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Durabilidad Documento de aplicación del CTE CAPÍTULO 2 GUÍA DE LA MADERA Durabilidad_Maquetación 1 31/07/13 10:53 Página 1

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GU ÍA DE LA MADERA

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Edición:CONFEMADERA HÁBITAT

C/ Recoletos 13, 1º dcha

28001 Madrid

Tfno: 91 5944404

www.confemadera.es

Construir con Madera es una iniciativa de la Confederación Española de Empresas de

la Madera (CONFEMADERA HÁBITAT) en el marco del Consejo Español de Promoción de

la Madera, que cuenta con la financiación y apoyo de promotores públicos y privados.

Autor:

MANUEL C. TOUZA VÁZQUEZ

Centro de Innovación y Servicios Tecnológicos

de la Madera de Galicia (CIS-MADERA)

Créditos fotográficos:

Fotografía de la portada: Ad Kil

Accoya (p. 27 sup), ESET-Universidad CEU Cardenal Herrera (pp. 75, 76), J. G. Gamo (p. 72 dcha, p

73), Holtzek (p. 74), Ted Hopkins (p. 53), Impregna (p. 47), Kebony (p. 28), Ad Kil (p. 27 inf), David

Mora (p. 77), Mani Moretón (p. 49 izda, p. 50), David Rifá (p. 70 izda), David Tagliapietra (p. 12),

Resto de las fotografías: Manuel Touza.

ISBN: 978-84-695-7044-9

Depósito Legal: M-22818-2013

Derechos de la edición: CONFEMADERA HÁBITAT

Copyright de los textos y figuras: ©Manuel C. Touza Vázquez

Con la financiación:

Gobierno de España. Ministerio de Ciencia e Innovación.

Impresión de esta edición: Confemadera Hábitat, Fimma-Maderalia y Feria Valencia.

Papel de Stora Enso procedente de la gestión sostenible de los bosques escandinavos.

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1. INTRODUCCIÓN

2. ORGANISMOS XILÓFAGOS

3. CLASES DE USO

4. DURABILIDAD NATURAL E IMPREGNABILIDAD DE LA MADERA

5. MADERA MODIFICADA

6. ESPECIFICACIONES DE DURABILIDAD NATURAL DE LA MADERA PARA SU UTILIZACIÓN SEGÚN LAS CLASES DE USO

7. PROTECCIÓN FRENTE A AGENTES BIÓTICOS

8. PROTECCIÓN FRENTE A AGENTES METEOROLÓGICOS

9. PRODUCTOS PROTECTORES Y SISTEMAS DE PROTECCIÓN

10. DISEÑO CONSTRUCTIVO

11. TOMA DE DECISIONES

12. PLIEGO DE CONDICIONES, SUMINISTRO Y CONTROL DE CALIDAD

13 EL CÁLCULO DE LA DURABILIDAD DEL PROYECTO

Anejos

Anejo A. Insectos de ciclo larvario más habituales en España

Anejo B. Valores de las precipitaciones y de la humedad de equilibrio higroscópico de la madera en las capitales de provincia españolas

Anejo C. Durabilidad natural e impregnabilidad de especies comerciales

Anejo D. Relación de especies comerciales con una durabilidad natural adecuada para su empleo en las clases de uso 4 y 5

Anejo E. Plan de muestreo

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Durante la preparación de esta publicación se con-sideró oportuna la consulta a personas que desarro-llan su actividad en centros de investigación yempresas vinculadas a la construcción en madera.

En unos casos se solicitó la lectura de un capítuloconcreto a especialistas en el tema tratado. Otraspersonas aportaron imágenes o documentaciónsobre obras reales en nuestro país, que han servidopara exponer ejemplos concretos. Asimismo, inves-tigadores de otros países me han facilitado infor-mación o resultados de proyectos de I+D+i de graninterés y posibilidades de aplicación en España.

Es por ello obligado reconocer mi sincero agradeci-miento a las siguientes personas:

Julia Ahvenainen (Stora Enso), Juan Albiñana (Gru-po Garnica Plywood), Per Brynildsen (Kebony), Lore-to Bures (Grupo Gamiz), Ángel Cid (2C Arquitectos),Pablo Ferreiro (CIS-Madera), Manuel García (pro-Holz), Eric Heisel (FCBA), Juanjo Hoyos (Sikkens),Benoit Jobbé-Duval (IMPREGNA), Ad Kil (Ro&AdArchitecten), Magdalena Kutnik (FCBA), Christel vanLeersum (Accoya), Mercedes Martín (Cedria), DavidMora (ISS Facility Services), Oriol Munné (CIDEM-CO-Tecnalia), Sabrina Palanti (CNR-IVALSA), Fer-nando Peraza (AITIM), René Petit (Xylazel), RaquelPresa (Grupo Garnica Plywood), David Rifá (Finnfo-rest / Tall-Fusta), Emilio Riveiro (Maderintergal),José Luis Rivero (Sikkens), Emma Romero (FINSA),Pilar Saiz (Estudio.k / Holtzek), Fernando Sánchez(ESET-Universidad CEU Cardenal Herrera), FernandoSanz (CIS-Madera), Bartolomé Serra (ESET-Universi-dad CEU Cardenal Herrera), David Tagliapietra(CNR-ISMAR), Sven Thelandersson (Lund Univer-sity), Andreas Treu (Norwegian Forest and Landsca-pe Institute), Mayte de Troya (CIFOR-INIA), PedroVerdejo (ESET-Universidad CEU Cardenal Herrera).

Agradecimientos

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La finalidad de esta publicación es presentar infor-mación sobre los factores clave de los que dependela durabilidad de un proyecto de construcción enmadera.

Para ello, se ha reunido información normativa ydocumental que, a menudo, se encuentra dispersa oes de difícil acceso. También se incluyen numerosasfuentes bibliográficas, accesibles a través de inter-net, que permiten profundizar en los temas trata-dos.

A través de los distintos capítulos, se analizan losconceptos que es necesario considerar para estimarla durabilidad de un proyecto en madera. Estos con-ceptos incluyen desde la elección de la clase de usoo el tipo de protección química a aplicar, cuando seanecesaria, hasta aspectos relativos a la importanciade un diseño constructivo adecuado. Asimismo, sepresentan los nuevos desarrollos tecnológicos en elámbito de la protección, a través de la maderamodificada, y los resultados de proyectos de investi-gación que evalúan la durabilidad, con una metodo-logía similar a la empleada en el cálculo estructural.

En España, el Documento Básico de SeguridadEstructural - Madera del Código Técnico de la Edifi-cación (CTE), contempla las necesidades de trata-miento de los elementos estructurales de maderaaserrada o de elementos encolados (madera lamina-da encolada, dúos, tríos, etc.) en una exposiciónconcreta. En el caso de otros productos no contem-plados en el CTE, se incluye información adicionalque será de ayuda para su correcta utilización.

Varias normas citadas en esta publicación seencuentran en fase de proyecto o en revisión, por loque es importante comprobar su vigencia consul-tando la página web de la Asociación Española deNormalización (www.aenor.es).

En todo caso, con independencia de los cambiosnormativos y tecnológicos, la base de los conoci-mientos sobre durabilidad de la madera y diseñoconstructivo no ha variado de forma notable a lolargo de los años. Comprender estos principios siguesiendo la mejor garantía de éxito a la hora de pres-cribir un uso inteligente y duradero de la madera.

We may use wood with intelligence only if we understand wood

Frank Lloyd Wright, 1928

1. Introducción

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2.1 INTRODUCCIÓN

Los árboles son el resultado de un complejo procesoevolutivo que se inicia, hace más de 300 millones deaños, con la aparición de las primeras coníferas. Enesencia, se denomina madera al conjunto de célulasque forman parte de un árbol y que están especiali-zadas en satisfacer sus necesidades vitales.

La madera está diseñada para sobrevivir en unambiente húmedo (el propio árbol en pie) y, trascumplir su ciclo vital, reciclar al medio natural suscomponentes esenciales. Su estructura está consti-tuida por celulosa, hemicelulosa y lignina que sonlos principales componentes de la pared celular.

Para obtener su energía vital, el árbol circula unamezcla de agua y sales minerales, desde las raíceshasta las hojas donde es transformada en un carbo-hidrato (glucosa) a través de la fotosíntesis. Estasfunciones se realizan en la albura, la porción situa-da en la parte más externa del tronco, formada porcélulas vivas con una misión básicamente conduc-tora y donde el árbol almacena las sustancias dereserva.

Cada año, el árbol genera una nueva capa de célulasque forman parte de la albura, mientras las célulasoriginadas en años anteriores sufren diversas trans-formaciones y pasan a tener una misión predomi-nantemente estructural al formar parte del dura-men. Durante el proceso de duraminización se for-man sustancias como los extractos que, a menudo,incorporan elementos fungicidas e insecticidas. Asi-mismo, las sustancias de reserva desaparecen y elcontenido de humedad se reduce al disminuir lacapacidad conductora de las células, tanto en susentido transversal como longitudinal.

Mientras la madera forma parte de un árbol vivo sudurabilidad puede ser asombrosa, existiendo conífe-ras que superan los 5.000 años de edad. Cuando seproduce la muerte del árbol, los organismos xilófa-

gos que viven en su entorno (insectos de ciclo larva-rio, termitas, hongos de pudrición) contribuyen a ladegradación de la madera, siendo los hongos depudrición quienes cumplen el papel esencial parapoder llevarla a cabo.

En la madera apeada, las sustancias almacenadasen la albura constituyen el principal alimento de losinsectos xilófagos de ciclo larvario que, a menudo,limitan sus ataques a esta zona. Otros factorescomo el mayor contenido de humedad y la ausenciao un menor contenido en extractos, resinas, etc.,también favorecen el ataque de otros xilófagoscomo los hongos de pudrición.

Los hongos de pudrición son vegetales primitivosque, al carecer de clorofila, no pueden realizar lafotosíntesis. Tras la muerte del árbol, encuentranunas condiciones favorables para su desarrollo y soncapaces de degradar las moléculas que constituyenla pared celular logrando, con el paso del tiempo, ladesaparición del material.

En ocasiones, la madera queda inmersa en unascondiciones que la convierten en un material prác-ticamente imperecedero. Un ejemplo son los ele-mentos de madera que permanecen sumergidos enagua dulce, donde pueden alcanzar una durabilidadextraordinaria ya que el ambiente saturado de aguay desprovisto de oxígeno impide el desarrollo de losprincipales organismos xilófagos.

La menor durabilidad de la albura respecto del dura-men ya era conocida por los romanos que, a menudo,purgaban la albura existente en los elementosestructurales de pino, ciprés o roble empleados enedificación (Hosli, 1982). De hecho, hasta bien entra-do el siglo XIX, numerosos tratados de construcciónsólo consideraban aprovechable el duramen.

2. Organismos Xilófagos

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Las referencias a los hongos de pudrición son tambiénmuy antiguas. Ya en el Levítico, que data del siglo XVa.C., se cita la “lepra de las casas” junto con instruccio-nes para que los sacerdotes inspeccionen las viviendasy, en caso de comprobar la existencia de ataques de“lepra”, procedan a la demolición de la vivienda afec-tada retirando los restos de madera y piedra a un lugarfuera de la ciudad.

Con el paso del tiempo, las sucesivas generaciones decarpinteros y constructores seleccionan especies conuna elevada durabilidad natural y, sobre todo, desarro-llan medidas de diseño constructivo que permitenlimitar o impedir el ataque de los hongos de pudriciónen situaciones como los apoyos de las vigas y piesderechos.

La importancia de estas medidas puede comprobarseen edificios como las iglesias medievales de Noruega.Inicialmente, las iglesias se erigían sobre pies derechosde duramen de pino silvestre en contacto con el sueloy su durabilidad se estimaba en unos 100-150 años. Apartir del siglo XII se comienzan a construir evitando elcontacto de los pilares con el terreno, lo que logra pro-longar su durabilidad de forma considerable, existien-do iglesias en buen estado, 700 y 800 años después dehaber sido erigidas (Larsen y Marstein, 2000).

A pesar de estos antecedentes, sólo a finales del sigloXIX se descubre que el agente causante de la pudriciónde la madera es un organismo vegetal. Este descubri-miento también permitió establecer el umbral mínimodel 20% de humedad requerido por los hongos depudrición para poder degradar la madera y, en conse-cuencia, desarrollar medidas de diseño constructivomás eficaces.

Hoy en día, un volumen creciente de madera estructu-ral es suministrado por plantaciones comerciales y lautilización de la albura es esencial para conseguir unaprovechamiento racional de estos recursos. Por otrolado, los tratamientos protectores permiten conferir ala madera de albura (en función de su impregnabili-dad) una elevada durabilidad que, en determinadasespecies, supera la del propio duramen.

El conocimiento de la biología de los xilófagos quepueden afectar a la madera estructural permite valorarlos riesgos de su ataque en cada situación y existe nor-mativa que define la durabilidad natural de las made-ras comerciales frente a los distintos xilófagos. El pro-tocolo de toma de decisiones sobre la necesidad, o no,de tratar una especie de madera en una situación con-creta también está normalizado.

En este apartado se describen los principales orga-nismos xilófagos que pueden producir daños en ele-mentos estructurales de madera. Conocer, al menossomeramente, sus ciclos de vida es importante paracomprender la incidencia de otros aspectos que sedesarrollarán más adelante como la durabilidadnatural, el diseño constructivo, la protección quími-ca o la modificación de la madera.

2.2 HONGOS CROMÓGENOS Y MOHOS

Son los hongos causantes del azulado y del enmo-hecimiento de la madera puesta en servicio.

Este tipo de hongos sólo afectan a aspectos de tipoestético, pudiendo degradar también los acabadosdecorativos. Su incidencia sobre los elementosestructurales es muy limitada al no tener un efectosignificativo sobre las propiedades mecánicas de lamadera, ya que no se alimentan de los componentesde la pared celular (celulosa, hemicelulosa y lignina)sino de las sustancias de reserva disponibles en laalbura.

Los hongos cromógenos causan una alteración per-manente del color de la madera, a menudo entreazulada y negruzca, siendo habituales en España loshongos causantes del azulado de diversas especiesde pinos. Normalmente su acción se limita a laalbura y su intensidad y profundidad es variable.Como se comentó, no producen una alteración sig-nificativa de las propiedades mecánicas de la made-ra aunque suelen incrementar su permeabilidad.

La alteración del color de la madera se debe, princi-palmente, a un fenómeno óptico originado por larefracción de la luz sobre las hifas pigmentadas delos hongos cromógenos que se encuentran en ellumen de las células de la madera de albura.

Los hongos que producen el enmohecimiento de lamadera se manifiestan en forma de manchas sobresu superficie, que son debidas a la presencia decuerpos de fructificación. La humedad relativarequerida para su desarrollo, sobre una superficie demadera, oscila entre un 80% y un 100%, depen-diendo del tipo de material, de la temperatura y deltiempo que permanezca expuesto a dichas condi-ciones.

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El género Aureobasidium es uno de los más comu-nes, siendo frecuente sobre soportes como las lamasde una fachada de madera en un ambiente húmedoy con una ventilación inadecuada.

2.3 HONGOS DE PUDRICIÓN

Los hongos de pudrición son vegetales primitivosque, al carecer de clorofila, son incapaces de reali-zar la función fotosintética a partir de la cual obtie-nen su energía los vegetales superiores. Ello les obli-ga a vivir de forma parásita sobre otros organismosvivos o bien saprofita sobre organismos muertos,cumpliendo un papel esencial en la naturaleza albiodegradar los árboles muertos y permitir el reci-clado de sus componentes esenciales.

Estos hongos pueden producir daños graves en lamadera estructural ya que, mediante la secreción deenzimas, son capaces de alimentarse de la celulosa,hemicelulosa y lignina, principales componentes dela pared celular llegando a provocar la destruccióncompleta de ésta. Su efecto es la pérdida de densi-dad y resistencia de la madera, acompañados de uncambio en su coloración y de un aumento del con-tenido de humedad.

Su ciclo de vida (figura 1) se inicia cuando las espo-ras emitidas por los cuerpos de fructificaciónentran en contacto con un medio favorable para sudesarrollo como puede ser un elemento de maderacon un contenido de humedad superior al 20%. Silas condiciones favorables se mantienen (básica-mente presencia de humedad, oxígeno y una tem-peratura variable en función de cada especie), lasesporas producen unos cuerpos filamentosos deno-minados hifas y visibles solamente al microscopio.Las hifas inician la degradación de la madera y, conel tiempo, incrementan su tamaño y número hastaformar un conjunto visible a simple vista, denomi-nado micelio. El desarrollo del hongo continúa conla formación de un cuerpo de fructificación que sereproduce emitiendo esporas que reinician el ciclo.

En madera bajo cubierta, y en numerosas situacio-nes de exterior, el contenido de humedad requeridopor los hongos de pudrición para iniciar la degrada-ción de la madera puede evitarse fácilmente con undiseño constructivo adecuado, existiendo numero-sos ejemplos de elementos estructurales de maderaen perfecto estado centenares de años después dehaber sido instalados.

Existen tres grandes tipos de hongos de pudricióndenominados pudrición parda o cúbica, pudriciónblanca o fibrosa y pudrición blanda.

2.3.1 Pudrición parda o cúbica

Los hongos de pudrición parda o cúbica afectanpreferentemente a la celulosa, dejando un residuorico en lignina que es de color más oscuro. La made-ra atacada adquiere un color pardo y tiende a agrie-tarse en forma de cubos, características a las quedebe su nombre.

El aspecto de la madera atacada por este tipo dehongos, que recuerda al de la madera carbonizada,debió originar la creencia de que la pudrición era elresultado de una combustión interna de la madera yen los tratados de construcción antiguos se hacíareferencia a prácticas constructivas para evitar el“recalentamiento” de la madera.

Figura 1. Ciclo biológico de un hongo de pudrición

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Así, prácticas como “ventilar” el apoyo de una viga,fueron transmitidas a través de generaciones decarpinteros y continúan vigentes hoy en día. Comose ha comprendido posteriormente, su efecto esimpedir que el contenido de humedad de la maderapueda superar el umbral del 20% que se consideracrítico para el desarrollo de los hongos de pudrición.

Los hongos de pudrición parda o cúbica son los máshabituales en madera bajo cubierta. Algunos auto-res (Rodríguez, 1998) consideran que dos especies,Serpula lacrymans y Coniophora puteana ocasionanel 90% de los ataques a la madera de construcción.

Serpula lacrymans está considerada la especie másdestructiva de todos los hongos de pudrición. Sus con-diciones óptimas de desarrollo requieren escasa venti-lación, temperaturas próximas a los 20ºC y contenidosde humedad de la madera entre el 30 y el 50%.

Es capaz de desarrollarse sobre los muros de carga,albañilería, etc., y de producir humedad durante surespiración (lacrymans) que transporta a través deunos cordones micelares denominados rizomorfos.Esta característica le ha valido la denominación de“pudrición parda seca” ya que puede atacar maderacon contenidos de humedad reducidos aprovechan-do fuentes de humedad próximas.

Los ataques suelen encontrarse en edificios (amenudo abandonados) poco ventilados y donde seproducen infiltraciones de agua. Su incidencia enEspaña parece mucho menor que la señalada enotros países europeos de climas templados. Unaexplicación es que se trata de un hongo muy sensi-ble a las altas temperaturas, inhibiéndo su creci-miento a partir de los 30º, que son habituales enmuchas localidades españolas durante los veranos.

En cuanto a Coniophora puteana, sus condicionesóptimas de desarrollo se producen con temperatu-ras entre 22 y 26ºC y humedades comprendidasentre el 50 y el 60%.

Al igual que en el caso de Serpula lacrymans, suataque se reconoce por el color oscuro de la maderay la presencia de roturas en forma de cubos, en estecaso más pequeños. Su micelio tiene una forma muycaracterística que recuerda a un helecho o a lasvenas del cerebro de un conejo (coniophora).

En España, es habitual observar su ataque en cabe-zas de vigas empotradas en muros con elevadoscontenidos de humedad, entarimados próximos ahuecos de carpinterías a través de los cuales se pro-ducen infiltraciones de agua, etc.

2.3.2 Pudrición blanca o fibrosa

Este tipo de hongos afecta preferentemente a la lig-nina, aunque también pueden dañar en menor gra-do, a la celulosa. Su nombre genérico se debe a quela madera adquiere un color blancuzco, debido alcomplejo celulósico resultante. Asimismo la maderaatacada tiene un aspecto fibroso, por lo que tam-bién se conoce por el nombre de pudrición fibrosa.

Las especies de hongos que producen este tipo depudrición suelen requerir contenidos de humedadmás elevados que las que producen la pudriciónparda. Son los hongos más comunes en el medionatural, siendo frecuente encontrarlos en los árbo-les muertos, tocones y pequeños trozos de madera oramas que hayan caído al suelo.

En estructuras bajo cubierta su ataque aparece vin-culado a infiltraciones de agua líquida. En elemen-tos de madera al exterior son frecuentes en diseñosconstructivos, elaborados con especies no durables,donde se produzcan acumulaciones de agua comocarpinterías, entarimados o pasarelas descubiertas.

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2.3.3 Pudrición blanda

Este tipo de pudrición necesita, para su desarrollo, uncontenido de humedad más elevado que la pudriciónparda o blanca, por lo que afecta especialmente a lamadera en contacto con el agua o con el suelo.

El nombre de pudrición blanda se debe a que los ata-ques producen un reblandecimiento de la superficiede la madera. Posteriormente, si la madera atacadase seca superficialmente, suele presentar numerososcubos de pequeño tamaño.

En la bibliografía se citan diversas referencias quepermiten profundizar en el reconocimiento y lasmedidas de control frente a los hongos de pudrición(BRE, 1989,1985).

2.4 INSECTOS DE CICLO LARVARIO

Son insectos voladores cuyo ciclo biológico (figura 2)se inicia cuando una hembra deposita sus huevossobre la superficie de la madera, aprovechando laexistencia de una fenda o, en algunos casos, de unvaso. Los huevos originan las larvas que son las que sealimentan de la madera excavando galerías por elinterior de ésta. Cuando la larva se aproxima al finalde su ciclo vital, se acerca a la superficie donde seempupa para completar su ciclo de metamorfosis.Una vez completado éste, surge el insecto adulto que,tras reproducirse, inicia nuevamente el ciclo.

Normalmente su ataque se limita a la albura de lamadera donde las larvas se alimentan de las sustan-cias de reserva existentes. Algunas especies tam-bién pueden atacar la madera de duramen, sobretodo, en condiciones de humedad elevada o si sehan producido previamente ataques por hongos depudrición. A diferencia de los insectos sociales, losataques de los insectos de ciclo larvario se producende forma individual, si bien puede haber numerososindividuos alimentándose al mismo tiempo.

La norma UNE-EN 335-1 considera que las especiesmás importantes en Europa son Hylotrupes bajulus,Anobium punctatum y Lyctus brunneus, existiendomuchas otras especies de menor importancia comoHesperophanes spp. y Xestobium rufuvillosum.Todas las especies citadas están presentes en Espa-ña y se describen brevemente en el anejo A.

Pueden encontrarse fichas de identificación de losprincipales insectos xilófagos en diversas fuentesbibliográficas (Peraza, 2002; Serment y Pruvost,1991).

2.5 INSECTOS SOCIALES

En España existen diversas especies de insectossociales (termitas) que pueden producir dañosestructurales en elementos de madera, siendo lasmás importantes las termitas subterráneas pertene-cientes al género Reticulitermes.

La denominación de insectos sociales se debe a suorganización en colonias compuestas por individuospertenecientes a distintas castas (obreras, soldados,ninfas, pareja real, etc.). Las especies de termitassubterráneas presentes en España son Reticuliter-mes grassei y Reticulitermes banyolensis y el nidoprincipal de sus colonias está siempre en el suelo.

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Figura 2. Ciclo biológico de los insectos de ciclo larvario

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En la mayor parte de los casos, sus ataques a elemen-tos de madera aparecen vinculados a contenidos dehumedad elevados producidos por infiltraciones deagua a través de la cubierta, apoyos de las cabezas delas vigas en los muros, extremo inferior de los cercosde puertas, ventanas, etc. Es frecuente que el ataquese detenga al disminuir el aporte de humedad, comopuede ser el caso de la cabeza de una viga que pre-sente un ataque intenso en la zona próxima a suempotramiento en el muro (a través del que recibe lahumedad) y que puede encontrarse en perfecto estadoa una corta distancia de la zona del apoyo.

En un ataque activo de termitas subterráneas a unelemento de madera, la principal casta que sueleencontrarse son las termitas obreras, encargadas dela alimentación de la colonia y, en menor medida,las termitas soldado, encargadas de la defensa ydistinguibles de las anteriores por presentar unasmandíbulas mucho más desarrolladas. Ambas midenentre 3 y 5 mm y su aspecto es blanquecino.

Sus condiciones óptimas de desarrollo requierentemperaturas de unos 25ºC y, sobre todo, humeda-des relativas próximas al 90%.

Sus ataques no son fácilmente reconocibles al pro-ducirse en el interior de la madera donde abrengalerías en la dirección de la fibra pero dejandosiempre una lámina intacta de madera en el exteriorde la pieza que las protege de la desecación. En laspiezas atacadas forman unas galerías con un aspec-to de “hojas de libro”, que las diferencia de cual-quier otro xilófago y que se originan por su tenden-cia a alimentarse de la parte de madera de primave-ra de cada anillo de crecimiento. En ocasiones,sobre la superficie de madera barnizada o pintada,pueden apreciarse ondulaciones y/o decoloracionessintomáticas de un ataque interno de termitas.

Para desplazarse emplean canales de progresión otermíticos, dentro de los cuales pueden mantenerlas condiciones de humedad y oscuridad que preci-san. Estos canales son fácilmente reconociblescomo pequeños tubos de barro que suelen aparecer

sobre las paredes o colgando de las vigas de made-ra, en ocasiones formando pequeñas estalactitas.

Otro síntoma característico de la presencia de ter-mitas es el fenómeno conocido como enjambrazón,una salida masiva de termitas aladas que suele pro-ducirse durante la primavera, con el objetivo de for-mar una nueva colonia. La forma alada de las termi-tas (único momento del ciclo de la colonia en la queadoptan una forma que les permita soportar la inso-lación directa) es fácilmente diferenciable de lashormigas aladas, ya que las cuatro alas de las termi-tas son iguales en forma y tamaño, lo que no ocurreen el caso de las hormigas.

En la bibliografía se incluyen varias referencias quepermiten profundizar en los aspectos anteriores (Mora,2008; Moreno et al., 2007; Bordereau et al., 2002).

En las Islas Canarias existe otra especie de termitadenominada Cryptotermes brevis, citada tambiénocasionalmente en la Península Ibérica (Alonso,2012). A diferencia de las termitas subterráneas,esta especie ataca preferentemente la madera secay forma colonias reducidas, compuestas normal-mente por unos pocos centenares de individuos.

Viven en el interior de la madera atacada, donde for-man grandes cámaras o cavidades unidas entre sí porpequeños túneles de sección circular y, al igual quelas termitas subterráneas, sus ataques no son visiblesdirectamente al mantener una fina película de made-ra que las protege. El principal síntoma de su presen-cia es la aparición de sus excrementos al pie de lamadera atacada debido a su costumbre de limpiarperiódicamente las galerías donde viven en el interiorde la madera; para ello abren un orificio de salidaque, tras la expulsión de sus residuos fecales, es tapo-nado con una mezcla de madera molida y saliva. Sibien los ataques de esta especie de termita parecenconcentrarse en elementos de carpintería y mobilia-rio, también puede provocar graves daños en elemen-tos estructurales como vigas (Canessa y Berrocal,2006; Scheffrahn y Su, 2005; Martínez, 1956).

2.6 XILÓFAGOS MARINOS

Esta denominación incluye, fundamentalmente,invertebrados marinos, entre los que destacan losmoluscos y crustáceos. En ambos casos, existen espe-cies que se desarrollan en la madera empleada enaplicaciones marinas, originando galerías y cavidadesque pueden provocar graves daños estructurales.

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En España están presentes dos familias de moluscosxilófagos, Teredinidae y Pholadidae, representadospor distintos géneros.

Dentro de la familia Teredinidae, el principal géneroexistente en aguas españolas es Teredo con especiescomo Teredo navalis, Teredo norvegica y Teredopedicellata (Rodríguez, 1998). Los teredos o bromason moluscos bivalvos que viven en el interior de lamadera sumergida en agua salada, que les sirve tan-to de refugio como de alimento. Su aspecto recuer-da al de un gusano y su cabeza presenta dos con-chas calizas que les permiten perforar la madera.Sus ataques se producen en el interior de la madera,donde excavan unas galerías cuyas paredes estánrecubiertas por una fina secreción caliza caracterís-tica de su ataque.

Los daños provocados por los crustáceos xilófagos(Limnoria) son muy diferentes, ya que los ataques seproducen desde el exterior de la madera y por unelevado número de individuos al mismo tiempo.Estos ataques se concentran en las zonas de lasmaderas que quedan al descubierto entre la baja-mar y el nivel medio de las mareas, produciendo enlos postes atacados un aspecto característico de“reloj de arena”. La superficie de la madera atacadatiene una apariencia cribosa, debido a la presenciade numerosas galerías con reducidos diámetros deunos 2 mm. En España están presentes las especiesLimnoria lignorum y Limnoria tripunctata, conside-rándose la primera de mayor importancia (Rodrí-guez, 1998).

Tanto los teredos como las especies del género Lim-noria pueden producir daños de consideración enestructuras marinas, fijas o flotantes (muelles,embarcaciones, puertos deportivos, pilotes, etc.),instaladas en España. El riesgo de ataque dependede factores, como la salinidad del agua, su tempera-tura, la intensidad de las corrientes y el oleaje o losniveles de contaminación existentes, habiéndosepercibido un incremento de su actividad en diversas

áreas donde se ha logrado disminuir la polucióndebida a los vertidos de ríos, industrias contaminan-tes, zonas portuarias, etc. (Van de Kuilen, 2008).

Los métodos tradicionales para proteger la maderafrente al ataque de los xilófagos marinos empleabantratamientos con creosotas o sales hidrosolubles deltipo CCA (cobre-cromo-arsénico). Hoy en día, lasconsideraciones medioambientales no permiten elempleo de las formulaciones tradicionales y seintentan desarrollar nuevos productos menos agre-sivos desde el punto de vista ambiental, si bien en elmomento de redactar esta publicación no se dispo-ne en España de ningún nuevo biocida de eficaciaprobada frente a estos agentes.

Otras opciones incluyen el empleo de maderas conuna adecuada durabilidad de las que se ofrece unarelación en el anejo D), y/o el empleo de materialesde recubrimiento que limitan el acceso de los xiló-fagos marinos a la madera (Kohlhase y Dede, 2006;Brown, 2007).

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NORMATIVA

prEN 335:2012. Durability of wood and wood based products. Use

classes: definitions, application to solid wood and wood based

panels.

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3.1 DEFINICIÓN DE LAS CLASES DE USO

Las clases de uso valoran el riesgo de ataque de unelemento de madera y de los productos derivados deésta, por los distintos organismos xilófagos, una vezpuesto en servicio. Este riesgo es función, principal-mente, del grado de humedad que pueda alcanzar elelemento, durante su vida de servicio.

Una vez identificada la clase de uso y, en conse-cuencia, los riesgos de ataque de los agentes bioló-gicos, debe asegurarse que la madera o el productoderivado de la madera prescrito posean un nivelapropiado de durabilidad para resistir a dichosagentes, bien por sus propias cualidades naturales(norma UNE-EN 350-2) o bien mediante la durabili-dad conferida mediante un tratamiento de protec-ción adecuado (norma UNE-EN 351-1).

Las cinco clases de uso existentes en Europa se defi-nen en la norma prEN 335 “Durabilidad de la made-ra y de los productos derivados de la madera. Clasesde uso: definiciones y aplicación a la madera maci-za y a los tableros derivados de la madera”.

Clase de uso 1

En la clase de uso 1, la madera o el producto deriva-do de la madera están bajo cubierta, no expuestos ala intemperie ni a la humectación.

En estas condiciones el riesgo de ataque por mohos,hongos de azulado u hongos xilófagos es insignifi-cante.

No obstante, es posible el ataque por insectos xiló-fagos incluyendo las termitas, aunque la frecuenciay la importancia del riesgo dependen de la ubica-ción geográfica. La experiencia demuestra que esteriesgo es muy limitado, siempre que no se aportemadera infestada previamente o que los insectos yaestén presentes como puede ocurrir en edificios, endesuso o abandonados, objeto de rehabilitación.

Dentro de una clase 1 se emplazarían los elementossituados bajo cubierta y sin riesgo de humectación,como pueden ser las vigas, viguetas de un forjado, piesderechos, tableros empleados en falsos techos, table-ros contralaminados que formen forjados o muros, etc.

Lógicamente, el apoyo de las vigas sobre los muros, delos pilares o tableros sobre el forjado, etc., debe reali-zarse de una forma adecuada para mantener las con-diciones correspondientes a la clase de uso 1.

Clase de uso 2

En la clase de uso 2, la madera o el producto deriva-do de la madera está bajo cubierta y no expuesto ala intemperie (en particular a la incidencia de la llu-via), pero puede producirse una humedad ambientalelevada que origine una humectación ocasionalpero no persistente. En esta clase de uso tambiénpuede tener lugar la condensación de agua sobre lasuperficie de los elementos de madera.

En estas condiciones es posible el ataque pormohos, hongos de azulado u hongos xilófagos. Tam-bién es posible el ataque por insectos xilófagosincluyendo las termitas, aunque la frecuencia y laimportancia del riesgo dependen de la ubicacióngeográfica.

Ejemplos de elementos de madera en una clase deuso 2 pueden encontrarse en la estructura decubierta de piscinas, instalaciones agropecuarias,bodegas, forjados de sótanos, elementos instaladosen las proximidades de cocinas y baños, etc.

Clase de uso 3

En la clase de uso 3 la madera o el producto deriva-do de la madera no se encuentran en contacto conel suelo aunque están expuestos a la intemperie,particularmente a la incidencia de la lluvia y a laradiación solar.

En estas condiciones es posible el ataque por mohosde superficie, hongos de azulado u hongos xilófa-gos. El ataque por insectos xilófagos incluyendo lastermitas, también es posible aunque la frecuencia yla importancia del riesgo dependen de la ubicacióngeográfica.

La clase de uso 3 engloba una gran diversidad deaplicaciones (carpinterías de exterior, pérgolas,pasarelas peatonales, fachadas, elementos de mobi-liario urbano, entarimados de exterior separados delsuelo, etc.), donde el diseño constructivo y las con-diciones climáticas ejercerán una gran influencia enuna mayor o menor exposición del elemento demadera a la intemperie y, en consecuencia, a suriesgo de humectación y de ataque por hongos depudrición.

Por este motivo, esta clase se divide en dos subcla-ses denominadas 3.1 y 3.2.

3. Clases de uso

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En la subclase 3.1, el riesgo de que los elementospuedan mojarse y permanecer húmedos es limitado.Esto puede conseguirse, por ejemplo, mediantemedidas de diseño constructivo destinadas a impe-dir acumulaciones de agua y facilitar un secadorápido de los elementos expuestos. También es posi-ble aplicar un acabado adecuado de la madera yproceder a su mantenimiento regular, etc.

En la subclase 3.2, los elementos de madera puedenpermanecer húmedos durante un tiempo prolonga-do pero no continúo. Normalmente, esto ocurrecuando están muy expuestos a los efectos de laintemperie, su diseño constructivo permite la acu-mulación del agua de lluvia, etc.

La definición normativa de las subclases 3.1 y 3.2hace referencia a consideraciones climáticas o dediseño constructivo que deben tenerse en cuenta encada situación particular. En el apartado 3.3 se pro-fundiza en estos aspectos.

Clase de uso 4

En la clase de uso 4, la madera o el producto deriva-do de la madera está en contacto directo con elsuelo o con agua dulce.

En estas condiciones es habitual el ataque pormohos, hongos de azulado u hongos xilófagos.

El ataque por insectos xilófagos también es posible.En España, las termitas subterráneas están presentesen la mayor parte del territorio, por lo que debe consi-derarse el riesgo de su ataque en el caso de prescribirun elemento de madera en contacto con el suelo.

Los elementos que se encuentran constantementesumergidos por debajo del nivel freático del agua, obien enterrados en el suelo y completamente satu-rados de agua, no son susceptibles de ataques porhongos aunque pueden ser atacados por bacterias.

Dentro de esta clase de uso se incluyen elementosde madera como los postes telegráficos, pilares ypies derechos en contacto con el suelo, entarimadosde exterior, traviesas de ferrocarril, pilotes decimentación, embarcaderos en agua dulce, etc.

Clase de uso 5

En la clase de uso 5 el elemento de madera seencuentra en contacto con agua salada (aguasmarinas o salobres).

En estas condiciones, el principal problema es elriesgo de ataque por invertebrados marinos, espe-cialmente en aguas templadas donde organismoscomo Limnoria spp., Teredo spp. y Pholades spp.pueden ocasionar daños importantes. Asimismo, laparte aérea de ciertos elementos situados en elagua marina, puede estar expuesta al ataque deinsectos y hongos xilófagos.

En esta clase de uso se incluirían elementos cons-tructivos en medio marino como pueden ser lospilotes de muelle, embarcaderos, infraestructurasportuarias, etc.

La tabla 1 resume el riesgo de aparición de los dis-tintos agentes biológicos en las distintas clases deuso.

La norma prEN 335 evita citar valores del contenidode humedad asociados a las distintas clases de uso.A modo orientativo, pueden considerarse lossiguientes:

En una clase de uso 1, la humedad de equilibriohigroscópico media de la madera suele encontrarseentre un 6 y un 12%, mientras que en una clase deuso 2 los valores más habituales oscilan entre un 12y un 20%.

En una clase de uso 3.1, la humedad puede superarel 20% durante periodos cortos (algunos días),alcanzando en la clase de uso 3.2 periodos más sig-nificativos (algunas semanas).

Otros autores consideran que, en una clase de uso3.1 la madera suele alcanzar un contenido dehumedad comprendido entre el 20 y el 25%, mien-tras que en una clase de uso 3.2 supera el 25%.

En la clase de uso 4, el contenido de humedad de lamadera en contacto con el suelo se sitúa normal-mente por encima del 30% que se corresponde conel valor del punto de saturación de la fibra. En terre-nos muy secos el contenido de humedad puede serinferior.

El contenido de humedad de un elemento de made-ra sumergido en agua dulce (clase de uso 4) o sala-da (clase de uso 5), supera permanentemente el30%.

