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ESCUELA ARGENTINA DE ESPELEOLOGIA Publicación N° 1 I I N N T T R R O O D D U U C C C C I I Ó Ó N N A A L L A A E E S S P P E E L L E E O O L L O O G G Í Í A A Por Carlos A. Benedetto Gabriel J. Redonte 2da. Edición © 2005 Federación Argentina de Espeleología Malargüe

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ESCUELA ARGENTINA DE ESPELEOLOGIA

Publicación N° 1

IINNTTRROODDUUCCCCIIÓÓNN AA LLAA EESSPPEELLEEOOLLOOGGÍÍAA

Por

Carlos A. Benedetto Gabriel J. Redonte

2da. Edición © 2005 Federación Argentina de Espeleología Malargüe

Escuela Argentina de Espeleología - Publicación N°1 - Introducción a la Espeleología

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INTRODUCCIÓN A LA ESPELEOLOGÍA

Por Carlos A. Benedetto1 y Gabriel J. Redonte2

Introducción El descubrimiento del mundo subterráneo atrae cada día a más gente, tanto en la

Argentina como en el resto del mundo. Si bien en nuestro país aún no se han hallado cavidades naturales de grandes dimensiones como las europeas, norteamericanas o brasileñas, en los últimos 20 años hemos adquirido creciente protagonismo en la comunidad espeleológica internacional debido a la peculiaridad de nuestro patrimonio espeleológico, que resulta ser atractivo para espeleólogos de todo el mundo. A su vez hemos avanzado en aprendizajes y descubrimientos de nuevas cuevas, duplicando el registro de aquellas conocidas en el país.

Este trabajo pretende oficiar como una primera aproximación a los conceptos básicos de la espeleología y a su vocabulario específico, permitiendo al público interesado descubrir el fascinante mundo de las cavernas.

¿Que es la espeleología? El vocablo “espeleología” fue creado por el prehistoriador francés Emile Rivière a fines del

siglo XIX, época de auge de los estudios del arte rupestre paleolítico en cavernas europeas. Rivière fue uno de los primeros en advertir que las cavidades naturales en sí mismas podían y debían ser objetivo de estudios y ya no sólo meros soportes del arte parietal. Así se creó el vocablo, que proviene de las palabras griegas “spelaion” (caverna, cavidad, cueva) y “logos” (estudio de).

Fue otro francés, el profesor de la Sorbona Edouard Martel (1859-1938) quien inauguró en su país y en España los estudios científicos en cavernas, fundando la Sociedad de Espeleología de Francia y publicando los primeros libros de orientación científica relacionados con las cavidades naturales: “Espeleología o ciencia de las cavernas”, “Las aguas subterráneas” y otros. Durante el siglo XX la espeleología alcanzó un importante desarrollo en el mundo, principalmente en Europa.

En nuestro país es relativamente nueva, si se tiene en cuenta que sus inicios como disciplina organizada se remontan a la década del ’70 en el siglo XX.

La Espeleología no es una ciencia en sí misma, sino una interdisciplina que se desarrolla en el particular ambiente subterráneo, donde convergen técnica, ciencia y deporte. Su práctica requiere un mínimo de conocimientos en cada uno de estos aspectos y constituye un campo especial de aplicación para disciplinas científicas, como la geología, la biología, la antropología, la climatología, la paleontología, la hidrología, etc.

A su vez, requiere conocer y aplicar técnicas topográficas para explorar y documentar las cavidades.

Por ser poco sencillo el acceso y recorrido de muchas cavidades, es necesario el entrenamiento en técnicas de progresión similares a las del montañismo, adaptadas al particular ambiente subterráneo. La capacitación permanente en técnicas de ascenso y descenso, escalada y rescate constituye una necesidad de los espeleólogos.

Podemos asegurar que la espeleología conlleva un trabajo de equipo. Por ello quienes la practican se integran a grupos y asociaciones dedicadas al tema o en forma directa a la misma federación nacional.

Algunos aspectos históricos de la Espeleología en el mundo

1 Museólogo y Docente. Miembro del Instituto Argentino de Investigaciones Espeleológicas (I.NA.E, Malargüe, Mendoza). 2 Geógrafo Matemático. Miembro del Grupo Espeleológico Argentino (G.E.A., Buenos Aires)

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Luego de dar sus primeros pasos en Francia, la práctica de la Espeleología se extendió por toda Europa muy rápidamente y desde allí se extendió a América.

La primera sociedad espeleológica latinoamericana surgió en los años ´30 del siglo XX en Brasil. Al poco tiempo se desarrollaron espeleologías nacionales en Cuba, Venezuela y México.

La historia de la espeleología en Argentina es bastante reciente. Las primeras exploraciones estrictamente espeleológicas se realizaron a fines de los años ´60, aunque fue en 1970 que se fundó la primera asociación específica en la ciudad de Buenos Aires. En 1980, también en Buenos Aires, se fundó la primera asociación civil con personería jurídica dedicada a estos estudios y desde entonces se sucedió la creación de otras asociaciones en la misma Buenos Aires, y en las provincias de Córdoba, Neuquén y Mendoza, comenzando a mantener intercambio entre sí y a relacionarse con colegas del exterior.

En 1988 se realizó el Primer Encuentro Argentino de Espeleología en las Ciudades neuquinas de Plaza Huincul y Las Lajas, acordándose avanzar hacia una integración en una federación nacional. Este hecho se concretó recién en el año 2000 como corolario del Primer Congreso Nacional de Espeleología celebrado en Malargüe, Mendoza, al fundarse la Federación Argentina de Espeleología (F.A.d.E) que reúne a exploradores e investigadores de diversas regiones del país.

A nivel mundial, en 1965 los espeleólogos del mundo reunidos en un congreso en la actual Eslovenia, decidieron crear la U.I.S., sigla francesa de “Unión Internacional de Espeleología”, organismo vinculado con la UNESCO. La U.I.S. divide su trabajo en comisiones, la mayoría de ellas responsables de los aspectos científicos de la actividad, pero también de aspectos proteccionistas y culturales. La U.I.S., por ejemplo, coordina a nivel mundial el intercambio de material bibliográfico-espeleológico. Cada cuatro años la U.I.S. realiza congresos científicos en distintas regiones del mundo y elige sus autoridades. Cada país miembro designa a sus delegados ante la Asamblea de la U.I.S. y desde ella se promueve la cooperación recíproca entre espeleólogos e investigadores de las cavernas de todo el mundo. Argentina es integrante de la U.I.S. desde 1986 y mantiene su condición de país miembro. Sus delegados son designados, desde el año 2000, por la F.A.d.E.

