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Aproximación a la demanda habitacional y al desequilibrio funcional urbano a través de una partida de
Mus.
GUILLERMO CORELLA DEKKER
Guillermo Corella Dekker
E L J U E G O D E L M U S
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Índice
El juego del Mus .................................................................................................................... 2
Nociones básicas. ............................................................................................................. 2
Objetivo del juego-La ciudad .......................................................................................... 2
Jugadores-Lo público y lo privado .................................................................................. 3
La baraja-Estructuras urbanas actuales ......................................................................... 3
Lances del juego. .............................................................................................................. 7
Apuestas. ........................................................................................................................ 10
¿Cómo ganar la partida? ................................................................................................. 11
Aplicación práctica........................................................................................................... 12
Guillermo Corella Dekker
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El juego del Mus
Aproximación a la demanda habitacional y al desequilibrio funcional urbano a
través de una partida de Mus. Ensayo sobre como barajar las cartas, o funciones
urbanas; para equilibrar, descongestionar y revitalizar las ciudades.
Nociones básicas.
Objetivo del juego-La ciudad
El mus es un juego de cartas ampliamente extendido por la geografía española y algunas regiones de
Latinoamérica que tiene como objetivo obtener más puntos que los rivales a lo largo de 4 ‘lances’ o juegos
distintos, en cada uno de ellos, se valoran de diferente manera los naipes. Se trata, en grandes rasgos de un juego
donde el equilibrio, entre los diferentes valores de las cartas, y su correcta proporción y agrupación son claves
para la victoria. De la misma manera que en el juego de mesa, en el estudio de las ciudades manejamos diferentes
‘cartas’, éstas equivalen a las diferentes funciones urbanas (habitación, comercio, dotación, ócio, espacios libres,
infraestructuras, etc.) y gracias a su correcto mezclado o barajado (entendiéndose éste como: proporción,
localización, agrupación e interrelación de sus elementos), conseguimos crear una estructura urbana completa,
consolidada e independiente, ‘ganando’ la partida y consiguiendo el bienestar de los ciudadanos.
El objetivo de este estudio es plantear una metodología de trabajo basada en el estudio de las interacciones
entre funciones en la ciudad construida y el dibujo analítico no convencional para crear una base teórica y
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práctica para resolver, a través del ‘re-barajado’ de funciones en la ciudad, el principal problema de las
grandes metrópolis que es el desequilibrio de funciones urbanas y la deshumanización de los espacios
monofuncionales. Todo este desequilibrio lleva a la creación por una parte de espacios congestionados y por otro
lado de espacios desatendidos (ambos en términos populacionales, de actividad y económicos). Se hace necesario
reorganizar o cambiar de posición las funciones urbanas de muchos espacios urbanos con el objetivo de equilibrar
(por favor no confundir con igualar). Entendemos la ciudad es un ente complejo y de carácter orgánico, por eso
es importante tratar cada caso de estudio individualmente, pero eso no debe llevar a la confusión de pensar que
no existen parámetros o reglas que mediante la abstracción a lo largo de un proceso puedan ser de aplicación casi
genérica.
Acaso este ensayo pueda tomarse como satírico o alejado de la realidad, pero presenta la ciudad y su agrupación
a través de un símil con un juego de naipes en donde la acción transcurre gracias a múltiples variables que
intervienen junto con infinidad de factores, no solo físicos sino también psicológicos, y en donde no siempre
una misma disposición o ‘jugada’ va a otorgar una victoria o el éxito en términos urbanos. Una especificidad
de caso que lo hace totalmente similar a los desarrollos urbanos y que otorga en ambos casos una mística a su
estudio y conocimiento. Desde aquí en adelante lo único que podemos hacer es lanzar un órdago al lector y esperar
que nuestra mano sea mejor que la suya.
Jugadores-Lo público y lo privado
Lo primero al comenzar una partida de mus es disponer de 4 jugadores agrupados en 2 parejas. Estas dos parejas
se enfrentan entre ellas a lo largo de 4 ‘lances’ con el objetivo de obtener más puntos que el rival mediante apuestas
en las que el rival puede elegir ‘ver’ o ‘no ver’ según crea o no tener una jugada mejor que el rival. En total 4
jugadores, agrupados en 2 equipos, con 4 cartas cada uno, en 4 juegos diferentes y a lo largo de un gran número
de rondas o ‘manos’ crean un amplio número de posibilidades y variables posibilitando un sin fin de caminos
alternativos por los que el juego puede desarrollarse.
