.' postergada Una organización
e
a ruptura de la unidad provisoria y parcial -ya que no incluia a las provincias Iitorales-, lograda entre
1816 y 1819 bajo la hegemonía porteña, abrió paso a las tendencias autonomistas desatadas con la Revolución. Surgieron así nuevas entidades pollticas soberanas: los estados provinciales, que, con características propias, pudieron, en mayor o menor medida, mantener el orden social y continuar con sus actividades económicas. A mediados de la década de 1820, se extendió la lucha por la defensa de los intereses dominantes en cada localidad o provincia, en relación no sólo con los de Buenos Aires sino también con los de las provincias vecinas. Las provincias se vincularon mediante un complejo y frágil sistema de acuerdos y de alianzas, que
\ contemplaban tanto propósitos politicos como intereses económicos. Así, se fueron perfilando agrupamientos regionales, como el del Litoral que, bajo la hegemonía porteña, tendió a imponerse sobre el resto de los estados provinciales. La expansión económica de Buenos Aires -basada en el intercambio de productos ganaderos por manufacturas ultramarinasfue el modelo de desarrollo durante la primera mitad del siglo XIX. SU ubicación geográfica, sus recursos naturales, su control del comercio exterior, a trav,~s del puerto y de la Aduana, colocaron a i3uenos Aires en una posición de predominh) sobre las provincias, que, en su mayoría, tenían escasas posibilidades de adecuarse 3.1 sistema económico porteño o no es aban de acuerdo con él. El control de Buenos Aires sobre la navegación de los ríos Paraná y UrIJ<juay, su política arancelaria y el destino de le s rentas
de su aduana constituyeron el centro de los conflictos del período, e influyeron en los alineamientos políticos de las provincias. Durante la primera mitad del siglo XIX, los diferentes intereses sociales y económicos también enfrentaron a las oligarquías provinciales entre sí. En ese marco no era posible encontrar una fórmula que congeniara la autonomía de los estados provinciales con el proyecto de organizar un Estado unificado. Los diferentes proyectos políticos relacionados con el sisteA1a d~'gobiernp se expresaron, desde mediados de la década del veinte, en las concepciones opuestas de unitarios y federales. Las' dos tendencias contaban con partidarios en Buenos Aires y en las provincias. Los unitarios, menos numerosos pero más homogéneos como grupo, defendían la organización de un poder centralizado, depositario de la soberanía y de carácter liberal. Esa forma de organización estatal subordinaba los poderes provinciales a la autoridad central y a una legislación común que afectaba la autonomía política, económica y financiera de las provincias. Para los unitarios, la autonomía era sinónimo de anarquía, de desorden y de atraso, mientras que la unidad del régimen era la garantía de unión, por encima de las diferencias regionales, y la posibilidad de fomentar el desarrollo social y económico del país. Por el contrario, el federalismo era favorable a una organización estatal, en la cual las partes representadas delegaban sólo algunas de sus atribuciones en la autoridad superior, pero conservaban su soberanía e independencia. Esta concepción se adecuaba a los intereses provinciales o regionales y de los grupos locales, que aspiraban a conservar
su autonomía, sobre todo, la económica y financiera. De allí que el autonomismo se identificara con el federalismo y que hubiese, aun en una misma provincia, grupos federales con diferentes intereses socioeconómicos. La tendencia federal resultó mayoritaria en las provincias y en Buenos Aires, luego del fracasado intento de.. organización centralista, entre 1826 y 1827, y de la guerra civil, entre 1829 y 1831. En ese marco logró imponerse, hasta 1852, un sistema de confederación laxa -sin constitución-, liderado por Rosas, quien subordinó progresivamente las provincias al proyecto político y económico de Buenos Aires y de sus circunstanciales aliados del Litoral. No obstante, las rivalidades y los recelos persistieron durante la primera mitad del siglo XIX y llevaron a frecuentes enfrentamientos armados ,que, sumados a los conflictos con otros países, crearon una situación que algunos historiadores caracterizaron como "guerra permanente". El uso de la fuerza para dirimir las diferencias entre grupos, sectores y provincias fue un recurso corriente en la vida política de este período y coexistió con el funcionamiento más o menos regular de las instituciones republicanas provinciales. La resolución, siempre provisoria, de los conflictos dependía de la capacidad de movilización y de control de las milicias locales. No menos importante fue la disponibilidad de recursos er:onómicos para sostener la guerra. En ,este sentido;'el poderío económico de B'ue{lQslAires le posibilitó organizar una fuerza militar superior a las del resto de las provincias e imponer su predominio durante el período rosista (1829-1852).
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··.·~Ii~a~;': " " :Utográfíatoloreadade Albín • fav(er,.1844 (detalle). ' ~:'J':,'''.' . , "
S· La emergencia de los ,~ poderes provinciales
"t>;,
El rechazo de la Constitución de
1819, la caída del régimen directo
rial y la disolución del Congreso
abrieron paso a la fragmentación del poder político y a
la organización autónoma de las
prOVinClGs.
Las Provincias Unidas del Río de la Plata durante el período 1820-1825.
• Comparen el mapa de las Provincias Unidas del Río de la Pla~a con¡1 del Virreinato del Río de la Plata que se encuentra en el capítuto.4. .¡ /
- Elaboren un cuadro con los nombres de las tres intendefldas que integraban el Virreinato del Río de la Plata (núcleo del futuro territorio argentino), e indiquen las provincias que se desprendieron de cada una de ellas.
- ¿Por qué incluye el mapa territorios que actualmente pertenecen a los países Iimí· trofes?
- ¿Cuándo se separaron las provincias que integraban Cuyo?
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES
El derrunlbe del poder central
En 1819, el Congreso aprobó una constitución que reflejaba los intereses centralistas, promonárquicos y elitistas de los sectores que lo controlaban. Esa constitución era el marco adecuado para la instalación de una monarquía constitucional, mediante la coronación del duque de Luca, Carlos de Borbón. La difusión de estas negociaciones y el carácter centralista de la constitución generaron un fuerte rechazo entre los partidarios del sistema republicano y de la descentralización del poder, principalmente en
r los de las provincias del Litoral. En junio =-de ese año, el gobernador de Santa Fe, Es
tanislao López, había comunicado a los representantes del Directorio la creciente oposición que existía contra ellos:
"Cada pueblo ha desconocido su autoridad para
reconcentrarse en sí mismo y propender a su fortuna
sin fiarla a manos que pudieran venderla entregando
su Patria. Todos amamos la causa de la Patria y nues
tro patriotismo es tan ardiente por su independencia,
que el más leve asomo de encadenamos a una poten
cia extraña nos hará precipitar gustosos a una guerra
cuyo término será el de nuestra vida o la del tirano
que se atreva intentarlo".
ii~ El descontento precipitó la renuncia del desprestigiado director Pueyrredón en julio de 1819, quien fue reemplazado por Rondeau. Sin embargo, el Congreso siguió adelante con los proyectos monárquicos y aptobó, en sesión secreta (noviembre 1819), las tratativas realizadas en Europa. Esta medida, sumada al pedido efectuado por Rondeau a los portugueses instalados en la Banda Oriental para que actuaran contra los disidentes de los territorios de Entre Ríos y Santa Fe, desencadenó la reacción armada de estas pro\iincias contra el régimen directorial.
