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TESIS FINAL DE GRADO
LICENCIATURA EN EDUCACIÓN FÍSICA Y DEPORTE
Profesora HREN, ANA
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Emoción y deporte. La ansiedad como
factor limitante del rendimiento
deportivo en la pre-competencia.
Condición para obtener el título de Lic. en
Educación Física y Deporte
Autora:
Prof. Hren, Ana
Director:
Lic. Marrón, Fernando
Universidad Nacional de Río Negro
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ACEPTACIÓN DEL DIRECTOR
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En tiempos de cambios, quienes estén abiertos al aprendizaje
se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen
saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no
existe.
Eric Hoffer.
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Dedicatoria
A Elisa, mi mamá.
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Agradecimientos
A Fernando Marrón, director de este trabajo de investigación, por su virtud para dirigirme, su
paciencia y su confianza para llevar a cabo ésta producción.
A los deportistas que participaron, cómplices del estudio por la predisposición y honestidad.
A mi familia y amigos por su constante paciencia.
Sin todos ellos, esto no hubiese sido posible.
Muchas gracias.
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Resumen
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En los últimos años, las emociones han sido objeto de numerosos estudios. Partiendo de
la relevancia que éste constructo ha obtenido, es necesario investigar en profundidad
para determinar su incidencia en el ámbito deportivo.
La ansiedad, como emoción, posee la característica de ser multidimensional. Esto quiere
decir que integra diversas variables a considerar. En otras palabras, existen tres
componentes fundamentales de la ansiedad. A saber, estos son la autoconfianza, la
ansiedad somática y la ansiedad cognitiva. Estos elementos tienen la particularidad de
modificarse según la percepción que el sujeto realice del ambiente en relación a sus
posibilidades, dando como resultado una sensación potencial de peligro. La
autoconfianza considera la confianza que el sujeto mismo posee; la ansiedad somática
describe las manifestaciones fisiológicas ocurridas ante tal situación mientras que la
ansiedad cognitiva refiere a los componentes cognitivos tales como pensamiento
negativos, inseguridad, insomnio, entre otros.
Considerando como pre-competencia las 24 horas anteriores a ésta, la teoría indica que
a medida que se aproxima el momento de competencia los niveles de ansiedad se
modifican. Un deportista que se encuentra entrenando posee una serie de condicionantes
totalmente diferentes a los cuales se exponen los deportistas en competencia. Así, los
autores mencionan que es común hallar un valor mínimo de ansiedad durante los
entrenamientos, siendo la subescala de la autoconfianza la más relevante. Pero estos
niveles varían y en la medida en la que el deportista se aproxima a la competencia, la
autoconfianza comienza a disminuir a la vez que el verdadero protagonismo es asumido
por las subescalas de la ansiedad.
Existen estudios que indican que dentro de la ansiedad, las manifestaciones fisiológicas
son las más evidentes en el deportista que se encuentra próximo a competir. Ejemplo de
estas se menciona el malestar estomacal, la sequedad en la boca, aumento de tensión
muscular, manos frías y pegajosas, exceso de sudor.
Cuando el deportista percibe una situación de peligro por considerar amenazante el
entorno y se rompe el equilibrio entre sus posibilidades y el potencial peligro, las
manifestaciones antes mencionadas gobiernan la situación. Siguiendo ésta línea, según
explican los teóricos, la ansiedad repercute en el accionar del deportista condicionando
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su performance sometiéndolo a un aumento de probabilidades de sufrir un proceso
lesivo.
Los objetivos de ésta investigación son: a) Determinar la incidencia de la ansiedad en
los deportistas antes de entrenar y antes de competir; b) Evaluar la incidencia de la
ansiedad como factor predictor de lesiones en los deportistas. C) Identificar la relación
entre ansiedad y rendimiento deportivo. En pos de responderlos, el estudio se llevó a
cabo desde una metodología cuantitativa de carácter descriptivo. Para la recolección de
datos se utilizó el CSAI 2R en su versión propuesta por Cisterna Valdebenito (2015). La
información fue procesada en una matriz de datos de Excel 2010 donde se calcularon
medidas de tendencia central (específicamente la media).
Los hallazgos indican que en aquellos deportistas que se encuentran previo a entrenar
prevalece la autoconfianza, seguida por la ansiedad somática y luego la ansiedad
cognitiva. Sin embargo, cuando los deportistas están próximos a competir, los niveles
de autoconfianza descienden a la vez que la ansiedad somática y cognitiva elevan sus
valores.
En similitud a lo expuesto en el estado de arte, se indica que los niveles elevados de
ansiedad condicionan el rendimiento del deportista y, en particular, un elevado
porcentaje de ansiedad somática aumenta las probabilidades de que el deportista se
lesione.
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Índice
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Resumen 7
Introducción 13
CAPÍTULO I
Aproximación temática 17
I.1. Justificación 17
I.2. Supuesto que orienta la investigación 17
I.3. Objetivos 17
I.4. Consideraciones metodológicas 18
CAPÍTULO II
Emociones, ansiedad y deporte 21
II.1. Conceptos 21
II.2. Modelos de las emociones 25
II.3. Función de las emociones 26
II.4. Tipos de emociones 28
II.5. Miedo 29
II.6. Concepto de ansiedad 30
II.7. Tipos de ansiedad 37
II.8. Relación del concepto de Ansiedad con Estrés 39
II.9. Ansiedad en el deporte. 39
II.10. Relación del concepto de Ansiedad y Autoconfianza. 46
II. 11. Manifestaciones de la ansiedad en el deporte. 47
II. 12. Niveles de ansiedad. 49
II. 13. Rendimiento deportivo 52
II.14. Evidencia 53
CAPÍTULO IV
CSAI 2R 60
IV.1. Instrumento de recolección de datos 60
IV.2. Modo de aplicación del test 65
CAPÍTULO V
V.1. Población/muestra 67
V.2. Instrumento. 67
V.3. Procedimiento 68
CAPÍTULO VI
Análisis y resultados 69
VI.1. Análisis de la información. 69
VI.2. Resultados en base a los objetivos planteados. 69
VI.3. Resultados 71
VI.4. Conclusión - Discusión. 80
VI.5. Limitaciones 82
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CAPÍTULO VII
Bibliografía 84
CAPÍTULO VIII
Anexos 88
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Introducción
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La presente investigación se origina frente a la necesidad de comprender la manera en
que la ansiedad influye en el campo de lo deportivo. Específicamente diferenciando la
incidencia en aquellos deportistas que se encontraban previos a entrenar y aquellos en
momento de pre competencia, el supuesto que guio éste estudio fue que el rendimiento
del atleta es condicionado por numerosas variables, siendo una de ellas, y objeto de
estudio, la ansiedad.
El marco metodológico adoptado fue la perspectiva cuantitativa de carácter descriptivo.
La muestra se constituyó por 105 deportistas amateurs de la Ciudad de Viedma, Rio
Negro. Para la obtención de datos se utilizó el CSAI 2R en la versión traducida
postulada por Cisterna Valdebenito (2015). El cuestionario cuenta con 17 ítems
calificados con una escala Likert de cero (nada) a cuatro (mucho). Los ítems evalúan la
ansiedad somática (7 ítems), ansiedad cognitiva (5 ítems) y autoconfianza (5 ítems). Los
deportistas participantes debían indicar si el cuestionario era respondido en el momento
previo a entrenar o competir.
La ansiedad es definida por la bibliografía como un constructo multifacético consistente
en una respuesta emocional subjetiva ocurrida ante una situación aversiva originando en
el sujeto una cascada de reacciones cognitivas, fisiológicas y motoras (Carrillo Saucedo,
2006; Lois Rio, 2015). La ansiedad estado o estado de ansiedad se define como las
reacciones episódicas y a corto plazo que ocurren ante una situación percibida
subjetivamente como peligrosa (Pineda Espejel, Lopez Walle y Tomás, 2014). Bien
explica Bastida de Miguel (citado en Vázquez Infante, 2016) que la ansiedad es una
reacción emergente de un conflicto entre factores internos y externos. Para comprender,
entonces, su relación con el rendimiento del atleta, es menester saber interpretar el
componente subjetivo (factor interno) que tendrá total relación con la competencia
(factor externo).
Cuando los niveles de ansiedad se encuentran en valores normales o moderados, no se
considera relevante en relación a la competencia, sino más bien es su disminución (rara
vez) o aumento (mas común), lo que la totalidad de la bibliografía pretende investigar.
Autores tales como Arenas Granadas, Aguirre Loaiza y colaboradores indican que si los
valores obtenidos de la interpretación de la escala Likert son menores a 39, la ansiedad
es baja. Se considera moderada cuando la puntuación va desde los 40 hasta los 59 y
desde los 60 puntos, inclusive, hacia arriba, se considera alta.
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En aquellos deportistas que se encuentran próximos a entrenar y en base a las
condiciones a las que se expone (contexto) no se observan valores elevados de ansiedad
y muchas veces los síntomas propios de ésta reacción emocional son considerados
facilitadores. En la medida en la que el deportista se aproxima a la competencia los
valores de autoconfianza comienzan a disminuir a la vez que los valores de ansiedad se
elevan. Es la competencia un medio modificador del estado de ansiedad. La elevación
ocurrida en el estado de ansiedad desencadena reacciones predominantemente
fisiológicas como el aumento de la tensión muscular, sequedad en la boca, motricidad
alterada, entre otros. Valores altos en el estado de ansiedad, tal como lo indican los
teóricos, repercuten en el rendimiento del atleta y aumentan las probabilidades de
lesionarse (Cottyn et al, 2006; Letelier Lopez, 2007; León Prados, Fuentes García y
Calvo LLuch, 2011).
En relación al primer objetivo específico de la investigación, se determina que la
ansiedad es un constructo que asume gran importancia en el campo deportivo. En base a
las subescalas que componen el concepto, se estimó que en aquellos deportistas que se
encontraban próximos a entrenar, el mayor valor obtenido era de autoconfianza, pero no
así para los que se encontraban en la previa a la competencia. Aquí prevalecía la
subescala de la ansiedad. Si bien ambos componentes de la subescala, somático y
cognitivo, aumentan en la previa a la competencia, los mayores valores obtenidos
corresponden a las manifestaciones fisiológicas (ansiedad somática).
En el segundo objetivo propuesto por la investigación se analizó la incidencia de la
ansiedad en relación a las lesiones deportivas. El estado de arte permitió indicar que en
la medida en que la ansiedad somática se encontrase en valores elevados, los deportistas
aumentan las probabilidades de incurrir en una lesión.
En base al tercer objetivo específico del presente estudio, se determinó que en aquellos
deportistas que se encuentran próximos a competir, los niveles de ansiedad elevados
condicionan su accionar, generando un detrimento en su rendimiento deportivo.
El estudio consta de cinco capítulos. El capítulo I permite encuadrar metodológicamente
la investigación planteando la justificación y supuesto de investigación que orientan la
concreción de los objetivos.
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En el capítulo II se enmarca conceptualmente a la emoción. Se brinda una breve
introducción que permitirá comprender en profundidad el tema objeto de estudio.
En el capítulo III se profundiza en el concepto de la ansiedad, en primer momento desde
un enfoque general y luego en relación al campo deportivo. En el capítulo se
encontraran subtítulos que permitirán comprender mejor el marco teórico planteado.
El capítulo IV, por su parte, explica en una símil línea histórica la evolución de los
instrumentos que permiten evaluar la ansiedad estado en el campo deportivo hasta llegar
a la versión utilizada en la presente investigación.
El capítulo V, final de la investigación, demuestra el análisis de los datos obtenidos, la
conclusión a la que se arribó y las limitaciones del presente estudio.
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CAPÍTULO 1
APROXIMACIÓN TEMÁTICA
I.1. Justificación
Actualmente la concepción del deportista ha cambiado y es de gran importancia
reconocerlo de manera integral para comprender los aspectos que pueden desencadenar
un trastorno en su performance. En un contexto de permanentes cambios, el deportista
es sometido a diversas situaciones que lo exponen vulnerablemente a la posibilidad de
desencadenar un proceso emocional. La reacción emocional, muchas veces, puede
repercutir de tal forma en el deportista que su rendimiento sea condicionado. Es
menester profundizar en esta temática, abordando específicamente el rol que cumple la
ansiedad en el periodo de pre competencia en atletas amateurs.
Por lo antes mencionado, estimo relevante abordar ésta temática desde un enfoque
descriptivo ya que permite reconocer la importancia que posee la ansiedad como
elemento limitante del rendimiento en 105 deportistas amateur de la ciudad de Viedma,
Rio Negro.
I.2. Supuesto que orienta la investigación
El rendimiento del deportista es condicionado por diversas variables. Una de éstas es la
ansiedad, la cual modifica el desempeño del atleta principalmente en la pre-
competencia.
I.3. Objetivos
Objetivo general:
I. Demostrar la incidencia de la ansiedad en los deportistas en situación de
entrenamiento y de pre competencia.
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II. Interpretar a la ansiedad como un factor que aumenta las probabilidades de
lesionarse y que tiende a disminuir el rendimiento de los deportistas.
Objetivos específicos:
I. Determinar la incidencia de la ansiedad en los deportistas antes de entrenar y
antes de competir.
II. Evaluar la incidencia de la ansiedad como factor predictor de lesiones en los
deportistas.
III. Identificar la relación entre ansiedad y rendimiento deportivo.
I.4. Consideraciones metodológicas
El estudio se desarrollará desde un enfoque cuantitativo de carácter descriptivo. El
enfoque es cuantitativo ya que se recopilan y analizan datos buscando dar respuestas
estadísticas a un problema concreto y es de tipo descriptivo ya que se describe e
investiga ampliamente el tema de estudio.
Los datos serán obtenidos de la aplicación del CSAI- 2R (Revised Competitive Anxiety
Inventory-2). La muestra se constituye por 105 deportistas que pertenecen a diversos
deportes como futbol, futsal, handball, básquet, vóley, hockey y rugby. El promedio de
edad fue de 27,5 años, con un mínimo de 20 y un máximo de 35 años. Todos pertenecen
a la condición de amateurs. Su participación fue voluntaria.
No existió ningún excluyente a la hora de seleccionar los deportistas que quisieran
participar, solo se requería que estuviesen en periodo de competencia en su respectivo
deporte.
Previo a un entrenamiento o competencia se les asignaba el cuestionario y se les
explicaba que debían responderlo sin detenerse mucho tiempo en cada ítems y deberían
hacerlo teniendo en cuenta lo que sentían en ese momento. El deportista debía indicar si
el cuestionario era respondido previo a un entrenamiento o a una competencia
(considerando esto último dentro de las 24 horas previas a la competencia).
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Una vez recolectado los 105 cuestionarios se analiza estadísticamente los datos
dividiendo a la muestra en dos grupos. Por un lado, aquellos atletas que han respondido
el cuestionario previo al entrenamiento; por el otro, los deportistas que han optado
llevarlo a cabo previo a la competencia.
El análisis se constituirá a partir de la interpretación de las variables que constituyen el
cuestionario y de la interrelación de las mismas. Esto permitirá indicar el rol de la
ansiedad como factor de riesgo en deportistas amateurs según estén previos a entrenar o
a competir.
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Marco teórico
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CAPÍTULO II
EMOCIONES, ANSIEDAD Y DEPORTE
II.1. Conceptos
Según el contexto y dependiendo de las propias características del sujeto, éste puede
manifestar determinadas respuestas que pueden comprenderse como emociones. Sin
embargo, en la actualidad parece no haber un acuerdo bibliográfico en su definición.
Por un lado la biología humana y por el otro la sociedad y la cultura, las emociones y
los sentimientos. ¿Es uno o es lo otro? No existe una línea que separe ambos términos.
Sin embargo parece que las emociones son un concepto más objetivo por lo que permite
su estudio más riguroso.
John Watson (como se citó en Wierzbicka, 1999) afirma: "An emotion is an hereditary
'pattern-reaction' involving profound changes of the bodily mechanisms as a whole, but
particularly of the visceral and glandular systems"(p.24). Es decir, las emociones son
algo innato, que se traspasa de generación en generación, se hereda y van provocando
cambios en tanto sistema corporal sea conveniente. Siguiendo esta línea, hay autores
que sostienen que las emociones son pasibles de ser medidas, de ahí su objetividad e
importancia por sobre los sentimientos. En el mismo escrito se cita a Plutchik, el cual
dice: "Because emotions are complex states of the organism involving feelings,
behaviour, impulses, physiological changes and efforts at control, the measurement of
emotions is also a complex process" (p.24). Para este autor, los sentimientos están
integrados en las emociones, un complejo estado que involucra diversos procesos,
incluyendo su medición.
