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Vivienda social en México: Gradualidad y Progresividad del hábitat como posible solución.
Un análisis comparativo de la vivienda formal versus la vivienda informal, y una alternativa
Mercedes Castro Westendarp
Tesis para el Máster Laboratorio de la Vivienda del Siglo XXI
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Vivienda social en México: Gradualidad y Progresividad del hábitat como posible solución.
Un análisis comparativo de la vivienda formal versus la vivienda informal, y una alternativa
Mercedes Castro Westendarp
Directora de Tesis en México: Dra. Stefania Biondi Bianchi
Directora de Tesis en España: Dra. Verena Andreatta
Director del máster: Dr. Josep María Montaner
Coordinación académica: Dra. Zaida Muxí Martínez
Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Barcelona Fundación Politécnica de Cataluña – UPC
Año académico: 2008 – 2010
Fecha de presentación: mayo 2010
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AGRADECIMIENTOS
Gracias…..
A mis compañeros y profesores del máster, esta experiencia no se olvida,
A Zaida Y Josep María que juntaron en un máster europeo una realidad latinoamericana,
A Teresa, al comité de AECID y al Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación del gobierno de España, quienes sin su beca esto no hubiera sido posible,
A Stefania y Verena, mis tutoras que compartieron su tiempo y pasión por el tema,
A los habitantes del Salitre que abrieron sus casas para esta investigación,
A mi familia,
especialmente a mi mamá y Margarita, que con su apoyo e logrado ser mamá y arquitecta
A mi esposo e hijo, por su paciencia, apoyo y cariño,
las dos luces en mi vida, para quienes busco un mejor México
……..a Herman y Diego
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INDICE
Introducción ………………………………………………………………………………………………….…………………………………………………………………………….10
PARTE 1: Antecedentes y factores actuales de la vivienda social en México …………………………………………………………….13
Capitulo 1: Políticas y antecedentes de la vivienda: 1900-2000 ……………………………………….………………………………….14
Capitulo 2: Programas y políticas actuales ………………………………………………………………………………….……………………………..32
Capitulo 3: La situación socio-económica y el déficit actual ………………………………….……………………………………………..38
I. Cambios en la estructura demográfica del país: El cambio de lo rural a lo urbano …….….…….40
II. El déficit en la vivienda mexicana y los factores que influyen la demanda …………………….…….42
III. Los sectores sociales del país ……….…………………………………………………………………………………………………..46
IV. Tipologías y valor de la vivienda: el producto ofrecido ……….…………………………………………………….50
PARTE 2: Investigación y análisis comparativo de la vivienda formal e informal ………………………………………….……….55
Capitulo 4: Ordenamiento territorial, los servicios urbanos, y aspectos sociales de la vivienda mexicana 56
I. El rol de los tres niveles del gobierno en materia de ordenamiento territorial …………….…….58
II. Los Asentamientos Informales ……….………………………………………………………………………………………………..62
III. Los Servicios e Infraestructura Urbana ……….…………………………………………………………………………..…….66
IV. Características y aspectos sociales de la vivienda rural y urbana ……….……………………………….….70
Capitulo 5: El rol del trabajo en el hogar y la cohabitación inter generacional …………………………………….….….….72
Capitulo 6: Tres aproximaciones a la vivienda social ……….…………………………………………………………………………………..….80
I. La vivienda a través del mercado formal o Llave en Mano …………………………………………..…..…….84
II. La vivienda a través de la autoconstrucción y el mercado informal ………………………..…….….….88
III. La vivienda a través de la progresividad y la participación ………………………………………………..…….94
Capitulo 7: INVESTIGACIÓN DE CAMPO ……….……………………………………………………………………………………………………..….108
Resumen ……….………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………140
Conclusiones ……….……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………...144
Bibliografía …………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..…..153
Anexos ……………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………………..…….…..156
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INTRODUCCIÓN
México, como muchos países latinoamericanos, tuvo un cambio importante en su tejido urbano con la
llegada de la industrialización, para mediados del siglo XX sería evidente una migración de lo rural a lo urbano.
Para los años 60´s México dejaría de ser un país primordialmente rural, para transformarse en uno
predominantemente urbano, concentrando la mayoría de la población en las crecientes periferias y zonas
metropolitanas. Con la llegada de la clase obrera y campesinos en búsqueda de oportunidades a las grandes
ciudades, se generó una demanda importante de vivienda. A raíz de esta movilización surgieron programas
gubernamentales para atender el creciente déficit de vivienda, incorporando con el tiempo al promotor
privado que intentaría abastecer la demanda de un producto básico llamado casa. Paralelamente a estas
iniciativas federales y estatales se desarrolla un sector cada vez menos atendido, que por su situación laboral y
económica no accedería a estos programas, encontrando una solución inmediata en la autoproducción,
abasteciéndose por sí mismo del bien casa.
Como resultado observamos dos tejidos claramente visibles en las periferias y zonas conurbadas de las
ciudades mexicanas. El primero, construido por extensiones de viviendas “molde” que no parecen tener fin,
estampadas sobre el territorio, desligadas por completo de los centros urbanos, carentes de equipamientos y
sin identidad. Soluciones tipológicas de viviendas torpemente adaptadas de un ejemplo extranjero a una
realidad a la que no logra acoplarse. Vivienda que niega por completo la complejidad y riqueza del habitar, de
las relaciones y necesidades que van más allá del dar cobijo. El segundo, un tejido torcido y desordenado,
intentando ligarse e incorporarse a la vida compleja de la ciudad, pero siempre quedando marginado de la
legalidad y las redes urbanas. Sus habitantes ponen a flor de piel lo colorido y vibrante de la realidad mexicana,
solucionando el sin fin de combinaciones y posibilidades que da el vivir un espacio, buscando las ligas sociales
que le dan el carácter vivo a la ciudad a pesar de su carácter caótico. Dos tejidos coexistentes en dualidad,
desarrollándose a la par, una a lado del otro; para luego ser devorados lenta y paulatinamente por la ciudad,
convertidos en ella. Así marcándola, cicatrices deformes en el complejo tejido de la urbe.
Entendiendo que la ciudad en sí es compleja y que el habitar aun más, no podemos asumir que la
solución a la ciudad y el hábitat mexicano se encuentra en una sola posibilidad. Sin embargo es evidente que ni
la vivienda llave en mano, ni la vivienda de la ciudad informal (más adelante se especifican y definen con mayor
detalle estos dos conceptos de vivienda), solucionan la problemática del hábitat en México y queda claro que
no son benéficas para sus ciudades. Como la misma cultura mexicana lo demuestra, existe un sin fin de
alternativas a un complejo rompe cabezas, cada solución adecuada y propia a su entorno, contexto, situación
social y geográfica. Dicho esto se pretende en la primera parte de esta tesis hacer una lectura de algo que,
desgraciadamente, se ha quedado en un cajón olvidado de las universidades mexicanas: los antecedentes y
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factores actuales de la vivienda social en México. Desde políticas, anteriores y actuales, pasando por la
situación socio-económica, los factores de demanda y déficit entorno a la vivienda social actual. Solo
entendiendo una lectura extensiva de esta realidad mexicana, podríamos entonces empezar a realizar un
análisis objetivo de los tejidos anteriormente mencionados. No se pretende abundar demasiado en estos
temas, ya que podrían conformar una tesis enteramente aparte, sin embargo forman una parte esencial para
tener un mejor conocimiento y entender lo que vendrá siendo el tema central de la misma. En la segunda parte
de este trabajo se presentará el análisis realizado de dos situaciones de la vivienda que engloban desde la
escala territorial hasta la tipológica: la vivienda formal (terminada, legalizado, “llave en mano”) y la informal (la
ilegal, irregular, espontánea y autoconstruida). El estudio se centrará específicamente en las tipologías
destinadas al sector social medio y bajo (aquellos que ganan menos de 6 salarios mínimos* diarios y conforman
más del 50% de la población mexicana) y al tejido creado por ellas.
En la última parte de este trabajo se expondrá una tabla de parámetros y criterios para generar una
comparación entre estas dos situaciones tipológicas, observando los aspectos positivos y negativos de ambos
entorno a 8 puntos: acceso económico al terreno, infraestructura, materiales de construcción, asistencia
técnica, asistencia financiera, organización y gestión, adaptabilidad, y por último su integración con la ciudad a
través de su tejido. Teniendo estos dos fenómenos descritos se analizará una posible alternativa híbrida a
través de la progresividad y gradualidad de la vivienda y su entorno. El análisis más detallado de la vivienda en
el territorio mexicano se completa con una lectura del tejido y la tipología formal e informal a través de un tres
casos de estudio en la ciudad de Santiago de Querétaro, México, utilizando los criterios arriba expuestos.
Al iniciar esta tesis surgen varios puntos a reflexionar: ¿Es la vivienda actual que se está ofreciendo la
adecuada?, ¿Y la autoconstruida?, ¿Qué hay de la ciudad, de cómo se integran estos tejidos a ella?, ¿Es posible
otra alternativa?, ¿Estamos condenados a seguir viviendo ciudades segregadas que poco tienen ya de ciudad?
Se desea que esta lectura sirva para destacar y retomar los aspectos tan vitales que se encuentran en
las diversas formas de vivir de los habitantes de México y que a través de ellos se pueda proyectar, legislar y
educar de una manera mucho más apegada a una realidad contemporánea que urge ser atendida.
*El salario mínimo vigente para las zonas A : $54.80 pesos mn [moneda nacional] Zona B: $53.26 Zona C: $51.95 Vigentes a partir del 1
de enero de 2009, establecidos por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos mediante resolución publicada en el Diario Oficial de la Federación del 23 de diciembre de 2008.)
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“Considero: que el primer objeto de la arquitectura es indudablemente su misión social, es
decir, la de edificar las viviendas necesarias para albergar dignamente a nuestros semejantes; que por
lo menos un 60% de nuestra población está envenenándose moral y físicamente en barracas infectadas
y cuartos miserables de casas de vecindad; considerando: que los alrededores de la ciudad están
siendo invadidos por fraccionamientos y colonias que son una vergüenza para el país y una amenaza
para la vitalidad de la raza; considero: que estas mismas condiciones desastrosas se repiten en las
demás poblaciones de la República; considero, además: que el estudio y mejoramiento de las
anteriores condiciones atañe muy directamente a la profesión de arquitecto y que, mientras éstos no
pongan su talento y energía a satisfacer esas necesidades, es inútil pretender que se les estime y
reconozca como una profesión útil y necesaria para la colectividad.”
Carlos Tarditi, 1930, Congreso Nacional de Planificación México D.F
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POLITICAS Y ANTECEDENTES DE LA VIVIENDA EN MÉXICO: 1900-2000
Con la llegada del siglo XX, México entró en un periodo de cambios acelerados marcado por la
revolución de 1910 y la llegada de la industrialización y modernización. Hasta antes del cambio de siglo, México
como otros países predominantemente rurales, no contaba con políticas ni programas de vivienda. La vivienda
era un bien de fácil acceso y de bajo costo, ya que el verdadero valor yacía en la productividad del suelo y la
vivienda pasaba a un valor monetario secundario. Los centros urbanos eren pequeños y pocos. Las haciendas
conformaban otro tipo de pequeños aglomerados urbanos, ya que en ellas habitaban y trabajaban diversas
clases sociales y representaban un flujo de bienes y servicios para el consumo de la misma hacienda y para
mercantilizar con otros poblados.
La modernización a finales del siglo XIX, trajo la apertura de múltiples fábricas y desencadenó un
crecimiento importante en la industria minera. Esto generó una fuerte oferta de trabajo y un deseo de los
campesinos por mejorar su calidad de vida e ingresos económicos, y representaría una movilización importante
del trabajador hacia los nuevos polos de trabajo convirtiendo una clase campesina en una obrera. A raíz de
esta emigración del campo a las fabricas, el obrero alejado de su hogar original, se ve presentado con la
necesidad inmediata de un hábitat para remplazara aquel que dejaría en su lugar de origen. Así, surge la
Vivienda Obrera, un hábitat generado por la necesidad de vivir en o cerca de los nuevos centros de producción.
Aquellas primeras viviendas ofrecidas por las empresas debían cumplir la función de mantener a una
clase obrera disponible como mano de obra en las fábricas, ya que las nuevas líneas de producción
dependerían enteramente de ella. Eran sencillas y humildes:
“… la vivienda que los empresarios ofrecían a los trabajadores: se semejaría a aquella con la que
tradicionalmente habían contado los campesinos en lo referente a numero de cuartos, dimensiones, materiales y
sistemas constructivos, pero se las modificaría significativamente al otorgarles una nueva disposición de
conjunto. Es decir, se trataría de no más de dos cuartos, salvo contadas excepciones, en uno de los cuales se
colocaría el brasero y serviría de cocina y en el otro se llevarían a cabo el resto de las actividades cotidianas de
una familia. Se las dispondría contiguas a fin de que los muros entre ellas fueran medianeras, formando crujías
que, a su vez, se colocarían una frente a la otra para poder contar con un patio en el que se ubicarían los
lavadores y excusados que, así, se convertirían en comunes. Se las cubría mediante una estructura conformada
con morillos sobre los cuales se colocaba teja plana de barro o mediante un terrado sobre vigas de madera. Los
terminados en piso y muros variaban dentro de ciertos patrones, pudiéndose aplanar los muros de mampostería
tanto en exteriores como interiores, dejando el tabique aparente cuando este se había empleado en los muros,
dinteles y jambas de puertas. En los pisos se colocaban firmes de cemento y, en la mayoría de los casos,
simplemente se apisonaría la tierra.” [Vargas, 1992, pg. 40]
En este momento la industria no se encuentra dentro de los centros urbanos, sino en zonas
suburbanas, lo cual impide el hacinamiento, fenómeno que caracterizaría a las vecindades obreras ubicadas
dentro de las ciudades. Según Salguero “el hacinamiento estaría directamente generado por el mayor valor de
la renta del suelo, en tal sentido, será propio de las vecindades localizadas en suelo urbano.” [Vargas, 1992,
pg.42] Al disponer de grandes cantidades de territorio rural o semi-urbano, las fábricas desencadenaron un
rápido crecimiento el cual también se vio reflejado en los crecientes centros urbanos del país. Algunas de las
primeras viviendas obreras importantes del país formaban parte de los conjuntos fabriles, como las papeleras
de San Rafael y de Loreto en el Distrito Federal [1905] y la Fábrica Hércules en Querétaro [1890]. Al no existir
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leyes, en ese momento, que regularizaran la vivienda obrera, era de esperar encontrar una gran cantidad de
vivienda en mal estado. Aunado a la irregularidad del estado de las viviendas en las fábricas se fueron dando
fenómenos sociales relacionados con la proximidad entre habitantes: la falta de privacidad, coerción, e
higiene. Los salarios y la duración de las jornadas, también se convirtieron en factores que desencadenaron
una reivindicación exigida por los trabajadores. La revolución mexicana de 1910 estaba por estallar.
Las demandas y las exigencias de los derechos de los trabajadores a vivienda digna formaría por
primera vez en la historia de México un capitulo importante dentro de la política mexicana. Estas peticiones se
convertirían en la espina medular de diversos programas y temas a debatir por los nuevos partidos políticos. La
vivienda llegaría a tomar tal relevancia que se vería incluida como tema importante en uno de los artículos de
nuestra Constitución de 1917, los incisos XII y XIII del artículo 123. “… En toda negociación agrícola, industrial,
minera o cualquier otra clase de trabajo, los patrones estarán obligados a proporcionar a los trabajadores
habitaciones cómodas e higiénicas, por las que podrán cobrar rentas que no excedan del medio por ciento
mensual del valor catastral de las fincas.“ [Sánchez, 2006, pg. 205] Ya en 1913 se hablaba de “dar a los
dependientes, trabajadores y aprendices, habitaciones sanas y cómodas, siempre que tuvieran que permanecer
en el campo o en el lugar inmediato a la fabrica o taller.” Articulo 73 y 309 del Código de Comercio. [Barragán,
1994, pg. 65]
Para 1920 es evidente percibir el desencadenamiento de la emigración del campo a los centros de
trabajo y con ello la aparición de vecindades en los corazones de manzana de las grandes ciudades.
Recordemos que la vivienda obrera dentro de los centros urbanos seguía basada en la vivienda fabril, Salguero
nos describe estos conjuntos como “… viviendas de una pieza con o sin tapanco, agrupadas en crujías que a su
vez estaban separadas por medio de uno o varios patios y dotadas con servicios de excusados y lavaderos
comunes, en lo referente al emplazamiento en que se construía, a la calidad de los materiales empleados y a la
dimensión que se otorgaba a cada uno de los espacios componentes del conjunto, diferían sustancialmente.
Como los terrenos eran de dimensiones mucho menos generosas que los de sus modelos, las crujías se
adosaban a los linderos de los lotes; el o los patios dejaban de ser tales para convertirse en escuetas
circulaciones; se las edificaba con materiales precarios y eran localizadas en sitios insalubres. Y este cambio de
cantidad se traducía en un evidente demérito de localidad.” [Vargas, 1992, pg. 45] Esta descripción ilustra las
nuevas preocupaciones y problemas de la vivienda obrera urbana: la falta de higiene, baja disponibilidad de
servicios, la promiscuidad causada por la proximidad, y el hacinamiento.
Esto despierta, tanto en la sociedad mexicana, como en las autoridades intelectuales y los gobiernos
una preocupación por buscar soluciones a la problemática de la vivienda. En 1924, el arquitecto Carlos Tarditi,
propone una reinterpretación del cuarto de vecindad al invertir el acomodo de las piezas, ubicando al fondo de
la vivienda los servicios a través de patios mejorando sustentablemente la iluminación y la ventilación de los
espacios de las habitaciones. Crea un “… grupo de unidades regadera-vestidor colectivo, e introduce en la
vivienda el inodoro y el mueble lavadero-lavabo-fregadero, que en los casos de vivienda mínima puede ser un
solo artefacto (el lavadero, que puede cumplir con las tres funciones). La cocina cuenta únicamente con dos
braseros, área de preparación y una pileta para el agua potable.” [Sánchez, 2006, pg. 206] Seis años después,
en el Congreso Nacional de Planificación de 1930 organizado por la sociedad de arquitectos mexicano, Tarditi
participaría con una ponencia que impactaría a los participantes desencadenando un movimiento a favor de la
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búsqueda de ideas innovadoras en el campo de la vivienda. Esta iniciativa promueve la creación del concurso
de 1932 para proyectos de habitaciones obreras. Simultáneamente, Tarditi deja delineados varios puntos a
consideración de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos para promover la investigación y ejecución de vivienda
social.
1º. De acción inmediata:
a) Abrir entre sus miembros un concurso para proyectos de habitaciones obreras que puedan servir de modelo.
b) Con el material reunido, hacer exposiciones en el Museo de Arte Cívico y en algunos centros obreros, dando
conferencias sobre este asunto.
c) Pedir al Departamento de Salubridad Pública, el Departamento Central y a la Secretaria de Industria,
Comercio y Trabajo los medios para realizar en las distintas colonias obreras aquellos tipos que resulten de
un valor excepcional.
d) Editar una monografía con los trabajos presentados y distribuirla en los centros obreros, excitándolos para
que formen cooperativas de construcción, para lo que podrán contar con el apoyo y dirección técnica de la
SAM. (Sociedad de Arquitectos Mexicanos)
2º De acción permanente:
a) Nombrar una comisión permanente que organice el estudio del problema de la habitación de las clases
humildes, en todos sus aspectos: constructivo, educativo, económico, legal, etc., con facultades para
nombrar subcomisiones que a su vez estudien cada uno de los aspectos que lo constituyen.
b) Proponer y luchar por que se implanten las medidas que, como consecuencias del estudio anterior, se
juzguen necesarias para su solución. La iniciativa anterior fue asimismo aprobada por unanimidad y, como
quiera que los fines perseguidos ya estaban previstos en el inciso “d” de la iniciativa del arquitecto Palofox,
se acordó que el programa de acción inmediata de la proposición del arquitecto Tarditi formase parte del
Congreso, nombrándose un comité para realizar el programa de acción permanente.
Ponencia de Carlos Tarditi , Congreso Nacional de Planificación, 1930 México D.F
[Sánchez, 2006, pg. 208 ]
Paralelamente a este momento existe una movilización de los inquilinos afectados por el crecimiento
continuo en el precio del alquiler de vivienda en especial de las zonas urbanas. Al crecer las ciudades, ellas eran
dotadas de mayor infraestructura y equipamientos elevando el valor de suelo y generando especulación y alza
en los precios. Con las huelgas y los enfrentamientos se buscaría en múltiples ocasiones el congelamiento de
los alquileres, lográndolo tres décadas después. En 1948 se crea la Ley Inquilinaria que mantendría las rentas
congeladas para las zonas más pobres del centro de la Ciudad de México, aunque permitiendo un libre
mercado de alquiler en el resto del país. El resultado sin embargo no fue del todo positivo, ya que se prestó a
que un gran número de inquilinos permanecieran en el domicilio sin pagar renta protegidos por vacios en la
ley. Aunado a esto, la inflación a través de los años y la incapacidad de poder incrementar los precios de
alquiler, generó una situación de estancamiento y degeneración del centro de la capital mexicana, dejando
casi en abandono una zona importante del casco histórico.
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Para la década de los años 40, el estado mexicano realizaría una gran puesta en marcha de programas
habitacionales e instituciones. Los grandes multifamiliares como el conjunto Miguel Alemán se convertirían en
iconos de este periodo. Según Vargas antes del multifamiliar la mayoría de la población del país habitaba en
casas unifamiliares o “casas solas”, independientes, en uno o dos y hasta tres niveles, pero siempre una
vivienda perteneciendo a una cabeza de familia aunque en ella habitaran múltiples generaciones. Es decir, tu
vecino más próximo colindaba a tu derecha o izquierda, nunca arriba y el acceso a tu hogar era desde la calle.
El concepto del multifamiliar proponía un cambio drástico en la costumbre tradicional del habitar y una
propuesta altamente innovadora de urbanizar. Paralelamente a los movimientos europeos, arquitectos
mexicanos como Mario Pani y Asociados, Ricardo Legarreta, Teodoro González de León entre otros proponían
conjuntos que abarcarían manzanas enteras, con calles corredores y viviendas dúplex dispuestas de una
manera lógica y concentrada en altura sobre una gran superficie de terreno abierto y verde. El conjunto sería
acompañado de equipamientos como locales comerciales, lavanderías comunes, dispensarios y clínica médica,
guardería, e incluso en varios casos alberca y centro deportivo. Esta vivienda en vertical dispuesta como una
mini ciudad dentro de la ciudad, plantearía un momento revolucionario en la aproximación de la generación de
vivienda, no solo por su propuesta urbana, estética y constructiva, sino por su propuesta inicial de
financiamiento a la población a través de los programas gubernamentales. La puesta en marcha de programas
de vivienda en arrendamiento de carácter gubernamental a través de la creación del Instituto Mexicano del
Seguro Social [IMSS] y del Instituto de Seguro y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado [ISSSTE]
impactaron de manera muy importante a los programas posteriores de vivienda en México, y a pesar de sus
múltiples reformas y cambios a sus estructuras financieras durante los cincuenta años posteriores a su
creación, hoy ambos siguen vigentes y constituyen un rol importante al acceso de vivienda por parte del sector
asalariado.
El primer conjunto creado bajo el programa del ISSSTE fue la Unidad Miguel Alemán en el año 1947,
con 1,080 unidades habitacionales y 168 locales comerciales. El IMSS construyó sus primeros conjuntos una
década después. Entre ellos destacan el conjunto Independencia de 2,234 unidades [1960] y el conjunto Santa
Fe con 2,200 unidades [1957], ambos ubicados en el Distrito Federal. [Barragán, 1994, pg. 68]Paralelamente a
estas dos instituciones fue creado el Instituto Nacional de la Vivienda [INV] en el año 1954 para el estudio de
los problemas habitacionales y el establecimiento de políticas nacionales pertinentes al tema de la vivienda.
Este organismo edificó 14,000 viviendas desde su creación hasta finales de los sesentas. El INV contribuyó de
manera significante en dos aspectos importantes: 1°) Amplió la cobertura de acceso a la vivienda a clases y
sectores sociales anteriormente marginados, como la clase campesina y los sectores populares urbanos más
pobres; 2°) Asumió la coordinación de los demás programas e instituciones relacionadas con la vivienda
[Vargas, 1992, pg. 79-80].
Desafortunadamente para finales de los sesentas ambos programas tuvieron que ser suspendidos
(aunque luego serían re instituidos) ya que el sistema financiero de estas instituciones estaba basado en rentas
muy bajas que con el tiempo llevó al quiebre financiero e insustentablilidad económica de ambos programas.
Sin embargo cabe destacar que durante su primer periodo [50´s y 60´s] de existencia el ISSSTE construyó 6,915
unidades en la ciudad de México y 1,121 en el resto de la república, y el IMSS construyó 9,444 unidades en la
capital mexicana [Barragán, 1994, pg. 68].
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El error no pareció estar en la idea de crear un parque de vivienda en alquiler por parte del gobierno,
sino en su sistema financiero. El IMSS se financiaba casi en su totalidad de las reservas del propio organismo,
ofreciendo un alquiler altamente subsidiado e insostenible. En la mayoría de los casos el ingreso monetario de
las rentas era tan bajo que no se alcanzaba a recuperar la inversión original. Por su parte el ISSSTE inició con
fondos de BANOBRAS, el Banco Nacional Hipotecario y de Obras. De igual manera las políticas de alquiler
fueron basadas en fuertes subsidios y las rentas se mantuvieron congeladas según la Ley Inquilinaria de 1948.