En el caso de la ciudad, también tenemos 4 jugadores agrupados en 2 equipos: lo público y lo privado. Dentro
del equipo de lo público podemos diferenciar al ente legislador/planificador y al ente promotor público; por
la otra parte la pareja de lo privado consta del ciudadano y el promotor privado. Estos 4 elementos se sientan
a lados diferentes de la mesa-ciudad, y tienen algunos intereses individuales pero tienen que interactuar en el
tapete central a lo largo de 4 escenarios diferentes que ya explicaremos más adelante, pero que se pueden resumir
en: vivienda, infraestructura, espacio público, y agrupación. Así, de la misma manera que el juego de cartas, la
ciudad, se compone de un gran número de variables interactuando al mismo tiempo, haciendo necesario establecer
unos mecanismos fluidos de comunicación entre los distintos jugadores. Éstos son conocidos como ‘señas’ en el
mus, mientras que en la ciudad deberían estar representados por los distintos órganos consultivos y
representativos.
La baraja-Estructuras urbanas actuales
Teniendo clara la complexidad del juego es necesario entender bien el tipo de barajas que nos vamos a encontrar
al sentarnos en según que mesas. En teoría al mus se juega con la baraja de cartas clásica española pero la
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experiencia nos dice que según donde esta misma baraja puede encontrarse en muy distintos estados. En la ciudad
pasa lo mismo, todas se componen básicamente de los mismos elementos pero en cada una encontramos una
especifidad. Por eso vamos a analizar las distintas posibilidades iniciando una vez más un proceso de abstracción
de infinidad de condicionantes y variables con el objetivo de llegar a unas situaciones de carácter suficientemente
genérico para ser analizables y replicables.
Baraja completa-Estructuras urbanas consolidadas
La baraja completa, aquella que todo jugador necesita pero que está influenciada por los vicios de sus jugadores
a lo largo del tiempo: desgastada, con las esquinas dobladas e incluso alguna marca. Representa en la ciudad a la
ciudad consolidada en una variedad de formas diferentes que abarcan desde cascos viejos de grandes metrópolis
a pequeños pueblos, en común, que el desarrollo más o menos grande de su estructura urbana ha sufrido una
serie de procesos a lo largo del tiempo que les han llevado a convertirse en un organismo completo y, más
importante si cabe, autónomo en términos ciudadanos.
Es muy importante hacer hincapié en este último concepto porque la concepción más superficial de núcleo urbano
puede llevar al equívoco de pensar que todo lo que se suele conocer como ‘centro’ de las grandes ciudades es un
núcleo completo y autónomo, nada más lejos de la realidad, hemos de analizar el acceso de sus habitantes a las
funciones urbanas propias de un núcleo completo para confirmar dicha condición. En muchos casos a pesar de
estar en una trama urbana consolidada, dentro de una gran ciudad, no se disponen de los servicios o infraestructuras
necesarias para poder llevar una vida autónoma y completa dentro del barrio o en una determinada área, por ello
esos espacios pasarán a ser consideradas según los parámetros de este estudio como ‘barajas incompletas’, Más
adelante hablaremos más detalladamente sobre las condiciones necesarias para considerar autónomo o completo
una trama urbana para terminar de completar el concepto.
Figura 1. Lucca, Italia. Baraja completa.
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Baraja incompleta-Estructuras urbanas deficitarias
Después de la descripción anterior queda definido por complementación lo que es una baraja incompleta; una
baraja a la que le faltan algunas cartas o un espacio urbano aparentemente consolidado que no ha cumplido los
condicionantes mínimos para dotar a sus habitantes de todas las funciones urbanas requeridas para una vida
autónoma. ¿Cuándo o cómo se puede dar esto? Desgraciadamente las respuestas a esta pregunta son muy variadas
por lo que voy a intentar crear un segundo nivel de posibilidades ampliando en un nivel más nuestro proceso de
abstracción:
Cartas repetidas. Entiéndase por cartas repetidas los espacios en núcleos urbanos que formando parte
de un centro o estructura consolidada han sido víctimas del cruce de intereses en la ‘mesa’ de la ciudad;
en términos funcionales, eso implica espacios urbanos en donde la ‘baraja’ de funciones ha mezclado
intereses contrapuestos de los jugadores y ha creado estructuras similares o que se reducen el valor entre
sí, se trata claramente de cartas repetidas. Estos espacios están caracterizados por la mala interrelación
entre las funciones urbanas que convergen o por la súper-oferta generando solapamientos. Esto crea
distorsiones en el correcto funcionamiento de un espacio urbano y por consecuente afectando a la vida
de los ciudadanos.
