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PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA PUBLICACIÓN SEMESTRAL PRIMER SEMESTRE DE 2007 EDICIÓN No. 15 ISSN 179-44422 Poesía Cuento Jurídico Otros Escritos

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Page 1: EDICIÓN No. 15

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

PUBLICACIÓN SEMESTRAL

PRIMER SEMESTRE DE 2007

EDICIÓN No. 15

ISSN 179-44422

PoesíaCuento JurídicoOtros Escritos

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REVISTA CÓDIGOFACULTAD DE CIENCIAS JURÍDICAS

Pontif ic ia Univers idad Javer iana

No. 1 de 2007Publ icación Semestral

DirectoraPaula Morales

Consejo Editor ia lSarah CoralJohn PachónLaura Tél lez

FOTOGRAFÍA E ILUSTRACIÓNJuan Sebast ián Rojas

Andrés Fel ipe Ort iz

DISEÑO Y DIAGRAMACIÓNJuan Sebast ián Rojas

JAVEGRAF

IMPRESIÓNJAVEGRAF

Page 3: EDICIÓN No. 15

La vida es un viaje, un viaje que nos lleva a mundos donde debemos enfrentar retos que al principio parecen complicados, imposibles y hasta inalcanzables, de no lograrlos corremos el riesgo de no poder continuar nuestro viaje por el saber, por los maravillosos mundos de la imaginación, de la fantasía y el relacionarnos con el otro.

Cuando tuve la oportunidad de ser la directora de la revista que hoy tú lector tienes en tus ma-nos, me dio miedo, sentí cómo podía embarcarme en un nuevo viaje, en una nueva aventura, de la cual desconocía todo lo que conllevaba hacerla. No te niego que me dio miedo, pensé en rendir-me, pero en mi aventura se embarcaron tres expedicionarios que estaban dispuestos a dar lo me-jor de ellos para lograr el mejor de los resultados la decimoquinta edición de la revista. Me acom-pañaron sin rendirse, sacando un tiempo extra de sus labores académicas de los libros, trabajos y parciales para mostrarme que este nuevo mundo no seria tan complicado y que no estaba sola.

Cuando llegó el momento de la convocatoria, pensé que serían pocos los que se atreverían a aceptar la invi-tación a unirse al mundo que estaba explorando, pero sucedió todo lo contrario el e-mail de código recibió escritos de muchas y muchos que se tomaron un momento entre hablar con sus amigos por msn y hacer un trabajo para la u, enviaron sus creaciones y es a ellos a quienes les doy las gracias, de lo contrario no hubiera logrado esta maravillosa edición, no les niego que deseé poner todos los escritos, pero el espacio no alcanzó.

Pero el viaje no termina con la convocatoria, luego viene la planeación de la revista y por último ver cómo mis esfuerzos unidos con la ayuda de mis tres aventureros, el apoyo incondicional del Dr. Pablo Quintero, Decano del Medio Universitario de la Facultad de Derecho y los lectores que se interesan por el arte dejando de lado los libros, se concreta en esta revista Código la cual intenta unir el arte con el derecho o el derecho con el arte. La verdad no he entendido bien cómo es y por eso es que mi viaje no ha terminado, simplemente esta comenzando…

Quiero agradecer especialmente a todos aquellos escritores, a quienes han creido en mi; Sarah, laura, John y Moni Arias gracias porque nunca me han cortado mis alas.

Paula Morales Borrero.

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Editorial

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Titulo

H abía una vez una palomita…había una vez un bosque…había una vez una palomita con un pollue-lo en camino y un nido sin hacer…había una vez millones y millones de pajitas, de musguitos y de

hojitas cual colchones. Había una vez una palomita deslumbrada ante tanta variedad y el invierno casi próximo. Había una vez una palomita intentando llevar en sus alas todo el bosque… Había una vez un conejito comiendo zanahorias; cada día se almorzaba una…y, después de su ritual ali-menticio, se daba una siesta, y luego se paseaba por el bosque…Había una vez un conejo revolcándose de risa y una paloma fatigada, con sus plumas cual antenas…Había una vez un conejo con anteojos…y una paloma sin cola…Había una vez una lluvia, un conejo y una paloma escampando bajo una roca…Había una vez una luna y un sol…Había una vez una paloma y un conejo despidiéndose con beso en la mejilla…

Había una vez una palomita que, con “tres ramitas (♣ ♣ ♣ )”, logró hacer su nido…Había una vez un naciente, tímido y suave gemido…Había una vez tres águilas imperiales y doce halcones mirando a la pobre palomita y al indefenso pollue-lo…Había una vez, no una cena reñida, sino un “baby shower”. 

Sin titulo Había una vez un niño y una hermosa naranja en su árbol y anocheció y amaneció, y la naranja al piso cayó, más ya no tenía jugo sino vinagre y las semillas ya no eran semillas sino larvas de mosquitos.

Había una vez un niño deslumbrado y un hermoso jardín, no era capaz de tocar siquiera, uno de los pétalos, con sus inocentes manos más vino un rebaño de cabras y arrasó con el cultivo y quedaron solamente unos cuantos abrojos, unas cuantas espinas.

Había una vez un niño con mucha hambre y un pavo real: ¡qué lindos sus colores! , ¡qué agudo su cantar! más vino un zorro y de un mordisco se tragó el avecilla quedando solo plumitas y dos gotas de sangre…

Había una vez un hermoso balón a la orilla del río y un niño que no sabía nadar y, de repente, una crecida arrasó con la pelota dejando solamente un ruido Hubo una vez un niño que no quiso ser más niño…

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Critica a lo que debe ser

Sin

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Sin

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Sin título No es de extrañar que el sol brote más, o no muestre su faz durante todo el día.

No es de extrañar que las nubes lo quieran solamente para sí...

No es de extrañar que hayan días sin nubes, no es de extrañar que hayan noches sin estrellas, y no porque haya nubes, sino porque hay noches estrelladas, que no dicen nada...

