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Editorial

Huelga y Sindicatos

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SUMARIO

3 EditorialMario Melgosa

5 Encuentros familiaresEnrique Ordiales

8 El otro lado de la mujerClemente Sobrado

10 La gente es buenaJ. Sáenz de Buruaga

12 No hace falta gritar...Esther Marín

14 Pasar el balón

15 Recuperar paisajes

16 La calma chicha ya no valeSanxao

17 El mejor negocio, hacer parejaMario Melgosa

21 ¿Y los de cerca?Jesús Prieto

22 AtalantaGema Sáez

24 Viñetas pasionistasZenón Urigüen

25 ¿Con qué te quedas?Mari Jose Laña

26 Para que me dejes en pazPedro Mª Zalbide

28 Nuestros maestros

30 GaliciaRosendo Díaz

32 EuskeraTxema Arzalluz

33 Martzel Andrinua

34 Virutas

s más fácil gritar justicia que practicarla; gri-társela como un deber a los demás, que res-

petársela al otro como un derecho. Los viejos,después de haber visto muchas cosas, decían: “di-me de qué alardeas y te diré de qué careces”.

No seré yo quien esté contra el derecho a lahuelga como último recurso en el diálogo social,aun con las molestias ciudadanas a sufrir; pero noa cualquier coste. Por una convicción personal,que no todos comparten, niego el empleo de la in-justicia, llámese mentira (informaciones parcialeso medias mentiras), utilización de la violencia,chantajes o sabotajes de terroristas.

Sin juSticia Se impone la ley del máS fuerte

La lógica en este caso nos lleva a pensar en me-dios y estrategias de fuerza; los destrozos serán“daños colaterales”, como ocurre con las guerras yel terrorismo: “daños colaterales” de una huelgasalvaje o del capitalismo salvaje.

Uno puede ir de fuerte (o de matón) por la vi-da con dinero, con pistolas o con una cuadrilla degolfos. Mientras cometemos atrocidades, habla-mos de justicia como quien se lava los dientes, co-mo quien se cambia de camisa y se perfuma parasalir de señores a la calle. La ética y la justicia per-tenecen entre esta gente al departamento de ima-gen en orden a obtener resultados.

Si lo que se pide son los resultados, ¿a quétanto escándalo cuando salta la tapa del pucheroy se esparce ese olor a pucherazo? Mientras losdiscursos de la imagen nos visten de justicia y deética, los resultados empujan y condescienden se-cretamente con otras irregularidades. Interesamás blindar el puchero, que evitar los vergonzososnegocios que se cuecen. Estos artistas –salvo lasestrellas del futbol- son los que milagrosamente sehacen ricos en cuatro días, muy ricos. Por ”gracia”

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Mario Melgosa

Editorial

7 de la justicia (que no es tanta con el poderoso) hay bas-tantes pájaros que en sus alturas disfrutan de sus rapi-ñas. A decir verdad, no nos interesa mucho practicar laética, y secretamente echamos fuera a quien nos la re-cuerda. Ya san Agustín, en su obra “De Civitate Dei”, de-cía: “Un Estado que no se rigiera por la justicia se reduci-ría a una banda de ladrones”.

No seré yo quien esté contra los sindicatos; pero síquien pida una autocrítica para limpiarlos de los “chupo-nes” y demás parásitos vividores del árbol sindical. Y lodigo en favor de los obreros. A favor del sindicalismo, medescubro ante tantos compañeros mártires de la luchaobrera. Me llega la rabia, cuando ya no es una lucha porla justicia, sino por intereses particulares más próximos alegoísmo, que a la solidaridad obrera.

Por la amplitud de horizontes que abre al sindicalismocito la encíclica “Cáritas in Veritate” de Benedicto XVI:

“Las organizaciones sindicales están llamadas a hacerse cargode los nuevos problemas de nuestra sociedad, superando las li-mitaciones propias de los sindicatos de clase..... El contexto glo-bal en el que se desarrolla el trabajo requiere que las organiza-ciones sindicales nacionales, ceñidas sobre todo a la defensa delos intereses de sus afiliados, vuelvan su mirada también hacialos no afiliados y, en particular, hacia los trabajadores de los paí-ses en vías de desarrollo, donde tantas veces se violan los dere-chos sociales. La defensa de estos trabajadores, promovida tam-bién mediante iniciativas apropiadas en favor de los países deorigen, permitirá a las organizaciones sindicales poner de relievelas auténticas razones éticas y culturales que las han consentidoser, en contextos sociales y laborales diversos, un factor decisivopara el desarrollo. Sigue siendo válida la tradicional enseñanzade la Iglesia, que propone la distinción de papeles y funciones en-tre sindicato y política. Esta distinción permitirá a las organizacio-nes sindicales encontrar en la sociedad civil el ámbito más ade-cuado para su necesaria actuación en defensa y promoción delmundo del trabajo, sobre todo en favor de los trabajadores explo-tados y no representados, cuya amarga condición pasa desaper-cibida tantas veces ante los ojos distraídos de la sociedad”(64)

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Enrique Ordiales

encuentros familiares

uiero comenzar el artículo de estemes con estos versos de Gabriel yGalán, inicio de su poema “El Ama”.

En ellos se recoge la idea esencial de lafamilia tradicional, la que, los de mi edad,hemos conocido y recibido de nuestrospadres y abuelos. A nosotros precisamen-te nos ha tocado el cambio, para el que,inconscientemente o no, hemos contribui-do. Mi generación, la de las postguerras(Civil Española y Segunda Mundial), he-mos abandonado muchos valores tradicio-nales y, a trancas y barrancas, mantenido,creo, lo esencial.

El primer cambio ha sido el del nú-mero de hijos: hemos pasado de una me-dia de entre seis y siete hermanos, a unade entre uno y dos. Cambio radical, que

nos ha dado acceso a un mayor nivel devida, más desahogado y con muchas me-nos preocupaciones que nuestros padres,pero que ha empobrecido drásticamentenuestras relaciones humanas y sociales.

Nuestros hijos han tenido de todo… me-nos hermanos con los que iniciarse enuna vida de intercambios sociales. Ni latelevisión primero ni el ordenador o laPlayStation, luego, han sido agentes so-cializadores.

Todo lo contrario, han conseguido aislar anuestros menores, consiguiendo más bienindividuos que personas. La escuela, porsu parte, sigue cumpliendo una funciónsocializadora, pero sin la emotividad nece-saria para equilibrar la agresividad de lapura competencia. Por este motivo, mu-chos colegios religiosos han tenido quesuprimir aquellos honores con los que sepremiaba a los mejores estudiantes, por-que los que no son tan buenos van su-mando fracasos y derrotas, sin que en suscasas encuentren la compensación afecti-va que equilibre su autoestima.

“Yo aprendí en el hogaren que se funda la dicha más perfecta,y para hacerla mía,quise yo ser como mi padre era,y busqué una mujer como mi madre,entre las hijas de mi hidalga tierra”

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Sea como fuere, la gran familia tradi-cional prácticamente ha desaparecido,bien por el proceso de industrialización yurbanización, bien por la pérdida o supe-ración de los elementos culturales, filosófi-cos y religiosos que mantenían el antiguorégimen. A pesar de todo, creo que mi ge-neración ha mantenido al menos una fa-milia nuclear centrada en el matrimonio ylos hijos, en muchos casos el único hijo.La siguiente generación, la de nuestros hi-jos, está sufriendo, o quizás protagonizan-do, un proceso de descomposición fami-liar: ruptura del vínculo matrimonial,familias monoparentales, matrimonios delmismo sexo, hijos dispersos, etc.

Pero no era el motivo de este artículo unadisertación sobre la familia, sino compartircon vosotros, posibles lectores, una expe-riencia familiar que a mí me ha resultadomuy positiva y muy grata: un primer en-cuentro familiar entre hermanos, que al fi-nal nos ha reunido nada menos que a cin-co generaciones de Ordiales. Os lo cuentopara que, los que podáis, intentéis rehacerlos lazos familiares, que el tiempo y las cir-cunstancias van debilitando.

Nosotros somos ocho hermanos origina-rios de Extremadura. Recuerdo una infan-cia feliz, en el “nido” familiar, los paseos olas salidas al campo con nuestros padres,las misas familiares de los domingos y fes-tivos, los rosarios diarios, las SemanasSantas y, sobre todo, las Navidades… Latemprana muerte de nuestro padre privó alos tres o cuatro últimos de estas gozosasexperiencias, tan necesarias para consoli-dar las diferentes personalidades.

También nos dispersó durante untiempo: dos de los pequeños se fueron avivir con diferentes tíos sin hijos; y dos delos mayores nos pusimos a trabajar, yocon 16 años, en diferentes ciudades deEspaña. Luego los matrimonios y los ava-tares de la vida nos fueron dispersandopor España y América, por lo que era muydifícil que coincidiésemos todos en algúnevento familiar, incluso en las bodas de lossucesivos hermanos y, luego, sobrinos. Laúltima vez que estuvimos juntos fue hace22 años, con motivo del fallecimiento denuestra madre.

Este año, el hermano mayor que viveen Argentina, vino unos días de vacacio-nes a España, y se me ocurrió tantear alresto, para ver si era posible un encuentroentre todos. No fue fácil, pues sólo estabaaquí cuatro días, todos laborables, y loscuatro “menores” aún trabajan. Al final fueposible y con sorpresa, pues los siete pri-mos que aún tenemos por parte de padrequisieron unirse a la fiesta. Nos unía conellos una infancia común en Cáceres, y al-gunas vacaciones pasadas, unas vecescon unos y otras con otros, en la casa delos abuelos.