Los espeleólogos de América Latina también mantienen estrechas relaciones y trabajan a nivel regional. En 1983, espeleólogos brasileños, cubanos y venezolanos se reunieron en Viñales, Cuba, para decidir la creación de una federación latinoamericana, con el objetivo de aunar voluntades de los espeleólogos latinoamericanos en la defensa del patrimonio espeleológico de cada país y para lograr el respeto de los países “precursores” de la espeleología hacia los nuestros. Fue así que se creó la Federación Espeleológica de América Latina y del Caribe (F.E.A.L.C.), que también organiza periódicamente congresos y posee comisiones de trabajo. Desde fines de los ´80, la Argentina ocupó puestos destacados en la conducción de la F.E.A.L.C.: Secretaría General (1988-97), Presidencia (1997-2001), Secretaría General (desde 2001 al presente).

También en la U.I.S. algunos espeleólogos de nuestro país participaron de sus comisiones. En agosto 2005, por vez primera, un argentino se integró el buró de dicho organismo ocupando una Secretaría Adjunta.

A nivel local, se organizaron cinco “encuentros” entre 1988 y 1998. En el último de ellos se decidió que pasarían a tener el carácter de “congresos”.

En 2000 se llevó a cabo el I CONGRESO NACIONAL ARGENTINO DE ESPELEOLOGÍA (I-CONAE) en Malargüe, provincia de Mendoza y a partir de entonces, cada cuatro años, los espeleólogos argentinos se reúnen en diferentes ciudades del país para intercambiar experiencias y comunicar sus trabajos.

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La geoespeleología La corteza terrestre está conformada por una gran variedad de rocas; cada tipo se

comporta química y mecánicamente de una manera particular ante los diferentes agentes erosivos.

El agua es uno de los principales agentes erosivos y cuando incide sobre rocas solubles modela un paisaje muy especial. Al conjunto de formas originales del relieve que se producen en localidades compuestas de roca fácilmente solubles (yeso, calizas, dolomías o sal) se le llama karst. El nombre se debe a que los primeros estudios de este proceso se hicieron en la región de Karst, al Norte de Eslovenia. “Karsismo” es, entonces, el fenómeno de ocurrencia de cavidades naturales en una zona y “Karstología” es la rama de la Geología y de la Geomorfología que estudia este tipo de formaciones y su dinámica hidrológica. La versión latinizada de estos vocablos son “carso”, “carsismo”, “carsología”.

El 10 % de la superficie emergida del planeta, excluido el continente Antártico, está constituido por rocas carbonatadas; es decir, rocas sedimentarias cuyo contenido en carbonatos es superior al 50 %, siendo por lo tanto susceptibles de sufrir procesos de karstificación. Ello pone de manifiesto la importancia del fenómeno y el interés en su estudio.

Condiciones de formación de cavernas. Paisaje kárstico. (modelo tomado de Ramé, 1987)

Las cuevas, cavernas, grutas, simas, etc., cuando se originan en roca soluble, son formas

kársticas y pueden tardar miles de años en formarse. Podemos definir a una cueva como a una cavidad natural lo suficientemente grande como

para que pueda entrar una persona. Las de mayores dimensiones descubiertas se forman en rocas compuestas por carbonato de calcio (caliza).

El proceso comienza cuando el agua se infiltra a través de hendiduras en la roca. El agua contiene un gas que absorbe del aire el dióxido de carbono, y éste forma un ácido que va disolviendo la roca poco a poco. A medida que el agua penetra en el subsuelo va ensanchando hendiduras y permitiendo la erosión mecánica, lo cual genera galerías subterráneas; el desplome de éstas da luego origen a grandes salas.

El agua que provoca la disolución de la roca penetra en profundidad hasta llegar a la capa freática. En ella, en vez de roca caliza, se da en general otro tipo de roca, saturada de agua. Estas aguas empiezan a fluir longitudinalmente, formando ríos subterráneos.

El nivel de la capa freática puede variar, causando que el río perfore la roca para trazar una nueva ruta, conformando un nuevo sistema de galerías. Estos sistemas suelen ser intrincados y poseer formaciones rocosas espectaculares. También existen cascadas al precipitarse el agua de los ríos subterráneos a mayores profundidades.

Se llaman cuevas activas a aquéllas en las que circula el agua, y cuando han sido abandonadas por la circulación activa se les conoce como cavernas fósiles.

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Proceso de formación de sistemas de cuevas (tomado Martínez I Rius, 1979).

El proceso de formación de cavernas recibe el nombre de “espeleogénesis”. En las

cavidades en caliza, como hemos visto, resulta de la acción del agua sobre la roca soluble. En la etapa que hemos descripto el agua abre galerías, salas, laminadores, gateras, pasadizos y en una segunda etapa, cuando por cambios geológicos o climáticos el agua abandona estos lugares, el aire ocupa su sitio y da origen el proceso de relleno: el agua que aún se sigue filtrando desde la superficie atravesando el suelo viene saturada de carbonato cálcico (CaCO3) y al ingresar a la cavidad subterránea, por la disminución de la presión parcial de dióxido de carbono (CO2), deposita calcita por donde escurre, formando concreciones muy diversas y a veces muy hermosas que también reciben el nombre de espeleotemas. Según la características o forma de estas concreciones se les da diferente nombre: estalactitas (cuelgan del techo); estalagmitas (se forman por el goteo cargado de carbonato que cae de las estalactitas y crecen del suelo hacia el techo) columnas (cuando una estalactita y una estalagmita se unen); gours (cuando forman piletas), cortinajes o velos, etc.

Izq.: proceso de formación de estalactitas (1 a 5), estalagmitas (4 y 5) y columnas (6). (Modelo tomado de Martinez i Rius, 1979). Der.: concreciones en caverna de Las Brujas (Malargüe, Mendoza).

