Tienesqueentenderlo
SophieSaintRose
Capítulo1LamasedejócaerenelasientodecuerodelacafeteríayNinettequecomía
lahamburguesaconloscarrillosllenos,levantóunadesuscejasrubiasviéndoladejarlaviejamochilaaunlado.
—¿Unmaldía?Apartósulargamelenanegra,mostrandosuspendientesdemaderaenforma
deestrella.—Creoqueaquívoyadurarpoco.—Vaya,¿yaestásinquieta?SisolollevasenNuevaYorktresmeses.Tienes
quetenerpaciencia.Además,¿quéibasahacerenAtenas?Allítampocoteníastrabajo.
Anniseacercóyalverla,sediolavueltarojacomountomate.Ninettelafulminóconlamirada.—¿QuélehasdichoaAnni?—Nada.—Alargó lamanoy cogióunapatata frita.—Secretoprofesional.
¿Cómovanmisniñas?Suamigasepasólamanoporsuenormevientreysonrió.—Apunto.Lamamiró aAnni, que intentaba escurrir el bulto para no servirla.—¡Eh,
Anni!¿Ledigoaquientúyasabes,loquetúyasabes?Puessiquieresquenoabra la boca, haz que la ocupe con una hamburguesa con doble de queso,¿quieres?
Anni perdió todo el color de la cara ymirando sobre su hombro hacia lacocinacorrióhastalamesa.—¿Quierescallarte?—siseórojacomountomate.
Ninettemiróprimeroaunayluegoalaotra.—¿Quéestápasandoaquí?—Niña,desdequetehascasadonoteenterasdenada—dijoIrwintrasella.
Elpolicíajubiladosegiróquitándoselasgafasqueusabaparaleerelperiódico
—.EstáclaroqueAnni tienealgoqueocultarleaJimmy.Secomportadeunamaneramuyraraconéldesdehaceunasemana.
—¿Deverdad?—InterrogóaLamaconlamirada.—¿Quées?¿Quées?—Sinotelocuentaella…Perotranquilaqueyateenterarás.Esalgoqueno
sepuedeocultar.—¿Estáspreñada?—exclamaron IrwinyNinettea lavez,provocandoque
Annisepusieracomountomate.—Shusss. —Miró sobre su hombro de nuevo y Lama reprimió la risa
mientrasNinetteentrecerrabalosojos.—Quenoseentere—suplicóAnnidelosnervios.
—¿Yquémásdaquelosepa?Jimmyesuntíolegal.Notevaaecharporqueestésenestado—dijoIrwinantesdeabrirlosojoscomoplatos—.¡Niña,esonosehace!
Ninettesevolvióhaciaél.—¿Quépasa,quenomeentero?—Nome extraña nada que te costara tanto darte cuenta de que tumarido
estabalocoporti.—¡Muygracioso!Puesahoranoteinvitoalbautizo.—Dirás a los bautizos. ¡Y soy uno de los padrinos! Ahora no puedes
desinvitarme.Ninettechasqueólalengua.—¿Melovasacontarono?Jimmy,suantiguojefeydueñodelacafetería,saliódelacocinaconunplato
ensuenormemanoygritó—¡Anni!¿Tellevasestoolollevoyoalamesa?LamareprimiólarisaalverlacorrerhaciaélmientrasNinetteabríalosojos
comoplatos.—En todoel tiempoenque trabajéaquí, jamásmehablóasí.—Jadeóllevándoselamanoalpecho.—¡Estánliados!
—Yéltieneuncabreodeprimera—dijoLamadivertidaantesdemirarhaciaAnniconsuspreciososojoscastaños.
—Perosiestácasada.—Noselopodíacreer.Lamachasqueó la lengua.—Sumaridonoes tan santocomoella tequiso
hacer ver. Se ha dado cuenta y la carne es débil. Jimmy la consoló, una cosa
llevóalaotray…Sorpresa…La puerta de la cafetería se abrió y Kirk, el marido de Ninette, entró
sentándose a su lado y dándole un beso en los labios a su pasmadamujer.—Nena,nomedigasahoraqueestásdepartoporqueestoyhambriento.
—Muysensible,Thatcher.—Mimujernomehadejadonidesayunarconsusexigenciasmatutinas.—
KirkmiróhaciaAnniquediscutíaconJimmyal ladodelacocina.—¿Quélespasa?Tengoquevolveralaobra.
—¿Quéprisatienes?Siereselarquitecto—protestóIrwincomosifueraunquejica—.Elquemandapuedellegardecomercuandoledélagana.
Ninettelepasósuplato.—Come,heperdidoelapetito.Kirklamirópreocupado.—¿Estásbien?—Acariciósuenormevientre.—Si
estásdepartomelodirías,¿verdad?LamaalargólamanoycogiólahamburguesadeNinette.—Cielo,estoybien.Noeseso.—Síqueeseso—dijoLamaconlabocallena.Amboslamirarondegolpe.—¡No,noeseso!—protestóNinette.—Créeme,eseso.—Cogióunapatatayselametióenlabocaasintiendo.Kirkpalideció.—Preciosa,nosvamosalhospital.—Perosinosientonada.—Estamujer te vaticinóque tendríamos trillizas y las vamos a tener. ¡Así
quesidicequeestásdeparto,esqueestásdeparto!Irwinselevantó.—¿Dóndetieneselcoche?—Enlaobra.—Damelasllaves.Voyaporél.—TúloquequieresesconducirmiJaguar.—Esotambién.Kirkgruñódándolelasllaves.—Teesperamosaquí.—¡Noesasí!—gritóAnnihaciendoquetodalacafeteríalesmirara.LamasuspirólevantándosealverqueNinettesepreocupaba.—Yavoyyo.
—No.—Tranquila,loresuelvoenseguida.—Muybien,Lama.Terminaconestorápidamente,quelaquieroconcentrada
enelparto—dijoKirkpasándoselamanoporsupelonegro.Todoslemiraron—.¿Qué?¡Notengoniideadeloquepasa,peroseguroquedaraluzamishijasesmuchomásimportante!Mierda,tengoquellamaramiabuela.
Lamadivertidaalverqueestabadelosnerviossacandoelmóvil,queselecayóalsuelo,ledijo—Kirk,todovaairbien.
Aliviadosesentóenelsillónalladodesuesposa.—Joder,mevaadaruninfarto.Ninuevemesestepreparanparaesto.—GirólacabezayvioaIrwinasuladocomosinada.—¡Elcoche!
—Esperahombre,queestamosenmediodeotroculebrón.Lama se dirigió haciaAnni y Jimmy, que seguían discutiendo como si no
tuvieranunnegocioqueatender,yde laquepasabarecogióunosplatos.—Lacuenta,¿verdad?—Loscuatroasintieron.—Perfecto.Cuarentapavos.
DejaroneldinerosobrelamesasindejardeobservaraJimmy,queapesardequequeríadiscutirenbajo,movíalosbrazosdeunladoaotrocomosifueraunoso.—Graciasporlapropina.
—De nada —dijo una de las clientas habituales sin perder detalle de ladiscusión.
Lama pasó ante ellos para dejar los platos en la cocina y cuando volvió asalirsepusoanteellosconeldineroenlamano.—Vamosaver.—Losdoslamiraroncomosifueraunincordioylesmirósorprendida.—¿Molesto?
—¡Sí!—respondieronlosdosalavez.—Pues os fastidiáis. —Se encogió de hombros demostrando que le
importabamuypoco.—Miradavuestroalrededor.—Ambosfruncieronelceño.—¡Ahora!—Lohicieronsinvernadararo.—¿Quéhabéisvisto?
—Nada—respondióAnni—.Lodesiempre.—Puestevoyadecirloqueveoyo.Veomesassinatender,yaunadetus
mejoresamigasdeparto,preocupadaporquenosabeloqueosocurre.Veoaun
hombremaravilloso,queporlacaraquetiene,estáenamoradodeti.Yteveoati,quetienesunmatrimoniodemierda,tehasacostadoconéstevariasvecesyvasatenerunhijosuyo.¿Sabesloqueveoenvuestrofuturo?—Ambosnegaronconlabocaabierta.—Veoquevaisasermuyfelicesjuntos.¡Asíquedejardejoderysírvemeunahamburguesa!
—Vale—dijoAnniconlosojoscomoplatos.—Lama, ¿vendrás con nosotros, verdad?—preguntóNinette desde el otro
ladodelrestaurante.—Lahamburguesaparallevar.—SonrióaNinetteacercándoseysentándose
anteella,metiendoloscuarentapavosenelbolsillodelpantalón.—Estoporlosconsejos.—Miróasuamigaalosojos.—Tranquila,estánloquitoselunoporelotro.
Todossevolvieronhaciaellos,quesemiraronavergonzadosantesdesonreírtontamente. Jimmy le susurró algo al oído y ella rió empujándole para queentraraenlacocina.—¿Ves?
Irwinlamiróasombrado.—Eresbuenísima.—Puesnoencuentrotrabajoniatiros.—¡Elcoche!—exclamóKirk.—Sí, ya va. —Salió de la cafetería y para su asombro, se paró con un
conocidoponiéndoseahablaranteelescaparatetranquilamente.KirkmiróaNinettecomosiquisieramataraalguienyéstareprimiólarisa.
—Cariño, si no siento nada todavía.—Le besó en los labios antes demirar aLama,quelesobservabaconlosbrazoscruzados.—Tehedichomilvecesquepongasunaconsulta.Teforraríasleyendolamano.
—Va,esoesdefrikis.Además,mimadremehadichomilvecesquenoesbuenoganardineroaconsejandoalagente.
—¿Yesoscuarentapavos?—preguntóKirkdivertido.—Me losheganado.He recogido lamesa—dijoconchuleríahaciéndoles
reír.AnnillegóconunabolsaenlamanoyladejóanteLamasinpedirledinero,
antesdesonreírilusionada.—¿Miniñayaestádecamino?—Conlasotrasdos—respondióKirkmirandoalescaparateantesdegruñir
—.¿Dóndeestará?—Cariño,seguroqueestáapuntodellegar.Nohayprisa.Lahabitaciónya
estápreparadadesdeayer.—Síquesoisprevisores.—Lamacogióunaspatatasdelabolsacomiendoa
doscarrillos.—Nomehabéisdichoquiénesmipadrino.—¿Túqué?—preguntóKirkdivertido.—EldeAnniesIrwin.EldeRonelle,Luca.¿Yelmío?—Ah,esnuestromédico.EldoctorXanthos.Conectamoscuandofuimosa
suconsulta laprimeravezydesdeentonceshemosquedadobastante.Se llevagenialconRonelle.—Ninettefruncióelceño.—¿Noleconoces?Creíaque…
—Cielo, Lama no vino a la fiesta de Navidad. Llegó al día siguiente,¿recuerdas?—Kirkselevantódegolpe.—¡Yaestáahíelcoche!
Annichillódeemociónquitándoseelmandil.—¡Jimmy,mevoyconellos!Su jefe salió con una paleta de acero inoxidable en la mano y la miró
asombrado.—¡Estásloca,mujer!¡Ellocalestálleno!Annipusomorritos.—Nomeloquieroperder.Élsonriócomountonto.—Vale,luegomeacerco.—¡SinoesNavidad!—exclamómediacafeteríaconindignación.—¡Esundíaespecial!—Jimmyleguiñóunojoasuchica,quesesonrojóde
gustomientraséstesevolvíayentrabaenlacocinadenuevo.—Oh, voy a por el bolso.—Anni corrió de nuevo hacia la cocina yKirk
llevóasumujerhastalapuerta,cogiéndoladelbrazocomosifueraunainválida,cuandosesentíaestupendamente.
—Será exagerado—dijo Lama haciendo que Kirk la mirara con sus ojosazules como si quisiera cargársela—.Vale, exagera todo lo que quieras.Es tumomento.
Ninette soltó una risita mientras Irwin abría la puerta de atrás. —Si haytiempodesobra.Nosientonada.
—Yasentirás,ya—dijoIrwinmientrasKirkgritaba—Anni,¿quieresdarteprisa?
—Cariño,¿pasamosabuscaralaabuela?—¡Seguroqueconociéndolayaestáallí!¡Quiennoestáallíerestú!¡Anni!
Capítulo2Diez horas después todos miraban a Ninette, que sentada en la cama del
hospitaldevorabalahamburguesaquelehabíapedidoaJimmyquellevara.Seencogiódehombros.—Notengolaculpadequenosalgan.
—Joder,¿dóndeestáDylan?—¿Porquénobuscasporlahabitación?Porqueaquínocabenadiemás—
preguntóLamadivertidaantesdegirarseaRonelle—.Abuela,¿quiénesDylan?—EldoctorXanthos,querida.Uy,quéhombre.Altocomounatorreyfuerte
comountoro.—Bajólavozapartandotraslaorejaunmechóndesuimpecablecabelloteñidodenegro.—Notengoniideadecómominietohadejadoquelepongaunamanoencimaalaniña.Debeserporqueesmuybuenoensutrabajo.
Seráporqueledebellevarcuarentaañosparaqueati tegustetanto,pensóLamadivertida.
Unaenfermeraentróenesemomentoconunpijamarosadedibujitosysedetuvo en seco al ver lo que estaba comiendo la paciente. —¡No! —gritósobresaltándolosatodos.
—¿No,qué?—dijoKirkalterado.—Levanahacerunacesárea.¡Nodebíacomer!Todos se quedaron de piedra antes de que se giraran hacia Lama, que se
levantó de su asiento mirando a la enfermera fijamente. —¿Cómo que unacesárea?Sitodovabien.
—¡Tieneelcanalmuyestrechoparaunpartoasí!¡Eldoctornoqueríacorrerriesgos!—LaenfermerasaliócorriendoyNinettemiróasustadaasumarido.
—Nopasaránada.LohadichoLama.
Lama asintió y en ese momento entró un hombre vestido de traje en lahabitaciónhaciendoqueseleparalizaraelcorazón.¡Sieseeraeldoctor,noeraviejo en absoluto! Era guapísimo, con unos rasgos duros que le decían queestabaacostumbradoamandar.Era rubioyesosojosverdesdelcolordelmardecíanque estaba furioso.Vio cómomiraba lahamburguesa amedio comeryjurabaporlobajo.
—Dylan…—Kirkestabapálido.—¿Cuándoprogramasteunacesárea?—Estamañana.Noqueríacorrerriesgosyquelasniñassufrieranduranteel
parto.Lamasuspiródelalivio.—Perositodovabien.Eldoctorlamirólevantandounaceja.—¿Ustedesmédico?Sesonrojóintensamente.—No,perolosé.—¿Y sabe lo que puede ocurrir en un parto prolongado? ¡Porque Ninette
llevaconcontraccionesdesdeayerytodavíanohadilatadodoscentímetros!Lama dio un paso hacia la cama. —Está bien. ¡Puede dar a luz y ser
conscientedecuándollegansushijasalmundo!—¡Tambiénpuedehacerloconunacesárea!—¡Elmomentodelpartoesmágicoentrelospadresylosniños!—¿Quiéncoñoesusted?—EsLama,unadenuestrasmejoresamigas—dijoKirkpasándoselamano
porelcabellomuynervioso.—¡Ah,lapitonisa!—dijocomosiesoloaclararatodo.—¡Oye, guapo…! —Puso los brazos en jarras. —¡Mi amiga es
perfectamentecapazdetraerasussietehijosalmundo!—¿Hadichosiete?—dijoKirkpálido.Ninettehizoungestoconlamano.—Va,soncosasquesedicen.Dylanentrecerró losojos.—Oye,guapa.Esteesmihospitalyaquímando
yo.Siquieresdecirlealagentecrédulacómotienenquevivirsuvida,hazlodepuertasparaafueraporqueaquímivozeslaúnicaqueimporta.
Todos jadearon y Lama tomó aire por la nariz mirándole furiosa. —
¿Crédulos?—Lemiróde arriba abajo.—¡Tienesun auramuyvioleta! ¿Tehadejadolanovia?
Esocabreóaúnmásaldoctor.—¿Quieresqueteexpulsedelhospital?Lamasonrió.—¿Esoesunsí?Kirkcarraspeó.—Dylan,¿pensabasdormirladeltodo?¿Nohayunamanera
dehacerlacesáreasindormirla?—Eso,conlaepidural—dijoAnniasintiendo.—No quería que comiera nada porque si se complicaba… —Apretó los
labiosmirandoelmonitor.—¡Los latidos de las niñas están bien!—protestó Lama—. Todo va bien.
¡Puedeparirlosella!—¡Esmuyestrechadecaderas!¡Vaaserunpartolarguísimoyessuprimer
alumbramiento!¡Sacaralasniñas,eralomásseguroparalascuatro!—Unacesáreaimplicaquedurantedosañosnopodráconcebirparaquese
recuperelaparedabdominal.Yesonovaapasar.Sequedaráembarazadaantesyentoncessíquehabráunproblema.
Kirkgimiómirandoasuesposaqueforzóunasonrisa.—Nena…—Todova bien.Las voy a tener por elmétodo natural. SiLamadice que
estoybien,quierovercomomishijaslleganalmundo.Dylandejósalirelairequeestabaconteniendo.—Muybien.Suspenderéla
cesáreademomento,perocomoveaalgoquenomeguste,tellevoalquirófanodeinmediato.—Eldoctorpasóal ladodeLamamirándolacomosi laodiarayéstalevantólabarbillasincortarseunpelo.
En cuanto salió de la habitación sonrió de oreja a oreja y juntó lasmanosilusionada.Ninettesonrió.—¿Quéteocurre?
—¡Leheencontrado!¡Alfin!—Todoslamiraroncomosiestuvieraloca.—¡Jo,quéguapo!
—Telodije,niña.—Ronellesonriósatisfecha.—Todounhombre.ComomiKirk.
—¡Cuandoselocuenteamimadre,sevaamorir!
Ninettesonrió.—¿Estásseguradequeesél?—¿Eselqué?—preguntóKirksinenterarsedenada.—Elhombredesuvida—respondierontodasalavezcomosifueratonto.—¿HabladeDylan?—Asombradomiróasumujerysusurró—Perosino
puedeniverla.Lamahizoungesto con lamano.—Esoes al principio.Yaverás cómo le
hagocambiardeopinión.Dylan entró en la habitación de nuevo y todos le miraron mientras se
acercaba con la enfermera a Ninette. —¿Podéis salir de la habitación unmomento?Voyareconoceramipaciente.
Lamamiróalaenfermera.Unarubitamuyguapaquemiróaldoctordereojocomosileavergonzaramirarledefrente.Fruncióelceñocruzándosedebrazosal ver que la chica se sonrojaba mientras cogía el tensiómetro y empezaba atomarle la tensión a Ninette. Uy, con esa… Estaba loquita por él. Fulminó aDylancon susojoscastañosmientrasmirabaelpapelque salíade lamáquinamuyserio.Sincortarseseacercóaélyllegóhastaellaelaromadesucolonia.Dios,olíadivino.Élentrecerrólosojosgirandolacabeza.—¿Queríasalgo?
—Verloquehaces.—Lodesalirdelahabitacióntambiéneraporti.—¿Deveras?Yonomevoyaasustar.Muchasgitanasparenencasa.—Fuera—dijoentredientescomosiquisieraestrangularla.Ellasonrióradiante.—Tieneselauramásroja.Esoesestupendo.—¿Nomedigas?—Sí,¿tehasexcitado?—Alargóelcuellomientras lamirabapasmado.—
¿Tegustamiperfume?Melohagoyoconesenciaderosa.Lacogióporelbrazoytiródeellahastaelexteriordelahabitaciónmientras
Ninettereteníalarisa.Ladejóenelpasilloycerrólapuertaconfuerza.Lamaparpadeómirando la puerta y dijo—¡Vale, hablamos luego!—Sus amigos seecharonareíryellaseencogiódehombros.—Estáloquitopormí.Eseldestino.
—Sí, los principios siempre son algo difíciles —dijo Ronelle dándole la
razón.Cuandosudoctorsaliódelahabitaciónnilamiróhablandoconlaenfermera
yLamaselocomióconlosojosantesdequeentraraenuncuartoquesegúnelcartelitoestabareservadoparapersonalmédico.Disimuladamenteseacercóalapuertaabiertayescuchó—Quieroquelamonitoricenexhaustivamente.Ysihayalgúnproblemameavisasenquirófano.
—Sí,doctor—dijolarubitaconvozmelosa—.Porcierto,estanocheeselcumpleañosdeldoctorHigginsylevamosatraerunatarta.¿Sequedará?
¡A ésta el cumpleaños de ese tipo le importaba una mierda! Quería a suhombre,esoestabaclaro.
—Esta noche seguro que la señora Thatcher da a luz. Así que estarétrabajando.—Lamasonrióencantada.
—Oh,porsupuesto.—Perosi loquequieresesunpolvo rápido,podemos irahoraa la salade
descanso.Tengoveinteminutoshastalasiguientecesárea.Lamaabriólabocaasombrada.Nopodíahablarenserio.Larisitade laenfermera lapusode losnervios.—Doctor,quécosas tiene.
Estamosdeguardia.—Tienes razón —dijo él con la voz más grave—. Uno rápido no sería
suficiente,¿verdad?Hablaremosluego,preciosa.Dylansaliódelahabitaciónylamiróexasperado.—¿Quéhacesaquí?No podía haberse equivocado ymiró sus ojos verdes fijamente. Él dio un
paso atrás como si tuviera la peste y la enfermera salió en ese momentochocándose con él. Sonrojada soltó una risita estúpida y Lama tuvo ganas dearrancarle cada uno de sus pelos.—Disculpe doctor…—dijo seductoramentemirándolecomosicompartieranunsecreto.
Dylanignorándolalamiróaellaycarraspeó.—¿Queríasalgo?Le señaló con el dedo furiosa.—Túveras loquehaces. ¡En tu conciencia
queda!Asombrado la vio regresar a la habitación de Ninette y cerrar la puerta.
RonellequeestabaenelpasilloconIrwinlemirósinningúndisimulo.—¿Quélepasaaesamujer?
—Oh,yateenterarás.Prepárateparaloquesetevieneencima.Escucharonelllantodelprimerbebéenlasaladeesperaseishorasdespuésy
todos se felicitaron emocionados rodeados de globos, flores y regalos para lasniñas.LamasonrióabrazandoaRonelle.—Felicidades,abuela.
—Gracias, niña—dijo con los ojos llenos de lágrimas antes de abrazar aAnniquetambiénlloraba.
—Estoy deseando verlas —dijo Jimmy cogiendo a Luca en brazos paraponerloasualtura.
—Serán tanguapascomosumadre.—Rita lehizoungestoa Jimmyparaqueledieraasuhijoporqueteníacaradesueño,peroJimmynegóconlacabezacomosiledieraigual.
—AhoraNinetteyanojugaráconmigoalaplay.—PerositienesaLamaparajugar.—Eso,enano.Menudaspalizasquemedas.TodosseecharonareíryRitalacogiódelbrazoapartándoladelgrupo.—
¿Puedopreguntarteunacosa?—Claro.—Entrecerrólosojos.—Nomedigasquemevasasubirelalquiler
porqueaúnnoencontradotrabajoy…—¿Quédices, loca?Deberíapagarte a ti por todoel tiempoque tequedas
conLuca.—¿Entonces qué pasa?—Al mirarla a los ojos se tensó. —¿Qué ocurre,
Rita?Sucaserayamigasonrióradiante.—Heconocidoaunhombreymegustaría
queleecharasunvistazoymedierastuopinión.
Lamalacogiódelamanoapartándolaaúnmás.—Tedije…—Séloquemedijiste,peroparecetanbuenapersona…Porfavor.Megusta
mucho.Ensusojosvioqueestabaenamoradaynoquisoentristecerlaenundíatan
especial.—Leconoceré,¿deacuerdo?Ritalamiróemocionada.—Gracias,gracias.Se ibaa ir,pero lacogióporelbrazodeteniéndola,necesitandodecirle—
Peronoteentreguestodavía,¿mehasentendido?—Sí,losé.PeroseguroqueDariusnoesesehombrequemeharádaño.Es
uncielo.Lamateniendounmalpresentimientoasintió,peronopudoquitárselodela
cabeza durante la siguientemedia hora hasta que vio salir aKirk emocionadocondosdelasniñasenbrazos.Seechóareírcuandounaenfermerasecolocóasuladoconelotrobebé.—Nomeatrevíaacogerlasalastres.
Todosrieronacercándoseparaveraaquellastresbellezaspelirrojasquelesrobaronelcorazón.LamaseacercóaKirkycogióaunaenbrazos.—Sontanbonitasquequitanelaliento.
Kirkasintió.—Loson,¿verdad?Ahoracualquieralediceamimujerquenoquieromásconlobienquelashacemos.
LamaseechóareírasintiendoyenesemomentosaliósudoctorDylanconropade quirófano.Sedetuvo en seco al verla y cuando sus ojos coincidieron,Lama se vio a sí misma desnuda en una cama alargando los brazos hacia él,diciéndolequelehicieraelamor.
Él apretó los labios antes de acercarse a Kirk y darle una palmada en elhombro.—Todoestáperfecto.Enseguidalasubiránalahabitación.
—Gracias,tío.—Lediolamano.—Te lo dije —canturreó ella a la niña. Dylan la miró furioso, pero ella
levantólavistasonriendoradiante—.¿Quierescenaralgo?Teinvito.—No,gracias.—Vamos,paralimarasperezas.Teveomuysusceptible.
—Kirk,osveomañana.Ahoratengoqueirme.—Bien,graciasportodo.—Denada.Sonpreciosas.Lamasuspiróponiéndole laniñaaKirken losbrazosantesdeseguirle.—
Dylan, vamos a ser los padrinos de una de esas niñas, así que deberíamosllevarnos bien. Es una responsabilidad. —Cómo no le hacía ni caso,prácticamente tuvoquecorrer tras él con las zancadasquedaba.—Vamos,noseasasí.Sabíaquetodoibaairbien.
Sevolviódegolpe.—Mira…lahaspuestoenpeligrocon tuscharadasdesabelotodo cuando no tienes ni idea de lo que podía haber pasado. Si eres suamiga…
—¡Soysuamiga!—¡Sieressuamiga,tendríasquehaberapoyadomidecisiónqueeralaque
menosriesgoteníaparalasaluddeNinette!¡Ynomeinterrumpas!Asíquesiloque quieres es que te eche un polvo en agradecimiento por tu actitud…—Lamiródearribaabajocondesprecio.—Miraguapa,lastengomuchomejoresquetúesperando.
Lamapalideció.—Esoquemeacabasdedeciresmuydesagradable,peroteperdonoporqueestásenfadado.¿Ahoravamosacenaralgo?
—¡Desaparecedemivista!—¿Notelopiensas?—Élsevolviófuriosocaminandohaciaelascensor.—
¿Seguro?¡Miraquepuedesarrepentirteydespuésyopuedoestarenfadadaynoperdonarte!—Dylanentróenelascensorsinhacerlenicasopulsandoelbotón.—Vale,tedoyunpardedías.—Lamiróconganasdematarla.—¡Vale,tedoytres,peroniunomás!
Cuandosecerraronlaspuertassuspiróapoyandoelhombroenlapared.—Va,soloescuestióndetiempo.Eselamordetuvida.Yasedarácuenta.
Tresdíasdespuésestabaante elhospitalbebiendode sucafé.Seenderezó
cuando le vio salir vestido con un traje azul y unmaletín en lamano.Corrióhacia él tirando el café a una papelera y cuando se acercó, aminoró el pasoponiéndoseasulado.Leechóunvistazodistraídoantesdemirarlaasombrado.—¿Quéquieres?
—¿Yahasterminado?TengoquehablarcontigodeAbby.—¿DeAbby?—Denuestraahijada.SellamaAbby,¿recuerdas?—¿Yquéquiereshablarsobreella?—preguntódeteniéndoseenlaacera.No
secreíaniunapalabra.—Puesverás,tenemosqueregalarlealgoporsubautizo.Algoespecial.—¿Ytenemosquehacerlojuntos?—Somossusguíasespirituales.Esnuestraobligación.Élbufómirandoasualrededor.—Tengoprisa,Lama.¿Quieresabreviar?—¡Teacuerdasdeminombre!—Sonriódeorejaaoreja.—Esdifícilolvidarte—lesoltóconironía.—¿Verdadquesí?Todosmedicenlomismo.—Elregalo,Lama.¡Tengoprisa!—Oh,pueshabíapensadoencomprarleunacruzdeoroparacuandoseaun
pocomayor.¿Quéopinas?—Puesmuybien.Medaigual.—Levantóunbrazoparallamarauntaxiy
Lamaestirólamanoconlapalmahaciaarriba.—¿Qué?—La pasta. ¿No creerás que voy a pagarla yo sola? De hecho tienes que
pagarlatú,porquecasinotengodinero.Élgruñóbajandoelbrazoydejandoelmaletíndepielenlaacera.Metióla
mano en el interior de la chaqueta repasando su vestimenta. Unos vaquerosdesgastadosunacamisetade tirantesnegrayunbolsodecolorinescruzadoenbandolera.—¿Contrescientosestábien?Notengomásenefectivo.
—Veréloquepuedohacer.Le vio sacar el dinero y un chico pasó a su lado en una bicicleta y se los
arrebatódelasmanos.Lamacorriótrasélycuandogiróparadarlavueltaala
esquina,ellasetirósobreélcayendosobrelacalzada.Untaxifrenócercadesucarayvariaspersonasseacercaronaellamientrasalguienforcejeabaasulado.LospolicíascorrieronhastaellosycuandoLamaibaalevantarse,sintióundolorenelhombro.Gimióinclinandolacabezahaciaatrásyvioquesehabíaraspadolaparteposteriordelhombro,dejándolocasiencarneviva.Dylansearrodillóasulado.—¿Estásbien?—Legirósuavementelaespaldayjuróporlobajo.—¡Mierda,Lama!¿Estásloca?¡Erasolodinero!¡Podíashabertematado!
—¡Noessolodinero!¡Eratudinero!—Seapoyóensubrazoparalevantarseygimióporquetambiénledolíaeltrasero.
Unpolicíaseacercó.—¿Estábien?—Sí,gracias.Noesnada.—Hasidomuyvaliente.Llevabaunanavaja.Dylanlamirócomosifueraestúpidayellasedejócogerporlacinturapara
quelasacaradelacalzada.—Vamosalhospital.—¿Ytumaletín?Élmiró al frente y al ver a la rubita de la enfermera con elmaletín en la
manocasiledaalgo.¡Leestabaesperandoconunasonrisaenlacaraylemirabacomosifuerasuyo!
