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Estudiante de Ciencia Política y Gobierno de la PUCP y miembro de la comision de investigacion de INTERNACIA. La Cooperación Internacional y su importancia en la protección del medio ambiente Por Daniel Hermoza

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Artículo de Daniel Hermoza, estudiante de Ciencia Política y Gobierno de la PUCP y miembro de la comisión de investigación de Internacia.

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Estudiante de Ciencia Política y Gobierno de la PUCP y miembro de la comision de investigacion de InternacIa.

La Cooperación Internacional y su importancia en la protección del medio

ambiente

Por Daniel Hermoza

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Antes que nada, no hay que pensar que Heráclito de Éfeso era un belicista, al contrario: como buen filósofo, no tenía una muy buena opinión de los hobbies de sus compatriotas, como dedicarse a las artes guerreras o acudir al ágora a escuchar los mitos relatados por los poetas una y otra vez. En este fragmento, “guerra” alude al concepto de pólemos, que es “esta lucha (…) es principio del devenir en el cosmos y garantiza asimismo su unidad” (Carrión: 2012). El pólemos se entiende como la oposición entre contrarios que es la base de la armonía del universo, y “en efecto, es gracias a la discordia que existe la multiplicidad: por medio de la oposición, las cosas se definen y diferencian unas de otras” (Carrión: 2012).

Siguiendo la explicación de la profesora Carrión, Nietzsche di-ría que Heráclito se inspiró en las diversas actividades humanas -como los deportes o el debate político- que son competencias agonales, que se definen como “fiesta en que los competidores se enfrentaban por un premio” (Carrión: 2012), y donde afloraban los talentos y dones de las personas. Estas contiendas agonales estaban guiadas por un espíritu de competencia sana. Sin embar-go, existía la Eris destructiva y aniquiladora, quien era la diosa griega de la discordia, la que inducía a la envidia y tuvo el mérito de enervar los ánimos masculinos de Paris y Menelao para llevar a sus naciones a una interminable guerra. Esta Eris destructiva hace que “estos combates no están guiados por el espíritu deportivo de las contiendas agonales, sino por una voluntad despiadada y aniquiladora. Nietzsche ve en ello una degeneración del hombre griego, quien se vuelve perverso, cruel y vengativo” (Carrión: 2012).

Esta faceta de la diosa de la discordia es la que vemos en los con-flictos militares del pasado y de hoy. Existe todo un debate acerca de lo que son las guerras “justas” y legítimas, pero la praxis bélica supera ampliamente los motivos. No hace falta hacer

“La Guerra es el padre y el rey de todas las cosas; a unos los muestra

como dioses y a otros como hombres, a unos los hace esclavos

y a otros, libres”

Fragmento B53 de Heráclito

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un recorrido a través de la historia militar (donde la guerra exce-día al campo de batalla y se producían saqueos en las ciudades -algunos tan épicos como el de Constantinopla en 1204-), violacio-nes masivas, incendio, relegación a la servidumbre para los ven-cidos, ejecuciones sumarias y confiscación de todos los bienes):. lLa literatura y el cine dan incontables ejemplos de la naturaleza deshumanizante de la guerra al mostrar , se muestra a la irracio-nalidad que llevan a cabo los de los sujetos de la forma más cruen-ta y visceral posible. Después de ver cualquier película dramática sobre la Segunda Guerra Mundial y sus horrores, quedan penan-do las escenas de separación de familias, odio desmedido y una situación cada vez más desesperada. Ahora, la Eris aniquiladora no solo se manifiesta en consecuencias negativas para los seres humanos, sino para el entorno y a nivel general, en el planeta en-tero. Con la industrialización, surgieron armas que permitían un alto grado de destrucción indiscriminada, orientadas a la incapa-citación total del enemigo. Solo hace faltar alguna fotografía de las batallas de Verdún o del Somme, donde el usualmente paradisiáa-co paisaje de la campiña francesa quedaba reducido a un desierto lunar, seco y estéril, por el castigo de los tanques, las trincheras, el gas mostaza ymostaza y el fuego de metrallas.