108
La negativa del Ejército del Norte de auxiliar al gobierno en la guerra civil (sublevación encabezada por un grupo de oficiales, entre los que se contaban Juan B. Bustos, José M. Paz y Alejandro Heredia, en la posta de Arequito, enero de 1820), la decisión de San MaItín de proseguir su campa- I
ña libertadora en lugar de intervenir con su I ejército en la guerra civil y la oposición ge-'l neralizada al gobierno, incluso en Buenos J Aires, contribuyeron al derrumbe del poder central.
Tras derrotar al ejército porteño en Cepeda (febrero de 1820), las fuerzas del Litoral, conducidas por Ramírez y López, exigieron la disolución del Congreso y la renuncia del Director Rondcau. Frente al desmoronamiento del régimen y a la imposición de los vencedores de fijar los términos de la paz, el Cabildo porteño asumió el gobierno de Buenos Aires, como Cabildo Gobernador, hasta que la Junta de Representantes de la provincia -votada en Cabildo abierto-- designó gobernador a Manuel ae Sa~atea. "
. - Surgió a.S'í una nueva entidad política: la provincia. de Buenos Aires que, como tal, finnó con' las provincias litorales el Tratado del Pilar (febrero de 1820). El acuerdo firmado con Ramírez y López reconocía como sistema de gobierno el de federación, aunque su organización se postergaba hasta un encuentro posterior de representantes, que deberían ser libremente elegidos por "los pueblos". Como principio económico fundamental, el Tratado del Pilar establecía la libre navegación de los ríos Paraná y Uruguay.
Luego del retiro de las fuerzas militares del Litoral, se publicaron en Buenos Aires las actas secretas del Congreso, a la vez que se inició juicio a los implicados en el proyecto monárquico.
El derrumbe del poder centralizado dio origen a un proceso de fragmentación del poder, que se expresó en la conformación de provincias autónomas, las que, en ocasiones, se reagruparon políticamente. Aun
Retrato del General Francisco Ramírez, según una acuarela de Nélida Gosso de Miranda. Este caudillo. llamado el Supremo Entreniano, fue gobernador de su provincia desde 1818 hasta su muerte.
Noticias internacionales
En enero de 1820 se produjo en Cádiz la sublevación de las tropas destinadas a América para vencer a los revolucionarios. Bajo la dirección del coronel Rafael del Riego, las tropas marcharon sobre Madrid e impusieron a Fernando VII el restablecimiento de la Constitución de 1812, de carácter li, beral. Esta situación favoreció el desarrollo de las guerras por la independencia de América. Así, luego de varias derrotas, los realistas fueron vencidos definitivamente por el general Antonio 1. de Sucre en la batalla de Ayacucho, en diciembre de 1824.
La independencia de las Provincias Unidas fue reconocida, sucesivamente, por Portugal (1821), Estados Unidos (1822) -que, simultáneamente, reconoció la independencia de otros países americanos- y Gran Bretaña (1824).
Un proceso complejo: particularismos y fuerzas centrífugas
En la primera década revolucionaria, el gobierno central contribuyó a fomentar las autonomías al crear nuevas provincias. En 1813, un decreto del Segundo Triunvirato separó Cuyo (Mendoza, San Juan y )an Luis) de la Intendencia de Córdoba. En 1814, el director Posadas creó las provincias de Entre Ríos y Corrientes, separándolas de la Intendencia de Buenos Aires, y las de Salta y Tucumán, al dividir la Intendencia de Salta del Tucumán. Posterior· mente, se formaron otras provincias por decisión propia: Santa Fe, en 1818 (separada de Buenos Aires); Santiago del Estero, en 1820, y Catamarca, en 1821 (ambas separadas de Tucumán); La Rioja, en 1820 (separada de Córdoba), y Jujuy, en 1834 (separada de Salta). Entre 1819 y 1821 se formaron algunos agrupamientos regionales (semejantes a la Liga de los Pueblos Libres, organizada entre 181 5 y 1820) que se disolvieron al poco tiempo: por ejemplo, la República del Tucumán -que, bajo la presidencia de Bernabé Aráoz,
- entre 1819 y 1821 reunió las provincias de Tucumán, Santiago del Estero y que no se abandonó el proyecto de consti-· . C;atamaka- y la República de Entre Ríos -que, bajo la dirección de Ramírez,
" ,:~tre 1820 Y1821 agrupó a Entre Ríos, Corrientes y Misiones-. Otras provintuir una nación unificada, los estados pro cias establecieron entre sí pactos de comercio y unión, como las provinciasvinciales soberanos fueron, por más de de Cuyo, después de su disgregación en 1820, o las del Litoral y Buenos Aitreinta años, los protagonistas políticos. res, después de la crisis que siguió a la firma del Tratado del Pilar.
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 109
. , ,. El ascenso al pqder de los caudillos en el. p~ríodo post-independiente .
.' .
En la mayoría de les estudios sobre el fenómeno del caudillismo en Hispanoamérica durante el siglo XIX predomina la idea de un jefe local conduciendo a las masas rurales, en una lucha contra el gobierno y las elites urbanas. A esta idea se asocia otra, según la cual los caudillos impedían el establecimiento de poderes legales e instituciones republicanas, tal como lo expuso Domingo Faustino Sarmiento en el Facundo.
Otra de las características fundamentales que los historiadores han señalado como distintiva del caudillismo, era la utili zación sistemática de la fuerza para dirimir las disputas públicas o de interés personal. El caudillo aparecía, entonces, como un jefe de guerra, de tropas que no eran profesionales sino que estaban compuestas por grupos armados, organizados sobre la base de un sistema informal de obediencia que se sostenía por relaciones de tipo patrón-peón o protector-protegido.
La historiografía argentina se ocupó, particularmente, de los caudillos de la primera mitad del siglo XIX, porque el tema se relaciona estrechamente con el surgimiento del federalismo. Las interpretaciones del fenómeno del caudillismo fueron diferentes para los historiadores liberales y para los revisionistas*. No obstante, ambas líneas tenían una preocupación común, fruto de una lectura histórica, que ponía el acento en los proyectos de organización nacional. Según algunos historia
'En el capítulo 15 pueden encontrar más informa· ción sobre las historiografías liberal y revisionista.