—Ay.—DoblólarodillayDylanlaagarróporlacinturapegándolaaél.—Joder.—La cogió en brazos pasando ante la enfermera para ir hacia la
entradadelhospital.—Estoy bien —dijo cerrando los ojos y apoyando la mejilla sobre su
hombre.Uhmm,québienolía.Yeramuyfuerte.Lallevabacomosinopesaranada.
—Dylan, ¿qué haces? —preguntó la rubita tras ellos corriendo con sustaconesdequincecentímetros.
—Voyallevarlaaurgencias.Nopuedodejarlaenmediodelacalle,Amber.—Dáselaaunsanitario.Nosestánesperando.Lamaabrió losojosyapartó lacabezaparamirarlea lacara.—¿Mevasa
dejarsola?
—Estarás muy bien cuidada y yo tengo una conferencia dentro de mediahora.Ambertienerazón.—Miróhacialaentradadelhospitalygritó—¡Ehtú,traeunacamilla!
—Déjameenelsuelo—dijoagachandolamiradadeladesilusión—.Puedoentrarsola.
—Aquíestálacamilla.La tumbó con cuidado y cuando se volvió para hablar con el enfermero,
Lamaselevantóycaminócojeandohacialaacera,mientrasAmberlaobservabamaliciosa.
—¡Lama! ¿Qué haces?—Dylan llegó hasta ella e intentó agarrarla por elbrazo,peroellasesoltó.—¿Estásloca?¡Puedestenerunalesióninterna!
—Tranquilo, todoestábien.Y loquenoestábien,sepondrábienenunosdías.—Comosucorazón,porejemplo.
—Nodigastonterías.Vuelvealacamilla,Lama.Ellasevolvióylemiróalosojos.—Mira,estoybienynovoyadejarque
mepasenunafacturadehospitalquenopodrépagarenlavida,¿deacuerdo?Túveteaesaconferenciayolvídatedeloquehapasado.Teveoenelbautizo.
Dylanviocómosealejaba.—¿Yelregalo?—¡Yameencargaréyo!—gritósinvolverseparaquenovieraqueestabaa
puntodellorar,porqueellajamásledejaríaeneseestado.Nosepodíacreerquesehubieraequivocadotantoconél.Lohabíatenidotanclarodesdequelohabíavisto por primera vez… Era su alma gemela. Su corazón había chillado confuerzaporél,porquealfinhabíaencontradoasucompañero.Sumadresintiólomismoconsupadreysuabuelatambién.Lehabíandescritoesasensaciónmilvecesyfueexactamenteasí.Selimpiólaslágrimasconeldorsodelamanoparaverquetambiénselahabíadespellejado.Estabaclaroqueesenoerasudía.Ynisiquiera había recuperado el dinero. Bueno, suponía que al menos se lodevolveríanaDylan.
Capítulo3LlegóasucasadeBrooklynhechapolvoylesonóelmóvilcuandosubíalos
tresescalonesquedabana lacasaquecompartíaconRita.Sacóelmóvily lallave.Al ver que eraNinette contestó—¿Cómo es el primer día demamá encasa?
—Todavíapareceirreal.¿Vendrásacenarestanoche?—¿Necesitas ayuda?—preguntó caminando hasta su puerta en el piso de
abajoymetiendolallaveenlacerradura.Ungritoenelpisodearribalasobresaltóydejócaerel teléfonocorriendo
escaleras arriba al escuchar un golpe y como caían cosas al suelo. ¡Lo sabía!Empujósupuertaparaveral tipocogiendoaRitadelpelopara levantarladelsuelo mientras lloraba y Lama gritó haciendo que se girara antes de tirárseleencimaarañándolelacara.ÉltrastrabillóhaciaatrástropezandoconelcuerpodeRitaycayódeespaldasconellaencima.RitaselevantóparaayudarlayLamagritó—¡Llamaalapolicía!
Suamiganoperdióeltiempo,peroelhombreeramuymusculosoylediounfuertepuñetazovolviéndoladelado,peroellanolesoltódelcabellosujetándoleconlaspiernas,rodeandosucuerpo.Lamaabriólosojoscomoplatosalverelfilodelcuchilloynisintiócomoletraspasabaelvientre,mientrasRitagritabaalteléfonoantesdesalircorriendoencerrándoseenunahabitación.Eltipolamiróconsusojosnegrosysiseóalacara—¡Puta,lohasestropeadotodo!—Intentólevantarse,peroLamaseguíaaferradaasushombrosyélparaquelesoltaralaempujóporelpechoconfuerza,provocandoquecayeradeespaldasalsueloconun golpe seco. Él se pasó las manos por su pelo castaño para arreglarlo
mirándolacondesprecioantesdesalirdelapartamento.Lama temblando levantó la vista y vio la mancha sobre sus pantalones.
Comosifuerairrealvioelcuchillollenodesangreenelsueloasualcance.SesobresaltóalveraRitaasuladoqueaúnhablabaporteléfono.—Sí,sehaido—dijollorando—.Miamigaestásangrando.¡Necesitamosunaambulancia!
Searrodillósobrelasangrequeempezabaamancharelsueloylecogiólamano. —Te pondrás bien. —Desesperada miró a su izquierda sin soltar elteléfono.—Yavienen.—Dejóelteléfonoenelsueloyleapretólamano.—Losiento.Losiento.Teníaquehabertehechocaso.
—Shusss.—Cerró losojosyuna lágrimacorriópor su sien.—Estásbien.Esoesloimportante.
Ritalaabrazó.—Gracias.Miniño…EntoncesLamalosintióysonriómientrasseapartaba.—Recuerdasloquete
dije,¿verdad?—Quemipróximarelacióncortaríamivida—dijoangustiada—.Quedebía
tenercuidadosinoqueríadejaraLucasolo.—Puesesoacabadecambiar—susurrósintiendoquesemareaba,peroaun
asísonrió—.Serásmuyfeliz.Lohevisto.Ritase tapó labocaangustiadaalverquesucabezacaíaaun lado.Corrió
hacia la ventana para ver que llegaba un coche de policía y gritó desesperadapidiendoayuda.
Dylan pálido llegó al hospital enBrooklyn y se encontró a los amigos de
Lamaesperandonoticias.—¿Quéhaocurrido?¿DóndeestáLama?Kirksindejardeabrazarasumujerporloshombroslemiró.—¿Puedesira
preguntar?—¿Quécoñohapasado?—Lahanapuñalado—susurróNinettesinpodercreérselotodavía—.Estaba
hablandoconellaporteléfonoyderepenteoíungrito…
—AlparecerelnoviodeRitaleestabadandounapalizayLamaintervino.Lahaapuñalado.Dicenqueestágrave.¿Puedesentrarpara…?
Dylan se volvió para pasar las puertas abatibles. Fue hasta el control deenfermeríayLisa,laenfermeraconlaquehabíatrabajadoenurgenciascuandoestabadeprácticas,lemirósorprendida.—Dylan,¿quéhacesaquí?
—Tengounaamigaalaquehanapuñalado.SellamaLama.Norecuerdosuapellido.
—Oh, la están operando. No tenía buena pinta. Está en el quirófano tres.¿Quieresquellame?
—No,yasuboyo.—Caminóporelpasillo,peroantesdedarsecuentacorríahacialasescalerasenlugardeesperaralascensor.Corrióhastaelquirófanotresyseencontróconunaenfermeraquesalíaenesemomento.—¿Cómoestá?
—Necesitamos más sangre. —Negó con la cabeza y Dylan se asustóentrandoenlaantesaladelquirófano.Sequitólachaquetaatodaprisaysepusounabata.Selavólasmanosenuntiemporécordantesdecogerunamascarillayentrarenelquirófanoempujandolapuertaconlaespalda.VeraLamaentubadaledetuvoenseco,peroencuantoescuchóelpitidodelamáquinaindicandoquehabía parada, reaccionó y miró al cirujano que era uno de sus antiguosresidentes.Jodernopodíahabertenidocirujanopeor.—¿Quétenemos?
Lamasonrióensueñosviendoasuabuelaalargandosumano.Seemocionó
alversumoñoalanucaysudelantalazulsobresuvestidonegrodeviuda.Seacercóaellaycogiósusuavemanoantesdeabrazarlaconfuerzaysusurrarasuoído—Teheechadodemenos,abu.
—Mi niña, has sidomuy valiente.—La apartó para acariciar susmejillasmirándolaconsusmismosojoscastaños.—Nopodríaestarmásorgullosadeti.
Lama sonrió y su abuela la sentó a la mesa de su vieja cocina. —Ven,cuéntamequéteocurreconesehombre.
—¿Voyavivir?—Porsupuestoquesí,miniña.Todavíatequedamuchavidapordelante.—
Lecogiólamanoconcariño.—Recuerdaquesepuedecambiarciertodestino,peroalgunas cosas soncomomontañasquecuesta rodear.Perovivirás.Ahoracuéntamequéocurrecontuhombre.
—Nolegusto.—Bajólamiradapreocupada.—Noleintereso.Túmehabíasdichoquecuandoconocistealabuelolosupiste.Sabíasqueéleratuhombreyamímeocurriólomismo,peroélnomuestraningúninterésenmí.¿Quépuedohacer,abuela?
—Va, ese no tiene nada que hacer. Cuando dos almas se unen, nada lasseparará.Nilamuerte.
—Perosieldestinopuedecambiarse…—Escúchamebien.—Le apretó lamano para que lamirara a los ojos.—
Ciertas cosas, como encontrar a tu compañero de por vida, es muy difícil decambiar.Estámarcadoafuegoentudestinoytienequetenermuchafuerzadevoluntadpararechazarloquesientesucorazón.¿Entiendes?
—Esocreía,perodespuésdeversuactitudnoséquépensar.—Notedesporvencida.Siélseniegaaestarcontigo,seréislosdosquienes
sufriréis.Debesevitarlo.—Sonrióconcariño.—¿Cómoestámihijaquerida?—NohaqueridoveniraNuevaYork,peroyosentíaelimpulsodeestaraquí.—Yahorasabeslarazón.Hashechobien.Ynotepreocupesportumadre.
Cassa puede ser muy cabezota y tu nuevo hogar le provoca dolor porquerecuerdaasuamorperdido.Notepreocupes.Suamorportiserámásfuerteylatendráscontigoantesdequetedescuenta.¿Quétediríatumadredeesteasunto?
Lamaseechóareír.—Yalosabes,abu.Quelepersiguierahastaconseguirle.—Estoydeacuerdo.—Leacariciólamejilla.—Debesconseguirleparaser
feliz, mi niña. Cuando eras pequeña querías ayudar a todo el mundo, ¿lorecuerdas?Yyotedije…
—Queeldestinoestabaescritoyloquetuvieraqueser,seríapormuchoquemeempeñara.
—Tumadreseenfadómuchísimocuandomeescuchó,peroerasdemasiadopequeñaparaintentarsolucionarlosproblemasdetodos.Peroahoraeresfuertey
comohasdemostradocontuamiga,siponemoselsuficienteempeño,podemoscambiarlascosas.
Lamasonrió.—Sí,hevistoqueRitaseráfelizconotrohombre.Su abuela asintió. —Habías visto su muerte y eso ha cambiado. Lo has
cambiadotú.Asíqueportuhombreséquelodarástodo.—Apretóloslabios.—Ahoratienesquevolver…Teestánesperando.
Lama se levantó y le dio un beso en lamejilla emocionada.—Te quiero,abuela.
—Yyoati,miniña.LapuertadelacocinaseabrióyLamafuehaciaallí.—Dilealabueloquele
quiero.—Losabe,peroselodiré.DaleunbesoaCassacuandolaveas.Asintióatravesandolapuertahacialaoscuridadyescuchóunpitidomolesto
sintiéndosemuycansada.—Lama, abre los ojos —dijo la voz grave de Dylan haciéndola sonreír.
Parpadeóporque lemolestó la luzque tenía encima, pero la cara deDylan sepusosobreellahaciéndolasonreírmásaún.Peroéllamiróconelrostropétreo—.Perfecto.¿Temareas?¿Tienesganasdevomitar?
—No.—Teheoperado.¿Recuerdasloquetehapasado?—Sí.Ritaeslibre.—Cerrólosojossinpoderevitarloyvolvióaabrirloscon
esfuerzoporquenoqueríaqueladejara.—¿Tehandevueltoeldinero?Dylan levantó una ceja.—Olvídate de eso. Has tenido una hemorragia y
sufristeunaparadaenelquirófano,peroconseguimostraertedevuelta,aunquehetenidoquequitarteunovario.¿Meentiendes?
—Sí. ¿Entonces no te han devuelto el dinero? Era tuyo, quiero que te lodevuelvan.
—Nisiquierapuseunadenuncia,Lama.Escúchame,queestoesmuchomásimportante.
—¿Quétallaconferencia?
—Lama,escúchame.Heconseguidosalvarelotroovario,perotienedaños.Perdió lasonrisapocoapoco.—¿Quémeestásdiciendo,Dylan?¿Quéno
podremostenerhijos?Él apretó los labios tensándose.—Todavía es pronto.Cuando te repongas,
haremosunaspruebasy comprobaremos si es eficiente.Hasta entoncesquieroquedescansesysigaslasinstruccionesdelasenfermeras.¿Meentiendes?
—Cielo, no te preocupes.—Cerró los ojos sin poder evitarlo quedándosedormidadenuevo.—Tendremoshijos.Lohevisto…
DylansevolvióhaciaAnniqueestabaenesemomentoenlahabitación.Yellalemirópreocupada.—Sielladicequelohavisto…
—No ha visto una mierda—dijo molesto acercándose—. Ese ovario estámuy dañado.De hecho, debería habérselo quitado.—Se pasó lamano por supelorubiomostrandosuagotamiento.Llevabadosdíassindormir.—Creoquevoyapedirunaconsultaapsiquiatría.
Anni se cruzó de brazos.—Ve cosas. Cualquiera se daría cuenta. Salvó aRita de ese cerdo. Predijo que Ninette tendría trillizas y sabía que yo estabaembarazadaydequien.Elqueestásciegoerestú.
—Perdonasinocreoeniluminadasquedicenquevanatenerhijosconmigo,cuandoamíesamujernomeinteresaenabsoluto.
—Pues para no interesarte nada, bien que llevas dos días sin salir de estehospital.¿Esqueaquínohaymásmédicos?—Dylansetensó.—Además,sinisiquieratrabajasenBrooklyn.
—Loharíaporcualquierconocido—dijoyendohacialapuerta—.Yahoraqueséqueestábien,puedovolveramivida.
Annisedejócaerenlasillaalverquecerrabalapuertaysemordióellabioinferior.Habíametidolapataporqueporloquelehabíadicho,élsehabíaido.Miró a Lama dormida en su cama rodeada de aparatos por todas partes. Lehabíanquitadoelrespiradoreldíaanterior,perotodolodemásseguíaallíyellanisehabíadadocuenta.SonrióporqueLamahabíadichoquetendríahijos.Esemédiconoteníaniideadeloquedecía.
—¿Tampocohavenidohoy?—preguntóLamamirandoaKirk,quesehabía
acercadodespuésdeltrabajoparacomprobarcómoestaba.—Hehabladoconélantesyestabaapuntodeentrarenelquirófano.Lamadisimulóconunasonrisa.—Bueno,daigual.Yaleveré.¿Quétallas
niñas?¿Osarregláis?—De eso queríamos hablarte.Habíamos pensado que después de salir del
hospital, podrías ir a casa a ayudarnos un poco. Es demasiado trabajo paraNinetteyLisbeth.Además,sabesqueLisbethsevaalascincoynecesitamosaunainterna.
—¿Queréisqueseavuestraniñera?—¿Nobuscabastrabajo?—preguntódivertidosentándoseasulado.—Claroqueosayudaré.Loharéencantada.Enesemomento se abrió lapuertay al ver losojosgrisesde sumadre se
echóalloraremocionadaporquehabíaidohastaallí.CassaKeeblerentróenlahabitación cerrando la puerta y pasó anteKirk dejándole con la boca abierta,porqueeracomoveralahermanamayordeLama.Hastateníasumismamelenanegra que le llegaba al trasero y usaba los mismos pantalones vaqueros y lacamisetadetirantes.Viocómosesentabaasuladoconcuidadoysonreíaasuhija antes de cantar en voz baja una canción en un idiomaque él no conocía,acariciando su ceja con el pulgar antes de bajar por su mejilla borrando suslágrimas.ErahipnóticoyLamasecalmómirándolaalosojossusurrandoelfinaldelacanciónconsumadre.
—¿Cómolosabías,mamá?—Supe que te había pasado algo y cuando escuché a la abuela, cogí el
primervuelo.—Lahevisto.—Hasestadoenelotrolado.—Labesóenlafrente.—Eresunabendecida,
miniña.Esunmilagroqueestésviva.—Apartóelcabellodesucararepetidas
vecescomosinopudieraevitartocarlaparacomprobarqueestababien.Kirkescuchabacomoesamujerhablandoconunligeroacentosusurraba—
¿Eséste?—No.Esunamigo.Ambas volvieron la cara hacia Kirk, que carraspeó levantándose. —Kirk
Thatcher.—Ellaesmimadre,Cassa.—Esunplacer.¿HavenidodesdeAtenas?Cassa se levantó dándole la mano mientras le miraba fijamente.—Sí, en
cuantomeheenterado.Túereselmaridodesuamiga.—Elmismo.Intentamosllamarla,peroelteléfonodeLamaestabaengriego
ynosabíamosquiénerasumadreentre todossuscontactos.Esperábamosqueellalallamara…
—Nopasanada.Loentiendo.—Secruzódebrazosmirandoasuhija.—¿Ybien?
—¿Ybienqué,mamá?—¿Dóndeestátuhombre?¡Deberíaestaraquíyaquehasestadoalbordede
lamuerte!¡Quieroconocerle!LamasesonrojómirandodereojoaKirk,quelevantóunacejainterrogante.
—Esquenoestáaquí.—Esoyaloveo.¿Ydóndeestáqueseamásimportante?—Tiene operaciones. Él me salvó la vida, ¿sabes? Me lo ha dicho una
enfermera.—Es lomenosquepuedehacerporsumujer. ¡Dehecho,creoqueporeso
deberíaestaraquí!—Mamá, no me fastidies. Todavía no tenemos una relación tan estrecha.
¡Estátrabajando!Cassa enderezó la espalda. —¿De qué me estás hablando, niña? ¿Es tu
hombreono?—¡Sí!Peroseresiste.
—¿Seresisteaqué?Avergonzadasemirólasmanos.—Puesasermimarido.SumadrejadeóindignadaantesdemiraraKirkcomosifueraculpasuya.—Bueno,yocreoquemevoya ir…Ninettemeestaráesperando.Oh,por
cierto…siquierequedarseennuestracasa,serábienvenidadurantesuestancia.—Gracias, pero creo queme quedaré en casa demi hija. Está aquí cerca,
¿verdad?—Sí,mamá.Puedesquedarteenmiapartamento.—Detodasmaneras,cualquiercosaquenecesitenodudeenllamarme.—Gracias,loharé.Kirk reprimió una sonrisa al ver que esa mujer era de armas tomar y se
acercó a la cama. —No tienes que preocuparte por nada que no sea enrecuperarte.Yahemosarregladolodelhospital.
—¿Cómo?—preguntósorprendida.—Dylansehaencargadodetodo.—Seencogiódehombros.—Nosécómo
lohahecho,peromehadichoquelohaarreglado.—¿Dylan es tu hombre? —preguntó Cassa sonriendo. Lama asintió
sorprendidaysumadresatisfechadijo—Perfecto.—Osverémañana.—Graciasportodo.Kirk la miró desde la puerta. —No, gracias a ti por ayudarme en su
momento.Sinohubierasidoporloquehiciste, igualhubieraperdidolomejorquetengoenlavidaporquehubierahuidodemí.Teveremosmañana.Cuídate.
Lamasesonrojóporelcumplidoycuandosalióde lahabitación,Cassasevolvió hacia ella y levantó una de sus cejas negras. —Creo que no me hascontadomuchascosasenesasllamadasquemehaces.Empiezaporelprincipio,porfavor.Porquelaabuelahasidomuyconcisaytengolasensacióndequemehasocultadoalgunascosas.
—Mamá…—¡Ahora!
Capítulo4Estaban en silencio después de relatar cómo había conocido a Ninette en
Greciaycómohabíanpasadolanochejuntasyhabíanforjadounaamistad,hastacómo había llegado a Nueva York por un impulso que necesitaba seguir.Terminósurelatocontándole loquehabíaocurridoconRitay loqueDylanlehabía dicho después de operarla. Su madre estaba muy callada y se pusonerviosa.
—Mamá,dialgo.—Mementiste—dijomuyseria.—Notementí.Tedijequequeríavenir.—Perosabíaslarazón,¿verdad?Lamasesonrojó.—CuandoNinettemellamódiciendoquetendríatrillizas,
sentíqueteníaquevenirdeinmediato.—Me dijiste que necesitabas otro cambio de aires. Llevas deambulando
desdelosdieciséisañosycreíaqueeraotromásdetusviajes,perono.Sabíasqueaquíestabatudestino,¿verdad?Yameextrañabaamíquetardarastantoenvolver.¡Mementiste!
—¡Nosabíaloqueocurría!Hastaquelevi…¡Tedijequevinierasconmigo!—¡Noponíaunpieenestepaísdesdeelentierrodetupadre!¡Noibaavenir
sinunabuenarazón!—Esque no sabía que la razón eraDylan.Al principio pensé que era por
ayudaraNinette.—Suspirómirandohacialaventana.—Bueno,ahoradaigual.—¡Mierda! —Su madre se levantó asombrándola. —¡Ahora tendré que
venirmeaquíysabesqueodioesto!Perodaigual,sitúeresfeliz…
—Mamá,notienesquevenirsinoquieres.PuedoiryoaAtenas…—¿Dosvecesalaño?¡Ja!¡Esoseráalprincipio!¡Nopiensomorirallísola!—Eresmuyjoven.—Misnietosestaránaquíytútambién.Metendréquequedar.Perobueno,
porloquehevistodeNuevaYorkesmuydistintoaOhio.Lamasonrió.—Muydistinto.AunquenoesGrecia.—EsquenohaynadacomoGrecia.—Secruzódebrazos.—¿Yatumarido
quéleocurre?¿Estontooalgoasí?¿Nosabeguiarseporsussentimientos?—¡Mamá!¡Noestonto!¡Esunginecólogomuyreputado!—Puesalgotienequetener,porquemiraquerechazarteatiyloquesientea
tulado,esdedescerebrados.—Jadeóllevándoselamanoalpecho.—¿Noestarácasado?
—¡No!—Pensó en ello y nadie le había dicho que estaba casado.—¡No!Ninettemelohabríacomentadoparaquenometieralapata.
Sumadresuspiródelalivio.—Entoncestienealgoraro,seguro.—Igual es que me cree una mentirosa. No cree que sienta cosas o lea la
mano.—¿Ah, no? ¡Lo que me faltaba por oír! Provenimos de una familia de
adivinadorasqueseremontaahacesiglos.¿Yesemedicuchonocreeenti?—Mamá…¡Noesunmedicucho!¡Muchosnoscreenestafadorasylosabes!—¡Perotumaridodebeapoyarte!—¡Peronoesmimarido!En ese momento entró un médico joven y su madre levantó una mano
deteniéndole.—¿UstedesDylan?—No,mellamoCalvin.—Puesquieroquesumédicosepresenteaquídeinmediatoparainformarme
delestadodemihija.¿Mehaentendido?¡Quieroverasucirujano,paraquemeexpliqueamíesodequeigualnopuedetenerhijos!¡Ahora!
—Lellamaré,pero…—¡Ahora!
Lama se puso nerviosa al ver salir al médico a toda prisa. —Mamá,contrólate.
—¡Estoycontrolada!—¡No,no loestásyestoescosamía!Tú llegasyarrasascon todo.Dylan
necesitarásutiempo.—¡Yunparde empujones, porquemiraque es lentoparano reconocer lo
queleocurre!¡Sihapagadolafacturadelhospital!¡Yhavenidoaoperarteél!—Igualnosabeloqueleocurre.—Loquedecía,eslento.—Mamá,meestásponiendodelosnervios.¡Déjameestoamí!Cassasonrió.—Tranquila,cielo.Solovoyatantearle.Nuncamemeteríaen
turelación.Estoescosatuya.Lamirócondesconfianzaporque sumadrenunca sedabaporvencida.—
¿Deveras?—Claro. ¿Haría yo algo que te hiciera daño? No, ¿verdad? Solo quiero
echarleunojo.Dylan juró por lo bajo porque no tenía aparcamiento y tuvo que dejar el
coche sobre la acera. Bueno, solo sería media hora como mucho y tenía elidentificador de que era un sanitario colgado del espejo retrovisor. No se lollevaría lagrúa.Bajódel coche cerrando lapuerta con elmandoadistanciayentróenelhospitalporurgencias.HablaríaconlamadredeLamayleexplicaríalasituación.Esperabaqueellatomaracartasenelasuntoyleproporcionaraasuhijaunbuentratamiento.Miraqueirdiciendoporahíqueibaatenerhijosconél.Habíaqueestarchiflada.
Salióensuplantayvioaunaenfermerasalirriendodelahabitacióndandolasgracias.Fruncióelceñoalescucharmásrisasenelinteriordelahabitaciónycuando llegó,seencontróacuatroenfermeras riendocomoniñasmientrasunamujermorena, igual que Lama excepto por el color de ojos,miraba la palma
derechadeunadeellas.—Puesno.Esechiconoteconviene.Notengasprisaquellegaráelhombre
detuvidaunpocomásadelante.Losentirásalversusojos.—¿De verdad? —preguntó la enfermera ilusionada dejando a Dylan de
piedra.—¿Quéestápasandoaquí?—gritósobresaltándolasatodasyentrandoenla
habitación—.¿Esasícomocuidanasuspacientes?¿Estándeguardia?LasenfermerassalieroncorriendomientrasLamasonreíaradianteencantada
dequeestuvieraallí.Aunqueélnoparecíanadacontento.—Mamá,elEsDylanXanthos.—Mi yerno —dijo satisfecha levantándose mientras le miraba de arriba
abajoasombrándolo—.Yquéplanta,hija.Tienesmuybuengusto.Lamasoltóunarisita.—¿Aquesí?Élentrecerrólosojos.—¿EsustedlamadredeLama?—Cassa.MinombreesCassa.Apréndetelo,porquemevasavermucho.—Mamá…—Sí,hija.Teníasrazón.Estodotuyo.Sonriódenuevosinpoderevitarlo,peroaDylannolehacíaningunagracia.
—¿Ves,mamá?Seresisteconuñasydientes.—Yaloveo,hija.Túnodesesperes.Elquelasiguelaconsigue.—Señora, estas cosas que le dice, alimentan sus fantasías —dijo entre
dientesfurioso.—¿Susfantasías?Mihijanoesfantasiosa.Vecosascomoyo.—¿Deveras?—preguntóconburla—.¿Cuántospavostengoenelbolsillo?—Muy gracioso. —Se volvió hacia su hija y negó con la cabeza. —
Demuéstraselo.—Mamá,notemetas.—¡Asíahorrarástiempo!Demuéstraselo.—Sí,Lama.Estoydeseandoquemelodemuestres.—¡Yoquieroquemequierasintodoesto!
—Esonopasará.¡Telohedichoya!¿Porquéteempeñastanto?Dolidamirósusojosverdesysiseó—Acércate.—¿Ahora vas a hipnotizarme? —Lama alargó la mano y él se la quedó
mirando—¿Empiezasono?—¡Dame la mano, pesado!—Bufó como si la pesada fuera ella y Lama
separó los dedos de su palma despejándola, perdiendo su enfado de golpe. EldolordeDylanlarecorriódearribaabajoysuíndicesiguiólalíneadesudestinodesdesunacimientohastallegaralmomentomásdurodesuvida.Unmomentoquelemarcóparasiempre.Impresionadaporquenoseesperabaalgoasí,levantóla cara mirándole a los ojos. Esos fríos ojos verdes que no querían volver asentir.Lamasusurró—Eresviudo.Tuesposamurióalpocodecasaros.
Dylansetensóapartandolamanodegolpe.—¿Conquiénhashablado?Esolosabetodoelmundo.
—Noquieresvolverapasarporeso.Tecierrasalamor.—¿Esaestuconclusión?Muyagudadespuésdequedarmeviudo.—Miróa
Cassaquesehabíaquedadodepiedra.—Mireseñora,hevenidohastaaquíparaaconsejarleque la lleveal terapeuta,peroahoraséquesufamiliaalimentasusfantasías,asíquecreoqueelviajelohehechoenvano.Respectoalaoperación,tuvequeextirparunovarioyelotroestádañado.Dudoqueenelfuturopuedatenerhijos.Lodudomuyseriamente.
Cassalevantólabarbilla.—Estásequivocado.Mihijatendráhijos.—¿Nome diga? Usted lo ha visto.—Chasqueó la lengua yendo hacia la
puerta. —Ahora si me disculpan, tengo otros pacientes que requieren miatención.
Lamadesesperadasusurró—Ellanotequería.Dylansetensóconfuerzaysevolviólentamentemirándolacomosiquisiera
matarla.Seacercóa lacamaendoszancadas.—Mira,zorrachiflada…Tengoqueaguantartepor laamistadquemeuneaKirkyaNinette,pero te juroquecomo vuelvas a hablar demimujer, te vas a arrepentir de por vida, ¿me hasentendido?—Pálidaporsufuriaasintió.—¡Ellaeramilvecesmejorquetú!—le
gritóa lacara—.¡Nolaconocíasydeberías lavarte labocaantesdehablardeLaura,putamentirosa!—Furiososediolavueltaysaliódelahabitacióndandounportazo.
Una lágrima corrió por lamejilla deLamamirando la puerta cerrada y sumadredescompuestaseacercóparaabrazarlaconfuerza.—Nodeberíashaberledichoeso—susurrósumadre.
—Eslaverdad.—Peronoestabapreparadopara escucharlo.Lehashechodañoy él teha
hechodañoati.—Sinoabrelosojos,jamásmequerrá.—Es totalmente inviable —dijo el ginecólogo sentado ante ella en la
consultadelmédicodespuésdelarevisiónalaqueNinettelehabíaobligadoair.Y eso que decía que era uno de los mejores de la ciudad. Se lo habíarecomendado Dylan cuando le había preguntado. Gruñó mirando a aquelhombre.Menudapérdidadetiempo.
