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ESTRELLA POLICIAL PUBLICACIÓN DEL COLEGIO DE GENERALES DE LA POLICÍA NACIONAL DE COLOMBIA AÑO 8 / EDICIÓN 28 / JULIO DE 2019 / BOGOTÁ D,C. - COLOMBIA / ISSN 1909-0269 “La credibilidad y confianza en nuestras instituciones, es un invaluable patrimonio moral que ha significado la sinergia y la estabilidad de nuestro Estado de Derecho.” Se fortalece el mando policial el cumplimiento de sus importantes misiones. De igual manera fue nom- brado como Brigadier General Hono- rario el señor Mayor (RA) Humberto Aparicio Navia. Felicitaciones. E l pasado 13 de Junio, en cere- monia especial cumplida en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, el Señor Presidente de la Republica as- cendió al señor Mayor Gene- ral Oscar Atehortua, Director General, al máximo Grado policial Y a los señores Brigadieres Generales Car- los Rodríguez Cortes, William Ruiz Garzón, Fabio López Cruz, Herman Bustamante Jiménez, Ramiro Castri- llón Lara y Fabián Cárdenas Leonel, al Grado de Mayor General, con lo cual se fortalece el mando policial para facilitar el logro de los objetivos insti- tucionales. Felicitaciones a los ascendi- dos y a sus familias y muchos éxitos en

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EstrElla Policial 1

publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

EstrElla Policialpublicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

año 8 / edición 28 / Julio de 2019 / bogotá d,c. - colombia / issn 1909-0269

“La credibilidad y confianza en nuestras instituciones,

es un invaluable patrimonio moral que ha significado la sinergia y la estabilidad de nuestro

Estado de Derecho.”

Se fortalece el mando policial

el cumplimiento de sus importantes misiones. De igual manera fue nom-brado como Brigadier General Hono-rario el señor Mayor (RA) Humberto Aparicio Navia. Felicitaciones.El pasado 13 de Junio, en cere-

monia especial cumplida en la Escuela de Cadetes de Policía General Santander, el Señor Presidente de la Republica as-cendió al señor Mayor Gene-ral Oscar Atehortua, Director

General, al máximo Grado policial Y a los señores Brigadieres Generales Car-los Rodríguez Cortes, William Ruiz Garzón, Fabio López Cruz, Herman Bustamante Jiménez, Ramiro Castri-llón Lara y Fabián Cárdenas Leonel, al Grado de Mayor General, con lo cual se fortalece el mando policial para facilitar el logro de los objetivos insti-tucionales. Felicitaciones a los ascendi-dos y a sus familias y muchos éxitos en

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publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

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publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

NUESTRA PORTADA: xxxxx.

Av. Boyacá No.142A-55 Bogotá, D.C.Web. www.colgenerales.com.co

Correo Electrónico: [email protected]

DIRECTOR GENERAL

MG. (RA) Héctor Darío Castro CabreraPresidente Junta Directiva

JUNTA DIRECTIVAVicepresidente

BG. (RA) Gustavo Socha SalamancaVocales principales

MG. (RA) Carlos Alberto Pulido BarrantesBG. (RA) José Laureano Sánchez Guerrero

Vocales SuplentesMG. (RA) Jaime Augusto Vera GaravitoBG. (RA) Guillermo Julio Cháves Ocaña

FiscalBG (RA) Jorge Alirio Barón Leguizamón

Secretario EjecutivoBG. (RA) Héctor García Guzmán

CONSEJO DE REDACCIÓNGeneral (RA) Víctor Alberto Delgado Mallarino

General (RA) Miguel Antonio Gómez PadillaBG. (RA) Fabio Arturo Londoño CárdenasBG. (RA) José Domingo Murcia Florián

BG. (RA) Pablo Elbert Rojas Flórez

EDITORBG. Guillermo León Diettes Pérez

FOTOGRAFÍAEstrella Policial

Archivo Revista Policía Nacional DISEÑO E IMPRESIÓN

Editorial La Unidad S. A. El NuEvo Siglo413 92 00 - ExT. 126

NOTA: Los artículos no reflejan el pensamiento del Colegio de Generales de la Policía Nacional, son

de exclusiva responsabilidad de sus autores, y por razones de espacio podrán ser editados.

EstrElla Policialpublicación del colegio de generales

de la policía nacional de colombia

Edición Nº 28ISSN 1909-0269

“Caballerosidad, gratitud y afecto”

Por: Mayor general (r) HECTOr DArÍO CASTrO CABrErAPresidente del Colegio de Generales de la Policía Nacional

¿Inseguridad Jurídica?corazón de todos los colombianos. Antes, por el contrario, como lo escuche en Caracol Radio el 11 de julio pasado en las primeras horas de la mañana, un oyente expresaba su concepto sobre la justicia y decía que a quien se robaba una gallina le imponían ocho años de cárcel y a los violadores les sancionaban con penas irrisorias y con beneficios inaceptables. Qué pesar. Será este un concepto generalizado? ¿ojalá que no. Desafortunadamente, la confianza en la justicia no está plenamente vigente y vale la pena hacer los esfuerzos que sean necesarios para que crezca la confianza en este sector tan importante del Estado y se afiance la credibilidad de las instituciones que tienen esta inmensa responsabi-lidad para que propicien con sus fallos el respeto y la admiración que se le debe a quienes actúan con acierto y trasparencia

Ante hechos recientes que son de público conocimiento, sobre de-cisiones judiciales al más alto nivel, la academia, en cabeza del presiden-te emérito de la Honorable corte Constitucional, Doctor José Gregorio Hernández, ha dado a conocer unos desacuerdos con decisiones de gran importancia, tomadas por las altas Cortes, como la que determinó que las objeciones que formuló el señor Presidente de la Republica a la Ley Estatutaria de la Justicia Especial para la Paz, no fueron aprobadas en el Senado por cuanto la mayoría las rechazó, manifestando que la Hono-rable Corte Constitucional, en este caso particular, confundió los con-ceptos de quorum con el de mayorías, temas reglados por los artículos 134, 145 y 146 de la Constitución Política y los artículos 116 a 121 de la Ley 5 de 1.992 que expide el reglamento del Congreso, tema sobre el cual hace una amplia disertación en la que expone sus argumentos y llega a la conclusión que hubo una inadecuada interpretación de la normatividad vigente y que se incurrió en error, al confundir los con-ceptos de quorum con el de mayorías, la honorable corte constitucional confundida? de ser así, constituye una equivocación que debería tener la posibilidad de enmendarse. En la resolución de otro caso, a cargo de la Honorable Corte Constitucional, relacionado con la dosis mínima y el derecho de consumir licor, psicotrópicos y alucinógenos en sitios pú-blicos, se ha dicho por entendidos que el derecho al libre desarrollo de la personalidad no es un derecho fundamental absoluto sino relativo por cuanto debe tenerse como limitante el interés general y no el particular de los adictos consumidores, aspecto sobre el cual se han presentado profundas diferencias que ponen en duda que el derecho este efecti-vamente al servicio del pueblo en General y no solo de una fracción o sector de la población. En otro caso y refiriéndose a dos decisiones de la Honorable Corte Suprema de Justicia, tomadas en menos de un año, existe una evidente contradicción respecto al tan comentado caso del hoy representante alias Jesús Santrich, al pronunciarse sobre una acción impetrada por el interesado que fue resuelta el 17 de Agosto de 2.018, estableciendo que no le asistía la calidad de congresista por cuanto no había tomado posesión del cargo y en consecuencia no era procedente su petición y en otra decisión de mayo de 2.019, la misma Corte Su-prema, es bueno aclarar, en otra de sus salas, tomó otra decisión que contradice la del año anterior, sobre otra petición del mismo actor, en la que determina que la posesión no es necesaria para reconocerle la ca-lidad de congresista y que esta se le debe reconocer desde el mismo mo-mento de su designación, pues no llegó al congreso por elección. Ante estos planteamientos recurrimos como profanos en la materia al texto Constitucional y encontramos que el artículo 122 establece que: “Artí-culo 122.- No habrá empleo público que no tenga funciones detalladas

En estos tiempos de post acuerdo o postconflicto, como lo lla-man otros, estamos viviendo situaciones que tienen su origen y desarrollo en las controversias de orden político, que resultan normales ante la diversidad de pensamientos y opiniones, el ambiente de apertura y receptividad de nuevas ideas con en-foques inspirados en las más variadas doctrinas sobre gober-nabilidad y democracia, que debemos ver con optimismo, si

tenemos en cuenta que es necesario acompañar el fortalecimiento de la democracia, como el mejor sistema de administración de un Estado, y que la política es el arte de la controversia y del disenso, como nos lo ensañaba el ilustre presidente Alberto Lleras Camargo, donde la diver-sidad resulta enriquecedora y conveniente para poder efectuar análisis que estimulen una sociedad participativa que este en capacidad de sacar sus propias conclusiones y asumir posiciones debidamente fundamen-tadas frente a las diferentes propuestas que se sometan a su conside-ración, para que sea el pueblo el que libre y soberanamente escoja su destino y exija respeto a sus decisiones. Ante esta necesaria pluralidad de conceptos, pareciera que en materia política, entendida esta como el arte de gobernar, resulta imprescindible que se acepten las diferencias y que se respeten las ideas ajenas pero que también se aprenda a respetar y acatar la voluntad de las mayorías como un mandato soberano. Lo que sí es una necesidad imprescindible, es que los órganos que adminis-tran justicia, en sus diferentes sectores, permanezcan al margen de estas confrontaciones como auténticos veedores y árbitros que mantengan la imparcialidad y transparencia como requisito para generar y mantener vigente la confianza de la ciudadanía y de las demás instituciones. La Justicia no debe politizarse, su imparcialidad es una insustituible nece-sidad para la estabilidad y viabilidad de un estado social de Derecho.

En algún momento de mi vida policial, fui testigo de un aconte-cimiento que me impactó por lo me hizo entender lo que significaba la Justicia para el común de la gente, en el pasado de nuestro país. En una familia numerosa de nuestra población rural, una decisión judicial afecto a unos de sus integrantes con una medida de privación transitoria de la libertad. Como para ese grupo familiar, integrado por personas probas, honestas y responsables, era un hecho inusual y de suma gra-vedad, se reunieron ocho hermanos para diseñar la forma como le iban a dar la noticia a la madre, una mujer viuda, de edad avanzada, con quebrantos de salud y organizaron una reunión de toda la familia para propiciar el ambiente de solidaridad y unión que permitiera causar la menor afectación con la información que le iban a comunicar. Después de muchas aproximaciones al hecho que los ocupaba se atrevieron a decirle que a su hermano mayor “lo habían metido a la cárcel” y cuando todos esperaban que la matrona se acongojara y se afectara gravemente con la noticia, sorprendió a todo el mundo al levantarse del sillón que ocupaba y después de persignarse les dijo “ bendito sea Dios” a lo que le replicaron, creyendo que no había entendido de lo que se trataba y entonces ella les aclaro “algo malo ha debido hacer pues los jueces no mandan a la cárcel a las personas inocentes que no han incurrido en errores ni han causado daño a alguien”

Qué bueno que este concepto de justicia prevaleciera hoy en el

en ley o reglamento y para proveer los de carácter remunerados se re-quiere que estén contemplados en la respectiva planta y previstos sus emolumentos en el presupuesto correspondiente. Ningún servidor público entrará a ejercer su cargo sin prestar juramento de cum-plir y defender la Constitución y desempeñar los deberes que le incumben…” y refiriéndose a las corporaciones públicas, el artículo 123 de nuestra ley fundamental determina: “Artículo 123º.- Son servidores públicos los miembros de las corporaciones públicas, los empleados y trabajadores del Esta-do y de sus entidades descentraliza-das territorialmente y por servicios. Los servidores públicos están al servicio del Estado y de la comu-nidad; ejercerán sus funciones en la forma prevista por la Constitu-ción, la ley y el reglamento…” El Presidente emérito de la Honorable Corte Constitucional, Doctor José Gregorio Hernández, asegura en su espacio académico que aunque las sentencias de las Cortes deben ser cumplidas sin dilaciones, tal como se hizo, aclara que con estas decisiones se ha credo un ambien-te de incertidumbre e inseguridad Jurídica que preocupa a los juris-consultos y si a ellos preocupa, que podemos decir nosotros? Para Pro-pios y extraños, letrados e iletrados es absolutamente necesario tener una confianza absoluta en las insti-tuciones y más aún cuando se trata de una materia tan sensible, solem-ne, majestuosa e inmaculada como la Justicia. Quizás hay otros temas que producen preocupación, como la prioridad que en el Congreso se le dió a la mal llamada ley de la empanada y la indiferencia y falta de compromiso con la Ley Anti-corrupción, reconocida su gran importancia y por su nivel de im-pacto ante este flagelo, aun así no resultan tan trascendentales, como las que argumentan equivocacio-nes de las más altas instancias de la Justicia, situación que debe prender las alarmas y provocar profundas reflexiones, que conduzcan a solu-ciones reales y efectivas, para bien de la sociedad y garantía de salud para la República.

Por: Brigadier General (rA) GUILLErMO CHÁVEZ OCAÑA

Cuando de novel aprendiz de derecho, escuchaba hablar sobre las altas Cortes, y en consecuencia de los Magis-trados y la Magistratura, se conjugaban una especie de misterio, tabú, reserva, aquello era algo cuasi mágico. Fueron pasando los años, y observaba como se destaca-ban verdaderos juristas, que con solo nombrarlos inspi-raban respeto y admiración, por la calidad, profundidad

y seriedad de sus sentencias. Recuerdo que se decía en las aulas, que el máximo honor de un graduado, era llegar a ser Magistrado de alguna de las instituciones judiciales.

Igualmente causaban admiración las Cortes que con su actua-ción como órgano colegiado, han sido protagonistas, no solo de los grandes cambios de nuestro ordenamiento jurídico, sino, de los cam-bios que se han generado en el país desde lo social, económico, polí-tico y por su puesto lo jurídico. La jurisprudencia era estable; podían pasar años sin que fuese modificada, lo que originaba una ventaja, pues se contaba con parámetros claros acerca de cómo se resolvería el caso en concreto, reduciéndose ostensiblemente la incertidumbre, que ocasionan posiciones jurisprudenciales cambiantes. Mantener una línea tradicional, ajena a la tendencia de cambiar solo por cam-biar, se constituía en garantía de la seguridad jurídica, que reclaman los ciudadanos de bien. La objetividad, juricidad, y seriedad de los fallos que producían las Cortes en Colombia, era reconocida no solo internamente, sino que hacían eco en el mundo jurídico en varios países de Latinoamérica.

