e1 gerardo muñoz: el fantasma de lamar schweyer...gerardo muñoz:el fantasma de lamar schweyer por...

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DOMINGO 22 DE JULIO 2018 5D Libros ELNUEVOHERALD.COM E1 L a figura de Alberto Lamar Schweyer seduce no solo por su biografía: murió con 40 años, llegó a ser Jefe de Prensa de Gerardo Machado, y perteneció a aquel grupo -Los Minoristas- que, comandados por Martínez Villena terminaron por expulsarlo en 1927. Sino, también, por sus ideas, desfasadas y reactivas casi todas, y por su “estilo”, importante para entender qué se movía a principios del siglo XX en la isla. Agradeciendo que Bokeh, en su colección Mal de Archivo, acaba de sacar En- sayos sobre poética y política, la primera antología que se hace sobre su obra, desempol- vamos el frac y nos sentamos a hablar con Gerar- do Muñoz, ensayista y académico culpable de este libro. En el prólogo a Ensayos sobre poética y política dices que la presencia de Lamar Schweyer ha sido para los archivos cubanos “fantasmal e inter- mitente”, ¿por qué? Creo que la figura de Lamar Schweyer la comprendemos mejor como una pre- sencia fantasmal, puesto que nunca desaparece del todo ni llega a ser borra- da de los archivos. Quizás debemos distinguir entre un olvido sin huella y una presencia fantasmal que aparece por momentos en negativo, esto es, como límite para dotar una postura de verosi- militud ideológica o política. En la figura fantasmal está implícita la idea del re- torno de lo reprimido. De ahí la continua latencia de Lamar en el archivo cubano. Te doy un ejemplo: Alejo Carpentier en una conferencia sobre su itinerario intelectual, con mucha astucia llega a decir que Lamar Schweyer fue el gran traidor de un grupo de intelectuales radicales y militantes de la época, dada su defensa teórica de la dictadura de Machado en Biología de la democracia (1927). Pero luego, no dice mucho más. Sin embargo, la posición moral de Car- pentier y su reconstrucción de ese tiem- po es incomprensible sin esa operación de denegación. No deja de ser curioso, sin embar- go, que el dictum de Schweyer en ese libro que mencionas: la dictadura es “la forma que mejor se ajusta a la composición psíquica del latino- americano”, haya tenido (por lo me- nos en el caso cubano) una realidad irónico-macabra, ¿no? Sin duda, y no hay que olvidar que las posturas que se quieren hegemónicas siempre conducen a efectos “irónicos” u opuestos, como dices. Me parece que tocas el vórtice esencial, puesto que lo más actual de una figura como Lamar es que localiza y nos devuelve lo que signi- fica la absolutización de la política. El castrismo comparte esa absolutización no solo desde la forma dictatorial y unipersonal, sino también desde princi- pios como los de unidad, sacrificio co- lectivo y convergencia entre un lideraz- go fuerte y el cuerpo orgánico del Pue- blo. Todo un cosmos político construido a partir de “principios irreformables”. Una de las cosas que subrayas en este libro es la inactualidad de LS. ¿Crees que esta inactualidad ayuda a darle forma a su estilo literario? Cuando hablo de ‘inactualidad’ en realidad estoy tomando distancia de cierta uso instrumental que busca hacer política desde su figura. Me parece que el agotamiento de la política hoy es tal que resulta muy naíf intentar algo así como ‘un rescate’ de Lamar. La crisis de la democracia contemporánea tampoco puede resolverse desde su disolución efectiva. Pero diría algo un poco más polémico: la literatura hoy también se encuentra completamente agotada, incapaz de renovación. De ahí que inte- rese menos la literatura y mucho más cierta idea de escritura en un sentido fuerte del término. Esto quiere decir que no hay actualidad alguna de la vanguar- dia artística, aunque Lamar fuera uno de los primeros latinoamericanos en escri- bir sobre el futurismo italiano. Queda la escritura y la relación que cada escritor tiene con su lengua. Es en ese filo donde ningún experto o pedagogo tiene nada que decir. En Lamar ese estilo tuvo reco- rrido desde sus tempranos ensayos hasta su novela Vendaval en los cañaverales (1937), escrita entre Nueva York y París. ¿Alguna otra figura, en su época, que pueda ser equiparada a la de Lamar Schweyer? En el cono sur, hubo figuras que por momentos lograron fisurar este molde: pienso en Ezequiel Martínez Estrada, quien pasó de un interesante ensayismo criollo a un antiperonismo crítico, para luego desembocar en la revolución cuba- na a la que leyó bajo el rarísimo signo de la utopía de Tomás Moro. Su narrativa, como las dos novelas de Lamar, no de- jan de ser menos interesantes, ya que desentraña los lugares comunes de la época. ¿Qué “cocinas” ahora? Está por salir el último número de la revista Papel Máquina que he editado sobre el pensador italiano Giorgio Agamben. Y también estoy