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BOLETÍN BIMESTRAL DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y USO DE LA BIODIVERSID A D BIODIVERSIDAD E IMPORTANCIA DE LA SELVA BAJA CADUCIFOLIA: PÁG.7 PANORAMA GENERAL DE LA GNATOSTOMIASIS EN MÉXICO PÁG.13 AÑO 7 N Ú M . 4 5 N OVIEMBRE DE 2002 E L Q U E T Z A L EXISTÍALAPEN A DEMUERTE para quien lo matara,sus plumas valían más que el oro; definida como el ave más bella del continente americano, el quetzal fue en la antigua cultura mesoamericana el símbolo de la fertili- dad, de la abundancia y de la vida. Tanto en la cultura maya como en la me- xica, los adornos, los estandartes y los atuendos confeccionados con sus iridiscentes plumas eran símbolo de poder y riqueza. Para conseguirlas,los quetzales se capturaban vivos,se les arrancabas sus largas plumas,que cre- cerían después de su próxima muda, y eran dejados en libertad. En el co- mercio que prosperaba en Mesoamérica,las plumas de quetzal eran uno de los bienes más codiciados. El interés de los conquistadores españoles por el oro,la plata,el jade y la obsidiana relegó en el olvido al quetzal. Durante siglos se consideró un ave fantástica. En 1796, José Mariano Mociño, miembro de la expedición botánica en Nueva España financiada por Carlos IV,colectó unos ejempla- res en la Sierra Madre entre Chiapas y Guatemala. El quetzal salía de la le- yenda para entrar en la realidad científica.

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B O L E T Í N B I M E S T R A L D E L A C O M I S I Ó N N A C I O N A L P A R A E L C O N O C I M I E N T O Y U S O D E L A B I O D I V E R S I D A D

BIODIVERSIDAD

E IMPORTANCIA

DE LA SELVA BAJA

CADUCIFOLIA:

PÁG.7

PANORAMA

GENERAL DE LA

GNATOSTOMIASIS

EN MÉXICO

PÁG.13

A Ñ O 7 N Ú M . 4 5 N O V I E M B R E D E 2 00 2

E L Q U E T Z A L

EXISTÍALAPEN A DEMUERTE para quien lo matara,sus plumas valían más

que el oro; definida como el ave más bella del continente ameri c a n o , e l

quetzal fue en la antigua cultura mesoamericana el símbolo de la fertili-

dad, de la abundancia y de la vida. Tanto en la cultura maya como en la me-

xica, los adornos, los estandartes y los atuendos confeccionados con sus

iridiscentes plumas eran símbolo de poder y riqueza. Para conseguirlas,los

quetzales se capturaban vivos,se les arrancabas sus largas plumas,que cre-

cerían después de su próxima muda, y eran dejados en libertad. En el co-

mercio que prosperaba en Mesoamérica,las plumas de quetzal eran uno de

los bienes más codiciados.

El interés de los conquistadores españoles por el oro,la plata,el jade y

la obsidiana relegó en el olvido al quetzal. Durante siglos se consideró un

ave fantástica. En 1796, José Mariano Mociño, miembro de la expedición

botánica en Nueva España financiada por Carlos IV, colectó unos ejempla-

res en la Sierra Madre entre Chiapas y Guatemala. El quetzal salía de la le-

yenda para entrar en la realidad científica.

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El quetzal (P h a ro m a ch rus mocin -no) pertenece a la familia Trogoni-d a e, aves que habitan en bosquestropicales y subtropicales de África(tres especies),América (26) y Asia( 1 0 ) , con e x c epción de E u p t i l o t i sn e oxe nu s, c u ya distri bución llegahasta el sur del estado de A ri zo n a( S i bl ey y A h l q u i s t , 1990). Losmiembros de esta familia se consi-d e ran un grupo monofilético (Sibl eyy Monro e, 1 9 9 0 ) , es decir,que se de-rivan de una sola línea ancestra l ,q u ese originó en el Mioceno en los te-rritorios actuales de África-Europa-Asia; A m é rica es un segundo sitiode diversificación (Espinosa de losMonteros, 1998). Todos los miem-bros de la familia comparten un ti-po particular de morfología hetero-dáctila de las pa t a s , con los dosp ri m e ros dedos hacia atrás y losotros dos hacia adelante, que no hasido descrita para ningún otro taxónactual o del pasado (Sibl ey y A h l-quist, 1990). Trogonidae, que es laúnica familia del orden Trogonifor-mes, es un grupo de posición taxo-nómica inciert a , ya que no están cl a-ras sus relaciones filogenéticas conotros grupos de aves (Sibley y Mon-ro e, 1990). Estudios recientes hanintentado escl a recer sus re l a c i o n e sde parentesco con otras especies deaves analizando la va riación mostra-da por cara c t e res moleculares; sine m b a rgo , los resultados obtenidosson divergentes (Sibley y Ahlquist,

1990; van Tuinen et al., 2000; Espi-nosa de los Montero s , 2000). Losm i e m b ros actuales de Trogo n i d a ese consideran entre las aves más lla-m at ivas del mundo debido a la iri-discencia de su plumaje. Las espe-cies de esta familia presentan unm a rcado dimorfismo sex u a l : l o smachos lucen los colores más visto-sos con tonalidades de ro j o , ro s a ,anaranjado, amarillo y verde, y lashembras son de colores más opacosy pardos (Sibley y Ahlquist, 1990).El quetzal es uno de los rep re s e n t a n-tes más fascinantes de la familia. Elm a cho mide ap roximadamente 35c e n t í m e t ros de largo y las plumasc o b e rt o ras de la cola cerca de 90c e n t í m e t ros. Su color iridiscente va-ría de acuerdo con la incidencia dela luz,desde el dorado hasta el azuly el verde esmeralda, contrastandocon el rojo de su vientre. La hembraes de colores menos vistosos (gris-verde) y no presenta largas plumas.

P h a ro m a ch rus mocinno es unaespecie ex cl u s iva de Mesoméri c a ,que habita en los bosques de niebl adel sureste de México hasta el nore s-te de Panamá (Fi g. 1, p á g. 4); laso t ras cuat ro especies del género see n c u e n t ran en zonas boscosas deB o l iv i a ,C o l o m b i a ,E c u a d o r, Perú yVenezuela (Sibl ey y Monro e, 1 9 9 0 ) .Pa ra P h a ro m a ch rus mocinno se re-conocen dos subespecies:la nort e ñ a(P. m. mocinno) , que se encuentradesde el sureste de México hasta Ni-

c a rag u a , y la sureña (P. m. costari -c e n s i s) , que se distri bu ye en CostaRica y en Panamá (Sibl ey y Monro e,1990). Las poblaciones de estas sub-especies están sep a radas ge ogr á fi-camente por el lago Nicarag u a ,c u yas u p e r ficie de 8 624 km2 rep re s e n t auna barre ra que los quetzales no sonc apaces de cruzar ,ya que,de acuer-do con datos obtenidos por ra d i o t e-l e m e t r í a , un individuo de quetzalpuede desplazarse en un vuelo úni-co una distancia máxima de 30 km(L. Nobl e, d atos no publ.).

