54 SOCIEDAD
Un 41°/o de los padres de colegios católicos se declaran de izquierdas ~ Nueve de cada diez
están a favor de que el Estado financie la educacion concertada
ALEJANDRO CARRA MADRID
En torno a la Educación concertada en los colegios católicos hay demasiados prejuicios y tópicos. Para aclarar cuál es su realidad, Escuelas Católicas -con 1.200.000 alumnos- encargó un estudio al Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas. Y el resultado es sorprendente en algunos aspectos. Basta con señalar que una de las conclusiones del trabajo es que un 41 % de los padres que llevan a sus hijos a colegios católicos se definen de izquierdas, frente al 39,8% de los que llevan a sus hijos a colegios públicos, privados o concertados no católicos.
La explicación la dio ayer el secretario general de Escuelas Católicas, José María Alvira, en la presentación de la encuesta «Demandas Educativas de los padres en España». Según Alvira, «una mayoría de los padres sintonizan con los valores de los centros católicos y con la convicción de que en ellos no se adoctrina a sus hijos, sino que se respeta mucho la libertad de los alumnos».
Plurales y diversos El objetivo de la encuesta era conocer el valor de la enseñanza católica para las necesidades educativas de las familias. «Queríamos saber cómo se nos entiende y se nos valora; pero de una manera rigurosa», señaló Alvira. Y la fotografía obtenida muestra que los centros católicos «son un fiel refle-jo de la sociedad española, plural y diversa, con familias de todo tipo». El presidente de Escuelas Católicas,
Juan Carlos Pérez Godoy, añadió que gracias a que trabajan por «una escuela católica para todos» los colegios concertados «cuentan con un apoyo casi unánime de la población a su gestión».
De hecho, según la encuesta, el 99,7% de los padres defienden su derecho a elegir si su hijo va a un colegio concertado o de titularidad pública. Es más, el porcentaje de los que creen que el Estado debe financiar la enseñanza concertada llega al 90,2%.
«Estos datos revelan claramente que el discurso público político no se corresponde con lo que opinan los padres en general», puntualizó Al vira. Y puso el acento en la pésima financiación que recibe la educación concertada, «que apenas cubre el 50% del puesto escolar».
Asignatura de Religión Incluso el apoyo a la asignatura de Religión es mayoritario. Un 67,6% de la población quiere que se ofrezca en la escuela -sea pública, concertada o privada-, frente a un 32,4% que se opone; algo que cuadra con el hecho de que el 72,4% de los padres se identifican con los valores cristianos independientemente del centro de su elección. Obviamente, es mayor entre los padres que llevan a sus hijos a colegios católicos (78,8%) que entre los
JUEVES. 9 DE JUNIO DE 2016 ABC abe.es/conocer
La Educación en los colegios católicos de España Diversidad ideológica Se declaran de izquierdas
50
40 • Padres
30 • Padres de colegios
20 católicos Padres de
10 otros centros
Apoyo a la concertación educativa
¿Cree que los padres deben • seguir teniendo derecho a • • '·
elegir si su hijo va a un colegio concertado o público? ...
0,3%
Padres que creen que el • 1 Estado debería seguir
financiando a las familias la opción de que sus hijos es tudien
9,8% en un colegio concertado
FUENTE: Escuelas Católicas
que los llevan a otros centros (70%). En base a estos porcentajes abru
madores, desde Escuelas Católicas llamaron la atención sobre las buenas palabras que la mayoría de los partidos políticos les brindan en privado y ciertos hechos que después se produ-
cen. Repasando posiciones políticas con la enseñanza con-
certada, Alvira comentó que «si bien el PP siempre ha dicho que apoya la libertad de enseñanza, luego no siem-pre lo hace, por culpa de algunos complejos».
Del resto de formaciones políticas, el secretario general de
Escuelas Católicas aclaró que el PSOE «respeta la concertada,
pero no quiere aumentar más clases; y cuando llega a pac
tos con otras formaciones de izquierdas, se radi
caliza». De Ciudadanos,
Alvira destacó que «sus principales líderes apoyan tam-
Diversidad religiosa
78.8% 80 72,4% 70
60
50
40
30
20
10
70%
Padres identificados con los valores cristianos
La asignatura de religión
bién la libertad de enseñanza, pero luego hemos visto actuaciones en comunidades autónomas (en referencia a Madrid y Murcia) que nos han dejado perplejos». En cuanto a Podemos e IU, Alvira señaló que «sostienen una defensa de la escuela pública excluyente. Quieren recortar la concertada».