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3.2 CONSIDERACIONES SOBRE LA ELECCIÓN DELA CLASE DE USO

La correcta asignación de la clase de uso es esencialpara conocer los requisitos en cuanto a durabilidad(natural o conferida) que deberá cumplir el elemen-to de madera o el tablero seleccionado.

En el caso de que no sea posible determinar consuficiente precisión la clase de uso de un elemento,o cuando distintas partes de un mismo elementoqueden clasificadas en diferentes clases de uso, lasdecisiones deberán tomarse basándose en la clasede uso más severa.

Asimismo, debe equipararse la situación de los ele-mentos que, sin estar en contacto directo con la tie-rra o con agua dulce, acumulan agua de forma con-tinuada por razones de diseño o por depósitossuperficiales (elementos en una clase de uso 3.2) alos que están en una clase de uso 4. Lo anteriortambién es aplicable cuando puedan producirsedepósitos superficiales (de suciedad, tierra, hojas,etc.), durante un tiempo prolongado.

También es recomendable asignar una clase de usosuperior cuando los elementos sean de difícil acce-so, o cuando las consecuencias de su rotura fueranespecialmente graves. En estos casos puede resultarmás adecuado utilizar una madera más durable oaplicar un tratamiento protector más riguroso delque normalmente se emplearía para la clase de usoen cuestión. Así, por ejemplo, podría considerarseque los rastreles que forman la subestructura de unafachada de madera, de difícil acceso y sin manteni-miento posterior, se sitúan en una clase de uso 4,mientras que las lamas de madera que forman lafachada están en una clase de uso 3.

Asimismo, debe preverse si durante el transporte ymanipulación de los elementos de madera puedenproducirse unas condiciones diferentes a las de suexposición definitiva. Puede ser el caso, por ejemplo,de las vigas principales de una estructura de made-ra, que se almacenan a la intemperie y sin protec-ción antes de proceder a su montaje.

No siempre es necesario tratar a un elemento demadera contra todos los agentes biológicos existen-tes en la clase de uso en que se vaya a instalar. Enalgunos casos, los agentes biológicos pueden noestar presentes en el área geográfica del proyecto y,en otros, la composición de algunos tableros deri-vados de la madera los hacen inmunes contra elataque de determinados agentes.

Así, por ejemplo, no existen termitas subterráneasen los países nórdicos o la estructura específica delos tableros de fibras, de partículas y de virutasorientadas (OSB), hace que no sean atacables porinsectos xilófagos, con la excepción de las termitas.

3.3 LA ELECCIÓN DE LA CLASE DE USO ENMADERA AL EXTERIOR SIN CONTACTO CON ELSUELO.

La mayor parte de los problemas de durabilidad, alemplear elementos estructurales de madera, se con-centran en la clase de uso 3. Esto se debe a la difi-cultad de valorar adecuadamente el riesgo dehumectación y, en consecuencia, de asignar unaclase de uso 3.1, 3.2 o bien hacerla equiparable auna clase de uso 4.

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Tabla 1. Aparición de agentes biológicos según clases de uso

Clase de uso Situación general en servicio Descripción de la exposición a la

humectación en servicio Agentes biológicos

1 Interior, bajo cubierta Seco Insectos xilófagos de ciclo larvario y termitas

2 Interior o bajo cubierta Ocasionalmente húmedo(no expuesto al exterior)

Como la anterior, más hongos cromógenos y hongos de pudrición

33.1 Al exterior, por encima del suelo, protegido Ocasionalmente húmedo

(expuesto al exterior)3.2 Al exterior, por encima del suelo,

no protegido Frecuentemente húmedo

4

Al exterior, en contacto con el suelo o con agua dulce

Predominante o permanentementehúmedo Como la anterior, más hongos de pudrición blanda

Permanentemente sumergido en agua dulce Permanentemente húmedo En estas condiciones especiales, las bacterias pueden ser el principal organismo degradador

5 En agua salada Permanentemente o regularmente húmedo

El mayor riesgo se deriva de la posibilidad de ataque de xilófagos marinos

(Teredinidos Limnoria y Pholades)*

* La parte aérea de ciertos elementos situados en el agua marina, puede estar expuesta al ataque de insectos y hongos xilófagos.

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En Francia, se ha desarrollado un documento (FDP20-651) que permite mejorar la toma de decisio-nes al asignar la clase de uso dentro de las situacio-nes anteriores. Para ello se valoran tanto las condi-ciones climáticas, como la masividad y el diseñoconstructivo del elemento (Le Neve, 2011).

Las condiciones climáticas ejercen un efecto directoen el riesgo de humectación y, en consecuencia, enla elección de la clase de uso.

Desde el punto de vista de la humectación de lamadera, la intensidad de la precipitación no es tanrelevante como su periodicidad ya que, en un inter-valo de 24 horas, una precipitación total de 8 o de100 mm producirá un efecto similar.

Por este motivo, las condiciones climáticas se clasi-fican en secas, moderadas o húmedas, en funcióndel número de días al año en los que se produce unaprecipitación igual o superior a 1mm (equivalente ala caída de un litro de agua en una superficie de unmetro cuadrado), conforme a la tabla 2.

En España, 5 provincias presentan áreas geográficascon condiciones climáticas húmedas. Estas provin-cias son A Coruña, Navarra y, en menor medida,Asturias, Cantabria y Guipúzcoa.

Las condiciones climáticas moderadas se producenen la mayor parte del territorio de las comunidadesde Galicia, Principado de Asturias, Cantabria y PaísVasco, así como en el norte de Navarra, Cataluña, LaRioja, diversas áreas de Castilla y León, etc.

La mayor parte del territorio español se sitúa encondiciones climáticas secas.

El Atlas Climático Ibérico (Chazarra, 2011) incluyeun mapa del territorio clasificado en función de laserie histórica de precipitaciones superiores o igua-les a 1 mm. El Atlas, en formato electrónico, puedeconsultarse en la página web de la Agencia Estatalde Meteorología (www.aemet.es).

El anejo B incluye las condiciones climáticas de lascapitales de provincias españolas.

Es importante señalar que las condiciones localespueden influir en la clasificación anterior. Sería elcaso, por ejemplo, de un proyecto de madera situa-do en una zona costera, en el fondo de un valle pocosoleado, o en las proximidades de lagos o cursos deagua que generen nieblas o brumas locales. Por elcontrario, las altitudes elevadas (por encima de los800-1000 m) pueden ejercer un efecto positivo.

El riesgo de humectación también está influenciadopor la masividad del elemento ya que, en unas mis-mas condiciones climáticas, un elemento de espesorreducido tardará menos tiempo en secarse despuésde la lluvia.

La masividad se clasifica en reducida, media o ele-vada en función del espesor de los elementos demadera y conforme a la tabla 3. La tabla diferenciapor un lado, los elementos de madera aserrada ounidos de testa (sería el caso de la madera aserradaempalmada de uso estructural, conocida comercial-mente por sus siglas en alemán KVH) y, por otro, loselementos encolados (madera laminada, vigas Dúo,Trío, etc.). En estos últimos, se establece una subdi-visión en función de que el espesor de las láminassea igual o superior a 35 mm.

Por último, el diseño constructivo del elemento demadera se clasifica en tres categorías; drenante,intermedio o diseños que retienen el agua.

Normalmente los diseños drenantes se correspon-den con elementos verticales donde no existen pun-tos de acumulación de agua debidos, por ejemplo, ala existencia de uniones.

Un diseño intermedio, se corresponde con la mayorparte de los elementos horizontales de madera don-de no existen puntos de acumulación de agua debi-dos a mecanizados o uniones.

Los diseños que retienen el agua presentan un granriesgo potencial de humectación, tanto en puntos sin-gulares (testas expuestas, uniones) como en su con-junto (elementos anchos totalmente expuestos, etc.).

Tabla 2. Clasificación de las condiciones climáticas

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CriterioCondiciones climáticas

Secas Moderadas HúmedasDias/años con

precipitación > 1mm N < 100 100 ≤ N < 150 N ≥ 150

Tabla 3. Clasificación de la masividad en función del espesor (e)

MasividadMadera sólida o con empalmes

de testa

Madera encola-da con láminasde un espesor > 35 mm

Madera encoladacon láminas de un espesor < 35 mm

Reducida e ≤ 28 mm - e ≤ 28 mm

Media 28 < e ≤ 75 mm e ≤ 150 mm 28 < e ≤ 210 mm

Elevada 75 mm < e 150 mm < e 210 mm < e

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La figura 3 representa una unión con las tres cate-gorías de diseño constructivo.

Dada la diversidad de situaciones y de factores queintervienen en el diseño constructivo, no es posibledisponer de una relación exhaustiva de todos loscasos existentes. Cada proyectista, sobre la base desu experiencia y con el apoyo de documentoscomerciales y técnicos, podrá profundizar en lasdefiniciones anteriores para asignar la categoríamás adecuada al diseño de su proyecto.

En Francia se está desarrollando un proyecto de inves-tigación sobre durabilidad de componentes de made-ra, cuyo objetivo es incrementar la vida de servicio dedistintos productos expuestos al aire libre en distintascondiciones climáticas. Dentro del proyecto se inclu-yen ensayos sobre la influencia de distintos detallesconstructivos en la durabilidad (Kutnik, 2010).

En función de los tres criterios anteriores (condicio-nes climáticas, masividad y diseño constructivo), lastablas 4 y 5 permiten asignar la clase de uso másadecuada para cada situación particular.

La tabla 4 debe emplearse cuando los elementos demadera se encuentren al exterior, por encima delsuelo y muy expuestos a la intemperie (pasarelasdescubiertas, entarimados, pérgolas, etc.).

La tabla 5 debe emplearse cuando los elementos demadera se encuentren al exterior, por encima delsuelo y poco expuestos a la intemperie (normalmen-te es el caso de las carpinterías de exterior, facha-das, etc.),

En el capítulo de toma de decisiones, se detallanvarios ejemplos de aplicación.

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Figura 3. Diseño constructivo de una unión drenante (izquier-da), intermedia (centro) o que retiene el agua (derecha)

Tabla 4. Elección de la clase de uso. Elementos de maderaal exterior, por encima del suelo, muy expuestos al clima

Tabla 5. Elección de la clase de uso. Elementos de maderaal exterior, por encima del suelo, poco expuestos al clima

Masividad Diseño constructivo

Condiciones climáticasSecas Moderadas Húmedas

Clase de uso

ReducidaDrenante 3.1 3.1 3.1Intermedio 3.1 3.2 3.2

Retiene el agua 3.2 4 4

MediaDrenante 3.1 3.1 3.2Intermedio 3.1 3.2 3.2

Retiene el agua 3.2 4 4

ElevadaDrenante 3.1 3.2 3.2Intermedio 3.2 3.2 4

Retiene el agua 4 4 4

Masividad Diseño constructivo

Condiciones climáticasSecas Moderadas Húmedas

Clase de uso

ReducidaDrenante 3.1 3.1 3.1Intermedio 3.1 3.1 3.2

Retiene el agua 3.1 3.2 3.2

MediaDrenante 3.1 3.1 3.2Intermedio 3.1 3.1 3.2

Retiene el agua 3.1 3.2 4

ElevadaDrenante 3.1 3.1 3.2Intermedio 3.1 3.2 3.2

Retiene el agua 3.2 3.2 4

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4.1 INTRODUCCIÓN

La durabilidad natural y la impregnabilidad son lasprincipales propiedades de la madera que afectan asu durabilidad en un uso concreto. La primera indi-ca la resistencia intrínseca de la madera frente a losdistintos agentes xilófagos y la segunda la mayor omenor aptitud para la penetración de los productosde protección de la madera.

Conocer ambas propiedades es esencial para anali-zar las opciones de empleo de una especie de made-ra en una clase de uso, bien a través de la propiadurabilidad natural de la especie o mediante ladurabilidad conferida mediante un tratamiento pro-tector.

La norma UNE-EN 350-2 recoge la información dis-ponible sobre la durabilidad frente a los distintosagentes xilófagos y la impregnabilidad de unas 130especies habituales en el comercio en Europa. Porsu parte, la norma UNE-EN 350-1 indica los princi-pios de ensayo y clasificación de la durabilidadnatural de la madera para cada agente degradador.

Dicha norma se encuentra en revisión debido, entreotros motivos, a la necesidad de incluir nuevasespecies comerciales y de considerar el incrementoen el suministro de maderas de plantación.

Desde la publicación de la norma en el año 1995,existe información adicional sobre muchas otrasespecies ensayadas conforme a los mismos criterios.Entre las bases de datos existentes, destacan lasfichas tecnológicas editadas por el CIRAD Forêt(Gerard et al., 2008) con información sobre más de250 especies tropicales y templadas. Las fichas pue-den consultarse en formato electrónico en la direc-ción: http://tropix.cirad.fr/

El anejo C incluye la durabilidad natural y laimpregnabilidad de diversas especies comerciales.En el anejo D aparece una relación de maderas conuna durabilidad natural suficiente para su empleoen una clase de uso 4 y 5.

4.2 DURABILIDAD NATURAL

La durabilidad natural de una madera se definecomo su resistencia intrínseca, es decir sin haberrecibido ningún tratamiento, para resistir el ataquede un agente xilófago. Esta propiedad varía de unaespecie a otra, en una misma especie (como es elcaso de la diferente durabilidad que puede presen-tar la madera procedente de plantaciones de creci-miento rápido y la procedente de bosques natura-les) y, también, de una parte a otra de la mismamadera (duramen y albura).

La albura de la madera se considera, en general, nodurable frente a los ataques de hongos de pudri-ción, termitas y xilófagos marinos. El duramen,también de modo general, se considera durablefrente a los ataques de insectos de ciclo larvario.

La norma UNE-EN 350-2 establece un sistema decategorías para definir la durabilidad natural decada especie de madera frente a los diversos agen-tes xilófagos.

La durabilidad frente a los hongos xilófagos es ladel duramen, ya que la albura de cualquier especiede madera se considera no durable, mientras no sedisponga de datos concretos.

La clasificación se establece, fundamentalmente, apartir de ensayos de campo de estaquillas de made-ra de pequeña sección, elaboradas con madera deduramen, y situadas a la intemperie, clavadas en elsuelo (clase de uso 4). La norma define cinco cate-gorías que se corresponden con la vida útil de lasestacas, conforme a la clasificación de la tabla 6.

La durabilidad frente a los insectos de ciclo larvario(cerambícidos, anóbidos y líctidos) es la de la albu-ra, que se clasifica como durable (D) o sensible (S).El duramen de todas las especies se clasifica comodurable excepto para algunos insectos a los que seasocia una categoría denominada duramen tambiénsensible (SH).

Tabla 6. Clases de durabilidad natural frente a los hongosxilófagos

Clase Descripción Duración1 Muy durable (MD) 10 a 15 años2 Durable (D) 7 a 12 años3 Medianamente durable (M) 5 a 7 años4 Poco durable (p) 3 a 5 años5 No durable (S) Menos de 3 meses

4. Durabilidad natural e impregnabilidad de la madera

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La durabilidad frente a las termitas y los xilófagosmarinos es la del duramen que se clasifica en tresniveles; durable (D), medianamente durable (M) ysensible (S). La albura de cualquier especie se consi-dera atacable.

La propia norma advierte de que el sistema de dura-bilidad propuesto no debe ser interpretado en tér-minos absolutos. Así, el término durable no implicaque una madera tenga una resistencia total frente alas termitas o los xilófagos marinos. De maneraanáloga, no todos los productos elaborados con unaespecie clasificada como sensible frente a los insec-tos xilófagos de ciclo larvario tienen que estarexpuestos a riesgo.

Por ejemplo, el riesgo de ataque del cerambícidoHylotrupes bajulus a las coníferas sensibles, dismi-nuye con la edad de la madera, ya que tienden aatacar a las maderas durante sus primeros 80 añosde edad (Esinal, 2008). Asimismo, la sensibilidad deun mismo elemento puede estar influenciada porfactores como su contenido de humedad en servi-cio, el estado de su superficie, la aplicación de unrevestimiento superficial que impida que las hem-bras puedan depositar huevos en las fisuras superfi-ciales, etc.

4.3 IMPREGNABILIDAD

La impregnabilidad se define como la capacidad quepresenta una especie de madera a la penetración deun líquido (por ejemplo de un protector).

La eficacia de un tratamiento de protección depen-de, principalmente, de la cantidad de producto quees retenido por la madera y de la profundidad a laque éste penetra.

A menudo, las especies de madera que tienen unareducida durabilidad natural son fácilmenteimpregnables, lo que permite dotarlas de una dura-bilidad conferida suficiente para su empleo ennumerosas aplicaciones en el campo de la construc-ción.

En general, la impregnabilidad de la madera dealbura es siempre superior a la del duramen debidoa que, en el árbol en pie, la albura está formada porcélulas vivas que conducen la savia. Durante el pro-ceso de duraminización, la capacidad conductora delas células se reduce considerablemente tanto ensentido transversal como longitudinal.

Por este motivo, la norma UNE 350-2 establece unaclasificación del tamaño de la albura de las distin-tas especies de madera en cuatro categorías; muydelgada (< 2 cm), delgada (entre 2 y 5 cm), mediana(entre 5 y 10 cm) y grande (<10 cm). Asimismo,indica aquellas especies en las que no hay una dis-tinción clara entre la albura y el duramen, o aque-llas en las que no se distingue en absoluto.

La norma incluye una clasificación de la impregna-bilidad de la albura y del duramen en cuatro cate-gorías: Impregnable, medianamente impregnable,poco impregnable y no impregnable. La clasificaciónse recoge en la tabla 3 y está basada en la experien-cia desarrollada en la aplicación de procedimientosde impregnación de vacío y presión.

La norma UNE-EN 14734 describe un método delaboratorio para determinar la impregnabilidad dela madera con productos protectores, pudiendoemplearse también para evaluar las diferenciasentre muestras de la misma especie y diferente pro-cedencia.

Dichas clases no son netamente diferenciables unasde otras, especialmente las clases 2 y 3. Por estemotivo las especies de madera pertenecientes adichas clases presentan a menudo penetracionesirregulares.

Tabla 7. Clases de impregnancia de la madera

Clase Descripción Explicación

1 ImpregnableMuy fácil de impregnar, la madera aserrada

puede ser impregnada totalmente con tratamiento a presión sin dificultad

2Medianamente impregnable

Fácil de impregnar. Normalmente no es posible una impregnación completa,

pero después de 2-3 horas de tratamiento bajo presión es posible alcanzar una penetración de más de 6 mm en las coníferas. En las frondosas se puede

conseguir impregnación en una proporción grande de los vasos

3 Poco impregna-ble

Difícil de impregnar. Después de 3-4 horasde tratamiento bajo presión se alcanzan

sólo penetraciones de 3 a 6 mm

4 No impregnable

Prácticamente imposible de impregnar.Después de 3-4 horas de tratamiento bajo

presión sólo se absorben pequeñas cantidades de producto. Penetraciones longitudinales y laterales mínimas

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4.4 CONSIDERACIONES SOBRE LA DURABILIDADNATURAL Y LA IMPREGNABILIDAD

No debe confundirse la durabilidad natural de unaespecie de madera, con la vida de servicio de un ele-mento de madera elaborado con dicha especie, yaque, esta última depende de muchos factores.

En el caso de los hongos xilófagos, por ejemplo, elobjetivo de los ensayos de campo es proporcionar,en un plazo de tiempo razonable, unos valores dereferencia que permitan comparar la durabilidadnatural de diversas especies de madera entre sí.

Así, en condiciones normales, una traviesa de dura-men de roble en una clase de uso 4, tendrá una vidade servicio muy superior a los 7-12 años que tarda-ría en romperse una estaquilla de ensayo con unasección de 2,5 x 5 cm.

Sin embargo, en regiones en las que los periodossecos duran mucho tiempo, se ha comprobado queelementos de madera de secciones relativamentepequeñas, en contacto con el suelo, pueden teneruna vida de servicio superior a la de elementos simi-lares de secciones mayores.

En una clase de uso 3.1 un factor de gran incidenciaen la durabilidad de una especie de madera, es sucapacidad de absorber humedad. Así, una maderacon una clase de durabilidad determinada y con unaabsorción de humedad baja (clase de impregnabili-dad 4) durará, en general, bastante más tiemposometida a humidificación intermitente, que unamadera de la misma clase de durabilidad pero máspermeable (clase de impregnabilidad 1).

Una forma adecuada de estimar la vida de serviciode un elemento de madera consiste en comparar ladurabilidad de la madera que se propone emplearcon la de otras especies conocidas y puestas en obraen condiciones lo más similares posibles (emplaza-miento, diseño constructivo, mantenimiento, etc.) yde las que se conozca su vida de servicio.

La tabla 8 (basada en el documento FD P20-651)presenta la durabilidad natural (madera de dura-men) teórica, en las distintas clases de uso, de ele-mentos de madera elaborados con diversas especiescomerciales.

La tabla ofrece unos valores medios de durabilidaden las distintas clases de uso y debe emplearse,sobre todo, para comparar especies entre sí y paravalorar el efecto de las distintas clases de uso en ladurabilidad del proyecto. Diversas obras en Europa,demuestran que la durabilidad asignada por la tablapuede superarse ampliamente como sería el caso,por ejemplo, de las iglesias medievales noruegasdonde elementos estructurales de pino silvestre, encondiciones que podrían asimilarse a una clase deuso 3.1, llevan en pie unos 800 años.

El duramen de diversas especies tropicales habitua-les en España como el ipé (Tabebuia spp), el elondo(Erythrophleum ivorense), el azobe (Lophira alata),etc, tiene una elevada durabilidad natural frente alos hongos de pudrición y las termitas. Además, laproporción de albura que presentan es reducida ysuele eliminarse durante el proceso de aserrado y,por otro lado, su duramen no es impregnable. Portanto, en las condiciones anteriores, no tendría sen-tido su tratamiento en profundidad.

Asimismo, el duramen de especies europeas como elroble (Quercus robur o Quercus petreae), el castaño(Castanea sativa), el pino gallego (Pinus pinaster) oel alerce (Larix decidua), no es impregnable. Por tan-to, en las piezas de duramen de estas especies tam-poco procede su tratamiento protector.

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Especie de maderaDurabilidad estimada frente a los hongos de pudrición en las distintas clases de uso

Resistencia insectos de ciclo

larvario

Resistencia termitas

1 2 3a 3b 4

Abeto rojo(Picea abies) >100 años 50-100 años 10-50 años <10 años <10 años No No

Abeto blanco(Abies alba) >100 años 50-100 años 10-50 años <10 años <10 años No No

Pino silvestre(Pinus sylvestris) >100 años >100 años 10-50 años 10-50 años <10 años Si No

Alerce(Larix decidua) >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años <10 años Si No

Cedro rojo(Thuja plicata) >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años <10 años Si No

Pino gallego (Pinus pinaster) >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años <10 años Si No

Castaño(Castanea sativa) >100 años >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años* Si No

Roble europeo (Quercus spp.) >100 años >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años* Si No

Robinia(Robinia pseudoacacia) >100 años >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años Si Si

Elondo(Erythrophleum spp.) >100 años >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años Si Si

Ipe (Tabebuia spp.) >100 años >100 años >100 años 50-100 años 10-50 años Si Si

* Sólo podría alcanzarse esta durabilidad, si las especies se encuentran expuestas a una clase de uso equivalente a 4, pero no en contacto directo con el suelo. ** Especies del género Tabebuia, densas (ρ > 850 kg/m3) y oscuras.

Tabla 8. Durabilidad teórica del duramen de diversas especies comerciales en distintas clases de uso

BIBLIOGRAFÍA

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Le Neve, S. (2011). Durabilité des ouvrages en bois: un nouvel outilapplicatif. Bréves FCBA,

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UNE-EN 350-1:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía para los principios de ensayo y clasificación de ladurabilidad natural de la madera.

UNE-EN 350-2:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía de la durabilidad natural y de la impregnabilidad deespecies de madera seleccionadas por su importancia en Europa.

UNE-EN 14734: 2008. Durabilidad de la madera y de los productosderivados de la madera. Determinación de la impregnabilidad de lasespecies de madera por productos protectores. Método de laborato-rio.

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5.1 INTRODUCCIÓN

La madera modificada es el resultado de una inter-acción entre la madera y un agente químico, bioló-gico o físico, que permite, sin adicionar un biocida,mejorar alguna de sus propiedades durante la vidade servicio del material (Hill, 2006). Así, mientras elprincipal resultado de un protector tradicional es lamejora de la durabilidad de la madera, en el caso dela madera modificada se obtiene un nuevo materialcon propiedades diferentes.

Uno de los objetivos de la madera modificada esalterar la estructura molecular de los componentesde la pared celular de la madera y, en concreto,transformar los grupos hidroxilos (-OH) que desem-peñan un papel esencial en los fenómenos de hin-chazón y merma, en nuevos radicales de mayortamaño y menor higroscopicidad. De esta forma, esposible mejorar considerablemente la estabilidaddimensional y, en muchos casos, incrementar sudurabilidad frente a determinados xilófagos, comolos hongos de pudrición, cuyos sistemas enzimáticosno son capaces de degradar el nuevo material(Homan y Jorissen, 2000).

Las investigaciones sobre algunas técnicas de modi-ficación de la madera se inician durante las prime-ras décadas del siglo XX, si bien los productos obte-nidos sólo han comenzado a comercializarse recien-temente. Este hecho es debido, entre otros factores,a la creciente importancia de las consideracionesmedioambientales; tanto en lo que se refiere alempleo de biocidas como, a las restricciones a laimportación de maderas tropicales de elevada dura-bilidad (Militz y Lande, 2009).

Respecto a su normalización, posiblemente seanconsiderados nuevos materiales con una durabilidadpropia en función de las características de cada pro-ceso (por ejemplo: pino silvestre, pino silvestremodificado térmicamente, acetilado, furfurilado,etc.). De esta forma le serían de aplicación el con-junto de normativa ya existente para la madera ysus derivados.

Como se comentó anteriormente, el acceso al mer-cado de los productos de madera modificada esreciente, si bien muestra una clara tendencia ascen-dente. Como referencia, en el año 2010 una publica-ción británica (TRADA, 2010) recogía 14 productosde madera modificada que estaban siendo comer-cializados en el Reino Unido desde hacía unos 8años.

Entre los productos disponibles, en el mercadoespañol se citan tres a modo de ejemplo; la maderatermotratada, obtenida mediante una modificacióntérmica, y la madera acetilada y furfurilada, obteni-das mediante una modificación química.

5.2 MADERA MODIFICADA TÉRMICAMENTE

Históricamente se ha carbonizado la madera paraincrementa su durabilidad. Por citar un ejemplo, enJapón pervive el shou-sugi-ban, una técnica tradi-cional consistente en quemar superficialmentemadera de sugi (Cryptomeria japonica) para realizarenvolventes de madera con una elevada durabilidad.

En el ámbito científico, los efectos del tratamientotérmico de la madera comienzan a estudiarse en losaños 20 del siglo pasado y ya en la década de losaños 30 se comprueban importantes reducciones dela higroscopicidad de la madera tras su calenta-miento en atmósferas de diferentes gases. A finalesdel siglo XX, diversas tecnologías comerciales estándisponibles en países como Finlandia, Alemania,Holanda o Francia.

La madera modificada térmicamente o madera ter-motratada, consiste en someter a la madera a untratamiento térmico, con temperaturas a menudocomprendidas entre los 180 y 260ºC, en una atmós-fera inerte o con un bajo contenido en oxígeno. Laforma en la que se consigue esta atmósfera distin-gue las principales tecnologías disponibles que,básicamente, emplean nitrógeno, aceites vegetales,vapor de agua o una atmósfera de vacío.

5. Madera modificada

Figura 4. Los fenómenos de hinchazón y merma de la made-ra se producen porque los componentes de la pared celularcontienen, entre otros, grupos hidroxilo (-OH) capaces defijar las moléculas de agua (H2O) existentes en el ambientea través de enlaces de puente de hidrógeno. En la figura serepresenta una secuencia idealizada de hinchazón.

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El termotratamiento modifica de forma permanentela composición química de la madera (en particularde la hemicelulosa) y, en consecuencia, la estructurade la pared celular. Estos cambios producen altera-ciones significativas de las propiedades del material.

Entre los principales cambios experimentados por lamadera destaca la disminución de su humedad deequilibrio higroscópico y, en consecuencia, la mejorade su comportamiento frente a las variaciones dehumedad. Asimismo, la durabilidad natural frente alos hongos e insectos xilófagos mejora considerable-mente, lo que no ocurre en el caso de las termitas. Laconductividad térmica disminuye mejorando el ais-lamiento del material. El color de la madera se oscu-rece y sustancias como las resinas son eliminadas.

La densidad disminuye, así como varias propiedadesmecánicas como la resistencia a la flexión, el módu-lo de elasticidad o la resistencia al impacto. Asimis-mo, el mecanizado posterior de la madera requiereprecauciones especiales y se recomienda emplearsistemas de fijación de acero inoxidable. En el casode emplear adhesivos o acabados, se deberá tener encuenta las nuevas características del material encuanto a su higroscopicidad.

La mejora en la estabilidad dimensional contribuye aprolongar el mantenimiento de los acabados decora-tivos cuando se emplea en aplicaciones al exterior.No obstante, en caso de instalarse desnuda, elaspecto de la madera se verá afectado con rapidezpor la radiación ultravioleta.

El grado de variación de las propiedades depende dela tecnología empleada, de la especie de madera, dela temperatura alcanzada durante el proceso, etc.,por lo que cada fabricante debe suministrar las espe-cificaciones técnicas de su producto concreto.

El método de tratamiento más habitual se desarrollóen los años 90 en el centro tecnológico finlandés VTTy consiste en someter a la madera a una temperatu-ra mínima de 180ºC en una atmósfera de vapor. Elproceso, comercializado bajo la marca ThermoWo-od®, es propiedad de la International ThermowoodAssociation (ITA) y tiene lugar en tres etapas princi-pales con una duración total próxima a los dos días(Finnish Thermowood Association, 2003).

Inicialmente, empleando calor y vapor de agua, la tem-peratura se incrementa rápidamente hasta unos 100ºCy, posteriormente, hasta los 130ºC. Al final de esta faseel contenido de humedad de la madera es casi 0.

En una segunda fase, la temperatura alcanza el obje-tivo de tratamiento deseado (185-215ºC) y se man-tiene durante 2 o 3 horas dependiendo de la aplica-ción final.

Finalmente, la temperatura se reduce mediante pul-verizadores de agua y, al alcanzar los 80-90ºC, tienelugar un reacondicionamiento para dejar la maderacon un contenido de humedad final del 4-7%.

Existen dos tratamientos estándar denominadosThermo-S y Thermo-D.

En el tratamiento Thermo-S se alcanza una tempera-tura de 190ºC en el caso de las coníferas. La letra “S”,que define el tratamiento, hace referencia a la estabi-lidad (stability) del producto que, junto con el aspectode la madera, son dos de las principales propiedadesconferidas por el proceso. La durabilidad natural de lamadera frente a los hongos xilófagos alcanza unacategoría 3 (medianamente durable) y la mayor partede las aplicaciones se encuentran en interiores.

En el tratamiento Thermo-D se alcanza una tempera-tura de 212ºC en el caso de las coníferas. La letra “D”hace referencia a la durabilidad (durability) del pro-ducto que alcanza una categoría 2 (durable) frente alos hongos de pudrición La estabilidad también mejo-ra con el incremento de la temperatura por lo que lamadera tratada mediante este proceso suele desti-narse a aplicaciones de exterior. El color es más oscu-ro y la densidad y algunas propiedades mecánicasdisminuyen en relación al tratamiento “S”.

La especificación técnica CEN/TS 15679 “Maderamodificada térmicamente. Definiciones y característi-cas” incorpora un anejo con las características de lamadera modificada térmicamente elaborada median-te un procedimiento estándar comercial.

Especie

Humedad de equilibrio higroscópico a 20ºC

Disminución de la densidaddurante el tratamiento

Durabilidad natural frente a los hongos de pudrición

(EN 350-2)HR 30% HR 65% HR 95%

Pinus sylvestrissin tratar 7-9% 12-14% 22-24% 3-4

Pino MMT utilización interior 5-6% 7-8% 14-16% 5-7% 3

Pino MMT utilización exterior 4-5% 6-7% 12-13% 8-10% 2

Picea abies sin tratar 7-9% 12-14% 22-24% 4

Picea MMT utilización interior 5-6% 7-8% 13-14% 5-7% 3

Picea MMT utilización exterior 4-5% 6-7% 11-12% 8-10% 2

Tabla 9. Propiedades de referencia de la madera modificada térmicamente(MMT) elaborada mediante un procedimiento de fabricación estándar comercial.

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En el año 2010, existían 30 plantas de modificacióntérmica en Europa con una capacidad conjunta deunos 300.000 m3 (EUWID, 2010). Como referencia,los 11 fabricantes agrupados en la ITA produjeron122.000 m3 en el año 2012, siendo el pino silvestre(47%) y el abeto rojo (47%) las principales especiesmodificadas térmicamente. El tratamiento Thermo-D constituyó el 86% del producto comercializado(International Thermowood Association, 2012).

En España, se ha iniciado recientemente la produc-ción de madera modificada térmicamente de pinoradiata y, en menor medida, de eucalipto, roble,fresno, etc.

El rango de aplicaciones de la madera termotratadadebe tener en cuenta la influencia del tratamientoen la reducción de las propiedades mecánicas delmaterial (normalmente, más acusado en las conífe-ras que en las frondosas). Entre otras opciones, des-taca su empleo en revestimientos de interior y,sobre todo, de exterior, entarimados de interior,pavimentos de exterior de uso doméstico, mobiliariode sauna, elementos de mobiliario urbano, etc.

5.3 MADERA ACETILADA

En esencia, la modificación química de la maderaconsiste en producir una reacción química que per-mita formar enlaces estables (covalentes) entrecomponentes de la pared celular y un reactivo quí-mico (Rowell y Konkol, 1987).

En el caso de la acetilación, la reacción químicatransforma grupos hidroxilo en grupos acetilomediante un tratamiento que impregna la maderacon anhídrido acético, generando ácido acéticodurante la reacción, que puede ser transformado enanhídrido acético y reciclado en el propio proceso(figura 5).

En el año 1928 se logra acetilar madera en Alema-nia y en 1945 ya se conoce su efecto sobre la mejo-ra de la durabilidad y estabilidad de la madera. Apesar de que la primera patente data del año 1930,sólo a finales de los 80 se inicia la producción apequeña escala en Japón para producir pavimentosde madera (Rowell et al, 2008).

Posteriormente, en el año 2007 se inicia la produc-ción industrial en Holanda con una planta que dis-pone de una capacidad de 40.000 m3 y empleacomo materia prima madera de pino radiata (Pinusradiata).

La acetilación no suele suponer un cambio signifi-cativo de la mayor parte de las propiedades mecáni-cas, por lo que el material mantiene sus posibilida-des de empleo estructurales. La madera acetilada depino radiata de uso estructural está clasificadacomo C-24 (Accoya, 2012).

La acetilación no suele suponer un cambio signifi-cativo de la mayor parte de las propiedades mecáni-cas, por lo que el material mantiene sus posibilida-des de empleo estructurales. La madera acetilada depino radiata está clasificada estructuralmente comoC-24 (Accoya, 2012).

La tabla10 presenta las propiedades de la maderaacetilada de pino radiata.

Las principales aplicaciones comerciales se encuen-tran en las clases de uso 3 y 4, con elementos comoventanas, mobiliario urbano, fachadas, entarimadosde exterior, mobiliario de jardín, aplicaciones encontacto con agua dulce, puentes y pasarelas,mobiliario infantil, esculturas al exterior, etc.

Tabla 10. Propiedades de la madera acetilada

Especie

Durabilidadfrente a loshongos depudrición (EN 350-2)

HEH20ºC /65%HR

Máximomov (%)*

Densidad kg/m3

Pino radiata acetilado 1 3-5% 1,5 510

* Los valores del máximo movimiento se calculan midiendo la hinchazóntangencial de la madera desde el estado seco hasta el estado saturado en agua. Fuente: Accoya (2011)

Figura 5. Esquema del proceso de acetilación de la madera.La reacción química transforma grupos hidroxilo en gruposacetilo mediante un tratamiento realizado en autoclaveque impregna la madera con anhídrido acético, generandoácido acético.

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De entre las aplicaciones estructurales sobresalenlos dos puentes de tráfico pesado elaborados conmadera acetilada y laminada de pino radiata yconstruidos en los años 2008 y 2010 en la ciudad deSneek (Holanda). Los puentes, con una longitud de32 m y una anchura de 12 m, han sido diseñadospara soportar cargas de hasta 60 toneladas. Su vidade servicio superará los 80 años.

Otro proyecto destacable, tanto por su estéticacomo por las exigencias en cuanto a durabilidad, esel puente de Moisés (Moses bridge) que sirve deacceso a los visitantes de una fortaleza holandesadel siglo XVII. El puente se integra perfectamente enel entorno, al atravesar un foso de agua del queapenas sobresale y continuar su camino ascendentea través de un talud de tierra en el que se encajona.

Durante los próximos años , está previsto incremen-tar considerablemente la capacidad de producciónde madera acetilada. Asimismo, la gama de produc-tos y aplicaciones continúa expandiéndose con elinicio de la fabricación, en el año 2011, de tableros apartir de fibras acetiladas y, en el año 2012, demadera acetilada de aliso.

5.4 MADERA FURFURILADA

Los primeros intentos de furfurilar la madera se pro-ducen durante los años 50 del siglo XX. Tras lasinvestigaciones desarrolladas durante los años 80 y90 en la Universidad de New Brunswick (Canadá), laprimera planta industrial inicia su producción en elaño 2009, en Noruega, con una capacidad de25.000 m3.

La furfurilación de la madera es un proceso basadoen su tratamiento con alcohol furfurílico. Este alco-hol se produce a partir del furfural, un aldehídoindustrial derivado de subproductos de la agricultu-ra como la caña de azúcar, el maíz, los girasoles o eltrigo (Malmanger, 2003).

El tratamiento se realiza en autoclaves de vacío pre-sión, al que siguen varias etapas durante las que seproduce un secado intermedio y la polimerizaciónde los productos químicos en las células de la made-ra, finalizando con un secado final y el tratamientode las emisiones producidas.

Al igual que en el caso de la acetilación, el efectodel tratamiento puede expresarse en función delincremento de la densidad, que es un indicador de laretención conseguida y, en consecuencia, del núme-ro de polímeros de furano existentes.

