A Miguel Ángel García Luque, mi amigo, de cuya oronda
humanidad sólo deviene generosidad, buen hacer y solidaridad.
También para Jose y Migue, sus hijos; para Manu y Edu, mis hijos,
y para Manu, el pequeño, mi nieto. Ellos, afortunadamente,
nacieron en una España democrática que supo crear escuelas
para todos.
Con timbre sonoro y hueco
truena el maestro, un anciano
mal vestido, enjuto y seco,
que lleva un libro en la mano.
Y todo un coro infantil
va cantando la lección:
“mil veces ciento, cien mil;
mil veces mil, un millón”.
Recuerdo infantil
Antonio Machado (1875-1939)
¿Y si algún tiempo pasado no fue mejor?
En el año 1959, con diez años, mis padres, después de hacer el examen
de ingreso, me matricularon en el Instituto1 y comencé el Bachillerato
elemental. Me esperaba un edificio anexo a un convento y lo desconocido:
unas enseñanzas nuevas para un niño de tan temprana edad. Advertido por mi
hermano, unos años mayor que yo, que me había precedido en el proceso
iniciático del cambio de modo de enseñanza, me enfrentaba a los estudios que
contemplaba la Ley de Ordenación de Enseñanza Media de 1953, heredera y
con las mismas orientaciones, salvo ligeras modificaciones, de la primera ley
de Enseñanza Media de 19382: un humanismo clásico mal interpretado (mejor,
interesadamente interpretado), el nacionalcatolicismo y un grupo de profesores
cuya denominación nos parecía inexplicable (catedráticos numerarios,
1 “El” es utilizado en el sentido determinado y único. No existía otro instituto en la ciudad.
2 Los que que quieran saber más sobre estas dos leyes pueden consultar el Boletín Oficial del Estado de
29 de septiembre de 1938 y Boletín Oficial del Estado de 27 de febrero de 1953. Los Boletines Oficiales
del Estado históricos pueden consultarse en:
http://www.boe.es/aeboe/consultas/bases_datos/gazeta.php
profesores especiales, profesores adjuntos y ayudantes) y que sólo
entendíamos por los que mandaban sobre nosotros y sobre los demás
profesores.
Ante este panorama
autentico secuaz del nacionalcatolicismo, afortunadamente,
indicaciones de mi hermano (el que me había precedido),
amigos que evitaron mi zozobra. Es decir, en términos académicos, no tener
inquietud, aflicción y congoja del ánimo, que no me dejase sosiego por el
riesgo de amenaza que sobre
que se sentía en la obligación de adoctrinar a los hijos
de los vencidos y que histriónicamente imitaba el
mesarse los cabellos y desgañitaba supuestas
oraciones
a Yuri Gagarin
Dios? ¡No le he visto!
había pronunciado desde la ventanilla de la cápsula:
3 Fue el primer hombre, perteneciente al cuerpo de cosmonautas de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, que en una capsula espacial, el 12 de abril de 1961, alcanzó el espacio exterior.
Yuri Gagarin era uno
de mis héroes de la
época
profesores especiales, profesores adjuntos y ayudantes) y que sólo
entendíamos por los que mandaban sobre nosotros y sobre los demás
La Ley era muy explícita
en sus objetivos. Desde su
preámbulo destacaba que
“Desde la iniciación del
Movimiento Nacional ha sido
preocupación constante del
Estado la promulgación de
normas jurídicas que garanticen
la formación intelectual y moral
de la juventud española en el
servicio de los altos ideales de la
Fe católica y de la Patria”
destacaba como principio
jurídico en su articulado lo
siguiente:
Artículo segundo.-
Media se ajustará a las normas
del Dogma y de la Moral
católicos y los principios
fundamentales del Movimiento
Nacional
Ante este panorama, cuyas consecuencias serían convert
nacionalcatolicismo, afortunadamente, prevalecieron
indicaciones de mi hermano (el que me había precedido), la de mi padre y sus
que evitaron mi zozobra. Es decir, en términos académicos, no tener
nquietud, aflicción y congoja del ánimo, que no me dejase sosiego por el
e amenaza que sobre mí se cernía.
Tenía el aviso de prevenirme de
que se sentía en la obligación de adoctrinar a los hijos
de los vencidos y que histriónicamente imitaba el
mesarse los cabellos y desgañitaba supuestas
oraciones cuando se escandalizaba de la frase atribuida
a Yuri Gagarin3 a su regreso a la Tierra:
Dios? ¡No le he visto!”. Nos ocultaba, la frase que si
había pronunciado desde la ventanilla de la cápsula:
Fue el primer hombre, perteneciente al cuerpo de cosmonautas de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, que en una capsula espacial, el 12 de abril de 1961, alcanzó el espacio exterior.
profesores especiales, profesores adjuntos y ayudantes) y que sólo
entendíamos por los que mandaban sobre nosotros y sobre los demás
La Ley era muy explícita
en sus objetivos. Desde su
preámbulo destacaba que
Desde la iniciación del
Movimiento Nacional ha sido
preocupación constante del
Estado la promulgación de
normas jurídicas que garanticen
la formación intelectual y moral
de la juventud española en el
vicio de los altos ideales de la
Fe católica y de la Patria” y
destacaba como principio
jurídico en su articulado lo
La Enseñanza
Media se ajustará a las normas
del Dogma y de la Moral
católicos y los principios
del Movimiento
cuyas consecuencias serían convertirme en un
prevalecieron las
mi padre y sus
que evitaron mi zozobra. Es decir, en términos académicos, no tener
nquietud, aflicción y congoja del ánimo, que no me dejase sosiego por el
aquel profesor
que se sentía en la obligación de adoctrinar a los hijos
de los vencidos y que histriónicamente imitaba el
mesarse los cabellos y desgañitaba supuestas
cuando se escandalizaba de la frase atribuida
a su regreso a la Tierra: "¿Dónde está
Nos ocultaba, la frase que si
había pronunciado desde la ventanilla de la cápsula:
Fue el primer hombre, perteneciente al cuerpo de cosmonautas de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas, que en una capsula espacial, el 12 de abril de 1961, alcanzó el espacio exterior.