Sólo tuvimos un día común que, porcasualidad fue el 23 de abril, día de SanJorge, patrono de Cáceres. El día fue es-pléndido. La ciudad estaba llena de visi-tantes, cacereños que en los años 50 tu-vieron que emigrar a Madrid o Barcelona ytodos los años, por San Jorge, vuelven pa-ra renovar sus lazos familiares. Lo llamanel día de los emigrantes y se festeja por to-dos los barrios de la ciudad.

Recorrimos juntos el centro histórico

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de la ciudadantigua, re-c o r d a n d oanécdotas de nuestra niñez, visitando lacasa de nuestros abuelos, aquella en lasque nacieron nuestros respectivos padres,compartiendo recuerdos y aprendiendocosas nuevas de ellos.

Al mediodía nos juntamos todos paracomer. Éramos unos 50 de, como he di-cho, cinco generaciones: de la generaciónde mis padres sólo nos queda una primade ellos, de 102 años, con dificultades pa-ra hablar, pero con la cabeza despejada.Fue ella la que nos dio muchos detallesnuevos de los abuelos y bisabuelos. Elmayor de los primos cumplía al día si-guiente 77 años, y vino acompañado desus seis hijos y nueras, algunos nietos yhasta un bisnieto de pocos meses. Brinda-mos, comimos, bebimos y volvimos a brin-dar, deseándonos unos a otros lo mejor.Pero no conseguimos apurar la copa delamor: mientras más dabas, más recibías,y nuestros corazones estaban rebosantesde felicidad y de buenos sentimientos.

Yo recorrí con la vista, uno a uno, atoda la familia, disimulando mis sentimien-tos tras el ocular de la cámara de fotos,deteniéndome en cada uno de ellos, des-cubriendo rostros nuevos, pensando quenuestra felicidad era compartida por losabuelos y los padres. Ninguno era idénticoa otro, y todos teníamos algo en común,que nos une indisolublemente, aunquenos separasen varias generaciones.

Cenamos juntos, pero ya sólo loshermanos, sobrinos y algunos primos. Losmás jóvenes se fueron de juerga toda la

noche, porlo que pro-gramamos

la última despedida para el día siguiente amedia mañana. Ese día era sábado. Re-cordé cómo nuestros padres nos llevabanmuchos sábados por la tarde, durante elbuen tiempo, a la ermita de la Virgen de laMontaña, patrona de Cáceres, para hacerla “sabatina”. Por eso me levanté tempra-no y volví a recorrer los dos o tres km. deempinada cuesta, que lleva a la ermita.¡Cuántos recuerdos nublaban mi vista!Por el camino, me aparté un poco para de-jar pasar a un coche. Era mi hermana lamayor, que me invitó a subir, pero yo deci-dí seguir andando. Luego fue el hermanopequeño, hasta que decidí apartarme dela carretera y coger el antiguo atajo, estre-cho y empinado.

Cuando llegué arriba estaban losotros siete esperándome. No habíamosquedado, pero cada uno, creyente o no,habíamos pensado lo mismo… El recuer-do de los padres nos había conducido a laMadre común… No sé si tendremos opor-tunidad de repetirlo, sólo sé que, algúndía, el Padre de todos nos volverá a reu-nir, sin prisas, cada uno a su tiempo, en suabrazo definitivo.

Termino con otros versos de Gabriel yGalán, de uno de sus poemas a la Virgende la Montaña, que resumen el último en-cuentro de esa mañana:

El que aquella cuesta subecon angustias de sediento,baja rico de frescurasel ardiente corazón.

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el otro lado de la mujerel otro lado de la mujer

Cuerpo y alma

La mujer tiene un alma y espíritu muy finoque, con frecuencia, los hombres ni nosdamos cuenta. Por eso también es mássensible a los valores espirituales. Es mu-cho más fina en sus sentimientos. Ve loque los hombres no vemos. Siente lo quelos hombres no sentimos. Y percibe lossentimientos de los demás que los hom-bres no percibimos.

Sería una mentira decir que la mujeres espiritual y el hombre material. A la mu-jer no podemos destruirla dividiéndola.También ella es cuerpo y es alma. Es ma-teria y es espíritu.

otra sensibilidad

A poco que miremos a la realidad pudié-ramos decir que la fe y los valores delEvangelio, y el mismo Dios han pasado ala historia más a través de la sensibilidadfemenina que de la actividad masculina.Sólo ella tiene ese tino para ir sembrandoen el corazón del niño la experiencia de

Dios. Y sólo una mujer fue capaz dearriesgarse a decir sí a Dios en el misteriode la encarnación.

Estoy pensando en esas mujeres, ma-dres solteras, abandonadas de todos, quesiguen adelante solas con su maternidadpese a las críticas, incluso con la indife-rencia de su familia, y a todas las invita-ciones y facilidades a liberarse de su hijo.Mientras “el otro” se lava las manos, comoquien dice “yo no fui”, ellas dan cara a lavida y al futuro incierto y difícil.

Sólo la mujer es capaz de correr elriesgo de una maternidad que na-die quiere entender. Y ella dice“sí”. No por irracionalidad, sinopor la racionalidad del amor delcorazón. Porque también el cora-zón tiene razones que la mente nosiempre entiende.

Un mundo sin rostro femenino sería unmundo sin alma. Una Iglesia sin el rostrofemenino sería una Iglesia demasiado fríay calculadora y legalista. Una familia sin el

odas las cosas tienen el anverso yel reverso. También la mujer. Lo quevemos de la mujer y lo que no ve-

mos de la mujer. Posiblemente conozca-mos más lo que vemos que lo que no ve-mos de ella. Corremos el peligro dequedarnos en su exterior y perdamos la ri-queza de lo interior.

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Clemente Sobrado - Lima

rostro de la madre es una familia a la quele falta el calor. El alma de la mujer lo abar-ca todo. El alma femenina lo penetra todoy le da vida a todo. Durante siglos hemosvisto a Dios como “Padre” y lo es. La sen-sibilidad moderna está logrando devolver-le a Dios el rostro femenino. Porque siDios necesitó de una mujer madre paraengendrar a su Hijo, Dios también necesi-ta de la mujer para revelar su rostro ma-ternal y femenino.

la evangelizaCión

A la mujer le pedimos mucho. A veces de-masiado. Que trabaje, sea una esposaamante, una madre sonriente y, con fre-cuencia maravillosa cocinera, lavandera,planchadora y preocupada de armar lon-cheras. También le pedimos que sea ellala responsable de la evangelización de loshijos. Los hombres hemos aprendido a de-legar muchas cosas en ellas. Entre tantasotras la de ser la retransmisora de la fe. Ynos olvidamos de que la fe tiene que seruna “vida”. Y no existe vida sin ambos ele-mentos: el masculino y el femenino.

Responsable de la evangelización,pero eso sí, como madre, en casa. Y aúnno le hemos reconocido su verdadero lu-gar en la Iglesia como responsable de pla-nificar, organizar, actuar y asumir respon-sabilidades. Se lo estamos dando a“puchitos”. Nos cuesta aceptarla de mane-ra integral, en los puestos de decisión. Aúnrecuerdo aquellos tiempos en los que unode sus oficios en la Iglesia era lavar los pu-rificadores para la misa. Pero, claro, pri-mero éramos nosotros los hombres losque teníamos que pasarlos por agua.

La mujer ha dado muestras de res-ponsabilidad allí donde ha encontrado unespacio o un resquicio. Existe demasiadomiedo a que ocupe un lugar de centrali-dad. No se trata de excluir ahora a loshombres para darles lugar a las mujeres.Creo que en el mundo y en la Iglesia hayespacio y tarea para todos. Recuerdo algoque leí hace poco. Una niña que acompa-ñaba a su mamá a la misa le preguntó:“Mami, ¿por qué sólo se ven hombres enel altar? Hija, las mujeres tenemos prohi-bido ser sacerdotes. Ah, ¿sí? ¿Entoncespara qué venimos aquí?”.

a pesar de todo siguen ahí

Joan Chittister comentando algo de estohace unas afirmaciones que definen laconstancia, el valor y la lucha interna delas mujeres por lograr su verdadero lugaren la Iglesia: “Persevero en la Iglesia por-que, aunque las luces se han apagado enpartes de la casa, sé que es mi casa. Cai-go en la cuenta ahora, con intensa indig-nación, lo sexista que es realmente la Igle-sia pese a sus declaraciones de fe enJesús y de amor a la mujer. Pero caigotambién en la cuenta de que es la familiaen la que he crecido”. Y concluye: “Una fa-milia, sólo por ser disfuncional, como lo esésta, no deja de ser una familia”. ¿Aguan-taríamos tanto los hombres si la Iglesiafuese feminista y no tan machista?

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ACudo a la historia, a los hechos decada día, para decirme que la gente esbuena. A veces la bondad saltará a la vis-ta; otras, necesitaremos el microscopio ylimpiarnos el corazón para descubrirla.Creo que no somos justos cuando deci-mos de alguien que es una mala persona;estaríamos más cerca de la verdad si dijé-ramos de ella que no le queda nada bue-no, y aún así, exageraríamos. Algo buenole quedará, aunque sea un poseído porsiete demonios. La Biblia, tan fulminante aveces para exterminar a los malvados, es-tá de mi parte. Todo hombre, uno a uno,originariamente es bueno.

Con esta convicción y con la visión delmundo a cuestas, me acerqué una tardeal acantilado. La soledad, el mar, el ampliohorizonte al frente, daban forma y rostro ala bondad. Recuerdo el rostro de una an-ciana: cuánto amor ha generado ese cuer-

po, ajado ya, por tantos días y trabajos.Recuerdo los rostros de la gente que llenael metro camino del trabajo o de regreso asus casas: cuántas acciones buenas deatención a la gente o de cansancio por ga-narse un salario para su familia. Tambiénen los escolares rebeldes en las aulas omasificados y enganchados por el botellónel fin semana y tan manipulados por la so-ciedad duerme mucha bondad que los ma-yores debiéramos despertar.