La furfurilación mejora considerablemente lahigroscopicidad de la madera y, al mismo tiempo,incrementa su densidad y su dureza. Las propieda-des mecánicas tienden a incrementarse excepto laresistencia al impacto y el color de la madera seoscurece.

Con una retención adecuada, la madera furfuriladapuede alcanzar la máxima categoría existente dedurabilidad natural (clase 1, muy durable) frente alos hongos de pudrición, según la norma UNE-EN350-2. Análogamente, la durabilidad frente a lastermitas se incrementa considerablemente.

Las principales especies comercializadas son el pinosilvestre, los pinos amarillos del sur de Estados Uni-dos (southern yellow pine), el pino radiata y lamadera de arce. Esta última especie se destina a laelaboración de cubiertas de embarcaciones, comoalternativa a la madera de teca.

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La tabla 11 presenta algunas propiedades de refe-rencia de la madera furfurilada de pino silvestre ypinos amarillos del sur de EE.UU.

Las aplicaciones comerciales se encuentran en car-pintería de exterior, mobiliario urbano y de jardín,fachadas, entarimados de exterior, cubiertas deembarcaciones marinas, elementos estructurales, etc.

BIBLIOGRAFÍA

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NORMATIVA

UNE-CEN/TS 15679:2009 Madera modificada térmicamente. Defi-niciones y características.

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Especie

Durabilidadfrente a loshongos depudrición (EN 350-2)

DurezaMonin

Máximomov(%)**

Densidad kg/m3

Pino silvestre 3-4 2 8 530

Pino silvestreFurfurilado 1-2 2,5-4,5 4-6 600-680

Pino amarillodel Sur (SYP) 3 3 8-10 510

SYPFurfurilado 1-2 4,5 4-5 700

*Los valores de durabilidad de las especies sin tratar se refieren a la madera de duramen, mientras que los valores de las especies furfuriladas se refieren a la madera de albura.** Los valores del máximo movimiento se calculan midiendo la hinchazón tangencial de la madera desde el estado seco hasta el estado saturado en agua.Fuente: Kebony ASA. Product Datasheet . Item 1030. 2011

Tabla 11. Propiedades de la madera furfurilada

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6.1 INTRODUCCIÓN

La norma UNE-EN 460 establece procedimientos paraseleccionar los requisitos de durabilidad natural exigi-bles a una especie de madera para permitir su empleoen una clase de uso determinada. Estos requisitosdeben comprobarse, de manera independiente, paracada uno de los agentes xilófagos.

Posteriormente, en el apartado de toma de decisiones,se incluyen varios ejemplos donde se analiza si ladurabilidad natural de diversas especies de madera essuficiente frente a los agentes xilófagos presentes endistintas clases de uso.

6.2 DURABILIDAD NATURAL ANTE LOS DISTINTOSORGANISMOS XILÓFAGOS

6.2.1 Hongos xilófagos

En la tabla 12 se incluye una orientación sobre lasposibilidades de empleo de una especie de madera enuna clase de uso, considerando su durabilidad naturalfrente a los hongos xilófagos.

En una clase de uso 1, el contenido de humedad de lamadera maciza es tal que el riesgo de ataque porhongos xilófagos es insignificante. Por ese motivo, nose exige ningún requisito especial en cuanto a ladurabilidad natural de la madera empleada.

Las recomendaciones de tratamiento protector se ini-cian a partir de una clase de uso 2, en el caso deemplear especies de madera que contengan albura ocuya durabilidad natural sea de las categorías 4 (pocodurable) o 5 (no durable). En estos casos, el Docu-

mento Básico de Seguridad Estructural – Madera delCódigo Técnico de la Edificación (CTE) señala que loselementos estructurales de madera instalados en unaclase de uso 2 deberán recibir un tratamiento super-ficial con un producto insecticida y fungicida.

La versión en vigor de la norma UNE-EN 460, no dis-tingue entre las clases de uso 3.1 y 3.2, por lo que lasrecomendaciones sobre las necesidades de realizar untratamiento, o no, en una clase de uso 3 son particu-larmente ambiguas.

La mayor parte de las coníferas empleadas en made-ra estructural, se comercializan con albura, por lo quesu durabilidad natural no sería suficiente para permi-tir su empleo en una clase de uso 2. En este caso seencuentran los pinos de uso más habituales en Espa-ña (silvestre, laricio, pinaster, radiata), el abeto (Abiesalba), el abeto rojo o picea (Picea abies), etc.

Algunas empresas suministran madera de coníferas(pino silvestre, pino oregón, alerce, cedro rojo delPacífico, etc) formada exclusivamente por duramen.Normalmente, estas especies tienen una durabilidadnatural frente a los hongos xilófagos que permitiríasu empleo en una clase de uso 3.1. En determinadoscasos, puede ser necesario añadir un tratamientoprotector en función de la durabilidad natural de laespecie (clase 3 o 4) y su permeabilidad.

Lógicamente, la decisión de emplear, o no, una espe-cie en una determinada clase de uso está vinculada ala vida de servicio esperada. En la tabla 8 puede con-sultarse la durabilidad teórica media que puedealcanzar el duramen de dichas especies en una clasede uso 3.1. De la tabla se deduce que una fachada,por ejemplo, con un diseño constructivo adecuado(clase de uso 3.1) y elaborada con madera de dura-men de alerce (Larix decidua) o de cedro rojo delPacífico (Thuja plicata) alcanzará una vida útil deentre 50 y 100 años.

El duramen de diversas especies de madera tropicalpresenta una durabilidad natural frente a los hongosxilófagos que permitiría su empleo sin ningún tipode protección en una clase de uso 4. Entre las espe-cies más habituales en el comercio figuran, el elondo(Erythrophleum spp.), el ipé (Tabebuia spp), la maça-randuba (Manilkara spp)., el angelim vermelho (Dini-zia excelsa), la tatajuba (Bagassa spp), el cumaru(Dypterix spp.), el wenge (Millettia laurentii), etc.

6. Especificaciones de durabilidad natural de lamadera para su utilización según las clases de uso

Clase de usoClase de durabilidad natural (madera de duramen)

frente a hongos xilófagos1 2 3 4 5

1 0 0 0 0 02 0 0 0 (0) (0)3 0 0 (0) (0)-(x) (0)-(x)4 0 (0) (x) X X5 0 (x) (x) X X

Tabla 12. Hongos xilófagos. Clases de durabilidad de las espe-cies de madera adecuadas según su empleo en las clases de uso.

0 Durabilidad natural suficiente.(0) Durabilidad natural normalmente suficiente pero en la que puede ser

recomendable un tratamiento protector para determinados usos.(0)-(x) La durabilidad natural puede ser suficiente, pero puede ser necesario

un tratamiento protector según la especie de madera, su permeabili-dad y su uso.

(x) Se recomienda normalmente la aplicación de un tratamiento protec-tor, pero para ciertos usos la durabilidad natural puede ser suficiente.

X Tratamiento protector necesario.

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Comentar por último que en las obras de rehabilita-ción estructural en las que se hubieran detectadoataques previos por agentes xilófagos, el CTE señalaque se deberán incrementar los niveles de proteccióncorrespondientes a las clases de uso normales en unacategoría.

6.2.2 Insectos de ciclo larvario

Diversas especies de insectos de ciclo larvario (anó-bidos, líctidos, cerambícidos) son habituales enEspaña, si bien el riesgo de ataque varía fuertemen-te, desde insignificante a muy importante. La normaUNE-EN 460 recomienda, siempre que sea posible,consultar a expertos locales o regionales para infor-marse sobre el riesgo de ataque por estos coleópte-ros xilófagos.

En España, el CTE no considera obligatorio la protec-ción de un elemento estructural de madera situadoen una clase de uso 1, si bien recomienda aplicar untratamiento superficial con un producto insecticida.En condiciones normales de obra nueva, el CTE con-sidera que la probabilidad de un ataque de insectosde ciclo larvario es muy reducida, si no se producencircunstancias especiales como la existencia de ata-ques previos (caso que se contempla de forma sepa-rada) o el aporte de madera infestada.

Las exigencias de tratamiento protector se inician apartir de una clase de uso 2, en el caso de emplearespecies de madera que contengan albura clasifica-da como sensible (S) por la norma UNE-EN 350-2. Lomismo es aplicable a aquellas especies que conten-gan duramen clasificado como SH (duramen tam-bién sensible) frente a algunos insectos como es elcaso de la picea (Picea abies), el abeto blanco (Abiesalba) o el pino radiata (Pinus radiata).

En condiciones de servicio en las que exista un ries-go de ataque significativo, que conlleve una pérdidade resistencia inaceptable o una degradación visual,las especies de madera clasificadas como “sensibles”por la norma UNE-EN 350-2 deberán tratarse con unproducto protector. Un ejemplo de dichas situacio-nes, en la que se incidirá más adelante, lo constitu-yen aquellas obras de rehabilitación donde se hayandetectado ataques previos.

6.2.3 Termitas

Al igual que en el caso anterior, el CTE no estimanecesario ningún tipo de protección para un elementoestructural de madera situado en una clase de uso 1,si bien recomienda aplicar un tratamiento superficialcon un producto insecticida.

En situaciones de servicio en las que exista un riesgosignificativo de ataque por termitas (como las obrasde rehabilitación estructural en las que se hubierandetectado ataques previos), la norma UNE-EN 460señala que sólo debería utilizarse sin tratamiento lamadera de duramen de las especies de madera clasifi-cadas como durables (D) o medianamente durables(M) según la norma UNE-EN 350-2. La elección entreambas opciones depende de requisitos como la tomade medidas de protección adicionales, el diseño cons-tructivo, la vida de servicio esperada o las posiblesconsecuencias en caso de rotura.

La única especie de madera cultivada en Europa (seintrodujo desde EE.UU en el siglo XVII) y clasificadacomo durable frente a la acción de las termitas es larobinia (Robinia pseudoacacia). Entre las frondosaseuropeas consideradas medianamente durables seencuentran el roble (Quercus robur) y el castaño (Cas-tanea sativa). Por su parte, diversas especies de made-ra tropical son durables frente a las termitas como elazobe (Lophira alata), afzelia (Afzelia spp.), moabi(Baillonella toxisperma), walaba (Eperua falcata), lou-ro vermelho (Ocotea rubra), etc.

En realidad, dadas las particularidades de las termitassubterráneas, la elección de una madera con mayor omenor durabilidad debe complementarse con otrasmedidas que permitan poder proteger adecuadamen-te un edificio.

En Francia, el parlamento aprobó en el año 1999una ley anti-termitas (Ley 99-471) que sufrió poste-riores modificaciones en los años 2000 (Decreto2000-613), 2006 y 2010.

Actualmente, para proteger una nueva edificaciónen una zona termítica en Francia, es obligatorioestablecer una barrera, entre el suelo y los cimien-tos del edificio, que impida el acceso de las termitassubterráneas. Esta barrera puede ser física (mallasde acero inoxidable o lechos de arena con unavariedad de granito que impide el acceso de las ter-mitas) o físico química (láminas plásticas o textilesimpregnadas en un biocida).

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Con respecto a los elementos estructurales demadera que se instalen en la nueva edificación, secontemplan tres posibilidades diferentes. Es posibleemplear una especie clasificada como durable fren-te a la acción de las termitas, utilizar una especie demadera tratada químicamente para otorgarle ladurabilidad necesaria y, finalmente, puede emplear-se una especie sin durabilidad ni tratamiento, siem-pre que sus cuatro caras sean visibles para detectarun posible ataque y, en caso de ser necesario, puedaser reemplazada con facilidad (Jermannaud, 2011).

En cuanto a la termita de madera seca (Cryptoter-mis brevis) presente en las Islas Canarias, Martínez(1956) cita diversas especies consideradas durablescomo la caoba (Switenia mahogani), roble (Quercusrobur), robinia (Robinia pseudoacacia), azobe(Lophira alata), iroko (Millicia spp), padouk (Ptero-carpus soyauxii), elondo (Erythrophleum ivorense),nvero (Lovoa klaineana), etc.

En España, si no se dispone de información adicio-nal, es conveniente considerar la existencia de ter-mitas subterráneas del género Reticulitermes, siem-pre que se prescriba madera en contacto con el sue-lo (clase de uso 4). El anejo D, presenta una relaciónde especies con una durabilidad natural adecuadapara su empleo en una clase de uso 4.

6.2.4 Xilófagos marinos

En situaciones de servicio en las que exista un ries-go significativo de ataque por xilófagos marinossólo podría utilizarse sin tratamiento la madera deduramen de las especies de madera clasificadascomo durables (D) o medianamente durables (M)según la norma UNE-EN 350-2. La elección entreambas opciones depende de requisitos como la fun-ción final, vida de servicio esperada y posibles con-secuencias en caso de rotura.

La norma incluye una relación de especies de made-ra con una buena durabilidad frente al ataque porxilófagos marinos. Entre las especies consideradasdurables se incluyen el angélique (Dycorinia guia-nensis, Dycorinia paraensis) y el greenheart (Ocotearodiaei) y, entre las medianamente durables, la afro-morsia (Pericopsis elata), el azobe (Lophira alata), labilinga (Nauclea diderrichii, Nauclea gilletii), elsapelli (Entandophragma cylindricum) y la teca(Tectona grandis).

Desde la edición de la norma en el año 1995, otrosautores (Vernay y Fouquet, 2000) han elaborado unarelación de especies con una buena durabilidadnatural frente a los xilófagos marinos que puedenconsultarse en el anejo D.

BIBLIOGRAFÍA

Jermannaud, A. (2011). Termitas en Francia: nuevas regulaciones parala protección de las construcciones nuevas y el control de las infesta-ciones existentes. VI Congreso Nacional de Protección de la Madera.CIDEMCO-Tecnalia, San Sebastian, 7 pp.

Martínez, J.B. (1957). Termes de madera seca (Cryptotermes brevis) enlas islas Canarias. Revista Montes, 75, pp 147-161.

Vernay, M., Fouquet D. (2000). Essences tropicales à forte durabiliténaturelle. Bois et forêts des tropiques, 264, pp 73-76.

NORMATIVA

Código Técnico de la Edificación (CTE). Documento Básico de Seguri-dad Estructural. Estructuras de Madera (2009). Ministerio de Vivien-da, Madrid, 126 pp.

Décret n° 2000-613 du 3 juillet 2000 relatif à la protection desacquéreurs et propriétaires d'immeubles contre les termites.

LOI n° 99-471 du 8 juin 1999 tendant à protéger les acquéreurs etpropriétaires d'immeubles contre les termites et autres insectes xylo-phages.

prEN 335:2012. Durability of wood and wood based products. Useclasses: definitions, application to solid wood and wood based panels.

UNE-EN 350-2:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía de la durabilidad natural y de la impregnabilidad deespecies de madera seleccionadas por su importancia en Europa.

UNE-EN 460:1995. Durabilidad de la madera y de los materiales deri-vados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza. Guía deespecificaciones de durabilidad natural de la madera para su utiliza-ción según las clases de riesgo.

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7.1 INTRODUCCIÓN

Cuando se requiera realizar un tratamiento protec-tor de la madera, su eficacia se establece en funciónde los requisitos de penetración y retención del pro-ducto protector.

La penetración se define como la profundidad míni-ma que deben alcanzar en la madera las sustanciasactivas del producto protector. La norma UNE-EN351-1 define seis clases de penetración recogidasen la siguiente tabla.

La retención es la cantidad de producto protectorque debe retener la madera. Se expresa en gramosde producto por metro cuadrado, para los trata-mientos superficiales y, en kilogramos de productopor metro cúbico, para los procedimientos deinmersión o autoclave. Esta cantidad se correspondecon el valor crítico obtenido mediante ensayos bio-lógicos, frente a los distintos xilófagos, realizadossegún la norma UNE-EN 599-1 para una clase deuso determinada.

En el caso de los elementos estructurales de maderaaserrada o de elementos encolados de madera(madera laminada encolada, dúos, tríos, etc.), elDocumento Básico de Seguridad Estructural - Made-ra del Código Técnico de la Edificación (CTE) estable-ce un sistema simplificado que define la penetraciónrequerida para su empleo en cada clase de uso.

La penetración puede relacionarse con el método detratamiento (pincelado, autoclave, etc.) y el tipo deproducto a aplicar (protector decorativo, sal hidro-soluble, etc.), aspectos en los que se profundiza enotro apartado. De esta forma, una vez definida laespecie de madera, la clase de uso y la penetraciónrequerida, la empresa que realice el tratamientoespecificará la retención necesaria en función de losensayos de eficacia del producto concreto empleado.

El CTE no incluye valores sobre la retención requeri-da para proteger la madera en las distintas clases deuso. Dada la variedad de productos existentes y surápida evolución, se ha propuesto desarrollar nor-mas UNE que incluyan estos valores tanto para pro-ductos estructurales de madera, como para otrasaplicaciones como elementos de carpintería o usosagrícolas. Previsiblemente, en el futuro, el CTE haráreferencia a estas normas, que pueden modificarsecon agilidad cuando sea necesario.

Dentro de una misma clase de uso, los valores deretención pueden variar según los riesgos particula-res existentes en cada localización geográfica. Así,la retención requerida por un poste de madera queesté en contacto con el suelo puede ser diferente enEspaña y en los países nórdicos donde no existentermitas subterráneas.

En España, el registro de plaguicidas de uso ambien-tal y en la industria alimentaria de la SubdirecciónGeneral de Sanidad Ambiental y Salud Laboral delMinisterio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdadpresenta, para cada protector, información sobre sucomposición, los ensayos de eficacia realizados porel fabricante y las clases de uso en que puede serusado. El registro, sin embargo, no incluye los valo-res de retención, por lo que será necesario acudir alos informes de eficacia aportados por cada fabri-cante, que el registro español considera válidos parasu empleo en nuestro país.

Adicionalmente, puede consultarse el registro de lamarca de calidad que concede en Francia, el InstitutTechnologique Forêt Cellulose Bois-ConstructionAmeublement (FCBA). En Francia están presenteslos mismos organismos xilófagos que en España, porlo que los valores de retención para los distintosproductos protectores pueden asimilarse a los nece-sarios en nuestro país. Estos valores son públicos ypueden consultarse en www.ctbpplus.fr

Dentro de la clase de uso 4, el FCBA distingue unaclase de retención denominada 4SP asociada aaquellos tratamientos que garanticen una durabili-dad igual o superior a 25 años.

7. Tipos de protección frente a agentes bióticos

Tabla 13. Clases de penetración

Clase Requisitos Observaciones

NP1 Ninguno

NP2 Al menos 3 mm en las caras laterales en la albura

NP3 Al menos 6 mm en las caras laterales en la albura

NP4 Al menos 25 mm en las caras laterales

Se aplicaría sólo a lamadera en rollo de espe-cies no impregnables

NP5 Penetración total en la albura

NP6Penetración total en la albura y,al menos, 6 mm en la madera de

duramen expuesta.

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7.2 ELECCIÓN DEL TIPO DE PROTECCIÓN FRENTE AAGENTES BIÓTICOS

Los elementos estructurales de madera deben estarprotegidos de acuerdo con la clase de uso en la quese instalen, bien mediante la propia durabilidadnatural de la especie de madera seleccionada (UNE-EN 350-2) o bien a través de la durabilidad conferi-da mediante un tratamiento protector.

Cuando sea necesario realizar un tratamiento pro-tector, la tabla 14 indica el tipo de protección exigi-do por el CTE para los elementos estructurales demadera, en función de la clase de uso.

Se realizan algunos comentarios sobre el contenidode la tabla 14.

El CTE no considera obligatorio la protección de unelemento estructural en una clase de uso 1, si bienrecomienda la aplicación de un tratamiento superfi-cial con un producto insecticida. Esta recomenda-ción conlleva que, en condiciones normales de obranueva, la probabilidad de ataques es muy reducidasi no se producen circunstancias especiales como laexistencia de ataques previos (caso que se contem-pla de forma separada) o el aporte de madera infes-tada.

Otros países realizan propuestas similares. Porejemplo, en Alemania, la norma DIN 68800-3 definediversas situaciones en las que la madera estructu-ral empleada en una clase de uso 1, no requiereningún tratamiento protector.

Una de ellas se aplica a aquellos elementos en losque la albura no suponga un 10% del volumen de lapieza, por lo que su degradación no conllevaría unproblema estructural. En otro caso, la madera seinstala de forma que su superficie queda visible yaccesible por tres de sus caras, de forma que, encaso de producirse algún ataque, sea posible detec-tarlo e intervenir en su etapa inicial.

En la clase de uso 2, es conveniente distinguir si elelemento estructural está formado por maderamaciza o por elementos encolados como la maderalaminada, con un comportamiento más estable. Enel caso de emplear madera maciza, se recomiendaelevar el nivel de penetración hasta una clase NP2,debido al mayor riesgo de aparición de fendas desecado, casi inevitable si elaboramos, por ejemplo,una estructura de cubierta empleando vigas enteri-zas o madera aserrada de gran escuadría.

Con los climas continentales habituales en España,es inevitable la aparición de fendas sobre las super-ficies horizontales de madera, situadas en una clasede uso 3.2, que retengan el agua de lluvia. Estasfendas pueden profundizar en el interior del ele-mento de madera más allá de los 6 mm de protec-ción especificados por el CTE (NP3), alcanzandozonas sin producto protector donde se acumulará elagua de las futuras precipitaciones, propiciando asíun ambiente favorable para el desarrollo de los hon-gos de pudrición.

Por ello, en estas situaciones, la norma prEN 335recomienda considerar en una clase de uso 4 lasituación de los elementos que, sin estar en contac-to directo con la tierra o con agua dulce, acumulanagua de forma continuada.

También es recomendable asignar una clase de usosuperior cuando los elementos de madera sean dedifícil acceso, o cuando las consecuencias de surotura fueran especialmente graves. En estos casos,es más adecuado utilizar una madera más durable oaplicar un tratamiento protector más riguroso delque normalmente se emplearía para la clase de usoen cuestión.

Tabla 14. Elección del tipo de protección

Clase de uso Nivel de penetración Observaciones

INTERIOR1 NP1 (1) Sin exigencias

específicasTodas las caras debenhaber sido tratadas

2 NP1 (2), (3)Sin exigencias específicas

Todas las caras debenhaber sido tratadas

EXTERIOR

3.1 NP2 (3)Al menos 3 mm

en la albura de todaslas caras de la pieza

3.2 NP3(4)Al menos 6 mm

en la albura de todaslas caras de la pieza

4NP4

Al menos 25 mm enlas caras laterales

Sólo se aplica a lamadera en rollo de espe-cies no impregnables

NP5 100% albura

MARINO 5 NP6 (4)100% albura y, al menos, 6 mm en la zona de

duramen expuesta

1 Se recomienda un tratamiento superficial con un producto insecticida2 El elemento de madera deberá recibir un tratamiento superficial con un producto

insecticida y fungicida.3 Los elementos situados en cubiertas ventiladas se asignarán a la clase de uso 2. En

cubiertas no ventiladas, se asignarán a la clase 3.1, salvo que se incorpore unalámina de impermeabilización, en cuyo caso se asignarán a la clase de uso 2. Asi-mismo, se considerarán de clase 3.1 aquellos casos en los que en el interior deedificaciones exista riesgo de generación de puntos de condensación no evita-bles mediante medidas de diseño y evacuación de vapor de agua.

4 Las maderas no durables naturalmente empleadas en estas clases de uso deberánser maderas impregnables (clase 1 de la norma UNE-EN 350-2).

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Dentro de la clase de uso 4, el CTE contempla la posi-bilidad de tratar rollizos de madera de especies noimpregnables, siempre que se alcance una penetra-ción de, al menos, 25 mm en las caras laterales (NP4).En la práctica, debe evitarse esta situación emplean-do rollizos elaborados con especies impregnables tra-tados en profundidad (NP5).

Asimismo, en el caso de elementos estructurales demadera en contacto con el suelo, es posible matizarlas recomendaciones del CTE en función de la durabi-lidad natural de la madera seleccionada.

Como referencia, la normativa australiana (AS1604.1) distingue dos situaciones:

Si se emplea una especie de madera con una durabi-lidad natural de la clase 1 (muy durable) o 2 (dura-ble), se considera suficiente alcanzar un nivel depenetración NP5 (100% de la albura tratada).

Cuando se emplea una especie de madera con unadurabilidad natural de la clase 3 (medianamentedurable) o 4 (poco durable), el producto protectordeberá alcanzar una penetración mínima de 20 mmen todas las caras de la pieza de madera aserrada odel rollizo.

Adicionalmente, en el caso de la madera aserradaelaborada con especies cuya durabilidad natural seade la clase 3 o 4, se permite la presencia de duramenno tratado siempre que no suponga un 20% de lasección transversal de la pieza, no ocupe más del50% de las superficies sobre las que se manifiesta yno profundice en más de un 50% desde una de lascaras a la contraria.

A su vez, el CTE establece varias consideraciones aesta propuesta general que se comentan a continua-ción:

7.2.1 Precauciones durante el transporte, manipu-lación y montaje

Durante el transporte, manipulación y montaje de loselementos estructurales de madera, éstos no deberánquedar expuestos a una clase de uso superior a laprevista en sus condiciones de servicio finales. Si estono fuese posible deberá proporcionarse una protec-ción adicional que cubra el riesgo existente.

7.2.2 Empleo de especies difícilmente impregnables

Algunas especies de coníferas frecuentemente utili-zadas en construcción como la pícea o abeto rojo(Picea abies), el cedro rojo (Thuja plicata) y, enmenor medida, el abeto blanco (Abies alba), sondifícilmente impregnables (salvo con procedimien-tos especiales). En estos casos, el fabricante garan-tizará que la especie a tratar es compatible con eltratamiento en profundidad.

De las tres especies citadas por el CTE, la pícea oabeto rojo (Picea abies) es la que presenta un com-portamiento más crítico. Su albura no se distingueclaramente del duramen y está clasificada comopoco impregnable. Por su parte, el duramen no esimpregnable y está clasificado como no durablefrente a los hongos xilófagos, las termitas, y tam-bién frente a los anóbidos y cerambícidos.

En otros países europeos, es habitual emplearmadera de pícea en aplicaciones situadas en unaclase de uso 3.1, como una fachada de madera bienventilada y en disposición vertical. Estos casosdemuestran que, con un diseño constructivo ade-cuado, la reducida impregnabilidad de la madera depícea permite su uso en situaciones de humidifica-ciones intermitentes que debe considerarse su lími-te razonable de empleo.

En España, por el contrario, existen numerososejemplos de degradación prematura de elementosestructurales elaborados con madera de abeto rojo ysituados en una clase de uso 3.2 (al exterior, porencima del suelo, no protegido). Si bien es ciertoque muchos de estos elementos fueron instaladoscon un tratamiento superficial, sin recibir nunca unmantenimiento posterior del acabado aplicado, elcomportamiento observado constituye una claraadvertencia sobre las limitaciones de empleo delabeto rojo en nuestras condiciones climáticas.

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En la práctica, dichas especies no deben emplearseen clases de uso que requieran un nivel de penetra-ción elevado (NP3 y superiores) y para los que el CTEseñala que deben usarse especies impregnables.

Si se desea alcanzar un tipo de penetración NP5,deben emplearse coníferas, cuya albura sea impreg-nable, como los pinos marítimo (Pinus pinaster), sil-vestre (Pinus sylvestris), radiata (Pinus radiata), etc.En el anejo C puede consultarse una selección deconíferas incluyendo su durabilidad natural, suimpregnabilidad y el tamaño de su albura, según lanorma UNE-EN 350-2.

7.2.3 Protección de piezas de madera laminadaencolada

En el caso de proteger un elemento de madera lami-nada encolada para su empleo en una clase de uso 2,el tratamiento se realizará sobre la pieza terminada,después de las operaciones de mecanizado, para evi-tar que puedan quedar expuestas partes de la made-ra que no hayan recibido producto protector.

En el caso de protección para una clase de uso 3.1,el tratamiento protector podrá realizarse sobre lapieza terminada o sobre las láminas, previamente asu encolado.

En el caso de protección para una clase de uso 3.2 o4, el tratamiento protector se realizará sobre lasláminas previamente a su encolado. El fabricantedeberá comprobar que el producto protector escompatible con el encolado, especialmente cuandose trate de protectores orgánicos. Una forma decomprobar la compatibilidad entre el producto pro-tector y la línea de adhesivo es someter a la pieza demadera laminada, una vez tratada con el productoprotector, a un ensayo de integridad de las líneas deadhesivo conforme a la norma UNE-EN 391.

En los últimos años, se importa desde España unvolumen creciente de elementos de madera encola-da de coníferas para uso estructural (madera lami-nada encolada, dúos, tríos, etc.). A menudo, estoselementos son exportados sin recibir ningún trata-miento al desconocerse su destino final. Con lasespecificaciones del CTE, una vez en España, podríanrecibir un tratamiento adicional que permitiría suempleo hasta en una clase de uso 3.1.

7.2.4 Rehabilitación estructural

En las obras de rehabilitación estructural en las quese hubieran detectado ataques previos por agentesxilófagos, se deberán incrementar los niveles deprotección correspondientes a las clases de uso nor-males en una categoría. En estos casos se aplicarácomo mínimo:

A los nuevos elementos que se integren en la obra yque no posean una durabilidad natural suficientepara resistir los ataques detectados: al menos trata-miento superficial (NP2) de carácter insecticida yfungicida en función de las patologías observadas.En los casos en que se haya detectado ataques pre-vios por termitas, el tratamiento deberá ser en pro-fundidad (NP5), garantizándose que las cabezas delas vigas queden totalmente tratadas en una longi-tud de 50 cm. Además, si durante el proceso de colo-cación de la madera se realizase un retestado de lamadera ya tratada, deberá aplicarse in situ un trata-miento superficial en las testas (NP2), con un pro-ducto protector al menos con carácter insecticida.

Dado que el nido principal de las termitas subterrá-neas se localiza en el suelo, los tratamientos dedeterminados elementos estructurales no garanti-zan nunca la eliminación de la colonia, que puedeproseguir su actividad en las proximidades de loselementos tratados. Por ello, en el caso de un ata-que por termitas, debe valorarse la conveniencia delempleo adicional de tratamientos de barrera, desti-nados a proteger el conjunto del edificio, o de trata-mientos mediante sistemas de cebos destinados aerradicar la colonia.

En el caso de los elementos estructurales existentes,los tratamientos curativos de ataques activos dehongos de pudrición y termitas se realizaránmediante la inyección en profundidad (al menosNP5) de producto protector, para poder impregnaradecuadamente la zona de duramen.

Con independencia de las especificaciones del CTE,dada la diversidad de situaciones posibles, es impor-tante disponer de un diagnóstico profesional queidentifique los agentes causantes del daño, la inte-gridad estructural de los elementos afectados y eltratamiento requerido.

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En ocasiones, la presencia de ataques puede pasardesapercibida para el personal no especializado, loque sucede a menudo con las termitas subterráneas.En otros casos, como puede ocurrir con los hongosde pudrición, los ataques pueden ser muy localiza-dos y encontrarse ya inactivos, al haber sido origi-nados por infiltraciones puntuales de humedad pro-ducidas en el pasado.

En un capítulo posterior, se describen los tratamien-tos curativos más habituales en España.

7.3 TABLEROS ESTRUCTURALES DERIVADOS DELA MADERA

A diferencia de los productos de madera sólida, enel caso de los tableros derivados de la madera noexiste normativa europea que especifique sus nece-sidades de tratamiento.

El CTE se limita a señalar que, en el caso de empleartableros estructurales, se tendrán en cuenta lasespecificaciones recogidas en las respectivas nor-mas de producto, para su empleo en las distintasclases de servicio. Estas especificaciones establecenlas exigencias que debe cumplir el encolado paraemplear un tablero estructural en una clase de ser-vicio 1,2 y 3.

Por ello, los tableros estructurales deben asignarse auna de las tres clases de servicio definidas a conti-nuación, en función de las condiciones ambientalesprevistas.

En la clase de servicio 1, el contenido de humedadde los tableros no supera el que resultaría de suexposición a una temperatura del aire de 20ºC y unahumedad relativa que sólo exceda el 65% unaspocas semanas al año. En esta clase se encuentran,en general, los tableros estructurales de maderaexpuestos a un ambiente interior.

La clase de servicio 2 se caracteriza por un conteni-do de humedad en los materiales correspondiente auna temperatura de 20ºC y una humedad relativadel aire que solo exceda el 85% unas pocas semanasal año. Estas condiciones son muy similares a las dela clase de uso 2 y comprenden, en general, lostableros instalados cerca de cocinas, baños, falsostechos, armaduras, base de cubiertas de piscinas,etc.

La clase de servicio 3 se caracteriza por unas condi-ciones climáticas que conducen a unos contenidos dehumedad, superiores a los de la clase de servicio 2. Enesta clase se encuentran, en general, los tableros demadera expuestos a un ambiente exterior sin cubrir.

En la tabla 15 se indican los tipos de tablerosestructurales con una calidad de encolado apta parasu empleo en las distintas clases de servicio. Eldetalle de las propiedades y especificaciones decada tipo de tablero puede consultarse en otraspublicaciones (Arriaga et al., 2009).

En cuanto a su durabilidad, la norma UNE-EN 335-3profundiza en las particularidades de los distintostableros.

En el caso de los tableros madera-cemento, debido asu composición, el riesgo de ataque por organismosxilófagos es insignificante en todas las clases de uso.

Asimismo, como consecuencia de la estructura espe-cífica de los tableros de fibras, de partículas y devirutas orientadas (OSB), no hay riesgo de ataque porinsectos xilófagos, con excepción de las termitas.

Los tableros contrachapados pueden ser atacadospor insectos xilófagos aunque la probabilidad deataque está relacionada con el espesor y la durabili-dad de la especie de madera empleada para elaborarlas chapas. La norma experimental ENV 1099 inclu-ye un anexo informativo sobre los factores específi-cos relacionados con la durabilidad biológica del

Tablero Norma Tipo Clase de servicio

Madera maciza 1UNE-EN-12775

SWP1 1

SWP2 2

SWP3 3

TableroContrachapado UNE-EN-636

Clase 1 (seco) 1

Clase 2 (húmedo) 2

Clase 3 (exterior) 3

Virutas orientadas (OSB)

UNE-EN-300

OSB/2 1

OSB/3 2

OSB/4 3

Partículas UNE-EN 312

P4 1

P5 2

P6 (alta prestación) 1

P7 (alta prestación) 2

Madera cemento UNE-EN 634-2

1 1,2,3

2 1,2,3

Fibras media densidad (MDF) UNE-EN 622-5

MDF.LA 1

MDF.HLS 2

Fibras semiduros UNE-EN 622-3

MBH.LA1 y 2 1

MBH.HLS1 y 2 2

Fibras duros UNE-EN 622-2HB.LA 1

HB.HLA1 y 2 2

Tabla 15. Tipos de tableros estructurales aptos para suempleo en las distintas clases de servicios

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tablero contrachapado y algunos países disponen denormativa para usos concretos como es el caso de lanorma BS 1088-1 y las aplicaciones en ambientemarino.

La norma UNE-EN 335-3 indica que actualmente nose fabrican tableros de partículas, de fibras o devirutas orientadas (OSB), adecuados para su utiliza-ción en una clase de uso 4 y 5. El empleo de otrostableros en estas condiciones queda supeditado aque sus propiedades intrínsecas o adquiridas seanlas adecuadas.

Cuando sea necesario, es posible añadir aditivos decarácter insecticida y/o fungicida. En los tableros departículas, de fibras de densidad media y OSB, nor-malmente se añade el producto protector al adhesi-vo antes de proceder al encolado de sus componen-tes. En los tableros contrachapados se pueden tratarpreviamente las chapas de madera (normalmentepor inmersión), incorporar el protector al adhesivo otratar el conjunto del tablero una vez montado(Peraza et al., 2004).

Con independencia de lo anterior, los tablerosestructurales de madera son productos con un ele-vado desarrollo tecnológico y suelen suministrasecon instrucciones detalladas de montaje, durabili-dad y mantenimiento.

Actualmente, se están produciendo desarrollos tec-nológicos que la normativa tardará años en poderrecoger. Es el caso, por ejemplo, del tablero de fibrasde densidad media modificado mediante la acetila-ción de las fibras que lo componen y que puedeemplearse en una clase de servicio 3.

En el capítulo 11 se exponen diversos ejemplos deusos de tableros en distintas situaciones.

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8.1 INTRODUCCIÓN

Los agentes meteorológicos con una mayor inciden-cia sobre la madera son la radiación solar y el aguade lluvia, cuya acción combinada también produceun fenómeno de erosión superficial de la maderadenominado meteorización.

Otros efectos de la exposición de la madera a laintemperie pueden ser la aparición de mohos, demanchas en maderas que contengan extractos yposibles corrosiones si la madera está en contactocon elementos metálicos.

En este apartado se resumen los principales efectosde los agentes meteorológicos sobre la madera, asícomo las opciones de protección existentes.

8.2 PRINCIPALES AGENTES METEOROLÓGICOS

8.2.1 Los efectos de la radiación solar

La radiación solar afecta a la madera, fundamental-mente, a través de los rayos ultravioleta e infrarrojos.

La radiación ultravioleta actúa sobre la superficie dela madera expuesta al exterior sin protección. Suefecto provoca una degradación de las moléculas delignina originando el agrisamiento característico de lamadera. El compuesto resultante de la degradación essoluble en agua, por lo que la lluvia puede arrastrarloy alterar progresivamente el color de la madera.

La radiación ultravioleta también produce unadegradación progresiva de las resinas de los produc-tos de acabado, especialmente de los que no incor-poran pigmentos.

En España, la incidencia de la radiación solar es ele-vada por lo que un elemento de madera expuesto ala intemperie sin protección presentará un rápidoagrisamiento superficial, siendo más intenso en lasorientaciones sur, suroeste y oeste.

Las medidas de diseño constructivo que permitandisminuir la exposición al sol de la madera, contri-buirán a mantener durante más tiempo su aspectooriginal e incrementarán la durabilidad de un aca-bado decorativo.

El agrisamiento no supone un problema estructuralo de durabilidad de la madera sino, sobre todo, deíndole estética. En países del centro de Europa es fre-cuente propiciar un agrisado homogéneo en obras demadera al exterior como las fachadas.

Si se desea producir un envejecimiento homogéneo,deberá procurarse que los distintos tramos que for-man la superficie de la fachada estén expuestos avolúmenes de agua similares, introduciendo porejemplo líneas de vierteaguas que limiten el aportede agua que escurre desde los paños superiores dela fachada. Asimismo, el diseño constructivo de lafachada debe facilitar la ventilación y el secado delas superficies expuestas. Este último aspecto esimportante para limitar el posible desarrollo demohos.