No es de extrañar que una estrella en vadeo suscite un deseo No es de extrañar que un niño distraiga mi pluma, se lleve mis versos. No es de extrañar que una gota se torne una fuente, y la fuente un río, un río caudaloso, que no respeta su cause. No es de extrañar que los libertinos una vez envejecen, quizás, se vuelvan beatos y cuenten historias y narren hazañas: ¡no hubo caídas ni platos quebrados! No es de extrañar que los puritanos anhelen propuestas, ardan en pasión. No es de extrañar que haya un jardín y en él una flor, una flor elegida, una flor con espinas.

No es de extrañar que el jardinero se puye y riegue su sangre y duerma en cultivo con una esperanza.

No es de extrañar que algunas flores también se marchitan. No es de extrañar que, a veces, la historia se repita porque, desgraciadamente, los viejos, a veces, tienen la razón. No es de extrañar que las casas se caigan, que el puente se quiebre, que el fuego se apague. No es de extrañar que el viento arrase el castillo. No es de extrañar que haya pueblos sin gente. No es de extrañar que la reina muera en soledad. No es de extrañar que... se acabe la tinta, se agote el papel y no tenga dinero; mas sí una esperanza...

AHMOS Teología

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Critica a lo que debe ser

Ahora me miras a los ojos, esperando a que te ayude,Buscando una respuesta distinta a los que solían estar contigo,Buscando significado algunoQue sustente que la justicia puede estar a tu favor.

Ya que te puedo decir,Las barreras el papel, y la consecuencia tu encierro,Tus lágrimas no remedian nada,Ya acostumbrado a esto hablas con un hombre de piedra,Que te seguirá diciendo lo mismo “la ley es la ley así dura sea”Para mi ya eres una más tras las rejas,Para otros un alma que extrañarán, Y para tus demandantes, un favor al sistema.

Somos tan fríos, tan intocables al destino, Tan cercanos a una realidad, que solo la acogemos para regular.Creo que es el momento donde lo entiendo todo,Lo manejo todo, pero no comprendo porque soy así.El sufrimiento se convirtió en una situación fácil de manejar. El despojo fue sinónimo de lágrimas, pero gratitud a la justicia.

Me agrada mi trabajo, me entrenaron para esto y para esto soy bueno,Me encanta el control, el orden y lo específico, Saber que camino y que todo esta regulado,Es como vivir dentro de una esquizofrenia jurídica que limita mi vida.Y es ahí donde me asusto, es ahí donde el orgullo y el ego caen,Donde la pregunta intimida y es la que dice,¿Trabajo para ellos o ellos trabajaron conmigo?, Una víctima más de sus caprichos, Un resultado perfecto de lo ya escrito, Y ahora sigo preguntando,¿Quién soy yo?, o quién solía ser antes de decidir y suponer la perfección del texto convertido en sociedad,Quizás siempre hay algo que nos envuelve y nos lleva más allá,Pensé que lo había conseguido,Pero nuestro destino, debe ser otro.

Señora, veo que cesaron sus lágrimas y usted me ha traspasado su angustia,Disculpe si hable mucho, disculpe el silencio, Y discúlpeme; ya que no puedo hacer nada por usted,Sino esperar que mi inteligencia logre entender Que existe la falla, y que más que el derecho,existen personas que se sujetaron a el.

Juan Villamíl

Sin Titulo

Desde donde llora el país de las piedras,Coloridas y siniestras,Verdaderas e inciertas,En medio de la turbulencia de sus condenas.

¡Qué amargura guarda el país de la esperanza,Y que el tiempo ya no alcanzaPara desdibujar sus caras marcadas!

Para qué o para quién viveSumergida en un sueño inverosímil,de progreso y reencuentro.El macondo de García Márquez… nuestro macondo eterno

¿será que busca su libertadperdida en la selva de la dignidad?¿O, por el contrario, que sus amores ha olvidado, Y a la suerte nos ha arrojado?

Así, terminé odiando melodías, calles y lugares…la consecución de lo casi imposible,el fin jamás pretendido, la burla y el regocijo,un terrible derramamiento para el resultadode un corazón ahogado.

El absurdo diálogo del violín con la nadaBuscando notas y airesen Venus y en Marte… ahora inertes,Sin tierra prometida, sin luz de día.

Como quien tira tanto para arribaque termina por olvidar lo que teníaabajo, tierra de atajos y atracos,de párpados cristalinos y ojos caídos,que se consagran en un mismo sentidopara ver lo que conscientemente ya han visto.

Sarah Coral Cadena

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II IIAPOLOGíA A LA TRISTEZA I

Mira en mis ojos lo triste,lo inimaginable,lo viejo y mundano.

Mira en mis ojos la ceniza, la cárcel, la lágrima que nunca correpero que siempre querrá salir.

Mira en mis ojos la tarde que muere lentamente con cada día que pasa,mira los años que corren robándose mí ser, mi alegría.

Mira en mis ojos el vacío de un alma sola,de un canto mudo,de un ser ajeno a ti, al mundo, a todo.

Mírame!mira la pobreza de un hombre sin esperanza,sin ganas de reír,sin motivos de luchar,deseando morir,deseando cerrar los ojos por siempre,para no volver a ver el mundo nunca más,

Y así evitar que el mundose refleje por siempre en sus ojos.

Juliana Burgos Sánchez

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TRISTE-II III

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BÚSQUEDA

El miedo lo acobarda sin cesar,su luz se está apagando sin control,las nubes se juntan,las voces cantan en el vacío

Las otras miran con pasión,huye de ellas el pecadosiempre siguen lo que no haceny sienten las piedras que nunca existen

Yo lo siento,yo lo hago, lo aspiro,quizá lo logro.

La única hoja de papel verdaderallena el corazón imaginado pero sucio;No camina, solo vuela en su alrededor.Hasta que el sol le sonríaserá feliz algún día.

