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Editorial

Presidente Apóstol Dr. Sergio Enríquez

Directora

Licda. Paola Enríquez

Coordinador EditorialRafael Molina

Diagramación y Artes Internos

David Lima

Corrección y RedacciónKarina Estrada

Heidy de MolinaAntonella RecancojMadeline Recancoj

Diseño de portada

Alfredo Ríos

Preguntas y [email protected]

Impreso enDinámica Gráfica S.A.

[email protected]

EQUIPO DE TRABAJOPartiendo del texto de 1 Corintios 15:46 que dice: “Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual.” Podemos asegurar que el mundo natural o físico nos da enseñanzas, sombras y figuras de lo que es el mundo espiritual. Y a partir de ahí al considerar el Fuego de Dios deberíamos de hacer antes un breve recordatorio de lo que hizo el fuego natural en la humanidad, por ejemplo, es bien sabido

que antes del descubrimiento del fuego y su manejo por el hombre, una de las formas más frecuentes de muerte era el frío, pero cuando se aprendió a manejar el fuego las cosas cambiaron. Algunos dicen que el fuego es el descubrimiento más importante de la humanidad y que fue el paso que acondicionó a la humanidad para su evolución, con el uso del mismo se llegó a dominar bestias más grandes, se aprendió a cocinarlas para de esta manera hacer que la alimentación fuera más segura aumentando la expectativa de vida, trajo iluminación a las cuevas y un largísimo etcétera de usos más.

Al hacer esa breve reflexión y aplicarla al tema espiritual “el fuego de Dios” tendríamos que aceptar que así como el fuego natural trajo un cambio ostensible a la vida física de la humanidad, el fuego de Dios trae un cambio radical a la vida espiritual del cristiano. Aunque ya en la vida espiritual uno de los temas que tienen una superlativa importancia en cuanto al fuego es el hacer distinción entre fuego de Dios y fuego extraño y para ello Dios nos deja en su bendita palabra un mapa en el cual se mencionan las cosas pertenecientes a Él y a su fuego santo, por ejemplo nos habla de: espadas de fuego, ascuas de fuego, lenguas de fuego, destellos de fuego, la palabra como fuego, ministros llama de fuego, antorchas de fuego, bautismo de fuego, etc. Es precisamente ese mapa con esos puntos referenciales de ubicación que trataremos de abordar en esta revista, suplicándole como siempre lo hacemos a nuestro buen Dios que en el nombre del Señor Jesús nos ponga por su Espíritu las palabras a escribir para la edificación del lector.

Bendiciones

Sergio Enríquez

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APOSTÓLICOConsejo “La vida cristiana no se puede llevar sin la

llenura del Espíritu Santo.”

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La Biblia nos enseña acerca de varios tipos de fuego, el fuego que hace descender Dios, el fuego que hace el humano y el fuego extraño, así como de sus distintas aplicaciones. En algunos casos se compara con el sexo, otras veces con la presencia de Dios, etc.

En esta ocasión abordaremos el tema “Llama de fuego” desde el punto de vista de un llamamiento a un hombre para servirle a Dios, aplicado en Moisés: “Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía.” (LBA Éxodo 3:2) la palabra que se usa para “llama” (H3827) significa: llama, punta de arma, punta de lanza. Dios estaba llamando a Moisés, a ser un arma contra el faraón, una punta de lanza, es decir, iría delante del pueblo de Israel como un líder y abriendo camino para ser libertados de la esclavitud. Dios mismo le habló desde la zarza que estaba encendida en fuego y que no se consumía. En la Biblia la zarza es tipo de la humanidad; por eso el evangelio es una locura, porque es predicado por gente; muchas veces con las mismas debilidades que todos pero si esa zarza tiene el fuego de Dios, cada palabra que diga va respaldada por Dios y esa palabra nunca regresará vacía.

En el libro de Jueces se narra de una zarza que no tenía fuego de Dios y quería reinar y cubrir a los árboles, y sin el fuego de Dios eso es humanismo y eso lleva a la muerte espiritual. En la biblia se compara con las “llamas de fuego” a los ángeles de Dios y a los ministros primarios. “Y ciertamente de los ángeles dice: El que hace a sus ángeles espíritus, Y a sus ministros llama de fuego. (SRV Hebreos 1:7). Por decirlo de otra manera; de un

mismo depósito donde hay espíritus de Dios de allí toma unos para ser ángeles y a otros para ser ministros.

La “llama de fuego” se compara también con la resurrección, desde el punto de vista de que los cristianos solo llegan a dormir y no a morir; porque el Dios que los llamó, no es un Dios de muertos sino de vivos: “Y de que los muertos hayan de resucitar, ¿no habéis leído en el libro de Moisés cómo le habló Dios en la zarza, diciendo: Yo soy el Dios de Abraham, y el Dios de Isaac, y el Dios de Jacob?” (SRV Marcos 12:26). Es muy importante que estudiemos también referente a Moisés, ya que con sus temores y sus defectos se le apareció y llamó desde una zarza en la “Llama de fuego”. El Señor lo había predestinado con una tarea específica, y el enemigo trató de impedirlo tratando de matarlo en su niñez, y su mamá juega un papel muy importante, pues lo escondió por un tiempo “Y la mujer concibió y dio a luz un hijo; y viendo que era hermoso, lo escondió por tres meses.” (LBA Éxodo 2:2). El enemigo quizá logró ponerle un receptor de temor al estar escondido y probablemente influyó en su hablar ya que la Biblia lo describe como tartamudo; la madre de Moisés lo metió en una cesta la cual calafateó para que no se hundiera en el río Nilo y fue encontrado por la misma hija de faraón. Ahora Dios lo esconde en la misma casa de faraón, el que lo quería matar, y además a la madre verdadera Dios la envió para que fuera su nodriza, y ella lo instruyó en los caminos del Dios verdadero. Por eso nosotros debemos de instruir desde pequeños a nuestros hijos (Proverbios 22:6); y la semilla que fue sembrada en su corazón de alguna forma lo preparó para el encuentro con la zarza y su llamamiento.

Dios nos ha hecho el llamado también, y hemos iniciado ese proceso cuando lo aceptamos como nuestro salvador. Moisés a pesar de sus limitaciones y que había sido exiliado a otra tierra, no fue rebelde al llamado y no impidió que dijera “Heme aquí”; lo primero que debemos ser, es ser fieles y Dios nos va

a hacer aptos. Dios estuvo trabajando por cuarenta años a Moisés en Egipto, y otros cuarenta años en el desierto; cuando Moisés le dijo a Dios que ya no le servía para nada, fue cuando Dios le hace el llamamiento en la “llama de fuego” y esa experiencia lo preparó para todo lo que iba a hacer de parte de Dios, le dio la convicción de haber sido llamado como libertador, se había llegado el tiempo de Dios. Recordemos que en Egipto había matado a un egipcio y los mismos hebreos le increpan de que él no era su libertador, se estaba adelantando a su llamamiento, le restaba un largo camino para ser tratado y ser preparado para el encuentro con la “llama de fuego”.

Nosotros como siervos de Dios debemos anhelar ese encuentro y pedirle a Dios la llenura del Espíritu Santo, y subir constantemente a su monte santo, adorarlo y que nuestro servicio sea un aroma agradable, no importando las adversidades que estemos viviendo. Necesitamos encontrarnos con la “Llama de Fuego” y que se cumpla: “He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. En el futuro me está reservada la corona de justicia que el Señor, el Juez justo, me entregará en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida. (LBA 2 Timoteo 4:7-8).

Éxodo 3:4

Éxodo 34:10

Daniel 3:22

2ª. Tesalonicenses 1:7

Apocalipsis 1:14

Apocalipsis 2:18

Ramiro Sagastume

Citas Bíblicas para estudio

Llama de

Fuego

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Una de las manifestaciones del fuego de Dios, se hace patente en la mano derecha de Él. Esto lo vemos declarado en TLA Deuteronomio 33:2 “con las siguientes palabras: Nuestro Dios viene del monte Sinaí… Trae fuego en su mano derecha…”

Al indagar en las diferentes versiones y traducciones de la Biblia, sobre qué representa este fuego en su mano derecha, encontramos explicaciones, que nos demuestran una vez más, el amor y la bondad de Dios para con nosotros:

LEY DE FUEGO

BJ3 Deuteronomio 33:2 “… Ley de fuego en su diestra para ellos.” Este texto se refiere a los principios eternos de Dios. Son fundamentos que permanecen invariables en el tiempo, y que toman forma en leyes que tienen variabilidad dependiendo del tiempo (Kairos) de Dios, en una época definida que vive el humano (Chronos). Por eso, la visión de Moisés al profetizar en este versículo, nos habla de un momento escatológico, en la segunda venida del Señor.

Esos principios son un tesoro para las personas que en ese versículo, acompañan al Señor. Son fundamentos que aprendieron a amar, y que Dios les otorga como un regalo. No los ven como una imposición. Tampoco como una carga. Los aprendieron a valorar, entender, observar y enseñar. Entonces, ese fuego se vuelve también un vehículo, para que esas personas al ser perfeccionadas a través de ese medio, sean arrebatadas por el Señor y regresen junto con Él, sin pasar la tribulación que vendrá sobre la tierra.

Por eso vemos personajes en la Biblia que portaban ese fuego dentro de sí, impulsándolos a entregar un mensaje, a declarar la voluntad de Dios, a ser su boca, como un instrumento de honra (Jeremías 20:9). Indefectiblemente, ese fuego no

agradará a algunos; tal fue el caso de Jeremías, que se vio en la disyuntiva de entregar o no el mensaje de Dios. En un momento no quiso hacerlo, porque le causó problemas. Adquirió enemigos. Tuvo detractores. Sufrió penalidades. Pero ese fuego era tan intenso, que Jeremías no podía quedarse impávido, no podía estancarse o cruzarse de brazos. Era para él un motor, un mandamiento, un impulso divino que lo movía a actuar.

Si nuestra perspectiva hasta este momento, ha sido que la ley de Dios es una limitante, cambiemos nuestra forma de pensar acerca de la misma: Es un fuego liberador, es una ayuda, es una ley perfecta, es la ley de la libertad (Santiago 1:25).

RAYOS DE LUZ

BAD Deuteronomio 33:2 “… llegó desde Meribá Cades con rayos de luz en su diestra”. En estos rayos de luz, se oculta el poder de Dios (Habacuc 3:4). Hagamos un análisis rápido de dónde se oculta ese poder. ¿Recuerda cuando éramos niños y jugábamos al escondite? El objetivo era no ser encontrado. Buscábamos un lugar donde no se sospechara que estábamos allí. A lo mejor, nos metíamos en una caja de cartón, o hallábamos un lugar que nadie le prestara atención, que pasara desapercibido completamente. El escondite perfecto, era donde nadie nos buscaría o donde si nos buscaban, de igual manera no nos hallarían.

De la misma manera, Dios oculta su poder, en su mano poderosa, los cinco ministerios (1 Pedro 5:6, Efesios 4:11-12). ¿Pero cómo se manifiesta ese poder? Tomando la perspectiva de los rayos de luz, ese poder se presenta iluminando refulgentemente a través de esos ministros imperfectos, pero con la luz perfecta de Dios, la vida de los demás. Esa luz tiene varios propósitos: Por un lado, alumbra los lugares oscuros, para que el hombre vea su condición interior, reconozca su situación, pida ayuda al Señor y sea salvado por Él (Juan 1:9). Por otro lado, es la luz que de la misma manera que el fuego, pero en una faceta diferente, sirve para perfeccionar al individuo, y así bendecir su hogar, a su iglesia, a su nación (Mateo 5:15). Es decir, al cambiar el interno del hombre (Salmos

18:28), el fuego de la mano derecha de Dios, que se manifiesta también en rayos de luz, alumbra, ilumina, irradia, el entorno que le rodea (Salmos 19:8), modificando ambientes y situaciones alrededor.

Si reflexionamos sobre los beneficios adicionales del fuego o de los rayos en la mano derecha, vemos que esa mano, es la que generalmente se usa en la Biblia para ministrar una bendición (Génesis 48:17). Es la que entrega larga vida (Proverbios 3:16). Representa autoridad (Jeremías 22:24). Habilita a los hijos que se envían (Ezequiel 39:3). Y así, una lista nutrida de bendiciones que podemos investigar en un momento posterior, pero que sin duda, nos enseñan que hay muchos beneficios que hacen sinergia con el fuego de la mano derecha de Dios.

Por ende, es importante anhelarlo. No solamente para bendición de nuestras vidas, ya que efectivamente, primeramente nosotros debemos estar limpios, santificados y capacitados, para hacer la obra del ministerio (Efesios 4:12). También debemos anhelarlo, para bendecir a otros, ya que uno de nuestros propósitos es bendecir (1 Pedro 3:9). Damos gracias al Señor, porque nos permite llegar a ser como su Hijo Jesucristo, quien teniendo ese fuego, vino a servir y a rescatar (Mateo 20:28).

Sergio Licardie

Citas Bíblicas para estudio

Apocalipsis 5:7

Hechos 3:7

Proverbios 27:16

Apocalipsis 1:16

Jueces 7:20

Apocalipsis 1:17

El Fuego de la Mano Derecha

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5EDICIÓN 108 | MARZO 2019

Dios ha dejado plasmado en la Biblia figuras que nos enseñan verdades que transforman nuestra vida y si no fuera por la revelación del Espíritu Santo al leerlas, no tendrían sentido para nosotros, al leer que hay un “río de fuego” choca con nuestro razonamiento y no podemos ver más allá. En el libro de Daniel leemos: “Un río de fuego corría, saliendo de delante de Él. Miles de millares le servían, y miríadas de miríadas estaban en pie delante de Él. El tribunal se sentó, y se abrieron los libros.” (Daniel 7:10 LBLA), en el contexto se está refiriendo a que el Anciano de Días se sienta en su trono y que delante de Él corre ese río de fuego refiriéndose a los que le están dando alabanza y adoración y todos ellos son sus siervos.

Los ríos en la Biblia, son lugares que nos hablan de una definición o que marcan una frontera; de lugares de sanidad, como el caso de Naamán; de lugares de humillación, es decir, quitando el orgullo del alma. En éste caso es una visión que el profeta Daniel tiene, y ve a miles de millares de siervos delante del Señor adorándole, en donde se abren libros y se lee entre muchas cosas, las obras que cada uno de los siervos hizo.

La Biblia da un principio: “Entonces Jesús le dice: Vete, Satanás, que escrito está: Al Señor tu Dios adorarás y a él solo servirás” (Mateo 4:10 SRV); lo establecido por Dios primero es ser un adorador, no solamente es cantarle al Señor, eso conlleva un testimonio de vida, también es adorar, expresarle a Dios lo que sentimos de lo más profundo de nuestro corazón; después viene como consecuencia el anhelo de servirle, constituirnos como sus siervos; recordemos el proceso, primero se es oyente, luego se pasa a ser creyente, a

ser discípulo, a ser siervo y por último a constituirse amigo de Dios.

Este río de fuego nos llama a ser sus siervos, el apóstol Pablo dice: “Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios” (Romanos 1:1 LBLA), la palabra griega que se usa para siervo es “doulos” que significa “esclavo por amor”; este tipo de siervos eran aquellos esclavos que cumplían su tiempo de servicio y podían quedar libres, y se habían identificado tanto con el amo, que ellos ofrendaban su libertad y no se iban de la casa, entonces eran llamados siervos doulos, como siervos por amor.

