UNIVERSIDAD DE COLIMA FACULTAD DE PSICOLOGÍA
PERFIL DE PERSONALIDAD Y ELECCIÓN VOCACIONAL EN ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA A TRAVÉS DEL
PSICODIAGNÓSTICO DE RORSCHACH
Tesis que para obtener el grado de
Maestría en Psicología Aplicada
Presenta
Rafael Muñoz de la Cruz
Asesores
M.C. Jorge Torres Hernández D.C. Jesús Alveano Hernández
Colima, Col., México, Julio de 2006
Esta tesis corresponde a los estudios realizados
con una beca otorgada por la Secretaría de
Relaciones Exteriores del Gobierno de México y la
Universidad de Colima.
AGRADECIMIENTOS
RESUMEN
La presente investigación se centró en conocer las características de personalidad en estudiantes de Psicología de la Universidad de Colima en relación a su elección vocacional. Se trabajó con un total de 78 participantes que se obtuvieron por medio de un muestreo aleatorio estratificado homogéneo, de una población total de 420 estudiantes. Se aplicó un diseño tipo exploratorio y transversal. Para ello se utilizaron dos instrumentos: el Psicodiagnóstico de Rorschach y una entrevista semiestructurada. El primer instrumento se codificó e interpretó de acuerdo a la calificación clásica de la escuela Suiza centro-europea. Los resultados indicaron la existencia de un estilo de personalidad común en los estudiantes de Psicología, en cuanto al estilo de pensamiento (tipo teórico-abstracto con ciertas aptitudes artísticas), en la expresión de los afectos (tipo egocéntrica impulsiva), los factores vivenciales psíquicos y el tipo de vivencia, destacándose el tipo coartado.
A partir de los resultados obtenidos se concluye que a través del Psicodiagnóstico de Rorschach se pudo identificar un perfil de personalidad común en los estudiantes de Psicología de la Universidad de Colima, a partir del factor “tipo de vivencia” como uno de los elementos más importantes identificado en la prueba para el establecimiento de un perfil de personalidad.
Palabras claves: personalidad, elección vocacional, Psicodiagnóstico de Rorschach.
ABSTRACT
The present researchwork was focused on describing the personality characteristics of students of Psychology at the University of Colima, in relation to their vocational choice. A total of 78 participants were selected by stratified random sampling from a total population of 420 students. An exploratory, cross-sectional design was applied, for which two instruments were used: Rorschach Psychodiagnosis and a semistructured interview. Rorschach Psychodiagnosis was codified and interpreted according to the classic grading of the Swiss School. The results indicate the existence of a common style of personality among the students of Psychology, in regards to the way they think, the way they express affection, their psychological life-experiences and the type of experiences.
One concludes that from the results obtained through Rorschach Psychodiagnosis a characteristic profile could be identified among the students of Psychology at the University of Colima, being the type of life experiences one of the most important factors identified in the test for the establishment of a personality profile. Key words : Personality, Vocational choice, Rorschach Psychodiagnosis
ÍNDICE
CAPÍTULO I: INTRODUCCÓN
1.1.- Planteamiento del problema ………………………………………….. 2
1.2. Justificación ……………………………………………………………... 4
CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO
2.1. - La vocación …………………………………………………………….. 9
2.1.2. Aproximación histórica al término vocación…………………… 9 2.1.3. La vocación: como una disposición………………………….... 9
2.1.4. Vocación y actitud de los Alumnos…………………………….. 13
2.1.5. Vocación y perfil del psicólogo…………………………………. 14
2.2.- La personalidad …………………………………………………………. 22
2.2.1. La personalidad: aproximación histórica………………………. 22
2.2.2. Concepción psicoanalítica de la personalidad………………... 25
2.3.- Evaluación de la personalidad ……………………………………….. 29
2.3.1. Definición y objetivos de la evaluación de la personalidad….. 29
2.3.2. Aplicaciones de la evaluación de la personalidad……………. 31
2.3.3. Métodos de evaluación de la personalidad………………….... 32
2.4.- Las técnicas proyectivas ……………………………………………… 34
2.4.1. Aproximaciones al concepto de proyección…………………… 34
2.4.2. Definición y característica de las técnicas proyectivas………. 42
2.4.3. Clasificación de las técnicas proyectivas………………………. 46 2.4.4. Los Tests de Manchas de Tintas……………………………….. 48
2.5.- El Psicodiagnóstico de Rorschach ………………………………….. 49 2.5.1. Introducción al Test de Rorschach……………………………... 49 2.5.2. Fiabilidad y validez del Test de Rorschach……………………. 53
CAPÍTULO III: MÉTODO
3.1.- Pregunta de investigación ……………………………………………. 56
3.1.1. Objetivo general…………………………………………………... 56
3.1.2. Objetivos específicos…………………………………………….. 56 3.1.3. Tipo de investigación…………………………………………….. 56
3.1.4. Población………………………………………………………….. 56
3.1.5. Muestreo…………………………………………………………… 57
3.1.6. Definición conceptual de las variables…………………………. 57
3.1.7. Operacionalización de las variables……………………………. 58
3.1.8. Criterios de inclusión……………………………………………... 58
3.1.9. Criterios de exclusión…………………………………………..... 58
3.1.10. Criterios de eliminación………………………………………… 59
3.2.- Instrumentos …………………………………………………………….. 59
3.2.1. Test de Rorschach……………………………………………….. 59 3.2.2. Entrevista semiestructurada…………………………………….. 60 3.2.3. Procedimiento…………………………………………………….. 60 3.2.4. Captación de sujetos y recogida de datos……………………... 60 3.2.5. Análisis de datos………………………………………................ 62
CAPÍTULO IV: RESULTADOS
4.1.- Resultados ………………………………………………………………. 65
4.1.1. Caracterización de la población………………………………… 65
CAPÍTULO V: DISCUSIÓN
5.1.- Discusión ………………………………………………………………… 75
5.1.1. Discusión de los resultados………..…………………………..... 75
CAPÍTULO VI: CONCLUSIONES
5.2.- Conclusiones …………………………………………………………….
85
5.2.1. Propuesta………………………………………………………….. 90
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS 92
Referencias Bibliográficas …………………………………………....
93
ANEXOS
Símbolos y significados de las variables del Test de Rorschach…. I. Entrevista semiestructurada…………………………………………... II.
1
CAPÍTULO I
INTRODUCCIÓN
2
1.1.- Planteamiento del problema
La personalidad se considera como un factor determinante en la elección de
cualquier profesión, por lo que una serie de factores psicológicos, tanto internos
como externos van a influir en la determinación de la elección de carrera como
profesión; que muchas veces puede estar cargada de conflictos, frustraciones que el
sujeto cree poder resolver a través de la Psicología (Harrsch, 1998).
El sujeto que quiere ser psicólogo, concientemente muestra un agudo interés
de tipo social, pero sus motivaciones inconscientes suelen orientarlo hacia la
profesión de psicólogo como un mecanismo de negación a las propias necesidades,
y que él plasma en los demás (Harsch, 1998). Una buena parte de los sujetos que se
forman en la disciplina, empiezan por el conocimiento de la conciencia humana, que
en última instancia está ligada a su propia conciencia, aunque no se percaten de ello.
Por tanto, cuando se habla de la vocación y la personalidad, según Rijo (1999), se
refiere a los eventos en la dinámica de personalidad que llevan al sujeto a la
conformación de ser psicólogo, mismos que se pueden relacionar con deseos
ambivalentes hacia las figuras primarias de relación como formadoras de la
personalidad.
En el conocimiento de la relación entre personalidad, que incluye el equilibrio
de la salud mental, y ejercicio profesional, lo importante no es tanto la presencia de
signos patentes (neurosis, perversiones, psicopatía o psicosis), como la captación de
rasgos de la personalidad dentro del amplio espectro de lo no patológico, esto es en
ausencia de graves perturbaciones de la conducta. Ello incluye la integridad
personal, la autenticidad y modo de expresarse, la seriedad y la honradez. Se puede
añadir un autentico deseo de ayudar, por amor y capacidad de identificación, sin
dejarse dominar demasiado por esta ultima, y sin actuar como representando un
papel; todo ello, no como un pseudo altruismo por sentimientos de culpa, o como
formación reactiva por hostilidad y afán de dominio (Schafetter, 1988).
3
Se considera que la actividad básica profesional del psicólogo se orienta hacia
la promoción del desarrollo de los seres humanos, a través de la reeducación. Es
probable que en ninguna otra profesión, tanto como en la Psicología sea necesario
que el sujeto que quiere ejercer la profesión, tenga una clara conciencia de cómo
sus conflictos personales pueden ser proyectados a sus usuarios de manera
inconsciente, a través de un proceso llamado contra transferencia. Este concepto es
entendido como el desplazamiento de emociones, sentimiento y actitudes hacia los
usuarios, que originariamente están dirigidos a las figuras primaria de relación como
lo ha señalado Nunberg, (1951, citado en Coderch, 2002).
De todos los profesionales el Psicólogo por la naturaleza de su trabajo, se
considera como uno de los más vulnerable a realizar una practica profesional
inadecuada; como ya lo ha referido Luborski (1958, citado en Schafetter, 1988) el
problema referido a las motivaciones vinculadas a las profesiones sanitarias ha sido
difícil de aclarar; ya sea por un auténtico deseo de ayudar a otros o por amor y
capacidad de identificación propias de la personalidad del sujeto que desea ser
psicólogo.
En México, algunos de los estudios que se han realizados en relación con el
perfil del psicólogo fueron llevados a cabo por el Consejo para la Enseñanza e
Investigación en Psicología (CNEIP). Estos estudios se refieren al perfil del psicólogo
en cuanto a competencias profesionales. No se tienen datos sobre las características
del perfil de personalidad del psicólogo en relación a su vocación lo que comprende
su salud mental, a partir de ello se desea conocer cuál es el perfil característico de la
personalidad del estudiante de Psicología de la Universidad de Colima, en relación
con su elección vocacional y, que los datos arrojados sirvan como línea base a
futuras investigaciones en el establecimiento de un perfil de personalidad para de
esta forma hacer evaluaciones, no sólo tomando como elemento importante el
desempeño académico del estudiante, sino a partir de la estructura de personalidad,
como uno de los elemento básico en el ejercicio profesional del futuro psicólogo.
4
1.2. Justificación
Cuando se plantea la relación entre personalidad y elección profesional,
inmediatamente se piensa en cómo es percibida esta relación en función de lo que
debe ser alguien que posea cualidades tales que le permita desempeñar una
profesión. Estos comportamientos, actitudes e intereses que se mencionan son
promovidos por las universidades o instituciones públicas de educación superior para
que el estudiante se desarrolle como profesional.
Dentro del marco de la globalización, se mezcla una cantidad de ideologías
vanguardistas que exigen una mayor calidad del futuro profesional de la Psicología.
Se señala como importante el cambio de planes curriculares en función de la
demanda social y la calidad de los servicios que ofrece el psicólogo. En algunas
instituciones de educación superior, se hace explícito el propósito de preparar
profesionales de la psicología que sean creativos, con capacidad de juicio crítico y
habilidades para resolver problemas sociales diversos.
Según Harrsch (1998), se ha tenido como hipótesis que el dominio de las
habilidades cognoscitivas favorecerían el desarrollo del sujeto para el ejercicio de la
profesión de Psicología. De este postulado se deduce que las habilidades
cognoscitivas deben ser un medio para determinar el grado de calidad, sin tomar en
cuenta muchas veces los rasgos de personalidad del estudiante, que lo empuja a su
formación como psicólogo.
El psicólogo en la práctica, es una personalidad viviente que capta y actúa,
para quien la ciencia de la Psicología es un medio por el cual podría expresar sus
conflictos. Con frecuencia los profesionales de la psicología egresan de las
universidades sin una adecuada formación; sin embargo, al psicólogo en su proceso
de formación profesional se le exige un dominio conceptual y de habilidades en
psicología de una forma sistemática y comunicable. Solo en tanto que se haya
desarrollado tal propósito el profesional puede hacer ciencia y profesión. Lo que en
5
psicología es pericia y arte, que no puede ser expresado sino a lo sumo trasmitido al
individuo receptor en el trato personal, no es objeto de exposición en libros y no
puede encontrarse lógicamente en ellos.
La enseñanza de la Psicología es más que comunicación de conocimientos
conceptuales y es más que enseñanza científica. Se puede considerar a Freud como
el precursor en el estudio de las características de los rasgos de personalidad del
psicólogo cuando en 1913 escribió el ensayo “iniciación al tratamiento”; allí daba las
pautas para iniciarse como terapeuta. Las múltiples propuestas teóricas que tratan
de comprender el proceso de elección de una carrera, están enfocadas hacia las
teorías de la personalidad (Hollan, 1973, citado en Bohoslavsky, 1984). Todas estas
teorías han tratado de buscar una relación entre personalidad y carrera
(Bohoslavsky, 1984). Sobre la base de estas teorías se han realizado diversos
estudios que establecen conexiones entre personalidad y carrera, refiriéndose la
mayor parte de ellos a la existencia de ciertos rasgos de personalidad que conducen
a la elección de una ocupación. Estos estudios que se han realizado tratan de
establecer relaciones a través de distintos instrumentos, generalmente inventarios y
pruebas de personalidad que evalúan rasgos específicos en relación con la
caracterología de los tipos profesionales.
Los primeros trabajos de investigación en relación a la vocación y la
personalidad de los sujetos interesados por ser psicólogos y/o psiquiatras fueron
llevados a cabo por la Clínic Menniger (1958); estos estudios trataban de establecer
una relación entre personalidad y la actitud hacia las profesiones sanitarias y fueron
realizadas con instrumentos de evaluación de la personalidad como el
Psicodiagnóstico de Rorschach y el TAT. En otras investigaciones como la de Coan
(1987, citado en Harsch, 1998), se utilizó como instrumento el 16FP. Martínez
(1999), cuya investigación estaba orientada a establecer la diferencia entres grupos
de estudiantes de diferentes facultades, utilizó como instrumento el Psicodiagnóstico
de Rorschach con el cual según la autora se pudo establecer características
comunes de personalidad en relación a la elección vocacional.
6
A pesar de ello, existen pocas investigaciones sobre el perfil de personalidad
del estudiante de Psicología en relación a su elección vocacional a la Psicología. Es
por ello que este trabajo de investigación tiene como principal objetivo, efectuar un
estudio exploratorio y conocer las características comunes de personalidad de una
muestra de estudiantes de Psicología de la Universidad de Colima.
Se propone el empleo del Psicodiagnóstico de Rorschach (Weiner, 1992) ya
que ha sido altamente eficaz en el conocimiento estructural de la personalidad de los
procesos psíquicos superiores, lo cual permite ahondar en aspectos cognitivos,
afectivos, situacionales, interpersonales así como la detención de procesos
psicopatologicos. El test de Rorschach cumple con las cualidades que se le exigen a
las técnicas proyectivas (Exner, 1994); además de que la prueba es económica, evita
una gran inversión de tiempo, es simple y no requiere de la utilización de aparatos ni
tiene complicaciones; no requiere de estandarización, en el sentido de que los
sujetos se enfrentan a un material ambiguo (Rorschach, 1987).
A través del análisis de contenido de las variables Rorschach y el análisis de
estadísticos descriptivos se pretende generalizar los resultados obtenidos a la
población total de estudiantes de la Universidad de Colima y conocer sus
características de personalidad –en sentido holistico- para de este modo poder
valorar la existencia de un perfil característico de personalidad de los estudiantes de
Psicología. Por otra parte con estos datos se pueden establecer las pautas para
futuras investigaciones acerca del tema y comparar y conocer más a profundidad el
perfil de personalidad de los estudiantes de Psicología y que los resultados de esas
investigaciones sirvan de guía para elaborar propuestas de evaluación a los
aspirante a la carrera de psicología e implementar evaluaciones que apunten a la
formación de un psicólogo que pueda tener una adecuada salud mental, cuyas
dificultades y conflictos no afecten o interfieran la labor con sus usuarios.
7
CAPÍTULO II
MARCO TEÓRICO
8
2.1.- LA VOCACIÓN 2.1.2. Aproximación histórica al término vocación
Hoy día, en el ámbito de la Psicología y en particular en el área de la
psicotécnica se habla de la vocación y de la elección vocacional o profesional, pero
se conoce muy poco de su verdadero sentido y alcance (Seguin, 1999). La palabra
vocación viene del latín, que deriva a su vez de vocatio de vocatum. Se trataría pues
de un llamado hacia cierta actividad, en este caso hacia la psicología. Según
Galimberti (2002), la vocación es una aspiración profunda para dedicarse a una
misión, una profesión o un arte. El concepto tiene sus orígenes en el contexto
religioso y se refiere a la elección que se cumple escuchando la voz de Dios; sin
embargo se asume hoy día el significado más genérico de atracción hacia
determinada actividad o profesión.
El carácter subjetivo de dicha abstracción se distingue de la aptitud que es un
criterio de valoración objetivo inferido a una potencialidad natural comprobada. A
partir del siglo XX al concepto de vocación comienza a brindársele un carácter más
científico y profesional con el inicio de la Psicología como ciencia (Martín, 1975,
citado en Schafetter, 1988). Este término se popularizó con una disciplina que surgió
paralela a la Psicología, la psicotécnica, que junto con los trabajo de Binet, Cattel y
William Steer en Alemania, fueron los primeros quienes trabajaron el concepto de
vocación por medio de los llamados test mentales. Estos psicólogos con el estudio
de las diferencias individuales se dedicaron a conocer la aptitud vocacional de las
personas por medios de pruebas psicológicas.
Pero no fue hasta la primera guerra mundial (1914–1918) que al haber
demanda de personal calificado para entrar en combate que los psicólogos de
entonces se ven obligados a crear unas series de instrumentos para poder medir y
valorar la aptitud vocacional de los individuos.
9
2.1.3. La vocación como una disposición
Boholaslavsky (1984) define la vocación como un impulso personal que nace
de las fuentes más profunda de la personalidad dentro del mundo del trabajo, sin
embargo Rijo (1999) la considera como una disposición hacia una acción
determinada; de acuerdo a este mismo autor, la palabra vocación encubre el
concepto de dinámica de personalidad, por lo tanto la vocación es una disposición
que está vinculada a la personalidad, por lo que las disposiciones son tendencias a
actuar bajo la reducción de valores de significaciones idénticas. Para Rorschach
(1987), el tipo de vivencia entraña de por si determinadas disposiciones al desarrollo
de la elección vocacional y del talento. Rorschach se refiere entonces a las
disposiciones como algo que no sólo se vincula al talento, sino a los aspectos
afectivos, denominados voluntad o libido que toma la disposición a una vocación.
Para Rorschach (Rorschach, 1987: p. 107) hay una fuerte relación entres los
tipos vivenciales, el talento y la vocación en particular, es decir, que de acuerdo con
sus conceptos a pesar de que el sujeto se ve influido por factores externos, el talento
y la vocación hacia una determinada actividad, y el tipo de vivencia determina en
cierto modo el tipo de talento y la vocación. En este sentido, Rorschach afirma que el
carácter y el talento, el tipo perceptivo y quizás también el imaginativo, así como
ciertos componentes de la afectividad y de la inteligencia derivan el tipo vivenciar
humano y el interés hacia la elección vocacional. Por otra parte para Súper (1977) la
vocación es el deseo de emprender una carrera, profesión o cualquier otra actividad,
cuando todavía no se han adquiridos todas las aptitudes o conocimientos necesarios;
afirma el autor que la elección vocacional no sólo implica una elección de carrera
universitaria, sino que también están presentes los componentes socioafectivos.