En sí, siguiendo el pensamiento de Wierzbicka (1999), la emoción como palabra puede
combinarse con sentimientos, con pensamientos, con el cuerpo humano. Se puede
hablar de un sentimiento de hambre pero no de una emoción de hambre, esto es, porque
los sentimientos en cuestión, no están relacionados. Pero puede ocurrir que los
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sentimientos si se relacionen, por ejemplo con los pensamientos. Vemos que de un
pensamiento de ―estoy solo‖ puede surgir la sensación o el sentimiento de soledad, pero
no la emoción de soledad, ya que aquí no hay ningún evento corporal asociado. En
síntesis, hablar de emoción es hablar de tres eventos interrelacionados: sentimiento,
pensamiento y cuerpo humano.
Pero no queda claro. Mucho tiene que ver la cultura, la experiencia humana. La idea de
que las emociones no deben reducirse solo a sentimientos es tema de estudio en
diferentes enfoques abogando que el ―sentir‖ es un término más universal mientras que
―emoción‖ parece estar más alterado por la propia cultura. Sin embargo, comúnmente,
suelen ser utilizados como sinónimos.
Se puede observar como muchos escritores influyentes en el tema versan sobre diversas
variables para llegar a un mismo fin, tratar de entender que es una emoción y cuál es su
influencia en el ámbito deportivo. En la medida que cada autor centre sus ideas en una
corriente determinada, será difícil llegar a un acuerdo conceptual.
Rose Mesa Jacobo (2015) refiere que si la definición de emoción proviene desde autores
enfocados en los aspectos cognitivos, se hará hincapié en la capacidad de procesar
información emocional, por ejemplo a través de la experiencia. Aquellos autores
ubicados en una perspectiva conductual definirán las emociones desde el análisis de las
manifestaciones faciales, las expresiones. Así, se podría seguir mencionando diversos
enfoques que no harán más que reflejar las predilecciones metodológicas y teóricas del
investigador, volviendo a la simple afirmación de que no hay consenso bibliográfico en
tanto refiere a la emoción.
Wenger, Jones y Jones (citado en Chóliz Montañés, 2005) afirman: "casi todo el mundo
piensa que sabe qué es una emoción hasta que intenta definirla. En ese momento
prácticamente nadie afirma poder entenderla" (pág. 3).
Paul Ekman (2007) afirma:
Emotions determine the quality of our lives. They occur in every relationship we
care about—in the workplace, in our friendships, in dealings with family
23
members, and in our most intimate relationships. They can save our lives, but
they can also cause real damage. They may lead us to act in ways that we think
are realistic and appropriate, but our emotions can also lead us to act in ways we
regret terribly afterward. (p.13).
Este autor plantea que las emociones son las encargadas de la calidad de nuestra vida
teniendo incidencia en cada relación que nos importa, sea de trabajo, de amigos,
etcétera. Las emociones, según plantea Ekman, pueden salvar nuestras vidas pero son
las encargadas también de a veces generar daños ya que nos puede llevar a actuar de
manera tal que luego sea un arrepentimiento. Algo interesante y muy estudiado en el
ámbito deportivo es lo planteado por Heinemann (citado en Puig Barata, 2012) quien
plantea que no siempre las emociones positivas van a cumplir una función positiva o al
revés. En relación a Ekman, se entienden que las emociones pueden influir en el ámbito
deportivo y en línea con Heinemann, tales emociones pueden desencadenar respuestas
negativas.
Le Breton (como se citó en Fernández, 2010) sostiene que las emociones se deben
comprender como una serie de expresiones o relaciones que varían según el contexto
pero que a su vez son propias de un conjunto social. Comprendemos, a priori, que aquel
deportista que se encuentre en instancia de competencia no debería manifestar las
mismas emociones que aquel que se encuentra en entrenamiento.
Marcus (como se citó en Bericat, 2012) piensa que en la actualidad es difícil llegar a
una definición satisfactoria de la emoción puesto que aún existen preguntas sin una
adecuada respuesta. En el mismo escrito, Lawler, dice que la emoción es un estado
evaluativo que puede ser positivo o negativo y que se compone de elementos
fisiológicos, neurológicos y cognitivos. Habitualmente, la emoción suele entenderse
como una experiencia multidimensional que se compone de tales elementos. A su vez,
cada uno de estos elementos puede variar según sea una emoción en concreto, una
persona en particular o bien, ante una situación determinada. En situación deportiva se
deberá determinar la incidencia de cada componente y su variabilidad en relación a
aspectos extrínsecos. Este estudio se enfoca en la situación en la que se expone el atleta,
es decir, entrenamiento o competencia.
24
Chóliz Montañés (2005) afirma: ―una emoción podría definirse como una experiencia
afectiva en cierta medida agradable o desagradable, que supone una cualidad
fenomenológica característica y que compromete tres sistemas de respuesta: cognitivo-
subjetivo, conductual-expresivo y fisiológico-adaptativo‖ (Pag.4)
Podemos afirmar, entonces, que una emoción es el resultado de diversas variables que
se interrelacionan para poder situar al sujeto en un contexto dado, es un constructo
social. Y tales respuestas condicionan, de cierta manera, la forma en que la persona se
adapta al medio. Entonces, es menester lograr que exista un dominio de las emociones
para poder direccionar las acciones hacia el objetivo que en verdad se pretende
conseguir. Si el objetivo es lograr la óptima performance del atleta, habrá que regular,
en cierta forma, cada una de las variables participativas, entre ellas, las emociones.
Las emociones surgen de valoraciones y percepciones del sujeto permitiendo vincular
los acontecimientos del medio con la satisfacción o limitación de sus necesidades y
motivaciones (Cervantes Morejón, Fernández Reyes y Verdura Morales, 2011).
Kleinginna y Kleinginna (como se citó en Rose Mesa Jacobo, 2015) define:
―La emoción es un complejo conjunto de interacciones entre factores
subjetivos y objetivos, mediados por sistemas neuronales/hormonales,
que pueden (a) dar lugar a experiencias afectivas como los sentimientos
de excitación, placer/desagrado, (b) generar procesos cognitivos
emocionalmente relevantes como la percepción, las valoraciones, o
procesos de etiquetado, (c) activar ajustes fisiológicos generalizados
ante ciertas situaciones o condiciones, y (d) dar lugar a un
comportamiento que es a menudo, pero no siempre, expresivo, dirigido
a un objetivo, y adaptativo‖. (p.29).
Esta definición engloba procesos biológicos, cognitivos y fisiológicos, todos ellos
influyentes en nuestro comportamiento. En consecuencia, en nuestro rendimiento.
Por lo antes mencionado, el concepto de emoción está sujeto a diversas interpretaciones.
Conceptualmente ha recorrido un largo trayecto siendo abordada desde diversos
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enfoques cambiando de acuerdo al contexto social, cultural e intelectual. Su concepción
estuvo y está ligada a los planteamientos o manifestaciones vigentes, es decir a la
orientación dominante del momento.
II.2. Modelos de las emociones
No es objeto de esta investigación comprender las doctrinas u orientaciones existentes
acerca de las emociones. No obstante, se explicaran los tres modelos que se consideran
más relevantes considerando que son, de cierta forma, importantes para comprender
como funciona en la actualidad este fenómeno. Y por sobre todas cosas, su incidencia
en el campo deportivo.
a) Modelo Básico
Su precursor más relevante es Darwin. Este modelo postula que las emociones se
activan automáticamente ante objetos o eventos que son determinados. Dentro de las
emociones que menciona el Modelo Básico se encuentran la ira, el miedo, la felicidad,
tristeza, vergüenza y asco. Todas estas constituyen emociones que muestran el mismo
patrón de comportamiento que comprendería la activación corporal con su respuesta
fisiológica y expresiones faciales asociadas a una función biosocial. Esto contribuye a
que la emoción sea fácilmente reconocida. Este modelo ha sido estudiado y desarrollado
por diversos autores como Izard, Ekman, Panksepp, Plutchik. En general, este modelo
plantea que las emociones ocurren rápidamente luego de algún cambio en el ambiente
que genera la modificación en la atención y el pensamiento. Las emociones pueden
variar en intensidad y provocan cambios fisiológicos siendo las encargadas de motivar
determinados comportamientos y suelen desaparecer rápidamente.
b) Modelos de Valoración
Es en si un enfoque cognitivo. Postula que el individuo evalúa los acontecimientos
ocurridos en su contexto de acuerdo a sus objetivos, a sus necesidades. Entonces son
esos juicios elaborados por cada individuo, orientados por la propia interpretación, la
que da origen a una emoción.
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Dentro de los autores más relevantes que estudiaron este modelo se encuentra Frijda,
Lazarus, Ortony, Clore, entre otros.
Dentro de los aportes más interesantes de este modelo se encuentra aquel en el que se
postula que como el medio es permanentemente cambiante y este cambio suele ser
rápido, las valoraciones hechas por los sujetos deben ser, también, lo suficientemente
veloces. Esto supone que tales valoraciones son automáticas, es decir, que no están
disponibles para la percepción consciente. Al ser entonces cada individuo el encargado
de realizar la interpretación, se explica por qué ante un mismo evento puede haber
diversas reacciones emocionales.
c) Modelo Construccionista Psicológico
Gendron y Barret son los principales exponentes de este enfoque. Simplificando las
ideas postuladas por este modelo, se cree que no existen emociones básicas innatas
similares en todos los seres humanos, sino que las emociones son una construcción
mucho más complejas. Las emociones son compuestos psíquicos en las que participan
estructuras más básicas del cerebro en relación a experiencias y sentimientos. En sí, la
emoción surge por la interacción permanente y continua de procesos psicológicos.
II.3. Función de las emociones
Las emociones son importantes tanto para el ajuste personal como para la adaptación
social. Reeve (como se citó en Rose Mesa Jacobo 2015) resalta que las emociones
tienen tres funciones principales, encargadas de permitir que un sujeto, en un contexto
determinado, lleve a cabo una acción específica.
a) Función Adaptativa
Suponiendo que existe un contexto ambiental en el que determinada conducta se llevará
a cabo, la función adaptativa refiere a las emociones como las encargadas de movilizar
la energía necesaria para preparar al organismo en pos de ejecutar eficazmente la
conducta solicitada.
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Plutchik (como se cita en Chóliz Montañés 2005) establece un lenguaje funcional para
cada emoción. De esta manera se indica de cada emoción su función adaptativa. (Tabla
1)
Lenguaje subjetivo Lenguaje funcional
Miedo Protección
Ira Destrucción
Alegría Reproducción
Asco Rechazo
Sorpresa Exploración
Tabla 1. Ejemplos de las emociones con su función adaptativa según Plutchik.
b) Función social
Como se vio, una función notable de las emociones es permitir la conducta apropiada.
Entonces, la expresión de las emociones facilita las relaciones interpersonales ya que
permiten predecir el comportamiento asociado con las mismas.
Al expresar, por ejemplo felicidad, se puede favorecer a crear vínculos. Pero la ira, por
ejemplo también, puede provocar respuestas de evitación o confrontación. ¿Y cuándo
las emociones no se expresan? La represión de las emociones, tiene también un carácter
social. Muchas veces es necesaria la inhibición de las emociones ya que alterarían el
orden social.
La función social permite que el sujeto pueda adecuarse al grupo social y comportarse
en sintonía.
c) Función motivacional
En esta función se observan dos características principales: dirección e intensidad.
La emoción energiza la conducta, determinando u orientándola hacia el fin que se
persigue. Por ejemplo, la ira facilita las reacciones defensivas, la sorpresa la atención
ante estímulos novedosos, entre otros.
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Es decir, la emoción carga motivacionalmente la conducta de manera tal que ésta es más
vigorosa y a su vez la orienta o dirige hacia el objetivo.
En síntesis, todas las emociones cumplen con alguna función que permite que el sujeto
ejecute correctamente las acciones, independientemente de su cualidad hedónica, es que
incluso aquellas emociones más desagradables cumplen una función relevante en la
adaptación social y el ajuste personal. Siguiendo ello, es que se interpreta que las
emociones son un factor que debe ser estudiado e interpretado en el ámbito del deporte
ya que condicionan el accionar del sujeto.
II.4. Tipos de emociones
Wierzbicka (1999) en su escrito manifiesta que en el estudio de las emociones, hay una
recurrencia en creer que todo se reduce a un pequeño número de emociones innatas.
Estas emociones serian encontradas en todos los seres humanos, siendo entonces,
universales. La idea de que existan emociones que sean consideradas básicas o
fundamentales nos hace dar por hecho que constan otras emociones que pueden ser
denominadas secundarias y que surgen de la mezcla o relación de las primarias. Pero,
¿existe una identificación universal sobre las emociones básicas? Si anteriormente se
afirmó que las emociones tienen influencia cultural, debemos suponer que aquellas
denominadas innatas se deben repetir en cada cultura que ha sido estudiada. En gran
medida, el prisma en el cual son analizadas e interpretadas las emociones depende del
contexto en el cual se está inmerso. Ciertamente en cualquier parte del mundo existen
palabras para describir los sentimientos basados en pensamientos, como por ejemplo el
enojo, la vergüenza. Pero si nos situamos en dos sitios diversos del mundo, estas
palabras no deben coincidir taxativamente de manera necesaria (de hecho, no coinciden)
pero hay dos componentes implícitos que siempre se combinan: alguien piensa algo
debido a esto y esta persona siente algo.
Mariano Chóliz (2005) cita a Izard quien establece que las emociones que cumplen con
las características para ser denominadas básicas son: placer, interés, sorpresa, tristeza,
ira, asco, miedo y desprecio. En el mismo escrito se cita a Ekman, para quien son seis
las emociones básicas: ira, alegría, asco, tristeza, sorpresa y miedo
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Por su parte, Bourdin (2016) sostiene que existen emociones básicas o primarias que se
pueden describir asociadas a reacciones fisiológicas y corporales. Entre ellas se
encuentran el interés (interest), la alegría (joy), la sorpresa (surprise), tristeza (sadness),
la ira (anger), repugnancia (disgust), el desprecio (contempt), miedo (fear), vergüenza
(shame), la timidez (shyness) y culpa (guilt). Estas emociones primarias se entienden
como elementos simples que a partir de sus combinaciones dan origen a compuestos
secundarios. Entonces existen, de este modo, emociones secundarias. Este autor da el
ejemplo de una situación de sorpresa combinada con miedo la cual puede ocasionar el
espanto.
Lopez Rosetti (2019) refiere que las emociones básicas tienen la particularidad de una
expresión facial característica y refiere a esto como la principal diferencia con el resto
de las emociones existentes. Para él, son emociones básicas el miedo, la ira, la alegría,
la tristeza, el asco y la sorpresa.
Como se puede observar, la clasificación de las emociones es un tema controvertido.
Los investigadores no llegan a un consenso, de hecho para mucho de ellos no existen
emociones básicas, sino que simplemente existen emociones.
II.5. Miedo
Constituye, para la mayoría de la bibliografía, una emoción básica. Junto con la
ansiedad son las emociones que han generado mayor cantidad de investigación y sobre
las cuales versan un arsenal de técnicas de intervención, independientemente de la
orientación teórica.
Los trastornos de ansiedad se relacionan con una reacción de miedo que muchas veces
es desmedida, es inapropiada. Pero miedo y ansiedad no son lo mismo. El miedo se
produce por un peligro real y la reacción suele ser proporcional a este. En cambio, la
ansiedad genera una reacción que suele ser desproporcionada en cuanto a la verdadera
peligrosidad del estímulo. Siguiendo esta línea, la autora Carrillo Saucedo (2006)
menciona en su escrito acerca del uso indistinto de estos términos y agrega que el miedo
se manifiesta ante estímulos presentes mientras que la ansiedad es la perturbación
causada por peligros futuros, imprevisibles.
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En este sentido, Espejo Velasco (2015), define que el miedo es un sentimiento que se
deriva de un estímulo que es peligroso, presente e inminente, en cambio la ansiedad se
relaciona a un peligro futuro, impreciso e inesperado. Por eso, argumenta el autor, se
afirma que el miedo es la ansiedad ante un estímulo específico. Y es entonces que la
principal característica que la diferencia es la proporcionalidad, ya que una reacción
frente a un estímulo existente y objetivo genera miedo, pero si el estímulo no es real en
cuanto a la reacción se hablara de ansiedad.
