a las ciudades y seres que me. habitanporque son en mí lo que me dieron yno pierdo.Vivir hoy no me niega haber vividoy el libro de horas que existenciatiene en mí .es un objeto vivo en su conjunto.aunque sólo sentido halle en quien lohojea o lee.cuando se da ese encuentromilagroso y diario.acaso oculto en su misterio a vistas.
En los poemas que integran Au/aga enla mara/ta podrá advertirse que es la .de Francisco Cervantes una de las voces más personales de la poesía hispanoamericana contemporánea. Debería
. añadirse que también una de las másoriginales. Siendo diferente y ajena a ,una cierta común retórica. visible en temas•. formas y lenguaje. que por momentos parece abrumar. empequeñeciéndola , a una extensa zona de losPoemas que. tanto en nuestro conti nente como en España.se escriben hoyen castellano. Bien lo dice José tv1iguel
Francisco Cervantes
Oviedo en las palabras que de él hemoscitado: Cervantes habla muchas vecesdesde otra época y aún desde otra lengua. como situándose fuera de nuestraedad. apasionado de un mundo en elque lo histórico se confunde con lo legendario . Y aún si el poeta se enfrenta alas presencias actuales. aquellas conlas que en la calle convivimos a diario.también un resplandor pretérito parececircundarlas con un nimbo de idealización y lejanía:
Lugares de reuniónlo fueron todos.aquella noche que. semidesnuda .del balcón me despedías. esperandoque tu conmovedora hermosura mehiciera regresar al lecho tuyo.Yo supe verlos como eran:desérticos. miserables . dolorososya sin tí.Pero Lisboa. Lisboa siempre fue másbella que tú misma.más bella que el destino y que suhistoria.
Fernando Charry Lara
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Vértigosargumentales
Me propongo leer un moralista de laotra América. La geografía en este casonos abruma de ecos. y tanto. que casiborra la fuerza del sustantivo "moralista" . Porque ¿cómo un dedicado a escudriñar las borrosas motivaciones huma..nas. sus lemas declarados y escondidos. las duras virtudes. y las otras. lasgenerosas máscaras del propio.interés.puede venir de un paisaje teórico queimaginamos hecho de ingenuidad audaz. espíritu deportivo y discreta lucidez analítica 7 Quien lea el libro Lamuerte en cuestión podrá responderesta pregunta. Thomas Nagel abordalos prob lemas más tradicionales -lamuerte . el absurdo. la suerte moral. laguerra. , . -y otros que no lo son tanto - la perversión sexual. la crueldad enla vida pública . las relaciones entre la ética y la biología ... - y lo hace con lucidez y penetrac ión. devolv iendo frescuraal trato con esas dificultades; inclusoles descubre aspectos inusitados.
La tradición analít ica procura al comienzo -entre los años 30 y los 60neutral idad frente a sus objetos de estudio : en moral elucida el uso de palabras seleccionadas por su papel tenidocomo centra l en el lenguaje normativo.digamos. "bueno" . " malo" . "deber"."poder". para luego dedicarse a aplicaresos análisis a ejemplos muy simples (aveces. más bien. simplemente alarmantes). Detrás de esas austeridades -deesos aburr imientos- no s610 había teo- .rías falsas sobre el lenguaje y la moralidad. sino tamb ién una enfática ausenciade experienc ias que no fuesen eso queAlejandro Rossi acertadamente llamóel " Laberinto de los profesores" . laberinto que no se puede romper más quedesde afuera : desde la investigaci6ncientífica . y en general. desde la aten-oci6n minuciosa a las complejas. y a menudo trág icas. prácticas en que nos debatimos cot idianamente. En torno alCírculo de Viena. la filosofía analíticanaci6 de una ruptura te6rica con ese laberinto : de una sustituci6n de las teorías de la ciencia -ficci6n hegeliana. por .teorías de las ciencias reales. A su vez.para los j6venes norteamericanos delos 60 . pisar el césped si uno está apurado o usar la alberca si hay sequía.de-
• Thom.. Negel: Le muene en cuesti6n. Enuros sobre le vide humena. f'CE. México.1981 .
jaron poco a poco de const ituir problemas y así también se acabó por romper
,práct icamente con el laberinto . SeñalaNagel:
Algunos de estos ensayos los escribímientras los Estados Unidos emprendían una guerra criminal. dirigida criminalmente. Esto me dio unalto sentido de lo absurdo de mi investigación teór ica. La nacionalidades un vínculo sorprend entemente vigoroso. hasta para aquellos de nosotros cuyos sent im ientos patr iót icosson débiles. Leíamos los periód icosdiariamente con ira y horror. y era diferente de leer acerca de crímenesen otro país. A finales de la décadade 1960. tales sentimientos estimularon una obra seria. profesional.acerca de los asuntos públicos (p.13-14).
