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UNIVERSIDAD DE MEXICO
Por J. M. GARCIA A 'iCOr
Otto Preminger y Jean Scberg
no corresponden en absolut,] al meollo delasunto. Queclaba la solució~ de reducir a)0 esencial (el aspecto soclal:-!e dos comunidacles frente a frente). En lugar deesto Brooks (autor de la adapt~ción)
quiere conservarlo todo -o le oblIgan aello. Esto le lleva a una continuidad apretada que quiere abarcar un des~rrol.l~ tel1'}poral demasiado grande y dlverslÍlcaclo,llegando a incluir secuencia~ de dos o tres.shots para conservar el hIlo conductor.y lo que es peor, al h~cer es.to t~ae aprimer término personajes y sltuaclOn~s
flojos y secundarios opacando los pnmarias.
La aventura personal acaba dominanciaal problema de verdadero interés, queapenas se indica en breves mome~tos; :untítulo inserto al empezar, una slmbohcabofetada, un corto diálogo entre los colonos blancos acerca de los negros y sobretocio las clos matanzas, llenas de inútil,absurda e inhumana crueldad p·]r ambaspartes.
Pero hay otras fallas y muy graves.El ambiente africano -aunque la película esté efectivamente filmada en hrecrión- es falso y huele a set del principio al final. Y aquÍ no hay la disculpacle la voluntad cle cochambre de un Rustan en La reina africana. No, todo falla,desde el paisaje mismo hasta muchos actores negros, algunos de ellos pintadoscon demasiado evidente brocha gorda.Otro ejemplo: la música. Se tl-ata ele unavacra Rapsodia africana compuesta porM~dos Rosza (cuyo solo nombre indicasu aptitud para lo genuinamente negro)y cantada por coros más que sospechosos.
EN
Santa ]uana- "sin ritmo m medida"
precisión, de voluntad temática y formal,una curiosa carencia de óptica adecuada.Tal es el caso de Sangre sobre la tierra.
El tema era tentador para una películade mise au point: una visión interna ycon todo intento de justicia de la rebeliónMau-Mau. Y sin embargo, poco queda deello en la obra final. ¿ A qué atribuir estefracaso -porque llega a ser un fracaso-:de un director de la indudable categona·de Brooks?
En primer lugar la elección -y sobretodo la adaptación- 'de la obra. En lu&,arde crear una historia adaptada a su mtento, Brooks selecciona una larguísimanovela de tipo saga sobre, unos colonosingleses en Africa Ec~atonal, novela ,qt~emezcla el tema que le mteresa con multlpIes historias laterales y personales que
SANGRE SOBRE LA TIERRA(Something of value) de Richard Brooks.
Toda película de Richard Brooks despierta interés y simpatía. Este es en efectoun realizador -uno de los pocos realizadores de Rollywood- que intenta siempre decir algo, comunicar un mensaje, darforma a una conciencia y a una actitudfrente a problemas y situaciones del mun·do de hoy. A su favor cuenta siemprela elección de ternas difíciles, ingratos aveces~ y la volu'ntad de hac"r u"! ci'ne que-hasta cierto punto- se aleja de lasfórmulas convencionales (1950: Crisis.1952: Deadline, U.s.A. 1955: Blackboardjungle). Su vocación pedagógica, y honradez. Su tema es el hombre y la sociedad.
Todo esto es sin duda alguna positivo.y sin embargo Brooks no acaba de producir la obra que sus cualidades -humanas y técnicas- nos dejan esperar deél. A veces es sólo un lunar (esa banderanorteamericana con la que clava a VicMorrow sobre el pizarrón de su junglaescolar) pero otras veces es una falta de
C.ILECENSUROMANIA
L A DrRECcrÓN GENERAL DE CINEMA
TOGRAFÍA, encabezada por el Sr.Jorge Ferretis, acaba de volver a
cubrirse de gloria. Después de sus pocosafortunados debuts en "el asunto Rififí",este Departamento se ha dedicado a lacaza de cortos, documentales y noticieros de México en un afán de acabar conla libertad de expresión e informaciónde nuestro corto metraje.