En épocas de don Quijote la elegancia retornay el caballero es leal a su propia historia….

Maria Alejandra Cubillos Morales

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LA CABALLERÍA HEREDADA

De una corbata vinotintodonde se mezcla lo oscuro y lo bellosale un traje muy bonito luciéndolo don Danilo,que es aquel reflejo de la elegancia anhelada,la inteligencia infinita y la cortesía plasmada.

Caminando por su lucero don Danilo de Sta Maríalleva junto a su pecho una gran rosa para Mandía…por, solamente mirar su amada rosa, se tropieza con una piedra de color gris.El movimiento es tan rápido que queda extendido enel piso como una mancha en una pared agrieteada, sin embargo, susojos tristes, nunca se ven.

Él, noblemente levanta sus blancas y lujosas manos,limpia suavemente su ropa, sigue la sendacon su fina mirada al horizonte,sin interesar su percance…

Al cruzar la calle,don Danilo con su paso firme y muy erguido,ojos brillosos y campantes,alcanzó a percibir unos colores amontonados,en un círcul,o donde el ruido se apoderaba de la calle,que nunca había montón ni música resonante como en los barriosque comúnmente se les llama populares.

Don Danilo, nunca acostumbrado a tan deficiente delicadeza,se dirigió hacia ellos lentamente y, en medio de las voces dijo:¿qué sucede?¿ por qué tanto alborotoen una calle tan opaca y angosta como esta?El silencio retumbó en los oídos de don Danilo.Al sentir la fuerza de la indiferencia sacó su divina espada, de un color plateado y reluciente textura violenta,y amenazó a aquellas personas transformadas y agobiadas por la ignorancia y afirmó:Vuestros corazones deben ser llenos de glamour y educación,no entiendo por qué tan negra vuestra expresión a tan excelente lugar, ¿no les da vergüenza notar las acciones desordenadas ysinceras que les brinda la gente tan distinguida que vive en este lugar?

¡Sin ser ofendidos, ¿ serían tan amables de retirar su sombradesubicada de aquí?!

Las personas que estaban allí al sentir esa presencia tan seria yfortaleciente sobre la silueta de sus cuerposatacaron a don Danilo con unos palos no agradables, sucios y pobres…

Don Danilo cayó lentamente hacia el suelo cortando yamargando el viento, su llanto del alma fue imborrable, cerró susojos y su piel blanca se torno de colores dramáticos abriendo su perfil.

Él había querido ser un luchador admirable sobre seres marchitos,entre paraísos nunca soñados, ni vividos por ellos, pero,desgraciadamente, esas lágrimas incorrectas de su situación sedespertaron después que abrió sus ojos…

Ya había terminado todo,su alrededor era brillante, como todos los días confundidos en un reloj,la calle estaba sola, no había nadie, ni siquiera las nubes con suhermosa sonrisa volando en cualquier lugar.

Nuevamente su gabán y sus botas estaban llenas de pétalosarrugados por la suciedad caída de su ambiente de pesadilla.pero con su mano limpó su ropamiró todo y siguió su camino…Después de los pasos eternos y las horas despaciosasllegó a su casa en la montaña más verde y limpia que se pudieracaptar. Esa casa era amplia, espacio triste y agonizante.

Al llegar a don Danilo, le llamó la atención una linda mujer allado de su casa,lucía un bello traje gris con perlas delicadas,la luz iluminó la mente de don Danilo en torno a su adorada Mandía.Él no pudo retener sus sabias palabras que salían de su boca,entonces dijo¡Oh que bella eres como cuando la luna te mira,cuando una flor nace en un arco irisy tu figura tan esbelta igual que una modelo de perfección!

Al pasar segundos de ilusión mirando a esta mujer reaccionó confranqueza y, se dio cuenta, que era un áspero posteque había confundido,sin interpretar,abrió la puerta de su casa,su soledad lo aparto del mundo. Siguió con su jugosa decencia toda su vida hasta morir.

María Alejandra Cubillos Morales

Filosofia

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H oy un ángel tocó mí puerta, me dijo que se sentía mal, que estaba mareado y se iba a caer, aquel día, que nombro como hoy, se puso gris, triste, apagado y de pronto, ese día, hoy; empezó a llover. Pedacitos de vidrio molido y brillante se estrellaban en su frente y en su alma y,

con su mirada, volvió líquido ese vidrio y pronto vi empapada mi alma.

Sus alitas, cayó con ellas al barro y una de ellas lucía peor que la otra, porque sangraba y como que quería salir corriendo; le dije que le podía ofrecer un abrazo, y me lo rechazó, dijo preferir un poco de agua y calor dentro, en mi casa. ¿Qué pensarían los ángeles de éste que tocó hoy en mi puerta? Le deben tener rabia, por bella. Padecía del mismo error de las mujeres, era bella, digo, era bello ese ángel, que cojeando y con lágrimas grises y borrosas en la piel, pantalón apretado y blusa ajustada, entró y se puso cómodo en la sala de mi casa.

Le ofrecí miradas, abrazos, amor, besos y tal vez una lamida, pero no. Sólo quería agua, como siempre.

Entonces como perdido ante un día tan extraño (imagínese usted que un ángel toque su puerta) fui por agua, por que ahora yo también tenía hambre y sed.

Ella, ¡digo!, él, no entendió el hambre y solo me miró, mientras tomaba con premura su vaso de agua, con limón, y azúcar; es decir, limonada.

Y ya, se levantó, como siempre decía, (así no estuviera ni mojada ni embarrada) gracias. Se fue. Y dejó un camino negro y triste tras ella, digo, él, que el viento presentía, por su forma de caminar, que no iba a volver.

A veces siento que golpean la puerta, y es que golpean la puerta, pero no es ella, que me dejó con esta puta soledad y una pluma de su ala rota.

David Esteban Fernández Cely

Literatura

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que causó ella, digo, él.

