drogas y adicciones
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Drogas y Adicciones
Uno de los problemas que enfrenta nuestro país en materia de salud y bienestar social es el consumo de drogas
legales e ilegales por un amplio sector de la población debido, por una parte, a que estas sustancias alteran el
funcionamiento del cuerpo, la mente, el comportamiento y la interacción con otros y, por otra, a que su uso
puede generar adicción y daños severos.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) droga es “toda sustancia que, introducida en un organismo
vivo, pueda modificar una o varias de sus funciones”.
En 1982, la OMS intentó delimitar cuáles eran las sustancias que producían dependencia y declaró como droga
“aquella con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la
conciencia, y el comportamiento) susceptible de ser auto-administrada”.
Según la ley:
Drogas legales: que son admitidas por la sociedad y forman parte de nuestras costumbres. Por ejemplo; el
alcohol, el tabaco y los medicamentos.
Drogas ilegales: que son las sustancias que están social y legalmente prohibidas y ésto implica una actitud
severa hacia su consumo. Por ejemplo; marihuana, cocaína, opiáceos, paco (pasta base) y otras sustancias que
los contienen en proporciones variables.
Según la gravedad de su consumo:
Drogas blandas: causan problemas de salud menores y consisten en derivados del cáñamo, marihuana, hachís,
etc.
Drogas duras: presentan un riesgo alto y causan graves daños a la salud de quienes las consumen. Por ejemplo;
las anfetaminas, cocaína, heroína, LSD, XTC, etc.
Tipo de consumo:
Uso: implica que el consumo de la sustancia es aleatorio (sin razones particulares) y la vida de esa persona así
como sus relaciones no se han dañado.
Abuso: es el caso en que el consumo tiene una frecuencia sistemática. La persona busca la sustancia y aparecen
perturbaciones en su vida, en la relación con los otros, con las obligaciones, etc.
Dependencia: es un estado psicofísico que se caracteriza por modificaciones de conducta y otras reacciones,
que implican un deseo invencible de tomar la droga continuamente para experimentar sus efectos y evitar el
malestar de la privación.
Tipos de dependencia
Psicológica: Compulsión a consumir periódicamente la droga que se trate, para experimentar un estado
afectivo positivo (placer, bienestar, euforia, sociabilidad, etc) o librarse de un estado afectivo negativo
(aburrimiento, timidez, estrés…). Para superar este estado es necesario propiciar cambios en la conducta y
emociones de la persona, sin necesidad de recurrir a las drogas.
Física: La droga se ha incorporado al metabolismo del sujeto. El organismo se ha habituado a la presencia
constante de la sustancia, de tal manera que necesita mantener un determinado nivel en sangre para funcionar
con “normalidad”. Cuando este nivel desciende por debajo de cierto umbral aparece el Síndrome de
Abstinencia característico de cada sustancia. Cuando es necesario ir aumentando la cantidad consumida para
experimentar los mismos efectos estamos hablando de la Tolerancia. O lo que es lo mismo, cuando los efectos
de la misma cantidad son cada vez menores.
Tabaco
Esta droga se considera dentro de la clasificación de los estimulantes; su principio activo es la nicotina, que
tiene una gran variedad de efectos complejos y, a veces, impredecibles tanto en la mente como en el cuerpo;
es la responsable de la adicción al tabaco.
Además de la nicotina, el humo del tabaco contiene alquitrán, que provoca cáncer de pulmón y de otros
órganos. En el humo del cigarrillo se han identificado más de 4 mil sustancias tóxicas entre las que se
encuentran monóxido de carbono, amonio, plutonio, etc. Aproximadamente 40 de estas sustancias, como el
benceno, el níquel y el polonio, tienen potencial cancerígeno. La nicotina causa una descarga de dopamina en
las áreas del cerebro que controlan el placer y la motivación. En contraste, también puede producir efectos
sedantes, dependiendo de la dosis consumida y del nivel de excitación del sistema nervioso del fumador. Al
fumar tabaco, la nicotina se distribuye en el organismo, llegando al cerebro diez segundos después de la
inhalación. Con la exposición a la nicotina, se estimula la producción de adrenalina, provocando una descarga
de glucosa que incrementa la presión sanguínea, la respiración y el ritmo cardiaco. Con la exposición a la
nicotina, se estimula la producción de adrenalina, provocando una descarga de glucosa que incrementa la
presión sanguínea, la respiración y el ritmo cardiaco.
La exposición continua al tabaco está asociada con las siguientes enfermedades:
• Cáncer de pulmón, boca, faringe, esófago, estómago, páncreas, cérvico-uterino, renal y/o vesícula.
• Del sistema respiratorio, como bronquitis crónica, asma y enfisema.
• Del corazón, como deficiencia coronaria (falta de afluencia de sangre al órgano, lo que ocasiona infarto).