Vélez (1998) hace referencia a que la vocación tiene una orientación psíquica,
es decir, de referencia a objetos que tienen valor. Como puede verse, para estos
autores la experiencia modela en cierta forma la elección de actitudes hacia una
vocación, determinada junto a los rasgos y comportamientos que determinan
10
después la dirección del modo de vivir. Consideran que los individuos se orientan
tanto por factores externos como internos en la elección vocacional; los elementos
internos y externos que intervienen en la elección vocacional van a constituir la
dinámica de la vocación (Spitz1980, citado en Vélez, 1998). La elección inicialmente
no se efectúa de una manera espontánea, sino que esta es modelada por las fuerzas
ambientales.
Sin embargo, para Menninger (1978), la vocación está vinculada a procesos
inconscientes de la personalidad del sujeto; y Rijo (1999) abunda al señalar que la
vocación se encuentra en cierto modo vinculada con la triangulación edípica, la cual
se considera como una importante faceta del proceso general de la orientación. El
desarrollo de apreciaciones de toda clase de trabajos ajusta al sujeto al mundo
laboral de una manera satisfactoria. Según Vélez (1998) la educación vocacional es
una herramienta fundamental en la mejora de la labor de dirección, proceso
necesario en la triangulación edipica. Ya el niño debe hacer frente a una crisis que
consiste en redimensionar su posición frentes a los padres por lo que esto va a ser
determinante en su elección vocacional de diferentes modos (Ancora, 1980, citado
en Galimberti, 2002):
1. El sujeto en su elección vacacional tiene una fijación en posiciones primitivas
y fantásticas con actitudes de posesión de la realidad que se manifiesta en los
limitado de sus requerimientos a los demás, de lo que desea que los demás
hagan para él, y en el mantenimiento de un nivel de aspiración altísimo y
fantástico que será siempre más o meno frustrado.
2. Provoca sentimiento opuesto de los anterior, de hostilidad, con actitud de
rechazó y de alteridad, de no saber hacer nada y vivir en forma reducida bajo
su inhibición y su represión.
11
3. Produce sujetos con aceptación de sus limitaciones y de la distinción con
respecto a los demás, por lo que comprende que no es idéntico a otros, sino
único.
4. Reconoce la autoridad de los padres y acepta su papel distinto frente a ellos.
Se ha observado según Harrsch (1998) que a partir de la experiencia con sujetos
que desean ser psicólogos, estos repiten con frecuencia la frase de: “quiero estudiar
Psicología porque quiero ayudar a los demás”. Esta frase se ha asociado por mucho
tiempo a la idea de que el sujeto que quiere ser psicólogo muestra un agudo interés
por lo social concientemente o inconscientemente. Su motivación inconsciente suele
derivarlo a la profesión como un mecanismo de negación de las propias necesidades
a la cual también se refiere Rijo (1999) en la paradoja de la demanda.
Otra hipótesis dentro del ámbito profesional es que todo aquel que se dedica
al campo de las profesiones sanitarias lo hace impulsado por un deseo de reparar en
los demás los propios conflictos no resueltos; desarrolla así un patrón de
personalidad que se caracteriza por narcisismo, depresión y omnipotencia. Según
Erickson (1993) en la vocación hay una integración yoica ligada a la identidad y a los
roles que debe de desempeñar el sujeto. Por su parte Bohoslavky (1984) se refiere a
esta identidad como un aspecto ligado a la personalidad a la que Fuente (1996)
vincula a sentimientos de omnipotencia del psicólogo, que cree tener sobre sus
pacientes, pero que esconde un sentimiento de debilidad.
Martín (1981) en su libro “Psicopatología de las profesiones sanitarias” ha
expresado cómo los componentes afectivos van a determinar la elección hacia estas
profesiones, a lo que Rijo (1999) ha llamado vocación patógena. Para (Guggenbuehl,
1983, citado en Schafetter, 1988), estos sentimientos de insuficiencias y
desvalimiento en el sujeto que desea ser psicólogo están ligados a su dinámica de
personalidad, que se localizan por medio de estas profesiones. Por su parte
12
(Schmiedbauer, 1977, citado en Schafetter, 1988), habla de los componentes
narcisista que están presentes en la personalidad del sujeto con una vocación hacia
las profesiones sanitarias, que alude al llamado síndrome del ayudador,
entendiéndose de esta manera que la identidad vocacional está ligada a la
personalidad del sujeto y esta personalidad se estructura según Freud en el complejo
de Edipo. Por lo tanto en este contexto todos conflictos vinculados con la vocación y
la personalidad se expresan de diversas maneras, obedeciendo a identificaciones
con otro según Bohoslavky (1984). Ese vinculo ha de analizarse con los otros que se
encuentran en la relaciones primarias del sujeto, ya que esa identificación con el otro
es igual o mejor que sus objetos ideales. Todo ser humano desarrolla una estima
personal sobre la base de la confrontación con otro, y esa confrontación con el otro
ocurre por medio de la triangulación edipica a la que hace mención Lacan (1994).
2.1.4. Vocación y actitud de los alumnos
El estudiante de Psicología comprende con rapidez que para tener éxito basta
manifestar en el momento adecuado un nivel de excelencia. Pero los deseos y
necesidades que lo llevan a la conformación de psicólogo no los toma como un
aspecto determinante que influya en su quehacer profesional. Los estudiantes nunca
toman una misma actitud en cuanto al campo de ocupación; cambian su actitud en
cuanto a la actividad académica que realizan según las materias y actividades que
esta requiere. Por esta razón no se propone una tipología de los alumnos, sino un
conjunto de actitudes que pueden adoptar en un momento determinado en su trabajo
académico, por ejemplo:
1. Trabajar por interés: El alumno tiene pasión por realizar su trabajo y trata de
perfeccionarse sin cesar, por lo que esto determina su participación con
entusiasmo en las discusiones, se compromete en situaciones de
investigación y colectivas.
13
2. Intento de simulación: algunos estudiantes no son indiferentes a las ventajas
que le reportaría una identificación y dominio autentico, pero no quieren
asumir el trabajo correspondiente como el trabajo que requiere la Psicología
negando la ayuda de otro en el entendido de que al ser psicólogo no necesitan
ser analizados psicológicamente analizado.
Antes tales actitudes, el profesor que participa en la formación de estudiantes
no debe limitarse a formar a un profesional solo en lo académico y hacer énfasis en
la calidad que va a tener en el mercado laborar el futuro profesional de la Psicología,
sino llegar a realizar con el alumno un proyecto de formación integral.
2.1.5. Vocación y perfil del psicólogo
En la formación y el ejercicio profesional, el psicólogo tiene que poseer ciertas
habilidades y competencias para poder tener éxito dentro del campo de la profesión
(Urbina, 1989). Es por ello que al psicólogo lo forman en diversas disciplinas como
parte del dominio conceptual que debe de tener de la Psicología y, tomando en
cuenta que es un profesional que tiene como objeto de trabajo al ser humano, por
consiguiente se identifica como un profesional del comportamiento humano (Alcaraz,
1979, citado en Urbina, 1989).
Los factores que determinan la elección de una disciplina se encuentran
íntimamente vinculados con las habilidades, actitudes, valores y rasgos de
personalidad del individuo que toma una decisión. Como se ha expresado se plantea
el supuesto de que las personas que eligen la Psicología como profesión, lo hacen
porque tienen problemas emocionales y esperan encontrar en esta profesión el
camino para resolverlo. Conviene distinguir dos actitudes posibles: el individuo
experimenta conflictos emocionales y por ello se siente motivado a mirar dentro de si
mismo y trata de preguntarse qué es lo que lo impulsa a convertirse en psicólogo; o
14
también experimenta conflictos emocionales pero tiende a proyectar sus
perturbaciones en la sociedad y no puede confrontar su patología.
Cualquier persona está expuesta a padecer problemas emocionales de una
clase u otra; el psicólogo durante sus formaciones está confrontado con sus propios
problemas; sin embargo, puede manejarlos a través de proyecciones e
intelectualizaciones, o bien con honestidad, autoconciencia y responsabilidad
(Fuente, 1996).
La mayoría de los sujetos que se forman en la disciplina de la psicología
empiezan con el interés por el conocimiento de la conciencia que en última instancia
estaría ligado a una preocupación por su propia conciencia aunque no se percate de
ello. Sin embargo, Rijo (1999) entiende que este interés no es por la preocupación de
su conciencia como señala (Harrsch, 1998) si no más bien a motivaciones
inconscientes. Ya que los aspirantes a ser psicólogos tienen un Edipo que los indujo
a esa vocación, vienen de una conflictiva edípica que conformó su vocación de
psicólogo y aspiran a la psicología para tratar de resolver un Edipo que los llevó a
esa profesión.
Como ya se mencionó, Martín (1981) ha planteado la problemática de poder y
los componentes narcisista al describir el síndrome del ayudador. Lagache (1982), en
ese sentido ha planteado que el psicólogo ha de estar exento de egocentrismo y
ambivalencia para que acceda aun pleno reconocimiento del valor del otro y de los
valores comunes. Según Martín (1981) la psicodinamíca del sujeto que quiere ser
psicólogo ha sido objeto de diversas reflexiones; se alude por ejemplo a una
experiencia anterior, propia o ajena: el miedo a la enfermedad puede conducir a la
formación reactiva, es decir, a una lucha en contra de la enfermedad.
Según Ancora (1980, citado en Galimberti, 2002) cuando una persona dice
que tiene vocación para una derteminada actividad, expresa sentir una atracción
15
anímica de tipo afectivo pulsional que lo impulsa a un cierto modo de vida aunque
hay en ella evidentes contenidos mental informativo. Tener vocación es sentirse
llamado por un ideal de un modo predeterminante y afectivo. La aportación pulsional
y la vivenciada implican en cierta manera la elección vocacional del sujeto como
puede observarse en la práctica clínica, el sentimiento vocacional está impulsado por
las vivencias del sujeto pero que él las siente como si vinieran de fuera, como si le
fuera extraña a su yo.
Por otro lado el perfil del psicólogo que se tiene concebido de acuerdo al
Consejo Nacional para la Enseñanza e Investigación en Psicología (CNEIP, 1989) no
toma en cuenta los componentes de personalidad a la cual se he hecho referencia,
es decir, los componentes afectivos de la dinámica de personalidad del sujeto que
desea ser psicólogo. Según el CNEIP, la definición del perfil del psicólogo se encierra
en las necesidades del contexto donde este se encuentra, y para el Curriculum
Integrado y Aprendizaje Centrado en el Estudiante (CIACE, 2005), modelo educativo
empleado por la universidad de Colima considera que el aspirante a Psicología debe
caracterizarse por:
• Identificarse con una concepción humanista e interés por incidir en los
problemas individuales y sociales relacionados con el comportamiento
humano.
• Flexibilidad para incorporarse a procesos educativos no tradicionales.
• Habilidad en el uso de estrategias cognoscitivas para el aprendizaje y/o una
alta disposición para desarrollarlas.
• Un adecuado nivel de desarrollo biopsicosocial, expresado en cuanto a salud
mental.
Al parecer este modelo presenta un perfile que se orienta en el marco
profesional y personal, es decir, sobre las características de personalidad que debe
16
tener el sujeto que quiere ser psicólogo orientado hacia una concepción humanista.
Según García (1987, citado en Urbina, 1989), resulta difícil establecer un perfil del
psicólogo por las características humanas de su profesión y los problemas sociales a
los cuales debe de enfrentar. Pero como señala Urbina, (1988) la enseñanza de la
Psicología está estrechamente vinculada a la condición misma de la disciplina,
sugiriendo no solamente la creación de un perfil profesional del psicólogo con
competencia y habilidades para responder a la demanda, sino también el de una
persona integra que no involucre sus conflictos personales con su profesión. Señala
Barriga (1989, citado en Urbina, 1989), que en la profesión de psicología debe existir
una conjugación de lo académico con las características de personalidad; sin
embargo, hablar del psicólogo es una cuestión sumamente ardua y complicada, a
diferencia de lo que pueda ocurrir en otra profesión. Sin embargo, Lagache (1982),
comprende que la formación del psicólogo y el perfil que ha de tener debe ser sobre
la base de una más o menos severa formación, pero en todo caso consciente de sus
fines, sus medios y sus alcances.
Coderch (2002) considera que la enseñanza y el aprendizaje constituyen
sólo una parte de la preparación técnica y teórica en el ejercicio de la profesión del
psicólogo. La otra parte y la más importante la constituye la personalidad, sin
embargo, Coderch (2002), señala que no hay reglas generales acerca de la
personalidad del psicólogo. Añade que además de los aspectos teóricos y técnicas,
guiados en el proceso de formación, están los componentes afectivos que tendrán
lugar en el ejercicio de la profesión; haciendo, de este modo énfasis en la formación
del psicólogo, no sólo a nivel teórico y técnico sino en una formación integral
(Coderch, 2002). Se reconoce que la personalidad del psicólogo desempeña una
importante contribución al ejercicio y desarrollo de su profesión (Bribing, citado en
Coderch, 2002), en ese mismo orden de ideas, Mclelland (1971, citado en David,
1977), encontró en una investigación realizada sobre las motivaciones de logros de
los psicólogos que los psicólogos tienen una necesidad de poder, una necesidad de
ser importantes y de causar impacto. A estos hallazgos de Mcclelland, en la
motivación de logro del psicólogo Rijo (1999) los ha denominado vocación patógena
17
del psicólogo, ya que representa una vocación vinculada a los conflictos ligados con
las figuras primarias de relación. Para Bogaert (1999), la vocación del psicólogo se
relaciona con la demanda de ser amado, por ser o tener eso que le falta al otro que
sufre, que ignora y que se siente impotente.
La elección de una profesión plantea en el aspecto individual una
indagación, un balance de toda la personalidad, con el objeto de hallar los elementos
que la integren. En el momento de la elección personal, actúan en el individuo toda
su dinámica psicológica, puesta al servicio de la identificación con su profesión,
estando en juego la personalidad, como un elemento importante en la elección de la
profesión. Esa personalidad madura conlleva a una identidad profesional. Por otro
lado Jeangros (1971), considera la profesión como un fenómeno vital, sugestivo e
inherente al hombre; considera que en la profesión no solamente están involucrados
una series condiciones externas, sino que los elementos internos que conforman la
personalidad van a determinar el desarrollo de la vocación hacia una profesión
determinada.
Rivas (1988) reconoce que el psicoanálisis ha realizado grandes aportes a
la comprensión de la elección vocacional desde la teoría de la personalidad, teoría
basada en las necesidades y motivaciones humanas. En este sentido se destacan
los trabajos de (Brill y Bodin, citados en Rivas 1988), respecto de la comprensión de
la elección vocacional; desde la teoría psicoanalítica se reconoce que Freud no
prestó atención a la conducta vocacional Castaño (s.f., citado en Rivas 1988). Pero
en iniciación al tratamiento consejos al medico, dabas las pautas al menos, de
manera implícita de los elementos de la personalidad que pueden influir en el
desarrollo de la profesión. Sin embargo, aunque el psicoanálisis no planteó la
conducta vocacional como tema de estudio, no ha dejado de influir de manera
determinante en la elección vocacional (Shertzer y Stone, citado en Rivas, 1988).
Desde la teoría psicoanalítica Brill (1949, citado en Rivas, 1988) se ha planteado que
la elección hacia una vocación determinada genera una gratificación al individuo al
resolver un problema que le plantea la realidad, considerándose la sublimación como
18
el elemento principal en la conducta vocacional. Para Brill (Ibíd.) los motivos
inconscientes surgen en todo comportamiento. La interpretación de la conducta en
términos de desarrollo y evolución hace que las relaciones, especialmente con las
figuras de autoridad próxima al sujeto, cuentan un papel activo en la comprensión de
la dinámica de la elección vocacional (Rivas, 1988: p. 97).
Para Roe, (citado en Rivas, 1988), la vocación está vinculada a elementos
inconscientes, pero toma en consideración las diferencias individuales tales como las
variables físicas, psíquicas y la experiencia del entorno. Para esta autora la
personalidad no puede ser considerada como la variable más importante en la
elección vocacional, pero reconoce que una de la dimensión esencial de la en la
elección de carrera es la de trabajar con persona o evitar hacerlo.
Sin embargo, Coderch (2002), enfatiza al referir las características y perfil del
sujeto que desea ser psicólogo que a diferencia de otras profesiones, la enseñanza
informativa y el aprendizaje constituyen sólo una parte de la preparación, siendo la
otra parte, la personalidad del sujeto, lo que alude a las dificultades de establecer
reglas generales para ser psicólogo.
Para Coderch (2002), las características y el perfil que debe tener un sujeto
que desea ser psicólogo son las siguientes:
� No mostrar sentimiento de naturaleza tal que puedan interferir con
una actitud de amabilidad, consideración e interés. Debe ser apto
para abstenerse de juzgar a sus pacientes.
� Hallarse suficientemente informado de los fenómenos
psicopatologicos subyacentes a la sintomatología del paciente.
� Estar en condiciones de emplear los factores dinámicos en la
relación interpersonal con el paciente, para modificar en los
posibles, la estructura psíquica de éste.
19
� Por su sincero interés hacia el paciente, despertar y mantener la
confianza de éste.
� Escuchar la comunicación del paciente, si reaccionar de acuerdo
con sus propios problemas, sentimientos o juicios de valor.
� Comprender, dentro de límites variables de acuerdo con su
preparación profesional, su propio inconsciente y el inconsciente
de sus pacientes.
� Conocer cómo trabajar dentro de un campo de fuerzas
interpersonales.
� Conocer la estructura, presiones y limites que impone a esta
relación.
� Poseer sus propias hipótesis acerca de por qué el paciente
presenta determinadas formas transferenciales de
comportamiento.
� Comprender al paciente como una persona cuyos conflictos
internos se manifiestan en la relación con él.
� Entender claramente la naturaleza de la influencia que él mismo
puede ejercer sobre este campo relacional de fuerzas, en su intento
para modificar algunos aspectos significativos de los sentimientos y
comportamientos del paciente. Estimar la posibilidad de que existen
de alcanzar un particular objetivo en un periodo de tiempo
determinado.
� Tener en cuenta las fuerzas que actúan en contra de sus
propósitos, no sólo en el interior del paciente, sino también en su
propio interior.
Greenacre (1961, citado en Coderch, 2002) se muestra de acuerdo en la
necesidad de que el psicólogo posea requisitos básicos de inteligencia,
cultura y educación por encima de la media de su grupo social, enfatizando
en el amor por la verdad, la honestidad y facilidad para acceder al
20
inconsciente. Sin embargo, el CNEIP resume el perfil profesional del
psicólogo de la siguiente forma (Tomasini, 1986, citado en Urbina, 1989):
� Define al psicólogo como un profesional universitario cuyo objeto
de estudio es el comportamiento humano individual y social, que a
partir de la investigación de los procesos cognitivos-afectivos y de
su interacción con el entorno, es un promotor del desarrollo
humano, conciente de sus responsabilidades éticas para consigo
mismo y la sociedad, siendo su función genérica la de intervenir
como experto del comportamiento en la promoción del cambio
individual y social desde una perspectiva interdisciplinaria.