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L a fuente tallada continuaba serena susurrándole a los arbustos, se acomodó, como siempre, en la banca que daba justo a la proyección diaria del atardecer en el filo de las montañas enmarcadas por centenarios pinos. Como una

ráfaga helada de viento, una hermosísima mujer, que él reconoció de inmediato, se sentó junto a su bastón incomodándolo un poco. - ¿Llegaste por casualidad o todavía me espías? - Le preguntó sombrío. El sarcasmo era evidente, aunque no tanto como el placer que le implicaba pronunciarlo. – un mal día, ¿eh? Se que te alegra verme igual.- respondió ella como una sonrisa sutil – Gruñó y continuó observando su atardecer. Ella lo envolvió con historias de su día, haciendo ciertas pausas para respirar y con el rabillo del ojo chequear si se estaba riendo como de costumbre. La tensión se rompió, se levantó de la banca agarrando su bastón y, de gancho con ella, recorrió el parque, burlándose de las parejas alrededor, teorizando sobre los pensamientos del tipo que trotaba jadeado al borde de un paro cardiaco, incluso le recitó versos, del que para él, era el más importante poeta que había engendrado Costa Rica. En medio de la risa que provocó un chiste in-tencional, ella concretó su tercer intento de aterrizar en el hombro de él, dejándolo sentir sus pestañas entre las carcajadas. - Para ser la muerte eres muy tierna - replicó - Para ser tan viejo comes mucho – lo miró fingiendo seriedad - ¿Y qué tiene que ver?- - Pensé que hablábamos de nuestra rutina- - Tu rutina no me incluye, igual- le reprochó retornando a la banca demarcada - Estoy aquí sentada ¿no?- - Pero no para cumplir- soltando sus entrañas, miró al suelo - ¿cuánto más debo esperar? - Sabes que detesto que preguntes- corrió su cara y se relegó a lo más lejano de la banca - Sabes que los has dilatado sin razón- - No es cierto- - ¡YO SOY LA PRUEBA DE ELLO!- - ¡Entiende! No significa que no tenga mis motivos- le dijo en tono entrecortado dejándole ver como una lágrima inundaba sus ojos. - ¿Cuáles?, esperar a que otros modos menos simples acaben mi existencia?... basura.- - No exactamente, es solo… que me encanta hablar contigo.-

Santiago San Miguel

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Te regalo un gracias por enseñarme lo que es el amor, te digo adios por acabar con mis ilusiones,te regalo un gracias por enamorarte de mi, te digo adios por lo que hoy ya no es.

Te regalo un adiós por los momentos que pasamos juntos, te vi partir, sé que fue definitivo. hoy eres distante, como si nunca me hubieras conocido,hoy paso a tu lado y soy una más del montón, hoy eres la razón y uno de los mejores recuerdos que la vida me pudo dar.

Hoy sólo quiero decirte adios.

Paula Morales Borrero

Derecho

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Cuentos

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Los Ojos Del ClavelA currucada, por el frío impaciente que la rodeaba sin compasión, empezó a escribir su llamada poesía. Lo hacía con el más grande fervor del alma impúber. Lo hacía tan lentamente como el crepúsculo enamorado. Irremediablemente, luego de treinta y dos minutos de escribir sin des-canso alguno, comenzó en la pequeña un respiro entrecortado y rápido, su corazón, como si lle-vara en él un frenesí creciente, trataba desesperadamente de salir de ese cuerpo de niña. Pron-to, y sin más agonía, el alma de esa bella criatura entró en un profundo coma de sentimientos.

Fue en ese momento en que la bella doncella de pies azules y llantos de color rosa arri-bó con calma. Le acarició el magnífico pecho tan inmóvil como el césped en verano y con un suspiro inconfundible dijo: “Su poder es tan irremediable como la vida misma”. Tomó a la niña de la mano y le colocó una mariposa hermosamente inexplicable entre los de-dos ya casi tan amarillos como las hojas en otoño. En este momento su ombligo comen-zó a entibiarse y los ojos de aquella bella flor se abrieron escrutadores sin más prejuicios.

Luego de una pausa agotadora la señorita bonita de ocho años pronunció sin mover ni una sola pestaña y sin siquiera conocer el significado “Leptir Neobjasnjiv”, mariposa inex-plicable en Serbio. En ese momento el mundo se tornó más gris que los ojos de la mis-ma y el viento acorazado que soplaba en el mundo de las olas, comenzó a invadir los hue-sos casi hechos cartílago del flamante ser que invadía los lazos imposibles de los poetas.

Con la mano fina pero de niña inquieta, Ruza od Jug tomó la copa de vino que tenía a su lado y con una insensatez innata, típica de la familia, la bebió toda sin arrepentimien-tos. Luego intentó levantarse con las ganas de llorar que se debían apoderar de ella des-pués de hacer ese escrito tan maravilloso y tenebroso a la vez, pero tuvo que apoyarse en una vieja escalinata para poder apenas arrodillarse. Fue en ese preciso momento en que Ruza entendió que expresar sus más profundos sentimientos en un papel era más que sólo eso, era sin apreciarlo, ser el escritor más empedernido de todo el mundo imaginario.

Luego de un suspiro profundo se dispuso a salir del sitio tan lleno de claveles y amapolas como una ciudad llena de salvajismos. Entró en su habitación con los ojos abiertos y bien definidos. Se sintió in-vadida por el aire maltrecho de las sábanas blancas recién puestas, se incrustó en la pequeña mece-dora de palo y pensando de nuevo en las mariposas y los claveles continuó su sueño interminable.

Ruza, nacida en Belgrado, (la ciudad más antigua y más nueva del mundo), de dos padres casi fos-forescentes de locura era una niña con alma de mujer, con sueños más espesos que la misma pa-rafina líquida y una imaginación tan escurridiza que despegaba hasta en los momentos de mayor lucidez. Desde sus años de juventud, entre los tres y los cuatro, la pequeña había desarrollado unas

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capacidades totalmente increíbles: ya a los ocho años estaba cansada de los árduos pensamientos que fluían por su cabeza. Así que para contrarrestar esta sensación

de ardor en la mente y sobretodo en el alma, todos los días a las tres y veinte de la tarde se tomaba una copita de vino caliente y escribía un poema diferente.