Esto generó como consecuencia una insuficiencia de fondos para proyectos futuros además de crear un gran
déficit anual. En corto el programa financiero del ISSSTE y del IMSS resultó un fracaso, incrementando durante
la crisis de los 60´s y 70´s el déficit de vivienda [Barragán, 1994, pg. 69].
Era evidente que políticas de financiamiento serían de suma importancia y se tendrían que replantear
a nivel nacional. En 1963 se instituye el Programa Financiero de Vivienda (PFV), originalmente llamado Plan
Nacional Financiero de la Vivienda. Este programa estaría compuesto a su vez por dos organismos: FOVI o
Fondo de Operación y Descuento Bancario Para la Vivienda y el FOGA o Fondo de Garantía y Apoyo a los
créditos de vivienda. Los objetivos de estas instituciones eran “… actuar sobre la banca comercial, las
instituciones hipotecarias y las instituciones de ahorro y préstamo para vivienda familiar, para encauzar a la
vivienda de bajo costo una parte considerable de sus recursos. Asimismo, estimular la creación de nuevos
fondos, al transformar en ahorradores a gran número de familias de bajos ingresos” [Barragán, 1994,pg. 82]. El
PFV fue, durante su inicio, fondeado a través de varias instituciones, entre ellas el Gobierno Federal, la Agencia
Internacional de Desarrollo (AID), el Banco Interamericano de Desarrollo y The American Federation of Labor
and Congress of Industrial Organization.
Uno de los proyectos que destaca por parte de FOVI es la Unidad Loma Hermosa [1964] de los
arquitectos Enrique y Agustín Landa, en la ciudad de México. Esta primera obra de FOVI se integraba por 1,648
unidades dispuestas en 76 edificios con capacidad de albergar 9,000 personas. [Barragán,1994, pg. 82]
Para los años ochentas la inflación de 1974 y la crisis en turno llevarían al FOVI a transformaciones
paulatinas, entre ellas la fusión con el FOGA el 21 de mayo de 1985. Uno de los objetivos más importantes de
este organismo a lo largo de las décadas sería el de regulador del funcionamiento del programa financiero de
vivienda en el país a través de adaptaciones en sus esquemas de acuerdo a los cambios económicos de
México.
Si hemos estado analizando las políticas de vivienda y programas habitacionales en México de la
primera mitad del siglo pasado, podemos identificar ya dos periodos claros: el primero es el periodo post
revolución y de industrialización, es decir el inicio del auge de la demanda de vivienda obrera próxima a los
núcleos de trabajo. El segundo, el periodo de los multifamiliares, de los cuarentas a finales de los sesentas. La
llegada de los setentas marcaría el inicio de una nueva etapa importante en la historia de las políticas en
matera de vivienda del país.
Dos de las primeras instituciones de este tercer periodo nacen en el año 1970, el Instituto de Acción
Urbana e Integración Social (AURIS), capacitado para realizar estudios urbanos y regularización de la tierra, y el
Instituto Nacional para el Desarrollo de la comunidad rural y de la vivienda (INDECO) encargado de tramitar
expropiaciones de tierra para vivienda. En el año 1974 se crea CORETT, Comisión para la Regularización de la
Tenencia de la Tierra, quien se encarga de regular la tenencia de la tierra a nivel nacional. Para 1977 El
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Programa Nacional de Vivienda 1977-1982 sustituye la Ley General de Asentamientos Humanos de 1976
formando parte del Plan Nacional de Desarrollo Urbano.
Después de la suspensión del IMSS y del ISSSTE, quedó claro que habían aspectos claves que tenían que
ser analizados:
1. Existía un número muy reducido de trabajadores quienes quedaban atendidos o protegidos por
dichos programas.
2. La mayoría de las empresas no soportaban la carga económica para cumplir la demanda de
viviendas de sus trabajadores.
3. Las amplias diferencias entre las empresas nacionales hacían difícil crear leyes que abarcaran a
todas tomando en cuenta los aspectos particulares de cada una.
Esto tuvo como efecto dos consecuencias importantes: primero, la de generalizar a todos los patrones
la obligación en materia de vivienda y segundo, cambiar el esquema de producir vivienda en alquiler por la
posibilidad de adquirir su vivienda en propiedad. Como resultado se determina que toda empresa nacional
tendría que aportar a un fondo para la vivienda y que las aportaciones patronales serian del 5% sobre los
salarios ordinarios de los trabajadores. Así nace el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores [INFONAVIT], un instituto que administraría esos fondos para la obtención de vivienda por parte
de los trabajadores. Ahora, se debe mencionar que estos créditos serían exclusivamente para aquellos
trabajadores asalariados en el mercado formal; es decir, aquella persona que formara el mercado informal o
irregular, no tendría acceso a este fondo ya que no existía un patrón que aportara ese 5% de su salario.
Los periodos del INFONAVIT se pueden dividir en tres etapas consecutivas durante las cuales se
desarrollan dos esquemas para el acceso del acreditador a la vivienda:
Línea 1: INFONAVIT proporciona “… el financiamiento para la construcción de vivienda; es decir… el instituto
hace las veces del promotor subcontratando la urbanización y la construcción”
Línea 2: INFONAVIT introduce una modalidad de “… promotores externos, donde los propios grupos de
trabajadores adquieren viviendas a otros promotores.” [Barragán, 1994, pg.111]
El cambio importante en el esquema del INFONAVIT de su línea 1 a la 2 es el pasar de ser promotor de
vivienda a financiador, delegando la tarea con el paso de los años a empresas privadas quienes tomarían el rol
de promotores de la vivienda del país. Paralelamente a este cambio en esquema administrativo, se reflejaría
otro cambio importante en la calidad tanto material como espacial urbana y arquitectónica, de la vivienda
social ofrecida. Los primeros conjuntos bajo el esquema de la línea 1 seguirían las mismas propuestas urbanas
de los multifamiliares, empleando arquitectos e investigadores importantes en su desarrollo. Al abrir el
esquema a la línea 2, es decir al mercado privado como promotor, cada empresa buscaría su beneficio
particular y generaría un producto de acuerdo a sus objetivos de ventas, dejando a un lado la planeación e
integración urbana con la ciudad. Los conjuntos habitacionales abandonarían poco a poco la incorporación de
equipamientos y servicios como clínicas, guarderías, centros deportivos y comercio, quedando solo grandes
extensiones de viviendas unifamiliares y en los mejores de los casos aglomeraciones de edificios bajos
juntando cuatro u ocho departamentos por unidad, abandonando el esquema de vivienda en vertical por
grandes extensiones horizontales de baja densidad.
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Figura: elaborada por el autor basada en textos de: [Maya, 2003].
“El agente inmobiliario recurre al crédito de inversión (que dirige a la producción de vivienda) y que
asume la forma de capital de circulación. Por su parte el Estado provee de créditos (de consumo), a través de
sus diferentes instituciones de vivienda, a los usuarios potenciales para la adquisición de las mismas en
propiedad. Crédito que también asume la forma de capital de circulación porque participa en la promoción
(venta) de las viviendas producidas. Es el crédito financiero en sus distintas modalidades que comúnmente se
denomina como crédito puente lo que al capital inmobiliario le ha permitido un mayor involucramiento en la
producción de vivienda media y de vivienda de interés social. Es decir, al combinar el crédito hipotecario y el
enganche de los usuarios, los promotores consiguen completar la operación sin tener que cubrir importantes
cantidades de dinero. De este modo, el promotor privado disminuye riesgos de capital innecesarios” [Maya,
2003, pg. 103].
28
Podemos ubicar el desarrollo de INFONAVIT y sus dos esquemas para el acceso a la vivienda a lo largo
de tres periodos claves: de 1972-1980, de 1981- 1987, y 1988 a mediados de los 90´s. El primer periodo inicia
con viviendas de aproximadamente 70m2, construidas en terrenos individuales o en torres multifamiliares con
diversos servicios y equipamientos dentro de los mismos conjuntos. Barragán describe estos centros como
“verdaderas ciudades …contaban con escuelas, guarderías, clínicas, plaza cívica, estación de policía, canchas
deportivas, zona comercial, etcétera, y habían sido diseñadas por reconocidos arquitectos urbanistas mexicanos
como … Ricardo Legorreta (El Rosario), Félix Sánchez Aguilar y asociados (Integración Latinoamericana),
Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky (Ex hacienda de En medio)… , Gustavo Eichelmann y Gustavo
Gómez Palacio (La Esmeralda) …” [Barragán, 1994, pg. 103]. Desgraciadamente estas enormes “ciudades”
también fueron caracterizadas por sus problemas sociales resultado de “el gigantismo y la falta de estructuras
organizacionales”. Como consecuencia se vería una reducción temporal en el tamaño de dichos proyectos a lo
largo de los siguientes periodos del INFONAVIT. El segundo periodo [1980 -1987] fue marcado por la crisis
macroeconómica y las altas tasas de inflación que afectaron su programa financiero, llevando el INFONAVIt a
una fuerte descapitalización. El tercer periodo caracteriza al INFONAVIT por los cambios importantes a su
institución: nuevas estrategias para el aumento de la calidad de la vivienda, buscar incrementar la
transparencia de los recursos, reformar el modo de asignación de las viviendas a los trabajadores, y modificar
los procedimientos de oferta de vivienda. Según Barragan, el INFONAVIT en este periodo “se convirtió en un
organismo esencialmente financiero, que fomento la libre competencia entre los desarrolladores de vivienda, al
tiempo que permite a sus derechohabientes el elegir de manera libre la vivienda que desea adquirir; siempre en
función de su capacidad de pago.” [Barragán, 1994, pg. 103]. Este cambio de productor a financiador
mostraría ser un cambio importante en los esquemas de financiación y producción de la vivienda en México,
dejando al gobierno el rol de intermediario entre los demandantes (los mexicanos) y el productor (las empresas
privadas).
Podemos observar que anterior a los años 90´s el estado subsidiaba de distintas maneras los
organismos de vivienda bajo un sistema financiero público. La década de los 90´s es marcada por una transición
hacia un sistema financiero privatizado en el cual poco a poco el estado mexicano ha ido perdiendo control
político sobre el avance económico del país en materia de construcción de la vivienda. Durante el sexenio
salinista [1988-1994] instituciones como INFONAVIT y FOVISSSTE llevaron a cabo cambios en sus políticas de
operación, principalmente en dos aspectos:
1) Políticas enfocadas a una eliminación de subsidios
2) Programas de vivienda que acentúan la desregulación por parte del estado aunado a una
participación mayor del sector privado, el cual hoy prácticamente se encarga en su totalidad del
sector de desarrollo y construcción de las viviendas mexicanas.
De esta manera el estado mexicano se convierte en un “interlocutor” entre los que demandan vivienda y los
que la producen, es decir el sector privado.
Hasta ahora los programas descritos se pueden clasificar como programas dirigidos a la clase social
asalariada y formal, buscando brindar apoyo financiero a aquellos afiliados a los sindicatos o institutos. ¿Pero
qué hay del enorme sector informal que quedaba vulnerable sin acceso a estos programas? En 1981, se crea
justamente un programa y fondo con el fin de atender a este sector. El FONHAPO, o Fondo Nacional de
Habitaciones Populares, tiene como objetivos apoyar la autoconstrucción en el país, crear y fomentar
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programas para la mejora del hábitat y construcción de vivienda progresiva o pies de casa, e impulsar los lotes
con servicios. FONHAPO desde sus inicios fue dirigido a los sectores más pobres del país, familias con ingresos
menores a 2.5 salarios mínimos, que en su momento de creación constaba ser el 70% de la población mexicana
[Barragán, 1994, pg. 79]. Algunas de sus estrategias a destacar serian las siguientes:
• La producción masiva de vivienda de carácter social, pero a diferencia de los otros programas existentes que daban créditos a individuales buscaría otorgar los créditos a grupos, fomentando cooperativas en las comunidades.
• El desarrollo y la participación social en las comunidades, fomentando la creación de redes sociales.
• La búsqueda de la descentralización y distribución de los insumos a todo el país, procurando llegar a las zonas rurales y no solo a la urbanas.
• Diseñar esquemas financieros reales a los alcances de los grupos con menores ingresos.
Habitualmente buscaría trabajar en conjunto con los programas e instituciones estatales. Algunos de los
programas creados para trabajar de manera conjunta con FONHAPO entre los años 80´s y 90´s fueron Vivienda
Digna y PRONASOL, Programa Nacional de Solidaridad.
Las políticas estatales pueden ser divididas en dos corrientes:
1) Se caracteriza por la intervención directa del estado en la construcción de vivienda y luego del
promotor privado. Las políticas se concentran en criterios de cantidad y eficiencia económica,
produciendo grandes conjuntos de viviendas molde que dejan de lado criterios importantes de
habitabilidad y conectividad con la ciudad.
2) Se caracteriza por la intervención limitada del constructor permitiendo un producto auto
gestionado. El estado modifica su estrategia hacia la creación de normas y organismos destinados a
la promoción de la autogestión y la autoconstrucción en terrenos controlados, intentando
organizar y limitar el desbordamiento de los asentamientos irregulares. Sin embargo estos
programas, a pesar de llegar a un sector más vulnerable, responden parcialmente a las
necesidades reales de los habitantes dando resultados precarios e ineficientes. [Barragán,1994]
Pudimos observar casi cien años de evolución de los programas de vivienda en México y podemos
concluir que existe la gran necesidad de combinar ambas políticas para dar un mejor resultado en el tema de la
producción de vivienda del país. Se necesita de una participación tripartita entre el gobierno, el productor
privado y el ciudadano o usuario. De no ser así se seguirán formulando programas limitados a ciertos grupos,
sectores desatendidos y producto ofrecido que no atiende las necesidades reales de varios mexicanos.
34
PROGRAMAS Y POLITICAS ACTUALES
Podemos hablar del siglo XXI como un nuevo periodo en la búsqueda de mejoras a los programas de
financiamiento, adquisición, y producción de la vivienda. “Uno de los grandes retos es ofrecer soluciones de
vivienda a trabajadores independientes que no tienen forma de comprobar ingresos y que no están afiliados al
INFONAVIT o el FOVISSSTE.” [CIDOC, 2008, pg.110] Hoy, parece haber un interés renovado por estudiar las
necesidades de nuevos programas financieros inclusivos de los sectores que no acceden a los créditos
convencionales al par de un producto flexible capaz de responder de manera holística a las necesidades
actuales de la vivienda social. Desde hace algunos años existe de manera pública y gratuita un documento
publicado anualmente por el Centro de Investigación y Documentación de la Casa (CIDOC) y la Sociedad
Hipotecaria Federal (SHF) titulado Estado Actual de la Vivienda en México. Este documento ofrece un análisis
de la situación en la cual se encuentra la vivienda, examinando temas como producción, demanda, y déficit del
producto casa. También detalla sobre los programas que van surgiendo anualmente estudiando los resultados
de dichos programas y finalmente ofreciendo conclusiones y observaciones respecto al estado y avance del
tema ese año. Esto permite estar mejor informado sobre lo que se está realizando en materia de vivienda y
urbanismo, contar con estadísticas más actualizadas y realizar un diagnostico del avance logrado en resolver la
problemática del hábitat social mexicano. Las publicaciones anuales del CIDOC y la SHF servirán como fuente
para este capítulo.
Existen dos tipologías principales de subsidios a la vivienda en México. El primero se conoce como
Subsidio directo a la vivienda, aquel que se concede en suma fija conservando la tasa de interés de mercado.
En el 2003, con el objetivo de unificar bajo un mismo esquema e institución la totalidad de subsidios directos al
hábitat, el Gobierno Federal instituyó el Fondo Nacional de Apoyo Económico a la Vivienda (FONAEVI). Este
fondo es manejado por FONHAPO, fideicomiso coordinado por la Secretaria de Desarrollo Social (SEDESOL). La
segunda vertiente es conocida como Subsidios implícitos a la adquisición de vivienda, aquellos que se otorgan
por medio del cobro de una tasa de interés diferente a la existente en el mercado para un crédito otorgado por
instituciones públicas (FOVISSSTE) o con recursos privados operados por el sector público (INFONAVIT). Estos
subsidios pueden ser utilizados para mejoras del hábitat o para la adquisición de una vivienda. Los subsidios se
conforman por medio de las aportaciones obrero-patronales a la subcuenta de vivienda del Fondo de Ahorro
para el Retiro de los Trabajadores. Este esquema no cubre el sector no afiliado ni el sector informal [CIDOC,
2005].
Otra vertiente en materia de vivienda son las organizaciones no gubernamentales (ONG´s). Un
ejemplo que opera en México es la Coalición Internacional para el Hábitat [HIC]. Fundada en 1976, forma una
red a nivel internacional con más de 400 organizaciones dedicadas a realizar actividades en el área de derecho
a la vivienda digna, seguridad de tenencia, estudios sobre los asentamientos irregulares y tipologías de
vivienda, prevención de desastres en zonas de alto riesgo, y técnicas de autoproducción del hábitat entre otras.
Algunas de las organizaciones en México que operan bajo HIC México son el Centro de la Vivienda y Estudios
Urbanos, A.C. (CENVI), el Centro Operacional de Vivienda y Poblamiento, A.C. (COPEVI), y el Fomento Solidario
de la Vivienda, A.C. (FOSOVI). Fuente: [CIDOC, 2009, pg.113-117]
A continuación se expondrán datos básicos sobre algunos de los programas y organismos nacionales de
vivienda más pertinentes, actualmente funcionando en el país. Estos organismos se conocen como ONAVIS,
Organismos Nacionales de Vivienda. Los organismos que se desarrollan de igual manera bajo estos esquemas a
nivel estatal se conocen como OREVIS, Organismos Estatales de Vivienda, quienes otorgan financiamiento a la
36
vivienda en el estado. Son creados como dependencias de los gobiernos locales, encargados de cuantificar las
necesidades habitacionales locales, y promover programas de fomento a nivel estatal y municipal. Cada estado
por lo general cuenta con su OREVI y sus programas locales, en el caso del estado de Querétaro (estado que
luego será sede de nuestra investigación de campo) existe el IVEQRO, ahora IVEQ, Instituto de la Vivienda del
Estado de Querétaro. Estos organismos ofrecen créditos hipotecarios en programas habitacionales para
atender a derechohabientes (INFONAVIT y el FOVISSSTE), proporcionan créditos y garantías destinados a la
población abierta (SHF), y entregan subsidios de FONHAPO y CONAVI.
Las variantes de estos subsidios van dirigidos a la:
• compra de vivienda nueva o usada
• mejoramiento del hábitat
• autoproducción de vivienda
• compra de lote con servicios
Algunos de los Programas en vigor son:
• AHORRASHF
• Ésta es tu casa
• Micro financiamiento
• Cofinanciamiento SHF-Infonavit
• Crédito SHF con Apoyo Infonavit
• Crédito de construcción.
• Fondeo CASASHF Salarios
• Pago de pasivos
• Programa para migrantes
• Reestructura Udis-Pesos
• Renta con opción a compra
COFINANCIAMIENTO
Una de las características recientes en las nuevas políticas de vivienda ha sido la incorporación de programas de financiamiento más inclusivos de algunos de los sectores vulnerables a través de las opciones de cofinanciamiento. Estos programas permiten adquirir la vivienda mediante la suma de créditos a los que pueden acceder como individuos o a través de un conyugue. Sin embargo, se sigue dependiendo de que la familia cuente con un miembro derechohabiente a un crédito (INFONAVIT o FOVISSSTE). Por ejemplo, digamos que en un núcleo familiar existe un miembro que por ser trabajador del estado es derechohabiente del ISSSTE [Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado] y a su vez su conyugue cuenta con seguro del IMSS en su empleo, ambos podrán juntar sus créditos para la adquisición de una vivienda.
PROGRAMA DE AHORRO, SUBSIDIO Y CRÉDITO PARA LA VIVIENDA “TU CASA”
Este programa inicia en el 2007 bajo FONHAPO con el objetivo de mejorar las condiciones de vida del sector que vive en una situación de precariedad habitacional a través de un subsidio federal para adquirir, ampliar, terminar, edificar o mejorar su vivienda. El programa combina el ahorro previo del beneficiario con el apoyo económico federal y aportaciones como crédito o subsidio por parte de los gobiernos estatal y municipal y en su caso, con crédito que otorgan los Organismos Nacionales de Vivienda, por los intermediarios Financieros, por los Organismos Estatales o Municipales de Vivienda, por los Organismos de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado y los Municipios, y por las Entidades de Ahorro y Crédito Popular. Atiende a los sectores vulnerables que en muchos casos no cuenta con la posibilidad de demostrar ingresos para la adquisición de un crédito y no es requisito ser afiliado a alguna institución como el INFONAVIT o el ISSSTE. Esto permite ofrecer una alternativa a la población desatendida por otros programas de financiamiento.
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MODALIDADES Y MONTOS DE APOYO FEDERAL
a) Adquisición o Edificación de una Unidad Básica de Vivienda: área mínima de construcción de 21 m2 con altura
mínima interior de 2.40 metros y volumen mínimo de 50.40 m3, que incluye al menos un cuarto habitable de usos múltiples, una cocina, un cuarto de baño con regadera, excusado y lavabo dentro o fuera de él. Deberá contar con posibilidad de crecimiento futuro y estar construida con materiales y sistemas que garanticen una vida útil de por lo menos 30 años. Apoyo federal de hasta $34,500.00 (treinta y cuatro mil quinientos pesos 00/100 M.N.).
b) Ampliación de Vivienda en Zonas Urbana y Suburbana: se considera como ampliación de vivienda la construcción de uno o dos espacios habitables adicionales a la vivienda existente. Apoyo federal de hasta $17,160.00 (diecisiete mil ciento sesenta pesos 00/100M.N.).
c) Mejoramiento de Vivienda en Zonas Urbana y Suburbana: reparación o rehabilitación de una vivienda, que permita mejorar la calidad de vida, salud e higiene de sus habitantes. Es la adición o sustitución de elementos provisionales por definitivos como pisos, techos, paredes, puertas, ventanas, impermeabilización, instalación hidráulica, sanitaria o eléctrica, según las necesidades de la familia. Apoyo federal de hasta $17,160.00 (diecisiete mil ciento sesenta pesos 00/100 M.N.).
d) Edificación de una Unidad Básica de Vivienda Rural: área mínima de construcción de 21 m2, con altura mínima
interior de 2.40 m, y volumen mínimo de 50.40 m3, que incluye al menos un cuarto habitable de usos múltiples, un baño y una cocina. El baño puede ser sustituido por una letrina, que puede estar adosada o no a la construcción principal. Deberá estar construida con materiales y sistemas que garanticen una vida útil de por lo menos 30 años. Apoyo federal de hasta $26,000.00 (veintiséis mil pesos 00/100 M.N.).
e) Ampliación o Mejoramiento de Vivienda Rural: Construcción de uno o dos espacios habitables, adicionales a la
vivienda existente. Apoyo federal hasta de $13,000.00 (trece mil pesos 00/100 M.N.). PROGRAMA RENTA CON OPCIÓN A COMPRA (ROC)
Es un programa de SHF y supone una “alternativa para aumentar las posibilidades de acceso a la vivienda a
grupos de población con ingresos medios y bajos que tienen dificultades para reunir el enganche o los gastos de
originación, que no poseen comprobantes de ingresos y con dificultades en el buro de crédito.” [mx2008 pg.106]
• No es necesario estar asegurado o ser derechohabiente de algún instituto
• Llega a sectores con salarios menores
• Integra al sector informal
• Comprobantes de pagos puntuales de renta sirven para comprobar la capacidad de pago de la persona
así mejorando su historial crediticio.
Aunque han incrementado las cantidades de subsidios y créditos para la adquisición de vivienda, siguen quedando
sectores vulnerables que no reúnen los requisitos para calificar a estos créditos o programas. Uno de los aspectos
importantes a trabajar es hacer llegarle a la población objetivo de manera más eficiente información sobre cómo hacer
uso de dichos programas, e invitar a participar al ciudadano, a las instituciones educativas y de investigación y a la
iniciativa privada en la creación y mejora de los programas de vivienda. El producto ofrecido actualmente sigue siendo
limitado e insuficiente y queda mucho por hacer para responder de una manera más eficaz a las necesidades reales del
habitar del siglo XXI.
[Fuente: SEDESOL, 2009, pg.60 y CIDOC, 2008, pg. 103-109]
39
Grafica 001: Crecimiento poblacional 1900-2012
Grafica 002: Crecimiento y distribución de la población urbano rural
40
SITUACIÓN SOCIO-ECONOMICA Y DEFICIT ACTUAL
Cambios en la estructura demográfica del país: El cambio de lo rural a lo urbano En los capítulos anteriores pudimos observar cómo las diferentes políticas de vivienda y financiamiento
hacia la vivienda fueron surgiendo como consecuencia de diferentes periodos de crecimiento demográfico,
presión social y cambios económicos y políticos en el país. Queda claro también el cambio en la tendencia
demográfica y su efecto en la relación rural urbano que se dio a lo largo del siglo XX. [Ver grafica 001] Es
evidente el crecimiento demográfico a raíz de la industrialización, en donde ciudades como Monterrey,
Guadalajara y la capital del país vieron cambios importantes en su expansión urbana. Para los años sesentas
México contaba ya con una población de 34.9 millones de habitantes, estaba a poco de haber triplicado su
población en poco más de medio siglo. Es durante esta primera mitad del siglo XX, cuando la perspectiva de
nuevos trabajos y oportunidades marca el boom de la emigración a los grandes polos del país, transformando
México de una nación rural a una con grades polos urbanos. Actualmente la población urbana se conforma por
el 76.5% de la población total, a diferencia de conformarse por el 50.7% en los años sesentas, marcando el
cambio de una población rural a una urbana. [Ver grafica 002] Para el año 2000, México aun considerado un
país joven, ya contaba con una población total de aproximadamente 97.5 millones de habitantes. Un
incremento de 83.9 millones de habitantes según el censo de 1900, sextuplicando la población del país en cien
años.