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Diferente es la espeleogénesis de cavidades en otros tipos de rocas. Las cuevas en sulfato de calcio hidratado (yeso) en Argentina son muy abundantes y suelen tener grandes dimensiones. En su formación también trabaja el agua, pero de otra manera: en primer lugar se disuelven los “lentejones” de yeso sin hidratar (anhidrita), creando un espacio interior que se convierte en caverna accesible al hombre cuando el techo colapsa. En general en estas cavernas hay poca formación de espeleotemas y las que existen suelen tener formas excéntricas.

Concreciones de yeso. Caverna San Agustín (Poti Malal, Mendoza)

La espeleogénesis en basaltos es también diferente: las cavidades basálticas se forman en

el momento mismo de una erupción volcánica: el torrente de lava fluye hacia niveles inferiores, la lava en contacto con el aire se enfría y endurece mientras la lava interior del torrente sigue fluyendo y dejando un “túnel” lávico o tubo lávico. Esos túneles se convierten en cavernas accesibles al hombre cuando colapsa parte del techo.

Proceso de formación de un tunel lávico (modelo tomado de Martinez i Rius, 1979)

Der.: caverna volcánica de Los Gatos (Auca Mahuida, Neuquén)

Las cavernas calizas más extensas de la Argentina son el Sistema de Cuchillo Cura (Neuquén) y Las Brujas (Mendoza); las cavernas yesosas argentinas más extensas son del León (Neuquén), Miranda y San Agustín (Mendoza). Las cavernas basálticas más importantes son Doña Otilia y Zagal (Mendoza), Los Gatos (Neuquén) y Halada (La Pampa).

Los estudios carsológicos y espeleológicos nos han obligado a adoptar una terminología específica que ya forma parte del oficio del espeleólogo:

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• Cueva, caverna o gruta: cavidad de desarrollo preponderantemente horizontal. • Sima: cavidad de desarrollo preponderantemente vertical. • Lapiaz: Forma de erosión superficial característica de los terrenos kársticos calizos.

La caliza se va disolviendo por las pequeñas fisuras formando crestas entrecruzadas.

• Paisaje epigeo: paisaje de superficie. • Paisaje hipogeo: paisaje subterráneo. • Estalagmitización: proceso de formación de espeleotemas • Espeleotemas: las distintas concreciones parietales (velos), cenitales (estalactitas) y

pavimentarias (estalagmitas, gours) de una caverna. • Sumidero: grieta abierta en la roca por donde penetra un cauce de agua superficial. • Surgencia: manantial por donde sale agua de origen subterráneo a la superficie. • Resurgencia: manantial por donde sale agua a la superficie, proveniente de un río

que anteriormente era superficial. • Dolinas: hundimiento en superficie con forma de embudo. Se forma a partir de la

intersección de diaclasas de la roca y puede, a veces, dar acceso a una cavidad subterránea.

• Uvalas: unión de dos o mas dolinas. • Polgés: palabra yugoslava que designa valles cerrados, en los cuales el agua drena

en forma subterránea. Pueden llegar a tener varias decenas de kilómetros de longitud.

Los aspectos biológicos Así como solemos utilizar el término “geoespeleología” para los aspectos geológicos,

hidrogeológicos y mineralógicos del estudio de las cavidades naturales, utilizamos el vocablo “bioespeleología” para los estudios de las formas de vida que ocurren dentro de ellas.

Las cavidades naturales tienen como característica ambiental específica la humedad alta, una temperatura constante (casi todas son frías) y la oscuridad permanente. A pesar de ello, varias formas de vida, muy frágiles por su extrema adaptación viven, en cuevas. Algunas solamente entran en ellas para descansar o para resguardarse del mal tiempo; otras viven única y permanentemente en estos lugares. Estas últimas se alimentan de los restos de plantas y alimentos que son arrastrados hacia el interior desde la superficie de la tierra por los ríos subterráneos, o se comen unas a otras.

Las cuevas están generalmente divididas en tres zonas. En la entrada, iluminada por el sol, suelen crecer plantas verdes, como los helechos. Más hacia el interior, en la zona de penumbra, viven criaturas como los murciélagos, con una luz tenue. Al fondo de la cueva reina la oscuridad absoluta. Muchos de los animales que viven en esta zona son albinos. No necesitan una piel de colores brillantes, por lo que están despigmentados. Algunos también son ciegos: en la oscuridad de la cueva no necesitan la vista. Sin embargo, tienen muy desarrollados los sentidos del oído y del tacto; esto les permite desplazarse por la cueva y encontrar alimentos

Según los biólogos, las cavernas fueron colonizadas en tiempos pasados por muchas especies animales. Muchas de ellas no pudieron sobrevivir en ese medio, pero otras tuvieron éxito y llegan a nuestros días como “fósiles vivientes”. En ciertos casos, los “parientes” filogenéticos de estos animales se extinguieron en la superficie, mientras ellos se han adaptado exitosamente en el mundo hipogeo. Las preadaptaciones exitosas (omnivoria, poiquilotermia, etc.) y el aislamiento prolongado provocaron en esos animales modificaciones morfológicas (despigmentación, anoftalmia, desarrollo de órganos sensoriales mecano y quimio-receptores), fisiológicas (bajo metabolismo para compensar la escasez de alimentos del medio hipogeo) y de comportamiento (por ejemplo, estrategias reproductivas acordes con el medio).

El medio hipogeo se caracteriza por la ausencia de luz y por lo tanto las pirámides alimentarias y las cadenas tróficas no comienzan con organismos productores, ya que allí no hay

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fotosíntesis posible. Las cadenas comienzan con los detritos, el guano de algunos animales, y suelen ser unilineales, simples y por lo tanto frágiles.

La clasificación de los animales cavernícolas (en su mayoría artrópodos) obligó a los especialistas a distinguir entre trogloxenos (animales ajenos a las cavidades, visitantes ocasionales de éstas; por ejemplo, un puma), troglófilos (animales que alternan la vida en el medio hipogeo con la vida en la superficie; por ejemplo los murciélagos, que se alimentan fuera de las cavernas pero duermen y se reproducen dentro de ellas) y troglobios (animales tan adaptados a las cavidades que no sobrevivirían fuera de ellas). Esta clasificación ha sido cuestionada desde concepciones más modernas en virtud de que confunde categorías morfológicas con ecológicas, pero para muchos espeleólogos es una forma simple y tradicional de relacionarse con el fenómeno de la vida en las cavernas.