Lamasuspiró.—¿Entoncesyamedaelalta?Lamiróconfundido.—Creoquenomehaentendido.Nopodrátenerhijosa
noserqueselosimplantenporinseminacióninvitro.¿Locomprende?—Locomprendeperfectamente,peroesonoesasí—dijosumadreofendida
—.Mihijanoestonta,¿sabe?—No,sinoqueríadecir…—dijoeldoctorPerkinsconfundido—.Perocreo
quenocomprenden.—Quépesadoesestehombre—dijosumadrelevantándoseyponiéndoseal
hombrolacorreadesubolsodecuero—.Hija,vámonosquelasniñastienenquecomerylaschicasestánsolas.
—Sí,mamá.Asombrado el doctor se levantó.—Oigan, que aún no les he dicho lo que
vamosahacer.
—Porcierto…—dijosumadreabriéndole lapuertaparaquepasara—,noengañeasumujerconlaenfermera.Esoestámal.
EldoctordejócaerlamandíbulamientrasLamareprimíalarisapasandoanteella.Fueronhastaelascensorysumadredijoindignada—Enestehospitalhaycuernosportodoslados.
—Esquepasanmuchotiempojuntosensituacionesdeestrés,mamá.—Cuandoconvenzasatuhombre,tienesquevigilarledecerca.Aunqueno
seatrevería…—Claroqueno se atrevería.Aunquehayuna rubia a la que le tengounas
ganas…Estabanesperandoelascensorcuandoungrupodepersonasdiolavueltaala
esquina.Dylanibaenelcentrohablandocomosiestuvieradandounalecciónalosqueibandetrás.Selocomióconlosojosynopudoevitargirarseasupaso.Hizoquenolaveíaycuandoelgrupopasódelargo,bajólavistadecepcionada.
—Este hombre es tonto—dijo sumadre entrando en el ascensor al darsecuentadequeestabadisgustada—.Mevaaobligaratomarmedidasdrásticas.
—Mamá,déjameamí.—¡Es que llevo aquí seis semanas y no has hecho nada! ¡Si ni siquiera te
mira!¿Cómovasaarreglarlo?—Algosemeocurrirá.Túdéjameamí.Esteesmiproblema.—Yelmío,porquesimemudoaquíquieroqueseaporunabuenarazón.—¡Tendrás cara! ¡Si te encantaNuevaYork!En cuantopuedes, te escapas
paraperderteporlaciudad.—Esquequién ibaadecirmequeestosería tandistintode loquehevisto
hastaahoradeestepaís—dijoemocionada—.¿Quieresvenirconmigoestatardea ver una obra de teatro experimental? He encontrado un café donde hayactuacionestodaslastardes.Sonamateurs,peroalgunossonmuybuenos.
—No, gracias.Tengoque trabajar.Ninette yKirk necesitan tiempo juntos.VoyaquedarmeconRonelleylasniñasparaqueellossalganacenar.
—PuesmellevoaRita.
—¿YLuca?—Sequedacontigo.—¡Mamá!¿Nocreesquetengobastantecontresbebésyunaanciana?—La anciana se cuida sola. Y las niñas se pasan dormidas casi todo el
tiempo.Noseaspesada.Elniñoesuncielo.Sicasinohayquehacernadasihayuntelevisorcerca.
Suspiróporqueteníarazón.Ytampocohabíanpasadomuchotiempojuntosúltimamente.—Muy bien,me quedo conLuca. Pediremos pizza.—Abrió losojos ilusionada. —Podemos alquilar “Los gonnies”. —Su madre la miróhorrorizada.—¿Qué?Nolahavistoyamímeencantócuandoteníasuedad.
—Déjate de pensar en tonterías y ponte a solucionar cómo recuperar a tuhombre.
—Nuncalehetenido,asíquenopuedorecuperarle.—Yasabesloquequierodecir.—Mamá,¿quétalsivuelvesaAtenasyyoteavisocuandoestéhecho?Así
vasvendiendolacasa…Sumadresedetuvoenseco.—¿Meestásechando?Puesnotequedanada,
guapa.¡Porquesoygriegayvoyavivirconvosotros!—gritóindignada.LamaseechóareírsinpoderevitarloyCassaentrecerrólosojos—.Quémalalechetienes.Porunmomentomelohecreído.
—Losé.Sumadre lacogiópor loshombrospegándolaaellay rió.—¿Creesquea
Dylanlemolestaráquevivaconvosotros?—Quéva.Tendremosniñeragratis.—Sí,tútiraporahíaverquépasa.
Capítulo5ConAbbyenbrazosporquenodejabadellorar,miróexasperadaaLucaque
comíapizzaadoscarrillos.—¿Quélepasará?Siempreestámuycalmadaysushermanasestánbien.
—Mamá dice que los niños no lloran sin una razón—dijo como todo unsabio—.Llamaalmédicoporquenotienecacaynoquierecomer.
LosojosdeLamabrillaron.—Claroquesí.Quesefastidie.Conlaniñaenbrazosfuehastalacocina,llegandoalaneveradondeestaban
todoslosnúmerosdeteléfonoimportantes.PasóeldedoporlalistaysonrióalverelnombredeDylan.Miróelrelojyerancasilasdiezdelanoche.Cogióelteléfonoinalámbricodelacocinaycarraspeódespuésdemarcar.
Encuantodescolgó,oyóunarisa femeninayentrecerró losojos.—¿Diga?Ninette, siesporelbautizo,ya tehedichoque iré.No tepreocupes—dijoélcomosiestuvieradivertidoporalgo.
—No,sinomepreocupa.—¿Quiénes?—preguntómásserio.—¡Estoydeniñeraporque sehan idoacenarynuestra ahijadanodejade
llorar!Mueveelculohaciaaquí,quetienesquerevisarqueestébien.—¿Tienefiebre?—¡No!¡Nihambre,nihayquecambiarla,peroestárojacomountomatey
meestoyponiendodelosnervios!—Llamaasuspadresy…—Te lo advierto. ¡Cómonovengas ahoramismo,hagounapancartayme
plantoantetuhospitalgritandoqueestoyenamoradadeti!
—Cariño,¿quéocurre?—¿Quiénesesa?—gritóal teléfono—.¡Larubia,seguro!Uy,uy…Dylan
meestásllevandoallímite.—Nopuedoirahora.—¿Esaesmásimportantequetuahijada?Nolocreo.¡Mástevalequeestés
aquí enmenos de veinteminutos ome voy a cabrear!—Colgó el teléfono yRonelle suspiródesde lapuertayaconelcamisónpuestoy labata.—Abuela,deberíasestaracostada.
—Esquelaniñamepreocupa.—Tienes que descansar. Llevas todo el día de un lado a otro y eso no es
bueno.Ronelle lamiró a los ojos sentándose a lamesa de la cocina.—Has visto
algodemí,¿verdad?El miedo en sus ojos la hizo suspirar sentándose ante ella. —¿Por qué
piensaseso?—No sé por qué. Pero desde que las niñas han nacido me gustaría vivir
muchosañosparaverlascrecer,peroséqueesonoesposible.Yatengoochentayunaños…
—Tucardiólogotehadichoquetodovabien.Aúntequedanunosañosentrenosotros—dijoconcariño.
Ronelleseemocionó.—¿Deverdad?¿Nomemientes?—No te miento. Verás nacer más nietos. Ahora a la cama —dijo
levantándose—,quevaavenirmihombreyquieroquepiensequeestoysola.Laabuelasonrió.—Nosabelasuertequetiene.—No,nolosabe,peroyaharéyoquesedécuenta.Caminó con Abby hasta el salón para echarle un ojo a Luca, que seguía
mirando la telemientras secomíaotro trozodepizza.—Cielo,nocomasmásquetevaasentarmal.
—Vale.SepusoalbebéalhombromientrasRonellesubíaalascensorquehabíaenla
casa.Cuando laviopasarporelpisodearriba susurró—Échalesunojoa lasniñasparacomprobarsiduermenantesdeirtealacama.
La abuela fue hacia el pasillo y Lama apartó la cara para ver la carita deAbby que parecíamás tranquila.Acarició su pelito pelirrojo hasta llegar a suorejaycanturreólacancióndecunaquesumadrelecantabaaelladepequeña.MiróhaciaLucadenuevoypusolosojosenblancoalverqueseguíacomiendomientras reía por la película. Miró la pizza con deseo porque aún no habíapodidocomernadaysuspirómoviéndosedeunladoaotrosindejardecantar.
Eltimbredelapuertahizolloraralaniñadenuevoypusolosojosenblancoyendohacialaentrada.AllíestabaDylanvestidodesmokingconcaradecabreoy el maletín de médico en la mano. Sonrió radiante. —Has llegado pronto.¿Estabascerca?
Gruñóentrandoenlacasaycerrandolapuerta.—¿Quétiene?—Nadaqueyovea,peroporeso tehe llamadoa ti.¿Sabesqueestásmuy
guapodesmoking?—Élsiseóporlobajoysequitólachaquetacolgándolaenelperchero.—¿Estás enfadado? ¿No se te ha pasado ya? Mira que te he dadotiempo.
En ese momento escucharon que una de las niñas lloraba. —Uy, esa esRonelle.—Lepusoa laniñaenbrazosyechóacorrerhacia lasescaleras.—Horadeuncambiodepañal.
Dylansuspirómirandoalaniñaqueentrecerrósusojitosverdesllorandoaplenopulmón.ConelmaletínenlamanoentróenelsalónysedetuvoensecoalveraLucacomiendounagolosina.—¿Tútambiénestásaquí?
—Tengoquecuidardemiahijada.—Déjameadivinar,telohadichoLama.Elniñosonriómostrandoquelefaltabandosdientes.Pusoalaniñasobreel
sofáyapartólamantaquelacubría.—Vamosaverquétepasaati.—Noquierecomer.Sehasaltadounatoma.—¿No me digas? —Le apretó el vientre por encima del body rosa que
llevabayledijoalniño—Sácameeltermómetrodelmaletín.
El niño saltó del sofá y abrió elmaletínmientras él le quitaba el body albebé.Supañalestabalimpio,peroencuantoseloquitóunchorritolemanchólacamisahaciendoreíraLucaqueletendíaeltermómetro.—AmímelohizoElsaelotrodía.¿Aquéfastidia?
—Unpoco.Unatoalla,ayudante.—Enseguida,doctor.Lepusoel termómetroy lepalpóelvientre.Luca llegópasándole la toalla
porlacamisahaciéndolesonreír.—Gracias.—De nada.—Se sentó de nuevo en el sofá observando lo que hacía sin
perderdetalle.Lama llegó con la otra niña en brazos y con un biberón. Lucas alargó los
brazos. Asombrado vio que el niño se la ponía en el cuello mientras salíacorriendodenuevo.—Veoquetetomasenseriotusresponsabilidades,esoestábien.
—Tengoquecuidarlas—dijoorgulloso—.Ninettehaconfiadoenmí.—Eso es muy maduro para tu edad. —Miró a Abby. —Eh, si no tienes
fiebre.¿Quéteocurre?—¿Noestámalita?—No.—Lavistiódenuevoyselapusoalhombro.Leacariciólaespalday
esopareciórelajarla.EntoncesllegóLamaconlaotraniñaenbrazosyconotrobiberón.Sesentó
al ladodeLucaponiéndole la tetilla en la bocay en cuanto la niña se puso acomer,lemiróconunasonrisaenlacara.—¿Diagnóstico?
—Creoquesongases.—No.Yalahecolocadobocaabajoyesolaponemásdelosnervios.—Entoncesquierellorarporquesí.Noestáenferma.¿Acasonolohasvisto
ya?—preguntóconburla.—Laironíanoes lo tuyo.—MiróaLucaquecasiya lehabíadadomedio
biberónaRonelleyentrecerrólosojos.—Cielo,¿estásbien?—Sí—dijohaciéndoseelfuerte.
—¿Notedoleráelvientre?—No.—Negóconlacabezamoviendosusrizosnegrosdeunladoaotro.—¿Dóndeestálaabuela?¿Hasalidoconellos?—Está acostada.Noqueríapreocuparla—mintiódescaradamente sindejar
demiraraLucaqueseestabaponiendoblanco—.Dylan…LucaseinclinóhaciadelanteylevomitóaDylanenlospantalonesdeltraje.
Élni se inmutócolocandoaAbby sobreunode losbalancinesde losbebésyasegurándola con la correa antes de coger a Ronelle, colocándola en el otrobrazodeLamayponiéndoleelbiberónenlamano,asegurándosedequelaniñaseguíacomiendo.CogióaLucaenbrazosparasacarlodelsalónpuesaúnteníaarcadas.Sonriómirandoalasniñas.—Vaaserunpadreestupendo.
Despuésdedarlesdecomerydecambiarlospañales,acostaraLucaqueyase encontrababieny de calmar aAbby, que se había dormido al fin comounangelito,sesentaronenelsofáagotados.Lamahizounamuecaalverelestadode su camisa y de su pantalón.Y ella no teníamejor aspecto después de queRonellelevomitaraencimalaleche.
—Estoesmásdurodeloquecreía—dijoélasombrado.—Tranquilo,yolosvoyatenerunoporuno.Dylangirólacabezamirándolafijamente.—¿Nomedigas?—Sí. —Sonrió radiante. —El primero será niño. ¿Qué nombre le
pondremos?—Lama—dijomirándola como si estuviera eligiendo suspalabras—. ¿No
hashabladoconPerkins?—Sí,peroquésabráese.—¡Pues sabemuchode tu lesión! ¡Ynovoy a tener unhijo contigo!—le
gritóalacara.—Shusss,quesepuedendespertar—dijocomiéndoseloconlosojos.Élmirósuslabioscortándoleelaliento.—Novoyatenerunhijocontigo—
susurróacercándosemás.—¿Nomedigas?—Elalientosobresuslabioslaembriagódetalmaneraque
cerró los ojos sin poder evitarlo y al darse cuenta de que no pasaba nada, losabriódenuevoparaverquelamirabacomosifueraunaextraterrestre.Lamasesonrojó.—Síquetienesfuerzadevoluntad…¡Esoesadmirable,peroDylanyaestábien!
—¿Porquédijistequemimujernomequería?Lamapalideció.—¿Tenemosquehablardeesoahora?Ibasabesarme.—Túcreesqueibaabesarte,peronoibaahacerlo.—Estabasapunto.¡Nomeloniegues!—¿Porquénomequeríasegúntú?—Porqueamítendríanquematarmeparaapartarmedetiyellateabandonó
inclusoantesdecortarselasvenas.—Estás loca —dijo con desprecio levantándose como si no pudiera
soportarla.—¿Loca?¡Yosoysincera!¡Secasócontigoporqueerasunapromesaentu
profesión! ¡He visto tu boda, he visto como se comportaba contigo, pero lainsatisfacciónsiempremarcósuvida!—Dylanpalideció.—¡Ysiempretepedíamásymás!Másatención,másregalos,máslujo…
—Estabadeprimida.—¡Erauna egoísta quenomidió las consecuencias de sus actos! ¡Te tenía
amedrentado, amenazándote con el suicidio y se le fue la mano! ¡Te queríadominarytútedejabascomounpelele!¡Perocuandonocedisteenotrodesuscaprichos,montóelespectáculoytúllegastetarde!
Élapretólospuños.—¿Cómosabeseso?—¡Lohevisto,Dylan!¿Cuándovasacreerme?—Vioeldolorensusojosy
se levantódel sofá.—¿No loentiendes?Encuanto tevi, supequeerasmíoysientoserunabrujaquetedigalasverdades,perolohagopornosotros.
—Putaloca.Leabofeteóconfuerza.—Vuelveadeciresoy…La cogió por la cintura pegándola a él y atrapó sus labios furioso. Lama
sintió su desesperación y supo que lo hacía para darle una lección, pero su
corazónleimpedíarechazarleenesemomentoyledevolvióelbeso.Cuandosuslenguas se unieron, se olvidó de todo excepto de él y rodeó su cuello con lasmanos mientras Dylan apretaba uno de sus pechos con pasión empujándolasobreelsofá.Suslabiosseapartarondesubocaparabesarsucuelloyellagimióde placer al sentir como apretaba su pezón entre sus dedos. Dylan se apartómirándolaalosojos.—¿Quieresesto?¿Quieresmipolladentrodeti?
—Sí—susurróviendoeldolorensusojos.Labesódenuevoysusmanosllegaronalcierredesupantalón.Tiródeélconfuerzayseapartódesnudándoladecinturaparaabajoantesdeabrirsesuspropiospantalones.Ellaalargandolosbrazos lehizounhuecoentre suspiernas cuando se tumbódenuevo sobre sucuerpoylebesósabiendoquelanecesitabamásqueanada.Cerrólosojosconfuerzacuandoentróensuinteriorconunfuerteempellónyreprimióungestodedolormientrassemovíaconcontundenciaunayotravezhastaqueélgimióensuoídoantesdedejarsecaersobresucuerpo.Lamaacariciósucuellohastaqueélfueconscientedeloquehabíaocurrido.Setensóentresusbrazosapoyándoseenlasmanosparaincorporarse.Lamiróalosojosconfuriaantesdeapartarsecomosi ledieraasco.Lamasesentóenel sofáobservandocómosesubía lospantalones.
—Dylan…—Nodigasunapalabra—siseócogiendosumaletíndemalamanera—.Ya
tienesloquequerías,asíquedéjameenpazdeunaputavez.—Almirarlaviolasangreentresuspiernasypálidomirólasbraguitasimpresionado.—Erasvirgen—dijosinaliento—.Túsíqueestás loca.Noquierovolveraverte,¿meoyes?¡Noquierosabernadamásdetienlavida!
Sintiendoqueseleretorcíaelcorazón,selevantósubiéndoselospantalonesysiguiéndolehastaelhall.—Dylan,noloentiendes.
Cogió lachaquetadelpercheroyabrió lapuertacasichocándoseconKirkqueteníalallaveenlamano.—Amigo,¿hapasadoalgo?¿Lasniñasestánbien?
—Tengoqueirme.Tellamomañana.Con losojos cuajadosde lágrimasLama fuehasta lapuerta.—¡Dylan!—
Ninettepreocupadaalversuestadolacogióporloshombros.—¡Dylanespera!—Vieron como subía a su coche y él ni la miró una sola vez antes dedesaparecer.
—¿Quépasa?—preguntóKirk.—Cielo,déjameamí.Veteavercómoestánlasniñas,¿quieres?Sumarido asintió yNinette forzóuna sonrisa.—Vamos a tomarnosun té.
Eso teharásentirmejor.—Seechóa lloraryNinette laabrazóconfuerza.—Ven,laslágrimasnosolucionannada.
—¡Soyestúpida!Leheforzadoy…—Noteníapintadequelehubieranforzadoanada.Ven,vamosahablarde
esto,porquecreoquevoyatenerquebuscarotropadrinoparaAbbyyesomefastidiaríabastante.
Sonrió sin poder evitarlo sabiendo lo que le había costado decidirse entretodossusamigosydejóquelallevarahastalacocinadondelasentóenunasilla.—Muybien.Empieza.¿Quéhashecho?
—¿Yo?—preguntósorprendida.Ninettesonrió.—Parecíafurioso.Algohabráshechotú.—Le he contado lo de su mujer. —Su amiga perdió la sonrisa de golpe
sentándoseanteella.—Y.…mehahechoelamor.—Seechóallorardenuevo.—Yoqueríaquesupieraqueestaríaahíysololeabracé.Nisemolestóenqueyodisfrutara,peromedabaigualconquesupieraqueestabaahíparaél.
Ninetteseemocionó.—Lama…—Cree que estoy loca. Cree que tengo una obsesión con él o algo así.
Cuandolehablédeellaseenfureció.—Pero tienes razón.Y él terminará viéndolo.Debes tener paciencia.—Su
amiganodejabade llorar y levantó lavistahacia sumarido, que apretaba loslabios observándolas desde la puerta de la cocina.—Recapacitará y te pediráperdónporsertanidiota.
—Nomeconoce.Nosemolestaenconocerme.—Estáempecinadoenseguirsoloytúteempeñasenlocontrario.Esnormal
queniquieraconocerte.Sihubierassidomenosdirecta,puedequehubieraissidoamigosprimero,peronotienespaciencia.
—Losé.Peronopuedoevitarlo.Encuanto leveo…—Seechóa llorardenuevo y Ninette la abrazó haciéndole un gesto a su marido, que se enderezósacandodelbolsillodelpantalónlasllavesdelcoche.Ellasonrióporquelahabíaentendido y abrazó a su amiga, pues era lo único que podía hacer en esascircunstancias.
Capítulo6Kirk llamó a la puerta y ésta se abrió a los pocos segundos,mostrando a
Dylanreciénduchadovestidoúnicamenteconunpantalóndelpijama.Suspiróalverque teníaunvasodewhiskyen lamano.Dylan sonrió.—Vaya, ¿vienes aecharmelabronca?
—VengoahablardeLama.¿Teimportasipaso?—Adelante.Detodasmanerastambiénqueríahablarcontigo.Kirk entró en su piso. Era la primera vez que estaba allí y le impresionó
porquenoteníaningunavida.Erafrío,conunsueloenmármolgrisquellegabahasta los enormes ventanales que mostraban la ciudad de Nueva York. Todoestaba impecablemente limpio y no había objetos inútiles como jarrones oportafotosenningúnsitio.Parecíamásunhotelqueotracosa.Seacercóalsofádepielgrisdondesuamigosehabíasentadoysesentóasulado,apoyandoloscodossobrelosmuslosparamirarlefijamente.—Lehashechodaño.
—Noséloquetehadicho,peronolaheforzadoanada—dijoentredientesantesdebeberdenuevotodoelcontenidodelvaso.
—Losé.Peroellaquiereestarcontigoyleduelecadavezquelarechazas.—¡Joder,queseolvidedemídeunaputavez!Quelatomeconotroqueesté
encantadodesusatenciones.—Esehombrenoserásuparejaynollevaránunavidafeliz.—¡Esenoesmiproblema!—¿Deverasvasarechazaratumujer?—¡Noesmimujer!—Asombradoselevantó.—¿Estáistodoslocos?—¿No crees en ella? ¿Cómo crees que se enteró de lo que le ocurrió a tu
mujer?—¡Alguienselocontaríayelrestoselohainventado!—¿Nomedigas?Ni anosotrosnos lohabías contado. ¿Tiene razón?¿Era
egoístaysiempre teexigíamás? ¿Eraun infiernovivirasu lado?¿Tesientesculpable?
Dylantiróelvasocontralaparedconfuria.—¡Nohablesdeella!—¿Porqué?—¡Porqueellaeralomejorquetuveenlavida!Lemiróincrédulo.—Mira,noconocíatuesposa,perosíconozcoaLama.
Es la mujer más generosa que he conocido nunca. Siempre está dispuesta aayudaryjamáslaheoídohablarmaldenadiequenoselomereciera.¿Quieresseguirenestavida?¿Tirándoteenfermerasyvolviendotodas lasnochesaesteapartamentoparaseguirtodatuvidasolo?
—¿Por qué te importa tanto? ¿Por qué te importa tanto lo que le pase aLama?
—PorqueayudóamimujerenunmomentoenelqueyodebíahaberestadoasuladoydoygraciasaDiosporquelapusieraensucamino.Porquepuedequesi no hubiera sido así, ahora no tendría la familia que tengo.Le había roto elcorazónytuvelasuertedequemeperdonóporquemequieredeverdad.Lamateperdonará.Solotienesquedisculparte.
—¡Nopiensodisculparme! ¡Soloquieroquemedejeenpaz! ¡Noquieroaesalocaenmivida!
Kirkvioquenoconseguiríaconvencerle.Estabaempecinadoenapartarsedeellaynorazonaríaconél.—Entoncestevoyafacilitarlascosas.Nohacefaltaque seas el padrino de Abby. —Eso pareció aliviarle y Kirk suspirando selevantó. —¿Sabes, amigo? Te vas a arrepentir de esto y puede que cuandoquierasarreglarlo,yanohayasolución.
—Notengonadaquearreglar.Ydileaesamujerquesealejedemí.Decepcionado por no haberla ayudado fue hacia la puerta. —No pienso
decirleeso.Nomegustahacerdañogratuitamente.Además, tuactituddeesta
nochecreoqueselohadejadoclaro.Perosemerevolveríanlastripassinotedijeraquetepodíashaberlargadodesuvidaantesdedesvirgarlasobremisofá.
KirksaliódesupisodejandolapuertaabiertayDylanpálidoseacercóalaentrada cerrándola lentamente, queriendo borrar ese capítulo de su vida parasiempre.
DosmesesdespuésDylanestabasaliendodelahabitacióndeunaparturientaycuandoAmberse
acercóaél,setensódejandoelhistorialsobreelmostradordeenfermería.—Hola,guapo.—Amber,estamostrabajando.—Esoantesnoteimportaba.—Esoeraantes.—¿Antesdequé?Estásmuyraroúltimamente.Sinoquieresvolveraverme
fueradeltrabajo…—Tienesrazón.Noquiero.—Xanthos…SevolvióparaverqueseacercabaeldoctorPerkinsyéstelehizoungestoa
Amberparaqueselargara,loquefueunalivio.—¿Quéocurre?—¿TúmehabíasenviadoaLamaKeebler?Lahabíasoperadotú,¿verdad?Dylan se tensó. —Sí, le extirpé un ovario por un apuñalamiento. ¿Qué
ocurre?¿Hatenidodolores?—No, ha pasado algo increíble. Está embarazada de ocho semanas. Un
auténticomilagro.Ellamehabíadichoquesequedaríaenestado,perohastaquenolohevisto…
Preguntó sintiendo que su estómago daba un vuelco —¿Ha estado en tuconsulta?¿Lehashecholaprueba?
—Sí,sumadreinsistióporqueestabapreocupadaporsuestado.Ylaverdadesquehaadelgazadounpoco…
Asombradodiounpasoatrásperdiendo todoel colorde la cara, sinpodercreerseloqueestabaescuchando.—¿Peroestábien?
—Esoesloquequeríasabersumadre.Claroquelehedichoquenoeraelmomentooportunoconlaoperacióntanreciente,peroqueestaríacontroladaentodomomentoycomomevoyairdevacaciones…¿Puedesllevarlatú?Todavíanolohehabladoconellas,perocomoteconocen,seguroqueestaráncómodasconelcambio.—Sucolegasonrió.—¿Telopuedescreer?Yonodabaundólarporellay…
—Llevarésuembarazo.Lediounapalmadaenelhombrosonriendo.—Esestupendo.Esperoqueno
hayaproblemasconlaspocasprobabilidadesquetienedeembarazarsedenuevo.—¿Cómoestáella?¿Estábien?—Parecíatriste.Lepreguntéporelpadre,porqueloquemenosquieroesque
semedeprimaahoraysupongoqueserámaldeamores,porquemecontestóqueelniñonoteníapadre.Estáseguradequeesunniño.Seloconfirmarástúenlaecografía.—Lediootrapalmadaenelhombro.—¿Quieresveniracomer?HequedadoconeldirectordeginecologíadelMemorial.
—No,gracias.Yatengouncompromiso.—Entoncesteveoluego.—Hastaluego.Seapoyóenelmostradorylaenfermeradecontrollepreguntó—¿Estábien,
doctor?—QuevengaHannigan.Tengoqueirme.Subió los escalones de la casa de los Thatcher y tomó aire pulsando el
timbre.—¡Yavoyyo!SepreparóparacuandoLamaabrieralapuerta,perocuandoéstaseabrióvio
aNinettealotroladoconunadelasniñasenbrazos.Suamigaperdiólasonrisapocoapoco.—Oh,Dylan.Quésorpresa.
Porsucaraeraobvioquesíselahabíallevado.—¿EstáLamaencasa?—Lamasehaido.—¿EstáenlacasadeBrooklyn?—Nomeentiendes.SehaidoaGrecia.Dylan negó con la cabeza.—No ha podido irse.Ha estado en la consulta
del…—DoctorPerkins.Losé.Leinsistimosmuchoparaquefueraantesdelviaje.
Sumadrenoseatrevíaasubirseaunaviónsinoibatodobien.Sehanidohaceunahora,Dylan.
—¿Sabessudirección?Le miró con desprecio. —¿Ahora qué sabes que está embarazada, te
interesasporella?Nolatengoysilatuviera,noteladaría.Porcierto.Elbautizofuemuybien.Graciasporsertanbuenamigo.
Lecerrólapuertaenlasnaricesyéljuróporlobajollevándoselasmanosalacabeza.Pensandoenquépodíahacer,sevolvióparaveraKirkconunabolsadel supermercado en la mano. —¿Sabes a dónde se ha ido? —preguntódesesperado.
—No.—¿Tienesunnúmerodeteléfono?—Alverqueibaasubirlosescalonesle
cogióporelbrazo.—¿Tienessunúmerodeteléfono?—Claro,comotodossusamigos.Ysudireccióndecorreoelectrónico,pero
notelavoyadar.—Túqueríasayudarla.—Claro que sí, pero yome arrancaría un brazo antes de hacer sufrir ami
mujer durante dosmeses mientras ella piensa cadamaldito minuto que no laquieroniquelaquerréjamás.Ytúnolaquieresynotenecesitaparacuidaralniño.
—¿Meestásdiciendoqueesdemasiadotarde?¿Eseso?
—¿Sinotehubierasenteradodelodelbebéhubierasvenido?—Dylandejócaer el brazo soltándole.—Lo suponía. ¡Así que es lógico que no te dé esenúmerodeteléfonoqueahoraparecesquerertanto!¡Porqueellasemerecequecuandoteacerquesdenuevo,seaporquequierasdeverdadestarconella!¡Noporquetesientasresponsabledelbebé!
—¡Esmihijo!—Tambiénloeraayeryantesdeayerynisabíasqueexistía.—Porfavor—dijodesesperado.Kirkmiróhacialapuertayapretóloslabios.—Estáenelaeropuerto.Lashe
llevadoyomismoysalenenhoraymedia.DylansaliócorriendoyKirkgritó—¡JFK!¡Vuelo2432aAtenas!Sentadas en el avión miró distraída por la ventanilla deseando regresar a
casa. Su madre puso la bolsa en el portaequipajes y cerró la tapa antes desentarseasulado.Lecogiólamano.—¿Cómoestás?