Cartas perdidas. La carta que aparece debajo del sofá es equivalente a la estructura urbana que presenta
una desconexión entre funciones urbanas y hace referencia, entre otras, a la de ciudad-dormitorio. Éste
concepto, muy extendido a lo largo de la segunda mitad del siglo pasado, representa un período en donde
se construyeron, sin demasiada reflexión, una serie de estructuras urbanas para satisfacer dos exigencias
de las grandes ciudades: la demanda de vivienda y las crecientes exigencias de las poblaciones de clase
media. Los problemas han aparecido después, esa poca reflexión inicial ha llevado a crear espacios mono-
funcionales en donde las poblaciones no son de ninguna manera autónomas, son totalmente dependientes
del núcleo urbano principal. Igual que el caso anterior nos encontramos con un área dependiente de otras
pero aumentando la magnitud el problema por el hecho de estar aisladas espacialmente del núcleo
principal. Se trata, sin duda, de cartas perdidas. Éstas pueden tener la suerte de, a través de una reflexión
urbana, ser reformadas e inseridas en la baraja o quedar aisladas para siempre.
Cartas rotas. En los naipes no se necesita más explicación que el propio nombre pero entre las
estructuras urbanas necesita venir acompañado de una larga reflexión puesto que se trata de uno de los
mayores problemas de nuestro mundo actual. Estamos hablando de la infravivienda o como se conoce
comúnmente internacionalmente los ‘slums’. Estas áreas urbanas se caracterizan por no tener acceso a
las infraestructuras urbanas básicas, ser autoconstruidas, carecer de las condiciones mínimas de higiene
y por falta de los servicios. Actualmente alojan a más de 2 mil millones de personas en todo el globo es
decir un 33% de la población del planeta vive en unas condiciones peligrosas en donde se crean
núcleos de violencia, enfermedad y otros problemas sociales debido a la falta de necesidades
básicas. Estas áreas son uno de los grandes retos de nuestro tiempo y necesitamos entenderlas e
integrarlas dentro de las políticas de regeneración urbana de las grandes metrópolis (alrededor de las
cuales se suelen desarrollar) para evitar su problemática y convertirlas en espacios que formen parte de
la trama urbana consolidada eliminando este último tipo de baraja e integrarlas en una estructura de
baraja completa.
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Baraja sin abrir-Nuevas estructuras urbanas
El último tipo de agrupación de naipes es una baraja sin abrir (nuevos núcleos habitacionales). Está aún
envuelta en el clásico plástico y con su emblema ‘Fourier’ impoluto. Esperaríamos que al abrir el embalaje
esté todo perfecto y no haya ninguna tara o carta que falte. Pero no podemos tener la seguridad de que esto
sea así. Confiamos en que un periodo de aprendizaje en la fabricación de cartas llevara a un estado actual en
donde son fabricadas perfectamente. Lo mismo podría suponerse de las ciudades, ¿cuántas ciudades hemos
desarrollado a lo largo de la historia? Miles. Por lo tanto podríamos llegar a pensar que al iniciar un desarrollo
urbano nuevo, desde cero, podemos acumular todo lo aprendido e implementarlo en un nuevo entorno
cumpliendo todos los posibles requisitos y exigencias.
En un mundo teórico, esto podría ser cierto pero en la realidad practica aún nos encontramos en un proceso
de creación ‘manufacturado’ de ciudades y ninguna de nuestras nuevas barajas sale igual a la anterior, solo
nos establecer un proceso de investigación en torno al equilibrio entre las funciones urbanas para crear
unos parámetros genéricos que puedan ser utilizados como base para la creación de nuevas ciudades y
mejora de las actuales. Por el momento parece que todavía no sabemos hacerle frente al descomunal número
de variables que se nos presentan, aunque a lo largo del tiempo hemos conseguido algunos resultados muy
satisfactorios pero no hay que olvidar que las ciudades son organismos vivos en los que son sus propios
habitantes los que se encargan de darle su forma y aspecto junto con los otros 3 jugadores; y como sabemos,
nunca se sabe quién va a ganar.