La Biblia tiene innumerables bendiciones y beneficios para los que le sirven a Dios, los cuales se metieron a ese río de fuego, por ejemplo: “Todos tus hijos serán enseñados por el SEÑOR, y grande será el bienestar de tus hijos. En justicia serás establecida. Estarás lejos de la opresión, pues no temerás, y del terror, pues no se acercará a ti. Si alguno te ataca ferozmente, no será de mi parte. Cualquiera que te ataque, por causa de ti caerá. Ningún arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se alce contra ti en juicio. Esta es la herencia de los siervos del SEÑOR, y su justificación viene de mí declara el SEÑOR.” (Isaías 54:13-15,17 LBLA). Este río de fuego también nos habla de purificación; en el diccionario RAE aparece como concepto de purificar lo siguiente: quitar de algo lo que le es extraño, dejándolo en el ser y perfección que debe tener según su calidad. Limpiar de toda imperfección algo no material.

Sin lugar a duda, todos necesitamos ser purificados y muchas veces el Señor utiliza el fuego para purificarnos, es decir, permite que entremos en pruebas y tribulaciones y eso hace que nuestra alma se vaya limpiando de cosas que no le agradan a Dios; uno de los beneficios es que nos provee de paciencia: “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia” (Romanos 5:3 LBLA), y nos permite entrar al Reino de los cielos: “fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos

a que perseveraran en la fe, y diciendo: “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios” (Hechos 14:22 LBLA). Cuando estamos siendo purificados en el río de fuego no es agradable, en ese momento quizá no entendemos que lo que estamos viviendo va a ser para bien si amamos al Señor, “para que la prueba de vuestra fe, más preciosa que el oro que perece, aunque probado por fuego, sea hallada que resulta en alabanza, gloria y honor en la revelación de Jesucristo” (1 Pedro 1:7 LBLA).

La visión que le dieron al profeta Daniel acerca del final de los tiempos y de cómo un río de fuego salía del trono de Dios, lo vuelve a describir el apóstol Juan cuando leemos: “Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de cuya presencia huyeron la tierra y el cielo, y no se halló lugar para ellos. Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono, y los libros fueron abiertos; y otro libro fue abierto, que es el libro de la vida, y los muertos fueron juzgados por lo que estaba escrito en los libros, según sus obras” (Apocalipsis 20:11-12 LBLA). Amado hermano, si aún no le estás sirviendo al Señor no dejes pasar más el tiempo, Él está esperando por ti.

Río de

FuegoAna Julia de Sagastume

Citas Bíblicas para estudio

Juan 5:22

Salmo 68:17

Judas 1:14

Apocalipsis 20:4

Apocalipsis 20:12

Daniel 12:1

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6 EDICIÓN 108 | MARZO 2019

Muchas veces las personas que no están familiarizadas con Dios y la Biblia, opinan que Dios no tiene que ver con el fuego sino que es atribuido al lado de las tinieblas, sin embargo, debemos conocer que Dios es fuego: “porque nuestro Dios es fuego consumidor” (Hebreos 12:29).

Dios se manifiesta a su pueblo de muchas maneras, a veces como proveedor, Jehová Jireh (Génesis 22:14), a veces como sanador, Jehová Rafa (Éxodo 15:26), y de la misma manera el fuego de Dios tiene diversas manifestaciones, entre ellas está el fuego que funde: “Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Y quién podrá mantenerse en pie cuando Él aparezca? Porque Él es como fuego de fundidor y como jabón de lavanderos.” (Malaquías 3:2 LBLA). La palabra que se traduce como fuego es H784 Esh, que significa fuego, ardiente, encender; y la palabra que se traduce como fundidor es H6884 Tsaraf, que significa fundir, refinar, acrisolar, limpiar. Dios trabaja como un fundidor que comprueba la pureza del oro y la plata (Proverbios 17:3), y éstos se comparan al corazón del hombre; en la vida cotidiana, ambos metales se extraen de las minas, se lava y luego los orfebres los funden a temperaturas extremas para comprobar si en verdad son metales preciosos y para remover la escoria que haya en ellos (Jeremías 6:29).

Es interesante conocer que el oro tiene un punto de fusión de 1,064 C y la plata de 961.8 C, a esos puntos se derriten para ser colocados en moldes, para darle la forma de la joya y poder incrustar las piedras preciosas en los engastes creados para ello; de la misma manera Dios nos

prueba con fuego (Salmos 66:10) para ver si somos puros en nuestra naturaleza, para removernos la escoria del corazón, para ver si nuestras obras resisten al fuego de su fundición (1 Corintios 3:13); para colocarnos los adornos de las piedras preciosas que tendremos para Su gloria (Isaías 54:12); ese fuego muchas veces viene en forma de prueba (1 Pedro 1:7), y será una prueba que nos llegue a fundir pero que nos permitirá poder invocar a Dios y reconocerlo como único Dios de nuestras vidas (Zacarías 13:9).

También ese fuego de fundidor lo vemos manifestado en la Palabra de Dios: dice que la palabra es tan pura, como es puro el oro o la plata al ser refinados y fundidos por el fuego (Salmos 12:6 PDT), de igual forma David le dice a Dios que ama Su Palabra por el grado de fineza y pureza (Salmos 119:140), en ambas situaciones se utiliza la palabra Tsaraf, que implica que el crisol del fuego del fundidor está presente, que con esa palabra santa se purifican las cosas, comprendiendo que al usar la palabra de Dios de forma efectiva tenemos parte del fuego purificador. La palabra de Dios es un escudo para nosotros (Proverbios 30:5) y a su vez es un arma ofensiva (Efesios 6:17), por ello Jesucristo pudo defenderse de la tentación del diablo al usar la palabra poderosa de vida (Mateo 4:10), con esa palabra podemos resistir los ataques del enemigo (Lucas 21:15).

La profecía de Malaquías 3:2 nos habla que el fuego de Dios no es fácil de soportar, contextualmente se habla del fuego de Su venida como advirtiendo del mismo diciendo que Leví, es decir el sacerdocio, será purificado, como se purifica el oro y la plata (Malaquías 3:3), este verso es contextual de (Daniel 12:10 TA) que dice: “Muchos serán escogidos y blanqueados, y purificados como por fuego. Los impíos obrarán impíamente; ninguno de los impíos lo entenderá; más los sabios o prudentes lo comprenderán”; por ello nosotros

los hijos y siervos de Dios, debemos ser sabios al experimentar el fuego de la prueba (1 Pedro 4:12). Entendamos que estamos experimentando la purificación y también estamos siendo partícipes de la gloria de Cristo; debemos clamar al cielo por ayuda, reconociendo que nuestra fe también está siendo probada (1 Pedro 1:7), nuestra fe es valiosa, y Dios es justo y nos prueba a cada paso de nuestra vida (Salmos 7:9). Esa prueba con ese fuego de fundición, nos permitirá reconocer nuestra necesidad de Dios, nos permitirá ser humildes e invocar el nombre de Dios, nos permitirá tener un reinicio, un renuevo en nuestro corazón (Zacarías 13:9); al sufrir ese fuego del fundidor, en este tiempo, nos permitirá escapar del fuego pleno con el que el Señor fundirá al final de la gran tribulación: “¿Quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿O quién podrá estar en pie cuando Él se manifieste?” (Malaquías 3:2 RVR60), esa venida y esa manifestación es la venida en público del Señor, al final de la semana 70 de Daniel; ese fuego será para fundir y vencer de forma definitiva a los enemigos de la cruz (Apocalipsis 17:14), por ello debemos permanecer en oración, rogando ser tomados por dignos de escapar de ese momento (Lucas 21:36). Ahora nos es necesario pasar por el fuego del fundidor, porque con ese fuego estamos siendo limpiados, pesados y aprobados para escapar de la gran tribulación y en su lugar subir a las nubes al encuentro del Señor para participar de las bodas del Cordero. Maranatha.

Fuego de

FundidorVilma Cruz

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7EDICIÓN 108 | MARZO 2019

Citas Bíblicas para estudio

Salmo 104:4

Hebreos 1:7

Éxodo 3:2

BAD 1 Tesalonicenses 5:9

R60 Salmo 29:7Isaías 4:5Joel 2:5

En esta oportunidad, estudiaremos Salmos 104:4, conociendo que en este Salmo se habla acerca de las grandes maravillas de Dios y una de ellas es “que hace de los vientos sus mensajeros, y de las llamas de fuego sus ministros”; en la Biblia Reina Valera Actualizada nos habla en lugar de la palabra ministros, “sus servidores”, y la Reina Valera Contemporánea nos dice “los que están a tu servicio”. Dios en su gran amor por su pueblo, ha levantado ministros y servidores, para hacer la obra en medio de ellos. Ahora bien, debemos comprender qué representa el fuego y la llama de fuego, en la obra que hace Dios por medio de sus ministros y servidores.

Presencia de Dios: podemos observar que, a Moisés, se “le apareció el ángel del Señor en una llama de fuego, en medio de la zarza” (Éxodo 3:2 LBA). Esto nos muestra la misericordia de Dios, que como figura podemos ver a los ministros o servidores, que son como la zarza, que era catalogada como una rama sin valor, pero que porta la presencia del Señor. Por lo tanto, un ministro genuino del Señor debe ser instrumento donde Dios deposita su presencia.

Llenos del Espíritu Santo: Cuando se habla de fuego de Dios, estamos hablando también del Espíritu Santo y su ministración hacia el pueblo de Dios a través de dones, por eso nos dice el Apóstol Pablo: “No apaguen el fuego del Espíritu Santo” (1 Tesalonicenses 5:19 BAD), lo cual representa los dones, por lo cual Pablo le dice a Timoteo “aviva el fuego del don de Dios que hay en ti” (2 Timoteo 1:6), iniciando Timoteo como un servidor y llegando a ser un Apóstol del Señor (1 Tesalonicenses 1:1 y 2:6). Es decir, que un ministro y servidor de Dios debe estar lleno del Espíritu Santo para hacer la obra a la cual Dios lo ha encomendado.

Portavoces del Señor: la Biblia dice que “la voz de Jehová, derrama llamas de fuego” (Salmos 29:7 RV60). Eso nos deja ver que las llamas de fuego representan la voz de Jehová, es decir, que los ministros deben ser portavoces del Señor, pero para llegar a ser uno de estos portavoces, debemos volver nuestro corazón al Señor, ser restaurados, y saber apartar lo precioso de lo vil, pues solo así podremos ser llamados portavoces del Señor (Jeremías 15:19).

Sostienen en medio de dificultades: la Palabra enseña que “El Señor es nube de día y resplandor de llamas de fuego por la noche” (Isaías 4:5). Esta característica la tienen sus ministros que son llamas de fuego, es decir que sostienen al pueblo en medio de la noche, entendiendo que la noche representa los tiempos de angustia, tiempos de prueba, de tribulación que el pueblo pasa; por eso al estilo de Bernabé el ministro debe ministrar consolación.

Ministran al Pueblo: la palabra dice que “la llama de fuego consume la hojarasca” (Joel 2:5), y esto nos enseña que la hojarasca son malas obras que deben ser evidenciadas mediante fuego (1 Corintios 3:11-13), pero que los verdaderos ministros del Señor buscan limpiar a las ovejas de esa hojarasca. Los malos ministros son conocidos en la Biblia como perros mudos (Isaías 56:10), que son llamados centinelas ciegos, que no saben nada, soñadores acostados, amigos del dormir, y los perros solo lamen las llagas, sin buscar sanar las heridas de los siervos (Lucas 16:21).

Ojos como llama de fuego: el Señor es descrito con cabellos blancos como blanca lana, como la nieve y “sus ojos como llama de fuego” (Apocalipsis 1:14). Esto nos enseña que no hay nada oculto para el Señor, es decir que los ministros del Señor como siervos maduros, tienen alimento sólido y tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal (Hebreos 5:14 RV60).

Destruyen los espinos del enemigo: la Biblia dice que: “El Dios Santo, luz de Israel, se convertirá en llama de fuego y en un día quemará y destruirá todos los espinos” (Isaías 10:17 DDHH). Cuando hablamos de espinos también hablamos

de aquella tierra que no es bendecida, que no produce vegetación, sino que produce espinos y abrojos y está próxima a ser maldecida (Hebreos 6:7-8); esto enseña que los ministros del Señor, ministran al pueblo sembrando la palabra, otros regando, otros cosechando, sabiendo que Dios es quien da el crecimiento (1 Corintios 3:6), y fruto que viene del Espíritu Santo (1 Corintios 12). Otra forma de espino, es cuando habla del aguijón, que según el Diccionario Tuggy G4647 skolps, significa espino y aguijón. En 2 Corintios 12:7, al Apóstol Pablo le fue dado un aguijón para que no se enalteciera a causa de la grandeza de las revelaciones que tenía, pero indica que le fue dado en la carne. Los ministros de Dios, son ministrados primeramente para dejar toda clase de altivez, para también ministrar al pueblo y liberarlo de todo orgullo y arrogancia.

Los Ministros y Servidores son vasos de honra del Señor, y vemos la importancia de la llenura del Espíritu Santo, la Presencia de Dios para poder realizar la obra a la cual fueron llamados, reconociendo que son como vasijas de barro con antorchas encendidas adentro Jueces 7:16-20), para derrotar a los enemigos y bendecir al Pueblo de Dios.

Ministros como

Llamas de FuegoSammy Peréz

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8 EDICIÓN 108 | MARZO 2019

“Y desterrado Adán, colocó Dios delante del paraíso de delicias un querubín con espada de fuego, que andaba alrededor para guardar el camino que conducía al árbol de la vida.” (Génesis 3:24 TA). En este pasaje bíblico vemos una manifestación del fuego de Dios después de la caída de Adán y es en forma de espada, no es un fuego hecho por hombre ni una espada de metal, sino algo sobrenatural que veremos desde dos puntos de vista: el instrumento de fuego y la función de éste. Una espada para guardar el camino al árbol de la vida.

La función de cuidar

Vemos que al salir el hombre del huerto hay que cuidar el camino al árbol de vida y podríamos pensar que la serpiente quitó el acceso a este árbol a Adán y a su familia, pero en Jesucristo podemos llegar a recuperar el huerto. Entonces aquella espada de fuego sería para evitar que la serpiente vuelva a quitarnos dicho acceso. Veamos cómo lo puede hacer.

La lengua de la serpiente

“Su lengua es aguda como de serpiente; sus labios destilan veneno mortal” (Salmos 140:3 RVC). Una de las formas de atacar de la serpiente es con su lengua, y recordemos que la lengua puede provocar un gran incendio al crear contiendas, a través del chisme, la murmuración, incluso las falsas acusaciones, hoy en día esto se ha multiplicado a través de las distintas redes sociales donde se puede caer en este tipo de incendio, pero la espada de fuego es para controlar este incendio en contra de los árboles de justicia o sea nosotros.

