eddings, david - cb4, el castillo de la magia

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  • 8/2/2019 Eddings, David - CB4, El Castillo de La Magia

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    El Castillo de la MagiaPrlogo

    De cmo Riva Puo de Hierro se convirti en Guardindel Orbe de Aldur y de las desventuras que provoc Nyissa,

    basado en El libro de Alorn y narraciones posteriores.

    Lleg el da en que Cherek y sus tres hijos se dirigieron a Mallorea junto a Belgarath elHechicero, con la intencin de recuperar el Orbe de Aldur, que haba sido robado por elmalvado dios Torak. Y al llegar a la habitacin de la torre de hierro de Torak, donde seesconda el Orbe, Riva Puo de Hierro, el ms joven de los hijos, fue el nico que se

    atrevi a coger la grandiosa piedra y llevarla consigo; pues slo l tena el alma libre demaldad.Cuando regresaron al Oeste, Belgarath le asign a Riva y a sus descendientes la eterna

    custodia del Orbe con estas palabras:Mientras el Orbe est en tu poder o en el de los miembros de tu linaje, el Oeste

    estar seguro.Luego Riva cogi el Orbe y se embarc con su gente hacia la isla de los Vientos, y all,

    en el mismo sitio donde desembarcaban las naves, Riva orden levantar una ciudadela conuna ciudad a su alrededor que los hombres llamaran Riva. Era una ciudad fortificada,construida para la guerra.

    Dentro de la ciudadela levantaron un gran edificio con un trono de piedra negra

    esculpido en la pared; y los hombres llamaron a este edificio el palacio del rey de Riva.Luego Riva se durmi profundamente y Belar, el dios oso de los alorns, se le apareciy le dijo:

    Mirad, guardin del Orbe! Har que dos estrellas caigan del cielo y vos las cogerisy las arrojaris al fuego. Con una forjaris una cuchilla y con la otra una empuadura, demodo que las dos juntas formen una espada para proteger el Orbe de mi hermano Aldur.

    Cuando Riva se despert, vio cmo caan dos estrellas, las busc, las hall en las altasmontaas e hizo con ellas lo que Belar le haba indicado; pero una vez que lo hubo hecho,se encontr con que no poda unir la cuchilla a la empuadura.

    Mirad! grit entonces Riva. He malogrado mi trabajo, pues la espada y el Orbeno se unen.

    No has malogrado tu trabajo le dijo un zorro, que se haba aproximado a mirarlo. Coge el Orbe y colcalo en la empuadura.Y cuando Riva hizo lo que el zorro le deca, el Orbe se adhiri a la empuadura, pero

    la cuchilla segua sin unirse. Entonces el zorro volvi a aconsejarlo:Coge la cuchilla con la mano izquierda y la empuadura con la derecha y nelas.No se unirn, es imposible que lo hagan dijo Riva.Debes de ser muy sabio dijo el zorro, si dices que no es posible antes de

    haberlo intentado.

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    Entonces Riva se sinti avergonzado; uni la cuchilla con la empuadura. La primerase hundi en la segunda como una rama que se sumerge en el agua y la espada qued unidapara siempre.

    El zorro ri y dijo:Coge la espada y golpea la roca que tienes delante.

    Riva tema por la cuchilla, pues pensaba que el golpe la rompera, pero de todos modoshizo lo que el zorro le deca. La roca se abri en dos, y el agua que brot en su interiorform un ro que inund la ciudad que haba abajo. Mucho ms al este, en la penumbra deMallorca, al prfido Torak se le hel el corazn y se incorpor sobresaltado en su lecho.

    El zorro volvi a rer y sali corriendo, aunque luego se detuvo para mirar atrs; yentonces Riva descubri que era Belgarath con la forma de un gran zorro plateado.

    Riva hizo colocar la espada contra la pared de piedra negra que se alzaba detrs de sutrono, con la cuchilla hacia abajo y la empuadura y el Orbe hacia arriba. La espada sehundi en la roca y nadie ms que Riva poda sacarla.

    Con el paso de los aos, los hombres descubrieron que cuando Riva se sentaba en eltrono el Orbe arda en un fuego helado, y cuando coga la espada y la alzaba, ste se

    converta en una gran llama azul.Un ao despus de la construccin de la espada, al comienzo de la primavera, unapequea embarcacin que avanzaba sin remos ni velas surc las oscuras aguas del mar delos Vientos. En el interior de la nave viajaba la doncella ms hermosa del mundo. Sunombre era Beldaran, amada hija de Belgarath, que vena a convertirse en la esposa deRiva. Y el corazn de Riva se derriti de amor por ella, tal como haba sido previsto desdeel comienzo de los tiempos.

    En el ao que sigui a la boda de Riva y Beldaran, que tuvo lugar para la festividad delPaso de las Eras, naci un nio con la marca del Orbe en la palma de la mano. Deinmediato Riva llev a su hijo a la sala del trono y apoy su diminuta mano sobre el Orbe.El Orbe reconoci al nio y brill de amor por l. A partir de entonces, todos losdescendientes de Riva tenan en la mano la seal del Orbe, que haca que ste losreconociera y no los destruyera al tocarlo, pues slo un miembro del linaje de los Rivapoda tocar el Orbe sin peligro. Con cada contacto de una mano infantil, el vnculo entre ellinaje de Riva y el Orbe se haca ms fuerte y el brillo de la piedra aumentaba.

    As siguieron las cosas en la ciudad de Riva durante mil aos. A veces, navesdesconocidas se acercaban a la isla de los Vientos con intencin de comerciar, pero losbarcos de Cherek, que se ocupaban de defenderla, arremetan contra ellas y las destruan.Con el tiempo, los reyes de los alorns se reunieron y coincidieron en que esos extraos noestaban a las rdenes de Torak, sino del dios Nedra, y acordaron permitir que los barcoscruzaran el mar de los Vientos.

    Es probable que llegue el da en que los hijos de Nedra se unan a nosotros en nuestralucha contra los angaraks de Torak el Tuerto dijo el rey de Riva a los dems monarcas. No ofendamos a Nedra hundiendo los barcos de sus subditos.

    El soberano de Riva deca la verdad y los reyes de los alorns asintieron, conscientes deque el mundo estaba cambiando. Luego se firmaron tratados con los hijos de Nedra, queencontraban un placer pueril en la firma de pergaminos; pero cuando llegaron al puerto deRiva con los barcos cargados de llamativas baratijas a las que asignaban preciosdescomunales, el rey de Riva se ri de su estupidez y les cerr las puertas de la ciudad.

    Los hijos de Nedra exigieron que su rey, a quien llamaban emperador, forzara las

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    puertas de la ciudad, para poder vender sus mercancas y as fue cmo el emperador envisu ejrcito a la isla. Permitir que aquellos extraos procedentes del reino que llamabanTolnedra navegaran por el mar de los Vientos era una cosa, pero dejarlos que desplegaranun ejrcito ante sus puertas era otra muy distinta. El rey de Riva orden que los echaran dela costa de la ciudad y que se destruyeran los barcos que haba en el puerto; y as se hizo.

    Terrible fue la ira del emperador de Tolnedra, quien reuni a su ejrcito para cruzar elmar de los Vientos e ir a la guerra. Entonces los alorns, amantes de la paz, se reunieronpara tratar de razonar con el furioso emperador y le mandaron decir que si persista en suactitud se levantaran, lo destruiran a l y a su imperio y arrojaran los restos al mar. Elemperador escuch esta prudente advertencia y abandon su loca aventura.

    Con los aos, el rey de Riva se dio cuenta de que los mercaderes tolnedranos eraninofensivos y les permiti construir una aldea en la costa frente a su ciudad para poner enventa sus mercancas. La desesperacin de los tolnedranos por vender o comerciar lecausaba gracia y le pidi a sus subditos que les compraran algo, aunque nada de lo quevendan tena ninguna utilidad.

    Entonces, cuatro mil dos aos despus de que el maldito Torak robara el Orbe y abriera

    una grieta en la tierra, otros extranjeros llegaron a la aldea que los hijos de Nedra habanconstruido frente a la ciudad. Se llamaban a s mismos nyissanos y afirmaban que susoberana era una mujer, lo que pareca poco natural a todos los que los oan. El nombre deesta reina era Salmissra.

    Llegaron con el pretexto de que traan ricos regalos de su reina para el rey de Riva y sufamilia. Cuando se enter Gorek el Sabio, anciano rey del linaje de los Riva, quiso saberms de aquellos hijos de Issa y de su reina y sali de la ciudad y de las murallas a visitar elpabelln de los nyissanos acompaado de su esposa, sus dos hijos, las esposas de stos ytodos sus nietos con la intencin de darles la bienvenida y recibir los valiosos regalosenviados por la ramera de Sthiss Tor. El rey rivano y su familia fueron recibidos consonrisas en el pabelln de los extranjeros.

    Entonces los perversos y malditos hijos de Issa atacaron a todos los miembros dellinaje de los Riva con lanzas envenenadas, de modo que el menor rasguo significaba lamuerte.

    A pesar de su edad, Gorek luch contra los asesinos no por s mismo, pues recibi lamuerte en sus venas desde la primera estocada, sino para salvar al menos a uno de susnietos de modo que su linaje continuara. As, por desgracia, todos encontraron un destinofatal, a excepcin de un nio que huy y se arroj al mar, Al verlo, Gorek se cubri la caracon su capa, gimi y muri apualado por los cuchillos nyissanos.

    Cuando todo esto lleg a los odos de Brand, Guardin de la Ciudadela, su ira fuetremenda. Los traidores asesinos fueron vencidos y l los interrog de uno en uno de unmodo que hizo temblar incluso a los ms valientes, hasta arrancarles la verdad.

    Gorek y su familia haban sido asesinados por orden de Salmissra, reina serpiente deNyissa.

    No haba rastro del nio que se haba arrojado al mar. Un asesino afirmaba que unbho blanco como la nieve se lo haba llevado, pero nadie le crey, a pesar de que ni losms horrorosos tormentos hicieron que modificara su confesin.

    Luego, Aloria entera se lanz en una terrible guerra contra los hijos de Issa,destruyeron sus ciudades y sus espadas segaron la vida de todos los que se cruzaron en sucamino. Y cuando le lleg la hora, Salmissra confes que haba actuado bajo las rdenes

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    de Torak el Tuerto y de su sirviente Zedar.Por lo tanto ya no hubo otro rey de Riva ni guardin del Orbe, aunque Brand y otros

    miembros de su linaje asumieron con reticencia el gobierno de la ciudad. Durante los aossiguientes corran vagos pero persistentes rumores de que el descendiente de Riva seguavivo en alguna tierra remota; pero los rivanos de capas grises rastrearon el mundo entero

    en su bsqueda y nunca lo encontraron.La espada segua donde Riva la haba colocado y el Orbe permaneca incrustado en suempuadura, pero ahora la piedra estaba siempre opaca y pareca carecer de vida. Y loshombres comenzaron a sentir que mientras la piedra estuviera all, el Oeste estaba seguro,aunque no hubiera un rey rivano, Tampoco teman que alguien se llevara el Orbe, puescualquiera que lo tocara morira al instante, a no ser que perteneciera al linaje de los Riva.

    Sin embargo, ya que sus secuaces haban asesinado al rey rivano y guardin del Orbe,Torak el Tuerto comenz a hacer nuevos planes para la conquista del Oeste. Y despus demuchos aos avanz al frente de un ejrcito de angaraks, dispuesto a destruir a todo el quese le opusiera. Sus hordas saquearon desde Algaria a Arendia, hasta llegar a la ciudad deVo Mimbre.