Figura 2. Esquema-concepto de nueva ciudad. Baraja sin abrir.
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Lances del juego.
Grande-La demanda habitacional
Sin duda el juego más importante de una partida de mus, no por ser el primero sino porque si tenemos buenas
cartas en este juego es muy probable que tampoco estemos mal a ‘pares’ y ‘juego’. El juego premia el valor de las
cartas más altas, es decir, la carta suprema es el ‘rey’ y ahí para abajo. Si queremos medir el mayor impacto de
una ‘carta’ en la ciudad necesitamos primero, entender la función primigenia de la urbe; no es otra dar cobijo a
más de 7 mil millones de personas, por lo que no es de extrañar que la residencias o viviendas sean los ‘reyes’ de
nuestro mus particular. De igual manera que si tenemos una buena mano a ‘grande’, si conseguimos crear
un sistema urbano en el que la vivienda sea un problema resuelto habremos dado un paso muy importante
para la construcción de una ciudad equilibrada. Los ‘reyes’ influencian positivamente en 3 juegos del mus, as
su vez, e idealmente, la vivienda debería crear una influencia positiva en tres de los principales baremos de
impacto: el ambiental, el social y el económico. Por ello nos es innegable admitir que la construcción de la
vivienda tiene un profundo efecto no solo en la salud de las ciudades sino en el medio ambiente, la manera de
vivir de las personas y la economía de nuestro mundo tornándose la ‘clave’ que mantiene toda la estructura urbana
unida.
Por continuar con nuestro análisis de impacto vamos a utilizar la vivienda y los ‘reyes’ como varemos para medir
el impacto (entiéndase cada uno dentro de su ámbito) ya que son los elementos básicos en cualquier desarrollo
urbano o partida clandestina. Después de hacer algunos números, con 3 ‘reyes’ en el mus vamos a tener muchas
posibilidades de ganar la ‘mano’, pero si miramos a la vivienda los conceptos no están tan claros. Para intentar
resolver este problema de influencias vamos a poner un marco temporal imaginario de 20 años vista, en ese tiempo
los ecosistemas urbanos habrán cambiado drásticamente pero vamos a analizar según que condiciones. La
población en la Tierra seguirá creciendo asombrosamente rápido alcanzando más de 8 millones de personas, y las
simulaciones nos dicen que la población continuará el proceso de urbanización y nacerán nuevas ciudades a
medida que crecemos para pasar de una población urbana actual del 50% a 65%, es decir 2/3 del total de la
población viviremos en ciudades (para poner en perspectiva hasta el 1800 sólo el 3% era población urbana).
¿Cuántas casas nuevas vamos a necesitar durante este período?
Para encontrar ese número tenemos que entender que, al mismo tiempo que urbanizamos también vamos a reducir
en gran medida la pobreza según lo que nos dicen los estudios realizados en esta materia (que así sea),
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transformando a más de la mitad de la población mundial en una nueva clase media con la capacidad y la necesidad
de comprar una vivienda. Al mismo tiempo, reducir la pobreza dará lugar a la reducción del tamaño de los núcleos
familiares, pasando de un promedio global de 4 personas por hogar a 3,5 (según el Banco Mundial), colocándonos
más cerca de la media actual en los países desarrollados, cuyos hogares han alcanzado cotas un poco superiores a
2 personas por hogar (En EEUU es de 2,6). Además, también vamos a necesitar reconstruir viviendas que han
quedado obsoletas, que suponiendo un 0,25 de tasa de reemplazo anual, seguirán haciendo crecer los números de
nuevas viviendas. Estas dinámicas, junto con el actual déficit habitacional llevarán a duplicar la cantidad de bienes
residenciales en áreas urbanas en los próximos 20 años. En otras palabras, se necesitarán más de 600 millones de
nuevos hogares.
