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TEMA 5: INMUNOLOGÍA
1. INTRODUCCIÓN El cuerpo humano es un sistema en el que conviven numerosos microorganismos
generalmente en equilibrio. Cuando los microorganismos acceden al medio interno pueden
causar daños, estos microorganismos son los patógenos. La multiplicación y colonización
de un organismo por parte de microorganismos patógenos es a lo que se denomina infección.
La inmunidad es el conjunto de procesos fisiológicos que permiten a los organismos
mantener el equilibrio interno por medio de mecanismo de defensa frente a las infecciones.
Ante una infección se da una respuesta inmunitaria, cuando éstas no pueden remitir la
infección se produce la enfermedad infecciosa.
El sistema inmune se activa al reconocer a un agente extraño, reconociendo alguna
de sus moléculas, normalmente una proteína o parte de ella; estas sustancias capaces de
desencadenar la respuesta inmune se llaman antígenos. El sistema inmune humano es capaz
de reconocer antígenos muy similares entre sí, como dos proteínas que se diferencian en un
solo aminoácido o incluso entre dos isómeros ópticos.
El organismo cuenta con una serie de mecanismos de defensa generales que
funcionan como primera barrera defensiva, éstos son los mecanismos inespecíficos entre
los que destaca la piel o las mucosas. Existen otros específicos que poseen mecanismos
específicamente diseñados para cada organismo invasor; son de dos tipos, la llamada
respuesta humoral (que actúa mediante anticuerpos) y la respuesta celular (células
específicas atacan a los extraños).
La clave fundamentas del funcionamiento del sistema inmune es la capacidad para
diferenciar las células extrañas y la capacidad para diferenciar entre todas ellas y realizar una
respuesta específica.
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2. ANATOMÍA SISTEMA INMUNE El sistema inmunitario es el sistema fisiológico que se encarga de la defensa del
organismo; está formado por moléculas, células y órganos.
2.1. ÓRGANOS DEL SIEMA INMUNITARIO
Existen numerosos órganos que forman parte del sistema inmunitario. Los vasos y
ganglios linfáticos ponen en contacto los antígenos con las células inmunitarias, que se
producen principalmente en la médula ósea; ésta participa también la maduración de los
linfocitos B, mientras que otro tipo de linfocitos, los T, maduran en el timo.
2.2. CÉLULAS DEL SIEMA INMUNITARIO
Las células principales del sistema inmune son los glóbulos blancos o leucocitos.
Son células móviles que se producen en la médula ósea y en los ganglios linfáticos y que
son transportados por la sangre a los distintos lugares donde van a cumplir sus funciones.
Hay 5 tipos diferentes de glóbulos blancos que se engloban en dos grupos en función
si tienen núcleo con forma variable o no:
➢ Polimorfonucleares o granulocitos
o Neutrófilos. Intervienen en la respuesta inmune inespecífica.
o Eosinófilos. Intervienen en reacciones parasitarias y alérgicas
o Basófilos. Relacionados con las reacciones alérgicas.
➢ Mononucleares o agranulocitos.
o Monocitos que se transformarán en macrófagos, células que eliminan
sustancias de manera inespecífica por fagocitosis
o Linfocitos. Intervienen en la respuesta inmune específica. Existen dos tipos
distintos los B y los T.
Los linfocitos B son células que poseen en la zona externa de su membrana distintos
anticuerpos que reconocen un único antígeno. Los linfocitos T tienen en su membrana
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receptores frente a un mismo antígeno, reconociendo únicamente uno; maduran en el timo.
Hay tres tipos de linfocitos T:
➢ Linfocitos T citotóxicos. Se encargan de destruir células infectadas por virus.
➢ Linfocitos T colaboradores. Ayudan a otros leucocitos a realizar su función
➢ Linfocitos T supresores. Paran la acción de otras células inmunitarias para controlar
su acción.
Existe otro tipo de linfocitos llamados NK (natural killer), que se encargan de
eliminar células infectadas por virus y células cancerosas.