A lo largo del siglo XX y nuestra época en la actualidad, el con-flicto ha ido a la par de la destrucción del medio ambiente, con-tinuando con el mito del “enemigo” para justificar su accionar,

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razonando que el daño al país antagonista será solo negativo para él, pero eso no es cierto. Debemos asumir que el planeta es una in-trincada red de agentes, un delicado equilibrio donde cada miem-bro del ecosistema cumple una determinada y vital misión. La Tierra quizá sea un planeta gobernado mancomunadamente por un conjunto de Estados nacionales, pero eso a nivel ecológico, es irrelevante, y con el intercambio comercial a escala internacional, lo es aún más. La Amazonía, por ejemplo, es un ecosistema que no distingue las fronteras políticas, por lo que la existencia de una amenaza a este espacio natu-ral es un problema que invo-lucra a todos los Estados que la ocupan, e incluso a todos los Estados en general. Por ello, es inconcebible que el Perú deci-da acordonar su porción de la Amazonía y desentenderse de lo que pueda suceder en Brasil o en Bolivia.

En referente a esta problemática, Mitrany ya nos hablaba sobre el funcionalismo liberal, que plantea consiste en que los Estados ya no tienen la capacidad para satisfacer apropiadamente los intere-ses de sus ciudadanos, por lo que deben buscar alianzas. En una jerarquía entre políticas altas y bajas, los Estados pueden cooperar en asuntos que son aparentemente inocuos a su seguridad y a sus intereses geopolíticos, como lo son educación, salud y, por qué no, medio ambiente. Es sabido que la contaminación es un problema mayúsculo, debido a sus notorias consecuencias sobre la calidad de vida de las personas, en el resto de seres vivos, en el clima y en la productividad económica, pues se genera pobreza por diver-sas razones y se reduce drásticamente el poder adquisitivo de la gente. Podríamos argumentar también, siguiendo a otro autor li-beral como lo es Keohane, que las instituciones, entendidas como marcos normativos, son las que mitigan la incertidumbre de la anarquía y permiten moldear el comportamiento de los Estados.

Con estas reglas tanto objetivas como subjetivas, los gobiernos pueden superar su naturaleza belicosa y conformar una coope-ración efectiva. Todo esto se puede articular también con la pro-puesta de la Paz Democrática, que traduciendo del texto original,

“La Tierra quizá sea un planeta gobernado mancomunadamente por un conjunto de Estados nacionales, pero eso a nivel eco-lógico, es irrelevante”

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consiste en que: “(…) las democracias no luchan unas contra otras, la teoría (filosofía kantiana) y la evidencia revelan que las demo-cracias son pacíficas y que son más proclives a cooperar unas con otras en alianzas y en relaciones económicas (Milner: 2007)

Finalmente, hay que aterrizar sobre el caso concreto de la Ama-zonía. La OTCA, que es la Organización del Tratado de Coope-ración Amazónica, propone diversos objetivos para proteger este espacio ecológico. Se busca una cooperación integral en la región amazónica, dando pie a realizar acciones contra la deforestación indiscriminada y a promover el aprovechamiento sostenible de los recursos de la zona. También tiene una función social, pues se especifica como meta: “Reforzamiento de los mecanismos ins

titucionales y políticos sobre pueblos indígenas y comunidades tribales de la OTCA” (SELA: 2013). Junto con la actual COP20 des-envolviéndose en Lima, confío en que estos espacios de diálogo, auspiciados por múltiples entidades tales como el Ministerio de Relaciones Exteriores de El Salvador y el Banco de Desarrollo de América Latina, servirán como vía de comunicación efectiva entre los distintos Estados latinoamericanos para solucionar el desafío que plantea conservar la Amazonía. Hagamos de la cooperación ambiental una suerte de competencia agonal, en pos de buscar resultados positivos para el entorno y para la gente.

REFERENCIAS

1 Carrión, Úrsula. LaBuenaEris:Reflexionesentornoalalógicaagonal enHeráclitoyNietzsche.2012

2 Mitrany,David. TheFunctionalApproachtoWorldOrganization.1948

3 Keohane,Robert. Institucionesinternacionalesypoderestatal.1993

4 Milner,Helen.InternationalRelations.En“ACompaniontoContemporaryPoliticalPhilosophy”, editado por Goodin, Pettit y Pogge. Blackell Publishing:2007.

5 SELA.OrganizacióndelTratadodeCooperaciónAmazónica,laCoope raciónInternacionalylaAgendadeInclusiónSocialAmazónica.2013 (http://www.sela.org/attach/258/EDOCS/SRed/2013/07/T023600005140- 0-OTCA-_COOPERACION_INTERNACIONAL_E_INCLU SION_SOCIAL_AMAZONICA.pdf)