La tarde del treinta y dos de febrero, luego de estigmatizar su vida de artista del deseo con su escrito decisivo y poco minutos después de que sus fosas nasales se acostumbraran al nuevo olor que había llegado a su habitación, un muchacho un poco menos joven que la niña timbró sin cesar y cuando ésta abrió la puerta,

un viento color púrpura invadió la sala hasta llegar al rincón más apartado, y fue en ese momento en que Ruza conoció al cantante de sus súplicas y de sus ilusiones.

Se llamaba Lopov, un nombre con actitud y virilidad. Había llega-do buscando una fuente de inspiración y al ver los ojos del clavel que es-

taba parado justo en frente de él se dio cuenta de que había llegado al lu-gar más transparente de todo el mundo impaciente. Con una vana sonrisa y

con la voz de niño intranquilo, se acercó y le dijo: “He venido a encontrarme con tus ojos”. Ruza, temblando de felicidad, cerró la puerta y comenzó a caminar, el la siguió.

Llegaron a un lugar totalmente impenetrable, lleno de alegrías opacas y triste-zas relucientes, un lugar donde cualquier dios griego podría vivir, donde cual-quier maleza es destruida sin siquiera haber nacido, donde los corazones más ap-tos para amar se encuentran en el ciclo interminable de la poesía moderna.

Comenzaron con una charla llena de lógicas, decrepitudes y erotismo. Y la continuaron más allá de las horas del reloj. Con el tiempo perdido en él mismo y con risas entrecruzadas que gri-taban internamente exasperadas, se contaron todo lo que en ese momento debía ser dicho. Pero en un pequeño instante de pasión desenfrenada Ruza, con un sentimiento irrevocable percibió

un poder azulado e inasequible en sus mejillas, en ese momento sus labios se tornaron de un rojo de ímpetu y desesperación

y en medio de esa serbia agonía tomó de un ár-bol maravillosamente ambarino una mariposa tan inexplicable como los ojos del clavel y sin precisiones ni amarguras le dijo al muchacho

que la acompañaba,…” ¿Será que la vida es más costosa con pensamientos fijos y creencias irreme-

diables que con mariposas inexplicables volando por tu mente?”.

Lopov se quedó frío como un adolescente luego de un primer beso y con un mecanismo ambiguo a las insensateces, contestó con las palabras más decisivas de un mundo lleno de odios inadecuados: “Sólo los colores de estas mariposas pueden crear la libertad.” Y así fue.

María Lucía Gil

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aUna ferocidad de cuentoE staba allí sentado, con la barriga llena de piedras, esperando el veredicto. Ya no había nada que ha-cer. Era imposible e injusto que lo estuvieran condenado por algo que no fue del todo culpa suya, pero ¿cómo explicar lo ocurrido?. Nadie le creería. En ese momento de silencio, mientras esperaba sintiendo el vacío de lo que vendría, miró a la niña mocosa que lo había metido en semejante lío. Una pequeña niña de cabellos negros, carita tierna y con una caperuza roja había sido su perdición.

El Juez dio su veredicto, “Se le condena al Lobo feroz a ser perpetuamente conocido como aquel sujeto malo, despiadado y perverso, que se aprovechó de la nobleza de una pobre niña, poniéndola en peligro, por medio de maquinaciones fraudulentas, engañándola de esta forma para comérsela y por haberse comido a su abuelita.”

Que! Acaso alguna vez le preguntaron al Lobo feroz si era cierto todo lo dicho. ¿Nunca se han puesto a pensar si el cuento que nos han contado toda la vida es una gran calumnia y una mentira? Pues esta es la verdadera historia del Lobo feroz y Caperucita Roja, contada desde nuestros tiempos.

Un día hermoso y asoleado, salió el Lobo de su casa en el bosque, se bañó en el río y después se puso a trabajar. El Lobo se dedicaba a investigar la fauna del bosque, buscando plantas medicinales para encontrar la fórmula que acabara con las terribles pestes que los azotan. Ya que le interesaba mucho salvar la vida de su novia la cual, cada día, estaba más fea y gorda. Pero él no se imaginaba que ese sería el peor día de su vida.

Mientras trabajaba oyó la dulce voz de una pequeña niña, -Señor Lobo, ¿qué está usted haciendo?

En ese momento el Lobo dio la vuelta para mirar de quién provenía la dulce vocecita. Pero eh sorpresa cuando se encontró a una niña con zapatos de muñeca, medias hasta la rodilla, una faldita blanca que parecía más un cinturón, una camisetita muy pequeña y una caperucita roja.

El Lobo tembloroso porque nunca había visto algo así le respondió:-Estoy investigando una planta que será utilizada como medicina.-Ay, qué mamera, respondió la pequeña, ¿no tienes nada más interesante que hacer?, como llevarme a dar un paseo por el bosque, tú debes conocerlo muy bien. -Eh, pues si, aquí vivo yo, pero en estos momentos estoy ocupado, de pronto otro día.

La pequeña arrojó una de las manzanas, que llevaba en una canastita, al piso y se agachó suavemente a recogerla, en el mismo momento en el que el Lobo volteó su mirada hacia ella y le vio lo que llevaba debajo de la falda. -¿Estás seguro que no quieres llevarme a dar una paseo? dijo la pequeña. Mira que yo puedo curarte todo lo que tú no haz podido con tus plantas medicinales.