2.3. MOLÉCULAS DEL SIEMA INMUNITARIO
2.3.1. ANTICUERPOS
Antígeno es cualquier partícula que desencadena una respuesta inmunitaria,
provocando la producción de un anticuerpo específico.
Los anticuerpos son unas glucoproteínas denominadas inmunoglobulinas, muy
abundantes en el plasma sanguíneo, constituyendo aproximadamente el 20% de todas las
proteínas plasmáticas.
Están formados
por cuatro cadenas
polipeptídicas iguales
dos a dos, dos de tipo
ligero (L) y dos de tipo
pesado (H); estas
cadenas se mantienen
unidas por puentes
disulfuro.
La forma
general es de “Y”. Cada
una de las cadenas están
formadas por un
dominio común a todas
las inmunoglobulinas y
una específico para cada para cada antígeno, son los que determinan las regiones variables
y constantes del anticuerpo. De la zona variable depende la variabilidad de cada anticuerpo,
mientras que de la parte constante dependen la mayoría de las propiedades físicas y químicas
del anticuerpo y sus propiedades comunes (difusión en los tejidos, activación fagocitosis…).
Hay 5 tipos de anticuerpos que se diferencian en las partes constantes de la
inmunoglobulina:
➢ Inmunoglobulinas G o IgG o gammaglobulinas. Son las más abundantes, el 75%,
producen inmunidad frente a virus, bacterias y hongos. Es el único tipo de atravesar
la barrera placentaria y dar inmunidad al feto.
➢ Inmunoglobulinas E o IgE. Son poco abundantes, están relacionadas con las
reacciones alérgicas.
➢ Inmunoglobulinas M o IgM. Son las primeras en aparecer en respuesta al antígeno,
siendo sustituidas por las IgG; son muy eficaces a pesar de su baja concentración.
➢ Inmunoglobulinas A o IgA. Suponen un 10% de los anticuerpos circulantes,
abundando más en las secreciones mucosas.
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➢ Inmunoglobulinas D
o IgD. Se encuentran
en la superficie de los
linfocitos B.
El anticuerpo utiliza
la zona variable para
interaccionar con una porción
del antígeno llamada
epítopo, quedando unidos en
lo que se llama complejo
antígeno-anticuerpo. Este
complejo provoca la
aglutinación de los agentes patógenos, o precipitación de los mismos (el complejo es tan
grande que precipita) o neutralizando al agente (el Ig cubre los lugares tóxicos del agente
patógeno) o rompiendo las membranas de los agentes patógenos, por lisis de las mismas.
2.3.2. SISTEMA DE COMPLEMENTO
El sistema de complemento es un conjunto de unas 20 proteínas que se encuentran
en el plasma y otros fluidos corporales, muchas de ellas son precursores enzimáticos. Estos
precursores se encuentran de forma inactiva de forma que la presencia del complejo
antígeno-anticuerpo inicia una cascada de reacciones que provoca la activación de las
enzimas del sistema de complemento.
El resultado es la destrucción del agente patógeno por distintos mecanismos:
➢ Opsonización y fagocitosis. Una de las proteínas del complemento se une al
patógenos, “marcándolo” para que sea fagocitado por los macrófagos.
➢ Lisis. Otra proteína del complemento se une a la membrana del microorganismo
destruyéndola.
➢ Aglutinación. Se unen a distintos agentes patógenos formando un cúmulo de ellos
y desactivándolos.
La activación del sistema de complemento favorece la liberación mediadores del
proceso de la inflamación (histamina) y provoca la quimiotaxis, atracción de macrófagos
y neutrófilos.
2.3.3. SISTEMA DEL INTERFERÓN
El interferón son moléculas que producen las células infectadas por virus y que
tienen dos acciones: impiden la replicación de los virus y activan a los linfocitos NK para
que maten a estas células.