� Sugiere eliminar el concepto de área profesional que fracciona el
quehacer del psicólogo, considerando más bien, campos
relacionados con las necesidades sociales correspondientes a
sectores de: salud, educación, producción y consumo, ecología y
vivienda y organización social.
� Indica que las funciones profesionales del psicólogo serán las de
detectar, evaluar, investigar e intervenir (incluyendo esta ultima
prevención, rehabilitación y orientación). Funciones, además, que
se interrelacionaran al realizarse. En cuanto a las actividades
profesionales habrá algunas que todos los psicólogos deberán
realizar independientemente del campo del que se trate y otras
específicas y relativas a su campo particular.
Como se observa tanto en la propuesta que hace el CNEIP del perfil
profesional del psicólogo y la planteada por Coderch (2002) muestran divergencia; ya
que por un lado el CNEIP apunta más hacia un perfil de tipo profesional involucrado
con las problemática sociales; y Coderch trata los aspecto que tienen en relación con
la personalidad como una forma básica y fundamental en el quehacer del psicólogo.
21
2.2.- LA PERSONALIDAD
2.2.1. La personalidad: aproximación histórica
El término personalidad se deriva del latín persona, que designa la máscara
del otro, de donde procede dicho vocablo. Para la psicología clásica el término fue
tomado como un aspecto de permanencia, que ve en la personalidad una función
psicológica permanente (Lalande, 1976, citado en Delay, 1979).
El estudio de personalidad ha pasado por tres etapas principales: a) la literaria
y filosófica, b) la protoclínica y, c) cuantitativa y experimental. Desde Hipócrates
hasta el Renacimiento ya se había dados los primeros pasos en el estudio de la
personalidad y su definición, tratando de buscar una correlación entre el tipo físico y
la personalidad. La base literaria y filosófica descansa en la tipificación rudimentaria
que tenia del hombre de acuerdo a cierta cantidad de rasgos característicos (Katell,
1965). Su base de apreciación estaba en el organismo humano y su aspecto físico,
sobre el cual Hipócrates y los demás pensadores de su época relacionaban el
comportamiento con la personalidad; así la clasificación de Hipócrates es una
tipología temperamental basada en los humores. Pero no fue hasta el siglo XVIII
cuando Cristián Wolff intentó por vez primera dar una definición de la personalidad,
ya no en términos filosóficos o literarios, sino en términos psicológicos; sin embargo
fue hasta la llegada de la Psicología académica, y más tarde con el surgimiento de la
psicología clínica, en que empiezan a desarrollarse teorías sobre la personalidad. En
aquellos intentos por definir la personalidad surgieron dos modelos explicativos en
los que hoy día los estudios de la personalidad se encuentran agrupados; por un lado
tenemos el modelo descriptivo que ha subsistido desde Hipócrates, hasta los teóricos
de la personalidad como Kretsmer (1960), Cheldon (1975) y Allport (1970); y por el
otro, al modelo llamado modelo dinámico de Freud con su teoría de la libido. Las
22
referencias anteriores justifican el que no exista una sola definición del término
personalidad.
En un intento por definir la personalidad Ribot (1940, citado en Delay, 1979), la
conceptúa como una integración de todos los procesos psicológicos que dan unidad
y coherencia a un sujeto. Por otra parte, según Delay (1979), la personalidad es
definida como una organización dinámica de los aspectos cognitivos (intelectuales),
afectivos, conativos, (pulsiones y voliciones), fisiológico y morfológico de un
individuo. Se observa que la definición que propone Delay sobre la personalidad
abarca las tres dimensiones. Para Alarcón (1986), la personalidad es el conjunto de
rasgos y características distintivo de la actitud y conducta de un individuo en una
interacción biopsicosocial. Por su parte (Krakovski 1982, citado en Sarason, 1996)
define la personalidad como la característica que tiene un individuo de responder a
una situación determinada. Así también Hampson (1986), considera a la
personalidad típicamente como algo interno y por lo tanto no directamente accesible;
lo cual se pone de manifiesto en la conducta de una persona.
Jeammet (1982) en su definición de personalidad presta más atención a los
factores biológicos y constitucionales de la personalidad sin dejar de reconocer que
hay una interacción con un medio; sin embargo Lacan (1975) la define en términos
biográficos a través de una evolución típica desde el punto de vista del sujeto. Para
Jaspers (2004), la personalidad sería la relación del individuo con la conciencia de su
particular yo íntimo, siendo esta relación una interacción entre fenómenos concientes
e inconsciente del sujeto. Sin embargo, Jaspers atribuye la personalidad a factores
constitucionales. En suma, no hay una clara definición de personalidad ya que de
acuerdo al autor o la escuela, que la defina se tendrá diversas concepciones de este
término; bien lo señala Jaspers (2004), al decir que el término personalidad es muy
ambiguo. Por su parte (Dollard y Miller, 1975, citados en Sarason, 1996),
comprenden que la personalidad consiste en hábitos o formas de responder que han
sido aprendidas por medio de la observación, enfatizando los factores sociales y
cognitivos en la determinación de la personalidad.
23
La mayor parte de los psicólogos como se puede observar están de acuerdo
en un punto que se refiere a la conducta, por ejemplo: la personalidad puede ser
ampliamente definida como la cualidad total de la conducta de un individuo. Pero los
términos conducta y cualidad resultan ambiguos. Para un grupo de psicólogos, la
conducta expresada por la personalidad es el efecto del hombre sobre su ambiente
la personalidad es nuestra influencia sobre los demás. Esta explicación excluye, sin
embargo, las manifestaciones de la personalidad en ausencia de otras personas,
como la forma de pensar, la imaginación y los ensueños y hace depender la
valoración de la personalidad del juicio de la mayoría (Mieli, 1963, citado en
Braunstein, 1998).
También se ha tomado como criterio no ya los efectos de la personalidad
sobre el ambiente, sino los de éste sobre aquélla, pudiendo entonces ser definida la
personalidad como "la manera habitual del organismo de adaptar sus impulsos
egocéntricos a las exigencias del ambiente" (Braunstein, Parternac y Saal, 1998).
Algunos Psicólogos definen la personalidad como todo lo que una persona es:
"personalidad es la suma total de todas las disposiciones biológicas innatas,
impulsos, tendencias, apetitos e instintos del individuo, así como las tendencias y
disposiciones adquiridas" Saal (1998). Pero una planta también tiene disposiciones
innatas, impulsos como el tropismo, tendencias como el crecimiento, apetitos como
el alimentarse y aún instintos relacionados con la propagación de la especie. Lo que
no tiene son procesos psíquicos, que también son excluidos de la definición anterior.
Tales definiciones son estáticas, mientras la personalidad es un sistema
dinámico, como se expresa en la siguiente definición: "la personalidad es la
organización dinámica individual de aquellos sistemas psicofísicos que determinan
su singular adaptación al ambiente (Braunstein, 1998).
24
Todas las definiciones mencionadas tienen un concepto común, el de una
totalidad que abarca a todo el ser humano. Esto significa específicamente que la
personalidad se manifestaría en todos los aspectos que se ha estudiado
anteriormente: factores biológicos, percepción, memoria, aprendizaje, asociación,
emoción, imaginación, pensamiento, inteligencia, motivación y otros muchos.
2.2.2. Concepción psicoanalítica de la personalidad
La obra de Freud, durante el periodo que data desde 1898 y 1930 marca el
inicio del estudio psicodinamico de la personalidad apelando a tres instancias, el
super-yo, el yo y el ello, a partir de la concepción del conflicto (Lagache, 1963). Estas
instancias de la personalidad son sistemas motivacionales. Los psicoanalistas post
Freudianos han modificados, en cierto modo las ideas originales de Freud. Sin
embargo, reconocen que el esquema jerárquico psicoanalítico en la comprensión de
la estructura de la personalidad es puramente psicológico.
El cambio a las ideas de Freud se han hechos básicamente en el ámbito
social. Pero todos coinciden en un punto, de que el sujeto posee conflicto en la
dinámica y estructura de la personalidad, y que este utiliza mecanismos de defensa
para controlarlo.
En psicoanálisis se habla de conflicto cuando, en el sujeto, se oponen
exigencias internas contrarias. El conflicto puede ser manifiesto (por ejemplo, entre
un deseo y una exigencia moral, o entre dos sentimientos contradictorios) o latente,
pudiendo expresarse este último de un modo deformado en el conflicto manifiesto y
traducirse especialmente por la formación de síntomas, trastornos de la conducta,
perturbaciones del carácter. El psicoanálisis considera el conflicto como constitutivo
del ser humano y de toda la estructura de personalidad; y desde diversos puntos de
vista se observa el conflicto entre el deseo y la defensa, conflicto entre los diferentes
sistemas o instancias, conflictos entre las pulsiones, conflicto edipico, en el que no
25
solamente se enfrentan deseos contrarios, sino que éstos se enfrentan con lo
prohibido. (Fenichel, 1999).
Si bien el conflicto para el psicoanálisis en la comprensión de la personalidad,
constituye sin discusión, un dato fundamental de la experiencia psicoanalítica, y
resulta relativamente fácil de describir en sus modalidades clínicas, más difícil es dar
del mismo una teoría meta psicológica. A lo largo de la obra freudiana, el problema
del fundamento último del conflicto ha recibido distintas soluciones. Ante todo
conviene señalar que es posible intentar explicar el conflicto a dos niveles
relativamente distintos. A nivel tópico, como conflicto entre sistemas o instancias, y a
nivel económico-dinámico, como conflicto entre pulsiones. Para Freud, este segundo
tipo de explicación es el más radical, pero con frecuencia resulta difícil establecer la
articulación entre ambos niveles, por cuanto una determinada instancia que toma
parte en el conflicto no corresponde necesariamente a un tipo específico de
pulsiones (Laplanche y Pontalis, 1996: p. 77).
Dentro de la primera teoría meta psicológica, el conflicto puede referirse
esquemáticamente, desde el punto de vista tópico, a la oposición entre los sistemas
Ics, por una parte, y Pcs/Cs, por otra, separados por la censura; esta oposición
corresponde también a la dualidad del principio del placer y principio de realidad, de
los cuales el último intenta asegurar su superioridad sobre el primero. Puede decirse
que las dos fuerzas que se hallan en conflicto son entonces para Freud la sexualidad
y una instancia represora que incluye especialmente las aspiraciones éticas y
estéticas de la personalidad (Reich, 1995), siendo el motivo de la represión los
caracteres específicos de las representaciones sexuales, que las harían
incompatibles para el «yo» y generadoras de displacer para éste.
Sólo más tarde Freud buscó un soporte pulsional a la instancia represora.
Entonces considera que el substrato del conflicto psíquico lo constituye el dualismo
entre las pulsiones sexuales y las pulsiones de autoconservación (definidas como
26
«pulsiones del yo»). El pensamiento psicoanalítico debe admitir que ciertas
representaciones han entrado en oposición con otras, más fuertes que aquéllas, para
designarlas se utiliza el concepto global yo, que tiene una distinta composición
según los casos; ello hace que se repriman las primeras representaciones. Ha
llamado la atención la importancia de las pulsiones para la vida representativa; se ha
reconocido que cada pulsión procura imponerse no siempre se armonizan; a menudo
llegan a un conflicto de intereses; las oposiciones entre las diferentes pulsiones. Sin
embargo, es evidente que, incluso en esta etapa del pensamiento Freudiano en que
existe una coincidencia entre la instancia defensiva del yo y un determinado tipo de
pulsiones, la oposición última «hambre-amor» sólo se expresa en las modalidades
concretas del conflicto a través de una serie de mediaciones muy difíciles de
establecer.
En una etapa ulterior, la segunda tópica proporciona un modelo de la
personalidad más diversificado y más próximo a estas modalidades concretas:
conflictos entre instancias, conflictos internos de una misma instancia, por ejemplo
entre los polos de identificación paterno y materno, en ese sentido Lacan (1964), en
“Les quatre principes fondamentaux de la psychanalyse” comprende la formación de
la personalidad a través de la idealización, identificación, proyección e introyeccion,
colocando ambos términos unos en el campo de lo simbólico y otro al campo de lo
imaginario. La propuesta de Lacan (1964), al reactualizar el pensamiento freudiano,
sugieren especialmente dos momentos bien diferenciados en el desarrollo de la
formación de la personalidad: el Estadío del Espejo, como momento fundante en la
diferenciación del yo y del otro, lo que constituye la relación imaginaria, y la Función
del Padre actuada en el complejo de Edipo, y constituyente de la función simbólica,
que pueden encontrarse en el superyó.
En la comprensión de la formación de la personalidad. Para el psicoanálisis,
el complejo de Edipo constituye la idea fundamental e inevitable que orienta el
campo interpsicológico del niño, podría encontrarse tras las más diversas
modalidades del conflicto defensivo (por ejemplo, en la relación entre el yo y el
27
superyó). De un modo más radical, si se considera el complejo Edipo como una
estructura en la que el sujeto ha de encontrar su lugar, el conflicto aparece ya
presente, previamente al juego de las pulsiones y de las defensas, juego que
constituirá el conflicto psíquico propio de cada individuo (Lagache, 1963).
28
2.3. – Evaluación de la personalidad
2.3.1. Definición y objetivos de la evaluación de l a personalidad
La evaluación de la personalidad se relaciona con la necesidad histórica de las
personas de disminuir su incertidumbre con respecto a la conducta de los demás.
Ante una persona desconocida, suelen aparecer preguntas tales como: ¿cómo
será?, ¿Qué podemos esperar de ella?, ¿Cómo se comportará en determinadas
situaciones?, ¿Cómo se sentirá?, ya que en un primer momento de las interacciones
sociales sólo se tiene acceso a las apariencias externas de los otros, y se asume que
detrás de ello hay mucho más que no es posible conocer a primera vista (Fernández-
Ballesteros, 1998).
La Psicología se ha ocupado de esta necesidad recogiendo y estudiando el
concepto de personalidad, el que ha llegado a constituir todo un campo al interior de
ella. “La Psicología pretende, precisamente, un conocimiento de las personas de tal
manera que sea posible, mediante su análisis en un momento determinado, predecir
su conducta futura” (del Barrio, citado en Fernández-Ballesteros, 1998.)
No es posible encontrar una teoría integrativa de la personalidad, por el
contrario, existen diversos enfoques teóricos que aportan a este constructo, variedad
que se refleja en la gran cantidad de métodos distintos que existen para evaluarla. A
pesar de esta diversidad teórica la mayoría de las definiciones consideran que
“personalidad es aquello que permite prever las tendencias estables de una persona
a comportarse de una determinada manera en diferentes situaciones”. Esto explica la
posibilidad de predecir el comportamiento de las personas y, como se vera más
adelante, corresponde precisamente a aquello a lo que los distintos métodos de
evaluación pretenden acceder.
29
La evaluación de la personalidad, surge entonces como un modo de conocer
el funcionamiento psicológico de las personas, a través de “métodos que nos
permiten aclarar y descubrir en sus detalles, o sea, objetivar, la organización
dinámica de la psique humana” (Klopfer, 1982).
De esta manera, se puede decir que la evaluación de la personalidad consiste
en “una serie de actividades de exploración, medida o análisis de comportamientos o
fenómenos psicológicos relativos a un sujeto, o grupo especificado de sujetos, y que
ello se realiza mediante un proceso de indagación y toma de decisiones” (Fernández-
Ballesteros, 1998.)
En general, la evaluación de la personalidad abarca una gran cantidad de
aspectos del sujeto. Millon (2000) distingue entre atributos estructurales y atributos
funcionales. Los primeros se refieren a aquellos atributos del sujeto que son más o
menos estables y permanentes, es decir “los substratos cognitivo-afectivos y las
disposiciones para la acción de naturaleza cuasipermanente”. Los más relevantes
que señala el autor para la evaluación de la personalidad son: la autopercepción, la
configuración internalizada y la organización intrapsíquica. Los atributos funcionales
consisten en aquellos atributos relacionados con la interacción entre el sujeto y su
medio externo; o sea “modos expresivos de la acción regulatoria, es decir,
conductas, cogniciones, percepciones, afectos y los mecanismos que gobiernan,
ajustan, transforman, coordinan, equilibran, descargan y controlan el toma y daca
entre la vida interna y externa”. Millon (2000) destaca para los objetivos de
evaluación la presentación conductual, la conducta interpersonal, el estilo cognitivo,
la expresión afectiva y los mecanismos inconscientes.
Por su parte, Fernández-Ballesteros (1998), plantea que los objetivos de la
evaluación de la personalidad y qué es lo que se mide en ella, varían según el
modelo desde el que se realiza dicha evaluación; es así como la autora distingue
cinco modelos, a saber, el modelo del atributo, desde el que se pretende encontrar
30
las características psicológicas y psiquiátricas básicas y distintivas de los seres
humanos, y cuyo objetivo es predecir la conducta en distintos contextos (situaciones
clínicas, laborales o escolares); el modelo dinámico, desde donde se pretende
analizar el mundo inconsciente de las personas, y sobre la base de ello explicar su
comportamiento; el modelo médico, desde el cual se estudia a los sujetos con
trastornos de conducta y cómo pueden ser clasificados en categorías consideradas
como “enfermedades mentales”, por lo que el objetivo es la explicación de la
conducta anormal, llegar a un diagnóstico, ayudar a un pronóstico y al control de la
patología; el modelo conductual, que pretende un análisis científico de las respuestas
observables de un sujeto y los estímulos que las mantienen, y cuyo objetivo consiste
en describir, predecir, explicar y controlar el comportamiento; y finalmente el modelo
cognitivo, desde el que se evalúan estructuras internas, mentales, enfatizando los
procesos cognitivos que median entre el estímulo y la respuesta.
A pesar de las distinciones expuestas anteriormente, se puede decir, que la
evaluación de la personalidad en general pretende el estudio de características
psicológicas, entidades nosológicas y constructos dinámicos, y que todos los
modelos señalados “persiguen la predicción y explicación (a veces, indebidamente)
de la conducta del sujeto” (Fernández-Ballesteros, 1998).
2.3.2. Aplicaciones de la evaluación de la personal idad
El campo de aplicación de la evaluación de la personalidad se encuentra en
distintas áreas, en algunas de las cuales puede ser de especial importancia, en tanto
la predicción de la conducta de una persona puede considerarse una referencia
fundamental para tomar decisiones de diversa envergadura. Esto se puede observar
principalmente dentro de los ámbitos clínico, educacional, jurídico y laboral, así como
en la investigación.
31
En el área clínica la evaluación de la personalidad se orienta a realizar un
estudio exhaustivo de los individuos, a través de diversas fuentes de información,
para comprender los distintos factores que determinan su funcionamiento
psicológico. Fernández-Ballesteros (1998), considera como uno de los objetivos de la
evaluación en este ámbito, el de precisar diagnósticos clínicos y seleccionar las
intervenciones terapéuticas más adecuadas, para apoyar las decisiones de
tratamiento. Del mismo modo se busca estimar el pronóstico de diversos cuadros y/o
evaluar la evolución de los individuos de acuerdo a parámetros de desarrollo normal,
en las diversas áreas de su funcionamiento.