Además, a esta escasez tenemos que añadir más de 2 mil millones de personas que viven actualmente en ‘barajas
rotas’ o barrios marginales de infravivienda (aprox. 575 millones de casas) y por lo tanto en la necesidad de una
casa nueva o reformada, y por último, existe otro gran grupo de viviendas que tienen que ser creadas para hacer
frente al gran número de desastres naturales, guerras y otros conflictos civiles que surgen anualmente en todo el
mundo, un total de 51,2 millones de personas afectadas anualmente que equivalen a 128 millones de viviendas
durante las dos décadas que estamos utilizando como referencia. En total, tenemos que construir desde cero o
para mejorar la calidad de 1.303 millones de viviendas en los próximos 20 años. Parece probable después de
ver este análisis numérico que si conseguimos tener una buena ‘mano’ de viviendas ganemos la partida.
Este número descomunal plantea algunas preguntas: ¿Estamos creando las estructuras urbanas capaces
complementar estas viviendas con el resto de funciones urbanas? ¿Serán nuestras ciudades equilibradas
funcionalmente? Como vemos no es sólo una cuestión de tener una buena ‘mano’ sino de saber jugarla, tenemos
que crear soluciones, tanto técnicas como urbanas, que ofrezcan un equilibrio correcto entre las funciones urbanas
consiguiendo complementar la función principal de habitación. La ciudad será construida a partir del
equilibrio de su unidad más simple, la vivienda, con las funciones urbanas complementarias.
Chica-Infraestructura.
Después de descubrir las reglas generales básicas y las cartas más importantes para vertebrar el juego vamos a
continuar con el segundo ‘lance’ de la partida, la chica. Como su nombre indica se trata del juego en donde las
cartas de menor valor entran en juego, los ‘pitos’. Generalmente este juego es minusvalorado por el hecho de ser
un poco contrario a los intereses de los otros tres, pero por ello no deja de ser importantísimo, sin los pitos no
podríamos alcanzar fácilmente las mejores puntuaciones en último lance de la partida, el ‘juego’, pero ya
hablaremos de ello más adelante.
En la ciudad este ‘juego’ lo representan las infraestructuras urbanas; todas ellas forman una red casi invisible
para la mayoría pero que son básicas y cuando faltan generan un perjuicio tan grande que no se puede
considerar una ciudad como consolidada, completa y autónoma sin ellas. Estas estructuras se asumen como
normales en el día a día en nuestro mundo más occidental, pero como ya hemos visto anteriormente un tercio de
la población mundial vive en infraviviendas y una de las principales razones para ser considerado como tal es la
carencia de infraestructuras urbanas. Por ello el acceso a agua potable, a desagüe de aguas, a corriente eléctrica, a
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internet, a sistemas de gas, etc. son elementos imprescindibles en las ciudades y su ausencia eliminan la posibilidad
de un desarrollo urbano completo.
Figura 3. Cartografía de Infraestructuras urbanas. La chica.
Pares-El espacio público.
El tercer ‘lance’ introduce una nueva variable, ya que no se trata de un juego de opuestos como los dos anteriores
sino que se crea un nuevo campo de valor: la agrupación. No es tan importante el valor de la carta por sí misma
sino la relación existente entre ellas, incrementando así las posibilidades y dificultad del juego. Idealmente se trata
de tener el mayor número de cartas del mismo tipo, pudiendo crear 4 tipos de agrupaciones:
Sin pares. Todas las cartas son diferentes; urbanísticamente equivaldría a áreas con un mismo uso, en
donde no se crean relaciones cruzadas de ningún tipo entre los distintos elementos urbanos. Estas áreas
están destinadas a no ser nunca autónomas, crear flujos circulatorios descompensados, perder valor
económico y social, y degradarse con el tiempo.
Pares. Dos cartas del mismo tipo; extrapolando puede entenderse como un espacio urbano creado entre
dos funciones diferentes, un espacio en donde las dos interaccionan y se complementan, incrementado el
potencial de cada una de ellas y creando actividad en el espacio público.
Trio. Continuando de menos a más, tres cartas iguales, tres funciones urbanas, interaccionando,
solapándose y complementándose. Lo descrito en el apartado anterior adquiere más fuerza y comienzan
a surgir comportamientos y espacios ‘casuales’ en donde el dinamismo y el comportamiento orgánico y
vivo de la ciudad se manifiesta con más fuerza.
Dúplex. Dos parejas distintas, la suma de dos pares de funciones complementarias, es decir el
complemento más el opuesto, el mayor número de variables que se pueden introducir en esta ecuación.