    Fue entonces cuando Belgarath y su hija Polgara, los hechiceros, fueron a ver alhombre que actuaba como Guardin de Riva para aconsejarlo y ayudarlo. Brand se dirigicon ellos hacia Vo Mimbre, al frente de su ejrcito, y en la sangrienta batalla que tuvolugar ante aquella ciudad, emple el poder del Orbe para vencer a Torak. Luego Zedar sellev el cuerpo de su Maestro en secreto y lo escondi, pero toda la sabidura del discpulono alcanz para despertar al dios, y otra vez los habitantes del Oeste se sintieron seguros,protegidos por el Orbe y por Aldur.

    Comenzaron a orse entonces rumores de que un rey rivano, verdadero descendientedel linaje de los Riva, vendra a sentarse en el trono del palacio de Riva. Unos aos mstarde algunos decan que las hijas del emperador de Tolnedra deban presentarse en elpalacio al cumplir los diecisis aos, para casarse con el rey en caso de que ste apareciera;pero casi nadie crea en aquellas leyendas. Pasaron los siglos y el Oeste segua tranquilo; elOrbe permaneca oscuro y silencioso en la empuadura de la espada y se deca que eltemible Torak no despertara hasta el regreso del rey de Riva, lo cual era igual a decir quedormira para siempre.

    As debera haber acabado la historia. Sin embargo, una historia real no acaba nunca ynada puede estar seguro o a salvo mientras haya hombres malvados haciendo planes paradestruirlo o robarlo.

    Otra vez pasaron largos siglos, y luego se oyeron nuevos rumores, que esta vezllegaron a preocupar a aquellos que ocupaban los ms altos cargos de poder. Se deca queel Orbe haba sido robado y que Belgarath y Polgara haban sido vistos otra vez en lastierras del Oeste. En esta ocasin llevaban con ellos a un joven que responda al nombre deGarion y llamaba abuelo a Belgarath y ta a Polgara, adems de un extrao grupo depersonas que haban reunido en su viaje a travs de los distintos reinos.

    Belgarath convoc a los reyes de los alorn y les comunic que el apstata Zedar habarobado el Orbe y hua con l hacia el este, presumiblemente para despertar a Torak. Elviejo hechicero y sus amigos se dirigieron hacia all para rescatarlo.

    Luego el hechicero descubri que Zedar se haba servido de un nio totalmenteinocente para que tocara el Orbe sin riesgos. Pero ahora se dirigan hacia la siniestra ypeligrosa guarida de los grolims, sacerdotes de Torak, donde el mago Ctuchik haba

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    llevado al nio y el Orbe tras arrancarlos de las manos de Zedar.Con el tiempo, la misin de Belgarath y sus amigos para recuperar el Orbe se conoci

    como las Crnicas de Belgarath. El devenir de estas crnicas estaba escrito en la profeca,pero ni siquiera la profeca poda desvelar la conclusin final.

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    PRIMERA PARTE

    Algaria

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    Ctuchik estaba muerto, ms que muerto. La tierra temblaba y gema con el terremotoque sigui a su destruccin. Garion y los dems huan a travs de las sombras galeras deltambaleante pico de basalto, mientras las rocas se agrietaban o desmoronaban a sualrededor y los escombros llovan de los techos en medio de una total oscuridad. Garioncorra y su mente saltaba de una cosa a otra de forma catica, incapaz de razonar concoherencia ante la magnitud de lo que acababa de suceder. Senta una necesidaddesesperada de huir de all, y escapaba sin detenerse a pensarlo, sin la menor conciencia desus actos, con pasos tan automticos como los latidos de su corazn. Sus odos parecan

    ensordecidos por una cancin fuerte y exultante que resonaba y creca en las profundidadesde su mente, un sonido que borraba todo pensamiento y lo embargaba de una sensacin deincreble sorpresa.

    Sin embargo, a pesar de la confusin, era plenamente consciente del contacto confiadode la pequea mano que tena cogida en la suya. El nio que haban encontrado en lattrica torre de Ctuchik corra a su lado con el Orbe de Aldur apretado fuertemente contrael pecho. Garion saba que era el Orbe lo que llenaba su mente de aquella extraa msica.Al subir los escalones en direccin a la torre, era slo un murmullo, pero cuando entraronen la habitacin donde se encontraba el Orbe, la meloda se volvi ms fuerte. Mspoderosa que la impresin de la tremenda detonacin que haba destruido a Ctuchik yarrojado a Belgarath por el suelo como un mueco de trapo, o incluso la gran conmocin,

    similar a un terremoto, que haba seguido a aquel suceso, la cancin del Orbe haca que suspensamientos se esfumaran.Mientras corra, Garion intentaba con desesperacin poner sus pensamientos en orden,

    pero la cancin se interpona, haciendo que su mente se distrajera con impresiones fortuitasy recuerdos casuales que iban y venan y lo obligaban a huir sin rumbo ni propsito.

    El hmedo hedor de las mazmorras de los esclavos lleg de repente desde el otro ladode las oscuras galeras. Como si aquel simple estmulo la despertara, la conciencia deGarion se inund del recuerdo de otros olores: el aroma clido del pan recin horneado enla cocina de la hacienda de Faldor; la fragancia a sal que tena el mar cuando llegaron aDarine, en la costa norte de Sendaria, al comienzo de la bsqueda del Orbe; el hedor de lospantanos y las junglas de Nyissa; el nauseabundo olor de los cuerpos abrasados en los

    sacrificios del templo de Torak, que en aquellos momentos se agrietaba y se desmoronabajunto a las murallas de Rak Cthol. Pero por extrao que pareciera, el olor que asaltaba conms fuerza su confusa memoria era la clida fragancia del cabello de la princesa Ce'Nedra.

    Garion! se oy de pronto la voz de ta Pol en la oscuridad, a escasa distancia del. Mira hacia dnde vas!

    Y l luch por escapar de sus fantasas mientras tropezaba sobre una pila de escombrosdonde se haba desmoronado un gran trozo de techo.

    Los gritos de horror de los esclavos, cautivos en sus celdas hmedas y fras, crecan a

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    su alrededor, haciendo un macabro contrapunto con los ruidos sordos y las explosiones delterremoto. Otros sonidos brotaban de la oscuridad; gritos confusos en las voces broncas delos murgos, el ruido irregular y acechante de pies que corran, el estrpito de las puertas dehierro que se abran con violencia mientras el enorme pico de basalto se inclinaba,temblaba y se agrietaba en medio de la feroz conmocin. Por las oscuras cuevas corran

    oleadas de polvo, un denso y sofocante polvo de roca que les lastimaba los ojos y los hacatoser sin cesar mientras trepaban a gatas por entre los escombros.Garion alz con cuidado al pequeo y confiado nio para cruzar un montn de cascotes

    y el nio, a pesar del caos de ruido y mal olor que los rodeaba en aquella opresivaoscuridad, lo mir a la cara, sereno y risueo. Iba a dejarlo en el suelo pero cambi deopinin: sera ms fcil y menos peligroso llevarlo en brazos. Luego se gir para entrar enel pasadizo, pero de repente pis algo blando y retrocedi de forma abrupta. Escudri elsuelo y sinti nuseas al descubrir que haba pisado la mano de un muerto que asomabapor entre los escombros.

    Continuaron su rpido avance a travs de las crecientes tinieblas con las oscurastnicas de los murgos con que se haban disfrazado sacudindose entre sus piernas y el aire

    todava lleno de aquel denso polvo.Alto! grit Relg. El fantico ulgo alzaba la mano y con la cabeza inclinada haciaun lado, escuchaba con atencin.

    Aqu no! le dijo Barak, que an avanzaba con esfuerzo con el aturdido Belgarathen sus brazos. Sigue, Relg!

    Quietos! orden Relg. Estoy intentando escuchar! Luego mene lacabeza. Atrs! rugi, al tiempo que se volva deprisa y los empujaba. Corred!

    All atrs hay murgos! protest Barak.Corred! repiti Relg. Esta ladera de la montaa est a punto de desmoronarse!Mientras volvan atrs, se oy un nuevo y terrible estrpito. Como en un quejido, la

    roca se rompi con un prolongado y espeluznante rugir. Un sbito torrente de luz inund lagalera por donde huan: una enorme grieta se abra en la faz del pico de basalto y seensanchaba de forma impresionante, hasta que un enorme trozo de montaa se tambalelentamente y cay al pramo que se extenda a miles de metros ms abajo. El rojoresplandor del sol que acababa de nacer resultaba enceguecedor y haca desvanecer laoscuridad de las cavernas, y la gran grieta en la faz de la montaa dejaba al descubierto talvez ms de una docena de oscuras aberturas, tanto abajo como arriba, donde las cavernasconducan al vaco.

    All! se oy un grito desde lo alto.Garion alz la cabeza. Unos quince metros ms arriba sobre el abrupto ngulo de la faz

    de la montaa, haba seis murgos con las espadas desenvainadas junto a la entrada de unacueva, entre olas de polvo. Uno de ellos sealaba a los fugitivos. Pero en ese instante elpico volvi a temblar y otro gran trozo de piedra se separ de la montaa y arroj a losdesesperados murgos al abismo.

    Corred! volvi a gritar Relg, y todos retrocedieron con rapidez hacia la oscuridaddel temblequeante pasadizo.

    Deteneos un momento! jade de repente Barak, despus de que hubieranavanzado varios cientos de metros. Dejadme descansar! Y deposit a Belgarath en elsuelo, mientras su enorme pecho suba y bajaba agitado.

    Puedo ayudaros, seor? se apresur a ofrecer Mandorallen.

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    No jade Barak. Puedo arreglrmelas; slo necesito recuperar el aliento. Elcorpulento hombretn ech un vistazo a su alrededor. Qu ocurri all atrs? Qu fuelo que caus todo esto?

    Belgarath y Ctuchik tuvieron un pequeo desacuerdo explic Seda con un dejosarcstico. Al final se les escap de las manos.

    Qu le ocurri a Ctuchik? pregunt Barak, quien todava respiraba con dificultad. No vi a nadie ms cuando Mandorallen y yo entramos a la habitacin.Se destruy a s mismo respondi Polgara, y se arrodill a examinar la cara de

    Belgarath.Nosotros no vimos a nadie, mi seora coment Mandorallen mientras escudriaba

    en la oscuridad con su enorme espada en la mano.No quedaba mucho de l dijo Seda.Estamos seguros aqu? le pregunt Polgara a Relg.El ulgo apoy su cabeza contra una de las paredes del pasadizo y escuch con

    atencin. Luego asinti con la cabeza.De momento, s respondi.

    Entonces detengmonos aqu un rato. Quiero echarle un vistazo a mi padre. Dadmems luz.Relg extrajo de las bolsas que llevaba atadas al cinturn los dos polvos que producan

    la luz tenue de Ulgo y los mezcl.Qu fue lo que ocurri en realidad? Fue Belgarath quien le hizo eso a Ctuchik?Ella mene la cabeza mientras apoyaba sus manos con suavidad sobre el pecho de su

    padre.Por alguna razn Ctuchik intent hacer desaparecer el Orbe dijo ella. Algo lo

    asust hasta tal punto que olvid la primera regla.Mientras dejaba al nio en el suelo, Garion record la fugaz visin de la mente del

    grolim un instante antes de pronunciar el fatal Desaparece! que lo haba hecho explotary convertirse en nada. Una vez ms pudo vislumbrar aquella nica imagen que se habaformado en la mente del sumo sacerdote: la imagen de Garion cogiendo el Orbe en unamano. Entonces rememor el pnico ciego e irracional que aquella visin le haba causadoa Ctuchik. Por qu? Por qu lo haba asustado tanto como para hacerle cometer un errorfatal?