—Bien.—¿Estásseguradeesto?—Sí. —Miró hacia la ventanilla de nuevo. —Quiero dejar de sentir esta
sensación.Yaquíyasehaceinsoportable.Necesitocambiardeaires.En ese momento una azafata se acercó a ellas y forzó una sonrisa. —
Disculpen,perotienenqueacompañarme.—¿Nos hemos equivocado de vuelo?—preguntó su madre—. ¿Éste va a
Atenas?—Porfavorrecojansuscosasyvenganconmigo.Madreehijasemiraronsinentendernada,perocomolasestabaobservando
todo el pasaje se levantaron y recogieron sus cosas siguiendo a la azafata.—¿Hayalgúnproblemaconlospasaportes?Soynorteamericana.MipadreeradeOhio.
—Pues sí. Le conocí en Grecia cuando él estaba de vacaciones y nos
casamos en una semana. Le quería con locura yme engañó paramudarnos aOhio.Leatropellóun trenennuestroquintoaniversario,perofueron loscincoañosmásincreíblesdemivida,seloaseguro.
—Mamá,aestamujernoleinteresaeso—siseóempezandoapreocuparse.—Esporsiselotienequecontaraalguien.Pasaronel túnelque les llevabaa la terminalyLamapreguntópreocupada
—Oiga,¿elaviónnoseirásinnosotras?—Nosepreocupenporeso.—Lehizoungestoadosguardiasquehabíaen
laterminalyellosseacercaronatodaprisacogiéndolasporelbrazo.—Eh,¿quéhacen?
—Acompáñennos—dijounodeellostirandodesumadre.—Mamá,noteresistas.—¿Ymisderechos?Lasllevaronhastauncarritocomolosdegolfylassentaronatrás.—Nise
lesocurramoverse.Sinentendernadasedejaronllevarmientrasveíancomoelaviónsealejaba
sin ellas.—Esto es…—Sumadre entrecerró los ojos.—Cosa de tu hombre,seguro.Tupadrehizoalgoporelestilocuandoamenacéconlargarmedeaquellagranjainmunda.
—Sí,yaséquetebajódelautobúsytehizoelamortresdíasseguidos.PeroestonoescosadeDylan,mamá.
—Claro,noeresobjetivaconélynovesloquehace.Comoyonovicomoese tren le atropellaba y tu abuela no vio como a mi padre le mataba esavagonetaenlamina.Peroyosíquepuedoverqueéltienealgoqueverenesto.
—Tú tampoco ves nada. ¡Es la desgracia que tiene esta familia, que novemosloquelesocurriráalosqueformanpartedeella!Comotútampocovisteloqueleocurrióalaabuelaconelinfartoniyotampocoycomonovistecuandomeapuñalaban.
—Perolosentídespués.—Abuenashoras.Yapodríaestarcriandomalvas.
Cassahizounamueca.—Vale.Peroseguroquetengorazón.—Esto es algo de los papeles. En cuanto lo solucionemos, cogemos el
siguientevuelo.Lasmetieronporunpasilloporelquenopasabanadieyllegaronhastauna
puerta.—¿Esaquí?—Bajen—dijounodelosguardiasabriendolapuerta.Inseguras entraron en lo que parecía un despacho y había un hombre
hablando de espaldas con otro tipo de la policía. Lama entrecerró los ojoscuandoDylansediolavueltaysonrió.
—¿Sonellas?—Sí,ellassonlasportadorasdeesevirusdelagripetanpeligroso.Sumadreestornudóylostrespolicíasdieronunpasoatrástapándoselasvías
respiratorias como si fueran apestadas. —Tranquilos, todavía no soncontagiosas.
—Lléveselasdeaquí.¿Sabecuántaspersonashayenesteaeropuerto?—¡Notienegracia!—gritóLamaperdiendolosnervios—.¡Hemosperdido
elvuelo!—Porsupuestoquenoesgracioso.Vamos,Lama.Regresamosalhospital—
dijoacercándoseycogiéndolaporelbrazoparasacarladeallí.—¡Nometoques!—Nomehagastenerquesedarte—dijocomosifuerasupadreylaestuviera
regañando.Asombradamiróasumadrequecaminabaasuladocomosinada.—¡Haz
algo!—¿Yquévoyahacer,hija?Dijistequenomemetiera.—Pueseshoradequetemetas.—Ah,no.Ahorano.—Estásaquíporelbebé,¿verdad?—preguntóconrabiaintentandosoltarse.—Nena,dejademoverteasíqueestásllamandolaatención.—¡Meimportaunamierda!
—Hija,esaboquita.—Esincreíblequetepongasdesuparteahora.—Nomepongodesuparte.Estoydelatuya.—¡Puesnosenota!DiscutiendoentreellasDylantiródesubrazohastalaspuertasdesalidayle
diolasgraciasaunpolicíaquevigilabasucoche.Abriólapuertadelpasajeroylasentómientrasgritaba—¡Esincreíblequenoleestéssacandolosojos!¡Yoloharíaporti!
—Gracias, preciosa—dijo él cerrando la puerta y rodeando el coche pordelantemirándolacomositemieraquesalieracorriendoencualquiermomento.
—Tehallamadopreciosa.—¡Mamá,cierraelpico!Secruzódebrazoscuandoélsesentóasuladoymiróalfrentedecididaano
hablarconél.Arrancóelcocheysalióa lacarretera.—Asíque ibasa irtesindecirmenada.
Le miró asombrada. —¡Dijiste que me alejara de ti! ¡Pues es lo quepretendía!¡Noséaquévieneesto!
Élhizounamuecamirandoalfrente.—Pueshecambiadodeopinión.—¿Yamíquémeimporta?—¿De veras ya no te importa?—Lamiró de reojo.—¿Has perdido ya el
interéspormí?—Sí.Lamirótansorprendidoqueasumadreleentrólarisa.—¡Notienegracia,
señora!—Lafulminóconlamirada.—¡Niseteocurravolveradecireso!—Ah,¿peromecrees?Comosoyunazorramentirosa…Estoylocaytodo
eso…¿Quémásdaráloquediga?Élapretóelvolante.—Notevoyapedirperdón,porquecreerásquelohago
porélbebé.—¡Exacto,asíquenohacefaltaquemedigasnada!—¿Niloquequieroalimpedirquetevayas?
—¡No!¡Porquenomeinteresa!—¿Tequedarás?—preguntóinseguro—.¿Almenosporelbebé?Semirólasmanosapretandoloslabios.Estabaclaroqueellanoleinteresaba
enabsoluto.Pero si tenía interéspor suhijo,noeraquienparanegarleque leconociera.Sinose lohabíadichoantes,eraporquepensabaqueno lequerríacomonoqueríanadadeella.—¿Lequerrás?—preguntósinpoderevitarlo.
La miró dándose cuenta que estaba insegura respecto a que creyera quepodríaquererasuhijo.—Claroquesí.Sinonotepediríaquetequedaras,¿nocrees? Quiero formar parte de su vida, si me dejas. —Se mantuvo calladadurantevariossegundosyesolepusonervioso.—¿Lama?
—Estábien.Esas dos palabras fueron un alivio enorme y dejó salir el aire que estaba
conteniendo. Lama miró por la ventanilla y no habló durante el resto deltrayecto.CuandofueronhaciaManhattanpreguntó—¿Adóndenosllevas?
—He pensado que podríais quedaros en mi casa. Tienes un embarazo deriesgoyasíestaráscontrolada.
—¿Piensasdejardeiratrabajar?—preguntófríamente.—No,pero…—¿Entoncesquémásdaráenquécasaesté?—Aquíestásmáscercadelhospital.Estáaunacalle.—NosquedaremosenBrooklyn.—Hija…—¡Mamánotemetas!NosquedaremosconRita.—Ritahaalquiladoelapartamentohaceunmes.Mirósorprendidaasumadre.—¿Porquénomehabíasdichonada?—ComovivíamosconNinettenocreyóqueteinteresara.Sesentíasolaenla
casa y tiene algo de miedo después de lo que ha ocurrido. Aunque le hayandetenido,estáalgoasustadatodavíayeslógico.Ycomotúestabas…
Lamirómolesta.—¿Cómoestaba?—Nada.Yasabes.Quenotelodijoypunto.
—PuesmequedaréconNinette.—De eso nada —dijo Dylan tenso—. Estás embarazada después de una
operacióndelicadaencontradetodoslospronósticos.—Serántuspronósticos.—¡Mispronósticos!¡Nopuedescargarpesosynovoyadejarquehagasde
niñera doce horas al día de tres bebés! ¡Te quedarás en casa! ¡Si no quieresverme,nosalgasdelahabitación!
Habíangastadocasitodosudineroenlosbilletesdeavión,asíquenoesquetuvieranmuchodondeelegirysumadrelosabía.NoqueríadejarlaenevidenciaanteDylanyporesonodecíanada.
—Tengoquetrabajar—dijomolestaporquealfinallodescubriría.—Yabuscaréyoalgo.—Sumadresonriómaliciosa.—Ysinoloencuentro,
puedoleerlasmanosenelparque.—Nocreoquedebáispreocuparosporeso—dijoDylanrápidamente—.No
osvaafaltardenada.—Yonosoyunamantenida.Mamá tiene razón.Yo tambiénpuedo leer las
manos.Esonocansa.—Mejorhablamosdeestomañana—dijoentredientescomosiseestuviera
controlando—.Estaréiscansadas.—¿Dequé?—¡Deloquesea!—No tenemos ropa. Se la ha llevado el avión o se ha quedado en el
aeropuerto.Vetetúasaber—dijosumadredisfrutando.Él jurópor lobajo.Lamiróyvioqueaella ledabaigual.—¿Quieresque
pareparacomprarropa?—No.—Hija,quenitenemosbragas—dijosumadreexasperada—.Mira,ahíhay
uncentrocomercial.Notardaremosnada.
Capítulo7Media hora después su suegra compraba sin control mientras Lama solo
habíaescogidodosvaquerosyunpardejerséis,apartede laropainteriormásbarataquehabíaenlatienda.EstabasegurodequeCassalohacíaporvenganza,pero se le rompía el corazón al ver que Lama, al contrario que ella, parecíaavergonzada con todo aquello. Se levantó de su asiento y fue hasta ella, quediscutía por lo bajo con sumadre porque quería llevarse un vestido.—No lonecesitas.
—Lama,¿noescogesmásropa?Sevolviósorprendidaynegóconlacabeza.—Yatengoloquenecesito.—Nohascompradoniunpijamasiquiera.—Ellanousa—dijosumadreconmalaleche—.Peroyosí.—Corrióhacia
loscamisonesychillóalverunoverdedeseda.Lamasesonrojómuyincómoda.—¿Podemosirnos?—Sí,claro.—SevolvióhaciaCassa.—Tienesdosminutos.Enesosdosminutosdemostróquepodíallevarsemediatienda.Susuegrano
dejódeparlotearhastaquellegaronasupisoy lacasadebiódejarladepiedraporquefueentrarporlapuertayambasmiraronasualrededordejandocaerlasbolsasalsuelo.Élcarraspeó.—Simeacompañáis…Lashabitacionesestánporaquí.—Lesmostrólaescalerayellaslesiguieronensilencio.Giraronhacialaderechadondehabía cuatro puertas.—Ladel fondo esmi habitacióny de lasdemáspodéiselegirlaquequeráis.
Lama abrió la más cercana a la escalera y al ver la cama dijo —Voy aecharmeunrato.
—Cielo,¿estásbien?—preguntósumadrepreocupada.—Sí,estoybien.Encuantosecerrólapuertapreguntópreocupado—¿Acasonoestábien?—Nolosé.—Lamiróinterrogante.—Entrelafamilianolosabemos.—Fue
hasta la puerta de enfrente fulminándole con lamirada.—¡Todo esto es culpatuya!—LecerrólapuertadegolpeyDylanapretóloslabiosmirandodenuevolapuertadeLama.Almenoshabíaimpedidoquesefuera.Yestabaviviendoensucasa.Habíaavanzadomuchoenunashoras.
Despuésdecuatrodíasydeuna jornadaespecialmentedura,porquehabía
perdidoaunapaciente,entróencasayapretóloslabiosalverasusuegraconunbol de palomitas viendo su televisión de cincuenta pulgadas. Cerró la puertamirandoasualrededor.—Hola,¿yLama?
—Noestá.HaidoaveraNinette.Comotodoslosdías.Apretóloslabiosalverquesusuegrayahabíacenado
yquehabíadejadolosplatossobrelamesadelsalónparaquelosrecogieralaasistenta,queyahabíaamenazadocondejarleporqueellahabíacontratadoconunhombresoltero.
—¿Haestadofueratodoeldía?—Puesesocreo,perocomonoheestadoporlatardenopuedoasegurarlo.—Noteveomuypreocupadaportuhijaembarazada—dijomolesto.—Siempre nos hemos dado espacio. No soy la típica madre griega
sobreprotectora.—¿Entoncesquéhacesaquí?Lemiróasombrada.—Acompañarlaenestetrance.¿Nosenota?Conganasdeestrangularlaseaflojólacorbatayenesemomentoseabrióla
puerta.Lamaentróencasayfuehastalaescalera.—Buenasnoches.—¿Has cenado?—preguntó empezando a pensar que dirigía una pensión
dondetodospasabandeél.
—Sí.Lisbeth,laasistentadeNinette,hizolasaña.Subió lasescalerascasi sinmirarlecomodesdequehabía llegado.Evitaba
cenarconél todas lasnochesyesoque inclusounanochehabía llegadoantesparasorprenderla,peroelsorprendidofueélporquedijoqueyahabíacenadoysefueasuhabitaciónaleerunlibro.CuandoDylansefuealacama,laescuchósalirdelahabitaciónybajar.Seguramenteparacomerseelyogurtquevioenlabasuraaldíasiguiente.Suspirópasándoselamanoporelcabello,despeinándoseaúnmás.
—Sí,túsiguehaciendoelidiotayyaverás—susurrósusuegra.—¿Quéhasdicho?—¿Yo?Nada.Comentaba lapelícula.Estáde lomás interesante.Esdeun
imbécilquehadejadoescaparalamordesuvidayahoranosabequéhacerpararecuperarla.
Esamujer le sacabadequicio.Cassa sonrió radianteantesdemetersemáspalomitasenlaboca.Decidiódejarla,porqueloquemenosqueríaeradiscutiryprovocarqueLamasefueradesucasaysabíaqueloestabadeseando.Cuandollegó arriba, pasó ante la puerta de Lama y se detuvo. Levantó lamano parallamar,perolamiradadeLamaencasadeNinettemientraslegritabaquenoseacercaranuncamásaél,leremoviólasentrañasydejócaerlamanosoltandoelairequeestabaconteniendo.
Fuehastasuhabitaciónysedesnudótirandolaropaenelcestoantesdeabrirelaguadeladucha.Apoyólasmanosenellavabomientrassalíaelaguacalienteintentandodescubrir cómoacercarse a ella, cuando escuchóque llamaban a lapuerta suavemente.Se enderezó cogiendouna toalla y cerrando el agua.Se lapusoalrededordelascaderasacercándosealapuerta.AlveraLamaalotroladosonrió,peroperdiólasonrisaaldarsecuentadequeteníaunatoallaalrededordelamano.
—Mehecortadoalcogerunvasodellavavajillas.Había aprovechado que él había entrado en la habitación para recoger la
mesadelsalón.
—Déjamever.—Lacogiódelamuñecasuavementeyapartólatoallaparaverunbuencorteentreelpulgaryelíndice.Teníaquedolerlemuchísimo,peroaparentabaestarbien.—Necesitaspuntos.Ven,siéntate.
Lama no queríamirarle y agachando la cabeza semordió el labio inferiormaldiciendoelmalditovaso.Teníaquehaberlepilladoenpelotas.Nosepodíatener peor suerte. Intentando nomirar su torso desnudo, se dedicó amirar sumanomientrasélibahaciaelbañoyregresabaconungranbotiquínenlamano.—¿No deberíamos ir al hospital?—preguntó poniéndose nerviosa al ver queteníaintencióndeponerlelospuntosallí.
—Aquítengodetodo.—Searrodillóanteellasacandounboteamarillodelbotiquínyconsumocuidadoleempapólazonaconunlíquidomarrón.Diounrespingoyapartólamiradaporqueverelcortelamareabaunpoco.
Él levantó la vista y al darse cuenta de su palidez se incorporó.—Nena,acuéstate.
—No,estoybien.—Noquieroquetedesplomesmientrastecosolaherida.Acuéstate.Suspirandoseacostóconsuayudayélpusoconcuidadosumanosobreuna
toalla.Desdeesaposiciónnoveía laheridaysinpoderevitarlomiróhaciaél,que arrodillado a su lado le inyectaba algo. Su corazón se alteró al ver comofruncíaelceñomientrastrabajabaycuandosusojosseencontraron,Lamamiróalfrenteavergonzadaporquelahubierapillado.
—¿Temareasaún?—No.Vioporelrabillodelojoqueélasentía.—Notienesquerecogerloquetúno
hasensuciado.Sesonrojó.—Nomeimporta.—Séquenoteimporta.Perodeberíasertumadrequienlohiciera.—Ellanotieneculpadequemehayacortado.Lamiróalosojos.—Sihubierarecogidolamesa,nolohubierashechotúy
notehabríascortadoalsacarlosplatosdellavavajillasparameterlossucios.
Lamamiróeltecho.—Hubierasacadolosplatosdetodasmaneras.—Lohacestodaslasnoches.Losé.—¿QuépasasiayudounpocoaKate?—Lohasvisto,¿verdad?—¿Elqué?—Que ha amenazado con irse. Me da igual si no quiere quedarse. Hay
muchasalasquelesgustaríatenerestepuesto.—Mecaebien.Seterminaráquedandoycuandonosotrasnosvayamos,todo
volveráalanormalidad.Él se tensó y Lama sintió como empezaba a coserla. —Has ido a ver a
Ninette,otravez.—Legustaquelavisite.¿Quépasa?¿Tampocopuedoiraveramiamiga?—Nomeimportaríaquefuerasaverlasinoestuvierasegurodequeestásde
unladoaotroconlasniñas.Yalohabíamoshablado.—Estoybien.—Y puesto que vamos a tener un hijo juntos, ¿no crees que deberíamos
conocernosunpoco?Lemiróasombrada.—¿Dequéhablas?—Almenospodríamoscenarjuntos.Medalasensacióndequetengoados
desconocidasviviendoconmigo.—Sientoqueestésincómodo,perofuistetúquieninsistióenquememudara
aquíporelbebé.—Cierto.Yyaquevamosa tenerunbebé, tenemosmilcosasquediscutir.
Comoporejemploquemañanaquierohacerteunarevisióncompleta.—PerosiyamerevisóPerkins.—Pero Perkins no es el padre del niño.—Sonrió confundiéndola porque
parecíamuysatisfechodesímismo.—Sechivóél,¿verdad?—Pues sí. Sevadevacacionesynecesitabaque llevara tu embarazo.Una
suerteparamí,¿nocrees?
Lemirósinpodercreersequeestuvieratancontento.—¿Esunasuerte?Élviolasdudasensusojosycuandodesviólacarahaciaelotrolado,apretó
loslabios.—Yocreoquehasidounasuerte.Nuncamehubieraperdonadoquehubierastenidoalbebésola.Soytanresponsabledeestocomotú.
—Mihijonoesunproblemadelquetetengasqueresponsabilizar.—Esnuestrohijo.Esonopodíanegarlo.Molestaespetó—¿Quedamucho?Quieroacostarme.—Aúnquedaalgúnpunto.Sobrelodecenarencasatodoslosdías…Noes
negociable.¿Mehasentendido?Apartirdemañana,aquíalasseiscadanoche.Jadeóindignada.—Yosoylamadredeesteniñoynotedigoaticómodebes
vivirtuvida.—Cierto,peroyosoytumédico.Asíquemañanaaquíalasseis.Lemiróconrencor.—¿Algomás?—Noestaríademásquemecogieraselteléfonocuandotellamo.—¡Esqueeresmuypesadoysiemprepreguntaslomismo!¿Cómoestás?—
dijo con burla—. ¿Has comido? ¿Has tomado las vitaminas en el desayuno?¿Qué haces? ¿Dónde estás? ¡Parecesmimadre!—Ledio la sensación de queDylanseestabamordiendolalenguamientrassacabaunavendadelbotiquín.—¿Qué?¿Notienesnadaquedecir?
—Tengomuchoquedecir,peromejormecallo.—Oh,porfavor.¡Notecallesquenoquieroserresponsabledequetesalga
unaúlcera,encimadearruinartelavidaconunhijoquenodeseabas!—Yonuncahedichoeso.—Tienesrazón,nuncadijisteeso.¡Loquenodeseabaseravermedenuevoy
te he fastidiado bien porque ahora vas a tener un hijo con alguien a quien nosoportas!
—Lama…—¿Lamaqué?—Seapoyóenelcodoparagirarsehaciaél.—¡Suéltalode
unavez,porquealmenosasíseremossinceros!—Estásalteradayquieresdiscutir,peronotevoyadarelgusto.—Pególa
vendaconunpedazodeesparadrapoyselevantódelacama.—Mañanapásateporelhospitalalasdiezdelamañanaparalarevisión.
—Sí,doctor—dijoconburlalevantándosedelacama.—Siteduele…Ella salió de la habitación dando un portazo y Dylan juró por lo bajo.
Decepcionado porque había perdido la oportunidad de arreglarlo, se pasó lasmanos por la nuca inclinando el cuello hacia atrás para relajarse.Estaba claroqueaquellonoibabienporqueLamaestabaaladefensivacontinuamenteyconrazón.Avercómo iba la revisiónaldía siguiente. Igual en la consultapodíanhablarcomopersonascivilizadas.
LamaobservócomoDylanmirabalapantalladelmonitorconunasonrisaen
lacaraygruñóinteriormentealverqueparecíaencantadodelavida.Nuncasehubieraimaginadoquesepondríacelosadesupropiohijoporlaatencióndesupadre.
—Todovamuybien—dijoélmoviendoelecógrafo.—Esoyalosabía.—Seestádesarrollandomuybieny la cicatriz está estupenda.Es increíble
queconelovarioasí,hayassidocapazdegestar.—Tedijequepodría—dijoconrencor.Élsuspiróapartandoelecógrafoyselotendióalaenfermeraquelolimpió
antesdecolocarloensusitio.—Quieroquecaminestodoslosdíasdoshoras.Lemiróasombrada.—¿Perdón?—Esparaquefortalezcaslosmúsculos.Ynomerefieroacaminarmirando
tiendassinocaminarrápidosinllegaracorrer.—Rodeólamesaparasentarseyescribióalgoenelordenador.
Ellaentrecerrólosojosalverquelaenfermeraletendíaunacajadeclínexparaqueselimpiara,perocomoteníalamanoeneseestado,lecostabaunpoco.Le miró con rencor cogiendo los pañuelos con la otra mano y empezó a
limpiarseconganasdematarle.—Yquieroquecuidesunpocolaalimentación.Estásalgodelgadaaunquees
normaladelgazarunpocoduranteelprimertrimestreporlasnáuseas,perocreoquenoes tucasoporqueno teheoídovomitarenestosdías.Asíque lode lacenaalasseisnoesnegociable.
Sesentóenlacamillabajándoseel jerseyysebajódeunsalto.Él lamirócomosihubieracometidoundelitoyLamachasqueólalenguaacercándoseparacogerelbolsodeencimadelamesa.—¿Puedoirme?
—¿Adóndevas?¿Tienesprisa?—HequedadoconNinetteparairdecompras.Necesitaropaparalasniñas.—Mañanaquierorepetirlosanálisis.—¡Estoybien,Dylan! ¡Dejadedarme la lata!—Laenfermerasalióa toda
prisadelaconsultayLamasecruzódebrazos.—¿Algomás?—¡Teagradeceríaqueantemiscolegasalmenosmemostrarasunpocode
respeto!¡Nocreoqueseamuchopedir!—¿Comoelrespetoquemetenías tú?—Lemirócondesprecioantesdeir
hacialapuertaysalirdeallídejándoleconlapalabraenlaboca.Dylan se reclinó hacia atrás en el sillón tirando el bolígrafo sobre el
escritorio y se quedó mirando la pared de enfrente intentando encontrar unasolución.Cogióelmóvilydespuésdemarcarselopusoaloído.—Hola.—Girólasillaparamirarhacialaventanayselevantódistraído.ApretóloslabiosalverqueLama salíadel hospital y levantabaunbrazo llamandoaun taxi.—Sí, losiento.Tengounproblema,¿podemosquedardespuésdequesalgadelhospital?Creo que necesito hablar con alguien. —Sonrió con tristeza asintiendo. —Gracias.¿Teveoalascincodondesiempre?—Fruncióelceño.—¿EnelPlaza?Bien.Teveoallí.
SuspirócolgandoelteléfonoviendocomoLamasealejabaeneltaxi.
Capítulo8Dylanentróencasaygimiópordentroalverasusuegratumbadaenelsofá
conunboldeheladodementaviendolatele.Estupendo.Almirarlamesadelsalón, jurópor lobajoalverquehabía tresplatosyqueeraobvioquedosyahabíansidousados.
—Ahorasíquelahascagado—dijosusuegradivertida.—¿Yahacenado?EnesemomentosalióLamadelacocinaymirándoloconodio,recogiólos
platosdelamesaantesdevolveralacocinasindecirpalabra.—Había hecho musaca para que comieras algo de comida griega. Se ha
pasadolatardeenlacocinacortandoberenjenas.—Mierda—dijoparasídejandoelmaletínalladodelapuerta.Fuehastala
cocina y vio el resto de la bandeja demusaca sobre la encimeramientras ellametíalosplatosenellavavajillas—.Nena…
—No pasa nada. Seguro que estabas en alguna emergencia sanitariacatastróficaynopodíasveniracenar.
Se pasó la mano por el cabello. —Pues ya que lo dices, sí que era unaemergenciay…
Ellaqueestabametiendouncuchilloenellavavajillas,sevolvióconélenlamano.—¿Metomasporidiota?—legritóperdiendolosnervios.
—Lama,noséaquévieneesto.¡Meheretrasadounahora!Tampocoesparatanto.
—Claroqueno. ¡Pero comohasdemostrado estanoche, te interesabamásacostarteconalgunazorradetuhospitalqueconocermeamí!
Lamiróasombrado.—¿Quédices?—¡Noteatrevasanegarlo!¡Hellamadoalhospitalyyanoestabas!¡Saliste
alascuatro!Joder.Preocupadodiounpasohaciaella.—Noesloqueteimaginas.—¡Quéfrasemás típica!Almenosquítateelcarmínde lamejillaantesde
mentirme a la cara. ¡Y tienes un cabello rubio larguísimo en la chaqueta,imbécil!—Cogió labandejade lamusacay la tiróal suelocon rabiaantesdesalirdelacocinaconlágrimasenlosojos.
¡Estaba celosa! Sin poder evitarlo sonrió de oreja a oreja, pero reaccionórápidamentesaliendodelacocinatrasella.Peroerarápidaysusuegraseñalóelpisode arriba con la cuchara.Subió los escalonesdedos endosy llamóa supuerta.—Lamaabre.Estásconfundida.
Escuchóungolpeenlapuertaysupoquehabíatiradounabota.—¡Quéteden!
—Cualquieradiríaqueestáscelosa.—Laotrabotadebióacabarenelespejodeltocador.—Nena,¿todavíaquieresteneralgoconmigo?
—¡Nimuerta!—Entoncesnoséaquévieneesto.Sinoteintereso…—Lapuertaseabrió
degolpeyselecortóelalientoalverlaenropainteriormirándolecomosifueraun gusano. —No puedes esperar que sea célibe —dijo devorándola con lamirada.Untortazolecruzólacaraantesdepegarleconlapuertaenlasnarices.Dylangimióllevándoselamanoalanariz.Apartólosdedosjurandoporlobajoparaverqueleestabasangrando—.Mierda.¡Nena,notienegracia!—legritóalapuertaantesdetirardelamanillaconfuerza—.Nomeheacostadoconnadie,¿deacuerdo?
—¡Pormícomositeacuestascontodaslasenfermerasdelhospital!—gritóconlavozcongestionada.Dylansetensóaldarsecuentadequeestaballorando—.¡Nosécómoquierenrepetirconlomalamantequeeres!¡Egoísta!¡Peronosédequémeextrañocuandosolopiensasenti!¡Déjameenpaz!
Joder,lehabíapuestofinoendossegundos.Élsuspiróapoyandoelhombro
enelmarcodelapuerta.—Nena,losiento.Sientotodoloquetedijeycómotetraté.¿Meperdonas?
ElsilencioalotroladodelapuertalehizorecordarlaspalabrasdeKirkeldíaquehabía idoa sucasa.Puedeque fuerademasiado tarde.Lehabíahechodañoypuedequeyanoquisieraarriesgarseconélpormuchoquefueranatenerunhijo.Elsonidodeladuchalehizosuspirarapartándosedelapuertayescuchóalgotrasél.SevolviódegolpeparaverallíaCassa,queconlosbrazoscruzadosle miraba como si fuera el causante de todos sus males. Carraspeóenderezándose.—Buenasnoches.
—Seránparati.Leobservóirhastasuhabitacióncomosifueraunperroguardiánycuando
Dylancerrólapuertasediocuentadequenihabíacenado.Peronilocosaldríadenuevoparaveresamiradadeodioen losojosdesusuegra. Igualsíquealfinallesalíaunaulceraconesamujerensucasa.
Ninettemiróasuamigaquedabavueltasalacomidadeunladoaotrocon
la mirada perdida. Se notaba que no había dormido nada y que había estadollorando.
—¿Cómo te fue ayer con la cena que le preparaste aDylan? ¿Le gustó lamusaca?
—Llegótarde.Yoyahabíacenado.Lamiróasombrada.—¿Noleesperaste?—No.Suseca respuestahizoquemiraraaRonelle,quehizounamuecaantesde
beberdesucopadeagua.—¿Porqué?—¡Porquenosabíaalahoraqueibaallegar!¡Ytengoquecenaralasseis!
¡Sonórdenesdelmédico,asíquecumplímimisiónquees traeraesteniñoalmundo,enlugardeesperaraesetraidorquesefueporahíconunarubiacuandosumujerysuhijoestabanencasaesperándole!
