dinero pero al final de su camino les fue de tropiezo y estorbo, por ejemplo: Caín, hijo de Adán, de profesión agricultor por elección, cuando presentó su ofrenda en el altar, ¿llevó lo mejor?, ¿por qué se desagradó el Señor de esa ofrenda?, ¿no sería porque pudiendo ofrecer lo mejor del producto de su trabajo prefirió quedárselo para sí mismo? En cambio Abel, su hermano, presentó el mejor cordero y Dios se agradó de su ofrenda; según entiendo a la luz de las escrituras, Dios no ve lo que el hombre ve, sino que mira el corazón y la motivación con que lo hacemos (1 Samuel 16:7), y este es el punto principal del tema; la Biblia dice que no acumulemos tesoros aquí en la tierra donde los ladrones pueden robarlos, sino más bien que lo hagamos en el cielo, “porque donde esté tu tesoro allí estará también tu corazón” (Mateo 6:19-21). Entonces, Jesús no se refería a que los ricos no podían entrar en el reino de Dios sino a las personas cuyo centro de atención y vida giraba alrededor del dinero, los bienes materiales e incluso la fama.

Analicemos espiritualmente el caso de Nabal (1 Samuel 25:10), un hombre que eligió con mezquindad en el corazón no proveer a David, el dulce cantor de Israel. En el contexto vemos que David le había hecho el bien a los trabajadores de Nabal y este insensato le pagó con menosprecio negándole comida y bebida, de lo anterior entiendo sorprendido que posiblemente hayamos sido malagradecidos con alguien que nos hizo el bien sinceramente y eso nos puede impedir entrar en el reino de Dios y no solo eso, con esta actitud ponemos en riesgo a nuestra familia, porque David había decidido destruir a todos los varones de la casa de Nabal. Con su muerte, la Biblia nos deja una sombra

impresionante porque él no pudo entrar en el reino, mientras que su esposa se casó con David y salvó su casa trayendo bendición; esto es una figura preciosa de la Iglesia que por la fe y sus actitudes entra en las bodas del Rey de reyes.

Según la Biblia el hombre está dispuesto a dar todo por su vida, pero en lo que respecta a las riquezas vemos ejemplos de gente que a pesar de estar al borde de la muerte no dejan de amar en su corazón las riquezas. Este es el caso de aquel hombre rico referido en una parábola que cuenta el Señor Jesús diciendo: “La tierra de cierto hombre rico había producido mucho” (Lucas 12:16), tenía tanto que no sabía dónde guardarlo y esa era su preocupación, en su amor por las riquezas le habla a su alma diciendo: “…alma, tienes muchos bienes depositados para muchos años; descansa, come, bebe, diviértete. Pero Dios le dijo: ¡Necio! Esta misma noche te reclaman el alma; y ahora, ¿para quién será lo que has provisto? Así es el que acumula tesoros para sí, y no es rico para con Dios” (Lucas 12:17–21).

En este ejemplo el rico le habla al alma de las riquezas, pero el salmista nos recuerda que el alma debe bendecir al Señor, mostrar agradecimiento: “Bendice alma mía, al Señor, y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice alma mía al Señor y no olvides ninguno de sus beneficios” (Salmos 103:1-2). Qué fuerte reflexión estimado hermano, pero mi propósito es hacernos considerar que nuestra alma necesita ser ministrada respecto a las prioridades para entrar en el reino; tristemente la teoría de la prosperidad que se predica actualmente desde varios púlpitos al pueblo de Dios nos podría estar arrastrando lejos de la puerta de entrada del Reino. Lo útil, lo necesario, esa es la riqueza que Dios nos ofrece, la riqueza de Dios no añade tristeza, congoja, estrés, enfermedades; la verdadera riqueza trae paz al alma y una esperanza que se debe cultivar: el Señor vendrá por nosotros por medio del rapto o de la muerte y quiere que vivamos eternamente en su reino, por lo tanto, despojémonos de todo el peso que nos pueda retener de ese glorioso día.