• Padecimientos cerebro-vasculares, derrames cerebrales, aneurisma (deformación o incluso rotura de las
paredes vasculares) y problemas circulatorios e hipertensión (presión arterial alta).
• Embolias y accidentes cardio y cerebro-vasculares, sobre todo en mujeres que fuman y toman
anticonceptivos.
• Resequedad de la piel, arrugas prematuras y pérdida de piezas dentales.
• Molestias vinculadas con la menstruación que se relacionan con menopausia temprana, algunos casos de
esterilidad o concepción retardada.
• Disfunción eréctil (impotencia sexual); el consumo de tabaco es una de sus causas más frecuentes.
Alcohol
Este depresor del sistema nervioso central es la droga legal de más alto consumo y cuenta con un mayor
número de adictos, debido a que las bebidas que lo contienen gozan de gran aceptación social y su consumo
se encuentra muy arraigado en nuestra cultura. El consumo de alcohol es aceptado socialmente; sin embargo,
tiene consecuencias físicas, familiares y sociales muy importantes.
Los efectos se presentan en una secuencia de cinco etapas (dependiendo algunas variables):
Primera: el sujeto se ve relajado, comunicativo, sociable y desinhibido debido a que el alcohol deprime
primero los centros nerviosos que controlan la inhibición de los impulsos, por lo que la conducta se libera y el
individuo parece excitado.
Segunda: su conducta es esencialmente emocional, presenta problemas de juicio y de coordinación
muscular, así como trastornos de la visión y del equilibrio.
Tercera: el individuo experimenta confusión mental, se tambalea al caminar, tiene visión doble y
reacciones variables del comportamiento: pánico, agresividad o llanto, además de serias dificultades para
pronunciar adecuadamente las palabras y para comprender lo que oye.
Cuarta: no puede sostenerse en pie; sufre vómitos, incontinencia de la orina y aturdimiento; está cerca
de la inconsciencia.
Quinta: inconsciencia, ausencia de reflejos. El individuo puede entrar en estado de coma que puede
llevarlo a la muerte por una parálisis respiratoria.
Después de un tiempo de abusar del consumo de bebidas alcohólicas ocurre un deterioro gradual en diversos
órganos como estómago, hígado, riñones y corazón, así como en el sistema nervioso.
Existe una serie de enfermedades que se relacionan con el consumo reiterado de bebidas alcohólicas; la
mayoría de ellas son causas principales de mortalidad en nuestro país, como la cirrosis hepática y los
padecimientos cardiacos.
Algunos estudios señalan que quienes se inician en el abuso de las bebidas alcohólicas desde jóvenes tienen
una expectativa de vida cinco o diez años menor que quienes no siguen esta conducta.
El abuso de bebidas alcohólicas tiene diversas consecuencias sociales, como por ejemplo accidentes de
tránsito, peleas, ausentismo laboral/escolar, accidentes laborales, violencia y maltrato intrafamiliar, disolución
del núcleo familiar, entre otras.
Cannabis (Marihuana):
En 1948 la Organización Mundial de la Salud OMS llegó a la conclusión de que el cannabis era peligroso desde
todo punto de vista, ya sea física, mental o social. El principio activo de esta planta es el
TETRAHIDROCANNABIOL THC cuya concentración varía según las partes de la planta y también de unas plantas
a otras.
Marihuana: La marihuana es una combinación de hojas, tallos, semillas y flores del cáñamo. Todo ello una vez
secos, son picados finamente. Hachís: Es un preparado de la resina de la planta del cannabis. Se presenta como
polvo fino, comprimido en pastillas o tabletas de color pardo oscuro.
En todas sus modalidades la marihuana afecta a la mente. Es decir, altera la función normal del cerebro debido
a que contiene el ingrediente químico activo llamado THC. Exposiciones reiteradas a este toxicoestimulante
aparecen efectos secundarios tales como Problemas con la memoria y el aprendizaje, percepción
distorsionada (visual, auditiva y del tacto), y del sentido del paso del tiempo, problemas para pensar claramente
y para resolver problemas, menor coordinación física, trastornos de ansiedad y eventualmente problemas
cardiocirculatorios que debutan con taquicardias.
La mezcla peor !
Cocaína:
La cocaína es una de las drogas adictivas más potentes. Las pruebas científicas indican que la potente
propiedad de refuerzo neuropsicológico de la cocaína lleva a la persona al uso continuo, a pesar de las
consecuencias físicas y sociales nocivas. La cocaína es un fuerte estimulante del sistema nervioso central. Los
efectos físicos del uso de cocaína incluyen constricción de los vasos sanguíneos periféricos, dilatación de las
pupilas y aumento de la temperatura, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial.