Lisbethcarraspeódejandouna jarradeaguasobre lamesay le indicóa laabuelaconlacabezaquedijeraalgo.
—Seguroqueteníaunaurgencia.—Lisbethsonrióasintiendo.—¡Salióalascuatrodelhospital!¡Yllegóacasaalassiete!Estuvoconuna
rubiaquetieneungustohorribleparalosperfumes.Ninettelamiróasombrada.—¡Menudamentira!Sorprendidapreguntó—¿Porquédiceseso?—¡Miperfumeesdeprimera!¡Meloregalómimaridoennavidades,guapa!TodasmiraronaNinetteyéstasesonrojó.—Bueno,enrealidadquedócon
Kirk,peronopudeevitaracercarmeaverquétramaban.—Seacercaronmásalamesamirándolafijamente.—Ymediopena.
—Te dio pena—dijo Lama sin salir de su asombro—. ¿Por qué?—gritóperdiendolosnervios.
—Bueno,estáunpocodesesperadoporquenosabecómoarreglarlovuestroy…
—¿Arreglarlonuestro?—Sí.Sehadadocuentaunpocotarde,peroquierearreglarlo.—Vamosaver—dijolaabuela—.¿Porquénomelodijisteanoche?—Estabas dormida en el sofá, Ronelle.No te iba a despejar para contarte
eso.—¡Sí,puessemedespeja!—¿Queréiscentrarosenlomío?—preguntóimpacientecogiendolamanode
Ninettecuandoseibaametereltenedorenlaboca—.¿Quierearreglarloporelbebé?
—Creoqueelbebéfueeldetonanteparadarsecuentadequehabíametidolapata.Ahítecreyó.¿Entiendes?
—Mecreyó.—Sobre loqueveías.Estámuyarrepentidodecómote trató.Laverdades
queme dio pena.No sabe cómo tratarte. Teme que si te enfadas, te vayas decasa.
ALamaselecortóelaliento.—¿Nomeestarásmetiendounatrola?—Claroqueno.Intentómeterseel tenedorenlaboca,peroLamalaagarródenuevo.—¿Y
quéquiereexactamente?—¿Quévaaquerer?Estarcontigo.Poresotedijolodelacena.Paraqueal
estarjuntoslarelaciónsesuavizara.Peroalparecerlodeayerloempeorótodo.—Cogióeltenedorconlaotramanoysemetióelbocadoenlaboca.
—¿Yquéleaconsejasteis?—preguntóRonelleinteresadísimaeneltemaaligualqueLisbeth,quesesentóasuladocomosinada.
—Que lo primero que tenía que hacer era pedirte perdón. Y despuésdemostrartepocoapocoqueeresimportanteparaél.
TodasmiraronaLamaquenegóconlacabeza.—Nomehapedidoperdónnimehademostradonada.
—Bueno, si le acusaste de ponerte los cuernos, igual empieza hoy—dijoNinette pinchando otro trozo de pollo—. Es todo muy reciente. Te acaba desecuestrarcomoquiendice.
—¿Seguroquenolohaceporelbebé?—preguntóinsegura.Ninette lamiróalosojos.—Estoyseguradequeesebebéharotoelmuro
queélhabíapuestoasualrededor.—¡Esemuro tendríaquehaberlorotoyo,noelbebé!—Disgustadadejó la
servilletasobrelamesayselevantó,peroRonelleyNinettelacogieronporloshombrossentándoladenuevo.
—Túqueríasderribarloaloburroyelbebélohizosinquesedieracuenta.¿Lopillas?—dijoRonelledejándoladepiedra—.Mira,vasatenerunhijoconél.Lequieresyélquierearreglarlo.Lomenosquepuedeshaceresintentarlosindarlemásvueltas.
—¿Sindarlemásvueltas?—preguntórabiosa.—Uy,uy…Niseteocurra,Lama.¡Estádesesperadoporqueleperdones!—
dijoNinetteindignada.—¿Quépasa?¿Quévaahacer?—preguntóLisbethintrigada.
—¿Quévoyahacer?¡Nisiquieramehapedidoperdón!¡Quierevolver,puesvaapasarlasdeCaínhastaqueleperdone,comoyollevomesessufriendoporél! —Se levantó de golpe. —Eso sí, pero antes que me dé un orgasmo encondiciones que me deje temblando. Que ya va siendo hora. Esto puedealargarseycomoaúnnotengobarriga,eselmomento.
—Biendicho—dijoRonelleencantadadelavida.—¡Abuela!—Niña,tienederechoavengarseunpococontodoloquehalloradoporsu
hombre.Ninettelopensó.—Vale,peronoselopongasmuynegroquepuedepensar
queyanotienenadaquehacer.Ayerlopreguntóunpardeveces.—Lamasonriósinpoderevitarloycorrióhacialapuerta.—¿Tevas?
—¡Tengomuchoquehacer!¡Tellamoluego!¡Ynotechives!Jadeóindignada.—¿Chivarmeyo?Ronelle levantó las cejas. —Te has pasado al enemigo. Hasta ella puede
verlo.—¡Menudamentira!CuandoDylanabriólapuertadesucasaalasseismenosdiezsedetuvoen
secoalverunmontóndecolorportodoslados.Dejócaerlasmandíbulasporlosdosbongosalladodelsofáysaliómirandolaletradesupiso.Entróensucasacerrandolapuertahorrorizadoporlasalfombrasétnicasquehabíaporelsuelo,antesucarísimosofácubiertodeunacolchadecoloresdeestiloindio.Inclusoolíadistinto.Olfateógimiendopordentroporqueolíaacurriy loodiaba.Otracosaquelesorprendiófuenoencontrarseasusuegracomiéndosealgoenelsofáviendo la tele. Al menos era una sorpresa agradable. Ojalá se hubiera ido aGreciaylaperdíadevistaunpoco.
—¿Nena?—Dejóelmaletínalladodelapuertayaflojólacorbata.—¿Estásencasa?
Lapuerta de la cocina se abrió yLama salió con una bandeja en lamanosonriendoradiante.ADylanselecortóelaliento.—Hola.Lacenayaestá.
—Teveomuycontenta.—Esquehe tenidoundía estupendo.—Dejó la fuente sobre lamesay se
volvióilusionada.—¡Tengotrabajo!Dylanperdiólasonrisadegolpe.—¿Perdón?—Tranquilo,notengoquemoverundedo.Carraspeó intentando ser suave cuando lo que quería gritar era que ni de
coña.—Nena,creoquenodeberíastrabajarhastadespuésdelparto.—Soloserámediodía.—Seencogiódehombros.—Asíquenomeagotaré.
Uy,labebida.¿Quieresunacerveza?—Fuehastalacocinasinesperaraquelecontestara y confundido se quitó la chaqueta del traje, tirándola sobre aquellamantatanhorrible.Peroloprimeroeraloprimero.
Saliódelacocinayalverlatancontentaquisomorderselalengua,peronopodía.Apartósusillaparaquesesentarayellasesonrojódegusto.Ibabien.—Gracias.
Sesentóenlacabeceradelamesa.—¿Ydequéeseltrabajo?—¿Dequévaaser, tonto?Depitonisa.Tengoun trabajoen la telepor las
mañanas.Dylanqueestababebiendodesucerveza,seatragantóysepusoatosercon
fuerza.Ellaselevantódándoleunasfuertespalmadasenlaespalda,quepodríantiraraunculturista.—¡SanBlas,SanBlas!
—¿Cómoqueesuntrabajoenlatele?—¡Sí! ¡SalgoenBuenosdíasAmérica!—chillódeemociónsentándosede
nuevo.—¿Endónde?—gritóélasombrado.—¡Aqueesgenial!¡Todavíanomelocreo!Mevieronenlacalleleyendola
manoy le leí la fortuna aunamujer queno conocía. ¡Era la productora!Estáilusionadísimaconmigo.¡Voyatenersecciónpropia!¡Mevoyahacerfamosa!
—¿Qué estabas en la calle leyendo la mano? —preguntó al borde de la
apoplejía.—Necesitabaunosdólaresparacompraralgoderopa.—Hizoungestocon
lamanosindarleimportancia.—¡Habérmelospedidoamí!—¿Paraqué?Siempreheconseguidodineroasí.Respiróhondomirandolacenayentrecerrólosojosalverunacosaviscosa
decolornaranjaoscuro.—¿Quécoñoeseso?Lama cogió el cucharón.—Callos con chorizo. Los hacía mi abuela. Me
costóunpocoencontrarlos,peroalfinalhabléconJimmyymerecomendóunacarniceríaenBrooklyndondehabíahastaelchorizo.¿Aqueesgenial?Yaverás,tevanaencantar.¿Sabesquemiabuelaeraespañola,perosecasóconmiabueloqueeragriego?
—Noteníaniidea.—Claro,comonohablamos…Tengofamiliapor todaEuropa.Losgitanos
somosasí.Tiró el contenido del cucharón sobre el plato.—Ya verás cómo te gustan.
Loscallossonmuydigestivos.—Digestivos—dijoconhorrorantesdecogereltenedordándolelavueltaa
loqueparecíacarneviscosa.—Claro que sí.—Soltó una risita.—Son tripas de cerdo. Pero muy bien
lavadas,esosí.Dylansintióqueelestómagoseleponíadelrevésymáscuandolavioque
se servía una buena cantidad, empezando a comer con ganasmojando aquellasalsaenpan.
—Sobreeltrabajo,¿hasfirmadoalgo?—Claroquesí.Sinono tehablaríadeello.Nosehablade los tratoshasta
quesedalamanoohastaquesefirman.Cogióuncalloconeltenedoryellamiróexpectanteaqueselometieraenla
boca,asíqueyanopodíaarrepentirse.Metióaquellacosagelatinosaenlabocaylamasticólentamenteantesdetragarmientrasellasonreíacomosifueraunniño
bueno.¡Dios,ytodavíalequedabatodoelplato!—¿Tegustan?—Estádelicioso,preciosa.Sonriócomosilehubieraregaladolalunaysedijoquesecomeríaaquello,
aunqueluegotuvieraqueirseaurgencias.—Entoncestelosprepararéunavezalasemana.—Mejorcontrolamosmásladieta,queestotienepintadesermuycalórico.—Dijistequeteníaqueengordar.Joder,¿porquénohabríacerradolaboca?—Cierto,peromereferíaagrasas
mássanas.Comolemirósincreerseunapalabra,metióunabuenacantidaddecallosen
labocaparaquenopensaraquenolegustaban.Esolacalmóysonriódenuevohaciendo que suspirara del alivio. Bebió media cerveza intentando tragaraquello.—Sobreesetrabajo…
—¿Creesquepodrásvermemañana?—¿Cómoquemañana?—Salgoalasdiez.¿Meverás?—Nomeloperderíapornadadelmundo—siseósinsabercómoimpedirle
que fuera a ese programa. Joder, era un tío inteligente. ¿Dónde estaba esainteligenciacuandolanecesitaba?
—¿Tegustalacasa?—Unos coloresmuy interesantes. ¿Crees que pegan en el salón de diseño
quemecostócincuentamildólaresdecorar?Lemiródecepcionada.—Notegusta.—No,simeparecequeledauntoqueespecialalacasa.—¿Verdadquesí?Asíquierodecorarlahabitacióndelniño.Ay,madre.—Porcierto.Mañanatengocitaconmimasajistatántrico.Lamirócomosilehubieransalidocuernos.—¿Tuqué?—MerelajamuchoyheencontradounoenNuevaYorkqueme lohacea
muybuenprecio.—¿Tehacequé?—Pueselmasaje.—Cuandodicestántrico…—Meequilibraloschacras.—¿Te equilibra qué?—gritó sin poder evitarlo—. ¿Eso no es un masaje
erótico?—Bueno,erótico,erótico…Sí,esunmasajeerótico.—Bebiódesuagua.—
Perosoloerótico.—¡Nidecoña!—gritólevantándosedegolpe.Asombrada lemiróa losojos.—¿Ya tiquémás tedasiquedasconotras
paratenersexo?—¡Aquínadietevaadarmásmasajeseróticosqueyo!—¿Tú?—¡Sí,yo!—¿Sabeshacerlo?Entrecerrólosojos.—Aprenderé.—Tengoprisa.Seguroquemañanaestoyalgo tensadespuésdelprograma.
Noquerrásquemeestreseembarazada.—¿Yno te vale unmasaje normal?—Ella se echó a reír como si hubiera
dicho lamayor estupidezdel universo.—¡Pues sexo!Yo te lo doy.Eso relajamucho.
Lamaarrugósunaricillacomosialgoolieramal.—Noteofendas,perotú…nomevales.
—¿Cómoquenotevalgo?—preguntóavozengrito.—¿Ves?Yatehasofendido.—Silodicesporlaúnicavezquenosacostamos,estabaenfadado.—Bueno,miabueladecíaquecuandoalgono tegustanohayque repetir.
PoresonopagonuncaaHacienda.—¿CómoquenopagasaHacienda?
—Sí,otrarazónparairmedeGrecia…Estabanunpocopesadosconeltemaporunosretrasillosdenada.
—¡Dejemos el tema de Hacienda en paz! —dijo de los nervios—.¡Estábamoshablandodelsexo!
Ellasehizolalocacogiendoelcucharóndenuevo.—¿Quieresmás?—¡No!¡Semehaquitadoelhambre!—Sepasólamanoporelcabelloantes
deponerlosbrazosenjarras.—¡Niseteocurralodelmasaje!Esonovaapasar.Lamapasóeltenedorporelplatoynerviososesentódenuevo.—Vamosa
ver,tejuroquepuedohacerlomejor.—Nosé…—Lemiródereojo.—¿Esocrees?—¡Hastaahoranohetenidoqueja!—Seráquenosonsincerascomoyo.Intentó contenerse y la vio levantarse con los platos e ir hacia la cocina.
¿Cuándo sehabía convertido enunmal amante?Habíaque sergilipollasparahacérselodeesamaneratanbrusca.Yencimaensuprimeravez.
Capítulo9Lamareprimiólarisadejandolosplatossobrelaencimeraeintentóponerse
seria porque si no se daría cuenta.Menuda cara había puesto cuando le habíadicholodelprogramadetelevisión.Casiledauninfarto.
Sesobresaltócuandoseabrió lapuertayélentrócomosifueraa lidiaruntoro. A Lama se le erizó la piel por su mirada, porque parecía que iba acomérselaviva.
—¿Quierespostre?—preguntócasisinalientomientrasseacercaba—.Haymacedoni…—Lacogióporlanucaylabesódetalmaneraqueseleaflojaronhasta las zapatillas. Acarició su lengua haciendo que se olvidara hasta de sunombre.
Dylan se apartódegolpey lepreguntócon la respiraciónagitada.—¿Quétal?
Tragósaliva.—Puedesseguir.—Esopensaba—dijoantesdeatrapar subocadenuevocogiéndolapor la
cinturayelevándolaparapegarlaaél.Leabrazóconlaspiernasyrodeandosucuelloconlasmanos,enterrósusdedosensuespesocabellomientraslasmanosdeélllegabanasutrasero,amasándoloconpasión.Lasacódelacocinaynisediocuentadequelatumbabasobreelsofáhastaqueunadesusmanosacariciósu vientre por debajo de la camiseta hasta llegar a su pecho. Lo acarició porencimadelsujetadoryapartósubocaagachándoseparamordisquearsupezónpor encima de la camiseta. Gritó arqueando la espalda, sintiendo que latraspasaba un rayo. Dylan se apartó levantándole la camiseta y le subió elsujetador, elevando su pecho con lamano antes de acariciar con la lengua su
aureola para meterse después el pezón en la boca y chupar con fuerza.Sorprendidagritóclavandolasuñasensushombros,estremeciéndosedearribaabajo.Éllamirósorprendido.—Nena,¿tehascorrido?
—¿Que?—Abriólosojosatontadayéllevantólascejas.—¡Sigue,nopares!Dylanreprimiólarisaagachándoseparabesarelvalledesuspechosyella
suspiró de placer queriendo más. Cuando sus labios pasaron por su cicatriz,gimió retorciéndosesintiendocomodenuevosucuerpoclamabaporél.Abriósusvaquerosytiródeelloshaciaabajomientrassubocalabesabaporencimadelas braguitas,mordiendo delicadamente sus labios inferiores, haciéndola gritardeplacer.Dylanseincorporóquitándolelosvaquerosconlasbraguitasycuandolequitólaszapatillasdedeporte,besóelinteriordesupiernaantesdecolocarlasobreel respaldodelsofá,dejándola totalmenteexpuesta.Muertadedeseoviocómosebajabalospantalonesantesdeacariciarelinteriordesuspiernashastallegarasusexo.Lamagimióarqueandosucuellohaciaatráscuandometióundedoensuinterior,acariciandosuclítorisconelpulgardelicadamente.Setumbósobreellaylabesósuavementeenellabioinferiorantesdeentrarensuinteriorlentamente.Sequedósinalientoporelplacerquelarecorrióysintióquecadafibradesusernecesitabamás.Dylanentróensubocabesándola intensamentemientras salía de su ser. Se aferró a su cuello inconscientemente temiendoperderle cuando entró de nuevo con fuerza. Fue tan increíble que gritó en suboca.Dylanseapartó—¿Tehehechodaño?
—¡No!¡Más!¡Más!Él gruñó moviendo las caderas de nuevo con más fuerza una y otra vez,
perdiendoelcontrol,yLamaarañósucuellocuandoconunúltimoempellónlalanzóaunabismomaravilloso.
Cuando recuperaron la respiración él apartó su cara yLamaabrió los ojossonriendoagotada.—Estocansa.
Élseechóareír.—¿Estásrelajada?Lamabesósuavementesuslabios.—Todavíano.Inténtalodenuevo.
Dylansedespertóyfruncióelceñomirandoalotroladodelacamaantesde
levantar la cabeza para preguntar —Nena, ¿estás en el baño?—Se sentó degolpe al no escuchar respuesta y almirar el reloj vio que eran las ocho de lamañana.—¡Joder!—Selevantócorriendoyseduchóentiemporécord.Conlatoallaenlascaderasescogiólaropayescuchóquellamabanalapuerta.
—¡Adelante!Suasistentaentróenlahabitaciónhechaunbasiliscoylegritó—¿Havisto
elsalón?¿Ylacocina?¿Ytodo?—preguntómirandoconascolahabitación.—¡Medespido!
Hizounamueca.—Essudecisión.Leenviarésucheque.Kateparpadeóasombrada.—¿Medespide?—No,sevausted—ledijoalamujerquellevabaseisañosconél—.Ahora
mividahacambiado.Tengomujer,unhijoencaminoyunasuegratocapelotas.Sinoquierequedarse,buenviaje.
—¿Mesubeelsueldo?Levantóunaceja.—¿Hablaenserio?—Son algo caóticas, pero la señorame cae bien.—Bajó la voz.—Venga,
quinientospavos.—Puesentoncestendráquequedarseunahoramás.Entrecerrólosojos.—Hecho.¿Quéhagoconlodelsalón?Suspiró cogiendo una camisa.—Déjelo así.Ya veré como la convenzo de
quenoquedabien.—Meparecequenovaa ser fácil de convencer.Siviste comounahippy.
Ayerlapillécortandounospantalonesporeltrasero.Setensómirándola.—¿Cómodice?—Sí,medijoalgodeunprogramadetelevisión.Juró por lo bajo llevando su ropa hasta la cama. —Kate, me tengo que
cambiar.—Ohsí,claro.¿Lehagoeldesayuno?
—Café,notengotiempo.—Muybien,señor.Sevistióatodaprisayalpasarantelapuertadesusuegrallamóycomono
lecontestaba,abriólapuertaparaverlacamahecha.Quéraro.AbriólapuertadelahabitacióndeLamaquetambiénestabavacía.Cuandollegóabajoentróenlacocina.—¿LamayCassa?
—Noestabancuandollegué,señor—dijodándolelatazadecafé.Empezabaatemerquelodelprogramadetelevisiónfueraverdad.Esperaba
quenolegustarademasiadolaexperienciayqueselopensaraparalapróxima.Entróenlasaladedescansoatodaprisayencendiólatelevisiónmientrassu
grupodeestudianteslemirabasinsaberquéhacerporqueaúnnohabíarepartidoloscasos.
—DoctorXanthos,¿qué…?—¡Silencio! —Les miró asombrado. —¿Qué coño hacéis aquí? ¿No hay
pacientes que visitar? ¡Cómo alguien falle en algún diagnóstico, vais a hacerguardiashastaNavidad!
Todos salieron corriendo chocándose los unos con los otros y él gruñómirandoeltelevisorconlosbrazoscruzados.
Un presentador sonrió mostrando su blanqueamiento dental y dio unapalmada.—Hoyestrenamosunasección—Dylangimiópasándoselamanoporlosojos.—Enlaquetodoelpúblicopodráparticipar.—Losrumorescorrieronporelsalón.—Todostienenunnúmerobajoelasientoynuestraazafatasacarádosnúmeros.Porfavormuéstrenlosa lacámara.Elpúblico levantóelnúmeroquelecorrespondíayseveíaquelosnúmerosibanseguidosunosdeotros.Laazafatasacódosnúmerosdeunapeceradecristalydosmujereschillaroncomosileshubieratocadolalotería.
—Por favor, acérquense.—Se pusieron una a cada lado del presentador yunasaludóacámaraconlamano.—¿SondeNuevaYork?
—¡YosoydeMichiganyhevenidoconmihija!—dijoladesuderecha—.Cariño,salgoenlatele.
—Yosísoydeaquí—dijolaotracasidandosaltitosdelaemoción.—¿Creenenlaspredicciones?¿Enquealguienpuedeleersudestino?—Yonocreoeneso—dijoladeNuevaYorkcasicondesprecio.Dylanse
tensó.—Pues yo sí creo. En el pueblo demimadre había una bruja que leía el
futuro.—Hoynovamosaleerelfuturoporqueesonosepuedecomprobar,¿noes
cierto?Esmásdifícilpredecirelpasado.UnaluzseiluminóytrasellosaparecióLamaconunosvaqueroscortísimos,
descalza y con una blusa rosa fucsia con lasmangas acampanadas. Le habíanmaquilladolosojosysucabellonegro,lisocomounatabla,lellegabaaltraserobrillandobajolosfocos.
Ella sonrió.—¿Conocen a esamujer?—Semiraron antes de negar con lacabeza.—¿Lahanvistoalgunavez?
—No—dijoladeNuevaYork.Elpresentadorsevolvióhaciaelpúblico.—¿Laconocen?—No.—¿Estándispuestasaqueleasupasadootienenalgoqueocultar?Dylan gimió dejándose caer en el sillón ante la televisión.—Yo no tengo
nadaqueocultar—dijoladeMichigansonriendodeorejaaoreja.—Yotampoco.—LadeNuevayorksepusochulayporlamiradadeLama
sediocuentadequeyalateníaenfilada.Pobremujer,nosabíadóndesehabíametido.
—¡Muybien,entonceslespresentoaLama!Elpúblicoaplaudiómientrasunayudantellevabaalasmujeresaunamesay
Lamasonrióalpúblicosaludándolesconlamanomientraspaseabaporelplatócomo si lo hubiera hecho toda la vida. —La madre que la parió. Queseguramenteestaráporahídetrás…
Lama se sentó en su silla ante ellasymiró alpresentador.—¿Quéquieressaber,Mark?
—¿Estáncasadas?—Porfavor,¿memuestransusmanos?Lasmujerespusieronlasmanossobrelamesa.Unallevabaalianzasylaotra
no.TodoelpúblicoseechóareíryLamalevantólamanoacallándolos.Cogiólamanoderechadelaneoyorkinaydijo—Tercermatrimonio.Ynoseráelúltimo.
Dylangimióapoyandoloscodossobrelasrodillasmientraslaneoyorkinasetensaba.—Ya está pensando en divorciarse. De hecho, ya ha hablado con suabogado.
Lamujerjadeó.—¡Menudamentira!Lamalamirósorprendida.—¿Ah,no?—Mirósumanodenuevo.—¿Nose
estáacostandoconsuabogado?El público se echó a reír cuando se puso como un tomate. Lama sonrió
dulcementeantesdemiraraladeMichigan.—Unmatrimonioymuyfeliz.—Miróa la cámara.—Aunque sumarido ronca tantoquecasinopuededormir.Caballero,busqueayuda.
ElpresentadorseechóareíralverqueladeMichiganasentíaasombrada.—¿Quénospuedesdecirdesusvidas?Algoquesepuedademostrar.—Ellaesdecoradora.—SeñalóaladeNuevaYork.—Peronoejerce.Yella
es contable. Muy apreciada en su empresa porque siempre está dispuesta aayudar.
LamujerdeMichigansonrió.—Gracias,perosoycomotodos.Lamasonrióalacámara.—Encimamodesta.—¿Yocultanalgúnsecretoinconfesable?—Mark,siesinconfesablenovanadecirquedigolaverdad,¿nocrees?Elpresentadorseechóareír.—Puestienesrazón.—¿Puede decirme simi hijame va a dar nietos pronto?—preguntó la de
Michiganansiosa.Senotabaquesehabíaganadosuconfianza.LamamirósumanoyDylansetensóalverquesusonrisasecongelaba.Se
tapólabocanerviosoyLamalevantólavista.—Vaatenerentotalseisnietos.Lamujerparecióentenderyforzóunasonrisa.—Gracias.—¿Yyo?¿Voyatenerhijos?Miró la mano de la neoyorkina y asintió. —Tendrá una niña preciosa.
Morena.—Lamiróalosojos.—Conelabogadoynotardarámucho.—¿Deverdad?—preguntócomosifueraloquemásdesearaenlavida.Lamaasintió.—Deverdad.—¿Sidescubrealgojugosoensusvidas,seránsincerasydiránqueescierto?Ambas asintieron y les cogió las manos. Empezó con la neoyorkina. —
Sufriómuchísimoconlamuertedesuhermanocuandoestabaenel institutoyese hecho marcó su vida. —Los ojos de la mujer se llenaron de lágrimasasintiendo.—Seperdióduranteuntiempo,peroelamordesumadrehizoquesediera cuenta de lo que era importante en la vida y regresó a casa.Siemprehabuscadoelamoryhastaahoranolohaencontrado.
—¿Seréfeliz?—Serámuyfeliz.Ha llegadoelmomentodedejardesufrir.—Asombrado
viocomolamujerdejabasalirlaslágrimasyledabalasgracias.LamamiróaladeMichiganyDylansintiócomosetensaba.Noqueríahacer
aquello.Habíavistoalgomaloen lamanodeesamujer.—Concincoaños secayóaunlagoyporpocoseahoga.—Lamujerasintió.—Desdeentoncesledamiedoelagua.Legustalapasteleríayunaveztemióquesumaridolaengañara.Contratóundetectiveytodo.—Elpúblicoseechóareír.—Perosiemprelehasidofiel—dijomirándolaalosojos.
—Puesestoestodoporhoy,amigos.Hasidomuyconmovedor.Lasmujeresseacercaronaellamientraselpúblicoaplaudíaentusiasmadoy
ellassalierondeplano.Apagó el televisor preocupado y salió de la sala. La llamaría en cuanto
terminaralaronda.
Comotuvounaurgenciaquesealargóenquirófano,alfinalllegóacasaalasseisparaveraLamasentadaenelsofácon lamiradaperdida.Cerró lapuertapreocupado.—Nena,ibaallamarte,perotuveunaurgenciay…
Ellaforzóunasonrisa.—Daigual.¿Quétaleldía?Sesentóasuladoylaabrazóbesándolaenlasien.—Tehevisto.—Lamase
echóallorarsobresuhombroyDylanlaabrazóconfuerza.—¿Tanmaloera?—¿Tedistecuenta?—Sí, pero no creo que nadie que no te conozca se haya dado cuenta.No
tendráhijos,¿verdad?—Estáenferma.—Dylanlaabrazóaél.—Novivirámuchotiempo.—Joder,nena…Noquieroquehagasestomás.Notienesporquépasarpor
algoasí.—Creía que sería divertido. Lo he hecho millones de veces, pero es una
mujertanbuenayvaasufrirtanto…Mehadadomuchapena.Él la apartó paramirarla a la cara y despejó el cabello negro de su rostro
acariciándole las mejillas.—¿Qué hacías cuando te pasó otras veces? Porqueestoysegurodequehasidoasí.
—Digootrascosasquelesimpresionen,pero…—Estamujer te ha afectadomás que las demás.—Asintió abrazándole de
nuevo.—No quiero que te lleves estos disgustos. Estás embarazada y debescuidarte.
—Peromepaganmuybien.Mehanofrecidomástiempo.Dylansetensó.—Nena…—Yquería fastidiarte.—Se le cortó el aliento apartándose paramirar sus
preciososojoscastaños.—Comonosoportasque lea lasmanos…lohiceparafastidiarte.
—Nomehafastidiado.—¡Vengaya!¡Nomientas!Seechóareír.—Lohepasadomalporti.ALamaselecortóelaliento.—¿Deverdad?
—Sí.Yporesonoquieroquevuelvas.Notienesnecesidad.—¿Yquévoyahacertodoeldía?—Despuésdetenerelbebéhablaremosdeeso,¿quieres?¿Recuerdasquees
unembarazoderiesgo?Bufó.—Entonces si leer lasmanosme agota, tampoco podremos hacer el
amor.—¿Y qué te estreses? Ah, no.—La besó en el cuello haciéndola reír. La
cogió enbrazos.—Vena explicarmeporquéhas tenidoque salir enpantalóncorto.—Sedetuvoenseco.—Porcierto,¿dóndeestátumadre?
—SehaidoaGrecia.Lamiróasombrado.—¿Qué?Ellasoltóunarisita.—Vaavenderlacasa.—Ah,¿ycómoestáelmercadoinmobiliarioenAtenas?Leabrazóporelcuello.—Sevenderáenseguida.—Mierda.—¿Notecaerámalmimadre?—No,quéva.—Labesódenuevoenelcuello.—Lavoyaecharmuchode
menos.
Capítulo10A partir de ahí su relación cambió y ella se sintió feliz. Plenamente feliz,
porque le tenía solo para ella cuando no estaba trabajando. Por supuesto novolvió a la tele porque no le gustó la experiencia.No era lomismodisimularalgomaloantemillonesdepersonasquesoloante laafectada.AsíquepasabalosdíasencasadeNinette,ayudándolaconlastrillizasquecadadíaestabanmáspreciosas. Su madre intentaba vender la casa lo más rápido posible, pero elmercado inmobiliarioestabaalgo revueltoy le ibaacostarunpocomásde loque se esperaba. Dylan casi hizo fiesta cuando se enteró y le dijo que era lomejorporquenecesitabanestaruntiemposolos.