Todo ser humano, por deshumaniza-do que esté, tiene en su haber, de una for-ma u otra, gestos de bondad. Si la fuenteofrece siquiera un hilo de agua, puedopensar que está cegada y que más cercao más lejos hay una corriente de agua.

Si miro a los trabajos ordinarios de lagente, de los científicos, de los ingenieros,de los arquitectos, de los mecánicos, delos médicos, de los filósofos... cuánta viday cuánto bien han generado y entregado ala humanidad. El hombre es fuente debien, y creo que podría suprimir o rebajarlas nueve décimas partes del sufrimientoque destroza a la humanidad.

Ya sé también la otra parte, la de la cruel-dad del hombre contra el hombre, hastadestruirlo. La del egoísmo y el orgullo quegenera ese marasmo que pudre todo loque toca; pero de esto se habla más, de-masiado, y a veces demasiado mal, hastaimpedirnos ver el bien o dejar de creer enla bondad. La bondad necesita ser con-

La gente es buenaContemplación de la bondad

Está demasiado presente y vivala historia de Caín y Abel, y cadageneración la reedita a su manera.Demasiado trágica y sangrante pa-ra que pueda seguir creyendo quela gente es buena. Con todo, nome avengo a creer que el hombrees un “lobo para el hombre”. Lamaldad es un accidente, como elgusano que se apodera de una fru-ta y termina con ella.

J. Sáenz de Buruaga

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templada para estimularnos a generarla.La bondad necesita más publicidad.

aprender a mirar a los demás. Pienso en lagozosa tarea de liberar el manantial de labondad que el Creador nos ha dejado acada ser humano, como fuente de la pro-pia felicidad y paz interior. Cada gesto debondad añade un tanto más a nuestrodesarrollo humano. A veces esa fuente es-tá sepultada entre los escombros que elegoísmo, el orgullo, la envidia, la comodi-dad, nos generan cada día.

Dejo el tema abierto para que cada unopasee su mirada por los espacios en queordinariamente se mueve, y descubra losrostros de la bondad en los rostros de lagente. Se maravillaría de tanta bondad,desde el atento conductor del autobús quele ha indicado su destino, hasta la chica dela ventanilla que le ha respondido amable-mente a sus preguntas.

La bondad nos ayuda a vivir y a hacerla vida un poco más amable para todos.

No apunto aquí a esas grandezas de lacaridad, a veces heroicas, de gentes quededican su vida entera a los marginados.Me fijo en la bondad de la mayoría de lagente en un día cualquiera, en un pueblocualquiera.

Qué débil es la espiga y qué peque-ño el grano de trigo, pero son mi-llones los que llenan los silos y ali-mentan a la humanidad.

Si alguien quiere ser feliz y hacer felices alos demás, si alguien aún mantiene la sen-sibilidad por la fraternidad universal, siquiere ir llenando de sentido su propia vi-da y recuperar la alegría de vivir, yo le in-vito a ejercitarse en la bondad: primero, adescubrirla, y luego o al mismo tiempo, apracticarla.

En cualquier lugar, y a cada hora, pode-mos ver que está brotando la bondad enese abuelo que recoge a los nietos a la sa-lida de la escuela; en esa madre, dándolela merienda a su hijo en el parque; en esemédico que escucha y atiende a un pa-ciente; en esos chicos de la Cruz Roja; enesa mujer de la limpieza que se levanta alas 5 para aliviar la escasa economía fa-miliar; en esa jubilada de corta pensiónque separa unos euros para Cáritas; enesa vecina que acompaña a una enfermao anciana sola; en ese chaval que com-parte sus cosas con sus hermanos…

Creo que para descubrir la bondadsólo se requiere cambiar la dirección de lamirada, dejar de mirarse a sí mismo y

El bien, en primer lugar, humanizaa quienes lo practican. Es comoesa acequia que ofrece su agua yda vida a las huertas. Todos la ben-dicen. A la inversa, el mal le vacreciendo y deshumanizando enprimer lugar a quien lo hace, y escomo un desagüe de tóxicos, por-tador de muerte.

reo que todos hemos tenido en algunaocasión una experiencia de comunica-ción, diálogo o conversación -lo pode-

mos llamar de muchas formas- donde hasido imposible entendernos con la otrapersona, a pesar de estar hablando el mis-mo idioma. A menudo este tipo de situa-ciones terminan a gritos, como si diéramospor hecho que, gritando, la razón está denuestra parte, y que el otro al fin recono-cerá nuestra superioridad. En el trabajo,en la familia, en el supermercado o con losamigos la mayoría de las diferencias deopinión las resolvemos a gritos. Los segui-dores de las tertulias y debates televisivos,habréis visto que en pocas ocasiones losdiálogos son calmados y respetuosos conlas opiniones de los demás.

A menudo nos convertimos en adivinosde lo que los demás están pensando, loque quieren decir y lo que están sintiendo.Y nada más lejos de la realidad; nadiepuede saber lo que otro piensa o siente, si

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no haCe faLta gritar para que te no haCe faLta gritar para que te

esa persona no nos lo dice. Nuestra ten-dencia a presuponer nos lleva muchas ve-ces a un callejón sin salida. Cada vez quejugamos a adivinos estamos buscando ar-gumentos en favor de nuestra opinión,queremos demostrar nuestro poder ynuestra superioridad.

Resulta difícil entenderse con losotros porque todos somos diferentes y va-riables, y a la vez somos iguales. Las per-sonas estamos en continuo cambio, lasexperiencias de la vida diaria nos hacenevolucionar. Lo que ayer veíamos comoblanco hoy lo podemos ver como negro.Para que nuestras relaciones personalessean satisfactorias tendremos que centrar-las en el aquí y ahora, en el presente.

A veces no nos entendemos, porqueestamos en momentos diferentes: los rit-mos, la intensidad y latencia de nuestrasemociones son distintos para cada uno denosotros. Es importante entender y respe-tar nuestros tiempos y estilos afectivos pa-ra conseguir una comunicación productiva.

Todos tenemos en nuestras mochilasexperiencias de desencuentros con otraspersonas. Los desacuerdos y los desen-cuentros son normales en las relaciones,no hay por qué evitarlos, no somos clonesunos de otros, y por tanto no tenemos quepensar y sentir todos lo mismo en las mis-mas circunstancias. Muchas personas sonpartidarias de los finales del cuento “fue-ron felices y comieron perdices”, pero notodos somos felices de la misma forma nia todos nos gustan las perdices.

C

Tendremos en cuenta que la mismarealidad es percibida de diferentemanera por cada uno de nosotros,pues cada uno tenemos una formadistinta de entenderla, fruto de nues-tras experiencias, de cómo las inter-pretamos y de los distintos senti-mientos que nos generan. Nuncavamos a conseguir el entendimientoperfecto con otra persona, pues par-timos de creencias, aprendizajes,expectativas, vivencias, principios yvalores diferentes.

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Esther Marí[email protected]

eSCuChen eSCuChen

No nos resulta fácil pedir lo que queremosrespetando los sentimientos de la otra per-sona. Es muy habitual que para expresarlo que necesitamos, pensamos o sentimosrecurramos a humillar o someter al otro.También es muy frecuente el comporta-miento pasivo que ignora los propios de-seos y necesidades para permitir que losdemás le impongan los suyos. Este com-portamiento crea en la persona agresivi-dad hacia sí misma y hacia los demás y, ala larga, hará que nuestra autoestima aca-be por los suelos y perdamos el respetopor nosotros mismos.

En el punto medio estarían aquellaspersonas que en las relaciones con los de-más evitan ataques personales, mantie-nen su atención en el problema actual, ac-túan sinceramente, centran su atención enlos puntos de consenso y desde ese con-senso buscan la base para enfrentar lascuestiones en las que hay diferencias, queadoptan posturas flexibles donde no tieneque haber un ganador y un perdedor, quebuscan soluciones y no culpables.

Para que nuestra relación con losotros sea saludable tenemos que empezara sustituir el TÚ por el YO. Podríamos em-pezar mostrándonos en primera persona:yo pienso, yo siento, yo necesito; estoy en-

fadado por.... pienso esto por..... necesitoque hagas esto por.... Seguiremos descri-biendo aquella conducta de la otra per-sona que nos ha llevado a la situaciónactual, y para finalizar diremos lo quedeseamos que cambie y por qué necesita-mos ese cambio.

Beneficios para nosotros si hablamos enprimera persona:. Asumimos la responsabilidad de nues-tros pensamientos, sentimientos, deseos ynecesidades.. No culpamos a nadie de una situación oconflicto.. Aprendemos a decir al otro lo que real-mente pensamos, sentimos, deseamos onecesitamos.. Disminuimos la posibilidad de ser malin-terpretados.. Nos sentimos mejor al expresar senti-mientos, deseos y necesidades.. Nuestras relaciones mejoran.. Aumenta nuestra confianza y mejoranuestra autoestima.. Evitamos reacciones emocionales.

Lo que nos dicen es problema de la per-sona que lo dice; nuestro problema es quéhacemos con lo que nos han dicho. Nonos hacen enfadar, ¡nos enfadamos no-sotros!

Con bastante frecuencia nuestrosdesacuerdos están originados pornuestro miedo a correr riesgos: tene-mos miedo a hablar sinceramente denuestros deseos, sentimientos y ne-cesidades.

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Ya han quedado un poco atráslos festejos del MuNDiAL: ¡Campeo-nes del mundo! ¡Gloria mundial!