En el área educacional, la evaluación de la personalidad tiene diversas
utilidades, entre las cuales destacan, la “medición” del grado de madurez de niños y
adolescentes en su contexto escolar y evaluación de su funcionamiento en diversas
áreas de desarrollo, vale decir, cognitiva, afectiva, social, etc.; por otra parte, sirve
para facilitar procesos de orientación y elección vocacional, así como para realizar
procesos de selección entre postulantes a ciertos programas de educación superior.
Cabe destacar la importancia que tienen los métodos de evaluación de la
personalidad en procesos de investigación, donde constituye una importante fuente
de información para realizar estudios en diversos ámbitos de la Psicología.
Cualquiera sea éste, el objetivo es recabar tal información para hacer posible el
análisis de las distintas variables en estudio.
2.3.3. Métodos de evaluación de la personalidad
Existe una gran variedad de métodos para evaluar la personalidad, lo que se
deriva en parte de la diversidad teórica. Las construcciones teóricas acerca de la
personalidad delimitan el objetivo de la evaluación al señalar qué aspectos la
constituyen, cuáles son los factores que la determinan, por tanto, qué elementos hay
que describir. De este modo, se puede evaluar la personalidad en forma global o sólo
algunos aspectos o áreas de ella, considerando o no su organización estructural.
32
En otro caso, la evaluación se orientará a captar y describir una configuración
de rasgos, dimensiones o factores, desde una perspectiva más bien atomista de
evaluación (Bell, 1978). Otra posibilidad es abordar la cuestión de los estilos de
personalidad o chequear la presencia de características psicopatológicas, como la
tendencia a sufrir ciertos trastornos emocionales o el desarrollo de trastornos de
personalidad. Así, surge una primera distinción que se puede reflejar en la
clasificación de las técnicas de evaluación según el objetivo de ésta, y que también
está relacionada con la adscripción teórica del clínico que planifica la evaluación. La
adscripción del examinador a una determinada escuela psicológica ejerce una
presión selectiva del instrumento a usar llegando incluso a determinar la aprobación
o desaprobación del uso de tests para la evaluación de la personalidad.
Otro criterio de clasificación, es la metodología usada en la construcción de la
técnica y el grado de estandarización de la aplicación, corrección e interpretación de
un instrumento y de sus materiales de estímulo. A pesar de las diversas
clasificaciones de los métodos de evaluación de la personalidad, la mayoría de ellas
reconoce a las técnicas proyectivas como categoría. Ejemplo de ello es la
clasificación de Anastasi (1998) quien organiza las pruebas de evaluación de la
personalidad según el método empleado para obtener los datos, destacando, junto a
las técnicas proyectivas, los inventarios autodescriptivos y un conjunto de diversos
métodos de evaluación. Por otra parte, Fernández-Ballesteros (1998) agrupa los
distintos métodos en pruebas psicométricas, métodos objetivos, métodos subjetivos y
técnicas proyectivas. El énfasis de éstas últimas, está en la evaluación global e
idiosincrásica de la personalidad y en la aceptación de la existencia de aspectos y
dinamismos inconscientes. El psicoanálisis constituye su fundamental sustento
teórico, junto a otras teorías dependiendo de la técnica específica (Fernández-
Ballesteros, 1998).
33
2.4. - Las técnicas proyectivas
2.4.1. Aproximaciones al concepto de proyección
El primero en hablar de “Técnicas Proyectivas”, para denominar este conjunto
específico de métodos de evaluación, fue (Frank, 1939, citado en Bohm, 2001: Pág.
400), al definir los métodos `proyectivos como:
“Basically, a proyective tecchnique is a method of studying the
personality by confronting the subject wiht a situation to wihich he
responds according to what that situation means to him and how
he feels when so responding”.
Esto generó diversas opiniones con respecto al grado de adecuación de esta
denominación, produciéndose, a su vez, cierta controversia en torno al significado del
concepto de proyección. De esta manera, se hace necesario revisar este concepto,
el que tiene más de una acepción. Por una parte, se enmarca dentro de la
perspectiva psicoanalítica, con un significado más bien restringido a la concepción
freudiana de proyección; por otra, en una concepción más amplia, como la de Bellak
(1987), Murray (1971) y Bell (1978) entre otros, que incorporan la noción analítica de
proyección, en conjunto con otros mecanismos y/o funciones. Sin embargo, las
técnicas proyectivas, aunque se usen en el marco de los avances metodológicos
incorporados en las últimas décadas, implican para el clínico de orientación
psicodinámicas un aprovechamiento como “reactivos” de entrevistas
instrumentalizadas aptas para propiciar la asociación libre, el lenguaje simbólico y el
conocimiento del mundo interno del sujeto. Son reactivos lo más ambiguos e
indeterminados posibles, que elicitan que el sujeto hable, dibuje, construya o recree
sus experiencias emocionales, sus conflictos, el mundo de sus relaciones, temores,
sus ansiedades y sus expectativas y deseos de cambio. Son, por tanto, un método
de estudio de la personalidad a través de un material escasamente estructurado
(Espada, 1994).
34
A pesar de que no se cuenta con una definición única que integre la totalidad
de los mecanismos aludidos a través del concepto de proyección; En el campo de
las técnicas proyectivas, existe cierto grado de consenso en relación con el
significado de dicho término (Bell, 1978), el cual se vuelve central para definir la
naturaleza de los métodos proyectivos o describir las funciones psicológicas que se
desencadenan a través de ellos. La discusión ha servido para establecer distinciones
y relaciones conceptuales, que sirven para fortalecer la teoría que sustenta el
desarrollo de dichos métodos de evaluación. Según (Meili, 1951, citado en Bhom,
2001: p. 399), distingue la proyección entre proyección afectiva y estructural. Meili
“comprende la proyección afectiva al concepto estricto del psicoanálisis, es decir, la
proyección de contenidos afectivos sobre otra persona y, en cambio como
proyección estructural al concepto amplio, más general, de la proyección en el
sentido de los métodos proyectivos, es decir, el reflejo de la estructura de la
personalidad en test especifico.”
Según Bellak (1987), Sigmund Freud otorgó por primera vez en 1894 un
significado psicológico al término proyección, en “La Neurosis de Angustia”,
delimitando el concepto en 1896, en “Acerca de las Psicosis de Defensa”. Según
este autor, para Freud “la proyección es un proceso que consiste en atribuir los
propios impulsos, sentimientos y afectos a otras personas o al mundo exterior, como
un proceso defensivo que nos permite ignorar estos fenómenos indeseables en
nosotros mismos”. Más adelante, Freud describe la proyección como una defensa
implicada en distintas patologías, como la paranoia, la fobia y los celos proyectivos; y
también como parte de los fenómenos normales, como son la superstición, la
mitología, el animismo y la actividad onírica.
En este mismo contexto, una de las funciones más importantes atribuidas por
Freud al mecanismo de proyección, dice relación con la oposición fundamental entre
sujeto (yo) y objeto (mundo externo), en la que el mecanismo se ve implicado, junto a
35
la introyección, en el proceso de constitución del sujeto. Este punto fue desarrollado
también por (Klein, 1980, citada en Etchegoyen, 1991), para quién la dialéctica
proyección-introyección es el fundamento de la diferenciación entre lo interno y lo
externo, a diferencia de lo que opinó Anna Freud (1965), quien creía que la
introyección y la proyección necesariamente requerían de un estado de
diferenciación lograda del yo con respecto al mundo externo (Laplanche y Pontalis,
1996.).
En las distintas aplicaciones freudianas del concepto, es posible encontrar un
elemento común: “Se trata siempre de arrojar fuera lo que no se desea reconocer en
sí mismo o ser uno mismo” (Laplanche y Pontalis, 1996: p. 311), constituyendo una
operación defensiva ante la amenaza de aparición de angustia. Según Freud, la
proyección forma parte del conjunto de mecanismos de defensa, concepto que
corresponde a “la designación general de todas las técnicas de que se sirve el Yo en
los conflictos eventualmente susceptibles de conducir a las neurosis” (Freud, 1926,
citado en Anna Freud, 1965).
La literatura clásica relativa a las pruebas proyectivas ha destacado otras
definiciones de este concepto (Healy, Bronner y Bowers, 1930; Noyes, 1934; Warren,
1934; citados en Bell, 1978), las que resaltan distintos aspectos implicados en el
fenómeno, aunque todas mantienen su carácter defensivo. Algunos autores han
considerado que la concepción analítica de proyección no da cuenta cabal del
fenómeno que se pone en juego en los métodos proyectivos, lo que ha motivado a
desarrollar hipótesis acerca de los procesos que se llevan a cabo en el sujeto
evaluado con estos métodos.
En el campo de las técnicas proyectivas, Bell (1978) considera distintas
definiciones del concepto, el que ha sido utilizado en diversos ámbitos además del
psicológico, y con distintas acepciones. Sus aportes permiten ampliar el significado
de proyección aplicado en el contexto de las pruebas proyectivas. Bell considera que
36
en la mayoría de las definiciones analíticas del término, subyace un mismo
denominador semántico, que se puede analizar de la siguiente forma:
1) Se trata de un proceso inconsciente.
2) Sirve como una defensa contra las tendencias inconscientes.
3) Resulta de la atribución, a otros, de impulsos, sentimientos, ideas y actitudes
inconscientes.
4) Permite reducir la tensión personal. Si bien el autor reconoce estas características,
propias de la proyección psicoanalítica, plantea que ellas no explican del todo el
mecanismo implicado en los métodos proyectivos, ya que:
1) La mayoría de los recursos proyectivos, no implican necesariamente un proceso
inconsciente.
2) Los tests que facilitan la expresión de la fantasía, frecuentemente conducen a la
manifestación de tendencias conocidas y comprendidas por el individuo.
3) En el proceso está implicado algo más amplio que una función defensiva.
4) No reducen necesariamente la tensión personal, en algunos casos incluso es
posible que la aumenten.
Aparecen aquí aspectos que recuerdan lo que Bellak (1987) y Murray (1971)
distinguieron como componentes expresivos de la proyección, entendida desde un
ángulo ampliado. Estos autores se han abocado a clarificar el concepto de
proyección según su aplicación en el campo de las pruebas proyectivas. Bellak por
su parte, desarrolló en 1967 el concepto de distorsión aperceptiva (Bellak, 1987).
El autor realizó una revisión teórico-empírica de algunos mecanismos
psicológicos implicados en la evaluación con técnicas proyectivas. Partiendo del
concepto freudiano de proyección, realiza una serie de experimentos, entre los
cuales evaluó a sujetos con el TAT, previa facilitación de distintos estados
emocionales (alegría, agresividad, tristeza, etc.) mediante hipnosis, y observa que las
respuestas de los sujetos a las láminas, estaban teñidas de tales emociones, lo que
le llevó a la conclusión de que éstas habían sido proyectadas en las historias. A partir
de lo anterior muestra que este proceso no sólo se pone en marcha para proteger al
37
Yo de los estados de displacer, sino que también el sujeto proyecta emociones que
no conllevan ninguna amenaza para el Yo; de hecho, este autor señala que Freud ya
se había adelantado a este problema, ampliando la función proyectiva al relacionarla
con la sensopercepción: “La proyección no está especialmente creada con fines de
defensa, también surge cuando no hay conflictos. La proyección de percepciones
internas al exterior, es un mecanismo primitivo que, por ejemplo, influye también
nuestras sensopercepciones, de tal manera que, normalmente, desempeña el papel
principal en la configuración de nuestro mundo exterior” (Freud, 1913, citado en
Bellak, 1987. Para dar cuenta del proceso perceptivo general y de los procesos a
través de los cuales se manifiesta la personalidad total, Bellak (1987) recoge el
concepto de apercepción, que define como “Una interpretación (dinámicamente)
significativa que un organismo hace de una percepción (…) Toda interpretación
subjetiva constituye una distorsión aperceptiva” (Bellak, 1987). Según el grado en
que se produzca tal distorsión, el autor distingue entre: proyección, proyección
invertida, proyección simple, sensibilización y externalización. La proyección alude a
un mayor grado de influencia de la subjetividad en el proceso perceptivo, en que el
sujeto adscribe a objetos externos, sentimientos y emociones inconscientes,
inaceptables para el yo.
Esta concepción es relativamente equivalente a la definición freudiana de
proyección. La proyección invertida, en cambio, constituye el proceso de respuesta a
sentimientos homosexuales inconscientes descritos en la paranoia. Por otro lado, la
proyección simple implica un menor grado de distorsión aperceptiva, fenómeno que
ocurre cotidianamente y no tiene significación clínica. La diferencia entre la
proyección paranoide y la proyección simple estaría en la menor rigidez, frecuencia y
grado de pérdida de conciencia de la segunda, en la que la distorsión resultante será
menos burda y disfuncional para el sujeto. Por otra parte, la sensibilización remite al
aumento de la sensibilidad perceptiva que se produce ante determinados estímulos.
En este mecanismo no opera ni la proyección clásica, ni la proyección simple,
pero puede constituir parte de la respuesta de los sujetos sometidos a estimulación
38
con métodos proyectivos, y esto puede ser utilizado para aprehender sus rasgos y/o
estructura de personalidad. En particular, en la sensibilización neurótica aumenta la
capacidad para percibir, en determinadas situaciones, ciertas emociones o
impresiones de otros, a partir de mínimos indicios. La sensibilización aparece
también en estados de necesidad del organismo, cuando éste se ve forzado a
aumentar su alerta selectiva. Esto cobra gran importancia al momento de distinguir
entre estados pasajeros inducidos por situaciones concretas, y rasgos de
personalidad más estables, lo que permite obtener conclusiones más correctas sobre
el funcionamiento de los individuos, si se toma en cuenta en una evaluación con
pruebas proyectivas.
Los estados pasajeros pueden manifestarse a través de aumentos o
disminuciones en la eficiencia cognitiva ante situaciones de necesidad o estrés.
Pueden aparecer también fantasías compensatorias o gratificaciones sustitutivas,
que algunos denominan percepción autista. Un ejemplo de esto es el aumento en el
recuerdo de imágenes de alimentos en personas con hambre, distorsión más leve
que la implicada en la proyección simple. Según Bellak (1987), la proyección
invertida, la proyección simple y la sensibilización corresponden a procesos
generalmente inconscientes, mientras la externalización sería un proceso pre-
consciente, que se manifiesta, por ejemplo, al relatar una historia. En este
mecanismo participarán imágenes que el sujeto ha reprimido parcialmente, razón por
la cual resultará más fácil que éste las reconozca como parte de su propia
subjetividad.
Según Boesch (1965, citado en Bohm, 2001), la proyección se presenta: 1.
Cuando hay una disminución del potencial de energía que dificulta una conducta
estructuradora y decide el sujeto a configurar esquemas imaginativos de asimilación.
2. Transformaciones consecutivas a la participación activa del sujeto. 3. actitudes
rígidas de espera, intensas automatizaciones (originada por esquemas prospectivos
de percepción). 4. Una elevada presión de la necesidad que puede poner en marcha
los mecanismos de defensas o fantasías de satisfacción.
39
Un supuesto básico en la teoría de la distorsión aperceptiva, dice relación con
la naturaleza objetiva de los estímulos, lo que cobra relevancia al interpretar las
respuestas de los sujetos a un test proyectivo, en relación con parámetros de
normalidad estadísticos. La “objetividad” de los estímulos estará dada por la
concordancia intersubjetiva de las percepciones de la mayoría de los sujetos, es
decir, por el consenso o el sentido común. Cuando la conducta de un individuo es
consistente con esto, será considerada adaptativa. En este contexto Bellak (1987)
enuncia algunos principios que, a su juicio, operan en la determinación del grado de
adaptación del comportamiento de los sujetos:
a) El grado de adaptación del comportamiento varía de acuerdo al grado de
definición del estímulo. Estímulos ambiguos permiten, al sujeto, una mayor
posibilidad de configuraciones, que los estímulos definidos.
b) El tipo de tarea hace variar el grado de adaptación del comportamiento. En
las pruebas proyectivas es distinto pedir a un sujeto que “describa el estímulo”, que
“diga a qué se parece” o que “invente una historia a partir de él”. El individuo
distinguirá el grado de adaptación esperado, según la naturaleza de la tarea que se
le demande.
c) La naturaleza del organismo perceptor influye en la relación entre
comportamiento adaptativo y proyectivo, determinando variaciones en el grado de
adaptación, incluso dentro de un mismo sujeto enfrentado a situaciones distintas
(hambre, sueño, cansancio, horario, etc.). A pesar del reconocimiento de una
naturaleza objetiva de los estímulos, Bellak (1987) señala que es esperable que
diferentes sujetos manifiesten un comportamiento que, sin dejar de ser adaptativo,
posea rasgos de singularidad. Se refiere a las diferencias individuales que
determinan el modo de responder a una situación dada natural o artificialmente.
Entonces, si la relación entre el grado de adaptación y la distorsión
aperceptiva determinan el qué del comportamiento de un individuo (qué ve, relata,
dibuja, hace, dice, etc.), la conducta expresiva alude a cómo lo hace, lo que permite
40
al observador acceder al estilo personal de organización de los estímulos y de
respuesta frente a ellos.
Por otra parte, Murray (1971) distingue tres aspectos involucrados en el
proceso proyectivo: defensa, externalización y expresión. El primero se asemeja al
mecanismo de defensa descrito en la literatura psicoanalítica, mientras que el
segundo podría corresponder a la relación entre proyección y percepción que señala
Bellak, destacando que la particular configuración sensoperceptiva que realiza el
individuo, se produce de acuerdo a las emociones, tendencias y motivos
fundamentales de su personalidad. Así, toda la experiencia del individuo es
modelada por su matriz emocional y es construida activamente a través de la
selección, eliminación, distorsión, organización e interpretación de los estímulos: “El
mundo entero es visto a través de los cristales personales (…) el niño seguro y
animoso destacará rostros benévolos y sonrientes; el temeroso e inseguro,
monstruos, fantasmas, cucos, diablos” (Murray, 1971).
La percepción revela entonces tanto al objeto percibido como al sujeto
perceptor, quien se muestra también en sus juicios, pensamientos y en todo aquello
que lo implique en una construcción personal. La proyección de la personalidad
opera, en el sujeto, tanto en la percepción presente, como en el recuerdo de cosas
pasadas, al modo de una reconstrucción desde su nueva perspectiva. Por otra parte,
los motivos básicos de su personalidad también se proyectan en las expectativas
sobre el futuro: miedos, frustraciones, deseos y conflictos presentes, devienen en
fantasías de diversa naturaleza.
El tercer aspecto de la proyección alude a la manifestación de la personalidad
del sujeto, a través de la forma peculiar en que el sujeto utiliza los moldes o sistemas
de comunicaciones de su cultura (como el idioma), dándole su propio colorido
emocional y afectivo, logrando expresar su idiosincrasia a partir de códigos de
comunicación compartido. Los métodos proyectivos son utilizados, en el ámbito
psicodiagnóstico, para rescatar o evaluar precisamente estas particularidades.
41
A partir de todo lo expuesto anteriormente, se puede plantear que el
mecanismo que se pone en marcha en la evaluación con técnicas proyectivas, al que
se conoce como “proyección”, corresponde al concepto ampliado del término, sin
embargo, queda referido a la función defensiva, descrita por el psicoanálisis, en
tanto proyectado en las respuestas a los distintos estímulos, que son aspectos
inconscientes o intolerables para el sujeto, que forman la dinámica de personalidad.