Sin embargo sus instigadores suelen ser compartidos. Entre los principales incitadores
están las situaciones potencialmente peligrosas, pérdida del sustento, situaciones
novedosas, el dolor.
Como principal actividad fisiológica aparece el aumento de la frecuencia cardiaca. La
actividad cognitiva se divide en una primera valoración que se traduce en amenaza y
una valoración secundaria que se interpreta como la ausencia de estrategias apropiadas
de afrontamiento.
El miedo y la ansiedad generan una movilización de una gran cantidad de energía. Así,
el organismo se prepara y tiene la capacidad de ejecutar respuestas en forma mucho más
intensa que en condiciones normales. Son emociones que se traducen a una significativa
pérdida del control (Mariano Chóliz. 2005).
II.6. Concepto de ansiedad
El estudio de la ansiedad es complejo. Su concepto ha abarcado una variabilidad de
dimensiones por lo que en la literatura existe una gran diversidad en cuanto a su
definición. Son varios los investigadores que intentan generar un aporte respecto a esta
reacción emocional y su relación con el campo deportivo.
Para definir la ansiedad hay que remontarse en la historia. El término proviene del latín
anxietas que significa aflicción. El origen del término ―ansiedad‖ proviene del siglo
XVII y fue creado por el físico escoses William Cullen. Cullen utilizaba el término de
ansiedad para describir una aflicción del sistema nervioso. En el siglo XX,
específicamente en el año 1917, Freud da su punto de vista argumentando que la
31
ansiedad es un síntoma, es una señal de peligro que proviene de impulsos reprimidos.
Es considerada un síntoma que emerge de conflictos intra psíquicos generalmente
inconscientes (Carrillo Saucedo 2008).
La autora Carrillo Saucedo (2006), menciona en su escrito, un conjunto de definiciones
sobre la ansiedad que nos permite apreciar la gran evolución conceptual.
Freud (1964) define la ansiedad como un estado afectivo desagradable,
caracterizado por la aprensión y una combinación de sentimientos y
pensamientos molestos para el individuo (…). (P. 4)
Por ello, tal como afirma Freud, se considera que la ansiedad puede generar
síntomas o manifestaciones molestas para la persona, lo que en cierta forma
puede modificar su desempeño, en este caso, el rendimiento deportivo.
Siguiendo a la autora antes mencionada:
Spielberger (1980), señala que la ansiedad es una reacción emocional
desagradable, producida por un estímulo externo, que es considerado
por un individuo como amenazador, produciendo ello cambios
fisiológicos y conductuales en el sujeto. Navas (1989), la define como
un estado emocional; compuesto o mezcla de sentimientos, conductas y
reacciones o sensaciones fisiológicas. Para Mischel (1990), el
significado de ansiedad no puede reducirse a una sola concepción.
Sostiene que cada individuo tiene un conjunto de amenazas personales,
diferentes al de otros, que le provoca mayor ansiedad, la manera más
simple de definir ansiedad es como un temor adquirido (aprendido). (P.
4)
En otras palabras, en este orden de ideas, se observa que además de cambios
conductuales, la ansiedad tiene un gran componente de subjetividad. Esto es,
no todas las personas consideran amenazantes las mimas situaciones, los
mismos contextos. Resalto que, en este sentido, no todos los deportistas
responderán de igual manera a la situación en la que se lo expone, ni mucho
menos el mismo deportista podrá responder de igual manera a una situación en
diferentes momentos.
32
Carrillo Saucedo (2006), continúa agregando en su escrito:
Stuart (1992), la define como una sensación de malestar interno, de
aprehensión que se acompaña de un correlato de manifestaciones
psíquicas y físicas. Papalia (1994), llega a definir la ansiedad como un
estado caracterizado por sentimientos de aprensión, incertidumbre y
tensión surgidas de la anticipación de una amenaza, real o imaginaria.
Cano-Vindel y Miguel Tobal (2001), entienden la ansiedad como una
respuesta que engloba aspectos cognitivos displacenteros, de tensión y
aprensión; aspectos fisiológicos caracterizados por un alto nivel del
sistema nervioso autónomo y aspectos motores que suelen implicar
comportamientos poco ajustados y escasamente adaptativos. Por último,
Cano-Vindel (2003), refiere a la ansiedad como una reacción emocional
que se produce ante situaciones que son interpretadas como una
amenaza. (P. 5)
En las definiciones que preceden vemos, en cierta forma, una evolución del concepto
paralelo al paradigma dominante, en los cuales los autores implican que la ansiedad
debe entenderse como un aspecto multidimensional. Algo en lo que coinciden los
autores antes mencionados, por lo menos en su mayoría, es que la ansiedad corresponde
a una reacción emocional. Ésta reacción se interpreta como un constructo en el que
interactúan variables de índole cognitiva, fisiológicas y motoras.
Los aspectos cognitivos, fisiológicos y motores, constituyen la verdadera esencia de la
ansiedad. Su comprensión nos permite ahondar en la reacción emocional y entender el
porqué de su incidencia en determinados aspectos, como por ejemplo en el ámbito
deportivo, el cual es de interés para el presente estudio. Es en síntesis, el carácter
multifactorial de la ansiedad, su principal cualidad.
El aspecto cognitivo refiere a pensamientos de carácter negativo tales como la
preocupación, el miedo, la inseguridad, inferioridad, dificultad para la toma de
decisiones y para la concentración. El aspecto cognitivo de la ansiedad se traduce,
básicamente, en una pérdida de control de la situación a expensas de la falta de claridad
33
para pensar correctamente. Por su parte, el aspecto fisiológico se caracteriza por una
actividad desmedida de los sistemas corporales. Pulso rápido, tensión arterial elevada,
palpitaciones, constituyen los principales síntomas cardiovasculares. Dentro de los
síntomas respiratorios se encuentran la disnea, opresión torácica, respiración superficial
y veloz. El vómito, la diarrea, náuseas o molestias digestivas constituyen los síntomas
gastrointestinales. Las micciones frecuentes, enuresis, eyaculación precoz, todos estos
síntomas genitourinarios. Dentro de los síntomas neuromusculares se encuentran la
tensión muscular, hormigueo, cefaleas, temblores. Y por último, síntomas
neurovegetativos, como por ejemplo, sequedad en la boca, sudoración excesiva, mareos.
De acuerdo al aspecto motor, la ansiedad se caracteriza por síntomas como
hiperactividad, movimientos repetitivos, torpes, desorganizados, tartamudeo, entre
otros. (Carrillo Saucedo 2006).
Navarro Guzmán, Amar y González Ferreras (2003) expresan:
La ansiedad, como constructo teórico, ha sido ampliamente usada por
los psicólogos cualquiera que sea su campo de aplicación, el tipo de
intervención que se desarrolle e, incluso, la orientación y metodología
que se emplee. Se trata de un concepto clave entre los contenidos
psicológicos, que está presente en multitud de comportamientos
humanos y que ha condicionado buena parte de la actividad profesional.
Tradicionalmente se han conceptualizado sus efectos desde una doble
dimensión: aquella que considera que la ansiedad (o, al menos, ciertos
niveles) pudiera correlacionar positivamente con algunos tipos de
actividades humanas. Y, por otro lado, la que formaliza la ansiedad
como un componente psicopatológico. No es de extrañar esta diversidad
conceptual pues el término ansiedad está repleto de considerables
ambigüedades. (P.8)
Estos autores continúan diciendo que la ansiedad, como respuesta emocional, se origina
habitualmente por temor a que ocurra algo no deseado, peligroso o perjudicial.
34
Observamos que la ansiedad puede ser interpretada, como se mencionó previamente en
el escrito, de acuerdo al contexto en el cual se encuentra su intérprete. Es así que se
abordará entendiendo que la ansiedad es aquella variable que se puede correlacionar con
las actividades humanas, como es el deporte, sin hacer referencia en su relación con
aspectos psicopatológicos.
En función de los argumentos, la ansiedad constituye un eslabón fundamental en la
interpretación del quehacer humano, esto es a pesar de las vaguedades que componen
su interpretación.
En esta línea, Lois Ríos (2015) define:
La ansiedad es una variedad de respuesta al estrés. Se trata de un
constructo multifacético. Es una respuesta emocional ante una situación
subjetivamente aversiva y un modo de evitación, caracterizado por la
preocupación y aprensión ante la posibilidad de daño físico o
psicológico, en todo caso acompañado de un incremento de la
activación fisiológica como resultado de la evaluación de amenaza.
(P.24)
En otras palabras, la autora sugiere que la ansiedad es una reacción que surge como
resultado de diversos factores, en los cuales, frente a una situación que es interpretada
como amenazante se activan mecanismos fisiológicos que se pueden percibir propios
del desequilibrio entre la demanda y la capacidad propia del sujeto para elaborar una
respuesta. En contexto a lo que nos interesa, un deportista que percibe como
amenazante la situación de entrenamiento o competencia y lo considera potencial frente
a sus posibilidades, favorecerá la aparición de mecanismos para resolverlo. La pieza
clave en este aporte, es considerar el aspecto subjetivo, lo que explica que un mismo
contexto pueda ser distinto para las personas. A su vez, la autora menciona al estrés, dos
variables que muchas veces son confundidas y se mencionan al unísono. Más adelante
se hará referencia a esta temática.
En un escrito realizado por Vásquez Infante en el 2016 se cita a Bastida de Miguel
quien expresa que la ansiedad en el sujeto constituye un proceso inherente en su
35
desarrollo. Cuando la ansiedad emerge se pone de manifiesto un conflicto entre factores
externos e internos que interactúan para lograr la adaptación. Ese conflicto adaptativo
generalmente no permite conseguir respuestas adecuadas frente a las tensiones internas
y externas (necesidades y medio ambiente respectivamente).
Es efecto, el sujeto en un contexto determinado, en una situación de entrenamiento o
competencia que perciba como amenazante, provoca la activación de respuestas
cognitivas, fisiológicas y motoras. Todo esto en pos de lograr la adaptación respectiva.
Según Saz (citado en González Campos, Valdivia-Moral, Cachón Zagalaz, Zurita
Ortega, Romero-Ramos, 2017) la ansiedad es un estado emocional, de tensión nerviosa
caracterizado por un miedo intenso y síntomas somáticos como el temblor, inquietud,
sudoración, hiperventilación y palpitaciones. A nivel cognitivo se caracteriza por
inquietud psíquica, hipervigilancia, pérdida de concentración y distorsiones cognitivas.
En el mismo escrito se cita a González-Ramírez, Quezada-Berumen, Díaz-Rodríguez
quienes sostienen que la ansiedad es un constructo multidimensional en el cual se ponen
en juego variables diversas de índole cognitiva, fisiológica y motora.
En la actualidad, fruto de la evolución del concepto, la ansiedad es entendida como una
reacción emocional compleja que se caracteriza por la relación de factores psicológicos
y un contexto determinado. De esta interrelación surgen los efectos de la ansiedad que
se denotan en los aspectos bio-psico-sociales del individuo.
Weinberg y Gould (2007) consideran que si la emoción de la que se viene hablando es
excesiva (en intensidad, frecuencia, duración) y se asocia a un miedo que no representa
un riesgo real, desencadenando los mecanismos propios de la ansiedad, se considera una
manifestación psicológica. En efecto, la ansiedad tiene dos componentes. Por un lado, el
componente de pensamiento relacionado a la aprensión y preocupación y por el otro, un
componente fisiológico relacionado con la activación del Sistema Nervioso Autónomo.
El primer componente se denomina cognitivo y se corresponde a variables como
formación de imágenes, percepción, pensamiento, juicio, imaginación. El segundo
componente recibe el nombre de somático y constituye el grado de activación física que
percibe el sujeto.
36
En este orden de ideas, se comprende que la ansiedad posee dos sub escalas de gran
relevancia. Al respecto, la escala cognitiva y la somática.
En un estudio realizado por Andrade Fernández, Lois Río y Arce Fernández (2007) se
cita una definición de ansiedad brindada por el Diccionario de las Ciencias del Deporte
y del Ejercicio en la cual se estable que por ansiedad se debe interpretar un sentimiento
subjetivo que puede ser de aprensión o amenaza y que a veces se acompaña de un
incremento en la actividad fisiológica.
Por lo expuesto, la ansiedad es una respuesta emocional de carácter multidimensional
que surge frente a determinadas demandas del entorno que son percibidas como
amenazas por parte del individuo. Tales situaciones aversivas desencadenan un círculo
de manifestaciones que suelen desarrollarse hasta el control del desequilibrio originado
por la demanda y la capacidad propia de la persona. O bien, finaliza cuando el estímulo
provocador, desaparece.
El carácter multidimensional de la ansiedad, tal como se viene expresando, refiere a que
existen factores externos e internos que intervienen en su valoración (Arruza Gabilondo,
González Rodríguez, Palacios Moreno, Arribas Galarraga y Cecchini Estrada (2010).
Conforme a una investigación realizada por Caicedo Cavagnis, Pereno, De la Vega
Marcos (2017), la ansiedad es una respuesta al estrés originada por una situación que se
percibe como desagradable y activa mecanismos de evitación. Se caracteriza por
preocupación, aprensión por la presunta posibilidad de que exista un daño físico o
psicológico.
Siguiendo la línea del antes mencionado trabajo, se cita un escrito realizado por Botelho
Vinhais y Salselas (2013) de acuerdo al cual se considera que la ansiedad produce
inseguridad sea desde el plano físico o desde el psíquico generando síntomas como
desasosiego, miedo, temblores, dolores musculares, nervios.
En síntesis, la ansiedad es considerada, por muchos autores, como una emoción de
origen multifactorial surgida por la percepción del sujeto (esto explica el componente
subjetivo y la variabilidad de respuesta ante a una misma situación) frente a un contexto
37
que vive como amenazante, desencadenando, como respuesta, diversos mecanismos
corporales que la mayoría de la literatura engloban en desordenes físicos y cognitivos.
II.7. Tipos de ansiedad
Esta investigación sigue la línea establecida por Spielberger, quien caracteriza dos tipos
de emociones en su Teoría de Ansiedad Estado-Rasgo. La elección radica en considerar
que ésta tipología consta de diversos estudios realizados en el ámbito del deporte siendo
relevante para su implementación.
La totalidad de la bibliografía contempla que la distinción entre estado y rasgo se
relaciona con un componente meramente temporal. El estado de ansiedad corresponde a
periodos cortos, mientras que al hablar de rasgo se hace referencia a algo permanente,
de tiempo prolongado, que generalmente no tiene cambios en su duración. Por tal razón,
este estudio se centra en el análisis de la ansiedad estado, ya que se considera que se
puede modificar según el atleta esté en situación de entrenamiento o competencia.
a) Ansiedad estado: refiere a un estado de la personalidad que tiene el carácter de
inmediato y que se puede modificar en el tiempo. En otras palabras, son reacciones
episódicas y a corto plazo. Es una combinación de sentimientos de tensión, nerviosismo,
aprensión, preocupaciones, pensamientos molestos y cambios fisiológicos. Vale decir
que un sujeto que percibe una situación como peligrosa activa determinados
mecanismos generando una reacción corporal con cambios a nivel fisiológico, cognitivo
y conductual. En otras palabras, si el sujeto no es capaz de evitar o controlar el estímulo
que desencadena la reacción de ansiedad, se despliegan estrategias para poder afrontar
la situación amenazante.
Según Pineda Espejel, López Walle y Tomás (2014), cuando la situación que genera la
ansiedad se relaciona con la competencia deportiva, se denomina ―ansiedad estado
competitiva‖. En el mismo escrito se cita a Aragón quien establece que la ansiedad
precompetitiva es aquella que ocurre en las 24 horas anteriores a una competencia.
En un escrito de Arenas Granada y Aguirre-Loaiza (2014) se postula que el estado de
ansiedad es un factor que incide en el bajo desempeño deportivo. Se sostiene que el
ámbito competitivo pone, en cierta forma, a prueba el estado emocional del deportista.
38
b) Ansiedad rasgo: constituye un rasgo de la personalidad con carácter relativamente
estable. Por eso se lo explica como una tendencia, una disposición, un rasgo individual.
La ansiedad rasgo tiene la particularidad de que no se manifiesta directamente en la
conducta del sujeto y muchas veces se infiere por la frecuencia con la que un individuo
experimenta variaciones en su estado de ansiedad. Esto es, ocurre la ansiedad rasgo
porque previamente hay un aumento de la ansiedad estado.