No tuvimos que esperar a quesociólogos y psicólogos nos sirvie-ran sus sesudos estudios sobre eléxito de La Selección y el clima deexaltación nacional. Me refiero alespectador que, “in situ” y a “tiemporeal” ante lo que estaba viendo en lapantalla, hacía su sabia reflexión:buen juego, buena preparación,buena coordinación, esfuerzo, disci-plina, moral de equipo… Y, aunqueal gol se le pusiera nombre “Iniesta”,el triunfo fue fruto del equipo y decada uno, de muchas virtudes y va-lores, de coordinación, de saber ce-der y pasar el balón y ponérselo alos pies de otro, de saber estar ymoverse, de quedarse en el banqui-llo y de retirarse y salir al campo, ca-da uno en el papel asignado.

Traigo aquí una reflexión que ya en1985 hacía el cardenal Ratzinger,hoy Benedicto XVi. Primero, con-templación de la realidad y descubri-miento de algo radicalmente huma-no: “Con su periodicidad de cuatroaños, el Campeonato Mundial deFútbol demuestra ser un aconteci-miento que cautiva a cientos de mi-llones de personas… No hay casiningún otro acontecimiento en la tie-rra que alcance una repercusión de

amplitud semejante, lo que demues-tra que con ello está tocándose algoradicalmente humano, y cabe pre-guntarse dónde se encuentra el fun-damento de este poder en juego”.

Y nos ofrece su reflexión y apreciopor el fútbol, su poder educativo…:

“Como juego de equipo, el fútbolobliga a un ordenamiento de lo pro-pio dentro del conjunto; une a travésdel objetivo común: el éxito y el fra-caso de cada uno están cifrados enel éxito y el fracaso del conjunto… elfútbol enseña un enfrentamiento lim-pio en que la regla común a la que eljuego se somete sigue siendo lo queune y vincula, aun en la posición deadversarios… La libertad vive de laregla, de la disciplina que aprende elactuar conjunto y el correcto enfren-tamiento, el ser independiente deléxito exterior y de la arbitrariedad, yde ese modo llega a ser verdadera-mente libre”.

Esta reflexión me enriquece y mesugiere ver en el fútbol una bella pa-rábola de la educación en valores deequipo: preparación, disciplina, ce-sión de protagonismos personales afavor de un buen trabajo y del equi-po. Queda la lección.

Pasar el Balón

Del verano >>>

M.Melgosa

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L as vacaciones nos recuerdanque el hombre es un ser de paisaje.Y puesto a remontar la monotoníade ruidos y prisas de la ciudad, unose recrea con los cinco sentidos, lamente y el corazón en los espaciosnaturales y libres del campo o delmar como horizonte infinito.

He nombrado la ciudad, y si ad-miro y bendigo la recuperación se-lectiva de su antigua y su nueva ar-quitectura, me recreo en sus par-ques y zonas verdes.

En proporción inversa, me llega larabia al pensamiento y a la boca,cuando veo los bancos del parque olas fuentes o las paredes de un edi-ficio pintarrajeados. Y con decir “¡nohay derecho!”, no arreglamos nada.Donde no llega la educación ni elrespeto tendrá que llegar la ley consu multa, como lo hizo con la falta desensibilidad cívica para corregir quelas cacas de los perros queden enlas aceras.

Balón de oro a los ayuntamientos ygrupos que se interesan por recupe-rar el paisaje, la limpieza y cuidadode los ríos, del campo, las ciudadesy las playas. Tarjeta amarilla o roja alos agresores de los espacios eco-lógicos y re-creación, dentro y fuerade la ciudad. Mientras unos conamor a la tierra y a su pueblo se es-

fuerzan por embellecerlo, otros seentretienen embadurnándolo o de-jando sus desechos por donde pa-san.

A propósito de playas y campo,me saltan los nervios cuando algúnniñato de 18 ó 40 años desata el rui-do de su moto para anunciarnos que“por aquí paso yo” o “aquí llego yo”.O cuando se acerca uno con la radioa no sé cuántos decibelios, cuandono es con ese ritmo enloquecedordel pum pum, pum pum… En resu-men: que huyendo de la monotoníade los ruidos, nos traemos las maní-as de la ciudad a la playa.

Así que me levanto y vuelvo aecharme la mochila a la espaldabuscando el gozo del paisaje primiti-vo, donde los pájaros todavía no hanhuido y crían y cantan, donde se oyeel murmullo de la fuente, y el campohuele a campo, y la soledad y el si-lencio nos permiten escuchar a lanaturaleza y hablarle, mientras noscura las agresiones que hieren nues-tros sentidos, nuestra mente y el co-razón.

Recuperar el paisaje del rostro hu-mano de las personas (la sonrisa, laesperanza, la bondad, la generosi-dad, la palabra educada...) es el pri-mer capítulo a trabajar en la ecolo-gía paisajística de la creación.

Recuperar paisajes

>>> Del verano

CELEBRAR

CELEBRAR

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CULTURA YCULTURA Y VIDAVIDA Sanxao

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La calma chicha ya no vale(reflexionando sobre el año sacerdotal)

n cualquier ciudad o pueblo. Son las 12 ó la 1. La buena gente, endomingada y circuns-pecta, va entrando formalita en el templo, sin preocuparse demasiado por los demás. En-

tre calvas y canas también se ve alguna cabeza poblada. Buscando su asiento en los bancos, pre-ferentemente de la mitad para atrás, el personal se arrodilla y se santigua. Comienza la misa. Talvez predica un cura muy bien hablado. Llega la comunión. Orden, mucho orden, que para bu-llanguería ya basta la misa de los niños. Se oye el “podéis ir en paz”. Y la gente “en paz” vasaliendo de la misa del domingo.

No, no es caricatura. Sólo una mala descripción de lo que todos (los que aún vamos)vemos cualquier día festivo. Se trata del pacífico funcionamiento de la comunidad cristiana, tur-bado sólo por algunas complicaciones de papeleo burocrático. Estos matrimonios de convenienciamarcan cada gol…

Nuestra Iglesia, santa y madre, a la que pertenecemos y amamos de corazón, tiene as-pectos de peligrosa serenidad, de montaje burocrático que, cuando uno se atreve a leer la Biblia,en especial los Hechos de los Apóstoles, le resultan algo sospechosos.

Hemos anotado la sosegada evolución de la misa dominical en muchas de nuestras co-munidades. Claro que no todas son así. Algunas son tan distintas que no faltan quienes sientendificultad en identificarlas como tales.

n la misa se comulga. Pero, ¿somos conscientes de que la comunión sacramental es una tre-menda responsabilidad y no un acto de aislado cumplimiento, sino el comienzo de otra co-

munión, la diaria y constante con nuestros hermanos? Se trata de ir devolviendo lo que hemosrecibido: el cuerpo, la sangre. La vida. ¿Salimos de la misa comunitaria con fuerza y ganas parareforzar los lazos de la comunidad humana?

Cuando los creyentes pretendemos ser seguros candidatos a la inofensividad, algo gra-ve está fallando. Y si ser cristiano no es una escuela de guerrillas, una doctrina que predica elamor práctico y sacrificado, que lucha por la justicia y que tiene por fundador un Cristo asesinadoy resucitado, en definitiva un Dios encarnado, no puede menos de ser inquietante, ardiente y ca-minar siempre a contrapelo. Según el Evangelio la fe no es para dormirla.

Tengo que pasar por un bautismo… He venido a traer fuego a la tierra…Como el Padre me envió, así os envío yo…

Somos discípulos de quien tiene prisa y ganas de salvar. Pentecostés fue un comienzo poderosoy quiere ser un empujón para los que andamos despistados o dormidos.

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ay quien lleva fama de lince paralos negocios, pero perdió a su mu-jer y a sus hijos; miró mucho al di-

nero y perdió de vista a su familia: mal ne-gocio, ¿no?

Digo agosto, apuntando al mes devacaciones con oportunidades para hacerfamilia, por el tiempo relajado que pode-mos dedicarnos unos a otros.

Dedicarnos tiempo es uno de los rega-los más bellos. No todos piensan lomismo. Además hay tiempos llenos ytiempos vacíos que aumentan la sole-dad y el aburrimiento.

La chismografía conyugal decía: “El pro-blema de los novios es no poder verse to-dos los días; el de los casados, tenerseque ver todos los días”. Chistecillos de sol-teros o de quienes no saben disfrutar sumatrimonio. Disfrutar -gustar los frutos- esun signo de buena salud; estar o vivir adisgusto es mucho cuestión mental: apensamientos positivos, sentimientos po-sitivos; a pensamientos negativos, senti-mientos negativos. Dicho en dos palabras:puedo considerar a mi familia como un te-

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Mario Melgosa

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eL mejor negoCio: haCer pareja

agosto, buena oportunidad

eL mejor negoCio: haCer pareja

agosto, buena oportunidad

soro a disfrutar o como una carga a so-portar; como gracia o como condena. Lasestadísticas nos sirven datos del aumentode separaciones después del verano. ¿?

Pero no nublemos el mes de agostocon pensamientos oscuros, y vamos a loscielos azules. Agosto: ¡qué descanso! Al-gún grajo graznará: ¡qué fastidio! Los hu-manos hacemos cosas raras: por ejemplo,cansarnos más en las vacaciones que enla rutina del trabajo. Muchos cansanciosapuntan más al corazón que a la debilidadde los músculos o del bolsillo.

decirnoS coSaS bonitaS

Aceptemos que el mejor negocio es la fa-milia: la convivencia feliz del matrimonio,hijos y padres. Pues los negocios, paraque prosperen, se han de vigilar y atender(“el que tiene tienda que la atienda”).