Saliódelacocinaconelencendedoryprendiólasvelasquehabíapuestoenel centro de lamesa. Se había comprado un vestido negro por encima de lasrodillas que mostraba su espalda y había preparado una cena especial paracelebrar su segundomes juntos.Esperaba que se lo pidiera esa noche, porquecuandoselevantaronporlamañanaellalehabíadichoqueerasucumpleaños.Nohabíamomentomejorparaunapedidademano.
Impaciente se pasó las manos por el vestido antes de comprobar que elchampánsinalcoholqueestabaenlaneveraestuvierafrío.Escuchóelsonidodela puerta al abrirse y emocionada cogió la bandeja de los canapés yendo a suencuentro.Sequedódepiedraalveraunamujerrubiadeunossesentaañosquelamiródearribaabajoconhorror.
—¿Quiénesusted?—preguntóasombradaporquellevabaunamaleta.—¡Soy Louise Xanthos!—Tiró las llaves sobre el aparador de la entrada
antesdecerrarlapuertaconfuerza.—¿Yustedquiénes?
—¡Soy lamujer de Dylan!—Sonrió radiante dejando la bandeja sobre lamesa. —¡Bienvenida! Me llamo Lama Keebler. —Soltó una risita. —Demomento.
—¿Perdón?PorsucarasediocuentadequenoteníaniideayLamasesonrojó.—Soyla
mujerdeDylany…—¡Eso ya lo he entendido! ¡Recoge tus cosas y sal de esta casa de
inmediato!Esosíquenose loesperaba.Aunque tampocopensabaqueconoceríaasu
suegraenesascircunstancias.—Nomehaentendido.—Sonriódulcemente.—VivoconDylan.
—Esoyaloheentendidocomoyatehedicho.Poresotepidoquetevayasdeinmediatodeestacasa.Mehacostadomuchísimoquemihijosalgaadelante,paraquetodovuelvaaempezardenuevo.¡Largodeaquí!
Confundidanegóconlacabeza.—Yonomevoyaningúnsitio,señora.Siquiereirseusted…ylepidoporfavorquebajelavoz.Noestoyacostumbradaaquemegriten.
La mujer se cruzó de brazos. —Veo que no entiendes nada. ¿No te hacontadoquesehacasadoantes?
—Nohahechofalta.Yalosabía.—Pues entonces no sé cómopuedes pensar que te quiere a ti cuando eres
igualquesumujer.—¡Yonomeparezcoaesaennada,señora!—¿Ah,no?—Fuehastaelmuebledelsalónysacóunálbumdecueronegro,
abriéndoloenunahojacualquiera.LogiróyLamasequedódepiedraalveraunamujermorenadepelolargoquesonreíaalacámaraconunadulcesonrisaenlos labios. Impresionada se acercó lentamente viendo que hasta tenía los ojoscastaños.—¿Ves?¡Soisidénticas!¡Estovaaacabarmalyquieroquetevayasdeinmediato!
Los ojos de Lama pasaron la hoja para ver una foto de boda. Ella estaba
preciosaconunvestidodecorteprincesaysucabellorecogidoconunastrenzasenunmoñoenlanuca.Pasólashojassintiendoqueseahogaba.Enlalunademiel,enNavidades…parecíanelmatrimonioidealPerocuandollegóalaúltimafoto lamiróasombradaporqueera lamujerdeDylandecostadoenuna fiestaacariciando de perfil su enorme vientre. Pálidamiró a Louise.—No tuvieronhijos.
—Claroqueno,porqueellasematóantes.—Diosmío.—Sinalientosintióquesuspiernasnolerespondíanysetuvo
quesentarenelsofá.—¿Ahora lo entiendes?Eres una sustituta.Así que lomejor para todos es
quetevayasdeinmediato.¡Yalohapasadomuymal!¡Debesirte,porfavor!Sinescucharlarecordóalaenfermerarubiaysurechazoencuantolahabía
vistoporprimeravez.Senegabaa teneruna relaciónconellaporsuparecidoconsuprimeraesposanoportodolodemás.Perosehabíaquedadoembarazadaytodohabíacambiado.Antesnohubieramovidoundedo,peroelbebésíquelohabía cambiado todo. Seguramente porque después de perder el niño y deecharselaculpaporllegartardeparasalvarle,necesitabaaesebebémásqueanadaenelmundo.Sintióquese le rompíaelcorazónyagachó lamiradaparaver a esa mujer de perfil sonriendo a la cámara. Era obvio que como decíaLouiseeraunasustituta.Intentócontenereldolor,perolaslágrimascorríanporsusmejillas y varias cayeron sobre el rostro de esamujer. Cerró el álbum degolpe y se levantó para guardarlo en su sitio mientras su suegra la mirabaasombrada.
—¿Quéhaces?—Mire,puedequeseaunasustituta,perosoyyolaqueestáaquíahorayme
quedoporqueyosívoya lucharporquemequiera. ¡Yporcompartirunavidajuntos!¡Notienederechoaintervenirensuvidacomolohahecho!
—Nuncatelohubieracontado.¡Yyotengoqueprotegeramihijo!¡Eseesmideber!
—¡Ymidebercomosumujeresprotegeramifamilia!—Laseñalóconel
dedo.—¡Seloadvierto,vuelvaaintentarboicotearestarelaciónysetendráqueenfrentaramí!¿Mehaentendido?
Jadeóindignada.—¡Eresunaestúpida!¡Cuandosedécuentadequenoerescomoella,tepegaráunapatadaenelculofueradeestacasa!
—¡GraciasaDiosquenosoycomoLaura,porqueyojamásharíaloqueellahizo!
LapuertaseabrióyDylanmiróasombradoasumadre.—¿Quéhacesaquí?—Tenotéraroporteléfonoydecidívenir.—Levantólabarbilla.—Yahora
sélarazón.Dylanmiró a Lama asustado y se acercó de inmediato.—Nena, ¿por qué
lloras?¿Estásbien?¿Estabaisdiscutiendo?—Es que me he emocionado con la llegada de tu madre. —Forzó una
sonrisa.—¡Oh,déjatederollos!¡Lehecontadolaverdad!Lamaclavósusojosenella.—Nodeberíashaberdichoeso.—¿Quéverdad?¿Quéocurre?—Dylanpalideció alver la expresiónde su
madre.—Mamá,¿quéhashecho?—¡Abrirlelosojos!Lama se tensó y cogió a Louise del brazo tirando de ella hacia la puerta.
Louiseempezóachillarquelasoltara,peroellanosecortóentirardeellahacialasalida.
—Lama,¿quéhaces?Déjala.—¡Éstaquierevenirafastidiarynovoyaconsentirlo!Louise demostrando tener más fuerza de lo que pensaba, la empujó con
fuerza contra el aparador provocando que cayera al suelo. —¡Mamá, estáembarazada!—Lama palideció porque no había dicho que no le hiciera dañosinoquetemíaporelbebé.Dylanseacercódeinmediatopreocupado.—¿Estásbien?¿Teduelealgo?
Susuegraseechóallorar.—¿QuéhashechoDylan?¿Esquetehasvueltoloco?
—¡Cállate, mamá! —Apartó el cabello de su cara cogiéndola por lasmejillas.—¿Teduelealgo?
—Estoy bien. —Miles de pensamientos acudieron a su mente. De élgritándolequenoqueríavolveraverla,deélhaciéndoleelamor,delocariñosoque había sido durante ese tiempo y el miedo la invadió.Miedo a que no laquisieranunca.—Creoquemevoyaacostar.
Selevantó,aunqueélledijo—Nena,siéntate.Voyareconocertey…—Estoy bien. —Fue hacia las escaleras sintiendo que sus piernas no la
sosteníanylaansiedadlaenvolvióhaciendoquesedesmayarasobreellasantesdequenadiepudieraevitarlo.
Ledolíalafrenteysellevólamanoallígimiendo.Teníaunagasapegaday
frunció el ceño abriendo los ojos. Dylan estaba sentado a su lado. Se habíaquedadodormidoyasustadaporquesediocuentadequeestabaenelhospital,alargólamanotocándoleenelhombro.Sesobresaltólevantándoseyseacercóaellapreocupado.—Nena,¿teduelelacabeza?¿Cómoestás?
—¿Quéhagoaquí?Acarició su cabello.—Te desmayaste y al llegar al hospital vi que habías
manchadounpoco.—Lemiróasustada.—Tequedaráshoyenobservaciónyapartirdemañanatendrásquellevarreposoabsolutohastaelfinaldelembarazo.
—¿Qué?Perosiestoybien.Mesientobien.—Tumadremedijoquenopuedesvercómoseencuentrantusfamiliareso
cómoseencontrarán.¿Esoescierto?—Sí.Peroséqueibaatenerhijosy…—Esononosgarantizaqueseaésteelhijoquetengas,cielo.—Susojosse
llenaronde lágrimasyél labesóen la frente.—Notepreocupes.Tehehechounaecografíayestábien.Peroparaevitarproblemasnotelevantarásdelacamaelrestodelembarazo.
—Nosésipodrésoportarlo.
—Joder,nena.Losiento.Séqueseráduro,peroestásdecuatromesesynopodemos arriesgarnos. Como tú no ves lo que le va a ocurrir, yo tomaré ladecisión.¿Estásdeacuerdo?—Asintióporqueno teníamásremedioyélbesósuavemente sus labios.—Siento lo que ha ocurrido conmimadre. Está muyarrepentida.
Le miró a los ojos. —¿Por eso no querías nada conmigo? ¿Porque meparezcoaella?
Él suspiró sentándose a su lado y le cogió lamano.—Cuando entré en lahabitación deNinette y te vi,me di cuenta del parecido, pero sois totalmentedistintas.Tusojos sonalmendrados, tu cabello esmásoscuroy tus labios sonmuchomás gruesos que los de Laura. Pero ahí no acaba todo, tu carácter estotalmente opuesto. —Sonrió apretando su mano. —Debo reconocer que noqueríaunarelaciónnicontigoniconnadie.Perocuandoteapuñalaroncasimemuerodela impresiónymásal llegaralquirófanoparaencontrarteenparada.Medesesperépara sacarte adelanteydejé eseovario cuandocualquierotro lohubieraextirpado.—Unalágrimacorrióporsusienviendoqueerasincero.—Me enfurecí contigo cuandome dijiste que Laura nome quería.Me sentí unestúpidoyque supierasdetallesdenuestravida,queyono lehabíacontadoanadie,measustó.
—Losiento.—Eh…—Leacariciólamejilla.—Hicistebien.Elidiotafuiyo.Poresosalí
corriendoymenegaba a volver a verte, ni siquiera para pedirte disculpas porcómo me comporté contigo. Casi me muero del susto al enterarme de queestabasembarazada.Entoncesmedicuentadequeloquemehabíascontadoeracierto,porqueahíestabanuestrohijoparademostrarqueestásseguradeloquepredices.Fueahícuandofuiconscientedequenomehabíasmentidoydequemehabíacomportadocomoungilipollas.Tejuroquecuandoconseguíquenotefueraseneseavión,mesentímuyfelizymásaúncuandoosconvencídequevinierais a casa, porque así tendría la oportunidad de arreglarlo. No pensé enLaura desde que me enteré de ese embarazo, porque desde ese instante solo
estamostúyyo.—¿Melojuras?—preguntóemocionada.Dylansonrió.—Telojuro.Yparademostrartequeereslaúnicamujerdemi
vida…—Metió lamano en el bolsillo de la chaqueta y sacó un anillo que lepusoeneldedomirándolaalosojos.—¿Tecasarásconmigo,preciosa?
Inseguramirósumanoviendounpreciosoanillodediamantesenformadeestrella.—Unaestrella.
—Comolospendientesdemaderaquellevabaseldíaenquenosconocimos—dijodivertido.
—Esprecioso.Nuncahabíatenidoalgotanbonito.—¿Yalgoquesignifiquetanto?Mirósusojosverdes.—No.Nohabíatenidonadaquesignifiquetanto.—Dimequemequieres,preciosa.Dimequetecasarásconmigo.—Parecía
desesperadoyellaforzóunasonrisamientrasbesabasumano.—¿Lama?—Tequiero—susurró—.Tequieromásqueanada.—Dylansonrió.—Pero
nopuedocasarmecontigo.Dylansetensóenderezandolaespalda.—Yateheexplicado…—Me lo has explicado todo y lo entiendo. Pero necesito que mi marido
pienseenmíporencimade todoy túno lohashecho.Noestoysegurade tussentimientoshaciamíporquenisiquieramehasdichosimeamas.Nomecasarécontigohastaqueestéseguradeello.
Élselevantódelacamamirándolaincrédulo.—Lama,¿peroquédices?¡Tehedemostradoquemeimportas!
Nerviosa lemiróa losojos sintiendoquesucorazónse retorcíaporquenoeracapazdedecirlequelaamaba.—Esonoeslomismoqueamarporencimadeunomismo.
—Entonces tú tampocomequieres—dijomuyserio—.Porquesipensarasenmissentimientos,ahoranomerechazarías.
—Lohagopor los dos.Comohadicho tumadre, todo esto es una locura.Antesdedarunpasotanimportantecomoelmatrimonio,debemosdescubrirsi
esrealmenteloquequeremos.—¡Esloquequiero!¡Sinonotelohubierapedido,joder!—Me lohaspedidoporque te sientesmalpor loquehapasado.Porqueal
ocultarmelodeLaura,mehashechodañodenuevoylosabes.Noporquemequieras.Yesanoeslabasedeunmatrimonio.—Apartólamirada.—¿Puedesirteacasa?Megustaríaestarsola.
—Esto es la leche. ¿Me acusas de no tener las ideas claras al pedirtematrimonioymedicesquenoporeso?¿Yahorameechasdelahabitación?
—¿Quéquieresquehaga?¿Cierrolosojosydigoquesíparaquetequedescontento?—gritóperdiendolosnervios—.¡Disculpasitengodudasdespuésdetodoloquehaocurrido!Pregúntatedequiéneslaculpadequenopuedadecirtequesí.
—¡No,sialfinaltengolaculpadetodo!¡Estáclaroquelodelmatrimoniono es buena idea si tienes tan buen concepto demí!—Salió de la habitaciónhechouna furiayLamaseechóa llorargirándosepara taparse lacaracon lasmanos, intentandosofocar lossollozos, sabiendoquehabía tomado ladecisióncorrecta si se iba de la habitación en unmomento así. Si la amara como ellaquería, lahubieraabrazadodiciéndolequeera lomásimportanteparaélyquesiempre estaría a su lado. Que esperaría lo que hiciera falta a que estuvierasegura de que la amaba. Pero se había ido y Lama sintió que Laura siempreestaríaentreellos.
Cuando le dieron la cena casi no la probó del disgusto y diez minutos
despuésdequelerecogieranlabandeja,aparecióDylanconganasdeguerraconla bata demédico puesta, lo que indicaba que estaba trabajando. Se veía a laleguaquequeríadiscutir.—¿Sepuedesaberporquénohascenado?
—No tenía hambre.—Cambió el canal de la tele decidida a no entrar altrapo.
—Tienesquecomer.Yahabíamoshabladodeeso.Estásbajadepesoydebes
llevarunaalimentaciónequilibrada,yaquetepasarásmuchotiempoenlacama.—Puesestanochenohecenadoloquemeharecomendadoelmédico.Aver
simañanamepongolaspilas.—Muygraciosa.—Learrebatóelmandoyapagólatele.—Adormir.—¿Esunaorden?—¡Sí!—legritóalacara.Entrecerrólosojos.—Amínomegrites.—¿Oqué?—Uy…túquieresguerraysi laquieres, lavasa tener.¡Estoyhartadetus
tonterías!—¡Máshartoestoyyo!¡Adormir!—Nomedalagana.¡Nosoyunaniña!Entrecerrólosojos.—Porlasbuenasoporlasmalasvasadormir.—¡Quéteden!SaliódelahabitaciónyLamasepreguntóquéharía.Larespuestallegódos
minutosdespués cuando entraron en la habitacióndos sanitariosy la cogieronpor los brazos impidiendo que se moviera. Asombrada gritó —¿Qué coñohacen?
Unaenfermeraentróconunajeringuillaenlamanoyantesdedarsecuentalahabíainyectado.Lamiróatónita.—Estáloco—susurrócuandolasoltaron.
Laenfermerasonriódeorejaaoreja.—Dulces sueños.Esto la relajará,yaverá.
Sus párpados se fueron cerrando poco a poco, aunque intentaba evitarlo ysuspiródejándosellevarporelsueño.
Las sábanas se apartaron y somnolienta sintió como la cogían en brazos.
Medioadormiladavio las lucesde laciudada travésde laventanillasabiendoqueestabaenuncocheysuspirócuandolatumbarondenuevocubriéndolaconlasmantas.
La siguiente vez que abrió los ojos estaba en la habitación deDylan y seescuchabaelsonidode laducha.Ledolía lacabezaysesentóen lacamaconesfuerzomirando a su alrededor atontada hasta que recordó todo lo que habíapasado.¡Lahabíadrogado!¡Seríacapullo!
Levioentrarenelvestidortotalmentedesnudoyelegirlaropa.Debiódarsecuenta de que estaba despierta porque dijo —Preciosa, ¿quieres ir al baño?Puedesir.Mientrasnocaminesdemasiado…
Apartólasmantasfuriosayalponersedepiesetambaleó.Dylantiróeltrajeque tenía en lamano sobre la cama antes de cogerla por la cintura.—¿Estásbien?
—¿Quémehasdado?—Algoparaquedescansaras.Alparecer tedoydemasiadosdisgustosyno
quería que le dieras vueltas una y otra vez.—La cogió en brazos llevándolahastaelbañoponiéndoladepieantelatazadelwáter.—¿Puedessolao…?
—¡Lárgate!Éllevantólasmanosensondepaz.—Loqueordenelaprincesa.Saliódelbañocerrandolapuertayconganasdemataraalguienusóelbaño.
Sequitóelcamisóndelhospitalyapoyándoseenlosazulejosabrióelaguadeladucha.Leextrañóquenoentrara,perosedijoquealmenosasípodíaducharsetranquila. Salió con la toalla alrededor del cuerpo sintiéndose mucho másdespejadaysequedóheladaalverquesehabíaido.Mirólacamavacíadondeestabalatoallatirada.
—Éstenosabeconquiénestátratando—siseóantesdeentrarensuvestidory coger una camiseta. Después de ponérsela fue hasta el piso de abajo parabuscar su móvil en el salón y no salió de su asombro al ver a su suegradesayunandotranquilamente.
Louiseenderezólaespaldaforzandounasonrisa.—¿Teencuentrasmejor?—¡Quéleden,señora!—gritóantesdeirhacialacocinadondeKatetenía
unabandejapreparada—.¿Hasvistomimóvil?—Seloibaasubirporqueelseñordicequenopuedelevantarsedelacama.
—Selotendióylaobservómarcar.—¿Nodeberíasentarse?—Oh,simevoyasentartodoeldía.Porunosminutosnopasanada—dijo
con el teléfono al oído—. ¡Mamá! —Kate gimió. —¡Tienes que venir deinmediato!LosXanthosmehandeclarado laguerra.—Salióde lacocinayalpasaralladodesusuegrasiseó—Tevasacagar,bruja.
Louise jadeó ofendida viéndola subir las escaleras gritando —¡Me hadrogado,mamá!¡Yanolereconozco!¡Desdequehallegadosumadreymeheenteradodelaverdad,estácomoantes!—Seechóallorarporelpasillo.—¿Quéverdad?Esperaquetecuento.¡Notelovasacreer!
Capítulo11Sentadaenlacamaconunlibrodesudokusenlamano,juróporlobajoal
ver que había puesto un dos en elmismo recuadro dos veces. Bufó tirándolosobre lacama.Nopodíaconcentrarse.Miróel relojdeencimade lamesillaycasi lo estampa contra la pared al ver que era la una de lamañana. Perfecto.Aquelloeraperfecto.
Nisiquieralahabíallamadoentodoeldíaparainteresarseensiestababien.Decidióiraporunvasodelecheyapartólassábanas.Estabacaminandoporelpasillo cuando escuchó susurros y al pasar por delante de la habitación de susuegra, que era la de al lado, pegó la oreja para escuchar—Sí, sí. ¿A que esincreíble?Nomelopodíacreercuandolavi.Yembarazada.Yesonoeslopeor.Esunapitonisa.Leeel futuro.—Escuchóunarisa.—Sí,muybuenanopuedeserporquenosabíadelamisalamitad.
Setensóconganasdetirarlapuertaabajoydecidióapartarse.LaculpaerasuyapornoinsistirleaDylanenleerlelamanodenuevo.Lavezanteriorsolovioeseepisodioquemarcósuvidaynopudomirarconprofundidad.
Bajólasescalerasychasqueólalenguaalverledurmiendoenelsofáconlabotelladewhiskyanteél.Parecíaagotadoynoleextrañabanadaporqueeldíaanteriornodebíahaberdormidomucho.Leibaadolerelcuelloaldíasiguiente.Quesefastidiara.Entróenlacocinaysesirviólaleche.Labebiótranquilamenteantesderegresaralacama.Chasqueólalenguaporquenopodíaconsentirquealdíasiguientetuvieraunatorticolis,asíqueseacercó.Sonrióobservandosuperfilantesdearrearleuntortazo.Dylansesentódegolpeconlosojoscomoplatos.—Alacama.
—¿Nena…?—preguntóconfundido.Subiólasescalerasy leescuchógemir levantándose.—Estotepasaporno
haber sidomásdura con él.Leperdonaste enseguida la otra vez.No se habíaarrastradolosuficientecomoparaperdonarle.Esonovaavolverapasar.Vayaqueno.
Semetióenlacamayapagólaluz.Cincominutosdespuésélentrabaenlahabitación quitándose la camisa, pero ella simuló que tenía los ojos cerrados.Cuando se tumbó a su lado, le escuchó suspirar como si estuviera agotado ycuando ya estaba relajado, Lama se sentó en la cama encendiendo la luz.—¿Dóndehasestado?
—Trabajando.¿Dóndevoyaestar?—Sediolavueltadándolelaespaldayesolapusofrenética.
—¿Conlarubia?Lamirósobresuhombro.—¡Teaseguroquedespuésdeestarcontigo,loque
menosquieroesliarmeconotra!¡Semehanquitadolasganasdeporvida!—Muygracioso.Porcierto,ahítienestuanillo.Elvioelanillosobresumesillaalladodeldespertador.—Puesmuybien.A
versipuedodevolverlo.—Ycomononosvamosacasarynovamosatenersexoporquetengoque
estarenreposo,creoquedeberíasirteaotrositioadormir.—¡Perdona,peroestaesmicama!—Oh,tienesrazón.Selevantóyendohacialapuertayélsesentóasombrado.—¿Adóndevas?—Solovivoenestacasaporelbebé,yaquees loúnicoquete importade
verdad.Asíqueesmejorqueduermaenmiantiguahabitación.—Nomeimportasoloelbebé.¡Nena,vuelvealacama!—¡Sí,yahevisto loque te importocuandoni siquieramehas llamadoen
todoeldía!—Dolidasaliódelahabitacióndandounportazoygritóasusuegra—¡Yapuedellamardenuevoasuhermanaparaponermeverde,bruja!¡Mañanaelsiguientecapítulo!
Setumbóensuantiguacamasintiendofríoysecubrióconlasmantashastalabarbillamirandohacialaventana.Nosepodíacreerquehubieradejadoquesefuera de la cama. Estaba claro que la brecha entre ellos era más grande pormomentosysintióterroraquejamásledijeraquelaamaba.
LadespertóKatealabrirlapuertaconlabandejadeldesayunoenlamano.
—Buenosdías—lasaludóconunasonrisa.—Buenosdías—dijoconlavozrasposadetantollorarlanocheanterior.—Mehadichoelseñorquevendráalmediodíaparareconocerla.A eso habían llegado, a hablar a través del servicio. —¿Ha llamado mi
madre?—No.—Viocomocogíauna tostada sinningunaganay se lametía en la
boca sin ponerlemantequilla siquiera.—Ha llamado su amigaNinette porqueayernosuponadadeusted.Lehecontadoloquehaocurridoymehadichoquesepasaráalolargodelamañana.
—Nodebíaspreocuparla.—Yaestabapreocupada.—Estoybien.LamiradadeKateledijoquenoestababienenabsoluto,perolamujerno
dijopalabraenfadándoseconsuseñorporcomportarseasíconella.—¿Puedestraermiropadelvestidorycolocarlaenelarmario?—preguntó
agachandolamirada.—Claroquesí.Enseguidalohago.SeobligóadesayunarycuandoKateregresóapretóloslabiosalverquesolo
sehabíacomidounatostadaylafruta.Laescuchóenladuchaycolocólaropa.Estaba guardando unos jerséis cuando escuchó el timbre de la puerta y corrióhaciaelpisoinferiorparaveraunamujerrubiamuyguapa.—¿ViveaquíLama?
—Oh,sí.Pase,pase.UsteddebeserNinette.—Sí,esasoyyo—dijoquitándoseelabrigoydándoselo—.¿Estáarriba?
—Seestáduchando.—¿Cómohapasadolanoche?¿Todovabien?¿Hasangradodenuevo?—No,pero…Ninettefruncióelceño.—¿Peroqué?—Selodigoaustedporqueséquesonbuenasamigas.Peroellasehaidodel
dormitorio.—Ninettejadeóllevándoselamanoalpecho.—Hallegadolamadredelseñoryporloqueheoído,ledijoalgoalaseñoraLamaqueladescompuso.Algodelaantiguaseñoraquelehizomuchodaño.
—¿Elqué?Katemiróhaciaarribaycorrióhastaunmuebledelsalón.—Leenseñóesto.NinetteseacercóycuandoviolafotodebodadeDylansellevólamanoal
pecho.—No.—Ytengoentendidoqueél lepidiómatrimonioenelhospital,peroella le
dijoqueno.—Pobrecita—dijopreocupada.—Sepasatodoeldíaenlacamasola.Ayernilallamó.Perosíquellamóala
brujadesumadre.Ninetteapretóloslabios.—Voyaverquémecuentaella.—Nodejequesevaya—dijoasustada.—¿Porqué?—Siseva,todoserápeor.Creequelaquieresoloporelbebé,peroyoséque
noesasí.—Claroqueno.—Elseñornuncahasidotanfeliz.—¿Yentoncesporquéhaceesto?—preguntóinteresada.—Creoque no se esperaba que ella le dijera que no. Pero yo entiendo las
dudasdemiseñora,claroquesí.—Esqueesasfotos…—Laculpaesdelamadrequesehatenidoquemeterdondenolallamaba
nadie.
EnesemomentounamujerempezóabajarlasescalerasysonrióaNinette.—Buenosdías.
—¿Esesa?—preguntóNinetteenunsusurro.—Sí.Ninettesonrió.—UsteddebeserlamadredeDylan.—Sí,soyyo.¿Yustedes?—NinetteThatcher.LamejoramigadeLama.—Oh…—Lamujer perdió la sonrisa llegando hasta ella.—No se puede
levantardelacama.—Poresohevenidoyo.¿Cómoseencuentra?—preguntóagradablemente.Lamujersesonrojó.—Pueshoynolahevisto.Nohequeridomolestarla.—Claro,yalahamolestadobastante.—¿Perdón?—Nada…—PasóanteellacomosiestuvieraensucasaylepreguntóaKate
—¿YCassa?—Estaráalllegar,señora.—SonriómirandoaLouiseconmalicia.—¿QuiénesCassa?—Oh,yalaconocerá.Tengolasensacióndequesevanallevarmuybien.Sonriódeorejaaoreja.—¿Deverdad?—Sí,señora.¿Quiereuncafé?—Sí,creoqueuncafémesentaráestupendamente.Ninette entró en la habitación para ver a su amiga desnuda cogiendo una
camiseta del armario. Apretó los labios al ver la cicatriz del vientre, quedemostrabaqueteníauncorazóndeoro.—Hola.
Sevolviósorprendida.—¿Yaestásaquí?—Ninettesetensóalversusojerasysusojosrojos.—Estoybien.
—No,noloestás.Vamos,túmbate.Sepusolacamisetayfuehastaelbañoparacogerelcepillo.Regresóhasta
la cama y empezó a cepillarse el cabello con lamirada perdida.—¿Qué estápasando,Lama?¿Cómohabéisllegadoaestasituación?
Sonriócontristeza.—Esloquepasacuandounasequedaembarazadadeunhombrequenotequiere.Quelasituaciónterminaestallandoporcualquiersitio.
Sesentóasulado.—Claroquetequiere.—¿Sabesquenoquería tenernadaconmigoporquemeparezcoasumujer
muerta?—Ninette tragó saliva al ver sudolor.—Yal enterarsedeque estabaembarazada cambió de opinión sobre hacermeun hueco en su vida.Es así desimple.
—¿Tehadichoquenotequiere?—Lohademostrado,queesaúnpeor.Nomellama,ayermequisecambiar
dehabitaciónyledioigual…—Seencogiódehombros.—Vamos,quetodovacomolaseda.
Ninettesonrió.—Lerechazaste.—Despuésdeloquehabíapasadonopodíapensarenserioqueleibaadecir
quemecasabaconél.Nopuedocasarmeconunhombredelquetengodudas.—Yéllohaempeoradotodoalenfadarse.—Exacto.—Reprimió las lágrimas pasándose el cepillo por el cabello.—
Pasodequerervengarme,aquererperderledevistaparasiempreenminutos.Delafuriaalapena.Estoyhartadesentirmeasídesdequeleconozco.
—Tuvisteisdosmesesestupendos.—¡Porquenomedijolaverdad!—Igualnoqueríaquepensarasquenolahabíaolvidado.—Pues ahora sí que lo pienso.—Dejó el cepillo sobre el colchón.—Ayer
tuveunapesadilla.Ninettesusurró—Cuéntamela.—Soñéqueerayolaqueestabaenesabañerayélentrabaenelbaño.Que
asustado me sacaba de la bañera y sacaba el botiquín de debajo del lavabo.Cogióelbisturíysacóalbebéqueseechóallorarconfuerza.Saliódelbañoconélenlosbrazosycerrabalapuertasinmiraratrás.