trabajando, junto con un colega, en un libro colecti- vo sobre el soberanismo catalán y la crisis territorial en España. A más largo plazo, un proyecto sobre la revolución cubana como stasis o guerra civil. Pero esto me llevará más tiempo. Gerardo Muñoz: El fantasma de Lamar Schweyer POR CARLOS A. AGUILERA Especial/el Nuevo Herald CARLOS A. AGUILERA Cortesía E l periodista español Javier Martí- nez-Brocal reconoce que cada día que pasaba por delante de la basílica San Pedro se daba cuen- ta de lo poco qué sabía de esta maravilla del arte y centro de la cristiandad y deci- dió que alguien tenía que escribir El Vaticano como nunca te lo habían conta- do. En una entrevista, Martínez-Brocal bromea sobre que el título de su nuevo libro El Vaticano como nunca te lo habían contado puede resultar algo presuntuoso, pero asegura que, tras muchas búsque- das, no consiguió nunca “encontrar nada parecido”. Una guía, pero también un libro divul- gativo, que colmase la búsqueda de la historia completa y amena de la basílica vaticana, desde su perspectiva de mara- villa arquitectónica, al recorrido por el contexto histórico de los 120 años que llevó su construcción (1506-1626), pero también su carga espiritual. Todo ello a través de sorprendentes historias de espías, traiciones, escarceos amorosos, rivalidades entre artistas, imprescindibles para conocer el verdade- ro San Pedro. Martínez-Brocal, director de la agencia de noticias vaticanas, Rome Reports y escritor de El Papa de la misericordia (2015), comenta que “los turistas se conforman con ver algunas cosillas y lo que les cuentan, que es un 3 por ciento de toda la información. Faltaban la cla- ves para conocer de verdad San Pedro”. El libro recorre la historia de la cons- trucción de la basílica y de los papas que fueron ordenando sus remodelaciones con historias increíbles. Una de ellas es la de los dos artistas que decoraron el interior de la cúpula Giuseppe Cesar, conocido como el Caba- llero de Arpino, y Giuseppe Roncalli, llamado Pomarancio, que terminaron “como el rosario de la aurora, con el primero que le pegó una paliza al otro y acabó condenado a muerte en la cárcel por tener armas prohibidas en su casa”. Se libró de la pena cediendo todas sus obras y las de sus discípulos, entre ellos Caravaggio o Guido Reni, al pontífice Pablo V que las cedió a su sobrino el cardenal Scipione Borghese y que ahora forman parte de la colección pictórica de la Galeria Borghese, en Roma. En la historia de la Iglesia y del arte repleta de hombres, el libro de Martínez- Brocal cuenta cómo entre las tumbas papales hay tres mujeres enterradas en la basílica vaticana: Cristina de Suecia, la princesa polaca María Clementina Sobieska y la condesa Matilde de Ca- nossa. El autor ha realizado una auténtica investiga- ción entre decenas de volúmenes, algunos como una interesante guía del siglo XVII, para recons- truir, por ejemplo, cómo llegó hasta la plaza de San Pedro el enorme obelisco egipcio de 3,200 años, 25 metros de altura y 250 toneladas. César Augusto se lo trajo de Egipto en el año 30 antes de Cristo en una enorme barcaza y fue depositado sobre 2,800,000 libras de lentejas para prote- gerlo, pero aún más complicada fue la enorme operación de ingeniería para trasladarlo y colocarlo en el centro de la plaza de San Pedro, lo que se convirtió en todo un espectáculo con público in- cluido. Este viaje por la basílica cuenta tam- bién las historias de todos los artistas que colaboraron en su construcción y que, recuerda Martínez-Brocal, “eran perso- nas capaces de crear una increíble belle- za y, a veces, auténticos desastres en su vida privada”. Cuenta el libro que Gian Lorenzo Ber- nini, niño mimado de los papas por su genialidad, la lió en varias ocasiones y Urbano VII tuvo incluso en una ocasión que “concederle el perdón, ahorrarle una multa y darle un consejo paterno: ‘quizá ha llegado el momento en el que usted encuentre esposa'”. Según el autor, la búsqueda de los restos de san Pedro, “una aventura ar- queología a lo Indiana Jones”, es otro de los capí- tulos apasionantes. Martínez-Brocal señala que esta obra puede ser un buen libro “de prepara- ción” de una visita a San Pedro para que el turista consiga salirse de los reco- rridos habituales y pararse en “los rincones” descono- cidos, como el atrio, donde todos pasan de largo y en el que trabajó un joven Francesco Borromini y que fue justo lo que le lanzó a “ser lo que fue”. En el atrio se encuentra el portón cen- tral, una solida puerta de bronce y bri- llantemente esculpida por un artista “que acabo su vida como espía”. “Otra de las historias apasionantes que nunca te ha- bían contado”. El libro clave para descubrir ‘El Vaticano como nunca te lo habían contado’ POR CRISTINA CABREJAS EFE Foto de cortesía EL PERIODISTA español Javier Martínez-Brocal.