Entre los éxitos de esta "caza de bruj<.\s" en estos últimos meses citemos-entre muchísimos otros- algunos verdaderamente notables. En 10 que se refiere a la censura por "inmoralidad" está en primer lugar el corte de un shotde un bebé masculino desnudo de ... seismeses de edad (impropio) y el corte deun shotde La Maja Desnuda de Gaya (inmoral por "no estar concebida la obrapara las dimensiones de una pantalla decine"). Pero hay argo más grave: unacensura que va en contra de la propiaorientación del país. Fue cortado en suintegridad un reportaje histórico que evoca el humano y generoso asilo que encontraron en México los exilados de laRepública Española después de ser derrotados, por las mismas fuerzas que ibana desencadenar la Segunda Guerra Mundial (reportaje en el que ni siquiera semenciona a Franco ni al franquismo). Esta nota se encontraba dentro de la más estricta trayectoria de la límpida políticaexterior de México, pero por 10 visto nohay que indisponer a un gobierno con elcual no tenemos relaciones y que ademásnos insulta. Hoy finalmente es sometidoa varios cortes un reportaje científico sobre radioactividad señalando los peligrosde la experimentación atómica para lasalud humana y mencionando el hecho deque el pueblo de México se encuentraexpuesto a las radiaciones generadas porlos experimentos hechos en el Pacífico.Pero no, no hay que indisponerse con losautores de las pruebas -sobre todo siendo estos de una nación vecina y poderosa-o En cuanto al pueblo de México,el mismo pueblo al que se supone representa la Dirección General de Cinematografía, es mejor que no le adviertan naday que siga expuesto a este u otros peligrosen feliz ignorancia.
A ,la falsa moralidad, al criterio queniega discernimiento e inteligencia a todosnuestros espectadores, viene, pues, a sumarse ahora el desacuerdo y oposicióna las normas directivas de la política internacional del propio país y el más absoluto desprecio por el pueblo propio.
Urge liberar al cine mexicano en todassus expresiones -y sobre todo las informativas- de un yugo tan contrario a losprincipios mismos de la Constitución.¿ Por qué no tiene el cine la misma libertad que la prensa? j Ah sí! . " j pero entodos los cines las películas de guerra-siempre y cuando no salga una mujer"Iig-era"- están autorizadas para niños!
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Dándose qlllzas cuenta de ello Brooksbusca a veces el exotismo.. Y sale llluchopeor la cosa. Hay escenas que son paragritar: una piedra sagrada inspi rada enun cenicero de decorador modernista, unaconfesión entre relámpagos, un juramento l\ifau-Mau entrecortado de ritos absurdos y hasta un elcmC'nto digno de unapelícula de Tarzán: una trampa con fondo úe púas que cumple la función de liquidar a uno de los principales personajes en el momento en que ya era muydifícil saber qué hacer con él.
Para terminar diremos CiUC' el 'I1úscasfno ayuda. Rack Hudson (impuesto porlos productores) está muy lejos de darel personaje, aunque hava adelgazadocerca de cuarenta kilos. Diana Wynter(una especie de abnegada y agobianteJune Al1yson inglesa) carece de toda similitud con una actriz. Bastante bien. encambio, Sidney Poitier y Juana Herriández, a pesar de las escenas melodramáticas que le han asignado a este último.Estupenda -como siempre- WendyHil1er. :. No sería ya tiempo de que s('acuerden de Py.g17wlión y M ajor Barbaray le den un papel a la altura de su talento?
¿ Qué queda, pues, de Sangre sobre latierra? Algo queda sin embargo: unaintención, un afán de justicia (más laudable todavía si consideramos las traba.;;que ciertos temas encuentl-an en Hollywood) y una sincera honradez que setransparenta aun a través de las escenasmás fallidas. Y como en t-::>clas las obrasde Brooks un verdauero y generoso odiopor la crueldad y la violencia a las qU·2nos pinta siempre sin ningún oinámicoglamour y con una vis:ón qlle llega ahorrorizar y dar asco (reCt:erc'en ustedesla matanza de La última cacería). Si,Brooks -aunque maltrech'1- sigue enpie. Y vaJe la pena esperar más de él.
SANTA JUA J.:"', de Otto Preminger
A pesar de Bernard Shaw y de Ott~J
Preminger Santa Juana era una películaque me daba cierta pereza. y por estarazón había pospuesto verJa por unosdías. Una primera crítica. muy elogiosa,no había conseguido sacudirme la perezay la cosa quedaba así. Sin embargo, enel suplemento cultural de un diario dominical salió un comentario tan extraordinal'io que me precipité inmediatlmente hacia el cinc.
El comentario mencionado comenzablasí: "Entre todas las versiones sobreSanta Juana de Arco que el cine ha intentado hasta hoy, se puede asegurar quela más lograda y valiosa es esta que nosofrece ahora el inquieto realizador OttoPreminger. Y conste que al hacer semejante afirmación no me olvido de esa obramaestra del cine que, también con el temade la doncella de OrJeans realizó CadT. Dreyer en 1928." (Novedades. Domingo 22 de diciembre de 1957.)