Hay que subrayar los adjetivos "serie"."profesional" ya que:
un ensayo filosófico aun obr Iasunto públ ico más común continúsiendo teórico (p. 151.
y por lo tanto. ha de juzgar d acu rdo a los criterios argumontalo mtrictos. Sin embargo. como ntr locriter ios hay que inclu ir al d rolovoncía. las experiencias más inm di tque están en la base do un tr b jo t 6rico. no sólo no desaparecen ino que.en parte al menos. pre-determin n uvalor. Elaborando un poco este pen amiento. acaso no es demasiado simpl ificador distinguirle cuat ro pasos a la labor filosófica realmente efectiva. En primer lugar. en torno a las creencias convencionales sobre un asunto . aquí y alládesarrollos científicos. acontecimient ospolíticos o intensas vivencias personales comienzan a prod ucir confl ictos queimpugnan esas creencias. En segundolugar. se transforman esos confl ictos enproblemas. se les inte nta dar una so ~ u
ción y sobre todo. se exploran sus nneones. sus diversos aspectos . así comosus consecuencias directas e indi rectas. En tercer lugar. hay que buscar lalección que nos enseña el debate llevado a cabo en el segundo paso: de estamanera. se producirán materiales másgenerales y se los a rt i cu l ~ rá en.mar.c.osteóricos Y programas de mvesnqacron,e incluso. si es posible. en teorías. Luego. en cuarto lugar. habrá que.volver adiscutir otros ejemplos a part ir de las
ideas generales ya ganadas. Es claroque este cuarto paso es. a la vez. necesario y peligroso. Necesario porque sinél aprenderíamos de esos materialesgenerales y no tendríamos la menoridea del grado de fecundidad de nuestro marco teórico. Peligroso. porqueuna vez que se establece un programade invest igación. tendemos a aferrarnos a él y a ignorar cualquier anomalía.Nada más fácil que. ya en un marco teórico. volverse ciego a sus dificultades ysin la menor sospecha. dejarse apresarpor sus vért igos argumentales.
Con la palabra " vért igo" aludimosusualmente a disturbios en la capacidad de juicio: cuando un sujeto sufre devért igos tiene la sensación de que élmismo o los objetos que lo rodean escapan de su control. toman un cursopropio al que él es incapaz de dirigir odetener. a la manera de poderososmecanismos que. una vez puestos enmarcha. ya no admiten interferencia.Paralelamen te. pienso en vértigos argumentales cuando se razona de modounilateral. desencadenando dispositivo que. por un lado. autoconfirman sine ar la perspectiva adoptada. y porotro . la inmunizan. descalif icando apriori lo con traejemplos o condenandocomo ininteligible cualqu ier dificultad.Para. ya en un vért igo. en una pseudo-rgumentaci6n. recobrar la capacidad
d juicio. e necesita. ante todo . desechar lo últi mos t res pasos que distinguimo como constituyentes de la labor filos6fica y volver al primer paso:h y que reaprender a percibir los conflictos situados más allá de nuestroshábitos intelectuales. sobre todo. hayque comenzar por aceptar dificultadesque repugnan a los sobrentend idosdesde donde pensamos.
En la siguiente lectura apropiadora dealgunos argumentos de Nagel me dejoguiar por estos cuatro pasos. En primerlugar. en algún momento. Nagel sienteque :
Por la reacción apát ica ante las atrocidades cometidas en Vietnam porlos Estados Unidos y sus aliados.puede concluirse que las rest ricciones morales y los actos de guerratienen casi tan poca simpatía entreel público general como entre los encargados de modelar la política militar norteamericana (p. 93) .
A part ir de estas vivencias. Nagel buscaexaminar:
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el problema mora l más general planteado por la guerra: el problema delos medios y los fines. Desde ciertopunto de vista. hay limites para loque puede hacerse aun al servicio deuna finalidad que vale la pena buscar. y aun cuando apegarse a las restricciones puede resultar muy costo so. El que reconoce la fuerza de estas restricciones puede encontrargraves dilemas morales (p. 94).