La clave del éxito familiar es la con-vivencia. Y de la convivencia, una buenacomunicación: una buena circulación de lasangre nos infunde optimismo vital. Untrombo o la tensión descompensada nos

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Recreación de la pareja Recreación de la pareja

pone en alerta: nos va la vida en ello. Elverano nos regala un tiempo más distendi-do para esta comunicación y para com-pensar tensiones.

Decirnos cosas bonitas es como abrirlas ventanas para que se oree la casay nos entre el sol. En una casa cerra-da el aire se enrarece; y una personaencerrada en sí misma se enmohece.

Decirnos cosas bonitas no significa cubrircon alfombras un suelo apolillado; ni elcontrapeso a tantos trapos sucios que nosechamos en cara. Decirnos cosas bonitases regalarnos esas flores que han ido cre-ciendo al paso de los días en el corazónde cada uno y que el otro plantó.

neceSidadeS y SentimientoS

Creo en la evolución de la pareja, comocreo en la evolución de la vida y en su po-der de adaptación. También soy conscien-te de lo que amenaza el crecimiento de lapareja, hasta marchitar todos los senti-mientos que nos unían. Por eso, más queen las ideas felices sobre la pareja (ideasque no desprecio) me empeño en desper-tar los sentimientos felices. Son más salu-

dables. Y, dígase lo que se quiera, los hu-manos nos movemos más por los senti-mientos que por las ideas.

Los sentimientos nos llegan del cam-po de las necesidades, satisfechas o no:necesidad de querer y sentirse querido,frente al sentimiento de no sentirse ama-do; necesidad de sentirse válido, frente alsentimiento de no valer para nada ni paranadie o de sentirme utilizado; necesidadde espacios de libertad y sentirse libre,frente al sentimiento de haber perdido la li-bertad; necesidad de pertenencia, de po-der decirnos mutuamente: ”mío… tuya…”,y “para siempre”, que nos permite tocar elcentro de la persona, iluminar su soledad.En esta entrega crecen el amor y el gozoy aparecen las razones para vivir y desvi-virse. La necesidad de pertenencia apuntaa la benéfica complementariedad que re-clama desde su origen el ser humano. Es-tamos hechos para el tú, descansamos ydisfrutamos y nos regeneramos en el tú.

No sólo de pan vive el hombre. El serhumano necesita de aquello que le afir-ma, que le hace feliz, que le divierte,que le emociona; necesita la caricia.

La vida continuamente se está re-creando o se muere: los momentos gozososy de juego nos re-crean, nos liberan de tensiones, nos dejan “como nuevos.

Dejo unas preguntas en la pareja, y luegootra, y otra… para tres juegos como quie-

PRiMER JuEGO: CiELOS AzuLES

nes, jugando, dejando caer una piedrecillaen un estanque, sacándole círculos al

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agua remansada, vamos pasando la tarde.

El primer juego lo llamo “cielos azu-les”: miramos a nuestra historia y vamosrecordando los momentos felices que he-mos disfrutado juntos, o cruces comparti-das que nos han unido más estrechamen-te. Y como quien está jugando una partidavamos sumando tantos. Podemos encon-trarnos con esa sorprendente riqueza quecada uno tenemos para ofrecerla al otro, yque la rutina, el amor propio, el orgullo,nos han impedido disfrutarlo. Aguantába-mos tontamente la sed, y a dos pasos te-níamos la fuente.

SEGuNDO JuEGO: NECESiDADES Y SENTiMiENTOS

Es más difícil. El bienestar apunta anecesidades satisfechas. Pero antes ydespués de la mejor buena voluntad ensatisfacer las necesidades del otro es ne-cesario conocerlas. Es tan fácil como peli-groso creer que ya las conocemos y obrarconsecuentemente. He contado mil vecesla pequeña fábula del mono y el pez; meparece oportuno repetirla:

. ”¿Qué demonios estás haciendo?”, lepregunté al mono cuando le vi sacar unpez del agua y colocarlo en la rama deun árbol.

- “Estoy salvándole de morir ahogado”,me respondió.

Sin comentario. Coménteselo y aplí-queselo cada pareja. La pregunta se dejacaer: ¿conoces las necesidades de tu cón-yuge?

No valen las suposiciones a las quesolemos darles valor de certezas. El monocreyó satisfacer una necesidad del pez y,procediendo a satisfacerla, le dejó sin res-piración.

Conocer supone capacidad de escu-cha. La escucha requiere tiempo y un res-peto cuasi religioso para adentrarnos en elalma del otro. La pregunta nos ayuda a co-nocernos mejor, a adentrarnos más en elotro y a tratarnos más satisfactoriamente.“-Necesito…”. “Me gustaría que… Me gus-taría recibir de ti…

EN ESTE JUEGO NO SE DISCUTE NADA; se es-cucha más allá de las palabras. Se escu-cha con el corazón y al corazón y a lossentimientos. Nos hemos desnudado el al-ma y adentrado en el misterio del otro. Yesto requiere devoción y silencio admirati-

La finalidad de este juego es recupe-rar la memoria y sanarla de esa negativi-dad que nos va intoxicando y arruinando elamor, llevándonos hasta el aburrimiento.Así estamos mejor dispuestos a agrandarnuestra fe y esperanza en uno mismo y enel cónyuge. Y movernos así con un opti-mismo realista. Sin fe ni esperanza en elotro se acabó la fiesta. Cito a la parejaa aprender de las experiencias de su pro-pia vida. El juego, muy sencillo, al alcancede todos, nos ayudará a recuperar los“cielos azules”, después de tantos díasgrises

-Te invito a cenar. Un beso.

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7 vo y voluntad de satisfacer esas necesida-des elementales o, al menos, de compar-tirlas. Hay un verbo muy importante en to-do esto: ser atento, estar atento, teneratenciones... ¡Qué verbo tan humanizador!

No conviene olvidar que somos seresvivos y nuestras necesidades estánsujetas a un cambio constante y a pro-cesos de adaptación. Sin esta adapta-ción se generan no pocos desgastesque hacen chirriar el matrimonio hastaadormecerlo.

El sí de los novios es vago; vivir y cami-nar juntos requiere aprender a conocernosde nuevo. Muchos sufrimientos guardanesta frase:” no eres la misma/el mismo. Laexpresión contraria: “ya te conozco”, la po-dríamos traducir en “ya no espero gran co-sa o nada de ti”.

Estas frases ácidas no debiéramos echár-selas a nadie en cara. Podemos sentirloasí; pero no es verdad que las personasno puedan recuperarse y volver a ofrecer-nos lo mejor de sí mismas.

¡Podemos! Todos hemos oído hablar dela importancia de la autoestima: este hijomío, fulanito, mi marido, tienen la autoes-tima por el suelo. No analizamos aquí lascausas. Conviene recuperar nuestra ver-dad, y nuestra verdad es que somos me-jores de lo que nos imaginamos. Y esto noes altanería; es agradecimiento a los do-nes recibidos, y generosidad a ponerlos alservicio de los demás. Cada ser humanotenemos unas riquezas que pujan en aflo-rar, por mucho barro y otras desgraciasque le hayan podido caer a uno. Y esto lopodemos comprobar todos en la propia vi-da y en la de los demás. No hay cosa quenos encoja tanto como decir de entrada“no puedo”. Hay mucho de verdad en loque decían los viejos:”querer es poder”.

No siempre podré cambiar las co-sas, pero sí mi actitud ante ellas. Puedopasar de la resignación y del lamento queme asfixian, a una actitud más activa que

TERCER JuEGO: ¡QuEREMOS! ¡PODEMOS!

descubre nuevos horizontes. En ocasio-nes una simple operación matemáticapuede arreglar muchos problemas: si gano10 no puedo perder los nervios por la avi-dez de gastar 15. Cambiamos a una acti-tud compartida de austeridad de vida paradisfrutar de lo que tengo y no agriarme ton-tamente por lo que me falta. Uno no so-porta las manías del otro, es como una he-rida que va agrandándose al rascarla. Lamisma operación matemática nos ayuda asalir airosos: con 6 de amor no puedeo su-perar un 8 de manías. Trabaje yo en subira 9 el amor; y esta crecida de amor reba-jará el encono que esas inaguantablesmanías me producían. O lo sanará.

Las dificultades se superan mejor encompañía. El amor hace milagros. Uncidosse ara mejor la tierra.

Las dificultades están ahí como unaprovocación a superarnos. Como una nue-va cima a conquistar.

acompañando

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acompañando

acompañando

Jesús Prieto

¿Y los de cerca?

a vida diaria y la sicología profunda coinciden en algo fundamental: que las personas hemosnacido y estamos programadas para la relación y el encuentro. Por eso no nos sentimos bien

cuando vivimos tan aislados que vamos siempre a lo nuestro y nuestras vidas no interactúan. Malsi nos acostumbramos a pasar ante la gente sin mirarla, a recibir servicios sin agradecerlos y sindarnos cuenta de si nos ha atendido una persona o una máquina expendedora.

Hoy mismo me siento incómodo porque no lejos de la parada del bus estaba un señordormitando en su silla de ruedas. Era mediodía. Estuve para ir a saludarlo, preguntarle si esperabaa alguien, algo. No lo hice con la excusa de perder el autobús que tardó bastante. Cuando entré enél -en el bus- y miré al señor, me lo reproché y me sentí fastidiado dentro de mi piel que me acu-saba de desperdiciar esta ocasión.