PERO ENTONCES QUE NOS PASO? Reconociendo que el país está enfermo, que padece de una pro-

funda crisis ético-moral de la sociedad en general, y ahora centrada en la Magistratura, cuyos episodios de corrupción y decisiones en con-travía del país, tiene como protagonistas las “altas cortes,” producen vergüenza, incredulidad y lo peor desconfianza, por tratarse de quien se trata. Solo hay que hacer un recorrido por los diferentes medios de comunicación nacionales e internacionales para entender que “la sal se corrompió,” es muy grave lo que viene ocurriendo, pensábamos que la tragedia nacional de los años 80s, y 90s, se había superado, pues en ese entonces se hablaba del cartel de Medellín, del cartel de Cali, en los últimos tiempos del cartel de la minería, del cartel de la chatarra, del cartel de la hemofilia, pero que se hable del “cartel de la toga” refiriéndose a la corrupción judicial de las “Cortes,” es real-mente lo más indignante que le puede ocurrir al país. Quienes son garantes del derecho, hoy están en boca de propios y extraños como los violadores de la justicia. Qué vergüenza.

Pero no solo son cuestionados por hechos de corrupción para torcer sentencias, lo que preocupa, también tiene que ver con ciertas decisiones que han dejado asombrado al país. Solo por enunciar algu-nas; la primera, tiene que ver con uno de los terroristas más temidos, narco traficando después de los acuerdos de paz y cuyas evidencias las podía confirmar el más novato de los abogados. Mientras la JEP libera a Santrich y niega la extradición, su libertad es confirmada por la Corte Suprema de Justicia. Este sujeto se regodeo por los salones del Congreso humillando a las victimas, para luego burlarse de to-

dos a carcajadas tras su fuga. No tengo muchos argumentos para ser optimista, pero guardo la esperanza que pronto este cruel personaje, estará tras las rejas muy a pesar de que la Corte Suprema de Justicia decidió lo que todos conocemos.

Otro tema que es absolutamente contrario al querer de los co-lombianos, es la decisión de la Corte Constitucional respecto del uso de los parques y vías públicas, para que puedan ser utilizadas para consumir bebidas embriagantes y sustancias alucinógenas. Por Dios, pareciera que estuvieran a espaldas de la realidad nacional. Los preceptos y principios del Código de convivencia, mismo que des-pués de casi cincuenta años del vetusto código anterior el Congreso logró aprobar, tenia como pilar para la convivencia pacifica, el poder controlar ciertas zonas de las ciudades a partir de esa prohibición de consumo desde lo publico. Las autoridades saben todo lo que hay detrás de ese comportamiento, pero no, los magistrados considera-ron que los parques y la vía publica la podían compartir las mamas y sus bebes, con los borrachos y drogadictos por aquello del libre desarrollo de la personalidad.

Pero no es solo esto, hoy nos encontramos con situaciones como que el Consejo de Estado se pronuncia en contra de una determina-ción de la Corte Suprema o que la Corte Suprema le diga a la Corte Constitucional que no puede tocar ciertas materias. Es tal la incer-tidumbre, que ya no sabemos qué va a pasar frente al caso concreto del profesor Antanas Mockus, saliendo y entrando del Congreso de la Republica al vaivén de las decisiones judiciales.

Desde que se develo el escándalo, se han planteado varias refor-mas urgentes a la justicia y en la última década son más de 7 intentos por depurar la cúpula judicial, todos fallidos. Entendemos que hay intereses de todo tipo para mantener ese “statu quo” y no romper el cordón umbilical que une a ciertos políticos, el congreso, el mismo gobierno y las Cortes. La independencia del poder judicial es una necesidad a gritos para evitar la corrupción, pero no se ve al mediato plazo una firme decisión en esta dirección.

Pero no todo está perdido, no son los 132 magistrados, ni son todas las Cortes quienes le han fallado al país, sabemos que lo peor que puede ocurrir cuando unos pocos miembros de una institución fallan, es generalizar, por ello, quienes hoy se encuentran al frente de esas organizaciones judiciales, deben hacer un esfuerzo mayúsculo para devolver la confianza que teníamos en la justicia. Amanecerá y veremos.

Unas Cortes… al mejor postor

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Invitamos a consultar este

periódico en nuestra página Web,

www.colgenerales.com.co.

EstrElla Policial

Por: Brigadier General JUAN ALBErTO LIBrErOS MOrALES Director Nacional de Escuelas

La Dirección Nacional de Escuelas – DI-NAE se proyecta como una Universidad de acuerdo a las necesidades de formación del personal que conforma y conformará la Policía Nacional de Colombia - PNC, de la capacitación continua de los profe-sionales de policía y de la investigación

científica para el servicio según los parámetros de la actividad policial basada en la evidencia empírica. Este reto estratégico para la PNC, bajo las directri-ces del Ministerio de Defensa Nacional – MDN y Ministerio de Educación Nacional - MEN, nos consolida como referente mundial en la capacita-ción policial y de las personas con interés en los temas de policía, convivencia y seguridad.

Además de propender por la calidad educati-va para usuarios internos y externos, también se pretende afianzar la identidad y la cultura institu-cional desde los programas académicos; para tales efectos se realizó un proceso de revisión sistemática

para desarrollar la actualización e innovación en la gestión curricular en busca de la mejora conti-nua, la cobertura y la calidad del servicio policial, para transmitir el conocimiento desde la teoría y la praxis policial.

De acuerdo a nuestro Plan de Desarrollo para la Modernización y Transformación de la Educación Policial 2018-2021 se trazaron líneas de acción en la educación policial, para respon-der a las necesidades frente al servicio de policía y cerrar la brecha entre la enseñanza en las Es-cuelas de Policía y la práctica del servicio. En tal sentido, se pretende actualizar los programas académicos de acuerdo a las nuevas competen-cias genéricas que debe desarrollar un policía (relacional, personal, cognitiva, institucional y comunitaria) y estandarizar las metodologías de enseñanza-aprendizaje para impactar posi-tivamente el servicio de policía priorizando la gestión pública, el liderazgo policial y el Sistema Táctico Básico Policial en los planes de estudio.

El fin último de la transformación académi-ca es prestar un servicio de policía más efectivo, dinámico y transparente, disminuir las demandas

por fallas en el servicio y mejorar los criterios de actuación e interpretación alineados al marco nor-mativo de nuestro país.

Los diagnósticos internos permitieron identi-ficar una serie de problemáticas que fueron orga-nizadas en cinco ejes estratégicos articulados con el proceso de Modernización y Transformación Institucional – MTI, en donde se tuvo presente los nuevos estándares de calidad de la Educación Superior, el Plan Nacional Decenal de Educación 2016-2026, las nuevas competencias genéricas para la PNC, los propósitos en materia educativa de los Objetivos del Desarrollo Sostenible plan-teados en la Agenda 2034 por la UNESCO y los criterios de la adhesión de Colombia a la Organi-zación para la Cooperación y el Desarrollo Econó-micos – OCDE.

De tal suerte, los ejes estratégicos del Plan de Desarrollo de DINAE son: (1) la actualización de la doctrina del Sistema Educativo Policial, (2) la alineación curricular, (3) el rediseño organizacio-nal, (4) la gestión y aseguramiento de la calidad educativa policial y (5) la Universidad Policial, de-finidos así:

(1) Frente a la doctrina del Sistema Educativo Policial, se plantea realizar una evaluación integral del proceso de un estudiante desde la formación, hasta llegar al desempeño laboral del egresado. Además de las visitas de referenciación, se realiza-rá el estudio de perfiles “El policía del siglo XXI”, la autoevaluación del Proyecto Educativo Institu-cional, la fundamentación del Sistema Educativo Policial y la actualización del Proyecto Educativo Institucional.

(2) Sobre la Alineación Curricular se conside-ra al programa de Administrador Policial como eje articulador de los programas de Especialización en Servicio de Policial y el Técnico Profesional en Ser-vicio de Policía. Este nuevo diseño se fundamenta en los temas del Sistema Táctico Básico Policial, el liderazgo policial y la gestión pública. Para tal fin, se unifican los criterios para el diseño y rediseño de un programa focalizado en el servicio de poli-cía. También se establecieron los criterios para la inclusión de temáticas policiales en los planes de estudio, que permita la formación fundamentada en la praxis. En este eje se pretende actualizar los planes de estudio, optimizar la oferta educativa

con programas competitivos y de impacto al ser-vicio de policía, estructurar los cursos de ascenso como programas de educación formal, aumentar la demanda educativa, fortalecer las competencias básicas y el liderazgo, optimizar los métodos de instrucción policial, formar con énfasis en servicio de policía y diseñar las guías de instrucción para los Comandantes de Estación.

(3) En el rediseño organizacional, además de las labores de reingeniería de la estructura, se realizará un reacomodamiento de funciones procurando afianzar la gestión educativa por procesos, mejorar la comunicación interna y el clima organizacional. Las finalidades de este reingeniería son: primero, mejorar el relaciona-miento entre decanaturas, programas, escuelas y en general, hacer más fluidos los objetivos que se tienen previstos en el Plan de Desarrollo de DINAE; y segundo, responder a las exigencias del MEN para mantener los registros califica-dos, acreditaciones en alta calidad y cumplir con las exigencias y procesos propios de una universidad. Entre las líneas de acción está el fortalecer el Centro de Producción de Conte-nidos y la plataforma educativa, crear el Centro de Ciencia, Tecnología e Innovación, crear la Escuela Internacional Antidrogas y fortalecer el Observatorio Educativo para el Servicio de Policía.

(4) Con relación a la gestión y aseguramien-to de la calidad educativa policial, se busca for-talecer la cultura de calidad en los funcionarios de policía y los procesos educativos; por lo cual, se requiere reformular y simplificar los modelos y metodologías de autoevaluación institucional, que permitan ajustarse a los nuevos referentes de calidad definidos por el MEN para el ade-cuado funcionamiento de los registros califi-cados que oferta la PNC a través de DINAE. Estos aspectos de calidad incluyen el relacio-namiento nacional e internacional mediante la suscripción y reorientación de los convenios, el fomento de la instrucción y entrenamiento po-licial, el dominio de una segunda lengua, opti-mización de los recursos físicos y financieros, el bienestar, el empleo de las tecnologías aplicadas a los procesos académicos, así como la metodo-logía para estructurar la capacitación. Las líneas de acción son la modificación de los parámetros de evaluación externa, crear y fortalecer la espe-cialidad docente, gestionar el apoyo de docen-tes por medio de los convenios de cooperación, actualizar el Reglamento Académico, potenciar los convenios académicos, mejorar la movilidad académica, crear el módulo EVA de estudiantes, minimizar las actividades extracurriculares du-rante los períodos de formación y capacitación, optimizar el uso de las aplicaciones móviles policiales, fortalecer el Sistema de Información para la Gestión Académica – SIGAC, actualizar y certificar guías e instructores de guías cani-nos, generar un Plan Maestro de Infraestructura

por Escuela, estandarizar las casas tácticas para instrucción en las Escuelas de Policía, construc-ción de auditorios, aulas en el complejo educa-tivo de DINAE, redistribución del presupuesto asignado, diseñar un mecanismo de retorno de los recursos recaudados para educación, aumen-tar el rubro presupuestal para educación, redi-señar el programa académico para oficiales de la reserva, diseñar la política de bilingüismo, entre otras de vital importancia.

(5) Finalmente, la DINAE busca ser recono-cida como Universidad de la PNC, pretende rea-lizar un cambio de carácter académico de Institu-ción Universitaria a Universidad, sin salirse de la estructura orgánica y funcional de la PNC; con una oferta de programas académicos en las di-ferentes áreas de conocimiento con énfasis en el servicio de policía. Lo anterior, con el propósito de transformar e innovar la educación policial, posicionándose ante la comunidad académica y científica, como una Universidad que profesiona-liza policías, comprometida con la generación de nuevo conocimiento.

En tal sentido, se fundamenta en la consolida-ción de los procesos educativos, el cumplimiento de los requisitos establecidos en el Decreto 1075 de 2015. De esta manera, para el cambio de ca-rácter académico de la DINAE como universidad, se requiere estructurar un proceso de transforma-ción de la cultura de su capital humano, con el fin de comprender que el ámbito universitario no

La formación en la Policía Nacional de Colombia

Cambios necesarios para cumplir nuestra misionalidad y recuperar la identidad

se aleja del servicio de policía, por el contrario, lo dignifica, lo exalta y lo fundamenta teórica y cien-tíficamente.

En todo caso, el policía, en cualquier socie-dad, en su servicio diario repercute en la libertad y vida de todos los ciudadanos, como parte de los derechos fundamentales de las personas; en tal sentido, los funcionarios que tienen esta gran responsabilidad social deben ser los más capacita-dos de una sociedad, por ello la importancia de la formación policial. Esta reflexión es tomada como principio en los países del primer mundo, y los policías son formados o capacitados en universi-dades con el propósito de tener funcionarios más idóneos, doblemente titulados y profesionales. Las sociedades más atrasadas invierten menos en la formación de sus policías y los resultados se re-flejan en el tipo de sociedad que preservan.

Es así como para la Policía Nacional de Colombia, se considera prioritario el reconoci-miento y autonomía del carácter académico de DINAE ante el MEN para el mejoramiento de los estándares de calidad educativa y la visibilidad y posicionamiento de la educación policial a nivel nacional e internacional. El futuro de la forma-ción policial se reflejará en mejores profesionales de policía, con fuertes fundamentos tanto teóri-cos como prácticas, con una arraigada cultura de legalidad y pertenencia institucional, empáticos a los sufrimientos de los ciudadanos y estrictos en la aplicación de la norma.

La DINAE busca ser reconocida como Universidad de la PNC, pretende realizar un cambio de carácter académico de Institución Universitaria a Universidad, sin salirse de la estructura orgánica y funcional.

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Por: General OSCAr ATEHOrTUA DUQUE Director General Policía Nacional de Colombia

Quienes hemos sufrido el impacto de la violencia y atravesado el umbral entre la vida y la muerte, no podemos aceptar que la justicia, la convivencia y la seguri-dad ciudadana sean sólo teorías. Por esta razón, tenemos la responsabilidad social de repensar el presente y construir des-

de ya, el futuro institucional a la luz del Plan de Transformación de la Fuerza Pública al año 2030 y el Plan Estratégico Institucional 2019-2022 “Co-lombia Bicentenaria, seguridad con legalidad”,

fundamentados en los horizontes estratégicos de la convivencia, la disrupción del crimen, la parti-cipación cívica y la cooperación internacional.

Como bien lo ha ratificado la Organización de las Naciones Unidas: “La seguridad humana no es una preocupación por las armas: es una preocu-pación por la vida y la dignidad de las personas”. A partir de este precepto, he convocado a la fami-lia policial a trabajar con amor, a ser humildes, a evitar la duplicidad de actividades, y a seguir pro-vocando el quiebre de paradigmas contra el de-lito, en la comprensión de tres ámbitos o pilares de actuación, alineados a las exigencias sociales, la Política Gubernamental y el Direccionamien-

to Estratégico Institucional, los cuales son: “Una policía para la gente, que se transforma para servir mejor, y piensa en sus policías”.