Según la Sociedad Hipotecaria Federal [SHF], el mayor crecimiento demográfico y extensión urbana se
dará principalmente en las ciudades de más de 1 millón de habitantes. México tendrá a seguir este patrón de
ciudades con grandes zonas conurbadas, debido tanto a la emigración como al crecimiento demográfico y
“pasará de ser mayoritariamente urbano, a predominantemente metropolitano…también se prevé el desarrollo
de nuevos centros de rango de tamaño menor caracterizados como ciudades grandes (500 mil a 999 mil
habitantes), y medias (100 mil a 499 mil habitantes) localizados en diferentes puntos del territorio nacional.
Este proceso emergente representa una desconcentración desde las grandes zonas metropolitanas hacia el
resto del sistema, por otro lado se observará una nueva forma de concentración en lugares centrales de menor
jerarquía. Estos procesos demográficos se pueden considerar favorables en la medida en que se desarrollen o
consoliden subsistemas urbanos, mediante los cuales se lograría un mayor equilibrio en el territorio nacional y
se avanzaría en la difusión de los beneficios del desarrollo de las ciudades, hacia localidades urbanas pequeñas
y hacia las áreas rurales. “. [SEDESOL, pg.29] La tendencia mundial de concentración acelerada de los
asentamientos en y alrededor de las grandes ciudades, pinta un panorama preocupante en un país donde, a
pesar de algunas tendencias a descentralizar los polos más congestionados, no se ha podido abandonar el
modelo de ciudad central, lugar de concentración política y económica, reprimiendo el crecimiento y
distribución económica al resto del país. Con la descentralización de algunas de las industrias y de los grandes
corporativos hacia ciudades de tamaño medio existe la esperanza de crear una red urbana de mayor calidad al
pasar la concentración de servicios, trabajo y habitantes a otras ciudades impulsando mejores oportunidades y
calidad de vida, favoreciendo la conectividad en el territorio mexicano.
A lo largo de la última mitad del siglo pasado nuestro país mostró un crecimiento demográfico (TCMA)
de entre 3.1% y de 1.7% [Ver grafica 001], tendencia que iría en descendencia al entrar al siglo XXI. La tasa
global de fecundad (TGF) bajó de 7.3 hijos por mujer en 1963 a 2.1 hijos al año 2005, marcando los sesentas
como el punto más alto de fecundad alcanzado. Según el Centro de Investigación y Documentación de la Casa
[CIDOC], la tasa de reemplazo ocasiona cambios en el volumen, dinámica y composición por edades de la
población y afecta directamente el tamaño del hogar. Es decir, conforme cambia el comportamiento
demográfico, cambia la composición de las familias mexicanas, aunado a los cambios sociales dados a lo largo
42
de la última mitad del siglo, es de esperar que la composición de los núcleos familiares presentará cambios de
igual manera creando necesidades diferentes a las de núcleos anteriores. A pesar de que la tasa de crecimiento
media anual ha tenido una tendencia a desacelerar, se estima que para el año 2012 alcanzaremos los 111.3
millones de habitantes. Esto significa que más de un millón de mexicanos nacerán al año generando una gran
demanda futura de vivienda. Según los datos de la Sociedad Hipotecaria Federal solo en el año 2007 se estimó
una demanda potencial de 1.3 millones de viviendas. [CIDOC, 2007]
El déficit en la vivienda mexicana y los factores que influyen la demanda
“El país necesita 750.000 nuevas viviendas por año para satisfacer las demandas del crecimiento de la población y del envejecimiento del parque habitacional. México ha puesto en marcha varios planes hipotecarios de vivienda, pero la mayoría de estos han estado orientados hacia los empleados de ingresos medios del sector estructurado, lo que prácticamente ha excluido a los pobres que están empleados en la economía no estructurada (el 40% de la población). El país tiene también un sistema rígido de propiedad de la tierra (ejidos), lo que complica la labor del Gobierno en cuanto a los problemas que plantea la migración. Como consecuencia de ello, se han producido numerosas invasiones de tierras, ya sea por una cuestión de necesidad de los residentes pobres y los indígenas que buscan trabajo o han sido desplazados, o porque éstos han sido víctimas de la especulación de las tierras.” Informe del Relator Especial sobre una vivienda adecuada como parte del derecho a un nivel de vida adecuado. Visita a México marzo 2003 [Kothari, 2003]
El comportamiento del déficit de vivienda puede considerarse como consecuencia de tres factores. El
primer factor deriva de la falta o escasez de vivienda nueva construida para cumplir la demanda de formación
de nuevos hogares como consecuencia del crecimiento demográfico y la falta de “stock” [** en el 2007 el
parque habitacional se estimó en 25.7 millones de viviendas con un valor de 14.2 billones de pesos] [Ver grafica
003]. Es decir, la cantidad de viviendas existentes no abastecen la demanda total actual, y en varios casos
existen estados que tienen un superávit de producción de vivienda sin comprador. [Ver grafica 004] El segundo
factor tiene que ver con el deterioro, mal estado o deficiencias en la vivienda, comúnmente ligadas a
hacinamiento en donde la cantidad de habitantes que forman el hogar u hogares rebasan la capacidad de la
vivienda, ya sea por su tamaño físico o su falta de flexibilidad; o que el estado de la vivienda genera peligro o
mal estar por sus condiciones físicas derivadas de sus materiales (muros en peligro de derrumbe, suelos de
tierra, goteras, etc.) El tercer factor se relaciona con la carencia de servicios, específicamente de la índole
sanitaria, (falta de red de agua potable, drenaje, y recogida de basura). Este se ve reflejado más comúnmente
en los entornos de viviendas más pobres, generalmente rurales o urbanos de carácter irregular. [Maya, 2003,
pg. 100-101]
Observando estos tres factores es evidente que el problema del déficit es complejo y no enmarca a un
grupo o nivel socioeconómico especifico, ni un tipo de familia, ni región sea rural o urbana. De lo contrario
engloba una serie de factores amplios y distintos. Sería un absurdo asumir que el problema de la vivienda social
se debe enfrentar mediante una solución o una vía, de lo contrario debemos asumir una visión holística, donde
dejemos de ver la política, la arquitectura , la sociología y la economía como profesiones aisladas para
trabajarlas como potencias en conjunto que den como fruto soluciones reales y globales.
Podemos hablar de la vivienda como un “bien de difícil acceso” y ampliar la definición de difícil acceso
no solo al objeto vivienda (poca vivienda, vivienda en deterioro, vivienda sin servicios) sino al difícil acceso a
los programas de financiamiento para la adquisición de este bien. “El problema de la vivienda tiene que ver con
el deterioro del ingreso de la mayoría de la población mexicana, aunado quizás a políticas de vivienda que
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realmente orienten sus acciones a las clases sociales más necesitadas. La vivienda de interés social dirigida a la
población económicamente más necesitada, todavía tiene muchas deficiencias como resultado de restricciones
financieras que permiten su mejor producción y distribución [Maya, 2003, pg. 10].
La SHF y CIDOC definen la demanda de vivienda de la siguiente manera:
Las tendencias demográficas sobre el crecimiento poblacional (en particular, sobre la formación de
hogares) y el abatimiento del rezago habitacional existente, son factores clave para determinar la demanda
potencial de vivienda. Asimismo, el ingreso y el ahorro de los hogares, así como el grado de acceso al
financiamiento, son los factores que definen en qué medida la demanda potencial se convierte en demanda
efectiva. [CIDOC, 2005, pg. 25]
Según la Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda (CONAFOVI), “Se define como hogar al conjunto de
personas unidas o no por lazos de parentesco que residen habitualmente en la misma vivienda y se sostienen
se un gasto común, principalmente para comer. Una persona que vive sola también forma un hogar.”
Podemos resumir que la demanda se basa en los siguientes puntos:
• Tendencia demográfica [crecimiento demográfico, hogares formados, tipos de núcleos]
• Parque habitacional disponible
• Ingreso [economía familiar]
• Ahorro
• Acceso a créditos / financiamiento [qué se ofrece y cuanto]
Cuando analizamos anteriormente los distintos programas e instituciones financieros para la vivienda
en México, pudimos observar que se componen de diversos organismos que van orientados a distintos
segmentos de población de acuerdo a su nivel de ingreso, su condición laboral, y tipo de localidad en la cual se
encuentra (urbana/rural). Estos tres factores definen las opciones de financiamiento a las cuales cada persona
u hogar pueden acceder, y así definiendo también la demanda efectiva.
El ingreso familiar se determina según la suma de salarios y se mide en vsm (veces salario mínimo). El
salario mínimo vigente para las zona A es : $54.80 pesos mn [moneda nacional], zona B: $53.26, zona C:
$51.95 vigentes a partir del 1 de enero de 2009, establecidos por la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos
mediante resolución publicada en el Diario Oficial de la Federación del 23 de diciembre de 2008. Este es el
factor más influyente, ya que esto define el tipo de solución, las posibilidades y el alcance adquisitivo del hogar.
Define en una primera instancia los alcances de la vivienda, sea autoconstruida o comprada.
La condición laboral define si aquella persona recibe prestaciones o no, usualmente determinado por
el sector al que pertenece, es decir, conforma un sector formal o informal. El sector informal se define como
aquel que no cuenta con un empleo o trabajo que remunere económicamente, o sin un empleo FIJO con
percepción económica constante (contrato), o aquel que no puede comprobar ingresos (a través de una
nomina o pago de impuestos) como son los vendedores ambulantes o de comercio informal. Por lo general
aquellas personas que forman el sector informal no están afiliadas al seguro popular ni a otras instituciones
que brindan servicios y prestaciones, quedando fuera del alcance de instituciones financieras como el
Determinan la demanda potencial
Determinan la demanda efectiva
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INFONAVIT, FOVISSSTE, SOFOLES o créditos bancarios. La alternativa: recurrir a préstamos mediante cajas
populares, o sistemas de autofinanciamiento en ocasiones de dudosa procedencia. Sin embargo existen
algunas instituciones dirigidas específicamente a este sector como lo es el FONHAPO y otros programas de
carácter social.
“La banca en México se ha orientado a atender a los sectores de la población con ingresos medios y altos, lo cual
ha ocasionado que las personas de bajos recursos tengan que buscar alternativas para resolver sus necesidades
de ahorro y crédito , acudiendo a agentes informales como agiotistas, que llegan a cobrar tasas de interés
mayores al 170% anual. Asimismo, existen intermediarios financieros formales que han atendido al segmento de
finanzas populares de una mejor manera, entre ellos destacan las Cajas de Ahorro y las Micro financieras.”
[CIDOC, 2008, pg.108]
El sector formal se define como aquel sector asalariado que recibe un ingreso normalmente de carácter
estable (quincenal), que puede comprobar sus ingresos fijos mediante su nómina o pagos de impuestos y por lo
general suele ser derechohabiente (IMSS o ISSSTE). Esto le permite acceder a créditos y programas como el
INFONAVIT, FOVISSSTE, SOFOLES y créditos bancarios y en algunos casos a créditos mixtos como el COFINAVIT,
un crédito mediante INFONAVIT y bancos. Según la SHF del total de créditos a la vivienda otorgados en el 2004,
el 68% fueron otorgados a través de instituciones como INFONAVIT y FOVISSSTE, lo cual deja ver que los
trabajadores que no cuentan con prestaciones tienen un acceso más limitado a créditos y financiamiento.
Otro factor influyente en las opciones de financiamiento es el tipo de localidad, es decir, si el núcleo
familiar se encuentra en una zona rural, semi urbana o urbana. El número de dependientes económicos suele
ser más elevado en zonas rurales lo cual implica un mayor gasto y menor posibilidad de ahorro hacia la
adquisición de su vivienda y acceso a créditos. Los habitantes de zonas urbanas presentan perfiles de ingreso
familiares y de condiciones laborales distintas a la población rural. Se considera la situación económica de los
hogares en localidades rurales como “altamente vulnerables” [CIDOC, 2005] Si analizamos en términos de
salario mínimo general mensual es significativamente menor al de áreas urbanas. El ingreso medio por hogar es
de casi 9.00smgm en zonas urbanas y de 4.37smgm en zonas rurales. (INEGI 2005). También influye en los
financiamientos y créditos a los cuales se puede acceder ya que la mayoría se otorgan a zonas urbanas y semi
urbanas. El valor del producto o bien (la vivienda), los servicios disponibles y el valor del terreno también son
afectados directamente por el tipo de localidad en el cual se ubica. [Ver tabla 005]
Tabla 005: Características generales
de financiamiento por organismos
de vivienda
46
Los sectores sociales del país
Para entender más claramente la demanda de vivienda en México es importante definir los distintos sectores
de la población que demandan vivienda. ¿Quiénes conforman qué sector? ¿Qué sector queda atendido y quién
queda vulnerable? ¿A qué sectores van dirigidos qué programas? Y finalmente, ¿quién construye qué? Para
esto podemos dividir la población en sectores más definidos. Julián Salas en su libro Contra el Hambre de
Vivienda, agrupa la población latinoamericana en cuatro sectores, definidos por su condición laboral [sector
formal o informal] y su ingreso, definiendo el sector A como las clases altas, el sector B como las clases medias,
el sector C como pobreza y el sector D como indigencia, en muchos casos generándose un borde borroso entre
estas últimas dos categorías, especialmente en países de extrema pobreza.
Definamos con más precisión la situación, tipo y acceso a la vivienda que conforman estos cuatro sectores en
México.
Sector A Según Salas, la vivienda en este sector se conforma principalmente de “… respuestas
constructivas dominadas por técnicas avanzadas o de muy alta calidad de acabados artesanales. Son viviendas
con autor, realizadas por el sector formal, utilizando materiales, equipos, elementos y diseños importados.”
Para motivos de análisis aquí en México consideraremos a este sector como aquel que gana más de 9 smg. Este
sector conforma el 19% de la población mexicana. Las viviendas a las cuales accede este grupo se caracterizan
por ser de áreas generosas, construcciones usualmente de los 100m2 en adelante, con acabados de “lujo” y
acceso a todos los servicios e infraestructuras.
Sector B Se sigue considerando un sector formal, conformado por el 15% de la población mexicana que
percibe entre 6 y 8.9 smg. La mayoría de las viviendas a las cuales accede este sector suelen ser llamadas “llave
en mano” (esto se describirá más adelante). Esta vivienda terminada suele contar con todos o casi todos los
servicios e infraestructuras. Son producto de las grandes desarrolladoras como Casas GEO, ARA, y URBI entre
otras. Se caracterizan por sus grandes conjuntos habitacionales de modelos repetidos y sistemas
industrializados de producción, con esquemas urbanos que buscan hacer alusiones a la “casa jardín” o modelo
americano del suburbio. La fabricación de las viviendas es usualmente en serie y la tecnología busca la
alternativa más económica con mayor utilidad monetaria. Las viviendas suelen fluctuar entre los 30m2 –
100m2 de construcción. Prácticamente el total de este parque habitacional es financiado, ya sea por
programas como el INFONAVIT, FOVISSSTE, o los bancos. “El grueso de las respuestas de este amplio sector lo
constituyen las viviendas fruto de los programas oficiales… ” [Salas, 1992, pg.32]
Sector C Salas describe a este sector como “… el sector productivo informal, o no estructurado. Es
prácticamente hegemónico en dar respuestas a esta franja socio – económica. El objeto construido, más que
vivienda, responde a lo que de forma general hemos denominado solución habitacional. Es este sector
vivamente necesitado e interesado en la tecnología: genera, adopta, emplea una amplia gama tecnológica”.
Este es el sector que construye México. La vivienda de este sector se caracteriza por su lotificación y
urbanización, de terrenos irregulares y de distintos tamaños, ubicados en las periferias de las ciudades o en
barrios populares hacinados dentro de las grandes ciudades. En ellas se ubican núcleos mínimos
(aproximadamente 25 m2) habitacionales pensados en el crecimiento paulatino de la vivienda, sea en altura o
adyacente. La autoconstrucción y autogestión se encuentra en su apogeo en estas colonias, y en algunos casos
suele haber cierta participación comunitaria o autoconstrucción asistida. Los servicios e infraestructuras de
estas colonias
48
por lo general son deficientes, con frecuencia irregulares, o incluso inexistentes. Cuenta con redes
frecuentemente poco articuladas, y pobres. Sin embargo con el tiempo estas colonias suelen consolidarse,
obteniendo una urbanización paulatina en donde la comunidad consigue eventualmente todos los servicios e
infraestructuras, y los vínculos vecinales se ven fortalecidos creando una red social importante dentro de la
comunidad. El ingreso de esta población fluctúa entre los 3 y 5.9 smg y conforma el 32% del país
convirtiéndolo en el principal consumidor minorista de materiales de construcción. Un porcentaje pequeño de
este grupo es afiliado a los programas del INFONAVIT o del FOVISSSTE, sin embargo muchos no llegan a reunir
los requisitos para adquirir los créditos ofrecidos por estas instituciones, dejando a este amplio sector
altamente vulnerable y fuera del alcance de los programas ofrecidos.
Sector D “Los allegados, los ilegales, los paracaidistas, los pueblos jóvenes, los favelistas… constituye la
amplísima legión de los sin techos.” [Salas, 1992, pg.32]
Este sector es el más amplio y más vulnerable de la población mexicana, formado por el 34% de sus
ciudadanos, en donde el ingreso promedio es inferior a los 3 smg. Conforma el gran grupo informal, no afiliado
a las instituciones, quedando fuera totalmente de la mayoría de los créditos ofrecidos. Comúnmente los
asentamientos de este sector carecen de toda infraestructura formal y servicios urbanos. Los que cuentan con
alguno de ellos suelen ser de carácter ilegal. Es aquí donde encontramos las conexiones hechizas o “diablitos”,
donde se encuentran varios vecinos y a veces la colonia entera “colgada” o conectada a la red eléctrica urbana.
La recolecta de basura es inexistente, el agua potable en el mejor de los casos llega en pipas. En el caso de las
comunidades rurales la situación de acceso a agua potable suele “solucionarse” a través de pozos, y de fosas
sépticas en el caso de drenaje, manteniendo un nivel de higiene todavía aceptable, a diferencia de las
condiciones de insalubridad en las periferias de las grandes ciudades. Las viviendas se caracterizan por sus
materiales endebles y precarios. En algunas comunidades rurales las viviendas son algo más rígidas y pensadas
en el crecimiento futuro, sin embargo en las periferias de las ciudades las viviendas suelen ser mínimas y
pobres, ya que la incertidumbre de su situación irregular desmotiva a muchos de pensar en mejorar o ampliar
sus viviendas.
49
Índice de Calidad de la Vivienda según el Instituto del
Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores
(INFONAVIT)
50
Tipologías y valor de la vivienda: el producto ofrecido
Una vez entendidos los sectores de la población, podemos definir y distinguir entre dos tipologías y
procesos de producción de vivienda: la autoconstruida y la llave en mano.
La vivienda autoconstruida es una respuesta directa por parte del sector informal hacia la
satisfacción de un bien básico. La autoconstrucción se puede clasificar bajo dos prácticas: la primera es una
práctica social que responde a las necesidades de vivienda de una población. En este caso la vivienda
autoconstruida suele ser auto gestionada, la misma familia o comunidad se organiza a raíz de una necesidad
básica y busca a través de sus familiares o miembros de la comunidad construir, ampliar o arreglar su vivienda
a falta de poder adquirirla de otra manera. Frecuentemente es considerado por su usuario como un bien
transitorio ya que no cuenta con la certeza de permanencia y legalidad, especialmente cuando se trata de un
terreno ocupado ilegalmente o con una carencia importante de servicios e infraestructura. Esto deriva en una
tipología diseñada para un periodo sin definición, en donde se puede crecer o desmantelar sin mayor pérdida o
gasto. Suelen ser de materiales de segunda, chatarra, etc. En el caso de materiales de mejor calidad como el
cemento, madera, y acero suelen ser comprados poco a poco, muchas veces sin asesoría resultando en un
desperdicio importante de material en el proceso constructivo. Sin embargo, las soluciones suelen ser ricas en
su aportación a la vida de la familia ya que los mismos usuarios las proyectan según sus necesidades y su
alcance económico, permitiendo crecer la vivienda y adaptarla en el tiempo conforme al desarrollo económico
y físico de la familia. La segunda práctica se observa como política de parte de los gobiernos, ONGs o
cooperativas para resolver el problema de la vivienda. Existen ya varios casos de éxito en comunidades rurales
y urbanas en todo Latino América, donde la participación activa entre los pobladores y grupos que brinden
asesoría ha dado como resultado conjuntos de viviendas crecederas y flexibles construidas por los mismos
usuarios, pero con asistencia técnica y bancos de materiales, edificando los conjuntos sobre suelo legalizado
asegurando el derecho de tenencia de suelo y propiedad. [Salas,1994,pg.30]
“Se ha determinado que la vivienda espontánea, la autoconstruida, la participación popular, representa
una respuesta realista a la imposibilidad de los gobiernos de asumir la alta demanda de vivienda de los sectores
de bajos ingresos.” [Salas,1994,pg.30]
La vivienda construida por desarrolladores la llamaremos vivienda terminada o llave en mano. Se
caracteriza por ser de tipo unifamiliar o multifamiliar, construida por terceros, puesta en venta a particulares y
adquirida mediante un crédito hipotecario, SOFOLES, o en el caso de un financiamiento a personas afiliadas, a
través del INFONAVIT O FOVISSSTE. Varía entre la vivienda residencial plus o de lujo hasta los grandes
fraccionamientos de viviendas mínimas para el sector social. Son viviendas gestionadas por el sector privado,
desde un arquitecto hasta las grandes empresas desarrolladoras de inmuebles [Grupo ARA, Casas GEO, ORBI
etc.]. En esta investigación nos centralizaremos en la tipología vivienda llave en mano de interés medio-social
eliminando las otras tipologías de viviendas llave en mano durante el análisis comparativo en los capítulos
siguientes. Esta vivienda de interés medio-social suele desarrollarse sobre amplias extensiones de territorio,
siendo principalmente construcciones horizontales y de baja densidad ocupacional. El ICAVI [Índice de Calidad
de la Vivienda] rige que todo fraccionamiento cuente con las características básicas que mencionan. Este índice
fue desarrollado como herramienta de medición para conocer las características de calidad con que cuentan las
viviendas nuevas que serán adquiridas mediante un crédito INFONAVIT.
51
Grafica 006: Tipo de vivienda construida por cada desarrollador
Grafica 007: Cobertura geográfica de los seis desarrolladores que cotizan en la BMV
52
.Hoy en México se estima que más del 60% del total de viviendas nuevas en todo el país corresponde a vivienda
autoconstruida y el otro 40% a vivienda llave en mano producida por desarrolladores. [CONAFOVI]
“Se puede definir al actual promotor de vivienda de interés social como aquel empresario que
participa en la producción total de un bien económico denominado vivienda que engloba las distintas
fases que forma parte de su producto: desde el inicio del proceso de producción de la vivienda
(incluyendo la adquisición del terreno), hasta la comercialización de un tipo de vivienda que es ofrecida
a un mercado abierto de población.” [Maya, 2003, pg.105]
Observando las gráficas que nos presenta SHF sobre el estado de la vivienda actual en el país, podemos
sacar varias conclusiones. Primero vemos como el valor del parque habitacional se concentra en el nivel de
vivienda residencial (4.6 billones de pesos) y vivienda media (3.3 billones de pesos) [grafica 003] construida y
puesta en oferta por las desarrolladoras privadas, más de la mitad del valor total del parque habitacional va
dirigido a un tercio de la población. (Recordemos que los sectores que acceden con mayor facilidad y
frecuencia a la vivienda media y residencial, son aquellos que ganan más de 6 salarios mínimos: 34% de la
población que conforma el sector A y B. Entre el año 2004 y 2005 el 56% de los créditos fueron entregados por
INFONAVIT a personas con ingresos entre 4-10.9 sm para la adquisición de vivienda tipo media y económica,
mientras que el 5.6% fueron entregados a través de FONHAPO a personas que ganan menos de 2.5 sm para la
mejora o adquisición de vivienda tipo social y mínima. En estados como Oaxaca, Guerrero y Veracruz,
encontramos una demanda potencial sub-atendida en comparación a otros estados de la república. Menos del
50% de la demanda de vivienda es atendida mientras que en estados como Baja California, Aguascalientes y el
Distrito Federal existe una oferta mayor a la que se demanda [grafica 004]. ¿Por qué se está sobre invirtiendo
en estados donde no existe un mercado potencial a consumir dicho producto, mientras que existen otros que
cuentan con un rezago evidente? ¿A dónde nos lleva la especulación inmobiliaria cuando sí existe un mercado
real a atender? Es evidente la necesidad de vivienda que satisfaga a los sectores más bajos, ¿Por qué están
entonces sub-atendidos por las desarrolladoras y las instituciones? Al ver estas cifras entendemos porque la
autoconstrucción se vuelve el camino viable para la adquisición del hábitat en México. Si no existe oferta de un
producto adecuado y de acuerdo al alcance económico de estos sectores es de esperar que la población
responda mediante la producción de un bien auto gestionado adecuado a sus necesidades y posibilidades. Si
analizamos las últimas dos gráficas, vemos qué y dónde están desarrollando algunas de las principales
empresas de construcción de vivienda en el país. ¿Si al parecer todas las presentadas construyen vivienda
social y aparentemente cuentan con una cobertura territorial amplia, como es que sigue existiendo un déficit
importante de vivienda social?