Así, una persona que posea un alto grado de ansiedad rasgo va a percibir situaciones
como de mayor amenaza debido a que está más predispuesto a sufrir ansiedad estado de
manera más frecuente, de mayor intensidad. Cuando el sujeto se encuentra en una
situación de ansiedad estado se ve inmerso en un proceso emocional irritante y deberá
poner en marcha las habilidades necesarias para afrontarlo. Genera de esta manera un
mecanismo de defensa caracterizado por la activación psicofisiológica. En este sentido,
la ansiedad rasgo es inferida solamente cuando el individuo experimenta un aumento en
su estado de ansiedad (Ries, Castañeda Vázquez, Campos Mesa y Del Castillo Andrés,
2012).
Al respecto, Weinberg y Gould (citados en Letelier López, 2007), agregan:
(…) Es un rasgo que se manifiesta en una tendencia o disposición
conductual adquirida que predispone a una persona a percibir como
amenazante una amplia gama de circunstancias de competencia y a
responder a las mismas con estados de ansiedad de intensidad y
magnitud desproporcionadas con respecto a la demanda. (P. 5)
Esto implica que el sujeto posee una predisposición a percibir como amenazante
situaciones o momentos respondiendo con un aumento de su estado de ansiedad.
Muchas veces las respuestas originadas por el sujeto son desmedidas en relación a la
verdadera peligrosidad del contexto.
De acuerdo a lo expuesto anteriormente, éste escrito se centra en la ansiedad estado ya
que no se evalúan ni consideran los rasgos de los sujetos por fuera de la competencia
deportiva.
39
II.8. Relación del concepto de Ansiedad con Estrés
Muchas veces la ansiedad es confundida con estrés. Autores utilizan indistintamente
ambos términos para referirse a lo mismo, sin embargo, no lo son. Carrillo Saucedo
(2006) establece que la ansiedad es una emoción. En eso coinciden la totalidad de los
teóricos. Pero agrega que el estrés es un proceso adaptativo que genera reacciones
emocionales, no es una emoción en sí. Siguiendo ello, el estrés puede provocar una
reacción de ansiedad. Al respecto, en un escrito de Lois Rio (2015) se dice que los
deportistas afirman que están bajo una situación de estrés cuando las expectativas que
perciben son muy altas o muchas veces, muy bajas (algo menos común pero que
ocurre). De esta manera, los efectos que el estrés produce incluyen la ansiedad, siempre
que esa situación observada sea considerada amenazante.
Entonces, la ansiedad se entiende como una variabilidad de los efectos del estrés, tal
como afirma Espejo Velasco (2015), en ambas situaciones la persona sufre una alta
activación fisiológica. En otras palabras, resume, el estrés es una de las principales
fuentes generadoras de ansiedad.
Siguiendo la línea de la mencionada autora, se cita una definición de Humara, quien
sostiene que el estrés surge por las demandas del contexto y que obligan al individuo a
generar estrategias para afrontarlas. Cuando el sujeto no siente confianza sobre si ni en
su capacidad para controlar la situación que le causa estrés, aparece la ansiedad.
II.9. Ansiedad en el deporte.
En un mundo versátil, donde segundo a segundo las cosas cambian, donde nada parece
quedarse quieto y donde el conocimiento fluye vertiginosamente, el ámbito de lo
deportivo se ha vuelto un escenario rico de investigaciones. Las emociones en los
deportistas han ganado un lugar impensable y constituye una de las grandes temáticas
actuales, tal vez porque los teóricos buscan profundizar cómo lograr un rendimiento
deportivo óptimo. En esta búsqueda, la ansiedad en la competencia es uno de los
principales focos de investigación.
40
En primer lugar, cualquier acción humana puede estar dotada de un nivel de ansiedad.
En lo que respecta a las situaciones de competencia, existen factores como el tiempo,
los resultados y la consecuencia del rendimiento que inciden en el deportista para
determinar su futuro, como por ejemplo salir del equipo titular, formar parte de la
selección, lograr alguna medalla, etcétera. Por ello, un alto nivel de ansiedad se
considera una variable que puede modificar el rendimiento deportivo. (Navarro Guzmán
et al. 2003). Se induce que un estado de ansiedad puede ocurrir, entonces, por las
sensaciones del deportista en cuanto a una errónea realización del gesto motor en la
práctica deportiva, la percepción de que el resultado puede no ser favorable, entre otros.
Sin embargo en líneas de Guerra Santiesteban, Gutiérrez Cruz, Zavala Plaza, Singre
Álvarez, Goosdenovich Campoverde y Romero Frometa (2017), la ansiedad puede
elevarse en aquellos deportistas que compiten pero en otra circunstancia el deporte es el
medio utilizado para disminuir los niveles de ansiedad en algunos atletas. Al respecto, la
ansiedad en si no es perniciosa, solo se convierte en un estado potencialmente dañino
cuando sus niveles son mucho mayor que el peligro real.
Conforme a Aragón Arjona (2006), la importancia de realizar estudios sobre la
ansiedad, radica en el impacto que generan los estados emocionales, cuando son
negativos, sobre el rendimiento del deportista sea en competencia o en entrenamiento.
En este sentido, la mayoría de los fracasos de los atletas en competencia son asociados
al ineficaz control de la ansiedad.
Tal como expresan Martens y Gill (Citados en Letelier López, 2007), para comprender
la relación de la ansiedad con el rendimiento deportivo, se debe por empezar a
comprender que la ansiedad es un modelo multidimensional ya que intervienen aspectos
cognitivos y somáticos. Siguiendo ello, este modelo multidimensional se construye por
la relación entre la situación competitiva con carácter subjetivo, la situación competitiva
objetiva (contexto), las respuestas del atleta y las consecuencias de las mencionadas
respuestas. Es un proceso en el cual el deportista percibe el contexto de acuerdo a sus
recursos para poder afrontarlos. En este sentido, en la situación competitiva es necesario
que el deportista sepa controlar las consecuencias de la ansiedad. Ello en virtud de que
el atleta sepa desplegar las estrategias necesarias para dominar las manifestaciones
cognitivas y somáticas.
41
Lo antes mencionado, debe ser debidamente trabajado por el deportista, ya que una
mala decisión, es decir el uso de estrategias incorrectas, generaran mayor ansiedad. Esto
es, debido a que si el atleta evalúa sus respuestas podrá incurrir en un periodo de
agotamiento y actitud que podría finalizar con el abandono deportivo.
Cox (2008) establece que las competencias deportivas generan grados altos de ansiedad.
A consecuencia de esto, mecanismos fisiológicos y cognitivos se interfieren y opacan el
rendimiento del deportista, muchas veces en su totalidad. Para el, la ansiedad se debe
entender como un estado emocional que ocurre en la previa deportiva y que influye en
el deportista afectándolo cognitivamente, confundiéndolo y generándole sentimientos de
miedo y temor que junto a factores somáticos (sudoración, aceleración cardiaca,
temblores, tensión muscular) inciden en el desempeño del deportista.
Smith (citado en Lois Río, 2013) considera que el deporte es un laboratorio natural
extremadamente rico, en el cual pueden estudiarse diversos fenómenos psicológicos y
ofrece, en cierta forma, una vasta cantidad de oportunidades para aquellos que necesiten
y quieran investigar sobre la ansiedad.
La competencia deportiva es considerada como una fuente capaz de generar ansiedad.
En virtud de que la ansiedad influye de alguna manera en la performance del deportista,
es considerable su gran desarrollo en la ciencia actual.
Cisterna Valdebenito (2015) en su escrito cita a Cox quien afirma que la ansiedad es
una de las tantas emociones que pueden surgir como respuesta a una situación
competitiva. Agrega que la reacción ocurre por el hecho de enfrentarse a una situación
que puede interpretarse como incierta, amenazante, relacionada con el miedo al fracaso,
a la evaluación social negativa y al daño físico.
En un mismo escenario existen diversas posibilidades de respuesta, la ansiedad
constituye una de ellas. Cada atleta describirá el contexto a su manera, según su
percepción, he aquí la ambigüedad. No es el contexto, es el sujeto. No se puede perder
de vista, tal como ya se ha expresado, el componente subjetivo de la ansiedad.
En este sentido, Andrade Fernández et al. (2007) contempla lo siguiente.
42
La competición supone un juicio interno y externo de la capacidad
individual y crea incertidumbre sobre el resultado. Cuanto mayor sea el
grado de inseguridad y la importancia concedida al resultado, mayor
será la percepción de amenaza y, en consecuencia, la respuesta de
ansiedad. (P.150).
De acuerdo a la valoración que el sujeto realizase no solo del contexto actual sino del
futuro, será la reacción emocional que surja. Entonces, si para el deportista el momento
presente y lo que provenga a consecuencia de éste es considerado relevante, el estado de
ansiedad que emerja será mucho mayor que en aquel deportista que por alguna razón
reste importancia tanto al momento actual como al futuro.
Navarro Guzman et al. (2003) sostiene que la sintomatología que produce la ansiedad en
el deportista genera efectos inmediatos en su rendimiento. Esto se explica ya que, en
cierta forma, produce una inhibición de las habilidades motrices finas y a su vez
disminuye la capacidad para la toma de decisiones. Esto no es un dato vago ya que
existen deportes en los cuales se debe tomar una decisión rápida y acertada.
Como consecuencia de ellos, la ansiedad precompetitiva se convierte en un constructo
sumamente estudiado. Comprender que las emociones de los deportistas son tan
importantes como su técnica, es comprender mucho más que un concepto global sino
más bien, es encaminarse y encaminar al atleta a lograr su mejor versión.
Por su parte, en un escrito de Letelier López (2007) se cita a Bueno, Capdevila y
Fernández - Castro, quienes consideran que la ansiedad competitiva es una variable
psicológica que en cierta parte es tomada con mucha atención por parte de los
deportistas, entrenadores y psicólogos y muchas veces constituye una causal directa de
la disminución en el rendimiento y los fracasos deportivos.
En otras palabras, en el deporte existen diversas variables que pueden considerarse
como factores que repercuten en la performance del atleta. La ansiedad es una de las
más estudiadas por considerarse directamente proporcional al rendimiento deportivo.
43
Sin embargo, como se ha explicado, la ansiedad dependerá de la percepción que el
sujeto realice sobre el contexto en el que se encuentra, habiendo entonces respuestas de
la ansiedad como interpretaciones distintas existan. Explicar cómo influye la ansiedad
en el rendimiento deportivo, implica realizar un trabajo exhaustivo diferenciando en
primer instancia el deporte y luego al propio atleta.
En ésta línea, Letelier López (2007) expresa
(…) Por esta razón, al momento de evaluar e intervenir, es necesario
conocer las particularidades tanto del deporte en cuestión como del
sujeto con el cual se pretende trabajar (…). En este sentido, un
afrontamiento correcto puede ayudar a reducir la intensidad de las
emociones y a evitar las consecuencias a largo plazo, tales como la
insatisfacción del deportista, el empobrecimiento de la ejecución e
inclusive, el abandono de la práctica deportiva (…).
En el deporte, existe una gran diversidad de estudios que relacionan la
ansiedad con el rendimiento deportivo. Sin embargo, para poder
especificar cómo la ansiedad influye sobre el rendimiento es necesario
plantear la relación entre las variables que inciden en dicho
rendimiento. Una de estas variables es el conjunto de estrategias de
afrontamiento que cada deportista utiliza en situaciones marcadas por la
presencia de ansiedad competitiva. En este sentido, en la medida en que
se logre identificar cuál es la relación entre la ansiedad y el tipo de
estrategias de afrontamiento utilizadas durante los partidos, y cómo esta
relación puede influir en el rendimiento, será posible definir los focos y
las intervenciones apropiadas para dicho rendimiento. (P. 4)
Uno de los principales exponentes en relación a ésta temática es Martens. Citado en
Lois Rio (2015), este autor plantea que para entender el rol que la ansiedad cumple en el
deportista, hay que tener en cuenta dos conceptos. Por un lado entender que es la
amenaza, por el otro, el estado de ansiedad en sí. La amenaza refiere a la percepción de
peligro por parte del sujeto de una situación deportiva específica y la respuesta que
emerge de esto es lo que se denomina estado de ansiedad. La amenaza está
estrechamente relacionada con la incertidumbre y a su vez ésta dependerá de la
44
importancia. Esto último, el valor que la persona le atribuya a la competencia. En
función de lo previsto, se estima que si un deportista posee un nivel de interés alto sobre
una competencia, esto le generará cierto grado de incertidumbre y la percepción del
contexto puede disparar un estado de ansiedad por considerarlo amenazante.
Jones (citado en Lois Rio, 2015) traduce un modelo que podría explicar lo antes
mencionado (Fig. 1)
Fig. 1. Modelo de Jones.
En el modelo que precede se indica que una situación puede ser considerada como
factor estresante dependiendo las características individuales (componente subjetivo).
En base a ellas, el sujeto podrá tener control sobre el factor considerado amenazante o
no. Esto producirá expectativas positivas y los síntomas que surjan serán considerados
facilitadores cuando el individuo considere poseer estrategias para el control de la
situación. Por su parte, si el sujeto no tiene control, las expectativas surgidas serán
negativas y consecuentemente los síntomas serán interpretados como debilitadores.
Algo similar postula Arenas Granada et al. (2014) estableciendo que las emociones
pueden ser debilitadoras o facilitadoras del rendimiento del deportista.
Síntomas percibidos como
facilitadores
Síntomas percibidos como
debilitadores
Estresores
¿Control
?
Diferencias individuales
No Si
Expectativas negativas Expectativas positivas
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Por su parte, Aguirre-Loaiza y Ramos Bermúdez (2011), expresan que la competencia
dispara los niveles de ansiedad y si bien, es esto una activación necesaria para el
desempeño del deportista, es perjudicial cuando se alcanzan los extremos, es decir
cuando el atleta se encuentra en un estado de baja ansiedad o por el contrario un elevado
estado de excitación. En otras palabras, según este autor, el deportista requiere de cierto
nivel de ansiedad para facilitar su desempeño, pero cuando los niveles de la misma
bajan o aumentan más allá de los límites, es cuando se considera un factor que incide
negativamente en el atleta.
En base a los argumentos, existe una diversidad de estudios que evidencian que
determinados niveles de ansiedad generan un detrimento en el rendimiento del atleta.
Letelier López (2007) indica que lo antes expresado ocurre porque, por ejemplo, un
aumento en la ansiedad cognitiva produce cambios en la intensidad o dirección de la
atención ya que infiere sobre la concentración. A consecuencia se ven afectados los
procesos de atención, toma de decisiones, tiempo de reacción y la actitud. También, se
observa la influencia de la ansiedad sobre el sistema neurofisiológico, específicamente
sobre el sistema neuromuscular. Esto provoca un déficit en la coordinación motriz
afectando la capacidad de ejecutar movimientos específicos (gestos técnicos). La
síntesis de lo expresado es una baja en el rendimiento del atleta.
En el año 2017 Núñez Prats y García Más señalan que la competición por si misma
debe entenderse como una fuente de activación psicofísica ya que muchas veces del
rendimiento en la competencia depende el éxito profesional, la autoestima, la valoración
social o el prestigio. Se entiende entonces a la competición como un desafío, una
amenaza. Y agregan que un deportista en un entrenamiento manifiesta un rendimiento
totalmente distinto ya que no son los mismos condicionantes a los que se ve sometido.
Es la competencia una fuente poderosa de estrés que produce las manifestaciones
prototípicas de la ansiedad con sus consecuencias en el rendimiento.
46
II.10. Relación del concepto de Ansiedad y Autoconfianza.
Hemos desarrollado el carácter multidimensional de la ansiedad, en el cual se
explicaron las dos grandes subescalas, cognitiva y somática. Pero la bibliografía, cita un
tercer apartado que es importante abordarlo. Se refiere a la relación entre ansiedad y
autoconfianza.
Vealy (citado en Weinberg y Gould, 2007) define a la autoconfianza como la
convicción o la seguridad que los deportistas poseen acerca de su habilidad para tener
éxito. Este autor plantea que aquellos individuos que posean un alto nivel de
autoconfianza deberían tener menos ansiedad que aquellos que posean menos confianza
en sí mismo.
