e. rozas acerca del nivel manifiesto de la dinámica de grupos
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ACERCA DEL NIVEL MANIFIESTO EN LA DINÁMICA DE GRUPOS
Aportes a la lectura de lo grupal a partir de la teoría de Kurt Lewin
Lic. Elena Isabel Rozas
Las teorías sobre grupos que incluyen en sus bases conceptuales
aportes del Psicoanálisis, explican los fenómenos grupales buscando sus «organizadores»; es decir, aquello que, ubicado en el nivel de lo latente,
organiza y por lo tanto explica (o permite entender) el fenómeno que sucede a nivel de lo manifiesto.
En la teoría de los grupos operativos, estos organizadores son dos:
la constelación necesidad-objetivo-tarea y la mutua representación interna. De modo que todo lo que podamos observar (y en ese sentido,
pensar o analizar) en un grupo tendrá desde esta teoría una lógica que podremos desentrañar si consideramos dichos organizadores.
Entiendo que el punto de partida para una adecuada comprensión del organizador necesidad-objetivo-tarea implica enriquecer el análisis del
trabajo grupal en pos del objetivo (que hace la Dinámica de grupos) con la consideración de la activación de las ansiedades básicos (conceptos
pichonianos desarrollados a partir de la teoría kleiniana). De hecho, esto es lo que permitió a Pichon Rivière construir un dispositivo que pasa de los
grupos centrados en el grupo (Kurt Lewin) a los grupos centrados en la tarea. Pero esto nos exige el esfuerzo de mantener la mirada en lo colectivo en los grupos, a nivel de lo que circula en la totalidad del campo
grupal (entre el objetivo y las ansiedades) y sólo desde allí y de ser necesario, considerar los efectos de lo grupal sobre lo individual, para
evitar el riesgo de caer en una lógica de grupos centrados en el individuo. A partir de aquí y como aporte a esa mirada sobre lo colectivo en la
lectura de lo grupal, el presente artículo intenta a) recapitular sintéticamente los conceptos centrales de la teoría de
Kurt Lewin y su escuela, dado que Pichon Rivière señala como punto de partida para la comprensión de los fenómenos grupales a la teoría de la
Dinámica de grupos; b) plantear algunos aportes propios que rescatan y valorar esa
lógica.
Para la enorme mayoría de las corrientes que teorizan y trabajan a
nivel de lo grupal, los grupos son básicamente conjuntos de personas que interactúan en pos de un objetivo. Sin necesidad
reconfigurada como objetivo común, no hay pasaje de la serialidad a la grupalidad. Es importante entonces, enfatizar la visualización de los
grupos como sistemas de interacción en su trayectoria hacia el objetivo. Y este es el primer y gran aporte de la Dinámica de grupos1. 1 «Dinámica de grupos» es el nombre de la corriente liderada por Kurt Lewin, aunque
suele ser utilizado para nombrar a todo el conjunto de teorías sobre lo grupal (muy diversas entre sí). Considero que no debemos confundir esta corriente con las otras, ni
en su nombre ni en la singularidad e importancia de sus aportes.
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Para Kurt Lewin, el grupo es un sistema de interdependencia entre los integrantes del grupo y los elementos del campo social
dinámico (objetivos, recursos, normas, canales y barreras de la comunicación, estructura de roles, entre otros elementos constitutivos).
En el seno de ese campo social se desarrolla un sistema de
tensiones positivas o negativas que corresponden al juego entre posibilidades y dificultades en relación con los objetivos; la conducta del
grupo consistirá así en el sucesivo conjunto de operaciones tendientes a resolver esas tensiones para a restablecer un equilibrio inestable en el
camino hacia la consecución del objetivo. En tanto hay conducta, es necesario pensar que ese campo social
dinámico que es el grupo, dispone de cierta cantidad de energía, que grupalmente es distribuida en dos tipos de actividades:
Actividades de locomoción: las que permiten que el grupo se desplace hacia su objetivo.
Actividades de mantenimiento: trabajo grupal sobre las relaciones interpersonales (desde la perspectiva de los integrantes); la homeostasis permanente es necesaria para el mantenimiento de la
cohesión grupal2 (desde la perspectiva del grupo). El grupo utiliza su energía para la resolución de estos dos sistemas
de tensión. Si los objetivos grupales logran ser más atractivos que otros
elementos del campo, la energía se dirige hacia las actividades de locomoción. Si la tensión se resuelve (a medida que se alcanzan los
objetivos) las posiciones de los integrantes se perciben mutuamente y se aceptan con tolerancia; cada uno contribuye en forma instrumental y esto
refuerza la cohesión. Cuando la energía se utiliza demasiado en el mantenimiento, la
energía de locomoción disminuye y el grupo se bloquea por exceso de energía de mantenimiento y se disgrega o estalla.
Cuando la energía se utiliza demasiado en la locomoción, la energía
de mantenimiento disminuye tanto que los integrantes deberán comportarse como autómatas, con estallido a mediano o largo plazo.
En su constitución, en el momento de su emergencia, el grupo se
organiza como un sistema de interdependencia. Lo que lo constituye, es lo que lo mantiene cohesionado. Festinger y Schachter definieron la
cohesión como «la totalidad del campo de fuerzas que tienen por efecto mantener juntos a los miembros de un grupo y resistir contra las fuerzas
de desintegración». Una definición más adecuada a la perspectiva de los integrantes es aportada por Kelley y Thibaud, al decir que cohesión es «la atracción global del grupo para todos sus miembros».