3. MECANISMOS DE INMUNIDAD
3.1. MECANISMOS INESPECÍFICOS
Son distintos mecanismos no específicamente defensivos que constituyen la primera
barrera defensiva y funcionando contra todo tipo de partícula extraña. Hay dos tipos: las
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barreras externas (anatómicas, químicas y biológicas) y las internas (fagocitosis,
inflamación, respuesta del sistema del complemento y respuesta del interferón).
3.1.2. BARRERAS EXTERNAS
Son las anatómicas, químicas y biológicas. Entre las anatómicas destaca la piel y
las mucosas, que tapizan por completo al organismo, tanto por su parte externa (piel) como
por sus aberturas y conductos (mucosas).
La piel cuenta con una capa externa formada por células muertas que
continuamente se va reponiendo desde el interior complementada con las secreciones de las
glándulas sebáceas (grasas que impermeabilizan la piel y dificultan el asentamiento de
microorganismos) y sudoríparas (acidifican el pH superficial aumentando el ambiente
hostil a los microorganismos).
Las mucosas producen secreciones de moco que atrapan a los posibles
microorganismos, que son expulsados posteriormente mediante la tos, estornudos o
tragados.
Las barreras químicas la presentan algunas enzimas que se encuentran en las
secreciones como las lágrimas o la saliva, que destruyen componentes patógenos.
La barrera biológica se basa en la microflora propia, conjunto de microorganismos
inocuos con los que mantenemos una relación de beneficio mutuo.
3.1.3. BARRERAS INTERNAS
También es llamada inmunidad innata o inespecífica, pues se tiene al nacer, e
incluyen los mecanismos defensivos del sistema inmune inespecíficos. Entre los
mecanismos se incluyen la respuesta del sistema de complemento y del interferón,
comentadas en el apartado anterior.
A. Fagocitosis. Se trata de un proceso de eliminación de partículas extrañas realizadas
por células fagocíticas mediante la emisión de pseudópodos. Los leucocitos en
cargados de este proceso son los neutrófilos y los macrófagos, células que en el
torrente circulatorio se llaman monocitos.
B. Inflamación. Es un proceso que se da cuando unas células de la zona de infección
liberan unos mediadores que provocan vasodilatación en la zona y facilitan la salida
de células y fluidos a los tejidos. Esto facilita la movilización de los macrófagos
produciendo hinchazón, enrojecimiento y dolor en la zona afectada. La inflamación
es local, pero si la infección se mantiene, los macrófagos liberan mediadores que
producen efectos generales como la fiebre, que favorece la movilidad de los
macrófagos y hace más lento el crecimiento bacteriano. Durante el proceso
infeccioso se acumulan células muertas con restos de tejidos dañados, en su conjunto
recibe el nombre de pus que puede salir al exterior.
3.2. MECANISMOS ESPECÍFICOS O ADQUIRIDOS
Se ponen en marcha cuando la infección sobrepasa las defensas inespecíficas. Son
más eficaces que las inespecíficas porque se encargan de un único tipo de partícula. Este tipo
de inmunidad es muy poderosa que es capaz de impedir la proliferación de virus, bacterias
y sus toxinas, y células consideradas no propias.
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Hay dos tipos de inmunidad específica; la respuesta humoral, donde se producen
los anticuerpos que atacan al invasor, y la respuesta celular, donde se producen linfocitos
activados que destruyen específicamente al invasor.
3.2.1. RESPUESTA HUMORAL
Es un tipo de respuesta que consiste en la síntesis por parte de los linfocitos B de
anticuerpos específicos para cada patógeno.
En el tejido linfoide se encuentran desde el desarrollo embrionario gran cantidad de
linfocitos B preformados, cada uno con la capacidad de fabricar un único tipo anticuerpo,
permaneciendo inactivos hasta que entren en contacto con algún antígeno en concreto. Este
contacto puede ser directo a través de los anticuerpos localizados en la membrana o de forma
indirecta por medio de células colaboradoras.