—Diosmío, Lama. Tú no eres ella y Dylan jamás haría algo así. ¡Tú noharíasalgoasí!
Seechóallorar.—Creoquemeestoyvolviendoloca.Dudodetodo.NinettelaabrazóconfuerzayvioquelamadredeDylanpálidalasmiraba
desde la puerta. Dio un paso atrás alejándose y Ninette susurró —Deberíasvenirteacasa.Allíestaráscuidadayrodeadadegentequetequiere.
Lamiróasustadaynegóconlacabeza.—Simevoy,leperderéparasiempre.—Túdisteelpasoalirtedelahabitación.Sihaceslascosas,debeshacerlas
bien.¿DóndeestálaLamaqueconocíenAtenasyqueestaballenadevida?¿Laque parecía que no le tenía miedo a nada? ¿La que haría morder el polvo acualquiercapulloquelehicieradaño?
—Nolosé—susurrócasisinpodercreérselo—.Nomereconozco.—¿Quéhubierahecho laLamadehaceseismesesdespuésdedescubrirel
álbumdefotos?Lamafruncióelceño.—¿Conquiénhashablado?Telohachivadotodo.—¿Quéhubierashecho,Lama?—Lehubierametidounapatadaenlaspelotasymehubieraidodecasa.—Exacto.Entrecerrólosojosmirandoladecisiónenelrostrodesuamiga.—Teníaque
habermeidoaGrecia.—¿Porqué?Ledisteunaoportunidadalhombrequequerías.Yotambiénlo
hice.Perdonaralapersonaqueamasnoesmalo.Lomaloesnosabersiquierasiesapersonateama.¿Losabes,Lama?
Negóconlacabeza.—Nomeama.Yonuncalehubieraignoradoasí.—Por eso nos vamos a ir. Creo que una separación os vendrá
estupendamenteparaqueambospenséisenloquequeréis.—¿Túcrees?Ninette asintió y fue hasta el armario.—Vamos, vístete. Nos largamos de
aquí.Estabavestidaconlosvaquerosdecostumbreyunjerseyrojocuandovieron
queseabríalapuerta.Seechóalloraralverasumadreyselevantódelacamaparaabrazarlaconfuerza.—Estásaquí.
—Claroquesí,mivida.Cogíelprimeraviónquepude.—MiróaNinettealosojosyvioquemetíasuropaenunabolsa.—Katemehapuestoaldía.Almenosdeloquesabía.
Katepasóante lahabitaciónseguramenteparaverdequé seenterabay sedetuvoensecoalverlavestida.—Nopuedeirse.Señora,piénselobien…
Cassacogióasuhijaporloshombrosylasacódelahabitación.NinettelassiguióensilencioyapretóloslabiosalveraLouisesentadaenelsofáconunarevista demodas en lamano.Se levantódegolpe sorprendida.—Nodeberíasandar.
Su madre se tensó con fuerza y soltó a su hija yendo hacia ella. Sonrióencantada.—Usteddebesermiconsuegra.Cassa,unplacer.
—¿Mi consuegra? —La miró asombrada de arriba abajo porque Cassaaparentabaveinteañosmenosqueella.
—Sí,¿puedohacerteunapregunta?—Sí,claro—dijoacercándoseaellaconinterés.Sumadre lepegóunpuñetazoque la tiró sobre el sofá.—Vaya, semeha
olvidado.Pero loquesíquehe recordadoesque teníaunasganasenormesdepartirtelacara.¡Vuelveatocaramihijaytedespellejo,zorra!
Katesonriódesdelasescalerasmientraslastressalíandelpiso.CuandoLisbethyRonellevieronllegarporlaventanadelacocinaaNinette
conCassa y Lama que estaba totalmente descompuesta, semiraron y Lisbethdijo—Estetíoestonto.
—Prepara sus habitaciones. La de Lama lejos de las niñas, que tiene quedescansar.
—Sí, señora.—Se fue refunfuñando por lo bajo lo estúpidos que podíanllegaraserloshombres.Yesoqueelsuyoeraunsanto.
RonellesuspiróyendohaciaelhallyLamaseacercóaellaensilencioantesdeabrazarlaconfuerza.—Ven,niña.SiéntateenelsofámientrasLisbetharreglatuhabitación.
—Voyaayudarla—dijoCassasubiendolasescaleras.—Yovoyaprepararunté.¿Osapetece?—preguntóNinette.—No,gracias—susurrósentándoseenelsofámientrasRonellelohacíaasu
ladodejandoelbastónaunlado.ViocomopasabalasmanosporlosojoscomosinoquisierallorardenuevoyRonellelecogióelbrazoparaquelamirara.
—¿Cómoteencuentras?—Dios,¿ahoraquévoyahacer?—Lodescubrirásencuantotetomesuntiempo.Aveceslasoluciónsurgede
laformamássencilla.Notepreocupes,queentuestadonoeslomejor.LlamaronalapuertarepetidasvecesyRonelleapretóloslabios.—Ahíestá
tuhombrepidiendoexplicaciones,supongo.VieronqueCassacorríahacialapuertayescucharon—¿Quécoñohacestú
enNuevaYork?¡Ahoraloentiendotodo!—Nogrites,porfavor.Lasniñasestándurmiendo.—¿Estáaquí?—Porsupuestoqueestáaquí.Quiennodeberíasestaraquíerestú.Nolesorprendióverleentrarenelsalónycuandolaviosuspiródelalivio.
—Nena,¿quéhaces?—Tehadejado—dijoCassatrasélcruzándosedebrazos.—Esoyaloveo,señora.Ynosemetadondenadielellama.—Mehallamadomihija.Dylanseagachóanteellaquemirabaelsuelopálida.—Nena,vamosacasa.
Séqueteníamosquehaberhabladodeesto,peronoqueríaempeorarlascosas.—Nofunciona.Lamiró sorprendido.—Claroque funciona. ¿Nohemospasadodosmeses
estupendos?Sinnadiequenosmolestara.Solostúyyo.Levantólavistahastasusojos.—YLaura.NoolvidesaLaura.
Dylanpalideció.—Ellanohaestadoentrenosotros.—Nomientas,porfavor.Reconocistequenoqueríastenernadaconmigopor
ella.¡Yquisisteestarconmigoporelhijoqueellanopudodarte!—Dylanperdiótodoelcolorde lacaramientrassusojoscastañosse llenabande lágrimas.—¿Nofueasí?¡SinofueraporquevoyateneratuhijonitehubierapreocupadosimehubieralargadoaAtenas!Sololequieresaél,asíquenohacefaltaquefinjasinteréspormí.
—No,cielo.Claroquemeimportas.—Te importo tanto, que ayer dejaste que durmiera sola después de no
habermellamadoentodoeldía.—Laslágrimascorrieronporsusmejillasyélintentócogersumano.—¡Nometoques!
—Dylan, creo que deberías irte. La estás alterando y creo que eso no esbuenoparaelbebé—dijoRonellepreocupadaporsuestado.
Cassaseacercóasuhijaylacogióporloshombros.—Vamos,cielo.Eshoradequeteacuestesunrato.
Dylancogiósusmanosimpidiendoqueselevantara.—Séquehecometidoerrores,preciosa.Unmontóndesdequeteconozco,perotejuroquesíquemeimportas.Meimportasmucho.Nomedejes.
Ella apartó susmanos levantándose.—Nopuedovolver contigo hasta queelladesaparezcadetuvidaysoloteimportecompartirlamía.—Sealejódeél.—Notepreocupesporelbebé.Mecuidaré.
—Lama…¿Puedoveniravertemañana?—Serámejorqueno—dijodolidaporquedenuevonolehabíadichoquela
quería.—Vendré.SinmirarleempezóasubirlasescalerasyNinettelaabrazóllevándolahasta
suhabitación.Nisediocuentaenquéhabitaciónentró,soloquelaayudabanadesvestirseymeterseenlacama.Fuecomositodoaquellolepasarafacturadegolpe porque se sintió agotada. Mientras su madre le cantaba en susurrosacariciandosuespalda,sequedódormida.
Capítulo12Al día siguiente sentada a oscuras en la cama, se abrazaba las piernas
escuchandoelllantodeunodelosbebésycomoKirkconsolabaalaniñaenelpasillo intentando no molestar a las demás. Sonrió porque era un padremaravillosoysepreguntósiDylanseríatanbuenpadre.Seguramentesí.
Miró alrededorviendoel contornode losmueblespor la luzdel amanecerqueempezabaa filtrarsepor laventana.Nopodíanquedarseallí.Ellaeramásunamolestiaqueunaayudaconlasniñas.NoerajustoqueinvadieranlacasadeKirkdeesamanera.Ytendríanquebuscartrabajo.¿Perocómoibaatrabajarsidebía guardar reposo?Bueno, sumadre encontraría la solución como lo habíahechosiempre.
EraunapenaqueRitahubieraalquiladoelapartamento,perosabíaqueseríaparabien.Podíaempezarabuscarporinternet.Eraloúnicoquepodíahacer…
SepasóprácticamentetodoeldíamirandoenelportátildeNinettealquileresenBrooklyn,porqueManhattaneraprohibitivo.
Ninettepasóporelpasilloconunadelasniñasenbrazosyellasonriódesdelacama.—Déjamela.
—Nodeberíascogerla—Laapoyaréenlaspiernas.—CuandolaviosonrióporqueeraAbby.—Oh,
perosiesmiahijadaqueridaqueestá tanguapaquequitaelaliento.Vasaserunarompecorazones.
Ninettesonrió.—Ytúvasaserunamadreestupenda.—Quéva.—Claroquesí.Losupeelprimerdíaquetevicogeraunadelasniñasen
brazos.Lasadoras.Ysonríencuandoestánatulado.MiraronaAbbyque laobservabacon losojoscomoplatos.Leacarició la
barrigaylaniñasoltóungorgoteoquelashizoreír.—¿Ves?—Ninettemiróelordenadoryperdiólasonrisa.—¿Estásbuscandopiso?
—Nopodemosabusardevosotrosdeestamanera.—Perosiestamosencantadosdetenerosaquí.Yademásenunpisoestarías
muchashorassola.—Seacercóysusurró—Además,asítengootraniñera.Enesemomentopasósumadreconotrade lasniñasenbrazos intentando
quesedurmiera.—¿Ves?—¿Porquénohabéiscontratadounainterna?—Bueno,cuandonacieronlasniñasteteníamosatiyatumadre.Después
decidíesperar…Lamiróalosojos.—Porsimeibadecasa.Suamigasesonrojó.—¡No!Noeseso.—Miróhacialapuerta.—Esqueme
fastidiabameteraunadesconocidaencasa.Lamiróasombrada.—¿Estáscelosa?Gimiócerrandolosojos.—Nosé.Mesientoalgoinseguradesdequetuvea
lasniñas.Kirkdicequeestoypreciosa,peronosé.Yanomehaceelamorcomoantes.
—¿Seráporquetienesquelevantartecadapocoporalgunadelasniñas?—preguntóconburla.
—Muygraciosa.—Si estáis agotados después de todo el día. Debería ser Superman para
cumplir. —Miró a la niña. —¿Sabes lo que vamos a hacer esta noche? Nosvamosaquedarconlasniñasyvosotrosvaisasalirapasarlobien.—LeguiñóunojoaAbby.—Yquealquilenunahabitaciónenunhotelparaunanocheloca.—Laniñariódenuevo.
—Peronoosvaisaarreglar.—Claroquesí.Túdéjameaquílospañalesylosbiberones.Entremimadrey
yo, lasprincesitasestaránde lujo.Hala,adormir lasiestaque tienesqueestar
frescaparaestanoche.Cassa entró en la habitación sonriendo y cogió a Abby acunándola para
dormirla.—¿Ves?Somosunequipo.Ninette sonrió ilusionada. —Voy a ver si me vale el vestido rosa estilo
Marilyndelaabuela.AKirkleencanta.—Genial,voycontigo.—Ah,no.Yamepasoyo.Gruñócogiendoelordenadordenuevo.—Vale.—¡Ydejaeso!¡Osnecesitoaquí!AlmenossedistraíaynopensabaenDylan.Cuatro horas después estaba sentada en la cama cambiándole el pañal a
Ronelle cuando escucharon el timbre de la puerta.Cassa gruñó saliendo de lahabitaciónconelpañalsucioenlamano.
Semordióellabioinferiorponiéndolelastirasadhesivasenlacinturadelaniñaantesdecogersubodyyempezaraponérselo.EstabametiéndolelosbrazoscuandoDylanaparecióen lahabitaciónconsumadredetrás.Lemiródereojomientrasmetíalaspiernasdelaniñayéldijo—Hola,nena.—Sequitóelabrigoylodejósobrelacamaacercándose.—¿EsAbby?
—EsRonelle.Élapretóloslabios.—Sientonohabersidoelpadrino.—Nopasanada.Estoyyo.Sesentóenlacamafrenteaella.—¿Cómoestás?—Muy bien. Me lo he comido todo y he dormido mucho.—Dylan muy
tenso miró a la niña.—Yme he tomado las vitaminas. No me he levantadoexceptoparairalbaño.
—Notepreguntabaporeso.Sinocómoestásdeánimo.¿Siguesdisgustada?Seencogiódehombros.—Semepasará.Cassaentróenlahabitaciónycogióalaniña.—Yalahasvisto.Ahorasinos
disculpasvamosacenarencuantoacuestealbebé.Tienescincominutos.Dylanasintióylamiróalosojos.—Nena…—Creoquemimadre tiene razón.Debes irte.Nohayunmotivopara que
vengasaverme.Siocurrieraalgo te llamarían.Tampocoestamos tan lejosdelhospital.
—Nodigaseso,por favor.—Seacercósentándosecasia su lado.—Teheentendido, ¿vale? Sé que lo he hechomal y que debería haberte dicho lo queocurría desde el principio. Pero si después de cómome comporté, te hubieraenseñado el álbum cuando ya estabas embarazada, hubieras pensadoexactamentelomismoquecuandotelodijomimadre.Yqueríaquetesintierasagustoamilado.Queríadesterrarladenuestrasvidas.Teníalaoportunidaddeempezar de nuevo y…—Alver que nomovía el gesto se desesperó.—JoderLama,tienesqueentenderlo.Tedemostraréloquemeimportas.
Importarnoeraamar.Decepcionadaagachólamirada.—Tienesqueirte.—Telodemostraré,telojuro.Solodametiempo.Solotepidoeso,preciosa.
—Élselevantórespetandosusdeseosycogiósuabrigo.—Mañanaessábado.Podemospedircomidachinayverunapelícula.—Ellaibaanegarse,peroéllainterrumpió—Yaveráscómolopasamosbien.Túdéjamelo todoamí.Yomeencargo.
Cassa apareció en la puerta y se cruzó de brazos dando golpecitos con lapunta del pie.—Sí, yame voy.—Gruñó acercándose aLama y la besó en lafrente.—Hastamañana,cielo.
Le vio salir de la habitación y su madre la miró levantando una ceja.—¿Comidachinayunapeli?—Hizounamueca.—Meapunto.
—Notienegracia.—Veremoscómova.VoyaverloqueLisbethhadejadoenlanevera.Durmióinquietatodalanocheyporlamañanateníaunamalalechequeno
podía con ella. Sobre todo porque la ponía nerviosa ver a Dylan y no poder
levantarsedelapuñeteracama.Seestabaduchandocuandoescuchóunruidoenlahabitaciónygritó—¡Ninette,enseguidasalgo!
Comonolecontestaronsedioprisaporsalirdeladuchaysequitóelapósitodelafrente.Va,eraunarañazo.Nisiquierahabíanecesitadopuntos.Salióalahabitaciónconunatoallarodeandosucuerpoysonrióalverdoschándalessobrelacamaconunaszapatillasdecolores.SeguroqueNinetteseloshabíallevadopara que estuviera cómoda tumbada en la cama sin tener que estar en pijama.Peroalverlasbraguitasdeencajeentrecerrólosojosporqueerancarísimas.Noteníaquehabersemolestadotanto.
Después de vestirse, se cepilló el cabello cuando se abrió la puerta y sumadremetiólacabezasonriendo.—¿Tehangustado?
—¿Laropadedeporte?Ohsí,peroNinetteno tendríaquehabersegastadotantodineroenlaropainterior.Además,yateníay…—Alverlaexpresióndesumadresetuvoquesentarporquesediocuentadequehabíametidolapata.—¿LahatraídoDylan?
Entróenlahabitaciónconotrasdosbolsasenlamano.—¿Quéeseso?—Acabandellegar.Notengoniidea.Emocionadalearrebatólasbolsasysonrióalverunalbornoz.—Pareceque
estádecompras.—Sí,esoparece—susurrósumadreemocionadaalverlatancontenta—.Oh,
miraquecamisóndeseda…Parecequenoquierequeduermasdesnuda,cielo.—Bueno,aquínolohago.Contantagente…—Esomismodebehaberpensadoél.¿Quémás?Sacóunfrascoysusojossellenarondelágrimas.—Esenciaderosas.Ledije
cuandonosconocimosquemiperfumemelohacíayoconesenciaderosasysehaacordado.
—Dudoquehayapodidoolvidarsedealgunodelosmomentosquepasasteisjuntos,cielo.Estupareja.
—¿Loes?Sumadre suspiró sentándose a su lado y la abrazó por los hombros.—Es
muy cabezota, pero no esmal hombre.No te ha demostrado lo que te quiereporqueestáconfuso,peronosignificaquenolohaga.
—Nuncamelohadicho.—Loséytehassentidomalporquenoreaccionócomodeberíaenmuchos
momentos,peroesonosignificaqueno tequiera.Ahoraquieredemostrártelo.Déjate querer.Que te corteje como debería haber hecho desde el principio.Ycuandollegueelmomentoytevuelvaapedirmatrimonio,sabrásquetequiereconlocura,inclusosinotelohadicho.
Miródereojoasumadre.—¿Papátelodecíamucho?—A todas horas. Pero es que tu padre eramuy intenso, cariño.—Suspiró
mirandoelsuelo.—Joder,cómoleechodemenos.—Losiento.—Esladesgraciaquetenemos.Podemossabercómoviviráundesconocido
que pasa por la calle, pero en cuanto nuestro amor entra en nuestra vida, sudestinoseborradeunplumazo.—Labesóenlacoronilla.—Peroalmenosmedejóelmejorregalodelmundo.Miniñapreciosa.—Llamaronalapuertaysumadregritó—¡Otroregalo!
Sonrió al verla correr fuera de la habitación como si el repartidor fuera adesaparecersiellanosedabalasuficienteprisa.
Con el frasco de esencia en lamano iba a doblar la bolsa cuandovio quehabíaalgoenunaesquina.Laabrióymetió lamanoparasacarunabolsitadeterciopelo amarillo.Tiródel cordónyvolcó el contenido sobre la palmade lamanoparaverunospendientesdeplataqueerandosestrellas.—Serátonto.
Ilusionada fue al espejo del tocador y se los puso. Se giró cuando vio aalguienentrarenlahabitaciónyseechóareíralverasumadreconunapiladejuegosdemesayvarioslibros.—Paraqueteentretengasmientrasllega.
—¿Dóndeestará?—preguntónerviosasentadaenelsofádelsalónmientras
toda la familia jugaba al Monopoly, aprovechando que las niñas se habían
dormido.Kirksonriómoviendosuficha.—Estempranoparalacena.—Paranoquererverle, teveo impaciente—dijo la abuelaantesde leer la
tarjeta—.Vuelveatrássietecasillas.Kirkgruñóyendohaciaatrásysumadregritó—¡Apagarapagar!Bufó abriendo el libro que estaba leyendo y casi salta del sofá cuando
escuchó el timbre de la puerta.Ninette le guiñó un ojomientras iba a abrir ydisimulando pasó la hoja, aunque no tenía ni idea si había leído la páginaanterior.Cuandovioasusuegraquitándoseelabrigo,dejócaerellibrosobrelaspiernasdelaimpresión.—¿Quéhacelabrujaaquí?
Cassa se levantó estirando el cuello hacia el hall y jadeó.—Pero bueno.¡Menudacara!
—Mihijoestáaparcando.Empiezaallover—dijoentrandoincómodaenelsalón.
Todos vieron su ojo morado y Ronelle silbó —Menuda derecha tienes,Cassa.
—Puesparecequequieremás,porquesinonoloentiendo—leespetóCassadandounpasoamenazantehaciaella.
—Hevenidoadisculparme.—¿Porqué?¿Porintentarhacerdañoamihija,porsabotearunarelaciónque
ibaestupendamentehastaquemetiste lanarizoporcriticarlaconesahermanatuyayreírtedeellaysusdones?
Louisesesonrojó.—Portodo.Madreehijasemiraronantesdesonreír.—Vale,teperdonamos.Ninette se echó a reír por la cara de sorpresa de Louise. —No son
rencorosas.—Esoyaloveo.—Déjamequetepresenteamifamilia.MientrasNinettepresentabaalaabuela,Lamamiróporlaventanadesdeel
sofáviendoqueseponíaalloverconfuerza. Susuegrasesentóenelsofáde
enfrentehablandoconRonellededondeerayesascosas,peroLamaestabatannerviosaquenoestuvoatentaalaconversación.
MediahoradespuéstodoelmundoestabaalgotensoporqueDylannohabíallegado.
—Voyallamarleporteléfono—dijoKirk.—No ha debido encontrar sitio para aparcar. Esta zona está imposible.—
Ronelle forzóunasonrisa intentandocalmar susnerviosqueyaeranevidentesparatodos.
CassanodejabademirarporlaventanayNinettesesentóasulado.—Vaavenir.
—¿Lohasvisto?—Muygraciosa.Nolehapasadonada.Seguroqueporculpadelalluviano
encuentraaparcamiento.Sumadre exasperada se acercó a lamadre deDylan y cogió sumano sin
preguntar siquiera. Hizo una mueca moviendo la cabeza a un lado antes degirarlaparaelotroydejócaersumanoantesdevolveralaventana.
—¡Mamá!¡Dialgo!—Ningúndisgustogordohastaquelapalme.Suspiródelalivioysonrióasusuegra.—Esunalivio.Louise carraspeó.—Esomismopiensoyo. ¿Y lodepalmarla…?¿Cuándo
caeráesomásomenos?—Todoslamiraronsorprendidos.—Esporarreglarmiscosasyeso.
—Perosinocreesennosotras—dijoLamaasombrada.—Bueno,peroporentretenernosunrato.Va,hastaquelleguemihijo.—Se
acercóysusurró—Porpasarelrato.
Capítulo13Dylantuvoqueaparcarenelquintopinoycomollevabamilcosas,tuvoque
coger un taxi hasta la casa de Kirk. Subió los tres escalones y antes de quetuvieraquehacermalabarismosparallamaralapuerta,seabriómostrandoasuamigoqueparecíaapuntodereírse.
—¿Quéestangracioso?—Tufamilia.Miróhaciaelsalónyvioasumadresentadaenlamesadelcaféconlamano
extendida hacia Lama que sonreía diciendo —Uy, pillina. Así que con elbibliotecario.
Su madre jadeó. —¿Ese sale ahí? Pero si solo le vi una vez y estababorracha.Fueantesdecasarme.Mecogióenunmaldía.
Todos seecharona reíryDylandejócaer lasbolsasdelasombromientrasKirkreteníalarisa.Lefulminóconlamirada.—Notienegracia.
Lamadebióoírle,porquealverlesuspiródelalivioantesdegritarenfadada—¿Dóndeestabas?
Todossevolvieronhaciaélycarraspeó.—Nena,tuvequeaparcarmuylejosy…
—¡Amínomehagasesperar!¡Quémepongonerviosa!—Vale.—Podríashaberllamado—dijosumadreregañándoleconlamirada.—Vamos,quetevanaecharlabronca—dijoKirkcogiendovariasbolsas—.
¿Hastraídolacena?Esquetienenhambre.Sevolvióparamirarlassobreelhombroparaver lacaradecabreodecasi
todo el salón.—Voy a llevar esto a la cocina.—Forzóuna sonrisamirando aLamaqueteníacaradequererdesahogarse.—Cielo,¿teencuentrasbien?
—¡Muchomejorquehacecincominutos!—Mealegro.—SiguióaKirka todaprisamientraséste se reía sinningún
disimuló.—Joder,parecequequierenlincharme.Yesoquecogíuntaxi.—Puesteaseguroquesealegranunmontóndeverte.Kirk empezó a sacar la comida de las bolsas y Dylan se quitó el abrigo
escuchandolasrisasenelsalón.Cuandosuamigosacóuncepillodedientesélcarraspeó.—Esoesparamimujer.Sedejóelcepilloencasa.
Reprimiólarisametiéndoloenlabolsadenuevo.—Asíquetumujer.—Es mi mujer—dijo tensándose—. ¿Por qué? ¿Has oído algo? No va a
volver conmigo, ¿verdad? ¿La he fastidiado mucho? ¿Quieres hablar de unavez?—preguntódelosnervios.
—Tranquilo…—Miróhacialapuerta.—Novasmal.Dejósalirelairequeestabaconteniendodelalivio.—¿Esocrees?—Túsigueasíyantesdeque tedescuentaya la tienesencasa.—Sonrió
encantado.—Esosinolacagasdenuevo.—Graciasportuconfianza—dijomolesto.—Esquenodasunayesoquetelohapuestoahuevo.Ellaseentregayse
entregaynohacesmásquefastidiarla.—Tueresamigomío,¿verdad?—Paraesoestamoslosamigos,paraanimar.—Puestúeresunamigoestupendo.—Losé.Escucharon risas otra vez y Kirk le dio un mantel.—Ánimomachote. A
ponerlamesaparaqueveanqueeresuntíoquenoleimportahacerloqueseaporsumujer.
—Claroqueno.Fuehasta el salóny todasperdieron la sonrisadegolpey leobservaron ir
hacia lamesadondeaúnestabaelMonopoly.Cuando ibaacogereldinerode
mentiradeCassa,éstagritó—¿Quéhaces?—Ponerlamesaparacenar.—¿Conlapartidaamedias?¡Tendremosqueempezardenuevo!Lamalevantólascejasycogióeltableroconcuidadoparaquenosemoviera
nada, colocándolo como si fuera una bomba de relojería en una de lasmesasauxiliares.ColocóeldinerodecadaunoensusitioyCassaasintióantesdedecirconaltanería—Gracias
—Denada.—LaironíadesuvoznolepasódesapercibidaanadieyLamachasqueólalengua.Vaya,yateníaunpuntonegativo.Aquelloibaasermásdurodeloquepensaba.
Ellospusieronlamesaycolocaronlacomidaenelcentro.DylanseacercósonriendoaLama,quesetensóporsuproximidad.—Preciosa,acenar.
Selevantósinsuayudaypasóanteélconlacabezaalta.Lesusurróaloído—Huelesdemaravilla.
Sesonrojódegustoyélreprimióunasonrisa.Puntoparaél.Joder, estaba perdiendo puntos a pasos agigantados. Sobre todo porque su
suegraysumadresehabíansentadounaacadaladodeLamaylaacaparabantodoeltiempo.Casinopudohablarconellaentodalanocheycadavezquelohacía, se notaba demasiado la desesperación por su respuesta. Que solían sermonosílabos.Estabaclaroqueibaasudarsangreparaquevolvieraacasa.
Tuvo que aprovechar que su madre se levantó para coger a una de lastrillizas, para sentarse a su lado en el sofá. —¿Te ha gustado la cena? Hascomidomucho.
—¿Meestásllamandogorda?Parpadeóasombrado.—Claroqueno.Necesitasengordarunpoco.—Asíqueestoyflaca.Uy,uy,enmenudojardínseestabametiendo.—Estáspreciosa.KirkasintióaprobandosurespuestaymáscuandoLamasesonrojódegusto.
—Estababueno.—ÉlcogiósumanoyLamalaapartódegolpe.—Noestabatanbueno.
—Hepensadoquemañana tepuedo recogerydamosunavueltaencoche.Paraquetedéelaire.
—¿QuéairesiestamosenNuevaYork?—Peropodemossalirdelaisla.—Mañanavaallover—dijosusuegranegandoconlacabeza—.Asíquese
quedaencasa.La miró como si quisiera cargársela sin poder evitarlo, pero intentó
reprimirseforzandounasonrisaquemásparecíaunamueca.—Soymédico.Séloqueesbuenoparamimujer.
CuandoLamanodesmintióquefuerasumujer,lediounvuelcoelcorazónysonriócomountontocogiendosumanodenuevo.—Perosiquierespuedoveniryjugamosaalgodeloquetehetraído.Loquetúquieras.
—Quierosalirapasear—dijoconganasdetocarlelasnarices.—Ah,no.Esono.¿Unapartiditadepóker?LosojosdeLamabrillaron.—¿Tequieresarriesgaraperderhastalacamisa?—¿Veslascartas?¿Sabesdeantemanocuálvaaserlamano?—No.—Entoncesnoestéstanseguradequevasaganar.—¡Oh,sí!—dijoRonelle levantándose—.¡Vamosajugaralpóker!Quiero
sacaroslapasta.—¿Pasta?—Cassafruncióelceño.—Yerno,damedineroqueestoypelada.
Te lo devuelvo cuando gane.—Gruñó sacando la cartera y dándole cincuentapavosasusuegraquesonrióencantada.—Voyadejarospelados.
Lamaestiró lamanoydivertido lediootrobillete.—¿Tequedapastaqueperder?
—Tranquila,sinoiréalcajero.—Hijo…—Mirósorprendidoasumadrequeextendíalamano.Lediootros
cincuentadólares.
Kirkseechóareíralversucarteravacíayélhizounamueca.—¿Meprestascincuentapavos?
—Qué va. —Al ver su sorpresa se echó a reír con ganas. —No puedoposicionarmeclaramente.Mejuegodormirenelsofá.
Increíble. Tuvo que salir bajo la lluvia porque con las prisas se le habíaolvidadoel paraguasy cuando regresó, lamesadepóker estabapreparada.Sesentó ante Lama y cogió las cartas que Ronelle estaba repartiendo como unaprofesional.—Muybien,empecemos.Mínimodeapuestacincopavos.
ÉlselotomóenserioporquesenotabaqueRonelleteníatablasypretendíaquedarsehastaelfinalynoverlapartidadesdeelsofá.EnseguidasevioquiensabíajugaryLamanoeraunadeellas,porquenosabíafarolear.Nisumadre.Leprohibiría jugar en el futuro.Era un peligro con las apuestas.Enseguida se leacabóeldineroyextendiólamanocomosinada.—Ah,no.