La pequeña coqueteaba con su pelo mientras el Lobo estaba mirándola estupefacto. Se sentía incomodo, además estaba pen-sando mucho en su fea y gorda novia. Pero en el momento menos

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esperado la pequeña se le tiró encima y casi lo asfixia a punta de besos y, pues como dice el refrán, “el lobo va hasta donde caperucita lo deja”. En medio del bosque nacieron los lobitos, que! no, perdón, en medio del bosque ocurrieron acontecimientos que es mejor no describir, ya que pueden haber menores presentes.

Caperucita después de una siesta al lado del Lobo, desapareció.

El Lobo muy arrepentido corrió por el camino más corto hasta la casa de su novia, a llevarle flores, chocolates y el antídoto que había preparado con las platas, que ya estaba listo. Cuando arribó le tocó una canción en la puerta, para que saliera la “bella doncella”. El Lobo entró a la casa de su novia le dio los regalos, ella se puso muy contenta, pero, el que más le gustó, fue el antídoto que la haría más bella.

Entre besos, abrazos y un poco más, tocaron la puerta. Toc toc toc.-¿Quién es?, gritó la vieja mal humorada, ya que le habían interrumpido la velada-Es tu nieta Caperucita Roja, abuelita

El Lobo quedó frio.-¿Cómo así que tienes una nieta que se llama Caperucita y no me habías contado?!-Porque no quería que me vieras más vieja. Ahora escóndete que ella no sabe que tengo un pretendiente.

Claro, pensó el Lobo, igualita a la nieta me salió esta vieja!-M’ hijita sigue.

Caperucita entró y le dio a la abuelita la canastita con todos los regalos que le había mandado su mamá. Pero notó algo extraño en su abuelita.-abuelita, ¿por qué tienes pelo por toda la cara, los ojos tan grandes, y las orejas hinchadas?-¿Cómo así m’ hijita? -Sí abuelita, mírate en el espejo.

La vieja se miró, efectivamente parecía una monstruo, el antídoto le había producido una reacción alérgica. -Lobooooo!! ! Gritó la vieja-¿Como así que Lobo? pensó Caperucita.

Salió el Lobo del armario rojo de la pena. -¿Qué fue lo que me diste?, ¡mira cómo me dejaste!.-Abuelita, ¿por qué conoces a este Lobo? -Porque es un pretendiente, ¿Cómo así? y ¿por qué lo conoces tú?-Porque él abusó de mí en el bosque mientras venía a tu casa.

Podrán imaginarse el problema que se armó. Había dado mal el antídoto a la vieja bruja y ahora lo acusaba la pequeña mocosa de abuso. Pues con la rabia de las dos mujeres, y el lobito solito en el mundo, fue llevado a tribu-

nal con una historia completamente diferente a la verdadera, y el Lobo, sin testigos a su favor y, con dos mujeres buenas y nobles queridas por todos, no se salvaría de esta. Por lo que el Lobito fue

condenado a una mala reputación perpetua.

Lo que nos enseña: No todo el que por su apariencia parece ser malo lo es y no toda mujer que aparenta ser buena lo es. Es mejor cerciorarse y nunca comer entero. En nuestros tiempos no hay que desconfiar del Lobo sino de la pequeña CaperucitaRoja.

Pilar Ibáñez

Derecho

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Mi última estación

Dibujando paisajes en mi mente, imaginé cielos azules infinitos desdoblándose en primavera, soñé con arco iris invisibles en noches sin estrellas y desee ver las enmudecidas tardes cobrizas de noviembre. Tarde, creo, si ya no hay futuro, muy tarde, ahora que tengo sueños encogidos como violines rotos, como calcetines ajados, como muerte que llega a destiempo. Si hoy pudiera ver cielos infinitos, noches mágicas y atardeceres rojizos, no habría nostalgia por flores tímidas o por ilusiones pasajeras. Si me quedara vida para vivir pensaría, quizás, en poesía o en fríos abrasadores de luciérnagas extintas.

El paraíso de Dante(PD. Inspirado en la película “más allá de los sueños”.).

Una mañana, casi tan triste como un árbol en otoño, conocí a una niña preciosa a la orilla de un lago. Toda ella como un ángel, como luz de luna adormilada. ¡Espíritu celeste de ojos bellos que inspira cán-ticos dulces al son de liras enamoradas! Ayer soñé que tenía fe y que mi niña, entre querubines siente, lo que el amor, en la tierra, no alcanza. Hoy deseo encontrarla en la lejanía, en la incertidumbre. Hoy muero por verla y conquistarla. Lejos, muy lejos será, en otro mundo, en otra época, en la tierra y en el rocío o donde el cielo y las montañas se encuentran o los azules marinos y cósmicos danzan. Mi niña, una mañana supe que la distancia en tus ojos se hace corta y que mi tiempo se detiene para quererte. Una mañana, que brillaba en el sin sentido, conocí a una mujer tan amada que merecía ser buscada en el cielo, en la tierra, en la eternidad.

Laura téllez

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M ala suerte!, me dije a mí mismo cuando del otro lado de la línea telefónica se me informaba que las entradas para la

única función del Teatro Negro de Praga ya se habían agotado. No me quedó más remedio que desempolvar mis álbumes y mis recuer-dos de la “capital mágica de Europa”, con su mezcla arquitectónica de arte medieval, barroco y Art Nouveau, la “ciudad de los cien campanarios”, donde sobresale el Černé divadlo (http://www.blac-ktheatresrnec.cz), fundado y dirigido por Jirího Srnec, a sabiendas de que “la fantasía es una de las mayores riquezas del ser humano y no le abandona ni con el correr de los años”, como él mismo lo señala.