Nagel formula este dilema como elproblema entre. por un lado. dar primacía -con morales consecuencialistascomo el utilitarismo- al interés en loque sucederá. a las metas que buscamos alcanzar; y por el otro. atender sobre todo -como exige una moral deontológica- lo que se está haciendo.reflex ionar sobre la persona en que nosconvertimos cuando hacemos lo quehacemos. Sin embargo. no voy a reconstruir la argumentación de Nagelsobre este dilema: quiero más bienrecordar todavía otra grave dificultad.en apariencia de un tipo muy distinto:la situación ambigua que introduce lamuerte en la vida humana:
Observados desde el exterior. los seres humanos obviamente tienen unlapso de vida natural. y no pueden vivir más de cien años. El sentido queel hombre tiene de su experiencia.por otra parte. no corresponde a estaidea de un límite natural. Sú existencia le fija un futuro posible esencialmente abierto. que contiene la mezcla usual de bienes y males que él haencontrado tan tolerable en el pasado (p. 31 l.
¿Cómo vincular estas inquietudes sobre la muerte con el ya aludido dilema moral sobre la guerra? Demos ya eltercer paso que he distinguido en unalabor filosófica : descubrir de qué ideasgenerales ambas dificultades son ejem plos. O si se prefiere : exploraremos elmarco teórico que permita situar conmás perspectiva ambas dificultades.Nagel expresa tal marco de la siguientemanera : por un lado. miramos el mundo desde el punto de vista de la subjetividad . Por otro lado. en el seno mismode esta subjetividad. vamos constituye~do un punto de vista que com ienzahaciendo abstracción:
de la posición personal. temporal.espacial y específica del individuo en
..
el mundo y después de las características que lo distinguen de los otroshumanos, 'luego, gradualmente delas formas de percepción y de la acción características de Ioshurnanos.y que se apartan del estrecho campo
, , de una escala humana en el espacio,en'el tiempo y enJa cantidad, y se dirigen hacia una concepción del mundoqúe en lo posible no es el puntode vista de cualquier lugar dentro deéste. probablemente este procesono tiene fin, pero su meta ,es considerar el mundo algo sin centro, en elque el ,observador es uno de sus elementos (p. 314). '
Este punto de vista de la objetividad en- ,': ' cuenttcl.su promesa de expresión m ás
acabada en los resultados de las diver:sas invest igaciones científicas. La distinción entre ambos puntos de vista posee, sin embargQ, ámbitos de resonancia .radicelmente diferentes. Por' ejemc
, ", plo: ' ',, ' '< "
. " t) el contraste entre la existencia'de agentes l¡bre~ y!Jn pensarel mundocomo unaserte de sucesos que perte-
.' -necen por entero a 'un orden (o a un de-'': soid~n) natúrál; ,
,2) .el contraste entre el sujeto y susexperiencias vividas, y una perspectivaque ~onsidere los estados mentales en
, sus relaciones : -r-causales. funciona -les..,... con:el sistema nervioso central o
. la conducta ;' " ' (,. , '''; ; , '
3) ' el contraste entre el punto de vis.ta espcntáneo.Jdiosincrático, de la pri
, mera persona en tanto tal , y el punto devista razonado de la tercera persona o
, persPectiva de la intersubjetividad;4) el contraste entre la perspectiva
de la 'persona "ace rca del valor y unaperspectiva social. ,
Vayamos ya al cuarto 'paso de unalabor filosófica: reconstruiré algunos de
Jos ejemplos de Nagel a la luz de estoscontrastes.. El contraste 1) constituye el proble
ma del libre albedrío. Tenemos dificultades con el concepto de acción libre,primero ' porque es imposible borrar lasospecha de que toda acción se produ ce dados ciertos antecedentes, y segundo, porque la ausenc ia de estos noequivale por sl misma a una acción libre. Indica Nagel:
Los actos sin causa no pueden atri - ,buirse más al agente que los causados por. las circunstancias previas.Por consiguiente. nos sentimos incli-
' R ESEÑAS
nados a preguntarnos qué otro factor, además de la ausencia del determinismo, se requiere para lograr laacción libre .. . El problema más difícil del libre albedrío es indicar en Quéconsiste el problema (p. 301-302),
Nagel rechaza la propuesta de R. Chisholm de pensar una " causalidad delagente", lo que Kant llamaba " causalidad por libertad", como una conceptono inteligible. Sin embargo, estas propuestas tienen. al menos, el mérito deenfatizar, por un lado , las dos condiciones negativas que necesitamos parapensar el concepto de acción libre : talacción no estaría causada por circunstancias previas ni sería algo Que mera -
, mente sucede. (Pensar la segunda con dición puede advertirnos que el proble ma del libre albedrío tiene. contra loque suele suponerse. relaciones muycomplicadas con el de la predicción : sinduda, es más fácil predecir Que si yosaco un número de lotería actuaré decierta manera , a saber . cobrándolo. Quepredecir un suceso como la lluv ia demañana.) Por otro lado. de modo máspositivo, en estas propuestas tambiénse 'expresa la experiencia Que necesariamente hace cualquier agente de Queél realiza sus acciones (las produce. lascausa .. .), de Que sus acciones le perta 'necen, Esto es. cuando yo actúo no observo simplemente Que algo acaece.sino que yo soy Quien actúa. Aunqueformular una experiencia. art icularla noimplica su elucidación . y mucho menos .