'"
dores, los caudillos eran los representantes de las fuerzas "anárquicas" e "inorgánicas" de las provincias; según otros, los caudillos sostenían proyectos de organización constitucional de carácter federal.
Ahora bien, una verdadera renovación de los estudios sobre el caudillismo la constituyeron los trabajos de Tulio Halperin Donghi. En su libro Revolución y Guerra formula la compleja relación entre la militarización -producto de las guerras de independencia- y el ascenso al poder de los caudillos.
Por su parte, José Carlos Chiaramonte propone una reinterpretación global del período de las guerras civiles. Para él, los estados autónomos provinciales, surgidos a partir de 1820, no serían producto de la disgregación de una nación (inexistente en 1810) sino el punto de partida para una organización político-estatal, sobre la única unidad socio-política existente en el período: la ciudad-provincia. E\ conjunto de normas fiscales, legislati· vas y políticas que las provincias se otorgaron, luego de que fracasara el intento de constituir un estado rioplatense, testimonian los esfuerzos de las elites provinciales por consolidar -más allá de la voluntad de los caudillos- estados autónomos. En este sentido, todo el proceso, que se inició en 1810, estuvo marcado por la coexistencia de las tendencias contrapuestas de consolidación de sobera~
nías independientes y de formación de una nación.
• -í Escena de la guerra civil, seg'ín'una acuarela de Juan Fossa. Un jefe federal ataja con su lanza las boleadoras dirigidas por sus perseguidores a las patas de su caballo. Con este acto de destreza los buenos jinetes evitaban que sus caballos fueran boleados y escapaban de sus enemigos.
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 110
El caso de Facundo Quiroga en La Rioja , I
Facundo Quiroga comenzó una rápida carrera de ascenso al poder, en 1816, cuando fue nombrado capitán de las milicias de San Antonio; en enero de 1818 pasó a desempeñar el cargo de coman- dante de Malazán; en 1820 fue nombrado sargento mayor y comandante interino de los Llanos; en 1822, el gobierno le confirió el grado de coronel y el empleo de comandante general de la provincia; en 1827, la Sala de Representantes le concedió el grado de brigadier. Este tipo de ascenso militar fue característico del período revolucionario. En efecto, Halperin Donghi analiza la incidencia de la militarización en el surgimiento y consolidación del poder de las autoridades locales de justicia, de la policía y de las milicias. Este historiador demuestra, así, que el
,caudillo surgió dentro, y no en contra, de las nuevas estructuras de poder estable· cidas en Buenos Aires, Córdoba y La Rioja desde 1810.
Ahora bien, si se estudia la organización política de La Rioja durante la actuación de Quiroga, se observará que se destaca la vigencia de un ordenamiento legal mucho más establecido de lo que suele suponerse. El análisis de ciertos aspectos sustanciales de las relaciones entre los poderes provi nciales riojanos (el gobierno y la Sala de Representantes) y Quiroga, que se iniciaron en 1820, sugiere la necesidad de matizar esa imagen
del caudillo que, seguido por sus huestes, dominaba a su antojo una tierra de nadie. Por una parte, se observa que, junto al poder de Quiroga, se mantenía '.::~
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una estructura polít!ca !.;¡;tIj legal, a veces de ongen,~ colonial; por otra, se advierte que el desarrollo de instituciones estatales en la provincia no era una simple formalidad. Por el contrario, estas instituciones, aunque rudimentarias, traducen el surgimiento de nuevas condiciones políticas, que se inscribían dentro de los esfuerzos por consolidar soberanías provinciales autónomas en el Río de la Plata, durante la primera mitad del siglo XIX.
Lo cierto es que el poder particular del caudillo estaba basado sobre relaciones informales (familiares, amistosas, comerciales) y formales, y se amparaba en una legalidad que estaba presente tanto en sus relaciones políticas como en sus actividades privadas. Así, el poder de Quiroga se asentaba, también, en su condición de ganadero, comerciante y prestamista de grandes sumas de dinero. En su carácter de hombre de negocios, se sometía a ciertas normas prácticas que regulaban las relaciones comerciales de la época, como la 'escrituración de la compra de tierras o el pago de derechos de exportación a su provincia.
Asesinato de Facundo Quiroga. Óleo de Carlos Lezica. Quiroga fue asesinado el 16 de febrero de 1835 en Barranca Yaco (provincia de Córdoba). Había nacido en San Antonio de los Llanos, La Rioja, en 1788.
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 111
tar afectadas por la hostilidad y los conflicLas experiencias tos entre las diversas facciones de las elites
provinciales locales, las provincias debían intentar mantener el orden social -necesario para la re
El ordenamiento político del espacio rio cuperación económica- que había sido alteplatense luego de la caída del Directorio se rado por la revolución y la guerra. También caracterizó por la existencia de poderes pro intentaban defender la autonomía provincial vinciales autónoll1os que actuaron, en diver y los intereses localistas, mediante un frágil sos órdenes, como estados independientes. sistema de alianzüs interprovinciales, sobre
Retrato del Brigadier La mayoría de las provincias asumió en su todo frente a la poderosa Buenos Aires.Estanislao López, según
una litografía de jurisdicción las atribuciones que habían co Esas circunstancias permitieron el ascenso César H. Bade. rrespondido al gobierno central y dictó su de jefes militares de orientación federal -los
López fue gobernador propia constitución o estatuto, de tipo repu caudillos- a los gobiernos provinciales, por de Santa Fe treinta años, blicano y representativo. ejemplo, Estanislao López en Santa Fe,
desde 1818 hasta su Estos estatutos -u otras normas legales Juan Bautista Bustos en Córdoba, Facundo muerte, en 1838. afirmaron la soberanía e independencia de Quiroga en La Rioja y Felipe Ibarra en San
cada provincia y regularon la administra tiago del Estero. Algunos de ellos, como ción interna y sus vínculos con el mundo Bustos o Quiroga, aspiraban también a exexterior. Estos estatutos incluían las pautas tender su influencia más allá de las fronteras necesarias para organizar un estado, como provinciales. la justicia, el sistema electoral, la defensa, la Los gastos militares consumían gran paracuñación de moneda, las finanzas públicas, te de los recursos fiscales provinciales, que el comercio 'exterior y la aduana, los dere provenían, principalmente, de los derechos chos y garantías de las personas, la religión, de importación, exportación y tránsito relas relaciones exteriores, etcétera. caudados por las aduanas locales. Pero, és
La representación política se extendió al tos y otros recursos económicos de las proámbito rural, y se organizó en un órgano le vincias fueron muy escasos, con excepción gislativo -la Sala de Represerttantes- que de los de Buenos Aires. permitió la participación de nuevos actores El conflictivo proceso de consolidación sociales y la eliminación, entre las décadas de los estados provinciales fue paralelo al del '20 y del '30, de los antiguos cabildos. intento de recomponer sus economías y de Sin embargo, la organización autónoma de adecuarlas a las nuevas condiciones que im
I
cada provincia y la posibilidad de contar ponía la ampliación del mercado exterior, con poderes e instrumentos legales más 'o dirigido por las naciones industriales euromenos desarrollados no fueron suficientes, .peas. Algunas provincias lograron insertarse siílvo excepciones, para garantizar la estabi en la nueva realidad económica mejor que lidad política interior de las provincias ni la otras y, en consecuencia, se generaron o relación pacífica entre ellas. Además de es- profundizaron los desequilibrios regionales.