Por su parte, el principal efecto de la radiacióninfrarroja es calentar la superficie de la madera.Este hecho, en combinación con la exposición alagua de lluvia, genera fenómenos de hinchazón ymerma que pueden ocasionar deformaciones y fen-das en la madera, y tensiones en los recubrimientosdecorativos que formen una película.

Otra consecuencia de la radiación infrarroja es laposibilidad de producir exudaciones de resina en lasuperficie de algunas especies de madera.

Este efecto se acentúa al utilizar acabados oscurossobre la madera, que incrementan la absorcióninfrarroja. Como referencia, la norma UNE EN-927-1 señala que la temperatura superficial de un siste-ma de recubrimiento negro u oscuro, de exposicióndirecta al sol, puede alcanzar 80ºC frente a los 40ºCque alcanzaría un recubrimiento blanco equivalente(a partir de los 65º se inicia la exudación de las resi-nas contenidas en las coníferas).

8.2.2 La meteorización de la madera

La acción combinada del sol y del agua, junto conotros factores como la presencia de nieve, hielo yviento, producen una erosión de la superficie de lamadera que resalta su veteado al degradar de formamás acusada a la madera de primavera de cada ani-llo de crecimiento.

8. Protección frente a los agentes meteorológicos

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La meteorización es un proceso natural que se pro-duce muy lentamente habiéndose estimado un valormedio de pérdida de madera próximo a los 6 mmpor siglo (Williams, 1999). Se trata, por lo tanto, deun fenómeno superficial, sin incidencia estructural.

Este valor medio, suele ser más reducido en las fron-dosas que en las coníferas, observándose especial-mente sobre los despieces tangenciales de la made-ra de coníferas de reducida densidad y anillos decrecimiento muy marcados, como el cedro rojo delPacífico (Thuya plicata).

8.2.3 Manchas debidas a la presencia de extractos

La madera contiene diversas sustancias químicasque debido a su movilidad en solventes son conoci-das como extractos. Normalmente, estas sustanciasse concentran en el duramen contribuyendo a quesu coloración sea más oscura que la de la albura.

Algunos extractos, como los taninos, poseen sus-tancias colorantes solubles en agua. Por este moti-vo, si se emplean maderas ricas en taninos, en pre-sencia de humedad y por fenómenos de oxidaciónen contacto con el aire, pueden originar manchasoscuras sobre la superficie de la madera.

Las maderas ricas en taninos poseen porcentajes deestos extractos que, a menudo, varían entre el 6% yel 10%, pudiendo llegar a superar el 15%. Entre lasmaderas con un elevado contenido de taninos habi-tuales en España se encuentran el roble (Quercusspp.), el castaño (Castanea sativa), el cedro rojo delPacífico (Thuya plicata), el pino Oregón (Pseudotsu-ga menziesii) y especies tropicales como el iroko(Milicia spp.), la teca (Tectona grandis), el doussie(Afzelia spp.), el merbau (Intsia bijuga), etc (Martín-Diéguez, 1997).

En ocasiones, la aparición de manchas debidas a lostaninos se produce de forma irregular originando unproblema de índole estética. Así, si en una fachadaexisten zonas protegidas frente a la acción del aguade lluvia (debido al vuelo de una cubierta, etc.), lasmanchas permanecerán más tiempo en dichas zonas,contrastando con las áreas más expuestas, donde elagua de lluvia las habrá lavado con rapidez.

También es posible que el lixiviado de los taninosproduzca la aparición de manchas en otros materia-les de albañilería, mampostería, enlucidos, etc.

La aparición de estas manchas puede evitarse pormedio de un diseño constructivo adecuado y/oempleando sustancias bloqueadoras que reaccionancon las soluciones tánicas, formando nuevos com-puestos incoloros, que no alteran la tonalidad de lamadera ni la de su acabado (Martín-Diéguez, 1997).

Generalmente, las manchas debidas a extractospueden limpiarse empleando lejía diluida o produc-tos detergentes. La limpieza será tanto más difícilcuanto más tiempo hayan permanecido las manchassobre la superficie de la madera. Por otro lado, debetenerse en cuenta que este tipo de limpieza consti-tuye una solución temporal, ya que mientras conti-núen existiendo extractos en el interior de la made-ra, y se mantengan las condiciones de exposición,volverán a manifestarse las manchas (TRADA, 2008).

Otra forma de limpieza, probada con éxito en espe-cies como el cedro rojo del Pacífico, consiste enemplear una lanza de agua a presión cuya distanciadeberá regularse en función de la dureza de la espe-cie de madera. Este método logrará limpiar las man-chas debidas a extractos existentes sobre la superfi-cie de madera, si bien, al igual que en el caso ante-rior, no será una solución definitiva mientras conti-núen existiendo extractos en el interior de lamadera.

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8.2.4 Interacción con elementos metálicos

Uno de los principales compuestos químicos de lamadera con capacidad para producir fenómenos decorrosión con los metales es el ácido acético, y el pHde cada especie de madera puede considerarse unindicador indirecto de su potencial corrosivo.

Como regla general, las maderas con un pH inferiora 4, como el roble (Quercus spp.), el castaño (Casta-nea sativa), el cedro rojo del Pacífico (Thuya plicata)o el pino Oregón (Pseudotsuga menziesii), puedengenerar fenómenos de corrosión en contacto conalgunos metales. Esta posibilidad disminuye consi-derablemente en las especies de madera cuyo pH essuperior a 5 (NPL, 2005).

La corrosión es, en esencia, un proceso de oxidaciónque requiere la presencia de oxígeno y, sobre todo,de humedad sobre la superficie del metal por lo queel riesgo de corrosión de un elemento estructural demadera aumentará considerablemente cuando sucontenido de humedad supere el 20%.

Particularmente conocidas son las reacciones entrealgunas especies como los robles o el cedro rojo delPacífico y los compuestos férricos, cuando seemplean al exterior en contacto con el agua,pudiendo producir alteraciones en el color de lamadera y fenómenos de corrosión en el metal. Estasreacciones pueden prevenirse fácilmente emplean-do elementos de acero inoxidable y evitando el con-tacto entre la madera y el metal, incluyendo lasfases previas a la puesta en obra (TRADA, 2008).

Si se desea emplear maderas corrosivas al exterior,también se recomienda evitar el contacto condeterminados metales como, por ejemplo, el zinc oel plomo (Vernay, 2006).

En caso de aparición de manchas, pueden limpiarseempleando productos como el ácido oxálico, quereacciona con el complejo existente haciendo que

adquiera un aspecto incoloro. Posteriormente debelavarse la superficie de la madera para retirar elexceso de ácido (Williams y Knaebe, 2002; Williams,1999). La aplicación de estos productos debe reali-zarse con prudencia y siguiendo las instruccionesdel fabricante. Si tras realizar el tratamiento conti-núa existiendo hierro en contacto con la madera, lasmanchas volverán a producirse.

Las principales especies de madera estructuralempleadas en España son coníferas como el pinosilvestre (Pinus sylvestris) o la pícea (Picea abies)que no suelen presentar problemas de corrosión conlos herrajes habitualmente empleados.

Si se emplea madera tratada con un producto pro-tector como las sales hidrosolubles, deberá compro-barse la compatibilidad entre el producto y los ele-mentos metálicos para evitar la posible aparición defenómenos de corrosión (Zelinka y Rammer, 2007;Baker, 1980,1992; Borrallo, 2007). Normalmente, lasempresas que realizan este tipo de tratamientosproporcionan información sobre estos aspectos ensus fichas de producto.

8.3 PRODUCTOS PROTECTORES FRENTE A LOSAGENTES METEOROLÓGICOS

8.3.1 Principales productos de acabado

Un protector decorativo de la madera al exteriordebe permitir la regulación de la humedad delsoporte, adaptarse a sus cambios dimensionales yproteger la superficie de la madera frente a la foto-degradación.

Para que el soporte (madera) pueda regular su con-tenido de humedad, el protector puede impregnarloo formar una película permeable al vapor de agua.De manera análoga, para adaptarse a los cambiosdimensionales que tendrán lugar en el soporte comoconsecuencia de la variación de su contenido dehumedad, es posible impregnar la superficie de lamadera o bien recubrirla con una película de eleva-da elasticidad.

Por último, si se desea proteger a la madera frente ala fotodegradación, el acabado debe incorporar pig-mentos resistentes a la radiación ultravioleta.

Los acabados de exterior pueden incorporar otrosagentes que mejoren la repelencia al agua líquida, bio-cidas específicos para mohos, filtros de ultravioleta,

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etc. Asimismo, la incorporación de nuevos productosbasados en la nanotecnología permite mejorar supenetración en la madera y disponer de superficies deacabado con características especiales (hidrófobicas,autolimpiantes, etc.).

La variedad y la rápida evolución que experimentanlos productos comerciales dificultan englobar algu-nos acabados dentro de una categoría estricta. Lasdefiniciones normalizadas se encuentran en la nor-ma UNE EN-927-1 que también propone un sistemade clasificación en función del empleo, aspecto(descrito en función del espesor de la película, podercubriente y del grado de brillo) y condiciones deexposición requeridas.

Las distintas partes de la norma UNE EN 927 estable-cen las condiciones de ensayo que permiten evaluar ycomparar las propiedades de las distintas opciones derecubrimiento para madera al exterior, desde el enve-jecimiento natural (UNE EN-927-3), hasta la permea-bilidad al agua líquida (UNE EN-927-5).

A continuación se describen, de forma general, lasprincipales opciones de acabados de exterior. Parafacilitar una secuencia lógica se ha decidido clasifi-carlos en función del espesor de película seca.

8.3.1.1 Aceites y saturadores de madera

Ambos productos impregnan la capa superficial dela madera mejorando, sobre todo, su estabilidaddimensional y su aspecto estético.

La mayor parte de los aceites tienen un origen vege-tal extrayéndose fundamentalmente del prensadode semillas (aceite de linaza, aceite de tung) o deuna amplia gama de resinas naturales. Hoy en día secomercializan tanto aceites naturales como aceitessintéticos, a los que es posible añadir una ligera pig-mentación para mejorar su resistencia a la fotode-gradación. Su principal efecto es mejorar la estabili-dad dimensional de la madera y resaltar su estética.

Los saturadores son similares a los aceites, aunqueincorporan resinas y pigmentos que permiten mejo-rar la protección frente a la radiación ultravioleta yprolongar el mantenimiento. Los saturadores for-man una película delgada que no suele superar unespesor seco de 15 micras.

Tanto los aceites como los saturadores se emplean enaplicaciones como mobiliario de jardín o entarimadosde exterior, sometidos a un desgaste elevado y dondeno pueden evitarse las acumulaciones de agua. Enestas condiciones, la película de un acabado filmóge-no se rompería con facilidad al no poder soportartales exigencias.

La renovación de ambos productos es sencilla y selimita a aplicar una nueva mano de acabado, pero sumantenimiento es elevado. En un entarimado deexterior, por ejemplo, los aceites suelen renovarsecada seis meses y, a lo sumo, cada año. En el caso delos saturadores los periodos de mantenimiento osci-lan entre 1 y, a lo sumo, dos años en función de lascondiciones de exposición.

Pueden emplearse en otras aplicaciones como facha-das de exterior pero sus necesidades de manteni-miento hacen que, a menudo, se sustituyan por otrosproductos.

8.3.1.2 Lasures

Estos productos, conocidos comercialmente comoprotectores decorativos de la madera, se caracterizanpor no formar una película (o una película de espesorreducido) sobre la superficie de la madera. Son aca-bados a poro abierto que permiten el intercambio devapor de agua entre la madera y el medioambiente.

Su degradación se produce por erosión por lo que sumantenimiento posterior es sencillo y no requiereproceder al lijado de antiguas capas degradadas,como ocurre en el caso de los barnices y pinturas tra-dicionales.

Los lasures incluyen pigmentos que proporcionanprotección frente a la incidencia de la radiación ultra-violeta. En su composición también pueden incluirprincipios activos fungicidas e insecticidas, y sustan-cias hidrofugantes que permiten dotar a la madera deun cierto carácter hidrófugo frente al agua líquida.

Muchos fabricantes producen lasures que no contie-nen biocidas (insecticidas y/o fungicidas). En estoscasos, si se requiere dotar a la madera de protección,se emplea como primera mano un fondo que incorpo-ra los biocidas y, posteriormente, se aplican las manosde lasur decorativo.

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8.3.1.3 Acabados filmógenos translucidos

Los acabados filmógenos forman una película sobre lasuperficie de la madera que suele alcanzar un espesormínimo de 30 micras. La película de los acabados fil-mógenos aptos para exterior se caracteriza por su ele-vada elasticidad y permeabilidad al vapor de agua.

Los acabados filmógenos translucidos permiten apre-ciar la veta de la madera, si bien incorporan pigmen-tos resistentes a la radiación ultravioleta. Dependien-do de factores como el tipo de soporte, el clima o eldiseño constructivo, la película de acabado suelealcanzar espesores secos de entre 40 y 80 micras.

La eficacia de estos productos se basa en lograr unapelícula de espesor homogéneo, que proteja la super-ficie de madera de la incidencia de la radiación solar yel agua líquida. Para ello, es esencial incorporar medi-das de diseño constructivo que eviten, por ejemplo, lapresencia de aristas rectas donde el espesor de lapelícula de acabado disminuiría considerablemente.

Un diseño constructivo adecuado ejercerá una graninfluencia en el periodo de mantenimiento ya que ladurabilidad de la película de acabado será muchomayor sobre una exposición vertical que sobre unahorizontal donde se produzcan retenciones de aguade lluvia.

La denominación comercial de los acabados filmóge-nos es confusa y varía según cada fabricante. Enocasiones se comercializan como barnices de intem-perie aunque, a diferencia de los barnices tradicio-nales que pueden formar una película transparente,los acabados filmógenos incorporan pigmentos.También reciben la denominación de acabados dealto contenido en sólidos o lasures de capa gruesa.

8.3.1.4 Acabados filmógenos opacos

Los acabados filmógenos opacos ocultan la veta dela madera. Dependiendo de factores como el tipo desoporte, el clima o el diseño constructivo, la pelícu-la de acabado puede llegar a alcanzar espesoressecos de hasta 120 micras en elementos de carpin-tería con diseños estables como las ventanas.

La principal ventaja de los acabados opacos es suriqueza en pigmentos y cargas minerales que prote-gen la madera frente la fotodegradación y, en con-secuencia, proporcionan una mayor durabilidad dela película que forma el revestimiento. Son los pro-

ductos que permiten alcanzar periodos de manteni-miento más prolongados.

Al igual que en el caso de los acabados filmógenostranslúcidos, su correcta aplicación requiere medi-das de diseño constructivo (redondeo de cantos,pendientes adecuadas, etc) que permita disponer deuna película de espesor homogéneo que se degradepor erosión, de forma uniforme en las distintas par-tes expuestas.

La renovación de los acabados filmógenos, requiererealizar una limpieza y un lijado somero de la super-ficie de la película (para mejorar su adherencia),antes de aplicar las nuevas manos de acabado.

En todo caso, es importante seguir las recomenda-ciones del fabricante para evitar la degradaciónprematura de la película de acabado. Básicamente,estas recomendaciones consisten en realizar limpie-zas periódicas de la suciedad que se pueda haberacumulado en la superficie de la película (contami-nantes industriales, excrementos de aves, depósitosde salitre, etc.) y que, podría degradarla química-mente.

8.3.2 Estimación del periodo de mantenimiento

La norma UNE EN-927-1 señala que los periodos demantenimiento para los recubrimientos opacos sonmás largos que para sistemas transparentes (trans-lucidos en aplicaciones de exterior), y este hechodebe ser asumido, a no ser que ensayos de compor-tamiento demuestren lo contrario.

También hace referencia a la gran influencia ejerci-da por el diseño constructivo en la duración del aca-bado. En este sentido, el incremento del ángulo deexposición del elemento de madera, desde la hori-zontal hasta la vertical, reduce fuertemente laintensidad del deterioro.

Como rangos generales de renovación pueden esta-blecerse intervalos de entre 2 a 4 años para loslasures y de entre 4 a 10 años para los acabados fil-mógenos.

En la práctica, estimar el periodo exacto de mante-nimiento requerido por un protector es complejo yaque éste depende de factores tan dispares como elclima, la calidad del soporte, la orientación y, sobretodo, el diseño constructivo del proyectista.

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La norma UNE EN-927-1 propone un sistema simpli-ficado de clasificación por condiciones de exposiciónbasado en el clima y en el grado de protección ofreci-do por la construcción. El sistema establece tres cla-ses de condiciones de exposición denominadas suave,media y severa. En una situación suave, los sistemasde recubrimiento tendrán una mayor duración yrequerirán menor mantenimiento. En exposicionesmás rigurosas, deben asumirse periodos más cortosentre mantenimientos o recurrir a sistemas de acaba-dos de mayor durabilidad.

Asimismo, es esencial cuidar el detalle constructivoimpidiendo, por ejemplo, la existencia de superficieshorizontales que acumulen agua, sellando adecua-damente las testas o evitando la presencia de aris-tas rectas. El cuidado del detalle constructivo sehace crítico en el caso de emplear acabados filmó-genos, ya que incide directamente sobre su espesory, en consecuencia, sobre la durabilidad de la pelí-cula de acabado.

La presencia de aristas rectas en un elemento demadera al exterior produce un doble efecto. Por unlado, al romper la tensión superficial del agua favo-rece su acumulación sobre las superficies de maderacon una pendiente reducida. Además, las aristas rec-tas reducen considerablemente el espesor de la pelí-cula de un acabado filmógeno constituyendo, amenudo, el punto crítico que inicia su deterioro.

El conjunto de los factores anteriores hace posibledisponer de fabricantes que ofrecen garantías demás de 10 años en carpinterías acabadas en tallercon sistemas filmógenos opacos y, en el otro extre-mo, diseños y aplicaciones inadecuados en los que elacabado no logra soportar el primer ciclo veranoinvierno.

8.4 EL PLANTEAMIENTO DEL CÓDIGO TÉCNICO DELA EDIFICACIÓN

El Documento Básico de Seguridad Estructural -Madera del Código Técnico de la Edificación (CTE)considera que la mejor protección frente a los agen-tes meteorológicos es el diseño constructivo y espe-cialmente las medidas que evitan o minimizan laretención de agua.

Además, señala que si la clase de uso es igual o supe-rior a 3, los elementos estructurales deben estar pro-tegidos frente a los agentes meteorológicos.

En elementos estructurales situados al exterior, elCTE recomienda emplear protectores superficialesque no formen una capa rígida, permitiendo el inter-cambio de vapor de agua entre la madera y elambiente. En el caso de emplear productos que for-men una película rígida, como las pinturas y los bar-nices tradicionales, deberá establecerse y seguirse unprograma de mantenimiento posterior.

Lógicamente, la recomendación de establecer un plande mantenimiento debe extenderse a cualquier pro-yecto en que se aplique un protector frente a losagentes meteorológicos, con independencia de quesu composición y/o condiciones de aplicación permi-tan prolongar su periodo de renovación.

En determinadas situaciones, también podríaemplearse una madera con una adecuada durabili-dad natural y permitir su envejecimiento sin la adi-ción de ningún producto protector. En estos casos,debería justificarse la decisión en el proyecto y,sobre todo, emplear un diseño constructivo que per-mita que el envejecimiento se produzca de manerauniforme en toda la superficie del elemento.

ConstrucciónClima

Moderado Duro Extremo

Protegida Suave Suave Media

Parcialmente protegida Suave Media Severa

No protegida Media Severa Severa

Tabla 16. Clasificación por condiciones de exposición

Figura 6. Efecto de una arista recta en la disminución delespesor de la película de un acabado filmógeno.

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Normalmente el proyectista buscará conseguir unagrisado con una estética similar al de otras obrasde referencia que haya visto anteriormente. Paraello, una vez seleccionada la especie de madera aemplear y el diseño constructivo, es importanterevisar el proyecto desde el punto de vista de laposible aparición de mohos, manchas debidas aextractos, posibles reacciones con elementos metá-licos, etc.

Asimismo, al emplear elementos estructurales demadera en determinadas situaciones dentro de lasclases de uso 4 y 5, es habitual no aplicar ningúnprotector superficial frente a los agentes meteoro-lógicos, dada la dificultad o imposibilidad de proce-der a su mantenimiento posterior.

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NORMATIVA

Código Técnico de la Edificación (CTE). Documento Básico de Seguri-dad Estructural. Estructuras de Madera (2009). Ministerio de Vivien-da, Madrid, 126 pp.

UNE-EN 927-1:1997. Pinturas y barnices. Materiales de recubri-miento y sistemas de recubrimiento para madera exterior. Parte 1:Clasificación y selección.

UNE-EN 927-2:2007. Pinturas y barnices. Materiales y sistemas derecubrimiento para madera exterior. Parte 2: Especificación de com-portamiento.

UNE-EN 927-3:2007. Pinturas y barnices. Materiales de recubri-miento y sistemas de recubrimiento para madera exterior. Parte 3:Ensayo de envejecimiento natural.

UNE-EN 927-5:2007. Pinturas y barnices. Materiales y sistemas derecubrimiento para madera exterior. Parte 5: Evaluación de la perme-abilidad al agua líquida.

UNE-EN 927-6:2007. Pinturas y barnices. Materiales y sistemas derecubrimiento para madera exterior. Parte 6: Envejecimiento artifi-cial de los recubrimientos para madera mediante la exposición alámparas UV fluorescentes y al agua.

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9.1 INTRODUCCIÓN

En este capítulo se exponen las principales opcionesde productos protectores y sistemas de protecciónpara elementos estructurales, tanto en obra nuevacomo en rehabilitación.

9.2 TRATAMIENTOS PREVENTIVOS EN OBRANUEVA

La norma UNE 56514 establece una clasificación delos protectores biocidas de madera atendiendo a sunaturaleza y la norma UNE 56416 enumera los dis-tintos tipos de tratamientos. Esta última norma, dis-tingue 3 tipos de protección (superficial, media yprofunda) en función de la penetración alcanzadapor el protector en la madera. Esta clasificación fuela empleada en la redacción inicial del DocumentoBásico de Seguridad Estructural - Madera del Códi-go Técnico de la Edificación (CTE) y, por su sencillez,se mantiene en este apartado aunque relacionándo-la con los niveles de penetración que aparecen en laúltima versión del CTE.

Para poder realizar un tratamiento protector de lamadera en España, los productos deben figurar ins-critos en el registro oficial de plaguicidas de usoambiental y en la industria alimentaria de la Subdi-rección General de Sanidad Ambiental y SaludLaboral del Ministerio de Sanidad, Servicios Socialese Igualdad que puede consultarse online(www.msssi.gob.es).

9.2.1 Protección superficial

La protección superficial se define como aquella enla que la penetración media alcanzada por el pro-tector es de 3 mm, siendo como mínimo de 1 mm encualquier parte de la superficie tratada. Se podríaequiparar con las clases de penetración NP1 y NP2de la norma UNE-EN 351-1, aunque en este últimocaso la exigencia es conseguir, al menos, 3 mm depenetración en las caras que contengan albura.

El nivel de penetración NP1 no conlleva ningunaexigencia particular, si bien todas las caras del ele-mento estructural de madera deben haber recibidoproducto.

En una clase de uso 1, el CTE recomienda realizar untratamiento superficial (NP1) con un productoinsecticida, mientras que en una clase de uso 2

prescribe un tratamiento superficial (NP1) con unproducto fungicida e insecticida. En una clase deuso 3.1 deberá alcanzarse un nivel de penetraciónNP2 con un producto fungicida e insecticida.

Los productos normalmente empleados son los fon-dos insecticidas y/o fungicidas que pueden aplicarsemediante pincelado, pulverización, inmersión, etc.

En cuanto a la protección de los elementos estruc-turales de madera frente a los agentes meteorológi-cos, el CTE señala que deben usarse productos quepermitan el intercambio de humedad entre elambiente y la madera, siendo los lasures y los aca-bados filmógenos aptos para exterior las principalesopciones disponibles.

Normalmente ambos productos constan de un fon-do y un acabado que deben aplicarse en variasmanos hasta conseguir la dosis o el espesor de pelí-cula seca indicada por el fabricante. Como normageneral, deben aplicarse siempre antes de la insta-lación de la madera y ésta debe presentar un conte-nido de humedad inferior al 18% en el momento desu aplicación.

Según el tipo de vehículo empleado para introducirlos biocidas en la madera, los protectores puedendividirse en productos al disolvente y al agua. Losproductos al disolvente fueron los primeros en apa-recer en el mercado y la única alternativa duranteaños. La entrada en vigor de la Directiva1999/13/CE, vinculada a la reducción de las emisio-nes de compuestos orgánicos volátiles, debida aluso de disolventes orgánicos, propicia, desde enton-ces, el empleo creciente de productos al agua.

Diversas maderas contienen sustancias extractivas(aceites, grasas, resinas, taninos, etc.) que requierenuna preparación de su superficie previa a la aplica-ción del acabado superficial. Los aceites y las grasasson frecuentes en especies tropicales como la teca(Tectona grandis), la afzelia (Afzelia spp.), el iroko(Milicia spp), etc. Elevados contenidos de resinaspueden producirse en coníferas como el pino maríti-mo (Pinus pinaster), los pinos amarillos del sur deEstados Unidos (Pinus palustris, taeda, elliotti, etc.),pino Oregón (Pseudotsuga menziesii), etc.

El principal sistema preventivo para evitar los dañosde extractos y exudados consiste en preparar lasuperficie de la madera con un disolvente antes deaplicar el acabado (Martín-Diéguez, 1998).

9. Productos protectores y sistemas de protección

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Los fondos protectores, los lasures y los acabadosfilmógenos pueden aplicarse mediante pincelado,pulverización manual o mecánica, pulverización enautoclave, inmersión, etc.

El tratamiento de pulverización en autoclave se rea-liza mediante sistemas de doble vacío. En una pri-mera fase se realiza un vacío inicial que permiteextraer parte del aire que se encuentra en la made-ra, para facilitar la entrada del producto protector. Acontinuación, se pulveriza el producto protector,mediante una serie de boquillas dispuestas en elautoclave, a presión atmosférica o ligeramentesuperior. Finalmente, se realiza una nueva secuenciade vacío que permite regular la cantidad de produc-to que queda introducida en la madera.

Si la madera a tratar se introduce en el autoclavetotalmente mecanizada, la realización del vacío ini-cial permite que el producto protector pueda acce-der a cualquier parte de su superficie, recubriendolos distintos ensambles, cantos, juntas, testas, etc.

9.2.2 Protección media

En la protección media, la penetración alcanzada porel protector es superior a 3 mm en cualquier zona tra-tada, sin llegar al 75% del volumen impregnable. Sepodría equiparar con las clases de penetración NP2 yNP3 de la norma UNE-EN 351-1 que se correspondencon una penetración de, al menos, 3 y 6 mm, respecti-vamente, en las caras que contengan albura.

Los tratamientos más habituales para conseguir unaprotección media de la madera se realizan en auto-claves de inmersión o de pulverización mediantesistemas de doble vacío. En este caso, tras realizar elvacío inicial, se introduce en el autoclave el produc-to protector a presión atmosférica o ligeramentesuperior que sumerge o pulveriza la madera a tratar.Finalmente, se realiza una nueva secuencia de vacíopara regular la cantidad de producto que quedaintroducido en la madera.

Tradicionalmente, los productos más empleados hansido los protectores en disolvente orgánico, com-puestos por una combinación de principios activoscon diversas propiedades (fungicidas, insecticidas,etc.) y resinas que utilizan un derivado del petróleocomo vehículo de entrada de la formulación en lamadera. Algunos productos incluyen también ele-mentos que mejoran la estabilidad dimensional dela madera.

La madera a tratar debe estar con un contenido dehumedad próximo al de su futuro lugar de exposi-ción y, en todo caso, inferior al 18%. Durante el pro-ceso de tratamiento, dado que el disolvente es orgá-nico, la madera apenas ve alterado su contenido dehumedad y, una vez que se produce la evaporacióndel disolvente, queda lista para su empleo. El trata-miento no produce alteraciones en el color de lamadera que, posteriormente, puede recibir un aca-bado decorativo.

El tratamiento de doble vacío con protectores orgáni-cos suele emplearse para tratar madera de carpinte-ría y construcción ya elaborada y es frecuente en ele-mentos que vayan a situarse en una clase de uso 3.1y requieran una protección de tipo medio como pue-de ser el caso de carpinterías (ventanas, balcones,pérgolas), entablados de fachadas, elementos deconstrucción (pilares, vigas), mobiliario urbano, etc.

Las consideraciones medioambientales vinculadas a lareducción de compuestos orgánicos volátiles, estánimpulsando el empleo de productos alternativos a losorgánicos tradicionales, como son las emulsiones.

Las emulsiones o microemulsiones son mezclas deprincipios activos no solubles en agua a los que seañade un emulgente para producir una buena dis-persión en agua. Se les podría considerar como pro-ductos intermedios entre las sales hidrosolubles,con las que comparten el agua como vehículo deentrada en la madera, y los protectores en disolven-te orgánicos, con los que suelen compartir los prin-cipios activos empleados.

Al igual que los protectores en disolvente orgánico,las emulsiones suelen aplicarse en autoclaves dedoble vacío y están especialmente indicadas para eltratamiento de elementos de madera en una clasede uso 3.1.

El tratamiento, por regla general, no produce altera-ciones en el color o aspecto de la madera que, pos-teriormente, puede recibir un acabado decorativo.

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Tampoco aumenta su inflamabilidad, ni mancha losmateriales con los que está en contacto. El empleodel agua como vehículo de entrada del producto enla madera, hace que ésta incremente su contenidode humedad a la salida del tratamiento.

La inmersión prolongada, es otra opción de trata-miento que consiste en sumergir la madera en unprotector durante un periodo de tiempo superior a10 minutos y que puede llegar a prolongarse consi-derablemente en función del tipo de protectorempleado, el nivel de penetración que se quieraalcanzar, el contenido de humedad de la madera atratar, la especie de madera, sus dimensiones, etc.

9.2.3 Protección profunda

La protección profunda es aquella en la que la pene-tración media alcanzada por el protector es igual osuperior al 75% del volumen impregnable y puedeasimilarse con los niveles de penetración NP5 y NP6de la norma UNE-EN 351-1. Dichos niveles estánindicados por el CTE para el tratamiento de la made-ra en clases de uso 4 (NP5) y 5 (NP6). La norma prEN335 recomienda incluir también en una clase de uso4 aquellos elementos en una clase de uso 3.2 que,sin estar en contacto directo con la tierra o con aguadulce, acumulan agua de forma continuada porrazones de diseño o por depósitos superficiales.

Los tratamientos más habituales para conseguir unaprotección profunda de la madera se realizan enautoclave de inmersión mediante sistemas de vacíoy presión que constan de tres fases. En una primerafase se realiza un vacío inicial que permite extraerparte del aire que se encuentra en la madera parafacilitar la entrada del producto protector. A conti-nuación se introduce el producto y se emplea pre-sión para facilitar su difusión entre las células de lamadera. Finalmente, se realiza un vacío final queregula la cantidad de producto que queda introduci-da en la madera.

Los productos más habituales para tratar maderadestinada a la construcción son los protectoreshidrosolubles, formados por una mezcla de salesminerales disueltas en una solución acuosa a unaconcentración determinada. Dentro de la composi-ción de las sales minerales se encuentran principiosactivos fungicidas, insecticidas y productos fijado-res de éstos a la madera.

Dado que las sales hidrosolubles utilizan el aguacomo vehículo de entrada en la madera, en los tra-tamientos en autoclave, es necesario que la maderaa tratar presente un contenido de humedad inferioral de su punto de saturación de la fibra. Normal-mente, la madera se trata con un contenido dehumedad de entre un 20 y un 25%.

Durante el tratamiento en autoclave la maderaaumenta considerablemente su contenido de hume-dad y sale empapada. Por este motivo, una vez tra-tada, la madera debe mantenerse durante un tiem-po a resguardo de la acción del agua de lluvia parapermitir la correcta fijación de los principios acti-vos. Además, antes de su instalación en obra debecomprobarse que su contenido de humedad es simi-lar al especificado en el pliego de condiciones.

Por este motivo los tratamientos en profundidadcon sales hidrosolubles son adecuados para elemen-tos de madera poco elaboradas, como pueden serpostes, tablones, piquetes, etc.

El característico tono verdoso que adquiere lamadera tratada con estas sales se debe fundamen-talmente a la oxidación del cobre empleado comofungicida. Si se desea, pueden añadirse pastas colo-rantes durante el tratamiento que evitan que lamadera adquiera esta tonalidad. También es posibleaplicar, posteriormente, un lasur pigmentado.

La entrada en vigor de la Directiva 1998/8/CE relati-va a la comercialización de biocidas, ha propiciadouna rápida evolución de las formulaciones tradicio-nales de sales hidrosolubles.

En el caso concreto de las sales de tipo CCA (cobre-cromo-arsénico), la Directiva 2003/2/CE sólo permi-te su comercialización y uso en determinados casos(estructuras de retención de tierras, barreras y vallasde protección de carreteras, construcción de puen-tes, madera de construcción en aguas dulces yaguas salobres, muros de protección de aludes ymadera para estructuras en edificios públicos, cons-trucciones agrícolas, edificios de oficinas e instala-

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ciones industriales). Todo ello, siempre que se tratede soluciones de compuestos inorgánicos de CCAdel tipo C y tratadas en instalaciones industriales devacío-presión.

Asimismo, dicha madera no podrá utilizarse enconstrucciones residenciales o domésticas, conindependencia de su finalidad, en ninguna aplica-ción en la cual exista un riesgo de que la piel entreen contacto repetidas veces con la madera, enaguas marinas, en usos agrícolas (con la excepciónde su utilización como postes en las cercas para elganado) y en ninguna aplicación en la cual la made-ra tratada pueda entrar en contacto con productosintermedios o productos terminados destinados alconsumo humano o animal.

Recientemente, la Directiva 2012/2/UE modifica laDirectiva 98/8/CE al incluir el óxido de cobre, elhidróxido de cobre y el carbonato básico de cobrecomo sustancias activas en su anexo I.

Desde el punto de vista del proyectista, la mejoropción para comprobar la aptitud de un productopara tratar la madera en un uso determinado, esconsultar el registro oficial de plaguicidas de usoambiental y en la industria alimentaria del Ministe-rio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad.

En el momento de redactar este documento, ningu-na de las sales hidrosolubles que figuran inscritas enel registro, está indicada para su empleo en una cla-se de uso 5 (en contacto con agua marina).

Otra familia de productos empleados históricamen-te en la protección profunda de la madera son losprotectores orgánicos naturales, siendo los másconocidos las creosotas que se obtienen de la desti-lación del alquitrán de hulla o de la pirolisis delpetróleo.

La madera creosotada adquiere un color oscuro y unolor característico. Ha sido empleada en aplicacio-nes como las traviesas de ferrocarril, postes de luz ytelefónicos, vallas, puentes, etc. Asimismo, frecuen-temente se ha reutilizado madera creosotada enaplicaciones de parques y jardines, o como elemen-to de construcción.

Los hidrocarburos aromáticos policíclicos, principa-les componentes de la creosota, son derivados delbenceno, que tienen como principal compuesto elbenceno(a)pireno, producto catalogado como peli-groso y con potencial cancerigeno. Esta es la razón

por la cual la creosota queda sujeta a la normativaque limita la comercialización y uso de determina-das sustancias y preparados peligrosos.

Así, la Directiva Comunitaria 2001/90/CE, limitatanto las nuevas formulaciones de las creosotascomo sus aplicaciones industriales.

En cuanto a las formulaciones, sólo se permite elempleo de creosota que contenga benzo(a)pireno enconcentraciones inferiores a 0,005% en masa yfenoles extraíbles con agua en concentracionesinferiores a 3% en masa. Sus aplicaciones se limitana usos profesionales e industriales en ferrocarriles,en el transporte de energía eléctrica y telecomuni-caciones, para los cercados, para fines agrícolas(como tutores de árboles) y en puertos y vías nave-gables.

Por lo que respecta a la madera creosotada ante-riormente a la entrada en vigor de la Directiva (conuna relación de sustancias que debe consultarse endicho documento) se permite su comercializaciónen el mercado de segunda mano si bien no podráemplearse en juguetes, en terrenos de juego, en elinterior de edificios, en parques y jardines e instala-ciones recreativas y de ocio al aire libre en los queexista riesgo de contacto frecuente con la piel.

9.3 TRATAMIENTOS CURATIVOS Y PREVENTIVOSEN REHABILITACIÓN

En el caso de los elementos estructurales existentes,el CTE señala que los tratamientos curativos de ata-ques activos de hongos de pudrición y termitas serealizarán mediante la inyección en profundidad deproducto protector para poder impregnar adecua-damente la zona de duramen.

Dada la diversidad de situaciones posibles, esimportante disponer de un diagnóstico profesionalque identifique tanto los agentes causantes deldaño, como su grado de actividad y el tratamientorequerido.

A continuación se exponen las técnicas de interven-ción más habituales en elementos estructurales.Existen otras técnicas como los tratamientos porcalor, por fumigación, mediante gases inertes, etc.,que suelen aplicarse sobre elementos de elevadovalor artístico como tallas, retablos, etc.

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9.3.1 Tratamientos mediante inyección en pro-fundidad

La inyección en profundidad de producto protectores el tratamiento curativo más habitual en elemen-tos estructurales que hayan sufrido ataques pororganismos xilófagos.

El tratamiento consiste en realizar unos taladros enel elemento de madera (vigas, pies derechos, etc.),sobre los que se disponen unas válvulas antirretornopara introducir el protector a presión con la ayudade una bomba a pie de obra.

Antes de aplicar el producto debe procederse alsaneado de los elementos, limpiando su superficiehasta acceder a la madera sana e incorporando, sifuese preciso, aquellas medidas de diseño construc-tivo que eviten los posibles aportes de humedad quehayan podido originar los ataques.

Durante el tratamiento posterior, la distribución delos taladros se decide en función de factores comola escuadría de la pieza, la impregnabilidad y elestado de la madera (presencia de fendas, etc.) o suaccesibilidad. Normalmente se realizan unos 3 tala-dros por metro lineal con una profundidad quealcanza los 2/3 del espesor de la pieza. Los taladrossuelen practicarse al tresbolillo sobre una de lascaras de la pieza o bien alineados sobre su canto. Enelementos de gran escuadría, cuando el grosor de lapieza supera los 200 mm o su perímetro los 800mm, las inyecciones suelen realizarse al tresbolillo ysobre las dos caras de la pieza.

