eagleton_¿tenía razón marx? no es demasiado tarde para preguntar

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125 C y E Año III Nº 6 Segundo Semestre 2011 TERRY EAGLETON ¿Tenía razón Marx? No es demasiado tarde para preguntar 1 Treinta y cinco años atrás, muchas personas en los Estados Unidos y Europa estaban dispuestas a tener en cuenta al marxismo. Sólo una década después, casi todos concordaban en que había sido desacredi- tado. ¿Por qué este cambio repentino? ¿Algún nuevo descubrimiento había refutado la teoría marxista? ¿Ya no estuvieron interesados en los problemas que el marxismo indagaba? ¿O desaparecieron los proble- mas en sí? Ciertamente, algo había sucedido en el período en cues- tión. Desde mediados de la década del setenta en adelante, el sistema occidental experimentó algunos cambios esenciales. Hubo un cambio de la fabricación industrial tradicional a una cultura “posindustrial” de consumo, comunicaciones, tecnología de la información y la in- dustria de servicios. Empresas de producción en pequeña escala, des- centralizadas, no jerárquicas y versátiles estaban a la orden del día. Se desregularon los mercados y el movimiento obrero fue sometido a un salvaje asalto legal y político. Las lealtades de clase tradicionales se de- bilitaron, mientras que las identidades locales, de género y étnicas se volvieron más persistentes. Las nuevas tecnologías de información jugaron un papel clave en la creciente globalización del sistema, en la medida en que un puñado de empresas transnacionales distribuyó la producción y la inversión en todo el planeta en busca de ganancias rápidas. Una buena parte de la fabricación fue subcontratada en lugares con salarios ba- ratos del mundo “subdesarrollado”, llevando a algunos occidentales con mentalidad parroquial a la conclusión de que la industria pesada había totalmente desaparecido del planeta. Las migraciones interna- cionales masivas de mano de obra comenzaron a raíz de esta movilidad global, y con ellas un resurgimiento del racismo y el fascismo cuando 1 Este ensayo es una adaptación de ¿Por qué Marx tenía razón? publicado por Yale University Press. Reproducido con permiso.

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125CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TERRY EAGLETON Tena razn Marx?No es demasiado tarde para preguntar1Treintaycincoaosatrs,muchaspersonasenlosEstadosUnidosy Europaestabandispuestasatenerencuentaalmarxismo.Slouna dcada despus, casi todos concordaban en que haba sido desacredi-tado.Porquestecambiorepentino?Algnnuevodescubrimiento haba refutado la teora marxista? Ya no estuvieron interesados en los problemasqueelmarxismoindagaba?Odesaparecieronlosproble-mas en s? Ciertamente,algohabasucedidoenelperodoencues-tin. Desde mediados de la dcada del setenta en adelante, el sistema occidental experiment algunos cambios esenciales. Hubo un cambio delafabricacinindustrialtradicionalaunaculturaposindustrial deconsumo,comunicaciones,tecnologadelainformacinylain-dustria de servicios. Empresas de produccin en pequea escala, des-centralizadas, no jerrquicas y verstiles estaban a la orden del da. Se desregularon los mercados y el movimiento obrero fue sometido a un salvaje asalto legal y poltico. Las lealtades de clase tradicionales se de-bilitaron,mientrasquelasidentidadeslocales,degneroytnicasse volvieron ms persistentes. Lasnuevastecnologasdeinformacinjugaronunpapel claveenlacrecienteglobalizacindelsistema,enlamedidaenque un puado de empresas transnacionales distribuy la produccin y la inversin en todo el planeta en busca de ganancias rpidas. Una buena partedelafabricacinfuesubcontratadaenlugaresconsalariosba-ratosdelmundosubdesarrollado,llevandoaalgunosoccidentales con mentalidad parroquial