"Veo la Tierra. ¡Es tan hermosa!".
Siempre estaba atento al profesor de literatura. Aquel que me sorprendió
al decirme que no me preocupara del histriónico, que estudiase y que supiese
que él era kantiano. ¡Kantiano!, palabra mágica que me sorprendió y que más
tarde descubrí: significaba algo distinto a la mediocridad y la vileza que nos
rodeaba. Y mucho más tarde, pude homenajearle recuperándolo en la Memoria
Histórica como uno de los muchos que sufrieron la represión por sus ideas en
defensa de la democracia y una escuela para todos.
Frente a la mayoría de los felones, una minoría nos enseñaron, a los que
no procedíamos de los vencedores, a mirar la naturaleza, a leer a D. Antonio
Machado y a ser solidarios.
Se había encargado el Ministerio de Educación Nacional de propiciar los
diferentes horarios de cada uno de “las clases” de profesores a la par de
concretar, sin tener en cuenta las diferencias de cada localidad, (las escasas
localidades que contaban con Instituto) el número de profesores que debían
disponer: pocos y la mayoría de ellos adeptos impenitentes y dispuestos a no
dejar que pensásemos por nuestra cuenta.
Recuerdo como uno de nuestros amigos (aquellos amigos mayores que
vivían en nuestra ciudad y no podían moverse de ella), que atraídos por las
falsas promesas de las falsas amnistías se encontraban cautivos y malvivían
encerrados en el exilio interior de su propia Patria, me trastocaba lo que
aprendía del libro que nuestro profesor de geografía se encargaba de redactar
y editar en una imprenta de la ciudad ( de obligada compra por el alumnado y
del que se cambia el orden, anualmente, de las lecciones para evitar la
herencia del mismo entre hermanos o amigos)4.
Frente a la interpretación de que España pese a la posición más
ventajosa astronómica y geográfica del planeta tenía la desventaja de su
posición excéntrica respecto a las grandes rutas de navegación atlántica y las
grandes vías terrestres que cruzan Europa y de tener la espina clavada por la
4 En una ocasión, tras el estudio detallado de la lección cinco del libro y la memorización de
todos los accidentes geográficos que se especificaban en la misma, obtuve un rotundo cero como nota al ser llamado para el recitado de la lección en la tarima de la clase. La lección cinco del libro del curso 1960-61 no era la misma del libro que había heredado de mi hermano. No volvió a suceder pues, al conocer en el error, modifiqué toda la numeración de las lecciones ayudado por un compañero que tenía el libro de ese curso. El problema fue que ese profesor fue durante bastante tiempo paradigma de un buen profesor. Afortunadamente, para mí, la venganza no se sirve en ningún plato sino que se olvida el mal hecho. Pasado muchos años de este episodio tuve ocasión de atender (y lo hice lo mejor que pude y con el mayor celo) la solicitud de ayuda que ese profesor me solicitó. En ningún mometo me identifiqué como ex alumno suyo.
Pérfida Albión en el corazón de Andalucía con la posesión de Gibraltar; uno de
nuestros amigos mayores nos decía que nos dejásemos de tonterías y que de
acuerdo con el geógrafo Elisée Reclus nos pusiésemos unas alpargatas y
recorriésemos los territorios que nos interesasen. Así aprenderíamos geografía.
Cuando comparo hace cincuenta, cuarenta, treinta años atrás el número
de Institutos (el) de mi ciudad y los de ahora, me sorprendo: ¿Antes no había
niñas y niños para que fueran a los Institutos? Y, me entristece saber cuántos
no tuvieron la suerte de vivir en un país libre y democrático (pese a todos los
inconvenientes de la “mala educación” actual) y asistir a los Institutos. Pienso
también en los profesores que hoy tenemos en nuestros Institutos de casi todas
las localidades y me alegro de cuantos puestos de trabajos se han creado para
dotar las plantillas (insuficientes todavía para atender todas las necesidades)
de los mismos. Y me satisface y me emociona que el esfuerzo de tantos
hombres y mujeres de España logrará superar la larga noche del franquismo y
conseguir en el año mil novecientos noventa que una Ley de Educación, en un
país democrático, escolarizase a todas las niñas y niños hasta los dieciséis
años de edad.
A todos, aunque nos pese: guapos y feos, listos y torpes, de la ciudad o
del campo, con habilidades o sin ellas, con buena cuna o mala cuna, con
dinero o sin él,K
Yo me siento muy satisfecho de haber contribuido (muy poco, pero algo)
junto a muchos más de que así sea. También porque ello afectó y afecta a los
hijos de Miguel García Luque, mi amigo del que tanto aprendo, que tiene muy
buena madre, por mis hijos también, por mi nieto y por todos los que de alguna
manera disfrutan, hoy, de una España, con crisis incluida, con unas Escuelas e
Institutos (con muchas carencias) que pretenden desarrollar sentido de
democracia, saber, apertura y solidaridad.
Manuel Santander Díaz
P.D.
No me he olvidado de “mis” Inspectores de la República pero hoy corría más
prisa hablar de esto.