Fauna cavernícola. Sistema de Cuchillo Cura (Las Lajas, Neuquén)

A menudo viven en las cuevas colonias de quirópteros. Duermen durante el día, colgados

del techo y al oscurecer salen para buscar alimento. Son casi ciegos, pero pueden volar con toda seguridad en la oscuridad gracias a su sentido del oído, muy desarrollado. Usan un sistema de localización por eco, también llamado ecolocación, que funciona de forma parecida a un radar. Emiten continuamente ultrasonidos de una frecuencia demasiado elevada para que el oído humano los capte. Estas ondas rebotan en los obstáculos que encuentran en su camino, y su eco sirve a los murciélagos para guiarse.

La arqueología en las cuevas Para el arqueólogo una cueva puede ser una ventana al pasado que conserva información

de la vida cotidiana del hombre desde la prehistoria hasta el presente y nos puede revelar grandes secretos.

Se han encontrado antiguos vestigios de homínidos cavernícolas en el sur de Francia y cerca de Pekín, en China. Estos sitios fueron habitados aproximadamente entre 500.000 y 250.000 años atrás, respectivamente.

El hombre de Neanderthal, que vivía en el norte de Europa hace unos 100.000 años, también habitaba en cavernas. Generalmente se cobijaba cerca de la entrada, lugar resguardado de la intemperie, pero con luz.

Sabemos bastante acerca de los pueblos primitivos gracias a los restos de instrumentos de piedra y de hueso que han sido encontrados en las cavernas que habitaban. Las cuevas son poco afectadas por los agentes erosivos de la intemperie permitiendo mantener condiciones estables de temperatura, humedad, presión, etc., por miles de años y conservar información importante. Se han descubierto huellas en el lodo del piso de una cueva en Tennessee (EE.UU.) que, aunque parecen frescas, se estima que tienen 4,500 años. Innumerables descubrimientos de importancia arqueológica han sido realizados en cuevas que ofrecieron refugio o santuario al hombre primigenio. En nuestro país los estudios realizados en la Cueva de Las Manos (Santa Cruz) o la cueva de Intihuasi (San Luis) por ejemplo, han dado información sustancial sobre el poblamiento del continente americano.

Hace más de 30.000 años, el hombre empezó a grabar y a pintar en los muros de las cuevas. Los artistas primitivos fabricaban sus pinturas con sustancias naturales como el carbón, la arcilla, zumos de frutas y sangre de animales. La pintura se untaba en algunas ocasiones directamente sobre la roca y otras veces usaban pinceles hechos con pelos de animales o fibras

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vegetales. Algunos también empleaban huesos vaciados a través de los cuales soplaban la pintura sobre la roca.

Arte rupestre en la Cueva de Las Manos (Cañadón del Río Pinturas, Santa Cruz)

En las cuevas de Altamira (Cantabria, España) se descubrieron en 1879 figuras de bisontes,

caballos, ciervos y jabalíes en tonos ocres, rojos y negros. Fueron realizadas, hacia el 13.500 a. C., en la bóveda de la sala principal, aprovechando las protuberancias de la roca.

Es difícil saber a ciencia cierta el motivo de las representaciones de las pinturas rupestres. Muchas aparentan representar la vida, costumbres y ciertos eventos de la cultura que las plasmó, a través de figuras antropomorfas y zoomorfas, siendo la representación de animales el motivo más frecuente, pero son frecuentes también los motivos abstractos. Algunos antropólogos creen que los hombres primitivos realizaban estas pinturas durante ceremonias especiales con el fin de tener éxito en la caza de los animales dibujados. Otros consideran que la expresión del dibujante no necesariamente representa una cosmovisión de su sociedad.

La topografía y la cartografía de cavernas

Para describir y estudiar una cueva se requiere contar con un mapa de sus galerías. Los levantamientos topográficos subterráneos tienen la particularidad de efectuarse en un espacio confinado, con características ambientales que dificultan mucho las operaciones. Las técnicas e instrumentos usados en el exterior no siempre pueden utilizarse en una cueva.

El Instrumental topográfico mas utilizado en cavernas es la brújula. Usualmente sin de mano para trabajos expeditivos y para los de mayor precisión se emplea una brújula taquimétrica con clinómetro para medir ángulos verticales montada sobre un trípode. Permite calcular distancias al leer por él una mira. Las miras generalmente son cortas, de madera, plegables y centimetradas para usarse en galerías con techos muy bajos.

Otra forma de obtener las distancias mediante una cinta métrica, o bien con un “Topofil”, que es un sistema de cordel enrollable a un cuentavueltas y que puede llevarse en la mano o en la cintura.

Los teodolitos sólo se utilizan en cuevas de grandes dimensiones o en algunas cavernas volcánicas donde la abundancia de hierro puede provocar desviaciones magnéticas produciendo errores en la lectura de rumbos con una brújula.

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Levantamiento con brújula taquimétrica (caverna del León, Neuquén. Foto: Gabriel Redonte

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El instrumental debe elegirse según las características del levantamiento que se planea efectuar, el grado de precisión requerido y la escala final del plano de la cavidad.

El equipo topográfico ideal se compone de cuatro personas: el operador del instrumental, el apuntador que anota las mediciones en una planilla, el mirero que transporta la mira e ilumina el punto medido para que pueda ser visualizado, y el encargado de bosquejar detalles de la cavidad y el croquis de campo. Todas estas funciones son exigentes por igual y a menudo el equipo debe hacerlas rotativas. Un buen trabajo requiere de una minuciosa planificación previa, un control permanente del buen funcionamiento del instrumental, una organización eficiente para apuntar los datos, buena iluminación y vestimenta adecuada. Estos detalles logísticos se tornan cruciales cuando un levantamiento obliga a permanecer muchas horas bajo tierra, en un ambiente oscuro, frío y húmedo.

El procedimiento consiste en medir direcciones (rumbos magnéticos) y distancias entre quiebres de galería partiendo de un primer punto localizado en la boca de entrada de la cueva. El equipo seguirá el eje de las salas y galerías con una línea poligonal. A medida que avanza irá determinando nuevos puntos de estación desde los cuales realizará mediciones en forma radial. Además se mide el ancho y el alto de las galerías en cada estación. Estos datos se complementarán con un croquis.