Constituciones provinciales , ~ " 1 • Supresión de los cabildos
1819 Santa Fe 1823 Catamarca 1820 Tucumán 1825 San Juan 1821 Buenos Aires 1821 Corrientes, Córdoba y Salta 1822 Entre Ríos
1832 San Luis 1835 Jujuy
1824 Córdoba, Corrientes, Tucumán, Mendoza y San Juan .. La mayoría de los estatutos provinciales se llamaron provisorios o provi
sionales. ¿Por qué? . 1825 Salta 1828 Catamarca y San Luis
.. Las provincias que no dictaron constituciones (B~enO~AíJ~s, Mendoza y La 1832 Santiago del Estero yRioja) se rigieron por algunas leyes destinadas a regufar el funcionamiento
Santa Fede sus gobiernos y de los sistemas electorales, la distribuición de las rentas, etc. En Buenos Aires, por ejemplo, la ley electoral de agosto de 1821 estable 1838 Jujuy ció el sufragio universal para los hombres libres mayores de 20 años. ¿A quiénes excluia esa ley? • ¿Qué institución reemplazó a los cabildos?
112 LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES
Esta situación dependió de numerosos factores, entre ellos, las posibilidades de cada provincia de producir ganado y de poder exportar los subproductos al exterior. Por otra parte, las provincias que producían bienes agrícolas o artesanías de consumo local dependieron de la posibilidad de preservar sus mercados domésticos de la competencia ejercida por los productos importados. Otros elementos que condicionaban la evolución de las economías provinciales fueron los recursos naturales y humanos, la distancia de los mercados -por el alto costo del transporte- y la supervivencia de fonnas de producción y de estructuras sociales y económicas tradicionales.
La provincia de Buenos Aires se favoreció con el nuevo ordenamiento económico y político y pudo integrarse con éxito al mercado exterior. Esta situación la colocó en una posición de predominio sobre el resto de las provincias del espacio rioplatense. En efecto, luego de superada la crisis política
::: que se. desencadenó en 1820, Buenos Aires comenzó un perÍodo de notable prosperidad
. y expansiQri económica. Se desarrolló la gaf\adería extensiva y la industria del saladero, para la exportación de cueros, carne salada (tasajo) y otros subproductos ganaderos. Al .nismo tiempo, la autonomía provincial permitió que los sectores dirigentes dispusieran de los ingresos de la Aduana porteña (alrededor del 80% de total de los ingresos de la provincia) -generados por el cobro de derechos a las importaciones y exportaciones realizadas a través del puerto de Buenos Ai
;
El desarrollo de Buenos Aires
"El sector rural de la economía provincial se desarrolló simultáneamente con un movimiento paralelo que se produjo en la ciudad y puerto de Buenos Aires. La expansión de la industria ganadera tuvo su contraparte en el incremento del comercio exterior e interprovincial, el crecimiento de la población, la mayor especialización y el surgimiento de las industrias artesanas. Las dos últimas circunstancias estimularon el desarrollo de la ciudad de Buenos Aires y apresuraron su transformación en el centro financiero y comercial de la nación."
MIRON BURGIN . Aspectos económicos del federalismo argentino.
Buenos Aires, Solar/Hachette, 1975.
res- para solventar con ellos la política, la administración y las finanzas del Estado provincial. El llamado "Partido del Orden" -formado por Martín Rodríguez cuando asumió el gobierno (septiembre de 1820) y respaldado por Juan Manuel de Rosas y sus Colorados del Monte- estaba apoyado por los sectores propietarios, los grandes comerciantes y los ganaderos bonaerenses. El progreso y la tranquilidad alcanzados durante la gestión de Rodríguez pennitieron al Estado orientar sus esfuerzos hacia diferentes preocupaciones, como la expansión de la frontera con el indio hasta Tandil, que duplicó el territorio provincial.
El saladero. Acuarela de Carlos E. Pellegrini, 1830.
• ¿Qué etapa de la producción del tasajo muestra la escena?
. . Los saladeros
El primer establecimiento saladero de Buenos Aires fue creado en 1810 por los ingleses Roberto Staples y Juan Mc Neile. En 1812, trabajaban en él cerca de sesenta hombres. En 1815, la sociedad formada por Juan Manuel de Rosas, Juan Terrero y Luis Dorrego estableció en Quilmes (provincia de Buenos Aires) el famoso saladero Las Higueritas. Posteriormente se instalaron otros en las orillas del Riachuelo. La actividad de los saladeros permitió el aprovechamiento integral del vacuno y la producción de carne para la exportación, y contribuyó a valorar la ganadería. E\ tasajo se exportaba a Cuba y Brasil para el consumo de los esclavos. En 1821, la eliminación de los derechos de exportación de la carne salada transportada en buques nacionales favoreció ampliamente al sector que controlaba la actividad. A fines de 1820
- había más de veinte saladeros en Buenos Aires. . 1.0s~aladeros emplearon trabajadores asalariados que tenían a su cargo
t. .,iJna etapa de la producción. Luego de enlazar y matar a lo;; animales elegidos, se les sacaba el cuero y se trozaba su carne en tiras. Estas se apilaban con abundante sal entre capa y capa. Cada diez días se asoleaba la carne y se la apilaba nuevamente. Al cabo de cuarenta o cincuenta días el producto estaba listo.
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES lB
El gobierno de Buenos Aires intentó, también, llevar a cabo un conjunto de reformas económicas que incluyeron el desarrollo de la actividad ganadera en su conjunto.