2.4.2. Definición y característica de las técnicas proyectivas
Las técnicas proyectivas se han desarrollado sobre la base de observaciones
empíricas, acerca de la relación entre determinadas formas de responder ante sus
estímulos, y la configuración de la personalidad de los sujetos. No obstante, en el
camino se han ido estableciendo hipótesis teóricas sobre el funcionamiento de estas
técnicas, y los fenómenos que se desencadenan en relación con el evaluado, las que
han apuntado a describir y explicar los procesos implicados, desde un punto de vista
psicológico. Es así como se ha ido desarrollando una nueva rama dentro de la
psicología, que se denomina psicología proyectiva. Según (Anzieu, 1962 citado en
Anderson, 1963), se trata de:
“La rama de la psicología que estudia la personalidad, a través
de las respuestas que da el examinado a diferentes estímulos, de
una manera estrictamente singular, esto es, de la libre
interpretación que damos las personas a los diferentes cuadros
de la realidad”.
Dentro del área de la psicología proyectiva, considerada por Anzieu (1962),
como una nueva manera de practicar la psicología, se ha sistematizado la
información que, desde diversas fuentes, han alimentado el desarrollo de las técnicas
proyectivas, configurando su marco o fundamento teórico. Entre los aportes teóricos
que se le reconocen, se cuentan algunos provenientes de la teoría psicoanalítica, la
42
Psicología experimental y las investigaciones sobre el aprendizaje, la Psicología de
las escuelas holistas u organísmicas, como la gestáltica, representada por
Wertheimer, Kholer, Koffka, etc., además de otras, entre cuyos representantes más
relevantes se encuentran Lewin, Allport, Maslow, Goldstein y W. Stern. La Psiquiatría
clínica y la Antropología cultural han contribuido también en el desarrollo de este
campo.
Junto a los inventarios autodescriptivos, las técnicas proyectivas son
consideradas dentro de los métodos más usados para evaluar la personalidad. Existe
una gran variedad de técnicas que se agrupan dentro de esta categoría y, según
Anastasi (1998), más de 4000 referencias bibliográficas dan cuenta del interés que
despiertan entre los investigadores, a pesar de las limitaciones y problemas que se le
atribuyen, según la autora aquí citada. Bell (1978) señala que ya en 1938
comenzaban a aparecer importantes “presentaciones de conjunto” de la batería
proyectiva, vale decir, sistematizaciones de las técnicas, entre cuyos autores
destacan investigadores como Murray (1938), Symonds (1941), Rapaport, (1944-46),
Sargent (1945), Frank, (1948) y Stern (1954) (citados en Bell, 1978). Por otra parte
Frank (1939, citado en Bellak, 1987 y en Bell, 1978), designó como proyectivas a un
grupo de métodos de evaluación ya conocidos, los que pasaron a ser considerados
desde una nueva perspectiva psicológica. Estos permitirían expresar el mundo
personal del sujeto y los procesos de su personalidad:
“Una técnica proyectiva es un método de estudio de la personalidad,
que enfrenta al sujeto a una situación, ante la cual responderá según lo
que siente en el transcurso de esa respuesta. (…) Permite captar la
personalidad del individuo e inducirle a revelar su modo individual de
organizar la experiencia. Y ofreciéndole un campo (objetos, materiales,
situaciones) relativamente poco estructurado y poco dotado de
organización cultural, a fin de que pueda proyectar sobre ese campo
maleable su manera de ver la vida, el sentido que le atribuye, sus
valores, sus modelos, y sobre todo sus sentimientos. Así provocamos
43
una proyección del mundo interior propio de la personalidad del
individuo, porque este ha de organizar el campo, interpretar el material
y reaccionar a él afectivamente” (Frank, 1939, citado en Anderson,
1963).
La hipótesis que sostiene la utilización de estos métodos reside en que, la
manera en que el sujeto percibe, organiza e interpreta el material del test, dándole
una particular estructuración, constituye una manifestación de aspectos
fundamentales de su funcionamiento psicológico (Anastasi, 1998). La ambigüedad o
falta de estructuración de los estímulos, es la condición que facilita la expresión, por
el sujeto, de los contenidos latentes y conflictos subyacentes a su conducta, sin estar
totalmente consciente de ello. De esta manera, el carácter inestructurado de sus
estímulos constituye la propiedad principal estas técnicas, lo que permite una
cantidad ilimitada de respuestas y la estimulación de la fantasía del sujeto. Según
Anastasi (1998), se señala que existe una relación entre el nivel de ambigüedad de
los estímulos y el grado en que estos facilitan la manifestación de la personalidad. De
tal modo que existiría un nivel de ambigüedad óptimo para realizar una adecuada
evaluación en este sentido y que, contrariamente a lo que algunos han señalado, no
corresponde a su grado máximo. Una segunda característica consiste en que los
procedimientos de examen se encuentran “disfrazados” para el evaluado, de modo
que es difícil que éste se dé cuenta del tipo de interpretación que puede
desprenderse de su actuación ante los estímulos del test. Por otra parte, en general
son técnicas que apuntan a la evaluación global e integrada del funcionamiento
psicológico, es decir, a la apreciación del conjunto de la personalidad, en
contraposición a evaluaciones centradas en rasgos específicos (Bell, 1978).
Otra característica propia de las técnicas proyectivas es que se las considera
especialmente eficientes para revelar aspectos inconscientes, latentes o encubiertos,
relativos a los dinamismos intrapsíquicos de los individuos. Esta condición alude
directamente al nexo que se ha establecido entre estas técnicas y el psicoanálisis.
44
Una de las definiciones más citadas en la literatura, corresponde a la de (Lindzey,
1961, citado en Bel, 1978) quien señala que las pruebas proyectivas serían:
“Aquellos instrumentos considerados especialmente sensibles
para revelar aspectos inconscientes de la persona, que provocan
una amplia variedad de respuestas subjetivas; son altamente
multidimensionales y evocadores de datos inusualmente ricos
con un mínimo conocimiento por parte del sujeto del objetivo del
test. Generalmente, el material estimular presentado es ambiguo,
estimulan la imaginación del sujeto, de ellos no se derivan
respuestas correctas o incorrectas y su interpretación depende
de un análisis global”.
Un poco más detallada es la definición de Murray (1971), quien señala:
“Tratase de técnicas exploratorias que de modo intencional y
sistemático, indirecto e inadvertido por el sujeto, lo enfrenta con
materiales o situaciones escasamente estructurados, a fin de que en
forma activa y espontánea desarrolle una actividad de estructuración
(verbal o motriz), cuyos productos (percepciones, elecciones,
descripciones, interpretaciones, manipulaciones, combinaciones,
organizaciones, creaciones), objetivan contenidos ideacionales
(significaciones, valores, puntos de vista) y, principalmente,
emocionales (angustia, culpa, hostilidad, labilidad, o anestesia afectiva,
etc.) y actitudinales (sumisión; dependencia-independencia;
enfrentamiento-fuga; autoagresión heteroagresión, etc.), encubiertos o
ignorados por el propio sujeto, que sirven al psicólogo para introducirse
en el conocimiento de la estructura y dinámica subyacentes de su
personalidad”.
45
Murray, (1971). Como se puede apreciar, la definición de Pruebas Proyectivas
no ha variado mucho con el correr del tiempo, y a pesar de que los distintos autores
enfatizan distintos aspectos de ellas, han rescatado sus características esenciales.
Entre ellas destacan el carácter inestructurado o ambiguo de sus estímulos, su
capacidad de recoger aspectos inconscientes de la personalidad del evaluado y la
particularidad de evaluar al individuo sin que éste conozca los objetivos de la prueba,
lo que las hace menos manipulables.
2.4.3. Clasificación de las técnicas proyectivas
En términos generales estas técnicas presentan diferencias tanto en los
estímulos, que pueden ser de tipo verbal, visual o manipulativo, como en las
operaciones que requieren del sujeto, pudiendo ser de asociación, interpretación,
manipulación o elección (Fernández-Ballesteros, 1998). En cuanto a la clasificación
de estas técnicas, Fernández-Ballesteros (1998) señalan que existen múltiples
clasificaciones, con criterios diversos, que sólo permiten realizar una ordenación
simple de un grupo de procedimientos heterogéneos. En la misma línea, Bell (1978)
señala que la mayoría de las clasificaciones se realizan siguiendo un fin más
didáctico que lógico y que, si bien se puede establecer agrupaciones, las categorías
difícilmente resultarán mutuamente excluyentes, por lo que resultan clasificaciones
arbitrarias y/o artificiales. No obstante, a lo largo de su historia se han realizado
varios intentos para agruparlas en categorías. Ya en 1939, (Frank citado en Bell,
1978) había agrupado los métodos en cuatro categorías, según el tipo de respuesta:
• Constitutivas: se organiza un medio no estructurado (arcilla o dáctilo-pintura) o
uno semiestructurado (como el Test de Rorschach o Test de Zulliger), en una
configuración.
• Catárticas: se realiza la liberación de un afecto en el proceso de respuesta
(como el Psicodrama de Moreno).
46
• Constructivas: se utiliza la forma del material para construir un modelo
organizado (como el Mosaico de Loewenfeld). Más adelante, H. Murray
(1971), realiza una clasificación más exhaustiva a partir de tres atributos,
dando cuenta de técnicas específicas representativas de cada categoría, a
saber:
1. Según la función estimulada: procedimientos visuales, auditivos, artísticos,
motores y verbales.
2. Según el material estimulante: manchas de tinta, figuras de situaciones o
personas, palabras e historias a inventar o completar, materiales artísticos y
materiales dramáticos.
3. Según la tarea a realizar: dependiendo de si el procedimiento es de tipo
constitutivo, interpretativo, constructivo, catártico o refractivo. Luego, Bell (1978)
prefiere agrupar las técnicas distinguiendo entre las de asociación de palabras y
afines, las de estimulación visual, las de movimientos expresivos y técnicas afines y,
por último, las de juego, dramatización y técnicas afines.
En 1987, Fernández-Ballesteros realiza una clasificación macro de las técnicas
proyectivas, agrupándolas en cinco clases:
1. Estructurales: material visual ambiguo que debe ser estructurado.
2. Temáticas: material visual con distintos grados de estructuración formal de
contenido humano o parahumano, sobre los cuales el sujeto debe narrar una historia.
3. Expresivas: consigna verbal o escrita de dibujar una o más figuras.
4. Constructivas: material concreto que el sujeto debe organizar basándose en
distintas consignas.
5. Asociativas: consigna verbal o escrita según la que el sujeto ha de
manifestar verbalmente sus asociaciones frente a palabras, frases o cuentos. Dadas
las distintas categorías expuestas, es posible caracterizar el Test de Zulliger como
una técnica constitutiva (según Frank), de estimulación visual (según Bell) y
estructural (según Fernández-Ballesteros).
47
2.4.4. Los Tests de Manchas de Tintas
El uso de manchas de tinta, como medio de estimulación, tiene una larga
tradición. Mucho antes de que se utilizaran las manchas de tintas como material
psicológico de interpretación, había surgido la idea de utilizarlas como método de
estimulación artística. Es así como según Baumbartem-Tramer (1943, citado en
Bohm, 2001), el propio Leonardo Da Vinci, siguiendo la idea de Botticelli, las habría
usado como medio de inspiración recomendándolas a otros artistas como una
herramienta para enriquecer sus creaciones. Sin embargo, tampoco éste ha sido el
origen de esta práctica ya que, según lo planteado por (Bash, 1967, citado en Bohm,
2001), existen antecedentes de que las manchas, producidas por distintos
elementos, eran ya utilizadas en antiguas tradiciones mágicas mucho antes de la
vida de Botticelli (1440-1510). Dentro del ámbito psicológico, el primer antecedente
de la utilización de manchas de tinta aparece en 1857 en el libro “Kleksographien” de
Justinus Kerner. (Citado en Klopfer, 1982), quien describió el potencial de
significación implicado en el ejercicio de observar manchas empleadas en forma
accidental debido al “poderoso juego recíproco entre los rasgos objetivos de las
manchas de tintas y las personales proyecciones del observador” (Klopfer; 1982); a
pesar de esto, Kerner no vislumbró el valor diagnóstico de este Interjuego, por lo que
no lo aplicó como método de evaluación de personalidad.
Fueron Binet y Henry (1895-96; citados en Klopfer, 1982), los primeros en
concebir la idea de utilizar las manchas como modo de experimentación psicológica,
dándoles sentido como método diagnóstico, al proponer el uso de manchas de tinta
como una forma de estudiar distintos rasgos de la personalidad; por otra parte,
Whiple (1910, citado en Klopfer, 1982) fue el primero en publicar series
estandarizadas de manchas de tinta.
48
2.5. - El Psicodiagnóstico de Rorschach 2.5.1. Introducción al test de Rorschach
Lo que hoy se conoce como el “Psychodiagnostik” de Rorschach fue
presentado formalmente al mundo en 1921 con la publicación de la monografía
psicodiagnóstico de Herman Rorschach. Este notable trabajo escrito en alemán,
incluyó sus manchas de tinta seleccionadas, sus hallazgos clínicos y la base teóricas
de sus investigaciones.
Las investigaciones de Rorschach y la creación de sus láminas, motivó otros
estudios y la publicación de varios métodos basados en la interpretación de
manchas, entre las que sobresalen, por una parte, pruebas independientes como el
test de Zulliger o Z-test (1948), la técnica de manchas de Holtzman (1961), las Nubes
de Stern (1937) y, por otra parte, series paralelas como el test de Behn-Rorschach o
Bero (1920-21), el Howard y el Drey-Fuchs. Por último, surgen otras pruebas como el
Harrower-Erickson y el Mórale- Ganivet que representan métodos colectivos
resultantes de variaciones en la administración (Clopfer, 1982).
El test de Rorschach es una prueba precepto-analítica proyectiva, por su
carácter ideográfico, permite evaluar la personalidad tanto sana como
psicopatologica. Es aplicable a partir de los tres años de edad. El test de Rorschach
cumple con las cualidades que se le atribuyen a las técnicas proyectivas (Rapaport,
1946, citado en Anderson, 1963), es una prueba económica, evitando una gran
inversión de tiempo, es simple y no requiere de aparato ni manipulación, no requiere
de estandarización ya que el sujeto responde a un material ambiguo en donde él
tiene que sacar su propio repertorio de conducta, enfrentándose a un material con el
mismo grado de cooperación por parte del examinador. Como señala Tomas (1993),
el test de Rorschach como técnica proyectiva que es, escapa a la subjetividad ya que
con ella no se pregunta al sujeto lo que siente o piensa; Respecto al manejo de sus
49
afectos, relaciones interpersonales, procesos cognitivos, tolerancia a la frustración,
sino que se coloca al individuo en una posición de estimulo ambiguo en la que
deberá de proyectar esas sensaciones, emociones u opiniones, pero no rebelado de
modo conciente y sujetivo. El test de Rorschach es considerado como un método
que pertenece a la técnicas proyectivas; su reactivos son lo más ambiguos e
indeterminados posibles, que elicitan que el sujeto hable, construya o recree sus
experiencias emocionales, sus conflictos, el mundo de sus relaciones, temores, sus
ansiedades y sus expectativas y deseos. Es, por tanto, un método de estudio de la
personalidad a través de un material no estructurado. Como ya se ha mencionado,
se basan en el concepto de proyección derivado de su acepción psicoanalítica,
mecanismo que significa representar en el exterior contenido del mundo interno del
sujeto, y cuyo objetivo, como en los demás mecanismos de defensa, es aliviar la
culpa, el dolor o la angustia.
Su objetivo es explorar las áreas específicas de conflicto, la organización
afectiva, las defensas, los fenómenos de transferencia y la motivación (Clopfer,
1982), describió como funcionaba el proceso de proyección en una situación
estimular ambigua. Formulando su concepto de proyección (derivado del postulado
Freudiano. (Rapaport, 1946, citado en Anderson, 1963), lo conceptualizó cómo
simple tendencia de la persona a ser influida por sus necesidades, sus intereses y su
organización psicológica general, que afecta a la traducción cognitiva o a la
interpretación de los datos perceptivos cada vez que el campo estimular presenta
cierta ambigüedad.
El test de Rorschach goza de su popularidad, por la fenomenología que
posee, cuyo sólo aspecto descriptivo puede impresionar al psicólogo, aficionado o
profesional, que no este familiarizado con él. Se pregunta: “¿cómo es que una misma
mancha en una lámina determinada pueda ser interpretada de maneras tan disímiles
por diferentes sujetos?”, en ese sentido Lagache (1982), afirma que la percepción
estrictamente objetiva no existe, empleándose así en toda percepción el estimulo que
es la realidad, y el contenido psíquico de sujeto; como ha expresado (Furrer, cit en
50
Lagache, 1982, Pág. 111), entre la percepción y el pensamiento no existen
diferencias fundamentales. Las respuestas posibles que el sujeto emite en la prueba,
reflejan la amplia gama de variaciones que se pueden dar y que van desde la
expresión de un desarrollo e integración normal de la personalidad hasta la expresión
de graves desorganizaciones patológicas (Rapaport, 1946, citado en Anderson,
1963).
(Frank, 1939, citado en Anderson, 1963) cristalizó esta idea, en el cual acuñó
el término hipótesis proyectiva y propuso llamar técnicas proyectivas a los recursos
útiles al psicólogo para provocar este tipo de respuesta, siendo así que el test de
Rorschach se le considerara como uno de lo recurso con mayor potencial. En opinión
de Exner (1994), Rapaport interpretó la idea original de Rorschach haciendo una
magnifica descripción del proceso a las manchas de tinta; ya que según Rapaport el
sujeto ante de decir lo que ve internaliza la percepción del estimulo externo (la
mancha de tinta), opera normalmente con la ayuda de la memoria hasta lograr la
identificación que comprende lo que realmente el sujeto ve y lo que se inclina a ver
de acuerdo con sus propias necesidades. La respuesta es entonces, el resultado de
la actividad perceptiva del proceso de proyectivo.
El Psicodiagnóstico de Rorschach, como ya sé ha mencionado, es uno de los
instrumentos más usados en la clínica y en la investigación, derivándose dos
posibilidades de aplicación, el cual es tanto es un método de examen así como un
test de investigación (Bohm, 2001). Esta prueba como método de examen puede
encontrar su aplicación en el ámbito clínico, con el propósito de obtener un cuadro de
la estructura del carácter de una personalidad, y que mayor información sobre el
individuo proporciona. Con éste instrumento se pueden lograr descripciones
detalladas de los estilos de respuesta, afectividad, operaciones cognitivas,
motivación, percepción y relaciones interpersonales, con lo que se convierte en un
poderoso instrumento para evaluar la dinámica de la personalidad Weiner, (1992).
51
Con la temprana muerte de Rorschach, tan sólo un año después de la
publicación de su psicodiagnóstico, la elaboración posterior del test quedo “a la
deriva”. Por un periodo de más de 20 años se fueron desarrollando diversos sistemas
de codificación.
En Europa los más conocidos son los de M. Loosli-Usteri y E. Bohm, y en
Estados Unidos, principalmente los de B. Klopfer, S. Beck, S. Piotrowki, M. Hertz y D.
Rapaport. Estos sistemas no son absolutamente diferentes, aunque las mayorías de
sus similitudes se reducen a los elementos que cada uno ha incorporado del trabajo
original de Rorschach. Siendo la escuela Suiza centro europea la que ha seguido,
especialmente Bohm, los principios básicos del test de Rorschach, por su
metodología de trabajo, ha sido la orientación que se ha seguido en este trabajo de
investigación.