Si bien la aplicación del tratamiento es muy similaren todos los casos, los biocidas empleados y laextensión de su aplicación dependerá del tipo depatología existente.

En el caso de ataques de hongos de pudrición vincu-lados a aportes de humedad puntuales como pue-den ser el apoyo de la cabeza de una viga sobre unmuro o el de un pilar sobre el suelo, se recomiendatratar la zona afectada y prolongar el tratamientoen una longitud aproximada de un metro en lamadera sana.

Si se trata, por ejemplo, de un ataque activo deinsectos xilófagos de ciclo larvario sobre una vigaque contiene albura, deberá tratarse la pieza a lolargo de toda su extensión para asegurar la elimina-ción de las larvas. En estos casos, el tratamiento enprofundidad suele complementarse con un trata-miento superficial para evitar el riesgo de posiblesreinfestaciones por los insectos presentes en el edi-ficio, que podrían realizar nuevas puestas de huevossobre la superficie de la viga.

Si el elemento de madera a tratar debe seguir cum-pliendo una función estructural, deberá comprobar-se si su sección resistente eficaz (libre de ataques)es suficiente, o no, para soportar las cargas previs-tas. Esta comprobación puede realizarse mediantetécnicas no destructivas.

El equipo más habitual es un taladro mecánico por-tátil que introduce en el elemento de madera unapequeña aguja de acero de 3 mm de diámetro en suextremo. El equipo evalúa la resistencia de la made-ra al avance de la broca midiendo el consumo depotencia del equipo que es necesario para mantenerla aguja girando a velocidad constante. Las salidasgráficas del equipo permiten visualizar el perfil delelemento de madera y evaluar las patologías exis-tentes, que aparecen vinculadas a una pérdida deresistencia (Rinn, 2004; 2012).

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9.3.2 Tratamientos mediante pulverización y geles

Ambos tratamientos permiten aplicar un productoprotector sobre la superficie del elemento a proteger.

Su uso como tratamiento curativo se limita a piezasde pequeña sección como entarimados, frisos, tabi-ques divisorios de madera, etc. Lógicamente, las pie-zas a tratar deberán estar libres de cualquier resto deacabados que impedirían el acceso del producto pro-tector al interior de la madera.

También se emplean como complemento de un trata-miento curativo por inyección. Sería el caso, por ejem-plo, de vigas con un ataque activo de insectos xilófa-gos de ciclo larvario, donde el tratamiento por inyec-ción en profundidad elimina las larvas existentes en elinterior de la madera, mientras el tratamiento de pul-verización evita el riesgo de posibles reinfestacionesdebidas a nuevas puestas en la superficie de la made-ra.

Pueden utilizarse como sistemas preventivos paraproteger superficialmente elementos del edificio sinataques activos o bien sobre nuevos elementos (enta-rimados, vigas) que se aporten a un edificio previa-mente infestado.

En los sistemas de pulverización, los productos suelenaplicarse con pistola a presión. Normalmente se con-siguen penetraciones del producto en la madera deunos 2-3 mm.

Los geles de alta penetración mejoran la penetraciónalcanzada por los sistemas de pulverización conven-cionales y suelen aplicarse por proyección.

9.3.3 Tratamientos mediante sistemas de cebosantitermitas

En un ataque activo por termitas subterráneas, lainyección en profundidad de producto protectorgarantiza la protección del elemento tratado. No obs-tante, dado que el nido principal de la colonia seencuentra en el suelo, este tratamiento no logrará eli-minar la colonia que puede proseguir su actividad enlas inmediaciones del elemento tratado.

El tratamiento mediante barreras complementa alanterior con la creación de barreras químicas endiversos elementos del inmueble, como los suelos ymuros, con el objetivo de aislar el edificio de la activi-dad termítica. La realización de las barreras químicas

suele ser un proceso complejo y no siempre factible. Sise realiza de forma adecuada, permitirá proteger elinmueble tratado aunque, al no lograr eliminar a lacolonia, la actividad termítica podrá proseguir en losinmuebles vecinos.

El tratamiento mediante cebos se basa en el conoci-miento de la biología de las termitas y su objetivo esla eliminación de la colonia.

Las termitas, al igual que otros insectos, disponen deun esqueleto externo que necesitan renovar de formaperiódica a través de la muda. Uno de los componen-tes de dicho esqueleto se denomina cutícula, y la qui-tina es un constituyente esencial de la misma.

El sistema de cebos se basa en el empleo de un bioci-da que inhibe la formación de la quitina para impedirla renovación de la cutícula y provocar la muerte delas termitas. Estos biocidas poseen un efecto retarda-do y son ingeridos por las obreras que, a través delintercambio de alimentos con otras castas, produciránde forma progresiva y exponencial en el tiempo ladesaparición de la colonia.

Normalmente estos sistemas constan de tres etapasdenominadas inspección e instalación, control ymonitorización o mantenimiento.

El objetivo de la primera etapa es detectar la actividadtermítica existente para planificar la instalación de lasestaciones de cebos, tanto interiores como exteriores.A menudo, los cebos empleados en esta primera etapasólo contienen alimento, sin biocidas, para buscar elcontacto con la colonia.

Durante la segunda fase se incorpora el biocida en lasestaciones de control, iniciándose la eliminación de lacolonia. Las estaciones suelen revisarse cada 1 o 2meses para renovar el cebo consumido manteniendoel contacto con la colonia y, si fuese preciso, modificarel esquema de estaciones implantados inicialmente.Normalmente, esta fase tiene una duración de entre

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12 y 18 meses hasta constatar el cese de la actividadtermítica asociada a la erradicación de la colonia.

La última fase tiene por objetivo realizar un segui-miento de la zona tratada para detectar una posiblereinfestación. Normalmente, los cebos con biocidavuelven a sustituirse por cebos detectores que sólocontienen alimento, realizándose una o dos visitasanuales para comprobar si existe actividad. El ciclocompleto suele durar 5 años por lo que si se ha logra-do erradicar la colonia en 2 años, esta última fasetendría una duración de tres años adicionales.

En el capítulo 11 se incluye un ejemplo de tratamien-to mediante sistema de cebos.

9.3.4 Tratamientos mediante barreras físicas o físicoquímicas

Actualmente, para proteger una nueva edificación enuna zona termítica en Francia, es obligatorio estable-cer una barrera preventiva entre el suelo y los cimien-tos del edificio que impida el acceso de las termitassubterráneas. Esta barrera puede ser física (mallas deacero inoxidable o lechos de arena) o físico química(láminas plásticas o textiles impregnadas en un bioci-da).

Al formar una barrera horizontal continúa se impide elpaso de las termitas subterráneas desde el suelo por loque éstas sólo podrían acceder formando canales deprogresión por el exterior de los muros del edificio queserían fácilmente detectables.

En las barreras físicas de acero inoxidable, la aberturade los huecos de la malla es inferior al tamaño de lacabeza de las termitas subterráneas, impidiendo suacceso físico.

Las mallas también pueden emplearse como trata-miento preventivo para envolver las cabezas de lasvigas en el interior del edificio. Si bien las termitaspodrían rodear la malla para acceder a las vigas, nece-sitarían elaborar canales de progresión que seríanvisibles sobre la superficie de la viga.

También pueden realizarse barreras físicas, formandoun lecho con partículas de granito, cuya forma ytamaño, presentando aristas muy vivas, elimina lastermitas que intenten atravesarlo.

Por último, las barreras de tipo físico químico estánformadas por láminas plásticas de alta resistencia

impregnadas con insecticidas. Las láminas, a menudocon un espesor de entre 150 y 200 micras, suelen ela-borarse con polietileno e impiden también el accesode humedad por capilaridad. El insecticida queda fija-do a las moléculas plásticas impidiendo su deslavadoy la posible contaminación de aguas subterráneas.

En todos los casos, la correcta aplicación de los siste-mas descritos requiere seguir cuidadosamente lasrecomendaciones del fabricante que incluyen precau-ciones especiales en las zonas de cruce con las con-ducciones, etc.

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Directiva 1998/8/CE relativa a la comercialización de biocidas.

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Directiva 2001/90/CE que limita la comercialización y el uso de deter-minadas sustancias y preparados peligrosos (creosota).

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Directiva 2012/2/UE por la que se modifica la Directiva 98/8/CE delParlamento Europeo y del Consejo de forma que incluya el óxido decobre (II), el hidróxido de cobre (II) y el carbonato básico de cobrecomo sustancias activas en su anexo I.

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10.1 INTRODUCCION

El Documento Básico de Seguridad Estructural -Madera del Código Técnico de la Edificación (CTE) con-sidera que la durabilidad de una estructura de maderadepende, en gran medida, del diseño constructivo y dela durabilidad natural de la especie empleada, aunqueen algunos casos sea necesario añadir un tratamiento.

La importancia del diseño constructivo se compren-de con facilidad al examinar los detalles existentesen los numerosos ejemplos de arquitectura en made-ra, que continúan cumpliendo su función centenaresde años después de haber sido erigidos y, comparar-los con las decenas de años en cuanto a durabilidadconferida que permitiría garantizar la mera aplica-ción de un producto protector.

Los principios básicos del diseño constructivo enmadera apenas han cambiado a lo largo de los años.Sin embargo, su correcta aplicación requiere com-prender el efecto deseado y no siempre es posiblereproducir literalmente las soluciones desarrolladasen otros países debido a que en España existen par-ticularidades que requieren una atención especial.

Una diferencia importante es la existencia de climasdonde, a menudo, se alternan periodos secos y contemperaturas elevadas con la posibilidad de lluvias,que producirán fendas sobre aquellas superficies demadera expuestas a la intemperie y que acumulen elagua de lluvia.

Asimismo, España presenta una gran variabilidadclimática que debe considerarse a la hora de pro-yectar madera al exterior. Así, junto a ciudades cos-teras donde la humedad de equilibrio higroscópicode la madera apenas oscila a lo largo del año, exis-ten otras ciudades (ver anejo B) donde el contenidode humedad de la madera expuesta al exterior pre-senta importantes variaciones. Esto explica, porejemplo, que el mismo entarimado de exterior pue-da funcionar adecuadamente en A Coruña y presen-tar deformaciones en Lleida.

Por otro lado, la mayor incidencia de la luz solarafectará a la rapidez e intensidad con la que se pro-ducirá el agrisamiento de los elementos expuestos ala intemperie y la degradación de los acabadosdecorativos. Asimismo, las temperaturas elevadaspueden producir exudaciones de resina en determi-nadas especies.

El clima también propicia la existencia de xilófagoscomo las termitas subterráneas que no están pre-sentes en el centro y norte de Europa y las tempera-turas elevadas incrementan la actividad de diversasespecies de insectos de ciclo larvario.

Varias especies de hongos de pudrición que atacan lamadera expuesta al exterior, encuentran en determi-nadas regiones de España unas condiciones de tem-peratura y pluviosidad que permiten su desarrollodurante casi todo el año, en contraste con otros paí-ses donde las temperaturas invernales inhiben sucrecimiento. Por el contrario, en las mismas regiones,las temperaturas elevadas, pueden reducir estacio-nalmente la actividad de los hongos más frecuentesen situaciones bajo cubierta.

Con independencia de las particularidades citadas,el diseño constructivo debe incorporarse al proyectodurante su fase inicial. Para ello, es necesario iden-tificar los riesgos que aparecerán durante la vida delos elementos estructurales y comprender su inci-dencia sobre los distintos materiales. Posteriormen-te, una vez definida la vida de servicio y la estrate-gia para conseguirla, deberán especificarse losmateriales empleados, el detalle constructivo y, ensu caso, las necesidades de tratamiento y el mante-nimiento requerido.

10.2 DETALLES CONSTRUCTIVOS

En el capítulo 11, ejecución, del CTE, se enumeransiete prácticas constructivas que pueden mejorarnotablemente la durabilidad de una estructura oelemento de madera.

Todas están orientadas a disminuir los riesgos deque la madera pueda sufrir aportes de humedad queoriginen ataques por organismos xilófagos y, en par-ticular, por hongos de pudrición. Estas prácticas secomentan a continuación.

10. Diseño constructivo

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10.2.1 Evitar el contacto de la madera con el terreno

La primera práctica consiste en evitar el contactodirecto de la madera con el terreno, manteniendouna distancia mínima de 20 cm y disponiendo unmaterial hidrófugo (barrera antihumedad). El objeti-vo es evitar que la madera se sitúe en una clase deuso 4, siendo por lo tanto altamente susceptible delataque de hongos de pudrición.

Si los elementos tienen sus testas expuestas comopodría ser el caso de un pilar o el remate del enta-blado vertical de una fachada, se recomienda elevarla distancia desde el suelo hasta unos 30 cm, parti-cularmente en zonas lluviosas. De esta forma tam-bién se limitará la salpicadura del agua de lluvia y laposible aparición de mohos.

El ejemplo más clarificador lo constituye el apoyode un pilar. Si el pilar está elaborado con una coní-fera como el pino silvestre y estuviese en contactodirecto con el terreno (clase de uso 4), su protecciónrequeriría un tratamiento en profundidad y su dura-bilidad natural (sin tratamiento) sería inferior a diezaños (en función de factores como el porcentaje dealbura, el tamaño de su sección, la climatología dela zona, etc). Si el mismo pilar estuviese en una cla-se de uso 3.1, el tratamiento recomendado seríasuperficial y/o medio y su vida de servicio podría lle-gar a multiplicarse por un factor de 10.

Esta medida puede complementarse con otras comoproteger el pilar de la intemperie mediante un vuelode la cubierta o disponer de una franja de grava ogravilla que rodee el edificio, actuando de superficiedrenante y, al mismo tiempo, limitando el efecto delas salpicaduras del agua de lluvia.

10.2.2 Evitar que los arranques de soportes yarcos queden embebidos en el material de fábrica

Otra práctica con los mismos objetivos que la ante-rior es evitar que los arranques de soportes y arcosqueden embebidos en el hormigón u otro materialde fábrica. Para ello se protegerán de la humedadcolocándolos a una distancia suficiente del suelo osobre capas impermeables.

Obviar este detalle ha provocado una rápida degra-dación en el apoyo de numerosos elementos elabo-rados con madera de coníferas conteniendo albura ytratadas superficialmente. En ocasiones, la solucióndel apoyo es adecuada en el momento de finalizar laobra, pero la falta de mantenimiento posterior y laconsecuente acumulación de tierra y materia vege-tal, puede transformar la situación original.

10.2.3 Ventilar los encuentros de vigas y muros

El encuentro entre las vigas y los muros exterioressiempre ha constituido un punto crítico en laestructura de un edificio, ante los posibles aportesextraordinarios de humedad (capilaridad, filtracio-nes, etc.) que puede recibir la madera y el consi-

Figura 7. Apoyo de un pilar de madera en una clase de uso 4(izquierda) y medidas de diseño constructivo que podríansituarlo en una clase de uso 3.2 (centro) y 3.1 (derecha).

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guiente riesgo de aparición de ataques de organis-mos xilófagos como los hongos de pudrición o ter-mitas subterráneas.

Por estos motivos, los encuentros de vigas en murosdeben ventilarse manteniendo una separación míni-ma de 15 mm entre la superficie de la madera y elmaterial del muro. El apoyo en su base debe reali-zarse a través de un material intermedio, separador,que no transmita la posible humedad del muro.

En los edificios antiguos es habitual encontrardiversos materiales empleados para resolver el apo-yo de las vigas sobre el muro, desde durmientes ela-borados con maderas de mayor durabilidad a chapasde plomo, bloques de corcho, etc. Entre los materia-les más empleados hoy en día está el neopreno.

De nuevo, se trata de una práctica constructiva degran influencia en la durabilidad de los elementosestructurales de madera. Por citar un ejemplo, enFlorencia (Italia), la armadura de cubierta de unaiglesia elaborada con vigas de picea (Picea abies) seencuentra en buen estado tras más de quinientosaños de servicio, a pesar de la limitada durabilidadnatural de la madera empleada. En este caso, en elencuentro de los tirantes sobre el muro de piedra seexcavaron unos canales inclinados que comunica-ban con el exterior del edificio, logrando mantenerlos apoyos secos y ventilados y, en consecuencia, sinriesgo de ataque por hongos de pudrición.

10.2.4 Evitar uniones en las que se pueda acumu-lar agua

Las uniones de elementos de madera al exteriorconstituyen otro punto crítico por la posibilidad deque originen retenciones de agua que, puedan pro-piciar ataques de hongos de pudrición.

Si se realizan uniones carpinteras en madera, debepreverse siempre la salida natural del agua que pue-da ser retenida, evitando emplear al exterior aque-llas soluciones que permitan la acumulación delagua, como puede ser las uniones de tipo machi-hembrado en un entarimado. Normalmente, debemantenerse una separación mínima de unos 5-8mm entre los elementos para evitar que el aguaquede retenida por capilaridad.

Un defecto de diseño habitual en algunas pasarelasdescubiertas de madera laminada consiste en apro-vechar las vigas principales para fijar, directamente

adosadas a éstas, uno de los largueros que sostienenel entablado, creando así una línea de unión queacumula el agua de lluvia y, a menudo, termina pro-duciendo una pudrición de ambos elementos. Lomismo es aplicable, en el caso de un puente triarti-culado, al sistema de unión entre los arcos y lapasarela del puente, que debe separarse para facili-tar la salida del agua de lluvia.

Lógicamente, en grandes elementos estructurales, laseparación entre los componentes de madera debeser amplia y tener en cuenta los fenómenos de hin-chazón y merma de la madera, permitiendo, en todomomento, la ventilación y el drenaje de las uniones.

Los casos anteriores son extrapolables a muchasotras situaciones donde siempre conviene evitar elcontacto directo entre los elementos de madera alexterior. Así, por ejemplo, puede mejorarse el apoyode una tabla de tarima sobre el rastrel, incorporan-do entre los dos elementos una lámina separadoraque permita su aireación e impida que la humedaddel rastrel acceda a la tabla. Lógicamente, estamedida resultará más eficaz en San Sebastián, don-de la precipitación anual supera los 1700 mm, queen Almería donde es inferior a los 200 mm.

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En las uniones metálicas deberá prestarse una aten-ción adicional para evitar cualquier superficie planaque pueda retener agua de lluvia en contacto con lamadera. Este es el motivo por el que se recomiendaretranquear ligeramente las bandejas de apoyo delas uniones, con respecto a la sección de la pieza demadera (como es el caso del apoyo de un pilar).

En el caso de emplear elementos de unión metáli-cos, el CTE incluye los valores mínimos del espesordel revestimiento de protección frente a la corrosióno el tipo de acero recomendados, según las diferen-tes clases de servicio. Si la madera ha recibido algúntratamiento químico, será también necesario verifi-car su compatibilidad con la composición de lasuniones metálicas.

En todos los casos, los posibles cambios de dimen-siones, producidos por la hinchazón o merma de lamadera, no deben quedar restringidos por los ele-mentos de unión.

Asimismo, con independencia de la durabilidad bio-lógica, es importante considerar otros factorescomo evitar la aparición de tensiones de tracciónperpendicular a la fibra en la madera que pudiesenlimitar la eficacia de la unión.

En la bibliografía se incluyen varias referencias queincluyen numerosos detalles vinculados al diseño deuniones (Arriaga et al, 2012; APA, 2007).

10.2.5 Proteger la cara superior de los elementosde madera expuestos a la intemperie

La quinta práctica consiste en proteger la carasuperior de los elementos de madera que esténexpuestos a la intemperie y en los que puedan pro-ducirse acumulaciones de agua. En el caso de utili-zar una albardilla (normalmente de chapa metálica),se debe permitir la aireación de la madera quecubre.

Un ejemplo lo constituyen las vigas principales deuna pasarela de madera laminada descubierta, amenudo elaboradas con madera de coníferas quecontienen albura. Si la cara superior de estas vigasestá expuesta a la intemperie y se producen acumu-laciones de agua, es inevitable que los fenómenosde hinchazón y merma generen fendas superficiales.Con el tiempo, las fendas irán profundizando en elinterior de la viga, propiciando el acceso del agua delluvia a zonas de la madera que no hayan recibidotratamiento protector.

Una forma de reducir las acumulaciones de agua esdotar a las superficies expuestas de una pendientesuperior a 20-30º. Sin embargo, en piezas anchas,los fenómenos de hinchazón y merma, propiciaránla aparición de fendas (que retendrán el agua de llu-via), aún en una superficie inclinada.

Debido a lo anterior, en dichas situaciones, la opciónmás acertada sería adoptar medidas constructivasque permitan proteger adecuadamente la carasuperior de los elementos mediante albardillas opiezas de sacrificio. Estas soluciones son comunesen países del centro y norte de Europa donde eshabitual, además, encontrar pasarelas o puentes demadera cubiertos, que reducen la clase de uso a laque quedan expuestos los principales elementosestructurales de la pasarela.

Figura 8. Protección de la cara superior de un elemento estruc-tural mediante una pendiente y una albardilla metálica.

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Si esto no fuese posible, pueden emplearse maderasde elevada durabilidad natural o bien coníferas conalbura fácilmente tratable y considerar en una clasede uso 4, tal y como recomienda la norma prEN 335,la situación de los elementos que, sin estar en con-tacto directo con la tierra, acumulan agua de formacontinuada (por razones de diseño o por depósitossuperficiales). Siguiendo esta recomendación, loselementos estructurales que requieran un trata-miento en dichas situaciones, deberían recibir unaprotección profunda del nivel NP5.

10.2.6 Proteger las testas

La sexta práctica consiste en evitar que las testas delos elementos estructurales de madera quedenexpuestas al agua de lluvia, protegiéndolas con unsellador específico y/o ocultándolas, cuando seanecesario, con una pieza de sacrificio. La protecciónadicional que requieren las testas se debe a sucapacidad de absorber y ceder humedad a una velo-cidad muy superior a la que tiene lugar por las caraslaterales de la madera (en la mayor parte de lasespecies suelen considerarse valores entre 10 y 30veces superiores).

En España, es común encontrar ejemplos de estapráctica en edificios antiguos donde los extremos delos elementos estructurales de forjados o cubiertassobresalían del muro de fábrica. Entre las solucionesempleadas, se incrementaba el vuelo de los aleros ylas testas se mecanizaban para facilitar el escurridodel agua de lluvia, se embreaba su extremo o secubrían con otras piezas de madera, tejas, pequeñaslajas de piedra, pizarra, etc.

En obra nueva, el diseño de algunos edificios con-templa que los extremos de las vigas de cubierta (amenudo de madera laminada encolada) vuelen des-de sus apoyos dejando vistas sus testas desde elexterior. En estas condiciones, las testas puedenquedar muy expuestas a la acción de los agentes

atmosféricos (agua y radiación solar) y desarrollarfendas como consecuencia de los fenómenos dehinchazón y merma de la madera. A su vez, la apari-ción de las fendas favorece la retención del agua delluvia, acelerando la degradación del elemento y laposibilidad de ataques por hongos de pudrición.

La solución más habitual es recubrir la testa conuna pieza de protección que puede ser metálica oelaborada con una pieza de sacrificio (madera tropi-cal de elevada durabilidad, etc.) que pueda ser reno-vada posteriormente con facilidad.

En el caso de los postes u otros elementos verticalesexpuestos a la intemperie y cuyo extremo remate enuna superficie horizontal, este efecto se acentúa porla mayor facilidad de retener el agua de lluvia, lanieve, etc. Un simple corte oblicuo, o mejor dos, enel extremo del elemento puede contribuir notable-mente a prolongar su vida de servicio. Otras opcio-nes más eficaces pueden ser colocar una caperuzametálica, etc.

Estas medidas son adecuadas incluso en elementosque hayan recibido un tratamiento en profundidad.Así, por ejemplo, los postes telegráficos que hansido tratados con creosota siguen mostrando susextremos apuntados. Igualmente, en un poste demadera tratado en profundidad con sales hidrosolu-bles, la acumulación de agua sobre su testa planapueda producir una degradación prematura delduramen respecto a la corona de albura impregnadade producto.

Figura 9. Medidas de diseño constructivo para proteger latesta de un elemento vertical.

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Muchas otras situaciones habituales requieren pro-teger las testas como puede ser el caso de las tablasque forman un entarimado de exterior, las unionesentre lamas de una fachada, su encuentro en esqui-na, etc. A menudo, la protección de las testas conun sellador específico, debe combinarse con otrasmedidas como dotar a los elementos de una ventila-ción adecuada.

En ocasiones, una medida inadecuada de diseñoconstructivo puede acelerar la degradación del ele-mento. Sería el caso de una viga inclinada, cuyacara superior se desea proteger con un revestimien-to metálico que deja la testa expuesta. En esteejemplo, el agua de lluvia discurriría por la superfi-cie metálica rebosando por la testa que, al ser máshigroscópica y recibir un mayor volumen de agua, sedegradará prematuramente.

10.2.7 Facilitar la evacuación del agua de lluvia

La última recomendación del Código Técnico es faci-litar, en general, al conjunto de la cubierta la rápidaevacuación de las aguas de lluvia y disponer siste-mas de desagüe de las condensaciones en los lugarespertinentes.

10.2.8 Otras consideraciones

En ocasiones, particularmente al proyectar elemen-tos de madera al exterior, el diseño constructivopuede descuidarse cuando se emplean especies deelevada durabilidad. Sin embargo, aún empleandolas maderas más durables, deben tenerse en cuentaotros factores como las variaciones dimensionalesen la madera, producidas por los fenómenos de hin-chazón y merma, que no deben quedar restringidas.

El contenido de humedad de la madera deberá ser lomás próximo posible al de las condiciones de sulugar de instalación. Por ejemplo, si se emplea made-ra tratada en autoclave con sales hidrosolubles y lamadera está empapada por no haberla secado tras sutratamiento, una vez puesta en servicio se produciráuna importante merma que podrá originar deforma-ciones y afectar a los medios de unión.

Para evitar las posibles deformaciones de la maderatambién será necesario respetar unas reglas respectoa la geometría (relación ancho-espesor, longitudesmáximas recomendables, etc.) y sujeción de las pie-zas. En la bibliografía pueden encontrarse variaspublicaciones que detallan estas recomendacionesen las distintas tipologías de fachadas o de pavimen-tos de exterior.

Asimismo, determinadas aplicaciones requieren pres-taciones específicas. Por ejemplo, en un entarimadode exterior sometido a un tráfico peatonal intenso enuna zona lluviosa tan importante como garantizar ladurabilidad de la madera empleada puede ser adoptarmedidas para reducir la resbaladicidad.

Figura 10. Protección de la cara superior y testa de unaviga. En el ejemplo de la izquierda, el diseño puede provo-car que la testa reciba un mayor volumen de agua pudien-do acelerar su degradación.

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En España, el mantenimiento en obras estructuralesde madera continúa siendo muy reducido y, a menu-do, inexistente. Esta situación, que tiende a cambiarprogresivamente, no se puede considerar una res-ponsabilidad del proyectista, si bien se trata de unarealidad que no debe ignorarse en la toma de deci-siones del proyecto.

Los tratamientos protectores en autoclave destina-dos a clases de uso elevadas, no se renuevan y per-mite garantizar una vida útil del elemento tratado.Por ello, es recomendable asignar una clase de usosuperior si se prevé que en las condiciones de servi-cio se pueda provocar una humectación imprevistade la madera derivada de la posterior falta de man-tenimiento, cuando los elementos de madera seande difícil acceso (rastreles de una fachada, porejemplo) o cuando las consecuencias de su roturasean particularmente graves (entablado de unapasarela peatonal elevada, por ejemplo).

Lo mismo es aplicable a los acabados decorativos,donde un diseño constructivo adecuado (protegerlas testas de las piezas, evitar las superficies hori-zontales al exterior, redondear los cantos de las pie-zas, etc.) permitirá prolongar considerablemente superiodo de renovación.

Por ejemplo, en una pasarela de madera con unapieza de sacrificio que recubra la cara superior delas vigas, no sólo se mejorará su durabilidad sinoque, al lograr que las superficies expuestas a laintemperie sean verticales, también se prolongaráconsiderablemente el periodo de renovación delacabado decorativo.

Asimismo, el mantenimiento y la limpieza de otrosmateriales puede ser necesario para garantizar lapermanencia de las condiciones correspondientes ala clase de uso en las que fue instalado el elementoestructural de madera. Un ejemplo puede ser la revi-sión periódica de las bajantes y canalizaciones, o lalimpieza del apoyo de una viga de madera sobre unazapata de hormigón al exterior donde pueda acu-mularse tierra, materia vegetal o humedad.

10.3 TABLEROS DERIVADOS DE LA MADERA

Con las variaciones inherentes a cada tipo de pro-ducto, los principios de diseño constructivo recogi-dos por el CTE pueden ser aplicados a los distintostableros derivados de la madera.

Así, al igual que en el caso de la madera, es siemprerecomendable evitar el contacto directo de lostableros con el terreno, manteniendo una distanciaque evite exponerlos a una clase de uso 4, dondeserían altamente susceptibles del ataque de hongosde pudrición y, en algunos casos, de termitas subte-rráneas. Ejemplos de estas situaciones pueden pro-ducirse en el remate inferior de un tablero emplea-do como revestimiento de fachada o en el apoyo deun tablero contralaminado sobre un muro de hormi-gón, que siempre deberá realizarse sobre un mate-rial impermeable.

Otra de las principales normas de diseño paraemplear tableros, tanto en el interior como en elexterior, es instalarlos con un contenido de hume-dad similar al de sus condiciones de uso y mante-nerlos ventilados. Así, los tableros empleados comorevestimiento deben instalarse separados del muromediante rastreles que permitan mantener unacámara ventilada y sin interrupciones del flujo deaire entre la parte inferior y superior del revesti-miento.

Como ocurre con las testas de los elementos demadera, los cantos de los tableros sin protección nodeben quedar expuestos al agua de lluvia o a otrasfuentes de humedad.

Otra recomendación es considerar un diseño cons-tructivo que evite las acumulaciones de agua. Porejemplo, los tableros empleados como revestimientoexterior suelen suministrarlos con sus cantos bisela-dos, o en orientaciones verticales y en el sentido dela veta de la madera para disminuir los riesgos deque se produzcan acumulaciones de agua.

Figura 11. Medidas de diseño constructivo para evitar laacumulación de agua en un elemento de madera al exte-rior y prolongar la durabilidad de un acabado decorativo.El redondeo del canto (derecha) es esencial para garantizarun espesor homogéneo si se aplica un acabado filmógeno.

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En función de cada tipo de tablero estructural, losfabricantes suministran detalles constructivos sobrecómo resolver los tipos de juntas requeridas en lostableros situados al exterior. Estos detalles debenpermitir los movimientos dimensionales de lostableros como consecuencia de las variaciones delas condiciones ambientales y, al mismo tiempo, evi-tar las infiltraciones o la retención de agua. Lo mis-mo es aplicable a los elementos de fijación emplea-dos que deben ser resistentes a la corrosión. Enestos casos, para garantizar los mejores resultadoses importante seguir estrictamente las recomenda-ciones del fabricante en cuanto a diseño constructi-vo, tipos de juntas, protección de cantos, sistemasde fijación, etc.

10.4 DETALLES CONSTRUCTIVOS ESPECÍFICOS

Existen muchas otras recomendaciones constructi-vas que pueden consultarse en la bibliografía. EnEspaña, autores como Arriaga y Esteban (2001) yPeraza (2001) ofrecen una revisión general de deta-lles constructivos vinculados a la durabilidad.

Otras publicaciones profundizan en los detallesconstructivos de elementos de madera según las dis-tintas tipologías de las obras. En Gran Bretaña, laTimber Research and Development Association (TRA-DA) dispone, entre otros, de manuales sobre facha-das de madera (Hislop, 2007) o pavimentos de exte-rior (Hislop, 2006), así como de una serie de hojasinformativas (wood information sheets) sobre todotipo de temas vinculados a la construcción en made-ra, incluyendo el diseño constructivo (TRADA, 2004).En Francia, el Service d´Études Techniques des Rou-tes et Autoroutes (SETRA) ha editado manuales sobredurabilidad de puentes de madera (Brabier et al,2007) y el Institut Technologique Forêt CelluloseBois construction Ameublement (FCBA) sobre pavi-mentos de exterior (Daleau y Le Nevé, 2006). EnEspaña, la Asociación Técnica de las Industrias de laMadera (AITIM) ha editado publicaciones sobrepuentes de madera (Schwaner et al., 2004), tablerosestructurales de madera (Peraza et al., 2004), etc.

También existen diversas páginas web con informa-ción útil sobre diseño constructivo en madera ytableros, de las que se citan algunas referencias:

En España, AITIM dispone de una página web(www.infomadera.net) con un servicio de búsquedaque permite acceder a numerosos artículos publica-dos en su revista.

En Francia, el Comité National pour le Dévelopmentdu Bois (CNBD) ha editado manuales sobre diversastipologías de obras en madera (rurales, educativas,deportivas, viviendas, etc.), muchas de las cuales pue-den consultarse a través de internet (www.cndb.org).

En Austria, la organización proHolz dispone de unacompleta página web (www.dataholz.com) con infor-mación sobre productos de madera, detalles cons-tructivos y sus diferentes aplicaciones con su versiónen español (www.proholz.es).

En Estados Unidos, la APA-The Engineered WoodAssociation (www.apawood.org) dispone de centena-res de artículos sobre todo tipo de productos estruc-turales de madera y, en particular, sobre tableros con-trachapados, tableros de virutas orientadas y maderalaminada encolada.

En Canadá, la página web del Canadian Wood Coun-cil (www.cwc.ca) permite acceder a numerosas publi-caciones sobre sistemas constructivos en madera.

En Australia, la Forest & Wood Products Australia(FWPA) dispone de una completa página web con laposibilidad de descargar decenas de manuales técni-cos y de instalación de distintos productos de made-ra (www.woodsolutions.com.au).

BIBLIOGRAFÍA

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Arriaga, F., Esteban, M. (2001). Protección de la madera mediante eldiseño constructivo. Boletín de Información Técnica AITIM, 195.

Barbier, V.,Berthellemy, J., Calvi, D., Jelden, S., Chazelas, J.L., Corfdir, P.,Laplane, J., Leroy, R. (2006). Timber Bridges. How to ensure their dura-bility. Sétra Technical Guide, 173 pp.

Daleau, D., Le Nevé, S. (2006). Guide de conception et de réalisationdes terrasses en bois. CTBA, 54 pp.

Hislop, P. (2007). External timber cladding. TRADA Technology, 80 pp.

Hislop, P. (2006). Timber decking - the professionals’ manual. TRADATechnology, 80 pp.

Peraza, F., Arriaga, F., Peraza, J.E. (2004). Tableros de madera de usoestructural. AITIM, 276 pp.

Peraza, F. (2002). Protección preventiva de la madera. AITIM, 430 pp.

Schwaner, K., Bancalari, A., Arriaga, F., Marcus, J. Briceño, G.A. (2004).Puentes de madera. AITIM, 288 pp.

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Código Técnico de la Edificación (CTE). Documento Básico de Seguri-dad Estructural. Estructuras de Madera (2009). Ministerio de Vivienda,Madrid, 126 pp.

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11.1 METODOLOGÍA GENERAL DE LA TOMA DEDECISIONES

En cada situación, definida por el empleo de unaespecie de madera en una clase de uso, utilizando lasecuencia de toma de decisiones representada en lafigura 12 (basada en la norma UNE-EN 351-1), elusuario puede analizar la necesidad, o no, de reali-zar un tratamiento protector de la madera. Lospasos se resumen a continuación:

a) Se parte de una prescripción o empleo de lamadera en la construcción.

b) Se determina la clase de uso y los agentesbiológicos a los que va a estar expuesto el ele-mento de madera. Si el proyecto incorpora ele-mentos de madera al exterior, por encima delsuelo, se recomienda seguir las indicaciones deldocumento FD P20-651 detalladas en el capítu-lo 3.

c) Se selecciona una especie de madera.

d) Se evalúa si la durabilidad natural de lamadera es suficiente o si requiere algún trata-miento protector. Debe considerarse si la espe-cie seleccionada contiene madera de albura.

e) Si la durabilidad natural de la madera no fue-se suficiente pueden tomarse varias decisiones.Puede seleccionarse otra especie cuya durabili-dad natural permita su empleo en la clase deuso del proyecto. También es posible revisar lasolución prescrita, mediante el diseño construc-tivo, para intentar disminuir la clase de uso; oprescribir un tratamiento que confiera la dura-bilidad necesaria a la especie de madera selec-cionada originalmente.

f) Cuando sea preciso aplicar un tratamientoprotector a un elemento estructural de maderaen España, su elección debe basarse en las indi-caciones establecidas en el Documento Básicode Seguridad Estructural - Madera del CódigoTécnico de la Edificación (CTE).

g) Se comprueba si la impregnabilidad de lamadera permite alcanzar, o no, los requisitos depenetración exigidos por el CTE para cada clasede uso.

h) Si la impregnabilidad de la madera no permi-te alcanzar los requisitos de penetración exigi-dos por el CTE, deberá seleccionarse otra espe-cie de madera cuya durabilidad natural oimpregnabilidad permita su empleo en la clasede uso considerada. Otra opción es revisar lasolución inicial para intentar disminuir la clasede uso, mediante el diseño constructivo.

i) Si la impregnabilidad de la madera fuese ade-cuada, se define el producto protector y elmétodo de tratamiento.

En las páginas siguientes se exponen varios ejem-plos de toma de decisiones sobre la necesidad, o no,de realizar un tratamiento protector a distintasespecies de madera en diversas situaciones.

11.2 EJEMPLOS DE TOMA DE DECISIONES

El objetivo de los ejemplos expuestos es comprenderel proceso de toma de decisiones y no deben consi-derarse soluciones únicas para las situaciones des-critas. A las propuestas de tratamiento protector, seañaden, en algunos casos, recomendaciones sobrelos tratamientos decorativos a aplicar para conse-guir una protección frente a los agentes meteoroló-gicos.

Al prescribir un tratamiento protector, en el caso demadera maciza y elementos encolados de madera,se han tomado como referencia las recomendacio-nes del CTE, aún en el caso de aplicaciones que nopertenecen al ámbito de la edificación como pasa-relas descubiertas, etc.

Cuando el proyecto incorpora elementos de maderaal exterior, por encima del suelo, se han seguido lasindicaciones del documento FD P20-651, detalladasen el capítulo 3, para matizar la clase de uso en fun-ción de las condiciones climáticas, la masividad y eldiseño constructivo.