Las reformas -inspiradas en buena medida por Bernardino Rivadavia, ministro de Una de las obras públicas Gobierno de Rodrí!Juez-, formaban parte de que el gobierno de
Rivadavia pretendía un vasto programa de modernización del llevar a cabo con el dine Estado, de la economía y de la sociedad bo
ro proveniente del em naerenses. Este programa, de orientación lipréstito, era la construc beral, incluyó la supresión de instituciones
ción de un puerto para la coloniales (Cabildo, Consulado) y cambios ciudad de Buenos Aires.
en la justicia; la reforma eclesiástica (supreEsta obra no pudo realisión de los diezmos, de órdenes religiosas, zarse y los pasajeros establecimiento de cementerios públicos, asiguieron desembarcando
con la ayuda de carretas bolición del fuero personal del clero); la que se metían en creación del sistema de enseñanza pública,
el río, como lo muestra dirigido por la Universidad de Buenos Aires esta litografía de (fundada en 1821); reformas en el orden fisCésar H. Bacle. cal y financiero, por ejemplo, la creación
del Banco de Descuentos y la contratación de un empréstito en Londres, por 1.000.000 de libras, con la firma Baring Brothers. Este empréstito, considerado la primera deuda externa argentina, se solicitó para fInanciar obras públicas (que no se realizaron). La operación se concretó en 1824, pero el monto recibido (en su mayor parte, en letras) quedó reducido a 560.000 libras, luego de haberse descontado los intereses por dos años, las comisiones y otros gastos. Como garantía, se hipotecaron las tierras públicas. Luego de sucesivas suspensiones del pago de . los intereses y de renegociaciones, el présta-' mo se saldó recién en 1904. Con respecto a
I .
~ La libre navegación de los ríos: un reclamo reiterado • ':1
El tratado del Cuadrilátero -firmado en la ciudad de Santa Fe, el 25 de enero de 1822, por Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientesestablecía la paz, amistad, unión y respeto recíproco entre las provincias firmantes; la alianza frente a una posible agresión exterior o interior; la libre navegación de los ríos y la no asistencia al congreso organizado en Córdoba, según lo dispuesto en el Pacto de Benegas. Al mismo tiempo, acordaba la convocatoria a un congreso general cuando las condiciones se volvieran propicias. Según el historiador C1ifton Kroeber, en La navegación de los ríos en la historia argentina, lo que las provincias litorales entendían por libre navegación de los ríos, es decir, comercio·cj.irecto rjln el exterior a través de sus muelles o el trasbordo de las cargas de na'A!textranjeras en el Río de la Plata sin tener que pagar impuestos a la provincia de Buenos Aires, difería de lo entendido o aceptado por los porteños, pues, en Buenos Aires, "ninguna facción [...] estaba dispuesta a renunciar a su posición de dominio en el comercio".
las tierras -inmovilizadas en manos del Estado como garantía de la deuda públicafueron entregadas en enfiteusis (en alquiler) a particulares, por una renta o canon anual que, además de bajo, fue difícil de recaudar. Este sistema puso a disposición de comerciantes, ganaderos y funcionarios enormes extensiones de tierras, en forma casi gratuita. Ante la falta de mano de obra para trabajar esas tierras, el gobierno insistió en la legislación que exigía, con el fin de reprimir la vagancia, portar la famosa "papeleta de conchabo".
Hacia 1825, Buenos Aires se había transformado en la principal región ganadera y exportadora de cueros, era un centro comercial y financiero y la única vía de contacto entre las provincias y el exterior.
En las provincias del Litoral, tradicionalmente ganaderas, la recuperación económica fue más lenta. La guerra civil que siguió a la Guerra de la Independencia provocó, por un tiempo más, la disminución de la ganadería. Por eso, la paz concertada entre Santa Fe y Buenos Aires (Pacto de Benegas, 1820) se selló con la entrega de Buenos Aires a Santa Fe de 25.000 vacunps. Santa Fe y Entre Ríos se orientaron, como Buenos Aires, hacia la monoproducción ganadera y estaban también a favor del librecambio. Pero sus posibilidades de expansión económica estuvieron limitadas, principalmente, por el control porteño del acceso al mercado ultramarino. Por lo tanto, la libre navegación de los ríos fue un punto de conflicto y de negociación entre las provincias litorales y Buenos Aires. Sin embargo, sus divisiones internas y su debilidad económica las colocaron en situación de dependencia frente al renaciente predominio .porteño. La he.: gemonía porteña también afectó a Corrientes. A diferencia de las otras provincias litorales, ésta tenía una producción más diversificada, que requería una política proteccionista para su mantenimiento. El tabaco, los cigarros y la yerba mate representaban cerca del 45% de las exportaciones correntinas a Buenos Aires entre 1822 y 1827 (que debían competir con los mismos artículos que provenían del Paraguay y del Brasil). Los productos de origen ganadero, principalmente cueros, representaron algo más del 47% de las exportaciones. Posteriormente, los cueros tendieron a predominar en el co-
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 114
mercio exterior de Corrientes. exterior, vía Buenos Aires, y, después de Las provincias del Interior, heterogé 1825, restablecieron el comercio con Boli
neas, con economías diversificadas yempo via y Perú, aunque no alcanzó la importanbrecidas, tuvieron, en general, una escasa cia que tuvo en el pasado. Otras limitaciorecuperación. En todas ellas predominaron nes para las economías provinciales fueron las tendencias proteccionistas. Las subre la estrechez de los mercados locales y los giones geográficas (Cuyo, Noroeste y Cen- I aranceles aduaneros y de tránsito de cada tro) intentaron restablecer los intercambiosl provincia. Por otra parte, los intercambiqs comerciales entre sí, con Buenos Aires y, a entre las provincias del Interior estaban litravés de ésta, con el área atlántica. Al mis mitados a aquellos productos que no eran mo tiempo, buscaron integrar sus econo competitivos con los que cada una de ellas mías con los mercados más cercanos. Esto producía. significó una reestructuración de los circui Bajo las condiciones de atraso de los métos mercantiles y algunos cambios en sus todos de producción y de los transportes actividades productivas. Así, la reapertura existentes, la posibilidad de recuperación del comercio con Chile, después de 1817, y, económica del Interior dependía en varios por su intermedio, con el Pacífico, permitió sentidos de la política económica de Buea la zona cuyana y, en alguna medida, a nos Aires: para colocar en ese mercado sus Córdoba, Santiago y Tucumán, exportar, producciones agrícolas o artesanales, las por ejemplo, ganado vacuno y mular. En el provincias requerían una política protecciocaso de Mendoza, la pérdida de parte del nista que restringiera las importaciones mercado del Litoral para sus vinos y aguar competitivas; por otra parte, para las econodientes -a causa de la competencia con pro mías de origen ganadero -en aquellos lugaductos~europeos- provocó un retroceso en res donde era posible la producción y era lli agricultura de vides y el reemplazo de és- fácil su transporte-, Buenos Aires era el ne
. ta par la d~ 'alfalfa y trigo. Córdoba trató de xo indispensable para el contacto con el exvincularsy al mercado exterior, sobre todo a terior. A pesar de los diferentes intereses través de Buenos Aires, mediante la expor económicos, todas las provincias coincidían tación de sus cueros y sus tejidos de lana, en un reclamo a Buenos Aires: los ingresos que sobrevivieron por bastante tiempo a los de la Aduana porteña debían ser repartidos de procedencia extranjera. En Catamarca, proporcionalmente entre todas, situación en cambio, la producción de textiles de al que sólo era posible con la organización de godón declinó por completo. Las provincias un gobierno común. De allí 'que la nacionadel Noroeste orientaron parte de su produc lización de las rentas de la Aduana fuera ción hacia el mercado del Litoral y hacia el uno de los reclamos permanentes de los
caudillos provinciales y una de las cuestiones conflictivas de los intentos de organización constitucional.