    Qu le ocurri, ta Pol? pregunt convencido, por alguna razn, de que debasaberlo.

    Ya no existe respondi ella. Incluso la sustancia que lo formaba hadesaparecido.

    No me refera a eso protest Garion, pero Barak ya haba comenzado a hablar.Destruy el Orbe? pregunt el hombretn con un dejo de nusea en la voz.Nada puede destruir el Orbe le respondi ella con serenidad.Entonces dnde est?El pequeo solt la mano de Garion y se aproxim confiado al corpulento cherek.Misin? pregunt, y le ense la piedra redonda y gris que tena en la mano.Por Belar! exclam Barak y se alej de la piedra que le ofreca el pequeo

    llevndose las manos a la espalda. Dile que deje de agitarla as, Polgara. Acaso no sabeque es muy peligrosa?

    Lo dudo.

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    Cmo est Belgarath? pregunt Seda.Su corazn es fuerte respondi Polgara, pero est muy cansado. Esa pelea casi

    acaba con l.El terremoto termin con un largo y estrepitoso temblor y el silencio se hizo opresivo.Ha terminado? pregunt Durnik mientras miraba a su alrededor con nerviosismo.

    Tal vez no respondi Relg bajando la voz hasta convertirla en un susurro. Unterremoto suele durar bastante ms tiempo.De dnde sali? pregunt Barak con la vista fija en el nio, tambin en voz baja.Estaba en la torre con Ctuchik le dijo Polgara. Es el nio que cri Zedar para

    que robara el Orbe.No tiene aspecto de ladrn.Y no lo es. Polgara mir con seriedad al nio rubio. Alguien tendr que

    cuidarlo observ. Hay algo muy extrao con respecto a l. Cuando bajemos meocupar yo, pero ahora tengo la mente demasiado confusa como para hacerlo.

    Ser por el Orbe? pregunt Seda con curiosidad. He odo que produce efectosextraos en las personas.

    Tal vez sea eso. La voz de Pol no sonaba muy convencida. Viglalo, Garion, yno dejes que pierda el Orbe.Por qu yo? pregunt casi sin pensarlo. Ella le dirigi una mirada fulminante.

    Muy bien, ta Pol agreg consciente de que era intil discutir con ella.Desde algn lugar en la oscuridad lleg un murmullo de voces roncas y guturales.Murgos! susurr Seda de repente mientras se llevaba la mano a la daga.Cuntos? le pregunt Barak a ta Pol.Cinco respondi ella. No..., seis. Uno est rezagado.Hay algn grolim? Ella neg con la cabeza. Vamos, Mandorallen murmur

    el corpulento cherek mientras con expresin ttrica desenvainaba la espada. El caballeroasinti blandiendo su propia y enorme espada con ambas manos. Esperad aqu murmur Barak a los dems, no nos demoraremos mucho.

    Entonces l y Mandorallen se perdieron en la oscuridad y sus negras tnicas de murgosse fundieron entre las sombras mientras los dems esperaron, con el odo atento al menorruido.

    Una vez ms aquella extraa cancin comenz a llenar la mente de Garion y suspensamientos volvieron a dispersarse ante su extraa compulsin. En algn lugar se oyun largo y sibilante sonido de guijarros resbalando por una cuesta que provoc a Garion unconfuso tumulto de recuerdos. Le pareci or el sonido metlico del martillo de Durnik enel yunque de la hacienda de Faldor, y luego el paso cansino de los caballos y el traqueteode los vagones en que transportaban los nabos a Darine, el lugar donde haba comenzadotoda aquella historia. Garion oy, como si se encontrara all, los ensordecedores chillidosdel jabal que haba matado en los bosques nevados de las afueras de Val Alorn y ladesgarradora meloda de la flauta del joven siervo arendiano, elevndose hacia el cielodesde el campo cubierto de tocones donde Asharak lo miraba con una expresin de odio ytemor en su rostro lleno de cicatrices.

    Garion sacudi la cabeza en un intento de aclarar sus ideas, pero la cancin volvi asumirlo en un estado de ensoacin. De repente oy el horrible crepitar de Asharakquemndose bajo los antiguos y enormes rboles del bosque de las Dradas y lasdesesperadas splicas del grolim: Amo, ten piedad. Luego oy los gritos en el palacio de

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    Salmissra donde Barak, transformado en un horrible oso, avanzaba con las garras prontashacia la sala del trono con ta Pol furiosa a su lado, caminando a grandes zancadas.

    Y entonces volvi a or la voz que siempre haba estado en su mente.Deja de resistirte.

    Qu pasa?, pregunt Garion.

    Es el Orbe.Qu hace?

    Quiere conocerte, sta es la forma que tiene de averiguar las cosas.

    No puede esperar? La verdad es que ahora no tenemos mucho tiempo.Puedes intentar explicrselo si quieres la voz sonaba divertida.Es probable que

    te escuche, aunque lo dudo. Te ha estado esperando durante mucho tiempo.

    Por qu a m?Nunca te cansas de preguntar eso?

    Les est haciendo lo mismo a los dems?

    Hasta cierto punto. Ser mejor que te relajes, pues de un modo u otro acabar por

    hacer lo que quiere.

    En algn rincn de las oscuras galeras, se oy un sbito ruido metlico de acero contraacero y luego un grito de asombro. Luego Garion oy el estrpito de unos golpes y alguiengimi. Despus se hizo el silencio.

    Unos minutos ms tarde se oyeron pisadas y Barak y Mandorallen regresaron.No pudimos encontrar al que vena detrs comunic Barak. Se ha recuperado

    Belgarath?Todava est completamente atontado respondi Polgara.Entonces lo llevar en brazos. Ser mejor que nos vayamos; tenemos un largo

    camino hasta abajo y dentro de poco las cuevas estarn llenas de murgos.Espera un momento dijo ella. Tienes idea de dnde estamos, Relg?Ms o menos.Llvanos hacia donde dejamos a la esclava orden en un tono que no dejaba lugar

    a objeciones.La expresin de Relg se endureci, pero no dijo nada.Barak se inclin y levant al inconsciente Belgarath. Garion extendi los brazos y el

    nio, todava con el Orbe apretado contra el pecho, se aproxim a l con actitud obediente.El pequeo era curiosamente liviano y Garion lo llevaba casi sin esfuerzo. Relg alz elrecipiente de madera con su tenue luz para iluminarles el camino y comenzaron a andarotra vez por el zigzagueante sendero, lleno de curvas y giros, que se perda en lasprofundidades de las tenebrosas cuevas. A medida que avanzaban, Garion tena laimpresin de que la oscuridad de la montaa se posaba sobre sus hombros con un pesocada vez mayor.

    Volvi a or la cancin en su cabeza y la tenue luz que llevaba Relg hizo que suspensamientos volaran una vez ms. Ahora que comprenda lo que ocurra le resultaba msfcil: la cancin abra su mente y el Orbe absorba cada pensamiento y cada recuerdopasando sobre su vida con un aleteo fugaz y ligero. Su curiosidad resultaba extraa, pues amenudo se detena en cosas que Garion no crea importantes y apenas rozaba otras que ensu momento le haban parecido importantsimas. Sigui paso a paso las huellas de lo quehaba ocurrido desde que salieran de Rak Cthol; entr con ellos a la cueva de cristal en lasmontaas que se alzaban sobre Maragor, donde Garion haba tocado el potrillo muerto y le

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    haba devuelto la vida, en aquel curioso e ineludible acto de expiacin que en cierto modohaba servido para compensar la muerte de Asharak. Baj con ellos al valle donde Garionhaba dado la vuelta a la enorme roca blanca en su primer intento consciente de usar laVoluntad y la Palabra con un objetivo preciso. Apenas se detuvo en la horrible pelea con eleldrak y en la visita a las cuevas de Ulgo, pero pareci muy interesado en el escudo

    imaginario que Garion y ta Pol haban levantado cuando se aproximaban a Rak Cthol paraesconder sus movimientos de las mentes de los grolims. Ignor la muerte de Brill y lasnauseabundas ceremonias en el templo de Torak, y sin embargo se detuvo en laconversacin entre Belgarath y Ctuchik en la torre colgante del sumo sacerdote de losgrolims. Aunque lo ms raro fue que se demor en todos y cada uno de los recuerdos queGarion guardaba de la princesa Ce'Nedra: la forma en que el sol se reflejaba en su cabellocobrizo, la gil gracia de sus movimientos, su fragancia, sus gestos inconscientes, lassutiles expresiones de emocin en su rostro pequeo y exquisito. Garion, por otra parte, sesorprendi ante el impacto que las cosas que haba hecho o dicho la princesa haban tenidoen su memoria.

    Garion dijo ta Pol, qu diablos te pasa? Te he dicho que vigilaras al nio.

    Presta atencin; ste no es momento para soar despierto.No soaba despierto. Estaba... pero cmo poda explicarlo?Estabas...?Olvdalo.Siguieron andando entre los ocasionales temblores de la tierra, que comenzaba a

    serenarse de mala gana. El enorme pico de basalto se inclinaba y gema cada vez que latierra temblaba y se convulsionaba sobre su base; y con cada sacudida, ellos se detenan,temerosos hasta de respirar.

    Cunto hemos bajado? pregunt Seda mientras miraba con nerviosismo a sualrededor.

    Quizs unos trescientos metros respondi Relg.Eso es todo? A este paso tardaremos una semana.Tardaremos lo que sea necesario dijo con voz ronca Relg, y encogi sus

    corpulentos hombros.En la galera siguiente haba ms murgos y tuvo lugar otra pequea batalla en la

    oscuridad, de la que Mandorallen sali cojeando.Por qu no me has esperado tal como te he dicho? pregunt Barak enfadado.Slo eran tres, seor respondi Mandorallen con indiferencia. No tiene

    importancia.Es intil tratar de razonar contigo, sabes? dijo Barak con tono de disgusto.Ests bien? le pregunt Polgara al caballero.Es slo un rasguo, seora respondi Mandorallen con indiferencia. No tiene

    importancia.El suelo de piedra de la galera tembl y oscil otra vez y el estrpito reson en el

    interior de las cuevas. Todos se quedaron petrificados, pero el inquietante movimientossmico dur apenas unos segundos.

    Siguieron sin detenerse a lo largo de cuevas y pasadizos. Los ltimos temblores delterremoto que haba destruido Rak Cthol y derrumbado la torre de Ctuchik se sucedan deforma intermitente. De repente, cuando parecan haber pasado varias horas, un grupo demurgos, quiz ms de una docena, pasaron por una galera no muy lejana de donde estaban

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    ellos; gritaban con sus voces speras y las antorchas proyectaban sus sombras en los murosde las cavernas. Despus de un breve intercambio de murmullos, Barak y Mandorallen losdejaron pasar sin detenerlos ni advertirles sobre el terrible peligro que acechaba entre lassombras unos veinte metros ms all. Cuando estuvieron fuera del alcance del odo, Relgdestap su luz y eligi otro pasadizo. Siguieron adelante, bajando en zigzag a travs de las

    cuevas rumbo a la base del pico y a la dudosa seguridad de los pramos que aguardabanall abajo.Aunque la cancin del Orbe no ces en ningn momento, Garion comenz a sentirse

    capaz de pensar mientras segua a Seda a travs de los serpenteantes pasadizos con elpequeo en brazos. Supuso que se habra acostumbrado a aquello o bien que el Orbe habravuelto su atencin hacia algn otro miembro del grupo.