Las tareas suelen ser lentas y requieren una buena sincronización del equipo. Suele decirse que “topografiar” una cavidad es explorarla en cámara lenta, fijándose en todos sus detalles.

Los puntos estación deben ubicarse en bifurcaciones de galerías y solo se señalizarán temporalmente. NUNCA DEBE DEJARSE BASURA, MARCAS CON PINTURA, PILAS, ESTACAS, ETC. Para señalizar los puntos de paso de estación se puede apoyar en el suelo una señal de material no contaminante y de colores vivos que luego es removida.

Todas las mediciones se registran en planillas. Luego, con estos datos se hace la cartografía de la cueva, replanteando a escala la proyección de cada punto medido en un plano. El resultado final contendrá una proyección horizontal (en planta), una proyección vertical sobre un plano paralelo a la dirección predominante en la que se desarrolla el cavernamiento (perfil) y cortes transversales a las principales galerías y salas.

Ejemplo de cartografía de cueva (Grupo Espeleológico Argentino, 1981)

Para reflejar detalles del paisaje subterráneo, como barrancos, cursos de agua, bloques,

estalactitas, estalagmitas, columnas, etc. se utiliza un sistema de “Signos Espeleológicos Convencionales” de uso universal y adoptado por la Federación Argentina de Espeleología.

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La cartografía incluirá información general y la “espeleometría”, que es el resumen de información métrica. Las dos referencias espeleométricas básicas son el “desarrollo”, que es la longitud total de la cavidad, medida en proyección horizontal, y el “desnivel” que es la diferencia de altitud entre el punto más alto de la cavidad y el más bajo.

Concluido el plano de la cueva se registra y archiva en diferentes soportes (poliéster, digital, etc.).

El catastro espeleológico Un catastro espeleológico es un sistema de almacenamiento de información de recursos

espeleológicos. Este permite analizar qué cuevas se conocen en un país o región, qué características poseen, quiénes trabajaron en ellas y qué bibliografía puede consultarse. Para las organizaciones espeleológicas, gobiernos y empresas resulta una herramienta útil a la hora de tomar decisiones que permitan un uso sustentable de los recursos naturales subterráneos.

Algunas organizaciones espeleológicas tienen su propio catastro, pero la utilidad máxima de esta herramienta se alcanza cuando se comparte información en un catastro común administrado por la federación nacional.

La Federación Argentina de Espeleología administra un Catastro Nacional de Cavidades Naturales (CNCN) que consiste en una base de datos de las cuevas exploradas y documentadas en el país, realizado con el aporte de todas las asociaciones espeleológicas, personas físicas u organismos que aportaron información general de nuestras cuevas naturales y de los estudios que se han llevado a cabo en las mismas. Brinda un servicio de información a personas u organismos que lo soliciten para planificar o desarrollar estudios y/o actividades ambientalmente sustentables.

¿Que datos deben consignarse minimamente? Cada cavidad catastrada constituye un registro en la base de datos. Para reunir la

información se usa una Ficha de Registro que posee distintos campos de información a completar. Los datos mínimos obligatorios (Art. 15 y 16 del Reglamento del CNCN.) para registrar una cavidad en el catastro los siguientes:

• Nombre: nombre de la cavidad • Provincia: Nombre de la provincia donde se localiza la cavidad. • Departamento o Partido: Nombre del departamento o partido provincial donde se localiza

la cavidad. • Descripción de la cavidad: Breve descripción de las características de la cavidad. • Coordenadas de la boca: coordenadas Geográficas (Latitud Sur y Longitud Oeste) y/o

Gauss Krüger y/o UTM. También mencionar el datum geodésico de referencia. • Altitud: en metros sobre el nivel del mar. • Desarrollo: proyección horizontal del cavernamiento en metros. • Desnivel: diferencia entre el punto más alto y mas bajo de la cavidad en metros. • Precisión: Grado de precisión según estándares BCRA/UIS. • Plano de la cavidad: Imagen del mapa de la cavidad. • Autor del registro original: Nombre del autor y/o asociación que presenta el registro y se

responsabiliza por la veracidad de la documentación presentada. • Datos Contacto: Dirección, e-mail, teléfono, etc. para contactar al autor del registro

original.

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Signos cartográficos (Unión Internacional de Espeleología)

Las principales cavidades argentinas La Comisión de Grandes Cavidades de la U.I.S. lleva el inventario de las cavernas más

extensas y las más profundas del mundo, destacándose el sistema Mammoth Cave (E·E:UU.) como la más extensa (560 Km de galerías). En Brasil hay cavernas de hasta 100 Km de desarrollo, en Cuba hay una caverna (Santo Tomás) con 76 Km de galerías. En cuanto a las “simas” o cavernas verticales, en el Viejo Mundo se han registrado las mayores, algunas con hasta 2.000 metros de profundidad.

En Argentina las dimensiones de las cavernas descubiertas al presente son más modestas, pero igualmente la F.A.d.E. publica periódicamente un listado de las principales cuevas del país.

Cavernas argentinas catastradas. Por desarrollo horizontal (en metros): Sistema Cuchillo Cura (Gendarme-Templo) (Neuquén) 3.432,86 Caverna de Las Brujas (Mendoza) 1.343,24 Caverna de La Liebre (San Juan) 1.225,00 Caverna del Arenal (Neuquén) 1.008,75 Caverna del León (Neuquén) 852,55 Caverna de Doña Otilia (Mendoza) 838,00 Caverna Sol Dentro (San Juan) 832,80 Caverna Miranda (Mendoza) 750,00 Caverna del Indio o La Cañada (San Juan) 668,23 Caverna Salado III (Neuquén) 577,00 Caverna Pichi Neuquén (Neuquén) 515,00 Gruta Deseada (San Juan) 410,00 Caverna Halada (La Pampa) 369,50 Caverna Hoyo Dolo (Mendoza) 360,00 Caverna San Agustín (Mendoza) 359,80 Caverna de Los Gatos (Neuquén) 357,79 Caverna Federación (Mendoza) 350,00 Caverna Zagal (Mendoza) 326,00 Caverna del Jagüel (Neuquén) 324,30 Caverna Piedras Grandes (Córdoba) 219,30