Serpiente y sordera

“Su veneno es como el de las serpientes, como el de una cobra que se hace la sorda” (Salmos 58:4 NVI). Uno de los sentidos

que afecta la serpiente es el oído, y lo hace a través del desaliento y el cansancio como cuando el pueblo por las cargas no oyó a Moisés cuando éste les habló de su liberación; tampoco escucharon la voz de Dios por la murmuración y por encontrar despropósito en Él, por lo que no entraron a Canaán. En el libro de los Jueces también vemos que el pueblo no escuchó porque se prostituyó con dioses extraños, o sea que la serpiente hiere con idolatría, para que no escuchemos.

Serpiente y falsas doctrinas

“Y la serpiente arrojó de su boca, tras la mujer, agua como un río, para que fuese arrastrada por el río.” (Apocalipsis 12:15 RVR60). Como vimos la serpiente primero ataca el oído y luego habla para poder herir con falsas doctrinas y enseñanzas erróneas o adulteradas, recordemos que la serpiente engañó a Eva a través de lo que le dijo, alteró sus sentidos, le dio una falsa enseñanza. Pablo teme que de la misma forma sea atacada la Iglesia y crea en otro evangelio al ser alterada su percepción y sea engañada de la misma forma que los Gálatas, que empezaron bien pero una falsa enseñanza los lleva al humanismo, al legalismo y al judaísmo.

La espada de fuego

Esta espada no es normal, no es de metal, no es de fabricación humana, es de origen divino; está hecha con el fuego de Dios que también es figura del Espíritu Santo, entonces esta espada es de la cual habla Efesios 6:17 al decir la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios, no una palabra humana salida del corazón o la imaginación de un hombre, porque este sería fuego extraño, sino que la palabra dada por el Espíritu es espada de fuego.

Espada de doble filo

“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón” (Hebreos 4:12 RVR60). La espada a la que se refiere Génesis 3:24 según el diccionario Vine, podría ser una de doble filo y esto nos lleva a pensar en esta espada que puede penetrar lo más profundo de nuestro

ser y conocer nuestras motivaciones y pensamientos, la única que puede llegar a la frontera del alma y del espíritu; esto nos dice que exponernos a la espada de fuego es ser afectados por algo llamado revelación que nos hace conocer quiénes somos y lo que hacemos.

El ejemplo de David

David es expuesto ante una revelación de sí mismo, se da cuenta que pecó, entiende qué fue lo que hizo y aún, sabe por qué lo hizo, y que la raíz de su pecado estaba desde que fue engendrado y dado a luz, le fueron dados a conocer sus pecados ocultos y esto lo llevó a vencer el fuego del sexo ilícito.

El ejemplo de la Iglesia

En Apocalipsis 1:16 dice que el Señor tiene una espada de doble filo que sale de su lengua, vimos en este artículo cómo la serpiente hiere con su boca, pero de la boca del Señor sale una espada que edifica al mostrar la condición de las iglesias, porque le dice a una que se cree rica y que en realidad es pobre, a otra le habla de su condición de caída, a otra que cree que es pobre pero en realidad es rica, en fin, la percepción de sus sentidos ha sido cambiada pero la palabra los lleva a una realidad para cambiar y obtener la bendición de los más que vencedores, los que vencieron al fuego que destruye.

Espada

De Fuego

Job 10:12 LBLA

Isaías 65:25 LBLA

2 Corintios 11:13 Kadosh

Citas Bíblicas para Estudio

Willy González

Gálatas 3:1-4 NBLH

Apocalipsis 2

Génesis 49:17 NBLA

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9EDICIÓN 108 | MARZO 2019

“Y aconteció que cuando el sol ya se había puesto, hubo densas tinieblas, y he aquí, apareció un horno humeante y una antorcha de fuego que pasó por entre las mitades de los animales” (Génesis 15:17 LBLA). Para entender cómo nos puede proteger el fuego de Dios del que se habla en el texto anterior, debemos analizar sobre quién cayó este fuego, la forma y la utilidad que tiene, así que empezaremos este artículo describiendo quién era la persona sobre la cual vino esta experiencia divina.

Abram

Un hombre que oyó la voz de Dios y la obedeció, dejando atrás su tierra y su familia sin saber a dónde ir, solo obedeciendo la instrucción: “se te dirá”, se convirtió en un peregrino, no se aferró a lo terrenal porque sabía que su destino final no era en la tierra, vemos cómo entrega sus diezmos a Melquisedec, o sea que reconocía autoridad y tenía la revelación del dar.

El altar de Abram

Cabe mencionar que antes de hacer un altar, Abram se separó de su sobrino Lot ya que éste escogió lo terrenal, lo que se miraba como prosperidad, sin embargo, Abram escogió ser obediente al Señor y construyó un altar sobre el cual cayó fuego, lo que nos deja otra enseñanza: este tipo de fuego cae sobre aquellos que tienen altar. Veamos esta palabra que se pronuncia “Mizbeaj” pero en hebreo se escribe “MZBJ” y cada una de estas letras tiene un significado, la M es igual a Mehilá que significa “perdón”; la Z es Zehut que significa “buenas obras”; la B es Berajá y significa “bendición”; y la J es Jahim y su significado es “vidas”; lo que nos enseña que un altar ya sea familiar, congregacional, o de alabanza, tiene

que tener estos elementos, sino sería solamente algo religioso. Al levantar un altar con una actitud perdonadora, haciendo las buenas obras que nos enseña la Biblia, teniendo el poder de bendecir y no maldecir, y sabiendo que no somos el centro del universo sino que formamos parte de un grupo, es decir de diferentes vidas, el fuego de Dios caerá sobre él.

La antorcha y la salvación

La antorcha es el instrumento en donde el fuego de Dios se posa, veamos algunas de sus funciones. “Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no me estaré quieto, hasta que salga su justicia como resplandor, y su salvación se encienda como antorcha” (Isaías 62:1 LBLA). La salvación es como una antorcha, con esto vemos que la humanidad solo puede ser salva por el fuego de Dios y no por una religión ni por una estrategia de motivación humana, sino solamente por algo de origen divino, por el sacrificio en la cruz, por creer en Jesucristo y permitir que entre a nuestro corazón.

La antorcha y la alabanza

“Aquel día haré de los jefes de familias de Judá como brasero de fuego entre leños, y como antorcha ardiendo entre gavillas, y consumirán a diestra y a siniestra a todos los pueblos de alrededor, y Jerusalén será habitada de nuevo en su lugar, en Jerusalén” (Zacarías 12:6 LBLA). Acá nos habla que Judá será como una antorcha, pero primero tenían que ser salvas las casas de Judá como dice en un versículo posterior, es lo que entendemos como la restauración del tabernáculo de David, quiere decir que la alabanza restaurada que esperamos para este final de los tiempos será el depósito del fuego de Dios, el que tendrá el poder para destruir enemigos, no solamente es la música, ni el talento o el espectáculo, sino una alabanza sobrenatural que viene del cielo.

La antorcha y la palabra profética

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que

alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19 RVR60). Debemos comprender que cuando hablamos de palabra profética, no nos referimos a la profecía dada en algún momento ya sea personal o en una congregación por un hermano que tiene el don de profecía, sino que se trata de la palabra escrita, la que dejaron plasmada los distintos profetas a lo largo de la Biblia, ésta es la que alumbra en lugar oscuro cuando es explicada por un maestro, es la explicación de un ministro que también es llama de fuego, no dada por conocimiento humano sino por revelación que proviene del Señor.

Abram atravesaba un momento oscuro en su vida a pesar de obedecer a Dios, no miraba un futuro, no tenía hijo, sin embargo Dios le da una promesa: que tendrá descendencia y que poseerán Canaán, y aún le profetiza que serán esclavos y de cómo vendría su libertad, entonces hace un altar y allí cae el fuego de Dios como antorcha y el Señor hace un pacto con él. El fuego de Dios sacó a Abram de la incertidumbre de su futuro al hablarle de su descendencia y nos incluyó en ella. El fuego de Dios como antorcha nos enseña nuestro futuro y el de nuestra descendencia sacándonos de todo lugar oscuro al revelarnos el propósito de Dios para nuestras vidas.

Antorcha De FuegoPiedad De González

H4196 Altar

Job 12:5 Versión del Oso

Proverbios 6:23 RV1909

Jueces 7:16 NBLH

Jueces 15:4 NBLH

Lucas 12:35 RV1909

Citas Bíblicas para Estudio

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La Escritura nos enseña que en varias oportunidades el Señor hizo descender fuego del cielo; y aunque lo hizo con diferentes propósitos, en esta oportu-nidad nos enfocaremos en el fuego que Dios envía, con el fin de consumir el holocausto.

La palabra holocausto se deriva de la palabra hebrea H5930 Olah. Según el diccionario Vine significa: Sacrificio entero; se le denominaba así porque se quemaba completamente. Olah, es la clase de ofrenda más citada en el antiguo testamento, ya que se presentaba todos los días; fue más conocido como el holocausto continuo.

Por ser una ofrenda quemada en su plenitud, el elemento principal para presentarla era el fuego. Por esa razón, vemos que cuando Dios le pidió a Abraham que presentara a su hijo Isaac como holocausto, Abraham y el muchacho llevaban un cuchillo, leña y fuego para el sacrificio (Génesis 22:6).

En este caso, el fuego de Dios tiene como función consumir completamente el holocausto. Cuando el holocausto se quemaba completamente, quedaban solamente las cenizas. Las cenizas constituían la prueba de que el sacrificio había sido totalmente aceptado. Al ser una ofrenda quemada, subía un olor grato delante del Señor; por esa razón, holocausto también significa: Hacer ascender. El primer holocausto que se registra en la Biblia, es el que presentó Noé al salir del arca después del diluvio: “Y edificó Noé un altar al SEÑOR, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpia, y ofreció holocaustos en el altar. Y el SEÑOR percibió el aroma agradable...” (LBLA Génesis 8:20,21).

Cuando presentamos una ofrenda delante del Señor, nuestro deseo es agradar su corazón. Simbólicamente deseamos que suba un olor agradable delante de su presencia. Y para que ese aroma fragante ascienda, es necesario que el sacrificio sea consumido. Es para

eso que necesitamos el fuego de Dios, el fuego que desciende de lo alto.

Cuando Dios hace descender su fuego con el fin de quemar la ofrenda, nos está diciendo que la ofrenda le interesa; que desea sentir el aroma del sacrificio. Entonces, envía su fuego y consume todo lo que hemos puesto sobre el altar; para que suba el olor fragante.

La Palabra de Dios nos enseña desde el principio que NO todas las ofrendas son gratas al Señor; y que no acepta todos los sacrificios: “...Y el SEÑOR miró con agrado a Abel y a su ofrenda, pero a Caín y su ofrenda no miró con agrado...” (LBLA Génesis 4:4,5). Cuando desciende el fuego de Dios sobre un holocausto, El Señor está certificando que esa ofrenda es grata; y que desea que suba ante su trono. Por esa razón el Salmista escribió: “Que se acuerde de todas tus ofrendas, y halle aceptable tu holocausto” (LBLA Salmos 20:3).

La Biblia nos deja ver varios ejemplos de holocaustos, que fueron consumidos por el fuego de Dios; entre los cuales están los siguientes:

EL HOLOCAUSTO DE AARÓN

“Y Moisés y Aarón entraron en la tienda de reunión, y cuando salieron y bendi-jeron al pueblo, la gloria del SEÑOR apareció a todo el pueblo. Y salió fuego de la presencia del SEÑOR que consumió el holocausto y los pedazos de grasa sobre el altar. Al verlo, todo el pueblo aclamó y se postró rostro en tierra” (LBLA Levítico 9:23,24). Luego de que Moisés consagrara a Aarón como ministro del altar, facultado para presentar ofrendas al Señor; el Señor para confirmarlo como ministro del altar y para certificar que sus ofrendas serían aceptadas; le respondió con fuego.

EL HOLOCAUSTO DE ELÍAS

“Entonces cayó el fuego del SEÑOR, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y lamió el agua de la zanja. Cuando todo el pueblo lo vio, se postraron sobre su rostro y dijeron: El SEÑOR, Él es Dios; el SEÑOR, Él es Dios” (LBLA 1 Reyes 18:38,39). El pueblo de Israel estaba pasando por un momento de vacilación e indecisión, por causa de los falsos profetas, por eso Elías los convocó para que conocieran que Jehová es Dios. También el profeta convocó a los falsos profetas, diciéndoles que el Dios que respondiera con fuego, ese es

el verdadero Dios. El Señor respaldó a su siervo cuando consumió el holocausto.

EL HOLOCAUSTO DE DAVID

“Entonces David edificó allí un altar al SEÑOR, y ofreció holocaustos y ofrendas de paz. E invocó al SEÑOR, y Él le respondió con fuego del cielo sobre el altar del holocausto” (LBLA 1 Crónicas 21:26). David había pecado y había venido mortandad sobre el pueblo de Israel, y la única manera de detener aquel juicio era por medio de holocaustos. David compró la era de Ornán y edificó un altar, compró los animales para el sacrificio. Dios le respondió con fuego, de esta manera supo David que había pasado la ira del Señor.

EL HOLOCAUSTO DE SALOMÓN

“Y cuando Salomón terminó de orar, descendió fuego desde el cielo y consumió el holocausto y los sacrificios, y la gloria del SEÑOR llenó la casa” (LBLA 2 Crónicas 7:1). Salomón estaba dedicando el templo que había edifi-cado, luego de haber orado pidiendo al Señor que respondiera toda oración que se hiciera en ese lugar; el Señor le respondió con fuego diciéndole así, que se había agradado de aquella casa y que escucharía la oración de su pueblo. El fuego de Dios nos hace aceptos, y nos confirma que se ha agradado de nosotros. Que el fuego de Dios descienda sobre tu altar.

El Fuego para el

Holocausto

Génesis 8:21

Génesis 22:6-8,13

Levítico 3:5

Levítico 6:9,12

Citas Bíblicas para Estudio

Hilmar Ochoa

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“¿No es mi palabra como fuego—declara el SEÑOR—y como martillo que despedaza la roca?” (Jeremías 23:29 LBLA).

Cuando el profeta Jeremías recibió esta palabra, el Señor estaba hablándole de los falsos ministros, pastores y profetas. Los pastores habían dispersado y ahuyentado a sus ovejas (Jeremías 23:2) y los profetas y sacerdotes se habían corrompido (Jeremías 23:11), los que profetizaban en Samaria, lo hacían en el nombre de Baal y los profetas de Jerusalén cometían adulterio y andaban en mentiras; fortalecían las manos de los malhechores, profetizaban paz a los que despreciaban al Señor, aunque el Señor no los había enviado, pero si ellos hubieran estado en su consejo, habrían hecho oír sus palabras al pueblo, y les habrían hecho volver de su mal camino y de la maldad de sus obras (Jeremías 23:22), pues el corazón del pueblo se había llenado de idolatría y estaban endurecidos, por lo que no recibieron la palabra fuego que el Señor estaba enviando a través de Jeremías.

Una de las funciones del fuego es extinguir otro fuego. El fuego de Dios estaba en la Palabra que le había dado a Jeremías para extinguir el fuego de la idolatría y del adulterio espiritual del pueblo de Israel, pero ellos no quisieron recibirla.