“Sin embargo muchos de ellos [la población de recursos bajos] siguen soñando con habitar
viviendas tradicionales tipo chalet, entregadas llave en mano, que no pueden pagar porque sus
condiciones económicas no lo permiten. Esta visión es compartida por algunos funcionarios del Estado
benefactores de las primeras décadas del siglo XX, al insistir con aquél esquema imposible de sustentar,
sin analizar que negándose a posibilidades alternativas para la construcción o mejoramiento de
soluciones habitacionales, lejos de paliar la crisis, el déficit de viviendas aumenta año a año, llegando
actualmente a valores jamás previstos.” [Berretta, 2000 pg.3]
Es posible que la respuesta se encuentre en el tipo de producto disponible, los créditos y sistemas
financieros ofrecidos, y los procesos mediante las cuales se atiende la problemática de la vivienda en México.
53
Analizando estos aspectos tanto en su condición formal como en el informal, es posible generar una
comparativa entre la ciudad legalizada y la ilegal para extraer datos que nos ayuden a generar nuevas
respuestas. En la segunda parte de este trabajo de investigación se buscará entender la traza, la vivienda y los
procesos que llevan al hábitat desde dos perspectivas: la formal y la informal. Se buscará analizar las
condiciones de ordenamiento territorial, la infraestructura y los servicios urbanos, y algunos aspectos sociales
que influyen en la vivienda social. Finalmente se expondrá un análisis de las alternativas a través de la
progresividad urbanística y la gradualidad de la vivienda como producto y proceso.
56
CAPITULO 4
Ordenamiento Territorial, los Servicios Urbanos, y Aspectos Sociales de la Vivienda Mexicana
58
ORDENAMIENTO TERRITORIAL, LOS SERVICIOS URBANOS, Y ASPECTOS SOCIALES DE LA VIVIENDA MEXICANA
La problemática de la vivienda no se limita a sus características físicas de tamaño, diseño y precio por
unidad. La problemática de la vivienda rebasa sus características de objeto recayendo en las características
urbanas. El ordenamiento territorial a escala macro, pasando por los planes municipal y los diversos cambios al
uso de suelo gestionado por la política y la inversión especulativa influyen de manera importante en la
vivienda. Las infraestructuras y servicios disponibles van directamente relacionados al plan de desarrollo
urbano. Esto se refleja en el estado de la vivienda, en donde el tejido más alejado de la urbe cuenta con menos
servicios e infraestructura. De igual manera, donde se han autorizado cambios en el uso de suelo llegan
infraestructuras y servicios a la espera de la especulación inmobiliaria, como consecuencia crece la mancha
urbana con la llegada de desarrollos de viviendas terminadas y el crecimiento de los poblados informales o
irregulares [anteriormente rurales] que ahora encuentran más cerca la red urbana.
EL ROL DE LOS TRES NIVELES DEL GOBIERNO EN MATERIA DE ORDENAMIENTO TERRITORIAL
FEDERAL
Las acciones en el ámbito de ordenamiento territorial a nivel Federal, se dan en dos campos: a través
de programas de desarrollo y a través de la regularización territorial. A su vez el desarrollo se materializa bajo
dos estrategias, la primera conocida como Planeación Urbana. SEDESOL ó Secretaria de Desarrollo Social, es la
institución encargada de elaborar el PNDU-OT [Programa Nacional de Desarrollo Urbano y Ordenamiento
Territorial.] Deberá apoyar y brindar asesoría a los gobiernos estatales y municipales para la elaboración de sus
políticas de desarrollo y ordenamiento urbano (Plan de Desarrollo Regional) en congruencia con el PNDU-OT.
La Ley General de Asentamientos Humanos [LGAH] establece que la federación “en coordinación con los
estados debe prever a nivel país las necesidades de reserva territorial, así como conducir la inversión en
ordenamiento territorial.” [CIDOC, 2005, pg.57] La segunda estrategia a nivel federal es la de Políticas Sociales
enfocada a la dotación de vivienda a los sectores de bajo nivel socio-económico, y subsidios para la compra de
terreno para el desarrollo de vivienda social a través del programa Hábitat. Este programa fue puesto en
marcha en el 2003. El gobierno Federal aporta una tercera parte del costo de los terrenos, y el estado en
conjunto con los municipios lo restante, comprometiéndose a destinar el 50% de los lotes a vivienda para los
sectores más pobres. La regularización de la propiedad de origen agrario está a cargo de PROCEDE [Programa
de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares] con el objetivo de su incorporación al desarrollo
urbano (estipulado en el artículo 27 constitucional fracción XIX) y el ordenamiento de asentamientos
irregulares.
59
ESTATAL
“La LGAH establece que corresponde a los gobiernos estatales legislar en materia de ordenamiento
territorial y elaborar el Programa Estatal de Desarrollo Urbano [PEDU] en congruencia con el Programa
Nacional de Desarrollo, al cual debe sujetarse los municipios.” [CIDOC, 2005, pg.57]
El estado cuenta con las siguientes facultades, las cuales son implementadas a través de los OREVIS,
Organismos Estatales de Vivienda:
• Autorizar fundaciones de centros poblacionales
• La constitución y administración de reservas territoriales
• Participar en la regularización de la tenencia de tierra
• Dotar al estado, junto con los municipios, de infraestructura y servicios urbanos
• Establecer infracciones por incumplimiento de uso de suelo
MUNICIPAL
Los Municipios deberán desarrollar su propio Programa Municipal de Desarrollo Urbano [PMDU] Este deberá seguir el Plan Nacional y Estatal e inscribirse en el registro Público de la propiedad. El PMDU deberá establecer la zonificación de los centros de población, tomando en cuenta las necesidades y la opinión del sector social y privado. Deberá hacer un análisis del impacto (beneficio o perjuicio), y factibilidad de las propuestas. El municipio es la autoridad con capacidad directa sobre el mercado de suelo, ya que decide la zonificación de la ciudad y a su vez influye directamente sobre el crecimiento. Como se mencionó arriba, sobre el municipio recae la mayoría de las facultades de gestión territorial.
“En las autoridades municipales recae gran parte de la gestión de las políticas urbanas a nivel nacional.” [CIDOC, 2005, pg.58]
Las autoridades municipales tienen la capacidad de:
• establecer, modificar y otorgar licencias para usos y destinos del suelo
• Determinar la densidad de población y de construcción
• Fraccionar predios y zonas de desarrollo controlado
• Determinar reservas ecológicas
• Invertir en la tenencia de la tierra urbana
• Proponer al estado la creación de nuevos centros poblacionales
• Participar en la administración y creación de reservas
• Dotar de infraestructura y servicios urbanos, y administrar la oferta de dichos servicios
[Esta capacidad conlleva una responsabilidad importante ya que el metro cuadrado de suelo puede elevarse de manera substancial al incorporar servicios e infraestructura básica, otorgándole un nivel de urbanización que afecta directamente el mercado de suelo. La administración de los servicios se puede realizar mediante recursos propios del municipio a través de la recaudación de impuestos, como el impuesto predial, o con fondos federales. Este suele ser el fondeo usual, ya que es común que los estados determinen que no cuentan con el capital suficiente para dotar de infraestructura a las zonas habitacionales que autorizan para los sectores más bajos. Este caso se da especialmente en zonas rurales o semi-urbanas donde los asentamiento autorizados por el gobierno pueden permanecer años sin infraestructura, aun siendo terrenos regularizados. Curiosamente esta falta de fondos no parece ser
60
un problema cuando se trata de proveer de servicios a zonas autorizadas para otras índoles, por ejemplo zonas comerciales o de uso residencial medio alto.]
• Subcontratar la urbanización básica de los predios al sector privado (promotores y desarrolladores)
[Esto sucede cuando no hay suficiente presupuesto aunado a una demanda importante de vivienda nueva.]
• Por último “tiene injerencia sobre el costo indirecto de desarrollo de vivienda en su localidad mediante la determinación de impuestos y derechos por pagar para la adquisición de terreno, su fraccionamiento y urbanización, así como los costos de gestión para cubrir los trámites de la localidad” [CIDOC, 2005, pg.58]
Desafortunadamente los intereses de los grandes inversionistas y desarrolladores parecieran pesar más y es común ver las ciudades crecer en función de decisiones monetarias e intereses a corto plazo, dejando de lado planes regionales con beneficio del crecimiento ordenado de la ciudad. No parecen existir programas estatales ni municipales que tengan duración superior al periodo de gobernación, ni seguimiento entre turnos políticos, creando programas incompletos sin continuidad, acotados y modificados con cada cambio de gobierno. Seguiremos creando ciudad fragmentada mientras no exista un plan urbano con continuidad a largo plazo. La burocracia, los intereses políticos y partidistas, y la explotación de suelo para beneficio monetario del inversionista siguen conformando las barreras más difíciles de romper en la búsqueda de soluciones al problema de la vivienda.
62
LOS ASENTAMIENTOS IRREGULARES/INFORMALES
Como se comentó anteriormente, los asentamientos irregulares son respuestas a una necesidad
inmediata de alojamiento. Según el Centro de Investigación y Documentación de la Casa [CIDOC] los factores
que mayormente inciden en el asentamiento irregular de las personas son la migración del campo a la ciudad y
el rezago en la planeación de un desarrollo urbano ordenado de los centros poblacionales. Como consecuencia
la tierra de origen social (tierra ejidal) se ha vuelto la opción viable de adquisición o toma por parte de las
familias más pobres. La compra-venta irregular de predios ejidales resulta un grave problema, ya que el que
vende obtiene un menor precio por su predio que en el ámbito legal y aun más grave el que compra no tiene
seguridad de tenencia ni documentos que respalden la compra de la propiedad, implicando en la mayoría de
los casos la necesidad de volver a pagar el predio para regularizar la propiedad su solar. Se estima que el
gobierno llega a gastar hasta cuatro veces más recursos en abastecer de servicios a los asentamientos
irregulares consolidados en comparación a dotar una colonia planeada desde sus inicios. [Esto por la dificultad
de trazar, romper, instalar etc.]
“El problema de los asentamientos humanos irregulares en México es y ha sido fiel reflejo de las
condiciones sociales del país.” [CIDOC, 2005 pg. 64]
Ya definimos en uno de los capítulos anteriores el concepto entorno a lo formal y regular y lo informal
o irregular en materia de vivienda. Ahora buscaremos entender más a fondo el comportamiento del
asentamiento irregular y su funcionamiento a nivel urbano analizando su situación, el suelo, los servicios y las
infraestructuras que engloban esta tipología de asentamiento.
Empecemos por la situación en la que se encuentran los asentamientos irregulares. Existen
características importantes en torno a este tipo de colonias: la ocupación irregular del terreno, la
autoproducción y gestión de la vivienda, y la escasez o falta total de servicios básicos y urbanos. Estos poblados
se encuentran en una situación de poca higiene, comodidad, y alto grado de inseguridad (sea por violencia,
robo callejero o por su ubicación en zonas de alto riesgo como ríos secos o laderas con riesgo de deslaves o
inundaciones). Prevalece una falta importante de equipamiento y servicios sociales como escuelas,
supermercados, clínicas y hospitales o se encuentran sustancialmente alejados de ellos. El transporte público
de los asentamientos a los centros de equipamientos suelen ser inadecuados o inexistentes. La situación en la
cual se encuentran los asentamientos irregulares resulta problemática y poco deseable para los pobladores y la
ciudad general. Sin embargo ante la incapacidad de pagar los costos de la vivienda dirigida a este sector
sumado a la falta de créditos a los cuales puedan acceder, el grupo social informal y de menor ingreso tiene
pocas alternativas para conformar su techo.
“Los sectores de bajo ingresos para obtener un terreno propio se ven obligados a entrar en un
mercado del suelo de dudosa legalidad y a participar en la construcción de sus propias viviendas. Las
formas de esta ilegalidad varían bastante de ciudad en ciudad; pero toda la vivienda informal sufre
inicialmente de una falta de servicios, ya que se ubica fuera de las redes principales y existen dudas con
respecto a la seguridad de la tenencia.” [CIDOC, 2005, pg. 65]
“Esto se hace por que no pueden pagar nada mejor, y con la expectativa de que a la larga se
proveerán los servicios y les será otorgado el título de propiedad y de este modo podrán adquirir un
patrimonio a un costo virtualmente inexistente.” [López, 2001, pg. 130]
63
El suelo es un aspecto de suma importancia cuando hablamos de cualquier tipo de asentamiento.
Podemos enlistar dos factores transcendentes que contribuyen a la inaccesibilidad al suelo para la vivienda: el
alto costo del suelo (el valor del suelo más el costo de gestionar la tenencia ante gobierno), y la falta de
planeación e integración territorial entre lo rural, lo semi-urbano y lo urbano. (Las personas suelen buscar
mantenerse cerca de sus redes sociales y de su trabajo, la falta de liga entre las zonas se vuelve un problema en
la búsqueda de donde asentarse.) Los asentamientos irregulares en las periferias de las ciudades surgen en
gran parte sobre tierras comunales, de baja calidad (zonas de pendientes pronunciadas, vertederos de basura,
etc.), en donde la comunidad existente o ya asentada no suele estar en contra de la invasión, ya que no utiliza
las parcelas invadidas. “En la mayoría de los casos, están de acuerdo en ceder su tierra, esperando una
compensación monetaria importante por parte del gobierno o bien una parcela en su lugar de origen.” [CIDOC,
2005, pg. 65] Otra ubicación común de los asentamientos irregulares es en tierras ejidales, cultivables, en
donde los titulares legales han parcelado y vendido partes o todo (usualmente sin escritura legal ni seguridad
de tenencia y en algunos casos hasta vendido un mismo predio a múltiples personas, sin que ellas lo sepan
ejemplo que analizaremos en el capítulo de investigación de campo) con el fin de dedicarse a otra actividad
que no sea agraria.
CORETT, Comisión para la Regularización de la Tenencia de la Tierra, es el organismo encargado de
regularizar las propiedades adquiridas de esta manera, proporcionando escrituras e integrando legalmente
estas propiedades a los catastros municipales. En teoría al recaudar más fondos mediante el impuesto predial,
se aumenta la capacidad de brindar mejores servicios urbanos y dotar de infraestructura a las zonas integradas.
“La ventaja de la regularización es la certeza de que la tierra que se posee es propia, lo que
incentiva a las familias a invertir en el mejoramiento de sus viviendas, a promover mejoras para su
comunidad y a gestionar los beneficios de otros programas sociales y ecológicos que dignifican su
condición de vida.” [CIDOC, 2005, pg. 66]
Según SHF, CORETT ha regularizado más de dos millones y medio de lotes urbanos desde su creación,
sin embargo existe el peligro de favorecer la toma ilegal de terrenos, es decir, promover una actitud por parte
de los pobladores de invadir suelos no regularizados con la expectativa de que después el gobierno les
“resolverá” su situación, propiciando nuevos asentamientos paracaidistas. Es de suma importancia buscar un
ordenamiento previo a la irregularidad, abasteciendo de infraestructura y servicios, incorporando el suelo bajo
un plan urbano que favorezca la densificación y el crecimiento sano de la ciudad. Para esto el gobierno, en sus
tres niveles, debe asumir una actitud de planeación a futuro, y no la de un futuro “inmediato”, sino a largo
plazo, dejando de lado intereses que se miden en periodos de cargos políticos (2,4 o 6 años).
Los servicios y la infraestructura juegan un rol importantísimo en el ordenamiento y buen
funcionamiento de las zonas habitacionales. Como se había comentado antes, dotar de servicios e
infraestructura a una zona irregular tiene un costo muy elevado si lo comparamos al dotar una zona desde su
planeamiento. Según CIDOC “la consolidación de las comunidades a través del tiempo y los planes
gubernamentales que pretenden regularizar estos asentamientos propician una continua generación de este
sistema de reproducción de vivienda debido a que, por presiones políticas, finalmente el gobierno dota a la
población de servicios e inicia un proceso de mejoramiento de la zona con la aplicación de programas que
beneficiarán a la comunidad a largo plazo.” [CIDOC, 2005, pg. 67] Este efecto se vuelve un círculo vicioso, ya
que siempre habrá quienes hagan abuso del sistema o simplemente al no existir otra alternativa encuentren
ésta como su única opción viable al acceso a suelo y servicios. Aquí la urgencia de un nuevo producto y
proceso, programas de crédito y políticas en materia de vivienda, y acceso a suelo.
64
“Aun cuando se afirme que la proliferación de asentamientos espontáneos está estrictamente
relacionado con la urgencia de encontrar una habitación a precio razonable, hay evidencia para afirmar
que muchas invasiones son estimuladas por personas que reciben instrucciones de propietarios de
terrenos que no han obtenido el permiso para urbanizar o que simplemente están dedicados a la
especulación y la explotación de pobres de la ciudad sobre los cuales ejercen un control efectivo
mediante la distribución de tierras que han ocupado.” [CIDOC, 2005, pg. 67]
66
SERVICIOS E INFRAESTRUCTURA URBANA
“Se entiende por urbanización el conjunto de obras que proveen relaciones operativas con la
infraestructura de servicios (drenaje, agua, energía eléctrica, comunicaciones, vialidad, etc.) y espacios
inmediatos a la vivienda de uso propio o para actividades recreativas y de relación familia-comunidad.”
[López, 2001, pg. 130]
Cuando hablamos de los servicios urbanos y la infraestructura es importante saber de qué sector
estamos hablando ya que suelen variar radicalmente según la situación de la colonia. Los asentamientos
formales se consideran “formales” en gran parte por su estado” legal”, se sitúan sobre suelo incorporado a
catastro y cuentan con por lo menos los servicios e infraestructuras básicas (agua, luz, y drenaje) en su
urbanización y las viviendas que conforman la comunidad. Existen casos intermedios entre los asentamientos
formales e informales, en donde el gobierno municipal se ve obligado a reubicar un asentamiento por causas
de algún desastre natural o por estar en una zona de riesgo. En estos casos intermedios el suelo al cual son
reubicados los pobladores es tierra legalizada o en vías de ser legalizada y escriturada por las autoridades, y en
donde por desgracia no se cuenta aun con servicios, dejando a la espera de la llegada de la red de
infraestructura por parte del municipio. Esto da como resultado colonias “regularizadas” con una situación
irregular de acceso ilegal a servicios.
Surgen tres aspectos fundamentales al analizar el tejido irregular de los asentamientos informales: la
traza, los servicios (como el transporte público, la recolecta de basura, los equipamientos), y las
infraestructuras (como el agua potable, la red eléctrica, y el drenaje). Estas serán condiciones imperativas a
entender para hacer un diagnóstico de lo que se tiene que trabajar en dichas zonas. La urbanización progresiva
es el proceso obligado en casi todas las colonias populares.
Al observar la traza de las colonias informales encontramos un trazado ortogonal sobrepuesto a la
topografía del lugar. La traza es creada por los habitantes, adaptándose a las pendientes e irregularidades en el
terreno, e incorporándose en ocasiones a ejes preexistentes. La cuadricula, las calles y las plazas se disponen
de acuerdo a las necesidades de la comunidad y suelen ser mucho más flexibles que las trazas formales de los
centros urbanos. El trazado poco a poco genera “caminos” que con el tiempo adquieren aspecto de vías
formales o principales dentro del asentamiento hasta recibir nombres por parte de sus habitantes quienes con
el tiempo las irán mejorando hasta lograr incorporarlas como vías oficiales en la traza de la ciudad. Varían
desde calles empedradas hasta callejuelas de tierra. Los servicios evolucionan según el grado de consolidación
de las colonias. Por ejemplo, el transporte público suele ser inexistente al inicio; sin embargo a través de la
necesidad que demandan sus habitantes por conectarse al resto de la ciudad, el transporte público se extiende
hacia las colonias (es importante mencionar que se habla de transporte de tipo autobús o taxi por parte de
empresas privadas, que buscan ampliar el mercado que atienden; el transporte público gestionado por
gobierno sigue siendo limitado a algunos sistemas de metros o trams elevados en contadas ciudades
metropolitanas, dejando desatendidas las demas zonas.) La recolecta de basura está ausente en estos
asentamientos. Las brechas, canales y lotes colindantes se vuelven los vertederos de la colonia. La quema de
basura a cielo abierto suele ser la práctica de control de desechos, generando un problema grave de salud y un
conflicto para el ámbito. También se vuelve una situación de poca higiene ya que estos vertederos suelen ser
focos de moscas, roedores y enfermedades. Los equipamientos son de lo último en surgir en estos lugares. Los
mismos habitantes irán abasteciéndose de servicios en el tiempo según su ingenio, abriendo guarderías a
través de cooperativas entre
67
“La impresión de los vecinos es que los cambios en la colonia son lentos y este ritmo de la
transformación es aceptado inexorablemente frente a la imposibilidad de acceder a otra situación.”
[López, 2001, pg. 129]
“…el mayor reto es para los gobiernos municipales. El satisfacer eficientemente las necesidades
básicas de alumbrado de vías públicas, equipamientos y espacios de uso público, representa un desafío
técnico y económico. Los gobiernos locales destinan alrededor del 30% de su presupuesto para el pago
de este servicio.”[CIDOC, 2008, pg. 99]
68
las mujeres de la comunidad, organizando días de mercado en las plazoletas y buscando incorporar órganos
estatales y municipales como el Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (SNDIF) mejor
conocido como DIF y el Instituto Mexicano de Seguridad Social [IMSS] para traer clínicas y escuelas. El grado de
consolidación de la colonia se puede llegar a medir a través de los servicios que surgen en ellas.
La condicionante más importante en los asentamientos irregulares es el acceso a las infraestructuras.
Su situación de irregularidad condiciona a la colonia a no contar desde su inicio con agua, luz ni drenaje. Aquí
están al orden del día los “diablitos” (conexiones caseras e ilegales a la red eléctrica, ver imagen). La red
eléctrica se dispersa por la colonia mediante cables caseros, colgándose un vecino del otro, a veces desde
alguna red urbana de alta conducción y en otras ocasiones de alguna colonia o vecino regularizado.
Paralelamente esto representa una situación de peligro (son comunes los accidentes por electrocución e
incendios por cortos en las conexiones caseras), gastos fuertes por parte de los habitantes para la compra de
cable conductor que con frecuencia se pierde y la falta de dinero para contratar la instalación de la red de
energía por parte de la Comisión Federal de Electricidad [CFE]. Esto representa un desafío para los gobiernos
locales, ya que la población suele asumir que la instalación legal llegara por parte de gobierno para evitar los
consumos ilegales, logrando contar con conexión legal sin pagar por la infraestructura. ¿Cómo se puede
combatir esta situación, cuando los pobladores no suelen aportar con el pago de impuestos (recordemos que
conforman un sector de trabajo informal que no paga impuestos y no paga predial al no contar con lotes
registrados) y el gobierno municipal alega que no cuenta con fondos para abastecer de infraestructura a estas
colonias?
El abastecimiento de agua proviene en la mayoría de los casos de pipas o conexiones irregulares a la
red existente más cercana (en algunos casos donde la colonia es un asentamiento legalizado como
consecuencia de una reubicación de una zona de alto peligro, el municipio proporciona las pipas se manera
gratuita pero esporádica). En el caso de asentamientos rurales, los pozos municipales u otros cuerpos de agua
(ríos, manantiales, lagos) suelen ser la fuente de abastecimiento de la colonia. En la mayoría de los casos el
agua no es bebible ni apta para el consumo humano, aumentando el riesgo de enfermedades intestinales y
estomacales, por lo cual los que pueden comprar garrafones de agua potable a empresas privadas buscan
hacerlo. Según los datos de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) en el 2006 el 89.6% de la población
contaba con cobertura de agua potable.
El drenaje de las viviendas en los asentamientos irregulares en pocos casos se encuentra conectado a le
red de desagüe municipal, especialmente en las zonas rurales o semi urbanas, y prácticamente es inexistente el
sistema de alcantarillado urbano en colonias de esta índole. En estos casos el baño suele ser una caseta fuera
de la casa o adosada posteriormente, conectada a un pozo en donde se vierte cal para ayudar a secar los
residuos y controlar los olores. En algunos casos donde exista alcantarillado sobre una avenida, los habitantes
se conectan sin esperar que el operador de agua local realice la extensión de la red. Las soluciones de posos de
aguas negras XX suelen solucionar de manera permanente el problema de drenaje local en las zonas rurales,
sin embargo en zonas donde el nivel del manto friático se encuentra elevado, existe una contaminación
importante del agua de poso o de los cuerpos de agua de donde las comunidades se abastecen creando un
problema grave de insalubridad. Eventualmente, como lo han demostrado numerosos asentamientos
consolidados, la red de drenaje al igual que otras infraestructuras y servicios llegan y la colonia queda
conectada a los sistemas municipales. Los habitantes se proveen de equipamientos y el comercio informal se
apropia de los frentes de calles, el barrio popular resuelve sus necesidades inmediatas y crea su micro-cosmos
en la periferia de la macro-ciudad.
70
CARACTERÍSTICAS Y ASPECTOS SOCIALES DE LA VIVIENDA RURAL Y URBANA
En el capitulo tres observamos que la modificación en la distribución de la población entre lo rural y lo
urbano ha venido afectando la demanda y tipo de vivienda necesitada para abastecer el déficit de producto
habitacional. Entonces es importante entender las expectativas de los usuarios entorno a esta modificación y
esclarecer las características de la vivienda rural que difiere de la vivienda urbana. INEGI califica como una
comunidad rural aquella que se conforma por menos de 2,500 habitantes, a diferencia de la semi-urbana de
entre 2,500 y 15,000 habitantes y la urbana de más de 15,000 pobladores. La situación económica de los
sectores rurales suele ser mucho más vulnerable que en los urbanos ya que el ingreso medio es
significativamente menor al de áreas urbanas (recordemos la tabla en el capitulo tres sobre los sectores que
conforman la población mexicana). Otra característica que influye en la vivienda rural es el tamaño de las
familias, ya que los núcleos familiares rurales suelen ser más grandes y conformarse por una mayor cantidad de
niños pequeños (5 de cada 10 habitantes en zonas rurales son jóvenes menores de 20 años), lo cual eleva el
número de dependientes económicos en el hogar. Así, como existen diferencias importantes en la constitución
de los núcleos familiares de las zonas rurales, también varían las características de la vivienda.