¿Cómo explicar la distri bu c i ó nde las poblaciones actuales de quet-zales? Pa ra tratar de contestar estap regunta se puede especular con dosp rocesos evo l u t ivo s : el de coloniza-ción y el de vicarianza (sep a ra c i ó nge ogr á fica de las poblaciones). Sio c u rrió un proceso de colonización,estando el lago Nicaragua pre s e n t e,entonces los corre d o res de migra-ción estuvieron rep resentados porlos bosques de las tierras bajas pre-sentes en la parte oriental del lago .En este caso se puede suponer quelos individuos colonizadores pro c e-d i e ron de la parte sur de la distri bu-ción (Pa n a m á ) , ya que es en los bos-ques del norte de A m é rica del Sur,e ndonde actualmente está el mayor nú-m e ro de especies de este género. Enc a m b i o , si fue un proceso de vica-rianza lo que explica la distri bu c i ó nactual se debe suponer que P h a ro -m a ch rus mocinno o c u p aba de ma-

E L Q U E T Z A L , U N A E S P E C I E E N P E L I G R O D E E X T I N C I Ó N

S O F Í A S O L Ó R Z A N O Y K E N O Y A M A *

n e ra casi continua toda Meso-a m é rica. Esta distri bución se frag-mentó por el surgimiento de barre-ras ge ogr á ficas como el lago de Ni-c a rag u a , cadenas montañosas oglaciaciones pleistocénicas que re s-t ri n gi e ron sus hábitats. Una manerade analizar estas hipótesis es ra s-t reando cambios de cara c t e res mole-c u l a res a lo largo de la historia evo-l u t iva de los linajes actuales (Av i s e,2000). Sin embargo , también la frag-mentación y la pérdida de hábitat sreciente pueden haber modificado lae s t ru c t u ra genética actual, que nopueden discern i rse de los pro c e s o sh i s t ó ricos de colonización y vica-rianza. Pa ra contri buir a dilucidarp a rte de la evolución de los quetza-les hemos estimado la va riación dela secuencia llamada región contro ldel A D N m i t o c o n d ri a l , con lo que he-mos obtenido una sep a ración de lasdos subespecies, así como una es-t ru c t u ración ge ogr á fica de esa va ri a-ción. Pretendemos al final de nu e s-t ro estudio establecer el hap l o t i p oa n c e s t ral y las poblaciones más re-cientes de quetzales,que estamos su-poniendo se encuentran en México.

Por ser una especie migrat o ri aa l t i t u d i n a l , los quetzales usan a lolargo de su ciclo de vida diferentestipos de hábitats que se encuentrana menores altitudes que los sitios derep roducción (Powell y Bjork ,1995). En la rep roducción se hani d e n t i ficado las etapas de cor t e j o

( e n e ro - feb re ro ) , empollamiento (fe-brero-mayo) y crianza de polluelos( m a r zo-junio) (Solórzano et al.,2000),en las que participan los dosmiembros de la pareja con igual es-f u e r zo rep ro d u c t ivo (Ávila y Her-n á n d e z , 1990; Solórzano Lujano,1995),lo cual lo cataloga como unaespecie con monogamia social. A lfinalizar la rep ro d u c c i ó n , los quet-zales inician la migración hacia eco-sistemas de menor altitud, entre los1 100 y 1 400 m. Estos desplaza-mientos pueden comenzar desde fi-nales de mayo o junio ab a rc a n d oapenas de uno a cinco días y confor-me tra n s c u rre el tiempo estos des-plazamientos abarcan más días has-ta que finalmente los quetzales yano regresan,por lo que se consideraque en julio ya está establecida lam i gración (L. Nobl e, d atos no publ . ,Solórzano et al., 2000).

Los hábitats rep ro d u c t ivos de losquetzales están rep resentados a lolargo de Mesoamérica por bosquesmuy húmedos nombrados comobosque mesófilo de montaña (Ávilay Hernández, 1990; Solórzano Lu-j a n o , 1995) o bosques de nieb l a(Ávila et al., 1996; Solórzano et al.,2 0 0 0 ) , que se encuentran entre 1 600y 3 400 m de altitud (Stotz et al.,1996). Sin embargo, estos términosresultan muy amplios ya que abar-can no sólo los hábitats reproducti-vos de los quetzales sino también al-gunos de migración (e. g. b o s q u e

templado); por ello es más apropia-do el término de bosque de niebl as i e m p reve rde (Solórzano et al. , e nprep.). Estos bosques presentan unac o rta temporada de secas, se en-cuentran casi todo el año cubiertospor niebla, lo que favorece el desa-rrollo de especies higro s c ó p i c a s(que absorben y exhalan humedad)de orq u í d e a s , h e l e chos y mu s go s .Los árboles dominantes son espe-cies lat i foliadas cuya altura varía en-tre entre 25 y 60 m. La composiciónde cada sitio de reproducción es va-riable pero se pueden encontrar des-cripciones de algunos de ellos en lacomunidad descrita como Q u e rc u s -M at u d a e - H e dyo s mu m - D e n d ro p a n a xen Long y Heath (1991), y bajo eln o m b re de eve rgreen cloud fo re s t s(bosque de niebla siempreverde) enBreedlove (1981).

La migración altitudinal ocurrede julio a diciembre hacia bosquestemplados de pino-encino-liqui-d á m b a r, p i n o - e n c i n o ,s e l vas altas dem o n t a ñ a , bosques de encino y vege-tación ri p a ri a , e n t re otros (Solórza-n o , 1995). A principio de la décadade 1990 se re a l i z a ron estudios de te-lemetría con poblaciones de Méxi-c o , de Costa Rica y de Guat e m a l a ,lo que permitió conocer que losm i e m b ros de una pareja migran dem a n e ra independiente a sitios y enfe chas dife re n t e s , y que hay indiv i-duos que no migra n , lo que ap a re n-temente ocurre porque uno de los

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Las plumas de la

cola de un quetzal

macho pueden

llegar a medir hasta

un metro de largo.

