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Editorial

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SUMARIO

3 EditorialMario Melgosa

5 De dioses y de hombresEnrique Ordiales

8 Centinelas de la mañanaClemente Sobrado

10 Una economía al servicio...

12 Adictos al trabajoEsther Marín

14 Enriquecer relaciones familiaresM. Melgosa

16 Darte gracias, SeñorSanxao

17 Catequesis juveniles (7)(R)

21 ¿Escuchar sin pararse?Jesús Prieto

22 Juana, testigo de la PasiónGema Sáez

24 Viñetas pasionistasZenón Urigüen

25 FragilidadMari Jose Laña

26 La madre de ManoloPedro Mª Zalbide

28 GaliciaRosendo Díaz

30 Un hombre, una familia...Germán A. Méndez

32 EuskeraTxema Arzalluz

33 Martzel Andrinua

34 Virutas

¡Notición!

e moría de sed, y a cuatro pasos se podía es-cuchar el rumor del arroyo, oculto entre la ma-

leza. Se moría de soledad, y Alguien le estabasusurrando: “No temas. Estoy contigo”. Llorabala oscuridad de su casa, y nunca se atrevió aabrir las ventanas para que entrara la luz, un ai-re nuevo y un reflejo del cielo. Se retorcía de do-lor, y allá estaba Él, con sus llagas ya gloriosasde aquella horrible crucifixión.

Y, por ¡notición!, increíble. Ni nuestros ojosestán hechos para ver su resplandor, ni nuestrasmanos para tocarlo, ni nuestra mente para com-prenderlo. Sólo la sangre nos trae rumores que lehacen desear la inmortalidad al corazón; digo, lainmortalidad al amor: ¡una corazonada! No esprudente desoír las corazonadas. Las corazona-das abren las puertas a muchas realidades queno alcanzan los sentidos ni el raciocinio. El queama, dice al amigo: “no te me mueras”, y lo repi-te contra toda evidencia. La muerte cierra la últi-ma puerta a los amantes (pongamos padres, her-manos, amigos…): nos separa del último abrazo,del último beso. Pero “algo” intuye el corazón.

“No busquéis eNtre los muertos al que vive” “No está aquí. Ha resucitado”

Demasiado hermoso para ser real. De muchasmaneras aparece esta incredulidad en las men-tes de los apóstoles, acostumbrados a juzgar porel realismo de lo que ven sus ojos y tocan susmanos, ajenos a los misterios esotéricos. Perosus resistencias fueron cayendo al paso de sen-tir que sus vidas iban cambiando; que sus men-tes se abrían al misterio salvador de aquel Jesús;que sus corazones ardían con un fuego extraño;

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DE DIOSES Y DE HOMBRES

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Mario Melgosa

Editorial

7

Enrique Ordiales

sileNcios y comeNtarios

No he oído muchos comentarios, ni entreamigos ni en la prensa. Creo que a vecessentimos vergüenza de mostrar nuestra fe,en una sociedad cada vez más hostil conella. En Francia, sin embargo, todos losmedios se han hecho eco y han alabadounánimemente la película que, además, haobtenido el GrAN PrEmio DEL JurADo DECANNEs 2010 y, recientemente, el PrEmioCésAr AL mEJor FiLm DEL Año 2010. El públi-co francés ha estado también a su altura,siendo durante seis semanas la películamás vista en el país del laicismo.

aNte todo, uNa películaprofuNdameNte religiosa

ya en la primera escena resuenan los ver-sículos del salmo 82, a los que se refiere eltítulo: «Yo había dicho: `Vosotros sois dio-ses, todos vosotros, hijos del Altísimo´. Pe-ro ahora moriréis como el hombre, caeréiscomo un príncipe cualquiera». (sal 82, 6-7).

El director no utiliza a los monjes paranarrar la guerra civil argelina. ésta, así co-

mo los acontecimientos políticos y sus re-percusiones locales, sirven para enmarcarlos hechos en un ambiente progresivamen-te más violento, en los que se enfrentangrupos de terroristas islámicos y la armadaargelina. Los terroristas degüellan a ungrupo de obreros croatas cerca del monas-terio; la armada se ofrece a proteger a losmonjes, que se niegan.

Poco a poco los terroristas se acercanhasta que, la noche de Navidad, entran enel convento para pedir ayuda médica. Todoello narrado desde el punto de vista de losmonjes trapenses, mostrándonos su voca-ción de oración y caridad, su relación fra-terna con los musulmanes y su vida coti-diana a través del “ora et labora”, siguiendoel ritmo de la oración común, los cantos li-túrgicos, el trabajo en el campo, la venta desus productos en el pueblo, la atención mé-dica a la población e incluso los silencios,que también son importantes. se acentúala vida en común y las relaciones fraternascon los musulmanes que viven en los alre-dedores.

ace tres meses conmemorábamos el nacimiento de Jesús. Al son de villancicos renovamos con gozo ese encuentro con el Emmanuel,Dios-con-nosotros. Desde que Dios se hace hombre, lo humano y lo divino hanquedado unidos para siempre. Jesús asume totalmente la existencia humana,

incluso la muerte. Este mes recordaremos su pasión, muerte y resurrección. Hablando del misterio pascual, fui a ver la película “DE DiosEs y DE HombrEs”. Pe-

lícula dramática que recoge los tres últimos años de la vida de siete monjes trapen-ses franceses encarnados en un rincón perdido del corazón del Atlas argelino. Paramí ha sido como una página del evangelio, un recuerdo de la pasión, que no acabacon la muerte, sino con la resurrección.

HHy una presencia reconfortable les curó de sus vacilacio-nes y de sus viejos miedos. Era la presencia del Señorcrucificado-resucitado. Era el grito al mundo de la victo-ria sobre la muerte. Era la respuesta de Dios al grito dela sangre.

Él ha enseñado al mundo con su vida y sus palabrasel camino de la vida, camino que hay que andar en elamor. El amor a sus hermanos le llevó a cargar connuestras vidas, hasta que se la arrebataron, colgándolode una cruz. Él es la Palabra de Dios al hombre.

Los trágicos sucesos del viernes santo le adentra-ron en la noche más profunda del mal y del mundo, en lasoledad más espantosa, bajó -para salvar a sus herma-nos- a los infiernos más profundos del pecado, donde loshombres matan al hombre. Pero la puerta que cierra eltiempo del hombre es la puerta que Dios abre al hijo delhombre que ha amado a sus hermanos y se ha desvivi-do por ellos.

El hombre es algo más que polvo de estrellas, que undesecho de cenizas. Lo anunció ya el Génesis: el hom-bre lleva un aliento divino que le empuja hacia la inmor-talidad. Conocemos las dos fuerzas que rigen el univer-so: la gravedad y la energía; en el hombre, gravedad yenergía son dirigidas por la fuerza divina del amor.

Admiro la gran parábola pascual, la primavera sali-da del invierno. Aplico el oído, y todo son aleluyas quenacen de la tierra anunciando al hombre la resurrección.

Algo intuyó el orante bíblico cuando cantaba pletóri-co de alegría: “¡Aleluya! Éste es día del Señor, sea nues-tra alegría y nuestro gozo. Yo no he de morir, yo vivirépara cantar las hazañas del Señor”. Algo intuían los anti-guos cuando nos dejaron escrito: “El amor es más fuerteque la muerte”. Poco nos amaría Dios, si después de ha-bernos dado a probar el amor, no nos abriera las puertasde la muerte que dan paso a la Vida.

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Pero Xavier beauvois persigue y con-sigue meternos en la piel de cada uno delos monjes. El verdadero combate está ensu interior: sus dudas, sus miedos, sus es-peranzas… El realizador pone el acentosobre la mirada fraterna, sin prejuicios nidistinciones, con la que los monjes con-templan a los habitantes de la región, seanestos partidarios de los grupos islámicosescondidos en las montañas, o favorablesa la armada argelina. El verdadero comba-te es interior: marchar o quedarse. El es-pectador no tiene más remedio que pre-guntarse como los monjes:

Difícil elección que culmina con laevocación de la “última cena”.

Todos y cada uno de los monjes van pa-sando delante de la cámara, en cuyos ros-tros podemos ver la emoción y el presenti-miento de su muerte próxima, mientrassuena la música de El Lago de los Cisnes.Luego vendrá el prendimiento y el vía cru-cis sobre la nieve… Es la última vez quelos vemos. El director evita expresamentemostrarnos el asesinato de los monjes, hu-yendo quizás del morbo. yo lo agradecí. ElCalvario estaba suficientemente evocado.

Hace mucho, muchos años, cuando yoera joven, vi una película, cuyo nombre norecuerdo, sobre la vida de santo Tomás

moro. salí un poco indignado, pensandoque aquel hombre había buscado el marti-rio o no lo había evitado por pura cabezo-nería. Probablemente reflejaba la visiónprotestante sobre un catolicismo funda-mentalista y fanático. Aquello no me pare-cía un santo. Esta película es, sin embar-go, para mí, muy diferente.

No fue uNa muerte buscada

No se buscaba la muerte, sino la fidelidada la gente del lugar, al pueblo sufriente. Losgrupos extremistas de la guerrilla exigieronque todos los extranjeros salieran del país,pero la casi totalidad de misioneras y mi-sioneros presentes en Argelia se quedaron.

Los trapenses fueron las víctimas ex-piatorias. Ellos, desde las montañas delAtlas, en el silencio y el servicio humilde alas poblaciones, habían optado por la noviolencia y el diálogo con los hermanosmusulmanes. Fueron un ejemplo frente a laviolencia de los fundamentalismos de cual-quier signo.

No fue una muerte buscada. En sutestamento espiritual, que el prior, Chris-tian-marie Chergé, escribe dos años antes,dejaba constancia de ello, así como de surespeto a la fe islámica, de su amor al pue-blo argelino, de su perdón “al amigo del úl-timo momento que no habrá sabido lo quehacía”. Extracto aquí algunos párrafos:«No podría desear una muerte semejante.Me parece importante declararlo. No veocómo podría alegrarme del hecho de queeste pueblo que amo fuera acusado indis-criminadamente de mi asesinato»«Si Dios quiere podré, pues, sumergir mimirada en la del Padre para contemplarjunto con Él a sus hijos del Islam, así comoÉl los ve, iluminados todos por la gloria de

Cristo, fruto de su Pasión, colmados por eldon del Espíritu, cuyo gozo secreto serásiempre el de establecer la comunión y res-tablecer la semejanza, jugando con las di-ferencias.»