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Los mayores desniveles (en metros): Pozo de Las Ánimas (Mendoza) 130 (-130 ; +0) Caverna de Las Brujas (Mendoza) 68,49 (-38,38 ; +30,11) Caverna San Agustín (Mendoza) 67 (-39 ; +28) Caverna del León (Neuquén) 63,33 (-63,33 ; +0) Sima de Huitrín (Neuquén) 55 (-55,05 ; +0) Caverna Zagal (Mendoza) 55(-55 ; +0) Caverna Mercedes (Neuquén) 54 (-54 ; +0) Caverna de Los Gatos (Neuquén) 36,71 (-36,71 ; +0) Caverna Hoyo Dolo (Mendoza) 36 (-36 ; +0) Sima de La Laja (San Juan) 27 (-27 ; +0) Caverna de Piedras Grandes (Córdoba) 26,19 (-24,10 ; +2,09)

Fuente: Catastro Nacional de Cavidades, 2005. Federación Argentina de Espeleología 1 1 – Según datos espeleométricos publicados en cartografías por las siguientes asociaciones: FAdE (Federación Argentina de Espeleología), CAE (Centro Argentino de Espeleología), GEA (Grupo Espeleológico Argentino), GENEU (Grupo Espeleológico del Neuquén), INAE (Instituto Argentino de Investigaciones Espeleológicas), MENDIP (Mendip Caving Group, Inglaterra) y LISPEL (Liga Espeleológica de Lorena, Francia).

Explorando las cuevas

Usualmente sabemos de la existencia de una cueva por referencias de un poblador o por una cita bibliográfica. Pero muchas cuevas suelen descubrirse durante las tareas de exploración espeleológica.

Para descubrir nuevas cuevas el primer paso es estudiar los mapas topográficos y geológicos, en busca de algún accidente geográfico que proporcione una pista. Por ejemplo, ríos que de repente desaparecen (sumideros), manantiales (surgencias), pozos, dolinas, etc. Estos indicadores pueden coincidir con la existencia de túneles subterráneos por donde se sume o resurge el agua También debe observarse la existencia de rocas favorables a la ocurrencia de cavidades naturales y por supuesto, los topónimos que hagan referencia a cuevas.

Al hallar una oquedad se observa si ésta conduce a un espacio subterráneo penetrable por los exploradores, un indicador suelen ser las fuertes corrientes de viento que soplan en la entrada, desde el interior hacia el exterior o desde el exterior hacia el interior (según la temperatura exterior del momento).

Para establecer vinculaciones entre acuíferos superficiales y subterráneos se suelen arrojar colorantes fluorescentes a las corrientes de agua para poder seguir su camino bajo tierra. Una vez que se ha localizado un sistema de cuevas, su exploración corre a cuenta de los espeleólogos.

El primer trabajo del espeleólogo debe ser localizar geográficamente la cavidad para poder luego referirse a ella y catastrarla si no lo hubiera sido antes. Para ello debe determinar su ubicación en mapas topográficos, estimar distancias o preferentemente, determinar las coordenadas mediante un posicionador satelital (GPS). Es valioso hacer una monografía de localización de la cavidad para facilitar futuros trabajos en ella.

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El equipo de espeleología y la seguridad La espeleología puede resultar peligrosa si se practica sin medidas de seguridad; por ello,

los espeleólogos exploran siempre en grupos de más de tres personas pues si alguna de ellas sufriera un accidente, los restantes podrán dividirse para cuidar al accidentado y salir a buscar ayuda.

Es importante emplear equipo de espeleología adecuado y en buenas condiciones. Los espeleólogos deben a veces avanzar por galerías de poca altura (laminadores), escalar o descender pozos profundos.

Los espeleólogos deben familiarizarse con las técnicas y equipos más corrientes, llevando cuerdas resistentes y un completo material de escalada. Existen técnicas para ascender y descender por cuerdas utilizando fijaciones, equipo de escalada y arneses. También se pueden emplear escaleras enrollables de cables de acero y peldaños de duraluminio cuando los pozos no son muy profundos.

Escala de espeleología - Mosquetón con seguro - Descendedores

Casco de Espeleología

El casco en la espeleología es un elemento indispensable, puesto que además de funcionar

como soporte para una lámpara, brinda protección vital en caso de sufrir resbalones y pequeñas o grandes caídas. Su uso rigurosamente obligatorio y deberá estar sujeto a la barbilla.

Un espeleólogo debe contar siempre con dos fuentes de iluminación artificial, una de ellas para ser usada en emergencias solamente. Como medio de iluminación se utilizan lámparas eléctricas o de carburo. Las lámparas de carburo son hasta el presente las alternativas de iluminación más económicas y de mayor autonomía en exploración de cuevas. La fuente principal debe ir sujeta al casco de modo de dejar las manos libres.

La ropa debe ser gruesa y resistente (preferentemente un overol) como protección contra las rocas afiladas y las filtraciones de agua. En cuevas inundadas se hace indispensable vestimenta impermeable.

El calzado también debe ser adecuado, con suela adherente. En cuevas con agua suelen utilizarse botas de goma y borceguíes para las secas. En cuevas totalmente inundadas puede ser necesario valerse de un equipo de buceo, pero esta especialidad (espeleobuceo) está reservada a buzos altamente entrenados en estas técnicas.

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Espeleosocorro La espeleología es una de las pocas disciplinas técnico-científicas en organizar de manera

interna su propio equipo de rescate. La extracción de un herido de una cueva puede implicar grandes dificultades en razón de la

existencia de pasajes estrechos y las condiciones ambientales. A veces son necesarios muchos días de trabajo para trasladar una camilla superando los

obstáculos naturales que constituye la caverna. Los espeleólogos deben evaluar la gravedad de las heridas ante un accidentado y procurar

mantenerlo en las mejores condiciones posibles hasta que un médico pueda intervenir. Para su evacuación de la cueva se emplean técnicas de manipulación de camillas, polipastos. Es necesario contar con una adecuada organización y logística para realizar un rescate en caverna.

Camilla de rescate.

La conservación de las cavernas

En los últimos años el deterioro de los ambientes subterráneos y kársticos se ha incrementado en la Argentina y en el mundo.