Intercambios comerciales de Córdoba en 1820 í
Exportaciones Importaciones Crecimiento de la población argentina entre 1809 y 1839
11
Con Buenos (en pesos) (en pesos) . '.. 1
Aires 36.848 136.435
Con el resto Año Total Buenos Aires Provincias (1 3) de las (hab.) (hab.) (hab.) provincias 18.296 70.904
1809 406.000 92.000 314.000 Fuente: Karin Larsson de Reinhold. Notas 1819 527.000 125.000 402.000
para el estudio del comercio entre Córdoba y las demás provincias en 1820. UNC, 1963. .¡
1829 1839
634.000 768.000
153.000 180.000
481.000 580.000
.:
Fuente: Primer Censo de la República Argentina, 1869.
• De acuerdo aestas cifras, ¿cómo era la balan • Calculen los porcentajes de crecimiento de la población de Buenos Aires y za comercial de Córdoba? ¿Con qué provincia del resto de las provincias década a década. ¿Cuándo y dónde se produjo el tenía mayor intercambio? mayor aumento?
11 )LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES
Un nuevo intento de • • Iorganlzaclon:
el Congreso de 1824 En diciembre ,de En 1823 el ~obierno de Buenos Aires
1824 se reunió un había iniciadd gestiones para reunir un nuevo congreso. La convocatoria al congreso,nuevo congreso, reunido en diciembre de 1824, respondió a con la asistencia diversos motivos. Después de haber lograde representantes do que se frustrara la realización del con
de todas las greso organizado por Bustos en Córdoba provincias. Para (Tratado del Cuadrilátero), Buenos Aires
ese entonces, el trató de aglutinar a las provincias y de con
general Juan solidar institucionalmente su recuperado predominio. Buscaba, además, apoyo para Gregorio de Las solucionar la irritante situación planteada Heras había suceen la Banda Oriental. Esta región había si
dido a Martín do incorporada como Provincia Cisplatina Rodríguez en el al Brasil, independiente de Portugal desde gobierno de la 1822. Por otra parte, Buenos Aires negocia
provincia de ba con Inglaterra la firma de un tratado de amistad, comercio y navegación que estaba Buenos Aires. sujeto al necesario reconocimiento "de todos los miembros de la Confederación": los ingleses consideraban que el gobierno porteño sólo representaba a su provincia y, por lo tanto, querían garantías de que el tratado fuese respetado por el resto de las provincias.
El Congreso, en ejercicio de las faculta-
El tratado angloargentino: un pacto destinado a durar
El tratado, firmado en 1825, establecía la igualdad legal y política entre las Provincias Unidas y el Estado británico y, sobre todo, se orientaba a proteger los intereses comerciales ingleses. Uno de sus artículos establecía que "los habitantes de los dos países gozarán de la franquicia para llegar segura y libremente con sus buques y cargas a todos los parajes, puertos y ríos de dichos territorios a donde sea o pueda ser permitido a otros extranjeros llegar [...] también alquilar y ocupar casas y almacenes para los fines de su tráfico y generalmente los comerciantes y traficantes de cada Nación respectivamente disfrutarán de la más completa protección y seguridad para su comercio, siempre sujetos a las leyes". Otros artículos aseguraban a los súbditos británicos y a los ciudadanos argentinos, en cada nación, la exención del servicio militar y de empréstitos forzosos. El tratado se refería ·también a la libertad religiosa: el Estado rioplatense se comprometía a respetar y garantizar la libertad de conciencia y de culto a los súbditos británicos. La cuestión de la tolerancia religiosa generó debates y conflictos, antes, y d~pués de firmado el tratado, por la oposición de los sectore's.católiCQs más conservadores, principalmente los de las provincias del Interior, 'tamo La Rioja y Córdoba.
• El tratado aseguraba a Inglaterra el trato de "país más favorecido". ¿Qué ventajas obtenían los súbditos ingleses?
116 LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES
des legislativas hasta que se dictara una constitución, promulgó una serie de leyes que regularon, entre otras cuestiones, las relaciones entre las provincias y las de las provincias con el exterior. En enero de 1825, la Ley Fundamental, además de ratificar la declaración de la independencia de las Provincias Unidas, estableció un sistema de convivencia y respeto recíproco que garantizaba las autonomías provinciales y declaró constituyente al congreso. De acuerdo con lo expresado por la Ley, las provincias se gobernarían por sus propias instituciones y no se establecería una constitución sin que previamente fuese aceptada por todas ellas. También, delegaba en forma provisoria el Poder Ejecutivo en el gobierno de Buenos Aires, principalmente para el desempeño de las relaciones exteriores. Esta facultad posibilitó la firma del tratado entre Buenos Aires e Inglaterra, en febrero de 1825, que contó con la aprobación del Congreso.
En el transcurso de los años 1825 y 1826, la base del acuerdo establecido entre las provincias --expresado en la Ley Fundamental- se fue resquebrajando. Nuevas circunstancias y viejos conflictos se asociaron para alterar el rumbo del Congreso y las relaciones entre las provincias.
Mientras el Congreso debatía un proyecto sobre la formación de un ejército nacional, un grupo de orientales conducidos por Lavalleja (1os famosos "Treinta y tres orientales"), con apoyo de sectores porteños, realizaron una expedición militar a la Banda Oriental para sustraerla del dominio brasileño (abril de 1825). La acción tuvo amplio apoyo en la campaña oriental. En agosto, un congreso reunido en La Florida proclamó la independencia, del Brasil, de la Banda Oriental y su unión con las provincias argentinas. Cuando el Congreso aceptó la anexión, la situación se precipitó y Brasil declaró la guerra a las Provincias Unidas.
Entretanto, el Congreso había decidido consultar a las provincias acerca del sistema de gobierno que habría de adoptarse (unitario o federal), ya que la comisión constitucional no llegaba a un acuerdo.