Sólo excepcionalmente se ha tenido en cuenta las bibliografías americanas, ya
que, no se refiere al Rorschach europeo primitivo. Igualmente numerosos trabajos
sobre el control del test no son tomados en cuentas, porque –con muy poca
excepción- proceden de autores que con ello tratan de demostrar su “cientifismo”, y
como ha señalado Bohm (2001), de manera muy acertada, en la práctica no son
capaces de valorar un protocolo por sí mismo.
Se ha encontrado que entre los diversos sistematizadores del Rorschach, que
la consigna varía notablemente, encontrándose grandes diferencias en la
presentación de la consigna del sujeto es decir, que no hay una consigna
estandarizada. Sin embargo, Rorschach recomendaba que al momento de la
presentación de las láminas el sujeto a de tomarla en la mano y le decía “Qué ve
usted aquí” Rorschach (1987: p. 24), recomendando que la distancia ha de ser la
longitud del brazo. Así, a la consigna original se le han añadidos indicaciones como
“se pueden girar las láminas” Piotrowki o “se pueden tener todo el tiempo que lo
52
desee” Beck. Algunos Rorscharchistas se apartan notablemente de la consigna
original como es el de M. Hertz que presenta la prueba con una mancha de ensayo.
Exner (1994), en su sistema comprensivo, considera la consigna en si misma
como una tarea de resolución de problema, considerando el proceso de respuesta
en término perceptivo-cognitivo (Passalacqua et al, 1986), sin embargo, y de acuerdo
con (Schafer, citado en Passalacqua, 1986), se considera tanto la consigna como la
respuesta dada por el sujeto en términos psicodinámicos, rompiendo así la dicotomía
entre respuesta inadecuada y respuesta adecuada. En ese mismo orden Bohm
(2001), explica que la consigna debe relacionarse con las especiales características
de cada caso.
El lema por tanto debe, ser según Bohm, “decir tan poco como sea posible y
tanto como resulte necesario”, en esta investigación se ha adoptado la consigna
propuesta por el profesor Rijo (1976), el cual propone que ha de presentarse la
lámina al sujeto diciendo: “Le presentare una series de láminas para que diga a que
se le parecen, puede decir tan poco como sea posible y tanto como resulte
necesario” , de este modo con la palabra “láminas” se intenta evitar el empleo de la
palabra “manchas” ya que esto podría alterar las respuestas dada por el sujeto.
2.5.2. Fiabilidad y validez del test de Rorschach
Respecto a la validez del test de Rorschach, Exner a través de Rorschach
workshop y el sistema comprensivo (1974, 1978, 1999, 2002) ha hecho grandes
esfuerzos en el análisis de contenido y en la operacionalizacion de variables, -
tratando de superando así las vicisitudes- de los cinco grandes sistematizadores
americanos del Rorschach, e integrando los elementos más significativos. En la
actualidad según el sistema comprensivo de Exner, se cuenta con criterios
debidamente fundamentados que garantizan la validez del test de Rorschach. Como
53
ha dicho Weiner (2001)∗!, cuando se administra y se codifica el test de Rorschach por
medio del sistema comprensivo de Exner se cuenta con una validez y viabilidad del
mismo. Mediante el sistema comprensivo de Exner se pueden encontrar un gran
número estudios que así lo confirman, no sólo los de la escuela americana, sino
también los de la escuela europea de orientación fenomenológica cuya líneas han
seguido esta investigacion; realizándose una serie de metaanalisis con respecto a su
validez en lo que se puede citar a: Hanson y Holsley, 1998: Rosenthal, 1992: y
Exner, 1999.
∗ El signo de admiración que, eventualmente aparece en el párrafo, procede de la farmacopea; ésta lo emplea para prevenir al médico que ha rebasado el límite tóxico general para el medicamento en cuestión. Con ello se descarga al farmacéutico de toda responsabilidad. Se ha tomado para prevenir al lector de la postura del autor aquí citado.
54
CAPÍTULO III
MÉTODO
55
3.1.- Pregunta de investigación
¿Cuál es el perfil de personalidad característico en los estudiantes de
Psicología de la Universidad de Colima, en relación a su elección vocacional?
3.1.1. Objetivo general
Conocer el perfil de personalidad característico en los estudiantes de
Psicología de la Universidad de Colima, en relación a su elección vocacional.
3.1.2. Objetivos específicos � Comparar el perfil de personalidad de los estudiantes, encontrado entre los
diferentes semestres.
� Determinar la existencia de un perfil de personalidad común en los estudiantes
de psicología.
� Analizar el valor del perfil de personalidad como un factor determinante en la
elección de carrera.
3.1.3. Tipo de investigación
La investigación es de tipo exploratorio con un diseño transeccional. Basado
en Hernández, Fernández y Batista (2003), la investigación fue exploratoria ya que
tuvo como propósito explorar un tema o problema poco estudiado.
3.1.4. Población
El universo estuvo constituido por 420 estudiantes universitarios, de 18 años
de edad o más que cursaran la Licenciatura en la Facultad de Psicología, en el ciclo
escolar agosto 2005-julio 2006.
56
3.1.5. Muestreo
El muestreo fue de tipo aleatorio, probabilístico, estratificado y homogéneo. Se
trabajó con una muestra de 78 participantes de los cuales 24 correspondieron al sexo
masculino y 54 al femenino, con edades entre 18 y 32 años, perteneciente a un nivel
socioeconómico medio, y todos estudiantes de la Licenciatura en Psicología de la
Universidad de Colima.
La elección de la muestra se efectuó utilizando el paquete estadístico para las
Ciencias Sociales MacStat versión 2.0, en base a una población de 420 estudiantes,
un nivel de confianza de 95% y un margen de error del 5%. Posteriormente los
nombres de toda la población de estudiantes fueron introducidos en el paquete
estadístico SPSS versión 10 para su selección aleatoria.
En la presente investigación se tiene como propósito realizar una exploración
del comportamiento de los estudiantes antes las láminas de test de Rorschach, en
una muestra de 78 estudiantes seleccionados para poder valorar la existencia de un
perfil de personalidad común en relación a su elección vocacional; por otra parte, se
analizaran los valores obtenidos de los distintos indicadores que arroja el test de
Rorschach definidos por las variables perfil de personalidad y elección vocacional.
3.1.6. Definición conceptual de las variables
� Perfil de personalidad: organización dinámica de los aspectos cognitivos
(intelectuales), afectivos, conativos, (pulsiones y voliciones), fisiológico y
morfológico de un individuo (Delay, 1975).
� Elección vocacional: evento significativo que determina la dirección de vivir
en términos profesionales en la que se encuentra la experiencia, la
57
personalidad y las jerarquías con los cuales el sujeto interpreta su vida (Rijo,
1999).
3.1.7. Operacionalización de las variables
� Perfil de personalidad: base de la sumatoria total de las respuestas
dadas por el sujeto al test de Rorschach en las diferentes láminas, y
analizadas en los diferentes indicadores que dan el perfil de personalidad
en la prueba.
� Elección vocacional: análisis de la sumatoria de los diferentes
indicadores específicos que determinan el perfil vocacional dados en las
láminas del test de Rorschach.
3.1.8. Criterios de inclusión
� Estudiantes de la Licenciatura en Psicología.
� Sexo indistinto.
� Estudiantes de diferentes semestres académicos.
� Participación voluntaria en el estudio.
3.1.9. Criterios de exclusión
� Personas que no fueran estudiantes de Psicología de la Universidad de
Colima.
� Estudiantes con patología tales como psicosis o alguna lesión del
sistema nervioso central que fueran detectados en la prueba.
58
3.1.10. Criterios de eliminación
� Protocolos incompletos∗.
� Estudiantes que no desearan participar.
� Estudiantes menores de 18 años.
3.2.- Instrumentos
La recogida de datos se realizó mediante entrevistas individuales. Durantes
las entrevistas se aplicaron dos instrumentos: el Psicodiagnóstico de Rorschach y
una entrevista semiestructurada.
3.2.1. Test de Rorschach
Es un instrumento que usa una técnica proyectiva que consiste en 10 láminas
en cada una de las cuales hay impresa una mancha de tinta simétrica particular. A
medida que se le muestra cada lámina a la persona, se le pide que diga lo que ve y
lo que la mancha podría representar para ella.
La prueba presenta diferentes categorías de puntuación que incluye la
localización, los determinantes, el contenido y la frecuencia. La localización se refiere
a la parte de la mancha con la que el sujeto asocia cada respuesta. Los
determinantes de las respuestas incluyen forma, color, sombreado y movimiento
(percepción que el sujeto tiene de ella como representación de un objeto en
movimiento). En el contenido suelen emplearse ciertas categorías principales, entre
las que se destacan las figuras humanas, figuras de animales, objetos inanimados,
plantas, mapas, nubes, órganos sexuales etc. Tiene una interpretación cualitativa y
otra cuantitativa para las que se utilizan fórmulas para su interpretación. Esta prueba
explora personalidad e inteligencia, así como determina organicidad. ∗ Protocolos que por alguna razón durante la aplicación se haya tenido que suspender su aplicación, y el mismo no se haya podido completar.
59
Las láminas utilizadas fueron las originales impresas en Suiza, versión 1970
de la editorial “El manual Moderno, S. A., México, D. F.”, con permiso por la Hans
Huber de Berna, Suiza. La administración, recogida, corrección y cómputo de las
variables Rorschach siguió la clasificación clásica, señalada en la décima edición del
manual de Psicodiagnóstico de Rorschach de Bohm (2001).
A pesar de que el Rorschach a sido presentado en el capitulo del marco
teórico, se procede a resumir el porqué de la elección de esta prueba de evaluación
de la personalidad. Es por tanto un método de estudio de la personalidad a través de
un material no estructurado, permitiendo que el sujeto saque su propio repertorio de
conductas, en otras palabras describiendo el campo fenoménico de la personalidad
del sujeto.
3.2.2. Entrevista semiestructurada
Se realizó una entrevista semiestructurada a todos los estudiantes, misma que
contó con dos partes: una en la que se recogió información demográfica básica; y
otra en la que se obtuvo información con respeto a actitudes, la formación profesional
y el quehacer del psicólogo. Esta entrevista no contó con tiempo límite en su
aplicación.
Cabe aclarar que para efectos de la investigación la entrevista se describe
como una conversación entre una persona, el entrevistador y otra, el entrevistado
(Grinnell, 1997, citado en Hernández, Fernández, Batista, 2003).
60
3.2.3. Procedimiento 3.2.4. Captación de sujetos y recogida de datos
Una vez elegida la muestra de 78 participantes, se procedió a cotejar los
nombres de los elegidos en la muestra, luego se les informó el propósito de su
elección y posterior aplicación de los instrumentos. Una vez puesto de acuerdo con
la persona participante, se procedió a la aplicación, recogida y levantamiento de
datos, lo cual se realizó en una sola entrevista, por un solo aplicador y de manera
individual. Luego de administrados los instrumentos a los alumnos seleccionados se
procedió a la codificación de los protocolos; una vez codificados los protocolos se
obtuvo el psicograma de cada caso y se realizaron la aplicación de los análisis
estadísticos descriptivos pertinentes.
Es importante señalar las condiciones en la que se realizaron las entrevistas.
En cada evaluación psicológica existen condiciones fundamentales; se trata del
encuadre en la relación entre el examinando y el examinador, para lo cual ha de
tenerse en cuenta todos los comportamientos, tanto físicos como psicológicos del
examinando, y por consiguiente hay que tratar al máximo de evitar que el
examinando reaccione en función de lo que el examinador haga. Se prefiere por
tanto que la persona se pueda expresar libremente durante la prueba con las
palabras que a él se le ocurra decir, todo su sentimiento, ideas, sus procesos
internos; y por tanto mientas más neutral sea el examen más se puede apreciar lo
libre y espontáneo de la productividad del probando en la prueba.
Un acto de simpatía, como un acto de antipatía o estímulos ambientales
llamativos o excitantes podrían fácilmente suponer que el examinando reaccionaría
frente a ello y por tanto haría difícil suponer de que se trata de afectos que surgen de
él durante la aplicación de la prueba, perdiéndose de esta manera los llamados
fenómenos especiales o factores que son determinantes en el diagnóstico.
61
En ese sentido, el tiempo destinado antes de administrar el test, es tiempo que
se economiza después; hay que lograr transmitir el no tener prisa y adoptar una
actitud de acercamiento –neutral– y una disposición de escucha (atención flotante),
lo que reduce la tensión y la angustia del examinando ante la prueba.
La consigna fue la siguiente: “Le presentaré una serie de láminas (dándole la
1ra lámina en el orden establecido de presentación) para que diga a qué se le
parecen; puede decir tan poco como sea posible y tanto como resulte necesario”.
De este modo con la palabra “láminas” se intenta evitar el empleo de la palabra
“manchas” ya que esto podría alterar las respuestas dada por el sujeto. La
información se registró textualmente, y en los casos que hubieron preguntas durante
la administración, se respondió de la manera más neutral posible. Después de la
administración propiamente dicha se procedió a aplicar la técnica de comprobación
de la respuesta (interrogatorio), para determinar las localizaciones y los
determinantes de las respuestas dadas por el sujeto en la prueba a las diferentes
láminas.
3.2.5. Análisis de los datos
Una vez obtenidos los protocolos, se codificaron y computaron manualmente
las variables Rorschach aplicando el sistema de clasificación clásica. Estos datos
fueron luego vaciados en una base de datos utilizando el paquete estadístico SPSS /
PC (versión 10.0).
Los análisis realizados fueron los siguientes:
a) Variables del Test de Rorschach.
b) Identificación de cada respuesta en el protocolo por categorías.
Las respuestas fueron dotadas de su correspondiente fórmula:
62
� Localización.
� Determinante.
� Contenido
� Frecuencia
c) Después de dotar las respuestas con su fórmula correspondiente se analizó
el cómputo de las variables en una base de datos donde se realizó en
siguiente análisis:
• Análisis descriptivo de las variables demográficas de los sujetos
participantes.
• Análisis de los estadísticos descriptivos y tablas de contingencias para
las variables del test de Rorschach.
63
CAPÍTULO IV
RESULTADOS
64
4.1.- Resultados
Los resultados se obtuvieron a partir de la aplicación del test de Rorschach y
una entrevista semiestructurada. El test de Rorschach y la entrevista fueron aplicada
en entrevistas individuales sin limite de tiempo a estudiantes de Psicología
seleccionados en la muestra; estos estudiantes pertenecen a la Facultad de
Psicología de la Universidad de Colima.
Para el análisis de datos de las variables Rorschach, se aplicaron estadísticos
descriptivos y de frecuencia para obtener el número de porcentajes de las variables.
A continuación se presentan las variables demográficas recogidas durante la
aplicación de las entrevistas, en la que se señalan los porcentajes en cada una de
las categorías valoradas en la caracterización de la población de sujeto participantes
en la investigación.
4.1.1. Caracterización de la población
La Facultad de Psicología de la Universidad de Colima cuenta con una
población de (N=420) estudiantes de los cuales el 69.2% de ella corresponde al sexo
femenino y el 30.8% al sexo masculino. Esta distribución de los sujetos refleja que la
población esta constituida en su gran mayoría por mujeres.
La muestra estuvo constituida por (n=78) participantes con edades
comprendidas entre 18 y 32 años, el promedio fue de 21.9, con una desviación típica
de 2.4. De los 78 participantes el 30.8% fueron hombres y el 69.2% mujeres. Como
se explicó en el párrafo anterior esta diferencia se debió en parte a las características
de la población y al muestreo; el estado civil estuvo distribuido de acuerdo a los
siguientes porcentajes 2.6% casados, 94.9% solteros; lo cual indica que el grueso de
la población corresponde al estado civil de solteros, y 2.6% divorciados siendo esta
cifra muy baja en comparación con el grupo de solteros. En el nivel socio económico
65
se destacó el nivel socioeconómico medio con un 71.8%, un 12.8%, para el nivel
económico medio bajo con un 11.5%, para el nivel medio alto 3.8%, es decir, que el
nivel medio fue el de mayor prevalecía, esto señala que la población estudiantil de la
Facultad de Psicología de la Universidad de Colima pertenece a un nivel económico
medio.
Otra característica de la población participante en la muestra es que proceden
de diferentes Estados de la República. En cuanto a semestre se encontraban
distribuido de la siguiente manera: el grupo de segundo semestre con un 24.4%,
23.1% para el cuarto semestre, 21.8 % al sexto, al octavo 14.8% y al décimo con un
16.7%; se advierte una diferencia lo cual habla que hay una población elevada
correspondiente al segundo semestre con una tendencia a la bajo en décimo
semestre, es decir, que no hay una relación proporcional entre el ingreso y el egreso
de los estudiantes de Psicología.
En el siguiente apartado se presentan los resultados encontrados en las
diferentes variables en el Psicodianóstico de Rorschach empezando por las variables
que evalúan la esfera cognitiva.
66
Gráfica No. 1
Promedio general para la variable F+%
1 1
1411
25
19
6
1
0
5
10
15
20
25
30
59-63 64-68 69-73 74-78 79-83 84-88 89-93 94-98
Promedio = 80.2D.E. = 6.87N = 78
La gráfica No. 1 se relaciona con el grado de inteligencia y la capacidad de
observación que posee un sujeto y a la capacidad de elaboración y construcción de
conceptos. Como se puede observar se encontraron diferentes grados de puntuación
en el grupo de estudiantes con una desviación típica normal divido a la
homogeneidad del grupo. Esta variable es un indicador general del grado de
inteligencia. Se destaca que el grupo de sujeto obtuvo un promedio general de 80%
para la F+%. Considerándose un nivel óptimo de los valores de esta variable en 80-
95%, que supone una buena capacidad de concentración, atención y tenacidad.
67
Gráfica No. 2
Porcentaje por semestre para la variable F+%
15%
41%
50%
31%
45%
84%
58%
50%
68%
45%
9%
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
Segundo Cuarto Sexto Octavo Decimo
Por
cent
aje <=79
80-95
>=96
En la gráfica No. 2 se pueden observar los diferentes porcentajes por
semestre, destacándose el grupo de décimo semestre con un 84% dentro de la
puntuación óptima. Se presentó un sólo caso mayor al promedio en el grupo de
octavo semestre. Así mismo se observa que entre los diferentes semestre se
destacan diferencias en relación al promedio de la variable F+%, pero en ningunos
de los semestre se encontró una sola puntuación a pesar que prevaleció en todo los
semestre la media óptima de 80-95%.
68
Tipo de enfoque (según Klopfer)
Bruno Klopfer: “Técnica del Psicodiagnóstico de Ror schach” 1991, Pág. 195.
En la figura 1 se observa una tendencia en los participantes a un tipo de
enfoque totalizador en la forma de percibir la realidad, con un aumento de las
respuestas (G%), asociada a la capacidad de organizar el entorno. Expresan por lo
común la capacidad para la visión panorámica, por lo que están relacionadas con la
inteligencia teórica; en cambio las variables relacionadas con las respuestas de
detalles (D) y de pequeño detalle (Dd) se encontraron dentro de los parámetros
establecidos, por lo que denotan un tipo de inteligencia teórica. Las respuestas
globales (G) no solamente hablan de una inteligencia teórica también expresan las
tenciones afectivas.
Respuestas principales
No. media Presentes %. Esperadas %.