Chremma

Lo útil o NecesarioRafael Molina


Mateo 25:57 José de Arimatea

Lucas 16:19 El rico y Lázaro

Lucas 18:22 Hombre prominente

2 Corintios 8:9 Él se hizo pobre


La abundancia de bienes materiales puede representar una bendición de Dios, cuando viene como consecuencia de la sabiduría y es manejada con moderación, o traer grandes problemas si no se las trata así. El sentimiento general de los hebreos en el Antiguo Testamento era que al recibir un bien material era de por sí una demostración del favor divino, “Bienaventurado el hombre que teme a Jehová... bienes y riquezas hay en su casa...” (Salmos 112:1-3). Sin embargo, no se pueden circunscribir las riquezas que a Dios pertenecen como algo material solamente, pues cuando se habla de riqueza en la Biblia, por lo menos en el Nuevo Testamento, encontramos cinco palabras griegas que nos dan un panorama más amplio de lo que ante los ojos de Dios son verdaderamente las riquezas, por lo que en esta oportunidad se desarrollará lo que son las riquezas bajo la luz de la palabra griega: G5024 Timiotes.

La riqueza de Su Magnificencia

G5024 Timiotes, se puede traducir como algo costoso, por implicación se puede traducir como magnificencia, al leer esto se puede entender que para el Señor la magnificencia es una riqueza. Según el DRAE, la magnificencia es la liberalidad para grandes gastos, es la disposición para grandes empresas, o la grandeza de algo; quiere decir que Dios a su pueblo quiere enriquecerlo para que sea dadivoso, rico al dar, no necesariamente rico para dar: “pues en medio de una gran prueba de aflicción, abundó su gozo, y su profunda pobreza sobreabundó en la riqueza de su liberalidad” (2 Corintios 8:2 LBLA). La gente enriquecida de parte de Dios en lo espiritual, son personas que a la manera del Apóstol Pablo apren-dieron a dar, a vivir tanto en abundancia como en escasez, veamos: “Sé vivir en pobreza, y sé vivir en prosperidad; en

todo y por todo he aprendido el secreto tanto de estar saciado como de tener hambre, de tener abundancia como de sufrir necesidad” (Filipenses 4:12 LBLA). Cuando se entiende que el Señor por medio de Jesucristo ha enriquecido el corazón de su pueblo con magnificencia, con la capacidad de no solamente recibir, sino que también para dar se empieza a manifestar la bienaventuranza, la bendición del Señor en nuestras vidas, “En todo os mostré que así, trabajando, debéis ayudar a los débiles, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: más bienaventurado es dar que recibir.” (Hechos 20:35 LBLA).

La Magnificencia de Nabucodonosor, Babilonia

La palabra Timiotes aparece solo una vez en el Nuevo Testamento y es en el siguiente pasaje: “Y echaron polvo sobre sus cabezas, y gritaban, llorando y lamentándose, diciendo: “¡Ay, ay, la gran ciudad en la cual todos los que tenían naves en el mar se enriquecieron a costa de sus riquezas! (Timiotes magnificencia), porque en una hora ha sido asolada” (Apocalipsis 18:19 LBLA). Una de las riquezas de Babilonia es la magnificencia, magnificencia que Dios le permitió tener; de hecho, se puede notar cómo ella era antes de su caída en este pasaje una fuente de provisión para mucha nación. Cuando se lee la vida de uno de sus reyes, Nabucodonosor, se puede notar cómo Dios a este rey le había enriquecido con Magnificencia veamos: “Escucha, rey: El Dios Altísimo dio a tu padre Nabucodonosor la realeza, y también magnificencia, gloria y majestad” (Daniel 5:18 LPD). Una de las riquezas que Dios le dio a Nabucodonosor fue el tener magnificencia. “Y a causa de la magnificencia que le concedió, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban de temor delante de él: él mataba y hacía vivir a quien quería, exaltaba y humillaba a quien quería.” (Daniel 5:19 LPD), partiendo de esto, veamos que actitudes de Nabucodonosor provocaron que él en vez de avanzar en el propósito que Dios tenía para su vida al darle tanta magnifi-cencia, le hicieron retroceder:

