ecosistema urbano
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QUE ES UN ECOSISTEMA
Todos los ecosistemas están formados por elementos vivos y elementos no vivos
que influyen unos sobre otros.
El conjunto de los seres vivos que habita en un ecosistema se llama biocenosis.
Todas las plantas, animales y microorganismos que viven en un ecosistema se
relacionan entre sí y dependen unos de otros para vivir. Las plantas
proporcionan refugio y protección a los animales. Además, los animales y las
plantas que viven en un ecosistema se alimentan unos de otros. Las plantas
acuáticas sirven de alimento a insectos y algunos peces. A su vez, las larvas de
insectos que viven en el agua constituyen la comida de ranas, peces y otros
animales. Algunas aves, como las garzas, son depredadores que cazan los
peces para alimentarse.
El biotopo es la parte no viva del ecosistema. Las rocas, el
suelo, la luz, la temperatura, el viento, el agua o el aire son
algunos de los elementos no vivos que forman parte del
ecosistema. Los animales y plantas que viven en la laguna se
relacionan con todos estos elementos no vivos. Las plantas
necesitan luz para realizar la fotosíntesis y producir su propio
alimento. Los peces, los escarabajos buceadores y las larvas
de muchos insectos necesitan el agua para vivir y muchos
otros animales se acercan a la laguna para beber o poner sus
huevos.
ECOSISTEMA URBANO
Para los animales, las ciudades ofrecen muchos sitios donde
cobijarse, obtener comida o cuidar a las crías; por ejemplo los
árboles y jardines, salientes de edificios, techos, sótanos…
Algunos animales, sin embargo, no se acostumbran a vivir en
las ciudades y se desplazan cuando un pueblo crece. Pero
otros son ya prácticamente animales urbanos. Por ejemplo
las ratas pardas, los gorriones o las palomas bravías.
También abundan en las ciudades los insectos, como algunas
mariposas, las cucarachas, las arañas de patas largas o las
moscas domésticas.
La ciudad puede entenderse como un ecosistema urbano, donde el hombre y
sus sociedades, son subsistemas del mismo, y que contiene una comunidad
de organismos vivientes, un medio físico que está expuesto a
transformaciones por acción de la actividad interna. El ecosistema urbano
funciona a base de intercambios de materia, información y energía.
Una particularidad del ecosistema urbano son los recorridos horizontales de
los recursos acuíferos, alimenticios, eléctricos y de combustibles, que
pueden explotar otros ecosistemas lejanos, provocando desequilibrios
territoriales.
El modelo de intercambio de materia y energía de una ciudad se opone al de un
ecosistema natural, donde los ciclos son muy cortos y el transporte de
energía y materia es vertical. En los ecosistemas naturales, el intercambio
gaseoso se reduce a la fotosíntesis y la respiración, en las ciudades, se
agregan los gases producto de la combustión.
El ecosistema urbano genera sus condiciones
ambientales, lumínicas, geomorfológicos, etc., independientemente del
entorno, pues supone una alteración importante en las condiciones
ambientales del territorio.
El calor generado por la quema de combustibles y el uso de la
electricidad, es importante en relación con el emitido por el sol, originando
trastornos climáticos locales, que se conocen como “inversión térmica”.
Además, la conductividad calórica de los materiales de las ciudades es superior
al que tendrían los territorios naturales. Las superficies asfaltadas modifican
la escorrentía superficial frente a la evacuación de aguas pluviales, lo cual
lleva a la creación de otras vías, también impiden la penetración de agua en
el subsuelo, y aumentan el albedo (relación entre la radiación incidente y la
reflejada)del suelo y la radiación difusa.
El alcantarillado reduce la evapotranspiración del suelo y las plantas. La
sostenibilidad de las ciudades se apoya en la insostenibilidad global de los
procesos urbanos