a la conclusin de que la industria pesada habatotalmentedesaparecidodelplaneta.Lasmigracionesinterna-cionales masivas de mano de obra comenzaron a raz de esta movilidad global, y con ellas un resurgimiento del racismo y el fascismo cuando 1 Este ensayo es una adaptacin de Por qu Marx tena razn? publicado por Yale University Press. Reproducido con permiso.126CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TENA RAZN MARX? los inmigrantes empobrecidos emergieron en las economas ms avan-zadas.Mientrasquelospasesperifricoseransujetosamaquilas, instalaciones privatizadas, reduccin del bienestar y trminos surrea-listamente desiguales de intercambio; los ejecutivos desgarbados de las naciones metropolitanas se arrancaron la corbata, se desabrocharon el cuello de la camisa y se preocuparon por el bienestar espiritual de sus empleados.Nadadeestosucediporqueelsistemacapitalistaestaba enunestadodenimoalegre,boyante.Porelcontrario,supostura beligerantereciente,comolamayorpartedelasformasdeagresin, surgideunaprofundaansiedad.Sielsistemasevolvimanaco,es porqueestabalatentementedeprimido.Loquemotivestareorgani-zacin, sobre todo, fue el repentino desvanecimiento del boom de pos-guerra.Laintensicacindelacompetenciainternacionalobligabaa bajar las tasas de ganancias, agotando fuentes de inversin y reducien-do la tasa de crecimiento. Incluso la socialdemocracia fue una opcin poltica demasiado radical y costosa. El escenario estaba armado para Ronald Reagan y Margaret Thatcher, quien lo ayudara a desmantelar la fabricacin tradicional, encadenar al movimiento obrero, dejar que el mercado se desgarre, fortalecer el brazo represivo del Estado y lide-rar una nueva losofa social conocida como la avaricia descarada. El desplazamiento de la inversin desde la fabricacin a las industrias de servicio,nancierasydelascomunicacionesfueunareaccinauna crisis econmica prolongada, no un salto de un mundo viejo y malo a uno nuevo y valiente. Aunas,esdudosoquelamayoradelosradicalesque cambiaron de opinin sobre el sistema entre los aos setenta y ochenta lo hicieran, simplemente, porque haba menos fbricas de tejidos de al-godn alrededor. No fue esto lo que los llev a descartar al marxismo, junto con sus patillas y vinchas, sino la conviccin creciente de que el rgimen al que se enfrentaron fue demasiado duro de roer. No fueron las ilusiones acerca del nuevo capitalismo, sino la desilusin acerca de la posibilidad de cambiarlo lo que result decisivo. Hubo, desde luego, muchos ex socialistas que racionalizaron su pesimismo al armar que sielsistemanopodasercambiado,tampoconecesitabaserlo.Pero fue la falta de fe en una alternativa lo que result concluyente. Debido a que el movimiento obrero haba sido tan maltratado y ensangrenta-do, y la izquierda poltica se repleg enrgicamente, el futuro pareca haber desaparecido sin dejar rastro. Para algunos izquierdistas, la ca-dadelbloquesoviticoanesdelosochentasirviparaprofundi-zar el desencanto. No ayud que la corriente radical ms exitosa de la EdadModernaelnacionalismorevolucionarioaesaalturaestaba 127CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TERRY EAGLETON liquidada. Lo que engendr la cultura del posmodernismo, con su des-carte de los llamados grandes relatos y el anuncio triunfal del n de la historia, fue, especialmente, la conviccin de que el futuro sera ahora, sencillamente, ms del presente.Lo que ayud, sobre todo, a desacreditar al marxismo fue, por lo tanto, una progresiva sensacin de impotencia poltica. Es difcil mantener la fe en el cambio cuando el cambio parece estar fuera de la agenda, aun si se necesita mantenerlo ms que a nada. Despus de todo, si no se resiste lo aparentemente inevitable, nunca se sabr cun inevi-table fue lo inevitable. Si los pusilnimes