La Palabra como fuego sirve para extinguir el fuego del diablo que se puede manifestar a través de la lengua que es un fuego, un mundo de iniquidad, la cual contamina todo el cuerpo y es encendida por el infierno (Santiago 3:6), o puede manifestarse con el fuego del sexo ilícito (Proverbios 6:27-29), etc., por eso la palabra de Cristo debe morar abundantemente en nuestro corazón, para que llene nuestra boca y no arda fuego extraño en nuestro interior. Debemos procurar que el fuego

de la palabra se encienda y se avive en nosotros, que la anhelemos en todas sus formas, como leche, maná, agua, rocío, espada, miel, semilla, pan, fuego, etc. Pablo le dijo a Timoteo: “Por lo cual te recuerdo tu deber de avivar el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos”. (2 Timoteo 1:6 ECR).

El depósito de este fuego es nuestro corazón, el cual debe estar lleno de la Palabra de Dios. Según el Diccionario BDB, la palabra depósito significa: un depósito, un fideicomiso o cosa consignada a la fiel custodia de una persona. Utilizado del conocimiento correcto y la doctrina pura del evangelio, para ser sostenido firme y fielmente, y ser entregado a conciencia a los demás.

“Oh Timoteo, guarda lo que ha sido depositado a tu cuidado, apartándote de las vanas palabrerías que violan lo que es santo, y de las contradicciones del falsamente llamado “conocimiento”. (1Timoteo 6:20 TNM). La función principal de este fuego es abrir el entendimiento de los insensatos y tardos de corazón para comprender las Escrituras, así como apagar los dardos encendidos de fuego del maligno y quemar los razonamientos equivocados. Esto fue lo que les sucedió a los discípulos que iban hacia Emaús, confundidos por lo que había sucedido, pero al abrírseles los ojos, se dijeron el uno al otro: ¿No ardía nuestro corazón dentro de nosotros, mientras nos hablaba en el camino, y cuando nos abría las Escrituras? (Lucas 24:32).

En el caso de estos discípulos, la palabra fuego no los consumió, sino les hizo comprender el propósito de la muerte del Señor y les dio la certeza de su resurrección, pero cuando el corazón es rebelde y obstinado, esta palabra fuego es para consumir a los desobedientes, tal como le sucedió al pueblo de Israel: “Por tanto, así dice el SEÑOR, Dios de los ejércitos: Por cuanto han hablado esta palabra, he aquí, pongo mis palabras en tu boca por fuego y a este pueblo por leña, y los consumirá” (Jeremías 5:14 LBLA).

En el caso del profeta, esta palabra fuego le impelió a no callar, a pesar de la resistencia y ataque del pueblo de Israel

hacia la Palabra y hacia su persona. “Pero si digo: No le recordaré ni hablaré más en su nombre, esto se convierte dentro de mí como fuego ardiente encerrado en mis huesos; hago esfuerzos por contenerlo, y no puedo” (Jeremías 20:9 LBLA).

Otra de las funciones de la Palabra fuego es alumbrar nuestro camino, porque es como una antorcha para nuestros pies y lumbrera a nuestro camino (Salmos 119:105). “Al abrirse, sus palabras iluminan; hacen entender a los sencillos”. (Sal 119:130 RV1977). Al ministerio profético se le mueve mucho esta palabra fuego, lo podemos leer en todos los libros proféticos de Juan el Bautista, en donde el Señor dijo que había sido una antorcha que alumbró al pueblo de Israel, trayendo palabra fuego de arrepentimiento para que recibieran al Mesías, era el Elías que había de venir.

En la actualidad, el Señor sigue enviando su palabra fuego para sofocar fuegos extraños que se han encendido dentro de su iglesia y también para avivar el fuego del don que Él ha dado a cada uno de sus hijos. “Tenemos también la palabra profética, la más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro hasta que el día amanezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones”. (2 Pedro 1:19).

La Palabra comoFuegoLouisette Moscoso

Ira (Números 11:1; Éxodo 32:19)

Celos (Cantares 8:6)

Lascivia (Romanos 1:27 BTX3)

Humanismo, fuego extraño encendido por el hombre (Levíticos 10:1; Números 3:4)

Pidamos auxilio al Espíritu Santo

(2 Timoteo 1:14 CEE 2011 )

Citas Bíblicas para Estudio

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“Ponme como sello sobre tu corazón, como sello sobre tu brazo, porque fuerte como la muerte es el amor, inexorables como el Seol, los celos; sus destellos, destellos de fuego, la llama misma del Señor”. (Cantares 8:6)

En la anterior cita bíblica, vemos a una mujer enamorada hablándole a su amado; haciendo una petición un tanto poética, dirían algunos, pero no difícil de entender. Ella quiere estar para siempre con Él, y le pide que la grabe en su corazón y en su brazo, para que nada ni nadie la borre de su cuerpo y su alma. Curiosamente ella encuentra una forma de explicar, con sus palabras, el tipo de amor que siente por su amado; compa-rando su fuerza con la de la muerte y luego con la tierra de los muertos, es decir el Seol. Concluye con una descrip-ción del amor, en la forma más admirable y conocida, que es comparándolo con el fuego; un fuego que no significa pasión, tampoco la relación más íntima entre un hombre y una mujer. Es un amor tan sublime el que siente, que lo compara con la llama de fuego del Señor, es decir que AMOR = destellos del fuego del Señor. Una clase de amor sin límites, difícil de explicar con el lenguaje común. Un tipo de amor que está dispuesto a dar todo, que lo llena todo, que lo suple todo. Un amor como el que describe 1 Corintios 13:4-6 “El amor es paciente, es bondadoso; el amor no tiene envidia; el amor no es jactancioso, no es arrogante; no se porta indecorosamente; no busca lo suyo, no se irrita, no toma en cuenta el mal recibido; no se regocija de la injus-ticia, sino que se alegra con la verdad; todo lo sufre, todo lo espera, todo lo soporta.” El modelo perfecto del amor es el de Dios; nosotros no podemos decirle a Él cómo amar, si es su esencia misma, Él es el amor. Cuando hablamos

de los destellos de fuego, estamos siendo testigos de las muestras de ese amor sublime, que no se puede comprender, el cual fue expresado a través del acto más grande de amor de Dios hacia el hombre, como fue el dar a su único Hijo, para que todos los que crean en Él no se pierdan, sino que tengan acceso a la vida eterna (Juan 3:16). ¿Cuántas veces ha perdonado Dios al hombre? a pesar de que le ha reclamando injusticias sin un fundamento, y sin derecho lo ha hecho culpable de las cosas malas que pasan en el mundo. Cómo podemos atrevernos a reclamarle cosas a Dios, si Él nos amó primero. Recuerda el pasaje de Génesis 6:5 “Y el Señor vio que era mucha la maldad de los hombres en la tierra, y que toda intención de los pensamientos de su corazón era sólo hacer siempre el mal. Y le pesó al Señor haber hecho al hombre en la tierra y sintió tristeza en su corazón”. Es admirable ese destello del fuego de Dios, dejar que un hombre y su familia pudieran ser los nuevos pobla-dores de la tierra después del diluvio. Es ahí donde aparece por primera vez en la Biblia la palabra gracia, diciendo: “Y Noé halló gracia a los ojos de Dios”.

La mayor expresión del amor de Dios es Jesucristo. Es el mismo Dios que se hizo hombre, y decidió voluntariamente dejarse humillar por su creación, para tenderles la mano de la salvación eterna. Tú que estás leyendo este artículo y no te has dejado amar por Dios, debo decirte que hoy es tu día, ¡ábrele tu corazón! Él te ama, acércate a la zarza ardiendo por el fuego de Dios (Éxodo 3:2) y escucha; atiende el llamado que el Señor te hace: “Sal de tu tierra y tu parentela y ve a la tierra que Yo te mostraré” (Génesis 12:1).

El profeta Daniel vio en visión divina el trono de Dios, y lo describió como llamas de fuego (Daniel 7:9). ¿Te imaginas el trono de Dios? Algunas personas creen que Dios se sienta en su trono para enviar a las personas al infierno, eso no es así. El trono de Dios es el lugar de donde brota la paciencia, el amor, la verdad y los edictos de perdón. Desde ese trono se pone de pie el Señor para recibir a su siervo Esteban, tras haber

sido apedreado por testificar pública-mente que Jesús es el Hijo de Dios: “Pero Esteban lleno del Espíritu de Santo, fijos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie a la diestra de Dios” (Hechos 7:55) . Por nada del mundo nos podemos perder el privilegio de llamar amado al Señor, como la mujer del Libro de Cantares. Enamórate del Señor Jesús, ruega a Dios que te ponga como un sello en su brazo, que te grabe en su corazón; no permitas que se te vaya la vida sin conocer al Amor de Dios en expresión más plena, por estar peleando con tu prójimo, por envidias o contiendas que no tienen sentido; que solo están poster-gando o atrasando el momento que veas cara a cara el rostro del Señor.

El amor de Dios tiene rostro, el apóstol Juan lo describe diciendo: “Vi a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido con una túnica que le llegaba hasta los pies y ceñido por el pecho con un cinto de oro. Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego” (Apocalipsis 1:14). Lo que esto quiere decir, es que el Señor te ve con amor. Ciertamente ve todos mis errores y tus errores, ve que te levantas y que caes, ve las intenciones de nuestros corazones. A pesar de todo eso dice que echa todos tus pecados en el fondo del mar, y no se acuerda más de ellos. Con qué razón la amada dice en Cantares 5:12 “Sus ojos son como palomas junto a corrientes de agua, bañados en leche, colocados en su engaste”. Si sus ojos son como fuego, y también como palomas junto a corrientes de agua, ¿no te gustaría que Él te viera y te dijera?: “Yo tampoco te condeno. Vete; desde ahora no peques más” (Juan 8:11).

Destellos de

FuegoRafael Molina

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13EDICIÓN 108 | MARZO 2019

Bautizar significa sumergirse completa-mente, también significa tomar el color, lo cual nos hace recordar del bautismo en agua en donde la persona que toma la decisión de obedecer la palabra, es sumergida completamente en agua con el propósito de hacerse uno con el Señor en su muerte y luego salir o resucitar a novedad de vida.

Haciendo una comparación entendemos que el bautismo en el fuego de Dios, constituye una inmersión completa, de tal manera que cuando Juan el Bautista señala al Señor Jesucristo diciendo que Él nos bautizará con el Espíritu Santo y con fuego (Mateo 3:11), lo que está diciendo es que Él nos sumergirá completamente en el fuego de Dios, para morir y luego adquirir sus propias características como si fuéramos objetos de oro o vasijas de barro, mismos que son purificados, endurecidos y pulidos mediante el fuego; el cumplimiento de tal inicia cuando el Señor Jesús ordena a sus discípulos no salir de Jerusalén, recordándoles las mismas palabras de Juan el Bautista en cuanto al bautismo del Espíritu Santo (Hechos 1:8), y respecto al bautismo en fuego, este sucedió cuando estando reunidos en un mismo sentir, descendieron lenguas como de fuego sobre cada uno de ellos y fueron llenos del Espíritu Santo (Hechos 2:1-4).

Por eso, el Señor Jesús insistía a sus discípulos acerca de su partida y la conve-niencia de que viniera el otro consolador (Juan 16:7), para que por su medio recibiéramos el fuego de Dios, mismo que representa su enorme poder; así sucedió con Moisés por medio de una zarza ardiendo (fuego) o con el Profeta Elías en el altar del Señor en donde descendió de su fuego; y para nosotros en este tiempo por medio del Espíritu Santo. Veamos

algunas transformaciones que suceden cuando se es bautizado por el fuego de Dios.

En el día de pentecostés lo primero que ocurrió fue que comenzaron a hablar en otras lenguas y algunos presentes que se comenzaron a juntar alrededor escuchaban en sus propias lenguas no menos de dieciséis diferentes idiomas, pero lo verdaderamente importante era el mensaje, se trataba con exclusividad de las maravillas de Dios (Hechos 2:4-11).

El principal mensaje o tema de predica-ción de un bautizado por el fuego de Dios (ministro), es acerca de sus maravillas, y es que no importa las pocas letras o escasa preparación académica que se pueda poseer, al final lo único que reconocieron en el discurso de Pedro y Juan era que habían estado con Jesús (Hechos 4:13), y es que ¿acaso no dice la palabra que Él hace a sus ministros como llama de fuego? (Hebreos1:7).

Moisés también fue bautizado, cubierto en el fuego de Dios, porque dice la palabra que el Señor le hablaba en medio del fuego (Dt 5:26) y la principal transformación que habría de sufrir era convertirse en amigo del Señor, porque hablaba cara a cara con Él como lo hace un amigo (Éxodo 33:11), o sea que un bautizado en el fuego de Dios tiene comunión con el Señor; camina con Él así como lo hizo Enoc, lo cual demuestra que ha dejado de hacer su propia voluntad y de seguir sus propios planes para seguir los del Señor; es llamado hombre humilde más que otros (Números 12:3) porque el fuego de Dios ha destruido el orgullo, la autosuficiencia y el carácter haciendo que transite de la humildad a la fidelidad (Hebreos 3:5), porque todas estas características son características de Dios (Salmos 119:90); sin embargo, debemos recordar que para poder ser amigos de Dios, no podemos mantener amistad con el mundo, porque el que así lo hace, enemigo de Dios es (Santiago 4:4).

El bautismo en el fuego de Dios también incluye la prueba, sabiendo que la misma no es para nuestra destrucción, sino para botar todas aquellas impurezas de nuestros corazones, como el odio, la soberbia, envidia, etc., como se hace

con la plata y con el oro en el fuego de la prueba (Zacarías 13:9), y parte de la misma incluye la capacidad de poder escuchar y aprender.

Generalmente prestar atención a la voz de Dios es algo difícil para muchos, porque los afanes y las ocupaciones del mundo provocan demasiada distracción, por lo tanto, suele suceder que el único recurso disponible es el fuego de la prueba, consistente en una inmersión completa en el fuego de Dios, para que el Señor nos hable sin interrupciones, como dice en su palabra: “la seduciré, llevaré al desierto, y le hablaré al corazón” (Oseas 2:14).

Pero si el Señor Jesús por lo que padeció aprendió obediencia (Hebreos 5:8), ¿cuánto más habremos de necesitar nosotros?, por esa razón no debemos sorprendernos dice el Apóstol Pedro, porque es como si estuviéramos parti-cipando y compartiendo los padeci-mientos de Cristo, de tal forma que los que son vituperados a causa del Señor o los que sufren conforme su voluntad, encomienden sus almas al Señor y hagan el bien (1 Pedro 4:12-19).

Finalmente recordemos que el propósito del bautismo en el fuego de Dios es dejar de ser nosotros mismos para ser más parecidos al que nos compró con precio de sangre, como lo declara el Apóstol Pablo cuando dice ya no vivo yo, sino Cristo vive en mí (Gálatas 2:20).

Bautismo en

Fuego

Citas Bíblicas para estudio

Mateo 28:19

Hebreos 12:29

Éxodo 3:2

Génesis 5:22

2 Timoteo 2:13

Fernando Álvarez

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En este tiempo final el fuego desde el punto de vista espiritual es un elemento de gran importancia, por lo que cabe mencionar, que todo lo que le aconteció a Israel en el Éxodo, las señales que ellos vivieron y aún su mal comportamiento es una sombra, un ejemplo y señal para nosotros (1 Corintios 10:11).