Características de la vivienda URBANA
• Predio definido, de menor dimensiones que el rural
• Mayor densidad y tejido consolidado
• Viviendas contiguas
• Limites en el crecimiento y progresividad de la vivienda
• Acceso a infraestructura urbana y servicios
• Acceso a diversos materiales de construcción, importación de material multi-regional
• Asesoría profesional (gubernamental y privada)
Características de la vivienda RURAL
• Lotes de dimensiones amplias
• Posibilidad de ampliar y adaptar la vivienda en el tiempo
• Relación con el entorno/naturaleza (carácter agrícola y/o ganadera)
• Separación entre viviendas/vecinos
• Influencia climatológica
• Acceso a materiales locales/regionales
• Conocimiento limitado en técnicas de construcción / Falta de asesoría profesional
• Acceso muy limitado a infraestructuras y servicios
Las viviendas rurales se caracterizan por un diseño homogéneo, obedeciendo modelos culturales basados en las tradiciones y experiencias de cada región, otorgando una morfología y estilo propio a cada comunidad. Comúnmente consideran el clima en el cual están ubicados dando eficientes soluciones a problemas de ventilación, aislamiento térmico y precipitación pluvial. Sin embargo es frecuente que los reducidos recursos económicos y algunos elementos culturales determinen bajas condiciones higiénicas (por ejemplo la falta del suministro de agua potable directo al hogar e instalaciones inadecuadas para el manejo de los desechos). Existe la percepción por parte de algunos grupos de que estas comunidades cuentan con viviendas altamente precarias y viven en una situación de extrema pobreza. Sin embargo suelen ser viviendas mucho más dignas que aquellas que encontramos en los asentamientos irregulares de las periferias de las ciudades. Estas viviendas rurales en su mayoría son muy dignas, autoconstruidas y personalizadas, flexibles en el tiempo y adecuadas a sus habitantes y hábitos culturales. Es cierto que el nivel de pobreza de las zonas rurales es mayor
71
a las zonas urbanas, pero muchas veces esta pobreza se refiere a una falta de poder adquisitivo y el acceso limitado que tienen las comunidades rurales a medicina, educación y salubridad a través de servicios e infraestructuras que no les llega. En sí, el problema de la pobreza rural no está en el producto casa sino en su falta de equipamientos y acceso a la infraestructura básica. La situación económica rural comparada a la urbana y las grandes distancias entre estos poblados y los centros urbanos los alegan de estos recursos que significan una vida más digna. Es irónico que para algunos el campo represente la pobreza del país cuando las colonias más miserables se encuentran conformando las grandes conurbaciones de las metrópolis más ricas e importantes.
Debemos entender que existen grandes diferencias en la manera de habitar entre usuarios urbanos y
rurales, hay diversas costumbres en cada región, distintas necesidades, hábitos, climas y situaciones
económicas y laborales. Es por eso que es tan importante responder desde un punto de vista holístico hacia
cada uno de estos sectores, ya que la solución no podrá ser la misma ni se podrá aproximarse a una única
solución desde una visión unilateral. Querer uniformar la tipología de vivienda es negar que existen distintas
necesidades lo cual solo lleva a soluciones de incompatibilidad entre el usuario, su casa, y el tejido que
conforma su ciudad.
74
ROL DEL TRABAJO EN EL HOGAR Y LA COHABITACIÓN INTER GENERACIONAL
Desgraciadamente con la modernización llego la ideología urbana-social de separar los usos de suelo,
adoptando el modelo de apartar las zonas habitacionales de las zonas productivas y comerciales de la ciudad.
En México esto se tradujo en colonias esparcidas por el tejido urbano, y con el tiempo en múltiples
asentamientos conglomerados en las periferias de las urbes, lejos de los servicios y equipamientos urbanos de
los centros de las ciudades. Hoy por lo general, el uso de suelo donde se edifican fraccionamientos de interés
social, sigue siendo estrictamente para uso residencial. No son previstas áreas o espacios de uso comercial o
laboral dentro del proyecto habitacional. Es decir, se proyecta el suelo a su máxima capacidad permitida,
previendo exclusivamente vivienda. Existen, algunos proyectos de vivienda social realizados en los últimos años
que han propuesto zonas de locales comerciales al frente de los conjuntos. Sin embargo esto no integra el
espacio de trabajo en el hogar, sino que ofrece locales en renta que suelen ser demasiado caros para los
habitantes ya que de entrada tienen que primero adquirir sus vivienda y no cuentan con la posibilidad de
adquirir otro inmueble en calidad de renta para su negocio, regresando a la búsqueda de improvisar un espacio
dentro del hogar. La normatividad de suelo y los reglamentos de las colonias prohíben desarrollar actividades
económicas o comerciales en la vivienda (por ejemplo instalar una tiendita al frente de la vivienda, poner una
guardería o tener un taller, entre muchos otros comercios). Sin embargo esta economía informal surge por si
sola paulatinamente como una respuesta social a una realidad económica de sus habitantes. Las viviendas
construidas por los desarrolladores y financiadas por los programas actuales no contemplan espacios para
llevar a cabo estas actividades que forman la base de muchas de las economías de este sector.
“La posibilidad de operar una pequeña empresa familiar en la misma vivienda permite, en efecto,
aumentar el ingreso mensual de la familia. La mayoría de los pequeños comercios son atendidos por
mujeres, lo que les permite contribuir a la economía familiar, y al mismo tiempo seguir realizando
labores tradicionales de ama de casa, la atención del hogar y el cuidado de los hijos” [Nerváez, 2002,
pg.209]
La economía del momento, la falta de empleo, la reestructuración industrial, y la precariedad a llevado
a las mujeres a desempeñar actividades que generen ingreso dentro del espacio domestico en donde
paralelamente atienden los labores que conlleva el hogar. “De esta manera las mujeres recrean su hogar como
lugar de trabajo, además de que ajustan de manera creativa sus horarios cotidianos.” [Estrada, 2006, pg. 77]
Habrá entonces que hacernos algunas preguntas frente a este fenómeno: ¿Cómo se arreglan para acomodar el
trabajo remunerado en la micro geografía del hogar? ¿Trabajar en casa es una estrategia efectiva para integrar
responsabilidades ocupacionales y familiares, o por el contrario, crea problemas y tensiones? En núcleos
formados por mujeres jefas de hogar y en familias de escasos recursos, el trabajo informal y por cuenta propia
a domicilio representa la fuente principal de ingresos para la familia. Las mujeres suelen contribuir con mayor
porcentaje de su ingreso al presupuesto familiar y al ahorro hacia proyectos que de otra manera quedan de
lado o desatendidos por falta de presupuesto (uniformes y libros escolares, medicinas, mejoras a la vivienda).
El trabajo remunerante en casa “puede representar una entrada al incremento del bienestar de las mujeres y
una herramienta para negociar las relaciones de género dentro de la familia. Los casos de estudio muestran que
el hogar es un lugar continuamente re-negociado… en ocasiones como un espacio privado, otras veces, como un
sitio socio económico público y dinámico” [Estrada, 2006, pg.107]
76
Algunas problemáticas de la vivienda actual con respecto a la necesidad de incluir tareas que generan un
ingreso en el espacio domestico son:
• mala iluminación / ventilación
• usos no compatibles
• incapacidad espacial de separar trabajo remunerante / trabajo domestico
• falta de servicios básicos (en zonas rurales o asentamientos irregulares)
• espacio limitado : a falta de opción se trabaja en espacios inadecuados
El trabajo en el hogar por parte de las mujeres u otros miembros de la familia influyen dramáticamente
en la mejora de calidad de la vida de estas familias ya que un núcleo basado en una economía mixta se ve
respaldada por múltiples ingresos, lo cual permite el enganche de compra de una vivienda y el cumplir con los
pagos mensuales de sus viviendas, paralelamente fomentando el ahorro sin descapitalizar al hogar. Son varios
factores positivos que surgen al incorporar el trabajo en el contexto inmediato del hábitat:
• Mayor ingreso por núcleo familiar
• Participación de la mujer en la economía familiar permitiéndola seguir en casa si así lo requiere
• Promueve actividades diversas en la colonia [más movimiento = más seguridad]
• Al contar con un espacio especifico contemplado desde el proyecto, será más fácil regularizar el comercio que se genere, ayudando a convertir el comercio informal en uno formal.
• Se incrementan los servicios y equipamientos disponibles a la comunidad
• Promueve la cohabitación inter generacional, ya que muchos negocios de éste índole suelen ser familiares.
• Promueve una movilidad optima dentro del barrio y reduce el desplazamiento de sus habitantes
Otro fenómeno social importante a considerar cuando se proyecta vivienda social, es el cambio en la
composición actual de los núcleos que conforman los hogares mexicanos. El modelo anterior de la familia,
conformada por una pareja y sus hijos a regresado al modelo de familia mixta, diversa, cambiante y extensa. Es
común encontrar hogares compuestos por tres o hasta cuatro generaciones viviendo en una misma vivienda
compartiendo responsabilidades sociales y económicas. De igual manera, los núcleos ya no son compuestos
exclusivamente bajo el esquema tradicional, hoy encontramos muchos más hogares formados por grupos de
personas no emparentadas, parejas en unión libre, núcleos mono parentales y una fuerte población de
personas que habitan solas. Esto nos hace reflexionar sobre el producto existente ofrecido pensado en la
familia tradicional de dos padres y dos o tres hijos. ¿Cómo podemos esperar que el actual producto ofrecido
responda a las necesidades vigentes de las familiares de hoy cuando las viviendas producidas siguen un
esquema inflexible pensado exclusivamente en la familia tradicional?
“La vivienda de interés social está concebida para familias mono-nucleares, construidas por
padres y sus hijos. Sin embargo, la cohabitación inter-generacional en México se presenta en casi un
hogar de cada cinco (INEGI 2000). En el caso de las familias obreras, la cohabitación con miembros de la
familia extendida puede convertirse en una estrategia para aumentar los recursos humanos y así
facilitar la gestión de la vida cotidiana. Además la cohabitación con los abuelos o con otros miembros
de la parentela puede contribuir a aumentar la capacidad de pago de la familia principal, completando
el ingreso mensual mínimo indispensable para acceder al crédito de las instituciones financieras de
vivienda.” [Nerváez, 2002, pg.209]
77
En México el 80% de los núcleos secundarios corresponden a núcleos familiares de hijos, paralelamente
las naciones unidas indican que más del 60% de las personas mayores comparten vivienda con sus hijos o
nietos. [CEPAL] En México, a diferencia de países anglosajones, sigue existiendo una cultura fuerte del cuidado
de las personas mayores por parte de sus hijos y familia inmediata. Es común encontrar hogares en donde
algún abuelo o abuela se ha incorporado a la familia por la necesidad de contar con los cuidados de sus hijos, o
los hijos requieren del apoyo o ayuda de sus padres para el cuidado de sus pequeños. Otro fenómeno es la
unión de jóvenes a una edad mucho más temprana en los sectores de ingresos menores, sea en unión libre o
matrimonio, con embarazos a edades muy anticipadas. Estas uniones jóvenes se ven en la necesidad de iniciar
la formación de su hogar en casa de los padres o suegros a manera de evitar a largo plazo caer en una situación
de pobreza al no contar con los ingresos ni el ahorro suficiente para adquirir o rentar su propio hogar.
“El allegado interno se refiere mayoritariamente a núcleos familiares de hijos (esto es jefes de
hogar que se estructuran económicamente en conjunto con núcleos secundarios de hijos casados o
emparejados; hijos separados; hijas madres solteras; y/o yernos/nueras; con y sin nietos en el hogar.”
“Se destaca que las uniones libres muestran un crecimiento muy rápido en Latinoamérica en su grupo
de edad joven (del 20-30 años de edad) mostrando un calendario de unión mucho más temprano en los
sectores menos equipados. El allegamiento interno ha sido interpretado como una etapa obligada del
ciclo familiar de los sectores modestos…” [Arriagada, 2005, pg. 23]
Queda evidente que la vivienda social ofrecida debe ser replantada, pensada en la realidad mexicana
vigente. Vemos que existen factores importantes a re-analizar, como lo es el trabajo en el hogar, las diversas
configuraciones de familias actuales, la zonificación y planeamiento de la ciudad a nivel federal, estatal y
municipal, entre muchos otros que influyen en el producto final y el acceso a el por parte de la población
mexicana. El problema de la vivienda no se puede afrontar si no existe un análisis mucho más profundo que el
que se realiza actualmente y que en muchas ocasiones parece ser un estudio de rendimiento y beneficio
económico de ventas que de búsqueda por una respuesta a una problemática social.
“Las políticas en materia de vivienda de interés social que consideran la cohabitación inter
generacional y la actividad económica en el hogar, facilitaran el acceso al financiamiento de estas
viviendas a familias en la economía familiar domestica, revalora el trabajo de la mujer como recurso
humano y económico al interior del hogar.” [Nerváez, 2002, pg.211]
80
CAPITULO 6
TRES APROXIMACIONES A LA VIVIENDA SOCIAL: LA VIVIENDA “LLAVE EN MANO”,
LA AUTOCONSTRUIDA Y LA VIVIENDA PROGRESIVA
81
“La vivienda no solo es la casa, sino que constituye un conjunto de servicios habitacionales que comprenden
inseparablemente el suelo, la infraestructura y el equipamiento social comunitario, junto al techo, refugio o
casa.” [Salas, 1992, pg.53]
82
TRES APROXIMACIONES A LA VIVIENDA SOCIAL
Tradicionalmente las políticas de vivienda se han dirigido a solucionar el déficit de hábitat mediante un
producto terminado, conocido como vivienda “llave en mano”. Anteriormente se describió este tipo de
vivienda como aquella que es construida por terceros, puesta en venta por particulares y adquirido de contado
o mediante los diversos créditos e instituciones mencionados. También se expuso a qué sectores va dirigido
este producto y quién tiene acceso a él. Pudimos observar, que solo un segmento de la población (los sectores
A y B de ingreso medio y alto) son quienes pueden acceder a la vivienda terminada y que un porcentaje muy
alto de la población soluciona su necesidad de techo mediante la autoproducción o autoconstrucción de su
vivienda. Se observó que actualmente existe una producción e incluso un superávit de viviendas “llave en
mano” que terminan en manos de los sectores no vulnerables o incluso quedan vacías a la espera de
especulación inmobiliaria. Aunado a esto existe el desplazamiento de la población que no accede a estas
viviendas hacia las periferias de las ciudades, contribuyendo a la extensión descontrolada de las zonas
conurbadas, propiciando la ocupación de tierras agrícolas para uso habitacional de muy baja densidad. En este
capítulo se busca crear un marco comparativo entre tres tipologías de producción del hábitat: la vivienda
terminada o llave en mano, ofrecida por las grandes inmobiliarias, la vivienda autoconstruida por la población
de menor ingreso y la vivienda progresiva, que se basa en la gradualidad y el trabajo cooperativo permitiendo a
sus usuarios empezar con un techo básico y terminar con una vivienda acabada según sus posibilidades.
Se analizará de la siguiente manera el tejido urbano creado por estas tres tipologías: mediante la traza
(aspecto físico del tejido), la vivienda (producto u objeto que la conforma), y finalmente el proceso (evolución
de la trama). A través de estos aspectos podemos entender la urbe y su composición que se genera por
segmentos de distintas cualidades. Esto nos permite una visión tipo “zoom out” o de escala macro, al poder ver
todos los componentes que conforman la trama urbana. Paralelamente haremos un “zoom in” al examinar la
vivienda, la unidad más pequeña de la ciudad, que conforma la escala micro de la metrópoli. Finalmente se
realizara un marco comparativo basado en seis aspectos planteados por Julián Salas en su libro Viviendo y
Construyendo: La necesidad propone el recurso, cuya intención es tener una visión más global de lo que
representa la vivienda más allá de verla como un objeto o producto. A estos seis aspectos (organización y
gestión del grupo, acceso al territorio, infraestructura, material de construcción, asistencia financiera, y
asistencia técnica), se agrega un séptimo punto de comparación: la flexibilidad y adaptabilidad de la vivienda
en el tiempo. La organización y gestión del grupo se refiere a el proceso mediante el cual el grupo de personas
(sea una comunidad entera o una familia) se coordinan entre sí y se reparten o delegan la realización de su
hábitat. El acceso al territorio pretende esclarecer la legalidad del lote o lotes donde se levanta la vivienda, el
proceso mediante el cual se adquiere el predio, y la seguridad de tenencia que representa cada una de las tres
aproximaciones para el abastecimiento del hábitat. En el capítulo cuatro se habló sobre la importancia de la
infraestructura y este punto pretende evaluar qué tipología incorpora y cómo soluciona este aspecto. Los
materiales de construcción en las tres tipologías son variadas, examinarlos nos permitirá entender las
cualidades físicas de la vivienda y la durabilidad de ellas. La asistencia financiera y la asistencia técnica nos
permiten profundizar y evaluar los programas y las instituciones que permiten o no a la población acceder a
una vivienda, tanto en el aspecto económico como en el tecnológico. Este capítulo, en conjunto con la
investigación de campo, servirá para completar el marco comparativo que se expondrá en las conclusiones
finales.
84
La vivienda a través del mercado formal o Llave en Mano La casita de mis sueños: el fenómeno de la casa molde
El que haya recorrido México por alguna de sus carreteras (incluso basta salir un poco de cualquier
ciudad) al dejar atrás el centro de la ciudad habrá identificado las grandes extensiones de casitas molde con sus
homenajes a los tinacos. Repentinamente aparece un sembradío de casa tras casa en donde antes existían
sembradíos de frutales o pastizales. Un espejismo sin fin de cubitos en filas que llegan hasta el horizonte, y a la
entrada un espectacular invitándonos a conocer Rinconada el Ensueño (u otro nombre igual de kitsch) con la
promesa de un entorno mágico y cautivador. Es verdaderamente asombroso ver este fenómeno de viviendas
masivamente sobrepuestas al territorio y saber que a pesar de su proliferación aun existe un déficit importante
de hábitat en nuestro país. Aun más sorprendente es que muchas no están habitadas o son adquiridas para
reventa. Es decir las personas que están en necesidad extrema de una vivienda no están adquiriendo este
producto, de lo contrario son adquiridas por otros sectores o por inversionistas quienes las compran y las
revenden a la población de ingreso medio.
“Los programas de vivienda social en el marco de la promoción pública o “low cost housing” se dirigen
a las cepas medias o, cuando menos, a familias con ingresos estables y superiores a la media” [Salas,
1992, pg. 22]
En los capítulos anteriores se expuso la trayectoria de la vivienda construida para entrega al público,
sobre los programas y las instituciones que ofrecen créditos y finalmente sobre el déficit, el promotor de la
vivienda llave en mano y la situación socioeconómica que rodea el fenómeno. Entendamos ahora las
cualidades que caracterizan esta tipología.
De los aspectos más atractivos para la población en general, es la idea que ha permitido a las
inmobiliarias tener tanto éxito y se resume en una frase de venta: “finalmente tu propia casa”. En México
existe un tabú con respecto al suelo, es decir, patrimonio es igual a “casa unifamiliar sobre un lote particular no
compartido” y este tipo de vivienda encaja perfectamente con esta ideología. Es razonable que una vivienda
terminada, con acabados, e instalaciones completas se interprete como “superior” a una no terminada sin
acabados y sin acceso a agua, dren ni luz. En los ojos de la gran mayoría esta tipología es la correcta. Está lista
para ser habitada de inmediato (de allí la frase “llave en mano” ya que solo queda que te entreguen las llaves
de tu nuevo hogar). Cuenta con agua potable, drenaje y electricidad desde la entrega de la vivienda, y se
encuentra conectada a la red municipal de manera legal y segura. Esto representa seguridad de permanecer,
sin temor a la falta de servicios básicos. Las viviendas son escrituradas convirtiéndolas en patrimonio seguro y
legalizado. Existe confianza del público general en el sistema de adquisición de sus hogares. Los materiales
empleados también se vuelven un atractivo para la población, ya que responden a otro tabú “una vivienda
sólida es una levantada en tabique” (ver imagen en la página siguiente). Desgraciadamente su estado
“terminado” también se refleja en un diseño “terminado” ya que la vivienda llave en mano se apega al
esquema clásico de habitaciones preestablecidas: cocina, sala y comedor, recamara 1 o 2 y recamara principal,
y claro los baños “ensuite” (regadera, w.c y lavabo en una sola pieza, destinada a ser usada solo por una
persona a la vez). Este diseño impuesto, estandariza la manera en que se puede usar la vivienda. Difícilmente
se adapta a los cambios de la estructura familiar y resulta poco flexible a corto, mediano y largo plazo. Aunado
a esto, en un conjunto de mil viviendas (cabe mencionar que existen conjuntos con agrupaciones aun más
monstruosas) se ofrece una sola tipología de vivienda. ¿A caso todos los mexicanos vivimos de la misma
manera, formamos los mismos núcleos familiares y tenemos las mismas necesidades y gustos?
85
Pareciera ser que las promotoras de vivienda piensan que la respuesta a todas estas preguntas es sí.
Incluso en conjuntos donde se ofrecen algunas variaciones de tipologías, las variaciones van enfocadas a
metros cuadrados, no tipología de espacios (mismo modelo, pero con más dormitorios, baños o simplemente
más metros cuadrados). El usuario no es participe de su diseño ni de la gestión del conjunto. La vivienda se
vuelve unipersonal y anónima, fichas de cada propietario en un tablero donde los demás no importan ni
siquiera ellos mismos. Salvo el ocasional asadero en las “áreas verdes comunes”, no hay mayor equipamiento.
El uso comercial es inexistente dentro del programa y, dado el valor del suelo en zonas suburbanas, los
conjuntos quedan al margen de la ciudad y sus equipamientos generando largos recorridos de desplazamiento.
Claro, una vez consolidada en el tejido urbano lo natural sucede: la colonia y sus habitantes responden a sus
necesidades cotidianas transformando los frentes de sus casas en un corredor de comercio informal,
paulatinamente convirtiendo la colonia en parte del tejido de la ciudad. Finalmente como ya se ha mencionado
múltiples veces, la vivienda terminada queda al margen de la mayoría de la población.
“Poder aspirar a una vivienda digna no se trata sólo de un problema de carencia de recursos. La falta
de ejercicio para la gestión para la obtención de la misma es en parte atribuida al Estado por
mantener por años una política proteccionista de entrega de viviendas completas denominadas “llave
en mano” a pagar en convenientes cuotas. Es esta una de las maneras de no promover soluciones
masivas de viviendas ya que los elevados costos de las mismas sumados a extensos tiempos de
recupero financiero posibilitan el acceso a la vivienda oficial sólo para un reducido número de familias
demandantes.”
[Berretta, 2000, pg.2]
“La vivienda para la mayoría no puede absorber el costo que se genera en la especulación inmobiliaria
inerte a las modalidades de densificación”
[Palmer, 1990, pg.14 ]
88
La vivienda a través de la autoconstrucción y el mercado informal ¿Porque la autoconstrucción?: Entendiendo la opción que construye a México
Encontramos varias alternativas adoptadas por la población cuando no se puede acceder a una vivienda propia:
Trasladarse a vivir con parientes � la consecuencia usualmente es hacinamiento
Alquiler de una vivienda o cuarto � implica un gasto adicional que no se recupera
Autoconstruir una vivienda � conlleva adquirir una parcela, legal o ilegalmente
La autoconstrucción se puede entender como “una respuesta creativa y natural a la necesidad vital de
cobijo, ante la imposibilidad de conseguirlo en el sector formal” [Salas, 1994, pg.29], su construcción se basa en
el ritmo de las posibilidades y necesidades de los usuarios, volviéndose construcciones progresivas en el
tiempo.
“Se trata de una respuesta espontanea que se desarrolla sin esperar apoyo, ni permiso, ni crédito. La
construcción de esta vivienda es un proceso continuo que se desarrolla a través de la vida de la
familia.” [Salas, 1994, pg.29]
Para entender mejor la autoconstrucción Salas plantea analizarla bajo cuatro aspectos: Proceso,
Producto, Marco Tecnológico, y aspectos Sociopolíticos. La autoconstrucción es un proceso ya que desde su
gestión hasta su terminación no existe un preciso inicio ni fin, es verdaderamente un proceso continuo, con
múltiples inicios y terminaciones. Salas plantea que la eficiencia y la eficacia del proceso de autoconstrucción
se basa en el sistema de organización, de gestión y desarrollo de la vivienda, las expectativas de los habitantes
y el tiempo de ejecución; y aumenta esa eficiencia y eficacia según el nivel de coordinación entre esos aspectos
lo cual permitirá un mejor producto final y la optimización de los recursos (tiempo, dinero, mano de obra y
materiales). [Salas, 1994, pg.76] Existen varios beneficios cuando el proceso de autoconstrucción incorpora el
concepto de ayuda mutua con asesoría: Al conseguir material hecho en sitio y optimizar el uso y desperdicio de
materiales se abarata de manera importante la obra, dando como resultado la posibilidad de construir más con
menos o mejor con el mismo monto. Se refuerzan las redes comunitarias, favoreciendo solidaridad y
fortaleciendo la relación vecinal. Se impulsa la identidad regional a través del uso de técnicas y materiales
autóctonos. Esto genera empleo ya que se puede contratar mano de obra y artesanos locales además de la
compra de material regional. Fomenta la apropiación paulatina por parte de los mismos participantes, lo que
construyen con sus manos y esfuerzos de participación será suyo y de la comunidad, esto genera un sentido de
cuidar lo que con esfuerzos se ganó. La creación de talleres especializados/pequeñas industrias que elaboren
piezas (bloques de adobe, tejas, paneles, etc.) para la producción de las viviendas básicas crean por
consecuencia una transferencia de conocimiento y tecnología a los participantes, de esta manera pueden dar
mantenimiento a lo edificado o ampliar sus viviendas y paralelamente aprenden un oficio que puede brindar
un futuro empleo y nueva fuente de ingreso.