Espacio público vital y lleno de actividad.
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Juego-Sobre la proporción y el orden.
El ultimo envite de la partida ha de jugarse en el ‘juego’ en donde se suman los valores de las cartas para
determinar quién está más próximo de la perfecta proporción, que está representada por el valor de 31, idealmente
3 reyes y 1 pito, el equilibrio. Si algunos de los jugadores no tiene un valor por encima de 30 entre sus cuatro
cartas no tiene ‘juego’, es decir, no se ha alcanzado una mano de suficiente valor para participar el último lance.
El hermano gemelo del ‘juego’ es la agrupación urbana, entendida a través de proporción y el orden en que se
agrupan las diferentes funciones urbanas. Según los análisis anteriores necesitamos tener un gran número de
viviendas para cumplir con el objetivo de protección de la ciudad, pero tenemos que ir más allá necesitamos
encontrar, el equilibrio de funciones que la ciudad precisa. ¿Cuál es la fórmula mágica? Difícil decirlo, pero ese
es uno de los principales objetivos de este ensayo y de un posible estudio futuro, encontrar la proporción
correcta de funciones y su posición relativa en la ciudad para que un conjunto funcione de manera
autónoma y completa. Como en el ‘juego’, en la ciudad todos los elementos tienen un valor, incluso los
aparentemente vacíos o carentes de sentido, tenemos que entender que otra ‘carta’ es la que precisan para
completarse y llegar a equilibrio. No importa cómo llegar a él, no importa cómo llegar a tener 31, puede ser con
3 ‘reyes’ y 1 ‘pito’; 2 ‘figuras’, 1 ‘cinco’ y 1 ‘seis’ o incluso 1 ‘sota’ y 3 ‘sietes’; todas estas proporciones son
estables y autónomas, busquemos esas proporciones en la ciudad.
Apuestas.
Después de entender cómo funciona el mus y cuáles son sus reglas principales tenemos que entender como
interaccionan entre sí los distintos jugadores y cómo funciona el sistema de puntuación. Para ello vamos a dividir
el capítulo en dos apartados correspondientes al envite (microactuación) o al órdago (reorganización urbana).
El envite-Microactuación urbana.
En cada uno de los 4 lances los jugadores van realizando sus apuestas o ‘envites’ para intentar ganar puntos a sus
rivales, basándose en la calidad de sus cartas o en las de su compañero, o en la mentira y el engaño. De ahí que
sea un juego en el que la psicología de los jugadores es igual de importante que las cartas, es necesario leer cuando
un jugador tiene realmente buenas cartas o cuando se trata de un ‘farol’.
Los ‘envites’ urbanos son pequeñas apuestas en la trama urbana, microactuaciones. El concepto consiste
en introducir un elemento urbano que agregue valor en un determinado espacio y repetir el proceso en
distintos puntos conseguir mejorar la calidad de un conjunto urbano en su totalidad. Estas actuaciones en
miniatura son de gran valor pero, normalmente, de pequeño tamaño. A pesar de ello agregan ‘puntos’ o valor a
los espacios urbanos, especialmente si introducen funciones que estaban carentes en la estructura anterior. Este
tipo de aproximación es perfecta para tramas urbanas en donde ya existe una mezcla de funciones y,
consecuentemente, unas interacciones; en estos casos las intervenciones complementan o potencian los usos
existentes. Hay que tener cuidado porque siguiendo este razonamiento podría entenderse que estás intervenciones
pueden ser consideradas como ‘anecdóticas’ si se localizan aisladas en tramas monofuncionales. No podemos
ganar la partida con envites si vamos muy por debajo en el marcador…
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El órdago-Reorganización de funciones urbanas.
Efectivamente, en situaciones desesperadas hay que tomar medidas desesperadas, el órdago es la jugada más
indicada para estas ocasiones. Equivale a apostar toda la partida a un determinado ‘juego’, y el que tenga las cartas
de mayor valor gana. Es arriesgado pero extremamente efectivo.