Cuando el Señor llama a Moisés, lo hace en medio de una llama de fuego y lo hace con el propósito de liberar a Israel de la esclavitud que vivía en Egipto (Éxodo 3:2), esta es una sombra que nos deja ver que el equipo ministerial que el Señor ha llamado en este tiempo tiene el propósito de liberar a la Novia del Cordero y hacerla subir de la tierra. Este equipo son hombres y mujeres de Dios que han tenido experiencias con el fuego de Dios desde su llamado (Efesios 4:8,11; Hebreos 1:7).

Por lo tanto, podemos decir que el fuego es un elemento que Dios está utilizando para liberar a su pueblo de este mundo. En la séptima plaga, Dios envía fuego para liberar a Israel de Egipto (Éxodo 9:24), para Israel el fuego de Dios fue una bendición y para los egipcios un juicio: “Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios, y tinieblas perseguirán a sus enemigos.” (Nahum 1:8). El fuego de Dios es algo que en lo escatológico el Señor quiere que conozcamos y experimentemos para salir de Egipto (el mundo), y que no sea un juicio que nos consuma por no querer cambiar nuestra manera de pensar y de vivir.

El resplandor de fuego

“Después los guió de día con la nube, y toda la noche con un resplandor de fuego.” (Salmos 78:14), este resplandor de fuego es algo impresionante que vivó Israel antes y después de salir de Egipto.

Al leer el contexto, podemos ver que se dan dos figuras relacionadas al fuego: la columna de fuego y el resplandor de fuego. El resplandor es la misma presencia de Dios en diferentes facetas, el medio de esa columna, y la columna el medio por el cual Dios se movía, “El SEÑOR iba delante de ellos… de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche.” (Éxodo 13:21).

Resplandor – iluminación

La iluminación es algo que Dios nos da cuando tenemos fuego del Señor en nuestro corazón (Éxodo 13:21), la palabra alumbrar G215 raíz de G216, tanto una como otra se pueden traducir “iluminación”. Esta palabra G216, es la que aparece en Salmos 78:14 que se traduce “resplandor”, por lo que se podría leer de la siguiente manera: “Después los guió de día con la nube, y toda la noche con iluminación de fuego”. Sin lugar a dudas, esto habla de revelación, más que letra muerta, como pueblo de Dios necesitamos de su revelación por medio del Espíritu Santo.

Dentro del alefato Hebreo nos encontramos con la letra Shin que en la tradición Judía es considerada como la letra que representa ‘la llama eterna’, algunos rabinos consideran que la forma de esta letra es una base que contiene una llama invisible y afuera una llama externa que ellos llaman ‘la revelación divina’, cuyo movimiento y cambio son continuos (www.dimensiones.org). La revelación es una llama en el corazón de aquel que la ha conseguido por medio del Espíritu Santo, siendo esta la que ayuda al hombre a escapar de las cosas que vendrán, la letra Shin es la penúltima letra del alefato antes de llegar a la Tav que se pone en la frente de aquellos que serán guardados de la destrucción que viene sobre la Tierra (Ezequiel 9:1-5).

Andando de día

Uno de los propósitos del resplandor de la columna de fuego era para que el pueblo aún cuando estuvieran atravesando la noche, pudieran caminar como si fuera de día. La Biblia dice que “la noche está muy avanzada…” (Romanos 13:12), dando a entender que estamos

viviendo antes del rayar del alba, antes de la venida secreta del Señor, es decir, un tiempo de tinieblas, una noche espiritualmente hablando. Sin embargo, el Señor con el resplandor de su fuego en nosotros quiere que en medio de esa esa noche oscura caminemos como hijos del día: “Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que el día os sorprenda como ladrón; porque todos vosotros sois hijos de la luz e hijos del día. No somos de la noche ni de las tinieblas.” (1Tesalonisences 5:4,5). Los hijos del día son los que entienden los tiempos a la manera de los hijos de Isacar, son los que escatológicamente comprenden aún el retorno del Señor Jesucristo en su venida secreta, de tal modo que no les sorprenderán como ladrón en la noche.

El resplandor de fuego del Señor hace que el siervo de Dios pueda andar en luz siempre, aun cuando hayan tinieblas, aun cuando los egipcios los persigan en medio de la noche a causa de lo que Dios está haciendo en sus vidas, no retroceden porque están llenos del fuego de Dios.

Este tiempo es final y aun en medio del desierto debemos buscar que el Señor resplandezca en nuestra vida con su fuego Santo y nos ayude a salir de este mundo y avanzar hacia la promesa que Él designó de antemano para nuestra vida como posesión nuestra. ¡Maranatha!

Jimena De Enríquez / Oscar Castro

Citas Bíblicas para estudio

Éxodo 14:24

Deuteronomio 1:33

Nehemías 9:12

Salmos 105:39

Resplandor de

Fuego

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A la luz de la palabra podemos apreciar que el fuego de Dios tiene varias procedencias, entre ellas tenemos: La zarza, la Palabra, la roca, el Espíritu Santo, el altar y los ojos, entre otros. Además de lo anterior, existe otra procedencia que estudiaremos en esta oportunidad, y que la apreciamos claramente a través de Daniel 7:9 (RVA) en donde dice: “Estaba mirando hasta que fueron puestos unos tronos, y se sentó un Anciano de Días. Su vestidura era blanca como la nieve, y el cabello de su cabeza era como la lana limpia. Su trono era como llama de fuego; y sus ruedas, fuego ardiente”. El versículo anterior nos habla que su trono era como llamas de fuego, en otras palabras diríamos que: Llamas de fuego salían de ese trono; pero esto no era lo único que salía de ese lugar, ya que también apreciamos que de él se desprende un río de fuego, en donde millares de millares y millones de millones asistían (Daniel 7:10).

Según el Diccionario de la Real Academia Española, indica que TRONO: es un asiento con gradas y dosel, que usan los monarcas y otras personas de alta dignidad, especialmente en los actos de ceremonia. También hace referencia a que es: dignidad de rey o soberano. Nosotros entendemos que cuando hablamos de trono, también estamos hablando de reconocimiento de autoridad. No podemos dejar a un lado que todo trono tiene un cetro y una corona; en el caso de nuestro Señor, estamos hablando de un cetro y una corona de Justicia, que están ligadas a ese mismo trono de justicia. Este trono de Dios pelea directamente con su antítesis, es decir con el fuego de parte del maligno; contra el trono de la iniquidad, que directamente se opone a todo lo que procede de parte de nuestro Señor.

CORONA: Uno de los símbolos de un trono es la corona. Generalmente se coloca sobre la cabeza y es un símbolo de autoridad. Debemos permitir que el Señor, a través de ese trono renueve nuestro entendimiento. Dios no está interesado en que nosotros nos adaptemos a este mundo, al cual no le espera nada bueno; sino que seamos transformados, renovados en nuestra mente, para que podamos comprender, entender y caminar en la voluntad perfecta de Dios (Romanos 12:2). Cuando hablamos de renovar la mente, estamos hablando de tratar de llevarla a su estado original; mediante un proceso de limpieza quitando toda contaminación, hasta llegar a tener la mente de Cristo (1 Corintios 2:16). Si nosotros no nos proponemos llegar a ese estado, corremos muchos peligros ya que nuestra mente se puede convertir en un campo de batalla, en donde a veces nos vienen pensamiento no agradables y que debemos combatir con las armas espirituales (Efesios 6:16).

En 1 Samuel 4:12 (LBA) dice la escritura: “Y un hombre de Benjamín corrió del campo de batalla, y llegó aquel mismo día a Silo, con sus vestidos rotos y polvo sobre su cabeza”. El polvo en la cabeza es figura de humanismo. Este movimiento trata de exaltar los valores humanos, brindándole poder al hombre y aferrándose a tradiciones terrenales; lo cual conlleva colocar la vista en cosas de la tierra que pueden conducir a la persona al sincretismo, es decir mezclas, esto alejará al creyente de los mandamientos del Señor. Recordemos que la Biblia nos indica, que quien desee ser amigo del mundo se hace enemigo de Dios (Filipenses 3:18-19). Es interesnate notar que hay varios personajes en la Biblia que se colocaron polvo (ceniza) en su cabeza, entre ellos tenemos a Job, David y Tamar, cuando fue violada por su hermano Amnón (2 Samuel 13:19). Todos estos personajes se sentían derrotados, y de alguna manera tenían luto en su corazón por cada una de la situaciones que estaban viviendo; pero si nuestra mente está en Dios, Él nos brinda la salida desde su trono de fuego, es decir: diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de

alabanza en vez de espíritu abatido. Nos llama incluso robles de justicia, plantío del SEÑOR, para que Él sea glorificado (Isaías 61:3).

SUJECIÓN: Al trono está ligada la autoridad y el gobierno. Esto nos habla de quien se sujeta a Dios es ministrado por el trono de fuego del Señor. En el reino de Dios, se manifiesta el principio de la sujeción y autoridad a la cabeza, de donde se sujetan todas las cosas en perfecto orden y armonía, la cual es Cristo (Efesios 4:15-16). Cada miembro del cuerpo espiritual que es la Iglesia, busca su lugar dentro de ella; se sujeta a sus autoridades y cobertura, e interactúa con los demás en armonía, sujetándose a los demás por jerarquía en mansedumbre (Mateo 11:29). El máximo ejemplo es el Señor Jesucristo, sujetando para sí a su amada, la Iglesia; y cuando todo le es sujetado, Él mismo se sujeta en todo al Padre (1 Corintios 15:27-28). En el libro de Ester, podemos aprender algunas formas de cómo alcanzar la sujeción y poder ser agradables delante del Rey. Otros ejemplos de sujeción los vemos en el rey Asuero, figura de Cristo; Hegai, figura de los ministros; Mardoqueo, figura del Espíritu Santo. Cuando nos sujetamos y dejamos que el trono de fuego tome control de nuestra vida, ese fuego de Dios extinguirá: celos, envidia, furia, enojo, adulterio, sexo ilícito, chisme, ataduras, trono de iniquidad, coronas de luto, derrota, corona de bronce, que es figura de juicio (1 Samuel 17:5). El sujetarnos traerá a nuestra vida, esa paz de saber que estamos siendo formados como la Amada del Señor, y preparándonos para las Bodas (Ester 2:17), así como preparándonos para hacer toda buena obra y alcanzar gracia delante del Señor.

El Trono como Llamas de FuegoEdwin Castañeda

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Hay diferentes manifestaciones del fuego en la Biblia y podemos notar dos grupos de ellas: el fuego que proviene de Dios y el que no viene de Él. El fuego que proviene de Dios tiene un propósito, y cuando Dios manifiesta su fuego sobre alguien se desata una gran bendición, por eso aquel sobre el que desciende este fuego debe mantenerlo avivado, de tal manera que si el fuego se expande en un hijo de Dios, no habrá lugar para que el fuego que no es de Él lo pueda consumir, porque con el fuego de Dios se puede apagar todo fuego que no proviene de Él.

Una de las formas en que nos muestra la Biblia la manifestación del fuego de Dios es en la columna de fuego, Dios preparó para su pueblo este fuego y tuvo una gran consecuencia sobre Israel (Éxodo 13:21), los acompañó desde la salida del territorio de Egipto y por todo el recorrido del desierto, todo este tiempo en que se manifestó la columna de fuego sobre su pueblo nos deja una gran enseñanza en todo lo que realizó. En este pasaje Dios nos deja ver el propósito por el cual puso delante de su pueblo la columna de fuego: primero, fue para guiarlos, esto muestra que Dios tiene cuidado de sus hijitos que acaban de salir de Egipto, que aunque no conozcan el camino Dios cuidará de su caminar y lo único que tienen que hacer es ser obedientes y dejarse guiar; segundo, la columna de fuego alumbraba por la noche para que su pueblo pudiera caminar en medio de las tinieblas y no detener su marcha, enseñándoles a caminar constantemente aún en medio de los terrores nocturnos, aunque recién salidos de Egipto, les enseñó que en momentos difíciles Dios tiene su fuego para alumbrar el camino por donde se debe transitar y poder

alcanzar la plena libertad que Dios quiera para cada uno de sus hijos; y tercero, el desierto por la noche es muy frío, pero Dios como un padre puso sobre ellos una columna de fuego que los abrigaba y los libraba de lo helado de la noche, esto muestra que la cobertura que Dios les dio por medio de la columna de fuego fue una protección para ellos, esto es lo que hace una verdadera cobertura de Dios.

Otra bendición que hay por medio de la columna de fuego es que los guió por donde no se enfrentarían con los filisteos (emigrante), que era un pueblo que habitaba en una tierra que no les pertenecía y como era un pueblo guerrero no permitirían que alguien más ocupara su territorio, por eso Dios guió a Israel por otro camino, porque no estaba preparado para la guerra, aún tenía la marca de esclavitud en su mente y corazón (Éxodo 13:17), Dios no permite que venga sobre su pueblo una prueba más de lo que puedan soportar (1 Corintios 10:13). Aunque el camino era más largo Dios los estaba protegiendo y los guiaba por medio de la columna de fuego, por un camino que era más seguro para ellos, pero aunque debían aprender a batallar, Dios los hizo subir en orden de batalla, esto quiere decir que caminaban formados como ejército, ordenados en formación militar (Éxodo 13:18), podemos decir que si nos dejamos guiar por el fuego de Dios, Él nos va preparando para la guerra porque Dios quiere que su pueblo salga de la esclavitud para convertirse en conquistadores.

La columna de fuego es una gran manifestación del poder de Dios, pero también de los cuidados que Dios tiene sobre su pueblo, no solamente los guió, los protegió y los alumbró, sino que también fue un escudo para ellos. Cuando Faraón y sus siervos cambiaron de actitud, se arrepintieron de haber dejado en libertad a Israel y los persiguieron con caballos y carros, su caballería y su ejército, y los alcanzaron junto al mar (Éxodo 14:9), aunque Israel estuvo temeroso, la columna de fuego se colocó como su retaguardia entre el

campamento de Egipto y el campamento de Israel, para los egipcios fue tinieblas y para el pueblo del Señor fue luz, de tal manera que no se podían acercar el uno al otro, Israel cruzó el mar en seco y los egipcios los persiguieron, pero al amanecer Dios vio al campamento de Egipto desde la columna de fuego y los perturbó, las aguas volvieron y cubrieron a Faraón y a todo su ejército. El fuego de Dios que se manifestaba en esa columna fue un escudo para Israel, porque en el propósito del Señor no estaba que su pueblo volviera a la esclavitud de los egipcios, sino que su pueblo sea libre.

La columna de fuego que guió a Israel a hacia la libertad nos muestra que Dios al que toma por hijo lo conduce para desprenderse de Egipto -figura del mundo-, lo guía por el poder de su Espíritu para que abandone las costumbres egipcias y pueda ser libre de ellas, llevándolo hacia el mar rojo -figura del bautismo en agua-, para que en esas aguas queden sepultados todos sus enemigos y al mismo tiempo poner una frontera entre el territorio de Egipto y la libertad que Dios ofrece. La columna de fuego es figura de la guianza del Espíritu Santo, que guía a toda verdad hasta que alcancemos la tierra en abundancia o sea la vida abundante.