La declaración de guerra por parte del Brasil (diciembre de 1825) posibilitó el avance de las tendencias centralistas y unitarias --cuyo principal líder era Rivadavia
dentro del Congreso, que dio lugar al esta también con apoyos en el seno de las oliblecimiento de un sistema político contra garquías provinciales del Interior. puesto a los intereses autonomistas de las Un mes más tarde, Rivadavia presentó provincias. Con la excusa de la guerra, en un proyecto de ley (aprobado en marzo de febrero de J826 se aprobó la Ley de Presi 1826) para fijar la capital del país y la sede dencia, propuesta por el diputado cordobés del gobierno nacional en el territorio de la Elías Bedoya, que creó un Poder Ejecutivo, ciudad de Buenos Aires e incluía en él un I
de carácter permanente. La ley se anticipa- sector provincial y el puerto, la aduana, fasI
ba a la constitución, que, de este modo, sólo instituciones bancarias de la ciudad, etc. debería establecer Ja duración del mandato Por esa ley, cesaban las autoridades provinpresidencial. La oposición a la ley plantea ciales y, hasta su reorganización, Buenos da por el sector federalista fue minoritaria. Aires quedaba bajo la dirección del Con
Bemardino Rivadavia. ManueJ Moreno, uno de sus voceros, había greso y deJ presidente, lo que provocó la La elección de Rivadavia expresado en el debate previo que: renuncia -bajo protesta- del gobernador fue un nuevo avance del
Las Heras. Así, esta ley creaba un poder grupo unitario y de los"... la elección no puede hacerse de un modo per
central que disponía de ejército, tesoro y proyectosmanente porque eso pertenece a la constitución [...J.
territorio propios. centralistas y liberales. Si hoy se elige de este modo el Poder Ejecutivo y
Todas esas medidas, incluidas la Ley de mañana el Judicial, ¿qué restará por hacer? [...] La
Enfiteusis -por la que todas las tierras"púconstitución deberá ser aprobada por las provincias y
blicas del país pasaban a garantizar la deusi una parte tan escencial como es el Poder Ejecutivo
da interna y externa- y Ja Jey de creación no se deja para entonces, las provincias tendrán mo
del Banco NacionaJ, causaron un profundo tivos de queja."
malestar en Jas provincias: éstas considera~
> Poco~ días despm~s de aprobada Ja Ley ban que la política unitaria violaba Ja Ley~
j ro de"Presidencja, 'el Congreso eligió a Ber Fundamental. Por ejemplo, Córdoba retiró
ñardirlo Riv¡¡davili para desempeñar eJ car los poderes a sus representantes en el Con:> go, Rivadavia representaba al sector iJus greso y, poco después, integró una coali'" -o :o ro
trado porteño con intereses vincuJados a la ción con La Rioja, Santiago del Estero y E. 2 actividad mercantil-financiera, y contaba Catamarca.ll.
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Sobre los aspectos económicos del federalismo y del unitarismo .
Según el historiador Miran Burgin, en Aspectos económicos del federalismo argentino (Buenos Aires, Solar/Hachette, 1975) durante el período en que sesionó el Congreso, la nacionalización de los derechos de Aduana y su distribución proporcional entre las provincias tuvieron partidarios en todas partes menos en Buenos Aires. Si bien la nacionalización se llevó a cabo, no ocurrió lo mismo con la distribución de las rentas aduaneras que reclamaban las provincias. Esto era incompatible con la doctrina unitaria de centralización.
El diputado por Entre Ríos, Mansilla, expresó, en la sesión del Congreso del 23 de febrero de 1826, las aspiraciones de las provincias en ese aspecto: "La provincia de Buenos Aires, en los cinco años en que los pueblos han estado divididos perteneciendo a sí mismos, ha disfrutado de un derecho exclusivo sobre todos ellos, que es preciso que hoy se le quite para dividirlo entre todos los pueblos. (...] ¿Será justo que Buenos Aires sostenga exclusivamente unos derechos que en realidad pertenecen a todos los pueblos?"
Asimismo, el partido unitario era tradicionalmente contrario al proteccionismo y, como señala Burgin, se inclinaba hacia una mayor liberalidad de la política comercial de Buenos Aires. Por ello, las demandas de las provincias no encontraban eco en el gobierno. Los reclamos de una política proteccionista se expresaban, por ejemplo, en las instrucciones dadas por la legislatura de Tucumán a sus diputados el 9 de enero de 1826: "Se hará presente al Ejecutivo N<lcional [...] los perjuicios y ruinas que ocasiona a los pueblos interiores la libre e ilimitada introducción de toda clase de efectos extranjeros; se solicitan en consecuencia la prohibición al menos indirecta de aquellos artículos o frutos comerciales que producen las provincias del interior al fin de animar por este medio la industria agricultora y de otros ramos que en ellas se cultivan".
. ., • ¿Con qué instrumentos podía el gobierno nacional ¡frQhibir d~ manera indirecta los productos extranjeros, tal como solicitaba Tucu
mán? ~.'
• ¿Por qué Entre Ríos reclamaba el reparto de las rentas sin hacer referencia a la política arancelaria y, en cambio, Tucumán se preocupaba más por la política arancelaria?
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 117
La oposición se extendió y se desencadenó la guerra civil entre los gobiernos federales que adherían al proyecto unitario -por ejemplo, el gobernador de Tucumán, Aráoz de Lamadrid, fue derrotado por Quiroga en El Tala (octubre de 1826)-. Mientras, el descontento se extendía también en Buenos Aires. Por aquel entonces ya se conocía la tendencia que habría de predominar en la elaboración de la futura constitución. El proyecto presentado en julio de 1826 prescindió de la opinión de las provincias, tomó como modelo la constitución de 1819 y se dispuso a establecer "un gobierno representativo consolidado en unidad de régimen". Pese a la oposición de los diputados de orientación federal, en diciembre de ese año se dictó una constitución de carácter centralista. Ésta otorgaba amplias atribuciones al Poder Ejecutivo, entre ellas, la de designar a los gobernadores provinciales. Además, podía decidir la disolución de sus milicias y la 'supresión de los aranceles aduaneros al comercio y al trán8ito interior. Para las provincias, todo ello implicaba el
desconocimiento de sus autonomías y la posible sustracción de los recursos económicos y militares que las sustentaban.
Paralelamente, la prolongación de la guerra con el Brasil y el bloqueo del puerto de Buenos Aires redujeron el comercio exterior y afectaron los intereses bonaerenses e ingleses. Los ingresos fiscales disminuyeron y aumentó el endeudamiento del Estado. Por esta razón, el gobierno central decidió negociar la paz, que, además, le permitiría disponer del ejército para controlar la situación interna. El diplomático inglés Lord Ponsonby fue quien medió en el conflicto con el Brasil. Sus instrucciones habían sido obtener la paz sobre la base de establecer la independencia de la Banda Oriental.
A principios de 1827, se obtuvo una importante victoria sobre los brasileños en la batalla de Ituzaingó. A pesar del triunfo, las negociaciones de paz, a cargo de Manuel J. García, ministro de Rivadavia, continuaron. Entre tanto, la mayoría de las provincias fue rechazando la Constitución de
. " '" La constitución: presentación en sociedad . - ..