En nuestro país, la mayoría de las cuevas se encuentran en su estado natural, pero muchas son frecuentadas por turistas en busca de aventuras con muy poco conocimiento del tema, por lo que es común observar la destrucción de espeleotemas (estalactitas, estalagmitas, etc.), el cúmulo de basura y desperdicios contaminantes, grabados y/o graffiti en paredes y techos. Los espeleólogos tampoco están exentos de ocasionar impactos negativos en las cuevas, especialmente cuando se trata de exploradores improvisados o no se toman las medidas necesarias para una práctica responsable y se toman muestras de estalactitas, remueven suelos o colectan fauna sin la dirección de profesionales especialistas. Si bien las asociaciones espeleológicas suelen tomar estos recaudos, existen agrupaciones menos formales o compuestas por aventureros que no tienen estas cosas en cuenta o las consideran un obstáculo para sus circunstanciales propósitos excursionistas. Una modalidad extendida en algunos países es el espeleismo, variante que toma de la espeleología sus técnicas de exploración pero las utiliza solamente con deporte o divertimento. Esta práctica suele estar ligada a ofertas de turismo aventura o ser desarrollada por personas que no suelen comprometerse con la conservación y estudio del medio cavernario. No es tan frecuente en nuestro país, pero en Europa, donde muchas expediciones persiguen lograr records, el abandono de residuos de carburo de calcio utilizado en las exploraciones espeleológicas para abastecer lámparas de carburo constituye una de las formas más frecuentes de contaminación en cuevas. El abandono de baterías y pilas es también uno de los mayores riesgos de contaminación ya que una sola pila puede contaminar con mercurio miles de litros de agua y este elemento esta presente en muchas cavidades naturales.

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Existe otra actividad humana que incide grandemente en nuestras cuevas: la minería. Varias cuevas de nuestro país presentan algún grado de alteración producto de la actividad minera. El alcance y gravedad del impacto depende del método minero aplicado y es diferente para las distintas fases (prospección, preparación, explotación, etc.). Existen distintos tipos de impacto: atmosférico, sónico y por vibraciones, sobre los suelos y su estabilidad, sobre las aguas superficiales y subterráneas, sobre la vegetación y la fauna, paisajístico, sobre valores culturales y sociales, etc.

Cantera de mármol que causó la destrucción

de una cueva en Sierras Bayas (Buenos Aires)

La actividad minera y la actividad turística, desarrolladas de un modo ambientalmente irresponsable, son los principales factores de riesgo de impacto para las cuevas.

El desconocimiento general que tanto las autoridades como la comunidad tienen del valor de las cavernas es el principal escollo para poder protegerlas y conservarlas. Muchos operadores turísticos, productores mineros y autoridades de aplicación de las leyes desconocen o minimizan el valor de estos ambientes. En muchos casos, dicha ignorancia habilita la destrucción de cuevas.

Esto ha potenciado como consecuencia un incremento de las conflictivas ambientales espeleológicas que por sus características de complejidad y etiología multicausal, demandan necesariamente un abordaje interdisciplinario y una búsqueda de estrategias socio-ambientales para la resolución de dichos conflictivas.

Esta realidad ambiental exige de los espeleólogos una participación activa, y es por ello que en su formación se considera la educación ambiental como eje para pensar y actuar de manera crítica, comprometida y responsable.

La Federación Argentina de Espeleología trabaja bajo esos lineamientos en su escuela de

espeleología, mientras lleva adelante gestiones ante las autoridades desde el plano administrativo y legal, promocionando la creación de Áreas Protegidas con participación de los espeleólogos en la capacitación de guías y en planes de manejo ambientalmente sostenibles.

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Turismo en cuevas sin infraestructura (Benito Juárez, Buenos Aires).

Actualmente las autoridades suspendieron las visitas masivas, controlan el acceso y financian estudios ambientales que procuran un plan de manejo efectuados

por espeleólogos junto a investigadores universitarios.

Legislación La inexistencia de políticas ambientales eficientes, el grado de corrupción en la

administración pública y la reticente aplicación de las leyes ambientales contribuye, en gran medida, a profundizar el deterioro.

Existe legislación ambiental que, de ser aplicada, evitaría estos daños en las cuevas. La misma Constitución Nacional en su Artículo 41 enuncia que las actividades productivas deben satisfacer las necesidades presentes sin comprometer a las generaciones futuras y agrega que las autoridades se comprometerán a este derecho, a la utilización racional de los recursos naturales, a la preservación del patrimonio natural y cultural, de la biodiversidad, y a la información y educación ambientales. La mayoría de las constituciones provinciales han agregado el derecho ambiental en sus textos. Cada provincia posee sus leyes ambientales y de protección del patrimonio natural y cultural, pero muchas no están reglamentadas, razón por la cual no se aplican debidamente.

La legislación espeleológica en Argentina es poca y se aplica de modo parcial o distorsionada. No hay una legislación nacional, pero sí leyes provinciales en Mendoza y Neuquén.

La Ley 5978/93 de la provincia de Mendoza declara que todas las cavernas forman parte del patrimonio de la provincia. Designa a la Dirección de Recursos Naturales Renovables (DRNR) de la Provincia para ser la autoridad de aplicación, y establece también las responsabilidades y atribuciones de la misma. Esta Ley, pese al tiempo transcurrido desde su sanción, aun no está reglamentada.

La Ley 2213/97 del Neuquén contiene normas proteccionistas específicas y capítulos dedicados a la promoción de las actividades espeleológicas en la Provincia. Se establece también la necesidad de estudios previos de impacto ambiental para las zonas kársticas que vayan a ser afectadas por actividades turísticas o mineras, entre otras disposiciones de importancia. Esta ley tampoco está reglamentada.

Los problemas específicos del proteccionismo en cavernas La conservación y protección de las cavidades naturales requiere de conocimientos

profundos de la espeleología y de sus problemáticas científicas. Así como en las cavernas se forman minerales “endémicos”, también constituyen el hábitat de especies endémicas.

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Para los organismos cavernícolas, el medio es limitado espacialmente y estable climáticamente; las poblaciones suelen ser escasas y la reproducción limitada; la vida es larga; las cadenas tróficas son simples. Son organismos super-especializados. Cualquier alteración mínima puede destruir un eslabón de una cadena trófica y, con ello, a toda la cadena misma. Ello pone en riesgo la existencia misma de algunas especies.