Pues bien, esta afirmación es litcra:meñte monstruosa. No me han inter::sado en absoluto las versiones de estetema de Michele Margan e 1ngrid Bergman (y 110 por causa de esta actriz),:pero incluir entre las cintas comparadasa la Santa Juana de Dreyer va demasiado lejos, y no sólo por un especíal respetopor esta película (para mí una de lascuatro o cinco mejores películas de todala historia del cine), sino porque la queestamos comentando hoy, la de Preming-er. es un verdadero fracaso.
Un condenado a muerte se escapa
En primer lugar 10 ún:co interesantl:de la película, a saber la c1ecció:l de Ltobra de Shaw sobre un tema 'tan trillado,está completamente traicionado. El adaptador Graham Greene es un novelista detalento, pero no sólo un pésimo adapta..dar, sino un espíritu converso de lo má~
anti-shawiano que pueda darse. En iapelícula no aparecen para nada ni la esencia misma del dra ma de Juana ele Arcoteniendo que seguir adelante a favor d,~
un rey cobarde y estúpido al que trataele despertar el único motor posible: laambición, ni la esencia del desesperadoesfuerzo de los jueces por salvar su almaen la ortodoxia, ni el sentido social dela obra, ni el sentido moderno del epílogo-del que se ha suprimido el fundamental personaje del gentleman de hoy.
Aparte de esto la película está reali~
zada sin ritmo ni medida, con repeticiones que pierden su sentido en el cineaquí es dO:1dc trabaja un adaptador),repeticiones que la monotonía de la dirección y la actuación hacen aún másgraves e inexcusables.
En tercer Jugar la interpre~ación centl-al, la de Jean Seberg- -tan increíblemente alabada- eS una de las más sensacionalmente malas que hayamos visto en
UNIVER.SiDAD bI!. MEXICO
una película de cierta categoría en losúltimos quince años. J ean Seberg (comparada por la crítica mencionada a 1ngrid Bergman -nada menos- Y -j válgame Dios 1--- a la Falconetti) parecehaber sido importada directamente deuna fuente ele sodas de Wichita y metida en la película sin la menor indicación acerca de Juana de Arco. CO:l unadicción y un acento verdaderamente deplorables nos da la impresió:l de l1evarconstantemente bajo la armadura los panta!oncil1os de tecn ager de su verdaderavida cotidiana. Y en cuanto a su interpretación, está perfectamente adecuadapara cualquiera de las películas de AndyHardy. Debiera l1amarse Blue Jean Seberg.
El resto del reparto es desigual. Wildmark hace un gran esfuerzo y consigueestablecer un personaje que por unos minutos resulta francamente bueno. Pero SlIDelfín acaba teniendo demasiadas remlniscencias del Tommy Udo del Beso dela muerte. Gielgud se eleva majestuosamente por encima de todos en una deliciosa y consciente interpretación de Warwick que nos permite vislumbrar 10 quedebiera haber sido la película. Anton\iValbrook no sabe qué hacer de Cauchony oculta bajo sus ropajes no los bluejeans de Jean Seberg sino el frac de Laronda.. Richard Todd ejecuta un Dunoisbastante poco enérgico y el arzobispo deReims disimula su falta de dirección eindicaciones cortando flores desesperaday tenazmente. En cambio el personajede Stogumber es firme y está muy biendibujado.
Si unen ustedes a todo esto una dirección muy incierta que escoge de aquí yde al1á (y bastante de Dreyer, aunque Joutiliza mal), una excelente fotografía quetampoco selecciona un estilo y. cuyos encuadres son a veces francamente pedestres, si le suman una falta general desentido unitario, de idea rectora' (o deiclea a secas) tendrán ustedes esta S antaJuana que ni es Santa, ni es Juana, nies Shaw, ni siquiera es Preminger elcual nos ha demostrado ya tener más talento que el que esconde --que no revela-- en esta francamente mala película.
Sólo se salvan -como siempre en Preminger- los títulos de presentación. Sonmagní ficos. Pero es poco.
Nota: En el momento de entregarestas líneas a la imprenta he podido vertres películas cuyo comentario tendré quedejar para el próximo número. Pero 110
queriendo dejar pasar demasiado tiempo, bástenme unas palabras sobre eUas.
Un condenado a muerte se escapa, deRobert Bresson. Una obra excepcional,una verdadera obra maestra del cine inferior, de la sugestión de la inteligencia.
La cenicien.ta de París, de StanleyDonen. Una joya del cine exterior, aproyechando en su totalidad la más finacoreografía visual, el new look de la co;l1edia musical.
El príncipe y la corista, de LaurenecOlivier. Dos creaciones: Marilyn Monroey Laurence Olivier. No hay que buscara Lubitsch sino gozar despacio la magníficadiscreción de esta auténtica comedia.