hubieran logrado aferrarse a susopinionespreviasporotrasdosdcadas,habransidotestigosde un capitalismo tan exultante e inexpugnable que, en 2008, apenas lo-gr mantener los cajeros automticos abiertos. Tambin habran visto a un continente entero al sur del Canal de Panam girar polticamente alaizquierdacondecisin.Elndelahistoriaestaballegandoasu n. De todas formas, los marxistas deberan estar acostumbrados a la derrota. Conocieron mayores catstrofes que esta. Las probabilidades polticas siempre estarn con el sistema en el poder, solamente porque tienemstanquesqueuno.Perolasvisionesembriagadorasylases-peranzasefervescentesdenalesdelosaossesentahicierondeesta recesin una pldora particularmente amarga de tragar para los sobre-vivientes de aquella poca. Loquehizoqueelmarxismoparecieraimprobable,por tanto, no fue que el capitalismo hubiera cambiado sus caractersticas. El caso fue, exactamente, lo contrario. El hecho fue que el sistema si-guicomodecostumbre,oanms.Irnicamente,entonces,loque ayud a hacer retroceder el marxismo tambin prest una especie de crdito a sus armaciones. Fue arrojado a los mrgenes debido a que el orden social que enfrent, lejos de volverse ms moderado y benigno, se volvi ms despiadado y extremo de lo que haba sido antes. Y esto hizoquelacrticamarxistafueramspertinente.Aescalaglobal,el El desplazamiento de la inversin desde la fabricacin a las industrias de servicio, nancieras y de las comunicaciones fue una reaccin a una crisis econmica prolongada, no un salto de un mundo viejo y malo a uno nuevo y valiente.128CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TENA RAZN MARX? capitalfuemsconcentradoypredadorquenunca,ylaclaseobrera haba, de hecho, aumentado. Se haba vuelto posible imaginar un fu-turo en el cual los multimillonarios se refugiaran en sus comunidades cerradasyarmadas,mientrasquecasimilmillonesdehabitantesde tugurios fueran rodeados en sus chozas ftidas por torres de vigilancia y alambre de pas.Ennuestrapoca,comopredijoMarx,lasdesigualdades, con respecto a la riqueza, se han profundizado dramticamente. La ga-nancia de slo un mexicano multimillonario es equivalente al ingreso de 17 millones de sus compatriotas ms pobres. El capitalismo ha crea-do ms prosperidad de lo que histricamente se haya presenciado algu-na vez, pero el costo nada menor, la miseria de miles de millones ha sido astronmico. Segn el Banco Mundial, 2.740 millones de perso-nas vivan, en 2001, con menos de 2 dlares por da. Nos enfrentamos aunfuturoprobabledeEstadosconarmasnuclearesenguerrapor la escasez de recursos; y esta escasez es, principalmente, consecuencia del propio capitalismo. El capitalismo se comportar antisocialmente siesrentablehacerlo,yestopuedesignicarladevastacinhumana a una escala inimaginable. Lo que sola ser una fantasa apocalptica, hoy no es ms que el realismo sobrio. El lema izquierdista tradicional socialismo o barbarie nunca fue ms sombramente oportuno, nun-ca menos que un mero juego retrico. Ms all del aparente triunfo del capitalismo, el marxismo no ha sido desacreditado desde adentro? Cmo podrn conseguir los marxistasquelahistoriaseolvidedeltotalitarismocomunista,que ha estado provocando a los autodenominados marxistas entre s desde la Revolucin Rusa? Ciertamente, cualquier persona que se considere marxistahoydeberespondersobrelafarsadelosJuiciosdeMosc de Stalin y los campos de trabajo de Mao, as como sobre la represin brutal en Praga y la Plaza de Tiananmen. Tomados en general, tanto el estalinismo como el maos-mofueronruinososexperimentossangrientosquehicieronquela ideamismadelsocialismoapestaraparamuchosdeaquellosque,en otraparteenelmundo,principalmente,necesitabanbeneciarsede l.Marxnuncaimaginqueelsocialismopodraserlogradoenlas condiciones pauprrimas que