Arriesgar con las ciudades nunca es bueno, pero en numerosas áreas de ciudades consolidadas podemos percibir
escasa actividad, un análisis más detallado no lleva a concluir que son prácticamente monofuncionales. A saber,
áreas de vivienda extensiva, áreas industriales, espacios educacionales o espacios de recreo… todos ellos
caracterizados por un único uso efectivo. El impacto en las ciudades de estos espacios es muy negativo (muy a
pesar de corrientes urbanísticas que predican la separación de usos como solución a la ciudad) porque concentran
la actividad en determinados momentos y carecen de ella en otros tantos, creando unos flujos irregulares ligados
a grandes problemas como las congestiones urbanas, la desvalorización de áreas, los desequilibrios sociales, etc.
En términos circulatorios, sociales y económicos es un concepto similar al cauce de un río asolado
alternativamente por torrentes y sequias, el entorno tiene muy difícil adaptarse a semejantes cambios, y en nuestro
caso los entornos construidos no son maleables en espacio corto de tiempo, por lo tanto se crea una presión
e impacto negativo en el único otro elemento maleable de las ciudades, las personas. Es en estos casos, cuando
se hace necesario un estudio en detalle de las funciones que se deberían insertar en esas tramas monofuncionales
para crear nuevas relaciones transversales entre los espacios y liberar los flujos de movimientos de la ciudad,
modificando las dinámicas actuales.
El ejercicio parece simple: estudiar un área monofuncional y ‘barajar’ su función urbana junto con las
funciones de otras áreas para crear un conjunto de áreas con funciones complementarias que puedan
considerarse prácticamente en equilibrio dotando a sus habitantes autonomía. Éste es nuestro órdago
urbano particular.
¿Cómo ganar la partida?
Algunos pensaran que se trata de una respuesta obvia después de todo lo que hemos hablado anteriormente pero
no es así. Sabemos que tenemos que tener más ‘puntos’ que el rival pero nunca podremos saber lo que tendremos
que hacer para llegar a ese objetivo final. Como descubrió, el recientemente fallecido, John Nash en su análisis
de la teoría de juegos:
“si todo el mundo está haciendo su mejor jugada y todos sabemos que los demás están aplicando la misma táctica,
no tiene sentido cambiar nuestra táctica”
De alguna manera con las ciudades sucede lo mismo, nosotros sólo podemos intentar actuar de la mejor manera
posible para conseguir el mejor resultado posible, pero tienen que darse las condiciones en las que los otros
‘jugadores’ también estén haciendo su parte y los propios habitantes también. Son muchas variables, pero de ahí
el interés y el valor añadido de una investigación sobre el la proporción y equilibrio de las funciones en núcleos
consolidados.
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Aplicación práctica.
Después de este análisis práctico-abstracto a través del juego del mus tenemos que encontrar unas guías de trabajo.
Si hemos concluido que la vivienda es a la ciudad como los ‘reyes’ al mus, necesitamos plantearlo de modo que
podamos crear un modelo urbano de éxito, para ello necesitamos encontrar la relación correcta entre la habitación
y el resto de funciones urbanas, tenemos que encontrar el ‘31’ de la ciudad. Si somos capaces de resolver este reto
urbano estaríamos cerca de resolver la agrupación urbana en su conjunto. ¿Por qué? Porque al resolver la
primera y más básica función de la ciudad, la habitación, tenemos implícitamente que resolver las otras
funciones urbanas de manera que estén manteniendo una correcta relación de complementariedad con ella.
De alguna manera todas las funciones están ligadas a la vivienda, y por tanto podemos vincular el desempeño o
rendimiento de una ciudad al desempeño de sus viviendas. Como en el mus, necesitamos hacer un análisis de este
equilibrio basándonos en los diferentes ‘juegos’; en términos de habitación, infraestructuras, espacio público y
tipo de agrupación, pero sin olvidar que, además, tiene que viable en términos económicos porque vivimos en un
mundo que se maneja en estos términos.
Figura 4. Mapeado no formal de movimientos con equilibrio de funciones
Se necesita sin duda una revolución en la forma en la que ‘barajamos’ las funciones urbanas en la ciudad, el
llamado entorno construido ha dejado de lado la complementación y suplementación de funciones urbanas para
acabar desarrollando áreas de baja autonomía y baja actividad. Esto ha llevado a una sobrevalorización de las
áreas que si han alcanzado esta integridad, a la creación de flujos circulatorios insostenibles, a una progresiva
degradación de las áreas monofuncionales, y en resumidas cuentas a crear ciudades ‘sin juego’. Para resolver este
problema tenemos que entender la baraja de cartas y las reglas del juego, los diferentes procesos, instituciones,
personas y elementos que integran el proceso de agrupación urbana y aplicar en ellos el equilibrio funcional
entorno de la vivienda que llevamos desarrollando como concepto en este ensayo.