El exceso de luz dentro de las cavernas (por ejemplo en las adaptaciones de cavernas al turismo) puede provocar un “día” artificial, letal para organismos adaptados a la oscuridad permanente, a la ausencia de alternancia día.-noche. Los animales cavernícolas han perdido, en general, la capacidad de retener humedad, por lo que dependen de la humedad ambiental, que no puede ni debe modificarse. Por su parte, el más mínimo aumento de la temperatura ambiente provoca, en los cavernícolas, un aumento del metabolismo, o sea una mayor demanda de alimento; pero al ser éste escaso en el medio hipogeo, ello provoca una descompensación que puede llevar a la muerte a esas especies únicas.

Ello obliga a pensar seriamente todo proyecto de habilitación de cavernas al turismo, porque sin estudio previo de impacto ambiental podríamos estar destruyendo formas únicas de vida, desconocidas en la superficie. Incluso a menudo las autoridades han creído oportuno enrejar cavidades para evitar el ingreso de intrusos, pero con ello no solucionan ningún problema, provocando otros: las rejas pueden impedir el ingreso de animales que depositan en las cavernas el guano que sirve de alimento a algunas especies, dañando así el equilibrio de las cadenas tróficas.

Desde el punto de vista mineralógico, los espeleotemas guardan en sí mucha información sobre el pasado climático y ambiental de la tierra. Las estalactitas y estalagmitas guardan también información sobre paleomagnetismo terrestre. Su extracción indebida para tener un “recuerdo” puede significar la destrucción de testimonios únicos sobre el pasado geológico.

Estas cuestiones y otras conexas son las que se están teniendo cada vez más en cuenta para pensar en la habilitación de cavernas el turismo, y hay una rama de la espeleología, el espeleoturismo, que estudia pautas concretas al respecto.

El Espeleoturismo A lo largo del tiempo la relación entre las actividades del hombre y el ambiente no ha sido

armónica, y el turismo a pesar de encontrar en este sistema uno de sus más claros atractivos, tampoco se mantuvo al margen en la generación de problemas ambientales.

El PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente) señala que el principio básico apoyado por aquellos que buscan un equilibrio entre el turismo y el medio ambiente es que el tipo y escala del desarrollo de las actividades turísticas se relacionen con la capacidad de sustentación de los recursos existentes. El turismo en cavernas debe encuadrarse en este principio. Por las características de fragilidad propias del ambiente cavernario, el espeleoturismo requiere una planificación y cuidado extremo para no causar impactos ambientales altamente negativos.

Impacto ambiental del turismo. Son muchas las clasificaciones que se pueden realizar con relación al impacto que el

turismo tiene sobre el ambiente, pero todas ellas han respondido sin duda a la gestión ineficaz de esta actividad que llevó la externalización de impactos negativos sobre el ambiente, y al uso abusivo de los recursos naturales y culturales sobre los que se apoyó. Esto significó la pérdida de calidad de los atractivos, por lo que la ausencia de una racionalidad ambiental termina afectando al propio turismo (Fernández G., 2004).

Las cuevas de Lascaux en Francia, por ejemplo, han tenido que ser cerradas al público. Sus pinturas se deterioraban a causa del aliento de miles de turistas que visitan el lugar. Cerca de las cuevas se han construido otras artificiales, idénticas a las originales, donde se han reproducido tridimensionalmente las pinturas rupestres.

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Algunas personas confunden que "hacer turismo" es solo cuestión de promoción y no de planificación. La primera de estas es solo una parte y el último paso de una labor más compleja y profunda que hace del recurso un importante atractivo. Esto significa necesariamente, contemplar y evaluar la capacidad de carga y el umbral de tolerancia que tiene una caverna y su entorno analizando el impacto positivo o negativo que puede significar el turismo en determinados sitios.

Por ello, debe contemplarse la problemática de la conservación, teniendo como premisa que si se quiere un turismo a perpetuidad, debe velarse por una utilización sustentable del patrimonio, esto es, lograr también la tutela y la conservación a perpetuidad. Con esto no solo contribuimos a conservar un recurso importante para el turismo, sino por que además cumplimos el deber ético y moral de entregar a las generaciones futuras ese patrimonio que hemos heredado para que lo disfruten de la misma manera que hoy lo hacemos nosotros (Gómez R., 2004).

Cueva de Las Maravillas. República Dominicana. Cueva adaptada para el turismo con un fuerte impacto

ambiental negativo. Las obras no fueron precedidas de un estudio de impacto ambiental.

¿Que es la F.A.d.E.? La Federación Argentina de Espeleología (F.A.d.E.) se constituyó en el año 2000 con el

apoyo de la mayoría de las asociaciones civiles de espeleología existentes en Argentina. La F.A.d.E. es una asociación civil de segundo grado sin fines de lucro y reúne a asociaciones y personas interesadas en el estudio y conservación de los ambientes subterráneos.

La sede legal está en Malargüe, Mendoza. Sus objetivos estatutarios son: promover el desarrollo de la espeleología en todo el país; propiciar la ejecución de proyectos espeleológicos, formar una red de bibliotecas y centros de documentación, avanzar en proyectos de capacitación y crear una Escuela de Espeleología, defender los derechos de los espeleólogos argentinos y optimizar el estudio y protección del patrimonio espeleológico del país.

La F.A.d.E. está dirigida por un Consejo Directivo elegido por una Asamblea de Socios. Su estructura interna se organiza en grupos de trabajo integrados por socios y colaboradores.

Edita un boletín electrónico cuatrimestral de suscripción gratuita que se llama ARGENTINA SUBTERRÁNEA y organiza cada cuatro años los congresos de esta especialidad en la Argentina.

Datos de la Federación Argentina de Espeleología: Personería Jurídica Res. DPJ-MZA 750/2001 / CUIT N° 30-70745522-1 Sede Legal: Tomasa de San Martín 752 (5613) Malargüe, Mendoza, Argentina. Tel: +54-2627-470728, Fax: +54-2627-470455 E-mail: [email protected] ó [email protected] Sitio Web: www.pettersen.com.ar/fade

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