    Era increble, pero lo haban conseguido. Contra todo pronstico, haban recuperado elOrbe. La bsqueda que haba interrumpido su tranquila vida en la hacienda de Faldorahora llegaba a su fin, aunque tambin haba cambiado su vida de forma tan radical que elnio que saliera subrepticiamente por la puerta de la hacienda una noche ventosa de otooya no exista. Incluso en ese momento, Garion poda sentir el poder que haba descubierto

    en su interior y saba que ese poder estaba all por algn motivo. Haba habido seales a lolargo del camino vagas, sutiles, a veces simples insinuaciones de que el retorno delOrbe al lugar que corresponda era slo el comienzo de algo mucho ms importante y msserio. Garion estaba absolutamente convencido de que aquello no era el final.

    Ya era hora, dijo la voz seca dentro de su mente.Y eso qu significa?Por qu tengo que volver a explicarlo una y otra vez?

    Explicar qu?

    Que s lo que ests pensando. No es como si furamos dos seres completamente

    independientes, ya sabes.Muy bien; entonces, adonde vamos ahora?

    A Riva.

    Y despus?Ya veremos.

    No vas a decrmelo?

    No, todava no. No has llegado tan lejos como crees. An te queda mucho caminopor recorrer.

    Si no vas a decirme nada, por qu no me dejas en paz?

    Slo quera advertirte que no hicieras planes a largo plazo. La recuperacin delOrbe es slo un paso, un paso importante, pero slo un comienzo.

    Entonces, como si la sola mencin del Orbe le recordara a ste la presencia de Garion,su cancin volvi con toda su fuerza y Garion perdi su capacidad de concentrarse.

    Poco despus, Relg se detuvo y alz la tenue luz.Qu ocurre? pregunt Barak, dejando a Belgarath en el suelo otra vez.Se derrumb el techo respondi Relg, y seal los escombros que bloqueaban el

    paso por la galera. No podemos pasar. Mir a ta Pol. Lo siento aadi, yGarion pens que era sincero. La mujer que dejamos abajo est del otro lado delderrumbamiento.

    Busca otra forma de entrar le indic ella brevemente.No hay ninguna. Este era el nico pasadizo que conduca a la fuente donde la

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    encontramos.Entonces tendremos que desbloquearlo.Slo conseuiramos otro derrumbamiento y de todos modos es probable que ella est

    sepultada bajo los escombros. Al menos es de esperar.No crees que eres algo maligno? pregunt Seda con sarcasmo.

    All tiene agua y suficiente aire para respirar dijo el ulgo tras volverse a mirar alhombrecillo. Si el derrumbamiento no la mat, podra sobrevivir durante semanas antesde morirse de hambre agreg con un peculiar dejo de pena.

    Seda lo mir un instante con fijeza.Lo siento, Relg dijo por fin. Te haba malinterpretado.La gente que vive en las cavernas no tiene ningn deseo de ver a nadie morir

    atrapado.Polgara, mientras tanto, estaba concentrada en el pasadizo bloqueado por los

    escombros.Tenemos que sacarla de all declar.Relg podra tener razn seal Barak, Lo ms probable es que est enterrada

    debajo de media montaa.No neg Polgara con la cabeza. Taiba sigue con vida y no podemos irnos sinella. Ella es tan importante en esta misin como cualquiera de nosotros. Se volvi haciaRelg: Tienes que traerla dijo con firmeza.

    No puedes pedirme eso dijo Relg con sus ojos grandes y oscuros muy abiertos.No hay otra alternativa.Puedes hacerlo, Relg le insisti Durnik al fantico. Puedes atravesar las rocas y

    traerla contigo tal como sacaste a Seda del foso donde lo encerr Taur Urgas.Relg haba comenzado a temblar con violencia.No puedo! Su voz sonaba ahogada. Tendr que tocarla, que poner mis manos

    sobre ella. Es pecado.Eso es muy poco caritativo de vuestra parte, Relg le dijo Mandorallen. No hay

    ningn pecado en prestar ayuda a los dbiles e indefensos. La consideracin hacia losdesventurados es una responsabilidad fundamental de todos los hombres de bien y ningunafuerza del mundo puede corromper a un espritu puro. Si la compasin no os mueve acorrer en su ayuda, no podrais acaso considerar su rescate como una forma de poner aprueba vuestra pureza?

    No lo entiendes le respondi Relg con voz angustiada y se volvi hacia Polgara. No me hagas esto, te lo ruego.

    Debes hacerlo respondi ella con calma. Lo siento, Relg, pero no hayalternativa.

    Una docena de emociones encontradas se reflejaron en la cara del fantico mientras seencoga bajo la mirada inflexible de Polgara. Luego, con un gemido ahogado, se volvi yapoy la mano sobre la superficie de la roca a un lado del pasadizo. Con impresionanteconcentracin, hundi los dedos en la piedra, demostrando una vez ms su asombrosahabilidad de deslizar su propia sustancia a travs de la impenetrable apariencia de la roca.

    Seda se volvi con rapidez.No puedo soportar ver eso dijo con voz ahogada.Poco despus Relg haba desaparecido en la roca.Por qu le tiene tanta aversin a tocar a la gente? pregunt Barak.

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    Garion saba bien por qu. La obligada compaa del fantico durante el viaje porAlgaria le haba dado una clara idea de cmo funcionaba su mente. Las severas denunciasde Relg sobre los pecados de los dems servan ante todo para disimular su propiadebilidad. Garion haba escuchado durante horas interminables las confesiones histricas ya menudo incoherentes del fantico sobre sus constantes pensamientos lascivos. Taiba, la

    atractiva esclava marag, representaba una enorme tentacin para Relg que la tema msque a la muerte.Esperaron en silencio. En algn lugar un lento goteo marcaba el paso de los segundos.

    De vez en cuando la tierra temblaba bajo sus pies con los ltimos coletazos del terremoto.Los minutos pasaban lentamente en la oscuridad de la caverna.

    Entonces percibieron un movimiento, como un ligero aleteo, y Relg sali de la rocacon la esclava semidesnuda en brazos. Las manos de Taiba estaban cogidas condesesperacin al cuello del fantico y tena la cabeza escondida en su pecho. La mujergema de terror y temblaba sin control.

    La cara de Relg estaba crispada con una expresin agnica, de sus ojos brotabanlgrimas de angustia y tena los dientes apretados como si intentara contener un dolor

    insoportable. Sus brazos, sin embargo, estrechaban a la aterrorizada esclava con actitudprotectora, casi con ternura, e incluso una vez fuera de la piedra la mantuvo abrazada,como si quisiera tenerla as para siempre.

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    Cuando llegaron a la cueva donde haban dejado los caballos, al pie de la montaa, yaera medioda. Seda se qued en la entrada para hacer guardia y Barak dej con cuidado aBelgarath en el suelo.

    Es ms pesado de lo que parece protest el hombretn mientras se limpiaba elsudor de la cara. No debera volver en s?

    Pueden pasar das antes de que recupere la conciencia por completo respondiPolgara. Cbrelo y djalo dormir.

    Cmo va a cabalgar?

    Ya me ocupar de eso.Nadie va a cabalgar hacia ningn sitio por un tiempo anunci Seda desde lapequea entrada de la cueva. Los murgos merodean por ah fuera como abejorros.

    Esperaremos a que oscurezca decidi Polgara; de todos modos necesitamosdescansar. Volvi a colocarse la capucha de la tnica murga y se dirigi hacia uno de lossacos que haba puesto la noche anterior contra el muro de la cueva. Me ocupar depreparar algo para comer y luego todos dormiris un poco.

    Taiba, la esclava, arropada otra vez con la capa de Garion, no dejaba de mirar a Relg.Sus grandes ojos lilas brillaban con una mezcla de gratitud y perplejidad.

    Me has salvado la vida le dijo con una voz grave y profunda. Mientras le hablabase inclin hacia l. Garion estaba seguro de que se trataba de un gesto inconsciente, pero

    fue muy notable. Gracias agreg, y su mano se pos sobre el brazo del fantico.Relg se encogi, sobresaltado.No me toques jade. Ella lo mir atnita, con el brazo an medio extendido.

    No debes tocarme nunca le dijo. Jams.La mirada de Taiba reflejaba incredulidad. Su vida entera haba transcurrido en la

    oscuridad y nunca haba aprendido a disimular sus sentimientos. Luego el asombro diopaso a la humillacin y su expresin se convirti en un puchero de malhumor mientras sealejaba deprisa del hombre que la haba rechazado con tanta brusquedad. Al volverse, lacapa resbal de sus hombros y los pocos harapos que la cubran apenas pudieron escondersu desnudez. A pesar de su cabello enmaraado la suciedad de sus brazos y piernas,resultaba sensual y exuberante. Relg la mir y comenz a temblar; luego dio media vuelta

    y se alej todo lo posible, hasta que cay de rodillas y empez a rezar de formadesesperada, con la cabeza apoyada sobre el suelo de piedra de la caverna.Se encuentra bien? se apresur a preguntar Taiba.Tiene algunos problemas respondi Barak. Ya te acostumbrars.Taiba dijo Polgara, ven aqu. Mir con ojo crtico las escasas ropas de la

    mujer. Tendremos que encontrarte algo de ropa, pues all fuera hace mucho fro... entreotras razones.

    Ver qu puedo encontrar en los sacos ofreci Durnik. Creo que tambin

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    necesitaremos algo para el nio. Esa bata que lleva no parece muy abrigada. Ech unvistazo al pequeo que miraba con curiosidad a los caballos.

    No tenis que preocuparos por m les previno Taiba. No tengo nada que hacerah fuera. En cuanto os vayis, volver a Rak Cthol.

    Qu dices? pregunt con brusquedad Polgara.

    Todava tengo un asunto que arreglar con Ctuchik aclar ella mientras llevaba unamano al cuchillo oxidado.Nosotros ya nos ocupamos de eso por ti ri Seda en la entrada de la caverna.

    Rak Cthol se est cayendo a pedazos y todo lo que queda de Ctuchik es una mancha en elsuelo.

    Muerto? pregunt ella boquiabierta. Cmo?No lo creeras le respondi Seda.Sufri? pregunt ella con un terrible tono de ansiedad.Mucho ms de lo que puedas llegar a imaginarte respondi Polgara.Taiba hizo una larga y temblorosa inspiracin y luego comenz a llorar. Ta Pol abri

    los brazos para estrechar contra su pecho a la afligida mujer y la consol del mismo modo

    que consolaba a Garion cuando era pequeo.Garion se dej caer agotado y apoy la espalda contra el muro de piedra de la cueva. Elcansancio lo invada a oleadas y una gran languidez lo vaci de cualquier pensamientoconsciente. El Orbe volvi a cantar, pero ahora con una meloda arrulladora. Por lo visto sucuriosidad sobre l ya estaba satisfecha y la cancin slo constitua una forma de seguir encontacto. Garion estaba demasiado fatigado para preguntarse por qu la piedra encontrabatanto placer en su compaa.

    El pequeo abandon la contemplacin de los caballos y se acerc a donde Taiballoraba con el brazo de ta Pol sobre sus hombros. Pareca intrigado y extendi una manopara tocar la cara cubierta de lgrimas de la esclava.

    Qu quiere? pregunt Taiba.Es probable que nunca haya visto lgrimas antes respondi ta Pol.Taiba contempl aquella carita seria y de repente se ri y estrech al pequeo entre sus

    brazos. El nio sonri.Misin? le pregunt, y le ofreci el Orbe.No lo cojas, Taiba le dijo Polgara en voz muy baja. No toques nunca esa

    piedra.Taiba mir al pequeo y mene la cabeza.Entonces el pequeo suspir, atraves la cueva y fue a acurrucarse junto a Garion.Barak, que se haba internado en el pasadizo por donde haban venido, volvi con

    expresin sombra.Oigo murgos all arriba inform el hombretn. Con el eco de las cuevas es

    imposible precisar dnde estn, pero da la impresin de que estn explorando todas lascavernas y pasadizos.