Arrogancia

“El rey reflexionó, y dijo: “¿No es ésta la gran Babilonia que yo he edificado como residencia real con la fuerza de mi poder y para gloria de mi majestad?” Aún estaba la palabra en la boca del rey, cuando una voz vino del cielo: “Rey Nabucodonosor, a ti se te declara: El reino te ha sido quitado” (Daniel 4:30-31 LBLA) “Pero cuando su corazón se enalteció y su espíritu se endureció en su arrogancia, fue depuesto de su trono real y su gloria le fue quitada.” (Daniel 5:20 LBLA). Esto nos enseña que hay peligro cuando creemos que todo lo que tenemos es por intelecto o capacidad humana para hacer tal o cual cosa, aún en un privilegio en la Iglesia; por ello, no debemos olvidar que es Dios quien da todo con el fin de que trabajando para Él podamos ayudar en las necesidades de los demás de manera humilde y no con orgullo, ni arrogancia en el corazón, pues de ser así dejaríamos de darle honra a Dios, ya que de Él proviene todo.

“Tuya es, oh SEÑOR, la magnificencia, y el poder, y la gloria, la victoria, y el honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh SEÑOR, es el reino, y la altura sobre todos los que están por cabeza” (1 Crónicas 29:11 LBLA).

Timiotes

MagnificenciaPablo Orellana


Job 37:4 RV60

Salmos 68:34

Salmos 96:6

Zacarías 11:3


“Reunió a éstos y a todos los que traba-jaban en dicho negocio, les dijo: Señores, bien sabéis que en esta ganancia se funda nuestro bienestar” (Hechos 19:25 BSA).

Según el diccionario Strong, la palabra riqueza, proviene de la palabra griega G2142 Euporia, sin embargo, dentro de otras de las acepciones de esta palabra se puede encontrar que la misma significa bienestar, prosperidad, entre otras que se discutirán más adelante.

A pesar que en el contexto de este verso está hablando una persona producto de un disturbio ocasionado porque Pablo estaba predicando la verdad diciendo que no son dioses los que se hacen con las manos, y algunos artífices que realizaban ídolos ven amenazada su labor; ésta palabra esconde un significado de una riqueza que Dios tiene para su pueblo. Estos artífices están molestos porque temen perder un ingreso material producto de su trabajo, una riqueza que ellos asocian con su bienestar, pero a ellos podría aplicárseles el verso de Apocalipsis 3:17, que creyendo ser ricos en verdad son pobres y es porque ellos no entendieron cuál era el verda-dero bienestar, ellos lo asociaron con bienes materiales e ingresos monetarios solamente.

En el diccionario la palabra bienestar se define como el conjunto de aquellas cosas que se necesitan para vivir bien, por ejemplo dinero, salud, tiempo, entre otros, pero al circunscribirse únicamente a éstas cosas, que también son necesa-rias, no se está encontrando la verdadera riqueza que viene con el bienestar que Dios tiene para su pueblo, como dice la palabra: “Porque yo sé los planes que

tengo para vosotros, planes de bienestar y no de calamidad.” (Jeremías 29:11 LBLA).

Una de las verdaderas riquezas de las cosas nuevas que el discípulo saca de su tesoro, (Mateo 13:52) es el bienestar que viene de Dios y al analizar ese bienestar en la Biblia, se encuentran las facetas de esa verdadera riqueza.

Para empezar, se encuentra que los impíos no pueden acceder a esta riqueza, porque la Biblia dice que “los malvados no son dueños de su bienestar” (Job 21:16 DHH) y que lejos debe estar nuestra forma de pensar de la de ellos, es decir, que el primer paso para encontrar la verdadera riqueza es no pensar como los impíos, pues ellos consideran que su bienestar o su prosperidad depende de ellos mismos y se les olvida que para acceder al verda-dero bienestar, al bienestar que depende de Dios, lo primero que se debe hacer es reconocer que todo viene de Dios (Santiago 1:17), y por lo tanto es a Él a quien se le debe dar la honra y la gloria, y no exaltarse a uno mismo por los logros y éxitos, que aunque traen bendiciones como la abundancia de cosas materiales y por ende bienestar, al no atribuirle esto a Dios podríamos ser humillados por no agradarlo a Él (Mateo 23:12).