«Y a ti también, amigo del último instanteque no sabrás lo que estés haciendo, sí,porque también por ti quiero decir este gra-cias y este a-Dios en cuyo rostro te con-templo. Y que nos sea dado volvernos a en-contrar, ladrones colmados de gozo, en elparaíso, si así le place a Dios, Padre nues-tro, Padre de ambos. Amén. Inschallah».

la fuerza del Hombrecolgado eN la cruz

La forma cruel, casi sádica, en la que Je-sús murió, no fue tampoco por voluntad delPadre, sino como consecuencia natural dela crueldad de los hombres, que no pudie-ron, y no podemos, tolerar la presencia deljusto en medio de nosotros. Jesús molesta-ba a los poderosos, y éstos decidieron ma-tarlo. Jesús pudo haber escapado, lo hizoal menos en tres ocasiones, pero “no habíallegado su hora”:

La primera vez, en el comienzo de supredicación en Nazaret, cuando sus paisa-nos “le llevaron a una altura escarpada delmonte sobre el cual estaba edificada su ciu-

dad para despeñarle. Pero Él, pasando pormedio de ellos, se marchó” (Lc 4,29-30).

La segunda vez, en la “Fiesta de laDedicación”, en Jerusalén: unos judíos lepreguntaron que dijera de una vez si era ono el mesías. Jesús les dijo entre otras co-sas que “El Padre y yo somos uno”, por loque los judíos quisieron apedrearlo, e «in-tentaron arrestarlo de nuevo, pero él se lesescapó de las manos. Pasó a la orilla delJordán, donde Juan bautizaba en otro tiem-po, y se quedó allí» (Jn 10, 22 ss).

La tercera, cuando el sanedrín decidióejecutarlo: «Así, a partir de aquel día, acor-daron darle muerte. Por eso Jesús ya noandaba públicamente entre los judíos, sinoque se marchó a una región próxima aldesierto»... (Jn 11,53-54).

si se hubiera librado antes de la pa-sión, si hubiese llegado a un acuerdo conlos poderes de este mundo o se hubiesedejado sobornar, el mundo no sería el mis-mo. Los poderosos no tendrían ningún fre-no, y ahora la humanidad en su inmensamayoría estaría esclavizada y explotadapor unos pocos... Lo siguen intentando, pe-ro ahora tenemos Alguien a quien mirar, cu-yo Espíritu reside en nuestros corazones.Es él, el Espíritu, el que ha acompañadosiempre a estos monjes cistercienses.

¿Qué hacen o qué hacemos aquí en me-dio de un mundo que en su mayoría nosignora, y es cada vez más hostil? ¿mere-ce la pena arriesgar nuestras vidas poresos pequeños servicios a una pequeñacomunidad? ¿No haríamos más y mejoren cualquier otra parte? ¿Podemos dejarsolos a nuestros hermanos musulmanes,víctimas también de esta guerra fratricida?

La noche del 26 al 27 de marzode 1996, siete de los nueve mon-jes presentes en el monasterio-fueron secuestrados en circuns-tancias que no se han esclarecido.

Los siete hermanos fueronasesinados probablemente el 21de mayo de 1996. Las circuns-tancias precisas de los 56 días desecuestro y su muerte quedan to-davía en el misterio.

Sus cabezas, separadas delcuerpo, se enterraron el 4 de ju-nio en el cementerio de su mo-nasterio de Tibhirine

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Clemente Sobrado - Lima

Centinelas de la mañana

uando uno veía a Juan Pablo ii en-corvado, fatigado y casi sin voz, uno

pudiera pensar que era todo lo contrario alo que los jóvenes buscaban. Como si losjóvenes sólo pudieran vibrar con un rokan-rolero. y sin embargo, uno sentía la impre-sión de que, entre el Papa y los jóvenes,los jóvenes y el Papa, había una sintonía yuna empatía de sentimientos increíble. ElPapa revivía en sus encuentros con los jó-venes y los jóvenes se abrían a la espe-ranza en sus encuentros con el Papa.

repasaba este mensaje de Juan Pablo ii,ante la próxima JmJ 15-21 en madrid, paraentenderla mejor, y precisamente en el mo-mento en que acababa de leer otra frase deG. bernanos en “Diario de un Cura rural”,que reclamaba a la juventud: “Lo opuesto aun pueblo cristiano es un pueblo triste, unpueblo de viejos”.

por uN cristiaNismo JuveNil

Aquí extiendo mi reflexión provocado porla necesidad de un cristianismo alegre y,por ello, un cristianismo de jóvenes. sólo lajuventud será capaz de renovar nuestrasangre envejecida, por la nueva sangre de

una juventud capaz de sentir y contemplarel “despertar de la aurora y la nueva prima-vera del Evangelio”..Declarar a los jóvenes como “los centi-nelas de la mañana” significa muchas co-sas. Primero, sentir que son los jóvenes losmejor dispuestos a abrirse a la novedad delnuevo día del Espíritu en el mundo y en laiglesia. Los jóvenes no viven de la historia.Los jóvenes prefieren hacer historia, en vezde contar historias. Ellos viven con el cora-zón abierto a lo nuevo. .Hablar de “la mañana” hoy es no que-darse encerrado en la noche ni en el díaanterior, sino esperar la novedad del díaque comienza. Estoy convencido de que elPapa muchas cosas no las dice a la gentemayor, porque sabe que encontrará resis-tencias. y aprovecha sus encuentros con lajuventud para decirlas. y diciéndolas a losjóvenes, las dice para que las escuche to-da la iglesia..No todos vemos lo mismo o de la mis-ma manera. mientras los viejos vemos elfuturo con cierto pesimismo y con profundanostalgia del pasado, Juan Pablo ii y be-nedicto XVi saben que el joven tiene una

mayor sensibilidad para descubrir los sig-nos de la nueva primavera del Evangelio.Lo que para unos es el ocaso de Dios y lapérdida del sentido del Evangelio, Los pa-pas invitan a los jóvenes en las JmJ a queno caigan en la misma tentación: quedarsetiritando de frío en el invierno de la iglesia. .resulta curioso. mientras unos senti-mos el frío del invierno, otros ya están dis-frutando del despuntar de la primavera. Noqueremos una iglesia triste, que sería unaiglesia de “viejos” como diría bernanos, si-no una iglesia sonriente, una iglesia alegre,esperanzada; la juventud es esperanza..Llama la atención el declarar a los jóve-nes los “vigías, centinelas de la mañana”.Es vigilancia de la novedad del Espíritu queestá llegando. y que por tanto anunciacambios, anuncia lo nuevo, anuncia prima-veras. resulta chocante el que, con fre-cuencia, vivamos más del pesimismo quedel optimismo, vivamos aferrados más alrecuerdo que a la esperanza..Ahora entendemos mejor lo que en1989 decía el Papa a los obispos alema-nes: “Parece necesario volver a ser másarriesgados y más críticos: más críticosfrente a lo aparentemente asegurado e im-prescindible, más arriesgados frente a loposible… Arriesgad esta valiente apertura”.

Nos queda uNa profuNda duda

mientras el Papa pone a los jóvenes enesta tensión de apertura, de esperanza y

de primavera, ¿no estaremos luego noso-tros apagando en ellos ese mismo espíritu?me refiero a la familia, a la parroquia, a loscentros educativos, a la pastoral de la ju-ventud. ¿No estaremos nosotros apagandoel fuego que enciende en ellos el Papa ensus mensaje en estas JmJ? ¿No estare-mos apagando iniciativas, anuncios de pri-maveras, obligándolos a que anclen susraíces más en el recuerdo que en la espe-ranza, obligándoles a mirar para atrás envez de mirar hacia adelante?

benedicto XVi en su Exhortación “La Pa-labra del señor” retoma esta fe y confianzaen los jóvenes a los que considera que“son desde ahora miembros activos de laIglesia y representan su futuro”. y reclamaque no engañemos a la juventud con cami-nos fáciles, sino que requieren “atención almundo juvenil, implica la valentía de unanuncio claro; hemos de ayudar a los jóve-nes a que adquieran confianza y familiari-dad con la Sagrada Escritura, para que seacomo la brújula que indica la vía a seguir”.y les recuerda lo que ya les dijo al comien-zo de su pontificado: “Queridos jóvenes:¡No tengáis miedo a Cristo! El no quita na-da, y lo da todo. Quien se da a él, recibe elciento por uno. Sí, abrid de par en par laspuertas a Cristo, y encontraréis la verdade-ra vida”.

Tagore escribió que “cada vida que nace es laconfianza de Dios en el mundo”. Nosotros tendre-mos que decir: “quien cree en los jóvenes es que

tiene fe en el presente y en el futuro”.

sí llamaba Juan Pablo ii a los jóvenes de hoy, en su mensaje de aquella XViii JorNA-DA muNDiAL DE LA JuVENTuD, el Domingo de ramos, en roma. La frase es más am-

plia: “Hoy urge más que nunca que seáis centinelas de la mañana, vigías que anuncianel despertar de la aurora y la nueva primavera del Evangelio, cuyos brotes ya se vislum-bran. La humanidad necesita imperiosamente el testimonio de jóvenes libres y valientesque se atrevan a marchar contracorriente y a proclamar con energía y entusiasmo su feen Dios, Señor y Salvador”.

AA

CC

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.HACIA UnA CULTUrAA FAVor DE LA PErSonAy DE LA CoMUnIDAD HUMAnA

.Para superar la crisis hemos de promo-ver importantes cambios culturales..El contexto cultural ha hecho posible elarraigo de factores generadores de la cri-sis, por lo que son necesarios en él profun-das reformas..La cultura actual ofrece rasgos ambiguosen las relaciones y conductas individualesy colectivas..La afirmación de la igual dignidad de laspersonas impulsa su emancipación, perotrae individualismo..El individualismo debilita el reconocimien-to de la propia responsabilidad en las con-secuencias sociales de nuestros actos..La crisis nos enseña con dureza que novivimos aislados ni podemos eludir nuestrapropia responsabilidad con los demás..La denominada “cultura de la satisfac-ción” que sólo busca mantener y mejorarnuestra propia situación, mina las bases dela solidaridad.

.una economía con mayor variedad demodelos y tipos de empresa sería más hu-mana y más abierta al bien común.