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p a d res permanece brindando cuida-do parental al polluelo recién ecl o-sionado (L. Nobl e, d atos no publ . ) .Una vez que finaliza la migra c i ó n ,los quetzales re t o rnan a sus terri t o-rios rep ro d u c t ivos en donde se re e n-c u e n t ran con su pareja del año ante-rior y se reinicia así una nu evat e m p o rada rep ro d u c t iva (L. Nobl e,d atos no publ.; Solórzano Lujano,1995). Wh e e lw right (1983) pro p u s oque la causa de la migración altitu-dinal de los quetzales es la disminu-ción de frutos de la familia Laura-ceae (ag u a c atillos silve s t re s ) , ya queen Costa Rica 43% de las especiesregi s t radas en la alimentación delquetzal pertenecen a esta fa m i l i a ,m i e n t ras que por número de fru t o sc o n t ri bu yen con 78% en la dieta delos polluelos. En México, L a u ra-ceae contri bu ye con 38.5% de las 26

especies regi s t radas en la dieta delquetzal (Solórzano et al., 2 0 0 0 ) ,m i e n t ras que el número de frutos esde 57% (Solórzano Lujano, 1 9 9 5 ) .Wh e e l right (1983) consideró comouna pru eba adicional la coinciden-cia de la mayor abundancia de fru-tos con la temporada de rep ro d u c-ción de quetzales para sustentar suhipótesis. Esta hipótesis fue analiza-da en un sitio de anidación de Méxi-c o , c u yos resultados mostra ron queno existe una relación signifi c at ivae n t re los cambios en la abu n d a n c i ade frutos de lauráceas con los deq u e t z a l e s ,p e ro sí con la del total def rutos de las 26 especies regi s t ra d a sen la alimentación de los quetzales(Solórzano et al.,2000). Estos re s u l-tados sugi e ren que aunque los fru t o sde lauráceas son los más nu m e ro s o sen la dieta del quetzal, la contri bu-

ción de los frutos de las restantes 15familias es un punto cl ave en la di-námica de migración de la especie.Estudios futuros que complementenel análisis de la hipótesis de Wh e e l-right (1983) deben considerar ade-más que el quetzal es una especieo m n í vo ra , ya que incl u ye en su die-ta ve rt eb rados pequeños tales comol aga rtijas y ra n a s , así como dive rs o sgrupos de inve rt eb rados (insectos ymoluscos) (Skutch , 1944; Wh e e lw-ri g h t , 1983; Ávila y Her n á n d e z ,1990; Solórzano Lujano,1 9 9 5 ) ,q u ed eberían ser incluidos en la eva l u a-ción del cambio total temporal delre c u rso alimentari o .

Por otra part e, desde hace va ri a sdécadas se ha reconocido que elproceso de destrucción de los hábi-tats reproductivos de los quetzalespodría tener efectos negativos so-

México

Guatemala

Belice

El Salvador

Honduras

Nicaragua

LAGO NICARAGUA

Costa RicaPanamá

Figura 1. Distribución actual dePharomachrus mocinno. En verde se muestra ladistribución según la literatura(Sibley y Ahlquist, 1990; Stotz etal., 1996). Sin embargo, estadistribución no muestra un patróncontinuo sino localizable enpequeños parches aisladosgeográficamente entre ellos (S. Sólorzano, obs. pers.).

bre las poblaciones (Skutch, 1944).Recientemente, Solórzano et al.,(en prep.) analizaron los efectos dela pérdida de los hábitats reproduc-tivos en el estado de Chiapas sobrela distribución actual de las pobla-ciones de quetzales. Este estudioencontró que en los últimos 30años los bosques de niebla pere n n i-folios perdieron 78% de su cober-tura, lo que representó la extinciónde 59% de los sitios de reproduc-ción de los quetzales. Las tasasanuales de pérdida de estos bos-ques se encuentran entre las más al-tas estimadas para bosques tropica-les (Cuarón, 2000; De Jong et al.,2000). Esta pérdida y fragmenta-ción de bosques ha representadopara las poblaciones remanentes dequetzales el aislamiento geográfi-co, lo que puede significar a la vezsu aislamiento genético.

A c t u a l m e n t e, la dive rsidad ge-nética de la especie está representa-da por los individuos presentes en21 bosques ubicados a lo largo deM e s o a m é rica (Fi g. 1). Sin embargo ,estos sitios no pueden ser conside-rados como poblaciones, ya que enla mayoría de ellos se ha registradoun bajo número de individuos. Deestos 21 sitios sólo la Reserva de laBiosfera El Triunfo,México,la Sie-rra de las Minas, Guatemala, Pana-má (S. Solórzano,obs. pers.) y algu-nos sitios de Costa Rica (Powell yB j o rk , 1995) podrían contener al

menos 100 parejas rep ro d u c t iva s .Además se debe considerar que elnúmero alto de individuos puede nore flejar dive rsidad genética ya quepor ejemplo 10 individuos de la Re-serva de la Biosfera El Triunfo pre-sentan el mismo haplotipo. En cam-bio en nu eve individuos de unmismo sitio de Panamá (P. m. costa -ricensis) se encontraron cuatro ha-plotipos. Estas dife rencias puedend eb e rse a la dife rencia de tamañop o blacional ya que en este últimopaís se observa una abundancia tresveces mayor que en México.

Actualmente, en México Pharo -machrus mocinno se encuentra ca-t a l ogado como especie en peligro deextinción (Semarnat,2002). A esca-la global está considerada como es-pecie en bajo riesgo,argumentandoque presenta una amplia distr i bu-ción. Sin embargo , re c o m e n d a m o sre c o n s i d e rar esta cl a s i ficación yaque acuerdo con los estudios que he-mos realizado sobre la superviven-cia del quetzal está la grave amena-za de la pérdida de los hábitats a lolargo de Mesoamérica, así como unintenso tráfico ilegal. Los datos ge-néticos muestran que México,Gua-t e m a l a , El Salva d o r, N i c a ragua yPanamá tienen haplotipos ex cl u s i-vos y que entre ellos está restringi-do el flujo genético debido a que losh á b i t ats son pequeñas islas inmer-sas en una matriz de potreros, culti-vos y poblaciones humanas. Pa ra

garantizar la persistencia de la espe-cie a largo plazo se deben por tantono sólo proteger los hábitats repro-d u c t ivo s , sino también los de migra-ción que funcionen como corre d o-res de vege t a c i ó n , así como hacermás eficientes las leyes nacionales ei n t e rnacionales de protección queeviten la extracción de quetzales delas poblaciones nat u rales. Sólo asípodremos evitar que este maravillo-so habitante de los bosques de nie-bla no salga de la realidad para que-dar solamente en la leyenda.

* L ab o rat o rio de Ecología Genética y Evo l u c i ó nM o l e c u l a r. I. Ecolog í a , U NA M,Campus Mor e l i a .

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C u a r ó n ,A . D. 2000. Effects of land-cove rch a n ges on mammals in a Neotro p i-

5

Las hembras, como

en muchas otras

especies de aves,

es de colores menos

vistosos y no

presentan las largas

plumas posteriores.