Stalin y Mao enfrentaron. Tal proyecto requiereungiroeneltiempocasitanextraocomolainvencinde Internet en la Edad Media. No se puede reorganizar la riqueza en bene-cio de todos, si hay muy poca riqueza que reorganizar. No se pueden abolir las clases sociales en condiciones de escasez, ya que los conictos por un magro excedente de material para satisfacer las necesidades de todos, simplemente, las reavivarn otra vez. Como seala Marx en La 129CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TERRY EAGLETON ideologa alemana, el resultado de una revolucin en tales condiciones es que el viejo negocio inmundo, simplemente, reaparecer. Todo lo queseobtendresescasezdesocializacin.Sisenecesitaacumular capital ms o menos a partir de cero, entonces la manera ms efectiva de hacerlo, aunque brutal, es a travs del afn de lucro. El vido inters propio,probablemente,acumularriquezaconnotablerapidez,aun-que quizs amase una pobreza espectacular al mismo tiempo.Lareconstruccindeunaeconomadesdenivelesmuy bajosesunatareamuyagotadoraydesalentadora.Espocoprobable queloshombresylasmujeresserindanlibrementealasprivaciones queestoimplica.Porlotanto,amenosqueesteproyectoseejecute gradualmente,bajocontroldemocrticoydeconformidadconvalo-ressocialistas,unEstadoautoritariopuedeinterveniryobligarasus ciudadanos a hacer aquello que se resisten a realizar voluntariamente. La militarizacin del trabajo en la Rusia bolchevique es un ejemplo de ello.Elresultado,enunaironaespeluznante,seraminarlasuper-estructura poltica del socialismo (democracia popular, autogobierno genuino) en el intento mismo de reconstruir su base econmica. Noesquelaconstruccindelsocialismonopuedaser comenzada en condiciones de desposesin. Es, antes bien, que sin re-cursos materiales tender a transformarse en la caricatura monstruosa delsocialismoconocidacomoestalinismo.Larevolucinbolchevi-queprontosevioasediadaporlosejrcitosimperialesoccidentales, ascomoamenazadaporlacontrarrevolucin,elhambreurbanay una sangrienta guerra civil. Con una base capitalista estrecha, niveles desastrosamente bajos de la produccin material, escasos vestigios de institucionesciviles,unaclaseobreradiezmadayagotada,revueltas campesinas y una burocracia acrecentada para rivalizar con el zar, la revolucin estaba en serios problemas casi desde el principio. Al nal, losbolcheviquestenanqueconducirhacialamodernidadagente hambrienta, desanimada y cansada de la guerra a punta de pistola. Si los pusilnimes hubieran logrado aferrarse a sus opiniones previas por otras dos dcadas, habran sido testigos de un capitalismo tan exultante e inexpugnable que, en 2008, apenas logr mantener los cajeros automticos abiertos.130CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TENA RAZN MARX? Marxmismofuecrticodelosdogmasrgidos,elterror militar, la represin poltica y el poder estatal arbitrario. Crea que los representantespolticosdebanserresponsablesantesuselectores,y fustigalossocialdemcratasalemanesdesupocaporsupoltica estatista. Insisti con un discurso libre y las libertades civiles, se horro-riz por la creacin forzada de un proletariado urbano (en este caso, en Inglaterra ms que en Rusia) y sostuvo que la propiedad comn en elcampodeberaserunprocesovoluntarioantesquecoercitivo.Sin embargo,ascomoreconociqueelsocialismonopuedeoreceren condiciones pauprrimas, l habra entendido perfectamente cmo la Revolucin Rusa lleg para perderse.Imagnese un grupo capitalista levemente enloquecido que intente convertir una tribu premoderna en un conjunto de empresarios tecnolgicamente sosticados y despiadadamente codiciosos, que ha-blen la jerga de las relaciones pblicas y la economa de libre mercado, todo ello en un lapso de tiempo surrealistamente breve. El hecho de que el experimento casi demuestre