Esta propuesta, fruto de más de 100 arduas horas de trabajo durante 3 meses, con las ofici-nas asesoras, direcciones y especialidades reuni-das en un equipo de pensamiento estratégico, se ha orientado a integrar capacidades operativas, a incrementar la sinergia con las autoridades político-administrativas, a incluir los reportes ciudadanos en nuestros diagnósticos situacio-nales y a desplegar el Programa Nacional de Mediadores Policiales, para que el Código Na-cional de Convivencia sea percibido como un instrumento de regulación de conductas y no como un documento coercitivo.

Actualmente, el ciudadano acabó con el para-digma de una autoridad representada solamente en la aplicación de la ley, para reconocer la legiti-midad del monopolio del uso de la fuerza, en ex-plicaciones sólidas de su actuación. De nada sirve una gran intención si no hay una acción que la acompañe. La comprensión de ser “una Policía para la gente”, nos debe conducir a la moderniza-ción de la gestión territorial de la seguridad. Por lo tanto, este pilar está orientado a centrar el servicio de policía en el ciudadano y la acción principal consiste en renovar el Modelo Nacional de Vigi-lancia Comunitaria por Cuadrantes. Tal decisión ha implicado revisar aspectos de administración del talento humano, capacitación y entrenamien-to; requerimientos de bienestar, turnos y descanso de los funcionarios, tecnología y análisis aplicado al servicio, interconexión de cámaras y data vigi-lancia, y el apoyo jurídico procedimental a nues-tros policías.

Hoy la sociedad puede y debe identificar al policía como un potente mediador de conflictos, y por lo tanto, como un actor clave en la inte-gración, el tejido, la comunicación y el desarrollo social. El gran reto de los cuerpos de policía del siglo XXI consiste en servir más a la gente, sin de-jar de asumir las prioridades de la agenda estatal relacionadas con la reafirmación del sentido de

autoridad, a partir de la legitimidad en sus actua-ciones públicas y privadas. La lucha contra la co-rrupción es un imperativo institucional en el que se apalanca este pilar, debido a que la ética policial es una garantía para el ciudadano, pero también para el propio policía; retomando el concepto de “formador de formadores”, “constructores de civi-lidad”, además de ser voceros y testimonios vivos de la capacidad policial que transforma para bien la sociedad.

En esta línea de actuación, el segundo pilar: “una Policía que se transforma para servir me-jor” está cimentado en una permanente autorre-flexión sobre hábitos, conductas, estilos de vida y prácticas policiales. Por ello, estamos revisando la estructura y el funcionamiento orgánico de la Policía para incrementar resultados contra el deli-to, gracias al servicio de un policía que es efectivo porque se siente acompañado por su institución en sus procedimientos, -siempre y cuando estén sujetos a la ley-. Nuestra máxima es “servir con sabiduría y amor”; debido a que el momento de la verdad es el preciso instante en que alguien se pone en contacto con nuestro servicio y sobre la base de este contacto se forma una opinión acerca de la calidad del mismo. A imagen y semejanza del líder de cada unidad policial son sus equipos de trabajo.

Lo fundamental del vínculo humano es la confianza; pero este valor no admite grados. Confiamos o no confiamos. Si no hay confian-za no puede haber compromiso y del compro-miso nace la calidad. Por consiguiente, hemos hecho al interior de la institución un debate al-rededor de los siguientes cuestionamientos: ¿qué nos une?, ¿cómo nos estamos tratando?, ¿cómo quisiéramos ser tratados? A partir de estas pre-guntas, definimos la inspiración del tercer pilar: “Una Policía que piensa en sus policías”, para centrar nuestros esfuerzos a favor del proyecto y la calidad de vida laboral, escuchando las in-quietudes del personal. Este pilar se enfoca en el policía y su desarrollo humano integral. La acción principal está representada en la revisión del estatuto de carrera. Complementariamente, se está procurando la optimización de los pro-gramas de bienestar y se hará un esfuerzo prio-rizado para el mejoramiento de los servicios de sanidad y el fortalecimiento de la cultura insti-tucional. Una realidad y un desafío que nos lleva a reconocer la necesidad de cuidar, proyectar y dignificar a “nuestra gran familia policial”.

Recordemos que las instituciones son mode-los de comportamiento dotados de normatividad; que tienen una duración temporal (mayor que la de los individuos), y cuya dinámica es el resultado de la intersección de procesos espontáneos y que-ridos, que reflejan las necesidades y los requisitos funcionales de la sociedad. Por lo tanto, gobernar, participar y comunicarse en modo de “transfor-mación”, son actividades que deben someterse a

Pilares de gestión de la Dirección General

“Una Policía para la gente, que se transforma para servir mejor y piensa en sus policías”He convocado a la familia policial a trabajar con amor, a ser humildes, a evitar la duplicidad de actividades y a seguir provocando el quiebre de paradigmas contra el delito

ese cauce de dos orillas que son el hoy y el maña-na. En esta línea de pensamiento, quisiera traer un ejemplo de hace un par de años, cuando el primer ministro de Inglaterra, David Cameron, abrió una convocatoria que denominó: “The Expending Challenge”, para que todos los funcionarios públi-cos aportaran las mejores ideas sobre cómo reducir gastos en su administración.

El mismo Ministro Cameron redactó una carta que les envió a sus funcionarios contándoles sobre la convocatoria, y abrió una página web para que todos pudieran consignar allí sus ideas. Pues bien. El auge de esta iniciativa fue total: recibieron más de 15 mil ideas que le permitieron generar ahorros por 500 millones de libras esterlinas; se ahorraron 780 millones de dólares, solamente con esa iniciativa. ¡Se ahorraron todo ese dinero gracias a las ideas de los mismos funcionarios! Con este ejemplo, quisiera reafirmar que las mejores ideas de los ciudadanos, no sólo se generan los mayo-res ahorros, sino que a través de esa rica trama de redes de comunicación y de relaciones, se provo-ca un flujo permanente de acciones de impacto inherentes al progreso organizacional. Teniendo en cuenta esta experiencia, hicimos la validación y socialización de los tres pilares de gestión en pla-taformas virtuales a fin de tener cobertura a nivel nacional con más de 60 mil policías, quienes fue-ron encuestados virtualmente, y nos están apor-tando las mejores ideas y sugerencias a la manera colombiana de “The Expending Challenge”, para transformar su Policía con ideas innovadoras.

En consecuencia, a cada pilar se le asignó un Gerente: el Mayor General William René Sala-manca Ramírez, Director de Seguridad Ciudada-na de la Policía, es el encargado del primer pilar. A su vez, el Brigadier General Ramiro Alberto Ri-veros Arévalo, Jefe de la Oficina de Planeación, es el encargado del segundo pilar y el tercer pilar está a cargo del Mayor General Álvaro Pico Malaver, Director de Talento Humano. Asimismo quisiera destacar que se han realizado cuatro jordanas de evaluación y seguimiento de cada equipo, desde la Dirección y la Subdirección General.

Lo que creemos es lo que creamos. En este contexto, las modernas democracias deben asegu-rar un ejercicio transparente de la función públi-ca, de tal modo que la sociedad pueda conocer, evaluar la gestión policial y el desempeño de sus servidores públicos. Según el dramaturgo y cientí-fico alemán Johann Wolfgang von Goethe: “Trata a un hombre tal como es, y seguirá siendo lo que es; trátalo como puede y debe ser, y se convertirá en lo que puede y debe ser”. Por estas razones, in-vitamos a cada ciudadano y a cada policía a expe-rimentar un gran sentido de pertenencia, amor y admiración por nuestra Policía, al ser portadores de justicia y esperanza, en el arte de ser reconoci-dos como “una Policía que inspira legitimidad en sus actuaciones, amor por los suyos y confianza en el servicio que presta”. Dicho de la manera que quisiéramos ser recordados: …“Una policía para la gente, que se transforma para servir mejor, y piensa en sus policías”.

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Por: Mayor General CArLOS ALBErTO PULIDO BArrANTES Expresidente Academia Colombiana de Historia Policial

El don más preciado del ser humano es la liber-tad, derecho sagrado que se convierte en la razón de ser de la exis-tencia. El bien de la li-bertad, le permite a la

persona pensar y obrar según su propia conciencia.

La Independen-cia lograda tras un

largo y doloroso

proceso histórico de tres siglos, permitió la eman-cipación de Colombia del Imperio Español, para adquirir autonomía como Estado Soberano.

En estas dos mágicas y dicientes palabras Li-bertad e Independencia, se condensa el legado que nos dejó el triunfo patriota, con el cual, se cristalizó el sueño y el anhelo del pueblo colom-biano.

Este es el más grande y maravilloso legado que nos dejaron los llamados Padres de la Patria, nuestros próceres, nuestros héroes, nuestros már-tires quienes con valor, honor y heroísmo entre-garon todo, hasta el sacrificio, para que nosotros sus herederos disfrutáramos de las mieles de la li-bertad, poderoso y generoso legado, que podemos traducir en la palabra democracia que, conlleva la libre determinación, el libre ejercicio del poder soberano, el derecho a elegir y ser elegido, a darse sus propias leyes, a conformar su propio gobierno dentro del orden político, económico social y el libre ejercicio de los derechos y libertades para el logro de la convivencia y de la paz.

En esta fausta conmemoración de los 200 años de la independencia de Colom-

bia, exaltemos la memoria de nuestros próceres y libertadores, y expresemos

nuestros sentimientos de gratitud y reconocimiento por su enor-

me entrega y sacrificio, digno ejemplo de amor patrio,

para las presentes y fu-turas generaciones.

Como no mencionar en esta ocasión, entre los miles de patriotas que lucharon por la indepen-dencia y la libertad, a quienes indiscutiblemente fueron los líderes y artífices del triunfo.

Sus principales actores fueron: Simón Bolí-var el Libertador, Francisco de Paula Santander el Hombre de las Leyes, Antonio Nariño el Precur-sor de la Independencia y traductor de los Dere-chos del Hombre, Antonio José de Sucre el Ma-riscal de Ayacucho, José María Córdova héroe de Ayacucho y mártir del Santuario, Camilo Torres el Verbo de la Revolución, Francisco José de Caldas el Sabio, Juan José Rondón el héroe del Pantano de Vargas, José Antonio Anzoategui héroe, Atana-sio Girardot héroe de Bárbula, Antonio Ricaurte héroe inmortal de San Mateo, el almirante José Padilla héroe naval, José Acevedo y Gómez el Tri-buno del Pueblo y las mujeres, admirables heroí-nas: Manuela Beltrán, Mercedes Abrego, Antonia Santos, Policarpa Salabarrieta La Pola, Simona Duque, Magdalena Ortega de Nariño esposa del precursor, Manuelita Sáenz la libertadora del li-bertador, las famosas Juanas y miles y miles más, hombres y mujeres, que hoy en el bicentenario queremos recordar con veneración y gratitud.

Qué bueno e interesante sería que conociéra-mos sus hazañas, triunfos y padecimientos, para entender de lo que se es capaz cuando se ama la Patria.

HIMNO NACIONAL DE LA REPÚBLICA DE COLOMBIA

Si quisiéramos hacer un breve y senti-

do relato de lo que fue el proceso de la indepen-dencia y de la campaña libertadora, bastaría con leer y hacer una reflexión sobre las doce estrofas del Himno Nacional, escrito por el expresidente Rafael Núñez para celebrar la independencia de Cartagena.

Se trata de una bellísima oda patriótica en la que se expresa con ingenio y brillantez cada uno de los sublimes momentos que vivieron nuestros héroes en las guerras de la independencia, descri-biendo en forma preciosa no solo su dolor y sufri-miento sino el júbilo, la felicidad y la gloria de ver coronada las luces de la libertad.

Himno que, además, fue interpretado mu-sicalmente por el maestro italiano Oreste Sindi-ci, constituyéndose en el segundo más bello del mundo.

LA POLICIA NACIONAL Y EL FUTURO DEL LEGADO DE LA INDEPENDENCIA

La Policía Nacional de Colombia, Institución que durante todos los tiempos ha estado presente en el alma del pueblo colombiano, acompañando en primera línea de acción todos sus anhelos, ne-cesidades, requerimientos y angustias para garan-tizar el disfrute de sus derechos y libertades en aras de la convivencia y la paz, tiene absolutamente claro, que el legado dejado por nuestros liberta-dores debe ser honrado, respetado y mantenido en el tiempo.

La función de policía que cumple la Institu-ción, está consagrada en nuestra Carta Magna, la ley, los estatutos, reglamentos y manuales, así

El legado del Bicentenario: libertad e independencia

como en los principios y valores que la rigen, los cuales constituyen el legado dejado por nuestros próceres, tal como lo proyectó y expresó magis-tralmente el general Santander el “Hombre de las Leyes”, cuando elocuentemente dijo: “Si las armas os dieron la independencia; las leyes os da-rán libertad”, libertad que está consagrada como derecho fundamental y garantizada en el estado de derecho.

En esta alta responsabilidad de garante del or-den, de los derechos y, libertades públicas, la Po-licía Nacional, con enorme grandeza, tal como lo hicieron los libertadores, ha sabido afrontar con valor, decisión y sacrificio todas las contingencias propias de su sagrada misión, con una alta cuota de héroes y mártires en el altar de la Patria. Para ellos nuestro imperecedero recuerdo y gratitud. Loor y gloria a los héroes policiales.

Con el transcurrir del tiempo nosotros los policías de todas las épocas, podemos afirmar con gran orgullo que, salvo en algunos momentos difíciles de la Patria, la policía siempre ha sido el guardián celoso del orden, de los derechos y li-bertades públicos y la garantía de la democracia, para mantener el legado de nuestros precursores, siempre acompañados por nuestro glorioso Ejér-cito Nacional con sus fuerzas de tierra, mar y aire.

Además, la policía en su incesante accionar, ha cosechado incontables méritos, éxitos, glorias, triunfos y reconocimientos nacionales e interna-cionales, que la han llevado a convertirse en un modelo para otras policías del mundo, transfor-mándose también, en un factor de compromiso y exigencia con el desempeño de su misión, eje-cutada con pasión y devoción indeclinable, como corresponde a un buen policía, al servicio de nues-tra querida Colombia y de sus habitantes, nuestra razón de ser.

LA POLICIA Y LA COLOMBIA BICENTENARIA

Con la firme convicción de honrar el legado de independencia y libertad, la Policía Nacional, caminando al ritmo de los tiempos, de las nece-sidades del país y de los proyectos del Gobierno Nacional en los aspectos relacionados con su mi-sión y función policial (Ciencia de Policía), para garantizar la convivencia de la comunidad, en concordancia con el Código Nacional de Policía y Convivencia y como resultado de los estudios científicos y procesos internos, ha planteado el proyecto : “Visión 2030: Policía, autoridades y comunidad hacia un desarrollo sosteni-ble” y el proceso de Modernización y Transformación Institucional (MTI) “inspirados en Usted”, que hacen parte del insumo para la consolidación del nuevo Plan Estratégico Institucional 2019-2022 “Colombia Bicentenaria: Seguridad con legalidad”.