Cisterna Valdebenito (2015) establece:
El término autoconfianza corresponde a uno de los principales factores
personales que intervienen en una competencia y se encuentra
directamente relacionado con la ansiedad. Dicha relación se manifiesta
en que la autoconfianza puede ser generador de estrés debido a
desequilibrios entre las demandas y las posibilidades que el deportista
cree poseer, es decir, si este posee niveles bajos de autoestima puede
generar alto grado de inseguridad, aumentando los niveles de ansiedad
y tener efectos negativos en el rendimiento deportivo. (P.20)
Siguiendo la autora antes mencionada, la autoconfianza es un medio entre la ansiedad y
el rendimiento deportivo. Si un deportista en una situación de competencia posee un
bajo grado de autoconfianza, se le suele asignar un alto grado de ansiedad y como
consecuencia aumenta la importancia que el atleta le asigna al fracaso. No obstante, si la
autoconfianza es normal o se encuentra elevada sobre la mínima, los niveles de ansiedad
serán bajos y eso favorecerá al deportista. Pero si la autoconfianza es extremadamente
elevada, la ansiedad percibida por el deportista será tan mínima que su rendimiento se
verá afectado ya que repercutirá en la activación y concentración del individuo.
47
A la inversa, situándonos en el análisis desde el otro extremo, si la ansiedad es la que se
encuentra elevada, los niveles de autoconfianza caerán ya que el deportista no se sentirá
con la capacidad de afrontar las situaciones ni a nivel físico ni psicológico.
Se entiende, entonces, que mucho tiene que ver la percepción del sujeto en relación al
contexto, su valoración del presente y del futuro. Encontramos en esto, como se
mencionó anteriormente, una de las principales características para comprender la
ansiedad en la competencia.
Casal (2010) manifiesta que el rendimiento deportivo en gran medida depende de la
autoconfianza. Continúa diciendo que en momentos previos a la competencia suele ser
la variable más importante ya que puede ayudar a los deportistas a controlar la
incertidumbre deportiva. De esta manera, los niveles de autoconfianza deben ser
mayores en días o momentos previos a la competencia que durante el entrenamiento.
II. 12. Manifestaciones de la ansiedad en el deporte.
En primer lugar cabe aclarar que la ansiedad es entendida como un triple sistema de
respuestas ya que ante su reacción se desencadenan mecanismos motores, cognitivos y
fisiológicos.
Los síntomas motores están muy relacionados con la activación fisiológica, y se
mencionan como los más característicos la hiperactividad, movimientos repetitivos,
tartamudeo, parálisis física, movimientos desorganizados, entre otros. A estos se les
agrega procesos fisiológicos relacionados a la alteración cardiovascular, oscilación
anormal del ciclo respiratorio, sudoración, mareos y trastornos digestivos. Por su
cuenta, los aspectos cognitivos que se relacionan con la reacción de la ansiedad son
ideas o pensamientos negativos que tuercen la balanza de las funciones superiores
generando insomnio, miedo, inseguridad.
En lo que respecta al ámbito deportivo, existen síntomas que pueden observarse en la
mayoría de los deportistas sometidos a una situación de estrés por competición. Sabido
es que el deportista no manifiesta todos los síntomas a la vez sino que éstos pueden
fluctuar en el transcurso de la competencia.
48
Considerando pre competencia las 24 horas previas al encuentro competitivo, lo que
ocurre generalmente (esto antes mencionado) es una discrepancia entre la capacidad del
jugador y las demandas del ámbito deportivo. Arenas Granada et al. (2014) manifiesta
que existe gran sustento científico que evidencia que los niveles de ansiedad estado se
modifican según el tiempo que resta para la competencia. Esto puede determinar,
inclusive, que muchas veces algo que se interprete como facilitador luego sea un factor
debilitador o viceversa.
Williams (citado en Navarro Guzmán, 2003) señala que un estado de ansiedad por
debajo o encima de lo normal ocasiona reacciones como miedo, enfado, preocupación.
En fin, este estado facilitará un abanico de reacciones expresadas a continuación.
Síntomas físicos: aumento de las pulsaciones por minuto, elevación de la presión
sanguínea y la tensión muscular, mareos, sudoración, alteración en el patrón
respiratorio, sequedad en la boca.
Síntomas psicológicos: disminución de la autoconfianza, pensamientos
negativos, preocupación, irritabilidad, disminución de la atención y en el
procesamiento de la información. A medida que se acerca la competición los
síntomas psicológicos más presentes son la alteración del pensamiento, fatiga,
insomnio, imposibilidad de relajación, preocupación.
Por su parte, Aragón Arjona (2006) indica que los síntomas manifestados
mayoritariamente por los deportistas son:
Aumento de la tensión muscular
Manos frías, pegajosas.
Necesidad constante de orinar
Exceso de sudor
Boca seca
Pensamientos negativos
Dificultad permanente para concentrarse
Nervios (manifestados por malestar en el estómago)
Cefaleas
49
En este sentido señala que la ansiedad no se manifiesta solo a través de síntomas físicos
como los antes expuestos, sino que se conjugan diversas variables como:
Sentimiento de incapacidad: sensación de no estar preparado para afrontar la
situación, sentir que algo no está bien.
Miedo a fracasar: en otras palabras, a no cumplir con las expectativas.
Ausencia de control: imposibilidad de dominar la situación hasta el punto de
sentirse mala suerte.
Culpabilidad: ausencia de fair play, buscar generar un daño en el contrincante,
no respetar las reglas del juego.
En función de los argumentos, un estado de ansiedad puede originar diversas
manifestaciones en el organismo. Entender que dichas manifestaciones repercuten en el
deportista nos permitirá comprender que su performance podrá, también, verse afectada.
II. 13. Niveles de ansiedad.
Espejo Velasco (2015) recupera lo postulado por Spielberger quien señala que el nivel
de ansiedad de una persona va a depender por sobre todas las cosas de la percepción
propia, es decir que asume un carácter solamente subjetivo muchas veces indistinto de
la verdadera peligrosidad de la situación.
Garcia (citado en Espejo Velasco, 2015) menciona los siguientes niveles de ansiedad:
Ausente: es un nivel prácticamente inexistente en el individuo.
Leve: es el nivel de ansiedad normal de las personas. Los síntomas que
los caracterizan son el miedo, la incertidumbre, insomnio.
Moderada: cuando el estado de ansiedad es mayor prevalecen los
síntomas psíquicos como la irritabilidad, el pensamiento de que sucederá
lo peor, temor, imposibilidad de estar tranquilo. Todo ello acompañado
de síntomas físicos como los dolores musculares, rigidez muscular,
alteración en los sentidos de la vista y audición, oscilación en la
temperatura corporal. Puede haber síntomas como sensación de opresión
en el tórax, vómitos y mareos.
50
Grave: los síntomas son tan intensos que afectan el desenvolvimiento
diario de la persona.
La complejidad del constructo es evidente. La ansiedad, como reacción emocional,
puede actuar facilitando o debilitando la conducta humana. Se piensa entonces, que para
que actúe de una u otra forma, debe existir un límite que las separe. Al respecto, se
menciona la Ley de Yerkes-Dodson (1908). La misma propone que existe un punto
óptimo de activación y que por encima o por debajo de ese punto, el rendimiento
decrece. La ley expresa que la relación entre activación y rendimiento tiene la forma de
una U invertida. Alega, además, que cuando las puntuaciones de ansiedad son altas o
son bajas pueden repercutir en el rendimiento, mientras que la ansiedad moderada
aumentaría el mismo. Es decir, existe una correlación entre ansiedad y rendimiento. A
medida que la ansiedad aumenta, el rendimiento también. Pero llegado un punto, si este
sigue aumentando, el rendimiento se verá afectado. (Figura 2). No existen dudas de que
hay un punto exacto que representa el nivel óptimo del deportista, pero esta ley ha sido
duramente criticada y modificada en reiteradas oportunidades.
Por su parte, Hanin (1978), propone una teoría denominada Zona de funcionamiento
óptimo o Zona individual de funcionamiento óptimo (ZOF o IZOF) según la cual los
atletas poseen una zona de óptimo estado de ansiedad la cual coincide con la mejor
performance del mismo. No obstante, por fuera de esa zona el rendimiento decae ya que
la ansiedad repercute de manera cuestionable. Lo interesante de esta teoría radica en
considerar que la ZOF no puede considerarse para tal o cual deporte sino más bien que
es aplicable a cada sujeto. En otras palabras, cada individuo posee su zona óptima de
rendimiento. (Figura 3)
La diferencia entre ambas teorías radica en que mientras la Ley de la U invertida
codifica los niveles de ansiedad estableciendo que el mejor rendimiento se va a dar en el
medio de la curva, la ZOF establece que cada individuo posee su nivel especifico de
ansiedad, es decir su propia zona óptima porque depende de sus propias características.
(Núñez Prats, Garcia Mas. 2017).
Considerando los instrumentos que la literatura establece para la medición de la
ansiedad y reconociendo que la mayoría utiliza la escala Likert como método de
51
puntuación, los niveles de ansiedad se codifican como baja cuando está por debajo de
los 39 puntos, moderada entre 40 y 59 y alta cuando es igual o superior a 60. (Arenas
Granada et al. 2014; Aguirre Loaiza et al. 2011).
Por otro lado, en un análisis comportamental del rendimiento deportivo realizado por
Laura Córdoba se expresa que valores inferiores o superiores al 50% de la ansiedad pre
competitiva deben ser consideradas ya que repercuten en el desempeño del atleta. Del
trabajo de investigación se concluye que la ansiedad repercute en la performance del
atleta pero no es considerado relevante ya que no indica como aproximarse a tales
valores.
El presente estudio se basará en los valores propuesto por Arenas Granadas et al y
Aguirre Loaiza et al.
Fig. 2. Teoría de la U invertida
52
Fig. 3. Teoria de la ZOF
II. 14. Rendimiento deportivo
Rendimiento deriva de parformer, una palabra adoptada del inglés que significa
cumplir, ejecutar. También deriva de la palabra francesa parformance que significa
cumplimiento.
Montoro Bombú y De la Paz Arencibia (2015) postulan una serie de definiciones acerca
de rendimiento deportivo. Mencionan a Schnabel, Harre y Borde (1998) los cuales
afirman que el rendimiento deportivo es una unidad entre la ejecución y el resultado de
una acción o bien de una sucesión de acciones deportivas, valoradas por normas
sociales.
En el año 2001, Martín lo define como un resultado de una actividad competitiva que
evidencia una magnitud según reglas previamente establecidas. En otras palabras, este
autor evidencia la importancia de sobresalir en el deporte elegido.
El Instituto Europeo Campus Stellae (2012) refiere que el rendimiento deportivo es una
actividad motriz que brinda la posibilidad de que los sujetos se expresen física y
mentalmente. Es en si la acción motriz que permite al deportista desarrollarse física,
mental, técnica y tácticamente.
53
En síntesis y compartiendo lo expuesto por José Pardo (citado en Aguilar Chacón,
González Escobar, Gutiérrez Araya y Huerta Figueroa, 2018), el rendimiento deportivo
es la capacidad del deportista para poner en marcha todo los recursos ante una expresa
situación. Entonces, alega, mientras el entrenamiento abarque más aspectos ligados al
atleta, mayores son las probabilidades de conseguir los resultados esperados.
En este sentido, cabe señalar que hay una gran variabilidades de factores que pueden
repercutir en el desempeño deportivo. Riera (citado en Espejo Velasco, 2015) habla de
factores individuales, colectivos e institucionales.
Factores individuales: son factores constituyentes de la personalidad y la
condición física del atleta. Las emociones forman parte de este grupo.
Factores colectivos: ajenos al individuo, relacionados con el contexto, con el
ambiente. Se mencionan la infraestructura deportiva, el equipo técnico, la
vestimenta, etcétera.
Factores institucionales: relacionados a la dirigencia, la organización,
presupuestos.
Durante la competencia hay muchos factores que inciden en el rendimiento del
deportista. Uno de los principales factores individuales que repercuten en la
performance es la ansiedad, tal como lo expresa Ortigosa Márquez (2016) en su Tesis
Doctoral titulada “Factores psicológicos y fisiológicos asociados al rendimiento
deportivo”. Este autor agrega: ―la regulación de las emociones durante los momentos
críticos de la competición es una habilidad sustancial para obtener el máximo
rendimiento deportivo‖ (Pág. 141).
II.15. Evidencia
En la literatura se encuentran diversas investigaciones relacionadas al rendimiento
deportivo en correspondencia con la ansiedad.
Letelier López (2007) refiere que existe diversidad de estudios que plantean que la
ansiedad tiene como consecuencia el detrimento del rendimiento deportivo. Cita un
54
estudio de Nideffer de 1976, el cual determina que específicamente es la ansiedad
cognitiva la que influye sobre el rendimiento del deportista. Esto ocurre por los cambios
de dirección en la atención y la intensidad y variación en la concentración. García Ucha
(1996), siguiendo la idea, establece que lo que se ve afectado son los procesos de
atención, el tiempo en el que el deportista reacciona, la toma de decisiones, la actitud y
también la concentración. Márquez (2004), expresa que un estado de ansiedad tiene una
influencia neurofisiológica influyente en el sistema neuromuscular, repercutiendo en la
coordinación motriz y la eficacia con la que se realiza el movimiento requerido.
Por otra parte, en un teórico de León-Prados, Fuentes García y Calvo Lluch (2011) se
describen diversos artículos respecto a la relación ansiedad-rendimiento deportivo.
Estudios efectuados con gimnastas (Jones, 1993) y con atletas de bádminton (Eubank,
Smith y Smethurst, 1995) expresan que niveles bajos de ansiedad mantenido por los
deportistas podría ser considerada como la respuesta óptima para lograr un excelente
rendimiento competitivo.
En este sentido, estudios llevados a cabo en diferentes deportes como futbol (Rodrigo,
Lusiardo y Pereira en 1990), tenis (Santos-Rosa, 2003), vóley o básquet (Kais y
Raudsepp, 2005) y maratón (2005) se concluye que cuando la ansiedad cognitiva esta
elevada no necesariamente repercute en el rendimiento y su variabilidad se establece por
la percepción diferenciadora de los síntomas.
Corresponde señalar que los estudios antes mencionados no contemplan la característica
multidireccional de la ansiedad y sólo investigan la sub-escala cognitiva.
En el 2006, se realiza un estudio sobre gimnastas siendo los autores Cottyn, De Clercq,
Pannier, Crombez, y Lenoir. Como conclusión señalan que cuando se aproxima la
competencia, la ansiedad somática y cognitiva del deportista se ve en aumento y
directamente existe una disminución de la autoconfianza.
Asimismo, Chamberlain y Hale en el 2007 realizaron un estudio con golfistas
demostrando que la ansiedad cognitiva tenía una relación negativa con el rendimiento
deportivo, que no existían datos relevantes en cuanto a la ansiedad somática y en
cuanto a la autoconfianza la relación establecida era positiva.
55
Parnabas (2015), en su escrito halló que deportistas masculinos poseen niveles de
ansiedad más bajos en periodo de competencia en relación a deportistas femeninos. A su
vez, este grupo de deportistas demostró un nivel inferior de rendimiento deportivo.
En el mismo año Gaetano, Gómez y Altavilla (2015) comparan deportes individuales y
colectivos llegando a la conclusión de que aquellos atletas que practicaban deportes
individuales estaban más ansiosos que los deportistas de equipos.
En esta línea, Lois Río y Andrade Fernández (2013) establecen que los atletas que
realizaban karate poseían una mayor ansiedad que jugadores de futbol sala. Los
mayores niveles obtenidos por este último grupo corresponden a la autoconfianza.
Por su parte Kumar (2016) utilizo el SCAT para evaluar la ansiedad pre competitiva en
varones y mujeres de 18 a 24 años de deportes individuales como atletismo, arquería y
boxeo y de deporte en equipo como el cricket. Sus hallazgos no fueron significativos ya
que los resultados entre ambos grupos no eran substanciales.
Caicedo Cavagnis et al. (2017) determinan en su estudio realizado en la Ciudad de
Córdoba, Argentina, utilizando el CSAI 2R, que los varones poseen un nivel más alto
de autoconfianza que las mujeres. En el mismo estudio se demuestra que las mujeres
poseen un nivel más alto de ansiedad somática pero más bajo de ansiedad cognitiva que
los varones. Pese a esto, en lo que respecta a los valores generales, la diferencia en los
niveles de ansiedad no fueron significativas.
Además, en la publicación se determinó que los deportistas psicomotrices poseen
mayores niveles de ansiedad que aquellos que practican algún deporte sociomotriz
como el hockey y el fútbol obteniendo un valor mucho más elevado de ansiedad
cognitiva. La conclusión final arrojada por este estudio es que el CSAI 2R es una
óptima herramienta para mediar la ansiedad en competencia.