La vivienda (posea el grado de terminación que sea) es como resultado de un proceso, un producto, un
objeto con ciertas cualidades. Este objeto es definido por su apariencia formal, su nivel de calidad y ejecución,
el volumen delimitado y los metros cuadrados que abarca, pero también por su diseño y definición conceptual
[Salas, 1994, pg.77]. Estas características descriptivas nos permiten analizar la parte material y física de la
vivienda, la parte tangible de lo que representa el hábitat. Podemos ver que una vivienda puede conformarse
por cualidades muy básicas, y que es capaz de evolucionar, o no, hacia una vivienda considerada “terminada”
90
pasando por distintas fases por las cuales adquiere ciertas características adicionales. Desgraciadamente las
políticas y estudios en materia de vivienda suelen ver la vivienda solo como producto, dejando a lado el
proceso, el marco tecnológico y los aspectos sociopolíticos.
Julián Salas define el marco tecnológico como un conjunto de condicionantes que generan la definición
conceptual del proceso y como instrumento que da lugar a la concretización y realización del producto. Dentro
de los aspectos tecnológicos se engloban los usos y las características de los materiales, equipos, mano de
obra, herramientas, conceptos constructivos y estructurales. “La práctica de la autoconstrucción abarca desde
los niveles más primarios de tecnología hasta los que generan productos de industrialización ligera, dejando
fuera los sistemas sofisticados de alta tecnología que suponen importación y sustitución de mano de obra de la
que hace uso intensivo la autoconstrucción” [Salas, 1992, pg.78]
Los aspectos sociopolíticos son una de las características que más comúnmente quedan de lado
cuando se habla de solucionar la problemática de la vivienda, y la realidad es que conforma una parte vital del
marco general de la vivienda. Cuando hablamos de vivienda es importante tomar en cuenta las necesidades de
los habitantes, los requisitos comunitarios, costumbres, tradiciones, las características demográficas, las
expectativas del grupo que participara y las actitudes que traerán a la hora de trabajar. La participación
ciudadana forma un aspecto clave dentro del marco sociopolítico. Esto en cuanto a la población, paralelamente
esta el gobierno y su actitud y participación en lo que es la autoconstrucción. Existen diferentes opiniones
políticas con respecto a este tema y varían entre oposición total y políticas de promoción como solución al
déficit del hábitat. Finalmente aunque el fenómeno de la autoconstrucción se de, sea por encima de o
apoyadas por las actitudes políticas, de ellas dependen las condiciones de cómo se de la autoconstrucción.
Fuente: [Salas, 1992, pg.79] TABLA MARCO TECNOLOGICO
92
Tres de los factores más importantes cuando la autoconstrucción no cuenta con asistencia técnica ni
asesoría, son los largos tiempos de ejecución, el bajo nivel de calidad y/o malas condiciones de habitabilidad, y
el desperdicio de material. Dado que la ejecución de una vivienda autoconstruida es progresiva en el tiempo,
es de esperar que el avance de la ampliación, mejora o construcción total de la vivienda sea de acuerdo con las
posibilidades económicas de la familia al par con el tiempo disponible para trabajar en ella (este proceso puede
durar años o décadas). Incluso en los casos de viviendas donde la familia contrata algún pariente o vecino para
realizar los trabajos de albañilería, estos avances dependerán nuevamente de el flujo de dinero destinado a su
construcción y la compra de materiales, concepto que también se convierte en factor influyente. El desperdicio
de material para la construcción de las viviendas autoconstruidas, es una de las preocupaciones más comunes
de los habitantes. En la investigación de campo realizada en la colonia del Salitre en la ciudad de Querétaro,
México (la cual se verá más a detalle posteriormente), varios de los pobladores manifestaron que uno de los
graves problemas encontrados al abastecerse uno mismo de su techo es que no existe asesoría para la compra
de material, teniendo que depender de consejos de algún conocido albañil o maestro de obra. El cemento y el
acero son de los materiales más desperdiciados en obra, ya que ante la incertidumbre del avance el material
adquirido puede permanecer largos periodos en espera de ser utilizados, resultando en cemento fraguado aun
dentro de su saco y acero corroído. Finalmente está la baja calidad de ejecución cuando no se cuenta con
asesoría o la seguridad y legalidad para permanecer en ese sitio. La falta de infraestructura es el aspecto más
severo de la autoconstrucción espontanea. Contar con los servicios básicos de agua, electricidad y drenaje de
manera legal representa un estado de bienestar evidentemente rezagado en este tipo de hogares. Las
viviendas suelen tener un aspecto de vivienda parchada o no terminada, y las condiciones del hábitat pueden
terminar siendo precarias. Sin embargo este sistema sigue siendo la solución más viable para la gran mayoría
de la población mexicana y constituye el fenómeno más importante que actualmente construye a México y
América Latina.
“La vivienda básica para el pobre de los centros urbanos en los países en desarrollo pudiera no consistir en una casa; podría consistir en un trozo de tierra con un grifo y una letrina de pozo; podría consistir en el núcleo de una vivienda básica con cuatro paredes y un techo; podría incluso ser una habitación con un retrete y una cocina con agua.” [Laquian en Salas, 1994, pg.53] “La adopción de soluciones habitacionales a base de autoconstrucción asistida conlleva el que gran parte del presupuesto de construcción (del orden del 80% del total de la financiación externa en la mayoría de los proyectos de cooperación) se destine a la adquisición de materiales. El principio de que cuanto más humilde y “desnuda” es la vivienda mayor es la repercusión de los materiales, se cumple cabalmente. Abaratar los costes de los materiales significa poder ofrecer mayor superficie construida con presupuestos muy reducidos.” [Salas, 2007, pg.53]
93
“La realidad cotidiana ratifica el proceso de ejecución de la vivienda popular, como un proceso continuo en que
existen distintas entradas o inputs que varían de acuerdo a la realidad económica del grupo familiar.” [Salas,
1992, pg.164]
94
La vivienda a través de la progresividad y la participación Soluciones flexibles y graduales
Definamos progresivo, como aquello que conlleva un proceso continuo, casi sin fin, que
paulatinamente es mejorado, se adapta, es flexible y gradual. Es lo opuesto de ser estático, terminado, rígido e
impuesto. La progresividad, hablando en términos de vivienda y urbanismo, se puede plasmar en sus diversas
escalas. Desde lo macro, hablando de un urbanismo que progresivamente es equipado, completado y
consolidado, hasta lo micro refiriéndose a un núcleo básico, vivienda semilla o caseta sanitaria que permite
ampliaciones y mejoras. Iniciemos con la escala micro: la vivienda. Cuando hablamos de progresividad en la
vivienda Salas nos plantea dos maneras de analizar la gradualidad:
Progresividad hacia adentro (cualitativa): Se refiere a aquellas mejoras o adiciones hechas a una vivienda a
través de la incorporación de sucesivos grados de terminación, como serían muros de división internos,
acabados, pisos, muebles y accesorios de baño, puertas interiores, pintura, revestimientos etc. La vivienda no
se extiende ni crece, su progresividad se refiere a sus mejoras internas y externas que permiten un mayor
grado de terminación y calidad.
Progresividad en extensión (cuantitativa): Se refiere a aquellas ampliaciones, extensiones y crecimiento de
espacios adosados o sobrepuestos a una vivienda existente. Esto implica todos los aspectos de una
construcción nueva y supone la incrementación de metros cuadrados para usos nuevos. [Fuente: Salas, 1992,
pg.164]
Según Salas existen cuatro arquetipos de viviendas progresivas: por rehabilitación o mejora de la
vivienda existente, por entrega de tierra inicial con servicios en donde se ubica una vivienda provisional al
fondo del lote, por completamiento de vivienda cascara (la vivienda se va cerrando, techando y mejorando en
su estructura básica), y por anexado de superficie cubierta (a los costados o en altura). [ver figura]
Podemos identificar distintas etapas de progresividad de una vivienda, encontrando ejemplos que
comienzan desde la parcelación, pasando por una caseta con instalaciones hasta una vivienda básica.
1ra ETAPA: Terreno urbanizado, parcelación, sembrado de infraestructura y servicios básicos
2da ETAPA: Solución de caseta sanitaria mínima como embrión de la futura vivienda
3ra ETAPA: Primera ampliación y mejoras consecutivas
Entre más se logre al inicio o en la primera etapa que beneficie al usuario sin restringir su posibilidad y
flexibilidad de uso y crecimiento en el tiempo, siempre será mejor. A continuación se describirá más a detalle y
mediante algunos ejemplos soluciones habitacionales progresivas abarcando estas distintas etapas de
progresividad.
96
La vivienda progresiva no es sinónimo único de la autoconstrucción. Es un concepto que debería aplicar
a todo tipo de vivienda. Como se demostró en los capítulos anteriores los núcleos familiares de hoy son
diversos y complejos, cambiantes en el tiempo y en necesidad de tener un hábitat que se adapte a la evolución
de la familia. Tomemos por ejemplo la formación de una familia “tradicional”, digamos que inicia con un joven
estudiante emancipado, que alquila una vivienda: A lo largo del desarrollo de la vida de esta persona habrá una
gran cantidad de cambios alrededor de la estructura de su núcleo familiar. Inicia como una única persona que
habita un espacio, o quizás lo comparte con algunos compañeros estudiantes. Al cabo de unos años este joven
se casa. Pasa el tiempo y la pareja tiene un hijo, ahora han cambiado mucho las necesidades que este grupo de
personas requiere de su vivienda, y con la llegada de otro/s hijos mayor serán las necesidades requeridas, muy
distintas a aquellas de un joven estudiante soltero. Ahora han pasado más años y los hijos se van de la casa,
nuevamente son dos personas que ocupan la vivienda. Corre el tiempo y la mamá de él requiere cuidados
especiales y se va a vivir con la pareja; así sucesivamente va cambiando la estructura familiar con el paso de los
años. La gran mayoría de las familias mexicanas son altamente complejas y extensas, especialmente en los
grupos sociales de menor ingreso, en donde la pareja no inicia usualmente en un hogar nuevo a solas. Al
contrario, se incorpora al núcleo existente de los suegros, abuelos o hermanos, en donde pueden cohabitar
varias generaciones en una sola vivienda a través de los años. La vivienda sufrirá cambios, adiciones,
demoliciones y mejoras conforme se integren o se retiren miembros de ella. La vivienda es un organismo en
constante cambio, con una necesidad inmensa de ser flexible. La casa moderna se ha vuelto desgraciadamente
un objeto estático, rígido y lo entendemos como terminado sin opción a cambiarle nada. Nuestra cultura nos
ha impuesto el paradigma de ser nosotros los que tenemos que cambiar y adaptar a estos espacios
inalterables. ¿En qué momento tomó control la vivienda sobre el ser pensante?
“Otras familias se han visto obligadas a habitar en reducidos espacios de su vivienda, ya sea por
carencia de recursos para ampliar la superficie de la misma a medida que aumentaron los
requerimientos de sus integrantes, o porque han anexado a las funciones de la vivienda la actividad
vinculada al ingreso económico para su sostenimiento, en forma de un local de comercio tal como
kiosco, despensa, taller mecánico o lavadero de autos.” [Berreta, 2000, pg.2] [Ver figura]
98
CASETA SANITARIA
Las casetas sanitarias (una de las unidades más básicas bajo el concepto de vivienda progresiva
asistida) son piezas edificadas de entre 5m2 y 11m2 que solucionan los aspectos sanitarios como el w.c,
regadera, lavamanos, fregadero, contemplando en algunos casos la unidad cocina. Estos módulos se ubican
dentro de lotes legalizados conectados a la red urbana de servicio de agua potable, drenaje y electricidad. La
caseta se convierte en un “embrión” de la futura vivienda, ya que cuenta con lo necesario para conectar
módulos adicionales que se sirvan de sus infraestructuras. Al contar con los servicios básicos desde un inicio es
habitable de inmediato, permitiendo realizar ampliaciones gradualmente y según las posibilidades del usuario
sin necesidad de esperar la llegada de la red urbana. Existen diversas soluciones y versiones de la caseta
sanitaria. En todo caso lo que se busca es solucionar la optimización de conexiones a la red, el abastecimiento
de servicios básicos desde el inicio de entrega, las medianeras entre lote y lote, y propiciar la incentiva de
ampliar paulatinamente las viviendas por parte de los habitantes.
El objetivo de las casetas sanitarias es dar una opción donde los usuarios cuenten con infraestructura
desde el inicio de manera legal y a un costo mucho menor que el de una vivienda terminada o “llave en mano”,
permitiendo al usuario adosar, ampliar y construir el resto de la vivienda conforme a sus posibilidades
económicas. Con la mínima adecuación estas casetas son prácticamente habitables desde su inicio, y
rápidamente permiten pasar a una primera etapa de ampliación para la creación de dormitorios u otras
habitaciones. Esta solución presenta una alternativa con resultados positivos para brindar un inicio de vivienda
a personas desplazadas por desastres naturales, reubicaciones, y como opción económicamente viable para los
grupos más marginados. La caseta sanitaria debe tender hacia su ampliación, crecimiento y posterior
consolidación, de esta manera poder crear ciudad, a pesar de iniciar con una densidad muy baja. Es una opción
rápida, eficiente y permanente a corto, mediano y largo plazo ya que el crecimiento y mejora de la viviendo es
de acuerdo a las capacidades de usuario y no requiere de derrumbar patrimonio construido convirtiéndose en
un claro ejemplo de lo que es una vivienda progresiva.
100
VIVIENDA SEMILLA
El Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE) de Córdoba, Argentina lleva más de una
década investigando y desarrollando el concepto de vivienda básica, construida con materiales duraderos y al
alcance de los sectores sociales más pobres que se encuentran con la imposibilidad de adquirir una vivienda
bajo las alternativas existentes. En conjunto con el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
(CONICET) se ha desarrollado el sistema de Vivienda Semilla. A continuación se expondrán los objetivos
principales del sistema Vivienda Semilla al par de una breve descripción de su diseño y funcionamiento.
Objetivos generales de la Vivienda Semilla:
• Desarrollar un procedimiento constructivo para que la vivienda pueda mejorarse y completarse en el tiempo por el usuario según sus aspiraciones y posibilidades económicas.
• Proponer a organismos ejecutores de viviendas una alternativa de bajo costo para la producción masiva de viviendas
Objetivos particulares de la Vivienda Semilla:
• Proponer una vivienda que satisfaga condiciones básicas de habitabilidad e higiene en forma digna
• Desarrollar una vivienda de mínimo costo inicial, de tecnología abierta, de manera que permita el reemplazo de algunos de sus componentes por otros de similar comportamiento.
• Empleo de tecnología simple, de fácil producción, que no requiera grandes inversiones para la instalación de la planta ni mano de obra especializada.
• Diseñar una vivienda con tecnología simple y de rápida ejecución, de montaje en seco y armado con componentes prefabricados, que trasladen a taller las condiciones de fabricación y minimicen resoluciones durante la puesta en obra.
• El diseño tipológico de la vivienda debe permitir crecimientos en superficie
• La vivienda deberá contar con servicios básicos: baño y cocina, racionalizando las instalaciones [Berreta, 2000, pg. 4-5]
El resultado de dichos objetivos produjo una tipología que se le domina “pre-casa” de planta libre que permite al usuario definir los espacios internos, contando desde su etapa inicial con un baño completo y cerrado. La superficie total útil es de 37m2. Las divisiones internas, conexiones eléctricas, hidráulicas y sanitarias, los acabados interiores y el mobiliario sanitario se instalan de manera convencional y por el propio usuario, permitiéndolo personalizar su hábitat. El resultado final es de una “vivienda tradicional autofinanciada en el tiempo”.
“…progresiva porque es una vivienda evolutiva, que plantea ser mejorada y completada. Inicialmente cumple con
las condiciones mínimas de habitabilidad. La diferencia radica en que la vivienda propuesta permite ser mejorada
hasta convertirse en una vivienda de características comparables a una vivienda realizada con tecnología
tradicional. La vivienda es participativa porque permite al usuario elegir entre alternativas, establecerse y ser
autogestor de su estrategia habitacional siendo apoyado técnicamente y económicamente en una primera fase.
Cuando la propuesta tecnológica es acompañada de una propuesta social, otorga la opción que a través
de cooperativas de trabajo (formadas por los mismos usuarios) es posible la provisión de los materiales y la mano
de obra de los ítems completables, que el mismo usuario decide. De esta manera, la participación se da en el
proceso de construcción y en la definición de las terminaciones. La vivienda no es un objetivo cerrado, sino es la
expresión de un proceso de despegue, de dignificación y desarrollo humano.” [Berretta , 2000, pg.8-9]
102
LOTE PROGRESIVO
El lote progresivo supone la organización urbanística del territorio, la subdivisión en parcelas o lotes
respetando la red viaria, accesos y previsión en su caso de espacios comunes para equipamientos y la dotación
de las instalaciones y servicios básicos del lote (acometida de agua, energía eléctrica y la red de evacuación de
aguas). Al iniciar con una parcela de carácter rural con la posibilidad de densificación futura previamente
contemplada, se invierte inicialmente menos, reduciendo el costo de la vivienda y a su vez brindando una
parcela de carácter más acuerdo a la transición de las familias rurales. El lote rural puede inicialmente servir
como huerta, rancho, o taller convirtiéndose en una fuente de ingreso, lo cual permite aumentar las
posibilidades de ahorro e incrementa la economía familiar. Ya que desde el inicio el lote cuenta con una
conexión a las redes urbanas de infraestructura, se puede edificar un primer núcleo para habitar.
Posteriormente se podrá urbanizar y subdividir (más adelante se verá un ejemplo de un caso), promoviendo la
densificación del conjunto, donde gradualmente se incrementa la cantidad de servicios y equipamientos
disponibles a la comunidad. Lo atractivo de la propuesta del lote progresivo está en su posibilidad de re
parcelar dividiendo el lote hacia dos frentes y cediendo un tramo para vialidad. Esta reparcelación
contemplada con anterioridad, permite que los usuarios subdividan legalmente sus lotes ya sea para vender y
obtener un beneficio económico (el valor de su patrimonio está garantizado incrementar sin especulación) o
para que sean ocupados en herencia por familia (esto evita el hacinamiento sin cortar los lazos que representa
la familia y el apoyo social y económico que emana de ella). Posteriormente la vialidad que se genera al centro
de los macro lotes genera un nuevo frente de calle el cual puede ser equipado paulatinamente por la red de
servicios ya existente (ramificar de la red previamente instalada). Con el tiempo una urbanización
predominantemente rural se torna urbana, densificándose y equipándose poco a poco creando ciudad.
“La forma de la parcela tiene así una relación frente a fondo de 2 / 5, idónea, a los efectos de minimizar las redes que faciliten la urbanización de bajo coste, así como, lo que es más importante, posibles desarrollos posteriores hacia su densificación como asentamientos más urbanos.” [Salas, 2007, pg.84]
104
Habitáfrica es un proyecto realizado para 206 familias en Mozambique afectadas por las inundaciones
del 2000. Los objetivos fueron establecer a las familias en lotes con infraestructuras básicas,
comprometiéndolas con el futuro del asentamiento a través de la participación. Se edificaron 206 viviendas con
letrinas, una escuela con seis aulas, un centro de salud, puestos para el mercado, una panadería, una
hojalatería y siete pozos de agua potable. Los lotes como se pueden ver en las imágenes proponen ser divididos
progresivamente para incrementar la cantidad de suelo disponible adaptándose al futuro crecimiento de la
población. El plan urbano contempla no solo esta posible densificación futura sino también espacios y talleres
desde el inicio que fomenten la sustentabilidad económica y social de la comunidad a través de sus
equipamientos. Habitáfrica es un excelente ejemplo de la combinación del lote progresivo que cuenta con
infraestructura básica y el pie de casa o vivienda básica, donde ambas a través de la gradualidad y
progresividad se adaptan y crecen en acuerdo con sus habitantes y sus posibilidades.
“El huerto familiar es un instrumento potente, al alcance de todos, para aplicar soluciones locales a problemas globales y poder desarrollar así las capacidades específicas de las personas. Los alimentos producidos se plantean para consumo doméstico y, secundariamente, para venta en mercados locales. Un huerto de 900 m2 como el propuesto puede proveer perfectamente el abastecimiento alimentario básico (verduras, hortalizas, árboles frutales, legumbres y cereales) de una familia media africana de seis personas.” [Salas, 2000, pg.87-88]
El urbanismo progresivo puede ser una alternativa en donde se conjunten los esfuerzos por parte del
gobierno en la dotación de infraestructura y redes básicas de servicio, parcelación, y legalización, mientras que
los habitantes serán quienes paulatinamente de forma comunitaria vayan mejorando la urbanización a través
de equipamientos como plazas, mercados, parques, comercios etc. El mantenimiento se gestiona en conjunto
mediante la participación ciudadana y es apoyada por fondos gubernamentales y políticas coherentes. Este
esquema fomenta la creación de servicios y equipamientos dentro de la comunidad que generan empleo para
los mismos habitantes y crean ciudad, opuesto a crear conjuntos aislados de casitas. El urbanismo progresivo
contempla la incorporación de zonas de uso comercial mescladas con zonas de uso habitacional, así
respondiendo al amplísimo sector de familias que laboran desde su vivienda. Lo atractivo de esta propuesta es
el bajo costo que representa para ambas partes al inicio y posteriormente, ya que permite equipar la
comunidad paulatinamente. Esto permite a los habitantes organizarse y plantear que es lo que quieren y como
lo quieren. También los hace participes de su comunidad lo cual fomenta el cuidado de lo que se construye en
conjunto y mejora la seguridad de la colonia.
105
Paralelo a la lotificación, la caseta sanitario o modulo “germen” y la vivienda básica progresiva, es de
suma importancia pensar en crear ciudad y comunidad. No podemos seguir pensando que la ciudad es la
continuación del desbordamiento de ella misma, ni comunidad aquellos conjuntos masivos de casitas
aglomeradas y repetidas. Crear ciudad y comunidad es reconectar lo existente, fomentar las redes sociales y
pensar en un esquema alterno a la urbanización convencional. En este capítulo analizamos las características
de tres tipologías: la vivienda terminada o “llave en mano”, la vivienda autoconstruida irregular y finalmente las
variantes de la vivienda progresiva. Pudimos observar los aspectos positivos y negativos de las tipologías y a
través de sus características entenderlas más allá de objetos que brindan cobijo. A continuación se presenta el
último capítulo de esta tesina dedicada a una breve investigación sobre la tipología de vivienda autoconstruida
en una colonia irregular y la vivienda terminada por desarrolladores, en la ciudad de Querétaro.
Posteriormente se encuentran conclusiones que reflexionan sobre lo investigado en sitio y lo anteriormente
escrito con el objetivo de plantear posibles rutas de futura investigación en la búsqueda de mejores
alternativas a lo que existe hoy en México para solucionar el problema de la vivienda.
108
CAPITULO 7
INVESTIGACIÓN DE CAMPO: El Salitre (asentamiento informal) y dos
desarrollos formales
110
INVESTIGACIÓN DE CAMPO
La investigación de campo surge de una inquietud por identificar y analizar las cualidades de la vivienda
autoconstruida de manera espontanea e irregular, en comparación a las de la vivienda llave en mano
desarrollada en la ciudad de Querétaro, México. De esta investigación surge y se completa la tabla comparativa
del capítulo anterior, inicialmente basada en varias hipótesis sobre la vivienda formal e informal. En este último
capítulo se expone la información recopilada de la investigación realizada en una colonia informal y dos
desarrollos formales, a través de levantamientos, entrevistas y observación del entorno. El objetivo de la
investigación fue identificar las cualidades positivas y negativas de ambas tipologías de viviendas y sus entornos
urbanos para entender si responden o no como solución habitacional en México. Los conjuntos fueron
seleccionados de la siguiente manera: la colonia El Salitre fue elegida para la investigación de la tipología de
vivienda autoconstruida por su carácter contrastante, al encontrarse de espaldas a un desarrollo cerrado de
viviendas llave en mano, y por su accesibilidad como zona a ser investigada ya que se contó con el apoyo de un
grupo de mujeres locales que encabezan la mesa directiva de la colonia y miembros de la Cátedra de
Investigación de Nuevo Urbanismo en México del Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, quienes
con su participación y entusiasmo apoyaron esta investigación. Los dos desarrollos de viviendas terminadas,
fueron elegidos por sus estrategias de venta y publicidad, al ser desarrollos ampliamente promovidos se busco
conocerlos para evaluar si la vivienda en oferta al público cumple las expectativas y necesidades locales.
Desgraciadamente las políticas de condóminos son de rechazo total a la investigación y fue negado
repetidamente realizar entrevistas y encuestas a los habitantes por parte de los encargados de vigilancia. Por
razones legales los nombres de los fraccionamientos de vivienda terminada estudiados han sido eliminados y
sustituidos por Caso 1 y Caso 2.