.MáS ALLá DE LAIDEoLoGíA DEL DESArroLLo

El desarrollo es positivo cuando el progre-so despliega todas las capacidades pro-pias de la dignidad y naturaleza humanas..Necesitamos revisar y reorientar la nociónmisma de progreso..Es necesario entender el desarrollo comovocación que nos mueve a crear las condi-ciones sociales cada vez más favorablespara realizar la dignidad de todos..El desarrollo debe abarcar la dimensiónmaterial, racional y espiritual de las perso-nas..El auténtico desarrollo es el que beneficiaa todos los países y a todas las personas..sólo será sostenible un desarrollo querespete, conserve y recupere la naturaleza,con la ayuda responsable de todos..El verdadero desarrollo nos hace a todosmás hermanos, como hijos de un mismoPadre Dios.

. Estamos llamados a velar especialmentepor la dignidad humana de los pobres ymarginados.

.Un MErCADo AL SErVICIoDEL bIEn CoMún

Los poderes públicos han de regular la li-bertad de mercado para que esté al servi-cio del bien común, no sólo de cada Esta-do, sino también en el ámbito internacional..Es preciso garantizar con equidad la par-ticipación de todos los países en la regula-ción de los mercados.

.UnA EConoMíA PArTICIPATIVA

Hoy las empresas crecen y se desarrollana nivel cada vez más global..Las inversiones en busca de rentabilidad,a corto plazo, tienen una gran movilidad…que ha contribuido al desencadenamientode esta crisis..un cambio de perspectiva en la actividadeconómica abrirá nuevas relaciones huma-nas de solidaridad.

.LA bASE éTICA DE LA EConoMíA

La economía humana necesita una baseética. La vida económica debe estar al ser-vicio de toda la persona y de todas las per-sonas..El biEn común consiste en lograr unascondiciones de vida social que hagan posi-ble el desarrollo de la dignidad de todos..La responsabilidad de construir el biEn

común recae sobre todas las personas ygrupos sociales..Para garantizar el biEn común es de justi-cia tener especialmente en cuenta la digni-dad humana de los débiles. .El biEn común abarca a toda la familia hu-mana; a todas las personas, sean del paísque sean..EL DESTIno UnIVErSAL

DE LoS bIEnES.

El derecho a la propiedad privada no esabsoluto; está vinculado al bien común..La persona tiene derecho a los bienes ne-cesarios para vivir dignamente.

UNa ECONOMía aL SERvICIO DE LaS pERSONaSante la crisis, conversión y solidaridad

Carta pastoral de los obispos de Pamplona, Tudela, bilbao, San Sebastián y Vitoria

Cuaresma-Pascua 2011

uestros Obispos iluminan, desde el pensamiento social de la Iglesia, sali-das a la crisis económica que padecemos. Traemos aquí unas notas “muyextractadas” de los apartados 3) “LO que Debe ser revisaDO”, y 4) “vivir LacariDaD eN La jusTicia, La parTicipacióN, La cOmpasióN y La sOLiDariDaD”.La salida airosa de la crisis está en nuestras manos (en las manos y voluntadde quien maneja los hilos de la economía mundial y de los estados).

N

III - Lo qUE DEbE SEr rEVISADo

Llamadas, pistas y sugerencias concretaspara impulsar el compromiso personal, co-munitario y social ante la crisis..una llamada especial a la comunidad cre-yente. Plagas y rostros de la crisis..La respuesta de la comunidad creyente,exigencia de la fe..Fortalecer una caridad viva y portadora de

IV - VIVIr LA CArIDAD En LA JUSTICIA, LA PArTICIPACIón, LA CoMPASIón y LA SoLIDArIDAD

esperanza..CárITAS En nUESTrAS DIóCESIS.TrES DIMEnSIonES:

.Promover la justicia.

.Acompañar a las personas necesitadas.

.impulsar la caridad en las comunidadescristianas.

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Esther Marí[email protected] al trabajo

n 1968, oates, un profesor de reli-gión americano, utilizó por primeravez el término adicción al trabajopara referirse a su propio trabajo; ylo comparó con el alcoholismo. Lo

definió como “una necesidad excesiva e in-controlable de trabajar incesantemente queafecta a la salud, a la felicidad y a las rela-ciones de la persona”.

siNtomatología

Quienes padecen esta adicción puedendarse cuenta de que su dedicación es exce-siva, pero no lo consideran una enfermedad.sienten una necesidad incontrolable de de-dicar todo su tiempo al trabajo; y éste seconvierte en el centro de su vida por encimade familia, amigos, ocio y descanso. No tie-nen lugar en sus agendas las relacionespersonales, que para ellos son una pérdidaabsurda de tiempo. Los fines de semana olos periodos vacacionales les suponen unmartirio, los consideran excesivos y no sa-ben qué hacer y cómo llenar esos días.

Están obsesionados por hacer cadavez mas cosas, lo que les impide relajarse,descansar y disfrutar. La sobrecarga a laque están sometidos hace que tengan pro-blemas de memoria, que les llevan a olvidara menudo fechas y citas relacionadas consu vida familiar (cumpleaños, aniversarios).El valor del trabajo para ellos es superior alvalor de las relaciones con familiares, com-pañeros y amigos. su vida se organiza entorno al trabajo. La primera en resentirse esla relación familiar: mujer e hijos son vícti-mas de las reacciones del adicto, que trata

a sus familiares como si fueran sus emplea-dos. Es frecuente el divorcio, el alejamientoy la pérdida de las amistades. No suelen ir ala consulta de los psicólogos o psiquiatraspor propia iniciativa.

geNeracióN y proceso

La adicción al trabajo es un proceso que seva instaurando con el tiempo, que se puedesuperar, pero no sin esfuerzo. una personase va haciendo adicta al trabajo poco a po-co a lo largo de los años. Algunos llegan aser adictos al trabajo como forma de evadir-se de los problemas de su entorno cercano,otros por los beneficios económicos o delestatus que les reporta. También hay unporcentaje de afectados que llegan a estadependencia por necesidades de las organi-zaciones en las que trabajan: los entornoslaborales muy competitivos, donde se po-tencian los incentivos por mayor productivi-dad son caldo de cultivo adecuado para es-te problema. un ejemplo lo tenemos en elmodelo americano que vemos en muchaspelículas de “empleado del mes” o de in-centivos de viajes o vacaciones pagadaspor conseguir las metas marcadas.

En ocasiones, el temor a decir no a je-fes prepotentes y exigentes que para con-seguir lo que quieren amenazan con el des-pido, se convierte en abono adecuado deesta dependencia. Detrás de los adictos altrabajo se esconden personas muy compe-titivas, perfeccionistas, ambiciosas e inse-guras, que buscan en la aprobación de sussuperiores el alimento de su autoestima. Alser personas con una baja autoestima la

consecución de logros es lo que aumentasus sentimientos de valía personal. impa-cientes, irritables, con una constante sensa-ción de prisa y urgencia en todas sus activi-dades. A veces suelen ser personas solita-rias que no tienen una red social de familia-res y amigos y a través del trabajo excesivointentan suplir esa carencia. No “gastan”tiempo en cuidar su salud; suelen tener pro-blemas de tabaquismo, obesidad, hiperten-sión e insomnio.

peligrosas coNsecueNcias

La ansiedad frecuente de estas personas,su estrés y excesiva preocupación por eltrabajo hace que su rendimiento se resientay disminuya; para compensar e intentararreglarlo a menudo acuden al alcohol, lacocaína u otros estimulantes como formade recuperar su alto nivel de rendimiento, oal uso de tranquilizantes para calmar su es-trés. A menudo caen en la drogodependen-cia y la ludopatía.

si antes esta adicción sólo afectaba alos hombres, ahora es frecuente en las mu-jeres. Las consecuencias de una adicción altrabajo son devastadoras para el propioafectado y para su entorno. El adicto sienteun gran vacío emocional, su familia y ami-gos se han alejado de el, ha sufrido unaprofunda alteración de su jerarquía de valo-res, y no sabe qué hacer ni cómo llenar sutiempo libre que antes era ocupado en sutotalidad por su trabajo.

¿qué podemos Hacer? .buscar ayuda profesional..reconocer que se ha establecido una rela-

ción enfermiza con el trabajo, que suponeun problema para él, su familia y entorno.

.Aprender a delegar tareas y a trabajar enequipo.

.La jornada laboral tiene una duración deter-minada y no se debe prolongar de formahabitual; el trabajo que se lleve a casa tie-ne que ser la excepción, no la norma.

.Asumir que todos cometemos errores y quenadie es perfecto.

.No podemos tener un control absoluto so-bre todas las cosas; intentar controlarlo to-do nos puede costar nuestra salud física ypsíquica.

.si existe algún problema en nuestra vida fa-miliar, enfrentarnos a él y no utilizar comoexcusa, refugio y forma de evasión el tra-bajo para no afrontarlo. si no podemos so-los siempre podremos pedir ayuda.

.realizar actividades de ocio distintas al tra-bajo y con personas que no pertenezcan almundo laboral.

.Aprender a decir que no a las demandasexcesivas de nuestros jefes, nos puedecostar la primera vez, pero todo es cuestiónde empezar.

En la vida hay muchas cosas a disfrutar; notodo es trabajo. No podemos olvidar que tra-bajamos para vivir; no vivimos para trabajar.

EEComo en todas las adicciones, el primer paso es reconocerque tenemos un problema y buscar ayuda profesional. Así como otro tipo de adiciones son reprobadas, nuestrasociedad a menudo alaba y recompensa al que trabaja enexceso.

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parábola parábola de de

la vidala vida

El gusano y la mariposa El gusano y la mariposa son el mismo sujetoson el mismo sujeto

en estadios de en estadios de desarrollo distintos, desarrollo distintos, en espacios distintos, en espacios distintos,

más cerrados y limitados, más cerrados y limitados, y más libres. y más libres.

ablamos de relación interperso-nal, porque el disfrute familiares el fruto del amor interperso-

nal correspondido, de ida y vuelta.