Así pues, para dar fe a sus palabras y, basado en la antigua técnica china de la cámara negra, hace 45 años Srnec decidió sentar las bases de un nuevo género teatral donde se combina la ac-tuación con la utilización en la escena de diversos objetos en movimiento o que vagan suspendidos en el aire. Pero, atención, esto se logra con la ayuda de otros actores situados en segundo plano, quienes vestidos de negro, con un telón de fondo también negro, permanecen invisibles ante el espectador, mientras animan los objetos en el escenario. Como espectador uno divaga entra la fantasía y la realidad, trasladándose al mundo de la magia onírica, como sucede con las imágenes de una niña que se columpia en la Luna, o con la “Bicicleta Voladora”, en la que quisiéramos ale-jarnos del mundo caótico, o aun, cuando en el escenario aparece un cocodrilo en cuyo estómago se puede ver un reloj que se había tragado. Quizás una simple metáfora, o una cruda realidad…

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Por Rafael Prieto Sanjuán

A lo anterior, agreguémosle la proyección de imágenes y el sonido de la banda original que acentúa aun más aquella especie de elevación en la que nos envuelve el escenario, tal como nos sucedió con el espectáculo de las “Leyendas de Praga Mágica”, en el Nº 40 de la calle Národní en un frío in-vierno del siglo pasado… Así lo muestra un vídeo donde una enorme roca que descendía dando tumbos por una vieja escalera de mármol, “salta” de la pantalla para continuar su insólito recorrido sobre las tablas (desde lue-go, se trataba de una enorme y redondeada figura de cartón). Y, qué decir de la representación del famoso reloj de Praga, creado en el s. XV y perfec-cionado en el s. XV por un genio de la precisión y la astronomía, a quien el Rey de entonces, según cuenta la leyenda, ordenó extraer sus ojos para que no existiera posibilidad de que alguien más construyera un reloj como éste.

En fin, como los sostiene Srnec, sus representaciones no son simple atracción, sino un género de arte teatral que obliga al ser humano a pensar y a reflexio-nar sobre muchas cosas. “Por ejemplo, sobre el autor de un objeto, sobre la uti-lización de ese objeto y sobre la posibilidad de que se pueda abusar de él...”.

Bogotá, 3 de octubre de 2006Archivo de la Fotogalería del Teatro Negro de Praga

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I nevitable. Nuestra vida tiene una banda sonora. Si tuviéramos la posibilidad de escoger las canciones que quisiéramos incluir en un disco recopilatorio que fuera la banda sonora de nuestras vidas, segura-

mente no nos costará trabajo identificar las canciones que forman parte de este disco. Creo que las bandas sonoras de nuestras vidas cumplen un papel trascendental en la forma como se construye nuestra persona-lidad y de allí que si las hacemos explícitas, se pueden explicar mejor nuestras actitudes frente a la vida. Si la banda sonora es tan importante o dice tanto de nuestras vidas, mi pregunta como un profesor de los primeros semestres de la Facultad de Ciencias Jurídicas es cómo conectarme con una generación que, se-guramente, se identifica con la música que suena en las emisoras locales y que en un ochenta por ciento me parece absolutamente detestable. Me aburren los melodramas del pop tropical nacional al estilo de Fonseca, Mauricio & Palo de Agua, Bonka, Sin Ánimo de Lucro y todo lo que se le parezca (mejor dicho todo). Me estresa Shakira con su movimiento de caderas porque, a pesar de que en Barranquilla se baile así, yo soy bogotano hasta la médula y lo de la cumbia bailada en Berlín no me hacía sentir “representado” en la final del mundial; hubiera podido salir un alemán gordo, de bigote y con pantalones cortos a bailar Polka: me hubiera dado lo mismo. Del reggaeton mejor no hablemos por una cuestión de principios. Mi esperanza siempre ha sido el rock y mi repudio estructural a los anteriores géneros es explicable en cual-quier fanático del rock. Sin embargo, las nuevas manifestaciones de este género no me llenan. El neo-punk de “Good charlotte” y “Simple plan” me parecen excelentes para una masmelada a; salvo dos canciones excepcionales, “Coldplay” es un grupo excelente en caso de desvelo; y Juanes muestra en su “Camisa Ne-gra” su aptitud para la adaptación de letras del folklore popular paisa a rondas infantiles. En los últimos dos años, salvo “The killers”, son pocos los grupos que creo, se convertirán en bandas de culto en el rock.

La queja puede sonar a un poco de nostalgia y no me aparto que lo sea. Mi banda sonora se construyó prin-cipalmente en la década de los noventa del siglo pasado (¿¡el siglo pasado!?). El auge del grunge fue defini-tivo: sus canciones contenían letras que reflejaban el miedo, la angustia y la zozobra de una generación que no tenía mucha fe en el futuro. Ello explica el alto índice de suicidios o sobredosis de los integrantes de estos grupos; los vocalistas de “Blind Melon” y “Nirvana” sufrieron las tragedias más sonadas hace cerca de diez años. Por otra parte, el auge de un nuevo rock británico que lidiaba con un tono igualmente melancólico e inconforme invadía las emisoras en esa época. “Oasis”, “Blur” y “The cranberries” eran los protagonis-tas principales de ese tiempo; es difícil para mí olvidar la primera vez que oí a Dolores O’Riordan cantar Zombie, una canción que era un quejido por la indiferencia que la violencia causa en los seres humanos.

Si este es el marco de mi banda sonora, la pregunta que me hago es: ¿qué tiene que de-cir un profesor que creció con la melancolía y la desesperanza del rock de esos años a una ge-neración que se envuelve en una música más liviana y, creo, menos reflexiva y crítica?Empezaría por aclarar que yo me creí el cuento de Lithium¸ una canción que estaba incluida en el dis-co ícono del grunge: el Nevermind de “Nirvana”. La canción iniciaba celebrando un estado de áni-mo que apreciaba la soledadb; de alguna forma, los estados de soledad son aquellos que permiten una reflexión sobre nuestro papel en la vida y nos ayudan a ganar control sobre la misma. Nada que ver con la necesidad del éxtasis colectivo y del movimiento de caderas de Shakira hasta el punto que se uniforma el comportamiento de quienes bailan. El grunge, por el contrario, se trataba de comba-tir la uniformidad y los estereotipos, romper moldes y respetarlas particularidades costara lo que costara.