6

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Al compartir con su

compañera (derecha) la

incubación de los

huevos y el cuidado de

los polluelos, el macho

(abajo) siempre

mantiene sus largas

plumas fuera del nido.

HASTA HACE POCOS AÑOS existíaun sesgo pronunciado en la biologíat ropical relacionado con el énfa s i spor el estudio de las selvas tropica-les húmedas, las cuales indudable-mente han sido seve ramente daña-das no sólo en México,sino en todaslas regiones tropicales del mu n d o .Desafortunadamente, otros tipos devegetación tropical biodiversos, ta-les como la selva baja caducifo l i a(S B C) (Miranda y Hern á n d e z - X ,1963) o bosque tropical caducifolio( R ze d ow s k i , 1978) habían sido ol-vidados drásticamente y re q u i e re nm ayor conocimiento científico (Do-rado,1997; Trejo y Dirzo,2000). LaSBC es considerada el tipo de vege-tación tropical en mayor peligro ded e s ap a recer totalmente (Ja n ze n ,1988). Quizá una de las r a zo n e sprincipales de esta falta de atenciónse debe a su “poco carisma”,aspec-to que está relacionado con su mar-cada estacionalidad cl i m á t i c a , c a-racterizada por una época de lluvias(junio-septiembre) en la cual la ve-getación luce exuberantemente ver-de, contrastando con la época de se-cas (octubre - m ayo ) , en la cual lamayor parte de las especies vegeta-les se desprenden de sus hojas. Elaspecto de esta época del año es gri-sáceo y “ d e s o l a d o r ” p a ra mu ch o s .A d i c i o n a l m e n t e, los árboles de laSBC normalmente no sobrepasan los12 m de altura. Por otro lado, a u ncuando se pudiera pensar que la SBC

no es “ c a ri s m á t i c a ” , su re l eva n c i ab i o l ó gica es ex c ep c i o n a l , ya que–por ejemplo– ésta contiene un por-centaje mucho mayor de las plantasendémicas de México (más de 40%)que la selva tropical húmeda (5%)(Rzedowski, 1991a, 1991b). Auna-do a esto,estudios recientes eviden-cian que es en la SBC en donde losp o bl a d o res utilizan el mayor por-centaje de sus especies vege t a l e s ,siendo en mu chos casos más de 55%( M a l d o n a d o , 1997); además, en elámbito nacional es el tipo de vege-tación que provee el mayor númerode plantas medicinales (Arg u e t a ,1994). Por otro lado, aunque no esdel todo reconocido,en la SBC exis-ten numerosas especies “carismáti-cas”. Por ejemplo, en la Reserva dela Biosfe ra Sierra de Huautla (Re-b i o s h ) , al sur de More l o s , ex i s t e ncinco de las seis especies de felinospresentes en México.

La superficie original de SBC enMéxico era de entre 8 y 14% de sut e rri t o rio (Rze d ow s k i , 1978; Trejo yD i r zo , 2000); sin embargo , su ex-tensión se ha visto reducida dramá-ticamente (Velázquez et al. , 2 0 0 2 ;Trejo y Dirzo , 2000). A c t u a l m e n t esu distribución abarca desde la cos-ta norte del Pacífico mexicano,has-ta el estado de Chiapas, prolongán-dose hasta Panamá, en Centroamé-rica (Ja n ze n , 1988). En la cuenca delrío Balsas,cuya extensión (en su lí-mite norte) penetra en los estados de

P u ebla y Morelos (Rze d ow s k i ,1 9 7 8 ) , la S B C actualmente sólo sec o n s e rva en una fracción que estárepresentada por la Rebiosh. Inves-t i gaciones pre l i m i n a res re a l i z a d a sen esta zona mu e s t ran cl a ras dife-rencias entre la SBC de la Sierra deHuautla y las del resto del país, es-pecialmente en cuanto a su compo-sición florística. Por otro lado, l aSierra de Huautla es una de las áreasnaturales protegidas con mayor ex-tensión territorial (59 000 ha) dedi-cada específicamente a la conserva-ción de SBC, y es la única localizadaen la cuenca del río Balsas. La Re-biosh fue decretada en 1999, y esconsiderada como región prioritariapara la conservación (Área No. 122;región centro).

P ro b ablemente la mayor r e l e-vancia de la SBC es que en ella habi-tan nu m e rosas poblaciones huma-nas a lo largo del país. Estudiosp re l i m i n a res del Centro de Educa-ción Ambiental e Investigación Sie-rra de Huautla (Ceamish) indicanque la mayor parte de los mexicanosque viven en regiones ru rales delpaís, habitan en SBC. En este senti-do,si tuviéramos que decidir cuál esel paisaje del México “ t í p i c o ” , s i nduda la S B C rep resenta el México ru-ral. Por lo tanto, es necesario que ésta sea considerada como una prio-ridad, no sólo por su amplia biodi-versidad, sino por su relevancia cul-t u ral e histórica en n u e s t ro país,

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B I O D I V E R S I D A D E I M P O R T A N C I A D E L A S E L VA B A J A C A D U C I F O L I A :

L A R E S E RVA D E L A B I O S F E R A S I E R R A D E H U A U T L A

D U L C E M . A R I A S , Ó S C A R D O R A D O Y B E L I N D A M A L D O N A D O *

8

como veremos enseguida. Este do-cumento pretende destacar la gra nre l evancia que la S B C tiene para labiodiversidad de México, tomandocomo ejemplo la cuenca del río Bal-sas, particularmente la Rebiosh. Sei n cl u yen datos ge n e rales de la ri q u e-za biológica de la zona y de aspec-tos socioeconómicos que este tipode vegetación tiene para sus pobla-d o res. Asimismo se presentan lasp rincipales líneas de trabajo encuanto al manejo que la Unive rs i d a dAutónoma del Estado de More l o srealiza en la región.

Vegetación y floraAun cuando en la Rebiosh el tipo devegetación que la cara c t e riza co-rresponde a S B C,también se encuen-tran algunas áreas con bosque tem-p l a d o , p rincipalmente dominadopor encinos; en algunas cañadasmás húmedas se presentan ciert o srasgos con apariencia de selva me-diana subcaducifolia. En la Re-biosh, la SBC, se presenta en generala altitudes que van desde 800 hasta

1 500 msnm. Tiene tempera t u ra smedias anuales entre 20º y 29ºC,siendo éste un factor determ i n a n t ep a ra definir la distri bución de S B C

(Rzedowski,1978).Los vínculos bioge ogr á ficos de

la SBC señalan una fuerte influencianeotropical y escasez de los holárti-cos. En la Rebiosh existen va rias especies que dominan el paisaje,siendo las más comunes C o n z at t i amu l t i fl o ra, Lysiloma acap u l c e n s e,L. diva ri c at a ( Fab a c e a e ) , y va ri a sespecies de los géneros B u rs e ra( B u rs e raceae) y C e i b a ( B o m b a c a-ceae). En las zonas alteradas se es-t ablecen asociaciones de vege t a c i ó nsecundaria formadas principalmen-te por arbustos espinosos mimosoi-deos (Fab a c e a e ) , con especies de losg é n e ros A c a c i a, M i m o s a y P ro s o -p i s, e n t re otras (Dora d o , 1983). Elm ayor porcentaje de f l o ración yfructificación ocurre en la época desecas.