G 9 36 20-30
D 13 52 45-55
Dd 3 12 5-15
Figura No. 1 Porcentajes generales de las variables de Localizac ión
12%
52%
36%G
D
Dd
69
Gráfica No.3
Sucesión factor que determina cono se suceden los d iferentes modos de
apercepción
La gráfica 3 revela que los dos tipos de sucesión que presentaron un mayor
porcentaje fueron la sucesión relajada con un 38%, seguido por la sucesión
desordenada con un 23%, presentando el porcentaje más bajo para la sucesión
ordenada con un 7%. También se puede observar la ausencia de sucesión ya que se
presentó en el 10% de los caso. Esta variable permite evaluar la lógica del
pensamiento en la que los sujetos responden antes las diferentes láminas, por tanto
es un indicador del pensamiento lógico siendo la sucesión ordenada la optimal straff
7%
10%
23%
38%
0
5
10
15
20
25
30
35
40
Ordenada Relajada Desordenada Sucesción = ?
Por
cent
aje
70
Gráfica No. 4
Porcentaje generales para los tipos de vivencia
Como se aprecia en la gráfica 4 los tipos de vivencia que mayor porcentaje
mostraron fueron el tipo coartado con un 28%, seguido por el tipo de vivencia
coartativo con un puntaje de un 25%, seguido por el tipo de vivencia extratensivos
con un 11% y el tipo ambigual con apenas un 5%. Lo anterior indica que los tipos de
vivencia coartado y coartativo fueron los que predominaron en el estilo de vivencia en
la percepción del mundo real y anímico de los estudiantes. Estos tipos de vivencia
suelen ser apreciados en personalidades con tendencia a la pedantería y con pocas
resonancias afectivas adecuadas.
28%
25%
5%
9%11%
0
5
10
15
20
25
30
Coartado Coartativo Introversivos Extratensivos Ambigual
71
Gráfica No. 5
Comportamiento en término de frecuencia del factor índice de realidad
En la gráfica pueden apreciarse las diferentes puntuaciones obtenidas tanto
por hombres y mujeres en el índice de realidad de Stefan Neiger, destacándose las
puntuaciones de 4 y 6. Este índice forma parte de los factores del sentido de la
realidad basándose en cinco láminas.
Figura No. 2 Porcentaje para las variables de la afectividad
En la agrupación de rasgos afectivos de la figura 2 vinculado al manejo de los
estados emocionales y expresión de sentimientos se encontró que la variable color
0
2
4
6
8
10
12
14
16
18
20
Hombres Mujeres
RI 1 RI 2 RI 3 RI 4 RI 5 RI 6 RI 7 RI 8
28%
17%
55%
FFb
FbF
Fb
72
puro (Fb), presentó un porcentaje de 55% lo que expresa una falta de control de los
afectos, es decir, dificultades en la expresión de los sentimientos en forma impulsiva.
Figura No. 3
Variables de las relaciones interpersonales
En la figura 3 se observa que en las variables de las relaciones
interpersonales, de los estudiantes se destaca un porcentaje elevado para las
respuestas de contenido humano, que se relaciona con la necesidad de contacto
afectivo. En contraste con los contenidos de objetos con un porcentaje de un 8 % y el
contenido animal con un 42%.
50%
8%
42% ( M+Md ) %
T%
Obj.
73
Tabla No.1 porcentajes y frecuencias para los reactivos referente a la vocacional
Reactivo
Motivo
Frecuencia
%
¿Qué actitudes personales han
contribuido a tu elección para
estudiar Psicología?
Porque me siento identificado con el rol de
ayudador.
57
73.1
Porque me han considerado bueno para
resolver problemas.
13 16.7
Porque no me gusta ver sufrir a los demás. 8 10.3
¿Qué te motivó a estudiar
Psicología?
Por interés científico. 32 41.0
Para ayudar a los demás. 27 34.6
Para conocerme a mi mismo. 19 24.4
¿Cree que el psicólogo es un
profesional qué?
Puede conocer a las personas. 57 73.1
Puede resolver los problemas a otro. 15 19.2
Puede dar amor a su paciente. 6 7.7
Conociendo la Psicología como
profesión, piensa que puede ayudar
a resolver los problemas a:
Los familiares 5 6.4
Los demás 43 55.1
Uno mismo 30 38.5
En la tabla 1 se puede observar los principales resultados que arrojaron los
reactivos con respecto a la actitud y el quehacer del psicólogo. Se aprecia que el
73.1% de los participantes dice sentirse identificado con el rol de ayudador, mientras
el 41% de los estudiantes han elegido la psicología por razones científicas. El 73.1%
de los alumnos consideran que el psicólogo es un profesional que puede conocer a
los demás, mientras que el 55.1% consideran que el conocimiento de la psicología le
permite ayudar a los demás.
74
CAPÍTULO V
DISCUSIÓN
75
5.1.- Discusión
5.1.1. Discusión de los resultados
La personalidad comprende facetas diferentes, tales como motivos, rasgos,
sistemas de conducta y organización y desarrollo de la libido. Tomando en cuenta
estos factores, que constituyen la personalidad, y con los resultados obtenidos en la
presente investigación se efectúa la discusión según las agrupaciones. Cabe aclarar
que no es propósito de esta discusión generar una propuesta que señale las
directrices del modo como ha de ser evaluado el sujeto que desea ser psicólogo, sino
que a partir de los datos del test de Rorschach, como se mencionó, se pueda
identificar aquellas variables que aparecen en el test que podrían servir como
indicadores del perfil vocacional deseable en el psicólogo.
En el análisis de las variables del Rorschach hay que señalar que los
protocolos se encontraron en la media de producción en la que las mayorías de los
sujetos normales responden, pero con algunos casos aislados en lo que cayeron por
debajo de esta media; este fenómeno puede encontrarse en sujetos normales como
lo ha señalado Bohm (2001), así como un aumento de la productividad en el
protocolo. Como se dijo antes, la esfera cognitiva incluye la memoria, la imaginación,
la percepción, la atención, el juicio y el pensamiento; en esta esfera que comprende
los aspectos cognitivos o intelectuales valorados en la triada en la que están la
admisión, la traducción y posterior conceptualización de la información que ha de
manejar el sujeto en la prueba.
Los resultados que se muestran en la gráfica No. 1 (ver pág. 67) indican que
los sujetos no invierten gran cantidad de energía psíquica en los desafíos que se les
presentan ante nuevas situaciones (R), a pesar de encontrarse el grupo en la media
para la variable de (F+%). Por otra parte no se advierte un potencial en su capacidad
76
intelectual en la originalidad del pensamiento (Orig).El pensamiento que presentan
los estudiantes es más bien de tipo teórico-abstracto con una inteligencia inclinada
hacia las aptitudes artísticas (G%, tipo de sucesión).
No se encontraron diferencias marcadas entre los grupos de semestres en
relación a la variable (F+). A este respecto Bohm (2001) señala que este factor
aumenta el tipo de inteligencia reproductiva respecto de la formación de nuevos
conceptos conforme avanza el desarrollo intelectual del sujeto; en otras palabras
tanto en el grupo de segundo como en el de décimo semestre se presentaron
diferentes comportamientos en relación a esta variable, lo que indica que en el grupo
de décimo semestre se ha producido un aumento en la adquisición de nuevos
conceptos. No se encontró un estilo de pensamiento estereotipado (T%), es decir, los
estudiantes tendieron a mostrar una cierta capacidad en la variabilidad del
pensamiento. Por otro lado no se encontró un estilo de pensamiento original entre los
estudiantes y más bien la presencia de esta variable estuvo prácticamente ausente.
En relación al tipo de sucesión, la cual está vinculada directamente al estilo y
lógica del pensamiento, se encontró que en el grupo de estudiantes se presentó una
mayor incidencia del tipo de sucesión relajada, seguido por la sucesión desordenada;
sin embargo, la sucesión ordenada fue la que presentó la más baja frecuencia,
siendo la sucesión ordenada característica de un estilo de pensamiento lógico formal,
que de acuerdo con Rorschach (1987) permite al sujeto abordar una situación con un
método de trabajo ordenado y con la suficiente flexibilidad. Esto habla de un estilo de
pensamiento en el abordaje de las situaciones que se le presentan a los sujetos, en
otras palabras dichas personas tienden a enfocar los problemas de forma no
metódica.
En términos generales, en los estudiantes se destacó un tipo de sucesión
relajada (ver gráfica No. 3, pág. 70), lo que refleja desde la tríada cognitiva y las
demás variables que el test de Rorschach evalúa un estilo o perfil de personalidad
77
que no tienden hacia la sistematización del pensamiento como se ha mencionado,
más bien se encontró una marcada tendencia hacia un estilo de pensamiento
creativo. Un dato muy llamativo fue que lo grupos de segundo y décimo semestre,
no mostraron cambios importantes en cuanto a la sucesión ordenada, aunque se
podría pensar que los alumnos de décimo semestre al encontrarse en un nivel más
elevado de abstracción en la formación de conceptos en la profesión, presentaron
un tipo de sucesión ordenada. Como ha puntualizado Fernández (2003) este tipo de
sucesión permite al sujeto mantener un pensamiento lógico y sistematizado.
Como parte de la discusión es importante destacar el tipo vivencial, pues
como ya señaló Rorschach (1987), esta tiene una relación directa con el talento, es
decir con el grado y tipo de inteligencia; pero también refleja la postura fundamental
del yo y el mundo exterior como lo ha expresado Jiménez (1990). En el tipo de
vivencia se advierte una marcada diferencia entre los grupos de semestres, siendo el
tipo vivencial coartado y coartativo los que presentaron una mayor frecuencia. El tipo
de vivencia adquiere importancia porque expresa cómo el sujeto vivencia sus
experiencias en relación a su vida afectiva con los demás; su ausencia cobra
entonces importancia ya que hablaría de un estado de desolación afectiva, por tanto
es significante para la estructura de personalidad con respecto al yo y los factores de
la vida anímica.
En la gráfica No. 4, (ver pág. 71) se puede observar que el tipo vivencia
ambigual obtuvo el más bajo porcentaje en todo los grupos de estudiantes. Sin
embargo en el grupo de los hombres prevaleció el tipo de vivencia coartado y en el
grupo de las mujeres el coartativo, esto asociado a la presencia de numerosas
respuestas de máscara y antifaz, que hablan de un estilo de personalidad con
tendencia a la ocultación y al disimulo, que en cierto modo obedecen a una misma
resonancia afectiva vinculadas al tipo intelectual presente. En cuanto al control de la
realidad (F+; B; G; V%; Orig. %; RI), se observa una insuficiencia en los controles de
la realidad que resulta de la organización de la personalidad menos madura; en otras
palabras el control de la realidad que presenta el grupo no es lo suficientemente
78
fiable; esto asociado a cierta dificultad para el afrontamiento ante nuevas situaciones
crea estrategias ante la solución de situaciones nuevas que exigen las tareas
(fracaso al dar respuesta a una lámina). Como ha señalado Bohm (2001), este
fenómeno es poco frecuente en sujetos normales; su aparición habla, como ya se
mencionó, de una dificultad en el estilo de afrontamiento ante la tarea. Sin embargo
con respecto a las diferencias encontradas entre hombres y mujeres, el fracaso en
lámina, es decir la imposibilidad de de poder dar una interpretación a una lámina
determinada, fue mayor en las mujeres que en los hombres, lo que probablemente se
deba a factores neuróticos que inhiben la función intelectual. También en el factor
(RI), que se relaciona con el estilo de afrontamiento ante la realidad, las diferencias
entre hombres y mujeres fue clara, ya que los hombres presentaron una mayor
tendencia al control de la realidad que las mujeres, a pesar de que en ellos los
controles inadecuados también estuvieron presentes. En cambio las mujeres en el
factor (RI), mostraron mayor preferencia hacia los aspectos más fantasiosos.
En la esfera afectiva la cual comprende el humor, la ira, la tristeza y el manejo
de las emociones, se encontró que estas variables se relacionan con la afectividad y
la expresión de las emociones y la modulación de los afectos. En el papel que
desempeñan en el funcionamiento psicológico de la estructura de la personalidad
(FFb<FbF+Fb), se evidencia que el grupo en general tiende a expresar los afectos de
forma impulsiva, pero con suficiente freno en la modulación de los afectos (FFb); sin
embargo, los datos en general hablan de un estilo o perfil de personalidad impulsiva
en cuanto a expresión de los afectos. Las respuestas de forma color adquieren
importancia puesto que ellas reflejan la manera como los sujetos expresan sus
afectos a otras personas, y si esta expresión de afecto se realiza de una forma
adecuada. Lo esperado en esta proporción es que la respuestas de forma color (FFb)
sean mayor su proporción en relación a las respuestas de color forma y de color pura
ya que ellas expresan la capacidad de ligazón a un objeto de forma adecuada y
positiva es decir, ellas son el fundamento del contacto afectivo
79
En cuanto a las relaciones interpersonales se percibe en los alumnos un
interés por los demás (M + Md) %; así también se perciben las relaciones con el otro
de manera positiva, a tal grado que se advierte un interés social y empático, en otras
palabras, se observa un buen trato con los humanos. El porcentaje para esta variable
se encontró por encima de su media. Su ausencia permite deducir casi siempre la
existencia de perturbaciones en el trato humano y dificultades en el establecimiento
de contactos afectivos cercanos. Se espera que en sujetos normales aparezca un
(M+Md) % de 10 a 20 %, lo que esto indica, un elevado interés social en el grupo.
Por otra parte cabe mencionar que los contenidos de objetos los cuales se relaciones
a los intereses diverso del sujeto presentaron un porcentaje de un 8%, resultando
bastante bajo. Sin embargo, las respuestas de contenidos animal su porcentaje en
encuentra dentro del parámetro normal es decir de 35-50% (en la puntuación
Rorschach) y, si bien los tipos de vivencia que se destacan hablan en contra de este
factor puede que exista una cierta capacidad de establecer contactos afectivos con
los demás.
Estos datos resultan interesantes al momento de establecer un perfil de
personalidad en relación a la profesión de Psicología o en cualquiera de las
profesiones sanitarias. Sin embargo, a la vez resulta curioso pues el tipo de vivencia
que prevaleció fue el tipo coartativo, que cómo ha señalado Jiménez (1990), es
propio de personalidades secas y con poca resonancia afectiva y con tendencia a la
pedantería. En relación a la expresión de la agresividad (DZw) el grupo en general
tendió a producir una inhibición de la agresividad, aunque si bien esta agresividad
habla de una posición por parte del sujeto también ella expresa una cierta energía
del yo.
Por otro lado, se encontró una mayor tendencia ha percibir la realidad de una
forma inadecuada, con una preferencia hacia la fantasía. Algo que resulta interesante
es que el grupo de las mujeres tendió a percibir el mundo de una manera menos
realista que los hombres, como se puede apreciar en la gráfica No. 5 (ver pág. 72).
Estos datos junto al tipo de vivencia hablan de un perfil de personalidad que se
80
orienta a un estilo de personalidad o patrón caracterológico que tiende a ser más
retraído hacia su mundo interior.
En cuanto al grado del pensamiento y adaptación intelectual colectiva (V; V%),
se observa que existe una trivialidad en la adaptación intelectual al ambiente lo cual
se relaciona con un cierto grado de interés social del sujeto. Por otro lado se
encontró que esta falta de trivialidad en el estilo de pensamiento colectivo se debió al
promedio (T%), el cual se encontró en un 40% de los casos, es decir en cifras
esperada en sujetos normales; este dato resulta interesante al momento de
establecer un perfil de personalidad en un sujeto psicólogo, lo que parece indicar un
cierto interés por las acciones sociales. Sin embargo la capacidad de contacto se
encontró en el grupo (FFb; D; V%; M + Md), como relativamente buena, que en cierta
manera está influido por el tipo de vivencia que el grupo suele presentar y que en
cierto modo habla de un perfil caracterológico de personalidad en los estudiantes de
psicología.
Como ha puntualizado Jiménez (1990) el tipo vivencial permanece a lo largo
de toda la vida por lo que este no cambia de modo radical, y por lo que se pudo
apreciar el tipo vivencial que prevaleció en el grupo fue el coartativo. Al respecto ya
Rorschach consideraba el tipo vivencial como la base de la constitución de la
personalidad en cuanto al tipo de resonancia. En otras palabras, todas las variables
Rorschach están de una manera u otra influidas por el tipo de vivencia, por lo que
seria congruente pensar que los estudiantes de Psicología presentan un perfil
común de personalidad con tendencia a la coartación. Con respecto a la autoimagen
y el esquema corporal (Anat.), (Respuesta de reflejo) se encontraron conservadas,
así como los aspectos narcisista, lo que indica que sus defensas están funcionando
adecuadamente, sin embargo las respuestas de reflejo que se relacionan con el
narcisismo del sujeto se muestran más destacadas que las respuestas de contenidos
(Anat.).
81
En cuanto a la autopercepción demuestran tener más aspectos narcisista las
mujeres que el grupo conformado por los hombres, junto a la presencia, aunque en
baja incidencia de las respuestas infantiles, que hablan de una inmadurez del yo del
sujeto.
Los datos de que se ha hablado demuestran la existencia de un perfil de
personalidad característico de los alumnos de Psicología, ya que hablan de un perfil
en el que si bien se puede mostrar un interés social, su tipo de vivencia habla
también de un estilo de personalidad más reservado y distante. Ahora bien con
respecto al indicador de rasgos narcisista, ha de tomarse en consideración la
sobrevaloración de la juventud y la subvaloración con respecto a la vejez, aunque
esto no quiere decir que los aspectos dinámicos no estén presente. Al respecto
Rorschach (1987) considera la fuerza del yo en relación al tipo de vivencia, y refiere
que éste no suele cambiar a lo largo de la vida, por lo que sería congruente pensar
que estos sujetos han tenido un estilo de personalidad con rasgos narcisistas y un
estilo coartativo, aunque se pueda hablar del factor cultural que ya se mencionó más
arriba como los aspectos dinámicos de la personalidad, y sobre todo el vinculo con
el otro que está ligado al proceso de triangulación en la relación edipica, que como
bien ha expresado Lacan (1964),constituye el eje primordial en el desarrollo de la
personalidad.
Con respecto a los datos obtenidos en la entrevista que se aplicó posterior a la
administración del test de Rorschach, se encontró lo siguiente: el grupo tanto de
hombres como de mujeres mostró una identificación con el rol del ayudador en
relación a su actitud ante la Psicología como profesión. De igual manera en la
comparación por semestres se pudo observar que no se produjeron cambios
importantes, a pesar de que podría pensarse que el grupo de décimo semestre por
su grado avanzado en el conocimiento de la Psicología podría haber presentado una
menor incidencia de esta variable; sin embargo los datos reflejaron lo inverso, es
decir, que tanto los estudiantes de segundo semestre como los de décimo semestre
tienen una misma actitud en relación a la motivación para estudiar Psicología, y que
82
esta actitud no ha variado en relación a los conocimientos adquiridos en torno a la
Psicología.
Sin embargo, se percibe el grado de conciencia en el grupo de estudiantes de
décimo semestre, al comprender que el conocimiento de la Psicología no le es útil
para resolver conflictivas afectivas a los familiares, pero a pesar de ello, en las
mujeres se observa que son las que tienden a pensar que el conocimiento de la
Psicología le puede servir como instrumento en la solución de problemas a los
familiares y a los demás. Pero se percibe en ellos la idea de que en cierta manera la
Psicología le puede ser útil para resolver sus propios problemas.