Asusta lo juntos que vivimos y los pocos encuentros que propiciamos, sabiendo que sonel motor de nuestra vida, lo mejor de la existencia. Vivir en relación, compartir vida, comunicarsea nivel profundo procura armonía interior, porque allá en el hondón del alma somos todos tan pa-recidos... Nos ayudamos a vivir y crecemos como personas cuando nos vamos contando las an-danzas, las posibilidades y deseos, los gozos y las sombras.

icolasa es una señora con biznietos, mente lúcida y piernas inútiles. Le gusta comulgar, pero no siempre es fácil porque “mi familia es larga y buena, pero está tan ocupada”. El día que

comulga es fiesta y su agradecimiento tan sincero que sin darte cuenta quedas enganchado. Se tra-ta de una auténtica convertida. Su conversación es sabia y va a lo esencial. Una Magdalena en-cantadora. Le das cinco y recibes cien.

Los cristianos tenemos papeletas para llevar una vida más abierta a los demás, cayendoen la cuenta de los pequeños detalles. Nos tiene que resultar fácil ver a Jesús viviendo en su esca-lera -como mucho rampa de acceso- en relación con todos, propiciando encuentros, pidiendo y ofre-ciendo, siendo osado en lo pequeño y tierno. Inventar con misericordia formas de acompañamien-to, leerle al abuelo algún papel que le interesa para que se sienta acompañado, rezar con él unratillo para sacarle de su pequeño mundo y ensancharle el corazón.

ivir sólo para mí raquitiza la vida, nos hace egóticos familiares y egoístas en grupo. En cam-bio, dejar un tiempo para el otro libera de jugar al yo-yo, universaliza la mirada y teje poco a

poco el proyecto del reino, ese que nos enseña el Evangelio y que es plenitud para todos.Al fin me sigo preguntando como un tonto: ¿Por qué hablamos tanto con los de lejos pa-

gando y tan poco con los de cerca gratis?

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Gema Sáez

Atalanta

TALANTA, nuestra mujer de hoy, esuna mujer actual, fuerte y preparada.

Estudió durante muchos años para tenerun buen puesto y lo consiguió. No le rega-laron nada. Su vida era su trabajo, a él de-dicaba más de doce horas al día. Reunióntras reunión, viajes al otro lado de Atlánti-co, conferencias y cursos. No le quedaba

tiempo para pensar qué iba a hacer consu vida.

En su mundo laboral dirigido porhombres, los horarios y calendarios esta-ban hechos por hombres, las comidas detrabajo se prolongaban con grandes so-bremesas, hasta las siete de la tarde omás. Cuántas veces dejaba a los compa-ñeros y clientes con su whisky y volvía a laoficina a recoger y recapitular sobre todolo que se había hablado durante el día.Necesitaba hacerlo; luego las últimas lla-madas y ver la agenda del día siguiente.

Con ese ajetreo sentía que no nece-sitaba más, en todo caso necesitaba undescanso. Su alto nivel de “no vida” le de-jaba algún tiempo para unas buenas vaca-ciones. A veces le acompañaban sus ami-gas, aunque ya le iban quedando pocas, osu madre. Tenía claro que en sus planesno estaban ni casarse ni tener hijos. ¿Dedónde iba sacar tiempo?

ERO LLEGó UN DíA que, sin esperarlo,conoció al amor de su vida, y aunque

primero pensó que cada uno viviría a sumanera de forma independiente y sólocompartirían el poco tiempo libre que lesquedara, luego pensaron en casarse y for-mar una familia y tener incluso hijos.

uestra protagonista se llama igualque la diosa griega a la que su pa-

dre abandonó por haber nacido mujer,cuando lo que quería era un chico, y la de-jó a merced de la naturaleza. En el bos-que, una osa le amamantó y cuidó, hastaque unos cazadores la encontraron. Ellajuró que nunca se casaría y entró a formarparte del grupo de vírgenes acompañantesde Artemisa, la diosa de la caza.

Tentada por el amor luchó contra to-dos los pretendientes, retándoles a unacarrera. Ella era muy veloz y conocía muybien el terreno; si ganaba el varón, se ca-saría con él, pero si ganaba ella, acabaríacon él.

Muchos fueron los que cayeron, hastaque un joven apuesto llamado Hipómenesconsiguió entretenerle durante la carrera,tirándole unas manzanas preciosas queella iba recogiendo admirada. Así consi-guió la ventaja sobre ella. Se casaron ytuvieron un hijo.

La ira de Zeus les convirtió a ella y sumarido en los leones que tirarían parasiempre del carro de Cibeles.

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Así lo hicieron, no sin gran esfuerzo,pero su vida dio un cambio radical cuandonació su segundo hijo. Lo habló con sumarido y ambos decidieron que ella seríala que renunciara a su brillante carrera, enbien de la familia. En esta decisión tam-bién influyó la escasa colaboración de sumarido en los temas familiares y de la ca-sa. Aunque contaba con la ayuda de unachica y de su madre.

Atalanta había llegado a tal grado deestrés que era el momento de hacer un al-to en el camino y reconsiderar si merecíala pena o no, ver crecer a sus hijos y dar-les las buenas noches y un beso en per-sona, en lugar de despedirse a través dela webcam del ordenador.

En cierta manera era injusto, su mari-do no renunciaba a nada. Ella había teni-do que cambiar su trabajo de alta respon-sabilidad, por otro de inferior categoría,pero con un horario más flexible y con elque podía conciliar mejor la vida laboral yfamiliar. De ser una ejecutiva que manda-ba, pasó a ser una “mandada”, también alservicio de los hombres. Su superior inme-diato era un jefe superocupado que llega-ba siempre tarde de sus reuniones y comi-lonas. Llegaba a la hora que ella tenía queir a buscar al cole a sus hijos, así que el je-fe le miraba mal. Necesitaba alguien queestuviera en la oficina cuando él estuviera,pero eso era algo muy aleatorio.

Un día que en la oficina hizo falta que-darse, porque había un proyecto muy ur-gente que presentar, ella estuvo recopilan-do datos y metiéndolos al ordenador una y

mil veces con los cambios propuestos porlos miembros del equipo. Por fin al llegarlas diez de la noche, quedó todo encarpe-tado y preparado para presentarlo a pri-mera hora del día siguiente, así que salie-ron todos contentos de la oficina a cenar ycelebrarlo en un bar cercano. A ella lemandaron muy educadamente a casa acuidar de sus hijos. Tal vez ella no hubieraido, pero el detalle no estuvo muy acerta-do. En el fondo la presencia de una mujerles coartaba un poco, sobre todo cuandodespués de unas copas hacían ciertos co-mentarios salidos de tono.

Con Atalanta las reuniones eran a lasnueve de la mañana, delante de una tazade café como mucho y se iba al grano sinperder tiempo. Siempre procuraba comeren casa, o si se tenía que quedar a traba-jar comía un sándwich y volvía pronto acasa con los suyos.

Ella sabía que sus hijos crecerían,que con el tiempo no la necesitarían tanto,así que ella se tenía que mantener al día,iba a cursos de formación, para volver aretomar su carrera algún día. Necesitabatener una vida propia e independiente quele satisficiera. Pensaba que si ella estababien y se sentía bien, su familia también seiba a beneficiar.

Aquella diosa griega como nuestra Ata-lanta, fue una mujer valiente, reivindicativay contestataria que se rebeló contra losesquemas patriarcales de la Antigua Gre-cia, y sin embargo gozó de gran respeto yprestigio.

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zenón urigüen

Todo se ha cumplido

Viñetas Pasionistas

“Cuando probó el vinagre Jesús dijo: todo se ha cumplido” (.Jn.19, 30)

a llegado la hora para que todos los creyentes en Jesús nos identifiquemos y com-partamos con nuestro Salvador la profunda vivencia íntima, dolorosa, pero iluminadapor su fe mesiánica, en los momentos vitales y cruciales de su muerte y su Pasión.

Durante su vida lleva clavada en su mente una idea, como un clavo de oro, que repetidamenteaflora a sus labios: ”Mujer, todavía no ha llegado mi hora” (Jn 2-4)

Es la hora definitiva de su Pasión. Esta hora, en el espíritu de Jesús hace referen-cia, no solo a su Pasión dolorosa, sino también a su glorificación. Así se expresa en su ora-ción sacerdotal: ”Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo para que tu Hijo te dé gloria ati” (Jn 17, 1).

La vida de Jesús constituye una unidad perfecta. Su misión culmina cuando terminasu vida. Su Padre Dios le ha encomendado la misión liberadora de la salvación del género hu-mano. Y esta misión llega a su plenitud en el momento de su hora. San Juan recuerda que yatodo se había consumado, por lo cual entregó su espíritu. He aquí una muerte plena, el puntoperfecto de la vocación y misión de Cristo. He aquí el himno glorioso de la voluntad generosaen el cumplimiento de su misión.

Jesús, en medio de los tormentos de la cruz, ve que su conciencia se ensancha, sedilata en espacios infinitos y lanza un vibrante himno: TODO SE HA CONSUMADO. Desdeeste momento el Calvario es el lugar sagrado donde la creación entera proclama a los siglosvenideros el nuevo pacto de de misericordia.

Jesús tiene la conciencia de que vive una hora sublime. La maldad humana ha pre-tendido darle muerte, pero la muerte será vencida con la gloria de la Resurrección. En estahora Jesucristo, en su visión profética, está viviendo la alegría de contemplar la intermina-ble multitud de redimidos de todas las épocas y latitudes, bendiciendo y adorando la cruz le-vantada en el centro del mundo.

Todo se ha cumplido y se ha consumado en la cruz, signo de reprobación para loshombres, y signo de redención para el amor redentor de Dios. Es la visión redentora de unDios que muere. Es la clara visión mesiánica que se remonta a los proyectos divinos, suspromesas, sus anuncios proféticos, las esperanzas de los pueblos, la plenitud de la realiza-ción en la persona humilde, en el siervo de Dios, y rubricada con la sangre de Cristo, sin lacual no hay redención. Los hombres le han condenado a la cruz. Pero Cristo, en esa mismacruz, nos ha salvado a todos. TODO SE HA CUMPLIDO.