Las buenas relaciones generanestado de bienestar, diálogos. no sedialoga sólo con palabras pronuncia-das con la boca; las actitudes, losgestos, los detalles, los silencios, lamirada, el tono de voz, son tambiénpalabras, expresiones que favoreceno bloquean el diálogo.

leccióN médica

El amor interpersonal es como lasangre que fluye por todo el organis-mo y lo alimenta y le da vitalidad. ypor seguir con la comparación de lasangre, el amor ha de ser constante-mente oxigenado y enriquecido, y sucirculación, vigilada y cuidada. Siquieren un buen consejo médico, mí-rense la tensión, la alta y la baja. Vi-gilen el colesterol y el azúcar, cuidenla alimentación. Se lo traduzco: siquieren disfrutar de una familia sanaque vivifique a todos sus miembros,vigilen y cuiden las relaciones.

coNtempleN el campo

si les gusta la huerta, admiren la vi-da que le aportan las acequias y elcuidado de los surcos. La acequia re-quiere cuidados, a veces limpieza delfango que las atasca, y otras repara-ciones de fugas de agua. no puedeabandonarse la acequia. Mientras se

desperdicia el agua –por descuido oabandono- se nos va secando lahuerta.

toda relacióN saNa supoNe:.un ofrecimiento en actitud de grancomprensión mutua;.un intercambio: me doy, pero almismo tiempo recibo;.una comunicación de sentimientosen sinceridad;.una comunicación de conocimientomutuo cada vez más completo,empezando por conocerse uno así mismo, y luego aceptarse comoes;.un abrirse y presentarse tal comosomos;.una mutua aceptación, tambiéncon nuestros defectos;.una comunicación profunda en to-dos los planos, poniendo en juegolos cinco sentidos y la parte afecti-va;.una comunicación de lo bueno yde lo malo, compartiéndolo todojuntos;.una comunicación en la igualdad,donde ninguno se siente superiorni inferior al otro…

Vuelvo a la parábola de la sangre,que desde que nacimos no cesa deirrigar todo nuestro cuerpo; y mírensela tensión y el colesterol y también elazúcar. y al ver correr el agua por laacequia, admiren el milagro de vercrecer la huerta en lo que fue desier-to.

La familia es un tesoro divino. Elcielo nos regala el sol y la lluvia; y la

Enriquecer las relaciones familiares

Htierra, semillas para gozar de susfrutos. Pero el hombre ha de traba-jarlas, como la huerta. En el jardíndel paraíso también hay trabajos,pero no agobian.

y celebrar la vida

un buen medio para sanar, cultivary disfrutar las relaciones es cultivarla dimensión celebrativa: festejarcualquier ocasión, aconteci- mientoo efemérides. Las celebracionesnos ayudan a vernos, conocernosde una manera más festiva y grati-ficante. El hombre no es sólo “ho-mo faber”, es un ser lúdico.

Termino por donde empecé:

¿qué tal soN vuestrasrelacioNes?

celebracioNes de matrimoNio

25 años de casados:bodas de Plata

30 años de casados:bodas de Perla

35 años de casados:bodas de Coral

40 años de casados: bodas de rubí

45 años de casados:bodas de Zafiro

50 años de casados:bodas de oro

60 años de casados:bodas de Diamante

¿qué tal soNvuestras relacioNes?

J. Sáenz de buruaga

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CELEBRAR

CELEBRAR

(74)(74

CULTURA YCULTURA Y VIDAVIDASanxao

Darte gracias, Señor

16

a liturgia diaria es para el cristiano un camino seguro para su plegaria y suvida. mientras oremos, meditemos y cantemos con los textos litúrgicos novamos descarriados. Eso sí, que por sernos familiares y sabidos, no los pa-semos sólo por los labios de corrida, sino por la mente y el corazón. Eso

es recordar: pasar por el corazón. Como se dice de maría de Nazaret que guarda-ba todas estas cosas y las meditaba en su corazón.

Los prefacios del misal, 94 en total, describen y motivan los diversos tiem-pos litúrgicos y hasta cada fiesta importante. recogen la sabiduría de siglos que elEspíritu santo ha ido regalando a su iglesia para la oración y la enseñanza. y co-mo introducción (pre-facio) a la gran plegaria eucarística, comienzan siempre porlo más importante: dar gracias a Dios siempre y en todo lugar. La bendición, la ac-ción de gracias, la adoración y la alabanza son los modos más altos, por definiti-vos, de orar. Como dice el libro del Apocalipsis, nunca tendrán fin, pertenecen a laliturgia del cielo. La petición, el gemido y hasta la fe y la esperanza se acabaráncuando el deseo dé paso a la posesión.

Así resulta que dar gracias a Dios y alabarle por su inmensa gloria es, ala vez, nuestro deber y nuestra salvación. Hay personas que entienden y viven es-to de tal manera que, puestos en una necesidad propia o ajena, bendicen, alabany dan gracias al señor. Con ello se sienten atendidas, consoladas y fortalecidas.Porque es justo y necesario, es nuestro deber y salvación.

Después de esta motivación esencial, común a todos, con que se encabezan losprefacios, siguen indicaciones atentas al tiempo litúrgico o a la fiesta en cuestión.El tramo cuaresmal que ahora estamos viviendo, de camino hacia la gran Pascua,está enriquecido con 10 de estos prefacios. De ellos, el primero señala la meta dela Cuaresma y dos medios fundamentales, como dos muletas que se apoyan mu-tuamente, para hacer bien el camino: “Dedicados con mayor entrega a la alaban-za divina y al amor fraterno… para que lleguemos a ser con plenitud hijos de Dios”.Es decir, para redescubrir y vivir el bautismo y ser lo que somos y llevamos den-tro: cristianos.

El amor fraterno, en sus varias dimensiones, verifica y hace auténtica laalabanza divina. y la alabanza divina realimenta y remite constantemente al amorfraterno como su mejor campo de pruebas. y ya que no faltan debilidades y tro-piezos en el camino, “anhelamos, año tras año, con el gozo de habernos purifica-do, la solemnidad de la Pascua”.

Feliz camino hacia ella, amigo.

78Catequesis JuvenilesCatequesis Juveniles

“Es verdad! ¡El Señor ha resucitado yse ha aparecido a Simón!" Lc 24,34. Es elgrito de los discípulos a los de Emaús, alvolver a la comunidad de Jerusalén des-pués de encontrarse con Jesús.

Al principio nadie podía creerlo. Quehabía muerto era evidente. ¿Quién iba apensar que un muerto volviera a la vida?Jesús, durante su vida en la tierra, resucitómuertos (como Lázaro -Jn 11,43s), pero laresurrección de Jesús es distinta: ya nomorirá más.

El cuerpo de Jesús resucitado es unacarne transfigurada, con propiedades es-pirituales: es material y espiritual a la vez.¿Por qué? Porque la carne ha sido espiri-tualizada con la presencia del Espíritusanto. Por eso es nota común a las apari-ciones que al principio a Jesús no le re-conocen (maría magdalena -Jn 20,15; los deEmaús -Lc 24,16, etc).

Es el mismo, pero está transformado;ya no es lo mismo, su humanidad harecibido la plenitud del Espíritu santo.

Resucitó al tercer díaResucitó al tercer día77

jesús, “el primogéni-to de entre los muer-tos” col 1,18; ap 1,5,que ha querido pasarpor el dolor, nos haabierto el camino de lavida nueva por su re-surrección.

mostrar que la resu-rrección de Jesús nos trae una vida nueva.

1. Un AConTECIMIEnTo SorPrEnDEnTE

2. LA rESUrrECCIón: FUnDAMEnTo DE LA IGLESIA

LA PrimErA FórmuLA DE FE que aparece enel Nuevo Testamento es muy básica: "Diosha resucitado a Jesús de entre los muer-tos". La fórmula es un fragmento kerigmáti-co, es decir, de la fe original predicada porlos apóstoles, como atestigua el primer es-crito del Nuevo Testamento, la carta a losTesalonicenses 1,10 (escrita por san Pablo

hacia el año 50 d.C.). En esta primera ex-presión de la fe en Dios aparece el sujeto.¿Por qué? -Porque sólo Dios tiene fuerzapara dar vida a un muerto.

La resurrección es una "nueva crea-ción", por la que todo vuelve a ser hecho. Aligual que en la primera creación, actuó laTrinidad en unidad, así también en la resu-

LL

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1918

rrección: es el Padre el que resucita aJesús y es el Hijo el que resucita por lafuerza del Espíritu santo.

La resurrección de Cristo, realizadacon la fuerza de Dios, es el centro y laoriginalidad de la fe cristiana: "Os anun-ciamos la Buena Nueva de que la Prome-sa hecha a los padres Dios la ha cumplidoen nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús"Hch 13,32-33. La resurrección de Jesús esla verdad culminante de nuestra fe enCristo, creída y vivida por la primera co-munidad cristiana como verdad central,transmitida como fundamental por laTradición, establecida en los documentosdel Nuevo Testamento, predicada como

parte esencial del misterio Pascual al mis-mo tiempo que la Cruz 1 Co 15,3-8.

La fuerza de la resurrección está en eltestimonio de los testigos. Pablo señalaalgunos de ellos: Pedro, los Doce após-toles, un gran número de discípulos y, porúltimo, a él mismo. El mismo Pablo es tes-tigo de la resurrección, y si tiene fe enella y la confiesa con tanta convicción esporque ha sido testigo de primera mano.Primero el testimonio del sepulcro vacío ydespués las numerosas apariciones ha-cen posible que el mensaje de la resu-rrección sea creíble para los testigos ypara aquellos a los que éstos comunicanesta buena nueva.

“Si Cristo no ha resucitado vana esnuestra fe” 1Co 15,17. La fe cristiana tienesu fundamento en la victoria de la vida so-bre la muerte. Esto es lo que nos salva. Lafe en la resurrección nos libera del poderdel mal, del pecado, de la muerte: “Si con-fiesas con tu boca que Jesús es Señor ycrees en tu corazón que Dios le resucitó deentre los muertos, serás salvo. Pues con elcorazón se cree para conseguir la justicia,y con la boca se confiesa para conseguir lasalvación” rm 10,9-10. La confesión deCristo muerto y resucitado es tabla de sal-vación para el creyente.

La resurrección de Cristo transforma

3. LA FE En LA rESUrrECCIón ES FUEnTE DE SALVACIón

5. LA rESUrrECCIón DE JESUCrISTo TrAE UnA VIDA nUEVA

4. LA rESUrrECCIón ES Un AConTECIMIEnTo HISTórICo y TrASCEnDEnTE

el cansancio y la frustración en esperanza.

¡Es posible algo nuevo! ¡siempre esposible el cambio! No hay nada que estéperdido. ésta es la experiencia de los dis-cípulos: con miedo, encerrados en elcenáculo, sólo les hace superar el temorver a Jesús resucitado. Jesús se aparece,y esto les devuelve la esperanza. Así tam-bién los de Emaús cambian radicalmente:de huir de Jerusalén defraudados por eltriste final de Aquel al que habían seguido yhabía "fracasado" en la cruz, pasan avolver rápidamente al descubrir que Jesúsestá vivo. "Y, levantándose al momento, sevolvieron a Jerusalén" Lc 24,33.