Abraham De La Cruz

Citas Bíblicas para estudio

Números 14:14

Deuteronomio 1:33

Nehemías 9:12

Nehemías 9:19

Columna de

Fuego

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Dios compara en diferentes oportunidades a los hombres con árboles como en la parábola de Jueces 9:8-16 “Para que sean llamados árboles de justicia, Plantados por YHVH mismo” (Isaías 61:3 BTX) pues en ella compara a los habitantes de Sión, la iglesia, con árboles.

Ahora bien, cuando se indaga acerca de los árboles y su manejo forestal, uno se encuentra con que tienen diferentes tipos de enemigos que pueden acabar con ellos, como cierto tipo de ácaros, de plantas que actúan como parásitos, pero el más temible de todos, los incendios forestales, es decir el fuego, tanto así que dentro de los planes de cuidado de los árboles se hace principal énfasis en tareas preventivas para tratar de evitar que se prendan fuegos dentro o cerca de la plantación.

De estos dos conceptos debemos comprender que nuestro principal enemigo es el fuego y vemos en la Biblia que existen diferentes tipos de fuego que pueden destruirnos, como lo son: el sexo ilícito, la lengua, la idolatría, la insaciabilidad, la ira, los celos, el fuego extraño entre otros. Cuando un fuego ya se prendió y amenaza con extenderse la mejor manera de controlarlo es con otro incendio, pero controlado, es decir el fuego se combate con otro tipo de fuego, como describimos existen fuegos que pueden destruirnos, pero de parte de Dios existen diversos tipos de fuego con los que podemos contrarrestarlos.

El fuego de Dios, obviamente proviene de Él, pero es canalizado por diferentes elementos, cada uno de estos nos enseña dónde podemos buscar este fuego Santo y poder obtener un beneficio, para evitar ser consumidos por un fuego que

no proviene de Él. Entre uno de los elementos en los cuales se manifiesta el fuego de Dios están las lenguas de fuego descritas en su palabra, cuando dice que: “se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos” (Hechos 2:3). Este relato describe acerca de la promesa del Espíritu Santo (Hechos 2:33) y de cómo habrían de recibir poder de lo alto para poder llevar a cabo la comisión que les había sido encargada en el momento de asención del Señor Jesucristo, cumpliéndose la promesa escrita en el libro de Joel (Hechos 2:16 – 17).

Ahora bien ¿en quiénes se manifestó este portento?, primeramente tenemos que entender que se dio hasta que el número de los apóstoles fue completado nuevamente de once a doce, en la Biblia el número doce significa gobierno de aquí podemos entender que el fuego de Dios se va manifestar cuando su gobierno, el de Dios, es restaurado, característica que se ve reflejada también en el número de hermanos que allí estaban reunidos, pues había un total de ciento veinte, número que resulta de la multiplicación de doce por diez, gobierno por diez, y este último número en la Biblia significa plenitud, es decir, que el fuego de Dios se va manifestar en donde halla plenitud del gobierno de Dios. De este pasaje también podemos entender que el fuego de Dios se manifiesta cuando la traición es sustituida por un regalo de Dios (significado de Matatías, nombre hebreo de donde proviene Matías).

“Cuando se cumplió plenamente el día de pentecostés, estaban todos unánimes juntos en el mismo sitio.” (Hechos 2:1), en este versículo encontramos otra de las características sobre las cuales descendió el fuego de Dios, pues en este pasaje, se estaba terminando una fiesta de siete semanas, en la cual Dios pedía que se diera una ofrenda voluntaria de la cosecha que había comenzado 7 semanas antes, de acuerdo a la bendición recibida así debía ser la ofrenda, lo cual nos enseña que el fuego del Espíritu Santo, descenderá sobre aquellos que son agradecidos con Dios por las bendiciones

recibidas y que lo demuestran dándole a Dios voluntaria y generosamente.

La otra características que se ve en este pasaje es que ”estaban todos unánimes”, esta palabra unánime en el griego se puede traducir estaban en una sola mente, estaban de acuerdo, estaban en una misma pasión, lo cual nos enseña que el fuego de Dios descenderá y se manifestará donde haya unidad de pensamiento, claro está de acuerdo a los pensamientos de Dios, esto lleva a estar de acuerdo y por lo tanto a un actuar en conjunto para alcanzar un propósito, pero también en donde haya una sola pasión, un deseo intenso por las cosas de Dios. Y por último todos estaban en un mismo lugar, el apóstol Pablo advierte que no tenemos que tener la costumbre de algunos que no se congregan (Hebreos 10:25), aunque el Espíritu Santo es Dios y puede manifestarse en cualquier lugar, pareciera preferir derramar su fuego cuando nos congregamos, en armonía, ya que esto es como un buen oleo que desciende desde la cabeza hasta el borde del manto (Salmos 133:2).

El Espíritu de Dios, manifestado como fuego, se derramará en aquellos que estén bajo el gobierno de Dios, que hayan sustituido la traición por un don de Dios, que estén en unidad de pensamiento y pasión hacia Dios, que sean agradecidos con Él y que estén esperando el cumplimiento de su promesa.

Lenguas como de

FuegoJuan Luis Elías

Citas Bíblicas para estudio

Cantares 8:6

Proverbios 6:27

Santiago 3:6

Hechos 1:8

Marcos 16:15

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“Del fulgor de su presencia ascuas de fuego se encendieron” (LBLA 2 Samuel 22:13).

El Señor es fuego consumidor. Parte de su naturaleza es ser fuego, por lo tanto Él se manifiesta a su creación y a sus hijos como tal; su ira es fuego, se transporta en fuego, habla y revela su poder desde el fuego, creó seres de fuego, entre otros (Isaías 66:15; Deuteronomio 4:24, 33, 36; Hebreos 1:7). Como Él es fuego, donde Él se manifiesta hay fuego. Tal es el caso de las Ascuas de Fuego, las que se desarrollarán en este artículo.

El segundo libro de Samuel capítulo veintidós, describe el cántico de David, cuando El Señor lo libró de la mano de todos sus enemigos, incluyendo a Saúl. David reconoció al Señor como su roca, fortaleza, libertador, entre otras manifestaciones. Describe enemigos físicos y espirituales, describe cómo la ira del Señor se encendió a causa de la angustia y el clamor de David, haciendo encender “ascuas de fuego”. Este cántico representa también la venganza del Señor sobre los enemigos de su Hijo Jesucristo, de cómo lo sacaría de la angustia y lo pondría en lugar seguro. De forma interesante en el último versículo de este capítulo, se hace referencia a la misericordia sobre David y su simiente, es decir sobre el Señor Jesucristo (Mateo 1:1) Esa misericordia también se manifiesta sobre nosotros como sus hijos bajo el linaje de David, por lo que esta bendición es para nosotros también.

Cuando la Biblia dice: “Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre su cabeza”. (Romanos 12:20); está diciendo que no nos venguemos nosotros mismos, sino que demos lugar a la ira de Dios.

ASCUAS DE FUEGO

A sus amados el Señor los defiende, manifiesta su presencia y enciende su ira, de su boca sale fuego consumidor, y así se encienden “ascuas de fuego” (2 Samuel 22:9,13). La frase “ascuas de fuego”, se traduce de las palabras hebreas “H1513 Guékjel” que se traduce también como: brillar o encender, carbón encendido; y “H784 esh” que se traduce también como: fuego, arder, ardiente, encender, incendio, quemar, refulgente. De estos significados, se puede entender que las ascuas de fuego son carbones encendidos, que resplandecen por la presencia del Señor.

LAS ASCUAS DE FUEGO Y LA ADORACION

La primera vez que aparece en la Biblia la frase “ascuas de fuego”, es en el libro de Levítico capítulo dieciséis; en donde se describen los requisitos que Aarón debía cumplir, al presentar ofrenda para expiación (eliminar la culpa o pecado a través de un tercero) de pecados. Si Aarón no cumplía con los requisitos que el Señor le pedía podía morir, y en consecuencia se quedaría sin cumplirse este proceso. El Señor determinó que Aarón tomara un incensario lleno de ascuas de fuego del altar, que estaba delante del Señor en el Lugar Santo, para entrar al Lugar Santísimo con incienso, para que este cubriera la tapa del arca del pacto y el sacerdote no muriera (Levítico 16:12-13).

Este proceso es una figura espiritual para el nuevo pacto, en donde el incensario con el incienso y el humo, representan la adoración de los hijos de Dios. El incensario era de bronce (Éxodo 27:3); el bronce representa las maldiciones que han venido sobre el hombre a causa de la desobediencia y el pecado (Isaías 48:4; Jeremías 6:28); los carbones representan la naturaleza humana (Proverbios 26:21); y el incienso las oraciones de los santos (Aocalipsis. 5:8); la nube representa la gloria que cubre la presencia manifiesta de Dios (Exodo 16:10). En otras palabras, este proceso representa la adoración que hace un hijo de Dios con naturaleza humana; en donde se intercede, para no ser consumido ante la presencia del Señor, y que sean derrotados todos los enemigos que se tienen a consecuencia

de la desobediencia y el pecado. Que la gloria de Dios nos envuelva para así ser transformados hasta ver al Señor cara a cara (1 Corintios 13:12; 2 Corintios 3:18).

LAS ASCUAS DE FUEGO Y LOS SERES VIVIENTES

En el libro de Ezequiel capítulo uno y dos, se describen cuatro seres vivientes. Su apariencia era como ascuas de fuego encendidas. Estos seres se movían a donde el Espíritu de Dios les dirigía, ellos manifestaban la gloria del Señor, sobre ellos estaba el Trono de Dios. Ahí se le manifestó el Señor a Ezequiel y lo vio sin poder permanecer de pie; Dios le habló, le dio instrucciones para hablarle a un pueblo rebelde, ahí le dio de comer lo que había en un rollo. Lo anteriormente descrito, representa la influencia de la gloria del Señor sobre el ministerio profético, que con la palabra profética más segura, puede derrotar al enemigo de la rebelión que está en medio del profeta y del pueblo del Señor.

Las ascuas de fuego representan la gloria del Señor que emana de su presencia manifiesta esta nos ayuda a vencer enemigos internos y externos. Tal fue el caso de Isaías, a quien un ángel le puso ascuas de fuego sobre los labios; lo que hizo vencer la inmundicia que había en su boca, la que provenía de su corazón, y en consecuencia le fue quitada su iniquidad y perdonado su pecado (Isaías 6:5-7; Mateo 15:18).

Oswaldo Gutierrez

Citas Bíblicas para estudio

Salmos 18:8,12-13

Salmos 140:10

Proverbios 26:21

Ezequiel 10:3

Ascuas de

Fuego

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19EDICIÓN 108 | MARZO 2019

“A causa de la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arrojé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector” (Ezequiel 28:16).

Dios es un ser supremo, el cual se presenta a su creación en diferentes manifestaciones, Él es fuego y se manifestó como fuego a Moisés, le habló de en medio de la zarza ardiente (Éxodo 3:2), a otros por medio de la creación, como cuando le hablaba al salmista, un día (sol), traslada mensaje al otro día (Salmo 19:2), pero cada vez que el Señor habla revela a cada uno que es lo que Él desea. Les habla a algunos de sus siervos para que salgan del lugar de su habitación, como en el caso de Moisés y Jacob, o les advierte como a Noé de la destrucción; pero Dios también se manifiesta a su pueblo para darle estaturas espirituales hasta alcanzar la perfección.

En el libro de Ezequiel se relata la decadencia de Luzbel, al cual le otorga una estatura y autoridad sobre una creación descrita como piedras de fuego, sin embargo Luzbel se rebela en contra del Señor y junto con él cae esta creación (Ezequiel 28:14). Estas piedras de fuego al caer junto con Luzbel se convirtieron en piedras de las tinieblas: “El hombre pone fin a la oscuridad, y examina en los lugares más recónditos las piedras de la oscuridad y de las tinieblas” (Job 28:3 RVA 1989). El Señor es restaurador y aunque esta creación haya caído, nos da el derecho de llegar a ser piedras vivas, es decir piedras de fuego.

Al analizar los elementos del tabernáculo de Moisés, vemos la manifestación de los reinos creados por el Señor, en el Atrio el reino animal donde se llevaban a cabo

los sacrificios de animales, en el Lugar Santo el reino vegetal representado en los panes y en el Lugar Santísimo el reino mineral representado en los elementos del arca del pacto, la cual contenía oro considerado como un mineral que contiene una estatura elevada por su valor. Si tomamos entonces este ejemplo, vemos cómo el Señor empieza a restaurar su creación y ahora nos enseña que podemos alcanzar estaturas para llegar a la perfección. Cuando el Señor establece las doce tribus de Israel, toma doce piedras a las cuales les graba el nombre de cada tribu (Éxodo 28:21), recordemos que también las piedras eran utilizadas para levantar altar al Señor como en el caso de Elías que lo edificó con doce piedras (1 Reyes 18:31).

Dios es la roca eterna (Isaías 26:4 BAD) y nosotros hemos sido predestinados a ser hechos a su imagen y semejanza, esto quiere decir que podemos llegar a ser rocas o piedras, y esto lo vemos en la primera carta de Pedro cuando el Apóstol hace referencia a que nosotros debemos ser piedras vivas que formen una casa espiritual y nos hace ver que tenemos una estirpe que alcanzar, un sacerdocio santo, todo esto con el propósito de ofrecer sacrificios espirituales que sean aceptados por Dios por medio de Jesucristo, (1 Pedro 2:5 RV), también lo vemos en la propia vida del Apóstol Pedro, el cual fue llamado una piedra pequeña (Mateo 16:18 OSO); otro ejemplo es que Cristo iba con Moisés y el pueblo en el desierto como una roca espiritual (1 Corintios 10:4 OSO).

Debemos crecer en estatura y llegar a ser piedras de fuego que ardan al ser encendidas por el Señor, quien es fuego consumidor. Una analogía muy interesante es que la Luna -figura de la iglesia- como tal no tiene luz propia, por esto necesita del Sol -figura de Cristo- para poder alumbrar, al igual nosotros necesitamos la llenura del Espíritu Santo quien se manifestó en el día de pentecostés como fuego (Hechos 2:3 RV60); debemos ser piedras que ardan cada vez más hasta alcanzar la perfección: “El camino de los justos es como la

primera luz del amanecer, que brilla cada vez más hasta que el día alcanza todo su esplendor” (Proverbios 4:18 NTV).

Como piedras de fuego, seremos útiles cuando el fuego del Espíritu Santo esté encendido en nosotros, el Apóstol Pablo le recordaba a Timoteo: “Por esta razón, te recuerdo que avives el fuego del don espiritual que Dios te dio cuando te impuse mis manos” (2 Timoteo 1:6 NTV), el fuego del don espiritual son los dones del Espíritu Santo, los que da el Señor para que nos edifiquemos mutuamente como iglesia: “Así también vosotros, puesto que anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para la edificación de la iglesia” (1 Corintios 14:12).