Las dosis elevadas o el uso prolongado de cocaína o ambas cosas pueden desencadenar paranoia. El fumar
cocaína puede producir una conducta paranoide particularmente agresiva en los usuarios.
Cuando los adictos dejan de usar cocaína, a menudo se deprimen.
La inhalación prolongada de cocaína puede resultar en ulceración de la membrana mucosa de la nariz y puede
lesionar tanto el tabique nasal como para provocar su colapso. Las muertes relacionadas con el uso de cocaína
se producen a menudo como consecuencia de paro cardíaco o ataques, seguidos de paro respiratorio.
Inhalantes:
Los inhalantes son vapores químicos respirables que producen efectos psicoactivos (que alteran la mente).
Aunque las personas están expuestas a disolventes volátiles y a otras sustancias inhalantes en la casa y el lugar
de trabajo, muchas no creen que sean drogas porque, en la mayoría de los casos, nunca se intentó usarlas de
esa manera.
Como efectos adversos encontramos que cuando se inhalan por la nariz o la boca a los pulmones en
concentraciones suficientes, pueden causar efectos intoxicantes. La intoxicación puede durar solo algunos
minutos o varias horas, si se toman repetidamente. En un principio, los usuarios pueden sentir un leve estímulo;
con inhalaciones sucesivas, pueden sentir menos inhibición y menos control; por último, el usuario puede
perder el sentido.
La muerte por inhalantes suele ser causada por una concentración de vapores muy elevada. La inhalación
deliberada a partir de un papel pegado o una bolsa plástica o en un espacio cerrado aumenta mucho las
posibilidades de asfixia.
Psicofármacos:
Se clasifican en 2 grupos: estimulantes y depresores
Entre los psicofármacos estimulantes destacan las anfetaminas que son producidas de forma sintética en
laboratorios. Inicialmente fueron fármacos de frecuente prescripción médica que actualmente se ha
restringido, aunque su presencia en el mercado clandestino sigue siendo habitual.
A corto plazo los efectos son sensación de euforia que se manifiesta con excitación nerviosa, insomnio,
agitación en ocasiones agresividad, ausencia de apetito y de fatiga e hiperactividad. Las sobredosis aumentan
la temperatura corporal, pueden causar inquietud, alucinaciones, irritabilidad, convulsiones e incluso la muerte.
Los psicofármacos depresores son sustancias que afectan al sistema nervioso central cuyo uso continuado
puede producir dependencia. Los más conocidos son los barbitúricos y las benzodiacepinas.
Benzodiacepinas: Estos fármacos son los que más se recetan en la práctica clínica (tratamiento de los
trastornos de ansiedad) dado que presentan menos efectos secundarios que los barbitúricos.
Normalmente inducen a un estado de relajación muscular y somnolencia. En algunas ocasiones
producen desinhibición y la persona que las utiliza puede llegar a mostrarse excitable, o incluso
agresivo. En dosis elevadas provocan náuseas, aturdimiento, confusión, disminución de la coordinación
psicomotriz, etc. Las benzodiacepinas tienen capacidad de desarrollar dependencia a las mismas. Los
síntomas de abstinencia son: aumento de la ansiedad, insomnio, irritabilidad, nauseas, dolor de cabeza
y tensión muscular, temblor y palpitaciones y variaciones del estado de ánimo. Generalmente se dan
con Clonazepan y le agregan alcohol, terrible como terminan.
Barbitúricos: Todos los barbitúricos son depresores del sistema nervioso. Los barbitúricos son fármacos
hipno-sedantes y con propiedades anticonvulsivantes utilizados para el manejo del insomnio nervioso
severo (insomnio u otros trastornos psicológicos). Los barbitúricos son liposolubles y por lo tanto se
disuelven con facilidad en la grasa del organismo. Entonces están preparados para traspasar la barrera
hematoencefálica y alcanzar el cerebro. Una vez en el cerebro, los barbitúricos actúan impidiendo el
flujo de iones de sodio entre las neuronas, a la vez que favorecen el flujo de iones de cloruro. Se unen a
los receptores GABA en un sitio diferente a las benzodiazepinas y aumentan la acción de
este neurotransmisor. De esta manera, al aumentar la conductancia al cloruro y reducir la sensibilidad
de la membrana neuronal postsináptica a los neurotransmisores excitatorios, concluyen en un
obstáculo definitivo para los potenciales de acción.
Su consumo en dosis elevadas provoca una seria disminución de los reflejos y un enlentecimiento
respiratorio que puede llevar hasta el coma y la muerte. Un consumo prolongado puede provocar
anemia, hepatitis, depresión o falta de coordinación psicomotora. Generan rápidamente dependencia
tanto física como psíquica y sobredosis relativamente pequeñas pueden resultar letales.
Ej: Fenobarbital.