EL misTErio DE LA rEsurrECCióN DE CrisTo

es un acontecimiento real que tuvo mani-festaciones históricamente comprobadas,como lo atestigua el Nuevo Testamento.

La credibilidad de las aparicionesviene dada por las notas comunes queen ellas se repiten: es un acontecimientoinesperado, en primera instancia no re-conocen que es Jesús, les cuesta salir dela tristeza en la que están, al principio lescuesta creer que sea Jesús, sólo por susgestos y palabras lo reconocen. Así, porejemplo, los de Emaús salen de Jerusaléndecepcionados y sólo le reconocen cuandoJesús hace el signo de "partir el pan" Lc24,31 y en ese momento se dan cuenta deque su corazón ardía cuando él les habla-ba en el camino Lc 24,32.

Es imposible interpretar la resurrec-ción de Cristo fuera del orden físico, y noreconocerlo como un hecho histórico.sabemos por los hechos que la fe de losdiscípulos fue sometida a la prueba radicalde la pasión y de la muerte en cruz de sumaestro, anunciada por él de antemano Lc22, 31-32. La sacudida provocada por lapasión fue tan grande que los discípulos(por lo menos, algunos de ellos) nocreyeron tan pronto en la noticia de la re-surrección. Los evangelios, lejos de mos-

trarnos una comunidad arrobada por unaexaltación mística, nos presentan a los dis-cípulos abatidos, "la cara sombría": Lc 24,17 y asustados Jn 20, 19. Por eso no cre-yeron a las santas mujeres que regresabandel sepulcro y "sus palabras les parecíancomo desatinos" Lc 24, 11; mc 16, 11. 13.Cuando Jesús se manifiesta a los once enla tarde de Pascua "les echó en cara su in-credulidad y su dureza de cabeza por nohaber creído a quienes le habían visto re-sucitado" mc 16, 14.

muchos se preguntan el "cómo" de laresurrección, pero sólo sabemos el "qué".La fe de la iglesia, atestiguada por los tes-timonios, manifiesta el hecho de la resu-rrección, pero no se concreta la forma.

Nadie fue testigo ocular del aconte-cimiento mismo de la resurrección yningún evangelista lo describe. Nadiepuede decir cómo sucedió físicamente.menos aún, su esencia más íntima, el pa-so a otra vida, fue perceptible a los senti-dos. Acontecimiento histórico demostrablepor la señal del sepulcro vacío y por la re-alidad de los encuentros de los apóstolescon Cristo resucitado, no por ello la resu-rrección pertenece menos al centro delmisterio de la fe en aquello que trasciendey sobrepasa a la historia.

HEmos DE ENTENDEr el sentido de la resu-rrección como complemento al de la muer-te. si por la muerte de Jesús somos libera-dos del pecado y de la muerte eterna, por

la resurrección se nos abre el camino a unavida nueva. En palabras de san Pablo: conla muerte de Cristo muere nuestro hombreviejo y con su resurrección renace el hom-

Separar la Cruz de la resurrección es destruir el misterio central deSeparar la Cruz de la resurrección es destruir el misterio central denuestra fe. La Muerte y la resurrección son como los dos extremosnuestra fe. La Muerte y la resurrección son como los dos extremosde un túnel: si no están conectados son como dos hoyos. Por la fe,de un túnel: si no están conectados son como dos hoyos. Por la fe,en el lado de la pasión vislumbramos la luz luminosa de la Pascua,en el lado de la pasión vislumbramos la luz luminosa de la Pascua,el mundo nuevo; y en el de la Pasión, la silueta de la “el mundo nuevo; y en el de la Pasión, la silueta de la “Cruz vencida”Cruz vencida” ..

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acompañando

acompañando

Jesús Prieto

¿Escuchar sin pararse?

3. ES UnA GrAn noTICIA qUE DEbE SEr CoMUnICADA:CoMUnIDAD y EVAnGELIZACIón

bre nuevo: "Despojaos del hombre viejocon sus obras, y revestíos del hombre nue-vo" Col 3,9.

En el bautismo participamos del miste-rio pascual a través del signo del agua."Sepultados con él en el bautismo, con éltambién habéis resucitado por la fe en laacción de Dios, que resucitó de entre losmuertos" Col 2,12.

La vida nueva que nos trae Cristo re-sucitado es la vida eterna. No se trata sólode la vida futura, sino que cuando vivimosen el Espíritu ya poseemos la vida eterna,aunque no plenamente. Conviene no olvi-dar que la vida nueva y eterna no es sim-

plemente otra vida; es también esta vidaen el mundo. Quien se abre por la fe y elamor a la vida del Espíritu de Cristo, estácompartiendo ya ahora, aunque de formatodavía imperfecta, la vida del resucitado:"Ésta es la vida eterna: que te conozcan ati, el único Dios verdadero, y al que tú hasenviado, Jesucristo" Jn 17, 3. ésta encuen-tra su "pleno significado" en la comunióncon el Padre" (EV 1). La vida eterna, siendo"la vida misma de Dios y a la vez la vida delos hijos de Dios" (EV 38), "no se refiere só-lo a una perspectiva supratemporal", puesel ser humano "ya desde ahora se abre ala vida eterna por la participación en la vi-da divina" (EV 37).

Es NoTA ComúN A ToDAs LAs APAriCioNEs,que los que ven a Jesús no pueden ca-llárselo. Es tan grande la noticia que hande anunciarlo. Así pues, la resurrección lle-va a volver a la comunidad y al anuncio.

Las primeras en encontrar el domingode Pascua el sepulcro vacío fueron mu-jeres, que corren para comunicarles a losdiscípulos la gran noticia Lc 24,9-10; Jn 20,1(cita sólo a maría magdalena) y que han

visto a Jesús resucitado Jn 20,18. Asumenel riesgo de no ser creídas. Pero es másfuerte la experiencia que el temor al quédirán.

La experiencia de Jesús resucitadohace volver a la comunidad a los que sehan ido de ella por miedo o decepción (co-mo los de Emaús Lc 24,33. El encuentro conJesús vivo lleva a vivir la fe en la comu-nidad, a compartirla, a anunciarla.

PArA LA PErSonALIZACIón DEL TEMA y LA ProVoCACIón DEL DIáLoGo.

1ª ¿qué lees en esta exposición de la 7ª Catequesis? Advierte los subrayados como señales de un paisaje, que invitan a no pasar de largo.

2ª ¿qué te dice o cómo te afecta o te provoca?Pon tus propios subrayados: sorpresas, preguntas, dudas que te suscitan...Luces...

3ª ¿qué me digo, qué le digo?si hablamos de fe, hablamos de escucha y de respuesta. y de oración y vida nueva.

engo la impresión, no todavía la experiencia, de que las limitaciones que impo-ne una invalidez, una enfermedad o simplemente la edad avanzada acentúan lasensación en los tales de que la vida anda demasiado acelerada y superficial y

hasta un tanto alocadita. Cuántas veces es posible y real pasar junto a una silla de rue-das, que es casi como una segunda naturaleza para quien está atado a ella, sin ape-nas un saludo, una mirada, una sonrisa. Porque siempre llevamos prisa, el deber es eldeber, o excusas semejantes con las que solemnemente nos autoengañamos. y asídías, semanas y hasta meses.

La fiesta empieza para todos cuando el que pasa corriendo decide pararse, saludar,ponerse a tiro ante la mirada y la pregunta del otro. y el colmo llega cuando se sientaa su lado aunque sea sólo unos minutos, como si hoy ya no tuviera tanta prisa. segu-ro que el primer fruto del breve encuentro será proponerse repetirlo con más frecuen-cia y alguna vez con más calma.

Nuestro entorno está poblado de gentes maduras y juventudes acumuladas. No hacefalta estar enfermo o impedido para observar el ritmo vertiginoso que nos rodea y quedificulta la escucha atenta y activa entre las tres o cuatro generaciones que coexisti-mos. Por eso hablan los expertos de la soledad no sólo de nuestros mayores, sino tam-bién de los niños y jóvenes para los que la familia es poco más que un cajero automá-tico. y cuantos menos niños hay, más cara está la presencia de los padres. Esta faltade comunicación cálida, inmediata y gratuita dispara la adición a las telecomunicacio-nes, algunas de ellas muy caras y poco constructivas.

La escucha es una de las actividades, mejor actitudes, básicas por lo que supone deenvolvente y acariciadora para la persona y que constituye una genuina relación deayuda y un auténtico homenaje al otro.

sus cualidades y beneficios están más que demostrados; pero no está exenta de difi-cultades que hay que aprender a superar con la práctica. No podemos olvidar que unose siente amado cuando es reconocido por el otro como persona y es tenido en consi-deración.

Acompasa de cuando en cuando el paso con el que no puede ir a tu marcha. Páratesiquiera un poco con él sentándote a su lado antes que la vida te frene y te aparque.sentarse ayuda a escuchar. En la liturgia de la vida como en la del templo. La salud en-tra en buena parte por los oídos del corazón.

TT

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Gema Sáez

Juana, testigode la Pasión de Jesús

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e llamo Juana, nací en el senode una familia judía de Cafarna-ún, una ciudad de Galilea a ori-

llas del lago Tiberiades. Desde mi más tier-na infancia, recuerdo a mi padre leyendolos libros sagrados de la Torah y el Talmud.Cuando él salía de casa para ir a la sina-goga, yo cogía sus libros e intentaba leer-los con la ayuda de uno de los pocos sir-vientes que sabía leer, un heleno.

Las noches de los viernes sonabanlas trompetas del sabbath, para interrum-pir todos los trabajos. Era la llamada aldescanso, al cese de cualquier actividad, yse agradecía después de un día agotadorde idas y venidas, preparación de comidasy de ropas de fiesta. Alguna vez, siendo yamás mayor mi padre, me dejó acompañar-le a la sinagoga, pero sólo hasta el patio,lugar reservado para las mujeres. sólo alos hombres les estaba permitido accederal interior del templo, a los servicios reli-giosos, donde el sacerdote dirigía la cere-monia mientras otros siete leían la Torah, ydespués el sacerdote decía su sermón. Elsabbath era el gran día de fiesta que ter-minaba con otro toque de trompetas.

me casé muy joven, como era la cos-tumbre de entonces, nuestras familias seconocían hacía muchos años, y Cusa erapara mí como el hermano mayor que nun-ca tuve.