Querétaro: Ubicación de la investigación de campo Las tres zonas a investigar se encuentran en la ciudad capital del estado de Querétaro, específicamente
en la zona periférica de la ciudad de Santiago de Querétaro. El estado de Querétaro se ubica al centro del país
conectado con el resto del territorio mexicano por el corredor de transporte y comercio más importante de
México: la carretera No. 57, sirviendo como ruta de importación y exportación entre el norte y sur del país y
Estados Unidos. Su centralidad geográfica ha hecho de Querétaro un estado de gran importancia tanto en el
sector industrial como en el sector agropecuario y ahora con más impulso en el turismo. En los últimos treinta
años, Querétaro a mostrado un crecimiento muy importante tanto en su desarrollo económico como en su
población. La población del estado es de 1, 598,139 habitantes según el Censo de Población y Vivienda 2005,
con una densidad de población de 137 hab./km2. El municipio de Querétaro tiene una extensión de 759.9
km2, que corresponde al 6.5% de la extensión total del Estado, ocupando el séptimo lugar en extensión
territorial en el estado. El municipio cuenta con 233 comunidades, integradas en 7 delegaciones, 133 de las
cuales son menores a 50 habitantes. La mayor población se concentra en la ciudad de Querétaro con un total
de 790,524 habitantes (II Conteo de Población y Vivienda del 2005). El municipio de Querétaro se localiza al
poniente del estado (20º 31’ a 20º 56’ de latitud Norte y de los 100º 19’ a 100º 36’ de longitud Oeste). Colinda
al Oriente con el Municipio de El Marqués; al Sur con los de Huimilpan y Corregidora; al Poniente con los
municipios de Apaseo el Grande y San Miguel Allende, Guanajuato; y al Norte con el municipio de Comonfort,
Guanajuato.
111
El centro urbano de Querétaro se encuentra rodeado por un primer anillo vial conformado por la
carretera federal No.57 (México – Celaya),la carretera Querétaro San Luis Potosí (Av. 5 de Febrero), y la
Avenida Bernardo Quintana. Al borde oeste, sobre la carretera, se encuentra la franja industrial de la ciudad.
Como consecuencia al desarrollo de esta zona industrial, surgieron colonias principalmente obreras en las
áreas aledañas a las fábricas. Paralelamente la ciudad se desborda de este primer anillo vial. Conjuntos
residenciales campestres para los sectores de ingresos medios y altos se desarrollan hacia el norte y sur
poniente de la ciudad. La ciudad de Querétaro pasa de depender principalmente de su sector agropecuario al
industrial, incentivando el cambio de uso de suelo en grandes sectores de la ciudad para abastecer la demanda
de una población creciente. De 1970 al 2005 la población incrementó de 163,063 habitantes a 790,524 y una
importante baja en la densidad bruta de 156 habitantes por hectárea a 46, el tejido urbano actual demuestra
esta expansión repentina donde la zona metropolitana ha crecido más de 16 veces en cuarenta años (ver
figura). Las tres zonas a investigar se encuentran situadas al norte del centro urbano de la ciudad. La colonia
informal El Salitre se ubica rodeada aun por terrenos ejidales una vez pertenecientes al antiguo casco de
hacienda del mismo nombre. Los dos desarrollos de viviendas terminadas estudiadas se ubican en los bordes
periféricos a la ciudad, en y a lado de terrenos ejidales muchos aun cultivados, otros a la espera de obtener
cambio de uso de suelo. A pesar de que se pretende desarrollar zonas comerciales en estas áreas periféricas,
ambos desarrollos aun se encuentran a largas distancias del centro urbano y sus servicios y equipamientos,
dejando el transporte vehicular como única alternativa para el desplazo. (5 km para entroncar con vías
primarias rápidas y entre 7.5 y 13 km para desplazarse al centro de la ciudad, recorridos de entre 40 minutos y
1 hora y cuarto según el trafico.) Un segundo anillo periférico se realiza para conectar estas zonas conurbadas y
descongestionar las arterias existentes. Sin embargo estas nuevas vías han logrado conseguir que áreas
anteriormente catalogadas como zonas de reserva ecológica y de uso agropecuario obtengan un cambio de uso
a habitacional, propiciando aun más el crecimiento poco controlado de la ciudad.
114
Dos desarrollos de vivienda terminada en la ciudad de Querétaro
Actualmente existe una concentración de nuevos desarrollos de viviendas llave en mano en el municipio de Querétaro, la mayoría se encuentran en la ciudad de Querétaro. Durante el boom industrial de los setentas y ochentas surgieron una gran cantidad de conjuntos de casas terminadas en respuesta a la demanda de vivienda para los trabajadores del nuevo sector industrial de la ciudad. Estos conjuntos se desarrollaron en torno a las zonas industriales, quienes se encontraban en aquel momento fuera del casco urbano. Hoy estas colonias se han consolidado dentro de la zona metropolitana y han perdido su carácter de secuencia de viviendas repetidas periféricas. Con el paso de varias décadas las viviendas han adquirido su carácter personal y distintivo. Comercio formal e informal ha tomado posesión de las plantas bajas de aquellas casas que ahora hacen frente a corredores viales. Después del temblor de 1985 en la Ciudad de México, Querétaro se volvió una alternativa para muchos buscando salir de la capital del país. Este boom de emigración trajo un crecimiento repentino de Querétaro, y en poco tiempo la ciudad ya había rebasado sus límites anteriores. La solución que dieron las autoridades y los desarrolladores fue de realizar cambios de uso de suelo en las zonas agrícolas a uso habitacional. Hoy, la gran mayoría de los desarrollos se edifican en las periferias de la ciudad, en macro lotes alejados del centro urbano, resultando absolutamente necesario desplazarse en vehículo privado o transporte público. Nuevas ciudades satelitales circunscriben el antiguo centro histórico, pero ellas no parecen formar ciudad. Grandes centros comerciales se ven rodeados por múltiples conjuntos bardeados de casas repetidas cruzadas por vialidades pensadas para el auto.
Los dos desarrollos a analizar se ubican en estas zonas satelitales (ver mapa). Las fichas siguientes
recopilan la información de los desarrollos y las tipologías de viviendas ofrendadas. De cada desarrollo se escogió una tipología de casa para evaluar bajo el Índice de Calidad de la Vivienda [ICAVI] y posteriormente evaluar de manera general bajo el marco comparativo desarrollado en el capitulo anterior.
115
El Índice de Calidad de la Vivienda [ICAVI] surge en enero del 2007 a nivel nacional, como una herramienta de evaluación y orientación sobre las características y atributos de calidad con que cuentan las viviendas nuevas que han sido adquiridas con crédito Infonavit, así como el conjunto habitacional donde ésta se ubica y el entorno urbano que les rodea. Dicho programa asigna una calificación numérica a la vivienda que es evaluada según qué aspectos cumple y como los cumple. A continuación se anexa la descripción del proceso de valoración de la vivienda por medio del simulador vía internet.
CONSIDERACIONES GENERALES DEL ICAVI
El presente apartado tiene dos finalidades principales: La primera mostrar de manera gráfica, la estructura de los conceptos de calidad considerados y la escala de puntuación del Indice de Calidad de la Vivienda (Icavi), y la segunda orientar sobre el uso del simulador para el cálculo de puntuación de un proyecto de vivienda. Estructura y escala de puntuación El Icavi actualmente considera 23 características de calidad, divididas en tres grupos, conforme a los elementos que integran un desarrollo habitacional, que son: •La vivienda •El conjunto habitacional •El entorno urbano
A través de una encuesta practicada entre acreditados (de INFONAVIT) se identificaron aquellas características de calidad en la vivienda y su entorno que resultan de mayor importancia para su calidad de vida. En este contexto se generaron tres grupos de acuerdo al grado de importancia que tiene cada una respecto de los otras características que conforman el Icavi. Como se puede observar en la siguiente gráfica:
116
La estructura de puntuación se diferencia para la vivienda tradicional y para la vivienda económica en cuatro de las características del Icavi: Programa arquitectónico básico (Número de recamarás y baños) y su correspondiente superficie construida y en su caso el Área de terreno.
Uso del simulador
En base a lo antes mencionado, el simulador clasifica de manera automática, dependiendo del precio ofertado de la vivienda, los dos tipos: tradicional y económica (Esta última con un precio de hasta 117.031 VSMMDF). El simulador considera de inicio un espacio para que el interesado registre información que le permita identificar el conjunto habitacional y tipo de vivienda a calcular. Tratándose de distintos tipos de vivienda, dentro de un mismo conjunto habitacional, las características de cada uno de los tipos son diferentes y las características del conjunto y de su entorno son únicas. En la parte final del simulador el usuario podrá imprimir el resumen de las características de calidad que ingreso con la puntuación resultante. [http://portal.infonavit.org.mx]
128
El Salitre: una colonia auto gestionada La colonia popular de El Salitre se encuentra ubicada al noreste de la ciudad de Santiago de Querétaro
en el estado de Querétaro, a un costado de la carretera federal No.57 Querétaro - San Luis Potosí (Av. 5 de
Febrero). Directamente a las espaldas de la colonia se ubica un desarrollo cerrado de viviendas llave en mano,
actuando como barrera entre las viviendas terminadas y la colonia popular. Podemos considerar a El Salitre
como una zona semi urbana al ubicarse en la periferia de la ciudad. Sin embargo su carácter es bastante rural
como podremos observar en su traza, servicios y equipamientos. El Salitre inicia como hacienda a principios del
siglo pasado y llevó el nombre de Salitrillo, luego de la expropiación de los terrenos hacendados (consecuencia
de la revolución), El Salitre toma carácter de rancherías y terrenos agrícolas ejidales, posteriormente los
terrenos (ejidos) son vendidos y en varios casos ocupados de manera irregular. Bajo el censo del INEGI del 2005
su categoría es considerada como “indefinida” y CORRET trabaja para regularizar la mayoría de los lotes y
viviendas. A pesar de su carácter irregular o en vías de ser regularizado (ya varias zonas del Salitre han obtenido
su categoría de regularizadas) la colonia tiene todas las características de una pequeña comunidad. Su
población, según el censo de INEGI del 2005, es de 4,036 habitantes con el 49% de la población compuesta por
hombres y el 51% por mujeres. A continuación se expondrá la investigación realizada en la colonia.
El objetivo de la investigación de campo en la colonia de El Salitre es evaluar mediante encuestas,
entrevistas y levantamiento en sitio, la vivienda auto producida y comprobar la hipótesis de que la vivienda
auto gestionada por el sector popular es progresiva al ser construida y ampliada según las posibilidades
económicas y los tiempos de sus habitantes. También se busca tener una aproximación más cercana a como se
desarrolla la vivienda en el tiempo, los servicios y equipamientos con los que se cuentan y la opinión de los
habitantes con respecto a sus viviendas, su colonia y el proceso mediante el cual se obtuvo un techo. El primer
paso en la aproximación a la investigación fue contactar a la presidenta de la mesa directiva de los colonos,
quien nos invito a convocar una junta con los pobladores. En esta primera reunión, se realizó una charla
informal a manera de conocernos y platicar sobre la colonia. Posteriormente se realizó una primera serie de
entrevistas en donde se les pidió a los participantes llenar una encuesta sobre las cualidades, procesos y
aspectos de sus viviendas (Anexo 1). De las personas que llenaron encuestas tres nos permitieron conocer
físicamente sus viviendas (dos de estas viviendas serán expuestas en esta tesis). A estas personas se les realizó
una entrevista y a sus viviendas un levantamiento gráfico y fotográfico a manera de representar la evolución y
progresión de la vivienda a través de los años. Paralelamente se realizó un levantamiento fotográfico del
entorno urbano para ubicar dentro de la colonia sus diversos servicios y equipamientos, conocer el estado de
sus infraestructuras y la opinión de los habitantes con respecto a ellas. Entender la relación de la vivienda y su
proceso evolutivo con el de su contexto urbano nos ayudará a entender las necesidades reales del sector
popular con respecto a su hábitat.
142
RESUMEN
A través de esta tesina se buscó cumplir con dos objetivos: primero comprender más a fondo las
políticas y programas mexicanos entorno a la vivienda, entendiendo la situación actual de déficit y demanda. La
segunda, discernir la vivienda formal e informal a través del tejido que genera, el objeto que es, y el proceso
por el cual se genera. Se analizo la problemática de la vivienda desde su escala macro, a través del
ordenamiento territorial, las redes urbanas y los servicios e infraestructuras disponibles; y luego a una escala
menor, la vivienda como unidad de la ciudad u objeto con cualidades especificas. Finalmente termina en una
investigación de campo en donde se pudo de primera mano analizar la tipología de vivienda formal e informal
en su contexto directo.
En el primer capítulo de este trabajo se realizo un recorrido de los últimos cien años en materia de
legislación, programas e historia de la vivienda en México. El primer cuarto de siglo se identifico como un
periodo en donde por primera vez cobra importancia el atender la vivienda social y obrera como tema
nacional, resultado de la industrialización y revolución en el país. Paralelamente el gobierno incorporara el
tema del derecho a una vivienda digna, tema que desencadenara para los años cuarenta la creación de
instituciones como el IMSS y el ISSSTE y programas de financiamiento para la vivienda como el INFONAVIT y el
FOVISSSTE. Este segundo periodo conocido por sus nuevos proyectos urbanos influenciado por los
movimientos urbanos europeos, seria muestra de propuestas arquitectónicas basadas en la vivienda vertical y
los equipamientos de ciudades compactas: los grandes multifamiliares como la Unidad Miguel Alemán y el
Conjunto Santa Fé. Los años sesentas y setentas marcarían un tercer periodo, envuelto en levantamientos
políticos, crisis y la necesidad de replantear las políticas de vivienda. La vivienda vertical es remplazada por
grandes extensiones horizontales de baja densidad. El crecimiento desenfrenado de los centros urbanos
estaban desencadenando una necesidad urgente de replantear las políticas y los programas entorno a la
vivienda. Reformas, programas regulatorios (como lo sería CORRET) y la creación de instituciones más
inclusivas de los sectores pobres, como el FONHAPO, formarían la agenda de las últimas dos décadas del siglo.
A lo largo de cien años se observa claramente un replanteamiento constante de las ideologías entorno a la
vivienda. Momentos de grandes propuestas y periodos de crisis habitacional. Cien años de enseñanza sobre
logros y fracasos al rededor de la vivienda mexicana, donde lo que queda es tomar lo aprendido y replantear
políticas y propuestas para el siglo XXI.
El segundo y tercer capítulo trataron los temas actuales de la vivienda: programas, instituciones, déficit
y demanda, y la realidad del desmedido crecimiento urbano. A través de estos temas tenemos un
acercamiento mucho más nítido y real de la situación de la vivienda en el país. Observamos un claro cambio en
la estructura demográfica: un incremento exponencial de la población, un déficit y rezago habitacional
alarmante y sorprendentemente encontramos un superávit de viviendas terminadas a la espera de ser
compradas por una población que no tiene los medios ni el acceso a programas de financiamiento para
adquirirlas (el 63% de la vivienda mexicana actualmente es auto producida). Se destacó el enorme mercado sub
atendido que existe en el país. Más del 60% de la población que se encuentra ubicado en los sectores C y D
(aquellos que ganan menos de 6 smg) son quienes en su mayoría forman el sector informal y a su vez están
excluidos de la mayoría de los programas de asistencia financiera. Finalmente se definieron las dos tipologías y
procesos de producción de la vivienda: la autoconstruida (una respuesta directa por parte del sector informal
hacia la satisfacción de un bien básico) y la llave en mano (caracterizada por ser de tipo unifamiliar o
multifamiliar, construida por terceros, puesta en venta a particulares y adquirida mayoritariamente por el
sector formal mediante un crédito o apoyo financiero). A través de esta lectura sobre la situación actual en
143
torno a la vivienda, estamos obligados a ver la necesidad de ofrecer un producto diferente, así como sistemas
de crédito y procesos que respondan a estas nuevas exigencias.
El ordenamiento territorial, los servicios urbanos, y aspectos sociales de la vivienda mexicana fueron
tratados en el cuarto capítulo. El papel que desempeñan los tres niveles de gobierno (federal, estatal y
municipal), nos permitieron ver la urgencia de generar planes urbanos con visión a largo plazo y en beneficio
del sano crecimiento de los centros urbanos y la conectividad entre ellos. También se expuso más a fondo el
comportamiento del asentamiento irregular y su funcionamiento a nivel urbano analizando su situación
(informal e ilegal), el suelo (la ocupación irregular del terreno, los dos factores más influyentes siendo el alto
costo y la falta de planeación e integración territorial), y finalmente la carencia o irregularidad de servicios e
infraestructuras que engloban esta tipología de asentamiento. Este último aspecto se examina más a fondo
haciendo hincapié en características como agua potable, la red eléctrica, el drenaje, transporte público,
recolección de basura, equipamientos y la traza que surge de estas características y quienes se asientan. Se
diferenció entre la situación de acceso formal e informal a estos servicios e infraestructuras, es decir, en qué
estado se encuentran en el caso de un asentamiento informal y un desarrollo de viviendas terminadas. Para
cerrar este capítulo se expusieron las características que diferencian la vivienda urbana de la rural.
Un quinto capítulo fue brevemente dedicado al papel que representa el espacio de trabajo
remunerante como parte de la vivienda y la cohabitación inter generacional. Ha sido expresado de manera
evidente la necesidad de incorporar espacios para el desarrollo de actividades económicas en el hogar. Basta
con entrañarnos en cualquier colonia popular y encontramos adaptaciones verticales y horizontales realizadas
a los volúmenes originales de las viviendas; rotulados, pintados y estampados de señalización anunciando la
venta de esto y reparación de aquello, la microeconomía que sustenta el gran sector informal. No solo ha
cambiado el perfil de la ciudad y del tejido social, sino que hemos visto también un cambio en el perfil de los
núcleos familiares, el rol del trabajo en el hogar, la economía familiar. La familia tradicional mexicana no es
sinónimo del modelo de familia americano de los años cincuentas. En lugar encontramos un tejido de lazos
familiares entre distintas generaciones e incluso parentescos. Las redes de apoyo se extienden más allá de los
padres e hijos, y encontramos una economía familiar basada en la participación conjunta de múltiples
participantes (suegros, primos, nietos). Estos aspectos sociales son comúnmente dejados a un lado, ignorando
la riqueza que aportan al hacer hogar y crear ciudad.
Tres aproximaciones a la vivienda social fueron expuestas en el sexto capítulo: la vivienda a través del
mercado formal o llave en mano, la vivienda a través de la autoconstrucción y el mercado informal, y por
último la vivienda a través de la progresividad y la participación. Este capítulo sirvió como base para sustentar
la investigación de campo expuesta en el séptimo y último capítulo. A continuación se expresan las
conclusiones derivadas de estos dos últimos apartados. A manera de exponer claramente esta comparativa se
desarrollo una tabla generada en uno de los capítulos anteriores, así podemos ver de manera grafica y concisa
los diferentes aspectos de la vivienda en relación al tejido urbano, el proceso y el objeto por medio de ocho
puntos. En la tabla observamos tres columnas: la primera describe la vivienda terminada o “llave en mano”, la
segunda la vivienda autoconstruida e informal, y la ultima describe la alternativa que contempla la gradualidad
y la progresividad de la vivienda. Esta alternativa nace de ejemplos exitosos documentados y la observación de
los puntos positivos encontrados en las dos tipologías anteriores.
146
CONCLUSIONES
La gestión y la organización del grupo, en el caso de la vivienda “llave en mano” se concluyo que es
unilateral. El proceso mediante el cual se gestiona la vivienda es un proceso cerrado al usuario, donde
participan los inversionistas y el arquitecto. El usuario final es consultado mediante los procesos de
mercadotecnia, donde se busca vender al futuro habitante una idea de vivir y un producto “deseable” más no
un producto necesariamente funcional. Su participación se limita a lo que expresa como deseo y es
generalizado con el deseo público. En el caso de la vivienda autoconstruida informal, es el mismo usuario el
que gestiona su vivienda. Las redes sociales de estas comunidades en muchos casos son fuertes, especialmente
tratándose de vecinos sobre una misma calle o manzana. Esto resulta en una organización y gestión grupal o
vecinal cuando se trata da algún tema que afecta la comunidad, como conseguir alumbrado público, regularizar
la colonia, o conseguir una clínica. En las colonias visitadas los habitantes de la colonia informal mostraron ser
participativos e involucrados en su comunidad, mientras que en los desarrollos formales se percibió una
relación más introvertida, pocos se conocen y los temas pertinentes al inmueble se gestiona por el comité de
colonos y el desarrollador [en este caso representante de ventas]. 1ra Conclusión: La organización y gestión del
grupo parece ser más participativa y dar más resultados en el caso de la vivienda autoconstruida ya que
participan múltiples integrantes. Entonces se puede afirmar que una gestión y organización grupal es más
efectiva cuando se invita a participar a distintos integrantes (habitantes, gobierno e instituciones u organismos)
y con ellos se obtienen viviendas más adecuadas y colonias más funcionales. Entre más plural sea esta acción
más se puede lograr.
El acceso al terreno en relación a la vivienda terminada es total y legal. Al comprar la vivienda se
compra el suelo, se obtiene una escritura y se paga un predial [impuesto sobre la tierra y la construcción] que
garantiza que aquel predio es del comprador. En el caso de la vivienda informal, no siempre es garantía el
poseer un “documento” ya que es común encontrar que se han vendido de manera clandestina y poco
transparente lotes en terrenos ejidales sin permiso de ser subdivididos y sin uso de suelo habitacional. En este
caso los pobladores, al percatarse de dicha estafa o ser advertidos de estar ilegalmente asentados, acuden a
instituciones como CORRET esperando obtener la regularización del suelo y obtener escrituras legales. Esta
incertidumbre de si se obtendrá la regularización o si serán desalojados resulta en un estado de inseguridad de
tenencia, donde el desarrollo de la vivienda se ve atajado ante el miedo de perder lo que ya se obtuvo. Una de
las secciones investigadas en el Salitre fue vendida de manera irregular a varios pobladores como lotes
pequeños [aproximadamente hace treinta años]. Los últimos diez años los pobladores han buscado regularizar
esta situación para poder obtener infraestructura como electricidad, agua y alumbrado público. Hoy la colonia
ha sido regularizada y cuenta con todos las redes básicas. Sin embargo la situación de ilegalidad durante tantos
años tuvo como resultado la inaccesibilidad temporal a infraestructura y servicios legales, frenando de igual
manera las mejoras a la vivienda. Actualmente existen líneas telefónicas para la denuncia de lotes fraccionados
y puestos en venta de manera irregular, sin embargo esto no parece incidir de manera importante en el
fenómeno de asentamientos espontáneos. 2da Conclusión: La seguridad de tenencia es de suma importancia
cuando se habla de vivienda, sin ella no existe un desarrollo sano ni del hábitat ni de la comunidad. Será
importante incrementar los esfuerzos por hacer llegar a estos asentamientos y a la población general asesoría
e información sobre la adquisición de terreno, el pago predial y como evitar ser estafado en la compra de un
predio, esto con el afán de evitar que los asentamientos se desarrollen de manera irregular e ilegal.
Paralelamente se deberá buscar crear un parque de lotes y viviendas crecederas accesibles a los sectores
marginados que de otra manera recuren a la compra clandestina o a la invasión.
148
De la mano de la legalidad del lote va el acceso legal a la infraestructura urbana. Los desarrollos de
vivienda terminada tienen la obligación de brindar acceso a la red básica de infraestructura: electricidad, agua
potable y drenaje. En muchos casos incluso cuentan con teléfono, televisión y recolección de basura. Los
fraccionamientos desarrollados en las periferias de la ciudad [como las investigadas] se encuentran con la
necesidad de llevar estas infraestructuras hasta sus macro lotes, ya que al estar alejados de los centros
urbanos, la red usualmente no ha llegado hasta sus predios. Estas nuevas redes extendidas, en ocasiones, se
ven violadas por las colonias irregulares próximas a manera de abastecerse de una red que de otra manera
tardaría mucho tiempo en llegar. El acceso legal aun es limitado en las colonias como el Salitre donde algunas
viviendas todavía están conectadas de manera irregular a muchos de estos servicios. Otros han tenido que
esperar a la regularización de su vivienda para entonces solicitar la extensión de las redes hacia sus colonias.
3ra Conclusión: Es fundamental contar con infraestructura básica como la electricidad, agua potable y drenaje
desde un inicio [antes o simultáneamente al desarrollo de la vivienda]. Este acceso garantiza higiene y
bienestar en la vivienda y de la comunidad.
El material de construcción resultó ser un aspecto de mucho hincapié por parte de los vendedores en
los fraccionamientos de viviendas terminadas. Comentarios como “… es 100% tabique rojo!” o “nosotros NO
usamos block gris” estaban al orden del día. Al parecer es un aspecto de mucha importancia por parte del
sector a quienes se dirige la publicidad de venta. Sin embargo su afán por recalcar esto durante el recorrido del
inmueble y mostrar el “alto nivel y calidad de los acabados” es contrarrestado por habitantes quienes
denuncian el estado de las viviendas compradas y publican inconformidades en la red y sobre lonas colgadas al
frente de las casas ya compradas.