—Telodevolveré.Ahoraquelopienso,leheleídolamanoatumadre.Medebescienpavos.—Extendiómáslamano.
—¿Y lo de que sacar dinero por leer lamano es de frikis?—dijoNinettedejándoledepiedra.
—¡Perosisalisteenlatele!—Esoeraparafastidiarte.Teníaunfin.—Eresmimujer.Nodeberíascobrarme.—¿Medaslapastaono?—¿Quémedarásacambio?—Tevoyadarunhijoytengoquepasarmeenlacamalospróximosmeses.
¿Creesquehayalgoquepuedasuperareso?Ronelleseechóareír.—Tehaganado,hijo.Sueltalapasta.GruñósacandolacarterayKirkseechóareír.—Entrelosregalos,lacenay
lapartida,tevanadejarlacuentatemblando.—Merecelapena.Lamasonriócogiendoloscincuentapavos.—Damefichas,Ninette.Estoyen
racha.
TodosseecharonareírviéndolaacapararlasfichasyentoncesCassasonrióde una manera que a Dylan le mosqueó. Uy, uy, esas guardaban un as en lamanga.Ysevioenlasiguientejugada,retandoaRonelle.Despuésdedescartara toda lamesa, semarcóun farolque la sacóde lapartidaypocoapoco fuesacándolos a todos menos a su madre y a él. Cassa abandonó la partidadejándoseganarysequedaronlosdossolos.
—Bueno,nena.¿Listaparadevolvermeeldinero?—Ja,ja.Reparte.Encuantolohizo,disimulólamierdadecartasquelehabíantocadomirando
suspreciososojos.—¿Empezamos?Ella sonrióviendosus fichasymovió todas las suyashastael centrode la
mesa.Élgruñóporqueparasubirlaapuestatuvoquesacarlacarteradenuevohaciéndolesreír.—Nena,¿quierescartas?—Tirólascincocartassobrelamesaytodossepartierondelarisa.Nilasmiró.Élsedescartódetresyparasusorpresacuandolasmiróteníaunpókerdenueves.
—¿Nolasmiras?—Nolonecesito.—ExtendiólamanoyDylanseechóareíracarcajadas.—
Nidebroma.—¿Quémásteda?Detodasmaneras,quedaencasa.—Enesotienerazón—dijoRonellepasándoseloengrande.—Nopuedesjugarcontramíypedirmedinero.Setratadeganar.—No, se trata de que yo gane. Y para eso, tengo que apostar y para eso
necesitodinero.—¡Sinihasmiradolascartas!—Nolonecesito.Séquevoyaganar.—¡Dijistequenoveíaslascartas!—Ynolasveo,perolosé.—Entoncesnotedoyeldinero.¿Quéganoyoconesto?Lamapareciópensárselo.—Vale,¿quéquieres?—Quevuelvasacasa.
—Ah,no.Pideotracosaquetehaspasado.—Mañanapasamoseldíasolos.—Unbeso.Élselacomióconlosojosyestuvoapuntodeclaudicar,peronegóconla
cabeza.—Eldíasolosmañana.Sonriócomosiledieraigual.—Detodasmaneras,tevoyaganar.Dejóunmontóndedinerosobrelamesasindejardemirarlaalosojos,como
siquisieradevorarla.—Enseñalascartas,preciosa.—Maliciosalasvolvióunapor una,mostrando una escalera de color.—No voy a volver a jugar contigonuncamás.
SeechóareírencantadaatrayendolasfichasdeplásticocomosifueraeltíoGilito.Élselevantódelasillaylerobóunbeso.—Almenosesoquemellevo.
—Estoyforrada.—Levantóloscienpavosmostrándoselosydijodulcemente—Graciasporelpréstamo.
Dylanlacogióporlanucaylabesódenuevoapasionadamente.Lamadejócaerlosbilletessobrelamesadisfrutandodeloquelehacíasentirycuandoseapartódegolpe,atontadaleviocogerlosbilletesmetiéndoselosenelbolsillo.—Quedescanses,preciosa.Buenasnoches.
—Buenas noches—farfulló casi sin aliento. Le observó ir con su madrehacialapuertadespidiéndosedetodos,sintiendoquesucorazónselesalíadelpechoycuandoabandonólacasamiródecepcionadahacialaventana.Alfinalnosabíasivolveríamañana.
—Tranquila,aquílotendrás—dijosumadrecomosileyerasupensamiento—.Ahoraalacama.
—¿Nunca se te ha ocurrido mudarte a las Vegas? —preguntó Ronelledivertida.
—Melopensarésiestonosalebien.Sentada en su cama al día siguiente, dibujaba distraída porque ya eran las
onceyDylannohabíaaparecido.Hartadeesperar,cogiósumóvilylellamó.—Ya estoy de camino. ¿Estás impaciente por verme? —preguntó con
cachondeo.—Muygracioso.—¿Estásbien?¿Todovabien?—¡Meaburroyesculpatuya!—gritóantesdecolgar.Frustrada se cruzó de brazos. Entonces recordó cuando le leyó lamano a
Dylan y lo que vio de sumatrimonio. Las exigencias. CuandoLaura siemprequeríamás.Losgritosalteléfono.Sesintiótanmiserablequesepusoallorarsindarsecuenta.Cuandollamaronalapuerta,selimpiólaslágrimasrápidamenteyDylan la abrió perdiendo la sonrisa de golpe.—Nena, ¿qué pasa?—Dejó elramo de rosas rojas que llevaba sobre la cama antes de sentarse a su lado yapartarlasmanosdesurostro.—¿Porquélloras?
—Noquierosercomoella.Dylan apretó los labios. —Nunca serás como ella. Estás irritada por tu
situación,peroesoestodo.—¿Deverdad?—preguntóinsegura.—Deverdad.—Leacariciólasienconelpulgarysonrióantesdebesarlaen
loslabiossuavemente.—Entrequenopuedeslevantartedelacama,quetienesundesastredenovioyquetieneslashormonasalteradas,estásalgorefunfuñona.Perolosoportarástodoporelbebé.
—¿Seguroqueestoesnecesario?Meencuentrobien.—Dentro de dos semanas te hago unas pruebas. Si todo va bien, podrás
levantarteunpocomás.Lemiróesperanzada.—Hecho.Él sonrióyvioeldibujode las trillizas sobre lacama.—Estoesprecioso,
nena. —Cogió el block y pasó la hoja para mostrar a Ronelle comiendoespaguetis.Seechóareír.—Senotaquedisfrutaba.Tienestalento.
—Quéva.Siemprehedibujadocuandoestabaaburrida.—Puesyocreoquesonmuybuenos.¿Medibujarásamí?
Sesonrojóconfuerza.—¿Quieresundibujotuyo?—Loenmarcaré y lo pondré en el despacho.Y si haces un retrato tuyo lo
colgaréallado.—Dylanesoesunahorterada.—Seechóareírsinpoderevitarloyéllamiró
como si su risa fuera lo más maravilloso del mundo. Se le cortó el alientomirandosusojosverdes.—¿Dylan?
—Cásateconmigo,cielo.—Porque…—Porquenopuedodormir,nopuedocomerpensandoenti,nomeconcentro
eneltrabajoytenecesito.¿Noessuficiente?—Cogiósumanodesesperado.—Dímelo—susurrósinaliento.Parpadeóasombrado.—¿Quémásquieresquetediga?¿Quieroquevuelvas
acasa?¡Creoqueesoyalosabes!Bufódecepcionadaysecruzódebrazos.—Graciasporlavisita.—¿Meestásechando?¡Simeacabasdegritarporteléfonopornoestaraquí!—¡Yasemehapasado!—legritóalacara.La cogió por lasmejillas y la besó apasionadamente. Ellas se abrazó a él
respondiendo con ansias por todo lo que le había echado de menos y fuerondeslizándosehaciaabajotumbándoseenlacama.Gimióensubocacuandosusmanos llegarona su trasero apretándoselo conansias.Ella apartó labocay semirarona losojos con la respiración agitada.—Nopodemos…—dijeron a lavezantesdebesarsedenuevodesesperadamentecomosiestuvieransedientos.Fueélquiendetuvoelbesocasisaltandodelacama.
Lamirócondeseopasándoselasmanosporsupelorubio.—Nena,vanaserunosmeseslarguísimos.
—¿Ah,peromevasadejarasí?—¡Nopodemoshacerlo! ¡Elorgasmoestimula lascontraccionesuterinasy
esonoesbuenoenestemomento!—¿Entoncesparaquémebesas?¡Eresunprovocador!—¡Mebesastetú!
—Uy,quémentira.—Voyatomaruncafé.—¡Venaquíycumplecomounhombre!Dylansevolviósonrojado.—Nena,bajalavoz.Ronelleseechóareírdesdeelpasillo.—Tarde,yalohaoídotodalacasa.—¿Vescómodeberíamosestarennuestracasaparahablardeestascosas?—¡Siestátumadre!—¡Ylatuya!—¡Peromimadreesuncielo!—¡Serácontigo!—¡Claro,conmigoqueesquienleimporta!—¡Voyatomaruncaféaversiasítecalmas!—¿Meestásllamandohistérica?—Puesunpoco,laverdad.Nadadesexo.Esoesloquehay.Dateunaducha
fría.—¡Muy comprensivo!—le gritó a la puerta cuando se fue. Entrecerró los
ojoscuandolapuertanoseabriódenuevo.—¿Dylan?¿Notehabrásido?¡Estebebé es de los dos y los dos nos aburriremos como ostras hasta que nazca!¡Vuelveaquí!
LapuertaseabriólentamenteyNinetteasomólacabezasonrojándolahastalaraízdelpelo.—¿Unmaldía?
—¡No es justo! ¡Tú tienes tres y puedes disfrutar del sexo hasta el últimodía!¡Yotengounoymequedoadosvelasalamitaddelembarazo!
Su amiga hizo una mueca. —Seguro que te desquitas en el segundo.Paciencia.
—Aestepasonohabrásegundo.La risa deNinette la hizo sonrojarse de nuevoy sin poder evitarlo sonrió.
Teníaqueserpositiva,endosdíashabíanavanzadomucho.Aúnnoledecíaquela quería, pero al menos le había dicho que no podía vivir sin ella. Losolucionarían.
Capítulo14Deochomeses seacariciabaelenormevientremientrascambiabaelcanal
del televisor, que ahora tenía en la habitación, a la vez que comía galletas dechocolatedemaneracompulsiva.MiróelrelojdeplatadeencimadelamesillaqueDylan lehabía regaladoygruñómasticando lagalleta al verque eran lasseis.Nolequería llamarporquenoqueríaquepensaraqueeraunapesada.Laverdadesquedesdeaqueldía,mesesantes,nohabíavueltoallamarleporquenoqueríaparecerseaLauraennadaenabsoluto.Élibaaverladespuésdeltrabajoylosfinesdesemana,lellevabaalgúnregalitoyseibaacasadespuésdelacena.Nohabíavueltoapedirlematrimonioynadadebesosquenofueransimplesyrápidos.Nadadelenguanidetocamientos.Cualquierotrapensaríaquepasabadeella,peroaveceslamirabacomosiquisieracomérsela,asíquepensabaquenolabesabamáspornocomplicarlascosas.Peroloquelatorturabaesquenolehabíapedidoquevolvieraacasa.Esosíquelaestabaponiendonerviosa.
SabíaquedabaaKirkdineroporsumanutenciónyladesumadre,paraquenolesfaltaradenada.Kirksehabíanegado,peroDylanhabíainsistidotantoqueal final tuvo que cogerlo. Atendía sus necesidades completamente menos lassexuales.Eracariñosoconellaycomprensivo.Latratabacomoaunareina,peroconun límite.Empezabaa arrepentirsedehaberse idodecasaporque tenía lasensacióndequenolepediríaqueregresaraasulado.
Miróeldespertadordenuevoysepasólamanoporelvientre.Lenecesitabaallí.Sesentíainquietaylenecesitabaasulado.—Porunallamadanopasanada.
Marcó su número y esperó a que lo cogiera apartándose unmechón de lacara.Fruncióelceñocuandosaltóelcontestadorycolgó.Diezminutosdespués
decidióprobardenuevoynocontestó.Sumadre entró en la habitación con Elsa en brazos y frunció el ceño.—
Cielo,¿teencuentrasbien?Bajó laspiernasde lacamaysintióunapresiónen lapartedeabajode la
barriga.—Tengoqueiralhospital.Pasaalgo.—Nerviosaseacaricióelvientre.—Estoydeparto.
Cassapalidecióycorriófueradelahabitacióngritando—¡Estádeparto!—¿Cómoqueestádeparto?—gritóRonelle.—¡Unaambulancia!—¡Mamá,puedoirentaxi!Ninette entró en la habitaciónmuynerviosa.—Nievamuchísimoy nome
voyaarriesgar.Llamaréaunaambulancia.—Bueno,siteempeñas…—Seencogiódehombros.—Vale.—¡CassallamaaDylan!—dijosuamigacorriendohaciasuhabitación.—¡Nomelocoge!—Mira, como a mí. —Se acarició el vientre y sonrió al sentir cómo se
movía.—Hallegadoelmomentodevertelacarita.Sumadreentrócorriendo.—Yavienedecamino.—¿Dylan?—Laambulancia.A tu hombre le veremos allí. Seguroque está en alguna
urgenciaoenelquirófano.Poresonolocoge.—Sí,claro.Le sorprendió lo rápido que llegó la ambulancia y antes de darse cuenta
estabacaminodelhospitalconaquellahorrible sirenaponiéndolanerviosa.Encuanto llegaron a urgencias, miró a su madre preocupada porque la presiónaumentaba.¡Lenecesitabaallí!—MamábuscaaDylan.
—Sí,claro.EselhijodeDylanXanthos,¿sabendóndepuedeestar?—Pregunteenelcontrol.Ahílosabrán—dijounadelasenfermeras.—Gracias.—Miróasuhija.—Vuelvoahora.Forzóunasonrisa.—Todovabien,¿verdad?
—Nosepreocupe,señoraXanthos.Enseguidalarevisan.Esosinollegasumaridoylaasisteenelparto.
—Claroquellegará.Noseloperderíapornada.Latrasladaronamaternidadyladesnudaronponiéndoleunabatadehospital.
Lepegaronunosparchesenlabarrigayescucharonellatidodelbebé.Sonrióalescucharlos.Unadoctorarubiaymuyguapaentróenlahabitaciónmuyseriayellapreguntó—¿Dylan?
—¿Dylan?—Distraídamiróelmonitor.—DylanXanthos.Elpadredemihijo,¿estáporaquí?¿Estáoperando?Lamujerlamirócomosituvieradoscabezas.—¿DylanXanthoseselpadre
desuhijo?—Sí,¿porquélesorprendetanto?Sesonrojóapartandolamirada.—Oh,pornada.Estaráenquirófano.Hoyno
lehevisto.—¿Cómo que no le ha visto?—preguntó alterándose—. ¿No ha venido a
trabajar?—Noestabadeguardia,siserefiereaeso.¿Qué diablos estaba pasando allí? ¿Y por qué esa mujer la miraba
avergonzada?Lecogiólamanoconfuerzaylaobligóaquelaabrieramientrasla doctora gritaba que la soltara. Lama abrió los ojos como platos antes demirarlaa lacaraconganasdematarla.—¡Estásenamoradademihombre!—gritófuriosa.Ladoctoradiounpasoatrásasustadachocándoseconungotero—.Puesesmío,¿meoyes?¡Acércateaélytesacolosojos!¡Rubiateníasqueser!
Aquellazorrasaliócorriendodesuhabitacióncasichocándoseconsumadre.—¡Mamá,esaestáenamoradadeDylan!
Cassalearreóunpuñetazoaladoctoraquelatiróalsuelodesmayada.Pasósobreellaentrandoenlahabitación.—Asídejamoslascosasclaras,cielo.Paraqueseenterenotras lagartas.¿Notedecíayoqueaquíhabíamuchoscuernos?¡Siestácasada!
Unaenfermeravestidaderosallegócorriendoygritópidiendoayudaalvera
ladoctoradesmayadaporelgolpe.—¡Quiero a mi hombre aquí! —gritó desgañitada—. ¡Y como entre otra
rubia enmi habitación, la despellejo viva!—Ninette asomó la cabeza ymiróasombrada a la doctora.—Oh, pasa de una vez. No va por ti. Solo personalsanitario.
Suamigasoltóunarisitasaltandosobreladoctora.—Estepartovaaserdelomásinteresante.
—¿DóndeestáDylan,mamá?—Noestáenelhospital.Entrecerró los ojos.—Mamáaverigua si hayuna enfermera en esta planta
quesellameAmber.Esrubia.—Amiga…Noestáconella.—¿Mamá?—Ahoramismo.Unachicamorenaqueparecíaque teníaquinceañosmetió lacabezaen la
habitación.—¿Puedopasar?—Claro. Las morenas son bienvenidas. —Desde la cama vio como
arrastrabanelcuerpodeladoctorahaciaelpasillotirandodesuspiernasantesdeque entrara la chica que por la bata era doctora. —Una doctora, estupendo.¿Cómovaminiño?
Lachicasonrió,asíque lecayóbiende inmediato.—Aesovamos.Soy ladoctoraGoodson.¿Quétalsimedejareconocerla?
—Adelante.Dos horas después tenía unos dolores horribles y se sujetaba el vientre
terriblemente asustada. Sumadre estaba pálida demiedo y cuando la doctoradejódemirarentresuspiernasnolegustósucara.—Esperaremosunpocomás.¿Estásseguradequequieresunpartonatural?Todavíaestamosatiempodeunaepidural.
—¿Dónde estáDylan?—gritó desesperada antes de tener una contracciónqueladoblódedolor.
—Kirkhaidoabuscarleacasa,peronoestaba.Ysumadretampoco.—Voyamatarle.Cassa le cogió de la mano apretando con fuerza. —Tranquila cielo, que
enseguidaestaráaquí.—¿Yesaenfermeraseguroquenoestáenelhospital?—Hoytienedescanso.—¡Lamadrequelosparió!—gritófueradesí—.¡Esperaaquelepongalas
manosencima!¡Nolosvaareconocernielforense!ElteléfonodeNinetteempezóasonarysuamigalocogiórápidamente.—
Es Ronelle. —Se puso el teléfono al oído. —Dime. —Después de escucharvariossegundossonrióaliviada.—Acabadesalirdecasa.Yavieneparaacá.
Gruñó a sumadre.—Mamá busca algo punzante. Si es un bisturí muchomejor.¡Aéstelecapo!
Enesemomentoentrarondosenfermerascharlandocomosinadaysudadayconlarespiraciónagitadamiróaunadeellasfijamente.Amber.
—Vamosaponerleunavía—dijolaotraconunasonrisadeorejaaoreja.No lehizonicaso.Sinoquecuandoseacercaron losuficiente,agarróa la
rubiaporelpelo tirandodeellamientras todas lamirabanasombradas.Amberchillaba que la soltara y le estaba cogiendo la mano cuando Dylan entrócorriendoenlahabitacióndeteniéndoseensecoalverelespectáculo.—Mamáagárralaparaquelelealamano.
—¡Lama!—gritóDylandeteniéndola.Lemiróconrencor,peronolasoltaba.—¡Mamá!CassalasujetóporelcabelloyLamaleagarrólamanoconfuerzaparaleer
sumanoatodaprisa.—¿Peroquéhaces,mujer?¿Estásloca?—Dylanseacercóaellaintentando
separarlas, peroella le apartó lamanoantesdegemir interiormente soltándolaellamisma.
Amberseapartóasustada.—¿Estáloca?¡Lavoyadenunciar!—¿Sí? ¡Pues puede que yo me chive de las medicinas que coges del
dispensariodelhospital!Laenfermerapalidecióantesdesalircorriendoasustada.—¿Está robando drogas? —preguntó asombrado—. Joder, tengo que
denunciarlo.—¡Y tú dónde estabas!—Disimulando que había metido la pata hasta el
fondolecogiólamano.—Meduelemucho.Élleacariciólafrente.—Losiento.Noestabaencasayendondeestabano
habíacobertura.Nimedicuenta.—Pues hay que estar atento, hombre. Llevamos esperando este momento
meses—dijosumadreconironía.Dylanlepreguntóalaenfermera—¿Quiénlalleva?—LadoctoraGoodson.—Estásenbuenasmanoshastaquevuelva,queseráendosminutos.—Dateprisa.Encuantosalióde lahabitaciónNinette reprimió la risa.—¿Hasmetido la
pata?—Hastael fondo.Ahoraestáconuncamioneroalque leva lamarcha.—
Hizounamueca.—Sellevaránbien.Hevistobodaytodo.—Hija…—¡Era lamás probable!—La recorrió otra contracción y arqueó el cuello
haciaatrásreprimiendoungrito.Sumadrelepasóunpañohúmedoporlafrente.—Lohacesmuybien.—Dios, esto es horrible —gimoteó mirándola a los ojos—. Mamá, no
puedo…—Claro que puedes. Eres muy fuerte. Yo no hubiera soportado este
embarazoyhasllegadohastaaquí.Novasarendirteahora.—Piensaentuhijo—dijoNinetteconcariño—.Eslamejorrecompensadel
mundo.Annitambiénlopasómalyahoraestáencantadaconsuniña.Piensaen
eso.Preocupadamiróelmonitor.—¿Tienelatido?—Claroquesí.¿Nolooyes?Ladoctoraentródenuevoenlahabitaciónymiródenuevoelmonitor.—Ya
ha llegado el padre —dijo encantada—. Perfecto. ¿Qué tal si ponemos laepidural?
—QuierohablarconDylandeeso—dijoasustándose—.¿Dóndeestá?—Estoyaquí,nena.—Entrócorriendoysepusoasulado.—Estoyaquí.—
Miróelmonitorcogiendosumano.—¿Dilatación?—Cincocentímetros.Élsonrióybesósufrentesudorosa.—Todovabien.—¿Seguro?—Seguro.—Extendiólaotramanoyladoctoralediosuhistorial.Loapoyó
sobre su barriga para levantar la hoja y Cassa sonrió yendo hasta Ninette,sentándose a su lado. Dylan le guiñó un ojo a su mujer. —Ahora vamos aponertealgoparaeldolor.—Ladoctorasalióatodaprisa.—Nena,¿porquénohasdejadoquetelopusieranantes?
Sus ojos se llenaron de lágrimas.—Eso era decisión tuya. Tú tenías quedecidirloporqueyonoloveía.
Besó su mano antes de agacharse para besar sus labios. —Lo siento,preciosa.Teníaquehabermedadocuentadequenoteníacobertura.
Leacariciólamejilla.—¿Ydóndeestabas?—preguntócomosinada.—Oh,teníaunareuniónconungrupodemédicosqueterminótarde.Ellasonrióymetiósusdedosentresucabello.—Quéguapoestás.—¿Deveras?—Lediootrobesoen los labiosyella seapartógritandode
dolormientrastirabadesucabelloconfuerza.CassayNinettesetaparonlabocaintentandoreprimirlarisaalescucharlegruñirdedolor,intentandosoltarseconlacarasobreelvientredesumujer.Cuandoterminólacontracciónellarespiróagotada soltándole yDylan se enderezó de golpe acariciándose el cabello.—Nena,tienesunafuerzasobrehumana.—Setocóunapartedelacabezarepetidas
veces.—¡Mehasdejadounacalva!Lamasemirólamanoyviocuatropelos.—Serásexagerado.—¡Exagerado!—Cogióelmechóndesusdedosmostrándoselosasusuegra.—Ellahaperdidomuchomásconesteembarazo.¡Lafigura,porejemplo!—¡Yasabíayoquenoibaaencontrarcomprensiónenti!—¿Entoncesparaquéteesfuerzas?—¡Estotepasapormentiroso!—gritóLamaperdiendolapaciencia.—¿Mentirosoyo?—¡Noestabasenningunareunión!—Yañadiócondesconfianza—¿Túno
melaestaráspegando?—¿Yo?¡Estoeselcolmo!Medejas,noquierescasarteconmigo,mepones
malacaracuandovoyaverte,¿yahoramerecriminasqueestoyconotra?Lama se apoyó en sus antebrazos para incorporarse. —¡Tienes pinta de
culpable!¿Dóndeestabas?Abrió los ojos exageradamente.—¡Ahora entiendo que agarraras aAmber
paraleerlelamano!¡Queríassabersiestabaliadoconella!—Qué listo eres. ¡No me extraña nada que hayas conseguido sacarte la
carrera!¡Recuerdaqueteoíquequedabasconellaparaecharunpolvo!NinetteyCassajadearon.—¡Esofueantesdeestarcontigo!¡Eralibre!—¡Yameconocías!—¡Noqueríanadacontigo!¿Notequedóclaro?—¡Claro,porculpadetumujer!—¿Tenemosquevolveraeso?¡Nena,nopuedesagarrardelospelosatodas
lasmujeresqueconozcoparaleerleslasmanos!—Oh,sí.¡Claroquepuedo!—¡Noestabaconellas!—¿Conquiénestabas?—Conmimadre,¿contenta?—Lastresentrecerraronlosojos.—¡Sequedó
en casa con la decoradora para decidir cómo ponían los muebles que hemoselegidoestatardeparalahabitacióndelbebémientrasyoibaaverteacasade
Kirk!ALamaselecortóelaliento.—¿Lahabitacióndelbebé?Dylan suspiró pasándose la mano por su cabello. —Tenía que tenerla
preparadaporsiocurríaalgoencualquiermomento.Comonomedijistenada,lodecidíyoparaquecuandosalgasdelhospitalvayasderechaanuestracasa,¡quéesdondetienesqueestar!—Yseacercómásasucara.—¡Porquevasavolveracasa!¡Estoyharto!
—¿Estásharto?—preguntóconlosojoscomoplatos.—¡Ytevasacasarconmigo!¡Yanotelopidomás!—¿Ah,no?—Hesoportadoestosúltimosmesesporquehubierasidounatorturatenerte
en casa y no poder tocarte, pero ahora todo cambiará. ¡Vamos a formar unafamilia!
—Yasomosunafamilia.—¡Puesquierounafamiliamásunida!—Tomóaireysepasólasmanospor
elcabello.—Ahoravamosatraeralmundoanuestrohijo.¡YsellamaráDylan!—¿Y?—Ytequiero,nena.Tequieromásqueanada.Sonrióradianteyalargólosbrazos.—Sabíaquealfinalcaerías.Élriendoseacercóylabesóenloslabios.—¿Nomedigas?—Encuantotevientrandoenestamismahabitaciónmedije,ésteeselmío.—Ytúeresmía,cielo.Graciasporentendermeyperdonarme.—Graciasporquererme.Unamujer rubia entró en la habitación conuna jeringuilla en lamano.—
¿Listaparalaepidural?Lamaentrecerrólosojos.—¿Porquénomeenseñalamanoprimero?—¿Lamano?—preguntóconfundida.Dylandisimulóunasonrisa.—Nena…—Omelaenseñaonomepincha.Túverás.—Melashelavadoymeibaaponerguantes.
Laschicas se empezarona reír a carcajadas.Dylancogió la jeringuilla.—¿Quétalsitelapongoyo?
—Atitedejoquemehagasloquequieras,miamor.
EpílogoLama llegó a la cafetería de Jimmy y empujó el carrito hacia su mesa,
sentándose al lado de sumarido. Le dio un beso antes de coger una patata ypreguntó—¿Qué tal en el hospital? ¿Te gusta tu nuevo puesto de director deginecología?
—Megustamandar,yalosabes.Soltóunarisitacogiendounadesuspatatasfritasysumaridoselevantópara
cogerasuhijodelcarrito.Susrizosrubiosestabanalborotadosdespuésdeestarenelparque.Dylanjuniorsoltóunchillidoalverasupadreyleabrazóporelcuello.—¿Noesincreíblequevayaacumplirdosaños?
—¿Meestásintentandodeciralgo,marido?Sesentóasuladodenuevo.—Bueno,megustaríatenerotro.—¿Hablamos de eso esta noche?Oh, esome recuerda…—Miró hacia la
cocinaygritó—¡Jimmyfelicidades!Suamigosalióconlaespátulaenlamano.—Noesmicumpleaños.Annisesonrojófulminándolaconlamirada.—¡Queríadecírseloyoestavez,
Lama!—Esquemeencantaverlelacara.Se echóa reír al verque Jimmycomprendíaymiraba a sumujer como si
fueraundesastre.—¿Otravez?¡Mujer,queyatenemosdos!—Cariño,nosfaltaelniño.Estavezsíqueserániño,yaverás.Ambos la miraron interrogantes y Lama chasqueó la lengua. —¿Ahora
queréisqueoscuentequéserá?—Sí—contestótodalacafeteríahaciendoreírasumarido.
—Puesfelicidades,vaisatener…—Vamoscielo,noseasmala.—¡Unniño!Todalacafeteríaaplaudióysumaridolacogióporloshombrosdándoleun
besoenloslabios.—Eresmalvada.—Quéva.Nohepodido resistirmeadecirles loque sería.Otra sehubiera
hechoderogar.—¿Ynosotros?—¿Nosotrosque?—¿Teestásresistiendo,miamor?¿Quétendremosenelsiguienteparto?—Oh, pues he visto una niña, pero hasta dentro de siete meses no lo
sabremosseguro.Dylansonrió.—¿Queríassorprendermeestanoche?—¿Tútambiénveselfuturo?—Veonuestrofuturoyserámuyfeliz.—Te quiero tanto… Ni en mis mejores sueños me habría imaginado que
seríatanfelizatulado.Labesó suavemente en los labios.—Lomismodigo, preciosa.Tendremos
quecelebrarlo.Nosabrásloquesemeocurriráparasorprenderte,¿verdad?Paraquemedesunapista.
—Porelcolordetuauramehagounaidea,marido.Mehagounaidea.
FIN
SiquieresconocerlahistoriadeNinette,lapuedesleeren“Sóloconestaramilado”.
Sophie Saint Rose es una prolífica escritora que tiene entre sus éxitos“Vuelve”o“Esanosoyyo”.Próximamentepublicará“Desterrada”y“Eresparte
demí”.SiquieresconocertodassusobraspublicadasenformatoKindle,sólotienes
queescribir elnombrede laautoraenelbuscadordeAmazon.Tienesmásdenoventatítulosparaelegirdentrodelgéneroromántico.
TambiénpuedesseguirsusnovedadesatravésdeFacebook.