Teniendo una perspectiva clara del gran reto al que estamos enfrentando, tenemos que dotarnos de las herramientas
adecuadas para hacerle frente, y como dijimos antes no se pueden basar en las mismas teorías antiguas que nos
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han llevado a esta etapa, tenemos que mudar la metodología, aquí es donde de nuevo entra el mus. Es vital
desafiar el pensamiento tradicional del diseño urbano como un proceso lineal de refinamiento gradual para
encontrar una cadena de elementos conectados simultáneamente que construyan un nuevo concepto de
equilibrio en la ciudad, una teoría desarrollada a partir de las funciones urbanas y en relación a su unidad
más pequeña, la casa. Se hace urgente un ‘barajado’ de funciones urbanas en las ciudades consolidadas,
para estudiando cada caso inserir funciones en áreas deprimidas o eliminar funciones en áreas
sobrecargadas mejorando de esta manera su proporción, orden y equilibrio.
Figura 5. Mapeado no formal de movimientos sin equilibrio de funciones
Para crear esta nueva teoría a partir de la posición y relación entre las funciones urbanas tenemos que llevar a cabo
un análisis fenomenológico del estado actual de una ciudad tipo a través de dos elementos fundamentales: el
dibujo y los números. Con el objetivo de mapear las tramas monofuncionales y estudiar las relaciones en tramas
consolidadas exitosas para ser capaz de desgranar las proporciones y los números ‘mágicos’ que se encuentran
detrás de ellas cual mago jugando con la baraja. En un proceso temporalmente lineal se podrían diferencias las
siguientes fases de investigación:
1. Estudio de caso. (NYC). Detectar espacios urbanos con las características descritas en este ensayo,
específicamente espacios monofuncionales incompletos y espacios completos sobresaturados.
2. Análisis de las interrelaciones existentes entre las funciones en los espacios seleccionados y
parametrización de los resultados para iniciar un proceso de abstracción que nos aleje un poco del
urbanismo más ‘sentimental’ y buscar una racionalización en las proporciones de igual manera que la
arquitectura tiene que mantener unas proporciones para mantenerse en pie.
3. Mapeamiento (formal y no formal) de funciones y de relaciones en las áreas seleccionadas. El
mapeamiento formal se basa en un estudio de las funciones en términos más académicos centrándose en
su relación espacial mientras que el estudio no formal tiene como intención aprovecharse del proceso de
abstracción numérica iniciado en el apartado anterior para llevar esos resultados a una interpretación libre
y mucho más casual de los resultados en el campo del dibujo.
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4. Propuestas de intervención o ‘barajado’ de funciones para mejorar las áreas seleccionadas. Uno de los
puntos básicos es llegar a entender los puntos de estudio en tal profundidad que seamos capaces de
proponer una serie de nuevas funciones o el eliminado de determinadas para mejorar las áreas elegidas
y re-equilibrar la ciudad.
5. Estudio de consecuencias, aplicación práctica y conclusiones.
Figura 6. Mapeado formal-funcional de la ciudad
Todos estos pensamientos iniciales son parte de mi enfoque personal a uno de los mayores problemas de nuestro
tiempo, la deshumanización de la ciudad. Desde un estudio en progresión a partir de la unidad más básica que es
la vivienda, pasando por la proporción y búsqueda de la armonía en el equilibrio de funciones urbanas, a por
último reajustar y ‘barajar’ las funciones urbanas en una ciudad pseudo-consolidada llegamos a una nueva
metodología de análisis de la ciudad. Pero el primer paso es el análisis de los espacios exitosos y deprimidos de
una ciudad consolidada para entender y contextualizar todas estas aproximaciones al equilibrio y a la proporción,
por eso creo que una investigación multidisciplinaria intensa a en la ciudad de Nueva York y en sus
instituciones académicas dentro del programa de la Beca Arquia, junto con mi intención de encontrar una
metodología para análisis y diagnóstico de la ciudad a través del ‘barajado’ de funciones urbanas puede
ser de gran utilidad tanto para el equipo de investigación y los millones de personas afectadas por
problemas de vivienda y la deshumanización de la ciudad.