Los casos anteriores se complementan con ejemplosde tableros estructurales de madera, cuyas necesi-dades de tratamiento no están contempladas en elCTE.

11. Toma de decisiones

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l CTE Figura 12. Diagrama de flujo para la toma de decisiones sobre la necesidad de realizar un tratamiento protector

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11.2.1 Estructura de cubierta de madera laminadade una piscina

Las vigas de madera laminada encolada que formanla cubierta de una piscina se sitúan en una clase deuso 2.

La madera empleada es abeto rojo (Picea abies), laespecie más frecuente en la elaboración de elemen-tos de madera laminada encolada.

La madera contiene albura, por lo que su durabili-dad frente a los hongos xilófagos sería del tipo 5 (nodurable). La norma EN 460 señala que la durabilidadfrente a los hongos de pudrición de la madera dealbura es normalmente suficiente para su empleo enuna clase de uso 2, pero recomienda un tratamientoprotector para determinados usos. En este caso,durante la fase de montaje y hasta el cierre de lacubierta, las vigas de madera laminada estánexpuestas a la intemperie, por lo que se debe proce-der a su tratamiento.

Asimismo, la albura (y el duramen) de la madera depícea es sensible frente al ataque de insectos deciclo larvario que pueden estar presentes en unaclase de uso 2. El duramen también es sensible fren-te al ataque de termitas, pero el riesgo de ataque alas vigas de cubierta es muy reducido al tratarse deuna obra nueva, transitada y con un diseño que difi-cultaría considerablemente su acceso.

El CTE establece un nivel de penetración NP1 para elempleo de madera tratada en una clase de uso 2.También señala que todas las caras de las vigasdeberán recibir un tratamiento frente a los insectosde ciclo larvario y hongos de pudrición.

El nivel de penetración NP1 no conlleva ningunaexigencia específica, por lo que el tratamiento pue-de ser de carácter superficial. La aplicación puederealizarla, mediante pincelado, el propio fabricantede las vigas de madera laminada, antes de procedera su transporte y montaje.

Como producto se selecciona un fondo protectorfrente a los agentes citados en la dosis recomenda-da por el fabricante en función de los ensayos deeficacia que haya realizado. Lo habitual es incluirtambién una protección frente a la radiación solar,complementando el tratamiento anterior con laaplicación de un producto pigmentado como puedeser un lasur.

Con independencia del tratamiento, el diseño cons-tructivo debe asegurar que se mantienen las condi-ciones correspondientes a una clase de uso 2, a lolargo de la vida de servicio de los elementos estruc-turales de madera. Para ello deben evitarse las posi-bles condensaciones sobre la madera; solucionar losapoyos de las vigas de forma que permanezcan ven-tilados y se realicen sobre un material impermeable;y prever las posibles necesidades de mantenimientoderivadas de la limpieza periódica de bajantes.

11.2.2 Pilares de una cubierta que protege de laintemperie el acceso a un edificio

Los pilares sostienen una cubierta ligera que prote-ge de la intemperie el acceso a un edificio.

El diseño de los herrajes evita el contacto de lospilares con el suelo y, al mismo tiempo, impide lasposibles retenciones del agua de lluvia. Los pilarestambién están parcialmente protegidos por el vuelode la cubierta que sostienen.

Los pilares están formados por dos piezas de made-ra encolada (dúos) con una sección total de140x140 mm y se han elaborado con madera depino silvestre (Pinus sylvestris) que contiene albura.

Para comprobar la clase de uso en la que se encuen-tra la obra, se revisan las condiciones climáticas delemplazamiento, la masividad y el diseño constructi-vo de los pilares.

Las condiciones climáticas se clasifican como modera-das ya que el número medio de días al año en los quese produce una precipitación igual o superior a 1 mmestá comprendido entre 100 y 150 (tabla 2).

Los pilares tienen un espesor de 140 mm y estánformados por dos láminas por lo que su masividadse clasifica como media (tabla 3).

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El diseño constructivo es vertical. La testa superior yla base del pilar están adecuadamente protegidaspor lo que se considera drenante.

Con los datos anteriores se consulta la tabla 5 que secorresponde con los elementos de madera al exterior,por encima del suelo, poco expuestos al clima. En dichatabla, un elemento de masividad media, con un diseñoconstructivo drenante y expuesto a unas condicionesclimáticas moderadas se sitúa en una clase de uso 3.1.

La norma EN 460 señala que la durabilidad naturalde la albura frente a los hongos xilófagos puede sersuficiente para su empleo en una clase de uso 3,pero puede ser necesario un tratamiento protectorsegún la especie de madera, su permeabilidad y suuso. Además, la albura sería atacable por insectosde ciclo larvario y termitas.

El riesgo de ataque por termitas subterráneas esmuy reducido dado que el pilar está expuesto al airey aislado del suelo. En todo caso, la única vía deacceso de las termitas requeriría elaborar un canaltermítico, fácilmente detectable.

El CTE establece una penetración de tipo NP2 (almenos 3 mm en las caras laterales de la albura) paraun elemento estructural de madera situada en unaclase de uso 3.1.

La albura de pino silvestre está clasificada comomuy fácil de impregnar y la madera aserrada puedeser impregnada totalmente con un tratamiento apresión sin dificultad.

En el caso de elementos encolados de madera querequieran protección para una clase de uso 3.1, elCTE señala que el tratamiento podrá realizarse sobrela pieza terminada o bien sobre las láminas previa-mente a su encolado.

En este caso el tratamiento se realiza sobre las pie-zas terminadas. Dada la facilidad de impregnaciónde la albura de pino silvestre y el nivel de penetra-ción requerido, podrá emplearse desde un pincelado,hasta un tratamiento de pulverización en autoclavede doble vacío.

Como producto protector se aplica un fondo que con-tenga principios activos fungicidas e insecticidas en lasdosis señaladas por el fabricante. Como acabado deco-rativo puede emplearse un lasur o un acabado filmóge-no que incorporen pigmentos protectores frente a laradiación ultravioleta.

11.2.3 Envejecimiento natural de una fachada demadera

Se desea prescribir una fachada de madera y permi-tir su envejecimiento natural sin emplear ningúnacabado decorativo.

Como especies para realizar las lamas se proponenmadera de cedro rojo del Pacífico (Thuja plicata) omadera modificada térmicamente.

La fachada está elaborada con lamas machihembra-das en disposición vertical. El diseño constructivo(doble rastrel) permite una ventilación adecuada yla evacuación del agua a lo largo de toda su super-ficie. El extremo inferior de la fachada está separa-do del suelo y el extremo superior está coronado porun remate metálico que permite la circulación delaire y no interrumpe la ventilación.

Las condiciones climáticas del lugar de instalaciónse clasifican como secas (tabla 2) y las lamas tienenun espesor inferior a 28 mm por lo que su masividades reducida (tabla 3).

La disposición de las lamas es vertical y no existenpuntos de acumulación de agua debidos a mecani-zados, uniones, herrajes, etc., por lo que el diseñoconstructivo se considera drenante.

Un elemento de masividad reducida, con un diseñoconstructivo drenante y expuesto a unas condicio-nes climáticas secas se sitúa en una clase de uso 3.1(tabla 5).

La norma EN 350-2 distingue entre la durabilidadnatural de la madera de cedro rojo de procedenciaNorteamericana y la originaria de plantaciones euro-peas. En este caso, la partida está formada por made-ra de duramen y procede de los Estados Unidos.

La durabilidad natural de la madera frente a loshongos xilófagos es de la clase 2 (durable), suficien-te para su empleo en una clase de uso 3.1. El dura-men también es resistente frente a los insectos deciclo larvario y, aunque aparece como sensible fren-te a las termitas, sus posibilidades de atacar unafachada a la intemperie son muy reducidas.

Por lo tanto, la durabilidad natural de la madera decedro rojo hace innecesario aplicar un tratamientoprotector. Como referencia, en la tabla 8, se estimaque la madera alcanzará una vida útil, en una clasede uso 3.1, comprendida entre 50 y 100 años.

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Una vez definido el diseño y la especie de madera,se revisa el proyecto considerando la posibilidad deaparición de mohos, manchas debidas a extractos yreacciones con metales.

La fachada se encuentra en unas condiciones climá-ticas secas. Las lamas son verticales y están bienventiladas, por lo que el riesgo de aparición demohos es reducido.

La madera de cedro rojo, posee un elevado conteni-do de extractos solubles en agua y, además, es sus-ceptible de provocar reacciones en presencia de ele-mentos férricos cuando se emplea al exterior.

La fachada se atornilla desde el exterior. Para preve-nir la corrosión y la aparición de manchas debidas alcontacto entre el metal y la madera, se empleantornillos de acero inoxidable.

Los extractos que contiene la madera son solublesen agua, por lo que el diseño constructivo constitu-ye la mejor medida para promover que sean lavadospor la lluvia evitando la aparición de manchas sobrela superficie de la madera. En este sentido, la facha-da debe diseñarse de forma que el conjunto de susuperficie esté expuesta a volúmenes similares deagua de lluvia, para promover un envejecimientohomogéneo de su superficie.

Especialmente importante es evitar que existan por-ciones de la fachada protegidas de la incidencia dela lluvia, ya que las manchas producidas por lasexudaciones de taninos permanecerán visibles enestas zonas, contrastando con las zonas expuestasdonde ya han sido lavados.

En función del diseño de la fachada, dado que lamadera de cedro rojo tiene un elevado contenido deextractos, puede emplearse un producto bloqueadorde taninos.

El producto puede aplicarse mediante pincelado,inmersión, pulverización, etc. Para mejorar la esta-bilidad del conjunto y evitar el posible lixiviado detaninos, el producto también debe aplicarse en lacontracara de las lamas. Adicionalmente, las testasde las lamas se protegen con un sellador, por enci-ma del fondo bloqueador de taninos.

Como se desea producir un envejecimiento naturalde la fachada, no sería necesario emplear ningunaprotección frente a la radiación ultravioleta.

En el caso de emplear madera modificada térmica-mente, existen varias tecnologías disponibles.

A modo de ejemplo, si se opta por una conífera ter-motratada en una atmósfera de vapor se escogeríael tratamiento Thermo-D que permite alcanzar unacategoría 2 (durable) frente a los hongos de pudri-ción y, al mismo tiempo, proporciona resistenciafrente a los insectos xilófagos de ciclo larvario.

La durabilidad sería similar a la de la madera decedro rojo y no requeriría ningún tratamiento pro-tector para su empleo como fachada. Al igual queen el caso del cedro rojo, se emplearían tornillos deacero inoxidable siguiendo las instrucciones delfabricante,

La madera modificada térmicamente es más oscuray también posee extractos por lo que, si existenzonas resguardadas de la acción directa del agua delluvia, sería conveniente aplicar un bloqueador detaninos en los términos descritos anteriormente.

Con ninguna de las dos especies es de esperar exu-daciones de resinas como consecuencia de su expo-sición a temperaturas elevadas. La madera de cedrorojo carece de canales resiníferos fisiológicos y en lamadera modificada térmicamente (tratamientoThermo-D), la resina ha sido eliminada durante eltratamiento.

11.2.4 Acabado decorativo de una envolvente demadera acetilada

Dentro de una intervención en una zona portuariaestá previsto construir una estación marítima. Comoenvolvente de la estación se prescribe madera aceti-lada con un acabado decorativo.

La envolvente está formada por unos listones verti-cales de madera con una sección de 5x3 cm, espa-ciados 8 cm entre sí. Los listones se apoyan sobreunas tablas de 1,5 x 7 cm, también verticales.Ambos elementos se fijan a unos rastreles de made-ra tratada, atornillados a una chapa grecada de ace-ro.

La fachada tiene una cámara de ventilación (> 2cm) y el extremo inferior está separado del suelo.Las testas de los listones tienen una pendiente de45º y su extremo superior está protegido por unvierteaguas metálico.

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La madera acetilada de pino radiata (Pinus radiata)está clasificada como muy durable frente a los hon-gos xilófagos y como durable frente a los insectosde ciclo larvario por lo que no sería necesario reali-zar ningún tratamiento protector.

Como producto decorativo se selecciona un acaba-do filmógeno translúcido en base agua que permiteapreciar la veta de la madera.

En una fachada vertical con un diseño constructivoadecuado y un acabado translúcido, un espesorrazonable de película seca de acabado se sitúa entorno a las 60-80 micras. Para conseguir un espesorhomogéneo sobre la superficie de las lamas es preci-so incorporar diversas medidas adicionales de dise-ño constructivo, como redondear las aristas de loslistones con un radio de curvatura mínimo de unos 3mm.

Se describe la secuencia de aplicación del acabado:

Aplicación mediante inmersión de una mano deimprimación en la cara, contracara y testa de loselementos. El objetivo de la imprimación es facilitarel anclaje de las manos de acabado posteriores.

Aplicación de la primera mano de acabado. En fun-ción del contenido en sólidos del acabado seleccio-nado, debe calcularse el espesor de la películahúmeda que es necesario aplicar para conseguir,una vez evaporada el agua, un espesor de 30-40micras de película seca.

Una vez seco el soporte, se realiza un lijado suave desu superficie y se aplica la segunda mano de acaba-do a las caras y cantos vistos de los listones y tablas.

Por último, se aplica un sellador a las testas paraproporcionarles una protección adicional.

La envolvente se sitúa en un ambiente marino bajocondiciones climáticas húmedas. En estas circuns-tancias, además de la imprimación, se aplica unamano de acabado en la contracara de las tablas ylistones para mejorar su estabilidad en caso de quese produzcan condensaciones.

El periodo de renovación del acabado se estima en 5años.

Anualmente, deberá procederse a una limpieza queelimine los restos que hayan podido depositarse enla superficie de la película de acabado (salitre,excrementos de aves, etc.) y que podrían degradarlaquímicamente. El producto de limpieza es un deter-gente neutro diluido en agua que no contiene bioci-das. La operación puede realizarse manualmente enunas dos horas.

Transcurrido el periodo de mantenimiento, deberáprocederse a un lijado superficial que facilite laadherencia, y a la posterior renovación del productode acabado.

11.2.5 Vigas principales de una pasarela de made-ra laminada descubierta

El proyecto consiste en una pasarela peatonal demadera laminada sobre un río. La pasarela seencuentra en unas condiciones climáticas modera-das y las vigas principales están separadas del suelo,pero expuestas a la intemperie.

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Las vigas tienen un canto de 22 cm y están forma-das por láminas con un espesor inferior a 35 mm porlo que su masividad se clasifica como elevada (tabla3). Las vigas están expuestas a la intemperie y susuperficie apenas tiene pendiente, por lo que eldiseño constructivo retiene el agua.

Consultando la tabla 4 se comprueba que las vigasde la pasarela se encuentran en unas condicionesequivalentes a una clase de uso 4 (aunque no estéen contacto directo con el suelo).

La madera seleccionada para realizar las vigas esabeto rojo (Picea abies) y contiene albura por lo quesu durabilidad frente a los hongos xilófagos seríadel tipo 5 (no durable). Igualmente las vigas seríansensibles frente al ataque de termitas e insectosxilófagos de ciclo larvario.

La norma EN 460 señala que la durabilidad natural,frente a los hongos de pudrición, de una madera deltipo 5 no es suficiente para su empleo en una clase deuso 4, siendo imprescindible un tratamiento protector.

El CTE especifica un nivel de penetración NP5(penetración total en la albura) para una maderaque precise tratamiento en una clase de uso 4.

La albura de la madera de pícea es difícil de impreg-nar lo que quiere decir que, después de 3-4 horas detratamiento bajo presión se alcanzan penetracionesde 3 a 6 mm. Además, la albura no se distingue cla-ramente del duramen y éste no es impregnable. Elduramen está clasificado como no durable frente alos hongos xilófagos, las termitas y también frente alos anóbidos y cerambícidos.

En estas condiciones, debe seleccionarse otra espe-cie para elaborar las vigas de la pasarela.

Aún en el caso de que la pasarela se encontrase enuna clase de uso 3.2, la madera de pícea no podríaalcanzar el nivel de penetración exigido de, almenos, 6 mm en la albura (NP3). El CTE advierte quelas maderas no durables naturalmente empleadasen estas clases de uso deberán ser maderas impreg-nables (clase 1 de la norma UNE-EN 350-2).

La durabilidad natural (duramen) de la madera depícea en una clase de uso 3.2 o 4 sería inferior a 10años (tabla 8). Esta estimación se corresponde conla realidad observada en España donde numerosaspasarelas elaboradas con madera laminada de piceahan tenido que ser sustituidas prematuramente.

Retomando el ejemplo, se decide cambiar la especiepara elaborar las vigas de la pasarela por pino silves-tre (Pinus sylvestris) que también contiene albura.

La albura de pino silvestre está clasificada comomuy fácil de impregnar y la madera aserrada puedeser impregnada totalmente con un tratamiento apresión sin dificultad.

En el caso de protección de madera laminada enco-lada destinada a una clase de uso 4, el CTE señalaque el tratamiento se realizará sobre las láminaspreviamente a su encolado y que el fabricante debe-rá comprobar que el producto es compatible con elencolado.

Como producto protector se emplea una sal hidro-soluble y un tratamiento en autoclave mediantevacío-presión para alcanzar un nivel de penetraciónNP5. El mismo tratamiento debe aplicarse al restode los elementos de la pasarela, elaborados conmadera de pino silvestre y, que se encuentren enuna clase de uso 4, como podría ser el caso delentablado.

Durante el tratamiento en autoclave, se añade unapasta de color que evita el tono verdoso caracterís-tico de la madera tratada con sales hidrosolubles.

Como acabado frente a la radiación ultravioleta seemplea un lasur en las condiciones indicadas por elfabricante. Normalmente deberán aplicarse variasmanos hasta conseguir una dosis de referencia pró-xima a los 250 ml/m2.

Para mantener el acabado decorativo se limpiará lasuperficie de la madera de restos de suciedad y seaplicarán las manos correspondientes. Debe com-probarse el contenido de humedad de la madera enel momento de proceder a la renovación del acaba-do, para verificar que es compatible con la aplica-ción del producto.

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Con independencia del tratamiento prescrito, queotorga durabilidad a la madera, es importanteincorporar medidas de diseño constructivo quemejoren el comportamiento general de la pasarela.

En una pasarela descubierta es frecuente empezar aobservar síntomas de erosión en los lasures a partirde los dos años de exposición, siendo las zonas máscríticas las superficies horizontales donde puedanproducirse acumulaciones de agua y una mayorincidencia de la luz solar (orientaciones sur y oeste).

Para prolongar el periodo de mantenimiento delacabado decorativo, se emplea una pieza de sacrifi-cio que recubre la cara superior de las vigas. De estaforma, las superficies directamente expuestas a laintemperie serán verticales y el acabado decorativodurará más sobre ellas.

Si las testas de las vigas de la pasarela estuviesenexpuestas, es importante tratarlas con un selladorque ayude a disminuir la aparición de fendas o,mejor aún, incorporar una pieza de sacrificio que lasrecubra.

Otro ejemplo de buena práctica constructiva consis-te en ventilar adecuadamente los encuentros entrelos distintos elementos de madera, evitando fijar alas vigas principales los largueros que sostienen elentablado. Asimismo, debe aplicarse un productosellador a las testas del entablado, dejando un espa-cio adecuado entre éstas y las vigas principales.

11.2.6 Pasarela peatonal en un bosque húmedo

Se trata de una pasarela peatonal integrada en unespacio natural formado por eucaliptos de grandesdimensiones. La pasarela, expuesta a unas condicio-nes climáticas húmedas, está formada por unospostes en contacto con el suelo que sostienen unasvigas sobre las que se dispone un entablado.

En todos los casos (postes, vigas y entarimado) seconsidera que los elementos estructurales se sitúanen una clase de uso 4.

Como especie para elaborar todos los elementos dela pasarela se selecciona pino radiata (Pinus radiata)que contiene albura.

La norma EN 460 señala que si empleamos maderade albura en una clase de uso 4, es necesario reali-zar un tratamiento protector contra los hongos xiló-fagos. La durabilidad natural tampoco sería sufi-ciente para resistir los ataques de los insectossociales y las termitas.

El CTE indica un nivel de penetración NP5 (penetra-ción total en la albura) para las maderas que requie-ran tratamiento en una clase de uso 4. Además, elCTE señala que las maderas no durables natural-mente, empleadas en estas clases de uso deberánser maderas impregnables (clase 1 de la normaUNE-EN 350-2).

En la norma EN 350-2 se comprueba que la alburade pino radiata es fácilmente impregnable (clase 1),por lo que puede impregnarse totalmente con untratamiento a presión sin dificultad.

Como medio de tratamiento se selecciona un auto-clave de vacío y presión. Como producto protector,una sal hidrosoluble.

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Dado que la pasarela peatonal se instalará en Espa-ña, donde existe riesgo de ataques por termitas sub-terráneas, la sal hidrosoluble deberá incluir un bio-cida eficaz frente a los insectos de ciclos larvario,los hongos de pudrición y las termitas subterráneas.

La retención del producto será la indicada por laempresa que realice el tratamiento para garantizaruna protección frente a los agentes citados, en unaclase de uso 4, sobre la base de los ensayos de efica-cia realizados por la empresa fabricante del producto.

El tratamiento con sales hidrosolubles produce unincremento del contenido de humedad de la maderapor lo que se comprobará que los elementos se entre-gan en obra conforme a los requisitos del proyecto.

En este caso, cabe desestimar la aplicación de un aca-bado decorativo, dadas las dificultades que conllevaríasu renovación.

Con independencia de haber realizado un tratamientoen profundidad, se incorporan diversas medidas dediseño constructivo.

Las testas de los postes quedan protegidas por lasvigas de la pasarela evitando así la exposición desuperficies planas que puedan retener el agua de llu-via. Adicionalmente, todas las testas del entablado seprotegen con una pieza de sacrificio elaborada conmadera tratada.

La pasarela está inmersa en un bosque húmedo, por loque su superficie será muy resbaladiza. Para reducir laresbaladicidad del entablado, las tablas se disponen enel sentido transversal al de la marcha y con una ampliaseparación entre ellas (2 cm) que facilita el escurridodel agua. Adicionalmente, las tablas se recubren conuna malla metálica que permitirá proteger del desgas-te la superficie de la madera (cuya dureza es reducida),y, al mismo tiempo, mejorar el deslizamiento en casode caída de hojas y materia orgánica.

11.2.7 Pilotes en contacto con el suelo que sostienenuna vivienda

Se trata de una vivienda unifamiliar cimentada sobrepilotes de madera. La vivienda se localiza en unas con-diciones climáticas húmedas.

En el caso de los pilotes hincados en el terreno estarí-amos ante un elemento estructural en una clase deuso 4.

Como especie para elaborar los pilotes se seleccionauna conífera como el pino gallego (Pinus pinaster) oel pino silvestre (Pinus sylvestris) que contengaalbura.

La albura de ambas especies es fácilmente impreg-nable. Al igual que en el ejemplo anterior, se pres-cribe un tratamiento protector con una sal hidroso-luble en autoclave de inmersión por vacío y presión.

Para garantizar la máxima durabilidad posible sematizan los requisitos exigidos por el CTE en cuantoa la penetración de la partida de madera, siguiendolas indicaciones de la normativa australiana (AS1604.1) detalladas en el capítulo 7.

Al emplear una especie de madera con una durabili-dad natural frente a los hongos de pudrición de laclase 3 (medianamente durable) o 4 (poco durable)como es el caso del pino silvestre o gallego, el pro-ducto protector deberá alcanzar una penetraciónmínima de 20 mm en todas las caras de los rollizos.

En cuanto a la retención, se pueden emplear comoreferencia los valores exigidos en Francia (por elFCBA) para la clase 4SP, asociada a aquellos trata-mientos que garanticen, dentro de una clase de uso4, una durabilidad igual o superior a 25 años.

Dado que la vivienda se encuentra en España, elvalor de retención prescrito para una clase de uso 4,deberá incluir la posibilidad de ataque por termitassubterráneas.

11.2.8 Estructura de la cubierta de madera microla-minada de una piscina

La estructura de la cubierta de una piscina está elabo-rada con vigas y tableros de madera microlaminada.

La madera microlaminada o LVL (Laminated VeneerLumber) está formada por láminas de 3 mm de espesorobtenidas mediante desenrollo. Durante el proceso defabricación, las láminas se encolan en sentido longitu-dinal con juntas biseladas. Posteriormente, se encolanentre ellas hasta formar las vigas o tableros con elespesor requerido.

La madera microlaminada se comercializa con dostipos de composición:

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En la primera, todas las láminas están orientadas enel mismo sentido. De esta forma se alcanzan propie-dades mecánicas muy elevadas que permiten resol-ver estructuras con vigas particularmente esbeltas.

En la segunda composición, un 20% aproximada-mente de las láminas están orientadas perpendicu-larmente. Esta composición presenta una mayorestabilidad dimensional ante las variaciones dehumedad y se emplea, principalmente, como tableroestructural.

Para el proyecto se seleccionan vigas de maderamicrolaminada de composición paralela a las que sefijan tableros de composición cruzada que permitenarriostrar el conjunto.

El adhesivo empleado para fabricar las láminas esfenólico y apto para su empleo en una clase de ser-vicio 2.

La madera empleada es abeto rojo (Picea abies). Lasvigas y tableros están formados mayoritariamentepor madera de duramen con una durabilidad frentea los hongos xilófagos del tipo 4 (poco durable). Asi-mismo, el duramen es sensible frente al ataque deinsectos de ciclo larvario que pueden estar presen-tes en una clase de uso 2.

La norma EN 460 señala que la durabilidad frente alos hongos de pudrición, de una madera del tipo 4,es normalmente suficiente para su empleo en unaclase de uso 2, pero recomienda un tratamientoprotector para determinados usos.

El CTE prescribe un nivel de penetración NP1 para elempleo de la madera en una clase de uso 2. Tambiénseñala que todas las caras de las vigas y tablerosdeberán recibir un tratamiento frente a los insectosde ciclo larvario y hongos de pudrición.

El nivel de penetración NP1 no conlleva ningunaexigencia específica por lo que el tratamiento seaplica, mediante pincelado, antes de proceder altransporte y montaje de los elementos.

Como producto se selecciona un fondo insecticida yfungicida que se complementa con la aplicación dedos manos de un lasur decorativo. El producto seaplica tanto en las caras como en las testas de lostableros y vigas.

11.2.9 Proyecto Metrosol Parasol

El proyecto Metrosol Parasol está ubicado en la Pla-za de la Encarnación de Sevilla. La estructura estáformada por seis grandes parasoles que se extien-den sobre una superficie de 150 x 70 m, y a unaaltura aproximada de 26 m.

El proyecto busca integrar un nuevo espacio urbanoen el casco histórico medieval, mediante unaestructura de formas sinuosas en cuyo diseño se hapriorizado la generación de sombras en la plaza. Laestructura alberga varias instalaciones en distintosniveles y, en su parte superior, incluye una pasarelapeatonal que permite disfrutar de unas vistas privi-legiadas.

La estructura se elabora a partir de 3400 tablerosmicrolaminados que forman una retícula ortogonalde 1,5 x 1,5 m. El canto de los tableros varía entre30 cm y 3,5 m, dependiendo de las solicitacionesestructurales. El espesor de las piezas varía entre 7 y22 cm. Los mayores tableros tienen una longitud de16,5 m.

El proyecto se diseña a partir de tableros de 27 mmde espesor y composición cruzada, con un 20%aproximadamente de las láminas orientadas per-pendicularmente al resto. Esta composición mejorala estabilidad dimensional de los paneles de grandesdimensiones ubicados al exterior.

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La madera empleada es abeto rojo (Picea abies), ylos tableros contienen albura, por lo que su durabi-lidad frente a los hongos xilófagos sería del tipo 5(no durable). El adhesivo empleado para fabricar lasláminas es fenólico y apto para su empleo en unaclase de servicio 3.

Desde el punto de vista de la durabilidad, el proyec-to supone un desafío ya que los tableros de picea seencuentran expuestos a la intemperie.

Con estos antecedentes se describe el tratamientoprotector de los tableros microlaminados:

Cada tablero, de 27 mm de espesor, se trató con unasal hidrosoluble en autoclave mediante vacio-pre-sión. Tras el tratamiento, los tableros se secaron y seencolaron por sus caras hasta alcanzar el espesorrequerido por el cálculo estructural. El objetivo deltratamiento es lograr una protección perimetral enlas caras y, sobre todo, en los cantos de cada table-ro.

La madera con la que se elaboraron los tablerosincluía albura para facilitar la entrada del protector.Además, la composición cruzada también contribu-ye a la eficacia del tratamiento ya que en cada can-to existen láminas con fibras en sentido longitudi-nal que facilitan la entrada del producto.

Posteriormente se aplicó a los tableros una mem-brana híbrida bicomponente, para impermeabiliza-ción de cubiertas. El impermeabilizante empleado espermeable al vapor de agua, posee una elevadaelasticidad y no reblandece a altas temperaturas. Lamembrana alcanza una película de unos 2 mm deespesor. Posteriormente, los tableros recibieron unacapa de acabado elástica de poliuretano monocom-ponente de color claro, para limitar la influencia dela radiación infrarroja.

Las uniones son de acero inoxidable y se fijan a lostableros mediante una resina epoxídica, formuladapara resistir las elevadas temperaturas que puedenalcanzarse en Sevilla. Los acabados fueron aplicadosin situ sobre las propias uniones.

Con independencia del tratamiento protector, eldiseño de la estructura se ha concebido de formaque los tableros y las uniones eviten las acumula-ciones de agua sobre su superficie.

Por su carácter innovador, el proyecto constituye unverdadero laboratorio sobre la durabilidad de lostableros microlaminados en condiciones de exterior.Lo mismo es aplicable al acabado aplicado superfi-cialmente, donde se espera alcanzar periodos derenovación próximos a los 8 años.

11.2.10 Mobiliario urbano elaborado con tableroalistonado

Se diseñan unos bancos formados por unos tabloneshorizontales de madera con una anchura de 30 cm yun espesor de 2 cm. Los bancos, expuestos a laintemperie, se fijan a un muro de hormigón median-te unos angulares metálicos.

Para mejorar la estabilidad, se emplean tableros demadera maciza monocapa (tablero alistonado). Lostableros se elaboran con madera de duramen depino gallego (Pinus pinaster) y están encolados conun adhesivo SWP3, apto para su empleo en ambien-te exterior (clase de servicio 3).

A los pocos años de su instalación, se observan ata-ques por hongos de pudrición que obligan a retirartodos los bancos.

Para analizar lo ocurrido, se revisa el diseño cons-tructivo desde el punto de vista de la durabilidad delmaterial empleado.

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Los bancos se emplazan en una ciudad de climamoderado y están muy expuestos. Su masividad esreducida (espesor inferior a 28 mm) y su diseñoconstructivo retiene el agua (están formados por untablero horizontal de 30 cm de anchura).

Consultando la tabla 4 se comprueba que un ele-mento de masividad reducida, con un diseño queretiene el agua y expuesto a unas condiciones cli-máticas moderadas se sitúa en una clase de uso 4.

En la tabla 8, la durabilidad estimada frente a loshongos de pudrición para la madera de duramen depino gallego en una clase de uso 4 es inferior a 10años. Esta estimación se corresponde con la realidadobservada, iniciándose la degradación por las testasde los listones que es el punto por donde se produceuna mayor absorción de humedad.

El duramen de pino gallego está clasificado comono impregnable por lo que no sería posible su trata-miento con métodos tradicionales.

Por lo tanto, si se desea incrementar la durabilidaddel diseño propuesto habría que seleccionar otraespecie con una mayor durabilidad natural o bienemplear listones de una especie fácilmente impreg-nable que se tratarían para su empleo en una clasede uso 4 antes de encolar el tablero.

En todo caso, el acabado decorativo aplicado sobreuna superficie horizontal totalmente expuesta sedegradará de forma prematura por lo que, unaopción más conveniente podría ser mejorar el dise-ño constructivo de la propuesta inicial.

11.2.11 Vivienda modular con paneles sándwichde tablero contrachapado (Proyecto 6x6≈27*)

El proyecto consiste en una vivienda modular de finde semana con unas dimensiones de 6x6 m, equipa-da con aseo, cocina y un espacio habitacional conun dormitorio y una sala de estar. La vivienda secompleta con un porche de 9 m2 en su acceso.

Un prototipo de la vivienda se expuso en Madrid,durante Solar Decathlon Europe 2012 y el proyectoresponde a la filosofía del concurso. Se trata, portanto, de una construcción industrializada, sosteni-ble y energéticamente eficiente.

El 80% de la vivienda está elaborada con maderaobtenida de forma sostenible (en su mayor parte cho-po procedente de plantaciones españolas) por lo quela huella de carbono es muy reducida. El comporta-miento térmico es también muy favorable con valoresde transmitancia térmica del cerramiento de fachada,cubierta y forjado de suelo de 0,33 W/m²K. La vivien-da es ligera (su peso total es de 9 toneladas) y puedemontarse en una semana mediante un proceso seco.

El proyecto es un ejemplo de las posibilidades deempleo de los tableros contrachapados. El sistemaconstructivo se organiza a partir de módulos de 3 x1,5 m, que permiten multitud de combinaciones enfunción de cada necesidad.

La envolvente y el forjado del suelo se resuelven conpaneles sándwich elaborados con tableros contracha-pados en ambas caras y un alma de poliestirenoextruido de 10 cm de espesor. Los tabiques del interiorde la vivienda son de tablero contrachapado, con unalma de poliestireno extruido de 5 cm de espesor ydistintos acabados según las necesidades de cada uso.

Las puertas de la vivienda y las vigas que sostienenla cubierta también se han elaborado con tablerocontrachapado. La puerta del aseo, por ejemplo, esun tablero contrachapado de chopo de 40 mm deespesor, acabado con un laminado decorativo dealta presión (HPL).

En los paneles sándwich que forman la envolventede la vivienda, los tableros de la cara interior tienenun espesor de 18 mm y están acabados con chapasde okoumé (Aucoumea klaineana) cuya superficieha sido barnizada.

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El forjado del suelo se resuelve con un panel sánd-wich formado por dos tableros contrachapados dechopo de 12 y 18 mm de espesor y un alma depoliestireno extruido de 100 mm. Las chapas de lostableros están tratadas contra ataques biológicos.Ambos tableros están acabados con un laminado dealta presión (HPL) de 1 mm de espesor.

La protección de los tableros contra los hongos einsectos se realiza mediante un tratamiento porinmersión, sumergiendo cada una de las chapas enuna sal hidrosoluble.

Adicionalmente, todos los tableros han sido encola-dos con resinas fenólicas y son de la Clase 3 (aptospara su empleo en una clase de servicio 3).

La cara exterior de los paneles sándwich de laenvolvente, está formada por tableros de chopo tra-tado de 12 mm de espesor.

En la vivienda se han empleado dos soluciones defachada, con un entablado y una celosía formadapor listones. En ambos casos, sobre el tablero base,se coloca una lámina permeable al vapor de agua,sobre la que se fija un doble sistema de rastrelespara sostener las piezas de remate verticales y per-mitir la ventilación del conjunto.

El entablado se elabora con tablero contrachapadode chopo de 18 mm de espesor, tratado y con suscaras externas recubiertas de un papel MDO(Medium Density Overlay) que incrementa su durezay durabilidad. Sobre el papel se aplicó una pinturade exterior como acabado decorativo.

La celosía se elabora con listones de tablero contra-chapado de chopo, tratado y acabado con un lasurdecorativo. El mismo material se emplea para elabo-rar los elementos del porche a excepción del suelo,en el que se empleó una tarima de madera termo-tratada de eucalipto.

Los cantos de los tableros situados en una clase deservicio 3 han recibido una protección adicional,con una resina epoxídica que previene las posiblesentradas de humedad.

Los mismos principios de la solución modular descritason aplicables a otras tipologías de uso como viviendaunifamiliar de primera residencia, vivienda social, etc.

11.2.12 Viviendas adosadas con estructura depaneles contralaminados

El proyecto consiste en 3 viviendas pareadas junto ala costa vizcaína. Cada vivienda está formada poruna planta sótano, planta baja y planta primera. Laestructura del sótano y el forjado de la planta bajase han ejecutado con hormigón y forman la basesobre la que se erige el resto de la vivienda. Laestructura sobre rasante está resuelta enteramentecon paneles contralaminados que forman la cubier-ta, forjados y muros de las viviendas.

Los paneles contralaminados, más conocidos por sussiglas en inglés CLT (Cross Laminated Timber), estánformados por capas de madera aserrada encoladasentre sí, de forma que la orientación de las fibras dedos capas adyacentes es perpendicular entre sí. Lospaneles suelen suministrarse en formatos comercialesde hasta 2,95 metros de ancho, 16 metros de longitudy 40 centímetros de espesor. Estas dimensiones pue-den superarse en formatos especiales, siendo las posi-bilidades de transporte su principal limitación.

Para el proyecto se selecciona un panel estándar decalidad industrial, de 97 mm de espesor, elaboradocon 3 capas de abeto rojo (Picea abies) y clasificadoestructuralmente como C-24. Adicionalmente, tam-bién se emplean paneles de calidad decorativa (apli-caciones vistas con ambas caras lijadas), elaboradoscon abeto rojo y alerce.

Los paneles contralaminados son aptos para suempleo en una clase de servicio 1 y 2, si bien la dura-bilidad de cada panel depende de la especie con la quese haya elaborado y de que la madera quede vista uoculta por aislantes y otros materiales de acabado.

Normalmente, los paneles salen de fábrica sin haberrecibido ningún tratamiento protector. Una vez enobra, pueden permanecer expuestos a la intemperieaunque, dado que el montaje de este tipo de pane-les es muy rápido, esta breve exposición no suelesuponer ningún riesgo adicional.

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Posteriormente, si bien todo el montaje se basa en unproceso seco, es necesario tomar algunas precaucio-nes relacionadas con la durabilidad de los paneles. Así,en la planta baja, el encuentro entre el zuncho peri-metral de hormigón de la solera y los paneles CLT seresuelve aislando ambos materiales, tanto acústica-mente como con una barrera impermeabilizante queevita el acceso de humedad.

Junto con sus prestaciones estructurales, el proyectoaprovecha las posibilidades decorativas de los panelesCLT, que se expresan en diversas zonas del interior dela vivienda.

La cubierta se resuelve con paneles acabados conmadera de alerce, visibles desde el interior de lavivienda. Los paneles se apoyan en vigas de maderalaminada, también de alerce, formando una cubierta ados aguas. Sobre los paneles, se completa el cierre dela cubierta con los elementos habituales de aisla-miento térmico e impermeabilidad.