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Mari Jose Laña

¿Con qué te quedas?

s siempre una pregunta obligada al final, que a veces resulta incó-moda e inoportuna, otras veces provocadora y sugestiva, pero siem-pre, siempre, hace pensar.

Sí, un amigo mío me enseñó a hacerme esta pregunta después de cadaencuentro, de cada lectura, de cada nueva experiencia,…y reconozco quesiempre me ayuda, porque me hace retomar lo vivido y dejarlo resonardentro para quedarme con lo esencial, como cuando se exprime una na-ranja para sacar su zumo, como cuando se casca una almendra o unanuez para quedarse con lo de dentro.

¡Son tantas las noticias, las imágenes, los acontecimientos que a diarionos llegan!

El verano es tiempo de descanso para muchos y de múltiples encuen-tros, viajes y vivencias; pero si no estamos atentos, puede convertirse enun objeto de consumo más, en algo de usar y tirar, en un tiempo diferentepero que pasa rápidamente sin dejar ninguna huella en nosotros.

Por eso, me parece bonito que después de cada viaje, de cada encuen-tro, de cada libro leído, de cada nueva experiencia… podamos preguntar-nos: ¿Qué me robo? ¿Con qué me quedo?

Es una pregunta que ayuda a pasar de la superficialidad de la vida aun nivel un poco más profundo, y por eso al principio cuesta; pero es unapregunta que merece la pena, porque invita a releer lo vivido, a volversobre los propios pasos para buscar y quedarnos con lo esencial, con eltesoro escondido en medio del campo, con la perla de gran valor. (Mt 13,44-45)

Por eso, ojalá que en medio de nuestras idas y venidas de verano, o deregreso a la vida de cada día, sepamos sacar un ratito para hacernos lapregunta: ¿Con qué me quedo?

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“Para que me dejes en paz”

Pedro Mª Zalbide,Consiliario Nacional de Vida Ascendente

ducamos bien?... La pregun-ta va dirigida no sólo a lospadres de familia, que tie-nen el derecho y la obliga-

ción de educar a sus hijos, sinotambién a los abuelos que, sobretodo en la tarea de transmisión dela fe a sus nietos, van adquiriendocarta de ciudadanía como verda-deros catequistas de los mismos.

Quienes hemos iniciado ya la sép-tima década en esto del vivir, re-cordamos perfectamente cómo fui-mos educados en los años cua-renta, con las secuelas de una gue-rra recién concluida y abocados auna austeridad obligada. El estilode vida era muy elemental, las co-modidades escasas y la religiosidadse cifraba en apuntalar en nosotrosun cúmulo de valores humanos ycristianos, orientados a convertir-nos en hombres y mujeres de pro-vecho.

Con el paso de los años, nuestrasociedad ha sido objeto de unaprogresiva evolución, cambios y

transformaciones, que han influi-do enormemente en la vida y cos-tumbres, en la educación, en laformación de criterios y escala devalores de la ciudadanía. Los prin-cipios básicos de nuestra antiguaeducación han ido debilitándosepaulatinamente para dejar paso apedagogías novedosas y coloris-tas, en las que priman las ofertasfáciles y placenteras, con el riesgode minusvalorarse el esfuerzo ylas actitudes laboriosas y discipli-nadas.

No cabe duda de que el devenirde la historia nos ha aportado va-lores nuevos altamente positivoscomo la sensibilidad sincera yefectiva ante los problemas socia-les y humanitarios, dando lugar alfenómeno del voluntariado. Todossomos testigos de la generosidadencomiable de una buena parte dela juventud. Y también se ha gana-do en el fomento de actitudesprácticas ante las diversas situa-ciones de la vida. Pero el atractivoirresistible del dinero, el ambiente

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La sonrisa de la paz

de incredulidad, de falta de fe y eldebilitamiento de los valores hu-manos y cristianos que detecta-mos en nuestra sociedad, hancontribuido a que nuestras vidashayan languidecido en aras deuna tolerancia y aceptación exce-sivas de la nueva situación.

Apenas sin darnos cuenta, noshemos convertido en inquilinos deuna sociedad en la que todo vale,todo se justifica y todo se adultera.Por sorpresa, nos encontramos in-mersos en un mundo donde he-mos erigido un altar a la permisivi-dad. Y la permisividad conduceirremediablemente al fracaso.

No olvido el título que encabezami reflexión: “Para que me dejesen paz”. Ni la pregunta con la quela he comenzado: “¿Educamosbien?”

Hace más de cincuenta años,el P. José Julio Martínez, S.J. pu-blicó un relato estremecedor. Elprestigioso jesuita narraba la ex-periencia vivida entre una madre ysu hijo. La madre ejercía comomadre y se desvivía por agradar yeducar a su hijo; pero desconocíaque, a veces, agradar y educar enun hogar serio, son dos verbos in-compatibles. También el hijo ejer-cía como hijo. Se aprovechaba de

todos los resquicios de generosi-dad de su progenitora para conse-guir de ella todo lo que le dictabasu caprichosa voluntad.

El amor y la debilidad de la ma-dre alimentaban el egoísmo velei-doso del hijo, cuya insistencia per-tinaz en sus peticiones vencía yhacía claudicar a la buena señora,que empleaba siempre la mismaexpresión de impotencia: “Bueno,te doy mi permiso para que me de-jes en paz…”

Pasaron los años y los capri-chos del “niño” fueron creciendoen volumen y frecuencia, en tantoque la debilidad de la madre ibahaciéndose rutina con monotoníade estribillo: “…para que me dejesen paz”. un buen día, al vástago levisitó la fatal guadaña del cáncer,un cáncer galopante e inmisericor-de que terminaría muy pronto conél. La madre se ocupó, desde queconoció la enfermedad, en prepa-rar al joven para el cercano en-cuentro con Dios: le sugirió que seconfesara y se pusiera a bien conÉl. Pero era ya tarde; se había ale-jado demasiado de la casa pater-na…Tras un largo forcejeo entre laprogenitora y el fruto de sus entra-ñas, éste claudicó por agotamien-to: “Bueno, me confesaré, paraque me dejes en paz”.

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EL DuEño DE uNA TiENDA colocóen el exterior un anuncio en lapuerta que decía: "CACHorriToS EN

vENTA". Esa clase de anuncios siem-pre atraen a los niños, y pronto unniñito apareció en la tienda pregun-tando:

- ¿Cuál es el precio de los perri-tos?

El dueño contestó: “Entre 300 y500$”.

El niñito metió la mano en su bolsi-llo y sacó unas monedas: - Sólo tengo 106 pesos que he

ahorrado... ¿puedo verlos?

El hombre sonrió y silbó. De latrastienda salió su perra corriendoseguida por cinco perritos. uno delos perritos se quedó considerable-mente atrás.

El niñito inmediatamente señaló alperrito rezagado que cojeaba. - ¿Qué le pasa a ese perrito?",

preguntó.

El hombre le explicó que cuando elperrito nació, el veterinario le dijoque tenía la cadera defectuosa yque cojearía por el resto de su vida.

El niñito se emocionó mucho y ex-clamó: -¡Ese es el perrito que yo quiero

comprar!

Y el hombre replicó: "No, ese ca-

chorro no puedo venderlo, si real-mente lo quieres, te lo regalo".

El niñito se disgustó, y mirandodirecto a los ojos del hombre le dijo:-Yo no quiero que usted me lo re-gale. Él vale tanto como los otros perritos, y yo le pagaré el precio completo. Le voy a dar mis 106 pesos ahora y 40 pesos cada mes hasta que lo haya pa-gado por completo".

El hombre contestó: "Ese perrito re-almente no te gustará, hijo. Él nun-ca será capaz de correr, saltar y ju-gar como los otros perritos".

El niñito se agachó y se subió elpantalón a la altura de la rodilla pa-ra mostrar su pierna izquierda,cruelmente retorcida e inutilizada,soportada por un gran aparato demetal.

El hombre se mordió los labios,sonrió y dijo: "Hijo, sólo espero yrezo para que cada uno de estos ca-chorritos tenga un dueño como tú".

EN LA viDA No imPorTA QuiÉN ErES,SiNo QuE ALguiEN TE APrECiE Por Lo

QuE ErES, Y TE ACEPTE Y TE AmE iN-CoNDiCioNALmENTE.

Nuestros maestros�

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““eestás en tu derecho: stás en tu derecho: si te estorba, mátalo”.si te estorba, mátalo”.

¡no!¡no!ees una degradación s una degradación

moral y social moral y social

que una sociedad que una sociedad

otorgue el derecho otorgue el derecho

a las madres de a las madres de

deshacerse de su hijo, deshacerse de su hijo,

si le estorba. si le estorba.

“Hago de mi vida lo que quiero”“Hago de mi vida lo que quiero”La frase más antisocial y destructora.La frase más antisocial y destructora.

Jamás la pronunciará Jamás la pronunciará una persona que ama.una persona que ama.

¿derecho a matarlo?¿derecho a matarlo?