- una explicación. al menos lno estamosidentificando el problema al señalarque entenderlo significaría entender el
, poder causal pero no causado de unagente? Tal vez Nagel me objetará :toda esa manera de argumentar se estámoviendo en círculo. Entender el podercausal pero no causado de un agente essaber cómo sería el mundo si ese agen te fuese libre. Sin embargo. lo Que pro curamos entender es en Qué podríaconsistir ese saber. Qué estado de cosas sabríamos si lo supiéramos. ya Quelos otros ejemplos de poderes causalesson (ejemplos) acerca de los cuales esposible dar una explicación estructural.digamos: es posible aludir a la estructu ra molecular Que produce ese podercausal . Quien no Quiera abandonar deinmediato una posición naturalista acaso todavía puede replicar: la existenciade poderes causales pero no causadoslo explica la teoría de la evolución . . .Lamentablemente, no estoy seguro de
46 ,
. ;".:,.
Quealguna teoría de la evolución pudie- ,se decir algo al respecto (esto es. no meimagino en Quépodría consistir una explicac ión natural de un perpetuum mobile) , No obstante. insistiré todavía en ,un argumento como el siguiente:
P,: La vida humana con sus ideales yaspirac iones. sus luchas y enjuiciamientos. necesariamente implica laexistenc ia de agentes.
P2 : Si se niega la existencia de individuos con poderes causales pero nocausados se niega la existencia deagentes,
P3 : La vida humana es un hecho.
C: Por lo tanto . la existencia de individuos con poderes causales pero no ,causados es un hecho.
Es claro Que Nagel - o más bien. un .objeuv rsta- podría nuevamente refutarla conclusi ón de este argumento indicando Que me estoy moviendo encírculo , lno es acaso el hecho que dapor sentado la premi sa 3) lo que hay queprobar? la única réplica Quetodavía seme ocurre no es Qu izá tan débil comoparece: en elec to . argumento en círculo. pero en círcu lo virtuoso (más precisamento : en una espiral aclaradora).
El con tras te 2) está en la base tantodel problema de la identidad personalcomo del problema mente -cuerpo. Porlo pro nto. se han propuesto varios tiposde identidad personal : física, mental.causal. " pero en estas propuestas loQue se pierde es la experiencia vividaQue tiene el sujeto de Que él es él mismo y no otra persona :
Cuando algu ien se plantea interiormente la pregunta de si sus experiencias pasadas o futuras fueron (oserán ) suyas, t iene la sensación de 'elegir algo cuya identi dad en el tiempo está bien defin ida. sólo con concentrarse en su experiencia presentey con especificar la extensión' temporal de su sujeto . .. El yo Que el sujeto cree tener. parece desaperecercuando se realiza un análisis externo(p . 305-306).
El problema de pensar vínculos entre lamente y el cuerpo es similar. La dificultad. una y otra vez resistente, está dadapor el carácter subjetivo de la experien-cia personal : ' '
Hasta podríamos solucionar los problemas de lo intencional si hiciéramos a un lado su aspecto subjetivo.porque podríamos defin ir cierto tipode computadoras como sistemas intencionales . Lo que parece imposible. sin embargo. es incluir en unaconcepción física del mundo los hechos acerca de qué son los estadosmentales para la criatura que los tiene (p. 306).