En la segunda forma, los macrófagos que han acudido a fagocitar al agente patógeno,
lo digieren parcialmente y la parte no digerida la sitúan en la cara externa de su membrana
asociadas a unas proteínas de membrana; los linfocitos T colaboradores, tras identificar al
macrófago, liberan unas sustancias (linfocinas) que activan a los linfocitos B
transformándose en dos tipos de células: las plasmáticas (producen anticuerpos en masa) y
las células de la memoria (se duplican por mitosis produciendo una línea celular que
responde más eficazmente ante una segunda invasión).
Los anticuerpos producidos por las células plasmáticas se unen a los antígenos
produciendo dos efectos distintos:
➢ Neutralizan al antígeno que pierde su capacidad tóxica (toxinas y virus) y facilitando
la fagocitosis.
➢ Recubren al antígeno de anticuerpos (bacterias) formando unos complejos que
facilitan la fagocitosis por los macrófagos.
3.2.2. RESPUESTA CELULAR
La división en respuesta humoral y celular es principalmente didáctica pero no real
ya que el macrófago que presenta el antígeno determina ambas respuestas. En este caso el
macrófago que presenta dicho antígeno activa los linfocitos T citotóxicos, que liberan
citotoxinas que destruyen a las células invasoras. En este caso también es importante el papel
del linfocito T colaborador, que activan a los linfocitos B (respuesta humoral) y a otros
linfocitos T.
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La respuesta
inmune adquirida es
específica (cada
antígeno estimula a un
único tipo de linfocitos);
es clonal (cuando un
linfocito se activa se
divide dando lugar a una
línea de células
idénticas); posee
memoria (las células
memoria mantienen la
sensibilización ante el
antígeno con sucesivas
respuestas más rápidas);
y es autorregulable
(existen mecanismos de
regular la inmediatez y
la intensidad).
3.2.3. MEMORIA
INMUNOLÓGICA.
RESPUESTA
PRIMARIA Y
SECUNDARIA
Cuando se da
una respuesta
inmunitaria específica,
algunos de los linfocitos
B y T que se activan pasan a ser linfocitos de memoria. Éstos permanecen durante periodos
muy largos o incluso toda la vida y hacen que si se vuelve a dar otra infección del mismo
tipo la respuesta sea mucho más rápida.
Se llama respuesta primaria a la respuesta inmune que incluye defensas
inespecíficas y específicas cuando se toma contacto por primera vez con u antígeno y donde
se van a generar linfocitos T y B de memoria.
Respuesta secundaria ante un antígeno es la respuesta de los linfocitos de memoria
específicos generados contra el mismo anteriormente; es mucho más rápida y potente que la
primaria. Esta mayor eficacia es la que determina que solo pasemos las enfermedades
infecciosas una vez y es la base de las vacunas.
4. INMUNIDAD NATURAL Y
ARTIFICIAL Una persona es inmune frente a un determinado antígeno (o enfermedad) cuando es
capaz de defenderse de él sin sufrir la patología, esto es, que posee la capacidad de respuesta
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secundaria contra este antígeno. Hay dos formas de adquirir esta inmunidad: natural y
artificial.
La forma de adquirir la inmunidad de manera natural es sufrir la infección, realizar
una respuesta inmune primaria y fabricar células memoria para que en un futuro contacto
con el microorganismo patógeno realizar una respuesta secundaria, por lo tanto, la forma
natural activa de inmunizarse es pasar la enfermedad.
Existe otra forma de inmunidad natural que es la forma pasiva, que se adquiere
durante la fase fetal y lactante; las IgG de la madre atraviesan la barrera placentaria y llegan
al embrión, proporcionándole inmunidad frente a los antígenos para los que sea inmune la
madre. Este proceso se complementa durante la lactancia a través de la leche materna. Esta
inmunidad protege al neonato periodo durante el cual madura su sistema inmune.