Con él hablaba a escondidas de los li-bros sagrados, ya que estaba mal vistoque una mujer hablara de temas sólo re-servados a los hombres, pero Cusa había

viajado, había estudiado, conocido otrasculturas y religiones y su mente era abier-ta y despejada. No veía nada malo en misinquietudes. yo podría llegar a ser la ma-dre perfecta para educar a sus futuros hi-jos en la religión, tradición y cultura del“pueblo elegido”.

Por aquel entonces oí hablar de Jesús deNazaret, de sus enseñanzas liberadoras,de sus discípulos y me dije que haría todolo posible por conocerle.

Pero la suerte, mejor dicho, la malasuerte, me puso ante el triste trance de verla muerte de Juan, el bautista, su prede-cesor, a manos de Herodes y de salomé,que pidió su cabeza. mi marido Cusa teníael cargo de administrador del mismísimoHerodes Antipas, gobernador de Galilea.yo misma me aseguré de que la cabezadel bautista tuviera una sepultura digna.

me movía en un círculo de mujeresinfluyentes, no por nosotras mismas, sinopor el puesto que ocupaban nuestros ma-ridos. Casi todas eran galileas. Teníamosfama de ser más tolerantes y abiertas quelas de Judea. Aunque creo que mucho eraporque teníamos dinero, por nuestros ma-ridos o nuestras familias, cultura y disposi-ción de tiempo libre, porque teníamosquien nos hiciera las labores cotidianas;sirvientas, siervos y hasta esclavos.

Conocí a maría la de magdala. Tantoa ella como a mí, Jesús nos libró de los de-monios del cuerpo, enfermedades impor-

tantes. se decía que las enfermedades lasprovocaban estos seres y producían en losque las sufrían una especie de complejode culpa. También conocí a susana y conella y con las otras marías decidí seguir aJesús por todo Galilea y subir a Jerusalénpara la Pascua. Nosotras nos ocupábamosde la intendencia de los discípulos, de losasentamientos y de las comidas.

Teniendo en cuenta que la fama deJesús crecía, las gentes que nos seguíanse multiplicaban cada día y había muchoque hacer. Toda persona era apta para elservicio de Dios, hombre o mujer.

oír hablar a Jesús me ponía la carnede gallina. ¡Hablaba tan bien, que las ho-ras pasaban sin sentirlas! se lo contaba yoa mi marido. Cusa y yo hacíamos grandesreflexiones en pro y en contra, acerca demanifestarnos en público como seguidoresde Jesús. mi marido se podía jugar el car-go y hasta ser perseguido. A mí Jesús mehabía sanado el cuerpo y el alma y yo leestaba agradecida y mi marido también,aunque no lo dijera.

Llegó la hora de que Jesús fuera captu-rado y sometido a un juicio sumarísimo sinninguna garantía, primero ante la autori-dad judía, ante el sanedrín, con nocturni-dad y sin publicidad, con falsos testigos ysin pruebas de descargo. Después otropolítico, ante Poncio Pilato, gobernador deJudea. La sentencia estaba escrita antesde celebrarse el juicio. Pocos fueron losque apostaron por la inocencia de Jesús,entre ellos estaban José de Arimatea y Ni-codemo, hombres sabios y justos. AntePoncio Pilato, sólo su mujer Claudia, muyamiga mía, intervino en su favor. De nadasirvió, su condena fue por sedición y la pe-

na fue de muerte por crucifixión.

Comenzamos a subir al Calvario, acompa-ñando a Jesús, entre rezos y llantos. élnos pidió que los llantos los reserváramospara los que estaban lejos de Dios. Le se-guimos en todo el Vía Crucis, hasta el piede la cruz. Jesús iba entregado. su madrefue la que más me impresionó. ¿Hay cosamás dolorosa que ver morir a un hijo, y deesa manera? murió un viernes.

Vimos como le enterraba José de Ari-matea y como cerraba la piedra del sepul-cro, nos fuimos tristes, se había hecho denoche y no pudimos embalsamarle ni po-nerle ningún perfume. El sabbath nos loimpidió.

Fue pasada la fiesta cuando fuimosal sepulcro con perfumes y maría magda-lena no le encontró. ¡Había resucitado!,pero ¿quién iba a creer a unas mujeres?Lo que pasó después ya lo conocéis.

PD. Juana existió, la menciona Lucas ensu relato de la Pasión y se cree tambiénque el poderoso gobernante de Cafarna-ún, del que habla el evangelio de Juan,que acudió a Jesús para que curara a suhijo enfermo, no era otro que Cusa, mari-do de Juana. ¿Cómo no iba a dejar Cusaque Juana siguiera a Jesús?

me he sentido muy bien al ponermeen la piel de Juana, al contaros en prime-ra persona la idealización de esta mujer,que tuvo la suerte de conocer y seguir aJesús.

Jesús pasó a su lado y le siguió,otros judíos todavía esperan al mesías, yotros como nosotros, ni siquiera nos da-mos cuenta de que está entre nosotros.

M

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Zenón Urigüen

Las Bienaventuranzas

mari Jose Laña

Viñetas Pasionistas

Fragilidad

sta bienaventuranza tiene distintas traducciones: “bienaventurados los dulces, losapacibles, los mansos, los sufridos”. Nosotros escogemos “los mansos” oyendo a Je-sús que nos invita: “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”(mt 11-19)

El Diccionario de sinónimos identifica la mansedumbre con docilidad, dulzura, afa-bilidad, humildad, transigencia, benignidad. Todo un tesoro espiritual y vivencial.

Nos sorprende que Jesús proclame la bienaventuranza de la mansedumbre comoun arquetipo vital a una sociedad que vive la prepotencia en las relaciones humanas, impo-ne la ley del poder y del dominio y no cree en los postulados evangélicos.

Jesús conoce, como nadie, la dura realidad de la vida humana y, como profeta dela historia, quiere con su vida, su ejemplo y su mensaje, poner el fermento de una vida depaz y felicidad específicamente en la bienaventuranza de la mansedumbre.

Jesús ha vivido la suerte de los pobres, ha sido víctima de la injusticia y de la mal-dad. Para Cristo todo ello necesita el don de la redención. Pero el proyecto de Jesús no essólo sufrir y salvar. Con su vida y su mensaje quiere crear hombres nuevos, héroes del es-píritu, viviendo los valores de las bienaventuranzas, siendo así testigos de la presencia deDios en nuestra historia.

biEnavEnturaDos los mansos. La mansedumbre es creer en el triunfo del bien sobre elmal, es creer que el amor vale más que el odio, es creer que, a la larga, el amor y la dulzu-ra triunfarán. “son los espíritus dóciles los que realizan lo imposible” (Tagore).

“Ellos poseerán la tierra”. ¿Cuál tierra? ¿La tierra del poder y del dinero? No, sinola tierra mesiánica prometida por los profetas: “un nuevo cielo y una nueva tierra” Vivir lasbienaventuranzas es la garantía de esta nueva tierra y nuevo cielo.

Es clara y profunda la diferencia que existe entre conquistar, dominar y poseer. Laconquista y el dominio social suscitan una eterna resistencia y rechazo de los pueblos. Je-sús vino a poseer el núcleo profundo del ser humano que es el corazón. Poseer el corazóncon la mansedumbre es el don y la fuerza evangélica de Jesús.

La mansedumbre nunca es debilidad ni cobardía, sino un gesto profético ante elmal, la altivez y la injusticia.

“aunque pudiera no levantaría mi mano contra vosotros.Quiero venceros únicamente a través de mi sufrimiento” (Gandhi)

omenzábamos hace poco el tiempo de Cuaresma con ese signo familiar para loscristianos de la ceniza.

En el cole, teníamos celebración con los pequeños de 6 y 7 años, y me pregunta-ba cómo podía explicarles este signo y su significado. Por fin, se me ocurrió decirles quela ceniza es como polvo, y que es signo de que nosotros somos así, como el polvo, pocacosa, frágiles,… y por eso necesitamos a Jesús. Así y todo, me pareció que era algo difícilde entender para ellos, que son niños y están llenos de vida y energía.

Pero estos días, viendo las noticias, me ha parecido que esto se hacía evidente. Al con-templar el terremoto de Japón y la fuerza terrible del mar arrastrando árboles, casas, co-ches, personas y todo lo que encontraba a su paso, he sentido esa fragilidad enorme delos seres humanos y esa fuerza incontrolable de la naturaleza que es capaz de dejarlo to-do convertido en polvo y cenizas.

También al ver la situación de Libia, con tantas personas huyendo o muriendo por la vio-lencia desatada de los poderosos, he sentido con fuerza la fragilidad del ser humano.

Sí, aunque esta sociedad nuestra pretenda hacernos creer que somos los reyes de lacreación y que somos capaces de controlar y dominar la naturaleza, la vida y la historia, locierto es que las circunstancias, una y otra vez, nos demuestran lo contrario. se hacen re-alidad entonces aquellas palabras que se decían antes el miércoles de ceniza: “Polvo eresy en polvo te convertirás”. Quizá expresaban una visión demasiado negativa de la vida, yquizá por eso han desaparecido, pero siguen siendo una invitación a reconocer la verdadde nuestra existencia frágil y limitada, algo que siempre nos cuesta aceptar.

Hoy, esa expresión antigua se ha cambiado por otra quizá más inteligible: “Conviértete ycree en el Evangelio”, que en el fondo quiere decir lo mismo, porque es como decir “reco-noce tu verdad y cuenta con Jesús en tu vida. Acepta tu fragilidad y ábrete a su presenciasalvadora.” Pero esto chirría en medio de una cultura que trata de convencernos de nues-tra autonomía y autosuficiencia y que nos vende grandezas y felicidad sin medida.

sin embargo, convertirnos y creer en el Evangelio hoy es creer que Dios acompaña nues-tra vida y nuestra historia, la verdad de lo que somos, nuestra fragilidad. y es creer que,pase lo que pase, estamos en buenas manos, porque nada se escapa a sus ojos. No caeningún pajarillo sin que él lo sepa, mucho menos una vida humana, una lágrima ni unaalegría. (mt 10, 29-31).