Hasta la fecha se han documen-tado para la Rebioshun total de 967especies de plantas va s c u l a res (se

calcula que posiblemente existen al-rededor de 1 250), incluidas en 469géneros y 130 familias. Las familiasmás abundantes en cuanto a núme-ro de especies son Fab a c e a e, Po a-ceae y A s t e ra c e a e. La riqueza fl o r í s-tica de la Rebiosh es alta si sec o m p a ra , por ejemplo,con la Reser-va de la Biosfera Chamela-Cuixma-la (en la costa del Pacífico),en don-de se han encontrado un total de 1 120 especies; sin embargo esta úl-tima cuenta con una mayor diversi-dad de tipos de vegetación que en laRebiosh y tiene un amplio historialde inve n t a rios biológicos. Por otrol a d o , la composición florística deambas regiones difiere en varios as-pectos. Por ejemplo, en la Rebioshse han registrado hasta el momentoun total de 15 especies de Bursera,comparado con solamente seis paraChamela-Cuixmala (Lott, 1 9 8 5 ,1 9 9 3 ) , y existe ap rox i m a d a m e n t eun tercio más de mimosoideas (Fa-baceae) y cactáceas (Dorado,1983;M a rt í n e z , 1985; Dorado et al., e npreparación).

Mapa de localización de la Reserva de la Biosfera Sierra de Huautla

Cuernavaca

Morelos

Jojutla

HuautlaEstación Biológica

Autopista del Sol

AmacuzacPuentede Ixtla

Reserva de la BiosferaSierra de Huautla

FaunaLos estudios faunísticos todavía sonparciales en la Rebiosh y no inclu-yen muchos de los grupos biológi-cos. Resultados preliminares de unestudio comparat ivo de la dive rs i-dad entomofaunística entre la Re-biosh y Chamela-Cuixmala indicanque la riqueza de insectos en ambasáreas es bastante similar (C.S. Zara-go z a , c o municación personal). Seespera encontrar aproximadamente56 especies de odonatos (Mora l e s ,2000),230 de abejas, 14 de avispassociales y 310 de cerambícidos (F.A. Nog u e ra , c o municación pers o-nal). Las luciérn agas son el gru p ob i o l ó gico con el mayor número deespecies descritas para la Reb i o s h ,i n cl u yendo C rat o m o rp h u s ( u n aesp.), Plateros (3 esp.), Photinus (7esp.),y un género nuevo, Pyropygo -d e s (P. huautlae) (Zarago z a , 1 9 9 6 ,1 9 9 9 , 2 0 0 0 a , 2000b). De hech o ,existe un grupo de luciérnagas (unasección del género Plateros),que sedenomina Huautlaensis (Zaragoza,1999). En lo referente a los lepidóp-

t e ro s , se han regi s t rado un total de325 especies para la Rebiosh. Exis-ten poblaciones relictuales de 44 es-pecies de mariposas que se han lo-calizado en la ve rtiente norte deCerro Frío (Tilzapotla), que son re-presentativas de una etapa geológi-ca cálido-húmeda en esta región ycuya distribución habitual ocurre enla ve rtiente oceánica de la SierraMadre del Sur, entre Oaxaca y Na-yarit (De la Maza y Ojeda,1995; Dela Maza et al., 1995).

En la Rebiosh se tienen regi s t ra-das 11 especies de anfi b i o s , una det o rt u ga s , 24 de laga rtijas y 27 de ser-p i e n t e s , lo que suma una riqueza de63 especies (Aguilar et al., en pre n-sa). El número de especies de ave sconocidas es de 180,que confo rm a nmás de 50% de la av i fauna conocidade Morelos. Al encontra rse dentrode la cuenca del Balsas, la Reb i o s hc o n s t i t u ye una de las áreas más im-p o rtantes en cuanto a la riqueza y eln ú m e ro de especies endémicas delpaís (Escalante et al., 1993). De las18 especies endémicas rep o rt a d a s

p a ra dicha cuenca,10 de ellas se en-c u e n t ran en Sierra de Huautla (T. Pe-t e rs o n ,c o municación personal). Au-nado a esto,un gran número de ave sp a s e rinas y no paserinas del este yc e n t ro de Nort e a m é rica anu a l m e n t em i gran a la S B C de México, l l ega n-do a pasar hasta siete meses en estosecosistemas (Hutto,1986; A ri z m e n-di et al., 1 9 9 0 ) .

Aun cuando existían algunos es-tudios aislados de mamífe ros en laR ebiosh (Sánch e z ,1 9 9 5 ) , es en añosrecientes cuando ha comenzado unt rabajo intensivo y sistemático (D.Va l e n z u e l a , en pro c e s o ) ,o ri gi n a n d oun incremento de 13 nu evos regi s-t ros (incl u yendo 5 regi s t ros ex t ra l í-m i t e, 3 de ellos nu evos para More-l o s ) ,p a ra un total de 62 especies: 3 3mu rc i é l ago s , 10 ro e d o re s , 13 carn í-vo ros y las 6 restantes pert e n e c i e n-tes a 4 órdenes distintos. De estas e s p e c i e s , 7 son endémicas de Me-s o a m é rica y otras 9 son endémicasde México. Del re s t o , 11 tienen cl a-ra afinidad neártica y templada, 1 3una afinidad neotropical bien defi n i-

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Izquierda: Vista aérea de la Reserva de la Biosfera Sierra

de Huautla, en Morelos.

Arriba: Heloderma horridum ("lagarto enchaquirado") es

una especie en peligro de extinción en la Sierra de

Huautla y que anteriormente era perseguido por los

pobladores debido a ciertos mitos. Derecha: Actualmente

ya es más frecuente observarlo debido a los programas

de educación ambiental en la zona.

© Óscar Dorado

10

da y 22 una distri bución que ab a rc aambas regiones. Entre las especiesmás notables rep o rtadas para la zo-na están:5 de las especies de fe l i n o sde México (faltando sólo el jag u a r ) ,el tlacuachín (único marsupial endé-mico del país) y cinco de las 16 es-pecies de mu rc i é l agos endémicas deMéxico. La mastofauna de la Re-biosh tiene afinidades marcadas conla fauna de la costa del Pa c í fi c o ,c o nla que se comparten 37 especies (Ce-ballos y Mira n d a , 2 0 0 0 ) , p e ro tam-bién peculiaridades que la hacen afína la mastofauna del centro del país.