Volviendo a Jeremías 29:11, una de las acepciones de bienestar en ese verso es paz; esto nos deja ver que parte del verda-dero bienestar que Dios tiene para su pueblo está íntimamente ligado con la paz, paz que el Señor dejó y paz que también da y debe alcanzarse (Juan 14:27); esta paz (Strong G1515) también significa prosperidad, y es que la paz conduce a la prosperidad y como producto del bienestar de Dios también viene paz, en cambio, no hay paz para el impío (Isaías 57:21); así como tampoco son dueños de su bienestar.

La palabra nos muestra que existen dos facetas del bienestar de Dios, primero cuando manifiesta que grande será el bienestar de los hijos, al ser enseñados por el Señor (Isaías 54:13-14 LBLA), lo cual también es una promesa ligada al pasaje de la Biblia que dice: “enseña al niño el camino en que debe andar, y aun cuando sea viejo no se apartará de él” (Proverbios 22:6), pues el que los hijos sean enseñados en los caminos de Dios lleva a su bienestar. Así también conti-nuando en el verso 14 de Isaías 54, dice la Biblia: “en justicia serás establecida”, la versión BLP dice: “tu bienestar está asegu-rado”, esto nos deja ver que una parte del bienestar que Dios quiere para su pueblo

viene con la justicia, Dios es un Dios justo y trae justicia para los suyos y con ella su bienestar.

Una forma de alcanzar el bienestar de Dios es con el servicio, pues los que sirven a Dios son recompensados con bienestar, como dice su palabra: “el bienestar acompañará su existencia” (Job 36:11 BLP); refiriéndose a los que escuchan y son dóciles, o como dicen otras versiones de la Biblia que a los que obedecen a Dios y le sirven “Dios les concede días de paz y bienestar” (Job 36:11 RVC).

Otra forma de alcanzar el bienestar es por revelación, en Jeremías 33:6 (BLP) el Señor está dando a su pueblo una promesa de restauración e indica que les revelará el bienestar que les conceder; otras versiones dicen que les revelará abundancia de paz, luego el Señor continúa diciendo que en el lugar que se decía que estaba en ruinas, desolado, podrán oírse de nuevo voces de alegría, las canciones del novio y de la novia, esto nos enseña, que aunque todo esté mal en algún momento, el Señor puede dar revelación de la promesa de bienestar que tiene para cada uno y con eso traer abundancia de paz al saber que todo está en manos de Dios, y que tiene cuidado de sus hijos.

Así también se puede tener un grado de bienestar personal al procurar el bienestar de donde se está (Jeremías 29:7 LBLA); esto quiere decir que se debe procurar el bien del lugar en que se esté, en casa, en el trabajo o en la iglesia. Otra versión (DHH) dice “trabajad en favor de la ciudad”, es decir que debe haber esfuerzo por procurar el bienestar del lugar donde Dios establezca a cada uno.

Para finalizar, es importante mencionar que la palabra G2142 Euporia que ya se explicó con anterioridad, en su original es la palabra ευπορια, que se compone por “eû” que significa bueno, bien y “poreía” que significa viaje, camino, carrera, lo que nos enseña que Dios quiere una buena vida para su pueblo, un buen camino que recorrer para llegar a Él con la estatura correcta.

Dios tiene esa verdadera riqueza para su pueblo y es importante que se conozca y se alcance antes, incluso que las riquezas materiales y no caer en el engaño de las riquezas (Mateo 13:22), sino saber que solamente con Jesús y en Jesús podemos tener riquezas como conviene y ser realmente plenos.

Euporia

BienestarPablo Arana

editorial - iglesia jesucristo rey de gloria...13:52), asombrosamente también se encuentra que la...

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