Lois Rio (2015) menciona brevemente los estudios que, a su criterio, mejor abordan la
ansiedad competitiva.
56
Krane y Williams (1987) determinaron que atletas con mejores
resultados previos presentan niveles más bajos de ansiedad somática
que aquellos con un peor rendimiento previo (…).
(…) Usando el criterio de años de experiencia en la élite Mellalieu,
Hanton y O’Brien (2004) hallaron que los deportistas más
experimentados que competían en un deporte explosivo de motricidad
gruesa (rugby) así como practicaban uno de motricidad fina (golf)
mostraban intensidades más bajas de ansiedad, e interpretaciones más
facilitadoras de los síntomas que aquellos menos experimentados. Los
autores concluían que los atletas más experimentados poseían un
repertorio más amplio de estrategias de afrontamiento. (P.42)
En otras palabras, estos autores plantean la importancia de la experiencia
previa en los atletas en relación a los niveles de ansiedad manifestados por
ellos en competencia y su incidencia en el rendimiento deportivo. Al respecto,
aquellos deportistas que contasen con resultados previos favorables o
experiencias positivas mostraban menor nivel de ansiedad lo que
consecuentemente incidirá en el rendimiento deportivo favoreciéndolo.
Recuperando lo expuesto por la autora antes mencionada, hay autores que
demuestran que aquellos deportistas con expectativas o interpretaciones
positivas mostraban una tendencia a reconocer los síntomas que surgían en la
competencia como facilitadores, lo que en cierta manera repercutiría en el
rendimiento deportivo en forma eficaz.
Jones y Hanton (1996) y Hanton et al. (2003) encontraron que
individuos con expectativas de logro de metas positivas interpretaban
sus síntomas como facilitadores del rendimiento, mientras que eran
debilitadores para aquellos con expectativas negativas.
Más tarde, O’Brien, Hanton y Mellalieu (2005) hallaron en un estudio
con jugadoras de hockey, que las participantes que experimentaban
expectativas positivas y percibían cierto grado de influencia o control
sobre el establecimiento de metas para la competición, reportaban
57
interpretaciones más facilitadoras de sus síntomas cognitivos, así como
mayores niveles de autoconfianza.
(…) Jones, Hanton y Swain (1994) encontraron en un grupo de
nadadores de élite que aquellos que interpretaban su ansiedad como
debilitadora presentaban niveles de ansiedad mayores que aquellos que
la percibían como un aspecto facilitador.
(…) Hanton, Evans y Neil (2003) encontraron que los deportistas de
élite con altas puntuaciones en dureza mostraban niveles más bajos de
ansiedad competitiva, interpretaciones más facilitadoras y altos niveles
de autoconfianza en comparación con otros deportistas. La dureza
podría ejercer un efecto moderador en la interpretación de los síntomas
de ansiedad por la habilidad de estos sujetos en transformar lo
estresante en algo más positivo. (P.48)
En este orden de idea, Hanton (citado en Lois Rio, 2015) expresa que la
interpretación de los síntomas cambia de acuerdo al momento en el cual se
encuentre el deportista, modificándose más aun en la proximidad a la
competencia. De este modo, en la fase preparatoria, los síntomas cognitivos y
somáticos son interpretados como facilitadores. Pero justo antes de rendir,
estos síntomas pasan a interpretarse como debilitadores. Siguiendo esta idea,
Wiggins (citado en Lois Rio, 2015) examinó la intensidad y dirección de la
respuesta de ansiedad 24 horas antes de la competición y halló que la ansiedad
somática se incrementaba al aproximarse el evento, la autoconfianza disminuía,
mientras que la ansiedad cognitiva permanecía sin cambios. Esto le llevó a
concluir que una vez que los deportistas interpretan sus síntomas como
debilitadores o facilitadores del rendimiento, esto no cambia.
Al respecto:
Hanton et al. (2002), en cambio, encontraron en un estudio cualitativo
que la interpretación de los síntomas cambiaba, eran facilitadores en la
fase de preparación de la competición y debilitadores justo antes de
comenzar; pero la intensidad y frecuencia de los síntomas permanecían
estables. Posteriormente, Hanton et al. (2004) desarrollaron un estudio
empírico que examinaba los patrones temporales de los síntomas
58
durante un período de siete días previos al momento de competir, en
función del nivel de destreza de los sujetos. Así, hallaron que los
efectos de la proximidad de la competición hacían que las
interpretaciones de los síntomas cognitivos y somáticos fuesen menos
positivas, y que la frecuencia de ambos se incrementase a medida que
se acercaba el evento. (P.50)
Lois Rio (2015) continúa diciendo:
(…) En 2003, Woodman y Hardy encontraron en su meta-análisis que
la ansiedad cognitiva y la autoconfianza tenían un impacto en el
rendimiento de los hombres mayor que en las mujeres. La ansiedad
cognitiva en las mujeres se incrementa en el período previo a la
competición, mientras que la ansiedad somática se eleva antes en
hombres y la autoconfianza se reduce a medida que la competición se
aproxima. (P.51)
Se percibe con claridad que existe una variabilidad teórica de la ansiedad en relación
con la pre-competencia deportiva. Considerando a la ansiedad como una respuesta
emocional que depende de la percepción subjetiva del atleta en relación a la valoración
contextual, se cree que mientras mayor sea la importancia que el deportista posea sobre
la competencia, mayor será su nivel de ansiedad. Consecuentemente, menor será su
rendimiento deportivo.
Siguiendo ésta línea de análisis, en Colombia se llevó a cabo un estudio con futbolistas
juveniles en el que se relacionaron variables que se consideraba que repercutían en el
rendimiento deportivo. Se observó, como una de las conclusiones, que la mayoría de
los atletas tenían un gran nivel de ansiedad en la previa a la competencia. (Arenas
Granada et al. 2014).
Wiggins y Brustad (citados en Aguirre-Loaiza et al. 2011) encontraron que los atletas
que conseguían una puntuación más baja en ansiedad somática y cognitiva y un puntaje
59
más elevado en autoconfianza, percibían a la ansiedad como un mecanismo facilitador
de su rendimiento.
En el ámbito del deporte gran parte de la literatura pretende investigar acerca de la
relación entre la ansiedad y el rendimiento deportivo (sin mencionar aquí todas las
variables que inciden en él). Además, los autores pretenden estimar la relación que
existe entre la ansiedad y las lesiones deportivas. Así, Berengüí Gil y Puga (2015) citan
estudios llevados a cabo por Ivarsson en jugadores de futbol. En el año 2008 determina
que existen predictores de lesiones entre los que se encuentran la ansiedad rasgo
somático, la falta de confianza y el afrontamiento negativo. En el 2010 habla de la
ansiedad somática y la ansiedad cognitiva como predictores de lesiones en los
deportistas. En un estudio llevado a cabo en el año 2011 y uno similar en el 2013 se
indica la ansiedad somática como un factor de riesgo indiscutido en la incidencia
lesional.
En un estudio en nadadores citado en Núñez Prats (2016) se pone de manifiesto que la
ansiedad es un factor bloqueante del rendimiento deportivo y se le atribuye la mayor
importancia a la ansiedad cognitiva debido a la preocupación por su desempeño.
En síntesis, Issurin (citado en Arenas Granada et al. 2014) expresaba que: ―desconocer
la influencia de la ansiedad estado en el rendimiento y la salud mental del deportista,
resulta tan arriesgado como desconocer la integralidad de los componentes del
entrenamiento deportivo‖ (pág. 111
60
CAPÍTULO IV
CSAI 2R
IV.1. Instrumento de recolección de datos
Si la ansiedad repercute en los deportistas y a efecto de esto su rendimiento decae, es de
necesidad absoluta contar con instrumentos que permitan obtener resultados categóricos
y precisos sobre esta variable. En evolución constante, los investigadores han intentado
respaldar tal necesidad y han elaborado instrumentos que permitan indagar acerca de la
ansiedad.
Montero (2010) en su investigación sienta que el antecedente más importante empleado
por la psicología deportiva sobre el abordaje de la ansiedad, corresponde al Test del
estado de ansiedad (STAI) construido por Spielberger en 1989. El instrumento consta de
20 ítems que permiten evaluar la ansiedad rasgo y la ansiedad estado. Su eficacia es
atribuida a situaciones clínicas. En el mismo escrito, el autor cita a Martens quien
sostenía que para evaluar la ansiedad en relación a la competencia, se debía contar con
un instrumento más específico sobre las situaciones deportivas. En cierta forma, se
desprestigia el STAI por considerarse, como se mencionó, que su principal campo de
utilización era en relación a los aspectos clínicos sin referirse al campo deportivo.
Martens es el autor del SCAT (Test de Ansiedad Competitiva en el Deporte),
desarrollado en 1977. Este instrumento mide preferentemente la ansiedad rasgo y es una
escala pionera en situaciones propiamente deportivas.
Como se explicó anteriormente, la ansiedad puede ser considerada como rasgo o como
estado.
Utilizando el SCAT para la medición de la ansiedad rasgo, surge la necesidad de
establecer un instrumento propio de la ansiedad estado en situaciones deportivas.
Derivó en la creación del CSAI, en el año 1987 y su creador Martens lo enfocaba en un
paradigma multidimensional abarcando la ansiedad cognitiva y somática.
Arruza Gabilondo, et al. (2010), disponen que el CSAI es uno de los inventarios más
utilizados y que posee diversos fines como establecer la relación de la ansiedad con
61
otras variables psicológicas, con variables físicas como la resistencia o frecuencia
cardiaca y la correlación con el rendimiento deportivo, entre otros.
Fue Martens, quien nuevamente en el año 1990 construye un nuevo instrumento para
estudiar la ansiedad pre competitiva resaltando de real importancia contar con escalas
que pudiesen ser aplicadas al verdadero contexto en el que se utilizaban. Surge así el
CSAI 2, instrumento sometido a una gran cantidad de estudios y que ha sido
extensamente utilizado.
Es una escala que permite medir la ansiedad rasgo a través de la evaluación de la
tendencia que pueden tener los jugadores en la percepción de la situación como
amenazante y su consecuencia a responder con ansiedad. El CSAI 2 se compone de 27
ítems que miden ansiedad cognitiva, somática y autoconfianza. A pesar de ser una de las
versiones más utilizadas para la medición de la ansiedad, se han demostrados grandes
errores relacionados a los elementos estadísticos que se utilizaban para su valoración.
En función de lo expuesto, en un estudio realizado en 1998 por Tsorbatzoudis,
Varkoukis, Kaissidis-Rodafinos y Grouios (citado en Andrade Fernández et al. (2007),
se llevó a cabo un análisis factorial de carácter exploratorio aplicado a deportistas de
elite griegos. Los resultados encontrados demostraron que tres de los ítems que fueron
empleados para evaluar la ansiedad cognitiva, respondían en realidad a la variable de la
autoconfianza.
Asimismo, en otro estudio llevado a cabo por Lane, Sewell, Terry, Bartram y Nesti en
1999 (citado en Andrade Fernández et al. (2007), se aplicó el CSAI 2 a una gran
cantidad de deportistas de diversas modalidades y se obtuvo que la relación entre la
ansiedad cognitiva y la somática era muy pobre, estimando que se mejoraría
significativamente si la relación entre ambas variables fuese más contundente. A
efectos, el test fue reestructurado.
En base a esta evidencia previa, en el año 2003 se crea el Test de ansiedad competitiva
versión revisada – CSAI 2R- que cuenta con una escala Likert de cuatro puntos. El
CSAI-2R se ha traducido en diversos países y ha permitido reconocer algunas de las
interferencias en el rendimiento deportivo ofreciendo herramientas para favorecer las
condiciones de los entrenamientos (Jeanes, 2012)
62
Este instrumento se reduce a 17 ítems siguiendo la línea trifactorial, es decir,
comprendiendo las tres escalas antes mencionadas. (Ver anexo, cuadro 1)
Aquellos ítems correspondientes a la ansiedad cognitiva evalúan las sensaciones
negativas que el individuo siente respecto de su rendimiento y también de sus
consecuencias. Se interpreta como un componente mental que se origina como producto
de elementos, como por ejemplo el miedo, asociada a situaciones específicas como una
evaluación social percibida, el fracaso o la pérdida de autoestima. Esta subescala
contiene cinco ítems y la puntuación general oscila entre los 5 y los 20 puntos.
La ansiedad somática refiere a indicadores fisiológicos y su percepción por parte del
sujeto ante una situación competitiva. Se percibe un aumento de la tensión muscular, de
la actividad cardiaca, malestar estomacal o sudoración excesiva. Consta de siete ítems
con una puntuación mínima de siete puntos y una máxima de 28.
Una premisa fundamental sobre estos componentes es su independencia. Esto es, que
ambas variables influyen en la respuesta del sujeto de forma diferenciada. Ante una
situación específica, un sujeto puede responder con un aumento de la ansiedad
cognitiva, mientras que otras personas frente a la misma situación podrían responder
con un aumento de la ansiedad somática. O inclusive, ante un estresor determinado un
individuo puede responder de diversas formas, a veces con ansiedad cognitiva, otras con
elevación de la ansiedad somática.
A su vez, existe cierta reciprocidad, es decir, hay situaciones que desencadenan ambos
tipos de ansiedad al mismo tiempo. Puede haber, por ejemplo, situaciones que permitan
experimentar respuestas de ansiedad cognitivas a la vez que favorecen la aparición de la
ansiedad somática (Lois Rio, 2015).
Con respecto a la autoconfianza, mide la seguridad que el individuo cree poseer sobre
las posibilidades de tener éxito en la competencia. Para ello se incluyen cinco ítems con
una puntuación que varía entre cinco y veinte puntos. (Cisterna Valdebenito, 2015).
Partiendo del instrumento original, versión inglesa (Ver anexo, cuadro 2), se han
llevado a cabo diversos estudios para validarlo y obtener una versión en nuestro idioma.
63
Uno de los primeros trabajos realizados aplicó el CSAI 2R en 149 deportistas (78%
hombres – 22% mujeres con edad comprendida entre los 14 y 19 años). La muestra se
constituía por atletas de golf, natación, corredores, surf y ciclismo. En la construcción
de esta validación participaron traductores nativos, psicólogos y deportistas. Su objetivo
era obtener la versión más fidedigna posible del cuestionario. El resultado fue un
instrumento de 18 ítems distribuidos en tres subescalas: ansiedad cognitiva, ansiedad
somática y autoconfianza. El formato de respuesta Likert (1 nada - 4 mucho) fue
conservado. El test era respondido por los deportistas entre los 15 y 45 minutos antes de
competir, previa explicación de cómo debían abordarlo. En el análisis de los datos se
emplearon programas estadísticos, se realizó un análisis factorial, se estudiaron las
propiedades psicométricas y luego se analizaron los ítems con su consistencia interna.
Si bien la traducción del cuestionario permite su aplicación en deportistas españoles, se
requiere nuevo estudios que ofrezcan mayores garantías para su empleo. (Ver anexo,
cuadro 3)
Un posterior estudio realizó la aplicación del instrumento en una muestra de mayor
tamaño con el fin de confirmar la versión española antes mencionada. Participaron 520
deportistas (mayoritariamente hombres con edades de entre 14 y 39 años) de disciplinas
como futbol sala (45% de la muestra), básquet (19%), waterpolo (9%), tenis de mesa
(9%), vóley (7%), ciclismo (6%) y natación (5%). La modificación hecha en el
instrumento consistía en la eliminación de ítems y variación de la subescala somática y
cognitiva. Se mantuvo el formato de respuesta Likert.
Para su aplicación se les solicitaba a los deportistas que lo respondieran entre los 15 a
60 minutos antes de la competencia. Se les explicaba que no hay respuesta correcta y
que solo debían responder según se sintieran en ese momento. Para el análisis de datos
se emplearon los mismos recursos que en el primer estudio mencionado.
No obstante, siguieron las investigaciones para generar un correcto modelo en español
aplicable a nuestro contexto deportivo.
En esta línea, un tercer estudio recopiló evidencia relacionando las puntuaciones que se
obtenían del CSAI 2R y las que se obtenían simultáneamente con el cuestionario Profile
of Mood States (POMS). El POMS se compone de adjetivos referidos a variables como
64
tensión, depresión, cólera, vigor, fatiga, confusión y ansiedad. Ha sido probado en
diversos contextos siendo un instrumento muy popular en la psicología del deporte.