Entre las viviendas se sitúan los muros medianeros,formados por un panel CLT doble, con una cámaraintermedia de lana mineral, y revestidos en su carainterior con una doble placa de cartón-yeso.

Los paneles del forjado de la planta primera, así comoalguno de los paneles verticales, se han dejado vistospor una de sus caras, en calidad decorativa (lijada) demadera de abeto rojo.

Todas las superficies vistas de los paneles contralami-nados han sido tratadas con un lasur transparente. Alañadir un fondo insecticida y fungicida, se consigueuna protección adicional en aquellos casos dondepodría existir un riesgo adicional, como los panelesvistos de cubierta, zonas próximas a baños, cocinas,etc.

La cubierta forma un alero en todo el perímetro de lavivienda que deja vista desde el exterior la cara delpanel elaborada con alerce. El tramo del panel queforma el vuelo de la cubierta está protegido de la inci-dencia de la lluvia y de la radiación solar, por lo quepuede considerarse en una clase de servicio 2.

La madera de alerce posee una durabilidad naturalsuperior a la del abeto y ha sido protegida con un fon-do insecticida y fungicida y dos manos de lasur deco-rativo. Adicionalmente, los cantos están revestidoscon una pieza metálica ventilada que los protege de laposible incidencia del agua de lluvia.

Uno de los retos del proyecto es combinar diferentessoluciones de envolventes en un conjunto equilibra-do. De este modo, tres de las cuatro orientaciones seresuelven con fachadas ventiladas rematadas condistintos materiales (sistemas cerámicos, madera yaplacado de piedra natural caliza). En la orientacióneste, sobre la cara exterior de los paneles CLT, se haempleado corcho natural como aislamiento térmicoacabado en raseo.

Se describe el detalle constructivo de la orientaciónnorte, acabada con una fachada de madera. Sobre elpanel contralaminado, formado por tres capas demadera de abeto de 97 mm de espesor, se incorporauna barrera de vapor, un aislamiento térmico de 60mm de espesor y una membrana transpirable resisten-te a la radiación ultravioleta. Sobre el conjunto ante-rior se fijan unos rastreles de madera tratada de30x60 mm, que reciben un entablado horizontal demadera de alerce acabada con un lasur pigmentado.

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Si en cualquiera de las soluciones de envolvente des-critas, los paneles de abeto rojo quedasen directa-mente expuestos a la intemperie se situarían en unaclase de servicio 3 y, con el tiempo, tendrían proble-mas de durabilidad.

Con independencia de sus prestaciones estructurales,el comportamiento térmico de los paneles CLT mejo-ra considerablemente la eficiencia energética de lavivienda respecto a otros sistemas de construccióntradicional. Los valores de la transmitancia térmicade la envolvente varían entre 0,23 y 0,35(W/m2K).

Al mismo tiempo el empleo de madera tiene un granimpacto sobre la reducción de emisiones de CO2 delas viviendas, permitiendo obtener una calificaciónB=9,4 (kg CO2/m2) según el indicador para la certifi-cación energética de ecodiseño.

11.2.13 Vivienda modular con envolvente de table-ro derivado de la madera (Proyecto SMLsystem)

SMLsystem es un sistema de vivienda modular que secaracteriza por su eficiencia energética e industriali-zación abierta. El proyecto, desarrollado por alumnosde la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia,participó en la competición Solar Decathlon Europe,celebrada en Madrid en el año 2012.

La vivienda se organiza a partir de un módulo básicoformado por un módulo estructural, un núcleo húme-do (baño y cocina) y una celosía. El conjunto delmódulo básico está construido con materiales prefa-bricados y montaje en seco, siendo la madera elmaterial predominante.

En cada módulo básico existe un patio que actúacomo elemento de composición, dividiendo estancias,generando el acceso, aportando la iluminación y ven-tilación y, dotando a la vivienda de valor espacial. Apartir del módulo, la vivienda puede crecer por adi-ción de nuevos elementos, a modo de costillas, quetambién tienen una unión en seco. Cada elementoalberga un programa concreto que puede funcionarde forma autónoma y permite el crecimiento de lavivienda según la necesidad del usuario.

El diseño del sistema constructivo permite tanto elcrecimiento horizontal, para viviendas unifamiliares,como el crecimiento vertical, para viviendas colecti-vas. Al mismo tiempo, cada usuario puede configurarel espacio según sus necesidades, mediante un catá-logo de elementos prefabricados.

El módulo estructural tiene unas dimensiones de 7,2 x3,6 m y una altura de 3,4 m. La envolvente del sistemaestá formada por una estructura mixta, con cuatropilares en “L” y forjados de suelo y techo resueltos conpaneles contralaminados de madera. Este tipo estruc-tural permite que el sistema pueda crecer en todas ladirecciones, incluyendo el giro de los módulos.

La envolvente, además de alojar las instalaciones ysistemas de captación de energía, es el “contenedor”de la vivienda. Para rigidizar su estructura y formalizarlos muros de la vivienda se utilizó un tablero de partí-culas.

La norma UNE EN 12871 detalla las especificaciones yrequisitos que deben cumplir los tableros derivados dela madera para su utilización en forjados, muros ycubiertas. En el caso de los tableros de partículas exis-ten 7 tipos, definidos por la norma UNE-EN 312, de losque 4 (P4, P5, P6 y P7) tienen uso estructural.

Se prescribe un tablero P5 (tablero estructural parautilización en ambiente húmedo) que está indicadopara una clase de servicio 2. Estos tableros, de presta-ciones mejoradas frente a la hinchazón y resistencia ala humedad, son de uso habitual en aplicaciones comolas cubiertas de tejados, revestimientos interiores debajo-cubiertas, suelos de estructuras sobre elevadas,paneles sándwich de envolventes, etc.

Para el proyecto se seleccionan unos tableros especia-les, formados por un alma de tablero de partículasrevestido, en ambas caras, por tableros de fibras dedensidad media. Los tableros son de la categoría P5 yaptos, por lo tanto, para su uso en una clase de servi-cio 2 sin necesidad de recibir ningún tratamiento pro-tector.

La composición del tablero mejora considerablementela resistencia a la flexión y el módulo de elasticidad,permitiendo reducir el espesor requerido por un table-ro de partículas estándar. Los tableros instalados tie-nen un espesor de 16 mm y unas dimensiones de 2440x 1220 mm.

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Durante el montaje se siguen las recomendacionesde la norma UNE ENV 12872 que, para instalaciónde tableros en cerramientos de muros, recomiendaproteger su cara externa con una membrana trans-pirable y disponer de un espacio ventilado entre elrevestimiento y la cara de los tableros.

En general, para paredes de interior o exterior demuro estructural sobre montantes se utilizan table-ros de cantos rectos. La norma recomienda que lostableros apoyen en todos sus lados sobre los mon-tantes y los travesaños del muro. En el caso de losmontantes, los cantos de los tableros deben apo-yarse sobre una longitud de, al menos, 18 mm.

En el revestimiento interior de la vivienda, sobre lostableros se emplea lana mineral como aislamientotérmico y acústico. A continuación, se dispone unalámina permeable al vapor de agua que se fija aunos perfiles de acero galvanizado. Sobre los perfi-les se instala una doble capa de placas de yeso lami-nado, con propiedades acústicas, acabada con unapintura.

Los interiores de la vivienda se diseñan como espa-cios contemporáneos, formando ambientes conti-nuos, acabados con colores claros, que rompen lapercepción de una vivienda tradicional de madera.

El revestimiento exterior de la vivienda se resuelvecon una combinación de placas solares y, en algunostramos, una fachada ventilada formada por unentablado de madera, en disposición vertical. En elcaso del entablado, las tablas se fijan a una subes-tructura doble de rastreles de madera tratada enautoclave. A continuación y protegidos por unalámina transpirable e impermeable están los table-ros de partículas unidos a la subestructura demadera, arriostrándola y dotándola de cerramiento.

Los tableros también contribuyen a las prestacionesenergéticas y medioambientales de la vivienda. Suconductividad térmica es 0,14 W/mºK y el material

empleado en su elaboración, procedente de bosquesespañoles y reciclable, disminuye la huella de car-bono del conjunto de la vivienda.

11.2.14 Tratamiento de un ataque de termitasmediante un sistema de cebos

En una iglesia de un pueblo de Granada, se detectaun ataque de termitas que está provocando daños enelementos estructurales y decorativos de madera.

Una empresa especializada realiza una inspección,examinando la carpintería accesible, abriendo cataspuntuales en zonas de riesgo y empleando undetector acústico. También se inspeccionan lasviviendas situadas en las proximidades de la iglesia,no detectándose termitas en el interior de las mis-mas, por lo que la actividad parece localizada en elinterior de la iglesia.

El interior de la iglesia permite una rápida conexióncon el (o los) termitero(os) presente(s), al existircanales de progresión activos por los que se observael paso de termitas. Al mismo tiempo, es posible rea-lizar una instalación perimetral de cebos que permitadetectar la actividad de las termitas en el subsuelo.

En estas circunstancias, se propone emplear un sis-tema de cebos para eliminar la colonia de termitas,evitando emplear otros productos químicos quepuedan interferir en el tratamiento o favorecer laformación de colonias independientes. Por los mis-mos motivos, tras comprobar que no existe riesgopara la seguridad de las personas, se propone espe-rar a que el tratamiento haya hecho efecto antes decontinuar con la sustitución o reparación de los ele-mentos de madera afectados.

Las termitas tienen un esqueleto externo que renue-van de forma periódica a través de la muda. La cutí-cula es uno de los componentes de dicho esqueleto,siendo la quitina su constituyente esencial.

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El sistema de cebos se basa en el empleo de un bioci-da que inhibe la formación de la quitina, para impedirla renovación de la cutícula y provocar la muerte delas termitas durante la muda. El biocida posee unefecto retardado y es ingerido por las obreras que, através del intercambio de alimentos con otras castas,producirán la desaparición de la colonia.

Se instalan 32 estaciones de control o cebos; 13estaciones subterráneas grandes (SL), 3 estaciones depared (SB) y 16 estaciones subterráneas pequeñas(SS).

La instalación perimetral se realiza instalando unaestación subterránea (SS) cada 3-4 m de distancia, entodo el perímetro de la iglesia. Estas estaciones seinstalan, inicialmente, con testigos de madera dechopo humedecidos que permitirán detectar la posi-ble actividad de las termitas fuera del recinto cubier-to de la iglesia.

En el interior se instalan estaciones grandes de suelo(SL) aprovechando la existencia de espacios con tie-rra. El tratamiento se inicia en octubre y, durante elinvierno, es de esperar un descenso de la actividadtermítica debido a la bajada de las temperaturas en lazona de la Alpujarra donde se encuentra la iglesia.Por este motivo, en una de las estaciones se introdu-jo un cable calefactor que permitirá disponer de unascondiciones de temperatura y humedad óptimas paramantener y aumentar los consumos de cebo duranteel invierno.

Los elementos de madera afectados habían sido reti-rados y en el momento de implantar el sistema decebos, no se detectó actividad acústica en el interiorde la iglesia por lo que las estaciones de pared selimitaron a la zona en la que existían canales de pro-gresión activos sobre uno de muros interiores de laiglesia.

La frecuencia de las visitas para revisar los cebos ladetermina la actividad termítica observada. En elcaso de la iglesia, las visitas durante el invierno serealizaron cada 2-3 meses y en primavera/veranocada 1-2 meses.

Se contactó con la colonia en 9 estaciones. Duranteel proceso pudo comprobarse la efectividad del trata-miento, al constatar la disminución de la actividad enlos canales de progresión, la presencia de ácarossobre las temitas o, el incremento de la proporción determitas soldado una vez que la colonia estaba sien-do afectada por el inhibidor de quitina.

El tratamiento confirmó que la actividad estaba deli-mitada a una zona del interior de la iglesia, donde lastermitas habían encontrado un alimento propicio encontacto con una elevada humedad. Asimismo, elmayor consumo de cebo se produjo en la estacióncalefactada.

A los 9 meses la ausencia de actividad es total entodas las estaciones de control por lo que se conside-ra que la colonia ha sido eliminada.

Posteriormente, se inicia una fase de vigilancia/man-tenimiento destinada a comprobar que no existenrebrotes y/o la posible actividad de otra colonia quepudiera hacer acto de presencia.

Durante esta etapa es importante comprobar que lostestigos de madera de las estaciones subterráneasque se han dejado instaladas para servir de monito-reo se encuentran sin actividad y en buenas condicio-nes. La revisión de las estaciones se complementacon una inspección acústica que permitiría detectarcualquier repunte de la actividad termitica.

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A los cinco años se comprueba que no existen rebro-tes por lo que el tratamiento se considera finalizadocon éxito.

En cualquier caso, la iglesia se considera una zona deriesgo por lo que se transmiten a la propiedad diver-sas recomendaciones como evitar cualquier actua-ción que favorezca la presencia de humedad, no acu-mular materiales que puedan servir de focos de ali-mentación y proceder al tratamiento preventivo delos nuevos elementos de madera que se integren enla iglesia.

NORMATIVA

AS 1604.1-2005. Specification for preservative treatment. Part 1:Sawn and round timber.

Código Técnico de la Edificación (CTE). Documento Básico deSeguridad Estructural. Estructuras de Madera (2009). Ministeriode Vivienda, Madrid, 126 pp.

FD P 20-651: 2011. Durabilité des éléments et ouvrages en bois.

UNE-EN 312:2010. Tableros de partículas. Especificaciones.

prEN 335:2012. Durability of wood and wood based products. Useclasses: definitions, application to solid wood and wood basedpanels.

UNE-EN 350-2:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía de la durabilidad natural y de la impregnabilidad deespecies de madera seleccionadas por su importancia en Europa.

UNE-EN 351-1:2008. Durabilidad de la madera y de los productosderivados de la madera. Madera maciza tratada con productosprotectores. Parte 1: Clasificación de las penetraciones y retencio-nes de los productos protectores.

UNE-EN 460:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Guía de especificaciones de durabilidad natural de la madera parasu utilización según las clases de riesgo.

UNE-EN 599-1:2010. Durabilidad de la madera y de los productosderivados de la madera. Eficacia de los protectores de la maderadeterminada mediante ensayos biológicos. Parte 1: Especificacio-nes para las distintas clases de uso.

UNE-EN 12871:2010. Tableros derivados de la madera. Especifica-ciones y requisitos de los tableros estructurales para utilización enforjados, muros y cubiertas.

UNE-ENV 12872:2001. Tableros derivados de la madera. Guía parala utilización de los tableros estructurales en forjados, muros ycubiertas.

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12.1 PLIEGO DE CONDICIONES

Si fuese necesario realizar un tratamiento protectoro decorativo, el pliego de condiciones deberá defi-nirlo de forma inequívoca, recomendándose incluir,al menos, la siguiente información.

• La especie de madera, identificada mediantesu nombre botánico. • La clase de uso en la que estará expuesta.• El tipo de producto protector y los niveles depenetración y retención requeridos.• El contenido de humedad de instalación.• El acabado decorativo.

Para realizar un tratamiento protector de la maderaen España, los productos deben figurar inscritos enel registro oficial de plaguicidas de uso ambiental yen la industria alimentaria de la Subdirección Gene-ral de Sanidad Ambiental y Salud Laboral del Minis-terio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad quepuede consultarse online (www.msssi.gob.es).

Cualquier otro aspecto que pueda incidir sobre ladurabilidad de la estructura, deberá señalarseexpresamente (por ejemplo, si se prescribe que lamadera no contenga albura).

Las posibles operaciones de mantenimiento quepuedan influir en la durabilidad del elementoestructural, también deben quedar definidas. Estasoperaciones pueden incluir la renovación periódicade los acabados superficiales, la sustitución de pie-zas de sacrificio o la limpieza de canalizaciones ybajantes, y deberán integrarse en el plan de mante-nimiento que forma parte del Libro del Edificio.

En la página web (www.infomadera.net) de la Aso-ciación de Investigación Técnica de las Industrias dela Madera (AITIM) están disponibles modelos depliegos de condiciones para distintos productos demadera.

12.2 SUMINISTRO Y RECEPCIÓN DE UNA PARTIDADE MADERA TRATADA.

En el caso de los elementos estructurales de maderatratados con productos protectores, el DocumentoBásico de Seguridad Estructural - Madera del Códi-go Técnico de la Edificación (CTE) indica que debedisponerse de un certificado del tratamiento reali-zado, en el que figure la siguiente información:

a) La identificación del aplicador.

b) La especie de madera tratada. Debe incluirsesiempre el nombre botánico de la especie demadera para evitar confusiones derivadas delempleo de nombres comerciales. La norma UNE-EN 13556 incluye la nomenclatura de las made-ras más empleadas en Europa.

c) El protector empleado y su número en elRegistro Oficial del Ministerio de Sanidad, Ser-vicios Sociales e Igualdad.

d) El método de aplicación empleado.

e) La clase de uso que cubre. Es recomendableincluir también el nivel de penetración corres-pondiente, para comprobar que coincide con loespecificado en el CTE.

f) La retención del producto protector. Dentrode una misma clase de uso, la retención puedevariar en función de los organismos xilófagosexistentes. Un ejemplo sería un tratamiento conuna sal hidrosoluble, en una clase de uso 4,donde se considere, o no, el riesgo de ataque portermitas subterráneas.

g) La fecha del tratamiento.

h) Precauciones a tomar ante mecanizacionesposteriores al tratamiento. Un ejemplo sería lamadera tratada superficialmente, donde unmecanizado pueda dejar al descubierto partesde la madera que no hayan recibido productoprotector, y que sería necesario proteger antesde su puesta en servicio definitiva.

i) Informaciones complementarias, en su caso.Por ejemplo, incompatibilidades del productoprotector con determinados elementos metáli-cos.

12.3 CONTROL DE CALIDAD DE UNA PARTIDA DEMADERA TRATADA

El CTE señala que el incumplimiento de alguna delas especificaciones de un producto, salvo demos-tración de que no suponga riesgo apreciable, tantode las resistencias mecánicas como de la durabili-dad, será condición suficiente para la no aceptacióndel producto y, en su caso, de la partida.

12. Pliego de condiciones, suministro y controlde calidad de una partida de madera tratada

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En el caso de la madera tratada, el control de cali-dad puede contemplar aspectos como la identifica-ción de la especie de madera, el contenido dehumedad, la penetración y la retención alcanzadapor el producto protector, etc.

12.3.1 Contenido de humedad

Debe comprobarse que los elementos de maderatratada se instalan con el contenido de humedadrequerido por el pliego de condiciones, de maneraespecial en aquellos casos en los que el tratamientoaltere significativamente su contenido de humedad,como sería el caso de un tratamiento en autoclavecon sales hidrosolubles.

El contenido de humedad de una muestra de made-ra aserrada puede determinarse mediante el métodode secado en estufa, definido en la norma UNE-EN13183-1. Este método es el más exacto pero requie-re disponer de una estufa y una balanza de preci-sión, por lo que suele formar parte de un controlexterno realizado en laboratorio.

En obra o almacén, el contenido de humedad sedetermina con xilohigrómetro de resistencia. Lanorma UNE-EN 13183-2 señala que las medicionesde humedad mediante este método son fiables en elintervalo comprendido entre valores del 7-30% decontenido de humedad. Fuera de estos valores, lafiabilidad de los resultados disminuye y deben serconsiderados como meramente indicativos, aunquelos valores elevados son un indicador de la existen-cia de agua líquida en la madera.

La presencia de productos protectores en la maderapuede alterar significativamente las lecturas reali-zadas con un xilohigrómetro. Las sales hidrosolublesdisminuyen la resistencia eléctrica de la madera,incrementando las lecturas del contenido de hume-dad de una muestra de madera tratada respecto alas de la misma madera sin tratar. En protectoresorgánicos, como las creosotas, el efecto es el inver-so (James, 1980).

El porcentaje de variación de las lecturas oscila enfunción del tipo de producto, de la retención alcan-zada, de la humedad de la muestra, etc. Algunosfabricantes proporcionan tablas correctoras calibra-das para sus productos pero, en general, se reco-mienda comprobar la validez de las medidas realiza-das con un xilohigrómetro, en madera tratada.

12.3.2. Especie botánica

Puede confirmarse que la especie suministrada secorresponde con la especificada en el pliego de con-diciones, solicitando una identificación microscópi-ca.

La identificación microscópica requiere preparar unpequeño bloque de madera orientado que se sometea un proceso de reblandecimiento y, posteriormente,se corta en secciones finas mediante un microtomo.La identificación se realiza analizando el tamaño yla disposición de los principales elementos anatómi-cos presentes en la muestra (vasos, parénquima,radios leñosos, etc.) y comparando los resultadoscon claves analíticas de referencia.

En ocasiones, sobre todo en el caso de frondosas,una identificación macroscópica (a ojo desnudo ocon ayuda de una lupa) puede ser suficiente paraconfirmar que la especie suministrada no se corres-ponde con la solicitada, al no presentar alguno desus caracteres identificativos (tipo de parénquima,distribución de los vasos, etc.).

12.3.3 Penetración y retención

La norma UNE-EN 351-2 aporta recomendacionessobre los procedimientos de obtención de muestrasde elementos de madera maciza y madera laminadatratada para determinar la penetración y retencióndel producto protector en la madera.

La penetración se determina visualmente mediantereactivos químicos que permitan teñir la maderatratada al reaccionar con alguno de los componen-tes de la formulación protectora. Asimismo, puedenemplearse reactivos para distinguir la albura delduramen en aquellas especies donde su diferencia-ción no esté clara.

En el caso de los postes de madera de pino impreg-nados en autoclave con sales hidrosolubles, la nor-ma UNE 21152, describe los reactivos necesariospara distinguir la albura del duramen así como parateñir la madera tratada con distintos tipos de saleshidrosolubles.

El grado de retención de un producto protector debedeterminarse en un laboratorio aplicando procedi-mientos específicos en función de los principiosactivos de cada producto.

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El anejo A de la norma UNE-EN 351-2 detalla cómoestablecer un plan de muestreo en función deltamaño de la muestra y del nivel de calidad acepta-ble. El procedimiento se detalla en el anejo E de estapublicación.

12.3.4 Otras consideraciones

En función de cada proyecto concreto, pueden exis-tir otras consideraciones con influencia en la dura-bilidad de la madera y que pueden ser objeto de uncontrol de calidad específico. Se citan algunas amodo de ejemplo:

Si se prescribe que los elementos de madera esténformados exclusivamente por duramen, es impor-tante comprobarlo realizando una inspección, pormuestreo, de las partidas en el momento de surecepción.

En el caso de madera laminada tratada, el CTE seña-la que el fabricante deberá comprobar que el pro-ducto protector es compatible con el encolado,especialmente cuando se trate de protectores orgá-nicos. Una forma de comprobarlo es, someter a lapieza de madera laminada, una vez tratada con elproducto protector, a un ensayo de integridad de laslíneas de adhesivo conforme a la norma prEN14080.

Es posible realizar un control de calidad del acabadodecorativo que, básicamente, consiste en comprobarel cumplimiento de las condiciones de aplicaciónque se hayan definido, desde el contenido de hume-dad del soporte, hasta el rendimiento del productoaplicado. En acabados no filmógenos, el rendimien-to se estima mediante el gramaje, y en acabados fil-mógenos, puede medirse el espesor de la película.

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13.1 INTRODUCCIÓN

Tradicionalmente, la estimación de la durabilidad deuna estructura o de un elemento de madera al exte-rior, se ha basado en la experiencia del proyectista odel carpintero.

Esta realidad hace que sea difícil valorar adecuada-mente la vida de servicio de un proyecto de maderaal exterior, mediante criterios objetivos que permi-tan analizar la influencia de un cambio en el diseñoconstructivo o en la especie de madera empleada.Por otro lado, no es posible extrapolar la experienciaacumulada en una determinada región, a otra zonacon condiciones climáticas diferentes, que influyenen el riesgo de degradación de los elementos.

El cálculo de variables como la durabilidad naturalde la especie de madera, ha sido objeto de un com-plejo desarrollo normativo, si bien la falta de inter-acción con los otros aspectos de los que depende lavida de servicio del proyecto sigue dificultando suvaloración en cada situación concreta. Por ejemplo,con independencia de la clase de durabilidad natu-ral de la madera de pino silvestre, la vida útil de unaestaca puede ser muy diferente en Sevilla o en Pon-tevedra. Adicionalmente, la durabilidad de la made-ra de pino silvestre varía en función de factorescomo las condiciones de crecimiento, la edad, etc.

Debido a lo anterior, en la mayor parte de los casos,la durabilidad de un proyecto de madera al exteriorsigue recayendo en la experiencia de un especialistaque haya trabajado previamente con la misma espe-cie y en condiciones similares.

Hoy en día, las nuevas herramientas disponiblesestán cambiando esta situación. Los ensayos decampo de durabilidad permiten comparar los resul-tados obtenidos con la misma especie de madera endistintas zonas climáticas. A su vez, existen regis-tros informatizados de las variables climáticas endistintas zonas de Europa, que se emplean paraanalizar su influencia en la degradación de la made-ra. Por último, se están diseñando ensayos paravalorar el efecto de los detalles constructivos sobrela durabilidad y se han creado metodologías pararevisar el comportamiento de obras reales.

Sobre la base de esta experiencia, varios proyectosde investigación se han propuesto calcular la dura-bilidad de un proyecto de madera, valorando lainteracción de los principales factores que influyenen ella.

El primer proyecto destacable se desarrolló en Austra-lia con el objetivo de estimar la vida de servicio dediversos elementos de madera, tanto en contacto conel suelo, como en medio marino o expuestos al exte-rior, evitando el contacto con el suelo (Wang et al,2007). El proyecto, adaptado a la climatología, espe-cies de madera y xilófagos existentes en Australia,está disponible en http://www.woodsolutions.com.au.

En Europa, entre los años 2007 y 2011, se realizó elproyecto WoodExter dentro de un consorcio forma-do por universidades, centros tecnológicos de lamadera y diversos socios industriales. Las conclusio-nes de este proyecto se resumen a continuación.

13.2 EL PROYECTO WOODEXTER

El objetivo del proyecto WoodExter es desarrollaruna metodología que permita calcular la vida deservicio de un elemento de madera al exterior. Enuna primera etapa , el proyecto se centró en facha-das y entarimados, dos usos habituales de la made-ra que servirán de ejemplo para evaluar la metodo-logía propuesta.

El proyecto describe y valora los principales factoresde los que depende la durabilidad biológica de unafachada o un entarimado de exterior, por encima delsuelo, para poder garantizar una vida de servicio de30 años.

La verificación del comportamiento sigue un proce-so similar al del cálculo estructural con el que estánfamiliarizados los ingenieros y arquitectos.

A partir de un índice característico y un coeficientede seguridad, se obtiene un índice de cálculo de ladurabilidad que no debe superar la resistencia delmaterial empleado. Si se cumplen estas condicionesse podrá garantizar la durabilidad del proyectodurante un periodo mínimo de 30 años.

13. El cálculo de la durabilidad del proyecto

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Donde:

Isd: Índice cálculo de la resistenciaIsk: Índice característico de exposiciónγd: Factor de seguridadIrd: Índice de resistencia del material

El índice característico de exposición Isk depende delos siguientes factores:

Donde:

Ks1 = Factor función de las condiciones climáticaslocales (mesoclima).Ks2 = Factor función de las condiciones de abrigo.Ks3 = Factor función de la distancia al suelo.Ks4 = Factor función del diseño constructivo de loselementos.Is0 = Índice exposición básico dependiente de lalocalización geográfica (clima global).Ca = Factor de calibración.

A continuación, se describen los distintos coeficien-tes. Puede encontrarse información más detalladaen la bibliografía (Thelandersson et al, 2011; 2011a).

13.2.1 Índice básico de exposición climática

El índice básico de exposición climática (Is0) dependede la localización geográfica del proyecto y describe elefecto del clima en el riesgo de pudrición de un ele-mento de madera expuesto al exterior, no en contactocon el suelo.

El índice se elabora a partir de un modelo que consi-dera la influencia del contenido de humedad y la tem-peratura, a lo largo del tiempo. El modelo se basa enlas condiciones requeridas por un hongo de pudriciónpara poder iniciar el ataque sobre el elemento demadera.

El inicio del ataque equivale a la clasificación de gra-do 1 “ataque ligero” definida por la norma EN 252para evaluar el ataque por hongos de pudrición enensayos de campo de estacas de madera en contactocon el suelo. En esta categoría, los ataques de hongosde pudrición provocan una degradación superficial dela madera que no supera una profundidad de 1 mm.

Como especie de referencia se emplea una tabla demadera de albura de abeto rojo (Picea abies) que seexpone al clima en una exposición horizontal, sepa-rada del suelo.

El modelo, una versión modificada y simplificada deldesarrollado por Brischke y Rapp (2008), sólo debeemplearse en un sentido relativo, para comparargrandes zonas climáticas entre sí.

Como referencia se considera el índice de exposi-ción en Helsinki al que se asigna un valor unidad.Valores superiores del índice indican un mayor ries-go de degradación biológica por hongos de pudri-ción.

La tabla 17 incluye el valor medio del índice en lasprincipales regiones europeas.

Empleando la misma metodología, es posible elabo-rar mapas más detallados que muestran la variabili-dad existente en una misma región. Por ejemplo, en34 localidades distribuidas a lo largo de Suecia losvalores del índice oscilan entre 0,45 y 1,6 (Thelan-dersson et al., 2011).

En la bibliografía puede consultarse informaciónadicional sobre el modelo presentado, así como sucomparación con otros modelos previos (Brischke etal., 2010), y nuevas propuestas de modelización delriesgo de pudrición (Frühwald et al., 2012, Viitanenet al., 2010).

Al examinar los mapas elaborados a escala europea,puede constatarse que España presenta una granvariabilidad en cuanto al riesgo de pudrición de unelemento de madera al exterior, no en contacto conel suelo. El riesgo suele multiplicarse por un factorde 3, siendo máximo en el NO (donde el riesgo depudrición es de los mayores de Europa) y disminu-yendo progresivamente hacia el SE (donde el riesgoes de los menores de Europa).

Índice de exposición básica para diferentes zonas climáticas y altitudes de hasta 500 m (Para altitudes superiores a 500 m,

el factor se reduce en 0.3)

Zona climática Is0 Descripción

Zona nórdica 1,0 Europa del Norte

Europa continental 1,4 Toda Europa excepto Norte, atlántico y zonas mediterráneas

Climas mediterráneos 1,5 Regiones mediterráneas al sur de los Alpes

Climas atlánticos

Latitud > 55º 1,4 Regiones costeras de clima atlántico. Los valores del índice se incrementan al disminuir la

latitud (hacia el Sur)Latitud 50-55º 1,7

Latitud < 50º 2,0

Tabla 17. Clasificación por condiciones de exposición

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13.2.2 Condiciones climáticas locales

El efecto de las condiciones climáticas locales(mesoclima) se valora mediante un factor Ks1, quees función de la topografía del terreno, del abrigoproporcionado por edificios adyacentes y de la dis-tancia al mar.

Las condiciones se clasifican en cuatro clases des-critas en la tabla 18.

13.2.3 Condiciones de abrigo y distancia al suelo

Las condiciones de abrigo proporcionadas por losaleros se valoran mediante un factor Ks2, que esfunción del vuelo del alero (e) respecto a la posiciónocupada por el detalle (d).

El efecto de abrigo es aplicable tanto a fachadascomo a entarimados de exterior y su valoración sedescribe en la tabla 19.

La distancia al suelo del elemento se valora median-te un coeficiente Ks3 conforme a la siguiente tabla.

13.2.4 Diseño constructivo

Los detalles constructivos se valoran con un coefi-ciente Ks4 que se corresponde con 5 categorías con-forme a la tabla 21. Los detalles se evalúan conside-rando el riesgo de que se produzca una retención dehumedad durante un periodo de tiempo prolongadosobre la madera.

Las categorías generales reflejadas en la tabla 21 sehan obtenido ensayando distintos detalles construc-tivos a los que se les midió su contenido de humedaddurante un periodo de 5 meses.

Los detalles ensayados se compararon con una refe-rencia constituida por una tabla de madera de abetorojo, con una sección de 22x95 mm, expuesta alexterior en posición horizontal.

Detalle Descripción Ks4

1 / ExcelenteDiseño excelente que permite evitar las acumulaciones de agua y facilita

el secado del elemento0,9

2 / BuenoDiseño bueno que permite evitar las

acumulaciones de agua y facilita el secadouna vez mojado (la referencia sería un

elemento horizontal sin trampas de agua)

1,0

3 / MedioDiseño con una probabilidad limitada de retener el agua y con cierta capacidad de

facilitar el secado una vez mojado1,2

4 / DébilDiseño con una probabilidad intermedia de

retener el agua y con una limitada capacidadde facilitar el secado una vez mojado

1,4

5 / PobreDiseño con una elevada probabilidad de

retener el agua y una capacidad muy limitadade facilitar el secado una vez mojado

1,6

Tabla 21. Valoración del diseño constructivo

Tabla 19. Condiciones de abrigo del elemento constructivo

Tabla 20. Condiciones de abrigo del elemento constructivo

Tabla 18. Valores del factor Ks1 en función de las condiciones cli-máticas locales

Valoración Descripción Ks1

LigeraLas condiciones locales tienen poco impacto yaque las tres características ofrecen abrigo; topo-grafía del terreno, edificaciones adyacentes y dis-tancia > 5 km al mar (sin influencia marítima)

0,8

Intermedia Las condiciones locales tienen algún impacto yaque dos de las tres características ofrecen abrigo 1,0

Dura Las condiciones locales tienen impacto ya que sólo una de las tres características ofrece abrigo 1,2

SeveraLas condiciones locales tienen un impacto significativo ya que ninguna de las tres

características ofrece abrigo1,4

(radio e/d) Ks2

e > 0,5 d 0,7

0,15 d < e < 0,5 d 0.85

e < 0,15 d (expuesto directamente a la lluvia) 1,0

Distancia al suelo Ks3> 300 mm 1,0

100 – 300 mm 1,5< 100 mm 2,0

Figura 13. Condiciones de abrigo proporcionadas por los aleros.

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En el proyecto WoodExter se profundiza en los deta-lles constructivos de un entarimado y de una facha-da. En la tabla 22, se valoran los principales detallesconstructivos de un entarimado.

13.2.5 Clase de consecuencia y factor de seguridad

La clase de consecuencia depende de la gravedad delos efectos derivados de un fallo y se valora median-te un factor de seguridad (γd) conforme a la tabla23. En cada situación, el proyectista deberá consi-derar las consecuencias derivadas de un posiblefallo para poder valorarlas.

En una clase de consecuencia pequeña, un ataquepor hongos de pudrición sólo produciría fallosreducidos que pueden repararse con esfuerzos ycostes moderados.

Una clase de consecuencia elevada se correspondecon aquellos casos donde un ataque por hongos depudrición puede provocar el fallo de elementosestructurales, o su desprendimiento, con riesgopotencial para las personas.

13.2.6 Índice de resistencia del material

El índice de resistencia (Ird) de las distintas especiesde madera se determina en función de la clase deresistencia de cada material. A su vez, la clase deresistencia se establece sobre la base de la durabili-dad natural asignada por la norma EN 350-2, asícomo por otros ensayos, pruebas sobre la permeabi-lidad y facilidad de tratamiento y la experiencia delcomportamiento de obras reales.

Como referencia se ha escogido la madera de abetorojo (Picea abies) a la que se asigna un índice deresistencia unidad. Este valor, ligeramente superioral de la albura del resto de las especies se justificaporque la madera de picea tiene una reducidaimpregnabilidad, lo que explica su uso tradicionalpara elaborar fachadas en los países nórdicos.

Las cinco clases de resistencia y los valores asociadosdel índice de resistencia se presentan en la tabla 24.

Tabla 22. Valoración del diseño constructivo de un entarimado

Detalle Descripción Ks4

1 / Excelente Elementos verticales que pueden secarse en todos sus lados (caras y cantos) 0,9

2 / Bueno Elementos horizontales que pueden secarse en todos sus lados (caras y cantos)* 1,0

3 / Medio Áreas de contacto entre lados (caras y/o cantos) con espacio entre ellas* 1,2

4 / DébilÁreas de contacto horizontales y verticales,entre lados (caras y/o cantos), sin espacio

entre ellas*. Tablas horizontales en las proxi-midades de la testa

1,4

5 / Pobre Áreas de contacto horizontales y verticalesentre testas y caras o testas-testas 1,6

*El objetivo del espacio es facilitar el secado y permitir los movi-mientos de hinchazón y merma de la madera. Si bien no existe unacuerdo sobre el tamaño del espacio, normalmente se recomien-da un valor mínimo de 5-8 mm.

Categoría en función de la clase de consecuencia γd

1 Pequeña: Puede ser admisible sustituir un númerolimitado de elementos en una estructura (si tiene lugar

una pudrición)0,8

2 Media: La sustitución conlleva importancia económicay/o dificultades prácticas 0.9

3 Elevada: Elementos en estructuras portantes donde elfallo puede conllevar riesgo para los humanos 1

Figura 14. Valoración de detalles constructivos en un entarimadode exterior. El número 1 es un elemento vertical con una valoraciónexcelente. El número 2 representa una tabla del entarimado quepuede secarse en todos sus lados, por lo que su diseño sería bueno.Los números 3 y 4, con un diseño constructivo débil, representanáreas de contacto entre elementos, y el extremo de la testa delentablado. Por último, el contacto entre la testa y la tabla repre-sentado con el número 5 estaría clasificado como pobre.

Tabla 23. Factor de seguridad γd en función de la clase de conse-cuencia

Clase de resistenciadel material Ejemplos de materiales Ird

ADuramen de especies muy durables

(clase 1)Madera tratada para una clase de uso 3

10,0

B Duramen de especies durables (clase 2) 5,0

C Duramen de especies med. durables y/o poco durables (clase 3-4) 2,0

D Especies poco durables con baja perme-abilidad al agua (Picea abies) 1,0

E Madera de albura (clase 5) 0.7

Nota: En la mayor parte de las especies de madera existe unavariabilidad en su durabilidad biológica. La clasificación oficialpodría diferir con la experiencia local basada en el comporta-miento real de obras.

Tabla 24. Índice de resistencia del material (Ird)

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La madera tratada suele estar formada por unamezcla de albura, donde ha penetrado el productoprotector, y de duramen, más difícil de tratar, por loque es conveniente asignarle un valor intermedio deíndice de resistencia. Por ejemplo, en un entarimadode pino silvestre tratado se consideraría una clasede durabilidad B, intermedia entre la albura tratada(clase A) y la del duramen (clase C).