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Page 1: E1 Gerardo Muñoz: El fantasma de Lamar Schweyer...Gerardo Muñoz:El fantasma de Lamar Schweyer POR CARLOS A. AGUILERA Especial/el Nuevo Herald CARLOS A. AGUILERACoresíat E l periodista

DOMINGO 22 DE JULIO 2018 5DLibrosELNUEVOHERALD.COM

E1

L a figura de Alberto LamarSchweyer seduce no solo por subiografía: murió con 40 años,llegó a ser Jefe de Prensa de

Gerardo Machado, y perteneció a aquelgrupo -Los Minoristas- que, comandadospor Martínez Villena terminaron porexpulsarlo en 1927. Sino, también, porsus ideas, desfasadas y reactivas casitodas, y por su “estilo”, importante paraentender qué se movía a principios delsiglo XX en la isla. Agradeciendo queBokeh, en su colección Mal de Archivo,acaba desacar En-sayos sobrepoética ypolítica, laprimeraantologíaque sehace sobresu obra,desempol-vamos elfrac y nossentamosa hablarcon Gerar-do Muñoz,ensayista y académico culpable de estelibro.

En el prólogo a Ensayos sobre poéticay política dices que la presencia deLamar Schweyer ha sido para losarchivos cubanos “fantasmal e inter-mitente”, ¿por qué?

Creo que la figura de Lamar Schweyerla comprendemos mejor como una pre-sencia fantasmal, puesto que nuncadesaparece del todo ni llega a ser borra-da de los archivos. Quizás debemosdistinguir entre un olvido sin huella yuna presencia fantasmal que aparece pormomentos en negativo, esto es, comolímite para dotar una postura de verosi-militud ideológica o política. En la figurafantasmal está implícita la idea del re-torno de lo reprimido. De ahí la continualatencia de Lamar en el archivo cubano.Te doy un ejemplo: Alejo Carpentier enuna conferencia sobre su itinerariointelectual, con mucha astucia llega adecir que Lamar Schweyer fue el grantraidor de un grupo de intelectualesradicales y militantes de la época, dadasu defensa teórica de la dictadura deMachado en Biología de la democracia(1927). Pero luego, no dice mucho más.Sin embargo, la posición moral de Car-pentier y su reconstrucción de ese tiem-po es incomprensible sin esa operación