La muestra se componía por 130 jugadores de futbol sala (91%) y baloncesto (9%), con
una edad de 14 a 34 años. Se aplicó la versión del CSAI 2R explicado en el estudio
anterior el cual contaba con 16 ítems y mantenía el formato de respuesta Likert. Luego
los deportistas debían responder el POMS, en una versión de 44 ítems. Se les
administraba los cuestionarios entre 30 minutos y una hora antes del partido.
Se concluyó que el análisis arroja una gran validez, tanto para las escalas de ansiedad
como para la autoconfianza.
El estudio sobre la validación del CSAI 2R ha implicado diversas temáticas y una de las
variables que más se ha considerado era la relación de la ansiedad respecto con la
naturaleza del deporte. Se lleva a cabo un cuarto estudio con una muestra de 95
deportistas, mayoritariamente mujeres. Los deportes a los que pertenecían los atletas
eran futbol sala y karate. Se empleó el cuestionario CSAI 2R en español que cuenta con
16 ítems divididos en las tres subescalas. A su vez, se administró una escala (sin
especificar) que determinaba la direccionalidad de los síntomas. Cabe señalar que por la
escasa muestra del estudio no fue considerado relevante y se recomendó extender el
presente trabajo de investigación.
Para lograr la validación transcultural se han desarrollados innumerables estudios para
lograr una versión irrefutable en su aplicación con adecuada fiabilidad. En este orden de
ideas, surge la transcripción del test que se ha utilizado en nuestro idioma, el cual es
expuesto en anexos, cuadro 4 (Cisterna Valdebenito, 2015).
En un estudio llevado a cabo en México por Pineda Espejel, López Walle y Tomás
(2014), participaron 454 atletas (hombres y mujeres) de diversas modalidades
deportivas. Los deportistas debían aplicar el cuestionario en las 24 horas previas a su
competencia. En conclusión, este trabajo demuestra que el CSAI 2R en su versión
española es fiable y valido para la evaluación de la ansiedad precompetitiva.
65
Por su parte, un trabajo llevado a cabo por Ruiz Juan, Zarauz Sancho y Flores Allende
(2015) administró el cuestionario a 1795 corredores de fondo de ruta (1541 hombres y
254 mujeres). Del total de la muestra, 1054 corredores participaron en los medios
maratones de Almería, Elche y dos ediciones de Guadalajara. Además, mediante una
página web, se recolectaron 741 respuestas voluntarias de distintos corredores. A modo
de síntesis, el estudio determina que la ansiedad precompetitiva es una variable
predictiva utilizando el CSAI 2R.
En síntesis, el CSAI 2R, en su versión traducida al español, es una herramienta que nos
permite considerar la ansiedad en relación a la competencia deportiva.
IV.2. Modo de aplicación del test
El instrumento consta de 17 ítems que se subdividen en las tres características
subescalas de la ansiedad. Distribuidas en forma alternada, las 17 opciones se responden
según lo que corresponda con una escala Likert donde 1 (uno) significa nada y 4
(cuatro) implica mucho.
a) Subescala cognitiva: formada con cinco ítems descriptos a continuación.
Items Descripción
2 Estoy preocupado de no rendir tan bien en esta competencia como podría hacerlo
5 Me preocupa perder
8 Me preocupa bloquearme ante la presión
11 Me preocupa tener un bajo rendimiento
14 Me preocupa que los demás se decepcionen con mi rendimiento
66
b) Subescala somática: para su medición, se utilizan 7 ítems.
Ítems Descripción
1 Me siento nervioso
4 Siento mi cuerpo tenso
6 Siento mi estómago tenso
9 Mi corazón se acelera
12 Siento un nudo en el estomago
15 Mis manos están sudando
17 Siento mi cuerpo rígido
d) Subescala de autoconfianza: conformada por 5 ítems
Ítems Descripción
3 Confío en mí
7 Estoy seguro de lograr mi objetivo
10 Tengo confianza en hacerlo bien
13 Tengo confianza porque me veo alcanzando mi objetivo
16 Estoy seguro de tener buen rendimiento bajo presión
Cada variable admite cuatro opciones de respuesta que se miden en una escala Likert de
cero a cuatro. No hay respuestas correctas o incorrectas. La selección debe estar basada
en la honestidad y ser escogida de forma rápida.
67
CAPÍTULO V
V.1. Población/muestra
En el estudio participaron 105 deportistas amateurs de la ciudad de Viedma, Rio Negro.
Todos los deportistas se encontraban en periodo de competencia o entrenamiento en sus
respectivos torneos. Su participación fue voluntaria y anónima.
Los participantes se componen por deportistas de ambos sexos (n= 105). En su mayoría
fueron hombres (n=70) representando el 66,6% de la muestra (mujeres n= 35). El
promedio de la edad fue de 27,5 años, con un mínimo de 20 y un máximo de 35 años.
Los atletas pertenecían a deportes en conjunto de diversas ramas como futsal (29,5%),
hockey (20%), handball (18,1%), futbol once (15,2%), vóley (9,6%) y rugby (7,6%).
(Tabla 2).
Tabla 2
Descripción de la muestra.
Sexo (n) Deportes (n) Participación
(n)
Promedio
de edad (n)
Fem Masc Futsal Rugby Voley Hockey Futbol Handball AE EC -
35 70 31 8 10 21 16 19 59 46 27,5
No se utilizó una elección intencionada de los deportistas, sino que la participación fue
voluntaria. El criterio para participar fue estar en periodo de competencia o
entrenamiento en el deporte que desarrolla.
Aquellos atletas que deseaban participar debían indicar si el formulario iba a ser
respondido en la previa a un entrenamiento o a una competencia. Se les explicaba que
para responder el cuestionario no debían tomarse mucho tiempo por ítem y que debían
responderlo siendo sinceros con lo que sentían en ese momento.
V.2. Instrumento.
El instrumento utilizado fue la versión española del CSAI 2R adaptada y validada según
Cisterna Valdebenito (2015). El cuestionario consta de 17 ítems representando las 3
68
subescalas de la ansiedad: cognitiva, somática y autoconfianza. Se respetó el formato de
respuesta Likert numeradas desde 1 (nada) hasta 4 (mucho).
V.3. Procedimiento
Luego de un contacto inicial con los deportistas, se les explicó en qué consistía el CSAI
2R y la importancia que tenía para la investigación la sinceridad de los datos.
La muestra fue dividida en dos grupos. El grupo A (gA) lo constituían 59 atletas
(56,2%) que respondieron el cuestionario en la previa a una competencia. Los restantes
(n= 46 deportistas – 43,8%) conformaban el grupo B (gB). Estos respondieron el
cuestionario en la previa a un entrenamiento.
A los deportistas del grupo A el cuestionario se les asignaba entre los 60 y 90 minutos
previos a la competencia, mientras que a los del grupo B se les entregaba entre los 10 y
15 minutos anteriores al entrenamiento.
El cuestionario fue entregado y explicado por la misma persona para ambos grupos.
69
CAPÍTULO VI
ANALISIS Y RESULTADOS
VI.1. Análisis de la información.
La información fue procesada en una matriz de datos de Excel 2010 donde se calcularon
medidas de tendencia central (específicamente la media).
En primera instancia, se realizó una descripción de las respuestas englobadas por
subescalas sin distinción de los grupos. Esto permitió reconocer, en líneas generales, el
comportamiento de las subescalas de la ansiedad en los deportistas indistintamente del
momento en el cual se encontraban.
A posterior, con el fin de responder a los objetivos que plantea la presente
investigación, se examinaron individualmente las variables correspondientes al gA y
gB. Para esto se dividieron los ítems en las escalas adecuadas. El siguiente paso fue
relacionar los valores pertenecientes a los grupos. Finalmente se realizó el análisis con
los datos arrojados por la escala Likert.
VI.2. Resultados en base a los objetivos planteados.
La presente investigación se orientó por tres objetivos específicos que pretendieron dar
significancia al estudio. En este apartado se busca detallar cada uno de ellos dando
cuenta de su verdadera importancia.
Objetivo uno: Determinar la incidencia de la ansiedad en los deportistas antes de
entrenar y antes de competir.
Se busca identificar la repercusión de la ansiedad en los deportistas en dos momentos
bien diferenciados en el ámbito deportivo. Para lograr responderlo fue necesario que los
deportistas realicen el cuestionario CSAI 2R indicando su participación antes de
entrenar y antes de competir. El cuestionario mide las subescalas de la ansiedad
70
somática, cognitiva y autoconfianza en 17 ítems valorados con una escala Likert de
cuatro puntos.
A partir de los valores obtenidos, se llevó a cabo un análisis estadístico que permitió
diferenciar la incidencia de la ansiedad en los deportistas y su variación al momento de
la competencia. Se confirma, de esta manera, que en aquellos atletas que se encuentran
próximo a competir, el nivel de ansiedad es mayor que en los deportistas evaluados
antes de entrenar.
Objetivo segundo: Indicar a la ansiedad como factor predictor de lesiones en los
deportistas.
A través del desarrollo del marco teórico, se buscar dar respuesta al presente objetivo.
En este sentido, siguiendo el estado de arte planteado, hay quienes sostienen que los
niveles de ansiedad del deportista condicen con el índice de lesiones. En tanto a lo que
respecta a los datos obtenidos en la presente investigación, teniendo en cuenta el
entorno al que es sometido el deportista, y por lo expuesto en respuesta al primer
objetivo planteado, el nivel de ansiedad dependerá del momento en el cual se encuentre
el atleta.
En este orden de ideas, un deportista próximo a competir posee un elevado nivel de
ansiedad somática, es decir, de manifestaciones fisiológicas, que superan la
autoconfianza y la ansiedad cognitiva. La evidencia señala lo que se afirma en el
presente estudio, la ansiedad somática en nivel elevado, es predictor de lesiones.
Objetivo tercero: Identificar la relación entre ansiedad y rendimiento deportivo
Se trata de determinar, en sustento con el estado de arte de la presente investigación,
que los niveles de ansiedad que se encuentran bajos o elevados repercuten en el
rendimiento del deportista ocasionando un detrimento del mismo.
En base a la bibliografía consultada, la competencia es un escenario ideal para ocasionar
una modificación en el nivel de ansiedad del atleta. Asimismo, se observa que en la
medida en que el deportista se acerca a la pre competencia, tomando como referencia
71
las 24 horas anteriores a la misma, su autoconfianza disminuye a la vez que aumenta su
ansiedad.
En la presente investigación se observa que en aquellos deportistas próximos a entrenar
existe un valor elevado de la autoconfianza, la cual al acercarse al momento de la
competencia disminuye, aumentando así, la ansiedad somática y cognitiva. Así, en
concordancia con lo expuesto en la teoría, la ansiedad es una variable que tiene la
posibilidad de generar una modificación en la performance del atleta.
VI.3. Resultados
Descripción inicial
El total de los deportistas (n= 105) que participaron en la muestra respondieron el
cuestionario de forma voluntaria antes de entrenar o minutos antes de la competencia.
Los atletas pertenecen a deportes grupales como futsal, hockey, handball, futbol once,
vóley y rugby.
El puntaje general obtenido del CSAI 2R fue de 4247 puntos (100%) sin discriminar el
tiempo en el cual se realizaba el cuestionario.
La subescala de la autoconfianza (ACF de ahora en más) sobrepasa a las subescalas de
la ansiedad. Los valores de la ACF representan el 36,4% del total con un puntaje de
1547. La subescala de la ansiedad somática (léase AS de ahora en más) obtuvo un
puntaje de 1448 (34,1%) mientras que la ansiedad cognitiva (AC de ahora en más) fue
la de menor valor con 1252 puntos (29,5%). (Grafico 1).
En líneas generales, la ACF obtuvo mayor valor en deportes como futsal, rugby, vóley y
hockey, mientras que en futbol y handball la ansiedad somática fue la de mayor alcance.
(Tabla 3).
72
Gráfico. 1
Porcentaje obtenidos de cada una de las subescalas de la ansiedad.
Tabla. 3
Puntajes obtenidos por disciplina.
General Genero AC AS ACF
FSF Femenino
367
380
455 FSM Masculino
Rugby Masculino 86 87 112
Voley Masculino 114 113 149
Hockey Femenino
223
263
315 Hockey Masculino
Futbol Masculino 212 266 240
Handball Femenino
250
339
276 Handball Masculino
Por todo ello, según los datos arrojados por el presente estudio, la autoconfianza es la
subescala de mayor valor en los deportistas participantes.
En contrapartida, la ansiedad cognitiva representa la subescala de menor valor, según
los datos arrojados por los cuestionarios de los deportistas.
29,5%
34,1%
36,4%
AC AS ACF
73
Si bien en el análisis general predomina la subescala de la autoconfianza, se observa que
al separar la muestra en las instancias de antes de competir y antes de entrenar, existe
una diferenciación que amerita ser descripta.
Grupo A
Se constituye por 59 atletas que responden al 56,2% de la muestra total. Los deportistas
de disciplinas como voley, futsal, handball, rugby, hockey y futbol participaron de
manera voluntaria y anónima respondiendo el cuestionario en minutos de pre
competencia, efectivamente entre los 60 y 90 minutos.
El grupo de futsal lo constituyen 17 atletas (8 mujeres, 9 varones), mientras que en el
resto de los deportes, los participantes se distribuyen en hockey 13 (6 mujeres, 7
hombres), futbol 10, handball 10 (6 mujeres, 4 varones), voley 6 y rugby con 3
deportistas. (Gráfico 2).
Gráfico.2
Porcentaje de participantes divididos según la disciplina.
En tanto al Grupo A refiere, prevalece la subescala de la ansiedad somática con un valor
general de 980 puntos (M= 163,33). Asimismo, la subescala de la autoconfianza obtuvo
un valor de 912 puntos (M= 152) mientras que la subescala de la ansiedad cognitiva
reunió un puntaje de 810 (M=135).
28,8%
5,1%
10,2% 22,0%
16,9%
16,9%
Futsal
Rugby
Voley
Hockey
Futbol
Handball
74
Sin embargo, pese a lo antes mencionado, la variable a la que los jugadores le asignaron
mayor importancia corresponde a la subescala de la autoconfianza. La misma
corresponde al ítem 3 (confío en mi) obteniendo un valor de 193 puntos. Por otro lado,
el ítems con menor valor alcanzado forma parte de la subescala de la ansiedad somática
siendo el ítem 17 (siento mi cuerpo rígido) con 124 puntos.
En futsal, voley y hockey el valor más elevado se atribuye a la subescala de la
autoconfianza con 251, 84 y 198 puntos respectivamente. En rugby la subescala de
mayor importancia es la ansiedad cognitiva con apenas 39 puntos. La ansiedad somática
obtuvo los mayores puntajes en futbol (206) y handball (254).
En aquellos deportes en que participan ambas ramas, femenino y masculino, existe
diferencia en los valores obtenidos por las subescalas. Respecto de futsal, si bien el
mayor valor corresponde a la subescala de la autoconfianza (251), en la rama masculina
encontramos que predomina la ansiedad cognitiva (120) por sobre la somática (108), a
la inversa de lo que sucede en femenino (ACF 116, AS 101, AC 83). En hockey
femenino el mayor valor se le atribuye a la autoconfianza (97) y luego a la ansiedad
somática (80) mientras que en el hockey masculino la subescala más importante en
valores numéricos corresponde a la ansiedad somática (115) seguida por la
autoconfianza (101). Por su parte en handball ocurre que tanto en hombres como en
mujeres el mayor puntaje fue obtenido por la subescala de la ansiedad somática
(mujeres = 142, hombres = 112). La diferencia observada es que en las mujeres existe
una diferencia de valor mínima entre las subescala de la ansiedad cognitiva y la
autoconfianza (108, 109 respectivamente) mientras que en el grupo de hombres no se
observan diferencias en las dos subescalas antes mencionadas (80 para ambas
subescalas).
Grupo B
Se constituye por 46 (43,8%) deportistas de voley, handball, futbol, rugby, hockey y
futsal. Respondieron el cuestionario de forma anónima y voluntaria entre los 10 y 15
minutos previos al entrenamiento.
75
La muestra dentro de este grupo se divide en: futsal con 14 participantes (n= 8 mujeres
y 6 varones), handball con 9 (n= 5 varones y 4 mujeres), hockey con 8 atletas de los
cuales 5 son hombres, futbol con 6, rugby con 5 y voley con 4 atletas. (Gráfico 3)
Gráfico.3
Porcentaje de participantes divididos según la disciplina.
Al respecto, la subescala de la autoconfianza obtuvo un valor elevado por sobre las
subescalas de la ansiedad. Los datos arrojados indican que la ACF logró un puntaje de
635 (M= 105,83), la ansiedad somática de 468 (M=78) y la ansiedad cognitiva de 442
(M=73,66).