Entonces, pregunto: ¿Y qué mantiene cohesionado al grupo? ¿Qué lo constituye? ¿Qué lo
organiza? El grupo se organiza al organizar una estrategia para alcanzar el objetivo. De modo que los otros dos componentes centrales
2 «Cohesión» es en Física, la fuerza que mantiene unidas a las moléculas de un cuerpo.
La misma idea expresa en Sociología a la solidaridad y la moral y en Filosofía social a la
integración.
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en la dinámica de grupos son las redes de comunicación y el modo de la toma de decisiones.
A partir de esto, propongo, desde la Dinámica de grupos el siguiente
Esquema de análisis de grupos
Redes de Toma de decisiones Locomoción comunicación
Poder energía Estructura de roles
Cohesión Mantenimiento
Ante este esquema, insisto en que si los objetivos grupales son alcanzados (o si son considerados el eje central de la actividad) los
integrantes se perciben mutuamente y se aceptan con tolerancia; cada uno contribuye en forma instrumental y esto refuerza la cohesión.
El tipo de red de comunicación es condición y posibilidad de la calidad y la potencia de la actividad grupal tanto a nivel de locomoción
como de mantenimiento. Así, por ejemplo una red de comunicación del tipo «todos con
todos» permite alcanzar el objetivo con mayor eficacia y grado de satisfacción para sus integrantes, en especial en el caso de problemáticas
complejas. En cambio, una red de comunicación del tipo «cadena» hace que quien ocupa la posición central tienda a ejercer el liderazgo y sufrir un
mayor y más rápido desgaste.
El modo de la toma de decisiones determina si se trata de un grupo más o menos rígido en su estructura de roles, más o menos jerárquico, más o menos activo y dinámico en su capacidad de procesar
información (ligado al tipo de red de comunicación) y alcanzar el objetivo. El modo de la toma de decisiones se inscribe en la perspectiva de la
locomoción; es relativo a la planificación del proyecto. ¿El grupo decide por votación simple? ¿Por consenso? ¿Por imposición según las fuerzas
relativas? ¿Por negociación abierta o encubierta? Como pista, es importante considerar que el consenso es «la conciencia, en los
integrantes del grupo, de la existencia de sentimientos compartidos, de opiniones o ideas comunes, de una percepción idéntica de una situación»
(Bennis y Shepard) Es fácil pensar las redes de comunicación como un fenómeno
central en la vida grupal. Están ligadas tanto al modo de la toma de decisiones como a los caminos para el mantenimiento de las relaciones
interpersonales/cohesión. En primer y último término, la comunicación grupal es el nivel en que los grupos se organizan. La
comunicación alude a un conjunto de interacciones, de intercambios. La
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forma de esos intercambios condiciona las relaciones entre los integrantes: La forma de la comunicación in-forma al grupo, lo hace
emerger como lo que es. Podemos definir entonces la comunicación como el conjunto de
procesos físicos y psicológicos por los que un sistema de interdependencia
grupal se organiza con vista a sus objetivos específicos.
La estructura de roles se desprende de este esquema como la división del trabajo grupal en vistas a la consecusión de sus objetivos
(roles de locomoción) o al mantenimiento de la cohesión (roles de mantenimiento).
En este punto creo importante puntualizar sobre el tema del poder
en los grupos, ligado a la estructura de roles. El grupo emerge a partir de su organización como red de
comunicación en que se decide una estrategia para alcanzar el objetivo colectivo. Allí aparece la energía disponible para sostener la actividad, tanto en cantidad como en calidad: su poder y su cohesión.
Desde las investigaciones antropológicas se desprende que el grupo es el que mantiene el poder (a partir de su capacidad social para «hacer»)
y lo ejerce como unidad indivisa, delegándolo temporal o situacionalmente (en una suerte de contrato revocable) a quienes considera más aptos para
llevar adelante las actividades que grupalmente se consideran adecuadas para alcanzar las metas.
Por su parte, en los grupos experimentales y los naturales estudiados, se constata que las conducciones o liderazgos preimpuestos o
formalmente establecidos, deben lidiar con los liderazgos emergentes que las redes grupales espontáneamente establecen. De modo que aún hoy, el
grupo se constituye como poseedor del poder y lo delega a aquel de sus integrantes que situacionalmente resulta más eficaz.
En este punto es importante aclarar que la famosa investigación dirigida por Kurt Lewin sobre climas sociales (1939) refiere al clima
grupal generado por el tipo de conducción prescripta (líder formal, monitor o coordinador) y no al rol del líder propio del análisis pichoniano
(depositario de los aspectos positivos del grupo en cada aquí y ahora y en relación con la tarea situacionalmente considerada).
Por último, la investigación sobre cambio social (1943) fue la que originó tanto la noción de cambio social planificado como la de
resistencia al cambio (entendida ésta como tendencia grupal a mantener el equilibrio inestable en el interjuego de las fuerzas que lo constituyen como campo social dinámico).
Ambas investigaciones se constituyen en otros aspectos iluminadores sobre los modos de la coordinación adecuados desde la
teoría de la dinámica de grupos.
Bibliografía: Anzieu, D.: La dinámica de los grupos pequeños. Biblioteca Nueva. Madrid. 1968.
Maissoneuve, J.: La dinámica de los grupos. Nueva Visión. Bs. As. 1968. Apuntes personales.