    Entonces encontremos un sitio seguro, seor, y dmosles razones para que nosbusquen en otro sugiri jovial Mandorallen.

    Una idea interesante respondi Barak, pero me temo que no funcionara. Tardeo temprano nos encontrarn.

    Yo me encargar de que no lo hagan dijo Relg en voz baja. Interrumpi sus rezosy se puso de pie. Las frmulas rituales no lo haban ayudado y tena los ojos desorbitados.

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    Ir contigo se ofreci Barak.Slo me estorbaras dijo Relg. Neg con la cabeza y se encamin hacia el

    pasadizo que conduca a la montaa.Qu diablos le pasa? pregunt intrigado Barak.Creo que nuestro amigo est pasando por una crisis religiosa observ Seda desde

    la entrada de la cueva donde montaba guardia.Otra?As tiene algo en qu ocuparse en los momentos libres respondi divertido Seda.Venid a comer orden ta Pol mientras colocaba trozos de pan y de queso sobre

    uno de los sacos. Luego quiero echar un vistazo al rasguo de tu pierna, Mandorallen.Despus de comer y de vendar la pierna de Mandorallen, Polgara visti a Taiba con un

    curioso atuendo que Durnik haba encontrado en los sacos. Luego se volvi hacia elpequeo. El nio correspondi a su seria mirada con otra igual; luego se acerc y toc elmechn de pelo blanco con curiosidad. Garion se sobresalt al recordar cuntas veces lmismo haba tocado aquel rizo con un gesto idntico y aquel recuerdo lo invadi de unamomentnea e irracional oleada de celos que se apresur a reprimir.

    El nio sonri con sbito alborozo.Misin dijo con firmeza y le ofreci el Orbe a ta Pol.No, pequeo dijo ella y mene la cabeza. Me temo que yo no soy la persona

    indicada.Lo visti con ropas demasiado grandes que tuvo que doblar y atar con cordel en varios

    sitios, luego se sent con la espalda apoyada contra el muro, abri sus brazos y lo llamcon un gesto. El pequeo se sent obedientemente en su regazo, le rode el cuello con losbrazos y le dio un beso. Luego se acurruc en su pecho, suspir y se durmi de inmediato.Ella lo mir con una expresin extraa en su rostro, una curiosa mezcla de asombro yternura, y Garion tuvo que luchar contra una nueva oleada de celos.

    En las cuevas que se alzaban sobre ellos, se oy un ruido sordo.Qu es eso? pregunt Durmk mientras miraba a su alrededor con aprensin.Supongo que es Relg respondi Seda. Parece resuelto a encargarse de los

    murgos.Espero que no se entusiasme demasiado dijo Durnik con nerviosismo y la vista

    fija en el techo de roca.Cunto tiempo tardaremos en llegar al valle? pregunt Barak.Quizs un par de semanas respondi Seda. Todo depende del terreno y de la

    rapidez de los murgos en organizar nuestra bsqueda. Si tenemos suficiente tiempo paraprepararles una buena pista falsa, podremos mandarlos hacia la frontera tolnedrana en eloeste y dirigirnos al valle sin necesidad de perder tiempo en esquivarlos o en escondernos.El hombrecillo sonri La idea de engaar a toda la nacin murga me entusiasma aadi.

    No es necesario que seas demasiado ingenioso le dijo Barak. Hettar nos estaresperando en el valle con el rey Cho-Hag y la mitad de los clanes de Algaria y se sentirnmuy decepcionados si no les dejamos al menos algunos murgos.

    La vida est llena de decepciones dijo con sarcasmo Seda. Si no recuerdo mal,la frontera este del valle es muy empinada y rocosa. Nos llevar al menos un par de dasbajar por ella y no nos conviene hacerlo con todos los habitantes de Cthol Murgospisndonos los talones.

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    Cuando Relg volvi ya era media tarde. Sus esfuerzos parecan haber calmado laconfusin de su mente, pero su mirada an reflejaba turbacin y evitaba deliberadamentelos ojos lilas de Taiba.

    He tirado abajo los techos de todas las galeras que conducen a sta informbrevemente . Ahora estamos seguros.

    Duerme un poco le dijo Polgara, que aunque pareca dormida abri los ojos.l asinti y fue directamente hacia sus mantas.Descansaron en la cueva durante el resto del da turnndose para vigilar la pequea

    entrada. Ms all de los escombros acumulados en la base del pico, los pramos de arenanegra y rocas erosionadas por el viento estaban abarrotados de jinetes murgos que iban deun lado a otro en una bsqueda frentica y desorganizada.

    Da la impresin de que no saben lo que hacen le coment Garion en voz baja aSeda mientras ambos los espiaban.

    El sol se pona tras un grupo de nubes en la parte oeste del horizonte y tea el cielo deun furioso color rojo. El fuerte viento se filtraba por la abertura de la cueva y traa polvo yaire fro.

    Supongo que las cosas deben de estar un tanto liadas en Rak Cthol respondiSeda. Ya no hay nadie al mando y eso crea confusin entre los murgos. Cuando notienen a nadie que les d rdenes, tienden a desorganizarse.

    Eso no nos pondr las cosas ms difciles para escapar de aqu? pregunt Garion. Me refiero a que si no se dirigen a ningn lugar en concreto, merodearn por ah, ycmo vamos a esquivarlos?

    Tendremos que ponernos las capuchas y dar vueltas como ellos dijo Seda. Luegose arrop con la gruesa tnica murga para protegerse del fro y se volvi a mirar hacia elinterior de la cueva. El sol ya se pone inform.

    Esperemos a que est completamente oscuro respondi Polgara mientras envolvaal nio con cuidado en una de las tnicas viejas de Garion.

    Cuando nos hayamos alejado un poco, dejar un par de pistas dijo Seda. Losmurgos suelen ser un poco obtusos y sera una pena que nos perdieran el rastro. Se girde nuevo para mirar la puesta de sol. Va a ser una noche fra agreg sin dirigirse anadie en particular.

    Garion dijo ta Pol mientras se pona de pie, t y Durnik id junto a Taiba. Ellanunca ha cabalgado y es probable que necesite ayuda.

    Y qu pasar con el pequeo? murmur Durnik.Vendr conmigo.Y Belgarath? pregunt Mandorallen echando un vistazo al viejo hechicero

    dormido.Cuando llegue el momento lo subiremos a un caballo respondi Polgara. Puedo

    hacer que se mantenga erguido en su silla, siempre que no hagamos cambios sbitos dedireccin. Ya est oscureciendo?

    Ser mejor que esperemos un poco ms respondi Seda. Todava hay bastanteluz.

    Aguardaron. El cielo de la tarde comenz a volverse prpura y salieron las primerasestrellas, muy lejanas y con un brillo glido. Entre la comitiva de los murgos empezaron aencenderse antorchas.

    Nos vamos? sugiri Seda mientras se pona en pie.

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    Sacaron los caballos en silencio fuera de la cueva y cruzaron el montculo deescombros en direccin a la arena. All se detuvieron unos instantes y aguardaron a quepasara un grupo de murgos, varios cientos de metros ms all.

    No os separis les dijo Seda mientras montaban.Qu distancia hay hasta el final de los pramos? le pregunt Barak al

    hombrecillo, mientras suba gruendo a su caballo.Dos das de cabalgata sin parar respondi Seda. O mejor dicho noches, puesdurante las horas de sol tendremos que buscar un escondite. De ningn modo podremospasar por murgos.

    Vamos ya le dijo Polgara.Comenzaron la marcha, primero despacio, al paso, hasta que Taiba se sinti segura y

    Belgarath pareci capaz de mantenerse erguido en la montura, a pesar de que todava nopoda comunicarse con nadie. Luego apuraron la marcha y montaron al galope, avanzandocon rapidez pero sin cansar a los caballos.

    Despus de cruzar la primera loma, se encontraron de frente con un numeroso grupo demurgos con antorchas.

    Quin est all? pregunt Seda de forma abrupta con la voz spera quecaracterizaba el idioma de los murgos. Identificaos.Somos de Rak Cthol respondi uno de los murgos con tono de respeto.Eso ya lo s, tonto gru Seda. Os he pedido vuestra identificacin.Tercera falange.Eso est mejor. Apagad las antorchas. Cmo esperis ver algo a ms all de tres

    metros con esas luces cegando vuestros ojos?Los murgos apagaron enseguida las antorchas.Ahora continuad la bsqueda hacia el norte orden Seda. Este sector ya est

    cubierto por la novena falange.Pero...Vas a discutir conmigo?No, pero...Moveos de una vez!Los murgos hicieron girar a sus caballos y se perdieron en la oscuridad.Muy listo dijo Barak con admiracin.Fue bastante fcil dijo Seda encogindose de hombros. La gente agradece un

    poco de control cuando reina la confusin. Ahora sigamos, de acuerdo?Mientras cabalgaban rumbo al oeste, durante aquella larga, fra y oscura noche,

    tuvieron otros encuentros. Teniendo en cuenta la gran cantidad de murgos que recorran lospramos en su busca, era algo inevitable; pero Seda se ocup de cada encuentro con graneficiencia y la noche pas sin ningn incidente importante.

    Cuando estaba a punto de amanecer, el hombrecillo comenz a arrojar distintos objetospara dejar un rastro falso.

    Quiz me haya pasado un poco coment con tono crtico mientras contemplabaun zapato viejo que acababa de abandonar semienterrado en la arena llena de huellas decaballos.

    De qu hablas? le pregunt Barak.De nuestras huellas respondi Seda. Nuestro objetivo es que nos sigan,

    recuerdas? Se supone que deben pensar que nos fuimos en direccin a Tolnedra.

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    Y entonces?Creo que tal vez resulte demasiado obvio.Te preocupas demasiado por detalles de este tipo.Es una cuestin de estilo, mi querido Barak respondi Seda con presuncin. El

    trabajo mal hecho tiende a crear hbito.

    Cuando la primera luz griscea y brillante del amanecer comenz a asomarse en elcielo invernal, se cobijaron entre las rocas de una de las lomas que salpicaban los pramos.Durnik, Barak y Mandorallen extendieron la lona de la tienda sobre una estrechahondonada en la ladera oeste de la loma y la cubrieron de arena para camuflar el refugio.

    Ser mejor no hacer fuego le dijo Durnik a Polgara mientras escondan loscaballos debajo de la lona. Lo digo por el humo.

    Ella asinti con un gesto.A todos nos vendra bien una comida caliente dijo, pero supongo que

    tendremos que esperar.Tomaron un desayuno de pan y queso y comenzaron a acomodarse para dormir durante

    el da, de modo de poder cabalgar por la noche.

    A m me vendra muy bien un bao dijo Seda mientras se sacuda arena del pelo.El pequeo lo mir, arrug la frente, y luego se le acerc y le ofreci el Orbe.Misin? le pregunt.Seda se llev las manos a la espalda y neg con la cabeza.Es la nica palabra que sabe? le pregunt a Polgara. Qu quiere decir con

    ella?Es probable que le hayan dicho que tiene una misin que cumplir explic ella,

    robar el Orbe. Supongo que Zedar se lo ha repetido una y otra vez desde que era pequeo yla palabra se le qued grabada.

    Es un poco desconcertante dijo Seda con las manos todava en la espalda. Aveces parece curiosamente apropiada.