Entre los planes previstos conjuntamente con el Gobierno Nacional, para el mantenimiento de la convivencia, se ha previsto a su vez, programas prioritarios como la seguridad rural, la protección a la infancia y la adolescencia, el turismo, el medio ambiente, la seguridad vial, entre otros planes, con el apoyo de la investigación criminal y la inteligen-cia que se constituyen en una fortaleza contra la criminalidad. En los proyectos enunciados, en los que tanto empeño e interés ha puesto nuestro pre-sidente Iván Duque, están seriamente comprome-tidas cada una de las direcciones de la Institución de acuerdo con su misión y funciones que, desde su particular óptica y ámbito de acción contribu-yen cotidianamente a su exitosa puesta en práctica y a la consecución de los objetivos comunes para el mejoramiento de la Convivencia y la Paz.

El legado patriótico que con tanto amor y sacrificio han dejado nuestros Héroes del Bicentenario, ha caído en terreno fértil, en el que día a día, con mística y entrega cultiva la Policía Nacional de Co-lombia para fortalecer la libertad y la paz, como un compromiso so-lemne. DIOS Y PATRIA.

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Por: Vicealmirante (rA) JOSÉ WILLIAM POrrAS FErrEIrA

Miembro Academia de Historia Cartagena de Indias

RESUMEN

La más grande derrota naval sufrida por los ingleses, fue en Cartagena, donde la ciudad fue sitiada por una fuerza naval de 181 buques y más de 30.000 hombres durante temas de dos meses (15 de marzo al 20 de mayo de 1741), finalizando con la derrota de los ingleses que perdieron

más de 26.000 hombres y la mayoría de sus bu-ques que participaron en el sitio.

INTRODUCCIÓNUna de las historias más fascinantes de Car-

tagena, denominada ciudad heroica por el mismo Bolívar, tiene que ver con el español Blas de Lezo y el sitio a Cartagena hecha por la escuadra inglesa al mando del Almirante Edward Vernon en 1741 [1], [2].

Blas de Lezo nació en 1689 [3], y con solo 13 años era guardiamarina en la Armada France-sa En su primera batalla naval en 1704, perdió la pierna izquierda, luego perdió su ojo izquierdo y en 1714 le quedo inútil su brazo derecho1. Con apenas 25 años, ya era cojo, tuerto y manco, ascendiendo a pesar de todas sus limitaciones a Capitán de Navío.

Por fortuna para la Armada Española y para Cartagena como se verá más tarde, a pesar de todas estas limitaciones, Blas de Lezo siguió sir-viendo a su reino en primera línea. Era tan duro aún consigo mismo que no llevaba un parche de ojo o una mano de gancho, dejaba que sus limi-taciones físicas estuviesen allí para que todos lo vieran. Por motivos de movilidad y malas con-diciones, salió a buscar el gancho en una pier-na de madera totalmente dulce, una insignia de honor que llevó a sus hombres afectuosamente, refiriéndose a él como “Capitán Pata de Palo”. Su popularidad para el heroísmo naval era tan grande que cuando el rey Felipe V decidió casar-se con la princesa de Parma, Blas de Lezo tenía el deber de dirigir personalmente la nave que re-cogió a la princesa y la llevó a España. Esto era honorifico pero aburrido para él.

De 1725 a 1730 fue trasladado a Lima, don-de limpió al Pacífico de piratas y contrabandistas que operaban contra España. Trató de organizar la escuadra española del Pacífico pero el virrey, marqués de Castelfuerte, consideró muy costo-so mantener la escuadra. Durante su estadía en Lima, se casó con Josefa Pacheco.

En 1730 fue trasladado a Cádiz y en 1734 as-cendió a teniente general de la Armada y coman-

dante general del Departamento de Cádiz. Tres años más tarde zarpó hacia Cartagena de Indias al mando de dos buques de guerra que escoltaban 8 buques mercantes y 2 de registro, y en donde escribiría la página más gloriosa de su carrera.

SITIO A CARTAGENA DE INDIASEn 1737, Cartagena de Indias, a pesar de te-

ner los fuertes de San José y San Luis que cerraban la entrada marítima por Bocachica, y el castillo de San Felipe que reforzaba la defensa interna de la bahía a cualquier intento de asalto terrestre, sus defensas y murallas estaban en mal estado y no a la altura de su importancia estratégica y económica (las riquezas extraídas de Perú, Ecuador y Colom-bia salían en galeones por este puerto hacia Espa-ña), así que Lezo desde su llegada a Cartagena las reforzó. En 1740 llegó a Cartagena el nuevo virrey de la Nueva Granada, Sebastián de Eslava, y Lezo le manifestó su preocupación y el peligro de un ataque inglés, pero el virrey consideró exageradas las preocupaciones de Lezo y no lo apoyó.

Realmente, el origen del sitio de Cartage-na hecho por los ingleses en 1741, se remonta a 1732, cuando un guardacostas español se tomó al Rebeca, navío inglés y a su comandante Robert Jenkins le cortaron la oreja, quien la conservo en un frasco y 7 años después la presentó ante el par-lamento ingles clamando venganza [4], [5]. La realidad fue que el gobierno de Robert Walpole fue forzado a declarar la guerra a España por la opinión pública y la “South Sea Company”, que tenía el monopolio del “asiento de negros”, siendo designado Edward Vernon para atacar las posesio-nes españolas en el Caribe.

La primera jugada de Vernon fue atacar a la ciudad española de Portobello, Panamá, quemar la ciudad, saquearla y luego escribir una carta a Blas de Lezo diciéndole que Cartagena era la próxima ciudad que caería. El almirante Blas res-pondió con una nota bastante cortés: “Si hubiese estado en Portobello no habrías asaltado impune-mente las fortalezas de mi amo el Rey, porque po-dría haber suministrado el valor que los defensores de Portobelo carecían y comprobar su cobardía”.

El 15 de marzo de 1741 la flota inglesa arribó frente a Cartagena, Lezo tuvo razón a lo dicho al virrey Eslava, cuando desde las murallas avistaron la flota inglesa de Vernon: 8 navíos de 3 puen-tes, 28 navíos de línea, 12 fragatas, 130 naves de transporte y 2 bombardas con una tripulación de

15.000 hombres, 9.000 soldados, 4.000 mil mili-cianos y 2.000 negros macheteros, en total 30.000 hombres y 181 barcos. La ciudad solo tenía 8 bu-ques de guerra, 4.000 hombres y unos doscientos cañones costeros [1], [2].

Una diferencia notable, sin embargo, fue que en Cartagena en 1741 el almirante Blas de Lezo estaría esperando con una estrategia audaz a Vernon quien estaba seguro que Cartagena cae-ría fácilmente como Portobello. Lezo sabía que las fuerzas de tierra británicas no presionarían su ataque contra la ciudad hasta que los fuertes exteriores fueran destruidos por los cañones de sus buques en un continuo bombardeo, por lo que en un esfuerzo por prolongar la batalla tan-to como fuera posible, hizo todo lo posible por retrasar el ataque terrestre británico. A pesar de ser superado en número por más de ocho a uno, Blas de Lezo, golpeaba y retrasaba la invasión te-rrestre con sus ocho buques de guerra. Cada vez

que capturaba naves enemigas, los navegaba en medio del único canal profundo que conducía al Puerto de Cartagena - la Boca Chica - y se esca-bullía. Los barcos hundidos crearon una barrera que hizo difícil para los británicos pasar, por allí sus buques, retrasando el ataque terrestre. Así, la estrategia de Lezo para defender la ciudad, demo-rando al máximo la caída de Cartagena le daría sus frutos más tarde. Leso sabía perfectamente que la fiebre amarilla, insalubridad y condiciones climáticas de la región podrían favorecerlo y cau-sarían estragos en las tripulaciones inglesas que no estaban acostumbradas a estos fenómenos, como en efecto sucedió.

En la defensa de Bocachica Lezo designó al capitán Carlos Desnaux. El fuerte de San Luis sufrió un continuo bombardeo desde el mar por Vernon, el fuerte resistió y solo vino a caer cuando Vernon ordenó atacarlo desde tierra, pero perdió un tiempo precioso, ya comenzaba a tener pro-

blemas de insalubridad sus tripulaciones. Durante este bombardeo cayo una bala de cañón en el Ga-licia, buque insignia de Lezo, que estaba cerca de Bocachica, resultando herido en una mano y en su pierna sana.

Con la caída de Bocachica Vernon pensó que la ciudad caería en sus manos, enviando la fragata Spencer a Inglaterra con esta noticia y en Londres ordenaron acuñar monedas conmemorativas de la toma de Cartagena de Indias. Una de estas mo-nedas, mostraba a Vernon recibiendo la espada de Lezo quien se la ofrecía de rodillas (lo cual era imposible porque a Lezo le faltaba una pierna)2.

Vernon atacó por tierra al fuerte de San Fe-lipe el 20 de abril con fuerzas desembarcadas a 5 km de Cartagena al mando del Coronel Wyn-yard, pero Lezo había cavado una fosa profunda alrededor del cerro de San Lázaro, por lo que las escaleras de los ingleses quedaron cortas y fueron derrotados después de un duro combate, junto con otras fuerzas al mando del coronel Grant. El ataque al Castillo de San Felipe fue un fracaso y los ingleses que lograron regresar a los buques llevaron más peste a ellos, contaminando a otros tripulantes. A las muertes en el asalto al castillo y la ciudad había que sumarles las miles de vidas perdidas por enfermedades tropicales, así a Ver-non no le quedó otra alternativa que zarpar el 20 de mayo, hundiendo buques que no tenía como tripularlos, Vernon regresó a Inglaterra con sólo 3.200 hombres, aproximadamente una décima parte de su fuerza inicial. Las medallas “Victory at Cartagena” se convirtieron en objetos de co-leccionista, Cartagena - la joya del imperio espa-ñol en las Américas - permaneció intacto gracias al almirante Pata de Palo. Las posesiones ame-ricanas de España seguirían floreciendo durante casi medio siglo mas, con el sabor de la más gran-de derrota sufrida por los ingleses, por el valor de este medio hombre que murió por las heridas en los combates y otras enfermedades contraídas durante el sitio y donde siempre su imponente figura resaltaba a pesar de sus limitaciones físicas.

Contra todo pronóstico la ciudad se salvó, siendo una más de las múltiples hazañas e histo-ria que rodean sus muros y defensas, que resisten también al tiempo, siendo una de las ciudades más queridas y visitadas por colombianos y extranje-ros en busca de conocer sus historias sublimes y heroicas que rodean sus murallas construidas por esclavos traídos de África.

Blas de Lezo: El sitio a Cartagena en 1741

REIVINDICACIÓN DE BLAS DE LESOEl virrey Eslava en un gesto insólito, se atribu-

yó el triunfo, Lezo falleció ese mismo año (1741) a causa de sus heridas recibidas durante el sitio y otras enfermedades contraídas durante el sitio y fue enterrado en un lugar anónimo y agraviado por sus coterráneos de la época y solo la historia hizo conocer la verdad, gracias a sus apuntes y dia-rio que llevaba personalmente.

España lo señala como uno de sus héroes y desde mediados del siglo XIX, cinco buques de guerra han llevado su nombre.

En 2013 el museo naval de Madrid hizo tri-buto a este gran marino que nunca fue derrotado por los ingleses. Cartagena lo venera como héroe y su museo naval y guías narran su historia. Su figura majestuosa representada por una estatua al pie del Castillo de San Felipe3 se yergue, mos-trando que sin importar sus discapacidades físicas supo defender a Cartagena del ataque ingles que lo superaba en efectivos y buques, pero su astucia retardando la invasión terrestre dio sus frutos, es considerado como uno de los grandes estrategas navales de la Armada Española.

Email: [email protected]

1 Estatua de Blas de Lezo en la Plaza Colon en Madrid By Basilio - Own work, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=370676132 http://www.badassoftheweek.com/blasdelezo.html3 Estatua de Blas de Leso al pie del Castillo de San Felipe en Cartagena de IndiasBy Martin St-Amant (S23678) - Own work, CC BY-SA 3.0, https://com-

mons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6383932

BIBLIOGRAFIA

[1]. Ministerio de Defensa Español. Blas de Lezo el valor de medio hombre. Imprenta Ministerio de Defensa ISBN 978-84-9781-870-4. Madrid, septiem-bre 2013. [2]. Diario de lo acaecido en Cartagena de Indias desde el día 13 de marzo de 1741 hasta el 20 de mayo del mismo año, que remite a su Majestad, Archivo General de Simancas, Marina, leg. 398.2 726.[3]. Partida de bautizo de Blas de Lezo, 6 de febrero de 1689, Archivo Histó-rico diocesano del Obispado de San Sebastián Pasaya, San Pedro, Gipuskoa, Libro 3º de bautismos, folio 57 vto.[4]. Cerda Crespo Jorge, La Guerra de la oreja de Jenkins: un conflicto colonial (1739-1748), (tesis doctoral), Universidad de alicante, alicante, 2008.[5]. Hard Francis Russell. Ataques del almirante Vernon al continente ame-ricano. Boletín de historia de antigüedades, añ0 XI, Bogotá 1916, pp 76-84.

Cartagena venera a Blas de Lezo como héroe y su museo naval y guías narran su historia.

En 1740 llegó a Cartagena el nuevo virrey de la Nueva Granada, Sebastián de Eslava, y Lezo le manifestó el peligro de un ataque inglés.

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Por: Brigadier General (rA) GUSTAVO SOCHA SALAMANCA Vicepresidente Colegio de Generales

“La fuerza no viene de la capacidad física. Viene de una voluntad indomable”

M. Gandhi

La Constitución colombiana de 1991, modificó indiscutiblemente la cultura y seguridad jurídica de nuestra sociedad colombiana. Algunos afirman que significó un importante esfuerzo para prevenir los abusos de la administración, incorporar dere-chos fundamentales que la comunidad internacio-nal demandaba, recomponer el camino de la tole-

rancia, propiciar la convivencia pacífica tendiente a lograr la paz, alcanzar la democracia y tener identidad como na-ción. Introdujo una gama de derechos de los que lastimo-samente, algunos ciudadanos con cierta frecuencia abusan, olvidando que los derechos imponen responsabilidades que nos corresponde cumplir y respetar, traducidas en deberes que la Carta Política nos asigna en su artículo 95 y sobre los cuales se debe reflexionar y difundir.