“Bienaventurados los MANSOS,porque ellos poseerán la tierra” (Mt 5,4)

EEC

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En los mayores estála sabiduría (Job 12,12)

La madre de Manolo

Pedro mª Zalbide,Consiliario Nacional de Vida Ascendente

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ucedió hace 35 años. En elmes de agosto, la mayoría delas personas estábamos de

vacaciones. Sólo trabajaba el sol.yo venía de bilbao, la capital, a ba-racaldo, mi pueblo. En el modestotrayecto de ocho kilómetros, medetuve en un surtidor de gasolinapara hacer acopio de combustible.Me llamó la atención la presenciade un adolescente desorientado,no muy bien vestido, con la ropamedianamente sucia y con gestode necesidad de ayuda. Se meacercó suplicante: “¿Va usted aSantander?”. “bueno –le dije-, voyen dirección a Santander, pero vivoa siete kilómetros de aquí. Si quie-res, te llevo hasta mi barrio y allíencontrarás seguramente a otrapersona con la que puedas conti-nuar el viaje”. -“Bueno”. y así lo hi-cimos.

Pero resulta que, en el corto reco-rrido, el muchacho me contó su pe-queña tragedia y su pequeña odi-sea. Se llamaba Manolo, tenía 15años, era de Avilés (Asturias) y ha-bía vivido parte de su infancia yparte de su adolescencia en el surde Francia por aquello de la emi-

te a su madre, a su hermana, a supueblo… Pero, a medida que ga-nábamos kilómetros, Manolo em-pezó a cambiar de actitud: su ale-gría sufrió una extraña metamor-fosis, convirtiéndose en preocupa-ción. “¿Me castigará mi madre?”.yo trataba de tranquilizarle: “Unamadre nunca castiga a su hijo quevuelve a casa”.

Llegados al pueblo, nos dirigimosal kiosko para encontrarnos con suhermana Felisa, y fuera ella quiendiera la noticia a su madre, parapreparar anímicamente el encuen-tro. Ella nos precedió y nosotrossubimos al piso unos minutos mástarde… y llegó la escena apoteósi-ca: una madre incorporada en lacama, con el rostro desencajado,mitad alegría y mitad sufrimientocontenido, y un niño, arrepentido yfeliz, perfectamente compenetra-dos, fusionados por el cordón um-bilical de la mirada, se abrazaron ybesaron interminablemente… Sólopudimos escuchar una palabra:¡¡Hijo!! Todo lo demás era silencio.Silencio que no me atrevo a tradu-cir en palabras por no estropearlo.Aquel día entendí a la perfección laparábola evangélica del hijo pródi-go y del padre bueno.

gimos hasta la gran población astu-riana. Allí nos esperaría su herma-na Felisa, en el kiosko de prensa, ysu madre, que se hallaba en camadesde hacía meses, aquejada deuna enfermedad nada liviana.

El resto de esta historia lo resumoen tres puntos o momentos que qui-siera resaltar: la inquietud de Mano-lo aquella noche; los diversos esta-dos de ánimo durante el viaje deregreso a casa; y el encuentro consu madre en Avilés.

Aquella noche, el muchacho ape-nas durmió. Pasó horas y horas pe-gado al transistor, envuelto en mie-do y un extraño nerviosismo, pen-diente de las noticias que ofrecie-ran los hombres de la comunica-ción, por si hablaban de él, un ado-lescente que se había fugado decasa… Tuvo suerte. Su nombre nose asomó en ningún momento a lasondas.

En el viaje de regreso a su pueblo,el adolescente fue objeto de distin-tos sentimientos, de diferentes re-acciones y estados de ánimo. Alprincipio, su actitud era de alegría,de pensar que iba a ver nuevamen-

SS gración. Falleció su padre en unaenfermedad de esas que no perdo-nan, y la madre regresó a su Astu-rias de siempre con Manolo y suotra hija, Felisa. A la joven la colo-có en un kiosko de prensa y al ado-lescente lo matriculó en un centrode Formación Profesional, paraque continuara los estudios co-menzados en la nación vecina.

Pero el muchacho encontró difi-cultades para adaptarse al centrodocente de Avilés. El reciente falle-cimiento de su progenitor, los re-cuerdos de las vivencias tenidasen Francia y el deseo insistente derecobrar a sus amigos galos consi-guieron atormentarle y llevarle, agolpe de autostop, hasta la mismafrontera. Extrañamente, la pasó sinninguna dificultad y se dirigió alpueblo donde había residido du-rante años. resistió cuatro díasmascullando añoranzas y, al fin,decidió retornar a su Avilés natal.

Fue en un surtidor de gasolina delas cercanías de bilbao donde Ma-nolo concluyó su trabajo como ha-bilidoso “autostopista”. Durmió enmi casa y, al día siguiente, nos diri-

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GALICIA

rosendo Díaz

“CANTigA de PedrA”:COMBArrO

combarro son os hórreos de pe-dra, as rúas e ruelas de pedra, osmuros de pedra (e non estou alembrar a “pedra” daquela Longanoite de pedra, de c.e. Ferreiro):todo combarro, barco de pedraancorado na ría de pontevedra,máis lucido con marea alta…

sta parroquia do concello ponteve-drés de Poio, foi unha icona “típi-ca” do “different” turismo españoldos anos 1960. E de milagre con-

sérvase case intacta da mareira do ladrillo:o porto novo e a grande cha para aparca-doiro construíronse a unha beira sen muti-lar o casco urbano.

os muros de pedra tanto a defendendas ondas coma a aproximan á ría. son “A

fiestra baldeira” onde parolan sereas e ve-ciñas, dornas e hórreos: dornas que traendo “alto mar” riqueza prateada; hórreosque gardan os vellos ouros do outono(froitos e froitas), porque Combarro mer-gulla un pé nas augas, mentres levanta ooutro agras adentro; mariñeira e campesi-ña, con canastra de sardiñas e cesto demazorcas na cabeza.

o casco urbano de Combarro (“viejoasilo de pescadores de la ría”) foi decla-rado “conxunto histórico” en 30 de novem-bro do 1972. Até principios do pasado sé-culo XX formaba un municipio autónomo;actualmente a parroquia de san roque deCombarro, a sete kilómetros de Ponteve-dra, forma parte do concello de Poio. se-gundo o censo de 2004, conta con 1.668habitantes.

Tres son os elementos que caracterizan aCombarro: sobre un solo granítico érguen-se as casiñas mariñeiras, ornamentadascon delicados traballos de cantaría, e so-lainas balconadas, moi do gusto barroco,quizáis inspiradas na representativa arqui-tectura dos pazos; interiores humildes copiso inferior de terra e case sen divisiónentre estancias.

Na beira mar, espazo reservado paraa trintena de hórreos (de pedra e madeira)

o mosteiro beneditino de san Xoánde Poio, na entrada do val do salnés, da-taría do século X, época da que constanos provolexios máis antigos; mesmo pode-ría ser fundación do propio Fructuoso (s.Vii). En 1105, o conde D. ramón e a súamuller, Dª urraca, doaron aos monxes,sendo abade Fromarico, varios lugares e“coutos”, entre eles Combarro e o eremito-rio de Tambo.

o de Poio foi o principal dos tres mos-teiros bieitos da comarca: san Pedro deTenorio e san salvador de Lérez.

A exclauxtración (1835) produciu adispensión total; os exclaustrados conti-nuaron como párrocos da igrexas do anti-go couto monacal.

o arcebispo-cardeal de santiago, Pa-yá, establecera un sanatorio psiquiátricono convento mercedario de Conxo, e co-mo recompensa ofrécelles aos frades damercé o vello mosteiro de san Xoán dePoio, máis a súa parroquia (1890).

En Poio ensinou Teoloxía o ilustrado P.Feijoo, e viviron o poeta A. rei soto e ma-nuel martínez Ferro, natural de Caldas dereis, bispo que foi de málaga, Conselleirodo ministerio de Educación Pública e re-dactor do primeiro Plano de Estudos dasuniversidades españolas.

Hoxe en día, Poio segue e conservaraceso a facho cultural e relixioso: encon-tros internacionais, biblioteca de extraordi-narios fondos, servizo ordinario de investi-gación e estudo (dende agosto de 1978) eoutro de lectura para o público; igualmen-te prestixian o vello edificio redivivo a Es-cola de mosaicos e, especialmente, a Es-cola de canteiros (1978).

“Historia, arte, oración e cultura” /encontrarás en Poio, viaxeiro, /

que buscas val adiante do salnés…

que configuranun dos meiran-des e orixinaisconxuntos deGalicia, coa en-gadida singulari-dade de ubicá-rense á beira domar; o seu nomelocal de “pallei-ras” lévanos ás

súas remotas orixes, cando deberon deestar cubertos de palla ou materiais pare-cidos. o decisivo consiste en que a súafunción de almacenamento de produtosagrarios revela a tradicional simbiose en-tre o mundo agrícola e o mariñeiro, entrelabregos e pescadores (tamén, pescado-res labregos).

Tampouco podían faltar os cruceiros(as “cruces de pedra” de Castelao), sím-bolos permanentes da relixiosidade popu-lar galega; algúns levan adosado un “me-sado” en forma de altar onde soíandespedir os defuntos, e impartir a bendi-ción co santísimo durante a procesión doCorpus.

DE mosTEiro biEiToA CoNVENTo mErCEDArio

stas terras están, dende o século Vii,á actividade fundacional de san

Fructuoso de braga, a quen se atribúe unpaseo a pé enxoito sobre as augas da ría,entre Combarro e a illa de Tambo, ondehoubo unha capeliña dedicada á Virxe ma-ría; na súa advocación da Graza ou derenda, construiuselle outra en Combarro,en 1712.

Non queda moi lonxe o mosteiro deArmenteira, coñecido do autor das Canti-gas de Santa María (alí pasou anos escoi-tando os concertos dun paxariño o famososan Ero).

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ola: soy el P. José mAríA PuJADAs FE-rrEr, fundador de un movimiento de jó-venes, “EncuEntros DE Promoción Ju-

vEnil” (EPJ), conocidos también con elnombre de EmProisTAs. ¡ésta es mi historia!

NACí el 9 de agosto de 1915 en Canet demar (Diócesis de Girona), España, en unafamilia de 9 hermanos, de los cuales 5 mu-rieron prematuramente. Fui bautizado el 22de agosto de 1915 en Canet de mar, recibími Primera Comunión el año 1922 en laiglesia san Pablo, san Pedro y san benito.Presté servicio militar en 1936 al iniciar laguerra civil.

¿mi mEJor amigo?- Jesús

éL mE LLAmó, e ingresé al seminario de Gi-rona a los 12 Años. recibí el Diaconado el26 de diciembre de 1940, y fui ordenado sa-cerdote el 16 de febrero de 1941. Celebrémi Primera misa el 25 de febrero de 1941.Así inicié mi vida apostólica en diferentesparroquias de Girona.