ser, un poco dramticamente, cer-tero constituye una condena justa al capitalismo? Por supuesto que no. Pensar as sera tan absurdo como armar que las Girl Scouts deberan disolverse porque no pueden solucionar algunos problemas difciles de fsicacuntica.Losmarxistasnocreenqueelpoderosolinajeliberal desde Thomas Jefferson a John Stuart Mill se anule por la existencia de crceles secretas para torturar a musulmanes dirigidas por la CIA, aun cuando estas crceles son parte de las polticas de las sociedades libe-rales de hoy. Sin embargo, los crticos del marxismo estn raramente dispuestos a admitir que la farsa de los juicios mediatizados y el terror masivo no son la refutacin del mismo. Noobstante,hayotrosentidoenelqueelsocialismoes considerado por algunos como inviable. Incluso si se fuera a construir en condiciones de abundancia, cmo podra administrarse una eco-noma moderna compleja sin mercados? La respuesta para un nmero creciente de marxistas es que no se necesita hacerlo. Los mercados, en su opinin, siguen siendo una parte integral de una economa socialis-ta. El denominado socialismo de mercado concibe un futuro donde los medios de produccin seran socialmente posedos, pero en el cual las cooperativas independientes competiran unas contra otras en el mer-cado. De esta manera, ciertas virtudes del mercado podran retenerse, mientras algunos de sus vicios podran cambiarse. En el plano de las empresasindividuales,lacooperacingarantizaramayoreciencia, dado que la evidencia sugiere que casi siempre son tan ecientes como lasempresascapitalistasy,confrecuencia,muchoms.Enelplano delaeconomaensuconjunto,lacompetenciagarantizaraquelos 131CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TERRY EAGLETON problemas de informacin, localizacin y de incentivos asociados con elmodeloestalinistatradicionaldeplanicacincentralizadanose produzcan. Elsocialismodemercadocolocaalpodereconmicoen manosdelosverdaderosproductores,yacabaconlasclasessociales ylaexplotacin.Es,porlotanto,unavancebienvenidoenunaeco-nomacapitalista.Paraalgunosmarxistas,sinembargo,quedande-masiados rasgos de la otra economa para ser aceptable. Bajo el socia-lismodemercadocontinuaranlaproduccindemateriasprimas,la desigualdad,eldesempleoylainuenciadelasfuerzasdelmercado ms all del control humano. Cmo podran los trabajadores no ser, simplemente, transformados en capitalistas colectivos, maximizar sus ganancias, bajar la calidad, ignorar las necesidades sociales y balbucear sobre el consumismo que lleva a la acumulacin constante? Cmo se podran evitar el cortoplacismo crnico de los mercados, su costumbre de ignorar la situacin social en su conjunto y los efectos asociales de sus propias decisiones fragmentadas, en el largo plazo? La educacin y la supervisin del Estado podran disminuir estos riesgos, pero algu-nos marxistas plantean una economa que no sera ni la planicacin centralizada, ni la del mercado autorregulado. En este modelo, los re-cursos se asignaran a travs de negociaciones entre productores, con-sumidores,ambientalistasyotraspartesinteresadas,medianteredes en los lugares de trabajo, el barrio y los consejos de consumidores. Los parmetros generales de la economa, incluidas las decisiones sobre la asignacingeneralderecursos,lastasasdecrecimientoeinversin, energa, transporte y las polticas ecolgicas seran establecidos por las asambleas representativas a niveles locales, regionales y nacionales. Es-tas decisiones generales sobre, supongamos, la asignacin descenderan entonces hacia niveles regionales y locales, en donde una planicacin msdetalladaseraelaboradaprogresivamente.Encadaetapa,elde-bate pblico sobre proyectos y polticas econmicos alternativos sera esencial. De esta manera, qu y cmo producimos podra determinarse por