La protesta pacífica es un derecho constitucional de los ciudadanos para expresar de forma pública su incon-formidad o insatisfacción con problemáticas no resueltas o prevenir abusos originados en la omnipotencia del estado y exigir de las autoridades el cumplimiento de sus obligacio-nes y la atención de necesidades apremiantes de la comuni-dad por parte de la administración de turno. Así mismo, la protesta pacífica conlleva un conjunto de derechos como el de asociación o reunión, la libertad de expresión, la huelga y otras garantías relacionadas, en la ejecución de circuns-tancias específicas de tiempo, modo y lugar.

De la misma manera, esa protesta social NO es un

derecho absoluto, lo ha reiterado la Corte Constitucional en su jurisprudencia: “pues esta limitado por el desarrollo de otros, como sucede, en este caso, con el interés general derivado de los bienes protegidos por la seguridad pública y cuando de su ejercicio se derive alteración del orden público. Este derecho debe ejercerse en el marco jurídico invocado en el Preambu-lo, atendiendo a la prevalencia del interés general, y al en-tendido de que todo derecho tiene deberes correlativos, siendo un instituto definido por preceptos constitucionales y legales”. Tales movilizaciones se deben realizar dentro del respeto a los derechos de la comunidad, donde a las autoridades les corresponde garantizar la seguridad ciudadana y el or-den constitucional y cuando eventualmente puedan verse afectados en su ejercicio por las protestas, implican ser re-guladas por la ley. Desafortunadamente, el 20 de abril del 2017, mediante la sentencia C-223, la Corte Constitucio-nal decidió declarar inconstitucionales los artículos 47, 48, 53, 54 y 55 del Código de Policía, en los que se estipulaban las definiciones y condiciones de la protesta social, dejando a los Policías de Colombia huérfanos de herramientas para neutralizar los desmanes y actos terroristas de los violentos que se infiltran en ellas.

Gran parte de la sociedad colombiana ve con indife-rencia los actos de violencia protagonizados por vándalos, terroristas y criminales que, agazapados o infiltrados en las marchas obreras y estudiantiles, atacan inmisericordemente a los miembros de la fuerza pública expresando un inmen-so odio contra las instituciones legalmente constituidas y cometiendo todo tipo de atropellos contra la ciudadanía. No es un secreto que en algunas organizaciones gremiales e instituciones de educación se han infiltrado segmentos de la guerrilla, tal como lo denunció la Fiscalía General de la Nación con el grupo clandestino JM-19 y el ELN.

Autoridades judiciales que han tenido bajo su compe-

tencia la investigación y el juzgamiento de los responsables de esos hechos criminales, en un alto porcentaje han inter-pretado la ley con alguna benevolencia o laxitud, quedando estas actuaciones cubiertas por un manto de impunidad.

LOS HÉROES DEL SERVICIOLos repudiables hechos violentos recientemente pro-

tagonizados por integrantes de la minga indígena en el departamento del Cauca y replicados luego en otras ciu-dades, donde se produjo el asesinato del patrullero BO-RIS ALEXANDER BENITEZ LECLERC por un fran-cotirador y dejó heridos a valerosos policías que lo único que hacían era defender las libertades y derechos de los colombianos, prevenir la destrucción de la infraestructu-ra vial y tratar de evitar daños mayores a la economía de empresarios, campesinos trabajadores, transportadores, y comerciantes del país, hacen ya parte de la historia y las investigaciones penales se dilatan hasta quedar sin castigo los responsables de esos crímenes.

Precisamente, hace algunos días se conmemoró el XX aniversario de la fundación del Escuadrón Móvil Antidis-turbios (ESMAD), en donde se le rindió homenaje a estos titanes defensores de la libertad, la democracia, el orden y tranquilidad pública y se recordó con nostalgia, el buen nombre de doce héroes de la especialidad, vilmente asesina-dos en estas refriegas y se les reconoció el compromiso con la seguridad ciudadana a más de 2.000 valientes uniforma-dos heridos durante el control de las turbas irascibles contra el estado de derecho y la sociedad colombiana.

Tradicionalmente, a esos indispensables servidores se les ha preparado para servir a la sociedad, defender los dere-chos y libertades de cada ciudadano que resida en Colom-bia, sin importar ideologías, credos, motivaciones, etc., de cumplir bien y fielmente con lo establecido en la norma-tividad vigente. Por tal razón, sus procedimientos siempre, salvo contadas excepciones, están ajustados a la Constitu-ción Política, a la ley y los reglamentos y su esfuerzo máxi-mo está dirigido a cumplir con su noble misión y con el juramento realizado de llegar, si es del caso, a ofrendar su vida si el servicio así se lo demanda. Así lo han demostrado los Policías ante Colombia y el mundo por varias décadas.

Por lo anterior, es que clamo ante la sociedad colom-biana y las autoridades de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial que actúen con contundencia para restablecer el principio de autoridad hoy olvidado o mejor, perdido. Para que respalden a tan notables funcionarios en cada una de sus actuaciones y no los dejen solos, como si fueran los ma-los de estas confrontaciones y es por eso que elevo mi más sentida y enérgica protesta por la indiferencia generalizada sobre lo que piensan, sienten y deben afrontar los valerosos Policías, amigos siempre de la sociedad y del orden.

“La no violencia ha de ser la única bandera de combate entre los ejércitos

humanos. Ella prevalecera” M. Gandhi

¿QUÉ SE NECESITA?Es incuestionable que los actos atroces protagoniza-

dos por los vándalos en contra de la fuerza pública han generado acalorados debates y profundas discusiones en los estrados judiciales, en el ámbito jurídico, la academia y en

las organizaciones promotoras y defensoras de Derechos Humanos, sobre los procedimientos de la Fuerza Pública para controlarlos, disolver las manifestaciones, garantizar los derechos de la comunidad vulnerados en estos hechos y responder por el normal desarrollo de las actividades, Por tal motivo es oportuno y necesario que los miembros del Gobierno nacional y los legisladores se ocupen, con res-ponsabilidad y sin debilidad, de las acciones necesarias que garanticen el orden y la seguridad ciudadana y asumir posi-ciones claras que permitan recuperar el respeto y la autori-dad a los policías de Colombia, por lo que sugiero algunas decisiones:

a. Con el liderazgo del alto Gobierno y de los man-dos de la Policía Nacional se presente un proyecto de ley estatutaria, se le haga el debido seguimiento y se lleve a la realidad para lograr una herramienta legal que permita regular adecuadamente el ejercicio de ese derecho consti-tucional de la protesta pacífica; sí que lo garantice, no soy enemigo de él, pero que no se permita su abuso, traducido en conductas de violencia, agresión, intimidación, amena-za y humillación en contra de nuestros esforzados Policías, de manera que se pueda recuperar el respeto a los miem-bros de la Fuerza Pública y el principio de autoridad, hoy borrado por tanta generosidad. Además, se les atribuya la potestad de acción para disolver revueltas y neutralizar a los agresores evitando la destrucción de la infraestructura vial y energética, los objetos de interés científico, histórico, cul-tural, artístico o bienes de uso público o de utilidad social y los daños irreparables a símbolos patrios y a la estructu-ra arquitectónica y cultural nacionales, departamentales y municipales, como los que tenemos que presenciar.

Concurriría como una forma de reconocimiento, de aprecio y de valoración del Policía, por el compromiso con el cual asumen las responsabilidades, su vocación de ser-vicio y entrega a la misión institucional, abandonando en múltiples ocasiones a sus seres más queridos para servir a la comunidad.

b. Que esas conductas de los vandálicos de la extralimi-tación, destrucción, excesos o abuso del derecho a la protesta pacífica que generen violencia, agresión, intimidación, ame-naza y humillación en contra de los competentes Policías, que no están tipificadas como delitos autónomos en la legis-lación penal, se les de esa categoría y se criminalicen, con pe-nas severas como las contemplan códigos de países europeos y norteamericanos. No es conveniente para la democracia, seguridad ciudadana y convivencia continuar con lo que generalmente debe hacer la Fiscalía General de la Nación, de investigar esas conductas como violencia contra servidor público, y cuando la violencia ejercida es contra los Policías y produce consecuencias contra su vida e integridad personal, se investiga con la figura de concurso heterogéneo y simultá-neo de delitos, que generalmente terminan en la impunidad.

c. Que se reconozca y se tenga el respaldo de las au-toridades y de la sociedad por el uso de la fuerza legítima del estado hasta lograr la normalidad, tranquilidad y el or-den público que debe reinar en un estado de derecho y en paz, dado que en cumplimiento de su función policial, estos servidores públicos deben enfrentar turbas violentas, que proveídas muchas veces de diversas armas, de fuego, contundentes, cortantes, punzantes, granadas de diferentes tipos, papas explosivas, ácidos, etc., los atacan con furia y

hasta con odio y al defenderse, en el ejercicio de la actividad policial y con los medios que les confiere la Constitución, la ley y los reglamentos, para restablecer el orden y preservar la convivencia pacífica, para asegurar bienes jurídicos, tales como la vida e integridad de los ciudadanos, tristemente en muchos casos, salen procesados y condenados penal y disciplinariamente.

d. Existen conductas penalmente relevantes dirigidas a judicializar actos atroces relacionados directamente con el derecho de protesta, que transgreden los límites constitu-cionales a la protesta pacífica que lesionan bienes jurídicos colectivos, lo que implica que esas conductas afectan la con-vivencia ciudadana, la paz pública o los intereses legítimos de los ciudadanos como conglomerado social, tales como la perturbación en servicio de transporte público, colectivo u oficial, la obstrucción a vías públicas que afecten el orden público, la asonada, el empleo y lanzamiento de sustancias u objetos peligrosos, el concierto para delinquir, el terroris-mo, la instigación a delinquir, las amenazas para obligar a cometer actos violentos, la tenencia, fabricación y tráfico de sustancias u objetos peligrosos, la tenencia, porte y uso de las armas, entre otros, delitos que deben ser juzgados mediante procedimientos abreviados, sin dilación alguna y con severidad según corresponda por sus actos.

CONCLUSIONES • Elderechoa laprotestapacíficadebe ser garantizado

por las autoridades, junto con los derechos que están asociados como el de libertad de expresión, asociación, manifestaciones y huelga, que se materializa como una herramienta constitucionalmente legítima de reivindi-cación de derechos humanos.

• Elestadotieneeldeberdeprotegeraquienesrealicenmanifestaciones pacíficas dentro de los parámetros del derecho a la protesta, ausentes de cualquier tipo de vio-lencia, instigación a perturbar el orden público, des-trucción o daño de bienes y agresión.

• Procedeelusode la fuerzacuandoexistaunobjetivolegítimo de contrarrestar conductas que pongan en pe-ligro el orden y la seguridad pública y procurar la facul-tad de disolver las movilizaciones cuando se perturbe de forma grave e inminente la convivencia ciudadana, el orden público, el tránsito por las vías públicas, entre otras. La obligación de garantía implica, que las autori-

dades ejecuten las acciones necesarias y suficientes para asegurar bienes jurídicos, tales como la vida e integridad de los ciudadanos con el propósito de ejercer y gozar de los derechos que les corresponden, participen o no de las manifestaciones.

• EsimperiosoqueelMinisteriodeEducaciónreviseloque está pasando en algunos centros educativos donde imponen a los estudiantes ideologías foráneas que no corresponden al respeto de la institucionalidad, ni a la cultura de la legalidad y menos a los valores patrios y del buen ciudadano y si es del caso crear en las mallas cu-rriculares las cátedras que correspondan para consolidar virtudes y valores del buen ciudadano.

• Es fundamental revisar las conductas tipificadasenelcódigo penal, conexas o que guardan relación con he-chos delictivos realizados dentro de las manifestaciones y que afectan la democracia, el orden y la seguridad pública, para que mediante procesos abreviados y sin posibilidades de dilación puedan aplicarse severas san-ciones a los responsables de los actos violentos que se desarrollen.

• ElGobiernoNacional,comounactodeelementaljus-ticia, debe liderar ante el Congreso de la República la ley estatutaria que permita crear una escala de delitos autónomos para sancionar severamente a los vándalos y terroristas infiltrados durante el desarrollo de las pro-testas pacíficas y de esta manera honrar la memoria de los héroes Policías y de las Fuerzas Militares asesinados o heridos, para garantizar las condiciones de respeto a la autoridad que representan, su dignidad y decoro por su sacrificio, heroísmo, valor, responsabilidad y compro-miso con Colombia y el servicio a la comunidad.

“Lo que se obtiene con violencia, solamente se puede mantener con violencia”

M. Gandhi

BIBLIOGRAFÍA

1. Protesta social y Derechos Humanos: Estándares Internacionales y Nacionales, Naciones Unidas Derechos Humanos, primera edición, 2014.2. Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, Organización de Naciones Unidas, 1990.3. Corte Constitucional, Sentencia C 742 de 26 de Septiembre de 2012.4. Corte Constitucional, Sentencia C 223 de 20 de Abril de 2017.5. Musolino Ana, criminalización y judicialización de la protesta social en Argentina, Uni-versidad Nacional de Cuyo, 2009.6. Pacto Internacional de derechos civiles y políticos, New york, 1.966.

¡Basta ya la violencia contra los policías y la impunidad!

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publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

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publicación del colegio de generales de la policía nacional de colombia

Por: General MIGUEL ANTONIO GÓMEZ PADILLA Director emérito de la Policía Nacional

EN TODO PAÍS CIVILIZADO HAY UNA FUERZA DE POLICÍA

“En todo país civilizado hay una fuer-za de policía. Si todos fueran buenos ciudadanos, respetuosos de la ley, con ocupación permanente y un hogar con-fortable, no habría necesidad de Policía. Desgraciadamente no hemos llegado todavía a este estado perfecto y hay un gran número de gentes depravadas, a quienes disgusta el trabajo regular y ho-nesto, y prefieren hacerse ricos robando y estafando a otras gentes; hay otros que no pueden controlarse y hieren y matan las personas que les disgustan o que no están de acuerdo con ellos. Hay gente que toma en exceso y en estado de beo-dez asaltan o atacan a los demás. Por esto, debe haber alguna organización que se entienda con estos caracteres pe-ligrosos y proteja de sus actividades a la gente honrada”.

En el pasado, hace muchas centurias, en todas las comunidades como aldeas o pueblos (que en aquellos tiempos eran muy pequeños), to-dos los miembros de la comuni-dad eran responsables de ayudar a mantener la paz, y los ancianos

castigaban a aquellos que pecaban contra la comunidad; pero a medida que estas co-munidades crecían, las gentes se ocupaban más y más en sus tareas individuales en los campos, tiendas o talleres y no tenían tiem-po para atender la preservación de la paz pública. Por esto escogieron algunos ciuda-danos y les pagaron para que previnieran el crimen y capturaran a los malhechores. Así principió la policía.