de denegación.No deja de ser curioso, sin embar-

go, que el dictum de Schweyer en eselibro que mencionas: la dictadura es“la forma que mejor se ajusta a lacomposición psíquica del latino-americano”, haya tenido (por lo me-nos en el caso cubano) una realidad

irónico-macabra, ¿no?Sin duda, y no hay que olvidar que las

posturas que se quieren hegemónicassiempre conducen a efectos “irónicos” uopuestos, como dices. Me parece quetocas el vórtice esencial, puesto que lomás actual de una figura como Lamar esque localiza y nos devuelve lo que signi-

fica la absolutización de la política. Elcastrismo comparte esa absolutizaciónno solo desde la forma dictatorial yunipersonal, sino también desde princi-pios como los de unidad, sacrificio co-lectivo y convergencia entre un lideraz-go fuerte y el cuerpo orgánico del Pue-blo. Todo un cosmos político construidoa partir de “principios irreformables”.

Una de las cosas que subrayas eneste libro es la inactualidad de LS.¿Crees que esta inactualidad ayuda adarle forma a su estilo literario?

Cuando hablo de ‘inactualidad’ enrealidad estoy tomando distancia decierta uso instrumental que busca hacerpolítica desde su figura. Me parece queel agotamiento de la política hoy es talque resulta muy naíf intentar algo asícomo ‘un rescate’ de Lamar. La crisis dela democracia contemporánea tampocopuede resolverse desde su disoluciónefectiva. Pero diría algo un poco máspolémico: la literatura hoy también seencuentra completamente agotada,incapaz de renovación. De ahí que inte-rese menos la literatura y mucho máscierta idea de escritura en un sentidofuerte del término. Esto quiere decir queno hay actualidad alguna de la vanguar-dia artística, aunque Lamar fuera uno delos primeros latinoamericanos en escri-bir sobre el futurismo italiano. Queda laescritura y la relación que cada escritortiene con su lengua. Es en ese filo dondeningún experto o pedagogo tiene nadaque decir. En Lamar ese estilo tuvo reco-rrido desde sus tempranos ensayos hastasu novela Vendaval en los cañaverales(1937), escrita entre Nueva York y París.

¿Alguna otra figura, en su época,que pueda ser equiparada a la deLamar Schweyer?

En el cono sur, hubo figuras que pormomentos lograron fisurar este molde:pienso en Ezequiel Martínez Estrada,quien pasó de un interesante ensayismocriollo a un antiperonismo crítico, paraluego desembocar en la revolución cuba-na a la que leyó bajo el rarísimo signo dela utopía de Tomás Moro. Su narrativa,como las dos novelas de Lamar, no de-jan de ser menos interesantes, ya quedesentraña los lugares comunes de laépoca.

¿Qué “cocinas” ahora?Está por salir el último número de la

revista Papel Máquina que he editadosobre el pensador italiano GiorgioAgamben. Y también estoy trabajando,junto con un colega, en un libro colecti-vo sobre el soberanismo catalán y lacrisis territorial en España. A más largoplazo, un proyecto sobre la revolucióncubana como stasis o guerra civil. Peroesto me llevará más tiempo.

Gerardo Muñoz: El fantasma de Lamar Schweyer

POR CARLOS A. AGUILERAEspecial/el Nuevo Herald

CARLOS A. AGUILERA Cortesía

E l periodista español Javier Martí-nez-Brocal reconoce que cadadía que pasaba por delante de labasílica San Pedro se daba cuen-

ta de lo poco qué sabía de esta maravilladel arte y centro de la cristiandad y deci-dió que alguien tenía que escribir ElVaticano como nunca te lo habían conta-do.

En una entrevista, Martínez-Brocalbromea sobre que el título de su nuevolibro El Vaticano como nunca te lo habíancontado puede resultar algo presuntuoso,pero asegura que, tras muchas búsque-das, no consiguió nunca “encontrar nadaparecido”.