Los contrastes 1) Y 2) son. en realidad.variaciones de una misma oposición:por un lado. ubicamos la especie humana como un fragm ento de la naturaleza.regido por leyes de la misma clase quecualquier otro fragmento. Por otro lado.nos pensamo s como algo único. p .rado del resto de la naturaleza. como unconjunto de personas. esto e •de a ntes capaces de iniciar accion s y d individuos con una subjet ividad prop i . Elproblema surge de que no pudiendo d •jar de pensarnos a la vez de amb rnaneras. y no soportando la tensión. t ndemos a hundirnos en algún v rt igo rgumental. Para quien ucumbe Iv rti90 naturalista desapar c n I s xpe·riencias y las acciono on t nto t I s.esto es. desaparece él mi mo n t ntopersona : los incli nados a ttu r n Icentro de sus vidas a la inv stig clóncientifica. tienden a o te v rt igo. P roigualmente fácil es dojar rr str r porel vértigo subjet ivista: entonc • Imundo se va empobroci ndo h staconvertirse en una pálida interiorid d.
Los contrastes 3 ) Y 4 ) son m esquivos. inclu so de rastrear. Nag I dis·cute las crít icas contra div o con •cuencialismos. sobre todo el utili t risrno, desde el punto de vi t d ticasmás centradas sobre el agente:
Estas críticas afirman que una t orlaética debería permitir qu cadaquien viviera su vida sin ten r qucons iderar a cada momento en quéforma él sirve a metas má amplia(p.'30S).
Por el contrario. las consid racionesconsecuencialistas:
están tota lmente envuelta en unpunto de vista impersonal que nonos asigna ninguna ·po icién special . a menos que ésta pueda justi fi·carse imperso nalmente (p. 3091.
Nagel indica que. de esta man re. lasmorales deonto lógicas también doptan un punto de vista subjetivo:
Los requisitos deontológicos se centran en el agente porque le enseñana cada persona a determinar lo correcto o lo incorrecto de sus actos.sólo desde el punto de vista de suposición en el mundo y de su relación directa con los demás (p. 310).
Pienso que esta manera de plantear elproblema lo oscurece y nos confunde.Por lo pronto. consideremos el ejemplomás característico -más célebre. máselaborado- de moral deontológica: elkantismo. De acuerdo al contraste 3)- entre las perspectivas de la primerapersona y de la tercera-. combaten delmismo lado. tanto una moral teleológica o consecuencialista a la manera delut ilitarismo. como una moral deontológica a la manera de Kant. Enambos casos. se rechazan los deseos. las inclina cione y los intereses de un individuoen tanto primera persona. para adoptaruna p rspectiva intersubjetiva. el puntod vista de cualquier persona (lo quellamé perspect iva de la tercera person l. En ambos casos. pues. la meta eslo qu Nagel erróneam ente vuelve lacon igna exclus iva del consecuencialist
Lo correcto es converti rnos hastadond sea posible en un instrumentod I realización de lo que es mejorcomo sub speci« Betern itBtis (p.311 ).
E verd d que Kant centra su atenciónn I ente . pero se trata de un agente
univer 1. Por ejemplo. respetar a unap rsona es. para Kant, respetar a esapersona no en tanto tal . sino comoejemplo del ser en general persona.e to s, como una instanciación deluniversal " persona" . De esta manerapodría indicarse que. digamos. tantoKant como Mili son moral istas. en tanto adoptan el punto de vista de la tercera persona. Ya en ese punto de vista.podemos discutir el contraste 4) entremorales teleol ógicas y deontológicas.pero no antes. A ntes sólo encontramos- al m nos eso nos dice gran parte dela tradición moderna- la arbitrariedaddel individuo. un nivel donde todavía notiene sentido hablar de acuerdos o desacuerdos normativos.
¿El contraste 3) no indica entoncesuna oposición - como lo hace el restode los contrastes-. sino un claro " progreso"? Esto es. cuando abandonamosel punto de vista de la primera personapara acceder al de la tercera ¿acaso norescatamos todo lo que vale la pena
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rescatar? Yocreo que no. pero para responder estas preguntas atendamostodavía ot ro problema. el del significado de la vida. Señala Nagel:
Hay una manera de considerar losesfuerzos humanos desde el interiorde la vida. que permite just ificar algunas actividades en términos deotras. pero que no nos permite poneren duda la importancia de toda lacuestión (p. 299).