Ustedes ven, pues, que somos los suce-sores de un viejo sistema establecido hace mucho tiempo. Primordialmente somos ciudadanos elegidos para servir como guar-dianes de la paz y para protección de sus conciudadanos. Para que nuestros conciu-dadanos puedan reconocernos como sus elegidos protectores y puedan pedirnos ayuda o consejo, se nos ha dado un unifor-me especial que los distinga como policías.

Pero no es suficiente ponerse un uni-

demasiado comunes y en instalaciones normalmente, de mal gusto y viejas (ruinosas).

A diferencia de la carrera militar, los ofi-ciales en los puestos más altos, normal-mente no tienen una formación escolar superior.

Al estudiar a la policía, es difícil consi-derar a sus miembros como importan-tes o destacados socialmente.

A pesar que la situación está cambiando, la función policial, es vista en la mayoría de los países, como poco profesional.

3. La función policial no es apreciada, porque es repugnante moralmente.

Coerción, control y opresión son sin duda necesarios en la sociedad pero no son agradables. La guerra también pue-de no ser agradable, pero puede parecer heroica.

Los guerreros entran dramáticamen-te en batallas por grandes causas: tales como, la democracia y la libertad de la patria.

La actividad policial representa el uso de la fuerza de la sociedad contra ella misma, de algún modo esto es más ver-gonzoso y embarazoso que el uso de la fuerza contra extranjeros.

Es importante preguntarse, ¿a qué si-tuación temporo- espacial, se refiere el autor?; ¿en alguna época esto podría aplicarse a la policía colombiana?

Hacia un código nacional de convivencia y policía

El Constituyente de 1991, otorgó al Cuerpo Institución Policía Nacional un mandato claro y sin dubitaciones: “El man-tenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los Derechos y Liberta-des públicas, y para asegurar que los habi-tantes de Colombia convivan en paz”

¿Es ésta una obligación y un compro-miso sólo para la institución Armada, o lo es para todos los integrantes del Ente Policial?

¿Hace el constituyente una diferencia entre orden público y convivencia, o los considera términos equivalentes?, o ¿es la convivencia una categoría del orden pú-blico?

Son interrogantes que debemos resol-ver para clarificar los principios y la doc-trina. Para ello nos ayuda y socorre con tal certeza la ciencia policial.

Para el cumplimiento de tal cargo, el Cuerpo Institución Policial es el ejecutor de la función policial, la cual realiza mediante el uso y el empleo de los medios materiales, inmateriales y jurídicos, contemplados en el Código Nacional de Convivencia y Po-licía.

Por iniciativa policial el Ministerio de la Defensa presentó al Congreso de la Re-publica un Código de Convivencia y Poli-cía para actualizar el vigente, pues éste es anterior a la Constitución de 1991 y era imperioso adecuarlo a los valores y princi-pios rectores de dicha carta Magna.

Educación, prevención y cultura ciuda-dana son los principios rectores de las nue-vas normas que dejan las medidas positivas y negativas y el empleo de la fuerza como el último recurso de la función policial, para responder así al pensamiento humanista plasmado en la carta política del 91.

Es imperativo referirnos a la convi-vencia como el fin que persiguen el Poder y el régimen de policía. Es válido afirmar que la seguridad es el elemento primero y fundamental de la convivencia, sin el cual

es imposible que se den las otras categorías (tranquilidad, ambiente y salud pública)

La seguridad ha transitado por los mis-mos caminos tortuosos recorridos por las libertades y derechos, hasta lograr ser reco-nocida como un bien público y un derecho fundamental y esencial de la persona hu-mana. Estas condiciones de bien público y derecho fundamental y esencial, obligan al gobernante a brindarlos sin limitaciones y no puede entenderlo él como una graciosa concesión de su parte.

Recordemos el manifiesto de Zarago-za (noviembre 2006) “la seguridad es un bien común esencial estrechamente vin-culado con otros bienes comunes como la inclusión social, el derecho al trabajo, a la salud, a la educación y la cultura. El acceso a los derechos favorece el derecho a la seguridad”.

La “Declaración de Barcelona” nos dice que la seguridad: “es una de las preocupa-ciones prioritarias de la ciudadanía. De hecho, aun en aquellos casos en los que se produce una reducción de las tasas de cri-men, el sentimiento de inseguridad crece de manera progresiva. La mercantilización de la seguridad y la discriminación en el acceso a la misma por razones económicas y sociales, generan desmembramiento de la sociedad como espacio social, cultural y territorial”.

La “Declaración de San José de Costa Rica”, dice: “Un concepto verdaderamente amplio y comprensivo de seguridad de los habitantes, tiene que comprender no sola-mente la tranquilidad, de no ser víctima de hechos delictivos, sino también la de vivir en un Estado Constitucional de Derecho y la de participar de los beneficios del Desa-

rrollo en materia de salud, educación, vi-vienda, ocio y todos los ámbitos del bien-estar social.

Me aventuro a decir que tengo la per-cepción de seguridad cuando me siento li-bre para:• Asistiraunconciertooaunespectáculo

de masas (“Rock” al parque);• Concurriralcolegio,alauniversidad,al

trabajo, al supermercado, etc;• Desarrollar una actividad laborar pro-

ductiva (desde vender artículos en es-pacios públicos autorizados, hasta una mega industria);

• Noserexcluidoporserdiferente;• Tener acceso a la saludde calidad y a

una vivienda digna, y,• Enfin,paradesarrollarmipersonalidad

única y diferente.Para las Naciones Unidas, la seguridad

humana significa:• Protegerlaslibertadesvitales;• Crearsistemasquefacilitenalasperso-

nal los elementos de supervivencia, dig-nidad y medios de vida; y

• Protegeralaspersonalexpuestasaame-nazas y a ciertas situaciones robuste-ciendo sus fortalezas y aspiraciones. La Doctrina social católica, anterior a

todos los enunciados que hemos transcrito, nos dice: “La enseñanza social de la Igle-sia ofrece orientaciones para la promoción de Derechos Humanos, para la tutela de la familia, para el desarrollo de instituciones políticas auténticamente democráticas y participativas, para la economía al servicio del hombre, para un nuevo orden interna-cional que garantice la justicia y la paz y

para una actitud responsable hacia la crea-ción” (Juan Pablo II)

Enunciemos los principios que cons-tituyen el eje central de la Doctrina social católica:• Todapersona tienedignidaddadapor

Dios;• Elhombreylamujersonseressociales;• Lanecesidaddeunasociedadjusta;• Lalibertad;• Elbiencomún;• Eldestinouniversaldelosbienes;• Laopciónpreferencialporlospobres;• Elprincipiodelasubsidiaridad;• Delaparticipación;y• Delasolidaridad.

La seguridad florece únicamente, cuan-do hay un ejercicio pleno de las libertades y derechos. La Libertad y el orden deben ser la meta, sin llegar a las afirmaciones pesi-mistas de Joseph de Maître: “La democra-cia es la causa del desorden social”.

La norma que regule la convivencia, está obligada a tener muy presentes tolos los postulados anteriores y además, estar sujeta al marco constitucional, a las leyes y tratados internacionales, a los usos y cos-tumbres sociales y a no olvidar que Co-lombia posee una serie de pasajes culturales diversos, que obligan al legislador a tener presentes las diferentes idiosincrasias; por lo tanto, permitirles a los gobernantes y alcal-des, que regulen los aspectos específicos de cada región y recordar que la comunidad es actor imprescindible en las propuestas y que la sostenibilidad de la convivencia re-quiere de la corresponsabilidad social.

Por todo lo anteriormente expuesto, un Código Nacional de Convivencia y Po-

Teoria general de la Ciencia de Policía

forme y portar una insignia. La vida hoy día es muy complicada; todo se mueve más rápido que en los viejos tiempos, y hay un gran número de leyes que dicen al pueblo lo que puede hacerse y lo que no, de modo que la policía tiene que saber una aprecia-ble cantidad de cosas. Para conseguir esto se debe tratar de enseñar, durante el curso en esta Escuela un numero de cosas que nos habiliten como policías inteligentes y eficientes y seamos, así fuente real de pro-tección para los ciudadanos respetuosos de la ley y temor de los malhechores”1.

¿Falacias o Estereotipos?1. La policía raramente desempeña un

papel importante en los grandes even-tos históricos.

No participa en batallas épicas, marchas heroicas o retiradas espectaculares. Sus actividades son demasiado rutinarias.

El destino de las naciones no depende claramente del resultado de sus activi-dades.

2. La vigilancia policial no es una activi-dad glamurosa (1) y de alto prestigio.

Sus tareas, aun las ligadas con la in-vestigación criminal, son repetitivas y corrientes y realizadas por personas

licía debe comprender:1. Los principios rectores, ceñidos a la

Constitución Política y a las normas universales;

2. Definiciones;3. Los motivos de la Policía, pero no solo

las faltas; sino aquellas conductas que valoran la cultura social y deban ser re-conocidas;

4. Los medios de Policía;5. Los procedimientos, que privilegian

aquellos que se refieren al diálogo, la concertación y la mediación, sin olvidar el uso de la fuerza, cuando ella sea es-trictamente necesaria, y con los medios más benévolos. Los interrogantes presentados al inicio

de este discurso los dejo para el análisis y estudio en los momentos de reflexión del centro de pensamiento y doctrina. Debo recordar, que se insiste en que la conviven-cia lleva en implícito los conceptos de paz, sosiego y armonía.

La Secretaria de Gobierno de Bogotá, se refiere a que “la proliferación de con-travenciones y la violación sistemática del Código Nacional de Policía por parte de la población colombiana, ponen de manifies-to la necesidad de adoptar correctivos de fondo que ataquen las múltiples causas de las incivilidades a todo nivel, poniendo de presente que en efecto, las normas son un elemento necesario pero insuficiente para modificar las conductas y los sentimientos que habitan en los corazones”.

1 Curso inicial para reclutas de la Policía Nacional de Colombia. Conferencia Nº 4. Misión Inglesa, 1953(1) Glamur, “encanto sofisticado”. D.P.de D. Versión por GR Miguel Antônio Gómez Padilla de PADROES DE POLICIAMENTO-David H.Bayley.-Original Patterns of Policing: A compararative International analysis

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Por: Teniente Coronel (rA) OrLANDO ArEVALO CASTILLO

He leído con interés los manuales para neófitos (cuadernos N°1 y cuaderno N°2) elaborados por mi amigo y eximio General de la R.A. Miguel Antonio Gómez Padilla, ex Director General de la Policía Nacional. Ambos cuader-

nos, tratan de la teoría general de la ciencia de Policía. Leyendo con detenimiento el contenido de estos manuales, me atrevo a su-gerir únicamente como motivo de reflexión, que estos deben ser leídos y analizados por los miembros de nuestra Institución Policial, para una mayor comprensión de todo lo que atañe con la misión que debe cumplir un po-licía de Colombia.

El General de la R.A. Miguel Antonio Gómez Padilla, ha dedicado muchos años al es-tudio de todo lo que tenga que ver con la instruc-ción policial. Lo apasiona. El General simbo-liza en su per-sonalidad, una Escuela de For-mación. Aún más, el General Gómez Padilla es una escuela. En todo momen-to; en toda ocasión; en cualquier escenario nacional e internacional nos da muestra con sobrado deleite su pasión para aportar sus indiscutibles conocimientos teóricos y prác-ticos de más de cuarenta años de experiencia de servicio a esta cara Institución que tanto ha amado y que enhorabuena dirigió con la más absoluta honestidad y transparencia. ¡” oh témpora. ¡Oh mores”! su vida ha sido en-tregada a la sociedad en general.

En exordio registrado en el cuaderno de estos manuales, nos ilustra en cierto modo con didáctica exigencia nos dice el General Gómez: “sentirse orgulloso de ser Policía no es una frase que se lanza al desgaire, es es-

Por: Brigadier General JULIETTE GIOMAr KUrE PArrA

Directora de Sanidad de la Policía Nacional

La Dirección de Sanidad en su tra-bajo permanente por mejorar la calidad de vida de sus 612.679 usuarios avanza en la creación de estrategias que permitan mejorar las fases de prevención, atención y rehabilitación, para garantizar

la atención integral en salud. En este sen-tido, durante el año 2019 ha desarrollado importantes avances en infraestructura, aumento de la oferta de servicios e inno-vación tecnológica en salud, orientados al logro del objetivo estratégico institu-

cional de aumentar la satisfacción de los usuarios del Subsistema de Salud de la Policía Nacional brindando una atención con enfoque humanizado, con calidad y oportunidad.

Sin embargo, para alcanzar este logro estratégico, se hace necesaria la participa-ción activa y compromiso de los usuarios mediante el uso racional de los servicios de Salud, con acciones sencillas como por ejemplo la cancelación oportuna de citas médicas, que permite brindar la opor-tunidad a otros usuarios de acceder a la atención en salud, y además optimizar los recursos económicos asignados a la Sani-dad Policial. Es importante recordar que la salud es una corresponsabilidad y en este sentido, Sanidad es de todos.

Se iniciará la construcción de la Clínica del Sur, de segundo nivel con internación, en la localidad de Bosa.

Contact Center

Desarrollo tecnológico que permite identificar al usuario a través de la cédula de ciudadanía, además incluye una opción rápida para la cancelación de citas.

UrgenciasImagenologíaLaboratorio clínico,FarmaciaCirugía Consulta externaHospitalización

El megalaboratorio de la Dirección de Sanidad centraliza el procesamiento de pruebas tomadas en 22 ciudades que cuen-tan con el servicio de laboratorio clínico, esto permite garantizar la eficiencia en el empleo de los recursos, así como optimizar la entrega de resultados y la trazabilidad de las muestras, gracias a la tecnología empleada en equipos y plataformas analíticas.

Este laboratorio ubicado en la ciudad de Bogotá, cuenta con equipos de última tecnología y un amplio portafolio de servicios para procesar pruebas de tercer y cuarto nivel de complejidad, que hace posible aumentar la cobertura para los usuarios del Subsistema de Salud de la Policía Nacional.

Correo electrónico: Dos días antes de la cita.

Llamada telefónica: 24 horas antes de la cita.

Desde marzo de 2019 los usuarios del Subsistema de Salud de la Policía Nacional reciben a través de tres canales diferentes, un recordatorio de la cita médica asignada, que les indica fecha, hora, lugar y nombre del profesional que los atenderá, así:

Mensaje de texto: Este recordatorio solo se envía a los usuarios en Bogotá y Cundinamarca.

La Salud es nuestra prioridad Avances significativos de la Dirección de Sanidad

INNOVACIÓN TECNOLÓGICA

INFR

AES

TRUCTURA

Lactario

Destinado para la preparación y conservación de fórmulas lácteas que se suministrará a los niños y niñas que no pueden consumir leche materna. Así mismo contará con la Primera Sala Amiga de la Familia Lactante Policial donde las madres podrán realizar la extracción de la leche materna.