El ítem 3 (confío en mí) de la subescala autoconfianza alcanzó el valor más elevado con
140 puntos. Por el contrario, el ítem 12 (siento un nudo en el estómago) correspondiente
a la ansiedad somática, con 61 puntos, fue el de menor relevancia.
En líneas generales, la ACF obtuvo el mayor valor en todos los deportes. En tanto que
en futsal, rugby, futbol y handball el segundo lugar fue para la ansiedad somática. En
voley y hockey es de mayor relevancia la ansiedad cognitiva.
En relación a aquellos deportes que tuvieron participación femenina y masculina las
diferencias halladas corresponden al orden de las subescalas de ansiedad, considerando
30,4%
10,9%
8,7% 17,4%
13,0%
19,6% Futsal
Rugby
Voley
Hockey
Futbol
Handball
76
que para el grupo en general el mayor valor fue para la autoconfianza. Dicho esto, en
futsal y handball femenino y masculino no hay diferencias a mencionar. En hockey
ocurre que en femenino es de mayor importancia la subescala de la ansiedad cognitiva a
diferencia del grupo masculino en el cual la ansiedad somática tiene mayor repercusión.
Grupo A y Grupo B
En función de los argumentos, en aquellos deportistas que se encuentran próximos a
competir se le atribuye mayor importancia a la ansiedad somática (980 puntos), lo que
se interpreta, a priori, como un aumento significativo de mecanismos fisiológicos por
sobre la confianza y los pensamientos. Por su parte, a diferencia de lo mencionado
anteriormente, en los atletas que responden el cuestionario en la previa a un
entrenamiento, es de mayor relevancia los aspectos englobados en la subescala de la
autoconfianza (obteniendo ésta 635 puntos) (Gráfico 4 a y b). Esto coincide con lo
expuesto por Cottyn et al. (2006), afirmando que en la competencia la AS se ve
aumentada mientras que la ACF disminuye.
En similitud a lo expuesto por Nideffer (1976) y García Ucha (1996), en este caso para
ambos grupos, la subescala de menor valor fue la correspondiente a la ansiedad
cognitiva. Siguiendo la línea de estos autores el rendimiento de los atletas no se verá
afectado.
Si bien, para el global de los deportistas el ítem más importante es el que se interpreta
como confío en mí (ítem 3 de la subescala de la autoconfianza), el deportista que se
encuentra previo a competir valoró como menos importante lo expresado por el ítem 17
(siento mi cuerpo rígido) mientras que el atleta que se encontraba próximo a entrenar
indico como de menor valor el ítem 12 siendo éste siento un nudo en el estómago.
77
Gráfico.4 a.
Valores de las subescalas de la ansiedad en deportistas antes de competir
Gráfico 4. b
Valores de las subescalas de la ansiedad en deportistas antes de entrenar.
Ante lo mencionado se describen (tabla 4, gráfico 5) los resultados obtenidos en
relación al estado de ansiedad en aquellos deportistas que se encontraban antes de
entrenar y antes de competir. Se describe el promedio de ansiedad en función del
momento deportivo, evidenciándose que el estado de ansiedad aumenta cuando el
deportista se encuentra previo a la competencia.
800
850
900
950
1000
Autoconfianza AnsiedadSomatica
Ansiedadcognitiva
Antes de competir
Antes de competir
0
100
200
300
400
500
600
700
Autoconfianza Ansiedadcognitiva
Ansiedadsomatica
Antes de entrenar
Antes de entrenar
78
Tabla 4
Promedio de las subescalas de ansiedad en deportistas antes de competir y antes de entrenar
Gráfico 5.
Comparación de los valores de las subescalas de la ansiedad antes de competir y antes de
entrenar.
En la tabla 5 se describen los datos en relación al género de los participantes. Se percibe
que el promedio de la ansiedad siempre es mayor en la previa a la competencia tanto en
femenino como en masculino. En lo que respecta al género femenino, los datos
obtenidos indican que poseen un promedio superior al hombre en relación a la ansiedad
cognitiva y la autoconfianza en ambos momentos que se evaluaron. Los datos obtenidos
coinciden con lo expuesto por Woodman y Hardy (2003). En la ansiedad somática
ocurre que, antes de entrenar, las mujeres poseen mayores niveles que los hombres pero
esto se invierte al llegar al momento previo a la competencia.
65
85
105
125
145
165
AC AS ACF
Antes de competir
Antes de entrenar
Subescalas Ansiedad Cognitiva Ansiedad Somática Autoconfianza
AE AC AE AC AE AC
Promedio
(M)
73,66
135
78
163,33
105,83
152
79
Tabla 5
Valores obtenidos según la rama femenina o masculina
Siguiendo la idea de Arenas Granada et al. en la que los niveles del estado de ansiedad
se codifican como bajo (menos de 39 puntos), moderada (entre 40-59) y alta cuando es
igual o superior a 60, se observa que, de los deportistas que participaron antes de
competir (n=59), un 47,4% (n=28) obtuvieron un estado de ansiedad moderado. Un
35,6% (n= 21) del total de los deportistas manifestaron un estado de ansiedad bajo
mientras que el restante (17% - n=10) manifestó un estado de ansiedad alto. (Gráfico 6).
A su vez, de los 46 deportistas que respondieron el cuestionario antes de entrenar, el
71,7% (n=33) obtuvo, según los datos arrojados por la escala de Likert del cuestionario,
un estado de ansiedad bajo. Los restantes participantes (28,3%) manifestaron un estado
de ansiedad moderado. Ningún deportista dentro de este grupo obtuvo un puntaje que
exprese un estado de ansiedad alto. (Gráfico 7).
Genero Ansiedad
cognitiva
Ansiedad
somática
Autoconfianza
AE AC AE AC AE AC
M M M
Femenino
(n=35)
52,12 91,25 54,12 108,5 76,25 104
Masculino
(n=70)
44,25 90,87 47,37 109,87 64,5 99,5
80
Gráfico. 6
Nivel de ansiedad en deportistas antes de competir.
Gráfico 7
Nivel de ansiedad en deportistas antes de
VI.4. Conclusión - Discusión.
En el presente estudio, el objetivo fue determinar la diferencia en los niveles de estado
de ansiedad en deportistas que se encontraban antes de entrenar y antes de competir
estableciendo su incidencia en el rendimiento deportivo y el índice lesional.
Los resultados demuestran que la ansiedad es un constructo que asume gran importancia
en el campo del deporte. Por todos los condicionantes a los que se expone el atleta, lo
0
5
10
15
20
25
30
Baja Moderada Alta
Antes de competir
Niveles de Ansiedad
0
5
10
15
20
25
30
35
Baja Moderada Alta
Antes de entrenar
Niveles de Ansiedad
81
anterior expresado, es mayormente evidenciado a nivel competencia (Cox, 2008; Arenas
Granada et al. 2014).
Del análisis de los datos obtenidos de la escala Likert, respaldado por lo expuesto por
Aguirre Loaiza (2011) y Arenas Granada et al., se concluye que el 52,6% de los
deportistas que se encuentran próximo a competir poseen niveles de ansiedad por fuera
del valor considerado normal, mientras que en aquellos deportistas que se encuentran
previo a entrenar, el 71,7 % posee ansiedad baja mientras que ningún deportista
evidencia un alto nivel de ansiedad.
Lo antes mencionado afirma lo planteado en la presente investigación, dando cuenta que
la competencia modifica los niveles de ansiedad.
En relación al primer objetivo planteado, acerca de la incidencia de la ansiedad en los
deportistas en situación de entrenamiento o competencia, los datos obtenidos señalan
que existe una gran correlación entre el estado de ansiedad del deportista y el momento
en el que se encuentra. Esto indica que el deportista que está próximo a competir
experimenta un estado de ansiedad mucho más elevado que aquel atleta que se
encuentra en la previa a un entreno (Nuñez Prats et al. 2017). En otras palabras, en
similitud a lo expuesto por Aguirre Loaiza et al. (2011), la competencia genera una
modificación en el estado de ansiedad del deportista.
En cuanto al segundo objetivo específico, en relación a la ansiedad como factor
predictor de lesiones, los resultados indican que en aquellos atletas que se encontraban
próximos a competir prevalecían las manifestaciones fisiológicas (ansiedad somática).
Ivarsson determinó en una serie de estudios llevados a cabo en poblaciones de futbol
juvenil en los años 2008, 2010, 2011 y 2013, que la presencia de un nivel elevado de
ansiedad somática es un principal predictor de lesiones en los deportistas.
Por su parte, en respuesta al tercer objetivo específico planteado en la investigación,
Hanton et al. (2002) y Cisterna Valdebenito (2015) argumentan que aquel deportista en
competencia que manifieste un bajo nivel de autoconfianza poseerá un elevado nivel de
ansiedad lo que generará una repercusión en su desempeño. En similitud a las anteriores
líneas, en la presente investigación queda reflejado que en los deportistas que
82
respondieron el cuestionario antes de entrenar los valores máximos correspondían a la
autoconfianza, pero en las 24 horas anteriores a la competencia, estos valores se
modificaban disminuyendo la variable anterior, elevándose en gran medida los niveles
de ansiedad.
Por otro lado, ya expuesto en el párrafo anterior, en los atletas que participaron antes de
entrenar la variable de autoconfianza resulto ser la más relevante.
En tanto a la ansiedad cognitiva, se evidencia que sus niveles aumentan a medida que se
aproxima la competencia, pero siempre obtuvo el menor valor respecto de las
subescalas de la ansiedad. Por eso se concluye, en igualdad a un estudio de Wiggins
(1998), que no se hallaron diferencias significativas en lo que respecta a la ansiedad
cognitiva.
En conclusión, el presente trabajo de investigación confirma lo escrito por Navarro
Guzman (2003), Ortigosa Márquez (2016) y Nuñez Prats (2016) sobre la interacción de
la ansiedad en el rendimiento del deportista en la pre-competencia. El estado de
ansiedad es modificado por la situación en la que se encuentra el deportista. En
situaciones de entreno, por las condiciones ofrecidas al atleta, éste manifiesta niveles
más alto de autoconfianza que permiten controlar el estado de ansiedad y no modificar
su performance. En cercanía a la competencia, los niveles de autoconfianza comienzan a
descender y se elevan los valores de ansiedad incidiendo en el rendimiento del atleta, a
su vez, condicionándolo a aumentar las probabilidades de sufrir un proceso lesivo.
VI.5. Limitaciones
Cabe señalar que el estudio conto con diversas limitaciones. En primera instancia,
participaron 105 deportistas que fueron agrupados según el momento en el cual
participarían, entrenamiento o pre-competencia, sin embargo se considera que para una
mayor validez en los datos deben ser los mismos atletas quienes respondan el
cuestionario en ambos momentos. Esto permitirá establecer si los datos obtenidos
corresponden a un estado de ansiedad y no a un rasgo del atleta.
83
A su vez, se considera relevante que la cantidad de la muestra sea similar en todos los
deportes para un mejor manejo de los valores obtenidos.
Por otro lado, en el presente trabajo sólo se consideró el momento en el cual el atleta se
encontraba y todos los deportistas pertenecían a deportes colectivos, sin embargo se
comprende que la ansiedad es un constructo en el cual incide una gran variabilidad de
factores por los cuales deberían tenerse en cuenta en próximos estudios (Martens y Gill
citados en Letelier López, 2007).
Por último, considerando la magnitud de los conceptos aquí abarcados, la ansiedad solo
es una variable mínima y se recomienda para estudios próximos, extender el análisis a
otros factores o variables de similar relevancia en el rendimiento deportivo y el índice
lesional del deportista.
84
CAPÍTULO VII
BIBLIOGRAFIA
Aguilar Chacón, González Escobar, Gutiérrez Araya y Huerta Figueroa (2018).
Factores que influyen en el rendimiento deportivo de los universitarios que participan
en las selecciones deportivas de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
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Escuela de Educación Física.
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88
Anexos
89
Cuadro 1. Subescalas de la ansiedad.
Composición del CSAI-2R en su versión en español
Ansiedad cognitiva
02. Me preocupa no rendir en esta competición tan bien como podría hacerlo
05. Me preocupa perder
08. Me preocupa bloquearme ante la presión
11. Me preocupa un bajo rendimiento
14. Me preocupa que los demás se sientan decepcionados con mi rendimiento
Ansiedad somática
01. Estoy muy inquieto
04. Noto mi cuerpo tenso
06. Siento tensión en mi estómago
09. Mi corazón se acelera
12. Tengo un nudo en el estómago
15. Mis manos están sudorosas
17. Noto mi cuerpo rígido
Autoconfianza
03. Estoy seguro de mí mismo
07. Estoy seguro de que puedo hacer frente al desafío
10. Tengo confianza en hacerlo bien
13. Tengo confianza porque me veo alcanzando mi objetivo
16. Confío en responder bien ante la presión
90
Cuadro 2. Versión original del test.
Revised Competitive State Anxiety–2 (CSAI-2R) 1 2 3 4
A number of statements that athletes have used to describe their feelings before competition
are given below. Read each statement and then circle the appropriate number to the right of the
statement to indicate how you feel right now – at this moment. There are no rights or wrong
answers. Do not spend too much time on any one statement, but choose the answer which
describes your feelings right now.
I feel jittery
I am concerned that I may not do as well in this competition as I could
I feel self-confident
My body feels tense
I am concerned about losing
I feel tense in my stomach
I’m confident I can meet the challenge
I am concerned about choking under pressure
My heart is racing
I’m confident about performing well
I’m concerned about performing poorly
I feel my stomach sinking
I’m confident because I mentally picture myself reaching my goal
I’m concerned that others will be disappointed with my performance
My hands are clammy
I’m confident of coming through under pressure
My body feels tight
91
Cuadro 3. Primer estudio para la validación a nuestro idioma.
Composición del CSAI-2R en su versión en español (18 ítems)
Ansiedad somática
1. Estoy muy inquieto
4. Noto mi cuerpo tenso
6. Siento tensión en mi estómago
9. Mi corazón se acelera
12. Tengo un nudo en el estómago
15. Mis manos están sudorosas
17. Noto mi cuerpo rígido
18. Siento un vacío en el estómago (alternativa ítem ―Tengo un nudo en el estómago‖)
Ansiedad cognitiva
2. Me preocupa no rendir en esta competición tan bien como podría hacerlo
5. Me preocupa perder
8. Me preocupa bloquearme ante la presión
11. Me preocupa un bajo rendimiento
14. Me preocupa que los demás se sientan decepcionados con mi rendimiento
Autoconfianza
3. Estoy seguro de mí mismo
7. Estoy seguro de que puedo hacer frente al desafío
10. Tengo confianza en hacerlo bien
13. Tengo confianza porque me veo alcanzando mi objetivo
16. Confío en responder bien ante la presión
92
Cuadro 4. Versión utilizada en nuestro idioma.
Las declaraciones que se presentan a continuación describen sus posibles
sentimientos antes de una competencia. Lea cada una de las afirmaciones y
encierre en un círculo la que le parezca más apropiada para indicar cómo se
siente ahora, en este momento. No hay respuestas correctas o incorrectas y
trate de no dedicar tanto tiempo para responderlas. Nad
a
Un p
oco
Moder
adam
ente
Much
o
1. Me siento nervioso. 1 2 3 4
2. Estoy preocupado de no rendir tan bien en esta competencia como podría
hacerlo.
1 2 3 4
3. Confío en mí. 1 2 3 4
4. Siento mi cuerpo tenso. 1 2 3 4
5. Me preocupa perder. 1 2 3 4
6. Siento mi estómago tenso. 1 2 3 4
7. Estoy seguro de lograr mi objetivo. 1 2 3 4
8. Me preocupa llegar a bloquearme cuando estoy bajo presión. 1 2 3 4
9. Mi corazón está acelerado. 1 2 3 4
10. Estoy confiado en que tendré un buen desempeño. 1 2 3 4
11. Me preocupa tener un bajo rendimiento. 1 2 3 4
12. Siento un nudo en el estómago. 1 2 3 4
13. Estoy confiado porque me visualizo alcanzando mi objetivo. 1 2 3 4
14. Me preocupa que los demás se decepcionen de mi rendimiento. 1 2 3 4
15. Mis manos están sudando. 1 2 3 4
16. Estoy seguro de tener un buen rendimiento bajo presión. 1 2 3 4
17. Siento mi cuerpo apretado / rígido. 1 2 3 4