Por otra parte. desde un punto de.vista más objetivo. más externo. no tenemos por qué atenernos alas valoraciones que la vanidad de los individuosconcede a sus empresas. De ahí quepodamos preguntarnos: ¿los propósitos humanos efectivamente tienen significado. o más bien son literalmenteabsurdos?
Como en relación a los contrastes 1)Y 2) -contrastes entre pensar los sereshumanos en tanto personasy pensarloscomo un elemento más de la naturaleza- . tamb ién con respecto a los contrastes 3) y 4) -contrastes entre pensar al individuo desde su experienciapersonal y pensarlo desde un horizontenormativo más general-. estamos expuestos al peligro de vértigos. Está elvértigo individualista y está también elvértigo de mirar la realidad sub specieaeternitatis y así. estar dispuesto a sacrificarlo todo en aras de generalidadesvacías. No es raro que. precisamente.en la busca de la imparcialidad. de totalizar situaciones desde un punto de vista exterior a ellas. se vaya perdiendo elsentido mismo de estas situaciones.(Con los conflictos humanos sucede unpoco lo que con el paisaje: algunos pasos de distancia permiten una visiónmás abarcadora. pero demasiada distancia lo pierde definitivamente de vista).
Aunque Nagel no alude a estos vértigos (ni a los que desencadenaban laobjet ivación de la naturaleza y la subjetivación de las personas) nos ayuda acomprenderlos. en tanto discute tres delas técnicas que los constituyen.
En primer lugar. la reducción . Porejemplo. podemos intentar reducir lasdiversas ciencias sociales a la economía. o la psicología a la neurología ; oanalizar las experiencias de una persona sólo en términos de la conducta deesa persona. o no pensar las accionesmás que como sucesos iguales a otrossucesos. Estasserían reducciones obje-
tivas. Pero las puede haber tambiénsubjetivas: ni siquiera la teoría de laciencia se ha visto libre de estas tentaciones. A partir'de T. Kuhn no pocas veces.se ha tendido a pensar que las verdades científicas se reducen a lo que lamoda impone 'como tales en las cornu nidades científicas pertinentes . Usar latécnica de la reducción. tanto subjetivacomo objetiva. trae consigo pesadoscompromisos. Terees como las de explicar paso a paso cómo una cienciapodría reducirse a otra. o de qué manera un sujeto o las comunidades científi- .cas producen el conocimiento. implicanel respaldo de complejas teorías. Poreso. casi siempre. después de un entusiasmo inicial. se term ina por abandonar tales programas y se recurre a unatécnica más sencilla.
Segundo. la eliminación. Nada másfácil que asegurar que no hay acciones.ni experiencias. 'ni identidad personal.que se trata de puras ilusiones. O' dellado subjetivista. digamos. nada más
, fácil que reducir la moral al drama delos deseos del individuo : de un .individuo. claro. sin naturaleza; sin sociedady sin historia ("nada más fácil" digo,porque para estas " almas bellas" -laexpresión es de Hegel'- ninguna tarea
. puede importar. mas que el merodeo desí mismas). Lasdificultades conesta téc-
I nica es que. nuevamente. después depasado el entusiasmo inicial. la eliminación no suele convencer más que a pequeñísimas sectas.
Tercero. la anexión . Es' la técnicamás sofisticada.. La anexión subjetivatratará de repensar subjetivamente inciuso los datos objetivos más recalcitrantes : la fenomenología contemporánea anexa la realidad entera como unterritorio más del sujeto. repensándolasegún lo que el sujeto "constituye"
.com,otal . La-filosofla analítica -a pesarde Wittgenstein- ha tendido a la .anexión objet ivista. Contra ella señala Nagel:
Es inútil tratar de ampliar nuestroconcepto del mundo objetivo para
. incluir en él cualquier cosa que se revela subjetivamente. porque el problema no consiste en que algo sehaya dejado fuera. Una concepciónobjetiva del espacio y del tiempo nopuede ser culpada de excluir la iden-
o tificación del aquí y del ahora. Cual- •quier concepto que la incluyera nosería objetivo. y cualquier concepción oojetiva no podría captarla. Esto
RESEÑAS
también se aplica a predecir que losfenómenos mentales a la postre llegarán a explicarse como físicos. Nopodemos resolver estos problemassencillamente anexando al mundoobjet ivo (o hasta físico) todo lo queno encuentra ya en éste (p. 32 1).