Sala Medicina Nuclear

Se realizaron adecuaciones locativas del Área de Medicina Nuclear y la reubicación de la Gamma - Cámara, con lo cual se convertirá al HOCEN en referente en la ciudad, en la realización de exámenes como: gammagrafías de todo tipo y en procedimientos con Yodo para tratamientos del cáncer.

Red hidrosanitaria

Cambio de las redes hidrosanitarias y la remodelación de los baños del octavo al tercer piso, mejorando la comodidad de los pacientes.

El laboratorio cuenta además con:

Hospital Central

Dinamización del proceso de atención a pacientes crónicos, a través de un programa informático que permite:

Reducir el riesgo de eventos adversos o secundarios por el mal uso de tratamientos o por interacción medicamentosa.

Evitar las filas para la asignación de citas de reformulación.

Mayor control tanto en el tratamiento del paciente, como en el suministro de los medicamentos, reduciendo reacciones adversas a éste y evitando su pérdida por cambio de tratamiento.

Herramienta que permite dar celeridad a la emisión de conceptos de aprobación para medicamentos que se encuentran fuera del Plan Obligatorio de Salud POS, asímismo:

Facilita el acceso a medicamentos de uso frecuente que requieren autorización del Comité Técnico Científico CTC.

Disminuye tiempos de autorización de medicamentos no POS.

Mejora el mecanismo de notificación de aprobación a usuarios.

Ofrece histórico de dispensación al médico tratante en la historia clínica.

Descongestiona el volumen de solicitudes de CTC.

Módulo de Atención a pacientes crónicos

Módulo Comité técnico Científico (CTC) Web

Clínica del Sur

Megalaboratorio clínico centralizado

INFRA

ESTRUCTURA

Considerado un modelo de referencia a seguir para laboratorios de alta complejidad de países como Ecuador, Perú, Chile, México y algunas Instituciones de tercer y cuarto nivel en Colombia, debido a sus estándares de calidad, flujos de trabajo, oportunidad, optimización, cobertura y accesibilidad a los servicios.

Recordatorio de cita médica

AUMENTO O

FERT

A

Disminución de la demanda insatisfecha.

Generación de mayor cantidad de citas médicas.

Optimización de los recursos.

La cancelación oportuna de las citas médicas permite su reasignación, lo que a su vez incide de manera positiva en: Envío de resultados al correo electrónico

Sistemas de información para autovalidación

Manejo inteligente de inventarios

Soporte remoto de los equipos

Monitoreo constante del control de calidad

Contará con los servicios de:

Atenciones en Salud6’373.744

$98.175’762.418En dispensación de medicamentos

Atención por urgencias

156.376

3’072.601Consultas Procedimientos

3’301.143

Procedimientos diagnósticos

11.172

Imagenología76.822

Cirugías11.830

Procedimientos enfermería

464.755984.705Procedimientos terapéuticos

70.940Salud operacional

9.569Usuarios impactadosSalud operacional

GESTIÓN ASISTENCIAL 2019

Los manuales del General tar comprometido, sin reserva, con el saber profesional, con la filosofía, y la doctrina policial, y estar ausentes de toda contami-nación de doctrinas y teorías no policiales; es estar en capacidad de diferenciar qué lo hace auténtico y qué lo confunde con otras laderas. Ser profesional en policía es domi-nar la ciencia de Policía, es decir, valga la perogrullada, es ser un docto en esta ciencia y poder asi afianzar su identidad. Identidad que la hace única, diferente y singular y que le permite distinguirse de otras profesiones y oficios paralelos.”

En esta línea de pensamiento nos resu-me Miguel Antonio la grandeza de una Ins-titución, única, y de su incuestionable pro-fesionalismo. ¿A qué nos invita el General Gómez Padilla, en estos manuales? Que no solo logística sino intelectualmente crezca-

mos permanentemente. Nuestros conocimientos se acrecientan

mucho mas en la medida que nos convencemos

que somos profesio-nales de la ciencia

de policía y solo el estudio nos con-duce a ello.

Es de toda obviedad que conozco bas-tante bien al General y ex Director Ge-

neral de la Po-licía Nacional

Miguel Antonio Gómez Padilla, de

quien siempre he aprendido de sus sa-

bias enseñanzas, como amigo con una amistad fra-

terna para siempre; como ser hu-mano de unas excelsas cualidades que lo han mantenido siempre alejado de toda vani-dad. La humildad ha sido su gran fortaleza espiritual, su gran virtud. Siempre presto a la solidaridad y convivencia. Precisamente en el cuaderno N°1 de estos manuales ob-servamos como uno de los objetivos de la institución policial son los de mantener las buenas relaciones de convivencia entre to-das las capas de la comunidad.

Gracias General por ese gran aporte. Leámoslo.

Por: Brigadier General (rA) JAIrO rOLANDO DELGADO MOrA

Analista Seguridad y Defensa Nacional

LA CONFRONTACIÓN ARMADA ES DIFERENTE AL ENFRENTAMIENTO

SOCIOPOLÍTICO

La ausencia definitiva de la confron-tación armada es el logro inmediato o instantáneo, tras la suscripción de un Acuerdo de Paz; es el beneficio más tangible que se obtiene, fácil de constatar y de demostrar. Sin embargo no sucede lo mismo con

el enfrentamiento sociopolítico, que invo-lucra no solo a las partes negociadoras sino al conjunto del país, en una visión de paz nacional.

Por lo tanto en la medida en que el Acuerdo de Teatro Colón no signifique la transformación real de las condiciones de vulnerabilidad de las víctimas, por la falta, principalmente, de justicia y reparación; el Acuerdo de Paz se vuelve un documento inocuo.

Las contradicciones sociopolíticas y ju-rídicas se acentúan más aún por los hechos de flagrante elusividad a la justicia, por par-te de quienes siendo responsables de respe-tar la “majestad” de la Justicia Transicional, de acuerdo al compromiso que voluntaria y racionalmente asumieron, optaron por desconocerla, subestimarla, huyéndole a su jurisdicción. Es el caso de Seuxis Pau-sias Hernández Solarte (“Jesús Santrich”), investigado por narcotráfico; pero además posiblemente beneficiado con un “híper garantismo” judicial que creó las condicio-nes ideales para que el jefe guerrillero pu-diera escabullirse de su acción punitiva.

Cuando el propio Acuerdo de Teatro Colón reconoció en su contenido “la pre-valencia del no, en el veredicto de las ur-nas” (negrilla del autor); el Gobierno y las Farc eran conscientes que la legitimidad de lo acordado quedaba afectada y por consi-guiente el Acuerdo de Paz tendría un débil inicio a la vida política del país.

LA CAPACIDAD NEGOCIADORA ES DIFERENTE A LA CAPACIDAD DE

IMPLEMENTACIÓN Un cuantioso número de intereses,

propuestas, discusiones, incompatibilida-des, temas de agenda y alternativas de solu-ción, son las que surgen en el marco de una negociación de paz, hasta que, al alcanzar un nivel relativamente bueno de confianza entre las partes, se toma la decisión de llegar a un Acuerdo. Una de las características de la capacidad negociadora, es la construc-ción de un discurso intenso sobre las bon-dades de la paz.

En la fase de implementación salen a flote las pérdidas y ganancias o el costo be-neficio, no solo de las partes negociadoras; el conjunto de la sociedad también hace su balance, contrastando lo mucho o poco que conozca del Acuerdo, con los hechos cotidianos “de paz”. De ese ejercicio se pue-de quedar satisfecho o frustrado; “cuando ocurre la revolución de las expectativas crecientes (…) las frustraciones entran en espiral ascendente” (Myers 1991).

En consecuencia la capacidad de im-plementación no se basa en una reproduc-ción retórica de la paz, es necesaria ahora la eficiente gestión institucional de las entida-des creadas para implementar el Acuerdo; es ahí donde hay todavía un interrogante muy grande entre los colombianos, que es-timula la decepción y la desconfianza con el Acuerdo de Teatro Colón.

No se puede por lo tanto pretender que el Acuerdo de Teatro Colón actúe en la psi-que colectiva, realizando un borrón y men-te nueva, en un contexto donde los hechos tangibles de perdón, justicia y reparación de las Farc son más simbólicos y efectuados en escuetas ceremonias.

EL ERROR ESTRATÉGICO DE LA AGENDA DE NEGOCIACIÓN

“Imponer a las Farc en la agenda el tema del narcotráfico creó un incentivo perverso” (Presidente Juan Manuel San-tos, 2018). Este reconocimiento explica el crecimiento de los cultivos de coca y el re-torno de Colombia como mayor productor de cocaína en el mundo; de acuerdo con la UNODC el país produce alrededor del 70% de la cocaína mundial.

Cuando se observa la gráfica de cre-cimiento de cultivos de coca (UNODC, 2017), comparada con la variables de as-persión aérea y erradicación manual forzo-sa, es evidente que entre los años 2012 y 2016, mientras la erradicación y la asper-sión descendían, los cultivos de coca cre-cían continuamente.

Al identificar el error estratégico que causó el crecimiento de los cultivos de coca, no se puede incurrir en otro error ahora de concepción política, explicando la causa y la temporalidad específica del fenómeno de crecimiento de los cultivos, con el argumen-to de la “guerra perdida contra las drogas”.

Situaciones como la trasgresión del compromiso de las Farc sobre el tema del narcotráfico plasmado en el Acuerdo de Teatro Colón, cometida por Seuxis Pausias Hernández Solarte (Jesús Santrich), quien está vinculado formalmente a una investi-gación judicial por su posible participación en esta actividad ilegal, demuestran la for-ma como se puede fracasar en la lucha con-tra el tráfico ilícito de estupefacientes o de “perder la guerra”.

En el Acuerdo Final para la Termina-ción del Conflicto y la construcción de una Paz Estable y Verdadera, se estableció: “El compromiso de las FARC-EP de contribuir de manera efectiva, con la mayor determi-nación y de diferentes formas y mediante acciones prácticas con la solución definitiva al problema de las drogas ilícitas, y en un escenario de fin del conflicto, de poner fin a cualquier relación, que en función de la rebelión, se hubiese presentado con este fe-nómeno”. (subrayado del autor).

Del diálogo en La Habana a la implementación en ColombiaAgotados los cuatro años de dialogo Gobierno – Farc (2012 – 2016), y suscrito el Acuerdo de Teatro Colón, varias consideraciones generales se pueden hacer.

EL IMAGINARIO DE LA VIOLENCIA GUERRILLERA PROLONGADA La violencia guerrillera prolongada (más

de medio siglo), desproporcionada e indis-criminada y en muchos casos con muestras de extrema insensibilidad, creó en la mayo-ría de los colombianos un imaginario social negativo de las Farc. Un imaginario social negativo, que produce posiciones críticas y de permanente cuestionamiento especial-mente sobre la verdadera voluntad de paz, que reiteradamente durante los cuatro años de diálogos en La Habana, expresaron los negociadores de las Farc.

El imaginario social busca además ex-plicar el porqué de unas acciones que mos-traban imágenes de violencia irracional. Desde ese imaginario entonces, se trata de hacer una representación social de las Farc, de construir la realidad de un grupo arma-do ilegal que generó un tipo de violencia extrema, justificándola en el “derecho a la rebelión”.

Aunque el imaginario social de la vio-lencia de las Farc se puede considerar un intangible en el marco de la negociación de paz; éste constituye un factor determinante para cimentar las bases sólidas de un proceso de reconciliación nacional. Por consiguiente el imaginario colectivo del país sobre la vio-lencia de las Farc, le da una mayor valora-ción a las acciones violentas del grupo arma-do ilegal, hoy desmovilizado parcialmente, y le otorga un menor valor al Acuerdo de Paz.

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Por: Brigadier General rAMIrO ALBErTO rIVErOS ArÉVALO

Jefe Oficina de Planeación

La arquitectura de nuestro Estado Social de Derecho contempla que cada cuatro años se realice un ejercicio de planeación con la participación de todos los esta-mentos de la sociedad, especialmente el ciudadano, para definir las acciones a seguir frente a las nece-

sidades y prioridades del país en todos los ámbitos, entre ellos el de la convivencia y seguridad. La Policía Nacional no es ajena a esta dinámica y como resultado se estructuró el Plan Estratégico Institucional 2019-2022 “Colombia Bi-centenaria, Seguridad con legalidad”.

Nuestra planeación estratégica se apoya en diferentes metodologías validadas y recoge las iniciativas de los inte-grantes de la Institución focalizadas por región geográfica, misionalidad, procesos y procedimientos, según nuestro Sistema de Gestión Integral. Además, incorpora las líneas de actuación definidas en las políticas públicas y los pilares de la Dirección. En ese orden de ideas, entraré a describir esa macroestructura que define el accionar policial para los próximos cuatro años.

1. Mantenemos una alineación con el Proceso de Mo-dernización y Transformación Institucional “Inspirados en Usted” (MTI), que inició la Policía Nacional en marzo de 2017 como una hoja de ruta con visión al año 2030. Este incluye acciones puntuales en todos los ámbitos ins-titucionales bajo 15 líneas priorizadas, con el objetivo de consolidar la confianza social con un servicio de policía efectivo y más cercano al ciudadano. Además, impulsa ini-ciativas que a largo plazo significarán un avance visible en innovación de capacidades, tecnología, talento humano, cultura institucional y sostenibilidad.

2. En el marco de las políticas públicas incorpora-mos las tareas y metas del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 “Pacto por Colombia, pacto por la equidad” (PND), que se implementará a través de tres pactos estruc-turales: Legalidad – Emprendimiento – Equidad. El Pacto por la Legalidad “establece las bases para la protección de las libertades individuales y de los bienes públicos, para el imperio de la Ley y la garantía de los derechos humanos, para una lucha certera contra la corrupción y para el for-talecimiento de la Rama Judicial” (art. 3). Allí se plantean cinco líneas estratégicas que contemplan acciones para la ejecución por parte de la Institución.

La primera línea, denominada “Seguridad, autori-dad y orden para la libertad: defensa nacional, seguridad ciudadana y colaboración ciudadana”, comprende 17 objetivos relacionados con el control institucional de los territorios, la disrupción del crimen y el delito, la lucha contra las drogas y el lavado de activos, el fortalecimiento de las capacidades institucionales, la protección a comu-nidades en riesgo, el control integral marítimo, terrestre,

aéreo, fluvial, espacial y ciberespacial, el fortalecimiento de la inteligencia; el bienestar de nuestros policías y un fuerte componente con enfoque en la convivencia y la seguridad “como servicio público indispensable para la legalidad”.

En este sentido, se respalda y promueve la Red de Participación Cívica que lidera la Policía Nacional y por supuesto, la implementación del Código Nacional de Con-vivencia (Ley 1801 de 2016).