Ecografía

redención

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GALICIA Rosendo Díaz

Ondiñas veñen e van:

enerxía do mar

- Para un grupo de investigadores da universidade de Compostela, as mello-res ondas para obter electricidade están na Costa da morta e Estaca de Ba-res: “Poucos enclaves semellantes poden atoparse en Europa”. No seu día,galicia fora xa pioneira europea no tocante ao aproveitamento da enerxíamaremotriz; en Serres (muros) chegou a haber instalados seis muiños de ma-rea.- No pasado novembro (2009), dúas revistas especializadas en temas enerxé-ticos analisaban, con datos recollidos ao longo destes últimos 40 anos, a ca-pacidade de as ondas serraren enerxía eléctrica. o estudo conclúe que, des-pois das dúas zonas citadas, o resto das costas galegas sería igualmenteterritorio ideal para instalar xeradores mariños de electricidade.- o prototipo, no que se anda actualmente a traballar, capaz de converter asondas atlánticas en enerxía, podería fornecer de electricidade a unas 2.000vivendas. Sería algo así coma un enorme catamarán de 150 metros de eslo-ra, que aboiaría a uns cinco quilómetros da costa; así que “o impacto visualé nulo”.- Lembremos que a enerxía das vagas –forza “undimotriz”- non se explotade momento en ningures, pero non parece que estea lonxe o día en que seconverta nunha enerxía renovable máis.

obtención de enerxía constante,barata e limpa, quizabes sexa o

meirande dos retos ao que se enfron-tan todos os países, mesmo os produ-tores de petróleo.

Desenvolvidos xa os sistemas eó-lico e solar, estáse a converter nunhaaposta técnica de primeira magnitudea produción de enerxía no mar, esen-cialmente a undimotriz (que aproveitao movemento das mareas vivas). As

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primeiras probas andan a se reali-zar en Escocia, Portugal e Galicia.Polos resultados xa obtidos, en Ca-mariñas e Estaca de Bares, a curtoprazo instaláranse inxenios en va-rios enclaves da Costa da Morte eÁrtabra, e tamén en A Guarda, co-mo xa se experimenta en Escocia,Portugal, Cantabria e Euskadi.

En Galicia a investigación de-cántase polo autóctono Wavecat(iso si que é levarse o gato á auga)e por turbinas e aparellos flotantesestranxeiros, como o Pelamis, ou aboia Pipo System.

Portugal fíxase como meta ins-talar 550 megavatios, animado polaxenerosa subvención pública porcada quilovatio así producido. Máiscobizosos aínda, os escoceses es-peran acadar 1.300 megavatios, eestablecer na illa de Orkney un ex-tenso campo de produción eléctri-ca.

Dende o 2006, en Galicia veñenestudándose as correntes mariñas,que na costa son oito veces máispotentes cá forza do vento; calcú-lanse en 4.800 os megavatios quepoderían aproveitarse das mareasatlánticas.

De momento, só contamos conprototipos: inxenios hidráulicos,pneumáticos, con imáns, turbinas,transformadores e conexións eléc-tricas subacuáticas que seguro da-rán lugar a una nova tecnoloxía; omercado será quen decida calessairán adiante.

Como apuntábamos, Wavecaté a proposta galega; consiste es-

quemáticamente nun aparello flo-tante en forma de V, por onde so-bren as ondas; a auga, ao botarsepor fóra, cae nuns tanques ondepon en marcha as turbinas.

En Portugal, Pelamis ten hoxea tecnoloxía máis experimentada,despois de décadas de desenvol-vemento, con financiación pública,a empresa escocesa Ocean PowerDelivery. E se os británicos inven-tan, “os lusíadas” proban e compro-ban que niso das “mares océanos”sempre foron “Plus ultra”… Así quea primeira xeración do Pelamisarrincou hai anos no norte lusitano;unha segunda xeración xa está ins-talada en Aguçadora, “esa granxade ondas” e megavatios…

Electricidade de Portugal(EDP), terceiro operador enerxético(electricidade e gas) da Península,e cuarto a escala mundial de ener-xía eólica, considera a Escocia,Galicia e Portugal os países mellordotados para aproveitaren a forzamaremotriz (undimotriz).

Munduaren bukaera ikusteko Galizia aldera joan bear omen zen… Finisterra-ra, alegia,

Fisterra-ra. Erriska ori omen zen lurraren azkena.Lurrak itsasoarekin bat egiten du Fisterra-n, edo al-derantziz.

Galizia osoa dotorea, ederra, berdea etaemankorra bada; zer esanik ez A Coruña-ko lurral-dea. A Coruña-koa da Compostela-ko Santiago; ACoruña-n dago Hercules-en Dorrea; ondartza ede-rrak, unibertsitateak…

Jende ugari iristen den iria da A Coruña. Etapasiotarrak ere begiz azkar jo zuten eta bai ko-mentua eta eliza-santutegia jaso ere. 1961. urteazen pasiotarrak A Coruñako irian bizitzen jarri etaJesukristoren Nekaldiaren testigu edo lekuko iza-ten asi zirenean.

Leenbiziko asmoak guztiz bete ez badira ere,zerbitzu egokia eta bikaiña eskaintzen dute erlijio-soek Santa Gema-ren babesean. Erromes asko in-guratzen duen emakume santua da Gema.

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Agradecidos

DifuntosFika - José Antonio Elguezabal Arrietalarrabetzu - Jesús Galarza BarrenaBalmaseda - Luis Mata García

a Coruña – Pilar FragaCarballino – Pilar EstévezPontevedra – Mª Luisa Pérez CarvajalFerrol – María Seibane FernándezBilbao - Eugenio Gabica - JosebaBarakaldo - Andresa Ruiz Longines

Joxemari Arzalluzz

a coruñaa coruña

Etxea teologoentzat eraikia izan zen, baiñateologorik ez zen iritsi. Elizarentzat garai txepelakzetozen. An dago oraindik aientzat egokitutako ko-ru biribil ederra.

Santa Gema-ri eskainitako eliza-santutegia,berriz, bereala parrokia izendatu zuten. Eliza bi-kaiña da, zabala; Gurutziltzatua aurrean Gemasantua oinetan duela, irudi paregabeak biak. Gu-rutz-bide ederra eliz bueltan

Urrengo urteko martxoaren amarrean betekodira berrogeita amar urte pasiotarrak A Coruña-rajoan zirela. Bederatzi erlijioso guztira, bost galiziareta lau euskaldun, bizi dira elizaren zerbitzurako,ospitaletan gaixoak animatzeko eta gogozko la-guntza eskaintzeko, sermoietarako, inguruko pa-rrokoei laguntzeko.

Egun hauetan amaitu dituzte zaar-berritze la-nak. Komentua eroso eta apain jarri dute betikoxarma galdu gabe. Santa Gema lagun izan deza-tela bizitzan eta lanean.

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Martzel Andrinua

Gaurko gizona triste bizi daholan da behintzat itxura,dana krisiak jota daukagu,emoten dau negargura.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia,begiratu ingurura:dirudienez, aspertuta goazbizirik kanposantura.

Lehen etxe hutsak ta gaur beteak,zaharrak itzita barrira,eta pertsonak lehen beteak tagaur jatsi dira erdira.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia,jabetu gaiten sikira...Burua galduz, beste guztiaklagun, zetarako dira?

Dirua egin ta ondo bizihau da gehienen helburu,ondo bizi ta on izateaez da bardina, seguru.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia, zenbat negar ta zizpuru!Agur krisia, geugan bagendudiruz dogun beste buru.

Gizona ezin da izan gizonbakarrik ogia janez,esperientziz dakigu horieta Jesusek esanez.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia,alperrik bizi afanez.Zorionbide bakar bat daukagizonak gizon izanez.

Batek gehiegi pilatzearrenbeste askok gitxiegi,inori bota erru guztiaeta lapurretan segi.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia,eta hau al da zilegi?Ezin alkarri begira bizipozik arpegiz arpegi.

Hara ta hona joan-etorrieten barik kalez kale,norbere baitan sartu ezinikgitxi dira etxezale.Hau da gaurko kisiabihotzen minbizia:dana euki ta eskale...Kontu guztiak batera jotaIrabazi ordez, kale.

Oporraldian kanpora-martxa,norberagandik ihesi,besteak beste, geure buruabakotxak ezin dau hezi.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia;ona ta txarra berezi;geure buruen jabe izateahau ez al dogu merezi?

Gure krisia aurrera doagero eta areago,geure barruan behar geunkenageugandik kanpo ez dago.Hau da gaurko krisiabihotzen minbizia,ni behintzat horretan nago;atzetik eta joko txarragazzeuk behintzat ez jo hordago.

oporraldia oporraldia

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. “La cosa que mejor hacemos, desearía nuestra vanidad hacerla pasarpor la más difícil. Esto puede explicar el origen de muchas morales”(Friedich W. Nietzsche)

. “Es más fácil juzgar el ingenio de un hombre por sus preguntas que porsus respuestas” (Pierre Marc Levis)

. “Por la calle del ‘ya voy’ se va a la casa del ‘nunca” (Miguel de Cervan-tes)

. “No existe ningún hombre que tenga el derecho de despreciar a loshombres” (Alfred de Vigny)

. “La fortuna no puede depararnos mayor suerte que sembrar la discor-dia entre nuestros enemigos” (Publio C. Tácito)

. “Saluda a la ingratitud como una experiencia que enriquecerá tu alma”(Auguste Rodin)

. “Existe una gran diferencia entre la persona ávida que pide leer un libroy la persona cansada que pide un libro para leer” (Gilbert K. Chesterton)

. “La confianza en sí mismo es el requisito para las grandes conquistas”(Samuel Johnson)

. “Aprende a gobernarte a ti mismo antes de gobernar a los otros”(Solón)

. “Lo mucho se vuelve poco con desear otro poco más” (Francisco deQuevedo)

. “La más universal cualidad del espíritu es su diversidad” (Michel deMontaigne)

. “El bien de la humanidad debe consistir en que cada uno goce al máxi-mo de la felicidad que pueda, sin disminuir la felicidad de los demás”(Aldous Huxley)