Como hijos de Dios debemos anhelar crecer, llegar a la imagen y semejanza de su hijo la Roca, debemos ser piedras vivas avivadas por el fuego del Espíritu Santo, dispuestas a ser de bendición, a que con el poder del Señor y la capacitación de los cinco ministerios edifiquemos a la Iglesia del Señor; no debemos conformarnos con sólo ser ovejas, debemos crecer y ser árboles de justicia, plantío del Señor y luego ser esas rocas pequeñas tal y como se dijo del Apóstol Pedro: “Mas yo también te digo, que tú eres Pedro una piedra pequeña , y sobre la piedra grande edificaré mi Iglesia; y las puertas del infierno no prevalecerán contra ella” (Mateo 16:18 OSO).

Piedras de

FuegoRita de Gutiérrez

Citas Bíblicas para estudio

Salmos 100:3

Isaías 61:3

Romanos 8:29

Efesios 4:11-13

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En la Palabra de Dios podemos ver que hay elementos de parte del Señor que tienen su opositor departe del diablo, y el fuego es uno de ellos. El fuego del enemigo se tipifica en la ira, el chisme, la contienda, la sexualidad desorde-nada y más, y este debe ser combatido por el fuego de Dios que, entre otros elementos, se tipifica como su bendita palabra. Entonces, podemos decir que el fuego se combate con fuego, y es muy importante conocer acerca del fuego de Dios, que será el elemento que el Señor utiliza para nuestro beneficio.

Es importante saber que el Fuego de Dios tiene una procedencia específica, que hay instrumentos de fuego, que el fuego de Dios tiene una función especial y que hay lugares específicos donde se deposita y que se manifiesta también en seres de fuego de parte de Dios.

“En ese momento voló hacia mí uno de los serafines. Traía en la mano una brasa que, con unas tenazas, había tomado del altar.” (Isaías 6:6 BAD).

Según el Stronng´s Concordance, la palabra H8313 y H8314 saráf, en español se traduce como “serafines”, que significa “ardiendo, serpiente ardiente”, pero también significa “estar en fuego, encender, arder, fuego”, por lo que el verso anterior en la versión Dios Habla Hoy, nos deja ver con un poco de más claridad a los seres de fuego que Dios tiene a su servicio.

“En ese momento uno de aquellos seres como de fuego voló hacia mí. Con unas tenazas sostenía una brasa que había tomado de encima del altar.” (Isaías 6:6 DHH).

Debemos saber que, en el ambiente espiritual, estos seres de fuego o

serafines, tienen la jerarquía más alta, obviamente bajo Dios, pero por sobre los querubines, arcángeles y ángeles. Se encuentran sobre el trono de Dios, alto y sublime, y son encargados de anunciar la gloria de Dios sobre la tierra y de proclamarle Santo, Santo, Santo; también los podemos ver participar en un evento muy especial y particular que involucra a la raza humana: El llama-miento ministerial del profeta Isaías.

Es notable que, durante 5 capítulos, Isaías abre su boca departe de Dios y envía una profecía en la cual declara el pecado del pueblo y hace ver la posición de Dios ante ellos, pero en el capítulo 6, él reconoce su condición humana y la necesidad que tiene de una interven-ción sobrenatural de parte de Dios para no morir en el intento de ser parte de la tarea profética que él Señor había predestinado para él. Ese es el preciso momento en el que, uno de los seres de fuego (serafines), es delegado para tomar con unas tenazas, del fuego de Dios que está en el altar, y llevarlo en su mano para la santificación y purificación del profeta.

Podemos ver entonces, que los seres de fuego son autorizados para acercarse al altar de Dios, de utilizar las herra-mientas necesarias para obtener el fuego de Dios y son el medio para poder transportar el fuego y llevarlo hasta la boca de Isaías, haciéndolo de tal forma que Isaías no fuera consumido, sino que fuera borrada su iniquidad y perdonado su pecado en preparación de su llama-miento ministerial.

“y con él tocó mi boca, y dijo: He aquí, esto ha tocado tus labios, y es quitada tu iniquidad y perdonado tu pecado”. (Isaías 6:7 LBLA).

Podemos también ver una fuerte relación de estos seres de fuego de Isaías 6 contra los 4 seres vivientes que están presentados en Apocalipsis 4, al notar que tanto los seres vivientes de Apocalipsis, como los serafines o seres de fuego de Isaías, tienen 6 alas y que ambos tienen la delegación de adorar a Dios diciendo Santo, Santo, Santo. Una característica muy importante

de resaltar de estos seres vivientes o serafines, es tener ojos por dentro, por fuera y rodeándolos y que les permiten primordialmente, hacer una introspec-tiva para luego poder ver lo que hay a su alrededor.

Si traemos a colación el verso que dice: “escribe al Angel de la Iglesia de…” (Apocalipsis 2 y 3) y hacemos referencia al pasaje donde dice: “Y de los ángeles dice: EL QUE HACE A SUS ANGELES, ESPIRITUS, Y A SUS MINISTROS, LLAMA DE FUEGO”.(Hebreos 1:7 LBLA) podemos ver la relación que existe entre las entidades angélicas y los ministros primarios puestos en la dirección de las Iglesias y la relación que los seres de fuego tienen en las mismas con respecto a la adoración a Dios.

Cuando en una congregación hay serafines o seres de fuego, existe un ambiente propicio para poder adorar a Dios y exaltarlo por lo que Él es, pues la capacidad de introspección es trasladada a los integrantes de la congregación, lo que permite autoevaluarse delante del Señor para lograr un arrepentimiento genuino, para luego poder ver lo maravi-lloso que Dios es y poder resaltar sus preciosas características, adorándolo en espíritu y en verdad.

Si bien es cierto que tenemos restringido dirigirnos en oración hacia las entidades angélicas, entre ellas, los seres de fuego, tenemos entrada libre para con el Padre, por medio de la sangre de Cristo Jesús, para pedirle de su misericordia y que podamos contar con la bendición de la presencia de sus seres de fuego y entidades angélicas que propiciarán la adoración y exaltación a Dios de la manera que El Señor se merece.

Hari Chacón

Seres de

Fuego

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“Yo seré para ella, dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella.” (Zacarias 2:5 RV60).

El fuego de Dios se manifiesta de diversas maneras, en este tema abordaremos la faceta del muro de fuego. Para entender al respecto de lo que es un muro acudiremos a la historia, en donde diversos gobernantes han construido grandes muros con el objetivo de proteger sus reinos e imperios para que sus enemigos no pudieran entrar a robar, destruir o conquistar. Algunos ejemplos de estas magnificas construcciones son la gran muralla China, la cual fue construida para protegerse de los invasores y el muro de Berlín en Alemania, que curiosamente fue construido para que los habitantes de esa nación no abandonarán su país; incluso en esta época el presidente de Estados Unidos busca construir un muro que impida la migración de personas indocumentadas a ese país.

En la Palabra de Dios encontramos que el muro de protección se encuentra desde el inicio de la creación. Cuando Dios puso a Adán en el huerto le dio instrucciones de “cultivar y cuidar” este lugar. La palabra hebrea para “cultivar” es “abad”, que significa: trabajar, y la palabra hebrea para “cuidar” es “shamar”, que literalmente significa “poner un cerco de espinos alrededor” con el propósito de proteger. Adán y Eva a causa de su desobediencia permitieron que ese muro fuera penetrado por la serpiente, perdiendo con ello su protección. “El que cava un hoyo cae en él, y al que abre brecha en un muro, lo muerde la serpiente.” (Eclesiastés 10:8).

En el libro de Nehemías observamos cómo habían sido destruidos los muros y las puertas de Jerusalén, los cuales fueron consumidos por el fuego de sus enemigos como consecuencia de haberse apartado de Dios. (Nehemías 1:2-4). Nehemías

clamó al Señor para que le permitiera restaurar los muros de Jerusalén, logrando lo que había propuesto en su corazón a pesar de las burlas y amenazas, instando al pueblo para que no se olvidaran de Dios mientras completaban la obra (Nehemías 4:14); de la misma manera debe existir este sentimiento en el corazón de los hijos de Dios que por causa de la desobediencia o pecado han permitido que su protección sea quitada ya que por medio del arrepentimiento genuino vendrá la restauración a sus vidas.

Después de la destrucción de los muros, Dios le entrego una promesa a Jerusalén para manifestarse como un muro de fuego alrededor de ella y mostrar su gloria en medio de ese lugar. Como vimos anteriormente, los muros de Jerusalén fueron destruidos con fuego, esta es la causa por la que Dios levanta muros de fuego, para dejar un mensaje muy claro, el muro que Él levanta jamás será destruido por un ejército enemigo, ese fuego consumirá a cualquier ejercito enemigo que se levante en contra de ellos. Esta promesa nos alcanza a nosotros, este muro para nosotros es un muro espiritual, más poderoso y seguro que cualquiera hecho de manos. Este muro no puede ser derribado, tampoco lo pueden perforar y nos defiende de nuestros enemigos (Isaías 26:1, Deuteronomio 3:24). Con el muro de fuego los límites de protección son ilimitados, nos acompaña y guarda en cualquier lugar en el que nos encontremos.

En Job 1:10-12 podemos observar cómo Dios había colocado un muro para proteger a su siervo, tal era la protección que el acusador sabía que le era imposible penetrar al territorio de Job, el versículo 10 nos enseña las bendiciones que como hijos de Dios obtenemos cuando Él levanta su muro a nuestro alrededor “siempre has puesto un muro de protección alrededor de él, de su casa y de sus propiedades. Has hecho prosperar todo lo que hace”:

La protección de Dios es permanente, nos cuida sin descanso (Salmo 121:4).

Protege nuestra casa, guarda la vida de nuestra familia y trae salvación (Isaías

60:18).

Nuestros bienes físicos estarán protegidos por Dios y nos provee absolutamente todo lo que necesitamos (Mateo 6:25-33).

Hace prosperar la obra de todo lo que hacemos, no límites las bendiciones que trae para tu vida en tu trabajo o empresa, a nosotros nos corresponde honrarlo por medio del diezmo y la ofrenda (Eclesiastés 7:12).

Al continuar estudiando la vida de Job, vemos que este muro de protección le fue quitado, como consecuencia su salud se vio afectada, sus hijos perecieron y perdió todo lo material que poseía.

A pesar de que el enemigo pensó que Job atribuiría despropósitos a Dios por todos los desastres y pérdidas que le acontecieron, fue testigo de cómo el entendió las grandes bendiciones que tenía al tener a Dios como protector. Al final de esta dura prueba, Job logro ver con sus ojos la gloria de Dios y cuando esto ocurrió recupero el doble de todo lo que tenía (Job 42:10).

En caso de que alguno de nosotros por algún motivo hubiésemos fallado y llegando a perder ese muro de protección, debemos saber que, por medio del arrepentimiento genuino del corazón y obediencia, Dios levanta nuevamente ese muro de fuego alrededor de nuestra vida (Salmos 51:17).

Muro de

FuegoJulio Lacán

Citas Bíblicas para estudio

1 Reyes 3:1

Salmo 122:7

Salmo 51:18

Isaías 62:6

Esdras 9:9

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En la antigüedad se creía que la vida surgió de cuatro elementos principales: la tierra, el agua, el aire y el fuego. Durante mucho tiempo estos cuatro elementos también representaron las cuatro formas conocidas de la materia, hasta que en el siglo XVII el físico y alquimista alemán Johann Becher propuso una versión diferente de esta teoría, planteando que la tierra y el agua son los elementos fundamentales, mientras que el aire y el fuego son solamente agentes transformadores de la materia.

De hecho, una de las formas como se define el fuego es: “el conjunto de partículas o moléculas incandescentes de materia combustible, capaz de emitir calor y luz visible, producto de una reacción química de oxidación acelerada.” (Wikipedia). Esta reacción química se conoce con el nombre de combustión y consiste en la transformación de los cuerpos líquidos o sólidos a un estado gaseoso. En otras palabras, el fuego tiene la capacidad de consumir las partículas de un cuerpo sólido y convertirlas en luz, calor o energía.

En ese sentido, es interesante que en varios pasajes de la Biblia se establezca una estrecha relación entre nuestro Dios y el fuego consumidor; en algunos casos se asocia con su naturaleza intrínseca (Hebreos 12:29) y en otros casos con la manifestación de su gloria ante su pueblo (Éxodo 24:17).

En este último pasaje podemos notar que existen tres niveles de acercamiento a nuestro Dios: Al pie del monte, en donde Moisés edificó un altar, ofreció sacrificios a Dios y roció al pueblo con la sangre del pacto (Éxodo 24:4-8); a la mitad del monte, a donde sólo subieron Moisés, Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel, en donde también

vieron al Señor, y comieron y bebieron (Éxodo 24:9-11); y finalmente, la cumbre del monte, a donde sólo subieron Moisés y Josué, siendo allí donde la gloria de Dios se manifestó como fuego consumidor (Éxodo 24:12-19).

Ahora bien, tal como su nombre lo indica, el fuego de Dios conlleva el propósito de consumir todo aquello que no es agradable delante de sus ojos; en el caso de quienes son pueblo de Dios, es para purificación, corrección o castigo, pero en el caso de sus enemigos es para destrucción, tal como veremos a continuación.

Cuando El Señor llamó a Moisés para que fuese el libertador de Israel, el ángel del Señor se le apareció a Moisés en medio de una zarza que ardía en fuego pero que no se consumía (Éxodo 3:2-5). Esto llamó la atención de Moisés porque él sabía que en el desierto las zarzas ardían a causa del calor extremo, pero todas eran consumidas por el fuego, pero cuando él se acercó para ver aquello, el Señor le dijo que debía quitar el calzado de sus pies por cuanto el lugar donde estaba parado es santo. Esto nos deja ver que la diferencia entre esta zarza y las otras era que había sido plantada en un lugar santo, de manera que también nosotros, en la medida que nos acerquemos a Dios en santidad, seremos envueltos por el fuego de Dios, pero sin ser consumidos, sino únicamente seremos purificados por Él.

Por el contrario, podemos ver que Nadab y Abiu, hijos de Aarón, ofrecieron fuego extraño delante del Señor “y de la presencia del Señor salió fuego que los consumió, y murieron delante del Señor”. (Levítico 10:1-2). Aunque estos hombres eran parte del pueblo de Dios, y más aún, siendo sacerdotes, mostraron irreverencia y falta de consideración al Señor, buscando otras fuentes de fuego y el fuego de Dios los consumió como un castigo por su mala actitud, además de convertirse en un ejemplo para todos los sacerdotes.

De la misma manera, cuando Coré, Datán y Abiram se rebelaron contra Moisés y Aarón, pretendiendo usurpar el sacerdocio, se unieron a ellos doscientos

cincuenta jefes de la congregación (Números 16:1-3). Tras mostrar su respaldo a Aarón, haciendo reverdecer su vara en una noche, el Señor hizo que la tierra se abriera para que los rebeldes, junto con sus familias y sus bienes materiales descendieran vivos al seol, mientras que los doscientos cincuenta jefes fueron consumidos por el fuego de Dios (Números 16:35), de manera que el fuego consumidor fue el castigo de la rebelión.

Por otra parte, el fuego consumidor también es enviado por Dios para destruir a nuestros enemigos, tal como le fue dicho al pueblo de Israel antes de entrar a Canaán (Deuteronomio 9:1-3). Después de esto, El Señor les dijo claramente que por causa de la maldad de esas naciones, Él las expulsaba delante de ellos, e inmediatamente les dijo tres veces que no dijeran en su corazón que por causa de su justicia y su rectitud iban a poseer la tierra, puesto que ellos eran un pueblo de dura cerviz y provocaron la ira de Dios.