Existe una inmunidad artificial que emula la natural mediante productos
elaborados por los seres humanos. Las vacunas son la forma de inmunización artificial
activa, pues simulan la respuesta primaria mediante antígenos que la desencadenen, pero
que no provoquen la enfermedad; son medidas preventivas. Existe otra forma de
inmunización artificial, pero de forma pasiva, que la sueroterapia; es una medida curativa,
pues inocula anticuerpos específicos contra la enfermedad cuando se considera que hay un
riesgo elevado. Actualmente ya no se usan sueros purificados de animales, se producen estas
sustancias por biotecnología, más económica y eficaz.
5. ALTERACIONES DEL SISTEMA
INMUNE El sistema inmune, como cualquier otro sistema, puede tener fallos; hay ocasiones
en que la respuesta inmune ante un antígeno no ocurre o es insuficiente, en otros casos
responde ante sustancias inocuas o incluso ante sustancias propias. Esto se clasifica en
distintos tipos situaciones como la hipersensibilidad, autoinmunidad o inmunodeficiencia.
5.1. HIPERSENSIBILIDAD Y ALERGIAS
Las reacciones de hipersensibilidad se producen cuando el organismo reacciona de
forma excesiva ocasionando daños en el propio organismo.
Un ejemplo es la eritroblastosis fetal, este problema se da cuando una madre tiene
grupo sanguíneo Rh- (sin antígeno Rh) y está embarazada de un niño Rh+; la madre no tiene
anticuerpos anti-Rh, pero en el primer parto de un niño Rh+ pasan glóbulos rojos (donde
están estos antígenos) del niño a la madre que provocan la sensibilización de la madre y
fabricación de los IgG anti-Rh. En un segundo embarazo, y si de nuevo el niño es Rh+, los
IgG de la madre pasan al feto a través de la placenta atacando los glóbulos rojos del niño
produciendo hemólisis. Actualmente existe un tratamiento preventivo en el que se inyecta a
la madre, tras el primer parto, y que anulan esos anti-Rh y evitan la sensibilización materna.
Existen otros tipos de hipersensibilizaciones que se producen por la existencia de
complejos antígeno-anticuerpo circulantes que al depositarse sobre los tejidos provocan la
activación de los fagocitos y por lo tanto daño en los tejidos.
Las alergias son reacciones del sistema inmune frente a sustancias que en
condiciones normales no producen efectos perjudiciales, estas sustancias reciben el nombre
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de alérgenos. Entre éstos destacan muchas sustancias naturales como los pólenes, hongos,
picaduras de insectos, ciertos alimentos, etc. El mecanismo de la alergia es similar al de una
respuesta inmune normal, aunque también participan otro tipo de células como los
mastocitos (células muy frecuentes en los tejidos capaces de producir histaminas y heparina)
y los leucocitos basófilos (que liberan diferentes sustancias relacionadas con la inflamación
como la histamina, heparina y leucotrienos). Estas sustancias son las responsables de la
sintomatología típica de los cuadros alérgicos, siendo muy variada según la zona afectada:
rinitis, asma, dermatitis, urticaria o anafilaxia (reacción sistémica por todo el organismo).
El tratamiento de las alergias se basa en el uso de antihistamínicos que compiten
con la histamina por la unión a sus receptores o utilizando inyectando bajo la piel dosis
crecientes del alérgeno purificado para provocar la hiposensibilización y la tolerancia. El
resto de los tratamientos son de tipo sintomático como broncodilatadores o antiinflamatorios
como los corticoides.
5.2. AUTOINMUNIDAD
La autoinmunidad son las situaciones en las que el sistema inmune reconoce como
antígeno a alguna sustancia propia del organismo, éstas pueden ser orgánicas si afectan a un
único órgano o sistémicas si afectan a zonas dispersas del organismo.
Las causas son poco conocidas y parecen que tienen diferentes causas posibles, entre
las que se encuentran las causas genéticas (se afectan genes que determinan el complejo de
histocompatibilidad) o ambientales (agentes infecciosos, sustancias químicas y hormonas).