las necesidades sociales antes que por el benecio privado. Bajo el capitalismo,senosprivadelpoderdedecidirsiqueremosproducir ms hospitales o ms cereales para el desayuno. Bajo el socialismo, esta libertad sera ejercida regularmente. Algunoscampeonesdeladenominadaeconomapartici-pativaaceptanuntipodeeconomasocialistamixta:losbienesque son de vital importancia para la comunidad (alimentacin, salud, pro-ductosfarmacuticos,educacin,transporte,energa,productosde subsistencia, instituciones nancieras, medios de comunicacin, entre otros) deben estar bajo control pblico democrtico, ya que quienes los 132CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TENA RAZN MARX? administran tienden a comportarse asocialmente si perciben la opor-tunidad de engrosar sus benecios al hacerlo. Los bienes socialmente superuos (artculos de consumo, productos de lujo), sin embargo, se podrandejaralasoperacionesdelmercado.Algunossocialistasde mercadoencuentranesteesquemademasiadocomplejoparaservia-ble.ComoOscarWildeobservunavez,elproblemaconelsocia-lismo es que toma demasiadas noches. Sin embargo, se debe tener en cuenta, al menos, el papel de la tecnologa y cmo aceita las ruedas de dichosistema.InclusoelexvicepresidentedeProcter&Gambleha reconocido que esto hace que la autogestin de los trabajadores sea una posibilidad real. En Democracia y planicacin econmica, Pat Devine resaltacuntotiempoesconsumidoactualmenteporlaadministra-cin y la organizacin capitalista. No hay ninguna razn evidente de porqulacantidaddetiempoocupadoporunaalternativasocialista debera ser mayor.Los socialistas, sin duda, seguirn debatiendo sobre los de-talles de una economa poscapitalista. No hay ningn modelo perfecto en oferta actualmente. Es posible contrastar esta imperfeccin con la economa capitalista, que est en condiciones de funcionamiento im-pecableyquenuncahasidoresponsable,enlomsmnimo,porla pobreza, la indigencia o la depresin. Ha admitido ser responsable de algunosnivelesextravagantesdedesempleo,perolaprincipalnacin capitalista del mundo ha llegado a una solucin ingeniosa para tal de-fecto. En los Estados Unidos, hoy, ms de un milln de personas bus-cara trabajo si no estuvieran en la crcel. Desigualdadesespectacularesderiquezaypoder,guerra imperialista, explotacin intensicada, un Estado cada vez ms repre-sivo son tanto lo que caracteriza al mundo de hoy como las cuestiones sobrelascualeselmarxismohaactuadoyreexionadodurantecasi dos siglos. Se esperara, entonces, que pudiera tener algunas lecciones que ensear. Marx estaba muy impresionado por el proceso extraordi-nariamente violento por el cual la clase obrera urbana haba sido forja-da de un campesinado desarraigado en su propio pas, Inglaterra un proceso que Brasil, China, Rusia e India estn viviendo en la actuali-dad. Tristram Hunt seala, al escribir en The Guardian, que el libro de Mike Davis, Planet of slums, que documenta las montaas hedion-das de mierda, conocidas como barrios marginales que se encuentran en el Lagos o Dhaka de hoy, puede ser considerado como una versin actualizada de La condicin de la clase obrera de Engels. A medida que Chinaseconvierteeneltallerdelmundo,comentaHunt,laszonas econmicas especiales de Guangdong y Shanghai presentan una extra-a reminiscencia al Manchester y Glasgow de 1840. 133CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TERRY EAGLETON Ysinofueraelmarxismoobsoleto,sinoelcapitalismo? All en la Inglaterra victoriana, Marx vio el sistema como si ya se hu-biera agotado. Despus de haber promovido durante su apogeo el desa-rrollo social, este actuaba ahora como un lastre. Percibi a la sociedad capitalistainundadaporfantasayfetichismo,mitoeidolatra,por msorgullosaqueestuvieradesumodernidad.Suiluminacinsu arrogante creencia en su propia racionalidad superior era una especie de supersticin. Si fue capaz de algn progreso asombroso, haba otro sentido por el cual tuvo que correr con fuerza slo para permanecer en el mismo lugar. El lmite nal del capitalismo, expres Marx una vez, es el propio capital: la reproduccin constante es una frontera de la que nopuedeirmsall.Existealgo,curiosamenteestticoyrepetitivo, acerca del ms dinmico de todos los regmenes histricos.El capitalismo ha trado grandes avances materiales. Pero aunqueestemododeorganizarnuestrosasuntoshayatenidomucho tiempo para demostrar que es capaz de satisfacer las demandas huma-nas, no parece estar a punto de hacerlo. Cunto tiempo estamos dis-puestos a esperar sus bienes? Por qu seguimos complaciendo el mito de que la riqueza fabulosa generada por este modo de produccin, con el correr del tiempo, estar disponible para todos? Tratara el mundo reclamos similares desde la extrema izquierda con la genial y paciente esperemos y veamos? Los derechistas que admiten que siempre ha-br injusticias colosales en el sistema pero aunque es arduo, las alter-nativas son an peores son al menos ms honestos en su desfachatez que aquellos que predican que, nalmente, todo se arreglar. Los marxistas slo quieren dejar de ser marxistas. En este sentido, ser marxista no es como ser budista o millonario. Es ms pa-recido a ser un mdico. Los mdicos son seres perversos y frustrados queserealizanensutrabajocurandopacientes,quedespusnolos necesitan.Latareadelospolticosradicales,similarmente,esllegar alpuntoenqueyanoserannecesarios,porquesusobjetivossehan El lmite nal del capitalismo, expres Marx una vez, es el propio capital: la reproduccin constante es una frontera de la que no puede ir ms all. Existe algo, curiosamente esttico y repetitivo, acerca del ms dinmico de todos los regmenes histricos.134CyEAo IIIN 6SegundoSemestre2011TENA RAZN MARX? cumplido.Entonces,tendranlalibertadderetirarse,quemarsus cartelesdeGuevara,tomarnuevamenteesevioloncelodescuidadoy hablardealgomsinteresantequeelmododeproduccinasitico. El marxismo es, supuestamente, un asunto estrictamente provisional, por lo cual cualquiera que se involucre con l ha perdido el punto. Hay una vida despus del marxismo, es el punto central del marxismo. Hayunproblemaconestavisin,contrariamenteencan-tadora. El marxismo es una crtica del capitalismo la crtica ms rigu-rosa, aguda y completa en su tipo que se haya postulado alguna vez. De ello se deduce, entonces, que mientras el capitalismo siga en el ne-gocio, el marxismo tambin debe estarlo. Slo al declarar obsoleto a su oponente podr retirarse. Y a ltimo momento, el capitalismo apareci tan combativo como entonces. Hoy, la mayor parte de crticos del marxismo no debate el tema. Su argumento, ms bien, consiste en que el sistema ha cambiado hasta volverse casi irreconocible desde los das de Marx, y que por eso susideasyanosonrelevantes.CabesealarqueelpropioMarxfue perfectamente consciente de la naturaleza siempre cambiante del siste-ma que desa. Es al propio marxismo al que debemos el concepto de diferentes formas histricas del capital: mercantil, agrario, industrial, monoplico,nanciero,imperialista,yassucesivamente.Entonces, por qu el hecho de que el capitalismo ha cambiado su forma en las ltimas dcadas debera desacreditar una teora que ve el cambio como desupropiaesencia?Adems,elpropioMarxpredijoundeclivede laclaseobrerayunincrementoabruptodeltrabajoadministrativoo de cuello blanco. Tambin previ la denominada globalizacin ex-traoparaunhombrecuyopensamientosesuponequeesarcaico. Aunque quizs la cualidad arcaica de Marx sea lo que hoy sigue ha-cindolo relevante. Es acusado de ser anticuado por los campeones de uncapitalismoqueestvolviendorpidamenteanivelesvictorianos de desigualdad.