Finalmente, debemos recordar que el fuego es el medio por el cual será probada la obra de cada uno de nosotros, de manera que debemos edificar sobre el fundamento que es Cristo, con oro, plata o piedras preciosas, para que, al ser probadas nuestras obras por el fuego, recibamos recompensa; pero si alguien edifica con madera, heno o paja, el fuego consumirá su obra y él tendrá pérdida (1 Corintios 3:12-15). ¡Maranatha!

Fuego

ConsumidorMarco Vinicio Castillo y Job Guzmán

Citas Bíblicas para estudio

Los idólatras (Deuteronomio 4:23-24)

Los hijos de Anac (Deuteronomio 9:2-3)

Los enemigos de David (Salmos 18:8)

El rey de Asiria (Isaías 10:12-16; 30:30-33)

Los profetas de Dios (Jeremías 20:9)

Los siervos inestables (Hebreos 12:22-29)

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El Fuego de Dios es algo Glorioso que se manifiesta en diferentes facetas y a su vez es algo de lo cual podemos como Pueblo de Dios echar mano para ser ministrados y libres de todo aquello que a Dios no le agrada. Un ejemplo de esto lo vemos en Isaías, que en una visión vio el Trono Alto y Sublime y el Fuego purificador que se mueve en medio de Su Altar (Isaías 6:1-8). Nótese que todo esto lo experimento Isaías por medio de la Revelación que el Señor le estaba dando en el momento. Juan es un ejemplo de esto también, Dios a Juan le da un Apocalipsis (Revelación) y en este Apocalipsis al Apóstol le fue mostrado el Fuego de Dios en diferentes facetas. Juan tuvo experiencia con el Fuego de Dios cuando vio los ojos del Señor como llama de fuego (Apocalipsis 1:14). Otro ejemplo de esto también lo vemos cuando lo llaman a Subir de lo terrenal al Trono del Señor, y allí él tiene otra experiencia con el Fuego, allí ve las siete Lámparas de Fuego del Señor.

LÁMPARAS DE FUEGO

“Del trono salían relámpagos, voces y truenos; y delante del trono había siete lámparas de fuego ardiendo, que son los siete Espíritus de Dios”. (Apocalipsis 4:5 LBLA). Estás Siete Lámparas de Fuego son Los Siete Espíritus de Dios, Espíritus que en su contexto se entiende que son llama de Fuego. Por otra parte, cuando a Isaías le muestran estos Siete Espíritus, le dejan ver cómo ellos iban a posar sobre el Mesías, el Renuevo que brotaría en la Raíz del Tronco de Isaí (Isaías 11:1-2 LBLA). Quiere decir que en esta proclama que el Señor nos ha regalado para este año, habrá un movimiento espiritual impresionante de Siete Espíritus de Dios como llamas de Fuego ministrando el Cuerpo Místico de Cristo.

LÁMPARAS DE FUEGO - OJOS LLAMA DE FUEGO

Al seguir estudiando bajo la guía del Espíritu Santo este pasaje (Apocalipsis 4:5), en su contexto también nos damos cuenta de que estos Siete Espíritus, son Siete Ojos del Señor que recorren toda la Tierra: “Miré, y vi entre el trono (con los cuatro seres vivientes) y los ancianos, a un Cordero, de pie, como inmolado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la tierra.” (Apocalipsis 5:56 LBLA). Por esta razón es que en el Apocalipsis de Juan (La Revelación) Juan vio los ojos del Señor como una llama de Fuego “Su cabeza y sus cabellos eran blancos como la blanca lana, como la nieve; sus ojos eran como llama de fuego” (Apocalipsis 1:14 LBLA). El nombre de cada uno de estos Espíritus lo encontramos en el siguiente pasaje: “Y reposará sobre Él, el Espíritu del SEÑOR, espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor del SEÑOR.” (Isaías 11:2 LBLA). Quiere decir que, todo aquel que se mueve bajo la influencia de estos Espíritus, se está moviendo en el Fuego del Señor tal y como lo hizo el Renuevo del Señor, Jesucristo.

ESPÍRITU DEL SEÑOR

Esto nos habla del Pueblo de Dios lleno del Espíritu Santo, definitivamente alguien que se mueve en el Fuego de Dios sin ser consumido es alguien lleno del Espíritu Santo “De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso que llenó toda la casa donde estaban sentados, y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba habilidad para expresarse.” (Hechos 2:2-4 LBLA).

ESPÍRITU DE SABIDURÍA

Alguien que se mueve en el Fuego del Señor es alguien que tiene sabiduría de lo alto y la demuestra por su buena conducta, esta sabiduría es la que proviene del Cielo, no es la sabiduría del mundo, sabiduría terrenal, animal y diabólica: “¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Que muestre por su buena

conducta sus obras en mansedumbre de sabiduría. Pero si tenéis celos amargos y ambición personal en vuestro corazón, no seáis arrogantes y así mintáis contra la verdad. Esta sabiduría no es la que viene de lo alto, sino que es terrenal, natural, diabólica.” (Santiago 3:13-15 LBLA). Alguien con Sabiduría del Cielo es alguien que es temeroso de Dios y en ese temor reverente se perfecciona la Santidad (Job.28:28; 2Corintios 7:1).

ESPÍRITU DE INTELIGENCIA

“... He aquí, el temor del Señor es sabiduría, y apartarse del mal, inteligencia.” (Job.28:28 LBLA). Solo Alguien lleno del Fuego del Señor y ministrados por Él puede llegar a apartarse del mal para agradar al Señor. No basta con saber qué es lo malo, es apartarse: “El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.” (Proverbios 28:13 RV60).

Por cuestión de espacio, no podemos terminar de explicar qué es que el fuego de Dios nos ministre con un espíritu de consejo, poder, conocimiento y temor del Señor. Sin embargo, pidámosle al Señor el ser fieles para que sus llameantes Ojos nos ministren y nos transformen a Su Imagen y que por medio de Él podamos alcanzar el propósito por el cual fuimos alcanzados “Mis ojos estarán sobre los fieles de la tierra, para que moren conmigo; el que anda en camino de integridad me servirá.” (Salmos 101:6 LBLA) ¡Maranatha!

Lámparas de

FuegoPablo Enriquez

Citas Bíblicas para estudio

Salmos 34:15

Salmos 33:18

Jeremías 24:6

Zacarías 3:8-9

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24 EDICIÓN 108 | MARZO 2019

(LBLA Isaías 4:5). ” Entonces el SEÑOR creará sobre todo lugar del monte Sion y sobre sus asambleas, una nube durante el día, o sea humo, y un resplandor de llamas de fuego por la noche; porque sobre toda la gloria habrá un dosel”.

Cuando el remanente de Israel sea purificado y la violencia sea eliminada; ese día el renuevo de Jehová será hermoso y glorioso, y el fruto de la tierra será el orgullo y el esplendor de los sobrevivientes de Israel… Así será cuando el Señor lave la inmundicia de las hijas de Sion, y elimine la sangre de en medio de Jerusalén…

Aquí tenemos una nueva alusión al remanente de Israel, que habrá pasado por la prueba del fuego, quedando así purificado. La palabra “renuevo” en hebreo es: Tsémaj, aquí se refiere a todo Israel.

Isaías 4:5 se ha traducido en el texto de la RVA según el Texto Masorético; pero es posible que la traducción que aporta la LXX sea correcta, al juzgar por otras profecías similares de una manifestación gloriosa y personal de Jehová sobre su santo monte. (DICC. siglo XXI)

Los traductores de la LXX leyeron ba’, “vendrá”, en lugar de bara’, “creará”: “Entonces vendrá Jehová sobre todo el lugar del monte Sion…” Esta manifestación divina sería semejante a la columna de nube; que en los gloriosos días del éxodo, daba de día su sombra protectora a Israel en el desierto, y de noche se convertía en fuego llameante para alumbrarles en el camino. (LBLA Exodo.13:21-22).

También en el día de Jehová, la misma nube constituirá una cobertura de gloria para todos en Sion. A esta altura, Isaías nos presenta con claridad su visión del

remanente de Israel que volverá a Dios. Recordemos que todo lo que le sucede a Israel es figura para nosotros, la iglesia de Cristo.

Por esta razón es que creemos también que en este año que fue proclamado RENUEVO, es el año de los hijos. Por consiguiente, es el tiempo en que el señor ha marcado un volver a casa para aquellos que se habían alejado; ya que en su infinito amor los limpiará y cubrirá guiándoles de día y de noche.

La palabra “dosel” H2646 kjupá toldo: tálamo, dosel. Que a su vez viene de la raíz:

H2645 Kjafa cubrir, proteger, cubierta, techar.

“Y él, como un novio que sale de su tálamo, Alegrase cual gigante para correr el camino.” (LBLA Salmo 19:5).

“Reunid al pueblo, santificad la asamblea, congregad a los ancianos, reunid a los pequeños y a los niños de pecho. Salga el novio de su aposento y la novia de su tálamo”. (Joel 2:16). La idea de la palabra es algo que cubre y protege.

En Isaías 4:5 vemos que en todo lugar donde existe el pueblo de Dios, Él provee este “dosel”, que es una defensa o protección para su pueblo. En el versículo 6, el profeta nos da el propósito del “dosel”: “que servirá de cobertizo para dar sombra contra el calor del día, y de refugio y protección contra la lluvia y la tormenta”.

Notamos entonces que la nube los cubria de dia, pero el resplandor de llamas de fuego los cubria durante la noche (angustia). Esto nos deja ver una figura impresionante, de que nosotros debemos caminar de la mano con Cristo, y buscar la llenura del espíritu santo; como sucedió en el día de pentecostés, para poder cubrirnos con el fuego ardiente de Dios. “Y se les aparecieron lenguas como de fuego que, repartiéndose, se posaron sobre cada uno de ellos”. (LBLA Hechos 2:3). Así podremos caminar en la noche, que es figura también de pruebas.

“El SEÑOR iba delante de ellos, de día en una columna de nube para guiarlos por

el camino, y de noche en una columna de fuego para alumbrarlos, a fin de que anduvieran de día y de noche”. (LBLA Éxodo 13:21). “No quitó de delante del pueblo la columna de nube durante el día, ni la columna de fuego durante la noche”. (LBLA Éxodo 13:22).

Quiere decir que debemos andar de dia y de noche en la presencia de Dios, con el resplandor de fuego del Espíritu Santo.

“Durante el día los guiaba con una nube, y toda la noche, con una columna de fuego”. (NTV Salmos 78:14).

Dios también peleara por ti y confundirá las mentes de todos aquellos que quieran hacerte algún daño, pero solo si permanecemos bajo la cobertura y el resplandor del Señor. “Pero poco antes del amanecer, el SEÑOR miró al ejército egipcio desde la columna de fuego y de nube, y causó gran confusión en sus fuerzas de combate”. (NTV Éxodo 14:24).

Debemos caminar confiados de que Él está con nosotros todos los días, y creer que donde nos reunimos en su nombre, allí estará la nube y el fuego de DIOS. Esa misma gloria “KABOD” que estuvo con ellos, está también con nosotros hoy; por esa razón Él nos dice:

“Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz y la gloria del SEÑOR ha amanecido sobre ti”. (LBLA Isaías 60:1).

Resplandor deLlamas de Fuego

Pablo Orellana

Citas Bíblicas para estudio

1 Reyes 3:1

Salmo 122:7

Salmo 51:18

Isaías 62:6

Esdras 9:9

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25EDICIÓN 108 | MARZO 2019

“Y el ángel tomó el incensario, lo llenó

con el fuego del altar y lo arrojó a la

tierra, y hubo truenos, ruidos, relám-

pagos y un terremoto.”

Apocalipsis 8:5 LBLA

El incensario con fuego para quemar

el incienso se utilizaba en el día de la

expiación (Levítico 16:12); era un día

en el que el sumo sacerdote ofrecía

sacrificios por expiación de pecados,

por él mismo y por el pueblo, para ser

purificados. La respuesta del Señor

venía por fuego (Levítico 9:24) que

consumía el holocausto.

El fuego del altar sirve para expiación

y purificación, como el caso de Isaías

(Isaías 6:5.7), que considerándose de

labios inmundos, un serafín toca su

boca con fuego del altar, con lo que le

fue quitada su iniquidad y perdonado

(literal: expiado) su pecado. Esto es

para los que le temen al Señor y para

sus santos.

Al principio de Apocalipsis 8 se

menciona que el humo del incienso

subía con las oraciones de los santos,

se puede ver que el fuego del altar es

una respuesta a estas oraciones y en

lugar de expiación, trae juicios sobre

los impíos y los perseguidores de los

santos.

Analizando el caso de Moisés y la

rebelión de Coré (Números 16), cuando

se alzaron contra Moisés, Moisés dice

que el Señor mostrará quién es de Él

y quién es santo, y manda a Coré y a

todo su grupo a que tomen incensarios

y que pongan fuego en ellos (Números

16:6,7) de manera que a quien el Señor

escoja será con quien Él esté. Moisés

aún intenta hacerles ver la magnitud

de la rebelión e iniquidad que estaban

cometiendo, pero ellos no lo ven y se

presentan cada uno poniendo fuego

en su incensario (Números 16: 18). A

continuación el Señor mismo habla a

Moisés diciéndole que se apartara de

la congregación para que los destruya

en un instante, pero Moisés intercede

por el pueblo por lo que la destrucción

solo viene sobre Coré y los que se

rebelaron con él (Dios escucha a sus

santos). Además de que la tierra se

abre y traga a todos los hombres de

Coré, sale también fuego del cielo que

consume a todos los que ofrecían el

incienso (Números 16:35).

Aún viendo esto, el pueblo continúa

murmurando contra Moisés, lo que

aviva la ira de Dios para destruirlos,

pero en esta ocasión Moisés dice a

Aarón que tome su incensario, y ponga

en él fuego del altar (Números 16:46)

y eche incienso en él, para que haga

expiación por ellos, Aarón así lo hace y

la plaga se detiene.

Coré y su grupo no contaron con el

fuego del altar, solamente en el caso

de Aarón cuando hace expiación por

el pueblo especifica que el fuego que

echa en el incensario es fuego del

altar. El fuego que tenían Coré y los

suyos era un fuego extraño, inclusive

el Señor manda a que los incensarios

que ellos usaron sean hechos láminas

para cubrir el altar, como señal y

recordatorio que ningún extraño deba

acercarse a quemar incienso delante

del Señor, “como recordatorio para

los hijos de Israel de que ningún laico,

que no fuera descendiente de Aarón,

debería acercarse a quemar incienso

delante del SEÑOR, para que no le

sucediera como a Coré y a su grupo, tal

como el SEÑOR se lo había dicho por

medio de Moisés” (Números 16:40).

En otro caso, también se ve que Nadab

y Abiú toman sus incensarios y ponen

fuego en ellos pero ofrecen fuego

extraño delante del Señor y el fuego

de Dios sale y los consume y mata

(Levítico 10:1,2).

El fuego del altar hace diferencia entre

los santos y los enemigos de ellos.

Para los santos sirve de purificación y

expiación, para sus enemigos y los que

presentan fuego extraño es juicio.

Fuego del

AltarPablo Arana

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