Endemismos y especies de importancia económicaLa biodive rsidad de la Rebiosh toda-vía dista mu cho de conocerse en sum agnitud real. Por ejemplo, en unarevisión ex h a u s t iva reciente de algu-nas familias de plantas con fl o re s ,l l evada a cabo en el Herbario Nacio-nal M E X U,el número de coleccionese n c o n t radas para la región es prácti-camente cero. Hasta la fe cha se tie-ne rep o rtada una especie endémicap a ra la Sierra de Huautla, B ro n g -n i a rtia va z q u e z i i: Fabaceae (Dora-d o , 1989). A lo largo de un trab a j osistemático llevado a cabo por elC e a m i s h , se han encontrado 9 posi-bles especies nu evas para la cienciay un total de 343 nu evos regi s t ros an ivel de especie para la Sierra deHuautla y 44 para Morelos; y a nive l

de género , 88 y 7, re s p e c t iva m e n t e.Respecto a familias se han encontra-do 9 nu evos regi s t ros para la regi ó ny uno para el estado de More l o s .

Como se indicó anteri o rm e n t e,en años recientes se han descubier-to va rias especies de insectos –espe-cialmente de luciérn agas– descri t a sde esta región como localidad única.La Rebiosh alberga 74 fo rmas endé-micas de mariposas diurnas de Mé-xico; entre las mariposas estudiadasen la región de Cerro Frío ex i s t e nelementos dive rgentes a nivel subes-p e c í fi c o , que se pueden considera rm i c roendémicos de la Reb i o s h , c o-mo S y n a rgis caly c e s s p . , que rep re-senta un aislamiento prew i s c o n s i-niano de biota neotropical en lacuenca del río Balsas. Asimismo sehan podido detectar algunas colec-ciones que no corresponden con es-pecies conocidas y que se encuen-t ran en estudio y parecen indicar unmuy largo aislamiento de fauna re-lacionada con micro climas tro p i c a-les semihúmedos relictuales (De laMaza et al., 1 9 9 5 ) .

De las especies que habitan en laSBC se han detectado una gran can-tidad con importancia económica,susceptibles de comercialización oautoconsumo. De hecho –como seindicó anteriormente– más de 55%de las plantas de la Rebiosh presen-tan uno o más usos por parte de losp o bl a d o res. De ellas pueden utili-

z a rse dife rentes part e s , por ejemplo,cortezas medicinales (quina amari-lla, Hintonia latiflora; cuachalalate,Amphypterigium adstringens; para-ca, Senna skinneri); frutos (nanche,Byrsonima crassifolia; guachocote,Malpighia mex i c a n a; ciru e l a , S p o n -dias purp u re a, y bonete, Ja c a rat i amexicana); semillas (pochote, Cei -ba aesculifolia) y hierbas comesti-bles (ch i p i l e s , C ro t a l a ria pumila)( M a l d o n a d o , 1997). Las fa m i l i a scon mayor número de especies úti-les son: Fabaceae, Poaceae, Astera-c e a e, S o l a n a c e a e. Se rep o rtan 16 ca-tegorías de uso,siendo las de mayorimportancia por el número de espe-cies que rep resentan las medicina-les,alimenticias,de la construccióny ornamentales (Fig. 1).

El CeamishComo consecuencia de la necesidadde contar con una institución de in-ve s t i gación científica que fungi e racomo un motor de las estrategias in-tegrales de conservación ecológicade la Sierra de Huautla,en 1995 ofi-cialmente se creó el Ceamish. En losúltimos años se ha puesto de mani-fiesto en diferentes ámbitos que lasu n ive rsidades son un factor determ i-nante para optimizar sus potencia-les multidisciplinarios aplicados enconservación ecológica,y medianteel trabajo part i c i p at ivo con las co-munidades. El Ceamish tiene como

Bursera aloexylon,

árbol común en la

Sierra de Huautla, es

utilizado para extraer un

aceite para aromatizar.

© Óscar Dorado

Figura 1. Categorías de uso más frecuentes de las plantas de la Sierra de Huautla.

Medicinal

Alimenticias

Construcción

Ornamental

Combustible

Forrajero

Cercos vivos

Doméstico

Artesanía

Tóxico

0 50 100 150 200 250 300 350 400 450 500número de especies

misión contribuir a la conservacióndel pat rimonio biológi c o - c u l t u ra ldel trópico seco de México,particu-l a rmente de la cuenca del río Balsas,con especial énfasis en la Sierra deH u a u t l a , por medio de inve s t i ga c i ó nc i e n t í fi c a , educación ambiental, yparticipación comunitaria.

Investigación y educación ambientalLos programas de educación am-biental del Ceamish han incididotanto en la educación fo rmal comoen la no fo rmal. Numerosos gru p o sde todos los niveles escolare s , d einstituciones públicas y priva d a sasisten cotidianamente a la Reb i o s h .La fuente principal de info rm a c i ó np a ra instrumentar los programas deeducación ambiental está basada enlas inve s t i gaciones intensivas acer-ca de la biodive rsidad de la zo n a ,que además son fundamentales paralos programas de manejo de la mis-ma. Otra línea de inve s t i gación in-cl u ye la realización de estudios ge-n é t i c o s , e c o l ó gi c o s , fi l ogenéticos yevo l u t ivos de dive rsos grupos de or-ganismos presentes en la regi ó n ,a s ícomo estudios de manejo de re c u r-sos. Se ha puesto especial énfasis enel análisis genético de pobl a c i o n e sde especies ra ra s , tales como algu-nas especies de mamífe ros y de le-g u m i n o s a s , utilizando pri n c i p a l-mente marc a d o res moleculare s .

A s i m i s m o , se realizan inve s t i ga c i o-nes relacionadas con la identifi c a-ción de los parientes silve s t res másc e rcanos a plantas cultiva d a s .

Participación comunitaria y proyectos productivosUna de las estrat egias pri o ri t a ri a sdel Programa Sierra de Huautla es lade promover el desarrollo económi-co de la región mediante el diseño,la propuesta y la operación de nue-vas formas de producción en la mo-dalidad de desarrollo sustentabl e,sin dejar de realizar actividades dei nve s t i gación científica y educat i-vas. El Ceamish ha estimulado la in-ve rsión de micro e m p re s a rios paraque se establezcan en la Rebiosh,endonde ya existe un taller de cerámi-ca que pro p o rciona empleo a un gru-po de mujeres del área. Existen cin-co módulos de producción dehongos comestibles “oreja de casa-h u at e ” (P l e u rotus astrat u s) , q u eademás de producir una alternativaalimentaria,ofrece empleo a un nú-mero considerable de pobladores.