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Si creo que esto era lo que había detrás de esta música –o al menos así la entendí yo–, entonces creo que hay mucho que decir al momento de pararme frente a una generación que se construye con un molde distinto al mío. La autonomía, la posibilidad de decidir y el convencimiento de que cada uno de los individuos tiene la posibilidad de hacer transformaciones en el mundo cuando el estado de cosas no funciona, es el mensaje que me quedó de mi banda sonora. Esto es eminentemente problemático pues creo que es más fácil no amargarse y bailar los melodramas del tropi-pop nacional, que cuestionar sobre nuestra propia existencia; angustia menos y es más relajante (para algunos). Pero a su vez, creo que el paso por la universidad es un momento importante para cuestionarnos. Es un periodo de la vida en el que nos terminamos de construir como individuos y por ello es nece-sario propiciar espacios de reflexión autónoma; con el fin de autodeterminarse y tomar conscientemente las decisiones que forman a la persona.Por ello, es preocupante que en algunos estudios hechos sobre la educación jurídica en Estados Unidos, se haya señalado que uno de los problemas de la enseñanza en los primeros años de la facultad de derecho es que sirva para disciplinar y controlar el pensamien-to de los estudiantes mostrándoles el sistema jurídico como algo dado, como una verdad revelada. Ello les hace perder su capacidad críti-ca y el riesgo es que se terminen formando estudiantes que simplemente repiten conceptos útiles para perpetuar un statu quo que, en nuestras íntimas convicciones, sabemos injustoc. La capacidad de crítica y de formulación de diferentes posibilidades a las que el pro-fesor da en su clase se castiga a veces con el rótulo de “falta de criterio jurídico”; no es extraño entonces que, cada semestre, estudian-tes lleguen a mi oficina con un lapidario “yo no nací para el derecho”. ¡Naturalmente no! Nadie nació para algo; todos nos construimos y todos tenemos la posibilidad de construir lo que queramos y las posibilidades son infinitas. Así, mi propuesta es ofrecer cosas distintas a la música que domina las emisoras de radio para que nuestros salones no se vuelvan un lugar acrítico donde no incitamos a la construc-ción de la subjetividad y personalidad de los estudiantes. Me comprometería, en este sentido, con una propuesta de educación más grunge.

Jorge González Jácome

* * *Epílogo. Es justo decir, a esta altura, cuál es mi banda Sonora, que incluye unos grupos clásicos: 1) Lithium – Nirvana; 2) Champagne Supernova – Oasis; 3) Jeremy – Pearl Jam; 4) Mayonnaise – Smashing Pumpkins; 5) No rain – Blind Melon; 6) Black Hole Sun – Soundgarden; 7) Take the power back – Rage against the machine; 8) Tonight, tonight – Smashing pumpkins; 9) Creep – Stone temple pilots; 10) Highway to hell – AC/DC; 11) Anarchy in the U.K. – Sex pistols; 12) Pictures of you – The Cure; y 13) Hero of the day – Metallica.

(Endnotes)a Momento de delirio en un paseo de finca cuando se sacan las ruanas, se prende la chimenea, alguien empieza a tocar en la guitarra “Como agua caliente” de Ana Gabriel y todos comen masmelos rostizados con el fuego de la chimenea. b El primer verso dice: “I’m so happy, ‘cause today I found my friends, they’re in my head ”. c Véase en especial a KENNEDY, Duncan. “Legal education as training for hierarchy” en KAIRYS, David, The politics of Law: a progressive critique. Basic Books: New York, 1998, págs. 54-75.

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ONTOLOGÍA DE LA VIDA que aún no reconocemos

En ocasiones no somos capaces de reaccionar frente a nuestro entorno, a todo lo que suponemos conocer, a todo aquello que está y que no hay pierde que lo es. Simplemente interactuamos con todo sin preguntarnos de donde viene y qué hace ahí. Todo es un caos con o sin las dudas que se nos plantea, pues en el mundo de hoy solamente interesa el bien propio y no el de los otros, esto no sugiere interrogantes pero sí problemas, ahora bien, pensemos en un mundo donde nos preguntemos por cada paso que damos, será un mundo de pocas respuestas, estaríamos liderando un camino de verdades y mentiras, valores y antivalores, e incluso juicios, esto requiere un proceso el cual está a nuestro alcance dentro del tiempo en que vivimos. Sin embargo no se hace el esfuerzo más mí-nimo para reconocerlo y por consiguiente nunca lo entendemos, se debe comprender que para interpretar y analizar muchas cosas se debe reconocer, saber que están ahí dentro de nuestra propia vida, es decir en nuestro propio existir, que aunque dependan de ella son también dependientes del uso que les demos, es así como cada vez se aclara el sentido de existencia, pues al pasar la misma historia de los conceptos filosóficos se concibe por fin que el hecho de no conocer algo no quiere decir que no exista; esto se pue-de analizar desde el avance de las ciencias durante la historia, pues estas al basarse en comprobaciones, teorías y el entorno gene-ral físico de los individuos limitan un conocimiento que podría avanzar si ellas lo permitieran, pero no es así: Desde la simple ley de relatividad, leyes matemáticas. La física y demás objetos ideales, ya establecidos, o ¿Es que acaso cada día sale un nuevo es-tamento algebraico? No, la pureza de la “CERTEZA” está y estará siempre ligada a procesos, por lo que añade una única respues-ta, una única certeza de verdad. Ya será otra temática donde analicemos quizá los distintos métodos o procesos que nos muestran las ciencias, es solamente de entender lo que queremos obtener, estaríamos volviendo a una mentalidad netamente moderna, Des-cartes y su método y de igual manera al idealismo Hegeliano, al tener en cuenta el devenir de nuestra vida y de los hechos. ¿A qué es lo que verdaderamente queremos llegar? A la verdad? O a una supuesta verdad?... Dar soluciones no es tarea de la filosofía….

Maria Alejandra Cubillos

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