Volviendo a los datos, y a estereotipos erróneos, la encuesta muestra que no hay discriminación en el porcentaje de padres inmigrantes en estos centros. Frente a un 6,7% en los colegios católicos, el resto presenta porcentajes del 7,1 %, una diferencia muy reducida. En cuanto a la diversidad familiar, los alumnos procedentes de hogares monoparentales representan un 5,5% en los colegios católicos, frente a un 8,5% en los no católicos. Las parejas de hecho son el 18,3% en los colegios católicos y un 26,4% en los no católicos.
ABC G KIOSKO vMAS
Vea el vi de análisis sobre la escuela concertada
9/6/2016 Kiosko y Más - ABC (Norte) - 9 jun. 2016 - Page #80
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EL PULSO DEL PLANETA
Las monjas que dibujaron un mapa de las estrellas Desvelan la identidad de cuatro religiosas que clasificaron casi medio millón de astros, entre 1910y1921, desde un observatorio vaticano
JAVIER MARTÍNEZ-BROCAL
CIUDAD DEL VATICANO
Gracias a una casualidad, se ha hecho.justicia a cuatro m1stenosas mon1as cuyo trabajo fue decisivo en uno de los grandes proyectos astronómicos
de comienzos del siglo XX: cartografiar los cielos estrellados. Hasta ahora, tres de las cuatro religiosas que, entre 1910 a 1921, analizaron el brillo y la posición de 481.215 estrellas, tan solo eran unos rostros borrosos en una antigua fotografía en blanco y negro. Sin embargo, el anciano jesuita Sabino Maffei (93 años) las ha dado nombre cuando, ordenando papeles en el archivo del Observatorio Astronómico Vaticano, encontró datos sobre ellas. Se trata de Emilia Ponzoni, Regina Colombo, Concetta Finardi y Luigia Panceri. Todas nacidas a finales de 1800 en la región de Lombardía, al norte de Italia.
«En 1889, el Observatorio Astronómico de París pidió ayuda a observatorios de todo el mundo para catalogar las estrellas y hacer un mapa del cielo», explica Maffei a ABC. Por aquel entonces, España colaboró a través del Observatorio de San Fernando, en Cádiz, pero la ayuda también llegó desde el Vaticano, cuando el Papa León XIII aceptó contribuir al proyecto -al que se sumarían 18 observatorios en diferentes países-, para demostrar que la Iglesia católica no temía al progreso científico. El Pontífice ordenó reabrir la Torre de los Vientos, muy cerca de la Plaza de San Pedro, y la dotó de un gran telescopio y una cúpula giratoria de 8 metros para fotografiar el cielo nocturno.
Con el paso de los años, y debido a la complejidad del proyecto, los respon-
Imagen de tres de las cuatro religiosas trabajando en el observatorio
sables del mismo en el Vaticano visitaron otros observatorios para ver cómo organizaban el trabajo. Se encontró parte de la solución en Greenwich, donde se empleaban a mujeres encargadas de hacer los cálculos. Eran tan precisas, que las llamaban «lady computers». «Leían en el microscopio las placas de
tando: dos leían las posiciones y medían las estrellas en las placas, mientras tercera escribía esos datos en un registro. Gracias a ellas, el Observatorio Vaticano fue uno de los diez que completaron el trabajo.
Cuando en 1964 se cerró el proyecto internacional, los observatorios habían
vidrio, y medían la posición y la grandeza de las estrellas que aparecían», cuenta Sabino Maffei.
Como no habían llegado los tiempos en los que era normal que las féminas trabajaran en el Vaticano, se pidió ayuda al convento más cerca-
Un jesuita descubrió el registro de los sueldos
mensuales, que ellas entregaban
a su convento
catalogado 5 millones de estrellas. El mapa estelar no llegó a completarse, y el material catalogado era tan abundante (254 volúmenes) que no se podía utilizar. Pero sus cálculos fueron reutilizados para comparar la posición ac-
no al telescopio, el Istituto di Maria Bambina. Según el padre Maffei, aunque a la congregación no le entusiasmaba que sus monjas perdieran el tiempo con algo que no fuera obras de caridad, la superiora intuyó que de alguna forma entraba en los planes de Dios. Primero autorizó la participación de dos monjas y luego accedió a que dos más se sumaran al equipo.
Las buenas mujeres aprendieron rápido. Como se ve en la antigua foto, trabajaban en grupos de tres e iban ro-
tual de los astros con res-pecto a la registrada hace un siglo.
Muchos se preguntan cómo el padre Sabino Maffei pudo poner nombre a las religiosas. «Cada mes se enviaban sus sueldos a la madre superiora de su congregación y en el registro del observatorio se apuntaban sus nombres, junto a las horas que habían trabajado», responde el jesuita. «Encontré un folio con esas cuentas», sonríe.
Algunos dirán que fue una casualidad y otros, que estaba escrito en las estrellas.