Es indudable que el proyecto pro-d u c t ivo que más derrama económi-ca deja para la comunidad es el pro-grama de ecoturismo del Ceamish,en sus cuat ro ve rs i o n e s : e c o t u ri s m ofamiliar de fin de semana, e c o t u ri s-mo estudiantil,e c o t u rismo académi-co y ecoturismo de conve n c i o n e s .

El Ceamish se ha convertido, re-

gionalmente, en una autoridad aca-démica y moral,y en un ejemplo dela importancia que pueden tener lasu n ive rsidades públicas estat a l e s ,c o-mo ejes centrales en programas re-gionales de conservación ecológi c a .

* Centro de Educación Ambiental e Investiga-ción Sierra de Huautla (Ceamish),Universidad Au-tónoma del Estado de Morelos.

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11

El Ceamish tiene como misión contribuir a la conservación del patrimoniobiológico-cultural del trópico seco de México, particularmente de la cuenca del río Balsas.

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Izquierda: selva baja

caducifolia de la

Sierra de Huautla, en

donde se pueden

apreciar elementos

vegetales de familias

como Burseraceae,

Cactaceae y

Fabaceae.

Derecha: Conzattia

multiflora (guayacán)

es uno de los árboles

más comunes en la

selva baja caducifolia

de la Sierra de

Huautla.

© Óscar Dorado

LA GNATOSTOMIASIS es una enfer-medad relativamente nueva en Mé-x i c o , p roducida por las larvas de varias especies de nemátodos perte-necientes al género G n at h o s t o m a,que se adquiere por comer pescadosde agua dulce o salobre crudos o malc o c i d o s , en fo rma de ceb i ch e, c a-llos, tlalos o platillos orientales co-mo el sushi o el sashimi infectadoscon este parásito.

La enfe rmedad se manifiesta ensus pri m e ras etapas casi siemprepor la fo rmación de un edema enfo rma de placa que ap a rece por loge n e ral en el tórax o en el ab d o m e n ;esta placa dolorosa al tacto, d u ra ,ro j i z a , casi siempre caliente,se pre-senta con gran comezón y ardor ydespués de algunos días cambia del u ga r, por lo que las personas sea l a rm a n , ya que sienten que algo sedesplaza bajo su piel.

Hasta ahora se han regi s t ra d omas de ocho mil casos de esta enfer-medad en México, desde que fuerad e s c u b i e rta en 1970, s i e m p re enp e rsonas que tienen como antece-dente haber comido pescado deagua dulce crudo o mal cocido.

Esta enfermedad es bien conoci-da desde hace mu cho tiempo enAsia, especialmente en China, Tai-l a n d i a , I n d i a , M a l a s i a , I n d o n e s i a ,Filipinas y Japón,producida princi-palmente por G n athostoma spinige -rum, que por mucho tiempo, se su-puso que era la única especie que

p a ra s i t aba al hombre; poster i o r-mente se ha sabido que existen otrasespecies que también parasitan a laespecie humana como G n at h o s t o -ma doloresi, cuyos hospederos ha-bituales son cerdos y jabalíes enAsia y Jap ó n , G. hispidum, c u yo sh o s p e d e ros también son cerd o s , yjabalíes en Europa y Asia, y G. nip -ponicum, que parasita el esófago decomadrejas en Japón.

En México existen tres especies:G. turgi d u m , que parasita mars u p i a-l e s , G. pro cyo n i s , que parasita ma-p a ch e s , y G. binu cl e at u m , que para-sita ocelotes, gatos y ex p e ri m e n t a l-mente perro s , p e ro en realidad nos abemos cuál de las tres parasita alh o m b re; es muy pro b able que sea G.b i nu cl e at u m .

MorfologíaLos gusanos adultos se caracterizanpor su cuerpo alarga d o , c i l í n d ri c o ,e s p i n o s o , con los ex t remos re d o n-deados que presentan en el extremoa n t e rior un bulbo cefálico con va ri a shileras de espinas (8 ó 9); el bulbocefálico está sep a rado del cuerp opor una ligera constricción llamadacuello; contiene cuat ro estru c t u ra sgloboides llamadas ballonetas, quec o munican con los sacos cerv i c a l e s ,que intervienen en la expansión yre t racción del bulbo cefálico. Elcuerpo es robusto,espinoso y termi-na en punta roma. Los machos sonmás pequeños que las hembras y

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L A G N AT O S T O M I A S I S E N M É X I C O

R A FA E L L A M O T H E - A R G U M E D O Y E D U A R D O C A B A L L E R O Y C A B A L L E R O *

p resentan en el ex t remo posteri o rc u at ro pares de papilas grandes ycuatro pequeñas y dos espículas ge-nitales desiguales. Las hembr a s ,más robustas y grandes que los ma-ch o s , p resentan una vulva que seabre ventralmente un poco abajo dela región ecuatorial del cuerpo; loshuevos, ovales,presentan uno o dostapones polares según las especies ymiden entre 69 y 70 micras de largopor 38 a 40 micras de ancho.

Ciclo de vidaEl único ciclo de vida bien conoci-do es el de G n athostoma spinige -rum, especie asiática que se suponíaera la única especie que parasitabaal hombre. Los adultos viven fo r-mando tumores abiertos en el estó-m ago de sus hospederos defi n i t ivo s ,que son diversas especies de mamí-fe ros. Después de la cópula las hem-b ras ponen cientos de huevos quesalen al exterior junto con las hecesdel hospedero; los huevos se carac-terizan por tener un tapón en uno de

Bulbo cefálico

de una larva de

tercer estadio

avanzado de

Gnathostoma sp.

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los ex t remos; cuando llegan al ag u a ,d e n t ro del huevo se desarrolla unaprimera larva, que a los pocos díasmuda conv i rtiéndose en larva II.Cuando esta larva nace después devarios días,nada en el agua y es co-mida por un crustáceo pequeño deagua dulce del grupo de los C y cl o p s,dentro del cual se transforma en unalarva III temprana; cuando el crus-táceo infectado es comido, c a s isiempre por un pez de agua dulce ode agua salobre, en éste la larva olarvas se instalan en la musculaturay se desarrollan hasta convertirse enuna larva III tardía, que es la formai n fe c t iva. Cuando estas larvas soncomidas por los hospederos defini-tivos, casi siempre un carnívoro yasea un félido o un cánido,en ellos sed e s a rrollan los adultos machos yhembras cerrándose de esa manerael ciclo. Sin embargo , existen losllamados hospederos parat é n i c o s ,que pueden ser otros peces, a n fi-bios, reptiles, aves u otros mamífe-ros pequeños, en los cuales las lar-vas no se desarrollan sino que seenquistan y cuando son comidos porlos hospederos definitivos entoncesse desarrollan y alcanzan su estadoadulto; esto explica por qué anima-les como los tigres o leopardos sep a ra s i t a n , si habitualmente no co-men peces.