    No creo que piense de la misma forma que nosotros dijo ella. Su nico objetivoen la vida es darle el Orbe a alguien, a cualquiera, por lo visto. El rostro de Polgaraadquiri una expresin pensativa. Durnik, por qu no le haces algn tipo de bolsa paraguardarlo y que podamos atar a su cintura? Tal vez si no lo tiene en la mano todo eltiempo, dejar de pensar tanto en l.

    Por supuesto, seora Pol asinti Durnik. No s cmo no se me ha ocurridoantes. Fue hacia uno de los sacos, cogi un viejo y gastado delantal de cuero, cort untrozo e hizo una bolsa con l. Chico le dijo una vez hubo terminado, ven aqu. Elpequeo estaba examinando con curiosidad un arbusto pequeo y muy seco y no dioseales de reconocer que lo llamaban a l. T..., Misin! dijo Durnik.

    El pequeo dio media vuelta, sonri y se dirigi hacia Durnik.Por qu lo llamas as? pregunt Seda con curiosidad.Parece que la palabra le gusta y adems responde a ella dijo Durnik encogido de

    hombros. Supongo que ser un buen nombre hasta que le encontremos otro msapropiado.

    Misin? pregunt el nio y le ofreci el Orbe a Durnik.Durnik le sonri, se inclin y abri la bolsa ante l.Ponlo aqu, Misin le indic. Luego lo ataremos, as estar seguro y no lo

    perders.

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    El pequeo estuvo encantado de depositar el Orbe en la pequea bolsa de piel.Misin afirm con firmeza.Supongo que s asinti Durnik. Tir del cordel de la bolsa y luego at esta ltima

    a la cuerda que el pequeo llevaba por cinturn. Ya est, Misin. Ahora est seguro.Misin examin la bolsa con cuidado y tir de ella varias veces como para asegurarse

    de que estaba bien atada. Luego dej escapar una risita de alegra, rode con sus bracitos elcuello de Durnik y lo bes en la mejilla.Es un buen chico dijo Durnik, un poco avergonzado.Es totalmente inocente le dijo ta Pol mientras examinaba a Belgarath, que segua

    dormido. No conoce la diferencia entre el bien y el mal, as que todo le parece bien.Me pregunto qu se sentir al ver el mundo de ese modo murmur Taiba mientras

    acariciaba con ternura el rostro risueo del nio. Sin penas, sin temor, sin dolor; sloamar todo lo que uno ve porque cree que es bueno.

    Relg, sin embargo, haba levantado la vista de golpe. La expresin de turbacin que sereflejaba en su cara desde que rescatara a la esclava se troc en la de fanatismo que solatener antes.

    Es monstruoso! jade.Taiba se volvi y le dirigi una mirada fulminante.Qu tiene de monstruosa la felicidad? le pregunt, rodeando al pequeo con un

    brazo.No estamos aqu para ser felices respondi con cuidado de no mirarla a los ojos.Y entonces para qu estamos aqu? lo desafi ella.Para servir a nuestro dios y evitar el pecado dijo Relg, que an rehua su mirada,

    con un tono apenas convincente.Bien, pues yo no tengo un dios replic ella, y es probable que el nio tampoco;

    as que si no te importa, l y yo nos concentraremos en ser felices. E incluso si eso suponeun pequeo pecado, qu importancia tiene?

    Es que no tienes vergenza? exclam l con voz ahogada.Soy lo que soy respondi ella, y no pienso pedir disculpas, sobre todo porque lo

    que soy nunca dependi de m.Nio dijo Relg al pequeo, vete de su lado de inmediato. La expresin de Taiba

    se endureci an ms. Se irgui y se enfrent a Relg con tono desafiante.Qu pretendes hacer? le pregunt.Luchar contra el pecado all donde lo encuentre declar l.Pecado, pecado, pecado! estall ella. Es lo nico en lo que puedes pensar?Es mi deber. Me defiendo de l en todo momento.Qu aburrido! ri ella. No se te ocurre nada mejor que hacer? Ah, me

    olvidaba! Tambin tienes tus oraciones aadi con sarcasmo. Todos esos berridossobre tu dios y lo pecador que eres. Creo que a veces debes aburrir muchsimo a ese talUL, no crees?

    Nunca vuelvas a nombrar a UL! le orden enfurecido Relg y levant el puo.Acaso me golpears si lo hago? No me importa. La gente me ha estado golpeando

    durante toda mi vida. Adelante, Relg. Por qu no lo haces? lo invit, con la caratiznada alzada hacia l.

    Relg baj la mano.Consciente de su ventaja, Taiba llev las manos al cuello del tosco vestido gris que le

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    haba dado Polgara.Yo puedo detenerte, Relg le dijo, y comenz a desabrocharse el vestido.

    Mrame. De todos modos no has hecho otra cosa en todo este tiempo; he visto tu miradaardiente sobre m. Me criticas y dices que soy mala, pero sin embargo no dejas demirarme. Adelante, mira, no disimules. Sigui desabrochando los botones del vestido.

    Si ests libre de pecado, mi cuerpo no tiene por qu preocuparte. Los ojos de Relg sesalan de sus rbitas. A m mi cuerpo me tiene sin cuidado, pero a ti te preocupa mucho,verdad? No ser entonces que la maldad est en tu mente? Yo puedo hundirte en pecadosiempre que lo desee agreg, y abri por completo la parte delantera del vestido. Relgdio media vuelta y comenz a emitir gemidos ahogados. No quieres mirar, Relg? seburl mientras l se alejaba.

    Tienes unas armas formidables, Taiba la felicit Seda.Eran las nicas que poda usar en las mazmorras de los esclavos respondi ella,

    y aprend a hacerlo siempre que fuera necesario.Luego se abroch el vestido con cuidado y se volvi hacia Misin como s no hubiera

    ocurrido nada.

    Qu son esos gritos? balbuce Belgarath, incorporndose un poco.Todos se volvieron hacia l.Relg y Taiba acaban de tener una pequea discusin teolgica respondi Seda

    con jovialidad. Los argumentos finales resultaron muy interesantes.Echado en el suelo de piedra y envuelto en mantas, Garion durmi casi todo el da.

    Cuando una piedra fra y particularmente incmoda que tena debajo de la cadera lodespert, ya atardeca. Seda montaba guardia cerca de la entrada de la hondonada, con lavista fija en la arena negra y en los salitres grises, pero los dems dorman. Mientras seaproximaba sin hacer ruido a donde estaba sentado el hombrecillo, Garion not que ta Poldorma con Misin entre sus brazos y tuvo que reprimir un ligero arrebato de celos.Cuando pas junto a Taiba, oy que la mujer murmuraba algo, pero un vistazo rpido leconfirm que estaba totalmente dormida. Estaba echada bastante cerca de Relg y daba laimpresin de que, en sueos, le tenda la mano al ulgo dormido.

    La cara afilada de Seda tena una expresin alerta, sin seales de cansancio.Buenos das murmur. O lo que sea.Nunca te cansas? le pregunt Garion en voz baja para no molestar a los dems.Ya he dormido un rato respondi Seda.Durnik sali del interior del refugio de lona y se uni a ellos mientras bostezaba y se

    frotaba los ojos.Te relevo le dijo a Seda. Has visto algo? pregunt y mir en direccin a la

    puesta de sol.Algunos murgos respondi Seda encogindose de hombros. Estaban a unos tres

    kilmetros al sur. No creo que nadie haya encontrado nuestros rastros todava. Tal veztengamos que dejar pistas ms obvias.

    De repente, Garion crey percibir un peso extrao y opresivo en la nuca. Mir a sualrededor con recelo, y entonces, sin previo aviso, sinti una aguda punzada que parecaatravesar su cabeza. Inspir y se puso tenso, conteniendo el ataque con su voluntad.

    Qu ocurre? pregunt Seda de forma abrupta.Un grolim gru Garion, preparando su voluntad para la lucha.Garion! Era ta Pol, y su voz sonaba apremiante. Se volvi y corri hacia la lona,

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    con Seda y Durnik pegados a sus talones.Polgara se haba levantado y abrazaba a Misin con actitud protectora.Haba un grolim, verdad? pregunt Garion con voz aguda.Eran ms de uno respondi ella con nerviosismo. Ahora que Ctuchik ha

    muerto, los jerarcas controlan a los grolims. Han unido sus poderes para intentar matar a

    Misin.Los dems, despertados por el grito estridente de Polgara, se haban incorporado ybuscaban sus armas.

    Por qu persiguen al nio? pregunt Seda.Saben que es el nico que puede tocar el Orbe y piensan que si l muere no

    podremos sacarlo de Cthol Murgos.Qu hacemos? pregunt Garion mientras miraba en torno con expresin de

    impotencia.Tendr que concentrarme en proteger al nio respondi ella. Aprtate, Garion.Qu?Que te alejes de m. Se inclin y dibuj un crculo en la arena alrededor de s

    misma y del pequeo. Luego dijo: Escuchadme todos con atencin. Hasta que salgamosde aqu, ninguno de vosotros debe entrar en este crculo. No quiero que nadie resulteherido aadi, entonces se irgui y el rizo blanco de su pelo pareci arder.

    Espera! exclam Garion.No me atrevo; podran atacar en cualquier momento. T tendrs que ocuparte de

    proteger a tu abuelo y a los dems.Yo?T eres el nico que puede hacerlo. Tienes tu poder, salo dijo y alz la mano.Con cuntos tendr que enfrentarme? pregunt Garion.Pero enseguida sinti la sbita agitacin y los rugidos de su mente mientras comenzaba

    a actuar el poder de ta Pol. El aire que la rodeaba pareci cobrar un ligero resplandor,distorsionndose como oleadas de calor en una tarde de verano. Garion pudo percibir conclaridad la barrera que se alzaba en torno a ella.

    Ta Pol! grit.Ella mene la cabeza y le seal su oreja. Daba la impresin de que deca algo, pero

    ningn sonido traspas el centelleante escudo que haba levantado.Cuntos? volvi a gritar Garion, modulando las palabras de forma exagerada.Ella levant ambas manos con un pulgar doblado.Nueve? grit l.Ella asinti con un gesto y luego envolvi al pequeo en su capa.Bien, Garion pregunt Seda con una mirada penetrante, y ahora qu hacemos?Por qu me lo preguntas a m?Ya has odo a Polgara. Belgarath sigue inconsciente y ella est ocupada. Ahora t

    ests al mando.Yo?

    Qu hacemos? insisti Seda. Tienes que aprender a tomar decisiones.No lo s titube confuso Garion.Nunca lo admitas le dijo Seda. Acta como si lo supieras, aunque no sea as.Pues..., eh..., supongo que esperaremos a que oscurezca y luego... seguiremos en la

    misma direccin que antes.

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    Eso es sonri Seda. Ves qu fcil es?

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    Comenzaron a cabalgar a lo largo de las arenas negras de los pramos, bajo el sutilresplandor plateado de la luna y en medio de un fro penetrante. Garion se senta incmodoen el papel que Seda le haba asignado. Estaba convencido de que no era necesario, puestodos saban hacia dnde iban y qu era lo que tenan que hacer. En caso de necesitar algntipo de lder, habra sido Seda el ms apropiado. Sin embargo, el hombrecillo habadepositado todo el peso de la responsabilidad sobre los hombros de Garion y ahora parecacontemplar con atencin cmo se manejaba el joven.

    No tuvieron tiempo para ponerse a discutir la cuestin del liderazgo, pues poco

    despus de medianoche se encontraron con una cuadrilla de murgos. Eran seis y seaproximaron al galope por el sur, bajando una pequea loma, hasta encontrarse de frentecon el grupo de Garion. Barak y Mandorallen actuaron con la rapidez y la violenciapropias de guerreros experimentados, y sus espadas se desenvainaron para chocar conruido metlico contra las armaduras de los asombrados murgos. Cuando Garion an seesforzaba por sacar su propia espada, vio cmo uno de los intrusos vestidos de negro salaarrojado de su silla mientras otro, gimiendo de dolor y sorpresa, se tambaleaba despaciohacia atrs, con la mano en el pecho.