Respecto a la línea “Imperio de la ley y convivencia: justicia accesible, oportuna y en toda Colombia, para to-dos”, se indican tareas para el diseño de una política cri-minal integral soportada en el respeto por los derechos humanos y se plantea la necesidad del trabajo con enfoque en la mediación y resolución de conflictos, además de la coordinación interinstitucional para garantizar una justicia efectiva.

Frente a la línea “Alianza contra la corrupción: tole-rancia cero con los corruptos”, hemos incorporado a nues-tra estrategia un renovado plan anticorrupción y la Política Integral de Transparencia Policial, que define lineamientos en materia de ética, integridad, transparencia, derechos hu-manos, asuntos internos, atención al ciudadano y resolu-ción de conflictos, que deben aplicar en todo momento y lugar las mujeres y hombres policías.

A partir de la línea “Colombia en la escena global: Política exterior responsable, innovadora y constructi-va”, incorporamos el nuevo enfoque que apuesta por el multilateralismo en defensa de la paz, la seguridad y la democracia. Además, se trabajará en estrategias y nuevos planteamientos frente a temas como la migración y las fronteras, desde las perspectivas de la seguridad pública y la seguridad ciudadana.

La quinta línea que plantea el Pacto por la Legalidad se denomina “Participación ciudadana: promoviendo el diálogo, la inclusión democrática y la libertad de cultos para la equidad” y nos invita a incentivar la participación ciudadana, la resolución pacífica de la conflictividad social y “el fortalecimiento del sector religioso para su participa-ción y reconocimiento como actores fundamentales en la construcción del tejido social”.

3. En la política de “Defensa y Seguridad, para la Le-galidad, el Emprendimiento y la Equidad” (PDS), pro-puesta por el Gobierno nacional desde el Ministerio de Defensa, se incorporan temas que la Policía Nacional ha venido trabajando desde su misionalidad como la protec-ción del agua, la biodiversidad y el medio ambiente, que, dada su importancia para el desarrollo del país, fueron ca-

Líneas de política pública para la Policía Nacional en el cuatrienio

Líneas de actuación institucional

lificados como de interés nacional principal y prevalente, lo que abre una agenda específica de atención por parte de la fuerza pública.

Las iniciativas que nos propone la PDS se agruparon en siete líneas que inician con la “Disuasión y Diplomacia para la Defensa y la Seguridad”, articulada con lo señalado en el PND. Sin embargo, como novedad se incorpora el desarrollo de capacidades interoperables para la atención de desastres y la ayuda humanitaria, y la consolidación del Sistema de Servicio Exterior de Defensa y de enlaces inter-nacionales de la Policía Nacional.

La segunda línea corresponde a la “Protección de la población y seguridad ciudadana”, que incluye iniciativas como “Convivencia, cultura de legalidad, castigo severo a la reincidencia y respuesta a la recurrencia” que propone la for-mación en valores democráticos, señala como premisa el no tratamiento político a los narcotraficantes y plantea el apo-yo ministerial frente a la pedagogía, difusión y aplicación rigurosa del Código Nacional de Convivencia (Ley 1801 de 2016) en coordinación con las autoridades territoriales.

El “Sistema de Prevención, Convivencia y Seguridad Ciudadana y Sistema Integrado de Seguridad Rural” es otra línea de la PDS. Respecto al primero, planta el inte-rés de que se constituya en una herramienta con enfoque preventivo que actúe sobre los riesgos sociales que tienen relación con situaciones de violencia y comportamientos contrarios a la convivencia. Frente al segundo sistema ins-titucional, orientado a la seguridad rural, se dará impulso a los programas de Mediación Policial, “Guardabosques” y “Campesinos de mi Tierra”, además de fortalecer las capa-cidades que tienen las unidades de Carabineros para pre-servar la seguridad y desarticular la criminalidad. Unido a lo anterior, se trabajará con un enfoque de anticipación y de intervención preventiva “en contextos que favorecen el delito o la violencia”.

La Política también incorpora en esta línea otras inicia-tivas como: perseguir el tráfico y comercio urbano de dro-gas y los delitos de mayor impacto; la Red de Participación Cívica; la prevención, persecución y sanción de los delitos que afectan el agua, la biodiversidad y el medio ambiente; el control de armas y persecución del porte ilegal de ar-mas; atacar a cada organización criminal en su conjunto; la protección prioritaria a líderes sociales y defensores de derechos humanos; la complementariedad de la seguridad y vigilancia privada con la Policía Nacional; y la ayuda hu-manitaria, atención de emergencias y desastres.

La tercera línea de política se denomina “Acción Uni-ficada”, entendida como “la unidad de esfuerzo entre las entidades estatales, el sector privado, las organizaciones de la sociedad civil, la cooperación internacional, las Fuerzas Militares y la Policía Nacional, con el fin de superar de ma-nera integral la ausencia de Estado, el déficit de su pre-sencia en los territorios, así como los factores que generan inestabilidad”.

En este sentido, el sector Defensa priorizó zonas de mayor afectación por la ilegalidad y la violencia, para des-plegar esta acción unificada de manera secuencial: desde las más afectadas (Zonas Estratégicas de Intervención Integral, ZEII, las intermedias (Zonas de Construcción de Legali-dad) y las menos afectadas (Zonas de Legalidad, Empren-dimiento y Equidad).

El tema del Sistema de Drogas Ilícitas se aborda desde un enfoque de desarrollo que parte de la premisa de “sus-tituir la economía ilícita por lícita”. Además, la política prioriza tres temáticas de fortalecimiento institucional: la Inteligencia, contrainteligencia e investigación criminal, una línea orientada a garantizar la eficiencia y bienestar de los miembros de la fuerza pública y la comunicación estratégica.

4. “Ruta Futuro, Política Integral para Enfrentar el Problema de las Drogas”, liderada desde el Ministerio de Justicia y el Derecho, se fundamenta en cuatro pilares: 1. Reducir el consumo de sustancias psicoactivas y su impac-to; 2. Reducir la disponibilidad de drogas para los mercados internos y externos; 3. Desarticular y afectar las estructuras criminales; y 4. Afectar las economías y rentas criminales.

Estos cuatro pilares descansan sobre un quinto pilar transversal referido a la transformación del territorio y el tránsito a las economías lícitas. Cada una de las metas descritas en la política se han incorporado a la Estrategia Integral contra el Narcotráfico (EICON) que rediseñó la Policía Nacional a partir de la conceptualización del Siste-ma de las Drogas Ilícitas y sus subsistemas de: actores dina-mizadores, producción, tráfico, comercialización y distri-bución y delitos relacionados, que incorpora nuevos retos y amenazas como las Nuevas Sustancias Psicoactivas (NSP).

Así mismo; se planteó la Política de Estabilización “Paz con Legalidad” que aborda el tema de la protección a los lí-deres sociales, defensores de derechos humanos, las familias comprometidas en los procesos de sustitución de cultivos y el personal que está en proceso de reincorporación. Es lide-rada por la Alta Consejería para la Estabilización y la Con-solidación (antigua Consejería para el Posconflicto), en coordinación con el Ministerio de Defensa Nacional. En la

Institución el despliegue de las actividades se trabaja desde la Unidad Policial para la Edificación de la Paz (UNIPEP).

5. Actualmente se trabaja de manera intersectorial en el diseño de la “Política de Convivencia y Seguridad Ciudada-na” que favorecerá la articulación del Estado en los territo-rios para el control del delito desde un enfoque preventivo social y situacional, sumado a una línea de disrupción del crimen con el fortalecimiento de la inteligencia, la inves-tigación criminal y la acción judicial, entre otras acciones.

Alineado a la política pública se construye el Plan Es-tratégico Sectorial, en el que determinaremos las metas y compromisos que darán cumplimiento a los objetivos pro-puestos en la “Política de Defensa y Seguridad, para la Le-galidad, el Emprendimiento y la Equidad”.

Para la ejecución de la estrategia sectorial e institucio-nal, la Policía Nacional desarrollará programas, proyectos y planes, estructurados a partir de iniciativas y con los respec-tivos indicadores de eficiencia y efectividad que den mues-tra de las acciones puntuales que se hacen en beneficio del ciudadano.

A partir de estas iniciativas la Policía Nacional deter-mina su hoja de ruta que se organiza a partir de cuatro (4) perspectivas: “Ciudadano y gobierno”, para una Policía para el ciudadano y con el apoyo de las autoridades. “Servi-cio de policía”, con el enfoque en una Policía más humana, íntegra, innovadora y efectiva en su gestión. “Desarrollo humano y organizacional”, para una Policía transformada y moderna. “Recursos estratégicos”, para una Policía que optimiza sus recursos y capacidades.

Hemos definido cuatro horizontes: la convivencia; la disrupción del crimen y la disminución del delito; la par-ticipación cívica y la cooperación internacional integral y dinámica, sobre los que gravitan los objetivos de nuestro Plan Estratégico Institucional 2019-2022 “Colombia Bi-centenaria, Seguridad con legalidad”.

Además, la Dirección General ha definido tres (3) pi-lares, sobre los cuales se apalancará la priorización de ac-ciones estratégicas necesarias para el fortalecimiento de la convivencia y seguridad ciudadana. Estos pilares tienen como propósito brindar una oferta de servicio centrada en el ciudadano, a partir del desarrollo organizacional y del capital humano.

Los pilares de la Dirección se orientan a consolidar UNA POLICÍA PARA LA GENTE, QUE SE TRANS-FORMA PARA SERVIR MEJOR Y PIENSA EN SUS POLICÍAS, lo anterior unido a tres proyectos bandera: La renovación de las capacidades del Modelo Nacional de Vigilancia Comunitaria por Cuadrantes (MNVCC) (doc-trina, organización, medios tecnológicos y logísticos, per-sonal e infraestructura); cambios en la estructura organi-zacional y empoderamiento de las regiones de policía; y la revisión de los estatutos de carrera unido al fortalecimiento de los programas de bienestar, salud policial y cultura ins-titucional.

Vemos cómo la planeación en la Policía Nacional es multidimensional y compleja, pero el enfoque estratégico es el que nos permite articular todas las iniciativas para que, de manera sistémica, el engranaje institucional avance en una misma dirección, a la par con las expectativas del país y de sus territorios.

Mantener una alineación con el Proceso de Modernización y Transformación Institucional “Inspirados en Usted” (MTI).

“Ruta Futuro, Política Integral para Enfrentar el Problema de las Drogas”, liderada desde el

Ministerio de Justicia y el Derecho.Política de Estabilización

“Paz con Legalidad”.

Otras Políticas1. Plan Estratégico Sectorial

2. Política Convivencia y Seguridad Ciudadana

Incorporar las tareas y metas del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022 “Pacto por Colombia, pacto

por la equidad”.

Política de “Defensa y Seguridad, para la Legalidad, el Emprendimiento y la Equidad”

(PDS).

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Semblanza

Por: Brigadier General GUILLErMO LEÓN DIETTES PÉrEZ Presidente Academia Colombiana de Historia Policial

Nació el 24 de diciembre de 1939, en la ciudad de Pasto, capital del departa-mento de Nariño, en el hogar formado por el señor Diógenes Fajardo y doña Rosario Venegas.

Contrajo matrimonio, formando una bonita pareja con la señorita Cielo

Moncayo, el l2 de diciembre de 1964, en la ciu-dad de Sevilla (Valle) y tuvieron dos hijos: Jorge Eduardo y María Andrea.

SU CARRERA POLICIALLa inició en la II Estación de Policía en el De-

partamento de Policía Bogotá; de allí pasó como jefe de la oficina de planificación y reglamentación en el Atlántico y continuó en el Valle como oficial de vigilancia. En Nariño se hizo famoso como jefe del F-2 y del F-3, además de ocupar el comando del Distrito de Ipiales. Luego ocupó la administra-ción de la clínica de la Policía Nacional.

En el grado de mayor ocupó el cargo de ayu-dante general y presidente del Club de Agentes; fue llamado a la administración de la Sección Transportes y comandante de la Primera Esta-ción de Policía de Bogotá. Como teniente coronel fue subcomandante del departamento de Policía Cundinamarca y luego en la Rama Administrativa se destacó en la Dirección de la Clínica de la Po-licía. En la Dirección de la Sanidad su trabajo fue muy importante que le mereció el reconocimiento del Ministerio de Defensa Nacional.

Siendo coronel fue destinado como Inspector Delegado; pasó luego a ocupar el cargo de Coman-dante del Departamento de Policía Boyacá; volvió a ser inspector de zona, y luego fue destinado en comisión permanente al Ministerio de Defensa Nacional como Subsecretario de Policía: allí sus actividades de centraron en ser un eficiente oficial de enlace entre el Ministerio y la policía y en ser un asesor en cuestiones de policía. De allí pasó a la Escuela Superior de Guerra como alumno del curso de Defensa Nacional y la capacitación para sus estudios como requisito para alcanzar el grado de general; fue destinado en comisión a España, Francia, Alemania, Italia e Inglaterra, donde par-ticipó en actividades de control de narcotráfico.

En el grado de coronel fue destinado al Co-mando de la Policía Metropolitana de Bogotá y fue ascendido a Brigadier General, donde cum-plió una meritoria labor. Pasó a la Dirección de

Planeación y finalmente ocupó la Dirección de la Caja de Sueldos de Retiro de la Policía Nacional, donde cumplió con su deber y al final del período reglamentario solicitó su retiro del servicio activo con fecha 1 de abril de 1990, que le fue concedido en forma temporal.

ACTIVIDAD PARTICULARSe destacó en el ejercicio de la profesión como

Administrador Policial de la Escuela de Cadetes General Santander y Administrador de Empresas de la Universidad Jorge Tardeo Lozano. Una vez retirado del servicio se vinculó a la empresa de cultivo de flores “San Gregorio” de Facatativá y la compañía de vigilancia privada “Ultra seguridad”.

Cuando viajaba en comisión por Europa, en-contró una revista en que se refería a un sistema de vigilancia y seguridad, en zonas residenciales del Japón. Eso le llamó la atención y fue la idea para la creación de los CAI.

Luego de varias reuniones, decidió tomar contacto con el alcalde Julio César Sánchez y or-ganizó el Sistema de los Comandos de Atención Inmediata, con al apoyo de la Alcaldía que aportó el dinero necesario para establecer los CAI.

Luego los resultados fueron tan positivos que se implantaron en todas las ciudades del país.

El General Fajardo Venegas falleció el 23 de mayo de 2019 en la ciudad de Bogotá.

CONDOLENCIAEl Presidente, la Junta Directiva, todos los Colegiados y sus esposas, presentan un sentido mensaje de condolencia al señor Brigadier General (R) Pablo Elbert Rojas Flórez y a toda su familia por el fallecimiento de su señora madre, la señora Graciela Flórez de Rojas y a la señora Cielo de Fajardo y a toda su familia por el fallecimiento del señor Brigadier General (R) Eduardo Fajardo Venegas.

Brigadier General Eduardo Diógenes Fajardo Venegas