SintomatologíaLa gnatostomiasis en la especie hu-mana normalmente se presenta enc u at ro fo rm a s , como gnat o s t o m i a s i scutánea o subcutánea,gnatostomia-sis visceral,gnatostomiasis ocular yg n atostomiasis cereb ral. En Méxicola forma más común o frecuente esla e x t e rna o cutánea, y la ocular;afortunadamente, la gnatostomiasiscerebral,que es la forma más gravey peligro s a , no se ha regi s t rado enM é x i c o ,p e ro es frecuente en Ta i l a n-dia y otros países de Asia.

Distribución geográficaAunque la ep i d e m i o l ogía no se haestudiado en detalle,se han regi s t ra-do por el lado del Pacífico mexica-no en varios estados como Sinaloa,Nayarit, Jalisco,Guerrero y Oaxacay por el lado del Golfo de México enTamaulipas, Veracruz y más recien-temente en Tabasco. Sin embargo ,en otros estados como Aguascalien-tes y Baja California se han presen-tado casos esporádicos,así como enel Distrito Federal.

En los últimos 4 ó 5 años másde 4 500 casos se han detectado so-lamente en Nayarit, siendo este es-tado el más afectado y el único enel que la Secretaría de Salud publi-ca los casos registrados en todas suclínicas y hospitales; por otra part e,

varias especies de peces de aguadulce, anfibios, reptiles, aves y ma-míferos pequeños se han señaladocomo hospederos intermediarios yparaténicos, y muy recientementehemos descubierto que varias espe-cies de peces de aguas salobres ac-túan también como hospedero st ra n s m i s o re s , y por ello el consumode éstos es otra vía de infección pa-ra la especie humana, cuando me-nos hasta ahora en los estados deSinaloa y Nayarit.

Por otro lado,en otros estados dela Rep ú blica como Colima, M i-choacán, Chiapas, Morelos y Yuca-tán se han encontrado larvas o adul-tos de estas especies de nemátodos,en dife rentes especies de animalessilvestres o domésticos, pero no enla especie humana.

* Lab o rat o rio de Helmintolo g í a , Instituto deBiología, UNAM.

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A l m ey d a - A rt i ga s , R . J. 1991. Hallazgode G n athostoma binu cl e at u m n . s p .

Es recomendable evitar comer

platillos preparados con peces

de agua dulce o salobre que no

estén bien cocidos, o crudos,

como sushi, sashimi o cebiche.

( N e m at o d a :S p i ru rida) en felinos sil-ve s t res y el papel de los peces dul-ceacuícolas y oligohalinos comovectores de la gnatostomiasis huma-na en la cuenca baja del río Papaloa-pan,Oaxaca, Veracruz,México. An.Inst. Cienc. del Mar y Limnol. Univ.Nal. Autón. México 18(2):137-155.

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Cuadro - resumen

• La gnatostomiasis es una parasitosis autóctona, que se adquiere por comer

peces crudos o mal cocidos de agua dulce o salobre.

• Esta enfermedad no fue introducida a México junto con la mojarras tilapias,

ya que hasta ahora éstas han sido las menos parasitadas y antes de su

introducción a México ya se habían presentado los primeros casos humanos;

por otro lado hemos identificado hasta ahora más de 20 especies distintas de

peces de agua dulce y salobre como hospederos intermediarios, en todos los

estados en donde se han registrado casos de esta afección.

• Hasta ahora sólo tres especies del género Gnathostoma existen en México:

G. turgidum, que parasita a tlacuaches Didelphis virginiana; G. procyonis, que

parasita a mapaches Procyon lotor, y G. binucleatum, que parasita a ocelotes

Leopardus pardalis y gatos Felis catus, y experimentalmente a perros Canis

familiaris, pero no sabemos con precisión cuál de las tres especies parasita

al hombre, aunque es probable que sea G. binucleatum.

• La especie que parasita al hombre en México no es G. spinigerum, ya que a

la fecha no la hemos encontrado.

• De 1970 a junio del año 2002 se han registrado más de 8 500 casos en

todo México, siendo la forma cutánea la más frecuente.

• Es recomendable evitar comer cebiche, callos o tlalos preparados con

peces de agua dulce o salobre o consumir platillos orientales como sushi o

sashimi.

• La gnatostomiasis en México ya no es una enfermedad rara o esporádica,

sino que es un problema muy grave de salud pública.

La gnatostomiasis es una

enfermedad producida

por las larvas de varias

especies de nemátodos

pertenecientes al género

Gnathostoma, que se

adquiere por comer

pescados de agua dulce

o salobre crudos o mal

cocidos.

cusión sobre la problemáti-ca de la fauna exótica y so-bre el “chupacabras”, con-t rove rtido tema que causóe s t ragos en los sistemase c o l ó gicos y que minó eln ivel cultural biológico deMéxico.

Los autores plantean lanecesidad de que se esta-blezca un verdadero depar-tamento de vida silve s t re estat a l ,i n d ependiente del go b i e r-no federal,que tome decisiones a partir de información deprimera mano, recomendación que se hace extensiva a to-dos los estados de la República.

Esta obra presenta la taxonomía y distribución de losmamíferos de Nuevo León. La investigación se realizabajo la supervisión del doctor. E.R. Hall, con la revi-sión de ejemplares depositados en dive rsas coleccio-nes,como las del Museo de la Universidad de Kansas,el Museo Smithsoniano, el Instituto de Biología de laUNAM, el Laboratorio Dr. Bernardo Villa-Ramírez dela Facultad de Ciencias Biológicas de la UANL, y otrasnacionales y extranjeras.

En 1994,con el ap oyo de la Comisión Nacional pa-ra el Conocimiento y Uso de la Biodive rs i d a d,se publ i-ca la info rm a c i ó n , que incl u ye 108 map a s , 118 fo t ogra-fías y 181 fi chas bibl i ogr á ficas; los comentarios de lap resentación son del doctor Juan Luis Cifuentes Lemu s .

El libro registra desde el primer científico (Dr. Cho-vell, en 1850) que realizó observaciones faunísticas ycolectas en el noreste de México. Además,describe lasprovincias bióticas y sus características fisiográficas,vegetación, geología, clima, hidrología y registros pa-leontológicos,y plantea la problemática ecológica y eldaño que han sufrido los sistemas, principalmente losvalles del sur de Nuevo León.

En el tratado de especies se considera la descri p-ción,distribución,notas ecológicas, merística somáti-ca y craneal, así como claves diagnósticas de órdenesy familias y el análisis mastozoológico de relación conlos estados colindantes. Incluye un glosario, una dis-

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