    Al mismo tiempo que los hombres luchaban en la oscuridad, los aterrorizados caballosrelinchaban y dejaban escapar chillidos estridentes. Uno de los murgos, asustado, hizogirar su caballo para escapar; pero Garion, sin pensarlo dos veces, lo intercept con la

    espada pronta para atacar. El murgo bati su propia arma de forma frentica, pero Garionesquiv con frialdad el mal dirigido golpe y asest una estocada ligera, como un latigazo,en el hombro del murgo. La afilada punta de la espada rasg la cota de malla del murgocon un sonido convincente. Luego Garion ataj con habilidad otro torpe floreo de sucontrincante y le hizo un corte en plena cara. Tena la impresin de que todo lo que lehaban enseado sus amigos se sumaba de repente y le daba un estilo que era en partecherek, en parte algario, aunque con un indiscutible sello personal. Aquel estilo confundial asustado murgo y sus esfuerzos se hicieron ms desesperados. Pero cada vez que el otroarremeta un golpe, Garion lo detena con facilidad y de inmediato contraatacaba conaquellos ligeros y rpidos latigazos capaces de abrir una herida en cada contacto. Mientrasluchaba, Garion sinti que en su interior creca una tremenda exaltacin y percibi un

    sabor ardiente en la boca.Entonces Relg sali de pronto de entre las sombras y hundi su cuchillo de punta curvadebajo de las costillas de aquel hombre. El murgo se dobl de forma abrupta, tembl ycay de su montura, ya muerto.

    Por qu lo has hecho? pregunt sin pensarlo. se era mi murgo.Barak, que acababa de presenciar la carnicera, ri asombrado en la oscuridad, con

    sbito regocijo.Se est volviendo salvaje como nosotros, verdad?

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    Sin embargo, su estilo es notable respondi Mandorallen con gesto de aprobacin.Garion estaba entusiasmado. Mir a su alrededor, en busca de alguien con quien

    luchar, pero todos los murgos estaban muertos.Estaban solos? pregunt con el aliento entrecortado. Me refiero a si haba

    otros detrs. Tal vez deberamos ir a echar un vistazo.

    Despus de todo, queremos que encuentren nuestro rastro le record Seda. Porsupuesto, t decides, Garion, pero si matamos a todos los murgos de la zona, no quedarninguno que comunique nuestro rumbo a Rak Cthol, verdad?

    Oh! exclam Garion sintindose un poco tonto. Lo haba olvidado.Debes tener en cuenta el plan general, Garion, y no perderlo de vista cuando ocurren

    pequeos incidentes como stos.Quiz me he entusiasmado demasiado.Un buen jefe no puede permitirse ese lujo.De acuerdo dijo Garion, que empezaba ya a sentir vergenza.Slo quera estar seguro de que lo entendas, eso es todo.Garion no respondi, pero empez a comprender por qu sacaba de sus casillas a

    Belgarath tan a menudo. Ser jefe era una carga lo suficientemente pesada por s mismacomo para tener que escuchar adems aquellos continuos comentarios del hombrecillo concara de hurn.

    Ests bien? le pregunt Taiba a Relg con un extrao dejo de preocupacin en lavoz. El ulgo segua de rodillas junto al cuerpo del murgo al que haba matado.

    Djame en paz! le dijo con brusquedad.No seas tonto. Ests herido? Djame ver.No me toques! Se encogi para evitar el contacto con su mano extendida.

    Belgarion, dile que se aparte de m.Y ahora qu pasa? pregunt Garion, disimulando su furia.He matado a este hombre respondi Relg, y tengo que hacer ciertas cosas...,

    tengo que rezar para purificarme y ella est interfiriendo.Garion tuvo que contenerse para no maldecir.Por favor, Taba dijo con toda la calma de que era capaz. Djalo en paz.Slo quera saber si estaba bien respondi Taiba con cierta petulancia. No le

    haca ningn dao.La esclava tena una expresin extraa en el rostro que Garion no alcanzaba a

    comprender. Mientras contemplaba al ulgo arrodillado, sus labios dibujaron una ligerasonrisa. De repente, extendi su mano hacia l sin previo aviso.

    No! gimi Relg hacindose a un lado.Taiba ri con una risita maligna y gutural y luego se alej tarareando una cancin en

    voz baja.En cuanto Relg termin con su ritual de purificacin junto al cadver del murgo,

    volvieron a montar y siguieron viaje. Finos rayos de luna alumbraban el cielo fro,proyectando su tenue luz sobre las arenas negras. Garion miraba todo el tiempo a sualrededor, como si intentara descubrir los peligros inminentes que los aguardaban en elcamino. Echaba frecuentes vistazos a ta Pol, deseando que no estuviera tan lejos de l,pero ella pareca enfrascada por entero en mantener su escudo en pie. Cabalgaba conMisin pegado a ella y la mirada perdida e insondable. Entonces Garion mir esperanzadoa Belgarath; pero aunque en ocasiones pareca despertar de su sueo, el anciano segua sin

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    enterarse de lo que suceda en su entorno. Garion suspir y sus ojos reanudaron el nerviosoescrutinio del camino. Siguieron cabalgando durante el resto de la noche en medio de unfro penetrante, con la suave luz de la luna sobre sus cabezas y las estrellas brillantes comofragmentos de hielo.

    De repente Garion oy ruidos en su mente, un sonido que produca un eco extrao, y el

    escudo que rodeaba a ta Pol tembl con un desagradable resplandor de color naranja.Garion convoc de inmediato su poder; hizo un gesto y pronunci una sola palabra. No eraconsciente de la palabra que haba usado, pero pareci funcionar. Como un caballo que semueve a tropezones entre una bandada de pjaros, su voluntad dispers la fuerza queintentaba atacar a ta Pol y a Misin. Era consciente de que en aquel ataque habanparticipado ms de una mente, pero eso no tena importancia. Cuando las fuerzas reunidasde los atacantes de ta Pol se dispersaron y huyeron de l, Garion capt una fugaz visin dedisgusto, e incluso de miedo.

    No ha estado malobserv la voz de su mente, tal vez un poco torpe, pero nadamal.

    Es la primera vez que lo hago respondi Garion, con un poco de prctica lo

    har mejor.No te confies demasiado, aconsej la voz con tono seco. Luego desapareci.Se estaba volviendo ms fuerte, no caba duda. La facilidad con que haba dispersado

    el vnculo de fuerzas de aquel grupo de grolims que ta Pol llamaba los jerarcas loasombraba. Comenz a comprender a qu se refera Belgarath cuando le deca que tenatalento. Por lo visto haba una especie de habilidad, un lmite que la mayora de loshechiceros no poda atravesar. Garion descubri con cierta sorpresa que a pesar de queapenas empleaba una nfima parte de sus poderes, era ms fuerte que hombres que habanpracticado este arte durante siglos. La sola idea de lo que podra llegar a hacer con eltiempo lo asustaba muchsimo.

    Sin embargo, tambin comenzaba a sentirse ms seguro. Se irgui en su silla y cabalgcon mayor confianza. Quizs el hecho de ser el jefe no fuera tan malo; costaba un pocoacostumbrarse, pero una vez que uno saba lo que deba hacer, no resultaba tan duro.

    El nuevo ataque se produjo cuando el horizonte comenzaba a clarear al este tras ellos.Dio la impresin de que ta Pol, su caballo y el pequeo se desvanecan en medio de unatotal oscuridad. Garion devolvi el golpe de inmediato, esta vez con una treta maliciosa,una especie de vigorosa bofetada a las mentes atacantes y no pudo evitar sentirse orgullosode s mismo ante la sorpresa y el dolor de las mentes que huyeron de su rpidocontraataque. Entonces vislumbr, apenas por un instante, la imagen de nueve ancianosvestidos con tnicas negras sentados alrededor de una mesa. Una de las paredes de lahabitacin tena una enorme grieta y parte del techo se haba derrumbado como resultadodel terremoto de Rak Cthol. Ocho de los nueve ancianos parecan sorprendidos yasustados; el noveno haba desaparecido. Entonces la oscuridad que rodeaba a ta Pol sedifumin.

    Qu hacen? pregunt Seda.Intentan atravesar el escudo de ta Pol respondi Garion. Les di algo en qu

    pensar agreg con un tono algo presumido.No te pases le aconsej Seda mientras le dedicaba una mirada astuta con los ojos

    entrecerrados.Alguien tena que hacer algo pretext Garion.

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    sa suele ser la razn. Todo lo que digo es que no pierdas la perspectiva.El irregular muro de montaas que sealaba el lmite oeste de los pramos se hizo

    visible cuando la luz comenz a iluminar el cielo desde el este.A qu distancia crees que est? le pregunt Garion a Durnik.A diez o quince kilmetros, como mnimo juzg Durnik mientras escudriaba las

    montaas. Es difcil calcular las distancias con esta luz.Y bien? pregunt Barak. Nos escondemos ahora o nos apresuramos a llegarall?

    Garion reflexion.Cambiaremos de direccin tan pronto lleguemos a la montaa? le pregunt a

    Mandorallen.Yo dira que es mejor continuar un poco ms en esta ruta respondi el caballero

    con aire pensativo. Un lmite natural como aquel que tenemos delante puede atraer unescrutinio ms exhaustivo.

    Eso es cierto asinti Seda.Garion se rasc la mejilla y not que otra vez le estaba creciendo el bigote.

    Entonces ser mejor que nos detengamos aqu sugiri. Cuando el sol se pongapodremos partir otra vez, subir a las montaas y descansar. Maana por la maana, cuandosalga el sol, podremos cambiar de ruta. De ese modo tendremos suficiente luz para ver lashuellas que dejamos y taparlas.

    Parece un buen plan aprob Barak.Entonces hagmoslo as decidi Garion.Buscaron otra loma y otra hondonada y una vez ms se escondieron cubiertos por la

    lona de la tienda. A pesar de que estaba cansado, Garion no quera abandonarse al sueo,pues adems de la responsabilidad que pesaba sobre l como jefe del grupo, tema que losjerarcas volvieran a atacar mientras dorma. Los dems comenzaron a desplegar las mantasy l se puso a andar de aqu para all sin rumbo, detenindose para mirar a ta Pol, sentadacontra una roca grande, con Misin dormido entre sus brazos y una mirada tan lejana comola luna que brillaba al otro lado de su centelleante escudo. Garion suspir y descendihacia la entrada de la hondonada donde Durnik se ocupaba de los caballos. De repente sedio cuenta de que sus vidas dependan del bienestar de los caballos y eso fue otro motivode preocupacin.

    Cmo estn? le pregunt a Durnik mientras se acercaba.Lo estn soportando bastante bien respondi Durnik. Sin embargo, han hecho

    un largo viaje y algunos de ellos comienzan a dar muestras de cansancio.Podemos hacer algo por ellos?Quiz darles una semana de descanso en un bonito prado respondi Durnik con

    una sonrisa sarcstica.Creo que a todos nos vendra bien una semana de descanso en un bonito prado ri

    Garion.Has crecido mucho, Garion observ Durnik mientras levantaba la pata trasera de

    un caballo para comprobar que no tuviera heridas o magulladuras.Casi toda la ropa todava me queda bien dijo Garion; se mir los brazos y vio que

    las mangas acababan a cuatro o cinco centmetros de la mueca.No me refera a eso. Durnik titube: Qu se siente al hacer todas esas cosas

    que eres capaz de hacer?