Aquí viene algo muy interesante: en1956 hice mi “Cursillo de Cristiandad” ydesde ese momento hasta 1963 me con-vierto en su principal promotor en la provin-

cia de Cataluña. Pero, fue en 1962, cuandoel Padre Gerardo sotelo conoce la existen-cia de Cursillos de Cristiandad y me invita aColombia.

1968-1984

Viví la visita del s.s. Pablo Vi a Colombiaen agosto de 1968 y me causó una gran in-quietud la constatación hecha por el Papade que “Son muchos quienes hablan de laJuventud, pero son pocos los que hablan ala Juventud”. Fue entonces cuando, en1968 junto con el Padre José miguel miran-da, el Padre Gerardo sotelo y el sr. Luis En-rique ruiz, entre otros, se elaboran los te-mas de los “ENCuENTros DE PromoCióNJuVENiL”. Quién diría que una experienciacon un grupo de seminaristas en marzo de1968 en medellín, Colombia, iba a dar ori-gen a la Familia DE los EmProístas, mi nue-va familia en la iglesia.

En 1972, se realizan oficialmente los dosprimeros Encuentros de Promoción Juvenilde Colombia, en bogotá; después esta mis-ma experiencia fue realizada en Costa rica,Guatemala, salvador, Puerto rico, España,

Honduras, Venezuela, Estados unidos, Pe-rú, república Dominicana, italia, Panamá,méxico. En 1975 se realiza el Primer En-cuentro internacional en Costa rica. Hastael día de hoy se han realizado 15 de ellos,el último en Tlaxcala, méxico.

Cada nación tiene sus propios en-cuentros nacionales además.

mi último Encuentro internacional al queasistí fue en Lima, Perú, del 7 al 11 deagosto de 1984; y el último Encuentro alque asistí fue el Primer Encuentro en ma-racaibo, Venezuela, en agosto de 1984. misueño fue siempre volver a Colombia y mo-rir allí. Pero la enfermedad se adelantó, asíque partí al Encuentro con mi Amigo Jesúsel 9 de diciembre de 1984.

Palabras Póstumas

y sabes… ¡él nunca me abandonó! Aho-ra, en mi quinto día, (pues el EPJ se vive encuatro días intensos), puedo decir: ¡mi-sióN CumPLiDA! mi tumba está en barce-lona. Hasta en Canet del mar actualmenteuna plaza lleva mi nombre. Pero mi testa-mento sigue vivo y por conocer, está en elmoVimiENTo DE Los ENCuENTros, el mayortesoro, en los jóvenes, en su lenguaje, ensus valores, y en la creatividad con queellos mismos les hablan a otros jóvenes.Ahora, la FAmiLiA DE Los EmProísTAs es unaFamilia reconocida en la iglesia como unMovimiento Apostólico. Esto quizá no valepara ti, pero decir que es apostólico es de-cir que tiene su origen en unos hombres ymujeres que conocieron de cerca a Jesús,es decir, que tiene su dinamismo.

Entre los jóvenes descubrí con ellos quelas personas tenemos diferentes cualida-des espirituales: podemos ser orantes, apesar de las múltiples actividades; piado-

UN HOMBRE,UNa FaMILIa,

UNa FE.

UN HOMBRE,UNa FaMILIa,

UNa FE.

sos, especialmente en la Eucaristía, puesen ella nos alimentamos de Jesús, ilumina-dos por el Espíritu santo, coherentes, pues“de la abundancia del corazón hablará tuboca”; fieles a la iglesia, a la biblia, y al Va-ticano ii.

También he visto muchas actitudes hu-manas en los jóvenes de los ENCuENTros:son más sensibles, generosos y muy hu-manos; trabajadores incansables si se tra-ta de servir; cuando se han encontrado conmi Amigo, se siente la necesidad de con-vertir en obras la vida. Es por ello que noentiendo cuando dicen que los jóvenes noinspiran en nuestra sociedad, pues ellosson bien capaces de realizar obras gran-des por la humanidad y especialmente porotros jóvenes. Es cierto que hay que serexigente con la juventud, pero no hay queser autoritario con ellos. sus cantos ale-gres, sus bromas, sus fotos indican unabúsqueda. Cuando encuentran a Jesússon obedientes, y verdaderos amigos desus amigos, puntuales, fraternos, acogedo-res y felices.

P. Germán Alberto méndez, pasionista, Asesor internacional EPJ

HH

.“Son muchos quienes hablan de la juventud, pero son pocos los que hablan a la juventud”

Hasta el final de mi vida tuve un le-ma: “Si el grano de trigo no muere,queda solo; pero si cae y muere, damucho fruto.” (Jn 12,24). Ser el granoque muere para el triunfo de la espiga.El mismo que ahora en muchos paí-ses y muchos jóvenes quieren vivir.quizá te parezco un poco exagerado,compruébalo tu mismo. Primero debesbuscar en un buscador de InternetEPJ, o emproístas… ya verás qué ha-cemos; después, si te gustan los re-tos, te pones en contacto y veras quehay alguien de EnCUEnTroS cerca detu casa, tan cerca que ni te imaginas.Después… tu terminas la historia.

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AgradecidosDifuntos

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martzel Andrinua

Joxemari Arzalluzz

gozatzengora aita patxi!

doinua: “Markesaren alaba”

1aita Patxi dogu gaurkantagai bertsotan,honelako aukerakez dira askotan.Gaurkoz hauxe besterikez daukat gogotan:Itzartu gaitezala,egon barik lotan.

2Bi mila urte etahamaikagarrena,jaio zanetik aurtenda mendeurrena.baserrrian sortu danlore ederrena,Jesukristoren usainona dakarrena.

3Aita Patxi jaio zanArrieta-Libonbera dala-ta pozezdago aspaldion.Hona herria aurtenzelan portau jakon,Aita Patxiren parteztxalo ta zorion.

4Aita Patxi hau dogugizon berbakoa,berbaz laburra etaegitez frankoa.Egin egingo ebanbehin esandakoa,emondako berbea atzera bakoa.

5Norbait gaixorik egonedo baztartuta,laster inguratzen zanautoestop hartuta.Pasinoa hain eukanbarrura sartuta,ekinean ebilenmaitez behartuta.

6Gauza harrigarriakniretzat ez dira,ni haundi izango naztxikian sikira”.Zuk, Aita Patxi, gurizerutik begiraheldu gaitezan behintzatzu zinan erdira.

7Dizdiz dago izarrazeru goienean,geuri lagundu nahirikbide zuzenean.Hona Euskalerriabeharrizanean,hauxe eskatzen doguzure izenean.

8Ez da guzurra izangaurko kantaketa,santu baten bizitzaez da barriketa.bihotzez dinogu haumerezi dau eta:“Gora Aita Patxi tagora Arrieta!

Carballiño - Pilar Estévez RodríguezZarauz - Mercedes AyerbeCarbaio - Antonio Rey GestoA Coruña - Manuel Porteiro -

Mª Pilar Rey AndradeBilbao - Esteban Urresolo Dañobeitia -

Mª Pilar Alonso Sendinodonostia - Ekaitz Urberuaga -

Gonzalo Eneriz Marculeta

donostia - Joaquín Erausquin Irastorza -Miguel Zumárraga Azpiazu

Atallu - Raimunda Otermin UretaBarakaldo - Pío Zarrabe SagastiPuerto rico - Pedro LópezSto. domingo - Cipriano Etxeandia Ormaetxeadeba - Jose Lasa

torri zaitezte nekatuok, lanpetuok”, esan zuen orain dela bi mila ur-te Jesusek. Lanak berekin du nekea. Eta zuei lan gogorrak eta zai-lak tokatu zaizkizue bizitzan. Ez ahaztu, ordea, lan egitea izan delazuen ohorea.

Txiki-txikitatik lanean ikasiak; eskolan urte gutxi batzuk eta aitareneta amaren ondoan baserri lanetan; lan-saririk ez baina gurasoen maitasu-na bor-bor. Zailduak, “larre-motzean” haziak baina bizitza zer den ondo ika-siak zerate.

Eta horrela urteak joan,urteak etorri! bizitza gogorrazuena. Egindakoaren eta izan-dakoaren penarik ez, ordea.Atseden haundirik ez; oporreneta jai egunen gozamena askoprobatu gabeak zerate.

Familia hazi eta hezi.Seme-alabei onena eta ederraemateko izan duzue irabazita-ko diru apurra. Zuen gozamenaseme-alabak izan dira!

Udako bero haietan, gorputza izerdiz blai, ganbaran pilatutako bela-rra bezala, zuen bizkarrean urteak metatu dituzuenean, bizitzako eta fami-liako lanak egin ondoren, lehen gerorako utzitako eginkizunak betetzen ha-si zerate: bizitza gozatzen eta eskertzen, bejondeizuela!

Familiakoekin pozik bizitzen dakienak, lagunekin gozatzen da-kienak, mahi inguruan esertzen dakienak, otordua dohaintzar hartzendakienak… horrek ulertzen du orain bi mila urte nazaretarrak esan zuen hu-ra: “etorri nigana nekatuok, lanpetuok”.

Eutsi goiari! Izan aiton-amon jatorrak eta ez galdu irrifar gozoa!

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. “Muchas manos hacen ligero el trabajo” (William Patten)

. “La habilidad natural puede compensar cualquier clase de cultura;pero no hay cultura capaz de compensar la habilidad natural” (ArthurSchopenhauer)

.“El celoso pasa la vida buscando un secreto cuyo descubrimiento hade causar su desdicha” (Axel oxenstierna)

.“El tiempo hace más conversos que la razón” (Thomas Paine)

.“La mujer que hace un mérito de su belleza declara por sí mismaque no tiene otro mayor” (Mme. De Lespinasse)

.“La suma de la sabiduría está en esto: que no es tiempo perdido eltiempo dedicado al trabajo” (ralph Waldo Emerson)

.“Las torres más altas, cuando caen, tienen las más duras caídas”(quinto Horacio Flaco)

.“Las grandes masas de gente caen más fácilmente víctimas de lasgrandes que de las pequeñas mentiras” (Adolf Hitler)

.“La primera condición de la bondad humana es tener algo paraamar; la segunda, tener algo para reverenciar” (George Eliot)

.“Nunca pienso en el futuro. Llega enseguida” (Albert Einstein)

.“El amor hace de todo amante un poeta” (Mme. Campbell)

.“Fue un hombre valiente el primero en comerse una ostra” (Jona-than Swift)

.“La diversión es como un seguro; cuanto más viejo eres, más tecuesta” (X)

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