“… a la entrega la casa presentaba algunas deficiencias y malos acabados a los que se comprometió a
reparar la inmobiliaria, aceptando un ingeniero de la constructora realizarlas, desafortunadamente solo hicieron
algunas reparaciones y se desentendieron de reparar lo más difícil, al instalar protecciones en las ventanas se
reventaron las orillas de los muros, el piso, además de ser del más corriente y presentar muchos defectos”
[http://www.apestan.com/cases/casas-loarca-queretaro-queretaro-mexico_16777.html] febrero 2010
149
Otro aspecto que se aprecia es una optimización importante en el uso de los materiales de
construcción y acabados al ser vivienda seriada. Sin embargo deja como resultado extensiones de viviendas
idénticas sin identidad expresada por quienes las habitan. En las colonias populares de viviendas
autoconstruidas como El Salitre y Menchaca [colonia que colinda con el nuevo desarrollo de viviendas
investigado] se encuentra un calidoscopio de materiales. Encontramos lamina, panel W, block, tabique, madera
y un sin fin de materiales rescatados y reutilizados muchas veces de segunda mano en donde la apariencia e
ingenio artesanal domina. El grafiti, propaganda electoral y los anuncios de empresas embotelladoras de
diversos líquidos colorean los muros de la colonia. Canceles, cornisas y rótulos de venta decoran los frentes de
las viviendas, cada una diferente y única. Uno de los comentarios más sonados por parte de los habitantes
entrevistados en El Salitre fue el de la necesidad de contar con un banco de materiales de buena calidad donde
se brindara asesoría al respecto de cuánto y que comprar para la ampliación o mejora de su vivienda, ya que un
grave problema al que se enfrentan los pobladores es el desperdicio y mal manejo de los materiales de
construcción, resultando en viviendas de baja calidad constructiva y dinero perdido en material no utilizado o
dejado. Otro problema observado es que dado el hecho que la gran mayoría de las viviendas autoconstruidas
son ampliadas paulatinamente en el tiempo [ya sea en altura o horizontalmente] la estructura original de la
vivienda no siempre está preparada para recibir peso adicional, esto tiene como consecuencia estructuras con
peligro de desplome. 4ta Conclusión: La orientación técnica en materia de construcción es altamente
recomendable especialmente cuando se trata de autoconstruir, se mejora la calidad y se evita desperdicio,
también lo es al comprar una vivienda para evitar comprar construcciones deficientes. Materiales adecuados y
de buena calidad representan una vivienda duradera sin riesgo. Paralelamente la posibilidad de personalizar la
vivienda resulta ser un aspecto que la población encuentra positivo.
La situación de acceso por parte de la población a programas de asistencia financiera fue expuesta a
más detalle en la primera parte de esta tesis, y posteriormente confirmada por la investigación de campo. En
los dos desarrollos de vivienda “llave en mano”, la asistencia financiera ofrendada fue amplia. Los créditos para
la adquisición de las viviendas se pueden tramitar a través del apoyo INFONAVIT, COFINAVIT, la SHF,
FOVISSSTE y bancos privados. Incluso la misma inmobiliaria te tramita tu crédito y ofrece un descuento en
pagos a contado. Sin embargo como ya se había expuesto, estos créditos dejan fuera a un gran sector de la
población, limitando quienes pueden adquirir este producto terminado. En el caso de los habitantes
entrevistados en El Salitre, el ahorro y el desembolso poco a poco en la construcción, ampliación y mejora de
su vivienda es el sistema de asistencia financiera al cual acceden. En algunos casos hubo habitantes que
comentaron haber recibido apoyos por parte de programas sociales para la adquisición de materiales.
Prestamos de cajas populares y cajas de ahorro o prestamos de parte de otros familiares también formaron
parte de la asistencia disponible. La principal fuente de ingreso de los habitantes de El Salitre viene de trabajos
informales y la mayoría no son derecho habientes de las instituciones antes mencionadas. En el caso de
quienes si trabajan para el estado o algún patrón comentaron no reunir lo suficiente para poder adquirir su
vivienda mediante los programas mencionados y expresaron sentir que aquí [el Salitre] esta su red social de
apoyo por lo cual no se trasladarían a zonas más alejadas. 5ta Conclusión: El acceso adecuado a una asistencia
financiera es una de las claves en solucionar el acceso a una vivienda digna. Es fundamental desarrollar
estrategias para hacer llegar apoyo financiero y programas de ahorro a los sectores menos atendidos.
150
La asistencia técnica es prácticamente nula en ambos casos. Nula para la vivienda terminada porque el
usuario o comprador adquiere un producto terminado del cual no participó. No requiere de asistencia técnica
porque esta fuera del proceso constructivo incluso del diseño y proyecto. En el caso de la vivienda informal
autoconstruida tampoco existe una asistencia técnica, por excepción de algunos casos como alguna
cooperativa que se forme entre vecinos o exista un apoyo por parte de familiares o vecinos que realice un
oficio en el ramo de la construcción quien pueda brindar asesoría. Varios de los entrevistados expresaron no
contar con asistencia técnica y que sería algo importante por parte de gobierno brindar, fuese mediante
talleres o algún tríptico que expresara técnicas sencillas de construcción y asesoría en la compra de material
(cantidades para evitar el desperdicio). 6ta Conclusión: La repartición de información técnica sobre sistemas y
materiales constructivos al par con talleres de transferencia de tecnologías de construcción en colonias
autoconstruidas ayudaría a mejorar la calidad de las viviendas y hacer más eficiente el gasto de las personas en
la compra de material de construcción. Paralelamente se tendrá que trabajar con las instituciones
gubernamentales para desarrollar un plan urbano que considere un parque habitacional dirigido a los sectores
más pobres y a los sectores que no acceden a otro tipo de vivienda que fomente la autoconstrucción de
manera legal y regulada, así evitar propiciar la autoconstrucción en predios irregulares o en zonas de riesgo.
Se agrego el aspecto flexibilidad y adaptabilidad a la tabla porque se juzgo que es una parte esencial
en el buen desarrollo de la vivienda y forma una parte implícita del proceso evolutivo de ella. Durante la
investigación de campo se encontró una tipología de vivienda terminada que ofrecía la opción de compra con o
sin una habitación y un baño adicional en la planta alta. Se nos explico que sobre el área no construida en
azotea en la opción -1 recamara se podría edificar por medio del propietario esa habitación faltante.
Podríamos, dentro de las otras tipologías terminadas ofrendadas, pensar en esta opción como un intento de
gradualidad. Sin embargo es muy limitado este crecimiento posterior y bastante predeterminado. En el caso de
las otras tipologías encontradas en los desarrollos cerrados prácticamente todos los espacios están
predeterminados y dejan pocas opciones para modificaciones. Solo una de las viviendas analizadas ofrece un
espacio en planta baja que aunque se promociona como una recamara adicional, tiene la flexibilidad espacial y
estructural de ser adaptada y usada como un espacio alterno como estudio, espacio de entretenimiento o
ampliación del área de comedor, sala o cocina. El mismo reglamento urbano limita el inmueble en su
crecimiento ya que para el conjunto se obtuvo un permiso para un porcentaje de área construida, la cual ya
llego a su tope por parte del desarrollador. De igual manera existe un límite en altura, cada zona es asignada
una densidad permitida y una altura permitida, lo cual limita el crecimiento vertical posterior. Como se pudo
observar, los lotes también son pequeños y estrechos, y construir en el área restante compromete la
ventilación de la unidad y las viviendas colindantes. En el caso de la vivienda autoconstruida e irregular, se
observo un claro desarrollo paulatino de la vivienda, donde la unidad es altamente gradual y flexible en el
tiempo. [ver fichas de las viviendas estudiadas] Las viviendas analizadas en el Salitre se desarrollaron a lo largo
de varios años, en donde adiciones verticales y horizontales fueron agregadas según las posibilidades y
necesidades de los habitantes. Las viviendas también mostraron ser muy flexibles ya que a lo largo de sus vidas
fueron modificadas para acoplarse a distintas situaciones de la composición de las familias. El trabajo
remunerante dentro del hogar forma una actividad esencial de las familias de la colonia, y cada casa refleja un
espacio adaptado o creado para ese trabajo. En un caso fue una bodega o área destinada al almacenamiento
de sillas y mesas de alquiler para eventos, en otro un cuarto para la costura y hechura de prendas, y los que se
encuentran con frentes a calles más transitadas han empujado la casa hacia atrás o arriba para permitir el uso
de las habitaciones al frente como local comercial (papelería, tienda de abarrotes, frutería, taller mecánico,
etc.) 7ma Conclusión: La adaptabilidad de la vivienda extiende la vida útil de la misma, propicia un desarrollo
sano de sus integrantes al permitir adaptar la vivienda a sus necesidades y no al revés donde los integrantes
151
tengan que adaptarse a una vivienda rígida. La flexibilidad de la vivienda y del contexto urbano también
propicia el trabajo remunerante en el hogar, del cual dependen gran parte de los mexicanos.
Mediante imágenes aéreas y las visitas realizadas a las tres zonas fue posible hacer las siguientes
evaluaciones sobre el tejido urbano creado por los desarrollos de viviendas terminadas y el tejido creado por
los asentamientos informales. Podemos ubicar a ambos tejidos como periféricos, casi rurales. Ambos están
completamente segregados del resto de la ciudad (toma más de 30 min llegar al centro de la ciudad desde
cualquiera de los sitios en hora de tráfico normal, se ubican a más de 7.5 km y en los tres casos se requiere
transitar por una carretera para llegar al primer anillo periférico de la ciudad.) Las colonias informales llevan
más tiempo desde su asentamiento, en algunos casos incluso más de treinta años (este es el caso del Salitre y
de las colonias irregulares e informales asentadas en colindancia con los nuevos desarrollos). Los dos
desarrollos visitados llevan menos de tres años y gran parte del programa total sigue sin ser edificado,
estimados a ser concluidos en otros cinco a diez años). La mayoría de los predios ejidales ubicados en las tres
zonas no cuentan con permiso de ser subdivididos y fraccionados para el desarrollo de vivienda, sin embargo
ya han sido autorizados los lotes pertenecientes a las inmobiliarias que actualmente edifican los dos conjuntos
de viviendas terminadas. Si vemos la trama general a una escala mayor vemos los dos tejidos colindando entre
si [imagen] el nuevo negando al viejo, envueltos en bardas negando la traza existente. Al acercarnos vemos que
el tejido que genera la vivienda desarrollada por las inmobiliarias es calculado, cuadriculado y sumamente
planeado entorno al retorno de inversión. Es independiente totalmente de las trazas a su alrededor, mientras
que desarrolla su propia retícula de calles internas. La lotificación es en parcelas pequeñas y regulares, donde
cada casa es edificada igual que la siguiente sobre un lote del mismo tamaño, así generando un tejido con un
patrón repetido y predecible. La traza de los servicios obedece esta planeación meticulosa, a cada frente llega
una toma para conectarse al agua, drenaje y electricidad. Grandes avenidas nos conducen a través del resto del
tejido urbano hacia ellas sin detenerse a conectar el tejido informal. La trama de los asentamientos informales
representa una textura visual muy distinta. Sus calles empedradas o de tierra obedecen trazas preexistentes
(callejuelas viejas, caminos anteriores o divisiones de los terrenos de cultivo) aleatorias obedeciendo rutas de
flujos y no una cuadricula. Predomina el suelo libre sobre lo construido, opuesto a la vivienda seriada que
ocupa el área máxima permitida. Los lotes aunque rectangulares son mucho más libres a obedecer quiebres, el
resultado es una retícula semi regular compuesta por lotes largos y amplios donde cada pieza tiene su propio
tamaño y forma. El uso de los lotes también es variado lo cual hace interesante su recorrido. La vegetación
compone una parte importante de este tejido, donde un patrón irregular de sombras tapiza las calles. 8va
Conclusión: La conexión con el resto de la ciudad a través de la continuación de sus trazas preexistentes parece
ser lo más óptimo, ya que integra lo nuevo y lo viejo, siendo enriquecido por lo que se va agregando. Mantener
una riqueza y variedad en el tamaño, forma y composición de los lotes ayuda a crear ciudad y hace el
transitarla algo placentero, pero principalmente ofrece variedad a los habitantes con necesidades distintas. El
ordenamiento de la traza es positivo cuando toma en cuenta el contexto general y va más allá de solo ordenar
lo que se encuentra internamente. Esto también favorece la distribución de la red de infraestructura urbana.
Cada segmento del tejido urbano debe interconectarse para así desfavorecer las áreas residuales, tierras de
nadie que quedan entre segmentos cerrados volviéndose zonas inseguras y abandonadas.
153
CONCLUCIONES GENERALES
Durante la investigación de campo se pudo confirmar que la vivienda terminada, aunque un producto
“deseable”, no siempre es un producto accesible ni un producto que responde globalmente a las necesidades
reales del mexicano. Mientras que la vivienda autoconstruida informal se adapta a la capacidad económica de
la familia y es cambiante y crecedera, adaptándose a las necesidades físicas de la familia, en la mayoría de los
casos inicia como una vivienda irregular, sin seguridad de tenencia ni acceso a infraestructuras básicas.
Podemos entonces, al llenar la tabla con las características de la vivienda progresiva, concluir que en su traza,
producto, y proceso existe una alternativa positiva a las soluciones ofrecidas hoy en México. Si tomamos los
aspectos positivos de la vivienda llave en mano como el seguro y legal acceso al terreno y las infraestructuras,
la amplia asistencia financiera y la optimización y calidad de los materiales en la construcción y lo sumamos a
los aspectos positivos de la vivienda autoconstruida como la organización y gestión por parte de los habitantes
en materia de mejoras a la colonia, la flexibilidad y gradualidad de sus viviendas y su capacidad de crear micro
ciudades al incorporar servicios y la micro economía al hogar, juntamos varias cualidades encontradas en los
procesos y aspectos que engloban a la vivienda progresiva.
Creo que a través de la investigación por medio de diferentes documentos y el sondeo en sitio de la
vivienda terminada y la autoconstruida fue posible llegar a estas conclusiones.
Que la vivienda progresiva y sus variantes aunado a un proceso participativo (donde los participantes
son los usuarios, gobierno, inversionistas e investigadores) puede ser una alternativa a lo ofrecido hoy en el
mercado y las soluciones irregulares a las que llega la población marginada para combatir el rezago de vivienda
en los sectores más vulnerables.
Creo que existe una gran riqueza a rescatar de la vivienda autoconstruida por el sector informal en
México, que complementada con los aspectos de apoyo y legalidad que tiene la vivienda terminada se puede
ofrecer una alternativa más adecuada a las necesidades encontradas.
Que es necesario trabajar las políticas actuales y las maneras de legislar hacia un esquema más
inclusivo, basado en una visión holística y un esquema de propuestas a corto, mediano y largo plazo por
encima de campañas electorales o periodos de gobernación poniendo adelante el sano crecimiento de la urbe,
resguardando y no apostando el futuro de nuestras ciudades.
Finalmente creo que a pesar de la nueva creación de programas y políticas en materia de vivienda que
hoy empiezan a incluir más a los sectores anteriormente desatendidos, existe todavía la gran necesidad de
entender a fondo las necesidades reales del hábitat mexicano; por lo cual es de suma importancia fomentar el
estudio y creación de nuevos productos y procesos en materia de vivienda social a través de cátedras de
investigación, congresos y programas universitarios, apoyado e incentivado por el gobierno y el sector
empresarial con el objetivo de encontrar nuevas alternativas y soluciones para abatir la problemática de la
vivienda social mexicana.
Quisiera terminar con unas frases del Arq. Carlos Tarditi con las cuales se introdujo esta tesis y
sirvieron de inspiración, incluso ochenta años después de ser expuestas, para indagar en este tema que hoy es
tan relevante:
154
“Considero: que el primer objeto de la arquitectura es indudablemente su misión social, es
decir, la de edificar las viviendas necesarias para albergar dignamente a nuestros semejantes; que por
lo menos un 60% de nuestra población está envenenándose moral y físicamente en barracas infectadas
y cuartos miserables de casas de vecindad; considerando: que los alrededores de la ciudad están
siendo invadidos por fraccionamientos y colonias que son una vergüenza para el país y una amenaza
para la vitalidad de la raza; considero: que estas mismas condiciones desastrosas se repiten en las
demás poblaciones de la República; considero, además: que el estudio y mejoramiento de las
anteriores condiciones atañe muy directamente a la profesión de arquitecto y que, mientras éstos no
pongan su talento y energía a satisfacer esas necesidades, es inútil pretender que se les estime y
reconozca como una profesión útil y necesaria para la colectividad.”
Carlos Tarditi, 1930, Congreso Nacional de Planificación México D.F
155
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157
BIBLIOGRAFÍA WEB
Centro de Investigación y Documentación de la Casa (CIDOC), www.cidoc.com.mx [enero 2009 + enero 2010] Centro Experimental de la Vivienda Económica (CEVE), Vivienda semilla, www.ceve.org.ar/pub_libros.html [noviembre 2009] Comisión Nacional de Fomento a la Vivienda (CONAFOVI) , www.conafovi.gob.mx/ [octubre 2009] Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), www.cna.gob.mx [octubre 2009] Gobierno de Querétaro, http://www.queretaro.gob.mx [enero 2010] Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), http://portal.infonavit.org.mx . [febrero 2010] Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), www.inegi.org.mx [octubre 2009] Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL), www.sedesol.gob.mx/ [marzo 2010] Servicio de Administración Tributaria (SAT), Valores Salario Mínimo, http://www.sat.gob.mx/sitio_internet/asistencia_contribuyente/informacion_frecuente/salarios_minimos/ [noviembre 2009]
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ANEXO 1
Preguntas preliminares para entrevista en campo
TRAZA: la vivienda como componente de tejido ¿En que traza/tejido se encuentra la colonia? ¿Urbano - Semi urbano – Rural? ¿Existe acceso y conectividad a la ciudad mediante transporte público? ¿Cuenta con equipamientos urbanos? ¿Cuáles?
*[Realizar levantamiento fotográfico aéreo / puntual]
PRODUCTO: la vivienda como objeto [estático o cambiante] ¿Cuántos m2 de construcción? ¿Terreno? ¿Cuántos niveles de construcción? ¿Número de personas que habitan la vivienda? ¿% hombres –mujeres? ¿Cuántas generaciones? ¿La vivienda cuenta con un espacio/área de uso comercial-remuneran te? ¿Cuantificar: baños, recamaras, cocina interior o exterior, áreas de otros usos?
*[Realizar levantamiento fotográfico/ dibujo de tipologías analizadas] MATERIALES DE CONSTRUCCIÓN: ¿De qué material es su casa? [Piso, paredes, techo, acabados] ¿Cómo adquirió los materiales? ¿Ha habido cambios en los materiales de la casa [mejoras]? INFRAESTRUCTURA: ¿Cuenta con infraestructura? Cual/ que tipo: eléctrica, agua, drenaje, otro? ¿Cuánto tiempo se tardo la colonia en obtener esta infraestructura? ¿Cuál es el estado en la cual se encuentran? Inexistente – mala – regular – buena FLEXIBILIDAD Y ADAPTABILIDAD EN EL TIEMPO: ¿Cuánto tiempo se tardo en terminar su casa? ¿Se construyo todo en un momento o fueron agregando cuartos? ¿Le agregaría otros cuartos/espacios? ¿Cuáles? ¿Siente que su casa se podrá adaptar a diferentes necesidades a lo largo su vida y la de su familia?
PROCESOS: la vivienda como pasos y metodologías ( pasos hacia un objetivo, proceso complejo????
ORGANIZACIÓN Y GESTIÓN DEL GRUPO: ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en la colonia? ¿Existe una organización vecinal/colonos? ¿Cómo es la relación entre vecinos/gestión del barrio? ¿Usted o su familia participo en la organización (toma de decisiones) u construcción de la colonia? ¿Cómo? ACCESO AL TERREITORIO: ¿Es propietario del terreno? ¿Casa? ¿Cuánto tiempo se tardo en adquirir su: [terreno/casa]? ASISTENCIA FINANCIERA: ¿Recibió algún apoyo económico? [INFONAVIT – Banco – apoyo de familia] ¿Participo en algún programa de apoyo por parte de gobierno, institución u ONG ASISTENCIA TÉCNICA: ¿Quién construyó la casa? ¿Cómo participaron? ¿Tuvo algún tipo de accesoria en la construcción de su vivienda
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ANEXO 2 ENTREVISTAS DE INVESTIGACIÓN
1.) ¿Cuántos metros cuadrados de construcción? __________________ ¿Terreno______________________
2.) ¿Cuántos niveles de construcción? 1 2 3 4
3.) Número de personas que habitan la vivienda : ______
4.) ________ hombres? ____________mujeres? ¿Cuántas generaciones? ______________
5.) ¿La vivienda cuenta con un espacio/área de uso comercial o productivo? Si No
6.) ¿Cómo es tu casa? : _____ Recamaras [cuantas]
_____ Baños
_____ cocina ¿está adentro o afuera de tu casa?
_____ espacio de uso común [ sala + comedor ]
_____ otros espacios ¿Cuales? ___________________________________
7.) ¿De qué material es su casa? Piso ____________ Paredes_____________ Techo _____________
8.) ¿Cómo adquirió los materiales? ________________________________________________________________
9.) ¿Ha habido cambios en los materiales de la casa [mejoras]? _________________________________________
__________________________________________________________________________________________
10.) ¿Con qué servicios cuenta su casa? ___ electricidad ___ drenaje ___ agua potable
___ Otro : ___________________
11.) ¿Cuánto tiempo se tardó la colonia en obtener esta infraestructura? _________________________________
12.) ¿Cuál es el estado en la cual se encuentran? Inexistente – mala – regular – buena
13.) ¿Cuánto tiempo se tardó en terminar su casa? ___________________________________________________
14.) ¿Se construyó todo en un momento o fueron agregando cuartos? ___________________________________
15.) ¿Le agregaría otros cuartos/espacios? SI NO ¿Cuáles? ______________________________________
16.) ¿Siente que su casa se podrá adaptar a diferentes necesidades a lo largo su vida y la de su familia,
o usted se adapta a lo que tiene? _____________________________________________________________________
17.) ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en la colonia? _____________________________ [ años ]
18.) ¿Existe una organización vecinal/colonos? SI NO
19.) ¿Cómo es la relación entre vecinos del barrio? __________________________________________________
20.) ¿Usted o su familia participo en la organización (toma de decisiones) u construcción de la colonia? ¿Cómo? ______________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
21.) ¿Son propietarios del terreno? SI NO ¿La Casa? SI NO
22.) ¿Cuánto tiempo se tardó en adquirir su: [terreno ___________ /casa ___________ ]?
23.) ¿Recibió algún apoyo económico para adquirir su terreno/casa? [INFONAVIT – Banco – apoyo de
familia]______________________________________________________________________________________
_____________________________________________________________________________________
24.) ¿Participó en algún programa de apoyo por parte de gobierno, institución u ONG?
___________________________________________________________________________________________
25.) ¿Quién construyó la casa y cómo participaron? ___________________________________________________
___________________________________________________________________________________________
26.) ¿Tuvo algún tipo de asesoría en la construcción de su vivienda? ______________________________________
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ANEXO 3
ENTREVISTAS DE INVESTIGACIÓN SOBRE LA VIVIENDA
Colonia:
Calle:
1.) ¿Cuánto tiempo lleva viviendo en la colonia? _____________________________ [ años ] 2.) Número de personas que habitan la vivienda : _______________________________________________________ 3.) ________ hombres? ____________mujeres? ¿Cuántas generaciones? ____________________________
______________________________________________________________________________________________ 4.) ¿Cuántos niveles de construcción? 1 2 3 4 5.) ¿Cómo es su casa? : {a: antes h: hoy}**
[A] _____ [H] _____ Recamaras [cuantas] _____ _____ Baño o Letrina _____ _____ cocina ¿está adentro o afuera? ¿Se comparte? ¿Con quién? ______________________________________________________________________________________________ _____ _____ espacio de uso común [ sala + comedor ] _____ _____ otros espacios ¿Cuáles?
______________________________________________________________________________________________ ¿Qué espacios han crecido o agregado, o qué agregarían? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
6.) ¿Usted o alguien usa algún espacio en su casa para trabajar en algo y así aportar dinero ? ¿Cuál y en qué? ______________________________________________________________________________________________
7.) ¿De qué material es su casa? Piso [a]______[h]______ Paredes[a]_______[h]_______ Techo [a]______[h]________
¿Ha habido cambios en los materiales de la casa [mejoras]? _____________________________________________ ______________________________________________________________________________________________
8.) ¿Cómo adquirió los materiales? ____________________________________________________________________
9.) ¿Quiénes construyeron la casa y cómo participaron? __________________________________________________
______________________________________________________________________________________________
10.) ¿Tuvo algún tipo de asesoría en la construcción de su vivienda? _________________________________________
11.) ¿Cuánto tiempo se tardó en terminar su casa? [describir etapas y proceso] ________________________________
________________________________________________________________________son propietarios o rentan?
¿Cómo adquirió su terreno y cuanto se tardo? ________________________________________________________
_______________________________________________________________________ _son propietarios o rentan?
12.) ¿Recibió algún apoyo económico para adquirir su terreno/casa?________________________________________
13.) ¿Con qué servicios cuenta su casa? ___ electricidad ___ drenaje ___ agua potable Otro : ______________ 14.) ¿Cuánto tiempo se tardó la colonia o su calle en obtener estos servicios? _________________________________
______________________________________________________________________________________________
¿Cuál es el estado en la cual se encuentran? Inexistente – mala – regular – buena
15.) ¿Cómo es la relación entre vecinos del barrio? _____________________________________________________ ______________________________________________________________________________________________
16.) ¿Usted o su familia participo en la organización (toma de decisiones) u construcción de la colonia? ¿Cómo? ____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
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FICHA DE LEVANTAMIENTO:
Ubicación: ___________________________________________________________________________________________
Terreno: ______________m2
Vivienda: ______________m2
Hacer croquis de proporción terreno / construido
CROQUIS DE LA VIVIENDA [ anotar etapas de crecimiento y cambios de uso de los espacios en el tiempo ] * [complementar con anotaciones de acabados o falta de ellos y estado de la vivienda ]** Anexar fotos ***
OBSERVACIONES:_____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________