Ejemplos entre las sistémicas son el lupus eritomatoso sistémico (afecta a tejido
conjuntivo), la esclerosis múltiple (sistema nervioso) la artritis reumatoide (conjuntivo,
cartilaginoso y óseo) y la esclerodermia (a la piel). Entre las orgánicas está la diabetes
mellitus juvenil (páncreas) y la miastenia gravis (músculo).
5.3. INMUNODEFICIENCIAS
Una inmunodeficiencia es la falta total o parcial, temporal o permanente, de
respuesta inmune. Pueden ser primarias cuando tiene un origen genético o congénito, o de
tipo secundario cuando aparece como consecuencia de otra patología, por ejemplo, el cáncer.
La inmunodeficiencia puede ser provocada farmacológicamente, entonces se llama
inmunosupresión.
Las inmunodeficiencias primarias pueden ser leves o graves; las más frecuentes
afectan a los linfocitos B, por lo que cursan con infecciones frecuentes sobre todo de tipo
bacteriano. Menos frecuentes son las que afectan a los linfocitos T, estando relacionadas con
las infecciones víricas, más difíciles de tratar. Las más graves son las que afectan a ambos
tipos de linfocitos, por lo que dejan al enfermo sin respuesta humoral ni celular, el
tratamiento en éstas pasa por el trasplante de médula ósea.
Las inmunodeficiencias secundarias tienen orígenes más variado, pudiendo ser
provocadas por enfermedades como el cáncer, fármacos o por agentes infecciosos como es
el virus de inmunodeficiencia human (VIH), pueden afectar a uno u otro tipo de linfocitos o
a ambos.
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5.4. SIDA
El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Humana), es una enfermedad que consiste
en la pérdida de la capacidad de elaboración de respuesta inmune como consecuencia de una
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El virus se transmite por
contacto sexual y por vía parenteral.
La enfermedad apareció al comienzo de la década de los ochenta, siendo aislado y
purificado el virus en 1984 por Françoise Barré-Sinoussi y Luc Montagnier. La enfermedad
se ha propagado a un ritmo muy alto, a pesar de las campañas de prevención e información.
El virus pertenece a la familia
de los retrovirus, por lo que su
material genético es ARN
monocatenario. La estructura es
esférica con una envoltura
membranosa con proteínas externas
implicadas en el inicio del proceso
infeccioso sobre determinadas
células del sistema inmune,
principalmente los linfocitos T4. En
el interior hay una matriz proteica
que rodea a una cápsida tronco-
cónica en cuyo interior está dos
cadenas de ARN monocatenario y
proteínas tales como una proteasa (encargada de la maduración de proteínas), una integrasa
(encargada de integrar el ADN vírico en el celular) y la transcriptasa inversa (que sintetiza
ADN complementario al ARN vírico).
El primer paso de la infección, una vez en el organismo, es la unión de la proteína
gp120 a receptores CD4, que permite que se fusionen las membranas plasmáticas y vírica y
que penetre en el interior celular el contenido viral. Las células que contenga ese receptor
pueden ser infectadas por el virus, siendo los linfocitos T y, en menor medida, macrófagos
y otras, por lo tanto, afecta principalmente al sistema inmune, pero también al cerebro,
intestino y otros.
Una vez en el interior, el ARN se libera junto a la transcriptasa inversa, la integrasa
y la proteasa. El ARN da lugar a dos copias de ADN viral que se asocian dando lugar a una
cadena de ADN bicatenario, integrándose en el ADN celular gracias a la acción de la
integrasa. Los genes reguladores del virus fuerzan la transcripción del ADN viral a ARNm
viral, que tras su procesamiento para eliminar los intrones sale del citoplasma del linfocito
donde se traduce a unas poliproteínas que tras ser procesadas por las proteasas da lugar a las
proteínas víricas.