13.2.7 Factor de calibración

Los distintos factores descritos anteriormente seexpresan en términos relativos y el objetivo del fac-tor de calibración (Ca) es disponer de un margen deseguridad razonable en caso de que no se cumplanlas condiciones del modelo.

La forma de comprobar el funcionamiento delmodelo es revisar un conjunto de casos reales deentarimados de exterior y fachadas de madera a lolargo de Europa, de los que se conozca su vida deservicio y las distintas variables de la obra.

En una primera revisión de 17 obras, el modelo seincumple en 4 casos donde se ha producido unadegradación prematura de la madera. En tres de loscasos se había empleado madera de duramen deelevada durabilidad y, en el caso restante, maderatratada de pino. Una posible explicación es la difi-cultad de detectar, en algunas especies, madera dealbura, mezclada con una partida de madera deduramen, o de valorar la influencia del duramen noimpregnado, si se emplea madera tratada (Thelan-dersson et al, 2011).

Lógicamente, puede incrementarse el factor de cali-bración mejorando así la fiabilidad del modelo peroel objetivo es encontrar un factor equilibrado desdeel punto de vista de la durabilidad de obras reales.Para ello, debe ampliarse el número de obras visita-das realizando una adecuada selección de aquellosejemplos donde sea posible disponer de toda lainformación requerida.

13.3 EJEMPLO DE APLICACIÓN

Se trata de un paseo marítimo peatonal, elaboradocon un entablado de madera de duramen de iroko.Se desea aplicar el modelo descrito para comprobarla durabilidad de las testas que están resueltas condos detalles constructivos diferentes.

El entarimado se sitúa al nivel del mar, en unaregión costera de clima atlántico cuya latitud es 42º7' N. Consultando la tabla 17, el índice de exposi-ción básica del proyecto (Is0) tiene un valor de 2.

El efecto de las condiciones climáticas locales(tabla18) se clasifica como severo (Ks1 = 1,4) ya queel paseo se encuentra en un terreno despejado,separado de edificaciones y frente al mar.

El entarimado está expuesto a la incidencia de la llu-via por lo que el factor Ks2 tiene un valor unidad(tabla 19).

Como factor de calibración (Ca) se considera un valorunidad.

La clase de consecuencia se clasifica como pequeñaya que es posible sustituir con facilidad un númerolimitado de tablas si tuviese lugar una pudrición. Elfactor de seguridad (γd) es 0,8.

El entablado está elaborado con duramen de iroko(Milicia spp), cuya durabilidad natural frente a loshongos de pudrición está clasificada como muy dura-ble - durable (anejo C). Al no disponer de informaciónadicional sobre la partida de la madera se considera,a favor de la seguridad, una categoría durable.

El índice de resistencia del material (Ird) del duramende una especie durable tiene un valor de 5 (tabla 24)

Con los valores anteriores, se revisan los detallesconstructivos.

13.3.1 Detalle constructivo 1

En el primer detalle, la testa del entarimado está encontacto con el bordillo del pavimento, por lo que eldetalle constructivo se clasifica como pobre (Ks4 = 1,6).

La distancia del entarimado al suelo está comprendi-da entre 100 y 300 mm (Ks3 = 1,5).

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Para obtener el valor de cálculo de la durabilidad, semultiplica el valor característico por el factor deseguridad.

Isd = (Isk . γd) = (Ks1. Ks2 . Ks3. Ks4 . Is0 . Ca . γd)

Isd = (1,4 x 1 x1,5 x 1,6 x 2 x 1 x 0,8) = 5,38 > Ird (5)

Como el valor de cálculo supera el índice de resisten-cia del material, la durabilidad natural de la maderade iroko no sería suficiente para alcanzar una vida deservicio de 30 años.

La realidad confirma la previsión del modelo ya que,transcurridos unos 5 años desde el momento de lainstalación, varias tablas tuvieron que sustituirse porpresentar pudriciones en sus testas.

13.3.2 Detalle constructivo 2

En el segundo detalle, la testa del entarimado vuelasobre la viga por lo que el detalle constructivo seclasificaría como débil (Ks4 = 1,4).

La distancia del entarimado al suelo es mayor de300 mm (Ks3 = 1,0).

Para obtener el valor de cálculo de la durabilidad, semultiplica el valor característico por el factor deseguridad.

Isd = (Isk . γd) = (Ks1. Ks2 . Ks3. Ks4 . Is0 . Ca . γd)

Isd = (1,4 x 1 x1 x 1,4 x 2 x 1 x 0,8) = 3,14 < Ird (5)

Como el valor de cálculo es inferior al índice deresistencia del material, la durabilidad natural de laespecie seleccionada sería suficiente para alcanzaruna vida de servicio de 30 años.

En una visita realizada 8 años después de la instala-ción, las testas se encontraban en buen estado.

El ejemplo muestra las posibilidades disponiblespara estimar la durabilidad de un proyecto demadera así como la opción de poder valorar distin-tas situaciones (cambio de clima, de especie, varia-ciones en el diseño constructivo, etc.).

Dentro de los resultados del proyecto WoodExter seincluye una herramienta informática que permite yrealizar los cálculos. Tanto la guía del proyectocomo la aplicación informática pueden descargarseen http://www.kstr.lth.se/guideline/

Lógicamente, se trata de una primera versión queserá necesario mejorar, contrastando la respuestadel modelo con numerosos ejemplos reales. En elcaso de España, si se desea aportar ejemplos dedurabilidad de obras reales (entarimados de exteriory fachadas de madera) puede contactarse con elautor de esta publicación.

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Los coleópteros xilófagos son insectos voladorescuyo ciclo biológico se inicia cuando una hembradeposita sus huevos sobre la superficie de la madera,aprovechando la existencia de una fenda o, en algu-nos casos, de un vaso. Los huevos originan las larvas,que se alimentan de la madera excavando galeríaspor el interior de ésta. Cuando la larva se aproximaal final de su ciclo vital, se acerca a la superficiedonde completa su ciclo de metamorfosis. Una vezcompletado éste, surge el insecto adulto que, trasreproducirse, inicia nuevamente el ciclo.

La norma pr EN 335-1 considera que las especies decoleópteros xilófagos más importantes en Europason Hylotrupes bajulus, Anobium punctatum y Lyctusbrunneus, existiendo muchas otras especies demenor importancia como Hesperophanes spp. y Xes-tobium rufuvillosum. Todas las especies citadasestán presentes en España y se describen a conti-nuación.

La norma UNE-EN 350-2 incluye información sobrela durabilidad frente a los insectos de ciclo larvario deunas 130 especies de madera habituales en Europa.

Hylotrupes bajulus (Carcoma grande).

Los ataques de este cerambícido se concentran en lamadera de algunas coníferas (pino, pícea, abeto,etc.) y suelen limitarse a la madera de albura. Losorificios de salida son muy característicos al presen-tar una forma ovalada con diámetros comprendidosentre 8 y 10 mm.

El ciclo evolutivo comprende, normalmente, entre 3 y6 años, en función de factores como la temperaturaambiente y el contenido de humedad de la madera.

En edificios antiguos es habitual encontrar ataques(casi siempre inactivos si la madera lleva más de 80años puesta en obra) en elementos estructuralescomo las cubiertas, pies derechos, etc., elaboradascon madera de conífera que contengan albura.

Anobium punctatum (Carcoma, carcoma fina, esca-rabajo de los muebles).

Se trata de un anóbido cuyos ataques se concentranen la madera de albura de coníferas y, en menormedida, de frondosas boreales, siendo frecuente enclimas costeros y donde predomina un ambientehúmedo. Cuando se agota la albura, o en combina-ción con hongos de pudrición puede atacar el dura-men.

Su ciclo de vida se sitúa en torno a los 2-4 años y losorificios de salida son circulares y de entre 1 y 3 mmde diámetro.

Es habitual encontrar sus ataques en madera exis-tente en edificios abandonados o en desuso, en sóta-nos o lugares habitados sin calefacción ya que lescuesta sobrevivir en madera con un contenido dehumedad inferior al 14%. No suelen atacar la made-ra al exterior, expuesta al aire libre y/o al agua delluvia.

Su principal impacto económico tiene lugar cuandosus ataques afectan a elementos de mobiliario, artís-ticos (esculturas, tallas), libros viejos, carpintería(pavimentos), etc.

El debilitamiento estructural a consecuencia de susataques es relativamente raro ya que, normalmente,se limita a la zona de albura de piezas de madera degran sección. Sin embargo, en edificios abandonadosy con un ambiente húmedo, pueden ocasionar dañosimportantes en piezas estructurales secundarias, amenudo de pequeña sección y con una elevada pro-porción de albura, pudiendo provocar en poco tiem-po la rotura de viguetas, el derrumbe de falsostechos, etc.

Lyctus brunneus (Polilla, polilla del parquet).

Los líctidos atacan la madera seca de albura de fron-dosas boreales y tropicales que contengan grandesvasos (donde la hembra realiza la puesta de los hue-vos) y sean ricas en almidón. Entre las frondosasboreales que cumplen estas condiciones se encuen-tran especies como el roble, el olmo, el fresno, etc.

En España, sus ataques más habituales tienen lugarsobre pavimentos de roble que contengan albura ysuelen originarse por haber empleado madera paralos rastreles infestada previamente.

Anejo A: Insectos de ciclo larvario más habituales en España

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Una generación necesita, en condiciones óptimas,entre 8 y 12 meses para completar su ciclo evolutivo.Es un insecto que realiza su puesta en la mismamadera de la que ha salido, lo que unido a la rapidezde su ciclo evolutivo, hace que sus ataques sean muyrápidos e intensos.

Los orificios de salida son circulares y con un diáme-tro comprendido entre 1 y 2 mm. Las galerías apare-cen obstruidas con serrín de consistencia muy suave,recordando la de los polvos de talco.

Lyctus brunneus es una especie de origen tropical per-fectamente aclimatada a las condiciones europeas.Sus ataques son más intensos que los de la especienativa (Lyctus linearis).

En ambos casos, las posibilidades de ataque dismi-nuyen considerablemente con el paso del tiempo,siendo muy difícil que se produzcan transcurridosunos 15 años desde la elaboración de la madera.

Xestobium rufovillosum (Reloj de la muerte).

Es el anóbido de mayor tamaño y sus ataques seconcentran en madera de frondosas, previamenteatacadas por hongos de pudrición. Puede provocardaños de importancia en elementos estructuralescomo vigas o pies derechos de roble, castaño, etc.

Su ciclo de vida dentro de la madera varía considera-blemente desde 1 hasta 12 años y los orificios desalida son circulares y de entre 3 y 4 mm de diámetro.

Este insecto presenta dos características singularesque aconsejan evaluar el estado de los elementosestructurales si se detecta su presencia.

Por un lado, su ataque está vinculado a la presenciade hongos de pudrición. Además, los insectos puedenaparearse en el interior de la madera y acceder a ellaa través de antiguos orificios de salida. Por estemotivo, elementos estructurales que presentenpocos orificios de salida pueden sufrir un ataqueimportante en su interior.

El nombre de “reloj de la muerte” se debe a que,durante la época de apareamiento, los insectos pro-ducen una serie de golpes rítmicos con la cabezasobre la superficie de la madera que ayudan a lalocalización de las parejas. Se cree que estos sonidos,claramente audibles durante el silencio de la noche,inquietaban a las personas que los escuchaban y que

desconocían su origen. Cuando había enfermos en lavivienda o se velaba a un fallecido, solían interpre-tarse como un aviso premonitorio originando elnombre de “reloj de la muerte”.

Otra explicación señala que al escuchar el caracte-rístico martilleo de los insectos, la estructura demadera podía encontrarse muy dañada y con riesgode colapso estructural, amenazando la integridad delos moradores de la vivienda.

En caso de detectarse la presencia de este insecto, eldiagnóstico de la capacidad resistente de los ele-mentos estructurales puede realizarse con fiabilidady rapidez empleando métodos no destructivos.

Hesperophanes cinereus

Los ataques de este cerambícido se concentran sobrela madera de albura de algunas frondosas como elroble y el castaño y, suelen limitarse a la madera dealbura.

El ciclo evolutivo suele ser igual o superior a 2 años ylos orificios de salida tienen la forma oval característi-ca de los cerambícidos y un diámetro de unos 12 mm.

BIBLIOGRAFÍA

Serment, M.M, Pruvost, A. M. (1991). Fiches signalétiques de 25insectes xylophages. CTBA. Paris, 28 pp.

NORMATIVA

prEN 335:2011. Durability of wood and wood based products. Useclasses: definitions, application to solid wood and wood basedpanels.

UNE-EN 350-2:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía de la durabilidad natural y de la impregnabilidad deespecies de madera seleccionadas por su importancia en Europa.

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Este anejo incluye los valores orientativos de lasprecipitaciones y de la humedad de equilibriohigroscópico de la madera, en las capitales de pro-vincia españolas.

Los datos de la tabla están basados en las seriesnormales de precipitaciones y temperaturas, obteni-das, entre los años 1971 y 2000, por la AgenciaEstatal de Meteorología.

También se presentan los valores mínimos, medios ymáximos de la humedad de equilibrio higroscópicode la madera. Los equipos que obtienen los datos sealojan en casetas, ventiladas pero protegidas de laacción directa de la lluvia y del sol, en condicionesque pueden asimilarse a las de una clase de uso 2.

Anejo B: Valores de las precipitaciones y de la humedad de equilibrio higroscópico de la madera en las capitales de provincia españolas

Capital de provinciaPrecipitaciones Humedad de equilibrio

Días/año precipitación ≥1 mm

Total anual (mm) Máxima anual (%) Mínima anual (%) Media anual (%)

A Coruña 131 1008 16,7 15,0 16,0Albacete 53 367 17,2 8,5 12,4Alicante 37 336 12,7 10,8 11,8Almería 26 196 15,0 13,4 13,9Ávila 66 400 17,2 8,0 11,9

Badajoz 61 463 16,2 7,5 11,0Barcelona 55 640 14,1 12,1 13,2Bilbao 128 1195 17,7 13,3 13,8Burgos 85 555 20,7 10,6 13,8Cáceres 64 523 15,3 6,5 10,5Cádiz 54 598 17,2 11,9 13,9

Castellón 45 442 11,6 10,9 11,6Ciudad Real 62 396 14,1 9,9 12,0Córdoba 56 536 15,6 7,7 11,0Cuenca 73 507 16,2 8,9 12,1Gerona 67 724 14,7 11,0 12,7Granada 52 357 15,0 7,4 11,0

Guadalajara 78 500 17,7 8,1 11,8Huelva 50 490 15,0 9,5 11,9Huesca 62 535 17,2 9,4 12,3

Las Palmas 21 134 16,0 14,2 15,1León 78 556 18,7 9,5 12,8Lleida 46 369 18,7 8,8 12,5

Logroño 67 399 16,2 10,8 13,2Lugo 131 1084 19,7 13,6 15,9

Madrid 63 436 15,9 7,8 11,4Málaga 43 524 13,8 11,2 12,3Mallorca 52 427 17,7 12,8 14,7Murcia 35 301 12,8 9,3 10,3Ourense 97 817 18,2 11,5 14,4Oviedo 122 973 15,6 14,1 15,3

Pamplona 95 721 15,9 10,6 12,4Pontevedra 133 1691 17,7 12,8 15,0Salamanca 66 382 17,7 8,9 12,1

San Sebastián 140 1738 16,9 13,3 15,6Santander 128 1246 16,7 14,4 15,6Segovia 76 464 16,7 8,4 11,9Sevilla 52 534 16,2 8,9 12,8Soria 80 502 18,2 9,7 12,6

Tarragona 51 504 13,8 12,4 13,5Tenerife 66 557 11,9 9,8 11,0Teruel 59 373 16,2 12,8 14,7Toledo 56 357 15,6 7,1 10,9Valencia 44 454 14,2 12,3 13,2Valladolid 71 435 18,2 7,7 11,5Vitoria 103 779 19,7 13,3 15,3Zamora 64 363 19,7 10,6 13,8Zaragoza 50 318 14,7 9,0 11,2

Tabla B. Valores de las precipitaciones y de la humedad de equilibrio higroscópico de la madera

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Este anejo recoge información sobre la durabilidadnatural y la impregnabilidad de especies comercialeshabituales en España.

Los datos de las tablas están basados en la normaUNE-EN 350-2, que incluye información sobre ladurabilidad y la impregnabilidad de unas 130 espe-cies habituales en el comercio en Europa.

La última versión de la norma data del año 1995 y seencuentra en revisión, por lo que es importante con-firmar si existe una versión posterior que haya podi-do modificar los datos que se presentan. Esta com-probación puede realizase en la página web de laAsociación Española de Normalización y Certifica-ción (www.aenor.es).

Desde la publicación de la norma, existe informaciónadicional sobre muchas otras especies ensayadasconforme a los mismos criterios. Entre las bases dedatos existentes, destacan las fichas tecnológicaseditadas por el CIRAD Forêt (Gerard et al., 2008) coninformación actualizada sobre unas 250 especiestropicales y templadas que puede consultarse eninternet (http://tropix.cirad.fr).

La norma UNE-EN 350-2 establece un sistema decategorías para definir la impregnabilidad y la dura-bilidad natural de cada especie de madera frente alos diversos agentes xilófagos.

La durabilidad frente a los hongos xilófagos es la delduramen ya que la albura de cualquier especie demadera se considera no durable mientras no se dis-ponga de datos concretos. La norma define cincocategorías: 1 (muy durable), 2 (durable), 3 (mediana-mente durable), 4 (poco durable) y 5 (no durable)que se corresponden con la vida útil de unas estacasde madera de duramen de pequeña sección que seclavan en el suelo.

La durabilidad frente a los insectos de ciclo larvario(cerambícidos, anóbidos y líctidos) es la de la alburaque se clasifica como durable (D) o sensible (S). Elduramen se clasifica como durable excepto paraalgunas especies a las que se asocia una categoríadenominada duramen también sensible (SH).

La durabilidad frente a las termitas y xilófagos mari-nos es la del duramen que se clasifica en tres niveles;durable (D), medianamente durable (M) y sensible(S). La albura de cualquier especie se considera ata-cable.

La norma incluye una clasificación de la impregnabi-lidad de la albura y del duramen en cuatro categorí-as: impregnable (1), medianamente impregnable (2),poco impregnable (3) y no impregnable 4). La letra vindica que la especie presenta una gran variabilidaden su comportamiento.

Debido a que la impregnabilidad de la madera dealbura siempre suele ser superior a la del duramen, lanorma UNE 350-2 establece una clasificación deltamaño de la albura de las distintas especies demadera en cuatro categorías; muy delgada (tf), del-gada (f), mediana (m) y grande (l). Asimismo, indicalas especies en las que no hay una distinción claraentre la albura y el duramen (x) o aquellas en las queno se distingue en absoluto ((x)).

Una forma adecuada de emplear los valores recogi-dos por la norma UNE-EN 350-2 para estimar la vidade servicio de un elemento de madera, consiste encomparar la durabilidad de la madera que se propo-ne emplear con la de otras especies puestas en obraen condiciones similares, y de las que se conozca suvida de servicio.

BIBLIOGRAFÍA

Gérard, J., Guibal, D., Beauchêne ,J., Fouquet, D., Langbour, P., Theve-non, M.F., Thibaut, A., Vernay, M. (2008). Tropix 6.0: Caractéristiquestechnologiques de 245 essences tropicales et tempérées. Cirad-Forêt, Montpellier. Tropix CD Rom.

NORMATIVA

UNE-EN 350-2:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía de la durabilidad natural y de la impregnabilidad deespecies de madera seleccionadas por su importancia en Europa.

Anejo C: Durabilidad natural e impregnabilidad de especies comerciales

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EspecieDensidad media

(kg/m3)

Durabilidad natural ImpregnabilidadTamaño dela alburaHongos Hylotrupes Anóbidos Termitas Duramen Albura

Pino marítimo, pino gallego(Pinus pinaster) 540 3-4 S S S 4 1 l

Pino silvestre(Pinus sylvestris)

520 3-4 S S S 3-4 1 f-m

Pino radiata(Pinus radiata) 470 4-5 S SH S 2-3 1 l

Pino laricio(Pinus nigra)

580 4v S S S 4v 1v m-l

Abeto blanco, abeto(Abies alba) 460 4 SH SH S 2-3 2v x

Abeto rojo, pícea(Picea abies) 460 4 SH SH S 3-4 3v x

Alerce(Larix decidua) 600 3-4 S S S 4 2v f

Pinos amarillos del sur (origen EE.UU)(Pinus elliotti, P. palustris, P. taeda, P. echinata) 660 3 S S M-S 3-4 1 m

Pino Oregón (Pseudotsuga menziessi)

América del Norte 530 3 S S S4

3f

Cultivado en Europa 510 3-4 S S S 2-3

Cedro canadiense(Thuja plicata)

EE.UU370

2 S S S3-4 3 f

Cultivado en Europa 3 S S S

EspecieDensidadmedia(kg/m3)

Durabilidad natural Impregnabilidad Tamañode laalbura

ObservacionesHongos Anóbidos Termitas Duramen Albura

Castaño(Castanea sativa) 590 2 S M 4 2 f

Albura sensible a los ataques deHesperophanes

Roble europeo(Quercus robur, Q.petraea) 710 2 S M 4 1 f

Albura sensible a los ataques deLyctus y Hesperophanes

Fresno (Fraxinus excelsior) 700 5 S S 2 2 (x)

Eucalipto Blanco (Eucalyptus globulus)

800* 2* S S 3 1 fDatos propuestos para la próxima

revisión de la normaIroko

(Milicia excelsa, M. regia)650 1-2 - D 4 1 m

Albura sensible a los ataques deLyctus

Teca de Birmania (Tectona grandis) 680 1 - M 4 3 f

Datos referidos a la madera proce-dente de bosques naturales

Ipe(Tabebuia spp.) 1040 1 - D 4 - f-m

Estas especies no aparecen recogidas por la norma

UNE-EN 350-2. La información de la tabla procede de las fichas

tecnológicas editadas por el CIRAD-Forêt

Cumarú(Dypterix spp.) 1070 1 - D 4 - f

Angelim vermelho(Dinizia excelsa) 1070 1 - D 4 - m

Elondo, Tali(Erythrophleum suaveolens, E. ivorense)

910 1 - D 4 - f

* La durabilidad natural del eucalipto frente a los hongos xilófagos que aparece en la norma es 5 (no durable). El valor de 2 (durable) se corresponde con la propuesta española para la próxima revisión de dicha norma y ha sido obtenido tras realizar ensayos de campo y laboratorio a madera de árboles con una edad superior a los 30-35 años.

Tabla C.1. Durabilidad natural e impregnabilidad de coníferas comerciales (UNE-EN 350-2:1995)

Tabla C.2. Durabilidad natural e impregnabilidad de frondosas comerciales (UNE-EN 350-2:1994)

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Se incluye una relación de especies comerciales conuna durabilidad natural suficiente para su empleoen una clase de uso 4 y 5.

Clase de uso 4

El duramen de diversas especies de madera, mayori-tariamente tropicales, puede emplearse sin ningúntratamiento protector en una clase de uso 4 (made-ra en contacto con el suelo o con agua dulce). Engeneral, el duramen de estas especies está clasifica-do como muy durable (clase 1) frente al ataque dehongos xilófagos y como durable (D) frente a lastermitas, según la norma UNE EN 350-2. En paísesdel centro y norte de Europa donde no existen ter-mitas subterráneas, podrán emplearse otras espe-cies a las que no se les exija la durabilidad frente aestos xilófagos.

La tabla D.1, basada en ensayos realizados por elCIRAD-Forêt (Vernay y Fouquet, 2000), presenta unarelación de especies comerciales, incluyendo algu-nas habituales en España como el ipé o el elondoque no aparecen recogidas por la norma UNE EN350-2. Según los autores citados, dichas especiespermiten alcanzar una vida de servicio mínima de10 años en una clase de uso 4, pudiendo superar los40 años en función del emplazamiento concreto(mayor o menor humedad), de la masividad de laspiezas y del diseño constructivo.

En otros casos como el iroko (Milicia excelsa y Mili-cia regia), los autores desaconsejan su empleo enuna clase de uso 4, debido a la variabilidad de ladurabilidad natural en función de su procedencia(bosques primarios o secundarios) o rapidez de cre-cimiento.

Dentro de la clase de uso 4, los elementos de made-ra que permanecen completamente sumergidos enagua dulce, pueden alcanzar una durabilidadextraordinaria ya que el ambiente saturado de aguay anaeróbico impide el desarrollo de los principalesorganismos xilófagos.

Uno de los símbolos de Venecia, la torre del Campa-nile, se reconstruyó en el año 1902 sobre los mismospilotes de madera que, con una antigüedad de 1000años, se encontraban en perfecto estado (Halde-man, 1982). En la bibliografía puede consultarsereferencias históricas sobre las especies más emple-adas en Europa (Peraza, 2004).

En España, tradicionalmente, se han empleadoespecies como el roble (Quercus spp.) o el aliso(Alnus glutinosa) para obras hidráulicas. El únicoyacimiento arqueológico de ambiente lacustre exis-tente en España, (descubierto en el año 1990 en laDraga, lago de Banyoles, Girona) es un poblado neo-lítico emplazado al aire libre, y donde están recupe-rándose numerosas piezas de madera, desde ele-mentos constructivos como postes, hasta arcos,aperos agrícolas, etc. La mayor parte de los postesson de roble y han permanecido por debajo del nivelfreático del agua del lago desde su instalación,encontrándose en buen estado tras unos 7000 añosde exposición (Chinchilla, 2003).

Asimismo, diversas técnicas de modificación de lamadera, como la acetilación, permiten alcanzar unadurabilidad suficiente para su empleo en una clasede uso 4 sin necesidad de adicionar biocidas.

Clase de uso 5

La tabla D.2, basada en ensayos realizados por elCIRAD-Forêt (Vernay y Fouquet, 2000), presenta unarelación de especies cuyo duramen puede emplearse,sin necesidad de tratamiento protector, en una clasede uso 5 (madera en contacto con agua marina).

Anejo D: Especies comerciales con durabilidadnatural para su empleo en las clases de uso 4 y 5

Nombre comercial Nombre botánico Origen

Afromorsia, Assamela Pericopsis elata ÁfricaAzobé, Akoga, Ekki* Lophira alata África

Bilinga, Opepe Nauclea diderechii ÁfricaBubinga, Oveng Guibourtia spp. ÁfricaDoussié, Afzelia Afzelia spp. ÁfricaElondo, Tali Erythrophleum spp. África

Makore, Douka Thiegemella africana ÁfricaMoabi, Ayap Baillonella toixosperma ÁfricaNiové, Bokapi Staudtia kamerunensis África

Padouk, Palo Rojo Pterocarpus soyauxii ÁfricaWenge Milletita laurentii África

Angelim vermelho Dinizia excelsa América del SurCumarú Dipteryx spp. América del Sur

Greenheart Ocotea rubrai América del SurIpé Tabebuia spp. América del Sur

Ironwood, Wamara Bocoa prouacensis América del SurItauba Mezilaurus spp. América del Sur

Maçaranduba, Balata Manilkara spp. América del SurMuiracatiara, Gonçalo Alves Astronium spp. América del Sur

Quebracho colorado Schinopsis spp. América del SurTatajuba, Bagasse Bagassa spp. América del Sur

Wacapou Vouacapoua americana América del SurBalau yellow, Bangkirai Shorea laevis Asia

Kapur Dryobalanops spp. AsiaMerbau Intsia bijuga AsiaPadouk Pterocarpus spp. AsiaJarrah Eucalyptus marginata Australia

*El azobe presenta una zona de transición entre la albura y el duramen con una menordurabilidad frente a los hongos de pudrición.

Tabla D.1. Especies con durabilidad natural para su empleo en una clase de uso 4

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Las especies recogidas en la tabla no constituyen unlistado exhaustivo, ya que uno de los principales cri-terios para incluirlas es que posean unas elevadaspropiedades mecánicas.

Dichas especies, por lo tanto, están orientadas aaplicaciones estructurales en obras portuarias ohidráulicas. Otras especies como la grapia (Apuleialeiocarpa) tienen una buena durabilidad naturalfrente a los xilófagos marinos, si bien sus propieda-des mecánicas no son tan elevadas por lo que sueleemplearse en aplicaciones que no requieran unasexigencias estructurales elevadas.

En otros casos se utilizan especies con una durabili-dad inferior a las de la tabla pero suficiente para losusos requeridos. Un ejemplo sería la madera deeucalipto blanco (Eucalyptus globulus) empleadapara elaborar la estructura flotante de las mejillo-neras (bateas) en las rías gallegas, donde árboles de35-40 años de edad proporcionan vigas con unavida útil que, a menudo, supera los 20 años.

Existen tres criterios fundamentales para explicar laelevada durabilidad natural de una especie demadera frente a los xilófagos marinos y, en particu-lar, frente a los teredos.

Por un lado, las maderas muy densas, duras y con ungrano fino que constituyen una barrera mecánicafrente a los ataques. Por otro lado, un elevado con-tenido de sílice (del 0,5% o superior) que se relacio-na con un desgaste o desafilado de los sistemastaladradores de los xilófagos marinos y, principal-mente, del de los teredos. Por último, la presencia deaceites esenciales o contenidos repulsivos.

La actividad de los xilófagos marinos varía en fun-ción de factores como la salinidad, temperatura,intensidad del oleaje, turbidez del agua, contamina-ción, etc. Por ello, si se proyecta una obra estructu-ral de madera en el litoral español es convenienterecopilar información sobre el estado de elementossimilares para conocer los organismos existente y laintensidad de sus ataques.

El diseño constructivo también puede ejercer unagran influencia en la durabilidad de una estructuraen una clase de uso 5, mediante el recubrimientodel elemento a instalar (Kohlhase y Dede, 2006;Brown, 2007).

BIBLIOGRAFÍA

Brown, B. (2007). The Effectiveness of Plastic Encasement as a Tim-ber Preservative. CMI Technical White Paper, Atlanta, 4 pp.

Chinchilla, J. (2003). El poblado neolítico de La Draga. Experienciasde recuperación y primeras medidas de conservación de materialesarqueológicos en un medio lacustre. Monte Buceiro, 9, 2003, pp419-429.

Handelman, B. (1982). The history of timber piles. American WoodPreserves Institute. Annual meeting.

Kohlhase, S., Dede, C. (2006). Engineering approach to protect woo-den constructions against attack of Teredo navalis Considerationsand results of a field experiment in the Baltic Sea. Proceedings ofthird Chinese-German joint symposium on coastal and ocean engi-neering, Tainan, Taiwan.

Peraza, J.E. (2004). Pilotes de madera sobre cimentaciones. Boletínde Información Técnica AITIM, 227, pp 22-26.

Vernay, M., Fouquet D. (2000). Essences tropicales à forte durabiliténaturelle. Bois et forêts des tropiques, 264, pp 73-76.

NORMATIVA

UNE-EN 350-2:1995. Durabilidad de la madera y de los materialesderivados de la madera. Durabilidad natural de la madera maciza.Parte 1: Guía de la durabilidad natural y de la impregnabilidad deespecies de madera seleccionadas por su importancia en Europa.

Nombre comercial Nombre botánico Origen Observaciones

Afromorsia, Assamela Pericopsis elata ÁfricaAlep Desbordesia glaucescens África 1

Azobé, Akoga, Ekki Lophira alata África 1Bilinga, Opepe Nauclea diderechii África 1

Congotali Letestua durissima África 1-2Elang, Mukulungo Autranella congolensis África 1-2Makore, Douka Thiegemella africana África 1-2Moabi, Ayap Baillonella toixosperma África 1-2Monyhinza Manilkara obovata África 1-2Okan, Edoum Cylicodiscus gabunensis África 1

Padouk, Palo Rojo Pterocarpus soyauxii África 1-3Basralocus, Angelique Dicorynia guianensis América del Sur 1-2

Gaulette Licania spp. América del Sur 2Greenheart Ocotea rodiacei América del Sur 1-3

Ipé Tabebuia spp. América del Sur 1Ironwood, Wamara Bocoa prouacensis América del Sur 1

Itauba Mezilaurus itauba América del Sur 1-3Maçaranduba, Balata Manilkara spp. América del Sur 1-2

Wacapou Vouacapoua americana América del Sur 1-3Wallaba Eperua spp. América del Sur 1

Balau yellow, Bangkirai Shorea laevis Asia 1-2Billian, Borneo Ironwood Eusideroxylon zwageri Asia 1-3

Eyoum, keranji Dialium spp. Africa-Asia 2Teca, Teca de Birmania Tectona grandis Asia 2

Turpentine Syncarpia glomulifera AustraliaCriterios de durabilidad: (1): Madera muy densa con un grano fino o muy fino.

(2): Contenido de sílice elevado. (3): Aceites esenciales o contenidos repulsivos.

Tabla D.2. Especies con durabilidad natural para su empleo en una clase de uso 5

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Anejo E: Plan de muestreo para determinar la penetración y la retención de un producto protector en elementos de madera maciza y madera laminada encolada

Al elaborar un plan de muestreo debe considerarseel nivel de inspección y el nivel de calidad aceptable(NCA). El nivel de inspección determina la relaciónentre el tamaño del lote y el de la muestra y el NCAes el porcentaje máximo de muestras que puedenser defectuosas en una producción media, sin que ellote sea rechazado.

La norma UNE 66020-1 establece siete niveles deinspección, siendo los niveles I, II y III los indicadospara usos generales (el nivel I es el menos rigurosoy el nivel III el más riguroso). En ausencia de especi-ficación, la norma recomienda emplear el nivel II.

El nivel de calidad aceptable se establece en funciónde factores como la gravedad de las consecuenciasde un posible fallo del tratamiento, la accesibilidadde los elementos, etc.

La norma UNE-EN 351-2 detalla cómo establecer unplan de muestreo en función del tamaño de lamuestra y del NCA considerado.

Considerando un nivel de inspección II, la tabla E.1indica el número de muestras que hay que tomar enlos lotes según su tamaño, así como el númeromáximo de elementos defectuosos admisibles antesde rechazar un lote, en función del nivel de calidadaceptable.

Como ejemplo, en un lote formado por 150 postesde madera tratada, si se considera un nivel de cali-dad aceptable del 10% en cuanto a porcentajes deelementos no conformes (sin un tratamiento ade-cuado), la norma UNE EN 351-2, recomendaría ins-peccionar 20 elementos y considerar como criteriode rechazo, un tratamiento inadecuado de 5 o máspostes.

Si el NCA fuese del 4%, se recomendaría inspeccio-nar 20 elementos y considerar como criterio derechazo, un tratamiento inadecuado de 2 o máspostes.

Determinar la retención tiene un coste mucho máselevado que determinar la penetración. Para hacereconómicamente viable la inspección, suele eva-luarse la penetración en todas las muestras y, enfunción de los resultados obtenidos, se determina laretención en un número más reducido.

NORMATIVA

UNE-EN 351-2:2008. Durabilidad de la madera y de los productosderivados de la madera. Madera maciza tratada con productos pro-tectores. Parte 2: Guía de muestreo de la madera tratada para suanálisis.

UNE 66020-1:2001. Procedimientos de muestreo para la inspec-ción por atributos. Parte 1: Planes de muestreo para las inspeccio-nes lote por lote, tabulados según el nivel de calidad aceptable(NCA).

Tamaño del lote

NCA (%)

1 4 10 15 25

16 a 25 13 a 0 3 a 0 5 a 1 5 a 2 5 a 3

26 a 50 13 a 0 13 a 1 8 a 2 8 a 3 8 a 5

51 a 90 13 a 0 13 a 1 13 a 3 13 a 5 13 a 7

91 a 150 13 a 0 20 a 2 20 a 5 20 a 7 20 a 10

151 a 280 50 a 1 32 a 3 32 a 7 32 10 32 a 14

281 a 500 50 a 1 50 a 5 50 a 10 50 a 14 50 a 21

501 a 1200 80 a 2 80 a 7 80 a 14 80 a 21 50 a 21

1201 a 3200 125 a 3 125 a 10 125 a 21 80 a 21 50 a 21

3201 a 10000 200 a 5 200 a 14 125 a 21 80 a 21 50 a 21

Tabla E. Número de muestras a tomar y número máximo de elementos defectuosos para diversos niveles de calidad

aceptables (NCA) y nivel de inspección II

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• Feria Valencia – Maderalia

• Junta de Castilla y León

Mesa intersectorial de la madera

• Generalitat Valenciana- FEVAMA

Federación Empresarial de la Madera y el Mueble

de la Comunidad Valenciana

• ANFTA

Asociación Nacional de Fabricantes de Tableros

• CONFEMADERA HÁBITAT

Confederación Española de Empresas de la Madera

• Feria Valencia. Maderalia

• Generalitat Valenciana – FEVAMA

Federación Empresarial de la Madera y el Mueble

de la Comunidad Valenciana

• FEDERMUEBLE

Federación Española de Empresarios e Industriales

del Mueble

• CONFEMADERA HÁBITAT

Confederación Española de Empresas de la Madera

Construir con Madera

Patrocinadores

• BIOHAUS GOIERRI S.L. Hacia una construcción sostenible

• CEMERConsorcio Escuela de la Madera de la Junta deAndalucía

• CETEBALCentre Tecnològic Balear de la Fusta

• IPEMAInnovaciones, Proyectos y Estructuras de Madera

• ELABORADOS Y FABRICADOS GÁMIZ

• FINNFOREST IBÉRICA S.L

• GARCÍA VARONAFabricación de tarimas y madera estructural

• HUNDEGGER Ibérica S.L. Maquinaria C.N.C para estructuras y construcción en madera

• INCAFUSTInstitut Català de la Fusta.

• MADERAS MENUR S.L. Proyectos en madera

• PROHOLZ

• PROTEVI S.L.Construcciones en madera

• ROTHOBLAASSistemas de fijación para estructuras y construcciónen madera

• THERMOCHIPDivisión Prefabricados Cupa Group

• ZURTEKIngeniería, fabricación y construcción en madera

• ANFTA

Asociación Nacional de Fabricantes de Tableros

• ASMADERA

Asociación Empresarial de Aprovechamientos

Forestales, Aserraderos y Almacenistas de Maderas

de Asturias

• CEMER

Consorcio Escuela de la Madera de la Junta

de Andalucía

• GRUPO GARNICA PLYWOOD, S.L.

• ILVA

• MADERAS DEL NOROESTE, S.A.

• INDUSTRIAS CANDIDO HERMIDA S.L.

Colaboradores

Vivir con Madera

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www.construirconmadera.org

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