De acuerdo con los datos encontrados se podría argumentar que la tendencia
a la elección de la Psicología como carrera se ha realizado tanto por interés
científico, así como por desea de ayudar a los demás. Este interés científico guarda
relación con el tipo de vivencia que presentaron los estudiantes de Psicología en la
aplicación del Rorschach. Parecería lógico pensar entonces, que de acuerdo al tipo
de vivencia encontrado y su elección vocacional hablan de un perfil de personalidad
reservado y distante por un lado y, por el otro al interés social.
83
CAPÍTULO VI
CONCLUSIONES
84
5.2.- Conclusiones
En esta investigación se ha podido identificar la existencia un perfil de
personalidad en los en los estudiante de Psicología. Estos datos han de ser
considerados en relación a las características propias de esta población estudiada,
pues como tal no hay estudios acabados que relacionen el perfil de personalidad del
estudiante con su elección de carrera en particular con este instrumento. La riqueza
de información que proporcionaron los datos Rorschach en relación a las
características comunes en el estilo de personalidad de los estudiantes de Psicología
permitió identificar dicho perfil.
Las semejanzas encontradas en los diferentes grupos por semestre, revelan
características comunes en el estilo de pensamiento y en las expresiones de los
afectos, pero básicamente en el tipo de resonancia interna, es decir, al tipo de
vivencia. Este tipo de vivencia podría estar relacionado, de acuerdo a lo descrito por
Roe (citado en Rivas, 1988), con una dimensión esencial de la personalidad en la
elección de carrera, que es trabajar con personas o evitar hacerlo. Sin embargo,
aunque se percibe un marcado interés por lo social en los estudiantes, su tipo
vivencial es opuesto a ese deseo, por lo que probablemente, como ha expresado
(Guggenbueh, 1988), este tipo de resonancia afectiva esté ligado a su dinámica de
personalidad, lo cual canaliza por medio de esta carrera.
Se evidencia que el porcentaje de mujeres en la carrera de Psicología es
mayor que el de hombres, esto se explica en parte como lo ha señalado Martín
(1981) a que el grupo de mujeres es mayor en la carrera de Psicología, y que ello
esté vinculado a componentes afectivos y narcisistas identificados en las mujeres de
manera más elevadas que en los hombres, lo cual coincide en alguna manera con la
investigación de Mclelland (1971) que encontró en los psicólogos una fuerte
necesidad de logro y poder. Por otro lado dicha mayor incidencia de mujeres en la
carrera de Psicología se debe al tipo de sucesión que presentaron y al aumento de
respuestas de contenido humano, las cuales indican la capacidad que tiene un sujeto
85
de establecer vínculos con otras personas. La persona que produce en número
elevado respuestas de contenido humano, refleja tener la suficiente capacidad
transferencial en su relaciones interpersonales. Así también las respuestas de
contenido humano no solo representan un indicador fundamental en el
establecimiento de las relaciones interpersonales como lo señala Bohm (2001), sino
que también reflejan el grado de inserción a la realidad de un sujeto como lo ha
expresado Bogaert (1999).
Por otra parte, estos estudiantes de psicología invierten una mínima cantidad
de energía psíquica en el momento de enfrentarse ante nuevos desafíos que se les
presentan; también en su interpretación del entorno son capaces de poder observar
aquello que está más allá de lo simple, lo obvio. El sujeto que produce respuestas
kinestésicas en número suficiente tiende a recurrir a lo imaginario para liberarse de
las contingencias concretas y es capaz de razonar en términos hipotéticos. Pero
curiosamente la calidad del proceso de producción es lo suficientemente buena, pero
sin llegar a mostrar una originalidad. Por otro lado la calidad del proceso ideático que
tienen es regular, mostrando cierta flexibilidad cognitiva al no evidenciarse una
marcada estereotipia del pensamiento; su dificultad para percibir los obvios se hace
evidente a la hora de enfrentarse a una realidad estimulante. Sin embargo, su actitud
defensiva a enfrentarse antes lo desconocido y a la expresión de la agresividad,
suele tener diferentes matices de expresión de la agresividad, sobre todo a través de
los contenidos agresivos manifiestos. Las respuesta de detalle blanco y de
contenidos agresivos manifiesto, que son un fiel testimonio de la expresión de las
pulsiones agresivas del sujetos reflejadas en la lámina del test que, de acuerdo con
(Rijo, 1999) dicha agresión está ligada a los deseos hostiles hacia la figura de
relación primaria.
Cabe destacar que en el plano narcisista, estos sujetos en especial el grupo
constituido por las mujeres suelen tener mayores componentes narcisistas en su
estructura de personalidad, considerando que las respuestas de reflejo son un
indicador de los componentes narcisistas que conforman la personalidad de un
86
sujeto. Siendo ello un indicador de cómo el sujeto tiene la capacidad de expresar su
omnipotencia por una vía socialmente aceptada, aunque este narcisismo puede
verse expresado como la representación de la figura del padre que lo puede y lo
sabe todo. Lo anterior concuerda con lo referido por Martín (1981) quien ha
planteado la problemática vinculada a los componentes narcisista al describir el
síndrome del ayudador. Por su parte Lagache (1982) en ese mismo orden de ideas
señala que el psicólogo ha de estar exento de egocentrismo y ambivalencia para que
acceda a un pleno reconocimiento del valor del otro y de los valores comunes.
El placer y goce que derivan de los componentes narcisista en un sujeto
pueden tener diversas vías de expresión, y una de ellas es a través de la profesión,
para expresar su omnipotencia en la que el sujeto se percibe igual o mejor que sus
figuras de relación primaria o sus objetos idéales de relación. En ese orden, los
sujetos participantes reflejan un tipo de personalidad en relación al yo que presentan
y su mundo exterior, ya que si bien están presentes en ellos los intereses sociales,
su perfil de personalidad tiende a ser más bien rígido y con poca resonancia afectiva
adecuada. En ese sentido es significativa la interpretación que da Erickson (1993) de
la vocación, al referir que ha de haber una integración yoica ligada a la identidad y a
los roles que debe desempeñar el sujeto. Este dato concuerda con lo encontrado en
esta investigación al demostrar que estos estudiantes suelen tener buena capacidad
de contacto a pesar de reflejar un estilo de persona reservada.
Se hace evidente, por tanto, que esta capacidad de contacto afectivo juega un
papel decisivo en la elección de carrera sobre todo en las ciencias humanas. Pero
esa capacidad de contacto se ve malograda en el abordaje que tienen de la realidad,
que hablan de un yo débil y poco adaptado. Como bien ha señalado Coderch (2002),
en el sujeto psicólogo el plano afectivo las emociones desempeñan un papel
importante en la organización de su personalidad, por lo que se considera un punto
de gran importancia al momento de establecer un perfil del psicólogo.
87
La organización de personalidad de esto estudiante de Psicología es en
cierta forma menos madura, con una percepción de la realidad inadecuada, y suele
presentar dificultades antes problemas que requieren solución. En la configuración
de su autoestima, los aspectos narcisistas se hacen evidentes, ya que se encuentran
ligados a un yo infantil. Con estos rasgos afectivos, personales y relacionales
mostrados por los estudiantes de Psicología en el test, se podría argumentar la
existencia de un perfil de personalidad, que si bien se muestra en algunos aspectos
congruentes con un perfil de personalidad deseable para el psicólogo se refleja en
ellos una marcada tendencia a ciertos rasgos de personalidad que lo distancian de
ese perfil deseado.
Todo esto permite afirmar la existencia de una relación entre la elección
vocacional y la personalidad ya que se han encontrado características especificas
que la determinan, tales como las variables Rorschach que se relacionan con el
vinculo social y humano, a pesar de que otras variables se muestren ambiguas en su
valor sintomático. Con este estudio se espera sentar las bases para posteriores
investigaciones, relacionadas con la temática de la vocación del psicólogo y que ello
pueda ser comparado para establecer un perfil más fino y próximo a la identidad del
sujeto psicólogo. También como resultado de esta investigación, se espera que se
puedan desarrollar programas dirigidos a realizar una mejor selección de aspirante a
la carrera de Psicología, poniendo el acento en los aspectos que constituyen la
personalidad; sobre todo aquellos que se relacionan con la afectividad, por su
importancia en el proceso transferencial.
La presente investigación apoya la importancia que tiene el realizar una
correcta evaluación no solamente desde el punto de vista del costo económico que
implica una mala elección de carrera, sino también el costo emocional que ello
genera en el sujeto que se encuentra en elección vocacional. Por otra parte apoya
un aspecto importante y hasta pragmático si se quiere, y es en cuanto a la
identificación de rasgos característicos de personalidad que no se ajusten al perfil
88
deseado para el psicólogo, pudiéndose, así decidir algún tipo de intervención
psicológica, sea esta psicoeducativa o psicoterapéutica del estudiante.
A modo de resumen se puede decir que los rasgos que describen el patrón
caracterológico de personalidad o la estructura media psíquica de los estudiantes de
Psicología de la Universidad de Colima, está marcado por un yo inmaduro, y que si
bien sus interés sociales son lo suficientemente bueno para el establecimiento de
vínculos con el otro, está marcado por una estrecha coartación en su estilo de
vivencial sus relaciones interpersonales, mostrando una forma inadecuada en sus
expresiones afectivas, es decir un modo impulsivo y un estilo de pensamiento
imaginativo más que realista.
La aportación que este estudio realiza a la Facultad de Psicología sobre el
perfil de personalidad y la elección vocacional hacia la Psicología, puede agruparse
en dos aspectos:
1. Por una parte, su valor radica en conocer los rasgos de personalidad de
los estudiantes de Psicología, y que esto pueda ser considerado como
factor determinante en la elección hacia la carrera de Psicología.
2. Por otra parte, apoya un aspecto más importante y pragmático, en
cuanto a la evaluación de rasgos de personalidad, que pueden
identificar a aquellos sujetos con características o rasgos de
personalidad más próximo al perfil del psicólogo, sin importar el campo
profesional donde ejerza sus actividades. Es importante citar en
relación al perfil de personalidad del psicólogo que diversos autores
especialmente de orientación psicoanalítica han señalado la
importancia de una buena evaluación a aquellos candidatos que
desean ser psicólogos. Por ejemplo Coderch (2002), enfatizando en el
análisis didáctico, señala que el psicólogo ha de escuchar a sus
pacientes, sin reaccionar de acuerdo a sus propios conflictos,
sentimientos, o jucios de valor.
89
Cabe mencionar entonces que los beneficios que puedan resultar del
desarrollo de programas dirigidos hacia la orientación vocacional del psicólogo,
pueden resultar de utilidad, pero tomando en cuenta que los aspectos más
personales y vivenciales del sujeto no pueden ser abordado por este tipo de
perspectiva ya que solamente se quedarían en una etapa de abreación de sus
emociones. Ha de ser un abordaje más personal, aunque no se plantea un análisis
didáctico como tal, pero al menos una forma aproximada; en este sentido el presente
trabajo apoya la importancia de la habilitación que podría resultar de poner en
marcha un programa que esté dirigido hacia la formación integrar del sujeto
psicólogo.
Por otro lado, la presente investigación permite confirmar la utilidad del
Psicodiagnóstico de Rorschach, para la identificación de rasgos de personalidad, ya
que facilita un acercamiento a aquellos matices de la personalidad que pudieran
escapar a otro tipo de instrumentos que evalúan rasgos más específicos de la
personalidad. El valor del instrumento, radica justamente, en poder tener una
aproximación a la “estructura y dinámica de la personalidad” en su conjunto, y poder
describir a partir de ello estilos o tendencias.
5.2.1. Propuesta
La elección de una carrera es una síntesis compleja que hace intervenir
numerosos elementos que conforman la personalidad; existen múltiples propuestas
teóricas en el proceso de elección de una determinada ocupación, en articular -la
carrera de psicología-, todas las propuestas teóricas están relacionadas con las
teorías de la personalidad, entre una de la más importancia se encuentra la de
Bohoslavaky (1984).
Se presenta como propuesta el realizar futuras investigaciones con el objetivo
de poder comparar con estudiantes de universidades distintas aspectos de la
personalidad sobre los cuales estaría orientado el perfil del estudiante de Psicología
90
aplicando como instrumento el psicodiagnóstico de Rorschach. Así, estos datos
podrían permitir la elaboración de estrategias de selección a aspirantes a la carrera
de Psicología a partir de un perfil de personalidad más definido.
91
REFERENCIAS
BIBLIOGRÁFICAS
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ANEXOS
Anexo I
Símbolos y significados de las variables del Psicodiagnóstico de Rorschach, según
aparece en la clasificación clásica de la escuela Suiza centro europea, según aparece en el cómputo (Bohm, 2001).
Sesión principal
R. Respuesta. Numero de respuestas
F+. Se trata de las respuestas de forma bien vista es decir, que esta deben ser exacta y precisa. Ellas nos hablan sobre el nivel intelectual del sujeto.
EB. Erlebnistypus o tipos de vivencia. Se relaciona con las variables tales como (B) y la
sumatoria ponderada de (Fb). Se trata de establecer en la toma de decisión, y puede ser de tres tipos: estilo introversivos (predominio de la sinestesia humana), estrantensivo
(predominio de la (FFb), o ser ambigual (no difieren las puntuaciones), también puede encontrarse el tipo coartativo (aprox. de 1) o coartado (valores aproximado a cero).
B. Kinestesia humana. Las respuestas de Kinestesia humana contienen la actividad cinética
propia de un ser humano. Se relaciona con la actividad intelectual. Fb. Se refiere a la importancia que tiene el afecto en la toma de decisiones del sujeto.
Respuestas de claro oscuro. Son respuestas basadas en las distintas tonalidades del color gris de las diferentes manchas que aparecen en determinadas láminas, y están referidas
esencialmente a las láminas grises. Se relaciona con una afectividad tímida y búsqueda de la adaptación.
El contenido. La categoría de contenidos proporciona otros elementos interesantes para la elaboración del diagnostico de la personalidad de sujeto. Ofreciendo información sobre las
necesidades, intereses, interacción social y preocupaciones diversas del sujeto. Los contenidos nos manifiestan de manera general, el matiz, el espacio vital y los intereses del
sujeto, sus necesidades y anhelos.
Sesión cognitiva
G; D; Dd. Tipo perceptivo. Se anotan las respuestas correspondientes a cada código de localización. G. globales, cuando la respuesta se localiza a toda la mancha. D. respuesta de detalle. Cuando la respuesta se localiza a un área de la lamina común. Dd. Pequeño detalle. Cuando la respuesta se localiza a un área de la mancha no usual. F+%. Es la relación proporcional de las respuestas de forma bien vista con el número total de las respuestas (F). Todas estas variables Rorschach se relacionan con la capacidad del individuo para observar y conceptualizar de un modo realista los diferentes elementos del mundo circundantes. Nos habla de cual es el funcionamiento intelectual del sujeto, la amplitud de sus intereses y de cómo enfoca los problemas.
Sesión afectiva
FFb; FbF, Fb: proporción de la forma color, incluye todas las respuestas con uso del color cromático, el peso de la forma en la articulación de la respuesta (FFb, FbF, Fb). Se relacionan con la capacidad de modular la experiencia afectiva.
DZw. Respuestas de detalle blanco. Cuando la respuesta incluye solo el espacio en blanco de la lamina, una inversión de figura fondo. Se relaciona con aspecto oposicionista junto con el tipo de vivencia.
Proporción afectiva. Comprende las respuestas a las ultimas tres laminas, en relación con el total de las respuestas. Se relaciona con la capacidad de responder a estímulos emocionales que provienen del ambiente.
Respuestas de complejo. Son de importancia en el diagnóstico de las neurosis, que deben relacionarse expresamente con ellas. Estas respuestas tienen un contenido relevante, llevan implícitas una gran carga simbólica y sintomática de aspectos y particularidades muy personales que son importantes para el sujeto.
Sesión de mediación
V. vulgares. Números de respuestas banales al protocolo, están relacionada con la capacidad de responder de una forma adecuada a las situaciones obvias.
Respuestas originales. Son los contrarios de las respuestas banales. Están relacionadas con la inteligencia del sujeto y los tipos de intereses.
Sesión interpersonal
Movimiento cooperativo. Respuestas de movimiento humano de tipo cooperativo. Se perciben las intenciones entres las personas de forma positivas, y están dispuestas a participar en ella.
Movimiento agresivo. Respuestas con contenidos de tipo agresivo. Se tiende a percibir la agresividad como un componente natural de las relaciones interpersonales.
Comida. Respuestas con contenido de alimento, se relacionan con aspecto de dependencia.
M: (M + Md). Interés interpersonal. Compara los contenidos humanos completos con el resto de los contenidos humanos. Informa sobre el interés por los demás.
Sesión de auto percepción
Respuesta de reflejo. Un área de la mancha de la lámina se identifica como reflejada, debido a la simetría. Se relaciona con aspecto narcisista.
Respuesta de defecto. Los contenidos se presentan como rotos o dañados.
Contenido anatómico y contenido de radiografía. Reflejan el grado de preocupación por el cuerpo.
Fenómeno especiales
Verbalizacion rebuscada. Por redundancia, o por neologismos.
Fracaso a lámina. Imposibilidad del sujeto de emitir una respuesta a una lámina determinada.
Confabulatoria contaminatoria. Imágenes fundidas de manera inapropiada.
Combinación confabulatoria. Relación inverosímil entre dos o más objetos.
Perseveracion. Respuesta casi idéntica a la misma mancha, una respuesta anterior vuelve a darse, incluso en la lámina siguiente. Indican rigidez en el pensamiento.
Confabulación. El sujeto se fija en un detalle de la lámina y al dar la respuesta generaliza a una zona más amplia, sin que exista integración en esa parte, a pesar de insistir que la respuesta es global. .
ANEXO III
Entrevista semiestructurada
La presente entrevista tiene la finalidad de conocer tus actitudes ante tu formación profesional y el quehacer de la psicología. De la manera más atenta se te invita a que colabores con ésta investigación respondiendo a todas las preguntas que aquí se te indican, según lo que tú creas más pertinentes o este de acuerdo; si tiene alguna duda pregunte al entrevistador, los datos que se obtengan son para uso académico y científico, lo que garantiza la confidencialidad y el anonimato de sus respuestas.
1.- Información demográfica
- Nombre__________________________________________________________ - Edad____________________________________________________________ - Estado civil_______________________________________________________ - Semestre_________________________________________________________ - Nivel socioeconómico_______________________________________________
2.- Actitudes respecto a la formación y el quehacer del Psicólogo
1. ¿Qué actitudes personales han contribuido a tu elección para estudiar Psicología?
- Porque me siento identificado con el rol de ayudar. - Porque me han considerado bueno para resolver problemas. - Porque no me gusta ver sufrir a los demás.
2. Conociendo la Psicología como profesión, piensa que puede ayudar a resolver los problemas a:
- Los familiares. - Los demás. - Uno mismo.
3. ¿Cree que el Psicólogo es un profesional qué?
- Puede conocer a las personas. - Puede resolver los problemas a otro. - Pueda dar amor a sus pacientes.
4. ¿Qué te motivó a estudiar Psicología?
- Por interés científico. - Para ayudar a los demás. - Para conocerme a mi mismo, y tratar de resolver mis conflictos.