Una guía, pero también un libro divul-gativo, que colmase la búsqueda de lahistoria completa y amena de la basílicavaticana, desde su perspectiva de mara-villa arquitectónica, al recorrido por elcontexto histórico de los 120 años quellevó su construcción (1506-1626), perotambién su carga espiritual.

Todo ello a través de sorprendenteshistorias de espías, traiciones, escarceosamorosos, rivalidades entre artistas,imprescindibles para conocer el verdade-ro San Pedro.

Martínez-Brocal, director de la agenciade noticias vaticanas, Rome Reports yescritor de El Papa de la misericordia(2015), comenta que “los turistas seconforman con ver algunas cosillas y loque les cuentan, que es un 3 por cientode toda la información. Faltaban la cla-ves para conocer de verdad San Pedro”.

El libro recorre la historia de la cons-trucción de la basílica y de los papas quefueron ordenando sus remodelacionescon historias increíbles.

Una de ellas es la de los dos artistasque decoraron el interior de la cúpulaGiuseppe Cesar, conocido como el Caba-llero de Arpino, y Giuseppe Roncalli,llamado Pomarancio, que terminaron“como el rosario de la aurora, con elprimero que le pegó una paliza al otro yacabó condenado a muerte en la cárcelpor tener armas prohibidas en su casa”.

Se libró de la pena cediendo todas susobras y las de sus discípulos, entre ellosCaravaggio o Guido Reni, al pontíficePablo V que las cedió a su sobrino elcardenal Scipione Borghese y que ahoraforman parte de la colección pictórica dela Galeria Borghese, en Roma.

En la historia de la Iglesia y del arterepleta de hombres, el libro de Martínez-Brocal cuenta cómo entre las tumbaspapales hay tres mujeres enterradas en labasílica vaticana: Cristina de Suecia, la

princesa polaca MaríaClementina Sobieska y lacondesa Matilde de Ca-nossa.

El autor ha realizadouna auténtica investiga-ción entre decenas devolúmenes, algunos comouna interesante guía delsiglo XVII, para recons-truir, por ejemplo, cómollegó hasta la plaza de SanPedro el enorme obeliscoegipcio de 3,200 años, 25metros de altura y 250toneladas.

César Augusto se lo trajo de Egipto enel año 30 antes de Cristo en una enormebarcaza y fue depositado sobre2,800,000 libras de lentejas para prote-gerlo, pero aún más complicada fue la

enorme operación de ingeniería paratrasladarlo y colocarlo en el centro de laplaza de San Pedro, lo que se convirtióen todo un espectáculo con público in-cluido.

Este viaje por la basílica cuenta tam-bién las historias de todos los artistas quecolaboraron en su construcción y que,recuerda Martínez-Brocal, “eran perso-nas capaces de crear una increíble belle-za y, a veces, auténticos desastres en suvida privada”.

Cuenta el libro que Gian Lorenzo Ber-nini, niño mimado de los papas por sugenialidad, la lió en varias ocasiones yUrbano VII tuvo incluso en una ocasiónque “concederle el perdón, ahorrarle unamulta y darle un consejo paterno: ‘quizáha llegado el momento en el que ustedencuentre esposa'”.

Según el autor, la búsqueda de losrestos de san Pedro, “una aventura ar-

queología a lo IndianaJones”, es otro de los capí-tulos apasionantes.

Martínez-Brocal señalaque esta obra puede ser unbuen libro “de prepara-ción” de una visita a SanPedro para que el turistaconsiga salirse de los reco-rridos habituales y pararseen “los rincones” descono-cidos, como el atrio, dondetodos pasan de largo y enel que trabajó un jovenFrancesco Borromini y quefue justo lo que le lanzó a“ser lo que fue”.

En el atrio se encuentra el portón cen-tral, una solida puerta de bronce y bri-llantemente esculpida por un artista “queacabo su vida como espía”. “Otra de lashistorias apasionantes que nunca te ha-bían contado”.

El libro clave para descubrir ‘El Vaticano como nunca te lo habían contado’

POR CRISTINA CABREJASEFE

Foto de cortesía

EL PERIODISTA español Javier Martínez-Brocal.