En el citoplasma del linfocito están las proteínas virales y copias del ARNm viral sin
procesar que constituyen el ARN vírico definitivo; todos estos componentes se ensamblan
dando lugar a las estructuras virales que se aproximan a la membrana plasmática celular para
salir por gemación.
La infección transcurre en dos fases diferentes: la primera comienza con la entrada
del virus y acaba con la integración del ADN viral en el genoma de la célula (periodo de
latencia puede durar años), la segunda se inicia con la transcripción del ADN, momento en
que los linfocitos pierden la funcionalidad y comienzan los síntomas de la enfermedad.
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Durante la misma, el sistema inmune no funciona y aparecen multitud de infecciones y
tumores que no se pueden combatir, provocando la muerte.
El tratamiento contra el SIDA pasa por la inhibición de la acción de determinadas
enzimas del VIH, estos compuestos se les denomina antirretrovirales por actuar contra los
retrovirus, inhibiendo la transcriptasa inversa, la proteasa o la integrasa. Lo más común son
las terapias combinadas o cócteles de fármacos, de tal forma que los virus que escapan a
un tratamiento son afectados por otro. Sin embargo, la elevada tasa de mutación del virus
hace que la eficacia de los fármacos decaiga con el tiempo, lo que repercute en el precio de
los tratamientos lo que hace que en países industrializados la enfermedad sea prácticamente
una afección crónica, pero en los de en vías de desarrollo la mortalidad es muy alta. Otro
problema son las altas dosis necesarias y los efectos secundarios que producen.
La prevención es la medida más eficaz par frenar el avance del SIDA, ésta consiste
evitar los mecanismos de transmisión.
5.5. TRANSPLANTES RECHAZOS Y TRANSFUSIONES
Un trasplante es la transferencia de células vivas de un individuo donante a un
receptor; estas células pueden ser un órgano completo, parte de él o solo algún tipo de tejido,
para este último caso se utiliza el término injerto.
Desde el punto de vista inmunológico es muy importante la relación entre donante y
receptor. Un autotrasplante se da cuando el donante y el receptor es el mismo individuo; el
trasplante singénico es cuando ambos son genéticamente idénticos; el alotrasplante es
cuando los dos son de la misma especie; xenotrasplante cuando ambos son de especies
diferentes.
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En un trasplante el sistema inmune del receptor reconoce a las células trasplantadas
como una sustancia extraña a la que eliminar, a este efecto es a lo que se denomina rechazo.
Cada especie animal posee un conjunto de genes denominados Complejo Mayor de
Histocompatibilidad; en humanos, se denomina HLA (Human Leukocyte Antigens) y
codifica unas proteínas que son las que provocan la respuesta inmune. Si las proteínas del
HLA del donante son idénticas a las del receptor no habrá rechazo y cuanto más parecidas
sean, mayor será la probabilidad de supervivencia del trasplante. Estas razones implican la
necesidad de conocer la tipología HLA de los individuos implicados.
Para evitar problemas de rechazo se utilizan fármacos inmunosupresores en el
receptor; sin embargo, su uso provoca que el paciente vea afectado su sistema inmune con
el aumento de posibles infecciones o desarrollo de determinados tumores.
En el caso de las transfusiones, el rechazo está provocado por unas moléculas de la
superficie de los glóbulos rojos (antígeno A, B y Rh), éstas dependen de dos genes. Un grupo
con el antígeno correspondiente en su glóbulo rojo no es capaz de producir el
correspondiente anticuerpo, pero si carece de él si puede producirlo, por lo que el receptor
no debe ser capaz de poder producir el anticuerpo contra los antígenos aportados por el
donante. Por ejemplo, si un receptor es AB- no tendrá anticuerpos frente a el antígeno A ni
B, pero sí frente al Rh, por lo que podrá recibir sangre de cualquier donante siempre que sea
también Rh negativo. El grupo O-, no presenta ninguno de los antígenos, por lo que puede
donar sangre a cualquier receptor.