La argumentación una vez más descubre que los caminos fáciles están bloqueados. No podemos procurar unpaso más acá de la objet ividad. o un definitivo más allá de la subjet ividad. sinsucumbir a vértigos argumentales. Y lopeor de todo: atender efect ivamentelas demandas tanto de la objet ividadcomo de la subjetividad. esto es. entender en cada problema y en cada argumentación, cuál es el sentido de estasdemandas. constituye una tarea. cadavez. nuevamente a repensar. Ardua taorea. entonces. la de resist ir vért igos argumentales: consiste en ejercer. decaso en caso. la capacidad de juicio.Quien está dispuesto a argumentar notiene. sin embargo. otra opción.
Carlos Pereda
P.S.- Sobre la edición en castellano :pese al extraño título (en inglés el librose llama Mortal Questions) y a algunos'errores. el texto es perfectamente legible.
s!!!SetiSS€iS!ifeS t y s· pi *
}\JTUALIDADES1beroamérica:
encuentro en MadridDurante una semana. a fines de junio.el Instituto Internacional de Literaturalberoamericana. entidad que publicadesde Pittsburgh la antigua y prestigiosa Revista Iberoamericana . celebró suXXIII Congreso -i.ln rito anual que reúne a numerosos investigadores. críticosy profesores de esa literatu ra en Esta·dos Unidos. Europa y América Latina-o esta vez en Madrid. bajo los auspicios de la Universidad Complutense yel Instituto de Cooperación Iberoameri·cana. El hecho de que la reunión se celeb~ase en Madrid no es casual: el grantema de la misma era " Las relacionesliterarias entre España e Iberoamér ica" .relaciones que han sido siempre tanevidentes como malentendidas por la
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crítica. que ha solido plantearlas comouna competencia o disputa entre losmovimientos literarios nacidos a uno y .otro lado del Atlántico. La actitud de" Yo lo vi primero" parece haber sidopredominante para entender una compleja red de infl ujos. préstamos. traslados y notorias interrelaciones. muy lejos de ser sólo una competencia o unadisputa motivada por no tan ocultas razones nacionalistas. La ocasión era.además. propicia en la nueva Españapostfranquista. cuyo proceso de liberación. aun imperfecto. la ha abierto alresto del mundo después de un largoaislamiento e. increíblemente para losque recuerdan la época de Franco. la haconvert ido en el refugio ideal de milesde exilados políticos de Argentina . Cuba. Chile y otros países con regímenesautoritarios. Así como después de laguerra civil. España se dispersó por elmundo ("la España peregrina" . de legendarias dimens iones). se trasplantóen Amér ica Latina y dio generosos frutos en Méx ico. Argent ina y otros países. ahora es ella la Que acoge a los peregrinos forzosos de nuestras dictaduras. los incorpora a su vida literaria. lospublica. los reedita. los celebra y lospremia. Además . a ocho años de la celebración de los 600 del descubrimiento de Amér ica. España ya está preparándose para hacer de la fecha una granoportunidad de examinar su pasado. supresente y su futuro como una consecuencia de su asociación histórica connuestro cont inente . Ya se sabe: Españadescubrió América. pero América hizode España lo Que es. Aun en pequeñosdetalles admin istrativos el nuevo acento en estas relaciones se deja notar: elInstituto de Cooperación Iberoamericana era el llamado Instituto de CulturaHispánica. cuyas oficinas en nuestrospaíses frecuentemente eran sedes de lamás rancia (en los dos sentidos de lapalabra) cultura castellana al serviciode caballeros y damas ultramontanos.con quienes un verdadero escritor teníapoco que hablar. Animado por estasideas y estas expectativas. acepté la invitación a part icipar en el Congreso y areencontrarme con España.
Madrid era una fiesta
Descubrí Que Madrid (y que me perdone Juan Goytisolo. su más feroz denigrador) estaba espléndida. iluminadaademás por el sol del verano. Por hábito los lat inoamericanos nos la hemos