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    Me da mucho miedo, Durnik admiti Garion en voz baja. Yo no quera nada deesto, pero no tuve eleccin.

    No debes permitir que te asuste, sabes? dijo Durnik mientras apoyaba concuidado la pata del caballo en el suelo. Es slo una caracterstica tuya... igual que seralto, o tener el pelo rubio.

    La verdad es que no es as, Durnik. Ser alto o tener el pelo rubio no hiere a nadie, yesto puede llegar a hacerlo.Tendrs que aprender a tener cuidado, eso es todo dijo Durnik y mir a las altas

    sombras de la cadena de montaas que se extenda bajo el sol recin nacido. Cuando yotena tu edad, descubr que era mucho ms fuerte que los dems chicos del pueblo, quizporque trabajaba en la herrera. Yo no quera hacer dao a nadie, as que evitaba pelear conmis amigos. Uno de ellos pens que lo haca por cobarda y me provoc durante seis meseshasta que me hizo perder los estribos.

    Peleaste con l?Durnik asinti con un gesto.En realidad no fue una gran pelea, pero cuando acab l se dio cuenta de que yo no

    era cobarde. Incluso volvimos a ser buenos amigos... una vez que sus huesos sanaron y seacostumbr a vivir con menos dientes. Garion sonri abiertamente y Durnik le devolvila sonrisa, aunque no muy convencido. Por supuesto, despus me sent avergonzado dem mismo. Garion senta un gran afecto por este hombre llano y fuerte. Durnik era suamigo ms antiguo, alguien con quien siempre podra contar. Lo que intento decirte,Garion continu Durnik con seriedad, es que no puedes ir por la vida con miedo a loque eres; pues si lo haces, tarde o temprano aparecer alguien que no te comprender ytendrs que hacer algo para demostrarle que no es a l a quien temes. Cuando se llega a esepunto, suele ser peor para ti... y tambin para l.

    Como ocurri con Asharak?Durnik asinti.A la larga, siempre es mejor ser uno mismo. No est bien darse aires de

    superioridad, pero tampoco sirve de nada subestimarse. Entiendes lo que quiero decir?Todo el problema parece residir en descubrir con certeza cmo es uno en realidad.Esa es la parte que suele traernos ms problemas asinti Durnik con una sonrisa.

    Pero de repente la sonrisa se desvaneci y el herrero cay al suelo entre convulsiones,agarrndose el estmago.

    Durnik! grit Garion. Qu ocurre?Pero Durnik no poda responderle. Se revolva en el suelo con la cara cenicienta y una

    expresin de agona.Garion sinti una presin extraa en el pecho, procedente del exterior, y enseguida

    comprendi lo que suceda. Al fracasar sus intentos de matar a Misin, los jerarcas dirigansus ataques a los dems para obligar a ta Pol a romper el escudo. Lo invadi una furiatremenda; su sangre pareca hervir y de sus labios sali un grito feroz.

    Calma, era la voz de su mente otra vez.Qu debo hacer?Sal a la luz del da.

    Garln no comprendi lo que le peda, pero de todos modos corri ms all de loscaballos hacia la luz de la maana.

    Ponte dentro de tu sombra.

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    El joven mir la sombra que se proyectaba en el suelo frente a l y obedeci a la voz.No supo bien cmo lo haca, pero concentr toda su voluntad y su conciencia en aquellasombra.

    Ahora sigue la senda de sus pensamientos hasta llegar a ellos. Deprisa!

    De repente, Garion sinti que volaba. Todava encerrado en su sombra, roz a Durnik

    que segua retorcindose, sigui el camino del pensamiento que haba atacado a su amigo yvol a toda velocidad por el aire kilmetros y kilmetros a travs de los pramos, hastavolver a las rumas de Rak Cthol. Por lo visto no tena cuerpo y todo lo que vea estabarodeado de un reflejo violceo.

    Cuando entr en la habitacin con la pared agrietada, donde los nueve ancianos detnicas negras intentaban matar a Durnik, fue consciente de su gran tamao. Los ojos delos viejos estaban fijos sobre un enorme rub, casi del tamao de una cabeza humana, quecentelleaba en el centro de la mesa. Los rayos oblicuos del sol distorsionaban y agrandabanla sombra de Garion, de modo que ocupaba un extremo de la habitacin y tena queagacharse para caber bajo el techo.

    Deteneos! rugi, dirigindose a los malvados ancianos. Dejad en paz a

    Durnik!Los jerarcas se sobresaltaron ante aquella sbita aparicin y Garion pudo percibircmo el pensamiento que dirigan a Durnik a travs de la piedra que haba encima de lamesa vacilaba y comenzaba a desmoronarse. Entonces dio un paso amenazador y vio cmolos dems retrocedan bajo la luz prpura que volva brumosa su visin.

    Entonces, uno de ellos, un hombre muy delgado con una barba larga y sucia y lacabeza completamente calva, pareci reponerse del momentneo susto.

    Quedaos donde estis! les orden a los dems. Seguid concentrados en elsendario.

    Dejadlo en paz! les grit Garion.Quin lo dice? pregunt el anciano con tono insultante.Lo digo yo.Y t quin eres?Soy Belgarion. Dejad en paz a mis amigos.El viejo ri, y su risa era tan fra como la de Ctuchik.La verdad es que slo eres la sombra de Belgarion lo corrigi. Conocemos el

    truco de la sombra. Puedes hablar y amenazarnos, pero eso es todo. Slo eres una sombrasin poder, Belgarion!

    Dejadnos en paz!Y qu hars si nos negamos? La cara del viejo jerarca tena una expresin de

    malicioso regocijo.Tiene razn?, le pregunt Garion a la voz de su mente.Tal vez s, tal vez no respondi la voz.Pocos hombres han logrado superar esta

    limitacin. No lo sabrs hasta que pruebes.

    A pesar de la terrible furia que lo invada, Ganon no quera matar a nadie.Hielo! dijo concentrndose en la idea de fro y arremetiendo con su poder.Tuvo una sensacin extraa, casi etrea, como si no estuviera formado por materia, y

    los rugidos de su mente sonaron sordos y dbiles. El anciano calvo ri de forma despectivay su barba se movi en un gesto insultante. Garion apret sus dientes incorpreos y volvia concentrarse con todas sus fuerzas.

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    Fuego! dijo entonces, invocando su poder.Hubo un chispazo y luego un sbito resplandor. La fuerza del poder de Garion estall,

    dirigida no al hombre en s, sino a sus bigotes.El jerarca se puso en pie de un salto y se tambale hacia atrs con un gemido grave,

    tratando, desesperado, de apagar las llamas de la barba.

    La concentracin de los dems se tambale y todos se pusieron de pie, presas depnico y asombro. Con expresin sombra, Garion se concentr en sus poderes y comenza repartir golpes a diestra y siniestra con sus largusimos brazos. Arroj a los jerarcas alsuelo de piedra y los golpe contra las paredes. Los viejos, en el intento de escapar, corrande un lado a otro y lanzaban chillidos de terror, pero l los cogi uno tras otro en rigurosoorden y les dio su merecido. Con una extraa forma e indiferencia, incluso lleg a meter auno de ellos de cabeza en la grieta de la pared y empuj con fuerza hasta que sloquedaron a la vista un par de pies pataleando.

    Luego, cuando hubo terminado, se volvi hacia el jerarca calvo que por fin se las habaingeniado para apagar el fuego de su barba.

    Es imposible, imposible protest el jerarca, con expresin atnita. Cmo lo

    has hecho?Ya te lo he dicho, soy Belgarion y soy capaz de hacer cosas que ni siquiera erescapaz de imaginar.

    Lapiedra! le dijo la voz, la usan para concentrarse en sus ataques.Destruyela!

    Cmo?Apenas puede sostenerse. Mira.

    De repente, Garion descubri que poda ver el interior de la piedra que seguacentelleando sobre la mesa. Vio las finsimas grietas que cuarteaban su superficie de cristaly comprendi. Entonces se concentr y dirigi toda su ira hacia ella. La piedra ardi de luzy comenz a latir, a medida que creca la fuerza que haba en su interior, hasta que estallen miles de fragmentos.

    No! gimi el jerarca calvo. Idiota! Esa piedra es irreemplazable.Escchame, viejo dijo Gan con voz temible, vas a dejarnos en paz. No nos

    perseguirs ni intentars hacernos ningn dao. Extendi su mano incorprea y lahundi en el pecho del jerarca calvo. Sinti cmo el corazn del viejo se sobresaltaba y suspulmones se estremecan por la falta de aire mientras contemplaba horrorizado el brazoque sala de su pecho. Garion abri los dedos muy despacio. Me has entendido? lepregunt. El jerarca gorgote e intent sujetar el brazo de Garion, pero sus manos noencontraron nada slido adonde agarrarse. Me has entendido? repiti Garion, y derepente cerr la mano. El jerarca gimi de dolor. Vas a dejarnos en paz?

    Por favor, Belgarion! Para ya! Me estoy muriendo!Vas a dejarnos en paz? volvi a preguntar Garion.S, s, lo que t digas, pero detente por favor! Te lo ruego! Har lo que me pidas!

    Por favor!Garion abri la mano y sac el brazo del pecho jadeante del jerarca. Luego lo alz

    como una garra frente a la cara del viejo.Mira esto y recurdalo dijo con una voz siniestramente calma. La prxima vez

    hundir mi mano en tu pecho y te arrancar el corazn.El jerarca retrocedi con los ojos llenos de horror fijos en aquella temible mano.

  • 8/2/2019 Eddings, David - CB4, El Castillo de La Magia

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    Lo prometo balbuce, lo prometo.Tu vida depende de ello le dijo Garion. Luego se gir y vol como un relmpago

    a travs de kilmetros de desierto hasta llegar adonde estaban sus amigos. De repente seencontr de pie a la entrada de la hondonada con la vista fija en su sombra, que volvadespacio a su sitio en el suelo frente a l.

    El resplandor violceo haba desaparecido y, por extrao que pareciera, no se sentacansado.Durnik hizo una inspiracin e intent levantarse. Garion se volvi con rapidez y corri

    hacia su amigo.Ests bien? le pregunt y lo cogi de un brazo.Ha sido como si me clavaran un cuchillo y lo hicieran girar dijo Durnik,

    tembloroso. Qu ha ocurrido?Los jerarcas de los grohms intentaban matarte le dijo Garion.Durnik mir a su alrededor con aprensin.No te preocupes, Durnik. No volvern a hacerlo dijo Garion; lo ayud a ponerse

    de pie y los dos volvieron a entrar en la hondonada.

    Mientras se acercaban, ta Pol miraba a Garion con ojos penetrantes.Ests creciendo muy rpido le dijo.Tena que hacer algo respondi l. Qu ocurri con tu escudo?Ya no es necesario.No ha estado mal dijo Belgarath. El viejo se haba sentado, y a pesar de su

    aspecto de cansancio y debilidad, sus ojos estaban atentos. Algunas partes un pocoexticas, quiz, pero en general no ha estado nada mal. Sin embargo con lo de la mano tehas pasado un poco...

    Quera asegurarme de que me haba entendido explic Garion, muy aliviado alver que su abuelo haba recuperado la conciencia.

    Creo que lo has convencido dijo con sequedad Belgarath. Hay comida enalgn sitio? le pregunt a ta Pol.

    Ya ests bien, abuelo? le pregunt Garion.Me siento dbil como un polluelo recin nacido y hambriento como una loba con

    nueve cachorros, pero aparte de eso estoy bien respondi Belgarath. La verdad