The British Packet and Argentine News
The British Packet and Argentine News se editó en Buenos Aires entre 1826 y 1858, Yestuvo destinado principalmente a los residentes británicos, lo que revela la importancia que adquirió esa comunidad en el Río de la Plata. El periódico, escrito en inglés, ofrecía una amplia gama de informaciones, noticias y opiniones. Durante la primera década, su redactor fue Thomas Lave. (Los textos que siguen han sido tomados de The British Packet, de Rivadavia a Rosas 1826 -1832. Recopilación, traducción y notas de Graciela Lapido y Beatriz Spota, Buenos Aires, Solar/Hachette, 1976.)
"El 2 del corriente partieron para sus diferentes destinos los siguientes caballeros, que fueron designados para presentar la Constitución a las provincias disidentes [Mendoza, San Juan, Córdoba, Santiago del Estero, Entre Ríos, Santa Fe y La Rioja]."
The British Packet del 6 de enero de 1827.
Algunas respuestas: "El primero en regresar fue el caballero designado para visitar Córdoba [...] no es ninguna sorpresa que el viaje resultara inútil, ya que
la tendencia invariable de sus últimas medidas ha frustrado toda esperanza de unión u organización en la que se le asigne un papel subalterno [...] Las provincias están divididas en dos partidos, uno de los cuales tiene como cabeza a Buenos Aires y el otro, a Córdoba. El primero es, indudablemente, el más liberal en sus principios generales, pero son partidarios del sistema de unidad; el otro no es tan liberal ni tan tolerante, pero se pronuncia indeclinablemente por el sistema federaL"
The British Packet del 3 de marzo de 1827. '
''Todas las esperanzas de que ella [Entre Ríos] forme parte de la nación bajo el sistema de consolidación, deben ser diferidas a un futuro, cuando los falsos temores de opresión se disipen... Los recursos financieros de la provincia están reducidos a un grado tal de insignificancia que, de continuarse así, serán totalmen'te insuficientes aun para mantener la apariencia de un gobierno."
The British Packet del 24 de marzo de 1827., .. , ' -.
~.-., "La conducta del gobierno de San Luis ofrece casi el único contraste con la violencia e irregularidad que han caracterizado a las otras
provincias que disienten con los artículo~ fundamentales de la Constitución [...] deduciríamos que sus preferencias se inclinan por la Constitución tal cual está... [pero] La voz general de la provincia, según su órgano representativo, se ha declarado por el sistema federal".
The British Packet del 21 de abri I de 1827.
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 118
1826 Yse pronunciaba por el federalismo. res, cuya Junta de Representantes eligió goEl tratado preliminar firmado por García bernador al coronel Manuel Oorrego.
en Brasil (mayo de 1827) reconocía a las Así, las consecuencias políticas generaautoridades del Imperio los derechos sobre das por la guerra con el Brasil, el desacuerla Banda Oriental. La difusión de ese acuer do sobre el sistema de gobierno que debía do en Buenos Aires y en las provincias pro adoptarse y la progresiva autonomía que dujo gran indignación. Rivadavia tuvo que, 1 adquirieron algunos diputados del Congre.so renunciar (junio de 1827) y el Congreso se con respecto a sus representados, al oriendisolvió. Éste, previamente, había devuelto tarse hacia el centralismo, dieron lugar a la autonomía a la provincia de Buenos Ai- profundos antagonismos.
::
La batalla de Sarandí (lº de octubre de 1825), según un dibujo anónimo. Cdlección ASun\ao, Montevideo.
la guerra V la paz (on el Brasil: independencia de la Banda Oriental
La guerra con el Brasil se desencadenó en diciembre de 1825, luego de que el Congreso aceptó la incorporación de la Banda Oriental a las Provincias Unidas. Brasil controlaba Montevideo, Maldonado y Colonia y, muy pronto, su flota bloqueó el Río de la Plata. Las fuerzas militares argentinas --{Jue incluían a las orientales conducidas por Lavalleja-, comandadas por el general Alvear, llevaron adelante la guerra en el territorio oriental y en Río Grande. Tras sucesivos enfrentamientos, ese ejército, compuesto por unos 8.000 hombres, derrotó a las fuerzas brasileñas en Ituzaingó. Al no poder consolidar esta victoria, las fuerzas de Alvear se debilitaron, y la indisciplina y las deserciones favorecieron la recuperación del enemigo.
Mientras tanto, la flota brasileña bloqueaba el puerto de Buenos Aires y perjudicaba sus intereses económicos al impedir las exportaciones. El almirante Brown, comandante de la flota argentina, enfrentó a la poderosa armada del Brasil.
La prolongación de la guerra creaba serios conflictos al gobierno de las Provincias Unidas los que, sumados a la crisis política interna, restaban apoyo al esfuerzo bélico. Tras el repudio a las gestiones de Manuel José García, las negociaciones de paz fueron retomadas, en 1828, por el gob)erno-de Manuel Oorrego, en quien el Congreso había delegado elmanejOJde las relaciones exteriores antes de su disolución. Los generales Tom~ Cuido y Juan Ramón Balcarce fueron enviados al Brasil para pactar la paz (agosto de 1828) -aplaudida por los ganaderos bonaerenses y los ingleses-, que reconocía la independencia de la Banda Oriental. En 1830, la República Oriental del Uru· guay dictó su constitución.
La Con~tjtución de 1826 '
"Una constitución centralista y antidemocrática se impuso fatalmente contra la voluntad expresa de la gran mayoría del país; centralista porque dejaba en manos del presidente de la República el nombramiento de los gobernadores de provincia; antidemocrática porque excluia del ejercicio de la ciudadania a la clase pobre Oornaleros, domésticos a sueldo, analfabetos y menores de veinte años)."
JosÉ LUIS BUSANICHE. Historia Argentina.
Buenos Aires, 50Iar/Hachette, 1965.
Busaniche cita en el mismo libro las expresiones de protesta de Oorrego, uno de los representantes más coherentes de la tendencia federalista y democrática en el Congreso: "¿Es regular que en una sociedad como ésta, una vigésima parte de ella sea sola la que determine sobre las demás? [oo.] ¿Cómo se puede permitir esto en el sistema republicano? [...] Y¿se le ha de echar fuera a la mayoría en los actos populares, en donde debe ejercer sus derechos? ¿Qué independencia es la que se necesita para votar? Una independencia tal que no pueda haber coacción respecto del individuo que sufraga [...] El que es capitalista, ¿no tiene dependencia de otro? ¡He aquí la aristocracia del dineral"
LA EMERGENCIA DE LOS PODERES PROVINCIALES 119